Vacaciones de 5 estrellas en el paraíso (Privado) PAUSADO
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Vacaciones de 5 estrellas en el paraíso (Privado) PAUSADO
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- ¡Eona...! ¡Por favor, volvamos...! - gritó Keff a pesar de estar el uno al lado del otro.
El bote de remos que habíamos pagado con el dinero de la Manada se balanceaba de aquí para allá, azotado por las salvajes olas. La tormenta agitaba el océano y las gotas de agua caían como afiladas flechas sobre nosotros.
- ¡Y una mierda! ¡Mira, ya puedo ver la isla desde aquí! - contesté con cabezonería. Estando tan cerca no pensaba echarme atrás.
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No distinguía si era de noche o de día, pues las oscuras nubes ocupaban el cielo sin piedad, de todas formas, si tratase de mirar hacia arriba correría el riesgo de perder un ojo por atontada. Terminé de arrastrar el barquito de madera hacia el interior de la playa y me reí de la escenita que montaba el mocoso, tumbado en la arena besando el suelo, literalmente.
- Venga ya, no ha sido para tanto. - volví a gritar, pues si no lo hacía sería imposible el escucharnos el uno al otro. - Un poco de agua no le hace daño a nadie y, además, al fin estamos aquí, en la isla maldita. - sonreí con ironía.
- Eso no me alegra para nada... - respondió Keff con la nariz arrugada.
Aquel no era más que el comienzo de muchas otras aventuras que nos deparaban...
Eona
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Re: Vacaciones de 5 estrellas en el paraíso (Privado) PAUSADO
Recursos. Siempre eran escasos, pero mas escasas eran las personas a los que se les podía confiar su búsqueda y heme aquí, en una isla deshabitada, con un par de grandes sacos y quién sabe por qué, pero con unos tantos aeros en mis bolsillos. Ulmer estaba comenzando a prosperar, pero no por ello debíamos zanjar nuestros esfuerzos en hacer de ella un mejor lugar y por ello la loba parturienta y gorda como un globo mano derecha de Nana me había mandado en busca de cosas extrañas que pudieran ser vendidas a buen precio a los viajeros que pudieran caer en sus redes.
La idea era ir a las Islas Ilidinenses, pero tuve una especie de mmm… “altercado” con uno de los viajeros, por lo que cerca de Cala de Luna se me dio un bote de remos y una vaga promesa de enviar un barco en mi búsqueda. Segura estaba de que alguien vendría por mí, pero no cuando, por lo que dejé momentáneamente de lado la idea de recolectar cosas –que por otra parte ya estaba haciendo una lista mental de lo que llevaría- sino que decidí recorrer la isla y familiarizarme con el entorno. Y vaya que había estado difícil la situación. Ese lugar era como una maldita trampa dentro de otra trampa, llena de pozos invisibles, víboras asesinas o mordelonas, pájaros que confundían personas pensantes con cadáveres y un sinfín de cosas más.
Al tercer día de mi llegada, había dado con unas ruinas, pero estaban protegidas por algo que no me dejaría tomarlo a no ser que me preparara para dar una buena pelea. Tenía hambre. Mierda, tenía mucha hambre. Los días en el barco había estado en una dieta a base de sopa de calamar verde y ahora vivía a conejos y cangrejos. Nada realmente sustancioso. Eché el aire estrepitosamente por mis pulmones cuando vi una pequeña embarcación acercarse. Una hembra con su cachorro y vaya, eran licántropos. La distancia no era una buena compañera para mis ojos, pero mi olfato no tenía inconvenientes. Ya me había adaptado a la salitre del lugar y podía sentir con claridad lo que me rodeaba.
Me acerqué varios metros, sin salir de la protección que me ofrecía el denso follaje, para ver a los que estaban llegando. El chico se lanzó a la arena y la besó Iuuuuggg eso va a dejar un gusto desagradable dije en voz baja mientras la curiosidad me incitó a acercarme para saludar. No hice ningún gesto para ocultarme… hasta que me percaté que ya conocía esa esencia y esa forma de moverse de la mujer. Instintivamente me llevé las manos a los ojos y los tapé como para protegerlos.
Me di cuenta que estaba comportándome como una tonta y llevando mis manos a las hachas caminé con paso seguro hacia aquél curioso par. Me detuve a varios metros de ellos y levanté la voz para que me escucharan con claridad. Estás lejos de tu territorio la indirecta era clara: mi casa, mis reglas. O al menos eso quería pensar.
La idea era ir a las Islas Ilidinenses, pero tuve una especie de mmm… “altercado” con uno de los viajeros, por lo que cerca de Cala de Luna se me dio un bote de remos y una vaga promesa de enviar un barco en mi búsqueda. Segura estaba de que alguien vendría por mí, pero no cuando, por lo que dejé momentáneamente de lado la idea de recolectar cosas –que por otra parte ya estaba haciendo una lista mental de lo que llevaría- sino que decidí recorrer la isla y familiarizarme con el entorno. Y vaya que había estado difícil la situación. Ese lugar era como una maldita trampa dentro de otra trampa, llena de pozos invisibles, víboras asesinas o mordelonas, pájaros que confundían personas pensantes con cadáveres y un sinfín de cosas más.
Al tercer día de mi llegada, había dado con unas ruinas, pero estaban protegidas por algo que no me dejaría tomarlo a no ser que me preparara para dar una buena pelea. Tenía hambre. Mierda, tenía mucha hambre. Los días en el barco había estado en una dieta a base de sopa de calamar verde y ahora vivía a conejos y cangrejos. Nada realmente sustancioso. Eché el aire estrepitosamente por mis pulmones cuando vi una pequeña embarcación acercarse. Una hembra con su cachorro y vaya, eran licántropos. La distancia no era una buena compañera para mis ojos, pero mi olfato no tenía inconvenientes. Ya me había adaptado a la salitre del lugar y podía sentir con claridad lo que me rodeaba.
Me acerqué varios metros, sin salir de la protección que me ofrecía el denso follaje, para ver a los que estaban llegando. El chico se lanzó a la arena y la besó Iuuuuggg eso va a dejar un gusto desagradable dije en voz baja mientras la curiosidad me incitó a acercarme para saludar. No hice ningún gesto para ocultarme… hasta que me percaté que ya conocía esa esencia y esa forma de moverse de la mujer. Instintivamente me llevé las manos a los ojos y los tapé como para protegerlos.
Me di cuenta que estaba comportándome como una tonta y llevando mis manos a las hachas caminé con paso seguro hacia aquél curioso par. Me detuve a varios metros de ellos y levanté la voz para que me escucharan con claridad. Estás lejos de tu territorio la indirecta era clara: mi casa, mis reglas. O al menos eso quería pensar.
Woodpecker
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Re: Vacaciones de 5 estrellas en el paraíso (Privado) PAUSADO
- Keff, déjate de payasadas y ayúdame con esto. - le ordené al canijo llenando mi boca de lluvia cada vez que la abría por más de una bocanada de aire. Había terminado de arrastrar el barco pero con la tormenta corría el riesgo de que se fuese de nuevo hacia la mar, así que agarré la cuerda que el niño cargaba en su hombro y la até al barco para después llevarla hasta la palmera más cercana.
Una vez hecho podíamos empezar a investigar aquellas tierras insólitas, pues hasta la lluvia empezaba a cesar poco a poco y lo tomé como una clara señal del cielo; "Eona, haz lo que quieras." Pero no era tan sencillo, nunca lo era, pues una inesperada bienvenida nos recibió con los brazos abiertos. - ¿Y tu eres...? - levanté una ceja olisqueando lo más que pude con el agua chorreando por mi rostro, pero al instante después mi memoria decidió hacer acto de presencia. - ¡Oh! - exclamé sorprendida, pues un año era un año, ¿o era más? Qué más daba, era un reencuentro inesperado, ¿qué más podía pedir?. - ¡Si eres la loba amiga de los chupasangre! Wooow... Has cambiado. - sonreí dominante ignorando que alzaba sus armas contra mí. Ahora se veía mucho más madura y segura de si misma. Eran curiosos los regalos de la experiencia.
- ¿Vampiros? - repitió Keff arrugando la nariz mientras se me acercaba con precaución. El pobre no tuvo muy buenas experiencias con los pieles blancas...
- Tus ojos siguen siendo tan hermosos como los recordaba. - sonreí ignorando al mocoso, colocándole una mano en la cabeza marcando lo que era mío. Si era inteligente sabría que acercarse a él imprudentemente significaría mucho más que la muerte. - He oido por ahí que te has echo amiga de la loba negra... Es una pena que en su día no nos eligieses a nosotros como aliados. ¿Se porta bien contigo? -
Una vez hecho podíamos empezar a investigar aquellas tierras insólitas, pues hasta la lluvia empezaba a cesar poco a poco y lo tomé como una clara señal del cielo; "Eona, haz lo que quieras." Pero no era tan sencillo, nunca lo era, pues una inesperada bienvenida nos recibió con los brazos abiertos. - ¿Y tu eres...? - levanté una ceja olisqueando lo más que pude con el agua chorreando por mi rostro, pero al instante después mi memoria decidió hacer acto de presencia. - ¡Oh! - exclamé sorprendida, pues un año era un año, ¿o era más? Qué más daba, era un reencuentro inesperado, ¿qué más podía pedir?. - ¡Si eres la loba amiga de los chupasangre! Wooow... Has cambiado. - sonreí dominante ignorando que alzaba sus armas contra mí. Ahora se veía mucho más madura y segura de si misma. Eran curiosos los regalos de la experiencia.
- ¿Vampiros? - repitió Keff arrugando la nariz mientras se me acercaba con precaución. El pobre no tuvo muy buenas experiencias con los pieles blancas...
- Tus ojos siguen siendo tan hermosos como los recordaba. - sonreí ignorando al mocoso, colocándole una mano en la cabeza marcando lo que era mío. Si era inteligente sabría que acercarse a él imprudentemente significaría mucho más que la muerte. - He oido por ahí que te has echo amiga de la loba negra... Es una pena que en su día no nos eligieses a nosotros como aliados. ¿Se porta bien contigo? -
Eona
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Re: Vacaciones de 5 estrellas en el paraíso (Privado) PAUSADO
Una oleada de resentimiento y humillación me golpeó en el rostro como una cachetada cuando la rubia llena de curvas no me reconoció. Al parecer mis temores – y odios- eran tan solo de una parte, de mi parte. Sin embargo forcé un atisbo de sonrisa observando al pequeño a su lado, sin soltar las hachas. Eran lo único que me mantenían lo suficientemente despejada como para estar hablando tranquilamente con aquella mujer. “Una loba pura… pura maldad” dije para mí misma, escuchando sus comentarios.
El pequeño parecía temerle a los vampiros. “¿Habría tenido una mala experiencia?” me pregunté intentando en vano poner de lado la voz de mi enemiga. Les observaba con los ojos entrecerrados no solo por la sospecha –y la improbabilidad de haberla encontrado justamente a ella en una isla desierta- sino también por el agua que empezaba a arreciar, sin embargo no pretendía moverme de mi sitio hasta que las cosas no estuvieran un poco más claras.
No dejé de observar como protegía al crío. Enarqué una ceja mientras le observaba bien. No parecía ser suyo, quizás le pertenecía, pero no había salido de sus entrañas. Era importante la diferencia. Él tenía la piel clara, casi como el marfil y la de ella era como de arena, fácilmente bronceable por el sol y la sal. Sus ojos miraban distinto y no solo eso, sino también su pelo, él era un buen cachorro, aún no era un adulto, más comenzaba a perfilarse para ser un hombre de valor pero su aire era distinto y carecía del brillo –quizás de maldad- que tenía la mujer. Aquellas mechas del color del oro brillaban más allá del clima o el color, mientras que las de él eran rosetas, probablemente tenía sangre humana por algún lugar, aunque no podría apostarlo.
Amiga de los chupasangre Y de los que valgan la pena remarqué, más para reasegurar al pequeño que para tirarle veneno a su nodriza, aunque siempre un efecto colateral que le devolviera la ponzoña no venía mal. Me limpié el agua del rostro y levanté mi mentón mmm, tú estás igual pero más vieja le respondí ante el comentario del cambio y le hice un guiño de robado al pequeño que parecía un cachorro mojado y desorientado bajo el ala de mamá gallina.
Le miré a los ojos, obviando responderle su comentario y abrí la boca pensando en darle una respuesta, sin embargo exhalé lentamente, buscando las palabras adecuadas para estar a su altura. Amigos… es un término que uso para unos pocos traducción: no estarás en esa élite y me encargué de mostrárselo con mi lenguaje corporal pero podría decirse, sí. miré al pequeño y luego a ella, aún intentaba recordar su nombre. Sabía que era raro y corto, fácil de decir… pero se me escapaba.
La sed de sangre allí se palea con trabajo y esfuerzo. Nuestros niños no corren peligro le dije, frunciendo el ceño ante el cuadro con ella y el pequeño. ¿Es que has tenido que huir de tu preciosa arboleda? le pregunté con cierta incredulidad intentando figurarme lo que estaba pasando. Mi cabeza no estaba preparada para tanto trabajo, sin embargo aún podía razonar coherentemente.
¿Buscas refugio para tu cachorro? pregunté ahora con un poco menos de ironía en la voz. El chico había comenzado a temblar. Sí ella hubiese estado buscando pelea probablemente ya hubiera saltado a mis ojos. Sabía que no había más nadie en la isla y también sabía que dejándole pasar probablemente estaba firmando mi sentencia de muerte. ¿Pero qué más podría hacer? ¿Comenzar a pelear aprovechándome de su fatiga y dejando a un cachorro sin madre?. Dejé salir el aire que había estado conteniendo en mis pulmones y me hice a un lado pero aún sin soltar las armas.
El pequeño parecía temerle a los vampiros. “¿Habría tenido una mala experiencia?” me pregunté intentando en vano poner de lado la voz de mi enemiga. Les observaba con los ojos entrecerrados no solo por la sospecha –y la improbabilidad de haberla encontrado justamente a ella en una isla desierta- sino también por el agua que empezaba a arreciar, sin embargo no pretendía moverme de mi sitio hasta que las cosas no estuvieran un poco más claras.
No dejé de observar como protegía al crío. Enarqué una ceja mientras le observaba bien. No parecía ser suyo, quizás le pertenecía, pero no había salido de sus entrañas. Era importante la diferencia. Él tenía la piel clara, casi como el marfil y la de ella era como de arena, fácilmente bronceable por el sol y la sal. Sus ojos miraban distinto y no solo eso, sino también su pelo, él era un buen cachorro, aún no era un adulto, más comenzaba a perfilarse para ser un hombre de valor pero su aire era distinto y carecía del brillo –quizás de maldad- que tenía la mujer. Aquellas mechas del color del oro brillaban más allá del clima o el color, mientras que las de él eran rosetas, probablemente tenía sangre humana por algún lugar, aunque no podría apostarlo.
Amiga de los chupasangre Y de los que valgan la pena remarqué, más para reasegurar al pequeño que para tirarle veneno a su nodriza, aunque siempre un efecto colateral que le devolviera la ponzoña no venía mal. Me limpié el agua del rostro y levanté mi mentón mmm, tú estás igual pero más vieja le respondí ante el comentario del cambio y le hice un guiño de robado al pequeño que parecía un cachorro mojado y desorientado bajo el ala de mamá gallina.
Le miré a los ojos, obviando responderle su comentario y abrí la boca pensando en darle una respuesta, sin embargo exhalé lentamente, buscando las palabras adecuadas para estar a su altura. Amigos… es un término que uso para unos pocos traducción: no estarás en esa élite y me encargué de mostrárselo con mi lenguaje corporal pero podría decirse, sí. miré al pequeño y luego a ella, aún intentaba recordar su nombre. Sabía que era raro y corto, fácil de decir… pero se me escapaba.
La sed de sangre allí se palea con trabajo y esfuerzo. Nuestros niños no corren peligro le dije, frunciendo el ceño ante el cuadro con ella y el pequeño. ¿Es que has tenido que huir de tu preciosa arboleda? le pregunté con cierta incredulidad intentando figurarme lo que estaba pasando. Mi cabeza no estaba preparada para tanto trabajo, sin embargo aún podía razonar coherentemente.
¿Buscas refugio para tu cachorro? pregunté ahora con un poco menos de ironía en la voz. El chico había comenzado a temblar. Sí ella hubiese estado buscando pelea probablemente ya hubiera saltado a mis ojos. Sabía que no había más nadie en la isla y también sabía que dejándole pasar probablemente estaba firmando mi sentencia de muerte. ¿Pero qué más podría hacer? ¿Comenzar a pelear aprovechándome de su fatiga y dejando a un cachorro sin madre?. Dejé salir el aire que había estado conteniendo en mis pulmones y me hice a un lado pero aún sin soltar las armas.
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Re: Vacaciones de 5 estrellas en el paraíso (Privado) PAUSADO
- Para mí hacer amigos es algo indispensable. También lo intenté contigo en ese entonces y que sepas que aún no me he rendido ante la idea. - sonreí respondiéndole con la cabeza en alto, dándole a entender que solía salirme con la mía. Después de todo poco me importaban los que me consideraban amiga o no, para mí todos eran "amigos" de una forma u otra.
- Él tampoco corre peligro alguno, menos por el que yo misma pueda suponerle. - comenté con una risa sincera. Casi pude imaginarme arrancándole la cabeza después de una de sus incesantes sesiones de "¿Por qué esto? Y por qué lo otro? ¿Por qué~?". Pero entonces endurecí un poco más mi rostro, pues muy bien sabía sobre la aldea que Nana la tramposa había hecho crecer en tierras del este, no tan lejos de la Arboleda como habría sido prudente. La loba negra había prometido popularizar mi canción sobre la amistad y parecía haberse olvidado de su palabra. Bueno... Parece que una temporadita bajo la custodia de la Manada en las celdas de la Cueva Central le había echo cambiar de opinión, pero aún así no era excusa suficiente. - Es increíble que ambas manadas decidiesen hacer borrón y cuenta nueva. Thorbald hasta ordenó no atacar a ningún miembro del Colmillo por el momento, ¿no te parece todo un cielín? - Keff rió por lo bajo al escuchar el cómo me dirigía hacia el jefe de los licántropos.
- ¿Buscas refugio para tu cachorro? - preguntó después de pensárselo un buen rato; parecía ser que el muchacho conseguía de alguna forma ablandarle el corazón, y no pensaba desaprovechar esa oportunidad.
- ¡No soy un cachorro...! - se quejó Keff ahora algo más confiado, dejando salir uno de sus pucheros de niño grande. - Un día seré un valiente asesino, ya no soy ningún niño. - proclamó con los humos por los aires. Al fin se apartó de la zona segura que le proporcionaba y decidió dar un par de pasos en dirección a la loba para verla un poco más de cerca, pero torpe y nervioso, resbalo pisando una caracola del tamaño de su puño chocando de cara contra la arena.
Se me escapó una risa contraida y levanté las manos ante la mirada de la loba, que no parecía tener aún la intención de bajar sus armas. - No me mires así, yo no le he obligado a nada. Woopakeir, te presento a Keff, mi fiel aprendiz. - dije creyendo recordar bien su nombre. El crío se levantó limpiando sus ropas llenas de arena y con las mejillas algo sonrojadas sacó su lengua invadida por la salada arena. - Será un placer acompañarte. - Aquello podría ser interesante.
- Él tampoco corre peligro alguno, menos por el que yo misma pueda suponerle. - comenté con una risa sincera. Casi pude imaginarme arrancándole la cabeza después de una de sus incesantes sesiones de "¿Por qué esto? Y por qué lo otro? ¿Por qué~?". Pero entonces endurecí un poco más mi rostro, pues muy bien sabía sobre la aldea que Nana la tramposa había hecho crecer en tierras del este, no tan lejos de la Arboleda como habría sido prudente. La loba negra había prometido popularizar mi canción sobre la amistad y parecía haberse olvidado de su palabra. Bueno... Parece que una temporadita bajo la custodia de la Manada en las celdas de la Cueva Central le había echo cambiar de opinión, pero aún así no era excusa suficiente. - Es increíble que ambas manadas decidiesen hacer borrón y cuenta nueva. Thorbald hasta ordenó no atacar a ningún miembro del Colmillo por el momento, ¿no te parece todo un cielín? - Keff rió por lo bajo al escuchar el cómo me dirigía hacia el jefe de los licántropos.
- ¿Buscas refugio para tu cachorro? - preguntó después de pensárselo un buen rato; parecía ser que el muchacho conseguía de alguna forma ablandarle el corazón, y no pensaba desaprovechar esa oportunidad.
- ¡No soy un cachorro...! - se quejó Keff ahora algo más confiado, dejando salir uno de sus pucheros de niño grande. - Un día seré un valiente asesino, ya no soy ningún niño. - proclamó con los humos por los aires. Al fin se apartó de la zona segura que le proporcionaba y decidió dar un par de pasos en dirección a la loba para verla un poco más de cerca, pero torpe y nervioso, resbalo pisando una caracola del tamaño de su puño chocando de cara contra la arena.
Se me escapó una risa contraida y levanté las manos ante la mirada de la loba, que no parecía tener aún la intención de bajar sus armas. - No me mires así, yo no le he obligado a nada. Woopakeir, te presento a Keff, mi fiel aprendiz. - dije creyendo recordar bien su nombre. El crío se levantó limpiando sus ropas llenas de arena y con las mejillas algo sonrojadas sacó su lengua invadida por la salada arena. - Será un placer acompañarte. - Aquello podría ser interesante.
Eona
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Re: Vacaciones de 5 estrellas en el paraíso (Privado) PAUSADO
mmmpggghh el sonido gutural había venido desde mi garganta ante lo de ser amigos. En mi vida había sido desterrada de muchos lugares, pero aún tenía el resentimiento de no poder volver a la arboleda. Pero… pensándolo mejor, después de todo el evento con aquella tribu maldita era bueno tener una excelente excusa para no poner mis patitas allí. No puse más que sonreír cuando dijo lo del peligro para el muchacho. Sí, definitivamente concordaba con esa afirmación y aunque algo reticente a ello, debía aceptar que esta… Enna… mmm aún no lo recordaba, bueno, que ella me caía ligeramente mejor.
El chico pareció bastante enojado por mi afirmación, por lo que retrocedí cuando el avanzó, dándole su lugar, el que yo le había arrebatado cuando solté esas palabras como si él no estuviese presente. Probablemente cuando yo tenía su edad era igual de impetuosa que él… pero tuve que cambiar mi vista hacia un lugar más seguro cuando se cayó de cabeza en la arena. Unos espasmos risueños me atacaron y solamente pude contenerlos observando a la que le acompañaba. Era joven, debía admitirlo, pero igualmente orgullosa y confiada en sus habilidades. Quizá demasiado, pero aún no quería hacer juicios.
Wood le corregí, obviando la parte de que era Woodpecker y no esa cosa extraña que sonaba más dulce. Me encogí de hombros Es más rápido así y haciendo una especie de reverencia tosca con la cabeza –aún reprimiendo la risa que masajeaba mis pulmones- saludé Keff me tomé mi tiempo para dirigirme a la rubia y con una ceja levantada creí recordar su nombre Eona sí, ese súbito dolor de cabeza tenía que ser producto de haber recordado bien su nombre.
Caminé lentamente, pisando seguro, esperando un ataque por la espalda. No que creyera que ella fuera capaz de hacerlo, esa mujer parecía ser más de las que iban de frente, pero la inexperiencia del chico podría traer consecuencias nefastas. Nos dirigimos hacia el Sur, en donde había hecho una especie de madriguera en lo que había sido un intento de cueva. No teniendo nada mejor que hacer y con ese clima maldito, aproveché una entrada en la tierra que no medía más de tres metros para cavar en la tierra arenosa. Era un lugar fresco para el calor agobiante y esperaba que también fuera bueno contra la inclemencia de la lluvia. También había arrastrado hasta allí algunos maderos que usaba para tapar la entrada de bestias de gran porte.
mmmpggghh volví a hacer ese sonido extraño señalando con la cabeza el lugar. Era obvio que los tres no entrábamos allí, no al menos sin apretarnos no pensaba hacerlo. Más adelante hay unas salidas rocosas, estaré allí dije a modo de despedida. Cuando el tiempo levante quiero mostrarte un lugar le dije a la rubia, pero recordé a… ¿Keff? y me corregí A ambos.
El chico pareció bastante enojado por mi afirmación, por lo que retrocedí cuando el avanzó, dándole su lugar, el que yo le había arrebatado cuando solté esas palabras como si él no estuviese presente. Probablemente cuando yo tenía su edad era igual de impetuosa que él… pero tuve que cambiar mi vista hacia un lugar más seguro cuando se cayó de cabeza en la arena. Unos espasmos risueños me atacaron y solamente pude contenerlos observando a la que le acompañaba. Era joven, debía admitirlo, pero igualmente orgullosa y confiada en sus habilidades. Quizá demasiado, pero aún no quería hacer juicios.
Wood le corregí, obviando la parte de que era Woodpecker y no esa cosa extraña que sonaba más dulce. Me encogí de hombros Es más rápido así y haciendo una especie de reverencia tosca con la cabeza –aún reprimiendo la risa que masajeaba mis pulmones- saludé Keff me tomé mi tiempo para dirigirme a la rubia y con una ceja levantada creí recordar su nombre Eona sí, ese súbito dolor de cabeza tenía que ser producto de haber recordado bien su nombre.
Caminé lentamente, pisando seguro, esperando un ataque por la espalda. No que creyera que ella fuera capaz de hacerlo, esa mujer parecía ser más de las que iban de frente, pero la inexperiencia del chico podría traer consecuencias nefastas. Nos dirigimos hacia el Sur, en donde había hecho una especie de madriguera en lo que había sido un intento de cueva. No teniendo nada mejor que hacer y con ese clima maldito, aproveché una entrada en la tierra que no medía más de tres metros para cavar en la tierra arenosa. Era un lugar fresco para el calor agobiante y esperaba que también fuera bueno contra la inclemencia de la lluvia. También había arrastrado hasta allí algunos maderos que usaba para tapar la entrada de bestias de gran porte.
mmmpggghh volví a hacer ese sonido extraño señalando con la cabeza el lugar. Era obvio que los tres no entrábamos allí, no al menos sin apretarnos no pensaba hacerlo. Más adelante hay unas salidas rocosas, estaré allí dije a modo de despedida. Cuando el tiempo levante quiero mostrarte un lugar le dije a la rubia, pero recordé a… ¿Keff? y me corregí A ambos.
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Re: Vacaciones de 5 estrellas en el paraíso (Privado) PAUSADO
Si creía que se me había escapado el amago de sonrisa tras presenciar la caída de Keff estaba muy equivocada. Podía hacerse lo dura que quería, con sus hachitas y el ceño fruncido, pero no podía camuflar el echo de que algo tan estúpido como aquello le había echo gracia, y yo pretendía hacer uso de dicha información, tarde o temprano. - Que sea Wood entonces. - sonreí de oreja a oreja una vez se me hubo acercado, con algo de burla amistosa pero de alguna forma amenazante. Siempre era mejor recordar quién era el alfa.
- Acogedor. - proclamé después del largo paseo que nos hizo dar por el interior del espeso bosque. Durante el camino aproveché para mostrarle a Keff algunas de las plantas más extrañas con las que nos cruzábamos y, si hubiésemos tenido más tiempo aún le habría hablado sobre la curiosa tarántula que a poco estuvo de caer en la cabeza de la loba de anchas espaldas; ¿acaso no sabía cómo relajarse? Pero terminamos llegando sin problemas a donde fuese que nos guiase nuestra "anfitriona", una especie de agujero en el suelo que, a pesar de estar bastante bien echo para lo poco que se podría encontrar en aquella isla desierta, daba más risa que cobijo.
- ¿Dormiremos aquí? - preguntó el mocoso con una extraña mueca en el rostro. Habíamos navegado por unas cuantas horas sin descanso y, aunque aún faltaba mucho para el anochecer, según lo que me informaba el instinto, parecía estar cansado. Hasta yo lo estaba, pero había vivido lo suficiente como para saber ocultarlo.
- ¿Prefieres hacerlo en la playa? Parece que le cogiste aprecio a la arena. - me permití soltar una rápida risotada y el enano volvió a sacar la lengua con cara de desagrado. Quería ver la reacción de la loba.
Cuando Wood decidió que era el momento de despedirse, cediéndonos su humilde refugio, Keff de inmediato reprochó acercándose al fin a la "desconocida". - ¿Te vas? ¿Por qué? Puedes quedarte con nosotros... - No se si la loba esperaba a que sacase las garras y le saltase al cuello con la intención de proteger al estúpido de Keff, pero no era esa mi intención. Mi cuerpo permaneció en un estado tranquilo y calmado, lo único que pudo observar fue el cómo mi mirada se dirigía hacia los dos mientras hablaban; o mejor dicho, mientras el mocoso hablaba y hablaba y hablaba... - ¡Puede que no me lavase los dientes en una temporada, pero tampoco me huele tanto el aliento! Bueno... A Eona le huelen un poco los pies, ¡pero con la de agua salada en la que nos hemos remojado no debería de haber problema alguno! ¡Así que no te vayas...! -
Le cayó una colleja voladora que le escurrió casi todo el agua del pelo y después de eso lo agarré por el cuello de la camisa, por atrás, metiéndolo sin esfuerzo alguno dentro del agujero que hizo la loba. - Cállate, quítate la ropa mojada y a dormir. Ya que Wood ha sido tan amable de dejarnos su... escondite, agradece y ya está. Como dicen; niños y ancianos van primero. - le sonreí a la licántropa de las hachas. - También yo quiero enseñarte algo después, así que nos vemos cuando deje de llover. - Lo cierto es que quería enseñarle más de una cosa, como la guarida secreta oculta en las profundidades del bosque, la cueva detrás de la cascada y mucho más, después de todo no era la primera vez que visitaba la isla, pero no tenía por qué estropearle la sorpresa. Si lo que quería era esconderse bajo unas rocas mientras nosotros descansábamos secos y calentitos, allá ella.
Off: Si no te importa describiré la isla tal y como me la describió un Master tiempo atrás, seguramente más grande de lo que te imaginas, con una cascada y todo y el escondite de unos malos ^^.
- Acogedor. - proclamé después del largo paseo que nos hizo dar por el interior del espeso bosque. Durante el camino aproveché para mostrarle a Keff algunas de las plantas más extrañas con las que nos cruzábamos y, si hubiésemos tenido más tiempo aún le habría hablado sobre la curiosa tarántula que a poco estuvo de caer en la cabeza de la loba de anchas espaldas; ¿acaso no sabía cómo relajarse? Pero terminamos llegando sin problemas a donde fuese que nos guiase nuestra "anfitriona", una especie de agujero en el suelo que, a pesar de estar bastante bien echo para lo poco que se podría encontrar en aquella isla desierta, daba más risa que cobijo.
- ¿Dormiremos aquí? - preguntó el mocoso con una extraña mueca en el rostro. Habíamos navegado por unas cuantas horas sin descanso y, aunque aún faltaba mucho para el anochecer, según lo que me informaba el instinto, parecía estar cansado. Hasta yo lo estaba, pero había vivido lo suficiente como para saber ocultarlo.
- ¿Prefieres hacerlo en la playa? Parece que le cogiste aprecio a la arena. - me permití soltar una rápida risotada y el enano volvió a sacar la lengua con cara de desagrado. Quería ver la reacción de la loba.
Cuando Wood decidió que era el momento de despedirse, cediéndonos su humilde refugio, Keff de inmediato reprochó acercándose al fin a la "desconocida". - ¿Te vas? ¿Por qué? Puedes quedarte con nosotros... - No se si la loba esperaba a que sacase las garras y le saltase al cuello con la intención de proteger al estúpido de Keff, pero no era esa mi intención. Mi cuerpo permaneció en un estado tranquilo y calmado, lo único que pudo observar fue el cómo mi mirada se dirigía hacia los dos mientras hablaban; o mejor dicho, mientras el mocoso hablaba y hablaba y hablaba... - ¡Puede que no me lavase los dientes en una temporada, pero tampoco me huele tanto el aliento! Bueno... A Eona le huelen un poco los pies, ¡pero con la de agua salada en la que nos hemos remojado no debería de haber problema alguno! ¡Así que no te vayas...! -
Le cayó una colleja voladora que le escurrió casi todo el agua del pelo y después de eso lo agarré por el cuello de la camisa, por atrás, metiéndolo sin esfuerzo alguno dentro del agujero que hizo la loba. - Cállate, quítate la ropa mojada y a dormir. Ya que Wood ha sido tan amable de dejarnos su... escondite, agradece y ya está. Como dicen; niños y ancianos van primero. - le sonreí a la licántropa de las hachas. - También yo quiero enseñarte algo después, así que nos vemos cuando deje de llover. - Lo cierto es que quería enseñarle más de una cosa, como la guarida secreta oculta en las profundidades del bosque, la cueva detrás de la cascada y mucho más, después de todo no era la primera vez que visitaba la isla, pero no tenía por qué estropearle la sorpresa. Si lo que quería era esconderse bajo unas rocas mientras nosotros descansábamos secos y calentitos, allá ella.
Después de separarnos no nos reencontramos hasta la mañana siguiente, cuando las nubes al fin le habían dado paso a un sol grande y reluciente.
Off: Si no te importa describiré la isla tal y como me la describió un Master tiempo atrás, seguramente más grande de lo que te imaginas, con una cascada y todo y el escondite de unos malos ^^.
Eona
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Re: Vacaciones de 5 estrellas en el paraíso (Privado) PAUSADO
Esa mujer me ponía los pelos de punta. Con esa sonrisa tan… intento de agradable como de yo no fui era más de temer que un ejército de trasgos. Pensaba dejarles ser y desaparecer después de mi anuncio, pero el joven parecía empeñado en que me quedara. Cuando me encaró observé a la mujer, esperando que me saltara al cuello o algo así, pero al parecer se estaba reservando para más tarde. Respiré aliviada y puse mis ojos en aquél rostro fresco y joven, la vida se encargaría de endurecerle, más con esa maestra que tenía.
Keff, las mujeres, sobre todo las lobas necesitamos nuestro espacio le dije a modo de despedida –momento en el que pude hacer una intervención dado su monólogo- me mordí el labio inferior ahogando una especie de momento pseudo agradable; probablemente yo también le hubiera dado un coscorrón de estar a su cargo. Parecía que se ocupaba bien de su pequeña manada de uno, me preguntaba si ese crío sería algo de Thorobald –nombre que tenía grabado a fuego- como para que ella se preocupara tanto por él. Sacudí mi cabeza ante el pensamiento y la observé ida por unos instantes.
mmmpggghh me limité a responderle. De seguir haciendo ese ruido extraño probablemente me echaría a perder la garganta. Cuando se acabe entonces le respondí con un gesto dismisivo con la zurda y encaminé hacia las rocas, en donde mi propio barco se encontraba bien escondido, brindándome un remanso de paz y confort. Al llegar allí me transformé, tenía mejores reflejos de esa forma y así dormí. Desperté varias veces durante la larga noche con terribles pesadillas en las que primaban los licántropos y la noche en la que me transformé. El agua caía de a ratos, por lo que me revolví entre unas frazadas y allí me quedé hasta las luces del nuevo día.
Las hojas de los árboles aún goteaban cuando llegué a la puerta de la pequeña cueva, la humedad en el ambiente era tan pesada que costaba respirar y hacía más calor del que debería para la época del año en la que nos encontrábamos. Tenía hambre y deseaba cazar, pero un trato era un trato. Me planté en mi lugar mientras escuchaba al joven Keff quejarse de que quería seguir en la cama. Reí mentalmente, seguro estaba teniendo plácidos sueños. Sin embargo, mis pensamientos cambiaron de rumbo y se volvieron ácidos cuando pensé en lo que Eona quería enseñarme. ¿Qué negocios tenía ella en la Isla? habían tres opciones, una completamente loca: quería seducirme. La piel se me puso de gallina al instante.
Opción dos: era un truco para que Keff no se metiera en una pelea mientras ella me sacaba los ojos. No pude reprimir un temblor cuando un sudor frío bajó por mi espalda ante ese pensamiento. Y la tercera opción: ella no estaba allí como yo porque la echaron del barco. Ella estaba allí porque tenía negocios. Ahora mi cuerpo no reaccionó. Era la peor de las opciones.
________________________
Off: like it ò.ó
Keff, las mujeres, sobre todo las lobas necesitamos nuestro espacio le dije a modo de despedida –momento en el que pude hacer una intervención dado su monólogo- me mordí el labio inferior ahogando una especie de momento pseudo agradable; probablemente yo también le hubiera dado un coscorrón de estar a su cargo. Parecía que se ocupaba bien de su pequeña manada de uno, me preguntaba si ese crío sería algo de Thorobald –nombre que tenía grabado a fuego- como para que ella se preocupara tanto por él. Sacudí mi cabeza ante el pensamiento y la observé ida por unos instantes.
mmmpggghh me limité a responderle. De seguir haciendo ese ruido extraño probablemente me echaría a perder la garganta. Cuando se acabe entonces le respondí con un gesto dismisivo con la zurda y encaminé hacia las rocas, en donde mi propio barco se encontraba bien escondido, brindándome un remanso de paz y confort. Al llegar allí me transformé, tenía mejores reflejos de esa forma y así dormí. Desperté varias veces durante la larga noche con terribles pesadillas en las que primaban los licántropos y la noche en la que me transformé. El agua caía de a ratos, por lo que me revolví entre unas frazadas y allí me quedé hasta las luces del nuevo día.
Las hojas de los árboles aún goteaban cuando llegué a la puerta de la pequeña cueva, la humedad en el ambiente era tan pesada que costaba respirar y hacía más calor del que debería para la época del año en la que nos encontrábamos. Tenía hambre y deseaba cazar, pero un trato era un trato. Me planté en mi lugar mientras escuchaba al joven Keff quejarse de que quería seguir en la cama. Reí mentalmente, seguro estaba teniendo plácidos sueños. Sin embargo, mis pensamientos cambiaron de rumbo y se volvieron ácidos cuando pensé en lo que Eona quería enseñarme. ¿Qué negocios tenía ella en la Isla? habían tres opciones, una completamente loca: quería seducirme. La piel se me puso de gallina al instante.
Opción dos: era un truco para que Keff no se metiera en una pelea mientras ella me sacaba los ojos. No pude reprimir un temblor cuando un sudor frío bajó por mi espalda ante ese pensamiento. Y la tercera opción: ella no estaba allí como yo porque la echaron del barco. Ella estaba allí porque tenía negocios. Ahora mi cuerpo no reaccionó. Era la peor de las opciones.
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Woodpecker
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Re: Vacaciones de 5 estrellas en el paraíso (Privado) PAUSADO
Desperté de la forma más placentera que uno podría jamás despertar; con un pie en la cara. Lo aparté al segundo en el que me percaté de que estaba ahí. El maldito de Keff se quejaba de que los míos eran apestosos, pero los suyos tampoco olían a rosas precisamente.
Había pasado una noche... Bueno, dejémoslo en una noche y punto. La lluvia no ayudaba a la hora de mantener la nariz atenta ante cualquier olor inminente y lo cierto es que las orejas tampoco lo tenían fácil, así que después de un par de intentos de mantenerme despierta lo dejé pasar y disfruté de unas cuantas horas de sueño después de tan largo viaje.
Desperté un par de veces, pero la definitiva fue la del pie en la cara. El sol ya había salido y solo un par de gotas olvidadizas resonaban contra las hojas de los árboles. - Que te quites, Keff. - gruñí apretujada contra el enano, que seguía dormido desparramado como siempre hacía. Me desperecé saliendo de aquel agujero y me coloqué los pantalones aún algo húmedos, pero secos en comparación a la noche anterior; ya se secarían con el tiempo, bendita sea la inmunidad lobuna.
- ¡Vamos! - pateé el trasero del cachorro, el cual se resistía a todo intento de levantarse. - No me obligues a arrancarte los colmillos; uno a uno. - lo amenacé, pero de nada servía. Era un maldito mal criado.
Noté el olor de la loba antes incluso de que sus pasos la trajesen a donde nos encontrábamos, aunque suponía que lo mismo iba para ella. Ahora que la lluvia se había detenido por completo y el sol calentaba con todo su esplendor nuestros sentidos se veían totalmente revividos. - Buenas. - saludé sin girarme, manteniendo aún la mirada en el cachorro. - Los críos de hoy en día no saben lo que es el respeto. A mí, a su edad, me despertaban a golpes de palo, y si me quejaba no había duda de que un mordisco no sería lo único que recibiría. -
Suspiré agotada de tantas mariconadas y agarré al crío medio desnudo por el borde de su pantalón. Lo elevé en el aire y lo llevé aún medio dormido hasta lo que parecía ser un charco del tamaño de una bañera. No hace falta describir lo que pasó después; el mocoso voló un buen par de metros por el aire antes de toparse de frente con la gélida agua de lluvia. - Bueno, ¿qué querías enseñarme? - pregunté risueña ignorando las maldiciones del enano al fin despierto. - Y lo más importante; ¿Qué hay para desayunar? -
Había pasado una noche... Bueno, dejémoslo en una noche y punto. La lluvia no ayudaba a la hora de mantener la nariz atenta ante cualquier olor inminente y lo cierto es que las orejas tampoco lo tenían fácil, así que después de un par de intentos de mantenerme despierta lo dejé pasar y disfruté de unas cuantas horas de sueño después de tan largo viaje.
Desperté un par de veces, pero la definitiva fue la del pie en la cara. El sol ya había salido y solo un par de gotas olvidadizas resonaban contra las hojas de los árboles. - Que te quites, Keff. - gruñí apretujada contra el enano, que seguía dormido desparramado como siempre hacía. Me desperecé saliendo de aquel agujero y me coloqué los pantalones aún algo húmedos, pero secos en comparación a la noche anterior; ya se secarían con el tiempo, bendita sea la inmunidad lobuna.
- ¡Vamos! - pateé el trasero del cachorro, el cual se resistía a todo intento de levantarse. - No me obligues a arrancarte los colmillos; uno a uno. - lo amenacé, pero de nada servía. Era un maldito mal criado.
Noté el olor de la loba antes incluso de que sus pasos la trajesen a donde nos encontrábamos, aunque suponía que lo mismo iba para ella. Ahora que la lluvia se había detenido por completo y el sol calentaba con todo su esplendor nuestros sentidos se veían totalmente revividos. - Buenas. - saludé sin girarme, manteniendo aún la mirada en el cachorro. - Los críos de hoy en día no saben lo que es el respeto. A mí, a su edad, me despertaban a golpes de palo, y si me quejaba no había duda de que un mordisco no sería lo único que recibiría. -
Suspiré agotada de tantas mariconadas y agarré al crío medio desnudo por el borde de su pantalón. Lo elevé en el aire y lo llevé aún medio dormido hasta lo que parecía ser un charco del tamaño de una bañera. No hace falta describir lo que pasó después; el mocoso voló un buen par de metros por el aire antes de toparse de frente con la gélida agua de lluvia. - Bueno, ¿qué querías enseñarme? - pregunté risueña ignorando las maldiciones del enano al fin despierto. - Y lo más importante; ¿Qué hay para desayunar? -
Eona
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Re: Vacaciones de 5 estrellas en el paraíso (Privado) PAUSADO
“Al menos te despertaban” quise haberle respondido, más no valía la pena. A leguas se veía que siempre había estado rodeada de personas a las que le importaba que viviera y por eso habría desarrollado ese carácter tan engreído y apático. Me acomodé en mi lugar con las piernas cruzadas y le eché un bueno ojo. Buenos días le respondí ante nada, me incorporé estando casi segura de que no buscaba seducirme ni atacarme, la observé unos momentos, sin saber si reír a darle un zape y luego volví a hablar.
¿Tengo yo cara de esclava o ropa de sirvienta? De comer está lo que está le dije encogiéndome de hombros, como si la tripa fuera e segundo plano ante nuestros asuntos aunque en realidad me estaba muriendo de hambre. Hacia el Oeste hay unas entradas hacia la isla donde se pueden cazar algunos animales pequeños le dije escuchando a Keff y en voz más baja. Ese pequeño podía venir a mano para mediar algunas ideas, aunque él no tuviera idea de ello.
Lo que quiero mostrarte está en las afueras de las ruinas del castillo le respondí, tanteando el terreno. Si ella tenía negocios allí, sabría de lo que estaba hablando. Me estiré un poco para desperezarme y decidí esperar para ver cómo debería de comportarme o si quería que la siguiera o algo, luego recordé que ella había mencionado algo acerca de mostrarme algo también.
¿Y tú que quieres enseñarme? le pregunté con el tono más neutro que pude recabar.
¿Tengo yo cara de esclava o ropa de sirvienta? De comer está lo que está le dije encogiéndome de hombros, como si la tripa fuera e segundo plano ante nuestros asuntos aunque en realidad me estaba muriendo de hambre. Hacia el Oeste hay unas entradas hacia la isla donde se pueden cazar algunos animales pequeños le dije escuchando a Keff y en voz más baja. Ese pequeño podía venir a mano para mediar algunas ideas, aunque él no tuviera idea de ello.
Lo que quiero mostrarte está en las afueras de las ruinas del castillo le respondí, tanteando el terreno. Si ella tenía negocios allí, sabría de lo que estaba hablando. Me estiré un poco para desperezarme y decidí esperar para ver cómo debería de comportarme o si quería que la siguiera o algo, luego recordé que ella había mencionado algo acerca de mostrarme algo también.
¿Y tú que quieres enseñarme? le pregunté con el tono más neutro que pude recabar.
Woodpecker
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Re: Vacaciones de 5 estrellas en el paraíso (Privado) PAUSADO
- Todo a su tiempo. - contesté con una sonrisa una vez la loba hubo terminado. Me giré ignorándola ahora por completo, dirigiéndome plenamente hacia mi cachorro. - Keff, como dijo, el oeste es el mejor lugar por el que adentrarse en la jungla. A ver cuantos animalejos eres capaz de cazar antes de que te vuelva a llamar. - me reí, pues sabía que nunca le diría "no" a un reto. Por suerte al menos en eso no era un completo cero, y era un buen entrenamiento, pero... - Pero ten cuidado con el cambia pieles. - lo avisé con seriedad. - Es un ser mágico que puede estar escondido dentro de cualquier animal... Si pasa cualquier cosa aúlla con fuerza. -
El muchacho se quedó algo sorprendido, pues la amenaza era real, y cuando debía, creía en mi palabra, pero enseguida la fanfarronería volvió a subírsele a la cabeza y empezó a desnudarse para iniciar la transformación en un joven y hermoso lobo lleno de vida. Aulló como despedida y después de mostrarle su canina sonrisa a la loba se fue corriendo como el rayo. - Ala, desayuno solucionado. -
- La verdad, no sé que cosa puedas enseñarme en las ruinas, pero estoy impaciente. - sonreí de oreja a oreja. - ¿Qué? ¿Creías que era la primera vez que venía a pasar aquí mis vacaciones? Te haré una visita guiada después, pero primero, a ver si consigues sorprenderme. - Al igual que con Keff endurecí un poco mi mirada, como si contase una historia de terror, pero más que nada pretendía burlarme de la loba. - Pero como le dije al mocoso, hay que estar atentas con el cambiapieles... Uuuuh~. -
Off: Por favor, guíame~ ^-^ Siento que sea tan corto, pero seguro que se me ocurre algo para la próxima ;)))
El muchacho se quedó algo sorprendido, pues la amenaza era real, y cuando debía, creía en mi palabra, pero enseguida la fanfarronería volvió a subírsele a la cabeza y empezó a desnudarse para iniciar la transformación en un joven y hermoso lobo lleno de vida. Aulló como despedida y después de mostrarle su canina sonrisa a la loba se fue corriendo como el rayo. - Ala, desayuno solucionado. -
- La verdad, no sé que cosa puedas enseñarme en las ruinas, pero estoy impaciente. - sonreí de oreja a oreja. - ¿Qué? ¿Creías que era la primera vez que venía a pasar aquí mis vacaciones? Te haré una visita guiada después, pero primero, a ver si consigues sorprenderme. - Al igual que con Keff endurecí un poco mi mirada, como si contase una historia de terror, pero más que nada pretendía burlarme de la loba. - Pero como le dije al mocoso, hay que estar atentas con el cambiapieles... Uuuuh~. -
Off: Por favor, guíame~ ^-^ Siento que sea tan corto, pero seguro que se me ocurre algo para la próxima ;)))
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Re: Vacaciones de 5 estrellas en el paraíso (Privado) PAUSADO
El pequeño lobo parecía alegre por su nueva misión, sin embargo yo no estaba muy segura de que era lo correcto enviarle solo en esta isla… “tch” hice sonar mentalmente mi lengua mientras agitaba mi mano en señal de despedida al mocoso. Observé a Eona con cierta discreción, ella misma me acababa de confirmar que ya había estado en este lugar tramposo y maldito. ¿Quién querría venir a esta inmundicia de lugar a hacer negocios? le pregunté cruzándome de brazos y abriendo mis piernas para agarrarme bien al terreno. Pero que bobada dije sacudiendo mi cabeza ante la idea.
Cambiapieles, ¿eh? retruqué negando aún con la cabeza mientras sacaba mis hachas y abría un poco más de paso hacia las ruinas. ¿Qué es lo que haces aquí y más importante. ¿Qué quieres de mi? pregunté aún con la idea de que intentaba seducirme o matarme. La idea hizo que se me pusiera la piel de gallina y se me pararan los pelos de la espalda. Era uno de esos momentos en los que sentía incluso cada uno de los pelos de mi cabeza.
Después de un par de horas a través de la espesura, ramas, raíces, espinas y alguna que otra fruta seca por el camino dimos con las antiguas ruinas del castillo. Me detuve en seco tras unas salientes rocosas inmediatas al bosque pero antes de lo que había sido el foso del castillo. ¿Qué demente construiría un maldito foso en este lugar apartado del maldito mundo? No, mejor dicho ¿a qué maldito idiota se le ocurriría poner un estúpido castillo aquí en primer lugar? comenté un poco más relajada mientras miraba con recelo el foso con agua.
[b]Ahí hay una [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] más grande de lo que jamás he visto, es imposible atacarla individualmente. Con ella viva no ganamos nada. Primero puede estar resguardando algo, segundo, de no ser el caso podríamos estar resguardándonos allí y tercero, podemos venderla o si no llega nadie por mí podríamos tener comida por semanas le dije expectante.
El agua se mantenía quieta, como la superficie imperturbable del lago helado, pero sabía que ese maldito bicho estaba allí, esperándome, esperándonos…
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Off: Siento la demora u.u espero que esto sea decente xD
Cambiapieles, ¿eh? retruqué negando aún con la cabeza mientras sacaba mis hachas y abría un poco más de paso hacia las ruinas. ¿Qué es lo que haces aquí y más importante. ¿Qué quieres de mi? pregunté aún con la idea de que intentaba seducirme o matarme. La idea hizo que se me pusiera la piel de gallina y se me pararan los pelos de la espalda. Era uno de esos momentos en los que sentía incluso cada uno de los pelos de mi cabeza.
Después de un par de horas a través de la espesura, ramas, raíces, espinas y alguna que otra fruta seca por el camino dimos con las antiguas ruinas del castillo. Me detuve en seco tras unas salientes rocosas inmediatas al bosque pero antes de lo que había sido el foso del castillo. ¿Qué demente construiría un maldito foso en este lugar apartado del maldito mundo? No, mejor dicho ¿a qué maldito idiota se le ocurriría poner un estúpido castillo aquí en primer lugar? comenté un poco más relajada mientras miraba con recelo el foso con agua.
[b]Ahí hay una [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] más grande de lo que jamás he visto, es imposible atacarla individualmente. Con ella viva no ganamos nada. Primero puede estar resguardando algo, segundo, de no ser el caso podríamos estar resguardándonos allí y tercero, podemos venderla o si no llega nadie por mí podríamos tener comida por semanas le dije expectante.
El agua se mantenía quieta, como la superficie imperturbable del lago helado, pero sabía que ese maldito bicho estaba allí, esperándome, esperándonos…
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Woodpecker
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Re: Vacaciones de 5 estrellas en el paraíso (Privado) PAUSADO
- ¿Negocios? ¿Qué negocios podría tener por aquí? ¿Y qué podría querer de ti? - contesté imitando no solo sus palabras, sino su postura también. Pensaba hacerla mi amiga, mi juguete, pero al parecer podría burlarme de ella hasta que eso pasara. Por algún motivo tenía ganas de tomarle el pelo. - Dije que estoy de vacaciones. Este es un lugar perfecto para entrenar al mocoso. Pero... Bueno, me has pillado. La verdad es que seguí tu rastro cual chucho de caza. Tu aroma me fascina. - dije relamiéndome los labios en un acto de lo más erótico. Después le mandé un beso con la mano y riéndome por lo bajo empecé a seguirla hacia las ruinas.
Tardamos un par de horas en hacernos camino por la espesura de la jungla. Podríamos haber optado por nuestras formas transformadas, lo cual habría seguramente acortado el trayecto, pero habían varias cosas que quería conservar en mis bolsillos, por lo que le seguí el paso a Wood observando toda planta nueva que encontrábamos por el camino. Hasta que finalmente llegamos y, la verdad, lo que me encontré nunca habría sido capaz de imaginarlo...
- Pero qué mierda... - salí del bosque con las cejas más arrugadas que una oruga. Para empezar, el foso normalmente vacío estaba repleto de agua ahora y, si lo que decía la loba era cierto, algo raro estaba pasando en la isla... - Esto está mal... Hace años de mi última visita, pero esto no es normal... Alguien tuvo que hacerlo. - Compartí una mirada con la muchacha, pero no jovial y divertida como hasta ahora le había mostrado, sino una mirada seria, puede que hasta algo molesta.
Me alejé un par de pasos y agarré una piedra que se había topado en mi camino. Tenía el tamaño y la forma perfecta, y como si ese hubiese sido su destino, la lancé rebotando en la superficie del agua, a la espera de algo que no tardó en suceder. Algo se movió en las profundidades y de entre tanto azul apareció la cabeza de un reptil bastante impresionante. Solo su cabeza tenía el tamaño de una vaca regordeta, pero si solo fuese eso... No, en cuanto la bestia volvió a sumergirse dejó relucir una segunda cabeza. Dos cabezas, cero colas. Aquello no tenía buena pinta.
- Un mago poderoso tiene una guarida escondida al otro lado de la isla, pero nunca había hecho algo como esto. No... No hay seguridad de que esto sea obra suya, después de todo son pocas las veces que aparece por estas tierras... - mi mente trabajaba a cien por hora. ¿Quién era el responsable? - Se dice que la isla está maldita, pero eso no son más que gilipolleces. Alguien más se aprovechó de que ni Dios viene a este lugar para algo... ¿Pero para qué...? -
Si quería descubrir algo deberíamos de cooperar. Después de todo la loba no era estúpida, y si me había traído hasta ahí es porque era consciente de que sola no tendría ninguna oportunidad, al igual que yo... - ¿Y bien? Tienes un plan, ¿me equivoco? - sonreí de medio lado.
Off: Siento horrores el atraso!! TT____TT Una mala racha.. Pero espero que pase cuanto antes, que ya dura más de lo debido..
Tardamos un par de horas en hacernos camino por la espesura de la jungla. Podríamos haber optado por nuestras formas transformadas, lo cual habría seguramente acortado el trayecto, pero habían varias cosas que quería conservar en mis bolsillos, por lo que le seguí el paso a Wood observando toda planta nueva que encontrábamos por el camino. Hasta que finalmente llegamos y, la verdad, lo que me encontré nunca habría sido capaz de imaginarlo...
- Pero qué mierda... - salí del bosque con las cejas más arrugadas que una oruga. Para empezar, el foso normalmente vacío estaba repleto de agua ahora y, si lo que decía la loba era cierto, algo raro estaba pasando en la isla... - Esto está mal... Hace años de mi última visita, pero esto no es normal... Alguien tuvo que hacerlo. - Compartí una mirada con la muchacha, pero no jovial y divertida como hasta ahora le había mostrado, sino una mirada seria, puede que hasta algo molesta.
Me alejé un par de pasos y agarré una piedra que se había topado en mi camino. Tenía el tamaño y la forma perfecta, y como si ese hubiese sido su destino, la lancé rebotando en la superficie del agua, a la espera de algo que no tardó en suceder. Algo se movió en las profundidades y de entre tanto azul apareció la cabeza de un reptil bastante impresionante. Solo su cabeza tenía el tamaño de una vaca regordeta, pero si solo fuese eso... No, en cuanto la bestia volvió a sumergirse dejó relucir una segunda cabeza. Dos cabezas, cero colas. Aquello no tenía buena pinta.
- Un mago poderoso tiene una guarida escondida al otro lado de la isla, pero nunca había hecho algo como esto. No... No hay seguridad de que esto sea obra suya, después de todo son pocas las veces que aparece por estas tierras... - mi mente trabajaba a cien por hora. ¿Quién era el responsable? - Se dice que la isla está maldita, pero eso no son más que gilipolleces. Alguien más se aprovechó de que ni Dios viene a este lugar para algo... ¿Pero para qué...? -
Si quería descubrir algo deberíamos de cooperar. Después de todo la loba no era estúpida, y si me había traído hasta ahí es porque era consciente de que sola no tendría ninguna oportunidad, al igual que yo... - ¿Y bien? Tienes un plan, ¿me equivoco? - sonreí de medio lado.
Off: Siento horrores el atraso!! TT____TT Una mala racha.. Pero espero que pase cuanto antes, que ya dura más de lo debido..
Eona
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Re: Vacaciones de 5 estrellas en el paraíso (Privado) PAUSADO
Las palabras de la can rubia eran tal como ella…nada podría hacer que dejara de caerme mal, por lo que me había limitado a decir lo necesario hasta este momento. Eona parecía algo sonsacada, podría apostar que ella no esperaba a esa serpiente fea y de dos cabezas, la ironía se le daba bien, pero esa expresión era tan auténtica que incluso me hubiera gustado retratarla para la posteridad. Reprimí una sonrisa mientras observaba los cambios en la fisonomía de mi acompañante. ¿Normal? retruqué como una especie de autómata retrasado mientras intentaba figurarme lo que podría ser normal dentro de los límites de aquél lugar. ¿Qué tipo de alguien? pregunté tragando saliva, dragones, hombres bestias, humanos, licántropos, vampiros… podría contra todos, guerreros o profesionales, pero si se trataba de biocibernéticos, o esos tipos que hacían experimentos… eso era otro cantar.
Le devolví la mirada con preocupación, espejo desfigurado de lo que era ella y nos quedamos en silencio por unos momentos mientras parecíamos digerir toda la situación, la cosa no mejoró cuando ella arrojó la piedra y pude apreciar desde una locación más cercana la magnitud de aquella bestia. Mis labios estaban sellados, por muy loca que yo fuera habían cosas con las que no me metería, pero si eso seguía vivo no dormiría en paz en ese diminuto lugar; una bestia era una cosa –yo- pero una y media –la rubia y el mocoso- más una tercera con dos cabezas… dejé salir el aire de mis pulmones tratando de calmar mis pensamientos, primero lo primero, deshacernos de ese bichejo y luego salir pitando de allí de alguna forma, en esos momentos no descartaba nadar a lo perrito hasta Beltrexus.
¿Maldita? me reí por un par de minutos al punto de que mis pulmones se quedaran sin aire, lo peor era tratar de ahogar el sonido porque sentía que me ahogaría en mis propias babas, pero finalmente pude controlarme. ¿Mago? ¿Te refieres a un brujo? Si el bicho ese está en las puertas del castillo quizás resguarde algo, ¿no crees? ¿piratas? No creo que un simple contrabandista se tome tantos problemas a no ser que haya algo realmente grande que ocultar, más razones para ir a investigar, además, no estamos a salvo de todas formas y algo de información extra nunca hace mal. ¿Podemos contar con el tipo ese? no tenía un plan específico tal y como ella me lo planteaba pero tenía varias ideas… antes de que respondiera continué Primero hay que sacarla del foso, había pensado en incendiarlo con aceites o algo? le dije con un tono de pregunta al final, quizás ella tuviera algún as bajo la manga.
Podríamos hacer alguna trampa para atraparla lo suficiente como para matarle, pero una persona no es suficiente finalicé apuntando con mis hachas algunos árboles con madera dura que podrían transformarse en lanzas primitivas y fuertes como para atravesar… eso, esperaba.
Le devolví la mirada con preocupación, espejo desfigurado de lo que era ella y nos quedamos en silencio por unos momentos mientras parecíamos digerir toda la situación, la cosa no mejoró cuando ella arrojó la piedra y pude apreciar desde una locación más cercana la magnitud de aquella bestia. Mis labios estaban sellados, por muy loca que yo fuera habían cosas con las que no me metería, pero si eso seguía vivo no dormiría en paz en ese diminuto lugar; una bestia era una cosa –yo- pero una y media –la rubia y el mocoso- más una tercera con dos cabezas… dejé salir el aire de mis pulmones tratando de calmar mis pensamientos, primero lo primero, deshacernos de ese bichejo y luego salir pitando de allí de alguna forma, en esos momentos no descartaba nadar a lo perrito hasta Beltrexus.
¿Maldita? me reí por un par de minutos al punto de que mis pulmones se quedaran sin aire, lo peor era tratar de ahogar el sonido porque sentía que me ahogaría en mis propias babas, pero finalmente pude controlarme. ¿Mago? ¿Te refieres a un brujo? Si el bicho ese está en las puertas del castillo quizás resguarde algo, ¿no crees? ¿piratas? No creo que un simple contrabandista se tome tantos problemas a no ser que haya algo realmente grande que ocultar, más razones para ir a investigar, además, no estamos a salvo de todas formas y algo de información extra nunca hace mal. ¿Podemos contar con el tipo ese? no tenía un plan específico tal y como ella me lo planteaba pero tenía varias ideas… antes de que respondiera continué Primero hay que sacarla del foso, había pensado en incendiarlo con aceites o algo? le dije con un tono de pregunta al final, quizás ella tuviera algún as bajo la manga.
Podríamos hacer alguna trampa para atraparla lo suficiente como para matarle, pero una persona no es suficiente finalicé apuntando con mis hachas algunos árboles con madera dura que podrían transformarse en lanzas primitivas y fuertes como para atravesar… eso, esperaba.
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