El laboratorio abandonado - Un mar de sangre [QUEST] [Woodpecker + Keyan Farlander]

Era entrada la tarde, pero en el espeso pantano siempre parecía ser que reinase la oscuridad, sin tan solo la leve luz de las estrellas para alumbrar el camino. El grandioso edificio se erguía en un pequeño claro oculto entre la niebla, soportando los fríos latigazos del viento, los cuales llevaban consigo un dulce olor a muerte. Los árboles se tambaleaban y la poca tierra que estaba fuera del alcance del agua pantanosa se levantaba formando remolinos en el aire. Como de costumbre, un silencio sepulcral reinaba en las afueras de la fortaleza sin retorno. Pero nadie sabía que aquel silencio sería manchado por unos invitados inesperados...

En la entrada principal que se abría en la verja electrificada que rodeaba la mansión, se encontrarían, iluminados por dos antorchas a punto de ser consumidas, dos personas que compartirían tal vez un trágico destino. Y tras las parpadeantes y débiles llamas, pasando un pequeño jardín en ruinas, se encontrarían con la enorme puerta de madera polvorienta que les daría paso al interior.



- El primero será un post de introducción y el segundo uno de presentación. En total, serán 4 posts, 2 por persona, en el orden en el que están los nombres en el título.

- Consejo del master: Más adelante no habrá mucho tiempo de presentaciones, así que aprovechad ahora que podéis, pues podría depender de vuestro compañero si vivís o morís más adelante. Suerte.

Off: Keyan, asumo que darás por sentado que me reconoces de nuestra aventura con Philip, siendo esta quest posterior a ello. Al menos creo que sería lo más lógico para nuestras tramas, cualquier cosa que desees coordinar con respecto a eso, skype o mp. Saludines ^^
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Facilitaría mucho las cosas si pudieras decirnos hacia dónde ir y no te pedieras por el mundo pequeño Chy. Le dije al ave mientras trataba de destrabar mi pie derecho de un algo que lo había atrapado bajo el agua del pantano. Furia también parecía hundirse y en la mayoría del tiempo ambas íbamos a nuestro propio paso. Era una tarea difícil ir ambas hacia el mismo lado y buscar lugares por donde ella pudiera atravesar.

Todo había comenzado unos días atrás, cuando decidí darle rienda suelta para ver a dónde nos llevaba el viento. Los tres disfrutábamos de nuestra libertad, me gustaba conocer nuevos territorios y nunca había estado cerca de los pantanos. Esta vez confiaba en que podría acercarme a los territorios de la manada y podría huír de ser necesario con ayuda de mi montura. Lo que no me di cuenta, o más bien no supe, fueron los puntos hasta los cuales ese pantano podría llegar a ser peligroso y corrosivamente grande.

Habían lugares que parecían que la tierra quería tragarnos, plantas carnívoras, raíces escondidas bajo el musgo o el barro, y la mayoría del tiempo estábamos con el agua hasta mi cintura, con Furia alborotada saltando de aquí para allá tratando de no hundirse en esos tramposos terrenos. Habíamos entrado a media mañana al pantano y aún no encontrábamos una forma de salir ni un lugar propio para descansar por un par de horas. Todo lo que habíamos hecho hasta el momento era tratar de guardar energías y pararnos por cuanto podíamos en donde menos tratara de succionarnos la naturaleza.

El halcón volaba por sobre el denso follaje gritando de vez en cuando. Tendía a seguirle por instinto, había aprendido a confiar en mis dos compañías. La luz que de por sí era escasa, succionada como por arte de magia por aquellos troncos casi muertos, decoloridos y desfigurados comenzó a desvanecerse de la superficie de las cosas, dejando en su lugar una fina capa de niebla fina que nos impedía ver más allá de dos metros delante de nuestras narices.

Para esa altura, hacía rato que estaba en mi forma lupina. Mis ropajes sobre la montura de Furia bien atados, por lo que lo único que me guiaba ahora era el instinto, las circunstancias y el olfato; ese don que la naturaleza me había regalado. Respiré hondo muy cansada y esa última aspiración hizo que sintiera un cosquilleo extraño en mi interior. Levanté el hocico y dirigí mi paso hacia donde el viento soplaba con  más fuerza: lo que parecía las afueras del pantano.

Me tiré al escaso y sedimentoso suelo para besarlo con agradecimiento y luego llamé a Chy a mi hombro por primera vez en muchas horas. Revisé a Furia para ver si no tenía ninguna sanguijuela o lastimadura para finalmente mirar a nuestro alrededor. Frente a nosotros, se desplegaba imponente lo que parecía una vieja mansión. Pese al tiempo que parecía llevar inhabitada, se mantenía en muy buen estado y sus exteriores estaban rodeados por algo que olía mal. Olía a peligro y muerte, y no me refiero a los deshechos cadáveres que eran iluminados por esas tétricas antorchas que quién sabe qué espíritu prendió, sino de un algo quizá más espeluznante…

Los pelos de mi espalda se erizaron mostrando un camino desde la punta de la cola hasta el pescuezo y un leve gruñido brotó de mi garganta. Mis compañeros parecieron notar lo mismo y se retorcieron bajo el frío azote de un viento anormal. Liberé a Furia de los arreos, la cepillé con rapidez y practicidad después de haber vuelto a mi forma humana. Presentía que había alguien más y de ser así, sería mejor plantar mi mejor cara, que por cierto, no era la lobuna. Le susurré a la yegua: Si sucede algo querida, no te dejes atrapar, corre como el viento le di unas palmaditas y me aparté de ella dispuesta a ingresar a esa gran fortaleza. Por bien o por mal debía entrar, bien para saber que podríamos estar en ese lugar hasta estar plenamente descansados o bien para “explorar” –y quizás cazar-.

No puedo creerlo o no me apetece creerlo pero acabo de darme cuenta que me he metido en un pantano y no tengo la menor idea de como lo he hecho. Es posible que me haya desviado tanto de mi camino al ver una carreta llena de contrabandistas con los cuales no me quería cruzar por nada del mundo. Bueno ahora que estoy en el pantano lo mejor sera seguir hacia delante por el pantano.

He empezado ya a caminar por el pantano el cual es un lugar para poner a prueba la capacidad física de una persona ya que pises donde pises el pie se te hunde en el fango y cuando lo levantas ves que la bota esta recubierta de mucho fango y por lo tanto es mas pesada de lo normal.

La cuestion es que cuando he entrado al pantano se supone que era cerca de medio dia pero ahora con el espeso follaje del pantano no sé la posición del sol y por lo tanto no sé la hora o el momento del día que es. A causa de todos los factores que me rodean he acabado desenvainando la espada y llevandola en la mano para estar preparado por si pasa algo.

Después de caminar durante unas horas o lo que yo pienso que son unas horas llego a un pequeño claro donde en medio de este hay una fortaleza rodeada por una baya cuya puerta esta abierta. Me acerco a la puerta de la balla y es entonces cuando veo a una chica la cual recobozco en el acto ya que es Wood. Me parece raro encontrarla aqui pero ya que lo he hecho voy a acercarme a ella.

-¡Eh Wood!-Le grito.

Ni bien me había alejado unos pasos de Furia, escuché una voz familiar llamar mi nombre. Me di media vuelta un tanto intrigada. ¡Vaya que sería difícil encontrarse a algún conocido en esos parajes! Pero así era. Alto, joven y fuerte. Con la verdad a flor de labios y la justicia bajo su brazo. Sonreí al verle lleno de barro y en un lugar como aquél. Simplemente un caballero como él no pegaba en un sitio como ese y me preguntaba si me estaría siguiendo…

Desanduve mis pasos y me acerqué a él para tenderle la mano Mi querido Keyan, es una grata sorpresa encontrar a un caballero por aquí. le hice una reverencia y miré a la casona. Estaba pensando en dar una ojeada por allí adentro, ¿te apetece? le dije buscando algo de fuego en sus ojos.

Giré unos ciento ochenta grados y quedé frente a los cadáveres de fuera. Tomé las antorchas y le ofrecí una, aunque no sabía cuánto más irían a durar. Hace tiempo que no nos vemos… espero que los tiempos difíciles no te hayan afectado… ¿Crees que haya luz por allí adentro? Esta casa me pone los pelos de punta.

Le esperé pacientemente para conocer sus respuestas e ir de una vez por todas a por lo que ese lugar tendría escondido.

Antorchas en mano, los viajeros, cansados por el largo y agotador viaje, empezaron a cruzar el corto trazo que llevaba desde la valla hasta la puerta principal, pero en cuanto intentasen abrirla descubrirían que era en vano, pues algo había del otro lado que no se los iba a poner tan sencillo. Pareciese que ni una fuerza excepcional iba a ser suficiente, al igual que no serviría forzar la cerradura.

Si decidían buscar en los alrededores, en el descuidado jardín lleno de matorrales y hierbajos que rodeaba la mansión, algo, no muy común, llamaría al instante su atención. En una de las muchas ventanas del tercer piso, del lado izquierdo del portón, se encendió una luz. Durante unos pocos segundos nada más pasó, pero después de que una sombra, una figura humana, pasase frente a la ventana, esta volvió a apagarse dejando paso a la silenciosa oscuridad.

Tal vez fuese una coincidencia, o tal vez no, pero gracias a aquel suceso extraño pudieron ver, no muy lejos de aquella ventana, una especie de andamio de metal, con el cual, con algo de esfuerzo y buena condición física, podrían subir a una ventana abierta del primer piso. Claro que, no había nadie que los obligase a hacerlo, también podían decidir vagar por el jardín, pero un rayo apareció en el cielo, por encima de la espesa niebla, y un trueno lo acompañó segundos después. Ese, podría ser el inicio de una tormenta peligrosa.

A --> Entrar en el interior por la ventana del primer piso.
B --> Explorar el jardín.

Consejo del master: Podéis elegir la misma opción o separaros. Podéis hacer una corta e indefinida descripción de lo que pase a continuación, pero los detalles importantes para la quest serán aportados por el master. Siendo opciones de las cuales no se sabe la continuación, para no estropear la sorpresa de cada cual, se aceptan posts algo más cortos de lo habitual. Como notaréis, al principio la quest constará sobretodo de posts de descripción y elección de opciones, pero también habrán tareas y rompecabezas más adelante. Suerte.

El agua del aire se sentía cada vez más pesada, caminamos con Keyan hasta la puerta principal, pero cuando intenté abrirla me fue imposible. Me vi tentada a transformarme, pero no quería seguir gastando energías. No sabía qué más podríamos encontrarnos en nuestro camino… Es imposible… le dije al humano señalándole el pomo que no se movía. Me di media vuelta y traté de aguzar la vista para ver los alrededores, pero lo único que se distinguían eran vagas siluetas opacadas por la cercanía de la llama a mis ojos.

¿Buscamos otra entrada? le pregunté sin rendirme aún. Salí del camino de la casa para acortar terreno entre algunos matorrales. Puede que no hubiera sido la mejor opción, pero me daba escalofríos tratar de ir por el pavimento de la casa o los adoquines, sentía que se abriría una cámara secreta bajo nuestros pies o algo así. Espero que no te moleste volver a verme desnuda… tengo malos presentimientos acerca de esta casa le susurré sin voltearme siquiera. La vista clavada en donde ponía mis pies.

Por unos segundos la luz de la antorcha se opacó frente a otra más fuerte. Eso no fue un relámpago…¿o si?*le pregunté al humano, medio agachada en la maleza. Sin haberme dado cuenta me había escondido ¿de qué? Quién lo sabría… sólo había seguido mis instintos. Pero gracias a esa nueva posición fui capaz de divisar una posible entrada a la casa. ¿Ves lo mismo que yo? le pregunté girándome para confirmar su respuesta. Podríamos acercarnos para ver cómo entrar por allí dije adelantándome un poco pero esperando su respuesta.

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*Off: Wood no vio la figura desplazándose en la ventana. Sólo encontró una posible entrada a la casa pero tampoco vio los andamios, quiero dejar mis acciones abiertas para Keyan.

Es bastante extraño el lugar y aun mas extraño es que este edificio este en medio de un pantano como este, todo esto junto hace que mis sentidos estén lo mas alerta posible. Sigo a Wood por el alrededor de la casa atento a las ventanas arbustos y demás cosas que nos rodean. Cuando llegamos al lado de la puerta veo como Wood intenta abrirla por todos los medios posibles pero no lo consigue así que yo ni me propongo intentarlo ya que si una chica como ella no lo consigue aun menos lo voy a conseguir yo. Después de cesar en sus intentos de abrir la puerta Wood me pregunta que si buscamos otra entrada.

-Si busquemos otra entrada pero sin bajar la guardia.-Le digo bastante serio.

Nos alejamos del camino camino principal que da a la casa y nos ponemos a caminar por lo que parece un jardín. En cierto momento de nuestra marcha Wood me dice algo que ciertamente no me espero que me comente ahora mismo pero que por simple razonamiento veo normal que me diga en este momento.

-No te preocupes por eso no me molesta.-Guardo silencio un momento pensando en algo que rápidamente se fuga de mi mente.-Yo tampoco tengo buenos pensamientos sobre este lugar.

Sigo caminando justo al lado de Wood con la espada sujeta aun con mas fuera ya que tal y como tengo ahora los nervios soy caz de cualquier cosa con tal de salvar nuestras vidas ante una amenaza. En cierto momento Wood parece detenerse por algo lo cual hace que yo también me detenga para comprobar que ha sido eso que le ha llamado la atención y la ha hecho que se oculte entre a maleza. Antes de acercarme nuevamente a Wood mire a mi alrededor para ver eso que la ha hecho esconderse pero no veo nada solo el edificio y sus alrededores así que ahora me acerco a ella. Nada mas me detengo a su lado Wood me pregunta que si veo lo mismo que ella, así que me fijo mejor donde ella mira y lo veo una ventana por la cual podríamos entrar. Le afirmo con la cabeza a la pregunta y luego cuando me dice que se puede probar entrar por ahí le digo:

-Si intentemos probar a entrar por ahí.

Salgo de entre la maleza en la cual yo no me he agachado y me acerco hasta una ventana que esta abierta cerca de un andamio. me detengo delante del andamio y subo a él para quedar cerca de la ventana. Sin poner la vista dentro del edificio me giro hacia Wood para decirle.

-Entro yo primero y luego tu me sigues ¿vale?

Una vez que escalaron el oxidado andamio de metal pudieron llegar a la ventana abierta, la cual no estaba abierta en realidad, sino que tenía el cristal roto, convirtiéndola en una entrada provisional. El interior era oscuro, pero gracias a las parpadeantes llamas de sus antorchas pudieron iluminar con la leve luz la habitación a la cual la ventana pertenecía.

Aquello, aquel sitio al que habían ingresado, parecía ser una especie de despacho, con muebles de madera polvorienta, libros mohosos de los cuales ya nadie más podría leer y, a su derecha, una mesa de trabajo con un cajón en su parte interna, un cajón que tal vez podría ser abierto.

Además, en aquella habitación habían tres casilleros de metal, ni dos ni cuatro, sino tres, en los cuales cabría una persona sin la necesidad de encorvarse y, además, tenían finos orificios horizontales a la altura del rostro.

También habían unos cajones al lado de la puerta del fondo de la pequeña habitación. Los cajones estaban medio destrozados, pero uno de ellos seguía en pie, aunque desde fuera nadie podría decir si guardaba algo en su interior o no. Y, al lado de la puerta, se encontraba un interruptor ennegrecido por el tiempo y la suciedad, un objeto el cual los viajeros seguramente nunca antes habían visto.

Opciones:

A --> Comprobar cajón del escritorio.
B --> Comprobar casilleros.
C --> Comprobar cajones.
D --> Prender el interruptor para encender la luz.
E --> Salir por la puerta.

Consejo del master: Podéis elegir los dos la misma opción o elegir cada uno una diferente, pero nunca más de una por persona.

En cierto momento me dio escalofríos pensar que un caballero como Keyan confiara tan ciegamente en mí. Probablemente estaría perdiendo mi toque. Suspiré y soplé hacia arriba para apartar un pequeño mechón de pelo molesto de mi rostro. Él parecía adaptarse a la situación, seguro que los humanos eran bien versátiles. Mastiqué por algunos momentos la idea mientras le observaba; esa actitud seria no le quedaba nada mal.


El joven caballero parecía estar tan nervioso como yo, o quizás más. Eso no me daba un muy buen presentimiento… no sabía cómo actuaría él en un momento decisivo, aunque decidí apostar por su valor y seguirle cuando así me lo sugirió.


La casa presentaba un aspecto tétrico, la soledad y el apartamiento en los que nos encontrábamos probablemente contribuían a esa sensación. Las llamas de nuestras antorchas estaban comenzando a fluctuar de forma inconstante, seguramente era señal de que en breve nos quedaríamos sin iluminación. Avanzamos rápidamente y con sigilo hacia la estructura de metal. El camino oscuro de vez en cuando se iluminaba con los precedentes de una tormenta; el aire estaba húmedo, viciado y caliente.

* * *

Nuestras antorchas iluminaron el lugar. Ciertamente me recordaba mi último trabajo con la doctora Hyre, tragué saliva. Con que ese era el tipo de lugar al que me había metido… por suerte estaba deshabitado.

¿O no?

Una nueva interrogante pareció desvelarse o quizás no habría querido pensar en esa posibilidad. Me interesaba saber qué hizo que ese lugar quedara desolado tan rápidamente. “Si yo estuviera investigando algo, no abandonaría mis registros” pensé cuando vi unos libracos comidos por el moho. El aire a nuestro alrededor estaba lleno del polvo que se levantaba por nuestros movimientos. No pude evitar estornudar varias veces, mis ojos llenos de lágrimas impedían que viera correctamente mientras recorría el reducido espacio.

¿Qué te va pareciendo? pregunté al aire mientras enfocaba mi atención en unos grandes casilleros y me dirigí a ellos casi como si una fuerza me jalara desde su interior.

Lo que la loba encontró dentro de los casilleros fue aire, aire y más polvo acumulado, el cual voló al ser abiertas las puertas de metal. Después de comprobarlos, aunque no encontró nada, pudo ver que eran lo suficiéntemente resistentes como para aguantar el peso de una persona. Seguramente serían un buen escondite si fuese necesario.

En cambio, en el cajón del escritorio, Keyan pudo encontrar unos diminutos tubitos de metal, a los cuales la gente del otro lado del portal solían llamar baterías. Era posible que no les viese función alguna, pero era su elección si decidía o no llevárselas consigo. Además, al lado de los objetos cilíndricos, encontró un trozo de papel, en el cual se podía distinguir, con dificultad, unos garabatos en tinta negra medio decolorados. Estos estaban en un idioma diferente, pero, debajo de ellos, parecía haber algo añadido a correprisa, y esta vez sí pudo leerlo.

"Estas tierras abandonadas... No, algo no está bien con ellas. Hay algo aquí... Algo que me persigue... Pero creo que ya he resuelto su misterio... Lo que hacen aquí es..."

La nota parecía estar inacabada, y mientras trataba de encontrar su continuación, las llamas de las antorchas llegaron finalmente a su fin. Un sonido, el de unos pasos pesados acercándose, empezó a resonar por el otro lado de la puerta, y un olor a sangre putrefacta llegó con él. Estaba cerca. Muy cerca, y una sensación escalofriante les aconsejó que debían esconderse.

A --> Esconderse en los casilleros.
B --> Esconderse bajo el escritorio.
C --> Esconderse detrás de la puerta.

- Si decidís esconderos en los casilleros, estos estarán enumerados de izquierda a derecha con el 1, 2 y el 3. Decidid de antemano quien escogerá cada cual, si los dos elegís usarlos de escondite, y especificadlo en vuestro post. Suerte, pues la necesitaréis.

Seguí los consejos del caballero y abrí con cierto tiento las puertas, aunque yo era yo, y me era imposible ser demasiado cuidadosa o prolongar una espera sólo para estirar el miedo. Simplemente tomé en mi siniestra una de mis hachas y con la diestra abrí rápidamente el primer casillero, para que solamente saliera una polilla y mucho polvo por ese movimiento violento. Nuevamente tuve un episodio de estornudos que no menguaron hasta que, al finalizar la inspección me acerqué a la ventana siguiendo un poco los pasos de Keyan.

A parte de unos extraños objetos pequeños sin mucha utilidad… ¿Proyectiles? le pregunté al humano alumbrando el cajón abierto y mirando la nota que estaba allí. Me encontraba en la espalda de mi compañero, viendo por encima de su hombro, de frente a la puerta y espaldas al lugar por donde habíamos ingresado. El papel estaba viejo y parecía que se rompería si respirábamos muy cerca de él. Desafortunadamente, en el mejor momento, la luz de nuestras antorchas se desvaneció como si un controlador de fuego les hubiera quitado su esencia.

Entonces, los hechos que acontecieron se desarrollaron tan rápido que pareció una sola acción. Las palabras de algún extraño desconocido nos alertaban sobre algo, luego las antorchas se apagan. Si bien era de esperarse, fue tan repentino que casi podría clasificarse de misterioso. Unas chispas empezaron a entrar por el agujero de la ventana y la tormenta eléctrica comenzó a desatarse. Fuera, del otro lado de la puerta, se escucharon unos pasos, lentos, pesados, avasalladores.

Miré a Keyan “¿Qué hacer?”. No había mucho tiempo, quién fuese se encontraba cerca. Le delataba un nauseabundo olor a podrido, y eso lo sentía yo, quién en el pasado llegó a alimentarse de carroña y que muy pocas cosas llegaban a revolverme el estómago. Quizás fuese el encierro que producía no solo el lugar, sino el clima y la tensión. Le toqué el hombro al caballero y señalé el tercer casillero de izquierda a derecha. Los lugares cerrados y la oscuridad no me gustaban en absoluto desde la época de mi tío Francis, tampoco los brujos y los bio porque no les entendía y nunca podía una atraparlos, siempre tenían una carta bajo la manga.

Hasta no saber qué era, no quería enfrentarme a nada, por lo que con rápidos pasos entreverados con saltos sigilosos me metí en el lugar señalado y cerré la puerta. Un sudor frío recorrió mi cuerpo. Había sacado la lengua por costumbre y respiraba por la boca. Llevé ambas manos a la boca y nariz para intentar palear el sonido que emitía el aire al entrar y salir tan rápidamente. Temía que los latidos de mi corazón fuesen demasiado fuertes. Tenía tanta adrenalina que si salía a repartirla podría dotar a un pequeño ejército humano. Los pasos no dejaban de acercarse. Busqué a Keyan a través de las rendijas pero no le vi y me sentí aliviada por ello.

No estaba segura de qué tan bueno resultaba el escondite y qué tanto podría protegerme. Pero ahí estábamos, momentáneamente seríamos pequeños conejillos escondidos… pero tenía fe mí misma y sobre todo en el equipo.

Los pasos resonaron pesados al otro lado de la puerta, una especie de gruñido y respiración profunda se colaron por debajo de su rendija y cuando parecía ser que en el interior de la habitación todo estaba en calma, el horripilante ser entró dando un portazo.


El hombre, el cual no tenía siquiera el derecho de ser llamado así, entró con todo su peso y fuerza en el interior del pequeño despacho, paseándose al rededor de la puerta y la mesa de trabajo. Cualquier cosa, o persona, escondidas en aquellos lugares habrían sido fácilmente destapadas, pero nada encontró ahí. Olfateó el leve olorcillo a quemado de las antorchas tiradas en el suelo y se dirigió hacia los casilleros de metal, casi deteniéndose en cada uno de los tres. Finalmente, con un sonido resonante abrió el primero, el más cercano a la puerta, el casillero de la izquierda. Nada. Volvió a cerrarlo con un fuerte golpe y se dirigió hacia el siguiente, pero cuando estuvo a punto de abrirlo se detuvo para escuchar algo. Era posible que la loba, con su buen oído, también lo escuchase, pero se trató solamente de un leve susurro, unos pasos caminando muy lejos de ahí, unos pasos que subían escaleras arriba. Entonces la bestia se alejó y después de que sus pasos desapareciesen en la lejanía, la oscuridad, el silencio, y las agitadas respiraciones de los inesperados invitados fueron las únicas presencias en la habitación.

Cuando creyesen seguro salir, o si así llegaban a decidirlo, parecía ser que ninguna otra sorpresa fuese a recibirles de momento, así que al fin pudieron respirar con libertad, pero no pareciese que les quedasen muchas opciones entre las cuales elegir. Podían decidirse a quedarse en la seguridad de aquel cuartucho iluminado por los rayos de la tormenta o, arriesgarse a salir de ahí, en búsqueda de algo que podría ayudarles o llevarles a una muerte segura.
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Opciones:

A --> Prender el enchufe de la puerta para comprobar su funcionamiento.
B --> Inspeccionar los cajones.
C --> Salir por la puerta.
D --> Tratar de salir de nuevo por la ventana.

Los pasos se detuvieron frente a la puerta. Había perdido la cuenta de mis respiros debido a la expectativa. Me sentí un poco mareada, miré mis manos, se encontraban temblorosas, sudorosas y blancas. Un fuerte estrépito rompió con la quietud momentánea acompañado de un trueno y el semblante de una gran bestia se apareció frente a nosotros. De forma humanoide y tan sólo vestida con un pantalón se dibujaba la figura del foco del pútrido olor.

Era más ágil de lo que su inmensa figura podría llegar a decir; también inteligente. Revolvió los lugares donde podríamos habernos escondido y agradecí por primera vez a algo parecido al cielo, habernos iluminado para meternos donde nos encontrábamos. Olfateó el aire y se acercó a las antorchas. Maldito, tenía buen olfato. Se encontraba frente a mí en esos momentos. Un relámpago le iluminó, desvelando por efímeros pero suficientes momentos aquella figura que hasta el momento había sido abstracta. Observé por la rendija con la boca semi-abierta tratando de respirar por allí. Ahora que la bestia tenía forma, no era tan importante.

Mis miedos comenzaban a menguar, dejando que mis instintos asesinos lentamente comenzaran a tomar posesión de mí. Su piel era como el cuero curtido de algún animal extraño, que de cuando en cuando dejaba entrever flores de carne en descomposición que parecían nacer y morir preferentemente en sus extremidades. La blancura que le componía casi se convertía en un espejo amplificador de las luces intermitentes del exterior. La respiración entrecortada de la bestia tenía un deje de liderazgo, en cierto momento me di cuenta que yo misma me había adaptado a su paso y no me gustó para nada.

Pasó frente a mi puerta. Contuve la respiración, pero no dejé de verle. No podría cerrar los ojos y perderle de vista siquiera por un segundo. Manos terminadas en garras, máquinas de asesinar con puntas de sangre en ellas. Ojos blancos enmarcados en un rostro desfigurado, sin labios, condenado a una sonrisa eterna y maldita. Prominentes dientes tan fuertes como el cuello que unía la cabeza con el corpulento y musculoso cuerpo.

Sentí que el suelo de madera cedía bajo su peso a medida que se acercaba. Definitivamente era un oponente digno si no casi invencible. Escuché el destapar del primer casillero y me preparé para el ataque si Keyan se encontraba ahí. Respiré un par de veces seguidas, pero no hubo indicios de nada, por lo que me mantuve atenta, quieta, escuchando. El monstruo se detuvo y yo también. Sentía cierta sincronización con la bestia. “¿Pasos?” Me pregunté inclinando mi cabeza hacia la puerta inconscientemente aunque no serviría de nada. Entonces, su aliento podrido se desvió y los pasos comenzaron a alejarse con la misma parsimonia con la que habían llegado.

Abrí la puerta con sigilo. Sabía que esa cosa… y probablemente las otras que estuvieran allí tenían los sentidos muy bien desarrollados. Fui hasta el marco de la puerta y asomé la cabeza lentamente, con cuidado para mirar a ambos lados, cerciorándome que no había nada más en la cercanía. Volví en cuclillas al casillero al costado del mío, el único lugar que había quedado en donde mi compañero pudiera estar. Oye Keyan, estamos solos ya le dije entre susurros.

Me giré a mirar la habitación nuevamente. Tomé una bocanada de aire y lo liberé con detenimiento por mi boca. Realmente se estaba volviendo un juego muy interesante. Me volví a mirar a mi compañía ¿Continuamos con la exploración? le pregunté aún con la voz baja, pero con los ojos llenos de excitación y fenesí.
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Off: Por si no quedó claro, Wood decide salir por la puerta. "Opción C".

Ya no había luz que les iluminase dentro de la habitación, menos por los relámpagos que de vez en cuando centelleaban por la ventana, pero en el pasillo no reinaba la oscuridad. Lo que se encontraron fue un largo corredor, con puertas cerradas con llave a cada costado con, probablemente, habitaciones parecidas a la cual habían ingresado por la ventana y, en el techo, algo que nunca antes habían visto. Tubos de metal desprendiendo luz fosforescente, iluminando vagamente lo que reposaba a su alcance, fueron los que recibieron a los aventureros, apartándolos de entre las sombras.

Si lo comprobaban, podrían ver que las puertas estaban todas cerradas, por lo que el único camino que se les presentaba era hacia adelante o hacia atrás, ya que habían salido justo en el centro del pasillo desde su improvisada entrada. Todo indicaba, que la bestia se había dirigido hacia adelante, y ahora, también nuestros aventureros.

Después del pasillo lleno de puertas llegaron a una pequeña sala, en la cual habían unas escaleras que se dirigían hacia arriba y otras que se dirigían hacia abajo, pero ambas valladas. Además, en medio de lo que parecía ser el único acceso, esta vez inaccesible, a pisos inferiores o superiores, había una gran caja de metal, la cual, desafortunadamente, no parecía querer emitir movimiento alguno.

El monstruo ya no estaba, y el camino les dirigía más allá, hasta llegar finalmente a una enorme sala con habitaciones reforzadas a los lados y lo que parecía ser un patio interior en el centro, como si de un enorme hoyo se tratase, con "personas" caminando en él de un lado a otro, perdidas en su propio mundo interno y completamente ajenas a cualquier reacción. Aquello empezaba a parecer ser, literalmente, un psiquiátrico.


*** Objetivo: Describir con libertad el área en el que os encontráis y las reacciones de los pacientes, los cuales no serán capaces de daros ninguna información importante, además de conversación limitada a su estado mental. Además, podéis describir, cada uno de vosotros, el encuentro de un objeto que podría seros de utilidad ahora o más adelante. PD: Algunos pacientes pueden resultar algo agresivos, así que andaos con cuidado. Suerte. ***

Keyan estaba serio y tenso, casi me sentía mal por hacerle seguirme, pero me parecía todo tan… indescriptiblemente genial, que no pude hacer más que alegrarme porque tendría a alguien conocido con quien compartir esta experiencia. Le seguí en el pasillo, él empuñaba su espada de un modo casi preocupante. Realmente no quería pensar en estar en el lugar de esa pobre arma siendo tan fuertemente asida y movida por el aire.

La luz nos había abandonado, pero no era algo necesario cuando estaban esas cosas… que parecían cientos de luciérnagas atrapadas en un tubo transparente. Me acerqué curiosa a una, su resplandor era demasiado fuerte como para continuar observándola fijamente. Cerré los ojos y aún estaba allí. ¿Pero, qué era esa magia?. Busqué no mirar esas cosas directamente de nuevo, en cambio lo olfatee… tenía una esencia extraña, no era del todo quemada, pero... no podía dar con nada que recordara similar. Cuando fui a tocar el tubo, me detuve a escasos centímetros de él, el aire que le envolvía estaba seco. “Mejor no” pensé y continué tras Keyan.

Varias puertas nos dirigían como sapientes hacia algún lugar misterioso y desconocido, probé azarosamente tratar de abrirlas con resultados vanos. Es un poco sospechoso, ¿no crees? pregunté entre susurros acercándome a mi compañero para entablar mejor conversación. Tan misterioso y excitante…siento que en cualquier momento saldrá alguna bestia a atacarnos llena de pelos y ruido le dije mirando a los costados, comprobando nuestra soledad sin detenernos.

Nos detuvimos por poco tiempo en una extraña sala llena de barrotes. Esa cosa… ¿crees que la encontremos más adelante?. Es raro que hayan tantos barrotes el poco raciocinio que tenía estaba siendo iluminado por una luz misteriosa. Quizás este no fuera el mejor lugar para estar, ni tampoco el mejor momento. Miré algo nerviosa al humano, esta vez con un poco de nerviosismo. “¿Y si habían más cosas de esas y peores?”. Cambié mi peso algo impaciente de pierna en pierna, pensé en empezar a desvestirme, pero no lo juzgué correcto, no todavía.

Traté de no mirar demasiado los entornos, sino de buscar vestigios de vida. Las paredes estaban corroídas y en mal estado, cajas y cosas extrañas. No me daba nada de buena espina. Lideré esta vez, con sigilo y determinación. Preparada para transformarme, aunque no lo estaba para ver el espectáculo que más tarde tendría frente a mis ojos. Me mordí el labio con fuerza y esperé a Keyan. Cuando estuvo lo suficientemente cerca, levanté un brazo a la altura que correspondía a entre su estómago y su pecho y le hice señas de que se mantuviera en silencio.

En la habitación que se mantenía bastante aislada del resto, casi en penumbras y con olor a podredumbre animal, se encontraba un grupo de personas. Algunos gritando, otros hablando con ellos mismos. Casi todos se agarraban alguna parte de su cuerpo. El escaso amoblamiento estaba copado y casi destruido. Un sutil gusto a sangre me recordó que debía distenderme. Respiré profundamente y noté mi mejilla húmeda. Locura… no soy un médico, pero se de qué te hablo Keyan. Vete con cuidado con estos o terminarás con algo roto como poco. Sólo esperaba que fueran humanos locos… y no algo como yo en otros tiempos. Recordé a Sydara y suspiré.

Un hombre estaba arrinconado hablando solo, tomándose de los pelos, agachándose y parándose. Fueron sus palabras repetidas las que hicieron que le eligiera a él. Caminé por entre los otros, camuflándome, tratando de absorber la atmósfera del lugar, pero no ser absorbida por ella. Un tipo gritando corrió hacia mí y con unas tijeras casi sin filo intentó apuñalarme.

Le tomé por los brazos, forcejeamos un poco y le enterré mi rodilla en su estómago riendo. Algunas lágrimas rodaron por sus mejillas y no dejó de balbucear cosas in entendibles. “Vaya… con que a esto puede llegar la naturaleza” pensé observándole en el suelo. Probablemente en el pasado le hubiera seguido pegando o me hubiera burlado de él, pero ahora esas cosas ya no me llamaban la atención. Volví a dirigirme al de la esquina. Sus palabras eran bastante claras, hablaba de redención, condenados y bestias. En realidad, algunos de los presentes no solo se les veía mal en un sentido figurado, sino también estrictamente.

Vestía con una bata blanca y un papel rectangular con un nombre: “Aux de Enf. Tomás Ricklos” . Tomás le dije con cierta simpatía. Él me destiló una mirada retorcida matadora, yo le devolví una sonrisa. ¿Qué está pasando aquí?. Mi pregunta pareció haber caído en un abismo vacío. Le observé más de cerca, sus ojos estaban enmarcados en amplios círculos que se iban agrandando hasta alcanzar casi su boca.

Es culpa tuya maldita Greenlove casi se me para el corazón cuando escuché el apellido, por un momento pensé que diría Greenwood sólo me estaba confundiendo. Le asentí y le tomé firmemente de los hombros… de los escuálidos huesos que tenía por hombros. Tom, necesito que te concentres. Quiero una evaluación, a-ho-ra le dije cortante.

Vi que bajo su nombre pendía una especie de cartón con una cinta negra por detrás y se la quité. Me mantuve esperando su respuesta.

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Off: Como no estaba muy segura de lo que el pnj podía o no revelar, decidí dejar abierta la interacción. He tomado de él una tarjeta magnética (¿)

- Él vendrá... Vendrá y acabará con nosotros... ¡De eso no hay duda! Con todos... ¡Todos! - empezó a murmurar el hombre del cual la licántropa trataba de sacar algo de información. El sujeto inició una especie de balanceo, adelante y atrás, adelante y atrás, continuo, nervioso, enloquecido. Lo cierto era que el humano había echo bien en cubrir la reta guardia de su compañera, y es que poco a poco, todos los "pacientes" empezaron a posar sus miradas en el par de extraños.

El hombre de la bata blanca agarró casi desesperado la mano de Woodpeker, devorándola con su mirada. - Él vendrá... Y no estará solo... - Tardaba en reaccionar, como si quisiese hablar, dar algún dato importante, pero a la vez sus pensamientos se perdían en las sombras de la locura. Si la joven guerrera apretaba, si insistía en que hablase, tal vez soltase algo más, alguna palabra que podría llegar a salvarles la vida, pero el ambiente estaba tenso, extremadamente tenso. Los hombres, pues no parecía que ninguna mujer deforme estuviese entre ellos, se acercaban lentamente, caminando como si fuesen víctimas de una extraña posesión sobrenatural. Se acercaban, con los brazo caídos y las miradas centradas en el grupo de los visitantes, que tanto llamaban la atención, sin cesar con sus silenciosos susurros.  

- Tenéis que... Que... - Se acercaban. Estaban rodeándolos, formando medio círculo a su alrededor. - Que... - El viejo parecía estar al borde del desmallo. Con su mano suelta, la que no asía a la loba, empezó a desfigurar la piel de su rostro, o lo que quedaba de ella al menos, llena de recientes heridas y arañazos ensangrentados. - Seguir... La sangre... -

Una puerta cercana se abrió de golpe, saliendo disparada hacia el interior de la habitación, y tras ella apareció la criatura inmunda que anteriormente tuvieron el gusto de conocer. Furiosa, destruía todo a su paso, incluso embestía a los que en un inicio parecían ser una amenaza para los invitados a la mansión. Pero no parecía querer detenerse. Ayudarles no era su objetivo, sino ellos.

OBJETIVO --> Y ahora ¿qué haréis? Podéis tratar de enfrentaros a él, o podéis tratar de escapar. También podéis utilizar ambas opciones, y tal vez alguna de las puertas o escaleras que antes yacían cerradas o bloqueadas estén abiertas ahora. ---> Si decidís escapar, escoged entre los dos (off rol) alguna de las puertas, alguna de las escaleras o el ascensor. La opción que escojáis estará abierta dándoos la opción de usar la ruta como escape, pero lo que haya más ayá de eso seguirá siendo un misterio para vosotros, aunque ya está predeterminado. La ventana ya no es más una opción. ---> Si decidís pelear, describid la situación, los ataques, la estrategia, etc, pero la forma en la que le afecte a vuestro enemigo la decidiré yo, dependiendo de las cualidades, habilidades y demás de cada uno, además de la ingeniosidad en el combate.

Os aconsejo que discutáis las opciones off rol y decidáis la que más os convenga e interese. Separarse no es una opción en esta ocasión.

Off Rol: Keyan, es una pena que no aprovechases tu oportunidad de obtener un objeto que podría llegar a ser clave. Como consecuencia, te doy el objetivo anterior como fallido, lo cual no significa que la quest lo sea. Suerte a ambos.

IMPOTANTE: Para que os resulte más sencillo podéis hacer 4 posts esta vez, dos cada uno. En el primero podéis relatar los sucesos posteriores a la llegada del enemigo más corpulento, por llamarlo de alguna forma. Ya que este sería un corto post de descripción, no tenéis que seguir la norma de las 10 líneas obligatorias si no lo veis nevesario. El siguiente post será el desenlace, y en él habrá la opción que elijáis. Cualquier duda no dudéis en enviarme MP.

Orden de posteo: Woodpeker - Keyan - Woodpeker - Keyan.

¿Quién vendrá?, Tomás, préstame atención, ¡aquí! le dije ya sin esperanzas. Al parecer sería sólo un monólogo, pero estaba dispuesta a escucharlo. Keyan estaba guardándome las espaldas, y eso me dejaba más tranquila. Cuando el ojeroso viejo tomó mi mano bruscamente, creí que querría comérsela y no pude hacer menos que un ademán para quitársela, pero al final se la dejé. Al menos sabíamos que serán varios oponentes y seguidos. ¿Pero qué sangre? casi le grité, pero fue en vano. Le zarandee un poco, aunque era obvio que no funcionaría.

Miré hacia atrás, los demás nos estaban rodeando. Llevé mis manos temblorosas a las hachas, pero no fue necesario recurrir a ellas porque algo más grande, algo más ruidoso, algo peor se acercaba. Primero se escuchó una especie de explosión, luego un rugido y finalmente la caída de la puerta, aplastando a uno o dos de los internados. Eso se movía ágilmente, en algunos momentos no era más que una figura borrosa, cual un toro embistiendo todo a su paso.

Di dos pasos hacia adelante, con el pecho hinchado y llena de orgullo herido. “Eso, no podría conmigo” pensé pero luego miré a Keyan que siempre se había mantenido apoyándome y tragué saliva. Una fuerza salvaje y magnética me atraía hacia la bestia. Quizás su olor repulsivo, su cobardía velada en el ataque a esos desvalidos, su fiereza o posiblemente esa gran masa pesada que ocupaba un gran espacio. Podría serlo todo. Quería ir a atacarle, pero una pequeña parte de mí, la que no estaba bajo ese negro hechizo de maldad, locura y odio me decía que le debía a mi compañero salir sanos y salvos. Quizás podría enfrentarme a él cuando realmente hiciera falta.

No había tiempo, la bestia venía hacia nosotros sin perder ni medio segundo. Parecía que el aire era cortado por su respiración para ser engullido, licuado y liberado en vapores nauseabundos. Se me revolvió el estómago y un pulso me adelantó lo que debía hacer, o corría ahora o me transformaría y sólo la muerte sería capaz de detenerme.

¿Qué esperas? ¡Corre! le grité a mi compañero mientras corría hacia la derecha para rodearle a él y la puerta destruida con fragmentos de cuerpos. Lo primero sería correr hacia la puerta y salir por allí sanos y salvos, lo segundo, ver a dónde nos llevaba el camino.

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Off:Yo no necesito otro post, aunque si lo crees necesario Keyan, podemos hacerlo, solo avísame ^^
P.D: Wood ni ahí que se meterá al ascensor >o<

Los intrusos en la mansión corrieron como nunca para salvar sus vidas, mientras que los fuertes pero torpes movimientos de su perseguidor les pisaba los talones. Llegaron hasta las escaleras que se dirigían hacia arriba, las cuales ahora estarían abiertas para ellos. Al subir, no encontrarían ventanas que les iluminasen el camino, sino una oscuridad total, menos por un pequeño detalle en la lejanía, al fondo del pasillo: dos diminutas luces parpadeantes.

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