La caverna de los trolls [Desafío]
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La caverna de los trolls [Desafío]
JOVEN:
Una noche anduve yo,
venía de beber.
Dando tumbos por el bosque,
era hora de volver.
Cuando quise darme cuenta
muy tarde era ya:
mis pasos me habían llevado
a un extraño lugar.
Era una caverna oscura,
me miraban terribles criaturas,
grandes como una roca
y con la mirada hosca.
En sus ojos tosquedad,
y en su rostro la maldad.
Eran más de veintidós
en la caverna de los trolls.
TROLL:
Ese extraño humano nos miró,
pero todavía no comprendió
quiénes éramos y qué hacíamos
en aquel nuestro lugar”.
— Somos trolls — le dije —, y esta es
la caverna done cada mes
nos juntamos para beber, pelear
y después salir a cazar.
JOVEN:
—¿Y qué es eso que cazáis,
me gustaría a mí saber.
Si algo yo pudiera hacer
encantado os ayudaré.
TROLL:
— Sí que puedes ayudarnos:
venga, quédate parado,
¡porque lo que más nos gusta
es cazar seres humanos!
JOVEN:
Y los trolls vinieron y me atraparon,
me ataron sin piedad,
y entre risas me lanzaron
a un caldero hirviendo ya.
TROLL:
— Esta noche lo vamos a gozar,
tenemos comida para reventar.
Coge tu jarra y bebe hasta el final,
pues la fiesta acaba de comenzar.
* Bienhallado/a a la caverna de los trolls: En ocasiones, ya sabéis, me gusta hacer un desafío en verso. Me parecen muy interesantes y además rompemos un poco con la monotonía de hacer siempre lo mismo. Como el verso tiene un punto de dificultad adicional a los temas en prosa, si eres capaz de seguir este mismo desafío en verso, obtendrás 5 puntos de experiencia adicionales.
He de decir que a mí no se me da nada bien escribir el verso. Es algo que deseo practicar. Si deseas hacerlo en verso, yo me comprometo seguir escribiendo de la misma manera. Si, por el contrario, te gusta la temática del desafío, pero prefieres escribir en prosa, eres libre de hacerlo. Yo continuaré también en prosa. Como te sientas más cómodo/a.
Es de noche. Te encuentras con la caverna de los trolls y con nuestro desafortunado protagonista en el caldero de las criaturas. Deberás entrar en la caverna sin ser visto por los trolls y rescatar al joven humano.
Una noche anduve yo,
venía de beber.
Dando tumbos por el bosque,
era hora de volver.
Cuando quise darme cuenta
muy tarde era ya:
mis pasos me habían llevado
a un extraño lugar.
Era una caverna oscura,
me miraban terribles criaturas,
grandes como una roca
y con la mirada hosca.
En sus ojos tosquedad,
y en su rostro la maldad.
Eran más de veintidós
en la caverna de los trolls.
TROLL:
Ese extraño humano nos miró,
pero todavía no comprendió
quiénes éramos y qué hacíamos
en aquel nuestro lugar”.
— Somos trolls — le dije —, y esta es
la caverna done cada mes
nos juntamos para beber, pelear
y después salir a cazar.
JOVEN:
—¿Y qué es eso que cazáis,
me gustaría a mí saber.
Si algo yo pudiera hacer
encantado os ayudaré.
TROLL:
— Sí que puedes ayudarnos:
venga, quédate parado,
¡porque lo que más nos gusta
es cazar seres humanos!
JOVEN:
Y los trolls vinieron y me atraparon,
me ataron sin piedad,
y entre risas me lanzaron
a un caldero hirviendo ya.
TROLL:
— Esta noche lo vamos a gozar,
tenemos comida para reventar.
Coge tu jarra y bebe hasta el final,
pues la fiesta acaba de comenzar.
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* Bienhallado/a a la caverna de los trolls: En ocasiones, ya sabéis, me gusta hacer un desafío en verso. Me parecen muy interesantes y además rompemos un poco con la monotonía de hacer siempre lo mismo. Como el verso tiene un punto de dificultad adicional a los temas en prosa, si eres capaz de seguir este mismo desafío en verso, obtendrás 5 puntos de experiencia adicionales.
He de decir que a mí no se me da nada bien escribir el verso. Es algo que deseo practicar. Si deseas hacerlo en verso, yo me comprometo seguir escribiendo de la misma manera. Si, por el contrario, te gusta la temática del desafío, pero prefieres escribir en prosa, eres libre de hacerlo. Yo continuaré también en prosa. Como te sientas más cómodo/a.
Es de noche. Te encuentras con la caverna de los trolls y con nuestro desafortunado protagonista en el caldero de las criaturas. Deberás entrar en la caverna sin ser visto por los trolls y rescatar al joven humano.
Sigel
Master
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Nivel de PJ : : 0
Re: La caverna de los trolls [Desafío]
La noche cayó muy serena
en aquel día de invierno.
Fría y nostálgica para mi,
recuerdos de mi hogar tierno.
Más no pude encontrar refugio,
pues buscando nocturna protección,
por accidente una cueva vi,
pronto a descubrir mucha aflicción.
Mi acercamiento no tuvo otras razones
más que sólo por la noche buscar refugio,
ver si algún animal poblaba el lugar,
para así evitar algún injurio.
La caverna era oscura,
de desconocida profundidad,
muy riesgosa sin ninguna duda,
solo invitaba a la ansiedad.
Más parecía estar habitada,
con voces que invitaban a cotillear,
aunque con cuidado me dirigí,
nunca se sabía que podía encontrar.
Piratas, vagos, ladrones, Saurios,
de lo noble hasta lo vulgar.
Una sensación incómoda,
mi instinto clamaba cuidado,
y acertado se encontraba,
me congelé con lo encontrado.
Trolles, más de los que podía contar,
reunidos frente a una fogata,
un caldero con una persona dentro,
tratándolo como si no tuviera alma.
Mi corazón se apretó sin más,
sin saber como poder ayudar.
Buscar alrededor tardaría,
sería tarde para salvar.
Más si traía gente conmigo,
una masacre se llegaría a dar
quizás sin lograr salvarlo
dejando lamentos por centenar.
¿Pero qué podía hacer?
¿Como podía ayudar?
¿Una viajera como yo
tenía algo que dar?
No era una guerrera
ni tampoco ejemplar
de destreza, sabiduría
o siquiera agilidad.
No podía quedarme a lamentar,
había una persona sufriendo,
tenía que pensar en algo,
sin importar si era horrendo.
Busqué entre mis pertenencias,
un pequeño muñeco se alzó,
lo que acaparó una idea
que en buen momento llegó.
Salí de la cueva y quemé el muñeco,
invocando una pequeña criatura,*
a la cual le dí la lira de Borodin
dejándole instrucciones exactas y duras.
Entré cuidando de no ser vista,
midiendo mis pasos al acercarme.
Todos estaban atentos al humano,
pero solo un error podía liarme.
Los pilares me ayudaron a ocultarme,
moviéndome solo cuando nadie miraba,
hasta que no pude acercarme más,
fue entonces cuando mi plan “entonaba”.
Un sonido invadió la cueva,
era errático e innatural,
ningún troll fue indiferente
a aquella entonación brutal
El muñeco traía la lira,
pasando sus dedos muy mal
por todas las cuerdas al azar,
mis oídos se querían matar.
Más los trolles encontraron gracia
a aquel espectáculo jovial,
pues tan absurdo era aquello
que su atención capturó tal cuál.
Caminando lo mejor que puede sin ser vista
me acerqué al caldero con la persona,
hice una seña para que guardara silencio,
e intenté sacarlo sin hacer ruido en la zona
Fuera del caldero al fin
ocultos detrás de un pilar,
ahora caía en el hecho
que necesitabamos escapar.
---
Off: *se usa un objeto, Muñeco Krampus
en aquel día de invierno.
Fría y nostálgica para mi,
recuerdos de mi hogar tierno.
Más no pude encontrar refugio,
pues buscando nocturna protección,
por accidente una cueva vi,
pronto a descubrir mucha aflicción.
Mi acercamiento no tuvo otras razones
más que sólo por la noche buscar refugio,
ver si algún animal poblaba el lugar,
para así evitar algún injurio.
La caverna era oscura,
de desconocida profundidad,
muy riesgosa sin ninguna duda,
solo invitaba a la ansiedad.
Más parecía estar habitada,
con voces que invitaban a cotillear,
aunque con cuidado me dirigí,
nunca se sabía que podía encontrar.
Piratas, vagos, ladrones, Saurios,
de lo noble hasta lo vulgar.
Una sensación incómoda,
mi instinto clamaba cuidado,
y acertado se encontraba,
me congelé con lo encontrado.
Trolles, más de los que podía contar,
reunidos frente a una fogata,
un caldero con una persona dentro,
tratándolo como si no tuviera alma.
Mi corazón se apretó sin más,
sin saber como poder ayudar.
Buscar alrededor tardaría,
sería tarde para salvar.
Más si traía gente conmigo,
una masacre se llegaría a dar
quizás sin lograr salvarlo
dejando lamentos por centenar.
¿Pero qué podía hacer?
¿Como podía ayudar?
¿Una viajera como yo
tenía algo que dar?
No era una guerrera
ni tampoco ejemplar
de destreza, sabiduría
o siquiera agilidad.
No podía quedarme a lamentar,
había una persona sufriendo,
tenía que pensar en algo,
sin importar si era horrendo.
Busqué entre mis pertenencias,
un pequeño muñeco se alzó,
lo que acaparó una idea
que en buen momento llegó.
Salí de la cueva y quemé el muñeco,
invocando una pequeña criatura,*
a la cual le dí la lira de Borodin
dejándole instrucciones exactas y duras.
Entré cuidando de no ser vista,
midiendo mis pasos al acercarme.
Todos estaban atentos al humano,
pero solo un error podía liarme.
Los pilares me ayudaron a ocultarme,
moviéndome solo cuando nadie miraba,
hasta que no pude acercarme más,
fue entonces cuando mi plan “entonaba”.
Un sonido invadió la cueva,
era errático e innatural,
ningún troll fue indiferente
a aquella entonación brutal
El muñeco traía la lira,
pasando sus dedos muy mal
por todas las cuerdas al azar,
mis oídos se querían matar.
Más los trolles encontraron gracia
a aquel espectáculo jovial,
pues tan absurdo era aquello
que su atención capturó tal cuál.
Caminando lo mejor que puede sin ser vista
me acerqué al caldero con la persona,
hice una seña para que guardara silencio,
e intenté sacarlo sin hacer ruido en la zona
Fuera del caldero al fin
ocultos detrás de un pilar,
ahora caía en el hecho
que necesitabamos escapar.
---
Off: *se usa un objeto, Muñeco Krampus
Siria
Honorable
Honorable
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Nivel de PJ : : 1
Re: La caverna de los trolls [Desafío]
Troll:
—¿Qué es eso que suena allí?
Me gustaría saber a mí.
Tomemos las armas
y veamos qué hay.
Joven:
Cuando comenzaba a hervir
y a sudar, y a sufrir,
los trolls se levantaron
dejando a mí colgado.
Sus cucharones empuñaron,
el intruso les había fastidiado.
Al final lo encontraron,
un muñeco desgastado.
En las manos tenía una lira
y en la boca un engaño.
Una chica apareció, fue mi salvación.
Me cogió en brazos y me sacó
Del caldero de los trolls.
Troll:
Al músico capturamos
y sin saber qué era,
entre nuestras manos lo pasamos.
—¿Rata o ratón? ¿Felino o roedor?
Al final dejamos que aquel intruso
se fuera vivo de allí;
era tal su delgadez
que poco de él se iba a comer.
Al regresar a la caverna,
sorprendidos quedamos
al ver a nuestra la cena
del caldero escapando.
Los cucharones alzamos
y tras el humano trotamos.
No íbamos a permitir
que el humano saliera
de nuestro bosque encantado.
* Siria: Los trolls te han descubierto. Te estarán persiguiendo por el bosque. Son más rápidos que tú y no dudarán a utilizar su fuerza (ni sus cucharas). Deberás darles esquinazo y perderles de vista.
—¿Qué es eso que suena allí?
Me gustaría saber a mí.
Tomemos las armas
y veamos qué hay.
Joven:
Cuando comenzaba a hervir
y a sudar, y a sufrir,
los trolls se levantaron
dejando a mí colgado.
Sus cucharones empuñaron,
el intruso les había fastidiado.
Al final lo encontraron,
un muñeco desgastado.
En las manos tenía una lira
y en la boca un engaño.
Una chica apareció, fue mi salvación.
Me cogió en brazos y me sacó
Del caldero de los trolls.
Troll:
Al músico capturamos
y sin saber qué era,
entre nuestras manos lo pasamos.
—¿Rata o ratón? ¿Felino o roedor?
Al final dejamos que aquel intruso
se fuera vivo de allí;
era tal su delgadez
que poco de él se iba a comer.
Al regresar a la caverna,
sorprendidos quedamos
al ver a nuestra la cena
del caldero escapando.
Los cucharones alzamos
y tras el humano trotamos.
No íbamos a permitir
que el humano saliera
de nuestro bosque encantado.
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* Siria: Los trolls te han descubierto. Te estarán persiguiendo por el bosque. Son más rápidos que tú y no dudarán a utilizar su fuerza (ni sus cucharas). Deberás darles esquinazo y perderles de vista.
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