Aerandir Awards [Evento]

Un año más, a eso de las 10 de la mañana, frente a la plaza mayor, se ha iniciado el concurso de Miss y Mister Aerandir, la plaza, totalmente iluminada por el sol del espléndido día, se ha llenado de gente y banderines, todo es alegría y jolgorio, música, gritos risas, y juegos, los fuegos artificiales explotan no muy lejos, dando inicio al concurso, las pruebas pasan rápido y llega la última prueba, el concurso de talentos.

De pronto, un crack se escucha en el fondo del escenario, en realidad, lo alto de las escaleras de un edificio de la plaza, las coronas se han roto por la torpeza de un colaborador, y los ramos se han quedado mustios al no ser puestos en agua. El presentador se pone nervioso y pausa el espectáculo, La gente murmura esperando que todo siga, se informa de un receso y, en bambalinas, los gritos del presentador y los organizadores al pobre torpe no cesan de oírse, 10 participantes lo escuchan tensos, debe haber alguna forma de solucionarlo, ¿no?

El mercado no muy lejos comienza a ofrecer pequeños espectáculos para aquellos aburridos que quieren saber el resultado del concurso, los puestos se llenan de vida mientras la zona del escenario queda vacía hasta nuevo aviso, y juglares, músicos, artistas ambulantes de todos lados ocupan el lugar que antes ocupaba el concurso, la vida se sigue respirando, pero la paciencia de los curiosos puede ser corta.

Los organizadores comienzan a pensar en algún modo de arreglarlo pero se sienten secos en cuanto a ideas, por ello, sin perder un solo minuto más se acercan a los participantes en busca de ideas, en cuanto tengan alguna solución, el concurso volverá a iniciarse.

Plaza en fiestas:

Escenario:

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Puede haber 10 participantes sin condición alguna.
Quien participe deberá hacer un solo post relatando su idea para arreglar lo sucedido con las flores y la corona, únicamente eso.
Cuando el último responda haré un nuevo post para otorgar los premios.
¿Quién será coronado?

Desde hace días he visto a muchos hombres yendo hacia la ciudad humana. Algunos viajan en grupo, otros con caravanas tiradas por caballos, pero todos tienen prisa. Hablaban de una fiesta. Decían que todos asistirían. ¿También Idril? Recuerdo que le gustan las fiestas humanas. Ella no es como yo, comprendía y disfruta de las celebraciones de las personas. Debe haber ido junto a los otros humanos. La fiesta de la que todos hablan puede ser mi última oportunidad para encontrarla.

Me visto con las ropas que me compré junto a ella, me cuelgo mi carcaj y a Vientoatroz en la espalda y corro hacia la ciudad siguiendo el camino por el que vi viajar a los carruajes. ¿Qué haré si no está? Todo el viaje que estoy haciendo seria en vano. Igual que los otros muchos viajes que he hecho para encontrarla. No estaba en ninguno de ellos. He recorrido todos los lugares que la marca de desterrado me permite recorrer. Nunca la he visto. Algo en mi interior me dice que jamás la volveré a ver, que me olvide de ella. Debería regresar a mi antigua vida, en la que solo veía pasar los días en la más mísera de las soledades. Sé que debería hacerlo pero no puedo. La amo. Siento que mi vida no tiene sentido si no está ella junto a mí. Estoy vacío. En mi interior no hay nada más que dolor y lágrimas. Primero me desterraron de mi familia y mi hogar, ahora Idril me abandona a mí. El dolor es mi vida.

¡No! Debo dejar de pensar en eso. No me rendiré. La buscaré y la encontraré. Aunque me cueste la vida, debo encontrarla pues solo ella pude hacerme feliz.

Llego a la ciudad. Hay mucha gente. No puedo ver nada. Las personas se amontonan las unas a las otras para ver qué ocurre allá arriba. ¿Qué hay ahí? No veo nada interesante. No entiendo por qué la gente de la ciudad espera impaciente lo que ocurra encima de ese escenario. No me importa. Tengo un objetivo y no lo voy a abandonar. Me pongo la capucha de la capa para pasar mis cicatrices inadvertidas y me hago paso entre la multitud. Quiero llegar a ese punto, está lo suficientemente alto para poder ver a todas las personas que estuvieran en la plaza. Podré encontrar a Idril.

Me muevo por un lateral y subo al escenario. Todos me miran. Unas flores marchitas cubren el suelo. Las piso. La gente me mira de una manera extraña pero no me importa. Me quito la capucha para dejar a mis ojos libres de cualquier impedimento y analizo cada persona que se reúne en torno al escenario. No veo a Idril.

-No deberías estar aquí.- Dice un joven humano detrás de mí. Tiene cara de preocupado y no deja de mirar las flores que estoy chafando. – Baja. El concurso está a punto de comenzar. Por favor baja.- Parece enfadado. Le molesta que haya subido aquí arriba.

-No.- Contesto fríamente. - Debo encontrar a una persona.-

El joven me intenta coger por la espalda, pero yo soy más rápido. Con un leve movimiento de piernas, le hago caer y me descuelgo rápido a Vientoatroz cargando una flecha en él. No quiero matarle. Solo asustarle para que me deje buscar a Idril tranquilo. Es todo lo que necesito.

-¡Guardia!- Grita el joven humano. -¡Ayudadme, está loco!-

Otros hombres suben por las escaleras que yo he subido. Están armados. Vienen a por mí. ¿He hecho mal? Si Idril estuviera conmigo me explicaría por qué he hecho mal. Destenso la flecha y me vuelvo a colgar el arco en la espalda. Levanto las manos son de paz y me arrodillo en el suelo lleno de flores marchitas.

-Acompañadme.- Ordena uno de los hombres armados.

-No. Debo encontrar a una persona.- Repito. No quiero irme de la ciudad humana hasta no encontrarla.

-Esa persona está abajo del escenario, por favor no se lo repito otra vez. Baje.-

Me levanto del suelo. Los hombres armados no lo entienden. Abajo no podré encontrarla. Hay demasiada gente. Se me ocurre una idea. Si Idril me viese vendría conmigo. Sé que lo haría. Me olvido de los hombres y cojo un puñado de las flores marchitas. Uso mi magia de curación para hacerlas florecer de nuevo. Rosas blancas y rojas rodean toda mi mano. Veloz como el propio viento, me descuelgo mi arco, cojo una flecha y clavó en ella las rosas que he curado con mi magia. Los hombres desenvainan sus espadas. Yo soy más rápido. Disparo la flecha con las rosas al aire. El proyectil se pierde en el aire, tal vez haya estallado, no lo sé. Pero las rosas han caído. Los pétalos llueven por toda la plaza cayendo suavemente en las cabezas de los humanos que se han reunido. Estoy seguro que Idril ha tenido que ver lo que he hecho.

-¡Alto no le matéis!- Dice el primer joven a los humanos armados. - Eso ha sido hermoso.- Me dice directamente con un hilo de voz. Se aleja unos pasos para contemplar la lluvia de pétalos de rosa. -¡MUCHAS GRACIAS POR AYUDARNOS!- Me grita cogiéndome la mano y moviéndola de arriba abajo. Su voz, antes enfadada y preocupada ahora suena alegre y extasiada. Coge unos pétalos del suelo, solo unos pocos y los pone sobre una especie de cuerda. No sé qué he hecho para que esté tan feliz. Si Idril estuviera conmigo me lo diría y sonreiría.

Caminaba tranquila por la feria que habían montado para conmemorar la nosecuantas ediciones de un famoso concurse de Lunargenta, en el que se escogía a la miss y al mister Aerandir. A la guarda no podía parecerle mayor la estupidez, superficial y cursi, nada interesante, pero la feria era otro cantar, después de tanto tiempo había recuperado el contacto con varias de sus compañeras y se sentía contenta de haber quedado un día libre para dar una vuelta y ver el ambiente de la fiesta, lo que no se esperaba era acabar ahí arriba, viendo a todo el mundo desde la escalinata mientras una especie de juglar daba saltos presentado a unos y a otros, y dando posibles nombres "graciosos" que entretenían a los que observaban.

- ¡Mis pechugas flamantes!- exclamó al pasar junto a una elfa que, para sus sorpresa, era Níniel, haciendo que la chica, sin poder contenerse soltase una risilla, no pensaba que a la elfa le hiciera demasiada gracia ese apodo.

Afortunadamente la primera parte del concurso pasó rápidamente, mientras Alanna, bastante roja, miraba desde ese improvisado escenario a sus compañeras, que no paraban de reírse, se las pagarían por haberla obligado a subir. Esperando, rezando por esconder a cabeza en algún lado, y huir, había decidido hacer un ejercicio de acrobacia, poco más podría hacer para mostrar algún talento, y, aun así, con lo torpe que era la probabilidad de caer era más que alta. Sin embargo, parecía haber problemas.

Las flores estaban mustias, y las coronas, rotas, y tras varias reflexiones improductivas, se acercaron a preguntar a los participantes al tiempo que hacían alejarse al público, Alanna se alegró, con algo de suerte no sería necesario seguir con ese lamentable espectáculo, al menos el que ella estaba dando, y podrían irse a casa. No obstante, las ideas eran buenas, pero tardarían bastante, lo cual solo haría que prorrogar su sufrimiento, por ello con un suspiro, decidió hablar.

- En el sótano de la guardia hay coronas de juguete y antes, al pasar por la feria, he visto un puesto de flores, no creo que la guardia se niegue a prestar un par de coronas de pega y con una flor supongo que bastaría, al fin y al cabo, es algo simbólico, ¿no?- preguntó finalizando, solo quería acabar pronto y hacer que las chicas la invitasen a una buena pinta de cerveza como recompensa por haberse dejado convencer.

Lunargenta, hoy el día respeta la celebración y el sol luce espléndido desde el tejado de los grandes edificios de la ciudad, la calle esta llena de vida y de música y eso me encanta, porque lleva al hombre a sus auténticos inicios, a las celebraciones en comuna en el que todos disfrutan y sonríen, y no puedo evitar sentirme uno de ellos.
Camino por las calles atestadas de gente y veo como los niños ríen y bailan y se mueven al son de la música de los juglares, y no puedo evitar sentir como mi corazón se conmueve al ver las sonrisas tan grandes en esos rostros tan pueriles.
“Una flor para otra bella flor”-el juglar me da una margarita blanca y amarilla y la cojo de buen agrado, regalándole la mejor de las sonrisas y con un sonroje más que notable en las mejillas y le dejo que se marche entonando canciones con la flauta mientras todos los niños corren tras de él, atraídos por aquel constante sonido que te invita a bailar hasta que no te queden fuerzas.
Y por fin llego a la plaza en la que los actos festivos no cesan, y por alguna extraña razón hay gente y participantes en el escenario, me acerco al centro del agora y me cruzo de brazos, mientras miro a los participantes mostrar sus encantos y sus talentos, y no puedo evitar sentir la tentación de pertenecer a uno de ellos, tenía posibilidades nulas de ganar, porque, admitámoslo, era muy poca cosa, había mujeres muy por delante de mí, mujeres a la que yo jamás sería capaz de quitar ningún puesto.
“¿Porque no lo intentas? Al fin y al cabo, intentarlo es gratis y supongo que te darán algo de comer gratis si te presentas”-pensé, y me llevé la mano al estómago, que rugía violentamente, llevaba bastantes horas sin comer, y el aroma a carne asada y a patatas me inundaba mi boca con la constante salivación que estaba produciendo.
“Vamos allá”-me dije, y me metí de lleno en el gentío buscando al organizador de aquel concurso, que justamente estaba a los pies del escenario, me bajé la capucha y miré a aquel hombre.
-Me gustaría participar-alegué con una sonrisa-soy nueva en estas cosas-y era verdad, verme fuera de mi pueblo, en otro lugar con otras costumbres me haría parecer la más rara y utópica de aquel sitio-y me gustaría probar esto, tiene pinta de ser divertido, y las flores y la belleza de la música y…-me estaba yendo por las nubes, era algo normal en mí, después de tanto tiempo vagando sola al encontrarme a alguien no hacía más que parlotear y parlotear como si me fuera la vida en ello.
-Estupendo señorita, espero que se lo…
Y de repente se oye un sonido que sumió en silencio a la plaza, alcé la vista y vi como el decorado floral caía al suelo mustio y sin vida y reseco, maldita sea, ¿Quién había hecho esto? ¿Quién había sido capaz de maltratar así a unas pequeñas y diminutas flores? No había que hacerlas nada, simplemente un poco de agua para que siguieran sobreviviendo, pero ni eso habían sido capaces de hacer.
“Por eso no me gustan nada los núcleos humanos, no saben tratar a nuestra madre”-pensé, torciendo el gesto al ver como todo se desmoronaba seco y sin vida.
Giré la vista y miré al organizador llevarse las manos a la cabeza, buscando soluciones, y al igual que yo, los múltiples participantes del evento también empezaron a pensar en una buena idea que sacara el concurso adelante, me llevé la mano al mentón y pensé.
“¿Traer flores? Es demasiado arriesgado, además para transportarlas con todo el gentío probablemente más de una flor quedaría totalmente aplastada y afeada por los pétalos arrancados y pisoteados, tal vez… mmmm…”
Miré el escenario, era bastante amplio y…si, sería una buena idea, eso se hacía en mi aldea, y a los niños siempre les encantaba, solo necesitábamos a buenos bailarines y a un buen juglar que supiera interpretar buenas piezas musicales.
-Señor…-miré al organizador-creo que la idea de coger flores nuevas es arriesgado, transportar coronas de flores con tanta gente será un trabajo absurdo, los críos ni siquiera saben donde pisan y si empujan a los que lleven las nuevas coronas de flores no tendrán sentimiento de culpa alguno y será la pescadilla que se muerde la cola-alegué-tal vez…-me mordí los labios-de donde yo soy se hacen espectáculos de sombras, solo necesitaríamos un buen tapiz y unos bailarines-añadí mirándole con una sonrisa-podríamos hacerles trajes con las flores mustias que han caído, y podrían ser “las flores del festival”-añadí-a los niños les encantaría, y para los adultos sería algo nuevo e innovador, pero se guarda la imposición de las flores-continué-será un festival de flores animadas-podría ser una mala idea, pero en mi cabeza no sonó tan mal.
El organizador se quedó pensando y luego me miró, intuí que necesitaba tiempo para pensar, ya que era un tema bastante complicado, ya que hacer divertir al gentío no era fácil, hice una reverencia y le mire-supongo que necesitará su tiempo para pensar, y no seré yo la que le atrase, pero en cuanto tenga la solución espero que me avise con lo que sea…-dije, alejándome del escenario, colocándome al lado de los participantes, para no quedar marginada de todo aquel jaleo que se había cometido en cuestión de segundos.

Off: Dada la poca participación y pasado ya un tiempo oportuno, paso a finalizar el tema.
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Al final, una solución apareció de entre uno de los miembros del público, tal vez no daba tiempo a ir a por flores, y, posiblemente, la gente, impaciente, comenzara a protestar, los borrachos proliferaban en las fiesta, y era mejor no dar pie a problemas, por ello, un joven que había estado viendo el espectáculo mientras vendía pañuelos, se acercó y les ofreció un trato.

El chico enseñó sus pañuelos, y notó que había carboncillo cerca de los dibujantes que por allí giraban intentando ganarse unas monedas, él vendería sus pañuelos y podrían escribir el título de ganador con los carboncillos de los dibujantes, no habría corona, pero si premio y evitarían los problemas. Los organizadores se miraron un instante, y, tras una pequeña discusión, aceptaron la propuesta.

No querían alargar más el concurso, que ya se había hecho eterno a causa de los problemas, por ello, se reunieron y tomaron una decisión, era momento de anunciar a los ganadores. Escribieron los títulos en los hermosos pañuelos del joven, anudaron las puntas y crearon con ello una banda lo bastante larga para el ganador. Todos los concursantes se presentaron en escena y, por fin, se hizo el anuncio.

Cinco bandas, para cinco participantes, ya que todos había ayudado a resolver el problema, era lo menos que podían hacer, y, dado que el concurso había sido un caos, ¿por qué no hacer que los premios también lo fueran?
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Off: Aquí están vuestros premios:

· 50 Aeros para todos los participantes.
· 5 puntos de experiencia a todos.
· Las bandas que podréis poner en vuestras firmas.