~ Losgeslagen ~ [LIBRE]

Merida DunBroch Miér Ene 09, 2019 8:03 pm

Algo no estaba bien conmigo, desde que deje Lunargenta y huí de los Reinos del Sur, de aquella nefasta guerra en el lomo de Rei algo comenzó a asecharme y conforme pasaban los días, la experiencia fue empeorando. Una extraña sensación nublaba mi mente, mi cuerpo temblaba inestable, sentía dolores intensos en los músculos a lo largo de la columna vertebral y el cansancio parecía abordarme sin dar batalla siquiera; los labios me temblaban demasiado como para llevar la boca abierta y tragar era una tarea insoportable y desolador, el cuerpo me ardía y algo... algo que no tenia forma de explicar ocurría en mi cabeza.

Eran voces, una sola, muchas a la vez, como si mis neuronas se expandieran rompiéndose entre si ganando espacio, no podía conectar ideas, ni pensar con lógica, no lograba discernir teorías, nada... Estaba desquiciandome.

Saliendo de la cueva del rió, aun moviéndome con cuidado, en las sombras, encapuchada y cubierta de barro por todos lados, una mujer de mayor edad me dio cobijo durante una noche que la fiebre pareció arrasar conmigo, no me ofreció duchas ni comodidades, era de orígenes tan humildes como los míos, pero si me dio un ungüento fresco con el que la fiebre parecía desprenderse de mi cuerpo y hacerme transpirar.
Gracias a ella pude caminar tres días mas hasta insertarme en el bosque, una vez todas las noches y la botellita de ungüento alcanzaría hasta la próxima ciudad, pero aun sin la sangre hiriéndome tenia problemas de concentración, las cosas parecían empeorar.

Me hice de un bastón para poder mantenerme de pie mientras avanzaba, no podía pedir ayuda a nadie ya que corría riesgo de ser reconocida o algo, pero tampoco podía valerme por mi misma. Estaba en serios problemas si el dolor no mejoraba, si no podía concentrarme al usar mi magia, no lograría percibir nada ni a nadie, amigos, enemigos, vegetación, animales, nada; nunca sentí tan profunda la oscuridad con la que convivía desde pequeña y es que sin mi magia molecular era una completa invidente, inutil.
Las voces no se callaban y me estaba exsaperando.

- Yaaaaaaaaa!!! - grite enloquecida cayendo de rodillas al suelo, tirando el morral de mis manos para llevarlas a ambos lados de mi cabeza y sujetarla con fuerza, me dolía con desesperación y mil cosas sucedían allí a la vez. - cállense! Déjenme!!! Salgan de allí!!!! - me expresaba con suma euforia, irritada, comenzando a mover la cabeza de un lado al otro y llevándola al piso para golpear contra la dura madera mi frente - Ya! - golpe - Ya! - golpe otra vez - Ya! - y mas y mas veces - salgan ya!

Sentía el vibrar del tronco sobre el que estaba y es que no me percate en que momento había dejado de estar sobre tierra firme y me andaba trasladando sobre una madeja de troncos de arboles altos y largos, una madera blanda y fina muy diferente a los pinos donde me crié.

- Ahhhhhhhhhhhhh!!!!! - no se detenían, y parecían comenzar a escaparse, me hacían escuchar cosas afuera, como si me tuvieran rodeada por todos los flancos. Entonces no dude en usar mi Telekinesis y ni siquiera buscaba que agarrar, solo largaba mi magia sobre cualquier cosa que detectara como objeto y lo largaba en dirección de los sonidos, troncos, piedras, ramas, lo que sea hacia todos lados mientras golpeaba y golpeaba la frente contra el piso.
Sentía mi sangre chorreando sobre las costuras de mi rostro pero eso no impediria que me quitara aquel sonido de la cabeza como sea posible.

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Habilidad Racial: Telekinesis

Go'el Sáb Ene 12, 2019 8:47 am

Faltaban aun muchas lunas para que Hashim y Zorven llegaran a la tierra prometida. Actualmente se encontraban en la arboleda de la zona este del mundo. El alto monje estaba preparando el campamento para seguir camino, mientras que el menos alto, pero aun así alto galeno, se paseaba por los alrededores buscando hongos y hierbas.

Fue entonces cuando escucho un grito desgarrador y empezó a correr. No corría por caballerosidad, gentileza o heroísmo. Corría porque quería saber que pasaba, por querer saber que era lo que hacia sacar esos alaridos de la garganta de una mujer. Sexo que el galeno se atrevió a deducir por el tono del grito.
Al llegar a la zona una bruja adolescente y desquiciada se auto-infligía lesiones en el lóbulo frontal. Era por esta razón y por la cantidad de objetos voladores, que Go´el la encasillo como bruja loca. El rubio tuvo que usar la espada para que maderas y piedras no le golpearan, cuando consiguió llegar al epicentro evaluó la situación.
Lesiones superficiales inducidas por locura paranoica y alguna clase de alucinación. Solución: Calmante. Tratamiento: Evaluación de daño físicos y mentales, curaciones esencial y diagnostico del desencadenante.
Y sin más el medico golpeo la nuca de la pelirroja con el pomo de la espada, cuando los objetos dejaron de flotar y el cuerpo de moverse, Go´el lo levanto y se lo llevo al campamento.

-Monje. Deja todo eso y ayúdame. -El rubio tendió a la desconocida en la cama de hojas y pasto que había improvisado para él. -Por el olor diría que hace mínimo entre 1 y 2 años que no se lava. Esponja.

Gali sin media palabra saco la bolsa medica, se arrodillo a su lado y le paso todo lo que pedía. El doctor mojó la esponja en agua previamente hervida, (la cual estaba vertiendo el compañero en un cuenco) y comenzó a limpiar las heridas sangrantes.

-Tiene una cicatriz horriblemente fea en los ojos producto de un deficiente medico, que o bien le saco los globos oculares o bien se los cerro por alguna clase de dolencia. Aguja e hilo. -Estiro la mano y cuando noto el material comenzó a coser. -Herida superficial en la frente, no se ven roturas. Se procede a una sutura aproximada de cinco puntos entre las diversas heridas.

Al terminar, el dragón humanoide se puso en pie y recogió su cuaderno, ahora que tenia tiempo escribiría con pluma y tinta. Como siempre, lo primero fue rellenar los detalles genéricos y luego se fue a otro apartado. Lo primero que escribió en este fue el numero que correspondía a la hoja de la sujeto.

-Te dije que no trajeras más mascotas.
En vista de que aquello podría retrasar (y retrasaría) la salida, Gali saco los enseres de cocina y dejo junto a la chica una caja con diversos ungüentos, elixires y hierbas secas. Seguro que Go´el se lo pedía en algún momento.

Merida DunBroch Sáb Ene 12, 2019 5:19 pm

Llegue a pensar que quizás mejor estar muerta que sufrir así cuando un golpe en seco detrás de mí logro desconectarme automáticamente. Creí ver un ligero brillo antes de desplomarme, pero no tenía lógica... un profundo sueño me albergo, un sueño oscuro sin imágenes, ni voces, ni sonidos, ni recuerdos, nada...
Era una paz que claramente añoraba y lejos los vi, pero los vi de una manera extraña, es como lo que recordaba que era ver, pero no estaba allí ni sé con qué órgano lo hacía, los coros que me susurraban eran miles de bocas, labios con leguas y dientes, hablándose entre ellas en lenguajes que no entendí antes y ahora no alcanzaba a oír. Las veía como si estuvieran allí lejos y estas como si me observaran.
No podía verme a mí misma ni podía ver a otro lado, tenía la vista clavada en aquellas aves cantoras que con desesperación me buscaban.

~ Eeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeesssssssssssssss graaaaaaaaaaaaaatoooooooooooo deeeeeeejaaaaaaaaarrrlllllllllllllasssssss ~

Un sonido metálico e irritante se escuchaba del lado derecho con una gran intensidad mientras parecía estar arrastrando letras contra el vacío.

~ Sssssssssssooooooooonnnnnnnnnnnnnnn ddaaaaaaaaaaaaaaaaaaañiiiiiiiiiiiiiiiiinnnnnnnnasssssss peeeeeeeeeeeeerrrrrrrrrrrroooo nooooooooo mmmmaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaalllllllaaaaaaaaaaaaasssssssssssssssss ~

Algo quería decirme, lo presentía, se estaba queriendo comunicar conmigo, pero no lograba entenderle, notaba los músculos de los labios moverse pero no salía sonido, ni palabras, no existían manos ni nada que me dejaran comprobar nada y comencé a exasperarme.

~ Eeeeeeesssssssssssstooooooooooooyyyyyyyyy coooooooonnnnnnnnnnnnnntiiiiiiiiiiiigggggggooooooooooooooooo aaaaaaaaaahoooooooooooooorrrrrrrrrrraaaaa....... DESPIERTA! ~

Mi pecho se contrajo y aspire una gran bocanada de aire en la desesperación mientras con las manos me aferraba al suelo, mi cuerpo se sentía tibio, mi piel dolía donde me golpee, y estaba algo desorientada. No sentía una ventisca helada a mi alrededor, ni el calor del sol sobre mi rostro, como saber que donde estaba o que instancia del día era?

Me senté acomodándome las prendas que traía, todo en orden parecía estar, seguían algo húmedo como de costumbre por el roció o llovizna seguro pero ya no tanto como se deberían si pase la noche a la intemperie. "Cuanto tiempo me dormí?" pensé he hice memoria, y en mis recuerdos algo no cuadraba... "Donde Demonios estoy?" Comenzaba a cabrearme sola.
Un ruido entonces hizo que me percate en lo mucho que baje mi guardia por el desconcierto, alguien me había encontrado, yo me había desmayado, no tenía tiempo para resolver las hipótesis. Ubique cada partícula de hidrogeno en el aire y trate de leer el sitio con mucha dificultad, el tajante palpitar en mi frente no permitía que usase mi magia con comodidad.

"Una persona!?!?!" No expandí mi investigación más allá del primer ser con el que me tope, entre en pánico. Me habían salvado, era claro, pero que tal si la cura era peor que la enfermedad, no podía correr esos riesgos.
Traté de levantarme tan pronto como pude y me dispuse a huir enfocando mis fuerzas en ello pero no pude dar ni un paso que caí al suelo bruscamente golpeándome no solo las rodillas sino que también el hombro y brazo derecho en un intento por atajarme.

-Iahhhh!
"Que me pasa!" gritaban mis pensamientos alterados, mis piernas no respondían. Era claro, falta de energía, hambre y cansancio; mi cuerpo se había relajado.

Go'el Sáb Ene 12, 2019 11:27 pm

Para cuando la chica despertó, el medico estaba machacando diversas plantas en un mortero creando una pasta parduzca. Gali estaba en su posición favorita, con los ojos cerrados pero atento de todo lo que pasaba a su alrededor.
Quería irse, intento salir del lecho, pero la bruja callo de bruces al suelo.

-No te recomiendo que hagas eso. -Go´el se acerco a ella y la levanto del suelo sin avisarla, pero no lo hizo de forma brusca, a fin de cuentas, ella era su paciente. -Quédate tumbada, te has hecho una herida leve en la cabeza.
En cuanto hubo devuelto el cuerpo a su sitio se acerco a su mochila y saco un pequeño martillo de piedra con forma triangular y de puntas redondeadas.
-Aparente falta de nutrición. ¿Cuando fue la ultima vez que comiste? -Acero el martillo a la rodilla y golpeo con suavidad. -¿Sentiste eso? ¿Te sientes mareada?
Mientras el rubio preguntaba se levanto y lleno un cuenco de madera con un muslo de pollo frió y unas verduras. Cogió un odre con agua y regreso con la pelirroja.
-Toma. -Dejo uno de los dos objetos en el suelo, agarro la mano de la bruja poniéndola boca arriba, deposito el cuenco y luego repito el acto con la otra mano y el agua. -Come y bebe. Te hace falta.

Gali no esta sorprendido por aquella interacción. Su compañero podía ser un sádico investigador sin escrúpulos, pero todo lo hacia por una razón. Y esa razón era poder atender a los enfermos para cuidarlos con la máxima eficacia. Aunque a veces la máxima eficacia significaba la muerte. Aquella solución era siempre la ultima que el monje veía tomar al rubio, habiendo probado antes todos los métodos que conocía, y en todas las ocasiones el galeno la había impartido con cierta tristeza.

Mientras que el doctor se hacia cargo de su paciente, el guardián tuvo un encuentro espiritual con su maestro. "La bruja... tiene una gran oscuridad en su interior, no dejes que desfallezca en este bosque. llévala a un lugar donde este a salvo. Adalid, la necesitaremos en el futuro."

-Go´el. -Dijo el monje poniéndose en pie. -Deberíamos acompañarla hasta que se recupere. Podría volver a lesionares ella misma.

-Mmmm, eso es cierto. Buen punto Hashim. -Al medico rara vez se le escapaba algo, pero cuando sucedía no tardaba en agradecer o alabar a quien se lo mereciera. -Quédate tranquila muchacha. -Ahora hablaba de nuevo con la bruja. -Con nosotros estarás a salvo y bien alimentada. ¿A donde te diriges y porque te golpeabas la cabeza?

Merida DunBroch Dom Ene 13, 2019 10:11 am

Quede impresionada al sentir el tacto ajeno y es que esto carecía de sentido, con que razón lógica este tipo colocaba sus dedos sobre mí. Pensé enloquecida en usar mi magia y saturarlo hasta ahogarla y dejarlo morir, pero no estaba solo, no lleve a percibir la cantidad de personas en este campamento y además, no tardó mucho en devolverme donde reposaba con unas simples y caras palabras.

Quede algo pensativo y quieto al escuchar lo que dijo, desconozco la razón, pero algo en su forma de hablar, de expresarse, lograba tranquilizarme, como si supiera perfectamente como decirme las cosas para que yo las entendiera casi sin objeción, con un timbre normal pero a la vez confiado y seguro.

- Comí una ardilla ayer... - no pude evitar responderle aunque no necesariamente levante la voz - si lo sentí y no... Mareada no...

Estaba en paz conmigo misma, él me transmitió una confianza sin antecedentes y al recibir en manos aquella comida recordé a mi amiga dragona y la vez que nos conocimos; esta era la segunda vez que residía comida elaborada y no cruda.

No berrinche ante las indicaciones y lleve el tazón a mi boca ingiriendo lo del interior, tenía un sabor fuerte, condimentado y muy diferente en textura al de un animal recién muerto.

Era, rico... Podría acostumbrarme a comer esto.

Comí tan aprisa que termine por atorarme con el mismo brebaje, separe el cuenco a un lado a toda prisa y lleve mi mano a la boca para toser con fuerza mientras sentía las contracciones en la boca del estómago, pensé en tomar el agua para ayudar, pero era una sensación diferente, que de igual manera paso un rato después.

Deje todo a un lado y volví a recostarme tratando de tranquilizarme.

~yaaaaa esssssssssstaaaaaaaaaaaaasssssssssss mmeeeeeeeeeeejooooooooooooor~

Las voces a lo lejos empezaron a acercarse lentamente, la cabeza me dolía y un escalofrió comenzó a recorrer por todo mi cuerpo, comencé a temblar. Me apresure llevando las manos a mi cintura en búsqueda de mi morral porque allí tenía el ungüento mágico de la señora además de mis cosas, pero no estaba, mi morral no estaba donde debía estar.

- No!!!! – volví a sentarme y el mareo me dejo algo desconocida – Donde esta!!! Donde…. – entonces recordé cuando cayó al suelo entre los árboles. Me concentre y rápidamente, quizás por la desesperación, tuve una lectura inmediata de toda la zona –

~Bieeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeennnnnn, tooommmmaaaaaa ellllll coooonnntrooolll~

Aquel susurro parecía más entendible, quizás era de ayuda el sentirme despejada y tranquila, además de decidida.

De un lado tenía una gran densidad e árboles, del otro la cantidad mermaba considerablemente, yo estaba donde los arboles no daban lugar al suelo siquiera.

Me levante de un salto y comencé a correr hacia donde un palpito me llevaba.

~Vaaaaaammmmmmmmmmmooooooooooos siiiiiguuuuuuue….. deeeejaaammmmmmme ayudaaaaaaarteeeeeeee, connnseguiiiiiiiiraaaas looooo quueeee quiereeees~

- Me morral quedo en el bosque.

Go'el Lun Ene 14, 2019 11:26 am

El galeno anotó las respuestas de la bruja y mientras la segunda comía el primero le ponía un cataplasma en la frente para luego comenzar a vendarla.

-Con esto evitaremos que se infecte... Muy deprisa, demasiada hambre. -Decía tranquilo y pausado el doctor mientra daba golpes a la chica en la espalda. -Tenemos mas pollo. Come despacio.

Cuando la paciente dejo el cuenco en el suelo y se tumbo, Gali dio unos pasos hasta el lecho y recogió los enseres, tanto de alimentación como de curación. Los segundo los guardo y los primeros los volvió a rellenar y a dejar cerca de la cama improvisada.

-Tranquila bruja... -Contesto Go´el ante el brusco levantamiento. -Estas débil y herida, esa clase de reacciones provocan mareos repenti...nos.

El rubio no pudo terminar la frase, su paciente 0001500 salio corriendo en la dirección por la que llegaron.

-Interesante. -El dragón humanoide cogió su cuaderno de campo y salio corriendo detrás de ella. -Monje deja todo preparado, por si acaso.

Gali suspiro resignado, "Acabo de guardarlo todo." Pensó agachando la cabeza y sacando de nuevo las cosas.
Si la carrera no dificultara el balbuceo y el habla, el galeno se hubiera puesto a hablar mientras corría y escribía. Pero como padecía el riesgo de morderse la lengua, cambio de táctica y comenzó a apuntar su habitual reducción de palabras, solo que esta vez habían menos jeroglíficos. Ya tendría tiempo de pasar a limpio sus notas cuando todo estuviera tranquilo y quieto.

La bruja (que esta ciega) parece tener un campo visual total de la zona, corre y esquiva obstáculos como si sus globos oculares siguieran siendo productivos. En el primer encuentro se a percibido que puede hacer levitar objetos. ¿Tendrá la magia algo que ver en todo esto?

El rubio la siguió hasta el lugar de encuentro y le pregunto gesticulando más de la cuenta para evitar morderse las mejillas o la lengua.

-¿Que es lo que buscas? ¿A donde te diriges? ¿Estas huyendo? Te dije que no te haremos daño.

Merida DunBroch Lun Ene 14, 2019 11:39 pm

No pude evitar sonreírme al escuchar sus palabras y lentamente una garua comenzó a caer bañándonos ligeramente, esta época traía lluvias consigo pero esa era como si las nubes nos mearan muy suave, toda esa agua me facilitaba la tarea, pero estaba algo nerviosa, aun me dolía mucho la cabeza y las voces venían hacia mí.

~aaaaasuuuuuuuuuuuuuuuuuuusssssssstaaaaallllllllllloooooooooooooooo...... quuuuuuueeeeeee seeeeeeeeeeee vaaaallllllllllaaaaaaaa~

- Tú crees que les tengo miedo? - dije desafiante y alterando mi voz sin voltear a él y parándome derecha, extendiendo ambos brazos y levantando la cabeza para disfrutar de la lluvia. Estaba muy molesta y ansiosa, quería ser agradecida pero no era tan fácil cuando perdía los vestigios de cordura con cada segundo que pasaba. - Este es mi lugar ideal...

~Noooooooooo pieeeeeennnnnnnnnnsaaaaaaaassssssss cooooooonnnnnnfiaaaaaaaaaaaarrrr ennnnnn elllllloooooos oooooooo siiiiiiii? ~

Lleve mis manos a mi cabeza una vez más cubriendo las sienes y mis rodillas perdieron algo de estabilidad, cayendo en cuclillas.

- Yaaaa para! - grite sola y me olvide que estaba en compañía, solo me cerraba a la idea de alejar la voz entre voces, tras un fuerte trueno avance entre los troncos buscando mi morral ahora con ambas manos en el suelo, no quería detenerme aun. Estaba actuando como una idiota y peor era saberlo, ser consciente de ello, pero no me sentía nada bien y quería mi morral a toda costa, él solo me llevaría de nuevo para "cuidar de mí" y era cómodo y familiar el lugar donde estaba, totalmente engañoso.

- Es mi bolso... lo necesito - esta vez mis palabras salieron temblorosas y entrecortadas, quería quebrar en llanto y hacer un berrinche ya que no toleraba esa pérdida pero no podía mostrarme débil tan fácil. Sentí una gota deslizándose a penas por mi fosa nasal mientras se humedecían saladas las comisuras de las costuras.

No pude avanzar mucho aun que quisiera, el suelo dejo de ser firme y volvió a ser troncos que subían y bajan de un lado al otro por todos lados. El bolso estaba por aquí, estaba casi segura. Resbalé, mis pies mojados no se agarraban bien a la madera. De alguna manera empecé a caer por una res baladilla golpeándome a un lado, al otro, la cabeza, los brazos, la cadera y la caída culmino al atorarse mi pierna entre unas raíces crecidas mientras rodaba y fracturando tibia y peroné por rotación. No fue una gran altura, sino una ligera pendiente vinculada a la llovizna.

- AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! - grité desaforadamente con un dolor que parecía recorrer todo mi sistema nervioso hasta la médula y base del cerebro. Punzadas miles intensas no me permitían tolerarlo, dolía demasiado. Mi morral estaba allí, a poco de mis manos y yo no podía concentrarme en notarlo, solo podía llorar y gritar del dolor hasta el cansancio.

Go'el Mar Ene 15, 2019 4:00 pm

-Mmm. -Cavilaba un pensativo Go´el mientras veía el actuar de la bruja. -No eres una elfa por tanto tu lugar no es el bosque.

La paciente de nuevo parecía tener un brote psicótico. A juzgar por la posición de las manos y los gritos desorientados, diría que tiene alguna clase de presencia mental dentro del cráneo. La paciente 1500 precisa encontrar sus pertenencias. Por lo visto hay algo importante. Quizás sus medicamentos para los delirios.
El galeno seguía de cerca a la bruja, sin embargo no tomaba notas, cuando la fina lluvia comenzó a caer se guardo el cuaderno dentro de un bolsillo interno de su chaqueta de invierno y se puso la capucha para taparse del agua. Él podría haber levantado a la adolescente, haberse ofrecido a buscar, pero cuando su esquemática mente se dio cuenta del protocolo empático de actuación ya era demasiado tarde.

Go´el quiso correr, pero no llego a proteger su paciente. Con impotencia solo pudo observar como la pelirroja se golpeaba todo el cuerpo y escuchar el fatídico sonido de los huesos rotos. El grito fue desgarrador y no se hizo esperar ¿Y como no gritar? Si tenia el pie en una posición macabra.

-Te vas a poner bien, Shhhh. -El rubio se arrodillo entre el barro para coger a la chica y vio que a pocos centímetros de sus manos estaba la bolsa que tanto ansiaba la dueña. -Toma, ya esta. Ya lo conseguiste. -Le decía poniendo el morral sobre el pecho de la pelirroja. -Te voy a curar, puedo curarte. Aguanta.

Go´el hecho a correr por el bosque con la mujer en brazos, en una posición en la que permitiera sujetar la pierna rota para que no sufriera más.
Por otro lado, Gali se había dedicado a montar una tienda de campaña en cuanto se puso a llover, sobre esta tiro unas pieles de cuero curtido para que el agua no traspasara y en el interior prendió fuego a un brasero de carbón y puso encima la hoya para calentar agua. El accidente no había sucedido muy lejos y el monje pudo oír el funesto grito. "Por el gran oscuro." Pensó. "Eso suena grave."

-¡Hashim! ¡Hashim! -Decía el galeno levantando la voz pero sin gritar al llegar al campamento. -Agua caliente, mucha. Vendas y tablillas y aguardiente. y nos hará falta una manta. -Gali hizo caso de todo lo que se le pidió y actuó con rapidez. -Cógela de los hombros. Y tu, bebe esto. Te ara falta. -Espero unos instantes a que la bruja bebiera o a que Gali la obligara hacerlo y después la hizo morder un palo. -Esto te va a doler, mucho... Sujétala fuerte. 1, 2, 3...

Mientras que su compañero estuvo buscando los materiales, el medico había examinado la pierna y se había asegurado de cual era la posición y el movimiento de recuperación. Al finalizar la cuenta atrás estiro de la pierna y los huesos se escucharon queriendo volver al sitio, los huesos y los gritos ahogados de la mujer.

-Otra vez, aun no están en el sitio. Aguanta bruja ya casi esta. Gali con fuerza. 1, 2, 3...
De nuevo volvieron a sonar los huesos, ahora la pierna estaba en una posición anatómicamente correcta. Go´el palpo la extremidad asegurándose de que todo estaba bien colocado.
-Señorita hoy sera el día en que te laven. Estas hecha un desperdicio, así de nada me va a servir curarte, se te infectaran las heridas. -El medico se había ahorrado las explicaciones pero parte de del peroné había atravesado la carne y tenia una herida abierta. -Ayúdame a sacarle la ropa y prepara mas agua, se ha llevado muchos golpes. Tengo que comprobar si tiene algún daño interno.

Merida DunBroch Vie Ene 18, 2019 11:24 pm

Absorbida por el dolor lo escuche, levante la mano hasta mi abdomen y sujete mi morral con toda la fuerza que podía depositar en mi mano, tenía tanto amor por las pocas cosas que me pertenecían que pocas veces medias las consecuencias de mi explosividad.

Entraba en pánico y no podía parar de lloriquear y aullar de dolor, mantenía la mandíbula cerrada con fuerza en lo que era transportada mientras miles de terminaciones nerviosas me pedían desesperadamente que hiciera algo al respecto pues punzaban sobre la pierna con mil agujas exigiéndolo, cada paso que el daba era una punzada más fuerte que la anterior, un solo suplicio hasta que me dejo finalmente quieta.

No quería quedarme allí ni tampoco quería recostarme, necesitaba levantarme y sujetar mi pierna, necesitaba hacer algo, y tranquilizarme no era una opción viable. No les prestaba atención, ni sabía que estaban intentando pero me altere aún más cuando sentí ambas manos de alguien en mis hombros. Manos tan grandes que apoyadas completamente, sus dedos rozaban el nacimiento de mi pecho. La vergüenza me invadió y además de pánico sentí miedo. El corazón me latía no solo en la pierna, sino en la garganta y todo mi cuerpo comenzó a temblar.

- DEJENMEEE!!!! PUEDO SOLAAAA!!!!!!! AUXILIOO!!!!! – empecé a moverme y a luchar con los brazos cuanto podía tratando de zafarme de su agarre con sumo cuidado, intentando mover la pierna lo menos posible ya que no resistía más dolor de allí, pero este hombre tenía fuerza, más que yo…

Entonces una de sus manos me libero y no comprendí porque, lo vi como una oportunidad de escape y me adelante tratando de enderezarme al sentarme cuando mis dientes chocaron contra el rígido canto de vidrio, trataba de darme algo, de una botella, en dos oportunidades la golpee con el rostro, y un tercer golpe del pico contra la mandíbula le dio a entender que no haría forma de que metiera eso en mi boca. Su palma salió de mi hombro y ahora me sujetaba del brazo. No sé lo que hacía o pretendía pero estaba muy alterada como para usar mi magia. Escuche el ruido del brebaje de la botella pero no cerca de mí y finalmente me sujeto con la otra de la mandíbula con fuerza, apretando entre la comisura de apertura entre mis dientes y cuando mis labios no pudieron evitar separarse sentí sus labios contra los míos, besandome.

- MMMMMMMMMMM!!!!!!!!!!!!! – quise gritar pero rápidamente se ahogó el sonido, un líquido entraba a fuerza desde aquella cavidad con un sabor tan amargo, que ni los bestigios de si saliba sin sabor lograban opacar y, por como me sujetaba con fuerza agarre no podía rechazarlo ni alejarlo, termine tragando todo por puro reflejo. Él se separó de mí y comencé a toser en lo que intentaba respirar, estaba agitada, confundida, el papitar no em dejaba pensar y mi garganta quemaba aunque sus dedos segian precionando mi brazo; pensé en insultarlo, gritarle, algo... pero volvió a ocurrir y mi cuerpo reaccionaba solo: el sonido dentro de la botella haciendo eco, su mano lastimando mis mejillas para abrirme la boca y sus labios, que ya podia distingirlos como asperos y ligeramente secos, contra los míos, dándome de beber el mismo néctar agrio y picante, otra vez,, tanto que sentía como quemaba mi garganta cuando bajaba.

- No… No sigas… - intentaba hablar mientras tosía pero una tercera vez ocurrió y ya no podía hacer fuerza para evitarlo, mis brazos no respondían como debían, mi cuerpo comenzó a sentirse pesado y el dolor que agudizaba en mi pierna parecía convertirse en una costumbre, una cosquilla pasajera. Con el último beso me acompaño mientras me volvía a acostar, no podía mantenerme sentada. Desconocía que fue lo que bebí pero lo hacía sumamente responsable de esto. Jadeaba mientras trataba de respirar con la boca abierta.

Algo banal y estúpido paso por mi cabeza cuando se alejó. “No es el mismo…. Huele diferente~”

Escuchaba voces a lo lejos pero parecían hablar en un idioma distinto, aunque tampoco quería prestarles atención ya que decía demasiadas cosas rápidas y a la vez, cosas que nunca había escuchado. Aquellas manos volvieron a sujetarme por los hombros y ahora también tenía entre mis dientes algo, una rama quizás? Pensé en quitarla pero escuche sus palabras y me detuve “Me dolerá?”

-MMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMM!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! AHHHHHHHHHHHHHH!!!!!!!!! – Sin darme cuenta, tras la horrible experiencia escupí el palo y gritaba ahora exasperantemente. No paso mucho pues el palo volvió como también el dolor.

Creí que moriría. Hasta que se detuvo.

No tenía fuerzas para seguir luchando, así que cuando sentí paz, el dolor no era tan fuerte como para que no me dejara caer en lo que mi respirar se calmaba junto con el palpitar.

- Espera.. no.. – me costaba hablar fluido entre agitada y las bocanadas de aire que no lograba contener del cansancio – nada de baños…

Aquellas manos ahora parecían mis mejores amigas, pues movían mi cuerpo a voluntad y me costaba irme contra ello. – No quiero… No .. Déjenme… - Me resistía cuanto podía, pelearía hasta morir agotada, pero pronto la briza helado erizo mi piel completamente casi despertándome y devolviéndome algo de realidad. Cada poro de mi cuerpo se sintió excitado exaltándose y erizándose dejando ver una clara piel de gallina por todas mis extremidades. Me solté de su agarre y me senté una vez más, con ambos brazos cubrí mis pechos, que a pesar de que no tuviesen gran tamaño se encontraban sumamente rígidos y erguidos, molestaba hasta rozarlos con mis manos, pero necesitaba cubrirme. Junte las piernas y como pude aun sin mover la lesionada y toda la tranquilidad que tenía en ese momento desapareció. Sentí mis mejillas quemándome.

Go'el Sáb Ene 19, 2019 10:16 am

Aquella interrupción molesto al galeno ¿Como que nada de baños? ¿Quien era ella para decirle a Go´el que su tratamiento era erróneo?

-Escúchame bien bruja. -Le respondió el rubio con un tono serio y duro. -Te lo voy a decir una vez y solo una vez. Tienes una rotura abierta en la pierna, un agujero por el que se te a salido el hueso. Ahora esta todo colocado pero se ve el hueso por el agujero y en él me cabe el pulgar de lo grande que es.
Gali tumbo a la paciente sin nombre mientra el doctor le pedía unas tijeras y comenzaba a cortar aquella bolsa de patatas a la que llamaba ropa.
-Tienes mugre sobre mugre sobre suciedad y debajo de todo eso esta tu piel. Te has dado golpes por todo el cuerpo y la pierna podría ser el menor de tus problemas. Ahora...
Proseguía la charla medica mientras las manos de los dos hombres movían el cuerpo con cuidado para sacar esa porquería de vestido y ponerla bajo una manta.
-Te vas a quedar quieta y vas a ser una buena paciente. Te vas a dejar lavar e inspeccionar y cuando todo acabe dormirás y te medicaras con lo que te de, y cuando despiertes comerás todo el pollo que quieras.

Go´el mojó un trapo áspero en el agua tibia y comenzó a limpiar los brazos de la bruja mientras que Gali le lavaba el torso. Era obvio que llegado el punto tocaría sacar la podredumbre a los senos, pero cuando ese momento llego no hubo lujuria ni deseo, ni brusquedad ni paños ásperos, el trapo fue cambiado por uno de algodón y la zona se trato con la suavidad que necesitaba.
El monje ahora levantaba el cuerpo de la chica para lavarle la espalda y el dragón humanoide se levantaba del suelo para vaciar fuera de la tienda los cuencos de agua negra y con tropezones. Limpió los recipientes con la lluvia que caía así como los trapos que ya estaban grises, recogió el cubo con agua que había en la entrada de la tienda y vertió el contenido en el caldero donde se calentaba el liquido transparente.

En el tiempo en el que se estuvo calentando el agua el compañero del rubio seco a la paciente y el galeno palpo el torso con sus manos en busca de bultos extraños, cuando llego a las costillas se detuvo.

-Hematoma amplio entre la sexta y la quinta.
Go´el se paró y palpó con cuidado pero ejerciendo la presión que necesitaba para averiguar sus sospechas. Al momento la paciente se quejo.
-Fisura por la parte dorsal de la quinta costilla. -El tratamiento era simple, reposo. -Hashim el bote amarillo. -El dragón espero con la mano extendida a que su homologo le pasara el tarro. -Voy aplicarte un linimento que reducirá la inflamación y ayudara a que se vaya el... -Se callo unos segundos buscando la palabra vulgar. -Moraó. Por suerte no fue una rotura, sino no podrías moverte de la cama en un mes.

La exploración continuo, pero los chicos le pusieron una manta en el torso aprovechando que la mujer quería levantarse y luego la volvieron a tumbar. El moreno de turbante cogió agua con el cubo y reposó la cabeza de la chica sobre sus piernas para comenzar a lavar la cabeza.

-Este pelo es un desastre acabaría antes si lo cortara.
-No tenemos tiempo, lavale solo la cabeza. Solo me interesa saber que su cráneo esta intacto.

Gali asintió y obedeció, empapo un trapo de lino y comenzó a limpiar la base del cabello. Zorven estaba en la parte baja de la paciente, en concreto en sus partes pudientes.
He visto muchas cosas sucias pero esto no hay por donde cogerlo. Go`el se apartó de inmediato al percibir que algo se movía. Por todos los libros de ciencia... ladillas. Se levanto casi espantado, se lavó las manos con aguardiente y busco el turbante de emergencia de su compañero, no dejaría que aquellos bichos se colaran en su melena. Rebusco en su bolsa hasta encontrar una navaja y un plato para órganos.

-Ahora más que nunca tienes que quedarte quieta, vas a sentir frió pero no te preocupes. En cuanto termine notaras alivio.

Go´el se puso de rodillas en medio de las piernas de la mujer y comenzó a rasurar toda la zona púbica. Como estaba bastante seguro que el gato montes se revolvería, levanto la cabeza antes de empezar y le hizo una seña a su compañero para que la sujetara.
Perdió la cuenta de cuantos bichos quitaba después del numero 20, cortaba pelo y limpiaba con agua, cuando la zona estaba pelada revisaba y sacaba las ladillas adheridas a la piel con unas pinzas. Quince minutos después la zona estaba limpia y la mujer había rejuvenecido 5 años. Con repelús se levantó de entre las piernas de la bruja y tiro el contenido del plato al fuego y metió las pinzas y el plato entre el carbón.

-La ultima parte, te voy a poner un ungüento cicatrizante, sentirás un poco de escozor... -De nuevo el rubio se quedo cavilando un momento. -O a lo mejor no, teniendo en cuenta todo lo que tenias puede que ni lo notes.

El medico empezó a aplicar con una fina gasa el producto por todas las zonas donde las ladillas estuvieron adheridas a la piel, al finalizar tapo con lino la zona y la cubrió con la manta.
Las piernas fueron fáciles de limpiar, cada hombre se fue a una y en poco tiempo terminaron. De nuevo el galeno pidio a la bruja que estuviera quieta y le indico los peligros que correría su pierna si se movía.

-...Si te mueves podría arrancarte carne con la aguja y si te entablillo mal la pierna podrías quedar coja de por vida. Así que por favor, quédate todo lo quieta puedas. Si sientes dolor toca la mano de Gali, mi compañero, y te dará de beber para que te alivie.

Después de esas palabras el rubio con turbante improvisado comenzó a saturar la herida, vendó y sobre la venda puso la pasta verde que había colocado antes en la frente de la bruja, por ultimo entablillo la pierna sujetando las maderas con tiras de cuero.
Ahora la pelirroja estaba tapada de pies a cabeza por una manta de lana y encima de esta una piel de oso. Go´el no tardo en revisar el cráneo de la paciente, todo parecía estar bien, solo tenia un chichón.

-¿Que hay en esa bolsa que es tan importante como para arriesgarte a romperte una pierna?

Merida DunBroch Lun Ene 21, 2019 10:45 pm

- Ni que fueras curandero que tengo recibir este trato de ti… - dije enojada y sobreseída.

Pelee hasta donde pude pero ellos no se detuvieron sus manos estaban por todos lados y yo entre agotada y raramente mareada hacia lo que podía para resistirme aun que poco a poco me iba sintiendo cómoda con el trato, nunca me habían atendido con tanta dedicación desde Lauliet y eso me asustaba. Intenta ser paciente y quedarme quieta, pero como no reaccionar cuando a uno le toca aquellas partes que no debían ser tocadas por nadie. Recordé entonces la horrible experiencia que viví en las catacumbas durante la guerra y entre llantos no podía evitar rogar con desesperación por que apareciera Derek una vez más y me salvara de todo esto.

Un gemido escapo de mis labios cuando limpio mis senos, y el calor parecía estar inundándome por todos lados, no estaba acostumbrada a este tipo de experiencias ni tenía interés que pronto ocurriera pero el miedo no me dejaba pensar con claridad.

Cada tanto pausaba mi conducta caprichosa pues la posición y luchar contra la fuerza de las manos que me limpiaban y sujetan alternadamente era agotador y no estaba en plenas condiciones. Sentí una mano acariciándome y una mirada penetrante cortando mi piel por donde los dedos rozaban. El corazón parecía querer salirse de mi boca.

Luego abrió mis piernas abiertas y volví a gritar e intentar pelear. Lo que había tomado, aquello que me obligaron a beber era un líquido sumamente increíble, poderoso y mágico, que estaba bloqueando mi magia además de limitar la motricidad de mi cuerpo en relación a las órdenes de mi cabeza; ellos no sabían cuan destructiva podía ser si lograba usarla y sin embargo se aseguraron dándome aquella poción “ya estarían muertos bajo mi poder de no ser por las absurdas circunstancias que nos unieron”.

- Dejameeeee!!! Malditos pervertidoooooooos!!!!! Auxilioooooo!!!! – gritaba en un intento por recibir ayuda pero era en vano, solo nosotros parecíamos estar allí en aquel bosque. Llegaba a mi limite, no sabía si culpar a los efectos del hechizo líquido, a la herida punzante o a la fuerza que no poseía siendo solo mujer y adolecente al lado de ellos que claramente eran mayores y contaban con el entrenamiento para poder refrenarme. Cuando un zumbido comenzó a dejarme sorda, casi ni lograba oírlos y me deje estar mientras me tocaban, mi cuerpo pesaba demasiado.

~Saaaaaaaassssssssssssss aSdddddddddddddddddd ASSSSSSSSSSSS aaaaaaaaaseeeeeeeeeeeeeerrrr ttttttttttrrrrrrreeeeeeeeeeeee~

Ahora que estaba en paz conmigo misma, la voz quería asecharme de vuelta, pero ni caso… no le entendía nada en lo absoluto. La persona frente a mi salió de entre mis piernas pero siguió jugando con ellas. “Cuando terminara todo esto” me pregunte cuando comencé a sentir mi pierna picándome, molestando donde tenía problemas, donde este jugaba. Era un picoteo molesto que llegando al centro del golpe comenzó a doler fuertemente. Me agite de nuevo, mi pulso indeciso no lograba calmarse para alterarse nuevamente, a este paso moriría de sobresaltos.

Recordé palabras que ni sabía que escuche, apreté con fuerza mis dientes mientras ahogaba un grito sonando desde la garganta y me aferre al brazo junto a mí, apretando con fuerza para resistir el dolor, era inmancable. Sentí como si mis nervios fueran sujetados con un hilo. Otra vez la mano en mi rostro presionando y el beso cargado de magia oscura.

Mi cuerpo empezaba a arder por tantas sensaciones, el dolor era insoportable pero disminuir se volvía familiar y jocoso, rico, era casi excitante, entre eso, estar sin ropa, caricias extrañas y besos ahogados, no podía definir que tanto odiaba esta sensación. Perdía el juicio con cada beso. Más voces se acercaron y sentía mi cuerpo arder desde adentro con su llegada, pero inútil para ellas, no les entendía nada.

Estaba levantando fiebre.

Cuando finalmente me mantuve quieta y ellos me soltaron un sinfín de sonidos saturaban mis oídos. Pero podía oír su voz entre ellos.

Busque con mi mano, el suelo donde tire el morral antes de que me desvistieran, lo abrí con dos dedos de manera ágil, y saque el frasco con ungüento del interior. Mi respiración se agito aún más mientras trataba de calmarme, le more el frasco a quien me hablaba mientras lo habría para meter mis dedos y pasar por mi cien en ungüento verduzco del interior.

- Las voces… se callan… - le dije comenzando a temblar. – y yo no quiero que me hablen…

Go'el Mar Ene 22, 2019 9:55 am

Go´el observo el frasco y el extraño tratamiento, en todo el tiempo que el medico estuvo estudiando nunca vio nada que se pusiera en la frente que aliviara los problemas psicológicos. Tomo el frasco, metió el meñique para manchar la yema y toco la pasta granulosa, la olio y luego la probó. Esto no es medicina. Pensó. Es solo una planta verde machacada. Mmm, el problema de esta chica no reside en el cerebro sino en la mente. Esa voz de la que habla... es posible que sea efecto de algún trauma.

-Te prepare más. Ahora descansa y duerme un rato, te hace falta.
El galeno se fue hacia la mochila del su compañero que hacia las veces de laboratorio improvisado.
-Go´el. -Le llamó su compañero. -La chica suda mucho, tiene fiebre.
Gali estaba haciendo las veces de enfermero quedándose al lado de la pelirroja y comprobando que nada le faltara.
-Esta bien. Le prepare unas hierbas. Tu ponle una compresa de agua con vinagre en la frente. Sin que toque el corte.

El monje asintió y salio a limpiar los cuencos que acababan de usar para limpiar el cuerpo, también se llevo los trapos y el sucedáneo de ropa de la chica. Los ultimo lo tiro y lo primero lo limpio como hizo anteriormente Go´el.
Ahora era el moreno el que hurgaba en los enseres del doctor buscando el vinagre. -Tranquila muchacha, esto te bajara la fiebre. -Dijo el grandullón sentándose en posición de loto al lado de la joven y poniéndole una compresa en la frente.

Por su parte, Go´el estaba trabajando en la supuesta cura para las voces, tan solo mezclo un par de plantas verdes con algo de agua hasta lograr la consistencia que tenia el remedio y rellenó el bote, lo guardo en el morral de la chica y después de cerrar y ordenar la mochila de Hashim se fue a la suya.
De la caja de hierbas saco dos tipos distintos de hojas y flores secas y las metió en un filtro de tela, el rubio ahora estaba de pie junto a la hoya recogiendo agua caliente en un vaso de madera, introduciendo el saquito en el agua y moviendo los labios, contando en silencio.
Cuando pasaron 5 minutos retiro la bolsa y se sentó al otro lado de la bruja.

-Ten, bebe esto, te ayudara con la calentura y la infección que puedas tener. -Con la mano libre sujeto la nuca de la chica para ayudarla a beber mejor. - Y si, soy curandero. Ten cuidado, esta caliente.

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