Dogma demoníaco [Libre] [Cerrado]
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Dogma demoníaco [Libre] [Cerrado]
Con los Mirmidones creciendo viene siendo tiempo de buscar individuos excepcionales para que se encarguen de mantener todo funcionando, líderes en sus respectivas áreas de acción aplicables al grupo.
No solo se trata de reclutar efectivos, también hacen falta las cabezas de división. Gente competente teniendo en cuenta la tarea encomendada pues es claro que el trabajo bajo presión será cosa de todos los días.
Giroud ha sido más que diligente en su tarea de buscar nuevos talentos para el grupo, la facilidad que tiene con los contactos y rumores parece sacada de un comerciante que ha logrado su fortuna gracias a la labia.
El “Core” de los Mirmidones es una nueva sección ideada por Zero y su aliado más directo, serán concejeros principales de la mesa táctica liderando a su vez equipos más pequeños ajustados a sus capacidades.
Si Zero es el líder queda bastante claro que dichos personajes ostentaran un cargo próximo a su rango, por ende tendrán potestad para dar sus opiniones y sugerencias fluidamente. Aunque la maquina escucha a todos los miembros… ha aprendido que un filtro puede facilitar la comunicación.
Todo esto le trae a su destino actual, un área de la frontera humana abandonada por las autoridades tras la caída de Lunargenta. Es la zona de influencia del grupo templario, facción que la maquina desea contactar.
Los Templarios son guerreros con ideales afianzados de caballería que suelen luchar contra criminales y aberraciones. Cayeron en desgracia mucho antes de la conquista vampira por corrupción en sus filas, según los rumores han perdido tantos miembros que se consideran casi extintos.
Una triste historia similar a lo ocurrido con los Jägers… demasiado similar para la mente calculadora de Zero. Este último tiene la intención de hablar con su líder y ofrecer apoyo e información a cambio de una alianza directa, tal vez barajear la posible asimilación tambien.
En condiciones normales establecer un lazo no debería dar tantos problemas pero con la zona en anarquía es una historia diferente, muchos de los habitantes huyeron a lugares más seguros dejando un área enorme de granjas y aldeas pequeñas abandonada por cualquier cosa que no sea peligrosa.
Paisaje desolador que se repite en muchos lugares, fenómeno que amenaza con multiplicarse de darse una guerra directa entre facciones. Lunargenta puede ser el inicio de algo desagradable como bien previene la historia… mayor razón para afianzar grupos destinados a combatir el mal.
Zero piensa todo esto desde la seguridad elevada que ofrece cierto granero, es un sitio decente para fijar puntos a la distancia. Nadie puede contactar con La Orden Templaría últimamente aunque deben seguir operando cerca por lógica.
No solo se trata de reclutar efectivos, también hacen falta las cabezas de división. Gente competente teniendo en cuenta la tarea encomendada pues es claro que el trabajo bajo presión será cosa de todos los días.
Giroud ha sido más que diligente en su tarea de buscar nuevos talentos para el grupo, la facilidad que tiene con los contactos y rumores parece sacada de un comerciante que ha logrado su fortuna gracias a la labia.
El “Core” de los Mirmidones es una nueva sección ideada por Zero y su aliado más directo, serán concejeros principales de la mesa táctica liderando a su vez equipos más pequeños ajustados a sus capacidades.
Si Zero es el líder queda bastante claro que dichos personajes ostentaran un cargo próximo a su rango, por ende tendrán potestad para dar sus opiniones y sugerencias fluidamente. Aunque la maquina escucha a todos los miembros… ha aprendido que un filtro puede facilitar la comunicación.
Todo esto le trae a su destino actual, un área de la frontera humana abandonada por las autoridades tras la caída de Lunargenta. Es la zona de influencia del grupo templario, facción que la maquina desea contactar.
Los Templarios son guerreros con ideales afianzados de caballería que suelen luchar contra criminales y aberraciones. Cayeron en desgracia mucho antes de la conquista vampira por corrupción en sus filas, según los rumores han perdido tantos miembros que se consideran casi extintos.
Una triste historia similar a lo ocurrido con los Jägers… demasiado similar para la mente calculadora de Zero. Este último tiene la intención de hablar con su líder y ofrecer apoyo e información a cambio de una alianza directa, tal vez barajear la posible asimilación tambien.
En condiciones normales establecer un lazo no debería dar tantos problemas pero con la zona en anarquía es una historia diferente, muchos de los habitantes huyeron a lugares más seguros dejando un área enorme de granjas y aldeas pequeñas abandonada por cualquier cosa que no sea peligrosa.
Paisaje desolador que se repite en muchos lugares, fenómeno que amenaza con multiplicarse de darse una guerra directa entre facciones. Lunargenta puede ser el inicio de algo desagradable como bien previene la historia… mayor razón para afianzar grupos destinados a combatir el mal.
Zero piensa todo esto desde la seguridad elevada que ofrece cierto granero, es un sitio decente para fijar puntos a la distancia. Nadie puede contactar con La Orden Templaría últimamente aunque deben seguir operando cerca por lógica.
Z9-42
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Re: Dogma demoníaco [Libre] [Cerrado]
Estaba mal ser feliz en un momento tan triste para toda una comunidad, pero no podía evitar la euforia. Yo era más lenta que un biocibernético luchador para moverse cuando tenía problemas para tomar una decisión, pero una vez que la tomaba, todo volvía a estar bien. No podía dejar que mi resolución de mantener a mis seres queridos a salvo, lejos de mí, se balanceara sólo por lo poco que había visto hasta ahora. Todo tenía un final. Mi depresión había finalizado. Por más mal que quisieran hacerme, por más que los vampiros quisieran matarme porque eran facilongos y se creían fuertes por estar en “manada”, por más que estaba frente a la guerra inminente, no dejaría que eso me permeara. Encontraría una forma de salir adelante entre todo eso. ¡Claro que lo haría! Pero para eso necesitaba un poco de paz, era el momento del proceso de pensar y eso requería concentración.
¿Cómo vas a rehacer tu vida Wood? me pregunté en voz alta, girando sobre mí misma bajo los rayos del sol. Salté unas charcas y seguí hacia el bosque. Se me había pegado una tonada que había escuchado en las afueras de las catacumbas. Realmente no recordaba toda la letra, pero me parecía feliz y sensual, así como me estaba sintiendo en ese momento. Adiós Alex, adiós Percy, adiós guerra, hola feliz futuro. El tema era cómo comenzaría ¿cuáles habían sido mis sueños en la época en la que me permitía soñar con Nana? Una taberna… oh, sí. Tal vez podría hacer algo con un herrero, algo ambulante que me quedara como anillo al dedo. Retribuir a Furia Bravía y encontrar mi lugar en los caminos. Me gustaba esa idea.
Me eché al suelo, mis instintos lobunos me pedían que me transformara para revolcarme y correr, pero estaba en mi propia misión en ese momento; la diversión podría venir luego. Ahora que estaba más cerca del suelo podía sentir un rastro conocido. No era algo que se había asentado en el suelo, era más bien algo que veía con una corriente de aire. Sonreí. Me alegraba que el mocoso siguiera bien. Ya que nuestros caminos se volvían a encontrar, debía prestarle una visita. En la forma humana era bastante difícil de seguir un rastro, pero me resistía a depender del lobo. Tras bastante tiempo y dedicación llegué a un lugar bastante desolado y parco. Nada de lo que veía allí iba con mi humor del momento, sin embargo hice un esfuerzo y continué mi cometido.
Moc… respiré profundamente, probablemente no iba a acercarse si me dirigía a él como “mocoso” además era un bio, ni siquiera sabía si dentro de sus funciones estaba moquear tal cual un niño normal. ¡Zero! ¿Zerito? llamé a todo pulmón. Tenía mis sospechas de dónde se podría encontrar, por eso de que era un renacuajo biónico, los niños tendían a meterse en una serie de lugares insospechados, pero sería mejor si aparecía por su propia voluntad. Había que dejar que los niños pensaran que tenían opciones. Así era la dinámica ¿no? Ya comenzaba a recordar lo que se sentía estar rodeados de pequeños pimpollos florecientes.
- Obviemos los arreglos eh:
¿Cómo vas a rehacer tu vida Wood? me pregunté en voz alta, girando sobre mí misma bajo los rayos del sol. Salté unas charcas y seguí hacia el bosque. Se me había pegado una tonada que había escuchado en las afueras de las catacumbas. Realmente no recordaba toda la letra, pero me parecía feliz y sensual, así como me estaba sintiendo en ese momento. Adiós Alex, adiós Percy, adiós guerra, hola feliz futuro. El tema era cómo comenzaría ¿cuáles habían sido mis sueños en la época en la que me permitía soñar con Nana? Una taberna… oh, sí. Tal vez podría hacer algo con un herrero, algo ambulante que me quedara como anillo al dedo. Retribuir a Furia Bravía y encontrar mi lugar en los caminos. Me gustaba esa idea.
Me eché al suelo, mis instintos lobunos me pedían que me transformara para revolcarme y correr, pero estaba en mi propia misión en ese momento; la diversión podría venir luego. Ahora que estaba más cerca del suelo podía sentir un rastro conocido. No era algo que se había asentado en el suelo, era más bien algo que veía con una corriente de aire. Sonreí. Me alegraba que el mocoso siguiera bien. Ya que nuestros caminos se volvían a encontrar, debía prestarle una visita. En la forma humana era bastante difícil de seguir un rastro, pero me resistía a depender del lobo. Tras bastante tiempo y dedicación llegué a un lugar bastante desolado y parco. Nada de lo que veía allí iba con mi humor del momento, sin embargo hice un esfuerzo y continué mi cometido.
Moc… respiré profundamente, probablemente no iba a acercarse si me dirigía a él como “mocoso” además era un bio, ni siquiera sabía si dentro de sus funciones estaba moquear tal cual un niño normal. ¡Zero! ¿Zerito? llamé a todo pulmón. Tenía mis sospechas de dónde se podría encontrar, por eso de que era un renacuajo biónico, los niños tendían a meterse en una serie de lugares insospechados, pero sería mejor si aparecía por su propia voluntad. Había que dejar que los niños pensaran que tenían opciones. Así era la dinámica ¿no? Ya comenzaba a recordar lo que se sentía estar rodeados de pequeños pimpollos florecientes.
Woodpecker
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Re: Dogma demoníaco [Libre] [Cerrado]
Probablemente era un hecho, este viaje había causado la oxidación de alguna u otra de mi parte, realmente no estaba seguro, estaba totalmente frío. Mi ropaje de cuero al aire con ciertas arrugas y marcas de anteriores combates eran evidentes en contacto con el viento, mis ojos amarillos llegando a naranja proclamaban un descanso, cerrar los párpados para siquiera seguir el procedente viaje que, si bien me ha costado, el sacrificio mayor vendrá como victoria. Observaba al horizonte, quizá esperando alguna esperanza invaluable o un pequeño pueblo lo suficientemente interesante para reposar. Se sentía como algunas partes internas crujían al son de mis pasos pesados, mientras otras válvulas producían más escalofríos, unas pueden ser polvo que habría de traer los vientos del norte mientras otros, en este gran camino que me ha llevado la vida, podrían ser hojas secas que crujían cual hueso rompiéndose en los dientes de un carroñero.
Salí del bosque, aquellos reducidos rayos de sol incluyendo el lodoso pasadizo hizo identificar mi personaje, brillaba cada parte de metal que poseía incluyendo mi gran espada encontrada en diagonal en mi espalda junto con mi collar de tigre en mi pecho. Con mi altura evidente me paré, ya ahora la vista era perfecta para ser analizada, pues antes matorrales y los grandes árboles con espesas ramas justificaban la ausencia de panorama. Avancé cuando pedazos de roca, que de hecho parecían ruinas bien calculadas y mano de obra humana, estaban sigilosamente ubicadas como un camino viejo, junto con rastros de una ruta empolvada y tapada con la madre naturaleza que hacía de las suyas. Tal avance fue exitoso cuando, después de avanzar cientos de metros sin obviar el kilómetro, me encontré aparentemente en las afueras de un poblado humano, o quizá no humano... Ya no puedo saber qué pensar de un humano. Pasando una serie de charlos observé huellas, claramente el lodo por debajo de esta oscura agua de probablemente las lluvias fuertes, era signo de criatura cerca de acá. Sin embargo, cuando el lodo cesó asimismo lo hizo aquellas huellas cortas, pequeñas, de poco calzado.
Un paisaje desolador azotó mi vista cuando llegué aparentemente a un lugar deshabitado, viejo y caído. Mis pasos resonaban con fuerza gracias a mi peso junto con mis cosas de metal que chocaban entre sí, aquellos sonidos agudos adictivos de un guerrero o, en este caso, una simple máquina forastera sin un sentido de la vida. Una voz llamativa pareció hablar a todo pulmón, no ostenté empuñar mi arma pues no lo vi necesario, aún así intenté reconocer la voz o encontrar el destino de esta. Un eco interesante sonó en el lugar posterior a aquel llamado de todo pulmón. Sin prisa y con mi cabeza alta en mi altura imponente empecé a producir unos pasos hacia el lugar de residencia de las ondas sonoras llegando al preciso lugar en cuestión de segundos, un lugar reducido y pequeño se encontrarían tres personas aparentemente, o eso alcanzaba a ver mis ojos que brillaban en este lugar donde escasamente entraba la luz del sol.
Salí del bosque, aquellos reducidos rayos de sol incluyendo el lodoso pasadizo hizo identificar mi personaje, brillaba cada parte de metal que poseía incluyendo mi gran espada encontrada en diagonal en mi espalda junto con mi collar de tigre en mi pecho. Con mi altura evidente me paré, ya ahora la vista era perfecta para ser analizada, pues antes matorrales y los grandes árboles con espesas ramas justificaban la ausencia de panorama. Avancé cuando pedazos de roca, que de hecho parecían ruinas bien calculadas y mano de obra humana, estaban sigilosamente ubicadas como un camino viejo, junto con rastros de una ruta empolvada y tapada con la madre naturaleza que hacía de las suyas. Tal avance fue exitoso cuando, después de avanzar cientos de metros sin obviar el kilómetro, me encontré aparentemente en las afueras de un poblado humano, o quizá no humano... Ya no puedo saber qué pensar de un humano. Pasando una serie de charlos observé huellas, claramente el lodo por debajo de esta oscura agua de probablemente las lluvias fuertes, era signo de criatura cerca de acá. Sin embargo, cuando el lodo cesó asimismo lo hizo aquellas huellas cortas, pequeñas, de poco calzado.
Un paisaje desolador azotó mi vista cuando llegué aparentemente a un lugar deshabitado, viejo y caído. Mis pasos resonaban con fuerza gracias a mi peso junto con mis cosas de metal que chocaban entre sí, aquellos sonidos agudos adictivos de un guerrero o, en este caso, una simple máquina forastera sin un sentido de la vida. Una voz llamativa pareció hablar a todo pulmón, no ostenté empuñar mi arma pues no lo vi necesario, aún así intenté reconocer la voz o encontrar el destino de esta. Un eco interesante sonó en el lugar posterior a aquel llamado de todo pulmón. Sin prisa y con mi cabeza alta en mi altura imponente empecé a producir unos pasos hacia el lugar de residencia de las ondas sonoras llegando al preciso lugar en cuestión de segundos, un lugar reducido y pequeño se encontrarían tres personas aparentemente, o eso alcanzaba a ver mis ojos que brillaban en este lugar donde escasamente entraba la luz del sol.
- OFF-ROL:
Buenas música, Wood.
Sceadu
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Re: Dogma demoníaco [Libre] [Cerrado]
Mientras el chico estudia la zona circundante con ayuda de algunos enlaces discretos al único satélite artificial de Aerandir otro elemento aparece en las proximidades, demasiado cerca y con una entonación conocida por el chiquillo robot.
Lo malo de buscar cosas a la distancia con dicho método es que la matriz se centra en un espacio lejano por lo que el bio en cuestión puede perder veracidad en cuando a situaciones más cercanas, caso actual sin duda alguna.
Lo bueno es que se trata de Wood, la licántropa amistosa que ayudo a Zero durante una búsqueda alternativa días atrás. Cierta sonrisa amistosa se forma en el pequeño sintético pues el personaje le quedo gustando.
No pierde tiempo y baja con discreción, es un niño aumentado que mantiene atributos infantiles ahora mejorados con tecnología. A diferencia de muchos bios tiene una rama dedicada a la agilidad con su propio estilo combativo.
Hola señorita Wood.
Emite con su típico tono neutro y espera a que la mujer se voltee, involuntariamente sigue manteniendo la misma sonrisa de instantes atrás. Las maquinas suelen ser serias todo el tiempo pero como bien salta a la vista no es una creación normal.
De repente otro sujeto hace acto de presencia, primero se escuchan numerosos ruidos metálicos antes de su entrada por un lateral. Una mueca nerviosa se forma esta vez en el “niño” quien lo reconoce enseguida como un semejante.
Forma una pose imprecisa sin poder decidir con suficiente velocidad qué camino tomar, luchar o retirarse están a la orden del día. Eventualmente cierra los ojos como método de relajación antes de tomar una aproximación lógica.
Unidad, ¿Te envía la base por mí?
Podría haber mantenido su identidad en secreto pero la entrada tan aleatoria del contrario requiere información directa, eso sin mencionar que los agentes sintéticos detectan otras creaciones por señales pasivas a tan corta distancia.
Si no está ligado a la instalación solo se trata de un malentendido, de ser el caso los datos pueden cesar para cambiar de tema rápido… lo que los seres vivos inteligentes consideran algunas veces como “fingir demencia”.
Cierto ambiente tenso se forma, es difícil adivinar lo que pasa por la mente Wood aunque la atención del chico artificial se centra enteramente en su hermano racial. Con Mirmidones o no sigue siendo un fugitivo de la base y ellos rara vez cambian sus parámetros.
Lo malo de buscar cosas a la distancia con dicho método es que la matriz se centra en un espacio lejano por lo que el bio en cuestión puede perder veracidad en cuando a situaciones más cercanas, caso actual sin duda alguna.
Lo bueno es que se trata de Wood, la licántropa amistosa que ayudo a Zero durante una búsqueda alternativa días atrás. Cierta sonrisa amistosa se forma en el pequeño sintético pues el personaje le quedo gustando.
No pierde tiempo y baja con discreción, es un niño aumentado que mantiene atributos infantiles ahora mejorados con tecnología. A diferencia de muchos bios tiene una rama dedicada a la agilidad con su propio estilo combativo.
Hola señorita Wood.
Emite con su típico tono neutro y espera a que la mujer se voltee, involuntariamente sigue manteniendo la misma sonrisa de instantes atrás. Las maquinas suelen ser serias todo el tiempo pero como bien salta a la vista no es una creación normal.
De repente otro sujeto hace acto de presencia, primero se escuchan numerosos ruidos metálicos antes de su entrada por un lateral. Una mueca nerviosa se forma esta vez en el “niño” quien lo reconoce enseguida como un semejante.
Forma una pose imprecisa sin poder decidir con suficiente velocidad qué camino tomar, luchar o retirarse están a la orden del día. Eventualmente cierra los ojos como método de relajación antes de tomar una aproximación lógica.
Unidad, ¿Te envía la base por mí?
Podría haber mantenido su identidad en secreto pero la entrada tan aleatoria del contrario requiere información directa, eso sin mencionar que los agentes sintéticos detectan otras creaciones por señales pasivas a tan corta distancia.
Si no está ligado a la instalación solo se trata de un malentendido, de ser el caso los datos pueden cesar para cambiar de tema rápido… lo que los seres vivos inteligentes consideran algunas veces como “fingir demencia”.
Cierto ambiente tenso se forma, es difícil adivinar lo que pasa por la mente Wood aunque la atención del chico artificial se centra enteramente en su hermano racial. Con Mirmidones o no sigue siendo un fugitivo de la base y ellos rara vez cambian sus parámetros.
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Re: Dogma demoníaco [Libre] [Cerrado]
Ciertamente esperaba que Zero apareciera por otro lugar, pero esa vocecita conocida se escuchó a mis espaldas. Muy bien, punto para el joven biocibernético. Giré ligeramente en guardia, era muy lindo pequeñito y todo, pero no dejaba de ser peligroso. Cuando vi su expresión se desvanecieron todas mis dudas; podía acostumbrarme a convivir con él, es decir, era muy parecido a un niño normal, además, extremadamente bien hablado y comportado. Le devolví una gran sonrisa mientras me agachaba, apoyando mis manos sobre las rodillas. Hola jovencito había estirado una mano para tocar su mejilla, la verdad era que quería apapacharlo y jalárselas para ver sus reacciones, pero llegaron visitas inesperadas. Por la expresión de Zero no era alguien conocido. Di un paso al frente y puse la mano sobre el cuchillo, la única arma con la que contaba en ese momento.
No había salido a buscar pelea, ni estaba lista para una batalla inminente. Era un día dedicado a la reflexión y la tranquilidad. Debí haberlo sabido mejor, Wood nunca tiene uno de esos días. Observé al recién llegado con ojo crítico, podría llegar a ignorarlo si no pretendía llevarse a Zero. ¡Me acababa de reunir con él! Además me sentía muy protectora alrededor del muchachito. Era como si debía cuidarle mientras estábamos juntos, tal vez en compensación de mis propios hijos, o quizás porque simplemente le había tomado cierto apego. Ahora, que estuviera tratando de ver buenamente a los biocibernéticos, no quería decir que sintiera lo mismo por todos. El que tenía enfrente era gigante. No pude evitar arrugar la nariz, como para mostrarle los dientes. No pensaba iniciar un conflicto, pero ¡vamos! Había que verle. Era enorme y tenía cicatrices, y armas… ¿dije que era enorme?
Además estaba fornido y se veía como alguien con una misión, porque no se había parado ni para reparar su ropa. ¿Tendría algo que ver con los enemigos de mi pequeño amigo? Los segundos me parecían siglos. La aproximación lenta, no parecía exactamente beligerante. Me permití relajarme apenas un poco, estaba secretamente orgullosa de mi actitud, todavía no había iniciado una pelea, Zero también debería de estar contento. Tal vez podría arriesgarme e intentar iniciar alguna especie de interacción verbal y poco violenta. Yo soy Wood, licántropo, y él es ¿debería de decirle el nombre del niño? el objeto de mi amor el amor siempre era bueno y positivo. No era una mentira tampoco, no se trataba de un amor carnal ni apasionado, sino del bonito y suave; también era una amenaza velada si él sabía entender “traducción: no intentes meterte con el chico o te vas a meter con la loba”. Me puse al costado de Zero con una sonrisa fácil en mi rostro, pero dispuesta a atacarle si tenía malas intenciones con el chico.
Ya había tenido la mala experiencia de subestimar a los enemigos del mocosín, esta vez sería más cuidadosa. Por las buenas, un mar de amor, por las malas… intentaría ser una molestia lo suficientemente desagradable. Aunque tenía que admitir que el de los ojos amarillos era muy intimidante, en general.
No había salido a buscar pelea, ni estaba lista para una batalla inminente. Era un día dedicado a la reflexión y la tranquilidad. Debí haberlo sabido mejor, Wood nunca tiene uno de esos días. Observé al recién llegado con ojo crítico, podría llegar a ignorarlo si no pretendía llevarse a Zero. ¡Me acababa de reunir con él! Además me sentía muy protectora alrededor del muchachito. Era como si debía cuidarle mientras estábamos juntos, tal vez en compensación de mis propios hijos, o quizás porque simplemente le había tomado cierto apego. Ahora, que estuviera tratando de ver buenamente a los biocibernéticos, no quería decir que sintiera lo mismo por todos. El que tenía enfrente era gigante. No pude evitar arrugar la nariz, como para mostrarle los dientes. No pensaba iniciar un conflicto, pero ¡vamos! Había que verle. Era enorme y tenía cicatrices, y armas… ¿dije que era enorme?
Además estaba fornido y se veía como alguien con una misión, porque no se había parado ni para reparar su ropa. ¿Tendría algo que ver con los enemigos de mi pequeño amigo? Los segundos me parecían siglos. La aproximación lenta, no parecía exactamente beligerante. Me permití relajarme apenas un poco, estaba secretamente orgullosa de mi actitud, todavía no había iniciado una pelea, Zero también debería de estar contento. Tal vez podría arriesgarme e intentar iniciar alguna especie de interacción verbal y poco violenta. Yo soy Wood, licántropo, y él es ¿debería de decirle el nombre del niño? el objeto de mi amor el amor siempre era bueno y positivo. No era una mentira tampoco, no se trataba de un amor carnal ni apasionado, sino del bonito y suave; también era una amenaza velada si él sabía entender “traducción: no intentes meterte con el chico o te vas a meter con la loba”. Me puse al costado de Zero con una sonrisa fácil en mi rostro, pero dispuesta a atacarle si tenía malas intenciones con el chico.
Ya había tenido la mala experiencia de subestimar a los enemigos del mocosín, esta vez sería más cuidadosa. Por las buenas, un mar de amor, por las malas… intentaría ser una molestia lo suficientemente desagradable. Aunque tenía que admitir que el de los ojos amarillos era muy intimidante, en general.
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Re: Dogma demoníaco [Libre] [Cerrado]
Inerte ante la situación miraba parado, recto en mi espalda con vistazos de metal, hacia alrededor, contemplando con firmeza dos sujetos que ante sus palabras simplemente he de callar. Dos de mis ojos en penumbra amarillos evidentes con su color que parecía encendidos, analizaba ambos individuos para hallar la respuesta correcta en mi gran glosario. — ¿Unidad? No entiendo tu concepto de unidad — decía intentando abrir mi archivo de memorias en recuerdos, pues si bien en toda mi existencia quizá unos cuantos me hayan llamado unidad, realmente no encontré un significado específico para una máquina En mi complejo sistema entendía a la perfección que este aparente niño era otro bio-cibernético, aquellas ondas magnéticas sensoriales que advertían de los nuestros fueron advertidas en mi ser, una confianza que si bien no se regala por raza entendía que podía hablar sin vergüenza ante el niño. Miraba con brevedad el rostro sin señas faciales al pequeño, nos entendíamos perfectamente. Su rostro pálido parecía más frío y sin sentimientos o emoción encontrada que el mío, y eso sería pensar demasiado.
Giré mi nuca lo suficiente para observar con los ojos característicos que poseo a la chica que afirmaba ser una licántropo. Asimismo como analicé al niño analicé a esta fémina, la cual estaba mirándome prácticamente presentándose ante mi con su propio nombre, un hecho algo propiamente acogedor, o así lo llamaban otras criaturas. Cruje una articulación de metal que tenía en mi hombro con un movimiento produciendo unos sonidos que vibraban, así como caminaba y sonaban mis partes metálicas. Miraba sobre la sonrisa del licántropo. — Mi nombres es Sceadu — dije sin problema alguno calculando con anterioridad las probabilidades de respuesta en su amplitud, aunque en este momento preferirá una breve pausa antes de continuar con mi viaje, que si bien ha sido desviado por mi curiosidad de un par de huellas, era sólo otra experiencia más.
Giré mi nuca lo suficiente para observar con los ojos característicos que poseo a la chica que afirmaba ser una licántropo. Asimismo como analicé al niño analicé a esta fémina, la cual estaba mirándome prácticamente presentándose ante mi con su propio nombre, un hecho algo propiamente acogedor, o así lo llamaban otras criaturas. Cruje una articulación de metal que tenía en mi hombro con un movimiento produciendo unos sonidos que vibraban, así como caminaba y sonaban mis partes metálicas. Miraba sobre la sonrisa del licántropo. — Mi nombres es Sceadu — dije sin problema alguno calculando con anterioridad las probabilidades de respuesta en su amplitud, aunque en este momento preferirá una breve pausa antes de continuar con mi viaje, que si bien ha sido desviado por mi curiosidad de un par de huellas, era sólo otra experiencia más.
Sceadu
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Re: Dogma demoníaco [Libre] [Cerrado]
Wood se muestra protectora con Zero y eso despierta extrañas emociones en el… la mujer parece recordarle a alguien de su pasado. No puede evitar imaginarse a una fémina atendiéndole y cuidándole aunque cualquier nombre elude sus intentos por enfocarse. No son recuerdos, solo reflejos fantasmas.
Sin duda puede contar con la loba como aliada, sabe reconocer buenas empatías. La gente suele tratarlo bien ocasionalmente por su aspecto o manera de actuar, algo que no se siente para nada mal teniendo en cuenta las escalas.
Con Wood al lado por alguna razón la toma de la mano, pasa así algunos segundos hasta que nota lo que está haciendo. Mira su extremidad hábil, luego a la licántropa y al final termina soltándole delicadamente.
Lo siento…
Nota con cierta preocupación que experimento una laguna, es algo que no dice buenas cosas sobre cualquier máquina. Debe centrarse más… tener una programación tan abierta suele darle ventaja aunque trae situaciones agregadas no siempre buenas.
Por otro lado el nivel de amenaza disminuye en torno al autodenominado Sceadu, es inofensivo. Una maquina claramente antigua con poca libertad e índice de procesamiento jamás podría ser un agente sintético.
¿Segunda generación?
Zero es la última generación de máquinas creadas por la base, un bio que tiene la capacidad para mezclarse con el ser vivo y entenderle de una manera antes no barajeada por las inteligencias a cargo.
Completamente seguro de sus ideas la pequeña creación relaja su postura, no tiene que temer del individuo acorazado. Aunque sus intenciones siguen ocultas tiene plena confianza de que los intereses no chocan.
Debo decirles que están en un sitio peligroso, fue abandonado y ahora muchos males campan a sus anchas.
Habla con la seriedad que lo caracteriza, seguramente Wood puede encontrar una referencia pasada en su mente. Los enemigos del chico “no son para jugar” pues tienen una determinación casi enfermiza en cumplir los objetivos de su señor cueste lo que cueste.
Tengo que contactar a un grupo amistoso en estas tierras, por eso estoy aquí.
Sin duda puede contar con la loba como aliada, sabe reconocer buenas empatías. La gente suele tratarlo bien ocasionalmente por su aspecto o manera de actuar, algo que no se siente para nada mal teniendo en cuenta las escalas.
Con Wood al lado por alguna razón la toma de la mano, pasa así algunos segundos hasta que nota lo que está haciendo. Mira su extremidad hábil, luego a la licántropa y al final termina soltándole delicadamente.
Lo siento…
Nota con cierta preocupación que experimento una laguna, es algo que no dice buenas cosas sobre cualquier máquina. Debe centrarse más… tener una programación tan abierta suele darle ventaja aunque trae situaciones agregadas no siempre buenas.
Por otro lado el nivel de amenaza disminuye en torno al autodenominado Sceadu, es inofensivo. Una maquina claramente antigua con poca libertad e índice de procesamiento jamás podría ser un agente sintético.
¿Segunda generación?
Zero es la última generación de máquinas creadas por la base, un bio que tiene la capacidad para mezclarse con el ser vivo y entenderle de una manera antes no barajeada por las inteligencias a cargo.
Completamente seguro de sus ideas la pequeña creación relaja su postura, no tiene que temer del individuo acorazado. Aunque sus intenciones siguen ocultas tiene plena confianza de que los intereses no chocan.
Debo decirles que están en un sitio peligroso, fue abandonado y ahora muchos males campan a sus anchas.
Habla con la seriedad que lo caracteriza, seguramente Wood puede encontrar una referencia pasada en su mente. Los enemigos del chico “no son para jugar” pues tienen una determinación casi enfermiza en cumplir los objetivos de su señor cueste lo que cueste.
Tengo que contactar a un grupo amistoso en estas tierras, por eso estoy aquí.
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Re: Dogma demoníaco [Libre] [Cerrado]
Sentí que me volvía líquida y tibia cuando sentí a Zero tomarme la mano, pero el contacto duró muy poco. Demasiado pronto se apartó de mí con una palabra de disculpa, me mordí el labio inferior y miré al que se llamó Sceadu, su hombro le había hecho “crack”, tratando de verlo con buenos ojos, hasta parecía un buen material, aprecié su masculinidad “Mmm…” pero estaba fuera de límites, ni siquiera parecía muy humano, es decir, físicamente sí, era otro tipo de biocibernético que el niño, eso estaba claro, eran como el día y la noche, y aunque Zero fuese un poco tétrico por su carencia de expresiones, este otro lo compensaba demasiado de una forma que, por mis experiencias pasadas, me parecía espeluznante. Asentí a Sceadu en reconocimiento a su persona y me sentí como una real idiota entre dos biocibernéticos, ahora que el “peligro” había pasado. Cuando los niños estaban involucrados tendía a exagerar, sobre todo con Zero, que tenía sus propios avatares.
Mientras los metálicos hablaban de sus cosas me puse a mirar los alrededores, en realidad quería volver a tomar de la mano a Zero y experimentar con él, mi lado más jovial quería hacerle muchas cosas, aunque como adulta sabía que no debía. Tal vez ellos tenían códigos de comportamiento y tal, que yo no debería de romper, al menos frente a otros. El lugar estaba viejo, abandonado y se veía lúgubre. No me sorprendió que las palabras de Zero confirmaran mis sospechas y peor aún, que hablara de “males sueltos”. Suspiré, ese niño nunca paraba. Estaba más ocupado que la mayoría de adultos que conocía. ¿Y nos podemos quedar mientras contactas con ellos? ¿O estamos en tu camino? pregunté, cruzando los dedos para que me permitiera quedar.
Espero que esta vez tengas planeado no enfrentarte con más fanáticos, aunque supongo que con Sceadu de nuestra parte sería pan comido… me dirigí hacia el hombre de pelo blanco ¿Qué te trae por aquí? ¿Te vas a quedar a hacernos compañía? Te advierto que este pequeñajo de aquí, es bastante peligroso, algunas veces le rodean sucesos violentos que van más allá de su voluntad, así que… es tu desición me encogí de hombros, no tenía una bola de cristal ni el poder de la premonición, pero mejor que supiera el peor escenario que podía desarrollarse en nuestra compañía. Y era una buena forma de conocer a las personas sin la necesidad de llevarlos a los extremos. Muy bien Zero, tus palabras son mi comando
Mientras los metálicos hablaban de sus cosas me puse a mirar los alrededores, en realidad quería volver a tomar de la mano a Zero y experimentar con él, mi lado más jovial quería hacerle muchas cosas, aunque como adulta sabía que no debía. Tal vez ellos tenían códigos de comportamiento y tal, que yo no debería de romper, al menos frente a otros. El lugar estaba viejo, abandonado y se veía lúgubre. No me sorprendió que las palabras de Zero confirmaran mis sospechas y peor aún, que hablara de “males sueltos”. Suspiré, ese niño nunca paraba. Estaba más ocupado que la mayoría de adultos que conocía. ¿Y nos podemos quedar mientras contactas con ellos? ¿O estamos en tu camino? pregunté, cruzando los dedos para que me permitiera quedar.
Espero que esta vez tengas planeado no enfrentarte con más fanáticos, aunque supongo que con Sceadu de nuestra parte sería pan comido… me dirigí hacia el hombre de pelo blanco ¿Qué te trae por aquí? ¿Te vas a quedar a hacernos compañía? Te advierto que este pequeñajo de aquí, es bastante peligroso, algunas veces le rodean sucesos violentos que van más allá de su voluntad, así que… es tu desición me encogí de hombros, no tenía una bola de cristal ni el poder de la premonición, pero mejor que supiera el peor escenario que podía desarrollarse en nuestra compañía. Y era una buena forma de conocer a las personas sin la necesidad de llevarlos a los extremos. Muy bien Zero, tus palabras son mi comando
Woodpecker
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Re: Dogma demoníaco [Libre] [Cerrado]
Wood desea quedarse, algo que genera cierta tranquilidad en el niño robot. Es un personaje que sabe “cuidarse bien” y además entra en el rango de alianzas… escenario no muy fácil de lograr cuando se persigue un fanático homicida.
Por varios instantes los únicos personajes con encuentro previo del lugar esperan una respuesta del autodenominado Sceadu, esto no ocurre. Z9-42 le mira de medio lado antes de atribuirle un error de sistema.
Debe estar procesando… tardara un poco.
Dicho esto vuelve su atención ante el elemento femenino, debe seguir su búsqueda y ya que ella se ofreció planea aprovechar tal encuentro fortuito. Un grupo de personas capaces es mejor que cualquier individuo solitario.
Sigamos.
Inicia la marcha sin prestar demasiada atención al sintético abandonado, si se recupera puede alcanzarles más adelante. Los bios suelen presentar comportamientos extraños que se solucionan tan rápido como aparecen.
Caminan por aproximadamente media hora sin intercambiar muchas palabras, al final el ambiente se torna más lúgubre que en las afueras. Una falta de vida circundante es lo más perturbador del escenario.
Los vampiros suelen generar efectos similares como bien sabe Zero luego de varias visitas a Sacrestic pero esto va mas allá, después de todo un área evacuada por las circunstancias debería conservar elementos rezagados.
Curioso.
Suelta involuntariamente mientras evalúa la información, quizás los reportes oficiales conseguidos por Giroud estén tergiversados. Los acechadores nocturnos se concentran en la ciudad y no pueden ser causantes de esta desolación masiva.
¡AAAAAHHHHH!
Un fuerte grito reclama la atención del chiquillo artificial enseguida, se escucha cerca y pronto su dueño aparece por una colina. Porta armadura pero ese no es su rango más distintivo, varios apéndices de cristal rojo crecen en severas partes de su cuerpo.
No queremos… “se detiene al ver que su interlocutor avanza en carga violenta”.
Por varios instantes los únicos personajes con encuentro previo del lugar esperan una respuesta del autodenominado Sceadu, esto no ocurre. Z9-42 le mira de medio lado antes de atribuirle un error de sistema.
Debe estar procesando… tardara un poco.
Dicho esto vuelve su atención ante el elemento femenino, debe seguir su búsqueda y ya que ella se ofreció planea aprovechar tal encuentro fortuito. Un grupo de personas capaces es mejor que cualquier individuo solitario.
Sigamos.
Inicia la marcha sin prestar demasiada atención al sintético abandonado, si se recupera puede alcanzarles más adelante. Los bios suelen presentar comportamientos extraños que se solucionan tan rápido como aparecen.
Caminan por aproximadamente media hora sin intercambiar muchas palabras, al final el ambiente se torna más lúgubre que en las afueras. Una falta de vida circundante es lo más perturbador del escenario.
Los vampiros suelen generar efectos similares como bien sabe Zero luego de varias visitas a Sacrestic pero esto va mas allá, después de todo un área evacuada por las circunstancias debería conservar elementos rezagados.
Curioso.
Suelta involuntariamente mientras evalúa la información, quizás los reportes oficiales conseguidos por Giroud estén tergiversados. Los acechadores nocturnos se concentran en la ciudad y no pueden ser causantes de esta desolación masiva.
¡AAAAAHHHHH!
Un fuerte grito reclama la atención del chiquillo artificial enseguida, se escucha cerca y pronto su dueño aparece por una colina. Porta armadura pero ese no es su rango más distintivo, varios apéndices de cristal rojo crecen en severas partes de su cuerpo.
No queremos… “se detiene al ver que su interlocutor avanza en carga violenta”.
- Off:
- Vale, este es un enemigo medio, duro pero no indestructible… comienza la parte divertida jeje.
- Enemigo:
- [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Z9-42
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Re: Dogma demoníaco [Libre] [Cerrado]
Sus palabras mi comando, había dicho y ahora lo cumplía. Zero siempre parecía tener algo en su cabeza. Mi desconocimiento del funcionamiento interno de los bios me impelía a preguntarme muchas cosas sobre él. Muchos de los que me había encontrado en el pasado tenían muy poco de humano, además del cerebro, algunas partes, pero él parecía ser distinto, al igual que Sceadu. Tal vez toda la vida había vivido con prejuicios infundados… o tal vez unos estaban hechos de una forma y otros de otra. Podía ser que los violentos de mi pasado fuesen tan violentos porque eran más máquina que humanos. Tanto pensamiento y todavía no sabía a qué atenerme con Zero. ¿Estaría bien abrazarlo y hacerle mimos? ¿Sería más pesado o más liviano que un niño de carne y hueso? Al tacto no había diferencia, pero al olfatearlo era un tema muy distinto. Me llevé las manos a la cabeza con cierta desesperación, finalmente me contenté con tomar su mano en algunas partes del trayecto. Estar con él me movía muchas cosas.
Nuestro paseo no estaba siendo ameno, es decir, era amena la compañía, pero… ¿por qué Zero tenía que transitar ese camino? Mi día de amor, paz y tranquilidad se estaba volviendo un día normal, donde la tristeza es envolvente y el paisaje desolador y desesperante. El comentario del niño me sobresaltó un poco, hacía rato que no hablábamos y estaba sumergida en un pensamiento profundo. ¿Qué es curioso? pregunté con curiosidad, mirando a los alrededores. Tal vez este era el punto de encuentro con el grupo amistoso del que había hablado antes. Un poco tétrico la verdad, pero yo no era quién para juzgar gustos. Entonces ¡ahí estaba! Sabía que no podía demorar en aparecer algo que me arruinara un día perfecto. El grito había sido tan horrendo que puse mi sonrisa invertida, miré a Zero con tristeza, recordando la expresión que había puesto la última vez. Evalué echármelo bajo el brazo y salir corriendo de allí, la verdad que la idea era muy tentadora.
Mi compañero intentó un diálogo, pero el soldado se limitó a cargar con violencia. Tch hice sonar la lengua contra el paladar. Tu no te andas con fáciles hmmm. Creo que somos una combinación explosiva tú y yo juntos le dije mientras de la mano intentaba apartarlo a un lugar más seguro. Pretendía mantener la voz normal, pero la verdad es que no lo estaba consiguiendo. Me temblaban los brazos, quería transformarme y atacar, mi naturaleza me decía que debía matar al sujeto violento antes de que le hiciera daño al pequeñajo, pero mi parte humana sabía lo que eso significaba. Además esas cosas rojas eran perturbadoras y prometían ser duras. Seguro me iba a ensartar dos o tres de esos cristales... ya podía verlo.
¡AAAAAHHHHH!
¿Qué quieres hacer con él? pregunté antes de lanzarme a correr en mi forma humana hacia la bestia. Tendría que levantar el tono si quería que lo escuchase antes de intentar matarlo, si podía reducirlo lo haría, pero no iba a tener muchos miramientos. Si no quería llegar a una lucha violenta, no podía haber lucha. Yo no sabía no luchar violentamente y debía intentar mantener el lobo a raya. Salté a un lado, esquivando un ataque directo, la espada del guerrero hizo un tajo vertical en el aire, golpeando el suelo con fuerza. Exhalé, no se iba de broma. Vi que quería ir por Zero, así que levanté una piedra del suelo y le tiré a la cabeza. El sonido fue un “clak” metálico que sonó a lata vieja cuando golpeó el casco Jajaja eres lento con esa armadura, ¿por qué no vienes por mí? …Si puedes se volvió hacia mí, gruñendo. Si no supiera mejor, juraría que era una bestia. Le tiré un beso al aire y le guiñé un ojo, subiéndome a una rama baja del árbol que tenía más cerca. Mi adversario corrió hacia mí gruñendo como la bestia idiota que era. Aplaudí un par de veces. Quería hacerle enfadar y parecía ser extremadamente buena en eso.
Cuando estuvo bajo mío, intentando macerarme y picarme de todas las formas posibles, esperé el momento adecuado –cuando su espada se atascó en la madera- para saltar sobre su cabeza y quitarle el casco. Una de dos, o le desnucaba o se salía, pero no iba a soltar esos orejones que tenía de adorno.
Nuestro paseo no estaba siendo ameno, es decir, era amena la compañía, pero… ¿por qué Zero tenía que transitar ese camino? Mi día de amor, paz y tranquilidad se estaba volviendo un día normal, donde la tristeza es envolvente y el paisaje desolador y desesperante. El comentario del niño me sobresaltó un poco, hacía rato que no hablábamos y estaba sumergida en un pensamiento profundo. ¿Qué es curioso? pregunté con curiosidad, mirando a los alrededores. Tal vez este era el punto de encuentro con el grupo amistoso del que había hablado antes. Un poco tétrico la verdad, pero yo no era quién para juzgar gustos. Entonces ¡ahí estaba! Sabía que no podía demorar en aparecer algo que me arruinara un día perfecto. El grito había sido tan horrendo que puse mi sonrisa invertida, miré a Zero con tristeza, recordando la expresión que había puesto la última vez. Evalué echármelo bajo el brazo y salir corriendo de allí, la verdad que la idea era muy tentadora.
Mi compañero intentó un diálogo, pero el soldado se limitó a cargar con violencia. Tch hice sonar la lengua contra el paladar. Tu no te andas con fáciles hmmm. Creo que somos una combinación explosiva tú y yo juntos le dije mientras de la mano intentaba apartarlo a un lugar más seguro. Pretendía mantener la voz normal, pero la verdad es que no lo estaba consiguiendo. Me temblaban los brazos, quería transformarme y atacar, mi naturaleza me decía que debía matar al sujeto violento antes de que le hiciera daño al pequeñajo, pero mi parte humana sabía lo que eso significaba. Además esas cosas rojas eran perturbadoras y prometían ser duras. Seguro me iba a ensartar dos o tres de esos cristales... ya podía verlo.
¡AAAAAHHHHH!
¿Qué quieres hacer con él? pregunté antes de lanzarme a correr en mi forma humana hacia la bestia. Tendría que levantar el tono si quería que lo escuchase antes de intentar matarlo, si podía reducirlo lo haría, pero no iba a tener muchos miramientos. Si no quería llegar a una lucha violenta, no podía haber lucha. Yo no sabía no luchar violentamente y debía intentar mantener el lobo a raya. Salté a un lado, esquivando un ataque directo, la espada del guerrero hizo un tajo vertical en el aire, golpeando el suelo con fuerza. Exhalé, no se iba de broma. Vi que quería ir por Zero, así que levanté una piedra del suelo y le tiré a la cabeza. El sonido fue un “clak” metálico que sonó a lata vieja cuando golpeó el casco Jajaja eres lento con esa armadura, ¿por qué no vienes por mí? …Si puedes se volvió hacia mí, gruñendo. Si no supiera mejor, juraría que era una bestia. Le tiré un beso al aire y le guiñé un ojo, subiéndome a una rama baja del árbol que tenía más cerca. Mi adversario corrió hacia mí gruñendo como la bestia idiota que era. Aplaudí un par de veces. Quería hacerle enfadar y parecía ser extremadamente buena en eso.
Cuando estuvo bajo mío, intentando macerarme y picarme de todas las formas posibles, esperé el momento adecuado –cuando su espada se atascó en la madera- para saltar sobre su cabeza y quitarle el casco. Una de dos, o le desnucaba o se salía, pero no iba a soltar esos orejones que tenía de adorno.
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Re: Dogma demoníaco [Libre] [Cerrado]
Para variar esta vez el objetivo del ataque es Wood y vale destacar que logra eludirlo con bastante facilidad, su enemigo es pesado por lo que posee cierta lentitud al momento de ejecutar las acciones.
En un instante la figura blindada intenta centrar su atención en el niño, objetivo fallido pues una diestra licántropa le pone la tarea difícil. Aquella mujer está decidida a evitar que su acompañante se vea involucrado de forma directa.
Lo siguiente es una estrategia extraña por parte de la señorita, utiliza cierto elemento natural para cobrar ventaja táctica. Todo esto mientras suelta una amplia gama de provocaciones causando más ira en un sujeto de por si inestable.
Todo pasa a un nivel más personal cuando el único elemento aliado de Zero intenta despojar de su casco al extraño guerrero. Tarda un poco pero la protección superior termina por ceder y salir rompiendo algunos cristales en el proceso.
Lo que hay debajo del casco es una imagen perturbadora para cualquiera con sentido común, un vestigio de lo que alguna vez fue un ser humano. Rasgos alterados con tonalidad roja que se complementan en cierta sonrisa macabra, algo va terriblemente mal con su hostil predilecto.
Dicho personaje responde con un cabezazo para intentar apartar al elemento lobuno, luego se pone a reír. No es un sonido natural para nada, parece como si tuviera algo en la garganta y necesitara hacer presión.
Suelta algunos cortes adquiriendo una típica postura atacante a medida que trata de retomar el terreno perdido, su condición no parece mermar en ninguna medida la capacidad ofensiva o la lógica estratégica.
Z9-42 decide intervenir para evitar daños en su aliada… no está bien que otras personas salgan lastimadas por su gesta personal. Avanza en una carga propia que finaliza con cierto salgo doble a modo de patada voladora.
Su acción consigue estampar al sujeto contra el árbol que tanto utilizo Wood en su búsqueda de ventaja, es un buen momento para aplicar un ataque combo pero primero debe recuperar la postura vertical por obvias razones.
El sujeto rojo es un elemento formidable sin duda, si pertenece a la amenaza que combaten los templarios con tanto ahínco… es fácil entender su rápida caída en desgracia. Un grupo numeroso de individuos similares son temibles adversarios.
Tales modificaciones recuerdan al pequeño sintético los métodos empleados por su enemigo, Exos suele utilizar la mejora severa sobre sus seguidores sin miedo a los horrendos efectos secundarios que pueda acarrear.
En un instante la figura blindada intenta centrar su atención en el niño, objetivo fallido pues una diestra licántropa le pone la tarea difícil. Aquella mujer está decidida a evitar que su acompañante se vea involucrado de forma directa.
Lo siguiente es una estrategia extraña por parte de la señorita, utiliza cierto elemento natural para cobrar ventaja táctica. Todo esto mientras suelta una amplia gama de provocaciones causando más ira en un sujeto de por si inestable.
Todo pasa a un nivel más personal cuando el único elemento aliado de Zero intenta despojar de su casco al extraño guerrero. Tarda un poco pero la protección superior termina por ceder y salir rompiendo algunos cristales en el proceso.
Lo que hay debajo del casco es una imagen perturbadora para cualquiera con sentido común, un vestigio de lo que alguna vez fue un ser humano. Rasgos alterados con tonalidad roja que se complementan en cierta sonrisa macabra, algo va terriblemente mal con su hostil predilecto.
Dicho personaje responde con un cabezazo para intentar apartar al elemento lobuno, luego se pone a reír. No es un sonido natural para nada, parece como si tuviera algo en la garganta y necesitara hacer presión.
Suelta algunos cortes adquiriendo una típica postura atacante a medida que trata de retomar el terreno perdido, su condición no parece mermar en ninguna medida la capacidad ofensiva o la lógica estratégica.
Z9-42 decide intervenir para evitar daños en su aliada… no está bien que otras personas salgan lastimadas por su gesta personal. Avanza en una carga propia que finaliza con cierto salgo doble a modo de patada voladora.
Su acción consigue estampar al sujeto contra el árbol que tanto utilizo Wood en su búsqueda de ventaja, es un buen momento para aplicar un ataque combo pero primero debe recuperar la postura vertical por obvias razones.
El sujeto rojo es un elemento formidable sin duda, si pertenece a la amenaza que combaten los templarios con tanto ahínco… es fácil entender su rápida caída en desgracia. Un grupo numeroso de individuos similares son temibles adversarios.
Tales modificaciones recuerdan al pequeño sintético los métodos empleados por su enemigo, Exos suele utilizar la mejora severa sobre sus seguidores sin miedo a los horrendos efectos secundarios que pueda acarrear.
Z9-42
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Re: Dogma demoníaco [Libre] [Cerrado]
Finalmente el casco cedió “tch” era tanta la fuerza que estaba haciendo que caí con el casco en la mano, el cabezazo del guerrero perdiéndose en el aire. ¡Ajá! Te tengo casi que grité, echándome el implemento bajo el brazo y parándome en el acto. Dado que estaba a la espalda del hombre, no pude ver su rostro, pero Zero no parecía estar muy convencido con lo que acababa de descubrir. Por mi parte, ahora que no tenía algo que distorsionara el sonido, su voz sonaba a que estaba roto por dentro. Me dio un chucho que acaparó mi brazo izquierdo y parte de la cabeza. “Estas cosas… acostúmbrate Wood”. No, la verdad que no podía acostumbrarme aunque quisiera y fuese necesario para mi supervivencia. Estaba terriblemente mal.
El vicioso atacante retomó su rutina de intentar matarme. Retírate mientras puedes advertí, usando todos mis recursos para apartarme del camino de su espada. El casco me servía como un escudo decente, aunque las vibraciones de los golpes no eran precisamente gratas cuando me alcanzaba con su arma. Su rostro era el de un hombre que sufre, no podía quitar mis ojos de esas protuberancias rojas. Sería caritativo quitarle la vida, probablemente debía hacerlo, ya que el encuentro tenía que terminar y no estaba dispuesta a darle mi vida en bandeja de plata. Estaba absorta memorizando los patrones de ataque, que no vi venir la espada hacia a mi pierna, a Zero gracias que aún la conserve. Vi como el pequeñajo intervenía justo a tiempo para estampar al grandote contra nuestro significativo árbol especial del odio interracial.
El niño había caído y era mi turno de devolverle el favor. Di una pequeña carrera y estampé el casco contra la cabeza del hombre de la armadura, el metal se abolló, pero el hombre parecía estar lejos de perder el conocimiento. Un pequeño hilo de sangre bajó por su cabeza calva hasta su nuca, perdiéndose dentro de la armadura, luego comenzó a cristalizarse. Apreté los dientes y me apresuré a tomar la espada del suelo para a ponérsela en el cuello. De eso se había tratado toda la maniobra desde un principio: tener un lugar de carne y hueso donde atacar. Créeme, no me quieres ver enojada. Te conviene estarte quieto o perderás la cabeza amenacé, tomando precauciones para no recibir un ataque sorpresa. ¿Por qué nos atacas? ¿Quién te envía? me volví hacia el pequeño biocibernético ¿Qué quieres hacer con él? pregunté. Estaba secretamente orgullosa de haber podido sobrellevar la situación de una forma poco violenta.
Aún no salía de mi asombro con la cuestión de los cristales. Ni siquiera entendía por qué se molestaba en llevar armadura. Seguro que le partía cualquier cosa en su cuerpo y se convertía en piedra. “Mmm… tal vez la armadura le protege de que no se golpee…” era una idea loca, pero por el momento la más lógica. Tal vez la armadura aislaba al individuo y prolongaba su vida como arma. Lo que no quería era saber cómo terminaría la cosa si él moría. Me bajó un escalofrío por la espalda. El hombre era como los que ya nos habíamos enfrentado días antes, al menos tenía la sangre del color que correspondía, aunque la verdad... no sabía cuál era más perturbador.
El vicioso atacante retomó su rutina de intentar matarme. Retírate mientras puedes advertí, usando todos mis recursos para apartarme del camino de su espada. El casco me servía como un escudo decente, aunque las vibraciones de los golpes no eran precisamente gratas cuando me alcanzaba con su arma. Su rostro era el de un hombre que sufre, no podía quitar mis ojos de esas protuberancias rojas. Sería caritativo quitarle la vida, probablemente debía hacerlo, ya que el encuentro tenía que terminar y no estaba dispuesta a darle mi vida en bandeja de plata. Estaba absorta memorizando los patrones de ataque, que no vi venir la espada hacia a mi pierna, a Zero gracias que aún la conserve. Vi como el pequeñajo intervenía justo a tiempo para estampar al grandote contra nuestro significativo árbol especial del odio interracial.
El niño había caído y era mi turno de devolverle el favor. Di una pequeña carrera y estampé el casco contra la cabeza del hombre de la armadura, el metal se abolló, pero el hombre parecía estar lejos de perder el conocimiento. Un pequeño hilo de sangre bajó por su cabeza calva hasta su nuca, perdiéndose dentro de la armadura, luego comenzó a cristalizarse. Apreté los dientes y me apresuré a tomar la espada del suelo para a ponérsela en el cuello. De eso se había tratado toda la maniobra desde un principio: tener un lugar de carne y hueso donde atacar. Créeme, no me quieres ver enojada. Te conviene estarte quieto o perderás la cabeza amenacé, tomando precauciones para no recibir un ataque sorpresa. ¿Por qué nos atacas? ¿Quién te envía? me volví hacia el pequeño biocibernético ¿Qué quieres hacer con él? pregunté. Estaba secretamente orgullosa de haber podido sobrellevar la situación de una forma poco violenta.
Aún no salía de mi asombro con la cuestión de los cristales. Ni siquiera entendía por qué se molestaba en llevar armadura. Seguro que le partía cualquier cosa en su cuerpo y se convertía en piedra. “Mmm… tal vez la armadura le protege de que no se golpee…” era una idea loca, pero por el momento la más lógica. Tal vez la armadura aislaba al individuo y prolongaba su vida como arma. Lo que no quería era saber cómo terminaría la cosa si él moría. Me bajó un escalofrío por la espalda. El hombre era como los que ya nos habíamos enfrentado días antes, al menos tenía la sangre del color que correspondía, aunque la verdad... no sabía cuál era más perturbador.
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Re: Dogma demoníaco [Libre] [Cerrado]
El enemigo pronto se ve en una situación desventajosa con la recuperación rápida de Wood, queda entre “la espada y la pared” en un sentido bastante fiel al argumento… visto en retrospectiva claramente.
Por su parte la amenaza no parece mostrar miedo en su distorsionado rostro, algo característico en todos los seguidores de Exos. Tal parece que el primer “regalo” dado por su empleador siempre es enturbiar emociones poco útiles.
La licántropa hace un buen trabajo interrogando aunque termina por ceder el mando cuando ve que su estrategia no conduce a nada, una vez el niño robot se acerca todo toma un cáliz bastante grotesco.
Viendo que sus secretos están en peligro aquel prisionero acerca su humanidad al filo cortándose de lado a lado la garganta, la sangre se manifiesta pero en un flujo bastante insignificante teniendo en cuenta la zona afectada mostrando también ciertos fragmentos cristalinos.
Dicha herida pese a ser suficiente para mermar el control de cualquier individuo no frena de ninguna manera al soldado desfigurado quien sigue avanzando incluso cuando la espada toca hueso.
Al final y luego de angustiosos segundos para el chiquillo sintético aquel personaje termina por desplomarse ante sus pies, ahora más cerca de cualquier descanso que puede tener reservada la muerte.
Zero lleva numerosas aventuras con muchos desenlaces desagradables pero esta tiene que ser una de las escenas más desconcertantes de su breve existencia, incluso como maquina le cuesta centrarse por casi dos minutos.
Debemos “baja la mirada” es necesario continuar.
Reconoce entonces que su enemigo es un templario, la identificación visual arroja una concordancia de símbolos. Si este sujeto fue un caballero en su pasado… quizás la orden tenga más problemas de los originalmente barajeados.
A la distancia incluso con el grado de iluminación actual se logra distinguir una columna de humo, todo indica que en la fuente pueden encontrar más piezas del rompecabezas y si tienen suerte algún personaje más colaborador.
Nuevamente Z9-42 avanza en silencio, solo levantando la cabeza para escudriñar el camino por seguridad. ¿Cuantas otras cosas tendrá que ver antes de enfrentarse a su antagonista?, ¿Para cuanta gente será demasiado tarde?
Nuevamente agradezco su ayuda señorita Wood… a veces es difícil seguir solo.
Por su parte la amenaza no parece mostrar miedo en su distorsionado rostro, algo característico en todos los seguidores de Exos. Tal parece que el primer “regalo” dado por su empleador siempre es enturbiar emociones poco útiles.
La licántropa hace un buen trabajo interrogando aunque termina por ceder el mando cuando ve que su estrategia no conduce a nada, una vez el niño robot se acerca todo toma un cáliz bastante grotesco.
Viendo que sus secretos están en peligro aquel prisionero acerca su humanidad al filo cortándose de lado a lado la garganta, la sangre se manifiesta pero en un flujo bastante insignificante teniendo en cuenta la zona afectada mostrando también ciertos fragmentos cristalinos.
Dicha herida pese a ser suficiente para mermar el control de cualquier individuo no frena de ninguna manera al soldado desfigurado quien sigue avanzando incluso cuando la espada toca hueso.
Al final y luego de angustiosos segundos para el chiquillo sintético aquel personaje termina por desplomarse ante sus pies, ahora más cerca de cualquier descanso que puede tener reservada la muerte.
Zero lleva numerosas aventuras con muchos desenlaces desagradables pero esta tiene que ser una de las escenas más desconcertantes de su breve existencia, incluso como maquina le cuesta centrarse por casi dos minutos.
Debemos “baja la mirada” es necesario continuar.
Reconoce entonces que su enemigo es un templario, la identificación visual arroja una concordancia de símbolos. Si este sujeto fue un caballero en su pasado… quizás la orden tenga más problemas de los originalmente barajeados.
A la distancia incluso con el grado de iluminación actual se logra distinguir una columna de humo, todo indica que en la fuente pueden encontrar más piezas del rompecabezas y si tienen suerte algún personaje más colaborador.
Nuevamente Z9-42 avanza en silencio, solo levantando la cabeza para escudriñar el camino por seguridad. ¿Cuantas otras cosas tendrá que ver antes de enfrentarse a su antagonista?, ¿Para cuanta gente será demasiado tarde?
Nuevamente agradezco su ayuda señorita Wood… a veces es difícil seguir solo.
- Off:
- Sceadu queda fuera por ausencia
Z9-42
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Re: Dogma demoníaco [Libre] [Cerrado]
Sabes que volviste a cagarla cuando estás VIENDO LA EXPRESIÓN TRISTE de un niño que hasta hace poco creías por tus propios prejuicios que NO DEBERÍA DE TENER EMOCIONES. Un momento estaba dominando la situación, orgullosa de mí y al siguiente el hombre se mata con su propia espada que empuñaba mi mano. Había metido la pata, como siempre; lo había matado, como siempre, aunque esta vez indirectamente, pero era una muerte más bajo el nombre de Woodpecker. Fenrir debía estar sediento tch tiré la espada a un lado, y abracé al pequeño, parecía que esta vez sí lo había roto, no hubo reacción por demasiado tiempo. La muerte había sido horrenda, había echado por tierra todo mi esfuerzo de no mostrarme violenta frente a Zero. Estaba enfadada, pero por encima de eso, preocupada.
El niño pareció comenzar a reaccionar, cerré los ojos y suspiré aliviada. Miré a los alrededores para desviar una mirada que me salía del interior, una mirada acusadora. No quería que él continuase, pero por más que yo no estuviera, lo haría de todas formas. Me sentía masoquista, era como si disfrutara de seguir viendo al niño recibir tortura tras tortura o más bien, no podía dejar de verla porque no soportaría dejarlo solo por segunda vez consecutiva. Ya lo había hecho varios días atrás, con el resultado de no poder concentrarme en nada por más tiempo del que era sano. Esta vez vería que estaba en compañía de aliados que pudieran protegerle. Continuemos entonces dulce Zero le respondí, oteando también el horizonte. Cuando el mocosín me agradeció, sentí que perdía el control de mis emociones, su rostro tenía algo que me apretaba el corazón. Me paré frente a él y le detuve, tomándole de la mano.
Es difícil seguir solo porque no debes seguir solo ¡eres un niño! Los niños no andan solos. ¿Por qué todo esto Zero? pregunté acariciando su mejilla con mucho cuidado, mis manos habían perdido su costumbre de acariciar algo precioso, temblaban por temor a lastimarle con sus cayos. Sentí que me ponía lacrimógena, respiré con fuerza y me puse en pie. Definitivamente era masoquismo extremo, yo no podía cuidar de mis propios hijos ¿qué estaba haciendo? Sin soltar la mano del chico retomé el camino, esperando que sus palabras pudieran llenar el vacío que me envolvía. ¿Qué es esto de Exos? ¿Qué tan confiables son estos aliados? pregunté masajeándome los ojos. Siempre creí que era fuerte, pero esa no era el tipo de situación para la que estaba mentalmente preparada. Estaba más perdida que un tamedo en medio del mar.
El niño pareció comenzar a reaccionar, cerré los ojos y suspiré aliviada. Miré a los alrededores para desviar una mirada que me salía del interior, una mirada acusadora. No quería que él continuase, pero por más que yo no estuviera, lo haría de todas formas. Me sentía masoquista, era como si disfrutara de seguir viendo al niño recibir tortura tras tortura o más bien, no podía dejar de verla porque no soportaría dejarlo solo por segunda vez consecutiva. Ya lo había hecho varios días atrás, con el resultado de no poder concentrarme en nada por más tiempo del que era sano. Esta vez vería que estaba en compañía de aliados que pudieran protegerle. Continuemos entonces dulce Zero le respondí, oteando también el horizonte. Cuando el mocosín me agradeció, sentí que perdía el control de mis emociones, su rostro tenía algo que me apretaba el corazón. Me paré frente a él y le detuve, tomándole de la mano.
Es difícil seguir solo porque no debes seguir solo ¡eres un niño! Los niños no andan solos. ¿Por qué todo esto Zero? pregunté acariciando su mejilla con mucho cuidado, mis manos habían perdido su costumbre de acariciar algo precioso, temblaban por temor a lastimarle con sus cayos. Sentí que me ponía lacrimógena, respiré con fuerza y me puse en pie. Definitivamente era masoquismo extremo, yo no podía cuidar de mis propios hijos ¿qué estaba haciendo? Sin soltar la mano del chico retomé el camino, esperando que sus palabras pudieran llenar el vacío que me envolvía. ¿Qué es esto de Exos? ¿Qué tan confiables son estos aliados? pregunté masajeándome los ojos. Siempre creí que era fuerte, pero esa no era el tipo de situación para la que estaba mentalmente preparada. Estaba más perdida que un tamedo en medio del mar.
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Re: Dogma demoníaco [Libre] [Cerrado]
Los constantes intentos de Wood por mostrar afecto alegran el corazón sintético de la pequeña máquina, es extraño tener esa sensación cálida en el estómago que viene entrelazada con cualquier vestigio de cariño.
Porque… porque “mira al horizonte”.
Tal pregunta lo desubica, las maquinas saben que hacer de antemano. En cierto modo comparten mucho con el instinto animal salvaje… vienen con un juego de patrones que pocas logran quebrantar.
Porque…
Escogió seguir a este enemigo, fue una elección voluntaria. Raras son las creaciones artificiales que pueden decidir con un espectro grande y él fue dotado con las herramientas para realizar tales muestra de independencia.
Es lo correcto.
No está bien mirar a otro lado cuando se comete un crimen, incluso si nadie más lo ve. No es simplemente la naturaleza justiciera severa que envuelve a cualquier robot nativo de Aerandir… es algo que siente dentro.
Exos es un peligro que nadie en Aerandir parece capacitado de enfrentar, mi misión es evitar que cause más daño “suspira” un buen propósito.
No puede negar que sentirse útil le genera cierta satisfacción, esta tarea es más trascendental que intentar entender al ser vivo. Quizás ambos objetivos pueden complementarse con el tiempo y generar algo más hermoso.
Son víctimas de Exos, victimas que saben defenderse “sonríe decidido” el enemigo de mi enemigo es mi amigo.
Los aliados se encuentran en sitios y condiciones inesperadas, mucha de la historia inteligente se basa en saber aprovechar tales momentos oportunos. Como mínimo los templarios pueden resultar un vecino colaborador en el enorme mundo.
¿Qué le guía señorita Wood?
Los ideales de una persona son tema complejo, varían mucho y suelen ser secretos celosamente guardados algunas veces. Z9-42 ha conseguido reunir suficiente confianza como para indagar tal punto, después de todo se siente seguro con la mujer.
Porque… porque “mira al horizonte”.
Tal pregunta lo desubica, las maquinas saben que hacer de antemano. En cierto modo comparten mucho con el instinto animal salvaje… vienen con un juego de patrones que pocas logran quebrantar.
Porque…
Escogió seguir a este enemigo, fue una elección voluntaria. Raras son las creaciones artificiales que pueden decidir con un espectro grande y él fue dotado con las herramientas para realizar tales muestra de independencia.
Es lo correcto.
No está bien mirar a otro lado cuando se comete un crimen, incluso si nadie más lo ve. No es simplemente la naturaleza justiciera severa que envuelve a cualquier robot nativo de Aerandir… es algo que siente dentro.
Exos es un peligro que nadie en Aerandir parece capacitado de enfrentar, mi misión es evitar que cause más daño “suspira” un buen propósito.
No puede negar que sentirse útil le genera cierta satisfacción, esta tarea es más trascendental que intentar entender al ser vivo. Quizás ambos objetivos pueden complementarse con el tiempo y generar algo más hermoso.
Son víctimas de Exos, victimas que saben defenderse “sonríe decidido” el enemigo de mi enemigo es mi amigo.
Los aliados se encuentran en sitios y condiciones inesperadas, mucha de la historia inteligente se basa en saber aprovechar tales momentos oportunos. Como mínimo los templarios pueden resultar un vecino colaborador en el enorme mundo.
¿Qué le guía señorita Wood?
Los ideales de una persona son tema complejo, varían mucho y suelen ser secretos celosamente guardados algunas veces. Z9-42 ha conseguido reunir suficiente confianza como para indagar tal punto, después de todo se siente seguro con la mujer.
Z9-42
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Re: Dogma demoníaco [Libre] [Cerrado]
Jugaba con las palabras de Zero “porque es lo correcto” no podía haber recibido una respuesta más inocente… transparente “porque es lo correcto…” me mordí el labio inferior, masticando la idea. Era lo correcto, podía entender el ideal por sí mismo, pero yo era de las cobardes que jugaba en los márgenes. Nunca podría ser uno de los protagonistas, alguien que iniciaba una cruzada porque “es lo correcto” en toda mi vida, sólo había comenzado uno de esos movimientos, pero sólo para terminar con otra cosa que ya estaba en curso y eso, no me hizo sentir mejor precisamente, solamente removió algunas semillas del mal del mundo de los vivos. ¿Cómo le explicas a un niño que no siempre hacer lo correcto es lo más conveniente? Es decir, es lo mejor… pero las circunstancias eran el factor determinante. Dudaba que un niño pudiera llevar adelante por sí mismo lo que consideraba lo correcto. En primer lugar ¿debía interferir?...
Hmm… no está mal pensar así, pero siempre tienes que tener cuidado. El enemigo de mi enemigo es mi amigo hasta que sus intereses cambien. No puedes confiar ciegamente en el enemigo de tu enemigo. Suspiré, no era como si fuéramos a discutir el arte de la guerra. Nos acercábamos al punto donde se levantaban las columnas de humo. Esperaba que los enemigos de los enemigos no tuvieran a sus enemigos en sus patios en ese mismo momento. Ya había tenido suficiente acción durante el día, sabía que no podía tentar al lobo negro o me mordería. La no violencia no iba conmigo.
¿Qué me guía? miré al pequeñajo por un largo rato, con la mente en blanco. Podía sentir que el chico quería una respuesta y probablemente esperaba que fuese algo destacable. Casi que me avergonzaba saber que la gesta del polluelo era más elevada que todo lo que había hecho en mi vida puesto junto. Me guían muchas cosas… con distintas prioridades. Antes me guiaba un sueño, cuando ese sueño murió, me guiaba mi instinto de supervivencia y de lucha. En este preciso momento me guían mis ganas de protegerte porque me recuerdas a mis hijitos. Supongo que en el presente… me guía la vergüenza de haber fallado y siento que debo redimirme de alguna manera ni siquiera sabía si el pequeño biocibernético comprendía lo que le estaba diciendo, esperaba que no.
Sentí que me tensaba y mis músculos se contraían. La noche se cernía sobre nosotros y con ella las bestias que hallaban en la oscuridad, su hogar. Wendigos susurré, mirando a los alrededores. Podía sentir su pútrido olor a la distancia Esperemos que tus amigos no hayan encontrado un desafortunado final crucé los dedos, realmente lo esperaba. No quería ser portadora de malas noticias, pero mejor que estuviese preparado por si nos encontrábamos con un feo escenario tras la última loma que nos separaba de la verdad.
Hmm… no está mal pensar así, pero siempre tienes que tener cuidado. El enemigo de mi enemigo es mi amigo hasta que sus intereses cambien. No puedes confiar ciegamente en el enemigo de tu enemigo. Suspiré, no era como si fuéramos a discutir el arte de la guerra. Nos acercábamos al punto donde se levantaban las columnas de humo. Esperaba que los enemigos de los enemigos no tuvieran a sus enemigos en sus patios en ese mismo momento. Ya había tenido suficiente acción durante el día, sabía que no podía tentar al lobo negro o me mordería. La no violencia no iba conmigo.
¿Qué me guía? miré al pequeñajo por un largo rato, con la mente en blanco. Podía sentir que el chico quería una respuesta y probablemente esperaba que fuese algo destacable. Casi que me avergonzaba saber que la gesta del polluelo era más elevada que todo lo que había hecho en mi vida puesto junto. Me guían muchas cosas… con distintas prioridades. Antes me guiaba un sueño, cuando ese sueño murió, me guiaba mi instinto de supervivencia y de lucha. En este preciso momento me guían mis ganas de protegerte porque me recuerdas a mis hijitos. Supongo que en el presente… me guía la vergüenza de haber fallado y siento que debo redimirme de alguna manera ni siquiera sabía si el pequeño biocibernético comprendía lo que le estaba diciendo, esperaba que no.
Sentí que me tensaba y mis músculos se contraían. La noche se cernía sobre nosotros y con ella las bestias que hallaban en la oscuridad, su hogar. Wendigos susurré, mirando a los alrededores. Podía sentir su pútrido olor a la distancia Esperemos que tus amigos no hayan encontrado un desafortunado final crucé los dedos, realmente lo esperaba. No quería ser portadora de malas noticias, pero mejor que estuviese preparado por si nos encontrábamos con un feo escenario tras la última loma que nos separaba de la verdad.
Woodpecker
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Re: Dogma demoníaco [Libre] [Cerrado]
El argumento de Wood es cierto aunque por alguna razón Zero trata de maquillarlo en su mente… es la primera vez que decide engañarse en mucho tiempo. Las maquinas piensan lógicamente aunque la mayoría no llora cuando se sienten mal.
Pronto la interrogante del propio sintético hace eco en su amiga, sabe que no es una pregunta a la ligera por lo que calla las ideas personales. Se puede decir con total veracidad que desea recibir tales datos.
La aliada licántropa sorprende al no aparecer solo con una gesta, viene cargando varios objetivos. Algunos finalizados y otros inconclusos, concepto que no parece agradarle demasiado si se tienen en cuenta sus reacciones.
Es un buen norte.
Sonríe sin hacer contacto visual, son misiones personales con buena moralidad. Pese a los fallos del elemento femenino Z9-42 considera su perseverancia destacable. Al final no tiene mucho sentido juzgar los fracasos, es mejor contribuir para mejores desenlaces aunque se trate de un tercero.
La última acotación de Wood despierta inquietud en el “niño”, si una columna de humo por si sola es preocupante… la presencia de carroñeros empeora toda predicción lógica a niveles desalentadores.
Aquel chico robot imprime velocidad en sus piernas para superar la última colina y una vez llega al punto más elevado no puede evitar bajar la mirada, numerosos cadáveres le dan la bienvenida como testimonio de una pelea importante entre fuerzas.
Llegue demasiado tarde…
Varios Wendigos se alimentan de algunos cuerpos descubiertos y aunque se muestran alterados por la intromisión no paran de comer, carecen de un alfa cerca lo que les da el comportamiento de criaturas asustadizas.
Zero avanza en contra del miembro retorcido más cercano y le da un golpe poderoso, cargado durante la carrera. Al principio solo quería hacerle chillar para que las bestias abandonaran la escena pero es incapaz de detener sus ataques.
Solo sigue usando sus puños aumentados hasta que los quejidos cesan y la sangre se desparrama sobre un panorama ya de por si grotesco. Cuando nota que está golpeando únicamente tierra sanguinolenta se detiene.
“Grito desesperado” ¡Esto no debía pasar!
Un malestar se manifiesta en su cabeza pero es rápidamente aplacado por los mecanismos internos, fue una pérdida de control como nunca antes experimentada desde que Niniel regenero su sistema. Respira agitado un tiempo ahora de rodillas hasta que los niveles se normalizan.
No debía pasar “mira sus manos ensangrentadas” otro día en una guerra sin fin.
Pronto la interrogante del propio sintético hace eco en su amiga, sabe que no es una pregunta a la ligera por lo que calla las ideas personales. Se puede decir con total veracidad que desea recibir tales datos.
La aliada licántropa sorprende al no aparecer solo con una gesta, viene cargando varios objetivos. Algunos finalizados y otros inconclusos, concepto que no parece agradarle demasiado si se tienen en cuenta sus reacciones.
Es un buen norte.
Sonríe sin hacer contacto visual, son misiones personales con buena moralidad. Pese a los fallos del elemento femenino Z9-42 considera su perseverancia destacable. Al final no tiene mucho sentido juzgar los fracasos, es mejor contribuir para mejores desenlaces aunque se trate de un tercero.
La última acotación de Wood despierta inquietud en el “niño”, si una columna de humo por si sola es preocupante… la presencia de carroñeros empeora toda predicción lógica a niveles desalentadores.
Aquel chico robot imprime velocidad en sus piernas para superar la última colina y una vez llega al punto más elevado no puede evitar bajar la mirada, numerosos cadáveres le dan la bienvenida como testimonio de una pelea importante entre fuerzas.
Llegue demasiado tarde…
Varios Wendigos se alimentan de algunos cuerpos descubiertos y aunque se muestran alterados por la intromisión no paran de comer, carecen de un alfa cerca lo que les da el comportamiento de criaturas asustadizas.
Zero avanza en contra del miembro retorcido más cercano y le da un golpe poderoso, cargado durante la carrera. Al principio solo quería hacerle chillar para que las bestias abandonaran la escena pero es incapaz de detener sus ataques.
Solo sigue usando sus puños aumentados hasta que los quejidos cesan y la sangre se desparrama sobre un panorama ya de por si grotesco. Cuando nota que está golpeando únicamente tierra sanguinolenta se detiene.
“Grito desesperado” ¡Esto no debía pasar!
Un malestar se manifiesta en su cabeza pero es rápidamente aplacado por los mecanismos internos, fue una pérdida de control como nunca antes experimentada desde que Niniel regenero su sistema. Respira agitado un tiempo ahora de rodillas hasta que los niveles se normalizan.
No debía pasar “mira sus manos ensangrentadas” otro día en una guerra sin fin.
- Off:
- Zero usa su habilidad de Lvl 1 (Golpes cargados)
Z9-42
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Re: Dogma demoníaco [Libre] [Cerrado]
Por una vez no quise ir a la par que el pequeño Zero, después de haber recorrido los caminos durante años y haber presenciado el ambiente oscuro de incontables batallas, tienes ese sexto sentido que te dice que tras el siguiente paso solo encontrarás desolación. No tuve el coraje ni el corazón para tomar de la mano al joven biocibernético y darle valor ¿cómo podría ser tan hipócrita? Sin embargo la presencia de los wendigos no me daba más opción que pulular por las cercanías. Comencé a desvestirme, aún podrían haber algunos zafados de la mente que desearan una muerte rápida. En mi forma de lobo, me asomé al otro lado de la loma y agaché las orejas, dejando escapar un suave quejido. Me aproximé al chico por la espalda lentamente, con la intención de reconfortarle, pero no había mucho que pudiera hacer. El mocoso tenía una mala estrella, tal vez incluso le habían hecho para que viviera uno tras otro esos sufrimientos. “Malditos científicos.
Me senté allí, siguiendo a mi compañero con la mirada. El chico era duro, sabía que procesaría todo eso… al igual que todo lo que había vivido hasta entonces. Mi cabeza me decía que no se rompería ¡pero mi corazón!... si hubiera podido sacrificar una parte de mi cuerpo para no seguir viendo esa expresión en su rostro. Sin embargo, esos eran los tiempos en los que vivíamos, simple y llanamente, así como todos los días sale el sol por el Este y se oculta por el Oeste, así como cada día nacen nuevas vidas y hallan su final otras tantas, esa era la realidad de los tiempos que le habían tocado transitar. Zero tendría que apechar y hacerse hombre antes de tiempo. Me compadecía de él, me dolía su dolor, pero no podía hacer nada. Yo sólo era una loba fracasada que no tenía nada. Sólo poseía mi cuerpo mientras su propia naturaleza no me poseía a mí.
La batalla había sido encarnizada, la costumbre me impelía a observar las evidencias, casi podía imaginarme al ejército de los enemigos de los enemigos, habían sido emboscados. Las pruebas estaban allí, un intento de huida, una intempestiva defensa mal hecha que no duró más que el tiempo en el que esos seres de extraños cuerpos y extrañas sangres se abrieran paso entre los pocos valientes rezagados. Inspiré, llené mis pulmones y dejé escapar un gruñido. Prácticamente podía ver el desarrollo de la batalla, había sido casi un exterminio. Los wendigos se alejaban de los cuerpos de los seguidores de Exos como si sus cuerpos tuvieran ponzoña. Ellos sí sabían dónde meter esos pustulentos hocicos… después de todo, vivían de eso. Me aparté de Zero mientras liberaba su tensión, aunque era una liberación de poder impresionante, la violencia solo atraía violencia.
Liberé mi modo alfa y le cubrí la espalda, gruñendo y encarando a esas bestias oportunistas, quienes se esparcieron en la oscuridad, dejando limpio el campo de muertos. Le aullé a la delgada luz de la luna y sus estrellas, lo hice con tristeza y dolor, el mismo que el chico mostraba en su semblante, mis ladridos eran un eco aguado del sufrimiento de Zero. Le puse mi hocico en su pecho y le acerqué a mí, de la misma forma en la que Siria lo había hecho conmigo muchas lunas atrás. Quería darle mi calor, consolarle en su dolor. No habían palabras para ese pequeño hombre, solo podía ofrecer un hombro en el que pudiera desahogar sus penas. Después de eso, le ofrecí mi lomo para llevarlo hacia donde quisiera, aunque no era un caballo, suponía que un lobo gigante como montura debería de despejar un poco la mente de cualquier niño. Mi pequeño regalo de consuelo y despedida.
Me senté allí, siguiendo a mi compañero con la mirada. El chico era duro, sabía que procesaría todo eso… al igual que todo lo que había vivido hasta entonces. Mi cabeza me decía que no se rompería ¡pero mi corazón!... si hubiera podido sacrificar una parte de mi cuerpo para no seguir viendo esa expresión en su rostro. Sin embargo, esos eran los tiempos en los que vivíamos, simple y llanamente, así como todos los días sale el sol por el Este y se oculta por el Oeste, así como cada día nacen nuevas vidas y hallan su final otras tantas, esa era la realidad de los tiempos que le habían tocado transitar. Zero tendría que apechar y hacerse hombre antes de tiempo. Me compadecía de él, me dolía su dolor, pero no podía hacer nada. Yo sólo era una loba fracasada que no tenía nada. Sólo poseía mi cuerpo mientras su propia naturaleza no me poseía a mí.
La batalla había sido encarnizada, la costumbre me impelía a observar las evidencias, casi podía imaginarme al ejército de los enemigos de los enemigos, habían sido emboscados. Las pruebas estaban allí, un intento de huida, una intempestiva defensa mal hecha que no duró más que el tiempo en el que esos seres de extraños cuerpos y extrañas sangres se abrieran paso entre los pocos valientes rezagados. Inspiré, llené mis pulmones y dejé escapar un gruñido. Prácticamente podía ver el desarrollo de la batalla, había sido casi un exterminio. Los wendigos se alejaban de los cuerpos de los seguidores de Exos como si sus cuerpos tuvieran ponzoña. Ellos sí sabían dónde meter esos pustulentos hocicos… después de todo, vivían de eso. Me aparté de Zero mientras liberaba su tensión, aunque era una liberación de poder impresionante, la violencia solo atraía violencia.
Liberé mi modo alfa y le cubrí la espalda, gruñendo y encarando a esas bestias oportunistas, quienes se esparcieron en la oscuridad, dejando limpio el campo de muertos. Le aullé a la delgada luz de la luna y sus estrellas, lo hice con tristeza y dolor, el mismo que el chico mostraba en su semblante, mis ladridos eran un eco aguado del sufrimiento de Zero. Le puse mi hocico en su pecho y le acerqué a mí, de la misma forma en la que Siria lo había hecho conmigo muchas lunas atrás. Quería darle mi calor, consolarle en su dolor. No habían palabras para ese pequeño hombre, solo podía ofrecer un hombro en el que pudiera desahogar sus penas. Después de eso, le ofrecí mi lomo para llevarlo hacia donde quisiera, aunque no era un caballo, suponía que un lobo gigante como montura debería de despejar un poco la mente de cualquier niño. Mi pequeño regalo de consuelo y despedida.
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