Una larga noche [LIBRE] [INTERPRETATIVO]

¿Que ha pasado?-Me pregunto a mi mismo.Que dolor de cabeza,buf,poco a poco empiezo a recordar como si de una lluvia de imagenes se tratara,recuerdo escapar de unos cazadores furtivos.

Despues de pasar un tiempo inmovil sin escuchar nada,abro los ojos poco a poco.Lo primero que veo es el precioso reflejo de la luna sobre el lago que tengo en frente,las aguas estaban tan tranquilas,que ni me habia percatado de el con los ojos cerrados,puede ser tambien que no este en mis mejores condiciones.

Hago un esfuerzo descomunal para levantarme,acto seguido comienzo a examinar mi cuerpo en busca de heridas graves.Estoy lleno de arañazos por todo el cuerpo,como si me hubiese caido en unas zarzas.Lo unico que me preocupa es una herida en el brazo,que aun con poca luz,parece mas profunda que las otras.Agh como me quema esa parte del brazo,debe de estar infectada.

Tambaleandome y poniendo toda mi concentracion en no caerme de nuevo,parece tarea imposible pero al final lo consigo.Dejo a mi cuerpo entrar en el lago,poco a poco y la verdad que me siento como nuevo,levanto la cabeza y miro la luna que aunque no esta llena hoy sigue siendo lo mas bonito que jamas he visto.

Esta noche estaba siendo muy larga para mí, las cuatro horas de sueño habían sido interrumpidas por los gritos de varios humanos que estaban persiguiendo a una presa: un lobo.

Hacía un par de días que había salido de Lunargenta y, mientras planeaba mi ruta, me había quedado en el bosque a descansar. La naturaleza me daba todo lo que necesitaba, tenía cobijo, agua y comida, no podía quejarme, estaba muy a gusto en el bosque y nadie me molestaba, eso era lo más importante. Todos los árboles parecían estar de acuerdo en protegerme, la naturaleza siempre era justa y benevolente, al menos conmigo.

Me encontraba en una rama de uno de los altos árboles cuando vi a un lobo correr y a los cazadores por detrás. Odiaba la caza, los seres del bosque debían ser libres y ser dejados en paz. Pero no. Esos malditos humanos creían que todo lo que pisaban era suyo y se creían con derecho a modificar lo que quisieran de la naturaleza.

Nosotros cazábamos, claro, pero sólo lo justo para vivir. Y no todos podían comer animales ni en grandes cantidades: siempre lo justo. Y por supuesto, no cazábamos animales grandes, ni depredadores, como mucho algún conejo o ave no sagrada. Siempre de un disparo certero, el animal no debía sufrir, ya que su alma quedaría en los bosques y no podía ser torturada. La naturaleza nos proveía de pequeños animales para alimentarnos los guerreros, así que debíamos tomar solo eso. No acabar con la vida de los seres de forma aleatorio, gratuita y sin remordimientos. Por eso proferíamos un rezo a la hora de comer ese tipo de alimentos.

Coloqué una flecha en mi arco y apunté al primero de los que corría. A modo de aviso hice que la flecha se clavase en el árbol que tenía más cercano. El ruido de la saeta entre los árboles me parecía melódico y el impacto vino acompañado del frenazo en seco de ambos cazadores, buscando inmediatamente la fuente del disparo. ─¿Quién ha sido? ¡Da la cara!

Me dejé caer de forma silenciosa a los pies del árbol, saliendo con el arco en alto y cargado para lanzar la siguiente flecha. ─Fuera del bosque. ─Al ver que no se iban volví a descargar el arco, esta vez la flecha se quedó en medio de los dos hombres, que rápido salieron corriendo y propiciando insultos contra mí, pero me dio igual, eran simples humanos.
El lobo había ido al río más cercano y fui para allá, estaba herido. Esos seres sin alma habían hecho daño al animal, sin pensármelo mucho fui a buscarlo.

Para mi sorpresa era una especie de cambiante, lo que había a orillas del agua no era un lobo, era un humano. No me gustó mucho encontrarme al chico, pero no iba a dejarlo así, estaba herido y ya que le había ayudado, no iba a irme ahora. Pero él apenas se dio cuenta que yo estaba allí cuando se despertó. Se dirigió al agua obnubilado por la luna. ─Puedo curarte las heridas. ─Dije en tono seco desde la orilla, sin entrar en el agua, y sin quitarme la capucha que, como siempre, tapaba mi cara. Todavía mantenía el arco en mi mano derecha y las dos flechas que había sacado de los árboles, en la izquierda. No iba a hacerle daño, pero si él me atacaba las dos flechas serían su regalo.

No llevaba mucho tiempo en el agua cuando una voz me sobresaltó,era una voz fememenina que parecía ofrecerme ayuda,ojalá no tenga que huir otra vez,giro mi cabeza lentamente para descubrir una persona encapuchada,apuntandome con un arco.

Rapidamente pienso mis opciones,desde luego huir no es una de ellas,ya sea nadando o corriendo esa flecha no tardaría en atravesarme.Esta claro que no es un cazador,si no ya me habría matado,para que iba a perder el tiempo.Hay algo que me inspira confianza en ella creo que es una chica por su figura,parece como si estubiese en armonia con el bosque,ademas no huele a hunano;la verdad que no me puedo fiar mucho de mis instintos ahora,pero es mi única opción.

Poco a poco salgo del agua,sin hacer ningun movimiento brusco,con lo que queda de mi ropa hecha girones,chorreando.Vuelvo a sentir ese dolor en el brazo,lucho por mantenerme consciente.-Creo que me vendria bien un poco de ayuda-Digo con una pequeña sonrisa,incluso sintiendo todo el dolor.-
Por cierto mi nombre es Daren,sería un placer conocer el tuyo.

Los grito habían cesado, solo el silencio colmaba el bosque, ya se había acabado la persecutorio, o por lo menos para el cazados cuyo cadáver se podía vislumbrar a la luz de la luna en las fauces de Krawler. "Se acabo la cacería para ti. Me pregunto si los demás habrán ido muy lejos de aquí. Los vi persiguiendo a un hermano licántropo, aun hay muchos que nos tiene odio, y aunque mantengamos las distancias entre nosotros no puedo dejar tirado a un compañero en peligro. Dejare este aperitivo aquí y veré a donde fueron a parar los demás".

Krawler comenzó a correr siguiendo la dirección que habían tomado los cazadores. El olor a sangre de lobo le ayudaba a no perder el rastro, pero no era algo que le agradase mucho. Escucho pasos viniendo de la dirección en la que el se dirigía, eran los cazadores. "Me pregunto que los habrá ahuyentado". Al hacerse esta pregunta solo pensó en que si los cazadores salieron despavoridos solo podría significa que su compañero estuviese en un peligro mayor que el de los cazadores. Sin pensárselo mas acelero el paso hasta llegar cerca de un lago donde vio la escena. Alguien encapuchado estaba apuntando con arco y flecha a su compañero desde la orilla, este se había transformado en humano y se acercaba lentamente hacia el encapuchado. Curiosamente no sentía hostilidad del extraño, así que decidió ocultarse y ver que ocurría, pues a pesar de no sentir hostilidad, temía que si intentase atacarlo por la espalda este se diese cuenta y decidiese disparar al licántropo. A lo mejor lo quiere de rehén, si es ese el caso sera mejor esperar el momento indicado. "La paciencia es el arma del cazador, y la oscuridad me favorece"

Helyare observaba al lobo, ahora convertido en humano, bañarse en el lago. El arco y las flechas seguían en su mano, preparadas. Notaba la presencia de alguien más y no iba a permitir que la atacaran, pero alguien se aproximaba a ella, lo sentía en el movimiento que hacía la hierba, en el ruido de las pisadas. Mas llegó el momento en que no avanzó más, a pesar de eso, estaba en una posición defensiva.

-Mi nombre no es relevante. -Dijo la elfa cuando el chico salió del agua. Se aproximó hacia él, dejó el arco apoyado en ella misma y posó las manos cerca de la herida del brazo del muchacho. -No te muevas. -Comentó antes de ponerse a rezar a sus dioses para que la ayudaran a sanar al joven. Empezó a orar, en élfico, a los dioses que velaban por los Eytherzair, su antiguo clan, esperando que escucharan sus plegarias. El proceso le estaba costando bastante más que de costumbre, la sanación iba muy lenta y no entendía porqué... O sí. Tal vez, el no pertenecer al clan hacía que sus dioses la hubiesen dado de lado, aunque todavía podía sanar.

La elfa hizo un gesto al ver lo lentamente que sanaba la herida, pero prosiguió con los rezos para tratar de reparar los tejidos. Aunque no pudo conseguirlo tan bien como ella quería, cerró bastante la herida. Lo siguiente que hizo fue sacar un trozo de la tela desgastada de su bolsita y se lo colocó al chico. -Luego iré a buscar hierbas. Lo tienes infectado.

No dijo más y recogió su arco y flechas, esperando que saliera el que estaba vigilando sus movimientos.

Helyare perteneció a un clan guerrero, los Eytherzair, elfos conocidos por su gran despliegue militar, sus estrategias de guerra y su poca piedad ante los enemigos. Fuertes defensores de su raza y de su territorio. No era una experta sanadora, se defendía mejor con el arco que en el tema de las medicinas, pero su madre era una sanadora muy estimada en el clan y había aprendido cosas de ella. Siempre le decía que era muy útil tener conocimientos sanitarios por si resultaba herida, o algún compañero lo era, durante la batalla. Así que Helyare había aprendido conceptos básicos como taponar heridas, hacer vendajes o inmovilizar un miembro con métodos de fortuna. Nunca sabía lo que podía encontrar en medio de una guerra y era capaz de usarlo todo. Pero sin duda no era capaz de hacer ni la mínima parte de lo que su madre, o cualquier curandera del clan, podían llegar a hacer.

La encapuchada prefiere no revelar su identidad,cosa entendible,considerando que lleva una capucha puesta.Acto seguido pone sus manos sobre mi brazo,y empieza a decir algo en élfico,es élfico seguro,me recuerda exactamente a cuando mi madre me curaba las heridas que me habia hecho.

Una ola de nostalgia me invade,al mismo tiempo que la herida va cerrando,duele un poco,esta claro que no realiza esta magia a menudo.Su cara refleja mis pensamientos,se la ve cansando,haciendo un gran esfuerzo,con una mirada concentrada.Una ultima palabra,y la energía se desvanece.

Parece que tenía razón,la herida esta infectada.-Agradezco mucho tu ayuda,se el esfuerzo que supone curar una herida asi,mi madre era elfa tambien,y me explicó lo cansado que era-Despues de decir eso me apoyo en un tronco,al mismo tiempo la elfa se para en seco y acerca su mano al arco,ahora que hay silemcio,tambien siento una presencia cercana,pero parece amistosa.

Parece que el sujeto encapuchado era una chica después de todo, Krawler pudo escuchar su voz desde aquí. Parece también que ella no quería hacerle daño al licántropo, sino que lo curó.

"Supongo que todo esta bien al fin y al cabo".

La encapuchada posa su mano en su arco, como si esperase que alguien la atacara para tensar y recibir a su agresor con un proyectil que haría que mas de uno se lo pensase 2 veces antes de atacarla así sin mas, y miro en dirección donde Krawler se ocultaba. Sin embargo Krawler no tenia intenciones hostiles, puesto que descubrió que ella tampoco las tenía. El hombre también dirigió su mirada hacia donde el estaba. "Supongo que ya de nada vale ocultarse" -  pensó.

Poco a poco salió del arbusto en donde estaba con el hocico bajo y los ojos clavados en la encapuchada, sabia que si ella era una cazadora comprendería que su postura no era la de agredir. Se paro en seco a unos metros justo delante de ella y se transformo en hombre. Con las manos arriba y la mirada firme dijo - No tengo intenciones de atacar, vi a un camarada en peligro y corrí para intentar ayudarlo, pensé que eras otro agresor como los de antes, pero ya veo que no. Si me permites me gustaría ayudar, también soy cazador y tengo conocimientos en venenos - Poco a poco bajo los brazos y extendio la mano para saludar a la encapuchada - Me llamo Krawler.

La elfa seguía mirando hacia el arbusto a pesar de que el chico estaba hablándole. Hizo un gesto de desaprobación cuando el chico dijo que su madre era elfa. No le gustaban las mezclas de razas, creía que la grandeza de los elfos estaba en no mezclarse, en no perder sus raíces, en seguir manteniendo la sangre limpia.

Cuando vio que detrás de los arbustos se asomaba otro lobo alzó ligeramente el arco, aunque no apuntó, ya que la postura del animal era inofensiva.

El lobo se acercó y, donde estaba él, ahora había un hombre con las manos levantadas. Suspiró y se fue para un lado. -Voy a buscar las plantas. Quédate aquí.

Ni siquiera tendió la mano al recién llegado.
Demasiada amabilidad en un sólo día y demasiadas relaciones con la gente. Decidió dejar a los dos cambiantes ahí solos e irse a dar un paseo con la excusa de las plantas. Lo necesitaba para despejarse de todo un poco.

Emprendió camino hacia el bosque desapareció entre los árboles.

PD: Como me voy una semana, dejaré a mi elfa vagando por ahí... Ya volverá en unos días :3
Y perdón, he respondido desde el teléfono así que los colores... D:

Otra persona apareció de entre los arbustos,bueno,persona o mas bien lobo.Parece que no soy en único licantropo en este bosque,ahora que la elfa se había ido podemos hablar de lobo a lobo.

-Estos malditos cazadores van a acabar matándonos-digo mientras me miro la profunda herida del brazo.
-¿Y que hace un lobo como tu por un sitio como este,te han estado siguiendo a ti tambien?

Por como me mira parece que no es el caso,pero que desde luego no le hace ninguna gracia que los cazadores esten por ahi sueltos matando gente como nosotros.
-Sabes que,deberíamos ir a darles una lección,tal vez la elfa quiera venir tambien,motivos no le faltan,esos salvajes estan destrozando la naturaleza.

-Por cierto,me llamo Daren-digo al mismo tiempo que sonrío y mis ojos brillan bajo la luz de la luna.

La chica se fue dejando a ambos lobos solos. "Que carácter, bueno, al menos sano sus heridas. Habrá que hacer algo con el veneno que mencionó". Luego de que la chica desapareciera en el bosque el otro lobo le habló.

-  No creo que los cazadores vuelvan a molestarnos, vi como corrían asustados por la chica del arco. Cuando vi que perseguían a un hermano los perseguí, no dejaría a uno de los nuestros a su suerte, ya tenemos suficientes enemigos en el mundo como para perder a uno de los nuestros. Por cierto, tengo el cadáver de uno de ellos por si te apetece comer algo. -

Por las palabras del chico tenía deseos de venganza. "Comprendo su rabia, nosotros los licántropos hemos de dejar claro que no somos presas, y lo dejaremos claro". El chico dió su nombre.

- Daren eh, mi nombre es Krawler por si no lo oíste cuando se lo dije a tu "simpática" amiga. Escucha, nos vengaremos de eso cazadores, pero antes tenemos que encontrar un antídoto para el veneno, no sabemos si es mortal o que efectos puede causar. Iremos a Lunargenta y buscaremos el antídoto, seguro que algún curandero o alquimista tiene algo que puede ayudarte. ¿Puedes correr? -