La piedra como Alimento [MISIÓN: Animales fantásticos y saber dónde encontrarlos] [Alzzul]
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La piedra como Alimento [MISIÓN: Animales fantásticos y saber dónde encontrarlos] [Alzzul]
-Hijos de Baslodia
Plantamos nabos y zanahorias
Que por mucho que prediegue
Siempre nos quedarán las cebollas-
Plantamos nabos y zanahorias
Que por mucho que prediegue
Siempre nos quedarán las cebollas-
Cantaban unos niños durante la noche a medida que ayudaban a su padre a replantar todo el huerto. Ellos no sabían por qué cantaban esa canción en particular y no otra de tantas canciones que conocían. Los dos habían visto a su padre cantar esa misma canción y, antes que él, a su anciano abuelo. En realidad todos en Baslodia, a la hora de replantar todo un huerto destrozado y cubierto por un pequeño rastro de trocitos de piedra maciza, cantaban esta misma canción. Tenían que hacerlo durante la noche pues eran las horas de más humedad y menos sol, perfectas para plantar las semillas del nuevo vegetal.
-Hacia años que no veía tanta piedra- susurraba el padre de los niños mientras que con la azada apartaba los restos
–no ha quedado nada-.
Los niños estaban tan confusos como el padre. Que un huerto se pudriese de la noche a la mañana era extraño, pero lo de la piedra era algo digno de escribir en los cuentos que escuchaban de la noche. O quizás plasmarlo en una vieja canción. Tanto niños como padre vieron que bajo las piedras, las únicas plantas que quedaron eran las de la cebolla.
-Por mucho que prediegue siempre nos quedarán las cebollas-. Dijo el padre algo asustado por el reciente hallazgo que acababa de hacer.
-¡Aquí ha quedado un nabo!- gritó el hijo más pequeño de los tres. Cogió la punta de la planta tiró con todas sus fuerzas para sacar la hortaliza del suelo…-¡AHHHHH!-
No fue un nabo lo que encontró. Era una criatura con la cabeza similar a un nabo. Entre las diminutas manos de la criatura sostenía una piedra que se la estaba comiendo bocado a bocado. Eso explicaba por lo menos de dónde habían salido los trocitos de roca, eran los restos de la comida del bichejo que el niño pequeño, aunque asustado, no podía dejar de sostener desde la punta de su cabeza.
- Criatura come piedras:
- [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
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* Alzzul: No me importa cómo has llegado a Baslodia ni qué haces allí, aunque si deseas describirlo eres libre de hacerlo. Lo importante en este estilo de misiones son los animales, en este caso la criatura comepiedras. En este primer turno solamente deberás decirme cómo te has encontrado con la familia y la criatura que observan y describir al animal lo más detalladamente posible pues todo lo que digas se tendrá en cuenta a la hora de crear la descripción del animal para el bestiario. En los turnos venideros trataremos de ayudar a la familia, ponerle un nombre a la criatura y estudiarla pues nada, a excepción de la canción, sabemos acerca del animal. Cuando finalice la aventura, el broche de plata que te ofrecí hace tiempo despertará una habilidad escondida. Sé que estudiar una bestia y arar el campo no es lo más divertido que se puede hacer, pero tranquilo, la misión mejorará por momentos. Buena suerte.
Última edición por Sigel el Vie Jul 29 2016, 13:19, editado 1 vez
Sigel
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Re: La piedra como Alimento [MISIÓN: Animales fantásticos y saber dónde encontrarlos] [Alzzul]
Un personaje no es nada fuera de su contexto. Poco habría que decir de un héroe fuera de sus escenas heroicas; sin lo que han pasado, aquellos no son más que hombres sin más interés que el que piadosamente se les quiera dar. Así, recubierto en su improvisada capa roja, se adentraba Alzzul en Baslodia. Él se veía a veces, fuera de lugar. Acostumbrado a una armadura, a la batalla y a la vida en espera a la siguiente, doscientos años de paz se le hacían excesivamente angustiantes. Aún era ciertamente incapaz de apreciar la totalidad de la belleza del bucólico paraje que se asomaba a sus retinas.
Perdido en sus pensamientos, pretendía buscar comida y poco más; nada le ataba ni interesaba de ese pueblo más que la sangre de sus habitantes. No estaba especialmente necesitado, pero un alivio temporal no le haría, tampoco -o eso creía- ningún mal.
De su ensimismamiento le despertó el grito de un niño. Con su característico timbre incipiente, agudo y molesto. Con un gesto de desprecio hacia allá dirigió la mirada el joven vampiro. Alzzul creía con firmeza que los humanos debían de nacer adultos, que la infancia era algo terrible e innecesario y que ojalá nunca hubiera sido niño. Al menos, se reconfortaba a sí mismo con una carencia de recuerdos de aquello.
Gracias a sus extremadamente eficaces ojos en cuanto a visión nocturna se trata, advirtió entre las manos de la progenie granjera un bicho bastante extraño. No había visto nada igual en su vida, y por tanto, sintió una tremenda curiosidad.
Casi obviando su necesidad de sangre y demás se acercó, intentando parecer lo más elegante y cálido posible para no asustar a los agricultores locales. Pasó por encima sin mucha dificultad la vereda de madera que rodeaba la porción perteneciente a este hombre específico y llegó hasta un par de metros de distancia de ellos.
- Eso no es un nabo. -acertó Alzzul, apuntando lo obvio, con un gesto confuso en la mirada.
Aunque de hecho, lo pareciera, esa cosa estaba viva; además, producía un sonido realmente característico al romper con sus tremendamente resistentes fauces la roca. No medía mucho más de un palmo y medio y estaba recubierto de unas pintas de un colorido azul celeste, manchado, que le aportaba a la criatura un cierto deje sobrenaturall; aunque para lo sobrenatural, parecía sobradamente mundano. La piel de la criatura era paliducha, más bien terrosa, lo que podía en ciertos momentos inducir a error. De verdad, toda su cabeza parecía un nabo, aunque estaba recubierta de ojos y tenía una pequeña boca en la que no se apreciaban labios. Podía parecer un sucedáneo de hada que había padecido un problema mental que le hacía creer ser una planta por demasiado tiempo. Alzzul no pudo contener una sonrisa estúpida al pensar en ello. Supo también que su cuerpo era antropomórfico, si bien en un estado más fetal, sin apreciarse unas extremidades especialmente formadas o útiles de cualquier forma.
En cualquier caso, la criatura no parecía peligrosa ni mucho menos. Ni tampoco parecía símbolo de mal augurio. Lo que sí es cierto, es que la situación en la que había aparecido apestaba a misticismo barato, a leyenda urbana y cuento de niños. Alzzul casi se atrevería a afirmar que, ya no la aparición, si no la existencia de esa criatura se debía únicamente a la superstición. No podía ser casualidad la canción, la noche y la piedra. Alzzul sabía bien que la causalidad tenía una extraña manera de hacer las cosas.
// Sí, estaba al tanto de el tema, pero no quería precipitarme y perder en calidad por responder lo más rápidamente posible. Espero que tampoco me haya llevado demasiado tiempo. Gracias por la oportunidad de nuevo ^^.
Perdido en sus pensamientos, pretendía buscar comida y poco más; nada le ataba ni interesaba de ese pueblo más que la sangre de sus habitantes. No estaba especialmente necesitado, pero un alivio temporal no le haría, tampoco -o eso creía- ningún mal.
De su ensimismamiento le despertó el grito de un niño. Con su característico timbre incipiente, agudo y molesto. Con un gesto de desprecio hacia allá dirigió la mirada el joven vampiro. Alzzul creía con firmeza que los humanos debían de nacer adultos, que la infancia era algo terrible e innecesario y que ojalá nunca hubiera sido niño. Al menos, se reconfortaba a sí mismo con una carencia de recuerdos de aquello.
Gracias a sus extremadamente eficaces ojos en cuanto a visión nocturna se trata, advirtió entre las manos de la progenie granjera un bicho bastante extraño. No había visto nada igual en su vida, y por tanto, sintió una tremenda curiosidad.
Casi obviando su necesidad de sangre y demás se acercó, intentando parecer lo más elegante y cálido posible para no asustar a los agricultores locales. Pasó por encima sin mucha dificultad la vereda de madera que rodeaba la porción perteneciente a este hombre específico y llegó hasta un par de metros de distancia de ellos.
- Eso no es un nabo. -acertó Alzzul, apuntando lo obvio, con un gesto confuso en la mirada.
Aunque de hecho, lo pareciera, esa cosa estaba viva; además, producía un sonido realmente característico al romper con sus tremendamente resistentes fauces la roca. No medía mucho más de un palmo y medio y estaba recubierto de unas pintas de un colorido azul celeste, manchado, que le aportaba a la criatura un cierto deje sobrenaturall; aunque para lo sobrenatural, parecía sobradamente mundano. La piel de la criatura era paliducha, más bien terrosa, lo que podía en ciertos momentos inducir a error. De verdad, toda su cabeza parecía un nabo, aunque estaba recubierta de ojos y tenía una pequeña boca en la que no se apreciaban labios. Podía parecer un sucedáneo de hada que había padecido un problema mental que le hacía creer ser una planta por demasiado tiempo. Alzzul no pudo contener una sonrisa estúpida al pensar en ello. Supo también que su cuerpo era antropomórfico, si bien en un estado más fetal, sin apreciarse unas extremidades especialmente formadas o útiles de cualquier forma.
En cualquier caso, la criatura no parecía peligrosa ni mucho menos. Ni tampoco parecía símbolo de mal augurio. Lo que sí es cierto, es que la situación en la que había aparecido apestaba a misticismo barato, a leyenda urbana y cuento de niños. Alzzul casi se atrevería a afirmar que, ya no la aparición, si no la existencia de esa criatura se debía únicamente a la superstición. No podía ser casualidad la canción, la noche y la piedra. Alzzul sabía bien que la causalidad tenía una extraña manera de hacer las cosas.
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// Sí, estaba al tanto de el tema, pero no quería precipitarme y perder en calidad por responder lo más rápidamente posible. Espero que tampoco me haya llevado demasiado tiempo. Gracias por la oportunidad de nuevo ^^.
Alzzul
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Re: La piedra como Alimento [MISIÓN: Animales fantásticos y saber dónde encontrarlos] [Alzzul]
Un hombre, extraño a la familia, se les acercó quizás presa por la curiosidad del momento o quizás porque quisiera ayudar a trabajar la tierra enterrada por el manto de piedras. Ojala fuera lo segundo, la familia necestiba ayuda. Tal cual como predijo la canción, toda su cosecha se inundó en un mar de piedras, solo se salvaron las cebollas. En una situación como aquella, toda ayuda era poca. Lástima que lo más probable era que el extraño hubiera pasado la cerca del huerto solo porque tenía curiosidad. No todos los días se podía ver como una antigua canción infantil cobraba vida.
-¡Suelta eso!- se adelantó a decir el padre de la familia al niño que sostenía al ser en sus manos- Ya has escuchado a ese hombre; eso no es un nabo-.
El niño soltó a la criatura con sumo cuidado en el suelo. Lo miraba de la misma manera qu emiraba a los pequeños gatos callejeros de la ciudad. Esa mirada, que el padre conocía muy bien, parecía que estuviera diciendo: “¿Nos lo podemos quedar?”
-¿Usted sabe lo qué es?- dijo el niño acercándose muy lentamente hacia el extraño hombre. Aunque supiera algo acerca del animal con forma de nabo, él no dejaba de ser un desconocido y su padre, ahí presente, siempre le advertía que no tenía que hablar con desconocidos.
* Alzzul: La confianza de los niños es fácil de ganar, la del padre no tanto. En el siguiente turno deberás explicar lo qué piensas sobre la criatura a los humanos y, si lo deseas, ponerle un nombre. Mide bien tus palabras pues te estás jugando la confianza de un buen hombre.
Extraoficialmente quisiera felicitarte, buen post. Me alegra que no te hayas precipitado y que el rerusltado final sea éste.
-¡Suelta eso!- se adelantó a decir el padre de la familia al niño que sostenía al ser en sus manos- Ya has escuchado a ese hombre; eso no es un nabo-.
El niño soltó a la criatura con sumo cuidado en el suelo. Lo miraba de la misma manera qu emiraba a los pequeños gatos callejeros de la ciudad. Esa mirada, que el padre conocía muy bien, parecía que estuviera diciendo: “¿Nos lo podemos quedar?”
-¿Usted sabe lo qué es?- dijo el niño acercándose muy lentamente hacia el extraño hombre. Aunque supiera algo acerca del animal con forma de nabo, él no dejaba de ser un desconocido y su padre, ahí presente, siempre le advertía que no tenía que hablar con desconocidos.
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* Alzzul: La confianza de los niños es fácil de ganar, la del padre no tanto. En el siguiente turno deberás explicar lo qué piensas sobre la criatura a los humanos y, si lo deseas, ponerle un nombre. Mide bien tus palabras pues te estás jugando la confianza de un buen hombre.
Extraoficialmente quisiera felicitarte, buen post. Me alegra que no te hayas precipitado y que el rerusltado final sea éste.
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Re: La piedra como Alimento [MISIÓN: Animales fantásticos y saber dónde encontrarlos] [Alzzul]
Alzzul no tenía por qué engañarse a sí mismo. Se preocupaba poco por la vida de los agricultores; innegablemente, no estaban entre sus prioridades. Sin embargo, no era estúpido. Sabía cómo funcionaban la sociedad en el mundo en el que vivía y también sabía que el revuelo, no solía traer consecuencias positivas. De sobras, podía hacerse con la confianza de un hombre y su hijo. No le llevaría mucho tiempo. O al menos eso creía. Sus dotes raciales le permitían exponer matices casi inapreciables en su físico. ¡Si eso no es una enorme ventaja!
Entonces, adulzó su rostro a la par que el niño se acercaba,con un gesto inapreciable, en un parpadeo. Así, después, se reclinó levemente para ponerse algo más a su altura. Tenía toda la ventaja con el niño. Su aspecto era lo suficientemente juvenil y desenfadado, a la vez de llamativo como para que el niño sacara conclusiones precipitadas, y puede que no del todo infundadas. Y es que para los niños, la fantasía y la admiración es solo un paso más de cada día. Asintió levemente con la cabeza, en forma de una pequeña mentira, justo antes de erguirse de nuevo, encarando a la figura del padre. Y a él, con cierta manipulación sutil -y una enorme cantidad de nostalgia encubierta- intentó embaucar. Le dirigió un gesto de genuina sorpresa a la vez de una risa estúpida que le hacía parecer poco más que un niño.
- Mis disculpas, señor. No pretendía... -no terminó de explicarse- Es sólo que me había llamado la atención; además, la costumbre de varar por las cosechas de padre me han hecho casi inconsciente del gesto. Le ruego me disculpe.
Con una mirada por la tierra sacó un par de conclusiones. Quizá, y sólo quizá, la bestia era de verdad un nabo. Quizá por alguna razón se había convertido en aquella extraña criatura y quizá por ello se había rodeado de piedras.
- Es posible que el bicho no sea nada del otro mundo, y solo haya decidido esconderse donde pasa más desapercibido, ¿No? Al fin y al cabo los animales tienden a hacer aquello; aunque tampoco podemos obivar toda esta tremenda casualidad, ¿No? -Alzzul se rió un poco, más para sí que de otro modo, explicando para sí, tímidamente, pero en voz alta, sus pensameintos.- También parece que necesitan ayuda. ¿Necesitáis un brazo de más? No os preocupéis, tengo costumbre en estos menesteres. No pretendo cobrarme deuda alguna.
Entonces, adulzó su rostro a la par que el niño se acercaba,con un gesto inapreciable, en un parpadeo. Así, después, se reclinó levemente para ponerse algo más a su altura. Tenía toda la ventaja con el niño. Su aspecto era lo suficientemente juvenil y desenfadado, a la vez de llamativo como para que el niño sacara conclusiones precipitadas, y puede que no del todo infundadas. Y es que para los niños, la fantasía y la admiración es solo un paso más de cada día. Asintió levemente con la cabeza, en forma de una pequeña mentira, justo antes de erguirse de nuevo, encarando a la figura del padre. Y a él, con cierta manipulación sutil -y una enorme cantidad de nostalgia encubierta- intentó embaucar. Le dirigió un gesto de genuina sorpresa a la vez de una risa estúpida que le hacía parecer poco más que un niño.
- Mis disculpas, señor. No pretendía... -no terminó de explicarse- Es sólo que me había llamado la atención; además, la costumbre de varar por las cosechas de padre me han hecho casi inconsciente del gesto. Le ruego me disculpe.
Con una mirada por la tierra sacó un par de conclusiones. Quizá, y sólo quizá, la bestia era de verdad un nabo. Quizá por alguna razón se había convertido en aquella extraña criatura y quizá por ello se había rodeado de piedras.
- Es posible que el bicho no sea nada del otro mundo, y solo haya decidido esconderse donde pasa más desapercibido, ¿No? Al fin y al cabo los animales tienden a hacer aquello; aunque tampoco podemos obivar toda esta tremenda casualidad, ¿No? -Alzzul se rió un poco, más para sí que de otro modo, explicando para sí, tímidamente, pero en voz alta, sus pensameintos.- También parece que necesitan ayuda. ¿Necesitáis un brazo de más? No os preocupéis, tengo costumbre en estos menesteres. No pretendo cobrarme deuda alguna.
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Re: La piedra como Alimento [MISIÓN: Animales fantásticos y saber dónde encontrarlos] [Alzzul]
Mientras el hombre, extraño a la familia de agriculturas, daba sus ideas acerca del mal-llamado “nabo”, de los tres niños el más mayor miraba con detenimiento a la criatura como si ésta, de un momento a otro, pudiera saltarle encima. En sus manos sujetaba un palo como si fuera una de esas picas que llevaban los guardias de la ciudad. Al menor movimiento de la criatura, el hermano menor mayor estaba preparado para defender a los pequeños de un ataque que él creía que iba a ser inminente. El mediano, sin embargo, prestó toda su atención a lo que decía el hombre que acababa de llegar. Parecía saber mucho de animales y bichos, quizás le gustaría conocer a su perro Pope, al gallo de la granja que recibía el nombre de Tino y las gallinas Tinas (todas las gallinas se llamaban igual). Finalmente, el hermano más pequeño de los tres, se sentó a una distancia prudencial del animal, lo máximo que el primer hermano le dejó. El pequeño quería observar al nabo. Era gracioso ver cómo movía sus manitas para coger las piedrecitas del suelo y comérselas poco a poco.
-Entonces tampoco sabe lo que es- dijo el hermano pequeño a la vez que imitaba los movimientos de la criatura para comer las piedrecitas- sino tiene nombre yo le pondre uno. Lo llamaré Pope-.
-Pope es el nombre del perro- le corrigió el hermano mediano.
-Se llama Sholg'om- dijo con voz cansada el padre de familia- y ahora ayudadme, todavía tenemos cosas que hacer- dijo dándole una de las azadas a su hijo mediano para que se olvidase del asunto. –este señor tan simpático ha dicho que también nos ayudará. Venga-.
-Pero papá…- se quejó el pequeño.
En ese mismo momento la criatura, aquella que parecía llamarse Sholg'om abrió todos sus ojos a la vez y se puso a llorar. El llanto era tan agudo que hizo que los tres niños se tapasen las orejas con las manos al mismo tiempo.
* Alzzul: Lo confieso, me gusta mucho Los Simpson (al menos los primeros capítulos). Espero que a ti te gusten pues el siguiente turno es un guiño a uno de esos buenos capítulos que se hicieron hace años. ¿Recuerdas esa oruga que no dejaba de llorar y que Homer/Homero (dependiendo de donde seas) tenía que cuidar? Cambia oruga por nabo con ojos y el resultado es lo que pasa esta misión. Ayuda a la familiar a encontrar un método para que el Sholg'om deje de llorar.
-Entonces tampoco sabe lo que es- dijo el hermano pequeño a la vez que imitaba los movimientos de la criatura para comer las piedrecitas- sino tiene nombre yo le pondre uno. Lo llamaré Pope-.
-Pope es el nombre del perro- le corrigió el hermano mediano.
-Se llama Sholg'om- dijo con voz cansada el padre de familia- y ahora ayudadme, todavía tenemos cosas que hacer- dijo dándole una de las azadas a su hijo mediano para que se olvidase del asunto. –este señor tan simpático ha dicho que también nos ayudará. Venga-.
-Pero papá…- se quejó el pequeño.
En ese mismo momento la criatura, aquella que parecía llamarse Sholg'om abrió todos sus ojos a la vez y se puso a llorar. El llanto era tan agudo que hizo que los tres niños se tapasen las orejas con las manos al mismo tiempo.
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* Alzzul: Lo confieso, me gusta mucho Los Simpson (al menos los primeros capítulos). Espero que a ti te gusten pues el siguiente turno es un guiño a uno de esos buenos capítulos que se hicieron hace años. ¿Recuerdas esa oruga que no dejaba de llorar y que Homer/Homero (dependiendo de donde seas) tenía que cuidar? Cambia oruga por nabo con ojos y el resultado es lo que pasa esta misión. Ayuda a la familiar a encontrar un método para que el Sholg'om deje de llorar.
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Re: La piedra como Alimento [MISIÓN: Animales fantásticos y saber dónde encontrarlos] [Alzzul]
Alzzul seguía sin comprender del todo la situación. Su mente errática se desconectó por unos segundos en los que la familia parecía intercambiar una serie de medidísimas intervenciones en base a unos roles más que definidos. No se le pasó por encima el detalle, sin embargo. ¿Eran todas las familias así?
Cuando el joven vampiro fue a echar mano a la azada un llanto terriblemente impertinente atacó sus más que sensibles oídos, contrayéndose con un gesto de incomodidad. Esperó unos segundos por si... Por mera intervención divina, quizá, se callara en ese mismo instante; por desgracia, continuó así por un buen rato. Alzzul, con claras prioridades -como mantener el ruido ambiental por debajo de los doscientos decibelios- se acercó a la criatura de nuevo, con renovadas intenciones y la observó con ojo analítico a la par que le acercaba un par de piedrecitas, quizá algo de tierra. Pensó que si estaba enterrado en un primer momento, quizá era porque se sentía cómodo. Pensó también que tenía unos dientes terriblemente duros. No quería imaginar lo que pasaría de crecer hasta un tamaño considerable. ¿Y si el llanto era una forma de atraer a un enorme y peligrosísimo progenitor? Alzzul no pretendía chupar la sangre a un nabo -obviando lo terrible que suene- capaz de moler huesos con los dientes. aplicó una medidísima presión en la parte posterior de la "cara", allí donde presentaba los numerosísimos ojos. ¿Para qué demonios necesitaba tantos? ¿Quizá para abrirlos en función a la profundidad a la que estuvieran enterrados? Eso tenía cierto sentido. Teniendo en cuenta que se ocultaban en cultivos también pensó en agua. Quizá un ambiente algo más húmedo haría que se callara. Deseó que parara, mientras le pedía al padre, el cual se había girado hacia la criatura, algo de agua para la nueva mascota. Asunto del que seguramente se desembarraría lo más pronto posible dado lo impertinente que se había vuelto el mismo.
Cuando el joven vampiro fue a echar mano a la azada un llanto terriblemente impertinente atacó sus más que sensibles oídos, contrayéndose con un gesto de incomodidad. Esperó unos segundos por si... Por mera intervención divina, quizá, se callara en ese mismo instante; por desgracia, continuó así por un buen rato. Alzzul, con claras prioridades -como mantener el ruido ambiental por debajo de los doscientos decibelios- se acercó a la criatura de nuevo, con renovadas intenciones y la observó con ojo analítico a la par que le acercaba un par de piedrecitas, quizá algo de tierra. Pensó que si estaba enterrado en un primer momento, quizá era porque se sentía cómodo. Pensó también que tenía unos dientes terriblemente duros. No quería imaginar lo que pasaría de crecer hasta un tamaño considerable. ¿Y si el llanto era una forma de atraer a un enorme y peligrosísimo progenitor? Alzzul no pretendía chupar la sangre a un nabo -obviando lo terrible que suene- capaz de moler huesos con los dientes. aplicó una medidísima presión en la parte posterior de la "cara", allí donde presentaba los numerosísimos ojos. ¿Para qué demonios necesitaba tantos? ¿Quizá para abrirlos en función a la profundidad a la que estuvieran enterrados? Eso tenía cierto sentido. Teniendo en cuenta que se ocultaban en cultivos también pensó en agua. Quizá un ambiente algo más húmedo haría que se callara. Deseó que parara, mientras le pedía al padre, el cual se había girado hacia la criatura, algo de agua para la nueva mascota. Asunto del que seguramente se desembarraría lo más pronto posible dado lo impertinente que se había vuelto el mismo.
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Re: La piedra como Alimento [MISIÓN: Animales fantásticos y saber dónde encontrarlos] [Alzzul]
Podía funciar. Tampoco perdían nada por intentarlo. Gracias a los Dioses, la granja tenía pozo propio y podían sacar toda el agua que quisieran. Bien pensado, aun que no tuviera un pozo, él mismo iría personalmente al río más cercano con tal de cargar los cubos que, supuestamente, podían hacer callar al Sholg'om.
El grito espantoso. Toda la fuerza que hacía con la palma de las manos para taparse las orejas era inútil, todavía podía escuchar el grito. No lo soportaba. Sin embargo, por muy mal que él lo pasase, sus hijos se llevaban el peor trago. El pequeño, quien estaba más cerca de la criatura, se había puesto a llorar (o al menos eso dedujo el padre por la cara que puso su hijo, el llanto del niño era tapado por el de la criatura), el mediano se había medito barro en el oído para hacer tapón aunque seguramente también podía seguir escuchando a la criatura y el más grande de los tres hijos se destapó las orejas y corrió en compañía de su padre en busca de los cubos de agua.
-¡Tenemos que darnos prisa!- dijo el padre aun con las orejas tapadas.
El chico, quien apenas escuchó lo que le dijo su padre, le contestó con un simple movimiento afirmativo con la cabeza.
Los dos, padre e hijo, llegaron después de un rato a donde estaban los demás junto a la criatura ya con los cubos a rebosar de agua. Sin dudarlo, el padre cogió al Sholg'om de la antena superior y lo sumergió en uno de los cubos. Al sacar al Sholg’om del agua, éste siguió llorando con todos los ojos de la parte nabiforme abiertos. Ni el agua ni la humedad funcionarían esta vez.
-¡Sé puede saber qué hacemos mal!- gritó el padre -¡Tenga, inténtalo usted!- El extraño fue quien tuvo la idea de usar el agua, tal vez él pueda hacerlo mejor.
broche de plata
El grito espantoso. Toda la fuerza que hacía con la palma de las manos para taparse las orejas era inútil, todavía podía escuchar el grito. No lo soportaba. Sin embargo, por muy mal que él lo pasase, sus hijos se llevaban el peor trago. El pequeño, quien estaba más cerca de la criatura, se había puesto a llorar (o al menos eso dedujo el padre por la cara que puso su hijo, el llanto del niño era tapado por el de la criatura), el mediano se había medito barro en el oído para hacer tapón aunque seguramente también podía seguir escuchando a la criatura y el más grande de los tres hijos se destapó las orejas y corrió en compañía de su padre en busca de los cubos de agua.
-¡Tenemos que darnos prisa!- dijo el padre aun con las orejas tapadas.
El chico, quien apenas escuchó lo que le dijo su padre, le contestó con un simple movimiento afirmativo con la cabeza.
Los dos, padre e hijo, llegaron después de un rato a donde estaban los demás junto a la criatura ya con los cubos a rebosar de agua. Sin dudarlo, el padre cogió al Sholg'om de la antena superior y lo sumergió en uno de los cubos. Al sacar al Sholg’om del agua, éste siguió llorando con todos los ojos de la parte nabiforme abiertos. Ni el agua ni la humedad funcionarían esta vez.
-¡Sé puede saber qué hacemos mal!- gritó el padre -¡Tenga, inténtalo usted!- El extraño fue quien tuvo la idea de usar el agua, tal vez él pueda hacerlo mejor.
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* Alzzul: Ya has oído, coge la criatura y prueba a ver si puedes hacerla callar. Te aconsejo que no la sueltes, pues en el siguiente turno descubrirás el final de la canción del principio y, además, tendrás una sorpresa relacionada con algo que ya posees. ¿Tienes curiosidad? Es una gran sorpresa, no me tires de la lengua. Te daré una pista Sigel
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Re: La piedra como Alimento [MISIÓN: Animales fantásticos y saber dónde encontrarlos] [Alzzul]
No funcionaba, maldita sea, no funcionaba. ¿Por qué no se callaba?
Alzzul estaba apunto de arrancarle la cabeza. No pudo si no sentir una creciente furia al ver como seguía gimoteando cual bestia moribunda, pero con la fiereza de un ser de tremenda vitalidad que le hacía sentir nauseas. Esta inefable rabia se acalló momentáneamente en cuanto el ser cayó en sus brazos. Con la bestia entre las dos manos intentó acomodarlo, como hacían las madres con los niños recién nacidos, acurrucado en cuan largo era su brazo. Así procedía después a mecerlo con suavidad trastocada por la inquietud de la situación. Intentaba de todos modos mantener la calma en la medida de lo posible. También sabía que para que los niños durmieran solían cantarse canciones, pero Alzzul no conocía ninguna. No recordaba ninguna, al menos de momento. El Sholg'om no parecía tener oídos, pero Alzzul esperó por todos los dioses conocidos y por conocer que los tuviera, o al menos, cualquier forma de apreciar el sonido y que esa fuera la clave para calmarlo.
Comenzó a cantar en voz baja, pero lo suficientemente alto como para oírse sobre el incesante llanto.
- Hijos de Baslodia
Plantamos nabos y zanahorias
Que por mucho que prediegue
Siempre nos quedarán las cebollas
Y mientras cantaba, alzó la mirada de la criatura, no soportando más el ruido, como si apartando la mirada fuera solución parcial al ruido, dejando fuera de vista a la criatura, a escasos centímetros de su pecho, de donde colgaba el broche plateado.
Alzzul estaba apunto de arrancarle la cabeza. No pudo si no sentir una creciente furia al ver como seguía gimoteando cual bestia moribunda, pero con la fiereza de un ser de tremenda vitalidad que le hacía sentir nauseas. Esta inefable rabia se acalló momentáneamente en cuanto el ser cayó en sus brazos. Con la bestia entre las dos manos intentó acomodarlo, como hacían las madres con los niños recién nacidos, acurrucado en cuan largo era su brazo. Así procedía después a mecerlo con suavidad trastocada por la inquietud de la situación. Intentaba de todos modos mantener la calma en la medida de lo posible. También sabía que para que los niños durmieran solían cantarse canciones, pero Alzzul no conocía ninguna. No recordaba ninguna, al menos de momento. El Sholg'om no parecía tener oídos, pero Alzzul esperó por todos los dioses conocidos y por conocer que los tuviera, o al menos, cualquier forma de apreciar el sonido y que esa fuera la clave para calmarlo.
Comenzó a cantar en voz baja, pero lo suficientemente alto como para oírse sobre el incesante llanto.
- Hijos de Baslodia
Plantamos nabos y zanahorias
Que por mucho que prediegue
Siempre nos quedarán las cebollas
Y mientras cantaba, alzó la mirada de la criatura, no soportando más el ruido, como si apartando la mirada fuera solución parcial al ruido, dejando fuera de vista a la criatura, a escasos centímetros de su pecho, de donde colgaba el broche plateado.
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Re: La piedra como Alimento [MISIÓN: Animales fantásticos y saber dónde encontrarlos] [Alzzul]
Se calló. No hubo más ruido. El llanto continuó, pero eran unas lágrimas mudas. La criatura ya no gritaba en ese terrible gimoteo que apunto estuvo de volver completamente majaras a los dos adultos y a los tres niños que estaban en el huerto.
El padre de la familia no sabía cómo darle las gracias al desconocido por haberle ayudado tanto y a hacer callar al Sholg'om. El primero de sus hijos, al cabo de los tres segundos de silencio, suspiró sonoramente. Al final, habían ganado y habían conseguido callar al nabo. El niño mediano en edad, al principio, tuvo cierto recelo a quitarse las manos de las orejas. No se lo podía creer. Después del estruendo del llanto, no podía creer que se hubiera callado. Y, finalmente, el niño más pequeño y más aventurero de los tres (incluso más valiente que su propio padre) se acercó al hombre que tenía la criatura napiforme en la mano con los ojos bien abiertos por ver si encontraba el truco que había usado para que dejase de llorar.
El truco lo descubrió en seguida. Los ojos del niño se hicieron rojos en cuanto se acercó al hombre. Se escocían por dentro y le hacían llorar aunque no tuviera nada. Era como cortar cebolla. El hombre apestaba a cebolla. Mejor dicho, el broche que llevaba era lo que apestaba a cebolla.
-Hueles a pedo- dijo señalando al hombre con el dedo.
El Sholg’om era la peor víctima de la peste a cebolla. No le gustaba nada. Todos los ojos que tenía en su cuerpo con forma de nabo los tenía rojos y escocidos igual como los del niño. A los Sholg’oms no les gustaban las cebollas. A su paso, lo único que quedaba eran las cebollas.
* Alzzul: Tengo la terrible curiosidad de saber si te he sorprendido con la canción. Estoy casi seguro que no hubieras esperado que el punto débil de la criatura comepiedra son las cebollas. ¿O sí? Eso mismo, el secreto que me he guardado hasta el final de la misión, es lo que acabas de descubrir. En el siguiente turno, que será el último, deberás dejar a la criatura lejos donde no pueda estropear otro huerto y ayudar en las últimas labores a la familia de agricultores. Algo un poco más tranquilo si en comparación a los anteriores turnos.
El padre de la familia no sabía cómo darle las gracias al desconocido por haberle ayudado tanto y a hacer callar al Sholg'om. El primero de sus hijos, al cabo de los tres segundos de silencio, suspiró sonoramente. Al final, habían ganado y habían conseguido callar al nabo. El niño mediano en edad, al principio, tuvo cierto recelo a quitarse las manos de las orejas. No se lo podía creer. Después del estruendo del llanto, no podía creer que se hubiera callado. Y, finalmente, el niño más pequeño y más aventurero de los tres (incluso más valiente que su propio padre) se acercó al hombre que tenía la criatura napiforme en la mano con los ojos bien abiertos por ver si encontraba el truco que había usado para que dejase de llorar.
El truco lo descubrió en seguida. Los ojos del niño se hicieron rojos en cuanto se acercó al hombre. Se escocían por dentro y le hacían llorar aunque no tuviera nada. Era como cortar cebolla. El hombre apestaba a cebolla. Mejor dicho, el broche que llevaba era lo que apestaba a cebolla.
-Hueles a pedo- dijo señalando al hombre con el dedo.
El Sholg’om era la peor víctima de la peste a cebolla. No le gustaba nada. Todos los ojos que tenía en su cuerpo con forma de nabo los tenía rojos y escocidos igual como los del niño. A los Sholg’oms no les gustaban las cebollas. A su paso, lo único que quedaba eran las cebollas.
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* Alzzul: Tengo la terrible curiosidad de saber si te he sorprendido con la canción. Estoy casi seguro que no hubieras esperado que el punto débil de la criatura comepiedra son las cebollas. ¿O sí? Eso mismo, el secreto que me he guardado hasta el final de la misión, es lo que acabas de descubrir. En el siguiente turno, que será el último, deberás dejar a la criatura lejos donde no pueda estropear otro huerto y ayudar en las últimas labores a la familia de agricultores. Algo un poco más tranquilo si en comparación a los anteriores turnos.
Sigel
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Re: La piedra como Alimento [MISIÓN: Animales fantásticos y saber dónde encontrarlos] [Alzzul]
Cuando todo terminó, Alzzul aún no había acabado de creérselo. Sin duda este había sido uno de sus días más irreverentes y fuera de lo común. Por supuesto, esto era normal, teniendo en cuenta que la mayoría de los susodichos días se desarrollaban entre asuntos más lúgubres, o como mínimo, menos rurales. Cierto es que sí, a veces, se pasaba por aquel tipo de lares, pero usualmente era una cuestión de alimentación y nada más.
Con el Sholg'om aún en brazos, avanzó unos cien metros hacia las afueras del pueblo para abandonar al bicho donde no pudiera hacer daño a más campesinos. Se comía la comida de su comida. Antes de volver, aireó un poco sus ropas, observando con curiosidad el broche, cuyo único poder, pese a su mágico -si bien natural- origen, era un penetrante olor a cebolla. Tan Estúpido como sonaba. Igualmente lo guardó en un bolsillo. Qiuén sabe cuando algo así podía ser útil... En el peor de los casos, siempre podía colárselo a alguien como objeto mágico de dudosas capacidades a cambio de unos cuantos aeros.
Una vez volvió, conversó discretamente, de asuntos triviales como la facilidad de cosechas en un terreno medianamente húmedo como aquel, cómo influía la escasez de luz, y poco más. Mientras hablaba, prestando poca atención sin resultar despectivo, azada en mano ayudó a deshacerse de piedras al padre de la familia, ignorando un poco a los niños, cuyo trato nunca se el había dado especialmente bien. De poco en poco consultaba un reloj de bolsillo, comprobado con extrema precaución el paso del tiempo.
Con el Sholg'om aún en brazos, avanzó unos cien metros hacia las afueras del pueblo para abandonar al bicho donde no pudiera hacer daño a más campesinos. Se comía la comida de su comida. Antes de volver, aireó un poco sus ropas, observando con curiosidad el broche, cuyo único poder, pese a su mágico -si bien natural- origen, era un penetrante olor a cebolla. Tan Estúpido como sonaba. Igualmente lo guardó en un bolsillo. Qiuén sabe cuando algo así podía ser útil... En el peor de los casos, siempre podía colárselo a alguien como objeto mágico de dudosas capacidades a cambio de unos cuantos aeros.
Una vez volvió, conversó discretamente, de asuntos triviales como la facilidad de cosechas en un terreno medianamente húmedo como aquel, cómo influía la escasez de luz, y poco más. Mientras hablaba, prestando poca atención sin resultar despectivo, azada en mano ayudó a deshacerse de piedras al padre de la familia, ignorando un poco a los niños, cuyo trato nunca se el había dado especialmente bien. De poco en poco consultaba un reloj de bolsillo, comprobado con extrema precaución el paso del tiempo.
Alzzul
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Re: La piedra como Alimento [MISIÓN: Animales fantásticos y saber dónde encontrarlos] [Alzzul]
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FIN
* Alzzul Ha estado bien. Has salvado a la familia de un dolor de cabeza por causa del llanto de la criatura, has ayudado con el trabajo en el campo y sin herir al endemoniado comepiedras. De estar en tu lugar, al primer llanto del Sholg'om le hubiera cortado por la mitad con una azada. Tienes mucha paciencia, para ser un vampiro, y eso me gusta.
Recompensas:
* +3 ptos de experiencia en función de la calidad del texto.
* +2 ptos de experiencia en función de la originalidad del usuario.
* +3 ptos de experiencia en función a la descripción y acciones que se le da la criatura o planta que se muestra en la misión.
* 8 ptos totales de experiencia
Los puntos han sido sumados directamente a tu perfil.
Objeto mágico: Joya de las esporas de plata
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Objeto mágico: Joya de las esporas de plata
- Joya de las esporas de plata:
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Ya conoces este objeto, así que, por mi parte, me ahorrare la descripción detallada de éste. Solo decir que has activado su habilidad que hasta el momento se había mantenido oculta. La joya tiene el poder de apestar a cebolla. ¿Útil verdad? Ya sea si te ataca a un horrible troll o si una mujer de enormes posaderas y con una cara similar a un orangután que a mujer quiere pasar una noche contigo, la habilidad del tufo a cebolla puede salvarte la vida o salvarte la noche si cogemos el segundo ejemplo. Hasta tres veces puedes usar la habilidad del objeto, una vez usa tres veces el pestazo, te quedará un simple adorno de plata.
Sigel
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