¿Endulzando lo amargo o amargando lo dulce? [Interpretativo Libre 0/1 + Magazubi] [Cerrado]
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Sorprendentemente la niña tuvo un excelente desempeño en el ejercicio de autocontrol y confianza que Artabán le había propuesto. La pequeña tenía potencial, era, al fin y al cabo, una hija de su orgullosa raza, aún cuando no hubiera gozado de la educación propia de su pueblo. El brujo sonrió satisfecho y subió con ella a la superficie.
Ya en las calles de Lunargenta el brujo le permitió abrir los ojos y la llevó hasta un lugar que parecía lo suficientemente tranquilo. Una especie de área verde con algunos árboles y suficiente silencio en comparación al resto de la ciudad como para llevar a cabo el siguiente ejercicio.
-Bien, ahora necesito que te sientes, vamos a comenzar con algo más serio -dijo sentándose con las piernas cruzadas sobre el césped.
La brisa era fresca, el sol les iluminaba, todo era perfecto para un momento de tranquilidad y eso haría más fácil lo que haría a continuación. Recordó por un momento su propia enseñanza, hacía ya décadas, cuando era un joven impetuoso y lleno de energía que siempre quería ser el mejor en todas las clases y se enojaba cuando no lo lograba. Parecía increíble que tanto tiempo hubiera ya pasado de ello.
-Para controlar la mente primero debemos controlar el cuerpo, un cuerpo en caos es una mente en caos y la magia necesita orden, fuerza de voluntad, no caos… el caos lleva al error y el error en la magia puede ser fatal -Artabán puso una mano en su vientre y otra en su pecho- pon tus manos así y respira profundo -indicó y esperó a que ella lo hiciera- seguramente notaste que tu pecho se hinchaba y tu vientre seguía igual o incluso se recogía, eso es normal, todos respiran así cuando se les pide que respiren profundo, pero nosotros haremos algo distinto.
Artabán inspiró por la nariz y dejó que el aire estirara su diafragma, de manera que su vientre pareció inflarse, mientras su pecho seguía tranquilo, apenas moviéndose un poco, a continuación espiró por la boca, con los ojos cerrados, lentamente, tardando varios segundos en dejar que todo el aire saliera como un suave soplido.
-El centro de nuestro cuerpo es nuestro ombligo, vamos a dejar que el aire infle nuestro centro y respirar tranquilos, seguramente al principio te costará un poco, pero te aseguro que no tardarás más que unos pocos intentos antes de agarrar la técnica, lo más difícil será controlar tu espiración, cuando botas el aire, para lograr que sea lento y constante, sin presionarte, dejando tu cuerpo se relaje. Puede que te sientas un poco mareada o adormecida al hacerlo, es normal, pero no te preocupes, no caerás dormida ni te desmayarás, es sólo tu cuerpo recibiendo abundante aire y relajándose.
Sorprendentemente la niña tuvo un excelente desempeño en el ejercicio de autocontrol y confianza que Artabán le había propuesto. La pequeña tenía potencial, era, al fin y al cabo, una hija de su orgullosa raza, aún cuando no hubiera gozado de la educación propia de su pueblo. El brujo sonrió satisfecho y subió con ella a la superficie.
Ya en las calles de Lunargenta el brujo le permitió abrir los ojos y la llevó hasta un lugar que parecía lo suficientemente tranquilo. Una especie de área verde con algunos árboles y suficiente silencio en comparación al resto de la ciudad como para llevar a cabo el siguiente ejercicio.
-Bien, ahora necesito que te sientes, vamos a comenzar con algo más serio -dijo sentándose con las piernas cruzadas sobre el césped.
La brisa era fresca, el sol les iluminaba, todo era perfecto para un momento de tranquilidad y eso haría más fácil lo que haría a continuación. Recordó por un momento su propia enseñanza, hacía ya décadas, cuando era un joven impetuoso y lleno de energía que siempre quería ser el mejor en todas las clases y se enojaba cuando no lo lograba. Parecía increíble que tanto tiempo hubiera ya pasado de ello.
-Para controlar la mente primero debemos controlar el cuerpo, un cuerpo en caos es una mente en caos y la magia necesita orden, fuerza de voluntad, no caos… el caos lleva al error y el error en la magia puede ser fatal -Artabán puso una mano en su vientre y otra en su pecho- pon tus manos así y respira profundo -indicó y esperó a que ella lo hiciera- seguramente notaste que tu pecho se hinchaba y tu vientre seguía igual o incluso se recogía, eso es normal, todos respiran así cuando se les pide que respiren profundo, pero nosotros haremos algo distinto.
Artabán inspiró por la nariz y dejó que el aire estirara su diafragma, de manera que su vientre pareció inflarse, mientras su pecho seguía tranquilo, apenas moviéndose un poco, a continuación espiró por la boca, con los ojos cerrados, lentamente, tardando varios segundos en dejar que todo el aire saliera como un suave soplido.
-El centro de nuestro cuerpo es nuestro ombligo, vamos a dejar que el aire infle nuestro centro y respirar tranquilos, seguramente al principio te costará un poco, pero te aseguro que no tardarás más que unos pocos intentos antes de agarrar la técnica, lo más difícil será controlar tu espiración, cuando botas el aire, para lograr que sea lento y constante, sin presionarte, dejando tu cuerpo se relaje. Puede que te sientas un poco mareada o adormecida al hacerlo, es normal, pero no te preocupes, no caerás dormida ni te desmayarás, es sólo tu cuerpo recibiendo abundante aire y relajándose.
Artabán
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Re: ¿Endulzando lo amargo o amargando lo dulce? [Interpretativo Libre 0/1 + Magazubi] [Cerrado]
El brujo finalmente me dio permiso para abrir mis ojos, aquello se sentía como la gloria. Al fin podía ver lo que se acontecía, me molestaba tener que depender de los demás, no era mi fuerte dejar que me controlaran los factores externos.
Me di cuenta de lo incomoda que me sentí al realizar aquel ejercicio y lo controladora que podía llegar a ser, sin embargo por más rabia que me diese aquel señor tenía la razón, no todas las situaciones son como uno las espera y hay que saber manejarse y tener autocontrol.
Por más orgullosa que trataba de ser con él ya se me hacia muy difícil, disfrutaba que me enseñara, me sentía como una súper heroína en crecimiento, cada segundo estaba más cerca de ser mejor y de ser la bruja más poderosa y linda de todo Aerandir. Era fantástico, me daba motivación, esperanza y unas enormes ganas de seguir superándome. Que divertido era visualizar lo cerca que podía estar de ser admirada y temida por todos. Parecía ser una visualización muy apresurada pero era lo que aspiraba, ser linda y fuerte.
Llegamos a la ciudad de Lunargenta, donde ya no todo era tan gris ni tan tenebroso; incluso había una vegetación muy linda – ¡Que lindo!- hice una breve pausa mental - ¡Bueno en comparación con las catacumbas todo es bello… jaja-. Procedí a lanzarme en la grama y a acostarme girando como si fuese un tronquito.
-Ya, ya, lo siento… seriedad en el asunto- dije sacudiendo mi ropa y sentándome a un ladito de él.
Sentí su mirada posarse sobre mi y procedió con la explicación del siguiente ejercicio, al parecer era referente al control del cuerpo – Ups, di una excelente primera impresión jeje- le sonreí como si fuese cómplice de una pequeña jugarreta y me acomodé en la posición indicada.
Deje de juguetear y me enserie con el ejercicio que consistía en controlar la respiración. Esa actividad me parecía más fácil que la anterior; mi papi era una personita muy tranquila y serena cuando estábamos en casa leyendo y estudiando, me había explicado algunas técnicas de respiración y de concentración provenientes de un libro viejísimo que se llamaba Pranayama. Yo solía respirar “bien” dependiendo de la actividad que íbamos a realizar, sin embargo estaba conciente de que habían cosas en el arte de la respiración que no controlaba, como por ejemplo la larga duración en la exhalación.
- ¡¡¡Yo, yo sé respirar, mira mira!!!- le dije emocionada a mi instructor. Realicé unas 10 respiraciones lo más lento que pude tal cuál como me las había pedido y repentinamente me le lance encima al brujo y lo abrace. -¡¿Lo hice bien?!- le pregunté emocionada.
Me di cuenta de lo incomoda que me sentí al realizar aquel ejercicio y lo controladora que podía llegar a ser, sin embargo por más rabia que me diese aquel señor tenía la razón, no todas las situaciones son como uno las espera y hay que saber manejarse y tener autocontrol.
Por más orgullosa que trataba de ser con él ya se me hacia muy difícil, disfrutaba que me enseñara, me sentía como una súper heroína en crecimiento, cada segundo estaba más cerca de ser mejor y de ser la bruja más poderosa y linda de todo Aerandir. Era fantástico, me daba motivación, esperanza y unas enormes ganas de seguir superándome. Que divertido era visualizar lo cerca que podía estar de ser admirada y temida por todos. Parecía ser una visualización muy apresurada pero era lo que aspiraba, ser linda y fuerte.
Llegamos a la ciudad de Lunargenta, donde ya no todo era tan gris ni tan tenebroso; incluso había una vegetación muy linda – ¡Que lindo!- hice una breve pausa mental - ¡Bueno en comparación con las catacumbas todo es bello… jaja-. Procedí a lanzarme en la grama y a acostarme girando como si fuese un tronquito.
-Ya, ya, lo siento… seriedad en el asunto- dije sacudiendo mi ropa y sentándome a un ladito de él.
Sentí su mirada posarse sobre mi y procedió con la explicación del siguiente ejercicio, al parecer era referente al control del cuerpo – Ups, di una excelente primera impresión jeje- le sonreí como si fuese cómplice de una pequeña jugarreta y me acomodé en la posición indicada.
Deje de juguetear y me enserie con el ejercicio que consistía en controlar la respiración. Esa actividad me parecía más fácil que la anterior; mi papi era una personita muy tranquila y serena cuando estábamos en casa leyendo y estudiando, me había explicado algunas técnicas de respiración y de concentración provenientes de un libro viejísimo que se llamaba Pranayama. Yo solía respirar “bien” dependiendo de la actividad que íbamos a realizar, sin embargo estaba conciente de que habían cosas en el arte de la respiración que no controlaba, como por ejemplo la larga duración en la exhalación.
- ¡¡¡Yo, yo sé respirar, mira mira!!!- le dije emocionada a mi instructor. Realicé unas 10 respiraciones lo más lento que pude tal cuál como me las había pedido y repentinamente me le lance encima al brujo y lo abrace. -¡¿Lo hice bien?!- le pregunté emocionada.
Magazubi
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Re: ¿Endulzando lo amargo o amargando lo dulce? [Interpretativo Libre 0/1 + Magazubi] [Cerrado]
El brujo dejó que la niña disfrutara el momento. Al fin y al cabo acababa de salir de una situación bastante chocante y no tenía motivos por los cuales reprenderla, estaba haciendo todo muy bien. Artabán podía ser un tipo duro y en realidad poco le importaban las personas más que él mismo, pero jamás buscaba causar daño por el mero placer, no, el placer venía con el poder, pero causando daño gratuito no daba poder.
Finalmente la pequeña se concentró nuevamente y comenzó a llevar a cabo los ejercicios de respiración. Artabán se sorprendió gratamente de que ella conociera del asunto, eso iba a facilitar mucho las cosas. Realmente la respiración formaba parte clave del control, cuando uno controlaba su propio ser podía controlar más fácilmente las esencias que movían todo.
Le dio algunos ejemplos más de cómo respirar, poniendo especial énfasis al asunto de cómo botar el aire apropiadamente y luego dio por terminada esa parte del entrenamiento. Ahora llegaba un segundo momento, era hora de enseñarle lo más real. Normalmente no lo haría tan apresurado, para que alcanzara a dominar bien cada etapa y concepto, pero su estadía con la pequeña era temporal y esperaba enseñarle algo útil.
-Muy bien, a continuación haremos algo distinto -dijo sentándose en el piso junto a una piedra del tamaño de una manzana e invitándole a la niña a hacer lo mismo, frente a él, dejando la piedra en medio.
-Mírala, mírala de manera intensa, memoriza cada parte de su existencia, imagina cómo luce por el otro lado, como si fuera la piedra más hermosa que has visto en toda tu vida..
A decir verdad, la piedra era bastante simple, pero Artabán le dio tiempo para que realizara el ejercicio. Era más fácil ejercer tu voluntad sobre algo cuando realmente lo deseabas y era importante para ti.
-Se que ya has hecho telekinesis antes, pero ha sido poco eficiente, caótico... ahora haremos algo más fino... cierra tus ojos
El mago esperó unos segundos a que la niña pudiera concentrarse y realizar el procedimiento.
-Imagina que la piedra está justo en frente de tu nariz, pero totalmente quieta, no, no abras tus ojos, sólo imagina que la piedra está allí, respirando como practicamos en todo momento, imagínala, pero tal cual la viste en el piso, en la misma posición, mostrándote la misma cara, recuerda bien como era la piedra sin abrir los ojos, imagínala allí, completamente inmóvil, como si siguiera en el piso, deséalo con todas tus fuerzas, ordénaselo con tus pensamientos, la piedra debe estar en el lugar exacto, en el punto exacto... espera... cuenta hasta diez... uno, dos, tres, cuatro, cinco, no olvides imaginarla allí, seis, siete, ocho, nueve y diez... ahora abre tus ojos y la piedra estará exactamente allí.
Artabán
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Re: ¿Endulzando lo amargo o amargando lo dulce? [Interpretativo Libre 0/1 + Magazubi] [Cerrado]
Estaba muy feliz y emocionada, todo me estaba saliendo bien y estaba impresionando al brujo. Este termino de hacerme unas correcciones y me dio algunos consejos para mejorar mi exhalación para luego proseguir con otro ejercicio. Me pidió que me sentara al frente de él y que entre nosotros estuviese una piedrita.
Las primeras instrucciones fueron analizar aquel objeto, memorizarlo y sentirlo; a primer momento aquellas instrucciones me parecían innecesarias ya que podía hacer lo que quisiera con esa piedra con telequinesis, pero eso el brujo ya lo sabia y argumentó que mi forma de aplicarlo era básicamente un desastre y tenía razón, así que opté por seguir sus instrucciones.
Parpadee un par de veces y observe aquel objeto, detallé cada milímetro y traté incluso de sentirla; pasé a cerrar mis ojos visualizando aun la piedra en el mismo lugar en donde estaba, respiré profundamente y me concentré en lo que el hombre me estaba diciendo.
Me sentí muy serena sin quitarle la vista a aquello. Ahora tenía que hacerla levitar y colocarla al frente de mi nariz, lo cual me desconcentró un poco ya que sabía que el hombre quería que mantuviese un control propio y un control del objeto. Solía utilizar mi telequinesis de forma brusca con la fuerza y no con el control mental. Me esforcé mucho tratando de que aquella piedra se moviera lentamente hasta mi nariz con la imaginación y al lograr posicionarla procedí a girarla para ver como era por detrás y luego volver a girarla para dejarla en la posición inicial, que era el ejercicio que estábamos realizando. Seguí respirando con mucha fe y visualizando cada vez más nítido lo que quería lograr. Mis sentidos estaban condicionados a saber que aquella roca estaría ahí, incluso trate de abrir mis sentidos para percibir si realmente estaba funcionando, pero no quede muy clara de eso ya que se me hacía difícil separar mi mente de la realidad.
Ya no me quedaba tiempo, el brujo me estaba contando para que abriera los ojos y traté de hacerlo con el mayor cuidado posible para no perder la concentración. Estaba ahí, totalmente quieta una piedrita levitando muy cerca de mi nariz.
Volví a cerrar los ojos y traté de moverla lentamente hasta la mano del brujo para cuando abriese los ojos agradecerle por ayudarme con el tema del control.
-Gracias- le dije muy sonriente – y y ¿cómo haces cuando quieres controlar mucho objetos al mismo tiempo? Eso es súper fino.- le pregunté emocionada, rompiendo mi serenidad y volviendo a mi estado inquieto.
Las primeras instrucciones fueron analizar aquel objeto, memorizarlo y sentirlo; a primer momento aquellas instrucciones me parecían innecesarias ya que podía hacer lo que quisiera con esa piedra con telequinesis, pero eso el brujo ya lo sabia y argumentó que mi forma de aplicarlo era básicamente un desastre y tenía razón, así que opté por seguir sus instrucciones.
Parpadee un par de veces y observe aquel objeto, detallé cada milímetro y traté incluso de sentirla; pasé a cerrar mis ojos visualizando aun la piedra en el mismo lugar en donde estaba, respiré profundamente y me concentré en lo que el hombre me estaba diciendo.
Me sentí muy serena sin quitarle la vista a aquello. Ahora tenía que hacerla levitar y colocarla al frente de mi nariz, lo cual me desconcentró un poco ya que sabía que el hombre quería que mantuviese un control propio y un control del objeto. Solía utilizar mi telequinesis de forma brusca con la fuerza y no con el control mental. Me esforcé mucho tratando de que aquella piedra se moviera lentamente hasta mi nariz con la imaginación y al lograr posicionarla procedí a girarla para ver como era por detrás y luego volver a girarla para dejarla en la posición inicial, que era el ejercicio que estábamos realizando. Seguí respirando con mucha fe y visualizando cada vez más nítido lo que quería lograr. Mis sentidos estaban condicionados a saber que aquella roca estaría ahí, incluso trate de abrir mis sentidos para percibir si realmente estaba funcionando, pero no quede muy clara de eso ya que se me hacía difícil separar mi mente de la realidad.
Ya no me quedaba tiempo, el brujo me estaba contando para que abriera los ojos y traté de hacerlo con el mayor cuidado posible para no perder la concentración. Estaba ahí, totalmente quieta una piedrita levitando muy cerca de mi nariz.
Volví a cerrar los ojos y traté de moverla lentamente hasta la mano del brujo para cuando abriese los ojos agradecerle por ayudarme con el tema del control.
-Gracias- le dije muy sonriente – y y ¿cómo haces cuando quieres controlar mucho objetos al mismo tiempo? Eso es súper fino.- le pregunté emocionada, rompiendo mi serenidad y volviendo a mi estado inquieto.
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Re: ¿Endulzando lo amargo o amargando lo dulce? [Interpretativo Libre 0/1 + Magazubi] [Cerrado]
Las cosas iban saliendo bien con la pequeña, que después de todo mostraba un gran potencial para los dominios esenciales de la magia, corrigiendo sus errores tan rápido que asombraría a cualquiera de los profesores en Beltrexus.
Entonces la chica fue por una presa mayor, ansiosa por lograr avances grandes en la magia. Artabán sabía que aquello no era del todo prudente, era mejor ir paso a paso, consolidar cada avance antes de ir por el siguiente, pero también sabía que no había mucho tiempo y que al día siguiente emprendería el viaje hacia el lejano Dundarak, así que debía aprovechar de enseñar cuanto pudiera a la pequeña y luego ella tendría que por sí sola consolidar los avances logrados.
-Existen principalmente 2 técnicas distintas para controlar varios objetos, la que uses dependerá de la situación, hay casos en que una será mejor que la otra, pero lo más común es la que te voy a enseñar primero, sirve en la mayoría de los casos y es más fácil de realizar -explicó.
Tomó 2 piedras y las puso una a cada uno de los lados de la niña.
-Es muy difícil enfocar nuestra voluntad en varios objetos a la vez, así que nos apoyaremos de otras cosas para lograr el objetivo, en este caso nos apoyaremos de los brazos. Cierra tus ojos.
Esperó a que ella pudiera lograr la calma así, con los ojos cerrados. Que respirara adecuadamente, que practicara las cosas que ya había mejorado antes de continuar.
-Bien -dijo finalmente- Ahora quiero que muevas tomes cada piedra en tus manos y, con los ojos cerrados, muevas ambos brazos haciendo círculos en el aire, nada más.
El ejercicio podía parecer simple y hasta ridículo cuando ya había dominado magia más avanzada, pero Artabán necesitaba que ella sintiera esas sensaciones musculares y se concentrara en ellas.
-Siente tus brazos, son parte de ti.
Esperó un par de minutos a que ella continuara con el ejercicio, hasta notar un poco de cansancio propio de la repetición de esos movimientos musculares.
-Vas bien, a continuación dejarás tus brazos tranquilos, soltarás las piedras e imaginarás que sigues moviéndolos, imagina que sigues haciendo el movimiento con los brazos, que las piedras siguen en tus manos y que las estás moviendo con tus brazos.
Nuevamente daría tiempo a la niña de llevar a cabo el ejercicio en calma, sin apresurarse.
-Abre tus ojos -dijo finalmente- mira las piedras.
Artabán
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Re: ¿Endulzando lo amargo o amargando lo dulce? [Interpretativo Libre 0/1 + Magazubi] [Cerrado]
El brujo había aceptado explicarme como funciona el control de varios objetos simultáneamente y me comentó que él trabaja con dos métodos, pero para empezar tendría que utilizar las lecciones enseñadas con anterioridad. Me pidió que cerrara los ojos y me concentrara. Respiré profundo y me concentré en la ubicación de las piedras para poder sujetarlas con las manitos que había sido la siguiente instrucción recibida.
Elevé mis brazos al nivel de mis hombros y empecé a rotarlos para así hacer circulitos con ellos.
-Siente tus brazos, son parte de ti.- dijo él.
-Claro que los siento, me están empezando a doler- le dije con un poco de humor.
Al escuchar que podía detenerme simplemente lo hice sin percatarme de que el ejercicio tenía más instrucciones y de inmediato solté las piedras haciendo que estas cayeran al suelo dejándose oír levemente. Abrí mis ojitos y le sonreí al brujo.
-Ups- dije apenada.
Sin esperar ninguna otra instrucción ya sabía lo que tenía que hacer, volver a tomar las piedras y repetir el ejercicio. Esta vez sólo realicé la mitad de los círculos que había hecho antes y enfoque mi mente en entender que las piedras se iban a mover independientemente, sin necesidad de mi fuerza física. Imagine que mis brazos seguían realizando el movimiento y detuve mi movimiento físico. Mis brazos mentales mantenían el movimiento he incluso los sentía como si fueran los reales.
Fui abriendo mis ojos poco a poco y las piedritas estaban ahí dando vueltas y haciendo circulitos cada vez más pequeños. Las solté al verlas por unos instantes y salté de alegría.
-¡¿Las vistes?!- pregunté al hombre -¡Viste, viste, viste!- estaba muy emocionada. -¡Ya sé! ¡Mira mira mira esto!-
Cerré los ojos y esta vez levanté ambas piedras con mis brazos mentales y traté de con la mano derecha realizar circulitos hacia adelante y con la izquierda hacer el movimiento hacia atrás. No abrí mis ojos para verificar sí realmente estaba pasando aquello, simplemente confiaba plenamente en mi poder interno.
Dejé caer las piedras sobre mis manos físicas y al atajarlas abrí mis ojos.
-Es un poquito más complicado hacerlo con control que a los golpes, sin embargo me da un mejor dominio de las cositas- le comenté al instructor -¿Has dado estas clases antes?-suspiré un poco preocupada después de esa pregunta y recibí un batido de estomago enseguida. Puse mis manitos sobre mi barriguita -¿Será que me duele la barriga por el sandwich de antes?- me pregunté a mí misma.
Elevé mis brazos al nivel de mis hombros y empecé a rotarlos para así hacer circulitos con ellos.
-Siente tus brazos, son parte de ti.- dijo él.
-Claro que los siento, me están empezando a doler- le dije con un poco de humor.
Al escuchar que podía detenerme simplemente lo hice sin percatarme de que el ejercicio tenía más instrucciones y de inmediato solté las piedras haciendo que estas cayeran al suelo dejándose oír levemente. Abrí mis ojitos y le sonreí al brujo.
-Ups- dije apenada.
Sin esperar ninguna otra instrucción ya sabía lo que tenía que hacer, volver a tomar las piedras y repetir el ejercicio. Esta vez sólo realicé la mitad de los círculos que había hecho antes y enfoque mi mente en entender que las piedras se iban a mover independientemente, sin necesidad de mi fuerza física. Imagine que mis brazos seguían realizando el movimiento y detuve mi movimiento físico. Mis brazos mentales mantenían el movimiento he incluso los sentía como si fueran los reales.
Fui abriendo mis ojos poco a poco y las piedritas estaban ahí dando vueltas y haciendo circulitos cada vez más pequeños. Las solté al verlas por unos instantes y salté de alegría.
-¡¿Las vistes?!- pregunté al hombre -¡Viste, viste, viste!- estaba muy emocionada. -¡Ya sé! ¡Mira mira mira esto!-
Cerré los ojos y esta vez levanté ambas piedras con mis brazos mentales y traté de con la mano derecha realizar circulitos hacia adelante y con la izquierda hacer el movimiento hacia atrás. No abrí mis ojos para verificar sí realmente estaba pasando aquello, simplemente confiaba plenamente en mi poder interno.
Dejé caer las piedras sobre mis manos físicas y al atajarlas abrí mis ojos.
-Es un poquito más complicado hacerlo con control que a los golpes, sin embargo me da un mejor dominio de las cositas- le comenté al instructor -¿Has dado estas clases antes?-suspiré un poco preocupada después de esa pregunta y recibí un batido de estomago enseguida. Puse mis manitos sobre mi barriguita -¿Será que me duele la barriga por el sandwich de antes?- me pregunté a mí misma.
Magazubi
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Re: ¿Endulzando lo amargo o amargando lo dulce? [Interpretativo Libre 0/1 + Magazubi] [Cerrado]
La pequeña hacía progresos importantes y logró comprender el concepto de los brazos imaginarios, incluso mostrando un truco más allá de lo que le había pedido. El brujo sonrió complacido.
-Pronto me estarás enseñando tú a mí, no lo dudo.
Iba a seguir con la lección, pero ella hizo una simple pregunta, una que hizo al brujo traer a conciencia algunos recuerdos de muchos años, recuerdos de la época de la última guerra con los elfos. Oh, en ese tiempo sí había hecho de todo, algunas cosas que aún le perseguían en sus sueños, atrocidades que hacían parecer insignificante el asesinato de un niño que había cometido 4 años atrás. Cosas que no vendría al caso contarle a esa pequeña que comenzaba su vida.
-Claro, pero eran otros tiempos... otras circunstancias.
Cerró sus ojos un momento recordando aquellos reclutas de la guerra, jóvenes inocentes y llenos de energía, dispuestos a dar su vida por el bien de su pueblo. Muchos así lo hicieron. Ni siquiera podía saber con certeza cuántos de eso seguían aún con vida.
-Nunca a alguien tan joven -aclaró.
Volvió a mirarla directo, algo más serio, quizás nostálgico, que antes.
-Bien, pero aún nos falta algo para perfeccionar esta técnica, lo que puedes hacer con tus brazos es limitado y presta poca utilidad imitarlos con la telekinesis, necesitamos ir más allá, mucho más allá, la única barrera está acá -tocó su cabeza- así que ahora nos preocuparemos de romper la barrera de la imaginación... y me imagino que en eso una niña es una experta.
Se puso de pie y caminó unos pasos, para luego volver a sentarse, esta vez poniendo una piedra sobre su propia cabeza.
-Quiero que ahora cierres los ojos y te imagines que estiras tu brazo, pero tu brazo se podrá alargar, como si fuera de barro, se moldeará, se estirará, hasta poder alcanzar mi cabeza y sacar la piedra de aquí... cierra tus ojos... y por cierto, se que eres capaz de usar tu telekinesis ya, pero no tratarás como siempre, sino imaginando tu brazo estirarse, así podemos luego usar la telekinesis de objetos múltiples sin los límites físicos del largo de los brazos.
Artabán
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Re: ¿Endulzando lo amargo o amargando lo dulce? [Interpretativo Libre 0/1 + Magazubi] [Cerrado]
-Pronto me estarás enseñando tú a mí, no lo dudo.- dijo el brujo.
Quedé maravillada con esa frase. Estaba muy entusiasmada con mis progresos, deseaba seguir aprendiendo.
Trataba de prestarle atención a las siguientes instrucciones pero algo perturbaba mis sentidos, en algunos momentos me desenfocaba y me desconcentraba. Lo que me decía el hombre era bastante interesante pero algo en mi organismo no me dejaba terminar de prestarle la debida atención al ejercicio.
Coloqué mis manos sobre mi estomago he hice un poco de presión a ver si se me pasaba aquel malestar, pero no fue así. Sentí unos extraños fluidos entre las piernas y bajé la mirada para observarme justo en ese lugar. Estaba sangrando y no tenía ni la más mínima idea de por qué. -¿Me estoy desangrando? ¿Moriré?- pensaba un tanto preocupada.
-Uhjum- traté de hacer sonidos para llamar la atención de mi instructor y se percatara de mi pequeño problema. -Creo que me rompí algo por ahí- le digo señalando mi pantalón. -¿Me estoy desangrando? ¿Moriré? ¿Por qué estoy sangrando? ¿Hacer telequinesis controlada hace que te destruyas por dentro? ¿Todos los brujos sangramos así por exceso de fuerza mental?- le hacía miles de preguntas al brujo realmente preocupada por lo sucedido.
Sentí mi primer puntada y el primer escalofrío doloroso. -Awww- no pude evitar soltar una pequeña queja. -Mald#! ¿Qué me está pasando?-
Miraba mi cuerpo como si fuese una abominación extraña, me sentía muy rara y confundida con esta situación tan embarazosa.
-¡Bueno, vayamos a buscar un médico de urgencias porque moriré pronto si sigo sangrando así!- me lanzo en el piso para acostarme boca arriba y rendirme ante la muerte que me había llegado –Hoy, es el fin- dije un tanto dramática -Fue un honor aprender todo esto contigo, eres...- se interrumpió mi discurso con otra leve queja – Ayy-
Quedé maravillada con esa frase. Estaba muy entusiasmada con mis progresos, deseaba seguir aprendiendo.
Trataba de prestarle atención a las siguientes instrucciones pero algo perturbaba mis sentidos, en algunos momentos me desenfocaba y me desconcentraba. Lo que me decía el hombre era bastante interesante pero algo en mi organismo no me dejaba terminar de prestarle la debida atención al ejercicio.
Coloqué mis manos sobre mi estomago he hice un poco de presión a ver si se me pasaba aquel malestar, pero no fue así. Sentí unos extraños fluidos entre las piernas y bajé la mirada para observarme justo en ese lugar. Estaba sangrando y no tenía ni la más mínima idea de por qué. -¿Me estoy desangrando? ¿Moriré?- pensaba un tanto preocupada.
-Uhjum- traté de hacer sonidos para llamar la atención de mi instructor y se percatara de mi pequeño problema. -Creo que me rompí algo por ahí- le digo señalando mi pantalón. -¿Me estoy desangrando? ¿Moriré? ¿Por qué estoy sangrando? ¿Hacer telequinesis controlada hace que te destruyas por dentro? ¿Todos los brujos sangramos así por exceso de fuerza mental?- le hacía miles de preguntas al brujo realmente preocupada por lo sucedido.
Sentí mi primer puntada y el primer escalofrío doloroso. -Awww- no pude evitar soltar una pequeña queja. -Mald#! ¿Qué me está pasando?-
Miraba mi cuerpo como si fuese una abominación extraña, me sentía muy rara y confundida con esta situación tan embarazosa.
-¡Bueno, vayamos a buscar un médico de urgencias porque moriré pronto si sigo sangrando así!- me lanzo en el piso para acostarme boca arriba y rendirme ante la muerte que me había llegado –Hoy, es el fin- dije un tanto dramática -Fue un honor aprender todo esto contigo, eres...- se interrumpió mi discurso con otra leve queja – Ayy-
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Re: ¿Endulzando lo amargo o amargando lo dulce? [Interpretativo Libre 0/1 + Magazubi] [Cerrado]
Algo andaba mal con la niña de pronto y eso no tenía mucho sentido. ¿Habría estado enferma?, no recordaba que hubiera salida lastimada de modo alguno en todo el asunto en las catacumbas. Quizás era simplemente porque no había comido en mucho rato.
-Ya, ya, creo que es hora de un descanso y de buscar algo de comer... ya sabes, los niños se quedan pequeños si no comen... y toda esa basura.
Se puso de pie e invitó a la niña a hacer lo mismo, pero pronto fue evidente que ella tenía más que un simple dolor de barriga por hambre. La mancha de sangre sólo vino a confirmar que aquello no era del todo común... ¿o lo era?. El brujo miró con algo de sobresalto, pero sin perder la calma. Veterano de múltiples batallas y hasta asesino, la sangre no le intimidaba en lo más mínimo, pero sabía que el asunto podía complicarse.
El niño de pelo blanco cruzó su mente. No había sido su intención, en eso era sincero. El chico se lo había buscado, sin hacer caso y enfrentándose de manera tan agresiva. Él había intentado no matarle, pero al final no había tenido más remedio. Aquel fantasma lo acosaría por siempre. Cerró sus ojos un momento para cambiar sus pensamientos, no era momento de recordar viejos crímenes.
A sus 39 años Artabán no había sido nunca padre, por lo que le costaba imagines qué estaba ocurriendo, pero cuando fue evidente de dónde provenía la sangre todo tuvo un repentino sentido. Claro, no tenía hijas, pero en su juventud había estado con múltiples mujeres y de ellas sabía lo que era la menstruación, pero ¿era posible que le ocurriera a una niña tan pequeña?. No sabía exactamente a qué edad ocurría eso, pero supuso que comenzaba de pequeñas. Más de alguna vez había oído de casos de hombres poderosos casados con niñas que aún no tenían pechos, de seguro esto lo explicaba.
-Eres una bruja, estamos practicando autocontrol... cálmate de una buena vez, no te pasa nada malo -dijo con un tono algo severo.
Se arrepintió de inmediato, pero lo hecho ya era pasado. No sabía muy bien cómo ser delicado con una niña, eso era claro.
-Cierra los ojos, respira... no pasa nada malo -dijo nuevamente, procurando esta vez sonar menos agresivo. No estaba seguro de haberlo logrado del todo.
Artabán
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Re: ¿Endulzando lo amargo o amargando lo dulce? [Interpretativo Libre 0/1 + Magazubi] [Cerrado]
Preocupada por la situación mi cerebro sólo pensaba en mi desangramiento inexplicable, buscaba en cada archivo de mi cabeza acerca de un desangramiento por mala alimentación o por exceso de esfuerzo en alguna actividad, pero nada aparecía, era súper extraño para mí estar sangrando tanto y sin un dolor de ardor superficial. Este dolor era diferente, no era un frío extraño de una cortada, era como un revoltillo de pequeños dolores aguantables en el interior de mi estomago, como en el organismo. -¿Me estarán sangrando los órganos?- pensé aún más preocupada.
-¿Existen los vendajes para los órganos? ¿Crees que haya sido una maldición o hechizo que me haya hecho alguien?- le pregunté un tanto exaltada al brujo que me acompañaba.
-Eres una bruja, estamos practicando autocontrol... cálmate de una buena vez, no te pasa nada malo- contestó él con un tono brusco.
-Si pero...- deje de contestarle porque tenía el presentimiento de que no me ayudaría mucho más de lo que ya lo ha hecho.
Gruñí para mis adentros y me repetía - “No te pasa nada malo” ¿Cómo que no me pasa nada malo? Me estoy desangrando y este brujo pretende que yo pare mi sangrado con la concentración- me grité y empecé a perder la paciencia.
-¿De verdad no me pasa nada malo?- le dije tajante para que me dijera la verdad.
-Cierra los ojos, respira... no pasa nada malo- me dijo finalmente en un tono de convicción que no podría refutar.
-¡Okey!- le contesté bruscamente como niña malcriada y para que se diera cuenta de lo inútil que había sido su explicación.
Cerré mis ojos un tanto insegura de que funcionara esta técnica de concentración para problemas biológicos, aunque había escuchado hace unos años atrás decir a mi padre que el dolor es mental. Este dolor no era tan fuerte como el de otras ocasiones así que pensé en las palabras de mi papi y me enfoqué en dejar de sentir dolor.
Como por arte de magia el dolor se hacía cada vez menos palpable, pero considero que más que por concentración fue por la misma naturaleza del sangrado.
Ya estaba más tranquila, el dolor se había disuelto por completo y durante un tiempo me había concentrado en sentir la frecuencia de los fluidos que salían por mi entrepierna. No era un sangrado constante, salía con mayor volumen o menor volumen dependiendo del momento.
No creo que este sangrado sea “nada”, pero al menos el respirar y concentrarme me hizo saber que no moriré por eso, al menos hoy no.
Cerré mis ojos y con determinación hice que del cuerpo del brujo se desprendiera el arma que le había quitado en las catacumbas. Tomé con mis manos aquel objeto y apunté el filo hacía el hombre un tanto amenazante.
-Cómprame un nuevo pantalón y algo que evite que me ensucie de nuevo- le dije en tono enojada como si fuese su culpa mi sangrado.
-¿Existen los vendajes para los órganos? ¿Crees que haya sido una maldición o hechizo que me haya hecho alguien?- le pregunté un tanto exaltada al brujo que me acompañaba.
-Eres una bruja, estamos practicando autocontrol... cálmate de una buena vez, no te pasa nada malo- contestó él con un tono brusco.
-Si pero...- deje de contestarle porque tenía el presentimiento de que no me ayudaría mucho más de lo que ya lo ha hecho.
Gruñí para mis adentros y me repetía - “No te pasa nada malo” ¿Cómo que no me pasa nada malo? Me estoy desangrando y este brujo pretende que yo pare mi sangrado con la concentración- me grité y empecé a perder la paciencia.
-¿De verdad no me pasa nada malo?- le dije tajante para que me dijera la verdad.
-Cierra los ojos, respira... no pasa nada malo- me dijo finalmente en un tono de convicción que no podría refutar.
-¡Okey!- le contesté bruscamente como niña malcriada y para que se diera cuenta de lo inútil que había sido su explicación.
Cerré mis ojos un tanto insegura de que funcionara esta técnica de concentración para problemas biológicos, aunque había escuchado hace unos años atrás decir a mi padre que el dolor es mental. Este dolor no era tan fuerte como el de otras ocasiones así que pensé en las palabras de mi papi y me enfoqué en dejar de sentir dolor.
Como por arte de magia el dolor se hacía cada vez menos palpable, pero considero que más que por concentración fue por la misma naturaleza del sangrado.
Ya estaba más tranquila, el dolor se había disuelto por completo y durante un tiempo me había concentrado en sentir la frecuencia de los fluidos que salían por mi entrepierna. No era un sangrado constante, salía con mayor volumen o menor volumen dependiendo del momento.
No creo que este sangrado sea “nada”, pero al menos el respirar y concentrarme me hizo saber que no moriré por eso, al menos hoy no.
Cerré mis ojos y con determinación hice que del cuerpo del brujo se desprendiera el arma que le había quitado en las catacumbas. Tomé con mis manos aquel objeto y apunté el filo hacía el hombre un tanto amenazante.
-Cómprame un nuevo pantalón y algo que evite que me ensucie de nuevo- le dije en tono enojada como si fuese su culpa mi sangrado.
Magazubi
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Re: ¿Endulzando lo amargo o amargando lo dulce? [Interpretativo Libre 0/1 + Magazubi] [Cerrado]
Artabán se volvió a sentar en el suelo, dándose cuenta que lo había tantas veces en ese rato sólo para ponerse a la altura de ella. Después de todo, aunque le costara reconocerlo, mostraba cierta comprensión por los niños.
Mantuvo la calma y esperó mientras la pequeña hacía uso de sus recursos personales para calmarse y controlar tanto el dolor como, sobre todo, el miedo.
Entonces ocurrió algo inesperado, ella tomaba su arma y le apuntaba desafiante. Artabán miró con ojos duros, si un niño de Beltrexus se hubiera mostrado tan insolente con su persona de seguro lamentaría mucho el atrevimiento con la azotaina que se llevaría, pero al final esta niña no había tenido la enseñanza estricta de su gente, no podía culparle por su falta de autocontrol. Prefirió él mismo dar el ejemplo, expresándose de manera firme, pero sin perder el control, tal como hacía con sus aprendices en la guerra. Otros soldados preferían gritar a sus subordinados, él era de la opinión que quien grita se avergüenza a sí mismo.
—No lograrás mucho desafiando a la gente cada vez que quieres algo —le explicó— y ciertamente no conseguirás nada de mí hablándome de esa manera.
Se puso nuevamente de pie, dejando que su altura fuera evidente por sobre ella. Era la decisión de ella si prefería un enemigo o un aliado, pero le iba a dejar clara la mejor elección. Se acercó hasta poner su cuerpo a punto de tocar la espada, mirando hacia abajo, justo a sus ojos.
-No te estás muriendo, sabrías que lo que te pasa es normal si escucharas más a los adultos, los ancianos le llaman 'florecer' —explicó manteniendo la mirada dura— . Sólo le ocurre a las mujeres, usualmente a las niñas mayores que tú, pero he oído de algunas de tu edad que florecen. Así como una flor madura para luego dar frutos, en las mujeres significa que pueden tener hijos. Si quieres saber más sobre esas cosas tendrás que preguntar a una mujer con experiencia, de preferencia a una con hijos.
Extendió su mano, con la palma abierta hacia arriba.
—Ahora me darás el arma y te disculparás, no me merezco un trato tan insolente.
Se quedó mirándola directo, esperando su reacción.
Artabán
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Re: ¿Endulzando lo amargo o amargando lo dulce? [Interpretativo Libre 0/1 + Magazubi] [Cerrado]
Mi propuesta sonaba más a amenaza que a una solución, fue intencional claro está, pero no había obtenido el resultado que esperaba. El hombre mantenía la calma, su cara serena expresaba una inmensa desaprobación de mi comportamiento, sus ojos se posaban sobre los míos con mucha fuerza como si fuese un juego de fuerza ocular (1), sin embargo sus ojos dejaron de hacer presión y se mostraron con compasión. Hernan no parecía tener muchos ánimos para jugar e igualarse conmigo en jueguitos que inventaba mentalmente, pero quería dejarme claro su posición como adulto, “darme lecciones de respeto” tal vez.
Me explicó que mi actitud y mi forma de proponer las cosas no lograrían nada con él.
-Normalmente los débiles son manipulables a través de retos o imposiciones, no tienen un objetivo claro que los mueva y una motivación en bandeja les hace falta- hice una pequeña pausa y proseguí –se me olvido que tu no eres tan débil- completé tratando de ser graciosa y romper la tensión del momento.
Al parecer al hombre no le dio tanta gracia como yo pensaba, su mirada seguía como esperando algo más que un simple chiste para poder retomar su rumbo. El brujo que se encontraba sentado se levantó casi sin quitarme la mirada de encima, -¿busca intimidarme?- pensaba mientras él se acercaba para decirme que no me iba a morir.
-No te estás muriendo, sabrías que lo que te pasa es normal si escucharas más a los adultos, los ancianos le llaman 'florecer'—explicó él—. Sólo le ocurre a las mujeres, usualmente a las niñas mayores que tú, pero he oído de algunas de tu edad que florecen. Así como una flor madura para luego dar frutos, en las mujeres significa que pueden tener hijos. Si quieres saber más sobre esas cosas tendrás que preguntar a una mujer con experiencia, de preferencia a una con hijos.
(2)Aquellas palabras me dejaban desorbitada. El hombre no me iba a responder feo, no me iba a golpear, ni se acercó para amenazarme de vuelta teniendo toda la ventaja en años y tamaño, sólo se acercó para “ayudarme” a su manera. A pesar de no ser una definición digerible intentó ayudarme -¿Quééé?- pensaba repetidas veces -¿Qué acaba de ocurrir?-
El hombre se veía muy claro en sus cosas, sereno, serio, muy inteligente y justo; a pesar de ser molesto por no seguir un patrón, era súper interesante ese señor. Escuché sus palabras con atención, estas seguían siendo severas pero ya no las veía de esa forma. Me di media vuelta, cerré mis ojos y arranqué del verde césped una florecita de esas pequeñas que abundan en los jardines con el simple pensamiento. Era liviana, fácil de controlar y muy bonita, sus pétalos se deslizaban por el viento mientras yo la esperaba con las manos abiertas, realmente deseaba darle un lindo detalle al señor que había tenido tanta paciencia para soportarme y aún así quiso explicarme lo fundamental de nuestro poder.
Me voltee con una enorme sonrisa y le entregué a Hernan su daga y la florecita que había obtenido gracias a la telequinesis que él me había ayudado a perfeccionar.
-Cuando sea grande quiero ser como tu, pero menos seria y más linda- dije con mucha sinceridad y con las mejillas rosaditas.
Me explicó que mi actitud y mi forma de proponer las cosas no lograrían nada con él.
-Normalmente los débiles son manipulables a través de retos o imposiciones, no tienen un objetivo claro que los mueva y una motivación en bandeja les hace falta- hice una pequeña pausa y proseguí –se me olvido que tu no eres tan débil- completé tratando de ser graciosa y romper la tensión del momento.
Al parecer al hombre no le dio tanta gracia como yo pensaba, su mirada seguía como esperando algo más que un simple chiste para poder retomar su rumbo. El brujo que se encontraba sentado se levantó casi sin quitarme la mirada de encima, -¿busca intimidarme?- pensaba mientras él se acercaba para decirme que no me iba a morir.
-No te estás muriendo, sabrías que lo que te pasa es normal si escucharas más a los adultos, los ancianos le llaman 'florecer'—explicó él—. Sólo le ocurre a las mujeres, usualmente a las niñas mayores que tú, pero he oído de algunas de tu edad que florecen. Así como una flor madura para luego dar frutos, en las mujeres significa que pueden tener hijos. Si quieres saber más sobre esas cosas tendrás que preguntar a una mujer con experiencia, de preferencia a una con hijos.
(2)Aquellas palabras me dejaban desorbitada. El hombre no me iba a responder feo, no me iba a golpear, ni se acercó para amenazarme de vuelta teniendo toda la ventaja en años y tamaño, sólo se acercó para “ayudarme” a su manera. A pesar de no ser una definición digerible intentó ayudarme -¿Quééé?- pensaba repetidas veces -¿Qué acaba de ocurrir?-
El hombre se veía muy claro en sus cosas, sereno, serio, muy inteligente y justo; a pesar de ser molesto por no seguir un patrón, era súper interesante ese señor. Escuché sus palabras con atención, estas seguían siendo severas pero ya no las veía de esa forma. Me di media vuelta, cerré mis ojos y arranqué del verde césped una florecita de esas pequeñas que abundan en los jardines con el simple pensamiento. Era liviana, fácil de controlar y muy bonita, sus pétalos se deslizaban por el viento mientras yo la esperaba con las manos abiertas, realmente deseaba darle un lindo detalle al señor que había tenido tanta paciencia para soportarme y aún así quiso explicarme lo fundamental de nuestro poder.
Me voltee con una enorme sonrisa y le entregué a Hernan su daga y la florecita que había obtenido gracias a la telequinesis que él me había ayudado a perfeccionar.
-Cuando sea grande quiero ser como tu, pero menos seria y más linda- dije con mucha sinceridad y con las mejillas rosaditas.
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OffRol
(1) Fue un juego que Maguita invento en ese instante para tratar de explicar lo que sentía.
(2) Literalmente para Maguita tu actitud fue un knock out sin embargo Maga no sabe que es eso xD
Magazubi
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Re: ¿Endulzando lo amargo o amargando lo dulce? [Interpretativo Libre 0/1 + Magazubi] [Cerrado]
Asintió levemente con la cabeza al notar que la pequeña reaccionaba de buena manera ante sus palabras y su actitud. Después de todo no era más que una niña de buenas intenciones, pero con escasa guía. El hecho de que hubiera andado sola por las catacumbas le producía cierta pena. Podía ser un gran talento que se desperdiciaría si seguía por ese camino.
Se acarició la barba, pensando por unos instantes que se prolongaron. En su interior el viejo brujo de manos manchadas en sangre daba paso a aquel que alguna vez soñó con llevar a su gente a la grandeza que se merecían. Si tan solo las cosas hubieran seguido otro camino...
La pequeña entonces lo sorprendió con un pequeño regalo, una flor y la devolución de su arma. No se esperaba aquello, pero mucho menos se esperaba lo que ella le diría. Contestó con una ligera sonrisa.
—Por ningún motivo, pequeña, cuando seas grande serás alguien mejor que yo.
"No serás una asesina" se dijo para sí, terminando la frase ", no andarás escondiéndote bajo nombres falsos para evitar una justicia que sabes que te mereces."
—Espérame aquí —le dijo, despejando sus pensamientos.
Caminó con paso decidido hasta llegar a una de las tiendas cercanas. Entró, saludando a la dueña con su engañoso encanto. Entabló una pequeña conversación, nada profundo, simplemente por beneficio, para ablandarle un poco. Averiguó que ella tenía un hijo enfermo y le recomendó una hierba de la que no tenía ningún conocimiento. Daba igual, la mujer creería que esa hierba ayudaría y quizás hasta lo hacía por la fuerza del convencimiento.
Obtuvo finalmente un generoso descuento en adquirir un par de prendas. No eran la gran cosa, un vestido de toques sobrios, en un punto medio entre lo infantil y lo adulto. Cubría completamente los hombros y llegaba al cuello, pudiendo considerarse recatado, bajando de manera ligeramente estrecha. No estaba diseñado para correr o saltar, pero permitía cierta libertad. En el fondo era un típico vestido femenino, práctico y con cierta elegancia sobria. Contaba, por supuesto, con sus respectivas polleras. Junto a ello iba una muda de ropa interior limpia. La mujer agregó una pequeña protección para añadir a la ropa interior, cuando supo el motivo de la necesidad urgente de ropa interior, pero Artabán no entendía ya de esas cosas. Justo antes de retirarse, la dueña agregó un pañuelo para la cabeza, de regalo, 'algo propio para una señorita', había agregado.
Volvió donde la pequeña cargando las prendas y se las ofreció con naturalidad. Lo había pagado con la parte del dinero que le había correspondido a ella por el asunto de la golpiza al ladrón, pero prefirió no explicitar ese detalle, para evitar que reclamara que no tocaría aquel dinero.
—Ya te estás convirtiendo en una mujer, deberías empezar a lucir como tal —le dijo sin aire de reproche, sino como considerándolo lo más normal del mundo.
Artabán
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Re: ¿Endulzando lo amargo o amargando lo dulce? [Interpretativo Libre 0/1 + Magazubi] [Cerrado]
El robusto hombre de avanzada edad a pesar de ser muy serio y un tanto ortodoxo en sus métodos era una personita muy agradable, buena y cariñosa -aunque seguramente si se lo decía se negaría-.
Había quedado impresionado por mi buena reacción ante el regaño que me dio. Sus deseos por mi mejora eran sinceros y eso me había enternecido bastante, no era un mal hombre, sólo un brujito con falta de “tacto” para ciertas cosas.
Me pidió que lo esperara un tiempito, sinceramente no esperaba que su retorno fuese próximo, incluso pensé que aún tenía asuntos “violentos” que atender; pero no fue así. Al volver se acercó a mí para entregarme amablemente ropita nueva. -¡¿Quééé?! Si, me estaba regalando ropa- No pude evitar sonreír y emocionarme de que ya no estaría manchadita.
-¡¡Gracias, gracias, gracias!!- dije emocionada mientras me lanzaba sobre él para abrazarlo y peinarle el bigote que tenía medio desarreglado.
Enseguida salí corriendo hacía cualquier lugar cercano y seguro para cambiarme, estaba muy feliz con mi nuevo vestido y más que me lo haya regalado aquel hombre, ni siquiera esperé una reacción de él cuando me agradecí, sólo actué sin pensar.
Mientras me cambiaba me percaté de los trositos de tela extra que tenía mi ropita intima, para que no se notara mucho mi sangrado. Salí muy contenta modelando mi nueva apariencia, me sentía un tanto extraña pero no era nada malo.
-¿Podrías ayudarme con esto?- le dije mientras le entregaba la cinta para el cabello.
Poco después de proponerle al brujo que me ayudara sentí un fuerte escalofrío recorrer mi cuerpo. Un recuerdo muy nítido del cariño y el afecto que me daba mi papi me inundó, los ojitos se me aguaron y una lagrimita bajó por mis mejillas. -Ojala me vieses crecer papi- me estremecí y me llene de tristezas. No lo podía aguantar, aquel hombre me había recordado la ausencia de mi padre y me vi obligada a partir.
- Te quiero- le dije con la voz cortada mientras giraba mi cuerpo listo para huir, alejarme lo más que pudiese, no quería volver a sentir ese vacío más nunca.
Había quedado impresionado por mi buena reacción ante el regaño que me dio. Sus deseos por mi mejora eran sinceros y eso me había enternecido bastante, no era un mal hombre, sólo un brujito con falta de “tacto” para ciertas cosas.
Me pidió que lo esperara un tiempito, sinceramente no esperaba que su retorno fuese próximo, incluso pensé que aún tenía asuntos “violentos” que atender; pero no fue así. Al volver se acercó a mí para entregarme amablemente ropita nueva. -¡¿Quééé?! Si, me estaba regalando ropa- No pude evitar sonreír y emocionarme de que ya no estaría manchadita.
-¡¡Gracias, gracias, gracias!!- dije emocionada mientras me lanzaba sobre él para abrazarlo y peinarle el bigote que tenía medio desarreglado.
Enseguida salí corriendo hacía cualquier lugar cercano y seguro para cambiarme, estaba muy feliz con mi nuevo vestido y más que me lo haya regalado aquel hombre, ni siquiera esperé una reacción de él cuando me agradecí, sólo actué sin pensar.
Mientras me cambiaba me percaté de los trositos de tela extra que tenía mi ropita intima, para que no se notara mucho mi sangrado. Salí muy contenta modelando mi nueva apariencia, me sentía un tanto extraña pero no era nada malo.
-¿Podrías ayudarme con esto?- le dije mientras le entregaba la cinta para el cabello.
Poco después de proponerle al brujo que me ayudara sentí un fuerte escalofrío recorrer mi cuerpo. Un recuerdo muy nítido del cariño y el afecto que me daba mi papi me inundó, los ojitos se me aguaron y una lagrimita bajó por mis mejillas. -Ojala me vieses crecer papi- me estremecí y me llene de tristezas. No lo podía aguantar, aquel hombre me había recordado la ausencia de mi padre y me vi obligada a partir.
- Te quiero- le dije con la voz cortada mientras giraba mi cuerpo listo para huir, alejarme lo más que pudiese, no quería volver a sentir ese vacío más nunca.
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Re: ¿Endulzando lo amargo o amargando lo dulce? [Interpretativo Libre 0/1 + Magazubi] [Cerrado]
Si lo viera Sokotora seguro se reiría y es que parecía mentira que se estuviera comportando de una manera tan amable con esa niña, pero así era. Supuso que era alguna especie de instinto, había personas que hablaban sobre eso, una tendencia natural de los adultos por proteger a los pequeños. De alguna manera eso explicaba por qué, a pesar de tantas muertes que había causado, la de ese pequeño dragón era la que más recordaba en las noches en que no dormía bien.
En un momento la chica se abalanza sobre él y no tiene más remedio que quedarse quieto, aunque no está en su naturaleza retribuir el gesto y simplemente soporta estoico como hasta su bigote es presa de una desenfrenada ternura.
Y sí, el duro de Artabán estaba pronto ayudando a una niña pequeña... no, a una chica que pronto dejaría de ser niña, a ponerse un pañuelo en el pelo. Es que si ya estaba metido en todo eso al menos tenía que terminarlo. Realizó el acto con una cierta solemnidad, como si se tratase de alguna especie de ritual antiguo y de gran importancia.
—Si algún día quieres volver a tus raíces, sólo pregunta en Beltrexus por Kaledor Hartem, está de alcalde o alguna cosa parecida —le dijo con una mirada seria— . Dile que vienes de mi parte y seguro hará algo por ti.
Habían sido camaradas en la guerra, peleando codo a codo. Incluso cuando la vida los había llegado por caminos tan distintos sabía que no daría la espalda a una petición así.
—Y descuida, ese siempre ha sido un blando de corazón, no hay nada que temer, ambos siempre hemos querido lo mejor para nuestra gente.
Dicho esto sintió que había finalmente cumplido con las responsabilidades que podía llevar a cabo como adulto con esa muchacha y su rostro lo reflejó. Se quedó de pie y la miró partir, contestó con una pequeña sonrisa aquel fugaz y pasajero 'te quiero' para observarla emprender el rumbo. Quizás no la vería nunca más o quizás el destino los volvería a cruzar, no lo sabía. Se dio media vuelta.
El norte sería su nuevo rumbo y debía pronto hacer las maletas. Caminó hasta la plaza y recorrió el lugar con la mirada. No era difícil notar quienes se preparaban para dejar la ciudad y se acercó a ellos.
—Saludos, mi nombre es Herman —dijo a uno de ellos.
Un nuevo camino se abría.
Artabán
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