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Mensaje  Alward Sevna Mar 4 Feb - 21:36

Inspiró gran cantidad de aire, cerró sus ojos y bajó sus pulsaciones. Debía estar calmado y para dar en el blanco: una manzana que estaba colocada estratégicamente en uno de los postes que sujetaban las vallas. El castaño estaba colocado a unos ochenta o noventa metros. Había que tener una vista excepcional y una gran habilidad para acertar ese objetivo.

Cuando se vio preparado, soltó la cuerda y la flecha salió disparada... no aceró, esta se clavó unos bastantes centímetros más abajo, justo en el poste que sostenía a la manzana. Tras el golpe, la fruta se desestabilizó y cayó al suelo.

El Sevna suspiró, resignado y molesto, aquella era la quinta vez que fallaba. Desde luego, aquella manzana no sería ya comestible por todas las veces que rodó en el fango.

-¡Alwaaaaard!-Se oyó a Luna llamarle.

El castaño se volteó y también alzó la voz, ya que no podría ser visto por su hermana a no ser que este se revelara, pues estaba justo en la parte trasera de las cuadras.

-¡Estoy aquí detrás!

La joven Sevna tardó varios segundos en doblar la esquina para llegar a la parte trasera.

-¿Has visto la manzana que dejé fuera? Pensaba comérmela después de limpiar las...-Su vista pasó de su hermano, al cual le vio con el arco enfundado, al específico poste donde había estado practicando-...¿Qué haces?-Volvió a mirar al castaño, extrañada.

-Practicar con el arco-Dijo con total naturalidad

-¿Y qué usas como diana?

-Pues una manzana que me he encontr...--Detuvo al instante su frase en cuanto se dio cuenta del error.

Entonces, Alward dibujó en su rostro una sonrisa nerviosa y se llevó una mano tras la cabeza para quitarle hierro al asunto.

La joven se encaminó hacia el poste, pero se detuvo a medio camino en cuanto vio a su manzana echa unos zorros. Acto seguido, se volteó hacia su hermano con una mirada asesina.

-¡ERA MI DESAYUNO!

-¡L-lo siento! ¡En la despensa habrá más!-Intentó excusarse

-¡PUES VAS A IR TÚ MISMO Y ME VAS A TRAER DOS!-Señaló henchida de furia hacia el edificio principal del rancho, el cual estaba en la otra punta de donde ellos se encontraban, donde en el sótano aguardaba la despensa.



--------------------------------------------------------------------



Había sido su culpa, sí, pero eso no implicaba que le gustara que su hermana le gritara. A regañadientes se acercó al edificio principal, pero antes de entrar en este, una voz lo paró.

-Chico

Era Raven. Traía en la mano un papel totalmente arrugado.

El veterano le mostró el papel, instándolo a que lo cogiera. Acto seguido, se dispuso a leerlo, no sin antes intentar que quedara lo más liso posible.

Contrato:

Tras leerlo, alzó la vista hacia Raven.

-"Gente misteriosa" que hace extraños ritos ocultistas.-Remarcó

-No creerás...

-Tengo mis sospechas. He reclamado el contrato como mío nada más que lo he visto. Te lo dejo a ti

-...¿Yo?

-Tengo cosas que hacer en Ciudad Lagarto

-¿Como qué?-Torció el gesto

-Como decirles que cuando te vean llegar, que no te ataquen...-Frunció el ceño. Alward ya le había comunicado la idea de ir allí a pedirle ayuda a Matthew Owens, pero esto no era del agrado del veterano, aunque por otro lado este último sabía que el castaño no iba a desistir en su idea. Si iba a morir, mejor que lo hiciera estando cerca de su objetivo, y no en la ciudad sin ley.-Quizás necesites compañía-Comentó

-No creo que nadie quiera acompañarme...-Se guardó el papel en su zurrón-...nadie de aquí al menos...-Raven lo miró extrañado-Sé a quién le voy a pedir el favor.-Dibujó una sonrisa decidida en su rostro.
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Los Secretos de Sir Wilhelm [Trabajo] Empty Re: Los Secretos de Sir Wilhelm [Trabajo]

Mensaje  Sashenka Dozorova Dom 9 Feb - 16:30

Ese día había comenzado de forma bastante rutinaria, la dragona se había levantado antes del amanecer para poder desayunar y hacer sus entrenamientos antes de que el resto de las personas se levantaran. Le resultaba bastante molesto tener que compartir los espacios comunes con el resto de los reclutas, la obligaban a hacer filas para cualquier cosa, que tuviera que hacer, los baños, la comida, el material de entrenamiento, los espacios para practicar, etc.

A la hora en que Sasha terminaba con todas las cuestiones rutinarias, la mayoría de los reclutas estaban levantándose y los que estaban de servicio se estaban yendo a dormir. Sin saludar a nadie, sin preocuparse de que la miraran por arriba del hombro o que susurraran a sus espaldas, Dozorova andaba por los pasillos de la academia con su armadura y sus armas ya puestas.

De allí se dirigía a la ciudad, donde tenía que cumplir con su deber como parte de la Guardia. De a poco los ladrones y traficantes de Lunargenta comenzaban a escuchar sobre una mujer que no se dejaba sobornar y que no hacía la vista gorda cuando veía a alguien rompiendo las leyes. Aún no era lo suficientemente importante como para que recordaran su nombre, pero sabían de su existencia, y tarde o temprano tomarían cartas en el asunto.

Sin ninguna delicadeza Sashenka le retorció el brazo a un maleante y le golpeó el rostro contra una pared, rompiéndole la nariz en el proceso.

-Está bien, está bien, ya entendí - Decía el hombre, mirándo con una mezcla de odio y miedo a la dragona - Me rindo, devolveré las monedas y ya ¿Bien? -

-Claro que devolverás lo que robaste - Dijo Sasha sin cambiar su gesto serio, apretó un poco más el agarre, haciendo que el bandido soltara una queja de dolor - Y también recibirás el castigo que corresponde -

-¿Que? Vamos, sólo fueron unas pocas monedas - Ahora empezaba a desesperarse.

-Así sea sólo una moneda, robar es robar - Lo empujó para que dejara de estar apoyado contra la pared, le puso unas esposas y empezó a llevarlo hacia la salida del callejón.

-Sabes lo que me harán en la prisión -

-Ese no es problema mío. Sí no hubieses robado esto no estaría pasando - La lógica de Sasha era sencilla y lineal.

Algunas personas se habían juntado, comerciantes y vecinos que había visto el robo y cómo la Dozorova lo había atrapado, murmuraban entre sí pero nadie se metía. La dragona siquiera se detenía a mirarlos, empujaba al bandido mientras este se seguía quejando. Su indiferencia se acabó cuando vio a lo lejos una figura conocida, no sonrió, pero demostró que lo reconocía.

-Alward Sevna ¿Qué haces aquí? No es tu turno de guardia - Preguntó sin soltar al ladrón, cada vez que se movía la dragona apretaba el agarre.
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Los Secretos de Sir Wilhelm [Trabajo] Empty Re: Los Secretos de Sir Wilhelm [Trabajo]

Mensaje  Alward Sevna Vie 14 Feb - 11:29

Como siempre, la dragona se mostraba seria e indiferente. No es que esperase mucho más, pero sentía que por más que lo intentara, no cambiaría jamás de actitud. En ese momento, le salió "imitarla", por lo que se puso recto y su semblante adoptó seriedad.

-Sashenka Dozorova...-Realmente era un nombre difícil, ¿No sería mejor llamar a cada cual por su apodo? O al menos por su nombre de pila-Veo que estás...-Echó una mirada al delincuente-...ocupada

Tampoco podía pasar por alto la expectación que había generado la actuación de Sashenka. Seguía sin ser sutil, eso le traería problemas a largo plazo.

Suspiró.

-Tengo algo que contarte, pero antes ocupémonos de tu asunto-Echó otra mirada al delincuente, este suplicaba con la mirada que fuese lo más indulgente posible. Pero Alward no podía meterse en medio de la actuación de un compañero, y menos aún de Sasha, se pondría echa una furia.

Una vez se ocuparon de aquel tipo, llevándolo al alguacil de la ciudad, pudieron estar a solas completamente. Era la hora de comentarle el plan a la dragona.

Fueron hasta una de las tantas plazas de la ciudad, la cual estaba decorada en su centro con una hermosa fuente que desprendía un agua cristalina. El borde de esta le sirvió a los dos Guardias para tomar asiento. Mientras más transitada estuviese la plaza, mejor, menos sospechas levantarían.

El castaño se fijó por un momento en la gente que transitaba. Llevaban esculturas de madera de los dioses Freyja y Freyr, símbolo de la fertilidad en aquella época. El ohdà estaba cerca, y se notaba. Acto seguido, llevó su atención a su compañera.

-"Arderá la estatua en la playa del fiordo, untaos, con miel de panal, al amante propio y al ajeno pues así atraeréis a las reinas a vuestra colmena. ¡Que ardan pues, las llamas en la fecunda y helada tierra!"-Hizo un gesto con la mano derecha para hacer ver la grandilocuencia de las palabras, aunque en su tono se notaba algo de sarcasmo-Son palabras de los propios Aesir. Marcan el fin del invierno, además de otras cosas...-Cosas propias de una celebración tan carnal, sexual o romántica como el ohdà.-¿En el norte lo celebráis?

Mientras la dragona le daba una respuesta, fuese cual fuese, se quedó mirando sus ojos grisáceos. Por un momento, se quedó casi hipnotizado, ¿Cómo algo tan bonito y aparentemente tan frágil como el cristal podía luego tomar unos tintes de furia y agresividad tan altos? Sashenka era toda una contradicción en sí, una que se mantenía a su vez en armonía... una contradicción en toda regla.

Despertó de su ensimismamiento cuando terminó de escuchar la respuesta de la dragona, entonces se acordó del motivo por el cuál había ido en su busca.

-Sé que estás de servicio...-Rebuscó en su zurrón-Pero te relego y te encomiendo otra tarea. Soy tu superior, ¿No?-Dijo con una sonrisa gentil al mismo tiempo que le entregaba la carta que le dio Raven Mars-Tenemos una misión.
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Mensaje  Sashenka Dozorova Dom 16 Feb - 21:26

Cuando el Humano dijo su nombre completo Sasha se paró más derecha, como si fuera una conducta aprendida por pasar muchos años en entrenamiento militar. Sí se dio cuenta del gesto no dijo nada, asintió cuando el Sevna señaló que se la notaba ocupada, eso era lógico, estaba en su horario de trabajo.

-Por supuesto - No podían hacer nada más hasta que ese sujeto estuviera correctamente encerrado.

Luego de dejarlo en el calabozo fueron hasta una fuente donde Sasha siempre veía a los Guardias holgazanear, había pensado en reportarlos en varias oportunidades pero estaba esperando a tener un puesto algo más estable antes de hacerlo. Por lo mismo hubiese preferido que no se sentaran allí, sería mejor sí pudiera seguir caminando para continuar con su guardia. Pero Alward parecía traerse algo serio entre manos así que la dragona no hizo comentarios y escuchó.

Claro que no se esperaba que recitara un salmo.

-Creo que sí lo celebran, algunos. Pero mi familia se atiene de manera estricta tan solo a las celebraciones que tengan una relación directa con los dragones. El resto de las celebraciones son para las personas humildes que necesitan de los festejos para tener algún tipo de alegría en sus existencias - Lo dijo sin pensar, aunque cuando notó la mirada de Alward se dio cuenta que la conversación estaba tomando un rumbo diferente al que ella había supuesto - Pero tengo entendido que en el Sur le dan más importancia. Parece una bonita celebración - Intentó arreglarlo en el último momento.

Pasados unos segundos miró hacia otro lado y carraspeó, dándole a entender a Alward de que había notado su ensimismamiento pero que era momento de continuar con la conversación.

-Claro, tienes autoridad para poder cambiar mis tareas - Agarró el pergamino y lo leyó rápidamente mientras el Humano hablaba - Ya veo... -

La última vez que le habían encomendado una misión todo había salido bastante mal, mayormente por la falta de experiencia y, en consecuencia, la cantidad de errores que Sasha había cometido. Tener que regresar con las manos vacías al cuartel había sido una humillación que la dragona aún no había olvidado.

-Bien, vayamos ahora mismo - Miró las ropas con las que iban - Supongo que sí no queremos causar sospechas lo primero sería llevar ropas normales, nada que nos identifique como parte de la Guardia. Y además, pensar la manera de infiltrarnos en esas reuniones secretas ¿Cierto? - Nuevamente estaba suponiendo cosas, a la espera de que Alward le confirmara sí su lógica era correcta - ¿Crees que de verdad se trate de algo relacionado con Nigromancia? - Para eso último bajó aún más la voz, sentía cierto recelo hacía ese tipo de artes oscuras.

En cualquier caso, no podrían hacer nada hasta que fuera de noche y supieran en qué dirección ir.

-Acompañame a las habitaciones del cuartel, allí guardo el resto de mi ropa -
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Mensaje  Alward Sevna Lun 17 Feb - 13:36

Sabía que la respuesta de Sashenka sería un rotundo "sí". La dragona no dejaba escapar la oportunidad de hacer su nombre más grande, y en cada trabajo o misión que le encomendaban trataba dar el máximo esfuerzo. Seguramente el desmantelar una posible secta que se esconde en la propia Lunargenta haría que sus superiores se fijaran más en ella de forma positiva. Para Alward, en cambio, era una forma de obtener posible información valiosa sobre las Sierpes. Ambos salían ganando.

-Por supuesto. Lo mejor será ir de incógnito-Asintió-Y no, no creo que usen artes oscuras, no es su estilo...-Dijo poniendo su atención en un punto fijo en el bullicio de la plaza.

Acto seguido, se puso en pie limpiándose el polvo o suciedad que pudiese haber en sus posaderas al sentarse en la fuente.

-En marcha...-suspiró-Gracias por aceptar, te debo una.

Alward acompañó a Sasha hasta el cuartel. Mientras la dragona se preparaba y se vestía de forma que nadie pudiera siquiera reconocer que era de la Guardia, el castaño hacía lo propio; se vistió con unos ropajes de tela humildes y encima de estos se colocó una túnica ancha con capucha. A él no le podían reconocer el rostro, por lo que trataría ir siempre bajo el amparo del total anonimato bajo aquella capucha. Tampoco podría llevar sus dos espadas, pues sería demasiado delatador.

Atuendo de Alward:

Esperó a que la dragona saliese de su respectiva habitación compartida en el pasillo contiguo. Los hombres tenían prohibido entrar en las habitaciones de las mujeres y viceversa, y era algo que el castaño estaba dispuesto a respetar ante todo.

Una vez que Sashenka salió, la observó exhaustivamente para ver si todo estaba correcto.

-Recuerda: nada de armas ni nada que pueda relacionarte con la Guardia. Somos simples civiles.

Una vez todo dispuesto y esperado el suficiente tiempo como para que el sol empezara a esconderse por el horizonte, los dos guardias pusieron rumbo hacia la mansión de los Wilhelm. El plan: esperar a que el Sir saliese en una de sus escapadas nocturnas para unirse a su grupo de encapuchados y seguirlo hasta el lugar de la reunión.

Habían llegado antes del completo anochecer para asegurar el no llegar tarde. Una vez allí, tan solo les tocaba esperar. Alward entonces se bajó la capucha y escondió su rostro al completo. Cualquiera diría que su aspecto era el de un monje dragón o algún sacerdote. Acordó que, lo mejor era que tanto Sashenka como él mismo estuviesen separados mientras esperaban, para no levantar sospechas. Así que el castaño fue a sentarse a un banco cercano y hacer allí su espera en completo silencio.
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Mensaje  Sashenka Dozorova Dom 23 Feb - 15:34

Hizo un gesto de negación.

-No es necesario que agradezcas. Es mi deber - Claro que prefería trabajar con Alward, ya se conocían y sabía que era una persona responsable, que sabía lo que hacía. Pero sí se lo hubiese ordenado cualquier otro superior lo habría hecho de todos modos, así que no creía merecer el “gracias” del Sevna.

Fueron hasta el Cuartel de la Guardia y se separaron cuando cada uno tuvo que ir a las habitaciones que les correspondían. La dragona se apuró en buscar sus ropas de viaje en el baúl que guardaba bajo la cama. Tal como imaginó el primer cambio estaba arruinado, alguna de sus compañeras seguramente creía que era muy divertido el romper las cosas de Sasha cuando no estaba. Pero la Dozorova era precavida, así que guardaba otra muda en un fondo falso.

Salió y dejó que Alward evaluara su vestimenta.

Ropa casual:

-De acuerdo - Respiró profundo y exhaló - Está vez lo haré bien - De pronto recordó su desastrosa misión anterior y apretó los puños.

Era necesario esperar, pero al mismo tiempo no era buena idea que hicieran algo que los delatara como parte de la guardia. Así que durante un corto tiempo hicieron lo más parecido a una salida informal que habían tenido desde que se conocieron, seguramente Alward se sorprendería al ver que fuera del ambiente laboral Sashenka podía mantener extensas charlas de temas sumamente variados. Lo que quedaba claro es que su mirada sólo parecía brillar cuando las conversaciones rondaban asuntos que tuvieran que ver con su trabajo, el resto... El resto era simple charla de reuniones, o de dama de compañía, una actividad practicada durante muchos años y que la Dozorova realizaba con soltura pero sin pasión.

Cuando pareció el momento adecuado, se acercaron un poco más a la parte donde se encontraba la mansión de Sir Wilhelm. El Humano fue de la idea que esperaran por separado, a Sasha no se le había ocurrido pero tenía mucho sentido, así que buscó algún rincón donde estar y que no resultara demasiado sospechosa su presencia.

Aproximadamente una hora más tarde vieron cómo la reja principal de la mansión se abría, y por ella pasaba un solo hombre a caballo, cubierto con una capa negra. Sasha sonrió porque por una vez había tenido una buena idea por su cuenta, le hizo una seña a Alward para que vaya a la parte de atrás de una casa, allí los esperaban un par de caballos.

-Imaginé que podríamos necesitarlos. Los tomaremos prestados - Le pasó las riendas al Humano y luego se subió a su montura - Sí no nos apuramos perderemos el rastro - Espoleó al animal y se fue por el camino por el que había visto escapar al sospechoso.

Al ser de noche las carreteras no tenían demasiada gente, pero por lo mismo era más sencillo que el sospechoso notara que lo seguían, así que tenían que mantener una distancia considerable. Sir Wilhelm era apenas una mancha negra a lo lejos, Sasha no dijo ni una palabra mientras cabalgaban, y cuando vieron que el hombre se desviaba del camino detuvieron un poco la marcha.

Aparentemente habían llegado a su destino, era mejor dejar los caballos atados y acercarse a pie.
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Mensaje  Alward Sevna Mar 3 Mar - 17:28

El camino que había tomado Sir Wilhelm distaba mucho de lo que Alward se esperaba. Habían salido de la ciudad, pero en vez de alejarse de ella y buscar un lugar remoto y apartado, rodearon uno de sus muros hasta estar a la orilla del mar, donde la muralla de la ciudad continuaba bordeando la costa. En dicho lugar había la salida de un canal, y una figura custodiándola. Habían perdido de vista al Sir, pero a todas luces ese era el lugar que la carta describía.

-Parece que es aquí-Se detuvo, instando a que su compañera también lo hiciera-Antes de seguir, recuerda que esta es una misión para pasar desapercibidos. Nada de enfadarte, provocar a alguien y mucho menos de iniciar peleas...-Miró a los ojos de la dragona con seriedad-Probablemente ahí dentro veas muchas cosas ilegales con las que tendrás que hacer la vista gorda. No es el momento de ocuparse de ellas, ¿De acuerdo?

Podría parecer una petición sencilla, pero sabe del ímpetu justiciero que espolea el alma de Sashenka, y de alguna forma puede llegar a comprenderla. Eso, sumado a su inexperiencia, puede ser un factor determinante, por lo que no es mala idea recordar el motivo de la misión y los pasos a seguir.

-Por cierto, deberías usar algo para ocultar tu rostro. Esta secta es ocultista, aquí lo raro es no llevar algún tipo de máscara.-Dijo ofreciéndole un pañuelo-Esto lo usé en...-Se detuvo, tampoco tenía que dar aquellas explicaciones, eran bastante desagradable-...tan solo una ocasión.-Concluyó.

Pañuelo:

Tras aquello, ambos guardias se pusieron en marcha otra vez, acercándose así al fornido guardián que custodiaba el canal subterráneo pedregoso. Obviamente, aquel tipo también llevaba máscara. Para ellos, la identidad era algo que guardar con recelo.

-¿Qué se os ha perdido por aquí?

Alward dio un pequeño paso hacia adelante. Tenía el rostro ligeramente agachado y totalmente oculto por la capucha, y las mangas de aquella túnica eran tan grandes que incluso podía esconder sus propias manos pasándolas por la manga contraria.

-Venimos a la ceremonia

El guardián, cruzado de brazos, miró de arriba a abajo a ambos. Tras eso, y sin decir nada, miró hacia atrás suya. Desde su posición, Alward también miró, pero no pudo ver nada relevante, tan solo un camino empedrado de antorchas que se extendía a lo largo del canal.

Acto seguido, el guardián volvió a mirarlos y asintió, dejándoles el camino libre. Alward, de forma cortés, hizo una breve reverencia y se dispuso a entrar.

Alward y Sasha caminaron en silencio por el camino hasta que llegaron a su final, el cual lo marcaba una verja cerrada a cal y canto. Al otro lado, el camino parecía seguir, aunque eso no era relevante, pues a su derecha se encontrarían la entrada a una extraña sala donde estaban reunidos un numeroso grupo de encapuchados, cada uno con diseños de túnicas diferentes. Había alguno que incluso llevaba una máscara. Era como estar en una fiesta de disfraces bastante lúgubre por el lugar que les acogía. Habían pequeños grupos hablando entre ellos de dos o tres, otros estaban solos, esperando en silencio por algo. Se podían contar unos veinte.

-Creo que hemos dado en el clavo-Susurró a su compañera.

Cuando los dos guardias entraron en el lugar, tan solo despertaron un mínimo ápice de curiosidad entre los "invitados". Luego de no más de tres segundos, estos volvieron a sus conversaciones. Más allá de la sala habían dos pasillos más, cada uno en un lado opuesto de esta, colocados a izquierda y derecha según se entraba. Algunos de los encapuchados entraban a esta, y al cabo del rato salían. No parecía ser algo común, pues la zona de espera principal estaba en donde ya estaban, pero quizás podrían investigar un poco tomando alguno de los dos pasillos... o simplemente podían quedarse allí esperando para ver qué pasaba.

Por el momento, Alward decidió sentarse en un trozo de piedra que había pegado a una de las paredes, pues esta pareció haber sufrido algún tipo de derrumbe y algunas de sus partes yacían esparcidas por la zona. No era de extrañar, pues el lugar parecía antiquísimo.

El Sevna echó una mirada a su compañera.

-¿Cómo estás?-Aquella misión era la primera desde la gran metedura de pata en la que se vieron envueltos con el coleccionista de cerraduras-Parece que nos toca esperar-Dijo echando un breve vistazo a la zona, barriéndola con la mirada-¿Quieres... charlar de algo?-Aquella pregunta volvía a demostrar que Alward no era un experto en iniciar conversaciones... al menos, no siempre.
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Mensaje  Sashenka Dozorova Jue 5 Mar - 14:13

Podía entender las palabras de Alward, comprendía que no era momento de impartir justicia de manera indiscriminada, sino de puntualizar en el hecho concreto que venían a investigar. Aún así Sasha frunció el ceño, porque eso de tener que estar rodeada de actividades ilegales y tener que hacer como si nada pasara le resultaba sumamente desagradable, una sensación incomoda que revolvía sus entrañas y quemaba.

Pero lo entendía, y cumpliría con su deber a como diera lugar.

-Las personas que no están en paz con su alma son las que sienten la necesidad de ocultar su rostro - Dijo en referencia a los participantes de la secta - Sí es necesario... - Aceptó el ofrecimiento de Alward y se puso la capucha, ahora sólo se veían sus ojos, que seguían con el mismo gesto serio.

Dejó que el Humano se encargara de convencer al guardia, probablemente sí Sashenka lo hubiese intentado habría recurrido a acciones más directas que rápidamente llamarían la atención. Lo mejor que podía hacer para ser de alguna ayuda era mantenerse callada y secundar la historia que dijera Alward, en lo posible sólo asintiendo con la cabeza.

Finalmente pudieron entrar, la dragona observaba todo el sitio con sospechas de que no se realizaban actos simplemente ilegales, sino directamente blasfemos. Sasha se quedó parada justo en frente de Alward, dándole la espalda a la mayoría de los invitados, prefería que no vieran sus pupilas, producto del enojo parecían más los ojos de un dragón que de una humana.

-No estoy de ninguna manera en particular - Respondió tajante, aparentemente no lograba relajarse - Sí, supongo que tendremos que - Se cruzó de brazos, el Humano proponía conversar, pero no proponía ningún tema. Sasha sabía lo que era eso, lo sabía porque había sido entrenada para ser una dama de adorno que tuvieras las habilidades suficientes como para conseguir un buen marido y comportarse en sociedad para no dejar mal parada a su familia. Respiró profundo y suavizó sus gestos, pasando a un porte más distendido y paciente - ¿Cómo está tu hermana? No sé nada de ella desde aquella vez que fuimos a entrenar - Entrelazó los dedos y escuchó atenta la respuesta de Alward, buscando palabras que le permitieran continuar con la conversación - Parecía ser una muchacha en edad de casarse ¿Tienes algún candidato en mente para ella? -

No había escuchado nada sobre los padres del Sevna, los años de experiencia le habían enseñado a Sasha que sí un tema no era mencionado había que esquivarlo para evitar caer en conversaciones incómodas.

-Tampoco sería mala idea que pensaras en una esposa para ti, por tu Rango y edad no debería ser demasiado difícil - Dozorova seguía desplegando conversaciones, como si pudiera hacer eso toda la noche, y de hecho sí podría - He escuchado que pronto se realizará el Bragiväl ¿Vas a celebrarlo con todo el resto? - De reojo seguía viendo que habían invitados que entraban y salían de los pasillos, la clave parecía estar allí, pero era muy pronto para acercarse.
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Mensaje  Alward Sevna Vie 6 Mar - 17:07

-¿...Mi hermana?-Alzó la cabeza para mirarla a los ojos bajo aquella capucha. A decir verdad, no se esperaba para nada aquella pregunta. Entonces, el Sevna suspiró.-Está... bien.-A secas-O al menos, eso parece...-Apretó su labio inferior, una pregunta tan sencilla se había vuelto todo un dolor de cabeza-...quizás actúe así para que yo no me preocupe...

La siguiente pregunta, dejó igual o más descolocado a Alward.

-¡¿Casarla?!-En ningún momento se le había pasado por la mente-No creo que deba ser yo quien se entrometa en eso.-Negó con la cabeza-Creo que si Luna se enterase de esta conversación, me tiraría el objeto que más a mano tuviera a la cara...-Dijo soltando un esbozo de risa.-Aunque sé por qué me haces la pregunta, he oído que entre los de alta cuna sí que se arreglan matrimonios. A ti te obligaron, ¿Verdad?

Pocos eran los detalles que la dragona daba sobre su vida anterior a la Guardia, como tan pocas eran las ocasiones en las que ambos habían tenido la oportunidad de conocerse en profundidad, lejos de entrenar o intercambiar pensamiento del presente más inmediato.

-¡¿Casarme yo?!-Cada pregunta se Sashenka era más inesperada que la anterior, y hacía encogerse y agitarse al corazón del pobre Alward. Por algún motivo, la inquina de la dragona con el tema del casamiento no cesaba.-T-tampoco he pensado en eso...-Si no fuese por la falta de luz del ambiente y porque su rostro estaba ocultado por la capucha, viéndose así tan solo sus rasgos más destacables con mucho esfuerzo desde la posición de Sasha, se podría observar que todo este iba poco a poco tomando un color carmín que se intensificaba con cada latido de su corazón. Entonces, suspiró.-Mi vida no está preparada para que otra persona pueda depender de mí... o yo de ella.-Fue su respuesta. Era la correcta, pero no la que querría.

Y, después de aquello, la Dozorova le preguntó sobre la próxima celebración que llegaría con el transcurso del año.

-Claro.-Asintió-Será una buena forma de bajar el estrés.

Una idea se le cruzó por la mente, pero no sabía si decirlo sería apropiado, o si siquiera la dragona lo vería con buenos ojos. De nuevo, los latidos en su corazón se intensificaron y este parecía encogérsele dentro del pecho; era ahora o nunca.

-¿Querrías venir conmigo? Fuera del trabajo.-Aclaró lo último.-...podríamos pasarlo bien.-Una frase muy sencilla que le costó horrores decir.

Sea cual fuera la respuesta de la Dozorova, tras esta se escuchó el grito de dolor de un individuo en el pasillo que quedaba a la derecha nada más se entraba a aquella estancia. Eso llamó la atención de Alward, que llevó su mirada hacia allá. Los demás "invitados", por su parte, ni se inmutaron, lo cual hacía más sospechoso aquello. El humano miró extrañado a su compañera, y se puso en pie con naturalidad, no quería levantar sospechas.

-Quizás debamos echar un vistazo.-Susurró de forma discreta a la dragona.
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Mensaje  Sashenka Dozorova Mar 10 Mar - 14:59

Sashenka se quedó mirando a Alward con los brazos cruzados y una ceja levantada, no consideraba que su pregunta hubiese sido tan escandalosa. Ella misma había tenido varios pretendientes antes incluso de que diera sus primeros pasos, eran cosas que había que planear con tiempo para evitarse problemas a futuro.

-Pues deberías haberlo pensado hace ya mucho tiempo, si no te apuras pasará la edad que corresponde para que se case. No quieres que se vuelva una solterona ¿O no? - Frunció el ceño - ¿Y qué vas a hacer? ¿Dejar que elija ella sola? Corres el riesgo de que aparezca en tu casa con el primer pelele que se cruce en su camino - Negó con la cabeza - Las jovencitas no saben lo que les conviene, debes guiarlas hacia un buen partido -

Era como si las palabras de sus padres salieran a través de su boca, casi podía escucharlos, insistiendo en que los mejores años de su vida se estaban escapando y que pronto ningún hombre la iba a querer. Se quedó unos segundos en silencio antes de responder.

-Sí, es correcto. Se acostumbra hacerlo de esa manera para evitar que nuestros linajes se disuelva, sí los hijos de las familias de renombre se casan entre sí el prestigio de ambas familias se beneficia - Se encogió de hombros - “Obligar” no sería la palabra que yo utilizaría. Sabía que así tenía que ser, claro que tuvieron muchas propuestas preparadas para mí - Bajó la vista - Pero mi destino no es ese, tendrán que entenderlo tarde o temprano -

No hizo comentario alguno sobre la falta de interés que demostraba Alward en encontrar una esposa, los hombres tenían un mayor margen de tiempo para decidir eso, incluso aunque pasara de los cuarenta siempre podría conseguir una muchacha joven para casarse. Hasta podría considerarse una buena estrategia que se concentrara en su carrera cuando su cuerpo aún soportaba las duras jornadas y las peleas arriesgadas.

-¿Mmm? - La dragona se había perdido en sus pensamientos y tardó un poco en entender la pregunta del Sevna - Sí ese día no tengo que cumplir con alguna guardia, claro, podríamos ir - Sonrió aunque no pudo verse por la capucha - Podrás mostrarme cómo festejan el Bragiväl aquí en el Sur -

Un grito proveniente de uno de los pasillos interrumpió la charla, un escalofrío recorrió la espalda de Sasha, le hubiese gustado tener su lanza, se sentía indefensa sin el arma. Asintió cuando escuchó la propuesta de Alward, allí estaba pasando algo extraño, incluso más extraño que un grupo de personas encapuchadas juntándose en una estructura oculta bajo tierra.

Cuando el Sevna se puso de pie, Sasha lo agarró del brazo, prefería que los confundieran con un matrimonio, lo cual tenía más sentido que dos extraños caminando juntos o un par de amigos.

-¿Qué haremos cuando veamos lo que está pasando? - Susurró mientras iban hacia el pasillo. Era claro que no se encontrarían con nada legal, ni agradable, ninguna actividad que se desarrollara en semejante entorno podía ser lícita.
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Mensaje  Alward Sevna Mar 10 Mar - 17:04

Notó el agarre de Sashenka. Aunque inesperado, lo enderezó para disimular y seguirle la corriente.

-No lo sé...-Fue la única respuesta que podía dar a la pregunta de la dragona.-¿Crees que si piensan que somos pareja serán más indulgentes con nosotros?-Dijo con un tono bromista en un susurro.

Pasaron el umbral que daba al pasillo. Este último no era demasiado largo, tan solo una simple conexión entre dos salas; la principal y otra que no estaba muy bien definida su uso, pero que en aquel momento se presentaba como una especie de... ¿Sala de torturas?

Dos braseros encendidos daban luz a dicho sitio. Al fondo de este, según se entraba, había un poste de madera bien sujeto al suelo y un cuerpo masculino, no se podría saber a ciencia cierta si con vida o no, encadenado a él, pues demostraba gran cantidad de heridas por todas las partes de un cuerpo pobremente tapado por unos tristes harapos. A un lado de este, se encontraba sentada una mujer, también ataviada con unos sucios harapos, con la mirada perdida en el suelo. La mujer presentaba casi las mismas heridas que su aparente compañero, y ninguno de estos dos tenía el rostro tapado. La peculiaridad con la fémina estaba en que no se encontraba encadenada a ningún lugar.

A la derecha, según se entraba, había una mesa con dos taburetes. En la superficie de la primera había todo un extenso equipo de herramientas metálicas que invitaban a pensar que la impresión de que se estaba desarrollando una cruel tortura era cierta.

Los dos torturados estaban acompañados por sus respectivos torturadores, estos sí con el rostro totalmente cubierto con máscaras y una capucha oscura. Uno de los torturadores estaba de rodillas, mientras su compañero lo miraba de brazos cruzados y negando la cabeza con aires de indignación.

-¡Arriba, estúpido montón de mierda! ¡Pareces un maldito puerco antes de una matanza!-Le recriminó con un tono superior.

Acto seguido, dicho enmascarado agarró a su asustado compañero por la muñeca con fuerza. Este último gimió de dolor.

-¡P-puedo hacerlo, lo juro! ¡S-suélteme!

El enmascarado amenazante entonces advirtió la presencia de los dos Guardias. Alward cruzó brevemente la mirada con este.

-¿Qué? ¿Os gusta mirar?-Analizó a la pareja de arriba a abajo-Pues vais a hacer algo más que eso.-Se agachó y recogió un hierro candente de uno de los braseros-¿Quién quiere darle una lección a este cobarde?

Una decisión difícil se presentaba ante ambos. Por un lado, el no aceptar aquel ofrecimiento los señalaría de alguna forma, pero por otra parte, Alward sentía que aquello no sería correcto, no podía infligir daño a alguien de aquella forma tan sádica y gratuita. Quedó dos eternos segundos callado, hasta que finalmente declinó su oferta negando con la cabeza.

-¡Vamos!-Los alentó-¡Que este miserable aprenda de qué estamos hechos y qué pasa con los cobardes! ¡Que se queman!-De nuevo, ofreció el hierro a la pareja.

De nuevo la decisión, esta vez con más presión, delante de Alward.

-No.-Sonó contundente, mirando al otro enmascarado por un momento y luego devolviendo la mirada a su compañero-Todo tuyo.
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Mensaje  Sashenka Dozorova Vie 13 Mar - 0:56

Luego del comentario de Alward se sintió un poco tonta al haberlo agarrado del brazo, había creído que era una buena idea, pero quizás se había equivocado, otra vez. Aún así no lo soltó y siguió caminando sin dudar, intentando aparentar que sabía hacía dónde se dirigían y con qué se iban a encontrar. Tenía la sensación de que los estaban mirando, como si pudieran percibir que no pertenecían a ese lugar, pero no podía ser, Sasha se repetía a sí misma que eso no era posible.

Lo que se encontraron estaba más allá de lo que la dragona había imaginado. Lo primero que le dio una señal de que algo espantoso ocurría en esa habitación, era el olor a sangre, orina y carne quemada, no podía haber ninguna situación en la que esos tres aromas se mezclaran y fuera algo bueno. Claro que verlo con los propios ojos estaba a otro nivel, aún así, se esforzó en no apartar la vista, algo que sin duda los dejaría en evidencia.

Aunque a primera vista lo que podría parecer era una novata intentando mantenerse firme en la segunda misión importante de su vida, en realidad no se trataba de eso, no era que no soportara ver las heridas abiertas, la carne chamuscada o los charcos de sangre. No, lo que volvía insoportable la visión era el no poder hacer nada al respecto, el no poder impartir la justicia como correspondía a una situación semejante.

Temblaba por la indignación, no por el miedo.

-Como bien dijiste, nos gusta mirar - Respondió cuando el matón les ofreció el que continuaran con la tortura.

-Pffff, no serían los primeros - Comentó el hombre mientras se daba la vuelta - Este tipo de cosas atraen a puros raros... - Y lo decía como si no fuera extraño que él mismo disfrutara tanto con una práctica tan desagradable.

-Metete en tus asuntos y nosotros seguiremos con lo nuestro - Agregó la dragona, pegándose aún más a Alward - Cada cual con sus gustos -

Luego agarró de la mano al Sevna, como sí estuviera apurada o la situación la emocionara, y lo llevó hacía uno de los lados, donde supuestamente podrían seguir regocijándose con la vista, pero también donde podrían susurrar entre ellos sin ser oídos. Dándoles la espalda al resto, Sasha se sacó la parte de la máscara que cubría su boca y se acercó al oído del Humano.

-¿Qué hacemos ahora? No podemos dejar que sigan torturando a esa gente y no hacer nada - Se volvió a tapar la boca y rodeó con los brazos a su supuesta pareja.

Sí bien era algo peculiar, el matón había dicho la verdad sobre que no era la primera vez que se veía, así que se encogió de hombros y continuó con su tarea.
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Mensaje  Alward Sevna Sáb 14 Mar - 19:21

Le sorprendió la actitud de Sasha y lo bien que se metió en el papel que había decidido interpretar. Una vez que su espalda quedó contra la pared y la dragona le susurraba al oído, el humano volvió a recuperar la iniciativa, no sin antes torcer el gesto por la situación que debían permitir si no querían ser descubiertos y echarlo todo al traste.

La Dozorova lo rodeó con los brazos y el castaño apoyó con suavidad el rostro ajeno contra su cuello, sujetando con una mano la cabeza de la dragona y con la otra sus caderas.

-No podemos hacer nada...-Dijo con pesar mientras se escuchaban los gritos del torturador arrodillado siendo castigado por su propio compañero-Esta gente está loca. Maltratan hasta a sus propios hermanos...

De reojo, Alward pudo ver cómo el torturador autoritario se marchaba del lugar en cuanto castigó a su compañero. Este último se quedó sentado, examinándose las quemaduras que el hierro candente había dejado en la palma de su mano. Podría decirse que estaba casi en shock.

-Regresemos.-Susurró el Sevna a su compañera.

Acto seguido, se despegó de la pared sin llegar a soltar a Sashenka para que el papel que estaban interpretando se rompiera. Sin más, ambos pusieron rumbo hacia la sala que acogía al mayor número de "invitados". Daba igual qué opinión tuviera la dragona al respecto, no podían hacer nada. Debían actuar como otros tantos de esos "invitados" y no intervenir.

El Sevna sabía que aquello podría molestar a su compañera, por lo que trató de calmarla.

-Tranquila, en cuanto salgamos de aquí toda esta secta será desmantelada y descubierta ante las autoridades. Es entonces cuando se hará justicia.-Desvió su mirada hacia ella-Pero por el momento, debes ser fuerte.

Alward sabía lo que se hacía, y no era la primera vez que se mezclaba o iba de incógnito en un lugar así. De primera mano tenía bien aprendido que lo último que se debe hacer es delatarse a uno mismo cometiendo actos imprudentes. Aunque doliera y diese rabia, la omisión era lo mejor.

Una vez que volvieron a la sala principal que servía como recibidor para lo que sea que estaba a punto de sucederse, Alward no pudo evitar darse cuenta que en dirección al pasillo central, una puerta semiabierta, la cual antes estaba completamente cerrada, dejaba escapar una luz y unas voces que llamaban la curiosidad del humano.

En ese momento, soltó a Sashenka.

-Voy a acercarme allí un momento, tú quédate por aquí.-Le propuso-Sería extraño si nos ven a los dos.

Dicho esto, se metió ambas manos entre las mangas opuestas de su túnica y emprendió una marcha lenta y desinteresada hasta aquella puerta. Una vez allí, tan solo tuvo que escuchar y aparentar que no lo estaba haciendo. Las voces entonces se volvieron claras. Una de ellas le era extraña y espeluznantemente familiar...

-Borre esa cara. No se me haga el mártir, por favor... sabía a lo que se exponía, y aún así decidió unirte a nosotros. Ahora está aquí de por vida, Sir Wilhelm.

-P-pero...

-Su familia está a salvo...-Dijo aquella voz con un tono conciliador mientras hacía una breve pausa-...de momento.-Aquellas dos últimas palabras sonaron un tanto sádicas.

-¡No los toquéis, no les hagáis daño!

-Pero vamos a ver...-soltó un suspiro, indignado-¿Qué clase de bestias crees que somos? Como te he dicho, están a salvo. Pero depende de ti el que su estado se mantenga así o no.

-¡E-estoy comprometido!

-Me alegra escuchar eso-sonaba complacido-Porque si no, los mataremos. A tu mujer y a tus hijos, ¿Y qué razón para vivir tendrías entonces?

-...ninguna.

-Me complace oír que lo has entendido.

Llevaba demasiado tiempo escuchando. Si se quedaba allí más tiempo se vería sospechoso, por lo que el Sevna se ajustó la túnica para disimular y siguió su desinteresado recorrido. Quería reunirse de nuevo con Sasha, pero sería demasiado delatador ir directamente hacia ella. Mientras tanto, esperaba que la dragona también repartiera sus oídos entre los demás invitados para ver qué información podía sacar.
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Mensaje  Sashenka Dozorova Lun 16 Mar - 15:49

¿Las palabras del Sevna eran de consuelo para la dragon? No demasiado, lo escuchó en silencio pero no porque no tuviera nada para decir al respecto, sino porque estaba apretando la mandíbula con tanta fuerza que siquiera podía articular palabras. Si de ella dependiera, se habría transformado en ese mismo momento y hubiera acabado con todo aquel que opusiera el más mínimo de resistencia al arresto, y siendo además muy amplía en el significado de las palabras “oponer resistencia al arresto”.

Simplemente ese montón de basura no merecía misericordia alguna.

-Sí, lo sé - Con dificultad logró articular la oración, desviando la mirada para que Alward no notara lo enojada que estaba con la situación.

Asintió cuando le dijo que se quede en el sitio, ciertamente sería raro que fueran siempre a todos lados juntos, así que soltó su brazo y dio unos pasos para acercarse a uno de los pilares, apoyando la espalda contra este. No pretendía lograr nada en concreto, solo hacer tiempo hasta que su compañero regresara, aunque no descartaba la posibilidad de que alguien intentara hablarle.

-... Dundarak... -

El comentario captó su atención por ser su ciudad de origen, los susurros venían desde el otro lado de la columna, era un grupo reducido de gente hablando en voz muy baja.

-... Un poco más duros -

-Orgullosos más bien -

-Pero aún así terminaron cediendo -

-Todo el mundo tiene un precio... No siempre es en monedas... -

Sasha estaba rígida ¿Cómo era posible que esa secta hubiese extendido sus redes hasta el norte? Creía que era sólo algo que involucraba a los Humanos, pero por lo que oía parecía ir mucho más allá ¿Habían convencido a Dragones influyentes, a gente de la Nobleza de Dundarak, para que se uniera a ellos? La idea le resultaba inquietante, no tenía esa imagen de su gente, no creía que tuvieran ese tipo de crueles deseos.

-... Al final ellos también aceptarán -

¿Ellos? Por estar pensando no había escuchado sí habían dicho algún apellido en concreto ¿Sus padres estarían en peligro? Los Dozorova eran una familia influyente, un contacto que seguramente a ese tipo de sectas les vendría muy bien ¿Debería advertirles? Pero eso dejaría en evidencia su trabajo como infiltrada.

Al final volvía siempre a la misma conclusión: Tenía que ser paciente y esperar. Levantó la mirada para ver donde estaba Alward, ya se había ido de la puerta, pero estaba dando un rodeo antes de regresar.
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Mensaje  Alward Sevna Lun 16 Mar - 20:50

Alward caminaba entre los invitados. No había levantado sospecha alguna, eso era un alivio. Ahora debería llegar hasta Sashenka para contarle qué había oído. Sir Wilhelm estaba allí dentro, y tenía que descubrir qué se traía entre manos, al fin y al cabo ese era el trabajo, el cual pareció olvidar por momentos.

Durante el tiempo que estuvieron allí habían sacado algo en claro: no se trataba de nada relacionado con la nigromancia. Lo que allí se hacía de algún modo tenía que ver con una secta ocultista manipuladora. Los planes en claro se le escapaban al Sevna, pero podía asegurar que no era nada relacionado con artes mágicas prohibidas. Todos los datos de los que poco a poco disponía y sacaba conclusión le hacían apuntar a una misma dirección, aunque no quería llamar al mal agüero antes de tiempo.

En mitad de su regreso, la puerta a la que el Sevna se pegó se abrió por completo. De ella salió un encapuchado, debía ser Sir Wilhelm, ya que detrás suya, casi siguiéndole, dos figuras más salieron, y aun ocultando su rostro, Alward pudo al fin aclarar sus dudas. La primera era una mujer pelirroja, iba vestida con unos ropajes ceremoniales muy ostentosos. Lo que más destacaba de ella era una máscara que le cubría por completo la parte superior del rostro, dando una impresión misteriosa y curiosa a la vez. El Sevna se preguntó cómo era que podía saber por dónde andar sin tropezarse.

La mujer llevaba entre sus manos una enorme balde de bronce, que en vez de agua contenía un líquido rojizo con olor metálico, no había que ser muy espabilado para saber que eso era sangre. ¿De quién? No era necesario saberlo.

Sacerdotisa:

La otra figura infundió miedo en Alward, sabía quién era; un hombre encapuchado con una capa echa jirones, llevando un bozal, ojos azules como el zafiro más puro, cabellos castaño claro que se dejaban asomar por su capucha, y esa mirada de determinación que parecía tenerlo todo bajo control... era Erik Vacuum, el líder de las Sierpes. Secta que, ahora estaba seguro, era la que manejaba aquel sitio.

Erik Vacuum:

Todos los allí presentes, al ver a estos aparecer empezaron a formar una fila horizontal de cinco hasta completar los veinte presentes, exceptuando a la mujer pelirroja y a Erik, que quedaron frente a estos. Alward y Sashenka tendrían que imitar al resto si querían seguir de incógnito.

-Saludos, queridos invitados-Se puso en una posición central para que todos pudiesen verlo. Una sonrisa tuvo que dibujarse bajo su bozal, ya que sus ojos se achataron adoptando una mirada afable.-Estoy bastante satisfecho con el trabajo que han hecho durante estas semanas.-Se puso las manos por detrás de la espalda y las cruzó, irguiendo así su posición.-Sé que no es fácil dejar una vida atrás y empezar otra desde cero. Sé que algunos incluso van a ostentar llevar dos vidas en paralelo. Les estoy súmamente agradecido.-Asintió a modo de reverencia, mostrando un gesto sincero.

Alward llevó su mirada hacia la mujer pelirroja, que se había situado al lado de Erik y apoyado el balde de sangre en el suelo.

-Ahora...-Puntualizó-La prueba no se acaba aquí. Tan solo serán parte del culto de la serpiente los que tengan un cuerpo fuerte capaz de aguantar beber de este balde sin...-Señalizó de forma elegante el balde-...morir.-Dijo esto volviendo a achatar los ojos, seguramente otra sonrisa se dibujó en sus labios. Una actitud sádica, pero que de alguna forma le hacía gracia el resultado que podía obtener.-Aunque, quien pase esta prueba será convertido en uno de nosotros, un ser de la noche con una larga vida por delante para construir el sueño de las Sierpes. Se convertirán en vampiros de plenos derechos.

Al parecer, nadie sabía de esta última "prueba", pues los susurros incómodos empezaron a hacerse notar. Alward tragó saliva, estaba metido en un lío. Intentó buscar discretamente con la mirada a Sasha. Estaba en la misma fila que él, aunque eso no sirviese de mucho...

-Es hora de abandonar la fe que abrazáis...-La mujer pelirroja alzó a media altura sus brazos con los puños cerrados. Primero abrió el izquierdo, el cual sostenía una piedra con una runa dibujada, era la runa que representaba a Loki-...y abriros a una nueva realidad.-Cerró el puño que había abierto, ahora era el derecho el que estaba descubierto, en el cual sostenía una pequeña cruz de madera. Alward sabía qué simbolizaba; el cristianismo. Aquella religión estaba bastante perseguida, y los que la practicaban solían ser castigados.

Erik barrió con la mirada a todos sus invitados. Esperaba que nadie mostrara más nerviosismo de lo habitual, porque si no directamente no sería digno ni de pasar la última prueba. No tenía ganas de manchar su espada de sangre aquella noche, pero tenía que hacerse respetar... por suerte, nadie fue tan desafortunado como para que los nervios le traicionaran.

-Procede, Astrid.-Le ordenó a la sacerdotisa con un tranquilo gesto con la mano.

La pelirroja acató las órdenes del líder y agarró de nuevo el balde. Iba a empezar por la primera fila. Los invitados tendrían que agarrar este y dar un sorbo que llenara su boca, habría suficiente para todos.

El primer invitado agarró el balde y, con ciertas dudas, se quedó mirando la sangre. Erik entrecerró los ojos, curioso y expectante para ver si en última instancia la cobardía se apoderaba de aquella pobre alma... pero no, tomó un sorbo sin casi pensárselo. Todos entonces quedaron expectantes para ver qué pasaba finalmente.

-...¿Y bien?-Preguntó mientras se masajeaba el mentón.

-Estoy...-Se llevó una mano a la tripa.-...¡Estoy bien!-Dijo eufórico.

Erik asintió. Había pasado la prueba, era el turno del siguiente... o mejor dicho, la siguiente, ya que Sashenka era la que estaba al lado de el primer sujeto.

Antes de llegar a ofrecerle el balde, el sujeto de antes hizo un amago de arcada, entonces toda la atención recayó sobre él de nuevo. Se llevó las manos de nuevo a la tripa, parecía que le dolía. Acto seguido a la garganta.

-...q-quema-Decía entre quejidos.

No aguantaba el dolor, incluso podía verse que se estaba asfixiando debido a su respiración seguida e inacabada. Se puso de rodillas y empezó a salirle espuma por la boca. Acto seguido, cayó rendido al suelo, inerte [1].

-Vaya... el primero nada más empezar.-Soltó un suspiro de disgusto y se cruzó de brazos. Acto seguido, se fijó en Sashenka y se acercó a esta-¿Está dispuesta a arriesgarse? ¿No le habrá entrado el miedo, verdad?-Quedó a pocos centímetros de ella y la analizó de arriba a abajo. Dibujó una sonrisa, esperando la respuesta de la dragona.


__________________________________________________________________

Off: Y... primera complicación: [1] El balde de sangre está mezclado con ciertas sustancias que hacen que el que lo beba tenga posibilidades de infectarse y morir. Solo los cuerpos fuertes pueden aguantar esa dósis tóxica. Además, beber de esta sangre completará el ritual de la conversión en vampiro.
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Mensaje  Sashenka Dozorova Vie 20 Mar - 17:43

Alward ya estaba regresando cuando de pronto las puertas de la sala central se abrieron, y desde allí salieron dos figuras, una mujer con una extraña máscara y un hombre al que solo se le veían los ojos. La dragona no los reconoció de nada, y estaba segura que desde que habían llegado no se habían mostrado junto con el resto de los invitados, eso sumado al gesto de devoción que generaban, le daban a entender a Sasha que esos dos eran las figuras de autoridad en ese lugar.

“Mis objetivos” pensó la dragona con odio. Sí bien todos los allí presentes merecían un castigo, los dos que acababan de aparecer eran quienes debían recibir todo el peso de la justicia. Ya tenían la información que necesitaban, y tal como Alward había dicho, no estaban allí para proceder al arresto sino para averiguar qué estaba pasando y regresar al Cuartel para informalo a sus superiores.

El asunto era ¿Cómo salir sin causar sospechas? La Dozorova miro a los costados, intentando idear un plan, pero pronto todos los invitados comenzaron a formarse en filas, sí no hacía lo mismo llamaría la atención. Buscó rápido algo en su bolsillo, le habían dicho que no lleve armas, pero eso no contaba como una. Cuando encontró lo que buscaba lo guardó en la palma de su mano, cerrando fuerte para que nadie lo notara.

Caminó lentamente hacía el sitio que había quedado libre para ella y al pasar junto a una de las lámparas que iluminaban la sala, tiró en las llamas lo que había sacado de su bolsa.*

Luego simplemente hizo lo que veía que hacían todos los demás, mantuvo la mirada atenta pero sin rastros de odio, intentando aparentar que estaba allí porque en verdad deseaba formar parte de esa secta de dementes. Sabía que Alward se había quedado varias filas más allá, pero siquiera intentó mirarlo, tenía a los dos líderes demasiado cerca y suponía que cualquier acción sospechosa podría causar que la descubrieran.

Vio como el primero de los elegidos, justo el que estaba junto a Sasha, agarraba el balde y lo acercaba a su boca “Esto es una locura, es repugnante” pensaba la dragona, aunque años de tener que fingir calma en reuniones sociales la ayudaban a aparentar. Se le escapó una exclamación de sorpresa cuando el hombre cayó al piso, muchos además de Sasha estaban sorprendidos, sin embargo nadie hizo nada para ayudarlo.

Y rápidamente toda la atención volvió a la dragona.

-Por supuesto que lo haré - Respondió Sashenka con gesto decidido, el mismo que utilizaba cuando en su trabajo alguien ponía en duda sus capacidades - Es un riesgo insignificante a cambio de la posibilidad de servir a una causa superior - La dragona respondía con sinceridad, pero porque en su cabeza la causa que daba vueltas era la Justicia, no las Sierpes.

Levantó el balde y lo acercó a sus labios, pero antes de que una sola gota los tocara, un escándalo se escuchó como proveniente de afuera. Parecían ser sonidos de caballos, carros, metales entrechocando, y pasos de botas acercándose. Entre medio del gentío alguien gritó:

-¡¡Es la Guardia!! ¡¡Nos encontraron!! - Y eso fue suficiente para que el caos explote.

-------------------------------------------------------------
*Incienso de Jólmundröm:Al quemarse, produce en quienes respiren su humo un estado de conciencia alterado capaz de provocar visiones, individuales o colectivas. Puede usarse tanto con fines recreativos como para distraer enemigos. En este último caso, la distracción durará un turno y deberéis aseguraros de no respirar también el humo del incienso.

En este caso lo usaré para generar una visión colectiva y que crean que llegó la Guardia a las puertas de la cueva.

Me lo has puesto difícil, Alward, pero creo haberlo resuelto adecuadamente.
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Mensaje  Alward Sevna Sáb 21 Mar - 17:53

Tenía que intervenir, debía de evitar a toda costa que Sashenka sacrificase su propia raza y su modo de vida por aquella misión. Pero, por otro lado, estaba desarmado, e interceder de forma tan espontánea desencadenaría el fin de la propia misión y probablemente de su vida, y tal vez de la de la dragona.

De pronto, alguien dio voz de alarma. Se escuchó el sonido del metal, el ruido de una multitud viniendo, y la "Guardia" encabezando todo aquello. ¿Cómo era posible? Ni siquiera podían saberlo, al menos no con la información con la que Alward contaba...

Soldados de las Sierpes empezaron a aparecer, ataviados con la indumentaria oscura que les caracterizaba y, por supuesto, con el rostro oculto por pañuelos que se ataban alrededor de la cabeza, tal y como Sasha hizo.

La situación se iba a poner fea, y ya no necesitaban estar más ahí. En medio del caos y el alboroto, Alward localizó a su compañera y la agarró del brazo, instándola a escabullirse.

Los soldados sierpes sacaron sus armas y empezaron a atacar a unos enemigos imaginarios, pero para ellos era tan real que podían ver sus caras, sus atuendos e incluso las voces de estos alentándoles a luchar.

De buenas a primeras, la Guardia desapareció, el efecto de la visión se había agotado y los oscuros soldados se sintieron fuera de lugar luchando contra el aire, el suelo o las paredes. Los invitados quedaron consternados en el suelo, quizás aún víctimas del shock que suponía un chivatazo a la Guardia. Por su parte, Erik, acompañado de Astrid, se quedaron todo el tiempo en la misma posición, observantes, casi paralizados al no saber qué era real y qué no. Cuando todo volvió a la normalidad, el Fantasma de las Sierpes desvió su mirada hacia la sacerdotisa.

-¿Qué ha pasado?-En su tono se notaba cierta molestia y enojo

-N-no lo sé...-Respondió, aún confundida-Ha sido como... una ilusión.

El líder de las Sierpes bajó su mirada hasta los invitados, le daban verdadera lástima y vergüenza ajena. Aunque lo que demostraba de forma externa era indiferencia.

-Acabad con ellos-ordenó a los suyos, con una total falta de empatía en su tono-Han dado un espectáculo lamentable

Dicho y hecho. Los soldados procedieron a acabar con la vida de todos los invitados. Por suerte, Alward y Sashenka ya no estaban allí, y alguien no tardaría en comunicarlo; el vigilante a aquel lugar, el cual entró en la sala, confundido.

-¡¡Dos invitados han huido!!

Erik levantó la mirada, ya había encontrado la causa de aquello: infiltrados. Ahora tenía dos presas a las que dar caza [1].



_________________________________________________________



Los dos Guardias corrían de forma acelerada en una huida impredecible.

-¡No tengo ni idea de qué ha pasado ahí, pero eso nos ha salvado el pellejo!-Decía mientras su carrera no aminoraba lo más mínimo.

Ahora tenía una ventaja que enfundado en su armadura no tenía; menos peso encima. Podía correr más rápido y seguramente aguantase más. En esa ocasión ya no hacía falta tener la capucha bajada, por lo que su rostro estaba al completo descubierto. Por el momento, nadie les seguía, pero no debían bajar la guardia ni mucho menos relajarse.

Llegaron hasta los caballos que tomaron anteriormente para llegar al lugar, y antes de montarse, miró a los ojos de Sasha y la agarró por los hombros.

-Escúchame, debes seguirme. Nada de parar antes ni desviarse a otro lugar, ni siquiera al cuartel. Solo estaremos a salvo cuando estemos escondidos lejos de Lunargenta, ¿Entendido?



________________________________________________________________

Off: -Segunda complicación [1]: Nos persiguen, y no cesarán hasta que den con nosotros. Debemos huir y escondernos, y lo más seguro es alejarse de la ciudad.
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Mensaje  Sashenka Dozorova Lun 23 Mar - 20:51

En cuanto comenzó el alboroto lo primero que Sasha hizo fue apartar ese repugnante balde con sangre de su cara. Los dos líderes estaban muy cerca de ella, de haber tenido su lanza los habría atacado, una oportunidad semejante solo se presentaba una vez en la vida, pero estaba totalmente desarmada, intentar algo así contra un grupo semejante era una completa locura.

Acababa de derramar la sangre y entonces lo notó, el Jefe del grupo, ese estrafalario sujeto que había estado hablando antes, la estaba mirando. Sashenka se había bajado la parte de la máscara que cubría su boca porque se suponía que iba a tomar del balde, así que su rostro estaba al descubierto. Se quedaron mirando fijamente durante un segundo que pareció una eternidad, y entonces la dragona sintió que tiraban de su brazo.

Cuando pestañeó, el Líder ya no la estaba mirando y Alward la arrastraba para salir del lugar. Todo alrededor se había vuelto un caos, entre los invitados que querían escapar para evitar que la supuesta Guardia los encontrara involucrados con esa secta y los soldados de las Sierpes atacando figuras que en realidad no estaban allí. Cuando estaban por llegar a la salida se cruzaron con el guardia que antes los había detenido, pero pasaron tan rápido y el hombre (que no había sido afectado por el incienso) estaba tan confuso que no pudo agarrarlos.

-Fui yo - Dijo la dragona mientras corría junto a Alward - Tenía en mi bolsa un incienso que genera ilusiones - No parecía necesario aclararlo, pero de todos modos lo hizo - No viene la Guardia - Eso era como decir “Estamos a nuestra suerte”, y claramente el efecto de la droga se terminaría pronto, cuando notaran que ya no estaban allí...

Llegaron a los caballos y Sashenka iba a subirse a uno cuando Alward la agarró por los hombros, la miro con gesto serio, ella le respondió levantando una ceja.

-De acuerdo, lo haremos a tu manera - Dijo con gesto serio - De todos modos el Cuartel nos queda demasiado lejos, van a alcanzarnos antes -

Agitó las riendas y en cuanto los caballos comenzaron a correr pudieron escuchar el sonido de unas tablas al romperse y los cascos de muchas monturas acercándose. Sasha miró por arriba de su hombro y allí estaban, los soldados de las Sierpes los estaban siguiendo de cerca.

-¿Alguna idea para poder perderlos? - Los caballos que habían tomado prestados eran buenos, pero no tanto como su montura Trotamundos, habían altas probabilidades de que los alcanzaran.

El camino serpenteaba y lo único que tenían para guiarse y no caerse de las monturas era la luz de la luna, Sashenka iba con el cuerpo pegado al del animal, intentando ejercer la menor cantidad de resistencia al viento, aún así le parecía escuchar cada vez más cerca a sus perseguidores.

-Me transformaré en dragón y nos iremos volando - La última vez que lo habían hecho las cosas no salieron del todo bien, pero ahora mismo parecía una mejor alternativa que seguir a caballo - Si los mantienes a distancia tendré tiempo de cambiar de forma.... - Esperaba la aprobación de Alward antes de hacerlo.
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Mensaje  Alward Sevna Jue 26 Mar - 18:56

Echó su mirada hacia atrás mientras galopaba a lomos de aquel caballo que no era suyo. Una decena de soldados encapuchados les estaban pisando los talones. Volvió la vista hacia adelante y se mordió el labio inferior, aquel equino no era Epons, no sabía a dónde estaba su límite y cómo reaccionaría a su doma, por lo que perder de vista a sus perseguidores cuanto antes era la máxima prioridad.

Sashenka preguntó por el plan a seguir. Alward respondió a eso con una mirada rotunda.

-Correr.

Manejó con fuerza las riendas, era hora de poner a prueba a aquel caballo.

Pero, por más que corriera, aquellos soldados parecían ser unos excelentes jinetes. Además, pronto se escuchó el silbido de algunos proyectiles pasar. Alward de nuevo echó su mirada atrás y pudo comprobar que, efecivamente, les estaban disparando con virotes de ballesta. A ello, había que sumarle el hecho de que eran vampiros, su visión en la oscuridad debía ser excelente.

El Sevna devolvió la mirada al frente, buscando algún posible atajo en el camino que les permitiera un despiste, pero parecía que la fortuna no iba a estar de su parte en ese sentido.

De pronto, a Sasha se lo ocurrió una genialidad que, tal vez, podría salvarles el pellejo. La última vez que intentaron algo parecido todo acabó en caos y en todo un ventanal rompiéndose siendo ellos el motivo... pero no era el momento para pensarse mucho las cosas, con un firme asentimiento de cabeza decidió poner su vida en manos de la Dozorova.

-¡Confío en ti!

Dicho esto, empezó a aminorar la marcha de la galopada. Esto haría que fuese interceptado con facilidad. Contra todo pronóstico, ordenó a su caballo que diese media vuelta, encarándose así con la decena de jinetes encapuchados que les perseguía. Si Sasha era rápida, podría sacarlo de allí, si no, tenía un as en la manga. Sea como fuere, espoleó a su montura para que galopara hacia sus perseguidores. Pensaba hacer una confrontación kamikaze.

En mitad del trayecto, sacó de su bolsillo un collar en forma de triángulo invertido y se lo colocó en el cuello. Entonces, este empezó a brillar con un tono azulado. De pronto, un aura del mismo color empezó a generarse tan solo a los pies del caballo, el cual corría incesantemente a lo que parecía una muerte segura. Aquella aura empezó a redoblarse en forma de pequeñas olas, como si del propio mar se tratara. Alward estaba a pocos segundos de darse de bruces contra el primer jinete, que tenía su ballesta lista para disparar al castaño en la frente. Cerró los ojos. Por un momento, la piel del Sevna se volvió pálida, con un toque azulado, de su cuello emergían pequeños capilares sanguíneos morados, al igual que en sus manos. Entonces, de toda ese aura de la que se formó un remolino de olas, salió una de estas, gigante, como si toda la energía y el éter que se había concentrado en el collar saliese de un modo brusco. El epicentro era el propio Alward, y a partir de él, la ola gigante se esparció hacia adelante y los lados, arrastrando a los jinetes y sus monturas hacia las direcciones en las que fueron empujados. Algunos chocaron contra árboles, otros se metieron entre arbustos, otros fueron arrastrados más allá del camino... en definitiva, tan solo Alward y su caballo quedaron en pie, observando todo el espectáculo [1].

Cuando el "hechizo" acabó, un repentino y tenso silencio se apoderó del lugar. El castaño miraba a todas direcciones, haciendo un barrido con su mirada. Más cascos de caballos se escuchaban en la lejanía. Quizás era una segunda batida de perseguidores. No tardó en confirmarlo cuando vio la silueta de al menos siete jinetes más acercarse.

-Diecisiete hombres para tan solo dos prófugos.-Comentó para sí mismo en voz alta.-No dejan cabos sueltos...

Acto seguido, se dio media vuelta y espoleó de nuevo al animal, para proceder así con la huida. Al menos le había ganado a Sashenka, pero si esta no aparecía pronto, los nuevos perseguidores le pisarían los talones y todo lo anterior habría sido en vano...



___________________________________________________________________


Off: -Objeto máster usado [1]: Colgante de Escarcha. Usada la habilidad de Nivel 1 de Helena Rhodes: Ola de Poder: Helena crea una ola de agua que arrastra violentamente todo cuanto se encuentra a su alrededor de forma contundente.
Colgante de Escarcha [2 cargas]:
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Mensaje  Sashenka Dozorova Sáb 28 Mar - 3:33

Una vez que tuvo la autorización de Alward, la dragona ya no dudó más, siguió algunos metros con el caballo para darle espacio al Humano para que actúe y luego se bajó de la montura. No había tiempo para hacer mucho más, soltó las riendas y lo golpeó sólo para asustarlo en la grupa, el animal se quejó y salió corriendo, Sasha confiaba en que regresaría al establo que conocía.

Miró a su compañero, se había parado frente a los jinetes y parecía estar planeando algo, pero desde donde estaba no podía ver bien. En cualquier caso, su orden era una, la base de un buen equipo era que cada uno cumpliera correctamente con la tarea que les fue asignada. Sashenka se arrancó la máscara y la capa, quería tener la menor cantidad de tela posible para poder transformarse más cómoda.

Sus músculos se tensaron, la piel comenzó a cambiar de color y a volverse más duras para terminar siendo escamas, sus miembros se alargaron hasta tomar la forma de garras y su rostro cambió hasta ser completamente el de un lagarto. Los jirones de su ropa cayeron hechos pedazos, y de la forma humana de Sashenka ya no quedaba nada.*

Había visto la magia que Alward utilizó para sacar a los jinetes, no tenía idea de cómo había hecho eso, pero tampoco le importaba. Lo más urgente en ese momento era que venían más perseguidores

La dragona hizo un rugido como advertencia a quienes se acercaban y para avisarle a Alward de que estaba lista. Luego corrió hacía el Humano, levantó vuelo cuando estaba a pocos metros y lo agarró con las patas delanteras, claramente hubiese sido mejor que él se montara arriba, pero Sasha consideró una pérdida de tiempo el esperar a que subiera.

Aún no estaban a salvo, algunos de los jinetes tenían arcos y ballestas, no se asustaron con la figura reptiliana de Sashenka, y lanzaron varios proyectiles. La dragona se movía y daba vueltas para intentar no ser un blanco fácil, aún así una de las flechas se clavó en su pata de atrás, hizo un gesto de dolor y sacudió la cabeza, pero siguió volando.

Luego de algunos minutos dejaron de perseguirlos, Sasha siguió volando pero su pata no dejaba de sangrar y la hacía sentirse cada vez más débil. Empezó a perder altura, cabeceó un par de veces, y al final simplemente fue en caída libre.**

Aún así, seguía sosteniendo a Alward.

-------------------------------
*Transformación en Dragón (Mantenida): Permite alternar entre la forma de dragón y de humano. Como dragón miden hasta 4 metros (de nariz a punta de la cola). El proceso tarda unos segundos en completarse y consume energía.
**Parece justo el incluir una pequeña dificultad: Encuentra el modo de aterrizar.
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Mensaje  Alward Sevna Lun 30 Mar - 11:44

Sashenka logró sacarle de allí, lo agarró con las patas delanteras, como si fuese una mera presa, y se fueron volando. Aunque aún no había pasado el peligro, y las cosas no iban a ponerse más sencillas por el hecho de contar con la ventaja aérea.

Los enemigos disparaban proyectiles, uno de ellos impactó de lleno en la dragona, que pareció acusarlo en forma de meneos innecesarios luego de haber perdido el rastro de sus perseguidores. Un claro recorrido en picado alertó al Sevna. ¿Qué llevaba ese virote? Desde luego, para derribar a Sasha de un solo proyectil debía estar como mínimo envenenado.

-¡SASHA! ¿ESTÁS BIEN?-Inclinó su cabeza hacia arriba. No le gustaban las alturas, así que el estrellarse no iba a ser una experiencia muy agradable, si es que lograba sobrevivir. Pero tenía que hacer algo, ya que la dragona a todas luces perdía altura de forma brusca.-¡SASHENKA!-Intentó que reaccionara.

Si se quedaba colgado como una presa recién cazada, el mayor impacto de la caída se lo llevaría él. Quizás Sasha sobreviviera, pero un simple humano no podría con ello.

Entonces el castaño empezó a moverse para aflojar el agarre de la dragona. Se agarró a ambas patas con las manos para que, si lo soltaba no caer en una estrepitosa y segura muerte. No le costó cumplir su cometido, pero se quedaba sin tiempo, debía ser rápido. Así que empezó a subir por las patas amarillentas y escamosas hasta llegar al lomo, y como si de una montura se tratase, tiró de ella hacia arriba en un intento por ver si así realzaba el vuelo o al menos la caída no era tan pronunciada.

Aquello vino tarde, y la caída la iban a tener. Por lo que era el momento de asimilarlo. Antes de tocar tierra, el Sevna se puso en pie y saltó de la dragona. Rodó por la tierra tantas veces que no se podría contar con los dedos de una mano hasta que finalmente se acabó la inercia.

Quedó bocabajo con los brazos estrechados en su pecho. Cerró los ojos antes y durante la caída, ahora al no notar nada los abrió lentamente, asegurándose de que seguía vivo y de una pieza. Tan solo podía escuchar el sonido de su respiración agitada.

Al notar que estaba entero, se puso en pie. Sus ropajes no corrieron la misma suerte. La túnica quedó deshilachada y hecha jirones, y sus pantalones, debajo de esta primera, rotos mostrando unas rodillas raspadas y sangrantes. Sus codos habían corrido la misma suerte, pero curiosamente las mangas de su vestimenta interior no se rompieron.

Pero no era momento de preocuparse por eso... ¿Dónde estaba Sashenka? Miró a todos lados, buscando algún indicio.

-¡SASHA!-Vociferó intentando buscar una respuesta. Con tan solo una pista de dónde estaba iría a buscarla.
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Mensaje  Sashenka Dozorova Mar 31 Mar - 0:09

La dragona escuchaba la voz de Alward como si viniera de muy lejos, podía sentir que se sacudía en sus patas delanteras, pero estaba tan aturdida que no comprendía lo que quería hacer. De todos modos... No tenía fuerzas para impedírselo. Las alas ya no le respondían, las dejó extendidas, por lo que iba planeando, pero la caída sólo se vería suave mientras no estuvieran tocando nada, en cuanto llegaran a la altura de alguna punta de árbol las cosas se complicarían.

Le pareció que el Guardia ya no estaba en sus manos, entreabrió los ojos, aunque girar la cabeza era ya demasiado esfuerzo, así que solo se relajó, terminó de cerrar las alas y dejó que su cuerpo descansara. Cuando chocó con las primeras ramas ya su cuerpo había comenzado a perder la forma de dragón, y cuando rodó por el piso ya era completamente humana.

Tenías raspones, cortes y golpes por todos lados, ya que su ropa se había roto por completo y no había nada que cubriera su suave piel sin escamas. Además de eso, tenía un golpe en la cabeza que sangraba y la flecha atravesando una de sus piernas. Había sido un duro final para Sashenka, aún así cuando escuchó que Alward la llamaba entreabrió los ojos.

-A-Aqui... - Quería pararse e ir a buscarlo pero el insoportable dolor en la pierna le impidió cualquier movimiento - No... Puedo... Pararme - Dijo entrecortado, agarrándose la herida con una mano.

Se quedó tal como estaba, sintiendo que le dolía absolutamente todo, el piso parecía moverse, y lo único que la mantenía consciente era su terquedad, la fuerza de voluntad que la empujaba a concluir con la misión que le habían encomendado. Cuando vio acercarse a Alward siquiera pudo levantar el brazo, había intentado sacarse la flecha pero sólo había logrado empeorar la herida.

-Lo siento, creo que lo arruine al final - Fue lo último que dijo, con tono apenado, antes de caer inconsciente.
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Mensaje  Alward Sevna Mar 31 Mar - 18:10

Oyó su voz y por instinto se abrió paso entre la maleza del lugar hasta llegar a ella. Cuando la vio supo que había tenido mucha suerte de haber saltado en el momento adecuado, pues sus heridas no se podían comparar con las que presentaba Sashenka. Angustiado, vio cómo en un último y fútil esfuerzo, la dragona intentaba sobreponerse, disculpándose por lo que había sucedido.

Agarró su mano con cuidado y delicadeza, acto seguido apretó su agarre sacando así su frustración. Su compañera había quedado inconsciente, ahora tenía que apañárselas para salir de allí y encontrar un sitio donde ambos se resguardaran. Lo más seguro sería encontrar un pequeño asentamiento, llamar a un curandero y después... ¿Seguir con su vida como si nada hubiera pasado?

Se mordió el labio inferior y cerró los ojos con rabia, cada vez que intentaba luchar contra las Sierpes el resultado era el mismo; una victoria llevaba a cuestas un precio demasiado alto. Quizás todo el mundo tuviera razón, quizás debería abandonar y olvidarse de todo, dejar que el destino siga su curso y rezar porque esos lunáticos hiciesen el menor daño posible.

Abrió los ojos y soltó a Sashenka. Rebuscó en su zurrón y sacó una pequeña estatuilla de madera con forma de dragón, acto seguido, la tiró hacia arriba y esta cobró vida; aleteando por los alrededores de Alward. Cuando el objeto se "adaptó" a la vida, se quedó frente a Alward, revoloteando [1].

-Busca algún sitio seguro.

La estatuilla pareció comprender la orden del humano y emprendió un vuelo alto para poder ver mejor la zona que les rodeaba a varios kilómetros a la redonda. No podía explicar ni entender cómo, pero a través de los ojos de aquel objeto Alward podía ver como si de los suyos propios se tratasen.

Tras explorar varias zonas, finalmente la estatuilla pudo encontrar un pequeño asentamiento maderero. Sería suficiente por el momento, confiaba en que, por caridad, ayudasen a Sashenka y la cuidaran hasta que llegara un curandero proveniente de algún poblado o ciudad cercana.

Alward partió con Sashenka a cuestas; entrelazó los brazos de la dragona en sus hombros, dejándolos caer hacia delante de su torso. Agarró sus piernas por detrás y la cargó como si de una mochila se tratara. Mientras caminaba, ladeó su cabeza para hablarle a la dragona. Aunque no le escuchara, le reconfortaba hacerse la idea de que no estaba completamente solo en mitad de la noche.

-Aguanta, Sasha. Te pondrás bien.-Sonrió-Nos has salvado a ambos.

Volvió a fijar su mirada al frente con decisión. Estaba empezando a cansarse, pero no podía abandonar en un momento así, lograría llegar al asentamiento costara lo que costara.



_________________________________________________________


Off: -Objeto máster usado [1]:
Escultura de pequeño dragón [4 cargas]:
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