[Trabajo] La Novia Fugitiva

**Bio** Miér Jul 29 2015, 06:28

Finalmente había logrado salir de aquella extraña aventura con la sirena, sin embargo, la noche estaba cerca de llegar a su fin, y no sería nada bueno que me sorprendiera el día sin tener un lugar donde refugiarme, permanecí unos instantes sentado a la orilla de la playa hasta que el Señor Caballo comenzó a morder mi camisa y halarme hacia la orilla de tal manera que casi me ahoga en su intento de rescatarme, aun cuando el agua de la orilla no alcanzaba a cubrirme ni siquiera un pie - Ya deja de rescatarme - Le dije al oso que por alguna razón parecía decidido a sacarme del agua todas las veces que fuera posible.

Tras unos instantes conseguí calmar sus anhelos de rescatista y me levanté, para iniciar mi camino, no hebía mucho que ver en aquella playa, no parecía vivir mucha gente en aquel remoto lugar, pero según podía recordar, no estaba lejos de la ciudad de los humanos, así que no me tomaría mucho tiempo llegar allá, con algo de suerte seguro podría encontrar a maguita - Vamos Señor Caballo - Le dije al oso mientras comenzaba mi larga y tediosa caminata, aunque al menos no iba solo, podría conversar con el oso por el camino, aunque igual no lograría entenderme, por lo menos sé que me escucharía sin reprocharme nada, y eso me resultaba de mucha utilidad

Así, tras caminar durante algunos minutos, llegamos a una lujosa casa donde un cartel llamó mi atención “Se necesita un caballero que ofrezca protección a la atractiva y desafiante prometida de un gran señor.” El trabajo parecía sencillo, llevar a una señorita de aquí para allá, nada podría salir mal, era dinero fácil pero además de eso, ya casi estaba por amanecer, por lo que necesitaba un refugio para pasar el día - Necesito riendas para el Señor Caballo - Dije mientras me bajaba y caminaba hasta la entrada de aquella lujosa morada.

Al llegar a la entrada me sorprendieron unos sujetos altos y musculosos - Vengo por el anuncio - Dije para evitar cualquier malentendido - Pase adelante - Me dijo uno de los sujetos con algo de desconfianza, entré a la casa hasta donde estaba el dueño, era bastante lujoso, así que seguro me pagarían bien por el trabajo, pero lo más importante sería tener refugio durante el día.

Tras recorrerme de arriba abajo el hombre obeso y de mala cara, pareció darme su aprobación aunque con cierta inconformidad, pero tal vez la prisa y el hecho de que no pasaba mucha gente por acá, lo había obligado a conformarse conmigo - Haremos los preparativos para partir ya mismo - Dijo el hombre con muy mal carácter, sin embargo yo no podría, estaba a punto de amanecer - No es prudente salir ahora, vi varios grupos de bandidos mientras venía, seguro estarán en el camino, podría sugerir que pasemos el día resguardados en su casa, y salgamos al anochecer - El hombre, aunque dudoso al principio, acabó por finalmente aceptar mi sugerencia, todo fuera por la seguridad de su hija.

Al caer la tarde salimos de nuevo, habían preparado una carreta con un caballo para la chica, y otro caballo para mí, sin embargo, por esta vez quería viajar a bordo del Señor Caballo, así que tomé la montura del caballo que me habían preparado y la ajusté al tamaño de mi oso, posteriormente ajusté las riendas pero noté que no le gustaban así que finalmente me decidí a llevar solo la montura y confiar en la obediencia del animal.

Uno de los sujetos se acercó y me entregó un mapa con las instrucciones para llegar al lugar de la entrega, lo observé fijamente para memorizarlo en caso que se me extraviara y tras una leve palmada a la espalda del Señor Caballo comenzamos a avanzar, era el comienzo de esta gran aventura.

**Bio** Miér Jul 29 2015, 06:33

Al inicio del camino la chica se comportaba de manera amable y cariñosa, parecía encantada de partir hacia su destino, pero una vez que nos alejamos de la casa de su padre, me abordó de manera sorpresiva con una inquietante oferta - No sé quién eres, forastero, ni cuánto te haya ofrecido mi padre para que cumplas con sus infames designios, pero puedo doblar la suma que haya sido, si me llevas a otro sitio en lugar del que se te ha encomendado - Sus palabras me dejaron completamente impresionado, jamás habría imaginado semejante oferta, sin antes parecía tan complacida - ¿Y a dónde pretendes que te lleve? - Dije intentando saber más - Mi amado Favio me espera en un barco en la Playa de los Ancestros, donde podremos escapar juntos - Dijo con un evidente brillo en su mirada - Mi padre pretende que me case con un hombre viejo y feo, solo porque tiene dinero - Dijo mientras apretaba los puños con rabia - Conmovedor, sin duda - Dije mientras bajaba del Señor Caballo para acercarme a su carruaje - Pero no puedo hacer eso, tu padre parece un hombre influyente, si no cumplo la misión, me estaría ganando un poderoso enemigo - Expliqué mis razones aunque de poco le valió a la chica - ¡Te pagaré el triple de lo que él! - Dijo decidida a convencerme - Todos tienen un precio, el tuyo no puede ser tan alto - Me señaló de forma despectiva por mi andrajoso atuendo - Con tanto dinero, seguro podrás esconderte un tiempo - Concluyó con toda la certeza de que lograría convencerme, pero no fue así - Te llevaré al destino programado, fin del tema - Dije decidido mientras regresaba para subirme al oso.

La chica se enfureció al escuchar mi respuesta negativa, sus expresiones faciales cambiaron completamente de una dulce y adorable princesa a una feroz y sanguinaria criatura sacada de la peor pesadilla - ¿Cómo que no? - Dijo furiosa - Debes hacer lo que te ordeno, te pagaré - Ignoré sus palabras hasta estar sobre el Señor Caballo - Continuemos, el tiempo es corto - Dije mientras movía las piernas sobre el oso para hacer que se moviera, y para mi sorpresa, lo hizo, avanzaba lento, pero avanzaba, sin embargo la chica se quedaba atrás - Me niego a ir en esa dirección - Dijo la mujer que seguía sumamente furiosa, por lo que regresé a donde se encontraba, tomé las riendas del caballo que llevaba el carruaje y lo halé para llevarlo a la fuerza - Te odio, te odio, te odio - Gritaba la mujer una y otra vez mientras yo la ignoraba y me limitaba simplemente a llevar el caballo en dirección a nuestro destino fijado.

**Bio** Miér Jul 29 2015, 06:37

Al cabo de un rato los gritos habían cesado, al parecer se había cansado o había entendido al fin que todos sus intentos por llamar mi atención serían completamente inútiles; caminaba tranquilamente cuando de pronto un zapato golpeó mi cabeza cayendo a unos metros delante de mí, giré hacia ella completamente furioso - Dame mi zapato y detente que necesito vaciar mi vejiga - Su insolencia me parecía completamente ofensiva - Debí haber cobrado más - Murmuré mientras caminaba hacia el espantoso zapato, al tomarlo, lo arrojé tan lejos como pude - Teeeeee ooooooddioooooooooo - Gritó la chica mientras me arrojaba el otro zapato que al verlo venir, conseguí esquivarlo fácilmente, aunque igual corrió la misma suerte que el anterior, lo agarré y lo lancé incluso más lejos de donde había lanzado el anterior - Me temo que a su majestad le tocará ensuciarse los pies - Dije con un tono lleno de sarcasmo - Mi nombre es Elis... No su majestad - Dijo con recelo sin dirigirme la mirada mientras bajaba del carruaje y se ocultaba tras un pequeño arbusto para hacer lo que tenía que hacer.

El tiempo pasó sin que ella saliera así que decidí ir a revisar, apenas lograba ver su ridículo gorrito en el arbusto, pero a medida que me fui acercando me di cuenta que era solo el gorrito, la chica había huido - ¡¡Maldición!! - Exclamé molesto mientras miraba hacia todos lados, afortunadamente no podría llegar lejos sin calzado y la ubiqué con relativa facilidad, corrí tras ella hasta estar lo suficientemente cerca - Vamos Elis, regresa - Dije en tono severo mientras seguía caminando tras ella; la chica caminaba con dificultad lastimándose los pies en cada paso por lo que finalmente acabó cayendo al piso, la tomé en mis brazos y la llevé cargada hasta el carruaje donde la coloqué con cuidado y continué halando las riendas del caballo para hacerla avanzar hacia nuestro destino, al cabo de un rato sentí mi cabeza golpeada por un cepillo de peinar - ¡Deja de arrojarme cosas! - Reclamé mientras volteaba a mirarla pero solo conseguí de regreso una mirada de odio mientras me decía una vez más - Te odio - Al final consiguió sacarme una malvada sonrisa, ambos estábamos obligados a continuar en esa situación hasta el final del camino, así que al parecer el viaje resultaría sumamente largo y fastidioso.

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Off: He subrayado la complicación: La chica trata de escapar

**Bio** Miér Jul 29 2015, 06:45

El viaje se había vuelto tranquilo y silencioso de un momento a otro, la chica parecía haberse quedado dormida, eran unos dulces minutos de paz y tranquilidad hasta que todo comenzó a parecerme extraño, demasiada paz y tranquilidad, al asomarme a la carreta pude ver que la chica no estaba, solo había hecho un bulto de telas para sustituirse a mi vista mientras escapaba por la parte de atrás el carruaje - Te odio - Murmuré en tono bajo mientras de un par de saltos me subía sobre el carruaje para tener una mejor visibilidad, giré lentamente sin poder verla por ningún lado, había huido la muy desgraciada, poco a poco iba perdiendo las esperanzas de encontrarla cuando un grito rompió la tranquilidad de la noche, corrí tan rápido como pude hasta llegar al lugar de origen y la encontré, tirada en el piso asustada por una serpiente bicéfala que estaba a punto de morderla - No te muevas - Le dije para calmarla pero mis palabras causaron otra cosa, ahora la serpiente se había percatado de mi presencia y se dirigía hacia mí sin cuidado alguno; tomé mis dagas con gran agilidad y me preparé para asesinarla pero ¿Cómo? Debía cortarle la cabeza, pero ¿Cuál de las dos? Finalmente volví a guardar mis dagas en busca de un mejor plan.

Unos pasos más atrás encontré una piedra de buen tamaño que sin pensarlo dos veces, levanté para dejarla caer sobre la serpiente, de ese modo podría matar ambas cabezas a la vez, aprovechando que el animal no era muy grande, dejé caer la piedra violentamente sobre la pobre serpiente que acabó convertida en una sopa multicolor, hasta donde sabía, esas cosas no eran propias de esta zona, seguramente andaba perdida, pero tal vez había más de una, por lo que me acerqué de prisa hasta la chica y tras tomarla de nuevo en mis brazos la llevé hasta el carruaje para ponerla a salvo, revisé sus pies esperando que no hubiera ninguna herida y afortunadamente así era, la pobre estaba muy asustada, tanto que ni siquiera intentó seguir peleando conmigo, sino que más bien comenzó a llorar del susto; al ver su estado no tuve más remedio que subir al carruaje y sentarme junto a ella - Si estás conmigo no dejaré que te pase nada malo - Le propuse con voz amable intentando calmarla - Pero si huyes sola, estarás en peligro - Tras esto me miró con los ojos llenos de lágrimas - Prefiero morir que casarme con ese cerdo - Dijo con furia mientras bajaba la cara para seguir llorando, debía ser muy malo ese sujeto para que prefiriera la muerte antes que llegar a la boda - ¿Tan malo es? - Pregunté con algo de curiosidad - Es de lo peor - Dijo ella a la primera oportunidad - Solo quiere casarse conmigo para tomar la fortuna de mi padre, y mi padre quiere usar la influencia política de ese hombre para ganar favores mercantiles - Señaló la parte trasera del carruaje - Esas maletas están llenas de aeros que mi padre ha enviado a ese cerdo, cada uno desea su propio beneficio sin pensar en lo que yo deseo ¡¡No es justo!! - Exclamó para luego seguir llorando hasta que al cabo de un rato se quedó dormida; aunque teníamos el tiempo en contra decidí descansar yo también al menos unos minutos antes de continuar el largo camino.

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Off: He subrayado la complicación: La chica trata de escapar

**Bio** Miér Jul 29 2015, 06:49

Sentía algo de pena por la chica, pero al final no era mi problema, había aceptado el compromiso de escoltarla hasta su destino, no me interesaba nada más, pero aun así, no dejaba de cuestionarme si realmente estaba haciendo lo correcto.

Más adelante pude observar a un pequeño grupo de sujetos que se encontraban en medio del camino, al instante tuve un mal presentimiento, pero igual todo me daba un mal presentimiento, así que bajé la velocidad y me acerqué con cuidado hasta una distancia prudente, luego detuve el carruaje y bajé para acercarme a ellos junto al señor caballo que hasta ahora me había seguido fielmente al lado del carruaje.

Los sujetos se miraron unos a otros, eran apenas cuatro quienes se acercaban de manera cada vez más rápida y hostil - Mátenlo, de prisa, y tomen el carruaje - Dijo uno de los sujetos - Algo de valor tiene que haber dentro - Sus palabras me daban a entender que el asalto no era algo planeado, sino el fruto de una triste casualidad, no eran más que tristes bandidos con mala suerte, me estaba preparando para el combate cuando mi oso se levantó sobre sus patas traseras y dejó escapar un intimidante rugido que hasta a mí me hizo temblar, los bandidos se detuvieron un instante, cada uno esperaba que el otro atacara primero pero eso no sucedía, finalmente ninguno se atrevió a atacar y huyeron despavoridos - Buen trabajo Señor Caballo - Le dije mientras le acariciaba el pelaje de la panza.

Parecía que el incómodo momento había terminado, pero al volver al carruaje me encontré con la amarga sorpresa de que la chica se había dado a la fuga, de nuevo, pero al menos esta vez ya me imaginaba en qué dirección se había ido, justo hacia la Playa de los Ancestros donde la esperaba su amado.

Corrí de prisa siguiendo su rastro hasta que finalmente la encontré caminando casi sin fuerzas, me resultaba demasiado lamentable verla en su estado actual, sin embargo admiraba su determinación, al ver que se desplomaba avancé de prisa para tomarla en mis brazos antes que cayera de nuevo al piso y la llevé cargada... De nuevo, hasta el carruaje donde me esperaba atento el Señor Caballo quien se había encargado de custodiar el cargamento como un valiente guardián.

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Off: He subrayado la complicación: La chica trata de escapar

**Bio** Miér Jul 29 2015, 06:50

Tanto lidiar con los escapes o intentos de escape de la chica me había dejado bastante exhausto, por lo que, tras subirla al carruaje, decidí sentarme junto a ella para tomar un descanso, escuché de pronto un fuerte e inesperado rugido, parecía ser algún animal feroz; en principio miré al oso pero éste también parecía haberse asustado, no podría haber sido él además, mientras lo observaba se escuchó otro rugido tan poderoso y fuerte como el anterior, subí al techo del carruaje para tener una mejor visión pero era inútil, no alcanzaba a ver al animal del que salían aquellos espantosos rugidos que hacían temblar incluso al señor caballo.

Me mantuve unos instantes sobre el carruaje pero los sonidos se escuchaban cada vez más fuertes y agresivos, parecía un animal capaz de devorarse la mitad de Aerandir de un solo bocado, bajé de prisa y agité al caballo para que avanzara de prisa moviendo el carruaje mientras el oso trotaba al lado un poco asustado, pero los sonidos, lejos de quedar atrás, parecía que estaban cada vez más cerca, seguro estaba por enbestirnos, comenzaba a preocuparme la misteriosa situación y aunque volteaba la vista no conseguía ver nada detrás de nosotros, el pobre caballo ya no podía ir más de prisa y el oso comenzaba a quedarse rezagado en la carrera pero los fuertes rugidos seguían estando sobre nosotros; no habría manera de escapar, así que detuve el carruaje para enfrentarme a lo que fuera que nos estuviera siguiendo, pero al dirigir la vista hacia la chica, ésta seguía profundamente dormida a pesar del alboroto, al moverla, vi que tenía los ojos abiertos - Tétrico - Me dije a mí mismo un poco asustado ante la extraña imagen y no solo eso, sino que una delgada línea de baba salía de su boca y tras colgar en diversos puntos de su mejilla caía al piso. Eso no fue lo peor, sino que finalmente tras masticar quién sabe qué cosa invisible, abrió la boca dejando escapar ese aterrador sonido que tanto me había asustado, la chica roncaba como un elefante flemático bajo el agua.

Me alejé un poco espantado por aquella imagen que jamás habría imaginado llegar a ver, pensé despertarla con una ligera patada pero finalmente me venció el remordimiento, la pobre estaba demasiado cansada, así que mejor revisé entre las maletas hasta encontrar un pequeño y esponjoso pañuelo que enrollé en forma cilíndrica y lo metí en su boca para evitar que salieran aquellos espantosos sonidos.

**Bio** Miér Jul 29 2015, 06:54

Avanzaba despacio llevando con precaución el carruaje intentando no despertar a la chica, el viento soplaba fuerte trayendo un frío espeluznante, extraño para aquella zona cálida y cercana al mar, sin embargo, el frío no era el mayor de los problemas, un par de sujetos, por su apariencia, bandidos seguramente, estaban mal escondidos a orillas del camino esperando el momento indicado para atacarnos y robar el contenido del carruaje, el Señor Caballo gruñó llamando mi atención ante el peligro inminente, por lo que detuve de prisa el carruaje; pasar a toda prisa parecía una buena opción, pero las hojas que cubrían un pedazo del camino parecían ser algún tipo de trampa y además de eso, el oso no podría seguir el paso y acabaría rezagado, no podría abandonarlo a su suerte, de ésta salíamos todos o ninguno.

Bajé del carruaje y traté de llevar al oso conmigo pero éste se resistió y prefirió quedarse atrás, era extraño, hasta ahora no se había asustado ante nada, y de pronto ya no quería avanzar, decidí confiar en el instinto del animal, sus razones tendría para no querer ir conmigo, aunque de momento no lograba entenderlo, intenté no molestarme y avanzar solo hasta donde se encontraban los torpes bandidos aguardando el momento indicado para atacar, sin embargo, al estar cerca, arrojaron sobre mí una red y corrieron despavoridos; retrocedí unos pasos y luego quedé inmóvil durante unos instantes, no por el efecto de la red, sino por lo desconcertante que había sido la situación, imaginaba un mejor plan por parte de los bandidos en lugar de eso que habían hecho, sin embargo, poco después me demostrarían que el torpe había sido yo, un tercer sujeto al que no había visto rodó cerca de mí encadenando mi pierna derecha con un pequeño grillete mientras otros dos aparecían a los lados del carruaje para robarlo, me deshice de la red sin problemas pero el grillete en mi pierna me detuvo bruscamente, los sujetos que habían huido antes, consiguieron rodear el terreno para aparecer desde atrás sin que yo pudiera notarlo - Idiota, idiota, idiota - Me repetía mientras recordaba que el oso se había negado a avanzar, tal vez su instinto podría ser más útil de lo que yo pensaba.

Tomé el grillete en mis manos para tratar de acercarme al carruaje pero el sujeto que me lo había puesto me cortó el camino sosteniendo un pequeño cuchillo - No me estorbes - Le dije furioso mientras lanzaba la bola metálica del grillete hacia su pecho para escuchar al impacto un sonido de huesos rotos, tomé de nuevo el grillete y avancé hasta el carruaje donde el oso luchaba valientemente por mantener a raya a los bandidos, pero no sería por mucho tiempo, mientras uno distraía al oso, el otro rodeó el carruaje para subirse por el otro lado pero un espeluznante grito de la chica terminó por atormentar los oídos de todos, el pobre bandido terminó retrocediendo sin atención a sus pisadas y finalmente cayó del carruaje quedando atrapado entre unos arbustos de los que no podría salir en un buen rato; el otro sujeto por su parte sintió la furia del Señor Caballo que se lanzó sobre él hasta aplastarlo con sus patas delanteras mientras yo solo observaba la dramática escena en donde el más fuerte había sido un mero observador y las inocentes víctimas habían acabado por defenderse entre ellas mismas.

Me acerqué al maltrecho y adolorido sujeto que me había puesto el grillete y registré su ropa hasta encontrar las llaves del grillete y quitármelo mientras la chica se acercaba en el carruaje, custodiada por el valiente e inteligente oso, me acerqué hacia la parte del camino que parecía una trampa y vi que no era más que un montón de hojas dispuestas en forma de trampa para engañarme y yo había caído como un niño - Lo han hecho bien - Dije a la chica y al oso - Tal vez deba contratarlos a ustedes para que me cuiden a mí - El oso afirmó con un rugido mientras la chica reía un poco sonrojada por el cumplido que significaba.

**Bio** Miér Jul 29 2015, 06:59

Finalmente llegamos a nuestro destino, al final del camino podíamos ver una gran casa bien custodiada por algunos guardias, parecía ser la morada de algún sujeto importante; a medida que nos acercábamos la chica comenzaba a ponerse nerviosa - No me lleves ahí, por favor - Gritó la chica con los ojos llenos de lágrimas, era bastante conmovedor, sin embargo, me pagarían una buena suma por llevarla hasta ese lugar, no había hecho tan largo viaje para no llegar al final.

El oso por su parte, se detuvo inesperadamente y se negaba a seguir avanzando, ya antes había sido muy intuitivo para advertir el peligro, tal vez esta vez debería tomarlo en cuenta - Espera aquí - Dije al oso mientras subía al carruaje con la chica - No, no, no, quédate ahí - Repetí al oso mientras le hacía señas con las manos para que me esperara, comenzaba a tener un mal presentimiento sobre ese lugar, sin embargo, debía cumplir la misión de llevar a la chica hasta ese lugar.

Tras controlar al oso seguimos avanzando, tras un momento detenidos junto a la puerta, ésta comenzó a subir y se abrió dejándonos entrar a la inmensa casa de cuyos escalones venia bajando un hombre, algo gastado por los años, tenía una larga melena que evidenciaba el paso de la edad y unas arrugas nada envidiables, pero eso no era lo peor, lo más insoportable era su carácter prepotente - ¡¡Pensé que no llegarían nunca!! - Nos gritó con arrogancia al tiempo que la chica completamente asustada me abrazaba con mucha fuerza - ¿Qué significa esto? - Dijo completamente indignado mientras yo intentaba zafarme del abrazo de la chica - No me dejes aquí, sácame, tengo miedo - Imploraba a chica sin soltarme mientras el ofendido hombre se seguía acercando a nosotros.

Estaba en medio de un malentendido - No, no, no, espera, espera - Dije mientras intentaba levantarme aunque la chica no me dejaba pero eso no lo detendría, varios guardias a los lados comenzaba a conversar entre ellos haciendo que aumentara la furia de aquel hombre cuyo ego había sido ofendido por un malentendido, sin embargo, no dio tiempo a explicaciones y antes que lograra decir nada, rompió su camisa comenzando una transformación en un poderoso dragón de unos tres metros, el caballo que llevaba nuestro carruaje se levantó en dos patas y relinchaba asustado, y luego yo también comenzaría a asustarme el ver que una bola de fuego comenzaba a dibujarse en la garganta de aquel ser - Vamos, vamos, vamos - Dije mientras trataba de hacer girar al caballo para emprender la huida - Cierren la puerta, que no escape - Escuché decir a los soldados y la puerta comenzó a deslizarse hacia abajo, era demasiada presión junta, el caballo corría de prisa a pesar del peso del carruaje pero la puerta se cerraba velozmente y una llamarada impactó contra la parte trasera del carruaje haciendo que se incendiara - No lo lograremos - Dije mientras tomaba a la chica en mis brazos y saltaba con ella hasta la espalda del caballo justo a tiempo para que la puerta cayera sobre el carruaje partiéndolo en dos pedazos, el caballo siguió avanzando con un pedazo del carruaje arrastrando detrás mientras yo luchaba para sostener a la chica que casi se me caía de las manos, finalmente logré subirla y lanzarla de pecho en el lomo del caballo mientras seguíamos escapando, más adelante, nos esperaba el oso que comenzó a trotar junto a nosotros mientras escapábamos de aquel horrible lugar.

Dragón:

**Bio** Miér Jul 29 2015, 07:04

Nos dirigíamos a la casa de la chica para llevarla de nuevo a su origen, pero cuando ésta logró darse cuenta comenzó a protestar y patalear - No me lleves de regreso, mi padre me enviará de nuevo, una y otra vez - Gritaba y pataleaba intentando soltarse hasta que en su pataleo acabó por irse de cabeza hacia adelante cayendo del caballo que afortunadamente estaba detenido - No tengo a donde más llevarte - Le dije con tono serio pero a la vez ofreciendo algo de pena por su situación - Claro que tienes - Dijo la chica levantándose de prisa y limpiando su vestido con las manos para luego tratar de arreglar tu cabello que estaba vuelto un caos - Llévame a la Playa de los Ancestros, te lo dije al principio, ahí me espera mi amado Favio listo para huir juntos - El nombre de Favio me parecía muy ridículo, por lo que lo asociaba con un sujeto muy delgado con grandes anteojos, me resultaba incluso gracioso imaginarlo - Está bien - Dije de mala gana - Te llevaré - Ofrecí mientras bajaba del caballo para subirla a ella - Me encargaron llevarte a casa de aquel hombre y lo hice, así que ya puedo llevarte a donde desees - La chica mostró una gran sonrisa y me abrazó antes de subir al caballo lista para partir, yo por mi parte iría montado en el Señor Caballo que nos había seguido a lo largo del camino.

Debíamos ponernos en movimiento lo más pronto posible, ese dragón no se quedaría tan tranquilo después de la ofensa que había recibido. Continuamos avanzando hasta llegar por fin a la Playa de los Ancestros, pero no lográbamos ver ningún barco cerca de ese lugar, al parecer el tal Favio se había cansado de esperar, sin embargo la chica no perdía la confianza en que su amado estaría ahí.

El sonido de unas grandes alas rompieron la tranquila melodía de las olas y acabaron con la calma que habíamos tenido por unos instantes, aquel gran dragón nos había seguido y ahora no descansaría hasta habernos aniquilado, pero para nuestra sorpresa una extraña arma apareció volando hasta casi impactar contra el dragón que consiguió esquivarla por muy poco, a lo lejos, pude ver acercarse a un sujeto que corría con bastante energía y traía en su mano una cosa similar a la que casi golpeaba al dragón, pero no solo eso, además un movimiento de sus manos hizo que la cosa voladora cambiara de dirección para atacar de nuevo al dragón, todo indicaba que era una especie de brujo guerrero que controlaba esas extrañas armas giratorias con telequinesis, afortunadamente mantenía al dragón a raya, al menos por ahora - ¡¡Favio!! - Gritó la chica emocionada, era totalmente distinto a como yo lo había imaginado, pero los refuerzos no llegaban solo para nosotros, una extraña mujer montada en un caballo blanco se aproximaba de prisa hacia nosotros, no tardó en alcanzarnos y se veía bastante amenazante, pero antes de que pudiera intentar detenerla se paró sobre el lomo del caballo y saltó sobre mí para caer justo al lado de la chica, la tocó en el pecho con el extraño báculo que portaba y luego sacó algo brillante de la boca de la pobre fugitiva mientras una rara inscripción comenzaba a verse por todo su rostro al tiempo que caía al suelo aparentemente sin vida, la misteriosa mujer comenzó a reír y se alejó un poco mientras el dragón se acercaba de nuevo para continuar atacando, aunque aún el tal Favio conseguía mantenerlo a raya.

Favio:

Mujer Misteriosa:

**Bio** Miér Jul 29 2015, 07:10

Cada vez que el dragón se preparaba para escupir fuego era acosado por alguna de las extrañas armas de Favio, pero éste al ver caer a su armada se alarmó gravemente perdiendo su concentración, las armas que mantenía en el aire cayeron a los lados dejando al dragón la libertad suficiente para lanzar una bola de fuego directo hacia la chica que se encontraba tirada en el suelo, corrí de prisa llegando apenas unos instantes antes que la bola de fuego y tomando a la chica en mis brazos conseguí apartarla del lugar justo a tiempo, pero el dragón no se detendría por eso; el valiente Favio recuperó sus armas y se paró entre nosotros y el dragón para seguirlo enfrentando mientras yo colocaba a la chica en el suelo y detallaba la extraña inscripción que había aparecido en su cuello - anima vinctum sphaerae - Recordaba que en un antiguo idioma “anima” significaba alma, una especie de esencia inmaterial de cada persona, según algunas creencias, y por la pronunciación “Sphaera” debía significar esfera, pero la palabra del centro no me sonaba a nada - La chica es mi prisionera - Dijo la misteriosa mujer que sostenía en una de sus manos una misteriosa esfera - ¡¡PRISIONERA!! - Grité emocionado - Eso es lo que dice: Alma Prisionera de la Esfera - La bruja retrocedió unos pasos mientras yo me acercaba decidido a recuperar aquella esfera, aunque no tenía idea de lo que haría después.

Corría vertiginosamente por la arena de la playa en dirección a la bruja mientras escuchaba tras de mí los sonidos del aleteo del dragón en su larga lucha contra el misterioso joven Favio, la bruja giró un par de veces su bastón y lo enterró al piso dejando salir luego algunos rayos que dieron origen a otras cuatro figuras idénticas a ella que la rodearon para luego dispersarse y rodearme, no iba a estar nada fácil, sin embargo, sabía que eran ilusiones, no podría ser de otro modo, pues si lo era estaría en graves aprietos, una tras otra, comenzaron a lanzar pequeños rayos, bastante dolorosos para ser solo ilusiones, pero no tan fuertes como para causar un buen daño, solo conseguían entumecerme un poco, aunque sabía que eran solo distracciones y en algún momento la verdadera me lanzaría un rayo letal; sin embargo había un detalle con que la bruja no contaba y es que solo la original dejaba sus huellas marcadas en la arena, así que observé el movimiento de cada una hasta notar a la única cuyas pisadas dejaban huellas en la arena, sin pensarlo dos veces avancé contra ella sin que lograra reaccionar, pues no se esperaba que descubriera su truco, dirigí un fuerte puñetazo a su abdomen que la hizo soltar la esfera y el báculo que traía, luego le di otro golpe detrás de la cabeza que la hizo caer al piso desmayada, entonces tomé del piso la esfera que había caído a la arena y la acerqué hasta la chica, al principio no sucedió nada, pero al cabo de unos instantes la chica comenzó a respirar y moverse lentamente.

Resuelto eso corrí de prisa a donde se encontraba Favio luchando contra el dragón, aunque era poco lo que podría hacer contra un ser volador que escupe fuego, sin embargo, podría distraerlo mientras Favio y la chica escapaban hacia el mar - Llévatela y huye - Le dije a Favio pero éste se negó - No es tu batalla forastero, es la mía - Parecía muy decidido a terminar su batalla aunque ya parecía que el dragón no podía más, tenía demasiado rato volando y escupiendo fuego, lo cual había menguado drásticamente sus energías y al cabo de unos instantes, tras algunos saltos que dimos esquivando sus bolas de fuego el dragón aterrizó a unos metros de nosotros muy agotado e incapaz de seguir volando, aunque aún le quedaba el truco del fuego, sin embargo su gran tamaño era ahora su debilidad, un ataque directo era casi imposible de fallar, y Favio lo sabía, así que arrojó una de sus armas voladoras y luego de girar su cuerpo un par de veces arrojó la segunda con más fuerza, sin embargo el dragón con sus últimas fuerzas lanzó una gran bola de fuego hacia el joven que aunque consiguió esquivarla, le explotó casi en los pies haciéndolo volar unos metros y caer al piso inconsciente.

El dragón por su parte quedó totalmente agotado, sin energías para moverse y evitar que ambas armas voladoras se incrustaran en su pecho, una y luego la otra se incrustaron violentamente haciendo que comenzara a perder su forma de dragón, tras unos pasos murmurando palabras inentendibles cayó al piso desangrándose por las heridas que le habían hecho las filosas armas de Favio; el joven despertó luego y al ver al viejo dragón abatido frente a mí, me llenó de elogios - Oh, poderoso gran guerrero, conseguiste derrotar a un enemigo ajeno - Lo observé un poco confuso mientras continuaba hablando - No alcancé a ver la grandeza de tus acciones para derrotar a quien yo no pude - Me decía completamente emocionado - Pero yo no he si... - Intenté aclarar la situación pero fui interrumpido - Ya nos encontraremos luego, misterioso gran guerrero, y me gustaría tener un enfrentamiento contigo la próxima vez que nos veamos - Tras decir eso se reunió con la chica y ambos subieron a un pequeño bote en el que tras unos instantes se perdieron en el horizonte con destino tal vez, a Beltrexus, mientras yo seguía murmurando ya para mí mismo - Pero yo no he sido.

Al salir de la playa fui recibido por el oso que me había estado esperando - Aquí estás, grandulón - Dije en tono gracioso mientras me acercaba a acariciarle la cabeza y revolverle el pelo - Vámonos de aquí, y nada de llevar mujeres a ningún lado ¡eh! - Aclaré en tono juguetón mientras caminábamos juntos hasta perdernos en el horizonte con destino a Lunargenta.

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Off: He subrayado el uso de mi habilidad pasiva primaria: Conocimiento Antiguo (Lenguas)

**Rad** Dom Ago 02 2015, 04:15

Algunas recomendaciones:

Incluyes repetidas veces situaciones potencialmente interesantes, pero las resuelves demasiado rápido, lo que deja una sensación de rol apresurado y de que no te esfuerzas en pensar la solución. Por ejemplo, cuando escapa por primera vez mencionas "afortunadamente no podría llegar lejos sin calzado y la ubiqué con relativa facilidad". La gracia de las complicaciones en los trabajos es que debas realizar un esfuerzo por resolverla. Entiendo que quisiste que hiciera repetidos intentos, pero sería recomendable que pusieras más esfuerzo en eso, que es central en el trabajo, en vez de en otros detalles a menudo accesorios.
Por otro lado, considero que tratas al oso como si fuera un cachorrito, cuando es una fiera salvaje. No se alcanza a percibir el hecho de que es un animal peligroso y muy difícil de entrenar, de hecho hasta tus PNJs parecen pasar del hecho de que caminas junto a un oso, como si fuera lo más natural del mundo. Un oso es un animal peligroso que difícilmente se preocupa por ti y la gente debiera reaccionar a ello.

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+18 puntos de experiencia (10 base + 8 por desarrollo)
+3 puntos de habilidad pasiva de conocimiento antiguo.

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[Trabajo] La Novia Fugitiva

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