La criatura de los perdidos [MISIÓN: Animales fantásticos y saber dónde encontrarlos]
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La criatura de los perdidos [MISIÓN: Animales fantásticos y saber dónde encontrarlos]
Aldedor de una hoguera los aventureros que exploraban el bosque del Este se encontraban cantando y comiendo. El día había terminado, sus pies estaban cansados de tanto andar y sus manos llenas de la grasa del cerdo salvaje que habían cazado para la cena. Una buena noche sin duda, no todas recorrían un camino tan largo ni encontraban un cerdo tan grande que pudiera alimentar a todo el grupo. Si hubiera alguna preocupación en sus cabezas, que por su puesto las había, desapareció con la alegría el jolgorio de la noche.
-¡Un poco más y te comerás hasta el hueso!- dijo con una risotada el hombre más robusto del equipo a una de las mujeres más delgadas.
-Por una vez que cazas algo más sabroso que una ardilla déjame comer en paz-. Contestó la chica con desdén. El hombre le contestó con otra gran risotada cosa que la hizo enfadar todavía más de lo que ya estaba por el primer comentario.- Quítate la polla de la boca para hablar. No he entendido nada de lo que has dicho-.
En el ese momento no se podía imaginar qué importante hubiera sido haberse quedado callada. Por lo menos no la hubieran separado de la hoguera y podría seguir comiendo aunque fuera con aquel maldito tipejo riéndose de ella. Pero no, tuvo que mal contestar y el hombre, sin dejar que el resto del grupo opinase, la cogió del cuello y la tiró de un golpe lejos del campamento a la voz de un “Y NO VUELVAS”. Tres palabras que la mujer recordaría la próxima vez que tuviera que estar callada.
Las noches en las noches eran oscuras y frías; pero a eso ya estaba habituada. No le importa viajar de noche, era una gran explorador, y a lo de pasar frío, por lo menos aquel cabrón la tiró vestida y con una piel de ciervo que le servía como manta. Lo que no estaba para nada habituada era estar sola en mitad de un bosque tan peligroso como aquel. La luz de la hoguera que antes la cobijaba no servía para calentarse sino para espantar a los animales. Osos, lobos, coyotes… Se imaginaba que todos la estarían mirando en aquel momento.
Poco a poco, y nunca en línea recta, la chica se fue distanciando más y más de su grupo. –Malditos cabrones- El culpable no solo lo tenía aquel hombre robusto y maleducado sino todos los demás por no hacer nada. Esto le pasaba por trabajar con gente aficionada.
Risas. Escuchó risas, y vio una luz en estas risas. ¡Otro grupo de exploradores! Debía de ser eso. Rápidamente la chica corrió hacia la luz que estaba viendo y las risas que estaba escuchando hasta que… puf. La luz desapareció tan deprisa como había venido y las risas junto a ella. –Zirtani-. Gruñó la chica al darse cuenta del engaño que había sufrido por culpa de la criatura brillante que ya conocía de otros viajes.
* Saludos perdido: No me importa cómo has llegado al bosque del Este ni qué haces allí, aunque si deseas describirlo eres libre de hacerlo. Lo importante en este estilo de misiones son los animales, en este caso el zirtani. En este primer turno te encuentras entre los exploradores y, al ver que la chica tarda en regresar y no sabes nada de ella, decides ir al buscarla. Sin darte cuenta también caes en la trampa de las luces provenientes de los zirtanis. Deberás describir los zirtanis lo más detalladamente posible pues todo lo que digas se utilizará para la creación de la ficha de dicho animal en el bestiario. En los siguientes turnos de la misión trataremos de encontrar a la chica, llevarle de vuelta al campamento y dar una lección al cretino que la expulsó. Buena suerte y no te pierda por el camino.
-¡Un poco más y te comerás hasta el hueso!- dijo con una risotada el hombre más robusto del equipo a una de las mujeres más delgadas.
-Por una vez que cazas algo más sabroso que una ardilla déjame comer en paz-. Contestó la chica con desdén. El hombre le contestó con otra gran risotada cosa que la hizo enfadar todavía más de lo que ya estaba por el primer comentario.- Quítate la polla de la boca para hablar. No he entendido nada de lo que has dicho-.
En el ese momento no se podía imaginar qué importante hubiera sido haberse quedado callada. Por lo menos no la hubieran separado de la hoguera y podría seguir comiendo aunque fuera con aquel maldito tipejo riéndose de ella. Pero no, tuvo que mal contestar y el hombre, sin dejar que el resto del grupo opinase, la cogió del cuello y la tiró de un golpe lejos del campamento a la voz de un “Y NO VUELVAS”. Tres palabras que la mujer recordaría la próxima vez que tuviera que estar callada.
Las noches en las noches eran oscuras y frías; pero a eso ya estaba habituada. No le importa viajar de noche, era una gran explorador, y a lo de pasar frío, por lo menos aquel cabrón la tiró vestida y con una piel de ciervo que le servía como manta. Lo que no estaba para nada habituada era estar sola en mitad de un bosque tan peligroso como aquel. La luz de la hoguera que antes la cobijaba no servía para calentarse sino para espantar a los animales. Osos, lobos, coyotes… Se imaginaba que todos la estarían mirando en aquel momento.
Poco a poco, y nunca en línea recta, la chica se fue distanciando más y más de su grupo. –Malditos cabrones- El culpable no solo lo tenía aquel hombre robusto y maleducado sino todos los demás por no hacer nada. Esto le pasaba por trabajar con gente aficionada.
Risas. Escuchó risas, y vio una luz en estas risas. ¡Otro grupo de exploradores! Debía de ser eso. Rápidamente la chica corrió hacia la luz que estaba viendo y las risas que estaba escuchando hasta que… puf. La luz desapareció tan deprisa como había venido y las risas junto a ella. –Zirtani-. Gruñó la chica al darse cuenta del engaño que había sufrido por culpa de la criatura brillante que ya conocía de otros viajes.
- Zirtani:
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* Saludos perdido: No me importa cómo has llegado al bosque del Este ni qué haces allí, aunque si deseas describirlo eres libre de hacerlo. Lo importante en este estilo de misiones son los animales, en este caso el zirtani. En este primer turno te encuentras entre los exploradores y, al ver que la chica tarda en regresar y no sabes nada de ella, decides ir al buscarla. Sin darte cuenta también caes en la trampa de las luces provenientes de los zirtanis. Deberás describir los zirtanis lo más detalladamente posible pues todo lo que digas se utilizará para la creación de la ficha de dicho animal en el bestiario. En los siguientes turnos de la misión trataremos de encontrar a la chica, llevarle de vuelta al campamento y dar una lección al cretino que la expulsó. Buena suerte y no te pierda por el camino.
Sigel
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Re: La criatura de los perdidos [MISIÓN: Animales fantásticos y saber dónde encontrarlos]
El sonido de la hoguera silbaba junto a nuestras canciones mientras comíamos un cerdo recién cazado, estaba delicioso y lo mordisqueaba salvajemente mientras mis compañeros reían. Normalmente prefería volar por los cielos para llegar a mis destinos, pero volar sola atrae la atención de cazadores no deseados y en ese momento mi mejor opción era viajar con un grupo más grande.
El bosque mantenía su calma y un aire festivo gracias a nuestras canciones, cuando la pelea de dos de nuestros compañeros termino aguando la diversión. Me quede en silencio viendo como la silueta de nuestra compañera Nadia se alejaba de nuestra hoguera, preocupada no sabía que decir a aquel hombre, él era tan grande como un tonel de licor y de un carácter peor que el de cualquier oso hambriento una sola palabra podría lograr hacer que me corrieran a mí también, pero aun así me sentía incomoda por dejarla sola.
Pasaron algunas horas y la hoguera ya casi se había extinguido, preocupada porque ella todavía no había regresado, me acerque a uno de mis compañeros y le comente mis preocupaciones, el me contesto – probablemente se hartó de nosotros y se largó a buscar otro campamento – lo mire indecisa y le dije – ¿no deberíamos ir a buscarla? – ¿a ella?, bah que importa puede apañárselas sola, yo me voy a dormir. – y dicho esto se acostó en su respectivo lugar.
Mire al resto del grupo ninguno parecía interesado en Nadia y mi preocupación se incrementó con el paso del tiempo en el que no regresaba, cansada de esperar decidí ir a buscarla por mí misma, agarre una antorcha y me fui, la mayoría de mis compañeros ya estaban dormidos o lo suficientemente borrachos para no darse cuenta de que faltaba otro integrante.
El bosque estaba oscuro y la luz de la antorcha solo evitaba que me tropezara con las piedras del camino, además lejos de la hoguera el frio del bosque se sentía, pero no me molestaba, comparado con los inviernos del norte este frio era una pequeña brisa, camine por un rato buscándola con la mirada y gritando su nombre – NADIA – grite y espere su respuesta pero solo escuche los murmullos de la brisa en el bosque y los ligeros sonidos de los animales nocturnos.
decepcionada pensé que tal vez había regresado al campamento y decidí regresar , pero cuando me di cuenta no podía recordar el camino que había tomado, iluminada con solo la antorcha escogí el camino por el cual creía que venía y camine un largo tiempo, cansada escuchaba los sonidos en busca de alguna señal de civilización, cuando de repente escuche risas, gire mi cabeza y vi la luz de una hoguera en la cercanías, emocionada creí que eran mis compañeros y corrí en aquella dirección, cuando de repente deje de sentir el suelo debajo de mis pies.
Caí por una ladera y seguí rodando dándome golpes y ensuciándome con la tierra hasta llegar al suelo y terminar bocarriba viendo las estrellas en el cielo, espere unos instantes y me fije en las estrellas que se reían de mí, -¿se ríen?- Pensé y me senté en el mismo lugar donde había caído, las mire fijamente y me di cuenta que eran unas criaturas pequeñitas no más grandes que mi pulgar, eran parecidas niños elfos de mi edad o más pequeños, pero con cabello corto y un par de antenas parecidas a las de las mariposas, tenían un rostro travieso con narices picudas sus ojos eran negros como las zarzamoras y a algunos les faltaban algunos dientes como si hubieran perdido los de leche recientemente, tenían el color del musgo del bosque en su cuerpo y algo de pelusa que les daba un toque más salvaje, andaban desnudos y no tenían alas con las que volar pero flotaban como si de semillas de diente de león se tratasen, ellos despendían luz como las luciérnagas y eran tan agiles como yo cuando hacia travesuras en la nieve.
Aquellas pequeñas criaturas no paraban de reírse con su infantil voz y me señalaban como si les diera mucha risa mi accidente, algunos se acercaron y siguieron riendo, mientras comenzaban a usar mi cabello como cuerda de saltar y juguetear alrededor de mí.
Me quede sentada observando a estos bichitos reír sin saber qué hacer.
El bosque mantenía su calma y un aire festivo gracias a nuestras canciones, cuando la pelea de dos de nuestros compañeros termino aguando la diversión. Me quede en silencio viendo como la silueta de nuestra compañera Nadia se alejaba de nuestra hoguera, preocupada no sabía que decir a aquel hombre, él era tan grande como un tonel de licor y de un carácter peor que el de cualquier oso hambriento una sola palabra podría lograr hacer que me corrieran a mí también, pero aun así me sentía incomoda por dejarla sola.
Pasaron algunas horas y la hoguera ya casi se había extinguido, preocupada porque ella todavía no había regresado, me acerque a uno de mis compañeros y le comente mis preocupaciones, el me contesto – probablemente se hartó de nosotros y se largó a buscar otro campamento – lo mire indecisa y le dije – ¿no deberíamos ir a buscarla? – ¿a ella?, bah que importa puede apañárselas sola, yo me voy a dormir. – y dicho esto se acostó en su respectivo lugar.
Mire al resto del grupo ninguno parecía interesado en Nadia y mi preocupación se incrementó con el paso del tiempo en el que no regresaba, cansada de esperar decidí ir a buscarla por mí misma, agarre una antorcha y me fui, la mayoría de mis compañeros ya estaban dormidos o lo suficientemente borrachos para no darse cuenta de que faltaba otro integrante.
El bosque estaba oscuro y la luz de la antorcha solo evitaba que me tropezara con las piedras del camino, además lejos de la hoguera el frio del bosque se sentía, pero no me molestaba, comparado con los inviernos del norte este frio era una pequeña brisa, camine por un rato buscándola con la mirada y gritando su nombre – NADIA – grite y espere su respuesta pero solo escuche los murmullos de la brisa en el bosque y los ligeros sonidos de los animales nocturnos.
decepcionada pensé que tal vez había regresado al campamento y decidí regresar , pero cuando me di cuenta no podía recordar el camino que había tomado, iluminada con solo la antorcha escogí el camino por el cual creía que venía y camine un largo tiempo, cansada escuchaba los sonidos en busca de alguna señal de civilización, cuando de repente escuche risas, gire mi cabeza y vi la luz de una hoguera en la cercanías, emocionada creí que eran mis compañeros y corrí en aquella dirección, cuando de repente deje de sentir el suelo debajo de mis pies.
Caí por una ladera y seguí rodando dándome golpes y ensuciándome con la tierra hasta llegar al suelo y terminar bocarriba viendo las estrellas en el cielo, espere unos instantes y me fije en las estrellas que se reían de mí, -¿se ríen?- Pensé y me senté en el mismo lugar donde había caído, las mire fijamente y me di cuenta que eran unas criaturas pequeñitas no más grandes que mi pulgar, eran parecidas niños elfos de mi edad o más pequeños, pero con cabello corto y un par de antenas parecidas a las de las mariposas, tenían un rostro travieso con narices picudas sus ojos eran negros como las zarzamoras y a algunos les faltaban algunos dientes como si hubieran perdido los de leche recientemente, tenían el color del musgo del bosque en su cuerpo y algo de pelusa que les daba un toque más salvaje, andaban desnudos y no tenían alas con las que volar pero flotaban como si de semillas de diente de león se tratasen, ellos despendían luz como las luciérnagas y eran tan agiles como yo cuando hacia travesuras en la nieve.
Aquellas pequeñas criaturas no paraban de reírse con su infantil voz y me señalaban como si les diera mucha risa mi accidente, algunos se acercaron y siguieron riendo, mientras comenzaban a usar mi cabello como cuerda de saltar y juguetear alrededor de mí.
Me quede sentada observando a estos bichitos reír sin saber qué hacer.
Aisling
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Re: La criatura de los perdidos [MISIÓN: Animales fantásticos y saber dónde encontrarlos]
Hubo una vez, hace muchos años, una mujer, cuyo nombre se olvidó por el paso del tiempo, que dijo que los zirtani eran una especie de híbridos entre elfos, tanuris y hienas. La cara de los elfos, el cuerpo de los tanuris y la risa de las hienas. Esa misma mujer llegó a pensar que los zirtani se comunicaban a base de risas y burlas pues, en ningún momento desde que los vio por primera vez, dejaron e reír.
Si ésta mujer hubiera podido escapar de las “estrellas de la risa” (así fue como ella llamó a los zirtani la primera vez que los vio) y vuelto a su hogar en Baslodia, ella habría dado mucha más información acerca de los diminutos y traviesos seres. Lamentablemente jamás volvió. Cuando los zirtanis atrapaban a un nuevo amigo, no lo dejaban escapar.
La calavera de la mujer de la historia se encontraba semienterrada a los pies de una niña dragón; se podía ver la mitad de la quijada, unos pocos dientes y media oquedad en la que antes había un precioso ojo de color verde. Un zirtani revoloteaba por la calavera semienterrada, entraba por la boca (justo en un agujero donde antes debió haber un diente) y salía por la cuenca del ojo. Ese proceso lo repetía una y otra vez. Incluso después de la muerte, el juego continuaba. Los zirtanis no dejaban escapar a nadie.
¿Y la chica dragona? ¡Otro gran juego! Su pelo era tan largo y suave que se podía jugar a miles de cosas con él: lo usaban como columpios, látigos, combas, cuerdas para atarse entre ellos… ¡Maravilloso! Y eso solo los zirtanis que jugaban con el pelo. Otros, sin embargo, preferían divertirse con la tela de su ropa. ¿A ver cuanto resiste a estirones? Pellizcaron un trozo de tela y estiraron entre dos o más zirtanis por ver sí podían romperla. Más de un agujero le hicieron a la niña. ¡Era tan divertido!
* Aisling: Me alegro verte de nuevo mi querida Aisling. Después de nuestra misión con los shabbles me quedé con muchas ganas de más, espero que esto me sacie de roles de Aisling durante una temporada al menos. Por fortuna, esta misión es un poco más larga de la que ya tuvimos una vez; aunque el objetivo principal es prácticamente idéntico: Descubrir una nueva criatura. Nos lo pasaremos bien. Dejando los cumplidos a un lado, empecemos a hablar con lo que nos ha traído hoy aquí: Los zirtani. Un grupo bastante amplio de estos seres se ha reunido alrededor tuya. Son un incordio. No te dejan moverte, te rompen en pequeños tirones y, por si fuera poco, te estiran del pelo sin importar el daño que te hacen. En este turno deberás deshacerte de ellos de la mejor manera que se te ocurra.
Si ésta mujer hubiera podido escapar de las “estrellas de la risa” (así fue como ella llamó a los zirtani la primera vez que los vio) y vuelto a su hogar en Baslodia, ella habría dado mucha más información acerca de los diminutos y traviesos seres. Lamentablemente jamás volvió. Cuando los zirtanis atrapaban a un nuevo amigo, no lo dejaban escapar.
La calavera de la mujer de la historia se encontraba semienterrada a los pies de una niña dragón; se podía ver la mitad de la quijada, unos pocos dientes y media oquedad en la que antes había un precioso ojo de color verde. Un zirtani revoloteaba por la calavera semienterrada, entraba por la boca (justo en un agujero donde antes debió haber un diente) y salía por la cuenca del ojo. Ese proceso lo repetía una y otra vez. Incluso después de la muerte, el juego continuaba. Los zirtanis no dejaban escapar a nadie.
¿Y la chica dragona? ¡Otro gran juego! Su pelo era tan largo y suave que se podía jugar a miles de cosas con él: lo usaban como columpios, látigos, combas, cuerdas para atarse entre ellos… ¡Maravilloso! Y eso solo los zirtanis que jugaban con el pelo. Otros, sin embargo, preferían divertirse con la tela de su ropa. ¿A ver cuanto resiste a estirones? Pellizcaron un trozo de tela y estiraron entre dos o más zirtanis por ver sí podían romperla. Más de un agujero le hicieron a la niña. ¡Era tan divertido!
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* Aisling: Me alegro verte de nuevo mi querida Aisling. Después de nuestra misión con los shabbles me quedé con muchas ganas de más, espero que esto me sacie de roles de Aisling durante una temporada al menos. Por fortuna, esta misión es un poco más larga de la que ya tuvimos una vez; aunque el objetivo principal es prácticamente idéntico: Descubrir una nueva criatura. Nos lo pasaremos bien. Dejando los cumplidos a un lado, empecemos a hablar con lo que nos ha traído hoy aquí: Los zirtani. Un grupo bastante amplio de estos seres se ha reunido alrededor tuya. Son un incordio. No te dejan moverte, te rompen en pequeños tirones y, por si fuera poco, te estiran del pelo sin importar el daño que te hacen. En este turno deberás deshacerte de ellos de la mejor manera que se te ocurra.
Sigel
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Re: La criatura de los perdidos [MISIÓN: Animales fantásticos y saber dónde encontrarlos]
Aquellos pequeños bichitos seguían girando y girando alrededor de mi sin parar ni una sola vez, que al poco tiempo parecían un enjambre de avispas furiosas, trate de apartarlos suavemente con las manos pero les causaron más gracia mis actos y fastidiosamente comenzaron a agarrar mi cabello y empezaron a tirar de el en todas las direcciones posibles.
Con cada tirón sentía una punzada de dolor horrible, y con un fuerte – AUCH- comencé a dar manotazos más fuertes, parecía que estos bichejos me arrancarían el pelo y la ropa a tirones. Pero mis intentos de alejarlos fueron en vano estos animalitos eran tan ligeros que esquivaban cada uno de mis golpes con gracia como si se tratasen de granos de polvo. Me levante y trate de correr en alguna dirección sin siquiera avanzar más de dos pasos volví a tropezar con una roca que estaba en el suelo o eso creí…
Aun en el enjambre que empeoraba de mal a peor y el dolor que sentía por la caída y los tirones, trate de levantarme como pude pero mi pie parecía atascado en aquella roca, intente zafarme y mire mejor aquella cosa que me impedía avanzar y me di cuenta de que eso no era una roca, era un cráneo humano enterrado entre la tierra y las hojas, sude frio y sentí miedo estas cosas no solo eran molestas sino que también eran peligrosas.
Tire con fuerza y logre soltarme del cráneo, a gatas avance lo más rápido que pude y con fuerza trate de volver a subir por donde había caído, pero aquellos bichejos no me dejarían huir tan fácilmente sus juegos y el número de ellos empeoraban con cada minuto que pasaba.
Me agarre con fuerza de cada raíz y cada roca que pude y logre salir de ese terrible agujero pero las puntas de mis dedos sangraban por el esfuerzo y la desesperación, jadee y comencé a correr a cualquier parte sin fijarme bien por donde iba ya que la luz de estos animales me segaba pero cualquier lugar parecía la mejor opción en ese momento, protegiéndome con mis brazos y mis manos, corrí y corrí mientras gritaba asustada – POR FAVOR ¡!!ALGUIEN AYUDEME!!! -.
No se cuánto tiempo estuve corriendo y gritando de estos bichitos brillantes pero termine volviendo a tropezar y con un grito esta vez caí en un estanque de agua, me hundí completamente y abrí los ojos, el dolor había parado y mire para arriba parecía que estas criaturas se habían detenido en la superficie del agua, pero al momento en el que Salí a tomar aire volvieron al ataque, volví a hundirme sin saber qué hacer si salía me seguirán atacando pero sí que quedaba demasiado tiempo me ahogaría.
Observe la superficie del estanque y cuando sentí que me faltaba el aire, decidí enfrentarme a ellos como pudiera, Salí del agua e inhale todo el aire que me faltaba cuando escuche un grito a la lejanía – ALEJENCE DE ELLA MALDITOS ZIRTANIS - era la voz de Nadia, emocionada gire mi cabeza y la vi sosteniendo lo que parecía un ramillete de margaritas.
Con cada tirón sentía una punzada de dolor horrible, y con un fuerte – AUCH- comencé a dar manotazos más fuertes, parecía que estos bichejos me arrancarían el pelo y la ropa a tirones. Pero mis intentos de alejarlos fueron en vano estos animalitos eran tan ligeros que esquivaban cada uno de mis golpes con gracia como si se tratasen de granos de polvo. Me levante y trate de correr en alguna dirección sin siquiera avanzar más de dos pasos volví a tropezar con una roca que estaba en el suelo o eso creí…
Aun en el enjambre que empeoraba de mal a peor y el dolor que sentía por la caída y los tirones, trate de levantarme como pude pero mi pie parecía atascado en aquella roca, intente zafarme y mire mejor aquella cosa que me impedía avanzar y me di cuenta de que eso no era una roca, era un cráneo humano enterrado entre la tierra y las hojas, sude frio y sentí miedo estas cosas no solo eran molestas sino que también eran peligrosas.
Tire con fuerza y logre soltarme del cráneo, a gatas avance lo más rápido que pude y con fuerza trate de volver a subir por donde había caído, pero aquellos bichejos no me dejarían huir tan fácilmente sus juegos y el número de ellos empeoraban con cada minuto que pasaba.
Me agarre con fuerza de cada raíz y cada roca que pude y logre salir de ese terrible agujero pero las puntas de mis dedos sangraban por el esfuerzo y la desesperación, jadee y comencé a correr a cualquier parte sin fijarme bien por donde iba ya que la luz de estos animales me segaba pero cualquier lugar parecía la mejor opción en ese momento, protegiéndome con mis brazos y mis manos, corrí y corrí mientras gritaba asustada – POR FAVOR ¡!!ALGUIEN AYUDEME!!! -.
No se cuánto tiempo estuve corriendo y gritando de estos bichitos brillantes pero termine volviendo a tropezar y con un grito esta vez caí en un estanque de agua, me hundí completamente y abrí los ojos, el dolor había parado y mire para arriba parecía que estas criaturas se habían detenido en la superficie del agua, pero al momento en el que Salí a tomar aire volvieron al ataque, volví a hundirme sin saber qué hacer si salía me seguirán atacando pero sí que quedaba demasiado tiempo me ahogaría.
Observe la superficie del estanque y cuando sentí que me faltaba el aire, decidí enfrentarme a ellos como pudiera, Salí del agua e inhale todo el aire que me faltaba cuando escuche un grito a la lejanía – ALEJENCE DE ELLA MALDITOS ZIRTANIS - era la voz de Nadia, emocionada gire mi cabeza y la vi sosteniendo lo que parecía un ramillete de margaritas.
- off rol:
- perdon por la tardansa sigel te debo 4 dibujos de los que quiera, pero no me mates :,V
pd. mira esto [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
estoy segura de que el cabello de Aisling termino asi:
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Aisling
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Re: La criatura de los perdidos [MISIÓN: Animales fantásticos y saber dónde encontrarlos]
Esa chica… la conocía de algo, tal vez el campamento, o quizás de haberla visto en el mercado de Lunargenta. No estaba segura dónde la había visto, tampoco le importó. La cuestión era que la conocía y nunca antes se había alegrado tanto de ver una cara conocida. Por un instante llegó a imaginar que la última cara humana que vería sería la de las calaveras con las que jugaban los zirtanis y la ultima voz que escucharía sería la de una incesante risa aguda que se le clavaba en los tímpanos. Qué equivocaba estaba y qué contenta se puso al ver a la chica salir del agua donde se había zambullido para huir de las criaturas con cara de niño. Su primer deseo, al verla, fue la de soltar el ramillete de margaritas, saltar al agua y abrazar a la chiquilla. El segundo deseo, el más racional, fue el de pedir disculpas pues pensaba que, por su culpa, los zirtanis, habrían capturado lo que sería su segunda víctima de aquella noche.
-¡Corre sal de ahí!-
Nadia lanzó el ramillete de flores a un lado y los zirtanis fueron corriendo hacia ellas. Por alguna razón que desconocía, las criaturas de los perdidos adoraban las margaritas como los osos adoran la miel. Aunque, bien pensado, nunca había visto un oso comiendo miel. Era un dicho popular en Aerandir que Nadia había asumido con el paso de los años: “A los zirtanis les gustan las margaritas y a los osos las miel”. Lo primero era cierto, respecto a lo segundo… Sabían los Dioses que jamás se pararía por cuenta propia delante de un oso gigante para comprobar la veracidad del mito.
-¡No te quedes parada!- con las manos, acompañó sus gritos con gestos de espanto y prisa-¡Tenemos que correr antes de que vuelvan!-
* Aisling: Amo tus dibujos querida pero jamás de los jamases me atrevería a abusar de tu buena fe. Muchas gracias por adornar los posts con dibus tan impresionantes <3 No me importa esperar si después de eso viene una recompensa tan buena.
Dicho esto, es hora de que me ponga serie (soy una fangril, no lo puedo resistir). Nadia te ayuda a salir del agua y ha entretenido a los zirtanis, al menos durante un tiempo. Tiempo que debes aprovechar para huir de ahí y encontrar el camino de vuelta al campamento.
-¡Corre sal de ahí!-
Nadia lanzó el ramillete de flores a un lado y los zirtanis fueron corriendo hacia ellas. Por alguna razón que desconocía, las criaturas de los perdidos adoraban las margaritas como los osos adoran la miel. Aunque, bien pensado, nunca había visto un oso comiendo miel. Era un dicho popular en Aerandir que Nadia había asumido con el paso de los años: “A los zirtanis les gustan las margaritas y a los osos las miel”. Lo primero era cierto, respecto a lo segundo… Sabían los Dioses que jamás se pararía por cuenta propia delante de un oso gigante para comprobar la veracidad del mito.
-¡No te quedes parada!- con las manos, acompañó sus gritos con gestos de espanto y prisa-¡Tenemos que correr antes de que vuelvan!-
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* Aisling: Amo tus dibujos querida pero jamás de los jamases me atrevería a abusar de tu buena fe. Muchas gracias por adornar los posts con dibus tan impresionantes <3 No me importa esperar si después de eso viene una recompensa tan buena.
Dicho esto, es hora de que me ponga serie (soy una fangril, no lo puedo resistir). Nadia te ayuda a salir del agua y ha entretenido a los zirtanis, al menos durante un tiempo. Tiempo que debes aprovechar para huir de ahí y encontrar el camino de vuelta al campamento.
Sigel
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Re: La criatura de los perdidos [MISIÓN: Animales fantásticos y saber dónde encontrarlos]
Al escuchar su grito no lo pensé demasiado y nade como pude a donde estaba Nadia, ella me esperaba en la orilla y cuando me acerque lo suficiente me agarro del brazo y me jalo con todas sus fuerzas para sacarme rápidamente del agua. Tosiendo del cansancio y del frio mire en dirección a aquellos bichejos los cuales parecían enloquecidos por las flores.
No lo pensamos dos veces y nos fuimos corriendo de allí, sin soltarnos nunca de la mano corrimos y corrimos por el bosque sin ninguna dirección exacta hasta que se nos acabó el aliento – ¿los perdimos? –pregunte - creo que si – me contesto Nadia aun jadeando por el esfuerzo, aliviadas lentamente nos sentamos en el suelo y tomamos un respiro, - gracias – le dije y ella se me quedo mirando por unos cuantos minutos cuando con una pequeña risilla exclamo mientras agarraba mi cabello – te vez horrible –por el susto y la adrenalina no me había fijado en mi apariencia, pero cuando vi mi piel estaba cubierta de pequeños moretones por todos lados, mi vestido estaba empapado y lleno de pequeños agujeros y rasgaduras además de que mi cabello parecía el nido de alguna ardilla enloquecida lleno de nudos y ramas por todos lados.
Mire a mi heroína y con curiosidad le pregunte – ¿que eran esas cosas? – Nadia se quedó pensando unos momentos y me contesto mientras intentaba desanudar uno de los nudos de mi cabello – se llaman Zirtani, normalmente son solo molestos cuando son pocos pero parece que nos topamos con una colmena de ellos… tuviste suerte, estas criaturas no son malignas pero son excesivamente traviesas y no pueden controlarse por lo que mucha gente suele morir en sus bromas pesadas. – Nos quedamos en silencio unos momentos cuando decidí volver a preguntar – ¿cómo sabias lo de las margaritas? – oh ¿eso? Mmmhhh…. Lo descubrí por casualidad en uno de mis viajes, algunos de los animales de la zona evitaban estas flores y es por que atraen a los zirtani no se ¿por qué? Pero les enloquecen.-
Nos volvimos a quedar en silencio unos minutos sin saber que decir, solo éramos nosotras y el sonido de la noche, cuando empezamos a oír lo que parecían gruñidos, abrace a Nadia asustada creyendo que era alguna otra bestia salvaje, temblaba por el frio y el miedo cuando de repente nos dimos cuenta que habíamos regresado a nuestro campamento sin saberlo. Y los gruñidos solo eran los ronquidos de aquel bruto que nos había causado todo este problema en primer lugar.
Nadia dejo salir un suspiro de alivio y decepción mesclados, me soltó y se dirigió a su tienda, con señas me dijo que fuera con ella, asentí con la cabeza y la vi entrar en silencio. Me levante y mire a aquel hombre molesta, alguien tenía que darle una lección y esa iba a ser yo. No muy lejos de la zona había unas cuantas flores de margaritas, las tome todas y regrese a donde ese bruto que apestaba a alcohol dormía, sintiéndome como un zartani amarre y trence las flores a su cabello y barba con nudos fuertes y finos. Feliz por mi travesura regrese con Nadia.
No lo pensamos dos veces y nos fuimos corriendo de allí, sin soltarnos nunca de la mano corrimos y corrimos por el bosque sin ninguna dirección exacta hasta que se nos acabó el aliento – ¿los perdimos? –pregunte - creo que si – me contesto Nadia aun jadeando por el esfuerzo, aliviadas lentamente nos sentamos en el suelo y tomamos un respiro, - gracias – le dije y ella se me quedo mirando por unos cuantos minutos cuando con una pequeña risilla exclamo mientras agarraba mi cabello – te vez horrible –por el susto y la adrenalina no me había fijado en mi apariencia, pero cuando vi mi piel estaba cubierta de pequeños moretones por todos lados, mi vestido estaba empapado y lleno de pequeños agujeros y rasgaduras además de que mi cabello parecía el nido de alguna ardilla enloquecida lleno de nudos y ramas por todos lados.
Mire a mi heroína y con curiosidad le pregunte – ¿que eran esas cosas? – Nadia se quedó pensando unos momentos y me contesto mientras intentaba desanudar uno de los nudos de mi cabello – se llaman Zirtani, normalmente son solo molestos cuando son pocos pero parece que nos topamos con una colmena de ellos… tuviste suerte, estas criaturas no son malignas pero son excesivamente traviesas y no pueden controlarse por lo que mucha gente suele morir en sus bromas pesadas. – Nos quedamos en silencio unos momentos cuando decidí volver a preguntar – ¿cómo sabias lo de las margaritas? – oh ¿eso? Mmmhhh…. Lo descubrí por casualidad en uno de mis viajes, algunos de los animales de la zona evitaban estas flores y es por que atraen a los zirtani no se ¿por qué? Pero les enloquecen.-
Nos volvimos a quedar en silencio unos minutos sin saber que decir, solo éramos nosotras y el sonido de la noche, cuando empezamos a oír lo que parecían gruñidos, abrace a Nadia asustada creyendo que era alguna otra bestia salvaje, temblaba por el frio y el miedo cuando de repente nos dimos cuenta que habíamos regresado a nuestro campamento sin saberlo. Y los gruñidos solo eran los ronquidos de aquel bruto que nos había causado todo este problema en primer lugar.
Nadia dejo salir un suspiro de alivio y decepción mesclados, me soltó y se dirigió a su tienda, con señas me dijo que fuera con ella, asentí con la cabeza y la vi entrar en silencio. Me levante y mire a aquel hombre molesta, alguien tenía que darle una lección y esa iba a ser yo. No muy lejos de la zona había unas cuantas flores de margaritas, las tome todas y regrese a donde ese bruto que apestaba a alcohol dormía, sintiéndome como un zartani amarre y trence las flores a su cabello y barba con nudos fuertes y finos. Feliz por mi travesura regrese con Nadia.
Aisling
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Re: La criatura de los perdidos [MISIÓN: Animales fantásticos y saber dónde encontrarlos]
La joven y desastrosa chica que encontró en el bosque (¿o fue al revés y fue ella quién le encontró?) volvió a entrar a la tienda después de hacer lo que hubiera hecho con el andrajoso Hantzch. Por su forma de reír tan pícara, Nadia supo que no la chica no había hecho nada bueno. Es más, estaba convencida que en cuanto despertase Hantzch gritaría de puro espanto por la travesura que tuviera encima. ¿Y qué era? Cualquier cosa: Desde coger las pinturas con las que se maquillaba y pintar la cara del hombre como si fuera una meretriz barata a llenarle de resina los pies para que, a la mañana siguiente, centenares de cucarachas y escarabajos se los estuvieran lamiendo pasando, por supuesto, por la clásica broma de cortarle el pelo y barba mientras durmiese y dibujar todo tipo de caricaturas en la calvorota. Por la forma que tenía de reír, todas aquellas trastadas eran posibles. ¡Incluso podrían haber sido todas a la vez! Eso hubiera sido muy gracioso.
-¿Vas a decirme qué le has hecho o me vas a hacer que te lo saque a cosquillas?- preguntó Nadia a medida que, poco a poco, se contagiaba más y más de la risa de su nueva amiga.
La respuesta fue interrumpida por un grupo. ¿Hantzch? No, él no tenía la voz tan aguda como la que había escuchado; la suya era más grave. Tal vez, alguien se hubiera dado cuenta que había regresado al campamento sin permiso y, ese mismo alguien, estuviera avisando a los demás.
-No hagas ningún ruido- susurró y se puso el dedo índice de su mano derecha sobre los labios para indicar a su amiga que estuviera callada.
Nadia se quedó completamente inmóvil en la tienda. Uno de sus manos estaba ocupada en el gesto de silencio que hacía sobre sus labios y la otra la tenía apoyada en la pierna de la chica. Se sentía más cómoda si podía sentir que alguien estaba a su lado. Una sombra que tenía una antorcha en la mano pasó por el otro lado de la tienda. Nadia, sin darse cuenta, hizo más presión sobre la pierna de su amiga. Su cara hablaba por sí sola: “Por lo que más quieras, no te muevas”. La sombra de la antorcha cambió de dirección, parecía que estuviera espantando una mosca con el fuego. Derecha, izquierda, y otra vez derecha; batazo con la antorcha al aire y otro cambio de dirección. Si no tuviera tanto miedo, el movimiento de la sombra le hubiera resultado tan gracioso como ver Hantzch pintado como una meretriz.
Otro grito más, esta vez uno de mujer y de una tienda más cercana de la que había escuchado el primero. Otras muchas sombras se juntaron al “baile” de la primera. ¿Un enjambre de insectos tal vez? No. Eso había ido más allá que unas simples moscas.
-Zirta…-
No acabó la palabra. Un zirtani entró en la tienda tras hacer a mordisco un pequeño agujero en la tela. Rápida, Nadia echó a su amiga a su espalda y golpeó al zirtani con una almohada para echarlo fuera. Luego, con la misma velocidad, puso la manta en el agujero y la sostuvo con todas sus fuerzas antes que más de esos malvados seres entrasen en la tienda.
-Ahora sí vas a decirme que has hecho antes- las risas habían desaparecido y en su rostro solo se podía ver el miedo y la preocupación.
Los zirtanis habían invadido el campamento.
* Aisling: Este es el momento de más acción de toda la misión. Gracias a tu travesura, has traído a los zirtanis al campamento y, al contrario de lo que habías podido esperar, no solo se han fijado en el cruel Hantzch sino que han querido molestar con sus bromas a todo ser vivo que encuentren. Tu objetivo, en este punto, será el de buscar una manera con la cual poder alejar al mayor número de zirtanis que puedas del campamento.
-¿Vas a decirme qué le has hecho o me vas a hacer que te lo saque a cosquillas?- preguntó Nadia a medida que, poco a poco, se contagiaba más y más de la risa de su nueva amiga.
La respuesta fue interrumpida por un grupo. ¿Hantzch? No, él no tenía la voz tan aguda como la que había escuchado; la suya era más grave. Tal vez, alguien se hubiera dado cuenta que había regresado al campamento sin permiso y, ese mismo alguien, estuviera avisando a los demás.
-No hagas ningún ruido- susurró y se puso el dedo índice de su mano derecha sobre los labios para indicar a su amiga que estuviera callada.
Nadia se quedó completamente inmóvil en la tienda. Uno de sus manos estaba ocupada en el gesto de silencio que hacía sobre sus labios y la otra la tenía apoyada en la pierna de la chica. Se sentía más cómoda si podía sentir que alguien estaba a su lado. Una sombra que tenía una antorcha en la mano pasó por el otro lado de la tienda. Nadia, sin darse cuenta, hizo más presión sobre la pierna de su amiga. Su cara hablaba por sí sola: “Por lo que más quieras, no te muevas”. La sombra de la antorcha cambió de dirección, parecía que estuviera espantando una mosca con el fuego. Derecha, izquierda, y otra vez derecha; batazo con la antorcha al aire y otro cambio de dirección. Si no tuviera tanto miedo, el movimiento de la sombra le hubiera resultado tan gracioso como ver Hantzch pintado como una meretriz.
Otro grito más, esta vez uno de mujer y de una tienda más cercana de la que había escuchado el primero. Otras muchas sombras se juntaron al “baile” de la primera. ¿Un enjambre de insectos tal vez? No. Eso había ido más allá que unas simples moscas.
-Zirta…-
No acabó la palabra. Un zirtani entró en la tienda tras hacer a mordisco un pequeño agujero en la tela. Rápida, Nadia echó a su amiga a su espalda y golpeó al zirtani con una almohada para echarlo fuera. Luego, con la misma velocidad, puso la manta en el agujero y la sostuvo con todas sus fuerzas antes que más de esos malvados seres entrasen en la tienda.
-Ahora sí vas a decirme que has hecho antes- las risas habían desaparecido y en su rostro solo se podía ver el miedo y la preocupación.
Los zirtanis habían invadido el campamento.
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* Aisling: Este es el momento de más acción de toda la misión. Gracias a tu travesura, has traído a los zirtanis al campamento y, al contrario de lo que habías podido esperar, no solo se han fijado en el cruel Hantzch sino que han querido molestar con sus bromas a todo ser vivo que encuentren. Tu objetivo, en este punto, será el de buscar una manera con la cual poder alejar al mayor número de zirtanis que puedas del campamento.
Sigel
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Re: La criatura de los perdidos [MISIÓN: Animales fantásticos y saber dónde encontrarlos]
¿Tema Abandonado o Pausado?
Este tema lleva mucho tiempo abierto y sin respuesta. ¿Qué hacemos con él?
Entiendo que todos tenemos una vida complicada, yo la primera. Aun así, es molesto ver temas durante tanto tiempo parados.
Haremos lo siguiente: doy tres días para que me digáis qué hacer con el tema. ¿Pausarlo porque estáis en un situación difícil o abandonarlo? Si en esos tres días no recibo respuesta, me temo que deberé cerrar el tema y proceder con la sanción debida.
Sigel
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Re: La criatura de los perdidos [MISIÓN: Animales fantásticos y saber dónde encontrarlos]
Tema abandonado
No me gusta cerrar temas por abandono, es lo peor de mi trabajo. Pero, debo ser fiel a las normas.
Tema cerrado por abandono.
Se ha sancionado al usuario con una perdida de 5 puntos de experiencia.
Sigel
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