Volviendo a las andadas [Libre] [Interpretativo]

Aizu Dom 8 Ene - 21:30

Después de largo tiempo he decidido despertar. Me estaba perdiendo, la cabeza me pesaba, el pelo se me caía y nada que comía. Los recuerdos de mi hermano me estaban matando, no podía evitarlo, pensé que ya lo había superado aunque sea controlarlo, pero parece que esto sucede cuando me estoy descuidando. Pero ya no más, Seyer Madsen está de vuelta. Me causé heridas en brazos y piernas, rasguños y golpes por la desesperación, pero me estaba tratando, no iba a dejar que nada me detuviera a volver a mis andadas.

Estaba en mi pequeña y enfadosa casa, enfadosa porque ya estaba harta de ella, con decir que el olor me tenía hasta la coronilla, quería salir, impregnarme de nuevos, de frescos aires. No quería seguir en el lugar donde me había lastimado, tanto física y psicológicamente, en el lugar donde todos mis problemas estaban encerrados y estancados, simplemente, quería vivir, disfrutar, como lo solía hacer sin obstáculo ninguno.

Mientras me colocaba mis botas solté una pequeña risa <pasaré todo el tiempo transformada y disfrutando, básicamente estoy perdiendo el tiempo aquí> pensé. Antes de salir me miré en el pequeño reflejo de una copa, sí, soy algo vanidosa pero me gusta, yo me gusto. Salí y el aire me recibió bien, pero no quería quedarme ahí con un solo exhalo del viento, quería más así que corrí hacia donde sabía, porque el camino todavía lo sabía, lo sentía. Lo mejor es que no hay camino, todos los árboles, las rocas, tierra, bichos, todo el bosque, era el destino, cada una de sus detalles y me encantaba. Pero sin pensar, se me vino a la mente algo que causó que un poco de preocupación llegara a mí <¿Y si hay alguien que me cause problemas?>. Me quedé detenida un momento pero soy alguien fuerte, no me pasaría nada malo, bastantes cosas había pasado ya.

Me subí en una roca grande y alta, las botas solo se desgastaban pero en verdad no importaba. —Aquí estoy— dije. Cerré los ojos, miré hacia arriba, inhalé —Y aquí estás— suspiré con una sonrisa. Me gusta la magia también y esto se sentía como tal, ya se acercaba el momento para transformarme, pero quería recorrer un poco más en mi estado humano. Salté a un árbol, rodeando el tronco con mi brazo, miraba alrededor, mis pies no se resbalaron, quedaron estancados, como si ningún tiempo hubiera pasado desde que me colgaba de un árbol. Salté a otro árbol y a otro, me divertía hacerlo, además me ejercitaba, necesitaba condición…Pero antes de entrenar tengo que comer. ¿Qué comería? Vaya que estaba hambrienta, pero iría a buscar presa en mi modo cazador.

Subí a la cúspide del árbol en el que estaba, tomé airé y empecé a descender mientras caía en otros árboles, casi al llegar al suelo, me transformé.

Talamaur Lun 9 Ene - 15:50

Ya habían pasado varias horas desde que dejé aquella taberna de mala muerte y a cada paso que daba me estaba encontrando peor – cerveza de primera calidad decía… eso solo servía para limpiar las letrinas, ¡uf! Que dolor de estómago- comencé a susurrar caminando sin fijarme demasiado a lo que tenía alrededor. De repente levanté la cabeza y comencé a mirar a mí alrededor para poder averiguar dónde me encontraba, pero solo me percaté que me había adentrado demasiado en el bosque y que ahora no tenía ni idea de por dónde salir. No es que tuviera un rumbo concreto ya que iba donde pudiera encontrar algo interesante, pero no me gustaba demasiado perderme en el bosque y menos cuando el ocaso estaba llegando. La verdad es que no sabía cuándo había dejado el camino, pero seguramente hacía ya un rato, porque no lo veía por ningún lado al que mirara.

Suspiré resignado. Ya que me había perdido, al menos disfrutaría de aquel lugar, por lo que comencé a caminar de nuevo sin un rumbo determinado. El sol todavía brillaba en el horizonte, pero sabía que no faltaba mucho para que se escondiera por completo. – Necesito un lugar para pasar la noche- me dije sin dejar de caminar. En ese momento y a lo lejos vi a alguien, parecía ser una mujer. Ver a alguien en aquel peligroso bosque era igual de raro que yo estuviera allí, así que de primera hora ya me caía bien. Desde ese momento comencé a acelerar el paso con una sonrisa en la cara y brincando cual niño. No podía esconder que estaba contento de encontrarme a alguien en aquel lugar. Pero de repente, cuando ya estaba acercándome a aquella mujer, me paré en seco. – ¿Cómo logra saltar así de un árbol a otro? – me pregunte con curiosidad. Aún impresionado como estaba, la seguí como pude desde el suelo, esperando encontrar el momento en el que pudiera hablar con ella.

Por fin se había parado – uf, uf, vaya energía que tiene- dije con las manos en la rodillas y jadeando levemente por la carrera. – Eh, oye… uf… ¿hay algún lugar para pasar la noche por aquí o para comer algo? – pregunté elevando la voz para que me escuchara. No sabía si al final iba a ser una salvaje de las que habitaban aquel lugar y de las que había escuchado alguna historia que otra, aunque no parecía para nada que fuera de alguna tribu. Era una joven bastante hermosa para estar en el bosque, podría encontrarse con alguna banda de ladrones y a saber que le podrían hacer. Bueno, si ocurría no era problema mío, ahora quería comer y buscar un refugio y esa joven en el árbol era mi única pista para encontrar alguna de las dos cosas.

De repente observé a la mujer ascender y por un momento la perdí de vista. Algo que me hizo pensar que estaba peor de la cabeza que yo, algo que me simpatizo aún más de lo que estaba agradando. Un ruido de las ramas en ese momento hizo que mirara con más detalle - ¿está cayendo? – dije extrañado. Pero lo que vi a continuación hizo que casi tuviera que ir detrás de mi corazón. – ¿Un lobo? – dije sorprendido. Acaba de ver a la mujer convertirse en lobo delante de mis ojos… aunque eso era lo que menos me preocupaba en ese momento. -¿Me iba a comer? – pensé horrorizado. Rapidamente saqué mi espada y apunte con ella a la mujer, al lobo, o lo que fuera aquello. – No.. no.. te muevas…o mejor dicho…. No me comas… la verdad es que seguramente no sabré bien, te lo diré yo que sé lo que como... – dije algo asustado. Nunca había visto a nadie transformarse y aunque había escuchado historias sobre ello, en persona era mucho más impactante que imaginárselo. Desconocía si en su forma animal podía entenderme. Tampoco si en su forma humana podía hacerlo, pero por si acaso no bajaría la espada hasta que no me diera una respuesta. Además de ello mire al suelo para detectar algunas piedras y usarlas para tirárselas y poder escapar. Si ya lo me lo habían dicho, “la curiosidad mato al gato” en este caso al brujo.

Leon Alexander Miér 18 Ene - 23:08

Mierda… desearía por una vez no tener que depender de la suerte para sobrevivir… otra vez perdido, por lo menos ahora tengo el arco y el rastro de… algo, espero que pueda comerlo, tengo hambre…
Creo que esto del hambre es algo muy recurrente en mi.

La arboleda central, una noche de farra me había dejado en quien sabe qué lugar del gran bosque de los lobos, llevaba un par de días vagando y durmiendo a la intemperie, por suerte no me había encontrado nadie hostil, solo había visto a un extraño sujeto que vagaba por ahí murmurando algo relacionado con cerveza y agarrándose el estómago. Yo estaba siguiendo lo que creía era el rastro medianamente fresco de un ciervo o algo parecido, hace menos de 6 horas había pasado por ahí y lo más probable es que durmiera en algún lugar cercano.

Caminé un poco mas siguiendo sus huellas, olor y rastros pequeños, unas ramas rotas por aquí, un poco de pelo por allá, todo indicaba que iba en buen camino, hasta que un par de botas se cruzaron en mi rastro, estábamos muy cerca del posible lugar de descanso del ciervo.

El tranquilo silencio solo se veía interrumpido por mi calmada respiración, estaba solo otra vez al parecer, o eso creía hasta que escuché una voz muy cerca mío, a unos metros a la derecha se escuchaba la voz de un hombre, parecía asustado, le hablaba a un lobo que estaba frente a el.

Umh… lo mas seguro es que sea un hombre lobo… creo que le ayudaré al sujeto de la espada… un momento… ¿es el de la cerveza? Y… ¿le tiemblan las manos? Dioses, que desastre de hombre… bueno, aquí voy, creo que no me han visto.

Apuntando al lobo salí del arbusto y dije al hombre:

¿Estás bien, no te ha mordido ni nada?... Tranquilo, te ayudaré a esta distancia no podría fallar el tiro si intenta algo brusco. Ahora, mirando al animal dije con voz calmada. ¿Quieres dañarlo o solo estas de paso por aquí…? Si me entiendes verdad, ¿no le hablo a un animal estúpido? Esperando la confirmación o negación a mis palabras alternaba mi mirada entre el lobo y el sujeto raro.

Nerum Jue 19 Ene - 17:48

La Arboleda central. Un hermoso lugar para visitar cuando deberías estar atendiendo otros asuntos relacionados con el gremio y una pequeña lagartija. Caminando con tranquilidad por la espesa flora de la zona, me limito a continuar con mis andadas ocupando el territorio de los lobos como un simple atajo a Lunargenta, atento en el ambiente, no se percibía nada inusual en aquel lugar, nada excepto eso.

Divisando a varios metros de mi ubicación, un hombre de apariencia mayor, parecía estar en pleno combate con un lobo que no aparentaba ser la gran cosa, tanto el viejo como el animal no cumplían con la apariencia de unos guerreros para el combate, por una parte, un lobo solitario el cual se encontraba lejos de su dueño o manada. Y desde el otro lado, un escuálido viajero que erguía la espada mientras temblaba como un muerto de frio.

Como tal, era una situación común encontrarse con estos casos en el bosque de los lobos, no obstante, como era la costumbre, debía ayudar al viajero a seguir su camino, sin embargo, comida gratis era comida gratis. Ya fuera que ganara el viejo o el lobo, ninguno de los dos podría acabarse un platillo de un cuerpo entero viéndose obligado a dejar el resto.

-Mira Fatuo, hoy es un día de suerte.- Susurrando para no ser percibido me dispongo a tomar una posición relajada para poder apreciar aquel espectáculo que estaba por empezar, mientras esperaba la hora de la comida.

Entonces, las ramas crujen y una presencia más se percibe en el lugar dispuesta a actuar, ¿Alguien más? Una nueva voz se hiso escuchar, proveniente del bosque y armado con un arco, un hombre bestia sale desde los arbustos apuntando en dirección al lobo, conversando con él como si de una persona se tratase, este le pregunta algo al animal sin dejar de tensar el arco.

-Que idiota.- Dándome un pequeño golpe en la cabeza y poniendo una cómica mueca, sonrió por la falta de atención, “es un hombre lobo.” Ahora quedaba claro por qué se encontraba sin una manada. Observando sin moverme, el espectáculo se había vuelto más interesante “¿Qué harás ahora pequeño lobo? ¿Ofendes o defiendes?”

Como tal, una pelea de dos contra uno se presentaba ante el lobo injustamente, el hierro contra la garra ¿Quién ganara?, ja, me daba igual, aquella no era mi pelea hasta que yo lo decidiera y mientras tanto no tenía por qué ayudar a ninguno de los tres, o por lo menos, hasta que fuera mas divertido.

Alanna Delteria Miér 8 Feb - 13:48

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