[Desafío] La banda del Zodiaco: Virgo
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[Desafío] La banda del Zodiaco: Virgo
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Arboleda en las afueras de Vulwulfar. 14:00 p.m.
Emael se encontraba en su hogar, una pequeña casa situada en un árbol, preparando la última de sus invenciones, un pequeño cañón de mano que, yendo acoplado a la muñeca, serviría para disparar pequeños dardos sin que nadie lo percibiera. Una manera sigilosa de matar.
No estaba sólo en aquella choza pues, además de él, se encontraba su mejor amigo, o mejor dicho, su único amigo: Dash, el pequeño dragón enano que le acompañaba a todos lados. Una especie de vermis que había conseguido en su primer y último robo con la banda del zodiaco, durante el fallido ataque de la mansión de aquel noble de Dundarak, hace ya cinco años, cuando el aún joven únicamente contaba con 12 años.
-Ya está casi, Dash. – comentó el otrora Virgo, con su ronca voz cambiante de adolescente. Se colocó el dispositivo en la muñeca y procedió a probarlo con un pequeño maniquí de tiro dentro de la desordenada casa sobre la que realizaba sus pruebas. - ¡UOO! ¿Has visto qué bien dispara? ¡Cómo mola, tío! – comentó. Pero Dash sólo sacó su afilada lengua reptiliana rodeando su cuello. – Oh… Tío. ¡Qué sabrás tú de dispositivos tecnológicos de alta precisión! – y cuando se percató de que aún faltaba un pequeño ajuste en el mismo para que fuera perfecto, revolvió en su caja de herramientas. – Vamos colega, sólo me falta una pieza para ponerla a punto. Tendré que ir un día de estos hasta la base de los bios. – explicó el pequeño inventor. – A ver si hay algo fuera.
El joven “Virgo”, siempre encapuchado, salió, con Dash en el hombro, de la puerta de su casa en lo alto de aquel árbol, en primera línea con el bosque de Sandorái, con la ciudad-pueblo de Vulwulfar al fondo. Fue entonces cuando advirtió a alguien intentando aproximarse a lo lejos a su finca, para lo que tomó unas lentes de precisicón, que a la postre se las llamaría prismáticos. - ¡Ey, Dash! Tenemos visita. – comentó el elfillo. - ¿Apuestas a ver cuánto tardará en acabar en el suelo? – y comenzó a reír. El lagarto siseó, algo que pareció “entender” Virgo. – Buah tío, ¿te imaginas? A mí también me molaría que viniera la Géminis.
Aquel valiente que se atrevía a entrar en su “finca” o “coto privado” del adolescente y huérfano elfo silvano no era ni más ni menos que un desdichado que confiaba en entablar conversación con él. Había rumores y carteles de que Lazid pretendía reunir a la banda del Zodiaco de nuevo. Mas no tendría fácil adentrarse en la finca y llegar hasta él, pues había una serie de trampas colocadas estratégicamente, de tal manera que, aquel que quisiese entrar, tendría que vérselas con ellas, concretamente, tres:
Un pastor aparentemente escalable, pero electrificado, rodeaba todo el lugar. En el suelo había, además, una serie de dispositivos con cajas que, nada más pisar el suelo, enviaría flechas en dirección al punto más caliente: El cuerpo del humano que entrase. Por último, para cuando estuviesen cerca de la finca, una trampa de foso cubierta con verde hierba que haría terminar en el fondo del mismo a todo aquel que no la percibiera.
- Virgo y "Dash":
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* * * * * * * * * * *
Bienvenido/a futuro miembro de la banda: Estos pequeños desafíos de reclutamiento servirán para que conozcáis mejor a los miembros de la banda. En este caso, tu misión será reclutar a Virgo. Has visto el cartel en el tablón de anuncios de la guardia y eres consciente de los rumores que sugieren que Lazid pretende reunir a los miembros de la banda del Zodiaco para dar el mayor golpe jamás visto. Uno que os hará millonarios… ¡a todos! El asalto al Banco Real de Lunargenta.
Es entonces cuando, aquella soleada mañana en Vulwulfar, alguien te desvela que Virgo vive en las afueras de Vulwulfar. Tendrás que describir las motivaciones que te llevan a reunir a la banda y, tras descubrir la casa del árbol en la que vive este miembro. Dirigirte a ella para tratar de convencerlo. En este primer turno tendrás que ingeniártelas para evitar todas las trampas que ha puesto Virgo alrededor de su casa. He puesto algunas, pero puedes inventar las tuyas propias. ¡La originalidad también se premia!
Tendrás que tirar una runa que determinará tu suerte.
Recompensa:
-3 ptos de experiencia base + 2 ptos en función de la originalidad del usuario.
-Acceso a misión: “El gran golpe”
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Ger
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Re: [Desafío] La banda del Zodiaco: Virgo
Un ladrón, un vulgar ladrón, de todas las profesiones que un elfo pudiera pensar, éste tenía que haberse decidido por el hurto; atrás quedaba el honor y la gloria de los elfos, atrás se dejaba la nobleza y la decencia, era un vulgar ladrón, y uno que ni siquiera era el líder de la banda; eso definitivamente lo hacía mucho peor -La Banda del Zodiaco... ¿En qué pensaban?- Masculló el elfo de mala gana mientras se acercaba al lugar donde sus fuentes le habían asegurado que se encontraba el objetivo; y con fuentes se hace referencia al molesto lagarto enano que le había contratado para hallar al sujeto.
A estas alturas no sabía ya sí él había usado al lagarto para dar con la ubicación del llamado Virgo, o era el lagarto quien lo había manipulado para encontrar al chico, fuera como fuera ya estaba allí, sacó el mapa y el dibujo que le habían hecho de la morada del objetivo, no podía haber más de una casa con ese aspecto así que definitivamente estaba en el lugar correcto; el plan era sencillo; encontrar al elfo y ejecutarlo; aunque lamentablemente no sería tan fácil como se decía.
Negó con la cabeza antes de poner su mano en el triste cerco con el que se rodeaba el lugar pero para su sorpresa un fuerte choque lo envió un par de metros hacia atrás con la mano humeante y el cabello levantado por la descarga -Error, gran error- Murmuró levantándose con el orgullo herido, al parecer había subestimado al objetivo pero ya no ocurriría de nuevo; sacudió la cabeza antes de levantarse de un rápido salto, tomó impulso en una pequeña carrera y acabó saltando sobre el cerco que ya no sería problema de nuevo; estaba seguro que habría sido mejor llevar a cabo aquella misión durante la noche y no a plena luz del día, pero ya estaba ahí y la paciencia no era su característica principal.
Había movimiento en la casa, tampoco es que pudiera ser muy sigiloso bajo el intenso sol, así que jugaría a la intimidación; avanzó de frente corriendo sin detenerse hasta que sus pies se posaron sobre una pequeña caja que se rompió sin mucha resistencia; no parecía ser problema hasta que de diversos lugares en el piso se abrieron agujeros de donde salieron flechas disparadas a gran velocidad hacia su dirección; el factor de intimidación quedaba descartado ante la cantidad de malabares y pericias que debió hacer para evitar ser alcanzado; saltó hacia un lado y giró apoyando las manos en el suelo para luego girar y volver a saltar evitando pisar otra de esas molestas cajas; aunque una punzada en su brazo izquierdo le hizo notar que no había sido tan rápido como debía.
Sin embargo consiguió seguir saltando y moviéndose hasta salir del área de cajas, o al menos hasta donde pensaba que ya no habían trampas, pues al final acabó pisado una zona que se deshizo bajo sus pies; se movió como pudo y usó su guante metálico para anclarse a un lateral del foso donde fue a caer, evitando de ese modo estrellarse violentamente contra el fondo. Había estado cerca, muy cerca, pero sostenerse con el brazo herido no era la mejor de las ideas; haciendo un esfuerzo consiguió trepar un poco y salir del foso del que se había salvado por poco; arrancó de su brazo la pequeña flecha que se le había incrustado y se levantó furioso y dispuesto a eliminar a su blanco.
El objetivo estaba cerca, debía estarlo y seguramente se estaría riendo, cosa que irritaba mucho más al pelinegro; si lo vieran ahora sus compañeros del gremio sería una completa deshonra, así que a partir de ahora tendría más cuidado; adelante no parecía haber más fosos, pues el pasto se veía bastante uniforme tanto en relieve como en color, aunque sí que había pequeños bultos de horas en el camino, solo que aquello ya no causaría más diversión al dueño de las trampas; cansado y enojado sacó su espada y la usó para golpear uno de los bultos de donde salió por un instante una especie de pequeña lanza que sin duda le habría atravesado el pie hasta la altura de la rodilla -No esta vez, amiguito- Dijo girando su espada un par de veces -Destino ya no jugará este juego- Volvió a golpear para que la lanza se mostrara de nuevo y antes que volviera a esconderse la cortó con un rápido movimiento de la espada, movimiento que repetiría unas veces más hasta llegar por fin hasta debajo de la casa.
La situación parecía no poder mejorar de ninguna manera, por lo que solo seguiría adelante con su plan -Destino sabe que estás ahí arriba- Dijo en voz alta guardando la espada en su espalda -Lazid ha enviado por ti- Aclaró esperando generar un poco de confianza en el chico, una vez que lo tuviera al alcance ya podría desquitarse...
A estas alturas no sabía ya sí él había usado al lagarto para dar con la ubicación del llamado Virgo, o era el lagarto quien lo había manipulado para encontrar al chico, fuera como fuera ya estaba allí, sacó el mapa y el dibujo que le habían hecho de la morada del objetivo, no podía haber más de una casa con ese aspecto así que definitivamente estaba en el lugar correcto; el plan era sencillo; encontrar al elfo y ejecutarlo; aunque lamentablemente no sería tan fácil como se decía.
Negó con la cabeza antes de poner su mano en el triste cerco con el que se rodeaba el lugar pero para su sorpresa un fuerte choque lo envió un par de metros hacia atrás con la mano humeante y el cabello levantado por la descarga -Error, gran error- Murmuró levantándose con el orgullo herido, al parecer había subestimado al objetivo pero ya no ocurriría de nuevo; sacudió la cabeza antes de levantarse de un rápido salto, tomó impulso en una pequeña carrera y acabó saltando sobre el cerco que ya no sería problema de nuevo; estaba seguro que habría sido mejor llevar a cabo aquella misión durante la noche y no a plena luz del día, pero ya estaba ahí y la paciencia no era su característica principal.
Había movimiento en la casa, tampoco es que pudiera ser muy sigiloso bajo el intenso sol, así que jugaría a la intimidación; avanzó de frente corriendo sin detenerse hasta que sus pies se posaron sobre una pequeña caja que se rompió sin mucha resistencia; no parecía ser problema hasta que de diversos lugares en el piso se abrieron agujeros de donde salieron flechas disparadas a gran velocidad hacia su dirección; el factor de intimidación quedaba descartado ante la cantidad de malabares y pericias que debió hacer para evitar ser alcanzado; saltó hacia un lado y giró apoyando las manos en el suelo para luego girar y volver a saltar evitando pisar otra de esas molestas cajas; aunque una punzada en su brazo izquierdo le hizo notar que no había sido tan rápido como debía.
Sin embargo consiguió seguir saltando y moviéndose hasta salir del área de cajas, o al menos hasta donde pensaba que ya no habían trampas, pues al final acabó pisado una zona que se deshizo bajo sus pies; se movió como pudo y usó su guante metálico para anclarse a un lateral del foso donde fue a caer, evitando de ese modo estrellarse violentamente contra el fondo. Había estado cerca, muy cerca, pero sostenerse con el brazo herido no era la mejor de las ideas; haciendo un esfuerzo consiguió trepar un poco y salir del foso del que se había salvado por poco; arrancó de su brazo la pequeña flecha que se le había incrustado y se levantó furioso y dispuesto a eliminar a su blanco.
El objetivo estaba cerca, debía estarlo y seguramente se estaría riendo, cosa que irritaba mucho más al pelinegro; si lo vieran ahora sus compañeros del gremio sería una completa deshonra, así que a partir de ahora tendría más cuidado; adelante no parecía haber más fosos, pues el pasto se veía bastante uniforme tanto en relieve como en color, aunque sí que había pequeños bultos de horas en el camino, solo que aquello ya no causaría más diversión al dueño de las trampas; cansado y enojado sacó su espada y la usó para golpear uno de los bultos de donde salió por un instante una especie de pequeña lanza que sin duda le habría atravesado el pie hasta la altura de la rodilla -No esta vez, amiguito- Dijo girando su espada un par de veces -Destino ya no jugará este juego- Volvió a golpear para que la lanza se mostrara de nuevo y antes que volviera a esconderse la cortó con un rápido movimiento de la espada, movimiento que repetiría unas veces más hasta llegar por fin hasta debajo de la casa.
La situación parecía no poder mejorar de ninguna manera, por lo que solo seguiría adelante con su plan -Destino sabe que estás ahí arriba- Dijo en voz alta guardando la espada en su espalda -Lazid ha enviado por ti- Aclaró esperando generar un poco de confianza en el chico, una vez que lo tuviera al alcance ya podría desquitarse...
Última edición por Destino el Mar 16 Mayo - 21:05, editado 1 vez (Razón : Había olvidado la runa -.-')
Destino
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Re: [Desafío] La banda del Zodiaco: Virgo
El miembro 'Destino' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses
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Tyr
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Re: [Desafío] La banda del Zodiaco: Virgo
Destino esquivó con agilidad las trampas del inteligente Virgo, que lo observó desde la parte más alta del árbol, donde guardaba una última tecnología. Al pisar el suelo junto a la casa, una red se elevó del suelo para tratar de atrapar al elfo, pero éste, pudo sentirla a tiempo y cortarla por uso de alguna de sus herramientas o habilidades de asesinato para deshacerse de ella y permanecer así en el suelo.
-Ey Dash, ¿has visto eso? – le preguntó a la lagartija cuando Destino afirmó saber que estaba ahí. – Lo ha esquivado todo. Ese tío lo vale. – rió mirando desde lo alto del mismo, se agarró rápidamente y se dejó caer hacia el piso en el que se situaba su casa. Aún lejos del alcance de Destino, por si las moscas. - ¡Bravo, amigo! Mereces un aplauso. ¡Aplaude, Dash! – ordenó a su compañero lagarto del hombro. - ¿Así que Lazid te envía a por mí? Espero que sea para algo bueno. Hace tiempo que no veo al jefe. – rió, pensando en la vez en la que él aún era un niño. Ahora era un adolescente. – Hace bastante, de hecho.
Sin bajar del árbol, pues lo cierto es que la apariencia de Destino no le daba ninguna buena confianza, Virgo se dedicó a andar de un lado para otro, nervioso. No tenía muchos más recursos, o al menos quería aparentar no tener más recursos.
-¿Y qué quiere el hombrecillo? Que le ayude a robar el banco, supongo. Lo he visto en los carteles. – preguntó sonriente, dirigiéndose justo detrás del enorme árbol, donde parecía haber un pequeño sistema de poleas que, rápidamente, comenzó a calibrar con herramientas. – Tengo tecnología mejor que la de entonces, cachivaches que me encantaría enseñaros a los de la banda. – se rascó la barba y miró al elfo. - ¿Porque tú eres de la banda, no? ¿Piscis? ¿Sagitario? – rió tratando de despistarle, y activó una palanca, entre risas. – A todas estas, con esa espada no creo que te dejen entrar en ningún sitio…
El árbol-hogar de Virgo se abrió en un pequeño costado y aparecieron tres objetos: Dos muy pequeños. Uno era una especie de cajita o comunicador, Virgo se colocó uno igual en sus ropajes. El segundo, una especie de táser que era capaz de dar calambres al pulsar un botón. Lo tercero una especie de reloj o pulsera que, al ser colocada en la muñeca, vibraba ante la presencia de enemigos. Y lo cuarto… lo cuarto era un vulgar pañuelo.
-Tecnología punta biocibernética... Sin probar. – confirmó. – Uno es un comunicador, debería permitirnos conversar entre todos. El otro es un táser. Si pulsas el botón y lo acercas al cuello descubierto, te da un calambre. Útil para guardias. – rió. – Lo tercero algo que te debería advertir de los enemigos hostiles cercanos. Y lo último es un pañuelo, para que te vendes los ojos y vayas a probar mis objetos sin trampa ni cartón. Dash tiene hambre, ¿por qué no le traes algo para comer del bosque a ver si funciona? – inquirió.
Estos tres artilugios son los que luego podréis llevar los miembros del atraco.
Puedes utilizar a Virgo para que te de instrucciones.
-Ey Dash, ¿has visto eso? – le preguntó a la lagartija cuando Destino afirmó saber que estaba ahí. – Lo ha esquivado todo. Ese tío lo vale. – rió mirando desde lo alto del mismo, se agarró rápidamente y se dejó caer hacia el piso en el que se situaba su casa. Aún lejos del alcance de Destino, por si las moscas. - ¡Bravo, amigo! Mereces un aplauso. ¡Aplaude, Dash! – ordenó a su compañero lagarto del hombro. - ¿Así que Lazid te envía a por mí? Espero que sea para algo bueno. Hace tiempo que no veo al jefe. – rió, pensando en la vez en la que él aún era un niño. Ahora era un adolescente. – Hace bastante, de hecho.
Sin bajar del árbol, pues lo cierto es que la apariencia de Destino no le daba ninguna buena confianza, Virgo se dedicó a andar de un lado para otro, nervioso. No tenía muchos más recursos, o al menos quería aparentar no tener más recursos.
-¿Y qué quiere el hombrecillo? Que le ayude a robar el banco, supongo. Lo he visto en los carteles. – preguntó sonriente, dirigiéndose justo detrás del enorme árbol, donde parecía haber un pequeño sistema de poleas que, rápidamente, comenzó a calibrar con herramientas. – Tengo tecnología mejor que la de entonces, cachivaches que me encantaría enseñaros a los de la banda. – se rascó la barba y miró al elfo. - ¿Porque tú eres de la banda, no? ¿Piscis? ¿Sagitario? – rió tratando de despistarle, y activó una palanca, entre risas. – A todas estas, con esa espada no creo que te dejen entrar en ningún sitio…
El árbol-hogar de Virgo se abrió en un pequeño costado y aparecieron tres objetos: Dos muy pequeños. Uno era una especie de cajita o comunicador, Virgo se colocó uno igual en sus ropajes. El segundo, una especie de táser que era capaz de dar calambres al pulsar un botón. Lo tercero una especie de reloj o pulsera que, al ser colocada en la muñeca, vibraba ante la presencia de enemigos. Y lo cuarto… lo cuarto era un vulgar pañuelo.
-Tecnología punta biocibernética... Sin probar. – confirmó. – Uno es un comunicador, debería permitirnos conversar entre todos. El otro es un táser. Si pulsas el botón y lo acercas al cuello descubierto, te da un calambre. Útil para guardias. – rió. – Lo tercero algo que te debería advertir de los enemigos hostiles cercanos. Y lo último es un pañuelo, para que te vendes los ojos y vayas a probar mis objetos sin trampa ni cartón. Dash tiene hambre, ¿por qué no le traes algo para comer del bosque a ver si funciona? – inquirió.
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Destino: No te gusta jugar, ¡pues tendrás que seguir haciéndolo! Al menos un turno más. Tu buena suerte te permite esquivar sus obstáculos y no resultar herido. Pero como verás, el joven está repleto de tecnología biocibernética que no dudará en poner al servicio de la misión. Pero aún le falta por probar el comunicador, el táser, y la pulsera vibradora. Tendrás que vendarte los ojos (para no hacer trampas) y, siendo guiado por Virgo por el comunicador, cazar un animal a tu elección utilizando el taser y la pulsera para localizarlo.Estos tres artilugios son los que luego podréis llevar los miembros del atraco.
Puedes utilizar a Virgo para que te de instrucciones.
Ger
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Re: [Desafío] La banda del Zodiaco: Virgo
Orgullosamente Destino había conseguido llegar aunque no del todo ileso; aunque aún no terminaban los peligros; una especie de red salió del piso haciendo que el elfo casi pierda el equilibrio; era ya muy tarde para cortarla por en medio y quedarse en el suelo así que el lugar de eso se balanceó para cortar las esquinas por donde era halado hacia arriba y volvió a caer, aunque fue necesario más de un tirón para sacar su pie izquierdo de la red que había intentado capturarlo -Basta de juegos- Dijo con claro enojo, aquello claramente no era lo suyo.
Finalmente el culpable de todo se dejó ver y no era más que un chico, no sería difícil eliminarlo una vez llegara la oportunidad, a este punto ya lo haría gratis con todo el problema que había sido llegar hasta acá; bajó apenas un poco hasta la altura de su casa, aún demasiado lejos para que Destino pudiera cobrar venganza, no era nada tonto el chiquillo aunque sí que era muy hablador -Solo, baja... es hora de partir- Insistió el pelinegro a su parlanchín compañero aunque eso no hizo efecto alguno, preguntándole ahora si formaba parte de la banda.
Nombre tras nombre mencionó el chico hasta que se detuvo en sagitario -Ese, sí, ese mismo- Dijo Destino cansado -Ahora baja y ve con Destino- Apretaba los puños con fuerza claramente desesperado ante el chico que no hacía más que darle largas al asunto, sin embargo al final dijo algo que sí despertó el interés del pelinegro, parecía ser un elfo bastante diestro con la tecnología, algo en sí bastante peculiar pero conveniente a la vez, tal vez pudiera reparar la espada látigo que Destino no había podido hacer funcionar correctamente en tanto tiempo.
Confirmando que efectivamente sabe de tecnología, Destino se acercó a donde habían aparecido aquellos artilugios, la descripción de los mismos había estado excelente hasta que mencionó el detalle de probarlos para buscarle comida a otro animalucho -Tienes que estar bromeando, Destino no vino a jugar ese juego- Respondió el elfo a la primera de las peticiones aunque el otro jovencito no pensaba rendirse fácilmente -¿Qué un pañuelo para qué?- El pelinegro estaba indignado ante tal solicitud, vendarse los ojos en un lugar lleno de trampas no parecía la idea más sensata que se pudiera tener.
Al parecer había encontrado en el chico a un perfecto antagonista, falto de seriedad y con una innecesario deseo de jugar -No, Destino no hará eso- Objetó con determinación -Y no existe manera alguna o poder sobre este mundo que pueda obligar a Destino a...- Un par de minutos después el elfo de cabello oscuro se ajustaba el transmisor y se preparaba para salir a cazar al animal aunque no sin antes atarse los ojos.
Recordaba un poco el camino, había estudiado el terreno antes de entrar y podía recordar la ubicación de algunas cosas, aunque tal como el chico dijo, ahora las trampas estaban desactivadas -Tranquilo, avanza, todo está apagado- Escuchó Destino a través de su comunicador, en su muñeca llevaba la pulsera y en la misma mano derecha el táser listo para la acción -¡¡Agáchate!! ¡¡De prisa!!- Escuchó y se agachó sin dudarlo un instante para escuchar luego las carcajadas a través del comunicador -Te odio- Dijo en tono serio -Realmente te odio- Confirmó levantándose de nuevo -Basta de juegos, termina de una vez con esto- Protestó el pelinegro.
Había avanzado apenas unos pasos más cuando Virgo volvió a ponerlo en alerta -¡¡Cuidado a tu derecha!! ¡¡Rueda en el piso y esquiva!!- Fue la orden que el pelinegro obedeció sin resistencia para terminar escuchando risas al otro lado del comunicador; vaya que se estaba divirtiendo el niño, aunque ya luego le tocaría pagar las facturas de su diversión.
Avanzaron durante un rato hasta que su pulsera comenzó a vibrar -Parece que tenemos algo, está a diez pasos de ti, a las 3 en punto- Indicó Virgo a través del comunicador -Espera, espera, estás de suerte, se acerca- Dijo de nuevo al mismo tiempo que la pulsera comenzaba a vibrar, al menos ya sabía que dos cosas funcionaban, solo faltaba probar la tercera y tenía la víctima justo al frente aunque tristemente no tenía manera de saber lo que era.
Estaba justo al frente, podía escucharle los pasos acercarse incautamente -Espera, no te apresures, espera, solo un poco más, debes ha...- Sin esperar que terminara de hablar, Destino se quitó el comunicador y se lanzó sobre la criatura; todo sucedió tan rápido que la criatura apenas tuvo tiempo de voltear hacia el lugar donde se ocultaba Destino, quien se aferró al cuello de la criatura y fue arrastrado unos cuantos metros antes de poder pegar el taser al cuello de la criatura aunque no resultaría tan sencillo.
Antes de pegar el aparato, la criatura consiguió pegar la espalda del elfo contra una roca, lo que hizo que soltara el taser aunque consiguió sujetarlo entre las piernas y volver a tomarlo, ahora con más fuerza afincó el arma contra el cuello de la criatura y lo dejó ahí hasta que la corriente comenzó a pegarle a él mismo, momento en que se soltó para deslizarse un poco más por el piso y escuchar luego al animal caer vencido -Genial, ha terminado- Dijo Destino apartándose el pañuelo con que se había tapado los ojos; recuperó el comunicador aunque no se lo puso, no quería escuchar tanto al molesto y parlanchín Virgo; tomó por una pata al animal que resultó ser una especie de cerdo salvaje con colmillos y lo llevó arrastrado hasta donde se encontraba el chico -Bien, no más juegos, ahora vaya, el camino es largo- Dijo el elfo lanzando al frente a la presa, había hecho lo que le habían pedido, ahora el otro chico debía cumplir ¿O aún no?
Finalmente el culpable de todo se dejó ver y no era más que un chico, no sería difícil eliminarlo una vez llegara la oportunidad, a este punto ya lo haría gratis con todo el problema que había sido llegar hasta acá; bajó apenas un poco hasta la altura de su casa, aún demasiado lejos para que Destino pudiera cobrar venganza, no era nada tonto el chiquillo aunque sí que era muy hablador -Solo, baja... es hora de partir- Insistió el pelinegro a su parlanchín compañero aunque eso no hizo efecto alguno, preguntándole ahora si formaba parte de la banda.
Nombre tras nombre mencionó el chico hasta que se detuvo en sagitario -Ese, sí, ese mismo- Dijo Destino cansado -Ahora baja y ve con Destino- Apretaba los puños con fuerza claramente desesperado ante el chico que no hacía más que darle largas al asunto, sin embargo al final dijo algo que sí despertó el interés del pelinegro, parecía ser un elfo bastante diestro con la tecnología, algo en sí bastante peculiar pero conveniente a la vez, tal vez pudiera reparar la espada látigo que Destino no había podido hacer funcionar correctamente en tanto tiempo.
Confirmando que efectivamente sabe de tecnología, Destino se acercó a donde habían aparecido aquellos artilugios, la descripción de los mismos había estado excelente hasta que mencionó el detalle de probarlos para buscarle comida a otro animalucho -Tienes que estar bromeando, Destino no vino a jugar ese juego- Respondió el elfo a la primera de las peticiones aunque el otro jovencito no pensaba rendirse fácilmente -¿Qué un pañuelo para qué?- El pelinegro estaba indignado ante tal solicitud, vendarse los ojos en un lugar lleno de trampas no parecía la idea más sensata que se pudiera tener.
Al parecer había encontrado en el chico a un perfecto antagonista, falto de seriedad y con una innecesario deseo de jugar -No, Destino no hará eso- Objetó con determinación -Y no existe manera alguna o poder sobre este mundo que pueda obligar a Destino a...- Un par de minutos después el elfo de cabello oscuro se ajustaba el transmisor y se preparaba para salir a cazar al animal aunque no sin antes atarse los ojos.
Recordaba un poco el camino, había estudiado el terreno antes de entrar y podía recordar la ubicación de algunas cosas, aunque tal como el chico dijo, ahora las trampas estaban desactivadas -Tranquilo, avanza, todo está apagado- Escuchó Destino a través de su comunicador, en su muñeca llevaba la pulsera y en la misma mano derecha el táser listo para la acción -¡¡Agáchate!! ¡¡De prisa!!- Escuchó y se agachó sin dudarlo un instante para escuchar luego las carcajadas a través del comunicador -Te odio- Dijo en tono serio -Realmente te odio- Confirmó levantándose de nuevo -Basta de juegos, termina de una vez con esto- Protestó el pelinegro.
Había avanzado apenas unos pasos más cuando Virgo volvió a ponerlo en alerta -¡¡Cuidado a tu derecha!! ¡¡Rueda en el piso y esquiva!!- Fue la orden que el pelinegro obedeció sin resistencia para terminar escuchando risas al otro lado del comunicador; vaya que se estaba divirtiendo el niño, aunque ya luego le tocaría pagar las facturas de su diversión.
Avanzaron durante un rato hasta que su pulsera comenzó a vibrar -Parece que tenemos algo, está a diez pasos de ti, a las 3 en punto- Indicó Virgo a través del comunicador -Espera, espera, estás de suerte, se acerca- Dijo de nuevo al mismo tiempo que la pulsera comenzaba a vibrar, al menos ya sabía que dos cosas funcionaban, solo faltaba probar la tercera y tenía la víctima justo al frente aunque tristemente no tenía manera de saber lo que era.
Estaba justo al frente, podía escucharle los pasos acercarse incautamente -Espera, no te apresures, espera, solo un poco más, debes ha...- Sin esperar que terminara de hablar, Destino se quitó el comunicador y se lanzó sobre la criatura; todo sucedió tan rápido que la criatura apenas tuvo tiempo de voltear hacia el lugar donde se ocultaba Destino, quien se aferró al cuello de la criatura y fue arrastrado unos cuantos metros antes de poder pegar el taser al cuello de la criatura aunque no resultaría tan sencillo.
Antes de pegar el aparato, la criatura consiguió pegar la espalda del elfo contra una roca, lo que hizo que soltara el taser aunque consiguió sujetarlo entre las piernas y volver a tomarlo, ahora con más fuerza afincó el arma contra el cuello de la criatura y lo dejó ahí hasta que la corriente comenzó a pegarle a él mismo, momento en que se soltó para deslizarse un poco más por el piso y escuchar luego al animal caer vencido -Genial, ha terminado- Dijo Destino apartándose el pañuelo con que se había tapado los ojos; recuperó el comunicador aunque no se lo puso, no quería escuchar tanto al molesto y parlanchín Virgo; tomó por una pata al animal que resultó ser una especie de cerdo salvaje con colmillos y lo llevó arrastrado hasta donde se encontraba el chico -Bien, no más juegos, ahora vaya, el camino es largo- Dijo el elfo lanzando al frente a la presa, había hecho lo que le habían pedido, ahora el otro chico debía cumplir ¿O aún no?
Destino
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Re: [Desafío] La banda del Zodiaco: Virgo
Destino dio caza al jabalí gracias a las herramientas que le había entregado Virgo. - ¡Genial tío! ¡Lo has hecho de puta madre! – gritó por el intercomunicador desde su torre en el árbol. - ¿Me escuchas? ¿me escuchas? – preguntó, y al poco vio aparecer a Destino bajo su árbol, con cara de pocos amigos y la presa a sus pies. - ¡Ey tío, parece que se ha jodido el comunicador! – aunque rápidamente vio que el elfo ya no lo llevaba en la oreja. – Bah… veo que te lo has quitado. Eres un tío aburrido. – protestó.
En cualquier caso, Destino había probado la eficacia de los mismos con solvencia, además mostraba dotes de ser un asesino despiadado, frío y calculador. Todo un personaje que podría venir de perlas a un grupo que carecía de un asesino clásico. Pues ni él, ni Lazid, ni siquiera Tauro o Géminis, tenían la sangre fría que podía tener el encapuchado del sable.
-No decepcionas, tío. Espera que coja mis cosas y vamos a Lunargenta. – indicó, entrando de nuevo a su caseta en el árbol.
El joven salió con una gran mochila cargada a su espalda y con Dash amarrado a su hombro. El camino hasta Lunargenta era largo, pero con un poco de suerte llegarían a tiempo para encontrar a la lagartija. Virgo había oído de que la banda esperaba volver a reunirse y aunque quizás él fuese el miembro menos corrompido y más decente del grupo, le agradaba la idea de poder reencontrarse con sus excompañeros y poder dar un gran golpe. Más que por el dinero, que a él no le importa nada, sería divertido que un chico superdotado burlara la seguridad de un banco... o de algo más. Aquello era, definitivamente, un reto personal.
Destino: Has probado las nuevas herramientas de Virgo y congeniado muy bien con él. La afinidad con este personaje te será muy útil, aunque podrás establecer relaciones con el resto de los miembros de la banda. En los próximos días (este fin de semana) espero poder colgar la misión ahora que se han completado los desafíos.
¡Permanece atento!
Recompensas:
-Has obtenido 5 puntos de experiencia: 2 de base y 3 por la originalidad del usuario (Ya se han sumado a tu perfil). ¡Has usado muy bien a Virgo!
- Afinidad con Virgo: Durante la misión principal, podrás pedir ayuda al elfo Virgo si está cerca y este te ayudará. Evitando cualquier tirada de runa. El cargará las consecuencias (si hubiera) Únicamente una vez en la misión.
En cualquier caso, Destino había probado la eficacia de los mismos con solvencia, además mostraba dotes de ser un asesino despiadado, frío y calculador. Todo un personaje que podría venir de perlas a un grupo que carecía de un asesino clásico. Pues ni él, ni Lazid, ni siquiera Tauro o Géminis, tenían la sangre fría que podía tener el encapuchado del sable.
-No decepcionas, tío. Espera que coja mis cosas y vamos a Lunargenta. – indicó, entrando de nuevo a su caseta en el árbol.
El joven salió con una gran mochila cargada a su espalda y con Dash amarrado a su hombro. El camino hasta Lunargenta era largo, pero con un poco de suerte llegarían a tiempo para encontrar a la lagartija. Virgo había oído de que la banda esperaba volver a reunirse y aunque quizás él fuese el miembro menos corrompido y más decente del grupo, le agradaba la idea de poder reencontrarse con sus excompañeros y poder dar un gran golpe. Más que por el dinero, que a él no le importa nada, sería divertido que un chico superdotado burlara la seguridad de un banco... o de algo más. Aquello era, definitivamente, un reto personal.
* * * * * * * * * * * * * * *
Destino: Has probado las nuevas herramientas de Virgo y congeniado muy bien con él. La afinidad con este personaje te será muy útil, aunque podrás establecer relaciones con el resto de los miembros de la banda. En los próximos días (este fin de semana) espero poder colgar la misión ahora que se han completado los desafíos.
¡Permanece atento!
Recompensas:
-Has obtenido 5 puntos de experiencia: 2 de base y 3 por la originalidad del usuario (Ya se han sumado a tu perfil). ¡Has usado muy bien a Virgo!
- Afinidad con Virgo: Durante la misión principal, podrás pedir ayuda al elfo Virgo si está cerca y este te ayudará. Evitando cualquier tirada de runa. El cargará las consecuencias (si hubiera) Únicamente una vez en la misión.
Ger
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