Fácil perdón, frecuente ladrón [Libre] [2/3][Cerrado]
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Ya de por si, en situaciones normales y contando con que todo saliera perfecto, era difícil el poder encontrarse con un miembro del Gremio de Ladrones. Esto resultaba bastante lógico, eran una agrupación que se encargaba de cuanto negocio ilegal se realizara en la ciudad, no iban a ir caminando por las calles con un enorme cartel que los señalara. Pero a las dificultades habituales para encontrarlos había que sumarle todos los contratiempos que una plaga a nivel continental podía traer.
Por suerte para Matt, no era la primera vez que tenía relaciones con este grupo, por lo que conocía algunas maneras de poder comunicarse con ellos. Tuvo que intentar varias veces, pero finalmente logró contactarse con un antiguo conocido que a su vez podía pasarle el mensaje a alguien de allí adentro. Eso no le aseguraba nada, pero al menos había conseguido una cita, lo cual no era poco.
El sitio del encuentro era en un viejo molino, había sido abandonado hace ya varias semanas, al igual que el resto del pequeño pueblo. Era un paisaje común en esos días, los pueblos más chicos habían sufrido los embates de la plaga con mucha fuerza, ya que con que muriera un reducido número de personas ya la mayoría de las tareas diarias se hacían imposibles. Al final hacían lo único que podían, juntaban sus cosas y se iban a otro sitio, dejando atrás sus humildes viviendas selladas a cal y canto para intentar evitar robos, con la ilusión de algún día poder regresar.
Matthew estaba en el primer piso del molino, frente a él había una única ventana sencilla que apuntaba hacia las vacías casas, el sol estaba alto en el cielo, pero no parecía irradiar ni una pizca de calor. No le habían dado un horario exacto, solo un lugar, por lo que no sabía si estaría allí esperando durante algunos minutos o toda la noche, a veces los recaudos que tomaban los del Gremio eran exasperantes.
Se sentó en el piso, apoyando la espalda contra una de las paredes, saco su mazo de cartas y comenzó a jugar con ellas, practicando viejos trucos de magia para matar el tiempo. Inevitablemente sus pensamientos divagaron hacía el pasado, cuando aún era un adolescente y había creído que no había nada más fascinante y aventurero que estar en el Gremio de los Ladrones. Claro que la ilusión duro poco, al igual que le había pasado con la mayoría de las cosas que habían generado algún tipo de anhelo en su vida, lo cierto es que la mayoría de los trabajos que tenías que hacer no eran muy interesante, mucho menos glamorosos. En resumen, los libros de cuentos exageran muchísimo ese tipo de vida…
Al final solo había aguantado unos años, pronto comenzó a distraerse, a aburrirse, y cuando Matthew se ponía fastidiosos, hacía tonterías, como por ejemplo, acostarse con la esposa de uno de los referentes del Gremio. Aun así no se arrepentía, había tenido que escapar en mitad de la noche tan solo con la ropa que llevaba puesta, y no había podido regresar a esa ciudad en muchos años, pero había valido la pena. Ahora ese hombre estaba desaparecido, muerto quizás, o vaya a saber, los Jefes en ese tipo de ámbitos por lo general no duraban mucho, y no solían tener finales felices.
Escuchó un sonido en el piso de abajo, eso era sospechoso, si hacían ruido solo se le ocurrían dos alternativas. O habían enviado a un completo novato solo para decirle que dejara de molestar y que el Gremio no tenía interés alguno en sus servicios… O quizás la persona había hecho ruido a propósito, porque tenía alguna otra cosa planeada.
-Diría que la puntualidad del Gremio deja bastante que desear- Dijo sin haber visto aún quien era el que había llegado, simplemente quería terminar con lo que creía que sería solo un tramite para poder concentrarse en el negocio que tenía pensado con Seth.
Por suerte para Matt, no era la primera vez que tenía relaciones con este grupo, por lo que conocía algunas maneras de poder comunicarse con ellos. Tuvo que intentar varias veces, pero finalmente logró contactarse con un antiguo conocido que a su vez podía pasarle el mensaje a alguien de allí adentro. Eso no le aseguraba nada, pero al menos había conseguido una cita, lo cual no era poco.
El sitio del encuentro era en un viejo molino, había sido abandonado hace ya varias semanas, al igual que el resto del pequeño pueblo. Era un paisaje común en esos días, los pueblos más chicos habían sufrido los embates de la plaga con mucha fuerza, ya que con que muriera un reducido número de personas ya la mayoría de las tareas diarias se hacían imposibles. Al final hacían lo único que podían, juntaban sus cosas y se iban a otro sitio, dejando atrás sus humildes viviendas selladas a cal y canto para intentar evitar robos, con la ilusión de algún día poder regresar.
Matthew estaba en el primer piso del molino, frente a él había una única ventana sencilla que apuntaba hacia las vacías casas, el sol estaba alto en el cielo, pero no parecía irradiar ni una pizca de calor. No le habían dado un horario exacto, solo un lugar, por lo que no sabía si estaría allí esperando durante algunos minutos o toda la noche, a veces los recaudos que tomaban los del Gremio eran exasperantes.
Se sentó en el piso, apoyando la espalda contra una de las paredes, saco su mazo de cartas y comenzó a jugar con ellas, practicando viejos trucos de magia para matar el tiempo. Inevitablemente sus pensamientos divagaron hacía el pasado, cuando aún era un adolescente y había creído que no había nada más fascinante y aventurero que estar en el Gremio de los Ladrones. Claro que la ilusión duro poco, al igual que le había pasado con la mayoría de las cosas que habían generado algún tipo de anhelo en su vida, lo cierto es que la mayoría de los trabajos que tenías que hacer no eran muy interesante, mucho menos glamorosos. En resumen, los libros de cuentos exageran muchísimo ese tipo de vida…
Al final solo había aguantado unos años, pronto comenzó a distraerse, a aburrirse, y cuando Matthew se ponía fastidiosos, hacía tonterías, como por ejemplo, acostarse con la esposa de uno de los referentes del Gremio. Aun así no se arrepentía, había tenido que escapar en mitad de la noche tan solo con la ropa que llevaba puesta, y no había podido regresar a esa ciudad en muchos años, pero había valido la pena. Ahora ese hombre estaba desaparecido, muerto quizás, o vaya a saber, los Jefes en ese tipo de ámbitos por lo general no duraban mucho, y no solían tener finales felices.
Escuchó un sonido en el piso de abajo, eso era sospechoso, si hacían ruido solo se le ocurrían dos alternativas. O habían enviado a un completo novato solo para decirle que dejara de molestar y que el Gremio no tenía interés alguno en sus servicios… O quizás la persona había hecho ruido a propósito, porque tenía alguna otra cosa planeada.
-Diría que la puntualidad del Gremio deja bastante que desear- Dijo sin haber visto aún quien era el que había llegado, simplemente quería terminar con lo que creía que sería solo un tramite para poder concentrarse en el negocio que tenía pensado con Seth.
Última edición por Matthew Owens el Lun Oct 09, 2017 10:35 am, editado 2 veces
Matthew Owens
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Re: Fácil perdón, frecuente ladrón [Libre] [2/3][Cerrado]
Chimar se encontraba en Lunargenta revisando el estado de sus hermanos cuando fue contactado por un sujeto del gremio, le dieron una misión menor que desgraciadamente no pudo sacudirse. Ir de reclutador no es lo suyo pero si quiere continuar recibiendo los beneficios de la organización algunas veces debe realizar cosas tontas.
El encuentro fue acordado en una población abandonada en las afueras, como es habitual bajo el amparo de la noche. Lo cierto es que Maquiavelo agradeció mentalmente alejarse del centro urbano, la ciudad se encuentra hecha un asco. Todo ha ido de mal en peor desde que escapo el rey, el ciudadano común sin habilidades “especiales” lo tiene difícil… claramente eso no incluye al inventor ni sus “parientes” y colegas pero a nadie le gusta un ambiente desagradable.
Llega al sitio objetivo y se sorprende enseguida, realizo un trabajo en el mismo lugar hace menos de un mes. Lo cierto es que la pandemia tiene poco tiempo pero tiende a confundirse con años, eso suele pasar cuando la realidad gira abruptamente. Niega con la cabeza para no sumergirse en su mente, debe cumplir el encargo.
La zona específica del encuentro es un molino al final de pueblo… más caminar. El ambiente lúgubre de una villa abandonada tiene cierto encanto, pocas personas pueden apreciarlo. Toda una pequeña comunidad desolada en la oscuridad, un escenario que despierta la imaginación en cualquiera.
Con rapidez el pequeño alcanza a su objetivo, no se ve al personaje indicado por ningún lado. Eso suele ser bueno, indica habilidad cuando trabajas en los submundos criminales. Abre la puerta con cautela, intenta hacer el menor ruido posible. Ingresa cuidando sus pisadas, viejo habito que le ha salvado el trasero un par de veces.
Revisa con la mirada el recinto y pronto nota algo que no encaja, una figura humanoide escribe en plena oscuridad. Cierto olor a metal oxidado le llega de repente, el inconfundible aroma de la sangre. Luego de tantas aventuras Chimar sabe que en tales situaciones lo mejor es disparar primero y preguntar después, decide tomar ese camino.
Quita el mecanismo de seguridad de su ballesta automática y llena de virotes a la siniestra figura, un grito seco se escucha a medida que la vida del blanco se extingue. El pequeño genio se acerca hasta su más reciente víctima y usa un pedernal modificado para iluminar, sus sospechas quedan confirmadas enseguida.
Jodidos vampiros… sin ofender a Ralphy claro.
Es fácil reconocer a un chupasangre, siempre mueren con los colmillos extendidos. Últimamente la región se encuentra llena de ellos, se aprovechan de la inestabilidad reinante. Uno menos para el banquete, la competencia nunca es buena cuando hablamos de actividades nocturnas… la noche debería permanecer en el exclusivo control de los ladrones.
Como ya no tiene caso mantener el silencio… mi contacto tiene cinco minutos para aparecer antes de que lo considere “muerto en acción”.
El encuentro fue acordado en una población abandonada en las afueras, como es habitual bajo el amparo de la noche. Lo cierto es que Maquiavelo agradeció mentalmente alejarse del centro urbano, la ciudad se encuentra hecha un asco. Todo ha ido de mal en peor desde que escapo el rey, el ciudadano común sin habilidades “especiales” lo tiene difícil… claramente eso no incluye al inventor ni sus “parientes” y colegas pero a nadie le gusta un ambiente desagradable.
Llega al sitio objetivo y se sorprende enseguida, realizo un trabajo en el mismo lugar hace menos de un mes. Lo cierto es que la pandemia tiene poco tiempo pero tiende a confundirse con años, eso suele pasar cuando la realidad gira abruptamente. Niega con la cabeza para no sumergirse en su mente, debe cumplir el encargo.
La zona específica del encuentro es un molino al final de pueblo… más caminar. El ambiente lúgubre de una villa abandonada tiene cierto encanto, pocas personas pueden apreciarlo. Toda una pequeña comunidad desolada en la oscuridad, un escenario que despierta la imaginación en cualquiera.
Con rapidez el pequeño alcanza a su objetivo, no se ve al personaje indicado por ningún lado. Eso suele ser bueno, indica habilidad cuando trabajas en los submundos criminales. Abre la puerta con cautela, intenta hacer el menor ruido posible. Ingresa cuidando sus pisadas, viejo habito que le ha salvado el trasero un par de veces.
Revisa con la mirada el recinto y pronto nota algo que no encaja, una figura humanoide escribe en plena oscuridad. Cierto olor a metal oxidado le llega de repente, el inconfundible aroma de la sangre. Luego de tantas aventuras Chimar sabe que en tales situaciones lo mejor es disparar primero y preguntar después, decide tomar ese camino.
Quita el mecanismo de seguridad de su ballesta automática y llena de virotes a la siniestra figura, un grito seco se escucha a medida que la vida del blanco se extingue. El pequeño genio se acerca hasta su más reciente víctima y usa un pedernal modificado para iluminar, sus sospechas quedan confirmadas enseguida.
Jodidos vampiros… sin ofender a Ralphy claro.
Es fácil reconocer a un chupasangre, siempre mueren con los colmillos extendidos. Últimamente la región se encuentra llena de ellos, se aprovechan de la inestabilidad reinante. Uno menos para el banquete, la competencia nunca es buena cuando hablamos de actividades nocturnas… la noche debería permanecer en el exclusivo control de los ladrones.
Como ya no tiene caso mantener el silencio… mi contacto tiene cinco minutos para aparecer antes de que lo considere “muerto en acción”.
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Re: Fácil perdón, frecuente ladrón [Libre] [2/3][Cerrado]
A sus palabras se las llevo el viento, nadie contesto pero el artesano sabía que algo lo estaba asechando, lo sabía con la absoluta seguridad que le daban sus años de experiencia siendo perseguido. Se puso lentamente de pie, sin quitar la espalda de la pared, llevo la mano a su cinturón pero, como esperaba, no tenía nada que pudiera hacerle frente a lo que sea que lo estuviera observando. Sintió unos rasguños que provenían del techo, levantó al mirada de golpe pero no había nada sobre su cabeza, siguió la línea de la viga hasta la esquina más alejada y oscura, unos fríos ojos rojos le devolvieron la mirada.
Fue como si de pronto el aire de la pequeña habitación descendiera, a Matthew se le puso la piel de gallina y sintió que un escalofrío le recorría la espalda. Solo entonces fue consciente de que estaba completamente solo en ese pueblo, que no había nadie en kilómetros a la redonda, y que si le pasara algo de seguro su cadáver quedaría allí tirado para que se lo comieran las ratas. La idea era espeluznante, pero de alguna manera siempre había sabido que sería algo así… Aunque en sus fantasías al menos había pasado una última noche como correspondía y no esperando a un mensajero del Gremio.
La cosa esa saltó sobre Matt sin previo aviso, solo entonces pudo notar que se trataba de un vampiro, aunque muy desmejorado. Debía estar muerto de hambre, porque el artesano había conocido a varios de esa misma especie en sus viajes, y todos se habían comportado con bastante diplomacia la mayoría del tiempo. Lo esquivo como pudo, rodando hacía un costado, ahora que lo veía de más cerca podía notar que estaba en verdad muy desnutrido, seguramente por eso atacaba como en un estado de frenesí.
Matthew saco una pequeña daga que usaba para abrir conejos y cocinarlos, con eso probablemente no llegaría a hacerle ningún daño de importancia al oscuro ser, pero al menos tenía que intentarlo. Rodo hacia atrás cuando el vampiro ataco con sus garras, y quedo escondido tras unos de los ejes que hacían funcionar el molino, ahora trabados. Escuchó el sonido de una ballesta al dispararse, y pudo ver las puntas de los virotes asomando por el otro lado del cuerpo de la criatura.
-Vaya… Creía que se convertían en polvo cuando uno los mataba – Dijo apenas sin aliento Matthew, aún en el piso. Se levantó y se quitó el polvo de la ropa – Aquí está su contacto… - El artesano salió de atrás del eje mirando a su misma altura, pero en cuanto se mostró tuvo que bajar la mirada para encontrarse con... – Un niño – Se le escapo decir – Bueno, eso sin duda acaba de apuñalar mi orgullo.
De todos modos sonrió e hizo una ligera reverencia a modo de respeto.
-Soy Matthew Owens, y ya conoces los motivos por los cuales los contacte – Guardo su daga y agregó – Veo que el Gremio los sigue reclutando desde muy jóvenes – Él mismo había entrado cuando era apenas un adolescente imberbe, probablemente eran más fáciles de moldear cuando los alistaban de niños - ¿Tienes algún tipo de mensaje o tarea para mi?
Fue como si de pronto el aire de la pequeña habitación descendiera, a Matthew se le puso la piel de gallina y sintió que un escalofrío le recorría la espalda. Solo entonces fue consciente de que estaba completamente solo en ese pueblo, que no había nadie en kilómetros a la redonda, y que si le pasara algo de seguro su cadáver quedaría allí tirado para que se lo comieran las ratas. La idea era espeluznante, pero de alguna manera siempre había sabido que sería algo así… Aunque en sus fantasías al menos había pasado una última noche como correspondía y no esperando a un mensajero del Gremio.
La cosa esa saltó sobre Matt sin previo aviso, solo entonces pudo notar que se trataba de un vampiro, aunque muy desmejorado. Debía estar muerto de hambre, porque el artesano había conocido a varios de esa misma especie en sus viajes, y todos se habían comportado con bastante diplomacia la mayoría del tiempo. Lo esquivo como pudo, rodando hacía un costado, ahora que lo veía de más cerca podía notar que estaba en verdad muy desnutrido, seguramente por eso atacaba como en un estado de frenesí.
Matthew saco una pequeña daga que usaba para abrir conejos y cocinarlos, con eso probablemente no llegaría a hacerle ningún daño de importancia al oscuro ser, pero al menos tenía que intentarlo. Rodo hacia atrás cuando el vampiro ataco con sus garras, y quedo escondido tras unos de los ejes que hacían funcionar el molino, ahora trabados. Escuchó el sonido de una ballesta al dispararse, y pudo ver las puntas de los virotes asomando por el otro lado del cuerpo de la criatura.
-Vaya… Creía que se convertían en polvo cuando uno los mataba – Dijo apenas sin aliento Matthew, aún en el piso. Se levantó y se quitó el polvo de la ropa – Aquí está su contacto… - El artesano salió de atrás del eje mirando a su misma altura, pero en cuanto se mostró tuvo que bajar la mirada para encontrarse con... – Un niño – Se le escapo decir – Bueno, eso sin duda acaba de apuñalar mi orgullo.
De todos modos sonrió e hizo una ligera reverencia a modo de respeto.
-Soy Matthew Owens, y ya conoces los motivos por los cuales los contacte – Guardo su daga y agregó – Veo que el Gremio los sigue reclutando desde muy jóvenes – Él mismo había entrado cuando era apenas un adolescente imberbe, probablemente eran más fáciles de moldear cuando los alistaban de niños - ¿Tienes algún tipo de mensaje o tarea para mi?
Matthew Owens
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Re: Fácil perdón, frecuente ladrón [Libre] [2/3][Cerrado]
Resulta que el vampiro no estaba escribiendo, trataba de cenarse a un pobre tonto. A veces la fortuna termina salvando al eslabón débil, no suele pasar muy a menudo pero si cada luna llena. Un poco más tarde y el sujeto de aspecto cuidado tendría menos litros de jugo vital encima, que afortunado.
Tengo 12…
Dice como aclaración al habitual desprecio de edad, no tiene mucho argumento distintivo pero Chimar no suele quedarse callado. Cambiando de punto, si los vampiros se volvieran polvo todo el mundo imaginaria cadáveres en sus áticos o sótanos descuidados… la naturaleza es sabia cuando se lo propone.
¿Owens?... interesante.
Casi terminar devorado por un demonio nocturno desnutrido mientras esperas al contacto no es una buena carta de presentación, incluso entre ladrones. El pequeño genio niega con la cabeza, no se puede esperar mucho de la gente grande… algunas personas pasan los años sin asimilar experiencia alguna.
Ciertamente tengo un trabajillo que probara tu valía y te permitirá ingresar al gremio… de nuevo.
Hay que meter la pata bien metida para ser expulsado, no es una institución con muchas reglas que digamos. Por suerte para el autodenominado Owens cuando cambia un líder cambian las reglas, ahora que su cabeza no tiene precio parece incluso prudente pedir una segunda oportunidad.
La misión de esta noche es relativamente sencilla, tenemos que reunirnos con un contrabandista nuestro en cierto muelle discreto, trae mercancía… “medicinal” que se vende bien entre la nobleza. Nuestro objetivo es asegurar que todo vaya como la seda, recibir y llevar el producto a buen recaudo.
Es algo de rutina pero muy importante, cada entrega da excelentes ingresos al gremio. Un elemento desconocido ha estado interfiriendo con la línea de suministro, la última vez se perdió el paquete con mensajero incluido. Debido a esto mandan a Maquiavelo con el aspirante, cada perdida se traduce en muchos aeros menos.
Nadie sabe nada del último paquete así que es necesario estar alertas, en mi humilde opinión creo que el mensajero anterior huyo a buscar una mejor vida pero... rara vez le prestan atención al enano.
La guerra de facciones a estado calmada últimamente y con todo lo que acontece resulta poco probable que un gremio rival este conspirando, todos se limitan a intentar sobrevivir. La idea de que una entidad individual se encuentre detrás es aún más descabellada, nadie se mete con un tiburón en sus propias aguas.
Veamos que tal sigues direcciones, a veinte minutos de este pueblucho apocalíptico esta nuestro muelle. Solo tenemos que pasar el molino y seguir caminando de frente, el destino tiene una lámpara de aceite… tu guías.
Tengo 12…
Dice como aclaración al habitual desprecio de edad, no tiene mucho argumento distintivo pero Chimar no suele quedarse callado. Cambiando de punto, si los vampiros se volvieran polvo todo el mundo imaginaria cadáveres en sus áticos o sótanos descuidados… la naturaleza es sabia cuando se lo propone.
¿Owens?... interesante.
Casi terminar devorado por un demonio nocturno desnutrido mientras esperas al contacto no es una buena carta de presentación, incluso entre ladrones. El pequeño genio niega con la cabeza, no se puede esperar mucho de la gente grande… algunas personas pasan los años sin asimilar experiencia alguna.
Ciertamente tengo un trabajillo que probara tu valía y te permitirá ingresar al gremio… de nuevo.
Hay que meter la pata bien metida para ser expulsado, no es una institución con muchas reglas que digamos. Por suerte para el autodenominado Owens cuando cambia un líder cambian las reglas, ahora que su cabeza no tiene precio parece incluso prudente pedir una segunda oportunidad.
La misión de esta noche es relativamente sencilla, tenemos que reunirnos con un contrabandista nuestro en cierto muelle discreto, trae mercancía… “medicinal” que se vende bien entre la nobleza. Nuestro objetivo es asegurar que todo vaya como la seda, recibir y llevar el producto a buen recaudo.
Es algo de rutina pero muy importante, cada entrega da excelentes ingresos al gremio. Un elemento desconocido ha estado interfiriendo con la línea de suministro, la última vez se perdió el paquete con mensajero incluido. Debido a esto mandan a Maquiavelo con el aspirante, cada perdida se traduce en muchos aeros menos.
Nadie sabe nada del último paquete así que es necesario estar alertas, en mi humilde opinión creo que el mensajero anterior huyo a buscar una mejor vida pero... rara vez le prestan atención al enano.
La guerra de facciones a estado calmada últimamente y con todo lo que acontece resulta poco probable que un gremio rival este conspirando, todos se limitan a intentar sobrevivir. La idea de que una entidad individual se encuentre detrás es aún más descabellada, nadie se mete con un tiburón en sus propias aguas.
Veamos que tal sigues direcciones, a veinte minutos de este pueblucho apocalíptico esta nuestro muelle. Solo tenemos que pasar el molino y seguir caminando de frente, el destino tiene una lámpara de aceite… tu guías.
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Re: Fácil perdón, frecuente ladrón [Libre] [2/3][Cerrado]
Para tener doce años era bastante bajito, pero estaba bien, ser pequeño era una buena característica si se era ladrón. El niño estaba en esa edad en la que dejaba de ser infantil y empezaba a querer ser un hombre de pelo en pecho, cosa que no sucedería hasta dentro de mucho tiempo…Mucho, mucho tiempo por lo que podía verse.
-Veo que nos tienen como muchachos de los mandados, eso seguro debe ofenderte bastante – No conocía de nada al chico, pero su modo de hablar denotaba madurez y también algo de indignación – Espero que terminemos pronto, así podremos seguir con nuestros asuntos.
Matt se quedó pensando en la tarea que le habían encargado, era para hacer de escolta o guardia ¡Que cabrones! Sea quien sea que había pensado esa tarea para él podía irse al demonio. Aún así, el artesano no se quejaría, ni diría nada, ya que les estaba pidiendo un favor, que lo volvieran a aceptar, así que no podía ponerse en quisquilloso.
-Sígueme entonces, acabemos con esto – Se dio la vuelta y comenzó a bajar del viejo molino – ¿Me quitara puntos del examen el hablar mientras caminamos? – Pregunto Matthew en un intento de evaluar cuanto sentido del humor tenía el niño.
Lo cierto es que el hombre no era un guerrero, no tenía excesivas habilidades en la pelea, ni con las armas, quizás su mayor habilidad era el ser oportunista. Ese tipo de tareas no lo favorecían, si llegaba a haber alguna lucha el artesano tendría que encontrar la manera de salvarse.
-Dijiste que hubo problemas con la entrega anterior, que en tu opinión fue solo el mensajero huyendo para quedarse con el paquete ¿Entonces supones que nada pasará hoy? – Preguntaba para intentar averiguar algo más sobre la misión – Aunque si fuera yo, no sería tan tonto como para robar dos veces de la misma manera, eso sería demasiado estúpido – Y si alguien lo intentaba al menos podía estar tranquilo de que su objetivo era un imbécil, si nada pasaba, entonces esa misión sería pan comido.
Caminaron a través de los campos, en otro momento eso hubiese sido imposible, ya que hubiesen estado ocupados por el cultivo de los granjeros. En cambio ahora todo estaba seco, lo único que crecía era la maleza, parecía que la muerte y el abandono los rodeaba en todo sentido.
-Veo que nos tienen como muchachos de los mandados, eso seguro debe ofenderte bastante – No conocía de nada al chico, pero su modo de hablar denotaba madurez y también algo de indignación – Espero que terminemos pronto, así podremos seguir con nuestros asuntos.
Matt se quedó pensando en la tarea que le habían encargado, era para hacer de escolta o guardia ¡Que cabrones! Sea quien sea que había pensado esa tarea para él podía irse al demonio. Aún así, el artesano no se quejaría, ni diría nada, ya que les estaba pidiendo un favor, que lo volvieran a aceptar, así que no podía ponerse en quisquilloso.
-Sígueme entonces, acabemos con esto – Se dio la vuelta y comenzó a bajar del viejo molino – ¿Me quitara puntos del examen el hablar mientras caminamos? – Pregunto Matthew en un intento de evaluar cuanto sentido del humor tenía el niño.
Lo cierto es que el hombre no era un guerrero, no tenía excesivas habilidades en la pelea, ni con las armas, quizás su mayor habilidad era el ser oportunista. Ese tipo de tareas no lo favorecían, si llegaba a haber alguna lucha el artesano tendría que encontrar la manera de salvarse.
-Dijiste que hubo problemas con la entrega anterior, que en tu opinión fue solo el mensajero huyendo para quedarse con el paquete ¿Entonces supones que nada pasará hoy? – Preguntaba para intentar averiguar algo más sobre la misión – Aunque si fuera yo, no sería tan tonto como para robar dos veces de la misma manera, eso sería demasiado estúpido – Y si alguien lo intentaba al menos podía estar tranquilo de que su objetivo era un imbécil, si nada pasaba, entonces esa misión sería pan comido.
Caminaron a través de los campos, en otro momento eso hubiese sido imposible, ya que hubiesen estado ocupados por el cultivo de los granjeros. En cambio ahora todo estaba seco, lo único que crecía era la maleza, parecía que la muerte y el abandono los rodeaba en todo sentido.
Matthew Owens
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Re: Fácil perdón, frecuente ladrón [Libre] [2/3][Cerrado]
Chimar hace una mueca aprobatoria ante el comentario de su colega, no sabe cuánta razón tiene. El niño puede ser bajito pero ha salvado el gremio varias veces… su líder tiende a meterse en problemas raros que generan consecuencias inesperadas. El adulto no es tan tonto como parece, sigue siendo feo por otro lado.
Ni que lo digas.
Sin mayor conversación el par inicia la marcha, Owens lidera. Van en buena dirección, al menos sabe ubicarse. La siguiente acotación genera una leve sonrisa en el niño, bastante apropiada. Últimamente Chimar se la pasa evaluando candidatos, si no son los Gorriones es el Gremio de Ladrones.
Quizás, aun no lo decido.
A medida que avanzan se hace claro el interés específico de Matthew, desea saber más sobre algún posible problema. Maquiavelo rara vez se equivoca aunque suele pasar, debido a eso prefiere no sacar conclusiones apresuradas o en última estancia no basar toda su estrategia en meras predicciones.
No creo que pase nada… pero mantente alerta de todas formas.
Corren tiempos inciertos en Lunargenta, muchas cosas pugnan por un lugar destacado. Si alguien está jodiendo al gremio… debe tener siniestros recursos y motivos detrás. Claro que todo es mera especulación de pasillo, medio mundo ahora intenta sobrevivir a la pandemia y sus problemas agregados.
Veo la lámpara.
Luego de veinte minutos exactos pueden vislumbrar una luz en medio de sombras, cuando salen a la playa detallan el muelle en todo su esplendor… una minúscula estructura que solo sirve para guarecer botes. El recinto en si se encuentra protegido naturalmente, bastante discreto. En los tablones de madera espera un hombre, tiene su vehículo estacionado cerca. Al fondo y con un poco de ayuda de la luna se puede detallar un barco a oscuras, claramente el buque contrabandista.
Era hora de que aparecieran, este lugar me pone de nervios últimamente.
Tan dramático como siempre, ¿tienes el paquete?
El hombre revela una mochila de cuero, Chimar pasa a revisarla y descubre que todo está en orden. Su contacto está nervioso pero eso es habitual en el mundo criminal, los novatos abundan. Lo bueno de todo es que el intercambio se hace sin dinero, se le paga al capitán adelantado por convenio.
“Se aclara la garganta” ¿qué esperas Owens? “dice mirando el paquete”.
¿Te tienen cuidando nuevos otra vez enano? Jajaja.
...
Ni que lo digas.
Sin mayor conversación el par inicia la marcha, Owens lidera. Van en buena dirección, al menos sabe ubicarse. La siguiente acotación genera una leve sonrisa en el niño, bastante apropiada. Últimamente Chimar se la pasa evaluando candidatos, si no son los Gorriones es el Gremio de Ladrones.
Quizás, aun no lo decido.
A medida que avanzan se hace claro el interés específico de Matthew, desea saber más sobre algún posible problema. Maquiavelo rara vez se equivoca aunque suele pasar, debido a eso prefiere no sacar conclusiones apresuradas o en última estancia no basar toda su estrategia en meras predicciones.
No creo que pase nada… pero mantente alerta de todas formas.
Corren tiempos inciertos en Lunargenta, muchas cosas pugnan por un lugar destacado. Si alguien está jodiendo al gremio… debe tener siniestros recursos y motivos detrás. Claro que todo es mera especulación de pasillo, medio mundo ahora intenta sobrevivir a la pandemia y sus problemas agregados.
Veo la lámpara.
Luego de veinte minutos exactos pueden vislumbrar una luz en medio de sombras, cuando salen a la playa detallan el muelle en todo su esplendor… una minúscula estructura que solo sirve para guarecer botes. El recinto en si se encuentra protegido naturalmente, bastante discreto. En los tablones de madera espera un hombre, tiene su vehículo estacionado cerca. Al fondo y con un poco de ayuda de la luna se puede detallar un barco a oscuras, claramente el buque contrabandista.
Era hora de que aparecieran, este lugar me pone de nervios últimamente.
Tan dramático como siempre, ¿tienes el paquete?
El hombre revela una mochila de cuero, Chimar pasa a revisarla y descubre que todo está en orden. Su contacto está nervioso pero eso es habitual en el mundo criminal, los novatos abundan. Lo bueno de todo es que el intercambio se hace sin dinero, se le paga al capitán adelantado por convenio.
“Se aclara la garganta” ¿qué esperas Owens? “dice mirando el paquete”.
¿Te tienen cuidando nuevos otra vez enano? Jajaja.
...
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Re: Fácil perdón, frecuente ladrón [Libre] [2/3][Cerrado]
Como Matthew iba adelante guiando no pudo ver la mueca de Chimar ante la broma, pero escuchó la pausa y no recibió algún comentario mordaz de regreso, por lo que podía suponer que al menos no le había disgustado. Punto a favor para él, había alguna manera de entrar a través de la coraza de su joven evaluador, pero probablemente no funcionara todo el tiempo, por lo que tenía que confiar en su intuición y aprovechar los pequeños momentos de relax.
-Claramente andar despreocupado en una reunión con un contrabandista no estaba entre mis opciones – El artesano no pudo evitar pensar que si alguien era capaz de robar al mismísimo Gremio de Ladrones entonces algo no estaba funcionando – Las cosas cambiaron mucho – Dijo como al pasar, sin preocuparse mucho en que su interlocutor lo entendiera. En otras épocas nadie se hubiese animado siquiera a respirar demasiado fuerte ante la presencia de la cofradía, el líder que estaba antes era un idiota en muchos sentidos, pero imponía respeto… Al menos en la mayoría de sus colaboradores.
Llegaron finalmente al lugar, tal como el niño había dicho, aunque decirle muelle a eso era como mínimo optimista, apenas si era una estructura, pero claro, los contrabandistas no necesitaban lugares ostentosos para encontrarse. El sujeto que los esperaba era de mediana edad, aunque los años de trabajo no lo habían tratado bien así que parecía más grande que Matt, su ropa pirata estaba algo estropeada, lo cual era lógico si hacía mucho que no pisaba tierra. Miraba para todos lados como si algún monstruo fuera a saltarles encima en cualquier momento, estaba demasiado nervioso, podía esperar eso de alguien nuevo pero…
-Buenas noches, mi amigo – Dijo con cortesía Matthew, haciendo una sonrisa de lo más amable – No se lo puede culpar por tener algo de recelo, este tipo de lugares apartados son perfectos para que le tiendan a uno una emboscada – Hizo una mueca burlona y luego se encogió de hombros para sacarle importancia al comentario.
Se quedó cruzado de brazos tras el niño mientras revisaba el contenido de la mochila, parecía que todo estaba en orden, pero había algo que le molestaba en todo eso. Se acercó para mirar los “medicamentos”, eran pequeños frascos oscuros con etiquetas pegadas mal escritas, Matthew negó con la cabeza, estaba seguro que él podía hacer falsificaciones mucho más realistas.
-Parece estar todo bien, aunque “Medicinal” se escribe con C, no con S – Comentó el artesano con algo de sorna – Los detalles hacen al todo – Se sacudió las manos y agregó – Pero lo que en verdad me gustaría saber es porque esta tan nervioso, amigo – Soltó de repente.
Con la edad que tenía y su apariencia en general no podía tragarse el que era un novato inquieto que solo quería terminar el trabajo e irse, su instinto le decía que algo más se estaba cocinando allí. Miró el barco de los contrabandistas de fondo, y el pequeño bote en el que supuestamente había llegado ¿Cuantas veces habían hecho ese tipo de entregas? ¿Siempre mandaban a un solo hombre? ¿Por qué ese sujeto seguía mirando hacia los lados? Matt dudaba mucho que un niño y un hombre pudieran resultar tan amenazantes a la vista.
-Claramente andar despreocupado en una reunión con un contrabandista no estaba entre mis opciones – El artesano no pudo evitar pensar que si alguien era capaz de robar al mismísimo Gremio de Ladrones entonces algo no estaba funcionando – Las cosas cambiaron mucho – Dijo como al pasar, sin preocuparse mucho en que su interlocutor lo entendiera. En otras épocas nadie se hubiese animado siquiera a respirar demasiado fuerte ante la presencia de la cofradía, el líder que estaba antes era un idiota en muchos sentidos, pero imponía respeto… Al menos en la mayoría de sus colaboradores.
Llegaron finalmente al lugar, tal como el niño había dicho, aunque decirle muelle a eso era como mínimo optimista, apenas si era una estructura, pero claro, los contrabandistas no necesitaban lugares ostentosos para encontrarse. El sujeto que los esperaba era de mediana edad, aunque los años de trabajo no lo habían tratado bien así que parecía más grande que Matt, su ropa pirata estaba algo estropeada, lo cual era lógico si hacía mucho que no pisaba tierra. Miraba para todos lados como si algún monstruo fuera a saltarles encima en cualquier momento, estaba demasiado nervioso, podía esperar eso de alguien nuevo pero…
-Buenas noches, mi amigo – Dijo con cortesía Matthew, haciendo una sonrisa de lo más amable – No se lo puede culpar por tener algo de recelo, este tipo de lugares apartados son perfectos para que le tiendan a uno una emboscada – Hizo una mueca burlona y luego se encogió de hombros para sacarle importancia al comentario.
Se quedó cruzado de brazos tras el niño mientras revisaba el contenido de la mochila, parecía que todo estaba en orden, pero había algo que le molestaba en todo eso. Se acercó para mirar los “medicamentos”, eran pequeños frascos oscuros con etiquetas pegadas mal escritas, Matthew negó con la cabeza, estaba seguro que él podía hacer falsificaciones mucho más realistas.
-Parece estar todo bien, aunque “Medicinal” se escribe con C, no con S – Comentó el artesano con algo de sorna – Los detalles hacen al todo – Se sacudió las manos y agregó – Pero lo que en verdad me gustaría saber es porque esta tan nervioso, amigo – Soltó de repente.
Con la edad que tenía y su apariencia en general no podía tragarse el que era un novato inquieto que solo quería terminar el trabajo e irse, su instinto le decía que algo más se estaba cocinando allí. Miró el barco de los contrabandistas de fondo, y el pequeño bote en el que supuestamente había llegado ¿Cuantas veces habían hecho ese tipo de entregas? ¿Siempre mandaban a un solo hombre? ¿Por qué ese sujeto seguía mirando hacia los lados? Matt dudaba mucho que un niño y un hombre pudieran resultar tan amenazantes a la vista.
Matthew Owens
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Re: Fácil perdón, frecuente ladrón [Libre] [2/3][Cerrado]
El aspirante revisa la mercancía y suelta algunos comentarios, sabe bastantes cosas para ser un novato. Quizás no paso los años inútilmente, incluso los paletos asimilan varias cosas. lo cierto es que Chimar no se molesta mucho en revisar detalles en la mercancía, es un contrato que lleva vigente mucho tiempo y ninguna de las dos partes quiere joder el negocio.
“Quien lo diría… sabe leer”
Mantiene ese comentario en su mente, no quiere mostrar competitividad frente a un tercero. En el mundo delictivo las apariencias definen todo, puedes hacer mucho dinero manejando a las personas de esa forma. Indiferentemente al final Owens suelta una interrogante útil, tiene mucho sentido.
No debería decirles esto pero… se rumorea que el gremio está en la mira de elementos peligrosos, son tiempos de locos y los nuevos “regentes” de la ciudad quieren mantener la noche bajo su control.
Interesante.
Dicho esto el personaje se despide con un gesto de fortuna, eventualmente sube a su bote y surca el agua con asombrosa velocidad. Debe decir la verdad, de haber sido una emboscada ya estarían enfrascados en combate. Eso explica su falta de guardaespaldas también… los piratas contrabandistas no suelen tener mucha camaradería.
Mejor nos retiramos, los chupasangres tienen que seguir ignorando este lugar.
Se toma unos momentos para pensar, el otro mensajero siguió la ruta corriente a través de los tejados y no termino muy bien que digamos. Quizás es momento de cambiar hábitos, cuando alguien modifica sus costumbres es más difícil de robar. Repentinamente Maquiavelo ve una oportunidad espontanea, cierta forma de probar al aspirante.
Es tu prueba, podemos ir bajo tierra o usando la ciudad como siempre, ¿por dónde?
Las catatumbas tienen algunas entradas externas, pueden usarlas para ahorrar camino pero son lugares peligrosos. La ciudad por otro lado es un panorama conocido que requiere mucha cautela, de noche los vampiros rondan y mantienen un estricto toque de queda. No suelen suponer problemas para ladrones experimentados aunque los recientes acontecimientos indican un cambio de política a la hora de buscar.
El tiempo corre, cuando te decidas avanza y te seguiré.
El niño tiene dos misiones, probar al adulto y cuidar los intereses del gremio. Debido a esto no dará órdenes directas, incluso en el complejo problema actual. En un aspecto personal le gustaría eliminar la amenaza que molesta al gremio, eso podría traer recompensas… o menos misiones de supervisión aburridas.
“Quien lo diría… sabe leer”
Mantiene ese comentario en su mente, no quiere mostrar competitividad frente a un tercero. En el mundo delictivo las apariencias definen todo, puedes hacer mucho dinero manejando a las personas de esa forma. Indiferentemente al final Owens suelta una interrogante útil, tiene mucho sentido.
No debería decirles esto pero… se rumorea que el gremio está en la mira de elementos peligrosos, son tiempos de locos y los nuevos “regentes” de la ciudad quieren mantener la noche bajo su control.
Interesante.
Dicho esto el personaje se despide con un gesto de fortuna, eventualmente sube a su bote y surca el agua con asombrosa velocidad. Debe decir la verdad, de haber sido una emboscada ya estarían enfrascados en combate. Eso explica su falta de guardaespaldas también… los piratas contrabandistas no suelen tener mucha camaradería.
Mejor nos retiramos, los chupasangres tienen que seguir ignorando este lugar.
Se toma unos momentos para pensar, el otro mensajero siguió la ruta corriente a través de los tejados y no termino muy bien que digamos. Quizás es momento de cambiar hábitos, cuando alguien modifica sus costumbres es más difícil de robar. Repentinamente Maquiavelo ve una oportunidad espontanea, cierta forma de probar al aspirante.
Es tu prueba, podemos ir bajo tierra o usando la ciudad como siempre, ¿por dónde?
Las catatumbas tienen algunas entradas externas, pueden usarlas para ahorrar camino pero son lugares peligrosos. La ciudad por otro lado es un panorama conocido que requiere mucha cautela, de noche los vampiros rondan y mantienen un estricto toque de queda. No suelen suponer problemas para ladrones experimentados aunque los recientes acontecimientos indican un cambio de política a la hora de buscar.
El tiempo corre, cuando te decidas avanza y te seguiré.
El niño tiene dos misiones, probar al adulto y cuidar los intereses del gremio. Debido a esto no dará órdenes directas, incluso en el complejo problema actual. En un aspecto personal le gustaría eliminar la amenaza que molesta al gremio, eso podría traer recompensas… o menos misiones de supervisión aburridas.
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Re: Fácil perdón, frecuente ladrón [Libre] [2/3][Cerrado]
Se anotó ese dato curioso para más adelante, así que el Gremio tenía a un enemigo en concreto planeando realizar algún tipo de golpe, o al menos causar problemas serios. Eso parecía tener más sentido que un mensajero escapando solo en medio de la noche para sacar algún tipo de provecho de un paquete que no le pertenecía. Matthew se guardó la información, pero probablemente le sería más útil al niño por el momento ¡Felicítame muchacho! No, eso probablemente no pasaría jamás.
-Adiós, buen hombre, hasta otra ocasión – Saludo amablemente el artesano mientras el contrabandista se acercaba al bote para irse – Ese sujeto sudaba como un cerdo, creo que perdió algunos kilos de solo estar parado aquí – Se rió y luego asintió ante el comentario de que debían irse. Agarro el bolso con las medicinas falsas y se la colgó al hombro, pero de pronto el niño se detiene.
Si tenía que elegir de acuerdo a su comodidad, elegiría la ciudad, era su entorno natural, el sitio por donde mejor sabía moverse. Pero el chico había dicho “como siempre”, si venían teniendo problemas no era buena idea el repetir la misma ruta, Matthew suspiró y muy a su pesar eligió la opción que menos entusiasmo le causaba.
-Supongo que lo mejor será bajo tierra, es preferible correr el riesgo de que nos muerda una rata antes que perder un nuevo paquete – Dijo mientras se encogía de hombros. Sin contar con que tendrían que ensuciarse, chapotear en barro y cosas peores, pero bueno, todo sea por un bien mayor: Poder conseguir los favores del Gremio y poner el mejor Burdel que esa ciudad haya conocido – No perdamos más tiempo entonces.
Comenzó a caminar en la dirección que el niño había señalado, pronto llegaron a una de las disimuladas entradas, a simple vista parece una tumba como cualquiera, pero cuando uno se acercaba podía notar que la piedra no estaba tan firme como las otras. Matt se acercó y agarro la roca, cualquier pensaría que necesitabas mucha fuerza para moverla, pero probablemente incluso su pequeño evaluador podría correrla. El artesano la hizo a un lado y hecho un vistazo adentro.
-Necesitaremos tu lámpara si queremos seguir – Comentó mientras extendía una mano como para que se la pase, porque claramente allí dentro no podrían contar con la luz de la luna, y como Matthew no había venido con la intención de meterse bajo tierra no tenía antorchas ni nada parecido.
Adentro los esperaba todo un laberinto de pasillos de piedra y agujeros cavados directamente en las paredes para facilitar la ubicación de cuerpos. Los escalones para bajar estaban desgastados por el tiempo, eso sumado a la tierra podía lograr que algún distraído se resbalara y se rompiera el cuello, lo más prudente parecía ser ir despacio y apoyando la mano en las antiguas paredes. El aire dentro de las catacumbas estaba viciado y denso, ya no se sentía mal olor porque lo que albergaban en su mayoría eran huesos, pero de todos modos era un ambiente sofocante que podía poner nervioso a quien no tuviera el temple suficiente.
-Adiós, buen hombre, hasta otra ocasión – Saludo amablemente el artesano mientras el contrabandista se acercaba al bote para irse – Ese sujeto sudaba como un cerdo, creo que perdió algunos kilos de solo estar parado aquí – Se rió y luego asintió ante el comentario de que debían irse. Agarro el bolso con las medicinas falsas y se la colgó al hombro, pero de pronto el niño se detiene.
Si tenía que elegir de acuerdo a su comodidad, elegiría la ciudad, era su entorno natural, el sitio por donde mejor sabía moverse. Pero el chico había dicho “como siempre”, si venían teniendo problemas no era buena idea el repetir la misma ruta, Matthew suspiró y muy a su pesar eligió la opción que menos entusiasmo le causaba.
-Supongo que lo mejor será bajo tierra, es preferible correr el riesgo de que nos muerda una rata antes que perder un nuevo paquete – Dijo mientras se encogía de hombros. Sin contar con que tendrían que ensuciarse, chapotear en barro y cosas peores, pero bueno, todo sea por un bien mayor: Poder conseguir los favores del Gremio y poner el mejor Burdel que esa ciudad haya conocido – No perdamos más tiempo entonces.
Comenzó a caminar en la dirección que el niño había señalado, pronto llegaron a una de las disimuladas entradas, a simple vista parece una tumba como cualquiera, pero cuando uno se acercaba podía notar que la piedra no estaba tan firme como las otras. Matt se acercó y agarro la roca, cualquier pensaría que necesitabas mucha fuerza para moverla, pero probablemente incluso su pequeño evaluador podría correrla. El artesano la hizo a un lado y hecho un vistazo adentro.
-Necesitaremos tu lámpara si queremos seguir – Comentó mientras extendía una mano como para que se la pase, porque claramente allí dentro no podrían contar con la luz de la luna, y como Matthew no había venido con la intención de meterse bajo tierra no tenía antorchas ni nada parecido.
Adentro los esperaba todo un laberinto de pasillos de piedra y agujeros cavados directamente en las paredes para facilitar la ubicación de cuerpos. Los escalones para bajar estaban desgastados por el tiempo, eso sumado a la tierra podía lograr que algún distraído se resbalara y se rompiera el cuello, lo más prudente parecía ser ir despacio y apoyando la mano en las antiguas paredes. El aire dentro de las catacumbas estaba viciado y denso, ya no se sentía mal olor porque lo que albergaban en su mayoría eran huesos, pero de todos modos era un ambiente sofocante que podía poner nervioso a quien no tuviera el temple suficiente.
- catatumbas:
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Matthew Owens
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Re: Fácil perdón, frecuente ladrón [Libre] [2/3][Cerrado]
Owens selecciona la opción más lógica, prefiere arriesgarse en el laberinto subterráneo. Es una buena forma de eludir posibles hostiles, nadie puede esperarse ese movimiento. El adulto lidera la marcha con alguno que otro consejo direccional del niño, pronto llegan a una de las numerosas entradas externas.
La quiero de vuelta…
Dice cuando le pasa la linterna… Chimar es algo egoísta con sus juguetes. Luego de un último vistazo al exterior ambos ladrones ingresan, “hogar dulce hogar”. Las catatumbas son un lugar bastante conocido por cada integrante del gremio, la base se encuentra alojada en una de las cámaras más grandes.
¿Es mucho pedir que conozcas la simbología no?
Los ladrones usan un código de símbolos para guiar sus movimientos en la ciudad, el acogedor recinto donde ambos personajes se encuentran tiene varias direcciones grabadas para facilitar la navegación… en pocas palabras el jodido almacén de huesos posee señales útiles y amenas.
Maquiavelo pilla una de estos símbolos con rapidez, está grabado en la última tumba del pasillo. No dice nada, le corresponde al novato detectar esas cosas. De momento se limita a detallar el entorno en busca de problemas, nunca se puede estar 100% seguro en cualquier pasillo lleno de huesos viejos.
Una rata pasa tranquilamente por su lado, típica fauna del sitio. Chimar no se inmuta, el lugar donde vive con sus hermanos se llama la ratonera por un motivo. Antes había más pero su número comenzó a bajar considerablemente luego de que Arty agregara carne a las comidas… mejor no pensar mucho en eso.
Atajar por el subterráneo tiene sus ventajas, si logran descifrar el camino correctamente pueden llegar en poco tiempo. La instalación principal de los ladrones ostenta numerosas entradas y se rumorea que solo la mitad son conocidas, cada vez que llega un líder nuevo tiene la “brillante idea” de agregar un pasadizo secreto adicional.
Luego de dos minutos de caminata ligera ambos ladrones se encuentran con un escenario retador, llegan a cierto reducto que ostenta cinco entradas, cada una con el mismo símbolo criminal. Chimar arquea una ceja, no recuerda haber visto nada similar en su mapa reglamentario de las cloacas.
Pues… adelante, ¿por dónde?
Dice fingiendo confianza pero lo cierto es que no sabe muy bien por dónde ir, menuda situación. Memoriza con su prodigiosa mente el camino recorrido, a partir de ahora pondrá énfasis en todo para no perderse dentro de algún bizarro laberinto apestoso… las historias de esa índole que se comentan por la ciudad nunca acaban bien.
La quiero de vuelta…
Dice cuando le pasa la linterna… Chimar es algo egoísta con sus juguetes. Luego de un último vistazo al exterior ambos ladrones ingresan, “hogar dulce hogar”. Las catatumbas son un lugar bastante conocido por cada integrante del gremio, la base se encuentra alojada en una de las cámaras más grandes.
¿Es mucho pedir que conozcas la simbología no?
Los ladrones usan un código de símbolos para guiar sus movimientos en la ciudad, el acogedor recinto donde ambos personajes se encuentran tiene varias direcciones grabadas para facilitar la navegación… en pocas palabras el jodido almacén de huesos posee señales útiles y amenas.
Maquiavelo pilla una de estos símbolos con rapidez, está grabado en la última tumba del pasillo. No dice nada, le corresponde al novato detectar esas cosas. De momento se limita a detallar el entorno en busca de problemas, nunca se puede estar 100% seguro en cualquier pasillo lleno de huesos viejos.
Una rata pasa tranquilamente por su lado, típica fauna del sitio. Chimar no se inmuta, el lugar donde vive con sus hermanos se llama la ratonera por un motivo. Antes había más pero su número comenzó a bajar considerablemente luego de que Arty agregara carne a las comidas… mejor no pensar mucho en eso.
Atajar por el subterráneo tiene sus ventajas, si logran descifrar el camino correctamente pueden llegar en poco tiempo. La instalación principal de los ladrones ostenta numerosas entradas y se rumorea que solo la mitad son conocidas, cada vez que llega un líder nuevo tiene la “brillante idea” de agregar un pasadizo secreto adicional.
Luego de dos minutos de caminata ligera ambos ladrones se encuentran con un escenario retador, llegan a cierto reducto que ostenta cinco entradas, cada una con el mismo símbolo criminal. Chimar arquea una ceja, no recuerda haber visto nada similar en su mapa reglamentario de las cloacas.
Pues… adelante, ¿por dónde?
Dice fingiendo confianza pero lo cierto es que no sabe muy bien por dónde ir, menuda situación. Memoriza con su prodigiosa mente el camino recorrido, a partir de ahora pondrá énfasis en todo para no perderse dentro de algún bizarro laberinto apestoso… las historias de esa índole que se comentan por la ciudad nunca acaban bien.
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Re: Fácil perdón, frecuente ladrón [Libre] [2/3][Cerrado]
Ante el comentario del niño se ríe a carcajadas.
-Un ladrón le pide a otro ladrón que no se robe algo jajaja, esto es hilarante – Agarró la lámpara mientras negaba con la cabeza, el joven siquiera lo intentaba y aun así era gracioso, tal vez precisamente por su patente indiferencia es que daba tanta risa.
Jamás le había gustado esa costumbre del Gremio de andar metiéndose en catacumbas para instalar sus bases y caminos. Entendía el sentido práctico del asunto, pero verdaderamente le quitaba muchísimo encanto y buen gusto ¿Quién iba a querer ser parte de un grupo que se escondía bajo tierra como si fuera ratas? Matthew arrugó la nariz mientras bajaban, eso no tenía nada de glamour, estaba agradecido de que su estilo de robo no involucrara el tener que meterse en huecos apestosos y húmedos como ese.
-Ciertamente es mucho pedir, hace ya demasiados años que no tengo que interpretar estos símbolos, y seguramente agregaron algunos desde que me fui – Hubiese sido preocupante que luego de tanto tiempo no cambiaran absolutamente nada, Matt no era el único ex-miembro del grupo, si no modificaban la seguridad con cierta frecuencia cualquiera podría vender esa información por buen precio ¿Qué cómo sabía el artesano eso? No es como si se hubiese ganado algo de dinero de esa manera, claro que no.
- Pero si me explicas al menos los más básicos verás que no tardo en aprenderlos, tengo buena memoria para esas cosas – Todo lo que fuera recordar detalles, series de números o signos se le daba bastante bien, eran capacidades que había conseguido luego de muchos años de hacer trampas en los juegos de azar.
Al final tuvo que dejarle esa parte del trabajo al muchacho, y esperar que ese detalle no le costara la evaluación entera, en tal caso, lo hubiese considerado bastante injusto, pero discutir con el niño no parecía que fuera a dar muchos resultados. Llegaron a un lugar con varios pasadizos, y para su sorpresa el pequeño evaluador se detiene y se lo queda mirando, como esperando alguna respuesta de su parte.
-… Por favor dime que no nos perdimos… - Dijo con tono ligeramente preocupado, perderse en ese tipo de sitios no era para nada bueno, tenía una cantidad de túneles impresionante, y sin absolutamente nada para guiarse uno podía pasarse días allí dando vueltas – Ains, bien, bien, veamos qué podemos averiguar – Se acercó de a uno a los pasadizos, fijándose en las paredes en busca de algún signo que les diera una pista – Empieza a irritarme este modo de ser tan paranoico que tiene el Gremio– Uno lo descarto porque el asqueroso aroma que emanaba de él no auguraba nada bueno, otro le dio la sensación de que tenía cierta brisa nocturna, por lo que no les servía. Estaba entre los otros tres, pero en verdad no tenía mucho motivo para elegir uno u otro, miró hacia arriba y se sorprendió porque encontró un signo que si recordaba – Creo que este es el correcto – Dijo y comenzó a avanzar sin esperar a que el niño le responda.
-Un ladrón le pide a otro ladrón que no se robe algo jajaja, esto es hilarante – Agarró la lámpara mientras negaba con la cabeza, el joven siquiera lo intentaba y aun así era gracioso, tal vez precisamente por su patente indiferencia es que daba tanta risa.
Jamás le había gustado esa costumbre del Gremio de andar metiéndose en catacumbas para instalar sus bases y caminos. Entendía el sentido práctico del asunto, pero verdaderamente le quitaba muchísimo encanto y buen gusto ¿Quién iba a querer ser parte de un grupo que se escondía bajo tierra como si fuera ratas? Matthew arrugó la nariz mientras bajaban, eso no tenía nada de glamour, estaba agradecido de que su estilo de robo no involucrara el tener que meterse en huecos apestosos y húmedos como ese.
-Ciertamente es mucho pedir, hace ya demasiados años que no tengo que interpretar estos símbolos, y seguramente agregaron algunos desde que me fui – Hubiese sido preocupante que luego de tanto tiempo no cambiaran absolutamente nada, Matt no era el único ex-miembro del grupo, si no modificaban la seguridad con cierta frecuencia cualquiera podría vender esa información por buen precio ¿Qué cómo sabía el artesano eso? No es como si se hubiese ganado algo de dinero de esa manera, claro que no.
- Pero si me explicas al menos los más básicos verás que no tardo en aprenderlos, tengo buena memoria para esas cosas – Todo lo que fuera recordar detalles, series de números o signos se le daba bastante bien, eran capacidades que había conseguido luego de muchos años de hacer trampas en los juegos de azar.
Al final tuvo que dejarle esa parte del trabajo al muchacho, y esperar que ese detalle no le costara la evaluación entera, en tal caso, lo hubiese considerado bastante injusto, pero discutir con el niño no parecía que fuera a dar muchos resultados. Llegaron a un lugar con varios pasadizos, y para su sorpresa el pequeño evaluador se detiene y se lo queda mirando, como esperando alguna respuesta de su parte.
-… Por favor dime que no nos perdimos… - Dijo con tono ligeramente preocupado, perderse en ese tipo de sitios no era para nada bueno, tenía una cantidad de túneles impresionante, y sin absolutamente nada para guiarse uno podía pasarse días allí dando vueltas – Ains, bien, bien, veamos qué podemos averiguar – Se acercó de a uno a los pasadizos, fijándose en las paredes en busca de algún signo que les diera una pista – Empieza a irritarme este modo de ser tan paranoico que tiene el Gremio– Uno lo descarto porque el asqueroso aroma que emanaba de él no auguraba nada bueno, otro le dio la sensación de que tenía cierta brisa nocturna, por lo que no les servía. Estaba entre los otros tres, pero en verdad no tenía mucho motivo para elegir uno u otro, miró hacia arriba y se sorprendió porque encontró un signo que si recordaba – Creo que este es el correcto – Dijo y comenzó a avanzar sin esperar a que el niño le responda.
Matthew Owens
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Re: Fácil perdón, frecuente ladrón [Libre] [2/3][Cerrado]
¿Mala lectura de símbolos?, eso disminuye los puntos del examen a la mitad. Ahora Owens tiene que hacer algo destacable para no salir reprobado… claro que no tiene porque enterarse de algo así. Es un viejo estilo que usaba cierto maestro de la universidad a la que fue Chimar, bastante divertido cuando estás del otro lado.
Maquiavelo resopla como respuesta a la última acotación del adulto, su corazonada tiene argumento pero no demasiado. Al final Matthew lidera un nuevo avance, lo cierto es que sin ese símbolo sería imposible distinguir la zona del resto. Una cosa es de agradecer, es la que apesta menos.
Continúan caminando un par de minutos, siempre bajo el fiel fuego de la lámpara. Eventualmente llegan a una cámara bastante extraña, parece una burbuja de vida en medio de la piedra. Cierto jardín subterráneo muy bien cuidado y lleno de especies florales que no necesitan la luz para sobrevivir.
Menudo momento para encontrar un escondite alquímico ilegal…
Las catatumbas no solo ocultan al gremio de ladrones, muchos parias o independientes habitan las secciones desocupadas. Por algo se le considera una ciudad debajo de otra, Chimar incluso recuerda un personaje bastante odiado por los nobles… le decían gigoló aunque jamás ha logrado entender el significado del término.
Mi recomendación es que no te lleves nada aunque… es tu prueba, el camino sigue por allí.
No existen convenios que protejan a los independientes pero si no tienen afiliación con un grupo rival se les suele dejar en paz, cierta cortesía profesional que varios ladrones siguen. Claro que todo se basa en la moral del ladrón y esas son aguas muy cambiantes, el mismo niño no puede relacionarse con una tendencia definida.
Tolero más las plantas que los animales aunque… la botánica no es mi rama.
¿Qué se puede decir?, al mocoso le gustan las maquinas. Entre más metal y engranajes tengan mejor, también siente atracción por los explosivos pero intenta controlarlo… hace un mes Motas casi se vuela en pedazos por una bomba experimental, gracias a eso los Gorriones ahora tienen talleres de seguridad cada viernes.
"Excelente"…
Dice al revisar el camino adelante, tiene muchas ramificaciones aunque los símbolos ahora son más claros. Se encuentran en las madrigueras, una compilación de cámaras mortuorias que han sido convertidas en refugios de múltiples propósitos. Se pueden encontrar muchas cosas adelante y la mayoría desagradables.
Espero que tengas buen sistema inmunológico.
Maquiavelo resopla como respuesta a la última acotación del adulto, su corazonada tiene argumento pero no demasiado. Al final Matthew lidera un nuevo avance, lo cierto es que sin ese símbolo sería imposible distinguir la zona del resto. Una cosa es de agradecer, es la que apesta menos.
Continúan caminando un par de minutos, siempre bajo el fiel fuego de la lámpara. Eventualmente llegan a una cámara bastante extraña, parece una burbuja de vida en medio de la piedra. Cierto jardín subterráneo muy bien cuidado y lleno de especies florales que no necesitan la luz para sobrevivir.
Menudo momento para encontrar un escondite alquímico ilegal…
Las catatumbas no solo ocultan al gremio de ladrones, muchos parias o independientes habitan las secciones desocupadas. Por algo se le considera una ciudad debajo de otra, Chimar incluso recuerda un personaje bastante odiado por los nobles… le decían gigoló aunque jamás ha logrado entender el significado del término.
Mi recomendación es que no te lleves nada aunque… es tu prueba, el camino sigue por allí.
No existen convenios que protejan a los independientes pero si no tienen afiliación con un grupo rival se les suele dejar en paz, cierta cortesía profesional que varios ladrones siguen. Claro que todo se basa en la moral del ladrón y esas son aguas muy cambiantes, el mismo niño no puede relacionarse con una tendencia definida.
Tolero más las plantas que los animales aunque… la botánica no es mi rama.
¿Qué se puede decir?, al mocoso le gustan las maquinas. Entre más metal y engranajes tengan mejor, también siente atracción por los explosivos pero intenta controlarlo… hace un mes Motas casi se vuela en pedazos por una bomba experimental, gracias a eso los Gorriones ahora tienen talleres de seguridad cada viernes.
"Excelente"…
Dice al revisar el camino adelante, tiene muchas ramificaciones aunque los símbolos ahora son más claros. Se encuentran en las madrigueras, una compilación de cámaras mortuorias que han sido convertidas en refugios de múltiples propósitos. Se pueden encontrar muchas cosas adelante y la mayoría desagradables.
Espero que tengas buen sistema inmunológico.
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Re: Fácil perdón, frecuente ladrón [Libre] [2/3][Cerrado]
Si bien el signo que había encontrado en el techo le había dado a Matthew la idea de que debían estar por el buen camino, lo cierto era que estaba muy lejos de tener una absoluta certeza, lo suyo había sido más bien una corazonada basada en algunas conclusiones rápidas. De todos modos al caminar unos minutos y notar que nada les saltaba encima, ni ninguna trampa se activaba, ni terminaban en un callejón sin salida, el hombre se sintió un poco más seguro. Miro hacia atrás para intentar descifrar el gesto del pequeño evaluador, pero no dejaba que se le escape ni una sola expresión.
-Y dime ¿Siempre eres así de serio? ¿O solo cuando recorres catacumbas? – Pregunto Matt picado por la curiosidad – Seré directo contigo, me estoy preguntando si tu modo tan sobrio de ser es parte del adoctrinamiento del Gremio o si es parte de tu personalidad – No lo decía de modo ofensivo, sino con genuino interés, además, no es como si tuvieran mucho más que hacer allí dentro mientras caminaban, luego de algunos minutos uno se terminaba aburriendo de ver piedra gastada, polvo y ratas.
-No pensaba tocar nada, no tengo ningún interés en hacer enojar a un alquimista, ya tengo suficientes enemigos – Eran muchos y muy variados, uno más en la lista no le haría diferencia, pero si iba a hacerlo al menos tenía que sacar algún provecho, y no veía ningún potencial en robar plantas. El supuesto respeto entre ladrones le tenía sin cuidado, miles de veces lo habían traicionado sus propios camaradas e igual de veces los había delatado él a ellos, pero no iba a hacer tonterías en medio de su prueba – Concuerdo contigo, la botánica no se me da bien.
Se manejaba mucho mejor con materiales en crudo, dar forma a algo a partir de la nada siempre le había resultado sencillo y hasta relajante, era uno de los pocos momentos en que Matthew se daba el lujo de dejar a un lado la fachada que se había inventado para sobrevivir y se permitía ser solamente él mismo.
-Diría que sí, o al menos hasta el momento no me ha fallado – Recorrió la cámara con la luz de la lámpara, era sucia y vieja como todas las demás, pero en el ambiente se sentía algo diferente - ¿Vas a contarme qué es lo que me espera? ¿O quieres que sea una sorpresa? – Tampoco quería pasarse con el tono irónico, el pequeño había demostrado tener una seriedad a prueba de todo – Por cierto, no me has dicho tu nombre, tal vez los del Gremio te contagiaron su paranoia, o solo estabas esperando a que pregunte.
A estas alturas el hombre ya se estaba preguntando cuándo llegarían al lugar de la entrega, si hacían que uno recorriera un trayecto tan largo con el paquete no podían culparlo luego de que hubiese inconvenientes.
-Y dime ¿Siempre eres así de serio? ¿O solo cuando recorres catacumbas? – Pregunto Matt picado por la curiosidad – Seré directo contigo, me estoy preguntando si tu modo tan sobrio de ser es parte del adoctrinamiento del Gremio o si es parte de tu personalidad – No lo decía de modo ofensivo, sino con genuino interés, además, no es como si tuvieran mucho más que hacer allí dentro mientras caminaban, luego de algunos minutos uno se terminaba aburriendo de ver piedra gastada, polvo y ratas.
-No pensaba tocar nada, no tengo ningún interés en hacer enojar a un alquimista, ya tengo suficientes enemigos – Eran muchos y muy variados, uno más en la lista no le haría diferencia, pero si iba a hacerlo al menos tenía que sacar algún provecho, y no veía ningún potencial en robar plantas. El supuesto respeto entre ladrones le tenía sin cuidado, miles de veces lo habían traicionado sus propios camaradas e igual de veces los había delatado él a ellos, pero no iba a hacer tonterías en medio de su prueba – Concuerdo contigo, la botánica no se me da bien.
Se manejaba mucho mejor con materiales en crudo, dar forma a algo a partir de la nada siempre le había resultado sencillo y hasta relajante, era uno de los pocos momentos en que Matthew se daba el lujo de dejar a un lado la fachada que se había inventado para sobrevivir y se permitía ser solamente él mismo.
-Diría que sí, o al menos hasta el momento no me ha fallado – Recorrió la cámara con la luz de la lámpara, era sucia y vieja como todas las demás, pero en el ambiente se sentía algo diferente - ¿Vas a contarme qué es lo que me espera? ¿O quieres que sea una sorpresa? – Tampoco quería pasarse con el tono irónico, el pequeño había demostrado tener una seriedad a prueba de todo – Por cierto, no me has dicho tu nombre, tal vez los del Gremio te contagiaron su paranoia, o solo estabas esperando a que pregunte.
A estas alturas el hombre ya se estaba preguntando cuándo llegarían al lugar de la entrega, si hacían que uno recorriera un trayecto tan largo con el paquete no podían culparlo luego de que hubiese inconvenientes.
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Re: Fácil perdón, frecuente ladrón [Libre] [2/3][Cerrado]
¿Serio?... sin duda Chimar tiene algo de eso, no se anda con juegos infantiles. Es un niño genio y como tal carece del típico comportamiento enano, eso no significa que siempre se porte de manera adulta. En situaciones específicas incluso peca de inocente, es raro pero últimamente suele pasar una vez al mes.
… ¿cuándo has visto a un ladrón serio?
Los criminales son una facción poco disciplinada, la mayoría se agrupan en el rango de paletos teatrales. Claramente Maquiavelo es harina de otro costal, eso salta a primera vista. El niño se ha caracterizado toda su vida por ser algo “raro”, es el precio que algunos deben pagar por tener un gran cerebro.
Insultar al evaluador… quince puntos menos.
Una broma elaborada no cae mal, los frijoles suelen ponerlo demasiado fácil y este no es la excepción. No todos los niños andan jugando con piedras y palos, algunos descifran los misterios científicos del universo en una torre embrujada rodeados de hermanos ladrones y muchas ratas comestibles.
Es gracioso que lo digas pues ese loto vale 1500 aeros en el mercado negro.
Una cosa que se aprende en el gremio es a valorar cosas raras, Chimar ya conoce una amplia gama de precios. El perista siempre trata de ganarse todo, se debe saber negociar los artículos que robas. En temporadas flojas es necesario recurrir a objetos diferentes para llenar la bolsa de monedas… todo tiene un valor especifico que varía según el tonto.
Sonríe levemente ante el comentario de su compañero, todos dicen eso hasta que terminan enfermos de algo raro… Maquiavelo lo sabe de primera mano. El aspirante parece tener ganas de encontrarse con algo amenazante, una idea que no agrada para nada al chiquillo, no le pagan lo suficiente para salvar traseros nuevos.
Soy Chimar Maquiavelo aunque puedes llamarme señor por mi posición en el gremio.
Nada como ser veterano en una organización, se puede molestar sin motivo alguno a los recién llegados… incluso si tienes doce. Mientras el par de ladrones conversa cierto ruido se hace presente, al pequeño inventor le cuesta trabajo identificarle hasta que algo de polvo cae sobre su cabeza. Enfoca su retaguardia y nota como la sección por la que pasa Matthew comienza a ceder.
No te…
Poco puede hacer para evitar el desenlace, la zona colapsa llevándose al sujeto consigo. Chimar avanza en carrera y logra eludir dicho destino aunque desafortunadamente queda a oscuras, una vez recupera el aliento enciende su pedernal modificado. Tal parece que un canal fantasma se reabrió por su avance, ahora Owens se encuentra en otro nivel con la linterna y el paquete.
Dime que sigues vivo y no tengo que bajar a buscar la mercancía por favor…
… ¿cuándo has visto a un ladrón serio?
Los criminales son una facción poco disciplinada, la mayoría se agrupan en el rango de paletos teatrales. Claramente Maquiavelo es harina de otro costal, eso salta a primera vista. El niño se ha caracterizado toda su vida por ser algo “raro”, es el precio que algunos deben pagar por tener un gran cerebro.
Insultar al evaluador… quince puntos menos.
Una broma elaborada no cae mal, los frijoles suelen ponerlo demasiado fácil y este no es la excepción. No todos los niños andan jugando con piedras y palos, algunos descifran los misterios científicos del universo en una torre embrujada rodeados de hermanos ladrones y muchas ratas comestibles.
Es gracioso que lo digas pues ese loto vale 1500 aeros en el mercado negro.
Una cosa que se aprende en el gremio es a valorar cosas raras, Chimar ya conoce una amplia gama de precios. El perista siempre trata de ganarse todo, se debe saber negociar los artículos que robas. En temporadas flojas es necesario recurrir a objetos diferentes para llenar la bolsa de monedas… todo tiene un valor especifico que varía según el tonto.
Sonríe levemente ante el comentario de su compañero, todos dicen eso hasta que terminan enfermos de algo raro… Maquiavelo lo sabe de primera mano. El aspirante parece tener ganas de encontrarse con algo amenazante, una idea que no agrada para nada al chiquillo, no le pagan lo suficiente para salvar traseros nuevos.
Soy Chimar Maquiavelo aunque puedes llamarme señor por mi posición en el gremio.
Nada como ser veterano en una organización, se puede molestar sin motivo alguno a los recién llegados… incluso si tienes doce. Mientras el par de ladrones conversa cierto ruido se hace presente, al pequeño inventor le cuesta trabajo identificarle hasta que algo de polvo cae sobre su cabeza. Enfoca su retaguardia y nota como la sección por la que pasa Matthew comienza a ceder.
No te…
Poco puede hacer para evitar el desenlace, la zona colapsa llevándose al sujeto consigo. Chimar avanza en carrera y logra eludir dicho destino aunque desafortunadamente queda a oscuras, una vez recupera el aliento enciende su pedernal modificado. Tal parece que un canal fantasma se reabrió por su avance, ahora Owens se encuentra en otro nivel con la linterna y el paquete.
Dime que sigues vivo y no tengo que bajar a buscar la mercancía por favor…
- Off:
- Bueno, tiempo de divertirnos. Jugaremos con el “mejor amigo” del foro, las runas. Tira una para saber a dónde rayos caíste, las opciones son:
Suerte mala y muy mala: terminas en una guarida de vampiros.
Suerte media: acabas en el refugio de dos caníbales.
Suerte buena y muy buena: irrumpes en la madriguera de varias ratas inusualmente grandes.
Como soy bueno “solo por esta vez” aun no te descubren.
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Re: Fácil perdón, frecuente ladrón [Libre] [2/3][Cerrado]
Lo cierto es que había visto a bastantes, además del estereotipo de ladrón malandrín poco aseado y sin dientes que se escondía en los callejones para asaltar a los pobres incautos, tenías al ratero con gesto de pocos amigos que asaltaba a base de amenazas silenciosas. Ambos extremos eran de lo que más abundaban, aunque claramente en todo había excepciones, como un niño muy educado de doce años que contestaba a la mayoría de las cosas que se le decían como un biocibernetico mal programado. Y también estaban los sujetos encantadores, en esa categoría es en la que estaba Matthew, o al menos así lo consideraba él.
-Oh, vamos, eso siquiera cuenta como insulto – Dijo el estafador mientras estiraba los brazos en gesto de réplica – Estaba intentando entablar una amena conversación con mi muy estimado evaluador para que éste recorrido sea mucho más entretenido y por lo tanto menos tedioso para los dos – Iba inventando en el momento como siempre, ese chico no hablaba con los modismos propios de su edad, así que Matt comenzaba a pensar que la seriedad no era la única característica extraña en él – Presentaré mis quejas a los superiores en cuanto todo esto termine –
Lo decía solo de la boca para afuera, más como a modo de seguir el chiste del niño que otra cosa, jamás le había ido a lloriquearle a un Jefe cuando una situación injusta se le había presentado ¡Y había tenido muchas! Ser un niño prolijo y amable en medio de un Gremio de puros truhanes y asesinos no era nada sencillo, pero sabía que los que se quejaban por los malos tratos aparecía al día siguiente flotando en el rio más cercano. El grupo era así, tenía muchas reglas no escritas pero que todos sabían.
-¡Vaya! ¡1500 Aeros! Pero que lastima – Dijo con ironía el ladrón, como si no supiera lo que ese tipo de cosas valían – Lo tendré en cuenta la próxima vez que me cruce con plantaciones de alquimistas, aunque pensaba que estábamos aquí para hacer una entrega, no para sacar beneficios materiales – Además, pensaba Matthew, que era una estupidez arriesgar el ingreso al Gremio y su futuro negocio de muchos miles por un par de plantas.
“Chimar Maquiavelo”, el ladrón ahogo una risita, “vaya nombre rimbombante para un niño tan pequeño”, no pudo evitar preguntarse si sería el verdadero o algo que se inventó luego para parecer más importante. Cambiar de nombre en ese tipo de profesiones no era algo tan raro, de hecho, Matt lo hacía todo el tiempo.
-De acuerdo Señor, lo que usted diga, Señor – Respondió en un exagerado tono militar, en parte cargando al pequeño, pero también porque comenzaba a tener un poco más de confianza con Chimar. Un poco de polvo cayó sobre la chaqueta de Matthew, la limpio con la mano libre mientras decía - ¿Sabes? Luego de esto creo que no querré volver a entrar a un sitio oscuro en un buen tiem… -
Lo que primero era un poco de tierra pronto se volvió un gran trozo de techo que golpeo contra el inestable piso, ablandando la superficie bajo los pies de Matt. El hombre hizo el intento de saltar pero para entonces ya no tenía nada sobre lo cual impulsarse, cayó en la absoluta oscuridad durante algunos metros hasta dar con la espalda contra el piso de una cámara inferior. La lámpara estaba tirada a un lado, aunque por suerte el paquete había caído sobre el cuerpo del estafador, por lo que seguramente estaba intacto.
-Sigo… vivo – Respondió entre toses Matthew, había mucho polvo en el ambiente y se metía en sus pulmones, dificultándole respirar – Pero tendrás que bajar de todos modos, no hay manera de que salga de aquí sin una soga o una escalera… - Y claramente no iba a pasarle el paquete a Chimar, sabía que si lo hacia lo más probable es que lo dejara allí abandonado – Buscare una salida – Agregó y levanto la lámpara para ver qué tan grave era el panorama.
-Oh, vamos, eso siquiera cuenta como insulto – Dijo el estafador mientras estiraba los brazos en gesto de réplica – Estaba intentando entablar una amena conversación con mi muy estimado evaluador para que éste recorrido sea mucho más entretenido y por lo tanto menos tedioso para los dos – Iba inventando en el momento como siempre, ese chico no hablaba con los modismos propios de su edad, así que Matt comenzaba a pensar que la seriedad no era la única característica extraña en él – Presentaré mis quejas a los superiores en cuanto todo esto termine –
Lo decía solo de la boca para afuera, más como a modo de seguir el chiste del niño que otra cosa, jamás le había ido a lloriquearle a un Jefe cuando una situación injusta se le había presentado ¡Y había tenido muchas! Ser un niño prolijo y amable en medio de un Gremio de puros truhanes y asesinos no era nada sencillo, pero sabía que los que se quejaban por los malos tratos aparecía al día siguiente flotando en el rio más cercano. El grupo era así, tenía muchas reglas no escritas pero que todos sabían.
-¡Vaya! ¡1500 Aeros! Pero que lastima – Dijo con ironía el ladrón, como si no supiera lo que ese tipo de cosas valían – Lo tendré en cuenta la próxima vez que me cruce con plantaciones de alquimistas, aunque pensaba que estábamos aquí para hacer una entrega, no para sacar beneficios materiales – Además, pensaba Matthew, que era una estupidez arriesgar el ingreso al Gremio y su futuro negocio de muchos miles por un par de plantas.
“Chimar Maquiavelo”, el ladrón ahogo una risita, “vaya nombre rimbombante para un niño tan pequeño”, no pudo evitar preguntarse si sería el verdadero o algo que se inventó luego para parecer más importante. Cambiar de nombre en ese tipo de profesiones no era algo tan raro, de hecho, Matt lo hacía todo el tiempo.
-De acuerdo Señor, lo que usted diga, Señor – Respondió en un exagerado tono militar, en parte cargando al pequeño, pero también porque comenzaba a tener un poco más de confianza con Chimar. Un poco de polvo cayó sobre la chaqueta de Matthew, la limpio con la mano libre mientras decía - ¿Sabes? Luego de esto creo que no querré volver a entrar a un sitio oscuro en un buen tiem… -
Lo que primero era un poco de tierra pronto se volvió un gran trozo de techo que golpeo contra el inestable piso, ablandando la superficie bajo los pies de Matt. El hombre hizo el intento de saltar pero para entonces ya no tenía nada sobre lo cual impulsarse, cayó en la absoluta oscuridad durante algunos metros hasta dar con la espalda contra el piso de una cámara inferior. La lámpara estaba tirada a un lado, aunque por suerte el paquete había caído sobre el cuerpo del estafador, por lo que seguramente estaba intacto.
-Sigo… vivo – Respondió entre toses Matthew, había mucho polvo en el ambiente y se metía en sus pulmones, dificultándole respirar – Pero tendrás que bajar de todos modos, no hay manera de que salga de aquí sin una soga o una escalera… - Y claramente no iba a pasarle el paquete a Chimar, sabía que si lo hacia lo más probable es que lo dejara allí abandonado – Buscare una salida – Agregó y levanto la lámpara para ver qué tan grave era el panorama.
Matthew Owens
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El miembro 'Matthew Owens' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses
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Re: Fácil perdón, frecuente ladrón [Libre] [2/3][Cerrado]
El personaje estaba vivo, algunos adultos son más resistentes que otros. Chimar suspira aliviado, ahora depende de Owens encontrar una salida. El pequeño intenta identificar la oscura cámara donde su aspirante poco inteligente termino pero es caso perdido, está más oscura que el pecado original.
Eso no pasara…
Maquiavelo solo ingresa en recintos sucios y potencialmente peligrosos por gente que le importa o de la cual puede sacar una ganancia… Matthew no entra en esas clasificaciones. Además, el desafortunado acontecimiento puede servir como prueba de campo para su pomposo aspirante.
Considéralo una “prueba de supervivencia”.
Disimula una risa al final, algunos días son más entretenidos que otros. Eventualmente forma un rostro más serio, evalúa las variables. Los caminos secretos a menudo tienen… entradas y salidas ocultas, nadie construye una sección entera sin agregarle una ruta de fácil acceso en algún lugar discreto.
Encuentra la salida, es algo de rutina.
Mientras tanto y sin que Chimar pueda darse cuenta algunos elementos terceros notan la presencia de alguien nuevo en su hogar, se escuchan chillidos fácilmente asociables con ratas. Algo raro tienen, son más graves que los emitidos por el roedor común de alcantarilla que suele poblar sitios oscuros.
Finalmente una de las criaturas se manifiesta frente a Owens, pronto salta a la vista algo diferente. Es una rata inusualmente grande, casi del tamaño de un perro callejero. Chilla con violencia mientas muestra sus dientes, su perturbador ruido es correspondido por una serie de reacciones similares y peligrosamente cercanas.
¿Encontraste la cena?
Dice el pequeño sin imaginarse la compleja situación de abajo, no tiene manera de saber que son alimañas “únicas”. La enorme criatura amaga un par de ataques para hacer retroceder al intruso, claramente no se encuentra feliz de tener un humano desconocido en su acogedora guarida subterránea.
Matthew puede considerarse en cierto modo afortunado, existen cosas más peligrosas que recorren las sombras. Por otro lado tiene una situación complicada enfrente, luche o corra tendrá que enfrentar una jauría de ratas molestas que por alguna aberración natural son jodidamente grandes.
Deja de jugar y encuentra la salida… comienzo a tener hambre.
A medida que los ojos del ladrón aspirante se adaptan a la escaza luz emitida por la linterna puede darse cuenta de su entorno, tiene cierta belleza si te gusta la naturaleza. Una madriguera de ratones en todo su esplendor, como decoración posee una serie de objetos robados por los bichos. Lo más destacable para un sujeto en la situación de Matthew son los caminos laterales que corren en sentidos opuestos, tiempo de arrojar una moneda.
Eso no pasara…
Maquiavelo solo ingresa en recintos sucios y potencialmente peligrosos por gente que le importa o de la cual puede sacar una ganancia… Matthew no entra en esas clasificaciones. Además, el desafortunado acontecimiento puede servir como prueba de campo para su pomposo aspirante.
Considéralo una “prueba de supervivencia”.
Disimula una risa al final, algunos días son más entretenidos que otros. Eventualmente forma un rostro más serio, evalúa las variables. Los caminos secretos a menudo tienen… entradas y salidas ocultas, nadie construye una sección entera sin agregarle una ruta de fácil acceso en algún lugar discreto.
Encuentra la salida, es algo de rutina.
Mientras tanto y sin que Chimar pueda darse cuenta algunos elementos terceros notan la presencia de alguien nuevo en su hogar, se escuchan chillidos fácilmente asociables con ratas. Algo raro tienen, son más graves que los emitidos por el roedor común de alcantarilla que suele poblar sitios oscuros.
Finalmente una de las criaturas se manifiesta frente a Owens, pronto salta a la vista algo diferente. Es una rata inusualmente grande, casi del tamaño de un perro callejero. Chilla con violencia mientas muestra sus dientes, su perturbador ruido es correspondido por una serie de reacciones similares y peligrosamente cercanas.
¿Encontraste la cena?
Dice el pequeño sin imaginarse la compleja situación de abajo, no tiene manera de saber que son alimañas “únicas”. La enorme criatura amaga un par de ataques para hacer retroceder al intruso, claramente no se encuentra feliz de tener un humano desconocido en su acogedora guarida subterránea.
Matthew puede considerarse en cierto modo afortunado, existen cosas más peligrosas que recorren las sombras. Por otro lado tiene una situación complicada enfrente, luche o corra tendrá que enfrentar una jauría de ratas molestas que por alguna aberración natural son jodidamente grandes.
Deja de jugar y encuentra la salida… comienzo a tener hambre.
A medida que los ojos del ladrón aspirante se adaptan a la escaza luz emitida por la linterna puede darse cuenta de su entorno, tiene cierta belleza si te gusta la naturaleza. Una madriguera de ratones en todo su esplendor, como decoración posee una serie de objetos robados por los bichos. Lo más destacable para un sujeto en la situación de Matthew son los caminos laterales que corren en sentidos opuestos, tiempo de arrojar una moneda.
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Re: Fácil perdón, frecuente ladrón [Libre] [2/3][Cerrado]
Claro, no es como si esperara mucha camaradería de parte de Chimar, tenía que estar agradecido que aún siguiera allí. Matthew se puso en pie y comenzó a sacudir la tierra de su ropa, la acción en si no tenía mucho sentido ya que sus manos también estaban llenas de tierra.
-Ahora si estoy seguro de que improvisas en el momento – Dijo el ladrón mirando hacia arriba, aunque no podía ver al niño – Despreocupate, yo me encargo.
Era más fácil decirlo que hacerlo, iluminando con la lámpara pudo ver que estaba en una sala grande, en su mayoría destruida, dos de las paredes estaban medio derrumbadas, con enormes grietas que llegaban hasta el techo. Pudo ver una de las salidas firmemente sellada por una montaña de piedras, probablemente todo eso se había caído cuando construyeron los túneles de arriba.
Un chillido lo tomo por sorpresa, se giro de repente y el susto casi hace que Owens tire la lámpara ¡Eran ratas! ¡Ratas enormes! Matt pegó la espalda contra la pared más cercana, pero se retiró rápidamente cuando una de esas horribles criaturas salió de una de las rendijas y trepó por su hombro.
-¡Malditos bicharracos asquerosos! – Grito Matthew mientras lanzaba patadas hacia todos lados para evitar que se le acerquen. Las ratas eran agresivas, no parecían amilanarse en lo más mínimo ante la presencia del humano, o por sus movimientos. Sintió como los colmillos de una de ellas se cerraban a pocos centímetros de su pierna, otra se había agarrado de la tela de su pantalón y tiraba de ella con ahínco.
Con las pierna libre patea al horrendo ser, el cual salió volando varios metros, pero no le daban ningún respiro, en seguida dos más toman el lugar de la anterior e intentaban morder al asustado estafador. Escuchar a Chimar tan tranquilo arriba hacia que un odio visceral comenzara a gestarse, y Matt estuvo a pocos segundos de contestarle con improperios varios, pero la situación con los roedores era más urgente que insultar al niño.
Miro alrededor, no solo había ratas gigantes y mugre en ese lugar, también algunos objetos abandonados, pedazos de tela rota, un par de bolsos, una bota, una lámpara de aceite, y algunas piezas rotas que resultaban irreconocibles. Matthew se acercó corriendo, agarró el candil a la pasada y se siguió moviendo hasta la salida de la izquierda, con las horribles bestias mordiéndole los talones literalmente.
Al llegar al umbral de la puerta arrojo la lámpara de aceite, haciéndola añicos contra el piso y esparciendo el contenido, acercó el fuego del quinqué y rápidamente se prendió una llamarada. Los chillidos de los roedores fueron ensordecedores, y una o dos incluso salieron corriendo prendidas fuego, aunque la gran mayoría seguían allí, solo se habían espantado un poco, pero era el respiro que Matthew necesitaba para comenzar a correr como si no hubiese un mañana.
-Ahora si estoy seguro de que improvisas en el momento – Dijo el ladrón mirando hacia arriba, aunque no podía ver al niño – Despreocupate, yo me encargo.
Era más fácil decirlo que hacerlo, iluminando con la lámpara pudo ver que estaba en una sala grande, en su mayoría destruida, dos de las paredes estaban medio derrumbadas, con enormes grietas que llegaban hasta el techo. Pudo ver una de las salidas firmemente sellada por una montaña de piedras, probablemente todo eso se había caído cuando construyeron los túneles de arriba.
Un chillido lo tomo por sorpresa, se giro de repente y el susto casi hace que Owens tire la lámpara ¡Eran ratas! ¡Ratas enormes! Matt pegó la espalda contra la pared más cercana, pero se retiró rápidamente cuando una de esas horribles criaturas salió de una de las rendijas y trepó por su hombro.
-¡Malditos bicharracos asquerosos! – Grito Matthew mientras lanzaba patadas hacia todos lados para evitar que se le acerquen. Las ratas eran agresivas, no parecían amilanarse en lo más mínimo ante la presencia del humano, o por sus movimientos. Sintió como los colmillos de una de ellas se cerraban a pocos centímetros de su pierna, otra se había agarrado de la tela de su pantalón y tiraba de ella con ahínco.
Con las pierna libre patea al horrendo ser, el cual salió volando varios metros, pero no le daban ningún respiro, en seguida dos más toman el lugar de la anterior e intentaban morder al asustado estafador. Escuchar a Chimar tan tranquilo arriba hacia que un odio visceral comenzara a gestarse, y Matt estuvo a pocos segundos de contestarle con improperios varios, pero la situación con los roedores era más urgente que insultar al niño.
Miro alrededor, no solo había ratas gigantes y mugre en ese lugar, también algunos objetos abandonados, pedazos de tela rota, un par de bolsos, una bota, una lámpara de aceite, y algunas piezas rotas que resultaban irreconocibles. Matthew se acercó corriendo, agarró el candil a la pasada y se siguió moviendo hasta la salida de la izquierda, con las horribles bestias mordiéndole los talones literalmente.
Al llegar al umbral de la puerta arrojo la lámpara de aceite, haciéndola añicos contra el piso y esparciendo el contenido, acercó el fuego del quinqué y rápidamente se prendió una llamarada. Los chillidos de los roedores fueron ensordecedores, y una o dos incluso salieron corriendo prendidas fuego, aunque la gran mayoría seguían allí, solo se habían espantado un poco, pero era el respiro que Matthew necesitaba para comenzar a correr como si no hubiese un mañana.
Matthew Owens
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Re: Fácil perdón, frecuente ladrón [Libre] [2/3][Cerrado]
Claramente algo extraño ocurre abajo, todos esos chillidos ya no pueden ser fauna normal. Chimar por su parte no logra detallar mucho desde las alturas, es como mirar a la noche profunda. Sea lo que sea Owens está solo, es imposible para el niño bajar en pleno combate y mantener su integridad.
Escucha los pasos desesperados del ladrón… ¿qué se puede decir?, tiene un buen oído. Es una cualidad que se pule bastante en el mundo criminal, ya sea para abrir complejos candados o como medida de seguridad cuando se opera en la absoluta oscuridad, ser ladrón requiere mucha habilidad contrario a lo que piensa el populacho.
¡¡No la jodida linterna!!
Dice al escuchar como su accesorio personalizado estalla en mil pedazos, si Matthew sale de ese agujero infernal el propio Maquiavelo acabara con su existencia. Este último suspira mientras detalla el entorno, su nuevo enemigo mortal parece haber encontrado un camino alterno y existe la posibilidad de que exista una conexión oculta arriba.
Tiempo de trabajar.
Mientras tanto el adulto logra ganar ventaja con su táctica improvisada, algunas ratas terminan rostizadas a medida que el resto intenta armarse de valor para cruzar la contenida columna de fuego. Buena jugada aunque no todo son noticias agradables, ahora el personaje se adentra en una gran negrura sin posibilidad de sortearle.
El camino es recto pero tiene numerosos escombros… no está precisamente bien mantenido. Cualquier sujeto sin una visibilidad decente tropezara varias veces por cada paso dado hasta que logre acostumbrarse, no es un panorama alentador aunque la vida del criminal aventurero nunca es justa.
Pronto los ruidos molestos emitidos por esa peculiar clase de rodador comienzan a acercarse, lograron sortear el fuego al final. Una rata común puede cubrir grandes distancias en poco tiempo, por lógica su pariente más grande debería resultar más eficiente, eso sin mencionar que el terreno errático no les perturba.
Ignorando por completo la peligrosa situación de su compañero el niño genio nota una pared extraña, sin duda tiene un mecanismo que le hace moverse. ¿Cómo lo sabe?, es un jodido inventor bastante talentoso. Por desgracia el gatillo que acciona el movimiento de su lado paso a mejor vida hace mucho… quizás su contraparte funcione.
¡¡Owens, por aquí!!
Grita mientras golpea la pared con una de sus herramientas, el túnel debería amplificar dicho sonido. Reparar la palanca de su lado le tomaría media hora, no es un tiempo muy aceptable para la otra parte involucrada. Viendo las cosas en un ámbito positivo, si Matthew muere cerca no será necesario adentrarse mucho para recuperar el paquete.
Escucha los pasos desesperados del ladrón… ¿qué se puede decir?, tiene un buen oído. Es una cualidad que se pule bastante en el mundo criminal, ya sea para abrir complejos candados o como medida de seguridad cuando se opera en la absoluta oscuridad, ser ladrón requiere mucha habilidad contrario a lo que piensa el populacho.
¡¡No la jodida linterna!!
Dice al escuchar como su accesorio personalizado estalla en mil pedazos, si Matthew sale de ese agujero infernal el propio Maquiavelo acabara con su existencia. Este último suspira mientras detalla el entorno, su nuevo enemigo mortal parece haber encontrado un camino alterno y existe la posibilidad de que exista una conexión oculta arriba.
Tiempo de trabajar.
Mientras tanto el adulto logra ganar ventaja con su táctica improvisada, algunas ratas terminan rostizadas a medida que el resto intenta armarse de valor para cruzar la contenida columna de fuego. Buena jugada aunque no todo son noticias agradables, ahora el personaje se adentra en una gran negrura sin posibilidad de sortearle.
El camino es recto pero tiene numerosos escombros… no está precisamente bien mantenido. Cualquier sujeto sin una visibilidad decente tropezara varias veces por cada paso dado hasta que logre acostumbrarse, no es un panorama alentador aunque la vida del criminal aventurero nunca es justa.
Pronto los ruidos molestos emitidos por esa peculiar clase de rodador comienzan a acercarse, lograron sortear el fuego al final. Una rata común puede cubrir grandes distancias en poco tiempo, por lógica su pariente más grande debería resultar más eficiente, eso sin mencionar que el terreno errático no les perturba.
Ignorando por completo la peligrosa situación de su compañero el niño genio nota una pared extraña, sin duda tiene un mecanismo que le hace moverse. ¿Cómo lo sabe?, es un jodido inventor bastante talentoso. Por desgracia el gatillo que acciona el movimiento de su lado paso a mejor vida hace mucho… quizás su contraparte funcione.
¡¡Owens, por aquí!!
Grita mientras golpea la pared con una de sus herramientas, el túnel debería amplificar dicho sonido. Reparar la palanca de su lado le tomaría media hora, no es un tiempo muy aceptable para la otra parte involucrada. Viendo las cosas en un ámbito positivo, si Matthew muere cerca no será necesario adentrarse mucho para recuperar el paquete.
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Re: Fácil perdón, frecuente ladrón [Libre] [2/3][Cerrado]
Matthew no perdió el tiempo en contemplaciones o consideraciones filosóficas, solo comenzó a correr con toda la velocidad que le permitía el estar medio a oscuras, no conocer el camino, y estar preocupado de recibir una mordida posiblemente mortal. Tropezó no una, sino muchas veces, la lámpara que le había dado Chimar estaba sana, pero al inclinarla tanto la llama danzaba para todos lados y resultaba menos efectiva. En una parte del pasillo una enorme roca se había caído dejando solo un pequeño pedazo de espacio para que pasara, el estafador tuvo que pegarse todo lo que pudo a la pared y traspasarla lentamente, con el sudor recorriendo su sien mientras escuchaba a los roedores acercándose.
Casi pierde la lámpara de Chimar varias veces, pero tenía la sensación de que si la dejaba el niño lo desmembraría lentamente, y ya había quedado comprobado que su sentido del humor era nulo ¿Qué objeto tendría haber pasado por todo eso si después el enano ese no le daba el visto bueno para entrar al Gremio? También tenía que preocuparse por los medicamentos falsos, y pensar que a Matt le gustaba viajar ligero, era por este tipo de cosas que prefería no llevar nada encima.
El corazón de Owens pareció detenerse cuando llego al final del pasillo y descubrió con horror que estaba cerrado ¡Era imposible! ¡Tenía que haber alguna salida! Se colgó el morral dejándolo en su espalda, y agarró la lámpara a su cinturón para que le quedaran las manos libres. Los chillidos se acercaban a una velocidad alarmante, apoyó la oreja contra el muro y comenzó a golpearlo con los nudillos, sonrió ampliamente porque el sonido le decía que ese no era un muro sólido. Entonces escuchó a Chimar del otro lado.
-Maquiavelo, aquí estoy, intentaré abrir la maldita cerradura – A Matthew no le gustaba insultar, eso demostraba lo nervioso que estaba con todo ese asunto. No llevaba encima ganzúas, hacía ya mucho tiempo que no tenía que usarlas, y suponía que si su compañero no la había abierto era porque no podía – Hay ratas del tamaño de perros persiguiéndome.Y no es una forma de decir, es literal
No esperaba que Chimar lo fuera a ayudar, no tenía por qué hacerlo y probablemente solo estaba del otro lado de la puerta a la espera del paquete, pero quería advertirle lo que se venía para que cuando abriera tuviera algo pensado. Eran muchas para enfrentarlas con la ballestas, y por lo trabada que estaba ese mecanismo, seguramente lo rompería definitivamente al tratar de abrirlo.
Agarró de nuevo el bolso con la falsa medicina, tanteo hasta encontrar las hebillas de los bolsillos y las arranco, no era el material ideal, pero de algo le serviría. Con fuerza las doblo hasta que tuvieran la forma que necesitaba y luego los introdujo en la cerradura atascada. No era mucho lo que tenía, solo había algún tipo de pedrusco o tierra que imposibilitaba que el mecanismo gire como correspondía. Las ratas comenzaban a llegar, primero las más pequeñas que habían sido las primeras que pasaron por la grieta que estaba más atrás, los roedores más grandes y gordos se tardarían un poco en podes pasar.
En el preciso instante en que escuchó el “Click” que le confirmaba que lo había logrado, las ratas gigantes comenzaron a rodearlo. Matthew dio un salto y se agarró de la parte de arriba de la puerta-pared, y empujo con las piernas en el aire para abrirla, por un lado para que las alimañas no lo mordieran, pero además porque los goznes estaban muy duros.
-¡Cuidado, ahí van! – Es la única advertencia que le grito a Chimar antes de dejar suelta a la enorme plaga de roedores agresivos.
Casi pierde la lámpara de Chimar varias veces, pero tenía la sensación de que si la dejaba el niño lo desmembraría lentamente, y ya había quedado comprobado que su sentido del humor era nulo ¿Qué objeto tendría haber pasado por todo eso si después el enano ese no le daba el visto bueno para entrar al Gremio? También tenía que preocuparse por los medicamentos falsos, y pensar que a Matt le gustaba viajar ligero, era por este tipo de cosas que prefería no llevar nada encima.
El corazón de Owens pareció detenerse cuando llego al final del pasillo y descubrió con horror que estaba cerrado ¡Era imposible! ¡Tenía que haber alguna salida! Se colgó el morral dejándolo en su espalda, y agarró la lámpara a su cinturón para que le quedaran las manos libres. Los chillidos se acercaban a una velocidad alarmante, apoyó la oreja contra el muro y comenzó a golpearlo con los nudillos, sonrió ampliamente porque el sonido le decía que ese no era un muro sólido. Entonces escuchó a Chimar del otro lado.
-Maquiavelo, aquí estoy, intentaré abrir la maldita cerradura – A Matthew no le gustaba insultar, eso demostraba lo nervioso que estaba con todo ese asunto. No llevaba encima ganzúas, hacía ya mucho tiempo que no tenía que usarlas, y suponía que si su compañero no la había abierto era porque no podía – Hay ratas del tamaño de perros persiguiéndome.Y no es una forma de decir, es literal
No esperaba que Chimar lo fuera a ayudar, no tenía por qué hacerlo y probablemente solo estaba del otro lado de la puerta a la espera del paquete, pero quería advertirle lo que se venía para que cuando abriera tuviera algo pensado. Eran muchas para enfrentarlas con la ballestas, y por lo trabada que estaba ese mecanismo, seguramente lo rompería definitivamente al tratar de abrirlo.
Agarró de nuevo el bolso con la falsa medicina, tanteo hasta encontrar las hebillas de los bolsillos y las arranco, no era el material ideal, pero de algo le serviría. Con fuerza las doblo hasta que tuvieran la forma que necesitaba y luego los introdujo en la cerradura atascada. No era mucho lo que tenía, solo había algún tipo de pedrusco o tierra que imposibilitaba que el mecanismo gire como correspondía. Las ratas comenzaban a llegar, primero las más pequeñas que habían sido las primeras que pasaron por la grieta que estaba más atrás, los roedores más grandes y gordos se tardarían un poco en podes pasar.
En el preciso instante en que escuchó el “Click” que le confirmaba que lo había logrado, las ratas gigantes comenzaron a rodearlo. Matthew dio un salto y se agarró de la parte de arriba de la puerta-pared, y empujo con las piernas en el aire para abrirla, por un lado para que las alimañas no lo mordieran, pero además porque los goznes estaban muy duros.
-¡Cuidado, ahí van! – Es la única advertencia que le grito a Chimar antes de dejar suelta a la enorme plaga de roedores agresivos.
Matthew Owens
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Re: Fácil perdón, frecuente ladrón [Libre] [2/3][Cerrado]
Owens llega a la puerta atascada, pronto informa que tratará de abrirla junto con otro dato pertinente. Maquiavelo arquea una ceja, ¿cómo se las arreglo el adulto para encontrar ratas tan grandes?, solo el tiempo dirá. Tiene la medicina perfecta para contener una plaga de roedores, solo falta esperar el momento oportuno.
Por la pared falsa se escuchan los desesperados intentos de Matthew por abrir el mecanismo, al menos sabe trabajar bajo presión. Chillidos molestos se oyen a través de las rendijas, tiene poco tiempo. Chimar se siente extrañamente nervioso por su compañero temporal, aunque no le guste admitirlo trata de cuidar elementos aliados… casi siempre al menos.
Se hace presente un ruido mecánico forzado y la puerta secreta empieza a moverse, lo logro. El aspirantes atraviesa la salida apenas muestra un espacio suficiente, detrás salta una rata jodidamente enorme. Chimar asesina al bicho en pleno vuelo con su ballesta, luego saca su pequeña esfera metálica.
Yo me cubriría los oídos si fuera tú.
Sonríe maliciosamente mientras presiona un botón en su artilugio, luego le arroja por la hendidura. Segundos después una explosión tiene lugar, la bomba hidráulica libera su poder en el entorno reducido. Las ratas cercanas pasan a mejor vida pero eso no es todo, el deteriorado túnel colapsa al instante.
¿Nada mal para un niño verdad? Jajaja.
Se acerca a detallar mejor su obra cuando la masiva cantidad de polvo asienta, el nivel de destrucción inspira nuevos diseños en su mente. Deja que Owens recupere el aliento antes de avanzar, sin duda escapo de la muerte… ser devorado por ratas gigantes es una forma bizarra de morir aunque bastante original.
Tengo buenas noticias para ti, ¿reconoces ese símbolo?
Dice mientras señala una nueva figura, cierto diamante con un círculo adentro. Significa base principal, un par de pasos más y llegaran a la cisterna madre. El aspirante logro eludir a los vampiros y sobrellevar situaciones agregadas con un mínimo de ayuda externa, a todas luces paso la prueba.
Tú guías, es tiempo de entregar la mercancía y dar reporte.
Pone su voz más seria para hacer dudar al frijol, debe hacer gran esfuerzo para no reír. Molestar a los adultos es muy divertido, especialmente cuando dependen de ti. A pesar del exterior metódico y calculador sigue siendo un mocoso, pasarla bien esta en lo alto de su lista personal infantil.
Por la pared falsa se escuchan los desesperados intentos de Matthew por abrir el mecanismo, al menos sabe trabajar bajo presión. Chillidos molestos se oyen a través de las rendijas, tiene poco tiempo. Chimar se siente extrañamente nervioso por su compañero temporal, aunque no le guste admitirlo trata de cuidar elementos aliados… casi siempre al menos.
Se hace presente un ruido mecánico forzado y la puerta secreta empieza a moverse, lo logro. El aspirantes atraviesa la salida apenas muestra un espacio suficiente, detrás salta una rata jodidamente enorme. Chimar asesina al bicho en pleno vuelo con su ballesta, luego saca su pequeña esfera metálica.
Yo me cubriría los oídos si fuera tú.
Sonríe maliciosamente mientras presiona un botón en su artilugio, luego le arroja por la hendidura. Segundos después una explosión tiene lugar, la bomba hidráulica libera su poder en el entorno reducido. Las ratas cercanas pasan a mejor vida pero eso no es todo, el deteriorado túnel colapsa al instante.
¿Nada mal para un niño verdad? Jajaja.
Se acerca a detallar mejor su obra cuando la masiva cantidad de polvo asienta, el nivel de destrucción inspira nuevos diseños en su mente. Deja que Owens recupere el aliento antes de avanzar, sin duda escapo de la muerte… ser devorado por ratas gigantes es una forma bizarra de morir aunque bastante original.
Tengo buenas noticias para ti, ¿reconoces ese símbolo?
Dice mientras señala una nueva figura, cierto diamante con un círculo adentro. Significa base principal, un par de pasos más y llegaran a la cisterna madre. El aspirante logro eludir a los vampiros y sobrellevar situaciones agregadas con un mínimo de ayuda externa, a todas luces paso la prueba.
Tú guías, es tiempo de entregar la mercancía y dar reporte.
Pone su voz más seria para hacer dudar al frijol, debe hacer gran esfuerzo para no reír. Molestar a los adultos es muy divertido, especialmente cuando dependen de ti. A pesar del exterior metódico y calculador sigue siendo un mocoso, pasarla bien esta en lo alto de su lista personal infantil.
Chimar usa su habilidad de Lvl 1 (Bomba Hidráulica)
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Re: Fácil perdón, frecuente ladrón [Libre] [2/3][Cerrado]
Tenía que admitirlo, Matt estaba sorprendido por la gran cantidad de recursos que había demostrado tener el pequeño. Desde un principio había supuesto que algo tendría que tener para que el Gremio lo reclutara y le diera tareas, pero de todos modos era impresionante, si en un futuro tenía algún problema esperaba tenerlo de su lado. El estafador soltó la puerta y se tapó los oídos, no tenía idea que planeaba hacer Chimar, pero si le decía que se cubriera no era necesario dudar un solo segundo.
Owens hizo un gesto de sorpresa cuando lo vio arrojar algo, pero luego se dio la vuelta y cerró los ojos, se escuchó un estallido terrible y el túnel entero quedó hundido… En verdad se alegraba de haber salido a tiempo.
-Jaja, yo diría que estuvo muy bien para cualquiera, tienes habilidades impresionantes, Maquiavelo – Y al menos esta vez no lo decía por una cuestión de interés, sino que estaba sinceramente sorprendido – No me gustaría tenerte de enemigo.
Enfoca con la lámpara el símbolo que le señala Chimar, claro que lo reconocía, al menos ese seguía siendo el mismo. Matthew sonrío porque por fin terminarían con esa desagradable prueba, en ese mismo momento lo que más deseaba con todo su alma es el poder darse un buen baño, aún podía sentir el desagradable cosquilleo de las ratas tocándolo. De solo recordarlo un escalofrío recorría su espalda.
-Vámonos ya mismo de aquí - Comenzó a caminar en la dirección señalada mientras hablaba con el pequeño - ¿Sabes? La próxima vez que nos encontremos espero que sea en un sitio más agradable. No es que sea quisquilloso, conque este sobre la superficie y no tenga ratas gigantes estará bien, es más, creo que en lo posible seré yo quien lo elija, si no te molesta – Cruzando unos pasillos transversales se encontraba la entrada al refugio principal.
El sitio estaba tal como Matthew lo recordaba, una enorme cueva sin demasiados lujos, pero con todo lo necesario para pasar allí una buena cantidad de días sin contacto con el mundo exterior. Ellos habían ingresado solo por una de las muchas entradas que tenía el lugar, los ladrones eran listos, tenían montones de salidas siempre listas por si había que salir rápido de allí. El que hubiesen permitido que llegara hasta ese punto era ya una buena señal, por más que Chimar no le dijera nada, Owens estaba seguro que no lo había hecho tan mal.
-¿Lo dejamos aquí y ya? ¿O tienes más órdenes secretas para seguir? – Era momento de acabar con todo esto, por lo que suponía que tendría que haber alguien esperándolos, pero al menos a simple vista no parecía haber nadie.
-Ya era hora que llegaran – Dijo una voz potente desde alguno de los rincones oscuros de la sala – Creía que se habían perdido y que tendría que ir a buscarlos, niños – El sujeto salió a la tenue luz de las antorchas, su cara tenía tantas arrugas que parecía un pergamino, su pelo completamente blanco estaba muy bien cuidado, y seguramente cuando era joven fue un hombre muy prolijo, pero sus años mozos habían pasado hace ya mucho tiempo.
-Me sorprende que sigas con vida, ya eras un anciano cuando yo entre aquí – Dijo Matthew al reconocerlo.
-¡Cállate ya rapaz! Chillas como una niña – Luego de ese altercado solo se concentró en Chimar para ver qué tenía para decir.
Owens hizo un gesto de sorpresa cuando lo vio arrojar algo, pero luego se dio la vuelta y cerró los ojos, se escuchó un estallido terrible y el túnel entero quedó hundido… En verdad se alegraba de haber salido a tiempo.
-Jaja, yo diría que estuvo muy bien para cualquiera, tienes habilidades impresionantes, Maquiavelo – Y al menos esta vez no lo decía por una cuestión de interés, sino que estaba sinceramente sorprendido – No me gustaría tenerte de enemigo.
Enfoca con la lámpara el símbolo que le señala Chimar, claro que lo reconocía, al menos ese seguía siendo el mismo. Matthew sonrío porque por fin terminarían con esa desagradable prueba, en ese mismo momento lo que más deseaba con todo su alma es el poder darse un buen baño, aún podía sentir el desagradable cosquilleo de las ratas tocándolo. De solo recordarlo un escalofrío recorría su espalda.
-Vámonos ya mismo de aquí - Comenzó a caminar en la dirección señalada mientras hablaba con el pequeño - ¿Sabes? La próxima vez que nos encontremos espero que sea en un sitio más agradable. No es que sea quisquilloso, conque este sobre la superficie y no tenga ratas gigantes estará bien, es más, creo que en lo posible seré yo quien lo elija, si no te molesta – Cruzando unos pasillos transversales se encontraba la entrada al refugio principal.
El sitio estaba tal como Matthew lo recordaba, una enorme cueva sin demasiados lujos, pero con todo lo necesario para pasar allí una buena cantidad de días sin contacto con el mundo exterior. Ellos habían ingresado solo por una de las muchas entradas que tenía el lugar, los ladrones eran listos, tenían montones de salidas siempre listas por si había que salir rápido de allí. El que hubiesen permitido que llegara hasta ese punto era ya una buena señal, por más que Chimar no le dijera nada, Owens estaba seguro que no lo había hecho tan mal.
-¿Lo dejamos aquí y ya? ¿O tienes más órdenes secretas para seguir? – Era momento de acabar con todo esto, por lo que suponía que tendría que haber alguien esperándolos, pero al menos a simple vista no parecía haber nadie.
-Ya era hora que llegaran – Dijo una voz potente desde alguno de los rincones oscuros de la sala – Creía que se habían perdido y que tendría que ir a buscarlos, niños – El sujeto salió a la tenue luz de las antorchas, su cara tenía tantas arrugas que parecía un pergamino, su pelo completamente blanco estaba muy bien cuidado, y seguramente cuando era joven fue un hombre muy prolijo, pero sus años mozos habían pasado hace ya mucho tiempo.
-Me sorprende que sigas con vida, ya eras un anciano cuando yo entre aquí – Dijo Matthew al reconocerlo.
-¡Cállate ya rapaz! Chillas como una niña – Luego de ese altercado solo se concentró en Chimar para ver qué tenía para decir.
Matthew Owens
Honorable
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Nivel de PJ : : 6
Re: Fácil perdón, frecuente ladrón [Libre] [2/3][Cerrado]
Sin más retrasos el par continúa por el camino correcto para variar, las rutas internas del gremio suelen estar despejadas por obvias razones. No tiene mucho sentido tener una enorme cantidad de salidas si el primer tramo es una trampa mortal… claramente eso no se aplica a lo demás.
Me alegra que mi propiedad esté bien.
Dice al notar como su lámpara sigue funcionando, puede fabricar otra en veinte minutos pero ese no es el caso. Owens se ha ganado cierto respeto, el niño nunca lo admitirá abiertamente pero tiene recursos. Si demuestra tal eficiencia en el futuro le ira bien, los ladrones despabilados suelen escalar.
Pudo ser mucho peor.
La mitad de los caminos menos usados del gremio están sumergidos en desagües, sitios bastante desagradables donde flota algo más que suciedad. A pesar de todo el tramo recorrido puede tacharse de aceptable aunque si vuelven a tener una aventura juntos dejara que su colega frijol seleccione, tiene curiosidad por ver sus gustos.
Finalmente llegan al reducto principal, el gremio mantiene su actividad a pesar de la hora. La micro ciudad debajo de Lunargenta se caracteriza por funcionar las veinticuatro horas del día, siempre existe un nutrido grupo de personas realizando tareas poco honestas y muy remuneradas para todos los involucrados.
Hogar dulce hogar.
Pronto son abordados por una figura conocida, cierto adulto al que Chimar conoce cariñosamente como “el fósil”. Es el encargado de recibir informes, no tiene puesto oficial pero se reporta directamente con Lazid. Desea escuchar el veredicto final, llego el momento de la verdad para Matthew.
Veamos…
Pone cara pensativa, ¿para qué matar la diversión?, un último acto de tortura mental es necesario. Permanece con la misma pose hasta que el anciano emite un sonido desaprobatorio, viene siendo hora de finalizar. Al final Chimar suspira y resignado suelta sus impresiones.
Pasó.
Sonríe con superioridad, es agradable cuando tu palabra tiene peso. Se despide con un gesto leve de cabeza, no tiene más que decir. Como ya cumplió con el gremio puede dedicarse a tareas personales, cabe esperar que no lo molesten en un buen tiempo con misiones misceláneas… más les vale.
Me alegra que mi propiedad esté bien.
Dice al notar como su lámpara sigue funcionando, puede fabricar otra en veinte minutos pero ese no es el caso. Owens se ha ganado cierto respeto, el niño nunca lo admitirá abiertamente pero tiene recursos. Si demuestra tal eficiencia en el futuro le ira bien, los ladrones despabilados suelen escalar.
Pudo ser mucho peor.
La mitad de los caminos menos usados del gremio están sumergidos en desagües, sitios bastante desagradables donde flota algo más que suciedad. A pesar de todo el tramo recorrido puede tacharse de aceptable aunque si vuelven a tener una aventura juntos dejara que su colega frijol seleccione, tiene curiosidad por ver sus gustos.
Finalmente llegan al reducto principal, el gremio mantiene su actividad a pesar de la hora. La micro ciudad debajo de Lunargenta se caracteriza por funcionar las veinticuatro horas del día, siempre existe un nutrido grupo de personas realizando tareas poco honestas y muy remuneradas para todos los involucrados.
Hogar dulce hogar.
Pronto son abordados por una figura conocida, cierto adulto al que Chimar conoce cariñosamente como “el fósil”. Es el encargado de recibir informes, no tiene puesto oficial pero se reporta directamente con Lazid. Desea escuchar el veredicto final, llego el momento de la verdad para Matthew.
Veamos…
Pone cara pensativa, ¿para qué matar la diversión?, un último acto de tortura mental es necesario. Permanece con la misma pose hasta que el anciano emite un sonido desaprobatorio, viene siendo hora de finalizar. Al final Chimar suspira y resignado suelta sus impresiones.
Pasó.
Sonríe con superioridad, es agradable cuando tu palabra tiene peso. Se despide con un gesto leve de cabeza, no tiene más que decir. Como ya cumplió con el gremio puede dedicarse a tareas personales, cabe esperar que no lo molesten en un buen tiempo con misiones misceláneas… más les vale.
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