¿Y si hacemos un grillito♫? / Z9-42

Mikaela Tähtien Mar 30 Oct - 17:57

–Madre, repíteme de nuevo por favor, ¿por qué tendría yo que estar presente en este viaje…?– replicó mi hermana Rakell mientras seguía con sus quejas que no habían parado desde que salimos de las tierras del clan y pateaba piedritas -o lo que encontrase- en el trayecto.

–Tal vez por que de las tres, tú eres la que nunca ha acompañado a tu padre a Riolkat, deberías empezar a darle importancia a los tributos y cultos a los dioses como lo hacen tus hermanas– respondió mi madre firme y tranquila sin quisiera mirar a la de ojos verdes.

–Necesitamos nuevos elementos para los próximos rituales, los que tenemos ya se han astillado o estrellado, no es digno de los dioses presentar nuestras preces de esta forma, ahora que no pudo venir padre debemos seguir sus indicaciones y comprar el mejor cristal– explicó mi hermana mayor que cada día se tomaba con más responsabilidad su rol como aprendiz de nuestra madre.

Y tú estás aquí porque eres la que sabe que desean los dioses, eres la indicada de elegir los objetos de tributo, ¡dicelos!, –¡Basta! yo vine por que quería y no porque debía – mi familia me vio extrañada y solo encogí mis hombros apenada –No se los decía a ustedes… es solo que...– distancie mi mirada a lo lejos para observar la lúgubre ciudad de Riolkat, pareciese que la única luz que tenía era por culpa de los rayos que se reflejaban en los ventanales y cristales, –parece que ya hemos llegado, recuerdo estos paisajes– intenté cambiar la conversación y ahorrarme explicaciones sobre Mara.

Nos adentramos entre las casitas y negocios, el tiempo no había pasado en esta comunidad, todo era igual a como lo recordaba aunque no pisaba desde hace años este lugar.

–Seguramente podremos encontrar algo más que vidrio y alhajeros...– miré a Rakell que aún seguía con una expresión de disgusto, –deberías al menos apreciar un poco la mano de obra de estos artesanos que esa cara seria no te ayudará a divertirte aquí–

–Tal vez tengas razón, puede ser que encuentre algo interesante para comprar… o robar... – río sarcásticamente, solo pude rechistar y girar mis orbes hacia otra dirección.

–Mika, Rakell, su hermana y yo iremos a comprar el cristal con el socio de tu padre, ustedes quédense en la ciudad, procuraremos no tardar, espero se comporten y están aquí puntuales cuando regresemos...– nos ordenó madre en lo que preparaba su bolso con la lista de materiales que mi abuela le había escrito y el nombre del compañero de mi padre.

–Esta bien, estaremos dando vueltas por ahí… vamos....– Rakell tomó mi mano para dirigirme a una tienda de hermosas decoraciones de cristal.

En una de las mesitas se encontraban pequeñas figuras de animales talladas finamente, cada detalle estaba bien cuidado.

–Sería genial tener uno de estos que pudieran tocar hermosos sonidos, ¿no lo crees Rakell?–, dije sin dejar de mirar al grillo de cristal.

–Para eso mejor consiguete uno de verdad en el bosque cuando regresemos...– contestó inmediatamente en un tono plano, tal vez estaba equivocada pero sentía que algo más le molestaba a mi hermana, aunque no quería molestarle con mis preguntas por el momento.

Era una lástima que no tuviera el dinero suficiente para comprar todos los artículos, pero no me podía quitar de la cabeza tener un pequeño grillo musical de mascota.

Z9-42 Miér 31 Oct - 16:30

Lo bueno de tener al nuevo concejo de la Olimpus funcionando es que Zero puede tomarse tiempo libre para recorrer Aerandir como solía hacerlo, un poco de rutina familiar en su guerra constante contra Exos.

Como sus fuerzas están trabajando en Lunargenta decidió dar un paseo en otra de las grandes ciudades aerandianas, Roilkat. No es su primera vez en la ciudad aunque tiene bien presente que cada visita a un sitio resulta única.

A pesar de que el futuro es incierto se ve cierto animo en los habitantes, algo que sin duda tiene que ver con la recuperación de la capital. Las victorias son buenas para subir la moral de una población.

Hace algunas semanas estas mismas personas sonrientes no podían mostrar más que desesperación en sus rostros, es bueno que las cosas estén cambiando en el buen sentido del concepto.

Zero pasea por el mercado perdiéndose entra las distintas baratijas, siempre ha tenido en buena estima las tallas de vidrio. Existen métodos modernos que los habitantes de este mundo desconocen pero aun así se las arreglan para crear cosas fantásticas.

A medida que explora se encuentra con elementos extranjeros, dos habitantes del bosque. Se sorprende porque muchos elfos decidieron evitar las ciudades humanas con todo el tema de la guerra.

Involuntariamente termina escuchando su conversación por andar mirando los mismos artículos del par, la idea permanece en su mente algunos minutos antes de decidirse por soltar impresiones al grupo desconocido… algo que rara vez suele hacer.

Existen muchas formas de hacerlo, yo conozco una si les interesa.

Sonríe para generar empatía, muchas veces las intromisiones desconocidas son tomadas de mala manera. Espera que ambas mujeres puedan ver más allá de su apariencia infantil y darle una oportunidad.

Se queda cerca aunque ahora sus ojos juegan entre los artículos, si desean conocer más solo deben preguntar. Z9.42 aprecia ayudar a las personas, no es una de sus misiones principales pero le gusta tenerle entre ellas.

A medida que espera entrecierra los ojos para ver los diversos colores que forma el vidrio cuando recibe de lleno la luz del sol, amaba eso en la base… quizás incluso antes pues suele recordar un artículo en específico que no se encuentra en sus registros de memoria tangibles.

Mikaela Tähtien Dom 11 Nov - 4:40

Palurda, si quieres una mascota entonces haz lo que te dice Rakell y deja de perder el tiempo en pensar estupideces… me golpee la frente con mi palma derecha para ignorar a Mara, cuando abrí de nuevo los ojos observé a un niño de aspecto rígido que se encontraba a unos centímetros de nosotras ignorando completamente el tiempo que venía escuchando nuestra conversación, pero al parecer por lo que nos decía, sabía sobre mis deseos, y aunque su sonrisa me intrigaba más que generar confianza, razone un poco,¿qué podría hacerme un pequeño niño?.

–¿De verdad conoces un lugar donde venden figuras musicales?– curiosa quise asegurarme de que podría ser posible,– de ser así ¡haría lo que fuera por ello!– miré fijamente al niño y le devolví la sonrisa que anteriormente nos había mostrado.

–Mika, vamos… ignora al mocoso y sigamos viendo la ciudad...– me miró Rakell con desasosiego, sus brazos cruzados esperando a unos metros frente a mí a que fuera con ella.

–Me sorprendes Rakell, tu eres la primera en exaltarse cuando hay algo nuevo que nos saque de la rutina, este niño me quiere ayudar y con gusto aceptaré lo dicho...– antes de que pudiera terminar de hablar la de ojos verdes me interrumpió con mala actitud –Sabes, haz lo que quieras, pero yo regresaré al centro de la ciudad,si te pierdes o no llegas a tiempo no te cubriré esta vez– me advirtió mientras se alejaba y se dirigía a ver el resto del lugar.

–Si, lo que digas querida hermana, ¡recuerda que también me debes favores!– subí mi tono para que Rakell pudiera escucharme pero solo levantó su mano izquierda sin mirar atrás, era obvio que le daba igual si me metía en problemas.

–Ignorala, a veces es un poco antipática, pero Rakell es buena y educada si se levantó con el pie correcto...– suspiré y me coloque en cuclillas para ponerme a la altura del niño, lo cual no me cansaba, no contaba con una altura prestigiosa, –¿cómo podrías ayudarme?–, ahora que lo observaba mejor su piel estaba totalmente intacta, ni un solo rasguño, no tenía mugre que era algo normal en ver en un crío de su edad, se podría decir que estaba reluciente, –Soy Mika, ¿cómo te llamas?– le pregunté una vez que volví a concentrarme, no quería incomodar.

Z9-42 Dom 11 Nov - 21:36

Una de las que fugazmente se revela que son hermanas toma la acotación del pequeño sintético con buena actitud, algo que por desgracia no se replica en su familiar... tendencia bastante corriente si se piensa con lógica.

Zero ya ha conocido a suficientes hermanos como para saber que suelen ser muy diferentes entre sí, aunque suene extraño las personalidades opuestas terminan por formarse mucho en un entorno familiar con varios hijos contemporáneos.

Lamento haber causado incomodidad “baja la mirada”.

Afortunadamente las disculpas no son necesarias, la autodenominada Mika revela que su pariente tiene un carácter voluble. Tales extremos también tienden a desarrollarse entre los hermanos por alguna razón, “cada cabeza es un mundo”.

La fémina adopta una altura más cercana a su pequeño interlocutor y pasa severos instantes detallando el aspecto del mismo. Zero se limita a mirarle de medio lado confundido pero luego recuerda que su apariencia resalta mucho gracias a la limpieza.

A todas luces Z9-42 debe ser el “niño” más pulcro de Aerandir, quizás solo con excepción de algún heredero real. La mujer toma una posición más recatada varios minutos después y comienza con las presentaciones.

Me llamo Zero, es un gusto señorita Mika.

Dice extendiendo la mano, ahora con una sonrisa más amena. Le gusta conocer nuevas personas, especialmente si puede ayudarlas de alguna manera. Por casi un año esa fue su misión principal… con algunas variables adicionales claro.

Las figuras musicales son raras en Aerandir, muchas personas suelen conformarse con cajas de música. Sin embargo yo puedo fabricar una para usted… soy un niño muy especial.

Los bios tienen la habilidad innata de crear cosas elaboradas, Zero no es la excepción. Aunque su especialidad se decanta por otras áreas, es capaz de fabricar bonitos aparatos triviales demasiado técnicos para ser replicados por artesanos normales.

Es como cocinar para mi… aunque prefiero cocinar “niega con la cabeza” para fabricar una figura sonora necesito algunos ingre… materiales.

Sin duda Giroud es una mala influencia, desde que le enseño como hacer un pastel el chico robot no ha dejado de revisar recetas culinarias. Se siente bastante bien cuando sigue las instrucciones al pie de la letra y logra algo delicioso.

Sea como sea parece que tendrá entretenimiento para el día, sin duda le hacía falta despejarse. Todo el asunto de Exos puede ser agotador, aprovecha los pequeños momentos de tranquilidad como cualquier ser inteligente.

Mikaela Tähtien Miér 5 Dic - 0:43

Acepté el saludo del niño con entusiasmo, de él emanaba un aura sosegada y parecía ser gentil y educado, solté su mano para volver a estar de pie por completo, sabía muy poco de la situación actual que vivían los humanos pero confiaba que él no me pondría en peligro alguno y quería ayudarme ya sea a cambio de un favor o aeros.

–Pareces un chico afable y de confianza– crucé mis brazos sin dejar de observar al chico –seguro que eres especial si consigues hacer mi tan encaprichado pedido, dime qué materiales necesitas y los conseguiré sin duda alguna – señale confiada, como si tuviera muchos aeros, algún transporte o algo de ayuda, pero ya había conseguido alguien que hiciera mi grillito musical, ¿qué podía perder?.

Las escasas miradas en el lugar reposaban en mi nuca y el rostro de Zero, pareciese que nunca habían visto a una dama y a un niño -por más especial que dijese ser- hablar pero ni el esfuerzo hice para verlos.

–Vamos a movernos más allá….– indique con mi índice hacia el norte, bajo de un techo maltrecho de una casa que pareciese abandonada por sus dueños ya hace tiempo –volviendo al tema, Zero, ¿qué es exactamente lo que necesitas?– finalice sonriente.

¿Cómo puedes confiar en un mocoso? Vaya Mara había vuelto, y más agradable que antes, era una mejora para nuestra relación y convivencia ¡Estólida! como siempre, confiando a lo tarugo…

Z9-42 Miér 5 Dic - 10:19

Las estrategias sociales del pequeño Zero surten efecto, es bueno ver que hablar de manera cordial sigue funcionando tanto como antes. Parece que solo con las fuerzas de Exos es imposible abrir un canal de comunicación.

Mientras hablan el joven sintético nota que varias miradas se posan sobre ellos, claramente algo les resulta extraño. Z9-42 está completamente seguro de su fachada humana sigue intacta por lo que el único elemento extraño es la raza de Mika.

Humanos y elfos suelen llevarse relativamente bien aunque son tiempos duros, la desconfianza puede calar muy rápido en los humanoides pensantes. Triste realidad que ocurre en ambos lados del portal.

Es una buena idea señorita Mika.

Asiente para luego seguir de cerca a la mujer, toman posición en la fachada de una casa abandonada. Se puede decir con total veracidad que ahora están libres de miradas indiscretas u otros elementos complicados…

Buenos días señorita Rakell.

Dice con una sonrisa amena, es claro que la recién llegada no confía en él aunque su duda se basa en preceptos sociales. Un bio suele tener muchas más capacidades que la apariencia mostrada por su avatar original.

Necesito un kilo de metal ligero, dos hilos de cobre, una tabla mediana de madera, una moneda de oro, pinzas pesadas de herrero y acceso a una forja por al menos treinta minutos “menea la cabeza mientras repasa mentalmente la lista para ver que no le falte nada” eso debería bastar.

Ya selecciono el diseño más apropiado para la realidad aerandiana, uno que puede fabricarse con los materiales básicos del entorno y resistir su embate por muchos años. En definitiva, un artilugio nativo.

Aerandir posee los elementos naturales necesarios para fabricar muchas cosas futuristas aunque suene extraño, después de todo es un mundo rico en depósitos naturales. Lo único que se precisa es el conocimiento junto con la voluntad.

Los procesos evolutivos en materia tecnológica surgen como pequeñas ventanas en manos de gente visionaria, un bio con buenos registros históricos podría crear vehículos blindados, aeroplanos y rifles de repetición si tuviera la motivación requerida… o una mente muy independiente.

La tarea no debería tarda más de medio día, el producto será muy hermoso… como los juguetes de papá “se pierde algunos instantes en un recuerdo fantasma pero pronto recupera su rostro controlado”.

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