Hallazgo a las orillas [Interpretativo][Libre][1/2][CERRADO]
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Tras varias jornadas de viaje sin apenas descanso, la bruja se alegró de ver que el bosque de los humanos terminaba para dar paso a su destino, el pantano misterioso. Detuvo la montura al llegar a la última fila de árboles, cansada e incómoda por la sofocante sensación de bochorno que creaban el calor y la humedad al juntarse, pero no podía perder tiempo. El sol estaba ya en su cenit y tenía que aprovechar las horas de luz que quedaban, antes de que la noche cubriese con su manto el lugar y se viera obligada a volver a acampar al raso.
No le molestaba pernoctar al aire libre, en cierto modo se había acostumbrado a ello durante sus múltiples viajes, pero prefería encontrar el ingrediente que había venido a buscar antes del anochecer, para iniciar el regreso a Lunargenta en cuanto saliese el sol al día siguiente. Así pues echó mano a una de las alforjas que colgaban de la silla y extrajo de ella un rollo de pergamino, de los que el alquimista Félix le había entregado en agradecimiento por haberlo ayudado en su local.
Lo desplegó y volvió a leer la receta con detenimiento, prestando suma atención a la parte en que se detallaban los componentes necesarios y sitios donde buscarlos. Según lo escrito en el papel, estaba en el lugar indicado para hallar la extraña alga con que se fabricaba la pócima que ayudaba a mantenerse bajo el agua más tiempo sin necesidad de respirar, brebaje que sin duda podría resultar útil en algunas ocasiones. Por ello, y por el interés que el efecto de dicha poción había despertado en ella, se había decantado por empezar a practicar su elaboración, en vez de ponerse a fabricar la otra receta del anciano, correspondiente a un potenciador de magia.
No había muchos datos acerca de lo que buscaba, solo sabía que era un tipo de alga y que absorbía toda la luz solar que podía durante el día, para por las noches volverse fluorescente y emitir un llamativo brillo verde. A pesar de aquel detalle la de ojos verdes no estaba dispuesta a esperar tanto, sobre todo por lo complicado que le resultaría moverse en las aguas estancadas con poca visibilidad, y el constante peligro de que alguna criatura del pantano se molestase por la presencia de la intrusa y decidiese atacarla.
El terreno le resultaba del todo desconocido, así como la profundidad que podía alcanzar el pantano en según qué zonas, así que trataría de mantenerse en las orillas y no adentrarse demasiado. Con suerte el alga se encontraría en esas partes, pero si la cosa se complicaba y tenía que meterse más adentro esperaría al día siguiente, así al menos podría ver con claridad durante la noche el lugar en que se encontraba e ir más directamente.
Bajó del caballo y comenzó a bordear el pantano, atenta a cualquier indicio de vida en los alrededores y a lo que se podía ver a través de las aguas, que no era mucho. Sombra la siguió de cerca en silencio, hasta que notó que algo se movía y creaba pequeñas ondas en la superficie, entonces se detuvo y resopló sonoramente, al tiempo que golpeaba con uno de los cascos los cantos rodados que se encontraban alrededor del pantano.
- ¿Qué ocurre amigo? ¿Has visto algo? - preguntó la maga, sujetando las riendas y palmeándole el cuello, mientras escrutaba con la mirada cuanto los rodeaba en busca de lo que pudiese haberle puesto alerta.
No le molestaba pernoctar al aire libre, en cierto modo se había acostumbrado a ello durante sus múltiples viajes, pero prefería encontrar el ingrediente que había venido a buscar antes del anochecer, para iniciar el regreso a Lunargenta en cuanto saliese el sol al día siguiente. Así pues echó mano a una de las alforjas que colgaban de la silla y extrajo de ella un rollo de pergamino, de los que el alquimista Félix le había entregado en agradecimiento por haberlo ayudado en su local.
Lo desplegó y volvió a leer la receta con detenimiento, prestando suma atención a la parte en que se detallaban los componentes necesarios y sitios donde buscarlos. Según lo escrito en el papel, estaba en el lugar indicado para hallar la extraña alga con que se fabricaba la pócima que ayudaba a mantenerse bajo el agua más tiempo sin necesidad de respirar, brebaje que sin duda podría resultar útil en algunas ocasiones. Por ello, y por el interés que el efecto de dicha poción había despertado en ella, se había decantado por empezar a practicar su elaboración, en vez de ponerse a fabricar la otra receta del anciano, correspondiente a un potenciador de magia.
No había muchos datos acerca de lo que buscaba, solo sabía que era un tipo de alga y que absorbía toda la luz solar que podía durante el día, para por las noches volverse fluorescente y emitir un llamativo brillo verde. A pesar de aquel detalle la de ojos verdes no estaba dispuesta a esperar tanto, sobre todo por lo complicado que le resultaría moverse en las aguas estancadas con poca visibilidad, y el constante peligro de que alguna criatura del pantano se molestase por la presencia de la intrusa y decidiese atacarla.
El terreno le resultaba del todo desconocido, así como la profundidad que podía alcanzar el pantano en según qué zonas, así que trataría de mantenerse en las orillas y no adentrarse demasiado. Con suerte el alga se encontraría en esas partes, pero si la cosa se complicaba y tenía que meterse más adentro esperaría al día siguiente, así al menos podría ver con claridad durante la noche el lugar en que se encontraba e ir más directamente.
Bajó del caballo y comenzó a bordear el pantano, atenta a cualquier indicio de vida en los alrededores y a lo que se podía ver a través de las aguas, que no era mucho. Sombra la siguió de cerca en silencio, hasta que notó que algo se movía y creaba pequeñas ondas en la superficie, entonces se detuvo y resopló sonoramente, al tiempo que golpeaba con uno de los cascos los cantos rodados que se encontraban alrededor del pantano.
- ¿Qué ocurre amigo? ¿Has visto algo? - preguntó la maga, sujetando las riendas y palmeándole el cuello, mientras escrutaba con la mirada cuanto los rodeaba en busca de lo que pudiese haberle puesto alerta.
Última edición por Elen Calhoun el Lun Jun 01 2015, 00:46, editado 2 veces
Elen Calhoun
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Re: Hallazgo a las orillas [Interpretativo][Libre][1/2][CERRADO]
Habían pasado bastantes cosas los últimos dias pero ninguna como la que la última en la que casi pierde la vida. Tras lo sucedido al joven brujo en el pantano, Ryomaru empezó a darse cuenta de que tenía que tener mas cuidado y lograr ser un gran brujo cuanto antes sino quería morir joven. Esos pensamientos llevaron al joven junto a la zona del pantano donde se encontraba la otra bruja, solo que el se encontraba casi a la otra punta.
El odre que llevaba a la cintura estaba vacio por lo que necesitaba llenarlo cuanto antes. A Ryomaru no le entusiasmaba rellenar el odre con agua sucia pero era lo único que tenía por la zona como arma y tenía que conformarse. Decidido, Ryomaru destapo el odre y con el báculo de dos esferas, una a cada extremo, a punto al centro del agua para elevar una pequeña cantidad provocando los efectos que serían captados por la compañía de la bruja. Mientras Ryomaru metía el agua levitada en el odre y lo cerraba, pudo escuchar como una mujer hablaba.
A paso tranquilo, Ryomaru comenzó a rodear el charco acercandose poco a poco al punto de donde venía la voz para, finalmente, poder ver a la mujer. No le fue díficil darse cuenta de que seguramente se encontraba ante una bruja. La mujer podía, ahora, ver perfectamente que estaba ante un joven brujo. Joven por su físico y brujo por la tipica vestimenta de túnica y capucha, además de por el báculo.
- Buenas noches. Perdona si te he asustado pero estaba sin "munición" - dijo haciendo enfasis en la palabra dejando claro que era una metáfora - y tenía que recargar el odre. Soy Ryomaru, Ryomaru Baransu, brujo de Beltrexus, encantado -
Tras unos instantes, el joven empezó a caminar en dirección a la salida del pantano pero entonces se paro y se giro para mirar a la bruja.
- Este sitio no es un lugar seguro, ni siquera para nosotros y pronto caera la noche. ¿Que te trae por aquí a estas horas? ¿No estaras perdida, no? -
El odre que llevaba a la cintura estaba vacio por lo que necesitaba llenarlo cuanto antes. A Ryomaru no le entusiasmaba rellenar el odre con agua sucia pero era lo único que tenía por la zona como arma y tenía que conformarse. Decidido, Ryomaru destapo el odre y con el báculo de dos esferas, una a cada extremo, a punto al centro del agua para elevar una pequeña cantidad provocando los efectos que serían captados por la compañía de la bruja. Mientras Ryomaru metía el agua levitada en el odre y lo cerraba, pudo escuchar como una mujer hablaba.
A paso tranquilo, Ryomaru comenzó a rodear el charco acercandose poco a poco al punto de donde venía la voz para, finalmente, poder ver a la mujer. No le fue díficil darse cuenta de que seguramente se encontraba ante una bruja. La mujer podía, ahora, ver perfectamente que estaba ante un joven brujo. Joven por su físico y brujo por la tipica vestimenta de túnica y capucha, además de por el báculo.
- Buenas noches. Perdona si te he asustado pero estaba sin "munición" - dijo haciendo enfasis en la palabra dejando claro que era una metáfora - y tenía que recargar el odre. Soy Ryomaru, Ryomaru Baransu, brujo de Beltrexus, encantado -
Tras unos instantes, el joven empezó a caminar en dirección a la salida del pantano pero entonces se paro y se giro para mirar a la bruja.
- Este sitio no es un lugar seguro, ni siquera para nosotros y pronto caera la noche. ¿Que te trae por aquí a estas horas? ¿No estaras perdida, no? -
Logan Allen
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Re: Hallazgo a las orillas [Interpretativo][Libre][1/2][CERRADO]
La de ojos verdes no esperaba encontrar a nadie por la zona, por la escasez de asentamientos cercanos y lo poco interesante que debía resultar el pantano ante los ojos de la mayoría, seguramente solo unos cuantos encontrarían en él algo de valor. Por ello se sorprendió al descubrir que el causante de que Sombra se hubiese puesto alerta fuese un joven, situado casi al otro lado de la ciénaga.
De lejos no pudo apreciar mucho, pero si lo suficiente como para identificar que se trataba de otro mago, por las vestimentas que portaba y la forma en que había manipulado el agua, creando las ondas que había visto el caballo. La bruja lo siguió con la mirada mientras bordeaba el pantano para acercarse a donde ella se encontraba, quizá estuviese perdido por la zona y necesitase algo de ayuda, o quizá todo lo contrario.
Existía la posibilidad de que aquel extraño llevase en la zona algún tiempo y pudiese darle algún tipo de indicación sobre dónde solía crecer el alga que buscaba, y aunque no fuera así ¿qué perdía por preguntar? Tranquilizó a Sombra y esperó a que el mago llegase hasta ellos, vigilando por el rabillo del ojo la posición del sol, para tratar de calcular el tiempo de que disponía antes de que anocheciera.
La bruja pudo ver con mayor claridad sus rasgos en cuanto estuvo algo más cerca, iba ataviado con una túnica y llevaba consigo un curioso báculo, que llamaba la atención por las esferas que tenía en ambos extremos, y que parecían estar llenas de agua. Pronto el recién llegado arrojó algo de luz sobre el por qué de su presencia en el lugar, haciendo mención a algo llamado odre, que llevaba en el cinturón. Se había acercado a las estancadas aguas simplemente para recargarlo del líquido elemento, eso la hizo pensar que quizá le pasaba lo que a ella con el aire, no era capaz de crearlo y solo podía manipular el que estuviese ya en el ambiente.
- Elen Calhoun, también de Beltrexus, un gusto. - respondió con tono amable, antes de ver como el hechicero volvía a ponerse en marcha, alejándose del pantano para repentinamente detenerse y girarse nuevamente hacia ella. Sin duda tenía razón, cuando la noche cayese sobre la zona no sería un lugar seguro para nadie, pero ella había viajado hasta allí con un propósito y no se marcharía hasta haber conseguido lo que buscaba.
- No estoy perdida, en realidad busco algo, si conoces el lugar quizá puedas ayudarme. - dijo con tranquilidad, mientras desviaba la vista hacia la orilla. - ¿Por casualidad no habrás visto una extraña alga en las cercanías? Tiene un vivo color verde y por la noche se vuelve fluorescente, debería crecer por aquí. - añadió, mientras avanzaba hacia el agua e intentaba ver bajo la superficie.
De lejos no pudo apreciar mucho, pero si lo suficiente como para identificar que se trataba de otro mago, por las vestimentas que portaba y la forma en que había manipulado el agua, creando las ondas que había visto el caballo. La bruja lo siguió con la mirada mientras bordeaba el pantano para acercarse a donde ella se encontraba, quizá estuviese perdido por la zona y necesitase algo de ayuda, o quizá todo lo contrario.
Existía la posibilidad de que aquel extraño llevase en la zona algún tiempo y pudiese darle algún tipo de indicación sobre dónde solía crecer el alga que buscaba, y aunque no fuera así ¿qué perdía por preguntar? Tranquilizó a Sombra y esperó a que el mago llegase hasta ellos, vigilando por el rabillo del ojo la posición del sol, para tratar de calcular el tiempo de que disponía antes de que anocheciera.
La bruja pudo ver con mayor claridad sus rasgos en cuanto estuvo algo más cerca, iba ataviado con una túnica y llevaba consigo un curioso báculo, que llamaba la atención por las esferas que tenía en ambos extremos, y que parecían estar llenas de agua. Pronto el recién llegado arrojó algo de luz sobre el por qué de su presencia en el lugar, haciendo mención a algo llamado odre, que llevaba en el cinturón. Se había acercado a las estancadas aguas simplemente para recargarlo del líquido elemento, eso la hizo pensar que quizá le pasaba lo que a ella con el aire, no era capaz de crearlo y solo podía manipular el que estuviese ya en el ambiente.
- Elen Calhoun, también de Beltrexus, un gusto. - respondió con tono amable, antes de ver como el hechicero volvía a ponerse en marcha, alejándose del pantano para repentinamente detenerse y girarse nuevamente hacia ella. Sin duda tenía razón, cuando la noche cayese sobre la zona no sería un lugar seguro para nadie, pero ella había viajado hasta allí con un propósito y no se marcharía hasta haber conseguido lo que buscaba.
- No estoy perdida, en realidad busco algo, si conoces el lugar quizá puedas ayudarme. - dijo con tranquilidad, mientras desviaba la vista hacia la orilla. - ¿Por casualidad no habrás visto una extraña alga en las cercanías? Tiene un vivo color verde y por la noche se vuelve fluorescente, debería crecer por aquí. - añadió, mientras avanzaba hacia el agua e intentaba ver bajo la superficie.
Última edición por Elen Calhoun el Vie Mayo 29 2015, 11:17, editado 1 vez
Elen Calhoun
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Re: Hallazgo a las orillas [Interpretativo][Libre][1/2][CERRADO]
[OFF: El odre lo lleva a la cintura, no es el báculo jajaja pero si es cierto que las esferas tienen agua dentro]
Ryomaru no pudo evitar esbozar una simpatica sonrisa al enterarse de que la bruja venía del mismo sitio que el aunque le extraño no conocerla pues el llevaba en Beltrexus mucho tiempo aunque tambien era cierto que se pasaba mucho tiempo en la biblioteca o de viaje por lo que era díficil llegar a conocer a alguien a profundidad.
.- No te recuerdo verte en la aldea pero, lo cierto, es que algo me suenta tu cara. No paso mucho tiempo por las calles de la aldea. Encantado -
A continuación, la bruja le conto lo que estaba haciendo allí. Por lo visto, Elen estaba buscando cierta alga, un alga que el conocía y sabía que no era nada fácil de encontrar pero, ese pantano, era un lugar donde si se podría encontrar aunque, por lo que había visto hace un buen rato, no iba a ser nada fácil pues había visto a grupos de trasgos recolectar algas por todo el pantano.
- Las he visto y no precisamente en buenas manos. Llevo horas viendo como los trasgos las cogían e, incluso, creo que recordar ver a un encapuchado negro con ellos. Probablemente esa sea la razón de que todavía no hallas visto alguna - En ese momento, se escucho lo que parecía un estallido y se pudo ver como, a lo lejos, se veía salir, de entre lo que seguramente serian arboles ya que por la escasa visibilidad no se veían bien, unas columnas de luz - Esa columna es sospechosa. Ese encapuchado puede estar detrás -
La cosa se estaba volviendo interesante pues se encontraban ante un posible enemigo pues alguien que usaba a trasgos como criados no debía de tener buenas intenciones y esa luz delataba su posición por lo que no costaba nada investigar. En cualquier caso, localizarlo ayudaria tambien a su compañera pues encontrarían algas.
- Vayamos a ver que ocurre - sugirió Ryomaru antes de comenzar a caminar, con cuidado, hacia donde habían visto la luz
Ryomaru no pudo evitar esbozar una simpatica sonrisa al enterarse de que la bruja venía del mismo sitio que el aunque le extraño no conocerla pues el llevaba en Beltrexus mucho tiempo aunque tambien era cierto que se pasaba mucho tiempo en la biblioteca o de viaje por lo que era díficil llegar a conocer a alguien a profundidad.
.- No te recuerdo verte en la aldea pero, lo cierto, es que algo me suenta tu cara. No paso mucho tiempo por las calles de la aldea. Encantado -
A continuación, la bruja le conto lo que estaba haciendo allí. Por lo visto, Elen estaba buscando cierta alga, un alga que el conocía y sabía que no era nada fácil de encontrar pero, ese pantano, era un lugar donde si se podría encontrar aunque, por lo que había visto hace un buen rato, no iba a ser nada fácil pues había visto a grupos de trasgos recolectar algas por todo el pantano.
- Las he visto y no precisamente en buenas manos. Llevo horas viendo como los trasgos las cogían e, incluso, creo que recordar ver a un encapuchado negro con ellos. Probablemente esa sea la razón de que todavía no hallas visto alguna - En ese momento, se escucho lo que parecía un estallido y se pudo ver como, a lo lejos, se veía salir, de entre lo que seguramente serian arboles ya que por la escasa visibilidad no se veían bien, unas columnas de luz - Esa columna es sospechosa. Ese encapuchado puede estar detrás -
La cosa se estaba volviendo interesante pues se encontraban ante un posible enemigo pues alguien que usaba a trasgos como criados no debía de tener buenas intenciones y esa luz delataba su posición por lo que no costaba nada investigar. En cualquier caso, localizarlo ayudaria tambien a su compañera pues encontrarían algas.
- Vayamos a ver que ocurre - sugirió Ryomaru antes de comenzar a caminar, con cuidado, hacia donde habían visto la luz
Logan Allen
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Re: Hallazgo a las orillas [Interpretativo][Libre][1/2][CERRADO]
Una vez hecha la presentación el joven sonrió levemente, transmitiendo cierta confianza a la de ojos verdes, que supuso de inmediato que tal simpático gesto se debía a que compartiesen lugar de procedencia y raza. Sin embargo no se habían visto antes, o al menos ella no lo recordaba, cosa normal ya que había dedicado toda su vida al estudio y la preparación de un viaje, a lo que se sumaba el hecho de que no solía tratar con gente por gusto, lo que limitaba considerablemente el número de conocidos que la maga tenía en Beltrexus.
- Dejé las islas hace unos años pero quizá nos hayamos cruzado en algún lugar, aunque ahora mismo no lo recuerde. - respondió del mismo modo que antes, manteniendo el tomo amable. Ryomaru pronto le reveló una pista sobre dónde podría encontrar las algas que buscaba, pero como casi todo en la vida, no iba a ser tan sencillo como se había imaginado. - Trasgos… ¿Por qué tenían que ser trasgos? - dijo la hechicera, soltando un suspiro de resignación.
Aún recordaba perfectamente los problemas que aquellas criaturas le habían dado en las tierras del oeste, al atraparla y llevarla a su guarida junto con su hermano y los demás, para convertir a las mujeres en esclavas y echar a los hombres a pelear en la arena, como espectáculo. Mucho les había costado salir de aquel lugar y la verdad es que no le hacía ninguna gracia volver a ver un trasgo tan pronto, pero estaban entre ella y su objetivo, tendría que hacerlo.
- ¿Un encapuchado? ¿Pudiste ver al menos su complexión? - preguntó al poco, para intentar hacerse una idea de qué podría ser. La primera idea que le rondó la mente fue que se tratase de un mago, que al igual que ella buscaba las algas para utilizarlas en algún tipo de poción, y que se las hubiese arreglado para someter a los trasgos, convirtiéndolos en sus sirvientes. No era una opción descabellada, un buen brujo podría asustar fácilmente a esas criaturas usando su magia, con lo que no se resistirían a sus peticiones, pero quizá fuese alguien totalmente diferente a lo que se estaba imaginando.
Un repentino estallido llamó su atención, desvió la vista en la dirección por la que había llegado el sonido y enseguida se fijó en las columnas de luz que surgían de entre los árboles. ¿Quién se expondría de ese modo? Solo alguien poderoso mostraría sin miedo su posición en un lugar como aquel, quedando expuesto ante las criaturas de la zona y los posibles bandidos o viajeros que pasaran por allí, no era una buena señal.
El joven de inmediato sugirió que se acercasen a investigar, idea que ella compartía, pero no conocía bien al mago ni sus posibles habilidades en combate, con lo que se veía en la obligación de prevenirlo acerca del riesgo que podría entrañar. - Los trasgos no son muy amigables que digamos, ya he tenido algún incidente con esas criaturas y pueden llegar a ser bastante peligrosas. - musitó, adoptando un tono más bajo para hablar desde ese momento en adelante, evitando así que pudiesen descubrirlos.
Avanzó junto a Ryomaru, sujetando las riendas de Sombra con una mano y haciendo todo lo posible por mantenerlo tranquilo, para que no les delatase con algún ruido. Así no tardaron mucho en acercarse a la zona en que habían visto la luz, dejó el caballo un poco más atrás y se agazapó entre los arbustos para ver lo que tramaba aquel encapuchado desde un lugar medianamente seguro.
Tal como le había contado el mago, los trasgos cargaban con ingentes cantidades del alga que buscaba, para luego depositarla sobre el tronco de un árbol caído, junto al cual se encontraba el posible hechicero. ¿Para qué las quería? Esa era la gran pregunta, cuya respuesta seguramente descubrirían pronto. No era normal que un alquimista se hiciera con lacayos de aquel tipo para recoger ingredientes, así que debía haber algo más, algo malo.
Off: Editado el detalle del odre en el post anterior, gracias por avisar jaja
- Dejé las islas hace unos años pero quizá nos hayamos cruzado en algún lugar, aunque ahora mismo no lo recuerde. - respondió del mismo modo que antes, manteniendo el tomo amable. Ryomaru pronto le reveló una pista sobre dónde podría encontrar las algas que buscaba, pero como casi todo en la vida, no iba a ser tan sencillo como se había imaginado. - Trasgos… ¿Por qué tenían que ser trasgos? - dijo la hechicera, soltando un suspiro de resignación.
Aún recordaba perfectamente los problemas que aquellas criaturas le habían dado en las tierras del oeste, al atraparla y llevarla a su guarida junto con su hermano y los demás, para convertir a las mujeres en esclavas y echar a los hombres a pelear en la arena, como espectáculo. Mucho les había costado salir de aquel lugar y la verdad es que no le hacía ninguna gracia volver a ver un trasgo tan pronto, pero estaban entre ella y su objetivo, tendría que hacerlo.
- ¿Un encapuchado? ¿Pudiste ver al menos su complexión? - preguntó al poco, para intentar hacerse una idea de qué podría ser. La primera idea que le rondó la mente fue que se tratase de un mago, que al igual que ella buscaba las algas para utilizarlas en algún tipo de poción, y que se las hubiese arreglado para someter a los trasgos, convirtiéndolos en sus sirvientes. No era una opción descabellada, un buen brujo podría asustar fácilmente a esas criaturas usando su magia, con lo que no se resistirían a sus peticiones, pero quizá fuese alguien totalmente diferente a lo que se estaba imaginando.
Un repentino estallido llamó su atención, desvió la vista en la dirección por la que había llegado el sonido y enseguida se fijó en las columnas de luz que surgían de entre los árboles. ¿Quién se expondría de ese modo? Solo alguien poderoso mostraría sin miedo su posición en un lugar como aquel, quedando expuesto ante las criaturas de la zona y los posibles bandidos o viajeros que pasaran por allí, no era una buena señal.
El joven de inmediato sugirió que se acercasen a investigar, idea que ella compartía, pero no conocía bien al mago ni sus posibles habilidades en combate, con lo que se veía en la obligación de prevenirlo acerca del riesgo que podría entrañar. - Los trasgos no son muy amigables que digamos, ya he tenido algún incidente con esas criaturas y pueden llegar a ser bastante peligrosas. - musitó, adoptando un tono más bajo para hablar desde ese momento en adelante, evitando así que pudiesen descubrirlos.
Avanzó junto a Ryomaru, sujetando las riendas de Sombra con una mano y haciendo todo lo posible por mantenerlo tranquilo, para que no les delatase con algún ruido. Así no tardaron mucho en acercarse a la zona en que habían visto la luz, dejó el caballo un poco más atrás y se agazapó entre los arbustos para ver lo que tramaba aquel encapuchado desde un lugar medianamente seguro.
Tal como le había contado el mago, los trasgos cargaban con ingentes cantidades del alga que buscaba, para luego depositarla sobre el tronco de un árbol caído, junto al cual se encontraba el posible hechicero. ¿Para qué las quería? Esa era la gran pregunta, cuya respuesta seguramente descubrirían pronto. No era normal que un alquimista se hiciera con lacayos de aquel tipo para recoger ingredientes, así que debía haber algo más, algo malo.
Off: Editado el detalle del odre en el post anterior, gracias por avisar jaja
Elen Calhoun
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Re: Hallazgo a las orillas [Interpretativo][Libre][1/2][CERRADO]
Hasta el momento, Ryomaru no había tenido mucho contacto con los trasgos pero si lo suficiente como para saber que no eran criaturas precisamente amigables. Eran muy peligrosas y, cuando su compañera le hablo sobre ellos, Ryomaru no pudo evitar asentir algo atemorizado. Su temor no venia ya por los trasgos en si sino porque algo le decía que estaba a punto de reencontrarse con alguien que habia conocido hace unos dias y que había que eliminar cuanto antes.
- Parece que nos vamos acercando - decía el brujo en voz baja - Temo quien se oculte debajo de esa capucha, Elen. Hace unos dias, en Beltrexus, descubri a un brujo oscuro que había reclutado por la fuerza a unos pobres magos obligandoles a robar cosas valiosas. Su objetivo: enriquecerse. El hecho de que pudiera atemorizar a veinte magos te hara sospechar lo peligroso que puede ser - Ryomaru tuvo que dejar de hablar porque el ruido de los trasgos fue la señal que necesitaba para ver que era el momento de tener especial cuidado
Escondido, el joven empezó a observar todo lo que ocurria y vio como los trasgos depositaban las algas junto al encapuchado que se encontraba al otro lado de un arbol caido. El brujo vio que asomaba lo que parecía una especie de caldero que se encontraba justo delante del encapuchado.
- Echar mas algas al caldero, hay que seguir encantando estas armas - El encapuchado mandaba a los trasgos sin miedo mientras bordeaba el caldero sujetando una gran espada de doble filo con incrustaciones doradas. Parecía ser una espada muy buena
La voz del encapuchado le sonaba muy bien a Ryomaru por lo que el miedo se empezaba a apoderar de el. Un miedo que se vio justificado cuando pudo verle la cara al terminar de colocarse detrás del caldero. El brujo coloco la espada sobre el caldero mientras que con la otra mano hacia unos extraños movimientos de dedos apuntando al interior de la poción y una nueva columna de luz salió. Al desaparecer la luz, se pudo ver que el arma brillaba intensamente, un brillo que poco a poco se fue debilitando hasta desaparecer. Al terminar, la deposito junto al otro extremo del arbol caido donde Ryomaru y Elen podían imaginar que había mas armas encantadas.
- Elen, esta encantando armas. Esto no me gusta nada. Primero se hace de oro y ahora le vemos con armas buenas y usando algas para encantarlas - le decía Ryomaru a Elen en voz baja
- Mi señor, ¿No deberiamos de esperar a que oscureciera? Podriamos llamar la atención - sugirio un trasgo que se acerco al brujo oscuro para tratar de disuadirlo de que esperaran a que la oscuridad de la noche les ayudara a ocultarse mejor pues aun podría haber visitantes por el bosque
El encapuchado lanzo una mirada de odio al trasgo y, extirando su brazo, lanzo una bola de fuego negro por la mano alcanzando al trasgo y consumirlo en apenas unos segundos.
- ¿Alguien mas cree que conmigo hace falta preocuparse por que nos puedan ver? - pregunto el brujo y espero unos segundos para ver que nadie decia nada - Excelente, continuad, quedan muy pocas armas - El encapuchado chasqueo los dedos a un grupo de cinco trasgos y espero a que se se aproximaran - Coged esas armas y llevarlas, ya sabeis a donde ir -
Los trasgos cogieron las armas y empezaron a caminar en dirección opuesta a donde se encontraban los dos brujos mientras que el malvado miraba hacia el frente, casi hacia donde estaban ellos escondidos.
- Se hace llamar Xenzor. Debemos de tener cuidado con el. Propongo irnos y tratar de conseguir algas quitandoselas a algun trasgo que pillemos por el camino. Son ruidosos asique muy díficil no sera ver alguno -
OFF: He aprovechado un npc malvado que he ideado e introducido en otro tema libre para poner interesante este jeje. Espero que no tengas ningun inconveniente. Si tenias alguna otra idea de como conseguir las algas, adelante porque, como ves, podemos dar media vuelta y tratar de conseguir las algas de otra forma jeje
- Parece que nos vamos acercando - decía el brujo en voz baja - Temo quien se oculte debajo de esa capucha, Elen. Hace unos dias, en Beltrexus, descubri a un brujo oscuro que había reclutado por la fuerza a unos pobres magos obligandoles a robar cosas valiosas. Su objetivo: enriquecerse. El hecho de que pudiera atemorizar a veinte magos te hara sospechar lo peligroso que puede ser - Ryomaru tuvo que dejar de hablar porque el ruido de los trasgos fue la señal que necesitaba para ver que era el momento de tener especial cuidado
Escondido, el joven empezó a observar todo lo que ocurria y vio como los trasgos depositaban las algas junto al encapuchado que se encontraba al otro lado de un arbol caido. El brujo vio que asomaba lo que parecía una especie de caldero que se encontraba justo delante del encapuchado.
- Echar mas algas al caldero, hay que seguir encantando estas armas - El encapuchado mandaba a los trasgos sin miedo mientras bordeaba el caldero sujetando una gran espada de doble filo con incrustaciones doradas. Parecía ser una espada muy buena
La voz del encapuchado le sonaba muy bien a Ryomaru por lo que el miedo se empezaba a apoderar de el. Un miedo que se vio justificado cuando pudo verle la cara al terminar de colocarse detrás del caldero. El brujo coloco la espada sobre el caldero mientras que con la otra mano hacia unos extraños movimientos de dedos apuntando al interior de la poción y una nueva columna de luz salió. Al desaparecer la luz, se pudo ver que el arma brillaba intensamente, un brillo que poco a poco se fue debilitando hasta desaparecer. Al terminar, la deposito junto al otro extremo del arbol caido donde Ryomaru y Elen podían imaginar que había mas armas encantadas.
- Elen, esta encantando armas. Esto no me gusta nada. Primero se hace de oro y ahora le vemos con armas buenas y usando algas para encantarlas - le decía Ryomaru a Elen en voz baja
- Mi señor, ¿No deberiamos de esperar a que oscureciera? Podriamos llamar la atención - sugirio un trasgo que se acerco al brujo oscuro para tratar de disuadirlo de que esperaran a que la oscuridad de la noche les ayudara a ocultarse mejor pues aun podría haber visitantes por el bosque
El encapuchado lanzo una mirada de odio al trasgo y, extirando su brazo, lanzo una bola de fuego negro por la mano alcanzando al trasgo y consumirlo en apenas unos segundos.
- ¿Alguien mas cree que conmigo hace falta preocuparse por que nos puedan ver? - pregunto el brujo y espero unos segundos para ver que nadie decia nada - Excelente, continuad, quedan muy pocas armas - El encapuchado chasqueo los dedos a un grupo de cinco trasgos y espero a que se se aproximaran - Coged esas armas y llevarlas, ya sabeis a donde ir -
Los trasgos cogieron las armas y empezaron a caminar en dirección opuesta a donde se encontraban los dos brujos mientras que el malvado miraba hacia el frente, casi hacia donde estaban ellos escondidos.
- Se hace llamar Xenzor. Debemos de tener cuidado con el. Propongo irnos y tratar de conseguir algas quitandoselas a algun trasgo que pillemos por el camino. Son ruidosos asique muy díficil no sera ver alguno -
OFF: He aprovechado un npc malvado que he ideado e introducido en otro tema libre para poner interesante este jeje. Espero que no tengas ningun inconveniente. Si tenias alguna otra idea de como conseguir las algas, adelante porque, como ves, podemos dar media vuelta y tratar de conseguir las algas de otra forma jeje
Logan Allen
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Re: Hallazgo a las orillas [Interpretativo][Libre][1/2][CERRADO]
La hechicera frunció ligeramente el ceño al escuchar las palabras de Ryomaru, que creía conocer ya al hombre que se escondía bajo aquella capucha. Un brujo, tal como se había imaginado, pero no uno cualquiera, sino uno capaz de doblegar la voluntad de otros de su raza para obligarlos a robar objetos valiosos con el fin de enriquecerse. Eso sin duda lo volvía peligroso, y a pesar de lo mucho que ella había avanzado en el desarrollo de sus poderes con el tiempo, la de ojos verdes no podía estar segura de que fuera suficiente para enfrentarse a alguien de ese calibre.
Observó con detenimiento la escena que estaba teniendo lugar a escasos metros de ellos, mientras el encapuchado ordenaba a sus lacayos que arrojasen las algas en el interior de un caldero para encantar con ellas algunas armas. ¿Qué sacaba con hacer aquello? Se preguntó interiormente la maga, ya que según tenía entendido, la única propiedad interesante de aquella particular alga era la de ayudar a cualquier individuo a pasar más tiempo bajo el agua sin respirar.
¿Podía el peligroso brujo haber descubierto otra? ¿O quizá estaba aprovechando la fluorescencia de la planta para combinarla con algún otro elemento? Estas y otras preguntas se agolparon en su mente, pero difícilmente encontraría las respuestas. Siguió observando el proceso que utilizaba para encantar una espada, mientras su joven acompañante le comentaba algo en voz baja.
- Poder… por desgracia muchos de los nuestros solo buscan eso…- respondió en un susurro, solo audible para él. Justo entonces uno de los trasgos cometió el grave error de cuestionar lo que su señor le había mandado, tomándose la libertad de sugerir que esperasen hasta el anochecer y así no llamar tanto la atención, lo que le costó la vida. El brujo no tuvo ningún reparo en carbonizarlo delante del resto, incluso le sirvió para aumentar el miedo que pudiesen tenerle ya, así ninguno más volvería a hacer algo semejante y acatarían las órdenes obedientemente.
Ya quedaban pocas armas por encantar, y un reducido grupo de trasgos empezaban a transportar las terminadas a otro lugar, que el encapuchado no llegó a nombrar, probablemente por prudencia ante algún indeseado observador. Elen siguió con los siguió con la mirada hasta que se perdieron entre los árboles, luego desvió la vista hacia Ryomaru, que volvía a darle algo de información sobre aquel extraño.
Xenzor, así se llamaba, pero el nombre para la de cabellos cenicientos resultaba totalmente desconocido, al igual que el individuo, al cual ya podía ver el rostro. Ryomaru sugirió que tratasen de arrebatar las algas a algún trasgo por el camino, sin duda la opción menos peligrosa dada la situación, pero ella no se sentía bien dejando a un brujo de malas intenciones suelto por ahí, con riquezas y armas como para crear un pequeña tropa de criaturas.
Sin embargo debía ser consciente del riesgo que entrañaría enfrentarse a Xenzor, con lo que asintió con la cabeza y empezó a retroceder cuidadosamente, para no hacer ruido ni ser descubierta. De ese modo no pudo ver como el brujo bajaba la vista hacia algún punto detrás del árbol caído y esbozaba una leve sonrisa, antes de empezar a hablar con lo que fuera que estuviese allí. - Querida, ve a echar un vistazo por los alrededores, no quisiera que nadie me interrumpiera estando tan cerca de terminar. - en respuesta a sus palabras solo se escuchó un sonido, una risa femenina.
Elen se acercó a Sombra y decidió alejarlo un poco más de la zona, el caballo era grande y podía llamar la atención de los trasgos que pasaban por allí, delatando la presencia de intrusos. Una vez segura de haber puesto a su montura lejos del peligro, buscó con la mirada a Ryomaru para que entre ambos ideasen alguna estrategia a seguir. - No será fácil robarles las algas sin que armen un alboroto, quizá si encontramos a uno apartado del resto y lo reducimos podamos hacerlo. - comenzó a decir, teniendo claro que usaría su poder eléctrico para aturdir y dejar inconsciente al trasgo elegido en cuanto tuviese ocasión.
Quizá no se dieran cuenta de que faltaba uno, Xenzor ya había reducido a cenizas a otro y probablemente no fuese el primero del que se libraba, así que tenían una oportunidad. - Ese brujo, no me agrada la idea de dejarlo suelto por ahí, pero no estoy segura de que pueda enfrentarme a él y ganar, además de que aún no conocemos todo su plan. - añadió al poco, luego guardó silencio y esperó a que su compañero se pronunciase al respecto, antes de actuar.
Off: Me parece bien que le hayas introducido en el hilo, dará un toque interesante y algo de emoción. La criatura con la que pongo que habla se mostrará en mi siguiente turno, también nos dará algún problema que otro.
Observó con detenimiento la escena que estaba teniendo lugar a escasos metros de ellos, mientras el encapuchado ordenaba a sus lacayos que arrojasen las algas en el interior de un caldero para encantar con ellas algunas armas. ¿Qué sacaba con hacer aquello? Se preguntó interiormente la maga, ya que según tenía entendido, la única propiedad interesante de aquella particular alga era la de ayudar a cualquier individuo a pasar más tiempo bajo el agua sin respirar.
¿Podía el peligroso brujo haber descubierto otra? ¿O quizá estaba aprovechando la fluorescencia de la planta para combinarla con algún otro elemento? Estas y otras preguntas se agolparon en su mente, pero difícilmente encontraría las respuestas. Siguió observando el proceso que utilizaba para encantar una espada, mientras su joven acompañante le comentaba algo en voz baja.
- Poder… por desgracia muchos de los nuestros solo buscan eso…- respondió en un susurro, solo audible para él. Justo entonces uno de los trasgos cometió el grave error de cuestionar lo que su señor le había mandado, tomándose la libertad de sugerir que esperasen hasta el anochecer y así no llamar tanto la atención, lo que le costó la vida. El brujo no tuvo ningún reparo en carbonizarlo delante del resto, incluso le sirvió para aumentar el miedo que pudiesen tenerle ya, así ninguno más volvería a hacer algo semejante y acatarían las órdenes obedientemente.
Ya quedaban pocas armas por encantar, y un reducido grupo de trasgos empezaban a transportar las terminadas a otro lugar, que el encapuchado no llegó a nombrar, probablemente por prudencia ante algún indeseado observador. Elen siguió con los siguió con la mirada hasta que se perdieron entre los árboles, luego desvió la vista hacia Ryomaru, que volvía a darle algo de información sobre aquel extraño.
Xenzor, así se llamaba, pero el nombre para la de cabellos cenicientos resultaba totalmente desconocido, al igual que el individuo, al cual ya podía ver el rostro. Ryomaru sugirió que tratasen de arrebatar las algas a algún trasgo por el camino, sin duda la opción menos peligrosa dada la situación, pero ella no se sentía bien dejando a un brujo de malas intenciones suelto por ahí, con riquezas y armas como para crear un pequeña tropa de criaturas.
Sin embargo debía ser consciente del riesgo que entrañaría enfrentarse a Xenzor, con lo que asintió con la cabeza y empezó a retroceder cuidadosamente, para no hacer ruido ni ser descubierta. De ese modo no pudo ver como el brujo bajaba la vista hacia algún punto detrás del árbol caído y esbozaba una leve sonrisa, antes de empezar a hablar con lo que fuera que estuviese allí. - Querida, ve a echar un vistazo por los alrededores, no quisiera que nadie me interrumpiera estando tan cerca de terminar. - en respuesta a sus palabras solo se escuchó un sonido, una risa femenina.
Elen se acercó a Sombra y decidió alejarlo un poco más de la zona, el caballo era grande y podía llamar la atención de los trasgos que pasaban por allí, delatando la presencia de intrusos. Una vez segura de haber puesto a su montura lejos del peligro, buscó con la mirada a Ryomaru para que entre ambos ideasen alguna estrategia a seguir. - No será fácil robarles las algas sin que armen un alboroto, quizá si encontramos a uno apartado del resto y lo reducimos podamos hacerlo. - comenzó a decir, teniendo claro que usaría su poder eléctrico para aturdir y dejar inconsciente al trasgo elegido en cuanto tuviese ocasión.
Quizá no se dieran cuenta de que faltaba uno, Xenzor ya había reducido a cenizas a otro y probablemente no fuese el primero del que se libraba, así que tenían una oportunidad. - Ese brujo, no me agrada la idea de dejarlo suelto por ahí, pero no estoy segura de que pueda enfrentarme a él y ganar, además de que aún no conocemos todo su plan. - añadió al poco, luego guardó silencio y esperó a que su compañero se pronunciase al respecto, antes de actuar.
Off: Me parece bien que le hayas introducido en el hilo, dará un toque interesante y algo de emoción. La criatura con la que pongo que habla se mostrará en mi siguiente turno, también nos dará algún problema que otro.
Elen Calhoun
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Re: Hallazgo a las orillas [Interpretativo][Libre][1/2][CERRADO]
Mientras Elen se encargaba de ocultar mejor el caballo, Ryomaru siguió observando al brujo quien no tardo en dirigirse a alguien que debía de estar oculto y parecía ser una femina por las palabras que usaba. No sabía si sabía que estaban ahi pero parecia que algo sospechaba y no era de extrañar, si era un brujo poderoso, tal vez podría detectar cuando otro estuviera cerca.
Ryomaru iba a apartarse pero entonces escucho como se acercaban los pasos de lo que parecía ser un caballo, ladeo su rostro y vio que por la izquierda de esa zona abarrotada de trasgos llegaba un guerrero joven con pantalones negros de cuero y una armadura plateada compuesta de grebas, brazaletes y un peto plateado dejando los brazos desnudos.
- Oh, mi fiel guerrero. Bienvenido, Alex - le dijo el brujo mientras terminaba de encantar otra espada y se acercaba al joven que bajaba del caballo y se acercaba - ¿Como te sientes con tu nueva armadura? -
- Excelente, tenia razón señor. Con ella, soy capaz de aguantar el calor de las llamas y la respiración bajo el agua, y su resistencia es feroz. No sere derrotado por los brujos con fácilidad -
- Bien. Con mis armaduras mágicas, mi ejercito no tendra tanta desventaja contra mis "semejantes" - susurro Xenzor con ironia - Estoy terminando de encantar estas armas, toma una y pruebala - Xenzor le dio una espada de doble filo - Con ella podras bloquear magias elementales -
-Muchas gracias - El joven guerrero observo como los trasgos trabajaban - Maestro, ¿Porque ha decidido hacer esto aqui, en este lugar a pesar de sus increibles poderes? -
- Agradezco su alabanza, joven guerrero pero esto tiene su razón. En este pantano existen muchas criaturas poderosas y entra dentro de mis planes reclutar a algunas de ellas - El brujo se acerco al caldero y empezó a conjurar sobre el hasta que hizo que la columna de luz volviera a emerger pero, en esta ocasión, la columna no desaparecía - Hay suficientes ingredientes como para que la columna aguante unos minutos. Trasgos, acabad de encantar las armas. Joven Alex, asegurate de que trabajan y cuando terminen de encantar esas ultimas traedlas a nuestra improvisada guardia. Debo de ir a seguir reclutando -
- A sus ordenes, maestro -
El brujo empezó a desplazarse hacia donde se habían ido los trasgos anteriores subiendose en un caballo negro que había no muy lejos del caldero y empezando a cabalgar con soltura como si la escasa visibilidad del pantano no le preocupase.
- Esto nos pone las cosas más fáciles por ahora aunque no parece que derrotar a ese tal Alex vaya a ser fácil. Mas que esto, me preocupa eso del ejército, habría que detenerlo cuanto antes pero tiene que ser muy poderoso sin duda -
El brujo estuvo tan distraido observando la conversación que no se daba cuena de que unos tres trasgos llegaban por su espalda para pillarles desprevenido y atraparlos.
OFF: Bien bien jeje. Mi idea con lo del brujo es ir haciendo preparativos aprovechando algunos temas en la medida de lo posible para terminar en un tema donde tendra lugar todo lo que se va preparando. La trama del tema que habia pensado es en un ataque del brujo a Beltrexus liderando un peligroso ejercito para destruir la aldea con los hechiceros que la habitan. Evidentemente, estaras invitada jeje
Ryomaru iba a apartarse pero entonces escucho como se acercaban los pasos de lo que parecía ser un caballo, ladeo su rostro y vio que por la izquierda de esa zona abarrotada de trasgos llegaba un guerrero joven con pantalones negros de cuero y una armadura plateada compuesta de grebas, brazaletes y un peto plateado dejando los brazos desnudos.
- Oh, mi fiel guerrero. Bienvenido, Alex - le dijo el brujo mientras terminaba de encantar otra espada y se acercaba al joven que bajaba del caballo y se acercaba - ¿Como te sientes con tu nueva armadura? -
- Excelente, tenia razón señor. Con ella, soy capaz de aguantar el calor de las llamas y la respiración bajo el agua, y su resistencia es feroz. No sere derrotado por los brujos con fácilidad -
- Bien. Con mis armaduras mágicas, mi ejercito no tendra tanta desventaja contra mis "semejantes" - susurro Xenzor con ironia - Estoy terminando de encantar estas armas, toma una y pruebala - Xenzor le dio una espada de doble filo - Con ella podras bloquear magias elementales -
-Muchas gracias - El joven guerrero observo como los trasgos trabajaban - Maestro, ¿Porque ha decidido hacer esto aqui, en este lugar a pesar de sus increibles poderes? -
- Agradezco su alabanza, joven guerrero pero esto tiene su razón. En este pantano existen muchas criaturas poderosas y entra dentro de mis planes reclutar a algunas de ellas - El brujo se acerco al caldero y empezó a conjurar sobre el hasta que hizo que la columna de luz volviera a emerger pero, en esta ocasión, la columna no desaparecía - Hay suficientes ingredientes como para que la columna aguante unos minutos. Trasgos, acabad de encantar las armas. Joven Alex, asegurate de que trabajan y cuando terminen de encantar esas ultimas traedlas a nuestra improvisada guardia. Debo de ir a seguir reclutando -
- A sus ordenes, maestro -
El brujo empezó a desplazarse hacia donde se habían ido los trasgos anteriores subiendose en un caballo negro que había no muy lejos del caldero y empezando a cabalgar con soltura como si la escasa visibilidad del pantano no le preocupase.
- Esto nos pone las cosas más fáciles por ahora aunque no parece que derrotar a ese tal Alex vaya a ser fácil. Mas que esto, me preocupa eso del ejército, habría que detenerlo cuanto antes pero tiene que ser muy poderoso sin duda -
El brujo estuvo tan distraido observando la conversación que no se daba cuena de que unos tres trasgos llegaban por su espalda para pillarles desprevenido y atraparlos.
OFF: Bien bien jeje. Mi idea con lo del brujo es ir haciendo preparativos aprovechando algunos temas en la medida de lo posible para terminar en un tema donde tendra lugar todo lo que se va preparando. La trama del tema que habia pensado es en un ataque del brujo a Beltrexus liderando un peligroso ejercito para destruir la aldea con los hechiceros que la habitan. Evidentemente, estaras invitada jeje
Logan Allen
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Re: Hallazgo a las orillas [Interpretativo][Libre][1/2][CERRADO]
Elen se había perdido la conversación del encapuchado con el recién llegado, así que se extrañó bastante al volver a centrar su atención en la escena y percatarse de que Xenzor se había ido, dejando al mando a un caballero de brillante armadura plateada. Por suerte Ryomaru si había estado atento al intercambio de palabras de aquellos dos, con lo que pudo decirle el nombre del que ahora se interponía entre ella y las últimas algas que quedaban por ser arrojadas al caldero.
- Quizá pueda aturdirlo desde aquí, pero los trasgos se descontrolaran enseguida y todo se volverá caótico. - dijo sin elevar mucho la voz, antes de que otra idea le pasara por la mente. Ninguno de los dos sabía cómo se las había arreglado Xenzor para que aquellas criaturas le sirviesen, pero solo había dos opciones posibles. O bien les había prometido algo a cambio de sus servicios, en cuyo caso no tendrían más remedio que encargarse de ellos, o quizá los forzaba a trabajar sin descanso para él valiéndose del miedo que les infundía, si era así quizá les pudiesen ofrecer una alternativa.
La pregunta era, ¿estarían dispuestos los trasgos a dejar las armas y huir si ellos se encargaban del caballero? Les estarían ofreciendo algo valioso, recuperar su libertad, pero quizá no estuviesen conformes con eso y los atacasen de todos modos, un riesgo que probablemente tendrían que correr. Por otra parte, si el temor era más fuerte que el deseo de volver a sus guaridas, los dos magos tendrían que buscar la manera de darles más miedo que el que pudiese infundirles Xenzor.
Sin duda no iba a ser fácil, pero no podían quedarse de brazos cruzados mientras aquel hechicero preparaba a las bestias para sus malignos planes. Elen comenzó a trazar un plan mentalmente, pero pronto el crujir de unas ramas la puso en alerta, haciendo que se girase de inmediato para ver quién o qué había causado el ruido. Como era de esperar, algunos de los trasgos habían terminado fijándose en ellos y ahora intentaban asaltarlos por la espalda, pero habían cometido un gran error al no tener más cuidado mientras avanzaban.
La de ojos verdes se levantó con rapidez, al tiempo que concentraba su eléctrico elemento en una de las manos, avanzó hacia los trasgos y descargó sobre ellos un rayo bífido, que impactó en el más cercano para luego dividirse en dos y alcanzar a los otros. Los tres quedaron aturdidos momentáneamente, así que debía darse prisa y aplicar la descarga de forma directa en su piel para dejarlos fuera de combate antes de que pudiesen alertar al resto.
Mientras ella intentase completar el ataque otra criatura se deslizaría entre los árboles, la risa femenina que antes había escuchado su compañero volvería a repetirse, pero mucho más cerca de ellos. La dueña de aquella melodiosa y atrayente voz se mostraría a unos metros de Ryomaru, asomando el rostro y su torso desnudo, pero manteniendo el resto de su cuerpo oculto tras el tronco de un grueso árbol.
La [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] de vivos cabellos rojos, coronados con una guirnalda de flores y hojas, sonreiría ampliamente al joven y trataría de atraerlo hacia sí, invitándolo a acercarse con un gesto de la mano. No apartaría sus profundos ojos verdes del mago hasta que lo hubiese seducido, tal como hacía con los desafortunados viajeros que se cruzaban en su camino, a los que poco después atacaba violentamente hasta matarlos.
Off: Aquí llega nuestra amiga, una [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]. Pinchar en lo subrayado del post para ver imagen de la joven y en lo de aquí para la descripción de la criatura en el bestiario.
- Quizá pueda aturdirlo desde aquí, pero los trasgos se descontrolaran enseguida y todo se volverá caótico. - dijo sin elevar mucho la voz, antes de que otra idea le pasara por la mente. Ninguno de los dos sabía cómo se las había arreglado Xenzor para que aquellas criaturas le sirviesen, pero solo había dos opciones posibles. O bien les había prometido algo a cambio de sus servicios, en cuyo caso no tendrían más remedio que encargarse de ellos, o quizá los forzaba a trabajar sin descanso para él valiéndose del miedo que les infundía, si era así quizá les pudiesen ofrecer una alternativa.
La pregunta era, ¿estarían dispuestos los trasgos a dejar las armas y huir si ellos se encargaban del caballero? Les estarían ofreciendo algo valioso, recuperar su libertad, pero quizá no estuviesen conformes con eso y los atacasen de todos modos, un riesgo que probablemente tendrían que correr. Por otra parte, si el temor era más fuerte que el deseo de volver a sus guaridas, los dos magos tendrían que buscar la manera de darles más miedo que el que pudiese infundirles Xenzor.
Sin duda no iba a ser fácil, pero no podían quedarse de brazos cruzados mientras aquel hechicero preparaba a las bestias para sus malignos planes. Elen comenzó a trazar un plan mentalmente, pero pronto el crujir de unas ramas la puso en alerta, haciendo que se girase de inmediato para ver quién o qué había causado el ruido. Como era de esperar, algunos de los trasgos habían terminado fijándose en ellos y ahora intentaban asaltarlos por la espalda, pero habían cometido un gran error al no tener más cuidado mientras avanzaban.
La de ojos verdes se levantó con rapidez, al tiempo que concentraba su eléctrico elemento en una de las manos, avanzó hacia los trasgos y descargó sobre ellos un rayo bífido, que impactó en el más cercano para luego dividirse en dos y alcanzar a los otros. Los tres quedaron aturdidos momentáneamente, así que debía darse prisa y aplicar la descarga de forma directa en su piel para dejarlos fuera de combate antes de que pudiesen alertar al resto.
Mientras ella intentase completar el ataque otra criatura se deslizaría entre los árboles, la risa femenina que antes había escuchado su compañero volvería a repetirse, pero mucho más cerca de ellos. La dueña de aquella melodiosa y atrayente voz se mostraría a unos metros de Ryomaru, asomando el rostro y su torso desnudo, pero manteniendo el resto de su cuerpo oculto tras el tronco de un grueso árbol.
La [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] de vivos cabellos rojos, coronados con una guirnalda de flores y hojas, sonreiría ampliamente al joven y trataría de atraerlo hacia sí, invitándolo a acercarse con un gesto de la mano. No apartaría sus profundos ojos verdes del mago hasta que lo hubiese seducido, tal como hacía con los desafortunados viajeros que se cruzaban en su camino, a los que poco después atacaba violentamente hasta matarlos.
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Elen Calhoun
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Re: Hallazgo a las orillas [Interpretativo][Libre][1/2][CERRADO]
Ryomaru escucho ruidos detrás de el y al girar la cabeza vio como su compañera terminaba de dejar fuera de combate a varios trasgos que les habían descubierto por lo que retrocedió un poco para incorporarse sin miedo a ser visto y, al hacerlo, pudo ver a una femina asomada por detrás de un arbol que trataba de seducirlo para atraerlo.
- ¿Que ha sido eso? - pregunto el guerrero al escuchar los sonidos de los hechizos de la maga - ¡Vosotros tres! Id a ver -
Era indiscutible la belleza de aquella femina y el brujo no era de piedra precisamente. A pesar de la preocupación y tensión del momento, el joven no pudo evitar que ella lograra seducirlo algo al hacer que se fijara en su físico. Algo que delataba que estaba empezando a caer en sus encantos a pesar de tratar de resistirse era el hecho de que algo se ponía firme debajo de los pantalones de Ryomaru, algo alargado y duro.
El brujo empezo a caminar hacia ella pero empezó a recordar a Xenzor hablando con una fémina y empezo a darse cuenta de que seguramente sería ella pero a Ryomaru le interesaba mantener el engaño por lo que siguo caminando aprovechando su empalme para que ella creyera que seguía funcionando. Mientras se acercaba, el joven empezaba a enfriarse por dentro y, haciendo creer a ella que era por enamoramiento, concentró saliva en su boca .
Cuando estaba pegado a ella y cuando parecía que iba a besarla en el cuello, lanzó una especie de escupitajo al cuello de la dama lanzando unas puntas de hielo con las que buscaba acribillarla el cuello.
- Chupa eso - susurro Ryomaru con una malevola sonrisa esperando que ella sufriera su ataque aunque, al acercarse, pudo contemplar mejor su cuerpo y eso no ayudaba a que se relajara y su miembro viril se mantenía igual de firme o incluso más pues parecía que el pantalón le iba a reventar
- ¿Que ha sido eso? - pregunto el guerrero al escuchar los sonidos de los hechizos de la maga - ¡Vosotros tres! Id a ver -
Era indiscutible la belleza de aquella femina y el brujo no era de piedra precisamente. A pesar de la preocupación y tensión del momento, el joven no pudo evitar que ella lograra seducirlo algo al hacer que se fijara en su físico. Algo que delataba que estaba empezando a caer en sus encantos a pesar de tratar de resistirse era el hecho de que algo se ponía firme debajo de los pantalones de Ryomaru, algo alargado y duro.
El brujo empezo a caminar hacia ella pero empezó a recordar a Xenzor hablando con una fémina y empezo a darse cuenta de que seguramente sería ella pero a Ryomaru le interesaba mantener el engaño por lo que siguo caminando aprovechando su empalme para que ella creyera que seguía funcionando. Mientras se acercaba, el joven empezaba a enfriarse por dentro y, haciendo creer a ella que era por enamoramiento, concentró saliva en su boca .
Cuando estaba pegado a ella y cuando parecía que iba a besarla en el cuello, lanzó una especie de escupitajo al cuello de la dama lanzando unas puntas de hielo con las que buscaba acribillarla el cuello.
- Chupa eso - susurro Ryomaru con una malevola sonrisa esperando que ella sufriera su ataque aunque, al acercarse, pudo contemplar mejor su cuerpo y eso no ayudaba a que se relajara y su miembro viril se mantenía igual de firme o incluso más pues parecía que el pantalón le iba a reventar
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Re: Hallazgo a las orillas [Interpretativo][Libre][1/2][CERRADO]
La bruja se dio tanta prisa como pudo, pero los quejidos de los trasgos al recibir las descargas terminaron alertando al caballero, que decidió enviar a algunos más para que investigasen lo que estaba pasando. La joven maldijo interiormente al escucharlo, hizo lo posible por ocultar los cuerpos de los inconscientes entre los arbustos y buscó con la mirada a su compañero, que se había apartado del lugar y ahora se encontraba junto a una extraña pelirroja que no había visto antes.
La lamia se mostraba tranquila y segura de sus habilidades, hasta el momento nunca le habían fallado ¿por qué iban a hacerlo ahora? Mantuvo la sonrisa y esperó a que el mago se acercase lo suficiente, pero pronto descubriría que sus encantos no habían surtido el efecto deseado sobre él. Profirió un chillido, más propio de una bestia que de una persona, al notar las frías puntas de hielo clavándose en su cuello, lo que la hizo enfurecer.
Mostró los afilados dientes al culpable y la expresión de su rostro se tornó fiera mientras se apartaba del árbol, dejando al descubierto la otra mitad de su cuerpo, una larga y poderosa cola de serpiente. Lanzó un manotazo en su dirección, pero por suerte para el mago no logró alcanzarlo, cosa que no hizo sino enfadarla más. Gruñó y golpeó el suelo con la cola, antes de levantarla y lanzarla contra él, en un intento de acertarle en el vientre y lanzarlo contra un tronco cercano.
- Pero ¿qué demonios es eso? - se preguntó la de cabellos grises al ver a la criatura, a la que descartó de inmediato de la raza mujer bestia por el hecho de que no hablase, solo se limitaba a chillar y gruñir como un animal, así que debía serlo. Sin embargo no tuvo mucho tiempo para seguir observando a la dama serpiente, los trasgos volvían a acercarse y tendría que hacerse cargo de ellos, lo que sin duda alertaría nuevamente al caballero, que no tardaría en acercarse para comprobar por sí mismo qué estaba pasando.
Desenfundó la daga e hizo uso de su telequinesis para manejarla, consiguiendo acertar al primero en la garganta antes de que pudiese hacer cualquier sonido, lo que alteró a los otros dos que venían detrás. Los trasgos blandieron con fuerza sus armas y avanzaron rápidamente hacia ella, pero la bruja recuperó su arma justo a tiempo para repetir la acción al menos con uno de ellos, el otro recibió una descarga aturdidora, a la que siguió un contundente golpe de la empuñadura en la sien.
- Veamos si decides seguir mandando a estos incompetentes. - musitó, al tiempo que se giraba y observaba al caballero a través de los arbustos, pero pronto desvió la mirada hacia el último lugar en que había visto a Ryomaru, por si necesitaba ayuda para librarse de aquella extraña mujer.
Off: La lamia es una criatura ágil y algo complicada de matar para niveles 0 y 1. Si decides pedir ayuda a Elen, tienes permiso para poner que la bruja acude de inmediato y te pone las cosas más fáciles utilizando sus poderes, mientras puedes rolear tu pelea con la criatura.
La lamia se mostraba tranquila y segura de sus habilidades, hasta el momento nunca le habían fallado ¿por qué iban a hacerlo ahora? Mantuvo la sonrisa y esperó a que el mago se acercase lo suficiente, pero pronto descubriría que sus encantos no habían surtido el efecto deseado sobre él. Profirió un chillido, más propio de una bestia que de una persona, al notar las frías puntas de hielo clavándose en su cuello, lo que la hizo enfurecer.
Mostró los afilados dientes al culpable y la expresión de su rostro se tornó fiera mientras se apartaba del árbol, dejando al descubierto la otra mitad de su cuerpo, una larga y poderosa cola de serpiente. Lanzó un manotazo en su dirección, pero por suerte para el mago no logró alcanzarlo, cosa que no hizo sino enfadarla más. Gruñó y golpeó el suelo con la cola, antes de levantarla y lanzarla contra él, en un intento de acertarle en el vientre y lanzarlo contra un tronco cercano.
- Pero ¿qué demonios es eso? - se preguntó la de cabellos grises al ver a la criatura, a la que descartó de inmediato de la raza mujer bestia por el hecho de que no hablase, solo se limitaba a chillar y gruñir como un animal, así que debía serlo. Sin embargo no tuvo mucho tiempo para seguir observando a la dama serpiente, los trasgos volvían a acercarse y tendría que hacerse cargo de ellos, lo que sin duda alertaría nuevamente al caballero, que no tardaría en acercarse para comprobar por sí mismo qué estaba pasando.
Desenfundó la daga e hizo uso de su telequinesis para manejarla, consiguiendo acertar al primero en la garganta antes de que pudiese hacer cualquier sonido, lo que alteró a los otros dos que venían detrás. Los trasgos blandieron con fuerza sus armas y avanzaron rápidamente hacia ella, pero la bruja recuperó su arma justo a tiempo para repetir la acción al menos con uno de ellos, el otro recibió una descarga aturdidora, a la que siguió un contundente golpe de la empuñadura en la sien.
- Veamos si decides seguir mandando a estos incompetentes. - musitó, al tiempo que se giraba y observaba al caballero a través de los arbustos, pero pronto desvió la mirada hacia el último lugar en que había visto a Ryomaru, por si necesitaba ayuda para librarse de aquella extraña mujer.
Off: La lamia es una criatura ágil y algo complicada de matar para niveles 0 y 1. Si decides pedir ayuda a Elen, tienes permiso para poner que la bruja acude de inmediato y te pone las cosas más fáciles utilizando sus poderes, mientras puedes rolear tu pelea con la criatura.
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Re: Hallazgo a las orillas [Interpretativo][Libre][1/2][CERRADO]
A Ryomaru no le había sorprendido que la dama se cabreara pero, en cambio, si se sorprendió al ver que ella no era lo que parecía pues resulto ser una lamia. El no se la había cruzado nunca pero había leido sobre ellas en su biblioteca y, por sus lecturas, sabía que era una criatura peligrosa. Al verla, su encanto desapareció y logro tranquilizarse aunque no fue lo único que paso pues, a pesar del intento de esquivarla, recibió el coletazo en su vientre acabando golpeado contra el tronco.
El joven logro reincorporarse sin haber sufrido daños importantes y, mientras lo hacia, ladeo su rostro para ver como su compañera terminaba con los trasgos que no paraban de acercarse a causa de los ruidos. Era cuestión de tiempo que el tal Alex les viera asi que debían de librarse de la lamia cuanto antes.
Ryomaru enfrio las esferas de su báculo logrando que saliera agua por la parte exterior de las esferas y, apuntando con la de la parte superior del báculo a la lamia, lanzo una lluvia de puntas de hielo. La lamia era lo suficientemente rapida como para esquivarlas pero lo que no sabia era que el joven esperaba que eso pasara y, al hacerlo, las puntas comenzaron a unirse unas con otras formando una fina cuchilla de hielo. Telekineticamente, el joven movió la cuchilla para tratar de decapitar a la mujer serpiente.
Entre que la decapitaba o no, dos trasgos aparecieron por los lados y uno de ellos salto sobre el para tratar de cortarle con un cuchillo pero el joven reacciono a tiempo para golpearle, con la esfera del otro extremo de su báculo, en sus partes logrando que perdiera el conocimiento al instante. Al segundo, tras esquivar la flecha que le lanzo le golpeo con un rápido movimiento de báculo en su cuello que le dejo fuera de combate también. Todo esto sin saber todavía si la lamia había muerto o no.
Entre tanto, sin alzar la voz, el lacayo de Xenzor daba instrucciones silenciosas a los veinte trasgos que habia con el para tender una emboscadas a los evidentes intrusos que se encontraban delante suya, detrás de esos arbustos y arboles.
OFF: Te dejo a ti que decidas si la lamia es decapitada o no jeje. Los brujos son orgullosos, no son de pedir ayuda a la primera jeje
El joven logro reincorporarse sin haber sufrido daños importantes y, mientras lo hacia, ladeo su rostro para ver como su compañera terminaba con los trasgos que no paraban de acercarse a causa de los ruidos. Era cuestión de tiempo que el tal Alex les viera asi que debían de librarse de la lamia cuanto antes.
Ryomaru enfrio las esferas de su báculo logrando que saliera agua por la parte exterior de las esferas y, apuntando con la de la parte superior del báculo a la lamia, lanzo una lluvia de puntas de hielo. La lamia era lo suficientemente rapida como para esquivarlas pero lo que no sabia era que el joven esperaba que eso pasara y, al hacerlo, las puntas comenzaron a unirse unas con otras formando una fina cuchilla de hielo. Telekineticamente, el joven movió la cuchilla para tratar de decapitar a la mujer serpiente.
Entre que la decapitaba o no, dos trasgos aparecieron por los lados y uno de ellos salto sobre el para tratar de cortarle con un cuchillo pero el joven reacciono a tiempo para golpearle, con la esfera del otro extremo de su báculo, en sus partes logrando que perdiera el conocimiento al instante. Al segundo, tras esquivar la flecha que le lanzo le golpeo con un rápido movimiento de báculo en su cuello que le dejo fuera de combate también. Todo esto sin saber todavía si la lamia había muerto o no.
Entre tanto, sin alzar la voz, el lacayo de Xenzor daba instrucciones silenciosas a los veinte trasgos que habia con el para tender una emboscadas a los evidentes intrusos que se encontraban delante suya, detrás de esos arbustos y arboles.
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Logan Allen
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Re: Hallazgo a las orillas [Interpretativo][Libre][1/2][CERRADO]
Elen observó con cierta preocupación como avanzaba la pelea entre su compañero y la serpiente, que había logrado golpear al mago y enviarlo contra un tronco cercano, pero aquello no parecía haberle afectado demasiado. La criatura seguía furiosa, no solo porque el joven hubiese resistido sus encantos, cosa que hería su orgullo, sino también por no haber terminado con él aún, aunque no era como los campesinos y viajeros a los que solía atacar en los bosques.
Ryomaru había jugado bien sus cartas, aprovechando la cercanía para pillarla desprevenida y herirla con su magia, y ahora la lamia estaba demasiado cegada por la ira como para planear fríamente una nueva estrategia de ataque. Solo podía pensar en hacerle daño, así que comenzó a deslizarse con rapidez hacia donde se encontraba, para aprovechar el momento y abalanzarse sobre su objetivo mientras pudiese.
Sin embargo, la lamia no pudo acercarse demasiado, ya que hacia ella volaba una lluvia de puntas de hielo, que la obligó a detenerse de forma repentina y a desplazarse lateralmente, para esquivar los fríos proyectiles. No le costó demasiado hacerlo, así que se permitió esbozar una amplia sonrisa a su víctima, mostrándole los afilados dientes que pronto utilizaría para destrozarlo, cosa que sería su perdición.
Estaba demasiado segura de sí misma y eso la había llevado a confiarse en exceso, creyendo que la lluvia helada era el verdadero ataque del mago, cuando no era más que una distracción. Aun así pudo percatarse de la cuchilla que el joven desplazaba hacia ella, justo a tiempo para realizar un movimiento con el que evadir su trayectoria, pero la de ojos verdes no se lo permitiría.
Elen lanzó una descarga a la serpiente, dejándola aturdida y sin posibilidad de moverse con agilidad durante unos segundos, lo suficiente para que la cuchilla de Ryomaru le rebanase el cuello, separando la cabeza del resto del cuerpo. Ambas partes cayeron al suelo sin apenas hacer ruido, mientras el mago peleaba contra dos trasgos, a los que pronto se unirían muchos más.
Sin duda el caballero se había percatado de la presencia de los intrusos, y no estaba dispuesto a dejarlos salir de allí con vida después de lo que habían visto, nadie podía echar a perder los planes de su señor. Los trasgos se fueron situando hasta rodearlos, intentando no ser vistos para lanzarse sorpresivamente contra los extraños en el momento adecuado, pero la de cabellos cenicientos podía escuchar sus respiraciones claramente, al igual que podría su compañero.
La bruja depositó su daga en el suelo, dejándola por delante de su cuerpo para utilizar la telequinesis con ella en cuanto le fuese necesario. Dejó que la electricidad le envolviese ambos brazos y se concentró para ser capaz de lanzar varios rayos bífidos seguidos, tratando de este modo de alcanzar al mayor número de enemigos posibles antes de echar mano a la espada que llevaba a la espalda. Hizo un gesto a Ryomaru para que estuviese preparado y aguardó en silencio, de un momento a otro se abalanzarían sobre ellos.
Ryomaru había jugado bien sus cartas, aprovechando la cercanía para pillarla desprevenida y herirla con su magia, y ahora la lamia estaba demasiado cegada por la ira como para planear fríamente una nueva estrategia de ataque. Solo podía pensar en hacerle daño, así que comenzó a deslizarse con rapidez hacia donde se encontraba, para aprovechar el momento y abalanzarse sobre su objetivo mientras pudiese.
Sin embargo, la lamia no pudo acercarse demasiado, ya que hacia ella volaba una lluvia de puntas de hielo, que la obligó a detenerse de forma repentina y a desplazarse lateralmente, para esquivar los fríos proyectiles. No le costó demasiado hacerlo, así que se permitió esbozar una amplia sonrisa a su víctima, mostrándole los afilados dientes que pronto utilizaría para destrozarlo, cosa que sería su perdición.
Estaba demasiado segura de sí misma y eso la había llevado a confiarse en exceso, creyendo que la lluvia helada era el verdadero ataque del mago, cuando no era más que una distracción. Aun así pudo percatarse de la cuchilla que el joven desplazaba hacia ella, justo a tiempo para realizar un movimiento con el que evadir su trayectoria, pero la de ojos verdes no se lo permitiría.
Elen lanzó una descarga a la serpiente, dejándola aturdida y sin posibilidad de moverse con agilidad durante unos segundos, lo suficiente para que la cuchilla de Ryomaru le rebanase el cuello, separando la cabeza del resto del cuerpo. Ambas partes cayeron al suelo sin apenas hacer ruido, mientras el mago peleaba contra dos trasgos, a los que pronto se unirían muchos más.
Sin duda el caballero se había percatado de la presencia de los intrusos, y no estaba dispuesto a dejarlos salir de allí con vida después de lo que habían visto, nadie podía echar a perder los planes de su señor. Los trasgos se fueron situando hasta rodearlos, intentando no ser vistos para lanzarse sorpresivamente contra los extraños en el momento adecuado, pero la de cabellos cenicientos podía escuchar sus respiraciones claramente, al igual que podría su compañero.
La bruja depositó su daga en el suelo, dejándola por delante de su cuerpo para utilizar la telequinesis con ella en cuanto le fuese necesario. Dejó que la electricidad le envolviese ambos brazos y se concentró para ser capaz de lanzar varios rayos bífidos seguidos, tratando de este modo de alcanzar al mayor número de enemigos posibles antes de echar mano a la espada que llevaba a la espalda. Hizo un gesto a Ryomaru para que estuviese preparado y aguardó en silencio, de un momento a otro se abalanzarían sobre ellos.
Elen Calhoun
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Re: Hallazgo a las orillas [Interpretativo][Libre][1/2][CERRADO]
Ryomaru sonrió cuando al devolverle la mirada a la mujer-serpiente esta había perdido su cabeza acabando así su insignificante vida que no traía mas que problemas. Lamentablemente la lamia era el menor de los problemas pues el caballero se había percatado ya de su presencia y no era para menos con el ruido que habian montado.
Los trasgos trataban de emboscarlos pero hacian demasiado ruido para ellos y Elen le estaba haciendo señas para que se preparaba pues sospechaba que estaban a punto de lanzarse sobre ellos. Eran un total de diez trasgos los que se preparaban para atacar, cinco rodeando a cada uno de los dos magos. Los otros diez trasgos seguían junto al caballero.
Uno de los trasgos, que iban a atacar a Elen, fue lo suficientemente estupido como para hacer demasiado ruido cuando se asomaba en lo alto de un arbol entre sus ramas. El brujo del hielo vio de reojo la cabeza del trasgo y, sin demora, lanzo una fina flecha de hielo aprovechando el agua que se concentraba alrededor de la esfera aprovechando la que se generaba por el frio de la esfera. La flecha se incrusto en la frente del trasgo y este cayo muerto al suelo.
La muerte del compañero fue la señal que el resto necesito para saltar sobre los dos brujos, algunos desde los arboles y otros desde el suelo.
- ¡Al ataque! - susurro Ryomaru mientras veía como dos trasgos le atacaban saltando desde algunos arboles y los otros tres salían de entre los arbustos
Para eliminar al mas cercano que fue uno de los que llegaban desde los arboles, Ryomaru aprovecho el agua formada por el frio de la esfera inferior de su báculo apuntando al trasgo y lanzando una flecha que le atraveso el ojo. Nada mas lanzar la flecha, asesto un golpe con su báculo en la cabeza de otro trasgo logrando que perdiera el conocimiento pero eran demasiados enemigos y tan pronto como golpeo a ese segundo trasgo, Ryomaru sintio algo punzante perforarle el estomago.
- ¡Arghh! - gimio Ryomaru viendo que un trasgo le había hecho un corte en el estmago con su espada
El brujo, lento, trato de golpearle con una de las esferas de hielo formando puntas a su alrededor con el agua y logro destrozarle la cara acabando con su agresor pero lo ocurrido con ese corte hizo que perdiera tiempo y los otros dos trasgos pudieran golpearlo, uno con un puñetazo en la cara y el otro con un corte en una de las piernas. Ryomaru quedo arrodillado en el suelo con el báculo colocado en vertical apuntando, casualmente, las esferas a los dos trasgos. Al ver la casualidad, el joven solo tuvo que concentrarse un poco para que las pequeñas puntas de hielo se despegaran de las esferas y acribillaran los cuellos de los dos trasgos logrando acabar con ellos.
El brujo logro acabar con los cinco trasgos pero había sufrido varios golpes y, a pesar de haber sido herido, estas heridas eran superficiales y no le supondrían problema para seguir combatiendo aunque lo ocurrido le había hecho ver que tenía que tener más cuidado.
Los trasgos trataban de emboscarlos pero hacian demasiado ruido para ellos y Elen le estaba haciendo señas para que se preparaba pues sospechaba que estaban a punto de lanzarse sobre ellos. Eran un total de diez trasgos los que se preparaban para atacar, cinco rodeando a cada uno de los dos magos. Los otros diez trasgos seguían junto al caballero.
Uno de los trasgos, que iban a atacar a Elen, fue lo suficientemente estupido como para hacer demasiado ruido cuando se asomaba en lo alto de un arbol entre sus ramas. El brujo del hielo vio de reojo la cabeza del trasgo y, sin demora, lanzo una fina flecha de hielo aprovechando el agua que se concentraba alrededor de la esfera aprovechando la que se generaba por el frio de la esfera. La flecha se incrusto en la frente del trasgo y este cayo muerto al suelo.
La muerte del compañero fue la señal que el resto necesito para saltar sobre los dos brujos, algunos desde los arboles y otros desde el suelo.
- ¡Al ataque! - susurro Ryomaru mientras veía como dos trasgos le atacaban saltando desde algunos arboles y los otros tres salían de entre los arbustos
Para eliminar al mas cercano que fue uno de los que llegaban desde los arboles, Ryomaru aprovecho el agua formada por el frio de la esfera inferior de su báculo apuntando al trasgo y lanzando una flecha que le atraveso el ojo. Nada mas lanzar la flecha, asesto un golpe con su báculo en la cabeza de otro trasgo logrando que perdiera el conocimiento pero eran demasiados enemigos y tan pronto como golpeo a ese segundo trasgo, Ryomaru sintio algo punzante perforarle el estomago.
- ¡Arghh! - gimio Ryomaru viendo que un trasgo le había hecho un corte en el estmago con su espada
El brujo, lento, trato de golpearle con una de las esferas de hielo formando puntas a su alrededor con el agua y logro destrozarle la cara acabando con su agresor pero lo ocurrido con ese corte hizo que perdiera tiempo y los otros dos trasgos pudieran golpearlo, uno con un puñetazo en la cara y el otro con un corte en una de las piernas. Ryomaru quedo arrodillado en el suelo con el báculo colocado en vertical apuntando, casualmente, las esferas a los dos trasgos. Al ver la casualidad, el joven solo tuvo que concentrarse un poco para que las pequeñas puntas de hielo se despegaran de las esferas y acribillaran los cuellos de los dos trasgos logrando acabar con ellos.
El brujo logro acabar con los cinco trasgos pero había sufrido varios golpes y, a pesar de haber sido herido, estas heridas eran superficiales y no le supondrían problema para seguir combatiendo aunque lo ocurrido le había hecho ver que tenía que tener más cuidado.
Logan Allen
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Re: Hallazgo a las orillas [Interpretativo][Libre][1/2][CERRADO]
La de cabellos cenicientos aguzó el oído y contuvo la respiración durante unos instantes, con lo que no le resultó complicado escuchar las pisadas de los trasgos que se acercaban a su posición. El crujir de la hojarasca delataba a cuantos iban por el suelo, pero otros habían optado por subirse a los árboles para abalanzarse sobre los intrusos desde arriba, una maniobra arriesgada.
- Seguid subiendo, cuanto más alto lleguéis más dura será la caída. - musitó con un tono casi inaudible, y justo en aquel momento una de las criaturas se equivocó, haciendo más ruido del adecuado al cambiar de una rama a otra y dejando su cabeza a la vista. La bruja lo vio por el rabillo del ojo y se preparó para recibirlo con una descarga, pero su compañero se adelantó a ella y lanzó una flecha de hielo directamente a la frente del ser, que cayó pesadamente del árbol y aterrizó sonoramente sobre unas piedras cercanas.
Aquella baja en sus filas fue el detonante del ataque, los trasgos salieron de sus escondites y se lanzaron fieramente contra los magos. Elen recibió a los dos primeros, que habían llegado desde detrás de unos matorrales, con un potente rayo bífido, que impacto en el primero y luego alcanzó al segundo, dejando a ambos aturdidos por unos segundos. Pero la joven no necesitaba más tiempo que ese para terminar con ellos, elevó su daga con ayuda de la telequinesis y el arma salió disparada hacia ambas criaturas, para clavarse en el cuello del más próximo y luego hacer lo mismo con el otro.
Se giró con rapidez para encarar al otro par que quedaba, pero estos habían aprovechado para saltar desde unas ramas no muy altas y ya estaban demasiado cerca de ella. La bruja esquivó el filo del hacha por los pelos, mientras recibía un duro golpe por parte del otro trasgo en una de las piernas. Por suerte la había golpeado solo con el mango del arma, así que no sería nada grave, pero debía librarse de ellos cuanto antes.
Volvió a utilizar su elemento para aplicarles dos descargas en cadena a cada uno, logrando de ese modo que quedasen bastante afectados y se les cayesen las armas. Aprovechó el momento para echar mano a su espada y terminar con aquellas criaturas, hundiendo la afilada hoja entre las costillas del más cercano, para luego extraerla y realizar un limpio tajo en el cuello del otro.
En cuanto estuvo segura de que no quedaba ninguno más por su lado, se giró en busca de su compañero, para ver qué tal le estaba yendo a él. Ryomaru había conseguido deshacerse del resto de enemigos, pero los trasgos le habían herido durante la pelea y la sangre comenzaba a manchar su túnica, detalle que preocupó a la de ojos verdes. El enfrentamiento aún no había terminado, quedaba el caballero y las posibles criaturas que se hubiesen quedado con él, así que no tendrían mucho tiempo para recuperarse, pero Elen debía ayudarlo en la medida de lo posible, o sino al menos comprobar la gravedad del corte.
- Ryomaru ¿te encuentras bien? - preguntó mientras se acercaba, envainando la espada de nuevo y atrayendo hacia sí la daga por medio de la telequinesis para devolverla a su funda. El dolor en el muslo le molestaba ligeramente al caminar, pero ya había pasado por cosas peores y salido adelante, así que no le dio importancia, prefería centrarse en tratar las heridas de su compañero. - ¿Es profundo? - añadió segundos después, mientras revolvía en su bolsa en busca de alguna pócima curativa que pudiese ayudarle.
Infusión de Inhibis, ¿de cuántos problemas la había sacado ya aquella planta? Tomó el frasco con el brebaje de Inhibis y bayas de Neien y se lo tendió al mago sin perder tiempo. - Ponte un poco sobre la herida y dejará de doler, en cuanto hayamos terminado con el caballero me ocuparé de darte algo para que cicatrice. - le dijo en voz baja, antes de echar un vistazo a la escena llena de cadáveres que los rodeaba.
Detuvo la vista sobre la mujer serpiente, mientras trataba de recordar lo que había leído acerca de una criatura sumamente parecida a la que veía, una lamia. No sabía demasiado sobre la bestia en sí, ni sus costumbres, hábitos de alimentación ni nada por el estilo, pero lo que sí había leído en algún tomo de alquimia era que la piel de serpiente de aquellas criaturas tenía muchas propiedades mágicas curativas. La idea de desollarla no le agradaba en absoluto, y de seguro lo pasaría bastante mal durante el proceso, pero era una oportunidad que no se repetiría así que tendría que hacer de tripas corazón y quitarle la piel.
Casi pudo sentir como le venía una arcada solo con pensar en aquella idea, pero se obligaría a ser fuerte, aunque por el momento había cosas más importantes de las que preocuparse, como el caballero y el resto de los trasgos que aún estaban con él.
- Seguid subiendo, cuanto más alto lleguéis más dura será la caída. - musitó con un tono casi inaudible, y justo en aquel momento una de las criaturas se equivocó, haciendo más ruido del adecuado al cambiar de una rama a otra y dejando su cabeza a la vista. La bruja lo vio por el rabillo del ojo y se preparó para recibirlo con una descarga, pero su compañero se adelantó a ella y lanzó una flecha de hielo directamente a la frente del ser, que cayó pesadamente del árbol y aterrizó sonoramente sobre unas piedras cercanas.
Aquella baja en sus filas fue el detonante del ataque, los trasgos salieron de sus escondites y se lanzaron fieramente contra los magos. Elen recibió a los dos primeros, que habían llegado desde detrás de unos matorrales, con un potente rayo bífido, que impacto en el primero y luego alcanzó al segundo, dejando a ambos aturdidos por unos segundos. Pero la joven no necesitaba más tiempo que ese para terminar con ellos, elevó su daga con ayuda de la telequinesis y el arma salió disparada hacia ambas criaturas, para clavarse en el cuello del más próximo y luego hacer lo mismo con el otro.
Se giró con rapidez para encarar al otro par que quedaba, pero estos habían aprovechado para saltar desde unas ramas no muy altas y ya estaban demasiado cerca de ella. La bruja esquivó el filo del hacha por los pelos, mientras recibía un duro golpe por parte del otro trasgo en una de las piernas. Por suerte la había golpeado solo con el mango del arma, así que no sería nada grave, pero debía librarse de ellos cuanto antes.
Volvió a utilizar su elemento para aplicarles dos descargas en cadena a cada uno, logrando de ese modo que quedasen bastante afectados y se les cayesen las armas. Aprovechó el momento para echar mano a su espada y terminar con aquellas criaturas, hundiendo la afilada hoja entre las costillas del más cercano, para luego extraerla y realizar un limpio tajo en el cuello del otro.
En cuanto estuvo segura de que no quedaba ninguno más por su lado, se giró en busca de su compañero, para ver qué tal le estaba yendo a él. Ryomaru había conseguido deshacerse del resto de enemigos, pero los trasgos le habían herido durante la pelea y la sangre comenzaba a manchar su túnica, detalle que preocupó a la de ojos verdes. El enfrentamiento aún no había terminado, quedaba el caballero y las posibles criaturas que se hubiesen quedado con él, así que no tendrían mucho tiempo para recuperarse, pero Elen debía ayudarlo en la medida de lo posible, o sino al menos comprobar la gravedad del corte.
- Ryomaru ¿te encuentras bien? - preguntó mientras se acercaba, envainando la espada de nuevo y atrayendo hacia sí la daga por medio de la telequinesis para devolverla a su funda. El dolor en el muslo le molestaba ligeramente al caminar, pero ya había pasado por cosas peores y salido adelante, así que no le dio importancia, prefería centrarse en tratar las heridas de su compañero. - ¿Es profundo? - añadió segundos después, mientras revolvía en su bolsa en busca de alguna pócima curativa que pudiese ayudarle.
Infusión de Inhibis, ¿de cuántos problemas la había sacado ya aquella planta? Tomó el frasco con el brebaje de Inhibis y bayas de Neien y se lo tendió al mago sin perder tiempo. - Ponte un poco sobre la herida y dejará de doler, en cuanto hayamos terminado con el caballero me ocuparé de darte algo para que cicatrice. - le dijo en voz baja, antes de echar un vistazo a la escena llena de cadáveres que los rodeaba.
Detuvo la vista sobre la mujer serpiente, mientras trataba de recordar lo que había leído acerca de una criatura sumamente parecida a la que veía, una lamia. No sabía demasiado sobre la bestia en sí, ni sus costumbres, hábitos de alimentación ni nada por el estilo, pero lo que sí había leído en algún tomo de alquimia era que la piel de serpiente de aquellas criaturas tenía muchas propiedades mágicas curativas. La idea de desollarla no le agradaba en absoluto, y de seguro lo pasaría bastante mal durante el proceso, pero era una oportunidad que no se repetiría así que tendría que hacer de tripas corazón y quitarle la piel.
Casi pudo sentir como le venía una arcada solo con pensar en aquella idea, pero se obligaría a ser fuerte, aunque por el momento había cosas más importantes de las que preocuparse, como el caballero y el resto de los trasgos que aún estaban con él.
Elen Calhoun
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Re: Hallazgo a las orillas [Interpretativo][Libre][1/2][CERRADO]
Mientras Elen se le acercaba, Ryomaru trataba de reincorporarse con algo de ayuda de su báculo observando sus pequeñas heridas que soltaban algo de sangre. Las heridas no eran profundas pero le podrían perjudicar en movilidad. La compañera le dio un frasco y siguiendo los consejos, se echo en las heridas notando que el dolor desaparecía.
- Muchas gracias, Elen. Afortunadamente no son profundas aunque podrían haberme perjudicado para poder terminar esto - El joven miro hacia donde estaba el caballero con el resto de trasgos a quienes no pudo ver por estar tapados por esos arbustos y arboles - Mi magia no es tan poderosa aun, son demasiados enemigos para mi. Propongo que los ataquemos antes de que los trasgos restantes nos rodeen. Si eliminamos a la mayoria antes de estar cerca de ellos, las cosas se volveran mas fáciles -
El joven se acerco un poco para poder asomarse y vio que los diez trasgos se encontraban frente al caballero formando un semicirculo.
- Los seres vivos normalmente estamos hechos fundamentalmente de agua, ¿no? - medito en voz alta mirando a los cadaveres de los trasgos
Ryomaru retrocedió un poco para no ser visto y alzo el báculo para luego empezar a atraer el agua de los cadaveres. El agua salía de sus cuerpos dejandolos deshidratados y el joven termino formando una esfera de agua de tamaño considerable. Con la esfera de agua sobre su báculo, avanzó hacia los trasgos descubriendose y lanzando el agua en forma de once flechas de hielo que salieron contra los enemigos. Las flechas acabaron con los trasgos pero el caballero no tuvo problemas pues dejo que la flecha impactara en su peto donde simplemente se destruyo sin hacerle ningun daño ni a el ni a la armadura.
- Vaya vaya, mira lo que tenemos aquí... Un brujo - dijo el joven guerrero sonriente
- ¿Que trama ese brujo? ¿Para que forma un ejercito? -
- Si logras vencerme puede que lo descubras.... pero te aseguro que el fin de tus días esta cerca de un modo u otro -
Alex se acerco a Ryomaru a tal velocidad para asestarle un espadazo que el joven no pudo hacer otra cosa que interponer su báculo logrando bloquearle pero la fuerza del guerrero era lo suficientemente superior como para ver que su báculo cedía con facilidad. Alex le dio una patada en la herida de su pierna haciendo que Ryomaru se arrodillara y perdiera la concentracción para luego poder hacerle un buen corte en el torso por el que empezó a soltar sangre pero mientras le cortaba, Ryomaru se encargo de que el hielo, que rodeaba la esfera superior de su báculo, reventara soltando miles de molestas puntitas que alcanzaron el rostro de Alex logrando cegarlo durante unos instantes. El tiempo suficiente como para que su compañera tuviera tiempo de rematarlo.
- Muchas gracias, Elen. Afortunadamente no son profundas aunque podrían haberme perjudicado para poder terminar esto - El joven miro hacia donde estaba el caballero con el resto de trasgos a quienes no pudo ver por estar tapados por esos arbustos y arboles - Mi magia no es tan poderosa aun, son demasiados enemigos para mi. Propongo que los ataquemos antes de que los trasgos restantes nos rodeen. Si eliminamos a la mayoria antes de estar cerca de ellos, las cosas se volveran mas fáciles -
El joven se acerco un poco para poder asomarse y vio que los diez trasgos se encontraban frente al caballero formando un semicirculo.
- Los seres vivos normalmente estamos hechos fundamentalmente de agua, ¿no? - medito en voz alta mirando a los cadaveres de los trasgos
Ryomaru retrocedió un poco para no ser visto y alzo el báculo para luego empezar a atraer el agua de los cadaveres. El agua salía de sus cuerpos dejandolos deshidratados y el joven termino formando una esfera de agua de tamaño considerable. Con la esfera de agua sobre su báculo, avanzó hacia los trasgos descubriendose y lanzando el agua en forma de once flechas de hielo que salieron contra los enemigos. Las flechas acabaron con los trasgos pero el caballero no tuvo problemas pues dejo que la flecha impactara en su peto donde simplemente se destruyo sin hacerle ningun daño ni a el ni a la armadura.
- Vaya vaya, mira lo que tenemos aquí... Un brujo - dijo el joven guerrero sonriente
- ¿Que trama ese brujo? ¿Para que forma un ejercito? -
- Si logras vencerme puede que lo descubras.... pero te aseguro que el fin de tus días esta cerca de un modo u otro -
Alex se acerco a Ryomaru a tal velocidad para asestarle un espadazo que el joven no pudo hacer otra cosa que interponer su báculo logrando bloquearle pero la fuerza del guerrero era lo suficientemente superior como para ver que su báculo cedía con facilidad. Alex le dio una patada en la herida de su pierna haciendo que Ryomaru se arrodillara y perdiera la concentracción para luego poder hacerle un buen corte en el torso por el que empezó a soltar sangre pero mientras le cortaba, Ryomaru se encargo de que el hielo, que rodeaba la esfera superior de su báculo, reventara soltando miles de molestas puntitas que alcanzaron el rostro de Alex logrando cegarlo durante unos instantes. El tiempo suficiente como para que su compañera tuviera tiempo de rematarlo.
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Re: Hallazgo a las orillas [Interpretativo][Libre][1/2][CERRADO]
Elen se tranquilizó al saber que las heridas del mago no eran graves, ambos debían actuar antes de que el resto de trasgos se organizasen para lanzar un nuevo ataque, y para ello necesitaban estar en el mejor estado posible, pues no sería fácil enfrentarse luego al caballero que los lideraba. - Ese tal Alex será el mayor problema, pero si lo dejamos completamente solo no tendrá mucho que hacer contra los dos. - musitó, colocándose en un lugar desde el que pudiese ver algo a través de los arbustos.
Los trasgos se habían colocado por delante del caballero a modo de barrera protectora, pero poco le durarían en aquella posición, gracias al ataque de Ryomaru, que supo absorber el agua de los cuerpos inertes y transformarla en una esfera del mismo elemento. El mago abandonó el cobijo que le daban los matorrales y avanzó hacia los enemigos con decisión, mientras la de ojos verdes observaba y se preparaba para saltar en el momento adecuado, tomándolos por sorpresa.
Ryomaru creó una flecha por cada adversario y las lanzó contra ellos, logrando abatir a los trasgos pero sin poder hacer ni un mísero rasguño a Alex, cuya armadura encantada le protegía de aquel tipo de magia. Ambos cruzaron unas palabras, antes de que el guerrero utilizase su espada para intentar asestarle un potente tajo, pero su compañero logró interponer el báculo en la trayectoria del arma, bloqueando el ataque.
Después de aquel susto, el caballero optó por dar una patada en la pierna que su oponente tenía herida, para acto seguido aprovechar el momento y hacerle un corte en el torso, pero el brujo de hielo supo responderle al instante, haciendo estallar el hielo que rodeaba una de las esferas de su bastón. Las molestas puntas heladas impactaron en el rostro de Alex, cegándolo y haciéndolo retroceder de forma instintiva, al tiempo que se cubría el rostro y profería un gutural quejido.
La de cabellos cenicientos salió de entre los arbustos y desenvainó la espada, mientras alzaba la otra mano para lanzar una descarga contra el guerrero, pero la electricidad no tuvo efecto alguno sobre él, la armadura detuvo la corriente como si nada. El encantamiento que Xenzor le había echado sobre el peto le protegía de la magia elemental, así que tendría que cambiar de estrategia y rápido.
Avanzó hacia él y lanzó un tajo horizontal a la altura de su antebrazo, consiguiendo herirle y que soltase la espada, mientras daba unos pasos atrás por no haber recuperado la visión, lo que le resultaba una clara desventaja. Elen no permitiría que la viese, concentró la energía en una bola y la situó delante del rostro del caballero, antes de girarse hacia su compañero para hacerle una advertencia. - ¡Ryomaru no mires hacia aquí! - exclamó, antes de darse la vuelta y hacer brillar la esfera intensamente frente a los ojos de Alex, lo que le mantendría cegado durante varios minutos.
- Dinos lo que sepas de ese hechicero, ¡ahora! - espetó, dejando algo confuso al hombre, que no se había esperado que hubiese otra maga por la zona. - Jamás, Xenzor acabará con vosotros. - respondió, antes de lanzarse hacia delante para intentar atraparla con los brazos, cosa que no logró. Elen lo miró con severidad y le golpeó en la cabeza con la empuñadura, dejándolo bastante mareado, antes de colocar la mano en torno a su cuerpo y aplicarle la electricidad de forma directa. La armadura no fue capaz de ayudarlo esta vez, pues la energía estaba dentro de su cuerpo y lo recorría libremente.
Alex se desplomó instantes después sobre el suelo, y pronto su inerte cuerpo comenzaría a enfriarse, había llegado la hora de que los magos abandonasen la zona. La hechicera se acercó al caldero y pudo hacerse con un nada despreciable montón de algas, que aún no habían sido añadidas al contenido y descansaban sobre el árbol caído, las guardó con cuidado en su bolsa y se encargó de tirar el contenido del caldero para que no pudiese ser utilizado.
- De momento la zona es segura, deja que te revise. - dijo al tiempo que se acercaba a Ryomaru y echaba un vistazo a la nueva herida. Sacó otra poción de Inhibis con Neien de su bolsa y esta vez la mezcló con un poco de la sustancia de rosa sangrante, que ayudaba a cicatrizar el doble de rápido y a que no quedasen marcas, aunque escocía bastante. Aplicó la mezcla sobre el corte y esperó a que el mago empezar a sentirse algo mejor para levantarse y revisar nuevamente el lugar con la mirada.
- No podemos enfrentarnos a Xenzor, deberíamos salir de aquí antes de que alguno de sus secuaces regrese para comprobar por qué no llegan el resto de armas. - entonces desvió la vista en la dirección en que se encontraban Sombra y el cuerpo de la mujer serpiente, tragó saliva y se dijo mentalmente que debía hacerlo, pues pocas veces tendría la oportunidad de hacerse con piel de lamia.
- Aunque primero debo hacer algo… - musitó, antes de encaminarse hacia lo que quedaba de ella daga en mano. No fue rápido ni agradable, pero finalmente la de ojos verdes se hizo con lo que quería, guardando de inmediato la ensangrentada piel dentro de una de las alforjas de la silla para posteriormente lavarla debidamente, en cuanto tuviese ocasión. Metió los manchados guantes en otra bolsa y limpió la daga antes de devolverla a su vaina, y con esto ya estaba lista para irse de allí. - ¿Hacia dónde te dirigirás ahora? - preguntó al joven, esperando que se sintiese bastante mejor gracias a las pociones.
- Yo regreso a Lunargenta, si vas hacia allí podemos compartir camino, si no es el caso te daré algo para que puedas seguir tratando los cortes hasta que sanen del todo. - añadió segundos después, mientras tomaba las riendas de su caballo. Si Ryomaru se dirigía a la ciudad emprenderían el camino de inmediato, para alejarse del pantano tanto como pudiesen antes de que cayese la noche, sino le entregaría un par de frascos de poción y se pondría en marcha justo después de hacerlo.
Off: Con tu siguiente post podremos dar por cerrado el tema, Elen ha conseguido lo que buscaba e iniciará el camino hacia Lunargenta de inmediato, puedes utilizar lo puesto en el último párrafo para guiarte y manejar sus acciones dentro de lo que ya he puesto que haría según el caso.
Los trasgos se habían colocado por delante del caballero a modo de barrera protectora, pero poco le durarían en aquella posición, gracias al ataque de Ryomaru, que supo absorber el agua de los cuerpos inertes y transformarla en una esfera del mismo elemento. El mago abandonó el cobijo que le daban los matorrales y avanzó hacia los enemigos con decisión, mientras la de ojos verdes observaba y se preparaba para saltar en el momento adecuado, tomándolos por sorpresa.
Ryomaru creó una flecha por cada adversario y las lanzó contra ellos, logrando abatir a los trasgos pero sin poder hacer ni un mísero rasguño a Alex, cuya armadura encantada le protegía de aquel tipo de magia. Ambos cruzaron unas palabras, antes de que el guerrero utilizase su espada para intentar asestarle un potente tajo, pero su compañero logró interponer el báculo en la trayectoria del arma, bloqueando el ataque.
Después de aquel susto, el caballero optó por dar una patada en la pierna que su oponente tenía herida, para acto seguido aprovechar el momento y hacerle un corte en el torso, pero el brujo de hielo supo responderle al instante, haciendo estallar el hielo que rodeaba una de las esferas de su bastón. Las molestas puntas heladas impactaron en el rostro de Alex, cegándolo y haciéndolo retroceder de forma instintiva, al tiempo que se cubría el rostro y profería un gutural quejido.
La de cabellos cenicientos salió de entre los arbustos y desenvainó la espada, mientras alzaba la otra mano para lanzar una descarga contra el guerrero, pero la electricidad no tuvo efecto alguno sobre él, la armadura detuvo la corriente como si nada. El encantamiento que Xenzor le había echado sobre el peto le protegía de la magia elemental, así que tendría que cambiar de estrategia y rápido.
Avanzó hacia él y lanzó un tajo horizontal a la altura de su antebrazo, consiguiendo herirle y que soltase la espada, mientras daba unos pasos atrás por no haber recuperado la visión, lo que le resultaba una clara desventaja. Elen no permitiría que la viese, concentró la energía en una bola y la situó delante del rostro del caballero, antes de girarse hacia su compañero para hacerle una advertencia. - ¡Ryomaru no mires hacia aquí! - exclamó, antes de darse la vuelta y hacer brillar la esfera intensamente frente a los ojos de Alex, lo que le mantendría cegado durante varios minutos.
- Dinos lo que sepas de ese hechicero, ¡ahora! - espetó, dejando algo confuso al hombre, que no se había esperado que hubiese otra maga por la zona. - Jamás, Xenzor acabará con vosotros. - respondió, antes de lanzarse hacia delante para intentar atraparla con los brazos, cosa que no logró. Elen lo miró con severidad y le golpeó en la cabeza con la empuñadura, dejándolo bastante mareado, antes de colocar la mano en torno a su cuerpo y aplicarle la electricidad de forma directa. La armadura no fue capaz de ayudarlo esta vez, pues la energía estaba dentro de su cuerpo y lo recorría libremente.
Alex se desplomó instantes después sobre el suelo, y pronto su inerte cuerpo comenzaría a enfriarse, había llegado la hora de que los magos abandonasen la zona. La hechicera se acercó al caldero y pudo hacerse con un nada despreciable montón de algas, que aún no habían sido añadidas al contenido y descansaban sobre el árbol caído, las guardó con cuidado en su bolsa y se encargó de tirar el contenido del caldero para que no pudiese ser utilizado.
- De momento la zona es segura, deja que te revise. - dijo al tiempo que se acercaba a Ryomaru y echaba un vistazo a la nueva herida. Sacó otra poción de Inhibis con Neien de su bolsa y esta vez la mezcló con un poco de la sustancia de rosa sangrante, que ayudaba a cicatrizar el doble de rápido y a que no quedasen marcas, aunque escocía bastante. Aplicó la mezcla sobre el corte y esperó a que el mago empezar a sentirse algo mejor para levantarse y revisar nuevamente el lugar con la mirada.
- No podemos enfrentarnos a Xenzor, deberíamos salir de aquí antes de que alguno de sus secuaces regrese para comprobar por qué no llegan el resto de armas. - entonces desvió la vista en la dirección en que se encontraban Sombra y el cuerpo de la mujer serpiente, tragó saliva y se dijo mentalmente que debía hacerlo, pues pocas veces tendría la oportunidad de hacerse con piel de lamia.
- Aunque primero debo hacer algo… - musitó, antes de encaminarse hacia lo que quedaba de ella daga en mano. No fue rápido ni agradable, pero finalmente la de ojos verdes se hizo con lo que quería, guardando de inmediato la ensangrentada piel dentro de una de las alforjas de la silla para posteriormente lavarla debidamente, en cuanto tuviese ocasión. Metió los manchados guantes en otra bolsa y limpió la daga antes de devolverla a su vaina, y con esto ya estaba lista para irse de allí. - ¿Hacia dónde te dirigirás ahora? - preguntó al joven, esperando que se sintiese bastante mejor gracias a las pociones.
- Yo regreso a Lunargenta, si vas hacia allí podemos compartir camino, si no es el caso te daré algo para que puedas seguir tratando los cortes hasta que sanen del todo. - añadió segundos después, mientras tomaba las riendas de su caballo. Si Ryomaru se dirigía a la ciudad emprenderían el camino de inmediato, para alejarse del pantano tanto como pudiesen antes de que cayese la noche, sino le entregaría un par de frascos de poción y se pondría en marcha justo después de hacerlo.
Off: Con tu siguiente post podremos dar por cerrado el tema, Elen ha conseguido lo que buscaba e iniciará el camino hacia Lunargenta de inmediato, puedes utilizar lo puesto en el último párrafo para guiarte y manejar sus acciones dentro de lo que ya he puesto que haría según el caso.
Elen Calhoun
Aerandiano de honor
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Re: Hallazgo a las orillas [Interpretativo][Libre][1/2][CERRADO]
Lo que Ryomaru esperaba cuando le hizo eso al guerrer era que Elen aprovechara para atacarlo y acabar con el. Cuando la escucho salir y atacarlo, el joven no pudo evitar sonreir mientras alzaba la mirada viendo como ella lograba llevarse el combate, después de cegarlo aun mas con una luz en cuyo momento el joven dejo de mirar, cerrando los ojos, siguiendo los consejos de su compañera.
Llegado el momento, Elen trato de sonsacar información a Alex pero sin éxito pues su temor por Xenzor era grande y, por ello, la maga decidió darle una muerte rápida e indolora.
- Muchas gracias - le dijo Ryomaru cuando ella se acerco para sanar sus heridas - Creo que pronto estare perfectamente -
Mientras Elen cogía muestras del cadaver de la lamia, el brujo se acerco al cadaver e inspecciono su armadura y, al hacerlo, vio que en la zona de la cintura había una palabra grabada con letra pequeña y el brujo pudo distringuir "Lunargenta". Elen regreso preguntandole su destino y diciendo que se dirigía a Lunargenta.
- No puedo dejar todo esto así. Ese brujo trama algo y hay que descubrir lo que es. Esta armadura se compro en Lunargenta - Ryomaru se acerco para coger una de las pocas armas que quedaban y vio que en una empuñadura ponia el nombre de la misma ciudad - Y las armas también - añadió mientras regresaba soltando el arma antes de volver - Quiero ir a Lunargenta tambien, tal vez allí descubra algo. Si es posible, me gustaria que me ayudaras en la investigación. Temo lo que planee ese brujo. Aun no te lo conte, pero cuando me lo cruce en Beltrexus mostro tener mucho poder, suficiente como para derrotar a varios brujos a la vez -
En ese momento, Ryomaru escucho que se acercaba lo que debían de ser pasos por lo que el joven agarro a Elen y se la llevo hasta detrás de los arbustos.
- ¿Que habra pasado aqui? - preguntaba uno de los trasgos que llegaron - Parece que el señor tenia razón, alguien nos observaba -
- Rápido, llevemos estas armas al amo. Tiene prisa por volver a Lunargenta -
Los trasgos volvieron a irse y Ryomaru sonrió a su compañera al descubrir que en Lunargenta podría averiguar cosas aunque ahora sabía que debia de tener cuidado pues Xenzor ya le conocía.
- Vayamos cuanto antes -
OFF: Como es evidente, te acompaño jeje asíque cerramos tema y abre el siguiente, mandame el enlace por privado si eso
Llegado el momento, Elen trato de sonsacar información a Alex pero sin éxito pues su temor por Xenzor era grande y, por ello, la maga decidió darle una muerte rápida e indolora.
- Muchas gracias - le dijo Ryomaru cuando ella se acerco para sanar sus heridas - Creo que pronto estare perfectamente -
Mientras Elen cogía muestras del cadaver de la lamia, el brujo se acerco al cadaver e inspecciono su armadura y, al hacerlo, vio que en la zona de la cintura había una palabra grabada con letra pequeña y el brujo pudo distringuir "Lunargenta". Elen regreso preguntandole su destino y diciendo que se dirigía a Lunargenta.
- No puedo dejar todo esto así. Ese brujo trama algo y hay que descubrir lo que es. Esta armadura se compro en Lunargenta - Ryomaru se acerco para coger una de las pocas armas que quedaban y vio que en una empuñadura ponia el nombre de la misma ciudad - Y las armas también - añadió mientras regresaba soltando el arma antes de volver - Quiero ir a Lunargenta tambien, tal vez allí descubra algo. Si es posible, me gustaria que me ayudaras en la investigación. Temo lo que planee ese brujo. Aun no te lo conte, pero cuando me lo cruce en Beltrexus mostro tener mucho poder, suficiente como para derrotar a varios brujos a la vez -
En ese momento, Ryomaru escucho que se acercaba lo que debían de ser pasos por lo que el joven agarro a Elen y se la llevo hasta detrás de los arbustos.
- ¿Que habra pasado aqui? - preguntaba uno de los trasgos que llegaron - Parece que el señor tenia razón, alguien nos observaba -
- Rápido, llevemos estas armas al amo. Tiene prisa por volver a Lunargenta -
Los trasgos volvieron a irse y Ryomaru sonrió a su compañera al descubrir que en Lunargenta podría averiguar cosas aunque ahora sabía que debia de tener cuidado pues Xenzor ya le conocía.
- Vayamos cuanto antes -
OFF: Como es evidente, te acompaño jeje asíque cerramos tema y abre el siguiente, mandame el enlace por privado si eso
Logan Allen
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