Magia es magia [Trabajo]
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Re: Magia es magia [Trabajo]
-¿No tenéis nada mejor que hacer? Seguro que fuera hace un buen día y podéis...hacer lo que sea que hagáis cuando no estáis aquí.- Reprendió Catherine a su inesperado público, tratando de hacer que la dejaran sola, aunque percatándose en el proceso de que para unos huérfanos como ellos el abanico de posibilidades no era demasiado amplio ni halagüeño allí afuera. Lo sabía de buena tinta tras haber pasado los dos últimos años antes de conocer a Níniel malviviendo en las calles a las que ahora acababa de mandarles.
-Bah, da igual. Tampoco es que me molestéis...mucho- Recapacitó sintiéndose algo culpable por sus primeras palabras, aunque volviendo a centrarse en sus ejercicios antes de que la idea de que aquellos niños y ella misma eran muy parecidos ganara demasiada fuerza en su cabeza. Aquello era algo en lo que no quería pensar. Bastante tenía ya con lo suyo como para ponerse a empatizar con los huerfanitos de Chimar. Bastante pesada podía ser ya la vida como para cargar más de lo necesario. Si había que salir corriendo era mejor hacerlo bien ligera.
-¿Qué? ¿No iréis a decirme que queréis que os enseñe? Esto no es un juego.- Volvió a interrumpir su práctica la pelirroja al ver cómo los niños se habían acercado y la miraban expectantes, comenzando incluso a imitar torpemente algunos de sus ejercicios y movimientos, comprobando sin duda que eran más difíciles de lo que parecían. -Solo conseguiréis haceros daño. No podéis pretender hacer algo así con solo haberlo visto un rato...Yo llevo entrenando desde que era mucho más pequeña que vosotros...Además soy mucho más ágil, fuerte y guapa.- Se jactó burlándose de los gorriones, aunque no podía sino pensar en que alguno de ellos quizá pudiese ser un buen aprendiz...La elfa parecía bastante despierta y ágil.
-Vale, vale. Os daré un par de consejos y luego me dejaréis en paz ¿sí? A ver, colocaros en fila. Pierna derecha atrás, rodillas flexionadas, girad el cuerpo así...Levantad los brazos así y...Uno, dos. Uno, dos...- Comenzó a instruirlos en lo más básico mientras servía de ejemplo, corrigiendo sus posturas y el ángulo de sus primeros golpes. -Tenéis que hacerlo cien veces...No es broma, vuestro cuerpo debe hacer suyo cada golpe, y eso solo se consigue repitiendo hasta el agotamiento...- Terminó de explicar pensando que con eso estarían entretenidos un rato o quizá dejarían de molestarla. En cualquier caso podría seguir con lo suyo sin más interrupciones.
Podían dar las gracias por que fuera una profesora mucho más amable que el doctore que la instruyó a ella. Con él cada error significaba un golpe o una paliza. El único motivo por el que Catherine no le deseaba la muerte era porque la idea de poder matarlo ella misma era mucho más satisfactoria. Algo que no era más que una fantasía, pues no había sido capaz de encontrar ni una sola pista de su paradero en los últimos dos años.
-Estúpidas distracciones.- Murmuró reanudando sus esfuerzos con más ahínco que antes. El esfuerzo haría que dejara de pensar en esas cosas. Siempre funcionaba.
No habían pasado más que unos minutos cuando las luces de la esfera comenzaron a parpadear siguiendo un patrón ya conocido por la felina. Debido a su desconocimiento sobre el funcionamiento normal de aquel lugar, Catherine no podía estar segura de que el origen de dichas fluctuaciones fuese el mismo que la última vez, pero apostaría un buen plato de pescado a la brasa a que era cosa de Canel. Y la extrañeza en los rostros de sus aprendices de combate desarmado terminaron por confirmar que habría ganado la apuesta.
-Aquí no hay quien entrene...- Se quejó lanzándose a la carrera en pos de su hermana. -Vosotros...quedaos aquí. O mejor, ahora si que tenéis que salir fuera.-Instó a los niños recordando hasta qué punto había sido peligroso permanecer en la esfera el día anterior. Lo raro era que aquella mente sirviente de Chimar no hubiese comenzado ya a pitar como una loca advirtiendo de una amenaza mágica desconocida. ¿Aquello sería buena o mala señal? Tratándose de Canel...la respuesta era evidente.
-¡Nín! ¿Estás bien?- Comenzó a gritar tan pronto se acercaba a la sala de las imágenes, repitiendo la pregunta de nuevo cuando la puerta deslizante ante la misma se hubo abierto, permitiendo a la pelirroja ser partícipe de una escena quizá menos caótica que la de la última vez, pero desde luego mucho más inquietante.
-Cuidado Cath.- Alertó la elfa a la recién llegada para evitar que se convirtiera en blanco del desenfreno en el que el ilusionista había caído. La acumulación de éter le estaba afectando hasta el punto de alterar su personalidad y su conducta, volviéndolo no solo un brujo descontrolado, si no activamente peligroso. Era capaz de reconocer a las personas a su alrededor, al menos hasta cierto punto, pero cegado por el poder había dejado atrás toda mesura, obligando a la peliblanca a retroceder y a protegerse dentro de una esfera de luz pura que ocupaba buena parte de la habitación.
Todo había pasado muy rápido.
-¿Qué rayos está pasando?- Apremio la gata tras buscar refugio dentro de la esfera y mirando como Chimar apenas podía seguir pataleando y su piel tomaba un tono azulado. -Va a matar a Chimar...- Añadió al ser consciente de que el inventor estaba en las últimas, preparándose para lanzarse contra el ilusionista, pero siendo detenida por su hermana.
-Es el éter. Subestimé el efecto que podía tener sobre él.- Resumió la sacerdotisa, pues no era el momento para explicaciones detalladas, volviendo a centrar su atención en Canel, intentando que sus palabras calaran en el ilusionista pues en aquella situación un ataque directo podría suponer la muerte de Chimar. Por desgracia hasta el momento los intentos de la elfa por calmarlo no habían dado resultado, teniendo incluso que pasar a la defensiva, y el tiempo se agotaba. Pronto se quedarían sin opciones, o solo con las nefastas mejor dicho.
-Es a tu hermano al que estás matando con ese poder. ¿Es eso lo que quieres? ¿Un poder que mate a tus seres queridos y te deje solo? ¿Un poder que haga que te teman todos a cuantos llamas o llamarás amigos? No creo que quieras o debas querer eso. El poder no debe servir para eso si no para protegerlos. Mirate...¿Te das cuenta de lo que haces? Ese poder te convierte en todo lo que sabes que no eres y no quieres ser...Y ni siquiera es tan fuerte.- La joven desvió levemente la mirada hacia Chimar. No aguantaría más. Si aquellas palabras no lograban hacerlo reaccionar.. -Sé que tú, Canel, el verdadero Canel, eres mucho más fuerte.-
-Bah, da igual. Tampoco es que me molestéis...mucho- Recapacitó sintiéndose algo culpable por sus primeras palabras, aunque volviendo a centrarse en sus ejercicios antes de que la idea de que aquellos niños y ella misma eran muy parecidos ganara demasiada fuerza en su cabeza. Aquello era algo en lo que no quería pensar. Bastante tenía ya con lo suyo como para ponerse a empatizar con los huerfanitos de Chimar. Bastante pesada podía ser ya la vida como para cargar más de lo necesario. Si había que salir corriendo era mejor hacerlo bien ligera.
-¿Qué? ¿No iréis a decirme que queréis que os enseñe? Esto no es un juego.- Volvió a interrumpir su práctica la pelirroja al ver cómo los niños se habían acercado y la miraban expectantes, comenzando incluso a imitar torpemente algunos de sus ejercicios y movimientos, comprobando sin duda que eran más difíciles de lo que parecían. -Solo conseguiréis haceros daño. No podéis pretender hacer algo así con solo haberlo visto un rato...Yo llevo entrenando desde que era mucho más pequeña que vosotros...Además soy mucho más ágil, fuerte y guapa.- Se jactó burlándose de los gorriones, aunque no podía sino pensar en que alguno de ellos quizá pudiese ser un buen aprendiz...La elfa parecía bastante despierta y ágil.
-Vale, vale. Os daré un par de consejos y luego me dejaréis en paz ¿sí? A ver, colocaros en fila. Pierna derecha atrás, rodillas flexionadas, girad el cuerpo así...Levantad los brazos así y...Uno, dos. Uno, dos...- Comenzó a instruirlos en lo más básico mientras servía de ejemplo, corrigiendo sus posturas y el ángulo de sus primeros golpes. -Tenéis que hacerlo cien veces...No es broma, vuestro cuerpo debe hacer suyo cada golpe, y eso solo se consigue repitiendo hasta el agotamiento...- Terminó de explicar pensando que con eso estarían entretenidos un rato o quizá dejarían de molestarla. En cualquier caso podría seguir con lo suyo sin más interrupciones.
Podían dar las gracias por que fuera una profesora mucho más amable que el doctore que la instruyó a ella. Con él cada error significaba un golpe o una paliza. El único motivo por el que Catherine no le deseaba la muerte era porque la idea de poder matarlo ella misma era mucho más satisfactoria. Algo que no era más que una fantasía, pues no había sido capaz de encontrar ni una sola pista de su paradero en los últimos dos años.
-Estúpidas distracciones.- Murmuró reanudando sus esfuerzos con más ahínco que antes. El esfuerzo haría que dejara de pensar en esas cosas. Siempre funcionaba.
No habían pasado más que unos minutos cuando las luces de la esfera comenzaron a parpadear siguiendo un patrón ya conocido por la felina. Debido a su desconocimiento sobre el funcionamiento normal de aquel lugar, Catherine no podía estar segura de que el origen de dichas fluctuaciones fuese el mismo que la última vez, pero apostaría un buen plato de pescado a la brasa a que era cosa de Canel. Y la extrañeza en los rostros de sus aprendices de combate desarmado terminaron por confirmar que habría ganado la apuesta.
-Aquí no hay quien entrene...- Se quejó lanzándose a la carrera en pos de su hermana. -Vosotros...quedaos aquí. O mejor, ahora si que tenéis que salir fuera.-Instó a los niños recordando hasta qué punto había sido peligroso permanecer en la esfera el día anterior. Lo raro era que aquella mente sirviente de Chimar no hubiese comenzado ya a pitar como una loca advirtiendo de una amenaza mágica desconocida. ¿Aquello sería buena o mala señal? Tratándose de Canel...la respuesta era evidente.
-¡Nín! ¿Estás bien?- Comenzó a gritar tan pronto se acercaba a la sala de las imágenes, repitiendo la pregunta de nuevo cuando la puerta deslizante ante la misma se hubo abierto, permitiendo a la pelirroja ser partícipe de una escena quizá menos caótica que la de la última vez, pero desde luego mucho más inquietante.
-Cuidado Cath.- Alertó la elfa a la recién llegada para evitar que se convirtiera en blanco del desenfreno en el que el ilusionista había caído. La acumulación de éter le estaba afectando hasta el punto de alterar su personalidad y su conducta, volviéndolo no solo un brujo descontrolado, si no activamente peligroso. Era capaz de reconocer a las personas a su alrededor, al menos hasta cierto punto, pero cegado por el poder había dejado atrás toda mesura, obligando a la peliblanca a retroceder y a protegerse dentro de una esfera de luz pura que ocupaba buena parte de la habitación.
Todo había pasado muy rápido.
-¿Qué rayos está pasando?- Apremio la gata tras buscar refugio dentro de la esfera y mirando como Chimar apenas podía seguir pataleando y su piel tomaba un tono azulado. -Va a matar a Chimar...- Añadió al ser consciente de que el inventor estaba en las últimas, preparándose para lanzarse contra el ilusionista, pero siendo detenida por su hermana.
-Es el éter. Subestimé el efecto que podía tener sobre él.- Resumió la sacerdotisa, pues no era el momento para explicaciones detalladas, volviendo a centrar su atención en Canel, intentando que sus palabras calaran en el ilusionista pues en aquella situación un ataque directo podría suponer la muerte de Chimar. Por desgracia hasta el momento los intentos de la elfa por calmarlo no habían dado resultado, teniendo incluso que pasar a la defensiva, y el tiempo se agotaba. Pronto se quedarían sin opciones, o solo con las nefastas mejor dicho.
-Es a tu hermano al que estás matando con ese poder. ¿Es eso lo que quieres? ¿Un poder que mate a tus seres queridos y te deje solo? ¿Un poder que haga que te teman todos a cuantos llamas o llamarás amigos? No creo que quieras o debas querer eso. El poder no debe servir para eso si no para protegerlos. Mirate...¿Te das cuenta de lo que haces? Ese poder te convierte en todo lo que sabes que no eres y no quieres ser...Y ni siquiera es tan fuerte.- La joven desvió levemente la mirada hacia Chimar. No aguantaría más. Si aquellas palabras no lograban hacerlo reaccionar.. -Sé que tú, Canel, el verdadero Canel, eres mucho más fuerte.-
Níniel usa este turno su habilidad Santuario.
Última edición por Níniel Thenidiel el Dom Mar 03 2019, 20:02, editado 1 vez
Níniel Thenidiel
Aerandiano de honor
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Re: Magia es magia [Trabajo]
Lo cierto es que los gorriones en su mayoría tienen experiencia con adultos despectivos, por eso no se inmutan demasiado por la respuesta de Catherine. Incluso se puede decir que detona la curiosidad temeraria que los caracteriza.
Por suerte el corazón felino de la mujer se conmueve en cierto modo, termina por enseñar algunas cosillas para que los niños se distraigan. El grupito no tarda en abogarse a intentar simular lo que vieron usando los nuevos conocimientos adquiridos… algo que sin duda tardara mucho tiempo en lograrse bien.
En ese curioso instante, las luces titilan. Los gorriones se miran entre si y su “adulto responsable predilecto” suma dos más dos, incluso con poco tiempo en la esfera el elemento turista logra adivinar de que se trata.
Con los mocosos en retirada solo quedan pocos personajes adentro, al final el ser peludo termina por reunirse con su amiga. Es justo decir que se encuentra una escena de lo más extraña en la sala de imágenes.
Chimar esta en las últimas y Niniel se refugia del poder desbocado del chiquillo brujo en una burbuja mágica, no tarda en guarecer a la propia Catherine aunque una defensa no es buena solución en esta situación ni por asomo.
La elfa decide probar suerte parlamentando, sorprendentemente Canel no la silencia de un ataque mental y deja que las palabras fluyan. En breve se puede ver como la peor cara del joven ilusionista comienza a derrumbarse.
No quiero eso… ¿O sí?, no es claro, tantos futuros posibles, ¡Tantos caminos en mi mente! “comienza a gesticular frenéticamente” solo quiero que se detenga, este poder mantiene los futuros callados… yo “mueve la cabeza con severos tics nerviosos” paso uno nacer, paso dos ascender, paso tres… no es “libera a Chimar” no es la forma.
Maquiavelo pega un enorme respiro ahora libre del estrangulamiento telequinético, luego mira fijamente a su amigo. Si bien al principio irradia temor, no tarda en tomar un rostro más condescendiente… no es la primera vez que uno de sus hermanos trata de matarle.
¿Soy... malo? “pone rostro melancólico” debo…
La nariz comienza a sangrarle al más joven de los presentes, luego su ojo derecho. Chimar se apresura cuando nota que la postura de su amigo flaquea y lo sujeta con un firme abrazo, el enano tiembla bastante.
No es fácil ser tu hermano, pero no me arrepiento.
Lo haces muy bien “sonríe inocentemente”.
Una nueva fluctuación mágica tiene lugar aunque esta es más controlada, casi como una sinfonía. Aun bajo el protector abrazo de su aliado, el pequeño hechicero prueba todos los niveles de energía variante armónica llegando a una sorprendente conclusión, está en control.
Fui probado y rechace la locura, ya no me puedo convertir en un resucitado.
¿Seguro?
Bueno… existe otra forma pero dudo que un dios dragón me dé su alma.
Está curado señores jeje “pasa zarandearle un poco”.
Pese a la sorprendente revelación, Canel apenas puede moverse. Es claro que toda la experiencia lo agoto a sobremanera, mucho más de lo que cualquier presente puede siquiera suponer. Curiosamente las sorpresas agradables no acaban allí.
Ustedes me ayudaron a hacer esta elección, por eso les estaré agradecido hasta que las estrellas caigan del cielo... sé que no es mucho pero “hace un gesto con su mano derecha generando de la nada tres nutridas bolsas de monedas”.
No necesitas darme dinero “reafirma el abrazo” soy tu hermano.
Escojo hacerlo, por favor acéptenlo.
Vale… ¿Puedes hacer aparecer aeros de la nada?
“Canel le pega una mirada irónica”.
Lo tenías guardado “suspira” debí imaginarlo “limpia la sangre del enano con un pañuelo” y mi prodigioso cerebro me dice también que alguien necesita dormir.
Por suerte el corazón felino de la mujer se conmueve en cierto modo, termina por enseñar algunas cosillas para que los niños se distraigan. El grupito no tarda en abogarse a intentar simular lo que vieron usando los nuevos conocimientos adquiridos… algo que sin duda tardara mucho tiempo en lograrse bien.
En ese curioso instante, las luces titilan. Los gorriones se miran entre si y su “adulto responsable predilecto” suma dos más dos, incluso con poco tiempo en la esfera el elemento turista logra adivinar de que se trata.
Con los mocosos en retirada solo quedan pocos personajes adentro, al final el ser peludo termina por reunirse con su amiga. Es justo decir que se encuentra una escena de lo más extraña en la sala de imágenes.
Chimar esta en las últimas y Niniel se refugia del poder desbocado del chiquillo brujo en una burbuja mágica, no tarda en guarecer a la propia Catherine aunque una defensa no es buena solución en esta situación ni por asomo.
La elfa decide probar suerte parlamentando, sorprendentemente Canel no la silencia de un ataque mental y deja que las palabras fluyan. En breve se puede ver como la peor cara del joven ilusionista comienza a derrumbarse.
No quiero eso… ¿O sí?, no es claro, tantos futuros posibles, ¡Tantos caminos en mi mente! “comienza a gesticular frenéticamente” solo quiero que se detenga, este poder mantiene los futuros callados… yo “mueve la cabeza con severos tics nerviosos” paso uno nacer, paso dos ascender, paso tres… no es “libera a Chimar” no es la forma.
Maquiavelo pega un enorme respiro ahora libre del estrangulamiento telequinético, luego mira fijamente a su amigo. Si bien al principio irradia temor, no tarda en tomar un rostro más condescendiente… no es la primera vez que uno de sus hermanos trata de matarle.
¿Soy... malo? “pone rostro melancólico” debo…
La nariz comienza a sangrarle al más joven de los presentes, luego su ojo derecho. Chimar se apresura cuando nota que la postura de su amigo flaquea y lo sujeta con un firme abrazo, el enano tiembla bastante.
No es fácil ser tu hermano, pero no me arrepiento.
Lo haces muy bien “sonríe inocentemente”.
Una nueva fluctuación mágica tiene lugar aunque esta es más controlada, casi como una sinfonía. Aun bajo el protector abrazo de su aliado, el pequeño hechicero prueba todos los niveles de energía variante armónica llegando a una sorprendente conclusión, está en control.
Fui probado y rechace la locura, ya no me puedo convertir en un resucitado.
¿Seguro?
Bueno… existe otra forma pero dudo que un dios dragón me dé su alma.
Está curado señores jeje “pasa zarandearle un poco”.
Pese a la sorprendente revelación, Canel apenas puede moverse. Es claro que toda la experiencia lo agoto a sobremanera, mucho más de lo que cualquier presente puede siquiera suponer. Curiosamente las sorpresas agradables no acaban allí.
Ustedes me ayudaron a hacer esta elección, por eso les estaré agradecido hasta que las estrellas caigan del cielo... sé que no es mucho pero “hace un gesto con su mano derecha generando de la nada tres nutridas bolsas de monedas”.
No necesitas darme dinero “reafirma el abrazo” soy tu hermano.
Escojo hacerlo, por favor acéptenlo.
Vale… ¿Puedes hacer aparecer aeros de la nada?
“Canel le pega una mirada irónica”.
Lo tenías guardado “suspira” debí imaginarlo “limpia la sangre del enano con un pañuelo” y mi prodigioso cerebro me dice también que alguien necesita dormir.
Invitado
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Re: Magia es magia [Trabajo]
Las últimas palabras de la peliblanca calaron por fin en la alterada psique del joven ilusionista y rápidamente la opresiva energía que había esgrimido contra ellos comenzó a sosegarse y a volverse inofensiva para los allí presentes, permitiendo al fin a Chimar llenar sus pulmones con el anhelado aire que necesitaba ya con desesperación, y evitando que el dúo de hermanas se viera obligado a tomar medidas mucho más drásticas contra el brujo en aras de salvarles a ambos de un destino tan cruel como aciago.
Un final feliz para todos, si es que aquello pudiese considerarse un final, que no lo era, por mucho que Canel afirmara que aquella experiencia traumática le había servido como revulsivo suficiente como para dejar todos sus problemas y temores atrás. Algo de lo que Níniel no estaba tan segura como el joven después de haber presenciado ya dos de sus crisis y aumentado su conocimiento sobre sus peculiares dones y lo que traían consigo gracias a dichas experiencias.
-Has sido capaz de sobreponerte a la tentación, demostrando que tu voluntad es más fuerte y que no volverás a caer en ella fácilmente pero...Hay fuerzas mayores que la de esta esfera que aún podrían ser un peligro. Antes de poder lanzar las campanas al vuelo vas a tener que seguir practicando. Aún acumulas el éter y te cuesta dejarlo fluir, así que no te creas que vas a librarte tan pronto de mis lecciones, jovencito.- Expresó la joven con seriedad pero con tono amable e incluso sonriendo al decir lo último, acercándose a la pareja de chicos y haciéndole un gesto a Catherine para que ayudara al inventor con el peso de un debilitado Canel, examinando su estado general y sanándole una vez que entre ambos lograron sentarlo en el suelo y darle algo de beber.
-Aún así estoy orgullosa y sorprendida. Lo que acabas de lograr...no es algo que esté al alcance de cualquiera. Creeme sé de primera mano lo que se siente cuando te ofrecen un poder así...A mi me costó mucho más poder deshacerme de su influencia...- Claro que en su caso no había sido una tentación causada por un poder en bruto, sino algo oscuro unido a una voluntad maligna.
-Quizá un día os cuente esa historia, pero ahora...- Catherine comprendió de inmediato lo que Níniel pensaba y no necesitó que esta terminara la frase para tomar al ilusionista en brazos y llevarlo hasta la habitación que compartía con Chimar.
-Esto empieza a convertirse en una costumbre. Claro que ayer estabas inconsciente, supongo que sí que habéis avanzado algo...- Expresó cargando al pequeño sin problemas hasta depositarlo en su cama. -Y mientras sea Chimar el que reciba los palos mágicos...-
-Bastante a pesar de los problemas.- Respondió la peliblanca, que había seguido a la felina por el pasillo. -No quería que las cosas pasaran así, pero...hemos podido reconducir la situación en nuestro beneficio.- Añadió. -Creo sinceramente que con unos días más, una semana a lo sumo, de prácticas guiadas en la sala de imágenes, la influencia de la esfera ya no os dará más quebraderos de cabeza. Y de paso le será más fácil a Canel resistir otras influencias similares.- Sentenció menos optimista que el propio brujo pero dejando patente que todo aquello daría buenos resultados y que el riesgo habría merecido la pena. A continuación salió de la habitación para que canel pudiera descansar tranquilo.
-Espera, espera...¿Una semana? ¿Tenemos que quedarnos aquí una semana entera más?- Catherine no parecía muy contenta ante la idea y salió tras su hermana como una exhalación.
-Como mucho. Aún no puede realizar esas sesiones solo y podrían surgir complicaciones menores...- Respondió la peliblanca encogiéndose de hombros.
-¿Complicaciones menores?¿Una semana comiendo gachas y rodeada de niños que quieren ser artistas marciales? Creo que hay mejores maneras de perder el juicio...Escuchando al loco ese de la esquina que lleva meses diciendo que el fin se acerca, por ejemplo...Si lleva acercándose desde entonces ese fin estaba a tomar por...-
-Tranquila, no tendremos que pasar todo ese tiempo aquí. Podemos ir y venir, y Canel puede tomar algunas de las lecciones en casa. ¿Eso te parece mejor? Además querías que te enseñara cómo funciona la magia de ilusión ¿no?-
Catherine se detuvo en seco y echó la mirada atrás un instante antes de volver a alcanzar a Níniel en el pasillo. -Sobre eso...No creo que sea nada urgente. ¿No crees?.-
Un final feliz para todos, si es que aquello pudiese considerarse un final, que no lo era, por mucho que Canel afirmara que aquella experiencia traumática le había servido como revulsivo suficiente como para dejar todos sus problemas y temores atrás. Algo de lo que Níniel no estaba tan segura como el joven después de haber presenciado ya dos de sus crisis y aumentado su conocimiento sobre sus peculiares dones y lo que traían consigo gracias a dichas experiencias.
-Has sido capaz de sobreponerte a la tentación, demostrando que tu voluntad es más fuerte y que no volverás a caer en ella fácilmente pero...Hay fuerzas mayores que la de esta esfera que aún podrían ser un peligro. Antes de poder lanzar las campanas al vuelo vas a tener que seguir practicando. Aún acumulas el éter y te cuesta dejarlo fluir, así que no te creas que vas a librarte tan pronto de mis lecciones, jovencito.- Expresó la joven con seriedad pero con tono amable e incluso sonriendo al decir lo último, acercándose a la pareja de chicos y haciéndole un gesto a Catherine para que ayudara al inventor con el peso de un debilitado Canel, examinando su estado general y sanándole una vez que entre ambos lograron sentarlo en el suelo y darle algo de beber.
-Aún así estoy orgullosa y sorprendida. Lo que acabas de lograr...no es algo que esté al alcance de cualquiera. Creeme sé de primera mano lo que se siente cuando te ofrecen un poder así...A mi me costó mucho más poder deshacerme de su influencia...- Claro que en su caso no había sido una tentación causada por un poder en bruto, sino algo oscuro unido a una voluntad maligna.
-Quizá un día os cuente esa historia, pero ahora...- Catherine comprendió de inmediato lo que Níniel pensaba y no necesitó que esta terminara la frase para tomar al ilusionista en brazos y llevarlo hasta la habitación que compartía con Chimar.
-Esto empieza a convertirse en una costumbre. Claro que ayer estabas inconsciente, supongo que sí que habéis avanzado algo...- Expresó cargando al pequeño sin problemas hasta depositarlo en su cama. -Y mientras sea Chimar el que reciba los palos mágicos...-
-Bastante a pesar de los problemas.- Respondió la peliblanca, que había seguido a la felina por el pasillo. -No quería que las cosas pasaran así, pero...hemos podido reconducir la situación en nuestro beneficio.- Añadió. -Creo sinceramente que con unos días más, una semana a lo sumo, de prácticas guiadas en la sala de imágenes, la influencia de la esfera ya no os dará más quebraderos de cabeza. Y de paso le será más fácil a Canel resistir otras influencias similares.- Sentenció menos optimista que el propio brujo pero dejando patente que todo aquello daría buenos resultados y que el riesgo habría merecido la pena. A continuación salió de la habitación para que canel pudiera descansar tranquilo.
-Espera, espera...¿Una semana? ¿Tenemos que quedarnos aquí una semana entera más?- Catherine no parecía muy contenta ante la idea y salió tras su hermana como una exhalación.
-Como mucho. Aún no puede realizar esas sesiones solo y podrían surgir complicaciones menores...- Respondió la peliblanca encogiéndose de hombros.
-¿Complicaciones menores?¿Una semana comiendo gachas y rodeada de niños que quieren ser artistas marciales? Creo que hay mejores maneras de perder el juicio...Escuchando al loco ese de la esquina que lleva meses diciendo que el fin se acerca, por ejemplo...Si lleva acercándose desde entonces ese fin estaba a tomar por...-
-Tranquila, no tendremos que pasar todo ese tiempo aquí. Podemos ir y venir, y Canel puede tomar algunas de las lecciones en casa. ¿Eso te parece mejor? Además querías que te enseñara cómo funciona la magia de ilusión ¿no?-
Catherine se detuvo en seco y echó la mirada atrás un instante antes de volver a alcanzar a Níniel en el pasillo. -Sobre eso...No creo que sea nada urgente. ¿No crees?.-
Níniel Thenidiel
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Re: Magia es magia [Trabajo]
RECOMPENSAS
He de reconocer que al principio tenía algunas dudas y reservas acerca de este trabajo, pero al final me he llevado una gran sorpresa, la trama ha sido de lo más ingeniosa y ambos han estado muy por encima de mis expectativas, he quedado completamente satisfecho y no puedo más que dar a ambos el máximo de puntos posibles, mis mayores felicitaciones.
Reciben ambos 20 puntos de experiencia y 400 Aeros que ya han sido sumados a sus respectivos perfiles.
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Ansur
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