Una eternidad sin magia. [Libre. 4/4] [Terminado]
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Una eternidad sin magia. [Libre. 4/4] [Terminado]
El largo y primer viaje del aprendiz de mago por fin llegaba a su fin cuando las primeras casa en las afueras de la gran ciudad de magos de Beltrexus comenzaban a tomar forma en el horizonte. “No ha ido tan mal” Pensó para sí mismo el hechicero al comprobar el peso de su mochila en la espalda. Era ya casi medio día y no había pasado mucho de que abandonó su último campamento improvisado tras haber almorzado la última carne de ciervo que le quedaba. Conservar las pieles de ciervo y algunos lobos no fue tarea muy difícil para ser la primera vez que hacía tales tareas sin la supervisión de su padre.
Sonrió al ver su vieja espada de acero colgando en su cintura, usarla para el golpe final fue buena idea después de todo, así pudo usar el fuego para distraer y en algunos casos aturdir a sus enemigos. Se sentía orgulloso de su primera travesía en soledad, podía ganarse unos cuantos aeros y pasar las noches en alguna posada cercana sin mayor problema. A simple vista parecía un buen plan para comenzar, nada ambicioso pero al menos le permitía ganarse la vida de forma honrada y de vez en cuanto practicar su magia. Mantenía la vista en el horizonte, pero era cierto que no tenía idea que tan fácil le sería entrar en el colegio de magos, ni tampoco conseguir información sobre el paradero de este. Primero lo primero y eso era asegurarse la supervivencia de forma independiente. Al menos ya sentía el alivio de poder dejar el luto por la muerte de su padre como cosa del pasado. “Tendré que visitarlos antes de entrar al colegio” Volvió a pensar para sí mismo recordando la tumba de sus padres en un claro no muy lejos de la casa en la que vivió con ellos.
La famosa feria de la luna negra por fin estaba ante él. Había leído de esta en los libros más actuales de su madre y tanto esta como su padre le mencionaron más de alguna vez que aquí era donde venían a vender sus productos. Caminaba tratando de disimular el asombro entre la gente, cotilleando lo que había para comprar. Desde libro hasta pociones, herreros y armeros. No estaba seguro donde vender las pieles por lo que debía primero investigar y ver que comercializaban los demás clientes primero. Quería asegurarse de sacar lo más que pudiera al menos para pasar un par de noches en la posada de la ciudad.
Sintió entonces una mirada con algo de asombro fija sobre él. Cuando se dio cuenta uno de los herreros se le acercó curiosamente preguntando por su padre y lugar de procedencia. Tras los pésames y unas cuantas formalidades, Kendovlah descubrió que se trataba de un viejo amigo de su padre. Se alejaron un poco del túmulo de gente para seguir conversando algo más calmados. El herrero sabía que el mago buscaba una forma de ganarse la vida y también sabía lo que sus padres le habían enseñado. Sin embargo se sorprendió bastante cuando Kendovlah abrió su mochila y mostró las pieles que había conseguido en su viaje. Lograron llegar a una especie de acuerdo, el herrero le compraría las pieles y carnes que logrará conseguir en sus viajes al precio que le alcanzara al menos dos días con todo cubierto a juicio del hechicero. Agradeció el gesto del hombre y le dejo las pieles diciendo que vendría al día siguiente después de cotizar los gastos en la posada. Pudo advertir la curiosidad del herrero, esperaba que le preguntase algo por las enseñanzas de su madre, sin embargo Kendovlah prefirió no decir nada al respecto y guardar asuntos de magos entre magos. Como trato aparte le mostro una de las últimas dagas de hierro que había forjado su padre de las cuales logró sacar unos cuantos aeros. Traía algo aparte de la casa de sus padres así que aprovecho y compró unos cuantos libros en la feria.
Una vez en la posada busco una mesa lo más apartada a la gente posible. Pensaba pasarse todo el día ahí para descansar del viaje y reponer fuerzas. Además el calor de la fogata central era bastante agradable y los cantos del bardo hacían un ambiente perfecto para concentrarse en su nueva lectura titulada Una eternidad sin magia. Espero a que lo atendiesen y aprovecho de pagar por adelantado la habitación y unas pocas cervezas. Ya vería para la noche que tan provechoso había sido su almuerzo. De momento se centraba en su bebida, lectura y las conversaciones que alcanzaba a escuchar.
---
Off: Lo ideal sería que entren personajes con habilidades mágicas pero en principio cualquiera puede entrar. Será una trama sencilla, espero. Los vampiros podrán participar por lo que se adaptará a una trama nocturna de ser necesario.
Sonrió al ver su vieja espada de acero colgando en su cintura, usarla para el golpe final fue buena idea después de todo, así pudo usar el fuego para distraer y en algunos casos aturdir a sus enemigos. Se sentía orgulloso de su primera travesía en soledad, podía ganarse unos cuantos aeros y pasar las noches en alguna posada cercana sin mayor problema. A simple vista parecía un buen plan para comenzar, nada ambicioso pero al menos le permitía ganarse la vida de forma honrada y de vez en cuanto practicar su magia. Mantenía la vista en el horizonte, pero era cierto que no tenía idea que tan fácil le sería entrar en el colegio de magos, ni tampoco conseguir información sobre el paradero de este. Primero lo primero y eso era asegurarse la supervivencia de forma independiente. Al menos ya sentía el alivio de poder dejar el luto por la muerte de su padre como cosa del pasado. “Tendré que visitarlos antes de entrar al colegio” Volvió a pensar para sí mismo recordando la tumba de sus padres en un claro no muy lejos de la casa en la que vivió con ellos.
La famosa feria de la luna negra por fin estaba ante él. Había leído de esta en los libros más actuales de su madre y tanto esta como su padre le mencionaron más de alguna vez que aquí era donde venían a vender sus productos. Caminaba tratando de disimular el asombro entre la gente, cotilleando lo que había para comprar. Desde libro hasta pociones, herreros y armeros. No estaba seguro donde vender las pieles por lo que debía primero investigar y ver que comercializaban los demás clientes primero. Quería asegurarse de sacar lo más que pudiera al menos para pasar un par de noches en la posada de la ciudad.
Sintió entonces una mirada con algo de asombro fija sobre él. Cuando se dio cuenta uno de los herreros se le acercó curiosamente preguntando por su padre y lugar de procedencia. Tras los pésames y unas cuantas formalidades, Kendovlah descubrió que se trataba de un viejo amigo de su padre. Se alejaron un poco del túmulo de gente para seguir conversando algo más calmados. El herrero sabía que el mago buscaba una forma de ganarse la vida y también sabía lo que sus padres le habían enseñado. Sin embargo se sorprendió bastante cuando Kendovlah abrió su mochila y mostró las pieles que había conseguido en su viaje. Lograron llegar a una especie de acuerdo, el herrero le compraría las pieles y carnes que logrará conseguir en sus viajes al precio que le alcanzara al menos dos días con todo cubierto a juicio del hechicero. Agradeció el gesto del hombre y le dejo las pieles diciendo que vendría al día siguiente después de cotizar los gastos en la posada. Pudo advertir la curiosidad del herrero, esperaba que le preguntase algo por las enseñanzas de su madre, sin embargo Kendovlah prefirió no decir nada al respecto y guardar asuntos de magos entre magos. Como trato aparte le mostro una de las últimas dagas de hierro que había forjado su padre de las cuales logró sacar unos cuantos aeros. Traía algo aparte de la casa de sus padres así que aprovecho y compró unos cuantos libros en la feria.
Una vez en la posada busco una mesa lo más apartada a la gente posible. Pensaba pasarse todo el día ahí para descansar del viaje y reponer fuerzas. Además el calor de la fogata central era bastante agradable y los cantos del bardo hacían un ambiente perfecto para concentrarse en su nueva lectura titulada Una eternidad sin magia. Espero a que lo atendiesen y aprovecho de pagar por adelantado la habitación y unas pocas cervezas. Ya vería para la noche que tan provechoso había sido su almuerzo. De momento se centraba en su bebida, lectura y las conversaciones que alcanzaba a escuchar.
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Off: Lo ideal sería que entren personajes con habilidades mágicas pero en principio cualquiera puede entrar. Será una trama sencilla, espero. Los vampiros podrán participar por lo que se adaptará a una trama nocturna de ser necesario.
Última edición por Kendovlah el Vie 23 Ago - 2:35, editado 2 veces
Kendovlah
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Re: Una eternidad sin magia. [Libre. 4/4] [Terminado]
El aire marítimo del archipiélago hizo que las antenas de Ruru se movieran levemente mientras ella observaba la entrada a la ciudad curiosamente, Beltreux se situaba en el centro de la isla pero curiosamente aún seguía llegando el aroma a mar hasta la joven mariposa. Llegó a las islas en busca de su gente, la cual le llevó hasta la hermosa y mágica ciudad de los brujos desconocida para la mujer-bestia.
Ruru portaba una capa que cubría fácilmente su inhumano aspecto de insecto, solo dejando ver sus antenas y las puntas de sus azuladas alas, revelando que era una mujer bestia ¿Como reaccionarian los magos al verla? Ya estaba habituada a que las personas se espantaran o se la quedaran mirando fascinados por su morfología diferente a un humano y tan similar a un insecto. Aún así, como una reina digna y orgullosa de su raza y apariencia, no le molestaba pero tampoco buscaba causar una conmoción así que se cubría con una larga capa. Caminado lentamente y de forma elegante hacía la ciudad, ella ajustó la capucha para que solo pudieran verse sus largas y mullidas antenas de mariposa.
La bulliciosa ciudad sobresaturó las pobres antenas de la mujer-mariposa, haciendo que se movieran nerviosamente y provocaran un leve dolor de cabeza en la silenciosa muchacha ¡Tanto ruido! Si no fuera porque sabía mantener la compostura de una reina ante situaciones inesperadas ya habría huido de ese lugar hace mucho, lidiando con ello en silencio, se fijó en las innumerables tiendas y animados hogares de los brujos ¡Que curioso! Incluso si había guerras y sufrimiento de vuelta en el continente, en Beltreux parecía reinas una agradable pero antinatural paz y felicidad.
Tampoco debería pensar así de una cultura ajena, probablemente tendrán sus problemas también.
Pensó ella para alejar esa extraña impresión que sus ojos y corazón esbozaron de la tierra de los magos. Ella caminaba por la zona mercantil escuchando atentamente cada conversación, en busca de la palabras mágicas que sonaban a "hombres-insecto", "niños bestia", "extraños hombres-bestia" e incluso vejaciones que mencionaran a hombres insectos. Las pistas que adquirió hace un tiempo, de vuelta al conocer a cierto elfo y brujo, le trajeron ahí bajo la expectativa de encontrar a los niños insecto perdidos.
Con un poco de suerte, esta será la vencida....
Animándose, Ruru siguió buscando incansablemente durante horas mientras "hablaba" con lugareños y pedía información a mercantes. Solo se detuvo cuando el Sol comenzó a caer y un bonito anaranjado comenzaba a llenar las calles de la ciudad de los brujos, notando que era la hora de hallar un lugar donde dormir, la mariposa se dirigió en dirección a donde sabía que había una posada al haber pasado por delante de ella hace unas horas.
Incluso si su comunicación fue escasa y complicada debido a la incapacidad de hablar de Ruru y la torpe capacidad de leer del posadero, Ruru consiguió fácilmente una habitación en el rústico edificio. Satisfecha su principal prioridad, la mujer bestia comenzó su segunda prioridad; Seguir buscando por su gente. Pidió en la taberna de la posada una jarra de hidromiel y con su cabeza buscó una mesa vacía, desgraciadamente, el único lugar era junto a lo que parecía....¿Un chico leyendo un libro? No debía tener más de veinte años y parecía bastante metido en su lectura ¿Debía molestarle? Dudando un poco, la mujer insecto se aproximó a la mesa y tímidamente escribió ayudándose de su tiza blanca;
"Disculpe las molestias ¿Podría sentarme con usted? Todos los lugares están tomados. No molestaré a su lectura."
Ruru Lepidoptera
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Re: Una eternidad sin magia. [Libre. 4/4] [Terminado]
Nuevamente en las islas, no es un sitio que Chimar adore visitar pues le trae recuerdos complicados. Aquella aventura homicida donde casi fue asesinado varias veces por su propio hermano Demian.
Aunque esa situación término de buena manera para los niños, la mano negra los tiene… en su lista negra valga la redundancia. Es suficiente con decir que el joven genio debe andarse con cuidado en tierras brujas.
En un giro curioso, ambos enanos terminan coincidiendo con Zero. Este último se encuentra realizando una misión de su grupo pero comparten una amplia conversación y se ponen al día sobre detalles importantes.
Su búsqueda extraña va bien y ha conseguido reclutar muchos seguidores, nada mal para un niño tan rarito. Aunque no es algo que le competa demasiado al genio, se alegra bastante por los progresos de su amigo.
El encuentro es un agregado genial para el viaje aunque no deja de ser algo aleatorio, al final ambos personajes terminan separándose para seguir con sus gestas. Cuando el sol empieza a caer en el horizonte, Chim sabe bien que es tiempo de buscar posada.
Peque, mañana rastreamos el artefacto, estoy algo cansado ahora mismo.
“Canel asiente mostrando aceptación en su rostro”.
La búsqueda incansable de Maquiavelo nunca termina, siempre tratando de encontrar bonitas cosas terrestres para su colección que le sirvan de ventana a nuevos prototipos, la típica vida del inventor.
Terminan llegando a una posada bastante concurrida, parece que tiene oferta en licor o algo pues todas las mesas están llenas. Por suerte dos niños no ocupan mucho espacio y terminan reclamando una que ya tiene dos personajes en ella.
Disculpen frijoles, está lleno “dice encogiéndose de hombros”.
La mirada de Canel se clava en el sujeto cubierto, Chimar por su parte trata de pillar alguien que le atiende pero desgraciadamente el escaso personal está saturado. No es que sea un niño muy paciente pero si se pone a lanzar virotes seguro que le escupen la comida y tiene mucha hambre.
Menuda falta de… ¿Qué te dije sobre mirar fijamente a las personas enano?
Es una reina insecto.
Pero que cosas dic… “no le toma mucho notar las antenas”.
Por un momento el joven intelectual se plantea seriamente la idea de comenzar a aplastar el enorme bicho, luego cae en cuenta que se debe tratar de un ser bestial y no una cucaracha mutante superdesarrollada… al final ambos niños se quedan mirando fijamente a la pobre híbrida.
“Me pregunto si puedo robarme una antena sin que se dé cuenta… por la ciencia claro”.
Aunque esa situación término de buena manera para los niños, la mano negra los tiene… en su lista negra valga la redundancia. Es suficiente con decir que el joven genio debe andarse con cuidado en tierras brujas.
En un giro curioso, ambos enanos terminan coincidiendo con Zero. Este último se encuentra realizando una misión de su grupo pero comparten una amplia conversación y se ponen al día sobre detalles importantes.
Su búsqueda extraña va bien y ha conseguido reclutar muchos seguidores, nada mal para un niño tan rarito. Aunque no es algo que le competa demasiado al genio, se alegra bastante por los progresos de su amigo.
El encuentro es un agregado genial para el viaje aunque no deja de ser algo aleatorio, al final ambos personajes terminan separándose para seguir con sus gestas. Cuando el sol empieza a caer en el horizonte, Chim sabe bien que es tiempo de buscar posada.
Peque, mañana rastreamos el artefacto, estoy algo cansado ahora mismo.
“Canel asiente mostrando aceptación en su rostro”.
La búsqueda incansable de Maquiavelo nunca termina, siempre tratando de encontrar bonitas cosas terrestres para su colección que le sirvan de ventana a nuevos prototipos, la típica vida del inventor.
Terminan llegando a una posada bastante concurrida, parece que tiene oferta en licor o algo pues todas las mesas están llenas. Por suerte dos niños no ocupan mucho espacio y terminan reclamando una que ya tiene dos personajes en ella.
Disculpen frijoles, está lleno “dice encogiéndose de hombros”.
La mirada de Canel se clava en el sujeto cubierto, Chimar por su parte trata de pillar alguien que le atiende pero desgraciadamente el escaso personal está saturado. No es que sea un niño muy paciente pero si se pone a lanzar virotes seguro que le escupen la comida y tiene mucha hambre.
Menuda falta de… ¿Qué te dije sobre mirar fijamente a las personas enano?
Es una reina insecto.
Pero que cosas dic… “no le toma mucho notar las antenas”.
Por un momento el joven intelectual se plantea seriamente la idea de comenzar a aplastar el enorme bicho, luego cae en cuenta que se debe tratar de un ser bestial y no una cucaracha mutante superdesarrollada… al final ambos niños se quedan mirando fijamente a la pobre híbrida.
“Me pregunto si puedo robarme una antena sin que se dé cuenta… por la ciencia claro”.
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Re: Una eternidad sin magia. [Libre. 4/4] [Terminado]
El fuego cambiaba de posición continuamente rodeando la mano del brujo sobre la vela que tenía en la mesa. Le hizo gracia cuando llego la noche y uno de los camareros se acercó para prender la vela justo en el momento en que Kendovlah lo hacía con su magia. Para ser una ciudad de magos le parecía que habían muchos ciudadanos sin afinidad a la magia, pero eso no iba a evitar que se guardase sus hechizos cotidianos que había practicado una y otra vez desde que era niño. Lo hacía con tal naturalidad que le permitía enfocarse en su lectura. Había pasado la tarde leyendo las notas de su madre y de vez en cuanto volviendo a sus nuevos libros. Las novelas nunca le habían llamado mucho la atención pero ahora tenía tiempo de sobra para dedicarse a ello mientras lo alternaba con su estudio.
Algo captó de súbito su atención y no era la mujer-bestia sino más bien lo que había escrito. Tan concentrado había estado en sus estudios que se puso a divagar porque le escribía en vez de hablarle, casi al punto de olvidarse de sus modales. Mayor fue su sorpresa al ver la figura femenina tan delgada y cubierta con una capa que solo dejaba ver un par de antenas. No sabía bien que pensar de ello, ¿un artefacto mágico, una anomalía física o...? Se sacudió la cabeza e inmediatamente se dispuso a guardar unas notas y libros para despejar algo de espacio en la mesa. -Disculpe usted, por favor tome asiento- Dijo en tono amable aunque algo distante al ver el título en una de las notas de su madre. La dejo entre las páginas de su libro como marcador mientras olvidaba el hecho de estar en compañía de la mujer insecto.
Kendovlah a penas había notado que se había llenado el lugar y que los clientes al parecer seguían llegando. Para fortuna de los dos críos que recién habían entrado, algunos trabajadores de la posada traían de la bodega un par de mesas más y unas sillas que tenían guardadas en caso de necesitarlas. Una de las nuevas mesas quedo situada cerca del brujo y su nueva compañía.
El mago mientras guardaba un par de notas en su mochila y sacaba otras a simple vista podía leer que marcaban lugares como una especie de mapa recordatorio que había escrito su madre y tutora. Por la fecha podía deducir que las había escrito durante su participación en la tercera guerra. Pudo notar el patrón similar en la nota que estaba usando como marcador. Guardo su libro en su mochila y dejo el fuego de su mano en la vela mientras dejaba las notas separadas sobre la mesa. Trato de ordenarlas por fecha mientras las leía. Había comprado un mapa de la ciudad y sus alrededores cuando estaba en el mercado. Algunos nombres de lugares en el mapa se repetían en las notas de su madre. -Vaya, esto es...- Kendovlah sacó una pluma y comenzó a marcar con una x los lugares en el mapa que se mencionaban en las notas. Empezó a apartar las notas que no tenían lugar en el mapa y en su diario comenzó a listar los lugares más cercanos también por fecha. -Increíble madre, me dejaste muchos lugares que investigar...- Pensó para si mismo en voz alta mientras sacaba de nuevo el libro y para leer la nota que había usado de marcador. -Hum esta no tiene lugar especifico, pero sigue el mismo patron...- Dio vuelta la nota y pudo leer la descripción del lugar. -Esto es... Lo he leído antes, creo que...- Volvió a la primera pagina del libro y se puso a leer de nuevo poniendo especial énfasis en las descripciones de los lugares que se mencionaban en este.
Algo captó de súbito su atención y no era la mujer-bestia sino más bien lo que había escrito. Tan concentrado había estado en sus estudios que se puso a divagar porque le escribía en vez de hablarle, casi al punto de olvidarse de sus modales. Mayor fue su sorpresa al ver la figura femenina tan delgada y cubierta con una capa que solo dejaba ver un par de antenas. No sabía bien que pensar de ello, ¿un artefacto mágico, una anomalía física o...? Se sacudió la cabeza e inmediatamente se dispuso a guardar unas notas y libros para despejar algo de espacio en la mesa. -Disculpe usted, por favor tome asiento- Dijo en tono amable aunque algo distante al ver el título en una de las notas de su madre. La dejo entre las páginas de su libro como marcador mientras olvidaba el hecho de estar en compañía de la mujer insecto.
Kendovlah a penas había notado que se había llenado el lugar y que los clientes al parecer seguían llegando. Para fortuna de los dos críos que recién habían entrado, algunos trabajadores de la posada traían de la bodega un par de mesas más y unas sillas que tenían guardadas en caso de necesitarlas. Una de las nuevas mesas quedo situada cerca del brujo y su nueva compañía.
El mago mientras guardaba un par de notas en su mochila y sacaba otras a simple vista podía leer que marcaban lugares como una especie de mapa recordatorio que había escrito su madre y tutora. Por la fecha podía deducir que las había escrito durante su participación en la tercera guerra. Pudo notar el patrón similar en la nota que estaba usando como marcador. Guardo su libro en su mochila y dejo el fuego de su mano en la vela mientras dejaba las notas separadas sobre la mesa. Trato de ordenarlas por fecha mientras las leía. Había comprado un mapa de la ciudad y sus alrededores cuando estaba en el mercado. Algunos nombres de lugares en el mapa se repetían en las notas de su madre. -Vaya, esto es...- Kendovlah sacó una pluma y comenzó a marcar con una x los lugares en el mapa que se mencionaban en las notas. Empezó a apartar las notas que no tenían lugar en el mapa y en su diario comenzó a listar los lugares más cercanos también por fecha. -Increíble madre, me dejaste muchos lugares que investigar...- Pensó para si mismo en voz alta mientras sacaba de nuevo el libro y para leer la nota que había usado de marcador. -Hum esta no tiene lugar especifico, pero sigue el mismo patron...- Dio vuelta la nota y pudo leer la descripción del lugar. -Esto es... Lo he leído antes, creo que...- Volvió a la primera pagina del libro y se puso a leer de nuevo poniendo especial énfasis en las descripciones de los lugares que se mencionaban en este.
Kendovlah
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Re: Una eternidad sin magia. [Libre. 4/4] [Terminado]
El sonido lejano de campanas sacó a Eilydh del profundo sueño en el que se había sumido el día anterior. En los bosques de Sandorai la elfa sólo había escuchado el repiquetear de aquellos instrumentos a tal intensidad y ritmo dos veces en su vida, ninguna de las cuales auguró un desenlace afortunado. Ambas de las cuales había resultado ser instructivas de una u otra manera.
El corazón le latía aún fuerte cuando se incorporó en la cama. Como acto reflejo, llevó su mano derecha bajo la almohada buscando casi a tientas la daga que la noche anterior había posicionado ahí de manera estratégica. Tras dos semanas de intenso caminar y dormir entre malezas del camino, Eilydh debería haber adivinado que por intensa que fuese, la adrenalina del saberse en posible peligro no iba a mantenerla despierta como había planeado mucho tiempo. Sobretodo al descubrir que tras haber dormido en el suelo desnudo por tanto tiempo, el humilde colchón de la posada bien podía compararse a cualquiera exportado de Roilkat.
El nombre de la ciudad en su cabeza la sacudió de manera brusca hasta la realidad. Descubriendo, que lejos de significar asedio o incendio, aquellas campanas que oía a lo lejos bien podían ser de cualquier iglesia, y lo más preocupante: Había pasado la noche durmiendo en aquella posada sin saber si quiera donde se encontraba exactamente. Sabía que hacía 5 días había pagado a la tripulación de un barco de dudosa ocupación en la playa de los ancestros.
Más de una vez en su camino había maldicho su torpeza de no incluir en sus objetos esenciales un mapa de Aerandir. No es como si hubiese planeado marcharse de Sandorai con mucha antelación, pero mientras se acicalaba y vestía casi podía tocar con las manos de su imaginación el lugar exacto donde su padre guardaba los mapas de los viajes de sus antepasados.
Unos ojos gélidos le devolvieron la mirada en el espejo donde la chica intentaba arreglarse el pelo. El poder verse envuelta de ropas limpias después de haberse sumido en lo más profundo del polvo del camino era de por si una recompensa que Eilydh agradeció llenándose de buen humor a pesar de notad el disminuido peso en su bolsa de dinero tras pagar al posadero la noche anterior.
Sabía que su destino era el archipielago illidiense, pues tras siglos de enemistad no podía imaginar un destino más perfecto donde evitar ser descubierta. Y a pesar de haber estado intentando leer los letreros del camino, y debido a su decisión de alejarse de los senderos concurridos, muchos de las aldeas por done había estado caminando apenas tenían nombres. Imaginó que aquello era una ciudad. Las aldeas no tenían campanas tan estruendosas.
Ni posadas tan abarrotadas.- se dijo a si misma mientras bajaba las escaleras a la estancia principal.
Se apoyó en la barra, esperando a que el posadero tomase nota de lo que Eilydh se pensaba sería un banquete.Reparó entonces en los acompañantes de la sala. Todos ensimismados en sus propias mentes.
Uno de ellos ojeaba una serie de pergaminos y libros. Lo curtido del filo de las hojas y la insistencia con la que el muchacho parecía perforarlos intrigó a la chica que tuvo que recordarse a si misma varias veces que no era educado ser cotilla.
Aventurandose a encontrar algo más con lo que entretenerse, Eilydh reparó en la presencia de dos chicos, no mucho más de 12 años y buscó con la mirada de manera distraida a los padres que los acompañasen. Olvidándose de nuevo que aquello no era Sandorai y que seguramente aquellos niños disponían de más libertad de la que su madre le hubiese dado nunca. Además; algo en la mirada intensa de uno de ellos le hizo aparentar más mayor, y entonces la chica no supo muy bien si había equivocado su juicio.
Volvió su mirada al chico de los pergaminos, de nuevo curiosa por leer alguna de las letras en ellos cuando reparó en la figura femenina sentada en una silla no muy lejos de el. Llevaba una capa de viaje elegante y antenas sobresalían de ella dandole un aspecto que hubiese podido pasar por uno de los tocados altos tan a la moda en Sandorai por la espalda. Las antenas recordaron a la chica a uno de los libros de la biblioteca de su padre. "Hombres bestia" creyó recordar. Sin embargo, en aquel tosco ejemplar los dibujos mostraban criaturas casi inanimadas y abominables, y la figura femenina frente a ella se movía y respiraba, y poseía un halo de elegancia que distaba de todo lo que había leído.
El posadero carraspeó de manera intencionada para llamar la atención de Eilydh quién se apresuró a hacer como que estaba mirando el menú escrito a mano en las paredes. Eligió la primera opción que le pareció conocida y se sentó en una mesa que el hombre sacó de una trastienda mientras acercaba una silla a ella. Esperando que alguno de los personajes que la rodeaban hablaban lo suficientemente alto como para que ella los escuchase. Con suerte podría escuchar algo que pudiese relacionarse con dónde se encontraba.
El corazón le latía aún fuerte cuando se incorporó en la cama. Como acto reflejo, llevó su mano derecha bajo la almohada buscando casi a tientas la daga que la noche anterior había posicionado ahí de manera estratégica. Tras dos semanas de intenso caminar y dormir entre malezas del camino, Eilydh debería haber adivinado que por intensa que fuese, la adrenalina del saberse en posible peligro no iba a mantenerla despierta como había planeado mucho tiempo. Sobretodo al descubrir que tras haber dormido en el suelo desnudo por tanto tiempo, el humilde colchón de la posada bien podía compararse a cualquiera exportado de Roilkat.
El nombre de la ciudad en su cabeza la sacudió de manera brusca hasta la realidad. Descubriendo, que lejos de significar asedio o incendio, aquellas campanas que oía a lo lejos bien podían ser de cualquier iglesia, y lo más preocupante: Había pasado la noche durmiendo en aquella posada sin saber si quiera donde se encontraba exactamente. Sabía que hacía 5 días había pagado a la tripulación de un barco de dudosa ocupación en la playa de los ancestros.
Más de una vez en su camino había maldicho su torpeza de no incluir en sus objetos esenciales un mapa de Aerandir. No es como si hubiese planeado marcharse de Sandorai con mucha antelación, pero mientras se acicalaba y vestía casi podía tocar con las manos de su imaginación el lugar exacto donde su padre guardaba los mapas de los viajes de sus antepasados.
Unos ojos gélidos le devolvieron la mirada en el espejo donde la chica intentaba arreglarse el pelo. El poder verse envuelta de ropas limpias después de haberse sumido en lo más profundo del polvo del camino era de por si una recompensa que Eilydh agradeció llenándose de buen humor a pesar de notad el disminuido peso en su bolsa de dinero tras pagar al posadero la noche anterior.
Sabía que su destino era el archipielago illidiense, pues tras siglos de enemistad no podía imaginar un destino más perfecto donde evitar ser descubierta. Y a pesar de haber estado intentando leer los letreros del camino, y debido a su decisión de alejarse de los senderos concurridos, muchos de las aldeas por done había estado caminando apenas tenían nombres. Imaginó que aquello era una ciudad. Las aldeas no tenían campanas tan estruendosas.
Ni posadas tan abarrotadas.- se dijo a si misma mientras bajaba las escaleras a la estancia principal.
Se apoyó en la barra, esperando a que el posadero tomase nota de lo que Eilydh se pensaba sería un banquete.Reparó entonces en los acompañantes de la sala. Todos ensimismados en sus propias mentes.
Uno de ellos ojeaba una serie de pergaminos y libros. Lo curtido del filo de las hojas y la insistencia con la que el muchacho parecía perforarlos intrigó a la chica que tuvo que recordarse a si misma varias veces que no era educado ser cotilla.
Aventurandose a encontrar algo más con lo que entretenerse, Eilydh reparó en la presencia de dos chicos, no mucho más de 12 años y buscó con la mirada de manera distraida a los padres que los acompañasen. Olvidándose de nuevo que aquello no era Sandorai y que seguramente aquellos niños disponían de más libertad de la que su madre le hubiese dado nunca. Además; algo en la mirada intensa de uno de ellos le hizo aparentar más mayor, y entonces la chica no supo muy bien si había equivocado su juicio.
Volvió su mirada al chico de los pergaminos, de nuevo curiosa por leer alguna de las letras en ellos cuando reparó en la figura femenina sentada en una silla no muy lejos de el. Llevaba una capa de viaje elegante y antenas sobresalían de ella dandole un aspecto que hubiese podido pasar por uno de los tocados altos tan a la moda en Sandorai por la espalda. Las antenas recordaron a la chica a uno de los libros de la biblioteca de su padre. "Hombres bestia" creyó recordar. Sin embargo, en aquel tosco ejemplar los dibujos mostraban criaturas casi inanimadas y abominables, y la figura femenina frente a ella se movía y respiraba, y poseía un halo de elegancia que distaba de todo lo que había leído.
El posadero carraspeó de manera intencionada para llamar la atención de Eilydh quién se apresuró a hacer como que estaba mirando el menú escrito a mano en las paredes. Eligió la primera opción que le pareció conocida y se sentó en una mesa que el hombre sacó de una trastienda mientras acercaba una silla a ella. Esperando que alguno de los personajes que la rodeaban hablaban lo suficientemente alto como para que ella los escuchase. Con suerte podría escuchar algo que pudiese relacionarse con dónde se encontraba.
Eilydh
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Re: Una eternidad sin magia. [Libre. 4/4] [Terminado]
En completo silencio la joven mariposa se inclinó levemente para agradecer al estudiante. Dejando la hidromiel en la mesa de madera un poco astillada, Ruru comenzó su verdadera intención al irse a beber a la taberna; Escuchar las conversaciones de los borrachos. Sus peludas antenas se movieron y erigieron, sin permitir que un solo sonido en la taberna se le escapara.
“Dicen que en El Árbol Madre de los orejudos esos está cada vez peor….”
“¿Huh? ¡Ja! Con razón tantos a la vista últimamente ¡Que hagan lo que quieran! Pero ojala no migraran más aquí”
Ruru escuchó, antes de subirse al barco, el mismo rumor; Parece que un gran incidente sucedió en el territorio elfo y que le árbol madre solo va a peor. Aunque realmente no era de la incumbencia de la mujer-insecto, no podía evitar sentir simpatía por los elfos. Ruru vivió también la experiencia de ver como su hogar enfermaba cada vez más hasta morir, realmente deseaba que su preciado hogar se sanara pronto. Decidiendo que la conversación no era sobre lo que ella buscaba volvió a mover sus antenitas buscando otra nueva información:
“¡Ja! Como dije; ¡Hasta un niño ciego lo logra!”
“¡Joder con tu suerte, Vin! ¡Siempre te llevas los mejores trabajos!”
“JAJA ¡No te pongas así, Emilio! Tal vez en 10 años logres llegar a mi nivel JAJAJA!"
Lo que parecía ser un charla arrogante entre un par de aventureros, probablemente un novato y un experimentado. Ruru los escuchó un poco más pero al no encontrar nada interesante, la mariposa una vez más volvió comenzar a buscar. Desde charlas amenas, hasta victores pasando por importantes discusiones de negocio ¡Pero nada que la mariposa estuviera buscando! Suspirando desilusionada, Ruru finalmente dejó de buscar por información y se limitó a beber de su jarra. solo entonces se percató de la mirada de un par de niños sobre su persona ¿Hijos de algún cliente? Aunque su apariencia no eran similares o poseían rasgos similares, su actitud hacía el otro era de confianza y hermandad así que probablemente al menos hermanos si parecían. No debían pasar de los 14 años, y la miraban atentamente. El más joven de ellos la miraba con una curiosidad pura de infante, mientras que el otro…..Parecía más concentrado en sus antenas que en ella en sí. Preguntándose si acaso le gustaban sus antenas, la muchacha las movió para ellos curiosamente ¿Era la primera vez que veían una mujer-bestia? Ruru siempre había sentido debilidad por los niños así que les dedicó una mirada amable y cálida antes de finalmente desviar su atención.
Los murmullos del brujo frente a él le llamaron la atención lo suficiente para que la muchacha le regala una mirada curiosa mientra bebía de su hidromiel. La mariposa no podía evitar preguntar qué era lo que el brujo frente a él estudiaba tan atentamente, por sus murmullos era algo relacionado con su madre ¿Una bruja también? Debía ser realmente importante para él desde que le dedicaba a sus documentos una atención y dedicación realmente profundas y serias. Desde que, de vuelta a su vieja colmena, nunca pudo tener mucho contacto con sus padres incluso si estos la amaban desde el fondo de su corazón, la mujer-insecto no podía evitar admirar la resolución del desconocido brujo
Ojalá descubras lo que sea que tu madre te dejó, brujo
Pensó la mariposa mientras bebía silenciosamente, procurando no molestar al brujo. Una vez moviendo sus antenas, la mujer insecto prosiguió con su búsqueda de información.
“Dicen que en El Árbol Madre de los orejudos esos está cada vez peor….”
“¿Huh? ¡Ja! Con razón tantos a la vista últimamente ¡Que hagan lo que quieran! Pero ojala no migraran más aquí”
Ruru escuchó, antes de subirse al barco, el mismo rumor; Parece que un gran incidente sucedió en el territorio elfo y que le árbol madre solo va a peor. Aunque realmente no era de la incumbencia de la mujer-insecto, no podía evitar sentir simpatía por los elfos. Ruru vivió también la experiencia de ver como su hogar enfermaba cada vez más hasta morir, realmente deseaba que su preciado hogar se sanara pronto. Decidiendo que la conversación no era sobre lo que ella buscaba volvió a mover sus antenitas buscando otra nueva información:
“¡Ja! Como dije; ¡Hasta un niño ciego lo logra!”
“¡Joder con tu suerte, Vin! ¡Siempre te llevas los mejores trabajos!”
“JAJA ¡No te pongas así, Emilio! Tal vez en 10 años logres llegar a mi nivel JAJAJA!"
Lo que parecía ser un charla arrogante entre un par de aventureros, probablemente un novato y un experimentado. Ruru los escuchó un poco más pero al no encontrar nada interesante, la mariposa una vez más volvió comenzar a buscar. Desde charlas amenas, hasta victores pasando por importantes discusiones de negocio ¡Pero nada que la mariposa estuviera buscando! Suspirando desilusionada, Ruru finalmente dejó de buscar por información y se limitó a beber de su jarra. solo entonces se percató de la mirada de un par de niños sobre su persona ¿Hijos de algún cliente? Aunque su apariencia no eran similares o poseían rasgos similares, su actitud hacía el otro era de confianza y hermandad así que probablemente al menos hermanos si parecían. No debían pasar de los 14 años, y la miraban atentamente. El más joven de ellos la miraba con una curiosidad pura de infante, mientras que el otro…..Parecía más concentrado en sus antenas que en ella en sí. Preguntándose si acaso le gustaban sus antenas, la muchacha las movió para ellos curiosamente ¿Era la primera vez que veían una mujer-bestia? Ruru siempre había sentido debilidad por los niños así que les dedicó una mirada amable y cálida antes de finalmente desviar su atención.
Los murmullos del brujo frente a él le llamaron la atención lo suficiente para que la muchacha le regala una mirada curiosa mientra bebía de su hidromiel. La mariposa no podía evitar preguntar qué era lo que el brujo frente a él estudiaba tan atentamente, por sus murmullos era algo relacionado con su madre ¿Una bruja también? Debía ser realmente importante para él desde que le dedicaba a sus documentos una atención y dedicación realmente profundas y serias. Desde que, de vuelta a su vieja colmena, nunca pudo tener mucho contacto con sus padres incluso si estos la amaban desde el fondo de su corazón, la mujer-insecto no podía evitar admirar la resolución del desconocido brujo
Ojalá descubras lo que sea que tu madre te dejó, brujo
Pensó la mariposa mientras bebía silenciosamente, procurando no molestar al brujo. Una vez moviendo sus antenas, la mujer insecto prosiguió con su búsqueda de información.
Ruru Lepidoptera
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Re: Una eternidad sin magia. [Libre. 4/4] [Terminado]
Alguien más pilla que las mesas faltan y algunos empleados se ponen a instalar sitios adicionales para que los clientes consuman mejor, ambos niños toman entonces su propio lugar aunque por la falta de espacio quedan igualmente muy cerca del sitio anterior.
El brujo parece inmerso en sus estudios, balbucea para sí mismo cada que puede. Es una escena que Maquiavelo conoce bien, como inventor su vida transcurre muchas veces en las mismas. Aunque suene curioso la magia y la ciencia tienen métodos similares de aprendizaje teórico, las diferencias más grandes son en práctica.
Eventualmente la mujer insecto nota que está siendo observada y dedica una mirada más directa a sus “admiradores”, aunque suene totalmente irracional el joven inventor jura ver una sonrisa por algunos instantes.
El contacto visual se rompe de parte y parte, el ser bestial es interesante como mínimo pero ya viene siendo hora de recuperar la educación… claro que si por alguna razón termina muriendo en la posada su cuerpo seria reclamado para la ciencia médica de Lunargenta cortesía del genio.
Un elemento nuevo entra en escena, mantiene cierta discreción pero Chim es un experto en pillar gente cotilla. Una práctica que viene si te dedicas al arte del latrocinio profesional por obvias razones.
La orejas de punta es como un pescado fuera del agua, sin duda acaba de bajarse del barco. Las islas no son un sitio muy frecuentado por los elfos asi que debe tener motivos más elevados que turistear.
Maquiavelo suspira ante el descubrimiento, cada cabeza es un mundo al final. También cabe la posibilidad de que sea una estudiante de la academia Hekshold, reciben a todo el mundo en ese lugar.
Luego de casi hacer tropezar a uno de los empleados, este se digna a atender al par de mocosos… a veces la violencia resulta ser el camino correcto. Sin vacilar el joven intelectual pide algo de pan, queso y leche en raciones suficientes para que tanto el cómo su hermano queden satisfechos.
Es oficial, tengo más hambre que sueño jeje.
“Canel asiente sonriente”.
Es difícil que el enano hechicero muestre algún tipo de malestar, tiene un umbral de soporte bastante amplio. Solo en situaciones extremas manifiesta estados comunes para todos los demás, cosas como cansancio o frio.
Eso no significa que se salte las comidas, tiene un horario estomacal bastante puntual. Con Canel hay una regla que no suele aplicar al resto de mocosos, es inútil preocuparse por su rutina pues siempre lo tiene todo en cuenta.
El brujo parece inmerso en sus estudios, balbucea para sí mismo cada que puede. Es una escena que Maquiavelo conoce bien, como inventor su vida transcurre muchas veces en las mismas. Aunque suene curioso la magia y la ciencia tienen métodos similares de aprendizaje teórico, las diferencias más grandes son en práctica.
Eventualmente la mujer insecto nota que está siendo observada y dedica una mirada más directa a sus “admiradores”, aunque suene totalmente irracional el joven inventor jura ver una sonrisa por algunos instantes.
El contacto visual se rompe de parte y parte, el ser bestial es interesante como mínimo pero ya viene siendo hora de recuperar la educación… claro que si por alguna razón termina muriendo en la posada su cuerpo seria reclamado para la ciencia médica de Lunargenta cortesía del genio.
Un elemento nuevo entra en escena, mantiene cierta discreción pero Chim es un experto en pillar gente cotilla. Una práctica que viene si te dedicas al arte del latrocinio profesional por obvias razones.
La orejas de punta es como un pescado fuera del agua, sin duda acaba de bajarse del barco. Las islas no son un sitio muy frecuentado por los elfos asi que debe tener motivos más elevados que turistear.
Maquiavelo suspira ante el descubrimiento, cada cabeza es un mundo al final. También cabe la posibilidad de que sea una estudiante de la academia Hekshold, reciben a todo el mundo en ese lugar.
Luego de casi hacer tropezar a uno de los empleados, este se digna a atender al par de mocosos… a veces la violencia resulta ser el camino correcto. Sin vacilar el joven intelectual pide algo de pan, queso y leche en raciones suficientes para que tanto el cómo su hermano queden satisfechos.
Es oficial, tengo más hambre que sueño jeje.
“Canel asiente sonriente”.
Es difícil que el enano hechicero muestre algún tipo de malestar, tiene un umbral de soporte bastante amplio. Solo en situaciones extremas manifiesta estados comunes para todos los demás, cosas como cansancio o frio.
Eso no significa que se salte las comidas, tiene un horario estomacal bastante puntual. Con Canel hay una regla que no suele aplicar al resto de mocosos, es inútil preocuparse por su rutina pues siempre lo tiene todo en cuenta.
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Re: Una eternidad sin magia. [Libre. 4/4] [Terminado]
Kendovlah encontró por fin la descripción que había dejado su madre en su nota en el libro que casualmente había comprado aquel mismo día en la feria. Solo daba la descripción del lugar y el único indicio de su ubicación era la ciudad donde se reunían los personajes de la historia que acontecía y que por algún motivo u otro todos acabarían sumidos.
La mano del brujo se poso sobre la llama de la vela en su mesa. Tras un leve suspiro dio vuelta su mano dejando que la llama flotara sobre la palma para apretar el puño y apagar el fuego. Un acto tan natural y desesperado en él que le ayudaba a conservar la calma cuando no encontraba las respuestas que quería. - Hekshold tendrá que esperar, gracias madre -. Hablo esta vez en voz alta sin darse cuenta, dejando notar el desánimo en sus palabras. Lo cierto es que entrar en la academia de magos era prioridad para él, pero no era de los que le gustaba dejar sus investigaciones inconclusas y por fin creía haber encontrado algo de utilidad al menos en lo que se refería a investigación en terreno.
Se dejo caer cansado sobre la silla mientras alzaba la vista. -Vaya como se ha llenado esto-. Volvió a decir con algo de sorpresa tras por fin notar la concurrida posada. Noto las mesas que habían llegado en auxilio para la tan peculiar ocasión.
Los lugareños hablaban de los viajeros y las distintas razas que comenzaban a tomar lugar en el archipiélago. Los viajeros en su mayoría hablaban de sus misiones. Muchos mentían, pocos decían la verdad pero ninguno de nuestros personajes tenían forma de averiguarlo. Los más experimentados hablaban de un extraño barco que llegaba de vez en cuanto. Para ser más acertados, hablaban exaltados sobre su capitán. Los viajeros que frecuentaban la zona sabían que esto solo podía saber un trabajo, una aventura en la que algunos con esperanza de alcanzar la gloría de la aventura solo encontrarían la desesperación y la muerte.
Un frío gélido abrazó el cálido ambiente. La puerta se abrió y se cerró de golpe. Los más habladores parecían haber quedado mudos al ver a un fantasma. Los más temerarios se le calaron hasta los huesos por el pavor. Kendovlah por su parte desafió el respeto y temor de los lugareños al no percatarse de la situación y volver a prender la vela de su mesa como si nada grave estuviera pasando. Fue otro habito natural del brujo, estaba seguro que la calidez del ambiente volvería. Podía sentirlo en el aíre de algún modo.
El capitán se acerco a la barra y pidió el ron más fuerte disponible. Mientras el posadero hacía el pedido y dejaba el vaso sobre la mesa, el misterioso y temido hombre se dio media vuelta para mirar de forma altanera y desafiante a los comensales. Su cuerpo bien fornido, su altura cercana a los dos metros. La sonrisa temeraria y las cicatrices de su cara; todo indicaba que sabía manejarse en la batalla y había sobrevivido a muchos peligros. De cabellera negra y barba negra típica de pirata. Vestía un traje de seda verde que en su tiempo pudo haber sido de lo más elegante, pero ahora hacían gala de la misma experiencia que su portador. Con hombreras echas de piel de alguna mortal bestia que pudo haberse cruzado en su camino, pantalones de conjunto y botas de cuero café. No portaba arma alguna, quizás por confianza o quizás para demostrar que venía en son de paz. Tomo el vaso y se lo bebió como si no hubiese mañana para dejarlo de golpe sobre la barra, a lo que el posadero se apresuró a llenar con premura.
- ¡Muy bien babosas de agua dulce, hoy beberán y comerán gratis! El apuro es el siguiente: -. Su voz se logró escuchar por toda la posada, era un tono grave y un tanto burlón pero que a la vez no dejaba de detonar la seriedad de cada palabra. - Una eternidad sin magia. Encantado bajo la luz de la luna y sellado bajo los pilares de la ciudad. La tiniebla y el terror se alzan al amparo del cautivo... - Carraspeo un poco y volvió a beber su vaso de golpe a lo que el posadero actuó bajo la misma urgencia.
- En fin insectos, quiero grupos de cinco. Y cada cual tendrá tres días para encontrar el objeto. No daré más detalles pero quiero conocer los grupos antes de que emprendan la travesía. Discutiremos la recompensa por privado y cada grupo tendrá limite de tiempo antes de que parta el otro. El primer grupo que me pille de camino a mi barco tendrá la primera oportunidad -. Termino de decir volviendo a vaciar el vaso y marchándose con rapidez.
Antes de que la mayoría comenzara a pensar en las palabras del hombre, Kendovlah ya había recitado las pistas del capitán apuntando con su dedo en el libro y luego en las notas de su madre. La sorpresa no duro mucho. Con avidez el joven mago guardo sus cosas en la mochila, colgó la espada en su espalda para mayor facilidad de movimiento y con frenética presura partió corriendo tras el rastro del capitán. - ¡Necesito a cuatro, pueden quedarse mi parte! -. Gritó al levantarse de la mesa y cuan gacela en apuro se marcho en pos al capitán.
A penas pudo notar el cambio de la ciudad con la llegada de la noche. Las calles apenas parecían tomadas por unos pocos vagabundos a cada esquina y unos cuantos guardias posicionados en puntos específicos. Algunos patrullando y otros de ronda mientras que una sombra caminaba a paso pesado hacía las afueras de Beltrexus. Kendovlah no se dio tiempo para pensar en los detalles, de momento solo le importaba el libro en su mano y la misión del capitán. Bajo cualquier circunstancia debía de ser el primero en obtener el trabajo. No podía permitirse que otros llegarán primero a investigar algo que tenía seguro su madre le había dejado de legado. Ya sea a propósito o por meras coincidencias del destino.
---
Off:
Primero lo primero, muchas gracias por la acogida al tema y espero que se diviertan. Aquí empieza la trama de forma oficial. Hace mucho tiempo que no roleo ni hago de narrador, master o como quieran llamarle, así que espero estar a la altura del nivel que han mostrado hasta ahora.
Hay muchas opciones, lo se. La más lógica es seguir a mi pj siendo que tiene más pistas y las hace saber de cierta forma, pero claro que no todo pj funciona con la misma lógica. Como siempre cualquier consulta o agregado que quieran hacer pueden hacerlo por los medios que ya conocen. Vuelvo a repetir por si las moscas, el orden de posteo lo definen ustedes. Si ven conveniente cambiar se ponen de acuerdo y ya esta :3
La mano del brujo se poso sobre la llama de la vela en su mesa. Tras un leve suspiro dio vuelta su mano dejando que la llama flotara sobre la palma para apretar el puño y apagar el fuego. Un acto tan natural y desesperado en él que le ayudaba a conservar la calma cuando no encontraba las respuestas que quería. - Hekshold tendrá que esperar, gracias madre -. Hablo esta vez en voz alta sin darse cuenta, dejando notar el desánimo en sus palabras. Lo cierto es que entrar en la academia de magos era prioridad para él, pero no era de los que le gustaba dejar sus investigaciones inconclusas y por fin creía haber encontrado algo de utilidad al menos en lo que se refería a investigación en terreno.
Se dejo caer cansado sobre la silla mientras alzaba la vista. -Vaya como se ha llenado esto-. Volvió a decir con algo de sorpresa tras por fin notar la concurrida posada. Noto las mesas que habían llegado en auxilio para la tan peculiar ocasión.
Los lugareños hablaban de los viajeros y las distintas razas que comenzaban a tomar lugar en el archipiélago. Los viajeros en su mayoría hablaban de sus misiones. Muchos mentían, pocos decían la verdad pero ninguno de nuestros personajes tenían forma de averiguarlo. Los más experimentados hablaban de un extraño barco que llegaba de vez en cuanto. Para ser más acertados, hablaban exaltados sobre su capitán. Los viajeros que frecuentaban la zona sabían que esto solo podía saber un trabajo, una aventura en la que algunos con esperanza de alcanzar la gloría de la aventura solo encontrarían la desesperación y la muerte.
Un frío gélido abrazó el cálido ambiente. La puerta se abrió y se cerró de golpe. Los más habladores parecían haber quedado mudos al ver a un fantasma. Los más temerarios se le calaron hasta los huesos por el pavor. Kendovlah por su parte desafió el respeto y temor de los lugareños al no percatarse de la situación y volver a prender la vela de su mesa como si nada grave estuviera pasando. Fue otro habito natural del brujo, estaba seguro que la calidez del ambiente volvería. Podía sentirlo en el aíre de algún modo.
El capitán se acerco a la barra y pidió el ron más fuerte disponible. Mientras el posadero hacía el pedido y dejaba el vaso sobre la mesa, el misterioso y temido hombre se dio media vuelta para mirar de forma altanera y desafiante a los comensales. Su cuerpo bien fornido, su altura cercana a los dos metros. La sonrisa temeraria y las cicatrices de su cara; todo indicaba que sabía manejarse en la batalla y había sobrevivido a muchos peligros. De cabellera negra y barba negra típica de pirata. Vestía un traje de seda verde que en su tiempo pudo haber sido de lo más elegante, pero ahora hacían gala de la misma experiencia que su portador. Con hombreras echas de piel de alguna mortal bestia que pudo haberse cruzado en su camino, pantalones de conjunto y botas de cuero café. No portaba arma alguna, quizás por confianza o quizás para demostrar que venía en son de paz. Tomo el vaso y se lo bebió como si no hubiese mañana para dejarlo de golpe sobre la barra, a lo que el posadero se apresuró a llenar con premura.
- ¡Muy bien babosas de agua dulce, hoy beberán y comerán gratis! El apuro es el siguiente: -. Su voz se logró escuchar por toda la posada, era un tono grave y un tanto burlón pero que a la vez no dejaba de detonar la seriedad de cada palabra. - Una eternidad sin magia. Encantado bajo la luz de la luna y sellado bajo los pilares de la ciudad. La tiniebla y el terror se alzan al amparo del cautivo... - Carraspeo un poco y volvió a beber su vaso de golpe a lo que el posadero actuó bajo la misma urgencia.
- En fin insectos, quiero grupos de cinco. Y cada cual tendrá tres días para encontrar el objeto. No daré más detalles pero quiero conocer los grupos antes de que emprendan la travesía. Discutiremos la recompensa por privado y cada grupo tendrá limite de tiempo antes de que parta el otro. El primer grupo que me pille de camino a mi barco tendrá la primera oportunidad -. Termino de decir volviendo a vaciar el vaso y marchándose con rapidez.
Antes de que la mayoría comenzara a pensar en las palabras del hombre, Kendovlah ya había recitado las pistas del capitán apuntando con su dedo en el libro y luego en las notas de su madre. La sorpresa no duro mucho. Con avidez el joven mago guardo sus cosas en la mochila, colgó la espada en su espalda para mayor facilidad de movimiento y con frenética presura partió corriendo tras el rastro del capitán. - ¡Necesito a cuatro, pueden quedarse mi parte! -. Gritó al levantarse de la mesa y cuan gacela en apuro se marcho en pos al capitán.
A penas pudo notar el cambio de la ciudad con la llegada de la noche. Las calles apenas parecían tomadas por unos pocos vagabundos a cada esquina y unos cuantos guardias posicionados en puntos específicos. Algunos patrullando y otros de ronda mientras que una sombra caminaba a paso pesado hacía las afueras de Beltrexus. Kendovlah no se dio tiempo para pensar en los detalles, de momento solo le importaba el libro en su mano y la misión del capitán. Bajo cualquier circunstancia debía de ser el primero en obtener el trabajo. No podía permitirse que otros llegarán primero a investigar algo que tenía seguro su madre le había dejado de legado. Ya sea a propósito o por meras coincidencias del destino.
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Off:
Primero lo primero, muchas gracias por la acogida al tema y espero que se diviertan. Aquí empieza la trama de forma oficial. Hace mucho tiempo que no roleo ni hago de narrador, master o como quieran llamarle, así que espero estar a la altura del nivel que han mostrado hasta ahora.
Hay muchas opciones, lo se. La más lógica es seguir a mi pj siendo que tiene más pistas y las hace saber de cierta forma, pero claro que no todo pj funciona con la misma lógica. Como siempre cualquier consulta o agregado que quieran hacer pueden hacerlo por los medios que ya conocen. Vuelvo a repetir por si las moscas, el orden de posteo lo definen ustedes. Si ven conveniente cambiar se ponen de acuerdo y ya esta :3
Kendovlah
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Re: Una eternidad sin magia. [Libre. 4/4] [Terminado]
Los minutos parecieron extenderses y no fue hasta que el humo de la sopa a medio comer de la elfa se hubo extinguido totalmente cuando la chica se percató de que no era la única que encontraba divertido el arte de curiosear a su alrededor. La mirada altanera de uno de los chicos en los que ella misma hacia algunos minutos había fijado su mirada la perforó descubriendole carios de los errores que de obvios, había olvidado.
Nerviosa miró a su alrededor mientras disimuladamente escondía sus orejas entre las trenzas de su cabello. Después lanzó otra mirada esta vez altiva al chico. Una mirada en la que puso todo su interés por decir: Metete en tus asuntos, pero que dificilmente llegó a ser un " Espero sepas guardar un secreto"
No tuvo mucho tiempo más para arrepentirse de haber llegado a las islas, pues el silencio sordo de la posada se vio interrumpido por un capitán de un barco que con gesto de autosuficiencia exigía el interés de aquellos que hasta hacía unos minutos habian estado esparcidos.
El primero y único hasta aquel momento en sucumbir a la tentación de una suculenta recompensa fue el chico de los libros en el que Eilydh había reparado con anterioridad. Cuando este se puso en pie, pidiendo compañeros que se uniesen a su grupo, eilydh se percató aun con más certeza que era un mago. un hechicero. Un druida o un liante, como había oido llamarlos con anterioridad a su padre.
Consideró por un momentos sus posibilidades. El chico parecía tener la certeza de saber más de lo que quizás la elfa habría podido esperar de alguien tan joven, pero la sangre de sus ancestros evitaba que fuese ella quien se le uniese.Por meros principios, supuso, así que echó un ojo a su alrededor, donde grupitos de 5 se iban uniendo en aquella prometida aventura.
Resignada a que iba a dormir placidamente y sin interrupciones aquella noche, volvió su atención a la jarra de vino frente a ella.Su quietud duró 5 minutos. El tiempo en el que dos mercenarios vestidos de extravagante manera para ser locales entraron en la posada. Cargando sendas espadas y aproximandose de manera jovial y serena al posadero.
Eilydh los había visto antes.
A veces nos creemos tan dueños de nuestro destino que olvidamos que la vida siempre quiere joderte- Se dijo, posicionandose su capucha y levantandose de la mesa mientras dejaba varias monedas de plata sobre ella.
El mago parecia decidido a descubrir aquello que el pirata errante - como empezó a llamarlo a partir de entonces- les había propuesto.
ciento diez mil elfos antecesores de Eilydh se alzaron en contra de la decisión de la chica de unirse al chico de los libros.Aún así Eilydh compuso su sonrisa pegatina más ensayada y cuando alcanzó al muchacho, ya fuera de la posada dijo:
-Espero que no te importe tener compañia- Se debatió entre estrecharle la mano y hacer una leve inclinacioón de cabeza y todas las voces enfadadas de sus ancestros la llevaron a hacer lo último.- Eilydh- se presentó finalmente.
Nerviosa miró a su alrededor mientras disimuladamente escondía sus orejas entre las trenzas de su cabello. Después lanzó otra mirada esta vez altiva al chico. Una mirada en la que puso todo su interés por decir: Metete en tus asuntos, pero que dificilmente llegó a ser un " Espero sepas guardar un secreto"
No tuvo mucho tiempo más para arrepentirse de haber llegado a las islas, pues el silencio sordo de la posada se vio interrumpido por un capitán de un barco que con gesto de autosuficiencia exigía el interés de aquellos que hasta hacía unos minutos habian estado esparcidos.
El primero y único hasta aquel momento en sucumbir a la tentación de una suculenta recompensa fue el chico de los libros en el que Eilydh había reparado con anterioridad. Cuando este se puso en pie, pidiendo compañeros que se uniesen a su grupo, eilydh se percató aun con más certeza que era un mago. un hechicero. Un druida o un liante, como había oido llamarlos con anterioridad a su padre.
Consideró por un momentos sus posibilidades. El chico parecía tener la certeza de saber más de lo que quizás la elfa habría podido esperar de alguien tan joven, pero la sangre de sus ancestros evitaba que fuese ella quien se le uniese.Por meros principios, supuso, así que echó un ojo a su alrededor, donde grupitos de 5 se iban uniendo en aquella prometida aventura.
Resignada a que iba a dormir placidamente y sin interrupciones aquella noche, volvió su atención a la jarra de vino frente a ella.Su quietud duró 5 minutos. El tiempo en el que dos mercenarios vestidos de extravagante manera para ser locales entraron en la posada. Cargando sendas espadas y aproximandose de manera jovial y serena al posadero.
Eilydh los había visto antes.
A veces nos creemos tan dueños de nuestro destino que olvidamos que la vida siempre quiere joderte- Se dijo, posicionandose su capucha y levantandose de la mesa mientras dejaba varias monedas de plata sobre ella.
El mago parecia decidido a descubrir aquello que el pirata errante - como empezó a llamarlo a partir de entonces- les había propuesto.
ciento diez mil elfos antecesores de Eilydh se alzaron en contra de la decisión de la chica de unirse al chico de los libros.Aún así Eilydh compuso su sonrisa pegatina más ensayada y cuando alcanzó al muchacho, ya fuera de la posada dijo:
-Espero que no te importe tener compañia- Se debatió entre estrecharle la mano y hacer una leve inclinacioón de cabeza y todas las voces enfadadas de sus ancestros la llevaron a hacer lo último.- Eilydh- se presentó finalmente.
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Re: Una eternidad sin magia. [Libre. 4/4] [Terminado]
La joven mariposa mostró una mirada confusa en cuanto vio el ambiente cargado de pavot y rechazo en todo el local ¿Que provocó semejante reacción? La mariposa no estaba prestando una real atención más al a taberna desde que decidió que en cuanto terminase su bebida se retiraría a su dormitorio, y se mostró más curiosa respecto al truco de magia que su enfrascado compañero de mesa hizo con la pequeña llama de la vela ¡Que fascinante! Rara vez tiene la oportunidad de ver magia en directo ¡Y es tan increíble y curiosa como siempre! Debido a su viajes, Ruru se se encontró antes con brujos pero siempre cae fascinada ante sus sorprendentes habilidades.
Únicamente cae en la cuenta de que provocó semejante estado cuanto escuchó la grave voz del hombre repleto de cicatrices. Su curiosa mirada se posó sobre el capitán sin mostrar una pizca de miedo o sorpresa como las demás personas que sí sabían que sucedía y quien era ese tipo, con confusión movió sus antenas.
“¿....Click?”
Un confuso chirrido salió como un leve gruñido de la garganta de la mujer-insecto ¿Que diablos? Apenas entendía que estaba sucediendo ¡Y ahora estaba incluso más confusa por sus palabras abstractas! Dando uno de sus últimos sorbos a la bebida, la mariposa apartó su cabeza dando a entender que no tenía ningún interés en las palabras del hombre. Mientras se disponía a ir a pagar por su bebida e ir a descansar a su cuarto una vez toda la conmoción pasara, la mariposa escuchó atentamente una conversación que la congeló;
“Escuché que un cargamento extraño llegó….”
“¿Cargamento extraño? ¿Cuando no lo és...?”
“¡Pero este es realmente raro! Son insectos, Claid….”
“¿Insectos? ¿En serio?”
“¡Si! El mismo Sigurd me lo dijo...”
Como si el tiempo se detuviera, Ruru se quedó de piedra unos segundos y comenzó a ignorar todo lo que la envolvía, incluso la abrupta forma de irse del brujo pasó desapercibida para la joven Ruru quien solo prestó atención a la voz de los dos hombres de mediana edad.
“¿Sigurd? ¡Joder con el viejo, sí que toma cargamento raro el tipo! De cualquier forma….Sobre lo del capitán”
“¡Por supuesto que vamos! Huele a dinero fácil”
“¡Ja! Sabía que dirías eso. Vamos a por Byr, Bjön y el pequeño Kyne ¡Si son esos tres fijo que se apuntan!”
Para estas altura de lo que escuchó, Ruru ya estaba saliendo de la taberna en dirección los muelles, pensando en lo que dijo el brujo. Ir al grupo de ese dúo era demasiado arriesgado y por su característico aspecto de insecto sería descubierta enseguida, pero si era ne otro grupo, siempre y cuando no mostrase su rostro debía estar bien. Con un poco de suerte, para cuando llegara, el brujo aún no tendría los suficientes compañeros pero por si acaso aceleró su caminar ¡Incluso si era una pista falsa debía ir!
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Re: Una eternidad sin magia. [Libre. 4/4] [Terminado]
Mientras los enanos ingieren su recién servida comida, las cosas suceden rápido alrededor. Pronto las conversaciones independientes dan paso a un silencio bastante patente, algo muy difícil de lograr sin duda.
Con curiosidad, el niño inventor mira la fuente del fenómeno. Nada más y nada menos que un frijol bastante castigado por la vida… la gente de mar tiene una extraña manía por coleccionar cicatrices al parecer.
Una cosa esta clara, todos le conocen. Debe ser alguna especie de personaje local, definir si bueno o malo ya es irse fuera de la escala posible. Dicho personaje se intoxica un poco con alcohol antes de soltar información interesante.
Inicia una búsqueda colectiva, algo que cualquier presente puede tomar como misión personal con la promesa de dinero, reputación, aventura y todo eso. Ciertamente el tipo de cosas que suelen mover al intelectual de vez en cuando.
Al final el extraño capitán se retira, mantiene la misma pompa que al inicio y solo cuando cruza el umbral principal inicia la locura. Los grupos se forman apresuradamente en un intento por ser los primeros.
Cuando el brujo estudioso que compartió espacio con los niños anuncia que necesita equipo y no le interesa su parte de la ganancia, las preferencias de asociación se vuelven muy claras para Maquiavelo.
Hace un ligero gesto que es inmediatamente pillado por Canel, este último guarda toda la comida restante en su mochila usando telequinesis antes de seguir con velocidad al genio. Una nueva aventura acaba de golpearles directamente en la cara.
El cansancio previo que sentía Chimar se disipa totalmente, nada como la promesa de entretenimiento para poner al 100% a cualquier niño. Ya tendrá tiempo para descansar más adelante.
No le toma mucho alcanzar al de la túnica naranja, dicho personaje ya tiene a alguien revoloteando alrededor por lo que su llamamiento de colegas no termino en bolso roto. Afortunadamente aún hay espacio para más.
Me llamo Chimar Maquiavelo y este es Canel, tienen suerte pues nos uniremos a ustedes jeje.
Expresa de forma jovial, mejor dar una buena impresión… claramente no puede mantener a raya su intrínseca arrogancia pero algo es algo, al final sería extraño ver al inventor sin esa peculiar característica.
Con curiosidad, el niño inventor mira la fuente del fenómeno. Nada más y nada menos que un frijol bastante castigado por la vida… la gente de mar tiene una extraña manía por coleccionar cicatrices al parecer.
Una cosa esta clara, todos le conocen. Debe ser alguna especie de personaje local, definir si bueno o malo ya es irse fuera de la escala posible. Dicho personaje se intoxica un poco con alcohol antes de soltar información interesante.
Inicia una búsqueda colectiva, algo que cualquier presente puede tomar como misión personal con la promesa de dinero, reputación, aventura y todo eso. Ciertamente el tipo de cosas que suelen mover al intelectual de vez en cuando.
Al final el extraño capitán se retira, mantiene la misma pompa que al inicio y solo cuando cruza el umbral principal inicia la locura. Los grupos se forman apresuradamente en un intento por ser los primeros.
Cuando el brujo estudioso que compartió espacio con los niños anuncia que necesita equipo y no le interesa su parte de la ganancia, las preferencias de asociación se vuelven muy claras para Maquiavelo.
Hace un ligero gesto que es inmediatamente pillado por Canel, este último guarda toda la comida restante en su mochila usando telequinesis antes de seguir con velocidad al genio. Una nueva aventura acaba de golpearles directamente en la cara.
El cansancio previo que sentía Chimar se disipa totalmente, nada como la promesa de entretenimiento para poner al 100% a cualquier niño. Ya tendrá tiempo para descansar más adelante.
No le toma mucho alcanzar al de la túnica naranja, dicho personaje ya tiene a alguien revoloteando alrededor por lo que su llamamiento de colegas no termino en bolso roto. Afortunadamente aún hay espacio para más.
Me llamo Chimar Maquiavelo y este es Canel, tienen suerte pues nos uniremos a ustedes jeje.
Expresa de forma jovial, mejor dar una buena impresión… claramente no puede mantener a raya su intrínseca arrogancia pero algo es algo, al final sería extraño ver al inventor sin esa peculiar característica.
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Re: Una eternidad sin magia. [Libre. 4/4] [Terminado]
Quién hasta ahora se había mostrado como un erudito de la magia tomaba la faceta de un cazador casi experimentado. Los ojos sobre el horizonte más que sobre la presa. Era casi como cuando salía de caza con su padre. El objetivo de llegar al hogar con la cena esta vez se había cambiado por el de descubrir la historia que dejo su madre tras haber terminado la tercera guerra. Con la magia y una mujer tan enigmática como su madre, no sabía bien como podría llegar a cambiar aquella aventura el destino del mago, pero la curiosidad y el conocimiento siempre habían causado gran apetito en nuestro protagonista.
La concentración de Kendovlah se vio interrumpida cuando los primeros miembros del grupo solicitado comenzaban a alcanzarle. Lo que provocó el fin temporal de su desesperada carrera por el capitán. Se dio media vuelta tratando de disimular el breve descanso para recuperar algo de aliento. La primera elfa en la vida del hechicero se presentaba bajo el nombre de Eylidh. No la había notado en la posada por haber estado embalsamado en su estudio, no podía evitar apreciar el semblante hermoso de la fémina quien era seguida a pocos pasos por la mujer muda que había compartido mesa con él. Sonrió satisfecho e inclinó la cabeza levemente en gesto de cortesía cuando en último lugar llegan los dos niños. Ciertamente no sabía que suerte podrían traer al equipo pero parecían seguros. No era quien para juzgar porque estaban a esas horas ahí en vez de estar en casa. Recientemente el brujo también había perdido a sus padres así que para no ponerse melancólico y volver al luto decidió no hacer preguntas al respecto. Suspiró levemente. -Kendovlah Zoor. Ya tendremos tiempo para más formalidades, los demás equipos nos pisan los talones y no planeo darles oportunidad alguna-. Demandó casi llegando a dar una orden de apresurarse.
En cierta forma el había formado el equipo aunque no le gustaba verse así mismo como líder no había tiempo que perder. Kendo quería averiguar que le había dejado su madre y si ellos querían recibir su parte de la paga más valía que supieran lo que estaban haciendo. Se colgó la vaina de su espada al costado izquierdo sujetando la empuñadura y con la mano libre ahora levantada prendió una bola de fuego para iluminar mejor el camino y dejar ver la determinación en el rostro del mago.
Reanudo la carrera asumiendo que sus nuevos compañeros le seguirían. Era la primera vez que salía en una aventura con gente a su lado. Hasta entonces solo había salido de caza con su padre y había tenido su primer viaje en solitario. Todo esto era nuevo para él pero no podía darse el lujo de ponerse a divagar el asunto.
Al salir de la ciudad casi a la entrada del bosque por fin se podía apreciar la figura del capitán. Detrás suyo una cabaña pequeña bastante deteriorada con paredes de piedra y techo de paja. El erudito aventurero siguió la carrera hasta quedar a solo pasos de su presa, se tomo unos segundos en los que usaba el fuego para prender una fragua mal cuidada por los años y llevarse las manos a las rodillas tratando de recuperar el aliento.
-Vaya... Pensé que Brinnah seguía viviendo aquí-. Dijo el capitán casi sin darse cuenta de la llegada de los miembros. El brujo se quedo helado por unos segundos por la sorpresa al escuchar el nombre de su madre, trago saliva y casi se olvido del cansancio. -Brinnah... Mi madre murió hace unos años antes que mi padre. Nunca mencionó nada de esta cabaña-. Dijo sonando entre melancólico y demandante. Quería saber a toda costa la relación que tenía el hombre con su difunta madre y de ser posible encontrar alguna conexión con la presente aventura.
Casi amenazante el joven mago vuelve a prender una bola de fuego sobre la palma de su mano y desenvaina su espada en posición para el combate a lo que el capitán responde con una sonrisa casi fraternal. -Así que decidió sentar cabeza, retirarse de la alquimia y formar una familia. Veo que formaste un grupo también, puedo notar el parecido-. Se dio media vuelta tras encarar a Kendovlah y derribó la puerta de una patada. -Empezaré mi luto, podrán partir mañana a primera hora. Yo volveré a mi barco y ordenare a mis hombres que retrasen al resto de los equipos para darles la ventaja-. Comenzó a caminar y antes de que el hombre se camuflase con el bosque le dirigió una mirada desafiante al grupo. -Brinnah siempre fue muy reservada, si quieres saber más sobre tu madre descansarán esta noche y me traerán ese condenado objeto-. Y tras estas palabras el capitán desapareció en el frio de la noche casi sin dejar rastro.
El joven mago aún estaba helado por aquella escena, su cerebro a penas divagaba lo que estaba ocurriendo. Entro en la casa solo para desquitar su magia prendiendo la chimenea. Algunos troncos saltaron golpeando las paredes de la chimenea para volver a la fogata. Entonces solo se pudo ver una mesa de alquimia en un rincón y cuatro sacos de dormir. La casa no contaba con habitaciones, solo la entrada principal y una extensión que apenas podía contarse como medio cuarto con el quinto saco de dormir. Se podía notar por la condición de la mesa en el centro que la casa no se utilizaba hace varios años.
Sentía un cansancio extremo, a penas le dio la fuerza para apagar la fragua y dejarse caer a un lado de esta, sentado cabizbajo sintiendo un nudo en su garganta. Recordó entonces que no estaba solo pero no estaba en condiciones de partir la aventura así y menos de dar ordenes. -Ya escucharon, partiremos a primera hora. Montaré guardia. Solo...- Se notaba la tristeza en las palabras del mago, pero también la certeza. No quería perder la oportunidad por apresurarse, necesitaba tiempo para pensar y recomponerse. Su primer día de aventura en solitario y ahora tenía un grupo de desconocidos a los que considerar compañeros. También la meta de averiguar más sobre su madre, se sentía tan cerca de entender porque siempre oculto sus historias sobre la guerra y a la vez tan lejos.
---
Off:
Un poco de la trama de mi pj por ser el primer tema, si gustan también podemos usar esta "pequeña pausa" para que los pjs se conozcan mejor o seguir la noche en solitario :3
La concentración de Kendovlah se vio interrumpida cuando los primeros miembros del grupo solicitado comenzaban a alcanzarle. Lo que provocó el fin temporal de su desesperada carrera por el capitán. Se dio media vuelta tratando de disimular el breve descanso para recuperar algo de aliento. La primera elfa en la vida del hechicero se presentaba bajo el nombre de Eylidh. No la había notado en la posada por haber estado embalsamado en su estudio, no podía evitar apreciar el semblante hermoso de la fémina quien era seguida a pocos pasos por la mujer muda que había compartido mesa con él. Sonrió satisfecho e inclinó la cabeza levemente en gesto de cortesía cuando en último lugar llegan los dos niños. Ciertamente no sabía que suerte podrían traer al equipo pero parecían seguros. No era quien para juzgar porque estaban a esas horas ahí en vez de estar en casa. Recientemente el brujo también había perdido a sus padres así que para no ponerse melancólico y volver al luto decidió no hacer preguntas al respecto. Suspiró levemente. -Kendovlah Zoor. Ya tendremos tiempo para más formalidades, los demás equipos nos pisan los talones y no planeo darles oportunidad alguna-. Demandó casi llegando a dar una orden de apresurarse.
En cierta forma el había formado el equipo aunque no le gustaba verse así mismo como líder no había tiempo que perder. Kendo quería averiguar que le había dejado su madre y si ellos querían recibir su parte de la paga más valía que supieran lo que estaban haciendo. Se colgó la vaina de su espada al costado izquierdo sujetando la empuñadura y con la mano libre ahora levantada prendió una bola de fuego para iluminar mejor el camino y dejar ver la determinación en el rostro del mago.
Reanudo la carrera asumiendo que sus nuevos compañeros le seguirían. Era la primera vez que salía en una aventura con gente a su lado. Hasta entonces solo había salido de caza con su padre y había tenido su primer viaje en solitario. Todo esto era nuevo para él pero no podía darse el lujo de ponerse a divagar el asunto.
Al salir de la ciudad casi a la entrada del bosque por fin se podía apreciar la figura del capitán. Detrás suyo una cabaña pequeña bastante deteriorada con paredes de piedra y techo de paja. El erudito aventurero siguió la carrera hasta quedar a solo pasos de su presa, se tomo unos segundos en los que usaba el fuego para prender una fragua mal cuidada por los años y llevarse las manos a las rodillas tratando de recuperar el aliento.
-Vaya... Pensé que Brinnah seguía viviendo aquí-. Dijo el capitán casi sin darse cuenta de la llegada de los miembros. El brujo se quedo helado por unos segundos por la sorpresa al escuchar el nombre de su madre, trago saliva y casi se olvido del cansancio. -Brinnah... Mi madre murió hace unos años antes que mi padre. Nunca mencionó nada de esta cabaña-. Dijo sonando entre melancólico y demandante. Quería saber a toda costa la relación que tenía el hombre con su difunta madre y de ser posible encontrar alguna conexión con la presente aventura.
Casi amenazante el joven mago vuelve a prender una bola de fuego sobre la palma de su mano y desenvaina su espada en posición para el combate a lo que el capitán responde con una sonrisa casi fraternal. -Así que decidió sentar cabeza, retirarse de la alquimia y formar una familia. Veo que formaste un grupo también, puedo notar el parecido-. Se dio media vuelta tras encarar a Kendovlah y derribó la puerta de una patada. -Empezaré mi luto, podrán partir mañana a primera hora. Yo volveré a mi barco y ordenare a mis hombres que retrasen al resto de los equipos para darles la ventaja-. Comenzó a caminar y antes de que el hombre se camuflase con el bosque le dirigió una mirada desafiante al grupo. -Brinnah siempre fue muy reservada, si quieres saber más sobre tu madre descansarán esta noche y me traerán ese condenado objeto-. Y tras estas palabras el capitán desapareció en el frio de la noche casi sin dejar rastro.
El joven mago aún estaba helado por aquella escena, su cerebro a penas divagaba lo que estaba ocurriendo. Entro en la casa solo para desquitar su magia prendiendo la chimenea. Algunos troncos saltaron golpeando las paredes de la chimenea para volver a la fogata. Entonces solo se pudo ver una mesa de alquimia en un rincón y cuatro sacos de dormir. La casa no contaba con habitaciones, solo la entrada principal y una extensión que apenas podía contarse como medio cuarto con el quinto saco de dormir. Se podía notar por la condición de la mesa en el centro que la casa no se utilizaba hace varios años.
Sentía un cansancio extremo, a penas le dio la fuerza para apagar la fragua y dejarse caer a un lado de esta, sentado cabizbajo sintiendo un nudo en su garganta. Recordó entonces que no estaba solo pero no estaba en condiciones de partir la aventura así y menos de dar ordenes. -Ya escucharon, partiremos a primera hora. Montaré guardia. Solo...- Se notaba la tristeza en las palabras del mago, pero también la certeza. No quería perder la oportunidad por apresurarse, necesitaba tiempo para pensar y recomponerse. Su primer día de aventura en solitario y ahora tenía un grupo de desconocidos a los que considerar compañeros. También la meta de averiguar más sobre su madre, se sentía tan cerca de entender porque siempre oculto sus historias sobre la guerra y a la vez tan lejos.
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Un poco de la trama de mi pj por ser el primer tema, si gustan también podemos usar esta "pequeña pausa" para que los pjs se conozcan mejor o seguir la noche en solitario :3
Kendovlah
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Re: Una eternidad sin magia. [Libre. 4/4] [Terminado]
Eilydh no supo a ciencia cierta cuando aquella aventura se había convertido en un encuentro familiar. De hecho su mente distraida no se hubiese percatado de la familiaridad de las palabras de aquel pirata hacia Kendovlah de no ser por el deje de frustración y casi reto en sus palabras. No estaba segura de si eran familia a decir verdad, pero el pirata parecía molestar lo suficiente al mago como para que este hubiese frenado súbitamente la velocidad a la que los había conducido durante todo el camino.
No es que necesariamente hubiese mucho lugar a donde ir, por otro lado. Así que la chica decidió distraerse enumerando mentalmente las ventajas de cada una de las esquinas de aquella habitación, en un intento de elegir dónde iba a acomodarse a pasar la noche. Cuando finalmente se dio cuenta de que todas las esquinas eran exactamente igual de poco cómodas decidió que al menos estar cerca del fuego no la dejaría a oscuras. Y el mantenerlo vivo toda la noche le daría algo que hacer: Como era típico de ella, no confiaba en ninguno de sus acompañantes, y tenía la vista puesta en ambos niños.. No es que llevase mucho de valor en su maleta pero las manos pequeñas suelen ser ideales para el hurto. Se sorprendió deseando pillarlos en medio de uno, así quizás podría aprender algo.
La habitación se quedo en silencio cuando el pirata los dejó. Eilydh esperó el tiempo suficiente para que todos se acomodasen y por segunda vez en menos de media hora se sorprendió a si misma, esta vez sintiendose incomoda en un silencio entre desconocidos.
-Espero que esto no sea una trampa- dijo rompiendo el silencio y dirigiéndose a la vez a todos y a nadie en la habitación- Toda esta aventura...las pistas.. el suculento premio...- enfatizó la palabra como intentando mofarse de ella pero a la vez sin intención de herir a nadie- Al fin y al cabo acabamos de dejarlo todo para seguir las pistas de alguien que como mucho ha sido intento de bala de cañón unas 3 veces- se paró un poco al recordar las cicatrices del hombre- 4 rectificó. Creo que entreví algunos cortes en sus brazos. No puede culparme si desconfio un poco.
Sonrió. Pero fue una sonrisa de unión, esperando que alguno de sus compañeros la compartiese. No necesariamente por su broma un tanto tosca, sino para iniciar una conversación. Hizo otra pausa y se llevó la mano detrás de las orejas, adecentando instintivamente su cabello antes de volver a hablar.
-No es que tenga miedo de ser engañada- añadió - simplemente no me gustaría que mis huesos reposasen muy lejos de Sandorai- añadió callando un: En este nido de brujos- y reemplazandolo por algo más adecuado teniendo en cuenta donde se encontraba.
Reparó entonces en el gesto de los niños y sus mejillas se tintaron de rosado, algo aturrullada.
-Solo bromeo!- dijo excusandose. No quería asustarlos- Al fin y al cabo nosotros somos 5! y el uno.. si intentase tendernos una trampa siempre podemos añadir alguna que otra cicatriz más en sus mejillas- sonrió, nerviosa.
Aquello le pasaba por intentar iniciar una conversación normal. Decidió callar con la esperanza de que alguien tuviese igual de mal sentido del humor que ella, o simplemente cambiase de tema.
La luz fuera de la cabaña había caido un poco, indicando el inicio del anochecer. Eilydh se acercó a una estantería pequeña y camufló su poco tacto con un interés espontáneo en : "Mil hierbas autoctonas y como usarlas contra los elfos"
Eilydh
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Re: Una eternidad sin magia. [Libre. 4/4] [Terminado]
Ruru se sentó ni muy lejos ni muy cerca de la chimenea de la misteriosa casa, intentando no prestar atención al polvoriento suelo y como sus hermosas alas replegadas se ensuciaban al entrar en contacto con esta, cosa que logró a medias, pues no pudo sentirse realmente cómoda con ese pensamiento en lo hondo de su cabeza. Luego se acomodó la capucha, que cubría bastante bien su aspecto sin contar sus largas antenas azuladas que se movían tranquilamente de vez en cuando al ritmo de cualquier sonido del entorno.
Recordando que hace horas que no come nada, sacó un pequeño frasco bastante grande lleno de lo que parecía miel, el color amarillo-naranja ámbar era brillante y realmente hermoso. Luego sacó lo que parecía ser una extraña cuchara adaptada para la fisiología del a boca de Ruru para comenzar a comer directamente del pote lentamente. Aquello que estaba comiendo era miel, hecha por la gente de su pueblo con métodos e ingredientes especiales.
A Ruru le hubiera gustado presentarse al grupo tal y como estos hicieron, hablando, pero su garganta era incapaz de articular palabras que sonaran mínimamente humanas. Por lo general no sentía rechazo a su propia naturaleza o lengua ¡De hecho era muy orgullosa al respecto! Pero en esas circunstancias, en donde su evidente apariencia jugaba en contra, prefería ser vista como una “excéntrica mujer muda” antes que “La mujer insecto muda”, en su lugar, sacó lo que parecía un tiza blanca y mientras comía miel silenciosamente escribió en el suelo, en un lugar en donde todos pudieran ver y correctamente iluminado por las cálida;
“Mi nombre es Ruru, Ruru Lepidoptera y soy una viajera. Si así lo deseáis, llamadme Lazuli. Lamento mi descortesía pero me temo que no puedo comunicarme más que mediante este método, espero aún así poder ser ayuda y entendernos durante esta misión.”
Después de eso, la joven mariposa guardó silencio mientras escuchaba atentamente a la elfa quien parecía querer aliviar el ambiente y comenzar una conversación, lastima que el método fue….ineficaz. La mujer-bestia río levemente, ella también en ocasiones lograba empeorar el ambiente en vez de mejorarlo de vuelta en la colmena, a veces deprimía a los recolectores en vez de animarlos ¡Una vez incluso sin querer ofendió a la que en aquel momento era la mano derecha de la reina, una vieja mujer-tarántula que estuvo al lado de la entonces reina de la colmena desde niña! Recordarlo era nostálgico y exasperante a la vez, pero logró ponerla de buen humor a pesar de que aquellos días ya no regresarán más.
Recordar los buenos tiempos, cuando aún la colmena vivía, le recordó por qué decidió seguir al excéntrico mago de nombre Kendovlah ¡Debía seguir el rastro de esos hombres costara lo que costara! Ya que, si era lo que ella pensaba, finalmente había dado con el rastro de su gente.
“....”
La silenciosa mariposa, antes de irse a dormir guardó el tarro de miel y la cuchara, pero también quedó sumergida en los recuerdos y el deber; No podía fallar, por le bien de lo poco que quedaba de la colmena y como reina debía recuperar a los niños perdidos costara lo que costara, incluso si eso significaba……
Aferrándose a su determinación, mientras se dejaba sumergir en el mundo de los sueños y sin embargo sin perder la sensación de peligro, sujetó la empuñadura de su espada y la apretó con fuerza, parecía la forma de la mujer de prepararse para cualquier peligro nocturno pero lo cierto es que era más; Era un recordatorio de sus prioridades y deberes, y a lo que debía ceñirse si quería salvar a los niños perdidos, lo último que queda de su colmena.
Recordando que hace horas que no come nada, sacó un pequeño frasco bastante grande lleno de lo que parecía miel, el color amarillo-naranja ámbar era brillante y realmente hermoso. Luego sacó lo que parecía ser una extraña cuchara adaptada para la fisiología del a boca de Ruru para comenzar a comer directamente del pote lentamente. Aquello que estaba comiendo era miel, hecha por la gente de su pueblo con métodos e ingredientes especiales.
A Ruru le hubiera gustado presentarse al grupo tal y como estos hicieron, hablando, pero su garganta era incapaz de articular palabras que sonaran mínimamente humanas. Por lo general no sentía rechazo a su propia naturaleza o lengua ¡De hecho era muy orgullosa al respecto! Pero en esas circunstancias, en donde su evidente apariencia jugaba en contra, prefería ser vista como una “excéntrica mujer muda” antes que “La mujer insecto muda”, en su lugar, sacó lo que parecía un tiza blanca y mientras comía miel silenciosamente escribió en el suelo, en un lugar en donde todos pudieran ver y correctamente iluminado por las cálida;
“Mi nombre es Ruru, Ruru Lepidoptera y soy una viajera. Si así lo deseáis, llamadme Lazuli. Lamento mi descortesía pero me temo que no puedo comunicarme más que mediante este método, espero aún así poder ser ayuda y entendernos durante esta misión.”
Después de eso, la joven mariposa guardó silencio mientras escuchaba atentamente a la elfa quien parecía querer aliviar el ambiente y comenzar una conversación, lastima que el método fue….ineficaz. La mujer-bestia río levemente, ella también en ocasiones lograba empeorar el ambiente en vez de mejorarlo de vuelta en la colmena, a veces deprimía a los recolectores en vez de animarlos ¡Una vez incluso sin querer ofendió a la que en aquel momento era la mano derecha de la reina, una vieja mujer-tarántula que estuvo al lado de la entonces reina de la colmena desde niña! Recordarlo era nostálgico y exasperante a la vez, pero logró ponerla de buen humor a pesar de que aquellos días ya no regresarán más.
Recordar los buenos tiempos, cuando aún la colmena vivía, le recordó por qué decidió seguir al excéntrico mago de nombre Kendovlah ¡Debía seguir el rastro de esos hombres costara lo que costara! Ya que, si era lo que ella pensaba, finalmente había dado con el rastro de su gente.
“....”
La silenciosa mariposa, antes de irse a dormir guardó el tarro de miel y la cuchara, pero también quedó sumergida en los recuerdos y el deber; No podía fallar, por le bien de lo poco que quedaba de la colmena y como reina debía recuperar a los niños perdidos costara lo que costara, incluso si eso significaba……
Aferrándose a su determinación, mientras se dejaba sumergir en el mundo de los sueños y sin embargo sin perder la sensación de peligro, sujetó la empuñadura de su espada y la apretó con fuerza, parecía la forma de la mujer de prepararse para cualquier peligro nocturno pero lo cierto es que era más; Era un recordatorio de sus prioridades y deberes, y a lo que debía ceñirse si quería salvar a los niños perdidos, lo último que queda de su colmena.
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Re: Una eternidad sin magia. [Libre. 4/4] [Terminado]
Sin mayores formalidades el grupo se conforma, todos siguen al mago de túnica naranja. Curiosamente no les toma mucho toparse con el viejo capitán quien tiene un par de cosas que decir.
Una trama extraña se vislumbra entre el marino curtido y su interlocutor hechicero, es fácil deducir quien tiene información valiosa y quien la desea con desesperación… los temas familiares suelen tener ese efecto.
En ese sentido Chimar comprende al frijol joven, el mismo se ha metido en serios problemas por los trabajos que realizaba su padre en vida. Claro que las recompensas no faltan como su curiosa esfera que ahora utiliza de base gorriona.
Cierta sonrisa maliciosa se forma en el inventor, cae de buena manera saber que tendrán ventaja en la competencia. No es que la necesite claro pero es mejor pájaro en mano que cien volando, solo hay que cambiar los pájaros por aeros.
La muralla de cicatrices se retira e incluso les deja un lugar donde descansar, sin duda esto es tratamiento especial. El sitio tiene la misma apariencia que el sujeto pero Maquiavelo a dormido en lugares peores.
Bonito lugar…
Dice mientras pasa su índice derecho por la pared más cercana… no hay que ser un genio para adivinar el resultado. Lo hace a modo de broma irónica claro, la ratonera tenía una decoración similar con todo lo que eso implica.
El sitio posee una chimenea funcional, techo y sacos de dormir, es prácticamente una posada con lago incluido para ambos mocosos. Los aventureros no son muy quisquillosos con tales temas por obvias razones.
Se necesita mucho más que un frijol añejado para acabar con nosotros dos jeje.
Dice por el comentario que suelta la elfa, después de toda la vida en el camino va de peligros. Aunque el marinero sea una figura imponente, es mortal como todos los seres que habitan el planeta.
Bueno “suelta su mochila en un saco de dormir” tiempo de… ¿Pero qué rayos? “dice al notar que Canel ocupa su saco recién reclamado” ¿Qué crees que haces, peque?
“El mocoso hechicero mira con rostro juguetón”.
Ni siquiera lo pienses, es un sitio bastante grande para…
“Su hermano recurre al viejo truco de hacer ojitos”.
Claro que n… “suspira” vale, dame un espacio y más te vale no despertarme.
La realidad vocal de su integrante insecto sin duda resulta un tanto sorpresiva, pone a volar la imaginación del joven genio. Mientras empuja a su pequeño pariente en el saco de dormir por simple malicia infantil, no puede evitar pensar en una solución científica.
Ruru, Creo que la ciencia podría darte la capacidad del habla humanoide… solo se requieren algunos cortes y dos operaciones exploratorias menores para entender que prototipo usar.
Una trama extraña se vislumbra entre el marino curtido y su interlocutor hechicero, es fácil deducir quien tiene información valiosa y quien la desea con desesperación… los temas familiares suelen tener ese efecto.
En ese sentido Chimar comprende al frijol joven, el mismo se ha metido en serios problemas por los trabajos que realizaba su padre en vida. Claro que las recompensas no faltan como su curiosa esfera que ahora utiliza de base gorriona.
Cierta sonrisa maliciosa se forma en el inventor, cae de buena manera saber que tendrán ventaja en la competencia. No es que la necesite claro pero es mejor pájaro en mano que cien volando, solo hay que cambiar los pájaros por aeros.
La muralla de cicatrices se retira e incluso les deja un lugar donde descansar, sin duda esto es tratamiento especial. El sitio tiene la misma apariencia que el sujeto pero Maquiavelo a dormido en lugares peores.
Bonito lugar…
Dice mientras pasa su índice derecho por la pared más cercana… no hay que ser un genio para adivinar el resultado. Lo hace a modo de broma irónica claro, la ratonera tenía una decoración similar con todo lo que eso implica.
El sitio posee una chimenea funcional, techo y sacos de dormir, es prácticamente una posada con lago incluido para ambos mocosos. Los aventureros no son muy quisquillosos con tales temas por obvias razones.
Se necesita mucho más que un frijol añejado para acabar con nosotros dos jeje.
Dice por el comentario que suelta la elfa, después de toda la vida en el camino va de peligros. Aunque el marinero sea una figura imponente, es mortal como todos los seres que habitan el planeta.
Bueno “suelta su mochila en un saco de dormir” tiempo de… ¿Pero qué rayos? “dice al notar que Canel ocupa su saco recién reclamado” ¿Qué crees que haces, peque?
“El mocoso hechicero mira con rostro juguetón”.
Ni siquiera lo pienses, es un sitio bastante grande para…
“Su hermano recurre al viejo truco de hacer ojitos”.
Claro que n… “suspira” vale, dame un espacio y más te vale no despertarme.
La realidad vocal de su integrante insecto sin duda resulta un tanto sorpresiva, pone a volar la imaginación del joven genio. Mientras empuja a su pequeño pariente en el saco de dormir por simple malicia infantil, no puede evitar pensar en una solución científica.
Ruru, Creo que la ciencia podría darte la capacidad del habla humanoide… solo se requieren algunos cortes y dos operaciones exploratorias menores para entender que prototipo usar.
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Re: Una eternidad sin magia. [Libre. 4/4] [Terminado]
La aventura ya había comenzado solo que el pequeño grupo de cinco aún no se había percatado. Los hilos se movían con gran rapidez mientras estos apenas tenían un tiempo corto para conocerse y descansar. Desde lo lejos empezaban a escucharse sonidos de batallas por barios rincones de Beltrexus y sus alrededores. El joven mago que aún se encontraba montando guardia confundía estos sonidos con sueños. Medio dormido y medio despierto a causa del cansancio del cual se estaba recuperando.
En sus sueños una silueta familiar se movía por el campo de batalla. Su magia era mortal, sus llamas y bolas de fuego hacían que el olor a carne chamuscada se mezclara junto a la sangre de otros enemigos. La voz del capitán sonaba como un eco en su cabeza. ¿Podía ser esa clase de cosas que Brinnah había ocultado a Kendo? Nunca antes se había imaginado a su madre en tales circunstancias, incluso sabiendo que había participado en la gran guerra. Había tanto que el joven mago debía descubrir del pasado de su madre antes de siquiera pensar en entrar a Hekshold.
-Las tinieblas y el terror se alzan al amparo del cautivo. Cuando la unión de cuatro estirpes rompan cadenas el sello se liberará y viejos enemigos deberán luchar juntos-. Sin darse cuenta el joven mago cito la continuación de las palabras del capitán que había leído en su libro y entonces la calmada conversación que estaba teniendo el grupo se vio interrumpida.
Sin aviso previo, dos figuras cayeron desde el malgastado techo de paja haciendo un fuerte estrecho en el interior de la casa al parar sobre la mesa de madera en el centro. Piratas, ambos portando dos cimitarras bien afiladas. Aunque la figura de estos no era tan temible como la de su capitán, sus ojos estaban llenos de deseos de venganza y sangre. Al mismo tiempo esa sonrisa macabra no hacía más que secundar sus intenciones. Inspeccionaron rápidamente al grupo cuando sus ojos se pararon sobre la elfa y la cambia formas pues a simple vista eran quienes representaban una mayor amenaza.
-Vaya, una elfa... Curioso que sigas a un mocoso cuya madre mato a tantos de los tuyos-. Dijo con tono irónico mientras el otro que miraba a Ruru respondía: - Y mira a esta, seguramente escapo del cargamento ese-.
Por su parte Kendovlah despertaba de golpe al sentir dos cimitarras desenvainarse a pasos de él. Cuando se dio cuenta pudo ver a otro pirata más con claras intenciones asesinas. Se levanto de golpe cosa que le causo un mareo temporal pero pudo componerse en cuestión de segundos y desenfundar su espada de acero. -Por fin encontramos al pequeño hijo de Brinnah. El capitán ordenó que los dejasemos descansar, pero adivina... No vamos a esperar un eternidad a que consigas el nivel de tu madre. ¡Matarte ahora permitirá a nuestros antepasados descansar en paz!-. La cimitarra se movió con velocidad sobre la cabeza del mago quien a penas tuvo la oportunidad de realizar un bloqueo torpe e inexperto con su espada.
Al interior dos piratas más entraban en escena de la misma forma, uno con una morning star con cadena en mano y el otro con una hacha de combate a dos manos. -No se ven la gran cosa-. Dijo el pirata del hacha mientras la levantaba con ambas manos y se disponía a dejarla caer sobre la cabeza del joven Maquiavelo. El de la morning star ya tenía su arma en el aíre y se dejaba caer peligrosamente sobre la cabeza de Canel.
Al mismo tiempo, los dos espadachines pisaban el suelo firme. Uno preparaba un ataque con las hojas cruzadas, abriéndolas y apuntando en dirección a Eylidh. En tanto el otro con la cimitarra izquierda se disponía a lanzar una estocada vertical a la reina insecto. El grupo entero estaba en aprietos y aún no habían comenzado su viaje.
¿De qué se trataba esto? Insurrección y venganza. No podía ser otra cosa, pero ¿por qué? Al brujo le costaba entender la motivación de estos hombres para desafiar las ordenes de su jefe y más aún le había pillado por sorpresa el hecho de querer vengarse por algo que su madre había hecho. Había mucho que asimilar y poco tiempo para sobrevivir a aquella emboscada. Debía librarse rápido de su atacante y reunirse cuanto antes con su nuevo grupo de compañeros.
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Off:
5ta ronda! *Entrega licencia para matar pnjs a cada uno* Hora de usarla y comenzar la acción por fin :3 Ah y como siempre no teman en consultar si no entienden algo
En sus sueños una silueta familiar se movía por el campo de batalla. Su magia era mortal, sus llamas y bolas de fuego hacían que el olor a carne chamuscada se mezclara junto a la sangre de otros enemigos. La voz del capitán sonaba como un eco en su cabeza. ¿Podía ser esa clase de cosas que Brinnah había ocultado a Kendo? Nunca antes se había imaginado a su madre en tales circunstancias, incluso sabiendo que había participado en la gran guerra. Había tanto que el joven mago debía descubrir del pasado de su madre antes de siquiera pensar en entrar a Hekshold.
-Las tinieblas y el terror se alzan al amparo del cautivo. Cuando la unión de cuatro estirpes rompan cadenas el sello se liberará y viejos enemigos deberán luchar juntos-. Sin darse cuenta el joven mago cito la continuación de las palabras del capitán que había leído en su libro y entonces la calmada conversación que estaba teniendo el grupo se vio interrumpida.
Sin aviso previo, dos figuras cayeron desde el malgastado techo de paja haciendo un fuerte estrecho en el interior de la casa al parar sobre la mesa de madera en el centro. Piratas, ambos portando dos cimitarras bien afiladas. Aunque la figura de estos no era tan temible como la de su capitán, sus ojos estaban llenos de deseos de venganza y sangre. Al mismo tiempo esa sonrisa macabra no hacía más que secundar sus intenciones. Inspeccionaron rápidamente al grupo cuando sus ojos se pararon sobre la elfa y la cambia formas pues a simple vista eran quienes representaban una mayor amenaza.
-Vaya, una elfa... Curioso que sigas a un mocoso cuya madre mato a tantos de los tuyos-. Dijo con tono irónico mientras el otro que miraba a Ruru respondía: - Y mira a esta, seguramente escapo del cargamento ese-.
Por su parte Kendovlah despertaba de golpe al sentir dos cimitarras desenvainarse a pasos de él. Cuando se dio cuenta pudo ver a otro pirata más con claras intenciones asesinas. Se levanto de golpe cosa que le causo un mareo temporal pero pudo componerse en cuestión de segundos y desenfundar su espada de acero. -Por fin encontramos al pequeño hijo de Brinnah. El capitán ordenó que los dejasemos descansar, pero adivina... No vamos a esperar un eternidad a que consigas el nivel de tu madre. ¡Matarte ahora permitirá a nuestros antepasados descansar en paz!-. La cimitarra se movió con velocidad sobre la cabeza del mago quien a penas tuvo la oportunidad de realizar un bloqueo torpe e inexperto con su espada.
Al interior dos piratas más entraban en escena de la misma forma, uno con una morning star con cadena en mano y el otro con una hacha de combate a dos manos. -No se ven la gran cosa-. Dijo el pirata del hacha mientras la levantaba con ambas manos y se disponía a dejarla caer sobre la cabeza del joven Maquiavelo. El de la morning star ya tenía su arma en el aíre y se dejaba caer peligrosamente sobre la cabeza de Canel.
Al mismo tiempo, los dos espadachines pisaban el suelo firme. Uno preparaba un ataque con las hojas cruzadas, abriéndolas y apuntando en dirección a Eylidh. En tanto el otro con la cimitarra izquierda se disponía a lanzar una estocada vertical a la reina insecto. El grupo entero estaba en aprietos y aún no habían comenzado su viaje.
¿De qué se trataba esto? Insurrección y venganza. No podía ser otra cosa, pero ¿por qué? Al brujo le costaba entender la motivación de estos hombres para desafiar las ordenes de su jefe y más aún le había pillado por sorpresa el hecho de querer vengarse por algo que su madre había hecho. Había mucho que asimilar y poco tiempo para sobrevivir a aquella emboscada. Debía librarse rápido de su atacante y reunirse cuanto antes con su nuevo grupo de compañeros.
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Off:
5ta ronda! *Entrega licencia para matar pnjs a cada uno* Hora de usarla y comenzar la acción por fin :3 Ah y como siempre no teman en consultar si no entienden algo
Kendovlah
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Re: Una eternidad sin magia. [Libre. 4/4] [Terminado]
Eilydh no supo muy bien cuando se quedó dormida. El silencio y la quietud al final se apoderó de ella y sus compañeros. Había sido un día largo y las llamas del fuego tenían algo relajante en ellas que ... lo dicho. Se quedó dormida.
La despertó el estruendo de algo pesado cayendo sobre ellos. Quizás no sobre ellos literalmente pero a unos metros de ellos. A su lado la elfa pudo ver cómo la mujer insecto también se despertaba alterada. Eilydh se puso de pie y buscó a tientas una lampara de aceite para iluminar la estancia. Varios piratas sin tantas cicatrices como su embajador se habían aparecido en la sala. Todos con pocas ganas de hacer amigos y no había nada en este mundo que molestase tanto a Eilydh como que la despertasen de un sueño plácido. Sobre todo porque hacía tiempo que no se dormía sin esfuerzo.
Escuchó las palabras del hombre sobre lo que había hecho la madre del brujo. Aquello ofendió a la elfa, pero decidió embotellar su rabia con él para otra ocasión al fin y al cabo tenia la intención de seguir viva después de aquella noche. El pirata frente a ella, sin embargo tenía otras intenciones y con dos afiladas hojas intentó paralizar a la elfa que, si bien no era tan fuerte como el hombre era más ágil.
Esquivó la primera estocada en la que el hombre puso poco interés y esto hizo que en su segunda este pusiese más fuerza, dejando a Eilydh a un milímetro de ser herida. Tras esto se paró y la miro:
-Pareces un ratoncito nervioso, señorita.. y sabes que hago yo con los ratones?- dijo el hombre de nuevo moviendo sus hojas afiladas hacia Eilydh que aunque esquivó la primera no tuvo tanta suerte con la segunda hincándose en su brazo izquierdo y realizándole un profundo corte que empezó a sangrar- Me los como!- dijo el hombre divertido y poco cuidadoso estocándo de nuevo.
Esta vez la chica estaba preparada. Le saltó a un lado, subiendose a el por la cintura pero desde su lado derecho y sacó su daga de su muslo. El hombre intentó sacarsela de encima, pero las piernas de Eilydh lo enroscaron. Con su mano libre blandió su daga clavándola en el cuello del pirata y haciendo una herida limpia de la que brotó la sangre y a la que el hombre llevó de manera inmediata sus manos.
El pirata cayó de rodillas al suelo mientras Eilydh lo hacía al mismo tiempo.
Observó a sus compañeros luchando de la misma manera que ella lo había hecho, intentó ver si alguno necesitaba ayuda, pero todos parecían estar defendiéndose bien, y de su herida había empezado a brotar más sangre de la que le hubiese gustado. Necesitaba curarse
Eilydh
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Re: Una eternidad sin magia. [Libre. 4/4] [Terminado]
Ruru ladeó la cabeza ante las palabras del niño ¿La ciencia podría ayudarla? Tampoco es como si quisiera poder hablar la lengua común tan desesperadamente, le sería útil pero….¿No sería contraproducente? Incluso si pudiera comunicarse abiertamente, nada le asegura poder seguir pudiéndose comunicar con los insectos y los suyos como lo hace. La mariposa se disponía a escribir un rechazo formal y educado al jovencito humano con su tiza pero la repentina llegada de dos piratas la descolocó de lo que estaba haciendo. Sin dudarlo dos segundos se puso en pie y desenvainó su espada de piedra.
“Y mira a esta, seguramente escapó del cargamento ese”
"¡...!"
En cuanto la mujer insecto escuchó esas palabras, sin fijarse en lo que sucedía a sus alrededores, clavó su mirada hacia el hombre que debía ser de unos 30 años, demacrado y haciendo gala de una repugnante arrogancia dirigida a la mujer-bestia. Sin esperar, la mariposa se abalanzó contra el hombre y comenzaron a intercambiar estocadas.
El marinero era bastante más rápido y ágil que Ruru, quien portaba más peso y su constitución de insecto la hacía un poco más lenta ¡Pero a su vez, los ataques de la mujer bestia eran más brutales y difíciles de recibir para el débil humano! Era una pelea que buscaba aprovecharse de la debilidad del otro y de la fortaleza de uno mismo; Mientras que el pirata asestaba rápidos golpes, la mariposa prácticamente lo tumbaba al suelo de una estocada. Finalmente, por desgaste, el pirata cedió mientras aguantaba un pesado y fuerte estocada de la mujer, siendo gravemente herido mediante un corte que comenzaba en el hombro derecho y acababa en el lado lado izquierdo de la cadera, el humano gritó adolorido mientra caía al suelo.
“¡Click!”
Ruru chirrió, hablando de forma enfadada y seria a la figura del humano incluso sabiendo que no podía ser entendida, siguió repitiendo las mismas furiosas “palabras” en forma de chasquidos y chirridos; “Dime todo lo que sepas sobre el cargamento”. El marinero esbozó un rostro confuso, aún tirado en el suelo, estuvo a punto de utilizar palabras mordaces para provocar a Ruru quien, sin tener paciencia para las tonterías de humano, clavó la espada de piedra justo al lado de su cabeza ¡La espada se hundió perfectamente, como si el suelo se tratara de jodida manteca! El pirata se puso pálido y miró aterrorizado a la mujer-bestia, quien clavó sus ojos de insecto y volvió a preguntar en su lengua;
Quiero que me cuentes todo lo que sepas sobre el cargamento
El marinero, quien parecía estar viendo al mismísimo diablo de lo asustado que estaba, balbuceó y tartamudeo mientras ponía en fila toda sus palabras ¡Apenas podía hablar! Cualquier podría entender, incluso sin saber la lengua de los insectos, que le estaba preguntando.
“Y-Yo no t-tengo nada que verlo ¡L-Lo juro! P-Pero hay un r-rumor en los p-p-puertos; C-Cierto contrabandista trajo una m-mercancía muy especial….¡N-No sé nada más sobre ella! S-Solo que p-parecen ser….insectos…¡P-Por favor! N-No me m-m-m-ates…”
Escudriñando la expresión y tono de voz del humano en busca de mentiras, Ruru no despegó la mirada del humano por unos segundos hasta que finalmente decidió que el tipo no estaba mintiendo ¡En verdad no sabía nada! Dándose por satisfecha, desclavó la espada y se giró, ignorando al pirata ¡No merecía la pena matar a un tipo como él!
“ Ja…..ja..¡Jajaja! ¡M-Maldito B-Bichejo! ¡Voy a matarte!”
Aprovechándose de que Ruru le daba la espalda, el humano tuvo un arrebato de oportunismo y se abalanzó con la cimitarra a todo velocidad, sus ojos brillaban en locura y rabia a la par que terror ¡Había perdido completamente la cordura! Lastima que Ruru le dio la espalda porque tenía la seguridad de poder defenderse incluso de espaldas. Girando al compás de la risa, como si de una bailarina se tratara, la reina insecto se volteó y sin dudarlo degolló al impertinente hombre que desaprovechó la oportunidad de vivir que Ruru le ofreció.
Toda la sangre a presión salió cual fuente, ensuciando a cualquier persona que estuviera cerca del líquido viscoso carmesí e impregnando el aire con un aroma a hierro. Suspirando….o al menos haciendo algo similar, Ruru se miró a sí misma con disgusto; Estaba empapada con la sangre del pirata, su rostro y cabeza -Ahora visibles dado que durante la pelea su capucha se deslizó para dejar al descubierto su apariencia de insecto.-, estaban salpicadas en gotas carmesí que sumada a su apariencia le hacían parecer un monstruo sacado de una película de terror barata ¡Solo de pensarlo asqueaba a Ruru! Se puso de vuelta la capucha sin desear pensar más en ello.
Ruru Lepidoptera
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Re: Una eternidad sin magia. [Libre. 4/4] [Terminado]
Los ojos de Chimar se cierran mientras espera una respuesta de Ruru, lo cierto es que tiene bastante sueño ya que fue un día de desplazamientos. Hasta que la ciencia puede evitar el desgaste físico de dicha actividad común con inventos… seguirá siendo necesario dormir bastante.
Por desgracia el cansado niño no tiene oportunidad de siquiera entrar al mundo de los sueños, caen piratas del cielo… o su aproximación más realista. Literalmente son atacados por hostiles de manera sorpresiva.
El inventor despabila, prácticamente con el corazón en la garganta. Por su parte Canel continua con una perturbadora tranquilidad aunque al menos se digna a abrir los ojos, estos hermanitos vienen más raros cada día.
No solo se trata de los invasores que entran por el techo, aparecen otros enemigos por la puerta principal. Estos es particular se centran en el par de niños con sus armas y técnicas de velocidad, tienen la iniciativa.
Nada más ver como la vida de su pequeño amigo peligra, el genio experimenta una subida de adrenalina monstruosa. Parte adrenalina y parte furia para ser correctos, nadie se mete con la gente que quiere.
Sujeta el saco de dormir y gira para esquivar el primer ataque, vale destacar que Canel viene incluido en el paquete. Claro que eso no es todo, a pies de los atacantes rueda una curiosa esfera metálica que no tarda en desencadenar su gran poder.
El chico la arrojo justo antes de quedar cubierto por el propio saco, por suerte es bastante fácil de activar. Con una calibración de solo segundos para la explosión, los paletos olorosos a salitre solo tienen tiempo de mirarse las caras antes de salir despedidos por una explosión hidráulica.
No es recomendable lanzar el artefacto en sitios cerrados ni tan cerca pero la cobertura de tela aerodinámica permite a los niños salir sin heridas mayores que el aturdimiento residual y los múltiples daños de la casa derruida evitan efectos severos en los aliados.
Claro que el par de atacantes despabilados salen volando en direcciones opuestas debido a su proximidad, uno incluso atraviesa la ventana y va a parar en el propio camino desatendido que lleva a la cabaña.
Creo que la casa necesitara… una mano de pintura.
Dice a medida que abandona su cobertura y comprueba que Canel está bien, este último mantiene una mueca de felicidad bastante extraña que desconcierta a su hermano… Maquiavelo le pondrá más ojo de ahora en adelante cuando revolotee por el taller.
¿Es mi imaginación o el capitán cicatrices debe poner mano dura en casa?
Por desgracia el cansado niño no tiene oportunidad de siquiera entrar al mundo de los sueños, caen piratas del cielo… o su aproximación más realista. Literalmente son atacados por hostiles de manera sorpresiva.
El inventor despabila, prácticamente con el corazón en la garganta. Por su parte Canel continua con una perturbadora tranquilidad aunque al menos se digna a abrir los ojos, estos hermanitos vienen más raros cada día.
No solo se trata de los invasores que entran por el techo, aparecen otros enemigos por la puerta principal. Estos es particular se centran en el par de niños con sus armas y técnicas de velocidad, tienen la iniciativa.
Nada más ver como la vida de su pequeño amigo peligra, el genio experimenta una subida de adrenalina monstruosa. Parte adrenalina y parte furia para ser correctos, nadie se mete con la gente que quiere.
Sujeta el saco de dormir y gira para esquivar el primer ataque, vale destacar que Canel viene incluido en el paquete. Claro que eso no es todo, a pies de los atacantes rueda una curiosa esfera metálica que no tarda en desencadenar su gran poder.
El chico la arrojo justo antes de quedar cubierto por el propio saco, por suerte es bastante fácil de activar. Con una calibración de solo segundos para la explosión, los paletos olorosos a salitre solo tienen tiempo de mirarse las caras antes de salir despedidos por una explosión hidráulica.
No es recomendable lanzar el artefacto en sitios cerrados ni tan cerca pero la cobertura de tela aerodinámica permite a los niños salir sin heridas mayores que el aturdimiento residual y los múltiples daños de la casa derruida evitan efectos severos en los aliados.
Claro que el par de atacantes despabilados salen volando en direcciones opuestas debido a su proximidad, uno incluso atraviesa la ventana y va a parar en el propio camino desatendido que lleva a la cabaña.
Creo que la casa necesitara… una mano de pintura.
Dice a medida que abandona su cobertura y comprueba que Canel está bien, este último mantiene una mueca de felicidad bastante extraña que desconcierta a su hermano… Maquiavelo le pondrá más ojo de ahora en adelante cuando revolotee por el taller.
¿Es mi imaginación o el capitán cicatrices debe poner mano dura en casa?
- Off:
- Chimar usa su habilidad de Lvl 1 (Bomba Hidráulica)
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Re: Una eternidad sin magia. [Libre. 4/4] [Terminado]
-¡Aquí llega Vlad!-. Se escuchó el grito feroz y un mandoble de acero de almenos dos metros de largo golpea con fuerza el suelo al tiempo que el hombre cae. Su complexión era similar a la del capitán, pero a la vez su mirada dejaba ver una furia y sed de sangre casi irracional para ser un simple humano. Dos piratas más aparecen para socorrer al que enfrentaba a Kendovlah quien de pronto pudo sentir el verdadero terror. Al mismo tiempo los expulsados por la bomba del pequeño inventor se recomponían para descubrir que las cosas se habían puesto más serías de lo que esperaban. Aquel hombre llamado Vlad estaba furioso y los piratas que se habían mostrado tan fieros hasta entonces parecían perros asustados. El hombre apenas se dejaba ver el rostro, una melena blanca y ojos negros como la noche, iba cubierto con una capucha de pies a cabeza que apenas servía para esconder su rostro. Ciertamente haber usado una mascara habría cumplido mejor la función de esconder su identidad. -¡Hijo de Brinnah, reúne a tu grupo y largo de aquí! Yo me encargo de la basura esta-.
El mago no lo pensó dos veces, no sabía si era buena idea ayudar al hombre que respondía al nombre de Vlad pero tampoco quería comprobarlo. Entró en el taller de su madre y comprobó que el equipo aún seguía con vida al tiempo que escuchaba las palabras de Chimar. -Llegó la mano dura y no creo que quieran verlo, tomen sus cosas y a correr-. Dijo el mago para darse la vuelta y ver como Vlad sujetaba el pescuezo del pirata que lo había atacado, los otros estaban estáticos como sabiendo que estaban jodidos.
Vlad entonces mientras el grupo salía del taller, tiro con fuerza la cabeza del pirata al suelo, pisándola con aún más fuerza como si realmente se tratara de basura. A penas se podía escuchar los gritos desesperados del pirata mientras Vlad se ponía su mandoble al hombro, preparándose para atacar, pero se detuvo al ver al grupo reunido. -¡Malditas cucarachas, dije largo!-.
Un escalofrío recorrió por completo la espalda de Kendovlah quien sin pensarlo si quiera una vez corrió como nunca lo había hecho en su vida.
Durante la carrera podían aún escuchar la sádica risa del refuerzo, casi sentía lástima por quienes habían atacado al grupo. Nada los molesto más hasta que llegaron a las puertas de un cementerio cercano a las paredes de la ciudad. El mago reconocía el lugar, ahí había enterrado las cenizas de su padre y de su madre. Un viento helado se hizo presente y de pronto no se escuchó nada más. Como si la turbulenta revolución hubiese quedado atrás.
Kendovlah casi como polilla a la luz comenzó a caminar entre la fila de lápidas, más al fondo habían unos cuantos mausoleos y algunas estatuas sobre las lápidas. -Donde la vida termina una aventura comienza-. Recitó el mago y le entregó el libro que había iniciado todo al grupo para que pudiera comprender sus palabras, casi como coincidencia se trataban de una guía. La página que estaba marcada comenzaban con las palabras que había recitado el capitán en la posada y terminaban con las últimas palabras del mago. Aún había más, pero solo algunas palabras del resto del libro servían como guía. Era como una especie de mensaje cifrado, mezclados con la aventura de un joven guerrero.
Se arrodillo entonces frente a dos lápidas y una mirada reflexiva se dibujo sobre el rostro del mago. Sobre una de las lápidas el grupo podría leer un nombre familiar “Brinnah”.
A medida que el grupo leía o miraba el libro, casi de forma insonora, uno de los mausoleos al final se iba abriendo. Tras las palabras del mago, se rompió la primera cadena, ¿qué seguiría después? ¿sería posible que el grupo encontrará la respuesta al enigma que tenían literalmente frente a sus narices?
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Off: Pueden aportar al rompecabezas con palabras sacadas del libro o acciones, lo dejo al criterio de cada uno, lo que no recomiendo es hacer enojar más a Vlad. Mejor que se quede atrás :3
El mago no lo pensó dos veces, no sabía si era buena idea ayudar al hombre que respondía al nombre de Vlad pero tampoco quería comprobarlo. Entró en el taller de su madre y comprobó que el equipo aún seguía con vida al tiempo que escuchaba las palabras de Chimar. -Llegó la mano dura y no creo que quieran verlo, tomen sus cosas y a correr-. Dijo el mago para darse la vuelta y ver como Vlad sujetaba el pescuezo del pirata que lo había atacado, los otros estaban estáticos como sabiendo que estaban jodidos.
Vlad entonces mientras el grupo salía del taller, tiro con fuerza la cabeza del pirata al suelo, pisándola con aún más fuerza como si realmente se tratara de basura. A penas se podía escuchar los gritos desesperados del pirata mientras Vlad se ponía su mandoble al hombro, preparándose para atacar, pero se detuvo al ver al grupo reunido. -¡Malditas cucarachas, dije largo!-.
Un escalofrío recorrió por completo la espalda de Kendovlah quien sin pensarlo si quiera una vez corrió como nunca lo había hecho en su vida.
Durante la carrera podían aún escuchar la sádica risa del refuerzo, casi sentía lástima por quienes habían atacado al grupo. Nada los molesto más hasta que llegaron a las puertas de un cementerio cercano a las paredes de la ciudad. El mago reconocía el lugar, ahí había enterrado las cenizas de su padre y de su madre. Un viento helado se hizo presente y de pronto no se escuchó nada más. Como si la turbulenta revolución hubiese quedado atrás.
Kendovlah casi como polilla a la luz comenzó a caminar entre la fila de lápidas, más al fondo habían unos cuantos mausoleos y algunas estatuas sobre las lápidas. -Donde la vida termina una aventura comienza-. Recitó el mago y le entregó el libro que había iniciado todo al grupo para que pudiera comprender sus palabras, casi como coincidencia se trataban de una guía. La página que estaba marcada comenzaban con las palabras que había recitado el capitán en la posada y terminaban con las últimas palabras del mago. Aún había más, pero solo algunas palabras del resto del libro servían como guía. Era como una especie de mensaje cifrado, mezclados con la aventura de un joven guerrero.
Se arrodillo entonces frente a dos lápidas y una mirada reflexiva se dibujo sobre el rostro del mago. Sobre una de las lápidas el grupo podría leer un nombre familiar “Brinnah”.
A medida que el grupo leía o miraba el libro, casi de forma insonora, uno de los mausoleos al final se iba abriendo. Tras las palabras del mago, se rompió la primera cadena, ¿qué seguiría después? ¿sería posible que el grupo encontrará la respuesta al enigma que tenían literalmente frente a sus narices?
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Off: Pueden aportar al rompecabezas con palabras sacadas del libro o acciones, lo dejo al criterio de cada uno, lo que no recomiendo es hacer enojar más a Vlad. Mejor que se quede atrás :3
Kendovlah
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Re: Una eternidad sin magia. [Libre. 4/4] [Terminado]
El tal Vlad parecía mosqueado, y sus palabras frías indicaron que ninguno de los componentes de aquel grupo querrían estar en el lugar de los piratas. Aún así a Eilydh no le gustaba recibir órdenes, fuese quien fuese aquel Vlad, asií que siguió a sus compañeros, pero se quedó algo rezagada como esperando que aquellos piratas los siguiesen.
No lo hicieron.
Cuando se vino a dar cuenta, estaban rodeados de tumbas. Los humanos y brujos tenían maneras extremadamente raras de despojarse de sus muertos, y aunque Eilydh imaginaba que los cuerpos bajo las rocas llevaban muertos más años que los que ella misma había vivido, un escalofrío le recorrió la espalda, aderezado por las palabras que Kendo estaba leyendo, como si todo lo que decía aquel libro suyo estuviese planificado con antelación y tuviese algún impacto en aquella aventura que estaban viviendo. Se dispuso a leer los nombres de las tumbas, distraida.
No quería ganar nada de aquella expedición. Es más con alejarse de los mercenarios que la buscaban se daba por vencida, sin embargo no era una persona que dejase las cosas a media.. así que quiso ayudar:
-Kendo.. por qué no miras en ese libro tuyo a ver si aparece esto: Bienaventuradas las piedras que pisais.. porque de ellas se abrirán a vuestros pies el cielo.. y el infierno"- Eilydh sonrió como si algo le hubiese hecho gracia, pero lo cierto es que tan solo estaba leyendo palabras sin sentido escritas en el camino de adoquines por el que habían caminado.
Si estaban tras la pista adecuada, quizás aquello era una confirmación de que seguían el camino correcto.
Hacia dónde? Quién sabia/...
No lo hicieron.
Cuando se vino a dar cuenta, estaban rodeados de tumbas. Los humanos y brujos tenían maneras extremadamente raras de despojarse de sus muertos, y aunque Eilydh imaginaba que los cuerpos bajo las rocas llevaban muertos más años que los que ella misma había vivido, un escalofrío le recorrió la espalda, aderezado por las palabras que Kendo estaba leyendo, como si todo lo que decía aquel libro suyo estuviese planificado con antelación y tuviese algún impacto en aquella aventura que estaban viviendo. Se dispuso a leer los nombres de las tumbas, distraida.
No quería ganar nada de aquella expedición. Es más con alejarse de los mercenarios que la buscaban se daba por vencida, sin embargo no era una persona que dejase las cosas a media.. así que quiso ayudar:
-Kendo.. por qué no miras en ese libro tuyo a ver si aparece esto: Bienaventuradas las piedras que pisais.. porque de ellas se abrirán a vuestros pies el cielo.. y el infierno"- Eilydh sonrió como si algo le hubiese hecho gracia, pero lo cierto es que tan solo estaba leyendo palabras sin sentido escritas en el camino de adoquines por el que habían caminado.
Si estaban tras la pista adecuada, quizás aquello era una confirmación de que seguían el camino correcto.
Hacia dónde? Quién sabia/...
Eilydh
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Re: Una eternidad sin magia. [Libre. 4/4] [Terminado]
En cuanto el brujo dio la voz para correr, Ruru obedeció sin expresar nada más. No había obtenido nada del marinero pero al menos ahora sabía que todo aquello estaba conectado de alguna forma a un cargamento de “insectos” ¡Con más razón debía contribuir entonces! La mujer mariposa apretó el mango de su espada y su mirada pareció oscurecerse; Odiaba la violencia y usar su espada para matar, prefería emplear su filo para proteger y no eliminar ¡Pero esto no era un tema de honor o personalidad! Si su gente estaba de por medio haría lo que fuera por ellos.
Incluso si eso quiere decir que tengo que seguir matando…
Aferrándose al mango un leve sonido de cuero resonó y tranquilizó levemente el corazón de la mujer-bestia ¡Este era su deber como futura líder de la colmena! Limpiándose algunas gotas de sangre que manchaba su exoesqueleto azulado del rostro, la mujer bestia intentó centrarse en otra cosa que no fuera la persistente sensación de culpabilidad.
Que palabras más vagas….
En cuanto pudo leer el libro que el brujo les tendió eso fue lo primero que le vino al a mente a la mujer-bestia. lo cierto es que Ruru, incluso siendo bastante educada y noble, no se le daba del todo bien cosas como la literatura y las adivinanzas ¡Las rechazaba bastante de hecho! No es como si no pudiera defenderse pero tampoco era especialmente buena en ello. Guardando silencio dejó que el grupo resolviera el enigma que se encontraba entre las tumbas ¡Ella prefería estar atenta a cualquier riesgo de peligro! Preparándose para desenvainar su espada al menor indicio de amenaza, la mujer-mariposa movió sus antenas azuladas-lilosas en busca de alguna clase de estímulo ¡Incluso si su vista dejaba que desear, su oído era prácticamente infalible! Si se acercaba alguien, Ruru sería la primera en oírlo.
A medida que pasaba el tiempo, extrañamente, las polillas y mariposas nocturnas comenzaban a mostrarse y rodearla, en apenas 10 minutos ya habían como 7 posadas sobre ella. Ruru no pareció sorprendida por eso, de hecho, parecía estar más tranquila y a gusto con estas cerca. Era algo innato en la mariposa, parecía que por naturaleza atraía a los de su estirpe hacía ella ¿Tal vez por naturaleza sentían que estarían a salvo cerca de la espadachina insecto? Aunque lo cierto es que Ruru podía darles órdenes y usarlas para ayudarla durante las peleas de múltiples formas ¿Así que sería más acertado decir que se sentían atraídas por su carisma de reina?
“Click click”
Murmurando alguna clase de chasquido de insecto, Ruru pareció estar hablando con las mariposas quienes enseguida comenzaron a dispersarse y a revolotear la zona, como si estuvieran vigilando y/o explorando. No les vendría mal la ayuda de unas pocas antenas más, aún así, unas pocas permanecían posadas en el hombro de Ruru.
--------------------Off-rol--------------------------------------
Habilidad lvl 0
Mente Colmena (Rasgo): conecta con la mente de los otros insectos de la misma especie de la zona obligándolos ayudarle en el combate. Si el hombre bestia es hormiga, conectará únicamente con las hormigas, de ser abeja, únicamente con las abejas….(Requiere ser bestia insecto)
Ruru Lepidoptera
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Re: Una eternidad sin magia. [Libre. 4/4] [Terminado]
Aunque la primera línea esta saldada, aun se escuchaban problemas fuera de la cabaña. Chimar se prepara para una segunda ola pero esta nunca llega… bastante raro teniendo en cuenta el jaleo que sigue afuera.
Al final su aliado guía aparece, endosando todo los gritos restantes a una situación ventajosa. El pequeño genio se encoje de hombros para luego tomar la mano de Canel, mejor no despreciar los regalos de la suerte y todo eso.
Fuera se encuentran con una muralla humana que por suerte está de su parte… bueno, más o menos. No es el personaje más educado del mundo pero si quiere descargar su ira contra los piratas enemigos es bienvenido, Maquiavelo incluso se guarda una réplica igual de molesta.
Avanzan entonces, siguiendo al de la túnica naranja. Pese a no querer ser partícipe del pago, se ha convertido en el faro predilecto del grupo. ¿Qué se puede decir?, las tramas personales tienen ese efecto y bien lo sabe el joven intelectual.
Un poco después llegan hasta cierto cementerio, es enorme y bastante lúgubre. No es la clase de sitios que el chiquillo inventor aprecia visitar sin duda pero tampoco es su primera vez en uno asi, las aventuras llevan a lugares extraños.
Eventualmente Kendovlah se pone dramático, no le toma mucho al genio entender porque. Dicho personaje posa su atención en dos tumbas, parece ser que sus padres reposan en el tradicional sitio.
Chim guarda silencio, la escena le trae malos recuerdos. Después de todo es un huérfano y aunque nunca conoció a su madre, le tenía un cariño impresionante a su progenitor… como siempre debería ser.
Canel aprieta levemente su mano, esto hace que Maquiavelo le mire. Su hermanito está sonriendo, trata de animarle. Chimar decide corresponder con un abrazo juguetón pues aprecia el gesto a sobremanera.
Pronto descubren que tienen una razón para estar allí, cuando Kendovlah recita algunas palabras de su libro, se escucha un característico ruido en las cercanías. Parece que hay algo más que muertos enterrado en el lugar.
La chica elfa hace un intento por lograr avance, por desgracia sus palabras no desencadenan acción. La mariposa gigante por otro lado convive con otros miembros más pequeños de su especie… es claro que Chimar debe salvar el día.
Saltándose todo el tema de los acertijos, avanza a la fuente del ruido. Es un mausoleo medianamente grande y con un sello intrincado que guarda la entrada, burlarlo con ganzúas es imposible pero hay otra opción. Sin vacilar el joven genio arroja su botellita de ácido desde una distancia segura y luego espera que la ciencia les abra camino.
Al final su aliado guía aparece, endosando todo los gritos restantes a una situación ventajosa. El pequeño genio se encoje de hombros para luego tomar la mano de Canel, mejor no despreciar los regalos de la suerte y todo eso.
Fuera se encuentran con una muralla humana que por suerte está de su parte… bueno, más o menos. No es el personaje más educado del mundo pero si quiere descargar su ira contra los piratas enemigos es bienvenido, Maquiavelo incluso se guarda una réplica igual de molesta.
Avanzan entonces, siguiendo al de la túnica naranja. Pese a no querer ser partícipe del pago, se ha convertido en el faro predilecto del grupo. ¿Qué se puede decir?, las tramas personales tienen ese efecto y bien lo sabe el joven intelectual.
Un poco después llegan hasta cierto cementerio, es enorme y bastante lúgubre. No es la clase de sitios que el chiquillo inventor aprecia visitar sin duda pero tampoco es su primera vez en uno asi, las aventuras llevan a lugares extraños.
Eventualmente Kendovlah se pone dramático, no le toma mucho al genio entender porque. Dicho personaje posa su atención en dos tumbas, parece ser que sus padres reposan en el tradicional sitio.
Chim guarda silencio, la escena le trae malos recuerdos. Después de todo es un huérfano y aunque nunca conoció a su madre, le tenía un cariño impresionante a su progenitor… como siempre debería ser.
Canel aprieta levemente su mano, esto hace que Maquiavelo le mire. Su hermanito está sonriendo, trata de animarle. Chimar decide corresponder con un abrazo juguetón pues aprecia el gesto a sobremanera.
Pronto descubren que tienen una razón para estar allí, cuando Kendovlah recita algunas palabras de su libro, se escucha un característico ruido en las cercanías. Parece que hay algo más que muertos enterrado en el lugar.
La chica elfa hace un intento por lograr avance, por desgracia sus palabras no desencadenan acción. La mariposa gigante por otro lado convive con otros miembros más pequeños de su especie… es claro que Chimar debe salvar el día.
Saltándose todo el tema de los acertijos, avanza a la fuente del ruido. Es un mausoleo medianamente grande y con un sello intrincado que guarda la entrada, burlarlo con ganzúas es imposible pero hay otra opción. Sin vacilar el joven genio arroja su botellita de ácido desde una distancia segura y luego espera que la ciencia les abra camino.
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Re: Una eternidad sin magia. [Libre. 4/4] [Terminado]
La mente de Kendovlah siempre iba rápido, daba igual la situación incluso cuando no tenía que pensar lo hacía. A veces más de la cuenta y otras justo lo que necesitaba; como ahora. Meditando sobre sus últimas palabras supuso que por lo que estaba pasando no era malo del todo, había mucho que ganar con aquella aventura para ser su primer día fuera de casa. Sonrió levemente mirando la tumba de su madre y escuchó las palabras de Eilydh quien se mantenía más cerca que el resto de sus compañeros.
-Las leí en alguna parte del libro, supongo que deberemos revisar mejor el lugar-. Dijo mostrándose un poco más optimista y volvió a guardarse el libro en la mochila al percatarse que el resto le ponía poca importancia. Se lo guardó en la mochila, a esas alturas supuso que no valía la pena seguir mostrándose como un estudioso y preocuparse más por lo que tenía cerca.
La segunda cadena se rompió con las palabras de la elfa (tardó algo de tiempo entre que Chimar se aseguraba del avance por lo que pudo escucharlo luego) mientras que una de las mariposas volvía a los hombros de Ruru. Esta informó a su manera sobre el candado sujetado por ambas cadenas abrirse con magia, aunque escapaba de su comprensión.
El mago por su parte observó el lugar, era primera vez que lo pisaba de noche y habían muchos detalles que no sabía por donde empezar. Le causó mucha curiosidad la presencia de Ruru, era primera vez que veía una mujer bestia y estaba contemplando de ella lo que no había podido hasta ahora. Le causaba intriga y ciertamente quería saber más, pero se estaba olvidando de los dos pequeños. Canel avanzaba junto con Chimar, ciertamente era curioso también como había acabado en compañía de tan curioso grupo, pero en parte también estaba mencionado en el libro. Las palabras poco a poco comenzaban a tomar sentido.
-La magia es difícil de entender y dominar, requiere tiempo y dedicación. Supongo que un acertijo mágico requiere el doble de esfuerzo-. Dijo reflexivo a la vez que optimista volviendo a la elfa para seguir avanzando. Le causaba curiosidad ver de lo que era capaz la nueva generación pues no pudo ver como sus compañeros salieron de la última desafortunadamente. Quería asegurarse de esta vez estar ahí para ellos, después de todo era gracias a eso que estaba ahí.
Observó como la botella con ácido comenzaba a derretir la pesada puerta de acero. Esta aún tenía algunas cerraduras, pero ya no serían un problema una vez que el ácido se encargara de hacer su trabajo. El brujo sonrió de oreja a oreja, ciertamente se le hacía tediosa la idea de abrir la puerta por la fuerza o con magia. -Seguro que valorarían más la alquimia al ver esto. Buen trabajo-. Felicitó al pequeño mientras empuñaba el mango de su espada, preparándose para nuevos desafíos. No era alguien de elogios, pero se trataba de un niño después de todo y lo que había pasado hasta ahora lo hacían algo sentimental.
(…)
Habilidades de lo más curiosas, magia, espadas y demás maldiciones. La noche en los alrededores de Beltrexus era un caos y el cementerio pronto acudiría a la fiesta casi como si el joven de la túnica naranja fuera la reina mariposa y el peligro sus insectos.
La tripulación del capitán tampoco la tenía fácil con la rebelión escapándose de sus manos. Algunos grupos habían decidido unirse a esta mientras que otros tomaban el bando opuesto, pero todos ya estaban enterados de que el grupo del brujo, la mujer bestia, la elfa y los dos niños eran quienes tenían las de encontrar el premio final. Aquella sin duda sería una noche que recordar para muchos.
En tanto mientras el ácido corrosivo surtía efecto de manera progresiva, invitados nocturnos residentes del cementerio también comenzaban a enterarse del alboroto. Algunos guardianes de la puerta. Vampiros, en su mayoría neófitos menos tres que custodiaban el lugar. Los ojos de estos ya estaban sobre el grupo del túnica naranja. Sedientos de sangre y malhumorados por el estruendoso despertar.
El ácido de Chimar derritió el primer cerrojo de la puerta y los no muertos gruñeron con furia. Dos avanzaron con las garras en lo alto, listos para clavarlas sobre el primero que se les cruzara y la más alejada del grupo entonces era Ruru quien seguramente habría sido advertida primero del peligro gracias a sus insectos. Una habilidad sin duda de lo más útil en aquella situación pues tenía el tiempo suficiente para preparar sus defensas y contra ataques.
---
Off:
La puerta estará lista para la siguiente ronda. Ruru ya esta al tanto de todos los peligros gracias a su habilidad y puede advertir al resto. Eylidh si se te hace más cómodo puedes cambiar tu turno con Ruru, ustedes lo deciden :3
-Las leí en alguna parte del libro, supongo que deberemos revisar mejor el lugar-. Dijo mostrándose un poco más optimista y volvió a guardarse el libro en la mochila al percatarse que el resto le ponía poca importancia. Se lo guardó en la mochila, a esas alturas supuso que no valía la pena seguir mostrándose como un estudioso y preocuparse más por lo que tenía cerca.
La segunda cadena se rompió con las palabras de la elfa (tardó algo de tiempo entre que Chimar se aseguraba del avance por lo que pudo escucharlo luego) mientras que una de las mariposas volvía a los hombros de Ruru. Esta informó a su manera sobre el candado sujetado por ambas cadenas abrirse con magia, aunque escapaba de su comprensión.
El mago por su parte observó el lugar, era primera vez que lo pisaba de noche y habían muchos detalles que no sabía por donde empezar. Le causó mucha curiosidad la presencia de Ruru, era primera vez que veía una mujer bestia y estaba contemplando de ella lo que no había podido hasta ahora. Le causaba intriga y ciertamente quería saber más, pero se estaba olvidando de los dos pequeños. Canel avanzaba junto con Chimar, ciertamente era curioso también como había acabado en compañía de tan curioso grupo, pero en parte también estaba mencionado en el libro. Las palabras poco a poco comenzaban a tomar sentido.
-La magia es difícil de entender y dominar, requiere tiempo y dedicación. Supongo que un acertijo mágico requiere el doble de esfuerzo-. Dijo reflexivo a la vez que optimista volviendo a la elfa para seguir avanzando. Le causaba curiosidad ver de lo que era capaz la nueva generación pues no pudo ver como sus compañeros salieron de la última desafortunadamente. Quería asegurarse de esta vez estar ahí para ellos, después de todo era gracias a eso que estaba ahí.
Observó como la botella con ácido comenzaba a derretir la pesada puerta de acero. Esta aún tenía algunas cerraduras, pero ya no serían un problema una vez que el ácido se encargara de hacer su trabajo. El brujo sonrió de oreja a oreja, ciertamente se le hacía tediosa la idea de abrir la puerta por la fuerza o con magia. -Seguro que valorarían más la alquimia al ver esto. Buen trabajo-. Felicitó al pequeño mientras empuñaba el mango de su espada, preparándose para nuevos desafíos. No era alguien de elogios, pero se trataba de un niño después de todo y lo que había pasado hasta ahora lo hacían algo sentimental.
(…)
Habilidades de lo más curiosas, magia, espadas y demás maldiciones. La noche en los alrededores de Beltrexus era un caos y el cementerio pronto acudiría a la fiesta casi como si el joven de la túnica naranja fuera la reina mariposa y el peligro sus insectos.
La tripulación del capitán tampoco la tenía fácil con la rebelión escapándose de sus manos. Algunos grupos habían decidido unirse a esta mientras que otros tomaban el bando opuesto, pero todos ya estaban enterados de que el grupo del brujo, la mujer bestia, la elfa y los dos niños eran quienes tenían las de encontrar el premio final. Aquella sin duda sería una noche que recordar para muchos.
En tanto mientras el ácido corrosivo surtía efecto de manera progresiva, invitados nocturnos residentes del cementerio también comenzaban a enterarse del alboroto. Algunos guardianes de la puerta. Vampiros, en su mayoría neófitos menos tres que custodiaban el lugar. Los ojos de estos ya estaban sobre el grupo del túnica naranja. Sedientos de sangre y malhumorados por el estruendoso despertar.
El ácido de Chimar derritió el primer cerrojo de la puerta y los no muertos gruñeron con furia. Dos avanzaron con las garras en lo alto, listos para clavarlas sobre el primero que se les cruzara y la más alejada del grupo entonces era Ruru quien seguramente habría sido advertida primero del peligro gracias a sus insectos. Una habilidad sin duda de lo más útil en aquella situación pues tenía el tiempo suficiente para preparar sus defensas y contra ataques.
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Off:
La puerta estará lista para la siguiente ronda. Ruru ya esta al tanto de todos los peligros gracias a su habilidad y puede advertir al resto. Eylidh si se te hace más cómodo puedes cambiar tu turno con Ruru, ustedes lo deciden :3
Kendovlah
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Re: Una eternidad sin magia. [Libre. 4/4] [Terminado]
Ruru permaneció alerta mientras veía la sombra de sus pequeñas súbditas dispersarse por todas direcciones. Solo por si acaso desenvaino de vuelta su espada y paró sus antenas a su máxima capacidad para captar cualquier ruido sospechoso, no tardó en surtir efecto. Desde algunas direcciones se podía escuchar el tenue ruido de arbustos siendo movidos y las mariposas, inquietas, regresaron a avisarla del peligro ¡Debía tomar acción! También, al percatarse de la presencia de los no muertos por el ruido, la mariposa enderezó su posición; Parece que debía comenzar a manejar las mariposas seriamente.
“¡Click! ¡Click!”
Chirriando fuertemente para llamar la atención de sus compañeros, Ruru escribió rápidamente en el suelo; “Hay gente rodeándonos, parecen hostiles. Parecen ser vampiros.” Las mariposas resultan ser impresionantes espías, como nadie sospecharía de semejantes criaturas dóciles y pacíficas podían aproximarse y escuchar perfectamente conversaciones sin levantar sospechas. Ruru siempre les agradece la información que recolectan sus pequeñas amigas.
La mujer bestia comenzó a comandar y llamar a más y más mariposas; Ahora todo estaba lleno de estas, volando de aquí para allá. Tal vez serían meras dóciles maripositas pero habían tantas, y algunas tan grandes, que era prácticamente imposible no sentirse intimidado. De entre todas, resaltaban las enormes figuras de las atlas y los detallados ojos de las mariposa búho, a quienes envió con un único propósito, aturdir y asustar a los vampiros unos segundos. No tendrían potencial de ataque pero ver una criatura tan grande como un antebrazo volando hacia tu cara, y los extraños patrones de ojos de las mariposas búho daba bastante miedo si no se entendía previamente que contra lo que se estaba luchando eran mariposas. Les darían es suficiente tiempo para preparar el combate.
- Mariposa atlas:
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- Mariposa búho :
- [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
El resto de mariposas parecieron dividirse en dos grupos, las más pequeñas y discretas seguían cumpliendo su deber inicial, explorando, espiando y dándole información a su líder, Ruru. Las más grandes por otro lado se arremolinaban ordenadamente junto a Ruru, como una armada que esperaba sus órdenes pacientemente. Recordando que debía ser confuso también para sus compañeros, la mujer-bestia escribió rápidamente:
“Están de nuestra parte, son frágiles pero diestras; Os ayudarán a abrir huecos y a defenderos contra los no muertos, podéis ordenarles lo que queráis, solo os pido que no las uséis imprudentemente. Son aliadas, no herramientas.”
Mientras escribía, lanzaba chillidos que las mariposas captaron enseguida y actuaron en consecuencia. Unas pocas se separaron en grupos pequeños y rodearon a cada uno de ellos, posándose o revoloteando al lado, no debían ser más de 10 mariposas en cada grupito pero eran suficientes para llegar a ser útiles llegado el momento, estaban principalmente formado por mariposas pavón y efigie. Ruru veía a las mariposas como su aliadas y no como herramientas, así que se sentía obligada avisarles de que no aceptaría que usaran a sus pequeñas colegas como herramientas kamikaze ¡De hecho se enfadaría bastante si veía que las hacían morir innecesariamente! A sus ojos, eran tan su gente como los niños perdidos; Matar por egoísmo una de esas mariposas equivalía a matar un miembro de su colmena ¡Y esa era la peor ofensa para Ruru!
- Mariposa pavón:
- [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
- Mariposa efigie :
- [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Escuchando vagamente el grito asustado y confuso de los vampiros, Ruru comprendió que el momento de luchar había llegado. Los vampiros no tardarían en darse cuenta de que sus oponentes eran meras mariposas y comenzarían a atacar indiscriminadamente a las pequeñas criaturitas, una lastima que las mariposas de Ruru fueran lo suficientemente inteligentes para evadir ataques con suma facilidad ¡Ruru se encargaría lo mejor que pudiera de los vampiros! Aunque dudaba de poder contra tantos si ninguno de sus compañeros le echaba una mano incluso contaba con el apoyo de las más de 300 mariposas que se juntaron en el lugar.
“¡Joder, putas mariposas! ¿Eres tú quien las llamó, jodido monstruo? ¡Voy a abrirte en canal maldita aberración!”
“¡Mierda! ¡Joder! ¿Que diablos le pasa a estas jodidas polillas? ¡Es como si fueran inteligentes! ¡Mierda!”
De entre los árboles, algunos vampiros emergieron quejándose y puteando abiertamente a las mariposas y Ruru, furiosos por el constante acoso de las mariposas atlas y búho. Parecieron comprender rápidamente que la responsable de todo fue la mujer-bestia provocando que se mostrasen abiertamente hostiles hacia ella. Sin darles una respuesta o prestar más atención, Ruru se puso en posición y se preparó para pelear.
Ruru Lepidoptera
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