La ciudad de los ladrones [Libre] [3/3] [Cerrado]

Matthew suspiró con resignación, el Bardo se acababa de perder una excelente oportunidad para pasar un buen rato “Tengo tan mala suerte, Aerandir está lleno de hombres tradicionalistas” pensó el Virrey. Apoyó la cabeza en la palma de su mano y puso un gesto de aburrimiento mientras escuchaba a Jarek intentando convencerlo de que Visenna era un buen material para contratarla.

-¿Sí? ¿Tu crees? Cuéntame más - Pero ya siquiera lo miraba, sus ojos habían regresado a la arena, contemplaba la batalla sin demasiado interés. La muchacha estaba peleando con uno de los bandidos y dentro de todo se las estaba arreglando bien, mientras que Prometeo insistía en la estrategia defensiva - Te voy a ser sincero, Muchacho Bonito - Le dijo al Bardo - Me da lo mismo -

Mientras tanto, Einar golpeaba el escudo de Prometeo con intensidad, en cuanto notó que no podía llegar a él, lejos de asustarse o retirarse, continuó golpeando con la cara externa de sus puños como si fueran martillos. En un momento vio un pedazo de metal tirado en el piso, lo agarró y siguió golpeando con eso en lugar de las manos, la situación parecía resultarle bastante entretenida, incluso aunque no fuera a avanzar de ninguna manera haciendo eso.

De la nada se quedó quieto, inclinó la cabeza y se quedó unos segundos con la mirada perdida en la nada, en un instante la giró y miró hacía donde estaba el palco de Matt. Arthur estaba parado en el borde, aunque a la distancia que estaban no podían escuchar qué decía.

De vuelta en el balcón, Owens observaba al humano con una ceja levantada.

-Pues sí, eres bastante irrelevante. Un saco de carne, huesos y órganos. Una existencia irrelevante. Un Ser insignificante que vino a este mundo solo para morirse sin dejar una sola huella en la historia - El Estafador sonreía divertido, le resultaba gracioso que Arthur se tomara tan en serio todo eso - Tengo un especial apego con las ratas, es cierto - Le guiñó un ojo al Bardo - Te estaré mirando entonces. No me decepciones, Jovencito - No hizo nada para evitar que se tire, le parecía bastante gracioso que por fin se decidiera a hacer algo “Ya era hora de que despiertes”.

Einar comenzó a correr hacía el palco, una amplia sonrisa se extendía por su rostro, aunque era imposible saber qué locura estaba pasando por la mente del Bio. Cuando estuvo más o menos a unos tres metros, extendió el brazo derecho y su mano salió volando, aunque seguía agarrada a la muñeca por un cable de metal.*

-¿Pero que mierda? - Exclamó Matthew y se agachó justo a tiempo para esquivar la mano del Bio, que se terminó clavando en la madera de su sillón - Jajaja ¡Era un Bio-Cibernético! Jajaja -

-JAjaJAjaJA no es divertido solo ver ¿No crees? - Flexionó las piernas hasta casi tocar el piso y luego saltó, llegó como hasta la mitad de la pared, pero apoyando los pies en la misma, más el cable, podía subir sin demasiada dificultad.

-Creo que dentro de poco tendremos compañía - El público no sabía bien qué pensar, se habían quedado en silencio, pero de pronto empezaron a ovacionar nuevamente - Como era de esperarse, quieren ver más sangre - Miró a los guardias y les señaló al Bardo - Llevenlo a mi tienda. Seguiré hablando con él más tarde -


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*Einar usa Arma Extensible (Activable): El bio puede posee una mejora que le permite arrojar su arma unida a un cable reforzado hasta 5 metros hacia adelante. Solo puede estirar o retraer el cable.
Enfriamiento: 4 turnos.

El grandullón clavó una rodilla en el suelo mientras intentaba que no se le salieran las tripas por la herida que acababa de abrir en su abdomen. No me dio ningún tipo de lástima. No cuando le había visto con intenciones de violarme junto a los otros dos mercenarios hacía un par de escasas horas, Rata y el bigotudo del sarpullido. Lo empujé con el talón de la bota para hacerle caer al suelo, y me volví justo a tiempo de ver al amigo de Prometeo lanzarse al vacío. Alcé las cejas, pero la sorpresa se incrementó cuando el muchacho pelirrojo lanzó su puño como si fuera una saeta con un cabo. Me quedé boquiabierta un momento, y entonces vi que se llevaban a Jarek.

— ¡Visenna!— gritó por encima del bullicio de los espectadores. Di un par de pasos, cerrando los puños sobre la empuñadura, pero le perdí de vista.

Los hombres vociferaban, y la arena se convirtió en un caos cuando comenzaron a saltar de las gradas. Vi un grupo de gente peleándose a puñetazo limpio, mientras que otros llegaban a la arena y rugían eufóricos. No vi mejor oportunidad para escapar, aunque iba a tener que pasar por la espada a todo el que se me pusiera por delante. Me hice con un acero corto que encontré junto a un escudo de madera, e hice girar la espada en la otra mano. Ahora sí. Ahora era mi turno, y quería sangre.

Crucé espada y daga para rajar la garganta del primer infeliz que intentó atacarme. Me olvidé de los que me rodeaban, y empecé a ver sólo objetivos, obstáculos. Paré un tajo con la espada, y rompí la guardia del siguiente clavando la daga en la blanda papada.

Recién en este momento Matthew podía decir que verdaderamente se estaba divirtiendo.

Las gradas se habían vuelto un completo descontrol, la gente se peleaba entre sí, algunos caían a la arena, otros se juntaban en grupos para golpear a uno y robarle. Los más débiles, los ancianos y algunas mujeres, eran los primeros en caer o huir, los guardias de la ciudad participaban de los actos de vandalismo sin ninguna vergüenza, al fin y al cabo, todos eran lo mismo.

Owens intentó primero desenganchar el cable para hacer caer a Einar, pero en cuanto lo tocó sintió una descarga eléctrica.

-¿Que mierda? Eso se sintió como cuando Gerrit usó su magia - Sí no podía tirarlo entonces no le quedaba más alternativa que esperarlo ¿O no?

Se paró en el borde de la baranda, agarrado de la pared para no perder el equilibrio, y comenzó a agitar la boleadora con la mano libre. El Bio podía verlo, pero en lugar de escapar dio un último salto para terminar de subir.

-¿Por qué sonríes? - Preguntó desde el otro lado de la tarima, con la mirada desenfocada.

-No lo sé ¿Y tú porque sonríes? - Ambos parecían estar extasiados.

El Bio corrió para saltar sobre Matthew, pero el Humano arrojó su arma y le enredó los pies. Pero el Estafador no se conformó con eso, se puso sobre Einar y cerró unos grilletes especiales en sus muñecas.

-No sé qué tipo de magia extraña usas, pero aquí se termina - Algunos de los Guardias del Virrey subían en ese momento al balcón. Matt les hizo un gesto para que se llevaran al Bio - Quiero que lo cuelguen de los pies en mi tienda, tengan cuidado con sus manos -

Y eso sería todo, Matt se había olvidado por completo de Visenna, Prometeo y Arthur. Los dos sujetos que se había llevado a su carpa eran los que captaron su interés, y el resto del mundo le resultaba totalmente irrelevante.