[Cerrado] La Última Runa del Cazador [Libre-Noche]
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[Cerrado] La Última Runa del Cazador [Libre-Noche]
La carta de Manuela había sido clara y explícita, una misión rápida y simple: ir a Ulmer, reunir información y salir, no era nada del otro mundo, pero cuando la misión es para un vampiro, en tierra de lobos, la cosa cambia; aunque me habían dado las herramientas necesarias para pasar desapercibido; las cosas no habían salido tal como se esperaba, todo comenzó con el desafío de aquel lobo que se creía más fuerte que todos, era tan bocazas que sacarle la información que necesitaba sería pan comido, sin embargo acabó por perder la pulseada demasiado rápido, lo cual causó una serie de desafíos posteriores contra mí; no les gustaba que un forastero fuera más fuerte y para cuando pensé en dejar que me ganaran, noté que algunos de los que habían apostado por mí no deseaban perder su dinero.
Entre señas y amenazas me dejaban claro que si perdía la iba a pasar mal, pero al mismo tiempo los que apostaban en mi contra me hacían señas de que si ganaba la pasaría mal; y si además descubrían que se trataba de un vampiro entonces me iría mal sin importar que ganara o perdiera -¿Saben qué? Olvídenlo- Dije levantándome de la mesa con rebeldía -Son solo pulseadas- Apenas acabé la frase varias espadas estaban ya apuntándome -¿O no?- Volví a sentarme -Claro que no pensaba desistir, las pulseadas son importantes- Murmuré entre dientes -Así que te crees fuerte- Dijo un sujeto con cara de roedor -Veamos qué puedes hacer contra un oponente de verdad- Se sentó y preparó el codo sobre la mesa y su mano esperando la mía; yo ya tenía el brazo cansado sí que perder era cuestión de tiempo, no se veía muy fuerte así que tomé el riesgo -Si gano esta me iré- Intenté aclarar causando que muchos exigieran que siguiera -Subamos la apuesta entonces, si pierdes, jugarás otro juego- Dijo en tono misterioso.
Tomé aire y comenzamos la pulseada, yo empujaba con tanta fuerza como podía pero estábamos parejos hasta que sentí la picada de una aguja en mi mano -Pero qué es...- Por alguna razón todo comenzó a oscurecerse, mis fuerzas me abandonaron y lo último que alcancé a ver fue la sonrisa victoriosa de aquel extraño sujeto. Desperté un poco más tarde, tal vez algunas horas pero ya no estaba en Ulmer, la sobrepoblación de árboles enormes me hacían suponer que me habían llevado al bosque, me encontraba en una jaula de madera con gruesos barrotes -O no, no de nuevo- Revisé de inmediato la parte baja de mi espalda y tal como imaginé, no había dagas -No de nuevo- Repetí con fastidio. Revisé mis botas para ver si había guardado mis dagas en otro lado pero nada, no había señales de ellas por ningún lado.
Nuevamente me encontraba atrapado en aquel juego siniestro; a los lados había otras tres jaulas cuyos prisioneros también comenzaban a despertar; todo indicaba que sería lo mismo que la vez anterior; marcas de sangre llevaban hasta una especie de altar en donde no quería siquiera imaginar lo que hacían; esta vez no debía escapar como la vez anterior, debía enfrentarlos y acabar con aquella siniestra práctica para que más nadie se viera metido en esa situación; alrededor se podía ver una gran cantidad de hombres bestia gritando eufóricos mientras esperaban el inicio de la cacería.
Entre señas y amenazas me dejaban claro que si perdía la iba a pasar mal, pero al mismo tiempo los que apostaban en mi contra me hacían señas de que si ganaba la pasaría mal; y si además descubrían que se trataba de un vampiro entonces me iría mal sin importar que ganara o perdiera -¿Saben qué? Olvídenlo- Dije levantándome de la mesa con rebeldía -Son solo pulseadas- Apenas acabé la frase varias espadas estaban ya apuntándome -¿O no?- Volví a sentarme -Claro que no pensaba desistir, las pulseadas son importantes- Murmuré entre dientes -Así que te crees fuerte- Dijo un sujeto con cara de roedor -Veamos qué puedes hacer contra un oponente de verdad- Se sentó y preparó el codo sobre la mesa y su mano esperando la mía; yo ya tenía el brazo cansado sí que perder era cuestión de tiempo, no se veía muy fuerte así que tomé el riesgo -Si gano esta me iré- Intenté aclarar causando que muchos exigieran que siguiera -Subamos la apuesta entonces, si pierdes, jugarás otro juego- Dijo en tono misterioso.
Tomé aire y comenzamos la pulseada, yo empujaba con tanta fuerza como podía pero estábamos parejos hasta que sentí la picada de una aguja en mi mano -Pero qué es...- Por alguna razón todo comenzó a oscurecerse, mis fuerzas me abandonaron y lo último que alcancé a ver fue la sonrisa victoriosa de aquel extraño sujeto. Desperté un poco más tarde, tal vez algunas horas pero ya no estaba en Ulmer, la sobrepoblación de árboles enormes me hacían suponer que me habían llevado al bosque, me encontraba en una jaula de madera con gruesos barrotes -O no, no de nuevo- Revisé de inmediato la parte baja de mi espalda y tal como imaginé, no había dagas -No de nuevo- Repetí con fastidio. Revisé mis botas para ver si había guardado mis dagas en otro lado pero nada, no había señales de ellas por ningún lado.
Nuevamente me encontraba atrapado en aquel juego siniestro; a los lados había otras tres jaulas cuyos prisioneros también comenzaban a despertar; todo indicaba que sería lo mismo que la vez anterior; marcas de sangre llevaban hasta una especie de altar en donde no quería siquiera imaginar lo que hacían; esta vez no debía escapar como la vez anterior, debía enfrentarlos y acabar con aquella siniestra práctica para que más nadie se viera metido en esa situación; alrededor se podía ver una gran cantidad de hombres bestia gritando eufóricos mientras esperaban el inicio de la cacería.
- Hombre con cara de roedor:
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Sí, es un roedor
[☼] El tema consiste en una especie de cacería organizada como ritual entre los miembros de una pequeña tribu de hombres bestia, puedes leer el tema anterior [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
Última edición por Bio el Mar Dic 12 2017, 21:03, editado 2 veces
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Aerandiano de honor
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Re: [Cerrado] La Última Runa del Cazador [Libre-Noche]
¡A la mierda! Esas fueron las primeras palabras que pronunció Nicolás al despertarse de aquel sopor.
¿Dónde se encontraba? El suelo era duro e incómodo, como estar tumbado encima de tablones de una carpintería abandonada.
La brisa le ayudó a centrarse un poco más en el lugar: no estaba sentado sobre tablas, sino más bien varas.
El guerrero toqueteó con sus manos para cerciorarse de que no era un sueño extraño inducido por quién sabe qué droga.
No, definitivamente aquello eran barras, aunque parecían extrañamente juntas todas ellas.
El grandullón intentó levantarse, pero para su desgracia apenas había sitio para girar sobre sí mismo, así que se propinó él solo un tremendo coscorrón contra uno de los barrotes.
¡Ay, carajo!, musitó mientras se llevaba las manos a la cabeza, ligeramente dolorido.
Un segundo, ¿aquello no era acaso una jaula?
No entendía siquiera cómo había acabado en semejante situación.
¡Sacadme de aquí, hideputas!
En serio, ¿qué diantres había acontecido para estar ahora en tal prisión?
Apenas recordaba a una rata peluda y grande, probablemente hombre-bestia, que le había dicho de acudir a cierto edificio a las afueras de Lunargenta para un trabajito, aunque aquel sitio estaba vacío.
Un segundo, ¿le habían tendido una trampa? ¿Pero qué le había hecho siquiera a ese individuo?
¿Sería familiar de algún difunto fruto de su trabajo? ¿Quizás un admirador rarito de su época de gladiador?
Poco importaba ahora, colgado de una jaula en mitad de solo-los-dioses-saben-qué-bosque.
Por fortuna era de noche, pero unas cuantas antorchas mal clavadas al suelo iluminaban la zona.
Parecía haber más jaulas, aunque las sombras ocultaban en parte su número. Barbacero llegó a contar otras tres, dejando otras siluetas más oscuras como posibles cautivos también.
¡Que alguien me explique qué está pasando!, bramaba con toda su fuerza.
No sabía ni quiénes eran sus captores realmente, pero quizás con tanto griterío podría despertar a los demás y favorecer algún cambio en la zona.
¿Dónde se encontraba? El suelo era duro e incómodo, como estar tumbado encima de tablones de una carpintería abandonada.
La brisa le ayudó a centrarse un poco más en el lugar: no estaba sentado sobre tablas, sino más bien varas.
El guerrero toqueteó con sus manos para cerciorarse de que no era un sueño extraño inducido por quién sabe qué droga.
No, definitivamente aquello eran barras, aunque parecían extrañamente juntas todas ellas.
El grandullón intentó levantarse, pero para su desgracia apenas había sitio para girar sobre sí mismo, así que se propinó él solo un tremendo coscorrón contra uno de los barrotes.
¡Ay, carajo!, musitó mientras se llevaba las manos a la cabeza, ligeramente dolorido.
Un segundo, ¿aquello no era acaso una jaula?
No entendía siquiera cómo había acabado en semejante situación.
¡Sacadme de aquí, hideputas!
En serio, ¿qué diantres había acontecido para estar ahora en tal prisión?
Apenas recordaba a una rata peluda y grande, probablemente hombre-bestia, que le había dicho de acudir a cierto edificio a las afueras de Lunargenta para un trabajito, aunque aquel sitio estaba vacío.
Un segundo, ¿le habían tendido una trampa? ¿Pero qué le había hecho siquiera a ese individuo?
¿Sería familiar de algún difunto fruto de su trabajo? ¿Quizás un admirador rarito de su época de gladiador?
Poco importaba ahora, colgado de una jaula en mitad de solo-los-dioses-saben-qué-bosque.
Por fortuna era de noche, pero unas cuantas antorchas mal clavadas al suelo iluminaban la zona.
Parecía haber más jaulas, aunque las sombras ocultaban en parte su número. Barbacero llegó a contar otras tres, dejando otras siluetas más oscuras como posibles cautivos también.
¡Que alguien me explique qué está pasando!, bramaba con toda su fuerza.
No sabía ni quiénes eran sus captores realmente, pero quizás con tanto griterío podría despertar a los demás y favorecer algún cambio en la zona.
Nicolás Barbacero
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Re: [Cerrado] La Última Runa del Cazador [Libre-Noche]
No tengo muy claro cuando llegaron. Tras días sufriendo alucinaciones y visiones producidas por la enfermedad, mi noción del tiempo había desaparecido. En la cueva no existía el día o la noche, sólo una profunda y eterna oscuridad. Lo único que recuerdo, con poca nitidez, son las voces.
-No servirá, sólo es un enfermo.
-¡Cogedlo! Esa maldita enfermedad se llevó a unos preciados amigos. Servirá para vengarme, pagaré muy bien su muerte.
Luego sólo recuerdo, como si de un sueño se tratara, que unos brazos me llevaron, brevemente, hasta que mis huesos dieron contra un trozo de madera que, rápidamente, empezó a moverse.
Tras un largo periodo de tiempo la experiencia se repitió. Volví a sentir como me cogían en brazos para duelo dar contra otro trozo de madera, pero éste estaba inmóvil. No tardé mucho en escuchar muchos gritos, muchos eran de jubilo y sólo unos pocos de rabia e impotencia. Aquello me despejó. Pero, salí de un estado de sueño para entrar en un estado de jaqueca. De nuevo mi yo animal atacó con fuerza, después de haber estado tanto tiempo reprimido.
Aunque no podía pensar con mucha claridad, y antes de que mis ojos se acostumbraran a la oscuridad, deducí que era de noche. A mi alrededor había dos jaulas más y, detrás, toda una muchedumbre eufórica que alzaba con ahínco unas antorchas esperaban que diera inicio algo. ¿Pero el qué? me pregunté en aquel momento.
-Creo que estoy en un buen lió.- susurré para mí mientras me llevaba la mano de la cabeza, con la esperanza que eso redujera el dolor.
-No servirá, sólo es un enfermo.
-¡Cogedlo! Esa maldita enfermedad se llevó a unos preciados amigos. Servirá para vengarme, pagaré muy bien su muerte.
Luego sólo recuerdo, como si de un sueño se tratara, que unos brazos me llevaron, brevemente, hasta que mis huesos dieron contra un trozo de madera que, rápidamente, empezó a moverse.
Tras un largo periodo de tiempo la experiencia se repitió. Volví a sentir como me cogían en brazos para duelo dar contra otro trozo de madera, pero éste estaba inmóvil. No tardé mucho en escuchar muchos gritos, muchos eran de jubilo y sólo unos pocos de rabia e impotencia. Aquello me despejó. Pero, salí de un estado de sueño para entrar en un estado de jaqueca. De nuevo mi yo animal atacó con fuerza, después de haber estado tanto tiempo reprimido.
Aunque no podía pensar con mucha claridad, y antes de que mis ojos se acostumbraran a la oscuridad, deducí que era de noche. A mi alrededor había dos jaulas más y, detrás, toda una muchedumbre eufórica que alzaba con ahínco unas antorchas esperaban que diera inicio algo. ¿Pero el qué? me pregunté en aquel momento.
-Creo que estoy en un buen lió.- susurré para mí mientras me llevaba la mano de la cabeza, con la esperanza que eso redujera el dolor.
Ircan
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Re: [Cerrado] La Última Runa del Cazador [Libre-Noche]
Nuevamente me encontraba en la engorrosa situación en la que había estado antes, repetinamente se encendieron una serie de antorchas alrededor de nuestras jaulas que por fin dejaron ver con claridad a los que seríamos las presas, no sin antes hacer acto de presencia esa molesta rata que hacía las veces de orador en aquel desquiciado evento -Bienvenidos a la cacería de esta noche- Dijo con orgullo y arrogancia -Hoy tenemos unas presas muy especiales- Anunció con una sonrisa siniestra que le hacía brillar el par de dientes que sobresalían de su largo hocico -En un lado tenemos un par de vampiros- Señaló mi jaula y la de Nicolás a quien me fue un poco difícil reconocer -Hey, hey, Nicolás- Le dije desde lejos tratando de llamar su atención pero fui interrumpido cuando el roedor comenzó a acercarse -Seguro recuerdan este rostro- Me señaló y los abucheos del público no se hicieron esperar -Una presa bastante escurridiza pero que no escapará esta vez- Dijo con una mirada amenazante -Y acá tenemos nada menos que un fiero guerrero, un gladiador- Señaló a Nicolás al tiempo que alguien le susurraba desde atrás -ex gladiador- Cosa a la que hizo caso omiso -Gladiador, he dicho- Repitió con énfasis -Sin duda que va a ser una presa difícil- El público estalló en gritos de emoción.
Levantó las manos el roedor para calmar al público y continuar su discurso -¿Y qué sería de vampiros sin su némesis...?- Hizo un silencio para crear suspenso -¡¡Los licántropos!!- Señaló a la jaula del otro sujeto que no parecía estar en su mejor momento -Con el odio que se tienen esas razas, el desafío será cazarlos antes que se maten entre ellos- Dijo causando la risa del público -Ahora se siente gracioso- Murmuré mientras pensaba en un plan para escapar con Nicolás cuando una terrible sorpresa me tomó desprevenido -Y para equilibrar las cosas, les tenemos a una presa muy especial- Señaló una última jaula cuyo interior estaba cubierto por una lona la cual cayó mostrando a quien estaba detrás -Katrina- Susurré al reconocerla; una licántropa del gremio de informantes que había desaparecido hacia unas semanas en una misión -Así que aquí estaba- Murmuré intrigado -Déjenme salir y hagan una fila, los mataré a todos- Amenazó la mujer que no destacaba precisamente por su simpatía.
Nos encontrábamos desarmados y casi indefensos, al menos frente a tantos hombres bestia, por lo que lo mejor sería tratar de escapar y enfrentar a los que nos alcanzaran o encontráramos en el camino -Lo único que deben hacer para preservar sus vidas es escapar pero...- Hizo un silencio que fue respondido por el público reunido -Nadie escapa, nadie escapa, nadie escapa- Era momento de iniciar la fuga que a fin de cuentas ya había funcionado la vez anterior, aunque no todos pensábamos de la misma manera -Que comience la cacería- Dijo el roedor mientras levantaba su mano y a su señal, una cuerdas levantaban las pesadas jaulas para dejarnos salir -¡Rápido, hacia el oeste!- Señalé a los otros la misma ruta en la que había escapado la vez anterior pero antes de comenzar a correr noté que Katrina no tenía la más mínima intención de escapar, en lugar de eso transformó sus manos en garras de lobo y se lanzó directamente a por el maestro de ceremonia -Oh, vamos, no seas estúpida- Dije en voz alta mientras corría hacia ella en vez de ir hacia la libertad.
Como era de esperarse, varios hombres bestia salieron en defensa del roedor y redujeron a golpes a la licántropa aunque más de uno había quedado sangrando y la chica se levantaba una y otra vez. Salté a la espalda de un hombre bestia y lo usé como escalón para volver a saltar al tiempo que usaba mi magia de voz en un grito [1] que causaría un fuerte dolor de cabeza y haría caer al piso a los que estaban cerca, incluyendo a Katrina, quien de otro modo no se dejaría ayudar; la tomé en mis hombros y antes que se acercaran más hombres bestia corrí con ella cargada en dirección a donde le había señalado al resto que huyeran, esperaba alcanzarlos o que me estuvieran esperando pues sabía que yo solo no podría escapar y menos llevando a la licántropa que pensaba con los puños y no con la cabeza -¿Nicolás?- Grité mientras comenzaba a internarme en el bosque -Ya los tenía, estúpido chupasangre- Dijo la mujer pataleando hasta hacerme perder el equilibrio y caer con ella -No seas idiota, no podemos vencerlos así- Intenté disuadirla -Tal vez tú no, pero nosotros somos más que caras bonitas- Dijo en referencia a su raza -Silencio- Le dije prestando atención al entorno -No me mandes a callar o te voy a- Le cerré la boca con la mano y la hice agacharse conmigo -Alguien se acerca- Le susurré con la esperanza de que fuera Nicolás o el otro sujeto, solo colaborando entre todos podríamos salir de esto.
Levantó las manos el roedor para calmar al público y continuar su discurso -¿Y qué sería de vampiros sin su némesis...?- Hizo un silencio para crear suspenso -¡¡Los licántropos!!- Señaló a la jaula del otro sujeto que no parecía estar en su mejor momento -Con el odio que se tienen esas razas, el desafío será cazarlos antes que se maten entre ellos- Dijo causando la risa del público -Ahora se siente gracioso- Murmuré mientras pensaba en un plan para escapar con Nicolás cuando una terrible sorpresa me tomó desprevenido -Y para equilibrar las cosas, les tenemos a una presa muy especial- Señaló una última jaula cuyo interior estaba cubierto por una lona la cual cayó mostrando a quien estaba detrás -Katrina- Susurré al reconocerla; una licántropa del gremio de informantes que había desaparecido hacia unas semanas en una misión -Así que aquí estaba- Murmuré intrigado -Déjenme salir y hagan una fila, los mataré a todos- Amenazó la mujer que no destacaba precisamente por su simpatía.
Nos encontrábamos desarmados y casi indefensos, al menos frente a tantos hombres bestia, por lo que lo mejor sería tratar de escapar y enfrentar a los que nos alcanzaran o encontráramos en el camino -Lo único que deben hacer para preservar sus vidas es escapar pero...- Hizo un silencio que fue respondido por el público reunido -Nadie escapa, nadie escapa, nadie escapa- Era momento de iniciar la fuga que a fin de cuentas ya había funcionado la vez anterior, aunque no todos pensábamos de la misma manera -Que comience la cacería- Dijo el roedor mientras levantaba su mano y a su señal, una cuerdas levantaban las pesadas jaulas para dejarnos salir -¡Rápido, hacia el oeste!- Señalé a los otros la misma ruta en la que había escapado la vez anterior pero antes de comenzar a correr noté que Katrina no tenía la más mínima intención de escapar, en lugar de eso transformó sus manos en garras de lobo y se lanzó directamente a por el maestro de ceremonia -Oh, vamos, no seas estúpida- Dije en voz alta mientras corría hacia ella en vez de ir hacia la libertad.
Como era de esperarse, varios hombres bestia salieron en defensa del roedor y redujeron a golpes a la licántropa aunque más de uno había quedado sangrando y la chica se levantaba una y otra vez. Salté a la espalda de un hombre bestia y lo usé como escalón para volver a saltar al tiempo que usaba mi magia de voz en un grito [1] que causaría un fuerte dolor de cabeza y haría caer al piso a los que estaban cerca, incluyendo a Katrina, quien de otro modo no se dejaría ayudar; la tomé en mis hombros y antes que se acercaran más hombres bestia corrí con ella cargada en dirección a donde le había señalado al resto que huyeran, esperaba alcanzarlos o que me estuvieran esperando pues sabía que yo solo no podría escapar y menos llevando a la licántropa que pensaba con los puños y no con la cabeza -¿Nicolás?- Grité mientras comenzaba a internarme en el bosque -Ya los tenía, estúpido chupasangre- Dijo la mujer pataleando hasta hacerme perder el equilibrio y caer con ella -No seas idiota, no podemos vencerlos así- Intenté disuadirla -Tal vez tú no, pero nosotros somos más que caras bonitas- Dijo en referencia a su raza -Silencio- Le dije prestando atención al entorno -No me mandes a callar o te voy a- Le cerré la boca con la mano y la hice agacharse conmigo -Alguien se acerca- Le susurré con la esperanza de que fuera Nicolás o el otro sujeto, solo colaborando entre todos podríamos salir de esto.
- Hombre Rata:
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- Katrina:
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Última edición por Bio el Mar Sep 12 2017, 05:48, editado 1 vez
Bio
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Re: [Cerrado] La Última Runa del Cazador [Libre-Noche]
Nicolás tuvo que conformarse sin que nadie contestase a sus preguntas, aunque sí que parecían conocerle sus captores, o al menos uno de ellos, que le exponía como si fuese un trofeo de caza.
Y acá tenemos nada menos que un fiero guerrero, un gladiador.
¡Hideputas, hace años que no me dedico a eso, dejadme marchar!
De poco valían sus súplicas, sin embargo, y no fue hasta segundos antes del inicio de aquel extraño y macabro juego que pudo descomprimirse de aquella jaula de mierda.
Ahora sí que podía ver mejor el resto del panorama, y aunque no le gustaba nada lo que veía, tampoco le quedaba otra.
Efectivamente, el otro vampiro del que habían hablado no podía tratarse de otro: era él, Bio.
¿Qué demonios hacéis aquí también, amigo? Él desgraciadamente no parecía haberle escuchado entre el griterío de la muchedumbre, que se habían abalanzado sobre una mujer-lobo impetuosa.
Barbacero aprovechó la situación para fijarse más en los números de sus enemigos.
¿Cuántos podían ser? Él contaba 12 en este lugar, pero muy probablemente hubiesen bastantes más escondidos por los bosques, si no eran muy tontos.
El guerrero se acercó lentamente hacia su compañero, sin haber reparado demasiado en el otro cautivo aún, con la esperanza de poder urdir un plan entre ambos, pero el tiempo se les estaba quedando muy, muy escaso.
De repente, un grito intenso hizo marearse a Nicolás, quien se tambaleó unos pasos hacia atrás, confuso, aunque le parecía que había afectado de un modo mucho más potente a parte de sus oponentes, algunos retorciéndose en el suelo.
Tomando aire de nuevo y apretando los dientes para reprimir el dolor craneal, el ex-gladiador se encaminó hacia Bio nuevamente, esperando que esta vez sí reparase en él. Y así parecía ser, pues debió de percibirle por el rabillo del ojo.
Soy yo, Barbacero. Hace tiempo que no nos vemos, pero creo que aún deberíais recordarme, dijo a medida que se acercaba.
No entiendo qué sucede, pero mi humilde sesera basta para entender que estamos en peligro de muerte, y hoy dudo que haya nuevos trucos que me salven en el último instante.
Un hombre-rata parecido al orador intentaba levantarse del suelo, momento en el cual Nicolás le propinó una fuerte patada en el estómago, intentando inhabilitarle durante un buen rato al menos.
Espero que conozcáis al otro licántropo, porque esto no pinta bien si no unimos nuestras fuerzas, y menos sin nuestro equipo.
Quizás era un buen momento para que un flamante caballero dragón acudiese en su rescate de forma milagrosa, pero eso solo sucede en los cuentos para niños.
Y acá tenemos nada menos que un fiero guerrero, un gladiador.
¡Hideputas, hace años que no me dedico a eso, dejadme marchar!
De poco valían sus súplicas, sin embargo, y no fue hasta segundos antes del inicio de aquel extraño y macabro juego que pudo descomprimirse de aquella jaula de mierda.
Ahora sí que podía ver mejor el resto del panorama, y aunque no le gustaba nada lo que veía, tampoco le quedaba otra.
Efectivamente, el otro vampiro del que habían hablado no podía tratarse de otro: era él, Bio.
¿Qué demonios hacéis aquí también, amigo? Él desgraciadamente no parecía haberle escuchado entre el griterío de la muchedumbre, que se habían abalanzado sobre una mujer-lobo impetuosa.
Barbacero aprovechó la situación para fijarse más en los números de sus enemigos.
¿Cuántos podían ser? Él contaba 12 en este lugar, pero muy probablemente hubiesen bastantes más escondidos por los bosques, si no eran muy tontos.
El guerrero se acercó lentamente hacia su compañero, sin haber reparado demasiado en el otro cautivo aún, con la esperanza de poder urdir un plan entre ambos, pero el tiempo se les estaba quedando muy, muy escaso.
De repente, un grito intenso hizo marearse a Nicolás, quien se tambaleó unos pasos hacia atrás, confuso, aunque le parecía que había afectado de un modo mucho más potente a parte de sus oponentes, algunos retorciéndose en el suelo.
Tomando aire de nuevo y apretando los dientes para reprimir el dolor craneal, el ex-gladiador se encaminó hacia Bio nuevamente, esperando que esta vez sí reparase en él. Y así parecía ser, pues debió de percibirle por el rabillo del ojo.
Soy yo, Barbacero. Hace tiempo que no nos vemos, pero creo que aún deberíais recordarme, dijo a medida que se acercaba.
No entiendo qué sucede, pero mi humilde sesera basta para entender que estamos en peligro de muerte, y hoy dudo que haya nuevos trucos que me salven en el último instante.
Un hombre-rata parecido al orador intentaba levantarse del suelo, momento en el cual Nicolás le propinó una fuerte patada en el estómago, intentando inhabilitarle durante un buen rato al menos.
Espero que conozcáis al otro licántropo, porque esto no pinta bien si no unimos nuestras fuerzas, y menos sin nuestro equipo.
Quizás era un buen momento para que un flamante caballero dragón acudiese en su rescate de forma milagrosa, pero eso solo sucede en los cuentos para niños.
Nicolás Barbacero
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Re: [Cerrado] La Última Runa del Cazador [Libre-Noche]
Me llevé las manos a la cabeza sufriendo mi habitual jaqueca nocturna*. El lobo de mi interior había estado tranquilo hasta ese momento; pero ahora, viendo la situación, no podía culparle por querer salir a jugar con aquellos desgraciados. De hecho me vi muy tentado a dejarle salir, sino lo hice fue porque había más gente involucrada y porque para salir de aquella situación no bastaría sólo la fuerza bruta.
"¿Cómo demonios han averiguado que soy un licántropo?" me pregunté una vez me reincorporaba en la jaula, intentando concentrarme en el lugar en el que estaba. "Y parece que no soy el único." noté mirando como presentaban también a una chica que estaba en la jaula de al lado.
También miré a los otros dos sujetos. Sino había oído mal habían dicho que eran vampiros, y que aquello podría convertirse en una pelea de razas si no nos mataban antes. Intenté fijarme en la indumentaria de los vampiros, pero no pude vislumbrar ninguna túnica negra.
"Puede que no tengan nada que ver..." pensé esperanzado. Vampiros o no, debería colaborar con ellos si quería salir de aquel entuerto.
Cuando el hombre-roedor acabo su discurso, las jaulas se abrieron y se armo una buena. La mujer licántropo transformo parcialmente sus manos para darle las formas de unas garras de lobo, ante mi más absoluta admiración. Sin embargo, aquel acto no era para nada inteligente. Yo valoraba mucho la fuerza de los licántropos, pero enfrentarse sólo a una docena de personas es algo excesivo. Pese a todo, no pudo cometer aquel suicido gracias a que uno de los vampiros la cogió y se la llevó arrastras alejándola del peligro.
Mientras tanto, yo me había quedado parado como un imbécil, viendo el espectáculo. Cuando me di cuenta, me faltaron piernas para correr, y mientras lo hacía lleve instintivamente mi mano a la espalda para desenvainar mi... mi...
-¡MIERDA! - maldije tras sentir como el espacio de mi espalda, donde solía estar mi espada, estaba vació, tras buscarlo varias veces con la mano. -¡CABRONES! - el lobo de mi interior se revolvió con furia y, por una vez, estuvimos de acuerdo en que teníamos que degollar a aquella gente.
No obstante, el acuerdo duró poco. Pronto mi sentido de la lógica me recordó que imitar la táctica de la chica licántropa era algo estúpido. Así pues, me mordí el labio furioso y me giré mientras el gentío comenzaba la persecución empuñando sus armas.
Salí corriendo en la dirección que creía haber visto al resto. Y acerté, dado que casi choco con ellos, que se habían quedado parados refugiados tras un árbol. Obstáculo que no sería un gran problema para los perseguidores que nos pisaban los talones.
-¡CORRED! - les advertí apremiándoles con la mano, dando una dirección para la huida -¡YA VIENEN!
La verdad, el miedo me atemorizaba. Esperaba encontrar un escondite pronto desde el cual urdir un plan que no fuera sólo correr por el bosque. La enfermedad que infestaba mi organismo había mermado mi resistencia física de una forma catastrófica. No podría seguir corriendo durante mucho más tiempo, y eso que acaba de empezar a correr. Luego, por otro lado, el lobo de mi interior estaba eufórico por salir tras nuestro ultimo "enfrentamiento". Y debido a mi estado anímico no creía que pudiera ofrecer mucha resistencia. Y ese otro yo, no hacía distinciones entre amigos y enemigos.
_______________________________________________________________________________________________________
Off-rol
*: Hago mención a mi habilidad de nivel 0 "Un solo ser", que me da una personalización nocturna de -5 en destreza, inteligencia y sabiduría durante la noche. A parte de hacerme más propenso a la transformación, cuya forma no controlo.
"¿Cómo demonios han averiguado que soy un licántropo?" me pregunté una vez me reincorporaba en la jaula, intentando concentrarme en el lugar en el que estaba. "Y parece que no soy el único." noté mirando como presentaban también a una chica que estaba en la jaula de al lado.
También miré a los otros dos sujetos. Sino había oído mal habían dicho que eran vampiros, y que aquello podría convertirse en una pelea de razas si no nos mataban antes. Intenté fijarme en la indumentaria de los vampiros, pero no pude vislumbrar ninguna túnica negra.
"Puede que no tengan nada que ver..." pensé esperanzado. Vampiros o no, debería colaborar con ellos si quería salir de aquel entuerto.
Cuando el hombre-roedor acabo su discurso, las jaulas se abrieron y se armo una buena. La mujer licántropo transformo parcialmente sus manos para darle las formas de unas garras de lobo, ante mi más absoluta admiración. Sin embargo, aquel acto no era para nada inteligente. Yo valoraba mucho la fuerza de los licántropos, pero enfrentarse sólo a una docena de personas es algo excesivo. Pese a todo, no pudo cometer aquel suicido gracias a que uno de los vampiros la cogió y se la llevó arrastras alejándola del peligro.
Mientras tanto, yo me había quedado parado como un imbécil, viendo el espectáculo. Cuando me di cuenta, me faltaron piernas para correr, y mientras lo hacía lleve instintivamente mi mano a la espalda para desenvainar mi... mi...
-¡MIERDA! - maldije tras sentir como el espacio de mi espalda, donde solía estar mi espada, estaba vació, tras buscarlo varias veces con la mano. -¡CABRONES! - el lobo de mi interior se revolvió con furia y, por una vez, estuvimos de acuerdo en que teníamos que degollar a aquella gente.
No obstante, el acuerdo duró poco. Pronto mi sentido de la lógica me recordó que imitar la táctica de la chica licántropa era algo estúpido. Así pues, me mordí el labio furioso y me giré mientras el gentío comenzaba la persecución empuñando sus armas.
Salí corriendo en la dirección que creía haber visto al resto. Y acerté, dado que casi choco con ellos, que se habían quedado parados refugiados tras un árbol. Obstáculo que no sería un gran problema para los perseguidores que nos pisaban los talones.
-¡CORRED! - les advertí apremiándoles con la mano, dando una dirección para la huida -¡YA VIENEN!
La verdad, el miedo me atemorizaba. Esperaba encontrar un escondite pronto desde el cual urdir un plan que no fuera sólo correr por el bosque. La enfermedad que infestaba mi organismo había mermado mi resistencia física de una forma catastrófica. No podría seguir corriendo durante mucho más tiempo, y eso que acaba de empezar a correr. Luego, por otro lado, el lobo de mi interior estaba eufórico por salir tras nuestro ultimo "enfrentamiento". Y debido a mi estado anímico no creía que pudiera ofrecer mucha resistencia. Y ese otro yo, no hacía distinciones entre amigos y enemigos.
_______________________________________________________________________________________________________
Off-rol
*: Hago mención a mi habilidad de nivel 0 "Un solo ser", que me da una personalización nocturna de -5 en destreza, inteligencia y sabiduría durante la noche. A parte de hacerme más propenso a la transformación, cuya forma no controlo.
Ircan
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Re: [Cerrado] La Última Runa del Cazador [Libre-Noche]
Malditos desgraciado, me encontraba solo y tranquilo sin molestar a nadie mientras intentaba dar caza a muerte a un ciervo. Y fue entonces que sufrí una emboscada por unos hombres-bestia, quien sabe para que, pero me redujeron en un santiamén. Ahora me encuentro encerrado en esta maldita jaula mientras me llevan a quien sabe donde.
- Hay que darnos prisa o el jefe se enfadara con nosotros. Seguro que el espectáculo ya comenzó. - dijo uno de los tipos que estaba cargando la jaula.
- Cállate y sigue andando, no tenemos tiempo que perder. - respondió su compañero.
Podría haberme metido en la conversación para intentar averiguar que era lo que estaba pasando o a donde me llevaban, pero pensándolo bien parecía mas interesante dejar que las cosas siguiesen su curso y encontrarme con alguna agradable sorpresa... ahora que lo pienso detenidamente. Me habrán atrapado pensando que era un lobo salvaje? Aun seguía transformado. Y yo ni cuenta me había dado, supongo que es lo que pasa cuando estás mas unido a tu lado animal que al humano.
Algo perturbó mi pensamiento. Nos estábamos acercando a un sitio donde había mas hombres-bestia. Puedo ver antorchas, lo que parecen ser otros prisionero y... una rata? Que cosas mas peculiares puede encontrarse uno estos días. Están liberando a los prisioneros y... espera... esa es una licántropa?, si, y parece fiera... uy, parece que un tipo esta intentando sacarla de la pelea. Uffff, eso dejara marca.
- Oh no ya comenzó, que hacemos?
- Rápido, liberemos a este. Le diremos al jefe que tenemos a otro participante dentro del juego.
- Que listo eres.
- Lo sé, por eso soy el cerebro en esto equipo.
Ambos bajaron mi jaula. Ambos se ubicaron a cada lado de la puerta de la jaula, incluso mantenían una distancia "prudente". Acaso me tenían miedo... y se supone que estos son mis captores.
- Ahora, ábrela y corre.
Tan pronto la jaula se abrió ambos corrieron lejos de mi. La verdad es que no tenía interés en perseguirlos, ya bastante habían sufrido llevándome tarde ante su jefe... y ni siquiera me llevaron ante su jefe pobres desgraciados.
Decidí echar a correr a donde parecían haber huido el resto de prisioneros, eso me resultaba mas interesante la verdad, y a lo mejor ellos me dirán que les pasó.
Mientras tanto los 2 tipos llegaron corriendo ante su jefe.
- Ustedes donde estaban?
- Capturamos a un licántropo, pero no se preocupe, ya lo soltamos para que este dentro del juego.
- Me están diciendo que llegaron tarde, que capturaron una presa y no la trajeron ante mi, y que ademas la liberaron?
- Emmm... si? - dijeron ambos.
Les dio una bofetada a ambos.
- PAR DE INÚTILES!!!
- Hay que darnos prisa o el jefe se enfadara con nosotros. Seguro que el espectáculo ya comenzó. - dijo uno de los tipos que estaba cargando la jaula.
- Cállate y sigue andando, no tenemos tiempo que perder. - respondió su compañero.
Podría haberme metido en la conversación para intentar averiguar que era lo que estaba pasando o a donde me llevaban, pero pensándolo bien parecía mas interesante dejar que las cosas siguiesen su curso y encontrarme con alguna agradable sorpresa... ahora que lo pienso detenidamente. Me habrán atrapado pensando que era un lobo salvaje? Aun seguía transformado. Y yo ni cuenta me había dado, supongo que es lo que pasa cuando estás mas unido a tu lado animal que al humano.
Algo perturbó mi pensamiento. Nos estábamos acercando a un sitio donde había mas hombres-bestia. Puedo ver antorchas, lo que parecen ser otros prisionero y... una rata? Que cosas mas peculiares puede encontrarse uno estos días. Están liberando a los prisioneros y... espera... esa es una licántropa?, si, y parece fiera... uy, parece que un tipo esta intentando sacarla de la pelea. Uffff, eso dejara marca.
- Oh no ya comenzó, que hacemos?
- Rápido, liberemos a este. Le diremos al jefe que tenemos a otro participante dentro del juego.
- Que listo eres.
- Lo sé, por eso soy el cerebro en esto equipo.
Ambos bajaron mi jaula. Ambos se ubicaron a cada lado de la puerta de la jaula, incluso mantenían una distancia "prudente". Acaso me tenían miedo... y se supone que estos son mis captores.
- Ahora, ábrela y corre.
Tan pronto la jaula se abrió ambos corrieron lejos de mi. La verdad es que no tenía interés en perseguirlos, ya bastante habían sufrido llevándome tarde ante su jefe... y ni siquiera me llevaron ante su jefe pobres desgraciados.
Decidí echar a correr a donde parecían haber huido el resto de prisioneros, eso me resultaba mas interesante la verdad, y a lo mejor ellos me dirán que les pasó.
Mientras tanto los 2 tipos llegaron corriendo ante su jefe.
- Ustedes donde estaban?
- Capturamos a un licántropo, pero no se preocupe, ya lo soltamos para que este dentro del juego.
- Me están diciendo que llegaron tarde, que capturaron una presa y no la trajeron ante mi, y que ademas la liberaron?
- Emmm... si? - dijeron ambos.
Les dio una bofetada a ambos.
- PAR DE INÚTILES!!!
Crey
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Re: [Cerrado] La Última Runa del Cazador [Libre-Noche]
Aquellas bestias gritaban como si fueran... pues... bestias, supongo, tenía sentido, pero de alguna manera tenía que apartar a la mujer de la paliza que iban a darle y no precisamente porque me cayera especialmente bien, sino porque era parte del gremio, sabía pelear, y eran muchos a quienes vencer, sabía que no podría hacerlo yo solo así que lo mejor sería reunir tantos aliados como fuera posible para salir de esta terrible situación otra vez.
Tras el grito y con la mujer a cuestas conseguí alejarme al menos un poco, corrí valientemente como una niña asustada hasta que sentí que ya estaba lo suficientemente lejos, fue entonces cuando los golpes en mi espalda comenzaron a parecerme molesto -¡Suéltame, idiota, los voy a matar a todos, a todos!- Gritaba Katrina enojada; tras caer al piso y conseguir al fin callarla, fuimos alcanzados por alguien más, estaba a punto de entrar en pánico y atacar cuando reconocí la voz de Barbacero -Hombre, que alivio, yo sí entiendo, estos enfermos nos cazan por deporte, como hacen los humanos con ellos, debemos escapar- Escuchaba la explicación de Nicolás cuando fue interrumpido por la mujer que cada vez me resultaba más molesta -Nada de escapar, grandioso equipo, un viejo y un cobarde ¿qué vendrá ahora? ¿Un enfermo?- Apenas terminaba su frase cuando un demente llegó corriendo y casi se estrella contra el grupo.
Salté a un lado para esquivarlo y escuché su advertencia de correr -No conozco a ese, pero si se queda nos puede servir- Intenté motivar a los otros a unirnos pues si nos quedábamos parados solo sería cuestión de tiempo -Lo que nos faltaba, otro cobarde ¿Qué no tienen pantalones ustedes?- Seguía sin poder callarla cuando escuché a alguien más acercarse, seguramente se trataba del primero de los cazadores y eso solo podía significar que escapar sería imposible si no lográbamos deshacernos del perseguidor -Alguien se acerca, hagan silencio- Dije susurrando y avanzando sigilosamente -¡Ningún silencio! ¡No me esconderé como una sabandija!- Gritó la molesta mujer -Si me quieren vengan por mí- Seguía anunciándose a gritos así que con un gesto de la cabeza le sugerí a Nicolás alejarnos un poco y escondernos, con algo de suerte podríamos emboscar a quien intentara acercarse a la chica.
Señalé unos arbustos a mis acompañantes esperando que se ocultaran un rato hasta ver lo que se acercaba y que extrañamente no parecía ser un hombre bestia sino, un lobo bastante raro -¿Una mascota?- Pensé sin decir nada y justo estaba por levantarme cuando noté a alguien más detrás de él -¡Si me quieres, ven por mí!- Le gritó la simpática Katrina notando después que una serpiente saltaba directo a su cabeza -¡Abajo!- Le grité por mera intuición al imaginar que al no ser hombre bestia, podría ser un animal del bosque y tal vez un posible aliado; afortunadamente la serpiente pasó de largo estrellándose contra un árbol pero no sería la única; otras criaturas similares se arrastraban rodeándonos hasta que apareció su controladora, una misteriosa mujer cuya piel era similar a las escamosas pieles reptilianas de las serpientes -Qué rayos es esa cosa- Murmuré mientras detrás de el lobo se erguía la tétrica figura de aquella mujer serpentina en cuya mano derecha llevaba una espada bastante llamativa y en la izquierda una pequeña lanza muy particular.
Tras el grito y con la mujer a cuestas conseguí alejarme al menos un poco, corrí valientemente como una niña asustada hasta que sentí que ya estaba lo suficientemente lejos, fue entonces cuando los golpes en mi espalda comenzaron a parecerme molesto -¡Suéltame, idiota, los voy a matar a todos, a todos!- Gritaba Katrina enojada; tras caer al piso y conseguir al fin callarla, fuimos alcanzados por alguien más, estaba a punto de entrar en pánico y atacar cuando reconocí la voz de Barbacero -Hombre, que alivio, yo sí entiendo, estos enfermos nos cazan por deporte, como hacen los humanos con ellos, debemos escapar- Escuchaba la explicación de Nicolás cuando fue interrumpido por la mujer que cada vez me resultaba más molesta -Nada de escapar, grandioso equipo, un viejo y un cobarde ¿qué vendrá ahora? ¿Un enfermo?- Apenas terminaba su frase cuando un demente llegó corriendo y casi se estrella contra el grupo.
Salté a un lado para esquivarlo y escuché su advertencia de correr -No conozco a ese, pero si se queda nos puede servir- Intenté motivar a los otros a unirnos pues si nos quedábamos parados solo sería cuestión de tiempo -Lo que nos faltaba, otro cobarde ¿Qué no tienen pantalones ustedes?- Seguía sin poder callarla cuando escuché a alguien más acercarse, seguramente se trataba del primero de los cazadores y eso solo podía significar que escapar sería imposible si no lográbamos deshacernos del perseguidor -Alguien se acerca, hagan silencio- Dije susurrando y avanzando sigilosamente -¡Ningún silencio! ¡No me esconderé como una sabandija!- Gritó la molesta mujer -Si me quieren vengan por mí- Seguía anunciándose a gritos así que con un gesto de la cabeza le sugerí a Nicolás alejarnos un poco y escondernos, con algo de suerte podríamos emboscar a quien intentara acercarse a la chica.
Señalé unos arbustos a mis acompañantes esperando que se ocultaran un rato hasta ver lo que se acercaba y que extrañamente no parecía ser un hombre bestia sino, un lobo bastante raro -¿Una mascota?- Pensé sin decir nada y justo estaba por levantarme cuando noté a alguien más detrás de él -¡Si me quieres, ven por mí!- Le gritó la simpática Katrina notando después que una serpiente saltaba directo a su cabeza -¡Abajo!- Le grité por mera intuición al imaginar que al no ser hombre bestia, podría ser un animal del bosque y tal vez un posible aliado; afortunadamente la serpiente pasó de largo estrellándose contra un árbol pero no sería la única; otras criaturas similares se arrastraban rodeándonos hasta que apareció su controladora, una misteriosa mujer cuya piel era similar a las escamosas pieles reptilianas de las serpientes -Qué rayos es esa cosa- Murmuré mientras detrás de el lobo se erguía la tétrica figura de aquella mujer serpentina en cuya mano derecha llevaba una espada bastante llamativa y en la izquierda una pequeña lanza muy particular.
- Mujer Serpiente:
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Bio
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Re: [Cerrado] La Última Runa del Cazador [Libre-Noche]
La huida había sido precipitada y llena de sobresaltos, pues cada pocos pasos Nicolás creía escuchar a alguien siguiéndoles.
Quizás era solo eso, paranoia, pero la inconsistente iluminación, la tensión de huir por la propia vida y el no estar seguro ni con parte del grupo solo acrecentaban sus dudas.
Recordaba que Bio sabía defenderse bastante bien por él mismo, ya que al fin y al cabo a él era a quien le debía el seguir vivo, pero sin arma alguna lo tenían crudo, contando con su propio cuerpo como único armamento.
Antes, sin embargo, recordaba haber escuchado un estremecedor grito desde la garganta de su compañero. Fuera lo que fuera aquello, quizás sirviese como último recurso en el cuerpo a cuerpo, aunque a distancia seguían vendidos.
En parte siguiendo las indicaciones de uno de los otros cautivos, habían echado a correr por el bosque, buscando refugio entre la maleza y el espeso follaje, pero era casi más un estorbo que una ayuda, teniendo en cuenta que la tercera, aquella cambiaformas, no tenía mucho afán por esconder su presencia ante los cazadores.
Barbacero reparó en que la mayor parte de los árboles eran de corteza ancha y hoja caduca, y parecía que ya estaban empezando a mudar como si de serpientes se tratasen, por lo que tras dar un par de toques contra un pedazo de corteza caída decidió llevarla consigo a modo de improvisado broquel. No era ni por asomo tan resistente como el suyo, pero menos da una piedra.
Un siseo alertó nuevamente a los miembros de esta apresurada comitiva, quienes contemplaron hacinados cómo un ofidio se abalanzaba sobre la tal Katrina.
¡Abajo!, gritó Bio.
El aviso de su líder bastó para que la mujer licántropo evitase al peligroso animal, pero lo peor aún estaba por llegar, pues a falta de una debían de haber otras cuatro o cinco entre los matojos, además de la que parecía su dueña, o al menos compinche de las bestias.
Armada como iba sería un peligro, pues a falta de un arma portaba dos, aunque ninguna de las dos eran ni su lanza ni su escudo.
Maldita sea, ¿quién será el cornudo que tenga mi equipamiento?, barrenaba Barbacero en su fuero interno.
Katrina, Bio y él parecían rodeados, y en la espesura costaba distinguir al resto de fugitivos, si es que siquiera estaban cerca, por lo que el combate sería reñido y rápido, para bien o para mal.
¡Yo neutralizaré a esta!, indicó el guerrero mientras se abalanzaba sobre ella, madera en alza.
¡Encargáos de las serpientes, son demasiado ágiles para mí!
Nicolás rezaba lo poco que sabía de memoria, pues la corteza no debía de ser demasiado resistente y probablemente un par de golpes bien dados la partirían con facilidad, pero mientras podría ganarle algo de tiempo a sus compañeros.
Quizás era solo eso, paranoia, pero la inconsistente iluminación, la tensión de huir por la propia vida y el no estar seguro ni con parte del grupo solo acrecentaban sus dudas.
Recordaba que Bio sabía defenderse bastante bien por él mismo, ya que al fin y al cabo a él era a quien le debía el seguir vivo, pero sin arma alguna lo tenían crudo, contando con su propio cuerpo como único armamento.
Antes, sin embargo, recordaba haber escuchado un estremecedor grito desde la garganta de su compañero. Fuera lo que fuera aquello, quizás sirviese como último recurso en el cuerpo a cuerpo, aunque a distancia seguían vendidos.
En parte siguiendo las indicaciones de uno de los otros cautivos, habían echado a correr por el bosque, buscando refugio entre la maleza y el espeso follaje, pero era casi más un estorbo que una ayuda, teniendo en cuenta que la tercera, aquella cambiaformas, no tenía mucho afán por esconder su presencia ante los cazadores.
Barbacero reparó en que la mayor parte de los árboles eran de corteza ancha y hoja caduca, y parecía que ya estaban empezando a mudar como si de serpientes se tratasen, por lo que tras dar un par de toques contra un pedazo de corteza caída decidió llevarla consigo a modo de improvisado broquel. No era ni por asomo tan resistente como el suyo, pero menos da una piedra.
Un siseo alertó nuevamente a los miembros de esta apresurada comitiva, quienes contemplaron hacinados cómo un ofidio se abalanzaba sobre la tal Katrina.
¡Abajo!, gritó Bio.
El aviso de su líder bastó para que la mujer licántropo evitase al peligroso animal, pero lo peor aún estaba por llegar, pues a falta de una debían de haber otras cuatro o cinco entre los matojos, además de la que parecía su dueña, o al menos compinche de las bestias.
Armada como iba sería un peligro, pues a falta de un arma portaba dos, aunque ninguna de las dos eran ni su lanza ni su escudo.
Maldita sea, ¿quién será el cornudo que tenga mi equipamiento?, barrenaba Barbacero en su fuero interno.
Katrina, Bio y él parecían rodeados, y en la espesura costaba distinguir al resto de fugitivos, si es que siquiera estaban cerca, por lo que el combate sería reñido y rápido, para bien o para mal.
¡Yo neutralizaré a esta!, indicó el guerrero mientras se abalanzaba sobre ella, madera en alza.
¡Encargáos de las serpientes, son demasiado ágiles para mí!
Nicolás rezaba lo poco que sabía de memoria, pues la corteza no debía de ser demasiado resistente y probablemente un par de golpes bien dados la partirían con facilidad, pero mientras podría ganarle algo de tiempo a sus compañeros.
Nicolás Barbacero
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Re: [Cerrado] La Última Runa del Cazador [Libre-Noche]
Yo me había escondido justo al otro lado de la maleza, al haber sido el que dio el aviso tuve más tiempo para esconderme. También ayudé el hecho de que la licántropa suicida sirviera perfectamente de distracción, ya que el sigilo no se le daba nada bien. De repente, apareció un lobo negro más grande de lo normal.
"¿Tienen un huargo?" fue lo primero que pensé al ver el tamaño del lobo.
"¿Qué más dará? ¡Déjame salir y nos los comeremos a todos!" volvió a atacar el lobo de interior produciéndome un fuerte dolor de cabeza.
Volví asomarme, entre las hojas de mi escondite, y vi como una especie de mujer-serpiente había seguido al huargo, que más que buscarnos, parecía que su principal objetivo era huir, por lo que lo tache de mi lista mental de posibles enemigos. Fue entonces cuando la licántropo suicida salió de su escondite desvelando consigo a sus compañeros.
"Bueno, al menos ya se que no soy el peor de los licántropos" pensé con cierto alivio. "¿Nadie le ha enseñado a esta chica que a los lobos lo que les gusta es cazar, y no sólo ir de frente como si fuéramos toros?"
Sin previo aviso, comenzaron a salir serpientes de la maleza cercana a la chica. Uno de los hombres salio de su escondite y la salvó de ser mordida, pero parecían estar completamente rodeados. Mientras la mujer-serpiente disfrutaba del espectaculo.
"¿Las está controlando ella?" elucubré rascándome el mentón, intentando hacer caso omiso al dolor de cabeza que me producia mi lobo interno con tanto "¡Matar! ¡Matar! ¡Matar!"
Sin embargo, la risa de la mujer no le duró mucho tiempo. Imitando un poco a su compañero, otro hombre salio de la maleza armado con una corteza de árbol, empujando a la mujer con un duro golpe, algo que hizo que las serpientes se desorientaran un poco.
"Hay que matar la cabeza de la serpiente"
"Si, ¡Matar! ¡Matar! ¡A por su hígado!"
Con toda aquellas intervenciones de mi lobo interno sería difícil ser de ayuda, pero debía intentarlo. Además, vi que la mujer estaba usando mi espada, y eso era algo muy personal. Un presente demasiado intimo y que me había costado demasiado conseguir.
Busqué en el suelo algo que pudiera usar como arma, pero sólo había piedras. Cogí dos con ambas manos y salí corriendo a ayudar al hombre que peleaba con la mujer serpiente.
Gracias a que esté la mantenía entretenida, con bastante habilidad, está no se percató de que me acercaba. Pero, cuando apenas me faltaban unos pasos más para alcanzarla bien con una pedrada, la corteza con la que el hombre se protegía se rompió, quedando a merced del próximo ataque que seguramente sería mortal.
Lancé una de las piedras que llevaba, de una forma muy poco habilidosa y sin que en verdad presentara ningún peligro. La mujer, por alguna de las habilidades que podría tener, averiguó de donde venía la piedra y la esquivo con una insultante velocidad. Yo aún seguía corriendo, pero viendo que se había desvanecido el factor sorpresa, me detuve todo lo más rápido que pude. Y menos mal, pues la mujer serpiente se zarandeo, de una forma bastante acrobática, haciendo una semi voltereta que le dejo muy cerca de mi. Pero calculó mal, pues seguramente no esperaba que yo me detendría, y dio un tajo al aire, muy cerca de mi vientre. Yo cargué la mano en la que aún tenía la piedra y furioso, porque habían osado usar mi propia espada para matarme, lancé la piedra con todas mis fuerzas a bocajarro, impactando de lleno en la frente de la mujer, y provocando al instante una profunda brecha de la cual comenzó a emanar sangre.
"Vaya, en este caso la frase de menos da una piedra, no se ha cumplido mucho." pensé, mientras sonreía de forma graciosa al recordar la frase que tanto había escuchado. "Sin duda las piedras son muy útiles."
-Gracias por distraerla. - agradecí al hombre mientras me agachaba a coger mi espada en manos del inerte cuerpo de la mujer. No sabía si la había matado o solo dejado inconsciente y tampoco me importaba. -Vamos, hay que ayudar a los demás. - dije apretando fuertemente la empuñadura de mi espada.
Ahora que teníamos algo para cortar a aquellas serpientes, todo sería más fácil.
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Off rol: para no extenderme mucho más y no acaparar toda la acción de este combate. Dejo a las serpientes al resto, con la posibilidad de usar a Ircan para cortarles las cabezas si lo ven necesario.
"¿Tienen un huargo?" fue lo primero que pensé al ver el tamaño del lobo.
"¿Qué más dará? ¡Déjame salir y nos los comeremos a todos!" volvió a atacar el lobo de interior produciéndome un fuerte dolor de cabeza.
Volví asomarme, entre las hojas de mi escondite, y vi como una especie de mujer-serpiente había seguido al huargo, que más que buscarnos, parecía que su principal objetivo era huir, por lo que lo tache de mi lista mental de posibles enemigos. Fue entonces cuando la licántropo suicida salió de su escondite desvelando consigo a sus compañeros.
"Bueno, al menos ya se que no soy el peor de los licántropos" pensé con cierto alivio. "¿Nadie le ha enseñado a esta chica que a los lobos lo que les gusta es cazar, y no sólo ir de frente como si fuéramos toros?"
Sin previo aviso, comenzaron a salir serpientes de la maleza cercana a la chica. Uno de los hombres salio de su escondite y la salvó de ser mordida, pero parecían estar completamente rodeados. Mientras la mujer-serpiente disfrutaba del espectaculo.
"¿Las está controlando ella?" elucubré rascándome el mentón, intentando hacer caso omiso al dolor de cabeza que me producia mi lobo interno con tanto "¡Matar! ¡Matar! ¡Matar!"
Sin embargo, la risa de la mujer no le duró mucho tiempo. Imitando un poco a su compañero, otro hombre salio de la maleza armado con una corteza de árbol, empujando a la mujer con un duro golpe, algo que hizo que las serpientes se desorientaran un poco.
"Hay que matar la cabeza de la serpiente"
"Si, ¡Matar! ¡Matar! ¡A por su hígado!"
Con toda aquellas intervenciones de mi lobo interno sería difícil ser de ayuda, pero debía intentarlo. Además, vi que la mujer estaba usando mi espada, y eso era algo muy personal. Un presente demasiado intimo y que me había costado demasiado conseguir.
Busqué en el suelo algo que pudiera usar como arma, pero sólo había piedras. Cogí dos con ambas manos y salí corriendo a ayudar al hombre que peleaba con la mujer serpiente.
Gracias a que esté la mantenía entretenida, con bastante habilidad, está no se percató de que me acercaba. Pero, cuando apenas me faltaban unos pasos más para alcanzarla bien con una pedrada, la corteza con la que el hombre se protegía se rompió, quedando a merced del próximo ataque que seguramente sería mortal.
Lancé una de las piedras que llevaba, de una forma muy poco habilidosa y sin que en verdad presentara ningún peligro. La mujer, por alguna de las habilidades que podría tener, averiguó de donde venía la piedra y la esquivo con una insultante velocidad. Yo aún seguía corriendo, pero viendo que se había desvanecido el factor sorpresa, me detuve todo lo más rápido que pude. Y menos mal, pues la mujer serpiente se zarandeo, de una forma bastante acrobática, haciendo una semi voltereta que le dejo muy cerca de mi. Pero calculó mal, pues seguramente no esperaba que yo me detendría, y dio un tajo al aire, muy cerca de mi vientre. Yo cargué la mano en la que aún tenía la piedra y furioso, porque habían osado usar mi propia espada para matarme, lancé la piedra con todas mis fuerzas a bocajarro, impactando de lleno en la frente de la mujer, y provocando al instante una profunda brecha de la cual comenzó a emanar sangre.
"Vaya, en este caso la frase de menos da una piedra, no se ha cumplido mucho." pensé, mientras sonreía de forma graciosa al recordar la frase que tanto había escuchado. "Sin duda las piedras son muy útiles."
-Gracias por distraerla. - agradecí al hombre mientras me agachaba a coger mi espada en manos del inerte cuerpo de la mujer. No sabía si la había matado o solo dejado inconsciente y tampoco me importaba. -Vamos, hay que ayudar a los demás. - dije apretando fuertemente la empuñadura de mi espada.
Ahora que teníamos algo para cortar a aquellas serpientes, todo sería más fácil.
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Off rol: para no extenderme mucho más y no acaparar toda la acción de este combate. Dejo a las serpientes al resto, con la posibilidad de usar a Ircan para cortarles las cabezas si lo ven necesario.
Ircan
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Re: [Cerrado] La Última Runa del Cazador [Libre-Noche]
Raudamente corrí en busca de los que podrían darme respuesta a mis dudas y con quienes. a lo mejor. también podría compartir una bonita velada.
Tristemente mis deseos de platicar con los atemorizados extraños se esfumó. Un grito de advertencia hizo que me percatase de que alguien me seguía. Un rápido vistazo fue lo único que necesite para verlo. Una mujer serpiente con una espada en mano corría hacia mi con lo que parecía no ser buenas intenciones. Ya decía yo que escuchar pasos detrás de uno mismo en el bosque era demasiado sospechoso estos días. Mas la persecución fue corta.
Uno de los tipos que estaban tras el árbol arrancó un pedazo de corteza usándolo a modo de escudo, sin duda el sujeto apestaba a vampiro.. Este saltó contra la mujer serpiente, la cual al parecer había liberado a varias serpientes para darnos caza. El escudado derribo a la mujer apresándola en el suelo con su escudo improvisado, mas este no aguantaría mucho.
De los arbustos salio otro tipo dispuesto a acabar con el enemigo, el cual se había liberado del apresamiento, solo para morir de una pedrada por el nuevo participante en la pelea. Este resultaba algo familiar. Su aroma... no hay duda, es uno de nosotros, otro licántropo. No comprendo porque arriesgarse a un combate directo contra esa mujer pudiendo usar sus garras o colmillos. El sabrá lo que hace, mas no abandonaré a los míos.
Parece que la acción había comenzado, el tiempo de las presentaciones sería luego. Ahora hemos de luchar.
Con la decisión en mi espíritu deje que mi instinto me embriagara de excitación y me brindara el poder que siempre disfruto. Totalmente emocionado corrí hacia la primera serpiente que vi y en un momento cerré mis fauces en su cuello. No tuvo oportunidad ni de reaccionar. Con un movimiento de hocico lance su inerte cuerpo y di un aullido de regocijo en el cual estaban ocultas unas palabras que solo los lobos entienden. ¡hora de cazar!
Tristemente mis deseos de platicar con los atemorizados extraños se esfumó. Un grito de advertencia hizo que me percatase de que alguien me seguía. Un rápido vistazo fue lo único que necesite para verlo. Una mujer serpiente con una espada en mano corría hacia mi con lo que parecía no ser buenas intenciones. Ya decía yo que escuchar pasos detrás de uno mismo en el bosque era demasiado sospechoso estos días. Mas la persecución fue corta.
Uno de los tipos que estaban tras el árbol arrancó un pedazo de corteza usándolo a modo de escudo, sin duda el sujeto apestaba a vampiro.. Este saltó contra la mujer serpiente, la cual al parecer había liberado a varias serpientes para darnos caza. El escudado derribo a la mujer apresándola en el suelo con su escudo improvisado, mas este no aguantaría mucho.
De los arbustos salio otro tipo dispuesto a acabar con el enemigo, el cual se había liberado del apresamiento, solo para morir de una pedrada por el nuevo participante en la pelea. Este resultaba algo familiar. Su aroma... no hay duda, es uno de nosotros, otro licántropo. No comprendo porque arriesgarse a un combate directo contra esa mujer pudiendo usar sus garras o colmillos. El sabrá lo que hace, mas no abandonaré a los míos.
Parece que la acción había comenzado, el tiempo de las presentaciones sería luego. Ahora hemos de luchar.
Con la decisión en mi espíritu deje que mi instinto me embriagara de excitación y me brindara el poder que siempre disfruto. Totalmente emocionado corrí hacia la primera serpiente que vi y en un momento cerré mis fauces en su cuello. No tuvo oportunidad ni de reaccionar. Con un movimiento de hocico lance su inerte cuerpo y di un aullido de regocijo en el cual estaban ocultas unas palabras que solo los lobos entienden. ¡hora de cazar!
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Re: [Cerrado] La Última Runa del Cazador [Libre-Noche]
Justo cuando la mujer serpiente se lanzaba al ataque sentí que algo me abrazaba la pierna -Oh, vamos Nicolás, suéltame la pie...- No terminé la frase pues al ver al vampiro corriendo con un escudo improvisado entendí que no era él quien me estaba rodeando la pierna sino una enorme y espantosa serpiente -¡¡Ooooh Raaaayos!!- Exclamé sacudiendo la pierna con fuerza para deshacerme de esa cosa; Barbacero había conseguido acercarse a aquella fiera mujer y tras un valiente esfuerzo consiguió llevarla al piso al igual que yo por mi parte... caía... al piso... sacudiendo la pierna con aquella serpiente apretándome cada vez más.
Tomé una piedra de del piso y la usé para golpear a la serpiente en la cabeza pro ésta acabó por esquivar y acabé golpeando mi propia rodilla -Juro que te convertiré en un par de zapatos- Amenacé mientras con un nuevo ataque conseguía esta vez impactar directo en el cráneo de la víbora y ponerla a dormir; cuando volví a levantarme mientras veía que ahora el otro sujeto se lanzaba contra la serpiente usando también ¿Piedras? -Bueno, podría ser peor- Dije despreocupado mientras usaba la misma serpiente atontada como un látigo para golpear a las otras al tiempo que intentaba desesperadamente no golpearme a mí mismo por accidente.
Salían cada vez más y a pesar que el nuevo lobo se las estaba ¿Comiendo? -No juzgues Bio, cada quién pelea a su manera- Pensé mientras seguía repeliendo serpientes con mi improvisado látigo hasta que la criatura se rompió a la mitad -Ya no las hacen como antes- Murmuré de mala gana; las serpientes comenzaban a caer de los árboles ¡De los árboles! ¿Para qué subían si luego se iban a dejar caer? Y peor aún ¿Cómo rayos subían? En fin, había problemas más importantes de momento pero el final de los problemas llegaría cuando entre Nicolás y el otro chico lograron vencer a la líder -Miren, se van- Señalé a las serpientes que comenzaban a retirarse aunque algunas quedaban regadas entre nosotros -¡Eso es! ¿Quién sigue?- Dijo Katrina excitada y con sed de batalla -Seguimos nosotros si sigues de imprudente- Dije tomándola por el brazo y tratando de hacerla andar pero sólo conseguí un empujón.
Estaba furiosa, vaya que lo estaba, no todos los días te atrapan para tratarte como una presa de caza, pero yo ya había pasado por eso antes y sabía que se pondría cada vez más difícil -Si quieres escapar, vete, huye, no necesito cobardes en mi grupo; tengo al hombre tronco, el chico piedras, y a mandíbulas- Señaló los otros cazados -Pues a ver, señorita valiente ¿Cuál es tu plan? Porque tienes un plan ¿Verdad?- Al menos uno de nosotros estaba armado, si tendíamos una emboscada tal vez podríamos esperarlos y -No necesitamos un plan, Bio, iremos matándolos a todos hasta llegar al jefe- Apretó los puños y puso una pierna sobre la cabeza de la cazadora caída -Ah, genial, no sé cómo no se me ocurrió- Comenté con sarcasmo -Si vamos a hacer esto necesitamos hacerlo bien para que TODOS podamos salir- Hice énfasis en todos por la necesidad de mantenernos unidos -La Señorita Simpatía y yo somos del Gremio de informantes, podremos tramar un plan, Sé que cuento con Nicolás- Señalé al vampiro que ya se había ganado mi confianza antes -¿Tú estás con nosotros? Chico de la espada- Pregunté al desconocido -Generalmente aparecen de uno en uno, así que podremos doblegarlos entre los cuatro- Fui interrumpido por Katrina -Cinco, querrás decir- Señaló al otro lobo comeserpientes -¿Estás con nosotros, pequeño?- Le dijo de un modo cariñoso rara vez visto en ella.
Finalmente teníamos un respiro para organizarnos, conocernos y planear una estrategia, aunque esta paz no duraría mucho y el siguiente peligro no tardaría en llegar -¿Escuchan eso?- Pregunté al grupo mientras el piso parecía moverse -Algo se acerca, si están con nosotros, es momento de las ideas, si no lo están, pueden tratar de escapar mientras les damos tiempo; entre los que quedemos podemos luchar contra lo que ¿QUÉ RAYOS ES ESA COSA?- Terminé gritando alarmado al ver una enorme y poderosa criatura que acababa de arrancar un árbol con la cabeza, literalmente -Igual que las serpientes- Dijo Katrina apretando los puños -Eviten a la bestia, ataquen a quien va sobre ella- Señaló al jinete de la criatura quien llevaba en sus manos algo que me resultaba conocido, la lanza de Nicolás y un escudo en su espalda.
Tomé una piedra de del piso y la usé para golpear a la serpiente en la cabeza pro ésta acabó por esquivar y acabé golpeando mi propia rodilla -Juro que te convertiré en un par de zapatos- Amenacé mientras con un nuevo ataque conseguía esta vez impactar directo en el cráneo de la víbora y ponerla a dormir; cuando volví a levantarme mientras veía que ahora el otro sujeto se lanzaba contra la serpiente usando también ¿Piedras? -Bueno, podría ser peor- Dije despreocupado mientras usaba la misma serpiente atontada como un látigo para golpear a las otras al tiempo que intentaba desesperadamente no golpearme a mí mismo por accidente.
Salían cada vez más y a pesar que el nuevo lobo se las estaba ¿Comiendo? -No juzgues Bio, cada quién pelea a su manera- Pensé mientras seguía repeliendo serpientes con mi improvisado látigo hasta que la criatura se rompió a la mitad -Ya no las hacen como antes- Murmuré de mala gana; las serpientes comenzaban a caer de los árboles ¡De los árboles! ¿Para qué subían si luego se iban a dejar caer? Y peor aún ¿Cómo rayos subían? En fin, había problemas más importantes de momento pero el final de los problemas llegaría cuando entre Nicolás y el otro chico lograron vencer a la líder -Miren, se van- Señalé a las serpientes que comenzaban a retirarse aunque algunas quedaban regadas entre nosotros -¡Eso es! ¿Quién sigue?- Dijo Katrina excitada y con sed de batalla -Seguimos nosotros si sigues de imprudente- Dije tomándola por el brazo y tratando de hacerla andar pero sólo conseguí un empujón.
Estaba furiosa, vaya que lo estaba, no todos los días te atrapan para tratarte como una presa de caza, pero yo ya había pasado por eso antes y sabía que se pondría cada vez más difícil -Si quieres escapar, vete, huye, no necesito cobardes en mi grupo; tengo al hombre tronco, el chico piedras, y a mandíbulas- Señaló los otros cazados -Pues a ver, señorita valiente ¿Cuál es tu plan? Porque tienes un plan ¿Verdad?- Al menos uno de nosotros estaba armado, si tendíamos una emboscada tal vez podríamos esperarlos y -No necesitamos un plan, Bio, iremos matándolos a todos hasta llegar al jefe- Apretó los puños y puso una pierna sobre la cabeza de la cazadora caída -Ah, genial, no sé cómo no se me ocurrió- Comenté con sarcasmo -Si vamos a hacer esto necesitamos hacerlo bien para que TODOS podamos salir- Hice énfasis en todos por la necesidad de mantenernos unidos -La Señorita Simpatía y yo somos del Gremio de informantes, podremos tramar un plan, Sé que cuento con Nicolás- Señalé al vampiro que ya se había ganado mi confianza antes -¿Tú estás con nosotros? Chico de la espada- Pregunté al desconocido -Generalmente aparecen de uno en uno, así que podremos doblegarlos entre los cuatro- Fui interrumpido por Katrina -Cinco, querrás decir- Señaló al otro lobo comeserpientes -¿Estás con nosotros, pequeño?- Le dijo de un modo cariñoso rara vez visto en ella.
Finalmente teníamos un respiro para organizarnos, conocernos y planear una estrategia, aunque esta paz no duraría mucho y el siguiente peligro no tardaría en llegar -¿Escuchan eso?- Pregunté al grupo mientras el piso parecía moverse -Algo se acerca, si están con nosotros, es momento de las ideas, si no lo están, pueden tratar de escapar mientras les damos tiempo; entre los que quedemos podemos luchar contra lo que ¿QUÉ RAYOS ES ESA COSA?- Terminé gritando alarmado al ver una enorme y poderosa criatura que acababa de arrancar un árbol con la cabeza, literalmente -Igual que las serpientes- Dijo Katrina apretando los puños -Eviten a la bestia, ataquen a quien va sobre ella- Señaló al jinete de la criatura quien llevaba en sus manos algo que me resultaba conocido, la lanza de Nicolás y un escudo en su espalda.
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Bio
Aerandiano de honor
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Re: [Cerrado] La Última Runa del Cazador [Libre-Noche]
El escudo improvisado no tardó en romper, pues no hay comparación alguna entre las durezas de una espada apropiada y un cacho de corteza seca.
Pardiez, es buena.
Los movimientos de su oponente eran demasiado ágiles para un hombre acostumbrado a combates frente contra frente, y la vegetación no ayudaba en absoluto.
Un nuevo embate, este a unas pulgadas de distancia, mantuvo a Barbacero a raya, pero por fin recibía asistencia de otro de los prisioneros, uno de los que había sido identificado como hombre-lobo. Tremenda pedrada contra la frente, la tipa no tuvo oportunidad ante eso. Parecía haber sido algo personal, ya que su compañero le arrebató la espada al fiambre, como si fuese suya.
Bien jugado, pensé que no la contábamos.
Miren, se van, indicó Bio.
Los otros parecían estar acabando de ahuyentar a los ofidios. Bueno, al menos los humanoides, porque el chucho seguía royendo a los que pillaba por el camino.
Apenas empezaba a retomar el aliento cuando pudo escuchar una nueva discusión con la mujer.
Si quieres escapar, vete, huye, no necesito cobardes en mi grupo; tengo al hombre tronco, el chico piedras, y a mandíbulas
Pues a ver, señorita valiente ¿Cuál es tu plan? Porque tienes un plan, ¿verdad?
No necesitamos un plan, Bio, iremos matándolos a todos hasta llegar al jefe.
Como si eso fuese tan fácil, apuntilló Barbacero. Os recuerdo que estamos en medio de Dios sabe dónde.
Si vamos a hacer esto necesitamos hacerlo bien para que TODOS podamos salir.
Durante el intercambio de ideas el grupo pudo enterarse de que tanto el vampiro como Katrina pertenecían a un tal Gremio de informantes, fuese lo que fuese aquello. Probablemente sería otro nombre rimbombante para hablar de espías.
La conspiración iba a comenzar a dar sus frutos cuando un ruido al principio lejano pero cada vez más próximo interrumpió el silencio de la naturaleza.
¿Escuchan eso?, indicó el líder.
El viejo gladiador intentó agudizar el oído, esperando que aún permaneciesen con él parte de sus sentidos potenciados por la ceguera. Sí, algo sonaba en la distancia... Parecía como un caballo, pero más pesado y lento.
La potente bestia irrumpió en el claro con la fuerza de cien lobos, arrancando de cuajo un árbol cercano con lo que fuese que tenía en el morro. ¿Era aquello un cuerno?
Eviten a la bestia, ataquen a quien va sobre ella, ordenó la mujer.
Efectivamente, una especie de jinete montaba a la criatura, y este iba equipado con armamento que Barbacero no tardó en reconocer.
¡Retruécanos, si son mi lanza y mi escudo! ¡Espera, que te vas a enterar de lo que le ocurre a los ladrones!
El dúo enemigo no tardó en reaccionar, y aunque eran muchos parecían haber seleccionado ya su objetivo: al más grande y ancho.
El antiguo gladiador se encontraba nuevamente desarmado, por lo que todo lo que pudo hacer para el desarrollo del combate fue servir de carnaza, siendo perseguido con furia y ahínco por la bestia cornada.
Durante la persecución, sin embargo, pudo darse cuenta de una cosa antes de caer de bruces contra el suelo por culpa de una gruesa raíz: la criatura embestía con fuerza y una velocidad considerable, pero apenas podía redirigir su marcha una vez había comenzado la carga.
¡No tiene casi maniobrabilidad!, avisó. Rápido, aprovechad que tiene los flancos desprotegidos.
Por su madre y todo lo que está arriba y abajo, ojalá se diesen prisa y derribasen al jinete o probablemente no le diese tiempo a reincorporarse para evitar la siguiente embestida.
Pardiez, es buena.
Los movimientos de su oponente eran demasiado ágiles para un hombre acostumbrado a combates frente contra frente, y la vegetación no ayudaba en absoluto.
Un nuevo embate, este a unas pulgadas de distancia, mantuvo a Barbacero a raya, pero por fin recibía asistencia de otro de los prisioneros, uno de los que había sido identificado como hombre-lobo. Tremenda pedrada contra la frente, la tipa no tuvo oportunidad ante eso. Parecía haber sido algo personal, ya que su compañero le arrebató la espada al fiambre, como si fuese suya.
Bien jugado, pensé que no la contábamos.
Miren, se van, indicó Bio.
Los otros parecían estar acabando de ahuyentar a los ofidios. Bueno, al menos los humanoides, porque el chucho seguía royendo a los que pillaba por el camino.
Apenas empezaba a retomar el aliento cuando pudo escuchar una nueva discusión con la mujer.
Si quieres escapar, vete, huye, no necesito cobardes en mi grupo; tengo al hombre tronco, el chico piedras, y a mandíbulas
Pues a ver, señorita valiente ¿Cuál es tu plan? Porque tienes un plan, ¿verdad?
No necesitamos un plan, Bio, iremos matándolos a todos hasta llegar al jefe.
Como si eso fuese tan fácil, apuntilló Barbacero. Os recuerdo que estamos en medio de Dios sabe dónde.
Si vamos a hacer esto necesitamos hacerlo bien para que TODOS podamos salir.
Durante el intercambio de ideas el grupo pudo enterarse de que tanto el vampiro como Katrina pertenecían a un tal Gremio de informantes, fuese lo que fuese aquello. Probablemente sería otro nombre rimbombante para hablar de espías.
La conspiración iba a comenzar a dar sus frutos cuando un ruido al principio lejano pero cada vez más próximo interrumpió el silencio de la naturaleza.
¿Escuchan eso?, indicó el líder.
El viejo gladiador intentó agudizar el oído, esperando que aún permaneciesen con él parte de sus sentidos potenciados por la ceguera. Sí, algo sonaba en la distancia... Parecía como un caballo, pero más pesado y lento.
La potente bestia irrumpió en el claro con la fuerza de cien lobos, arrancando de cuajo un árbol cercano con lo que fuese que tenía en el morro. ¿Era aquello un cuerno?
Eviten a la bestia, ataquen a quien va sobre ella, ordenó la mujer.
Efectivamente, una especie de jinete montaba a la criatura, y este iba equipado con armamento que Barbacero no tardó en reconocer.
¡Retruécanos, si son mi lanza y mi escudo! ¡Espera, que te vas a enterar de lo que le ocurre a los ladrones!
El dúo enemigo no tardó en reaccionar, y aunque eran muchos parecían haber seleccionado ya su objetivo: al más grande y ancho.
El antiguo gladiador se encontraba nuevamente desarmado, por lo que todo lo que pudo hacer para el desarrollo del combate fue servir de carnaza, siendo perseguido con furia y ahínco por la bestia cornada.
Durante la persecución, sin embargo, pudo darse cuenta de una cosa antes de caer de bruces contra el suelo por culpa de una gruesa raíz: la criatura embestía con fuerza y una velocidad considerable, pero apenas podía redirigir su marcha una vez había comenzado la carga.
¡No tiene casi maniobrabilidad!, avisó. Rápido, aprovechad que tiene los flancos desprotegidos.
Por su madre y todo lo que está arriba y abajo, ojalá se diesen prisa y derribasen al jinete o probablemente no le diese tiempo a reincorporarse para evitar la siguiente embestida.
Nicolás Barbacero
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Re: [Cerrado] La Última Runa del Cazador [Libre-Noche]
"Parece que es verdad eso que dicen Debes de cortar la cabeza de la serpiente" pensé al ver como el resto de las serpientes huían cuando su ama gasto su ultimo aliento de vida.
Aprovechando el momento de tranquilidad, la licántropa y el hombre que había gritado de forma rara comenzaron a discutir sobre las acciones que debíamos de llevar.
-No creo que un ataque directo sea lo más apropiado... intervine para dar mi punto de vista. -¿Que es eso del gremio de informantes?- pregunté curioso al escuchar el nombre de una asociación desconocida. -Parece interesante... y si contad conmigo.-acepté unirme al plan pese a que no me pareciera del todo correcto un plan directo. Pero todo ello carecía de importancia en aquel momento mi mente estaba totalmente distraída en que sería eso del gremio de informantes. "Si son espias y están por todo el mundo a lo mejor..." pensé y miré al hombre del grito y a doña Simpatía "Puede que ellos me puedan ayudar a encontrar una cura." tosí producto de mi enfermedad. "Debo unirme a ellos y averiguar más cosas."
No hubo más tiempo para pensar o hablar, de repente el crujido de un árbol siendo arrancado de cuajo interrumpió todo. Un gigantes animal con un cuerno de gran tamaño encima de su nariz irrumpió en la escena, junto a un jinete armado con una lanza y escudo circular. Apreté la empuñadura de mi espada y resistí de nuevo la tos mientras escuchaba al hombre del tronco soltar maldiciones hacia el nuevo enemigo, parece ser que poseía sus armas así que entendía su enfado. No tardó en abalanzarse sobre el enemigo a pecho descubierto.
"Vaya o es muy temerario o le encanta hacer de cebo" pensé mientras lo acompañaba en la carrera unos pasos por detrás y distanciándome un poco.
Era cierto eso de que teníamos que ir a por el jinete, pero en este caso era bastante difícil acercarse si que te mandarán a volar por los aires. Definitivamente había que incapacitar al animal. Aproveche las acciones del hombre del tronco y me acerqué por los flancos al animal. Aprovechando aquellos momentos en los que el animal se detenía tras dar una embestida, busqué acertar con mi espada en alguno de los tendones. Casualmente, y por ironías de la vida, un punzante dolor de cabeza, producido por el lobo de mi interior que comenzó a agitarse al ver acción, hizo que me llevará la mano a la cabeza y me agachará justo cuando el jinete me había lanzado un envite con la lanza. Aprovechando la oportunidad, y sobre poniéndome al dolor, lancé un tajo a la espalda de la rodilla trasera del animal, con la intención de inmovilizarlo un poco. No se cuanto daño pude causarle, pero me retiré a tiempo antes de dar la oportunidad, tanto a animal como a jinete, de contraatacar.
_______________________________________________________________________________________________________
Off: Lanzó runa para ver cual ha sido el daño infligido al rinoceronte.
Muy mala: nada.
Mala: un ligero rasguño sin importancia.
Normal: pequeña herida.
Buena: herida grave.
Muy buena: corte del tendón.
Aprovechando el momento de tranquilidad, la licántropa y el hombre que había gritado de forma rara comenzaron a discutir sobre las acciones que debíamos de llevar.
-No creo que un ataque directo sea lo más apropiado... intervine para dar mi punto de vista. -¿Que es eso del gremio de informantes?- pregunté curioso al escuchar el nombre de una asociación desconocida. -Parece interesante... y si contad conmigo.-acepté unirme al plan pese a que no me pareciera del todo correcto un plan directo. Pero todo ello carecía de importancia en aquel momento mi mente estaba totalmente distraída en que sería eso del gremio de informantes. "Si son espias y están por todo el mundo a lo mejor..." pensé y miré al hombre del grito y a doña Simpatía "Puede que ellos me puedan ayudar a encontrar una cura." tosí producto de mi enfermedad. "Debo unirme a ellos y averiguar más cosas."
No hubo más tiempo para pensar o hablar, de repente el crujido de un árbol siendo arrancado de cuajo interrumpió todo. Un gigantes animal con un cuerno de gran tamaño encima de su nariz irrumpió en la escena, junto a un jinete armado con una lanza y escudo circular. Apreté la empuñadura de mi espada y resistí de nuevo la tos mientras escuchaba al hombre del tronco soltar maldiciones hacia el nuevo enemigo, parece ser que poseía sus armas así que entendía su enfado. No tardó en abalanzarse sobre el enemigo a pecho descubierto.
"Vaya o es muy temerario o le encanta hacer de cebo" pensé mientras lo acompañaba en la carrera unos pasos por detrás y distanciándome un poco.
Era cierto eso de que teníamos que ir a por el jinete, pero en este caso era bastante difícil acercarse si que te mandarán a volar por los aires. Definitivamente había que incapacitar al animal. Aproveche las acciones del hombre del tronco y me acerqué por los flancos al animal. Aprovechando aquellos momentos en los que el animal se detenía tras dar una embestida, busqué acertar con mi espada en alguno de los tendones. Casualmente, y por ironías de la vida, un punzante dolor de cabeza, producido por el lobo de mi interior que comenzó a agitarse al ver acción, hizo que me llevará la mano a la cabeza y me agachará justo cuando el jinete me había lanzado un envite con la lanza. Aprovechando la oportunidad, y sobre poniéndome al dolor, lancé un tajo a la espalda de la rodilla trasera del animal, con la intención de inmovilizarlo un poco. No se cuanto daño pude causarle, pero me retiré a tiempo antes de dar la oportunidad, tanto a animal como a jinete, de contraatacar.
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Off: Lanzó runa para ver cual ha sido el daño infligido al rinoceronte.
Muy mala: nada.
Mala: un ligero rasguño sin importancia.
Normal: pequeña herida.
Buena: herida grave.
Muy buena: corte del tendón.
Ircan
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Re: [Cerrado] La Última Runa del Cazador [Libre-Noche]
El miembro 'Ircan' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses
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Tyr
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Re: [Cerrado] La Última Runa del Cazador [Libre-Noche]
Parece que alguien había recuperado su arma, aunque aun no llego a entender porque elige luchar en su forma humana antes que transformarse. Bueno mi madre me enseño a ser tolerante con aquellos de nuestra raza que no son tan normales. Y yo que solamente me dedicaba a perseguir al cartero del barrio de pequeño... y hace una semana.
Bueno, bueno, bueno, parece que las serpientes están huyendo, y yo que pensaba que hoy cenaría reptiles. Aunque si era por acción las serpientes no eran para nada necesarias. El tipo de ahí y la licántropa ya estaban dando fiesta... Me llamo mandíbulas? por un momento toque mis diente con la lengua... supongo que realmente no puedo reprocharle que haya decidido llamarme así. Aun siento el sabor de la serpiente en mi boca. Por algún motivo no se han dado cuenta de que soy un licántropo. Acaso mi tamaño desproporcionado no les ayuda un poco a aclarar ese pensamiento? hoy es un día triste para la elocuencia de los de mi raza.
Mis pequeñas desvariaciones mentales se vieron interrumpidas por un invitado nuevo en la obra. Una mujer estaba montando un rinoceronte con lanza y escudo en mano. Mas allá del peligro del que tenia que ser consciente no pude evitar pensar que yo también sentía deseo de montar ese rinoceronte. Podría ser el primer licántropo que cabalgue un rinoceronte.
Desafortunadamente el tipo de barba gris se pudo delante del gran animal, haciendo que el posible dialogo para ver si podía subirse al rinoceronte se volviese totalmente nulo. Acaso la falta de sangre en su estomago no le esta dejando pensar con claridad?... bueno, afortunadamente se salvo, quizás ahora pueda... nada, el otro licántropo corrió para atacar a la bestia. Consiguió hacerle un buen corte, la verdad.
Supongo que visto lo visto solo queda una cosa por hacer. Salí corriendo para ubicarme en el lado contrario en el que se situaba mi compañero de raza. Aproveche que la jinete estaba distraída con él para morder en la parte de atrás de la pata trasera del animal, a lo mejor este terminaría por caer... y puede que entonces si pueda montarlo. Me pediré primero. Solo espero que no me de una patada y me mande a volar.
Muy mala: el rinoceronte da una patada y me manda a volar.
Mala: el rinoceronte no se entera siquiera que le estoy mordiendo.
Normal: le hago una herida en la pata.
Buena: le hago una herida que le provoca un leve dolor.
Muy buena: le hago una herida que le impide mover esa pata sin agonizar por el dolor.
Bueno, bueno, bueno, parece que las serpientes están huyendo, y yo que pensaba que hoy cenaría reptiles. Aunque si era por acción las serpientes no eran para nada necesarias. El tipo de ahí y la licántropa ya estaban dando fiesta... Me llamo mandíbulas? por un momento toque mis diente con la lengua... supongo que realmente no puedo reprocharle que haya decidido llamarme así. Aun siento el sabor de la serpiente en mi boca. Por algún motivo no se han dado cuenta de que soy un licántropo. Acaso mi tamaño desproporcionado no les ayuda un poco a aclarar ese pensamiento? hoy es un día triste para la elocuencia de los de mi raza.
Mis pequeñas desvariaciones mentales se vieron interrumpidas por un invitado nuevo en la obra. Una mujer estaba montando un rinoceronte con lanza y escudo en mano. Mas allá del peligro del que tenia que ser consciente no pude evitar pensar que yo también sentía deseo de montar ese rinoceronte. Podría ser el primer licántropo que cabalgue un rinoceronte.
Desafortunadamente el tipo de barba gris se pudo delante del gran animal, haciendo que el posible dialogo para ver si podía subirse al rinoceronte se volviese totalmente nulo. Acaso la falta de sangre en su estomago no le esta dejando pensar con claridad?... bueno, afortunadamente se salvo, quizás ahora pueda... nada, el otro licántropo corrió para atacar a la bestia. Consiguió hacerle un buen corte, la verdad.
Supongo que visto lo visto solo queda una cosa por hacer. Salí corriendo para ubicarme en el lado contrario en el que se situaba mi compañero de raza. Aproveche que la jinete estaba distraída con él para morder en la parte de atrás de la pata trasera del animal, a lo mejor este terminaría por caer... y puede que entonces si pueda montarlo. Me pediré primero. Solo espero que no me de una patada y me mande a volar.
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Off rol: Lanzo una runa para medir el daño infligido al rinoceronte.Muy mala: el rinoceronte da una patada y me manda a volar.
Mala: el rinoceronte no se entera siquiera que le estoy mordiendo.
Normal: le hago una herida en la pata.
Buena: le hago una herida que le provoca un leve dolor.
Muy buena: le hago una herida que le impide mover esa pata sin agonizar por el dolor.
Crey
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Re: [Cerrado] La Última Runa del Cazador [Libre-Noche]
El miembro 'Crey' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses
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Tyr
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Re: [Cerrado] La Última Runa del Cazador [Libre-Noche]
El pequeño instante de paz era solo enturbiado por la colérica actitud de Katrina, sobre todo cuando el misterioso chico preguntó por el gremio -Ni lo pienses- Dijo Kat con los ojos entrecerrados y los puños apretados -Claro que no- Sonreí relajado -Yo sería incapaz de decir que somos un grupo de- La mano de Kat no tardó mucho en llegar a mi cuello -Idiota, no debes andar divulgando que somos un grupo de espías que recolectan información de- Me soltó para cubrir su boca con ambas manos al tiempo que abría los ojos como platos -Pues sí, eso somos, gracias, yo no lo habría explicado mejor- Añadí para incrementar su nivel de ira al tiempo que aquella enorme bestia irrumpía frente a nosotros -Si algo existe, podemos encontrarlo- Dije al chico como si fuera nuestro frase y luego me alejé a donde Nicolás era perseguido por la criatura, vaya que sabía ganarse el odio de todos.
Todo parecía ir bien hasta que el vampiro cayó al piso y tras él, la enorme criatura se lanzaba decidida a aplastarlo; afortunadamente los otros dos personajes intervinieron atacando al enorme rino desde ambos lados e hiriendo sus patas; yo por mi parte corrí a toda prisa rodeando a la criatura hasta quedar cerca de donde se encontraba Nicolás; llegué justo a tiempo para ver cómo la criatura herida en sus patas se desplomaba al frente y se clavaba de cara en el piso; las hojas volaron y el estruendo se escucharía seguro hasta Beltrexus, adiós al plan de escape sigiloso; sin embargo ya nos preocuparíamos de eso luego.
Desde donde estaba pude ver que Katrina corría desde atrás con sus brazos y piernas a medio transformar, mostrando sus afiladas garras que me deban escalofríos de solo verlas, y entonces supe qué hacer -Hey, aquí, cara de coco- Grité para llamar la atención del jinete al tiempo que daba un salto para caer sobre la cabeza del animal y luego subir corriendo hasta donde se encontraba el jinete quien, confiado y seguro se levantó de su silla y escudándose en el escudo se preparó para darme una estocada con la lanza -Tienes que ser idiota, todos ustedes; vienes contra mí, desarmado y vulnerable- Fanfarroneaba -¿Esperas derrotarme?- Rió con malicia hasta que me detuvo quedando fuera del alcance de su lanza.
Era solo cuestión de tiempo -Yo no...- Respondí dando ligeros pasos atrás -Pero ella está furiosa- Para cuando la señalé ya era demasiado tarde; la licántropa que había trepado incrustando sus garras en la gruesa piel de la criatura, ahora se encontraba tan cerca que apenas le dio tiempo a terminar de voltear para ver como las garras de la agresiva chica le borraban la mitad del rostro, la lanza se dejó caer cuando llevó su mano al rostro ensangrentado; era el momento indicado para acabarlo pero justo entonces la enorme bestia se levantó y nos hizo perder el equilibrio.
Intenté cuando pude mantenerme pero ante tales movimientos no pude más que saltar para evitar ser lanzado; la criatura sacudió su cuerpo como un perro intentando secarse y aunque Katrina con sus garras intentó mantenerse, no lo consiguió; ahora el único a bordo era nuevamente el jinete que ahora contaba solo con su escudo; la sangre goteaba desde su rostro y se dibujaba por los costados de su poderoso corcel ahora más lento y torpe -Los mataré a todos, juro que los mataré a todos- Proclamaba mientras intentaba controlar a la criatura que tras levantarse en sus patas traseras dejó caer las delanteras hacia donde se encontraba antes Nicolás; sería cuestión de tiempo para que intentara aplastarnos a todos; tanto el jinete como el corcel estaban heridos y desangrándose, solo era cuestión de paciencia y resistencia para terminar con esto.
Sin embargo, aquella buena noticia estaba sujeta a la eficiencia con la que consiguiéramos acabar la batalla, se escuchaban algunas voces y pasos acercándose y seguramente no tardarían en llegar; más aún con las pisadas de la criatura avisando a gritos dónde estábamos -¡¡Hay que acabar esto rápido!!- Grité mientras de nuevo Katrina se anclaba son sus garras al muslo trasero del animal y comenzaba de nuevo a trepar para ir por el jinete.
[1] Vaya que les ha ido bien con las runas, y le ha dado un toque más impredecible; ahora solo queda rematar y que Nicolás recupere también su escudo, además de la lanza que cayó y podrá tomarla; sin embargo se acercan más enemigos; pueden manejar a Katrina si lo necesitan. Todo parecía ir bien hasta que el vampiro cayó al piso y tras él, la enorme criatura se lanzaba decidida a aplastarlo; afortunadamente los otros dos personajes intervinieron atacando al enorme rino desde ambos lados e hiriendo sus patas; yo por mi parte corrí a toda prisa rodeando a la criatura hasta quedar cerca de donde se encontraba Nicolás; llegué justo a tiempo para ver cómo la criatura herida en sus patas se desplomaba al frente y se clavaba de cara en el piso; las hojas volaron y el estruendo se escucharía seguro hasta Beltrexus, adiós al plan de escape sigiloso; sin embargo ya nos preocuparíamos de eso luego.
Desde donde estaba pude ver que Katrina corría desde atrás con sus brazos y piernas a medio transformar, mostrando sus afiladas garras que me deban escalofríos de solo verlas, y entonces supe qué hacer -Hey, aquí, cara de coco- Grité para llamar la atención del jinete al tiempo que daba un salto para caer sobre la cabeza del animal y luego subir corriendo hasta donde se encontraba el jinete quien, confiado y seguro se levantó de su silla y escudándose en el escudo se preparó para darme una estocada con la lanza -Tienes que ser idiota, todos ustedes; vienes contra mí, desarmado y vulnerable- Fanfarroneaba -¿Esperas derrotarme?- Rió con malicia hasta que me detuvo quedando fuera del alcance de su lanza.
Era solo cuestión de tiempo -Yo no...- Respondí dando ligeros pasos atrás -Pero ella está furiosa- Para cuando la señalé ya era demasiado tarde; la licántropa que había trepado incrustando sus garras en la gruesa piel de la criatura, ahora se encontraba tan cerca que apenas le dio tiempo a terminar de voltear para ver como las garras de la agresiva chica le borraban la mitad del rostro, la lanza se dejó caer cuando llevó su mano al rostro ensangrentado; era el momento indicado para acabarlo pero justo entonces la enorme bestia se levantó y nos hizo perder el equilibrio.
Intenté cuando pude mantenerme pero ante tales movimientos no pude más que saltar para evitar ser lanzado; la criatura sacudió su cuerpo como un perro intentando secarse y aunque Katrina con sus garras intentó mantenerse, no lo consiguió; ahora el único a bordo era nuevamente el jinete que ahora contaba solo con su escudo; la sangre goteaba desde su rostro y se dibujaba por los costados de su poderoso corcel ahora más lento y torpe -Los mataré a todos, juro que los mataré a todos- Proclamaba mientras intentaba controlar a la criatura que tras levantarse en sus patas traseras dejó caer las delanteras hacia donde se encontraba antes Nicolás; sería cuestión de tiempo para que intentara aplastarnos a todos; tanto el jinete como el corcel estaban heridos y desangrándose, solo era cuestión de paciencia y resistencia para terminar con esto.
Sin embargo, aquella buena noticia estaba sujeta a la eficiencia con la que consiguiéramos acabar la batalla, se escuchaban algunas voces y pasos acercándose y seguramente no tardarían en llegar; más aún con las pisadas de la criatura avisando a gritos dónde estábamos -¡¡Hay que acabar esto rápido!!- Grité mientras de nuevo Katrina se anclaba son sus garras al muslo trasero del animal y comenzaba de nuevo a trepar para ir por el jinete.
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Re: [Cerrado] La Última Runa del Cazador [Libre-Noche]
El tiempo se agotaba y aquel animal seguía sin caer. El jinete había salido herido, pero aún no estaba derrotado. Si aquello seguía así pronto el resto de los compañeros del jinete nos encontrarían. El jinete había sido desarmado, pero el animal estaba encolerizado, bramaba y pisoteaba furioso todo a su alrededor.
"¡Tengo que hacer algo!" pensé histérico mirando a mi alrededor para ver si se me ocurría alguna idea descabellada para salir de aquella situación.
Vi la lanza del jinete en el suelo, la bestia se había puesto a dos patas y amenazaba con aplastar a Nicolas.
"Definitivamente estoy loco." pensé de forma automática, supongo que es lo que tiene tener en aquel momento un pie en la tumba debido a mi enfermedad.
Corrí en dirección a Nicolas mientras recogía la lanza del suelo. Le pequé un empujón al hombre para sacarlo fuera del ratio de ataque de la bestia. Me agaché y clave la lanza en el suelo apuntalando la lanza hacía el rinoceronte, buscando su cuello, seguro que era donde su carne era más débil, o eso esperaba.
-¡Señora Simpatía! ¡Cuando caiga derriba al jinetel!- grite sin contar con mucho tiempo mientras afianzaba la lanza.
-¡Me llamo Katrina! ¡Te daré un guantazo como te vuelva a escuchar llamarme así!- fue lo único que escuché antes de que aquella mole de carne cayera sobre mi.
El rinoceronte cayó sobre mi totalmente cegado por la ira, sin saber lo que le esperaba cuando bajara. Bueno, de hecho, no lo sabía ni yo.
________________________________________________________________________________________________________
Lanzo runas para saber que ocurre:
Runa Muy Mala: El rinoceronte sale herido de gravedad pero no muere, se queda sobre mi quedando yo sepultado bajo él con heridas por contusión graves.
Runa Mala: El rinoceronte muere pero se queda encima mio, estando sepultado bajo él con heridas por contusión no muy graves.
Runa Normal: El rinoceronte muere y quedo semisepultato, con alguna herida leve por contusión pero pudiendo salir sin mucho esfuerzo.
Runa Buena: El rinoceronte muere y quedo semisepultado pero sin heridas pudiendo salir fácilmente.
Runa Muy buena: El Rinoceronte muere y queda totalmente atravesado por la lanza cayendo a un lado sin ningún efecto nocivo para mi.
Le dejo a Crey el uso de Katrina para derribar al jinete.
"¡Tengo que hacer algo!" pensé histérico mirando a mi alrededor para ver si se me ocurría alguna idea descabellada para salir de aquella situación.
Vi la lanza del jinete en el suelo, la bestia se había puesto a dos patas y amenazaba con aplastar a Nicolas.
"Definitivamente estoy loco." pensé de forma automática, supongo que es lo que tiene tener en aquel momento un pie en la tumba debido a mi enfermedad.
Corrí en dirección a Nicolas mientras recogía la lanza del suelo. Le pequé un empujón al hombre para sacarlo fuera del ratio de ataque de la bestia. Me agaché y clave la lanza en el suelo apuntalando la lanza hacía el rinoceronte, buscando su cuello, seguro que era donde su carne era más débil, o eso esperaba.
-¡Señora Simpatía! ¡Cuando caiga derriba al jinetel!- grite sin contar con mucho tiempo mientras afianzaba la lanza.
-¡Me llamo Katrina! ¡Te daré un guantazo como te vuelva a escuchar llamarme así!- fue lo único que escuché antes de que aquella mole de carne cayera sobre mi.
El rinoceronte cayó sobre mi totalmente cegado por la ira, sin saber lo que le esperaba cuando bajara. Bueno, de hecho, no lo sabía ni yo.
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Lanzo runas para saber que ocurre:
Runa Muy Mala: El rinoceronte sale herido de gravedad pero no muere, se queda sobre mi quedando yo sepultado bajo él con heridas por contusión graves.
Runa Mala: El rinoceronte muere pero se queda encima mio, estando sepultado bajo él con heridas por contusión no muy graves.
Runa Normal: El rinoceronte muere y quedo semisepultato, con alguna herida leve por contusión pero pudiendo salir sin mucho esfuerzo.
Runa Buena: El rinoceronte muere y quedo semisepultado pero sin heridas pudiendo salir fácilmente.
Runa Muy buena: El Rinoceronte muere y queda totalmente atravesado por la lanza cayendo a un lado sin ningún efecto nocivo para mi.
Le dejo a Crey el uso de Katrina para derribar al jinete.
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Re: [Cerrado] La Última Runa del Cazador [Libre-Noche]
(Mierda se me olvidó lanzar runa, la lanzo ahora perdón u.u)
Ircan
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Re: [Cerrado] La Última Runa del Cazador [Libre-Noche]
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Re: [Cerrado] La Última Runa del Cazador [Libre-Noche]
Parece que la herida que ambos le hicimos en sus patas traseras dieron su efecto, el animal cayo al suelo preso del dolor, el otro vampiro y la licántropa tomaron cartas en el asunto también. Al parecer esta loba era buena en la transformación parcial... interesante. El tipo aprovecho para subir al rinoceronte y este consiguió embravecer al jinete haciendo que este dejase caer la lanza al suelo. Mas el rinoceronte tardo en levantarse lleno de furia, lo cual causo que el cayera de el, la licántropa que había usado sus garrar para trepar por el animal también había caído.
Ahora había entrado en escena el licántropo incapaz de transformarse/tira piedras. este colocó en forma de barricada la lanza que se había caído, apuntando directamente al rinoceronte, el cual estaba haciendo un exceso enorme de ruido, probablemente eso habría advertido a otros tipo sobre donde estábamos, solo era cuestión de tiempo. El enorme animal vio a su enemigo con furia en sus ojos, este estaba totalmente segado por la ira, por lo cual no se percato de la lanza que estaba a punto de atravesarlo cuando se precipito a aplastar a su enemigo. Parecía que el rinoceronte acabaría muerto y haría una tortilla con su enemigo como ultima voluntad, pero no fue así. La lanza atravezo el cuello de la bestia sin piedad, definitivamente eso le dejara marca, pero el licántropo no fue aplastado, el cuerpo sin vida del animal cayo a un lado suyo. Este tipo tiene una suerte cuestionable, menos mal que esta de nuestro lado.
Con el animal caído definitivamente, era momento de hacer algo mas por la patria. Si subía al rinoceronte a pelear con su jinete, la mujer en el suelo podría atacarlo también y así lo derrotaríamos fácilmente. Miré un momento a la licántropa de forma cómplice esperando que esta leyera mi pensamiento.
- Que miras perro sarnoso? - respondió ella en tono agresivo.
Creo que no me entendió, será mejor pasar a la acción y omitir este "conmovedor" momento. Rápidamente di un impulso hacia adelante comenzando a correr en dirección al jinete. Subí por la cabeza del rinoceronte hasta encontrarme de frente con su jinete. Este no tuvo tempo de reaccionar correctamente ante mi embestida. Use mis patas delanteras para empujarlo y tumbarlo. Consiguió levantar su escudo y evitar el golpe, pero el impacto lo hizo retroceder un poco.
- Crees que me vencerás fácilmente maldito lobo superdesarrollado? - respondió de forma defensiva ante la situación.
Ambos nos mirábamos, ella estaba desarmada, solo tenia un escudo para defenderse. Pero eso no la defendería de mi para siempre. Volví a pararme sobre mis patas traseras para continuar empujando. Volvió a levantar su escudo para evitar mis garras, mas mi hocico estaba por encima del escudo, he intente darle mordiscos. Ella alejó su cara temerosa del daño que podría recibir de mis fauces, estaba temblando, podía sentirlo, podía percibir su miedo, eso no hacia mas que llenarme de emoción e intentar mas y mas arrancarle la cara con mis dientes.
- No dejare que te lleves toda la diversión cachorro - gritó la chica desde la espalda del jinete. Esta levanto una garra para arrancarle la piel de su espalda.
Pero desde donde estaba a parte de ver el golpe que daría esta al jinete también conseguir ver algo que podría ser un percance para nosotros. Mas enemigos!
OFFROL:
Tirada de runa para medir el daño que le hace Kataria al jinete.
Muy mala: Katarina golpea a la jinete haciéndole algo de daño pero empujándola a ella y a mi, haciendo que ambos caigamos del rinoceronte hacia el suelo, y quedando la jinete encima de mi.
Mala: Katarina golpea a la jinete haciéndole algo de daño pero empujándola a ella y a mi, haciendo que ambos caigamos encima del rinoceronte y quedando ella encima de mi.
Normal: Katarina golpea a la jinete haciéndole daño y empujándola haciendo que caiga encima del rinoceronte.
Buena: Katarina golpea a la jinete haciéndole un daño considerable, esta flaquea y cae en el rinoceronte estando yo encima de ella empujando el escudo en su contra.
Muy buena: Katarina golpea a la jinete haciéndole una gran cantidad de daño, esta flaquea y yo le muerdo la cara con mis dientes, soltando ella el escudo y cayendo encima del rinoceronte mientras le arranco la cara.
Ahora había entrado en escena el licántropo incapaz de transformarse/tira piedras. este colocó en forma de barricada la lanza que se había caído, apuntando directamente al rinoceronte, el cual estaba haciendo un exceso enorme de ruido, probablemente eso habría advertido a otros tipo sobre donde estábamos, solo era cuestión de tiempo. El enorme animal vio a su enemigo con furia en sus ojos, este estaba totalmente segado por la ira, por lo cual no se percato de la lanza que estaba a punto de atravesarlo cuando se precipito a aplastar a su enemigo. Parecía que el rinoceronte acabaría muerto y haría una tortilla con su enemigo como ultima voluntad, pero no fue así. La lanza atravezo el cuello de la bestia sin piedad, definitivamente eso le dejara marca, pero el licántropo no fue aplastado, el cuerpo sin vida del animal cayo a un lado suyo. Este tipo tiene una suerte cuestionable, menos mal que esta de nuestro lado.
Con el animal caído definitivamente, era momento de hacer algo mas por la patria. Si subía al rinoceronte a pelear con su jinete, la mujer en el suelo podría atacarlo también y así lo derrotaríamos fácilmente. Miré un momento a la licántropa de forma cómplice esperando que esta leyera mi pensamiento.
- Que miras perro sarnoso? - respondió ella en tono agresivo.
Creo que no me entendió, será mejor pasar a la acción y omitir este "conmovedor" momento. Rápidamente di un impulso hacia adelante comenzando a correr en dirección al jinete. Subí por la cabeza del rinoceronte hasta encontrarme de frente con su jinete. Este no tuvo tempo de reaccionar correctamente ante mi embestida. Use mis patas delanteras para empujarlo y tumbarlo. Consiguió levantar su escudo y evitar el golpe, pero el impacto lo hizo retroceder un poco.
- Crees que me vencerás fácilmente maldito lobo superdesarrollado? - respondió de forma defensiva ante la situación.
Ambos nos mirábamos, ella estaba desarmada, solo tenia un escudo para defenderse. Pero eso no la defendería de mi para siempre. Volví a pararme sobre mis patas traseras para continuar empujando. Volvió a levantar su escudo para evitar mis garras, mas mi hocico estaba por encima del escudo, he intente darle mordiscos. Ella alejó su cara temerosa del daño que podría recibir de mis fauces, estaba temblando, podía sentirlo, podía percibir su miedo, eso no hacia mas que llenarme de emoción e intentar mas y mas arrancarle la cara con mis dientes.
- No dejare que te lleves toda la diversión cachorro - gritó la chica desde la espalda del jinete. Esta levanto una garra para arrancarle la piel de su espalda.
Pero desde donde estaba a parte de ver el golpe que daría esta al jinete también conseguir ver algo que podría ser un percance para nosotros. Mas enemigos!
OFFROL:
Tirada de runa para medir el daño que le hace Kataria al jinete.
Muy mala: Katarina golpea a la jinete haciéndole algo de daño pero empujándola a ella y a mi, haciendo que ambos caigamos del rinoceronte hacia el suelo, y quedando la jinete encima de mi.
Mala: Katarina golpea a la jinete haciéndole algo de daño pero empujándola a ella y a mi, haciendo que ambos caigamos encima del rinoceronte y quedando ella encima de mi.
Normal: Katarina golpea a la jinete haciéndole daño y empujándola haciendo que caiga encima del rinoceronte.
Buena: Katarina golpea a la jinete haciéndole un daño considerable, esta flaquea y cae en el rinoceronte estando yo encima de ella empujando el escudo en su contra.
Muy buena: Katarina golpea a la jinete haciéndole una gran cantidad de daño, esta flaquea y yo le muerdo la cara con mis dientes, soltando ella el escudo y cayendo encima del rinoceronte mientras le arranco la cara.
Última edición por Crey el Vie Oct 13 2017, 22:37, editado 1 vez
Crey
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Re: [Cerrado] La Última Runa del Cazador [Libre-Noche]
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Re: [Cerrado] La Última Runa del Cazador [Libre-Noche]
- Off-rol:
- Madre de Dios, me vais a quemar vivo por no contestar antes, pero juro que se me mezclaron bloqueo de escritor, tareas de la universidad, incendios locales y enfermedad, entended que no podía contestar antes.
No incluyo ninguna tirada en este post porque creo que sería alargar innecesariamente una pelea que ya está finiquitada.
Bueno, allá voy, espero no decepcionaros demasiado.
El guerrero ya esperaba un doloroso pisotón después de aquel empujón, pero cuando abrió de nuevo los ojos la escena era muy distinta de lo esperada: la bestia yacía inerte en el suelo, empalada por su propia lanza, que debía haber tomado uno de sus compañeros, y encima de la criatura había tres cuerpos más apelotonados en estado de visible confusión: el jinete, la moza y el chucho, cada uno encima del siguiente.
Ante esa masa ensangrentada de miembros y pelo no había mucho que pensar y lo primero es lo primero, por lo que Barbacero no dudó un instante en intentar apartar a su enemigo de sus aliados.
Aún pesaba, sí, el condenado debía de comer bien en aquella espesura, si es que siquiera vivía cerca, pero por fortuna ya no iba equipado con nada más que el escudo, y no parecía en condiciones de saber usarlo para defenderse de una presa trasera.
Los recios brazos de Nicolás alzaron al jinete en peso, quien surcó brevemente los aires antes de aterrizar nuevamente contra el húmedo suelo de tierra y musgo.
El lanzamiento no fue especialmente fuerte, pero cayó sobre un desnivel del terreno que impactó contra su espalda de lleno, un golpe con la potencia necesaria para hacer que se convulsionase por el dolor y aflojase su agarre de la rodela.
Barbacero no se hizo esperar más, y en seguida continuó el forcejeo para hacerse nuevamente con su equipo.
Malnacido, suelta mi escudo ahora mismo, farfullaba entre dientes entre tirón y tirón, intercambiando alguna patada con el individuo de por medio.
Finalmente, tras tanta insistencia, el metal se le escurrió de las manos al jinete, momento en el cual se elevó en el aire para caer de lleno sobre su frente con toda la furia de Nicolás, dejando a su oponente efectivamente fuera de combate de forma categórica y terminal. Honestamente no estaba seguro del todo de si se habría pasado con la potencia del escudazo, pero igualmente se lo merecía por participar de esta impía tradición.
Desafortunadamente para el ya agotado grupo, nuevos peligros se acercaban desde la distancia, no dispuestos a darles tregua alguna.
¡Joder, ¿es que son inagotables o qué?! ¡Demonios, no podemos enfrentarnos a tantos con tan poco descanso de por medio, necesitamos un plan y ya!
Bio, buen amigo, vos sois de mayor sesera que yo, quizás tengáis alguna idea en la que pueda ser de ayuda, le interpeló mientras intentaba desencajar su lanza del cadáver de aquella enorme criatura.
No sé, quizás podamos lanzarles cosas desde un alto o algo, ¿no?
Hablad el resto también... menos el perro, supongo..., dijo mientras lo observaba, no muy seguro aún de si era un cambiaformas o solo fauna local extrañamente amigable.
Nicolás Barbacero
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Re: [Cerrado] La Última Runa del Cazador [Libre-Noche]
Abriendo la gran bocota la bestia rugió espantosamente, ni siquiera sabía si había sido un rugido pero lo cierto es que sonaba furioso, yo también estaría furioso si tuviera un montón de sabandijas corriendo sobre mi espalda; volviendo al tema, la bestia corría hacia Nicolás pero el otro sujeto se apresuró a tomar la lanza y en una excelente jugada apuntó la lanza hacia arriba al tiempo que la bestia se levantaba sobre sus patas traseras para luego dejarse caer justo sobre la lanza que le atravesó el cráneo pero aún seguía cayendo -Oh demonios, lo va a hacer puré- Murmuré sin poder hacer más que poner mi mano frente a los ojos para evitar ver los órganos del pobre hombre esparcidos por todos lados aunque para mi sorpresa no fue así -Pero qué- Exclamé sorprendido al ver que el afortunado hombrecillo había salido ileso de tal enfrentamiento.
Mientras tanto Katrina y el perro se lanzaron a la carga contra el jinete que ahora veía sus posibilidades de victoria muy reducidas -Dale duro Kat, no te dejes- Le grité desde donde me encontraba aunque al final los ánimos de poco sirvieron y el jinete consiguió valerse de su escudo para repeler los ataques -Rayos, tendré que ir yo- Dije de mala gana pero cuando comenzaba a acercarme noté que Nicolás se había levantado y ahora parecía decidido a acabar con el rival, y vaya que lo eliminó para recuperar su escudo y la lanza que seguramente tomaría también.
De momento aquella batalla había terminado, pero estábamos muy lejos de estar a salvo; Barbacero me pidió un plan para lidiar con la situación -Yo digo que si nos damos prisa podemos- Explicaba un plan seguro antes de ser interrumpido por Katrina -Eliminemos al líder y los demás se disgregarán- Dijo sin tapujos ni reparos como si fuera lo más fácil del mundo -La rata los organiza, si acabamos con la rata terminaremos con la cacería- La miré fijamente, no quería aceptarlo pero realmente tenía razón -Bien, iremos por la rata- Dije con determinación.
Sin embargo teníamos otros asuntos que atender, asuntos que se acercaban y que definitivamente no podíamos pasar por alto -Nicolás y yo distraeremos a los perseguidores, ustedes pueden ir como lobos y buscar a la rata, si lo acaban todo terminara... creo- Le dije a la colección de licántropos que me acompañaba -Suena como un buen plan, ya estoy cansada de estos malditos- Dijo Katrina mientras comenzaba a tomar su forma de lobo blanco con manchas rojizas y sin decir más, se perdía entre el follaje -Ve con ella, con cuidado- Le dije al otro sujeto -Tú también- Señalé al lobo sobrecrecido -Necesitarán toda la ayuda posible- Tras esto me di media vuelta e hice una seña a Nicolás para que me siguiera.
Comencé a correr lentamente pero pisando fuerte de modo que me escucharan -Vamos, rápido, por aquí escaparemos- Dije en voz alta mientras comenzaba a usar mi magia de voz para hacer que otras voces sonaran junto a mí [1] -Sí, esos bastardos no nos alcanzarán- Dije con la voz de Katrina para luego agregar algo con la voz del otro sujeto -De prisa que nos alcanzan- No pasó mucho tiempo para que los pasos de los perseguidores avanzaran en la misma dirección, ahora solo había que distraerlos durante un rato para darle tiempo a los perros de encontrar a la rata y poner fin a la cacería.
Mientras tanto Katrina y el perro se lanzaron a la carga contra el jinete que ahora veía sus posibilidades de victoria muy reducidas -Dale duro Kat, no te dejes- Le grité desde donde me encontraba aunque al final los ánimos de poco sirvieron y el jinete consiguió valerse de su escudo para repeler los ataques -Rayos, tendré que ir yo- Dije de mala gana pero cuando comenzaba a acercarme noté que Nicolás se había levantado y ahora parecía decidido a acabar con el rival, y vaya que lo eliminó para recuperar su escudo y la lanza que seguramente tomaría también.
De momento aquella batalla había terminado, pero estábamos muy lejos de estar a salvo; Barbacero me pidió un plan para lidiar con la situación -Yo digo que si nos damos prisa podemos- Explicaba un plan seguro antes de ser interrumpido por Katrina -Eliminemos al líder y los demás se disgregarán- Dijo sin tapujos ni reparos como si fuera lo más fácil del mundo -La rata los organiza, si acabamos con la rata terminaremos con la cacería- La miré fijamente, no quería aceptarlo pero realmente tenía razón -Bien, iremos por la rata- Dije con determinación.
Sin embargo teníamos otros asuntos que atender, asuntos que se acercaban y que definitivamente no podíamos pasar por alto -Nicolás y yo distraeremos a los perseguidores, ustedes pueden ir como lobos y buscar a la rata, si lo acaban todo terminara... creo- Le dije a la colección de licántropos que me acompañaba -Suena como un buen plan, ya estoy cansada de estos malditos- Dijo Katrina mientras comenzaba a tomar su forma de lobo blanco con manchas rojizas y sin decir más, se perdía entre el follaje -Ve con ella, con cuidado- Le dije al otro sujeto -Tú también- Señalé al lobo sobrecrecido -Necesitarán toda la ayuda posible- Tras esto me di media vuelta e hice una seña a Nicolás para que me siguiera.
Comencé a correr lentamente pero pisando fuerte de modo que me escucharan -Vamos, rápido, por aquí escaparemos- Dije en voz alta mientras comenzaba a usar mi magia de voz para hacer que otras voces sonaran junto a mí [1] -Sí, esos bastardos no nos alcanzarán- Dije con la voz de Katrina para luego agregar algo con la voz del otro sujeto -De prisa que nos alcanzan- No pasó mucho tiempo para que los pasos de los perseguidores avanzaran en la misma dirección, ahora solo había que distraerlos durante un rato para darle tiempo a los perros de encontrar a la rata y poner fin a la cacería.
- Katrina Lobo:
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[-] División de equipos, los licántropos pueden aprovechar la distracción creada, describir cómo pasan de largo los perseguidores mientras ellos avanzan hasta donde se encuentra la rata pero está custodiado, necesitarán un plan; Nicolás me ayudará con la distracción aunque también puede ir entre las sombras y eliminar a uno que otro.
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