Misión: reúne los Aions

Una viuda con su hija de diez años llora en el pozo en el que enterraron a su marido. Las inclemencias de la vida que sufría aquél pobre hombre para llevarle un pedazo de pan duro a la mesa una vez cada vez que podía a su buena esposa hicieron que pereciera precipitadamente en medio de las montañas, rodeado por sus mejores amigos y verdugos: su rebaño de Aions.

Tres años después, la pequeña Lizzie se había convertido en una potentosa joven en los alrededores de un pueblo en la estera nevada, más una conversación con su madre en el lecho de muerte le convence de que debe de recuperar a como dé lugar aquél rebaño perdido en las montañas. Es por eso que utilizando el poder de la familia de su rico y bien dispuesto marido ella contactará contigo para que cumplas sus deseos.

Son veinte Aions, estoy segura de que había una madrina y ahora deben de haber nuevas crías, estamos en esa época del año. Trae todos los que puedas y en el mejor estado de aquí a dos semanas y tendrás una jugosa recompensa. Pero cuidado, porque si me entero de que te has fugado con aquello que por derecho me pertenece tu cabeza tendrá precio en cada una de las más grandes ciudades. Sus palabras no se comparaban a la expresión en el rostro de aquella pequeña dama. ¿Aceptas el desafío?


Requerimientos

-Para completar la misión debes de tener en cuenta que necesitarás un mínimo de seis respuestas de al menos veinte líneas cada una, por participante.
-Puede participar un máximo de dos personas.
-Mínimo de 10 posts on rol
-Se solicita fluidez, al menos cuatro posts por semana.
- Deberás narrar cómo encuentras al rebaño, los animales, sus características, si están en buenas condiciones o no y poner al menos dos complicaciones. Explicarás además al menos el paso de uno de los días con relativo detalle.

Recompensas

-450 aeros

- 10 puntos de experiencia base+ 5 puntos por desarrollo*

- un bonus especial por la calidad del rol y la manera en la que te comprometas.

Participantes

-Magazubi
- …



Notas se restará un punto de experiencia a medida que tu personaje tenga un nivel más. Ejemplo: 5 puntos de experiencia por buen desarrollo nivel 0, 4 puntos de experiencia por buen desarrollo al nivel 1, y así sucesivamente.
Segunda cosa a tener en cuenta: las montañas a las que se refiere la protagonista no son las montañas nevadas, sino unas elevaciones importantes con algo de nieve en su pico.

    Estaba tranquila en la casa de [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] en las afueras de Beltrexus, ya acostumbrándome a su ritmo y a crear una nueva vida en ese lugar. Él me ha cuidado durante dos o tres semanas y había sido muy bueno conmigo, no tengo por que quejarme; sí me hace algunas malas jugadas pero nunca con malas intenciones.

    Sus ojos se notaban dilatados y sus músculos un poco tensos buscando una forma de lanzarme una bomba explosiva que no me lastimase tanto. -Qué tramará?-

-Te vienes conmigo...- dijo con seguridad.

-Qué?- respire profundo para tratar de asimilar todo -A donde vamos? Yo tengo que empezar clases...- reclamé de inmediato.

-Tengo que hacer una entrega muy importante de armamento por la noche y necesito de carácter urgente salir temprano en la mañana... nos va a pasar buscando un dragón. Nos vamos a la parte norte de Aerandir- explicó.

-Pero porque debo ir yo? Jamás me he subido a un dragón...- me dio un poco de temor tener que montarme en un dragón por puro capricho de Zach.

-No te puedo dejar en casa sola, es peligroso. Este negoció no es muy honesto pero es bastante importante. Un señor con mucho dinero contrató al dragón para que nos llevara a salvo y poder negociar sobre el precio de un armamento muy especial. Confía en mí, todo estará bien.-

- Tengo otra opción?- pregunté.

-No chiquita, disculpa. Serán sólo unos días. Igual será algo divertido, conocerás nuevos lugares- me dijo.

    Obviamente nada de esta idea me gustaba o me parecía “divertida”, está claro que me encanta jugar, experimentar y conocer pero... volar en un dragón. Suspiré mientras meditaba al respecto -No quiero morir mañana...-

-Zach déjame quedarme con Tripita y Bravo, por favor...-

- No. Ahora estás bajo mi responsabilidad y permanecer en la casa sin mí es muy mala idea.- justificó totalmente decidido a llevarme a pasear con él.

    Después de nuestra conversación el día y la noche se me hacían eternas, sólo pensaba en lo terrible que sería que el dragón le provocara hacer piruetas – En los dragones hay correas de seguridad para uno no caerse? Y si soy muy chiquita me resbalo por su piel?-

    A lo largo de la noche me acercaba a la cama de Zach para susurrarle en el oído que era mala idea llevarme, tratando de parecer el subconsciente de él quién le hablaba. Esto no funcionó ya que a la 3era vez que me acerque el feo barbudo ese me golpeaba suavemente en la cabeza y me decía que me callara o que sino me amarraría a la cola del dragón.


    Al día siguiente el sol a penas se asomaba y mis ojos estaban abiertos, simulaban dos faros prendidos y asustados, llegó Zach a darme los buenos días y a prepararme un rico desayuno, mi cara se tornó furiosa y seca para decirle – Es mi último desayuno?-

- No seas ridícula Maga, sólo quiero que no me lances del dragón a medio camino...-

    La mañana había sido bastante tensa y con muchos terremotos en mi cuerpo pero sobreviví a mis nervios. No paso ni 1h y ya el dragón se encontraba en la parte trasera de la casa estirando sus alas y desperezándose. Traté de huir, esconderme tras las sabanas, los muebles y por más que quisiera ya era hora de partir...

    Me acerque lentamente al dragón, sus enormes alas hacían que el viento no parase de moverse, era primera vez que veía un dragón y ahora debía subirme a él para viajar. Este gran espécimen asentó su cabeza como muestra de saludo y se posicionó como esperando que lo abordáramos. Mi cuerpo empezó a temblar mientras Zach amarraba con una fuerte soga mi pie al de él, el dragón gruñó levemente como muestra de desaprobación y volvió la mirada a mi pequeño cuerpo, fué en ese momento que me detuve a observar la hermosa piel de mi transporte aéreo, poseía una mezcla de colores en su cuerpo bastante extrañas, realmente no se veía con malas intenciones, así que cerré los ojos y con ayuda de Zach me subí en su lomo con el bolso de armamentos en mi espalda, Zach se montó atrás y me mantenía abrazada. Mis pequeñas manos se posaron sobre la escamosa superficie y con un poco de miedo trate de sujetarme del dragón. Repentinamente abrió sus alas verdes y su cuerpo empezó a moverse.

-Ya va, esperen, esperen...- dije desesperada para detener el vuelo, pero el dragon no me hizo caso y se elevo por los cielos, conmigo encima - No puedo creerlo... Yo sobre un [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] -

    Trate de adherirme más a su piel, realmente tenía mucho miedo, empezó a subir a gran velocidad y mi estomago estaba por ver las consecuencias de ese vuelo tan brusco, mis ganas de devolver ese rico desayuno eran nulas pero mi cuerpo lo pedía a gritos así que asome mi cabeza por la ventana y vomité todo el desayuno, cabe destacar que no había ventana así que simplemente voltee mi cabeza y dejé todo salir, aquello parecía una fuente color salmón que íbamos dejando atrás por la misma velocidad que llevábamos. Zach trató de hacer un chiste muy muy malo con respecto a mi vomito para que no me sintiera tan mal y lo que hizo fue ganarse un golpe en el brazo.

- Imagina todo ese vomito cayendo sobre las personas o las plantas... Esta lloviendo el desayuno de alguien jajajaaa- el gafo ese no paraba de reírse – imagínate, saldrán plantas con frutos hechos de vomito... jajajaaa-

-Púdrete...- le dije, pero su risa era un poco contagiosa y no pude evitar reírme con él.

    La primera hora de vuelo fue bastante incomoda, me sentía mareada y nerviosa, fue una hora bastante larga, todo lo que hacía era mirar hacia abajo y cuidarme para no caer. Unos minutos después empezamos a descender hasta caer aterrizando con suavidad en un bosque. Lo primero que hice fue lanzarme en el piso a abrazar lo cálido del suelo. - Tierra firme al fin-

    Me acosté en la suave y dulce grama mientras Zach me desamarraba la pierna y se acostaba a mi lado. -Aún falta mucho por recorrer Magita...-

-Qué? Cómo que falta más? No hemos llegado?- pregunte alarmada sentándome en el verde pasto y observando mi alrededor. - Un negrito? Qué hace un negrito aquí?-

- Esta es una escala. Nuestro amigo [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] necesita descansar para seguir volando...- me dijo para tratar de calmarme.

- Él es 003?- señalé al hombre negrito sin disimular – y es un dragón?- respiro profundo – ok si... esto es súper fácil de digerir- digo en tono muy sarcástico.

-Si vas a vomitar hazlo en tierra...- dijo en tono serio el señor 003.

- Oh... Excelente recomendación...- digo un poco malhumorada por la situación.

-Maga vomitaste el desayuno, tienes que comer algo y tomar agua... por suerte traje...- dijo Zach

- Por suerte...- digo en tono atorrante – voy a hacer pipi, ya vengo...- me dirigí atrás de un árbol para descargar mi vejiga y tratar de entender todo.

    Después de un rato respirando y disfrutando de estar pegada al suelo vino Zach a decirme que era hora de seguir, volví a quedar amarrada a su pie y partí a los aires de nuevo ya con menos miedo pero con más odio a Zach. El proceso de volar y descansar un rato se había repetido varías veces, aunque volábamos como por 8 horas en ocasiones y descanzábamos menos de lo que pasábamos en el aire. Me sentía totalmente aburrida, todo me parecía altamente atorrante e insoportable, fueron los 3 días más largos y aburridos que he tenido. Yo me quedé dormida muchas veces, vomité otras tantas, e incluso hacíamos escalas porque me daban muchas ganas de hacer mis necesidades.

    Después de tanto volar y dormir en el viaje me sentí rara al despertarme en una cama. Amanecí en una pequeña cabañita en compañía de mi barbudo feo.

-Buenos días... En donde estamos?- le pregunté mientras me paraba de la cama.

-Buenos días, estamos en la parte norte de Aerandir... A esta zona le dicen Gran Estepa... Aquí estarás a salvo mientras yo voy con 003 a hacer pequeños envíos por aquí cerca- me dijo.

- Y que haré mientras tanto?-

- Te traje tu arco por si quieres practicar, también escuche que una familia de personas importantes esta buscando un rebaño de Aions y hay una recompensa, cerca de aquí tambien hay como un local en donde van puras niñas para enseñarlas a maquillarse y a vestirse lindo... Has lo que desees, pero no te pierdas, ok?...-

- Esta bien- le dije mientras me vestía y agarraba mi arco para salir a pasear. En eso me consigo con una multitud de gente que venía hablando sobre lo fastidioso que sería ir a buscar los Aions. Fui al lugar de donde ellos venían y vi a la joven que estaba explicando con detenimiento que había perdido 20 Aiones y que a lo mejor habían crías.

-Son veinte Aions, estoy segura de que había una madrina y ahora deben de haber nuevas crías, estamos en esa época del año. Trae todos los que puedas y en el mejor estado de aquí a dos semanas y tendrás una jugosa recompensa. Pero cuidado, porque si me entero de que te has fugado con aquello que por derecho me pertenece tu cabeza tendrá precio en cada una de las más grandes ciudades.- dijo la joven, pero nadie parecía estar interesado en ayudarla.

    Elevé mi mano para llamar la atención de la muchacha y decirle – No se preocupe, yo los buscaré- le envié una leve sonrisa – Donde fue la ultima vez que los vió? Esta manada de Aiones anteriormente como eran dirigidas? Hay algún sonido o seña que se pueda hacer para atraerlos? Alguna señal con un palo o algo parecido?- pregunte un poco desesperada buscando algo que me pueda ayudar a conseguirlos.

    La joven con la que hablé me comentó que utilizaban un palo de madera especifico como para dirigir a la manada. Supuse que sería para tener un punto de apoyo o referencia para que los Aiones siguieran al “jefe” o algo parecido, sin embargo no me quisieron prestar el susodicho palo; creo que es porque no confiaban mucho en mí así que tuve que improvisar agarrando cualquier palo que fuese más largo que yo y ponerme en la búsqueda de estos lindos animales.

    El campo de búsqueda era bastante amplio con un radiante sol y con una brisa fuerte, se podía observar a lo lejos algunas montañas, unas nevadas y otras cálidas; algunos venados corriendo, uno que otro pastor con sus ovejas, pero realmente había muy poca actividad. Estaba preocupada, nunca había pastoreado aiones, considero que este viaje debería llamarse el yo nunca nunca, porque nunca he hecho nada de lo que pretendía realizar aquel día. Tenía que estar preparada para mi súper búsqueda así que me lleve una cantimplora llena de agua, algunos frutos dulces para merendar y mi nuevo bastón de autoridad. Ya estaba preparada para salir cuando la joven de cabellos de oro me deseo buena suerte y me regalo un beso en la frente – Que incomodo esos besos no deseados...-. Estoy consiente que esa joven sólo desea ser agradable conmigo por ser la única persona interesada en ayudarla, pero en sus ojos no la vi muy confiada en que realmente le traiga a sus aiones y sinceramente yo tampoco. Debo dejar de pensar que lo que voy a hacer es imposible porque sino no lograré nada; mi mente tiene que pensar que realmente puedo y por sobre todo divertirme después de ese aburridísimo viaje - Ese viaje en dragón fue la eternidad más eternísima de todas-.

    Corrí por la gran estepa extendiendo mis brazos al cielo para sentir la rica brisa en mi cara, girar sobre mi misma para ver la linda vista desde todos sus ángulos. - Me siento como libre... nadie me ve- Realicé unos pasos de baile para acercarme a un pastor y preguntarle muy alegre como él hacia para atraer a sus ovejas...

- Señor, buenos días. Cómo se encuentra ud?- le dije sonriente

- Muy bien. En que puedo ayudarte señorita?-r espondió el hombre con un gesto amable.

- Quería saber como usted atrae a sus ovejas...-pregunté curiosa esperando un gran secreto.

- Es sencillo chiquita, ellas ya me conocen desde hace mucho tiempo, pero si no te conocen trata de ser amables con ellas e impartir confianza, eso hará que tengas éxito con los animales...- me dijo devolviéndome una sonrisa.

    Asentí con la cabeza y le di las gracias por los consejos, no parecía ser algo muy difícil ser pastora – La pastora Magita... ufff eso suena de terror... jajajaaa-

    Seguí mi camino ya menos animada y saltarina, ahora caminaba lento y pensativo – Creare una canción para no cansarme...- me acaricié el cabello y pensando en algo lindo y que rimase – La aventura está por comenzar... Yo me llamo Maga y voy a pastorear...- - Uhh eso rimó.... Sigue sigue- - Los Aiones encontraré y así un …- pensé a ver que rima - … pan yo me comeré-. Ya con la canción lista para ser interpretada volví a mi estado de animo súper activo para cantar repetidas veces la canción para no aburrirme buscando a los aiones.

- Los Aiones encontraré y así un pan...- canté hasta que observe a un Aion – Siiiii- salí corriendo tras él como una pequeña loca psicópata mientras huía de mí. - No corraaaaas Aionsitooo, no te haré daño- grité mientras corría para alcanzarlo. Seguir al Aion fue algo divertido pero... Luego este se detuvo cerca de muchos más aiones. No logré contarlos, pero habían de diferentes tamaños y ahora todos estos aiones me perseguían a mí y no tenían cara de querer abrazarme.... - Correeeeee....- me dije a mi misma huyendo de una manada de Aiones, en unos cuantos segundos me alcanzaron con facilidad.

    Era momento de utilizar el gran palo de la “autoridad” tenían que saber que yo mando en esas situaciones, los apunté con el palo y se alejaron un poco pero pusieron cara de que ahora no les caía nada bien... - Oh oh....- Preferí soltar el palo para que cambiaran un poco su actitud – Que Aiones tan histéricos... no se les puede hacer una bromita...- Les hice una pequeña reverencia con la cara para disculparme – Ok ok lo siento, uds mandan...-

– Awwwwwwww que ternuritaaaaaaaa- dije mientras se aproximaban dos aiones chiquiticos a enterarse del chisme. Trate de acercarme para cargar a uno pero un aionsote se me atravesó y relincho un poco para dar paso a su huida; todos  me dieron la espalda, se alejaron y yo sólo pude quedarme petrificada ante eso.

    Al volver de mi recorrido en la Gran Estepa me dirigí directamente a la cabañita donde amanecí con Zach, esperando su llegada para contarle lo maravilloso que había sido ese día.

-Muero de hambre... me cocinaré algo- dije convencida de mis capacidades y habilidades de cocinera que no tengo... -  Ya encontré un pedazo de pan... será mi comida mientras llega Zach- -Uyyyy que coincidencia jajajaa pega con mi canción...-

    La espera se hizo larga pero al menos llegó. Salí corriendo para abrazarlo y contarle mi gran día, pero él estaba todo sudado y oloroso, me alejé y le pedí que se bañara. - A lo mejor su día también fue interesante y por eso llego todo agitado-

    Me levanté de la cama temprano para arreglarme y hacer las negociaciones que tenía planificadas para hoy. Necesitaba hablar con un armero importante que tenía una excelente reputación en toda la parte norte y oeste de Aerandir. - Espero hacer un buen trato con este tipo-

    Cuando ya estaba casi listo llegó 003 para llevarme con su jefe y en eso se paro Magita a preguntarme que iba a hacer ella hoy – Ella cree que yo debo decirle todo lo que debe hacer? Ya está grande... Que haga lo que ella quiera... Por suerte anoche 003 me dijo que habían varias cosas que pudiese hacer Magita mientras nosotros trabajábamos...-

- Te traje tu arco por si quieres practicar, también escuche que una familia de personas importantes esta buscando un rebaño de Aions y hay una recompensa, cerca de aquí tambien hay como un local en donde van puras niñas para enseñarlas a maquillarse y a vestirse lindo... Has lo que desees, pero no te pierdas, ok?...- le dije en tono determinante, no estaba de humor para responderle más preguntas a la mocosa.

    Después de eso me fui sin problema en el lomo de 003. Llegamos a una especie de almacén abandonado, era enorme y con colores muy apagados; me encantaba el ambiente, era súper tétrico y perfecto para negociaciones clandestinas y una que otra golpiza que saliese por ahí. - Me apunto para derramar sangre en este lugar- Por dentro el sitio era muy espacioso, no me extrañase que aquí hubiesen sustancias alucinógenas, venenos no registrados, herramientas de tortura, incluso hasta muertos. - Necesito algo así en Beltrexus...-

    Un señor muy fornido se acerco a 003 y le dijo un código que por supuesto no entendí – Malditos negros, seguro quieren conquistar al mundo y arrasar con nosotros...-

- Sr. Gorét, lamentablemente al señor Lounder se le presentó un evento y no podrá atenderlo hoy. Tendrá que esperarlo hasta mañana...- dijo en tono muy severo y amenazador – le recomiendo de antemano que no se le ocurra buscar otro comprador hoy. Usted exclusivamente puede vender a otros, lo que el jefe no quiera comprar. Entendió?-

- Si entendí...- dije en tono de desagrado pateando unas cajas que se encontraban cerca y saliendo del almacén con poca paciencia - 003 mañana te veo a la misma hora en mi casa...-

- Esta bien, pero por tu seguridad te exijo respeto- subió el tono de voz.

    Yo me retiré del lugar muy molesto, es insólito que alguien te tome el pelo de esa manera. El señor Lounder podría ser el dueño del mundo pero tiene que aprender a ser responsable, estoy perdiendo mi tiempo en este negocio y lo mínimo que espero es ese “respeto” del que tanto habla 003. - Por qué diantres se llama 003? Son como una línea de transporte? -

    Suelo ser una persona impertinente, pero muy responsable... Y ese 003, me ha caído bien en los anteriores trabajos que me ha acompañado, sin embargo con este cliente se estaba poniendo muy intenso. No puedo permitir que una escoria como él se meta en mis asuntos. Este Lounder debe ser uno de esos chivos grandes y gordos, pero me necesita porque sino no me estuviese comprando.

    Me dirigí con un hambre voraz a una taberna pequeña que encontré a unos kilómetros del almacén, pedí unas cuantas cervezas suficientes para saciar mi molesta mañana y luego pedí la carne más grasienta y jugosa que estuviese en venta y me atragante como los dioses mandan...

    Estuve bebiendo todo el día como un desgraciado, probando todo licor que la taberna poseía, pase infinitas horas de alcohol en ese maldito lugar donde ya todos empezaban a verme feo; empecé a mentar madres y a golpear uno que otro idiota que se me atravesada y bueno recibí unos merecidos chuletazos por el abuso de no haber pagado mi cuenta – Jajaja pobres pendejos- Salí corriendo del lugar y sin darme cuenta ya era de noche, me perdí, giré en el suelo y no sé cómo pero llegue vivito y coleando a mi casa en cuanto llega la pequeña a abrazarme toda contenta y feliz – A veces me provoca pegarle una patada cuando está tan feliz... es un dolor de cabeza...- Obviamente no escuché las estupideces que tenía para decirme...

    Al día siguiente el mongólico de 003 le aviso a Lounder que no estaba en condiciones para venderle nada hoy – Claro que estoy en condiciones imbécil, sólo tengo un poco de resaca-

    Esa respuesta me costó mucha sangre, 003 me golpeó hasta reventarme la cara; gracias al cielo Maga ya se había ido temprano a hacer no sé que... pero no vio la violencia domestica que se creo entre mi negro pasivo y yo.

    Pasé el día en la cama viendo el techo, vomitando una que otra vez y comiendo todo lo que había en la casa, tomé agua hasta decir basta y oriné sabroso todo el grandísimo día, me lavé la cara y con un poco de plantas que compré en la tarde me cure mi bello rostro y volví a la cama a esperar que llegara la pulga a ver que era lo que me iba a comentar.

Esta vez llego toda desilusionada de su paseo.

- Que pasó pulga, que tienes?- le dije tratando de alegrarle la noche.

- Nada que te interese...- me respondió Maga en tono cortante.

-Awww, que linda... ya está aprendiendo a contestar como yo... Uyy pero pero no quiero ser tan malo con ella... finjamos interés- me dije a mi mismo para luego comentarle – Chiquita, cuéntame por qué ayer estabas tan feliz y hoy tan triste? Fuiste a lo del curso de belleza y hoy te dijeron que eres fea?-

- No es eso- me dijo en tono de poca paciencia y me metió un codazo en el estomago – maldi... hija de tu mamá... #”@gagv! - pensé mientras me explicaba ya feliz porque se dio cuenta que su golpesito me dolió – Lo que pasa es que ayer cuando llegaste todo feo quería comentarte que fui en busca de los Aiones y me fue super duper recontrisimamente bien, pero hoy estuve todo el día buscándolos y no conseguí nada, creo que mañana me pasaré por el curso de belleza para que me digan que soy tan bella que no me hace falta nada más y luego será después, si me motivo, que paso a buscar de nuevo a la manada...-

    Al día siguiente no muy animada por mi pérdida de tiempo, del día de ayer me vestí para buscar otro oficio para distraerme y disfrutar de la estadía en las zonas del norte de Aerandir. Me bañé, me arreglé y me preparé con ropa cómoda para pasear por la parte poblada y visitar los locales que hubiesen en aquel lugar. No había mucho que recorrer realmente era un lugar muy cálido con pocas personas en comparación a las ciudades, en donde la gente trabajaba mayormente en la ganadería; y los locales que habían eran comercios de algunos implemento para la cría de animales. Me acerqué a uno de estos para ver sí tenían algo que me pudiese ayudar a conseguir a los aiones, pero nada.

    En la mayoría de los locales habían los mismos productos, medicinas, vacunas, algunos alimentos y herramientas para el aseo del animal, sin embargo no había rastro de algún implemento que me ayudase a capturarlos.

    Definitivamente no servía para este trabajo, consideré que necesitaba hacer otra cosa, así que me puse en busca del centro de belleza que me estaba comentando Zach desde el primer día – A lo mejor aprendo como debo ser una dama refinada y eso me ayudaría a ser princesa -

    A lo largo de mi búsqueda no conseguía nada parecido y me estaba empezando a enfadar – Seguro el tonto ese me estaba tomando el pelo...- respiré profundo y seguí en busca de diversión, pero lo único que encontré fue a la joven que había perdido a sus aiones.

- Hola señorita. ¿Cómo estás? ¿Cómo va la búsqueda? - me preguntó la muchacha en tono muy amable y animada por haberme visto.

- Pues...- dije para comenzar a hablar -... me ha ido bastante bien- mentí un poco para que la joven se tranquilizara.

- ¡¡¡ Oh, que bien!!! ¿Cuándo me los traes?- dijo exaltada – O mejor... Vamos de una vez a buscarlos juntas... Yo llevo el bastón especial que usaba mi papá y tú me ayudas a dirigirlos a su hogar-

- ¡¿Qué?! - se salió de mi boca una expresión de preocupación - ¿Ahorita ya? No hay apuro...- dije para tratar de controlar mi tono.

- Sí. Vamos de una vez. ¿Hay algún problema?- preguntó amablemente

- No, no, no lo hay... - contesté por inercia – es solo que necesitamos conseguir algunas cosas primero- dije para retrasar un poco el viaje y que me diera tiempo de pensar cómo salir de ese embrollo.

- ¿Qué necesitas?- dijo intrigada.

    Recordé que en Lunargenta es muy común escuchar sobre la leche de aion, así que supuse que estos podrían estar destinados a lo mismo, producir la famosa leche que tenía mucha demanda en las grandes ciudades de Aerandir, por ende deberían tener una dieta muy balanceada y sana para que la calidad del producto sea satisfactoria para la mayoría. Eso me dio la gran idea de tratar de atraer su atención con la comida que siempre se le tuvo restringida a comer, de paso llevan ya tiempo sin comer de forma controlada y lo más probable es que se les haga un poco difícil conseguir alimentos buenos y ricos por sí solos.

- Vamos por frutas dulces y esencias... - dije con determinación.

    Nos dirigimos a comprar las esencias y una cesta de frutas pequeñas como uvas, cerezas, fresas, albaricoque, ciruelas, frambuesas y algunos frutos secos como almendras, pasas y maní. Antes de comprarlo le preguntamos al dueño si estos alimentos podrían ser consumidos por los aiones y nos hizo devolver las almendras y los manís.

- Algunos aiones si les gustan las almendras y el maní, pero a otros les cae pesado en el estomago- dijo el buen hombre.

    Después de nuestro día de compras nos dirigimos a buscar el bastón en la casa de la joven y partir en busca de los aiones.

    La búsqueda fue bastante larga, el sol calentaba mucho mi cabello y mi cantimplora estaba ya por la mitad. La muchacha se estaba estresando pero logró ver a lo lejos unos aiones y se emocionó toda, salió corriendo hacia ellos y estos se quedaron inmóviles.

- ¡¡Piensa rápido!! Se la van a comer viva...- pensé en tono gracioso – ¡Eso es!- dejé mis pertenencias en el suelo y procedí a sacar la esencia de mandarina y a dispersarla por todo mi cuerpo hasta impregnarme del olor que emanaba aquella sustancia. Volví a sujetar mis cosas y me fui corriendo tras la insensata muchacha.

    Al aproximarnos a estos increíbles animales sólo llamamos su atención, por lo que voltearon sin mucha prisa. Su pelaje se veía muy lacio, suave y con colores muy lindos, algunos tenían un pelaje entre marrón blanco y negro, mientras otros tenían sólo blanco y negro, con unos cuernos ornamentados con su propia figura y estilo. - Son muy lindos- dije mientras la muchacha trataba sola de atraparlos. Al ver eso yo me puse a bailar cerca de ellos para atraerlos con mi olor. Lizzie perseguía a una pareja de aiones y yo le bailaba a otros tres.

    Dos de estos se me montaron encima, caí al suelo y fui bañada en saliva de aion. Glotón me mordisqueaba la ropa mientras que Lenguita me lamia la cara y Cachito bueno... él se quedo mirándonos mientras movía con elegancia sus cuernos. Unos sobrenombres mentales que les puse a estos lindos animalitos peludos.

- ¡¡¡¡Basta Lenguitaaaaa!!!!- le dije al aion mientras mis manos apartaban su hocico de mí – Comportate...- le dije para que me dejara escapar. Este dejo de lamerme y se alejó un poco, lo que me dio tiempo para tratar de salvarme de Glotón.

    Saqué de mi bolsillo unas cuantas uvas y se las ofrecí a ambas pelusitas, se las comieron sin pensarlo dos veces y esperaban que les diera más. Me pare ipso facto y llamé a Lizzie para que dejara de perseguir a la pareja de aiones y me ayudara -Usaremos la comida y el bastón para dirigirlos-. Juntas dirigimos a los 5 aiones a el establo de la joven con ayuda del bastón para dirigir y con las frutita que les íbamos dando en el camino. Cachito se resistió un poco pero al final nos siguió. Algunos de los trabajadores de la muchacha ayudaron a retenerlos pero uno de los aiones escapó y salió corriendo otra vez a la inmensidad de la llanura que proporcionaba la estepa.

    No pude evitar salir corriendo tras el aion, le arrebaté de las manos el bastón a Liz y me fui con un puñado de fruticas en los bolsillos, corrí a toda marcha escuchando los insultos de la joven que aún no me tenía la confianza suficiente como para prestarme sus pertenencias, ignoré cada comentario y me concentré en atrapar a Cachito. Este no se percató de que lo estaba siguiendo y corrió a toda velocidad.

- Lo perdí de vista... no puede ser...- bajé el ritmo de mi trote y me puse a buscarlo con la mirada y con un paso lento. - Grrrr... no lo veo...- camine un rato más siempre recto y luego miré a mi izquierda, se veía a lo lejos un grupo de cosas moviéndose. - Bueno, espero que ahí este Cachito- me acerqué con cuidado y logré ver a Cachitos tratando de alejar a Galán con sus cuernos. Galán era un aion con una personalidad dominante, su pelaje era color blanco con manchitas negras y ojos azules. Me acerqué más a la escena y vi que no sólo estaban Cachito y Galán. Conocí a Princesa, Salsa, Pico, Lion y otros tantos que me dio pereza ponerles nombre.

    Cuando llegué a acercarme bastante a ellos pude observar con mucho detalle a Princesa, su pelaje tenía una combinación entre miel, negro y blanco nieve. Acostada majestuosamente en la tierra sirviendo como manto para sus crías: Chispita, Pelusa, Paticas y Filomeno. Filomeno estaba dormido cerca de el dorso de su mami, Pelusa estaba rascándole la barriga a su mami con sus pequeños casi cuernos que tenía apenas sobresaliendo de su cabeza, mientras Paticas y Chispitas estaban jugando y corriendo alrededor de las cosas.

    Me quedé mirándolos con interés para saber su comportamiento, al parecer a ellos mi presencia no les perturbaba y yo me quede disfrutando la hermosa vista. - Quiero un recuerdo de esto...- Deje el bastón a un lado de una roca grande y empecé a buscar una piedra pequeña para tallar. Calenté mi mano y un imperdible para empezar a dibujar sobre la piedra. Odiaba dibujar las cosas tal cuales eran así que me preparé y talle a un aion con formas extrañas. En eso Pelusa se cansó de rascar la pansita de su mami y corrió hacía mí para ver lo que hacía. Princesa se alarmó al ver que su pequeño se había acercado mucho a mí pero esta sólo adoptó una posición de alerta. Estiré mi mano y le mostré al pequeño Pelusa mi dibujo en la roca.

- Creo que le gustó...- dije mientras sonreía al ver que un pequeño aionsito se trataba de comer mi dibujo. - Que ternura esta cosita...- saqué de mi bolsillo una fresa, mordí la mitad porque era muy grande y la otra mitad se la di en la boquita a Pelusa, éste se la comió completa y me pidió más; eso me hizo acordarme que debía llevar a Cachito con los demás y lo más seguro todos estos aiones de aquí serían de Lizzie. - Uy Pelusita, ¿Cómo me llevo a toda tu familia a casa?- le pregunté.

    Guardé mi dibujo en el bolsillo y me concentré en preguntarle a Pelusa con más seriedad a ver si me podía aconsejar sobre llevarme a su familia.

- Realmente no tengo ni idea – dije en un tono de voz masculino para simular que es la voz de Pelusa.

- ¡¡¡ Oh !!! Pelusaaaaa estás hablando- me contesté yo misma emocionada.

- ¿Por qué no habría de hablar?- dije por Pelusa.

- Tienes razón, lo siento. Dejaré el racismo...- le dije haciéndole una reverencia a Pelusa que me estaba siguiendo la corriente.

- ¡Lo tengo!- dije como Pelusa – Dales de probar las ricas fruticas que me diste a mí y luego trata de con señas llevarnos al terreno ese...-

- Eres un genio Pelusa- me había emocionado bastante su idea y me provocaba abrazarlo, achucharlo y comérmelo a besitos, sin embargo me daba miedo porque la mamá no tenía mucha pinta de alegrarse si me como a su hijo a besos.

    Me alejé de Pelusa y me acerqué a cada uno de los aiones para ofrecerles frutos. Todos tomaron muy bien mi gesto y querían más y más, los únicos a los que no me pude ganar fue a Paticas y a Chispitas que no dejaban de jugar y de morderse entre ellos. Chispitas chilló con fuerza lo cuál me hizo entender que de un juego terminó siendo una pelea.

- ¡¡¡Bastaaa... dejen de pelear!!!- les dije a ambos con tono mandón y estos no me hicieron caso. - Les acabo de decir que paren- aumento el volumen de mi voz – ¿Con que no me van a hacer caso?- dije enojándome un poco – Compórtense caramba- dije finalmente cargando a Paticas y este empezó a patearme... - Ahhh... con que tú eres el peleón- bajé delicadamente a Paticas tratando de no ser agredida por sus paticas y cargue a Chispitas quién se quedó tranquilito reposando en mis brazos. Princesa se levantó de su posición y me miró con ganas de aniquilarme, le hice cariñitos a Chispita en la cabeza para que Princesa entendiese que no busco hacerle daño a nadie, sin embargo no parecía tranquilizarse entonces me acerque y deje a Chispitas muy cerquita de ella.

- Chicos vámonos, antes de que se haga tarde...- le dije amablemente a los aionsitos.

    Me puse a hacer millones de señas con las manos y con los pies para tratar de hacer que me siguieran. Les di otra porción de frutas y trate de guiarlos con el bastón. Se notaba en sus caras que realmente sentían que debían seguirme pero aún no confiaban lo suficiente en mí. Di unos pasos y traté de seguir llamándolos con las manos y también me eché las esencias – Se están resistiendoooo... grr...- le hacía ojitos dulces a ver si ellos también caían con esa técnica pero nada los hacía dejar su orgullo. En eso se acercó Pelusa y con muchas ganas les hizo señas a los demás de que él sí me seguiría.

- Aww que ternura Pelusa, Gracias- le dije

- De nada, esto es porque me dibujaste- me contesté como Pelusa.

    Gracias a Pelusa fue que los demás se dignaron a seguirme hasta llegar al establo. Llegamos sanos y salvos y Lizzie estaba muy feliz por eso.

- Señorita, aquí están sus aiones, sin embargo pienso que faltan como 4 o 5 aiones- le dije con mucha pena a la joven por no poder conseguir todos de una vez.

- Sip. Faltan mis tíos – digo en tono de Pelusa.

- Yo creo que me voy mañana por la noche y no voy a poder buscar los otros aiones que faltan, lo más probable es que estos estén juntos y los puedan traer en una sola tanda- hago una reverencia pidiéndole disculpas.

- Cachito Cachito, coméntale de Cachito- digo cambiando mi voz.

- Ah sí... Cachito es un aion muy diplomático, le gusta estar en sociedad- me río un poco pero ya con mi cuerpo cansado – él a lo mejor sabe dónde están los demás y los puede guiar- le digo como consejo a la joven mientras le devuelvo su bastón y las frutas que me sobraron – Disculpe por no poder traerles todos y por quitarle sus pertenencias así -

Lizzie escuchó atentamente a la niña y se cruzó de brazos al recordar cómo se había quedado sola en medio de la nada luego de que Magazubi le hubiera quitado su bastón de mando. Tomó su objeto de la niña con cierta violencia y le dio una mirada con cierta empatía -Supongo que está bien, pero sólo recibirás tu paga si traes los que faltan- dijo con tono severo mientras se daba la media vuelta para irse a su recámara ignorando a la chiquilla por completo.

-Oh, no se preocupe señorita, si lo hace bien, podrá quedarse con ese pequeño Aion que ha cargado más temprano ¿cómo le ha nombrado? ¿Pelusa?- aseguró el marido de Lizzie con un tono de voz muy cuidado. Hizo una leve reverencia y partió donde su esposa, dejando a la niña sola.

Esa noche, Magazubi no sabría nada de Zach ni de 003.


Deberás agregar una respuesta más narrando como encuentras los aiones que faltan, los que resultaron ser unos seis más. Debes de llevarlos a la casa, todos querrán seguirte cuando ven a Pelusa contigo, pero una aion joven se resiste, deberás llevarla sin el bastón de mando y sin frutas.

Cuidado con la forma en la que te expresas, si bien no es parte de lo que dice tu personaje, sí está dentro de la narración y expresiones como “negro pasivo” entre otras son denigrantes. El “ok” también debería de ser reemplazado en futuras ocasiones. Debes de tener en cuenta que no debes de hacer metarol temporal, si bien permitimos algunas cosas, algo como las vacunas es un poco mucho. Tampoco no puedes metarolear a un pnj de esa forma, creo que la versión de Zach fue innecesaria en esta ocasión y solamente hiciste uso de él porque tenías que completar espacio. Aunque Leinil te permita utilizar ese pnj usaste expresiones que no son neutras y que usaría el narrador de Magita. Después de tu respuesta subiré las recompensas.

    La actitud de la joven me había puesto un poco triste, sin embargo su esposo me permitió estar más tranquila con sus amables palabras y su incentivo de quedarme con pelusa, un aion chiquitico con pelitos muy suaves y con la habilidad de hablar.

    Procedí a darle un besito en la frente a ese chiquito y a dejarlo con mucho cuidado con los otros aiones, luego me dirigí un tanto triste y cansada a la cabaña que me había servido de refugio mientras estábamos de visita en los reinos del norte. Me recosté en uno de los muebles a descansar y a pensar en mi día, todo comenzó muy lindo pero terminó medio malito, me quedé pensando en como se sentirían los aiones por volver a su verdadero hogar y finalmente me quedé dormida.

    Al día siguiente me levanté con poca paciencia queriendo alejarme de todo, pero me encontré con la sorpresa de que Zach no había vuelto a casa - ¿Estará en problemas?- pensé enseguida -Ufff, que molesto esto...-. Me preparé el desayuno y me acosté en el suelo a pensar si en serio debería ayudar a la joven o simplemente dejar las cosas así por como me trató – Awww, debes terminar lo que comienzas- me repetía varias veces en la cabeza mientras odiaba que no estuviese Zach ahí para irnos y olvidarme de decidir.

    Me levanté del suelo un tanto enojada y en contra de mi voluntad, procedí a lavarme la cara y a salir -Necesito ayuda- pensé mientras me dirigía al establo en busca de Cachito, él podría ayudarme a ubicar a los otros, pero... -Lizzie se va a enojar si se da cuenta que me lleve a un Aion- pensé. Volteé a mirar a mi alrededor para buscar algo que me pudiese ayudar y ahí estaba Pelusa ya despierto, no pude evitar agarrarlo y cargarlo para abrazarlo y se me ocurrió la idea de llevármelo -Vas a ser mi arma de ataque y mi inspiración para terminar esto- le dije mientras me lo llevaba de paseo en busca de sus “tíos”.

    Abrazar y apachurrar a pelusa me había calmado aunque él trataba de escapar de el exceso de cariño, pero lo necesitaba.

-Al principio buscaba a tu familia para ayudar, pero ahora lo hago por ti mi chiquito- le explicaba en el camino a pelusa -¿Me ayudaras?- le pregunté.

-Sólo si dejas de asfixiarme- dije en tono de pelusa mientras él intentaba escapar de mis brazos absorbentes.

-Esta bien- le dije mientras le daba más libertad de movimiento - ¿Por donde podemos empezar a buscar?- le pregunté sin recibir alguna respuesta.

    Caminé en compañía de pelusa por un largo tiempo, nos detuvimos para hidratarnos y seguimos. - Ups chiquito no nos trajimos ni el bastón ni las fruticas para atraer a tus tíos, esto va a estar difícil...- le digo con cariño a mi acompañante. Lo deje suavemente en el suelo y este empezó a correr desesperado alrededor de mí. -Awww lo siento peludito, no sabía que te sentías tan enjaulado en mis brazos- le dije haciendo una reverencia, él me vio y se fue corriendito -Príncipe, no te vayas... Yo te quiero- le dije mientras lo seguía para atraparlo otra vez con mis manitos con el fin de que no escapara de nuevo, pero este no paraba de moverse así que decidí dejarlo en el suelo para que corriese todo lo que quisiera.

    Lo estuve siguiendo a paso lento, mientras él se descargaba corriendo sintiéndose libre -Que ternura este gordito- pensé mientras lo veía -Conseguiré a tus tíos para que puedas ser mio- me dije a mí misma más animada.

    Al estar distraída pelusa pudo avanzar más rápido, aceleré mi paso y vi que ya mi compañero los había encontrado. Mantuve distancia ante la escena y dejé que pelusa se encargara de las relaciones públicas, mientras yo me encontraba en la defensiva en espera del siguiente movimiento. Frotó su pequeño cuerpo con el de los 6 aiones que se encontraban en aquel lugar y luego se devolvió a donde me encontraba yo para acariciar su pelaje con mi pierna, después de eso los aiones se acercaron a mí a verme de forma extraña.

-Vamos a casa- les dije amablemente con intenciones de que todo saliera bien.

    La mayoría de los aiones estaban dispuestos a seguirme, pero había una hermosa aiona de pelaje blanco que estaba renuente a seguirnos.

-Pelusa guíalos- le dije a mi compañero mientras yo intentaba halarla de sus patas, pero era muy fuerte así que empecé a empujarla con mi cabeza.

    Todos mis intentos de forzar a la aiona eran en vano, simplemente no quería irse así que corrí a acompañar a pelusa ya decidida a dejar a la aiona malcriada en su lugar. No paso mucho tiempo y escuché un ruido extraño, me di la vuelta y vi que la aiona estaba huyendo de un [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] que la había empezado a fastidiar.

    Dejé a pelusa al mando y fui a ayudar a la malcriadita, me acerqué a ellos y me puse a hacerle señas al upelero, este se acercó a mi cabeza y con su pico me dio dos golpesitos para volverme a mirar.

-Shhu shuu, vete- le dije mientras le hacia más señas.

    Aquel animal volvió a darme dos golpesitos en la cabeza, dio una vuelta alrededor de nosotras y se fue corriendo de forma amistosa -creo que lo único que quería era jugar...- pensé mientras me alejaba de la aiona, ya no pretendía forzarla pero creo que mi gesto de ir a ayudarla le dieron ganas de acompañarnos. Me di cuenta de lo agradecida que estaba la aiona así que le devolví una linda sonrisa y una caricia en su pelaje a la joven que ya nos seguía -Deberías llamarte hielo duro por lo malcriadita que eres- le comento a la joven aion -pero en el fondo eres buena aiona, Copito-

    A lo largo del viaje me dedique a cantar una canción improvisada – Copito de nieve muy malcriadita es, pero al final a mi pelusito tendré- mientras bailaba hasta llegar al establo y entregarle todos los aiones a sus dueños.

-Aquí tienen... espero que los cuiden muy bien y les den el cariñito que estos lindos animales se merecen- les dije.