Día de la Cosecha, Samhain [Evento Global]
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Re: Día de la Cosecha, Samhain [Evento Global]
Los grandes hombres se estiraban y entraban en calentamiento antes de empezar, la mayoría de ellos bebían una gran jarra de cerveza de un solo trago, y luego festejaban con sus amigotes dándose empujones amistosos y golpes poderosos que dejaba en evidencia sus cualidades más destacables. Entre todos ellos estaba Amit, se lo notaba concentrado haciendo una rutina de estiramiento que nadie entendía muy bien, levantando los brazos bien alto, bajándolos de repente y rotando la cadera de un lado a otro.
El Mausu había dejado sus cosas a un lado de la cancha, así tenía todas sus patas libres para poder correr. Claramente ninguno de los equipos quería tener a Amit de su lado, por lo que fue elegido al último y a regañadientes. El roedor hacía oído sordo a las criticas estaba muy seguro de su capacidad para realizar esta tarea, y se encontraba limpiándose los bigotes cuando una mujer tropezó con él.
-¡¡Tchik!! – Se sorprendió el Mausu, frente a él había una dama de cabellos plateados y ojos morados, parecía estar tan sorprendida como el Hombre- ratón, y fue aún mayor la sorpresa cuando aceptó participar de la competencia- Curioso ¡Tchik! Muy curioso –
Ahora que los equipos estaban completos, se acomodaron en ambos lados de la cancha, Amit intentó ubicarse lo mejor posible, pero al ser superado en peso y altura por todo el resto de los jugadores decidió que sería mejor usar la cabeza. Uno de los hombres se paró en medio con la pelota en la mano y la lanzó al aire, acto seguido, varios de los competidores saltaron para intentar adueñarse del preciado balón.
En todo eso no había nada que el Mausu pudiera hacer, así que intentó mantenerse cerca de quienes iban ganando la posesión de la pelota, tanto fuera para lograr que se la pasaran, como para intentar quitársela a un rival. Amit corría de un lugar a otro, como era más pequeño, también podía pasar por sitios que los demás no podían, como entre las piernas o por debajo de varios hombres.
Luego de varios minutos de juego, varios de los contrincantes se habían juntado en el centro del campo, se empujaban y tiraban entre sí, intentando quitarse el balón unos a otros sin demasiado éxito.
-Tenemos que sacarlo, luego podremos correr directo sin que nadie se interponga – Como la mayoría se encontraba distraído dentro de ese gran nudo humano, llegar a la meta suponía el tener que esquivar a muchos menos adversarios – ¡Sígueme! – Le dijo Amit a la mujer, ya que era la única que parecía notar que estaba en el terreno.
El Mausu se metió entre medio de las piernas de uno de los hombres y comenzó a empujar, cualquiera diría que su cuerpo regordete no podía pasar por allí, pero era muy elástico y pronto su figura se perdió por entre medio de los jugadores. Luego de algunos segundos un balón salió volando por la parte de arriba de la montaña humana en dirección a la mujer.
-¡Agárralo y corre! – Se escuchó la aguda voz de Amit desde algún sitio entre medio del montón de brazos y piernas.
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El Mausu había dejado sus cosas a un lado de la cancha, así tenía todas sus patas libres para poder correr. Claramente ninguno de los equipos quería tener a Amit de su lado, por lo que fue elegido al último y a regañadientes. El roedor hacía oído sordo a las criticas estaba muy seguro de su capacidad para realizar esta tarea, y se encontraba limpiándose los bigotes cuando una mujer tropezó con él.
-¡¡Tchik!! – Se sorprendió el Mausu, frente a él había una dama de cabellos plateados y ojos morados, parecía estar tan sorprendida como el Hombre- ratón, y fue aún mayor la sorpresa cuando aceptó participar de la competencia- Curioso ¡Tchik! Muy curioso –
Ahora que los equipos estaban completos, se acomodaron en ambos lados de la cancha, Amit intentó ubicarse lo mejor posible, pero al ser superado en peso y altura por todo el resto de los jugadores decidió que sería mejor usar la cabeza. Uno de los hombres se paró en medio con la pelota en la mano y la lanzó al aire, acto seguido, varios de los competidores saltaron para intentar adueñarse del preciado balón.
En todo eso no había nada que el Mausu pudiera hacer, así que intentó mantenerse cerca de quienes iban ganando la posesión de la pelota, tanto fuera para lograr que se la pasaran, como para intentar quitársela a un rival. Amit corría de un lugar a otro, como era más pequeño, también podía pasar por sitios que los demás no podían, como entre las piernas o por debajo de varios hombres.
Luego de varios minutos de juego, varios de los contrincantes se habían juntado en el centro del campo, se empujaban y tiraban entre sí, intentando quitarse el balón unos a otros sin demasiado éxito.
-Tenemos que sacarlo, luego podremos correr directo sin que nadie se interponga – Como la mayoría se encontraba distraído dentro de ese gran nudo humano, llegar a la meta suponía el tener que esquivar a muchos menos adversarios – ¡Sígueme! – Le dijo Amit a la mujer, ya que era la única que parecía notar que estaba en el terreno.
El Mausu se metió entre medio de las piernas de uno de los hombres y comenzó a empujar, cualquiera diría que su cuerpo regordete no podía pasar por allí, pero era muy elástico y pronto su figura se perdió por entre medio de los jugadores. Luego de algunos segundos un balón salió volando por la parte de arriba de la montaña humana en dirección a la mujer.
-¡Agárralo y corre! – Se escuchó la aguda voz de Amit desde algún sitio entre medio del montón de brazos y piernas.
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- FDI:
- Muchas gracias Alana por responderme n_n
Amit'tek
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Re: Día de la Cosecha, Samhain [Evento Global]
La vampiresa al principio no participo de forma muy activa, porque todo era testosterona y alcohol. Pero el hombre-ratón era más interesante, ya que antes de ello, Alana nunca había visto a uno. Tras un par de carreras, en las que no hizo gran cosa, el hombrecillo la dijo que se preparé y ella así lo hizo.
Con curiosidad observo como él se escurría entre todos los presentes en aquella “pelea” y el balón saliendo sobre sus cabezas hacia ella. Con hábil salto usando su destreza vampírica, la chica agarro la bola deseada y empezó a correr hacia la línea. Los hombres gritaron tras ella, las manos empezaban a ser dirigidos hacia ella, para atraparla. Pero ella era más rápida, además no corrían en línea recta taba tumbos, dejando que los cuerpos grandes y pesados se resbalen en cada movimiento brusco de ella.
Llego al final de su recorrido.
Cuando llego tiró el balón al suelo y con una mueca de satisfacción miró al ratón. Los hombres blasfemaban en dirección a los dos y contra todo el equipo. Pero a ella, no la importó.
-Buen trabajo, Ratoncito. Me llamo Alana, por cierto.
Comento, antes de que algunos de los jugadores la intenten abrazar o tocar felicitándola. La chica los esquivó a todos.
-Gracias, pero es mejor que lo agradezcan a él.
Señalo al hombrecillo y se dirigió hacia la mitad de campo, dejando que sea él el vitoreado y abrazado.
YA estaba preparada para la siguiente carrera.
-Oye, yo atraparé el balón cuando lo lance y lo tiraré por abajo hacia las piernas, atrápalo justo tras su formación, vale?
-Este es el último lanzamiento! El que lo gane ganó la partida!
Dijo el hombre que estaba frente a ellos. Alana pensó en su maestro que estaría aun tirado por ahí y casi se alegró de que su aventura con los juegos no durase demasiado. Pero no era momento, para desconcentrarse. Se preparó para saltar y atrapar, pero antes miro a su nuevo “amigo” asegurándose de que entendió lo que le ha dicho.
El hombre lanzo el balón y la mujer uso las sombras sobre el rostro de él para desorientarlo lo suficiente para que dude en su movimiento, salto y agarro la bola. Dos de los jugadores cercanos a ella, se la lanzaron, pero a ella le ha dado tiempo lanzar por la hierba con fuerza aquella pelota en dirección al ratoncito. Si el correría sin duda esta partida sería la de ellos. Pero ella no vería ya como lo hacía dos grandes cuerpos caían sobre ella aplastándola.
Alana les empujaba para liberarse, pero aquellos dos no la hicieron nada fácil la tarea. Quería morder o mostrar que era un vampiro, pero se detuvo a tiempo. Al fin se liberó de ellos, como si fuera humana y miro hacia el final de aquel campo improvisado buscando al hombrecillo.
Con curiosidad observo como él se escurría entre todos los presentes en aquella “pelea” y el balón saliendo sobre sus cabezas hacia ella. Con hábil salto usando su destreza vampírica, la chica agarro la bola deseada y empezó a correr hacia la línea. Los hombres gritaron tras ella, las manos empezaban a ser dirigidos hacia ella, para atraparla. Pero ella era más rápida, además no corrían en línea recta taba tumbos, dejando que los cuerpos grandes y pesados se resbalen en cada movimiento brusco de ella.
Llego al final de su recorrido.
Cuando llego tiró el balón al suelo y con una mueca de satisfacción miró al ratón. Los hombres blasfemaban en dirección a los dos y contra todo el equipo. Pero a ella, no la importó.
-Buen trabajo, Ratoncito. Me llamo Alana, por cierto.
Comento, antes de que algunos de los jugadores la intenten abrazar o tocar felicitándola. La chica los esquivó a todos.
-Gracias, pero es mejor que lo agradezcan a él.
Señalo al hombrecillo y se dirigió hacia la mitad de campo, dejando que sea él el vitoreado y abrazado.
YA estaba preparada para la siguiente carrera.
-Oye, yo atraparé el balón cuando lo lance y lo tiraré por abajo hacia las piernas, atrápalo justo tras su formación, vale?
-Este es el último lanzamiento! El que lo gane ganó la partida!
Dijo el hombre que estaba frente a ellos. Alana pensó en su maestro que estaría aun tirado por ahí y casi se alegró de que su aventura con los juegos no durase demasiado. Pero no era momento, para desconcentrarse. Se preparó para saltar y atrapar, pero antes miro a su nuevo “amigo” asegurándose de que entendió lo que le ha dicho.
El hombre lanzo el balón y la mujer uso las sombras sobre el rostro de él para desorientarlo lo suficiente para que dude en su movimiento, salto y agarro la bola. Dos de los jugadores cercanos a ella, se la lanzaron, pero a ella le ha dado tiempo lanzar por la hierba con fuerza aquella pelota en dirección al ratoncito. Si el correría sin duda esta partida sería la de ellos. Pero ella no vería ya como lo hacía dos grandes cuerpos caían sobre ella aplastándola.
Alana les empujaba para liberarse, pero aquellos dos no la hicieron nada fácil la tarea. Quería morder o mostrar que era un vampiro, pero se detuvo a tiempo. Al fin se liberó de ellos, como si fuera humana y miro hacia el final de aquel campo improvisado buscando al hombrecillo.
Alana
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Re: Día de la Cosecha, Samhain [Evento Global]
En apenas un pestañeo me veo que estoy solo apoyado contra una pared y con un dolor de cabeza que comienza a ser remitente. El mundo se mueve gelatinoso a mis ojos y parece que este montado en la cubierta de un barco en plena tempestad. Pero no quiero estar en el suelo, necesito moverme. Tengo el suficiente raciocinio para ser consciente de que si me quedo dormido en un lugar como este al despertar me habrán quitado hasta los calzones.
Una vez en pie, avanzo zarandeandome de un lado al otro y siendo evitado por las personas que avanzan hacia a mi. Muchos se ríen, pero el efecto del alcohol me hace obviar dichos sonidos. Puede que en otra ocasión hubiese aprovechado para quemarles vivos; era su día de suerte.
Inexplicablemente, al pasar por una zona bastante despejada, siento como el aire corre de una forma inusualmente fuerte.
- ¡Pero qué hace ese loco cruzando por el medio del campo de tiro!
Bah... seguro que es cosa del clima.
Continuo caminando sin rumbo fijo hasta que encuentro una figura familiar al lado de otra más pequeña.
- ¿Pego qué hace Neil aquhí? - balbuceo por el alcohol.
Me acerco dando tumbos reconociendo a Orome.
- Guenos guías Ogome... - saludo a mi compañera de Ciudad Lagarto. - Veo que cogos nos hemos comago vacagiones... - sonrío y luego miro a Neil (Jeannie). - ¿Y tú quhé hajes aguhí? ¿Poh quhé te has ecacago? ¿Góngue esca Megegith? - la cojo de la mano y miro a Orome. - Gisculpa, gragias por cuigarlo de nuego... - tiro de Neil (Jeannie) y me lo llevo prácticamente arrastras. - ¡Te has mequigo en un guen lío jovengico!
Salgo andando con gran dificultad, a los efectos del alcohol se le une un Neil rebelde que intenta zafarse.
Una vez en pie, avanzo zarandeandome de un lado al otro y siendo evitado por las personas que avanzan hacia a mi. Muchos se ríen, pero el efecto del alcohol me hace obviar dichos sonidos. Puede que en otra ocasión hubiese aprovechado para quemarles vivos; era su día de suerte.
Inexplicablemente, al pasar por una zona bastante despejada, siento como el aire corre de una forma inusualmente fuerte.
- ¡Pero qué hace ese loco cruzando por el medio del campo de tiro!
Bah... seguro que es cosa del clima.
Continuo caminando sin rumbo fijo hasta que encuentro una figura familiar al lado de otra más pequeña.
- ¿Pego qué hace Neil aquhí? - balbuceo por el alcohol.
Me acerco dando tumbos reconociendo a Orome.
- Guenos guías Ogome... - saludo a mi compañera de Ciudad Lagarto. - Veo que cogos nos hemos comago vacagiones... - sonrío y luego miro a Neil (Jeannie). - ¿Y tú quhé hajes aguhí? ¿Poh quhé te has ecacago? ¿Góngue esca Megegith? - la cojo de la mano y miro a Orome. - Gisculpa, gragias por cuigarlo de nuego... - tiro de Neil (Jeannie) y me lo llevo prácticamente arrastras. - ¡Te has mequigo en un guen lío jovengico!
Salgo andando con gran dificultad, a los efectos del alcohol se le une un Neil rebelde que intenta zafarse.
- Off:
- Permiso de Jeannie para cogerla de la mano y llevarmela, o al menos intentarlo jejeje
Rumpel
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Re: Día de la Cosecha, Samhain [Evento Global]
Amit salió arrastrándose desde debajo de algunos hombres y vio como la mujer corría hacia la línea de meta. Varios adversarios la perseguían, pero Alana era muy ágil y lograba esquivarlos con la gracia de una bailarina. El Mausu empujó apoyando las patas en el barro hasta que logró salir, su pelaje blanco estaba completamente manchado, tendría que darse un buen baño para poder sacarse toda esa tierra, pero se lo veía feliz y cuando la joven anotó el punto levantó los brazos y dio varios saltos para festejar.
-¡Tchik! ¡Bien hecho! ¡Bien hecho! – El roedor estaba felicitando a Alana cuando uno de los musculosos hombres decidió festejar con él, levantándolo del piso y estrujándolo entre sus fuertes brazos, no fue una experiencia exactamente agradable.
Pataleando y chillando algunas maldiciones lo regresaron al piso, justo en el instante en que Alana le daba instrucciones al Mausu de cómo iba a ser la siguiente jugada. Amit asintió y fue corriendo a su sitio.
Cuando la chica saltó para agarrar el balón, Amit podía casi asegurar que una sombra extraña se presentó entre medio de quienes disputaban la pelota. El ratón se refregó los ojos, pensando que estaba viendo mal, y para cuando volvió a abrirlos la sombra ya no estaba ¡Y el balón venía hacía él!
Nervioso, corrió para agarrarlo primero, saltó y lo sostuvo con pies y manos. Pero no podía quedarse quieto, lo enredo con su cola para que no se le escapara y luego comenzó a correr en cuatro patas en dirección a la meta. Gracias a su tamaño y velocidad podía pasar por debajo de las piernas de los rivales antes de que pudieran amagar a agarrarlo, y aunque alguno pudiera ponerle las manos encima, su cuerpo flexible se resbalaba y lograba escapar.
Estaba a pocos metros de llegar a la meta, el Mausu sonreía contento, imaginándose que sería quien hiciera el punto que ganaría el juego. De pronto todo el paisaje comenzó a dar vueltas y vueltas, uno de los rivales había salido del costado y golpeado con el hombro al ratón para evitar que anotara. Claro que con la diferencia de tamaño y peso lo que hubiese sido un simple empujón para otros, en Amit dio como resultado el salir volando de la cancha hasta golpear contra el público.
El balón se soltó de su cola y los contrincantes aprovecharon el momento de confusión para anotar el último punto y quedarse con el partido.
El roedor se levantó con dificultad del piso, estaba cubierto de barro de pies a cabeza, pero de todos modos no se sentía decepcionado. Se acercó a la mujer que le había dado el pase y le ofreció la mano a modo de felicitación y saludo.
-¡Tchik! Bien jugado, soy Amit´Tek ¡Tchik! Fue muy divertido ¿Cierto? – Sus ojos rojos destacaban más ahora que estaba todo cubierto de tierra y miraban con curiosidad a la dama que se había animado a participar de tan violento juego.
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Aquí el resultado de la runa Neutral ¡Fue divertido! Agradezco a Alana la participación
-¡Tchik! ¡Bien hecho! ¡Bien hecho! – El roedor estaba felicitando a Alana cuando uno de los musculosos hombres decidió festejar con él, levantándolo del piso y estrujándolo entre sus fuertes brazos, no fue una experiencia exactamente agradable.
Pataleando y chillando algunas maldiciones lo regresaron al piso, justo en el instante en que Alana le daba instrucciones al Mausu de cómo iba a ser la siguiente jugada. Amit asintió y fue corriendo a su sitio.
Cuando la chica saltó para agarrar el balón, Amit podía casi asegurar que una sombra extraña se presentó entre medio de quienes disputaban la pelota. El ratón se refregó los ojos, pensando que estaba viendo mal, y para cuando volvió a abrirlos la sombra ya no estaba ¡Y el balón venía hacía él!
Nervioso, corrió para agarrarlo primero, saltó y lo sostuvo con pies y manos. Pero no podía quedarse quieto, lo enredo con su cola para que no se le escapara y luego comenzó a correr en cuatro patas en dirección a la meta. Gracias a su tamaño y velocidad podía pasar por debajo de las piernas de los rivales antes de que pudieran amagar a agarrarlo, y aunque alguno pudiera ponerle las manos encima, su cuerpo flexible se resbalaba y lograba escapar.
Estaba a pocos metros de llegar a la meta, el Mausu sonreía contento, imaginándose que sería quien hiciera el punto que ganaría el juego. De pronto todo el paisaje comenzó a dar vueltas y vueltas, uno de los rivales había salido del costado y golpeado con el hombro al ratón para evitar que anotara. Claro que con la diferencia de tamaño y peso lo que hubiese sido un simple empujón para otros, en Amit dio como resultado el salir volando de la cancha hasta golpear contra el público.
El balón se soltó de su cola y los contrincantes aprovecharon el momento de confusión para anotar el último punto y quedarse con el partido.
El roedor se levantó con dificultad del piso, estaba cubierto de barro de pies a cabeza, pero de todos modos no se sentía decepcionado. Se acercó a la mujer que le había dado el pase y le ofreció la mano a modo de felicitación y saludo.
-¡Tchik! Bien jugado, soy Amit´Tek ¡Tchik! Fue muy divertido ¿Cierto? – Sus ojos rojos destacaban más ahora que estaba todo cubierto de tierra y miraban con curiosidad a la dama que se había animado a participar de tan violento juego.
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Aquí el resultado de la runa Neutral ¡Fue divertido! Agradezco a Alana la participación
Amit'tek
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Re: Día de la Cosecha, Samhain [Evento Global]
Tras interrumpir el linchamiento de la muchacha por parte de la multitud de lanzamiento de troncos, supuse que las cosas extrañas ya habían terminado y podría volver a mi vida normal de comedora de dulces. Pero nada más lejos de la realidad, como siempre. Un hombre extraño y visiblemente bebido se acerca a nosotras, parece conocer a la otra chica. Bueno, entonces si se conocen les dejaré juntos y me iré a... El hombre me agarra de la mano. Me quedo pálida. ¿Se puede saber qué hace?
- Suélteme señor. Suélteme ahora mismo, ¿quien se ha creído que es? -Intento zafarme sin hacerle daño. Está claro que es todo fruto de la confusión por la bebida. Pero de todas formas no tengo muchas ganas de terminar en sabe Isil qué cosa turbia con un hombre borracho.
"¿Quieres que le de su merecido?"
- Si lo haces es muy probable que terminemos en un baño de sangre, como es habitual.
"No tenemos por qué, depende enteramente de la gente que nos rodea, aunque es cierto que se suelen meter donde no les llaman. Y eso... Termina mal."
Suspiro e intento escuchar los balbuceos del borracho. Me habla como si fuese una conocida suya. Bueno, más bien un conocido suyo. Me lleva de la mano pero no me hace daño, así que decido que lo más pacífico será acompañarle. Si algo sale mal... Pues bueno. Echo una mano a una de las flechas escondidas en los pliegues de la capa. Tan solo habrá que pinchar un poquito, ni siquiera la mayor de las borracheras puede librarte del dolor de perder un ojo.
- Me llamo Jeannie Fawkes, no sé con quien me está confundiendo, pero no soy esa persona.
Intento razonar con él. Pero mirándole de cerca, parece estar demasiado borracho para escuchar y procesar razonamientos. Suspiro y vuelvo la mirada hacia donde, unos instantes antes, estaba Sergei. No me vendría mal la compañía del grandullón en estos momentos. Seguramente intimidaría a este hombre y podría seguir mi camino.
Al menos sería de ayuda para aclarar la situación. No tiene por qué tener malas intenciones, pero el alcohol... El alcohol saca lo más horrible y primario de las personas. Tan solo espero que el sitio al que me lleve no sea... Bueno, no sea un burdel.
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- Suélteme señor. Suélteme ahora mismo, ¿quien se ha creído que es? -Intento zafarme sin hacerle daño. Está claro que es todo fruto de la confusión por la bebida. Pero de todas formas no tengo muchas ganas de terminar en sabe Isil qué cosa turbia con un hombre borracho.
"¿Quieres que le de su merecido?"
- Si lo haces es muy probable que terminemos en un baño de sangre, como es habitual.
"No tenemos por qué, depende enteramente de la gente que nos rodea, aunque es cierto que se suelen meter donde no les llaman. Y eso... Termina mal."
Suspiro e intento escuchar los balbuceos del borracho. Me habla como si fuese una conocida suya. Bueno, más bien un conocido suyo. Me lleva de la mano pero no me hace daño, así que decido que lo más pacífico será acompañarle. Si algo sale mal... Pues bueno. Echo una mano a una de las flechas escondidas en los pliegues de la capa. Tan solo habrá que pinchar un poquito, ni siquiera la mayor de las borracheras puede librarte del dolor de perder un ojo.
- Me llamo Jeannie Fawkes, no sé con quien me está confundiendo, pero no soy esa persona.
Intento razonar con él. Pero mirándole de cerca, parece estar demasiado borracho para escuchar y procesar razonamientos. Suspiro y vuelvo la mirada hacia donde, unos instantes antes, estaba Sergei. No me vendría mal la compañía del grandullón en estos momentos. Seguramente intimidaría a este hombre y podría seguir mi camino.
Al menos sería de ayuda para aclarar la situación. No tiene por qué tener malas intenciones, pero el alcohol... El alcohol saca lo más horrible y primario de las personas. Tan solo espero que el sitio al que me lleve no sea... Bueno, no sea un burdel.
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- OFF:
- Off: Interacción con Rumpel.
Irinnil Fawkes
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Re: Día de la Cosecha, Samhain [Evento Global]
Las cuerdas se agitaron en la garganta y una risa despreocupada salio de mi boca. -No te preocupes por esos detalles. Unas monedas menos no son problema. -Los orbes dorados se cruzaron con los iris azul marinos. -Deuda seria si te invitara aun banquete real. -La amabilidad salio de nuevo a flote en forma de sonrisa. -No pienses en ello y disfrutemos de la fiesta.
La luz que el fuego de las antorchas y faroles producían, provocaban en las alas de la cuerva pequeños reflejos que tornaban algunas plumas de color verde oscuro. El baile de colores que danzaba en la espalda de Ava me dejo obnubilada por unos instantes. Son preciosas, ojala las tuviera abiertas. La voz de la morena preguntando por mi hija me saco de mis pensamientos. -Siempre consigue encontrarme. Tengo la teoría de que tiene nariz de licantropo. -Reí mi propia broma encarando los ojos hacia el rosto de la mujer.
Con el transcurrir de las pisadas el aglomeramiento de gente fue menguando, la bajada de afluencia ahora permitía poder despegar los brazos del cuerpo. Sujetando con una mano el vaso y con la otra los platos escuchaba atenta las costumbres de Ava, era fascinante como una misma celebración se festejaba de formas distintas dependiendo del lugar al que pertenecías.
-No, que va. Nosotras somos del norte, pero ahora vivimos en Ulmer. -Quise hacer un gesto con la mano, pero al tenerlas ocupadas rectifique el movimiento y me lleve el vaso de Lavey a la boca. -Aunque, pasamos mucho tiempo fuera de casa. -Nos encontrábamos cerca de las mesas cuando la morena de cuernos de ébano hizo su siguiente pregunta. -La situación es precaria, los pueblos y aldeas aun se están recuperando. Y en Lunargenta seguro que aun están reconstruyendo las calles y murallas. Hace poco se hizo el pasacalles por Dundarak con el rey y sus héroes. Desde que acabo la guerra no e vuelto a ir a ninguna de las capitales, la verdad. -Rememorando todo lo que había sucedido deje que mis ojos se perdieran en el horizonte en dirección a la capital humana. -La ciudad esta peor que nunca, aun no se recupera de la peste y estalla una guerra. No se como la gente todavía vive allí.
Mientras tanto, en el mismo espacio temporal pero en lugar distinto...
Una joven dragona corretea por los puestos de comida, tiene un puño apretado y metido en el bolsillo. En el se guardan las preciadas monedas para la cena de su nueva amiga. -¿Que tendría que comprar? Tiene alas de pájaro... ¿Comerá semillas y frutas? -Lavey hablaba para si misma mientras olfateaba el ambiente y se dejaba guiar por los olores. -Pero también tiene cuernos... Mmmm ¿Comerá solo verduras? Pero yo también tengo cuernos y me gusta la carne.
Los oídos de la rubia captaron el sonido de agua... no, de un caldo en ebullición. Curiosa, se acerco al puesto y se encontró una hoya de hierro con un caldo espeso donde flotaban diversas verduras y unos trozos de carne. A Lavey le brillaron los ojos con fuerza, había encontrado la cena perfecta para una perfecta desconocida.
-¡Quiero de eso! -Dijo decidida al hombre que atendía el mostrador. -Por favor. -Añadió rápido. -Quiero un plato de esa sopa que huele tan bien y... -Con un dedo sobre la barbilla miro que mas había. -Y un vaso de aquello. -La pequeña señalo un barril de vino, al tiempo que sacaba las monedas del bolsillo. Después de unas sonrisas y agradecimientos la chiquilla ya tenia la cena en las manos.
-Si yo fuera ella ¿Donde iría? -La cantidad de respuestas eran abrumadoras así que opto por una solución mas sencilla. -Disculpe, señora. -Lavey acababa de parar a una elfa de ojos violeta. -¿Sabe donde hay algún lugar donde sentarse a comer? -La elfa movió las orejas y señalando con el dedo una dirección, dio a la niña algunas indicaciones. -Muchas gracias. -Le dijo la pequeña antes de perderse entre la multitud. -Los elfos son listos, tengo que aprender de ellos. -Lavey seguía hablando sola mientras anotaba mentalmente la relación entre las orejas largas y la inteligencia.
Los pasos y las indicaciones no tardaron en llevar a la joven hacia el grupo de mesas solitarias donde se encontraban las dos morenas. Si hubiera sido otro día hubiera tardado mas en encontrarnos, si hubiera conocido a otra clase de persona le hubiera costado mas vernos. Pero en cuanto Lavey llego vio las enormes alas de Ava que se abrían alrededor de su cuerpo.
-Así estas mucho mejor. -Miraba a la mujer-bestia con aprobación al ver como estiraba las alas. -Es molesto cuando no las puedes desplegar.
Le decía a la morena con causa de conocimiento, sin caer en la cuenta de que ella no conocía la naturaleza de mi ser.
-Waaaaaaa!! -A lo lejos un grito emocionado me llamo la atención. Era una voz que conocía de sobra. -Eso es... es maravilloso. -La joven lagartija quería correr, pero sabiendo que eso desembocaría en desgracia opto por caminar deprisa hasta llegar a la mesa y dejar la cena encima. -¿Puedo... puedo? -Lavey se había olvidado por completo de la comida y del esfuerzo por escoger la adecuada, ahora solo quería tocar aquellas alas. -Ojala yo pudiera hacer lo mismo. ¿Son suaves? Seguro que son suaves.
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Off: Interacción con Ava.
La luz que el fuego de las antorchas y faroles producían, provocaban en las alas de la cuerva pequeños reflejos que tornaban algunas plumas de color verde oscuro. El baile de colores que danzaba en la espalda de Ava me dejo obnubilada por unos instantes. Son preciosas, ojala las tuviera abiertas. La voz de la morena preguntando por mi hija me saco de mis pensamientos. -Siempre consigue encontrarme. Tengo la teoría de que tiene nariz de licantropo. -Reí mi propia broma encarando los ojos hacia el rosto de la mujer.
Con el transcurrir de las pisadas el aglomeramiento de gente fue menguando, la bajada de afluencia ahora permitía poder despegar los brazos del cuerpo. Sujetando con una mano el vaso y con la otra los platos escuchaba atenta las costumbres de Ava, era fascinante como una misma celebración se festejaba de formas distintas dependiendo del lugar al que pertenecías.
-No, que va. Nosotras somos del norte, pero ahora vivimos en Ulmer. -Quise hacer un gesto con la mano, pero al tenerlas ocupadas rectifique el movimiento y me lleve el vaso de Lavey a la boca. -Aunque, pasamos mucho tiempo fuera de casa. -Nos encontrábamos cerca de las mesas cuando la morena de cuernos de ébano hizo su siguiente pregunta. -La situación es precaria, los pueblos y aldeas aun se están recuperando. Y en Lunargenta seguro que aun están reconstruyendo las calles y murallas. Hace poco se hizo el pasacalles por Dundarak con el rey y sus héroes. Desde que acabo la guerra no e vuelto a ir a ninguna de las capitales, la verdad. -Rememorando todo lo que había sucedido deje que mis ojos se perdieran en el horizonte en dirección a la capital humana. -La ciudad esta peor que nunca, aun no se recupera de la peste y estalla una guerra. No se como la gente todavía vive allí.
Mientras tanto, en el mismo espacio temporal pero en lugar distinto...
Una joven dragona corretea por los puestos de comida, tiene un puño apretado y metido en el bolsillo. En el se guardan las preciadas monedas para la cena de su nueva amiga. -¿Que tendría que comprar? Tiene alas de pájaro... ¿Comerá semillas y frutas? -Lavey hablaba para si misma mientras olfateaba el ambiente y se dejaba guiar por los olores. -Pero también tiene cuernos... Mmmm ¿Comerá solo verduras? Pero yo también tengo cuernos y me gusta la carne.
Los oídos de la rubia captaron el sonido de agua... no, de un caldo en ebullición. Curiosa, se acerco al puesto y se encontró una hoya de hierro con un caldo espeso donde flotaban diversas verduras y unos trozos de carne. A Lavey le brillaron los ojos con fuerza, había encontrado la cena perfecta para una perfecta desconocida.
-¡Quiero de eso! -Dijo decidida al hombre que atendía el mostrador. -Por favor. -Añadió rápido. -Quiero un plato de esa sopa que huele tan bien y... -Con un dedo sobre la barbilla miro que mas había. -Y un vaso de aquello. -La pequeña señalo un barril de vino, al tiempo que sacaba las monedas del bolsillo. Después de unas sonrisas y agradecimientos la chiquilla ya tenia la cena en las manos.
-Si yo fuera ella ¿Donde iría? -La cantidad de respuestas eran abrumadoras así que opto por una solución mas sencilla. -Disculpe, señora. -Lavey acababa de parar a una elfa de ojos violeta. -¿Sabe donde hay algún lugar donde sentarse a comer? -La elfa movió las orejas y señalando con el dedo una dirección, dio a la niña algunas indicaciones. -Muchas gracias. -Le dijo la pequeña antes de perderse entre la multitud. -Los elfos son listos, tengo que aprender de ellos. -Lavey seguía hablando sola mientras anotaba mentalmente la relación entre las orejas largas y la inteligencia.
Los pasos y las indicaciones no tardaron en llevar a la joven hacia el grupo de mesas solitarias donde se encontraban las dos morenas. Si hubiera sido otro día hubiera tardado mas en encontrarnos, si hubiera conocido a otra clase de persona le hubiera costado mas vernos. Pero en cuanto Lavey llego vio las enormes alas de Ava que se abrían alrededor de su cuerpo.
-Así estas mucho mejor. -Miraba a la mujer-bestia con aprobación al ver como estiraba las alas. -Es molesto cuando no las puedes desplegar.
Le decía a la morena con causa de conocimiento, sin caer en la cuenta de que ella no conocía la naturaleza de mi ser.
-Waaaaaaa!! -A lo lejos un grito emocionado me llamo la atención. Era una voz que conocía de sobra. -Eso es... es maravilloso. -La joven lagartija quería correr, pero sabiendo que eso desembocaría en desgracia opto por caminar deprisa hasta llegar a la mesa y dejar la cena encima. -¿Puedo... puedo? -Lavey se había olvidado por completo de la comida y del esfuerzo por escoger la adecuada, ahora solo quería tocar aquellas alas. -Ojala yo pudiera hacer lo mismo. ¿Son suaves? Seguro que son suaves.
_________
Off: Interacción con Ava.
Reivy Abadder
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Re: Día de la Cosecha, Samhain [Evento Global]
La voz de Neil suena demasiado aguda. Me detengo un momento para mirarlo.
-¿Poh quhé te has dejado el pelo tan largo? - achino los ojos intentando enfocar mejor, pero sigue siendo Neil con una melena enormemente larga. - ¿Con quhién hablhas? - miro a los alrededores pero no veo que nadie se dirija a él.
Vuelvo a caminar mientras Neil dice que se llama Jeannie Fawkes y dice que lo estoy confundiendo. ¿Cómo voy a confundir a mi propio hijo?
- Hijo... no ehs momento para jueghüecitos... Lo quhe has heco está mmuuuuuyyy mal... - le reprendo con una mirada que busca ser seria.
La gente nos mira, como si algo malo estuviera pasando.
- ¿Pequeña estás bien? - dice una mujer que se acerca a nosotros acompañada del que debe de ser su marido, o amante, quien sabe.
- ¿¡Cómo que pequeña!? ¡Mi hijo es un niño! ¿Está usted ciega? ¡Por las llamas! ¡ Vamos Neil! - tiro de él y me lo alejo de las furibundas miradas que ne dirigen.
No puedo mostrarme violento ante mi hijo, pero en otra ocasión ya estarían muertos. Avanzo entre los puestos arrastrando a Neil que parece más dócil y ha dejado de decir que es otra persona.
- No the queas que poh pohtate bien ahoga te vas a ligah del castigo... - balbuceo con la lengua como dormida.
Pero la cruda realidad es que hace mucho tiempo que no lo veo y que... definitivamente no puedo enfadarme con mi hijo. En nuestro errante caminar sin ir a ningún sitio en particular, ¿a dónde iba yo? Ni idea. Puedo ver como hay una tienda donde venden cosas dulces y se me acrecenta un terrible antojo por tomar algo de eso.
- Bien... - me detengo de golpe. - Sólo poh quhé hace muco tiempo quhe no nos gemos... vamos a tomarnos un gulce... ¡PEGO! Vas a estar castigago igual... guéspues... - vuelvo a tirar de él hasta la tienda de dulces. - Bien... pide lo quhe más the gusque...
Miro a la dependienta con una sonrisa en la que prácticamente no puedo abrir los ojos. Los párpados son muy pesados.
-¿Poh quhé te has dejado el pelo tan largo? - achino los ojos intentando enfocar mejor, pero sigue siendo Neil con una melena enormemente larga. - ¿Con quhién hablhas? - miro a los alrededores pero no veo que nadie se dirija a él.
Vuelvo a caminar mientras Neil dice que se llama Jeannie Fawkes y dice que lo estoy confundiendo. ¿Cómo voy a confundir a mi propio hijo?
- Hijo... no ehs momento para jueghüecitos... Lo quhe has heco está mmuuuuuyyy mal... - le reprendo con una mirada que busca ser seria.
La gente nos mira, como si algo malo estuviera pasando.
- ¿Pequeña estás bien? - dice una mujer que se acerca a nosotros acompañada del que debe de ser su marido, o amante, quien sabe.
- ¿¡Cómo que pequeña!? ¡Mi hijo es un niño! ¿Está usted ciega? ¡Por las llamas! ¡ Vamos Neil! - tiro de él y me lo alejo de las furibundas miradas que ne dirigen.
No puedo mostrarme violento ante mi hijo, pero en otra ocasión ya estarían muertos. Avanzo entre los puestos arrastrando a Neil que parece más dócil y ha dejado de decir que es otra persona.
- No the queas que poh pohtate bien ahoga te vas a ligah del castigo... - balbuceo con la lengua como dormida.
Pero la cruda realidad es que hace mucho tiempo que no lo veo y que... definitivamente no puedo enfadarme con mi hijo. En nuestro errante caminar sin ir a ningún sitio en particular, ¿a dónde iba yo? Ni idea. Puedo ver como hay una tienda donde venden cosas dulces y se me acrecenta un terrible antojo por tomar algo de eso.
- Bien... - me detengo de golpe. - Sólo poh quhé hace muco tiempo quhe no nos gemos... vamos a tomarnos un gulce... ¡PEGO! Vas a estar castigago igual... guéspues... - vuelvo a tirar de él hasta la tienda de dulces. - Bien... pide lo quhe más the gusque...
Miro a la dependienta con una sonrisa en la que prácticamente no puedo abrir los ojos. Los párpados son muy pesados.
Rumpel
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Re: Día de la Cosecha, Samhain [Evento Global]
Alana aun se liberaba de las manos libertinas de los dos hombres, mientras intentaba ver al hombrecillo. Tuvo que reducir a uno de ellos y amenazar al otro, para que mantengan sus manos en donde los corresponde o la rompería por completo y no solo fracturas leves como en este caso. No pudo ayudar a su compañero de equipo a evitar que le robaran el balón y anotaran. Casi maldice, pero se recordó que solo era un juego y que en realidad daba igual quién ganará. Todos parecían felices de terminar y se saludaban, pero ella puso cara de pocos amigos para que nadie más la toque, odiaba que la tocará alguien desconocido.
Vio como el ratoncito se acercaba a ella. Acepto su patita, un gesto de buena voluntad por ser el ser más interesante de este evento y le miro con curiosidad.
-No ha estado mal, llevo tiempo sin participar en nada semejante. Me complace conocerte, Amit´Tek, siento no haberte ayudado pero algunos no saben cuándo tener sus manos quietas.
Miro de soslayo a sus espaldas donde uno de los hombres aun sostenía su muñeca por haberla estado manoseando y reteniendo, mientras se producía la jugada. Podría haber usado toda su fuerza y destreza vampíricos, pero no quería más problemas de los que ya ha tenido esta noche y en esta festividad.
-Ha sido un placer tremendo compartir contigo esta jugada y el partido. Asique espero que algún día tengamos la oportunidad de repetirlo.
Comento ella, mientras arreglaba su cabello y se ponía de nuevo la capa negra, escondiendo su rostro.
-Y ahora he de irme a buscar a alguien. Buenas lunas!
Dijo ella, ya escondida por completo. Alejándose cada vez más de aquel campo, hacia donde terminaba el tiro con el hacha.
-No olvides mis palabras, algún día nos veremos!
Se giró pasando entre los grandullones con hachas, chocando con el hombre menos impresionante, se alejó por completo de la zona de juegos. Se acercó a varios puestos a comprar comida y bebida, para su maestro.
“Te esfuerzas demasiado, él no lo va a apreciar….Tan solo déjalo ahí tirado y márchate”
Alana hizo caso omiso a su mente y fue hacia donde ha dejado a Rumpel tendido, pero no estaba ahí. Por un momento, pensó que algo le ha sucedido, pero el olor a alcohol mezclado con la esencia de Rumpel aún no han desaparecido de este sitio y se fio de su olfato para seguirlo, tan solo para encontrarlo en una tienda de dulces con una elfa de pelo negro, que Alana antes vio siendo un “tronco”.
La mujer no sabía si reír de la situación o que. Pero esta noche al final ha sido un desastre total y la diversión prometida fue con alguien diferente. Movió la cabeza de un lado para otro, mientras observo por un instante a aquella extraña pareja, y dejo la bolsa con la comida a un lado de Rumpel, sin molestarse si quiera en saludarlo.
Era normal que el mago tenga sus diversiones con las mujeres, por lo que la importaba un comino que este con otra. Pero era una de estas cosas que no olvidaría y tendría en cuenta si la situación la exigía tomar decisiones importantes.
Con un movimiento tranquilo, la mujer avanzó por las calles hacia la posada donde tenían una habitación reservada. Era hora de descansar.
Vio como el ratoncito se acercaba a ella. Acepto su patita, un gesto de buena voluntad por ser el ser más interesante de este evento y le miro con curiosidad.
-No ha estado mal, llevo tiempo sin participar en nada semejante. Me complace conocerte, Amit´Tek, siento no haberte ayudado pero algunos no saben cuándo tener sus manos quietas.
Miro de soslayo a sus espaldas donde uno de los hombres aun sostenía su muñeca por haberla estado manoseando y reteniendo, mientras se producía la jugada. Podría haber usado toda su fuerza y destreza vampíricos, pero no quería más problemas de los que ya ha tenido esta noche y en esta festividad.
-Ha sido un placer tremendo compartir contigo esta jugada y el partido. Asique espero que algún día tengamos la oportunidad de repetirlo.
Comento ella, mientras arreglaba su cabello y se ponía de nuevo la capa negra, escondiendo su rostro.
-Y ahora he de irme a buscar a alguien. Buenas lunas!
Dijo ella, ya escondida por completo. Alejándose cada vez más de aquel campo, hacia donde terminaba el tiro con el hacha.
-No olvides mis palabras, algún día nos veremos!
Se giró pasando entre los grandullones con hachas, chocando con el hombre menos impresionante, se alejó por completo de la zona de juegos. Se acercó a varios puestos a comprar comida y bebida, para su maestro.
“Te esfuerzas demasiado, él no lo va a apreciar….Tan solo déjalo ahí tirado y márchate”
Alana hizo caso omiso a su mente y fue hacia donde ha dejado a Rumpel tendido, pero no estaba ahí. Por un momento, pensó que algo le ha sucedido, pero el olor a alcohol mezclado con la esencia de Rumpel aún no han desaparecido de este sitio y se fio de su olfato para seguirlo, tan solo para encontrarlo en una tienda de dulces con una elfa de pelo negro, que Alana antes vio siendo un “tronco”.
La mujer no sabía si reír de la situación o que. Pero esta noche al final ha sido un desastre total y la diversión prometida fue con alguien diferente. Movió la cabeza de un lado para otro, mientras observo por un instante a aquella extraña pareja, y dejo la bolsa con la comida a un lado de Rumpel, sin molestarse si quiera en saludarlo.
Era normal que el mago tenga sus diversiones con las mujeres, por lo que la importaba un comino que este con otra. Pero era una de estas cosas que no olvidaría y tendría en cuenta si la situación la exigía tomar decisiones importantes.
Con un movimiento tranquilo, la mujer avanzó por las calles hacia la posada donde tenían una habitación reservada. Era hora de descansar.
Alana
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Re: Día de la Cosecha, Samhain [Evento Global]
El hombre sigue confundiéndome con otra persona. Comienzo a cansarme un poco.
"Apuñálale la entrepierna, tal vez así nos suelte."
- ¡No pienso apuñalarle la entrepierna, no ha hecho nada malo todavía!
La gente que nos cruzamos en ese momento me mira durante un segundo y después hacia mi acompañante. O raptor, más bien. Una pareja se acerca y me pregunta si estoy bien. Voy a responder, pero los gritos del hombre ahogan mi petición de ayuda. Un nuevo tirón nos aleja rápidamente de aquellos amables extraños que solo querían ayudar.
Ahora habla de algún tipo de castigo. Cada vez entiendo menos de lo que ocurre.
"Cree que eres su hijo o algo así."
- ¿Su hijo? Pero qué demonios, este hombre está ciego o algo... - Me señalo los pechos- ¡No son tan pequeños y voy medio desnuda, por el amor de Isil!
Nos detenemos al lado de un puesto de dulces y... Para mi sorpresa dice que pida lo que más me guste. Supongo que algo bueno podré sacar de esta situación. Me suelta un segundo, un pequeño segundo que utilizo para apartarme un poco del hombre. Una joven se acerca y deja algún tipo de paquete al lado del borracho.
- Buenas noches, quiero trece de esos. -Señalo unos pequeños pastelitos con arándanos encima. - Otras quince galletas y... - Me doy toquecitos en el labio inferior con el dedo, pensativa. -Vale, la mitad de esa tarta de ahí.
La mujer empaca todo en un paquetito con un pañuelo y me lo tiende.
- Cóbreselo todo a mi padre, yo he de irme ya. Muchas gracias.
Saludo con la mano a la dependienta. Y corro entre la gente.
- ¿A dónde vas con tanta prisa Jeannie?
- Oh, Sergei, lánzame de nuevo, hay mucha gente y un hombre extraño me ha confundido con su hijo, debo huír.
- Madre de... Venga, por qué no, sé que es solo una excusa y lo que quieres es que te lance, ahí vas.
Dejo que la magia fluya de nuevo a través de mi cuerpo, flexiono las piernas sobre el brazo de Sergei y en el último segundo me impulso. Vuelo por los aires con el paquetito de dulces a la espalda.
- ¡Cuidado ahí abajo!
Pero era demasiado tarde, caigo sobre un hombre y voy rodando por el suelo, aplastando los pastelitos. Miro hacia arriba y veo a una chica de pelos plateados caminando tranquilamente hacia mi posición. Me levanto y me sacudo un poco. Abro el paquetito de los pasteles.
- Oh... Vaya...
Me entristece verlos todos juntos, todos los pedacitos mezclándose entre sí. Suspiro profundamente y vuelvo a cerrar el paquete.
"Apuñálale la entrepierna, tal vez así nos suelte."
- ¡No pienso apuñalarle la entrepierna, no ha hecho nada malo todavía!
La gente que nos cruzamos en ese momento me mira durante un segundo y después hacia mi acompañante. O raptor, más bien. Una pareja se acerca y me pregunta si estoy bien. Voy a responder, pero los gritos del hombre ahogan mi petición de ayuda. Un nuevo tirón nos aleja rápidamente de aquellos amables extraños que solo querían ayudar.
Ahora habla de algún tipo de castigo. Cada vez entiendo menos de lo que ocurre.
"Cree que eres su hijo o algo así."
- ¿Su hijo? Pero qué demonios, este hombre está ciego o algo... - Me señalo los pechos- ¡No son tan pequeños y voy medio desnuda, por el amor de Isil!
Nos detenemos al lado de un puesto de dulces y... Para mi sorpresa dice que pida lo que más me guste. Supongo que algo bueno podré sacar de esta situación. Me suelta un segundo, un pequeño segundo que utilizo para apartarme un poco del hombre. Una joven se acerca y deja algún tipo de paquete al lado del borracho.
- Buenas noches, quiero trece de esos. -Señalo unos pequeños pastelitos con arándanos encima. - Otras quince galletas y... - Me doy toquecitos en el labio inferior con el dedo, pensativa. -Vale, la mitad de esa tarta de ahí.
La mujer empaca todo en un paquetito con un pañuelo y me lo tiende.
- Cóbreselo todo a mi padre, yo he de irme ya. Muchas gracias.
Saludo con la mano a la dependienta. Y corro entre la gente.
- ¿A dónde vas con tanta prisa Jeannie?
- Oh, Sergei, lánzame de nuevo, hay mucha gente y un hombre extraño me ha confundido con su hijo, debo huír.
- Madre de... Venga, por qué no, sé que es solo una excusa y lo que quieres es que te lance, ahí vas.
Dejo que la magia fluya de nuevo a través de mi cuerpo, flexiono las piernas sobre el brazo de Sergei y en el último segundo me impulso. Vuelo por los aires con el paquetito de dulces a la espalda.
- ¡Cuidado ahí abajo!
Pero era demasiado tarde, caigo sobre un hombre y voy rodando por el suelo, aplastando los pastelitos. Miro hacia arriba y veo a una chica de pelos plateados caminando tranquilamente hacia mi posición. Me levanto y me sacudo un poco. Abro el paquetito de los pasteles.
- Oh... Vaya...
Me entristece verlos todos juntos, todos los pedacitos mezclándose entre sí. Suspiro profundamente y vuelvo a cerrar el paquete.
- OFF:
- OFF: Caída sobre NPC aleatorio y rodado hasta delante de Alana. Interacción con Rumpel
Cara de Jeannie al ver los pastelitos:
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Irinnil Fawkes
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Re: Día de la Cosecha, Samhain [Evento Global]
Reivy se mostró muy amable, apenas la conocía y aun así no le importaba gastar parte de su dinero para invitarla a comer, gesto que decía mucho de ella y también de Lavey… ambas eran buenas personas, había tenido mucha suerte al cruzarse con ellas. - ¿Licántropos? - se preguntó mentalmente, ladeando la cabeza mientras sopesaba la posibilidad de que alguna de ellas perteneciese a esa raza, aunque pronto descartó la idea. - No, lo habría notado. - se dijo a sí misma, convencida de que el olor que tenían no se parecía en nada a los de los hombres y mujeres lobo con que se había topado en Midgar.
Los sentidos de la cuerva estaban muy desarrollados, Bullier siempre aseguraba que ese rasgo le venía por parte de su familia paterna, a pesar de que él no poseyese la misma habilidad ni capacidad de rastreo de su hija. Para Ava seguir a un individuo en cuestión era lo más sencillo del mundo, podía concentrarse hasta el punto de percibir en todo momento la posición de su objetivo, justo lo que ahora estaba haciendo con la rubia para asegurarse de que no tomase un camino equivocado al regresar de los puestos.
Por eso sabía que la niña no era lo que Reivy acababa de mencionar, su esencia era diferente. Tenía un toque salvaje, eso debía admitirlo, igual que la de la de ojos azules, pero estaba segura de que aquello se debía a otra cosa, una que quizá no llegase a descubrir en el transcurso de la jornada.
Por desgracia la imagen que su acompañante le brindó de Lunargenta fue mucho peor de lo que esperaba, buena parte de la ciudad había terminado destrozada tras la batalla y sus habitantes todavía trataban de reponerse después del duro golpe recibido, sin duda había llegado en el peor momento para ver la famosa capital de Verisar. Dejando escapar un suspiro de tristeza, la joven escuchó atentamente cada palabra que salía de labios de la morena, sin saber qué esperar de su visita a la catastrófica zona en que había tenido lugar la guerra.
¿Podría ayudar en algo o solo estorbaría? De pronto la idea de mantenerse a las afueras iba cobrando fuerza, no solo para no ver hasta qué extremos se había llegado durante el conflicto sino también para tener opciones de comerciar con lo que pudiese cazar por su cuenta en los bosques. - Puede que no tengan a donde ir. - contestó en voz baja, encogiéndose de hombros. - O les de miedo abandonar lo que queda de sus hogares. - continuó segundos después, aliviada al no tener que preocuparse por sus alas.
Sorprendentemente, la jinete se puso en su lugar casi como si ella también hubiese sentido la misma sensación de agobio, pero teniendo en cuenta la multitud congregada no era de extrañar. - Sí, en Midgar no tenía que preocuparme por ellas, supongo que tendré que acostumbrarme a estas tierras. - concedió, esbozando una leve sonrisa mientras sus sentidos percibían la proximidad de Lavey, que avanzaba hacia ellas a paso ligero con algo que sin duda tenía que ser un guiso.
El aroma era terriblemente tentador, sobre todo para ella que apenas había probado bocado durante el trayecto hasta allí, pero no podía quitarse de la cabeza la idea e que debía hacer algo para devolverles el gesto. Con el postre descartado no le quedaban muchas opciones, quizá pudiese comprar a la muchacha algún detalle en los puestos de artesanía, pero primero tenían que alimentarse antes de que se les enfriase la comida. - Que bien huele. - dijo ligeramente avergonzada por el leve rugir de sus tripas, pero pronto su atención se centró en la niña, que tenía la vista clavada en sus negras plumas y le pedía permiso para tocarlas.
Aquello debería haberla tomado por sorpresa pero no fue así, sus rasgos bestiales la hacían destacar y era comprensible que la pequeña sintiese curiosidad, el problema era que no le gustaba el contacto físico, solo su padre podía abrazarla sin que se sintiese incómoda. Celene, todo era culpa suya… le había metido en la cabeza que se acercarían a ella por interés, por su cuerpo, exótico aspecto y belleza natural, que tarde o temprano se aprovecharían de ella y que nadie vería más allá de su apariencia.
De ese modo, y también por su extendida fama en la aldea como mujer infiel, había condicionado a su hija a la hora de relacionarse con los demás, consiguiendo que muchas veces prefiriese apartarse de la gente para evitar que la comparasen con su progenitora o la mirasen esperando que siguiese sus pasos y se convirtiese en una vulgar fulana.
Ava apretó los labios y se obligó a sacar de sus pensamientos las hirientes palabras que su madre le había dedicado poco antes de ser expulsada del hogar familiar a manos de Bullier, no iba a terminar como ella, que la hubiese traído al mundo no implicaba nada…
- Ellas son buenas, me han tratado bien sin siquiera conocerme. - se dijo mentalmente, dirigiendo sus ambarinos ojos hacia Lavey. - Adelante. - musitó, extendiendo una de las alas hacia la rubia y esperando que su silencio no hubiese durado mucho, no quería explicar el por qué le costaba tanto decidir algo que para otros sería una simple tontería.
Entonces se acordó de algo que llevaba consigo, un objeto que el toro había tallado para ella años antes, cuando se quedaron solos, asegurándole que sin importar lo que pasara, seguiría a su lado para apoyarla y protegerla, igual que los espíritus guía. Sin dudarlo depositó el yelmo sobre la mesa y rebuscó en su bolsa hasta dar con el colgante, que con una sonrisa, ofreció a la niña. - Ten, acéptalo como agradecimiento por haberte acercado a mí para animarme. - pidió, todavía sin saber cómo reaccionaría al tacto de una extraña, no estaba acostumbrada a que la tocasen.
Interacción con Reivy y Lavey de nuevo ^^
Los sentidos de la cuerva estaban muy desarrollados, Bullier siempre aseguraba que ese rasgo le venía por parte de su familia paterna, a pesar de que él no poseyese la misma habilidad ni capacidad de rastreo de su hija. Para Ava seguir a un individuo en cuestión era lo más sencillo del mundo, podía concentrarse hasta el punto de percibir en todo momento la posición de su objetivo, justo lo que ahora estaba haciendo con la rubia para asegurarse de que no tomase un camino equivocado al regresar de los puestos.
Por eso sabía que la niña no era lo que Reivy acababa de mencionar, su esencia era diferente. Tenía un toque salvaje, eso debía admitirlo, igual que la de la de ojos azules, pero estaba segura de que aquello se debía a otra cosa, una que quizá no llegase a descubrir en el transcurso de la jornada.
Por desgracia la imagen que su acompañante le brindó de Lunargenta fue mucho peor de lo que esperaba, buena parte de la ciudad había terminado destrozada tras la batalla y sus habitantes todavía trataban de reponerse después del duro golpe recibido, sin duda había llegado en el peor momento para ver la famosa capital de Verisar. Dejando escapar un suspiro de tristeza, la joven escuchó atentamente cada palabra que salía de labios de la morena, sin saber qué esperar de su visita a la catastrófica zona en que había tenido lugar la guerra.
¿Podría ayudar en algo o solo estorbaría? De pronto la idea de mantenerse a las afueras iba cobrando fuerza, no solo para no ver hasta qué extremos se había llegado durante el conflicto sino también para tener opciones de comerciar con lo que pudiese cazar por su cuenta en los bosques. - Puede que no tengan a donde ir. - contestó en voz baja, encogiéndose de hombros. - O les de miedo abandonar lo que queda de sus hogares. - continuó segundos después, aliviada al no tener que preocuparse por sus alas.
Sorprendentemente, la jinete se puso en su lugar casi como si ella también hubiese sentido la misma sensación de agobio, pero teniendo en cuenta la multitud congregada no era de extrañar. - Sí, en Midgar no tenía que preocuparme por ellas, supongo que tendré que acostumbrarme a estas tierras. - concedió, esbozando una leve sonrisa mientras sus sentidos percibían la proximidad de Lavey, que avanzaba hacia ellas a paso ligero con algo que sin duda tenía que ser un guiso.
El aroma era terriblemente tentador, sobre todo para ella que apenas había probado bocado durante el trayecto hasta allí, pero no podía quitarse de la cabeza la idea e que debía hacer algo para devolverles el gesto. Con el postre descartado no le quedaban muchas opciones, quizá pudiese comprar a la muchacha algún detalle en los puestos de artesanía, pero primero tenían que alimentarse antes de que se les enfriase la comida. - Que bien huele. - dijo ligeramente avergonzada por el leve rugir de sus tripas, pero pronto su atención se centró en la niña, que tenía la vista clavada en sus negras plumas y le pedía permiso para tocarlas.
Aquello debería haberla tomado por sorpresa pero no fue así, sus rasgos bestiales la hacían destacar y era comprensible que la pequeña sintiese curiosidad, el problema era que no le gustaba el contacto físico, solo su padre podía abrazarla sin que se sintiese incómoda. Celene, todo era culpa suya… le había metido en la cabeza que se acercarían a ella por interés, por su cuerpo, exótico aspecto y belleza natural, que tarde o temprano se aprovecharían de ella y que nadie vería más allá de su apariencia.
De ese modo, y también por su extendida fama en la aldea como mujer infiel, había condicionado a su hija a la hora de relacionarse con los demás, consiguiendo que muchas veces prefiriese apartarse de la gente para evitar que la comparasen con su progenitora o la mirasen esperando que siguiese sus pasos y se convirtiese en una vulgar fulana.
Ava apretó los labios y se obligó a sacar de sus pensamientos las hirientes palabras que su madre le había dedicado poco antes de ser expulsada del hogar familiar a manos de Bullier, no iba a terminar como ella, que la hubiese traído al mundo no implicaba nada…
- Ellas son buenas, me han tratado bien sin siquiera conocerme. - se dijo mentalmente, dirigiendo sus ambarinos ojos hacia Lavey. - Adelante. - musitó, extendiendo una de las alas hacia la rubia y esperando que su silencio no hubiese durado mucho, no quería explicar el por qué le costaba tanto decidir algo que para otros sería una simple tontería.
Entonces se acordó de algo que llevaba consigo, un objeto que el toro había tallado para ella años antes, cuando se quedaron solos, asegurándole que sin importar lo que pasara, seguiría a su lado para apoyarla y protegerla, igual que los espíritus guía. Sin dudarlo depositó el yelmo sobre la mesa y rebuscó en su bolsa hasta dar con el colgante, que con una sonrisa, ofreció a la niña. - Ten, acéptalo como agradecimiento por haberte acercado a mí para animarme. - pidió, todavía sin saber cómo reaccionaría al tacto de una extraña, no estaba acostumbrada a que la tocasen.
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- Colgante:
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Ava Kenrith
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Re: Día de la Cosecha, Samhain [Evento Global]
La cara de la joven se ilumino por completo como un farol a media noche. Era la tercera persona que iba tocar con partes de otros animales, a la mente de la pequeña llego el recuerdo del grandullón amigos de Ircan y la mano del pequeño Amit, ahora las alas de Ava se sumarían a su curiosa colección.
Lavey se acerco al ala extendida lentamente, casi como si estuviera haciendo un ritual de presentación. La pequeña se agacho poniéndose de cuclillas, si alguien le hubiera preguntado le habría mentido diciendo que era para verlas mejor, la realidad de su objetivo consistía en tentar a la suerte y que un movimiento inconsciente de Ava hiciera que su plumaje chocara contra la cara de la dragona.
Con cuidado la joven puso la mano sobre el filo del ala y la fue bajando recorriendo la silueta. -Oooooh. Tenia razón, son suaves. -Lavey siguió la caricia por la cara interna del plumaje, atesorando cada segundo de aquel contacto. -¿Como te las cuidas? ¿Es difícil? -Su cara cambio rápidamente a una de suma curiosidad, una duda repentina se había sumado a las ya existentes. -¿Cuando llueve puedes volar?
En ese momento me lleve la mano a la boca y carraspee. -Cielo acuérdate de lo que hablamos. -El toque de atención hizo que la pequeña se encogiera de hombros y que repitiera las palabras con desinterés, como si fuera la milésima vez que lo decía. -Demasiadas preguntas cansan y molesta... Lo siento Ava. -Poco le duro la cara de pena, en cuanto vio lo que la morena le ofrecía volvió aparecer la sonrisa alegre en la cara de la niña. -¿De verdad? ¿Es para mi? Jooo es muy bonito. -Lavey jugueteo con el cierre y se colgó el obsequio al cuello, al lado de su medallon de gato.
-¿Que os parece si comemos? Se nos va a enfriar la carne. -Mire a las dos féminas de manera intermitente a la vez que me sentaba en uno de los bancos de la mesa. -¿Acaso te diriges a Lunargenta? Ava. -Ahora era yo la que preguntaba curiosa. -¿Tienes algún pariente allí? Ojala que no, la cosa se puso muy fea con el todo el problema de los vampiros.
Tenia intención de continuar la charla sobre los viajes pero a mi hija le pareció que era mejor hablar sobre temas mas... físicos. -Centella tendrías que tocarlas, son super suaves. Mas que la mías, si yo tuviera de esas guardaría todas las plumas que pierdo, así podría hacer muchas mas flechas.
Sabes que una madre empieza a llegar a su limite cuando esta rueda los ojos y suspira. Ahí esta la Vey de siempre. Aixs mi niña, no cambies nunca. O mejor, cambia pero de manera sutil. Le dedique un pensamiento a la lagartija al tiempo que miraba a la cuerva con cara de disculpa.
Lavey se acerco al ala extendida lentamente, casi como si estuviera haciendo un ritual de presentación. La pequeña se agacho poniéndose de cuclillas, si alguien le hubiera preguntado le habría mentido diciendo que era para verlas mejor, la realidad de su objetivo consistía en tentar a la suerte y que un movimiento inconsciente de Ava hiciera que su plumaje chocara contra la cara de la dragona.
Con cuidado la joven puso la mano sobre el filo del ala y la fue bajando recorriendo la silueta. -Oooooh. Tenia razón, son suaves. -Lavey siguió la caricia por la cara interna del plumaje, atesorando cada segundo de aquel contacto. -¿Como te las cuidas? ¿Es difícil? -Su cara cambio rápidamente a una de suma curiosidad, una duda repentina se había sumado a las ya existentes. -¿Cuando llueve puedes volar?
En ese momento me lleve la mano a la boca y carraspee. -Cielo acuérdate de lo que hablamos. -El toque de atención hizo que la pequeña se encogiera de hombros y que repitiera las palabras con desinterés, como si fuera la milésima vez que lo decía. -Demasiadas preguntas cansan y molesta... Lo siento Ava. -Poco le duro la cara de pena, en cuanto vio lo que la morena le ofrecía volvió aparecer la sonrisa alegre en la cara de la niña. -¿De verdad? ¿Es para mi? Jooo es muy bonito. -Lavey jugueteo con el cierre y se colgó el obsequio al cuello, al lado de su medallon de gato.
-¿Que os parece si comemos? Se nos va a enfriar la carne. -Mire a las dos féminas de manera intermitente a la vez que me sentaba en uno de los bancos de la mesa. -¿Acaso te diriges a Lunargenta? Ava. -Ahora era yo la que preguntaba curiosa. -¿Tienes algún pariente allí? Ojala que no, la cosa se puso muy fea con el todo el problema de los vampiros.
Tenia intención de continuar la charla sobre los viajes pero a mi hija le pareció que era mejor hablar sobre temas mas... físicos. -Centella tendrías que tocarlas, son super suaves. Mas que la mías, si yo tuviera de esas guardaría todas las plumas que pierdo, así podría hacer muchas mas flechas.
Sabes que una madre empieza a llegar a su limite cuando esta rueda los ojos y suspira. Ahí esta la Vey de siempre. Aixs mi niña, no cambies nunca. O mejor, cambia pero de manera sutil. Le dedique un pensamiento a la lagartija al tiempo que miraba a la cuerva con cara de disculpa.
Reivy Abadder
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Re: Día de la Cosecha, Samhain [Evento Global]
-Vaia... ¿quhé ocurre? ¿Mereghit no the ga gue comer? - menos mal que acabo recibir ingresos de las apuestas, sino aquel día hubiese sido una ruina.
Gasto lo recaudado en lo pedido por Neil (Jeannie), pero en cuanto me vuelvo ha desaparecido.
- ¿¡Pego...!? - miro a la dependienta. - ¿A gongue ha igo? - echo el cuerpo hacia delante claramente mareado.
- Pues me ha parecido que acaba salir volando, - la mujer me mira incrédula. - Se ha ido por allí.
Señala a mi espalda y agradezco con una inclinación de la cabeza. A mi lado veo una bolsa y como la dependienta no mira, me la llevo conmigo. Estoy borracho pero no soy imbecil; la bolsa lleva comida y yo tengo hambre. Comienzo a comer algo de pan mientras avanzo.
- ¡Neil! ¿¡Gongue estás Niel!? - avanzo de forma errante mientras la gente me echa mirada de reproche como diciendo, "ahí va el peor padre del año". Que les den. - ¡Neil!
Unos pasos más y unos candos vapuleos que casi me hacen caer y veo el largo cabello de Niel, espera... ¿largo? A sí que se lo ha dejado largo y a su lado está...
- ¿Alana? ¡Poh gin thencuentro! - le sonrío con una risa que busca en ser picarona pero que acaba en dar pena. - Gueo que se ha cruzado con Niel. Guien. - me intento mantener de pie. - Neil, te prejento a Alana, mi pupila... Alana te quejento a Neil, mi hijo... - sonrío.
Y con eso, termino por desplomarme cayendo hacía atrás. Mucho he aguantado ya.
Gasto lo recaudado en lo pedido por Neil (Jeannie), pero en cuanto me vuelvo ha desaparecido.
- ¿¡Pego...!? - miro a la dependienta. - ¿A gongue ha igo? - echo el cuerpo hacia delante claramente mareado.
- Pues me ha parecido que acaba salir volando, - la mujer me mira incrédula. - Se ha ido por allí.
Señala a mi espalda y agradezco con una inclinación de la cabeza. A mi lado veo una bolsa y como la dependienta no mira, me la llevo conmigo. Estoy borracho pero no soy imbecil; la bolsa lleva comida y yo tengo hambre. Comienzo a comer algo de pan mientras avanzo.
- ¡Neil! ¿¡Gongue estás Niel!? - avanzo de forma errante mientras la gente me echa mirada de reproche como diciendo, "ahí va el peor padre del año". Que les den. - ¡Neil!
Unos pasos más y unos candos vapuleos que casi me hacen caer y veo el largo cabello de Niel, espera... ¿largo? A sí que se lo ha dejado largo y a su lado está...
- ¿Alana? ¡Poh gin thencuentro! - le sonrío con una risa que busca en ser picarona pero que acaba en dar pena. - Gueo que se ha cruzado con Niel. Guien. - me intento mantener de pie. - Neil, te prejento a Alana, mi pupila... Alana te quejento a Neil, mi hijo... - sonrío.
Y con eso, termino por desplomarme cayendo hacía atrás. Mucho he aguantado ya.
Rumpel
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Re: Día de la Cosecha, Samhain [Evento Global]
Alana caminaba de lo más tranquilo hacia la posada, había dejado a Rumpel y una elfa morena en la tienda de los dulces. Además conoció a un ser muy interesante Amit, que sin duda quería estudiar, tendría que informarse más sobre estos hombres bestia y su utilidad para los planes que tenía, ya que vio habilidades curiosas mientras jugaban. La vampiresa estaba pensativa por lo que no ha oído cuando un cuerpo aterrizo sobre el hombre que tenía ante ella y rodo hacía sus pies. El hombre blasfemó, pero se quedo pasmado al ver que era una bella mujer quien lo había dañado y la miró con lujuria por aquella ropa que llevaba puesta.
“Hombres! Malditos pervertidos!”
Su ceja se levantó al ver que era la misma elfa que había visto junto a Rumpel, con rapidez la chica se ha girado para ver si este estaba cerca, pero no lo ha visto. Asique volvió su atención a la muchacha. Era una bella elfa de ojos brillantes, que parecía muy disgustada por sus pasteles.
“Pasa de largo y deja que ella sola solucione sus cosas…”
Alana volvió a ignorar su mente y tendió una mano a la morena.
-¿Estás bien, preciosa?
Pregunto, mientras observo el desecho culinario, que ella volvió a esconder.
-Necesitas….
Pero sus palabras han sido interrumpidas, primero por el hedor a alcohol y después por la voz de Rumpel. Alana cerró los ojos, para concentrarse en su autocontrol. Esta noche, su Maestro corría el peligro de recibir una paliza por su parte o alguna cosa mucho peor, aun no lo había decidido.
-Maestro…-la chica se giró hacia él, escuchando las burradas que decía y miro de reojo a la elfa. La sonrisa era patética como todo él. Sin duda le torturaría con esto por mucho tiempo, si es que sobrevivía a esta noche.
El espectáculo que estaba dando era digno de una comedia, todos lo que pasaban por la calle se les quedaron mirando. Hasta el momento que el hombre se desplomo en el suelo.
La vampiresa resoplo dramática.
-Un placer, me llamo Alana. Pero supongo que tú no eres Neil ni mucho menos…Siento mucho todo esto, digamos que es la primera vez que le veo en este estado tan lamentable, y no tengo palabras para justificarlo o pedirte disculpas por las molestias….
Comento interpretando el papel de afligida y apenada, mientras se agacho sobre el cuerpo desmayado y comprobó sus constantes vitales.
“Déjalo aquí! Para que aprenda una lección!”
Tenía tentaciones de dejarlo, pero por el momento la era útil y quería terminar de estudiar. Asique tan solo pasó un brazo por su cuello y tiro del cuerpo inerte. Su mente la estaba machacando para que le deje ahí, pero no sucumbió.
-Voy a llevarlo a la posada, antes de que vuelva a la vida y vuelva a hacer un espectáculo…Ha sido un placer, preciosa.
Comento y se movió en dirección a la posada. Arrastrando a Rumpel…
-Por cierto, en la bolsa hay comida para un ejército….Es una compensación por las molestias, si quieres llevártela…
Alana se volvió y dedico a la elfa una sonrisa encantadora, antes de volver a retomar su camino.
La fiesta se acabó!
“Hombres! Malditos pervertidos!”
Su ceja se levantó al ver que era la misma elfa que había visto junto a Rumpel, con rapidez la chica se ha girado para ver si este estaba cerca, pero no lo ha visto. Asique volvió su atención a la muchacha. Era una bella elfa de ojos brillantes, que parecía muy disgustada por sus pasteles.
“Pasa de largo y deja que ella sola solucione sus cosas…”
Alana volvió a ignorar su mente y tendió una mano a la morena.
-¿Estás bien, preciosa?
Pregunto, mientras observo el desecho culinario, que ella volvió a esconder.
-Necesitas….
Pero sus palabras han sido interrumpidas, primero por el hedor a alcohol y después por la voz de Rumpel. Alana cerró los ojos, para concentrarse en su autocontrol. Esta noche, su Maestro corría el peligro de recibir una paliza por su parte o alguna cosa mucho peor, aun no lo había decidido.
-Maestro…-la chica se giró hacia él, escuchando las burradas que decía y miro de reojo a la elfa. La sonrisa era patética como todo él. Sin duda le torturaría con esto por mucho tiempo, si es que sobrevivía a esta noche.
El espectáculo que estaba dando era digno de una comedia, todos lo que pasaban por la calle se les quedaron mirando. Hasta el momento que el hombre se desplomo en el suelo.
La vampiresa resoplo dramática.
-Un placer, me llamo Alana. Pero supongo que tú no eres Neil ni mucho menos…Siento mucho todo esto, digamos que es la primera vez que le veo en este estado tan lamentable, y no tengo palabras para justificarlo o pedirte disculpas por las molestias….
Comento interpretando el papel de afligida y apenada, mientras se agacho sobre el cuerpo desmayado y comprobó sus constantes vitales.
“Déjalo aquí! Para que aprenda una lección!”
Tenía tentaciones de dejarlo, pero por el momento la era útil y quería terminar de estudiar. Asique tan solo pasó un brazo por su cuello y tiro del cuerpo inerte. Su mente la estaba machacando para que le deje ahí, pero no sucumbió.
-Voy a llevarlo a la posada, antes de que vuelva a la vida y vuelva a hacer un espectáculo…Ha sido un placer, preciosa.
Comento y se movió en dirección a la posada. Arrastrando a Rumpel…
-Por cierto, en la bolsa hay comida para un ejército….Es una compensación por las molestias, si quieres llevártela…
Alana se volvió y dedico a la elfa una sonrisa encantadora, antes de volver a retomar su camino.
La fiesta se acabó!
Alana
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Re: Día de la Cosecha, Samhain [Evento Global]
-Pobre Ircan, lo está perdiendo… sabía que no era bueno siquiera pasar cerca de ese mal habido templo- la humana se persignó y terminó la acción con un beso en la punta de sus dedos. Los llamados “dioses paganos” no eran un mito; Nuria estaba cada vez más segura de que se trataba de un grupito de seres malignos que se dedicaban a asuntos oscuros y misteriosos. A pesar de que ja criada era amante de ese tipo de sucesos, en esa ocasión particular, sólo sentía por su mejor amigo peli blanco. - Tal vez deberíamos de volver con Toro… yo se que te dije que me gustan esos eventos, y que son divertidos pero…- sus palabras parecían perderse en el aire. Recién entonces comenzó a reparar en lo que le rodeaba.
¡El gran Festival de las cosechas! Era la primera vez que la criada participaba de una celebración de tal magnitud. Sus experiencias anteriores se reducían a pequeñas celebraciones que eran más parecidas a ferias de verduras con algo de festividades y no festividades con los mejores y más viciosos cultivos de los importantes granjeros. Escuchó la estridencia de los instrumentos musicales que daban comienzo a ciertas actividades o,más bien,las percibió con todo su cuerpo, pues podía jurar que sentía las vibraciones de la música resonar en su pecho y dispersarse a través de todo su cuerpo hasta la misma punta de sus dedos y la última fibra de sus cabellos.
Apreciaba los bien formados músculos de los hombres que hacían carreras con troncos a sus hombros y ¡por el Señor su Dios! Aquellas actividades tendrían que estar mejor reguladas, o enviarían al infierno a más de una creyente con todos los pensamientos pecaminosos que despertaban. Volteó su rostro hacia su compañero cuando le llamó la atención. -Eso no se ve precisamente cómodo…- comentó al observar con detenimiento la disputa de fuerza y destreza de las cuatro personas. Su rostro mostraba una mezcla de pensamiento profundo, desencanto y al mismo tiempo, admiración por la proeza. Ella no era el tipo de persona que disfruta de esas actividades físicas que requerían un despliegue tan profundo de habilidades psicomotrices.
Puso sus ojos en blanco por unos momentos; con todos los infortunios que Ircan estabas teniendo, la joven apenas podía creer que deseara tomar parte de los juegos. Gracias al Señor su Dios, que estaba lleno de amor por todas sus creaciones -creyeran en el o no- que ese muchacho sugiera con vida y suficiente ánimo. -¿Cómo debería de interpretarlo?- preguntó en un murmullo apagado. Le tomó de la mano de forma natural, no estaba dispuesta a ver a su compañero vuelto el tapete de esos gigantes que bien podían rivalizar con Toro. Estaba tan ensimismada en buscar algo seguro para él, que prescindió de las reacciones del susodicho.
Caminaba con pasos cortos y rápidos, entonces se detuvo en seco y su rostro empalideció un par de tonos. Nuria cayó en cuenta que todo allí era potencialmente mortal; nunca nada más verdadero y literal. Hacia donde girara su cabeza, ali encontraría personas fuerte lanzando cosas, objetos a cual más peligrosos: jabalinas, troncos -¡troncos!- bolas, atados de heno y hombres levantando hombres para demostrar su fuerza. Dentro de tanta confusión,la ironía no faltó en sus oscuros y silenciosos pensamientos. Levantó una ceja y su boca se torneó en forma de “S” -Si hubiera uva forma físicamente posible de demostrar fuerza levantándose a sí mismos, esos…- luchó para no usar la palabra “brutos”- -... alegres participantes… ya la hubiesen encontrado. Me sorprende que no se lancen entre ellos mientras hacen equilibrio en el extremo final de esos troncos.- Dejó escapar el aire como su estuviese desinfládose, recién entonces se volvió hacia su compañero con una expresión amarga, sabía reconocer la derrota cuando la veía -Vayamos a por esos malditos luchadores. Allí hay otra pareja que se parece a nosotros ¿no crees?- ese era apenas, un ligero consuelo para su abatido corazón
¡El gran Festival de las cosechas! Era la primera vez que la criada participaba de una celebración de tal magnitud. Sus experiencias anteriores se reducían a pequeñas celebraciones que eran más parecidas a ferias de verduras con algo de festividades y no festividades con los mejores y más viciosos cultivos de los importantes granjeros. Escuchó la estridencia de los instrumentos musicales que daban comienzo a ciertas actividades o,más bien,las percibió con todo su cuerpo, pues podía jurar que sentía las vibraciones de la música resonar en su pecho y dispersarse a través de todo su cuerpo hasta la misma punta de sus dedos y la última fibra de sus cabellos.
Apreciaba los bien formados músculos de los hombres que hacían carreras con troncos a sus hombros y ¡por el Señor su Dios! Aquellas actividades tendrían que estar mejor reguladas, o enviarían al infierno a más de una creyente con todos los pensamientos pecaminosos que despertaban. Volteó su rostro hacia su compañero cuando le llamó la atención. -Eso no se ve precisamente cómodo…- comentó al observar con detenimiento la disputa de fuerza y destreza de las cuatro personas. Su rostro mostraba una mezcla de pensamiento profundo, desencanto y al mismo tiempo, admiración por la proeza. Ella no era el tipo de persona que disfruta de esas actividades físicas que requerían un despliegue tan profundo de habilidades psicomotrices.
Puso sus ojos en blanco por unos momentos; con todos los infortunios que Ircan estabas teniendo, la joven apenas podía creer que deseara tomar parte de los juegos. Gracias al Señor su Dios, que estaba lleno de amor por todas sus creaciones -creyeran en el o no- que ese muchacho sugiera con vida y suficiente ánimo. -¿Cómo debería de interpretarlo?- preguntó en un murmullo apagado. Le tomó de la mano de forma natural, no estaba dispuesta a ver a su compañero vuelto el tapete de esos gigantes que bien podían rivalizar con Toro. Estaba tan ensimismada en buscar algo seguro para él, que prescindió de las reacciones del susodicho.
Caminaba con pasos cortos y rápidos, entonces se detuvo en seco y su rostro empalideció un par de tonos. Nuria cayó en cuenta que todo allí era potencialmente mortal; nunca nada más verdadero y literal. Hacia donde girara su cabeza, ali encontraría personas fuerte lanzando cosas, objetos a cual más peligrosos: jabalinas, troncos -¡troncos!- bolas, atados de heno y hombres levantando hombres para demostrar su fuerza. Dentro de tanta confusión,la ironía no faltó en sus oscuros y silenciosos pensamientos. Levantó una ceja y su boca se torneó en forma de “S” -Si hubiera uva forma físicamente posible de demostrar fuerza levantándose a sí mismos, esos…- luchó para no usar la palabra “brutos”- -... alegres participantes… ya la hubiesen encontrado. Me sorprende que no se lancen entre ellos mientras hacen equilibrio en el extremo final de esos troncos.- Dejó escapar el aire como su estuviese desinfládose, recién entonces se volvió hacia su compañero con una expresión amarga, sabía reconocer la derrota cuando la veía -Vayamos a por esos malditos luchadores. Allí hay otra pareja que se parece a nosotros ¿no crees?- ese era apenas, un ligero consuelo para su abatido corazón
Nuria
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Re: Día de la Cosecha, Samhain [Evento Global]
Debido a la petición de varios usuarios, atrasamos la fecha de cierre del evento al domingo 18 de noviembre.
Sigel
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Re: Día de la Cosecha, Samhain [Evento Global]
¿Tenía sentido intentar detener aquellos barriles? Aquella podría parecer una pregunta estúpida, especialmente teniendo en cuenta que se hallaban en su trayectoria, y que limitarse a quedarse quietas solo las conduciría a, como mínimo, recibir varias dolorosas contusiones. No obstante, y a tenor de lo que llevaba sucediendo todo el día...Tal vez si intentaba conjurar alguna magia protectora o cualquier otra cosa solo lograra empeorar las cosas. Si una simple mascarilla para el pelo podía explotar, aquellos barriles bien podrían causar un espumoso cataclismo de proporciones inimaginables...
-¡Nín!.- Intervino con presteza su hermana, tomándola en brazos dispuesta a usar su gran destreza y potencia de salto para sacarlas a ambas de allí. Para la pelirroja las prioridades estaban siempre claras; su propio pellejo y el de la peliblanca imperaban sobre todo lo demás. Si el resto de los allí presentes querían salvarse, deberían hacerlo por sí mismos. No era de la clase de persona que encajaba golpes por desconocidos. -Agárrate fuer...- Comenzó a pedir mientras tensaba sus piernas y se preparaba para saltar...Tropezando con una pequeña raíz de alguno de los árboles cercanos y que se hallaba parcialmente al descubierto.
No llegó a terminar su frase antes de caer de rodillas al suelo y dejarlas a ambas vendidas ante los barriles de bebidas espirituosas fuera de control, y que en esos momentos llegaban ya hasta los primeros clientes del puesto ambulante. La propia Níniel no pudo evitar golpearse contra el suelo al caer, acabando levemente magullada y bastante manchada de polvo.
En ese momento, y como si fuera obra de la propia sacerdotisa, de hecho Catherine llegó a pensar en un primer momento que era obra de su hermana, un fuerte destello de luz interceptó a los barriles en pleno descenso vertiginoso, causando un estallido en aquella zona con el que parte del mobiliario del puesto y los barriles acabaron destrozados. Causando una lluvia de fragmentos de madera inocua, acompañada por una de abundantes gotas de cerveza que a muchos les pareció divertida. Especialmente por el alivio de haberse librado de los barriles.
Claro que para Catherine y Níniel, acabar empapadas de alcohol y con sus cabello, pelaje y ropas pegados a su cuerpo de manera tan pringosa no era precisamente motivo de júbilo.
-Estúpida raíz, ya pensaba que íbamos a acabar mal...Aunque no es que me guste tomarme así las cervezas...Además está caliente.- Se quejó la felina mientras que a su lado la peliblanca se levantaba del suelo empapada y con cara de resignación. Aquello ni siquiera le resultaba sorprendente a aquellas alturas...Como mucho quizá solo acabar empapada y no arrollada era una buena señal...Si aquello no era pensar en positivo...
-Nos hemos librado de lo peor...Los dioses no me quieran muerta, solo dolorida y...sucia...- Fue cuanto dijo con pesadez la elfa antes de darse cuenta de la interpelación por parte de Rauko, el extraño elfo con el que había compartido aventuras y al que no había vuelto a ver desde que junto con Bio y otros maleantes habían intentado asaltar la torre de la Logia en Dundarak. El elfo parecía haberse librado del cruel destino que llevó al vampiro pelinegro a ser apresado y congelado por Abbey, aunque sin duda que se ganaría un bonito cartel de "se busca" por sus acciones.
-Rauko...- ¿Debería intentar detenerlo a pesar del tiempo transcurrido? Abbey podía llegar a ser muy rencorosa, seguramente se alegraría de echarle el guante a uno de los asaltantes que por poco hunden el prestigio del gremio. -¿Te refieres a cuando intentaste asaltar uno de los lugares más seguros de Aerandir? Tal vez hubiese sido mejor que hubieseis tenido éxito...Aquel cuadro no trajo más que problemas.- Le animó a hablar la joven tras ver que no parecía saber muy bien que decir.
-¿Lo conoces? ¿Otro amigo elfo?.- Se interesó la felina pelirroja.
-Sí, aunque no sé si estoy ante un amigo. Hablando al menos desde el punto de vista de una oficial de la Logia a la que intentó robar...- Respondió la elfa mirando a los compañeros de Rauko, también víctimas de la lluvia de bebida.
-¿Intentó robar en la torre? Jaja, menudo chalado. La mayoría de esas cosas son peligrosas y están malditas. Es mejor dejarlas donde están. No es buena idea tocar algo que se supone que sirve para hacer limonadas pero que puede traer la perdición a una aldea entera, como ese chisme que me enseñaste.- Se burló la pelirroja, aunque su cuerpo se colocó en una posición de advertencia. Si su hermana decidía que el elfo era un enemigo, no dudaría en atacar.
-Supongo que eso quedó en el pasado...Precisamente hoy me siento demasiado cansada y cubierta de cerveza como para empezar una pelea por algo que pasó hace tanto...Aunque me gustaría que tras aquello aprendieras que el crimen no compensa.- Convino la peliblanca, evidenciando que como la mayoría de los allí presentes, necesitaba un baño urgente. -¿Amigos tuyos?- Indicó con la mirada. -Nuestra hermana me mira forma extraña...- Añadió denotando que la elfa de su grupo la miraba de arriba a abajo.
-¡Nín!.- Intervino con presteza su hermana, tomándola en brazos dispuesta a usar su gran destreza y potencia de salto para sacarlas a ambas de allí. Para la pelirroja las prioridades estaban siempre claras; su propio pellejo y el de la peliblanca imperaban sobre todo lo demás. Si el resto de los allí presentes querían salvarse, deberían hacerlo por sí mismos. No era de la clase de persona que encajaba golpes por desconocidos. -Agárrate fuer...- Comenzó a pedir mientras tensaba sus piernas y se preparaba para saltar...Tropezando con una pequeña raíz de alguno de los árboles cercanos y que se hallaba parcialmente al descubierto.
No llegó a terminar su frase antes de caer de rodillas al suelo y dejarlas a ambas vendidas ante los barriles de bebidas espirituosas fuera de control, y que en esos momentos llegaban ya hasta los primeros clientes del puesto ambulante. La propia Níniel no pudo evitar golpearse contra el suelo al caer, acabando levemente magullada y bastante manchada de polvo.
En ese momento, y como si fuera obra de la propia sacerdotisa, de hecho Catherine llegó a pensar en un primer momento que era obra de su hermana, un fuerte destello de luz interceptó a los barriles en pleno descenso vertiginoso, causando un estallido en aquella zona con el que parte del mobiliario del puesto y los barriles acabaron destrozados. Causando una lluvia de fragmentos de madera inocua, acompañada por una de abundantes gotas de cerveza que a muchos les pareció divertida. Especialmente por el alivio de haberse librado de los barriles.
Claro que para Catherine y Níniel, acabar empapadas de alcohol y con sus cabello, pelaje y ropas pegados a su cuerpo de manera tan pringosa no era precisamente motivo de júbilo.
-Estúpida raíz, ya pensaba que íbamos a acabar mal...Aunque no es que me guste tomarme así las cervezas...Además está caliente.- Se quejó la felina mientras que a su lado la peliblanca se levantaba del suelo empapada y con cara de resignación. Aquello ni siquiera le resultaba sorprendente a aquellas alturas...Como mucho quizá solo acabar empapada y no arrollada era una buena señal...Si aquello no era pensar en positivo...
-Nos hemos librado de lo peor...Los dioses no me quieran muerta, solo dolorida y...sucia...- Fue cuanto dijo con pesadez la elfa antes de darse cuenta de la interpelación por parte de Rauko, el extraño elfo con el que había compartido aventuras y al que no había vuelto a ver desde que junto con Bio y otros maleantes habían intentado asaltar la torre de la Logia en Dundarak. El elfo parecía haberse librado del cruel destino que llevó al vampiro pelinegro a ser apresado y congelado por Abbey, aunque sin duda que se ganaría un bonito cartel de "se busca" por sus acciones.
-Rauko...- ¿Debería intentar detenerlo a pesar del tiempo transcurrido? Abbey podía llegar a ser muy rencorosa, seguramente se alegraría de echarle el guante a uno de los asaltantes que por poco hunden el prestigio del gremio. -¿Te refieres a cuando intentaste asaltar uno de los lugares más seguros de Aerandir? Tal vez hubiese sido mejor que hubieseis tenido éxito...Aquel cuadro no trajo más que problemas.- Le animó a hablar la joven tras ver que no parecía saber muy bien que decir.
-¿Lo conoces? ¿Otro amigo elfo?.- Se interesó la felina pelirroja.
-Sí, aunque no sé si estoy ante un amigo. Hablando al menos desde el punto de vista de una oficial de la Logia a la que intentó robar...- Respondió la elfa mirando a los compañeros de Rauko, también víctimas de la lluvia de bebida.
-¿Intentó robar en la torre? Jaja, menudo chalado. La mayoría de esas cosas son peligrosas y están malditas. Es mejor dejarlas donde están. No es buena idea tocar algo que se supone que sirve para hacer limonadas pero que puede traer la perdición a una aldea entera, como ese chisme que me enseñaste.- Se burló la pelirroja, aunque su cuerpo se colocó en una posición de advertencia. Si su hermana decidía que el elfo era un enemigo, no dudaría en atacar.
-Supongo que eso quedó en el pasado...Precisamente hoy me siento demasiado cansada y cubierta de cerveza como para empezar una pelea por algo que pasó hace tanto...Aunque me gustaría que tras aquello aprendieras que el crimen no compensa.- Convino la peliblanca, evidenciando que como la mayoría de los allí presentes, necesitaba un baño urgente. -¿Amigos tuyos?- Indicó con la mirada. -Nuestra hermana me mira forma extraña...- Añadió denotando que la elfa de su grupo la miraba de arriba a abajo.
Níniel Thenidiel
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Re: Día de la Cosecha, Samhain [Evento Global]
Un leve cosquilleo le recorrió el ala al notar los dedos de la rubia sobre sus plumas, quizá su sensibilidad fuese menor que la de la piel pero podía sentir ciertas cosas, como la delicadeza con que Lavey acariciaba su extremidad de cuervo. Múltiples preguntas se apoderaron entonces de la pequeña, pero pronto Reivy intervino para controlarla y recordarle que debía mantener a raya su curiosidad antes de que ésta resultase molesta para la persona en cuestión. Viendo la reacción de la niña casi podía asegurar que aquello se lo había dicho infinidad de veces, no solo por la forma en que pronunció la frase sino por el cambio en su expresión.
Por suerte la tristeza le duró poco, en cuanto vio el colgante que la mujer bestia le tendía lo tomó de inmediato para ponérselo, dejando de lado lo demás. - Tienes razón. - dijo Ava, apoyando la sugerencia de la morena y tomando asiento para degustar su primer comida en Verisar. Su estómago todavía se quejaba a su manera, rugiendo de vez en cuando para recordarle que tenía que alimentarse pronto, así que sin miramientos, acercó el guiso que le había traído hacia sí y se permitió aspirar su aroma una vez más antes de probarlo.
- Sí, quería ver con mis propios ojos el estado de la ciudad pero ahora ya no estoy tan segura… - respondió, poco después de llevarse a la boca la primera cucharada. - Afortunadamente no tengo familia ni conocidos allí, si las cosas están tan mal como me has contado no creo que me quede mucho en la ciudad. - aclaró, aliviada de no tener que preocuparse por el estado de nadie.
Roilkat, Vulwufar, Baslodia, todas eran buenas opciones para proseguir su viaje tras la visita a la capital, pero primero cumpliría su objetivo, ir hasta Lunargenta y ofrecer su ayuda a quienes llevaban a cabo las tareas de reconstrucción e intentaban que todo volviese a la normalidad lo antes posible. Indudablemente habría gente más útil que ella o con capacidades más necesarias, pero no deberían rechazar un par de manos más cuando se ofrecían voluntariamente a cooperar, o al menos eso era lo que se decía la joven.
- ¿Las tuyas? - preguntó, desviando la vista hacia la muchacha en cuanto tomó la palabra para cambiar de tema a uno mucho menos serio. Su aguda vista no le estaba fallando, por más que mirase la espalda de Lavey no había allí ni rastro de un par de alas, entonces, ¿a qué se refería? - No suelo perder plumas. - dijo al poco, aunque debía admitir que cuando se estresaba solían caérsele algunas. - Y a decir verdad no puedo volar, al menos no todavía, seguramente no he entrenado lo suficiente como para pasar de planear… - explicó levemente ruborizada, en referencia a una de las cuestiones que la rubia había formulado anteriormente.
Bullier solía decirle que era solo cuestión de tiempo y de práctica, que tenía que ganar fuerza en las extremidades para poder soportar su peso en el aire y que una vez consiguiese eso, lo demás sería mucho más fácil. Por su parte, la cuerva creía ciegamente en las palabras de su padre, estaba convencida de que llegaría el día en que pudiese cubrir largas distancias de forma rápida gracias a la parte que había heredado de Celene, pero de momento no era algo que la preocupase, podía andar o ahorrar para comprarse una montura.
Mientras esperaba la posible respuesta de la pequeña, sobre todo para que aclarase el comentario que acababa de hacer, Ava se llevó otra cucharada de aquel delicioso guiso a la boca y se deleitó con la mezcla de sabores que tenía. La carne en su punto, el caldo, las verduras, las especias… era un plato un poco más elaborado de lo que solía comer, algo que quizá pudiese aprender a preparar para el resto del trayecto o simplemente para cocinárselo al toro cuando regresase al hogar.
Por suerte la tristeza le duró poco, en cuanto vio el colgante que la mujer bestia le tendía lo tomó de inmediato para ponérselo, dejando de lado lo demás. - Tienes razón. - dijo Ava, apoyando la sugerencia de la morena y tomando asiento para degustar su primer comida en Verisar. Su estómago todavía se quejaba a su manera, rugiendo de vez en cuando para recordarle que tenía que alimentarse pronto, así que sin miramientos, acercó el guiso que le había traído hacia sí y se permitió aspirar su aroma una vez más antes de probarlo.
- Sí, quería ver con mis propios ojos el estado de la ciudad pero ahora ya no estoy tan segura… - respondió, poco después de llevarse a la boca la primera cucharada. - Afortunadamente no tengo familia ni conocidos allí, si las cosas están tan mal como me has contado no creo que me quede mucho en la ciudad. - aclaró, aliviada de no tener que preocuparse por el estado de nadie.
Roilkat, Vulwufar, Baslodia, todas eran buenas opciones para proseguir su viaje tras la visita a la capital, pero primero cumpliría su objetivo, ir hasta Lunargenta y ofrecer su ayuda a quienes llevaban a cabo las tareas de reconstrucción e intentaban que todo volviese a la normalidad lo antes posible. Indudablemente habría gente más útil que ella o con capacidades más necesarias, pero no deberían rechazar un par de manos más cuando se ofrecían voluntariamente a cooperar, o al menos eso era lo que se decía la joven.
- ¿Las tuyas? - preguntó, desviando la vista hacia la muchacha en cuanto tomó la palabra para cambiar de tema a uno mucho menos serio. Su aguda vista no le estaba fallando, por más que mirase la espalda de Lavey no había allí ni rastro de un par de alas, entonces, ¿a qué se refería? - No suelo perder plumas. - dijo al poco, aunque debía admitir que cuando se estresaba solían caérsele algunas. - Y a decir verdad no puedo volar, al menos no todavía, seguramente no he entrenado lo suficiente como para pasar de planear… - explicó levemente ruborizada, en referencia a una de las cuestiones que la rubia había formulado anteriormente.
Bullier solía decirle que era solo cuestión de tiempo y de práctica, que tenía que ganar fuerza en las extremidades para poder soportar su peso en el aire y que una vez consiguiese eso, lo demás sería mucho más fácil. Por su parte, la cuerva creía ciegamente en las palabras de su padre, estaba convencida de que llegaría el día en que pudiese cubrir largas distancias de forma rápida gracias a la parte que había heredado de Celene, pero de momento no era algo que la preocupase, podía andar o ahorrar para comprarse una montura.
Mientras esperaba la posible respuesta de la pequeña, sobre todo para que aclarase el comentario que acababa de hacer, Ava se llevó otra cucharada de aquel delicioso guiso a la boca y se deleitó con la mezcla de sabores que tenía. La carne en su punto, el caldo, las verduras, las especias… era un plato un poco más elaborado de lo que solía comer, algo que quizá pudiese aprender a preparar para el resto del trayecto o simplemente para cocinárselo al toro cuando regresase al hogar.
Ava Kenrith
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Re: Día de la Cosecha, Samhain [Evento Global]
Tragué saliva. Solo quería desaparecer para evitar aquella situación. Pero Níniel habló y sus palabras me tranquilizaron un poco, aunque no tanto como me hubiera gustado. Luego intervino una chica-gato. Por alguna razón tuve deseos de acariciar su pelaje como si solo fuera una gata tierna e inofensiva. Y toda esa ternura que reflejaba desapareció cuando la oí hablar y noté la postura de su cuerpo; ya no parecía muy amigable.
Al pensar en lo que estaría a punto de suceder, bajé los hombros en resignación. No quería luchar con ellas. La flojera me gritaba que no lo hiciera.
–¿Uh? –Mis ojos se abrieron ampliamente cuando la elfa dijo que no quería pelear. Me sentí aliviado–. Por supuesto. Es más, todos los días hago todo lo posible para compensar mis errores, haciendo de este mundo un lugar mejor para todos –afirmé con entusiasmo, sacando pecho y colocando las manos en mi cadera.
–¡Jah! Patrañas. Lo único que haces es dormir y comer como un vago –se burló Hyro.
–No me estás ayudando –le respondí entre dientes. Entonces Níniel preguntó sobre mis compañeros y luego mencionó algo sobre uno de estos.
En seguida Xana apartó la mirada y se sonrojó. No se había percatado de que era muy evidente su observación continua.
–Ah…, yo… –empezó, buscando qué palabras utilizar– l-lo siento. Yo soy Xana. –Saludó con una inclinación de la cabeza y mostró una sonrisa jovial, que no ocultaba por completo que se sentía avergonzada.
–Mi nombre es Hyro, el primogénito de la prestigiosa familia Boden. Encantado de conocerlas, señoritas. –Hyro habló formalmente e hizo una reverencia, como si realmente fuera muy importante ese pobre diablo, o como si fuera posible verse respetable empapado de cerveza–. Rauko me ha hablado muy bien de ti, Níniel.
–… Yo no había escuchado de ella –dijo Xana. Me coloqué a su lado y rodeé su cuello con mi brazo.
–Ella –comencé– es una de las más valientes guerreras con las que he compartido aventuras. Hemos luchado contra vampiros, mercenarios, organizaciones secretas; luchamos para liberar a muchos infantes esclavizados en las Catacumbas de Lunargenta, hemos exterminado criaturas oscuras en el bosque del Este, capturado a genocidas muy peligrosos, protegido a un orfanato del ataque de unos maleantes… –Solté un suspiro, nostálgico–. Vaya, hemos pasado por tanto juntos. Esa es la verdadera razón por la que pasa por alto lo de la torre de la Logia, porque ambos daríamos la vida del uno por el otro.
¿Por qué me inventé todo eso? Pues… no tengo ni la menor idea. Mi impulso de mentir se disparó, supongo.
–Oh, ya veo… –Xana miró a Níniel. Se sentía insignificante, pero ahora no podía evitar admirar a su congénere y querer ser como ella–. Eres grandiosa, Níniel... ¡Me esforzaré para seguir tus pasos! –sentenció con un brillo de determinación en sus ojos.
–¿Y por qué no sigues mis pasos, Xanita? Yo también soy un buen ejemplo a seguir –alegó Hyro, señalándose a sí mismo con el pulgar. Tanto Xana como yo lo ignoramos. Resopló y murmuró–: Par de ingratos.
Al pensar en lo que estaría a punto de suceder, bajé los hombros en resignación. No quería luchar con ellas. La flojera me gritaba que no lo hiciera.
–¿Uh? –Mis ojos se abrieron ampliamente cuando la elfa dijo que no quería pelear. Me sentí aliviado–. Por supuesto. Es más, todos los días hago todo lo posible para compensar mis errores, haciendo de este mundo un lugar mejor para todos –afirmé con entusiasmo, sacando pecho y colocando las manos en mi cadera.
–¡Jah! Patrañas. Lo único que haces es dormir y comer como un vago –se burló Hyro.
–No me estás ayudando –le respondí entre dientes. Entonces Níniel preguntó sobre mis compañeros y luego mencionó algo sobre uno de estos.
En seguida Xana apartó la mirada y se sonrojó. No se había percatado de que era muy evidente su observación continua.
–Ah…, yo… –empezó, buscando qué palabras utilizar– l-lo siento. Yo soy Xana. –Saludó con una inclinación de la cabeza y mostró una sonrisa jovial, que no ocultaba por completo que se sentía avergonzada.
–Mi nombre es Hyro, el primogénito de la prestigiosa familia Boden. Encantado de conocerlas, señoritas. –Hyro habló formalmente e hizo una reverencia, como si realmente fuera muy importante ese pobre diablo, o como si fuera posible verse respetable empapado de cerveza–. Rauko me ha hablado muy bien de ti, Níniel.
–… Yo no había escuchado de ella –dijo Xana. Me coloqué a su lado y rodeé su cuello con mi brazo.
–Ella –comencé– es una de las más valientes guerreras con las que he compartido aventuras. Hemos luchado contra vampiros, mercenarios, organizaciones secretas; luchamos para liberar a muchos infantes esclavizados en las Catacumbas de Lunargenta, hemos exterminado criaturas oscuras en el bosque del Este, capturado a genocidas muy peligrosos, protegido a un orfanato del ataque de unos maleantes… –Solté un suspiro, nostálgico–. Vaya, hemos pasado por tanto juntos. Esa es la verdadera razón por la que pasa por alto lo de la torre de la Logia, porque ambos daríamos la vida del uno por el otro.
¿Por qué me inventé todo eso? Pues… no tengo ni la menor idea. Mi impulso de mentir se disparó, supongo.
–Oh, ya veo… –Xana miró a Níniel. Se sentía insignificante, pero ahora no podía evitar admirar a su congénere y querer ser como ella–. Eres grandiosa, Níniel... ¡Me esforzaré para seguir tus pasos! –sentenció con un brillo de determinación en sus ojos.
–¿Y por qué no sigues mis pasos, Xanita? Yo también soy un buen ejemplo a seguir –alegó Hyro, señalándose a sí mismo con el pulgar. Tanto Xana como yo lo ignoramos. Resopló y murmuró–: Par de ingratos.
(☞゚∀゚)☞ OFFROL ☜(゚∀゚☜)
Interactúo con Níniel =)Rauko
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Re: Día de la Cosecha, Samhain [Evento Global]
-Ya, no parece muy cómodo pero seguro que es divertido. - le respondí con una sonrisa, aunque mi compañera al parecer estaba más atenta al físico de los concursantes que a la prueba en sí.
Eso me hizo sentirme un poco acomplejado. Ya había cumplido los diecisiete hacia unos meses, pero mi cuerpo aún seguía en desarrollo. Bien era cierto que con tanta aventura, entrenamiento y aventura, se había acrecentado un poco mi musculatura, pero ni de lejos estaba al mismo nivel que aquellos hombres.
-Si... no dudo de ello... - me mordí el labio mirando a aquellos a quien se refería Nuria, sin duda tenía razón. Pero por suerte, no tuve que decir nada, pues encontró un par de participantes más acordes con nuestra constitución. - ¡Si! ¡Me parece bien!. - sin saberlo me había salvado de admitir que me había emocionado demasiado.
La cogí de la mano y la acerqué a nuestros posibles contrincantes. En cuanto llegamos estos nos miraron de arriba abajo con una sonrisa. Seguían teniendo más probabilidades que nosotros y ellos lo sabían.
- ¡Buenos dias! - les saludé con una sonrisa. - Nos apetecería jugar.
El hombre me sonrió con autosuficiencia.
- No durareís ni un minuto. - y se jactó mientras le daba una palmada en el pecho a su compañero y nos hacía un ademán con la cabeza para que fueramos a la "arena de competición".
Una vez ahí, me adelanté para ser yo quien se pusiera debajo.
- Vamos Nuria. Súbete, ¡vamos a ganarles! - le dije sonriente para infundirle animo. - Esto es para divertirnos.
Una vez en posición, pude llegar a comprender porque Nuria era algo reacia. Tenía que colocar mi cabeza entre sus piernas y claro, siempre estaba el peligro de la falda, así que me coloqué con total cuidado de no ver nada, haciendo que está quedara arremangada en mi cuello e impidiera que nadie más viera nada cuando se echó para atrás.
Una vez cogidos con la otra pareja por las manos de Nuria, un juez anónimo dio el pistoletazo de salida y comencé a avanzar hacia delante. Pronto sentí la tensión que le empujaba hacia atrás a través de los muslos de Nuria en mis hombros. La otra pareja tiraba muy fuerte, pero no me iba a rendir, intenté seguir avanzando hasta que... Una rata apareció de la nada y se dirigió hacia a mi.
- ¡Fus! ¡Fus! - le dije entre soplidos provocados por el esfuerzo.
La rata se acercó a mi mano y no dudó en ningún momento en pegarme tal mordisco que me hizo moverme de forma violenta hacia arriba, aún con Nuria con sus muslos en mis hombros, haciendo que quedará colgada de ellos.
-¡Auuuuu! - me llevé tape la mano herida con la otra mientras intentaba pegarle una patada a la jodida rata, pero con Nuria encima fue imposible acertar. - ¡Maldita rata!
- ¡Descalificados! - gritó el juez anonim. - Gendry y Daniel son los ganadores.
A mi ya me importaba una mierda el juego, pues el dolor era demasiado punzante. Pero comencé a pensar que aquello había sido muy conveniente...
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Efectos de la Runa muy mala: Me ha mordido una asquerosa rata en la mano y he perdido el juego.
Eso me hizo sentirme un poco acomplejado. Ya había cumplido los diecisiete hacia unos meses, pero mi cuerpo aún seguía en desarrollo. Bien era cierto que con tanta aventura, entrenamiento y aventura, se había acrecentado un poco mi musculatura, pero ni de lejos estaba al mismo nivel que aquellos hombres.
-Si... no dudo de ello... - me mordí el labio mirando a aquellos a quien se refería Nuria, sin duda tenía razón. Pero por suerte, no tuve que decir nada, pues encontró un par de participantes más acordes con nuestra constitución. - ¡Si! ¡Me parece bien!. - sin saberlo me había salvado de admitir que me había emocionado demasiado.
La cogí de la mano y la acerqué a nuestros posibles contrincantes. En cuanto llegamos estos nos miraron de arriba abajo con una sonrisa. Seguían teniendo más probabilidades que nosotros y ellos lo sabían.
- ¡Buenos dias! - les saludé con una sonrisa. - Nos apetecería jugar.
El hombre me sonrió con autosuficiencia.
- No durareís ni un minuto. - y se jactó mientras le daba una palmada en el pecho a su compañero y nos hacía un ademán con la cabeza para que fueramos a la "arena de competición".
Una vez ahí, me adelanté para ser yo quien se pusiera debajo.
- Vamos Nuria. Súbete, ¡vamos a ganarles! - le dije sonriente para infundirle animo. - Esto es para divertirnos.
Una vez en posición, pude llegar a comprender porque Nuria era algo reacia. Tenía que colocar mi cabeza entre sus piernas y claro, siempre estaba el peligro de la falda, así que me coloqué con total cuidado de no ver nada, haciendo que está quedara arremangada en mi cuello e impidiera que nadie más viera nada cuando se echó para atrás.
Una vez cogidos con la otra pareja por las manos de Nuria, un juez anónimo dio el pistoletazo de salida y comencé a avanzar hacia delante. Pronto sentí la tensión que le empujaba hacia atrás a través de los muslos de Nuria en mis hombros. La otra pareja tiraba muy fuerte, pero no me iba a rendir, intenté seguir avanzando hasta que... Una rata apareció de la nada y se dirigió hacia a mi.
- ¡Fus! ¡Fus! - le dije entre soplidos provocados por el esfuerzo.
La rata se acercó a mi mano y no dudó en ningún momento en pegarme tal mordisco que me hizo moverme de forma violenta hacia arriba, aún con Nuria con sus muslos en mis hombros, haciendo que quedará colgada de ellos.
-¡Auuuuu! - me llevé tape la mano herida con la otra mientras intentaba pegarle una patada a la jodida rata, pero con Nuria encima fue imposible acertar. - ¡Maldita rata!
- ¡Descalificados! - gritó el juez anonim. - Gendry y Daniel son los ganadores.
A mi ya me importaba una mierda el juego, pues el dolor era demasiado punzante. Pero comencé a pensar que aquello había sido muy conveniente...
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Efectos de la Runa muy mala: Me ha mordido una asquerosa rata en la mano y he perdido el juego.
Ircan
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Re: Día de la Cosecha, Samhain [Evento Global]
Escondió su sonrojo tras una de sus coletas al menos, parcialmente. Se remangó la falda y abrió sus piernas para el licántropo. En su rostro se reflejaba claramente sus más íntimos sentimientos al estar en contacto con el cuerpo vibrante de su compañero, su aliento, los músculos de su espalda en tensión…
No tuvo mucho tiempo para continuar explorando los pormenores de la interacción con Ircan. Sus contrincantes estaban dando todo de sí para ganarles y, aunque ella era reticente a practicar ese tipo de actividades físicas, como fuente de esparcimiento, lo cierto es que redescubrió su más profunda faceta competitiva. Decidida, apretó fuerte sus piernas y estrechó sus manos con los miembros homólogos y sudorosos de su contraparte. Su rostro estaba encendido con una tonalidad tan viva y tenía una expresión tan abrumadora que era difícil reconocer en ella sus características facciones sueltas y vacías.
Pese al riguroso esfuerzo, su fuerza era indiscutiblemente inferior y la resistencia de sus manos,al igual que el resto de su cuerpo, estaba llegando a su límite para cuando su compañero comenzó a dar saltos y corcovos -Ircan- apenas llegó a pronunciar a modo de queja, cuando fue salvada por la campana o peor aún: un juez. Suspiró aliviada por el desahogo físico que sintió en ese momento, más cuando vio la expresión de zozobra de sus rivales, espoleó con fuerza a su compañero, volviendo a sentir ese ataque de pasión impetuosa propia de su edad y el ambiente en el que estaba sumergida.
-Vayamos a comer algo. Pero tú me cargas a cacundas porque estoy enojada- solamente le faltaba cruzarse de brazos e hinchar los mofletes para parecer una niña.
Gracias Sigel. Hasta aquí mi participación. Siento haber tardado las cosas…
Mi suerte fue neutra [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
No tuvo mucho tiempo para continuar explorando los pormenores de la interacción con Ircan. Sus contrincantes estaban dando todo de sí para ganarles y, aunque ella era reticente a practicar ese tipo de actividades físicas, como fuente de esparcimiento, lo cierto es que redescubrió su más profunda faceta competitiva. Decidida, apretó fuerte sus piernas y estrechó sus manos con los miembros homólogos y sudorosos de su contraparte. Su rostro estaba encendido con una tonalidad tan viva y tenía una expresión tan abrumadora que era difícil reconocer en ella sus características facciones sueltas y vacías.
Pese al riguroso esfuerzo, su fuerza era indiscutiblemente inferior y la resistencia de sus manos,al igual que el resto de su cuerpo, estaba llegando a su límite para cuando su compañero comenzó a dar saltos y corcovos -Ircan- apenas llegó a pronunciar a modo de queja, cuando fue salvada por la campana o peor aún: un juez. Suspiró aliviada por el desahogo físico que sintió en ese momento, más cuando vio la expresión de zozobra de sus rivales, espoleó con fuerza a su compañero, volviendo a sentir ese ataque de pasión impetuosa propia de su edad y el ambiente en el que estaba sumergida.
-Vayamos a comer algo. Pero tú me cargas a cacundas porque estoy enojada- solamente le faltaba cruzarse de brazos e hinchar los mofletes para parecer una niña.
Gracias Sigel. Hasta aquí mi participación. Siento haber tardado las cosas…
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Nuria
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Re: Día de la Cosecha, Samhain [Evento Global]
Samhain, Día de la Cosecha
Por temas personales, no puedo ponerme a escribir como de costumbre un cierre al evento. Siento dejarlo tan escueto. Prefiero dedicar mi tiempo en el foor a otros asuntos más precisos.
_____________________
Obsequios:
Todos recibís.
* +5 ptos de experiencia
* 50 aeros
* Todos sois marcados con La Voluntad de los Dioses
- Reliquia suprema:
- [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Cada vez que saquéis "Muy buena suerte" en un tema, aparecerá en vuestro pecho izquierdo este tatuaje de dos centímetros de diámetro. Durante 2 turno, vuestras armas y armaduras se considerarán un nivel más alto que el original. Este efecto es adicional al que causará vuestra runa de muy buena suerte.
El tatuaje solo puede aparecer una vez por tema.
El tatuaje aparecerá un total de 3 temas, en tres runas de "Muy buena suerte". Una vez aparezca estas tres veces, no aparecerá más.
- Mapa vacío:
- [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Te permite saber en lugar dónde te hayas y su historia. Ejemplos: 1 Estás perdido en el bosque y usas el objeto. Te dirá la posición que te encuentres y que ha sucedido en el bosque: ¿encantamientos, asesinatos, cacerías? 2 Te encuentras en la casa de una aparente hospitalaria familia que te ha acogido en Dundarak. Utilizas el mapa: descubres que esa familia de dragones tienen la costumbres de almorzarse a sus huéspedes.
Este objeto solo tendrá 2 usos.
Sigel
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