El Imbolc

Imbolc es el nombre celta que recibe esta festividad que también podemos encontrar en Aerandir con el mismo nombre. En su origen, Imbolc significa “Del vientre de la madre”, relacionando así directamente a las deidades de la tierra con esta festividad.

Así pues, esta festividad es típica de los reinos del Sur, más concretamente en el bosque de Sandorai, debido a la estrecha relación de los elfos con la Diosa madre y creadora, la tierra, Imbar.

Se desconoce si fue la festividad quien dio nombre a dicha diosa en el panteón élfico, pero todo apunta a que esta teoría es la más cercana, ya que, como se comentó anteriormente, esta festividad tiene raíces en la tierra y fue exportada por la segunda oleada de colonizaciones humanas.

Esta festividad es el paso previo a la siguiente festividad o cambio de estación, el Ostara. Empiezan los preparativos para la estación venidera, una estación que promete prosperidad.

No es de las festividades más importantes de Aerandir, ya que se trata de una festividad doméstica, celebrada en la intimidad del núcleo familiar. Esta festividad que honra a las madres y las abuelas también es bien recibida en el resto de Aerandir, pero con detalles más sencillos, entre los cuales el más común es regalar flores de estos colores. Así pues, el Imbolc es conocido en tierras de Verisar como “El día de la madre”, o “el día de Frigga”, esposa de Odín y madre de todos.
 

El Imbolc se celebra durante dos días, aproximadamente un mes antes del fin del invierno. Las más ancianas preparan durante todo el invierno bufandas, patucos y otras prendas de lana que se deberán de llevar puestas durante todo el día.


Además de tomar cualquier tipo de producto lácteo, ya sean quesos, bollos de leche u otros dulces.
Esto se debe a que la leche está íntimamente relacionada con la maternidad.

Los más pequeños por su parte, regalan coronas de flores blancas a sus madres y abuelas. Pero no cualquier flor vale para estas coronas, tan solo las primeras flores del invierno, las llamadas “imbolgas”, pequeñas flores que nacen tras las primeras nieves.

Otro ritual muy íntimo que se lleva a cabo con familiares o amigos es la fabricación de las velas que posteriormente se colocarán en las ventanas, Velas de colores cálidos cuyos colores más comunes son el rosa pálido, el amarillo pastel y el naranja.


Se colocan además en las puertas de las casas las cruces realizadas en mimbre por la mujer más mayor de la familia, representación esquemática de la diosa Imbar.