Uno más uno son dos [privado][Trabajo][CERRADO][TERMINADO]
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Era un día como cualquier otro en Lunargenta. La gente iba de lado a lado preocupada de sus labores comunes. ¿Qué echarle a la olla ese día?, ¿cómo pagarían los impuestos?, ¿qué haría la justicia con aquel ladrón que habían apresado?, ¿haría un buen clima al día siguiente?… nada de eso importaba al pequeño Ricky.
El chico, de apenas 8 años, lloraba bajo la sombra de un árbol, ausente a lo que ocurría a su alrededor. Nada importaba ese día, sino sólo su enorme tristeza. "Mis padres no me quieren", pensó acongojado. Levantó entonces la mano y apuntó a una piedra, la que se sacudió un poco, pero luego cayó inerte al piso nuevamente.
-Maldita y desgraciada piedra, obedéceme, te exijo que te levantes - ordenó con los ojos llorosos.
La piedra no contestó, pero Ricky estaba seguro que lo miraba de vuelta desde el suelo, desafiante, altanera, orgullosa de su sólida resistencia. El niño golpeó el piso con el puño, frustrado. Nunca sería un buen brujo, no era capaz ni de levantar una simple piedra, cosa que era fácil para otros niños de su edad en Beltrexus. Toda la culpa la tenía su padre por haberlo traído a esa maldita y atiborrada ciudad, llena de humanos, tan carente de magia. Volvió a dar un puñetazo al piso.
Volvió a intentarlo, pero parecía que ahora la piedra ni siquiera reaccionaba, era como si mientras más empeño le pusiera, menos respuesta obtenía de parte del objeto, lo que incrementaba aún más su frustración. "¿Por qué no puedo hacer algo tan simple?", se preguntó, "¿Por qué soy diferente".
Volvió a abrazar sus piernas y sumirse en el llanto. Nunca sería como su padre o su hermano mayor, nunca podría ser digno de su apellido. No era más que un fracaso.
-¿Por qué lloras? -preguntó entonces una voz que no conocía, una voz aún aguda, aunque mayor que la suya.
Frente a él se paraba un niño, algo mayor, de cabellos castaños oscuros y mirada de un celeste intenso. Las ropas del recién llegado, a diferencia de las suyas, estaban sucias y mal cuidadas, como si fuera uno de las numerosos indigentes que pululaban por la ciudad. Su padre había sido claro al respecto, no confíes nunca en extraños, pero menos en los indigentes y pobres.
-No es nada, no es asunto tuyo -contestó con lágrimas en los ojos.
El recién llegado lo miró con curiosidad, haciendo caso omiso del rechazo.
-Te vi intentar mover la piedra -dijo luego, inclinando su cabeza un poco en señal de curiosidad- ¿tienes problemas con ello?
El más pequeño negó con la cabeza, pero pronto se contradijo así mismo y asintió, su rostro adquiriendo cierto rubor.
-Soy un brujo, pero no puedo ni siquiera levantar una pequeña piedra, mi padre me ha regañado, me dice que no me esfuerzo, que soy un haragán, pero ¿tú qué sabes de estas cosas? -contestó mañoso.
El niño mayor levantó un poco los ojos al cielo y tres piedras se levantaron del suelo, dando vueltas alrededor de su cabeza.
-Se una cosa o dos -contestó con un aire con toque fanfarrón.
Última edición por Demian el Dom Jun 07 2015, 19:57, editado 1 vez
Demian
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Re: Uno más uno son dos [privado][Trabajo][CERRADO][TERMINADO]
La amistad entre niños no es tarea compleja y pronto el pequeño Ricky estaba sentado junto a Demian, bajo la sombra del mismo árbol. Habían conversado un rato, intercambiado sus nombres y llegado a conocerse un poco más.
-Mi hermana Hellen ya puede hacer mucho más que yo y apenas tiene 5 años y mi hermano Joseph, de 18, es tan bueno que muchos dicen que llegará a ser maestro elemental... y yo aquí no puedo ni levantar una piedrita -se lamentó el pequeño.
Demian guardó silencio un largo rato, dejando que sus pensamientos lo llevaran a otra época, cuando era el más pequeño del templo y todos lo miraban con desprecio. En ese entonces no lograba hacer las mismas cosas que los otros, por su juventud, y lo único que lo protegía de los más grandes era la presencia de su maestro. Eso no le ayudaba a tener confianza en sí mismo, sabía que estaba a salvo de los otros chicos sólo gracias a otro, pero que no podía defenderse solo. Claro era que era más pequeño y los otros se aprovechaban, pero eso no lo entendía él en esa época.
-Hey, ¿estás escuchando? -oyó la voz del pequeño Ricky.
-Claro, claro... sólo estaba algo distraído.
Demian se puso de pie y ofreció una mano al más joven para que hiciera lo mismo. A continuación miró hacia el horizonte con cierto aire de seriedad, poniendo una mano sobre el hombro de su nuevo amigo.
-Bien Ricky, te enseñaré lo que se de la magia, al menos de la telekinesis, pero no olvides que yo fui entrenado en un templo, allí había reglas y las cosas no eran fáciles, trataré de que aprendas, pero te costará mucho, ¿de acuerdo?.
El pequeño pareció un poco intimidado por estas palabras en un comienzo, pero luego sonrió. No iba a seguir siendo la sombra de sus hermanos, quizás podría aprender y hacer las cosas que hacía ese niño de ropas harapientas.
-Sí, maestro.
Demian sonrió. Él siempre había usado ese término para hablar de el brujo Emil, su propio maestro, pero nunca alguien lo había llamado de esa manera. Ciertamente no era merecedor del título, él mismo era apenas un aprendiz, pero al menos sabía que su magia era mucho mejor que la del pequeño, así que bien podía considerarse superior a él y capaz de enseñarle una cosa o dos.
-Hey, suena bien -dijo con una pequeña risita- maestro Demian... genial.
El joven brujo invitó al aún más joven a sentarse nuevamente, pero ahora ya no como descanso, sino que cruzando las piernas y manteniendo la espalda erguida.
-Bien, es un buen comienzo -dijo satisfecho- conoces bien la postura correcta para meditar... aunque debes dejar la espalda un poco más derecha y... creo que tienes el hombro derecho un poco caído... bien, así está mejor, muy bien -el pequeño Ricky sonrió orgulloso- nada de sonrisas, eh, desde ahora estás meditando, tu cara tiene que ser más plana que las de las señoras que compran el pan en el mercado... como esas estatuas que adornan la ciudad, sí.
Demian esperó él mismo en silencio y en la postura de la flor de loto, dejando que su propia mente se despejara antes de intentar corregir o ayudar a la de su nuevo aprendiz, quien parecía algo incómodo.
Última edición por Demian el Sáb Mayo 30 2015, 16:52, editado 1 vez
Demian
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Re: Uno más uno son dos [privado][Trabajo][CERRADO][TERMINADO]
La meditación no era simple y ciertamente no era fácil de enseñar, pero al menos eso el chico parecía no hacerlo tan mal. Pronto Demian se percató de que el tema no era tanto de potencia, sino había algo más, algo relativo a la manera como el pequeño enfrentaba la situación.
Desde pequeño Demian había sido entrenado para influir sobre las mentes ajenas mediante su magia y eso le otorgaba una cierta capacidad de comprender e ir más allá de lo evidente en cómo funcionaba una persona. Era curioso, porque él mismo siempre era frío con los demás y a menudo parecía que el resto no le importaba, pero en realidad analizaba a los demás desde su silencio y a medida que su magia se desarrollaba parecía mejorar su comprensión de las mentes ajenas.
-Bien, bien, lo primero que vamos a necesitar es que te calmes, vamos a hacer un pequeño juego -le dijo con sorprendente calidez. De pronto ni él mismo se reconocía- Vas a usar tu telekinesis, pero esta vez yo te ayudaré, pero tú imaginarás que es sólo obra tuya.
Aquel truco probablemente funcionaría muy poco con un adulto, pero se trataba de un chico de 8 años, la mitad de su pasatiempo seguramente involucraba imaginar cosas que no eran ciertas y pretender que lo eran. Eso era jugar, no se puede ser un niño sin esa capacidad.
-Bueno... pero sin hacer trampa y luego burlarte de mí.
Le indicó al pequeño una piedra y éste comenzó a utilizar su telekinesis. El mismo Demian conocía lo que era que el resto te despreciara y no haría tal cosa, ayudó al chico con su propia telekinesis, moviendo la piedra en el mismo sentido que aquel parecía querer llevarla. Hicieron que diera una vuelta en el aire, que girara sobre sí, que describiera un triángulo. El rostro del más pequeño se iluminó por primera vez desde que Demian lo conociera. Sabía que sólo era un juego, pero el juego parecía tan real y su imaginación cooperaba para darle la impresión que al fin era poderoso, un brujo como correspondía. Eventualmente el juego terminó.
-Bien, bien, Ricky, lo has hecho muy bien.
Seguro si Chimar lo veía siendo tan amable se reiría o se burlaría, pensó Demian, alguien que siempre hablaba de matar, de robar y que parecía querer demostrar que era un tipo duro, a pesar de su tamaño, ahora se portaba tan amable.
-Pero debo dejarte una tarea, claro, no esperarás tener clases sin tareas y deberes por cumplir, ¿no? -sonrió con picardía- vas a tener que imaginar, imagina todo el día que no tienes problemas, que puedes hacer magia como el mejor, juega a eso, imagina, pero no intentes nada, no intentes levantar ni una pajita, nada, sólo imagina... ah, y tienes que hacer una hora de meditación tranquila antes de dormir, sin reclamos.
El chico pareció estar a punto de protestar, ciertamente la idea de tener una hora de meditación no era del todo atrayente, pero al final se quedó en silencio. Ese niño mal vestido que había salido de la nada le estaba ofreciendo una oportunidad y no la iba a desperdiciar, a pesar de que le parecía que aún no lograba nada y que sería como tantos que su padre había contratado para ayudarle. Al menos podía soñar.
Demian se despidió y salió de ese lugar, prometiendo que se verían al día siguiente, en el mismo lugar, a la misma hora
Demian
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Re: Uno más uno son dos [privado][Trabajo][CERRADO][TERMINADO]
La mañana siguiente Demian se dirigió al lugar acordado incluso un poco antes de la hora acordada. Portaba cierta curiosidad y deseo de que todo fuera bien, era la primera vez que enseñaba a otra persona los saberes arcanos y eso le enorgullecía. Si sólo su maestro pudiera verlo, seguro lo felicitaría.
Para su sorpresa, el más pequeño ya se encontraba en el lugar... y ¡estaba meditando!. En realidad se tomaba en serio su entrenamiento y eso facilitaría mucho las cosas. Se sentó a su lado y no dijo nada. El chico notó su presencia, pero al parecer quiso demostrar que podía mantenerse concentrado y no se movió.
-Bien, ya es hora de comenzar -dijo al cabo de unos minutos Demian, que debía confesar que no tenía tanta paciencia cuando se trataba de esperar a otro.
Demian puso una piedra delante del pequeño, una pequeña, apenas un guijarro, pero se debía comenzar desde lo más simple si se quieren lograr grandes cosas, o al menos eso decía el maestro Emil en el templo. Demian trataba de recordar cuanto podía de sus propias clases y entrenamientos para ser un buen profesor.
-Comenzaremos con algo sencillo -dijo Demian procurando sonar serio- vas a mirar esta piedra con todo tu deseo, como si fuera la piedra más interesante del mundo, una piedra como ninguna otra, imagina que es bella, que no hay nada mejor en ningún lugar.
El chico miró algo extrañado, pero confiaba en su nuevo compañero. Quizás era por la edad o simplemente porque no le regañaba como su padre, pero estaba dispuesto a seguirle. Hizo como el niño de ojos desconfiados decía.
-Bien, ahora vamos en serio -continuó Demian al cabo de unos largos minutos- vas a cerrar los ojos e imaginar que la piedra está justo frente a tu nariz, vas a hacerlo con todo tu deseo, vas a estar seguro que está allí... y vas a dejar tu magia fluir, sin abrir tus ojos en ningún momento.
Ricky cerró sus ojos nervioso y pareció tardar largo rato antes de decidirse a hacer el ejercicio, pero finalmente comenzó a imaginar. Lo hizo de manera intensa, con todo su deseo, pero sin abrir los ojos. La piedra, de pronto, comenzó a elevarse, algo inestable, sacudiéndose un poco, pero se levantaba.
-Ahora ábrelos -indicó Demian, que dejaba fluir su propia magia.
Creó una ilusión, una sencilla. Hizo parecer al chico como si la piedra estuviera más quieta de lo que realmente estaba. Sabía que si Ricky veía la piedra sacudirse tendría miedo y se sentiría fracasado, así que le dio esa pequeña ayuda.
La sonrisa de Ricky daba a entender que era lo mejor que le había pasado en la vida.
-Eres genial, maestro Demian -exclamó.
Demian tomó la piedra en sus manos y puso una mano en sus hombros.
-Hora de brujería de verdad.
Demian
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Re: Uno más uno son dos [privado][Trabajo][CERRADO][TERMINADO]
Ricky ya podía hacer telekinesis básica. Nada espectacular y, de hecho, bastante inestable, pero podía llamarse un brujo y eso, de alguna manera, llenaba de orgullo también a Demian. Pero también el chico sabía que una cosa era levantar piedritas y otra diferente manifestar el dominio de los elementos.
Demian no poseía un control elemental y eso le dificultaba enormemente dar ese paso con Ricky, sin embargo su dominio de la magia mental podía compararse a un control de elementos. Nunca había sabido por qué no había nacido con ninguna afinidad, pero eso le había motivado a desarrollar formas de magia poco tradicionales, con la ayuda de su maestro. Si lo pensaba, su maestro tampoco usaba la magia elemental, quizás por eso es que le tenía tanto aprecio.
Aún así, sabía las formas básicas de entrenamiento, se las habían enseñado cuando pequeño, tratando de que manifestara el control de un elemento y había cosas básicamente universales y generales.
-Bien, Ricky, hora de la verdad -dijo con una amplia sonrisa.
El pequeño miró nervioso, pero entusiasmado al mismo tiempo. No sólo estaba contento con lo que había avanzado con la telekinesis, sino que aquellas palabras invitaban a cosas mayores.
-Vamos a ver a qué elemento eres afín y a partir de allí el juego de verdad empieza -el propio Demian lucía entusiasmado.
Ante la mención de los elementos el propio chiquillo puso cara de preocupación, pero Demian estaba tan concentrado en lo suyo que no lo notó. Ricky tampoco quería defraudar a su nuevo maestro, así que se calló sus preocupaciones y siguió en silencio a Demian, que volvía a sentarse con las piernas cruzadas frente a él. El chico le imitó.
-Junta tus manos así -indicó, poniendo sus manos similar a una persona orando- y acércalas a tu boca, eso, muy bien... ahora cierra tus ojos, concentra todo el mana que puedas y sopla, sopla hasta que te quedes seco, pero sin abrir los ojos.
La hora de la verdad llegaba. Esa era un prueba sencilla para conocer la afinidad elemental de un brujo, pues solía lograr que entre las manos surgiera una manifestación mágica sencilla, pero clara. Ricky hizo tal y como le indicaron, soplando una, otra, otra y otra vez. Lentamente el chico fue relajándose y dejando que su magia fluyera, con la confianza de que el niño de los ojos azules sabía lo que hacía. Tan sólo olvidaría aquel incidente.
Demian comenzó a notarlo lentamente, pero Ricky parecía no darse cuenta. El aire por sobre las manos del niño se distorsionaba, como cuando se mira un piso de piedra en un día de calor. Al parecer la afinidad del chico era una de las más comunes, fuego. En efecto, no tardó en aparecer una pequeña llama, apenas como la de una vela, en la punta del dedo índice de la mano derecha de Ricky.
-Abre los ojos -ordenó Demian con el pecho más inflado que el de una paloma.
-¡Whoaaaa! -exclamó contento el pequeño- hay una llama en mi dedo.
Demian aplaudió, contento no sólo por el pequeño, sino por saber que él mismo había logrado eso, había enseñado a otra persona parte de los secretos de la magia. Se sentía bien. Con mucho gusto le hubiera enseñado eso también a Chimar o Ratita, pero ellos eran humanos, ellos no poseían el don y jamás podría enseñarles.
Ricky se paró y comenzó a dar vueltas alrededor de Demian, portando orgulloso su pequeña flama como un tesoro.
-Ya, ya, apaga eso para que sigamos con la lección -indicó el joven maestro.
Ricky ahora tenía una llama cada vez más grande.
-No puedo -contestó el pequeño.
Algo no andaba bien.
Demian
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Re: Uno más uno son dos [privado][Trabajo][CERRADO][TERMINADO]
-¿Cómo que no puedes?, sólo deja ir la magia, como cuando dejas de hacer telekinesis. -indicó Demian.
El chico pareció intentarlo, cerrando sus ojos, suspirando, intentando de verdad... pero no parecía lograrlo, la llama seguía allí, creciendo y creciendo a cada segundo que pasaba.
-No... no puedo, de verdad lo intento.
Demian comenzaba a darse cuenta de que no era mera falta de entrenamiento al razón de que ese chico no pudiera desarrollar sus poderes, había algo más, su magia era enormemente inestable. Decidió acercarse y tratar de usar su propia influencia en la magia para intentar interrumpir lo que realizaba su compañero, pero entonces sintió una quemadura leve en un dedo.
-¿Qué dem...?
No sólo la llama era más intensa, sino que ahora comenzaban a salir pequeñas llamas en distintas direcciones. Eran pequeñas, pero algo le decía a Demian que las cosas se estaban poniendo difíciles. Si eso no paraba y seguía creciendo no sabía hasta dónde podía llegar.
-Bien... vamos a tranquilizarnos, cierra los ojos y... rayos
El niño se había puesto a llorar y eso sólo podía traer más problemas. La magia se trataba de voluntad y autocontrol, el miedo y la desesperación no ayudaban, no ayudaban en nada. De hecho, debería apagarse la flama ante tanta inestabilidad de su usuario, pero no lo hacía, lejos de eso, las llamas pequeñas se hacían más grandes, más frecuentes y más rápidas.
-Respira profundo, como te enseñé, vamos a tranquilizarnos.
No servía de mucho que le diera la instrucción, al contrario, parecía que aquello no hacía sino poner más nervioso al pequeño. ¿Cómo se supone que uno hacía para calmar a alguien?, ¿cantar?, no eso era para los bebés. No alcanzó a pensar mucho en ello, era claro que si ello seguía su rumbo las consecuencias serían malas para ambos. De pronto tanto él como su aprendiz se encontraban en un serio peligro por el descontrol de la magia de éste.
Demian se refugió detrás de un árbol para pensar, pero el fuego comenzaba a afectar al mismo árbol y el chico no paraba de llorar. ¿Qué demonios se supone que debía hacer?. Trató de pensar con calma, de recordar su propia formación para buscar una solución, algo que le permitiera lidiar con aquel problema, pero no era sencillo pensar bajo presión.
-¡Mierda! -exclamó.
Una rama ardiente había caído a su lado, salvándose por poco de partirle la cabeza, de manera que tuvo que salir desde detrás del árbol y comenzar a esquivar las llamas sin protección. Una de ellas le alcanzó en el hombro y le causó mucho dolor, si no encontraba una solución a ello acabaría calcinado. El propio chico parecía tener un par de quemaduras leves, a pesar de que era su propio fuego.
Demian se fijó de un detalle, Ricky comenzaba a lucir cansado.
Demian
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Re: Uno más uno son dos [privado][Trabajo][CERRADO][TERMINADO]
Había una ventana de oportunidad. El chico debía estar sufriendo un gasto intenso de energía al usar tanta magia en un cuerpo tan pequeño y poco preparado. Era claro que tenía potencial para ser un grandioso brujo, pero por ahora había asuntos más urgentes y la única posibilidad de detenerle era agotar sus energías.
-Cambio de plan, intenta aumentar tu fuego todo lo que puedas -gritó Demian, aún al pendiente de evadir cada llama que se lanzaba. Para su suerte, al menos las llamas no iban dirigidas a él, por lo que la mayoría no necesitaba siquiera intentar esquivarlas.
Ricky lo miró con extrañeza, pero de alguna manera el chico aún confiaba plenamente en su nuevo "maestro", de modo que le hizo caso, el fuego se incrementó en sus manos y las llamas se hicieron más rápidas y frecuentes. Una de ellas alcanzó a Demian en una pierna, pero intentó no quejarse para no asustar al pequeño. No tardó en dar resultado, el exceso de esfuerzo hizo que el chico se cansara sobremanera y pronto las llamas se extinguieron. Ricky cayó de rodillas, a punto de desmayarse. Demian lo atajó antes que se golpeara.
-Nada mal para la primera vez -le dijo tratando de ser amable. ¿Yo tratando de sonar amable?, Chimar se reiría.
Le dolían las quemaduras, pero ninguna había logrado causarle un daño de gravedad, pero era obvio que ambos necesitaban de un buen descanso, de modo que se apoyó contra una muralla. Algunas ramas caídas del árbol ardían, pero no amenazaban con destruir nada de momento, así que no requería demasiado de su atención.
-No te sientas mal, eso significa que eres poderoso, ya lograrás controlarlo.
El chico estaba cabizbajo, había fracasado en su intento de hacer magia y casi hace daño serio a su amigo, pero algo también le causaba alegría, había sido capaz de formar llamas. Ya no era el brujo fracasado que no era capaz de levantar ni una piedra, sólo que le causaba miedo el haber sido incapaz de controlar su propio poder.
-Gracias.
Los dos niños descansaron unos minutos, espalda contra el muro, contemplando las llamas dejar de arder, pero algo vino a interrumpir su momentánea paz.
Demian pudo distinguir una sombra que se asomaba en el contorno de la que correspondía al muro. Era una figura humana que estaba en posición agachada, pero luego levantaba una mano con una figura puntiaguda en ella. No fue necesaria más información para el chico, quien rápidamente empujó a Ricky y él mismo se corrió a un lado, justo momentos antes de ver un cuchillo clavarse en el suelo donde antes estaba su compañero.
Levantó la vista para encontrarse con un sujeto vestido de negro, de cara cubierto y algunas armas sujetas por cinturones. Sus intenciones quedaban claras de inmediato.
-¿Quién demonios te crees que eres? -gritó Demian desafiante.
El sujeto pareció ignorarle, pasando de él por ser un chiquillo. Bajó de un salto de la muralla y miró a Ricky.
-He venido a matarte, niño.
Demian no tenía duda de que el sujeto iba en serio, pero aún no era momento de hacerse el valiente. Aprovechó la oportunidad de abrir un pequeño frasquito de su muñequera, aquel donde portaba el veneno.
Aplicó el veneno sobre su daga, el mismo que había fabricado hace apenas un par de días y que se preocupaba de rellenar cada vez que lo usaba.
Ricky temblaba de miedo.
Demian
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Re: Uno más uno son dos [privado][Trabajo][CERRADO][TERMINADO]
Costaba imaginarse por qué un asesino podría estar detrás de un niño como Ricky, pero no había tiempo de averiguarlo. Demian, con su arma preparada con veneno, estaba atento a la situación. Todo el momento era tenso, cualquier error podía llevar a la muerte de alguien.
-Corre -le dijo al más pequeño.
Junto a ello concentró las energías de su magia ilusoria, haciendo aparecer una borrosa nube oscura entre el pequeño y el asesino, de manera de darle tiempo. El hombre pareció estar confundido un segundo, pues no sabía que Demian también era mago, lo que dio unos instantes más a Ricky de ganar distancia, mas pronto se inició la persecución.
Demian sabía que Ricky era pequeño y muy pronto sería alcanzado, pero al menos había ganado algo de tiempo. Corrió a plantarle cara al enemigo.
-Sal de aquí, tú no eres mi objetivo, no te mataré si no molestas -indicó el hombre avanzando con el arma en alto.
El chico pretendió ser valiente, sostener sus propias dagas en alto para recibir el ataque, lo que hizo tener más cautela al asesino. El brujo sabía cómo piensa alguien dedicado a ese oficio, al fin y al cabo él mismo fue entrenado para ello, de modo que entendía que una amenaza era siempre tomada con cautela por alguien así. La cautela, sin embargo, no duraría para siempre, dado que el tipo al final tenía la confianza de ser un adulto contra un niño, era imposible que el chico le pudiera plantar una pelea real. Lanzó un ataque con su espada.
Demian desapareció, literalmente se esfumó en el aire para los ojos del asesino, envuelto en una nube de un extraño polvo salido de la nada. Éste miró confundido y cauto, sin saber realmente qué acción tomar, pero atento para cualquier señal que pudiera delatar la ubicación del niño. Por fuerza debía estar en alguna parte.
Fue apenas un corte en la pierna, pero al instante Demian apareció y el polvo se deshizo. El corte había sido limpio y profundo, pero no lo suficiente para detener al asesino, quien ahora se lanzaba a tratar de despedazar al chico con una espada corta.
Haciendo gala de su envidiable agilidad, Demian comenzó a retroceder a la defensiva, lo más rápido que podía, tratando de buscar refugio con el tronco del árbol. El sujeto de pronto pareció comenzar a sentirse mal, sudando y al parecer con un intenso dolor en el vientre. Soltó su arma.
-¿Qué me has hecho, mocoso? -preguntó sabiéndose afectado el asesino.
-Sólo necesitas saber que es un veneno y que pronto caerás dormido -contestó el chico con una sonrisa satisfecha.
Entonces ocurrió algo que Demian no tenía previsto, el tipo aún tenía algo de energía y, en un movimiento sorpresa, lograba cogerle de la camisa y jalarlo hacia sí, dándole un fuerte puñetazo en el estómago que le hizo doblarse de dolor al niño. El veneno no debía tardar mucho más en hacer efecto, pero repentinamente Demian enfrentaba el pánico de que podían acabar con él antes de que eso ocurriera. Intentó resistirse, pero un rodillazo lo detuvo por completo. La fuerza ya del hombre no parecía ser la misma, pero el golpe de todas maneras le había dolido mucho.
Entonces sintió un quejido del asesino. Al mirar, pudo notar que Ricky apuntaba sus manos hacia él, con llamas en ellas. Al parecer había sido capaz de usar el fuego para atacar, pero nuevamente no parecía capaz de apagarlo.
Demian procuró usar la distracción para salir de esa corta distancia y buscar refugio ante los ataques del asesino, quien no parecía capaz de seguirle. El veneno finalmente parecía hacer su efecto completo.
Demian
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Re: Uno más uno son dos [privado][Trabajo][CERRADO][TERMINADO]
El asesino cayó dormido. Seguramente estaría así unas buenas horas, de modo que dejaba de ser un problema. Demian tosió, los golpes lo habían lastimado bastante, pero nada que un buen descanso y unos días tranquilos no solucionaran, pero por ahora tenía otro problema del que hacerse cargo. Ricky nuevamente mostraba estar fuera de control, pero algo le preocupaba al brujo. El pequeño hace muy poco había llegado a su límite y ahora nuevamente se excedía, no estaba seguro de los posibles efectos que aquello podría traer para su joven cuerpo y mente.
-Vale Ricky, calma, calma, ya todo está bien
No resultaba. No sacaba mucho con intentar calmarle, eso no había resultado la primera vez y nada decía que ahora sí lo haría, debía pensar en algo distinto y debía hacerlo rápido, pues la llama se hacía más grande y ya pequeñas bolas de fuego salían en todas direcciones.
-No hay fuego, ya lo has hecho -dijo Demian con una sonrisa forzada.
Ricky lo miró con duda, pero su amigo permaneció quieto, como totalmente seguro de lo que decía. El pequeño ya había hecho ese ejercicio antes, el poder de la imaginación para controlar sus poderes, seguro podía intentar hacerlo.
Demian entonces comenzó a usar sus trucos, exprimiendo su magia ilusoria para cubrir las manifestaciones del fuego, ocultando cuanto podía. Seguro el chico sabría que Demian estaba haciendo de las suyas, pero aún así aquello le ayudaría a encontrar su propia concentración y convicción. Probablemente una de las cosas que hacían más fácil todo era el hecho de que Demian permaneciera tranquilo, a pesar de que en un par de ocasiones el fuego le alcanzó. Al menos las llamas ya no eran nada comparado a las de más temprano.
-Ya no hay fuego, lo has hecho bien.
-No hay fuego -repitió Ricky.
Finalmente el ejercicio dio resultado. Ricky lograba controlar su magia para detener el fuego, haciendo que las llamas se achicaran hasta desaparecer. Demian sonrió, sabiendo al menos por ahora se encontraba a salvo de ataques ardientes, pero sobre todo sabiendo lo que se sentía enseñar a alguien, guiarlo en los caminos de la magia. No podía llamarse un maestro, había muchos más sabios que él y quizás todo el descalabro del descontrol de fuego se podría haber evitado con un profesor adecuado, pero al final había cambiado la vida de un pequeño brujo y eso, aunque le costara reconocerlo, se sentía bien.
Unos pocos minutos más tarde Ricky cerraba sus ojos, totalmente agotado por lo vivido, pues para ser su primer día había forzado sus límites en una ocasión y casi en una segunda. No tenía energías ni para irse a su casa, simplemente se dejó a si mismo reposar en una roca y dormir.
Demian tenía que lidiar ahora con un asesino envenenado y un brujo durmiendo de cansancio. Suspiró.
Entonces sintió unos pasos detrás de él.
Demian
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Re: Uno más uno son dos [privado][Trabajo][CERRADO][TERMINADO]
Se giró de inmediato, sobresaltado, sosteniendo una daga en su mano derecha. No estaba realmente de ánimo para un nuevo asesino con que lidiar. Lo que vieron sus ojos no fue más que una pareja caminando presurosa.
-Mi Richard -dijo la mujer, acercándose al pequeño.
Demian no le permitió llegar donde el durmiente aprendiz, interponiéndose con el arma en alto y cara de pocos amigos.
-Ni un paso más -dijo amenazante.
-¡¿Cómo te atreves?! -exclamó ella, espantada.
El joven brujo no iba a dar su brazo a torcer, incluso cuando el adulto de la pareja caminaba con aire de seriedad hacia él, se mantuvo desafiante.
-Sabemos que eres amigo de Richard, no te preocupes -dijo el hombre- nosotros somos sus padres.
Tenía absoluto sentido, era lo primero que debía haber pensado de la situación, pero quizás por su inusual crianza o por la excitación de haber sido recién atacado por el asesino no había pensado en eso como primera opción. Si lo pensaba, nunca podría comprender del todo a las personas. Bajó sus armas, el parecido físico era suficiente para comprender que era verdad lo que decían. La mujer avanzó y pasó por el lado del chico, para tomar en brazos a Ricky, preocupada por su estado.
-Ricky nos ha contado que le hiciste un gran favor, que le enseñaste cosas... estamos muy agradecidos de ti.
Demian no sabía muy bien cómo contestar, pensaba que el chico había mantenido el secreto, pero al parecer sus padres sabían. Claro, era un niño pequeño, era de esperarse. El hecho de que Demian no lo previera sólo acentuaba lo inusual de su manera de pensar.
-No es la primera vez que somos atacados, pero es la primera en que van por nuestros hijos... ¡Qué horror! -los ojos de la mujer se llenaban de lágrimas. Ese era el amor de una madre por su hijo.
-Lamento que no puedas tener una despedida como corresponde, pero cuando Ricky despierte ya no estaremos en esta ciudad... lo siento, pero nuestra vida está en juego, espero lo comprendas.
Demian asintió. Por dentro sentía rabia e impotencia, sabiendo que su nuevo amigo desaparecería de su vida así de rápido, pero como alguien entrenado en el arte del asesinato comprendía la complicada situación de la familia, no podían esperar ni un minuto más.
-No lo tomes a mal, quiero que aceptes esto como muestra de nuestro agradecimiento, es lo único con que puedo agradecerte realmente -dijo el hombre extendiendo su mano con una bolsita de monedas.
Demian comprendió y aceptó la oferta. Nunca lo había hecho por obtener una ganancia, pero a decir verdad, unas monedas no le venían nada de mal, especialmente porque había dejado de robar para entrenar a Ricky.
-No sean tan duros con él -pidió Demian.
-No lo seremos -contestó la madre. El padre asintió.
-Quizás algún día nos volveremos a ver y te podamos invitar a una buena comida, que se ve que te hace falta, no preguntaré nada sobre ti, imagino que tienes tus razones y tu historia, pero si algún día puedo ayudarte y nos volvemos a ver, no dudes en pedirlo -dijo con una sonrisa el padre.
Demian dio las gracias, sabiendo que eso iba a ser casi imposible, pero al final el mundo era un pañuelo y nadie sabía el destino que podía traer el mañana.
Minutos más tarde Demian quedaba completamente solo bajo ese lastimado árbol. Era hora de volver donde sus fieles amigos, Chimar y Ratita e invitarles una buena comida.
*** FIN ***
Demian
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Re: Uno más uno son dos [privado][Trabajo][CERRADO][TERMINADO]
“…con el pecho más inflado que una paloma” vaya, imaginaba a Demian en esta nueva faceta y me sorprendí. Muy bien roleado, incluiste dos de las complicaciones naturalmente y se vio la habilidad pasiva.
Como siempre es muy fácil y ameno leer los trabajos que realizas.
Recompensas
+450 aeros
+20 puntos de experiencia
+2 puntos por habilidad pasiva.
*Cuando otorgo puntos por pasivas busco que se desarrollen, en este caso hubiera sido muy interesante ver o saber de la preparación del veneno… en fin, ese es el motivo por el que no tienes todos los puntos.
Nota: los puntos deben de ser pedidos en los apartados correspondientes
Como siempre es muy fácil y ameno leer los trabajos que realizas.
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+450 aeros
+20 puntos de experiencia
+2 puntos por habilidad pasiva.
*Cuando otorgo puntos por pasivas busco que se desarrollen, en este caso hubiera sido muy interesante ver o saber de la preparación del veneno… en fin, ese es el motivo por el que no tienes todos los puntos.
Nota: los puntos deben de ser pedidos en los apartados correspondientes
Thorn
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