Distanciarse y retornar [Privado] [Cerrado]

Como humano, Taliesin se había asegurado de estar siempre rodeado de amigos. No tenía secreto que guardara para sí, y compartía su día a día con tantas caras conocidas como podía reunir. Pero aquello había cambiado de la noche a la mañana cuando se convirtió en vampiro. El rechazo que él mismo había tenido hacia su raza, el miedo a ser reconocido y la necesidad de proteger a Irina habían hecho que cortara relaciones con todos. Sus amigos lo habían a acarreado a un deseo de volver a empezar de cero tras la muerte de su mujer, que había afectado profundamente a Taliesin. Lo habían comprendido y tarde o temprano habían dejado de intentar contactar con él.

Y es así como algunas relaciones, hasta entonces firmes y centrales, se dañan y se pierden sin que nadie intente recuperarlas.

En los años que siguieron, el Taliesin vampiro no estuvo rodeado por la calidez que conoció como humano. Tenía a su hija, quien de manera única se había convertido en el centro de su vida. Tenía algunos conocidos y contactos, que lo distraían. Pero se había asegurado de no contar con caras frecuentes, de no dar más pasos de los que eran seguros.

Por eso aquella amistad fortuita había sido tan importante para él. La había visto como una bendición de los dioses, una señal de que los tiempos de aislamiento e introversión habían terminado. Lo había animado a evolucionar, y al final había aceptado su raza. Pero los designios de los dioses nunca son tan claros, y más tarde concluyó que aquel había sido finalmente diseñado para enseñarle una lección.

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- ... una biocibernética.

Aquella palabra pareció invadir la taberna; Taliesin levantó la mirada al instante. Un hombre relataba su experiencia aquel día interactuando con una mujer extraña, e insistía para captar la atención de un grupo de parroquianos.

- ¡Pues lo sé por cómo era! Tenía el pelo plateado y como unos agujeros aquí, en el cuello, que daban muchísima grima. No sé si eran para respirar o qué. Y por cómo actuaba. Mira - e hizo una imitación de una sonrisa falsa, que claramente le costó mucho mantener -; algo así. Como si no tuviera sentimientos propios, ¿sabes? Muy mala espina.

Reconoció la descripción al instante. Zöe. Entonces, ¿estaba viva? Hacía tanto que no sabía de ella que había dado por sentado que había muerto. Sintió inquietud, y no se atrevió a alegrarse o a entristecerse. Bien podía ser aquella que describían otra persona completamente diferente. La gente alrededor del hombre comentaba aquello y añadía sus propias experiencias con biocibernéticos, pero Taliesin no podía permitir que la conversación avanzara más; sin pensarlo mucho extendió el brazo y le dio un toque al desconocido en el hombro.

- ¿Eso fue hoy? - Se aseguró - ¿Dónde la viste?

- Hoy mismo - respondió el hombre, con amabilidad pero un poco extrañado -. En mi tienda, centro de la ciudad.

- ¿Dijo cómo se llamaba?

- Tanto no dijo. Y tampoco pregunté. Sólo preguntó por unas indicaciones y se fue.

“Tendrás que pasarte años, quizás décadas buscando, y puede que aún así no encuentres nada”

“Lo sé”

“Incluso aunque llegaras a encontrar algo, quizás no te gustaría la respuesta”

“Pffff, claro, eso es una obviedad”

“¿Estás segura de que quieres ir?”

“Ya pasé demasiados años esquivando este asunto...”

En el momento la pirata había sonado muy segura, pero de eso había pasado al menos un año, y aún no tenía la más mínima pista de donde podría estar la Bio que buscaba, ni tan siquiera podía asegurar que estuviera viva. Había ido a la vieja base donde había pasado sus últimos momentos con ella, pero todo estaba puesto adentro de máquinas y Sophi no tenía modo alguno de llegar a la información.

Luego de eso se había quedado sin ideas, sin pistas y sin contactos a los cuales poder acudir. Sumamente frustrada, descargó su ira contra la base, dejando varias abolladuras en las paredes.

Hay que decir también que la vampiro no era la mente más brillante al momento de trazar planes a largo plazo, por lo que su mejor idea luego de semejante decepción había sido: Voy a ir tras cualquier pista de una Bio que encuentre. Y eso había estado haciendo durante todos estos meses, hablando con sus contactos, escuchando charlas en tabernas o en las calles, acercándose a cada Bio- cibernético que se cruzaba en su camino.

Ahora se encontraba en un bar como cualquier otro, apoyando la cabeza en la palma de su mano mientras que con la otra hacía girar una daga sobre la mesa. La jarra de cerveza hacía ya mucho tiempo que se había vaciado, pero no estaba de humor como para obligar a alguien a que le pague una nueva.

-... Una biocibernetica -

La atención de Sophi se despertó al escuchar las palabras mágicas. Levantó la cabeza y se quedó mirando en silencio a los hombres que hablaban, por la descripción de la Bio no podía decir mucho, no sabía cuál sería el aspecto de su madre en el presente. Pero ¿Qué importaba eso? ¡Era una Bio y estaba cerca! Suficientes datos como para que la vampiro quisiera acercarse a averiguar más.

Se puso de pie pero en ese mismo instante otra persona se acercó a hablarle, Sophi se quedó donde estaba, era muy extraño que alguien más estuviera interesado por un tema tan concreto. La vampiro dudo durante unos segundos, pero finalmente se acercó, agarró el respaldo de la silla y lo hizo girar sobre sí mismo hasta que quedaran cara a cara. Luego apoyó su bota en el borde del banco, justo entre medio de las piernas del hombre, y apoyando los brazos en la rodilla levantada se acercó con gesto serio.

-¿Y en qué dirección se fue? ¿Supiste algo más de ella luego de eso? - La mayoría de las veces los vampiros utilizaban su Don de Presencia Vampirica para parecer más hermosos y encantadores ante sus víctimas. Pero para Sophi eso era una estupidez, ella prefería intimidar con sus poderes, generar miedo o respeto era siempre la mejor estrategia - ¿A qué esperas? ¡Habla! - dijo golpeando el borde de la silla con la bota.

-No lo sé, creo que se fue para el lado del muelle donde están los... los barcos que llevan pasajeros - En la parte en la que estaban ahora las embarcaciones que llegaban solo cargaban y descargaban mercadería.

-¿Nada más? Piensalo con cuidado - La amenaza era implícita.

-Emmm... Ella tenía... Tres robots pequeños ¡Sí! ¡Eso! Iban corriendo atrás de ella y hacían cosas raras... -

Eso tampoco le decía nada a Sophi, pero ya tenía lo que quería. Quitó el pie de la silla, empujándola un poco hacía atrás en el proceso, luego le dio unas palmadas en el hombro al humano, en un intento de “agradecerle” la colaboración. Finalmente fijó la mirada en el otro sujeto que había estado preguntando.

-¿Y tú qué miras? - No le gustaba que alguien más estuviera buscando a una Bio, sí ese hombre tenía malas intenciones entonces cortaría el tema de raíz.

Taliesin se vio interrumpido por una desconocida que, muy obviamente, giró su silla para incluirse en la conversación. Y no sólo eso: cada gesto que hacía parecía destinado a intimidar a aquel pobre hombre. El tendero había querido compartir su experiencia de aquel día como una historia sorprendente o graciosa, pero empezaba a pensar que había sido mala idea. ¿Quizás ver un bio fuera de mal fario, y algo que no debía relatarse?

El vampiro se vio dejado de lado mientras la otra mujer sonsacaba el resto de la información. La intrusión había sido ran repentina que no pudo hacer más que observar, con una ceja enarcada por la sorpresa, cómo la mujer asustaba al otro. Algo le llamó la atención de la forma en que logró intimidarlo, pero la leve sospecha se esfumó de su mente según escuchó la información que había sonsacado.

- Tres robots - repitió en voz baja. Realmente aquello era como si le hubieran dado el nombre mismo de Zöe.

La mujer zanjó el asunto con unas palmadas en la espalda, y de golpe transfirió su hostilidad hacia Taliesin. El vampiro le devolvió una mirada extrañada ante aquella pregunta, y aunque una parte de él quería ponerse a la defensiva o simplemente dar media vuelta e irse por su cuenta, lo reprimió.

- Disculpas. Me ha sorprendido tu interés por esta descripción. ¿Quizás conoces a la persona en cuestión? - Pero se arrepintió de haber hecho aquella pregunta según las palabras salieron de su boca. Inmediatamente levantó una mano y la sacudió levemente, con una sonrisa forzada diseñada para dejar el tema de lado -. Nada, déjalo. Seguro que no es asunto mío.

No se metería en los asuntos de Zöe. Si aquella mujer la buscaba, bien, y si no, también, y no iba a hacer ningún esfuerzo innecesario. Le dio la espalda y, dejando su cerveza a mitad, salió de la taberna. Necesitaba un poco de aire fresco.

Las horas de actividad son limitadas para un vampiro y no quería perder más tiempo. Lo más sabio sería encaminarse a los muelles, donde probablemente podría encontrar algo más de información.

Se veía como un sujeto algo delicadito, por lo mismo Sophi pensó que con un gesto amenazante alcanzaría para intimidarlo y persuadirlo de que ya no buscara, o bien para que le dijera lo que sabía. Pero para su sorpresa el hombre tan solo se quedó allí, mirándola con extrañeza y disculpándose aunque no había nada que perdonar. Eso desequilibró la estrategia de la pirata, quien estuvo a un instante de contestarle la pregunta.

-... - Pero la detuvo a tiempo, y solo entonces la vampiro pensó que era estúpido que fuera ella la que respondiera, se suponía que era la que hacía las preguntas - Estas en lo cierto - Le dijo, y en verdad lo creía, nadie tenía porque meterse en su búsqueda.

Pero eso no quitaba el hecho de que estuvieran yendo a por la misma persona, o al menos parecía probable que así fuera. Sophi se quedó mirando cómo el sujeto se iba del lugar ¿Y si la encontraba antes que ella? ¿Qué intenciones tenía? ¿Y sí le hacía algo a la Bio? Aunque al final no resultara ser su madre, le seguía resultando más útil viva que muerta, al menos de esa manera podría preguntarle si conocía a más como ella.

“Colaborar”

Sí, eso parecía lo más sensato. Sophi chasqueo la lengua, aun con la mirada fija en la puerta por la que el sujeto se había ido. Sobre la mesa había dejado una jarra a medio tomar, la agarró y se la tomó de un solo trago, la vampiro era de la idea que la cerveza no tenía que desperdiciarse de esa manera.

Estaba decidido, tenía que seguir a ese hombre. Salió rauda del lugar y miró a los lados en busca del sujeto, la temperatura de afuera era diametralmente distinta al cálido ambiente que tenían dentro de la taberna, podía ver su propio aliento formando pequeñas nubes de vapor.

-Oye - Exclamó en cuanto identificó al hombre, solo había caminado algunos metros - Espera, detente - Su tono había cambiado por completo, si bien su voz era demasiado gruesa como para sonar dulce, al menos no parecía que intentara amenazalo - Lamento haber sonado tan... - Buscaba alguna palabra que no sonara tan burda, pero no se le ocurrió nada - Bien, ya sabes, de esa manera - Se había detenido bastante cerca del hombre, aunque no parecía querer lastimarlo, más bien estaba curiosa, lo observaba de arriba a abajo como si no entendiera algo - Así que... Buscas a esa Bio -

Probablemente ese fuera el modo más extraño para comenzar una charla, aunque Sophi ya estaba acostumbrada a que toda su presencia resultara poco común. Extendió una mano hacía el hombre.

-Mi nombre es Sophitia ¿Y tu quien eres? ¿Te dedicas a buscar Bios también? - Se quedó pensando en esa pregunta y agregó - ¿O es que buscas a está Bio en particular? - Recordó que antes había preguntado por el nombre, eso debía significar que la conocía o que creía conocerla al menos - Sí los dos vamos a ir para el mismo lado no tiene mucho sentido que hagamos como que no nos conocemos ¿No crees? - Sonrió ampliamente y con sinceridad.

Apenas llegó a avanzar unos pasos cuando aquella voz lo detuvo. Se giró, descubriendo así a la misma mujer que había actuado de manera tan agresiva en la taberna. Pero la sensación que le transmitió ahora fue completamente diferente: su tono de voz se había suavizado, e incluso su expresión había dejado de resultar intimidante. De nuevo algo le extrañó en aquello, pero no le prestó atención.

Sí, había sido bastante brusca y maleducada ahí dentro, pero la mente de Taliesin había pasado a otra cosa, y no le importaba mucho la anterior actitud de la mujer. Por ello, aún reticente a hablar, no reaccionó a las extrañas disculpas más allá de un leve movimiento de cabeza, como apartando definitivamente el asunto.

- Busco a esa Bio - repitió, no del todo seguro de que aquello fuera verdad. ¿Pero a quién mentía? Estaba a punto de dirigirse a los muelles. Suspiró, y al hacerlo la tensión que había acumulado en sus hombros se escapó -. Sí, la busco. Creo que es una bio a la que conozco. Hace mucho que no sé nada de ella; llegué a pensar que estaba muerta.

Aquella era una buena dosis de sinceridad ante una persona a la que apenas conocía. Pero le salió de aquella manera y decidió no cuestionarse a sí mismo.

- Me llamo Taliesin - extendió la mano al presentarse, ofreciéndole así un apretón de manos -. Y no, imagino que no vale la pena ignorarnos si tenemos un objetivo común. Quizás podamos cubrir más terreno juntos, o al menos hacer la búsqueda más llevadera. Pero esta bio en concreto es una amiga mía, así que sí tengo que preguntarte para qué la buscas.

A pesar de que sus palabras podrían haberse tomado como un intento por intimidarla, las siguió con un gesto de la mano para invitarla a caminar junto a él, y retomó el camino hacia los muelles. Al hacerle paso se fijó en su forma de vestir; masculina y práctica, similar a la de otros marineros.

- ¿Eres parte de una tripulación que esté atracada aquí? - inquirió por curiosidad, pero antes de que ella respondiera hizo un pequeño inciso para tratar el tema que era de mayor interés en aquel momento -. Si la vieron yendo hacia los muelles, deberíamos encontrar allí a alguien que nos lo pueda confirmar. Veremos si ha salido algún barco de pasajeros hoy.

Ya conocía lo suficiente aquella ciudad como para saber el camino hacia el muelle en el que se encontraban los barcos de pasajeros, y no tardarían mucho en llegar allí. No era muy tarde por la noche pero sí hacía frío, y no había demasiada gente por las calles a las que pudieran preguntarle nada.

No solo tenía apariencia delicada, también hablaba muy correctamente, Sophi frunció el ceño durante un segundo, algo incómoda ante tanta solemnidad, pero en seguida quitó ese pensamiento de su mente y se enfocó en lo que era verdaderamente importante.

-Pffff ¿Muerta? - Silbó ante el repentino comentario del hombre - Ya veo, por eso tienes esa cara - Puso los brazos en jarra y asintió un par de veces - Pero no deberías preocuparte tanto, los Bios son muy resistentes. Es más probable que terminemos muertos nosotros antes que uno de ellos, jaja - Dijo en tono alegre y despreocupado, suponía que estaba ante un Humano, y esa raza se moría muy fácilmente.

“Para qué la buscas”, eso era más difícil de contestar, decir toda la verdad a alguien que acababa de conocer quedaba fuera de discusión. Lo miro en silencio durante algunos segundos, la vampiro tuvo la sensación de que si no le daba una respuesta que al menos se acercara medianamente a la verdad, Taliesin la consideraría un enemigo, y eso podía ser un problema más adelante.

-Hay una persona que es importante para mi y es una Bio, ese es el único dato que tengo de ella, y es la única pista que puedo seguir si quiero encontrarla - Tanto sus gestos como su tono se habían vuelto más serios y sombríos, pero rápidamente se recompuso, hizo un ligero movimiento con el cuerpo como si quisiera sacudirse las malas energías - ¿Cómo es ella? No me refiero a su aspecto, quiero decir ¿Como es en personalidad? En este año que llevo buscando encontré desde Bios completamente apáticos hasta unos que prácticamente eran como humanos -

Pasó junto a Taliesin y comenzó a caminar en dirección al muelle. La vampiro quería escuchar más cosas sobre la Bio que estaban buscando, tenía la ilusión de que pudiera decirle algo que despertara algún recuerdo en ella, algún detalle que le hiciera pensar que podría estar refiriéndose a quien ella deseaba encontrar.

-Oh, mi forma de vestir me delata ¿Cierto? Sí, formo parte de una tripulación, aunque actualmente estoy por mi cuenta - Puso las manos en los bolsillos, el frío hacía que sus dedos se congelaran. El primer invierno que había pasado como vampiro se sintió decepcionada al darse cuentas que cosas mundanas como el frío y el calor le seguían afectando casi de igual manera que cuando era humana - No hay problema, conozco a algunos marineros de por aquí, seguro nos podrán decir sí vieron algo -

Era interesante que luego de buscar por tantos lugares terminara encontrando una pista tan prometedora justamente en un muelle, lugar donde había pasado gran parte de su vida como humana y como vampiro. No tardaron mucho en llegar, el puerto estaba muy tranquilo por la noche, solo se escuchaban los ruidos de los marineros bebiendo dentro de las casas o tabernas, y el rechinar de las maderas de los barcos amarrados.

Sentados sobre un noray se encontraba un anciano, sus rasgos se iluminaban con el fuego que utilizaba para prender su pipa.

-¡El viejo Theon! - Dijo Sophi en voz alta mientras abría los brazos - ¿No está la noche muy fría para que estés aquí? ¿Cómo lo soportan tus gastados huesos? - Bromeó la pirata.

-Este viejo soporta mucho mejor el frío que todo esos inútiles que están ahora mismo festejando allí adentro - Respondió el anciano con una media sonrisa en el rostro - ¿Que vas a pedirme hoy, Sophi? ¿Y quién es tu amigo? -

Asintió sin pensarlo cuando Sophitia silbó ante la mención de la bio muerta, porque pensaba que con eso estaba reconociendo la gravedad del asunto. Por eso la siguiente frase lo pilló desprevenido; miró a la mujer con cara de sorpresa y después se rió.

- Vaya, tienes razón - se llevó la mano a la cara en un acto reflejo y se mesó la barba, pero ahora sonreía un poco -. Tan buena compañía no soy, ¿eh?

Quizás tenía razón. Los bios eran muy resistentes, mucho más que un humano de a pie y sin duda más que un vampiro, cuya longevidad venía a costa de muchas debilidades. En base a esto se quedó un segundo pensativo, considerando lo de las razas y dándose cuenta poco a poco de que lo que había hecho Sophitia antes era muy similar a la habilidad innata de los vampiros.

- Espero que encuentres a esa bio. A la mía no la describiría como apática, pero no domina el lenguaje humano demasiado bien. Lo que decía el tipo de dentro, es exactamente así. Ella además cree que no tiene opiniones ni sentimientos, pero realmente sí tiene de eso, a su forma. Lo que pasa es que aún no controla bien las circunstancias sociales, es como si fuera un mundo completamente distinto para ella. Cuando la veía más a menudo, me gustaba ayudarla con eso. Como biocibernético sólo la conozco a ella; es muy interesante que tú hayas dado con varios.

Era una tema fascinante y no le habría importado seguir con él, pero el puerto no se encontraba lejos. Según llegaron, Taliesin pudo ver inmediatamente las ventajas que había tenido ir con Sophitia. La muchacha demostró que tenía buenos contactos, y un hombre anciano sentado a la intemperie los saludó según los vio acercarse. Se hacía mucho más entrañable en aquella situación que cuando la vio por primera vez en la taberna.

- Me llamo Taliesin - se presentó -. Estoy buscando a una persona, y Sophi me está ayudando. Una biocibernética. Tiene pelo plateado, tres seres pequeños de metal que la acompañan - con las dos manos describió el tamaño aproximado de los seres.

- No la he visto - dijo con brusquedad. Dejó que pasaran unos largos segundos, hasta que Taliesin comenzó a a abrir la boca para decir "Oh, bueno, gracias", y en ese momento lo cortó y siguió hablando -. Pero he oído a varios mencionar que había estado por aquí. Llamó la atención.

- ¿Preguntó por algún barco en concreto?

El viejo señaló una caseta cercana de la que salían conversaciones y voces.

- Un hombre salió de allí hace unos minutos. Quizás para mear, o vomitar, porque estos nuevos marineros sin cicatrices no aguantan ni dos jarras. Este que se fue es el que habló con la bio hoy, así que de eso sabrá más que yo. Me debes una, Sophi. No de hoy, sino de los favores anteriores. Este es un favor pequeño. Pero podrías pagármelo trayéndome una nueva bebida, me he quedado seco.

Era muy cuidadoso en su modo de expresarse y de moverse, Sophi no podía evitar notarlo, dado el contraste que había entre ambos, la pirata supuso que debía ser alguien que había recibido algún tipo de educación, o que al menos disfrutaba de aprender. A medida que hablaba de la Bio resultaba más y más evidente que tenían una amistad muy sólida.

-¿Estás seguro que es solo tu amiga? Hablas de ella con mucho cariño - Y eso no era nada normal, en general las personas trataban a los Bio-ciberneticos como cosas, y ellos a la vez no hacían mucho para que la gente los quisiera - Mmm, es cierto que no son fáciles de encontrar. Antes de que empezara a buscar apenas y sí me había cruzado con alguno. Pero la gente siempre me dice que soy muy testaruda, tanto insistir tenía que servir de algo ¿eh? - Hizo una sonrisa de medio lado.

Theon podía ser algo desconfiado con los extraños, muchos años viviendo entre marineros le habían enseñado que sí uno era receloso y sospechaba hasta de la propia sombra, lograba vivir más años. Miró a Taliesin y se tomó su tiempo para evaluarlo, luego dirigió la vista hacía Sophi, quien le seguía sonriendo con camaradería.

-Oh, vamos Theon, no te traería a alguien que no fuera de fiar - Se cruzó de brazos, y revoleo los ojos, fingiendo impaciencia - Se me congelara el trasero si no nos lo dices pronto -

Finalmente el anciano se dejó convencer, y si bien no les dio el dato que quería, al menos les dio una pista de por dónde seguir. Sophi se acercó a él y rodeó los hombros del viejo con uno de sus fuertes brazos.

-Gracias Viejo Theon, te traeré algo de beber antes de que sigamos - Volvió a levantarse y miró al hombre con una sonrisa de satisfacción - A por ese ebrio entonces, apuesto a que se encuentra en la parte de atrás, vomitando hasta las entrañas - Pasó junto a Taliesin y le dejó una palmada en el hombro sin detenerse - Seguro no lo sabes, pero la cerveza que sirven en este lugar es tan mala que antes de embriagarte te enfermas -

La sencilla taberna estaba hecha con gruesos tablones de madera, era un sitio de mala muerte que probablemente ninguna persona de honor pisaría. Adentro se escuchaban canciones, insultos y risas, quizás llegaba también el sonido de algún que otro objeto roto, pero no era nada fuera de lo común. De todos modos Sophi no entró, sino que rodeó el lugar para ir directo a la parte de atrás.

Sí el frente de la fachada no era muy alentador, la parte de atrás claramente no sería mejor. Habían barriles con agua, un carro que utilizaba probablemente el dueño para llegar los bidones de licor, pero ahora mismo solo tenía un ebrio desmayado arriba. La vomitada que había junto a él, goteando por el costado del carro, parecía ser reciente, así que Sophi supuso que ese era el sujeto que andaban buscando.

Se acercó a él y lo agarró del borde de la camisa, levantándolo un poco con una sola mano, mientras que con la otra le daba palmadas en la mejilla algo más fuertes de lo necesario.

-Eh, despierta - La cabeza del sujeto se balanceaba como si estuviera muerto - Parece que se pasó por mucho de lo que podía aguantar, pfff, debilucho - Lo soltó sin ninguna delicadeza y se giró para mirar a Taliesin - ¿Que hacemos? ¿Lo tiramos adentro de uno de los barriles con agua? - Se rascó la cabeza mientras pensaba en alguna solución no demasiado violenta.

- ¿Sólo mi amiga? - fue su respuesta, en la que puso el énfasis en la primera palabra -. Entonces debería decir que es una amiga en la que confío totalmente.

Su relación hacia Zöe nunca se había teñido de nada afectivo ni sensual, principalmente porque la forma de ser de la biocibernética lo impedía, y por tanto Taliesin nunca la habría considerado de aquella forma. Ni siquiera se le habría ocurrido hacerlo, y tampoco se dio cuenta de que lo mucho que se había explayado al hablar de su amiga justificaba la pregunta, e incluso daba pie a dudar de la sinceridad de las palabras del vampiro.

Fueron a la parte de atrás de la pequeña taberna para encontrar un patio poco cuidado, con algunos cristales en el suelo y mal olor a suciedad, basura y meados. Y aunque Taliesin no era tan recatado como para molestarse por esas cosas, sí era difícil no notarlas. En medio de todo esto se encontraba el que probablemente era el hombre al que buscaban, durmiendo la mona con un vómito reciente al lado; Taliesin se acercó y lo movió del hombro, pero el marinero no reaccionó. Ni siquiera estaba roncando, o dando señales de vida, y siguió así a pesar de las cachetadas que le dio Sophitia.

- Es más fácil tirarle agua para despertarlo - comentó como respuesta, y buscó algún recipiente pequeño para reunir agua de los barriles. No fue muy dificil encontrar una botella entera entre todos los cristales. La llenó, volvió al hombre y le salpicó la cara con unas pocas gotas. Cuando esto no surgió efecto, volvió a hacerlo con un poco más de insistencia, pero de nuevo no obtuvo resultado -. Vaya, pues igual sí que habrá que tirarlo al agua.

Ya casi dándose por vencido, agarró al hombre para inclinarlo y derramó la mitad del agua por el cuello y la espalda. Al fin esto tuvo efecto, y el marinero se despertó sobresaltado y boqueando. Gritó por la sorpresa al mismo tiempo que buscó un arma al cinto, que por suerte no estaba allí.

- ¡Tranquilo amigo! Has bebido un poco de más de lo que - el hombre vio la botella que Taliesin sujetaba, se la arrancó de las manos y comenzó a beberla -... Vaya.

Taliesin no habría recomendado beber ese agua. Pero el hombre iba tan borracho que no se dio ni cuenta de que no era alcohol. Vació la botella y la tiró a un rincón del patio.

- Shhyo puedo con más que nadie - declaró, henchido de orgullo y amenazándolos con un dedo extendido, prtimero al vampiro y después a Sophitia.

- No va a ser fácil hablar con este... Habría que esperar unas horas a que se le pase.

Taliesin ya había demostrado con anterioridad que su método para conseguir información era bastante más pacífico que el de Sophi. La vampiro se quedó de brazos cruzados, mirando cómo el hombre intentaba despertar al ebrio con un poco de agua, luego un poco más, y finalmente a chorros. La muchacha evaluaba la situación hasta que finalmente negó con la cabeza.

-Yo lo agarraba y lo tiraba de cabeza al barril, luego solo era cuestión de asegurarse que no se ahogue - Sophi tenía bastante experiencia en ese tipo de cosas, no solo por haber despertado a muchos, sino por haber sido ella misma arrojada tanto a barriles como a bebederos, ríos, fuentones, y demás - ... Oh vaya - Exclamó cuando el ebrio por fin despertó - Bien, no discuto los resultados -

Ahora estaba despierto, pero una cosa muy diferente es que se ubicara en tiempo y espacio, Sophi se empezó a reír cuando vio que le quitaba la botella a Taliesin y la empezaba a beber. Se acercó a su compañero y se apoyó en su hombro, con una confianza que nadie le había dado.

-Creo que tienes razón, probablemente siquiera se acuerde quien es él - Se apartó y le señaló la taberna - Pidamos algo de beber mientras esperamos, yo invito - Miró nuevamente al ebrio que había vuelto a quedarse tumbado sobre el carro y se volvió a reír - Eso sí, no pediremos cerveza, jajaja ¿Te imaginas terminar así? - Y en realidad lo decía solo por Taliesin, porque en Sophi no resultaba tan extraño.

Abrió la puerta del local y múltiples aromas humanos inundaron su olfato, uno pensaría que tantas personas juntas podrían resultar una tentación para un vampiro, pero la comida se disfruta con todos los sentidos, y en este caso los bocadillos parecían muy poco apetitosos. Solo entonces una idea cruzó la mente de Sophi, había tenido a Taliesin bastante cerca por un buen rato y sin embargo no había despertado en ella ningún instinto o deseo de saborearlo.

Se encogió de hombros y continuó caminando hacía la barra, supuso que ya había comido suficiente, eso era todo.

-¿Aguantas el ron? - Le preguntó a Taliesin, había un ligero deje a desafío en su tono, acompañado de una media sonrisa - Creo que si bebes algo más liviano que eso terminaras enfermando, el ron tiene tanto alcohol que mata todo - Hablaba como toda una experta, aunque muchos de esos datos eran puro mito.

Pidió dos tragos y le acercó el suyo a su compañero. El de Sophi no duró ni un segundo, fue tan solo levantarlo y ya se lo había tomado.

-Tendríamos que mirar de vez en vez para asegurarnos que no se nos escape el ebrio - Bien podía ser que de pronto se despertara y decidiera irse a otra taberna - Dos más - Le dijo al cantinero - Ya estás bastante seguro que ésta Bio es la que buscas ¿Cierto? Creo que sería demasiado pedir que también fuera la que yo busco - Bajó la mirada y la dejó fija en el vaso unos segundos, antes de levantarlo y beberlo de un trago - Ni modo, será cuestión de seguir - Suponía que al menos podría decirle algún dato interesante, con intentarlo no perdía nada.

Asintió, no del todo convencido, y siguió a Sophitia al interior de aquel antro. Y es que no había mucha mejor palabra para una caseta oscura como aquella. Aquel tipo de lugares tenían dos ventajas claras: la cercanía al muelle y lo barato del alcohol, y por esto mismo era relativamente popular. Pero luego uno debía atenerse a las consecuencias. Taliesin lo sabía bien: en tiempos más jóvenes había terminado más de una vez en lugares como aquel a altas horas de la noche, junto a amigos tan borrachos como él, y cuando más suerte había tenido había sufrido una hermosa resaca al día siguiente.

El ambiente en el interior estaba enrarecido, pero hasta cierto punto se agradecía el calor. Según entraron alguien les gritó que cerraran la puerta, cosa que hizo Taliesin antes de reunirse con Sophitia en la barra.

- ¡Por supuesto! - se exclamó, sorprendido ante lo innecesario de la pregunta.

¿Cómo no iba a aguantar el ron? Lo que no podía esperar era ir a disfrutarlo en un lugar como aquel; esa clase de licores baratos se beben de una. Por ello cuando lo sirvieron, lo levantó hacia Sophitia y lo bebió de un trago, con normalidad, sin sorprenderse por que la mujer hiciera lo mismo ni intentar demostrar que podía tanto como ella. Simplemente lo bebía como debía beberse.

- Ese hombre puede tardar mucho en volver a enderezarse - dijo según Sophitia pidió otra ronda, a lo que tampoco reaccionó en absoluto -. Probablemente deberíamos llevarle agua en un rato. Por suerte aún queda noche por delante.

Y es que siendo vampiro, Taliesin estaba muy habituado a llevar cuenta de las horas: no sería sabio dejarse sorprender por el final de la noche estando lejos de un refugio. Llegó el siguiente trago y Taliesin lo dejó reposar un rato sobre la barra antes de beberlo.

- Oye, te quería preguntar algo. Eso que hiciste antes en la otra taberna, la forma en que intimidaste a ese hombre. Se parece mucho a algo que hacen los...

Dejó la frase sin terminar, porque en los últimos tiempos decir aquella palabra en voz alta se había hecho peligroso. Ella, por su parte, hizo un comentario al respecto de la bio a la que buscaban.

- Sí. Estoy casi seguro - dejó que pasara un segundo de silencio -. Bueno, ni siquiera hemos comparado nombres. ¿Cómo se llamaba la bio a la que buscas? Y te diré si es la misma a la que espero encontrar yo. Podrías contarme más sobre por qué la buscas, de hecho. Creo que tras esta segunda ronda ya hemos llegado a ese punto en la noche en que podemos sincerarnos un poco.

Diciendo lo cual, levantó el segundo vaso de ron hacia Sophitia y lo bebió.

La pirata sonrió satisfecha al ver que el hombre no era remilgado para beber, esa era una característica más que positiva para alguien como Sophi. Dejó el vaso vacío en la barra y dejó escapar una risa alegre, se sentía un poco más relajada ahora que resultaba evidente que Taliesin no planeaba hacer nada malo con la Bio.

-Es cierto, la noche es joven - Le dio dos golpes a la mesa con los nudillos, y el dueño del local les hizo llegar otra ronda de tragos - ¡Salud por eso! - Sophi comenzó a palpar los distintos bolsillos/escondites hasta que encontró un par de monedas y las dejó sobre la barra - Y... Hasta aquí llegaron mis reservas, jajaja. Oh, bueno, valió la pena - Le guiñó un ojo a Taliesin de modo amistoso y comenzó a mirar las mesas de alrededor.

Una vez que el dinero se terminaba Sophi tenía varios recursos para procurarse más, uno de ellos era las apuestas, pero no parecía que fueran a tener tiempo para eso. Otra era el buscar pelea, la vampiro miró de reojo a su compañero, no parecía ser del tipo que se agarraba a golpes limpios, aunque hasta el momento su aspecto había resultado ser bastante engañoso.

-... ¿Los vampiros? - Dijo en voz muy baja, acercándose mucho a Taliesin para que solo él pudiera escucharla, luego sonrió apenas y uno de sus colmillos se asomó por el costado. Pero rápidamente volvió a su postura erguida, ocultando a la vez ese pequeño detalle que podría delatarla - ¡Tantas coincidencias! Ahora entiendo porque no se me antojaba comerte, jajaja -

Era bueno el poder estar con un par después de tanto tiempo, luego de dejar a su grupo Sophi se había cruzado pocas veces con otros de su raza. El motivo principal era bien conocido por todos, los vampiros habían sido sacados a patadas de Lunargenta y de muchos otros pueblos circundantes. Se había generado un odio tal hacia ellos que la simple sospecha de que alguien pudiera pertenecer a esa raza maldita era suficiente para que media ciudad quisiera crucificarlo a uno en la plaza central.

-Lamentablemente no sé qué nombre le pusieron cuando la transformaron - Sophi negó con la cabeza y bajó la vista nuevamente - Cuando era humana su nombre era Emilie Coleman, pero por lo que aprendí en este tiempo, a la mayoría de los Bios les ponen algún código o nombre falso en cuanto terminan de armarlos - No saber siquiera cómo se llamaba su propia madre resultaba frustrante - Solo espero que su apariencia sea similar... Sino... Siquiera podré reconocerla - Frunció el ceño y se encogió de hombros, intentando quitarle importancia al asunto - ¡Oh! Sí te lo cuento no me lo creerías jajaja - Rascaba con la uña la madera de la mesa, evidentemente los temas personales la ponían algo nerviosa - Ella es muy importante para mi, y así me tome una eternidad quiero encontrarla, o al menos saber qué fue lo que le sucedió -

El cuerpo de la pirata le pedía a gritos un trago, ese tipo de charlas sentimentales se le daban muy mal, y sin alcohol de por medio resultaban ser toda una tortura.

-Dijiste que esa Bio que buscas es muy mala para las cosas sociales, que cree que no tiene sentimientos ¿Como se hicieron amigos entonces? Eso suena raro, las personas suelen tratarlos como cosas ¿Sabes? - Hizo una pausa y agregó - Por eso, aunque en verdad quiero encontrarla, otras veces... - Algunas veces Sophi se preguntaba si en verdad era una buena idea - Demonios ¿A quien tengo que golpear para que me den un trago? - Dijo de pronto la pirata y miro alrededor, dispuesta a enredarse a golpes con cualquiera que se le cruzara.

Vio cómo rascaba la madera con la uña, nerviosa, y por ello mismo no la interrumpió. Al contrario, la observó con atención, muy quieto, por si algún movimiento la distraía o era tomado como una excusa para no profundizar más en aquel tema. Parecía que sincerarse la incomodaba. Como si quisiera hacerlo, pero no supiera cómo. Así que Taliesin intentaba ayudar a que hacerlo fuera más fácil.

- Eh - la tranquilizó cuando ella comenzó a girarse, y extendió la mano hasta el brazo de ella en gesto apacigüador -. A nadie.

Ahora que había abandonado su absoluta quietud, rebuscó y dejó sobre la mesa unas monedas, y le hizo un gesto al camarero para que les sirviera otra ronda. Habló un poco con él para comprobar que tenía una segunda botella de ron un poco mejor que la que les había dado, y de la cual les sirvió los dos siguientes vasos.

- Tanto ella como tú tenéis una eternidad, imagino. O un tiempo muy largo, al menos. Si estás haciendo todo este esfuerzo es que realmente quieres dar con ella, a pesar del miedo, y terminarás consiguiéndolo. Cuando encuentres a esta bio quizás no sea exactamente la persona que esperas, pero no será "una cosa". De hecho los bios son similares a tí y a mí, en los cambios que sufrimos al convertirnos. Al menos así es con Zöe: ella también fue humana y también perdió cosas que...

Un recuerdo atravesó su mente, cortando su pensamiento como un relámpago cortaría la oscuridad. Miró a Sophitia, atónito. A "Sophi". Se le aceleró el pulso por la adrenalina, por la mezcla de la excitación que da estar un paso por delante y el miedo a estarse equivocando cuando había llegado a una conclusión tan sorprendente. Intentó calmarse. Carraspeó y bebió el nuevo vaso de ron.

- Nos hicimos amigos - intentó retomar la conversación, pero había perdido el hilo -... Inesperadamente. La conocí por casualidad, pero conectamos desde el principio - su tono de voz intentaba ser relajado, pero traicionaba la emoción que sentía -... Sé muy poco sobre ella o su pasado. No sé su nombre. Esta bio a la que buscas, ¿quién era para tí? ¿Amiga...? ¿Familiar?

Dudaba si debía contarle lo que estaba pensando o no. Pero al menos debía prepararla para ello. Aunque fuera con torpeza.

- Vas a necesitar otra ronda - y le hizo un gesto al camarero -. Zöe, mi amiga biocibernética, no recuerda nada de su pasado. Lo intenta, sé que ha viajado intentando dar con él, y sé que le importa. Pero algo en su... programación... le impide retenerlo. Tienes que tener esto en cuenta. Posiblemente tu biocibernética no te recuerde ahora, pero ella querrá recordarte, y con el tiempo quizás lo consiga. Y espero no darte falsas esperanzas, pero creo que esta noche vas a encontrarla - finalmente había llegado a aquel punto, y pausó un momento antes de concluir -. Zöe tenía una hija llamada Sophi.

Habían llegado a un punto en el que la presencia de Taliesin resultaba perturbadora para la pirata, no podía entender porque se tomaba tan en serio todo eso ¿No podía simplemente reírse y quitarle importancia? ¿O cambiar de tema? ¿Qué podía interesarle lo que ella sintiera o pensara? Sophi se mordió el labio y evitó mirarlo a los ojos durante todo el tiempo que se tomo en poder expresar los asuntos que la inquietaban.

Sintió el contacto y la primera reacción de la vampiro fue el apartarse, pero se controlo a tiempo y no se movió.

-¿Dices que es parecido lo que nos pasa? – Fue cuidadosa de no especificar el tipo de cambio al que se referían – Quizás… Ella lo eligió, yo también lo elegí, aunque sé que hay Bios que fueron obligados, y entre los nuestros… - Habían vampiros de todo tipo, algunos eran inescrupulosos y se dedicaban a matar o transformar aleatoriamente a cualquiera que se cruzara en su camino - ¿Alguna vez contagiaste a alguien? – De pronto Sophi sentía curiosidad.

Un silencio repentino de Taliesin llamo la atención de la mujer, levantó la vista e hizo un gesto de extrañeza, ahora era él quien parecía estar nervioso. La vampiro pensó que tal vez había tocado un asunto sensible. Pero casi al instante regresó al tema que a Sophi le incomodaba, la pirata interpretó eso como una evasiva.

-Una persona importante para mí – Repitió cortante - ¿No es eso suficiente? – Pasó de su actitud alegre a una desconfiada rápidamente.

Había algo raro, la charla se había vuelto incomoda y pesada, la vampiro se tomó el nuevo trago mientras intentaba descifrar qué estaba pasando. Claro que hubiese sido imposible predecir algo como lo que Taliesin estaba a punto de decir.

-Eso es normal, a todos les borran la memoria – Jugaba con el vaso aun lleno de ron, intentando no interrumpir para que el vampiro pudiera decir de una buena vez lo que tenía atorado – Que… - Se quedó trabada cuando quiso continuar, la información que le acababa de dar Taliesin era sencilla y directa, pero por algún motivo parecía que Sophitia tardaba en interpretarla - ¿Eh? ¿Qué quieres…? Espera ¿Es broma? – Miró fijamente al hombre en busca de algún signo de que estuviera haciendo un chiste - ¿¡Y qué mierda hacemos aquí sentados!?-

Se puso de pie como si su silla tuviera un resorte, dejo el trago sin tocar y fue con paso firme nuevamente al fondo de la taberna, donde el ebrio seguía acostado muy cómodamente sobre el carro. Sophi lo agarró de la camisa, y con una fuerza que nadie imaginaria considerando su tamaño, lo levantó en el aire y comenzó a sacudirlo.

-Vamos, despierta imbécil, necesito que me digas donde está – La mujer era un torbellino de emociones, no había espacios para sutilezas. Zarandeó nuevamente al marinero y logró que abriera los ojos, pero solo murmuraba incoherencias - ¿Dónde está? ¿A dónde la mandaste? ¡Dímelo! - Si no se controlaba terminaría matando al humano, pero Sophi no tenía la mente fría como para darse cuenta que si acababa con la vida de ese ebrio se quedarían sin pistas sobre donde estaba esa tal Zöe... No, su madre.

No era broma, y el vampiro lo comunicó manteniendo el semblante serio y sacudiendo la cabeza en negativa. La perplejidad de Sophitia era de esperar, y Taliesin agarró el vaso de ron para ofrecérselo, suponiendo que se quedaría inmóvil por la sorpresa. Pero ocurrió todo lo contrario, y Skatha no llegó a decir nada cuando la pirata se exclamó y salió corriendo. Taliesin supo inmediatamente que no era buena idea dejarla sola; fue tras ella, abandonando la taberna de forma tan desordenada como ella.

En el patio, Sophitia sujetaba al borracho de la camisa, como si apenas pesara, y lo zarandeaba con fuerza. No le importaba hacerle daño; quería información y parecía dispuesta a sacarla a golpes. No parecía ejercer mesura ni considerar las consecuencias.

- ¡Para! - la agarró por las muñecas y forcejeó con ella, haciendo que soltara al tipo. El borracho, incapaz de sujetarse a sí mismo, cayó al suelo como un muñeco de trapo. - Sé que es un momento muy importante para tí, ¡pero tienes que controlarte! - intentó mantener a Sophitia bajo su control, aunque la mujer era inesperadamente fuerte -. Vamos a encontrar a Zöe esta noche, pero tienes que dejar que yo me encargue de esto.

Al fin la soltó e inmediatamente fue junto al borracho, para ayudarlo a levantarse tanto como para impedir que Sophitia siguiera vapuleándolo. Tiró de él para incorporarlo y lo ayudó a sentarse en la carreta.

- Amigo, necesito que recuerdes. Hoy viste a una biocibernética, ¿verdad?

El hombre miró hacia él sin conseguir enfocar la mirada, y Taliesin tuvo por seguro que no le estaba entendiendo. Mucho menos sería capaz de recordar o responder. Y es que ningún golpe, sacudida o palabras amables sería capaz de acelerar el tiempo necesario para que aquel hombre recobrara la sobriedad.

- No hay manera de hablar con él. Pero puede haber hablado de esto con más gente; no necesitamos la información directamente de su boca.

Estaba hablando consigo mismo, pensando en voz alta. Dejó al hombre reposando sobre el carro y volvió a la taberna a paso rápido. Su ánimo había pasado a ser expeditivo y decidido; quería asegurarse de solucionar aquello en cuanto antes, para así tranquilizar a Sophitia y evitar más problemas.

- ¿Alguien conoce al tipo que está fuera? - elevó la voz desde el marco de la puerta, interrumpiendo las pocas conversaciones que tenían lugar en aquel antro -. ¿Alguno sabe sobre la bio a la que vio hoy?

Se hizo un breve silencio y se intercambiaron miradas, pero nadie alzó la voz. Ninguno de los presentes estaba muy dispuesto a hablar con un hombre que claramente era un extraño y no tenía nada que ver con ellos, mucho menos cuando no sabían para qué quería la información ni les había ofrecido dinero. Taliesin chasqueó la lengua, frustrado y falto de paciencia, y manteniendo la puerta abierta volvió a girarse hacia Sophitia.

- Saben algo, pero tendrás que preguntárselo tú.

Estaba furiosa, pero también ansiosa, y angustiada, todas esas emociones se mezclaban en la mente de Sophi, logrando que perdiera el control de su cuerpo. Cuando Taliesin la tomo por las muñecas los colmillos de la vampiro eran claramente visibles, y le gruño al hombre, amenazándolo para que la soltara. Tardó algunos segundos en poder controlarse, la presencia apaciguadora del otro vampiro impidió que la pirata cometiera una locura.

-Sí... Sí, tienes razón - Respirando agitada, se soltó del agarre y dio varios pasos hacia atrás, quería alejarse del ebrio o lo mataría. Se quedó callada mientras Taliesin hablaba con el marinero, pero no se privó de chasquear la lengua con desprecio cuando el sujeto continuaba sin responder.

Sophi vio como su compañero volvía a entrar en la taberna, su razonamiento era lógico, probablemente alguien más había escuchado sobre el encuentro del ebrio con la Bio. Fue caminando lentamente tras el vampiro y se paró en el marco de la puerta, apoyando el hombro en la madera y cruzándose de brazos.

Claramente no iban a darle información a un desconocido, a saber qué pretendía hacer con esos datos.

-¡Hey! ¡Presten atención estúpidos! Esto es importante - Apretó el puño y lo golpeó contra la pared más cercana, el silencio se instaló en el local - El viejo Theon me dijo que ese borracho de mierda que está ahí afuera estuvo hablando con una Bio hoy en la tarde, y que le dio indicaciones de a donde tenía que ir - Nuevamente utilizaba su presencia vampirica para verse más amenazante - Quiero que me digan ¿A donde le dijo que fuera? - Las últimas palabras las dijo con la mandíbula apretada, como si se estuviera conteniendo para no destruir todo el lugar.

Algunos parecía que iban a protestar, pero los que ya habían peleado alguna vez con Sophitia los detuvieron, en verdad no era buena idea hacerla enojar. Finalmente alguien se levantó en el fondo de la taberna y se aclaró la garganta para hablar.

-Yo escuché mientras hablaba con otro amigo suyo. Le dijo que en dos días sale un barco a la isla de los hechiceros, ehh... Era el “Lanza de Plata” ¿Sabes cual es? La Bio solo asintió y se fue, no sabemos qué hizo después -

-El “Lanza de Plata” - Sophi abrió los ojos con sorpresa, miró a Taliesin y sonrió - Sé donde está amarrado ¡Vamos! - Lo agarró de la mano y tiró de él, bien podría haberle arrancado el brazo con la fuerza utilizó - No es tan lejos, podemos llegar rápido -

Salieron del lugar y cuando pasaron frente a lo del Viejo Theon la muchacha se detuvo lo justo y necesario para entregarle algo de dinero que le había robado al ebrio cuando lo había tenido sujeto por la ropa. Luego lo beso en la mejilla.

-Gracias - Sin perder más tiempo salió corriendo en la dirección que sabía que estaba el barco que buscaban, y sí Taliesin no se apuraba de seguro lo dejaría atrás, porque la vampiro tenía una energía imparable.


Y entonces...

Una figura a la distancia, sentada sobre unas cajas sin ningún tipo de lámpara o antorcha que la iluminara. Sophi se detuvo cuando aún faltaban bastantes metros para llegar, ahora que podía verla ¡Ahora que por fin la tenía en frente!... La pirata se sintió invadida por un profundo terror, era como si hubiesen clavado sus pies a las tablas del muelle.

-Es ella - Le susurro a Taliesin - Se ve algo distinta pero... Es ella, estoy segura que es ella - Se le llenaron los ojos de lágrimas y tuvo que taparse la boca para que no se les escapara un sonido angustiante - Es ella Taliesin ¿Que... Qué debería hacer? ¿Qué hago? ¿Qué le digo? - Se agarró de la manga del vampiro, de pronto se sentía muy débil - Tengo miedo -

Mientras Sophitia exigía que le dieran más información, Taliesin se quedó rezagado, dejando que ella llevara todo aquello. No en vano había bebido tres vasos de mal ron, y en aquel momento de quietud comenzó a notar sus efectos. Se había dejado llevar por el momento, pero quizás no hubiera sido buena idea beber tanto y tan rápido.

Lo siguiente que notó fue un fuerte tirón del brazo en cuanto tuvieron un destino al que ir. De camino, Sophitia se paró a agradecérselo al viejo Theon, y Taliesin no pudo evitar pensar que era injusto que el beso en la mejilla y el gracias no se lo hubiera llevado él. Por esto se quedó un poco rezagado, y a duras penas pudo seguir a la pirata hasta el muelle en el que se encontraba el Lanza de Plata.

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"Es ella", pensó también Taliesin. No había habido mucho espacio para dudar que fuera a encontrar a Zöe, pero aún así fue un alivio constatar que seguía viva, verla con sus propios ojos. A parte del alivio, sentía algo más en la boca del estómago. Cierta inquietud que no llegó a identificar, porque Sophitia estaba más confusa e incluso asustada, y llamó toda su atención al agarrarlo de la manga.

- No hay nada que temer... Zöe escuchará lo que le digas. Ella también te ha estado buscando, en sus recuerdos.

Insistió con paciencia hasta que ella accedió a ir, y después se quedó donde estaba, observando el intercambio. Aquella sensación en el estómago seguía allí, pero además se le había unido otra, una tensión en la cabeza. Consideró irse en aquel momento, utilizando su presencia vampírica para camuflarse en las sombras sin que Zöe llegara a verlo. Ahora que había comprobado que estaba viva, ¿realmente tenía algo que decirle?

Pero a pesar de que parte de él quería irse, logró controlarla. Cuando hubo dado suficiente tiempo de ventaja a Sophitia, él también se acercó hasta ellas.

Cuando Taliesin dijo de modo tan despreocupado que simplemente se acercara, Sophi hizo un gesto de incredulidad, como si resultara evidente que no estaban hablando de la misma situación. Para la pirata habían muchos factores en juego, que no la recordara era solo uno, pero estaba preparada para eso ¿O no? La vampiro no podía decidir qué sería peor, si la falta total de recuerdos, o que supiera parcialmente quien era y entonces…

-Pero la que busca en sus recuerdos no es la misma que soy ahora – Dijo con pesar la pirata, aunque sabía que el escapar no era una opción.

La bio – cibernética estaba tan quieta que si uno no miraba con atención fácilmente podría haberla confundido con un objeto más del entorno. Sophi respiró profundo y estiró el cuerpo, como intentando relajarse, solo entonces la Bio movió la cabeza y pareció fijarse en las dos figuras sombrías que la miraban desde lejos.

-Bien, lo haré… Si… Lo haré y… Y será genial… Claro- Se decía a sí misma la vampiro para darse ánimos. Miró a Taliesin y le sonrió – Gracias – Habían muchas cosas que quería decirle, pero tenía que aprovechar mientras aún se sentía lo suficientemente valiente como para hacer eso y no salir corriendo.


Dos figuras indefinidas estaban paradas a noventa y ocho metros, parecían estar hablando entre sí, pero el sonido del mar no me permitía escuchar lo que decían. Me estaban observando, aunque continuaban interactuando entre ellos hasta que finalmente una de las figuras se acercó.

Era una mujer de alrededor de treinta años, por su apariencia y el lugar en el que estábamos [CONCLUSIÓN] debía ejercer el oficio de marinero, como todo el resto de los orgánicos que me había encontrado durante el día. Ya estaba muy cerca, ahora definitivamente podía decir que esas personas requerían de mi presencia por algún motivo.

La humana se detuvo cuando estaba a un metro, y no dijo ni una palabra [ANALIZANDO] pupilas dilatadas, gesto tenso, boca apretada, respiración entrecortada [PROCESANDO] [CONCLUSIÓN] tal vez nunca había visto a un Bio-cibernético, debía tener miedo.

-Hola, soy Zöe. No tienes de qué temer, no te haré daño – Dije agregando una sonrisa al final, casi sin diferencia de tiempo.

-…- La mujer seguía sin hablar. Mire detrás de ella y el otro sujeto se estaba acercando también.

-Taliesin Skatha – Me puse de pie – Hace mucho tiempo que no nos veíamos ¿Cierto? – Había notado que los orgánicos incluían preguntas sobre periodos de tiempo cuando saludaban a alguien y estaba practicando el incorporar esa parte del dialogo – ¿Conoces a esta mujer que me mira en silencio? – Dije en tono neutro.

-¡Si! Soy su… Su amiga, compañera de viaje, emmm, su ayudante. Mi nombre es Sophitia – Extendió la mano a modo de saludo [ANALIZANDO] tome su mano y la agite dos veces antes de soltarla.

-Ya veo, es un placer conocerte, Amiga-Compañera de viaje-Ayudante-Sophitia – Incline la cabeza hacia un lado y mire de nuevo a Taliesin - ¿Qué hacen aquí? El territorio humano es peligroso – Y si estaban en peligro era mi obligación posponer el viaje hasta que me asegurara de que ambos orgánicos estuvieran a salvo.

- Zöe - respondió al saludo de esta, casi de igual manera y con la misma formalidad.

No había tensión en la forma en la que se acercó a ella, pero sí cierto distanciamiento que antes no había estado allí. Adoptaba aquella posición con la intención de mitigar cualquier reacción que pudiera surgir de él, de manera injusta, al culpar a Zöe de eventos de los que ella no era consciente. Era una postura defensiva que esperaba abandonar inmediatamente. Pero ante las siguientes preguntas de la biocibernética frunció el ceño, y ahora sí se tensó.

- Hace cierto tiempo, sí. Han pasado muchas cosas de por medio.

Sophitia se presentó, en opinión de Taliesin, de la manera equivocada. Pero no pudo culparla: estaba demasiado asustada.  "Claro. Soy su jefe" pensó con cierto sarcasmo, que Zöe no habría captado y Sophitia no habría entendido.

Estuvo a punto de corregir a la pirata y revelar quién era realmente, pero la veía tan ansiosa que no se atrevió a hacerlo. Además, aunque había considerado que la relación entre Sophitia y Zöe era prioritaria, él tenía sus propios asuntos que arreglar con la biocibernética. Ya había sido difícil apartarse para dejar que ella fuera el foco de atención; ahora que la pirata lo había desechado, era casi imposible volver a cederlo.

- No hay muchas más opciones, Zöe. Todos los territorios son peligrosos - "para mí", añadió mentalmente. Se cruzó de brazos y se mantuvo unos segundos en silencio, intentando elegir sus siguientes palabras. Intentando ser paciente. Pero el alcohol, y aquella tensión en su cabeza, se interponían -. Zöe, sé que no eres del todo consciente de cómo funcionan las relaciones humanas. Pero desapareciste durante mucho tiempo, y pasaron cosas en Lunargenta, con Dag. Estaba preocupado por tí, me inmiscuí, y ya no puedo volver a la ciudad. No puedo ir a Sacrestic, porque también me enemisté con la secta de Habaknuk. Lo único que le he pedido siempre a los dioses es un hogar para mi hija, ¿y sabes cuánto tiempo hace que no veo a Irina? - Esta vez el enfado en su tono de voz fue obvio - Pensé que habías muerto - era lo que se encontraba a la base de todo, se había preocupado y había resultado ser la peor decisión de su vida - . Y lo primero que me dices al verme es "hace mucho tiempo". ¿Realmente no eres consciente de nada?

Estaba demasiado enfadado como para ser justo. Demasiado enfadado como para recordar que su amistad con Zöe funcionaba de otra manera, y pasar su rabia en silencio sin que la biocibernética se diera cuenta.

Asentí cuando Taliesin respondió correctamente a las formalidades del saludo, habíamos cumplido con la rutina y ahora podíamos pasar al siguiente tema. [ANALIZANDO] Creía que hablaríamos sobre los motivos que lo llevaban a estar en territorio humano, pero el vampiro cambió drasticamente de tema, concentrándose en los acontecimientos que había vivido en Lunargenta.

-Es cierto, la mayoría de los territorios se han vuelto peligrosos para ustedes - No dije la raza en voz alta porque sabía que a Taliesin le molestaba eso. La mujer llamada Sophitia estaba parada entre medio de los dos, y nos miraba por turnos [ANALIZANDO] por su gesto llegue a la conclusión de que no entendía lo que estaba pasando - No sabía que tu también habías estado allí, mis recuerdos sobre lo que sucedió fueron parcialmente borrados, pero no por mi sistema - El mismo que ahora comenzaba a enviarme señales para que no indagara en exceso sobre lo que ocurrió

- Nos vinieron a buscar a Dag y a mi, a la casa en la que vivíamos. Intentamos escapar, pero nos atraparon... - [BUSCANDO ARCHIVOS] - A él se lo llevaron, a mi me tomaron prisionera unos Bio-cibernéticos y... -[ERROR]- Me desarmaron y pusieron algo en mi cabeza. Luego de eso ya no puedo recordar más nada, Dag me contó que cuando regrese no era yo. Que lo ataque a él y también a otros orgánicos -

No entendía muy bien porque Taliesin estaba tan serio, pero sí podía entender que por mi culpa se había puesto en peligro, y eso era algo imperdonable.

-Lo siento ¿Te lastime a ti también? Se supone que no pueda hacerle daño a ningún ser vivo, pero no era yo - Estaba hablando sin lógica, aunque no pudiera recordarlo definitivamente era mi cuerpo el que había hecho todo eso, así que era yo.

-Ya está bien, sí ella dice que no se acuerda entonces no hay nada que hacer - Era lo primero que la mujer se atrevía a decir, aunque aún era evidente que le faltaban muchos datos para poder entender la situación.

-Taliesin tiene razón, indistintamente de que fuera consciente de mis actos o no, por mi culpa su situación social y familiar fue gravemente perjudicada. Debo hacer algo para remediarlo - [ANALIZANDO] - No puedo hacer que Lunargenta acepte de nuevo a los de tu especie, pero... - [ANALIZANDO] - Puedo construirles un nuevo hogar ¿Correcto? -

-¿Eh? - Sophitia parecía desconcertada.

-Construiré un Refugio, una casa alejada de la ciudad, de esa manera podrán vivir tranquilos ¿Sí? ¿Eso sería algo bueno? - Mire fijamente a Taliesin para saber si lo que estaba diciendo era correcto, él siempre me ayudaba a entender mejor lo que estaba bien y lo que estaba mal.

El "lo siento" de Zöe calmó su enfado al mismo tiempo que aumentó su frustración. La biocibernética malentendía su razonamiento y sólo se preocupaba por haber causado daño físico. Pero hay otras formas de dolor y otras fuentes de dudas, y Taliesin habría querido que las entendiera y lo reconfortara.

Sin embargo, el esfuerzo por compensar el daño que había causado era sincero. Podía tomar aquello como una muestra de preocupación y afecto, así como no podría hacerlo si Zöe simplemente lamentara que un órganizo hubiera sido herido por ella. Y aquello sí acabó de ablandarlo. Esperó en silencio a que la biocibernética terminara todo su razonamiento, hasta esa pregunta final. Asintió lentamente y, aunque aún estaba serio, descruzó los brazos al responder.

- Eso sería bueno - respondió, pensativo -. Pero no tienes el deber de hacer algo así. No sé si tienes los recursos. Y no sé si lo estás proponiendo por las razones adecuadas. No me debes nada, Zöe, más que demostrarme que no me equivoco al confiar en ti. Sé que es un concepto difícil. Pero...

"Pero si no eres capaz de demostrármelo, no sé si yo soy capaz de ser amigo tuyo". La conclusión quedó en su mente; Zöe no la comprendería, y eso sería frustrante para Taliesin. Tampoco quería amenazarla. Pero él no podía cargar con todo un peso, callarse cuando estaba enfadado como sucedió aquella noche que se transformaron en humanos. No después de todo lo que había pasado.

- No todo el daño es físico, Zöe - no se sentía del todo satisfecho con cómo había quedado la conversación, pero tampoco tenía ganas de insistir más -. Me alegro de que estés bien.

Miró durante un instante a Sophitia. No le había gustado cómo se había interpuesto para defender a Zöe cuando no sabía de lo que estaban hablando, y por eso la había ignorado hasta entonces. Pero intentó dejar aquello de lado y relajar su expresión y tono.

- Has llamado la atención en el puerto. Sophitia y yo escuchamos hablar de tí en una taberna y así te encontramos. ¿Dónde está Dag? ¿Y por qué buscabas el Lanza de Plata?

La idea lentamente parecía tomar forma, si construía un sitio donde Taliesin y su hija estuvieran seguros, también podría haber más orgánicos [ANALIZANDO] De esa manera, más Seres estarían a salvo, y entonces mi trabajo podría realizarse con una mayor eficacia. Dividí las funciones de mi programa para que parte de mi sistema se encargara de calcular las dimensiones del lugar que necesitaríamos y los costos en tiempo y Aeros que eso podría conllevar.

-Mmm… - Incliné la cabeza mientras la capacidad que quedaba disponible de mi sistema intentaba analizar lo que el vampiro decía – Sé que hay muchos tipos de daños, Dag me lo explicó también, es cuando se siente un dolor en el pecho pero no hay ninguna herida que lo justifique – Apoye una mano a la altura del corazón de Taliesin – Lo siento por eso también, he aprendido muchas cosas en este último tiempo, pero aun me equivoco en situaciones como estas ¿Si?-

La mujer que había llegado con el vampiro nos miraba en silencio, no sabía qué podía estar pensando, probablemente no entendía lo suficiente como para poder emitir algún tipo de opinión. Di un paso hacia atrás y fije mi mirada en ella, por motivos que desconozco retrocedió y junto sus manos en un gesto que podía ser interpretado como de miedo o nerviosismo.

Las preguntas de Taliesin me distrajeron.

-¿Llame la atención? Mmm, creía que había logrado interactuar mejor con los orgánicos – [ACTUALIZANDO DATOS] – Tendré que seguir practicando – [BASE DE DATOS ACTUALIZADA] – Dag se encuentra en Sacrestic Ville, los demás vampiros lo consideran un Dios, dicen que es la reencarnación de Habaknuk –

-Wow, wow, ¿La reencarnación de Habaknuk? ¿Dag es ese sujeto? – Sophitia se cruzó de brazos e hizo un silbido – Todos los vampiros escuchamos sobre él –

-Sí, parece ser una figura importante – Nuestro regreso a la tierra de los vampiros había sido [ANALIZANDO] dificultoso – Buscaba el Lanza de Plata porque me dijeron que es el primer barco que hará una parada en Beltrexus, saldrá dentro de treinta y seis horas, así que estaba esperando –

-¿Ibas a esperar aquí sentada durante más de un día? –

-… Si –

La mujer hizo un gesto que no entendí, Sophitia parecía hacer muchas caras que mi sistema no podía analizar.

Aquella explicación sonaba demasiado razonable como para provenir del loco de Dag... Taliesin frunció el ceño, pero no dijo nada al respecto. Junto a esta explicación, Zöe colocó la mano en su corazón y volvió a disculparse, ablandando aún más al vampiro al mostrarse sincera.

- Dag no es Habaknuk - le aclaró a Sophitia, viendo que esta parecía impresionada -, pero lo están usando como tal. Cuando lo ví en Lunargenta parecía hipnotizado; intenté ayudarlo a escapar de aquello pero no lo conseguí.

Taliesin ya conocía a Zöe y por eso no le sorprendieron sus intenciones de esperar durante más de un día, sentada ella sola en el puerto, a que llegara el barco en el que zarparía. Porque eso es lo que supuso que intentaba: llegar a las islas. Le faltaba el saber por qué, pero podía averigüarlo más adelante.

- No esperes aquí - le dijo a Zöe -. Vente con nosotros, pasaremos el día en una posada y volveremos para cuando zarpe el barco. Llamarás menos la atención. Además, Sophitia y yo podemos ir contigo a las islas. ¿Te parece?

Una vez llegaron a un acuerdo, comenzaron a caminar de vuelta a la ciudad. De nuevo volvieron a pasar frente al viejo Theon, frente al antro en el que habían bebido ron y frente a la taberna en la que se había encontrado con Sophitia. Durante la caminata, Taliesin aprovechó un momento para distanciarse de la biocibernética y dedicarle una mirada levemente reprobadora a la pirata.

- ¿Estás segura de que no quieres decirle quien eres? - susurró - Es tu elección, no puedo forzarte, y entiendo tu miedo. Pero ya que has encontrado tu objetivo, imagino que querrás pasar tiempo con ella. Además, ahora que soy tu jefe, no tienes mucha elección - sonrió, disfrutando aquella broma por primera vez.