Llamame Nayelis [Privado] [Cerrado]
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El calor que pululaba por las calles de Lagarto se podía considerar, para esta época del año, fresco. Sin embargo para los dragones resultaba agobiante, Go´el y Gali llevaban muchos años viviendo fuera de Dundarak y aun así, cada vez que llegaba el verano sufrían igual que el primer año. El que peor lo pasaba era el monje, llevar aquel turbante y toda su melena dentro de la tela era una tarea casi titánica, pero el dragón aguantaba el temple y se mostraba tan tranquilo como siempre. Go´el variaba la solución según el día, hoy, por ejemplo, llevaba una trenza en forma de espiga de trigo, aquel recogido acortaba tanto el pelo que el nudo en que ataba el peinado apenas superaba las primeras vertebras del cuello.
Hoy la botica y las termas del galeno permanecerían cerradas, Oromë, la prima de Go´el y una de las regentes de la ciudad, había dejado a Sena, una niña vampírica, a cargo de los dos dragones y era de vital importancia que la criatura no sufriera quemaduras por el sol, así que, muy a su pesar, el dragón humanoide cerro puertas y postigos dejando a la niña dentro y se fue a atender a sus pacientes a domicilio.
-Ese gato sigue viniendo por las noches. -Go´el hacía referencia a un gato pardo que hacía unos meses se había colado en las aguas termales y que ahora pertenecía a Helena Rhodes, la guardaespaldas del Virrey. -Ayer lo escuche maullar.
-Pero si cuando tú duermes no oyes nada. -Replicó Gali tocándose el turbante y abriendo (todavía más) su chaleco. -Nos vemos a la tarde.
El monje se despidió del rubio que ya se desviaba hacia su primera parada haciendo al tiempo que respondía al moreno con un movimiento de mano.
Gali siguió de frente hacia la carpa de Owens, últimamente el dragón de tierra pasaba mucho tiempo ayudando a Helena con sus tareas de meditación.
Las horas iban pasando una detrás de otras y cada uno de los dragones seguía con sus labores, el rubio caminaba por las calles de paciente en paciente, con cada vez más manchas de sangre en la ropa, Go´el comenzaba a estar asqueado de tanta suciedad, la culpa era de Gali, si ese grandullón no se hubiera ido él tendría la ropa limpia y las manos.
El doctor andaba por la calle principal de la ciudad mirándose el dorso de la mano, cerca del pulgar tenía una mancha de una sustancia alquímica difícil de pronunciar. El científico chasqueo la lengua molesto, aquel lamparón tardaría días en irse.
Hoy la botica y las termas del galeno permanecerían cerradas, Oromë, la prima de Go´el y una de las regentes de la ciudad, había dejado a Sena, una niña vampírica, a cargo de los dos dragones y era de vital importancia que la criatura no sufriera quemaduras por el sol, así que, muy a su pesar, el dragón humanoide cerro puertas y postigos dejando a la niña dentro y se fue a atender a sus pacientes a domicilio.
-Ese gato sigue viniendo por las noches. -Go´el hacía referencia a un gato pardo que hacía unos meses se había colado en las aguas termales y que ahora pertenecía a Helena Rhodes, la guardaespaldas del Virrey. -Ayer lo escuche maullar.
-Pero si cuando tú duermes no oyes nada. -Replicó Gali tocándose el turbante y abriendo (todavía más) su chaleco. -Nos vemos a la tarde.
El monje se despidió del rubio que ya se desviaba hacia su primera parada haciendo al tiempo que respondía al moreno con un movimiento de mano.
Gali siguió de frente hacia la carpa de Owens, últimamente el dragón de tierra pasaba mucho tiempo ayudando a Helena con sus tareas de meditación.
Las horas iban pasando una detrás de otras y cada uno de los dragones seguía con sus labores, el rubio caminaba por las calles de paciente en paciente, con cada vez más manchas de sangre en la ropa, Go´el comenzaba a estar asqueado de tanta suciedad, la culpa era de Gali, si ese grandullón no se hubiera ido él tendría la ropa limpia y las manos.
El doctor andaba por la calle principal de la ciudad mirándose el dorso de la mano, cerca del pulgar tenía una mancha de una sustancia alquímica difícil de pronunciar. El científico chasqueo la lengua molesto, aquel lamparón tardaría días en irse.
Go'el
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Re: Llamame Nayelis [Privado] [Cerrado]
Nunca pensé que acabaría en esa maldita cloaca de ciudad Lagarto. La verdad es que nunca pensé verme forzada a tener que pisar sus calles...una ciudad putrefacta, alejada de lo que conocía como el decoro y las buenas formas.. Un lugar de maleantes y idiotas que harían cualquier cosa, incluso vender a sus familiares, por unas monedas....era perfecto. No pude evitar esbozar una leve sonrisa mientras divisaba el umbral de la entrada a la ciudad. Portaba una larga capa negra que tapaba mi cuerpo de arriba abajo, mientras que en la cabeza, una capucha tan solo dejaba ver mis labios y algo mi nariz.
Tras entrar en la ciudad comencé a caminar de una lado a otro en busca de cobijo temporal. No buscaba gran cosa, me valía mismamente un zulo donde pudiera esconder mis pociones y mis libros, al menos, mientras estaba visitando la ciudad. Mientras caminaba por las calles hasta lo que parecía una plaza de mercado pude ver un pequeño tablón de anuncios...así que me acerqué a leer lo que la ciudad me ofrecía.
No había gran cosa salvo algunos trabajos como artesano, la necesidad de camareros en algunas tascas y algunos avisos de bandas que buscaban nuevos reclutas...nada interesante. La verdad que por un lado había quedado algo decepcionada, pero por otro, me había alegrado de que mi cara no estuviera en un cartel de "Se busca" en esta ciudad, creía que ya podía descansar un poco de tanta persecución, al menos por unas horas...o eso creía. Parecía que me había librado de los guardias de esplendorosa armadura...pero no de los ladrones de mugrosos harapos que vivían en la ciudad....y en cuanto vieron mi capa de sena negra debieron pensar que era una extranjera....no les faltaba razón. Como no deseaba que me molestaran decidí salir de aquella plaza e irme a la cale principal, donde esperaba que con más gente a mi alrededor aquellos matones dejaran de perseguirme...pero estaba equivocada.
No tardaron mucho, un total de cuatro maleantes, en intentar cortarme el paso a pesar de que había más gente alrededor nuestra. Debía ser el pan de cada día, pues nadie intervino dándome que pensar que esos atracos a plena luz del día eran lo normal.
-¿A donde va una señorita como usted con sedas de alto valor? ¿Quiere que le guiemos por la ciudad?- dijo el más feos de todos. Parecía el jefe de los otros tres, y llevaba un curioso anillo en la nariz- Creo que una dama como usted no sabe nada acerca del peaje que debe pagar por entrar en la ciudad verdad?-dijo mientras sus compañeros reían por lo bajo.
Me quedé mirándole callada debido a que no tenía gana alguna de responder a ese idiota. Sabía que si cedía me atracarían, si me negaba, lo harían por la fuerza igualmente. Así que le respondí evadiento el tema.
-Veo que tenéis vuestro tablón desactualizado.. entiendo que esto sea una ciudad de ladrones y de lo "mejor" de cada casa...pero creo que debéis informaros un poco más antes de atracar a alguien...sobre todo si no tiene ni para empezar con vosotros.
Tras entrar en la ciudad comencé a caminar de una lado a otro en busca de cobijo temporal. No buscaba gran cosa, me valía mismamente un zulo donde pudiera esconder mis pociones y mis libros, al menos, mientras estaba visitando la ciudad. Mientras caminaba por las calles hasta lo que parecía una plaza de mercado pude ver un pequeño tablón de anuncios...así que me acerqué a leer lo que la ciudad me ofrecía.
No había gran cosa salvo algunos trabajos como artesano, la necesidad de camareros en algunas tascas y algunos avisos de bandas que buscaban nuevos reclutas...nada interesante. La verdad que por un lado había quedado algo decepcionada, pero por otro, me había alegrado de que mi cara no estuviera en un cartel de "Se busca" en esta ciudad, creía que ya podía descansar un poco de tanta persecución, al menos por unas horas...o eso creía. Parecía que me había librado de los guardias de esplendorosa armadura...pero no de los ladrones de mugrosos harapos que vivían en la ciudad....y en cuanto vieron mi capa de sena negra debieron pensar que era una extranjera....no les faltaba razón. Como no deseaba que me molestaran decidí salir de aquella plaza e irme a la cale principal, donde esperaba que con más gente a mi alrededor aquellos matones dejaran de perseguirme...pero estaba equivocada.
No tardaron mucho, un total de cuatro maleantes, en intentar cortarme el paso a pesar de que había más gente alrededor nuestra. Debía ser el pan de cada día, pues nadie intervino dándome que pensar que esos atracos a plena luz del día eran lo normal.
-¿A donde va una señorita como usted con sedas de alto valor? ¿Quiere que le guiemos por la ciudad?- dijo el más feos de todos. Parecía el jefe de los otros tres, y llevaba un curioso anillo en la nariz- Creo que una dama como usted no sabe nada acerca del peaje que debe pagar por entrar en la ciudad verdad?-dijo mientras sus compañeros reían por lo bajo.
Me quedé mirándole callada debido a que no tenía gana alguna de responder a ese idiota. Sabía que si cedía me atracarían, si me negaba, lo harían por la fuerza igualmente. Así que le respondí evadiento el tema.
-Veo que tenéis vuestro tablón desactualizado.. entiendo que esto sea una ciudad de ladrones y de lo "mejor" de cada casa...pero creo que debéis informaros un poco más antes de atracar a alguien...sobre todo si no tiene ni para empezar con vosotros.
Nayelis
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Re: Llamame Nayelis [Privado] [Cerrado]
Una voz femenina hablaba erróneamente sobre los paneles informativos de la ciudad. Go´el se dio cuenta de que esa mujer era nueva en la ciudad. Por mera curiosidad científica levantó los ojos de la mancha, había un 50% de posibilidades de que aquella voz fuera una posible paciente y un 50% de que se convirtiera en su próximo sujeto de pruebas. El galeno desando un par de pasos y se situó a un lado entre medias del grupo de ladrones y la mujer.
-Está cometiendo un error típico. -El rubio intervino en mitad de la "conversación" sin siquiera presentarse. -Los tablones de esta ciudad están perfectamente actualizados. En ellos puedes encontrar nuevas ofertas de trabajo todos los días, si tu cartel de "se busca" está en el tablón indica que eres un trabajo eficiente en tu respectivo oficio y también es un símbolo de buena reputación. En ciudad Lagarto la gente no persigue a los individuos que hay en los tablones.
Los ladrones se quedaron quietos mientras el galeno hablaba, el primero en adoptar una posición sumisa fue el aparente líder del grupo.
-Buenos días doctor. -Saludó de manera casi respetuosa el humano con el anillo en la nariz. -¿Recibió el listado de hoy?
Aquel camorrista estaba haciendo referencia a la nota que recibía cada pocos días el dragón. Se trataba de un simple pergamino que los regentes de la ciudad rellenaban con los nombres de la población local que eran aptos para los experimentos del científico. En ciudad Lagarto no tenían verdugo, tenían a Go´el y su lista de sujetos de pruebas.
-No. -El rubio respondió tajante y añadió. -¿Sabe el Virrey de vuestra tasa de peaje?
Hacía tiempo que Owens había decretado que nadie cobraría peajes a los visitantes, pues según él aquello espantaba a los aventureros.
-¿Que? No, no, si nosotros ya... -Se apresuró a decir el líder comenzando a retroceder. -ya nos íbamos. Acabo de recordar que nos necesitan en otra parte.
Los maleantes desaparecieron de la calle acobardados por las posibles represalias del Virrey.
-¿Y tú que raza eres?
Preguntó el medico sin alterar la voz y agachándose para ver lo que había bajo la capucha de la mujer.
-Está cometiendo un error típico. -El rubio intervino en mitad de la "conversación" sin siquiera presentarse. -Los tablones de esta ciudad están perfectamente actualizados. En ellos puedes encontrar nuevas ofertas de trabajo todos los días, si tu cartel de "se busca" está en el tablón indica que eres un trabajo eficiente en tu respectivo oficio y también es un símbolo de buena reputación. En ciudad Lagarto la gente no persigue a los individuos que hay en los tablones.
Los ladrones se quedaron quietos mientras el galeno hablaba, el primero en adoptar una posición sumisa fue el aparente líder del grupo.
-Buenos días doctor. -Saludó de manera casi respetuosa el humano con el anillo en la nariz. -¿Recibió el listado de hoy?
Aquel camorrista estaba haciendo referencia a la nota que recibía cada pocos días el dragón. Se trataba de un simple pergamino que los regentes de la ciudad rellenaban con los nombres de la población local que eran aptos para los experimentos del científico. En ciudad Lagarto no tenían verdugo, tenían a Go´el y su lista de sujetos de pruebas.
-No. -El rubio respondió tajante y añadió. -¿Sabe el Virrey de vuestra tasa de peaje?
Hacía tiempo que Owens había decretado que nadie cobraría peajes a los visitantes, pues según él aquello espantaba a los aventureros.
-¿Que? No, no, si nosotros ya... -Se apresuró a decir el líder comenzando a retroceder. -ya nos íbamos. Acabo de recordar que nos necesitan en otra parte.
Los maleantes desaparecieron de la calle acobardados por las posibles represalias del Virrey.
-¿Y tú que raza eres?
Preguntó el medico sin alterar la voz y agachándose para ver lo que había bajo la capucha de la mujer.
Go'el
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Re: Llamame Nayelis [Privado] [Cerrado]
Vaya vaya...parecía que había dado nada menos que con un médico, o al menos eso creía, y al parecer uno que gozaba del respeto de toda aquella chusma. A pesar de todo no dudó en entrometerse en mi "charla" con aquellos idiotas advenedizos, y, a pesar de que no me agradaba que me molestaran todavía más, algo llamó mi atención en aquel chico. No parecía ser un orejas picudas la verdad, pero me recordaba por su aspecto a uno de ellos. Tras vacilar unos segundos de si responderle o no, me arranqué a ello.
-En tal caso debo de sentirme tranquila y protegida de ser las cosas, tal y como decís señor, por estos lares -dije con tono calmado mientras él comenzaba a hablar, más bien a recriminar, a esos tipos por lo del peaje. Tras retirarse estos y dejarnos solos en mitad de aquella calle tanto a mi nuevo "acompañante" como a mi, procedí a responderle a su pregunta.
-¿De que raza soy?, sin duda no es la pregunta más directa que me han hecho en mi vida, pero puedo decirte que que la capucha no es por gusto, sino por precaución- dije mientras miraba a los lados de la calle- Incluso en esta ciudad, que la gente de mi clase sea normal no impide que puedan querer arrancarme la cabeza en un descuido....pero creo que de alguna manera me habéis ayudado, fuera esa vuestra intención o no
Me llevé las manos a la capucha y lentamente fui quitandola hasta que cayó a mis hombros. El "doctor" vería una mujer de cabellos rubios recogidos, ojos azul oscuro y tez blanca. Una corona adornaba su cabeza y esta parecía pesada, pero la mujer la llevaba como si de una pluma se tratara. Acto seguido, tiré del cordel de la capa haciendo que esta cayera al suelo, dejando ver un vestido negro abierto. Giré mi mano hacia la izquierda y la capa se elevó hacia mi espalda, cambiando de color a un dorado intenso atándose a mi cuello, dejando verme tal y como era a los ojos del doctor.
-Mucho mejor - dije con un leve suspiro- Creo que tu pregunta acaba de responderse sola....y debo admitir que es gratificante el poder estar sin esos harapos por una vez- dije sonriendo.
Algunos de los habitantes que caminaban por la calle haciendo su vida al margen de nuestra charla se detuvieron en seco, como si hubieran visto a un fantasma. Algunos se quedaron blancos, otros simplemente se quedaron mirando al doctor y otros aceleraron el paso para salir de la zona. La verdad es que no tenía muy buena reputación...ni tan siquiera entre ladrones, lo cual era triste.. .Algunos balbucearon el nombre de "Nayelis" . Esperé que mi compañero no dijera nada acerca de esto, y yo procuré abordarle antes.
-¿Así que sois el doctor de este lugar?
-En tal caso debo de sentirme tranquila y protegida de ser las cosas, tal y como decís señor, por estos lares -dije con tono calmado mientras él comenzaba a hablar, más bien a recriminar, a esos tipos por lo del peaje. Tras retirarse estos y dejarnos solos en mitad de aquella calle tanto a mi nuevo "acompañante" como a mi, procedí a responderle a su pregunta.
-¿De que raza soy?, sin duda no es la pregunta más directa que me han hecho en mi vida, pero puedo decirte que que la capucha no es por gusto, sino por precaución- dije mientras miraba a los lados de la calle- Incluso en esta ciudad, que la gente de mi clase sea normal no impide que puedan querer arrancarme la cabeza en un descuido....pero creo que de alguna manera me habéis ayudado, fuera esa vuestra intención o no
Me llevé las manos a la capucha y lentamente fui quitandola hasta que cayó a mis hombros. El "doctor" vería una mujer de cabellos rubios recogidos, ojos azul oscuro y tez blanca. Una corona adornaba su cabeza y esta parecía pesada, pero la mujer la llevaba como si de una pluma se tratara. Acto seguido, tiré del cordel de la capa haciendo que esta cayera al suelo, dejando ver un vestido negro abierto. Giré mi mano hacia la izquierda y la capa se elevó hacia mi espalda, cambiando de color a un dorado intenso atándose a mi cuello, dejando verme tal y como era a los ojos del doctor.
- Atuendo:
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-Mucho mejor - dije con un leve suspiro- Creo que tu pregunta acaba de responderse sola....y debo admitir que es gratificante el poder estar sin esos harapos por una vez- dije sonriendo.
Algunos de los habitantes que caminaban por la calle haciendo su vida al margen de nuestra charla se detuvieron en seco, como si hubieran visto a un fantasma. Algunos se quedaron blancos, otros simplemente se quedaron mirando al doctor y otros aceleraron el paso para salir de la zona. La verdad es que no tenía muy buena reputación...ni tan siquiera entre ladrones, lo cual era triste.. .Algunos balbucearon el nombre de "Nayelis" . Esperé que mi compañero no dijera nada acerca de esto, y yo procuré abordarle antes.
-¿Así que sois el doctor de este lugar?
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Go´el no conocía ninguna magia capaz de cambiar el aspecto y la forma de las cosas, pero si era consciente de un sin fin de encantamientos arcanos que usaban en prendas, armaduras o armamento para darles diferentes beneficios, él dragón supuso que la capa de la mujer pertenecía a este último grupo y el hecho de que la tela levitara debía ser gracias a la conocida telekinesis de las brujas y brujos de las islas Illidenses, todo ello sumado con las palabras de la desconocida indicaban que la hembra adulta que el rubio tenía en frente era, sin duda alguna, una bruja.
-En efecto, bruja. -Confirmó el galeno devolviendo la cabeza a su posición natural. -Soy el galeno de ciudad Lagarto. ¿Necesita de mis servicios?
Go´el miraba fijamente los ojos de la mujer esperando su respuesta, pasando por alto todos los murmullos que se habían formado al rededor. Aunque eso era mucho decir, porque para pasar algo por alto primero se tenía que ser consciente de ello y el dragón ni siquiera estaba registrando lo que ocurría en la calle, todo aquello le importaba tan poco que no se percató de la enorme figura despechugada que pasó por su lado. Aquel hombre de imponentes músculos y enturbada cabeza no era ni más ni menos que su compañero Gali, el monje sí que se había percatado del rubio y ahora se apoyaba contra la pared de una casa mientras observaba la escena comiéndose una pera.
-Si venias en busca de las aguas termales de mi establecimiento, -Prosiguió Go´el después de que la mujer respondiera la primera pregunta. -siento comunicarte de que hoy están cerradas, pero mañana a primera hora volverán a estar abiertas al público.
-En efecto, bruja. -Confirmó el galeno devolviendo la cabeza a su posición natural. -Soy el galeno de ciudad Lagarto. ¿Necesita de mis servicios?
Go´el miraba fijamente los ojos de la mujer esperando su respuesta, pasando por alto todos los murmullos que se habían formado al rededor. Aunque eso era mucho decir, porque para pasar algo por alto primero se tenía que ser consciente de ello y el dragón ni siquiera estaba registrando lo que ocurría en la calle, todo aquello le importaba tan poco que no se percató de la enorme figura despechugada que pasó por su lado. Aquel hombre de imponentes músculos y enturbada cabeza no era ni más ni menos que su compañero Gali, el monje sí que se había percatado del rubio y ahora se apoyaba contra la pared de una casa mientras observaba la escena comiéndose una pera.
-Si venias en busca de las aguas termales de mi establecimiento, -Prosiguió Go´el después de que la mujer respondiera la primera pregunta. -siento comunicarte de que hoy están cerradas, pero mañana a primera hora volverán a estar abiertas al público.
Go'el
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¿Un galeno? Vaya, sin duda alguien a quién tener presente, y más en estos tiempos que corrían. La verdad es que un galeno me venía de maravilla para ciertos asuntos que debía tratar. Me llevé mi mano a la cadera, mientras que con la otra rozaba mis uñas contra mis dedos sin quitarle un ojo al galeno.
- Sois Galeno pues, bien, quizás si requiera de sus servicios- dije con tono calmado- La verdad no se como está la medicina por estos lares y la verdad necesitaba que alguien me consiguiera algunas hierbas rápidamente, segura estoy, de que vos como galeno tenéis acceso a un suculento repertorio de ellas ¿no?
El galeno parecía misterioso en si, algo serio para mi gusto pero parecía ser muy consecuente con sus palabras. Parece que todavía quedaban ese tipo de caballeros....incluso en esa cloaca de Ciudad Lagarto. Me acerqué al galeno unos pasos para continuar diciéndole.
-Realmente no vengo por aguas y tampoco estoy francamente interesada, pero, quizás usted pueda ayudarme a buscar un buen lugar para pasar la noche. Como ve no soy buena haciendo amigos y la verdad, estoy cansada del viaje y me gustaría que me ayudara si le parece bien- dije con modestia.
- Sois Galeno pues, bien, quizás si requiera de sus servicios- dije con tono calmado- La verdad no se como está la medicina por estos lares y la verdad necesitaba que alguien me consiguiera algunas hierbas rápidamente, segura estoy, de que vos como galeno tenéis acceso a un suculento repertorio de ellas ¿no?
El galeno parecía misterioso en si, algo serio para mi gusto pero parecía ser muy consecuente con sus palabras. Parece que todavía quedaban ese tipo de caballeros....incluso en esa cloaca de Ciudad Lagarto. Me acerqué al galeno unos pasos para continuar diciéndole.
-Realmente no vengo por aguas y tampoco estoy francamente interesada, pero, quizás usted pueda ayudarme a buscar un buen lugar para pasar la noche. Como ve no soy buena haciendo amigos y la verdad, estoy cansada del viaje y me gustaría que me ayudara si le parece bien- dije con modestia.
Nayelis
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Re: Llamame Nayelis [Privado] [Cerrado]
La mujer necesitaba un surtido de hierbas medicinales y un lugar de descanso; Go´el movió el brazo derecho bajo su pecho y apoyando el codo izquierdo sobra la muñeca del otro comenzó a pellizcarse el labio inferior con suavidad, el rubio tenía la mirada perdida en algún punto de la calle mientras sopesaba las ideas.
Estaba bastante seguro de que las hierbas que la bruja necesitara estarían es un botica, por otro lado estaba la niña vampiro que residía de forma temporal en el edificio, sin olvidar que la mujer que tenía enfrente había manifestado su problema de fatiga a causa de un largo viaje y aquello era algo que debía ser atendido para que su cuerpo no generara problemas más severos.
-De acuerdo. -Concluyó el rubio devolviendo los brazos a su posición natural. -Esta noche dormirá en mi botica, he de asegurarme que se recupera del viaje, vamos. -El rubio hizo un gesto con la mano para que la bruja lo siguiera. -Mañana ya se encontrara recuperada y podrá acudir a una posada.
Una figura morena y serena caminaba detrás de la pareja, Go´el no se volvió en ningún momento a ver quién era, no le hacía falta. La altura de aquel hombre hacia sombra sobre el galeno y el olfato del dragón humanoide percibía un aroma a especias y frutas.
Tras haber escuchado la conversación, Gali había tirado el rabo de la pera al suelo y seguía de cerca a su compañero y a la mujer que la muchedumbre nombró como Nayelis.
-¿Qué clase de hierbas necesita? o que síntomas quiere tratar con ellas.
El galeno tras andar unos minutos por la calle principal giró a la derecha y luego a la izquierda, ante ellos ahora se levantaba un edificio simple.
Un sencillo rectángulo con tejado triangular, unas vidrieras opacas para que entre la luz pero no se vea el interior, un cartel con el símbolo de la medicina y la alquimia y una puerta con una pequeña ventana enmarcada por una reja de hierro.
-Gali ve por detrás acompaña a Sena a mi estudio y ábrenos la puerta.
El dragón de tierra asintió sin decir nada y dio la vuelta al edificio. Go´el miró hacia la puerta y luego se giró hacia la mujer al notar que lo observaba.
-Ese monje es mi compañero.
Argumentó el rubio al darse cuenta de que la bruja quería una explicación o presentación del individuo desconocido que llevaba diez minutos siguiéndolos en silencio.
-Y Sena es mi perro.
Por primera vez en más de quince años Go´el había mentido ¿Pero cómo no hacerlo? Su arreba le pidió expresamente que mantuviera en secreto la existencia de la niña vampiro. Y el rubiales era capaz de cualquier cosa cuando Oromë estaba implicada de alguna manera.
-Si le das la oportunidad se escapa.
En ese momento Gali abrió la puerta desde dentro. Go´el entró primero y esperó a que pasara la mujer para cerrar la puerta.
El interior de la tienda no tenía nada que ver con la tosca y estoica fachada. La pared de la derecha era un gigantesco armario lleno de cajones y cajoncitos con sus correspondientes etiquetas, algunos cajones tenían varios compartimentos dentro, y todos estaban llenos de un sin fin de plantas. Mirar aquel mueble era la máxima expresión del orden. En la parte frontal había un mostrador con una balanza, un juego de alquimia básica y unos libros de cuentas, detrás del mostrador una estantería llena de botes y botellas de diversos colores y con diversas etiquetas, era el lugar de recepción de los clientes. Siguiendo la continuidad de la pared en la zona de venta estaba el relajante espacio del monje dragón. Unos cojines grandes se arremolinaban sobre un suelo tapado por una alfombra, en una pequeña mesa reposaba una tetera con un juego de vasos y un incensario que siempre estaba encendido y que desprendía una fragancia relajante. En el mismo lado izquierdo de la farmacia, dentro del mostrador, se veía una puerta que conducía al estudio del galeno y justo enfrente de esta, en el extremo derecho, otra puerta que daba paso a una estancia con varias camas y camillas donde descansaban los pacientes.
-Bienvenida a la botica de ciudad Lagarto.
Anunció Gali, cordial y relajado, con una voz arrullante y casi sedosa mientras se llevaba la mano derecha al pecho izquierdo y luego a la frente a modo de saludo.
-Cuando el galeno le haya dispensado las hierbas que requiere, podrá disponer de una cama y disfrutar de un relajante té. La puerta de la entrada permanecerá con el cartel de cerrado aunque estará abierta hasta la caída del sol, si llegado ese momento no se encuentra dentro de la tienda tendrá que permanecer fuera hasta el despunte del sol.
Estaba bastante seguro de que las hierbas que la bruja necesitara estarían es un botica, por otro lado estaba la niña vampiro que residía de forma temporal en el edificio, sin olvidar que la mujer que tenía enfrente había manifestado su problema de fatiga a causa de un largo viaje y aquello era algo que debía ser atendido para que su cuerpo no generara problemas más severos.
-De acuerdo. -Concluyó el rubio devolviendo los brazos a su posición natural. -Esta noche dormirá en mi botica, he de asegurarme que se recupera del viaje, vamos. -El rubio hizo un gesto con la mano para que la bruja lo siguiera. -Mañana ya se encontrara recuperada y podrá acudir a una posada.
Una figura morena y serena caminaba detrás de la pareja, Go´el no se volvió en ningún momento a ver quién era, no le hacía falta. La altura de aquel hombre hacia sombra sobre el galeno y el olfato del dragón humanoide percibía un aroma a especias y frutas.
Tras haber escuchado la conversación, Gali había tirado el rabo de la pera al suelo y seguía de cerca a su compañero y a la mujer que la muchedumbre nombró como Nayelis.
-¿Qué clase de hierbas necesita? o que síntomas quiere tratar con ellas.
El galeno tras andar unos minutos por la calle principal giró a la derecha y luego a la izquierda, ante ellos ahora se levantaba un edificio simple.
Un sencillo rectángulo con tejado triangular, unas vidrieras opacas para que entre la luz pero no se vea el interior, un cartel con el símbolo de la medicina y la alquimia y una puerta con una pequeña ventana enmarcada por una reja de hierro.
-Gali ve por detrás acompaña a Sena a mi estudio y ábrenos la puerta.
El dragón de tierra asintió sin decir nada y dio la vuelta al edificio. Go´el miró hacia la puerta y luego se giró hacia la mujer al notar que lo observaba.
-Ese monje es mi compañero.
Argumentó el rubio al darse cuenta de que la bruja quería una explicación o presentación del individuo desconocido que llevaba diez minutos siguiéndolos en silencio.
-Y Sena es mi perro.
Por primera vez en más de quince años Go´el había mentido ¿Pero cómo no hacerlo? Su arreba le pidió expresamente que mantuviera en secreto la existencia de la niña vampiro. Y el rubiales era capaz de cualquier cosa cuando Oromë estaba implicada de alguna manera.
-Si le das la oportunidad se escapa.
En ese momento Gali abrió la puerta desde dentro. Go´el entró primero y esperó a que pasara la mujer para cerrar la puerta.
El interior de la tienda no tenía nada que ver con la tosca y estoica fachada. La pared de la derecha era un gigantesco armario lleno de cajones y cajoncitos con sus correspondientes etiquetas, algunos cajones tenían varios compartimentos dentro, y todos estaban llenos de un sin fin de plantas. Mirar aquel mueble era la máxima expresión del orden. En la parte frontal había un mostrador con una balanza, un juego de alquimia básica y unos libros de cuentas, detrás del mostrador una estantería llena de botes y botellas de diversos colores y con diversas etiquetas, era el lugar de recepción de los clientes. Siguiendo la continuidad de la pared en la zona de venta estaba el relajante espacio del monje dragón. Unos cojines grandes se arremolinaban sobre un suelo tapado por una alfombra, en una pequeña mesa reposaba una tetera con un juego de vasos y un incensario que siempre estaba encendido y que desprendía una fragancia relajante. En el mismo lado izquierdo de la farmacia, dentro del mostrador, se veía una puerta que conducía al estudio del galeno y justo enfrente de esta, en el extremo derecho, otra puerta que daba paso a una estancia con varias camas y camillas donde descansaban los pacientes.
-Bienvenida a la botica de ciudad Lagarto.
Anunció Gali, cordial y relajado, con una voz arrullante y casi sedosa mientras se llevaba la mano derecha al pecho izquierdo y luego a la frente a modo de saludo.
-Cuando el galeno le haya dispensado las hierbas que requiere, podrá disponer de una cama y disfrutar de un relajante té. La puerta de la entrada permanecerá con el cartel de cerrado aunque estará abierta hasta la caída del sol, si llegado ese momento no se encuentra dentro de la tienda tendrá que permanecer fuera hasta el despunte del sol.
Go'el
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Re: Llamame Nayelis [Privado] [Cerrado]
Nunca hubiera esperado tal amabilidad, y menos, de un desconocido. La verdad es que aquel caballero no me daba buenas vibraciones pero ¿como no iba a fiarme de alguien tan atento?...Cierto no podía...nunca he podido permitirme semejante cosa como lo es la confianza, pero, si que podía aceptar su amable oferta
-Le agradezco su ayuda señor..¿como es su nombre?, no creo apropiado llamarle "señor" constantemente, y menos si me ha ofrecido ayuda.-dije con tono amable, pero se notaba cierta sequedad de raíz.
Le seguí de buena gana por las calles mientras que otra figura nos seguía el paso. Por un momento viré el ojo por el rabillo para ver si era amigo o enemigo, pero visto lo visto no parecía esto último. También cabe decir que mi nombre era conocido por algunos lugareños, y esperaba de corazón que no lo fuera para mi nuevo anfitrión básicamente por no caer en una trampa...ya que no era la primera vez que me la jugaban. Mis pensamientos fueron interrumpidos por la pregunta del galeno.
-Pues busco una planta que permita provocar un gran sueño en quien la ingiera, para conciliar el sueño ya sabe. También busco otras hierbas para curar quemaduras-dije pensativa sin quitar la vista de su espalda.
Pocos minutos pasaron hasta que logramos llegar a la botica, y la verdad era muy bucólica. Aquella persona que nos seguía parecía ser compañero del galeno y menos mal...pensaba que esto se iba a poner feo.
La botica parecía estar en muy buenas condiciones y se alejaba del estereotipo de las mugrosas salas que había visto en Lunargenta. La verdad me recordaba bastante a una estancia de un brujo.
Cuando me entré y tras ser recibida por el monje, este me dio unas claras indicaciones sobre como y cuando podía entrar a la botica. Sin duda alguna no fueron las botellas, la decoración o los cojines lo que me hizo preguntarme sobre una cuestión que parecía obvia, pero que yo barajaba en mi mente otras posibilidades.
-¿Que sentido tiene cerrar una botica durante el día?Los pacientes de esta ciudad no acuden de noche a los galenos - dije mirando al galeno- ¿Funcionan diferente en esta ciudad los horarios de los establecimientos?
Continué mirando el establecimiento mientras iba acercándome al mostrador para ver los distintos botes y botellas que había expuestos, pero no podía evitar hacerme preguntas constantes, y, a pesar de las buenas intenciones del galeno algo no cuadraba.
-Parece que su perro debe estar muy instruido, a pesar de estar en la otra sala no ha ladrado al sentir la presencia de una desconocida, ni su voz, en el establecimiento- dije apoyando mis manos en la barra mientras daba la espalda a recibidor para mirar al galeno.
-Le agradezco su ayuda señor..¿como es su nombre?, no creo apropiado llamarle "señor" constantemente, y menos si me ha ofrecido ayuda.-dije con tono amable, pero se notaba cierta sequedad de raíz.
Le seguí de buena gana por las calles mientras que otra figura nos seguía el paso. Por un momento viré el ojo por el rabillo para ver si era amigo o enemigo, pero visto lo visto no parecía esto último. También cabe decir que mi nombre era conocido por algunos lugareños, y esperaba de corazón que no lo fuera para mi nuevo anfitrión básicamente por no caer en una trampa...ya que no era la primera vez que me la jugaban. Mis pensamientos fueron interrumpidos por la pregunta del galeno.
-Pues busco una planta que permita provocar un gran sueño en quien la ingiera, para conciliar el sueño ya sabe. También busco otras hierbas para curar quemaduras-dije pensativa sin quitar la vista de su espalda.
Pocos minutos pasaron hasta que logramos llegar a la botica, y la verdad era muy bucólica. Aquella persona que nos seguía parecía ser compañero del galeno y menos mal...pensaba que esto se iba a poner feo.
La botica parecía estar en muy buenas condiciones y se alejaba del estereotipo de las mugrosas salas que había visto en Lunargenta. La verdad me recordaba bastante a una estancia de un brujo.
Cuando me entré y tras ser recibida por el monje, este me dio unas claras indicaciones sobre como y cuando podía entrar a la botica. Sin duda alguna no fueron las botellas, la decoración o los cojines lo que me hizo preguntarme sobre una cuestión que parecía obvia, pero que yo barajaba en mi mente otras posibilidades.
-¿Que sentido tiene cerrar una botica durante el día?Los pacientes de esta ciudad no acuden de noche a los galenos - dije mirando al galeno- ¿Funcionan diferente en esta ciudad los horarios de los establecimientos?
Continué mirando el establecimiento mientras iba acercándome al mostrador para ver los distintos botes y botellas que había expuestos, pero no podía evitar hacerme preguntas constantes, y, a pesar de las buenas intenciones del galeno algo no cuadraba.
-Parece que su perro debe estar muy instruido, a pesar de estar en la otra sala no ha ladrado al sentir la presencia de una desconocida, ni su voz, en el establecimiento- dije apoyando mis manos en la barra mientras daba la espalda a recibidor para mirar al galeno.
Nayelis
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Re: Llamame Nayelis [Privado] [Cerrado]
El doctor le dio su nombre a la mujer en el camino hacia la farmacia y una vez en el interior buscó dos sacos pequeños, no más grandes que la palma de la mano, abrió algunos cajones del herbolario y comenzó a introducir diferentes hojas y flores en uno de los sacos.
-Hoy la tienda se encuentra cerrada porque estaba trabajando fuera. -Informó Go´el a la bruja. -De normal siempre está abierta y también abro dos noches a la semana, de manera rotativa. Hay algunos pacientes que son nocturnos. -Aclaró el rubio cerrando un cajón y abriendo otro. -Sena recibió un buen entrenamiento. En la botica entra gente desconocida todo el tiempo y un animal agresivo provocaría malestar. -El doctor sacó unos frutos rojos y secos, los introdujo en la segunda bolsa y caminó al mostrador. -De todas formas, no podría ladrar aunque quisiera.
Porque evidentemente no era un perro sino una vampiresa, pero aquel detalle era algo que debía ser cambiado para seguir manteniendo la palabra que el galeno le hizo a Oromë.
-Hace un tiempo contrajo una enfermedad fúngica que le afectó a las cuerdas vocales y se las extirpé. Seguramente debido a que comió algo del suelo que no debía, lo cual es raro porque los perros tienen buen olfato. A sí que seguramente fue alguna alimento envenenado. -Go´el sacó de uno de los cajones del mostrador un pequeño carboncillo y escribió un par de palabras en cada bolsa. -Aquí tienes. Estas son bayas Neien, hiérvelas con agua y cuando estén hinchadas machácalas hasta que formen una pasta, cuando esté fría aplícalo sobre la quemadura. -Entonces el rubio le extendió la otra bolsa a la mujer. -Esta otra contiene un conjunto de diversas hierbas que tomadas en una infusión ayuda a conciliar el sueño con rapidez.
Mientras que el dragón humanoide se había dedicado a informar y preparar las plantas para Nayelis, Gali se acomodó en entre sus cojines y preparó un refrescante té negro con melocotón y limón.
El monje vertió el contenido de la tetera en tres vasos de madera, seguidamente extendió la mano hacia una peculiar roca de color pardo y levantó una tapa de madera que llevaba grabada una runa de frio por debajo, con unas pinzas de bambú sacó unos pequeños cubos de hielo del interior de la piedra hueca y los dejó caer en los vasos.
Después de aquello el grandullón se levantó con un vaso en cada mano y se acercó a la pareja de rubios.
-Toma, -Le ofreció un vaso a la mujer y otro a Go´el. -está muy bueno. -Gali sonrió al tiempo que su compañero le daba un trago largo a la bebida. -¿Quieres repetir Gogo? Hay más.
Cuando el galeno escuchó, uno de los muchos seudónimos que el monje le tenía puestos, alzó la vista del vaso y miró con el ceño fruncido al nombre.
-No me gusta que me llames así. Y sí, quiero más.
-Hoy la tienda se encuentra cerrada porque estaba trabajando fuera. -Informó Go´el a la bruja. -De normal siempre está abierta y también abro dos noches a la semana, de manera rotativa. Hay algunos pacientes que son nocturnos. -Aclaró el rubio cerrando un cajón y abriendo otro. -Sena recibió un buen entrenamiento. En la botica entra gente desconocida todo el tiempo y un animal agresivo provocaría malestar. -El doctor sacó unos frutos rojos y secos, los introdujo en la segunda bolsa y caminó al mostrador. -De todas formas, no podría ladrar aunque quisiera.
Porque evidentemente no era un perro sino una vampiresa, pero aquel detalle era algo que debía ser cambiado para seguir manteniendo la palabra que el galeno le hizo a Oromë.
-Hace un tiempo contrajo una enfermedad fúngica que le afectó a las cuerdas vocales y se las extirpé. Seguramente debido a que comió algo del suelo que no debía, lo cual es raro porque los perros tienen buen olfato. A sí que seguramente fue alguna alimento envenenado. -Go´el sacó de uno de los cajones del mostrador un pequeño carboncillo y escribió un par de palabras en cada bolsa. -Aquí tienes. Estas son bayas Neien, hiérvelas con agua y cuando estén hinchadas machácalas hasta que formen una pasta, cuando esté fría aplícalo sobre la quemadura. -Entonces el rubio le extendió la otra bolsa a la mujer. -Esta otra contiene un conjunto de diversas hierbas que tomadas en una infusión ayuda a conciliar el sueño con rapidez.
Mientras que el dragón humanoide se había dedicado a informar y preparar las plantas para Nayelis, Gali se acomodó en entre sus cojines y preparó un refrescante té negro con melocotón y limón.
El monje vertió el contenido de la tetera en tres vasos de madera, seguidamente extendió la mano hacia una peculiar roca de color pardo y levantó una tapa de madera que llevaba grabada una runa de frio por debajo, con unas pinzas de bambú sacó unos pequeños cubos de hielo del interior de la piedra hueca y los dejó caer en los vasos.
Después de aquello el grandullón se levantó con un vaso en cada mano y se acercó a la pareja de rubios.
-Toma, -Le ofreció un vaso a la mujer y otro a Go´el. -está muy bueno. -Gali sonrió al tiempo que su compañero le daba un trago largo a la bebida. -¿Quieres repetir Gogo? Hay más.
Cuando el galeno escuchó, uno de los muchos seudónimos que el monje le tenía puestos, alzó la vista del vaso y miró con el ceño fruncido al nombre.
-No me gusta que me llames así. Y sí, quiero más.
Go'el
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Re: Llamame Nayelis [Privado] [Cerrado]
Parecía que el doctor era ávido en sus respuestas, y muy natural, cualquiera diría que no llevaba mucho tiempo por allí....y estaría sumamente equivocado pues se podía ver su veteranía amparada en sus conocimientos reflejados a través los objetos de su propia clínica. La verdad es que parecía un hombre meticuloso, serio y con una gran disciplina en su ámbito profesional, pero quizás, solo era un juicio prematuro por mi parte. Cuando se dio la vuelta para volver hacia a mi con los saquitos le respondí:
-Así que una enfermedad...vaya lamento escuchar eso. Quizás alguien quería acabar con él -dije antes de llevarme mi mano al pecho- Oh disculpa por meterme en estos asuntos, pero simpatizo mucho con los animales y no me gusta ver que alguien pudiera hacerles daño. De donde vengo yo...muchas veces para perjudicar o dar algún mensaje a alguien suelen ahorcar a sus mascotas frente a su casa o envenenarlas....como puede ver...el salvajismo es común en este mundo lamentablemente.
Tras decir aquellas palabras me entregó ambas bolsas con una serie de instrucciones para su correcto uso cada una por su lado. Definitivamente poseía un conocimiento muy exhaustivo sobre su trabajo, algo que se veía poco por otros lares. Asentí con la cabeza hasta que tuve que responderle con la voz un poco deprimida.
-Lamento decirle que no tengo dinero ahora mismo para poder pagarle, ya que bueno...tuve que salir con prisa de mi ciudad. Pero espero pagarle estas bolsas en cuanto me sea posible.-dije manteniendo el tono humilde con la intención de que hiciera algún tipo de mella en el doctor, aunque viendo mi vestimenta cualquiera diría que me sobraba el dinero realmente....y más o menos la cosa andaba por ahí. -Aunque....-dije sacando una pequeña bolsita del bolsillo interior de mi vestido ( por la cintura), la cual abrí y de allí extraje un pequeño rubí, no mayor que una canica. -¿Esto le serviría como pago?No es una moneda pero algo me dice que vale más
A los pocos segundos llegó a mi nariz un olor rico. Parecía que habían preparado te negro, el cual, me ofrecieron en un vaso junto a una zona cómoda donde sentarme tanto con el médico como con su compañero. Acepté como era obvio sin decir nada salvo "gracias" tras la entrega del vaso. Me senté entre ambos mientras sostenía mi vaso entre las manos.
-Les agradezco la hospitalidad, y más, viniendo de una desconocida que casi se mete en problemas hace apenas unas horas.¿ Llevan mucho tiempo viviendo en este ester...digo ciudad?-dije corrigiendo rápidamente mi frase.
-Así que una enfermedad...vaya lamento escuchar eso. Quizás alguien quería acabar con él -dije antes de llevarme mi mano al pecho- Oh disculpa por meterme en estos asuntos, pero simpatizo mucho con los animales y no me gusta ver que alguien pudiera hacerles daño. De donde vengo yo...muchas veces para perjudicar o dar algún mensaje a alguien suelen ahorcar a sus mascotas frente a su casa o envenenarlas....como puede ver...el salvajismo es común en este mundo lamentablemente.
Tras decir aquellas palabras me entregó ambas bolsas con una serie de instrucciones para su correcto uso cada una por su lado. Definitivamente poseía un conocimiento muy exhaustivo sobre su trabajo, algo que se veía poco por otros lares. Asentí con la cabeza hasta que tuve que responderle con la voz un poco deprimida.
-Lamento decirle que no tengo dinero ahora mismo para poder pagarle, ya que bueno...tuve que salir con prisa de mi ciudad. Pero espero pagarle estas bolsas en cuanto me sea posible.-dije manteniendo el tono humilde con la intención de que hiciera algún tipo de mella en el doctor, aunque viendo mi vestimenta cualquiera diría que me sobraba el dinero realmente....y más o menos la cosa andaba por ahí. -Aunque....-dije sacando una pequeña bolsita del bolsillo interior de mi vestido ( por la cintura), la cual abrí y de allí extraje un pequeño rubí, no mayor que una canica. -¿Esto le serviría como pago?No es una moneda pero algo me dice que vale más
A los pocos segundos llegó a mi nariz un olor rico. Parecía que habían preparado te negro, el cual, me ofrecieron en un vaso junto a una zona cómoda donde sentarme tanto con el médico como con su compañero. Acepté como era obvio sin decir nada salvo "gracias" tras la entrega del vaso. Me senté entre ambos mientras sostenía mi vaso entre las manos.
-Les agradezco la hospitalidad, y más, viniendo de una desconocida que casi se mete en problemas hace apenas unas horas.¿ Llevan mucho tiempo viviendo en este ester...digo ciudad?-dije corrigiendo rápidamente mi frase.
Nayelis
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Re: Llamame Nayelis [Privado] [Cerrado]
El rubio asintió y tomó el rubí como pago, más tarde se encargaría de buscar a alguien que le comprara la piedra.
Gali sonreía tranquilo sobre los cojines y Go´el miraba hacia la ventana, con el vaso en los labios. A ambos parecía no impórtales el detalle de que la mujer hubiera cambiado la palabra de referencia hacia el lugar que habitaban.
-Prácticamente desde el inicio.
Respondió el doctor dejando el vaso sobre la mesa se levantó de los cojines y salió de la instancia por la puerta que conducía a las aguas termales.
-¿Qué motivo te traen a esta ciudad, Nayelis? -Preguntó con voz afable el monje. -Problemas con la ley o con la familia.
Mientras el moreno daba conversación a la mujer, el rubio se dedicaba a limpiar el suelo de su patio trasero y la joven vampiresa dibujaba tranquilamente en su libreta, sentada en la mesa del médico. A Sena le gustaba pasar tiempo con sus tíos y siempre aprendía cosas nuevas con ellos, aunque echaba de menos a su mama, pero ella sabía que volvería pronto, su sangre así lo decía.
-Buscas algo en especial, ¿Te interesa conocer algún lugar de la ciudad?
Gali seguía dándole conversación a la mujer, estaba sentando en posición de loto y el moreno había movido ni un ápice su cuerpo desde entonces, con excepción de las manos, las cuales utilizaba para acercar el té a su boca o para hacer algún gesto en medio de la charla.
-Si quieres puedo guiarte.
Gali sonreía tranquilo sobre los cojines y Go´el miraba hacia la ventana, con el vaso en los labios. A ambos parecía no impórtales el detalle de que la mujer hubiera cambiado la palabra de referencia hacia el lugar que habitaban.
-Prácticamente desde el inicio.
Respondió el doctor dejando el vaso sobre la mesa se levantó de los cojines y salió de la instancia por la puerta que conducía a las aguas termales.
-¿Qué motivo te traen a esta ciudad, Nayelis? -Preguntó con voz afable el monje. -Problemas con la ley o con la familia.
Mientras el moreno daba conversación a la mujer, el rubio se dedicaba a limpiar el suelo de su patio trasero y la joven vampiresa dibujaba tranquilamente en su libreta, sentada en la mesa del médico. A Sena le gustaba pasar tiempo con sus tíos y siempre aprendía cosas nuevas con ellos, aunque echaba de menos a su mama, pero ella sabía que volvería pronto, su sangre así lo decía.
-Buscas algo en especial, ¿Te interesa conocer algún lugar de la ciudad?
Gali seguía dándole conversación a la mujer, estaba sentando en posición de loto y el moreno había movido ni un ápice su cuerpo desde entonces, con excepción de las manos, las cuales utilizaba para acercar el té a su boca o para hacer algún gesto en medio de la charla.
-Si quieres puedo guiarte.
Última edición por Go´el el Mar Ago 20 2019, 12:42, editado 1 vez
Go'el
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Re: Llamame Nayelis [Privado] [Cerrado]
Parece que mi desliz con aquella palabra había caído en saco roto, y menos mal ya que no era de recibo por mi parte insultar la ciudad de mis cuidadores, al menos no delante de ellos. Para intentar cerrar el descuido di un pequeño sorbo a mi taza mientras escuchaba como Go´el preguntaba por mis asuntos. Sinceramente sería reacia a contar mis cosas y menos con dos recién conocidos, pero, a estas alturas, no pensé de ninguna manera que quisieran hacerme daño, y si lo intentaran obviamente no les dejaría.
-En cuanto a lo primero señor, digamos que no soy muy querida por Lunargenta y por otros lugares más extravagantes del continente. Realmente me paso la vida caminando de un lado a otro sin poder permitirme el lujo de llamar a algún sitio hogar, y todo, por ser diferente al resto.- Dije omitiendo el dato de Hekshold- Como ha podido ver, allá donde huya siempre hay alguien que me reconoce...y para mal. Digamos que no he tenido mucha suerte, al contrario que vos, pues parecéis un hombre ya asentado, con negocio propio y que disfruta de su trabajo ¿no?. No se si entiende lo que le quiero decir
En el momento que había preguntado por mi familia apreté un poco de más la taza con las manos para responder con un tajante -No, no tengo familia ni problemas asociados.
Di un largo trago a la taza para continuar respondiendo a Go´el.-En cuanto a lo primero señor, digamos que no soy muy querida por Lunargenta y por otros lugares más extravagantes del continente. Realmente me paso la vida caminando de un lado a otro sin poder permitirme el lujo de llamar a algún sitio hogar, y todo, por ser diferente al resto.- Dije omitiendo el dato de Hekshold- Como ha podido ver, allá donde huya siempre hay alguien que me reconoce...y para mal. Digamos que no he tenido mucha suerte, al contrario que vos, pues parecéis un hombre ya asentado, con negocio propio y que disfruta de su trabajo ¿no?. No se si entiende lo que le quiero decir
En el momento que había preguntado por mi familia apreté un poco de más la taza con las manos para responder con un tajante -No, no tengo familia ni problemas asociados.
-Si, la verdad es que he venido a esta ciudad buscando...conocimientos. Siempre he sido una interesada en todo tipo de artes, medicina, arqueología, magia, historia...y me han llegado rumores de que en esta ciudad al menos puedo encontrar alguna de estas cosas...por un precio claro está. Si usted conociera algún lugar donde pueda obtener dichos saberes le agradecería mucho que me condujera hacia ellos- Puntualicé- Y no, no me refiero a una biblioteca convencional precisamente...estoy segura de que por estos lares habrá alguien especializado en estos temas que le he nombrado...al fin y al cabo como ha visto, no soy como los demás
Me levanté de mi sitio y me dirigí hacia la puerta de la clínica, con la intención de salir.
-¿Y que me puede contar de usted señor? Su vocación debe ser muy fuerte para tratar con enfermos y heridos..no se suelen encontrar médicos de su clase por Lunargenta
Me levanté de mi sitio y me dirigí hacia la puerta de la clínica, con la intención de salir.
-¿Y que me puede contar de usted señor? Su vocación debe ser muy fuerte para tratar con enfermos y heridos..no se suelen encontrar médicos de su clase por Lunargenta
Nayelis
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Re: Llamame Nayelis [Privado] [Cerrado]
Go´el entendía perfectamente el sentimiento de Nayelis. Él había estado viajando durante más de una década, visitando ciudades, pueblos y villas, y saliendo de todas ellas dejando un reguero de sangre a su paso. A veces se iba sin que los lugareños se enteraran de que él era el causante de las muertes, pero en la mayoría de sitios tocaba correr.
No había un lugar sobre esta inculta tierra donde el galeno no fuera repudiado por sus "satánicos" experimentos, o... al menos no lo había hasta ahora.
Desde la formación de ciudad Lagarto, Go´el no había necesitado moverse de allí, nadie se metía en sus asuntos, nadie lo buscaba con una antorcha en la mano en medio de la noche, al contrario. Su nombre ahora tenía un significado, lentamente se iba conociendo en más lugares y la gente lo buscaba a él o a sus termas.
Estaba el rumor de que todo aquello era debido a la influencia familiar con una de las cabezas más influyentes de la ciudad, pero claro... todos sabemos que no es bueno creer los rumores se cuentan a escondidas en los rincones oscuros de las tabernas.
Go´el sonrió con soberbia y emoción al escuchar los motivos que habían traído a la bruja a la ciudad del pecado.
-Estas en lo cierto, de niño sentí la llamada por la medicina y la ciencia. -El rubio se levantó. -Si lo que buscas son tratados "prohibidos" -puntualizo con ironía moviendo dos dedos en cada una de sus manos. -de medicina. Estas en el lugar correcto, es raro encontrar a alguien que quiera ver la medicina desde un prisma distinto al que dictan las leyes. Espera aquí. -El científico se dirigió hacia la puerta que conducía a su estudio y antes de abrir dijo. -Sena, aléjate de la puerta.
El dragón esperó a que su sobrina retrocediera hacia la esquina donde no llegaba la luz diurna y después entró en la instancia. En cuanto lo hizo y cerró la puerta, la niña corrió a abrazar a su tío y a este le cambiaron las facciones a unas tiernas y cariñosas. Era como si el dragón hubiera interiorizado que aquella vampiresa era una extensión de su querida prima.
-¿Cuándo vendrá mama?
Preguntaba con voz inocente, la joven.
-Pronto, cariño. Mama Oromë llegara pronto.
Go´el acaricio los cabellos de niña y sonrió mientras se separaba.
Aquello era inaudito, ¿desde cuándo el galeno de ciudad Lagarto tenia sentimientos? Pues desde siempre, lo único que sucedía era que el resto del planeta no eran Oromë ni Sena. Ni siquiera Gali gozaba de tamaña cercanía y demostración de sentimientos.
-Osaba, -Sena llamó tío a Go´el en su idioma natal y este ensancho la sonrisa. -tengo hambre.
-Vale, ven. -El rubio cogió el candil de la mesa y abrió la puerta a su laboratorio secreto. -Tienes al elfo en la tercera puerta y recuerda dejar algo para la cena.
La joven rio como la niña que era, corrió hacia la tercera puerta del armario y un vapor frio salió del interior junto al cadáver de un elfo.
-Y cierra bien cuando termines, ya sabes que a tu tío no le gusta que las puertas queden abierta.
La niña asintió y Go´el volvió al estudio, pasó sus dedos por los libros de la estantería y tras escoger un tomo agarró, pluma, tinta y papel, para regresar junto a la bruja.
-Aquí tienes, espero que este volumen sea de tu interés. Aunque me temo que no puedes llevártelo, pero si gustas puedes transcribir todo lo que desees.
El galeno cerró la puerta tras de sí mientras hablaba y caminó hacia la mujer de la sala, dejando el voluminoso tomo sobre la mesa.
No había un lugar sobre esta inculta tierra donde el galeno no fuera repudiado por sus "satánicos" experimentos, o... al menos no lo había hasta ahora.
Desde la formación de ciudad Lagarto, Go´el no había necesitado moverse de allí, nadie se metía en sus asuntos, nadie lo buscaba con una antorcha en la mano en medio de la noche, al contrario. Su nombre ahora tenía un significado, lentamente se iba conociendo en más lugares y la gente lo buscaba a él o a sus termas.
Estaba el rumor de que todo aquello era debido a la influencia familiar con una de las cabezas más influyentes de la ciudad, pero claro... todos sabemos que no es bueno creer los rumores se cuentan a escondidas en los rincones oscuros de las tabernas.
Go´el sonrió con soberbia y emoción al escuchar los motivos que habían traído a la bruja a la ciudad del pecado.
-Estas en lo cierto, de niño sentí la llamada por la medicina y la ciencia. -El rubio se levantó. -Si lo que buscas son tratados "prohibidos" -puntualizo con ironía moviendo dos dedos en cada una de sus manos. -de medicina. Estas en el lugar correcto, es raro encontrar a alguien que quiera ver la medicina desde un prisma distinto al que dictan las leyes. Espera aquí. -El científico se dirigió hacia la puerta que conducía a su estudio y antes de abrir dijo. -Sena, aléjate de la puerta.
El dragón esperó a que su sobrina retrocediera hacia la esquina donde no llegaba la luz diurna y después entró en la instancia. En cuanto lo hizo y cerró la puerta, la niña corrió a abrazar a su tío y a este le cambiaron las facciones a unas tiernas y cariñosas. Era como si el dragón hubiera interiorizado que aquella vampiresa era una extensión de su querida prima.
-¿Cuándo vendrá mama?
Preguntaba con voz inocente, la joven.
-Pronto, cariño. Mama Oromë llegara pronto.
Go´el acaricio los cabellos de niña y sonrió mientras se separaba.
Aquello era inaudito, ¿desde cuándo el galeno de ciudad Lagarto tenia sentimientos? Pues desde siempre, lo único que sucedía era que el resto del planeta no eran Oromë ni Sena. Ni siquiera Gali gozaba de tamaña cercanía y demostración de sentimientos.
-Osaba, -Sena llamó tío a Go´el en su idioma natal y este ensancho la sonrisa. -tengo hambre.
-Vale, ven. -El rubio cogió el candil de la mesa y abrió la puerta a su laboratorio secreto. -Tienes al elfo en la tercera puerta y recuerda dejar algo para la cena.
La joven rio como la niña que era, corrió hacia la tercera puerta del armario y un vapor frio salió del interior junto al cadáver de un elfo.
-Y cierra bien cuando termines, ya sabes que a tu tío no le gusta que las puertas queden abierta.
La niña asintió y Go´el volvió al estudio, pasó sus dedos por los libros de la estantería y tras escoger un tomo agarró, pluma, tinta y papel, para regresar junto a la bruja.
-Aquí tienes, espero que este volumen sea de tu interés. Aunque me temo que no puedes llevártelo, pero si gustas puedes transcribir todo lo que desees.
El galeno cerró la puerta tras de sí mientras hablaba y caminó hacia la mujer de la sala, dejando el voluminoso tomo sobre la mesa.
Go'el
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Re: Llamame Nayelis [Privado] [Cerrado]
Esbocé una leve sonrisa al ver que el tema le había emocionado de alguna manera. No solía encontrarme mucha gente que le gustara conocer "cosas que no estaban permitidas" por así decirlo. La verdad es que el galeno se ofreció a ayudarme, en su campo como era obvio.
-Si bueno...-le respondí- La verdad es que el conocimiento médico es algo que me ha llamado la atención en mis viajes. Es algo que nunca está de más saber, y la verdad, te agradezco que me ayudes...pero también buscaba saberes un tanto " no científicos" propiamente. Imagino que vos sois hombre de ciencia, por ello ejercéis la medicina, pero yo como podéis ver ejerzo otros saberes..y bueno, quería preguntarle si conoce algún lugar en la ciudad donde pueda ampliar mis conocimientos mágicos...pues de medicina, parece que he dado con un buen maestro.- finalicé mis palabras dejando el vaso junto la tetera.
El galeno me dijo que esperara. Podía estar tranquilo, no me iba a ir a ningún sitio, pues ¿a donde iba a ir?. Bueno realmente tenía tareas que hacer en aquella ciudad pero creo que podía pasar un rato más con aquel caballero. No tardó mucho en hacer lo que tuviera que hacer, y volvió junto a mi a los pocos minutos. Me ofreció tinta y papel para hacer un duplicado de un volumen que, según él, espera que pudiera interesarme
-Te agradezco la ayuda Galeno, de hecho y perdóname si parezco una maleducada ¿porque tanta ayuda con alguien desconocida? Entiendo que hemos concordado en gustos, al menos, en uno en particular...pero no creo que sea conveniente que me deis tantas facilidades, y más sabiendo la ciudad, que me encuentro en ella. No sería la primera vez que algún ciudadano la toma en contra de mis benefactores y pueda plantársele una turba campesina a la entrada de su clínica. -dije con tono serio pero con cierto atisbo de preocupación.
Eché un vistazo al volumen, cogí la pluma y el papel y empecé a recoger la información que pudiera servirme para mi propósito. Mientras escribía sin quitar la vista del pergamino le pregunté a Go´el.
-¿No teme tener a una "bruja asesina aquí? -dije en base a las acusaciones típicas que se me atribuían.-Supongo que no, pues ya habría intentado hacerme algo...debe ser que confía en mi ¿no? - dije volviendo a posar la vista en la transcripción.
-Si bueno...-le respondí- La verdad es que el conocimiento médico es algo que me ha llamado la atención en mis viajes. Es algo que nunca está de más saber, y la verdad, te agradezco que me ayudes...pero también buscaba saberes un tanto " no científicos" propiamente. Imagino que vos sois hombre de ciencia, por ello ejercéis la medicina, pero yo como podéis ver ejerzo otros saberes..y bueno, quería preguntarle si conoce algún lugar en la ciudad donde pueda ampliar mis conocimientos mágicos...pues de medicina, parece que he dado con un buen maestro.- finalicé mis palabras dejando el vaso junto la tetera.
El galeno me dijo que esperara. Podía estar tranquilo, no me iba a ir a ningún sitio, pues ¿a donde iba a ir?. Bueno realmente tenía tareas que hacer en aquella ciudad pero creo que podía pasar un rato más con aquel caballero. No tardó mucho en hacer lo que tuviera que hacer, y volvió junto a mi a los pocos minutos. Me ofreció tinta y papel para hacer un duplicado de un volumen que, según él, espera que pudiera interesarme
-Te agradezco la ayuda Galeno, de hecho y perdóname si parezco una maleducada ¿porque tanta ayuda con alguien desconocida? Entiendo que hemos concordado en gustos, al menos, en uno en particular...pero no creo que sea conveniente que me deis tantas facilidades, y más sabiendo la ciudad, que me encuentro en ella. No sería la primera vez que algún ciudadano la toma en contra de mis benefactores y pueda plantársele una turba campesina a la entrada de su clínica. -dije con tono serio pero con cierto atisbo de preocupación.
Eché un vistazo al volumen, cogí la pluma y el papel y empecé a recoger la información que pudiera servirme para mi propósito. Mientras escribía sin quitar la vista del pergamino le pregunté a Go´el.
-¿No teme tener a una "bruja asesina aquí? -dije en base a las acusaciones típicas que se me atribuían.-Supongo que no, pues ya habría intentado hacerme algo...debe ser que confía en mi ¿no? - dije volviendo a posar la vista en la transcripción.
Nayelis
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Re: Llamame Nayelis [Privado] [Cerrado]
El doctor se quedó observando que páginas del libro interesaban a la mujer, al mismo tiempo, se tocaba distraído el labio inferior; lo pellizcaba o acariciaba mientras pensaba la información que la bruja le había pedido.
-Magia... -Murmuró. -Hay una mujer cerca del mercado que tiene un puesto esotérico. Igual ella puede darte más información. -Go´el se rascó la patilla. -¿Y porque no?
El rubio no comprendía la finalidad de la pregunta de Nayelis. La bruja estaba pidiendo algo que él podía ofrecerle, ¿Porque no iba hacerlo? los argumentos que ella daba le parecían superfluos e ilógicos.
-Esta ciudad es como cualquier otra, con la diferencia de que aquí no se ocultan los problemas ni se manda llamar a la guardia para que se deshaga de los vagabundos. Todos somos asesinos, -Concluyó el dragón, cambiando de tema. -lo que cambia es la moralidad de la gente. A un campesino no le importa matar un cerdo para comer o a su perro porque este no pudo atrapar a la liebre de la mañana. Le parece justo y normal deshacerse del toro embravecido que mató a dos machos que estaban siendo preparados para juntarlos con las mejores vacas, solo por el hecho de que al campesino le pareció un agravio que el animal echara a perder sus planes. -El hombre explicaba sus razonamientos mirando a la mujer y desviando de vez el cuándo la vista hacia el movimiento de la pluma. -La moralidad es solo una bonita historia que la sociedad se cuenta para no sentirse culpables al matar a un ser inferior. Una mentira que se cuentan unos a otros para poder seguir con su día a día, sabiendo que lo que hicieron no está mal porque hay gente hace cosas peores, como asesinar a mujeres o niños. -Go´el caminó hacia la puerta de salida al ver que la bruja terminaba de escribir. -Solo se puede confiar en las verdades inmutables. El mundo está siempre en constante cambio ¿Te fiarías de un árbol para volver de nuevo al camino? ¿Te fiarías de que un camino siguiera ahí después de 20 años? En cualquier momento ese árbol puede desaparecer y el camino dejar de existir. -El hombre abrió la puerta y esperó a que la mujer le siguiera. -Vamos, te llevare con la bruja del mercado.
-Magia... -Murmuró. -Hay una mujer cerca del mercado que tiene un puesto esotérico. Igual ella puede darte más información. -Go´el se rascó la patilla. -¿Y porque no?
El rubio no comprendía la finalidad de la pregunta de Nayelis. La bruja estaba pidiendo algo que él podía ofrecerle, ¿Porque no iba hacerlo? los argumentos que ella daba le parecían superfluos e ilógicos.
-Esta ciudad es como cualquier otra, con la diferencia de que aquí no se ocultan los problemas ni se manda llamar a la guardia para que se deshaga de los vagabundos. Todos somos asesinos, -Concluyó el dragón, cambiando de tema. -lo que cambia es la moralidad de la gente. A un campesino no le importa matar un cerdo para comer o a su perro porque este no pudo atrapar a la liebre de la mañana. Le parece justo y normal deshacerse del toro embravecido que mató a dos machos que estaban siendo preparados para juntarlos con las mejores vacas, solo por el hecho de que al campesino le pareció un agravio que el animal echara a perder sus planes. -El hombre explicaba sus razonamientos mirando a la mujer y desviando de vez el cuándo la vista hacia el movimiento de la pluma. -La moralidad es solo una bonita historia que la sociedad se cuenta para no sentirse culpables al matar a un ser inferior. Una mentira que se cuentan unos a otros para poder seguir con su día a día, sabiendo que lo que hicieron no está mal porque hay gente hace cosas peores, como asesinar a mujeres o niños. -Go´el caminó hacia la puerta de salida al ver que la bruja terminaba de escribir. -Solo se puede confiar en las verdades inmutables. El mundo está siempre en constante cambio ¿Te fiarías de un árbol para volver de nuevo al camino? ¿Te fiarías de que un camino siguiera ahí después de 20 años? En cualquier momento ese árbol puede desaparecer y el camino dejar de existir. -El hombre abrió la puerta y esperó a que la mujer le siguiera. -Vamos, te llevare con la bruja del mercado.
Go'el
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Re: Llamame Nayelis [Privado] [Cerrado]
-¿Una mujer?- dije con cierta sorpresa. La verdad es que dicho negocio podía ayudarme en la búsqueda de conocimiento, y si el esoterismo pudiera aportarme algo de información, por mínima que fuera, el viaje habría valido la pena. Le devolví el utensilio de escritura al doctor mientras guardaba en uno de los bolsillos de mi vestido el papel escrito. Tras eso escuché las palabras del doctor con atención, asintiendo de vez en cuando con la cabeza.
-Parece que estamos de acuerdo en la visión moral de estas gentes señor. La verdad es que esta ciudad me impresiona, y para bien. Cosa que no suelo decir de ningún sitio..un lugar donde no juzgues y no serás juzgado. En Lunargenta tienen motivos para aplicar su propia "moralidad" ocultándola de civismo y buenas palabras. Creo que encontrarme con usted, galeno, ha sido lo mejor que podía pasarme en esta ciudad..no siempre se logra tanto de un desconocido y le agradezco su ayuda y modestia- finalicé dirigiéndome al umbral de la puerta de salida junto al galeno.
Una vez fuera procedí a responderle a una de sus últimas cuestiones.
-No me fío ni de mi sombra, pero eso no impide tener cierto decoro ¿no cree?- dije mirando a la calle- ¿Por donde ahora?
La verdad es que tenía ganas de conocer aquel "negocio" donde la mujer mencionada por Go ´el pudiera darme información, y de paso, saber algo más de mi amistoso anfitrión. No podía ser todo oro lo que relucía, y en una ciudad de ladrones, el mentiroso es rey.
-Parece que estamos de acuerdo en la visión moral de estas gentes señor. La verdad es que esta ciudad me impresiona, y para bien. Cosa que no suelo decir de ningún sitio..un lugar donde no juzgues y no serás juzgado. En Lunargenta tienen motivos para aplicar su propia "moralidad" ocultándola de civismo y buenas palabras. Creo que encontrarme con usted, galeno, ha sido lo mejor que podía pasarme en esta ciudad..no siempre se logra tanto de un desconocido y le agradezco su ayuda y modestia- finalicé dirigiéndome al umbral de la puerta de salida junto al galeno.
Una vez fuera procedí a responderle a una de sus últimas cuestiones.
-No me fío ni de mi sombra, pero eso no impide tener cierto decoro ¿no cree?- dije mirando a la calle- ¿Por donde ahora?
La verdad es que tenía ganas de conocer aquel "negocio" donde la mujer mencionada por Go ´el pudiera darme información, y de paso, saber algo más de mi amistoso anfitrión. No podía ser todo oro lo que relucía, y en una ciudad de ladrones, el mentiroso es rey.
Nayelis
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Re: Llamame Nayelis [Privado] [Cerrado]
Los dos rubios salieron de la tienda y pusieron rumbo al puesto esotérico, eso sí, el galeno dio un par de vueltas antes de llegar a la plaza. Cada día se conocía una calle nueva y tardaba menos en llegar a los sitios, pero el sentido de la orientación de este dragón era conocido por rozar los límites de lo inútil.
La plaza, a diferencia de lo que pueda pensarse, estaba llena pequeños puestos, organizados uno al lado de otros y llenos de diversos artículos conseguidos legalmente según las leyes de la propia ciudad. Un par de pillastres correteaban por el puesto de las frutas, el mayor había sacado un cuchillo y se peleaba con el tendero, mientras la pequeña cogía un par de peras y salía corriendo. En el otro extremo un platero le explicaba a su cliente porque la joya que tenía en las manos se había oscurecido en lugar de mantener su pulido y brillo original. Situaciones normales y totalmente legales en ciudad Lagarto.
Al llegar a la mitad de la plaza Go´el giró a la derecha y se metió por una pequeña calleja donde había paradas más pequeñas. En el fondo una parada carente de clientela enmarcaba a una anciana con capucha.
-Maribel. -Pronunció el rubio cuando estuvo junto a la tienda. -Te traigo una posible clienta. Dice querer conocimientos sobre artes mágicas... no cualificadas por la escuela de brujos.
La plaza, a diferencia de lo que pueda pensarse, estaba llena pequeños puestos, organizados uno al lado de otros y llenos de diversos artículos conseguidos legalmente según las leyes de la propia ciudad. Un par de pillastres correteaban por el puesto de las frutas, el mayor había sacado un cuchillo y se peleaba con el tendero, mientras la pequeña cogía un par de peras y salía corriendo. En el otro extremo un platero le explicaba a su cliente porque la joya que tenía en las manos se había oscurecido en lugar de mantener su pulido y brillo original. Situaciones normales y totalmente legales en ciudad Lagarto.
Al llegar a la mitad de la plaza Go´el giró a la derecha y se metió por una pequeña calleja donde había paradas más pequeñas. En el fondo una parada carente de clientela enmarcaba a una anciana con capucha.
-Maribel. -Pronunció el rubio cuando estuvo junto a la tienda. -Te traigo una posible clienta. Dice querer conocimientos sobre artes mágicas... no cualificadas por la escuela de brujos.
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Re: Llamame Nayelis [Privado] [Cerrado]
Seguí a mi anfitrión a la salida de la Clínica hasta llegar a la plaza de la ciudad. Ciertamente me recordaba a Lunargenta...debía ser porque fue la única ciudad donde pasé tiempo realmente frente a las otras donde apenas tenía tiempo ni para pasarme por el mercado. Ahora caminaba junto a él, sin capa ni nada, con todo mi esplendor por así decirlo. Parecía más una rica acaudalada que una bruja propiamente.Sin embargo no puede evitar sonreír por unos breves instantes al escuchar el griterío de los puestos o los consejos de un humilde platero a un cliente..situaciones cotidianas que también echaba de menos.
Una vez llegados a la mitad de aquella plaza, torcimos rumbo hacia una callejuela donde estaba aquel pequeño emporio esotérico ahora sin clientes aparentemente. No me dio demasiada buena espina a primera vista, pero me fiaba del criterio de la persona que hasta ahora me había ayudado. La anciana que regentaba el puesto se llamaba Maribel y Goél le expuso mi demanda, a lo que yo continué.
-He venido por dichos saberes que podrían calificarse de poco ortodoxos, y según tengo entendido, usted quizás pueda darme algo de luz a tanta duda. Busco magia el paradero de magia poderosa, prohibida para que nos entendamos. ¿Usted puede facilitarme ayuda o no? -dije con un tono seco pero intentando se amable,
No era amiga de las charlatanas, y esperaba, que esta no fuera una. Aún así debería de darle las gracias a Go´el siempre y cuando no hubiera sido una pérdida de tiempo. Pero bueno, me ha ayudado al menos, cosa que de por si ya me extrañaba.
-Si es por el dinero, le pagaré generosamente, pero necesito saber sobre magias de carácter destructivo. Mi magia es fuerte, pero no lo suficiente- dije enseñando mi mano pero sin sacar el líquido negro de ella. -Necesito mejorar. ¿Que puede decirme? o mejor ¿Donde puedo encontrar más información?
Una vez llegados a la mitad de aquella plaza, torcimos rumbo hacia una callejuela donde estaba aquel pequeño emporio esotérico ahora sin clientes aparentemente. No me dio demasiada buena espina a primera vista, pero me fiaba del criterio de la persona que hasta ahora me había ayudado. La anciana que regentaba el puesto se llamaba Maribel y Goél le expuso mi demanda, a lo que yo continué.
-He venido por dichos saberes que podrían calificarse de poco ortodoxos, y según tengo entendido, usted quizás pueda darme algo de luz a tanta duda. Busco magia el paradero de magia poderosa, prohibida para que nos entendamos. ¿Usted puede facilitarme ayuda o no? -dije con un tono seco pero intentando se amable,
No era amiga de las charlatanas, y esperaba, que esta no fuera una. Aún así debería de darle las gracias a Go´el siempre y cuando no hubiera sido una pérdida de tiempo. Pero bueno, me ha ayudado al menos, cosa que de por si ya me extrañaba.
-Si es por el dinero, le pagaré generosamente, pero necesito saber sobre magias de carácter destructivo. Mi magia es fuerte, pero no lo suficiente- dije enseñando mi mano pero sin sacar el líquido negro de ella. -Necesito mejorar. ¿Que puede decirme? o mejor ¿Donde puedo encontrar más información?
Nayelis
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Re: Llamame Nayelis [Privado] [Cerrado]
La mercante sonrió por debajo de la capucha, con voz anciana y tremola levantó la cabeza y observo a Nayelis.
-Bruja... sí, pero joven e inexperta. Con ciertas cualidades para cambiar el sino de lo material. -La anciana mujer cogió entre sus dos manos la mano de la rubia. -Con la tenacidad requerida para que los elementos la obedezcan... si, -Maribel desvió la mirada hacia el galeno. -veo potencial en ella muchacho. Ayuda necesita, como cualquier otro principiante. Buscas destruir, -Enfatizó la mercader mirando de nuevo a Nayelis. -¿pero para qué?
Una de las paredes de la calleja comenzó a moverse sin que Maribel soltase la mano de su clienta, los ladrillos obedecían una voz silenciosa que los manipulaba y les ordenaba dejar de ser sólidos. Les exigía que se unieran y se volvieran cónicos, que se alargaran y deformaran hasta formar lanza que avanzaba lentamente hacia Go´el y Nayelis.
El dragón observaba inmóvil aquel fenómeno, los ladrillos lo esquivaron como si fuera un mero árbol en el camino, se movieron serpenteantes rodeando el cuerpo de Go´el y se quedaron parados a centímetros de su acompañante.
-Dime Nayelis, -Maribel reanudo la conversación. -¿porque buscas poder?
La bruja mercante no se había movido en todo el día de su puesto, pero sabía el nombre de quien tenía delante. Ella siempre se enteraba de todo.
Sin soltar las manos de la rubia, Maribel hizo levitar una pera jugosa que reposaba sobre un cajón y la acercó a su boca para darle un mordisco.
-Bruja... sí, pero joven e inexperta. Con ciertas cualidades para cambiar el sino de lo material. -La anciana mujer cogió entre sus dos manos la mano de la rubia. -Con la tenacidad requerida para que los elementos la obedezcan... si, -Maribel desvió la mirada hacia el galeno. -veo potencial en ella muchacho. Ayuda necesita, como cualquier otro principiante. Buscas destruir, -Enfatizó la mercader mirando de nuevo a Nayelis. -¿pero para qué?
Una de las paredes de la calleja comenzó a moverse sin que Maribel soltase la mano de su clienta, los ladrillos obedecían una voz silenciosa que los manipulaba y les ordenaba dejar de ser sólidos. Les exigía que se unieran y se volvieran cónicos, que se alargaran y deformaran hasta formar lanza que avanzaba lentamente hacia Go´el y Nayelis.
El dragón observaba inmóvil aquel fenómeno, los ladrillos lo esquivaron como si fuera un mero árbol en el camino, se movieron serpenteantes rodeando el cuerpo de Go´el y se quedaron parados a centímetros de su acompañante.
-Dime Nayelis, -Maribel reanudo la conversación. -¿porque buscas poder?
La bruja mercante no se había movido en todo el día de su puesto, pero sabía el nombre de quien tenía delante. Ella siempre se enteraba de todo.
Sin soltar las manos de la rubia, Maribel hizo levitar una pera jugosa que reposaba sobre un cajón y la acercó a su boca para darle un mordisco.
Go'el
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