[Cerrado] La Runa del Cazador [Libre]

Como había conseguido escapar de tantos problemas, era sin duda, una de las historias mas inmemoriales para Runa. Otra vez había vuelto a ese bosque donde le había tocado pasar calamidades y casi pierde la propia vida . Con un atuendo nuevo, un peinado nuevo y un espíritu relativamente nuevo, sabía que ahora era su momento para empezar a hacer las cosas bien. Bien de no meterse en más embrollos, o no intentaran acabar con su vida.

Era cuestión de suerte, y esa suerte no estaba con ella.

Mientras avanzaba y movía las hojas caídas a su paso, permaneció en su sitio cuando notó lo que parecía una soga, una soga demasiado visible. Podrían haberla tapado gracias a las hojas, o incluso con la propia tierra suelta del terreno que con tan solo arrastrar con el propio pie, era más disimulado.-Cazadores.- Se dijo a si misma mientras trataba de localizar alguna presencia por todos los lados.La muchacha como especialista sabia que tenía que tratar de cuidar su pellejo, todavía no tenía pista de que podría ser. Lo más fácil, a veces era lo más psicópata.

Continuó hasta llegar a un claro, donde prefirió sentarse por un momento a descansar y dar un trago de agua para recuperar energías.Cerró la botella, se limpió con su propio brazo derecho y observó a lo lejos una pequeña criatura saltarina como se acercaba tímidamente hacia ella . Tenía un pelaje esponjoso y parecía que suave, le pareció adorable. Encontrar una criatura así era adorable. ¿Como era posible que no hubiera caído en ninguna de las trampas?.-Se te ve muy feliz, eh.- Soltó una ligera carcajada mientras de nuevo volvía a ponerse en pie.

Aquella criatura salió por patas al escuchar un alboroto tras unos arbustos. La chica extrañada se levantó y miro tras ellos, solo logrando ver el rastro de algo que se movia velozmente.-¿Quién anda ahí?.- Gritó para no recibir respuesta.-¡Sal o te las verás conmigo! Dijo tonta de ella antes de recibir un golpe frío en la nuca y no recordar más de aquel momento.

Cuando abrió los ojos, se encontraba en una jaula de madera. Sola, o eso creía. Su cabeza le pesaba. Menudo golpe se había llevado, otra vez estaba en un problema.Pues al aparecer habían capturado a más presas.-¡ESTA NOCHE EMPIEZA EL JUEGO CABALLEROS.!-¿Juego?, se preguntaba Runa. ¿Eran hombres bestias?, ¿Quienes eran los otros presos?, ¿Porqué me mira ese tipo de horrible gusto?. Es que cerca de la muchacha , también estaba un hombre pálido bastante confuso.

Se miraban, todos aquellos en las jaulas se observaban dudosos de estar frente una manada de bestias que saltaban eufóricos a cuatro patas. Un hombre rata comenzó a dar un discurso. Eran sus presas, las cuatro personas que estaban allí eran sus propias presas y hablaba de darles una oportunidad para vivir.-Estará de coña...- Susurraba la muchacha mientras notaba el miedo presente en alguno de los compañeros.El sudor y el temblor se notaba mientras aquella vestía se paseaba delante de sus jaulas y burlón decía "Ahora, corran, escapen, si pueden, y sus vidas serán perdonadas". ¿Era una broma?. No podía creer todavía en tal dicho embrollo en el que se había metido.

Efectivamente, las compuertas se abrieron de par en par mientras los cazadores aguardaban desde la sombras. Unos minutos, tan solo unos minutos para sobrevivir a tal cacería.Ella no portaba armas, ni siquiera su vieja mochila donde de vez en cuando suele meter útiles como cuerdas o algún tipo de cuchillo para emergencias. Se lo habían robado todo. Que irónica era la vida, una ladrona robada y de nuevo secuestrada.-Parece que es hora de partir.- La chica se lanzó a la carrera entre el bosque lo más veloz que sus piernas permitían, tras girar varias veces y mezclarse entre los arboles, estaba totalmente segura que no la encontrarían o eso creía.

Llegó a un punto donde el hombre pálido estaba colgado de un brazo a varios metros, y en suelo, oculto bajo las hojas pegaba un brillo metálico, el cual buscó la chica descubriendo una daga.Agarró a la daga y miro con cierto descaro al hombre.-Así , sobrevivir... Creo que se te va dar muy mal...- Le comentó antes de escuchar pasos y cortar la cuerda de la presa para ocultarse en silencio tras unos matorrales.

Sin duda, ya venían a por las presas y debía establecer un plan de escape. Ya fuera con el hombre pálido o sin él. Le siseó en la distancia llamando su atención.-shhhh, shhhhhhh. Pero no parecía dar resultado.-Shhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh.- Y derrepente volaron flechas hacia ellos.

Decidió salir huyendo hacia lo más centro del bosque.-¡Hora de irse!.- No sabía como, pero por ahora no había sido alcanzada por ninguno.

Mørdag había estado vagando por los bosques en busca de alimento, caminaba en su forma humana sigilosamente con todos su sentidos agudizados. Era una noche cerrada y sus ojos tenían un dejo brillante típico de ella en sus momentos de concentración. Se hallaba en territorios desconocidos así que lo más prudente era permanecer atenta.

Luego de mucho andar, sus plegarias silenciosas fueron contestadas y un pequeño conejo oscuro se cruzó en su camino sin advertir su presencia. Decidió que un simple conejillo no merecía el esfuerzo de la transformación por lo cual permaneció como estaba y lo siguió, esperando el momento justo para cazarlo. En el momento propició se preparó para arrojar su daga pero antes de poder hacerlo el conejo cayó en una trampa y ella se dispuso a buscarlo. -Ugh, no me agrada la comida fácil. - Dijo al tiempo que lo soltaba. Notó que todo el lugar estaba lleno de trampas, bastante obvias para ser justos, producto de manos inexpertas seguramente. Mørdag cometió el error de distraerse mientras inspeccionaba uno de esos lamentables trabajos, oyó un ruido entre los arboles y se puso en guardia demasiado tarde pues al pararse notó un molesto ardor en su brazo y se sumió en la oscuridad.

Sin saber cuanto tiempo pasó inconsciente despertó frotándose el brazo en una rústica pero fuerte jaula de madera solida.  -Oh vamos, ¿En serio? - Se preguntó con un deje irónico, reprendiéndose por el momento de distracción en el bosque que había culminado con ella privada de su libertad, en un lugar desconocido y sin saber que tan peligrosos eran sus captores. Trató de divisar que había a su alrededor, vio más jaulas y distinguió a dos humanos, había demasiado ruido como para poder intentar hablar con ellos.

Con brusquedad y de imprevisto todos los prisioneros fueron llevados a una suerte de escenario rodeado de hombres bestia eufóricos, su vocero, un grotesco roedor hablaba con voz firme y su público lo aclamaba -¡ESTA NOCHE EMPIEZA EL JUEGO CABALLEROS! - Ante esta declaración el público enloqueció y Mørdag se vio cegada por el resplandor de antorchas que la alumbraban. Al parecer iban a jugar ser cazadores... Y ella estaba entre las presas.  -¿Correr? Pero que... - Murmuró desconcertada. Al parecer los hombres bestia consideraban permitirles correr por sus vidas una generosa oferta.

Estaba bien. Mørdag correría. Pero las cosas no quedarían así, no señor.

La mujer se lanzó como una bala por el bosque y se transformó a la carrera. Sus fuertes patas la llevaban como el viento. Luego de estar lo bastante lejos como para no ser vista aminoró el paso, con su visión agudizada distinguió a los humanos. Uno de ellos, el muchacho había caído en una de las trampas y la mujer lo estaba ayudando. No sabía si aquellos serían una ayuda o una carga en la huida así que se mantuvo en las sombras sin perderlos de vista. Mientras observaba un olor extraño le llegó, un olor que conocía bien e intentaba que dejará de causarle escalofríos. Uno de ellos era un vampiro.  Mientas cavilaba sus opciones una repentina lluvia de flechas cayó sobre ellos. Mørdag corrió un poco más cuidándose de huir de las bestias y de no ser vista por sus compañeros de huida, especialmente por el pálido porque si bien en circunstancias normales prefería mantenerse lo más lejos posible de esos seres, esta vez la unión podría ser la clave para huir de los desquiciados hombres-bestia que intentaban cazarlos.

Ese "toc toc toc" de los cascos de dicho caballo se acercaban más por momentos. Entre las ramas de los arbustos, aprovechando ese mínimo silencio existente, la ladrona aprovechó a observar como pasaba rápida una mujer centauro.Creía que eran una leyenda, aquella que tantas veces había escuchado en la taberna mientras esos viejos de corteza arrugada contaban, a sus soles primerizos para fascinarlos y pasar tiempo con ellos.

Habían conseguido disuadir el primero objetivo, pero como toda ley de " si algo saldrá mal, lo saldrá" , velozmente dejando atrás a la rubia centauro fueron sorprendidos por un varón de la misma especie, que había atrapado el bastón metálico que les habían regalado Maria y el herrero tiempo atrás.-¡ESE ES MI! La chica no daba crédito, había sido robada, y para colmo su compañero pálido no paraba de hacer bromas con que la abandonaría a su suerte.
Desde el luego aquello que llamaban gran destino, tenia una gracia sumisa.

El chico rodeó al caballohombre  e intento atraparlo en un intento fallido para que huyéramos una mujer que permanecía a su lado y Runa.¿Quién era esta chica?, debido al ajetreo no se ha percatado de su presencia, cosa que hacía sentir a la chica un poco descuidada a la vez de preocupada.

El hombre recibió una coz, y aquel centauro precisamente, estaba demasiado furioso. Trataba de golpear con la propia arma de la chica a las dos repetidamente, hasta que escuchaba el ruido de los arbustos y se olvidaba de su presencia.

-Voy a tratar de subirme a su lomo- Comentó a la otra mujer.-Pero necesitaré que el pálido y tú le distraigas para no llevarme también una coz.

Runa miró decisiva a su nueva compañera, todo dependería de ella.

Eso si que era un espectáculo digno de ver.

Desde su posición Mørdag pudo observar como dos bestiales hombres-caballo, una hembra y un macho, arrinconaban al vampiro y a la mujer. Tenía incluso un tinte cómico la manera en que corrían y trataban de esquivar las feroces patadas. Al parecer habían ideado alguna estrategia de distracción, el pálido se dispuso a distraer al centauro pero no salió demasiado bien, pues este le terminó pateando en el centro del pecho haciéndolo volar varios metros.

Varios metros en dirección a Mørdag. La mujer lobo quedó petrificada. Anteriormente se había debatido entre ayudar o no, pero había sido una simple contemplación que no debía decidir en ese momento. Ahora era distinto, el pálido estaba un metro de ella, la había oído entre los arbustos pero no la había visto, ¿Qué debía hacer? Una severa deliberación se libraba en la cabeza de Mørdag luego de escuchar la pregunta del vampiro. ¿Qué serían? ¿Enemigos o aliados?

Solo unos segundos tardó en decidir unir fuerzas con el pálido y cuando se dispuso a asomarse y salir de los arbustos para comunicárselo, una mujer saltó del árbol que había justo encima de ella y aprisionó al vampiro, le cubrió la boca con manos de hierro y le dirigió una mirada cómplice que le infundió tranquilidad.

Una cuarta prisionera que no había notado y estaba de su lado. Vaya sorpresa. El desconcierto de la mujer-lobo no hacía más que crecer mientras veían a la mujer aprisionar al vampiro sin ceder. Decidió volver a su forma humana para hacer frente a ellos.

—Soltadle.— Pidió Mørdag a su nueva compañera. Pudo decir por su olor que era de su misma raza y eso la reconfortó en su fuero interno. Tenía la intención de colaborar con el vampiro pero no sabía si podía confiar en él, tener a la mujer-lobo de su lado le daba seguridad, al menos ahora era un hecho certero que si las cosas se ponían feas, serían dos contra el pálido.

—Vaya noche, eh.— dijo mirando a ambos. —Supongo que vamos a tener que colaborar para derrotar aquellos seres bestiales.—Dijo al tiempo que señalaba con la barbilla y miraba en dirección a los centauros. —Sabemos que eres.— Mørdag supuso que la mujer-lobo lo había olido también. —Y me viste, sabes lo que soy. Así que fuera rencores y manos a la obra. Hay que ayudar a la humana.

Mørdag dirigió una última mirada de agradecimiento a la mujer lobo y se encaminó hacía los centauros decidida, sin fijarse en si los demás la seguían. —Soy Mørdag, por cierto.

—Soltadle.— le pidió la mujer lobo, ya en su forma humana. Se había dado cuenta de que eran ambas del mismo bando, aunque no acababa de entender el porqué de querer liberar a ese vampiro, pues ellos eran el enemigo y no creía que fuese a ayudar más que a sí mismo con la actitud que había observado de él.

Obedeció algo duvitatiba. No se fiaba ni un solo pelo de esa especie, además debía aprovechar para secuestrarlo o interceptarlo para sacarle la información que necesitaba.

—Vaya noche, eh.— inició a decir la joven mujer lobo —Supongo que vamos a tener que colaborar para derrotar aquellos seres bestiales.— Luego de eso se dirigió al vampiro —Sabemos que eres.— Incluyó a Seyer en la frase, como si ya se conocieran de toda la vida —Y me viste, sabes lo que soy. Así que fuera rencores y manos a la obra. Hay que ayudar a la humana.

Dirigió una última mirada a Seyer, la cual ella no pudo interpretar demasiado y se encaminó hacía los centauros. —Soy Mørdag, por cierto.

Para mantener distancia con el vampiro la siguió rápidamente, intentando pensar en qué hacer para vencer a esos centauros, pues si, al parecer eran dos, uno estaba oculto por las hojas de los árboles. ¿Cómo lo harían? Estaba complicado porque si se hacía demasiado ruido los demás hombres-bestia se alertarían y tal vez la cosa sería aún más compleja.

"Malditos sean esos enfermos que secuestran gente para cazar" —refunfuñó.

Un sonido no muy lejano la hizo paralizarse. Algo iba mal...

—Mordag, no te muevas...

Una trampa.

Era un circo. El centauro alterado mientras arremetía con el bastón y sus fuertes piernas se adentraban hacia el hombre, el cual pudo parar uno de los ataques con sus manos y recibir un calambre bastante fuerte. Sus manos quedaron un poco moradas gracias a la electricidad.¿Electricidad? era su propio bastón y ahora daba chispazos.
¿Como diablos iba a recuperarlo?

-Tienes que estar de broma- negó con la cabeza la joven promesa de la locura.

Parece ser que mientras las otras dos mujeres y los intentos primitivos de llamar la atención de la criatura se ponían realmente de acuerdo, en el suelo , donde una de ellas estaba apunto de pisar se encontraba una alambrada metálica con púas, la cual estaba vigilada por un hombre rata que dedicaba a observar mientras emitía un sonido repetitivo entre los arbustos.

Solo tenía que dar un salto, coger impulso y saltar a los lomos de aquella bestia, realmente agradecía que estuviera a espaldas para facilitar la situación. Tragó saliva y con todo su ímpetu saltó dando como apoyo sus manos en el trasero del centauro.-Mierd...- La criatura se mostró inquieta al notar a la chica encima de él que comenzó a dar vueltas sobre si mismo. La ladrona se aferraba a su cuello lo más que lograba.-¡LAS PATAS! ¡RÁPIDO!- Gritó un poco alterada porque no tenia conocimiento de cuanto duraría encima.

Corría la suerte que al estar divididos , él no sabia a quien golpear, se encontraba furioso y ahora confundido. Era sin duda una ventaja.

Con sus ataques al aire y poco decisivos, la chica pudo lograr agarrar el arma a sus lomos mientras la electricidad quemaba su propia mano.Hicieran lo que hicieran con él, le pertenecía y lo recuperaría aunque tuviera que llevarse quemaduras. Al ver que realmente no hacia efecto, trato de apretar en la garganta de este con el intento de asfixia.-¡Maldita bestia! Lo cierto es que la muchacha empezaba a sacar el carácter.


Un pequeña hacha de mano salió volando rozando la mejilla de la ladrona. Aquel hombre rata se mostró ante los presentes con una risa irritante.Su sonrisa no era bonita, tampoco quedaría después de su atrevimiento.

-Vaya, vaya. Hoy voy a tener almuerzo. Sacó otra hacha más grande de su espalda.

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Ahora sabia que el vampiro se llamaba Bio y estaba dispuesto a colaborar. Eso era bueno. Había elaborado un plan de distracción para que la humana lograra subir al lomo de la bestia.
La otra mujer-lobo parecía estar dispuesta también a colaborar pues siguió a Mordag y ella se reconfortó por eso. Iban caminando a paso animado en dirección al centauro cuando su nueva compañera le advirtió de una trampa que estaba a punto de pisar. Esta era, al igual que las trampas que habían visto al principio, bastante inexperta y evidente para ser juntos pero a pesar de esto, Mordag estuvo a punto de pisarla, la esquivo rápidamente y dio un vistazo alrededor, había un hombre-roedor grotesco vigilandola, sonreía de forma perturbadora pero al parecer no estaba dispuesto a entrometerse en la acción de momento y dejó todo el protagonismo al enfurecido centauro. Ya se ocuparían de esa bestia luego.

Mientras tanto, Bio se había adelantado para tirar pedradas al centauro quien las esquivo con el bastón que había robado a la humana. Mordag se apresuro en su dirección para atacar por los lados tal como había pedido el pálido cuando de repente este fue impulsado hacía atrás luego de tocar el bastón que ahora brillaba con chispas eléctricas y lucia mucho más mortal que antaño.

En aquel momento de distracción la humana logró subir agilmente a lomos de la bestia la cual se enfureció y comenzó a dar vueltas sobre si intentado expulsar a la mujer de su cuerpo. —¡LAS PATAS! ¡RÁPIDO!— El grito de la humana que se debatía sobre el centauro llegó a Mordag quien corrió en dirección a la patas este, transformándose a la carrera para morder con furia las mismas.

La humana se debatió sosteniendo el bastón que claramente dañaba sus manos pero lo sostuvo con férreo agarre. Mordag estaba apunto de cantar victoria cuando un hacha pasó rozando por la cara de la humana.

Aquel maldito hombre-ratón que vigilaba la trampa en la cual casi cae Mordag había decidido unirse a la fiesta y se disponía a sacar un hacha mucho más grande que la primera. Esta era demasiado grande para arrojar por lo cual el roedor emprendió una frenética carrera hacía ellos blandiéndola. Todo aquel alboroto sin duda guiaría al resto de la partida de caza de los hombres-bestia directo hacía ellos.

La bestia pataleaba sin cesar. Afortunada, todos los demás miembros escucharon su pedido y se pusieron manos a la obra, unos accedieron antes , cierto era. Pero realmente daba igual mientras terminaran con la bestia. El ataque estaba haciendo efecto, mientras las licantropas atacaban sus piernas, el tipo flacucho golpeó con decisión en su cabeza así logrando el desgarre del bastón y la caída de rodillas de la criatura.

Runa acto seguido se lanzo al suelo y rodó hasta estar a una distancia considerable para ponerse en pie, echó impulso hacia el bastón el cual al tocarlo le dio un fuerte calambre que notaba vibrar cada centímetro de su cuerpo y erizar el largo camino de su piel.-Auch-

El dolor descendió cuando volvió a tocarlo y cogerlo entre sus manos. Lo guardó y observó que aquel hombre remataba agresivamente hasta dejar un gran charco de sangre. Están personas aparentaban ser valientes y fuertes, incluso destructoras si te ponías en su camino. Nada que temer para una joven como ella.

-Si, todo bien- Contestó la chica.-Aunque tengo demasiada hambre - Añadió para echar humor al asunto.-Me comería un banquete entero- Susurraba para si misma mientras otra vez la voz del roedor interrumpía de nuevo.

Agarró un pedrolo considerable y en dirección a la misma voz lo lanzó con furia haciendo efecto su victoria.-¡AY! ¡Moriréis malditos!

Por el sonido de sus pisadas , se alejaba considerablemente .

-¡Estúpidos! ¡Me tienen hasta el gorro!- Apretaba el puño.-Vayámonos antes de que vuelvan a intentar cazarnos- Recogió su dignidad y cogió uno de los caminos.

Las personas que la acompañaban eran un tanto interesantes.

Niña. aquel ser paliducho y algo torpe le había llamado niña a su avanzada edad.Algo que ella,sin saber como, se lo devolvería con creces.Salieron huyendo hacia el oeste ni cortos ni perezosos en busca de la posible libertad,aun dejando a esas lobas atrás retomando el riesgo de ser dos, contra una cantidad desconocida de enemigos.

Con señas la guió de unos arbustos y con la palma de su mano obligó a la muchacha a a bajarse.-¿Que haces?- El vampiro calló la boca de la muchacha señalando entre las ramas un nuevo enemigo.La cara dela muchacha no era de muy gana cuando pudo observar con claridad al ser, cada vez era más extraño y aunque le daba risa esos ciertos saltitos que la criatura daba, no debía subestimarla en absoluto.
El hombre, indicó que lanzaría una piedra para distraer al dicho ser,parecía una gran táctica, debería funcionar sino hubiera saltado un hombre rana,¿Rana?, ¿Una rana parlanchina?.

Ambos se miraron petrificados mientras el pequeño ser , viscoso y por lo tanto no aparentemente para nada sabroso, provocó la agitación de él. La escena era cómica, meneaba su pierna como si el bicho fuera a soltarse.-¿Pero quieres dejar de gritar?- Entre la agitación del compañero y la voz chillona de ese engendro no podía realmente asimilar lo absurdo que se estaba volviendo, con tan mala suerte que los gritos llamaron la atención del lagicerdo.

Se centraba a pasos lento indeciso.-Dios, yo me ocupo- Atrapó a la rana parlante apretando fuertemente su estomago con la suficiente fuerza para que no vomitara. Moviendo su cuerpo rápido hacia la izquierda alejándose del hombre y afortunadamente esquivando el primer ataque del otro cazador que parecía ir a por su compañero.

-¡ALTO! ¡O DESCUARTIZO AL SAPO ENGENDRO ESTE!- Sus amenazas eran bastante serias.

Reinó el silencio, y todos observaban a la muchacha con demasiada seriedad. Hasta que se rompió por las quejas del pequeño cazador "Que no soy sapo, niña, soy rana, hombre-rana", no paraba de quejarse e intentar escapar el baboso.-¡CALLATE SAPO!- Le rechistaba la chica para que obedeciera sus ordenes al dedillo.Con la mala suerte que el puerco, realmente le daba igual la vida de su compañero, hablando de él como si fuera un completo inútil imprescindible , lo cual como era comprensible, el pequeño ser revoluciono queriendo golpear a su propio compañero.

-Parecen sacados de un cuento sobre el bullyng- Se burló fijándose en ambos determinadamente. Porkus y Rene se entretenían en compartir palabras poco bien sonantes, cuando por ideas del destino , al mismo compañero que había tenido hasta ahora volvía a repetir como los demás la palabra "Niña".-¡NO ME LLAMES NIÑA MUERTO DE HAMBRE! Amenazó al esquelético mientras continuaba estrujando al hombre rana. Para colmo había tenido la desfachatez de añadir "niña salvaje ", sin duda había días tontos y tontos todos los días.

No le importaba a Porkus tener que sacrificar a su propio compañero, algo bastante rastrero por su parte, además de lento cuando levantó su hacha contra los presentes. Al continuar la rana alterada contra el ser, la chica no dudó tirársela en la cara y desenfundar el bastón velozmente para golpear su rostro con toda la fuerza posible. Mandó a los dos cuerpos a varios metros, dejando un rastro de olor a quemado, el bastón de nuevo había logrado hacer una de las suyas.

Ese nuevo poder, le estaba dando la vida, o al menos la ventaja para salir corriendo y atrapar al pálido por la oreja fuertemente mientras quería patearle el culo de mil y una formas.No lo haría, aún quedaban enemigos por ahí fuera.

Lograron alearse un poco, pero un nuevo enemigo aparecía, además que a lo lejos con sus chillidos horripilantes regresaba René en busca de venganza.

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¡Vaya bufido había dado aquella bestia inmunda! Al vampiro no le había dado tiempo a presentarse y ya existía de nuevo otro enemigo.Mientras, como una imagen bastante cómica, por encima del pasto seco, se podía observar como René alegremente mostraba su frente viscosa a cada salto.Metiendo bulla, y la otra bestia cada vez pataleaba más fuerte, delante de aquellas victimas de este juego inexplicable.

-¿Y no será tu pelo de mujer?- Se burló la chica de él en forma de venganza al cachondeo que se había formado con ella hace un momento.Aunque a él no le había causado gracia, ciertamente le logró sacar una sonrisa.El tiempo se había paralizado cuando una de las lobas regreso de nuevo y golpeó al minotauro que estaba apunto de embestir, miró a sus compañeros y ordenó a la ladrona que se encargara de la rana.¿Realmente se pensaba que necesitaba su bastón contra una criatura así?. A veces los licantropos tenían una actitud sumamente rara.

Desenfundó su bastón pero no para golpear a René. Sino a un nuevo atacante,que portaba alegremente un mazo en su mano izquierda y una espada en la mano derecha.En uno de los saltos que René dió para tapar la visión de la muchacha , esta lo atrapó mientras esquivaba el ataque de aquel hombre.-¡Chebaski será el ganador!- Gritaba la criatura mientras la chica aprovechó y lanzo la rana en su boca.

No había rana, pero dos enemigos presentes hasta ahora.-¡Eh melenas!, es turno de hacer algo.