Sorpresas te trae el día. [Interpretativo - Privado] [Arath + Ébano]
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Sorpresas te trae el día. [Interpretativo - Privado] [Arath + Ébano]
NOTA: el nombrado castillo (pereza de editar), se refiere a una casa señorial con tierras que el usuario Arath reconquistó con ayuda de Ébano, Nafen y otros usuarios que se encuentran inactivos; no se trata del castillo de lunargenta ni de un título importante.
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Era noche ya muy cerrada, había salido con el atardecer de la ciudad, pero diferentes retrasos a lo largo de la noche hicieron que llegase al castillo entrada ya la madrugada, casi la hora más oscura, poco antes del amanecer.
No tenía llave, pero me conocían. Llegué bordeando los muros por el camino, bajando el caballo al trote y pasé por entre las granjas y las casas de los agricultores que hacía un año Arathon había acogido en las tierras del castillo que entre varios, habíamos recuperado para él, a parte de una parcela de tierras y un techo donde dormir. Me pareció un trato justo.
Pero poco después desapareció... Torcí el gesto mirando al cielo, recordando momentos de aquellos días. No sabía realmente qué había ocurrido, y con la aparición de un vampiro centenario en mi sótano, el desastre con el circo ambulante, las aventuras en la mina, en el agujero de los trasgos y el viaje hasta el bastión de los Cuervos de Plata y con… con su presencia…
Suspiré, cerré los ojos y apreté los dientes fuertemente. Los abrí de nuevo.
Con todo aquello me había olvidado de mis asuntos. Ayudé con la reconstrucción del castillo, sí, que quedó desangelado con la desaparición de su dueño, incluso me había dignado a atender y tratar de solucionar algunos problemas de los granjeros. Pero en general, había sido un tiempo tan tranquilo y… monótono, gris, que todas las cosas que ocurrieron después me hicieron olvidar mis intenciones de indagar sobre el paradero de Arathon, así como de buscar a mis padres. Aquello era lo que más me dolía, yo pensaba que había sido todo lo que me había mantenido ocupada la causa de que no los hubiese ido a buscar pero, algo en mi sabía que no, que era el miedo ante lo desconocido lo que me lo había estado impidiendo.
Sin embargo… Yo no encajaba al lado de Wallace… O eso creía entonces. Había salido del bastión de los cuervos para algún trabajillo en la ciudad y, después del comportamiento del elfo comprendí que él tenía una vida pública, un honor, un deber, era un guerrero fuerte, el suspiro de muchas mujeres y tenía propósitos en la vida. Yo en cambio era alguien que se mueve de noche... como lo sucio, como las mentiras. Tenía un pasado muy feo y nada honrado, y mi presente tampoco era agua de jazmín. Tomé la decisión de volver al Castillo y retomar mis tareas iniciales: primero buscaría a Arathon, y luego buscaría a mis padres para ofrecerles un hueco en las granjas del castillo, o al menos... dinero... Si estaban bien y… vivos, claro. Ni siquiera sabía si me aceptarían. Y al mismo tiempo, pondría en marcha un tejemaneje de artimañas y trabajos, con alguna tapadera, para forjarme una reputación por todos los círculos de cada rincón de Aerandir. Ese era mi propósito inicial… Qué Ébano acechase en cada cabeza como la sombra que acecha a cada día, agazapada en una esquina, esperando una oportunidad.
Lo que no sabía por entonces, es que me arrepentiría, que no podría vivir sin acordarme a cada momento del tacto de una melena pelirroja y unos ojos penetrantes.
Entraba ya por las compuertas del Castillo, casi entrando el día, acelerada la respiración por el trote y la carrera. Dejé al caballo en la cuadra y subí las escaleras después de pasar por las cocinas y cambiar mi botella vacía por una llena.
Entré a uno de las cámaras grandes del piso de arriba, con un gran ventanal. Lo cerré con sumo cuidado y me di la vuelta. Un espacio hondo cavado en la piedra hacía las veces de bañera, más indicada para el relax que para fines higiénicos. Había butacones por toda la sala, con telas recién tapizadas.
Necesitaba aquello… Luego dormiría y por la mañana iría a ver a Isell, y a buscar al Mush. Una sonrisa escapó de mi boca al recordarlos, ella era buena chica, aquí trabajaba y se ganaba la vida, sin necesidad de ir a parar a otra familia que no le diese buen trato.
Me quité el corpiño, saqué la daga de los lazos y la puse en la mesa. Desenganché la falda y la dejé caer, saqué las dos dagas de sus abrazaderas y solté la horquilla del pelo, dejando toda la ropa amontonada y todas las armas sobre la mesa. Me sumergí en el agua, fría, y suspiré; la tela fina de aquel vestido que hacía las veces de ropa interior flotaba, y no pude evitar sentir la piel erizada al ver que por fin podía descansar…. En casa…. Destapé la botella y bebí un largo trago, sonriendo para mis adentros.
Ébano
Aerandiano de honor
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Re: Sorpresas te trae el día. [Interpretativo - Privado] [Arath + Ébano]
Ya había pasado mucho tiempo desde aquel día. Arathon no sabia cuanto exactamente pues hacia ya mucho que no contaba los días y simplemente los dejaba pasar.
Todo lo que había pasado desde entonces ya no era mas que un amasijo de recuerdos que se confundían entre ellos. No sabia ordenar cronológicamente todo lo que le había pasado.
Su secuestro, su huida, todas las cosas que tuvo que hacer para sobrevivir... Pero todo eso formaba parte del pasado. Ahora tenia que dejar atrás todos esos recuerdos y volver a recuperar su vida anterior.
De modo que un día y sin previo aviso, decidió irse y dejar a su banda. Al final les había cogido algo de simpatía a sus muchachos, pero robar estaba mal. Siempre les decía que solo robaran y nunca hirieran a nadie.
Y nunca hacían caso, siempre le daban algún puñetazo a la víctima. Arathon les miaba con mala cara cuando lo hacían, pero ellos seguían a los suyo. Al final termino aceptando que golpearan un poco. Cuando se pasaban de la raya, siempre se quejaba de su comportamiento.
Esto hacia que se moderasen durante una temporada corta, pero terminaban volviendo a dar palizas. Siempre pasaba lo mismo, y Arathon no podía evitarlo.
La gota que colmo el vaso fue cuando los chicos violaron a esas pobres niñas. Eso le destrozo por completo y le dio valor para escapar de su "cautiverio". De ese modo, aprovecho para escaparse una noche muy fría y oscura. Debía volver a su castillo de una vez por todas.
Durante el camino tuvo tiempo suficiente para pensar en lo que había hecho. No tuvo otra elección. O se unía a la banda de bandidos y sobrevivía o le mataban. Fue una decisión dura, pero vagar por el bosque sin apenas comida y agua le hacia ver el mundo diferente.
Llego por fin a su castillo. Tanto tiempo había pasado y aun se acordaba de como era por dentro. Cada rincón, cada habitación, cada pasillo... Todo bastante bien cuidado. Y cada cosa en su respectivo lugar. Admirable.
Los guardias no se fiaron de el en un principio, pero en pocos segundos demostró que era en verdad el, Arathon Kaldra. Y había vuelto por fin a su castillo. Y tenia grandes planes para el... Planes que no tardarían mucho en ser revelados.
También le habían dicho que Ébano aun estaba por allí y se encargaba de "gestionar" el castillo. Tras saber donde estaba su "habitación", decidió darle una sorpresa cuando volviera.
Cuando los guardias le dijeron que la habían visto, se fue directamente a sus aposentos. A ver como se tomaba su aparición repentina.
Entro sin llamar a la puerta. Era su castillo y podía hacer lo que quisiera y entrar donde quisiera. No se sorprendió al ver que estaba desnuda. Lo que no se esperaba es que se estuviera bañando.
Que, disfrutando del agua? - Dijo Arathon algo burlón
Todo lo que había pasado desde entonces ya no era mas que un amasijo de recuerdos que se confundían entre ellos. No sabia ordenar cronológicamente todo lo que le había pasado.
Su secuestro, su huida, todas las cosas que tuvo que hacer para sobrevivir... Pero todo eso formaba parte del pasado. Ahora tenia que dejar atrás todos esos recuerdos y volver a recuperar su vida anterior.
De modo que un día y sin previo aviso, decidió irse y dejar a su banda. Al final les había cogido algo de simpatía a sus muchachos, pero robar estaba mal. Siempre les decía que solo robaran y nunca hirieran a nadie.
Y nunca hacían caso, siempre le daban algún puñetazo a la víctima. Arathon les miaba con mala cara cuando lo hacían, pero ellos seguían a los suyo. Al final termino aceptando que golpearan un poco. Cuando se pasaban de la raya, siempre se quejaba de su comportamiento.
Esto hacia que se moderasen durante una temporada corta, pero terminaban volviendo a dar palizas. Siempre pasaba lo mismo, y Arathon no podía evitarlo.
La gota que colmo el vaso fue cuando los chicos violaron a esas pobres niñas. Eso le destrozo por completo y le dio valor para escapar de su "cautiverio". De ese modo, aprovecho para escaparse una noche muy fría y oscura. Debía volver a su castillo de una vez por todas.
Durante el camino tuvo tiempo suficiente para pensar en lo que había hecho. No tuvo otra elección. O se unía a la banda de bandidos y sobrevivía o le mataban. Fue una decisión dura, pero vagar por el bosque sin apenas comida y agua le hacia ver el mundo diferente.
Llego por fin a su castillo. Tanto tiempo había pasado y aun se acordaba de como era por dentro. Cada rincón, cada habitación, cada pasillo... Todo bastante bien cuidado. Y cada cosa en su respectivo lugar. Admirable.
Los guardias no se fiaron de el en un principio, pero en pocos segundos demostró que era en verdad el, Arathon Kaldra. Y había vuelto por fin a su castillo. Y tenia grandes planes para el... Planes que no tardarían mucho en ser revelados.
También le habían dicho que Ébano aun estaba por allí y se encargaba de "gestionar" el castillo. Tras saber donde estaba su "habitación", decidió darle una sorpresa cuando volviera.
Cuando los guardias le dijeron que la habían visto, se fue directamente a sus aposentos. A ver como se tomaba su aparición repentina.
Entro sin llamar a la puerta. Era su castillo y podía hacer lo que quisiera y entrar donde quisiera. No se sorprendió al ver que estaba desnuda. Lo que no se esperaba es que se estuviera bañando.
Que, disfrutando del agua? - Dijo Arathon algo burlón
Arathon Kaldra
Experto
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Re: Sorpresas te trae el día. [Interpretativo - Privado] [Arath + Ébano]
– ¿Que, disfrutando del agua? – la voz en tono burlón me sacó de mi sopor.
Abrí los ojos de golpe y enfoqué la vista, sobre saltada. Un hombre. La alerta en mi nuca hizo crecer mis colmillos y poner en marcha mis sentidos, adormecidos por el momento de descanso del baño.
Era… Por todos los dioses. Me levanté, en un arrebato nada propio de mí y caminé en dos pasos hasta el hombre que me miraba desde la puerta. Lo abracé con fuerza y lo solté rápidamente, dándome cuenta de que lo estaba mojando.
– Arathon Kaldra… – señalé el agua con picardía –¿Te unes? – bromeé. Lo miré de arriba abajo, cambiando la sonrisa por un gesto escrutando al individuo, – muchos apostaban por tu muerte. Pero algo me decía que estabas por ahí, poniendo pegas a todo.
Me acaricié el cuello y caminé en torno a él, examinándolo. Estaba mucho más curtido, la figura más definida y la piel más morena. Además, tenía algo de barba, de varios días... Y el pelo un tanto más largo de lo que recordaba. Supuse que habría tenido problemas, o aventuras tal vez. A esas alturas poco me importaba... – Normalmente esperaría un poco para preguntarte, pero, ¿por qué desapareciste así? ¿Tan de repente? ¿Y a qué se debe tu repentina vuelta?
No era muy natural, debí haber esperado a que se acomodase, pero por otra parte, si había decidido entrar así… Era porque no le importaba entretenerse. Tampoco era muy habitual mi reacción… Lo cierto era que no había entablado ninguna relación idílica, por aquel tiempo yo era mucho más fría, más… frívola.
Supongo que todo lo que había estado ocurriendo en todos esos meses había tirado por tierra parte de mi fachada, y de ahí aquel repentino abrazo, cuando de costumbre me preguntaría cómo había entrado sin que me diese cuenta, qué hacía allí después de tanto tiempo, y por qué se había ido, preguntas y desconfianza que en cierto modo aún rondaban por mi cabeza, no dejaba de estar alerta, por trato amistoso que le diese.
El mundo estaba lleno de peligros que no estaba dispuesta a sufrir.
Sin embargo, y a causa de aquello, me dije a mi misma que debía volver a trabajar en mis reacciones, en mi control mental y emocional… Mis tiempos con la hermandad eran lejanos, sí, pero aquella era una de las pocas enseñanzas útiles que pude sacar, y no debía caer en mi olvido.
Me acerqué a un mueble y cogí dos copas y una botella, junto a varias vacías. Botellas que yo no había puesto allí. Pensé que debería comentarle algo acerca de Isell, de Mush… Aunque ellos no daban problemas, Isell era muda y el Mush... bueno, era una bolita de pelo. Sin embargo algunas de las chicas se pasaban por allí, noche sí... Noche también. Llené ambas copas y le tendí una a Arathon, dispuesta a escucharle y a brindar.
Abrí los ojos de golpe y enfoqué la vista, sobre saltada. Un hombre. La alerta en mi nuca hizo crecer mis colmillos y poner en marcha mis sentidos, adormecidos por el momento de descanso del baño.
Era… Por todos los dioses. Me levanté, en un arrebato nada propio de mí y caminé en dos pasos hasta el hombre que me miraba desde la puerta. Lo abracé con fuerza y lo solté rápidamente, dándome cuenta de que lo estaba mojando.
– Arathon Kaldra… – señalé el agua con picardía –¿Te unes? – bromeé. Lo miré de arriba abajo, cambiando la sonrisa por un gesto escrutando al individuo, – muchos apostaban por tu muerte. Pero algo me decía que estabas por ahí, poniendo pegas a todo.
Me acaricié el cuello y caminé en torno a él, examinándolo. Estaba mucho más curtido, la figura más definida y la piel más morena. Además, tenía algo de barba, de varios días... Y el pelo un tanto más largo de lo que recordaba. Supuse que habría tenido problemas, o aventuras tal vez. A esas alturas poco me importaba... – Normalmente esperaría un poco para preguntarte, pero, ¿por qué desapareciste así? ¿Tan de repente? ¿Y a qué se debe tu repentina vuelta?
No era muy natural, debí haber esperado a que se acomodase, pero por otra parte, si había decidido entrar así… Era porque no le importaba entretenerse. Tampoco era muy habitual mi reacción… Lo cierto era que no había entablado ninguna relación idílica, por aquel tiempo yo era mucho más fría, más… frívola.
Supongo que todo lo que había estado ocurriendo en todos esos meses había tirado por tierra parte de mi fachada, y de ahí aquel repentino abrazo, cuando de costumbre me preguntaría cómo había entrado sin que me diese cuenta, qué hacía allí después de tanto tiempo, y por qué se había ido, preguntas y desconfianza que en cierto modo aún rondaban por mi cabeza, no dejaba de estar alerta, por trato amistoso que le diese.
El mundo estaba lleno de peligros que no estaba dispuesta a sufrir.
Sin embargo, y a causa de aquello, me dije a mi misma que debía volver a trabajar en mis reacciones, en mi control mental y emocional… Mis tiempos con la hermandad eran lejanos, sí, pero aquella era una de las pocas enseñanzas útiles que pude sacar, y no debía caer en mi olvido.
Me acerqué a un mueble y cogí dos copas y una botella, junto a varias vacías. Botellas que yo no había puesto allí. Pensé que debería comentarle algo acerca de Isell, de Mush… Aunque ellos no daban problemas, Isell era muda y el Mush... bueno, era una bolita de pelo. Sin embargo algunas de las chicas se pasaban por allí, noche sí... Noche también. Llené ambas copas y le tendí una a Arathon, dispuesta a escucharle y a brindar.
Ébano
Aerandiano de honor
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Re: Sorpresas te trae el día. [Interpretativo - Privado] [Arath + Ébano]
El abrazo extraño bastante a Arathon. Aunque tampoco sabia que esperar, eso en concreto le confundió un poco. No puedo evitar sonreír un poco ante la invitación de Ebano. Eso le hacia recordar cuando estaban en la cabaña que reformo... Solo había pasado poco mas de un año y parecía que hacia un siglo.
No has cambiado en nada- Negó levemente con la cabeza- ¿Que seria del mundo si no me estuviera quejando constantemente?
Arathon se quedo allí de pie mientras veía como Ebano lo observaba. A el no le parecía haber cambiado tanto, pero un año era mucho tiempo. Ella también había cambiado bastante. Seguro que se había hecho algo en el pelo, pero no era muy dado a fijarse en los detalles.
Todo a su debido tiempo- respondió Arathon antes las preguntas ansiosas- Primero ponte un poco de ropa, por lo que mas quieras.
Arathon acepto la copa de inmediato. Posiblemente antes no la habría aceptado. Odiaba la bebida. Pero tanto tiempo lejos de cualquier cosa normal le había cambiado ligeramente. Cada vez veía menos diferencia entre el bien y el mal. Aunque solo fuera una metáfora, para el, la bebida significa el mal. Un mal que debía aceptar en su vida, un mal que distaba de aquella imagen que tenia hacia tiempo. Era un mal que era necesario, y a veces, lo único que quedaba.
Se tomo un ligero sorbo y dio un vistazo a la habitación. La decoración era un poco barroca para el. Prefería cosas simples y sin mucha decoración. Como mínimo en eso no había cambiado nada.
Es una larga historia, así que mejor empieza contándome como va el castillo.
No has cambiado en nada- Negó levemente con la cabeza- ¿Que seria del mundo si no me estuviera quejando constantemente?
Arathon se quedo allí de pie mientras veía como Ebano lo observaba. A el no le parecía haber cambiado tanto, pero un año era mucho tiempo. Ella también había cambiado bastante. Seguro que se había hecho algo en el pelo, pero no era muy dado a fijarse en los detalles.
Todo a su debido tiempo- respondió Arathon antes las preguntas ansiosas- Primero ponte un poco de ropa, por lo que mas quieras.
Arathon acepto la copa de inmediato. Posiblemente antes no la habría aceptado. Odiaba la bebida. Pero tanto tiempo lejos de cualquier cosa normal le había cambiado ligeramente. Cada vez veía menos diferencia entre el bien y el mal. Aunque solo fuera una metáfora, para el, la bebida significa el mal. Un mal que debía aceptar en su vida, un mal que distaba de aquella imagen que tenia hacia tiempo. Era un mal que era necesario, y a veces, lo único que quedaba.
Se tomo un ligero sorbo y dio un vistazo a la habitación. La decoración era un poco barroca para el. Prefería cosas simples y sin mucha decoración. Como mínimo en eso no había cambiado nada.
Es una larga historia, así que mejor empieza contándome como va el castillo.
Arathon Kaldra
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Re: Sorpresas te trae el día. [Interpretativo - Privado] [Arath + Ébano]
– Todo a su debido tiempo. Primero ponte un poco de ropa, por lo que más quieras. – dijo, y acto seguido aceptó la copa. – Normalmente me piden justo lo contrario, si es que les doy tiempo para expresarse, hay mucho impertinente por el mundo, querido. Aun así… No voy desnuda. Jamás comprenderé tanta incomodidad pero… Como quieras.
Cogí la capa que había dejado a un lado y me la puse, sin la capucha, mojándola un tanto. No tenía ganas de perder el tiempo con cierres de faldas y lazos de corpiño. Mientras tanto escudriñé a mi interlocutor mientras bebía una copa, con una expresión extraña. Como de recelo mezclado con extraño placer y repugnancia. Dicen que se llama melancolía.
Me acerqué a una de las butacas, y me senté, medio acostada, cruzando las piernas; mis ojos se posaron en la chimenea, vacía, con cenizas frías. – Es una larga historia, así que mejor empieza contándome cómo va el castillo. – Suspiré. Me temía aquella pregunta, y esperaba que no me echase nada en cara, pues había hecho cuanto pude… O… O no, pero eso él no lo sabía. Además, sí que había hecho cuanto pude, durante el tiempo que estuve aquí, claro.
– ¿Quieres que enciendan la chimenea? Oí que se avecinaba un día frío. – comenté mientras me incorporaba. – El castillo… bueno… ¿Por dónde empiezo…? Te fuiste. Nafen pasaba de cuando en cuando, yo me quedé un tiempo. Los granjeros y los campesinos de las tierras de abajo siguieron sus trabajos, no tenían ni idea de tu ausencia. El servicio trabajaba con normalidad… Pusimos en orden aquellas zonas que necesitaban una mano, hice algunos tratos… Algunos materiales que no necesitábamos a cambio de mano de obra, de trabajos de ebanistería… Para el resto de trabajos, contratamos a los mancebos de los campesinos, en lugar de pagarles, les reduje la contribución de grano y bienes… No sé, Arathon, yo nunca había hecho labores así, yo me muevo más por otros… Otros ambientes, otro tipo de trabajos. Pero entre uno de tus mayordomos, creo el que más conocía el palacio y yo… Pudimos terminar aquellas zonas que necesitaban ser arregladas. Luego todo se normalizó. Algunos de tus hombres se han ido, el personal ha menguado… Era estúpido tener a tanta gente trabajando… Después estuve un tiempo aquí, viviendo. Durante ese tiempo me ausenté para algunos trabajos, traje a una muchacha… Isell, es muda, pero es buena chica, trabaja aquí, la acogieron bien, vive en las dependencias de servicio y básicamente, se encarga de mantener todas las salas en orden, cuida de las existencias también, de todo tipo. ¡Ah! Y también… encontré un huevo extraño. Hay una criatura que salió de él… Un pequeño Mushu, es como un gatito, pero con forma de bolita, no molesta, descuida. Y después… estuve aquí, sin más. Instruyéndome en la biblioteca.
De hecho, encontré una gruta a un sótano. No me habías dicho que teníamos un vampiro centenario viviendo en él, cielo… – dije, con media sonrisilla burlona. – Estuvo… unas semanas… mmh… digamos, conmigo, aquí. Todo esto era suyo cientos de años atrás, te podrás imaginar mi sorpresa. – Suspiré, pensando en su marcha, y en la mía. – Después partí, más trabajos… ¡Debes saber que he acumulado ciertos aeros en este tiempo! – dije, riendo, pero la sonrisa cayó pronto. Bebí la media copa que me quedaba de un trago y la rellené, otra vez. – Después… Un guerrero me reclutó para un clan… Y bueno, pasé en su bastión un tiempo, alrededor de un mes. En un viaje a Lunargenta para recoger materiales estuve pensando y… Bueno, por circunstancias, creí que debía volver aquí y… Eso es todo. Vamos, acuchíllame, que sea rápido. – levanté la copa y la observé. No quería admitir mi problema, aunque verdaderamente... Ya no me afectaba apenas beber alcohol. La sopesé y miré al brujo para dar un sorbo a su salud, con expresión divertida. – Como ves, soy una mujer ocupada....
Cogí la capa que había dejado a un lado y me la puse, sin la capucha, mojándola un tanto. No tenía ganas de perder el tiempo con cierres de faldas y lazos de corpiño. Mientras tanto escudriñé a mi interlocutor mientras bebía una copa, con una expresión extraña. Como de recelo mezclado con extraño placer y repugnancia. Dicen que se llama melancolía.
Me acerqué a una de las butacas, y me senté, medio acostada, cruzando las piernas; mis ojos se posaron en la chimenea, vacía, con cenizas frías. – Es una larga historia, así que mejor empieza contándome cómo va el castillo. – Suspiré. Me temía aquella pregunta, y esperaba que no me echase nada en cara, pues había hecho cuanto pude… O… O no, pero eso él no lo sabía. Además, sí que había hecho cuanto pude, durante el tiempo que estuve aquí, claro.
– ¿Quieres que enciendan la chimenea? Oí que se avecinaba un día frío. – comenté mientras me incorporaba. – El castillo… bueno… ¿Por dónde empiezo…? Te fuiste. Nafen pasaba de cuando en cuando, yo me quedé un tiempo. Los granjeros y los campesinos de las tierras de abajo siguieron sus trabajos, no tenían ni idea de tu ausencia. El servicio trabajaba con normalidad… Pusimos en orden aquellas zonas que necesitaban una mano, hice algunos tratos… Algunos materiales que no necesitábamos a cambio de mano de obra, de trabajos de ebanistería… Para el resto de trabajos, contratamos a los mancebos de los campesinos, en lugar de pagarles, les reduje la contribución de grano y bienes… No sé, Arathon, yo nunca había hecho labores así, yo me muevo más por otros… Otros ambientes, otro tipo de trabajos. Pero entre uno de tus mayordomos, creo el que más conocía el palacio y yo… Pudimos terminar aquellas zonas que necesitaban ser arregladas. Luego todo se normalizó. Algunos de tus hombres se han ido, el personal ha menguado… Era estúpido tener a tanta gente trabajando… Después estuve un tiempo aquí, viviendo. Durante ese tiempo me ausenté para algunos trabajos, traje a una muchacha… Isell, es muda, pero es buena chica, trabaja aquí, la acogieron bien, vive en las dependencias de servicio y básicamente, se encarga de mantener todas las salas en orden, cuida de las existencias también, de todo tipo. ¡Ah! Y también… encontré un huevo extraño. Hay una criatura que salió de él… Un pequeño Mushu, es como un gatito, pero con forma de bolita, no molesta, descuida. Y después… estuve aquí, sin más. Instruyéndome en la biblioteca.
De hecho, encontré una gruta a un sótano. No me habías dicho que teníamos un vampiro centenario viviendo en él, cielo… – dije, con media sonrisilla burlona. – Estuvo… unas semanas… mmh… digamos, conmigo, aquí. Todo esto era suyo cientos de años atrás, te podrás imaginar mi sorpresa. – Suspiré, pensando en su marcha, y en la mía. – Después partí, más trabajos… ¡Debes saber que he acumulado ciertos aeros en este tiempo! – dije, riendo, pero la sonrisa cayó pronto. Bebí la media copa que me quedaba de un trago y la rellené, otra vez. – Después… Un guerrero me reclutó para un clan… Y bueno, pasé en su bastión un tiempo, alrededor de un mes. En un viaje a Lunargenta para recoger materiales estuve pensando y… Bueno, por circunstancias, creí que debía volver aquí y… Eso es todo. Vamos, acuchíllame, que sea rápido. – levanté la copa y la observé. No quería admitir mi problema, aunque verdaderamente... Ya no me afectaba apenas beber alcohol. La sopesé y miré al brujo para dar un sorbo a su salud, con expresión divertida. – Como ves, soy una mujer ocupada....
Ébano
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Re: Sorpresas te trae el día. [Interpretativo - Privado] [Arath + Ébano]
Arathon también se sentó en una silla que había agarrado. La puso en frente de ella y se dispuso a escuchar. Mientas Ebano hablaba, Arathon escuchaba pacientemente. No la interrumpió en ningún momento y no pronuncio palabra alguna mientras narraba todo lo que había hecho y todo por lo que había pasado. Su cara no cambio durante todo el transcurso de la historia. De tanto en cuanto daba un rápido sorbo y seguía escuchando pacientemente. Aunque ella sonriera de tanto en cuanto el no alteraba su expresión facial. Prefería no hacer juicios antes de escuchar todo lo que tenia que decir. Quería conservar su serenidad
Cuando termino se quedo callado unos segundos. Muchas cosas habían pasado. Mucha información le había soltado en Poco tiempo. Se levanto y dejo la copa encima de la mesa. Cruzo los brazos y se rasco la barbilla, pensativo.
Comprendo- Dijo pasado un rato desde que ella terminara- Veo que las cosas han estado moviditas... Todo lo que me has dicho... Es mucha información. Como mínimo, el castillo sigue de pie.
Dio unos cuantos pasos mientras observaba toda la habitación a medida que pensaba. Paso al lado de la bañera y metió un dedo. Daba pasos lentos mientras seguía observando, meditando sobre lo próximo que hacer.
Entenderás que este es mi castillo- Dijo de espaldas a ella- Y como tal, me pertenece. Eso no significa que quiera que te vayas. Solo quería dejarlo claro y nada mas... Espero que no te importe- Se giro de nuevo hacia ella- A partir de ahora asumiré el mando del castillo. Nadie podrá entrar ni salir de el libremente. Todas las entradas serán vigiladas y custodiadas día y noche. Controles exhaustivos. Armas solo permitidas a los guardias.- Miro hacia donde estaba la botella de la cual había bebido- Moderaremos los gastos inútiles. Y también quiero hablar con cada empleado para garantizar su lealtad.¿Algún comentario?
Las palabras de Arathon sonaron muy duras. Se había vuelto algo paranoico, pero era necesario si quería restablecer el orden. La libertad que parecían tener todo en el castillo le incomodaba bastante.
Aunque pareciera duro y inflexible con sus palabras, le decía eso a Ebano ya que era la única persona en la que podía confiar de verdad. Por eso su opinión le importaba bastante, aunque pareciera que no
Cuando termino se quedo callado unos segundos. Muchas cosas habían pasado. Mucha información le había soltado en Poco tiempo. Se levanto y dejo la copa encima de la mesa. Cruzo los brazos y se rasco la barbilla, pensativo.
Comprendo- Dijo pasado un rato desde que ella terminara- Veo que las cosas han estado moviditas... Todo lo que me has dicho... Es mucha información. Como mínimo, el castillo sigue de pie.
Dio unos cuantos pasos mientras observaba toda la habitación a medida que pensaba. Paso al lado de la bañera y metió un dedo. Daba pasos lentos mientras seguía observando, meditando sobre lo próximo que hacer.
Entenderás que este es mi castillo- Dijo de espaldas a ella- Y como tal, me pertenece. Eso no significa que quiera que te vayas. Solo quería dejarlo claro y nada mas... Espero que no te importe- Se giro de nuevo hacia ella- A partir de ahora asumiré el mando del castillo. Nadie podrá entrar ni salir de el libremente. Todas las entradas serán vigiladas y custodiadas día y noche. Controles exhaustivos. Armas solo permitidas a los guardias.- Miro hacia donde estaba la botella de la cual había bebido- Moderaremos los gastos inútiles. Y también quiero hablar con cada empleado para garantizar su lealtad.¿Algún comentario?
Las palabras de Arathon sonaron muy duras. Se había vuelto algo paranoico, pero era necesario si quería restablecer el orden. La libertad que parecían tener todo en el castillo le incomodaba bastante.
Aunque pareciera duro y inflexible con sus palabras, le decía eso a Ebano ya que era la única persona en la que podía confiar de verdad. Por eso su opinión le importaba bastante, aunque pareciera que no
Última edición por Arathon Kaldra el Dom Jun 14 2015, 14:33, editado 1 vez
Arathon Kaldra
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Re: Sorpresas te trae el día. [Interpretativo - Privado] [Arath + Ébano]
– Comprendo. Veo que las cosas han estado moviditas... Todo lo que me has dicho... Es mucha información. Como mínimo, el castillo sigue de pie. – Empezaba a inquietarme. Era una frase calculada, muy medida. Arathon había estado completamente en silencio mientras hablaba, y lo que es peor: inexpresivo.
Luego se había levantado y se había dedicado a repasar cada rincón de la habitación, como esperando algo. Midiendo. Calculando y pensando. Y me había puesto histérica. Dejé la copa ya vacía y me levanté también, cruzándome de brazos.
Fui a abrir la boca, para contestar pero, su voz resonó firme, suave. Contundente. – Entenderás que este es mi castillo. Y como tal, me pertenece. Eso no significa que quiera que te vayas. Solo quería dejarlo claro y nada más... Espero que no te importe. A partir de ahora asumiré el mando del castillo. Nadie podrá entrar ni salir de él libremente. Todas las entradas serán vigiladas y custodiadas día y noche. Controles exhaustivos. Armas solo permitidas a los guardias. Moderaremos los gastos inútiles. Y también quiero hablar con cada empleado para garantizar su lealtad. ¿Algún comentario?
Como un jarro de agua fría. ¿Me estaba echando? No, eso no. Me estaba dando órdenes, proclamándose sobre, lo que YA era suyo, a pesar de que yo lo sabía. Estaba dándome instrucciones, como si fuese alguien del servicio. Y yo… Yo estaba furiosa. Respiraba agitada, tenía las pupilas rojas. Pero por lo demás, no aparentaba ninguna expresión, y aun así mi voz sonó gélida, completamente provista de desprecio cuando hablé. – Un simple “gracias” habría bastado.
Me acerqué a él, cuatro pasos. Retrocedí uno. Di otros dos. Estaba enfadada, pero no quería sobre pasarme. Los pensamientos se acumulaban en mi cabeza como un torbellino, girando en torno a la idea de expresarme y a la idea de tranquilidad a la vez. Como dinamita en un incendio. – Sé de sobra que es Tu castillo, que Tu eres el dueño – dije, con énfasis en esas palabras, – Pero, ¿sabes? También sé que has desaparecido , ¡y no te lo reprocho! Tú tienes tus motivos, eres mayor para gestionarlos y yo no soy quién para pedirte explicaciones, pero he mantenido este castillo tal y como lo ves. ¡En pie! Sí, claro, ¡en pie! ¿Cómo iba una vampiresa a cuidar de algo? Está limpio, estable, todo reconstruido, todo el mundo cobra un sueldo decente, y todos los campesinos aportan bienes de sus tierras y ganado al castillo. No pensaba interferir en tu mando, ¡pero ahora resulta que tendré que identificarme cuando entre y salga! ¿Tampoco podré llevar armas? Tendré que vestir como gustes y.. ¡Ogh! Es demencial. – Respiraba muy agitada, me aleteaba la nariz y me habían crecido los colmillos. – Algunas de las chicas que te ayudaron a recuperar estas paredes duermen aquí de cuando en cuando. Agradece que de no ser por eso muchos de tus soldados se habrían pasado el día en un burdel. Pero lo que más….. Lo que más me sorprende, señor Kaldra – dije, haciendo una floritura con la mano – es que creas que hago uso de las existencias del castillo para mis…. Mis necesidades, mis gustos. – terminé, dejando la copa a un lado.
Me había pasado, lo sabía, pero.. Dioses, pensaba que él era una persona… No lo sé, ¿diferente? Me molestaba mucho que la gente hiciese pre juicios de mí, sin conocerme, pero él… Se suponía que nos conocíamos un mínimo. Aunque yo sabía que no era santo de su devoción. Me mordí el interior de la boca, suspirando. Ladeé la cabeza a un lado. – Siento haberme alterado. Pero comprende mi situación. Me encargo de este sitio y cuando vuelves… Veo que no confías, que crees cosas sobre mí que no son. Aunque no te lo… no te lo puedo reprochar. – murmuré, para mí, cansada de aquella actitud de todo el mundo.
Luego se había levantado y se había dedicado a repasar cada rincón de la habitación, como esperando algo. Midiendo. Calculando y pensando. Y me había puesto histérica. Dejé la copa ya vacía y me levanté también, cruzándome de brazos.
Fui a abrir la boca, para contestar pero, su voz resonó firme, suave. Contundente. – Entenderás que este es mi castillo. Y como tal, me pertenece. Eso no significa que quiera que te vayas. Solo quería dejarlo claro y nada más... Espero que no te importe. A partir de ahora asumiré el mando del castillo. Nadie podrá entrar ni salir de él libremente. Todas las entradas serán vigiladas y custodiadas día y noche. Controles exhaustivos. Armas solo permitidas a los guardias. Moderaremos los gastos inútiles. Y también quiero hablar con cada empleado para garantizar su lealtad. ¿Algún comentario?
Como un jarro de agua fría. ¿Me estaba echando? No, eso no. Me estaba dando órdenes, proclamándose sobre, lo que YA era suyo, a pesar de que yo lo sabía. Estaba dándome instrucciones, como si fuese alguien del servicio. Y yo… Yo estaba furiosa. Respiraba agitada, tenía las pupilas rojas. Pero por lo demás, no aparentaba ninguna expresión, y aun así mi voz sonó gélida, completamente provista de desprecio cuando hablé. – Un simple “gracias” habría bastado.
Me acerqué a él, cuatro pasos. Retrocedí uno. Di otros dos. Estaba enfadada, pero no quería sobre pasarme. Los pensamientos se acumulaban en mi cabeza como un torbellino, girando en torno a la idea de expresarme y a la idea de tranquilidad a la vez. Como dinamita en un incendio. – Sé de sobra que es Tu castillo, que Tu eres el dueño – dije, con énfasis en esas palabras, – Pero, ¿sabes? También sé que has desaparecido , ¡y no te lo reprocho! Tú tienes tus motivos, eres mayor para gestionarlos y yo no soy quién para pedirte explicaciones, pero he mantenido este castillo tal y como lo ves. ¡En pie! Sí, claro, ¡en pie! ¿Cómo iba una vampiresa a cuidar de algo? Está limpio, estable, todo reconstruido, todo el mundo cobra un sueldo decente, y todos los campesinos aportan bienes de sus tierras y ganado al castillo. No pensaba interferir en tu mando, ¡pero ahora resulta que tendré que identificarme cuando entre y salga! ¿Tampoco podré llevar armas? Tendré que vestir como gustes y.. ¡Ogh! Es demencial. – Respiraba muy agitada, me aleteaba la nariz y me habían crecido los colmillos. – Algunas de las chicas que te ayudaron a recuperar estas paredes duermen aquí de cuando en cuando. Agradece que de no ser por eso muchos de tus soldados se habrían pasado el día en un burdel. Pero lo que más….. Lo que más me sorprende, señor Kaldra – dije, haciendo una floritura con la mano – es que creas que hago uso de las existencias del castillo para mis…. Mis necesidades, mis gustos. – terminé, dejando la copa a un lado.
Me había pasado, lo sabía, pero.. Dioses, pensaba que él era una persona… No lo sé, ¿diferente? Me molestaba mucho que la gente hiciese pre juicios de mí, sin conocerme, pero él… Se suponía que nos conocíamos un mínimo. Aunque yo sabía que no era santo de su devoción. Me mordí el interior de la boca, suspirando. Ladeé la cabeza a un lado. – Siento haberme alterado. Pero comprende mi situación. Me encargo de este sitio y cuando vuelves… Veo que no confías, que crees cosas sobre mí que no son. Aunque no te lo… no te lo puedo reprochar. – murmuré, para mí, cansada de aquella actitud de todo el mundo.
Ébano
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Re: Sorpresas te trae el día. [Interpretativo - Privado] [Arath + Ébano]
Era obvio que las lo que había dicho no había gustado nada a Ebano. Era evidente que ella no se esperaba eso de el. Su frustración y la decepción que emitía en cada gesto era mas que evidente.
Arathon no se inmuto y la seguía mirando con una expresión seria e inpasiva. Sus movimientos intranquilos le hicieron pensar por un segundo que le atacaría. Pero solo fue un pensamiento efímero que se le fue de la cabeza al ver que no pretendía hacer nada.
La siguió mirando con la misma inexpresividad mientras parecía "desahogarse". Sus palabras parecían tener una gran carga de decepción. Arathon sintió un poco de pena que le tratara así, pero no dejo externalizar su sentimiento. Simplemente la miro y dio un pequeño suspiro cuando termino. Tras otro breve lapso de tiempo y dijo:
Aquel que quiere que le den las gracias no se las merece de verdad-Dijo citando una frase de su padre- Y si no te estas dando cuenta, te estoy diciendo esto a ti para que me digas que opinas de una manera argumentada. No estoy reprochando nada a ti ni a nadie del castillo. Solo creo que las cosas deben cambiar, independientemente de como fuera la situación anterior.
Cruzo sus brazos y se quedo pensativo un buen rato. Meditaba sobre algún cambio mas. Se volvió a dirigir a la silla y se sentó mientras miraba al vacío. En su interior, analizaba todas las posibles opciones y descartaba otras muchas. Todo lo que quería hacer... Y tantas pocas cosas para empezar...
En realidad- Dijo muy despacio, saliendo de su mundo- Eres la única persona en la que puedo confiar. Y créeme, las cosas que he visto y echo... Cambian a la gente...
Arathon no se inmuto y la seguía mirando con una expresión seria e inpasiva. Sus movimientos intranquilos le hicieron pensar por un segundo que le atacaría. Pero solo fue un pensamiento efímero que se le fue de la cabeza al ver que no pretendía hacer nada.
La siguió mirando con la misma inexpresividad mientras parecía "desahogarse". Sus palabras parecían tener una gran carga de decepción. Arathon sintió un poco de pena que le tratara así, pero no dejo externalizar su sentimiento. Simplemente la miro y dio un pequeño suspiro cuando termino. Tras otro breve lapso de tiempo y dijo:
Aquel que quiere que le den las gracias no se las merece de verdad-Dijo citando una frase de su padre- Y si no te estas dando cuenta, te estoy diciendo esto a ti para que me digas que opinas de una manera argumentada. No estoy reprochando nada a ti ni a nadie del castillo. Solo creo que las cosas deben cambiar, independientemente de como fuera la situación anterior.
Cruzo sus brazos y se quedo pensativo un buen rato. Meditaba sobre algún cambio mas. Se volvió a dirigir a la silla y se sentó mientras miraba al vacío. En su interior, analizaba todas las posibles opciones y descartaba otras muchas. Todo lo que quería hacer... Y tantas pocas cosas para empezar...
En realidad- Dijo muy despacio, saliendo de su mundo- Eres la única persona en la que puedo confiar. Y créeme, las cosas que he visto y echo... Cambian a la gente...
Arathon Kaldra
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Re: Sorpresas te trae el día. [Interpretativo - Privado] [Arath + Ébano]
Silencio, silencio y más silencio. Cuando terminé respiraba agitada, y estaba arrepentida de haberle hablado así, como le había dicho pero llevaba unos días muy malos y la sensación que tenía era de desprecio por parte de todo el mudo… Por muy equivocada que estuviese.
Sin embargo eso no cambiaba que la mirada del brujo fuese inexpresiva totalmente. Fría incluso. Incluso me hizo sentir frío, pudor…. Pudor. Suspiró casi imperceptiblemente y el silencio restante se hizo sumamente tenso, incómodo para mí.
Como un padre que regaña a una niña y que ni siquiera necesita palabras para ello.
– Aquel que quiere que le den las gracias no se las merece de verdad. Y si no te estás dando cuenta, te estoy diciendo esto a ti para que me digas qué opinas de una manera argumentada. No estoy reprochando nada a ti ni a nadie del castillo. Solo creo que las cosas deben cambiar, independientemente de cómo fuera la situación anterior. – Asentí lentamente, aún un poco dolida por la primera frase. Me froté los brazos, por aquella incómoda sensación. Además, me había dejado arrastrar por mis sentimientos de varios días y estaba pagándolo con él.
Me serví otra copa y miré pensativa a la ventana, luego a la bañera y por último a él – No, yo… – Supiré. – No son buenos tiempos para mí, me disculpo de nuevo. En cuanto a los temas del castillo… – dije, adoptando un tono más objetivo, para abordar lo que era importante con priodidad– Las veo medidas… Tal vez precipitadas. Sin embargo veo coherente instalarlas un tiempo. Si por entonces todo va bien… Podrías rebajar el control o… Bueno, como consideres, pero es cierto que todo estará más movido con tu vuelta, si lo deseas puedo comunicar a Isell que vuelva a llamar a los miembros del servicio que dejaron su cargo porque en su momento no eran necesarios.
Lo miré, esperando su respuesta y mientras las ideas acumuladas esos días, las emociones… Se hacían muy intensas en mi cabeza, como un gran torbellino. Suspiré; no quería que pensase algo que no era. – Arathon… Bueno, el tema del alcohol no es un problema para mí. Pero últimamente… Parece que soy más consciente del desprecio que muchos sienten hacia mí por ser lo que soy. Y a veces ciertas bebidas mitigan la sed interior. No espero que lo entiendas pero, no pienses que hago uso de tus arcas. Son tuyas, solo se tocan para fines del castillo. Estoy tensa y…
Creo que lo he descargado contigo. No son buenos días para mí, a veces te acostumbras pero hay días en que jode muchísimo que todos giren la cabeza cuando pasas y cuchicheen, o que te den de lado si sonríes demasiado y muestras los dientes… Y no busco, no busco que me des las gracias. Solo esperaba... Otras… Palabras. Eres la primera persona conocida que veo en mucho tiempo y bueno, me dejé llevar, me temo. Pero intuyo que no lo has pasado precisamente bien… Sea como fuere, si necesitas de mí, estaré aquí. A cambio solo te pido poder seguir viviendo aquí, hogar y trabajo para Isell y, bueno, algunas de... las chicas, ya sabes, duermen aquí si lo necesitan, esporádicamente en algún viaje. – Sonreí, con sinceridad y dejé la copa a un lado. Era demasiado joven, yo solo quería hacer las cosas bien. Estaba teniendo un momento de debilidad y no me lo perdonaría más tarde pero allí, me importaba el ahora, no el devenir. No sabía si cogerle la mano, palparle el hombro... Los tratos entre humanos a veces aún me eran un tanto... raros.
Sin embargo eso no cambiaba que la mirada del brujo fuese inexpresiva totalmente. Fría incluso. Incluso me hizo sentir frío, pudor…. Pudor. Suspiró casi imperceptiblemente y el silencio restante se hizo sumamente tenso, incómodo para mí.
Como un padre que regaña a una niña y que ni siquiera necesita palabras para ello.
– Aquel que quiere que le den las gracias no se las merece de verdad. Y si no te estás dando cuenta, te estoy diciendo esto a ti para que me digas qué opinas de una manera argumentada. No estoy reprochando nada a ti ni a nadie del castillo. Solo creo que las cosas deben cambiar, independientemente de cómo fuera la situación anterior. – Asentí lentamente, aún un poco dolida por la primera frase. Me froté los brazos, por aquella incómoda sensación. Además, me había dejado arrastrar por mis sentimientos de varios días y estaba pagándolo con él.
Me serví otra copa y miré pensativa a la ventana, luego a la bañera y por último a él – No, yo… – Supiré. – No son buenos tiempos para mí, me disculpo de nuevo. En cuanto a los temas del castillo… – dije, adoptando un tono más objetivo, para abordar lo que era importante con priodidad– Las veo medidas… Tal vez precipitadas. Sin embargo veo coherente instalarlas un tiempo. Si por entonces todo va bien… Podrías rebajar el control o… Bueno, como consideres, pero es cierto que todo estará más movido con tu vuelta, si lo deseas puedo comunicar a Isell que vuelva a llamar a los miembros del servicio que dejaron su cargo porque en su momento no eran necesarios.
Lo miré, esperando su respuesta y mientras las ideas acumuladas esos días, las emociones… Se hacían muy intensas en mi cabeza, como un gran torbellino. Suspiré; no quería que pensase algo que no era. – Arathon… Bueno, el tema del alcohol no es un problema para mí. Pero últimamente… Parece que soy más consciente del desprecio que muchos sienten hacia mí por ser lo que soy. Y a veces ciertas bebidas mitigan la sed interior. No espero que lo entiendas pero, no pienses que hago uso de tus arcas. Son tuyas, solo se tocan para fines del castillo. Estoy tensa y…
Creo que lo he descargado contigo. No son buenos días para mí, a veces te acostumbras pero hay días en que jode muchísimo que todos giren la cabeza cuando pasas y cuchicheen, o que te den de lado si sonríes demasiado y muestras los dientes… Y no busco, no busco que me des las gracias. Solo esperaba... Otras… Palabras. Eres la primera persona conocida que veo en mucho tiempo y bueno, me dejé llevar, me temo. Pero intuyo que no lo has pasado precisamente bien… Sea como fuere, si necesitas de mí, estaré aquí. A cambio solo te pido poder seguir viviendo aquí, hogar y trabajo para Isell y, bueno, algunas de... las chicas, ya sabes, duermen aquí si lo necesitan, esporádicamente en algún viaje. – Sonreí, con sinceridad y dejé la copa a un lado. Era demasiado joven, yo solo quería hacer las cosas bien. Estaba teniendo un momento de debilidad y no me lo perdonaría más tarde pero allí, me importaba el ahora, no el devenir. No sabía si cogerle la mano, palparle el hombro... Los tratos entre humanos a veces aún me eran un tanto... raros.
Ébano
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Re: Sorpresas te trae el día. [Interpretativo - Privado] [Arath + Ébano]
Arathon se puso a observarla nada mas terminar de hablar el. En verdad parecía algo incomoda y nerviosa. Tal vez no se esperaba que hubiera cambiado tanto... Pero todo lo que había hecho y visto eran demoledores para su antigua personalidad.
Tranquila- comento al final de su charla, mas relajado- No voy a restringir la entrada, solo controlarla. No quiero que un día entre alguien que no conocemos y pueda llegar a mi habitación y robarme algo valioso. O peor aun....Un asesinato.
Arathon estrecho su puño con la sola imagen de un desconocido campando a sus anchas por el castillo. Le ponía muy nervioso y le hacia hervir la sangre. Suspiro profundamente y continuo hablando.
Claro que vas a poder seguir aquí. Podrás hacer la misma rutina que hacia hasta ahora. Solo que habrá un mínimo control y... Bueno, con gastos inútiles no me refería a solo la bebida. Si estas pasando un mal momento no te preocupes, no te voy a quitar el alcohol. ¡Tengo una idea!- dijo con un mínimo de emoción- Tu podrías controlar la bebida. Es decir, controlar los barriles y los gastos en bebida. No quiero que el presupuesto se vaya en eso. Supongo que no es una propuesta tan extrema... Y no, no digas a nadie que vuelva. La gente que hay ahora es la minima para mantener el castillo. Elaborare una lista de plazas a cubrir. Con el fin de minimizar el sueldo les daremos alguna casita por aquí y bajaremos los impuestos muy poco, tampoco me quiero arruinar. Así incentivaremos que vengan nuevos habitantes. ¿Que te parece? ¿Quieres sugerir algo?
Tranquila- comento al final de su charla, mas relajado- No voy a restringir la entrada, solo controlarla. No quiero que un día entre alguien que no conocemos y pueda llegar a mi habitación y robarme algo valioso. O peor aun....Un asesinato.
Arathon estrecho su puño con la sola imagen de un desconocido campando a sus anchas por el castillo. Le ponía muy nervioso y le hacia hervir la sangre. Suspiro profundamente y continuo hablando.
Claro que vas a poder seguir aquí. Podrás hacer la misma rutina que hacia hasta ahora. Solo que habrá un mínimo control y... Bueno, con gastos inútiles no me refería a solo la bebida. Si estas pasando un mal momento no te preocupes, no te voy a quitar el alcohol. ¡Tengo una idea!- dijo con un mínimo de emoción- Tu podrías controlar la bebida. Es decir, controlar los barriles y los gastos en bebida. No quiero que el presupuesto se vaya en eso. Supongo que no es una propuesta tan extrema... Y no, no digas a nadie que vuelva. La gente que hay ahora es la minima para mantener el castillo. Elaborare una lista de plazas a cubrir. Con el fin de minimizar el sueldo les daremos alguna casita por aquí y bajaremos los impuestos muy poco, tampoco me quiero arruinar. Así incentivaremos que vengan nuevos habitantes. ¿Que te parece? ¿Quieres sugerir algo?
Arathon Kaldra
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Re: Sorpresas te trae el día. [Interpretativo - Privado] [Arath + Ébano]
No, está.. Está todo bien, tranquilo. Lo siento, no he reaccionado como debía. La soledad es buena, pero no es... No es agradable para nadie durante mucho tiempo, supongo. Me hará bien ocuparme de eso. Te mandaré una relación de lo consumido y lo que se almacena, lo que se saca de los campos mismos del castillo incluso. No es un mal momento para mi, al contrario. O al menos.. Económicamente... Me apoyé en el brazo de un sillón y me crucé de brazos, mirandolo algo dubitativa. Suspiré.
De aquí a un tiempo me gustaría... Retomar algunos de mis propósitos. A pesar de todo tengo familia, y me gustaría buscarlos. Esa es mi meta principal... Me he encargado de organizar la biblioteca, y la botica. Hay carencia de muchas plantas, y me estoy tomando la libertad de organizarme partidas para recolectar algunas piezas, creo que son muy útiles. Al fin y al cabo, al contrario de lo que yo pueda aparentar, me gusta leer, me gusta estudiar el mundo. Miré a ambos lados sin tener nada muy claro, pero tenía que forzarme a mi misma.
Cierto es que no estoy pasando una buena época, pero es algo personal, no es tema de dinero. Por eso, me ayudará viajar un poco. Recolectar... Buscar algún trabajo... Tal vez incluso en un tiempo te hable de algún proyecto conjunto. Aunque.. Sería como último recurso, no creo que te gustase. Sacudí la cabeza, me estaba yendo por las ramas.
Me incorporé y me acerqué a él, mostrándole un libro que tenía por ahí, cerca, con muchos pergaminos en blanco y diagramas de plantas, mapas, datos... Lo he ido recopilando. Necesito ocupar mi mente. Cualquier cosa que necesites... Estará bien para mi ayudar. Tal vez deberías enviar misisva a la corte y presentar tu vuelta y tus respetos. Dije, en una ocurrencia repentina, aunque tal vez no fuese lo que él quisiese.
De aquí a un tiempo me gustaría... Retomar algunos de mis propósitos. A pesar de todo tengo familia, y me gustaría buscarlos. Esa es mi meta principal... Me he encargado de organizar la biblioteca, y la botica. Hay carencia de muchas plantas, y me estoy tomando la libertad de organizarme partidas para recolectar algunas piezas, creo que son muy útiles. Al fin y al cabo, al contrario de lo que yo pueda aparentar, me gusta leer, me gusta estudiar el mundo. Miré a ambos lados sin tener nada muy claro, pero tenía que forzarme a mi misma.
Cierto es que no estoy pasando una buena época, pero es algo personal, no es tema de dinero. Por eso, me ayudará viajar un poco. Recolectar... Buscar algún trabajo... Tal vez incluso en un tiempo te hable de algún proyecto conjunto. Aunque.. Sería como último recurso, no creo que te gustase. Sacudí la cabeza, me estaba yendo por las ramas.
Me incorporé y me acerqué a él, mostrándole un libro que tenía por ahí, cerca, con muchos pergaminos en blanco y diagramas de plantas, mapas, datos... Lo he ido recopilando. Necesito ocupar mi mente. Cualquier cosa que necesites... Estará bien para mi ayudar. Tal vez deberías enviar misisva a la corte y presentar tu vuelta y tus respetos. Dije, en una ocurrencia repentina, aunque tal vez no fuese lo que él quisiese.
Ébano
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Re: Sorpresas te trae el día. [Interpretativo - Privado] [Arath + Ébano]
Tras escuchar sus palabras que mas bien parecían un lamento para evadirse del mundo, Arathon puso una mueca de decepción. No creía que fuera porque no quería estar en el castillo, pero el había pensado una función para que no se sintiera tan extraña con su nueva llegada. Pero si de verdad necesitaba evadirse de todos, no la pararía en eso.
Esta bien- Dijo mientras se dirigía hacia la puerta de salida y se quedaba allí parado- Los datos recopilados nos serán útiles de algún modo. Si no te importa te pediría que en tus viajes buscaras una cosa muy simple: Los problemas de la gente. Es decir, si hay falta de alimentos o los precios han subido entre otros. Si no te importa, claro esta. Basta con pasear por cualquiera población y ver a la gente y escuchar que dicen. Si no puedes lo entenderé.
Arathon miro a la puerta y luego la volvió a mirar a ella. Sintió algo de pena por ella. Si todo lo que había pasado era así de cierto, estaría toda su vida marcada por su raza. Una verdadera injusticia. Aunque era algo que suponía que tarde o temprano debía interiorizarlo.
Si me buscas estaré en el castillo, dando vueltas y hablando con la gente. No te olvides de venir a despedirte si al final te vas
Abrió la puerta y tras dedicarle una ultima mirada un tanto amable, atravesó la puerta y se alejo de la habitación a través del largo pasillo. Tenia trabajo que hacer.
Esta bien- Dijo mientras se dirigía hacia la puerta de salida y se quedaba allí parado- Los datos recopilados nos serán útiles de algún modo. Si no te importa te pediría que en tus viajes buscaras una cosa muy simple: Los problemas de la gente. Es decir, si hay falta de alimentos o los precios han subido entre otros. Si no te importa, claro esta. Basta con pasear por cualquiera población y ver a la gente y escuchar que dicen. Si no puedes lo entenderé.
Arathon miro a la puerta y luego la volvió a mirar a ella. Sintió algo de pena por ella. Si todo lo que había pasado era así de cierto, estaría toda su vida marcada por su raza. Una verdadera injusticia. Aunque era algo que suponía que tarde o temprano debía interiorizarlo.
Si me buscas estaré en el castillo, dando vueltas y hablando con la gente. No te olvides de venir a despedirte si al final te vas
Abrió la puerta y tras dedicarle una ultima mirada un tanto amable, atravesó la puerta y se alejo de la habitación a través del largo pasillo. Tenia trabajo que hacer.
Arathon Kaldra
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Re: Sorpresas te trae el día. [Interpretativo - Privado] [Arath + Ébano]
Esta bienLos datos recopilados nos serán útiles de algún modo. Si no te importa te pediría que en tus viajes buscaras una cosa muy simple: Los problemas de la gente. Es decir, si hay falta de alimentos o los precios han subido entre otros. Si no te importa, claro esta. Basta con pasear por cualquiera población y ver a la gente y escuchar que dicen. Si no puedes lo entenderé. Si me buscas estaré en el castillo, dando vueltas y hablando con la gente. No te olvides de venir a despedirte si al final te vas - dijo, ya en la puerta de la estancia a punto de salir.
Asentí y sonreí con sinceridad, contenta por haberme entendido con él, y realmente reconfortada de que de nuevo hubiese alguien cerca que me era familiar, era algo que necesitaba en cierto modo. Como le había dicho, la soledad terminaba siendo fatal en algunos momentos, por muy necesitaba que fuese en ocasiones.
Iré, no te quepa duda; hablaré con el pueblo y cubriré las necesidades de la botica, y todas las que precises para el Castillo siempre que pueda. Mi viaje no será definitivo espero... Solo quiero averiguar sobre mi familia, pero estas paredes son... Lo más parecido que me queda a un hogar. Bienvenido de nuevo, Arathon. - dije, mientras él se daba la vuelta y se iba.
Algo en mi interior se había calmado, me había liberado en cierto modo: no es que hubiese estado allí atrapada todo ese tiempo, yo podía ir y venir... Pero saber que ahora estaba él que era dueño de aquel sitio me liberaba de algún modo de aquella carga, y por fin podía realizar esas salidas para averiguar dónde estaba mi familia, para intentar recuperar su afecto y además, cumplir las funciones de recolección del castillo y como Arathon me había pedido, hablar con el pueblo y escuchar sus necesidades.
El brujo era buen hombre... No tenía ni idea de qué había vivido en su ausencia pero tenía un aire cambiado, tal vez más profundo; aquello sería bueno para las tierras, a todo el mundo le agrada un trato comprehensible.
Asentí y sonreí con sinceridad, contenta por haberme entendido con él, y realmente reconfortada de que de nuevo hubiese alguien cerca que me era familiar, era algo que necesitaba en cierto modo. Como le había dicho, la soledad terminaba siendo fatal en algunos momentos, por muy necesitaba que fuese en ocasiones.
Iré, no te quepa duda; hablaré con el pueblo y cubriré las necesidades de la botica, y todas las que precises para el Castillo siempre que pueda. Mi viaje no será definitivo espero... Solo quiero averiguar sobre mi familia, pero estas paredes son... Lo más parecido que me queda a un hogar. Bienvenido de nuevo, Arathon. - dije, mientras él se daba la vuelta y se iba.
Algo en mi interior se había calmado, me había liberado en cierto modo: no es que hubiese estado allí atrapada todo ese tiempo, yo podía ir y venir... Pero saber que ahora estaba él que era dueño de aquel sitio me liberaba de algún modo de aquella carga, y por fin podía realizar esas salidas para averiguar dónde estaba mi familia, para intentar recuperar su afecto y además, cumplir las funciones de recolección del castillo y como Arathon me había pedido, hablar con el pueblo y escuchar sus necesidades.
El brujo era buen hombre... No tenía ni idea de qué había vivido en su ausencia pero tenía un aire cambiado, tal vez más profundo; aquello sería bueno para las tierras, a todo el mundo le agrada un trato comprehensible.
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