Banquete en honor a Valeska [Desafío]
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Banquete en honor a Valeska [Desafío]
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La fiesta se organizó en honor a la criatura que Valeska Medea gestaba en sus entrañas. Dos semanas atrás, los médicos confirmaron lo que era evidente para los ojos de cualquier dragón: Valeska estaba embarazada. ¡Iba a tener un dragón hermoso! Don Bjorn, padre del futuro bebé, fue quien más se alegró. Después de tantos años, por fin iba a tener un heredero para sus riquezas. Esperaba, más bien ordenaba a los médicos y a Valeska, que fuera un varón. Sería el apuesto e inteligente niño que su esposa, la señora Fanny Bjorn, en ciento cincuenta y dos años de feliz matrimonió, no le concedió. Valeska Medea, una atractiva y joven dragona de amplias caderas buenas para dar muchos hijos, sería su última oportunidad. Tuvo que pagar quinientos aeros a Melen Medea, madre de Valeska, y otros quinientos a Victoria Medea, la tía otros tres mil aeros a parte por comprar el establo de la familia Medea y así impedir que Valeska continuase las labores de su padre. La compra salió cara, pero mereció la pena. Don Bjorn imaginaba a su futuro hijo (él ya había garantizado que fuera un varón) con el pelo rubio y los ojos azules como su madre y la sabiduría y elegancia de su padre. “Una buena compra, hice un buen negocio”.
Don observaba a Valeska Medea con su largo vestido de embarazada recibir a los invitados a la fiesta. Le sacaba casi doscientos años de edad. Mientras que Valeska sería, para los humanos, una doncella adolescente, Don sería un anciano en edad avanzada. “Una buena compra”. Se volvió a repetir para sus adentros. Don tenía a Fanny para ejercer de esposa en los bailes de sociedad y a Valeska para ofrecerle una prole sana y acompañarle en la cama. “Una muy buena compra”.
_____________________
Valeska Medea se quedaba en el umbral de la entrada dando la bienvenida a todos los invitados de la fiesta. Los problemas en Lunargenta no impidieron que la mansión se llenase. Vino gente de todos los reinos y ciudades. Valeska puso mala cara al ver a las dos hurracas a las que por obligación llamaba familias. Mamá se había comprando un elegante vestido negro, desde la muerte de papá no le había visto volver a vestir de ese color. Quizás, pensó Valeska, Melen volvía a vestir de luto en referencia a que había perdido a su hija al venderla al señor Don Bjorn. Victoria optó por un vestido ligeramente más alegre; del mismo color negro, pero con adornos púrpuras y verdes. Ambos vestidos eran caros.
-Encantada de recibirles, mis señoras- Valeska hizo una pequeña reverencia y repitió la frase que Fanny Bjorn le enseñó.
Melen Medea cogió por la nuca a su hija y le abrazó contra su pecho. A Valeska le resultó desagradable descubrir que su madre lloraba de alegría, hubiera preferido que lo hiciera de tristeza.
-¡Qué alegría, seré abuela! ¡Alabados sean los antiguos y nuevos dragones!-
Victoria siguió a Melen con los gritos de alegría y entusiasmo. Para ellas sería natural estar contentas. Tenían lo que querían: la seguridad de los aeros por el resto de sus vidas y la incapacidad de Valeska de poder rebelarse como mujer y como hija de Gregory Medea.
Los invitados a la fiesta eran cada vez más sorprendentes. El día anterior, Fanny había estado con Valeska enseñándole los nombres de cada uno y cómo debía presentarse hacia ellos. Las palabras que tenían que utilizar con un hombre bestias no servían con un elfo y viceversa. También tenía que tener en cuenta las diferencias entre aquellos que tenían un título nobiliario, aquellos que deseaban tenerlo y aquellos que jamás lo tendría; a cada cual les tenía que hablar de una forma distinta.
-Alasse' lómë. –en élfico significaba “buenas noches”.
-¿Sabes el idioma de los elfos?- contestó Menelwie intrigada.
-Lo poco que enseñan en nuestras tierras- reverencia.
-Pequeño Hont, el héroe de Aerandir. Mucho gusto en conocer al fin al rostro que protagoniza tantas leyendas- reverencia.
-El gusto es mío, mi señora Bjorn- Valeska se molestó, su apellido era Medea no Bjorn.
-Mi señora Wanda. Luce un vestido precioso esta noche-.
-Mi señora debe de estar bromeando. El suyo es el más indicado para esta noche, deja ver lo abultado que está su vientre. ¿Cuánto más tenemos que esperar por ver al heredero de Bjorn?-
-Siete meses, mi señora- tuvo que comprimir los labios por no soltar una protesta, no le gustaba que le recordasen que estaba embarazada.
-Pronto nos bendecirá con su primogénito- Wanda rió sarcásticamente.
-Heck Hartem, de la casa de los Hartem del Hekshold, conocido bajo el nombre de Thundermaul por su maestría con el martillo. Sea bienvenido a la mansión Bjorn-.
-Lo seré, muchas gracias- fue un gusto encontrarse con un hombre que no se detenía a halagar las dotes artificiales de sociedad de Valeska ni le deseaba suerte por su prospero bebé.
Más nombres: Donssle Gran, Kon Ytrall, Threnl Wan…. Valeska estaba aburrida de tantos nombres.
En la hora punta de la ceremonia, todos los invitados se congregan en largas mesas. Valeska se sentaba a la derecha de Don Bjonr, en la mesa central. El vino corría como el agua. La comida no escatimaba en los platos. Los bardos cantaban canciones en honor a la herencia de la familia Bjorn y al futuro niño que gestaba; el apellido Medea no se mencionó en ninguna de las canciones. Tampoco se mencionó el nombre de Fanny Bjonr, quien había quedado desplazada en uno de los laterales de la mesa. Valeska se sintió culpable del dolor de la mujer, de su propio dolor e, incluso, de la muerte de su padre. Varias veces pensó que su cuerpo cedería al llanto y su cabeza caería encima del plato de carne que tenía enfrente. Debería hacer como Fanny, sucumbir al alcohol para hacer de la fiesta más llevadera.
-Debo ausentarme un momento- dijo con suavidad a Bjorn.
-¡Amigos, lo estáis viendo! ¡La hermosa Valeska debe ausentarse por las arcadas producidas por el bebé! ¡Celebrémoslo!- Don dio una palmada al trasero de la chica, no se preocupó por su estado.
Valeska no fue al váter, como los invitados podrían haber supuesto. Se encerró entre dos pasillos estrechos de la mansión, se apoyó contra la pared y se quedó llorando por largo rato. Lo necesitaba. Se sintió mejor después de soltar las lágrimas.
Al regresar, se encontró de frente con Fanny Bjorn, ella le había seguido. Estaba borracha.
-Puta, sé lo que pretendes. Puta. Quieres quitarme a mi marido y mi dinero. Eso lo que quieres porque eres una puta-.
-Se equivoca, mi señora- empezó hablando con respeto; pero, por los nervios, terminó hablando como lo hacía normalmente. –Te estás equivocando conmigo-.
Fanny golpeó con la mano abierta la mejilla de Valeska con tanta fuerza que le hizo chorrear un hilillo de sangre. Aprovechando la sorpresa inicial, cogió el tirante del vestido de Valeska y tiró de él.
-¡Quítatelo! Las putas van desnudas. La ropa es de mi marido y mía. ¡Quítatelo puta!-
_____________________
* Bienvenido/a y celebra que Don Bjorn va a tener un heredero: Dos objetivos en este turno: uno descriptivo y otro de acción. En el primero deberás describir tu entrada en la mansión y cómo Valeska se presenta hacia a ti. Debes entablar conversación con el npc, presentar tus respetos hacia ella y su futuro hijo.
El segundo objetivo es el más obvio. Encuentras a Fanny, ebria, pegando y maltratando a Valeska. Deberás detenerla. Si los otros miembros del banquete descubren lo que está pasando, la reputación de Fanny caería en picado. Ella no es una mala mujer.
Requisitos:
Este un baile de gala, por lo que necesitas ser un miembro prestigioso para Aerandir para poder entrar o un héroe galardonado (reconocido por los hechos de un Mega-Evento, misión o mastereado).
Links de interés:
MegaEvento La guerra en Lunargenta [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
Ficha de Valeska [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
Ficha de Hont [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
Ficha de Heck Hartem [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
Ficha de Wanda [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
Tema donde se menciona a Menelwie [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
El Hekshold [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
Los Buscones [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
(Por curiosidad) Evento donde dejé un Easter Egg anunciando el embarazo de la dragona. [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
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Re: Banquete en honor a Valeska [Desafío]
El suave sonido de unos inseguros nudillos al tocar en la puerta la sacó de sus pensamientos, era temprano y no esperaba visita así que, extrañada, se levantó de su asiento y cruzó la estancia para abrir. - Buenos días, ¿la Dama Elen Calhoun? - preguntó el mensajero, un rapaz que no debía llevar mucho trabajando a juzgar por lo nervioso que parecía. - Sí, soy yo, ¿qué ocurre? - inquirió, enarcando una ceja y esperando lo peor. Apenas era mediodía, lo cual significaba que le quedaba mucho antes de poder abandonar la posada, de surgir algún problema no podría resolverlo hasta que el sol se ocultase, cosa poco práctica. - Esto es para usted, que tenga un buen día. - respondió el muchacho, entregándole un bonito pergamino lacrado y con detalles dorados en los bordes.
¿Sería de la logia? La verdad era que no estaba acostumbrada a recibir misivas tan elaboradas así que no tenía idea de qué podía contener. Lentamente cerró la puerta y se dirigió hacia la silla en la que había estado hasta hacía solo unos instantes, apartó los libros de alquimia y acercó la lámpara de aceite para poder leer el mensaje, que la sorprendió bastante. Para cuando el dragón volvió de almorzar la joven aún seguía con los ojos clavados en el papel, pero reaccionó de inmediato al escucharlo llegar, irguiéndose y girando el rostro en su dirección. - Alister, ¿los apellidos Bjorn y Medea te dicen algo? - preguntó, tendiéndole la carta en cuanto estuvo algo más cerca de ella. - Claro, ese hombre es bastante importante, uno de los más ricos de por aquí… pero si no recuerdo mal ya estaba casado. - explicó, con cierta confusión. - No tenía herederos cuando me fui de Dundarak, quizá se haya buscado una pareja más joven para conseguirlos, y parece que le ha funcionado. - prosiguió tras terminar de leer la invitación.
- Supongo que tendremos que ir, ya que se han tomado la molestia no podemos hacerles el feo de no aparecer. - comentó Elen, levantándose y caminando hasta el armario para ver qué podía ponerse para la ocasión. Las horas pasaron, y en cuanto el sol quedó oculto tras las montañas la pareja salió del local para que la vampira pudiese alimentarse en condiciones, no contaba con que en el banquete sirviesen sangre así que debía saciar su sed para evitar riesgos. Antes de eso el cazador insistió en que visitasen el santuario del dragón de Mjulnr e hiciesen unas ofrendas para pedir buena fortuna, esa que llevaba esquivándolos desde hacía meses, pero tras rezar sus plegarias volvieron a centrarse en conseguir alimento para la benjamina de los Calhoun.
No les llevó mucho, media hora después de haber salido ya volvían a encontrarse en su habitación de la posada, con lo que tuvieron tiempo de sobra para prepararse y realizar el trayecto hasta la mansión, en cuya entrada se podía ver a una ordenada hilera de elegantes invitados, a la que sin dudarlo se unieron. Desde lejos pudieron ver a la que debía ser Valeska Medea, la futura madre, recibiendo y saludando a los recién llegados antes de invitarlos a pasar al interior de la ostentosa casa, donde los esperaba el matrimonio Bjorn y unas ingentes cantidades de comida y sobre todo, bebida.
- ¡Elen! - escuchó exclamar a alguien a su espalda, reconociendo la voz al momento y girándose para encarar al caballero dragón. - Sammuel, me alegro de volver a verte. - lo saludó, esbozando una leve sonrisa que no dejaba al descubierto sus colmillos. - No más que yo te lo aseguro. Estos eventos no son lo mío pero alguien tendrá que mantener el orden cuando el alcohol haga estragos en los invitados, además vengo en representación del cuartel para… felicitar a la muchacha. - explicó, rascándose la barba. - Tú eres Cronwell ¿verdad? Casi no has cambiado desde que te fuiste. - añadió, tendiendo una mano para que Alister se la estrechase. - Así es, espero que pueda acompañarnos durante la velada. - contestó el cazador, aceptando el gesto del caballero, al cual guardaba gran respeto. - Eso dadlo por hecho, pensaba que sería una cena aburrida pero seguro que tenéis mucho que contarme del sur. - soltó Sammuel, mientras lentamente, iban avanzando hacia la entrada de la mansión.
- Buenas noches Sir Sammuel, sea bienvenido. - lo recibió la dragona, aunque para estar en una fiesta en su honor no parecía demasiado contenta. - Señorita Medea, un gusto verla, enhorabuena por su estado. - replicó él, inclinándose ligeramente. - Gracias por su invitación, nuestros mejores deseos para la criatura que está en camino. - intervino la de cabellos cenicientos, con tono amable. - Usted debe ser la Dama Elen Calhoun, sea bienvenida a la mansión Bjorn, y también su acompañante. - dijo, valiéndose de la descripción física que le habían dado de la centinela para reconocerla, no había muchas mujeres con aquel color de cabellos y una cicatriz en el rostro.
Tras cumplir con el saludo de rigor entraron al recibidor, desde el cual solo tuvieron que seguir el bullicio para encontrar el lugar en que se celebraría el banquete, una amplia sala con largas mesas dispuestas de un extremo al otro. Los invitados terminaron de llegar y todo el mundo tomó asiento para degustar los exquisitos platos que seguramente llevaban horas preparándose en la cocina, mientras unos cuantos daban prioridad al vino ¿acaso no estaban en una fiesta? - Bjorn es el que está sentado junto a Valeska, y ¿ves a aquella mujer de allí, la que está apartada en uno de los laterales? Esa era su esposa. - le susurró Alister, inclinándose hacia ella para que solo sus acompañantes pudiesen oírlo.
El alado había pasado gran parte de su vida en Dundarak y no le costó reconocer a Fanny, lo que no sabía era en qué situación se encontraba el matrimonio. - No lo era, sigue siéndolo. - les explicó Sammuel, en voz baja. A Elen aquello no le gustaba, si Bjorn había cambiado a su mujer por otra más joven ¿qué demonios hacía allí? Para colmo de males la dragona había optado por entregarse a la bebida, aquello podía acabar muy mal. De forma ruidosa, el anfitrión anunció que Valeska debía ausentarse a causa de las arcadas que le provocaba su embarazo, algo que celebró alzando su copa y brindando con el resto de los presentes en cuanto la muchacha abandonó la estancia.
Los sirvientes trajeron más comida y no dejaron de rellenar las copas, gesto que la vampira tuvo que rechazar de la forma más gentil que pudo ya que nada de aquello le servía. - ¿Qué ocurre? No has probado bocado en lo que llevamos aquí, con razón estás tan pálida. - soltó el caballero dragón al percatarse de que el plato de la de ojos verdes estaba vacío e impoluto. - Nada de lo que hay sobre esta mesa podría saciar mi apetito Sammuel, querías que te pusiésemos al día sobre lo que pasa en el sur pero primero debes saber lo que me ha pasado a mí. - respondió Elen, para acto seguido relatarle los acontecimientos de isla volcánica y cómo había acabado transformada en una criatura de la noche.
La sorpresa se apoderó del semblante del guerrero, para luego ser sustituida por una mueca triste, conocía a la otrora bruja desde hacía años y los problemas siempre parecían perseguirla. - Lo lamento. - fue lo único que dijo al respecto, y es que no sabía qué más podía añadir. - No te preocupes, disculpadme unos minutos. - anunció, levantándose para abandonar la sala y buscar los aseos. Alister podría ocuparse de informar al caballero sobre lo demás, pero ella necesitaba salir de allí aunque solo fuese unos instantes, los aromas de la sangre de tantas personas juntas comenzaban a afectarle.
Dejó atrás el bullicio e intentó orientarse para encontrar los baños, pero pronto unas voces llegaron a sus agudos oídos, se estaba produciendo una discusión y Valeska era una de las implicadas. Entonces se alegró de haber cerrado la puerta que conectaba la sala del banquete con el resto, sino los gritos habrían terminado llegando a los invitados, cosa que podía causar más problemas aún. A toda prisa enfiló el pasillo y giró hacia la izquierda, encontrando a Fanny en un claro estado de embriaguez, maltratando a la futura madre. - ¿Qué cree que está haciendo? - inquirió con tono serio, avanzando hacia la borracha y sujetándola con fuerza del brazo para tirar de ella y apartarla de su víctima con brusquedad.
- ¿Ha perdido la cabeza? ¡Podría dañar al bebé! - le increpó, aprovechando el momento para interponerse entre ambas. - ¿Se encuentra bien? - preguntó girándose hacia Valeska, que sangraba tras haber recibido un golpe en el rostro. El tirante de su vestido estaba roto a causa del forcejeo, no podría volver así al banquete, no sin despertar sospechas, pero lo más preocupante era el posible estado de su criatura, todo el mundo sabía que durante los primeros meses la madre no debía realizar esfuerzos ni estar sometida a situaciones estresantes.
Off: Fortuna obtenida en el santuario de Mjulnr : [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
¿Sería de la logia? La verdad era que no estaba acostumbrada a recibir misivas tan elaboradas así que no tenía idea de qué podía contener. Lentamente cerró la puerta y se dirigió hacia la silla en la que había estado hasta hacía solo unos instantes, apartó los libros de alquimia y acercó la lámpara de aceite para poder leer el mensaje, que la sorprendió bastante. Para cuando el dragón volvió de almorzar la joven aún seguía con los ojos clavados en el papel, pero reaccionó de inmediato al escucharlo llegar, irguiéndose y girando el rostro en su dirección. - Alister, ¿los apellidos Bjorn y Medea te dicen algo? - preguntó, tendiéndole la carta en cuanto estuvo algo más cerca de ella. - Claro, ese hombre es bastante importante, uno de los más ricos de por aquí… pero si no recuerdo mal ya estaba casado. - explicó, con cierta confusión. - No tenía herederos cuando me fui de Dundarak, quizá se haya buscado una pareja más joven para conseguirlos, y parece que le ha funcionado. - prosiguió tras terminar de leer la invitación.
- Supongo que tendremos que ir, ya que se han tomado la molestia no podemos hacerles el feo de no aparecer. - comentó Elen, levantándose y caminando hasta el armario para ver qué podía ponerse para la ocasión. Las horas pasaron, y en cuanto el sol quedó oculto tras las montañas la pareja salió del local para que la vampira pudiese alimentarse en condiciones, no contaba con que en el banquete sirviesen sangre así que debía saciar su sed para evitar riesgos. Antes de eso el cazador insistió en que visitasen el santuario del dragón de Mjulnr e hiciesen unas ofrendas para pedir buena fortuna, esa que llevaba esquivándolos desde hacía meses, pero tras rezar sus plegarias volvieron a centrarse en conseguir alimento para la benjamina de los Calhoun.
No les llevó mucho, media hora después de haber salido ya volvían a encontrarse en su habitación de la posada, con lo que tuvieron tiempo de sobra para prepararse y realizar el trayecto hasta la mansión, en cuya entrada se podía ver a una ordenada hilera de elegantes invitados, a la que sin dudarlo se unieron. Desde lejos pudieron ver a la que debía ser Valeska Medea, la futura madre, recibiendo y saludando a los recién llegados antes de invitarlos a pasar al interior de la ostentosa casa, donde los esperaba el matrimonio Bjorn y unas ingentes cantidades de comida y sobre todo, bebida.
- ¡Elen! - escuchó exclamar a alguien a su espalda, reconociendo la voz al momento y girándose para encarar al caballero dragón. - Sammuel, me alegro de volver a verte. - lo saludó, esbozando una leve sonrisa que no dejaba al descubierto sus colmillos. - No más que yo te lo aseguro. Estos eventos no son lo mío pero alguien tendrá que mantener el orden cuando el alcohol haga estragos en los invitados, además vengo en representación del cuartel para… felicitar a la muchacha. - explicó, rascándose la barba. - Tú eres Cronwell ¿verdad? Casi no has cambiado desde que te fuiste. - añadió, tendiendo una mano para que Alister se la estrechase. - Así es, espero que pueda acompañarnos durante la velada. - contestó el cazador, aceptando el gesto del caballero, al cual guardaba gran respeto. - Eso dadlo por hecho, pensaba que sería una cena aburrida pero seguro que tenéis mucho que contarme del sur. - soltó Sammuel, mientras lentamente, iban avanzando hacia la entrada de la mansión.
- Buenas noches Sir Sammuel, sea bienvenido. - lo recibió la dragona, aunque para estar en una fiesta en su honor no parecía demasiado contenta. - Señorita Medea, un gusto verla, enhorabuena por su estado. - replicó él, inclinándose ligeramente. - Gracias por su invitación, nuestros mejores deseos para la criatura que está en camino. - intervino la de cabellos cenicientos, con tono amable. - Usted debe ser la Dama Elen Calhoun, sea bienvenida a la mansión Bjorn, y también su acompañante. - dijo, valiéndose de la descripción física que le habían dado de la centinela para reconocerla, no había muchas mujeres con aquel color de cabellos y una cicatriz en el rostro.
Tras cumplir con el saludo de rigor entraron al recibidor, desde el cual solo tuvieron que seguir el bullicio para encontrar el lugar en que se celebraría el banquete, una amplia sala con largas mesas dispuestas de un extremo al otro. Los invitados terminaron de llegar y todo el mundo tomó asiento para degustar los exquisitos platos que seguramente llevaban horas preparándose en la cocina, mientras unos cuantos daban prioridad al vino ¿acaso no estaban en una fiesta? - Bjorn es el que está sentado junto a Valeska, y ¿ves a aquella mujer de allí, la que está apartada en uno de los laterales? Esa era su esposa. - le susurró Alister, inclinándose hacia ella para que solo sus acompañantes pudiesen oírlo.
El alado había pasado gran parte de su vida en Dundarak y no le costó reconocer a Fanny, lo que no sabía era en qué situación se encontraba el matrimonio. - No lo era, sigue siéndolo. - les explicó Sammuel, en voz baja. A Elen aquello no le gustaba, si Bjorn había cambiado a su mujer por otra más joven ¿qué demonios hacía allí? Para colmo de males la dragona había optado por entregarse a la bebida, aquello podía acabar muy mal. De forma ruidosa, el anfitrión anunció que Valeska debía ausentarse a causa de las arcadas que le provocaba su embarazo, algo que celebró alzando su copa y brindando con el resto de los presentes en cuanto la muchacha abandonó la estancia.
Los sirvientes trajeron más comida y no dejaron de rellenar las copas, gesto que la vampira tuvo que rechazar de la forma más gentil que pudo ya que nada de aquello le servía. - ¿Qué ocurre? No has probado bocado en lo que llevamos aquí, con razón estás tan pálida. - soltó el caballero dragón al percatarse de que el plato de la de ojos verdes estaba vacío e impoluto. - Nada de lo que hay sobre esta mesa podría saciar mi apetito Sammuel, querías que te pusiésemos al día sobre lo que pasa en el sur pero primero debes saber lo que me ha pasado a mí. - respondió Elen, para acto seguido relatarle los acontecimientos de isla volcánica y cómo había acabado transformada en una criatura de la noche.
La sorpresa se apoderó del semblante del guerrero, para luego ser sustituida por una mueca triste, conocía a la otrora bruja desde hacía años y los problemas siempre parecían perseguirla. - Lo lamento. - fue lo único que dijo al respecto, y es que no sabía qué más podía añadir. - No te preocupes, disculpadme unos minutos. - anunció, levantándose para abandonar la sala y buscar los aseos. Alister podría ocuparse de informar al caballero sobre lo demás, pero ella necesitaba salir de allí aunque solo fuese unos instantes, los aromas de la sangre de tantas personas juntas comenzaban a afectarle.
Dejó atrás el bullicio e intentó orientarse para encontrar los baños, pero pronto unas voces llegaron a sus agudos oídos, se estaba produciendo una discusión y Valeska era una de las implicadas. Entonces se alegró de haber cerrado la puerta que conectaba la sala del banquete con el resto, sino los gritos habrían terminado llegando a los invitados, cosa que podía causar más problemas aún. A toda prisa enfiló el pasillo y giró hacia la izquierda, encontrando a Fanny en un claro estado de embriaguez, maltratando a la futura madre. - ¿Qué cree que está haciendo? - inquirió con tono serio, avanzando hacia la borracha y sujetándola con fuerza del brazo para tirar de ella y apartarla de su víctima con brusquedad.
- ¿Ha perdido la cabeza? ¡Podría dañar al bebé! - le increpó, aprovechando el momento para interponerse entre ambas. - ¿Se encuentra bien? - preguntó girándose hacia Valeska, que sangraba tras haber recibido un golpe en el rostro. El tirante de su vestido estaba roto a causa del forcejeo, no podría volver así al banquete, no sin despertar sospechas, pero lo más preocupante era el posible estado de su criatura, todo el mundo sabía que durante los primeros meses la madre no debía realizar esfuerzos ni estar sometida a situaciones estresantes.
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- Atuendo de Elen:
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Re: Banquete en honor a Valeska [Desafío]
Tenía la mirada fija en su reflejo en el vino. La copa mágica le hacía ver y comprender escenas del pasado, presente y futuro. Mediante el embrujo de la copa, vio a su esposa en su correspondiente habitación (desde que Medea entro al palacio, Fanny quiso dormir sola) llorar y beber a escondidas. Siguió con la magia el rastro que dejaba su mujer. Avanzó los días, del pasado al presente. Ahora con un trozo de tela del vestido de Medea en la mano izquierda y con la mano derecha ocultándose la cara avergonzada por lo que había hecho. Bjorn sonrió mostrando toda su gala de dientes amarillos. Esta copa de cristal era el mayor regalo que le habían hecho en a lo largo de su vida. Todos los acontecimientos, fueran pasados o futuros, estuviesen olvidados o escondidos, estaban al alcance de su mano. Tan solo tenía que llenar la copa de vino endulzado y dejar hechizar por las visiones que se le presentaban: hombres del servicio robando material del castillo, conspiraciones entre otros comerciantes de Dundarak, el lugar donde escondían los dragones…. Don Bjorn lo veía todo.
Bebió el contenido de la copa y pidió que se la rellenasen de nuevo. Cada vez que rellenaba la copa, podía conjurar las visiones a una persona. Se aburrió de su esposa, aquella pobre mujer estaba destinada a morir, no sintió pena por ella. La había visto tirarse desnuda por la ventana de su cuarto en el palacio; esto ocurriría dos días después del banquete. Este día era en celebración de su hijo y era a él a quien quería ver. Alzó la copa de vino fingiendo un brindis, los presentes en el banquete le siguieron, y agitó el contenido visualizando el vientre abultado de la concubina Medea.
El reflejo del rostro de Bjorn en el vino se difuminó para dar lugar a la imagen de una chica rubia de ojos azules dando a luz a un bebé. Bjorn pegó cara en el cristal, tenía especial interés por saber si el heredero de su fortuna fuera un hombre o una mujer. Deseó que fuera un hombre, en caso de ser una mujer, ordenaría matar al niño de Medea y lo volverían a intentar hasta que le diera un varón. Y si ella no podía engendrar un varón, tenía a otras tres candidatas para el puesto. Medea fue la doncella más barata y la más hermosa, en opinión de Don Bjorn.
El bebé era una niña, por desgracia. No pudo ver sus rasgos faciales. Unos brazos cogieron a la criatura antes de que pudiera verla. Alguien se disculpó con la chica. El bebé había nacido muerto. La chica de cabellos rubios lloró hasta quedarse inconsciente.
-¡Me han engañado! Me prometieron un varón sano. ¡¿Decidme dónde está?! –los gritos los dirigió hacia Victoria y Melen Medea, pero se escucharon por todo el banquete. –Devolvedme mi dinero y quedaos con vuestra niña. ¡No la quiero! ¿Osáis hacerme frente? –nadie contestó a Don Bjorn, él vio que lo hacían en la copa de vino. –Lo pagaréis con vuestras vidas-.
Apuntó su mano derecha, con la que tenía la copa mágica, hacia las mujeres. Tres guardias de la mansión desenvainaron sus espadas y un cuarto se convirtió en dragón. Cumplían las órdenes de Don Bjorn.
Valeska Medea apretaba su vestido roto contra el pecho. Tenía que continuar con el papel de chica sumisa hasta que dieran el aviso. Si alguien veía la armadura que se asomaba por debajo de su vestido, todo esto no hubiera servido para nada. Habría dejado que su madre y su tía vendiesen su virtud de mujer por nada.
-Estoy bien, sí. Muy bien. Le doy las gracias- en un momento de nerviosismo como este, le resultó complicado utilizar las palabras de cortesía que Fanny le había enseñado. –Le debo mi vida y la de mi hijo-.
Se escuchó un ruido de platos y copas echadas al suelo acompañados por los lejanos gritos de Don Bjorn. Valeska miró nerviosa a los laterales sin soltar el vestido de su pecho. En última instancia, miró a Elen Calhoun y se preguntó si podía confiar en ella. Tragó saliva y dejó caer el vestido dejando a la vista una ordinaria armadura que le cubría el vientre y unas grebas para las piernas.
-Ayúdame. Ata los cordones de la espalda, ¿quieres? Los dejé desatados para no apretar al bebé-.
Había mucho que explicar, pero no supo cómo hacerlo. Pensó que Elen entendería mejor que sucedía si lo veía con sus propios ojos. Después que le atase los cordones de la armadura, le cogió de la mano y la empujó de vuelta al salón. Hont corría por encima de la mesa hacia Don Bjorn. Dos dragones del tamaño de tres mesas juntas perseguían a Hont lanzándole aliento de nieve. Wanda había utilizado una de sus pociones para encantar una mesa y darle vida; ordenó a la mesa estamparse contra un grupo de guardias de Bjorn uniformados. Menelwie hizo invocar enredaderas por todo el salón que ataban a los guardias antes que ellos pudieran acerarse a ella. El objetivo de los tres Buscones (cuatro contando a Valeska Medea) era el mismo. Valeska lo explicó tan rápido como le fue posible, no había tiempo para entretenerse.
-Son mis amigos. Hemos tardado siete meses en infiltrarnos en la mansión. Bjorn tiene un objeto mágico muy peligroso, esa copa de vino. En malas manos puede promover maldiciones impensables. No se me ocurren peores manos que las de Don Bjorn. Ahora vete, por favor. ¡Vete! Tú también….-
Valeska no terminó la frase. Había otros invitados en la sala que no tenían que no estaban relacionados con Los Buscones y que también tenían como objetivo hacerse con la copa de cristal.. Estos eran los brujos de Hekshold: Heck Hartem y su séquito de acompañantes. El maestro brujo convocó una muralla de piedra que emergió desde el suelo y empujó a Valeska contra la pared más cercana dejándola inmóvil.
Hartem estaba de pie encima de la mesa. Alrededor de su cuerpo se movían decenas de esferas de barro que mandaba hacia sus enemigos. Al impactar las esferas, estás crecían y engullían a los enemigos de forma que solo se les pudiera ver la cabeza. Una de estas esferas hubo tragado a Don Bjorn. La copa de cristal estaba libre en la mesa.
-¡Los brujos también quieren el objeto! –gritó Valeska sorprendida.
El recibimiento de Menelwie, Hont y Wanda a la mansión fue austero y desagradable, perfecto para que nadie dedujese que hubiera una especie de alianza entre los cuatro. En cambio, la presentación con el maestro Hartem fue, sencillamente, antipática. Valeska no se imaginó que en el Hekshold supieran de la existencia de los 19 objetos malditos de Egdecomb. La dragona estaba tan sorprendida como lo estuviera cualquier otro.
Valeska gritó y, mediante un aliento de mineral, dejó al descubierto su parte de dragona. La armadura por la que tanto se había preocupado quedó hecha pedazos.
–Brujos, haceos con el objeto, debemos destruirlo antes de que cause más problemas-.
-¡No! Los Buscones lo usaremos para derrotar a El Hombre Muerto-.
-¡Dragones no permitáis que me roben! Los brujos son los asesinos de mi bebé. A los rebeldes no les basta con interrumpir mi banquete sino que además desean destruir de mi palacio. ¡Matadlos a todos!-
* Elen Calhoun: Estás en medio de un combate a tres bandas. Mis interacciones en los desafíos deben de ser cortas y precisas (en una misión o mastereado me permitiría el lujo de escribir un poco más); deja que te explique en esta parte offrol qué ha pasado. Los Buscones usaron a Valeska para infiltrarse en la familia Bjorn. Quieren hacerse con la copa de vino, objeto del 19 que permite espiar las acciones pasadas, presentes y futuras. En plan fue un éxito hasta en este momento. Bjorn ha enloquecido y Los Buscones han tenido que desvelar sus planes. Ellos no son los únicos que se habían infiltrado en el banquete, también están los brujos del Hekshold.
* Los [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] son un grupo de héroes marginados que pretende hacerse con los 19 objetos malditos de Egdecomb para usarlos como armas contra El Hombre Muerto.
* Los brujos del Hekshold, en este tema están dirigidos por Heck Hartem, prefieren devolver los 19 objetos a su creador, Ian Egdecomb, y que éste los destruya mediante la misma magia con las que los creó.
* Por otra parte tienes a Don Bjorn quien, obviamente, defenderá lo que es suyo.
Hay un potencial cuarto bando en este tema y es el tuyo propio. Tienes la opción abierta de ser egoísta y hacerte con el objeto para utilizarlo en tus propios planes.
Deberás elegir uno de estos cuatro bandos y aliarte a él. Eres libre de interactuar con los personajes que desees, pero recuerda que estés en medio de un combate y que no hay mucho lugar para las palabras.
Debo señalar que los salones de los palacios de Dundarak son lo suficientemente grandes y altos para que los dragones puedan volar por encima.
Bebió el contenido de la copa y pidió que se la rellenasen de nuevo. Cada vez que rellenaba la copa, podía conjurar las visiones a una persona. Se aburrió de su esposa, aquella pobre mujer estaba destinada a morir, no sintió pena por ella. La había visto tirarse desnuda por la ventana de su cuarto en el palacio; esto ocurriría dos días después del banquete. Este día era en celebración de su hijo y era a él a quien quería ver. Alzó la copa de vino fingiendo un brindis, los presentes en el banquete le siguieron, y agitó el contenido visualizando el vientre abultado de la concubina Medea.
El reflejo del rostro de Bjorn en el vino se difuminó para dar lugar a la imagen de una chica rubia de ojos azules dando a luz a un bebé. Bjorn pegó cara en el cristal, tenía especial interés por saber si el heredero de su fortuna fuera un hombre o una mujer. Deseó que fuera un hombre, en caso de ser una mujer, ordenaría matar al niño de Medea y lo volverían a intentar hasta que le diera un varón. Y si ella no podía engendrar un varón, tenía a otras tres candidatas para el puesto. Medea fue la doncella más barata y la más hermosa, en opinión de Don Bjorn.
El bebé era una niña, por desgracia. No pudo ver sus rasgos faciales. Unos brazos cogieron a la criatura antes de que pudiera verla. Alguien se disculpó con la chica. El bebé había nacido muerto. La chica de cabellos rubios lloró hasta quedarse inconsciente.
-¡Me han engañado! Me prometieron un varón sano. ¡¿Decidme dónde está?! –los gritos los dirigió hacia Victoria y Melen Medea, pero se escucharon por todo el banquete. –Devolvedme mi dinero y quedaos con vuestra niña. ¡No la quiero! ¿Osáis hacerme frente? –nadie contestó a Don Bjorn, él vio que lo hacían en la copa de vino. –Lo pagaréis con vuestras vidas-.
Apuntó su mano derecha, con la que tenía la copa mágica, hacia las mujeres. Tres guardias de la mansión desenvainaron sus espadas y un cuarto se convirtió en dragón. Cumplían las órdenes de Don Bjorn.
_____________________
Valeska Medea apretaba su vestido roto contra el pecho. Tenía que continuar con el papel de chica sumisa hasta que dieran el aviso. Si alguien veía la armadura que se asomaba por debajo de su vestido, todo esto no hubiera servido para nada. Habría dejado que su madre y su tía vendiesen su virtud de mujer por nada.
-Estoy bien, sí. Muy bien. Le doy las gracias- en un momento de nerviosismo como este, le resultó complicado utilizar las palabras de cortesía que Fanny le había enseñado. –Le debo mi vida y la de mi hijo-.
Se escuchó un ruido de platos y copas echadas al suelo acompañados por los lejanos gritos de Don Bjorn. Valeska miró nerviosa a los laterales sin soltar el vestido de su pecho. En última instancia, miró a Elen Calhoun y se preguntó si podía confiar en ella. Tragó saliva y dejó caer el vestido dejando a la vista una ordinaria armadura que le cubría el vientre y unas grebas para las piernas.
-Ayúdame. Ata los cordones de la espalda, ¿quieres? Los dejé desatados para no apretar al bebé-.
Había mucho que explicar, pero no supo cómo hacerlo. Pensó que Elen entendería mejor que sucedía si lo veía con sus propios ojos. Después que le atase los cordones de la armadura, le cogió de la mano y la empujó de vuelta al salón. Hont corría por encima de la mesa hacia Don Bjorn. Dos dragones del tamaño de tres mesas juntas perseguían a Hont lanzándole aliento de nieve. Wanda había utilizado una de sus pociones para encantar una mesa y darle vida; ordenó a la mesa estamparse contra un grupo de guardias de Bjorn uniformados. Menelwie hizo invocar enredaderas por todo el salón que ataban a los guardias antes que ellos pudieran acerarse a ella. El objetivo de los tres Buscones (cuatro contando a Valeska Medea) era el mismo. Valeska lo explicó tan rápido como le fue posible, no había tiempo para entretenerse.
-Son mis amigos. Hemos tardado siete meses en infiltrarnos en la mansión. Bjorn tiene un objeto mágico muy peligroso, esa copa de vino. En malas manos puede promover maldiciones impensables. No se me ocurren peores manos que las de Don Bjorn. Ahora vete, por favor. ¡Vete! Tú también….-
Valeska no terminó la frase. Había otros invitados en la sala que no tenían que no estaban relacionados con Los Buscones y que también tenían como objetivo hacerse con la copa de cristal.. Estos eran los brujos de Hekshold: Heck Hartem y su séquito de acompañantes. El maestro brujo convocó una muralla de piedra que emergió desde el suelo y empujó a Valeska contra la pared más cercana dejándola inmóvil.
Hartem estaba de pie encima de la mesa. Alrededor de su cuerpo se movían decenas de esferas de barro que mandaba hacia sus enemigos. Al impactar las esferas, estás crecían y engullían a los enemigos de forma que solo se les pudiera ver la cabeza. Una de estas esferas hubo tragado a Don Bjorn. La copa de cristal estaba libre en la mesa.
-¡Los brujos también quieren el objeto! –gritó Valeska sorprendida.
El recibimiento de Menelwie, Hont y Wanda a la mansión fue austero y desagradable, perfecto para que nadie dedujese que hubiera una especie de alianza entre los cuatro. En cambio, la presentación con el maestro Hartem fue, sencillamente, antipática. Valeska no se imaginó que en el Hekshold supieran de la existencia de los 19 objetos malditos de Egdecomb. La dragona estaba tan sorprendida como lo estuviera cualquier otro.
Valeska gritó y, mediante un aliento de mineral, dejó al descubierto su parte de dragona. La armadura por la que tanto se había preocupado quedó hecha pedazos.
–Brujos, haceos con el objeto, debemos destruirlo antes de que cause más problemas-.
-¡No! Los Buscones lo usaremos para derrotar a El Hombre Muerto-.
-¡Dragones no permitáis que me roben! Los brujos son los asesinos de mi bebé. A los rebeldes no les basta con interrumpir mi banquete sino que además desean destruir de mi palacio. ¡Matadlos a todos!-
_____________________
* Elen Calhoun: Estás en medio de un combate a tres bandas. Mis interacciones en los desafíos deben de ser cortas y precisas (en una misión o mastereado me permitiría el lujo de escribir un poco más); deja que te explique en esta parte offrol qué ha pasado. Los Buscones usaron a Valeska para infiltrarse en la familia Bjorn. Quieren hacerse con la copa de vino, objeto del 19 que permite espiar las acciones pasadas, presentes y futuras. En plan fue un éxito hasta en este momento. Bjorn ha enloquecido y Los Buscones han tenido que desvelar sus planes. Ellos no son los únicos que se habían infiltrado en el banquete, también están los brujos del Hekshold.
* Los [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] son un grupo de héroes marginados que pretende hacerse con los 19 objetos malditos de Egdecomb para usarlos como armas contra El Hombre Muerto.
* Los brujos del Hekshold, en este tema están dirigidos por Heck Hartem, prefieren devolver los 19 objetos a su creador, Ian Egdecomb, y que éste los destruya mediante la misma magia con las que los creó.
* Por otra parte tienes a Don Bjorn quien, obviamente, defenderá lo que es suyo.
Hay un potencial cuarto bando en este tema y es el tuyo propio. Tienes la opción abierta de ser egoísta y hacerte con el objeto para utilizarlo en tus propios planes.
Deberás elegir uno de estos cuatro bandos y aliarte a él. Eres libre de interactuar con los personajes que desees, pero recuerda que estés en medio de un combate y que no hay mucho lugar para las palabras.
Debo señalar que los salones de los palacios de Dundarak son lo suficientemente grandes y altos para que los dragones puedan volar por encima.
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Re: Banquete en honor a Valeska [Desafío]
- En Verisar las cosas están bastante mal como podrás imaginar, los vampiros se resisten a abandonar el trono de Lunargenta y los miembros del aquelarre también se han asentado en la ciudad, ocultándose en las afueras y en las catacumbas. - informó el cazador, cruzando una mirada con el viejo caballero en cuanto se quedaron a solas. - Todo estallará pronto, en cuanto el rey aparezca para reconquistar su castillo y el conflicto tome las calles, es por eso que necesitamos toda la ayuda posible. - continuó, sin hacer caso al resto de invitados. - Sé que algunas fuerzas del norte se han movilizado junto con la Logia, me uniré a ellos e intentaré daros apoyo, puede que ya no sea tan joven pero aún queda fuerza en estos huesos. - replicó Sammuel, convencido de que en aquella ocasión su deber para con Dundarak quedaba en segundo plano, si no defendían Verisar ¿cómo podrían estar seguros de que aquel mal no llegase a sus tierras?
El resto de la conversación siguió centrada mayormente en la guerra, pero fue abruptamente cortada por los gritos del anfitrión, que desde su asiento de honor, no dudó en cargarse la elegancia del evento increpando a las familiares de Valeska y echándoles en cara que lo habían engañado al prometerle un sano varón como primogénito. ¿Cómo podía soltar algo así cuando la muchacha apenas estaba en la primera etapa de su embarazo? Nadie podría adivinar el sexo del bebé hasta que naciese, pero por alguna razón Bjorn estaba seguro de que no sería un niño, que era lo que claramente esperaba.
¿Sería el alcohol el culpable de que estuviese actuando así? Hasta el momento no había escatimado en vino, su copa se había rellenado numerosas veces, pero eso no terminaba de explicar el comportamiento que estaba adoptando. Quería deshacerse de Valeska y recuperar su dinero, algo del todo repugnante después de haberse aprovechado de ella para obtener lo que quería, pero no se quedó ahí. Indignado por la situación, ordenó a sus guardias que apresasen al par de mujeres y éstos obedecieron, sacando sus espadas y uno de ellos incluso transformándose en dragón, lo cual terminó por completo con el festivo ambiente que había reinado en la sala para tornarlo tenso. - ¡Detente Bjorn! - exclamó el caballero, levantándose de su asiento. Sabía que tarde o temprano le tocaría intervenir pero no esperaba que fuese tan pronto, ni por un motivo como aquel.
Ninguno de los hombres que habían respondido a las órdenes del señor le hizo caso, y de pronto toda la sala quedó sumida en el caos, si lo hubiese sabido se habría traído refuerzos del cuartel.
El resto de la conversación siguió centrada mayormente en la guerra, pero fue abruptamente cortada por los gritos del anfitrión, que desde su asiento de honor, no dudó en cargarse la elegancia del evento increpando a las familiares de Valeska y echándoles en cara que lo habían engañado al prometerle un sano varón como primogénito. ¿Cómo podía soltar algo así cuando la muchacha apenas estaba en la primera etapa de su embarazo? Nadie podría adivinar el sexo del bebé hasta que naciese, pero por alguna razón Bjorn estaba seguro de que no sería un niño, que era lo que claramente esperaba.
¿Sería el alcohol el culpable de que estuviese actuando así? Hasta el momento no había escatimado en vino, su copa se había rellenado numerosas veces, pero eso no terminaba de explicar el comportamiento que estaba adoptando. Quería deshacerse de Valeska y recuperar su dinero, algo del todo repugnante después de haberse aprovechado de ella para obtener lo que quería, pero no se quedó ahí. Indignado por la situación, ordenó a sus guardias que apresasen al par de mujeres y éstos obedecieron, sacando sus espadas y uno de ellos incluso transformándose en dragón, lo cual terminó por completo con el festivo ambiente que había reinado en la sala para tornarlo tenso. - ¡Detente Bjorn! - exclamó el caballero, levantándose de su asiento. Sabía que tarde o temprano le tocaría intervenir pero no esperaba que fuese tan pronto, ni por un motivo como aquel.
Ninguno de los hombres que habían respondido a las órdenes del señor le hizo caso, y de pronto toda la sala quedó sumida en el caos, si lo hubiese sabido se habría traído refuerzos del cuartel.
***
Con un trozo del vestido de Valeska en la mano y la otra cubriéndole el rostro, Fanny se apartó de ambas, avergonzada por lo que había hecho, se había dejado llevar por los sentimientos que llevaba ahogando en la botella desde que su marido escogiese a la joven para traerla a la mansión y hacer de ella su concubina. En parte su frustración era comprensible, ¿qué mujer no se sentiría insultada al verse sustituida por otra? Pero no debía descargar su enfado con la futura madre, si tenía que increpar a alguien por lo que estaba sucediendo era a Bjorn, que no le estaba dando el lugar que se merecía.
Por suerte, ni la dragona ni su hijo habían sufrido daños importantes, Elen había llegado justo a tiempo para evitarlo y ahora que las cosas parecían haberse calmado, pudo relajar su postura. La señorita Medea no tardó en darle las gracias, pero entonces les llegó el estruendo lejano del salón, en el que a juzgar por los gritos y ruidos de vajilla estrellándose contra el suelo, debía estar teniendo lugar una batalla campal. ¿Dónde había quedado la elegancia de la nobleza? Se preguntó, justo antes de que Valeska dejase caer su vestido, mostrando la armadura que le cubría el vientre. - ¿De qué va todo esto? - inquirió, sin comprender lo que estaba pasando ni el motivo que podría llevar a la muchacha a esconder aquello bajo sus ropas.
Ella no respondió, en vez de eso le pidió que le atase los cordones de la espalda, cosa que hizo a pesar de seguir desconcertada. Una vez ajustada la pieza, la dragona tomó su mano y prácticamente la arrastró de vuelta a la sala del banquete, donde las cosas estaban mucho peor de lo que podría haber imaginado. Un hombre bestia conejo al que perseguían dos dragones corría por la mesa hacia Bjorn, mientras otra, encantada, voló hasta estamparse contra un grupo de guardias del anfitrión. Por todo el salón unas enredaderas apresaban al resto de las fuerzas del señor, mientras algunos de los invitados, los más listos, abandonaban el lugar tan rápido como les permitían las piernas.
Elen observó la escena sin entender nada, al menos hasta que Valeska se dignó a explicarle brevemente lo que estaba viendo, instándola por último a que se marchase de allí. Una muralla de piedra surgió de la nada para apresar a la dragona y retenerla contra una de las paredes, impidiéndole decir nada más de momento. La de ojos verdes tuvo que apartarse para no correr la misma suerte, y tras la sorpresa inicial desvió su mirada hacia el causante de aquel ataque, un brujo que se mantenía en pie sobre la mesa y hacía flotar decenas de esferas de barro a su alrededor, con las que podía inmovilizar a cualquiera, tal como había hecho con Bjorn.
Al hombre solo se le podía ver la cabeza, y ya no sostenía su preciado objeto mágico, la copa de vino, que había quedado libre para que el más rápido se hiciese con ella. - ¡Fuera todo el mundo! - gritó Sammuel, antes de transformarse para intentar poner orden en la estancia, cosa que parecía bastante difícil. Alister hizo lo propio para ayudarle, pero había demasiados bandos implicados en aquella disputa, tenían que posicionarse del lado de alguno o sería un todos contra todos. De lo que escuchó a continuación la benjamina de los Calhoun pudo sacar algo en claro, los brujos pretendían destruir el objeto, Bjorn por su parte quería conservarlo y los Buscones, a los que Valeska pertenecía, querían utilizarlo para derrotar al Hombre Muerto.
- El Hombre Muerto… ¿se le puede derrotar? - musitó, más para sí misma que para el resto. No necesitaba escuchar más. - ¡Alister, ocúpate de los brujos! - pidió, sin añadir a Sammuel ya que el caballero estaba allí en nombre del cuartel, no podía actuar a la ligera. El cazador ni siquiera se lo pensó, batió las alas y se elevó para luego embestir lateralmente a los seguidores de Hartem, golpeándolos con las espinas de la cola para intentar dejarlos fuera de combate. - Salid, os necesito. - pensó la señora de sombras, permitiendo que su elemento la envolviese y de él emergiesen cuatro estelas de humo negro, que nada más tocar el suelo tomaron forma. - Ayudadme a detener a los dragones, ¡rápido! - ordenó, desviando la mirada hacia Valeska durante unos instantes. - Os daré ventaja, daos prisa y haceos con la copa. - indicó a la dragona, mostrándole que estaba de su lado.
Las criaturas de sombras no dudaron, se abalanzaron sobre los perseguidores de Hont y comenzaron a pelear contra la resistente armadura de escamas que los protegía para retrasarlos, mientras su señora se centraba en neutralizar a Hartem. Sin armas, ya que no imaginaba verse envuelta en nada parecido en un banquete tan distinguido, la de cabellos cenicientos se subió a la misma mesa que el hechicero y creó un oscuro muro, que de inmediato lanzó contra él en un intento por desestabilizarlo y con suerte, destruir algunas de las esferas de barro. Antes de ver siquiera si el ataque había surtido el efecto deseado, unos gruesos lazos de sombra emergieron de su espalda para salir disparados hacia Heck, no con intención de herirlo sino de apresar sus extremidades e impedirle seguir utilizando su magia.
Por suerte, ni la dragona ni su hijo habían sufrido daños importantes, Elen había llegado justo a tiempo para evitarlo y ahora que las cosas parecían haberse calmado, pudo relajar su postura. La señorita Medea no tardó en darle las gracias, pero entonces les llegó el estruendo lejano del salón, en el que a juzgar por los gritos y ruidos de vajilla estrellándose contra el suelo, debía estar teniendo lugar una batalla campal. ¿Dónde había quedado la elegancia de la nobleza? Se preguntó, justo antes de que Valeska dejase caer su vestido, mostrando la armadura que le cubría el vientre. - ¿De qué va todo esto? - inquirió, sin comprender lo que estaba pasando ni el motivo que podría llevar a la muchacha a esconder aquello bajo sus ropas.
Ella no respondió, en vez de eso le pidió que le atase los cordones de la espalda, cosa que hizo a pesar de seguir desconcertada. Una vez ajustada la pieza, la dragona tomó su mano y prácticamente la arrastró de vuelta a la sala del banquete, donde las cosas estaban mucho peor de lo que podría haber imaginado. Un hombre bestia conejo al que perseguían dos dragones corría por la mesa hacia Bjorn, mientras otra, encantada, voló hasta estamparse contra un grupo de guardias del anfitrión. Por todo el salón unas enredaderas apresaban al resto de las fuerzas del señor, mientras algunos de los invitados, los más listos, abandonaban el lugar tan rápido como les permitían las piernas.
Elen observó la escena sin entender nada, al menos hasta que Valeska se dignó a explicarle brevemente lo que estaba viendo, instándola por último a que se marchase de allí. Una muralla de piedra surgió de la nada para apresar a la dragona y retenerla contra una de las paredes, impidiéndole decir nada más de momento. La de ojos verdes tuvo que apartarse para no correr la misma suerte, y tras la sorpresa inicial desvió su mirada hacia el causante de aquel ataque, un brujo que se mantenía en pie sobre la mesa y hacía flotar decenas de esferas de barro a su alrededor, con las que podía inmovilizar a cualquiera, tal como había hecho con Bjorn.
Al hombre solo se le podía ver la cabeza, y ya no sostenía su preciado objeto mágico, la copa de vino, que había quedado libre para que el más rápido se hiciese con ella. - ¡Fuera todo el mundo! - gritó Sammuel, antes de transformarse para intentar poner orden en la estancia, cosa que parecía bastante difícil. Alister hizo lo propio para ayudarle, pero había demasiados bandos implicados en aquella disputa, tenían que posicionarse del lado de alguno o sería un todos contra todos. De lo que escuchó a continuación la benjamina de los Calhoun pudo sacar algo en claro, los brujos pretendían destruir el objeto, Bjorn por su parte quería conservarlo y los Buscones, a los que Valeska pertenecía, querían utilizarlo para derrotar al Hombre Muerto.
- El Hombre Muerto… ¿se le puede derrotar? - musitó, más para sí misma que para el resto. No necesitaba escuchar más. - ¡Alister, ocúpate de los brujos! - pidió, sin añadir a Sammuel ya que el caballero estaba allí en nombre del cuartel, no podía actuar a la ligera. El cazador ni siquiera se lo pensó, batió las alas y se elevó para luego embestir lateralmente a los seguidores de Hartem, golpeándolos con las espinas de la cola para intentar dejarlos fuera de combate. - Salid, os necesito. - pensó la señora de sombras, permitiendo que su elemento la envolviese y de él emergiesen cuatro estelas de humo negro, que nada más tocar el suelo tomaron forma. - Ayudadme a detener a los dragones, ¡rápido! - ordenó, desviando la mirada hacia Valeska durante unos instantes. - Os daré ventaja, daos prisa y haceos con la copa. - indicó a la dragona, mostrándole que estaba de su lado.
Las criaturas de sombras no dudaron, se abalanzaron sobre los perseguidores de Hont y comenzaron a pelear contra la resistente armadura de escamas que los protegía para retrasarlos, mientras su señora se centraba en neutralizar a Hartem. Sin armas, ya que no imaginaba verse envuelta en nada parecido en un banquete tan distinguido, la de cabellos cenicientos se subió a la misma mesa que el hechicero y creó un oscuro muro, que de inmediato lanzó contra él en un intento por desestabilizarlo y con suerte, destruir algunas de las esferas de barro. Antes de ver siquiera si el ataque había surtido el efecto deseado, unos gruesos lazos de sombra emergieron de su espalda para salir disparados hacia Heck, no con intención de herirlo sino de apresar sus extremidades e impedirle seguir utilizando su magia.
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Elen Calhoun
Aerandiano de honor
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Re: Banquete en honor a Valeska [Desafío]
Eran unos aficionados, tanto los dragones de Bjorn como el diverso grupo de rebeldes. Los primeros combatían de forma errática y desordenada, siguiendo las órdenes de su enloquecido líder. Carecían de disciplina y les sobraba osadía. El segundo grupo, los jóvenes rebeldes, a diferencia de los dragones, sabían trabajar en equipo. Qué lástima que fueran demasiado jóvenes para embarcarse en un combate a muerte por uno de los objetos malditos de Ian Egdecomb. Los brujos del Hekshold, en especial el catedrático Heck Hartem, alías Thundermaul, dominaban la pelea en todos los sentidos. Pese a ser solo tres brujos, un maestro y dos discípulos, habían conseguido derrotar a la mayoría de los dragones y cohibir a los jóvenes rebeldes. Los brujos unieron en un mismo punto, el primero cubría las espaldas del segundo y Hartem, en mitad del círculo que formaban, la de los dos. En perfecta armonía, conjuraban sus hechizos en contra de los enemigos.
La mujer cabra no tiene ningún don especial más derramar el contenido de sus pociones encima de los objetos inanimados para atribuirles propiedades nuevas. Hartem la reconoció como el punto débil del grupo. Invocó un pedestal de tierra que golpeó el pecho de la mujer. No contentó con esto, un segundo pedestal, a su espalda, la aplastaba contra el suelo. El objetivo del maestro no era matar, en realidad, no quería matar a nadie. Sin embargo, no iba a cometer el error de ser misericordioso con nadie. Conocía los efectos de los objetos malditos. Nadie debía hacerse con ellos. Si tenía que usar la fuerza bruta y la tierra fiera para impedir que nadie controlase la copa de vino, lo haría sin remordimiento alguno.
La sorpresa de la noche vino por parte de una mujer de cabellos cenizos que, aparentemente, estaba del mismo lado que el grupo de rebeldes. La mujer, una señora de las sombras, utilizó la magia siniestra para romper las esferas de barro que rodeaban al catedrático. Hartem enarcó una ceja e hizo una mueca que podía ser una sonrisa y un gesto de desagrado al mismo tiempo. Dirigió todos los pedestales de tierra en contra de la mujer de las sombras, aquellos que utilizaba para retener a los enemigos y los que protegían las salidas de la mansión. Simultáneamente, lazos hechos de sombra atraparon los brazos y las piernas del maestro. Hartem era uno de los brujos más poderosos de Aerandir, no necesitaba las manos para dirigir sus hechizos. El combate se redujo en juego de a ver quién podía más. Los lazos de sombras apretaban los miembros de Hartem con la suficiente fuerza como para cercenarlos si continuaba con las mismas. El brujo, por su parte, aplastó a la vampira con los pedestales de tierra dura como su fuera una mosca, dentro de poco la asfixiaría. A ver quién podía aguantaba más. El último moría.
El hombrecillo zarigüeya, tan pequeño que nadie le prestaba atención, saltó por todo el salón hasta hacerse con la copa de vino. No la cogió directamente, sino que la atrapó por medio de un improvisado saco hecho con un mantel. Al tener las salidas libres, el hombrecillo escapó del lugar y con él fueron el grupo de jóvenes rebeldes.
Rápidamente, Hartem y la vampira deshicieron sus hechizos. La mujer de sombras fue con su amigo. Hartem se quedó en el salón socorriendo a sus alumnos: Fred y Aletza
-Lo siento maestro, no pude hacer nada. Ese dragón amigo de la vampiresa era más fuerte que el resto. Tuve suerte a poder escapar-.
Aletza no se disculpaba por no haber detenido al dragón, sino por no haber impedido que matasen a su amigo.
Thundermaul puso dos dedos encima de los ojos del cadáver de Fred y los cerró suavemente. Los rebeldes se habían llevado el objeto maldito. Casi todos desaparecieron tras pasar el umbral de la mansión. Quedaba la mujer cabra, agonizando en el suelo por las heridas que Hartem le había hecho.
Al salir de la mansión, el maestro cargaba en el hombro derecho el cadáver de su alumno. Lo llevaría al Hekshold para ofrecerle un entierro digno de un brujo. En el brazo izquierdo llevaba a la mujer cabra. La usaría como rehén para saber más acerca del grupo de rebeldes y sus intenciones con los objetos malditos. Era obvio que conocían su poder. De utilizarlo, tanto fuera de manera correcta como incorrecta, traerían el caos y la muerte a Aerandir. Era preciso saber más sobre ellos e informar al resto de catedráticos que el Hekshold no era el único grupo que estaba detrás de los objetos malditos.
* Elen Clahoun: Una pelea emocionante. Con la incorporación de Los Buscones, el Hekshold, La Facción y otros tantos grupos que aparecen para hacerse con el poder de los objetos malditos; prometo que habrá más temas como este y que Elen Calhoun tendrá un papel importante. Por cierto, bienvenida a Los Buscones.
Recompensas:
* +2 ptos de experiencia en función de la calidad del texto.
* +3 ptos de experiencia en función de la originalidad del usuario.
* 5 ptos totales de experiencia
Obsequio:Te unes a Los Buscones. Dentro de este grupo conoces a todos los miembros.Gardian mejora tu Espada Helada. Sube un nivel de calidad: pasa de superior a épica. También añades 1 carga adicional a su habilidad mágica.
Wanda ha sido secuestrada por Thundermaul. Resolveremos este tema en un futuro mastereado que no sé decir si será próximo o lejano (cuando ambas tengamos tiempo libre). Te recomiendo pensar con quién quieres hacerlo. Me gustaría que fueráis dos usuarios.
Los Buscones no son estúpidos, saben que los objetos son peligros. Por ahora, deciden ocultar la copa de vino en una base secreta hecha por Gardian. Creen que es el lugar más seguro, lejos del contacto de cualquier persona.
La mujer cabra no tiene ningún don especial más derramar el contenido de sus pociones encima de los objetos inanimados para atribuirles propiedades nuevas. Hartem la reconoció como el punto débil del grupo. Invocó un pedestal de tierra que golpeó el pecho de la mujer. No contentó con esto, un segundo pedestal, a su espalda, la aplastaba contra el suelo. El objetivo del maestro no era matar, en realidad, no quería matar a nadie. Sin embargo, no iba a cometer el error de ser misericordioso con nadie. Conocía los efectos de los objetos malditos. Nadie debía hacerse con ellos. Si tenía que usar la fuerza bruta y la tierra fiera para impedir que nadie controlase la copa de vino, lo haría sin remordimiento alguno.
La sorpresa de la noche vino por parte de una mujer de cabellos cenizos que, aparentemente, estaba del mismo lado que el grupo de rebeldes. La mujer, una señora de las sombras, utilizó la magia siniestra para romper las esferas de barro que rodeaban al catedrático. Hartem enarcó una ceja e hizo una mueca que podía ser una sonrisa y un gesto de desagrado al mismo tiempo. Dirigió todos los pedestales de tierra en contra de la mujer de las sombras, aquellos que utilizaba para retener a los enemigos y los que protegían las salidas de la mansión. Simultáneamente, lazos hechos de sombra atraparon los brazos y las piernas del maestro. Hartem era uno de los brujos más poderosos de Aerandir, no necesitaba las manos para dirigir sus hechizos. El combate se redujo en juego de a ver quién podía más. Los lazos de sombras apretaban los miembros de Hartem con la suficiente fuerza como para cercenarlos si continuaba con las mismas. El brujo, por su parte, aplastó a la vampira con los pedestales de tierra dura como su fuera una mosca, dentro de poco la asfixiaría. A ver quién podía aguantaba más. El último moría.
El hombrecillo zarigüeya, tan pequeño que nadie le prestaba atención, saltó por todo el salón hasta hacerse con la copa de vino. No la cogió directamente, sino que la atrapó por medio de un improvisado saco hecho con un mantel. Al tener las salidas libres, el hombrecillo escapó del lugar y con él fueron el grupo de jóvenes rebeldes.
Rápidamente, Hartem y la vampira deshicieron sus hechizos. La mujer de sombras fue con su amigo. Hartem se quedó en el salón socorriendo a sus alumnos: Fred y Aletza
-Lo siento maestro, no pude hacer nada. Ese dragón amigo de la vampiresa era más fuerte que el resto. Tuve suerte a poder escapar-.
Aletza no se disculpaba por no haber detenido al dragón, sino por no haber impedido que matasen a su amigo.
Thundermaul puso dos dedos encima de los ojos del cadáver de Fred y los cerró suavemente. Los rebeldes se habían llevado el objeto maldito. Casi todos desaparecieron tras pasar el umbral de la mansión. Quedaba la mujer cabra, agonizando en el suelo por las heridas que Hartem le había hecho.
Al salir de la mansión, el maestro cargaba en el hombro derecho el cadáver de su alumno. Lo llevaría al Hekshold para ofrecerle un entierro digno de un brujo. En el brazo izquierdo llevaba a la mujer cabra. La usaría como rehén para saber más acerca del grupo de rebeldes y sus intenciones con los objetos malditos. Era obvio que conocían su poder. De utilizarlo, tanto fuera de manera correcta como incorrecta, traerían el caos y la muerte a Aerandir. Era preciso saber más sobre ellos e informar al resto de catedráticos que el Hekshold no era el único grupo que estaba detrás de los objetos malditos.
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* Elen Clahoun: Una pelea emocionante. Con la incorporación de Los Buscones, el Hekshold, La Facción y otros tantos grupos que aparecen para hacerse con el poder de los objetos malditos; prometo que habrá más temas como este y que Elen Calhoun tendrá un papel importante. Por cierto, bienvenida a Los Buscones.
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Wanda ha sido secuestrada por Thundermaul. Resolveremos este tema en un futuro mastereado que no sé decir si será próximo o lejano (cuando ambas tengamos tiempo libre). Te recomiendo pensar con quién quieres hacerlo. Me gustaría que fueráis dos usuarios.
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