El camino del Guerrero [Trabajo - Terminado]

-Todavía no Entiendo porque pensé que esto seria una buena idea- Comento el Elfo mientras esquivaba un mangual, la gente a los alrededores gritaba entusiasmada ante la pelea que a segundos se volvía mas y mas complicada obligandole a retroceder hasta toparse con la espalda de su compañero, -¿Todo bien por alla?- comento al voltearse breve mente hacia Ahroun, nuevamente se vio ante la situación de tener que esquivar, salvo que antes de hacerlo toco el hombro del Lycan para advertirle -esquiva a la derecha- comento antes de moverse nuevamente...

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Ese mismo dia, pero mas temprano.....

El elfo estaba desconfiado, se supone que vería a su hermana pero solo veía a la mascota que conservaba como novio, habian acordado verse en una posada de Lunargenta y sin embargo solo se encontraba Ahroun -entonces ya te abandono o que?- pregunto el elfo mientras mientras estaba cruzado de brazos golpeando su antebrazo repetidamente con su dedo indice, curiosamente el pequeño Fèidh de nombre Aion que acompañaba a Zelas para todos lados golpeaba el piso con una de sus patas siguiendo el ritmo del dedo de Zelas. Finalmente se resigno ante la situación, y saco un aviso de trabajo el cual puso frente al lycan, -te seré sincero, planeaba ir con Aradia, pero ahora que no tengo esa opción te planteo la propuesta a ti, necesito un compañero confiable y tu eres mitad perro no?, debería servir de algo, si no lo quieres hacer por mi, hazlo por Aradia- comento el elfo usando un poco de sus maromas del habla para ver si se conseguía un compañero para aquella misión un tanto suicida, aunque el elfo pensaba en otra cosa mejor, si la misión era tan complicada como parecía, esta seria una buena oportunidad para deshacerse del perro de una vez por todas.

Zelas tomo una pluma y comenzó a escribir una nota para cuando llegara su hermana, el pequeño Fèidh le observo mientras el elfo terminaba una nota simple que decía lo siguiente "cuídalo por mi hasta que vuelva, come frutas, vegetales, corteza de arboles y sabia, atentamente tu hermano favorito" acto seguido lo clavo en uno de los cuernos de Aion el cual lo observo con curiosidad -lo siento Aion, no puedes acompañarme en esto, es demasiado peligroso y resultarías un estorbo, te quedaras acá hasta que vuelva, lo haré ni bien termine el trabajo de acuerdo, mi hermana te cuidara mientras tanto... cuando llegue obviamente- comento mientras esperaba la respuesta del lobo.

Lunargenta, sin duda el lugar adecuado para ganar dinero y quemar cosas. Era la impresión que se había llevado tras su última aventura en la ciudad luego de quemar quizás el único santuario a la naturaleza que tenían esos humanos. ¿Se arrepentía de ello? La respuesta era un no rotundo. La ciudad seguía apestando a podredumbre y humanidad con o sin invernadero. Además, aún no sabía en que gastar todo el dinero que le habían pagado por semejante hazaña contando con unos cachorros callejeros como compañeros.

Claro, ahora no estaba ahí por trabajo, sino más bien por capricho de Aradia, a quien por su puesto aún no le cuenta lo sucedido ni como ganó esos aeros que le presto. Las ventajas de ser un gruñón de olfato sensible, era que podía mostrarse molesto y seguía actuando acorde a su normalidad sin necesidad de explicaciones.

Al menos en esta ocasión no parecía un vagabundo malhumorado y no tenía que buscar excusas para ganar dinero... No, las excusas esta vez llegaron a él, junto a uno de los personajes más molestos que había conocido hasta entonces, y eso que muchos suponían ser un incordio con asombrosa facilidad.

Dicha mañana, el lobo no quiso salir de la cama junto con su mujer. El olor impregnado a ella entre las sabanas hacían su estancia en la ciudad más agradable junto a los recuerdos de la noche anterior. Lamentablemente los huesos fueron excusa suficiente para levantarse y bajar para comer algo, no sin antes ponerse en el cuello una bufanda de ella para calmar un poco su estado anímico.

La actitud de Zelas le tomó por sorpresa, aunque no dejaba de ser el molesto elfo de siempre, el deje en su tono de voz dejaba claro en el lobo su resolución para llevar a cabo sus fines. Ahroun por algunos minutos se tomo un viaje mental hacía el pasado. Cinco o seis años atrás no habría dudado de tomar el trabajo solo, matar a los presentes y quedarse con los premios, pero el Ahroun actual era precisamente consecuencia de aquel violento pasado. Sus motivos para meterse en peleas habían cambiado, pero por fortuna para el oreja puntiagudas era que sus gustos por las peleas seguía casi intacto.

Se mantuvo en silencio hasta el momento de entregar la criatura a Aradia. La idea no le agradaba mucho, pero antes de que exponer a Aradia o que esta tratara de convencerlo, se acercó a Zelas.

—Esta vez seré yo quien cobre por hacer de niñera —Sonrió levemente por la broma, aunque su rostro se mantenía serio. Ya se había resignado a la idea de meterse en líos, pero la de bajar al bus-suelo de aquel basurero no terminaba de agradarle en lo más mínimo.

—Hagamos esto rápido antes de que se me atrofie más el olfato en este basurero —Concluyo ya dispuesto para hacerle compañía a uno de sus personajes menos favoritos en su lugar más odiado por lejos. Sin duda la idea de volver a su tribu en un intento suicida se le hacía más amena, al menos moriría en el bosque y no tendría que aguantar residuos de humanidad por montón.

Aradia había llegado justo antes que partiera a comprar cosas por lo que se ahorro el viaje y le dio un par de aeros a su hermana para que le comprara comida al Fèidh, -Hermana planeaba hacer esta mision contigo, pero ahora que lo pienso, prefiero dejarte al cuidado de Aion- comento entretenido mientras le entregaba al Fèidh, entonces ocurrió lo impensable, Ahroun hizo un chiste y sonrió -sera posible, acabo de ver al perro hacer un chiste y sonreír... esto es un mal presagio, ya no se si continuar con esto- comento bromeando, nadie que los hubiera visto antes creería en la forma en la que interactuaban ahora. -Cúbrete la cara con las bragas de mi hermana, quizás eso te alivie el olor a podredumbre- comento antes de salir en dirección a las catacumbas.

Bajaron a la zona de las catacumbas siguiendo las indicaciones que se mostraban en el anuncio, sin embargo, no había rastro de nadie en los alrededores -no seria gracioso que todo esto fuera una gran broma elaborada, me pregunto cuantos habremos caído en esta trampa de ser así- comento en un intento de molestar al lycan, el cual reaccionaba a la mayoría de las cosas con gruñidos o balbuceos inentendibles, que hacían que el elfo solo le molestara mas al respecto, seguían caminando sin rumbo determinado cuando fueron sorprendidos por alguien encapuchado, -¿Qué buscan en este lugar de descanso?- Zelas observo a Ahroun intentando descifrar si el también había sido tomado por sorpresa, entonces observo de nuevo al encapuchado -buscamos el camino del guerrero- comento el elfo, ante lo que el encapuchado bufo -otros pobres ilusos que cayeron.. no puedo ayudarlos- comento mientras se marchaba y desaparecía de la misma forma en la que llego, -eso fue raro... ¿también te tomo por sorpresa?, me pregunto como habrá hecho para pasar tan desapercibido..- comento mientras emitía inusual y largo bostezo, -rayos tengo demasiado sueño, oh espera... esto no puede ser nada..- la frase quedo inconclusa ya que el elfo cayo al suelo completamente inconsciente junto a su compañero.

-¡Biusas!- grito Zelas al momento que despertaba en una extraña celda, aun mantenía su arnés puesto y sus armas seguían en su lugar, Ahroun también se encontraba despertando y se estaban incorporando nuevamente cuando la reja se abrió como invitándoles a salir de ese lugar...

Esta vez no se despidió de Aradia, ni si quiera cruzó miradas con alguien en aquel recinto. La idea del trabajo no le agradaba para nada, pero ya había accedido y no podía retractarse. Podía sentir en su interior como algo había cambiado tras los años del exilio o más bien tras la llegada de su pareja, no lo podía definir con exactitud. Tampoco podía entender del todo que ocurría en su interior, solo daba por sentado que algo en él había cambiado.

Esa adrenalina e inquietud típica que sentía antes de cada combate había desaparecido, sin embargo, caminaba seguro y decidido. Sentía aún las ganas de repartir golpes, pero ya no era el mismo cachorro que debía enfrentarse a un clan entero solo para comprobar lo fuerte que era el hijo del líder. No, esos años habían quedado muy atrás. Ni si quiera se molestó en contestar las bromas del elfo antes de bajar a las catacumbas.

Cuando la luz ya no era fiable para servir de guía, el licántropo apenas mantenía los ojos abiertos. Caminaba en la retaguardia, pero sus sentidos le guiaban. Por mucho que no le gustase depender del olfato en esas cloacas, sabía de sobra que clase de ratas podrían atacar al nuevo dúo de guerreros, si es que se les podía llamar así.

—Es bastante obvio —Se limitó a responder ante el comentario de la trampa. Su olfato naturalmente le advirtió que alguien los estaba siguiendo, y aún así se mantuvo sereno cuando la figura encapuchada apareció. Tardó unos minutos en darse cuenta del somnífero que habían usado, se mezclaba con naturalidad con cualquier químico residual. Muchos eran apenas detectables.

—Me sorprendería más otro lobo con buen olfato aquí abajo —Respondió pero era tarde, el sueño ya se había apoderado de él.


—Biusas tu abuela —Respondió bastante molesto al escuchar la voz del elfo. Pudo recordar pronto la trampa en la que habían caído. Sinceramente, despertar escuchando su voz era una de las cosas que más odiaba, podía añadir también a su lista caer en trampas por culpa de dicho personaje. «La próxima cobraré por adelantado» Se prometió así mismo mientras se incorporaba.

—Suerte que deje mi dinero con tu hermana —Dijo ya de píe mientras estiraba los huesos. —Bueno, traerlo habría sido igual —Añadió mientras miraba fuera de la reja. Al parecer ahí adentro no habían más que ellos dos, pero podía oler a más personas no muy lejos. Arriba, abajo y al frente.

«Linda trampa, Ragabash, atento...»
«No molestes, estábamos mejor sin estos elfos»

Se resignó a quedarse sin dinero y a no recibir ayuda de su contraparte. Solo quedaba una cosa y eso significaba sacar el máximo posible de aquel trabajo. De Zelas también si podía. Podía observar un camino en línea recta hacía el frente. Otro túnel, aunque algo mejor iluminado que los recorridos inicialmente. —Vamos cachorro, me interesa ver cuantas trampas más te tragas —Dijo mientras apoyaba la espalda sobre una de las rejas. De todas formas, si no recibían ni uno tendría que transformarse, matar y robar. Ahí abajo se le resultaba condenadamente tentador y más fácil que en la superficie.

-No he probado a mi abuela, pero si llegase a estar sabrosa, no dudaría a la hora de comer una biusa- comento el elfo mientras examinaba la situación, el lycan como siempre intentaba culpar a Zelas de sus desgracias y trataba de darse esos aires de mayor que suelen darse las creaturas bípedas ante su apariencia -se que anhelas reproducirte desesperadamente con mi hermana, pero como me vuelvas a decir cachorro te parto la cara.. Cachorro... Oh, ahora entiendo, se siente bien- comento cambiando rápidamente de actitud mientras ambos salían a lo que parecía una arena de combates.

Una Arena de combates con diferentes accesos yacía ante aquel par de luchadores, desde otros 3 accesos otros tres pares de luchadores emergían con distinta clase de armamento los cuales caminaban hacia la misma dirección que Zelas y Ahroun, posándose enfrente de un balcón donde se encontraban 3 guerreros veteranos esperando a que los demás se reunieran, cuando las 4 parejas de guerreros se posaron frente al balcón, el mas fornido de ellos tomo la palabra -Valientes y honorables peleadores, el camino del guerrero tiene múltiples significados para cada uno de los que transitan en el, así también los caminos siempre se cruzaran con los caminos de otros en busca de la verdadera definición de lo que ser un guerrero significa, Honor y Gloria esperan por aquellos que resulten victoriosos...- Aquel inspirador discurso se vio interrumpido por Zelas, el cual se aclaro la garganta de forma estruendosa, haciendo que la atención se centrara en el -Supongo que habrá dinero involucrado también en esto o me equivoco- las miradas volvieron hacia el balcón del cual estaban los guerreros, otro guerrero veterano tomo la palabra en esta ocasión, -si habrá una compensación monetaria, mas ese no es el propósito de esta competición, el verdadero proposito es...- el elfo nuevamente interrumpio con un sonoro -Genial!, por poco pense que estaba en el lugar equivocado, a poco no cachorro- comento mientras se llevaba las manos por detras de la cabeza y miraba a su canino compañero.

Los 3 guerreros veteranos se observaron unos a otros, si estaban molestos no había forma de saberlo ante el hecho que la mayoría estaba utilizando yelmos, sin embargo continuaron con su explicación, ahora hablaba aquel que aun no habia tomado la palabra hasta ese momento -tendran que enfrentarse los unos a los otros y encontrar las respuestas en sus batallas, el par que termine en pie seran aquellos calificados para enfrentarse al campeón, en busca de el titulo de Guerrero Maximo...- nuevamente la voz de Zelas se alzaba por sobre las demas -¿qué sentido tiene venir en parejas si solo lucharemos contra un solo guerrero?, ¿el titulo se comparte o se divide?, ¿como se supone que..- -BASTA!! EL PRIMERO QUE ACABE CON ESE INSOPORTABLE ELFO Y SU COMPAÑERO LUCHARA CONTRA EL CAMPEON SIN TENER QUE PELEAR CONTRA LOS DEMAS- aquella furiosa declaración hizo que todos los guerreros desenvainaran sus armas con un objetivo claro, ser los primeros en acabar con Zelas y Ahroun

Guerreros Veteranos:

OFF: la primera complicación del trabajo viene por parte de Zelas y su irritable personalidad lo cual ha provocado la ira de los organizadores del torneo, cambiando las reglas y poniendo un blanco en Ahroun y Zelas haciendo que todos quieran ser los primeros en acabar con ellos volviendo una pelea por parejas aleatorias en una pelea 6 contra 2

Sonrío amenazante ante la respuesta de su supuesto compañero, después de todo alguien tan exasperante si era fácil de hacer enojar. Podía ser algo a su favor y digno de recordar en algún momento.

No tardaron mucho en llegar a la arena, pero conforme se iban acercando el temple de Ahroun comenzó a mostrarse cada vez más sereno a la vez que alerta. El olor a sangre y sudor dejado en las paredes como en todo el lugar era inconfundible. Casi podía sentirse como volviendo al hogar después de tantos años vagando. La inquietud estaba a flor de piel, aunque aparentemente no lo mostraba.

Le costó un poco acomodarse a la iluminación del lugar. Unas cuantas fogatas en cada rincón así como antorchas en las paredes. «Vaya circo han montado» Pensó mientras empezaba el discurso que claramente le importaba un bledo. Su espalda se apoyo sobre una de las paredes mientras observaba la arena con mayor detenimiento.

Podía notar desde lejos el deterioro en las armerías dispuestas para los combatientes. Las armas así mismo hacía mucho tiempo que habían perdido el brillo. Suerte para él que rara vez dependía de las armas, sinceramente las que quedaban en mejores condiciones le daban poca confianza.

Inevitablemente, el licántropo llevo su mano a la frente en señal de decepción con tan solo escuchar el termino de «guerrero máximo». Casi le parecía una ofensa. Solo veía desperdicios de humanidad tratando de creerse soldados en un circo para la escoria que no se atrevía a mostrarse por las calles principales.

Y claro, no podía faltar el exasperante elfo que le metía en problemas por hablador. Ahora resultaba que también querían su cabeza cuando no había mencionado palabra aún.

—¿Campeón? ¿Guerrero máximo? —Las manos del lobo volvieron a los bolsillos mientras una extraña sonrisa sádica se mostraba en su rostro—. No esperaba escuchar tales payasadas por estos lares.

Camino hacía donde estaba el elfo cuando vio que los demás desenfundaban sus armas. Ahroun los estudio con cuidado aún con las manos en los bolsillos, le parecía divertido que ninguno se atreviera a mostrar el rostro. Pensaba que la cobardía humana aún no llegaba a sus límites.

—No se te ocurra morir con estos payasos de circo —Le amenazó esperando el primer ataque— El más débil de mi clan podría solo con todos estos, pero ya que. No me queda de otra.

Por fin se decidió a desenvainar sus manos mientras encorvaba levemente la espalda hacía adelante. No se hacía expectativas, pero estaba listo para acabar con todo el que se atreviese.

-Si, si cachorro, lo que digas, si yo fuera tu no los subestimaría, tomemos distancia, no queremos ser rodeados en una situación así- comento el elfo mientras desenvainaba una cimitarra para utilizar él al momento que comenzaba a tomar distancia, instancia en la que tres guerreros le salieron al encuentro, uno maniobraba una alabarda, otro un mangual y el tercero venia con unos guanteletes reforzados, aquello sin duda seria un problema si lograban coordinarse para atacarlo, por lo cual el elfo decidió intentar algo -de acuerdo, tenemos que encontrar una forma de hacer esto de manera ordenada, que tal si todos soltamos nuestras armas a la cuenta de tres y luchamos como verdaderos peleadores, entonces 1, 2, 3... y nadie soltó sus armas no se porque pensé que eso seria una buena idea- comento al ver su primera idea fallar estrepitosamente.

Observo como Ahroun también era confrontado por los otros 3 guerreros restantes los cuales manejaban diversas armas, uno tenia unas cadenas con puntas que tenían un extraño color, otro manejaba una lanza con una extraña cosa en la base de la punta y el ultimo manejaba una maza la cual aun tenia restos del ultimo cuerpo con el que se había cruzado "supongo que si acaban con el me hacen un favor" pensó por un momento mientras volvía a concentrarse en su pelea, el de la alabarda había avanzado mientras que el de el mangual se movía discretamente hacia un lado y el de los guanteletes estaba esperando inmóvil, Zelas se lanzo a interceptar al de la alabarda cuando escucho el sonido de cadenas, lo cual instintivamente le obligo a hacerse a un lado en vez de cargar hacia el frente, ya que el sujeto del mangual había atacado obligando al elfo a esquivar el ataque.

-Oh ya veo lo que intentan hacer...- dijo justo cuando fue interrumpido por un puñetazo del tipo de los guanteletes, sacudido por el golpe traicionero, no pudo evitar la patada y el otro golpe del mismo individuo los cuales tomaron al elfo por sorpresa, los guerreros pausaron su ataque mientras se miraban entre ellos riéndose de la situación, Zelas por su parte se levantaba un poco conmocionado por la situación, se llevo una mano al estomago y solto la cimitarra para llevarse la otra a la cabeza -sucker punch- musito en elfico a la vez que sus manos emanaron una imperceptible y leve descarga de eter lo cual alivio temporalmente sus dolencias, tuvo que ser corto para no delatar ninguna sospecha y escupió un poco de sangre antes de tomar la cimitarra y volver a levantarse -me han tomado por sorpresa, han fingido competir sobre quien me asesinaba primero pero han trabajado en grupo para agotarme, es una estrategia loable, lo reconozco- comento al momento que los guerreros se volvían a poner en guardia y se preparaban para atacar, lo que no esperaron fue que el elfo lanzara la cimitarra hacia el guerrero de los guanteletes el cual se cubrió con sus guanteletes ignorante del hecho que el elfo poseía armas con cualidades especiales, una de ella era la infusión eterea que poseían todas sus cimitarras, causando un daño mágico que permitía la mitad del daño ignore cualquier tipo de armadura, obviamente para cualquier otro que no fuera Zelas, esta solo era una cimitarra endemoniadamente afilada, ahora los brazos de aquel guerrero estaban atrapados por la cimitarra de Zelas que se había enterrado en los brazos de este el cual ahora profería un fuerte grito de dolor el cual se interrumpió cuando otra cimitarra se clavo en su cabeza.

Los dos guerreros restantes observaron como el elfo desenvainaba otra de sus cimitarras quedándole aun una en su espalda, la mirada del elfo había cambiado, y ahora podría parecer un verdadero guerrero digno de la arena, -procuremos que no hayan mas sorpresas- declaro al momento que se limpiaba la sangre de sus labios y volvía a cargar contra sus enemigos.

Ahroun ahora comprendía porque Zellas había decidido tomar aquel trabajo. Tras su última escena sin duda encajaba perfectamente como el séptimo payaso en aquel supuesto coliseo bajo tierra.

Por fin la hora de la espera había terminado, el licántropo había cortado todas las cadenas que lo ataban a su estado natural de mal humor. Habría que enseñarle a esos cachorros lo que era ser un guerrero bestial, cuando ya no quedaban ataduras y podía ser el mismo.

Contó a tres en su contra, por ahora. Una maza, una lanza y unas cadenas. Sabía que las últimas podían ser las más problemáticas, por lo que tendría que abrirse paso derribando a los otros dos que también les carcomía la impaciencia.

El de la lanza fue el primero, un saludo bastante pobre sin duda. Ahroun pudo prever el trayecto del arma para moverse en consecuencia; dos pasos en guardia hacía un lado fueron más que suficiente para esquivar. La maza vino luego, aunque el golpe era vertical. De haber sido diagonal pudo haber requerido mayor esfuerzo, pero basto con un cambio de guardia para perfilarse fuera de la zona del golpe.

Su foco de atención mayor se encontraba en el de las cadenas. Este podía atacar a distancia y sin duda alguna estaba esperando una apertura o estudiar los movimientos de Ahroun. Su pasado conflictivo sin duda estaba rindiendo frutos. Por los ruidos, podía predecir que estaba recibiendo menos golpes que su molesto compañero.

Empero, no podría salir intachable. Pudo ver el puñetazo, mas no reaccionar a tiempo. El de la maza, que requería mantener menos distancia, dio de lleno en el rostro del lobo. Este se preparó para recibirlo de lleno en una mejilla. Casi le hace retroceder, pero el haberse anticipado le ayudó a mantenerse en píe.

Vio a tiempo la maza ahora desde abajo, el golpe terminó de espabilar sus instintos de guerrero sin duda, pues este si lo alcanzó a esquivar.

—¡A un lado! —Alcanzó a escuchar gritar al lancero.

El hombre comenzó a girar su arma con pasos que demostraban una técnica avanzada. Lanzaba estocadas verticales que volvían sobre su cabeza mientras avanzaba hacía Ahroun. Este esquivo una, dos y la tercera por los pelos. Su camisa sufrió un rasguño que atravesó casi todo el estómago.

—Vale, ahora si... —Curiosamente se escuchó a un animado Ahroun. Este bloquea con su antebrazo una cuarta estocada, evitando el filo del arma por su puesto. Se quita la rasgada camisa y la avienta al rostro del hombre justo cuando preparaba otro ataque consecutivo.

El lancero retrocede por la sorpresa y trata de quitarse la prenda, pero el lobo ya estaba encima de este cuando lo logra. No fue un golpe fatal, pero sin duda le costaría trabajo levantarse. Directo con la derecha al rostro, apoyando todo el peso de su cuerpo más la velocidad de la carrera.

—¡Venga, vamos! —Bufa claramente de la emoción. El saber que podía golpear y desarmar a más gente... Le costaba creer que se había controlado por tanto tiempo y claro, esto a la vez le jugo en contra. Al dejarse llevar por el calor del combate no puede evitar que la cadena le rodease el brazo. Por fortuna las púas no llegaron a clavarse, pero ahora comenzaba una pelea por mantener el equilibrio mientras sobrevivía al de la maza. Esa sonrisa sádica en su rostro, hacía demasiado que no se le veía.

-Creo que estamos desperdiciando aeros, no quería darle tribuna al insoportable elfo, pero no podemos permitirnos tener otro muerto sin gente- comento uno de los guerreros al grupo a lo que el otro hizo una señal hacia la entrada de las gradas y rápidamente un mar de gente se apresuro a llenar las gradas con gritos de entusiasmo, algunos con rabia por no poder haber visto la primera muerte.

-Genial, ahora tengo que lidiar con la presión de entretener al publico, donde estaban todos cuando mate a ese tipo- comento el elfo mientras comenzaba a rodear a sus enemigos con la intención de acercarse al cadáver en el cual estaban clavadas sus cimitarras, sin embargo los peleadores que quedaban no planeaban dejar que aquello sucediera pronto, el de la alabarda fue el primero el cual con elegantes movimientos se acerco girando su arma dándole mas velocidad y fuerza con cada giro, Zelas respondió a su despliegue de habilidad desenvainando su otra cimitarra, enlazando ambas para convertirlas en una espada de doble hoja, teniendo una longitud solo un poco menor que la alabarda, ante lo cual algunos gritaron que hacia trampa.

El elfo también giro rápidamente su arma mientras salia al encuentro, entonces el pesado choque entre ambas hojas ocurrió, la hoja del elfo se clavo en la hoja de la alabarda y ahora ambos guerreros forcejeando con solo uno de sus brazos luchando por mantener el equilibrio, por generar el ritmo que la pelea llevaría, curiosamente el luchador del mangual ahora se quedaba al margen observando el encuentro, Zelas el cual había desviado la mirada por unos segundos para asegurar la posición del peleador mencionado antes pago el precio al recibir una patada en la canilla que casi lo saca de balance, el elfo debiendo anteponerse a la situación, decide girar sobre su propio eje, pivotando en la punta de uno de sus pies y aflojando el agarre de su arma el tiempo justo para girar parte de su mano y su brazo, retomando el agarre justo a tiempo para hacer que ambas armas pasaran por sobre el, dejándolo en una posición ventajosa para luchar con el guerrero de la alabarda frente a frente, si algo de asombro y respeto había logrado generar el elfo ante el publico, sus siguientes acciones se lo arrebatarían por completo, así se lo hizo notar el publico presente con sus abucheos cuando Zelas dejo fuera de combate al luchador de la alabarda al darle una fuerte patada en la entrepierna y luego acabar con su vida cortandole el cuello.

El publico abucheaba a Zelas con molestia y le trataban de tramposo y cobarde, ante lo que el elfo sonreía con sorna caminando ahora hacia sus armas que seguían clavadas en el cadáver del primer guerrero asesinado, y el sujeto del mangual se lo permitía con toda libertad, la mirada en su rostro reflejaba que quería vencer al elfo con todas sus artimañas, algunos dirían que estaba siendo honorable, que esa era la forma en la que un guerrero se debía comportar, para Zelas sin embargo, solo estaba siendo estúpido, primero separo sus cimitarras y las envaino en las fundas de su espalda,todo esto con la vista fija en su enemigo y sin quitar la vista fue a recuperar las que estaban clavadas en el cadáver y las limpio para luego guardar una, solo le quedaba un enemigo al cual no dejaba de observar y después iría a ayudar a Ahroun... o a terminar de matarlo, todo dependía de la situación.

A simple vista parecía que Ahroun trataba de llevar una prueba de fuerza con el tipo de la cadena. Este sin duda tenía la ventaja por la forma que sujetaba el arma, aunque Ahroun ya tenía también ambas manos en el metal. El licántropo tenía un plan, simple, pero letal. No, su objetivo no era el portador de la cadena, sino el lancero que yacía a sus píes.

Sin embargo, sin palabras ambos guerreros acordaron una tregua momentánea. Algo ocurría en la arena y claro, no podía ser un acto de circo sino había público. Cada vez más le parecía un error haber aceptado aquel trabajo. No se había contenido por tanto tiempo solo para dejar salir su lado salvaje con cachorros humanos de poca monta, aunque fuese por dinero. Aquello estaba casi resultando ser un insulto, más que un simple incordio.

El humano más rápido en volver al combate, pero Ahroun estaba cada vez más molesto.

Llegó el momento de revelar su verdadera intención. La mano del brazo sujeto por la cadena, tomó el mango de la púa que había amenazado con clavarse en él. Levanto este brazo y antes de que su rival pudiese desequilibrar al lobo, este se arrodilla para clavar la púa de metal en la yugular del lancero derribado.

El golpe fue seco, ahora sí tenía un enemigo menos del que preocuparse. Ya solo quedaban dos y le importaba un bledo si al público o a sus enemigos le gustaba aquella acción o no. Después de todo se estaban jugando la vida y cuando se trataba de eso, Ahroun nunca había sido negligente. Cualquier método merecía la pena.

«¿Hueles eso, cachorro?» Ahroun asintió, ambas partes estaban de acuerdo en lo que sentían. Había algo de miedo en el ambiente, pero este de alguna forma había llegado con los espectadores. No todos abucheaban o habían llegado a ver el combate, tal parecía que algunos habían llegado escapando de algo...

«Da igual, aún quedan dos inútiles» Contestó dando final a la conversación mental con su contraparte.

El cadenero se enfureció claramente. No esperaba aquella jugada por parte de su contrincante, ahora con la cara y parte del pecho cubierto de sangre. La cabeza comenzaba a doler, por alguna razón Ragabash estaba más inquieto ahora, pero no planeaba dejarle la acción. Era su momento de disfrutar la violencia y no podía permitirse una transformación de momento. Tendrían que seguir las reglas si quería hacer valer la pena el hecho de haber bajado al circo de la cloaca.

—¡Vamos, acabemos con esto rápido! —Gritó luego de sacudirse la cabeza—. Mejor para ustedes que mueran unos pocos.

Una sonrisa sádica se dibujo en su rostro cuando miraba al de la maza que hasta entonces se había mantenido a raya. Al parecer el guerrero era lo suficientemente experimentado como para entender que algo no había bien con el rival que les había tocado. Sin embargo, para estos el honor estaba en juego. Cargaría pronto contra el lobo, no había duda de ello. Por su parte, Ahroun disfrutaba. Ragabash le daba una explicación mental de lo que estaba sintiendo, aquello que alimentaba a la bestia que amenazaba cada vez más con salir.

-Un guerrero se define por su capacidad de combate y su maestría con su arma a elección, el uso que le da a sus armas, a ti te acabare con la primera arma que recibí de mi familia- comento Zelas al guerrero del Mangual, acto seguido guardo su cimitarra y levanto sus manos descubiertas y desprovistas de arma alguna, a la vista de todos procedió a guardarlas en sus bolsillos.

-Esta loco, es oficial, solo lograra que lo maten- comento uno de los guerreros que hacia de juez junto a los otros dos, -eso es lo que queremos, si nos ayuda a lograrlo mejor- comento el otro, el tercer guerrero sin embargo observaba con atención, el había visto a través de las artimañas que utilizaba el elfo, no lo aprobaba, sin embargo, respetaba la forma en la que el elfo afrontaba los diferentes conflictos, adaptándose a la situación. Los jueces también observaban al compañero del elfo el cual había logrado matar a uno de sus oponentes, -su forma de pelear difiere mucho en comparación a la de su compañero, no parecen un dúo que haya luchado muchas batallas juntos- comento uno -ha sido valiente al sujetar la cadena sin herirse en el proceso, aunque dudo que tenga la misma suerte con la maza- el tercer juez nuevamente procedía a quedarse en silencio, también había observado al guerrero que acompañaba al elfo y podía percibir que tenia un conflicto interno, a momentos lo veía exaltado en otros lo veía molesto su mente no parecía enfocada en la batalla.

El guerrero del Mangual ataco nuevamente balanceando aquella bola de metal ferozmente en dirección al elfo el cual lo esquivo y comenzó a correr en dirección a su atacante, aun con las manos en los bolsillos, la mayoría de la gente quedo extrañada ante la situación, algunos simplemente asumieron que el elfo tramposo había optado por el suicidio, Zelas por su parte esquivaba con elegancia los ataques acortando rápidamente la distancia entre ambos, el elfo realizo entonces una particular y extraña maniobra, ya que utilizando el impulso de la carrera, salto aun con las manos en los bolsillos y anteponiendo su espalda hacia su enemigo intento golpearlo con el peso completo de su cuerpo enfocado en un solo punto, aquel movimiento le había resultado en múltiples ocasiones ante grupos de enemigos, sin embargo jamas lo había probado ante un solo enemigo, su apuesta, sin embargo, había fracasado, en el momento que Zelas le dio la espalda a su enemigo, este imposibilitado de atacar con el mangual sin resultar herido en el proceso, lo arrojo al aire y dejo caer rápidamente su cuerpo esquivando al elfo, el cual dio con la espalda de lleno en el piso. El guerrero se reincorporo apresurado y corrió raudamente hacia Zelas el cual se había arrastrado un corto tramo, solo para darle una fuerte patada en el estomago, seguida de una segunda patada al pecho y terminando con una patada que iba dirigida al rostro, pero que el elfo logro cubrir con sus brazos, el guerrero entonces retrocedió a buscar su arma para terminar el trabajo sin embargo cuando volvió a ver al elfo este ya se encontraba de pie, Zelas había tomado un poco mas de distancia, e intentaba recuperar el aire y recomponerse un poco de aquellos fuertes golpes que había recibido. -Todavía no entiendo porque pensé que esto seria una buena idea- Comento el Elfo mientras esquivaba un mangual, la gente a los alrededores gritaba entusiasmada ante la pelea que a segundos se volvía mas y mas complicada obligandole a retroceder hasta toparse con la espalda de su compañero, -¿Todo bien por allá?- comento al voltearse breve mente hacia Ahroun, nuevamente se vio ante la situación de tener que esquivar, salvo que antes de hacerlo toco el hombro del Lycan para advertirle -esquiva a la derecha- comento antes de moverse nuevamente, si bien quedaban pocos enemigos en comparación a como habían comenzado la pelea, seguía siendo peligroso que les rodearan, y por sobretodo no se rebajaría jamas a pedirle ayuda a Ahroun en una pelea, nuevamente se había separado lo suficiente para pelear tranquilo, ya un poco mas recuperado se preparaba para ahora si terminar con su enemigo, al cual no volvería a subestimar...

«Necesitarás un arma» Aquello sorprendió a Ahroun, pero luego de ver imágenes de Ragabash cuando estuvo ausente, creyó comenzar a comprender. Podía sentir como la bestia quería apoderarse de él.

«Nunca necesite una» Reprochó molesto.

«La bestia sabe que eres débil y no te puedo ayudar con eso ahora. Recuerda las reglas de este circo» La sorpresa se hizo mayor. Al parecer algo de humanidad se había colado en Ragabash el tiempo que no estuvieron juntos. Era cierto, Ahroun no tenía la fuerza mental para controlar a la bestia o mejor dicho un concepto erróneo. Desde entonces había pasado a ser el tercer ocupante del cuerpo que compartían. Ahroun se había equivocado en su enfoque desde el principio, pensaba que Ragabash era aquella bestia por la que le habían expulsado del clan. Ahora veía más a su contra parte como un hermano mayor, aunque seguía sin comprender lo de la primera noche.

Aprovechó el tiempo muerto del combate para liberarse de la cadena con su otra mano. «Bien, ¿sugerencias?» Comenzó a observar las distintas armas que se encontraban tanto en el campo de batalla como en los estantes. «Algo que se asemeje a tu estilo de combate y no molestes, trato de controlar a la bestia»

Se acercó a uno de los estantes, caminando hacía atrás sin quitar de su campo visual a los enemigos. Ya cerca de la armería es cuando ocurre la intervención de su molesto compañero, para entonces ya tenía elegidas las armas que usaría en aquel combate. Iba a responder, aunque por fortuna no tuvo que hacerlo. Simplemente esquivo agachándose hacía la derecha y tomo las manoplas con cuchillas para empuñarlas, aunque con algo de torpeza.

«Estas deberían bastar» Pensó cuando comenzaba a ver la situación. Si se mantenía ahí tendría que pelear codo a codo con el elfo además de acostumbrarse a las manoplas. No sería una situación favorable, aún no entendía el potencial de las armas y debía modificar su aproximación al enemigo.

Decidió que lo mejor era alejarse. Esta vez corrió hacía el de la maza. Sus manos empuñaban las manoplas hacía abajo cuando comenzó a esquivar las mazas. La parte de la manopla terminaba con puntas afiladas de metal, además de tener cuchillas. Esto le permitía lanzar golpes mortales, si daba en un punto vital...

El enemigo pudo observar las nuevas armas, por lo que mantenía la distancia cada vez que el lobo trataba de reducir el rango de ataque. La pelea ahora se resumía en esquivar y tratar de encontrar una apertura. Por alguna razón, se le estaba haciendo más complicado que cuando peleó contra el lancero. Además debía mantener al cadenero en su campo visual.

«Mal momento para elegir un arma» Pensó con cierta molestia. Sin embargo era cierto, tendría que acostumbrarse si quería que Ragabash se centrará en contener a la bestia. No podía permitirse ir en contra de las reglas. Aquello que había estado disfrutando, ahora se volvía un fastidio mayor.



Manoplas cuchilla elegidas por Ahroun:

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-Díganle al campeón que se prepare, avísenle que traiga a ese "compañero"- comento el guerrero veterano que había guardado silencio hasta el momento, las gradas estaban alborotadas ante la forma en que se desarrollaban los acontecimientos, el lobo había sido orillado a armarse y el elfo fue recompensado una buena paliza después que la confianza se llevara su capacidad de raciocinio.

-¡Phffft!- resoplo el elfo, ahogando cualquier tipo de frase que hubiera pensado en ese momento, y sin pensarlo mucho se lanzo con todo, esquivo con gracia el primer golpe de la pesada bola de acero con pinchos del mangual, intentando perder la menor cantidad de momento cinético posible, generando múltiples torques en sus movimientos musculares, y entrando en el rango donde pudo liberar un potente golpe directo al casco de metal que utilizaba su contrincante, logrando abollar el mismo, forzándolo a retroceder, Zelas, sin embargo, desenvaino rápidamente una cimitarra, profiriendo un corte diagonal en el mango del mangual, sin lograr dañar a su enemigo el cual le pateo la mano que tenia la cimitarra, obligandole a soltarla y en un acto inesperado enterró con fuerza el mango del mangual en el hombro del elfo, utilizando el mismo corte que Zelas había realizado como punta de lanza, el elfo cayo sobre una de sus rodillas y apoyo una de sus manos en la arena. -Creí que no ibas a utilizar armas, por un momento compre eso de que pelearías solo con tu cuerpo, al parecer las primeras armas que te dio tu familia no fueron suficientes- comento el guerrero mientras se acercaba con los brazos extendidos ante su inminente victoria, Zelas se sujetaba el hombro con una mano, mientras que la otra se hundía en la arena sujetando algo con fuerza, -jeje, asi que eres de esos que hablan cuando creen que ganaron... Lo primero que aprendí de mi familia... Fue como mentir de manera convincente- dijo incorporándose violentamente y agitando con dolor la cadena de la otra mitad del mangual, impactando brutalmente el casco de su adversario, convirtiendo la cabeza de este en una grotesca lata sangrienta.

Finalmente había terminado su parte de la prueba, arranco de su hombro aquel puñal de madera improvisado, tenia suerte de que el daño que aquella arma podía realizar era limitado, rompió parte de su ropa e improviso una venda mientras veía a su compañero lidiar con su parte de la prueba "tendré que comprar ropa nueva, uff.. ya solo queda el objetivo final y me habré ganado un merecido descanso" pensó para si mismo y al igual que la vez anterior realizo una leve plegaria mientras se sostenía la herida, de nueva cuenta había curado solo lo justo y necesario para dejar su hombro funcional sin cerrar la herida, las reglas no prohibían hacer trampa, solo te prohibían no ser descubierto y Zelas aprendió mas temprano que tarde aquella lección cuando se salio con la suya la primera vez.

-Ya pueden enviar a su campeón, quizás ahora si pueden responder por que hay un solo campeón cuando tenemos que luchar en parejas- comento el elfo observando a los guerreros veteranos mientras caminaba a recuperar su cimitarra sin dejar de apretarse la herida, esperando que esta se adormeciera. -¿No planeas ayudar a tu compañero?- comento el veterano que se había quedado en ese lugar, le tomo un tiempo a Zelas caer en cuenta que habían solo 2 de los 3 guerreros veteranos, levanto su cimitarra del piso y le sacudió el polvo fingiendo cierta dificultad para volver a guardarla en su vaina. -Si te refieres al perro con el que sale mi hermana, relájate, de seguro estará bien, ademas no me presenta un problema si no vuelve- comento encogiéndose de hombros, seguido de una mueca de dolor mostrando un arrepentimiento genuino de su acción anterior. -Te arrepentirás de lo que estas pidiendo, hay un motivo por el cual nos referimos al campeón, en vez de los campeones- un fuerte chirrido de metales resonó en toda la arena, lo cual hizo que toda la gente en las gradas perdiera la cabeza y gritara como enajenada ante lo que estaba por ocurrir.

Seguía esquivando la maza, un ataque tras otro. Debía admitir que su enemigo era más experimentado que él con su arma. Sin embargo, había algo que Ahroun sabía aprovechar mejor que su enemigo y esto era la experiencia en combate. Gracias a las numerosas batallas que tuvo uno a uno en su clan, podía leer las aperturas que su enemigo le iba dejando. Solo debía saber leer aquella que sería más dañina usando el arma elegida.

«Esto de las armas es jodido» Pensó para si mismo, aunque ya había visto los recuerdos de cuando tuvo que separarse de Ragabash. «Supongo que ambos dependemos mucho de la bestia»

Algo curioso que destacar era que en esos momentos, prefería mucho más hablar con Ragabash que con cualquier otra persona o cosa. Ragabash, aquel que siempre había sido algo malo en su vida, por primera vez lograba reconocer que estaba haciendo algo bueno.

«La cosa no es depender, sino aceptar. Y en estos momentos no estas en condiciones de aceptar»

El ritmo del combate fue asimilado, así como las aperturas. Ya tenía el punto débil del rival, muy descuidado y difícil de ver por alguien sin la experiencia. La conversación mental terminó justo en ese momento. Ahora las puntas salientes del puñal se encontraban clavadas en el píe del enemigo con la maza, justo en el punto donde más se notaba la división entre píe y dedos.

Ahroun seguía sin comprender la parte de aceptar a la bestia, pero entendía que Ragabash funcionaba de intermediario. De alguna forma Ragabash aceptaba con gusto lo que hacía la bestia y hasta que se dividieron no había visto la posibilidad de que este tuviese alguna vez que pasar por lo que estaba comprendiendo. Sin duda, el papel de hermano mayor le sentaba bien al señor sombrío.

Lo siguiente fue un golpe rápido a la rodilla. El dolor se hizo notar con un retroceso por parte del portador de la maza. Moriría desangrado, pero esto no era como en las batallas cuando aún formaba parte de su clan. Se trataba de vida o muerte, y a Ahroun le daba igual los códigos del guerreo y demás asuntos de la índole. Solo Aradia le daba motivos para valorar su vida, y aunque no fuese así, no iba a permitir que el enemigo le tomara por sorpresa. La experiencia adquirida en combate era suficiente para llenar un orgullo por muy injustificado que fuese.

Por fin supo como usar su arma, un gancho izquierdo fue suficiente. No acertó el golpe de lleno, pero tampoco era necesario, el filo del arma se encargó de alcanzar una arteria en el cuello del enemigo para sacarlo del combate, y claro; no sin antes llenar de sangre el rostro de un lobo que volvía a mantener una compostura quizás un tanto más digna de lo acostumbrado en aquella mascarada que los locales asemejaban con un coliseo romano.

Ahora solo le faltaba el problemático de la cadena —mientras que Zelas ya se había encargado de sus adversarios —cuando programaban la llegada del supuesto campeón a la arena.

El cadenero aprovechó el momento para estudiar a su rival. No dejaría que la muerte de sus compañeros fuese en vano. Parecía tontería a estas alturas, pero los más experimentados designados para aquel combate ya valoraban algo las vidas arrebatadas. Aquellas vidas tomadas por el lobo no serían en vano. El veneno de su cadena no sirvió a primeras, pero el tiempo observando le daba al menos una leve de idea de como atacar.

Ambos sabían que solo quedaban ellos antes de que llegará el campeón, debían terminar pronto con el encuentro. La cadena fue arrojada lejos a espaldas de su portador y para sorpresa de Ahroun, este guerrero saca las mismas armas que él estaba usando. «Bien, eso resuelve reducir la distancia» Pensó con una sonrisa desafiante.

Ambos contrincantes comenzaron a correr con el punto de encuentro definido. El lobo ya más o menos se hacía la idea de como funcionaba el arma elegida, por lo que tendría que cuidar la distancia el doble de lo que hacia con puñetazos normales. Claro, en el papel la teoría siempre suena más simple. La realidad fue muy distinta a lo esperado. Ambos intercambiaron golpes al tiempo que esquivaban y sin embargo, la experiencia con el arma comenzó a hacerse latente tras unos cinco golpes. De esos, al menos tres del guerrero local habían logrado cortar la piel del lobo. Un tajo limpio en el hombro, otro en el pecho y el tercero en el antebrazo.

Ahroun se vio obligado a retroceder. Ninguno de sus golpes había tenido efecto, pero los del rival podían empeorar sino se cuidaba. «Eres mejor con estas cosas, te doy esa bastardo»

Ahora era momento de demostrar que no era un cachorro indefenso y seguía teniendo tácticas simples pero mortales. Cuando pareció que iban a intercambiar golpes otra vez, Ahroun se agachó con celeridad y con un giro sobre su eje logra asestar una patada baja en las piernas del adversario haciéndolo caer.

Ahora el lobo se vio impedido de dar un golpe fatal en el rostro de su rival. Este bloqueaba la manopla directa al rostro con ambas suyas gracias a las puás salientes en los nudillos. «Nada mal, pero...»

El combate terminó cuando el rival en el suelo supo que debía usar ambas manoplas para defenderse mientras que Ahroun solo usaba una y por su puesto se aprovecho de esto. Un golpe directo al cuello y lo mejor era que no debía preocuparse por rematar gracias a las púas de los nudillos. Aprovechó el punto débil de todos sus enemigos o creó una oportunidad para dejarlos expuestos. De todas formas, había servido.

Se acercó a Zelas con la misma sonrisa desafiante. —El último solo resultó un poco más problemático, creo que me estoy encariñando con estas garras —Dijo mirando a los jueces en la tribuna—. Venga, terminemos con circo de mala monta.

El chirrido de metales iba aumentando conforme el publico golpeaba el piso al unisono como simulando pasos, todos estabas expectantes mientras el elfo se preparaba para lo que fuera que aparecería en la arena, -¡¡¡ABRAN LA PUERTA!!!- grito el guerrero veterano que volvía al podio donde los 3 guerreros veteranos observaban, juzgaban y se aseguraban que las acciones de los guerreros en la arena estuvieran acorde al reglamento establecido, Zelas se sujetaba el hombro herido mientras observaba como una de las puertas a un costado de la arena y de donde provenía todo el chirrido de metales, comenzaba a levantarse lentamente, cuando la puerta iba por la mitad el chirrido de metales se detuvo y la gente en las gradas guardo silencio súbitamente.

Garth (Proxie):

La puerta que aun no terminaba de subirse cuando fue destruida por un enorme guerrero con una armadura sumamente extraña, el publico en las gradas volvió a perder la cabeza, gritando y vitoreando por el guerrero, -Garth!, Garth!, Garth!, Garth!- exclamaba el publico ante la aparición de aquel enorme guerrero, Garth como le había identificado el publico era mas alto que Zelas y Ahroun, sacandoles al menos medio cuerpo de ventaja a ambos, su arma era una extraña arma híbrida, en un extremo tenia la hoja de una hacha de batalla, en el otro extremo del arma había una pesada masa y la longitud del arma era casi del mismo tamaño que el guerrero, era extraño, ya que su armadura parecía estar hecha de muchas capas de metal, sin embargo se adaptaban extremadamente bien al cuerpo del Guerrero el cual lanzo un grito de batalla sumamente extraño haciendo que Zelas tuviera problemas para identificar la raza del enemigo que yacía frente a el, Zelas estaba expectante ante un ataque inminente del guerrero, sin embargo este solo había caminado un poco para moverse de la entrada y esperaba inmóvil por algo -Esperando parámetros de enfrentamiento- Exclamo Garth en un extraño tono de voz, al poco tiempo salio otro guerrero de una estatura mas normal, el publico gritaba y aplaudía ante el que parecía ser el verdadero campeón.

Zeke El Campeón (Los rumores dicen que es un mago, mas nadie ha podido probarlo) :

Ahroun llegaba con una sonrisa desafiante al lado de Zelas, justo a tiempo para las presentaciones de lo que seria la ultima pelea que tendrían ese día -te tomo tiempo para ser enemigos tan "fáciles"- comento el elfo con sarcasmo, ya que el se encontraba visiblemente en una condición mas deplorable que su compañero lycan, el cual solo tenia unos leves cortes, -contra todo pronostico, el elfo y su compañero han logrado sobrevivir para enfrentar al duo de Garth y el campeón Zeke, ahora- -Un momento!- interrumpió el elfo al igual que al principio de la contienda -según tenia entendido la magia no estaba permitida, sin embargo tu campeón tiene esa cosa que brilla, exijo una explicación!- dijo Zelas apuntando el arma que traía Zeke, el guerrero veterano suspiro y se apreto con los dedos parte del tabique nasal, reprimiendo cualquier acto impulsivo provocado por el atrevimiento del elfo, acto seguido prosiguió con la explicación -me parece justo, el arma del campeón Zeke posee runas que imbuyen su arma con eter, ¿posee magia arcana?, pues si, sin embargo, Zeke como tal no es un mago, por eso esta permitido- tanto Zelas como Ahroun se miraron el uno al otro y por primera vez llegaron a un consenso -Eso no tiene sentido- exclamaron al unisono, -Zeke ha logrado ganar con la ayuda de Garth en mas de una ocasión y no hemos visto ninguna falta en su actuar- sentencio el guerrero veterano.

-Este asunto del "camino del guerrero" no tiene sentido, esa explicación me parece demasiado conveniente, y cuando algo es demasiado conveniente tengo que dudar al respecto, aun no se que trucos traes bajo tu manga, pero me encargare de que tengas que utilizarlos todos- exclamo Zelas desafiante al momento que desenvainaba 2 de sus cimitarras y las unía en una espada de doble hoja.

-JAJAJAJA, ya me habían advertido de tu insolencia, aun asi, sorprende ver a un elfo tan maleducado, muy bien si tu o tu compañero tienen lo necesario para combatir contra mi esta por verse- comento mientras clavaba su misteriosa lanza en la tierra y comenzaba a operar un extraño dispositivo en su antebrazo -Garth! juega con ellos, tienes permitido aplastarlos, pero no puedes utilizar el hacha, ve con la maza- comento, provocando de nuevo el fervor de la multitud.

-Parámetros establecidos, iniciando fase de batalla- exclamo el enorme guerrero, girando su arma y dejando la parte de la maza como extremo superior del arma antes de lanzarse ferozmente a embestir a Zelas y Ahroun...

OFF: Segunda complicación añadida, ademas de luchar contra el campeón, primero debemos hacerle frente a un Proxie de naturaleza anómala, como es de esperarse ni Zelas, ni Ahroun se han topado o siquiera saben lo que es un Proxie, lo cual les generara bastantes problemas a la hora de enfrentarlo.

—Otra trampa de la tejedora —Aportó Ahroun al ver entrar al gigante mecánico aclamado por la multitud—. Humanos estúpidos.

Ahora podía comprender mejor la aparición de Ragabash aquella noche, mientras hacía oídos sordos a Zelas. El lobo bípedo no era del todo una maldición, el exilio era necesario. Los humanos con su magia y tecnología estaban impulsando al Wyrn por el mal camino. La tejedora había cegado sus ojos buscando culpar aquella parte de él que podía encontrar el equilibrio en su interior y mientras más se aseguraba de aquello; la tejedora más torcía el camino. Sin duda, era obra de ella que tuviera que usar armas para enfrentarse a aquella cosa y no poder usar el don que el Wyrn les había otorgado.

Parecía que por fin había llegado a un acuerdo en algo con Zelas, pero no. El sin sentido para Ahroun era lo fácil que los humanos se dejaban manejar por los espíritus del caos, también era posible que la actitud del elfo fuese debido a la corrupción de los espíritus, pero ese no era asunto suyo. Como hijo del líder de su clan, se le trato de inculcar desde pequeño que cada ser debía enfrentar por cuenta propio a los demonios internos.

Por otra  parte, a Ahroun no le sorprendió que aquel fuese el campeón. Aquellos veteranos o mejor dicho, cualquier guerrero que buscase fama y gloria en aquel pudridero subterráneo no era rival para aquella abominación. Detenerla ya era algo personal para el licántropo. Solo restaba idear una forma de hacerlo.

—Discutir con estos payasos no viene al caso —Comentó a Zelas, aunque dudaba mucho que esto fuese a ayudar con que el elfo dejase de hacerse el cómico—. Contra el pequeño, debemos impedir que siga usando esa cosa.

Levantó sus armas en posición de pelea luego del comentario a su compañero. El ruido que hacían los pasos de la abominación resonaban en todo el coliseo subterráneo. Enfrentarlo de frente aún con la bestia parecía una locura.

«No queda de otra, esquivar y buscar una apertura» Pensó el lobo mientras saltaba hacía un lado para rodar sobre el piso en un intento de esquivar. Lo siguiente era ponerse de pie e iniciar una carrera contra el verdadero campeón. Con algo de suerte, la cosa esa no tendría tiempo para defender a su amo.

Zelas y Ahroun habían llegado a la misma conclusión, el guerrero enorme iba a ser un dolor en el culo, a diferencia del lycan, el elfo no tenia planeado gritar a viva voz lo que planeaba hacer, era demasiado obvio que algo no andaba bien y la sonrisa en el rostro de Zeke disparo las alertas en el elfo -¡ESPERA!- grito corriendo hacia el solo con unos segundos de retraso, de algún extraño modo el movimiento de Garth fue mas rápido de lo que se podría esperar de alguien de su tamaño, basto con un balanceo de su arma para abarcar al elfo y al lycan, quienes impedidos de esquivar bloquearon con sus armas en un intento de reducir parte el impacto, sin embargo ambos fueron obligados a retroceder ante la ridícula fuerza del enorme guerrero, siendo arrojados como trapos con un solo golpe.

-Jajajajaja, Garth quiebra sus espíritus de a poco, no cargues contra ellos, pero tampoco permitas que se acerquen mas de lo debido- comento el campeón con la altanería y soberbia de quien se sabe ganador, -Nuevo parámetro establecido, iniciando secuencia de contramedidas- comento el enorme guerrero mientras adoptaba una extraña posición de combate. El publico clamaba por sangre y los guerreros veteranos observaban con estoicismo sin pronunciar palabra alguna.

-Gran idea, ¿tienes otra en mente para gritarla a viva voz?, ahora préstame atención, no somos los mejores amigos, pero ahora debemos luchar juntos, el gigantón acá presente, es nuestro problema principal, separados estamos muertos, pero si lo atacamos en conjunto, puede que tengamos una posibilidad- dijo al momento que se ponía de pie nuevamente sacudiéndose de el golpe y viendo la postura de batalla que el enorme guerrero presentaba, clavo la espada de doble hoja en el piso y con una mano se cubrió los labios para que su enemigo no se los leyera -como bien mencionaste, parece que ese dispositivo en su brazo tiene algo que ver con el gigantón, el cual a su vez no nos dejara pasar y se mueve demasiado rápido para su tamaño, tu lo viste, yo también así que haremos un ataque simultaneo.- menciono al momento que con su mano libre sacaba una de las 2 cimitarras de su espalda y se la extendía,-no se la calidad que tienen las armas que estas utilizando, pero te puedo asegurar que si arrojas esto con la suficiente fuerza puedes arrancarle el brazo, solo tenemos que distraerlo el tiempo suficiente, yo ataco por arriba, tu por abajo y ni bien tengas una apertura lanza esa cimitarra con toda tu fuerza, que yo haré lo mismo con la cimitarra que queda, y si tenemos suerte nos habremos librado del gigantón, en el peor de los casos, improvisare un plan B supongo- dijo lo ultimo encogiéndose de hombros mientras el lycan a regañadientes aceptaba, su corazón latía con fuerza, estaba otra vez en una de esas situaciones donde apostaba todo lo que tenia, su concentración y enfoque ante lo que debía hacer estaba en su máximo punto.

Sujeto su arma con firmeza y emprendió la carrera a la par junto con su compañero, Garth por su parte se preparaba para contener a ambos guerreros blandiendo su arma para un golpe directo el cual ambos esquivaron, Zelas clavo una de las puntas en la enorme maza y la utilizo de base para apoyarse y ganar mas altura, forzando a Garth a interceptarlo con una de sus manos, Zelas amortiguo el golpe con sus pies, desviando el momentum del mismo, abandonado la espada de doble hoja, girando y usando el brazo de su enemigo como apoyo, para desenvainar la cimitarra con toda la potencia que había generado anteriormente, la cual avanzo raudamente hacia el campeón Zeke.

Dos cosas ocurrieron en ese momento, Zeke sorprendido intento bloquear el golpe con su lanza, sin embargo, esta termino recibiendo el impacto de la cimitarra, la cual corto la lanza y un par de dedos de esa mano, mas Zelas no alcanzo a ver el resultado completo ya que termino por recibir otro golpe de parte de Garth el cual utilizo el mismo brazo libre para enviar al elfo de lleno contra el piso de la arena.

Por suerte solo recibieron el impacto con el mango del arma. No solo el tamaño de esta y el gigante metálico que la portaba era ridícula, también lo eran su velocidad y fuerza que obligo a ambos contrincantes a retroceder varios metros. Ahroun había iniciado la carrera con las manoplas arriba, en posición defensiva. Algo que se sentía torpe, pero el resultado fue lo esperado, al menos en gran parte.

Tuvo que forcejear más de lo esperado antes de poder separar las cuchillas del mango. Observó las púas. Las puntas seguían intactas, pero la pequeña hoja que las unía al puñal habían se habían resentido sufriendo algunas grietas poco visibles a la distancia. No solo sus nuevas armas recibieron daño, el ceño fruncido en su rostro ahora se debía a que podía sentir como más sangre comenzaba a brotar de sus brazos debido al forcejeo y la caída.

—Los caminos de la tejedora son torcidos, pero esto es pasarse —Comentó poco antes de que el elfo llegará a su lado para comentar su nueva estratagema. El licántropo pudo entender el plan como muchos huevos y esperar un milagroso apoyo del espíritu Wyrn.

«Peor es nada cachorro, la bestia nota tu voluntad débil» Añadió Ragabash, ciertamente a este se le hacía gracioso obligar a su contraparte a aceptar el plan del elfo. Ambos sabían de sobra lo molesto que podía ser, lo que hacía la situación peor al deber depender de ataques a distancia por parte del licántropo.

Ahora con su brazo menos herido tomaba dos armas, el puñal y el mango de la cimitarra del elfo. «Bien, que al menos sirva como distracción» Pensó al sujetar el arma. Ya con dos armas pequeñas se sentía torpe, sujetar una de mayor tamaño era casi inútil en combate según su perspectiva. Ahora podía entender mejor porque los cachorros de su tribu pasaban tantas horas entrenando con armas, de otra forma...

Comenzó la carrera al tiempo del elfo. Esquivar el siguiente ataque del gigante metálico fue más fácil que antes, por los pelos pudo, pero lo importante fue que lo logró.

El primer ataque del elfo fue eficaz, aunque no culminante. Reconoció que el primer objetivo era desarmarlo, de no ser por el gigante metálico habría preferido matarlo de una sola vez. Dejar que el oponente siguiera en juego por mucho tiempo sabía de sobra que era un error.

Arrojó la cimitarra con fuerza hacía el tal Zeke. Sin embargo, no el individuo ya estaba al tanto de la estrategia de los guerreros. Por suerte, el esquivar la cimitarra no le dio tiempo para ordenar al gigante. Ahroun se atrevió a adivinar que sus reacciones no eran tan rápidas como las de él y el elfo debido a su estilo de combate.

Aprovecho la apertura para acercarse a gran velocidad. No había apertura, pero una finta con una de las manoplas fue suficiente, la siguiente fue a clavarse directamente sobre el mecanismo que tenía en el antebrazo. Las púas terminaron por soltarse de la manopla, pero habían hecho daño suficiente al quedarse clavadas. «Debería bastar para sacar al gigante del juego» Pensó dedicando al supuesto campeón una mirada llena de malicia.

Los ojos del lobo comenzaron a mostrarse en un tono verdoso amarillento, por segundos lo miro con los ojos de la bestia sin llegar a transformarse gracias a la ayuda de Ragabash. —Agradece que no puedo mostrarte la verdadera amenaza aquí, cachorro —Gruñó con evidente enfado. Era un intento de intimidación claramente, seguro que con eso lograría hacerlo retroceder.

El ataque había resultado en parte, Zeke fue sorprendido con el ataque del elfo perdiendo su arma y un par de dedos en el proceso, sin embargo, el ataque del lobo estuvo lejos de lograr el objetivo deseado, por suerte fue capaz de aprovechar los valiosos segundos en los que Zelas fue atacado, para acercarse y lograr destruir el aparato que parecía controlar al enorme Garth.

-JAJAJAJAJA, no puedes mostrarme la verdadera amenaza dices, creo que lo entendiste todo mal, tu amigo el hablador y tu, al parecer no entienden..- Zeke quien se sujetaba una mano ensangrentada y carente de dedos, comenzó a negar con la cabeza al momento que su cuerpo emitía una extraña energía apenas visible, -La única amenaza que hay en este lugar soy yo- comento al momento que le daba la espalda al lycan y abofeteaba el aire, para que casi al mismo tiempo la enorme mano de Garth abofeteara por sorpresa a Ahroun con su enorme mano, abarcando todo el cuerpo del lobo en el proceso.

-Yo soy el campeón de este lugar, la única amenaza real acá soy yo, ¿crees que usar ese brazalete brillante era algo al azar?, no son los primeros tontos que piensan que ese brazalete controla a Garth, no me causa nada de gracia tener que perder los dedos por un par de imbéciles, por lo que me encargare de ustedes sin dejar ningún cabo suelto- comento lo ultimo observando a los guerreros veteranos, e inmediatamente el enorme Garth se movió raudamente para atacarlos. -supongo que eso termina de confirmar nuestras sospechas- comento el guerrero veterano que portaba un hacha, -quien diría que el molesto elfo hablador y su amigo nos iban a ayudar a confirmar a este tramposo- comento el guerrero enmascarado que utilizaba una katana, -tenemos que llevarlo a la arena, el tramposo ha provocado suficientes muertes- comento el ultimo guerrero que ocupaba una enorme espada a dos manos, el cual avanzo junto al guerrero con hacha, quienes blandieron sus armas a la vez, para impactar y detener justo a tiempo el hacha del arma que blandía Garth, mientras ellos retenían el arma del gigante, el tercero subió corriendo por el dorso del arma del gigante y realizo un corte lateral a la cabeza de Garth, provocando un leve corte en el casco metálico de este y empujándolo de vuelta a la arena.

La gente que se había quedado silente ante la situación, ahora gritaba con mas entusiasmo que antes al ver como se desarrollaban los acontecimientos y ver como los tres guerreros veteranos entraban a la arena de forma espectacular, Zelas que había sido noqueado por el ataque recibido, despertaba justo a tiempo sin dar crédito a lo ocurrido, los tres guerreros veteranos se enfrentaban de igual a igual con aquel enorme monstruo, busco con la mirada a Ahroun y lo vio tirado a unos metros de él -hey, cachorro, no me enojo si no das señales de vida, pero gruñe o bufa si me sigues odiando- comento mientras se levantaba adolorido solo para comprobar si el novio de su hermana seguía con vida.

Zeke estaba concentrado controlando al enorme Garth y no tenia expectativas de que Ahroun o Zelas siguieran con vida después de recibir un ataque de Garth, el elfo por su parte intentaba recuperarse un poco, aprovechando el caos y la forma con la que se desarrollaban los acontecimientos.

Esta vez no hubo tiempo para bloquear, el golpe lo recibió de lleno cuando el supuesto campeón comenzaba a soltar la lengua, una vez más. Ahroun sabía que el sujeto en realidad era débil, el haber perdido dedos por un ataque de Zelas era confirmación suficiente. Sin embargo, el gigante metálico seguía siendo el verdadero problema; por el momento.

Ahroun voló sin remedio varios metros, lo mismo ocurrió con su conciencia en el proceso.

Al caer pareció que se había acabado para él y en cierta parte así lo era. Ahroun ya no podía hacer ningún movimiento. Con suerte recordaría que fue lo que le golpeo, pero Ragabash tuvo que desconcentrarse del control de la bestia para pasar a controlar su cuerpo.

Le tomo unos instantes reaccionar, el cuerpo quedo bastante resentido por el golpe y la caída. Para su desgracia, lo primero que escuchaba era la voz de Zelas mientras hacía un esfuerzo en levantarse con una flexión de puños. Los píes a penas reaccionaban como deberían.

Al terminar de levantarse se llevó la mano para tocar su cien como quien se levanta de una dura resaca. —Campeón mis pelotas, si solo sabe quedarse detrás de esa cosa —Dice molesto al ver la escena y luego le dedica un gesto de asco al elfo.

—Con lo que me esforcé en controlar a la bestia y el cachorro termina siendo noqueado por un tramposo —Resume de forma escueta la situación a su compañero y escupe al suelo. Se saca la manopla con las púas rotas y la termina arrojando en cualquier dirección sin pensarlo.

—¿Ahora qué? ¿Nos enfrentamos también a esos tres o podemos cobrar y largarnos de esta madriguera? —Preguntó bastante impaciente.

Zelas decía una leve plegaria a los dioses para curar un poco sus heridas, quien lo viera pensaría que solo se sujetaba una pierna que le dolía mucho, por suerte solo eran contusiones y cortes poco profundos, de lo contrario su "bendición" no habría servido de nada. El perro con el que se revolcaba su hermana al parecer se encontraba bien, el tono de su voz había cambiado y de pronto se le vino a la mente aquel encuentro en la mansión hace mucho tiempo atrás, observo de reojo la situación y decidió apostar otra vez contra las probabilidades, si aquello resultaba podrían descansar tranquilos, si fallaban, probablemente morirían.

-¿Ya terminaste de llorar?, tenías un solo trabajo, te deje la parte mas sencilla y aun así fallaste, no eres un guerrero o un luchador, solo eres un tipo que no puede hacer lo que se necesita- las palabras del elfo denotaban una evidente molestia, mientras se acercaba al lycan que estaba igual de adolorido que el y lo empujaba hacia atrás haciéndolo caer al piso de la arena.

Por otro lado los guerreros veteranos estaban teniendo un difícil momento para pelear de igual a igual contra Garth el cual al ser controlado por Zeke tenia ventaja de velocidad y fuerza, sin embargo, los 3 valientes guerreros lograban contener con éxito a aquella peligrosa amenaza.

Zeke por su parte observaba de reojo como aquellos guerreros ofrecían una inútil resistencia, solo tenia que aguantar el tiempo suficiente para encontrar una apretura en la forma en la que combatían los guerreros y podría acabar fácilmente con ellos, mas, su atención se vio desviada por los gritos de aquellos ilusos que se habían atrevido a enfrentarlo antes y que fallaron miserablemente. -Mi mano tardara un tiempo en recuperarse, a modo de entretenimiento veré como se matan entre ellos antes de acabar con los guerreros veteranos, al fin y al cabo Garth es demasiado fuerte para que le hagan algo- dijo mientras manipulaba a Garth al mínimo y se acercaba a ver como el elfo y el lobo se golpeaban a si mismos.

Zelas miraba fijamente al otro perro que vivía al interior de Ahroun y con los ojos le indicaba que mirara en dirección al brujo el cual se acercaba lentamente a ver el espectáculo, -¿quieres un plan?, te diré cual es el maldito plan, voy a encargarme de acabar contigo, mi hermana tiene esa estúpida fijación de adoptar mascotas y el problema es que no tiene el valor de sacrificarlas cuando es necesario y tu ya le trajiste demasiados malditos problemas, sabes cuantas maldiciones tiene en su cuerpo por tu culpa!- conforme Zelas le iba gritando al otro Ahroun avanzaba lentamente mientras obligaba al otro a retroceder inconscientemente todo con un propósito simple, la espada de doble hoja del elfo estaba a solo unos metros mas allá de donde el otro Ahroun estaba nuevamente el elfo le indico con los ojos sobre el arma, a lo cual al darse cuenta el lobo comenzó a retroceder un poco mas rápido hasta llegar y tomar disimuladamente el arma.

-Se que eres el otro perro que vive en ese cuerpo así que dile al cachorro que después de esto no nos volveremos a ver- comento en voz baja, y justo cuando se iba a lanzar a golpear al otro Ahroun, extendió la mano en dirección a Zeke -PARA!, lo que sea que fueras a hacer detente, a este lo voy a matar yo!- el brujo sorprendido y entretenido por la disputa de ellos hizo un gesto de caballerosidad al darle a entender con una mínima reverencia que el elfo podía darse el gusto, sin embargo lo extraño era que el elfo seguía con la mano extendida en su dirección.

-Sabes que, cambie de opinión, tu mátalo- dijo en un tono completamente diferente lo cual Zeke no comprendió hasta que sintió 2 fuertes punzadas una en su pierna y otra en su pecho, el campeón tocaba las hojas que se habían enterrado profundamente en su cuerpo hasta pasar al otro lado mientras caía sobre una de sus rodillas. -Co... Como, lo hiciste- pregunto el brujo mientras vomitaba un poco de sangre, Zelas profirió una sonrisa bastante perturbadora y maliciosa -solo hice trampa como tu, la diferencia es que a mi no me atraparon, ya puedes acabarlo otro Ahroun- dijo mientras le daba la espalda al brujo y seguía observando la pelea de los guerreros veteranos.

OFF: Habilidad de nivel 1: Vínculo de Éter: (mantenida) establece un vínculo mágico al arma el cual concede el poder de hacerla regresar levitando a las manos del elfo.
Duración: 2 turnos
Enfriameinto: 5 turnos

El primer empujón fue suficiente para querer golpearlo aún más, sin embargo la costumbre de ignorar gran parte de lo que elfo decía cuando soltaba la lengua sirvió de algo. Gracias a eso fue que pudo ver hacía donde iba aquella escena. Aún no le quedaba claro si además del plan, aprovechaba de desahogarse o no, pero poco le importaba. Ya buscaría una forma de cobrarle.

Había quedado en una posición donde de reojo pujo observar el acero enterrarse en el cuerpo de Zake antes que este mismo.

Sonrió levemente, de entre todos los presentes solo uno había demostrado ser casi tan molesto como el elfo y ahora por fin podrían librarse de él. —Uno menos de dos cachorros molestos, nada mal —Su rostro mostró esa típica sonrisa asesina que pocos habían visto ya que normalmente no usaba su forma humana para matar.

Ver al supuesto campeón en sus últimos momentos, por fin temiendo por su vida, sin duda era algo que le llenaba. Algo que Ahroun aún no podía comprender, seguía siendo demasiado humano en ese aspecto. En cambio Ragabash, se había dejado llevar muchas veces por los deseos de la bestia y en esos momentos demostraba ser más bestia que humano. Zake miró a los ojos de la bestia una vez más.

—Te veré en el infierno, bastardo —Dijo a secas y clavo la cuchilla de la manopla que aún mantenía en el corazón de Zake. La sangre de una nueva victima otra vez le dejaba satisfecho, al menos por ahora.

—Ya esta —Comprendió cuando pateó el rostro sin vida del ex-campeón. Arrojó el arma usada, ninguno la echaría de menos. Sin duda necesitarían comprar una de mejor calidad luego. —Cobrar y largarse —Terminó de decir mientras se sentaba en el suelo algo agotado.

Ahora que Zake ya no estaba, los otros tres podrían enfrentarse a la maquina sin problemas. Solo quedaba eso y reclamar el dinero.

Así fue como el soberbio campeón Zeke conoció su final, ante un malicioso asesino lycan ayudado por un elfo bastante particular, ambos guerreros estaban exhaustos, la seguidilla de combates había cobrado su deuda mientras ambos caían sentados en el campo de batalla, observando como se desvelaba la trampa del brujo Zeke.

En un determinado momento de la batalla de los 3 guerreros veteranos contra el enorme Garth, este ultimo comenzó a demostrar un comportamiento errático en el cual sus movimientos carecieron del movimiento raudo mostrado anteriormente, a la vez que placas compactadas de armadura comenzaban a ceder, revelando partes extrañas del gigante, siendo la mas notoria una amalgama de metal, cables y cilindros los cuales emitían una extraña energía, similar a lo que se siente cuando un rayo cae en un lugar cercano, pero de alguna forma, corrupto.

-Que mierda es eso!- comento el elfo sorprendido al ver aquel ser extraño, era la primera vez que observaba semejante monstruo metálico y por un momento, termino olvidando todo lo demás, sus ojos estaban atentos a lo que iba a suceder y comprendió lo que se necesitaba hacer para aniquilar a alguna de esas cosas si algún día tenia la mala fortuna de encontrarse con otra.

El guerrero de la katana se acerco velozmente para cortar a aquella cosa con su arma, sin embargo, la bestia metálica en un ultimo esfuerzo lanzo lo que podría considerarse, un manotazo de alguien que sabe que esta por ahogarse, un ultimo esfuerzo en el cual logro impactar en el guerrero, el cual detuvo su ataque mientras ascendía a las alturas debido al impacto del golpe, por aquel acto en cambio, pago su precio casi inmediatamente cuando el guerrero del hacha clavo su arma directamente en uno de las piernas de la creatura, arrancándola brutalmente y obligandole a este a apoyarse en una de sus manos mientras su rodilla restante bajaba a tierra para lograr algo de estabilidad, la cual le seria arrebatada por el guerrero del largo espadón tipo claymore el cual golpeo ambos hombros a la vez, haciendo que la creatura de metal sobre su espalda, para luego ser rematada por el guerrero de la katana el cual cayo fuertemente arrancando con su arma lo que parecía ser el corazón del monstruo, acabando con la creatura en el acto.

Finalmente la contienda había terminado y los civiles que seguían vivos se deshicieron en alaridos de victoria para con los guerreros presentes en la arena clandestina, -ha sido sin lugar a dudas un espectáculo!!!- exclamo uno de los guerreros veteranos, mientras el grupo de guerreros veteranos se acercaban al elfo y al lycan, -eso sigue contando como victoria para nosotros, yo y el otro Ahroun solo los dejamos entretenerse, nadie les pidió ayuda- comento el elfo con algo de sarcasmo, ya que tanto el como el lobo estaban exhaustos. -Pusieron al descubierto la treta del brujo, solo esperábamos que apareciera alguien lo suficientemente molesto como para que se confiara y revelara su forma de hacer trampa, así que en cierta parte cumplieron el propósito de esta serie de contiendas- dijo otro mientras ayudaba a los guerreros mas jóvenes a levantarse, -con gusto aceptaremos los aeros con los que premiaran nuestra útil intervención en en este complot de ustedes- dijo el elfo mientras recuperaba sus armas utilizando éter, haciendo que estas volvieran flotando a el, para luego guardarlas.

Los guerreros veteranos se observaron entre ellos al ver como el elfo también había hecho trampa,-por esta ocasión creo que haremos la vista gorda a lo que acaba de ocurrir, pero tendrán que volver a defender su honor para el próximo torneo- dijo el ultimo de los guerreros veteranos mientras hacia unas señas hacia una de las compuertas de la arena. De esta salio una joven con dos bolsas medianas de aeros las cuales fueron entregadas al elfo y al lycan, -en cuanto a eso, pueden quedarse con el reconocimiento, no nos interesa volver- comento Zelas mientras caminaba contando sus aeros junto con Ahroun, -tendrán el honor y el mayor de los prestigios si deciden quedarse, sin hablar de todos los aeros que podremos generar juntos- comento el guerrero veterano de la katana, sin embargo, tanto el elfo como el lycan ya se encontraban en camino hacia la salida.

-Seamos sinceros, no tienen suficientes aeros para pagarnos- exclamo el elfo a modo de broma mientras el y su compañero en aquella aventura terminaban de salir de aquel extraño campo de batalla.

Fin.

OFF: las acciones de los post anteriores fueron un factor determinante para acabar con un proxie que estaba completamente fuera de sus posibilidades, terminando así la amenaza que se cernía sobre la arena clandestina, terminando el trabajo.