[Trabajo] Vestigios del aguijón...
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[Trabajo] Vestigios del aguijón...
En las afueras de la ciudad, un grupo de misteriosos hombres bestia, apodados por los ciudadanos como: Los Hombres Escorpión, o sencillamente Los Escorpiones, se dedicaron durante algunos meses a mantener a los habitantes de aquellos lugares en un acoso constante, se murmuraba tenían fuerza y velocidad sobrehumana, también que eran capaces de envenenar con la mirada o incluso cosas peores y mucho más fantásticas, detrás de esa fachada, usaban el alboroto y el miedo para robar órganos humanos; durante un tiempo la guardia se había negado a actuar, y los pocos que lo hicieron fueron misteriosamente desaparecidos y en otros casos, asesinados y expuestos públicamente como ejemplo para cualquiera que intentara oponerse a la voluntad de los poderosos escorpiones.
Finalmente, tras una extraña casualidad, se reunió un equipo formado por un trío de personajes cuyas razas deberían odiarse, sin embargo lograron formar un equipo que descubrió la verdad tras el nombre de los escorpiones, no eran hombres bestias, sino simples humanos con disfraces y armamento que simulaba rasgos de escorpiones gigantes para intimidar a sus víctimas y diversos trucos para hacerles creer cosas que no existían, y con ayuda de un pequeño escuadrón de la Guardia Real, consiguieron llegar a la base secreta de los escorpiones y poner fin a su reino de terror... O al menos es lo que habían pensado.
Recientes desapariciones indican que podría estar en funcionamiento una nueva célula de esta misteriosa banda. Sin embargo no hay nada que vincule los nuevos casos con los anteriores, sin embargo, no estaría de más asegurarse.
Tras volver de Terpoli, fui sorprendido por algunos guardias que parecían haberme reconocido, aunque algunos se referían a mí como un héroe de guerra, hubo uno que me miraba de manera inquietante, al dispersarse la muchedumbre se acercó y me dijo en tono casi susurrante -Ellos han vuelto- Fue entonces cuando recordé a ese sujeto, era uno de los que habían estado en el ataque a la cueva de los escorpiones; establecer esa relación me hizo entender de inmediato de quiénes hablaba, cosa que me heló la piel por unos instantes, el sujeto caminó sin detenerse, insinuándome con la mirada que debía seguirlo.
Al cabo de unos minutos llegamos a un lugar apartado donde el chico me entregó una nota:
“Ellos están de vuelta, debemos impedir que recuperen sus fuerzas, no puedo decir mucho, pero no sé en quién confiar, al parecer, han logrado escabullirse en puestos importantes en la ciudad, si aceptas ayudarnos, debes ir a la cueva de los escorpiones, donde los vencimos antes, y buscar más pistas acerca de ellos, es muy poco lo que sabemos y lo mejor sería buscar más pistas, la cueva ha estado desierta desde ese día, pero algo me dice que ese lugar esconde mucho más de lo que vimos”.
Tras mirar el pedazo de papel, lo apreté con fuerza apuñándolo en la mano con rabia -Ten, esto te será de utilidad- Dijo el chico mientras me entregaba un pequeño bolso con algunas cosas dentro, entre ellas: un mapa, un reloj de arena, dos medallones y una piedra con una extraña inscripción, desconocía lo que pudiera significar aquella piedra, pero de las otras cosas tenía algunas ideas, asentí con la cabeza y me alejé corriendo en dirección a la misteriosa cueva de los escorpiones.
Finalmente, tras una extraña casualidad, se reunió un equipo formado por un trío de personajes cuyas razas deberían odiarse, sin embargo lograron formar un equipo que descubrió la verdad tras el nombre de los escorpiones, no eran hombres bestias, sino simples humanos con disfraces y armamento que simulaba rasgos de escorpiones gigantes para intimidar a sus víctimas y diversos trucos para hacerles creer cosas que no existían, y con ayuda de un pequeño escuadrón de la Guardia Real, consiguieron llegar a la base secreta de los escorpiones y poner fin a su reino de terror... O al menos es lo que habían pensado.
Recientes desapariciones indican que podría estar en funcionamiento una nueva célula de esta misteriosa banda. Sin embargo no hay nada que vincule los nuevos casos con los anteriores, sin embargo, no estaría de más asegurarse.
Tras volver de Terpoli, fui sorprendido por algunos guardias que parecían haberme reconocido, aunque algunos se referían a mí como un héroe de guerra, hubo uno que me miraba de manera inquietante, al dispersarse la muchedumbre se acercó y me dijo en tono casi susurrante -Ellos han vuelto- Fue entonces cuando recordé a ese sujeto, era uno de los que habían estado en el ataque a la cueva de los escorpiones; establecer esa relación me hizo entender de inmediato de quiénes hablaba, cosa que me heló la piel por unos instantes, el sujeto caminó sin detenerse, insinuándome con la mirada que debía seguirlo.
Al cabo de unos minutos llegamos a un lugar apartado donde el chico me entregó una nota:
“Ellos están de vuelta, debemos impedir que recuperen sus fuerzas, no puedo decir mucho, pero no sé en quién confiar, al parecer, han logrado escabullirse en puestos importantes en la ciudad, si aceptas ayudarnos, debes ir a la cueva de los escorpiones, donde los vencimos antes, y buscar más pistas acerca de ellos, es muy poco lo que sabemos y lo mejor sería buscar más pistas, la cueva ha estado desierta desde ese día, pero algo me dice que ese lugar esconde mucho más de lo que vimos”.
Tras mirar el pedazo de papel, lo apreté con fuerza apuñándolo en la mano con rabia -Ten, esto te será de utilidad- Dijo el chico mientras me entregaba un pequeño bolso con algunas cosas dentro, entre ellas: un mapa, un reloj de arena, dos medallones y una piedra con una extraña inscripción, desconocía lo que pudiera significar aquella piedra, pero de las otras cosas tenía algunas ideas, asentí con la cabeza y me alejé corriendo en dirección a la misteriosa cueva de los escorpiones.
Última edición por Bio el Mar 22 Sep - 4:16, editado 3 veces
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Re: [Trabajo] Vestigios del aguijón...
Finalmente llegué a la entrada de la cueva, se veía un poco diferente a como la recordaba, tal vez la prisa de aquel momento no me había permitido detallarla correctamente así que decidí ojear un poco los alrededores antes de entrar, en primer lugar, el suelo estaba cubierto de hojas, lo cual hacía muy difícil buscar huellas, la cueva se veía tan tétrica como antes, eso sí no cambiaba por nada; antes de entrar decidí echar un vistazo al bolso y las cosas que el chico me había entregado, en particular esa extraña piedra con la palabra “κάθαρσις” que no tenía idea de lo que pudiera significar, pero más abajo había una oración que me parecía menos complicada “Nihil obstat, Non bis in ídem”, era un idioma que ya había leído antes, aunque de momento no lograba recordar el significado de aquellas palabras, seguramente lo conseguiría más adelante, guardé todo en el bolso nuevamente y me dediqué a buscar la entrada.
Se suponía que la Guardia Real se encargaría de sellar la cueva, pero no parecían haber tenido éxito, o habían decidido no hacerlo, pero ¿Por qué? Todo esto me resultaba muy intrigante, aunque de momento no quería ponerme paranoico, la cueva debería estar vacía, sería solo una exploración en busca de algún indicio o tal vez solo para asegurarnos de que no quedara nada de los escorpiones dentro de ella.
En principio me dirigí a la entrada con mucho cuidado recordando las trampas que había en el piso, aunque esta vez parecían estar desactivadas, o al menos eso pensaba, pues al llegar al caminar unos pasos dentro de la cueva escuché un sonido crudo como de una piedra deslizándose sobre otra, y tras esto, el piso comenzó a mostrar pequeños abultamientos de tierra, pero ésta vez las trampas no se activaban al contacto con ellas, sino que parecían activarse por tiempos, eso me facilitaba un poco el camino, no era necesario caminar sin activarlas porque ya se activaban solas, me lancé hacia la orilla para tener que evitar menos trampas y caminé de espaldas a la pared evitando las púas que aparecían de golpe, todo era cuestión de tomar los patrones de tiempos que se repetían, algunos más rápido y otros más lento, finalmente logré atravesar el campo plagado de trampas que no se detuvieron, al parecer además de complicarme la entrada, también pretendían evitarme la salida, pues inmediatamente más púas aparecieron de las paredes, dejándome entender que no podría salir de la misma forma a menos que encontrara el mecanismo para desactivarlas, una vez dentro, contemplé que la gran puerta que daba acceso al interior de la cueva estaba abierta, eso sí tenía sentido, pues la dejamos de esa forma la vez anterior, caminé de prisa por el pasillo hasta llegar a el pequeño pasillo que daba a un lugar desconocido.
Se suponía que la Guardia Real se encargaría de sellar la cueva, pero no parecían haber tenido éxito, o habían decidido no hacerlo, pero ¿Por qué? Todo esto me resultaba muy intrigante, aunque de momento no quería ponerme paranoico, la cueva debería estar vacía, sería solo una exploración en busca de algún indicio o tal vez solo para asegurarnos de que no quedara nada de los escorpiones dentro de ella.
En principio me dirigí a la entrada con mucho cuidado recordando las trampas que había en el piso, aunque esta vez parecían estar desactivadas, o al menos eso pensaba, pues al llegar al caminar unos pasos dentro de la cueva escuché un sonido crudo como de una piedra deslizándose sobre otra, y tras esto, el piso comenzó a mostrar pequeños abultamientos de tierra, pero ésta vez las trampas no se activaban al contacto con ellas, sino que parecían activarse por tiempos, eso me facilitaba un poco el camino, no era necesario caminar sin activarlas porque ya se activaban solas, me lancé hacia la orilla para tener que evitar menos trampas y caminé de espaldas a la pared evitando las púas que aparecían de golpe, todo era cuestión de tomar los patrones de tiempos que se repetían, algunos más rápido y otros más lento, finalmente logré atravesar el campo plagado de trampas que no se detuvieron, al parecer además de complicarme la entrada, también pretendían evitarme la salida, pues inmediatamente más púas aparecieron de las paredes, dejándome entender que no podría salir de la misma forma a menos que encontrara el mecanismo para desactivarlas, una vez dentro, contemplé que la gran puerta que daba acceso al interior de la cueva estaba abierta, eso sí tenía sentido, pues la dejamos de esa forma la vez anterior, caminé de prisa por el pasillo hasta llegar a el pequeño pasillo que daba a un lugar desconocido.
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Re: [Trabajo] Vestigios del aguijón...
La vez anterior, había incrustado uno de los medallones en una puerta secreta ubicada a lado derecho de este pasillo, en consecuencia, no habíamos tenido la necesidad de recorrerlo, desconocía completamente lo que habría más allá, pero esta vez traía conmigo dos medallones, si colocaba uno a la derecha, tendría que haber también una puerta del lado izquierdo, comencé a limpiar el muro izquierdo con mis manos en busca de algún indicio de algo, aunque no lograba encontrar nada, tras un instante me di por vencido y busqué en el muro derecho, donde sí recordaba el lugar indicado que debía presionar, tras unos instantes buscando y rebuscando logré dar con el pequeño bulto de roca y tras presionarlo un poco el sonido de un “Tack” hizo aparecer el segmento donde debía incrustar el medallón, tras hacerlo, la puerta retrocedió un poco y terminé de abrirla empujando con fuerza.
Avancé por aquel oscuro pasillo guiado solamente por una luz que podía ver reflejada en la pared al final del pasillo, como era de esperarse, tropecé por el camino con una piedra hueca, aunque al agacharme para tomarla pude notar que era un cráneo humano, o algo parecido al menos -Debería estar abandonado- Susurré para mí mismo -Esto no debería estar acá- Dejé en el piso la osamenta mientras me acercaba con más cuidado hacia el final del pasillo donde salía la luz, al llegar, observé todo en la habitación, justo como lo habíamos dejado antes de salir, sin embargo, algunas cosas eran demasiado sospechosa, las antorchas que iluminaban la sala, tenían que ser nuevas, las otras no habrían podido estar encendidas tanto tiempo y mantenerse en tan buen estado, sabía que algo no iba bien, y obviamente, el lugar estaba preparado para hacerme creer que todo seguía exactamente igual, salvo por algunas cosas un poco sospechosas, en un instante que permanecí de pie, algo comenzó a caminar por mi cabeza, sentía sus afiladas patas recorriendo mi cráneo buscando el momento justo para atacar -¡¡Araña!!- Grité como niña al darme cuenta de lo que se trataba mientras movía mis manos hasta que conseguí quitármela de la cabeza y pisarla sin piedad una y otra vez hasta que no le quedó nada dentro.
Una vez en calma, me dediqué a inspeccionar la sala, la vez anterior había sido una batalla de principio a fin, rodeados de humo que no dejaba ver nada, ahora podría observar todo con más calma, había algunas inscripciones en las paredes que antes no había notado, y al caminar hasta detrás de la mesa, estaba oculta una pequeña palanca cubierta de polvo, la empujé con todas mis fuerzas sin lograr nada, descansé un rato y volví a empujarla con el mismo resultado, hasta que me di cuenta que solo debía halarla, al hacerlo, un fuerte sonido en un rincón de la sala dibujó en el piso un pequeño pasadizo secreto, me acerqué impresionado para ver a donde llevaba, unas escaleras bajaban por una especie de sótano y llevaban hasta una habitación adyascente, donde no había logrado entrar antes por arriba, el pequeño pasillo estaba tenuemente iluminado por espejos que traían la luz de arriba y la transportaban hasta el final del pasillo donde se encontraba una nueva puerta, al tocarla, apareció un agujero similar al de la puerta anterior donde sin pensarlo incrusté el segundo medallón, dando lugar a que se abriera un poco la puerta, aunque en mi desespero la empujé para terminar de abrirla porque carezco de paciencia.
Avancé por aquel oscuro pasillo guiado solamente por una luz que podía ver reflejada en la pared al final del pasillo, como era de esperarse, tropecé por el camino con una piedra hueca, aunque al agacharme para tomarla pude notar que era un cráneo humano, o algo parecido al menos -Debería estar abandonado- Susurré para mí mismo -Esto no debería estar acá- Dejé en el piso la osamenta mientras me acercaba con más cuidado hacia el final del pasillo donde salía la luz, al llegar, observé todo en la habitación, justo como lo habíamos dejado antes de salir, sin embargo, algunas cosas eran demasiado sospechosa, las antorchas que iluminaban la sala, tenían que ser nuevas, las otras no habrían podido estar encendidas tanto tiempo y mantenerse en tan buen estado, sabía que algo no iba bien, y obviamente, el lugar estaba preparado para hacerme creer que todo seguía exactamente igual, salvo por algunas cosas un poco sospechosas, en un instante que permanecí de pie, algo comenzó a caminar por mi cabeza, sentía sus afiladas patas recorriendo mi cráneo buscando el momento justo para atacar -¡¡Araña!!- Grité como niña al darme cuenta de lo que se trataba mientras movía mis manos hasta que conseguí quitármela de la cabeza y pisarla sin piedad una y otra vez hasta que no le quedó nada dentro.
Una vez en calma, me dediqué a inspeccionar la sala, la vez anterior había sido una batalla de principio a fin, rodeados de humo que no dejaba ver nada, ahora podría observar todo con más calma, había algunas inscripciones en las paredes que antes no había notado, y al caminar hasta detrás de la mesa, estaba oculta una pequeña palanca cubierta de polvo, la empujé con todas mis fuerzas sin lograr nada, descansé un rato y volví a empujarla con el mismo resultado, hasta que me di cuenta que solo debía halarla, al hacerlo, un fuerte sonido en un rincón de la sala dibujó en el piso un pequeño pasadizo secreto, me acerqué impresionado para ver a donde llevaba, unas escaleras bajaban por una especie de sótano y llevaban hasta una habitación adyascente, donde no había logrado entrar antes por arriba, el pequeño pasillo estaba tenuemente iluminado por espejos que traían la luz de arriba y la transportaban hasta el final del pasillo donde se encontraba una nueva puerta, al tocarla, apareció un agujero similar al de la puerta anterior donde sin pensarlo incrusté el segundo medallón, dando lugar a que se abriera un poco la puerta, aunque en mi desespero la empujé para terminar de abrirla porque carezco de paciencia.
Última edición por Bio el Mar 22 Sep - 3:41, editado 1 vez
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Re: [Trabajo] Vestigios del aguijón...
Cuando al fin logré entrar a la siguiente sala me encontré con una escena espeluznante, todas las paredes estaban cubiertas con cráneos dispuestos a modo de trofeo, en las 4 esquinas de la sala habían unas antorchas, bastante altas como para ser colocadas por una persona normal, a la misma altura de las antorchas había otra palanca similar a la que había encontrado en la sala anterior, pero no había manera de llegar tan alto, estaría a unos cinco metros de altura y el techo a su vez estaba lleno de filosas púas que parecían listas para precipitarse en cualquier momento.
Dediqué unos instantes a examinar los cráneos en la sala, algunos se deshacían entre mis manos al tomarlos, como si estuvieran podridos, otros en cambio parecían tan fuertes como para hacer un escudo con ellos, sin embargo, la sala de pronto comenzó a temblar fuertemente, cuando vi hacia la puerta, ésta se estaba cerrando, aunque me esforzara no llegaría a tiempo, tenía que haber otra manera de salir, pues el techo no tardaría en dejarme como colador.
Examiné la sala con mucho cuidado hasta notar que la única posibilidad aparente era esa pequeña palanca elevada casi a la altura del techo que ahora venía bajando lentamente, sin embargo, si estaba en un error, sería uno muy grave, pues la palanca estaba justo del lado opuesto a la salida, incluso, si la palanca abría la puerta solamente, difícilmente lograría llegar antes que el techo me hiciera puré.
El piso vibraba con fuerza dificultando mi libertad de movimiento, estaba en un problema bastante serio, faltaba unos 3 metros todavía para alcanzar la palanca, con saltos normales no lograría alcanzarla, pero si saltaba muy alto entonces me podría estrellar contra las púas del techo, sin embargo decidí tomar el riesgo, usé de impulso los escalones donde estaban puestos los cráneos y salté para colgarme de la palanca y la halé hacia abajo con todo mi cuerpo pero no parecía servir de nada, fue entonces cuando recordé la palanca de la sala anterior, la cual no se activaba hacia abajo sino hacia arriba; pegué mis pies contra la pared para tratar de empujarme hacia arriba pero fue en vano, era muy resbaloso y no lograba subir nada, finalmente me tocó quedarme de pie hasta tocar el piso y empujar la palanca hacia arriba mientras el techo seguía bajando hasta que finalmente la palanca subió y el techo se detuvo, sin embargo eso no había sido todo, tras un ligero sismo la arena del suelo comenzó a bajar de prisa, parecía que todo se estaba hundiendo a un ritmo vertiginoso, intenté sostenerme de algo pero la arena me seguía arrastrando y me tocó saltar para volver a colgarme de la palanca -Bravo genio- Me dije con sarcasmo al ver que al bajar la palanca había hecho que el techo continuara bajando, así que la subí de prisa para volver a detenerlo, entonces caí en la arena que se escapaba de la sala pero a la vez, iba descubriendo algunas cosas al retirarse toda la arena, además de la salida abierta, había una especie de altar con el dibujo de un reloj de arena similar al que me había entregado aquel chico en el bolso, tal vez ambas cosas estaban relacionadas y el reloj era una especie de llave aunque no sabía exactamente para qué lo sería.
Dediqué unos instantes a examinar los cráneos en la sala, algunos se deshacían entre mis manos al tomarlos, como si estuvieran podridos, otros en cambio parecían tan fuertes como para hacer un escudo con ellos, sin embargo, la sala de pronto comenzó a temblar fuertemente, cuando vi hacia la puerta, ésta se estaba cerrando, aunque me esforzara no llegaría a tiempo, tenía que haber otra manera de salir, pues el techo no tardaría en dejarme como colador.
Examiné la sala con mucho cuidado hasta notar que la única posibilidad aparente era esa pequeña palanca elevada casi a la altura del techo que ahora venía bajando lentamente, sin embargo, si estaba en un error, sería uno muy grave, pues la palanca estaba justo del lado opuesto a la salida, incluso, si la palanca abría la puerta solamente, difícilmente lograría llegar antes que el techo me hiciera puré.
El piso vibraba con fuerza dificultando mi libertad de movimiento, estaba en un problema bastante serio, faltaba unos 3 metros todavía para alcanzar la palanca, con saltos normales no lograría alcanzarla, pero si saltaba muy alto entonces me podría estrellar contra las púas del techo, sin embargo decidí tomar el riesgo, usé de impulso los escalones donde estaban puestos los cráneos y salté para colgarme de la palanca y la halé hacia abajo con todo mi cuerpo pero no parecía servir de nada, fue entonces cuando recordé la palanca de la sala anterior, la cual no se activaba hacia abajo sino hacia arriba; pegué mis pies contra la pared para tratar de empujarme hacia arriba pero fue en vano, era muy resbaloso y no lograba subir nada, finalmente me tocó quedarme de pie hasta tocar el piso y empujar la palanca hacia arriba mientras el techo seguía bajando hasta que finalmente la palanca subió y el techo se detuvo, sin embargo eso no había sido todo, tras un ligero sismo la arena del suelo comenzó a bajar de prisa, parecía que todo se estaba hundiendo a un ritmo vertiginoso, intenté sostenerme de algo pero la arena me seguía arrastrando y me tocó saltar para volver a colgarme de la palanca -Bravo genio- Me dije con sarcasmo al ver que al bajar la palanca había hecho que el techo continuara bajando, así que la subí de prisa para volver a detenerlo, entonces caí en la arena que se escapaba de la sala pero a la vez, iba descubriendo algunas cosas al retirarse toda la arena, además de la salida abierta, había una especie de altar con el dibujo de un reloj de arena similar al que me había entregado aquel chico en el bolso, tal vez ambas cosas estaban relacionadas y el reloj era una especie de llave aunque no sabía exactamente para qué lo sería.
Última edición por Bio el Mar 22 Sep - 3:44, editado 1 vez
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Re: [Trabajo] Vestigios del aguijón...
El pequeño altar tenía una serie de dibujos que seguramente significaban algo, pero entre todo, un par de dibujos bastante interesantes, uno de ellos era el reloj de arena, pero el otro era un pasillo similar al del piso superior que estaba completamente lleno de trampas, y por el cual había resultado imposible pasar -Tengo un buen presentimiento acerca de esto- Me dije a mi mismo con una gran sonrisa, seguro de que había hecho un gran descubrimiento, aunque una de mis mayores normas de supervivencia era no confiar demasiado en mis descubrimientos, así que debía buscar una manera de asegurarme de que mi teoría era cierto, pensaba que al colocar el reloj en el altar, las trampas del pasillo podrían desactivarse por un tiempo, cuestión de lógica tal vez, pero fuera como fuera, coloqué el reloj sobre el pequeño altar y el dibujo del pasillo se iluminó con una luz fuerte que comenzaba a apagarse a un paso acelerado mientras el reloj dejaba pasar la arena de un lado a otro.
Corrí de prisa desde esa sala hasta la otra, no sin antes tomar uno de los cráneos que se encontraban en ese lugar, regresé a toda velocidad por el pasillo oculto hasta estar en la otra sala, donde salí para encontrar la otra puerta abierta, corrí a través de ella desesperadamente y llegué por fin al pasillo principal del primer nivel, ante las dudas de que realmente estuvieran desactivadas las trampas, y para evitar los problemas que me ocasionaría el pequeño detalle de tal vez... Morir, decidí lanzar el cráneo que había traído desde abajo, el cráneo viajó a través del pasillo un par de metros hasta caer al piso sin que hubiera reacción alguna de las trampas, luego rodó por el piso chocando contra la pared izquierda y luego la derecha sin que aún nada sucediera, eso me dio la suficiente confianza para lanzarme a cruzar ese tétrico pasillo.
Tomé impulso y me dejé ir hacia adelante tan rápido como mis piernas me alcanzaban a llevar, de momento, ninguna trampa se había activado, ninguna cuchilla salía de la pared intentando arrancarme la cabeza o desmembrarme las piernas, sin embargo, un ligero nerviosismo me seguía poniendo la piel de gallina, a fin de cuentas, lo que había usado para desactivar las trampas era nada menos que un reloj de arena, tal vez el tiempo en que habían sido desactivado el peligroso pasaje se terminaría sin previo aviso, y tal como lo imaginaba, sucedió, había recorrido más de la mitad del pasillo cuando un sonido de hojillas danzantes empezó a sonar tras mis pasos, era muy tarde para regresar, las filosas navajas que salían de las pareces comenzaban a alcanzarme así que corrí poniendo a prueba mi velocidad, el final del pasillo se veía cada vez más lejano y las trampas cada vez se escuchaban más cerca, no me atrevía a mirar hacia atrás, pero era evidente que se acercaban a buen ritmo como para alcanzarme, finalmente comencé a sentir el viento que dejaba el pasar de las hojillas muy cerca de mis piernas pero ya estaba muy cerca del final, así que me impulsé como pude y di un gran salto hacia adelante y tras rodar un par de veces en el piso, por fin había atravesado la parte más difícil del viaje, o al menos la más difícil que conocía, al voltear hacia atrás pude ver con horror la pesadilla de la que había escapado, decenas de hojillas largas y filosas salían de las paredes en un recorrido circular y volvían a esconderse para salir de nuevo una y otra vez, del piso salían algunas púas hacia arriba mientras otras bajaban saliendo del techo, sería imposible salir por ese lugar.
Corrí de prisa desde esa sala hasta la otra, no sin antes tomar uno de los cráneos que se encontraban en ese lugar, regresé a toda velocidad por el pasillo oculto hasta estar en la otra sala, donde salí para encontrar la otra puerta abierta, corrí a través de ella desesperadamente y llegué por fin al pasillo principal del primer nivel, ante las dudas de que realmente estuvieran desactivadas las trampas, y para evitar los problemas que me ocasionaría el pequeño detalle de tal vez... Morir, decidí lanzar el cráneo que había traído desde abajo, el cráneo viajó a través del pasillo un par de metros hasta caer al piso sin que hubiera reacción alguna de las trampas, luego rodó por el piso chocando contra la pared izquierda y luego la derecha sin que aún nada sucediera, eso me dio la suficiente confianza para lanzarme a cruzar ese tétrico pasillo.
Tomé impulso y me dejé ir hacia adelante tan rápido como mis piernas me alcanzaban a llevar, de momento, ninguna trampa se había activado, ninguna cuchilla salía de la pared intentando arrancarme la cabeza o desmembrarme las piernas, sin embargo, un ligero nerviosismo me seguía poniendo la piel de gallina, a fin de cuentas, lo que había usado para desactivar las trampas era nada menos que un reloj de arena, tal vez el tiempo en que habían sido desactivado el peligroso pasaje se terminaría sin previo aviso, y tal como lo imaginaba, sucedió, había recorrido más de la mitad del pasillo cuando un sonido de hojillas danzantes empezó a sonar tras mis pasos, era muy tarde para regresar, las filosas navajas que salían de las pareces comenzaban a alcanzarme así que corrí poniendo a prueba mi velocidad, el final del pasillo se veía cada vez más lejano y las trampas cada vez se escuchaban más cerca, no me atrevía a mirar hacia atrás, pero era evidente que se acercaban a buen ritmo como para alcanzarme, finalmente comencé a sentir el viento que dejaba el pasar de las hojillas muy cerca de mis piernas pero ya estaba muy cerca del final, así que me impulsé como pude y di un gran salto hacia adelante y tras rodar un par de veces en el piso, por fin había atravesado la parte más difícil del viaje, o al menos la más difícil que conocía, al voltear hacia atrás pude ver con horror la pesadilla de la que había escapado, decenas de hojillas largas y filosas salían de las paredes en un recorrido circular y volvían a esconderse para salir de nuevo una y otra vez, del piso salían algunas púas hacia arriba mientras otras bajaban saliendo del techo, sería imposible salir por ese lugar.
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Re: [Trabajo] Vestigios del aguijón...
Finalmente había conseguido superar ese gran obstáculo, sin embargo, a partir de ahora no tenía conocimiento de nada de lo que enfrentaría, tendría que estar mucho más atento ante cualquier trampa y además de eso debía encontrar la manera de salir de ese lugar.
Continué caminando por un largo pasillo que parecía llevarme en un infinito descenso a las entrañas de la tierra, hasta que finalmente llegué a una sala grande y bien ornamentada con extraños símbolos llamativos y brillantes, pretendía examinarlos buscando alguna pista de información pero antes que pudiera llegar a algo, la puerta por donde había entrado se cerró completamente dejándome atrapado, de los lados, se abrieron dos pequeñas puertas de donde comenzaron a salir unas extrañas máquinas con forma de escorpiones, y no parecían ser nada amistosos.
Se suponía que el lugar estaba abandonado, pero al parecer no era el caso, y me habían enviado directo a una trampa y yo había caído como un gran idiota, las extrañas máquinas continuaban saliendo unas tras otras, era un grupo de unos 12 escorpiones que intentaban alcanzarme, sus aguijones desprendían un líquido viscoso que me resultaba conocido, no parecía ser veneno, pero fuera lo que fuera, lo mejor sería no dejar que sus aguijones se acercaran a mí, me alejé lentamente hasta un rincón donde encontré una piedra de tamaño considerable y tras levantarla, la usé para dejarla caer sobre algunos de esos animalejos mecánicos, tres fueron aplastados pero aún quedaban otros 9 y la piedra había quedado muy lejos como para volver a tomarla y realizar un segundo ataque, los escorpiones mecánicos seguían acercándose rápidamente mientras yo miraba hacia el techo y las paredes en busca de algún escape, intenté pisar alguno pero sus patas tenían suficiente fuerza como para sostener mi peso y a punto estuve de que me clavaran uno de sus aguijones en el pie, debía encontrar una manera de escapar, y no parecía haber ninguna hasta que en la pared del fondo se abrió una especie de ventana por la que podría escapar al menos de momento, claramente todo era parte de una trampa, pero quedarme acá no era una buena opción, al final tendría que averiguar si lo que me esperaba más adelante era peor que lo que estaba enfrentando justo ahora; tomé impulso y corrí para dar un salto que me permitiera pasar sobre los pequeños monstruos de metal, pasando casi sobre todos y pisando algunos al final, luego salté hasta alcanzar el agujero en la pared y trepé hasta meterme en él, era una especie de túnel angosto, las paredes parecían estar saturadas de un líquido viscoso, el mismo que desprendían las pequeñas máquinas que había dejado atrás, lo cual era bastante sospechoso.
Finalmente logré ver la luz al final del túnel, me detuve intentando ir más despacio para ver algo antes de salir, pero el pequeño túnel comenzó a cerrarse por partes, pequeños segmentos se cerraban violentamente amenazando con aplastarme si me quedaba, así que continué avanzando muy a prisa hasta salir del túnel, una vez fuera, caí a una superficie lisa e inclinada donde acabé por deslizarme durante unos instantes hasta caer a un charco fangoso con un fuerte olor a... ¡Aceite! Pero eso no era todo, cuatro antorchas se encendieron en las esquinas de la sala, pensaban incendiarme; una voz se dejó escuchar aunque no sabía de dónde provenía, parecía repetir la misma frase que estaba escrita en la piedra “Nihil obstat Non bis in ídem”, escuchar la frase una y otra vez me daba una mejor idea del significado, asociaba algunas palabras ya conocidas para tratar de entender el significado “Nihil” significa “Nada” y “Obstat” viene de “Obstaculizar, Oponerse”, por otro lado “Non” es “No” y “Bis” es algo que se repite “Dos veces” y finalmente “In indem” significa “En lo igual, en lo mismo”, con todo eso ya podía hacerme una idea de lo que significaba aquella frase, juntando los significados y ordenando ideas llegué por fin a la conclusión “Nada se interpone dos veces en el mismo asunto”, claramente parecía ser una venganza, de parte de ¿Los hombres-escorpión? Pero, se suponía que estaban acabados ¿Aún quedaban más?
Continué caminando por un largo pasillo que parecía llevarme en un infinito descenso a las entrañas de la tierra, hasta que finalmente llegué a una sala grande y bien ornamentada con extraños símbolos llamativos y brillantes, pretendía examinarlos buscando alguna pista de información pero antes que pudiera llegar a algo, la puerta por donde había entrado se cerró completamente dejándome atrapado, de los lados, se abrieron dos pequeñas puertas de donde comenzaron a salir unas extrañas máquinas con forma de escorpiones, y no parecían ser nada amistosos.
Se suponía que el lugar estaba abandonado, pero al parecer no era el caso, y me habían enviado directo a una trampa y yo había caído como un gran idiota, las extrañas máquinas continuaban saliendo unas tras otras, era un grupo de unos 12 escorpiones que intentaban alcanzarme, sus aguijones desprendían un líquido viscoso que me resultaba conocido, no parecía ser veneno, pero fuera lo que fuera, lo mejor sería no dejar que sus aguijones se acercaran a mí, me alejé lentamente hasta un rincón donde encontré una piedra de tamaño considerable y tras levantarla, la usé para dejarla caer sobre algunos de esos animalejos mecánicos, tres fueron aplastados pero aún quedaban otros 9 y la piedra había quedado muy lejos como para volver a tomarla y realizar un segundo ataque, los escorpiones mecánicos seguían acercándose rápidamente mientras yo miraba hacia el techo y las paredes en busca de algún escape, intenté pisar alguno pero sus patas tenían suficiente fuerza como para sostener mi peso y a punto estuve de que me clavaran uno de sus aguijones en el pie, debía encontrar una manera de escapar, y no parecía haber ninguna hasta que en la pared del fondo se abrió una especie de ventana por la que podría escapar al menos de momento, claramente todo era parte de una trampa, pero quedarme acá no era una buena opción, al final tendría que averiguar si lo que me esperaba más adelante era peor que lo que estaba enfrentando justo ahora; tomé impulso y corrí para dar un salto que me permitiera pasar sobre los pequeños monstruos de metal, pasando casi sobre todos y pisando algunos al final, luego salté hasta alcanzar el agujero en la pared y trepé hasta meterme en él, era una especie de túnel angosto, las paredes parecían estar saturadas de un líquido viscoso, el mismo que desprendían las pequeñas máquinas que había dejado atrás, lo cual era bastante sospechoso.
Finalmente logré ver la luz al final del túnel, me detuve intentando ir más despacio para ver algo antes de salir, pero el pequeño túnel comenzó a cerrarse por partes, pequeños segmentos se cerraban violentamente amenazando con aplastarme si me quedaba, así que continué avanzando muy a prisa hasta salir del túnel, una vez fuera, caí a una superficie lisa e inclinada donde acabé por deslizarme durante unos instantes hasta caer a un charco fangoso con un fuerte olor a... ¡Aceite! Pero eso no era todo, cuatro antorchas se encendieron en las esquinas de la sala, pensaban incendiarme; una voz se dejó escuchar aunque no sabía de dónde provenía, parecía repetir la misma frase que estaba escrita en la piedra “Nihil obstat Non bis in ídem”, escuchar la frase una y otra vez me daba una mejor idea del significado, asociaba algunas palabras ya conocidas para tratar de entender el significado “Nihil” significa “Nada” y “Obstat” viene de “Obstaculizar, Oponerse”, por otro lado “Non” es “No” y “Bis” es algo que se repite “Dos veces” y finalmente “In indem” significa “En lo igual, en lo mismo”, con todo eso ya podía hacerme una idea de lo que significaba aquella frase, juntando los significados y ordenando ideas llegué por fin a la conclusión “Nada se interpone dos veces en el mismo asunto”, claramente parecía ser una venganza, de parte de ¿Los hombres-escorpión? Pero, se suponía que estaban acabados ¿Aún quedaban más?
Offrol: Subrayado el uso de mi pasiva Conocimiento Antiguo (Lenguas)
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Última edición por Bio el Mar 22 Sep - 3:54, editado 1 vez
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Re: [Trabajo] Vestigios del aguijón...
La frase se seguía repitiendo una y otra vez, pero no era una sola voz, sino varias a la vez, parecía un extraño culto de locos, al mismo tiempo, delgadas líneas de fuego comenzaban a bajar desde las antorchas hasta el aceite donde me encontraba, debía encontrar una manera de escapar de ahí, pero todo estaba tan resbaloso, incluso yo, el pequeño túnel me había dejado cubierto en el mismo aceite en el que había caído y los muros parecían difíciles de trepar -Creíste que no habría consecuencias por enfrentarte a nosotros... Nosotros... Nosotros- Escuché decir al grupo de voces cuyas frases acababan con un tenebroso eco -Somos algo más grande de lo que imaginas... Imaginas... Imaginas- Estaba realmente intrigado por aquellas voces, pero me preocupaba la línea de fuego que avanzaba lento pero seguro hacia el estanque de aceite -Eres tan solo el primero... Primero... Primero... Tus compañeras también serán eliminadas... Eliminadas... Eliminadas- Esa última frase me produjo un extraño escalofrío por todo el cuerpo, continuaban diciendo algunas cosas pero lo ignoré totalmente, estaba enfocado en encontrar una salida de aquella peligrosa trampa de aceite antes de convertirme en vampiro asado.
Al parecer el plan de estos dementes había salido según lo esperado, todo estaba diseñado para que yo llegara hasta acá y muriera irremediablemente, pero, no podía terminar así, tenía que haber alguna manera de escapar, me dispuse a escuchar el origen de las voces, la sala parecía cerrada pero sin lugar a dudas me estaban viendo desde algún lugar, fue entonces cuando al levantar la vista pude al fin verlos, vestidos con máscaras y túnicas rojas, todos iguales hablando al unísono, estaban en una especie de balcón en lo alto de la sala, no parecía haber ninguna escalera, pero sí algunas cadenas que bajaban hasta cierta altura, de momento parecía ser la única esperanza, así que salté intentando aferrarme a una de las cadenas, sin embargo no era nada sencillo con las manos llenas de aceite, difícilmente alcanzaba saltar hasta las cadenas, y si lo lograba me resbalaba, el fuego ya casi estaba llegando al charco de aceite y justo cuando lo alcanzó y el fuego se expandió rápidamente, la adrenalina me ayudó a saltar tan alto como para tomar la cadena con ambas manos, alejando los pies de las llamas, me seguía resbalando, así que apretaba con las manos tanto como podía y me impulsaba poniendo los pies en el muro de la pared hasta que conseguí subir hasta el pequeño balcón donde se encontraban aquellos sujetos, no obstante, antes que consiguiera subir, huyeron por una pequeña puerta dejándome solo con el mar de llamas que había dejado a mi espalda; me giré unos instantes para observar el horror del que había logrado escapar por muy poco, luego me dirigí a la puerta por donde se habían escurrido los misteriosos sujetos aunque parecía estar cerrada con llave, sin embargo, la extraña inscripción rúnica en la piedra comenzó a desprender un brillo de color azul pálido, la tomé en mis manos y tras acercarla a la puerta, ésta se abrió para dejarme entrar al siguiente nivel de este extraño y peligroso juego.
Al parecer el plan de estos dementes había salido según lo esperado, todo estaba diseñado para que yo llegara hasta acá y muriera irremediablemente, pero, no podía terminar así, tenía que haber alguna manera de escapar, me dispuse a escuchar el origen de las voces, la sala parecía cerrada pero sin lugar a dudas me estaban viendo desde algún lugar, fue entonces cuando al levantar la vista pude al fin verlos, vestidos con máscaras y túnicas rojas, todos iguales hablando al unísono, estaban en una especie de balcón en lo alto de la sala, no parecía haber ninguna escalera, pero sí algunas cadenas que bajaban hasta cierta altura, de momento parecía ser la única esperanza, así que salté intentando aferrarme a una de las cadenas, sin embargo no era nada sencillo con las manos llenas de aceite, difícilmente alcanzaba saltar hasta las cadenas, y si lo lograba me resbalaba, el fuego ya casi estaba llegando al charco de aceite y justo cuando lo alcanzó y el fuego se expandió rápidamente, la adrenalina me ayudó a saltar tan alto como para tomar la cadena con ambas manos, alejando los pies de las llamas, me seguía resbalando, así que apretaba con las manos tanto como podía y me impulsaba poniendo los pies en el muro de la pared hasta que conseguí subir hasta el pequeño balcón donde se encontraban aquellos sujetos, no obstante, antes que consiguiera subir, huyeron por una pequeña puerta dejándome solo con el mar de llamas que había dejado a mi espalda; me giré unos instantes para observar el horror del que había logrado escapar por muy poco, luego me dirigí a la puerta por donde se habían escurrido los misteriosos sujetos aunque parecía estar cerrada con llave, sin embargo, la extraña inscripción rúnica en la piedra comenzó a desprender un brillo de color azul pálido, la tomé en mis manos y tras acercarla a la puerta, ésta se abrió para dejarme entrar al siguiente nivel de este extraño y peligroso juego.
Offrol: He subrayado la complicación, me dan información equivocada poniendo mi vida en riesgo
Última edición por Bio el Mar 22 Sep - 4:07, editado 1 vez
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Re: [Trabajo] Vestigios del aguijón...
Fue así como me encontré nuevamente recorriendo un largo y oscuro pasillo que seguramente me llevaría a otra trampa, al final llegué a una amplia sala de color rojo oscuro donde me esperaban los sujetos de antes, eran apenas 5 de ellos y no parecían ser gran cosa, seguramente con mi ventajosa velocidad lograría acabar con todos ellos antes que pudieran hacerme un solo rasguño, pero había algo inesperado con lo que yo no contaba, uno de ellos pronunció una palabra misteriosamente similar a la que estaba escrita en la runa de la piedra -κάθαρσις- Dijo el sujeto mientras los demás repetían lo que parecía ser el significado de la misma -Catarsis, catarsis, catarsis- Tras esto, sentí como mis fuerzas me abandonaban, me sentía cada vez más débil, pero esta vez no parecía haber ningún gas paralizante como en ocasiones anteriores, parecía ser un efecto de magia arcana.
Cuatro de los sujetos continuaron repitiendo aquella palabra una y otra vez mientras uno se acercó a mí mientras sacaba unas pequeñas y afiladas dagas que hizo flotar con telequinesis -Estos ya no son simples humanos- Dije mientras intentaba mantenerme alerta, el sujeto lanzó las dos dagas hacia mis brazos y aunque aún tenía fuerzas para moverme, había sido demasiado lento y las dagas alcanzaron a rozarme los hombros dibujando unos ligeros cortes, aunque las hojillas de las navajas parecían hacer un corte seco, sin hemorragia alguna, aunque sí con un fuerte ardor al sentir el viento frío de aquella sala rozando contra la herida, al parecer querían matarme lentamente y con el mayor dolor posible, las dagas iban y venían repitiendo cortes leves pero dolorosos, de momento, mi principal preocupación era ese efecto de debilidad que parecía ser causado por la runa en la piedra que había traído todo este tiempo, la saqué de mi ropa y vi como brillaba, al final, era solo una suposición, pero si lograba romper aquella piedra tal vez se anularía el efecto, estaba ya tan débil que ni lograba mantenerme en pie, caí de rodillas con las manos apoyadas en el piso, observé la odiosa piedra por unos instantes y casi por instinto la estrellé con fuerza contra el suelo haciendo que salieran ligeros chispazos de color azul, pero sin lograr destruirla, repetí el procedimiento varias veces mientras era herido repetidamente por aquellos ligeros cortes de delgadas hojillas, finalmente la piedra comenzó a fisurarse, tras lo cual el sujeto detuvo el ataque de las dagas, coloqué la piedra en el piso y la golpeé muy fuerte con el mango de una de mis dagas haciendo que se fragmentara en varios pedazos al tiempo que despedía un fuerte brillo que consiguió silenciar a los sujetos que ahora parecían estar algo nerviosos, todos ellos menos el de la telequinesis, seguramente los otros sí eran simples humanos, mis fuerzas comenzaban a regresar a mi cuerpo, aunque lo hacía muy lentamente, así que de momento trataría de no intentar nada extraordinario como asesinarlos a todos sin piedad, tal vez solo a alguno, y luego a otro, pero no a todos a la vez.
Finalmente conseguí levantarme y ponerme en guardia, mis fuerzas ya regresaban casi por completo y la verdadera batalla estaba por comenzar, los cuatro sujetos retrocedieron dejando al frente al que parecía ser un brujo, lo cual indicaba que además de la telequinesis podrían tener algún otro truco oculto, por lo que debería tener mucho cuidado al enfrentarlo -Ahora es mi turno de hacerlos pagar- Dije con una sádica sonrisa mientras giraba mis dagas listo para iniciar la acción.
Cuatro de los sujetos continuaron repitiendo aquella palabra una y otra vez mientras uno se acercó a mí mientras sacaba unas pequeñas y afiladas dagas que hizo flotar con telequinesis -Estos ya no son simples humanos- Dije mientras intentaba mantenerme alerta, el sujeto lanzó las dos dagas hacia mis brazos y aunque aún tenía fuerzas para moverme, había sido demasiado lento y las dagas alcanzaron a rozarme los hombros dibujando unos ligeros cortes, aunque las hojillas de las navajas parecían hacer un corte seco, sin hemorragia alguna, aunque sí con un fuerte ardor al sentir el viento frío de aquella sala rozando contra la herida, al parecer querían matarme lentamente y con el mayor dolor posible, las dagas iban y venían repitiendo cortes leves pero dolorosos, de momento, mi principal preocupación era ese efecto de debilidad que parecía ser causado por la runa en la piedra que había traído todo este tiempo, la saqué de mi ropa y vi como brillaba, al final, era solo una suposición, pero si lograba romper aquella piedra tal vez se anularía el efecto, estaba ya tan débil que ni lograba mantenerme en pie, caí de rodillas con las manos apoyadas en el piso, observé la odiosa piedra por unos instantes y casi por instinto la estrellé con fuerza contra el suelo haciendo que salieran ligeros chispazos de color azul, pero sin lograr destruirla, repetí el procedimiento varias veces mientras era herido repetidamente por aquellos ligeros cortes de delgadas hojillas, finalmente la piedra comenzó a fisurarse, tras lo cual el sujeto detuvo el ataque de las dagas, coloqué la piedra en el piso y la golpeé muy fuerte con el mango de una de mis dagas haciendo que se fragmentara en varios pedazos al tiempo que despedía un fuerte brillo que consiguió silenciar a los sujetos que ahora parecían estar algo nerviosos, todos ellos menos el de la telequinesis, seguramente los otros sí eran simples humanos, mis fuerzas comenzaban a regresar a mi cuerpo, aunque lo hacía muy lentamente, así que de momento trataría de no intentar nada extraordinario como asesinarlos a todos sin piedad, tal vez solo a alguno, y luego a otro, pero no a todos a la vez.
Finalmente conseguí levantarme y ponerme en guardia, mis fuerzas ya regresaban casi por completo y la verdadera batalla estaba por comenzar, los cuatro sujetos retrocedieron dejando al frente al que parecía ser un brujo, lo cual indicaba que además de la telequinesis podrían tener algún otro truco oculto, por lo que debería tener mucho cuidado al enfrentarlo -Ahora es mi turno de hacerlos pagar- Dije con una sádica sonrisa mientras giraba mis dagas listo para iniciar la acción.
Última edición por Bio el Mar 22 Sep - 4:12, editado 1 vez
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Re: [Trabajo] Vestigios del aguijón...
Esperaba que fuera un simple brujo débil, pero su estrategia me dejó impresionado desde el inicio, abrió sus brazos hacia las dos antorchas que se encontraban en el fondo de la habitación e hizo que las llamas vinieran hasta sus manos, las hizo arder fuertemente y luego las apagó dejando la sala a oscuras, estaba tan impresionado que apenas me había dado tiempo de reaccionar cuando una fuerte llamarada apareció justo a mi lado, pero logré saltar hacia atrás evitando ser quemado, sin embargo no había logrado ponerme a salvo y una nueva llamarada apareció justo sobre mi cabeza, así que rodé por el piso para alejarme; ya comenzaba a entender su modo de pelea, al parecer usaba el material de las antorchas para crear fuego en lugares específicos mientras las movía con su telequinesis, no podía negar que era bastante ingenioso, sin embargo, no se puede usar la oscuridad para enfrentar a un vampiro, y con eso me había dado una clara ventaja.
De momento lo difícil sería lograr acercarme, para ello necesitaría primero conocer su ubicación y la cambiaba constantemente, así que cerré los ojos un instante evitando distraerme con el fuego para usar mis oídos como armas [1], me resultaba imposible escuchar y predecir las llamaradas que se mantenían flotando, pero sí podía escuchar sus pasos, se movía de manera aleatoria, evitaba ir mucho tiempo en la misma dirección para evitar una emboscada peligrosa, de hecho, con cada llamarada cambiaba de dirección; ese descubrimiento sería decisivo al final, porque me ayudaría a conocer la dirección en que iba a desviarse en el futuro.
Las llamaradas eran cada vez más intensas y rápidas, al parecer comenzaba a hacerlo enojar y con ello, su control se reducía un poco, entré más rápidas fueran las llamaradas, más oportunidades tendría para verlo, y sus pasos me guiarían en la oscuridad para alcanzarlo, finalmente emprendí una vertiginosa carrera hacia él, una llamarada me detuvo por un instante casi alcanzando mi rostro, pero conseguí desviarme hacia la izquierda y continuar mi carrera, me acercaba velozmente así que retrocedió sus llamas tan rápido como podía, aunque no fue suficiente, para cuando quiso intentar encenderlas una de mis dagas se había incrustado en su pecho atravesando piel, huesos y tal vez algunos órganos, las antorchas cayeron al piso ardiendo de manera normal mientras los 4 sujetos me miraban asustados, sabían que ahora iría por ellos y la habitación parecía no disponer de otra salida, estaban completamente atrapados y sin posibilidades de huir, pero si algo tenían estos escorpiones era siempre un plan de escape en caso de emergencia, uno de los cuatro sujeto corrió hacia una palanca al fondo de la habitación y la activó mientras dejaba salir una grotesca risa burlona -Tal vez tengamos que morir esta noche, pero tú vendrás con nosotros- Dijo el hombre al tiempo que toda la sala comenzaba a vibrar, el techo se venía abajo, cayendo sobre dos de los sujetos -¡¡Están todos dementes!!- Grité mientras retrocedía en busca de una salida.
De momento lo difícil sería lograr acercarme, para ello necesitaría primero conocer su ubicación y la cambiaba constantemente, así que cerré los ojos un instante evitando distraerme con el fuego para usar mis oídos como armas [1], me resultaba imposible escuchar y predecir las llamaradas que se mantenían flotando, pero sí podía escuchar sus pasos, se movía de manera aleatoria, evitaba ir mucho tiempo en la misma dirección para evitar una emboscada peligrosa, de hecho, con cada llamarada cambiaba de dirección; ese descubrimiento sería decisivo al final, porque me ayudaría a conocer la dirección en que iba a desviarse en el futuro.
Las llamaradas eran cada vez más intensas y rápidas, al parecer comenzaba a hacerlo enojar y con ello, su control se reducía un poco, entré más rápidas fueran las llamaradas, más oportunidades tendría para verlo, y sus pasos me guiarían en la oscuridad para alcanzarlo, finalmente emprendí una vertiginosa carrera hacia él, una llamarada me detuvo por un instante casi alcanzando mi rostro, pero conseguí desviarme hacia la izquierda y continuar mi carrera, me acercaba velozmente así que retrocedió sus llamas tan rápido como podía, aunque no fue suficiente, para cuando quiso intentar encenderlas una de mis dagas se había incrustado en su pecho atravesando piel, huesos y tal vez algunos órganos, las antorchas cayeron al piso ardiendo de manera normal mientras los 4 sujetos me miraban asustados, sabían que ahora iría por ellos y la habitación parecía no disponer de otra salida, estaban completamente atrapados y sin posibilidades de huir, pero si algo tenían estos escorpiones era siempre un plan de escape en caso de emergencia, uno de los cuatro sujeto corrió hacia una palanca al fondo de la habitación y la activó mientras dejaba salir una grotesca risa burlona -Tal vez tengamos que morir esta noche, pero tú vendrás con nosotros- Dijo el hombre al tiempo que toda la sala comenzaba a vibrar, el techo se venía abajo, cayendo sobre dos de los sujetos -¡¡Están todos dementes!!- Grité mientras retrocedía en busca de una salida.
Offrol: [1] He usado mi Habilidad de nivel 1: Silencio
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Re: [Trabajo] Vestigios del aguijón...
Finalmente había conseguido superar los peligros, o al menos la mayoría de ellos, este último parecía el plan desesperado que siempre guardaban los escorpiones en caso de fallar, dejé atrás a los sujetos sin preocuparme sin vivían o morían, corrí a través del pasillo hasta llegar al salón del aceite ardiente, aunque para estas alturas, ya se había apagado el fuego, o al menos la mayoría, quedando solo algunos vestigios del mismo, me dejé caer apuntando a un sitio donde no había fuego, sin embargo, mi caída hizo que algunas gotas de aceite se desprendieran de mi cuerpo avivando un poco del fuego, fue entonces cuando logré ver un pequeño túnel que antes parecía no estar en ese lugar, tal vez era una especie de canal por donde llegaba el aceite a la sala, y al bajar el nivel de este líquido, el túnel se había hecho visible, me acerqué sin pensarlo dos veces y me arrojé deslizándome un poco para luego patalear y chapotear con desespero hasta llegar al otro lado.
Logré salir a una sala grande donde no había estado antes, parecía ser un almacén de aceite completamente vacío, seguro se había gastado todo en la trampa del fuego, a cierta altura se podían ver un par de túneles, no sería difícil trepar e introducirme en ellos, desconocía completamente a donde iba a parar, pero las diversas estructuras de la cueva se venían abajo cada vez más rápido y no deseaba estar aún acá cuando acabara de caerse, me arrastré a través de uno de los túneles hasta ver a lo lejos lo que parecía ser una salida, sin embargo algunos pedazos de roca cayeron dejando la salida obstaculizada; por otro lado, tras de mí, la estructura colapsaba muy de prisa, no podía volver atrás, debía avanzar de cualquier manera; llegué hasta el final donde la roca se encontraba felizmente interpuesta en mi camino a la salida, la empujé con fuerza pero al estar aún lleno de aceite, me resbalaba y mi esfuerzo era en vano, de pronto para mi suerte, un pesado pedazo de roca se desprendió y casi me aplasta las piernas, afortunadamente el ruido de la piedra desquebrajándose me hizo darme cuenta y encoger las piernas para evitar ser solo medio Bio, a la vez, apoyé mis pies en el pedazo de roca maciza y me impulsé con ellas para empujar la piedra que obstruía la salida y la fui moviendo lentamente hasta que tuve suficiente espacio para salir de ese terrible lugar, me arrastré hasta la pequeña abertura que había conseguido y me alejé del lugar tanto como pude pues incluso el piso junto a la cueva parecía querer irse abajo.
Había conseguido escapar de la cueva, pero sabía que éste no sería el final, los Escorpiones eran algo más grande de lo que yo imaginaba y seguramente no se detendrían ante nada hasta hacernos pagar a los tres que los habíamos desafiado.
Logré salir a una sala grande donde no había estado antes, parecía ser un almacén de aceite completamente vacío, seguro se había gastado todo en la trampa del fuego, a cierta altura se podían ver un par de túneles, no sería difícil trepar e introducirme en ellos, desconocía completamente a donde iba a parar, pero las diversas estructuras de la cueva se venían abajo cada vez más rápido y no deseaba estar aún acá cuando acabara de caerse, me arrastré a través de uno de los túneles hasta ver a lo lejos lo que parecía ser una salida, sin embargo algunos pedazos de roca cayeron dejando la salida obstaculizada; por otro lado, tras de mí, la estructura colapsaba muy de prisa, no podía volver atrás, debía avanzar de cualquier manera; llegué hasta el final donde la roca se encontraba felizmente interpuesta en mi camino a la salida, la empujé con fuerza pero al estar aún lleno de aceite, me resbalaba y mi esfuerzo era en vano, de pronto para mi suerte, un pesado pedazo de roca se desprendió y casi me aplasta las piernas, afortunadamente el ruido de la piedra desquebrajándose me hizo darme cuenta y encoger las piernas para evitar ser solo medio Bio, a la vez, apoyé mis pies en el pedazo de roca maciza y me impulsé con ellas para empujar la piedra que obstruía la salida y la fui moviendo lentamente hasta que tuve suficiente espacio para salir de ese terrible lugar, me arrastré hasta la pequeña abertura que había conseguido y me alejé del lugar tanto como pude pues incluso el piso junto a la cueva parecía querer irse abajo.
Había conseguido escapar de la cueva, pero sabía que éste no sería el final, los Escorpiones eran algo más grande de lo que yo imaginaba y seguramente no se detendrían ante nada hasta hacernos pagar a los tres que los habíamos desafiado.
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Re: [Trabajo] Vestigios del aguijón...
Trabajo finalizado exitosamente.
Recompensas:
+400 aeros
+ 20 puntos de experiencia
+ 2 puntos de habilidad pasiva
Procedo a cerrar tema
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