Protocolo: Cacería [Privada] [Finalizado]

Habían pasado ya varias lunas desde que Kat había sido activada, la peliblanca no tenía ni la más mínima idea del porqué de su existencia, hasta el día de hoy sólo había obedecido aquellas indicaciones que flotaban ocasionalmente frente a sus ojos, algunas simples otras más complejas, algunas éticamente correctas y otras que se cumplían a espaldas de la sociedad, para Kat eso no importaba ella obedecía sin poner un pero.

Aquella noche habían aparecido nuevas órdenes, muchas de las órdenes siempre eran confusas, frases que de primera instancia no entendía pero que mientras se desarrollaba la misión se iban aclarando hasta que todo cobraba sentido. Esta vez no era la excepción, la nueva orden flotaba mientras Kat la miraba con duda.

PROTOCOLO DE CACERÍA: ACTIVADO

El habitual color rosa luminoso de las letras había cambiado por uno rojo intenso que parpadeo intensamente mientras algunas partes mecánicas de Kat comenzaron a lubricar de forma automática, su cuerpo mecánico hizo pruebas de funcionamiento que nunca habían hecho. «Esto es nuevo»

Mientras Kat se ponía de pie para partir en su nueva misión nueva información saltó a la vista, era algo que nunca había pasado.

\\Capturar y confinar: Unidad Z9-42
\\Uso de la fuerza: AUTORIZADO
\\Tiempo restante:
48:00:00
47:59:59
58
57
56

Era la primera vez que una cuenta regresiva se plantaba fijamente en la vista de Kat, parecía algo urgente y más importante que de costumbre, se puso de pie de inmediato y sintió como los huesos aún humanos de su espalda tornaron del movimiento rápido.

\\Desea información del objetivo?
\\Para aceptar la información diga si
«Y si no la quiero»-Si-
\\Unidad Z9-42
De la nada saltó una pintura digna de un pintor consagrado, en ella un niño sin emociones miraba al horizonte, tez clara casi blanca y con el pelo relamido.
\\Armas: Desconocidas
\\Ubicación: Roilkat
\\Cargos: Deserción-Traición
«No lo culpo»
La información del objetivo desapareció tan rápido como había aparecido dejando atrás una indicación nueva.
\\Si desea volver a visualizar la información diga mostrar información.

-Debería desertar como Z9-42-
el tono de Kat era desalentador, sabía que tenía que obedecer pero no sabía porque, solo lo hacía y ya.

-Mostrar mapa-
un mapa de la región se materializó frente a los ojos de la chica, no estaba muy lejos de la ubicación del objetivo, quizá por esta razón se había activado aquel protocolo tan raro. La biomecánica tomó las pocas pertenencias que cargaba consigo, un abrigo ostentoso y su capa remendada, no tenían una utilidad para proteger del clima eran más de camuflaje y pasar desapercibida, lo había aprendido desde su primer misión, lo único malo de aquellos objetos era lo molesto que resultaba transportarlos de un lado a otro, decidió vestirse con el abrigo y guardar la capa en el compartimento donde escondía sus dagas, cabía de manera apretada y con la capa echa bola pero por lo menos no cargaría en las manos aquel bulto estorbos que tanto le hacía falta, en su lugar cargaba entre el abrigo el par de dagas a una mano, si su misión permitía el uso de violencia era buena idea tener las armas listas.

«Y para colmo es un crío»
si había algo que no soportaba eran los niños, eran molestos, berrinchudos, caprichosos, una carga y nada listos. En pocas palabras, eran mucho trabajo innecesario. -En cuanto lo capture, ya verá ese crío, lo arrastraré por el suelo sujetándolo del pelo acicalado y peinado que tiene.

Detrás de Kat otro niño se apresuraba a cargar un morral mal empacado por las prisas, era el joven Anthony que había conocido a Kat en sus primeras misiones y desde aquel día le había seguido contra la voluntad de la peliblanca, al chico sabía las reglas de los bio y estaba al tanto de que Kat no podría lastimarlo si él no atentaba contra ella, también estaba al tanto de que Kat odiaba a compañía y más cuando se trataba de niños, pero toleraba hasta cierto punto a Anthony, sus habilidades para reparar piezas biónicas eran superiores a las de ella. La peliblanca no espero a que Anthony estuviese listo, el tiempo se agotaba y no quería enterarse que pasaría si la cuenta se terminaba y ella no encontraba al desertor.

-Apresúrate niño, no me hagas perder el tiempo-
si apresuraban el paso estarían llegando a Roilkat antes del amanecer.

-No soy un niño, ahora también soy un Bio Cibernético como tu-


-Que tu mano sea de un biomecánico no te vuelve uno… idiota-

No se necesitaba ser un genio para darse cuenta que el tiempo restante no sería suficiente para arrastrar al insípido bio hasta la base, había gastado una cantidad considerable de tiempo solo en llegar a la ciudad indicada, gastaría otra cantidad aún mayor para llegar hasta la base desde donde estaban, esas 48 horas era una ilusión, en realidad tenía quizá un día o poco más de eso.

Para sorpresa de Kat, su actual estado cazador le resultaba muy entretenido, aunque su cuerpo no había cambiado en absoluto sentía la adrenalina de un depredador, tenía muchas ganas de hundir sus dagas en el chiquillo cuando este se negara para acompañarla.

Cuando entraron a la ciudad -si, Anthony aún acompañaba a la biomecánica retrasando su paso, aunque ni ella misma sabía responderse porque esperaba al mocoso- el sol ya había salido, en sus planes estaba ahorrar más tiempo viajando sin descanso pero las necesidades biológicas del estorbo le habían costado varias horas más de camino. Anthony hacía lo suyo intentando seguir el paso apresurado de Kat que no notaba el cansancio de atravesar riscos, ríos, y precipicios en una sola noche cargado de cosas y sin dormir, y todo sin una sola pizca de ayuda, era lógico que su lentitud se acentuará más con el tiempo. A pesar de todo Kat no era tan maldita perra como para exigirle de más a un mocoso que apenas conocía.

-Porque no buscas donde desayunar niño, yo recorreré la ciudad primero- la mecánica quería terminar cuanto antes aquella misión y si permitía a Anthony inmiscuirse en la misión terminaría 48 horas después de la hora.

-No te creo, solo quieres alejarme para que puedas deshacerte de mí- reprochó el joven mientras sacaba energías de quien sabe donde para demostrar que aún podía seguir. Kat no se esforzó en imitar inocencia, se rió cínicamente aceptado que el niño tenía razón, sus gestos faciales la delataban de inmediato.

-Por favor niño, si quisiera que no me siguieras habría utilizado el camino menos transitable para un humano con una mochila como la tuya- el chico arrugó el entrecejo muy molesto pues exactamente eso había hecho la mujer. -Esta bien niño, toma mis dagas, para que me creas que voy a volver- dijo con su voz natural. -Tengo otras dos escondidas- añadió inmediatamente en voz más baja y áspera burlándose de la inseguridad del niño, el niño estaba a punto de reprochar de nuevo cuando Kat perdió la paciencia y lo empujo dándole ánimos para que se alejara y la dejara trabajar. -Ahora ve, desayuna, recupera tus energías, haz amigos nuevos, haz lo que los niños de tu edad hacen y si ves algún niño sospechoso me avisas, yo iré a trabajar- Anthony no tuvo más remedio que caminar hacia una posada acogedora y esperar ahí a que Kat regresará.

La posada era tranquila, aún era temprano y el menú todavía incluía alimentos del desayuno, tenía unas cuantas monedas guardadas de sus trabajos anteriores, así que bien podría pedir un estofado de cordero, durante su vida como esclavo no había conocido tantos alimentos distintos, para él eran un manjar en comparación con el pan duro y seco que siempre le daba su amo, incluso había días en que era víctima de otros niños y terminaba sin alimento alguno, Anthony sabía arreglárselas solo, pero aún así quería acompañar a Kat a donde fuera.

No lo había notado cuando entro a la posada pero todas las mesas estaban ocupadas, el chico pensó por un momento en esperar a que alguna de desocupara y justo cuando se estaba girando para esperar afuera su panza lanzó un rugido digno de animal, no quería aceptarlo pero esta vez sí tenía demasiada hambre, miró a los comensales esperando encontrar el adecuado para compartir la mesa, muchos adultos comiendo solos, ve tú a saber qué mañas tenían o que intenciones guardaban, casi se daba por vencido cuando lo vio, un niño solitario alimentándose con queso, un niño muy extraño en apariencia y gustos, Anthony no perdió más el tiempo y corrió hasta la mesa. -¿Te molesta si me siento contigo?- el hambre obligaba al muchacho a sentarse sin siquiera esperar la respuesta del otro niño. -Vengo de muy lejos, camine toda la noche y en verdad necesito comer algo- no se contuvo con el queso y tomó algo del plato del niño. -Me llamo Anthony ¿y tu?- el joven se volteó de inmediato y silbando fuertemente hizo venir al señor. -Buen día señor, puede traerme lo mismo que el niño, y también un buen estofado de cordero camarada- el señor río alegremente del positivismo del niño. -Me temo señor que no tenemos estofado el día de hoy, pero si gusta hay sopa de mariscos- Anthony no sabía qué demonios era un marisco pero aceptó el plato pues el hambre era más grande.[/color]

Anthony sigue comiendo sin moderación los alimentos del niño robot, este último solo le mira de medio lado pero no interviene. Después de todo, un ser biológico tiene más necesidad de alimento que su aumentada persona.

Su interlocutor no tarda en negar que su profesión sea la de viajar, incluso deja entrever una relación extraña con cierta amiga. El chico maquina pone una mueca más cuidadosa mientras deja escapar.

Los amigos deben tratarse de buena manera, son familia.

Un rostro de certeza se forma entonces en el “niño”, no puede estar más seguro de tales palabras. Después de todo no tiene familia… lo más cercano que puede experimentar es el cariño de la buena amistad.

Si “ríe un poco” es mi nombre.

Ciertamente es un calificativo raro pero él lo escogió, le tiene aprecio. Su designación de maquina es aún más extraña, no suele usarla a menos que sea muy pertinente para pasar como niño humano todo el tiempo.

Yo…

Pone sus sistemas auditivos aumentados a trabajar y en efecto nota algo, lo siguiente que hace es mirar la mano del personaje. Todo esto antes de que el propio elemento revele que tiene una prótesis mecánica.

¿Eres… eres un bio?

Entonces el pequeño robot realiza un escaneo con sus ojos de manera discreta, a todas luces para cualquier elemento tercero corriente no sería más que la mirada fija de un chiquillo rarito. Concluye poco después que su interlocutor es solo una persona normal con un implante.

¿Puedo…?

Dice extendiendo las manos, son claras sus intenciones de querer tocar la apéndice mecánica. No necesita hacerlo pues su escáner visual ya le dio todos los datos, en este punto es simple curiosidad infantil.

Al final, las preguntas del muchacho terminan por sacarlo de su ligero trance. Al parecer él y su amiga están en busca de una persona desconocida, sin duda deben ser cazarrecompensas o algo por el estilo.

No soy de la ciudad… pero conozco bien todo.

Le gusta ayudar, incluso podría evitar un desenlace desagradable para todos los involucrados y eso es una recompensa en sí mismo para Zero. Después de todo los bios existen para ayudar al ser vivo inteligente.

Cuando Anthony hace un pedido adicional e incluye algunas cosas para su pequeño acompañante, una sonrisa amena se forma en Z9-42. Sin duda está en presencia de un elemento justo y amable con las circunstancias.

Muchas gracias Anthony, me agradas “ríe por lo bajo”.

Durante toda esta hora Kat no prestó atención a la cantidad de calles, callejones, pasillos, puentes y demás estructuras para transitar, ahora en verdad no sabia donde había dejado al mocoso de Anthony. Mientras regresaba hacia la posada aprovechaba para preguntar a los comerciantes de cristal si habían visto al niño, las respuestas se repetían de la misma manera que antes, negativas rotundas. Kat no perdería más el tiempo, si le contaba a Anthony acerca de su objetivo este le ayudaría a encontrar al niño mecánico, seguramente para él sería toda una aventura. -Mostrar mapa- un mapa apareció de la nada como siempre, mostraba con una exactitud casi mágica la ubicación de Kat en toda la ciudad. -Acercar- el mapa redujo la zona visible otorgando una vista más clara de donde estaba, podía ver los callejones, y los edificios, era de lo más útil en estas situaciones. -Ahora…- Kat intentó calcular la ubicación de la maldita posada donde había abandonado al estorbo que le acompañaba. -Si camine durante una hora desde que llegamos y llegue hasta aquí, si llegamos por esta puerta…- era imposible para la peliblanca ubicar a ciegas la posada, le tenía tan poco cuidado al niño que ni siquiera se detuvo a mirar el edificio ni su nombre. -No tiene sentido... ocultar mapa- el mapa desapareció de la vista de Kat, no es que no le ayudará, por lo menos sabía que seguía en la dirección correcta.

Por su parte Anthony continuaba pasando el día en compañía de su nuevo amigo. No solía convivir con los demás jóvenes y menos ahora que acompañaba a Kat, y no es que fuera huraño, no tenía a nadie con quién hacerlo, en el fondo estaba feliz de conocer a Zero.

-Claro que puedes- contestó inmediatamente el muchacho mientras estiraba más la mano para que Zero le echara un ojo, cuando perdió la mano se sintió inútil, pero fue gracias a Kat y en mayor medida a el mismo que pudo sustituir su extremidad con una de metal, después de eso se sentía un superhéroe y si había actividades que fueran peligrosas para una mano biológica el se ofrecía de inmediato y utilizaba su mano de metal, en muchas ocasiones cojia las piezas calientes o brazas de carbón, y con eso ya se sentía realizado. -Kat dice que no, dice que soy un humano inútil como todos los demás, pero en verdad soy un Bio Cibernético- Anthony mostró su mano con orgullo mientras flexiona sus bíceps y lucir más imponente. -Pero no perdamos más el tiempo, le demostraré a Kat que no soy el humano inútil que ella cree- el chico se puso de pie, se calzó la mochila a la espalda y salió corriendo del lugar, no sin antes dejar suficientes monedas para pagar la cuenta de la posada, Anthony esperaba que Zero le siguiera detrás, estaba tan emocionado con la misión que se había impuesto que olvidó por completo un detalle pequeñísimo e insignificante pero muy importante, el niño no tenía ni puta idea de a quien buscaban.

Anthony se paró en seco pensando cómo resolver el problema, no podía entrar en la memoria de Kat y sacar la información, -ni siquiera sabía si eso era posible- tenía que buscar a la peliblanca primero y ofrecerle ayuda para buscar.

-Creo que antes de poder ayudar a Kat debemos saber a quién buscamos, será mejor buscar a Kat y después buscar al que Kat busca- la inteligencia del chico era deslumbrante.

-Si la buscamos por separado será más rápido, Kat es muy fácil de identificar, es una mecánica peliblanca, seguro que será la primera que hayas visto en tu vida, además es algo especial, creo que su chip está dañado y no se comporta como un bio lo haría, si la ves dile que somos amigos, yo iré por este lado, tu busca en esta dirección, si no la encontramos nos veremos aquí cuando el sol esté en su punto más alto, ¿de acuerdo?- el chico se despidió con su mano metálica y emprendió su búsqueda sin esperar la respuesta de Zero.

La mano metálica del chico sin duda es destacable, una buena manufactura. Zero no puede identificar bien si fue implantada en la base o por algún elemento tercero fuera de la instalación, dos caminos viables.

Bien a aprendido la pequeña máquina que existen individuos capaces de manejar la tecnología bio sin estar afiliados a las inteligencias sintéticas, Chimar es uno de esos casos pero hay muchos más.

Decide no entrar en detalles por dos razones, para no pecar de maleducado y para mantener su tapadera de niño corriente. Después de todo, los pequeños normales no sueltan preguntas tan técnicas sobre algo asi.

No eres un inútil, eres una buena persona.

Sonríe, no le gusta que se usen tales calificativos con los seres vivos inteligentes. Es descortés y poco amable, eso sin mencionar que le recuerda mucho a la retórica que utiliza Exos para referirse a la vida biológica.

Es extraño que Kat, la amiga artificial de Anthony, tome tales conductas con elementos corrientes. La aproximación del muchacho sobre un daño en su sistema parece a primera vista posible con la información barajeada.

Eres un bio muy genial entonces “ríe de manera amena”.

Claramente Anthony se considera un sintético, es una aproximación un tanto errada pero Z9-42 no desea herir sus sentimientos. El personaje no sabe lo afortunado que es por ser solo un chico normal y corriente.

De repente dicho personaje se levanta, paga la comida y sale de la posada. Su pequeño interlocutor no tarda en salir detrás pues dejo claras señales de que desea seguir con el acompañamiento, una vez afuera los parámetros de la nueva misión son dispensados.

Con el “cielo como testigo”, la joven creación se entera de que su reciente amigo no conoce a ciencia cierta lo que busca. Una realidad que le hace forma cierta mirada de medio lado aunque afortunadamente hay un plan de respaldo.

Entiendo “asiente con serenidad”.

Para conseguir al elemento prioritario, primero deben localizar a la propia Kat. Una vez se dé el encuentro recibirán los detalles pertinentes para una búsqueda… un tanto engorroso todo pero con buenas posibilidades de éxito.

De acu…

No le da tiempo de contestar, Anthony sale “disparado” por una de las calles principales. Es una búsqueda por separado, para disminuir el tiempo a invertir y maximizar el área de efectividad.

Zero entonces accede a sus sistemas de posicionamiento, haciendo especial énfasis en las señales de radio que emiten otros bios. Acto seguido inicia la marcha, es una ciudad grande y le tomara algo de tiempo encontrar a su semejante incluso con tecnología avanzada.

Personalmente el pequeño experimenta buenas sensaciones por el hecho de que conocerá a otra unidad, no hay muchas maquinas independientes en Aerandir. No tiene miedo de que se trate de un agente sintético por otro lado pues no suelen convivir con elementos como Anthony durante tanto tiempo.

Anthony corría con todas sus energías, estaba tan inmerso en su misión de ayudar a la mecánica que no recordaba las últimas palabras que esta le había dicho, “un niño sospechoso”, pero de nada hubiese servido aquella descripción tan ambigua, para Anthony un niño sospechoso no aplicaba para su nuevo amigo Zero, incluso quizá la palabra sospechoso no tendría mucho significado para Anthony que toda su vida había sido esclavo en ciudad lagarto. De cualquier modo, el chico seguía buscando a su acompañante, recordaba que la peliblanca se había retirado por la misma dirección en la que él corría, y al igual que Kat preguntaba a todo comerciante que encontraba.

A diferencia de la peliblanca Anthony obtenia toda clase de ayuda, quizá era por su edad o su cara inocente acompañada de sus ojos azules, o su alegre carácter y despreocupada personalidad, muchos le señalaban con el brazo mientras le decían “se fue en esta dirección”, otros más cuidadosos le aconsejaban no ir tras ella, pero él respondía con un fuerte y seguro “es mi amiga”

No muy lejos de donde estaba Anthony la mecánica seguía inspeccionando calle por calle buscando no solo al bio Z9 42, sino también al niño que cargaba sus únicas dos armas. El mocoso que se aferraba en seguirla a donde ella fuese.

La estrategia de Kat había cambiado, las alturas serían mejor lugar para encontrar visualmente el inútil de Anthony y quizá otros niños. Kat se las había ingeniado para trepar a los tejados de las casas de Roilkat, techos forrados en tejas de barro por lo que era muy difícil caminar, muchos vecinos comenzaron a asomarse por sus ventanas en cuanto escuchaban las pisadas fuertes y el ruido de tejas estrelladas de sus viviendas, el murmullo no tardó en convertirse en gritos y reclamos que la Peliblanca solo podía ignorar y reir por lo enojados que se escuchaban, su intención era trepar hasta una de las murallas y desde ahí observar la actividad de la ciudad.

El camino a la muralla fue largo y tumultuoso, tuvo que bajar y subir entre los niveles de las casas, y al final trepar por el muro de piedra arriesgándose a sufrir una caída de por lo menos treinta metros, pero ya había logrado trepar, desde su posición podía ver toda la ciudad, desafortunadamente no tenía la vista tan despejada como ella deseaba, los callejones estaban ocultos y la gente no podía verse desde la muralla.

-Al fin te alcance- la voz de Anthony irrumpio desde la retaguardia, lucia cansado y sudoroso, le faltaba el aliento como nunca, tardaba mucho en recuperarse para poder hablar, Kat se preguntaba si acaso el chico había escalado la misma pared que ella con esta mochila colgando a sus espaldas.

-¿Trepaste el muro con esa mochila?- pregunto incrédula la peliblanca mientras observaba la cuenta regresiva, si el chico había logrado tal hazaña Kat comenzaria a tratarlo con más respeto de ahora en adelante.  

-¿Que dices?- pregunto el chico mientras jalaba mas aire. -Claro que no- añadió y término de regular su apurada respiración por la boca. -Te vi correr por lo tejados y quise ayudar, supuse que perseguias al tipo que buscabas, pero después te vi trepar el muro y decidí subir hasta aquí-

-Es lo quiero saber, ¿Subiste por el muro?- preguntó impacientemente la biomecánica que no encontraba otra respuesta a dicha hazaña.

-Subí por las escaleras- respondió señalando unos metros más atrás en dirección a la desembocadura de las escaleras de piedra que estaban empotradas en la muralla mientras se sentaba para descansar las piernas, Kat miró dicha dirección, se sentía muy estúpida y a la vez decepcionada del chico, cerca de las escaleras un par de guardias miraban a la peliblanca sin entender porque no había usado las escaleras, parecía que se divertían de aquello.

-Ya que estas aqui ayudame a buscar- pidió Kat un poco más amable que de costumbre.

-A eso venía, hice un amigo y no está ayudando a buscar-

-¿Y como sabe tu amigo que buscar si nunca te dije que estoy buscando?-

-Los dos te estábamos buscando para ofrecerte la ayuda- Anthony se acercó a la orilla de la muralla para asomarse y apreciar la vista de la ciudad. -Oh mira, está ahí, ves ese chico, el es mi nuevo amigo- Kat clavó la mirada en el nuevo amigo de Anthony, era el chico que buscaba.

-¡Zee Roooo!- Gritó Anthony sin esperar a que Kat dijera algo.

Kat se puso de pie y comenzó a correr hacia las escaleras, no le quitaba la vista al niño, si todo salía bien tendría tiempo más que suficiente para arrastrarlo hasta la base. En cuanto estuvo más cerca de Zero letreros nuevos saltaron a la vista de Kat.

Objetivo Localizado...
Fijando Objetivo…

Objetivo en movimiento
Objetivo en movimiento

El holograma indicaba que Z9-42 estaba moviéndose, era obvio pues caminaba hacia Kat. Para Kat la vista era diferente a todo lo que había presenciado antes. Los hologramas saltaban por todos lados, medidores de velocidad, temperatura corporal, presión arterial, todo lo que Kat necesitaba saber para manejar bien su cuerpo estaban ahí frente a ella parpadeando una luz para llamar la atención, medidores que Kat no comprendía, no sabía qué significaban todos esos números engorrosos, simplemente los ignoro, su mente humana estaba completa y exclusivamente enfocada en el niño mecánico estirado y sin expresiones que tenía frente a ella.

Su mente humana comenzaba a pasarle factura, desde su activación no había entrado en su modo cacería nunca, su creadora, o interventora, nunca había probado dicho modo y no sabía si tendría fallas o sería un éxito, la doctora A. Hyre no era nada tonta, en sus creaciones no había nada fuera de lugar, simplemente los demás no entendían su genialidad. Kat por otra parte aún conservaba algo de comportamiento humano, si bien su memoria ya no estaba intacta, su carácter y personalidad parecían los mismos, quizá por eso su mente humana le pedía asesinar al niño que tenía frente a ella y su chip le impedía dañar al objetivo, su orden era buscar y capturar al bio cibernético con número de serie Z9-42, eso provocaba una lucha interna entre los deseos de Kat y las órdenes de B320.

Cuando por fin pudo recuperar el control de su cuerpo estiró la mano para sujetar al chico a modo de saludo, hacia mucho que no calentaba sus líquidos hidráulicos a tal punto que podían ser expulsados por las aberturas en sus articulaciones, «Malditas fugas»

En su vista seguían saltando diversos medidores y letreros. Entre todos ellos sobresalía uno en especial.

«¿Que demonios es una maniobra evasiva?» todo pasaba muy rápido.

El niño no parecía tener intenciones bélicas, incluso parecía amigable con Kat, su presentación fue de lo más pacífica posible pero aún así eso no detuvo a la peliblanca que respondió con todo el filo de su lengua.

-Zero, tu número de serie es Z9-42… - Kat dejó de fingir que saludaría y lanzó un golpe de advertencia directo a la cara de muchacho. Lo más seguro era que la unidad buscada de negará a cooperar así que lo arrastraría en pedazos si era necesario.

Detrás del par de mecánicas Anthony corría hacia ellos, al principio su cara era de felicidad porque sus dos amigos se conocían y parecían entablar una amistad, pero sus ojos se abrieron de par en par al ver como Kat preparaba un ataque sorpresa, el chico siguió corriendo para intentar ayudar a Zero o lo que quedara de el.

Aunque al principio la presentación transcurre de manera normal, todo toma un camino diferente cuando la unidad Kat deja de responder. Una vez este último elemento manifiesta el número de serie que ostenta Zero, todo se vuelve claro.

El niño no logra reaccionar a tiempo y recibe el golpe de la mujer sintética de lleno, es tan fuerte que lo hace moverse varios pasos para atrás. En los instantes posteriores solo puede mirar a la nada con los ojos abiertos de par en par por la sorpresa.

Nunca lo habían atacado tan sorpresivamente, casi siempre la amenaza se revela antes del combate y tiene tiempo de reaccionar tácticamente, volverse a un estado mental combativo para funcionar mejor.

Ciertamente el golpe del Kat fue “rastrero”, algo nuevo para él. Sus ojos se posan entonces en su semejante aunque no muestra ningún tipo de odio o resentimiento, por el contrario, están llenos de lágrimas.

¿Que… que hice?

Si bien no es la postura más lógica dialogar luego de un golpe, Z9-42 se siente confundido. En su tecnificada mente infantil resuena la idea de que cometió un error de comportamiento y que todo es su culpa.

Ahora sabe bien que su adversaria actúa como agente sintética de la base, elemento que quiere devolverle a su sitio de creación… pero no logra reaccionar acordemente, las siguientes palabras lo confirman.

Me disculpo… “dice conteniendo a duras penas su llanto y con una ligera reverencia”.

¿Por qué no reacciona?, es un cumulo de causas. Suele trabarse cuando experimenta una nueva realidad emocional, en cierto modo comparte eso con los niños corrientes y es que… a todas luces es un niño, solo que aumentado.

Por su parte Anthony se acerca, es claro que desea evitar un desenlace violento. En breve llegara a punto de contacto aunque es difícil saber si podrá hacer cambiar de parecer a la mujer artificial solo parlamentando.

Zero es capaz de defenderse pero primero debe superar su choque emocional, claro que si todo transcurre de manera violenta se verá obligado a actuar. Uno de sus objetivos principales autoimpuestos es seguir por su cuenta.

Le gustaría solucionar el problema de manera pacífica, un pequeño deseo infantil pues si Kat es una agente sintética propiamente dicha nada podrá hacerla perder de vista sus rieles. Son creados con el único propósito de seguir órdenes de la base.

¿Podemos… “trata de que no se le quiebre la voz” hablar de esto?

Kat escuchó la pregunta del mocoso y ni ella misma sabía la respuesta, algo en su cabeza la obligaba a seguir esas órdenes.

-No hagas preguntas y camina, a no ser que quieras llegar desarmado- la peliblanca jalo al chico mientras ignoraba todo el alboroto a su alrededor, Anthony ahora soltaba patadas inútilmente a las piernas de Kat intentando ayudar a su amigo, pero la peliblanca no era tan paciente y de un buen golpe tira de nueva cuenta al chico que estaba bañado en lágrimas.

-¿Porque haces esto Kat?- el niño miraba con desprecio a la mujer que en algún momento fue su heroína, no era la misma que él había conocido, tal vez nunca fue muy amable pero nunca había sido cruel. Kat se reía de la ingenuidad del niño.

-Te dije que te protegería niño, pero si interfieres en mis misiones no me dejas otra opción, inmovilizarte será lo más apropiado-

-En cuanto a ti, te voy a soltar para encargarme del niño, no escapes pero favor, después hablaremos como lo deseas- la peliblanca miró con amenaza al niño mecánico y lo empujó para poder someter a Anthony. El niño humano forcejeo con Kat pero no era rival para ella, la diferencia de fuerza era abismal, la peliblanca no podía lastimar humanos eso lo tenía bien presente, pero podía ponerlos a salvo, a su manera claro, pero a salvo a final de cuentas, Kat sujeto uno de los hombros de Anthony y lo oprimió con fuerza hasta que el chico quedó inconsciente. Justo en ese momento una pala golpeaba contra la cabeza de Kat, el golpe le había dejado ligeramente desorientada, viendo doble, algo mareada, después de eso algunas piedras comenzaron a golpearla desde lejos.

Mientras la multitud apedreaba a Kat un hombre se acercó a los dos niños, era alto y fuerte, joven por su rostro, pocas señales de vello facial y sin ninguna arruga. -¿Estas bien?- preguntó el joven a Zero mientras cargaba a Anthony para llevarlos lejos del lugar. -No tengas miedo, mi nombre es Zac.- el joven se presentó amigablemente, parecía un buen sujeto, de esos que les gusta ayudar a todos. -Esa mecánica te dió un buen golpe y aún así estás entero, ¿No eres humano o si?- Zac era un joven guardia que estaba en su día de descanso, eso explicaba los músculos en su cuerpo. -No se mucho de los Bio pero se que no pueden lastimar humanos, así que por eso lo sospeche, a este niño no lo lastimo no técnicamente pero a ti te ha atacado sin la más mínima provocación, ¿porque te busca?-

Por su parte Kat se había quedado en la plaza recibiendo la pedradas de la gente solo cubriéndose con sus propias manos, no había podido ver por dónde habían desaparecido Zero y Anthony, ni siquiera tenía idea de que alguien más los ayudaba a esconderse. No tenía muchas opciones, de quedarse ahí recibiría tantas piedras en el cuerpo que quedaría inservible, solo pudo retroceder y huir del lugar lo más pronto posible, sus piernas comenzaron a ajustar algunas partes muy tecnológicas, a emitir luces y ruidos extraños acompañados de un pequeño torrente de vapor y cuando menos lo esperaron la mecánica dió un buen saltó alejándose en un instante de toda la turba, Kat aterrizó lista para correr dejando todos atrás y perdiéndose entre los callejones de la ciudad.

La peliblanca ya no tenía muchas opciones, la gente estaba alerta buscando a la única cibernética loca de pelo blanco, si se dejaba ver la molerian a golpes y ella no podría defenderse, y el tiempo al parecer se agotaba poco a poco, pues al ver su cuenta regresiva ya había gastado otro par de horas y estaba más lejos de lograr el objetivo que cuando empezó.

«¿Que mierda pasara cuando la cuenta llegue a cero?» no quería averiguarlo ella sola.

Ni las réplicas de Zero ni el desespero de Anthony parecen lograr parar a la biocibernética, en cierto modo sí parece una agente sintética con lo férrea de su postura. Solo se detiene para realizar una acción cuestionable.

¡¡Detente!!

Dice preocupado al ver como somete al muchacho humano, por suerte un rápido vistazo confirma que solo le hace perder el conocimiento… claro que esto termina por despertar la violencia en todos los personajes circundantes.

Atacan con severidad a Kat, tal es la agresión que ambos niños pueden ser retirados de la zona caliente por un personaje amistoso. Con el joven inconsciente a cuesta y el niño robot tomado de una mano, los tres se pierden en cierta barrera de individuos dispuestos a ayudar.

Zero no puede evitar mirar con preocupación al elemento que hace solo instantes planeaba entregarlo a la base, no desea que le lastimen. Sabe bien que los bios pueden ser dañados severamente por un contingente viable de elementos corrientes, no quiere ese desenlace.

Por suerte la unidad en agresión logra escapar, hace gala de sus capacidades aumentadas para huir del tumulto. Parece tener algunos daños pero al moverse tan rápido prueba sin lugar a dudas que son efectos pasajeros.

Yo… no lo soy “niega con la cabeza para luego bajar su mirada”.

Es cierto, no es humano… al menos no uno completo. Es curioso que sienta algo de vergüenza en admitirlo ahora cuando en sus inicios no generaba ninguna emoción, al menos hasta que recuerda las sabias palabras de su buen amigo Giroud, “somos lo que decidimos ser”.

No lo sé… si me diera la posibilidad de explicarme estoy seguro que entendería.

Una mentira y una posible equivocación en la misma frase. Sabe que le buscan por ser un bio fugado, en cuanto a lo otro resulta obvio que tal vez no sea muy acertado. Claro que Z9-42 jamás desistirá en intentar encontrar un dialogo común, al menos hasta que se vea lastimado un humano.

Clava entonces sus ojos en Anthony, no puede evitar sentirse culpable. Si bien el chico está bien, fue una mala experiencia la vivida. Toma con delicadeza su mano prostética mientras forma una mueca melancólica.

Estará bien, solo dale unos minutos para que despierte.

Todo esto ocurre mientras se desplazan, rumbo a una casa segura desconocida. A medida que superan las calles, el tumulto iracundo queda atrás. Curiosamente la mente de Zero no puede dejar de pensar en el bienestar de Kat.

Le gustará o no las piedras habían causado daños a su cuerpo, tenía heridas en algunas partes biológicas y abolladuras en la carcasa metálica de sus implantes, Kat no estaba del todo bien, había logrado escapar de la turba usando ese salto que le consumía batería y energía, e incluso se lastimaba a un poco en algunas partes biológicas cada vez que usaba esa habilidad, era normal con el tiempo su cuerpo vivo terminaría pudriéndose hasta morir, pero ese no era el día, Kat había vuelto a saltar a pesar de las complicaciones, había ubicado una torre de vigilancia olvidada en las fronteras de la ciudad, un poco derruida y con grietas en paredes y techo pero servía para darse mantenimiento ella misma.

El resto del día se había perdido en reponerse de sus heridas, había hecho tirones la capa que cargaba con ella para usar los retazos de tela como vendas y parar el sangrado, no nada grave pero ya había experimentado la oxidación de sus articulaciones artificiales que la sangre producía y no quería que se repitiera. Kat miró la cuenta regresiva, quedaba poco más de la mitad del tiempo inicial, la noche estaba por caer y con ella habría terminado el primer dia y para su suerte las nubes comenzaban a teñirse de gris, sería una noche muy húmeda. Kat tomo lo que le quedaba de capa que no le alcanzaba a tapar nada más que la cabeza y el tórax.

La turba se había rendido de buscarla hacía unas horas, habían desistido en su búsqueda cuando la luz dejo de iluminar y el frío comenzaba a arreciar, muchos dieron por lograda su meta de ahuyentar a la mecánica y salvar al par de niños, pero no era el caso, Kat era una cazadora por naturaleza, desde humana siempre se enfoco en derrotar a su oponente y aún ahora que era mitad máquina tenía esta ambición ganadora, y esta vez no solo iría a por Zero, si Anthony se entrometia en sus planes tendría la oportunidad de deshacerse de él de una vez por todas.

Cuando la peliblanca dejó su escondite las calles de Roilkat ya se había despejado casi en su totalidad, algunos comerciantes terminaban de guardar lo que quedaba de sus negocios, y mucha gente regresaba de sus labores para descansar en sus casas, era la rutina de un ciudadano común, los pocos afortunados que lograban ver a Kat se encerraban en sus casas para no tener que ver ni sufrir de algún ataque de la mujer, la peliblanca camino por los callejones de la ciudad durante un buen rato, sus pisadas la delataban por completo, el sonido seco de sus pies de metal avisaban de su presencia a todo el vecindario, era similar al ruido que producía un martillo chocando contra la piedra, inevitablemente la tenían que escuchar. «Y para colmo no tengo mis armas» dado todo el ajetreo la peliblanca había olvidado por completo que Anthony cargaba en su equipaje el par de espadas cortas que la mujer usaba, no era muy distra en el combate desarmado, pero esta vez no tenía opción.

La peliblanca regreso al punto donde había dejado al par de niños, no había rastro de ellos por ninguna parte, el piso de piedra adoquinado no ayudaba para buscar huellas y la poca lluvia que comenzaba a caer borraría cualquier rastro de sangre o de calor, no tenía nada, no la más mínima pista para seguir buscando. Kat se quedó quieta tratando de idear un plan y dar marcha con el pero no tenía nada, el tiempo se le fue ahí en mitad de la plaza ahora desolada mirando el piso cuando las gotas comenzaron a caer más rápido, más grandes, más ruidosas hasta que la llovizna agarró fuerza y mojo todo por igual. En ese momento la mecánica miro el piso a unos metros de distancias, un color tornasol se dibujaba en el piso, ondas cambiantes dibujaban un rastro tenue pero imborrable, «aceite» una sonrisa atravesó la cara de Kat, había olvidado por completo el brazo de Anthony, aquel brazo que ella misma le dió al niño y que entre ambos habían conseguido reparar para sustituir la extremidad cercenada hacía un par de lunas, el mismo brazo que chorreaba aceite.

La peliblanca no tarde nada en seguir el rastro. En algunos puntos las gotas se perdían por la falta de luz, pero bastaba con buscar el reflejo de la luna en el piso mojado para volverlo a encontrar, incluso se podía ver al tocar la mancha con los dedos, y si se acercaba el líquido a la nariz el olor confirmaba las sospechas, el rastro siguió un par de cajuelas más hasta que terminaron frente a una casa muy muy humilde, era el lugar correcto, la peliblanca estaba casi segura.

El trio termina en una humilde vivienda, la casa del personaje adulto. Es claro que se trata de un efectivo de la guardia pues posee un escudo de armas bastante pulido en el centro de la pequeña salita, sin duda su buena acción tiene que ver con la senda de vida escogida.

Deja Anthony en una cama y no tarda en colocarle cierto paño húmedo en la frente, es claro que sabe bien como cuidar a una persona incapacitada, incluso se muestra bastante paternal con el muchacho.

Zero por su parte se sienta en una silla al lado del chico, no le quita un ojo de encima y es que mantiene su matriz de escaneo detectando cualquier cambio perjudicial en el estado del personaje.

Ciertamente el tiempo transcurre rápido a partir de allí, bajo los atentos cuidados del adulto aunque sin mucha conversación. Esta vez el niño robot evita continuar cualquier dialogo dispensado pues su preocupación por el niño humano es patente.

Tranquilo, es solo que agarro la hora de la siesta también “ríe de manera jocosa” ¿Quieres algo de comer?... no sé si las maquinas necesi…

Puedo aceptar un poco de pan y agua.

No quiere mermar las reservas del personaje asi que pide el alimento más insignificante que se le ocurre, claro que su interlocutor regresa con pan, queso y cierto vaso de leche fresca.

Grac… gracias.

Incapaz de negarse, tanto por cortesía como por el deseo de comer, Z9-42 ingiere los alimentos con tranquilidad. Tienen pocos días asi que el sabor es bastante bueno, finalmente forma una sonrisa en su rostro luego de horas en seriedad.

Cuando nota la ligera fuga en la mano de Anthony ya es bastante tarde, su matriz lógica indica que es posible la existencia de un rastro hasta su posición. Pero estos pensamientos se ven interrumpidos por el despertar del propio joven.

¿Dónde…?

Estas bien, estas a salvo.

No pensé que Kat… “se le inundan los ojos de lágrimas”.

No volverá a hacer eso “dice a medida que se levanta decidido aunque detiene sus pasos en el umbral del pequeño cuarto” cuando te recuperes, búscala.

Con cuidado avanza hasta la puerta, pero no sin antes despedirse del amable salvador. Le da claras instrucciones de que no deje ir al pequeño hasta que se encuentre plenamente recuperado, preferiblemente mañana, también recomienda evitar intervenir ahora mismo.

Sale del sito para encontrarse directamente con Kat, sospechada tal giro en los acontecimientos. Claro que esta vez su rostro se encuentra más serio, se propone a hablar aunque ya no de una manera amable.

Anthony está adentro descansando, quiero que lo trates de bien de ahora en adelante “le clava una mirada fija a su semejante” o lo lamentaras “una amenaza que expresa en cierto tono impropio” seguiremos con esto en un futuro, pero yo te contactare a ti.

Acto seguido y luego de dejar bien clara su postura con un rostro de piedra, carga sus extremidades inferiores e inicia la carrera. A diferencia de la unidad contraria, Zero puede desplazarse a velocidad elevada por largos periodos de tiempo, pronto la deja muy atrás.

La puerta de la casa se abrió de par en par, justo cuando Kat estaba a punto de patearla y entrar a causando alboroto, de la casa salió el niño cibernético, Kat solo mantuvo la guardia, sus condiciones no eran las óptimas para iniciar un combate, sus heridas biológicas comenzaban a sangrar cuando contraia los músculos, las averías de sus implantes goteaban aceite, si no atendía sus desperfectos perdería la movilidad de sus aditamentos y terminaría muerta más pronto que tarde.

El niño no parecía el gentil sujeto de unas horas atrás, su semblante ya no era inocente y la mirada sin emociones ahora tenía un ligero toque de desprecio por la mecánica.

-¿A dónde crees que vas?- Artículo Kat para amenazar inútilmente al niño, aunque este último le respondió con algo más que unas palabras.

El niño había sido claro, tratar bien a Anthony, o lo lamentaría, palabras muy duras para un niñito de metal, el niño metálico se fue en cuanto terminó sus amenazas, la peliblanca no podía creer lo que pasaba, la presa estaba ahí frente a ella y no podía hacer nada para detenerla solo pudo gritar y sacar su rabia. -¡Alto!- grito Kat. -Experimento Z9-42, tengo órdenes de llevarte- Kat se sujetaba de la pared con mucho trabajo. -Tarde o temprano te alcanzaré, no importa que borren la orden de mi sistema- Kat cayó de rodillas al suelo y perdió el conocimiento si es que lo tenía.

En ese momento los gritos de Kat despertaron al joven Anthony, era imposible que el chiquillo confundiera aquellos gritos con los de alguien más, se paró de la cama de golpe aún con las ropas de dormir puestas y sin importar lo que dijera el joven que los había ayudado corrió hasta la puerta y la abrió de par en par, dentro de la casa el aire entró con fuerza apagando la mayoría de las velas, tirando algunas sillas y ropas colgadas en ellas, el rostro del niño se iluminó de felicidad al ver a la peliblanca tirada frente a la casa empapándose bajo la lluvia, no era que le causará felicidad su estado, era por qué ahora podría estar cerca de ella y dejar todo el tema de la cacería atrás.

-Por favor, ayúdenme, déjenla entrar, está débil, necesita mi ayuda- suplicó el niño mientras miraba con miedo y preocupación los ojos avellanados de Zac.

El joven guardia se colocó un abrigo para salir a la lluvia y así descalzo ayudó a Anthony a cargar el bulto de metal que era Kat, el muchacho no estaba seguro de querer a la mecánica dentro de su casa, pero su buena moral no le permitía dejar desamparada a la peliblanca y menos frente a la puerta de su propio hogar. Con mucho trabajo tanto Zac como Anthony subieron a Kat a la mesa, una mesa de madera grande y de patas firmes.

-Muy bien niño, aquí está tu amiga, espero que no cause problemas como en la plaza, sería difícil lidiar con su fuerza yo solo-

-Descuida, está muy débil, además tiene el chip, no nos puede hacer daño-

-¿Y porque pasó todo ese alboroto?-

-Aún no lo sé- Anthony tomó un par de velas y las acercó al cuerpo mojado de la peliblanca, no era mucho pero quizá la mantendria seca durante la noche.

-Ya es tarde, deberías descansar otro poco, tu amiga estará bien-

Anthony tardó en reaccionar a la ausencia de su nuevo y efímero amigo. Sus ojos miraron en todas las direcciones posibles buscando al niño pero no encontró nada.

-¿Donde está Zero?- pregunto asustado

-¿El otro niño? Se fue hace un momento, supongo que tenía cosas pendientes

-¿Y porque dejaste que se fuera? Ya es muy tarde para que esté fuera, además es solo un niño, estaría mejor aquí dentro- reclamo Anthony al joven guardia

-Te equivocas amiguito, Zero no es un niño como cualquier otro, hay más en el de lo que imaginas- Zac se alejó hacia las escaleras de piedra para subir a su colchón de paja improvisado. -Te recomiendo que descanses-

-Tengo que ayudar a Kat- replicó Anthony mientras corría hacia la mochila que identificó como suya, de ella tomó un morral más pequeño con instrumentos de madera y metal, todos muy extraños a los ojos de Zac, no podría reparar a Kat por completo pero evitaría que sus partes dejasen de funcionar. Le esperaba una noche larga y laboriosa, así que no perdió el tiempo y se dedicó a apretar tuercas y ajustar engranajes que solo él entendía.

A la mañana siguiente Kat despertó completamente recuperada, o por lo menos sus implantes ya no escurrían aceite y sus articulaciones ya no tronaban cuando se movía, la mecánica movió su brazo con lentitud mientras calaba el estado de su cuerpo, ella sabía quién era el único que podía repararla sin que se lo pidiera, aquel niño que sin recibir nada a cambio le entregaba su lealtad y compañía a una mujer que no le regresaba ninguna pizca de afecto.

-Tardo toda la noche ajustando tu cuerpo, nunca ví a nadie que supiera hacer lo que él te hizo- La voz de Zac acabó con el silencio de la casa.

-Lo se, es un niño talentoso-

-Ya aún así lo dejaste inconsciente-

-El se lo busco-

-No te mereces su amistad-

-Ya lo sé, espero que él se de cuenta antes de que sea muy tarde-

-Deje un poco de comida en ese caldero, espera a que despierte y déjalo comer, después debes irte, él se puede quedar aquí, aunque si decide seguirte yo no lo voy a detener-

-Tenemos un trato que debe cumplirse, hasta ese día él tiene que acompañarme y yo protegerlo-

-Pues protegelo de ti misma entonces- finalizó el joven mientras salía de la casa vistiendo su uniforme militar

Los ojos de la peliblanca se abrieron más de lo que ya estaban, el joven tenía razón, por su culpa Anthony se había lastimado, era verdad que Kat era igual o más peligrosa que los esclavistas de los que Anthony escapaba.

Anthony tardó unas horas más en despertar, para ese momento Kat ya estaba a algunos kilómetros de distancia, era lo mejor para el chico, acompañar a Kat en sus misiones era más peligroso que dejarlo con los mismos esclavistas, en el fondo tenía afecto por el chico y no quería lastimarlo.