Turno con el médico [Privado] [Cerrado]
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El carro del Virrey cruzaba lentamente por la plaza principal de Ciudad Lagarto, la mayoría de los ciudadanos sabían que era su carruaje por dos motivos fundamentales: Nadie pasearía tan tranquilo por el medio de una multitud de bandidos y asesinos. Y además, solo Owens usaría un transporte tan llamativo, con complejas decoraciones talladas en la madera, plumas en el techo y varios guardaespaldas que parecían Hombres-Gorilas (Pero increíblemente eran humanos) colgados de las puertas.
Estaban en lo correcto, adentro estaba Matthew, aunque no parecía estar de muy buen humor. Su piel estaba pálida, le temblaba el pulso, se sentía adolorido, mareado y como afiebrado, todos estos síntomas le eran bien conocidos, significaba que la Maldición estaba afectándolo nuevamente. No había de qué sorprenderse, la abominable Mano Bio lo seguía desde que habían ocurrido los acontecimientos que casi habían devastado la Ciudad.
Por el momento no habían podido dar con una cura, pero a falta de más recursos, Owens iba una vez por semana con el único médico calificado de la región. Y la experiencia habría podido ser muy agradable, la simple idea de ser examinado con tanto detalle, por cada centímetro de su cuerpo, ya era más que suficiente para sentir una buena cantidad de placer. Pero de quién estaban hablando era de Go´el, un Ser que parecía no detectar emociones humanas, solo reacciones biológicas, y eso arruinaba cualquier posibilidad de disfrute.
Era la antítesis de Matt, quien gozaba de sentir absolutamente todo, el Virrey disfrutaba no solo de tener sensaciones novedosas, sino también en generarlas. Cada vez que iba a una consulta, se enfrentaba al rostro indiferente del médico, no parecía que fueran a entenderse, pero por el momento les era mutuamente beneficiosos el cooperar.
El carro se detuvo frente a la clínica, dos de los guardaespaldas se pararon a los lados de la puerta y esperaron a que Owens se asomara para agarrarlo de los brazos y ayudarlo a caminar. Era absolutamente penoso para el Virrey el tener que llegar hasta ese punto, pero era eso o arrastrarse. Más allá de que no pudiera mantenerse en pie, su aspecto era prolijo y bien cuidado, llevaba unas ropas sencillas pero limpias. Las primeras veces había ido vestido con prendas sumamente complejas, pero luego de las reiteradas quejas por parte del Dragón de que llevaba demasiado tiempo el desvestirse para el análisis, comenzó a llevar lo indispensable y nada más.
Uno de los guardaespaldas llamó a la puerta, y en cuanto alguien se asomó Matthew sonrió ampliamente.
-Buenos días, espero que esté listo el té - No era necesario aclarar ni quién era, ni porque venía, era una cita totalmente programada.
El estudio de Go´el estaba tan lleno de frascos, plantas y demás ingredientes que era sorprendente que pudiera recordar dónde estaba todo. Matt siempre pensaba que Eyre disfrutaría mucho de visitar un sitio así y poder discutir con el Dragón sobre distintos medicamentos, pero Owens jamás dejaría que eso suceda, la simple idea de que su amada estuviera cerca de semejante monstruo le desagradaba enormemente “Con un monstruo en su vida es más que suficiente” pensó.
________________________
Subrayo Maldición: Virrey de La Ciudad Cenizas: la mano de metal está ligada contigo de una manera que no sabes explicar. A medida que estés más cerca de ella, y por lo tanto más cerca de La Ciudad Lagarto, te sentirás más débil y enfermo. No puedes destruir la mano y tienes miedo que si la destruyen, acaben con tu vida. Deberás pedir consejo, en futuro mastereados (sí, tramas para el señor Owens), a personas más sabías que tú para que te digan qué hacer con ella.
Estaban en lo correcto, adentro estaba Matthew, aunque no parecía estar de muy buen humor. Su piel estaba pálida, le temblaba el pulso, se sentía adolorido, mareado y como afiebrado, todos estos síntomas le eran bien conocidos, significaba que la Maldición estaba afectándolo nuevamente. No había de qué sorprenderse, la abominable Mano Bio lo seguía desde que habían ocurrido los acontecimientos que casi habían devastado la Ciudad.
Por el momento no habían podido dar con una cura, pero a falta de más recursos, Owens iba una vez por semana con el único médico calificado de la región. Y la experiencia habría podido ser muy agradable, la simple idea de ser examinado con tanto detalle, por cada centímetro de su cuerpo, ya era más que suficiente para sentir una buena cantidad de placer. Pero de quién estaban hablando era de Go´el, un Ser que parecía no detectar emociones humanas, solo reacciones biológicas, y eso arruinaba cualquier posibilidad de disfrute.
Era la antítesis de Matt, quien gozaba de sentir absolutamente todo, el Virrey disfrutaba no solo de tener sensaciones novedosas, sino también en generarlas. Cada vez que iba a una consulta, se enfrentaba al rostro indiferente del médico, no parecía que fueran a entenderse, pero por el momento les era mutuamente beneficiosos el cooperar.
El carro se detuvo frente a la clínica, dos de los guardaespaldas se pararon a los lados de la puerta y esperaron a que Owens se asomara para agarrarlo de los brazos y ayudarlo a caminar. Era absolutamente penoso para el Virrey el tener que llegar hasta ese punto, pero era eso o arrastrarse. Más allá de que no pudiera mantenerse en pie, su aspecto era prolijo y bien cuidado, llevaba unas ropas sencillas pero limpias. Las primeras veces había ido vestido con prendas sumamente complejas, pero luego de las reiteradas quejas por parte del Dragón de que llevaba demasiado tiempo el desvestirse para el análisis, comenzó a llevar lo indispensable y nada más.
Uno de los guardaespaldas llamó a la puerta, y en cuanto alguien se asomó Matthew sonrió ampliamente.
-Buenos días, espero que esté listo el té - No era necesario aclarar ni quién era, ni porque venía, era una cita totalmente programada.
El estudio de Go´el estaba tan lleno de frascos, plantas y demás ingredientes que era sorprendente que pudiera recordar dónde estaba todo. Matt siempre pensaba que Eyre disfrutaría mucho de visitar un sitio así y poder discutir con el Dragón sobre distintos medicamentos, pero Owens jamás dejaría que eso suceda, la simple idea de que su amada estuviera cerca de semejante monstruo le desagradaba enormemente “Con un monstruo en su vida es más que suficiente” pensó.
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Subrayo Maldición: Virrey de La Ciudad Cenizas: la mano de metal está ligada contigo de una manera que no sabes explicar. A medida que estés más cerca de ella, y por lo tanto más cerca de La Ciudad Lagarto, te sentirás más débil y enfermo. No puedes destruir la mano y tienes miedo que si la destruyen, acaben con tu vida. Deberás pedir consejo, en futuro mastereados (sí, tramas para el señor Owens), a personas más sabías que tú para que te digan qué hacer con ella.
Última edición por Matthew Owens el Sáb Oct 19 2019, 14:04, editado 1 vez
Matthew Owens
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Re: Turno con el médico [Privado] [Cerrado]
Los últimos granos de arena estaban a punto de caer al fondo del reloj, lo cual indicaba que el virrey de la ciudad estaba a punto de llegar a su cita. En la sala central bailaba el olor de las grosellas, que nadaban en té rojo dentro de una tetera junto a pequeños trozos de avellanas. Gali comenzó a verter el té en las tazas al escuchar a los caballos que tiraban del carro del paciente.
-Buenos día, virrey.
El monje saludó relajado al hombre, al tiempo que sonreía y se apartaba de la entrada para permitir que el paso.
-Ya sabes que sí. -Prosiguió, cerrando la puerta y señalando las humeantes tazas. -Go'el le espera dentro, por la puerta de la izquierda, como siempre. -Añadió. -Enseguida llevo el té.
Tras la puerta del despacho, el galeno esperaba sentado con la ficha número 145669 que, tras la segunda cita, sufrió un percance y una mano ajena tachó el número y lo sustituyo por el 1. Después de aquel suceso, Go'el tomó la decisión de seguir usando ese fichero frente a Owens para más tarde colocar los datos en una pulcra e impoluta ficha.
Sobre la mesa también había varios instrumentos cotidianos de medicina y un perchero de pie que el rubio colocaba allí, específicamente para que el humano dejara la ropa.
-¿Cómo te encuentras hoy, Matthew?
El dragón señaló el colgador con la pluma, indicando sin palabras al paciente, que comenzara a desvestirse.
-¿Has notado alguna mejoría después del ultimo tratamiento?
-Buenos día, virrey.
El monje saludó relajado al hombre, al tiempo que sonreía y se apartaba de la entrada para permitir que el paso.
-Ya sabes que sí. -Prosiguió, cerrando la puerta y señalando las humeantes tazas. -Go'el le espera dentro, por la puerta de la izquierda, como siempre. -Añadió. -Enseguida llevo el té.
Tras la puerta del despacho, el galeno esperaba sentado con la ficha número 145669 que, tras la segunda cita, sufrió un percance y una mano ajena tachó el número y lo sustituyo por el 1. Después de aquel suceso, Go'el tomó la decisión de seguir usando ese fichero frente a Owens para más tarde colocar los datos en una pulcra e impoluta ficha.
Sobre la mesa también había varios instrumentos cotidianos de medicina y un perchero de pie que el rubio colocaba allí, específicamente para que el humano dejara la ropa.
-¿Cómo te encuentras hoy, Matthew?
El dragón señaló el colgador con la pluma, indicando sin palabras al paciente, que comenzara a desvestirse.
-¿Has notado alguna mejoría después del ultimo tratamiento?
Go'el
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Con Gali la relación parecía ser mucho menos tirante, ambos eran unos mentirosos, así que Matthew podía entenderse con él. El ayudante del Doctor siempre respondía de modo amable, sonriendo y dándole la razón al Virrey incluso cuando estaba en uno de sus ataques de berrinche, probablemente el tiempo junto a Go´el lo habían recompensado con una paciencia casi infinita.
-Oh Querido Gali, eres un tesoro para esta Ciudad ¿A qué esperas para venir a vivir conmigo? - Owens ya se había acostumbrado a la apariencia algo intimidante del dragón, y ahora lo trataba con la misma familiaridad que a todo el resto de sus allegados - Descubrirás que soy muy generoso con mis retribuciones -
Hizo un gesto con la mano para que los guardaespaldas se fueran, y se quedó apoyado en el respaldo de una de las sillas para no caerse. A pesar del dolor que sentía, del mareo y los escalofríos, mantenía una pose digna y continuaba hablando con la misma soltura de siempre, no podía perder la oportunidad de lanzarle indirectas al ayudante del médico.
-Deseame suerte - Sonrió de modo encantador y con paso cansado se dirigió hacía la oficina donde lo esperaba Go´el. No tenía sentido mentirle al doctor, así que Matthew contestó con absoluta sinceridad - Me siento terriblemente mal. Los síntomas son los que ya conoces y no parece haber mejora de ningún tipo -
Conociendo a Go´el, el Estafador no esperó a que mostrara preocupación alguna, ni a que lo ayudara a desvestirse, así que fue despacio hacia el perchero y comenzó a desabrocharse la camisa. De todos modos tenían que hacer algo de tiempo hasta que el tercer invitado llegara a la sala, y tener una charla amena sobre temas irrelevantes no era una opción.
-No solo no siento mejora alguna, sino que además creo que las drogas que me diste la semana pasada hacen menos efecto cada día - Comenzó Matt mientras se quitaba los pantalones, tarea para la cual tuvo que primero sentarse porque no había forma de que mantuviera el equilibrio - Necesitaré pronto un nuevo medicamento o que aumentes la dosis - No se lo estaba preguntando, era una orden, Owens no podía concebir la idea de tener que hacer su rutina diaria sintiéndose de esa manera.
El precario equilibrio que habían logrado estaba siempre a un paso de desbarrancar, y sí bien Matthew podía mandar a prender fuego la clínica con tan solo un gesto de su mano, el resto de los doctores de la ciudad eran más bien carniceros que en su tiempo libre remendaban heridas. No por eso le permitiría al Dragón que lo contradiga, pero sin duda le daba cierto margen de acción.
-Parece que ya llegó, empecemos entonces - En una esquina del consultorio apareció la famosa Mano de Bio, esa abominación que lo seguía fuera a donde fuera siempre y cuando estuviera dentro del perímetro de Ciudad Lagarto, la causante de todas sus dolencias - ¿Qué intentarás hoy? - Preguntó con un poco de curiosidad el Humano - ¿Será doloroso? - Se sonrió - ¿Qué tan doloroso? - No es que fuera inmune al dolor, pero Owens tenía una perspectiva algo retorcida de lo que era el tormento.
-Oh Querido Gali, eres un tesoro para esta Ciudad ¿A qué esperas para venir a vivir conmigo? - Owens ya se había acostumbrado a la apariencia algo intimidante del dragón, y ahora lo trataba con la misma familiaridad que a todo el resto de sus allegados - Descubrirás que soy muy generoso con mis retribuciones -
Hizo un gesto con la mano para que los guardaespaldas se fueran, y se quedó apoyado en el respaldo de una de las sillas para no caerse. A pesar del dolor que sentía, del mareo y los escalofríos, mantenía una pose digna y continuaba hablando con la misma soltura de siempre, no podía perder la oportunidad de lanzarle indirectas al ayudante del médico.
-Deseame suerte - Sonrió de modo encantador y con paso cansado se dirigió hacía la oficina donde lo esperaba Go´el. No tenía sentido mentirle al doctor, así que Matthew contestó con absoluta sinceridad - Me siento terriblemente mal. Los síntomas son los que ya conoces y no parece haber mejora de ningún tipo -
Conociendo a Go´el, el Estafador no esperó a que mostrara preocupación alguna, ni a que lo ayudara a desvestirse, así que fue despacio hacia el perchero y comenzó a desabrocharse la camisa. De todos modos tenían que hacer algo de tiempo hasta que el tercer invitado llegara a la sala, y tener una charla amena sobre temas irrelevantes no era una opción.
-No solo no siento mejora alguna, sino que además creo que las drogas que me diste la semana pasada hacen menos efecto cada día - Comenzó Matt mientras se quitaba los pantalones, tarea para la cual tuvo que primero sentarse porque no había forma de que mantuviera el equilibrio - Necesitaré pronto un nuevo medicamento o que aumentes la dosis - No se lo estaba preguntando, era una orden, Owens no podía concebir la idea de tener que hacer su rutina diaria sintiéndose de esa manera.
El precario equilibrio que habían logrado estaba siempre a un paso de desbarrancar, y sí bien Matthew podía mandar a prender fuego la clínica con tan solo un gesto de su mano, el resto de los doctores de la ciudad eran más bien carniceros que en su tiempo libre remendaban heridas. No por eso le permitiría al Dragón que lo contradiga, pero sin duda le daba cierto margen de acción.
-Parece que ya llegó, empecemos entonces - En una esquina del consultorio apareció la famosa Mano de Bio, esa abominación que lo seguía fuera a donde fuera siempre y cuando estuviera dentro del perímetro de Ciudad Lagarto, la causante de todas sus dolencias - ¿Qué intentarás hoy? - Preguntó con un poco de curiosidad el Humano - ¿Será doloroso? - Se sonrió - ¿Qué tan doloroso? - No es que fuera inmune al dolor, pero Owens tenía una perspectiva algo retorcida de lo que era el tormento.
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Re: Turno con el médico [Privado] [Cerrado]
El monje rió relajado y comenzó a caminar a ritmo lento para seguir al virrey por la habitación. El rubio le había pedido a Gali durante el desayuno, que evitara en la medida de lo posible que su paciente cayera al suelo.
-Estoy seguro de que lo son, -Respondió el monje mientras se dirigía hacia los cojines, donde las tazas de té esperaban en una mesita baja. -todas vuestras empleadas se ven satisfechas. -Gali sonrió arrodillándose junto a la mesa y al mismo tiempo, seguía a Matthew con la mirada. -Lo siento, pero debe perdonarme. Tengo él deber de permanecer al lado de Go'el.
¿Acaso podía compararse la palabra de un dios con la de un simple hombre? Para Gali, evidentemente no. El apacible dragón tenía voz y pensamiento propio, pero cuando el dragón oscuro hablaba, se le acataba sin contradicción alguna.
-Le deseo suerte, virrey.
Concluyó el dragón de tierra con una sonrisa.
En el interior de la habitación Go'el anotaba los datos que el humano le daba.
-¿Y el bastón? te dije que usaras uno. En tu estado las caídas pueden generar graves problemas.
Go'el tachó una línea concreta sobre el expediente de Owens, (él si podía tachar cosas).
-Tranquilo Matthew, he estado investigando. Hoy te daré un nuevo medicamento. -El rubio señaló la silla con la pluma. -Siéntate por favor.
En ese momento la mano robótica apareció en el despacho y Go'el miró la extremidad con una ceja levantada.
-Sigo sin saber por dónde entra. La última vez Gali la estuvo siguiendo y no descubrió nada. -El galeno se puso frente al paciente y comenzó a balbucear. -Tengo la teoría de que puede atravesar materia sólida.
La puerta de la habitación sonó tres veces, se abrió y apareció la cara del monje junto a una bandeja con tazas humeantes. Sin interrumpir la interacción entre paciente y doctor, Gali colocó los vasos sobre la mesa y se marchó de nuevo con una leve inclinación de cabeza y una frase escueta.
-Té de avellanas y grosellas, buen provecho.
-Hoy vamos a comenzar un tratamiento de choque. -Go'el se aclaró la garganta antes de responder al virrey. -Durante esta semana vendrás todos los días. -El rubio dejó de auscultar el pecho del moreno y bebió un trago largo de la infusión. -Calculo que el tratamiento durara una hora y después estarás otras dos en las termas hasta que tu cuerpo se normalice.
El dragón humanoide había cogido un bisturí y un cuenco mientras hablaba y se dirigía hacia la mano robótica.
-No sé cuánto dolor puede provocarte, es un tratamiento único, pero tranquilo, enseguida lo descubriremos.
Go'el raspó la superficie de la mano biótica hasta sacar unas cuantas virutas metálicas y seguidamente, se fue a la mesa de laboratorio donde un fuego de llama azul calentaba un alambique.
Lo primero que hizo el científico fue depurar el metal, tras varios líquidos y filtrados el material estaba preparado para la siguiente fase. La segunda parte consistía en verter, remover y pulverizar el metal, pasarlo por una serie de productos alquímicos y hervir el resultado junto a otro puñado de productos de difícil mención para la gente común.
El resultado final era un líquido de un color amarillo pálido, dentro de una botella que poseía un corcho con una varilla.
-Vamos a empezar el tratamiento Matthew. Pon le brazo sobre la mesa.
El cuello de la botella tenía una cinta de cuero y el tapón un tubo que comunicaba con una aguja hueca.
-Procura no mover el brazo durante el proceso y seria de mucha utilidad que describieras cualquier síntoma que provoque. -Go'el Colgó la botella, cabeza abajo, en el perchero. -Bien, ahora voy a pincharte. Te sacaré la aguja cuando el líquido se termine.
-Estoy seguro de que lo son, -Respondió el monje mientras se dirigía hacia los cojines, donde las tazas de té esperaban en una mesita baja. -todas vuestras empleadas se ven satisfechas. -Gali sonrió arrodillándose junto a la mesa y al mismo tiempo, seguía a Matthew con la mirada. -Lo siento, pero debe perdonarme. Tengo él deber de permanecer al lado de Go'el.
¿Acaso podía compararse la palabra de un dios con la de un simple hombre? Para Gali, evidentemente no. El apacible dragón tenía voz y pensamiento propio, pero cuando el dragón oscuro hablaba, se le acataba sin contradicción alguna.
-Le deseo suerte, virrey.
Concluyó el dragón de tierra con una sonrisa.
En el interior de la habitación Go'el anotaba los datos que el humano le daba.
-¿Y el bastón? te dije que usaras uno. En tu estado las caídas pueden generar graves problemas.
Go'el tachó una línea concreta sobre el expediente de Owens, (él si podía tachar cosas).
-Tranquilo Matthew, he estado investigando. Hoy te daré un nuevo medicamento. -El rubio señaló la silla con la pluma. -Siéntate por favor.
En ese momento la mano robótica apareció en el despacho y Go'el miró la extremidad con una ceja levantada.
-Sigo sin saber por dónde entra. La última vez Gali la estuvo siguiendo y no descubrió nada. -El galeno se puso frente al paciente y comenzó a balbucear. -Tengo la teoría de que puede atravesar materia sólida.
La puerta de la habitación sonó tres veces, se abrió y apareció la cara del monje junto a una bandeja con tazas humeantes. Sin interrumpir la interacción entre paciente y doctor, Gali colocó los vasos sobre la mesa y se marchó de nuevo con una leve inclinación de cabeza y una frase escueta.
-Té de avellanas y grosellas, buen provecho.
-Hoy vamos a comenzar un tratamiento de choque. -Go'el se aclaró la garganta antes de responder al virrey. -Durante esta semana vendrás todos los días. -El rubio dejó de auscultar el pecho del moreno y bebió un trago largo de la infusión. -Calculo que el tratamiento durara una hora y después estarás otras dos en las termas hasta que tu cuerpo se normalice.
El dragón humanoide había cogido un bisturí y un cuenco mientras hablaba y se dirigía hacia la mano robótica.
-No sé cuánto dolor puede provocarte, es un tratamiento único, pero tranquilo, enseguida lo descubriremos.
Go'el raspó la superficie de la mano biótica hasta sacar unas cuantas virutas metálicas y seguidamente, se fue a la mesa de laboratorio donde un fuego de llama azul calentaba un alambique.
Lo primero que hizo el científico fue depurar el metal, tras varios líquidos y filtrados el material estaba preparado para la siguiente fase. La segunda parte consistía en verter, remover y pulverizar el metal, pasarlo por una serie de productos alquímicos y hervir el resultado junto a otro puñado de productos de difícil mención para la gente común.
El resultado final era un líquido de un color amarillo pálido, dentro de una botella que poseía un corcho con una varilla.
-Vamos a empezar el tratamiento Matthew. Pon le brazo sobre la mesa.
El cuello de la botella tenía una cinta de cuero y el tapón un tubo que comunicaba con una aguja hueca.
-Procura no mover el brazo durante el proceso y seria de mucha utilidad que describieras cualquier síntoma que provoque. -Go'el Colgó la botella, cabeza abajo, en el perchero. -Bien, ahora voy a pincharte. Te sacaré la aguja cuando el líquido se termine.
Go'el
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Re: Turno con el médico [Privado] [Cerrado]
“El deber” Matthew podía entender eso, o al menos su mente podía entenderlo, pero jamás compartirlo ¿Qué era esa tontería del Deber? ¿Como se le podía deber a alguien tu misma existencia? El Estafador no podía más que pensar que eran delirios de un fanático, y eso era mucho más sencillo de comprender, ya que él mismo tenía una pasión que rayaba el fanatismo por varias cosas. Nada de eso significaba que dejaría de intentar seducir al moreno...
-¿Un bastón? - Matthew hizo un sonido entre indignado y despectivo - ¿Como se te ocurre? Es una propuesta ridícula, me hace ver diez años más viejo el usar una cosa como esa - Y no es como si no lo hubiese intentado, luego de que Go´el se lo sugiriera había adquirido una gran cantidad de bastones de muchos tipos de materiales y adornos varios. Luego había pasado una tarde entera parado frente al espejo, probándose distintos trajes con distintos bastones para evaluar cómo se veía. Finalmente había decidido que ninguno le convencía y que prefería no aparecer en público cuando se sintiera demasiado mal - Tampoco quiero que el sentirme así se haga una costumbre. Estamos aquí para curarme ¿O no? -
De haber estado en otra situación habría agregado un tono seductor a la pregunta, pero ya sabía que ese tipo de bromas no funcionaban con el doctor. En verdad, nada parecía afectarle, las únicas emociones que Matthew había logrado detectar en Go´el era el estar “irritado” o “fascinado”, y eran dos sentimientos que por sí solos se volvían bastante aburridos cuando se reiteraban con el tiempo.
-Gracias Querido Gali - Respondió el Virrey con una voz melosa, en nada parecido al tono seco que usaba con el otro Dragón - ¿Nos veremos a diario? Por todos los dioses, será como estar casados pero sin los beneficios - Hizo un suspiro resignado - Eso me deja muy tranquilo, sí - Levantó una ceja para resaltar el sarcasmo en sus palabras, sin demasiadas esperanzas de que Go´el lo captara.
Mientras el médico realizaba todos sus experimentos, Matthew seguía sentado desnudo y de piernas cruzadas, intentando entretenerse con otras cosas, como tomar el té o mirar las etiquetas de los frascos que habían alrededor. A la orden del doctor, Owens extendió el brazo, cuando la situación lo ameritaba podía ser bastante serio, probablemente sí hubiesen estado allí Eyre, Brenda o Helena no habrían podido creer la docilidad que demostraba tener el Virrey.
-¿Qué cosas sí puedo hacer hasta que ese líquido se termine? - Hizo un gesto de molestia muy fugaz cuando sintió entrar la aguja, pero no se quejó - Dices que no mueva el brazo ¿Puedo al menos hablar entonces? Me da la sensación de que esto se tardará un buen tiempo - Y el peor enemigo de Matthew era el aburrimiento.
Intentó mantenerse quieto y en silencio durante algunos segundos, pero su ansiedad se volvía rápidamente en una angustia insoportable. Empezó a dar golpecitos con el pie en el piso, luego a tamborilear con los dedos del otro brazo, cambió de postura varias veces y finalmente no pudo aguantarse de entablar alguna charla.
-¿Cómo salieron los experimentos con la muchacha esa... La bruja? - Apretó los labios mientra intentaba recordar su nombre - ¡Nahir! Eso es, la joven de tez oscura sumamente atractiva - Una ligera sensación de mareo hizo que dejara de hablar unos segundos - ¿Qué es lo que tiene esta cosa? ¿Y porque me genera.... Náuseas? - No comprendía como algo que estaba entrando por su brazo le repercutía en su estómago.
-¿Un bastón? - Matthew hizo un sonido entre indignado y despectivo - ¿Como se te ocurre? Es una propuesta ridícula, me hace ver diez años más viejo el usar una cosa como esa - Y no es como si no lo hubiese intentado, luego de que Go´el se lo sugiriera había adquirido una gran cantidad de bastones de muchos tipos de materiales y adornos varios. Luego había pasado una tarde entera parado frente al espejo, probándose distintos trajes con distintos bastones para evaluar cómo se veía. Finalmente había decidido que ninguno le convencía y que prefería no aparecer en público cuando se sintiera demasiado mal - Tampoco quiero que el sentirme así se haga una costumbre. Estamos aquí para curarme ¿O no? -
De haber estado en otra situación habría agregado un tono seductor a la pregunta, pero ya sabía que ese tipo de bromas no funcionaban con el doctor. En verdad, nada parecía afectarle, las únicas emociones que Matthew había logrado detectar en Go´el era el estar “irritado” o “fascinado”, y eran dos sentimientos que por sí solos se volvían bastante aburridos cuando se reiteraban con el tiempo.
-Gracias Querido Gali - Respondió el Virrey con una voz melosa, en nada parecido al tono seco que usaba con el otro Dragón - ¿Nos veremos a diario? Por todos los dioses, será como estar casados pero sin los beneficios - Hizo un suspiro resignado - Eso me deja muy tranquilo, sí - Levantó una ceja para resaltar el sarcasmo en sus palabras, sin demasiadas esperanzas de que Go´el lo captara.
Mientras el médico realizaba todos sus experimentos, Matthew seguía sentado desnudo y de piernas cruzadas, intentando entretenerse con otras cosas, como tomar el té o mirar las etiquetas de los frascos que habían alrededor. A la orden del doctor, Owens extendió el brazo, cuando la situación lo ameritaba podía ser bastante serio, probablemente sí hubiesen estado allí Eyre, Brenda o Helena no habrían podido creer la docilidad que demostraba tener el Virrey.
-¿Qué cosas sí puedo hacer hasta que ese líquido se termine? - Hizo un gesto de molestia muy fugaz cuando sintió entrar la aguja, pero no se quejó - Dices que no mueva el brazo ¿Puedo al menos hablar entonces? Me da la sensación de que esto se tardará un buen tiempo - Y el peor enemigo de Matthew era el aburrimiento.
Intentó mantenerse quieto y en silencio durante algunos segundos, pero su ansiedad se volvía rápidamente en una angustia insoportable. Empezó a dar golpecitos con el pie en el piso, luego a tamborilear con los dedos del otro brazo, cambió de postura varias veces y finalmente no pudo aguantarse de entablar alguna charla.
-¿Cómo salieron los experimentos con la muchacha esa... La bruja? - Apretó los labios mientra intentaba recordar su nombre - ¡Nahir! Eso es, la joven de tez oscura sumamente atractiva - Una ligera sensación de mareo hizo que dejara de hablar unos segundos - ¿Qué es lo que tiene esta cosa? ¿Y porque me genera.... Náuseas? - No comprendía como algo que estaba entrando por su brazo le repercutía en su estómago.
Matthew Owens
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Re: Turno con el médico [Privado] [Cerrado]
Mientras Matthew hablaba, Go'el descolgó la camisa del perchero y se la puso sobre los hombros al paciente, segundos después rodeó la mesa y se sentó frente a sus notas, dio un sorbo al té y observó al virrey.
-Sí, podemos hablar. -Afirmó el rubio mojando la pluma en la tinta. -También puedes mover el otro brazo, leer, escribir... ¿Eres zurdo o diestro? -Go'el esperó unos segundos y comenzó a escribir. -No me importa si te hace ver viejo o joven.
El doctor sacó a relucir el dilema del bastón, aprovechando que el humano intentaba guardar silencio.
-Tienes que llevar bastón hasta que consigas caminar con normalidad. -Go'el se adelantó a la posible réplica del moreno y siguió hablando. -Eso significa que mientras sufras mareos, perdidas de equilibro, dolores al andar, temblores o cualquier dolencia que te haga caer, necesitas bastón. Tu estado no es permanente, pero en tu condición una caída menor podría provocar rotura de huesos y eso sí que generara una dolencia mayor a largo plazo. -El rubiales levantó la vista del papel. -Y no quieres estar un mes postrado en la cama.
Inconscientemente el galeno había comenzado a escribir al ritmo que estaba marcando Owens con los dedos, aunque no duró demasiado, pues el virrey apenas aguantó minuto y medio sin soltar palabra.
-Debería ser un experimento fructuoso teniendo en cuenta la duración e intensidad de la primera fase, pero Gali la soltó antes de tiempo y cabe la posibilidad de que el sujeto de prueba haya abortado. La mujer estaba sana y gozaba de un cuerpo apto para el parto por lo que es poco probable que pueda sufrir un aborto natural... -El dragón hablaba un poco más rápido con cada nueva frase. -...Hasta que no pasen los 9 meses de gestación no sabré los resultados, aunque es muy posible que tarde más tiempo en encontrarla.
El medico estaba enfrascado en su perorata, era raro que alguien preguntara por sus experimentos y la lógica del rubio indicaba que, si alguien preguntaba era porque sentía interés.
Aquella resolución le daba pie a Go'el para comenzar a contar toda clase de detalles e hipótesis. Entablar una conversación con el doctor sobre sus experimentos, solía conducir siempre a puntos escabrosos y poco recomendables para una mente común... y seguramente para las mentes menos comunes también. Un Go'el emocionado casi siempre es sinónimo de sadismo.
Por suerte, (o por desgracia) Matthew cortó la charla cuando comenzó a experimentar los primeros síntomas negativos del tratamiento.
-¿Nauseas? interesante. -El galeno mojó de nuevo la pluma y anotó rápidamente la palabra. -Contiene un conjunto de sustancias que mezclaran la esencia de la mano con tu sangre.
Go'el abrió un cajón y extrajo una campanilla que repico un par de veces. Esperó unos momentos y cuando la puerta se abrió guardó el instrumento en su sitio.
-Gali trae un cubo y una toalla húmeda. -El monje asintió y cerró la puerta. -Por si acaso. -Aclaró el rubio. -Puede que las nauseas aumenten. ¿Sientes algo más? perdida de visión, ¿vahído, quizás? entumecimiento...
Go'el enumeró un puñado más de posibles problemas mientras que Gali entraba con el cubo y la toalla, dejando el primero junto a la silla de Owens y el segundo en su reposabrazos.
-Sí, podemos hablar. -Afirmó el rubio mojando la pluma en la tinta. -También puedes mover el otro brazo, leer, escribir... ¿Eres zurdo o diestro? -Go'el esperó unos segundos y comenzó a escribir. -No me importa si te hace ver viejo o joven.
El doctor sacó a relucir el dilema del bastón, aprovechando que el humano intentaba guardar silencio.
-Tienes que llevar bastón hasta que consigas caminar con normalidad. -Go'el se adelantó a la posible réplica del moreno y siguió hablando. -Eso significa que mientras sufras mareos, perdidas de equilibro, dolores al andar, temblores o cualquier dolencia que te haga caer, necesitas bastón. Tu estado no es permanente, pero en tu condición una caída menor podría provocar rotura de huesos y eso sí que generara una dolencia mayor a largo plazo. -El rubiales levantó la vista del papel. -Y no quieres estar un mes postrado en la cama.
Inconscientemente el galeno había comenzado a escribir al ritmo que estaba marcando Owens con los dedos, aunque no duró demasiado, pues el virrey apenas aguantó minuto y medio sin soltar palabra.
-Debería ser un experimento fructuoso teniendo en cuenta la duración e intensidad de la primera fase, pero Gali la soltó antes de tiempo y cabe la posibilidad de que el sujeto de prueba haya abortado. La mujer estaba sana y gozaba de un cuerpo apto para el parto por lo que es poco probable que pueda sufrir un aborto natural... -El dragón hablaba un poco más rápido con cada nueva frase. -...Hasta que no pasen los 9 meses de gestación no sabré los resultados, aunque es muy posible que tarde más tiempo en encontrarla.
El medico estaba enfrascado en su perorata, era raro que alguien preguntara por sus experimentos y la lógica del rubio indicaba que, si alguien preguntaba era porque sentía interés.
Aquella resolución le daba pie a Go'el para comenzar a contar toda clase de detalles e hipótesis. Entablar una conversación con el doctor sobre sus experimentos, solía conducir siempre a puntos escabrosos y poco recomendables para una mente común... y seguramente para las mentes menos comunes también. Un Go'el emocionado casi siempre es sinónimo de sadismo.
Por suerte, (o por desgracia) Matthew cortó la charla cuando comenzó a experimentar los primeros síntomas negativos del tratamiento.
-¿Nauseas? interesante. -El galeno mojó de nuevo la pluma y anotó rápidamente la palabra. -Contiene un conjunto de sustancias que mezclaran la esencia de la mano con tu sangre.
Go'el abrió un cajón y extrajo una campanilla que repico un par de veces. Esperó unos momentos y cuando la puerta se abrió guardó el instrumento en su sitio.
-Gali trae un cubo y una toalla húmeda. -El monje asintió y cerró la puerta. -Por si acaso. -Aclaró el rubio. -Puede que las nauseas aumenten. ¿Sientes algo más? perdida de visión, ¿vahído, quizás? entumecimiento...
Go'el enumeró un puñado más de posibles problemas mientras que Gali entraba con el cubo y la toalla, dejando el primero junto a la silla de Owens y el segundo en su reposabrazos.
Go'el
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Re: Turno con el médico [Privado] [Cerrado]
-Ambidiestro - Contestó con tono no demasiado entusiasmado el Virrey - No es como sí uno tuviera la opción de elegir con qué mano trabajar - Se aguantó todo el sermón de porque era necesario que usara bastón, ya se había imaginado que sería así, aunque eso no lo hacía menos irritante - Pues a mi no me importan los motivos médicos que justifican el uso de un bastón - Le rebatió Matt - Sí la opción es que no me vean cuando estoy débil, o que me vean caminando con un bastón como un anciano. Elijo lo primero -
La imagen lo era todo para Owens, el aparentar era lo que fabricaba realidades, la verdad no le importaba a nadie, era solo cuestión de crearse la imagen adecuada en el momento adecuado y todo estaría hecho. Por que al final ¿Quien era capaz de diferenciar lo real de lo inventado? Sí los cimientos mismos de la sociedad se establecian en base a creencias y a la fe ciega de los ingenuos.
-”Experimento fructuoso”, “Duración e intensidad” es increíble como logras que incluso algo tan placentero suene absolutamente desagradable - No disimuló su asco - Tu y yo sabemos lo que pasó en realidad ¿Por qué no lo dices como corresponde? Dilo claramente “La violé” - Se quedó mirándolo fijamente, evaluando sus reacciones - “La violé y no una, sino muchas veces” Eso es lo que en realidad pasó - Matthew no parecía ni molesto, ni asqueado con la situación - ¿Pensaste alguna vez qué ocurriría si te pasara a ti? Jajaja, digo, además de que no quedarías embarazado, eso es evidente -
Claramente Matthew no esperaba algún tipo de consuelo ante su malestar, y tal como suponía no lo recibió, la primera expresión de Go´el fue “Interesante”. De no haber sido porque sentía que sí hablaba vomitaría todo lo que tenía en el estómago, le hubiese dedicado una buena cantidad de insultos. En lugar de eso, simplemente se tapó la boca con la mano que podía mover y usó toda su concentración para no dejar salir la comida y el té recientemente ingerido.
Owens no podía contestar, la sensación de mareo, náuseas y el dolor eran tan agudas que siquiera era capaz de concentrarse en las palabras del doctor. Dejó que su cuerpo se recostara en la mesa, y se tapó el rostro con el brazo libre, intentando pensar en otra cosa, poniendo todo su esfuerzo en que su cuerpo respondiera a su voluntad. Pero fue en vano, en cuanto Gali llegó con el cubo, lo agarró con desesperación y vomitó, y no una, sino muchas veces, hasta que en su estómago no quedaba nada y solo soltaba restos de bilis con un poco de sangre.
-¿Qué mierda me pusiste? ¿Acaso intentas matarme? - Llevó la mano hacía la aguja e intentó arrancarla - ¿Como se te ocurre ponerme de eso en la sangre? ¡En mi sangre! Me costó mucho conseguirla - Luego de pasar un leve período como casi un vampiro, Matt tenía una relación muy extraña con su sangre.
La imagen lo era todo para Owens, el aparentar era lo que fabricaba realidades, la verdad no le importaba a nadie, era solo cuestión de crearse la imagen adecuada en el momento adecuado y todo estaría hecho. Por que al final ¿Quien era capaz de diferenciar lo real de lo inventado? Sí los cimientos mismos de la sociedad se establecian en base a creencias y a la fe ciega de los ingenuos.
-”Experimento fructuoso”, “Duración e intensidad” es increíble como logras que incluso algo tan placentero suene absolutamente desagradable - No disimuló su asco - Tu y yo sabemos lo que pasó en realidad ¿Por qué no lo dices como corresponde? Dilo claramente “La violé” - Se quedó mirándolo fijamente, evaluando sus reacciones - “La violé y no una, sino muchas veces” Eso es lo que en realidad pasó - Matthew no parecía ni molesto, ni asqueado con la situación - ¿Pensaste alguna vez qué ocurriría si te pasara a ti? Jajaja, digo, además de que no quedarías embarazado, eso es evidente -
Claramente Matthew no esperaba algún tipo de consuelo ante su malestar, y tal como suponía no lo recibió, la primera expresión de Go´el fue “Interesante”. De no haber sido porque sentía que sí hablaba vomitaría todo lo que tenía en el estómago, le hubiese dedicado una buena cantidad de insultos. En lugar de eso, simplemente se tapó la boca con la mano que podía mover y usó toda su concentración para no dejar salir la comida y el té recientemente ingerido.
Owens no podía contestar, la sensación de mareo, náuseas y el dolor eran tan agudas que siquiera era capaz de concentrarse en las palabras del doctor. Dejó que su cuerpo se recostara en la mesa, y se tapó el rostro con el brazo libre, intentando pensar en otra cosa, poniendo todo su esfuerzo en que su cuerpo respondiera a su voluntad. Pero fue en vano, en cuanto Gali llegó con el cubo, lo agarró con desesperación y vomitó, y no una, sino muchas veces, hasta que en su estómago no quedaba nada y solo soltaba restos de bilis con un poco de sangre.
-¿Qué mierda me pusiste? ¿Acaso intentas matarme? - Llevó la mano hacía la aguja e intentó arrancarla - ¿Como se te ocurre ponerme de eso en la sangre? ¡En mi sangre! Me costó mucho conseguirla - Luego de pasar un leve período como casi un vampiro, Matt tenía una relación muy extraña con su sangre.
Matthew Owens
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Re: Turno con el médico [Privado] [Cerrado]
El doctor apuntó el dato sobre las manos del humano y a continuación lo miró fijamente.
-Eso es irrelevante. El éxito del experimento solo depende del grado de fertilidad. El trato dado al sujeto no hubiera cambiado nada, solo hubiera sido una pérdida de tiempo. Lo que supondría un rango mayor de fallo, que tendría que suplir con más sesiones. -Go'el se detuvo un segundo para beber. -El consentimiento de los progenitores es indiferente.
Lo peor de aquella conversación no era el contenido, sino la neutralidad y la falta de emociones en el rubio. El científico había convertido el hermoso acto de concebir vida, en un montón de números y resultados. Despojado de toda humanidad hablaba de violaciones como si aquello fuera un minio detalle sin importancia.
En las ecuaciones del rubio los sentimientos eran un factor despreciable, Go'el ni siquiera los tenia contemplados.
-¿A mí? -El galeno se quedó callado por un segundo. -Mmm... Que las hembras de otras razas quieran tener descendencia con un dragón es, hasta cierto punto, entendible. Los dragones tenemos muchos puntos remarcables.
Go'el no se planteó, ni por un segundo, que Matthew pudiera estar hablando de una violaciones entre uno o más hombres.
-Estoy seguro que podría rendir satisfactoriamente con cualquiera de mis dos formas. Si se diera el caso podría aparearme con dos de ellas al mismo tiempo.
El medico dejó de lado la interesante conversación, al ver que su paciente se apoyaba sobre la mesa.
-Gali, trae otro cubo.
El monje asintió y desapareció de la sala llevándose el desayuno del virrey.
Antes de que se cerrase la puerta, Go'el ya estaba agarrando la mano del humano y apretándola con fuerza para evitar incidentes.
-Estamos haciendo esto para curarte, si quisiera matarte no malgastaría mi tiempo en salvarte la vida. Y -Añadió el rubio. -ya te dije lo que lleva el gotero.
Go'el se había levantado un par de centímetros del asiento al impedir que el humano se arrancara la vía.
-Suelta la aguja, Matthew. -El galeno se sentó en la silla, sin soltarle la mano a Owens. -Lo que te estoy dando esta... limpiando tu sangre. -El rubio aflojó el agarre. -Mañana ven sin desayunar, así evitaremos los vómitos.
Go'el miró un instante la botella que colgaba del perchero, el líquido había llegado a la marca que señalaba la mitad del recipiente.
La puerta recibió tres golpes y se abrió. Gali entró una vez más con un cubo y una vez más lo dejó a los pies de la silla del virrey.
-Eso es irrelevante. El éxito del experimento solo depende del grado de fertilidad. El trato dado al sujeto no hubiera cambiado nada, solo hubiera sido una pérdida de tiempo. Lo que supondría un rango mayor de fallo, que tendría que suplir con más sesiones. -Go'el se detuvo un segundo para beber. -El consentimiento de los progenitores es indiferente.
Lo peor de aquella conversación no era el contenido, sino la neutralidad y la falta de emociones en el rubio. El científico había convertido el hermoso acto de concebir vida, en un montón de números y resultados. Despojado de toda humanidad hablaba de violaciones como si aquello fuera un minio detalle sin importancia.
En las ecuaciones del rubio los sentimientos eran un factor despreciable, Go'el ni siquiera los tenia contemplados.
-¿A mí? -El galeno se quedó callado por un segundo. -Mmm... Que las hembras de otras razas quieran tener descendencia con un dragón es, hasta cierto punto, entendible. Los dragones tenemos muchos puntos remarcables.
Go'el no se planteó, ni por un segundo, que Matthew pudiera estar hablando de una violaciones entre uno o más hombres.
-Estoy seguro que podría rendir satisfactoriamente con cualquiera de mis dos formas. Si se diera el caso podría aparearme con dos de ellas al mismo tiempo.
El medico dejó de lado la interesante conversación, al ver que su paciente se apoyaba sobre la mesa.
-Gali, trae otro cubo.
El monje asintió y desapareció de la sala llevándose el desayuno del virrey.
Antes de que se cerrase la puerta, Go'el ya estaba agarrando la mano del humano y apretándola con fuerza para evitar incidentes.
-Estamos haciendo esto para curarte, si quisiera matarte no malgastaría mi tiempo en salvarte la vida. Y -Añadió el rubio. -ya te dije lo que lleva el gotero.
Go'el se había levantado un par de centímetros del asiento al impedir que el humano se arrancara la vía.
-Suelta la aguja, Matthew. -El galeno se sentó en la silla, sin soltarle la mano a Owens. -Lo que te estoy dando esta... limpiando tu sangre. -El rubio aflojó el agarre. -Mañana ven sin desayunar, así evitaremos los vómitos.
Go'el miró un instante la botella que colgaba del perchero, el líquido había llegado a la marca que señalaba la mitad del recipiente.
La puerta recibió tres golpes y se abrió. Gali entró una vez más con un cubo y una vez más lo dejó a los pies de la silla del virrey.
Go'el
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Re: Turno con el médico [Privado] [Cerrado]
Era imposible que lograran comunicarse, Go´el no entendía ni una sola palabra de lo que se le decía, a menos que fuera en formato de síntoma, su falta de empatía era tal que lo cegaba a la comprensión mínima que le permitiría interpretaría lo que Matt le decía. No era el primer caso similar que el Estafador se encontraba, era un ejemplo bastante común entre todas aquellas profesiones que tenían que acabar con la vida de otros humanos, a su manera, Owens no era ajeno a todo eso.
Pero a la vez eran muy distintos, Matthew imitaba una empatía de la cual carecía, Go´el no hacía ningún esfuerzo por siquiera aparentarlo.
-Si quisieras matarme... ya no estarías... en este mundo - Masculló el Virrey de modo entrecortado, si intentaba hablar demasiado vomitaría sobre la mesa - Pu-dre-te - Agarró la mano del dragón y también apretó, para estar tan enfermo conservaba bastante bien la fuerza.
Lo soltó solo para taparse la boca nuevamente, y sin quererlo terminó vomitando en el brazo del doctor, justo entonces entró Gali con otro cubo. Estaba transpirando demasiado, pero al mismo tiempo sentía escalofríos, aunque ya no tenía fuerzas para poder explicarle todo eso al Doctor.
Se le oscurecía la mirada, sabía lo que significaba eso, iba a desmayarse. Tensó el cuerpo y levantó la cabeza, con mucha dificultad, su mirada era seria aunque parecía estar algo perdido, no enfocaba bien.
-No... Está... Funcionando... - Dijo de modo entrecortado - Ahora está... Dentro de mí - Creía poder sentir los restos de la mano Bio corriendo por sus venas - Está dentro de mí, no podré quitarmelo ¡Jamás podré quitarmelo! -
Sentirse tan enfermo y débil no le permite mantener la mascarada de tranquilidad que sostenía con no poco esfuerzo en su día a día. Todo le daba vueltas, el ponerse tan nervioso no ayudaba para nada al tratamiento, al final ya no pudo seguir resistiendo y se desmayó...
Para cuando se despertó, el líquido del gotero ya se había terminado, Matt se sentía débil, la sensación de náuseas seguían allí pero ya no tenía absolutamente nada para expulsar. Agotado y adolorido, buscó con la mirada a Gali, para que lo ayudara a ponerse en pie.
-Ya terminamos... - Dijo con apenas un hilo de voz, aún cansado como estaba seguía empecinado en ser él quien decidía los tiempos de esa sesión - Es... Suficiente... Por hoy... - No veía sí Go´el seguía allí, pero suponía que sí, probablemente tomando nota de su agonía para futuros experimentos.
Pero a la vez eran muy distintos, Matthew imitaba una empatía de la cual carecía, Go´el no hacía ningún esfuerzo por siquiera aparentarlo.
-Si quisieras matarme... ya no estarías... en este mundo - Masculló el Virrey de modo entrecortado, si intentaba hablar demasiado vomitaría sobre la mesa - Pu-dre-te - Agarró la mano del dragón y también apretó, para estar tan enfermo conservaba bastante bien la fuerza.
Lo soltó solo para taparse la boca nuevamente, y sin quererlo terminó vomitando en el brazo del doctor, justo entonces entró Gali con otro cubo. Estaba transpirando demasiado, pero al mismo tiempo sentía escalofríos, aunque ya no tenía fuerzas para poder explicarle todo eso al Doctor.
Se le oscurecía la mirada, sabía lo que significaba eso, iba a desmayarse. Tensó el cuerpo y levantó la cabeza, con mucha dificultad, su mirada era seria aunque parecía estar algo perdido, no enfocaba bien.
-No... Está... Funcionando... - Dijo de modo entrecortado - Ahora está... Dentro de mí - Creía poder sentir los restos de la mano Bio corriendo por sus venas - Está dentro de mí, no podré quitarmelo ¡Jamás podré quitarmelo! -
Sentirse tan enfermo y débil no le permite mantener la mascarada de tranquilidad que sostenía con no poco esfuerzo en su día a día. Todo le daba vueltas, el ponerse tan nervioso no ayudaba para nada al tratamiento, al final ya no pudo seguir resistiendo y se desmayó...
Para cuando se despertó, el líquido del gotero ya se había terminado, Matt se sentía débil, la sensación de náuseas seguían allí pero ya no tenía absolutamente nada para expulsar. Agotado y adolorido, buscó con la mirada a Gali, para que lo ayudara a ponerse en pie.
-Ya terminamos... - Dijo con apenas un hilo de voz, aún cansado como estaba seguía empecinado en ser él quien decidía los tiempos de esa sesión - Es... Suficiente... Por hoy... - No veía sí Go´el seguía allí, pero suponía que sí, probablemente tomando nota de su agonía para futuros experimentos.
Matthew Owens
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Al médico le llamó la atención que su paciente, pudiera sacar fuerzas de flaqueza en aquella situación. Con la reacción de Matthew, Go'el recordó a un perro que gruñía y enseñaba los dientes, de manera amenazadora mientras era curado, pero el animal en ningún momento atacó las manos que le trataban.
El doctor cogió la pluma y apuntó aquel detalle en la hoja del virrey.
-Desde luego. -Afirmó el rubio, limpiándose el brazo con un trapo. -Cuando me muera me pudriré, como hacen todos los que mueren y no son quemados.
El humano parecía tener impedimentos para seguir hablando, la frente, el cuello y cualquier zona corporal visible, estaba perlada de sudor. El brazo del moreno, donde llevaba la vía, tenía el vello erizado.
-No podemos saber si funciona o no, con una sola sesión.
Go'el seguía hablando con su tono monótono, pero se había levantado de la silla y rodeado la mesa. Ahora estaba junto a Owens.
-Sí, está dentro de ti. Pero no, no se quedara dentro de ti.
El dragón paró la conversación, el paciente se había desmayado y ya no le escuchaba.
-Gali, coge a Matthew. Llevémoslo a una cama.
El monje sonrió con tranquilidad, y sin hacer esfuerzo alguno levantó al humano. Go'el cogió el perchero donde reposaba el gotero y la ropa del paciente, y siguió de cerca a su compañero.
Salieron del despacho y cruzaron la sala principal por detrás del mostrador. En medio del inmenso armario boticario, había una puerta que parecía estar encajada a presión, tras aquella puerta se encontraba una habitación con media docena de camas. Aquel lugar era el espacio donde el doctor hospedaba a los pacientes que necesitaban atención constante.
Gali dejó a al humano en una da las camas y se marchó a cumplir la siguiente orden del rubio. Go'el comprobó el gotero, le dio un par de toques al cristal con la uña y se sentó en un taburete a esperar.
El dragón humanoide se quedó junto a Matthew mientras que permaneció inconsciente, le lavó el sudor, comprobaba sus constantes cada poco tiempo y miraba de reojo los pies de la cama, asegurándose de que las piernas del humano seguían tapadas por las sabanas.
Cuando el gotero se vació, Go'el sacó la aguja del brazo y se limitó a mirar y seguir cuidando a su paciente.
Gali se encontraba de rodillas frente a la cama cuando Owens despertó, portaba un cubo en el brazo derecho y toallas secas en el izquierdo. El dragón de tierra se puso en pie y atendió el pedido silencioso del virrey.
-Sí, ya hemos terminado.
Go'el ya le había explicado a Owens en que consistirá el tratamiento, el rubio se aseguró de hacerlo antes de comenzar para que lo entendiera, pero en esta ocasión no se molestó por aquella pérdida de memoria. Teniendo en cuenta el estado actual del paciente, le parecía lógico el tener que repetir ciertos diálogos.
-Ahora te llevaremos a las termas, ahí podrás descansar, tus músculos se relajaran y podrás recobrar fuerzas.
-Sé que te gusta demostrar que puedes valerte por ti mismo, pero -Gali encorvó la espalda y cogió en brazos al moreno. - así será más rápido.
El monje sonrió gentil al timador mientras Go'el abría la puerta.
-Además, -Añadió con voz bromista. -sé que te mueres por tocar mis pectorales.
El monje se rió entre dientes y llevó al virrey hacia el lago.
Al atravesar la puerta, que separaba el jardín trasero con la tienda, les recibió un ambiente húmedo y caliente, Gali caminaba ahora por delante de Go'el. Al llegar al borde del lago el monje, en lugar de bajar a Matthew, se metió en el agua y dejó sentado al virrey en uno de los muchos escalones que había en el interior de la fuente.
El doctor cogió la pluma y apuntó aquel detalle en la hoja del virrey.
-Desde luego. -Afirmó el rubio, limpiándose el brazo con un trapo. -Cuando me muera me pudriré, como hacen todos los que mueren y no son quemados.
El humano parecía tener impedimentos para seguir hablando, la frente, el cuello y cualquier zona corporal visible, estaba perlada de sudor. El brazo del moreno, donde llevaba la vía, tenía el vello erizado.
-No podemos saber si funciona o no, con una sola sesión.
Go'el seguía hablando con su tono monótono, pero se había levantado de la silla y rodeado la mesa. Ahora estaba junto a Owens.
-Sí, está dentro de ti. Pero no, no se quedara dentro de ti.
El dragón paró la conversación, el paciente se había desmayado y ya no le escuchaba.
-Gali, coge a Matthew. Llevémoslo a una cama.
El monje sonrió con tranquilidad, y sin hacer esfuerzo alguno levantó al humano. Go'el cogió el perchero donde reposaba el gotero y la ropa del paciente, y siguió de cerca a su compañero.
Salieron del despacho y cruzaron la sala principal por detrás del mostrador. En medio del inmenso armario boticario, había una puerta que parecía estar encajada a presión, tras aquella puerta se encontraba una habitación con media docena de camas. Aquel lugar era el espacio donde el doctor hospedaba a los pacientes que necesitaban atención constante.
Gali dejó a al humano en una da las camas y se marchó a cumplir la siguiente orden del rubio. Go'el comprobó el gotero, le dio un par de toques al cristal con la uña y se sentó en un taburete a esperar.
El dragón humanoide se quedó junto a Matthew mientras que permaneció inconsciente, le lavó el sudor, comprobaba sus constantes cada poco tiempo y miraba de reojo los pies de la cama, asegurándose de que las piernas del humano seguían tapadas por las sabanas.
Cuando el gotero se vació, Go'el sacó la aguja del brazo y se limitó a mirar y seguir cuidando a su paciente.
Gali se encontraba de rodillas frente a la cama cuando Owens despertó, portaba un cubo en el brazo derecho y toallas secas en el izquierdo. El dragón de tierra se puso en pie y atendió el pedido silencioso del virrey.
-Sí, ya hemos terminado.
Go'el ya le había explicado a Owens en que consistirá el tratamiento, el rubio se aseguró de hacerlo antes de comenzar para que lo entendiera, pero en esta ocasión no se molestó por aquella pérdida de memoria. Teniendo en cuenta el estado actual del paciente, le parecía lógico el tener que repetir ciertos diálogos.
-Ahora te llevaremos a las termas, ahí podrás descansar, tus músculos se relajaran y podrás recobrar fuerzas.
-Sé que te gusta demostrar que puedes valerte por ti mismo, pero -Gali encorvó la espalda y cogió en brazos al moreno. - así será más rápido.
El monje sonrió gentil al timador mientras Go'el abría la puerta.
-Además, -Añadió con voz bromista. -sé que te mueres por tocar mis pectorales.
El monje se rió entre dientes y llevó al virrey hacia el lago.
Al atravesar la puerta, que separaba el jardín trasero con la tienda, les recibió un ambiente húmedo y caliente, Gali caminaba ahora por delante de Go'el. Al llegar al borde del lago el monje, en lugar de bajar a Matthew, se metió en el agua y dejó sentado al virrey en uno de los muchos escalones que había en el interior de la fuente.
Go'el
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Llegado ese punto, siquiera escuchaba a Go`el, ver su rostro solo ponía de mal humor a Matthew, y no tenía energías de sobra como para desperdiciar en enojos. En lugar de eso se concentró en Gali, tenía claro que el sirviente del doctor no era mejor que el amo, y que alcanzaba con que dieran la orden correcta para que todo se volviera en su contra. Pero al menos en esa sencilla mentira que se escondía entre buenos modales Owens podía encontrar un refugio momentáneo.
Así que se mantuvo en un silencio tosco hasta que el moreno se acercó y lo levantó con sus fuertes brazos. Suspiró fingiendo alivio y apoyó la cabeza en el fuerte pecho de Gali.
-Sí de está manera consigo que me lleves, voy a aparentar estar enfermo incluso aunque Go´el me cure - Pasó uno de los brazos por arriba de los hombros del dragón para sostenerse, y con la mano libre acarició los pectorales, tal como Gali había predicho - Bueno, ya que me invitas -
Se quedó en esa posición mientras lo llevaban hasta las aguas termales, hizo un suspiro de placer cuando sintió el primer contacto de su piel con el agua caliente, respiró profundo y dejó salir todo el aire como una exhalación de pura dicha. Era la primer sensación agradable que tenía desde hacía varias horas, y Matthew odiaba las sensaciones desagradables, parecería algo obvio ¿Cierto? Pero nada era tan sencillo en el Virrey.
-Te lo agradezco, Cariño, haces un excelente trabajo - Retiró la mano que hasta entonces descansaba en el hombro de Gali, no sin antes dejarle una caricia en la mejilla - Te besaría, pero me temo que eso sería más bien asqueroso para ti en este momento - Se deslizó hasta que el agua le llegó al cuello - Será en otra oportunidad -
Con la sensación del agua relajando sus músculos la vida tenía otro aspecto, podía sentir que su estómago vacío vibraba, pero aún no tenía hambre, sus brazos y piernas se relajaban y no creía que hubiese tenido fuerza suficiente para levantarse ni aunque su vida estuviera en riesgo. Estiró los dedos, la espalda y luego el cuello, sí de él dependía se quedaría allí hasta que oscureciera.
-¿Cuando tiempo dormí? - Ahora que pensaba en ello, estaba bastante desorientados en cuanto a cuestiones básicas - ¿Qué pasó mientras estaba desmayado? -
Levantó el brazo que había tenido la aguja, solo había un pequeño puntito rojo, ya no sangraba por lo que supuso que hacía un buen rato que se la habían quitado. Se sentía relativamente bien ¿Sería que la maldición se había ido? Una ligera brisa movió el vapor del lugar... Y allí estaba, en uno de los rincones la mano del Bio había aparecido, impasible sea cual fuere la situación.
-Me hice ilusión demasiado rápido - Se dio la vuelta para no tener que mirarla, descansando el pecho y medio cuerpo sobre la piedra del borde - Tendría que haber supuesto que no sería tan sencillo -
Así que se mantuvo en un silencio tosco hasta que el moreno se acercó y lo levantó con sus fuertes brazos. Suspiró fingiendo alivio y apoyó la cabeza en el fuerte pecho de Gali.
-Sí de está manera consigo que me lleves, voy a aparentar estar enfermo incluso aunque Go´el me cure - Pasó uno de los brazos por arriba de los hombros del dragón para sostenerse, y con la mano libre acarició los pectorales, tal como Gali había predicho - Bueno, ya que me invitas -
Se quedó en esa posición mientras lo llevaban hasta las aguas termales, hizo un suspiro de placer cuando sintió el primer contacto de su piel con el agua caliente, respiró profundo y dejó salir todo el aire como una exhalación de pura dicha. Era la primer sensación agradable que tenía desde hacía varias horas, y Matthew odiaba las sensaciones desagradables, parecería algo obvio ¿Cierto? Pero nada era tan sencillo en el Virrey.
-Te lo agradezco, Cariño, haces un excelente trabajo - Retiró la mano que hasta entonces descansaba en el hombro de Gali, no sin antes dejarle una caricia en la mejilla - Te besaría, pero me temo que eso sería más bien asqueroso para ti en este momento - Se deslizó hasta que el agua le llegó al cuello - Será en otra oportunidad -
Con la sensación del agua relajando sus músculos la vida tenía otro aspecto, podía sentir que su estómago vacío vibraba, pero aún no tenía hambre, sus brazos y piernas se relajaban y no creía que hubiese tenido fuerza suficiente para levantarse ni aunque su vida estuviera en riesgo. Estiró los dedos, la espalda y luego el cuello, sí de él dependía se quedaría allí hasta que oscureciera.
-¿Cuando tiempo dormí? - Ahora que pensaba en ello, estaba bastante desorientados en cuanto a cuestiones básicas - ¿Qué pasó mientras estaba desmayado? -
Levantó el brazo que había tenido la aguja, solo había un pequeño puntito rojo, ya no sangraba por lo que supuso que hacía un buen rato que se la habían quitado. Se sentía relativamente bien ¿Sería que la maldición se había ido? Una ligera brisa movió el vapor del lugar... Y allí estaba, en uno de los rincones la mano del Bio había aparecido, impasible sea cual fuere la situación.
-Me hice ilusión demasiado rápido - Se dio la vuelta para no tener que mirarla, descansando el pecho y medio cuerpo sobre la piedra del borde - Tendría que haber supuesto que no sería tan sencillo -
Matthew Owens
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Re: Turno con el médico [Privado] [Cerrado]
-Gracias. -Gali ensanchó la sonrisa mientras el virrey le acariciaba. -En estos momentos sí. -Verificó el monje saliendo del agua. -En otra ocasión puede que no.
El grandullón caminaba por las piedras de la terma y su ropa dejaba caer el exceso de agua, formando un reguero en el suelo con cada pisada.
-¿Quieres que te traiga agua fresca?
Sugería cordial el dragón mientras se metía en uno de los biombos, que hacían las veces de cambiador.
Pasaron unos minutos hasta que Gali se despojó de la ropa y salió de detrás de la mampara. El secreto tras el turbante quedaba al descubierto, una larga cabellera negra caía por los hombros y la espalda del moreno hasta llegar a sus tobillos.
Durante ese tiempo Go'el había hecho lo propio tras un segundo paraban, y ahora entraba en el lago junto a Matthew.
-Estuviste inconsciente cerca de dos horas.
Respondió el rubio alejándose del paciente y adentrándose en la zona profunda de la terma. Cuando el agua le llegó al pecho, el doctor se sumergió e instantes después salió a la superficie, y regreso junto a Owens, donde ya estaba asentado Gali.
-Te llevamos a una cama y Go'el estuvo atendiéndote y vigilando que no te pasara nada.
El galeno dirigió la mirada hacia la mano biótica, al oír el siguiente comentario del virrey.
-Rara vez un tratamiento de larga duración da cambios positivos en la primera sesión. Pero si conseguimos que la mano deje de provocar efectos negativos, dará igual si te sigue o no. -Go'el se peinó con la manos, dejando el cabello hacia atrás. -Lo primero es que recuperes la salud. Después veremos cómo deshacernos de esa extremidad.
El buen doctor siguió moviéndose, hasta quedar sentado en el escalón más cercano al borde. Alargó el brazo hacia un pequeño balde que había dejado sobre el bordillo, y sacó del interior un peine de hueso y un tarro con una pasta de color melocotón. El rubio se embadurnó la mano libre con aquella sustancia y comenzó a aplicársela por el cabello, procurando extenderla de forma homenajea con el peine.
Aquellos movimientos repetitivos casi parecían un ritual, Go'el se mantenía en silencio, pero por algún motivo era un silencio agradable. ¿Sería por la sonría mansa del científico?
-Con las prisas se me olvidó coger el mío.
Prisas, ¿qué prisas? ¿Desde cuándo el monje hacia algo con prisa?
-¿Quieres probarlo, Owens?
El monje salió del agua y esta vez dirigió sus pasos hacia una mesa, donde había un montón de toallas apiladas. Entre medias de los montones se encontraban unos baldes, distribuidos de manera estratégica, con un peine y un tarro de pasta anaranjada. Gali introdujo un tarro extra en su balde y regreso al agua tras coger otro para Matthew.
-Toma. -El dragón de tierra le extendió una de las palanganas al virrey. -Esto no te va hacer mal.
Tras decir aquello el monje se sentó en el bordillo, dejó las piernas en el interior del agua y comenzó a pasarse el peine por el cabello, mojando las púas del instrumento en el ungüento del tarro.
El grandullón caminaba por las piedras de la terma y su ropa dejaba caer el exceso de agua, formando un reguero en el suelo con cada pisada.
-¿Quieres que te traiga agua fresca?
Sugería cordial el dragón mientras se metía en uno de los biombos, que hacían las veces de cambiador.
Pasaron unos minutos hasta que Gali se despojó de la ropa y salió de detrás de la mampara. El secreto tras el turbante quedaba al descubierto, una larga cabellera negra caía por los hombros y la espalda del moreno hasta llegar a sus tobillos.
Durante ese tiempo Go'el había hecho lo propio tras un segundo paraban, y ahora entraba en el lago junto a Matthew.
-Estuviste inconsciente cerca de dos horas.
Respondió el rubio alejándose del paciente y adentrándose en la zona profunda de la terma. Cuando el agua le llegó al pecho, el doctor se sumergió e instantes después salió a la superficie, y regreso junto a Owens, donde ya estaba asentado Gali.
-Te llevamos a una cama y Go'el estuvo atendiéndote y vigilando que no te pasara nada.
El galeno dirigió la mirada hacia la mano biótica, al oír el siguiente comentario del virrey.
-Rara vez un tratamiento de larga duración da cambios positivos en la primera sesión. Pero si conseguimos que la mano deje de provocar efectos negativos, dará igual si te sigue o no. -Go'el se peinó con la manos, dejando el cabello hacia atrás. -Lo primero es que recuperes la salud. Después veremos cómo deshacernos de esa extremidad.
El buen doctor siguió moviéndose, hasta quedar sentado en el escalón más cercano al borde. Alargó el brazo hacia un pequeño balde que había dejado sobre el bordillo, y sacó del interior un peine de hueso y un tarro con una pasta de color melocotón. El rubio se embadurnó la mano libre con aquella sustancia y comenzó a aplicársela por el cabello, procurando extenderla de forma homenajea con el peine.
Aquellos movimientos repetitivos casi parecían un ritual, Go'el se mantenía en silencio, pero por algún motivo era un silencio agradable. ¿Sería por la sonría mansa del científico?
-Con las prisas se me olvidó coger el mío.
Prisas, ¿qué prisas? ¿Desde cuándo el monje hacia algo con prisa?
-¿Quieres probarlo, Owens?
El monje salió del agua y esta vez dirigió sus pasos hacia una mesa, donde había un montón de toallas apiladas. Entre medias de los montones se encontraban unos baldes, distribuidos de manera estratégica, con un peine y un tarro de pasta anaranjada. Gali introdujo un tarro extra en su balde y regreso al agua tras coger otro para Matthew.
-Toma. -El dragón de tierra le extendió una de las palanganas al virrey. -Esto no te va hacer mal.
Tras decir aquello el monje se sentó en el bordillo, dejó las piernas en el interior del agua y comenzó a pasarse el peine por el cabello, mojando las púas del instrumento en el ungüento del tarro.
Go'el
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Re: Turno con el médico [Privado] [Cerrado]
-Sí, por favor - Respondió cuando Gali se ofreció a traer agua - Y sí tienes unas hojas de menta para masticar sería algo en verdad maravilloso - Le hablaba con los ojos cerrados, dejando que el resto de sus sentidos disfrutaran del agua.
Normalmente hubiese hecho comentarios desubicados en relación a tener dos hermosos hombres desnudos junto a él, pero no estaba de ánimos, simplemente quería descansar y no pensar en que tendría que repetir ese proceso un número indefinido de veces “¿Vale la pena?” meditaba el Virrey “¿Qué otra opción tengo?” El perfil del imponente Hekshold apareció de pronto en su mente, como si algo o alguien quisiera darle una señal.
-Cuánta amabilidad - Respondió en tono sarcástico - Sí, sí, lo entiendo, estaré aquí cada semana, listo para vomitar cualquier cosa que tenga en mi estómago ese día y luego dormir una siesta mientras Go´el cuida de mi -*Sonrió fingiendo inocencia.
El Humano se tapó la nariz y sumergió la cabeza entera en el agua, se quedó allí unos segundos, era agradable el silencio que se generaba al estar bajo el agua. En el prostíbulo siempre había ruido, las muchachas trabajaban casi las veinticuatro horas, y cuando no estaban trabajando se juntaban entre ellas a intercambiar rumores, así que era imposible el poder estar en paz.
-Sí no es doloroso: Por supuesto, quiero probarlo, Querido Gali - Respondió de modo complaciente - Cualquier cosa que me de al menos un poco de placer será bienvenido luego del agradable momento que acabo de vivir -
Primero miró como lo hacían los dos dragones, y luego siguió su ejemplo, Matthew tenía el pelo largo pero ni por asomo tanto como Go´el y Gali. Era un cabello castaño oscuro, aunque estando mojado parecía negro, y se le enredaba mucho en las puntas, sobre todo ahora que se sentía tan débil, la vitalidad parecía escapar de su cuerpo.
-Sin duda es muy agradable el poder dedicarle un momento a este tipo de actividades - Suspiró - Creo que necesito vacaciones -
De haberlo escuchado Brenda seguro habría dejado escapar una carcajada muy poco alegre, la enana se la pasaba remarcando lo perezoso y poco productivo que era el Virrey, y señalaba que se pasaba gran parte del día haciendo tonterías. Owens no estaba de acuerdo, la mayoría de las cosas que hacía tenían un motivo encubierto, que el Humano no quisiera compartir cuáles eran esos motivos era un asunto muy distinto.
Cuando terminó de peinarse, apoyó la espalda contra el borde de piedra e inclinó la cabeza hacía atrás. Luego estiró las piernas y comenzó a moverlas lentamente en el agua, como si estuviera pataleando pero sin poner fuerza en su movimiento, quería que sus músculos se aflojaran, pronto tendría que salir de la clínica y quería que fuera caminando por sí mismo.
“La imagen pública es sumamente importante” Matthew siempre lo decía, pero además había algo en relación a su amor propio que esa maldición estaba hiriendo de gravedad.
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Normalmente hubiese hecho comentarios desubicados en relación a tener dos hermosos hombres desnudos junto a él, pero no estaba de ánimos, simplemente quería descansar y no pensar en que tendría que repetir ese proceso un número indefinido de veces “¿Vale la pena?” meditaba el Virrey “¿Qué otra opción tengo?” El perfil del imponente Hekshold apareció de pronto en su mente, como si algo o alguien quisiera darle una señal.
-Cuánta amabilidad - Respondió en tono sarcástico - Sí, sí, lo entiendo, estaré aquí cada semana, listo para vomitar cualquier cosa que tenga en mi estómago ese día y luego dormir una siesta mientras Go´el cuida de mi -*Sonrió fingiendo inocencia.
El Humano se tapó la nariz y sumergió la cabeza entera en el agua, se quedó allí unos segundos, era agradable el silencio que se generaba al estar bajo el agua. En el prostíbulo siempre había ruido, las muchachas trabajaban casi las veinticuatro horas, y cuando no estaban trabajando se juntaban entre ellas a intercambiar rumores, así que era imposible el poder estar en paz.
-Sí no es doloroso: Por supuesto, quiero probarlo, Querido Gali - Respondió de modo complaciente - Cualquier cosa que me de al menos un poco de placer será bienvenido luego del agradable momento que acabo de vivir -
Primero miró como lo hacían los dos dragones, y luego siguió su ejemplo, Matthew tenía el pelo largo pero ni por asomo tanto como Go´el y Gali. Era un cabello castaño oscuro, aunque estando mojado parecía negro, y se le enredaba mucho en las puntas, sobre todo ahora que se sentía tan débil, la vitalidad parecía escapar de su cuerpo.
-Sin duda es muy agradable el poder dedicarle un momento a este tipo de actividades - Suspiró - Creo que necesito vacaciones -
De haberlo escuchado Brenda seguro habría dejado escapar una carcajada muy poco alegre, la enana se la pasaba remarcando lo perezoso y poco productivo que era el Virrey, y señalaba que se pasaba gran parte del día haciendo tonterías. Owens no estaba de acuerdo, la mayoría de las cosas que hacía tenían un motivo encubierto, que el Humano no quisiera compartir cuáles eran esos motivos era un asunto muy distinto.
Cuando terminó de peinarse, apoyó la espalda contra el borde de piedra e inclinó la cabeza hacía atrás. Luego estiró las piernas y comenzó a moverlas lentamente en el agua, como si estuviera pataleando pero sin poner fuerza en su movimiento, quería que sus músculos se aflojaran, pronto tendría que salir de la clínica y quería que fuera caminando por sí mismo.
“La imagen pública es sumamente importante” Matthew siempre lo decía, pero además había algo en relación a su amor propio que esa maldición estaba hiriendo de gravedad.
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Matthew Owens
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Re: Turno con el médico [Privado] [Cerrado]
El timador y el medico habían terminado ya de acicalarse el pelo, mientras que Gali apenas llevaba la mitad. Tener tanto pelo no era productivo y mucho menos si lo tenías tapado. El monje ya le había explicado, en varias ocasiones, a Go'el porque tenía el pelo así de largo y porque lo tapaba, pero para el científico las creencias religiosas eran irrelevantes. Entendía las motivaciones que llevaban a uno a confiar en un ente superior de existencia incierta, pero le seguía pareciendo absurdo todo aquel circo de las religiones.
Go'el se juntó el pelo en un moño alto y lo sujetó con la varilla del peine, que hacía las veces de mango.
"Vacaciones..." El dragón levantó la cabeza al cielo pensativo. Existían una infinidad de oficios que podían decidir cerrar las puertas y colgar el cartel de "volvemos en la siguiente estación", pero ¿y él? No, él no podía. Lo máximo que alcanzaba a hacer era poner el cartel de cerrado al final de la jornada, y aun así muchas veces trabajaba después de ese horario.
La gente llamaba frenética a la puerta con un ojo fuera del sitio, con el brazo colgando o llorando aterrados porque estaban malditos, y el buen doctor no podía hacer otra cosa que abrirles la puerta y atenderlos.
La razón por la que estaba todo el tiempo en su tienda era porque no paraba de llegarle trabajo, y las veces que salía de ella era por trabajo o engañado por Gali. La única persona que lograba sacarlo de la botica, sin excusa ninguna, era su prima Oromë.
El galeno lanzó un suspiro con los ojos cerrados y estiró la espalda antes de abrirlos. Sacó el tarro de crema del balde y lo dejo fuera del borde del lago, seguidamente introdujo el cubo en el agua, y soltándose el cabello y poyando le nuca en el bordillo, se tiró el agua por el pelo. Repitió aquella acción hasta que el ungüento fue removido.
-¿Cómo te encuentras ahora, Matthew?
Tras decir aquello, Go'el salió del agua y fue a la mesa junto a los biombos. Dejó el cubo con el peine y el tarro y cogió dos toallas, una para él, que se anudó a la cintura, y otra para el virrey.
-Toma. Sécate bien, resfriarte en tu estado actual podría matarte.
Gali miraba la interacción de los hombres desde el interior del agua. Al igual que su compañero, se había hecho un rodete en el pelo, y ahora descansaba con los brazos estirados sobre el borde de la fuente.
-Me vais a perdonar, -Decía el monje mirando por encima del hombro. -pero yo me quedare aquí un rato más.
El moreno sonrió a Owens y al doctor, antes de cerrar los ojos y dejar flotar su cuerpo en el agua.
Go'el caminó por delante del virrey, guiándolo hacia donde estaba el perchero con su ropa.
-Ve vistiéndote, Matthew. Enseguida estoy contigo.
Tras decir aquello el rubio abandonó la estancia. Al cabo de unos instantes el hombre volvía, con un vaso de agua y unas hojitas verdes en su interior.
-Ten, para que se te pase el mal sabor de la boca.
Go'el se juntó el pelo en un moño alto y lo sujetó con la varilla del peine, que hacía las veces de mango.
"Vacaciones..." El dragón levantó la cabeza al cielo pensativo. Existían una infinidad de oficios que podían decidir cerrar las puertas y colgar el cartel de "volvemos en la siguiente estación", pero ¿y él? No, él no podía. Lo máximo que alcanzaba a hacer era poner el cartel de cerrado al final de la jornada, y aun así muchas veces trabajaba después de ese horario.
La gente llamaba frenética a la puerta con un ojo fuera del sitio, con el brazo colgando o llorando aterrados porque estaban malditos, y el buen doctor no podía hacer otra cosa que abrirles la puerta y atenderlos.
La razón por la que estaba todo el tiempo en su tienda era porque no paraba de llegarle trabajo, y las veces que salía de ella era por trabajo o engañado por Gali. La única persona que lograba sacarlo de la botica, sin excusa ninguna, era su prima Oromë.
El galeno lanzó un suspiro con los ojos cerrados y estiró la espalda antes de abrirlos. Sacó el tarro de crema del balde y lo dejo fuera del borde del lago, seguidamente introdujo el cubo en el agua, y soltándose el cabello y poyando le nuca en el bordillo, se tiró el agua por el pelo. Repitió aquella acción hasta que el ungüento fue removido.
-¿Cómo te encuentras ahora, Matthew?
Tras decir aquello, Go'el salió del agua y fue a la mesa junto a los biombos. Dejó el cubo con el peine y el tarro y cogió dos toallas, una para él, que se anudó a la cintura, y otra para el virrey.
-Toma. Sécate bien, resfriarte en tu estado actual podría matarte.
Gali miraba la interacción de los hombres desde el interior del agua. Al igual que su compañero, se había hecho un rodete en el pelo, y ahora descansaba con los brazos estirados sobre el borde de la fuente.
-Me vais a perdonar, -Decía el monje mirando por encima del hombro. -pero yo me quedare aquí un rato más.
El moreno sonrió a Owens y al doctor, antes de cerrar los ojos y dejar flotar su cuerpo en el agua.
Go'el caminó por delante del virrey, guiándolo hacia donde estaba el perchero con su ropa.
-Ve vistiéndote, Matthew. Enseguida estoy contigo.
Tras decir aquello el rubio abandonó la estancia. Al cabo de unos instantes el hombre volvía, con un vaso de agua y unas hojitas verdes en su interior.
-Ten, para que se te pase el mal sabor de la boca.
Go'el
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Re: Turno con el médico [Privado] [Cerrado]
Si hubiese dependido del Humano, se habría quedado en el agua el resto del día, pero lamentablemente ya se había comprometido a asistir a varias actividades, actividades a las que, por cierto, estaba llegando tarde. “Prometí que iba a ir, no les dije cuándo” se excusó consigo mismo Matt, era sumamente astuto al momento de poner excusas, así fuera para mantener las apariencias para sus adentros.
-Aparentemente estoy bien - Respondió mientras agarraba la toalla que le ofrecían - Aunque no parece tan diferente a una situación normal, suelo tener momentos de malestar agudos seguidos de una aparente calma... Sólo que está vez fue más rápido y más doloroso - A diferencia de los dragones, Matthew se secó el cabello revolviéndolo con la toalla - Lo diferente sería que ahora me sienta bien durante un tiempo más prolongado -
Le sonrió al ayudante del doctor antes de irse.
-Adiós Gali Querido, mi invitación sigue en pie, no lo olvides - Le lanzó un beso y luego regresó al gesto indiferente que tenía cuando sólo estaba con Go´el.
Vestirse no le tomó demasiado tiempo, se había guardado el peine que había usado mientras estaba en las aguas, así que lo usó para emprolijar su revuelto cabello, en eso sí se tomó un buen rato, le molestaba no tener ningún espejo donde poder verse. Por lo mismo, apenas notó que el doctor se iba de la sala y solo cuando llegó con el té se percató de su desaparición.
-¿Mmm? Oh, muchas gracias, Go. Casi puedes ser amable cuando te lo propones - Le dio algunas palmaditas en el hombro - Por cierto ¿Cuantos años tienes? - Lo agarró por el mentón, como intentando adivinar - Pareces un jovencito, pero en los de tu raza eso es engañoso -
Era solo curiosidad, no había ninguna intención en particular por parte de Matthew. Se tomó el té de un solo trago y dejó la taza en la mesita del consultorio, se acomodó el cuello de la camisa y fue hacía la salida. Al abrir la puerta encontró a sus guardaespaldas jugando a las cartas en el piso, usando una piedra relativamente plana como mesa improvisada.
-Nos veremos en una semana, Querido Doctor - Para quienes estaban afuera la recuperación del Virrey parecía cosa de magia, había llegado arrastrándose, y ahora estaba de pie y actuando como si jamás hubiese estado enfermo - Esperame con algún nuevo y delicioso té listo -
Y dicho eso, se subió solo al carro, hizo un gesto con la mano para señalarle al cochero que arrancara y desapareció por la calle principal.
No volvió a aparecer, ni a la semana siguiente, ni a la siguiente. Pasaría un buen tiempo antes de que Matthew volviera a encontrarse con Go´el.
-Aparentemente estoy bien - Respondió mientras agarraba la toalla que le ofrecían - Aunque no parece tan diferente a una situación normal, suelo tener momentos de malestar agudos seguidos de una aparente calma... Sólo que está vez fue más rápido y más doloroso - A diferencia de los dragones, Matthew se secó el cabello revolviéndolo con la toalla - Lo diferente sería que ahora me sienta bien durante un tiempo más prolongado -
Le sonrió al ayudante del doctor antes de irse.
-Adiós Gali Querido, mi invitación sigue en pie, no lo olvides - Le lanzó un beso y luego regresó al gesto indiferente que tenía cuando sólo estaba con Go´el.
Vestirse no le tomó demasiado tiempo, se había guardado el peine que había usado mientras estaba en las aguas, así que lo usó para emprolijar su revuelto cabello, en eso sí se tomó un buen rato, le molestaba no tener ningún espejo donde poder verse. Por lo mismo, apenas notó que el doctor se iba de la sala y solo cuando llegó con el té se percató de su desaparición.
-¿Mmm? Oh, muchas gracias, Go. Casi puedes ser amable cuando te lo propones - Le dio algunas palmaditas en el hombro - Por cierto ¿Cuantos años tienes? - Lo agarró por el mentón, como intentando adivinar - Pareces un jovencito, pero en los de tu raza eso es engañoso -
Era solo curiosidad, no había ninguna intención en particular por parte de Matthew. Se tomó el té de un solo trago y dejó la taza en la mesita del consultorio, se acomodó el cuello de la camisa y fue hacía la salida. Al abrir la puerta encontró a sus guardaespaldas jugando a las cartas en el piso, usando una piedra relativamente plana como mesa improvisada.
-Nos veremos en una semana, Querido Doctor - Para quienes estaban afuera la recuperación del Virrey parecía cosa de magia, había llegado arrastrándose, y ahora estaba de pie y actuando como si jamás hubiese estado enfermo - Esperame con algún nuevo y delicioso té listo -
Y dicho eso, se subió solo al carro, hizo un gesto con la mano para señalarle al cochero que arrancara y desapareció por la calle principal.
No volvió a aparecer, ni a la semana siguiente, ni a la siguiente. Pasaría un buen tiempo antes de que Matthew volviera a encontrarse con Go´el.
Matthew Owens
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Re: Turno con el médico [Privado] [Cerrado]
Go'el frunció el ceño al escuchar como el virrey acortaba su nombre.
-Tengo 56 años. -El dragón apretó más las cejas ante el contacto. -Soy un ejemplar joven, dentro de los márgenes de mi raza.
El doctor acompañó a Matthew hacia la salida y se quedó parado junto a la puerta.
-Hasta la próxima consulta, Owens.
Respondió Go'el, más como recordatorio que como despedida, cerrando la puerta.
El rubio regresó a la fuente y buscó a la mano biótica. La extremidad ya no estaba en el rincón donde la había visto por última vez.
-Gali, ¿has visto por donde se fue la mano?
El galeno dio unos pasos hasta llegar al borde del lago.
-A menos que sepa volar, no.
El monje seguía flotando en el agua, con la cabeza apoyada en la piedra y mirando al cielo.
-Mmm... Quizás esa sea la respuesta. Que no tenga alas no significa que no pueda levantarse de suelo y flotar. -El rubio seguía escrutando el lago termal. -Aunque eso no explica cómo consigue colarse en todas partes sin hacer ruido.
Gali comenzó a reírse.
-¿Y porque no vas y le preguntas? -El dragón de tierra bajó los pies al fondo del agua y procedió a enjugarse el cabello. -Igual te responde.
-¿Cómo me va a responder? Es una mano no una boca. Y tampoco tiene cerebro así que puede usar telepatía.
-Tengo 56 años. -El dragón apretó más las cejas ante el contacto. -Soy un ejemplar joven, dentro de los márgenes de mi raza.
El doctor acompañó a Matthew hacia la salida y se quedó parado junto a la puerta.
-Hasta la próxima consulta, Owens.
Respondió Go'el, más como recordatorio que como despedida, cerrando la puerta.
El rubio regresó a la fuente y buscó a la mano biótica. La extremidad ya no estaba en el rincón donde la había visto por última vez.
-Gali, ¿has visto por donde se fue la mano?
El galeno dio unos pasos hasta llegar al borde del lago.
-A menos que sepa volar, no.
El monje seguía flotando en el agua, con la cabeza apoyada en la piedra y mirando al cielo.
-Mmm... Quizás esa sea la respuesta. Que no tenga alas no significa que no pueda levantarse de suelo y flotar. -El rubio seguía escrutando el lago termal. -Aunque eso no explica cómo consigue colarse en todas partes sin hacer ruido.
Gali comenzó a reírse.
-¿Y porque no vas y le preguntas? -El dragón de tierra bajó los pies al fondo del agua y procedió a enjugarse el cabello. -Igual te responde.
-¿Cómo me va a responder? Es una mano no una boca. Y tampoco tiene cerebro así que puede usar telepatía.
Go'el
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