Navegando entre aguas embrujadas. [Libre] [Samhain 2019] [3/3]
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Navegando entre aguas embrujadas. [Libre] [Samhain 2019] [3/3]
Entre las calles de Beltrexus, en las fechas del Samhain, se cuentan historias de fantasmas para asustar a los niños, pero más lejos de ahí. En las costas de las islas, se hablan de hitos de muertos, cuentos de maldiciones y embrujos.
Algunos grumetes asustados dejan las aguas en estas épocas, solo los piratas más experimentados aprovechan para sacar todo lo que el mar les pueda dar. La más famosa de estas historias, casi roza la realidad según los marineros. La historia de Doug el maldito.
Un pirata atrevido, grosero y codicioso aún más que cualquier otro hombre de mar. A lo largo de su vida se ganó distintos apodos, primero fue Doug el osado, pero tanta valentía pronto le costaría algo, así se volvió Doug el tuerto. Para este hombre no existía tal cosa como el respeto a lo ajeno, robó tanto como pudo durante su vida, asaltó montones de embarcaciones, pueblos o puertos. Casi nunca pisaba tierra, mantenía sus tesoros en su barco. Algo que siempre llamaba a alguien más vivo y codicioso que él.
Luego de un intento de robarle sus tesoros, pasó a llamarse Doug el manco, de todas formas nada detuvo el coraje del capitán, siguió en sus andadas. De las pocas veces que pisó Beltrexus, se vio con una bruja la cuál se leería su futuro. El pronostico era que terminaría bajo el mar apuñalado por todos los que algún día robó. A tal persona no le gustaría esas palabras. Molesto saqueó y mató a la bruja, robó un talismán, con el último suspiro de la bruja, maldijo a pirata. A los pocos días, empezó a enflaquecer.
Poco a poco se volvió un flaco, un desnutrido, su cabello empezó a caer y sus dientes a pudrirse, pero su espíritu nunca se fue de su maldicho cuerpo. Tan desgastado y derruido se hallaba, que quien lo viese creería que estaría viendo un fantasma. Hasta el sol de hoy, se hablan de sus apariciones en fechas del Samhain, buscando seguir la mala vida de usurero, intenta hacerse más rico con los incautos que naden en sus aguas embrujadas. Aunque fuese el hombre más rico del mundo, jamás hacía nada con el dinero.
La mayoría de los piratas que conocen esta historia se alejan del peligro. Pero nada que ver con Tobias Pharra. La gente no sabe si es porque no teme a las historias, su sed de aventura y riquezas, o simplemente es tonto.
Se encuentra en alguna costa de las islas preparando a su tripulación para lo que quizá sea su mayor asalto marítimo. La noche comenzaba a acurrucarse sobre el cielo, dejando algunos pequeños rayos de luz encima del así llamado ''sereno'', los vientos ondeaban el cabello del capitán, que se posaba en la cubierta del barco preparado para dar un discurso. — Marineros, hoy volveremos ricos o muertos...
Algunos grumetes asustados dejan las aguas en estas épocas, solo los piratas más experimentados aprovechan para sacar todo lo que el mar les pueda dar. La más famosa de estas historias, casi roza la realidad según los marineros. La historia de Doug el maldito.
Un pirata atrevido, grosero y codicioso aún más que cualquier otro hombre de mar. A lo largo de su vida se ganó distintos apodos, primero fue Doug el osado, pero tanta valentía pronto le costaría algo, así se volvió Doug el tuerto. Para este hombre no existía tal cosa como el respeto a lo ajeno, robó tanto como pudo durante su vida, asaltó montones de embarcaciones, pueblos o puertos. Casi nunca pisaba tierra, mantenía sus tesoros en su barco. Algo que siempre llamaba a alguien más vivo y codicioso que él.
Luego de un intento de robarle sus tesoros, pasó a llamarse Doug el manco, de todas formas nada detuvo el coraje del capitán, siguió en sus andadas. De las pocas veces que pisó Beltrexus, se vio con una bruja la cuál se leería su futuro. El pronostico era que terminaría bajo el mar apuñalado por todos los que algún día robó. A tal persona no le gustaría esas palabras. Molesto saqueó y mató a la bruja, robó un talismán, con el último suspiro de la bruja, maldijo a pirata. A los pocos días, empezó a enflaquecer.
Poco a poco se volvió un flaco, un desnutrido, su cabello empezó a caer y sus dientes a pudrirse, pero su espíritu nunca se fue de su maldicho cuerpo. Tan desgastado y derruido se hallaba, que quien lo viese creería que estaría viendo un fantasma. Hasta el sol de hoy, se hablan de sus apariciones en fechas del Samhain, buscando seguir la mala vida de usurero, intenta hacerse más rico con los incautos que naden en sus aguas embrujadas. Aunque fuese el hombre más rico del mundo, jamás hacía nada con el dinero.
La mayoría de los piratas que conocen esta historia se alejan del peligro. Pero nada que ver con Tobias Pharra. La gente no sabe si es porque no teme a las historias, su sed de aventura y riquezas, o simplemente es tonto.
Se encuentra en alguna costa de las islas preparando a su tripulación para lo que quizá sea su mayor asalto marítimo. La noche comenzaba a acurrucarse sobre el cielo, dejando algunos pequeños rayos de luz encima del así llamado ''sereno'', los vientos ondeaban el cabello del capitán, que se posaba en la cubierta del barco preparado para dar un discurso. — Marineros, hoy volveremos ricos o muertos...
Última edición por Tobias Pharra el Jue Nov 21 2019, 14:57, editado 1 vez
Tobias Pharra
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Re: Navegando entre aguas embrujadas. [Libre] [Samhain 2019] [3/3]
A su vez tan cerca y tan lejos...el pueblo de Beltrexus, lo tuvo delante y no fue capaz de adentrarse entre sus calles. ¿Qué le pasaba? ¿Se estaba volviendo una cobarde? No, más bien, el sitio no tenía muy buena pinta para cuando ella llegó. El ambiente estaba enrarecido de alguna forma podía oler hierbas quemándose y el fuego de las velas jugueteando con la brisa del viento...''No'', se dijo a sí misma, ''...no es el momento''. Realmente pensaba que allí obtendría respuestas después de tantos años vagando, necesitaba quitarse ese dolor del pecho de alguna forma...y su respuesta vino en forma de marinero.
-Tenemos que ir al barco, el capitán nos espera -Escuchó atentamente a ambos hombres hablando, uno de ellos rechoncho, el otro más corpulento pero ambos con la piel morena de haber pasado largas horas al sol y las ropas algo desgastadas.
Una luz se encendió en la mente de la elfa, que por algún motivo se le ocurrió una disparatada idea. Hacia mucho tiempo que no aprendía alguna que otra cosa nueva...y estaba más sola que la una, ''¿Por qué no?'', sonriéndose a sí misma se convenció, hasta que le vino un pensamiento a la cabeza: ''Una mujer en un barco...''.
Tenía que darse prisa en reaccionar, pues los hombres se iban caminando y no se pararían hasta llegar a su destino. Pensó rápido qué podía hacer y cortó parte de la tela que recubría su cuello, suficiente como para cubrir su cabellera rubia y parte de sus orejas, quiso mirarse a sí misma pero era obvio que no podía, se arriesgaría, así que...intentando parecer masculina y sin su melena a la vista, siguió a los susodichos un buen trecho.
Para su sorpresa el barco no era gran cosa, no era como los mercantiles de ciudades importantes...algo le decía que no se estaba metiendo en un buen sitio, pero en cuanto intentó irse, un hombre alto y fuerte la agarró de un brazo y le dijo:
-¡¿Dónde crees que vas?! -La chica abrió los ojos de par en par ante semejante hombre- ¡Responde!
-¡Al barco! -Gritó intentando poner voz de hombre, aunque el ''al'' casi le salió un poco chillón.
-¡¿En dirección contraria?! -Agarrándola del brazo, arrastró a lo que pensaba que era un muchacho hasta el barco.
Minutos después le soltó y la dejó sola, podía notar cómo ciertas miradas sospechosas se clavaban en ella...desde luego no tenía el mismo aspecto que ellos, su ropa estaba relativamente limpia.
-¡Hey! -Una fuerte mano sucia y enorme golpeó de tal forma su espalda que casi la tira de boca a la cubierta- ¡Qué flacucho estás! -Sin darse cuenta tenía al lado a uno de los que siguió antes, el rechoncho- ¿Eres nuevo?
-Claro, totalmente nuevo -El hombre le miró de forma extraña pero tras otra palmada en su espalda se fue a ayudar a los compañeros.
Rato después ya había investigado algún que otro lugar del barco, intentando no recibir más golpes o ser agarrada más veces, también dejó su carcaj y arco en un hueco...se preguntaba cuánto tiempo duraría aquel disfraz y en qué momento se le ocurrió la idea, pero ya no había marcha atrás:
-¡Todos a cubierta! ¡El capitán nos llama! -Al instante todos subieron a cubierta, ella incluida no sin antes hacerse un nudo en su garganta, ¿quién y cómo sería el capitán?
Lo descubrió minutos después, era la persona que más destacaba en cubierta y aunque ella estaba ''camuflada'' entre tanto hombre, su buena vista de elfa le permitía observar bien a aquel individuo. No era humano, eso seguro, tampoco elfo...''¿Qué es?''...esa piel azulada la desconcertaba y no pudo evitar mirarle fijamente, observando cada facción de su rostro y su ropa.
-...¿ricos o muertos? -Susurró, una palabra se le vino a la mente: ''piratas''. ¡Se había metido en un barco lleno de piratas! El corazón se le aceleró y esperó a las próximas palabras del supuesto Capitán, pensando en que la noche la amparase...porque no sabía cómo iba a salir de esa.
-Tenemos que ir al barco, el capitán nos espera -Escuchó atentamente a ambos hombres hablando, uno de ellos rechoncho, el otro más corpulento pero ambos con la piel morena de haber pasado largas horas al sol y las ropas algo desgastadas.
Una luz se encendió en la mente de la elfa, que por algún motivo se le ocurrió una disparatada idea. Hacia mucho tiempo que no aprendía alguna que otra cosa nueva...y estaba más sola que la una, ''¿Por qué no?'', sonriéndose a sí misma se convenció, hasta que le vino un pensamiento a la cabeza: ''Una mujer en un barco...''.
Tenía que darse prisa en reaccionar, pues los hombres se iban caminando y no se pararían hasta llegar a su destino. Pensó rápido qué podía hacer y cortó parte de la tela que recubría su cuello, suficiente como para cubrir su cabellera rubia y parte de sus orejas, quiso mirarse a sí misma pero era obvio que no podía, se arriesgaría, así que...intentando parecer masculina y sin su melena a la vista, siguió a los susodichos un buen trecho.
Para su sorpresa el barco no era gran cosa, no era como los mercantiles de ciudades importantes...algo le decía que no se estaba metiendo en un buen sitio, pero en cuanto intentó irse, un hombre alto y fuerte la agarró de un brazo y le dijo:
-¡¿Dónde crees que vas?! -La chica abrió los ojos de par en par ante semejante hombre- ¡Responde!
-¡Al barco! -Gritó intentando poner voz de hombre, aunque el ''al'' casi le salió un poco chillón.
-¡¿En dirección contraria?! -Agarrándola del brazo, arrastró a lo que pensaba que era un muchacho hasta el barco.
Minutos después le soltó y la dejó sola, podía notar cómo ciertas miradas sospechosas se clavaban en ella...desde luego no tenía el mismo aspecto que ellos, su ropa estaba relativamente limpia.
-¡Hey! -Una fuerte mano sucia y enorme golpeó de tal forma su espalda que casi la tira de boca a la cubierta- ¡Qué flacucho estás! -Sin darse cuenta tenía al lado a uno de los que siguió antes, el rechoncho- ¿Eres nuevo?
-Claro, totalmente nuevo -El hombre le miró de forma extraña pero tras otra palmada en su espalda se fue a ayudar a los compañeros.
Rato después ya había investigado algún que otro lugar del barco, intentando no recibir más golpes o ser agarrada más veces, también dejó su carcaj y arco en un hueco...se preguntaba cuánto tiempo duraría aquel disfraz y en qué momento se le ocurrió la idea, pero ya no había marcha atrás:
-¡Todos a cubierta! ¡El capitán nos llama! -Al instante todos subieron a cubierta, ella incluida no sin antes hacerse un nudo en su garganta, ¿quién y cómo sería el capitán?
Lo descubrió minutos después, era la persona que más destacaba en cubierta y aunque ella estaba ''camuflada'' entre tanto hombre, su buena vista de elfa le permitía observar bien a aquel individuo. No era humano, eso seguro, tampoco elfo...''¿Qué es?''...esa piel azulada la desconcertaba y no pudo evitar mirarle fijamente, observando cada facción de su rostro y su ropa.
-...¿ricos o muertos? -Susurró, una palabra se le vino a la mente: ''piratas''. ¡Se había metido en un barco lleno de piratas! El corazón se le aceleró y esperó a las próximas palabras del supuesto Capitán, pensando en que la noche la amparase...porque no sabía cómo iba a salir de esa.
Yenna
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Re: Navegando entre aguas embrujadas. [Libre] [Samhain 2019] [3/3]
–Elige uno –indicó Demian a su amigo Narfi, apuntando con un aire de orgullo hacia los barcos del embarcadero.
El más joven le miró con duda, llevándose una mano al cabello, quizás para ayudarse a pensar.
–Bueno... pero, ¿a qué te refieres con elegir uno? –quiso saber.
–No es una pregunta difícil, sólo elige el que más te guste, o simplemente toma un orden al azar.... –insiste Demian.
Narfi parece pensar por largos momentos sobre las alternativas disponibles, aunque finalmente estira un dedo para señalar un barco. Demian responde levantando una ceja. De las embarcaciones disponibles, parece la de peor reputación, pero quizás es eso lo que atrae al jovencito de cabello claro. Se supone que emprenderán un viaje para vivir alguna aventura, o al menos eso es lo que han acordado.
–Vale, pues será ese, pero... –le mira de pies a cabeza–... no creo que una túnica del Hekshold sea lo mejor para entrar allí.
Narfi asiente, aunque no parece muy molesto del hecho de tener que deshacerse de ella. Los siguientes minutos los chicos pasan haciendo algunas acomodaciones en su indumentaria.
Parten intercambiando las ropas de Narfi por las de un chico que encuentran en las cercanías. El otro muchacho acepta encantado, después de todo pierde sus maltrechas prendas por un fino uniforme al que podrá sacar buen dinero.
Demian ya está preparado para algo así y no necesita intercambiar ropas. Sus ropas normales son bastante sencillas y su armadura mágica suele estar escondida con ilusiones.
Terminan las preparaciones literalmente revolcando a Narfi en el polvo, hasta que deja de lucir como un orgulloso estudiante del Hekshold y hasta podría parecer un Gorrión.
Satisfechos (y con alguna ayuda de ilusiones por aquí y por allá), terminan dos chicos de apariencia humilde caminando hasta el barco al que varios hombres llegan. El lugar se ve agitado y hasta alguien parece dispuesto a realizar algún tipo de discurso.
Demian se acerca un poco para tratar de escuchar lo que se dice.
Demian
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Re: Navegando entre aguas embrujadas. [Libre] [Samhain 2019] [3/3]
Se levantó y con ademanes siguió su discurso alzando la voz, para que en el barco entero se escuchara. — Las leyendas hablan de un barco que naufraga y que celoso guarda sus tesoros. — El capitán sonrió codiciosamente. — Riquezas que pueden ser nuestras, el viaje es peligroso marineros. Las malas lenguas nombran maldiciones y fantasmas. — Miró un momento a los tripulantes, y cuando notó que aún así lo seguirían.
— Pero... ¡Quien tenga miedo a morir, que no nazca! — Sacó su sable y lo clavó en el barandal, que separa proa de la cubierta central. Los piratas alzaban sus armas, sus manos o sus garfios, haciendo bulla ansiosos. — Leven anclas. — Ordenó el almirante, y así fue, los marineros levantaron las anclas y el barco poco a poco se alejaba de su posición actual.
La arpía se posicionó en el carajo abriendo sus alas. La vela con el Uroboros tejido en un hilo amarillo bajo una tela negra, la cual ondeó cuando fue izada por el bio.
El viento se movía a favor, y el barco comenzaba a adentrarse más en el agua, mientras la poca luz de la luna lo teñía de un sutil brillo. Un par de velas se prendieron ahora dejando al barco con destellos naranjas. Todos los marineros fueron a sus puestos, tomando cada uno, uno de los remos a los lados.
El barco comenzó a zarpar rápido y las mareas parecían acompañarlo a los lados, en cuanto se alejaron de la tierra, la bruja colocó la figura del dragón en la punta de proa, desde atrás, en la popa un cuerno sonó junto a tambores empezaban un ritmo dándole más ánimo a la tripulación. No tardaron en unirse los cantos, avisando el inicio de una odisea. — Todo a estribor, la gloria nos espera.
Así los piratas se adentrarían entre el denso velo de la noche y lo inhóspito esperando emocionados encontrar el navío supuestamente fantasma, quienes no conocieran la vida que llevaban estos hombres y mujeres se preguntarían desconcertados por qué sonreían encantados esperando aquel suceso, pero la vida en el mar era muy diferente en tierra. La aventura, el peligro y el dinero era lo único que buscaba esta gente.
— Pero... ¡Quien tenga miedo a morir, que no nazca! — Sacó su sable y lo clavó en el barandal, que separa proa de la cubierta central. Los piratas alzaban sus armas, sus manos o sus garfios, haciendo bulla ansiosos. — Leven anclas. — Ordenó el almirante, y así fue, los marineros levantaron las anclas y el barco poco a poco se alejaba de su posición actual.
La arpía se posicionó en el carajo abriendo sus alas. La vela con el Uroboros tejido en un hilo amarillo bajo una tela negra, la cual ondeó cuando fue izada por el bio.
- Barco:
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El viento se movía a favor, y el barco comenzaba a adentrarse más en el agua, mientras la poca luz de la luna lo teñía de un sutil brillo. Un par de velas se prendieron ahora dejando al barco con destellos naranjas. Todos los marineros fueron a sus puestos, tomando cada uno, uno de los remos a los lados.
El barco comenzó a zarpar rápido y las mareas parecían acompañarlo a los lados, en cuanto se alejaron de la tierra, la bruja colocó la figura del dragón en la punta de proa, desde atrás, en la popa un cuerno sonó junto a tambores empezaban un ritmo dándole más ánimo a la tripulación. No tardaron en unirse los cantos, avisando el inicio de una odisea. — Todo a estribor, la gloria nos espera.
- Música:
Así los piratas se adentrarían entre el denso velo de la noche y lo inhóspito esperando emocionados encontrar el navío supuestamente fantasma, quienes no conocieran la vida que llevaban estos hombres y mujeres se preguntarían desconcertados por qué sonreían encantados esperando aquel suceso, pero la vida en el mar era muy diferente en tierra. La aventura, el peligro y el dinero era lo único que buscaba esta gente.
Tobias Pharra
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Re: Navegando entre aguas embrujadas. [Libre] [Samhain 2019] [3/3]
No sabía si iba a tener un ataque de nervios o algo parecido...¿había tenido alguna vez algo de eso? No, realmente no. Ni cuando pasó lo de Hestes...ni cuando descubrió que arrasaron con su pueblo, ¿por qué iba a pasar ahora? Cogió aire incluso haciendo los movimientos correspondientes con el torso y minutos después se recompuso.
Cuando el Capitán clavó el sable en el barandal, algo en ese gesto removió sus sentimientos y observó a su alrededor. Los tripulantes le miraban fijamente, algunos asentían la cabeza entre sí y otros irradiaban determinación. ''Pero son piratas...'', se negó a sí misma. Por decirlo de alguna manera, el ambiente cambió de forma radical cuando aquel hombre de piel azul salió en escena. Le recordó a quien fuera en su momento su Capitán, no Hestes...si no el primero, duro, contundente y sin rodeos; pero con una capacidad de motivación que sólo los líderes podían infundir.
Así pues, decidió darles una oportunidad. No tenía mucha opción aparte de tirarse al agua y quedarse a merced del mar. Si se quedaba podría salvarse, pero era mejor que morir antes de no luchar o intentar conseguir lo que ellos querían.
Nunca había visto el símbolo que estaba bordado en la bandera, pero sí recordaba cuál había sido su bandera, cuáles. En su pueblo una de las elfas ''ancianas'' más apegadas a su familia bordó una sobre una fina tela, un trozo de un vestido...que al final todos los miembros utilizaron en sus armas, sus atuendos, incluso como símbolo de protección, lo añadieron a sus plegarias.
Pero en la guardia no había sido así. Ellos servían al pueblo, no a una bandera. No le otorgaban el mismo significado que los dalishanos; así no lo hizo ella tampoco, pero recordaría ambas banderas aunque sólo servía a una.
Cuando perdieron de vista la tierra de donde habían partido, se relajó y prestó atención a las reacciones de los demás. Todos se unieron en unos cánticos que jamás había escuchado. En su pueblo cantaban las mujeres, no lo hombres...pero aquello era más profundo, más viril, algo más significativo...sin más intención que infundir fuerzas en todos y cada uno de ellos.
También surtió efecto en ella, que se movía por la cubierta con cuidado de no tropezar con nadie, pensando en dónde había dejado su arco y carcaj. Pero algo la hizo parar en seco, sus ojos vieron algo que no esperaba. ''¿Niños?''.
-¿Hola? -Se acerca a un chico que va vestido de forma humilde, acorde a lo que hay a su alrededor, pero por supuesto no para un niño. No es que tuviera un instinto maternal fuerte, pero...- ¿Qué haces aquí? -Miró a su alrededor, intentaba no destacar demasiado hablando ya que las voces seguían cantando pero podrían parar en cualquier momento. No pensaba que ese chico tuviese más de catorce años-...esto puede ser peligroso -Y nunca más lejos de la verdad, pues estaban rodeados de piratas a los que aún no sabía cómo juzgar, si eran buenos o malos...saqueadores, ladrones, asesinos.
Recordó sus marcas un poco tarde, pues al hablar con el joven acercó el rostro sin darse cuenta de que enseñaba de más y...no estaba solo, por supuesto que no estaba solo. ¿Dos niños? ¿Allí? Les miró sospechosa a los dos...tal vez no eran dos niños normales.
Cuando el Capitán clavó el sable en el barandal, algo en ese gesto removió sus sentimientos y observó a su alrededor. Los tripulantes le miraban fijamente, algunos asentían la cabeza entre sí y otros irradiaban determinación. ''Pero son piratas...'', se negó a sí misma. Por decirlo de alguna manera, el ambiente cambió de forma radical cuando aquel hombre de piel azul salió en escena. Le recordó a quien fuera en su momento su Capitán, no Hestes...si no el primero, duro, contundente y sin rodeos; pero con una capacidad de motivación que sólo los líderes podían infundir.
Así pues, decidió darles una oportunidad. No tenía mucha opción aparte de tirarse al agua y quedarse a merced del mar. Si se quedaba podría salvarse, pero era mejor que morir antes de no luchar o intentar conseguir lo que ellos querían.
Nunca había visto el símbolo que estaba bordado en la bandera, pero sí recordaba cuál había sido su bandera, cuáles. En su pueblo una de las elfas ''ancianas'' más apegadas a su familia bordó una sobre una fina tela, un trozo de un vestido...que al final todos los miembros utilizaron en sus armas, sus atuendos, incluso como símbolo de protección, lo añadieron a sus plegarias.
Pero en la guardia no había sido así. Ellos servían al pueblo, no a una bandera. No le otorgaban el mismo significado que los dalishanos; así no lo hizo ella tampoco, pero recordaría ambas banderas aunque sólo servía a una.
Cuando perdieron de vista la tierra de donde habían partido, se relajó y prestó atención a las reacciones de los demás. Todos se unieron en unos cánticos que jamás había escuchado. En su pueblo cantaban las mujeres, no lo hombres...pero aquello era más profundo, más viril, algo más significativo...sin más intención que infundir fuerzas en todos y cada uno de ellos.
También surtió efecto en ella, que se movía por la cubierta con cuidado de no tropezar con nadie, pensando en dónde había dejado su arco y carcaj. Pero algo la hizo parar en seco, sus ojos vieron algo que no esperaba. ''¿Niños?''.
-¿Hola? -Se acerca a un chico que va vestido de forma humilde, acorde a lo que hay a su alrededor, pero por supuesto no para un niño. No es que tuviera un instinto maternal fuerte, pero...- ¿Qué haces aquí? -Miró a su alrededor, intentaba no destacar demasiado hablando ya que las voces seguían cantando pero podrían parar en cualquier momento. No pensaba que ese chico tuviese más de catorce años-...esto puede ser peligroso -Y nunca más lejos de la verdad, pues estaban rodeados de piratas a los que aún no sabía cómo juzgar, si eran buenos o malos...saqueadores, ladrones, asesinos.
Recordó sus marcas un poco tarde, pues al hablar con el joven acercó el rostro sin darse cuenta de que enseñaba de más y...no estaba solo, por supuesto que no estaba solo. ¿Dos niños? ¿Allí? Les miró sospechosa a los dos...tal vez no eran dos niños normales.
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Re: Navegando entre aguas embrujadas. [Libre] [Samhain 2019] [3/3]
Una vez abordaron el barco quedó claro que la elección de Narfi no había sido simple azar. El muchacho, acostumbrado a ser un chico de la academia con pocos amigos, seguramente aún conservaba mucho de su espíritu infantil, más que Demian, al menos. ¿Qué niño no ha soñado con una aventura de piratas?
Demian escuchó el discurso sentado en una caja. Era curioso que alguien mencionara maldiciones y fantasmas, pues esas eran sus especialidades... mediante ilusiones, claro.
Demian había aprendido de pequeño que los fantasmas no existen como tales, sino sólo el Éter. Cuando alguien muere, a veces la esencia de su Éter queda en el mundo por un tiempo, causando problemas. Por supuesto, esto ocurre con más frecuencia en personas que son afines a la magia, motivo por el que Beltrexus es escenario frecuente de este tipo de sucesos. Por lo mismo, el chico poco miedo tenía de esas cosas. Al fin y al cabo, jugaba con la muerte.
El capitán, o líder de aquel grupo, parecía un tipo elocuente. Lograba que personas se emocionaran con algo en que básicamente les amenazaba con la muerte sin ofrecer mucho a cambio, nada más que una vaga asunción de riquezas perdidas en un barco fantasma.
Y así zarparon. A nadie pareció interesarle mucho el hecho de que dos chicos nuevos anduvieran allí. Después de todo, es común que en los barcos, incluso de piratas, hayan jóvenes realizando labores menores, esperando un día "graduarse" a tareas de mayor prestigio.
–Regla número uno del aventurero en alta mar –dijo a Narfi–. La cubierta debe estar brillante.
El más joven puso una cara que dejaba claro que aquello no le sonaba a una idea muy interesante. Ciertamente en sus sueños de pirata no figuraba el trapear pisos.
–Pero si nadie nos ha dicho que lo hagamos -protestó con justa razón.
–Regla número dos, nunca llames la atención. Limpiar es una de las tareas que más pasa desapercibida. No querrás ayudar en la cocina, allí se habla mucho y hay poca gente.
Aquello sí tenía más sentido para el joven Narfi. Sabía que Demian tenía suficiente dinero como para pagar un viaje sin problemas, pero que siempre buscaba pasar desapercibido, incluso cuando no era necesario. Quizás Demian era más de ninjas que de piratas.
–Bueno –accedió el pequeño, aunque no muy entusiasta.
Se encontraban en esas labores cuando una mujer les habló. Tampoco tenía demasiada apariencia de pirata.
–¿Primera vez en un barco de piratas? –le contestó el chico, sin dejar de limpiar la cubierta. Aquel barco ciertamente merecía un mejor trato–. Hay niño en casi todos los barcos del mundo, dama, ¡Hasta en los de guerra!
Narfi, el más joven de los dos, asintió animadamente.
–¿Sabía usted que los grumetes de Lunargenta comienzan su entrenamiento antes de los catorce años? leí en un libro que los ha habido tan jóvenes como de once en batallas famosas –intervino Narfi con su natural estilo de sabelotodo curioso.
Demian le hizo un gesto. Los niños de barcos pirata no se suponía que leyeran muchos libros. Eso sin mencionar el acento de Narfi, muy del estilo acomodado de los salones del Hekshold. El más pequeño no pareció captar la señal.
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(*) Perdón por la tardanza enorme. Realmente este tema se me había pasado completamente. Me volví a acordar al revisar lo que tenía pendiente antes de irme de vacaciones.
Como avisé en las ausencias, no estaré por al menos una semana, pero luego de eso daré prioridad a este tema.
Saludos.
Demian
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Re: Navegando entre aguas embrujadas. [Libre] [Samhain 2019] [3/3]
Los piratas se conocen en tierra como gente crédula o supersticiosa, gente que come más cuento que otra cosa, pero ahí es donde está una de las tantas gracias de los piratas. Ellos viven de historias y de aventuras, si le dices a un hombre que no salte ese acantilado, no lo hará, pero si le dices a un pirata que no salte ese acantilado porque hay monstruos marinos en el agua. Lo saltará, solo para ver a esas bestias, aunque eso signifique su muerte. Por otra parte, la gente del mar cree todos los mitos y relatos posibles, es la única forma en la que se distraen en altamar cuando no están haciendo algo muy ''piratesco''.
Por supuesto que las leyendas e hitos de fantasmas, espectros y demonios acechadores andan de boca en boca, y este barco no es la excepción, mucho menos en Samhain. Hasta los más inexpertos se sabían una o dos historias de almas en pena que aún vagan por las aguas, mientras el barco dirigía su rumbo y se veía agobiado por una intensa niebla que no les permitía ver su y el frío aumentaba. La música, abruptamente paró... Entre algunos gritos e insultos, un falló de coordinación en los tambores era el responsable. Ni siquiera la joven arpía era capaz de entender por qué no podía ver más allá del barco y de unas pocas aguas cercanas, y claro que, no se atrevió a volar sin visión.
Ella misma, por ocio, decidió encargarse del problema de la música. Faltaban dos personas de la banda, y un tercero decidió comentarle. — Estos cobardes, han disque visto un fantasma, y es solo un vestido que anda por ahí por el viento, uno se lanzó por la borda y el otro está allá asustado. — Mientras señalaba al otro. — A ver grumete, levántate ya. No estamos para holgazanear, hoy es un día importante. — La voz de Noux siempre era frívola, intimidante, pero siempre al final, trataba de convencer a la gente, como Tobias. Después de estirar la mano, el marinero la tomó y le respondió. — Dama. — Debían tratarla con respeto, se trataba de un superior en casi todos los sentidos, la lealtad y obediencia de premiaba. — Este barco está maldito, hay fantasmas. — La arpía apretó la mano del marinero y clavo su filosa mirada en él.
— Deberías temer más a mí. — El pirata asustado bajó la mirada y señaló al vestido ornado delicadamente, blanco y puro, pero con algunas manchas rojas, que seguía dando vueltas en el aire. Antonio intentó ayudar en la búsqueda del otro hombre, pero no vio nada cerca del barco. Pidió ayuda a Björn, pero se rehúso a meterse al agua, algo no le convencía del todo. — Tsk, pura mierda. — La arpía alzó vuelo, y con sus garras intentó enganchar el vestido. Pero cuando lo hizo, se dio cuenta de que había algo más, abajo de este, algo más tangible, aunque no literalmente.
Sintió frío y genuino pavor. Se separó rápido del vestido y volvió al piso del barco. La prenda cayó y en vez de posarse delicadamente en el suelo, quedó flotando, como si alguien lo vistiera. — Se lo dije. ¡Fantasmas! — Después de las palabras del pirata, termino por materializarse una mujer. Pálida, casi trasparentosa, que parecía ser de agua, aún así. Su cabello era visiblemente castaño y unos ojos risueños y una sonrisa pícara.
Al pararse delicadamente y hacer una falsa reverencia. Soltó un alarido — Ahhghh — Era un grito de pánico y dolor. Y con una voz espectral y casi doble, siguió. — Bienvenidos, ajenos a la muerte, al festival de las almas en pena del Samhain. HOY navegan entre aguas embrujadas. — Con una voz burlona y aparentando una tristeza. — Y se enfrentarán a la desgracia que lleva esto. PRONTO, pronto serán colegas en nuestro más exclusivo círculo. El club de los ahogados. JIJIJIJI
Más objetos peculiares sobrevolaron el barco, manifestando más espíritus que estarían haciendo tonterías que bien podrían haber hecho en vida, jugarretas molestas o intentar beber del ron. Varados en medio de una neblina espesa y con fantasmas armando el caos en el barco, la tripulación de Tobias aún no había ni visualizado su objetivo. Uno de los más bulleros, era un capitán condenado que ahora solo servía para aterrar piratas inexpertos en días tormentosos, contaba sus historias en el mar.
Pero esto es el Samhain, esta noche, los espíritus tienen más fuerza. Quién sabe de qué podrán ser capaces, o de cómo se podría purgar el barco de ellos.
————————————————————
Okey, lamento no haber respondido en casi dos meses, no tenía demasiadas ganas de rolear, y quería hacer una buena respuesta a este tema. Seguro esta semana ando más activo, lo siento. Mi idea es que interactuen libremente con los espíritus que quieran crear, y que dure un par de rondas para luego hacer la resolución. Así que, por lo pronto disfruten de la situación, si se inventan algo no muy loco estaría cool:D
Por supuesto que las leyendas e hitos de fantasmas, espectros y demonios acechadores andan de boca en boca, y este barco no es la excepción, mucho menos en Samhain. Hasta los más inexpertos se sabían una o dos historias de almas en pena que aún vagan por las aguas, mientras el barco dirigía su rumbo y se veía agobiado por una intensa niebla que no les permitía ver su y el frío aumentaba. La música, abruptamente paró... Entre algunos gritos e insultos, un falló de coordinación en los tambores era el responsable. Ni siquiera la joven arpía era capaz de entender por qué no podía ver más allá del barco y de unas pocas aguas cercanas, y claro que, no se atrevió a volar sin visión.
Ella misma, por ocio, decidió encargarse del problema de la música. Faltaban dos personas de la banda, y un tercero decidió comentarle. — Estos cobardes, han disque visto un fantasma, y es solo un vestido que anda por ahí por el viento, uno se lanzó por la borda y el otro está allá asustado. — Mientras señalaba al otro. — A ver grumete, levántate ya. No estamos para holgazanear, hoy es un día importante. — La voz de Noux siempre era frívola, intimidante, pero siempre al final, trataba de convencer a la gente, como Tobias. Después de estirar la mano, el marinero la tomó y le respondió. — Dama. — Debían tratarla con respeto, se trataba de un superior en casi todos los sentidos, la lealtad y obediencia de premiaba. — Este barco está maldito, hay fantasmas. — La arpía apretó la mano del marinero y clavo su filosa mirada en él.
— Deberías temer más a mí. — El pirata asustado bajó la mirada y señaló al vestido ornado delicadamente, blanco y puro, pero con algunas manchas rojas, que seguía dando vueltas en el aire. Antonio intentó ayudar en la búsqueda del otro hombre, pero no vio nada cerca del barco. Pidió ayuda a Björn, pero se rehúso a meterse al agua, algo no le convencía del todo. — Tsk, pura mierda. — La arpía alzó vuelo, y con sus garras intentó enganchar el vestido. Pero cuando lo hizo, se dio cuenta de que había algo más, abajo de este, algo más tangible, aunque no literalmente.
Sintió frío y genuino pavor. Se separó rápido del vestido y volvió al piso del barco. La prenda cayó y en vez de posarse delicadamente en el suelo, quedó flotando, como si alguien lo vistiera. — Se lo dije. ¡Fantasmas! — Después de las palabras del pirata, termino por materializarse una mujer. Pálida, casi trasparentosa, que parecía ser de agua, aún así. Su cabello era visiblemente castaño y unos ojos risueños y una sonrisa pícara.
Al pararse delicadamente y hacer una falsa reverencia. Soltó un alarido — Ahhghh — Era un grito de pánico y dolor. Y con una voz espectral y casi doble, siguió. — Bienvenidos, ajenos a la muerte, al festival de las almas en pena del Samhain. HOY navegan entre aguas embrujadas. — Con una voz burlona y aparentando una tristeza. — Y se enfrentarán a la desgracia que lleva esto. PRONTO, pronto serán colegas en nuestro más exclusivo círculo. El club de los ahogados. JIJIJIJI
Más objetos peculiares sobrevolaron el barco, manifestando más espíritus que estarían haciendo tonterías que bien podrían haber hecho en vida, jugarretas molestas o intentar beber del ron. Varados en medio de una neblina espesa y con fantasmas armando el caos en el barco, la tripulación de Tobias aún no había ni visualizado su objetivo. Uno de los más bulleros, era un capitán condenado que ahora solo servía para aterrar piratas inexpertos en días tormentosos, contaba sus historias en el mar.
Pero esto es el Samhain, esta noche, los espíritus tienen más fuerza. Quién sabe de qué podrán ser capaces, o de cómo se podría purgar el barco de ellos.
————————————————————
Okey, lamento no haber respondido en casi dos meses, no tenía demasiadas ganas de rolear, y quería hacer una buena respuesta a este tema. Seguro esta semana ando más activo, lo siento. Mi idea es que interactuen libremente con los espíritus que quieran crear, y que dure un par de rondas para luego hacer la resolución. Así que, por lo pronto disfruten de la situación, si se inventan algo no muy loco estaría cool:D
Tobias Pharra
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Re: Navegando entre aguas embrujadas. [Libre] [Samhain 2019] [3/3]
“Pero esto es el Samhain, esta noche, los espíritus tienen más fuerza. Quién sabe de qué podrán ser capaces, o de cómo se podría purgar el barco de ellos”
-!Eh, tu! - un hombre grande, muy grande, y con una tela en la cabeza que escondía la calva, llamó a la mujer que se encontraba hablando con unos niños. - Flacucho, no has venido aquí a cuidar de unos mocosos, vamos, hay que organizar los víveres.- se quedó tras ella, con los brazos cruzados, esperando que se moviese. - Y tú… - escupió en el suelo, dejando un charco verduzco - … esto aún está sucio. - empezó a carcajearse, era una risa de aquellas molesta y estridente.
Y dándole empujones al canijo, sin darse cuenta de que trataba de una mujer, Yenna, ambos desaparecieron.
-!Que asco me da ese tipo! - dijo una voz aguda y claramente infantil. Detrás de Narfi había aparecido un niño más o menos de su edad, de piel clara y ojos grandes. - Es taaaaan desagradable. - miraba a los dos pequeños, con una sonrisa de oreja a oreja, como si hiciese décadas que no veía a otros niños y por fin pudiese hacer amigos. - Me llamo Ingvar. ¿Tienes libros? ¿Sabes leer? ¿Os quedareis para siempre en este barco, conmigo? - apenas hizo pausas entre las preguntas, parecía muy emocionado.
-!Vosotros! Ese suelo no se va a limpiar solo… - les llamó la atención uno de los hombres que se dirigían a la zona del timón.
Y en un abrir y cerrar de ojos, Ingvar desapareció sin dejar rastro.
-¿Has oido lo del fantasma?
-Los fantasmas no existen.
-Ni los monstruos, ¿no?
-Eso es diferente.
-No, no es diferente. Te digo que los fantasmas existen, y dicen que han visto uno a bordo de este barco… -el otro hombre ladeó ligeramente la cabeza, al menos todo lo que le permitía la postura en el remo.
-¿Y te da miedo?
-¿A ti no?
-Cállate.
Entonces una manzana voló hasta impactar en la cabeza del hombre, el cual gruñó, llevándose una mano a la zona dolorida.
-!Por Njord! - se levantó de golpe, dándose la vuelta. -¿Se puede saber que estás haciendo?
-¿Me estás hablando a mi?- preguntó indiferente el otro hombre, sin dejar de remar. El primero se agachó y le lanzó la manzana, empezando una pelea en la que tuvieron que intervenir tres hombres más para separarlos.
· Popa
Un cubo de agua cayó al suelo, como si alguien le hubiese propinado una fuerte patada, dejando toda la zona empapada y resbaladiza. No tardaron en llover las acusaciones y, mientras los gritos aumentaban, un cepillo empezó a bailar por el barco, recogiendo él solito el agua que se había derramado.
-!Fantasmas! - gritó histérico un hombre, intentando apartarse lo máximo posible de aquel objeto maldito.
Los nudos empezaron a aflojarse, los barriles de ron se abrieron, los escudos se caían al agua. El barco entero parecía encantado. Haría falta la intervención de un buen capitán para poder poner en vereda a aquellos aterrados piratas.
Caos. Todo el barco estaba sumido en el caos.
Unos tripulantes se peleaban entre ellos, otros parecían estar jugando a la caza de brujas, algunos simplemente intentaban esconderse de todo aquello… Pero nadie parecía estar pendiente a la mar. Grave error.
O al menos casi nadie…
·Cubierta
-!Eh, tu! - un hombre grande, muy grande, y con una tela en la cabeza que escondía la calva, llamó a la mujer que se encontraba hablando con unos niños. - Flacucho, no has venido aquí a cuidar de unos mocosos, vamos, hay que organizar los víveres.- se quedó tras ella, con los brazos cruzados, esperando que se moviese. - Y tú… - escupió en el suelo, dejando un charco verduzco - … esto aún está sucio. - empezó a carcajearse, era una risa de aquellas molesta y estridente.
Y dándole empujones al canijo, sin darse cuenta de que trataba de una mujer, Yenna, ambos desaparecieron.
-!Que asco me da ese tipo! - dijo una voz aguda y claramente infantil. Detrás de Narfi había aparecido un niño más o menos de su edad, de piel clara y ojos grandes. - Es taaaaan desagradable. - miraba a los dos pequeños, con una sonrisa de oreja a oreja, como si hiciese décadas que no veía a otros niños y por fin pudiese hacer amigos. - Me llamo Ingvar. ¿Tienes libros? ¿Sabes leer? ¿Os quedareis para siempre en este barco, conmigo? - apenas hizo pausas entre las preguntas, parecía muy emocionado.
-!Vosotros! Ese suelo no se va a limpiar solo… - les llamó la atención uno de los hombres que se dirigían a la zona del timón.
Y en un abrir y cerrar de ojos, Ingvar desapareció sin dejar rastro.
·Remos de estribor
-¿Has oido lo del fantasma?
-Los fantasmas no existen.
-Ni los monstruos, ¿no?
-Eso es diferente.
-No, no es diferente. Te digo que los fantasmas existen, y dicen que han visto uno a bordo de este barco… -el otro hombre ladeó ligeramente la cabeza, al menos todo lo que le permitía la postura en el remo.
-¿Y te da miedo?
-¿A ti no?
-Cállate.
Entonces una manzana voló hasta impactar en la cabeza del hombre, el cual gruñó, llevándose una mano a la zona dolorida.
-!Por Njord! - se levantó de golpe, dándose la vuelta. -¿Se puede saber que estás haciendo?
-¿Me estás hablando a mi?- preguntó indiferente el otro hombre, sin dejar de remar. El primero se agachó y le lanzó la manzana, empezando una pelea en la que tuvieron que intervenir tres hombres más para separarlos.
· Popa
Un cubo de agua cayó al suelo, como si alguien le hubiese propinado una fuerte patada, dejando toda la zona empapada y resbaladiza. No tardaron en llover las acusaciones y, mientras los gritos aumentaban, un cepillo empezó a bailar por el barco, recogiendo él solito el agua que se había derramado.
-!Fantasmas! - gritó histérico un hombre, intentando apartarse lo máximo posible de aquel objeto maldito.
Los nudos empezaron a aflojarse, los barriles de ron se abrieron, los escudos se caían al agua. El barco entero parecía encantado. Haría falta la intervención de un buen capitán para poder poner en vereda a aquellos aterrados piratas.
·Proa
Caos. Todo el barco estaba sumido en el caos.
Unos tripulantes se peleaban entre ellos, otros parecían estar jugando a la caza de brujas, algunos simplemente intentaban esconderse de todo aquello… Pero nadie parecía estar pendiente a la mar. Grave error.
O al menos casi nadie…
_________________________________________________
Hola chicos, cómo habéis podido ver, nos quedamos los tres solos en el tema.
·Dispondréis de dos turnos enteros para enfrentaros al problema de los fantasmas que nuestro capitán ha mencionado anteriormente.
·Todo el barco, desde proa hasta popa, es un espectáculo. Objetos que vuelan o se mueven solos, gente desesperada y/o asustada por la presencia de fantasmas, peleas,lanzamientos de tripulación por la borda canciones de alta mar…
·En estos dos turnos, podéis escoger entre buscar la forma de deshaceros de los fantasmas o de uniros a la fiesta con ellos.
Después del segundo turno de Tobias intervendré, según lo que hayáis escogido, las consecuencias serán mejores o peores.
Buena suerte.
·Dispondréis de dos turnos enteros para enfrentaros al problema de los fantasmas que nuestro capitán ha mencionado anteriormente.
·Todo el barco, desde proa hasta popa, es un espectáculo. Objetos que vuelan o se mueven solos, gente desesperada y/o asustada por la presencia de fantasmas, peleas,
·En estos dos turnos, podéis escoger entre buscar la forma de deshaceros de los fantasmas o de uniros a la fiesta con ellos.
Después del segundo turno de Tobias intervendré, según lo que hayáis escogido, las consecuencias serán mejores o peores.
Buena suerte.
Última edición por Thorn el Miér Mayo 06 2020, 16:34, editado 2 veces
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Re: Navegando entre aguas embrujadas. [Libre] [Samhain 2019] [3/3]
Narfi, por supuesto, no perdió un segundo antes de ponerse a conversar con el chico.
–Por supuesto que sé leer, ¿que tengo orejas de elfo? –contestó Narfi. No lucía realmente ofendido, sino más bien bromeando.
Demian podría haber comentado que, de hecho, había conocido a muchos elfos capaces de leer y que no eran precisamente una raza tan inferior como eran a menudo descritos en las crónicas de Beltrexus, pero prefirió no hacerlo. Él también se había creído esa propaganda cuando aún no recorría el mundo y sólo la experiencia de primera mano le había abierto los ojos. Narfi aún debía pasar por ese proceso.
–¿Sabías que los vikingos que llegaron a Aerandir tienen un dios del esquí... ¡del esquí!, un jodido dios del esquí. ¿Acaso eso no es lo mejor que has oído este día? –prosiguió Narfi.
Claro, esa charla no duraría mucho. El joven de piel clara se esfumó, literalmente. Pronto el caos comenzó a reinar en el barco. Al parecer no eran los únicos que estaban viendo cosas.
–No, no, no –dijo Demian, arremangándose los brazos–... no hay espacio suficiente en este barco para dos magos ilusionistas capaces de crear fantasmas.
Narfi le miró con dudas, pero luego asintió. El chico no había fantasmas de verdad en su vida, pero sí había visto a Demian invocar fantasmas ilusorios como si fuera lo más normal. Dadas sus experiencias, suponer que había otro mago ilusorio creando fantasmas sonaba como lo más razonable.
–¿Quieres lucirte? –dijo Demian al aire–, pues yo te mostraré cómo se crean fantasmas de verdad.
El chico se lo toma con calma. Concentra su Éter y prepara su magia, sacando de su bolso un libro. Narfi emite una pequeña risita, sabe qué técnica está por usar su amigo y es su favorita.
–Había una vez –dice Demian, abriendo una página de su libro... una página en blanco–... un barco embrujado. La gente no creía que de verdad lo fuera, y hasta tuvieron la osadía de abordarlo para viajar. Este barco, sin embargo, no siempre había sido así.
Narfi se sentó en una caja a escuchar la historia.
–Hace diez años, el barco había sido propiedad de un pirata llamado BarbaVerde. Sí, se llamaba así, porque su barba era verde. Supongo que no se la lavaba muy a menudo.
Otra risa de Narfi no hizo sino animar a Demian a seguir con lo suyo.
–BarbaVerde t-tenía un ayudante, un tipo con una pata de palo llamado El Gordo Juan. Sí, era gordo, pero no tanto, se esforzaba por bajar de peso. La gente puede ser cruel. El asunto es que entre bromas aquí y bromas allá, que si se ladeaba el barco era el g-gordo Juan, que si se veían una ballena era el Juan que había ido a nadar, que si se paraba en su pata de palo era una manzana confitada, que si soltaba un pedo todos se dejaban caer.
Entre el caos, los chicos parecían estar pasándola muy bien.
–Hasta que un día el Gordo Juan se cansó y dijo "ya está, me voy a la mierda", y traicionó a su capitán. Habló con otro pirata, llamado BarbaLila, y preparó un plan para que pillaran desprevenido a BarbaVerde y asaltaran el barco. Cuento corto, todos murieron descuartizados. Sí, bueno, cosas que pasan. No me mires así, así es la historia. Antes de morir, BarbaVerde maldijo a BarbaLila y le dijo "una vez al año volveremos a atormentarte, a ti y a toda tu tripulación"... y cumplió.
Demian hizo un gesto con su mano para mostrar la cubierta y una serie de figuras espectrales emergieron de entre la madera(1). Todos parecían piratas, aunque severamente lastimados. Algunos tenían miembros cercenados, incluido uno que portaba su propia pierna entre las manos como si fuera una espada. Uno tenía puesta la cabeza en medio del vientre, otro parecía más bien dos mitades de personas distintas cosidas entre sí.
–Supera eso, ilusionista de segunda –dijo Narfi alegremente.
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(1) Demian ha usado su habilidad de nivel 8: Historias de Fantasmas, que permite realizar un relato y que sus palabras se vuelvan reales por medio de ilusiones. Estas ilusiones duran 2 turnos y son capaces de interactuar con la realidad (por ejemplo, tomar cosas). Causarán más caos a bordo del barco.
Demian
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Re: Navegando entre aguas embrujadas. [Libre] [Samhain 2019] [3/3]
Los piratas en sí, eran un gentilicio y todo gentilicio tenían cierto tipos de jergas. Entonces quién fuese un pirata y viera la cara de Noux luego de ver a la fantasma que se paró en el medio del barco. Diría que abrió los ojos como la boca de un pelícano y era tan pálida como aceite de ballena. La razón de esa reacción se remonta al pasado de Noux, más explícitamente a cuando aún formaba parte de su tribu y en la historia de su tribu no tenían precisamente buenas experiencias con los fantasmas.
La tribu de Noux se conocen entre ellas por el autoproclamado nombre de Argalopes. Las Argalopes vivían relativamente cerca de un sitio con una concentración mágica alta, lo que los expuso a fenómenos que no entendían, algunos de ellos se confundieron con espíritus malignos o fantasmas, que normalmente terminaban de formas horrendas para las Argalopes. Y todas esas historias han influenciado la percepción de Noux ante ellos. Aunque sí, la arpía es bastante valiente para adentrarse en un barco que buscaba un fantasma, pero ella jamás creyó aquellas historias. Hasta hoy...
— No, no... Esto no puede estar pasando. — Poco a poco, Noux inconscientemente daba pasos hacia atrás, alejándose de aquella mujer, huyendo del desastre o más bien. No enfrentándolo, dejar así las cosas, sería un grave problema para el barco.
Tobias y Ondina eran los dos más confundidos con la situación actual, ambos estaban al tanto de la navegación y de pronto, desde atrás, una niebla los tragó y los dejó navegando ciegamente. No supieron encontrarle una respuesta a eso, pero tampoco se esforzaron, rápidamente el barco se había sumido en caos y había que actuar. Algunos fantasmas estaban festejando estar parcialmente vivos, y a Tobias le molestaba que eso fuera en su barco, se le veía claramente irritado y su intensión era sacar a los fantasmas a golpes y patadas, sin dudarlo.
Ondina por parte, estaba calmada. — ¿Por qué estás así? Estamos bajo un ataque Ondina. ¿Qué te pasa? — La bruja, con sus manos cruzadas y caminando lentamente, suspiró y le dijo. — Oh, querido, los espíritus de la naturaleza son indefensos si caminamos con ellos al unísono. — Tobias giró y con la mirada vio como una vela se rasgaba, los escudos caían y todo era un desastre. — Están haciendo mierda el barco y a ti no te importa.
El pirata comenzó a notar algo. — Estamos empezando a perder velocidad, Antonio, ve a los remos. — Le ordenó al robot. — Por supuesto señor.
Siguieron caminando y se encontraron al viejo pirata que estaba inspirado hablando de cómo una vez mordió una mantarraya antes de que esta la mordiese. Y este, en cuanto vio al dragón, no dudo en ir a molestarlo — JO JO JO, el tipo azul. Me han dicho que eres el capitán aquí. Según el capitán las temerario del océano. Pero no sé de cuál. Porque en el océano de Aerandir lo soy yo. — Se acercó a él, poniéndole el brazo sobre el hombro. — Escucha me gusta tu barco, me gusta el diseño, es rápido y útil, demasiado del norte para mí quizás, pero bueno. No puedo hacer nada, después de hoy, de que mueras cuando te eche a las aguas del Helheim, será mío. No te lo tomes personal, pero necesito uno nuevo. Esto de la vida en la muerte no da oportunidades ¿sabes?
Había banquillos volando y gente gritando, de repente unos piratas salieron de la madera del barco, lastimados, mutilados y malhumorados. Tobias simplemente se quitó de encima al otro capitán. — Ay Toby, creí que eramos amigos. —Se movió rápido y lo golpeó, pero el golpe no conectó. Claro, era un fantasma. — JAJAAJAJ, así no funciona. Sin titubear le devolvió el golpe, tumbando a Tobias y haciéndolo golpear la madera del barco, lo cuál hizo un sonido bastante alto. — JAJAJAAJ ¿vieron cómo lo soné contra el piso? — Mientras el viejo Arnnes se reía de él. Ondina se acercó y le dio la mano para levantarlo. — No piensas ayudar, ¿verdad? — esta sería la primera vez que Tobias se cuestiona la lealtad de Ondina.
El golpe había sido doloroso, intentó levantarse. — El barco es un caos. — La mirada de Ondina cambió y sonrió un poco. — Exactamente Toby, pero el caos, no es como lo ves. No es lo opuesto al orden, es un orden que se sale de lo cotidiano, y los espíritus de la naturaleza viven del caos. — La bruja levantó a Tobias y lo sacudió un poco.
El cuanto el bio llegó a los remos vio que estaba sucediendo una pelea algún así, la cortesía no está mal. — Buenas, ¿Cómo llevan la cosa? ¿Está todo bien? — Obviamente nadie le respondió y mientras aquellos marineros intentaban separar a los peleadores, los demás estaban viendo como se desarrollaba aquello, ergo, ninguno remaba. — Caballeros les pido que vuelvan a sus tarea asignada. — Antonio era incapaz de entender la mente de los marineros y que solo acatan normas de alguien que respeten y que teman en cierta medida, harían lo que quieran en este momento, el robot tendría que poner algún tipo de orden, pero ¿cómo?
El ron, el maldito ron, había siete. SIETE fantasmas intentando tomarse el ron y Kendrick sabía muy bien que una tripulación de piratas sin ron estaba destinada a la ruina, ningún problema era demasiado grande si había ron y cualquiera problema era más pequeño que la falta de ron. Él fue único que se dio cuenta de eso, o él único que no estaba ocupado. Los intentos de detenerlos físicamente fueron inútiles y abrieron el primer barril, lo abrieron mal y todo el ron se echó en el piso del barco, fueron a por el siguiente. Kendrick era rápido de mente así que ya tenía una idea de qué hacer.
—————
Thorn, creo que te equivocaste, si serán dos turnos completos para ambos, no deberías intervenir en el segundo turno mío? Quedaría demian-yo-demian-yo, no? Es una pequeña duda.
La tribu de Noux se conocen entre ellas por el autoproclamado nombre de Argalopes. Las Argalopes vivían relativamente cerca de un sitio con una concentración mágica alta, lo que los expuso a fenómenos que no entendían, algunos de ellos se confundieron con espíritus malignos o fantasmas, que normalmente terminaban de formas horrendas para las Argalopes. Y todas esas historias han influenciado la percepción de Noux ante ellos. Aunque sí, la arpía es bastante valiente para adentrarse en un barco que buscaba un fantasma, pero ella jamás creyó aquellas historias. Hasta hoy...
— No, no... Esto no puede estar pasando. — Poco a poco, Noux inconscientemente daba pasos hacia atrás, alejándose de aquella mujer, huyendo del desastre o más bien. No enfrentándolo, dejar así las cosas, sería un grave problema para el barco.
Proa.
Tobias y Ondina eran los dos más confundidos con la situación actual, ambos estaban al tanto de la navegación y de pronto, desde atrás, una niebla los tragó y los dejó navegando ciegamente. No supieron encontrarle una respuesta a eso, pero tampoco se esforzaron, rápidamente el barco se había sumido en caos y había que actuar. Algunos fantasmas estaban festejando estar parcialmente vivos, y a Tobias le molestaba que eso fuera en su barco, se le veía claramente irritado y su intensión era sacar a los fantasmas a golpes y patadas, sin dudarlo.
Ondina por parte, estaba calmada. — ¿Por qué estás así? Estamos bajo un ataque Ondina. ¿Qué te pasa? — La bruja, con sus manos cruzadas y caminando lentamente, suspiró y le dijo. — Oh, querido, los espíritus de la naturaleza son indefensos si caminamos con ellos al unísono. — Tobias giró y con la mirada vio como una vela se rasgaba, los escudos caían y todo era un desastre. — Están haciendo mierda el barco y a ti no te importa.
El pirata comenzó a notar algo. — Estamos empezando a perder velocidad, Antonio, ve a los remos. — Le ordenó al robot. — Por supuesto señor.
Siguieron caminando y se encontraron al viejo pirata que estaba inspirado hablando de cómo una vez mordió una mantarraya antes de que esta la mordiese. Y este, en cuanto vio al dragón, no dudo en ir a molestarlo — JO JO JO, el tipo azul. Me han dicho que eres el capitán aquí. Según el capitán las temerario del océano. Pero no sé de cuál. Porque en el océano de Aerandir lo soy yo. — Se acercó a él, poniéndole el brazo sobre el hombro. — Escucha me gusta tu barco, me gusta el diseño, es rápido y útil, demasiado del norte para mí quizás, pero bueno. No puedo hacer nada, después de hoy, de que mueras cuando te eche a las aguas del Helheim, será mío. No te lo tomes personal, pero necesito uno nuevo. Esto de la vida en la muerte no da oportunidades ¿sabes?
Había banquillos volando y gente gritando, de repente unos piratas salieron de la madera del barco, lastimados, mutilados y malhumorados. Tobias simplemente se quitó de encima al otro capitán. — Ay Toby, creí que eramos amigos. —Se movió rápido y lo golpeó, pero el golpe no conectó. Claro, era un fantasma. — JAJAAJAJ, así no funciona. Sin titubear le devolvió el golpe, tumbando a Tobias y haciéndolo golpear la madera del barco, lo cuál hizo un sonido bastante alto. — JAJAJAAJ ¿vieron cómo lo soné contra el piso? — Mientras el viejo Arnnes se reía de él. Ondina se acercó y le dio la mano para levantarlo. — No piensas ayudar, ¿verdad? — esta sería la primera vez que Tobias se cuestiona la lealtad de Ondina.
El golpe había sido doloroso, intentó levantarse. — El barco es un caos. — La mirada de Ondina cambió y sonrió un poco. — Exactamente Toby, pero el caos, no es como lo ves. No es lo opuesto al orden, es un orden que se sale de lo cotidiano, y los espíritus de la naturaleza viven del caos. — La bruja levantó a Tobias y lo sacudió un poco.
Los Remos
El cuanto el bio llegó a los remos vio que estaba sucediendo una pelea algún así, la cortesía no está mal. — Buenas, ¿Cómo llevan la cosa? ¿Está todo bien? — Obviamente nadie le respondió y mientras aquellos marineros intentaban separar a los peleadores, los demás estaban viendo como se desarrollaba aquello, ergo, ninguno remaba. — Caballeros les pido que vuelvan a sus tarea asignada. — Antonio era incapaz de entender la mente de los marineros y que solo acatan normas de alguien que respeten y que teman en cierta medida, harían lo que quieran en este momento, el robot tendría que poner algún tipo de orden, pero ¿cómo?
El ron.
El ron, el maldito ron, había siete. SIETE fantasmas intentando tomarse el ron y Kendrick sabía muy bien que una tripulación de piratas sin ron estaba destinada a la ruina, ningún problema era demasiado grande si había ron y cualquiera problema era más pequeño que la falta de ron. Él fue único que se dio cuenta de eso, o él único que no estaba ocupado. Los intentos de detenerlos físicamente fueron inútiles y abrieron el primer barril, lo abrieron mal y todo el ron se echó en el piso del barco, fueron a por el siguiente. Kendrick era rápido de mente así que ya tenía una idea de qué hacer.
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Thorn, creo que te equivocaste, si serán dos turnos completos para ambos, no deberías intervenir en el segundo turno mío? Quedaría demian-yo-demian-yo, no? Es una pequeña duda.
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Re: Navegando entre aguas embrujadas. [Libre] [Samhain 2019] [3/3]
Demian y Narfi rieron un buen rato. No esperaban que un aburrido viaje en barco se convirtiera en un espectáculo de tal magnitud y la idea de competir contra otro ilusionista se hacía interesante.
El escándalo crecía y Demian no se iba a quedar atrás, por supuesto.
–Los fantasmas de los piratas no eran como otros fantasmas –continuó Demian con el relato que alimentaba a su hechizo–. No conscientes de que la muerte era algo muy poco agradable, no buscaban matar, sino causar estragos, asustar, causar problemas a los vivos.
–Es el peor tormento, sí... que te causen problemas –concedió Narfi, mirando divertido a los fantasmas ilusorios de Demian que se confundían con las otras figuras que recorrían el lugar y causaban sus propios problemas.
Los chicos sintieron un fuerte olor a licor, aunque no estaban seguro de dónde provenía. Las protestas de algunos de los tripulantes, unidos a la palabra "ron" que se repetía como un grito desesperado, les dieron a entender que algo se debía haber roto.
–Los fantasmas gustaban del ron. Podían ser fantasmas, pero eso no impedía que mantuvieran sus gustos de cuando estaban vivos, incluso si no podían probarlo realmente. Era tal su afán por beber que, de alguna manera, se pusieron ebrios de verdad.
Narfi soltó una carcajada, mientras una figura fantasmal se tropezaba con una escalera y caía aparatosamente. El resto caminaba entre hipos y tambaleos.
Lo que hizo más reír a Narfi, sin embargo, no fue el paso embriagado de los fantasmas. Hubo un hecho que ya superó todo el espectáculo, o más bien lo completó. Cuando el hombre que antes había hablado con autoridad de pronto intentaba golpear fantasmas y se caía por ello.
–Su servicio es de lo más divertido, capitán –comentó Narfi, secándose una lágrima, pero no de tristeza. Se había reído demasiado–. Voy a recomendárselo a todos mis amigos.
Demian se acercó a su compañero y le puso una mano en el hombro.
–No te burles, Narfi –dijo, aunque él mismo apenas contenía la risa.
–No me burlo –contestó el más pequeño–, lo digo en serio, jamás me había divertido tanto en un barco. Porque esto es un espectáculo, ¿verdad? hay un ilusionista haciendo todo esto. Uno no tan bueno como Dem, claro.
Demian se encogió de hombros. Sus ilusiones comenzaban a menguar.
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(*) Este turno las ilusiones de Demian continúan haciendo de las suyas, pero se acaba la ilusión. Las ilusiones de Demian comienzan a desaparecer.
Demian
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