Brujos. Bestias. Detener. [Libre. 4/4] [Terminado]
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Brujos. Bestias. Detener. [Libre. 4/4] [Terminado]
El día por fin había llegado. Kendovlah se sentía ansioso a la vez que nervioso, no sabía si los personajes reclutados iban a llegar y todavía quedaba ver quien había tomado el último cupo. El punto de encuentro que había acordado era una vieja cabaña abandonada a los pies del acantilado de la muerte.
Frente al camino de la cabaña había una bifurcación que guiaba por dos caminos al mismo destino. Una era la ruta común de los aventureros con poca experiencia y la otra era un camino seguro a la muerte según los pocos sobrevivientes que había alcanzado a preguntar y que aún estaban en Beltrexus. Esperaba impaciente, había mucho con lo que poner al día a los participantes y no sabía si estaba a la altura del tal Lord ese que solía reclutar compañeros nuevos de aventura. Era la primera vez que trataba algo así.
Amethin ya sabía los detalles y seguramente volvería con algo nuevo mientras que a Ruru la mujer mariposa le había contado solo sucedido con Amethin por medio de la carta: Burjos carniceros que trataban de alguna forma extraer el éter tanto de bestias como hombre bestias y que no reconocían entre niños, mujeres u hombres. Empleando cada método de tortura posible que al brujo aún no se le cruzaban varios por la cabeza.
En cuanto al último participante este por el medio informado recibiría menos información ya que cabía la posibilidad de que esta se infiltrase al enemigo. Solo sabría de una expedición bastante peligrosa por el acantilado debido a sucesos extraños con cierta recompensa al final de la aventura. Pensaba que sería bueno revelarle los detalles una vez supiese quien era y si se mostraba de confianza.
Tenía una hora estimada en la que llegarían, aunque esto no lo había mencionado la supuso partiendo de los muelles al punto de encuentro. Así que llegada la hora decidió esperar sentado en una silla fuera de la cabaña. En tamaño era similar a la forja tensaí, aunque el abandono se notaba mucho más en esta.
De forma descuidada el brujo estaba con la piedra que había encontrado en su primera aventura con Ruru, el supuesto objeto que debían encontrar para recibir la recompensa final. Se preguntaba en que forma podría estar relacionada con la tarea aún desconocida que le dejo su madre y para que diantres podría servir aquella piedra pues ni capitán cicatrices fue capaz de darles una respuesta tangente a los viejos compañeros del túnica naranja en una eternidad sin magia.
Observaba de vez en cuanto los alrededores mientras intentaba descubrir actividad sospechosa, pero todo estaba muy tranquilo. El acantilado se alzaba sobre la choza. La subida por ambos caminos era bastante empinada. Se podían observar de vez en cuanto el humo de algunas fogatas, aunque no alcanzaba a ver quiénes estaban en la altura y sospechaba que quienes fueran tampoco podrían ver la actividad desde abajo. De todas formas, una vez llegados los participantes de la expedición lo mejor sería discutir los detalles adentro para evitar miradas curiosas y no deseadas.
Frente al camino de la cabaña había una bifurcación que guiaba por dos caminos al mismo destino. Una era la ruta común de los aventureros con poca experiencia y la otra era un camino seguro a la muerte según los pocos sobrevivientes que había alcanzado a preguntar y que aún estaban en Beltrexus. Esperaba impaciente, había mucho con lo que poner al día a los participantes y no sabía si estaba a la altura del tal Lord ese que solía reclutar compañeros nuevos de aventura. Era la primera vez que trataba algo así.
Amethin ya sabía los detalles y seguramente volvería con algo nuevo mientras que a Ruru la mujer mariposa le había contado solo sucedido con Amethin por medio de la carta: Burjos carniceros que trataban de alguna forma extraer el éter tanto de bestias como hombre bestias y que no reconocían entre niños, mujeres u hombres. Empleando cada método de tortura posible que al brujo aún no se le cruzaban varios por la cabeza.
En cuanto al último participante este por el medio informado recibiría menos información ya que cabía la posibilidad de que esta se infiltrase al enemigo. Solo sabría de una expedición bastante peligrosa por el acantilado debido a sucesos extraños con cierta recompensa al final de la aventura. Pensaba que sería bueno revelarle los detalles una vez supiese quien era y si se mostraba de confianza.
Tenía una hora estimada en la que llegarían, aunque esto no lo había mencionado la supuso partiendo de los muelles al punto de encuentro. Así que llegada la hora decidió esperar sentado en una silla fuera de la cabaña. En tamaño era similar a la forja tensaí, aunque el abandono se notaba mucho más en esta.
De forma descuidada el brujo estaba con la piedra que había encontrado en su primera aventura con Ruru, el supuesto objeto que debían encontrar para recibir la recompensa final. Se preguntaba en que forma podría estar relacionada con la tarea aún desconocida que le dejo su madre y para que diantres podría servir aquella piedra pues ni capitán cicatrices fue capaz de darles una respuesta tangente a los viejos compañeros del túnica naranja en una eternidad sin magia.
Observaba de vez en cuanto los alrededores mientras intentaba descubrir actividad sospechosa, pero todo estaba muy tranquilo. El acantilado se alzaba sobre la choza. La subida por ambos caminos era bastante empinada. Se podían observar de vez en cuanto el humo de algunas fogatas, aunque no alcanzaba a ver quiénes estaban en la altura y sospechaba que quienes fueran tampoco podrían ver la actividad desde abajo. De todas formas, una vez llegados los participantes de la expedición lo mejor sería discutir los detalles adentro para evitar miradas curiosas y no deseadas.
Última edición por Kendovlah el Lun 20 Ene 2020, 04:45, editado 1 vez
Kendovlah
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Re: Brujos. Bestias. Detener. [Libre. 4/4] [Terminado]
Volvía de mi viaje a Sacrestic ville, no había encontrado mucho ya que me tope con unos aventureros en mi camino.-Donde esta este brujo-.Dije para mi mismo mientras daba el mapa vuelta el mapa para poder comprender mejor el camino hacia el lugar.-No me digas que escogió este lugar para la junta... esta loco-. El lobo no conocía mucho Beltrexus pero la ubicación no parecía tener ventaja ni desventaja sobre el terreno.
Camine por la costa de la isla hacia la ubicación marcada en el mapa a lo lejos estaba acantilado. A medida que emprendía mi caminata vi una choza a los pies del acantilado, se alzaba sobre la choza parecía bastante bien ubicada, me causaba extrañeza pensar que estaba abandonada ya que estaba muy bien ubicada.
Vi al brujo sentado fuera de la choza, parecía estar muy deseoso de comenzar la búsqueda y bastante inquieto, lo salude bastante animado.-¡Eh Kendovlah! es un gusto verte otra vez-. Estreche su mano fuertemente.-¿descubriste algo respecto a los brujos?-. sabia que el brujo habría descubierto algo después de todo vive a las afueras de Beltrexus.-No me digas que vamos a tener que subir-. Dije mientras soltaba una carcajada.
Estaba ansioso de comenzar, una buen desafió para el gran lobo. Me senté en el suelo mientras sacaba algo de mi mochila para comer y beber, había sido un largo camino hasta la choza, mire al brujo y le dije.-¿Quieres comida?-.
Camine por la costa de la isla hacia la ubicación marcada en el mapa a lo lejos estaba acantilado. A medida que emprendía mi caminata vi una choza a los pies del acantilado, se alzaba sobre la choza parecía bastante bien ubicada, me causaba extrañeza pensar que estaba abandonada ya que estaba muy bien ubicada.
Vi al brujo sentado fuera de la choza, parecía estar muy deseoso de comenzar la búsqueda y bastante inquieto, lo salude bastante animado.-¡Eh Kendovlah! es un gusto verte otra vez-. Estreche su mano fuertemente.-¿descubriste algo respecto a los brujos?-. sabia que el brujo habría descubierto algo después de todo vive a las afueras de Beltrexus.-No me digas que vamos a tener que subir-. Dije mientras soltaba una carcajada.
Estaba ansioso de comenzar, una buen desafió para el gran lobo. Me senté en el suelo mientras sacaba algo de mi mochila para comer y beber, había sido un largo camino hasta la choza, mire al brujo y le dije.-¿Quieres comida?-.
Amethin
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Re: Brujos. Bestias. Detener. [Libre. 4/4] [Terminado]
Los contactos de Zero le informaron de una petición de ayuda pública, cierta situación con muchas semejanzas a las actividades de Exos. Basta con decir que la pequeña maquina salió rumbo a las islas brujas de inmediato.
Bien sabe que hay sucesos grotescos en Aerandir que no se encuentran relacionados a su antagonista pero no pierde nada colaborando, al contrario, desmantelar una actividad tan grotesca es un gran servicio social.
La información revelada por su fuente en el campo fue bastante gráfica, no se omitieron detalles en el llamamiento. Algunas veces la pequeña maquina no puede sino sentirse decepcionada del ser vivo inteligente.
Esa capacidad de causar daños sádicos a los semejantes es algo innato de la inteligencia, no se observa a menudo en el mundo animal. Existen casos aislados por supuesto aunque demasiado menores para formar un patrón.
Ya sea por devoción, orden, poder, vicios o la simple locura psicótica, el humano y sus especies vertientes tienen una necesidad intrínseca de lastimarse entre sí. Desde la omisión hasta el asesinato, todos son inventos lógicos.
Zero medita todo esto con una mueca algo melancólica mientras camina al punto de encuentro, la Olimpus lo trajo del continente bastante rápido y es que para eso está diseñada. Los mirmidones no pueden ser más afortunados de tener dicho vehículo bajo su control.
No le toma mucho al chico llegar al sitio de reunión, se avanza bastante rápido cuando el cansancio no define todo. En breve la pequeña creación observa a quienes serán su futuro equipo de acción.
Nota entonces que conoce a uno de ellos, el hibrido Amethin. Es claro que no ha perdido su facilidad para viajar por el mundo, el último encuentro que tuvo con Z9-42 fue en un punto del continente.
Me alegra verte de nuevo Amethin.
Sonríe, le agrada reencontrarse con las personas. Por otro lado no conoce al personaje de túnica naranja, las señales indican indudablemente que es un hechicero nativo pero poco más. Se asoma un nuevo contacto en la vida del chiquillo aumentado.
Me llamo Zero, es un placer conocerte “asiente” vine a prestar ayudar.
Bien sabe que hay sucesos grotescos en Aerandir que no se encuentran relacionados a su antagonista pero no pierde nada colaborando, al contrario, desmantelar una actividad tan grotesca es un gran servicio social.
La información revelada por su fuente en el campo fue bastante gráfica, no se omitieron detalles en el llamamiento. Algunas veces la pequeña maquina no puede sino sentirse decepcionada del ser vivo inteligente.
Esa capacidad de causar daños sádicos a los semejantes es algo innato de la inteligencia, no se observa a menudo en el mundo animal. Existen casos aislados por supuesto aunque demasiado menores para formar un patrón.
Ya sea por devoción, orden, poder, vicios o la simple locura psicótica, el humano y sus especies vertientes tienen una necesidad intrínseca de lastimarse entre sí. Desde la omisión hasta el asesinato, todos son inventos lógicos.
Zero medita todo esto con una mueca algo melancólica mientras camina al punto de encuentro, la Olimpus lo trajo del continente bastante rápido y es que para eso está diseñada. Los mirmidones no pueden ser más afortunados de tener dicho vehículo bajo su control.
No le toma mucho al chico llegar al sitio de reunión, se avanza bastante rápido cuando el cansancio no define todo. En breve la pequeña creación observa a quienes serán su futuro equipo de acción.
Nota entonces que conoce a uno de ellos, el hibrido Amethin. Es claro que no ha perdido su facilidad para viajar por el mundo, el último encuentro que tuvo con Z9-42 fue en un punto del continente.
Me alegra verte de nuevo Amethin.
Sonríe, le agrada reencontrarse con las personas. Por otro lado no conoce al personaje de túnica naranja, las señales indican indudablemente que es un hechicero nativo pero poco más. Se asoma un nuevo contacto en la vida del chiquillo aumentado.
Me llamo Zero, es un placer conocerte “asiente” vine a prestar ayudar.
Z9-42
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Re: Brujos. Bestias. Detener. [Libre. 4/4] [Terminado]
La carta que llegó a Ruru de parte de un mensajero tomó por sorpresa a la silenciosa mujer, el remitente era Kendovlah, el brujo junto al cual pasó cierta aventura hará un tiempo. Ruru recordó con algo de nostalgia aquella noche, fue decepcionante que al final el hilo que seguía fuera falso pero a cambio logró conocer a un puñado de sujetos interesantes ¡El brujo era uno de ellos!
Aún así, el contenido de esta carta….
En su interior había información sobre su más reciente aventura junto a un hombre bestia que terminó por descubrir una disgustante red de extracción de éter carente de piedad y humanidad alguna, Ruru quedó impactada al saber que semejantes prácticas ocurrían en las islas ¡Sólo de pensar que alguno de sus pequeños hubiera acabado en ese lugar! Así que decidió aceptar la propuesta del brujo sin pensarlo demasiado, aún tenía tiempo antes de abandonar las islas y no podía ignorar algo tan atroz fácilmente ¡No con la naturaleza justa y compasiva de Ruru! Tras enviar una notificación al joven brujo, la silenciosa mariposa comenzó a prepararse.
Este es el lugar.
Tras preparar todo y acomodarlo en su bolsa de viaje, afilar su espada y revisar su equipo, la mariposa emprendió el viaje al lugar de reunión mencionado en la carta; Una cabaña a los pies del acantilado. La sencilla construcción llamó la atención de la muchacha pero no se detuvo a apreciarla demasiado, no deseaba seguir haciéndolos esperar.
Lo que le recibió al entrar fue la familiar figura de cierto brujo, Ruru le saludo con un gesto de su mano. Enseguida su atención se dirigió a los dos desconocidos; Un pequeño y un hombre-bestia. Primero miró al niño, no debía tener más de 10 años y su expresión era serena y madura ¿Tal vez era como Chimar? De ese pequeño humano comprendió que solo por ser un niño no se debía juzgar la fuerza de uno ¡Si ese pequeño estaba ahí, en la cabaña, es por algo! Ruru le ofreció un educado asentimiento con un deje de amabilidad, para ella era difícil no actuar un poco mas dulce y permisiva con un niño incluso si intentaba ser imparcial. Haciendo un completo contraste con la pequeña y frágil figura del niño, el otro era un hombre bestia que supera con extrema facilidad los dos metros de altura ¡Su cuerpo parecía realmente esculpido para la batalla! Enseguida la mariposa le ofreció el mismo saludo respetuoso.
La mujer retiró su capucha para mostrar su apariencia, enseguida, como si ya lo tuviera escrito de antemano, sacó un pequeño bloc de notas y comenzó a pasar las páginas. Normalmente usaba una tiza pero para misiones de campo como esas confiaba en un viejo bloc de notas con frases frecuentes que usaba para agilizar las cosas y no perder tiempo, aunque tampoco le importaba escribir en el suelo de arena para comunicarse. Tras unos segundo, Ruru encontró lo que buscaba, era una hoja con la siguiente frase escrita;
“Mi nombre es Ruru Lepidoptera, no puedo comunicarme con el lenguaje común pero entiendo perfectamente la lengua tanto escrita como hablada ¡Espero que podamos colaborar correctamente!”
Tras mostrar esa frase al dúo de desconocidos, Ruru dejó su bloc en un lugar en donde pudiera alcanzarlo fácilmente de su cinturón y ofreció una respetuosa inclinación.
--------------------------OFF ROL
Perdón la tardanza, entre que me ocupaba con otra cosa y que se me terminaba por pasar tardé mas de lo esperado con el post :"/
Aún así, el contenido de esta carta….
En su interior había información sobre su más reciente aventura junto a un hombre bestia que terminó por descubrir una disgustante red de extracción de éter carente de piedad y humanidad alguna, Ruru quedó impactada al saber que semejantes prácticas ocurrían en las islas ¡Sólo de pensar que alguno de sus pequeños hubiera acabado en ese lugar! Así que decidió aceptar la propuesta del brujo sin pensarlo demasiado, aún tenía tiempo antes de abandonar las islas y no podía ignorar algo tan atroz fácilmente ¡No con la naturaleza justa y compasiva de Ruru! Tras enviar una notificación al joven brujo, la silenciosa mariposa comenzó a prepararse.
Este es el lugar.
Tras preparar todo y acomodarlo en su bolsa de viaje, afilar su espada y revisar su equipo, la mariposa emprendió el viaje al lugar de reunión mencionado en la carta; Una cabaña a los pies del acantilado. La sencilla construcción llamó la atención de la muchacha pero no se detuvo a apreciarla demasiado, no deseaba seguir haciéndolos esperar.
Lo que le recibió al entrar fue la familiar figura de cierto brujo, Ruru le saludo con un gesto de su mano. Enseguida su atención se dirigió a los dos desconocidos; Un pequeño y un hombre-bestia. Primero miró al niño, no debía tener más de 10 años y su expresión era serena y madura ¿Tal vez era como Chimar? De ese pequeño humano comprendió que solo por ser un niño no se debía juzgar la fuerza de uno ¡Si ese pequeño estaba ahí, en la cabaña, es por algo! Ruru le ofreció un educado asentimiento con un deje de amabilidad, para ella era difícil no actuar un poco mas dulce y permisiva con un niño incluso si intentaba ser imparcial. Haciendo un completo contraste con la pequeña y frágil figura del niño, el otro era un hombre bestia que supera con extrema facilidad los dos metros de altura ¡Su cuerpo parecía realmente esculpido para la batalla! Enseguida la mariposa le ofreció el mismo saludo respetuoso.
La mujer retiró su capucha para mostrar su apariencia, enseguida, como si ya lo tuviera escrito de antemano, sacó un pequeño bloc de notas y comenzó a pasar las páginas. Normalmente usaba una tiza pero para misiones de campo como esas confiaba en un viejo bloc de notas con frases frecuentes que usaba para agilizar las cosas y no perder tiempo, aunque tampoco le importaba escribir en el suelo de arena para comunicarse. Tras unos segundo, Ruru encontró lo que buscaba, era una hoja con la siguiente frase escrita;
“Mi nombre es Ruru Lepidoptera, no puedo comunicarme con el lenguaje común pero entiendo perfectamente la lengua tanto escrita como hablada ¡Espero que podamos colaborar correctamente!”
Tras mostrar esa frase al dúo de desconocidos, Ruru dejó su bloc en un lugar en donde pudiera alcanzarlo fácilmente de su cinturón y ofreció una respetuosa inclinación.
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Perdón la tardanza, entre que me ocupaba con otra cosa y que se me terminaba por pasar tardé mas de lo esperado con el post :"/
Ruru Lepidoptera
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Re: Brujos. Bestias. Detener. [Libre. 4/4] [Terminado]
Poco a poco los personajes comenzaban a reunirse. Un nuevo equipo y una nueva aventura. De no ser por la gravedad de la situación, el brujo habría mostrado una leve sonrisa ante la expectativa. Sin embargo, la mente simple de algunos personajes además de aliviar el ambiente podían sacar una sonrisa a cualquiera dado el caso. Así pues respondió con negativa la oferta del lobo, no tenía hambre y necesitaba mantener su mente ocupada pues un nuevo niño entraba en escena y aunque mostraba ser conocido de Amethin, no sabía hasta que punto la red informática del enemigo podía colarse. Debía tener cuidado con eso.
-Kendovlah-. Respondió sereno y tranquilo cuando llegaba entonces la mujer mariposa. No conocía al chiquillo pero sabía la habilidad de combate de la última y de su nuevo amigo lobo. Podía sentirse tranquilo y pensar estrategias para servir de soporte a distancia de ser necesario. -Me alegra que el correo y tu hayan llegado bien, Ruru-. Mantuvo el tono de voz y se levantó haciendo un ademán de invitación al grupo para entrar en la choza.
Una vez dentro puso un mapa sobre la mesa que había conseguido antes de llegar y comenzó a hablar. -Bien, este es el acantilado de la muerte. Hay muchas zonas desconocidas y muchos peligros naturales así como la amenaza que espero ya estén al tanto-.
Se tomo una pausa para meditar un poco sus palabras, era su primera vez como anfitrión de aventura y sabía que sus habilidades de liderazgo no eran excepcionales, pero era el mejor momento para ponerlas en practica. -Debemos idear un plan antes de subir a ciegas por terreno desconocido. No conocemos al enemigo en su totalidad y cuentan con la ventaja de local. Mis fuentes afirman que este camino-. Apunto el mapa el camino más utilizado. -Naturalmente es el más fácil, pero a la vez el más esperado y este-. Movió su dedo apuntando al otro. -Es el más peligroso y el que planeo utilizar. Los peligros son naturales, pero si logramos colarnos sin revelar nuestra presencia tendremos el factor sorpresa-. Tomó su mochila y se la puso al hombro.
-Nos enfrentamos a una amenaza que dejo su humanidad atrás hace mucho y puede que tengamos diferentes motivos para estar aquí, pero esta claro que alguien debe hacer algo al respecto. Hay que ser cuidadosos a la hora de actuar, la carnicería es solo una fachada. Hay algo que los impulsa a realizar tales actos. La extracción del éter no se realiza sin tener un objetivo que cumplir y un canalizador para manejarlo a voluntad-. Hizo una leve pausa y miro al grupo para comprender que tanto entendían del asunto. -No sabemos que tanto han estudiado de este, pero será peligroso. La misión se dividirá en dos: investigación y aniquilación-.
Miró al niño tras su última palabra, siempre habían dudas con los niños. Era una misión para adultos después de todo. -Cada decisión que tomemos puede que sea la última, no solo de nosotros. No quiero arriesgar la vida de los cautivos si es que los tienen, pero no es una misión de rescate hasta que cumplamos las dos partes. Estoy consciente de que puede no ser de su agrado-. Mira a Ruru tras decir esto. -Pero deben entender que si no cortamos el asunto de raíz aparte de perder nosotros la vida, más criaturas inocentes caerán-. Por último sacó una piedra con la runa de la escuela tensaí de tierra de su bolsillo y la puso sobre la mesa a un costado del mapa mirando fijamente a Ruru. -Puede que lo que estén investigando este relacionado con esa cosa que vimos-. Dijo tomando un tono mucho más frío sin apartar la mirada de los ojos de Ruru. Si había otra criatura encerrada en alguna parte del acantilado. -En el peor de los casos tendremos que enfrentarnos a una de esas cosas-. Terminó de decir y miró a cada uno. Había ocultado mucho a Amethin, pero ya era hora de ir revelando a lo que se enfrentaban y unir al grupo. Cada uno tomaría decisiones individuales, pero debían entender que estas afectarían directamente el actuar del grupo.
-Kendovlah-. Respondió sereno y tranquilo cuando llegaba entonces la mujer mariposa. No conocía al chiquillo pero sabía la habilidad de combate de la última y de su nuevo amigo lobo. Podía sentirse tranquilo y pensar estrategias para servir de soporte a distancia de ser necesario. -Me alegra que el correo y tu hayan llegado bien, Ruru-. Mantuvo el tono de voz y se levantó haciendo un ademán de invitación al grupo para entrar en la choza.
Una vez dentro puso un mapa sobre la mesa que había conseguido antes de llegar y comenzó a hablar. -Bien, este es el acantilado de la muerte. Hay muchas zonas desconocidas y muchos peligros naturales así como la amenaza que espero ya estén al tanto-.
Se tomo una pausa para meditar un poco sus palabras, era su primera vez como anfitrión de aventura y sabía que sus habilidades de liderazgo no eran excepcionales, pero era el mejor momento para ponerlas en practica. -Debemos idear un plan antes de subir a ciegas por terreno desconocido. No conocemos al enemigo en su totalidad y cuentan con la ventaja de local. Mis fuentes afirman que este camino-. Apunto el mapa el camino más utilizado. -Naturalmente es el más fácil, pero a la vez el más esperado y este-. Movió su dedo apuntando al otro. -Es el más peligroso y el que planeo utilizar. Los peligros son naturales, pero si logramos colarnos sin revelar nuestra presencia tendremos el factor sorpresa-. Tomó su mochila y se la puso al hombro.
-Nos enfrentamos a una amenaza que dejo su humanidad atrás hace mucho y puede que tengamos diferentes motivos para estar aquí, pero esta claro que alguien debe hacer algo al respecto. Hay que ser cuidadosos a la hora de actuar, la carnicería es solo una fachada. Hay algo que los impulsa a realizar tales actos. La extracción del éter no se realiza sin tener un objetivo que cumplir y un canalizador para manejarlo a voluntad-. Hizo una leve pausa y miro al grupo para comprender que tanto entendían del asunto. -No sabemos que tanto han estudiado de este, pero será peligroso. La misión se dividirá en dos: investigación y aniquilación-.
Miró al niño tras su última palabra, siempre habían dudas con los niños. Era una misión para adultos después de todo. -Cada decisión que tomemos puede que sea la última, no solo de nosotros. No quiero arriesgar la vida de los cautivos si es que los tienen, pero no es una misión de rescate hasta que cumplamos las dos partes. Estoy consciente de que puede no ser de su agrado-. Mira a Ruru tras decir esto. -Pero deben entender que si no cortamos el asunto de raíz aparte de perder nosotros la vida, más criaturas inocentes caerán-. Por último sacó una piedra con la runa de la escuela tensaí de tierra de su bolsillo y la puso sobre la mesa a un costado del mapa mirando fijamente a Ruru. -Puede que lo que estén investigando este relacionado con esa cosa que vimos-. Dijo tomando un tono mucho más frío sin apartar la mirada de los ojos de Ruru. Si había otra criatura encerrada en alguna parte del acantilado. -En el peor de los casos tendremos que enfrentarnos a una de esas cosas-. Terminó de decir y miró a cada uno. Había ocultado mucho a Amethin, pero ya era hora de ir revelando a lo que se enfrentaban y unir al grupo. Cada uno tomaría decisiones individuales, pero debían entender que estas afectarían directamente el actuar del grupo.
Kendovlah
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Re: Brujos. Bestias. Detener. [Libre. 4/4] [Terminado]
Me mantuve expectante a lo que el brujo podía decir ya que había rechazado mi comida, parecía estar concentrado como siempre, estaba más que claro que no diría nada hasta que llegaran todos. A lo lejos vi una pequeña figura.-Quizás sea la distancia o quizás realmente es pequeño-.Pensó el lobo, a medida que la figura se hacía un poco más visible me di cuenta de que era mi pequeño amigo Zero, no hace mucho nos habíamos visto, me resultó algo raro ver al pequeño una vez más y pensar que era para una aventura tan peligrosa.
Mire al pequeño y con el mismo gesto de respeto y amabilidad le dije.-El sentimiento es mutuo Zero, me alegra verte-. Mientras los dos desconocidos se hacían conocidos a lo lejos se aproximaba otra figura, esta vez era más fina y más alta que el pequeño Zero, tenía una forma bastante rara.
La figura se comenzó a distinguir a medida que avanzaba por la playa, podía verla mejor y podía ver como se reflejaba el sol en su piel dándole un tono azulado al reflejo. Cuando llegó al lugar al primero que saludó fue al brujo, era bastante obvio yo no la conocía y parecía que Zero tampoco, no hablo y sacó un libro, parecido a mi libro de notas, donde procedió a escribir algo y nos lo enseñó de inmediato.-Un gusto Ruru, Mi nombre es Amethin-. El lobo estaba extrañado con la apariencia de aquella criatura, nunca había visto un ser con esas características.-Tengo que detallar a esta criatura en mi libro-. Pensó el lobo, con rapidez sacó su bestiario y procedió a anotar con lujo de detalle la forma física del humanoide.
Parecía ser hora de que el brujo nos dijera el plan para enfrentar a la amenaza, lo escuche con atención pero cuando terminó le dije de inmediato.-Voy a ir por el camino más difícil para subir-. Si ese camino nos daba el factor sorpresa no nos tendríamos que enfrentar contra un ejército.-Y creo que todos deberíamos hacerlo, después nos dividiremos sin alertar al enemigo.-. Era lo mejor segun mi opinion pero yo no voy a ser el que guiará a los demás.-Pero bueno, quiero saber la opinión de todos-. Seguí mirando el mapa y espere a escuchar los planes de mis colegas.
Mire al pequeño y con el mismo gesto de respeto y amabilidad le dije.-El sentimiento es mutuo Zero, me alegra verte-. Mientras los dos desconocidos se hacían conocidos a lo lejos se aproximaba otra figura, esta vez era más fina y más alta que el pequeño Zero, tenía una forma bastante rara.
La figura se comenzó a distinguir a medida que avanzaba por la playa, podía verla mejor y podía ver como se reflejaba el sol en su piel dándole un tono azulado al reflejo. Cuando llegó al lugar al primero que saludó fue al brujo, era bastante obvio yo no la conocía y parecía que Zero tampoco, no hablo y sacó un libro, parecido a mi libro de notas, donde procedió a escribir algo y nos lo enseñó de inmediato.-Un gusto Ruru, Mi nombre es Amethin-. El lobo estaba extrañado con la apariencia de aquella criatura, nunca había visto un ser con esas características.-Tengo que detallar a esta criatura en mi libro-. Pensó el lobo, con rapidez sacó su bestiario y procedió a anotar con lujo de detalle la forma física del humanoide.
Parecía ser hora de que el brujo nos dijera el plan para enfrentar a la amenaza, lo escuche con atención pero cuando terminó le dije de inmediato.-Voy a ir por el camino más difícil para subir-. Si ese camino nos daba el factor sorpresa no nos tendríamos que enfrentar contra un ejército.-Y creo que todos deberíamos hacerlo, después nos dividiremos sin alertar al enemigo.-. Era lo mejor segun mi opinion pero yo no voy a ser el que guiará a los demás.-Pero bueno, quiero saber la opinión de todos-. Seguí mirando el mapa y espere a escuchar los planes de mis colegas.
Amethin
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Re: Brujos. Bestias. Detener. [Libre. 4/4] [Terminado]
Amethin no tarda en reconocer al pequeño Zero, después de todo tuvieron su encuentro inicial hace pocos días. Parece que al final ambos personajes lograron su camino a las islas con un intervalo de tiempo muy pequeño entre sí.
No tarda entonces en llegar otro personaje, una figura femenina con peculiaridades patentes. El pequeño robot se le queda mirando pero antes de realizar une escaneo es el propio elemento quien revela su naturaleza.
Un ser hibrido insecto, curioso sin duda. Z9-42 no recuerda haber visto uno anteriormente, sabía que existían pero es su primer encuentro real con alguien asi. Una mueca animada se forma en su rostro y es que le agrada conocer criaturas diferentes.
Me alegra conocerle señorita Ruru, mi nombre es Zero.
Tal parece que la dama insecto no puede hablar normalmente, sin duda un efecto de su fisionomía. Por suerte ha logrado desarrollar sus propias formas de comunicación como bien muestra e informa.
El grupo está completo al parecer y un serio líder se dispone a dar la información táctica, es claro que no le tiene mucha confianza al niño robot pero no es una experiencia ajena para el propio “chiquillo”.
Es natural que subestimen a un personaje de apariencia infantil, sea o no un niño real. El pequeño aumentado por su parte ve esto como una oportunidad de demostrar utilidad, suele encontrarle el lado bueno a todo.
La información se dispensa poco después, sin duda es una situación compleja. Parece ser que el grupo enemigo ha tenido mucho tiempo para atrincherarse, ahora cuentan con una base plenamente establecida para llevar a cabo sus actos salvajes.
Sería un buen operativo para los mirmidones pero un ataque directo comprometería severamente la vida de cualquier prisionero, lo mejor ahora es “jugar la carta” del sigilo e infiltrarse al campamento sin levantar sospechas.
El camino discreto parece ser la mejor opción, garantizaría la supervivencia de los prisioneros.
No hay dudas en la mente del niño robot, deben lograr el rescate de cualquier personaje capturado aunque eso implique un mayor esfuerzo. Que en esta oportunidad tomar esa senda evite una batalla directa desventajosa es solo valor agregado.
¿Que sabemos realmente de este enemigo?
Es claro que Kendovlah tiene más información de la que desea revelar, cualquier dato puede aclarar más el panorama. Esta facción parece demasiado organizada, incluso si no sirven a Exos son algo que se debe eliminar… con todo lo que eso implica.
No tarda entonces en llegar otro personaje, una figura femenina con peculiaridades patentes. El pequeño robot se le queda mirando pero antes de realizar une escaneo es el propio elemento quien revela su naturaleza.
Un ser hibrido insecto, curioso sin duda. Z9-42 no recuerda haber visto uno anteriormente, sabía que existían pero es su primer encuentro real con alguien asi. Una mueca animada se forma en su rostro y es que le agrada conocer criaturas diferentes.
Me alegra conocerle señorita Ruru, mi nombre es Zero.
Tal parece que la dama insecto no puede hablar normalmente, sin duda un efecto de su fisionomía. Por suerte ha logrado desarrollar sus propias formas de comunicación como bien muestra e informa.
El grupo está completo al parecer y un serio líder se dispone a dar la información táctica, es claro que no le tiene mucha confianza al niño robot pero no es una experiencia ajena para el propio “chiquillo”.
Es natural que subestimen a un personaje de apariencia infantil, sea o no un niño real. El pequeño aumentado por su parte ve esto como una oportunidad de demostrar utilidad, suele encontrarle el lado bueno a todo.
La información se dispensa poco después, sin duda es una situación compleja. Parece ser que el grupo enemigo ha tenido mucho tiempo para atrincherarse, ahora cuentan con una base plenamente establecida para llevar a cabo sus actos salvajes.
Sería un buen operativo para los mirmidones pero un ataque directo comprometería severamente la vida de cualquier prisionero, lo mejor ahora es “jugar la carta” del sigilo e infiltrarse al campamento sin levantar sospechas.
El camino discreto parece ser la mejor opción, garantizaría la supervivencia de los prisioneros.
No hay dudas en la mente del niño robot, deben lograr el rescate de cualquier personaje capturado aunque eso implique un mayor esfuerzo. Que en esta oportunidad tomar esa senda evite una batalla directa desventajosa es solo valor agregado.
¿Que sabemos realmente de este enemigo?
Es claro que Kendovlah tiene más información de la que desea revelar, cualquier dato puede aclarar más el panorama. Esta facción parece demasiado organizada, incluso si no sirven a Exos son algo que se debe eliminar… con todo lo que eso implica.
Z9-42
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Re: Brujos. Bestias. Detener. [Libre. 4/4] [Terminado]
Ruru se sentó y en silencio escuchó todo lo que el brujo tenía que decir, el peligro le eran indiferentes pues tenía confianza en su espada pero sabía que también tenía debilidades. La mariposa era diestra pero inexperta, desconocía aún muchas cosas sobre el campo de batalla, y eso lo sabía muy bien, así que presionó el mango de su espada y en silencio asintió preparándose mentalmente.
Ruru sostuvo la mirada del brujo sin asentir o negar, simplemente sosteniendo la mirada. No era necesario que se lo dijera dos veces, como reina, la mariposa conocía muy bien cómo iría la cosa y entendía las prioridades perfectamente ¿Tal vez pensó que ella escogería a las víctimas sobre el plan? Si hubiera sido ella sola probablemente hubiera sido así, pero teniendo en cuenta que esto era una misión en grupo la mariposa no haría algo que se saliera de lo previsto a menos que una urgencia lo acredite.
Ya estoy acostumbrada a las decisiones difíciles
Habiendo tenido que tomar muchas decisiones complicadas con tal de asegurar la estabilidad de la colmena y sus integrantes, Ruru ya se había tenido que ver en más de una ocasión con situaciones odiosas como dejar morir personas inocentes o incluso provocar indirectamente y directamente su muerte con tal de proteger a los suyos. Estaba acostumbrada pero no cómoda con ello, probablemente se sentiría peor que una criminal, al igual que en todas esas otras ocasiones, pero al final terminaría por sumarla al montón de heridas y cicatrices que debía cargar con ella y no podía permitirse prestar atención.
Para empezar, ni siquiera soy precisamente una “buena persona”
Dejó de serlo en el momento que decidió matar con tal de obtener información y dinero para su búsqueda, no estaba orgullosa pero tampoco lo ocultaría; Era una asesina y una criminal, tarde o temprano el karma vendría a cobrarlo, pero antes de eso su misión y responsabilidades debían ser completadas. Moviendo sus antenas para quitarse esos pensamientos de la cabeza, Ruru asintió hacía el plan de Kendovlah, no debía distraerse con cosas innecesarias.
Aquella cosa….
La noche que conoció al extraño capitán de la cicatrices y el joven brujo hubieron muchas cosas que no pudo entender, para empezar, qué diablos estaba sucediendo y porque a cada paso que daban las cosas se pusieran más raras. Pero lo que más confusión le provocó con diferencia fue la extraña aparición de una bestia dormida. Ruru recordó aquel momento, si tenían que enfrentarse algo así más le vale estar preparada para ello.
“Llegado el momento estaré lista para lo peor, descuida.”
Ruru Lepidoptera
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Re: Brujos. Bestias. Detener. [Libre. 4/4] [Terminado]
Kendovlah desconfió de Zero cuando entendió como ocultaba parte de la información. Desconfiar era sagrado en ese tipo de aventuras, lo había aprendido por las malas. Una simple niebla camino a una isla desconocida podía arruinarte todo el viaje y si te pillaba desprevenido que los dioses del mar se amparen de ti. Kendovlah lo había vivido ya y no quería repetir lo mismo, menos estando él a cargo. Después de todo no contaba con una tripulación bien armada, pero quería creer que era lo mejor para aquella travesía.
Miro a Zero y asintió con la cabeza. -No mucho más de lo que ya he dicho. Puede que sea una red de investigación mucho más grande con un fin en común, pero son solo especulaciones hasta que se demuestre lo contrario-. Advirtió volviendo a hacer énfasis en la fase de investigación.
-Preparen todo. Tomaremos la siguiente formación. Amethin y Zero a la cabeza, Ruru y yo cubriremos la retaguardia y serviremos de apoyo-. Tras dar la orden guardo la piedra en su bolsillo junto al mapa del lugar. La subida no sería nada fácil.
(…)
El grupo por fin subía una pendiente muy empinada y zigzagueante. El camino era angosto y bordeaba el acantilado, pero el ancho era suficiente como para que dos personas pudieran caminar cuidadosamente a la par. Poco a poco comenzaban a ver pequeñas cuevas en las paredes que iban creciendo el tamaño de entrada conforme avanzaban.
Kendovlah se mantenía alerta, mirando hacía arriba más que nada para prevenir un posible ataque sorpresa. Hasta el momento todo resultaba ser inquietamente tranquilo, casi como si avanzaran siguiendo el ojo del huracán. ¿Qué pasaría si salían de este?
Volvió a consultar el mapa y ordenó al grupo detenerse. -Bien, según mis informes algunas de estas cuevas conectan con el camino principal-. Miro algo curioso y desconfiado la primera entrada por la que entraban de a dos. -Cualquiera de estas puede ser utilizada por el enemigo. Reconoceremos las primeras dos-.
Saco cuatro pergaminos y dibujo con su tiza de carbón el sello explosivo menor. Los enrollo y entregó dos, uno a Amethin y el otro a Zero. El tercero por si acaso se lo entregó a Ruru. -Seguiremos en el mismo orden, si llegan a encontrarse con cualquier peligro arrojen el pergamino a la pared e iremos corriendo-. Dudo un poco pues esto delataría actividad en el acantilado y el ruido de la explosión haría bastante eco, pero ahí adentro adivinó que sería la única forma de comunicación que tendrían. -Vamos, andando-. Dijo mirando a Ruru e hizo un ademán con la cabeza para que le siguiera por la primera caverna que se extendía bastante. Mínimo podrían ser unos cinco kilometros de diferencia entre el camino de ellos y el principal y eso si no habían bifurcaciones o enemigos.
----
Off: Bien, empezamos. Improvisemos un poco, pueden inventarse sus cosas si quieren así como cambiar turnos si se les hace más fácil. Depende de ustedes como siempre :3
Miro a Zero y asintió con la cabeza. -No mucho más de lo que ya he dicho. Puede que sea una red de investigación mucho más grande con un fin en común, pero son solo especulaciones hasta que se demuestre lo contrario-. Advirtió volviendo a hacer énfasis en la fase de investigación.
-Preparen todo. Tomaremos la siguiente formación. Amethin y Zero a la cabeza, Ruru y yo cubriremos la retaguardia y serviremos de apoyo-. Tras dar la orden guardo la piedra en su bolsillo junto al mapa del lugar. La subida no sería nada fácil.
(…)
El grupo por fin subía una pendiente muy empinada y zigzagueante. El camino era angosto y bordeaba el acantilado, pero el ancho era suficiente como para que dos personas pudieran caminar cuidadosamente a la par. Poco a poco comenzaban a ver pequeñas cuevas en las paredes que iban creciendo el tamaño de entrada conforme avanzaban.
Kendovlah se mantenía alerta, mirando hacía arriba más que nada para prevenir un posible ataque sorpresa. Hasta el momento todo resultaba ser inquietamente tranquilo, casi como si avanzaran siguiendo el ojo del huracán. ¿Qué pasaría si salían de este?
Volvió a consultar el mapa y ordenó al grupo detenerse. -Bien, según mis informes algunas de estas cuevas conectan con el camino principal-. Miro algo curioso y desconfiado la primera entrada por la que entraban de a dos. -Cualquiera de estas puede ser utilizada por el enemigo. Reconoceremos las primeras dos-.
Saco cuatro pergaminos y dibujo con su tiza de carbón el sello explosivo menor. Los enrollo y entregó dos, uno a Amethin y el otro a Zero. El tercero por si acaso se lo entregó a Ruru. -Seguiremos en el mismo orden, si llegan a encontrarse con cualquier peligro arrojen el pergamino a la pared e iremos corriendo-. Dudo un poco pues esto delataría actividad en el acantilado y el ruido de la explosión haría bastante eco, pero ahí adentro adivinó que sería la única forma de comunicación que tendrían. -Vamos, andando-. Dijo mirando a Ruru e hizo un ademán con la cabeza para que le siguiera por la primera caverna que se extendía bastante. Mínimo podrían ser unos cinco kilometros de diferencia entre el camino de ellos y el principal y eso si no habían bifurcaciones o enemigos.
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Kendovlah
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Re: Brujos. Bestias. Detener. [Libre. 4/4] [Terminado]
No me sentía muy confiado en esta situación el sigilo no era mi fuerte, siempre acostumbrado a ver la presa y atacar como lo había hecho siempre, mire a zero y me encogí de hombros.-Bueno supongo que el pergamino servirá de algo-. Confiaba en Zero quizás por fin podría ver sus habilidades en combate una buena manera de conocer un poco más al pequeño Zero.
Saque una antorcha de mi mochila para luego encenderla, después de todo no podía ver en la completa oscuridad de la cueva, nos adentramos con Zero estaba todo tan callado que podíamos escuchar las pisadas que dábamos sobre el suelo rocoso y mojado a medida que caminábamos. Me fije que las sombras a nuestro alrededor se tornaban más negras era como si nos trataran de envolver en la oscuridad
La luz de mi antorcha comenzó a ceder y la penumbra se comenzó a tornar en completa oscuridad , mire a Zero y le dije.-Creo que algo nos está acechando-. No sabía si era magia, una criatura o alguna espora alucinógena en el aire, Sentí un escalofríos recorriendo mi cuerpo y a lo lejos los vi, eran mi padre y a mi madre esperándome.-Que mierda es esto-. Dije en voz baja, no tenía idea de lo que estaba viendo, la luz de mi antorcha se tornaba más tenue mientras que la voz de mis padres recorría los rincones de la cueva mientras me llamaban, podía sentir que caía en un tipo de trance al escuchar sus voces, Mire a Zero y le dije.-¿Que mierda es esto Zero?-. Supuse que el pequeño Zero podría saber mucho más que yo sobre lo que estaba pasando.
No sabía si nos afectaba a ambos o solamente a mí.-Puede que el pequeño esté viendo otra cosa-. Pensé mientras miraba a Zero, las voces de mis padres retumbaban en mi cabeza como si de un eco se tratase, tome mi hacha por el mango y la lance hacia las sombras, todo lo que escuche fue el golpe de mi hacha que dio contra algo en la oscuridad para luego ser lanzada de vuelta hacia cayendo a mis pies, confundido me agache y tome mi hacha del suelo sosteniendo fuertemente su mango, las figuras a lo lejos callaron y se limitaron a mirar, mientras que la luz de mi antorcha lentamente recuperaba su luz y su calor.
Saque una antorcha de mi mochila para luego encenderla, después de todo no podía ver en la completa oscuridad de la cueva, nos adentramos con Zero estaba todo tan callado que podíamos escuchar las pisadas que dábamos sobre el suelo rocoso y mojado a medida que caminábamos. Me fije que las sombras a nuestro alrededor se tornaban más negras era como si nos trataran de envolver en la oscuridad
La luz de mi antorcha comenzó a ceder y la penumbra se comenzó a tornar en completa oscuridad , mire a Zero y le dije.-Creo que algo nos está acechando-. No sabía si era magia, una criatura o alguna espora alucinógena en el aire, Sentí un escalofríos recorriendo mi cuerpo y a lo lejos los vi, eran mi padre y a mi madre esperándome.-Que mierda es esto-. Dije en voz baja, no tenía idea de lo que estaba viendo, la luz de mi antorcha se tornaba más tenue mientras que la voz de mis padres recorría los rincones de la cueva mientras me llamaban, podía sentir que caía en un tipo de trance al escuchar sus voces, Mire a Zero y le dije.-¿Que mierda es esto Zero?-. Supuse que el pequeño Zero podría saber mucho más que yo sobre lo que estaba pasando.
No sabía si nos afectaba a ambos o solamente a mí.-Puede que el pequeño esté viendo otra cosa-. Pensé mientras miraba a Zero, las voces de mis padres retumbaban en mi cabeza como si de un eco se tratase, tome mi hacha por el mango y la lance hacia las sombras, todo lo que escuche fue el golpe de mi hacha que dio contra algo en la oscuridad para luego ser lanzada de vuelta hacia cayendo a mis pies, confundido me agache y tome mi hacha del suelo sosteniendo fuertemente su mango, las figuras a lo lejos callaron y se limitaron a mirar, mientras que la luz de mi antorcha lentamente recuperaba su luz y su calor.
Amethin
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Re: Brujos. Bestias. Detener. [Libre. 4/4] [Terminado]
Tristemente el líder no conoce información adicional sobre su enemigo, será necesario encontrar las pistas directamente. En cierto modo hizo bastante al darles una opción sigilosa en medio de la fortaleza enemiga.
Todos aceptan los términos de la misión, viene siendo hora de iniciar. Se encuentran geográficamente cerca del sitio objetivo y es que Kendovlah pensó en todo, ahora depende del equipo reunido.
El esquema de avance seleccionado por el personaje al mando resulta curioso, pone a Zero como fuerza de choque. Por algunos instantes el pequeño robot considera seriamente que su tapadera fue burlada pero termina por descartar la idea, es solo una coincidencia.
Sin duda los líderes gorriones estarían muy satisfechos de ser tomados tan en cuenta, suelen luchar por ese tipo de reconocimiento. Z9-42 por otro lado solo puede pensar en que se verá obligado a usar sus habilidades aumentadas pronto.
Suspira resignado y avanza, después de todo hay gente prisionera en riesgo, eso es más que suficiente para restarle importancia a los detalles. Cuando el ser vivo peligra es responsabilidad de todo bio ayudar.
Una vez en el acantilado, la joven maquina no puede evitar sentir preocupación por sus aliados. Es un camino angosto que bordea la pared natural, muchas cosas pueden salir mal y ocasionar una caída mortal.
Afortunadamente las habilidades del grupo resultan ser suficientes para la tarea, llegan a una de las numerosas cuevas que ingresan en el conglomerado de túneles naturales. Como bien lo informo su aliado no encuentran resistencia alguna.
Gracias señor.
Niño robot e hibrido avanzan por delante, ahora con una tanda de pergaminos explosivos. No es el mecanismo más eficiente en entornos cerrados pero queda patente que es solo como último recurso, después de todo también delataría su posición a los enemigos de arriba.
La red de cavernas es húmeda, oscura y posee un persistente eco, Amethin soluciona el problema de la visibilidad con cierta antorcha pronto por otro lado. Zero asiente sonriente a su iniciativa aunque solo como postura educada, puede ver en la oscuridad.
A partir de allí la situación se torna extraña, el personaje con genes animales comienza a perder la cordura. Zero observa repetidas veces el lugar que señala pero solo puede ver una oscuridad infranqueable.
No veo nada señor Amethin, creo que está experimentando una aluc…
Detiene su intento por desestimar el problema cuando su aliado arroja el arma, algo la lanza de vuelta. Es justo decir que la alerta del niño robot sube a niveles altos, sobre todo porque no puede ver la otra entidad presente.
Amenaza desconocida, atentos todos.
Algo que expresa para sus aliados en la retaguardia, aún no han sido afectados. Luego de algunos instantes el chiquillo robot nota algo extraño, una figura conocida se manifiesta en la oscuridad.
¿Giroud?... “niega con la cabeza” no es posible, ¿Verdad?
“El adulto mayor asiente sonriente para luego dar paso a una mujer desconocida”.
¿Quién…? “pone una mueca confusa” yo… creo que le conozco, creo “hace un esfuerzo visible por recordar pero su mente sigue en blanco” no sé quién es pero... a la vez sí.
Todos aceptan los términos de la misión, viene siendo hora de iniciar. Se encuentran geográficamente cerca del sitio objetivo y es que Kendovlah pensó en todo, ahora depende del equipo reunido.
El esquema de avance seleccionado por el personaje al mando resulta curioso, pone a Zero como fuerza de choque. Por algunos instantes el pequeño robot considera seriamente que su tapadera fue burlada pero termina por descartar la idea, es solo una coincidencia.
Sin duda los líderes gorriones estarían muy satisfechos de ser tomados tan en cuenta, suelen luchar por ese tipo de reconocimiento. Z9-42 por otro lado solo puede pensar en que se verá obligado a usar sus habilidades aumentadas pronto.
Suspira resignado y avanza, después de todo hay gente prisionera en riesgo, eso es más que suficiente para restarle importancia a los detalles. Cuando el ser vivo peligra es responsabilidad de todo bio ayudar.
Una vez en el acantilado, la joven maquina no puede evitar sentir preocupación por sus aliados. Es un camino angosto que bordea la pared natural, muchas cosas pueden salir mal y ocasionar una caída mortal.
Afortunadamente las habilidades del grupo resultan ser suficientes para la tarea, llegan a una de las numerosas cuevas que ingresan en el conglomerado de túneles naturales. Como bien lo informo su aliado no encuentran resistencia alguna.
Gracias señor.
Niño robot e hibrido avanzan por delante, ahora con una tanda de pergaminos explosivos. No es el mecanismo más eficiente en entornos cerrados pero queda patente que es solo como último recurso, después de todo también delataría su posición a los enemigos de arriba.
La red de cavernas es húmeda, oscura y posee un persistente eco, Amethin soluciona el problema de la visibilidad con cierta antorcha pronto por otro lado. Zero asiente sonriente a su iniciativa aunque solo como postura educada, puede ver en la oscuridad.
A partir de allí la situación se torna extraña, el personaje con genes animales comienza a perder la cordura. Zero observa repetidas veces el lugar que señala pero solo puede ver una oscuridad infranqueable.
No veo nada señor Amethin, creo que está experimentando una aluc…
Detiene su intento por desestimar el problema cuando su aliado arroja el arma, algo la lanza de vuelta. Es justo decir que la alerta del niño robot sube a niveles altos, sobre todo porque no puede ver la otra entidad presente.
Amenaza desconocida, atentos todos.
Algo que expresa para sus aliados en la retaguardia, aún no han sido afectados. Luego de algunos instantes el chiquillo robot nota algo extraño, una figura conocida se manifiesta en la oscuridad.
¿Giroud?... “niega con la cabeza” no es posible, ¿Verdad?
“El adulto mayor asiente sonriente para luego dar paso a una mujer desconocida”.
¿Quién…? “pone una mueca confusa” yo… creo que le conozco, creo “hace un esfuerzo visible por recordar pero su mente sigue en blanco” no sé quién es pero... a la vez sí.
Z9-42
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Re: Brujos. Bestias. Detener. [Libre. 4/4] [Terminado]
Ruru siguió obedientemente al grupo, sin despegar la mano de su espada envainada. Una sensación de inquietud recorrió su pecho a medida que se aproximaban a su destina, tenía un mal presentimiento sobre todo esto.
Será mejor que ponga a trabajar a mi pequeñas….Solo por si acaso.
Las pequeñas figuras de sus amigas comenzaron a revolotear no muy lejos de ellos, habían mariposas de todas las clases pero especialmente mariposas vannesa; Quienes pueden vivir perfectamente en cuevas sin salir heridas. Unas pocas se mantenían cerca de ellos pero otras revoloteaban en las cercanías, observando por algún tipo de peligro que reportar a su líder.
Está todo demasiado tranquilo...No me gusta; Lo mejor será que una vez dentro de la cueva mantener mi espada desenvainada.
Pensó Ruru mientras guardaba el mapa, sus mariposas no detectaron nada y estaba todo anormalmente silencioso; Esto era claramente una trampa. La mujer-bestia desenvainó su espada y se aventuró al interior de la cueva justo detrás del brujo, lista para defenderlo de cualquier ataque. Sus antenas no dejaban de moverse.
La cueva era estrecha y sólo podían caminar en fila india, sus amigas estaban posadas en sus hombros, cabeza y alas, aguardando una orden. Ruru estaba totalmente atenta, sus mullidas antenas que se movían al más mínimo sonido lo revelaba, entonces, tras 20 minutos de caminata en total tranquilidad y silencio lo escuchó:
*shhhha*
El sonido de algo arrastrándose cerca de ellos, sintió como el ruido pasaba por al lado y luego seguía de largo, avanzando más adelante de la cueva; Ruru sintió un escalofrío. Más adelante había una caverna abierta en donde fácilmente podría entrar algo grande……¿No era esto prácticamente un invitación?
Ruru tocó el hombro de Kendovlha y le enseñó una nota que escribió rápidamente, estaba oscuro pero si usaba magia de fuego podría leerlo; “Iré primera, si ves que tengo algún tipo de problema apoyame con tu magia.” Ruru era una espadachina bastante resistente, si se encontraban a lo que sea que se estaba arrastrando, podría pararlo durante un rato, Kendovlah podría atacar fácilmente mientras Ruru lo retenía.
Espero que solo sea un mal presentimiento
La mujer bestia avanzó hacía la boca de la cueva, aquella que daba a la caverna. Su vista era mala y con la oscuridad lo era aún peor, peor su oído era fino; apenas pasó escuchó el movimiento de algo abalanzándose sobre ella.
“Click”
La mariposa saltó hacía atrás para evadir el ataque, las mariposas comenzaron a revolotear alrededor de ella. No podía ver lo que la atacó, peor era grande, grande y sin piernas. Un segundo ataque llegó y Ruru esta vez no se contentó solo con esquivarlo, avanzó sin duda acompañada de sus fieles aliadas; Debía intentar golpearlo. Lastima que aparte de grande, era evasivo también; Antes de que pudiera asestar un golpe la cosa se alejó arrastrándose. Se lo que sea, no sería fácil de derrotar si el brujo y la mujer-bestia no trabajaban en equipo.
Será mejor que ponga a trabajar a mi pequeñas….Solo por si acaso.
Las pequeñas figuras de sus amigas comenzaron a revolotear no muy lejos de ellos, habían mariposas de todas las clases pero especialmente mariposas vannesa; Quienes pueden vivir perfectamente en cuevas sin salir heridas. Unas pocas se mantenían cerca de ellos pero otras revoloteaban en las cercanías, observando por algún tipo de peligro que reportar a su líder.
Está todo demasiado tranquilo...No me gusta; Lo mejor será que una vez dentro de la cueva mantener mi espada desenvainada.
Pensó Ruru mientras guardaba el mapa, sus mariposas no detectaron nada y estaba todo anormalmente silencioso; Esto era claramente una trampa. La mujer-bestia desenvainó su espada y se aventuró al interior de la cueva justo detrás del brujo, lista para defenderlo de cualquier ataque. Sus antenas no dejaban de moverse.
La cueva era estrecha y sólo podían caminar en fila india, sus amigas estaban posadas en sus hombros, cabeza y alas, aguardando una orden. Ruru estaba totalmente atenta, sus mullidas antenas que se movían al más mínimo sonido lo revelaba, entonces, tras 20 minutos de caminata en total tranquilidad y silencio lo escuchó:
*shhhha*
El sonido de algo arrastrándose cerca de ellos, sintió como el ruido pasaba por al lado y luego seguía de largo, avanzando más adelante de la cueva; Ruru sintió un escalofrío. Más adelante había una caverna abierta en donde fácilmente podría entrar algo grande……¿No era esto prácticamente un invitación?
Ruru tocó el hombro de Kendovlha y le enseñó una nota que escribió rápidamente, estaba oscuro pero si usaba magia de fuego podría leerlo; “Iré primera, si ves que tengo algún tipo de problema apoyame con tu magia.” Ruru era una espadachina bastante resistente, si se encontraban a lo que sea que se estaba arrastrando, podría pararlo durante un rato, Kendovlah podría atacar fácilmente mientras Ruru lo retenía.
Espero que solo sea un mal presentimiento
La mujer bestia avanzó hacía la boca de la cueva, aquella que daba a la caverna. Su vista era mala y con la oscuridad lo era aún peor, peor su oído era fino; apenas pasó escuchó el movimiento de algo abalanzándose sobre ella.
“Click”
La mariposa saltó hacía atrás para evadir el ataque, las mariposas comenzaron a revolotear alrededor de ella. No podía ver lo que la atacó, peor era grande, grande y sin piernas. Un segundo ataque llegó y Ruru esta vez no se contentó solo con esquivarlo, avanzó sin duda acompañada de sus fieles aliadas; Debía intentar golpearlo. Lastima que aparte de grande, era evasivo también; Antes de que pudiera asestar un golpe la cosa se alejó arrastrándose. Se lo que sea, no sería fácil de derrotar si el brujo y la mujer-bestia no trabajaban en equipo.
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Re: Brujos. Bestias. Detener. [Libre. 4/4] [Terminado]
Las dudas crecían en la cabeza del mago. Quizás había hecho mal en dividir las fuerzas y con eso arriesgo por completo no solo el éxito de la misión sino también la vida propia y de sus camaradas. Quizás había repartido mal las fuerzas al desconocer las habilidades de Z era posible que no se complementara bien con Amethin. Quizás tan solo estaba pensando demasiado, pero así era el mago. Su mente funcionaba a mil y aquello era bueno, era un estado que podía controlar y adelantarse al actuar del enemigo.
Habían muchos peligros en esas cuevas además del enemigo y que eran materia que el mago ignoraba en su mayoría. Había estudiado las posibilidades pero no sabía el lugar exacto ni podía confirmar lo que mencionaban los libros. No había tenido oportunidad para ir él solo a averiguarlo. Era un aventurero pero a veces dudaba de ser un loco suicida. “Habrá que confiar en el equipo de turno” Pensó para si mismo.
Avanzaba tras de Ruru en medio de la cueva, en un principio no podía ver nada más al frente de la mujer mariposa. Aquello era inquietante, no tenía posibilidad de prever un ataque enemigo mucho menos detectar alguna trampa. Debería confiar en los reflejos de su compañera y estar a la expectativa. “Que fastidio” Pensó el mago ante la idea, era como volver a esa niebla en la que varios hombres perdieron la vida.
Pudo ver unas cuantas mariposas. -No es mala idea-. Dijo por lo bajo pero luego pudo ver como la mujer comenzaba a enfrentarse contra algo. No podía saber que era, pero estaba claro que el combate se le estaba complicando. Podía escuchar ruidos pesados de una criatura chocando contra las paredes o el piso dependiendo de a donde esquivaba.
-Hágase la luz-. Exclamó el túnica naranja poniéndose a un costado de la mariposa y pudo verlo tras prender pequeñas bolas de fuego sobre la yema de sus dedos. Ojos verdes amarillentos y unos colmillos blancos sobre salían de la boca del reptil de gran tamaño y escamas verdes. ¡Un basilisco!
No lo pensó dos veces. Usó un pergamino explosivo. Lo abrió contra la pared cercana al otro grupo, pronunció las palabras y la explosión se hizo escuchar. Una leve apertura se abrió entre la pared agrietando también el otro lado. Quizás usando los tres o dos pergaminos restantes no habría necesidad de salir de la cueva. Al hacer esto el temblor provocó que algunas esporas nativas en la cueva de Amethin y Z se alterarán debilitando el efecto por unos segundos.
La estrategia se dibujaba en la mente del mago. La criatura podía moverse solo en dos direcciones y levemente hacía los costados gracias a su gran tamaño. Le hacía falta arrastrarse por completo si quería mover ese enorme cuerpo por las paredes para dar la media vuelta.
-Llame a los otros dos. Tengo un plan, Ruru. ¡A un lado!-. Dijo para correr hacía la criatura, esta naturalmente embistió contra lo primero que vio y el túnica naranja salió volando unos cuantos metros aterrizando de culo al suelo. Para cuando la serpiente gigante volvió a arremeter el brujo conjuro su magia y con su habilidad de ascuas varias llamas salieron disparadas hacía la criatura con la boca abierta y lista para morder.* Sin embargo, el calor de las llamas la hicieron retroceder y comenzar a golpear la cabeza contra las paredes de un lado a otro.
*: Uso de habilidad nivel 0: Ascuas.
Habían muchos peligros en esas cuevas además del enemigo y que eran materia que el mago ignoraba en su mayoría. Había estudiado las posibilidades pero no sabía el lugar exacto ni podía confirmar lo que mencionaban los libros. No había tenido oportunidad para ir él solo a averiguarlo. Era un aventurero pero a veces dudaba de ser un loco suicida. “Habrá que confiar en el equipo de turno” Pensó para si mismo.
Avanzaba tras de Ruru en medio de la cueva, en un principio no podía ver nada más al frente de la mujer mariposa. Aquello era inquietante, no tenía posibilidad de prever un ataque enemigo mucho menos detectar alguna trampa. Debería confiar en los reflejos de su compañera y estar a la expectativa. “Que fastidio” Pensó el mago ante la idea, era como volver a esa niebla en la que varios hombres perdieron la vida.
Pudo ver unas cuantas mariposas. -No es mala idea-. Dijo por lo bajo pero luego pudo ver como la mujer comenzaba a enfrentarse contra algo. No podía saber que era, pero estaba claro que el combate se le estaba complicando. Podía escuchar ruidos pesados de una criatura chocando contra las paredes o el piso dependiendo de a donde esquivaba.
-Hágase la luz-. Exclamó el túnica naranja poniéndose a un costado de la mariposa y pudo verlo tras prender pequeñas bolas de fuego sobre la yema de sus dedos. Ojos verdes amarillentos y unos colmillos blancos sobre salían de la boca del reptil de gran tamaño y escamas verdes. ¡Un basilisco!
No lo pensó dos veces. Usó un pergamino explosivo. Lo abrió contra la pared cercana al otro grupo, pronunció las palabras y la explosión se hizo escuchar. Una leve apertura se abrió entre la pared agrietando también el otro lado. Quizás usando los tres o dos pergaminos restantes no habría necesidad de salir de la cueva. Al hacer esto el temblor provocó que algunas esporas nativas en la cueva de Amethin y Z se alterarán debilitando el efecto por unos segundos.
La estrategia se dibujaba en la mente del mago. La criatura podía moverse solo en dos direcciones y levemente hacía los costados gracias a su gran tamaño. Le hacía falta arrastrarse por completo si quería mover ese enorme cuerpo por las paredes para dar la media vuelta.
-Llame a los otros dos. Tengo un plan, Ruru. ¡A un lado!-. Dijo para correr hacía la criatura, esta naturalmente embistió contra lo primero que vio y el túnica naranja salió volando unos cuantos metros aterrizando de culo al suelo. Para cuando la serpiente gigante volvió a arremeter el brujo conjuro su magia y con su habilidad de ascuas varias llamas salieron disparadas hacía la criatura con la boca abierta y lista para morder.* Sin embargo, el calor de las llamas la hicieron retroceder y comenzar a golpear la cabeza contra las paredes de un lado a otro.
Off:
*: Uso de habilidad nivel 0: Ascuas.
Última edición por Kendovlah el Dom 27 Oct 2019, 23:47, editado 1 vez
Kendovlah
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Re: Brujos. Bestias. Detener. [Libre. 4/4] [Terminado]
En medio de su ilusión, Zero no puede evitar experimentar una patente sensación de malestar, melancolía para ser exactos. Es como si la mujer de la visión fuera alguien tan importante que… que duele.
Pronto sus ojos están humedecidos pero antes de que todo avance para peor, una sacudida tiene lugar. La pequeña maquina pierde el equilibrio y cuando se levanta toda la imagen anterior a desaparecido.
¿Que…?
Busca entonces con la mirada a su aliado pero no le consigue por ningún lado, destina severos minutos en una exploración que termina por dar el mismo resultado. La preocupación se manifiesta en su joven mente rápido.
En este punto es bastante claro que Z9-42 fue víctima de una alteración extraña, Amethin puede estar sufriendo el mismo tipo de alucinaciones por lo que se encuentra en peligro. Desgraciadamente ya no hay rastro alguno de su presencia.
Con cierto pesar decide ir a la fuente del estallido, después de todo hay más aliados involucrados en la aventura. Ese tipo de reacciones no suelen indicar nada bueno, seguramente requieren un poco de ayuda sintética.
Otra cosa colma los pensamientos más tácticos del chiquillo aumentado, es posible que su presencia haya sido revelada. Las explosiones espontaneas no son un fenómeno muy común en la realidad, deben movilizarse con cuidado de ahora en adelante.
Cerca de una encrucijada, el pequeño robot se encuentra con una visión curiosa, cierta mariposa. La multiplicación espontanea de tales criaturas termina por indicarle el camino correcto hasta sus aliados.
Ciertamente asocia tal fenómeno con su colega hibrida bastante rápido y es que algunos seres bestiales insectos tienen la capacidad de utilizar criaturas semejantes para sus propios intereses, conservan su mente colmena.
Cuando llega al área caliente se encuentra de lleno con un panorama más hostil, sus aliados combaten fieramente contra un basilisco. Es un ser temible que no parece muy a gusto con tener “visitas en casa”.
Sin perder tiempo, Zero carga sus extremidades superiores y se le monta encima. Acto seguido descarga golpes potenciados, todo esto con sus manos recubiertas por los guantes especiales de despliegue rápido.
Pronto sus ojos están humedecidos pero antes de que todo avance para peor, una sacudida tiene lugar. La pequeña maquina pierde el equilibrio y cuando se levanta toda la imagen anterior a desaparecido.
¿Que…?
Busca entonces con la mirada a su aliado pero no le consigue por ningún lado, destina severos minutos en una exploración que termina por dar el mismo resultado. La preocupación se manifiesta en su joven mente rápido.
En este punto es bastante claro que Z9-42 fue víctima de una alteración extraña, Amethin puede estar sufriendo el mismo tipo de alucinaciones por lo que se encuentra en peligro. Desgraciadamente ya no hay rastro alguno de su presencia.
Con cierto pesar decide ir a la fuente del estallido, después de todo hay más aliados involucrados en la aventura. Ese tipo de reacciones no suelen indicar nada bueno, seguramente requieren un poco de ayuda sintética.
Otra cosa colma los pensamientos más tácticos del chiquillo aumentado, es posible que su presencia haya sido revelada. Las explosiones espontaneas no son un fenómeno muy común en la realidad, deben movilizarse con cuidado de ahora en adelante.
Cerca de una encrucijada, el pequeño robot se encuentra con una visión curiosa, cierta mariposa. La multiplicación espontanea de tales criaturas termina por indicarle el camino correcto hasta sus aliados.
Ciertamente asocia tal fenómeno con su colega hibrida bastante rápido y es que algunos seres bestiales insectos tienen la capacidad de utilizar criaturas semejantes para sus propios intereses, conservan su mente colmena.
Cuando llega al área caliente se encuentra de lleno con un panorama más hostil, sus aliados combaten fieramente contra un basilisco. Es un ser temible que no parece muy a gusto con tener “visitas en casa”.
Sin perder tiempo, Zero carga sus extremidades superiores y se le monta encima. Acto seguido descarga golpes potenciados, todo esto con sus manos recubiertas por los guantes especiales de despliegue rápido.
- Off:
- Zero utiliza su habilidad de Lvl 1 (Golpes cargados)
Z9-42
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Re: Brujos. Bestias. Detener. [Libre. 4/4] [Terminado]
Ruru se apartó obedientemente, no solo para dejar que le brujo ejecutara lo que sea que estuviera planeando sino para recuperar su aturdida vista ¡La repentina fuente de luz la aturdió por unos segundos! No solo ella, sus mariposa también parecían algo confusas.
Diablos...
En cuanto recuperó la vista notó que Zero, el niño biocibernético, estaba ahí ¿Quién lo trajo? No tardó en saberlo, una orgullosa mariposa parda revoloteo en frente de ella orgullosamente, reclamando su mérito. Ruru chirrió suavemente para agradecerle, la mariposa pareció volverse más alegre y energética.
Un basilisco….Esta cosa no pudo llegar por su cuenta a este lugar...
Acomodando su postura, Ruru sostuvo su espada con fuerza mientras valoraba la situación; El brujo logró aturdir al basilisco y el infante estaba golpeándolo ¡Incluso logró atravesar las duras escamas de la serpiente! La criatura no dejaba de luchar y de moverse de un lado para otro, golpeando las paredes de la caverna confusamente, Ruru se sintió alarmada.
Si esta cosa sigue moviéndose acabara derrumbado toda la caverna, tengo que hacer que se esté quieta.
No podía detener la cabeza porque Zero estaba ahí, el niño probablemente se las arreglaría para detener la cabeza...En cuanto la cola…..Ruru corrió ágilmente, esquivando los escombros que los constantes golpes del basilisco provocaron ¡Sus mariposas le seguían fielmente a su lado! La cola de la criatura era similar a un látigo pero armada, armada y con pinchos realmente afilados ¡Si la golpeaba seguramente no lo contaría!
Aprovechó el momento en que la cola golpeó una pared y quedó unos segundos encallada para subirse a esta, enseguida la criatura trato de quitarla de ahí por la fuerza ¡Lastima que las mariposas poseían una capacidad y equilibrio inigualables en lo que quedarse adheridas a un lugar se refería! Extendió sus hermosas azuladas alas para mantener el equilibrio mientras que con una mano se sujetaba, escaló la cola en movimiento hasta un lugar no demasiado grueso pero tampoco demasiado delgado ¡Y sin dudarlo clavó su espada en la cola, pegando al suelo a su vez la extremidad! La serpiente gritó adolorida, desclavando su cola, la movió furiosamente ¡Golpeando y lanzando por los aires a la mariposa!
La mujer-bestia aterrizó en el suelo suavemente, planeando son sus hermosas y enormes alas con patrones ligeramente moradas ¡Su espada quedó clavada en la cola de la serpiente! Pero eso no importaba, había logrado su cometido, la serpiente apenas podía mover la cola ahora así que ya no hacía falta que temieran por un derrumbe de la caverna. Adoloridamente apretó su estómago con un brazo, cuando al serpiente la expulsó de su cola la golpeó fuertemente en la tripa, esas duras escamas provocaron grietas en su exoesqueleto. Sus manos no tardaron en mojarse en un extraño líquido medio azulado-plateado un poco similar a la sangre; Ruru estaba sangrando, parecía que había recibido daños internos.
Ruru Lepidoptera
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Re: Brujos. Bestias. Detener. [Libre. 4/4] [Terminado]
El pequeño Zero había conseguido llegar y rápidamente comenzó a hacer gala de su fuerza sobre humana. Kendo se llevó una gran sorpresa al ver el basilisco retroceder ante los potentes puños del cibernético. La curiosidad en el brujo aumento, pensó en Uriel por momentos. El pequeño vampiro también era fuerte, pero no lo había visto en batalla contra semejante bestia. ¿Cuál sería más fuerte y la diferencia entre ambos si es que había alguna aparte del comportamiento? Algunos niños en Aerandir si eran cosa de temer.
Por su parte la amiga reina del túnica naranja con la elegancia digna de su altura logró detener la cola puntiaguda del animal. El cuerpo seguía retorciéndose en un intento de liberarse de su primer atacante pero poco podía hacer con la cabeza aturdida por los golpes y la cola sangrando sumando el dolor que causaba una espada muy bien clavada, eso y las quemaduras en su boca al intentar morder al brujo.
El equipo de turno estaba superando bastante bien la situación tomando en cuenta el tamaño del enemigo. Solo quedaba darle el golpe final, el “tate quieto”.
Unos segundos bastaron. Kendovlah miró fijamente los ojos de la criatura, necesitaba darle a uno. Estaba seguro de que el dolor sería suficiente. No podía saltar sobre la cara de la criatura, aunque Zero no ocupaba demasiado espacio el agarre sería difícil y ni hablar de las capacidades físicas del túnica naranja para dicha acción. La única solución que se le ocurrió fue simple pero arriesgada. Impulsó el brazo con el que sostenía su espada hacía atrás y el acero termino clavándose en uno de los ojos de la criatura.
Suficiente. El basilisco había caído y aún quedaba un enorme camino por recorrer. Además de las dificultades naturales del acantilado, estaban también los extractores de éter y los prisioneros que aún tenían su liberación pendiente a cumplir requisitos.
La criatura seguía viva y moviéndose a penas, podía sobrevivir al ataque combinado pero en muy malas condiciones. El túnica naranja confiándose de esto volvió al cabizbajo reptil y con cierta incertidumbre retiro su acero de donde se había clavado. Una última mirada al grupo de turno y un suspiro. Ya había una baja al parecer.
Mantuvo su mano levantada y al poco tiempo conjuro una bola de fuego para iluminar mejor el lugar. Sentía un leve ardor en sus manos al no tener la habilidad suficiente, pero podía soportarlo si de vez en cuanto la apagaba y se daban un tiempo para descansar. -Hay que seguir. Lo usual es que la dificultar muestra el camino correcto-. Dijo algo más calmado esta vez hiendo a la cabeza. -Zero, eres fuerte. Serás el primero en atacar mientras Ruru y yo planeamos el apoyo. Solo ataca si crees poder-. Ordenó mientras avanzaban.
Siguieron y siguieron por el camino que poco a poco iba dejando atrás la basilisco y así mismo las esporas alucinógenas nativas del lugar.
El escenario y el camino cambio abruptamente. En vez de ir subiendo o en línea recta el grupo comienza a descender y las paredes poco a poco comenzaban a ser reemplazadas por pilas y pilas de cavidades abiertas por las que se podían ver montones de huesos descansando eternamente. Así mismo a cada costado del camino podían verse ataúdes mal conservados. Algunos aún se mantenían cerrados, otros abiertos sin nada en el interior.
Poco a poco comenzaban a ver señales de que el lugar había sido ocupado recientemente por seres vivos aunque el motivo de su presencia en aquel lugar dejaba mucho que desea. Por varios lados se podían ver algunas mesas y sillas con diarios de anotaciones. Entre tantas cosas algunas más perturbadoras eran los elementos de tortura. Algunas camillas en vertical con las cadenas aún unidas a los sujetos de prueba. Otras tantas vacías. Látigos, fustas, agujas entre otros...
Y si, los ocupantes de las camillas en su totalidad estaban ya muertos con múltiples heridas.
Kendovlah miraba con horror mientras se iba acercando a las notas que los torturadores iban dejando. En estas parecían disfrutar cada golpe y cada grito. Hasta detallaban el placer que producía dicha actuación. Poco se hablaba de la extracción del éter. Solo en uno se mencionaba que se habían dejado llevar por el sadismo olvidando el propósito de su investigación. Estaban esperando un cargamento que llegaría pronto, pero debían moverse. -A la sala principal, se estaba acercando el momento de dar uso al éter extraído-. Leyó el brujo en voz alta. Era difícil mantener la cabeza fría en esos momentos. Una mezcla de odio y repulsión se acumulaba en su estómago.
-Es posible que ya no haya nadie que rescatar. Aún no sabemos cuantos enemigos nos esperan-. Dijo mirando al grupo mientras tendía a Ruru el último libro de anotaciones encontrado.
Al final de esta sala había una puerta de hierro negra. Kendovlah supo enseguida que de momento lo único que podían hacer era seguir avanzando y evaluar hasta que punto sería seguro continuar. Cerro los ojos y respiro firme mientras sus manos comenzaban a tirar del picaporte. La puerta cedió pero un sonido rasgando el aíre corto su respiración y alguno de sus cabellos.
Se hecho hacía un lado de inmediato para comprobar la pequeña trampa que habían dejado en el camino. Una morning star terminaba de balancearse en el aíre y comprendió lo descuidado que había sido. No había mecanismo alguno que advirtiera la trampa y frente a él solo quedaba un pasillo que continuaba hasta la siguiente sala. Parecía seguro, pero unos cuantos hilos cruzaban el suelo de la habitación.
1: Leiza:
3: Es momento de aportar algo a la trama con Leiza si quieren manejarla. Creo que se entiende de lo que va. Veamos como resulta.
4: En los cofres puede haber más que solo el equipo del pnj, pueden inventarse algo que sea de utilidad si quieren :3
Por su parte la amiga reina del túnica naranja con la elegancia digna de su altura logró detener la cola puntiaguda del animal. El cuerpo seguía retorciéndose en un intento de liberarse de su primer atacante pero poco podía hacer con la cabeza aturdida por los golpes y la cola sangrando sumando el dolor que causaba una espada muy bien clavada, eso y las quemaduras en su boca al intentar morder al brujo.
El equipo de turno estaba superando bastante bien la situación tomando en cuenta el tamaño del enemigo. Solo quedaba darle el golpe final, el “tate quieto”.
Unos segundos bastaron. Kendovlah miró fijamente los ojos de la criatura, necesitaba darle a uno. Estaba seguro de que el dolor sería suficiente. No podía saltar sobre la cara de la criatura, aunque Zero no ocupaba demasiado espacio el agarre sería difícil y ni hablar de las capacidades físicas del túnica naranja para dicha acción. La única solución que se le ocurrió fue simple pero arriesgada. Impulsó el brazo con el que sostenía su espada hacía atrás y el acero termino clavándose en uno de los ojos de la criatura.
Suficiente. El basilisco había caído y aún quedaba un enorme camino por recorrer. Además de las dificultades naturales del acantilado, estaban también los extractores de éter y los prisioneros que aún tenían su liberación pendiente a cumplir requisitos.
La criatura seguía viva y moviéndose a penas, podía sobrevivir al ataque combinado pero en muy malas condiciones. El túnica naranja confiándose de esto volvió al cabizbajo reptil y con cierta incertidumbre retiro su acero de donde se había clavado. Una última mirada al grupo de turno y un suspiro. Ya había una baja al parecer.
Mantuvo su mano levantada y al poco tiempo conjuro una bola de fuego para iluminar mejor el lugar. Sentía un leve ardor en sus manos al no tener la habilidad suficiente, pero podía soportarlo si de vez en cuanto la apagaba y se daban un tiempo para descansar. -Hay que seguir. Lo usual es que la dificultar muestra el camino correcto-. Dijo algo más calmado esta vez hiendo a la cabeza. -Zero, eres fuerte. Serás el primero en atacar mientras Ruru y yo planeamos el apoyo. Solo ataca si crees poder-. Ordenó mientras avanzaban.
Siguieron y siguieron por el camino que poco a poco iba dejando atrás la basilisco y así mismo las esporas alucinógenas nativas del lugar.
(…)
El escenario y el camino cambio abruptamente. En vez de ir subiendo o en línea recta el grupo comienza a descender y las paredes poco a poco comenzaban a ser reemplazadas por pilas y pilas de cavidades abiertas por las que se podían ver montones de huesos descansando eternamente. Así mismo a cada costado del camino podían verse ataúdes mal conservados. Algunos aún se mantenían cerrados, otros abiertos sin nada en el interior.
Poco a poco comenzaban a ver señales de que el lugar había sido ocupado recientemente por seres vivos aunque el motivo de su presencia en aquel lugar dejaba mucho que desea. Por varios lados se podían ver algunas mesas y sillas con diarios de anotaciones. Entre tantas cosas algunas más perturbadoras eran los elementos de tortura. Algunas camillas en vertical con las cadenas aún unidas a los sujetos de prueba. Otras tantas vacías. Látigos, fustas, agujas entre otros...
Y si, los ocupantes de las camillas en su totalidad estaban ya muertos con múltiples heridas.
Kendovlah miraba con horror mientras se iba acercando a las notas que los torturadores iban dejando. En estas parecían disfrutar cada golpe y cada grito. Hasta detallaban el placer que producía dicha actuación. Poco se hablaba de la extracción del éter. Solo en uno se mencionaba que se habían dejado llevar por el sadismo olvidando el propósito de su investigación. Estaban esperando un cargamento que llegaría pronto, pero debían moverse. -A la sala principal, se estaba acercando el momento de dar uso al éter extraído-. Leyó el brujo en voz alta. Era difícil mantener la cabeza fría en esos momentos. Una mezcla de odio y repulsión se acumulaba en su estómago.
-Es posible que ya no haya nadie que rescatar. Aún no sabemos cuantos enemigos nos esperan-. Dijo mirando al grupo mientras tendía a Ruru el último libro de anotaciones encontrado.
Al final de esta sala había una puerta de hierro negra. Kendovlah supo enseguida que de momento lo único que podían hacer era seguir avanzando y evaluar hasta que punto sería seguro continuar. Cerro los ojos y respiro firme mientras sus manos comenzaban a tirar del picaporte. La puerta cedió pero un sonido rasgando el aíre corto su respiración y alguno de sus cabellos.
Se hecho hacía un lado de inmediato para comprobar la pequeña trampa que habían dejado en el camino. Una morning star terminaba de balancearse en el aíre y comprendió lo descuidado que había sido. No había mecanismo alguno que advirtiera la trampa y frente a él solo quedaba un pasillo que continuaba hasta la siguiente sala. Parecía seguro, pero unos cuantos hilos cruzaban el suelo de la habitación.
Tras haber sorteado las posibles trampas activas, el grupo llegaría a una cámara similar a la anterior con los mismos elementos, pero con uno que sería clave en la misión. Entre las camas de tortura, aún había un personaje con vida. Estaba bien golpeada pero hace mucho que había comenzado a recuperarse. No dudaría en pedirle ayuda al grupo en cuando le vieran. Su nombre era Leiza, una mujer bestia con aspecto de reptil. Sus cosas también estaban en la sala. Habían dejado atrás muchos cofres con pertenencias de los seres torturados. Claramente la mujer lagarto necesitaba ayuda para soltarse. ¿Qué les tendría que decir una vez recuperadas sus cosas? Sin duda estaría en deuda y se mostraría agradecida.
Ah pero eso no era todo. Al soltar al prisionero había una sorpresa visible pero que pasaba desapercibida. Entre la pila de ataúdes habían algunos cadáveres que aún parecían frescos en comparación a los demás que habían visto. Un total de cinco draugrs que no se molestarían en atacar una vez que Leiza fuese liberada. Se presentaba entonces la siguiente dificultad: Liberar a Leiza, sobrevivir a los draugrs armados y ayudar al lagarto para conseguir sus cosas.
Off:
Ah pero eso no era todo. Al soltar al prisionero había una sorpresa visible pero que pasaba desapercibida. Entre la pila de ataúdes habían algunos cadáveres que aún parecían frescos en comparación a los demás que habían visto. Un total de cinco draugrs que no se molestarían en atacar una vez que Leiza fuese liberada. Se presentaba entonces la siguiente dificultad: Liberar a Leiza, sobrevivir a los draugrs armados y ayudar al lagarto para conseguir sus cosas.
Off:
1: Leiza:
- Spoiler:
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3: Es momento de aportar algo a la trama con Leiza si quieren manejarla. Creo que se entiende de lo que va. Veamos como resulta.
4: En los cofres puede haber más que solo el equipo del pnj, pueden inventarse algo que sea de utilidad si quieren :3
Kendovlah
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Re: Brujos. Bestias. Detener. [Libre. 4/4] [Terminado]
Zero se mantiene encima del enorme reptil, evitando en todo momento terminar estampado contra un lateral. Es una tarea demandante sin duda pero ser un chico maquina ayuda bastante, incluso tiene oportunidad de lanzar uno que otro golpe ocasional.
Mientras todo esto acontece, Ruru decide inutilizar la cola. Buen movimiento teniendo en cuenta que la zona comienza a mostrar señales de colapso, la intervención del elemento insecto es bien recibida.
Si bien logra inutilizar la cola, paga con creces su iniciativa. Recibe un golpe directo que le manda a volar una buena distancia y a pesar de su gran aterrizaje se pueden ver vestigios de daños, al menos para los ojos aumentados del pequeño Z9-42.
El niño maquina se prepara para intentar un ataque final aunque es el brujo de túnica naranja quien les agencia la victoria con cierto estoque, simplemente aprovecha una ventana mucho más viable.
No es fácil eliminar un basilisco, pero incluso tales criaturas tienen difícil soportar un ataque directo al ojo. Con la caída de la imponente bestia, el chico robot comprende que consiguen ganar el encuentro.
¡Ruru!
Pasa entonces a acercarse con cuidado hasta su aliada más peculiar, luego pone a funcionar el escáner medico integrado. Detecta un par de daños internos, producto del daño al exoesqueleto protector.
Los insectos son criaturas formidables pero muy delicadas, incluso en vertientes extrañas como los individuos humanoides. Por suerte tienen un índice de aguante y superación muy elevados también, en este caso vienen “como anillo al dedo”.
Es un daño peligroso pero puedes continuar, solo no comprometas más el área o requerirás ayuda sanadora inmediata.
Si se tratara de una persona más corriente, requeriría apoyo médico y mucho reposo. Por suerte al ser una criatura del reino insectoide, puede seguir funcionando mientras se recupera en el proceso.
No tardan en seguir la marcha, luego de dejar en claro que Zero actuara de vanguardia durante el futuro conflicto directo. Claramente ya es de dominio público su naturaleza por lo que evita generar más comentarios.
Avanzan entonces hasta una sección completamente nueva y bastante bizarra del lugar. Son recibidos por un entorno mortuorio, decorado tanto con huesos como por ataúdes profanados en todo sentido.
A partir de allí la situación escala a lo grotesco, entran de lleno en el sitio de experimentos. Cada signo que encuentran no hace más que reafirmar el nivel de salvajismo desencadenado alrededor.
Esto es…
Muchos cadáveres en pésimo estado por los salvajes tratos, herramientas de tortura, camillas de prisioneros. Escena que genera una impresionante aversión en el chico robot, sentimiento que se vuelve en ira moral bastante rápido.
Esta gente debe ser eliminada.
Termina por sentenciar, tan decidido de sus palabras que asusta. Hay muchos registros alrededor, demasiado gráficos sin duda pero dejan entrever que todo este terrible espectáculo no tiene nada que ver con Exos… claro que eso poco importa ya.
En cierto punto, se encuentran con una puerta negra. Parece llevar a un lugar más cuidado y no está libre de protecciones, Kendovlah casi termina sus días a causa de una trampa muy bien oculta.
Z9-42 entonces toma la delantera, insta al resto a que se coloquen detrás y es que tiene la capacidad pasiva de sortear trampas comunes. Después de todo es una maquina por lo que pone especial énfasis en los detalles.
Tardan algunos minutos en cruzar pero la joven creación identifica los gatillos peligrosos, el camino se convierte en una ruta sorteable… dentro de lo que cabe esperar claro.
Una vez en la nueva zona, se encuentran con uno de los seres bestiales torturados, pero este tiene la peculiaridad de estar con vida. Aunque el pequeño parte de primero a intentar liberarle, acaba reparando en otro detalle.
Sus aliados se encargan de la mujer reptil mientras que el niño estudia algunas criaturas extrañas en posición vertical, solo se permite realizar tal acción debido a que sus compañeros se muestran igual de interesados en liberar a la prisionera.
Parecen ser cri…
Justo al instante en que es liberada la mujer, de los féretros verticales salen sus conservados residentes. Son cadáveres ambulantes aunque mucho más consistentes que otras criaturas nigrománticas, sin duda no pertenecen al espectro común.
¡¡Cuidado!!
Tampoco tienen intenciones amistosas y pronto lo descubre Zero al esquivar cierto ataque de mandoble, utilizan armas prácticamente arqueológicas pero tienen el mismo potencial homicida que antaño.
Son cuatro en total, cada uno muestra diferencias categóricas eso sí. Lo único que mantienen en común es la actitud agresiva, de esta situación solo podrán salir luchando y Zero lo comprende a medida que pone su mejor pose combativa.
Mientras todo esto acontece, Ruru decide inutilizar la cola. Buen movimiento teniendo en cuenta que la zona comienza a mostrar señales de colapso, la intervención del elemento insecto es bien recibida.
Si bien logra inutilizar la cola, paga con creces su iniciativa. Recibe un golpe directo que le manda a volar una buena distancia y a pesar de su gran aterrizaje se pueden ver vestigios de daños, al menos para los ojos aumentados del pequeño Z9-42.
El niño maquina se prepara para intentar un ataque final aunque es el brujo de túnica naranja quien les agencia la victoria con cierto estoque, simplemente aprovecha una ventana mucho más viable.
No es fácil eliminar un basilisco, pero incluso tales criaturas tienen difícil soportar un ataque directo al ojo. Con la caída de la imponente bestia, el chico robot comprende que consiguen ganar el encuentro.
¡Ruru!
Pasa entonces a acercarse con cuidado hasta su aliada más peculiar, luego pone a funcionar el escáner medico integrado. Detecta un par de daños internos, producto del daño al exoesqueleto protector.
Los insectos son criaturas formidables pero muy delicadas, incluso en vertientes extrañas como los individuos humanoides. Por suerte tienen un índice de aguante y superación muy elevados también, en este caso vienen “como anillo al dedo”.
Es un daño peligroso pero puedes continuar, solo no comprometas más el área o requerirás ayuda sanadora inmediata.
Si se tratara de una persona más corriente, requeriría apoyo médico y mucho reposo. Por suerte al ser una criatura del reino insectoide, puede seguir funcionando mientras se recupera en el proceso.
No tardan en seguir la marcha, luego de dejar en claro que Zero actuara de vanguardia durante el futuro conflicto directo. Claramente ya es de dominio público su naturaleza por lo que evita generar más comentarios.
Avanzan entonces hasta una sección completamente nueva y bastante bizarra del lugar. Son recibidos por un entorno mortuorio, decorado tanto con huesos como por ataúdes profanados en todo sentido.
A partir de allí la situación escala a lo grotesco, entran de lleno en el sitio de experimentos. Cada signo que encuentran no hace más que reafirmar el nivel de salvajismo desencadenado alrededor.
Esto es…
Muchos cadáveres en pésimo estado por los salvajes tratos, herramientas de tortura, camillas de prisioneros. Escena que genera una impresionante aversión en el chico robot, sentimiento que se vuelve en ira moral bastante rápido.
Esta gente debe ser eliminada.
Termina por sentenciar, tan decidido de sus palabras que asusta. Hay muchos registros alrededor, demasiado gráficos sin duda pero dejan entrever que todo este terrible espectáculo no tiene nada que ver con Exos… claro que eso poco importa ya.
En cierto punto, se encuentran con una puerta negra. Parece llevar a un lugar más cuidado y no está libre de protecciones, Kendovlah casi termina sus días a causa de una trampa muy bien oculta.
Z9-42 entonces toma la delantera, insta al resto a que se coloquen detrás y es que tiene la capacidad pasiva de sortear trampas comunes. Después de todo es una maquina por lo que pone especial énfasis en los detalles.
Tardan algunos minutos en cruzar pero la joven creación identifica los gatillos peligrosos, el camino se convierte en una ruta sorteable… dentro de lo que cabe esperar claro.
Una vez en la nueva zona, se encuentran con uno de los seres bestiales torturados, pero este tiene la peculiaridad de estar con vida. Aunque el pequeño parte de primero a intentar liberarle, acaba reparando en otro detalle.
Sus aliados se encargan de la mujer reptil mientras que el niño estudia algunas criaturas extrañas en posición vertical, solo se permite realizar tal acción debido a que sus compañeros se muestran igual de interesados en liberar a la prisionera.
Parecen ser cri…
Justo al instante en que es liberada la mujer, de los féretros verticales salen sus conservados residentes. Son cadáveres ambulantes aunque mucho más consistentes que otras criaturas nigrománticas, sin duda no pertenecen al espectro común.
¡¡Cuidado!!
Tampoco tienen intenciones amistosas y pronto lo descubre Zero al esquivar cierto ataque de mandoble, utilizan armas prácticamente arqueológicas pero tienen el mismo potencial homicida que antaño.
Son cuatro en total, cada uno muestra diferencias categóricas eso sí. Lo único que mantienen en común es la actitud agresiva, de esta situación solo podrán salir luchando y Zero lo comprende a medida que pone su mejor pose combativa.
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Re: Brujos. Bestias. Detener. [Libre. 4/4] [Terminado]
Ruru acarició su estómago adoloridamente, tranquilizando al bio con un leve palmeo en la cabeza con su otra mano para decirle que estaba bien. En cuanto pudo volver amoverse, caminó hasta su espada para recuperarla, desclavandola con una única mano. La herida ya había dejado de sangrar y finalmente pudo dejar de cubrirla con su mano no diestra, le echó una rápida mirada para valorar los daños.
No es del todo serio, no parece que vaya a afectar demasiado a mi rendimiento en combate pero otro golpe en mi torso si será peligroso….Debo de ir con cuidado
No osó guardar su espada en su vaina, la mantuvo bien sujeta con su mano diestra fuertemente, lista para detener cualquier golpe que pusiera en riesgo su vida o la de sus compañeros, siguiéndolos silenciosamente.
El “laboratorio” donde la extracción del éter se llevaba a cabo demostró ser lo que en verdad era; Un agujero de miseria, sangre y tortura. Ruru acarició levemente la superficie de una mesa de experimentación, sin apartar la vista. Desconocía el rostro de las víctimas, tampoco sabía de sus vidas o lo que les llevó a ser prisionero de esos maníacos pero….Solo con sentir en sus dedos el relieve de los desesperados rasguños y la sangre reseca algo en su pecho le dolía profundamente y, a su vez, la llenaba de rabia ¿Porque alguien infligiria tanto dolor? ¿Por placer? ¿Dinero? ¿Por fetiche? No importaba la razón o posible “justificación”, era un crimen imperdonable. Apretó la mano con fuerza, ignorando el dolor punzante en su palma.
Su ira iba creciendo a medida que leía los informes y veía la prueba irrefutable de los crímenes que ahí se cometieron, lo único que no le hacía perder el juicio es su gran compostura de reina. Incluso con la creciente rabia y tristeza la mujer-bestia no perdió de vista su deber y cuidó la espalda del bio y del brujo diligentemente, moviendo sus antenas ante el más mínimo ruido y prestando atención a su entorno.
Las diversas trampas que hallaron en el camino eran variadas, algunas más peligrosas que otras, no es como si pudiera detener todas pero pudo parar algunas valiéndose de su impecable oído y fuerte constitución. Las trampas imposibilitaba aún más la probabilidad de supervivientes, eso inevitablemente deprimía un poco a la espadachina, quien no dejaba de buscar al menos un poco de actividad viva.
“Click”
Ruru chirrió en un aliviado y suave tono en cuanto descubrieron a la, muy probablemente, única superviviente de ese antro de sufrimiento y muerte ¡Una mujer bestia! Kendovlah parecía bastante capaz de protegerla, así que la dejó bajo su cuidado….Había otra cosa más importante de las que preocuparse….
¿Que son estas cosas? ¿Que diablos hicieron aquí abajo?
La mujer bestia se unió al infante bio para poder encarar la extrañas criaturas de aspecto inhumano, en cuanto uno se abalanzó sobre ella lo bloqueó con su espada ¡Eran mucho más fuertes de lo que esperaba! Parecían endebles y torpes pero eran fuertes y bastante agresivos, no era un problema para Ruru de uno en uno, pero era un grupo relativamente grande ¡Agradece desde el fondo de su corazón que tuviera aliados con ella!
Rechazó de una estocada al ser amorfo para hacerlo retroceder, aprovechando el aturdimiento de la criatura, Ruru lo atravesó con su larga espada sin dudarlo ¡El olor a huesos y carne semi podridas casi la hace tambalearse! Pero, valiéndose de su compostura pudo centrarse en intentar derrotar al esqueleto humanoide ¡Con todas sus fuerzas levantó la espada hacía arriba aún clavada, rompiendo limpiamente el esternón, la tráquea y gran parte del cráneo!
Con esto debería de se-....¡.....!
Justo cuando Ruru pensaba que había matado al monstruo la calavera siguió moviéndose como que no pasara nada, como si la mitad de su cuerpo no hubiera sido totalmente destruido ¡La mariposa sintió un escalofrío en su espalda! Provocando que apenas pudiera volver a rechazar al no-muerto. Parece que tendría que destrozar a la calavera totalmente si quería derrotarlas.
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Re: Brujos. Bestias. Detener. [Libre. 4/4] [Terminado]
El equipo de la reina mariposa, el pequeño cibernético y el joven mago logró sortear las trampas con cierto cuidado. Al brujo le costó unos minutos superar el susto por la sorpresa y un temprano casi encuentro con la muerte, pero logró armarse de valor al recordar la misión y seguir al grupo a la siguiente sala.
Una vez ahí comenzó a sentirse inquieto, pero no podía entender porque. Había pasado por alto la herida de Ruru, aquello podía costarles caro. Zero fue el único que se detuvo a ayudar y se lamentó por eso pero no era momento de demostrarlo. Había otra persona más en el lugar que necesitaba ayuda. Se acercó rápidamente a ella. Su fisiología le pareció de lo más curioso cuanto menos, pero no había tiempo para eso, supuso de inmediato que era uno de los prisioneros cautivos. -Malditos brujos, no necesito la ayuda de uno-. Dijo esta pero el túnica naranja pareció no escucharle.
Forcejeó con los grilletes hasta que por fin pudo soltarse. -No estamos con ellos. Soy, Kendovlah. Ellos Zero y Ruru-. Se presentó ayudándola a ponerse de píe con las manos aunque esta se mostró algo ofendida por la ayuda. -¿Ha que han venido?-. Preguntó pero nuevamente el peligro les acechaba.
Escuchó la advertencia de Zero pero era demasiado tarde. La mujer por su parte tropezó al primer intento de moverse por si sola, pero lo consiguió al segundo y saltaba hacía los cofres buscando sus cosas mientras que el túnica naranja bloqueaba el ataque de un mandoble a penas con su espada. No iba a aguantar mucho más. Necesitaba emplear su magia, aunque no sería tan efectiva como una habilidad practicada de momento no tenía más recursos.
Envolvió su puño en llamas sintiendo como estas comenzaban poco a poco a quemar la piel y lanzo un fuerte gancho directo al mentón del draugr que le atacaba. Las llamas se apagaron al recibir el impacto y aprovecho el momento para saltar hacía un costado. El daño provocado a la criatura pudo comprar que no había sido ninguno a parte de dejar un par de cenizas en el rostro. Poco parecía importarle al muerto viviente.
Leiza por su parte no tuvo mucho tiempo para equiparse por lo que se apaño con lo que pudo encontrar. Sus dos espadas encantadas y dos pociones. Una de estoicismo y una de salud. Tomo la de estoicismo para aguantar el dolor y guardo la de salud. Se dispuso al combate y primero ayudo a Kendovlah cortando de un tajo la cabeza del draugr dejando ver como la primera espada estaca encantada con electricidad. Quedaban tres. Los dos que estaban más cerca fueron dados de baja de la misma forma dejando ver como la segunda espada estaba encantada con fuego. Ahora tan solo quedaba el que atacaba a Zero pero en vez de ayudarle decide rebanar la cabeza rodante del draugr que atacaba a Ruru.
La puerta de salida de esa sala se abrió. Eta vez por uno de los brujos con túnica negra y un rostro aparentemente cansado pero a la vez que fiero. -Oh, así que era el hijo de Brinnah y sus amigos. Lástima que lleguen tarde. Esa lagarto es la última que vive. Mis camaradas se fueron hace mucho-. Dijo dejando un pergamino en el suelo y sonrió con malicia. -Oh pero les interesará ver el fruto de nuestro arduo trabajo, a diferencia de mis colegas yo si me dedique a trabajar con las victimas-. Su voz sonaba más que complacida a pesar de que el enemigo lo tenía casi acorralado.
Antes de que el pergamino comenzará a mostrar su efecto el brujo se retira sabiendo que el grupo aún tenía un enemigo más al que enfrentarse. El efecto del pergamino era curioso cuanto menos, un pequeño temblor comenzó a sacudir la sala y poco a poco fue abriéndose un agujero en la tierra de al menos unos diez metros de profundidad y diámetro. Tendrían que apañárselas para escapar.
Se acerca la ronda final, tengo una sorpresa guardada para esta. Al menos dos rondas más.
Aún no se termina de sacar todo lo que hay en el cofre, pueden haber algunas cuerdas ahí aparte de la armadura de Leiza.
Ruru puedes manejar a Leiza para que te de la poción de salud que se guardó y aún queda en pie el draugr que ataca a Zero.
Una vez ahí comenzó a sentirse inquieto, pero no podía entender porque. Había pasado por alto la herida de Ruru, aquello podía costarles caro. Zero fue el único que se detuvo a ayudar y se lamentó por eso pero no era momento de demostrarlo. Había otra persona más en el lugar que necesitaba ayuda. Se acercó rápidamente a ella. Su fisiología le pareció de lo más curioso cuanto menos, pero no había tiempo para eso, supuso de inmediato que era uno de los prisioneros cautivos. -Malditos brujos, no necesito la ayuda de uno-. Dijo esta pero el túnica naranja pareció no escucharle.
Forcejeó con los grilletes hasta que por fin pudo soltarse. -No estamos con ellos. Soy, Kendovlah. Ellos Zero y Ruru-. Se presentó ayudándola a ponerse de píe con las manos aunque esta se mostró algo ofendida por la ayuda. -¿Ha que han venido?-. Preguntó pero nuevamente el peligro les acechaba.
Escuchó la advertencia de Zero pero era demasiado tarde. La mujer por su parte tropezó al primer intento de moverse por si sola, pero lo consiguió al segundo y saltaba hacía los cofres buscando sus cosas mientras que el túnica naranja bloqueaba el ataque de un mandoble a penas con su espada. No iba a aguantar mucho más. Necesitaba emplear su magia, aunque no sería tan efectiva como una habilidad practicada de momento no tenía más recursos.
Envolvió su puño en llamas sintiendo como estas comenzaban poco a poco a quemar la piel y lanzo un fuerte gancho directo al mentón del draugr que le atacaba. Las llamas se apagaron al recibir el impacto y aprovecho el momento para saltar hacía un costado. El daño provocado a la criatura pudo comprar que no había sido ninguno a parte de dejar un par de cenizas en el rostro. Poco parecía importarle al muerto viviente.
Leiza por su parte no tuvo mucho tiempo para equiparse por lo que se apaño con lo que pudo encontrar. Sus dos espadas encantadas y dos pociones. Una de estoicismo y una de salud. Tomo la de estoicismo para aguantar el dolor y guardo la de salud. Se dispuso al combate y primero ayudo a Kendovlah cortando de un tajo la cabeza del draugr dejando ver como la primera espada estaca encantada con electricidad. Quedaban tres. Los dos que estaban más cerca fueron dados de baja de la misma forma dejando ver como la segunda espada estaba encantada con fuego. Ahora tan solo quedaba el que atacaba a Zero pero en vez de ayudarle decide rebanar la cabeza rodante del draugr que atacaba a Ruru.
La puerta de salida de esa sala se abrió. Eta vez por uno de los brujos con túnica negra y un rostro aparentemente cansado pero a la vez que fiero. -Oh, así que era el hijo de Brinnah y sus amigos. Lástima que lleguen tarde. Esa lagarto es la última que vive. Mis camaradas se fueron hace mucho-. Dijo dejando un pergamino en el suelo y sonrió con malicia. -Oh pero les interesará ver el fruto de nuestro arduo trabajo, a diferencia de mis colegas yo si me dedique a trabajar con las victimas-. Su voz sonaba más que complacida a pesar de que el enemigo lo tenía casi acorralado.
Antes de que el pergamino comenzará a mostrar su efecto el brujo se retira sabiendo que el grupo aún tenía un enemigo más al que enfrentarse. El efecto del pergamino era curioso cuanto menos, un pequeño temblor comenzó a sacudir la sala y poco a poco fue abriéndose un agujero en la tierra de al menos unos diez metros de profundidad y diámetro. Tendrían que apañárselas para escapar.
Off:
Se acerca la ronda final, tengo una sorpresa guardada para esta. Al menos dos rondas más.
Aún no se termina de sacar todo lo que hay en el cofre, pueden haber algunas cuerdas ahí aparte de la armadura de Leiza.
Ruru puedes manejar a Leiza para que te de la poción de salud que se guardó y aún queda en pie el draugr que ataca a Zero.
Kendovlah
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Re: Brujos. Bestias. Detener. [Libre. 4/4] [Terminado]
Numerosos enemigos en un entorno cerrado, las posibilidades no se ven bien. Los muertos vivientes suelen tener ventaja en tales escenarios por su brutalidad y falta de sensaciones ante el daño.
Ruru ataca entonces, dándole una estocada a su primer enemigo que no tarda mucho en encadenar con cierto movimiento estilizado. Podría decirse que “abre en canal” al cadáver ambulante de mal olor.
Que la calavera se siga moviendo a pesar del daño hace que Z9-42 abra los ojos de par en par. Es lo malo de combatir seres necrófagos, su capacidad para seguir funcionando incluso luego de daños severos.
En el otro lado de la sala, tiene lugar una liberación accidentada sin duda. El personaje que recatan de una muerte posiblemente agónica no se muestra muy agradecida con Kendo, manifiesta una patente aversión a los elementos brujos de la sociedad aerandiana.
No es para menos si tenemos en cuenta que sus carceleros pertenecían a esa especie, por severos momentos de su vida mantendrá dicho estigma para con los lanzadores de conjuros y no se le puede recriminar.
Claro que luego de equiparse con bastante rapidez, son ellos los que pasan a estar agradecidos. La fémina reptil termina con tres enemigos en una serie combos seguidos, contando al cadáver semi mutilado por Ruru.
Solo queda el hostil predilecto de Zero, algo que este último termina por solucionar con un golpe fuerte y potenciado con sus guantes retractiles. Básicamente le aplasta el cráneo como si fuera una sandía.
No tarda en aparecer entonces uno de los asesinos dementes, por desgracia sus palabras confirman que en efecto todos los demás rehenes murieron ya. Tal nivel de salvajismo ofende a la misma naturaleza sin duda.
Se vislumbra un combate, todos tienen motivos morales suficientes para eliminar al sujeto… sin contar a la dama reptil que posee puntos más literales para cobrarse. Por desgracia no ocurre ningún tipo de acción justa en esta oportunidad y es que el contrario piensa rápido.
Antes de huir con premura, el mago de negro les deja cierto ataque de área con el cual lidiar. Es el tipo de conjuros que tienen una efectividad increíble en entornos naturales subterráneos, toda la red de cuevas amenaza con derrumbarse.
Tiempo estimado para el colapso… muy poco, ¡Debemos salir ahora!
Dice instando a sus compañeros mientras el mismo se pone a andar, claro que moderara su velocidad para no perder de vista a ninguno. Todo esto mientras son amenazados además por un agujero inestable en crecimiento.
Ruru ataca entonces, dándole una estocada a su primer enemigo que no tarda mucho en encadenar con cierto movimiento estilizado. Podría decirse que “abre en canal” al cadáver ambulante de mal olor.
Que la calavera se siga moviendo a pesar del daño hace que Z9-42 abra los ojos de par en par. Es lo malo de combatir seres necrófagos, su capacidad para seguir funcionando incluso luego de daños severos.
En el otro lado de la sala, tiene lugar una liberación accidentada sin duda. El personaje que recatan de una muerte posiblemente agónica no se muestra muy agradecida con Kendo, manifiesta una patente aversión a los elementos brujos de la sociedad aerandiana.
No es para menos si tenemos en cuenta que sus carceleros pertenecían a esa especie, por severos momentos de su vida mantendrá dicho estigma para con los lanzadores de conjuros y no se le puede recriminar.
Claro que luego de equiparse con bastante rapidez, son ellos los que pasan a estar agradecidos. La fémina reptil termina con tres enemigos en una serie combos seguidos, contando al cadáver semi mutilado por Ruru.
Solo queda el hostil predilecto de Zero, algo que este último termina por solucionar con un golpe fuerte y potenciado con sus guantes retractiles. Básicamente le aplasta el cráneo como si fuera una sandía.
No tarda en aparecer entonces uno de los asesinos dementes, por desgracia sus palabras confirman que en efecto todos los demás rehenes murieron ya. Tal nivel de salvajismo ofende a la misma naturaleza sin duda.
Se vislumbra un combate, todos tienen motivos morales suficientes para eliminar al sujeto… sin contar a la dama reptil que posee puntos más literales para cobrarse. Por desgracia no ocurre ningún tipo de acción justa en esta oportunidad y es que el contrario piensa rápido.
Antes de huir con premura, el mago de negro les deja cierto ataque de área con el cual lidiar. Es el tipo de conjuros que tienen una efectividad increíble en entornos naturales subterráneos, toda la red de cuevas amenaza con derrumbarse.
Tiempo estimado para el colapso… muy poco, ¡Debemos salir ahora!
Dice instando a sus compañeros mientras el mismo se pone a andar, claro que moderara su velocidad para no perder de vista a ninguno. Todo esto mientras son amenazados además por un agujero inestable en crecimiento.
Z9-42
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Re: Brujos. Bestias. Detener. [Libre. 4/4] [Terminado]
La única razón por la cual Ruru no se abalanzó sobre el sujeto que apareció frente a ellos fue porque, comprendiendo su rol en el equipo, no quería poner en riesgo la vida de todos….Pero, monstruos como ese brujo enervan la sangre de Ruru, quien no se molestó demasiado en ocultar su sed de sangre.
¿Y si alguno de sus preciados subordinados hubiera acabado en manos de esos lunáticos? ¿Y si alguno de los inocentes niños....? Era una mujer muy tranquila y podía mantener la compostura en situaciones difíciles, pero esta vez sentía que se volvería loca como ese desgraciado dijera una sola palabra más.
Tranquilízate, Ruru ¡No lo olvides! Ante todo, ahora estás en una importante misión, no hagas nada que pueda estropearlo
Diciendo esas palabras en su mente para tranquilizar su creciente ira, Ruru apretó con furia el mango de la espada que, en una postura ofensiva, sostenía. En cuanto lo vio desaparecer , la mariposa se aseguró de memorizar lo que pudo; altura, voz, cuerpo, rostro...Si lo volvía a ver, no sería tan dócil.
“¡Click!”
Ruru chirrió en cuanto notó como las paredes de piedra tallada comenzaban a fallar y mostrarse inestables ¡Esa cueva se venía abajo! Podía sentir como las mariposas, antes posadas tranquilamente en los hombros y cabeza de Ruru, empezaban a revolotear nerviosamente mientras, con sus pequeñas vocecitas, expresaban su pánico. Ruru les chirrió suavemente para tranquilizarlas.
Siguiendo a Zero, también echo a correr hacía el exterior ¡Como máximo la cueva se vendría abajo en 10 minutos! ¡Debían darse prisa! Correr había reabierto la herida en su vientre pero lo ignoró ¡Entre el dolor y morir aplastada, prefería mil veces ese dolor! El niño robot era rápido, y por sus gestos se notaba que se estaba conteniendo, la mujer-bestia que rescataron parecía débil y herida pero, sorprendentemente, les estaba siguiendo el paso muy bien ¡Sin duda debe de ser una aventurera o mercenaria realmente experimentada y fuerte!
“¡Oye, tú, la mujer-insecto! ¿Qué le pasó a tu vientre?”
La voz de la reptil hizo que sus antenas se movieran, Ruru giró su cabeza levemente hacia ella mientras corría por instinto ¿Notó su sangre? A pesar de la sangre de Ruru se mimetiza bastante bien con su exoesqueleto ¿Lo olió, tal vez? Una vez escuchó que los reptiles poseen un olfato espectacular con la sangre. Notando las dudas en los grandes ojos de insecto de Ruru, con una sonrisa sarcástica y un tono divertido añadió;
“Si, lo olí ¿Quieres mi poción de cura? Normalmente no se la daría a nadie ni aunque cortaran mi cola ¡Pero supongo que si es por los que me ayudaron haré una excepción~! Oh, aunque mejor centrémonos a salir con vida de la cueva….”
La reptil le guiñó el ojo, dándole un golpecito amistoso en el hombro a Ruru, igualando su rapidez a pesar de sus heridas. Había escuchado de los hombres reptiles un poco, eran poco comunes aunque no raros, con cuerpos increíblemente resistentes y fuertes ¡Y por lo que podía ver Ruru era verdad!
Por ahora centrémonos en salir de aquí
¿Y si alguno de sus preciados subordinados hubiera acabado en manos de esos lunáticos? ¿Y si alguno de los inocentes niños....? Era una mujer muy tranquila y podía mantener la compostura en situaciones difíciles, pero esta vez sentía que se volvería loca como ese desgraciado dijera una sola palabra más.
Tranquilízate, Ruru ¡No lo olvides! Ante todo, ahora estás en una importante misión, no hagas nada que pueda estropearlo
Diciendo esas palabras en su mente para tranquilizar su creciente ira, Ruru apretó con furia el mango de la espada que, en una postura ofensiva, sostenía. En cuanto lo vio desaparecer , la mariposa se aseguró de memorizar lo que pudo; altura, voz, cuerpo, rostro...Si lo volvía a ver, no sería tan dócil.
“¡Click!”
Ruru chirrió en cuanto notó como las paredes de piedra tallada comenzaban a fallar y mostrarse inestables ¡Esa cueva se venía abajo! Podía sentir como las mariposas, antes posadas tranquilamente en los hombros y cabeza de Ruru, empezaban a revolotear nerviosamente mientras, con sus pequeñas vocecitas, expresaban su pánico. Ruru les chirrió suavemente para tranquilizarlas.
Siguiendo a Zero, también echo a correr hacía el exterior ¡Como máximo la cueva se vendría abajo en 10 minutos! ¡Debían darse prisa! Correr había reabierto la herida en su vientre pero lo ignoró ¡Entre el dolor y morir aplastada, prefería mil veces ese dolor! El niño robot era rápido, y por sus gestos se notaba que se estaba conteniendo, la mujer-bestia que rescataron parecía débil y herida pero, sorprendentemente, les estaba siguiendo el paso muy bien ¡Sin duda debe de ser una aventurera o mercenaria realmente experimentada y fuerte!
“¡Oye, tú, la mujer-insecto! ¿Qué le pasó a tu vientre?”
La voz de la reptil hizo que sus antenas se movieran, Ruru giró su cabeza levemente hacia ella mientras corría por instinto ¿Notó su sangre? A pesar de la sangre de Ruru se mimetiza bastante bien con su exoesqueleto ¿Lo olió, tal vez? Una vez escuchó que los reptiles poseen un olfato espectacular con la sangre. Notando las dudas en los grandes ojos de insecto de Ruru, con una sonrisa sarcástica y un tono divertido añadió;
“Si, lo olí ¿Quieres mi poción de cura? Normalmente no se la daría a nadie ni aunque cortaran mi cola ¡Pero supongo que si es por los que me ayudaron haré una excepción~! Oh, aunque mejor centrémonos a salir con vida de la cueva….”
La reptil le guiñó el ojo, dándole un golpecito amistoso en el hombro a Ruru, igualando su rapidez a pesar de sus heridas. Había escuchado de los hombres reptiles un poco, eran poco comunes aunque no raros, con cuerpos increíblemente resistentes y fuertes ¡Y por lo que podía ver Ruru era verdad!
Por ahora centrémonos en salir de aquí
Ruru Lepidoptera
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Re: Brujos. Bestias. Detener. [Libre. 4/4] [Terminado]
Las palabras del brujo de negro dejaron pensativo a Kendovlah. El fruto del trabajo de esos hombres era justo lo que debían de detener y habían llegado para recaudar información. Era la misión principal pero supo reconocer de inmediato el efecto del pergamino que estaba usando. “Estos malditos psicópatas” Pensó el túnica naranja al ver que planeaba enterrar todo el lugar tras el derrumbe junto con suicidarse.
Un patrón de conducta que ya había podido apreciar al investigar los alrededores de Beltrexus. Un grupo de fanáticos que no compartían información y preferían dar la vida antes de hacerlo. No solo estaba eso sino que varios ya habían escapado y seguramente seguirían trabajando en sus investigaciones.
No había tiempo para comprobar en que habían estado trabajando, tenían que salir lo más pronto posible. Volver a las cuevas por donde habían entrado y buscar lugar seguro del derrumbe.
-¡Maldición!-. Grita y mira con el ceño fruncido hacía sus compañeros, Zero estaba en lo correcto. La misión había fracasado aunque no del todo. -Afuera todos, este tipo no planea morir solo-. Ordena al grupo y comienza a devolverse por donde habían venido. Sabiendo donde estaban las trampas que habían sorteado el camino de vuelta se hacía bastante más fácil, aunque un creciente temblor comenzaba poco a poco a entorpecer el paso de los aventureros.
Leiza avanzaba junto a Ruru mientras miraba a Kendovlah con algo de desconfianza, pero no había mucho que discutir ni tiempo para eso. Además la mujer reptil entendió que el grupo habían sido simples intrusos que por suerte llegaron para salvarle.
La última piedra se derrumbó sellando la entrada a la cueva por la que habían entrado y estaban de vuelta en la salida. El temblor había provocado una especie de laberinto rocoso que dificultaba algo saber cual era el camino de vuelta, pero esa no era la mayor de las preocupaciones que esperaban al grupo.
Un encapuchado alzó la mano y la giró hacía el frente para luego desaparecer entre las rocas. Unos fuertes y pesados pasos comenzaron a resonar. Pronto parecería que una montaña pequeña comenzaba a acercarse.
Kendovlah volvió a desenvainar su espada y primero observó la situación. La montaña tenía más bien forma humanoide y el sonido de los pasos era producido cada vez que esta se movía. Trago saliva por el susto y la sorpresa.
El gigante de piedra alcanzaba los tres metros de altura con facilidad y se podía observar destellos de éter verdoso entre sus articulaciones y cuello.
-Un golem arcano-. Dijo la reptiliana poniéndose al frente mientras blandía sus dos espadas. -Y no uno conjurado-. Agregó Kendovlah con el miedo en cada silaba.
-Zero, con la reptil. Mantenemos la formación-. Añade mientras va notando como su magia vuelve a fluir como antes de usar su habilidad. Pronto podría usarla de nuevo. -Seré reptil pero mi nombre es Leíza-. Añadió mientras retrocedía medio paso.
Se hizo bastante claro en que se había estado empeñando en trabajar aquel grupo de sectarios. Aquella criatura le recordó bastante a la primera que vieron aquella noche, pero esta por fortuna no era del mismo tamaño, aunque tampoco la hacía menos peligrosa.
Un patrón de conducta que ya había podido apreciar al investigar los alrededores de Beltrexus. Un grupo de fanáticos que no compartían información y preferían dar la vida antes de hacerlo. No solo estaba eso sino que varios ya habían escapado y seguramente seguirían trabajando en sus investigaciones.
No había tiempo para comprobar en que habían estado trabajando, tenían que salir lo más pronto posible. Volver a las cuevas por donde habían entrado y buscar lugar seguro del derrumbe.
-¡Maldición!-. Grita y mira con el ceño fruncido hacía sus compañeros, Zero estaba en lo correcto. La misión había fracasado aunque no del todo. -Afuera todos, este tipo no planea morir solo-. Ordena al grupo y comienza a devolverse por donde habían venido. Sabiendo donde estaban las trampas que habían sorteado el camino de vuelta se hacía bastante más fácil, aunque un creciente temblor comenzaba poco a poco a entorpecer el paso de los aventureros.
Leiza avanzaba junto a Ruru mientras miraba a Kendovlah con algo de desconfianza, pero no había mucho que discutir ni tiempo para eso. Además la mujer reptil entendió que el grupo habían sido simples intrusos que por suerte llegaron para salvarle.
(…)
La última piedra se derrumbó sellando la entrada a la cueva por la que habían entrado y estaban de vuelta en la salida. El temblor había provocado una especie de laberinto rocoso que dificultaba algo saber cual era el camino de vuelta, pero esa no era la mayor de las preocupaciones que esperaban al grupo.
Un encapuchado alzó la mano y la giró hacía el frente para luego desaparecer entre las rocas. Unos fuertes y pesados pasos comenzaron a resonar. Pronto parecería que una montaña pequeña comenzaba a acercarse.
Kendovlah volvió a desenvainar su espada y primero observó la situación. La montaña tenía más bien forma humanoide y el sonido de los pasos era producido cada vez que esta se movía. Trago saliva por el susto y la sorpresa.
El gigante de piedra alcanzaba los tres metros de altura con facilidad y se podía observar destellos de éter verdoso entre sus articulaciones y cuello.
-Un golem arcano-. Dijo la reptiliana poniéndose al frente mientras blandía sus dos espadas. -Y no uno conjurado-. Agregó Kendovlah con el miedo en cada silaba.
-Zero, con la reptil. Mantenemos la formación-. Añade mientras va notando como su magia vuelve a fluir como antes de usar su habilidad. Pronto podría usarla de nuevo. -Seré reptil pero mi nombre es Leíza-. Añadió mientras retrocedía medio paso.
Se hizo bastante claro en que se había estado empeñando en trabajar aquel grupo de sectarios. Aquella criatura le recordó bastante a la primera que vieron aquella noche, pero esta por fortuna no era del mismo tamaño, aunque tampoco la hacía menos peligrosa.
Off:
- El golem:
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Kendovlah
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Re: Brujos. Bestias. Detener. [Libre. 4/4] [Terminado]
Corren por sus vidas, en el sentido más literal posible. La montaña se les viene encima y están en una posición donde verse superados significaría una muerte horrible para todos… en algunos casos más alargada que otros.
Por suerte el único elemento que mantiene su movilidad limitada puede defenderse bastante bien en la carrera. Ruru y Leíza parlamentan algunas cosas vale destacar… más por iniciativa de la mujer lagarto por obvias razones. Todo termina con la promesa de una poción curativa al final del camino.
El brujo de túnica naranja se mantiene adelante, seguido de cerca por el más pequeño del grupo. Zero bien podría superar a todos los elementos para adelantarse aunque desea permanecer a su velocidad por si debe intervenir.
Salen de la sección peligrosa con pocos segundos de ventaja antes del colapso, un final “por los pelos” como dicen. La visión de un entorno estable les hace bajar la guardia, por desgracia la cueva aún guarda problemas.
Todo comienza como un ligero temblor, algo que pone en alerta al niño robot quien de buenas a primeras considera la posibilidad de un nuevo evento sísmico. Solo cuando nota cierto patrón logra entender que son pisadas… pisadas de algo muy grande.
Apenas tienen tiempo de ponerse en alerta pues aparece una visión descomunal, cierto golem de piedra con la misma apariencia maciza de las secciones más firmes que ahora les rodean. A todas luces promete ser un enemigo difícil.
Si bien Z9-42 da algo de tiempo para intentar hallar una salida no violenta, sus esperanzas se disipan con los primeros movimientos ofensivos del ser arcano. Asiente entonces ante las instrucciones de Kendo y es que no tiene más opciones.
Fija a la señorita lagarto como aliado táctico para luego enfocar su matriz de batalla en el reto que tiene delante, concluye en que si pierde la guardia hay severas posibilidades de salir herido pese a su naturaleza sintética.
Esquiva un ataque con destreza gracias a cierto movimiento especial y es capaz de contratacar, desgraciadamente se encuentra con una resistencia insuperable por medios rápidos. Pasa entonces a apoyar sus manos en el torso rocoso para ganar distancia luego de un impulso.
El enemigo es algo tosco pero su velocidad no parece corresponder a la enorme contextura que ostenta, es claro que se encuentra aumentado de algún modo, posiblemente por la misma magia que le mantiene unido.
Decide entonces utilizar la fuerza adicional de su reactor Caronte para modificar los contadores de fuerza persona, acto seguido propina un golpe con salto que hace crujir y agrietarse la sección impactada. Lo siguiente es replegarse para cuidar de la aliada encomendada.
Bien sabe que un golpe directo del enemigo podría significar la muerte instantánea de algún aliado desafortunado por lo que toma una postura de intercepción, tratara de cubrir a sus acompañantes con bloqueos pertinentes.
Por suerte el único elemento que mantiene su movilidad limitada puede defenderse bastante bien en la carrera. Ruru y Leíza parlamentan algunas cosas vale destacar… más por iniciativa de la mujer lagarto por obvias razones. Todo termina con la promesa de una poción curativa al final del camino.
El brujo de túnica naranja se mantiene adelante, seguido de cerca por el más pequeño del grupo. Zero bien podría superar a todos los elementos para adelantarse aunque desea permanecer a su velocidad por si debe intervenir.
Salen de la sección peligrosa con pocos segundos de ventaja antes del colapso, un final “por los pelos” como dicen. La visión de un entorno estable les hace bajar la guardia, por desgracia la cueva aún guarda problemas.
Todo comienza como un ligero temblor, algo que pone en alerta al niño robot quien de buenas a primeras considera la posibilidad de un nuevo evento sísmico. Solo cuando nota cierto patrón logra entender que son pisadas… pisadas de algo muy grande.
Apenas tienen tiempo de ponerse en alerta pues aparece una visión descomunal, cierto golem de piedra con la misma apariencia maciza de las secciones más firmes que ahora les rodean. A todas luces promete ser un enemigo difícil.
Si bien Z9-42 da algo de tiempo para intentar hallar una salida no violenta, sus esperanzas se disipan con los primeros movimientos ofensivos del ser arcano. Asiente entonces ante las instrucciones de Kendo y es que no tiene más opciones.
Fija a la señorita lagarto como aliado táctico para luego enfocar su matriz de batalla en el reto que tiene delante, concluye en que si pierde la guardia hay severas posibilidades de salir herido pese a su naturaleza sintética.
Esquiva un ataque con destreza gracias a cierto movimiento especial y es capaz de contratacar, desgraciadamente se encuentra con una resistencia insuperable por medios rápidos. Pasa entonces a apoyar sus manos en el torso rocoso para ganar distancia luego de un impulso.
El enemigo es algo tosco pero su velocidad no parece corresponder a la enorme contextura que ostenta, es claro que se encuentra aumentado de algún modo, posiblemente por la misma magia que le mantiene unido.
Decide entonces utilizar la fuerza adicional de su reactor Caronte para modificar los contadores de fuerza persona, acto seguido propina un golpe con salto que hace crujir y agrietarse la sección impactada. Lo siguiente es replegarse para cuidar de la aliada encomendada.
Bien sabe que un golpe directo del enemigo podría significar la muerte instantánea de algún aliado desafortunado por lo que toma una postura de intercepción, tratara de cubrir a sus acompañantes con bloqueos pertinentes.
Z9-42
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Re: Brujos. Bestias. Detener. [Libre. 4/4] [Terminado]
La única razón por la cual Ruru no cayó por los violentos temblores fue gracias a sus alas que, medio extendidas, le ayudaron a mantener el balance. Apenas habían logrado salir ilesos de una muerte segura de la gruta subterránea ¡Ahora debían afrontar otro peligro! El golem era enorme, enorme y con al fuerza suficiente como para aplastarlos del todo de un manotazo...Afortunadamente también era bastante lento y torpe.
Ruru mantuvo su posición, su espada no podía cortar la dura piedra de esa cosa pero parecía que el joven niño, quien ostentaba una fuerza sobrehumana, si. Ruru escogió permanecer en la retaguardia y vigilar por sus compañeros, aguardando la oportunidad correcta de asestar daño al "ser". El momento de actuar no tardó demasiado.
Enfurecido por el golpe de Zero, el golem bramó con fuerza en un grito grueso y ronco que precedió a su ataque. Con sus enormes manazas tomó….No, más bien arrancó una roca de la montaña con una única mano y, con rabia, se la lanzó al grupo. La piedra, para el golem, no era mas que un pequeño guijarro que podría ser lanzado solo con sus dedos pero para el grupo era, como mínimo, del tamaño de una persona ¡Como esa cosa golease a alguien lo mataría! Afortunadamente, esa cosa no les lanzaría nada demasiado problemático desde que, por culpa de Zero, estaba dañado cerca de una de sus extremidades.
“¡Click!”
Adelantándose rápidamente, Ruru interceptó el golpe sin dudarlo con su espada. La fuerza hizo que fuera arrastrada un par de centímetros hacia atrás y su herida se reabriera pero, increíblemente, logró detenerla. Sin esperar que el golem se recuperara o tomara otra piedra, se abalanzó contra su enemigo sin dudarlo.
“Click~”
Chirriando agudamente, las mariposas que dejó atrás por seguridad, se reagruparon rápidamente y, bravamente, revolotearon y se posaban en la cara del golem, más específicamente los ojos, para aturdirlo y confundirlo. Mientras que su contrincante intentaba batallar contra sus escurridizas y pequeñas enemigas que lo cegaban, Ruru aprovechó el ambiente rocoso de la montaña para saltar de roca en roca hasta poder hacerlo sobre el golem. Apuntando a la grieta que provocó Zero, clavó su espada sobre la “herida” abierta en al superficie rocosa. Un bramido de “dolor” sonó, golpeó la zona donde fue herido, buscando matar lo que sea que le dañase pero ¡Ya era demasiado tarde! Para cuando golpeó, Ruru ya había desclavado y saltado para evadir la reacción del su contrincante. Una profunda ruptura fue abierta cerca del hombro derecho del golem, varias grietas largas comenzaron a esparcirse por el cuerpo, y otras internas invisibles aparecieron también.
Chirriando, la mariposa desplegó sus alas para, con la elegancia de las mariposas, planear hasta el suelo. Su caída fue tan suave como una pluma. Las mariposas, escuchando el chirrido de su reina, dejaron su labor de estorbar y se dispersaron gracilmente por el ambiente, esperando la siguiente orden de la mujer-bestia. Utilizando su espada como aguante, la clavó levemente en el suelo y con al otra mano acarició su vientre; La parada de antes y los rápidos movimientos de antes le habían vuelvo a abrir la laceración. Aún así, no se permitió preocuparse por eso, tras confirmas que aún podía combatir dejó de preocuparse por la hemorragia, volvió a tomar su espada y adoptar una posición de combate.
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Re: Brujos. Bestias. Detener. [Libre. 4/4] [Terminado]
Al joven mago le preocupaba más la seguridad de sus compañeros que el fracaso en que había resultado la misión. No habían podido conseguir mucha información, el enemigo ya se había marchado y ahora se enfrentaban a una de esas cosas en las que habían estado trabajando. Dado esto la mente del túnica naranja funcionaba con celeridad buscando la mejor forma para salir del aprieto.
Su mano fue a parar en su bolsillo, donde descansaba la piedra rúnica que habían conseguido en su primera misión con Ruru. Esta brillaba de la misma forma que esa noche, pero la extracción de éter no era igual. Como si no estuviese programada con la misma sintonía. “Éter de bestia” pensó y quizás había dado con la respuesta de la ecuación.
El golpe de Zero y luego el de Ruru hicieron más que algo de mella en la bestia.
Esta no era del mismo tamaño a la vista en una eternidad sin magia, aún así el daño parecía mayor al que debió recibir. Kendovlah por su parte sacó la piedra del bolsillo y pudo comprobar la razón de esto. Solo escapo una muy pequeña porción de su éter hacía la criatura y esta no fue suficiente para una regeneración mayor del daño. Después de todo era un prototipo programado con otra sintonía. Aquello solo dejaba un trago bastante amargo en la boca del brujo, pues el grupo al que debían enfrentar ya había desaparecido y conseguido avances. Con dicho conocimiento podían seguir operando y cometiendo quien sabía cuántas atrocidades más.
Hora de volver a la batalla final. Necesitaba una distracción y Kendo tenía ya un plan. Era turno de Leiza para atacar y aprovecho el momento. Las dagas que portaba comenzaban a moverse en sus manos cuando la criatura se preparaba para atacarla.
En ese momento Kendo quien aún empuña la piedra salta con algo de dificultad y nada de gracia para encaramarse en la espalda del gigante de piedra, entonces en la ruptura causada por los ataques anteriores introduce la piedra.
Para el golem fue como si lo hubiesen conectado a una batería de alto voltaje mientras que para Kendovlah como montar un toro enfadado tratando de no caerse. El golem comenzó a golpearse dando tumbos contras las gigantes piedras que conformaban el campo de batalla y antes de que una de estas piedras pudiese dañar a nuestro amigo brujo, decide causar una explosión interna soltando su habilidad de ascuas y casi agotando su fuente de magia.
El efecto fue casi el doble a lo normal, pudo escucharse una explosión al interior de la criatura. El éter fluyendo junto a las llamas y el propio éter de la criatura explotó sin control dentro de la criatura quien utilizó la últimas de sus fuerzas para tomar al mago de su túnica y lanzarlo con fuerza hacía donde estaban los demás del grupo.
Al caer sintió un dolor tremendo que sintió estar al borde del desmayo otra vez. -¡Ahora, acábenlo!-. Gritó con lo poco que le quedaba de energía mientras su mente se volvía nublosa y a duras penas conseguía ver el desenlace de la batalla.
-Kendovlah usa habilidad de ascuas.
Ronda final, terminamos el tema con mi siguiente post :3
Su mano fue a parar en su bolsillo, donde descansaba la piedra rúnica que habían conseguido en su primera misión con Ruru. Esta brillaba de la misma forma que esa noche, pero la extracción de éter no era igual. Como si no estuviese programada con la misma sintonía. “Éter de bestia” pensó y quizás había dado con la respuesta de la ecuación.
El golpe de Zero y luego el de Ruru hicieron más que algo de mella en la bestia.
Esta no era del mismo tamaño a la vista en una eternidad sin magia, aún así el daño parecía mayor al que debió recibir. Kendovlah por su parte sacó la piedra del bolsillo y pudo comprobar la razón de esto. Solo escapo una muy pequeña porción de su éter hacía la criatura y esta no fue suficiente para una regeneración mayor del daño. Después de todo era un prototipo programado con otra sintonía. Aquello solo dejaba un trago bastante amargo en la boca del brujo, pues el grupo al que debían enfrentar ya había desaparecido y conseguido avances. Con dicho conocimiento podían seguir operando y cometiendo quien sabía cuántas atrocidades más.
Hora de volver a la batalla final. Necesitaba una distracción y Kendo tenía ya un plan. Era turno de Leiza para atacar y aprovecho el momento. Las dagas que portaba comenzaban a moverse en sus manos cuando la criatura se preparaba para atacarla.
En ese momento Kendo quien aún empuña la piedra salta con algo de dificultad y nada de gracia para encaramarse en la espalda del gigante de piedra, entonces en la ruptura causada por los ataques anteriores introduce la piedra.
Para el golem fue como si lo hubiesen conectado a una batería de alto voltaje mientras que para Kendovlah como montar un toro enfadado tratando de no caerse. El golem comenzó a golpearse dando tumbos contras las gigantes piedras que conformaban el campo de batalla y antes de que una de estas piedras pudiese dañar a nuestro amigo brujo, decide causar una explosión interna soltando su habilidad de ascuas y casi agotando su fuente de magia.
El efecto fue casi el doble a lo normal, pudo escucharse una explosión al interior de la criatura. El éter fluyendo junto a las llamas y el propio éter de la criatura explotó sin control dentro de la criatura quien utilizó la últimas de sus fuerzas para tomar al mago de su túnica y lanzarlo con fuerza hacía donde estaban los demás del grupo.
Al caer sintió un dolor tremendo que sintió estar al borde del desmayo otra vez. -¡Ahora, acábenlo!-. Gritó con lo poco que le quedaba de energía mientras su mente se volvía nublosa y a duras penas conseguía ver el desenlace de la batalla.
Off:
-Kendovlah usa habilidad de ascuas.
Ronda final, terminamos el tema con mi siguiente post :3
Kendovlah
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