Fundación de ciudad Lagarto [2º Parte] [Trama canon] [Libre 4/4] [Noche] [Cerrado]
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Fundación de ciudad Lagarto [2º Parte] [Trama canon] [Libre 4/4] [Noche] [Cerrado]
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El viaje hasta la base de los Bios no había sido ni bonito ni fácil, pero si bastante mortal para algunos, en parte había ayudado a eso. Como Jefe de las Relaciones Publicas, o como me gusta llamarme a mi mismo, Juez, debía de ganarme un hueco entre tanta chusma, y aquella chusma sólo entendía el lenguaje de la muerte. Además durante el viaje me había asegurado en afianzar mi posición comenzando a ejercer mi oficio de una forma embrionario, esto es, creando un prototipo de cuerpo de guardias que me fueran leales, habilidosos y que no hicieran muchas preguntas. Entre ellos había dos muy especiales que no habían formado parte de la expedición original pero que se habían unido al poco de salir de la ciudad, llevando consigo a dos kags; lo que los hacia lo suficientemente intimidades como para ocupar un puesto de honor a mi lado.
Pero ahora nuestras ocupaciones eran otras, de hecho, nunca había entrado en mis planes fundar una ciudad, pero... estaría loco si no quisiera aceptar el reto, sin duda era algo interesante que podía dar muchos beneficios futuros; eso sin contar el hecho de haber encontrado un puesto de importancia entrando por la puerta grande. Sin embargo, el supuesto líder de todo aquello, una lagartija, estaba demasiado ocupado en su mundo de luz y color como para darse cuenta de los problemas reales de la expedición, y todo ese peso había recaído en los recién nombrados encargados, Matthew, Orome y yo. Y no lo habíamos hecho del todo mal, llegar con más de la mitad de la población, formada por ladrones, asesinos y bandidos, era un logro notorio. Lo normal es que se hubieran matado entre ellos al segundo día.
Pero no podíamos seguir viviendo en la intemperie, de los saqueos y de la bonanza climática. Las nieves estaban cercanas y sin un lugar decente la cosa se podía complicar bastante. Por lo tanto aquella expedición necesitaba un lugar donde asentarse, un lugar legitimo y reconocido que no diera problemas a la larga aliándose con algún tipo de poder. ¿Pero quien podía comprender a un grupo como aquel? Nadie, por eso nuestra única esperanza era negociar con los que no se molestaban en comprender a los humanos. Los biociberneticos serían razonables y no se pararían en prejuicios ante un buen acuerdo. Esa era nuestra única baza; aunque eso no significaba que las maquinas fueran de fiar, pero algo es algo.
Por todo ello me encuentro a las puertas de la base de los Bios esperando una audiencia con el líder del lugar, o al menos una de las figuras relevantes. El objetivo era simple, legitimar nuestro asentamiento dentro de su jurisdicción; eso nos evitaría problemas en el futuro, aunque el hecho de asentarse al lado de una cárcel no se si es muy buena idea... Miro a mis hombres, apenas cinco, contando a los dos miembros de honor. Me he preocupado en llevarme a todos mis fieles, no puedo arriesgarme a perderlos dentro del caos del campamento sin estar yo presente; Matthew deberá de arreglárselas sin ellos para mantener el orden que hasta ahora había conseguido instaurar yo, con efectos mínimos por supuesto.
-Cuando entremos estad atentos a cualquier detalle que os llame la atención. Cosas importantes por favor. Como por ejemplo, numero de guardias, armamento, suministros, actividades extrañas... Nos va a evaluar vuestra capacidad intelectual, si me decepcionáis... - me giro para mirarlos. - Creedme no queréis decepcionarme. - tomo de la cintura a la mujer que hay a mi lado, mi preciosa aprendiz. -Vos querida ya sabéis lo que debéis hacer... - me acerco a su oído acariciando su lóbulo con mis labios. - Usa tus sombras para sacar cualquier elemento que nos ayude a negociar... O para descubrir cualquier cosas que nos quieran ocultar... - me separo de ella con una sonrisa. - De hecho si no os ven con nosotros mejor, así no echaran a nadie en falta... Ocultaros antes de que nos abran. - miro de nuevo a la tropa que está algo cohibida. - Animad esas caras, debéis de infundir temor, sino no me servis. Pensad que son solo marionetas, esas que se mueven para encandilar a los niños.
Me acerco al enorme portón metálico y usando mi bastón comienzo a darle golpes para llamar la atención de aquellos guardias sin alma.
-¡Eh! ¡Ahí arriba! ¡Abrid el portón!
-¿Quién es? ¡Identifíquese orgánico! - respondió uno de ellos con una voz totalmente neutra mientras me apuntaba con una extraña arma.
-Se presenta Ser Gregor, Jefe de las Relaciones Publicas de la expedición de su majestad, el rey Lazid el Dragón. - no me puedo creer que esté diciendo esto de esa lagartija, pero llama más la atención, ¿no?. - Solicito como portavoz de su majestad una audiencia con sus superiores con tal de hacer un pacto beneficioso para ambos.
-En mi base de datos no se encuentra dicho rey. En breves procederé a su eliminación si no se aleja del portón.
¡Maldita marioneta!
-Por eso nos está aquí, para actualizar su información. ¿Acaso no ve el campamento al otro lado del rió? - la maquina se tomo un tiempo para observar. - Es grande, ¿verdad? Lo suficientemente grande como para crearos problemas y para ser algo por lo cual entablar una audiencia, estoy seguro que su supervisor desea saber quien acampa en su puerta.
El bio se queda un rato pensando como si me estuviera examinando las constantes vitales.
-Su razonamiento es lógico, podrán ingresar pero desarmados.
-Me parece razonable. Pero espero que nuestra seguridad se garantice una vez ingresemos...
-Los bios cumplimos todos los protocolos de hospitalidad y de embajada. Y no podemos matar orgánicos salvo en ocasiones muy criticas. - la puerta se abrió en ese instante.
Miro hacia atrás.
-Muy bien tropa. - suspiro profundamente. -Allá vamos.
Rumpel
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Re: Fundación de ciudad Lagarto [2º Parte] [Trama canon] [Libre 4/4] [Noche] [Cerrado]
Alana llevaba tiempo con el hombre, al que ahora llamaba maestro… su relación era extraña, pero fructífera para ambos y le era fiel, si es que en su caso puede decirse algo por el estilo hacia su relación….Han compartido un viaje desde las ruinas rúnicas hasta aquí….y ella sabía cuán importante era para él y su ego una labor como esta…ser uno de los fundadores de una ciudad para los que son diferentes….es algo necesario y poco usual hasta insólito en estos tiempos y quedarse en la historia de esta manera es importante para alguien como el mago, que ansía el poder sobre manera. Algo que ella no podía reprocharle, porque consideraba que es algo natural, en cierto modo ella también lo quería, pero puede que sus motivaciones y objetivos eran diferentes, aun así…ella haría lo que él la pedía sin importar lo que fuera…. Por qué¿?....porque de una forma retorcida y bella a la vez la gustaba este juego y de momento la apetecía jugarlo hasta el final….Como a todos los presentes aquí, todos deseaban llegar a tener su pedazo de pastel y su sitio en el nuevo mundo, donde ellos serían los dueños con sus propios códigos de honor y comportamiento….en un nuevo sitio, donde aún no hay reglas…
Y es que la ciudad era una gran idea…y ayudaría en ello, porque las telarañas se tejen así, poco a poco…desde un principio y hasta el final…Conocer a los que son la clave de todo esto….es lo primordial… y los sitúas como base de tu juego….después tejes entre ellos acontecimientos que ellos no controlan…y al final obtienes lo q deseabas con tanto ahínco…..
Caminaba despacio al lado de Rumpel…escondida bajo su capa negra….no decía ni una palabra, solo escuchaba a todos los presentes y observaba con interés a todo aquel que se cruzaba ante sus ojos….Demasiados detalles, que tenía que tener en cuenta….pudo ver el rio que pasaba entre los muros de aquella fortaleza no muy lejos de ellos…..a la derecha exactamente….no era demasiado rápido pero hacia el ruido suficiente como para esconder el ruido del movimiento….aunque ver el interior tras la puerta también era importante….Pudo notar como estaba construida la puerta, en realidad era fácil de superar, tenía demasiados salientes…era algo muy sencillo para alguien como ella….
La mano cálida sobre su cintura la hizo salir de su ensimismamiento, de forma instintiva se acercó más al hombre que la tenía presa y se quitó la capucha dejando su rostro y el pelo plateado al descubierto de todos….La gustaba esa faceta de dueño y señor de Rumpel, por lo que espero a que la de las indicaciones….agito la cabeza como afirmación para que él sepa que lo ha entendido todo y sin una palabra convoco las sombras y ha desaparecido, pero antes de emprender su misión….y hacer lo que la han mandado….
-Me iré por el rio, ahí no me descubrirán…volveré lo más rápido que pueda a vosotros, déjame alguna señal de fuego, para que os encuentre más fácilmente después… …..suerte, maestro….
Susurro en el oído de hombre y con cuidado de no hacer ruido alguno, se acercó a la puerta y empezó a trepar por aquella enorme cosa metálica….sin duda ni el mago tenía en mente que ella haría algo así, pero él con su conversación eran la distracción perfecta para algo así y en contexto que hacia esto era mas sencillo pasar inadvertida y el tiempo era vital, si tenía que encontrar un secreto o algo que les de una ventaja…...esto era más que necesario, era fundamental….
Las vibraciones de los golpes no están a favor de Alana, pero se aguanta como puede escondida en su camuflaje y su destreza la hacen avanzar de forma segura hasta repasar la puerta…..
El mago estaba hablando con un Bio, que Alana observo desde arriba con curiosidad…tenía toda la parte derecha metálica…..era curioso…..pero no tenía tiempo para admirar a los Bio…tenía una misión que cumplir…. Y la voz de Rumpel la hacía darse cuenta que el tiempo corría muy rápido….
Con sigilo típico de su raza descendió y aterrizo muy cerca de uno de los guardias …se dio cuenta que había al menos otros 5 al lado de la puerta…otros dos a los lados…en la parte más alta otros dos….y uno solitario tenía el control de la puerta…esperaba las ordenes y por ello observaba tranquilo a su colega hablando con el grupo de los aliados de Alana…pero este no tenía nada metálico…se veía perfectamente humano…curioso…
Con extrema precaución se movió entre ellos…. Pero aun así, hubo un fallo y es que algo trisco bajo su pie derecho….
La mujer noto como todos se han callado y dos de los Bios miraron en su dirección……ella se quedó quieta y se movió solo tras la pérdida del interés de los presentes…hacia su posición…gracias al dialogo que tenían los hombres…
Con rapidez avanzo a través del campo hacia el rio…perdiendo el hilo de la conversación que se llevaba a cabo en las puertas…..”sin duda todos creían que yo aún estaba entre ellos….”
Sonrió ante ese pensamiento, pero si tenía que encontrar algo, no tenían mucho tiempo que perder y la diplomacia era lenta…..Con un paso rápido….atravesaba el campo velozmente en paralelo a la muralla hacia el rio…..pudo divisar 3 parejas más vigilando aquella pared de metal enorme….Pero las sombras hacían su trabajo, nadie la ha visto…ni ha sospechado de que hay alguien…así que llegar al rio fue relativamente fácil…..ahora era el momento de decidir qué hacer….si moverse por el rio…cruzar el mismo…. O que¿?…
Al llegar a la orilla, vio la anchura de aquellas aguas y suspiro…. cruzarle, no era plan…por muy buena nadadora que fuera tardaría demasiado….y perdería tiempo y fuerzas necesarias para otras cosas….asi mismo miro más adelante…..buscando algún puente..
-Esta gente de seguro que tienen un puente….o más de uno….sino serían más raros de lo que yo pensaba…aunque algunos parecen normales totalmente….
Hablo consigo misma mientras decidía y descansaba un poco….al final emprendió su viaje por la orilla del rio…..no sabía por qué pero quería ir al otro lado…sentía que el agua era como una barrera natural que ellos podían usar como una defensa más para cosas importantes…..De manera que corrió más rápido que pudo…
En la lejanía diviso una sobra que caminaba por el camino principal…y llevaba algo ante el como un carro….a Alana la pareció raro y más cuando al acercarse vio que se desviaba del camino principal que llevaba al puente y bajaba por la orilla del rio más abajo….
La vampiresa decidió acercarse lo máximo posible y de repente el olor a sangre la pego en la nariz…era como una horrible y dulce tentación ir ahí, matar a este hombre y ver….de donde proviene semejante festival de los dulces aromas….pero se controló y solo le siguió por interés …dejando el puente para más adelante…si es que esto no daba ningún dato de importancia…. Quería saber que llevaba con el y porque olía a sangre, quien sangraba ahi¿?….
Y es que la ciudad era una gran idea…y ayudaría en ello, porque las telarañas se tejen así, poco a poco…desde un principio y hasta el final…Conocer a los que son la clave de todo esto….es lo primordial… y los sitúas como base de tu juego….después tejes entre ellos acontecimientos que ellos no controlan…y al final obtienes lo q deseabas con tanto ahínco…..
Caminaba despacio al lado de Rumpel…escondida bajo su capa negra….no decía ni una palabra, solo escuchaba a todos los presentes y observaba con interés a todo aquel que se cruzaba ante sus ojos….Demasiados detalles, que tenía que tener en cuenta….pudo ver el rio que pasaba entre los muros de aquella fortaleza no muy lejos de ellos…..a la derecha exactamente….no era demasiado rápido pero hacia el ruido suficiente como para esconder el ruido del movimiento….aunque ver el interior tras la puerta también era importante….Pudo notar como estaba construida la puerta, en realidad era fácil de superar, tenía demasiados salientes…era algo muy sencillo para alguien como ella….
La mano cálida sobre su cintura la hizo salir de su ensimismamiento, de forma instintiva se acercó más al hombre que la tenía presa y se quitó la capucha dejando su rostro y el pelo plateado al descubierto de todos….La gustaba esa faceta de dueño y señor de Rumpel, por lo que espero a que la de las indicaciones….agito la cabeza como afirmación para que él sepa que lo ha entendido todo y sin una palabra convoco las sombras y ha desaparecido, pero antes de emprender su misión….y hacer lo que la han mandado….
-Me iré por el rio, ahí no me descubrirán…volveré lo más rápido que pueda a vosotros, déjame alguna señal de fuego, para que os encuentre más fácilmente después… …..suerte, maestro….
Susurro en el oído de hombre y con cuidado de no hacer ruido alguno, se acercó a la puerta y empezó a trepar por aquella enorme cosa metálica….sin duda ni el mago tenía en mente que ella haría algo así, pero él con su conversación eran la distracción perfecta para algo así y en contexto que hacia esto era mas sencillo pasar inadvertida y el tiempo era vital, si tenía que encontrar un secreto o algo que les de una ventaja…...esto era más que necesario, era fundamental….
Las vibraciones de los golpes no están a favor de Alana, pero se aguanta como puede escondida en su camuflaje y su destreza la hacen avanzar de forma segura hasta repasar la puerta…..
El mago estaba hablando con un Bio, que Alana observo desde arriba con curiosidad…tenía toda la parte derecha metálica…..era curioso…..pero no tenía tiempo para admirar a los Bio…tenía una misión que cumplir…. Y la voz de Rumpel la hacía darse cuenta que el tiempo corría muy rápido….
Con sigilo típico de su raza descendió y aterrizo muy cerca de uno de los guardias …se dio cuenta que había al menos otros 5 al lado de la puerta…otros dos a los lados…en la parte más alta otros dos….y uno solitario tenía el control de la puerta…esperaba las ordenes y por ello observaba tranquilo a su colega hablando con el grupo de los aliados de Alana…pero este no tenía nada metálico…se veía perfectamente humano…curioso…
Con extrema precaución se movió entre ellos…. Pero aun así, hubo un fallo y es que algo trisco bajo su pie derecho….
La mujer noto como todos se han callado y dos de los Bios miraron en su dirección……ella se quedó quieta y se movió solo tras la pérdida del interés de los presentes…hacia su posición…gracias al dialogo que tenían los hombres…
Con rapidez avanzo a través del campo hacia el rio…perdiendo el hilo de la conversación que se llevaba a cabo en las puertas…..”sin duda todos creían que yo aún estaba entre ellos….”
Sonrió ante ese pensamiento, pero si tenía que encontrar algo, no tenían mucho tiempo que perder y la diplomacia era lenta…..Con un paso rápido….atravesaba el campo velozmente en paralelo a la muralla hacia el rio…..pudo divisar 3 parejas más vigilando aquella pared de metal enorme….Pero las sombras hacían su trabajo, nadie la ha visto…ni ha sospechado de que hay alguien…así que llegar al rio fue relativamente fácil…..ahora era el momento de decidir qué hacer….si moverse por el rio…cruzar el mismo…. O que¿?…
Al llegar a la orilla, vio la anchura de aquellas aguas y suspiro…. cruzarle, no era plan…por muy buena nadadora que fuera tardaría demasiado….y perdería tiempo y fuerzas necesarias para otras cosas….asi mismo miro más adelante…..buscando algún puente..
-Esta gente de seguro que tienen un puente….o más de uno….sino serían más raros de lo que yo pensaba…aunque algunos parecen normales totalmente….
Hablo consigo misma mientras decidía y descansaba un poco….al final emprendió su viaje por la orilla del rio…..no sabía por qué pero quería ir al otro lado…sentía que el agua era como una barrera natural que ellos podían usar como una defensa más para cosas importantes…..De manera que corrió más rápido que pudo…
En la lejanía diviso una sobra que caminaba por el camino principal…y llevaba algo ante el como un carro….a Alana la pareció raro y más cuando al acercarse vio que se desviaba del camino principal que llevaba al puente y bajaba por la orilla del rio más abajo….
La vampiresa decidió acercarse lo máximo posible y de repente el olor a sangre la pego en la nariz…era como una horrible y dulce tentación ir ahí, matar a este hombre y ver….de donde proviene semejante festival de los dulces aromas….pero se controló y solo le siguió por interés …dejando el puente para más adelante…si es que esto no daba ningún dato de importancia…. Quería saber que llevaba con el y porque olía a sangre, quien sangraba ahi¿?….
Última edición por Alana el Mar Sep 25 2018, 03:54, editado 1 vez
Alana
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Re: Fundación de ciudad Lagarto [2º Parte] [Trama canon] [Libre 4/4] [Noche] [Cerrado]
-Ey chaval, chaval, espabila- Me azuzo un tipo dándome una colleja.
-Eh… ey si si perdona, que estaba en otro tema- Dije volviendo a la cruda realidad.
-Pero mira que eres tonto- me volvió a dar otra colleja.
Traté recordar, rascándome la dolorida cocorota donde estaba, recordé el “incidente” con los kags, uf, después de aquello la cosa se había puesto muy tensa, al salir del túnel había visto el desastre, incluso fuego y humo se alzaban en la ciudad algo más adelante, desde luego el plan no salió como se esperaba, maldita sea, todo iba muy bien, hasta que se fue de madre y murieron todos, bueno, Sango y yo lo habíamos hecho lo mejor posible, lástima que no fuese suficiente.
Trataba de reconducir los últimos kags cuando vi al fondo dos enormes nórguedos, con cara de enfado y con cimitarras tan largas como mi brazo que preguntaban por los dos “pastores” responsables del desastre, no necesité ver más, mi instinto de supervivencia actuó de nuevo y salí disimuladamente de allí lo más rápido que pude, debía alejarme del lugar hasta que las cosas se tranquilizasen un poco.
Estaba seguro de que personas más heroicas y capaces que yo se encargarían mucho mejor de liberar la ciudad y seguir al rey hasta la victoria, yo seguramente la liase aún más, así que de momento lucharía por mantener la cabeza unida al cuerpo.
Me acoplé a una columna de refugiados de la ciudad que huía de allí, aunque me di cuenta demasiado tarde de que quizás no fuesen inocentes civiles, sino ladrones bandidos y demás calaña, me temo que había saltado de la sartén al cazo.
Estaba rodeado de la peor gente de Verisar, asesinos, ladrones, bandidos y demás escoria de la sociedad, y entre ellos yo, un modesto guardia, ni que decir tiene la de cosas horribles que me harían si eso se supiera.
Iba a largarme de inmediato de este berenjenal, cuando me contaron el destino al que íbamos, Ciudad Bio, ¡y por el rey que siempre había soñado con entrar allí!, ¿Qué clase de maravillas biotecnológicas podrían haber?, un lugar prohibido, al que un tipo corriente como yo jamás podría acceder, pero si me quedaba con estos delincuentes, tal vez podría llegar a entrar, desde luego que merecía la pena el riesgo.
Me había unido a un tipo llamado Rumpel que parecía saber lo que hacía, supongo que sería alguien enviado por la corona misma para tratar de poner algo de seguridad.
Esta suerte de juez era lo más parecido al orden que allí había, así que cuando me propuso ser su cuerpo de guardia ni me lo pensé, era la mejor opción que tenía para seguir con vida, ¿Dónde mejor se camuflaría un guardia que haciéndose pasar por guardia?
Estaba bien sucio, lleno de barro sangre de pies a la cabeza desde que salí de Lunargenta, había tratado de lavarme la cara y las ropas de la guardia, no caí hasta que casi fue tarde que era ese mismo barro y polvo los que habían ocultado hasta entonces los emblemas de la guardia permitiéndome seguir con vida, así que había afanado una gastada chaqueta de por ahí que me cubriría los emblemas.
Además, mantuve mi cara machada, es posible que algún maleante me reconociese de las patrullas, vaya si seguro que yo había encerrado a más de uno, de todas formas, viendo la escasa higiene de la gente a mi alrededor, así pasaría más que desapercibido.
Tenía que andarme con mil ojos, cuidando mi espalda a cada paso que daba, la mitad de esta gente vendería a su madre por un puñado de oro, y la otra mitad la compraría, por suerte al ver el brazalete que Rumpel nos había dado, la gente te tenía un poco más de consideración, aunque fuese solo por las represalias.
Estábamos frente a las enormes puertas de ciudad bio, con hojas metálicas de imponente construcción, siniestras siluetas recortadas en la oscuridad de la noche, seguro que era imposible que nadie pudiese pasar sobre ellas, un escalofrío me recorrió la nuca, vaya, sí que estaba nervioso, respiré profundamente tratando de relajarme, el lóbrego campamento estaba alejado tras nosotros, pero hasta desde nos encontrábamos se apreciaba un leve olor a alcohol, desechos y otras cosas peores.
Noté que algo me daba tirones en la pierna, al girarme vi que era de nuevo ese horrible kag de la ciudad, el maldito bicho me había estado siguiendo desde lo del túnel, y por más que lo intentaba no se me despegaba, aunque si he de ser sincero, me había salvado la vida un par de veces cuando maleantes sin escrúpulos trataron de rajarme el cuello mientras dormía por un puñado de monedas que ni siquiera tenía, y vaya si me daba miedo el bicho, ¡si tenía dientes como dagas!
Yo era incapaz de controlarlo, pero creo que gracias a su imponente presencia me había ganado plaza en el cuerpo del juez, así que no me quejaría.
Traté de quitármelo de encima de nuevo cuando vi que llevaba una pierna en la boca.
-Oh, mierda… ¿de quién es esa pierna? ¿de dónde la has sacado? - le pregunté al bicho tratando de quitársela sin éxito.
Mire a mi alrededor buscando alguien que anduviese escaso de piernas -Nonono, kag malo, kag malo, ¿ya estaba muerto cuando la has cogido? Dime que si… Ay madre mía… anda, ¡vete, vete! - le insté al kag que se alejó tan contento, espero que no a buscar más partes del cuerpo.
La pequeña escolta de Rumpel aguardábamos con él, me situé a su lado cuando nos contó el plan.
-A la orden- asentí, e iba en serio, ya había visto un par de veces lo que pasaba con los que decepcionaban al juez.
Rumpel tomó por la cintura a la sensual mujer que nos acompañaba susurrándole algo al oído, la mujer se quitó la capucha, no recuerdo que lo hubiese hecho antes, tenía un pelo largo y plateado, y me pareció apreciar desde lejos una piel fina y pálida, tenía algo, no sé, te ponía los pelos de punta, pero a la vez querías saber más, desde luego Rumpel sí que se lo montaba bien, yo miré al tipo que tenía detrás, que escupió fuerte en el suelo, vaya panorama, tragué saliva de nuevo ante el desafío que nos aguardaba, la silueta de la ciudad parecía mucho mas amenazadora desde tan cerca.
Rumpel nos dedicó unas breves palabras de ánimo, iba a contar que una vez casi me asfixio yo solo con las cuerdas de una marioneta, pero creo que no era el mejor momento para esa anécdota.
Me quedé tras Rumpel cuando hablaba con el portero cibernético, que portaba un arma que no logre identificar, la cosa no parecía ir muy allá, y me preparé para cubrirle con el escudo si la cosa se ponía fea.
Y sin darme apenas cuenta vi fugazmente como la mujer de negro escalaba grácilmente las puertas y desaparecía arriba.
- ¿Pero ¿qué…? - masculle - ¿Tú has visto eso? - susurré al guardia junto a mí.
Pero por suerte la conversación avanzo sin problemas, y la labia del juez consiguió ganarnos el acceso a la ciudad.
-Oye, ¿qué ha querido decir con eso de ocasiones criticas? ¿Esta es crítica? -
-Calla y tira- me dijo otro escolta mientras me empujaba a cruzar las puertas.
Tras ellas casi 10 biociberneticos, de diferentes formas y tamaños aguardaban, resultaba difícil saber en sus inexpresivos rostros si estaba recelosos, expectantes o tramaban algo.
-Armas por favor- me indicó uno de ellos señalando un par de mesas junto a la puerta.
-Eh…oh sisi, yo voy desarmado miré- dije levantando los brazos.
-Armas por favor- repitió con exacto tono.
- ¿Esto?, nono por favor, esto es un escudo, no es un arma, ¿ve?, es para cubrirse de la lluvia ¿sabe? - dije colocándome el escudo en la espalda.
-Armas por favor-
-Nono, si yo no, mire, esto es un martillo, ve, para trabajar el metal, seguro que te suena- dije desenfundando mi martillo de trabajo -Mira si quieres te lo dejo aquí y fuera líos- dije dejándolo sobre la mesa.
-Armas por favor-
-Oh, aparta ya- me dijo otro de la patrulla del juez vaciando un gran numero de dagas y cuchillos en otra mesa.
-Armas por favor- Me repitió de nuevo apuntándome con una rara extensión de su brazo.
-Nonono, si ya no llevo ¿ves?, esto es una pala, una pala para cavar, ya sabes, letrinas, lo que haga falta, no es un arma ves- dije mostrándole mi inofensiva pala.
-Escaneando- me dijo el bio moviendo hacia mi su brazo de manera extraña
- ¿Qué? -
-Nivel de amenaza…mínima- anunció sin expresión.
-Oye… tampoco hay que pasarse- dije cruzando el control.
Mire a mi alrededor, por fin estaba dentro, en ciudad bio, era real, pero no podía despistarme, Rumpel contaba con nosotros.
-Vamos chicos ¿Estáis listos? - dije al resto del grupo -Eso seguro que es fácil, entrar y salir, ¿ya hemos hecho lo más duro no? -
-Eh… ey si si perdona, que estaba en otro tema- Dije volviendo a la cruda realidad.
-Pero mira que eres tonto- me volvió a dar otra colleja.
Traté recordar, rascándome la dolorida cocorota donde estaba, recordé el “incidente” con los kags, uf, después de aquello la cosa se había puesto muy tensa, al salir del túnel había visto el desastre, incluso fuego y humo se alzaban en la ciudad algo más adelante, desde luego el plan no salió como se esperaba, maldita sea, todo iba muy bien, hasta que se fue de madre y murieron todos, bueno, Sango y yo lo habíamos hecho lo mejor posible, lástima que no fuese suficiente.
Trataba de reconducir los últimos kags cuando vi al fondo dos enormes nórguedos, con cara de enfado y con cimitarras tan largas como mi brazo que preguntaban por los dos “pastores” responsables del desastre, no necesité ver más, mi instinto de supervivencia actuó de nuevo y salí disimuladamente de allí lo más rápido que pude, debía alejarme del lugar hasta que las cosas se tranquilizasen un poco.
Estaba seguro de que personas más heroicas y capaces que yo se encargarían mucho mejor de liberar la ciudad y seguir al rey hasta la victoria, yo seguramente la liase aún más, así que de momento lucharía por mantener la cabeza unida al cuerpo.
Me acoplé a una columna de refugiados de la ciudad que huía de allí, aunque me di cuenta demasiado tarde de que quizás no fuesen inocentes civiles, sino ladrones bandidos y demás calaña, me temo que había saltado de la sartén al cazo.
Estaba rodeado de la peor gente de Verisar, asesinos, ladrones, bandidos y demás escoria de la sociedad, y entre ellos yo, un modesto guardia, ni que decir tiene la de cosas horribles que me harían si eso se supiera.
Iba a largarme de inmediato de este berenjenal, cuando me contaron el destino al que íbamos, Ciudad Bio, ¡y por el rey que siempre había soñado con entrar allí!, ¿Qué clase de maravillas biotecnológicas podrían haber?, un lugar prohibido, al que un tipo corriente como yo jamás podría acceder, pero si me quedaba con estos delincuentes, tal vez podría llegar a entrar, desde luego que merecía la pena el riesgo.
Me había unido a un tipo llamado Rumpel que parecía saber lo que hacía, supongo que sería alguien enviado por la corona misma para tratar de poner algo de seguridad.
Esta suerte de juez era lo más parecido al orden que allí había, así que cuando me propuso ser su cuerpo de guardia ni me lo pensé, era la mejor opción que tenía para seguir con vida, ¿Dónde mejor se camuflaría un guardia que haciéndose pasar por guardia?
Estaba bien sucio, lleno de barro sangre de pies a la cabeza desde que salí de Lunargenta, había tratado de lavarme la cara y las ropas de la guardia, no caí hasta que casi fue tarde que era ese mismo barro y polvo los que habían ocultado hasta entonces los emblemas de la guardia permitiéndome seguir con vida, así que había afanado una gastada chaqueta de por ahí que me cubriría los emblemas.
Además, mantuve mi cara machada, es posible que algún maleante me reconociese de las patrullas, vaya si seguro que yo había encerrado a más de uno, de todas formas, viendo la escasa higiene de la gente a mi alrededor, así pasaría más que desapercibido.
Tenía que andarme con mil ojos, cuidando mi espalda a cada paso que daba, la mitad de esta gente vendería a su madre por un puñado de oro, y la otra mitad la compraría, por suerte al ver el brazalete que Rumpel nos había dado, la gente te tenía un poco más de consideración, aunque fuese solo por las represalias.
Estábamos frente a las enormes puertas de ciudad bio, con hojas metálicas de imponente construcción, siniestras siluetas recortadas en la oscuridad de la noche, seguro que era imposible que nadie pudiese pasar sobre ellas, un escalofrío me recorrió la nuca, vaya, sí que estaba nervioso, respiré profundamente tratando de relajarme, el lóbrego campamento estaba alejado tras nosotros, pero hasta desde nos encontrábamos se apreciaba un leve olor a alcohol, desechos y otras cosas peores.
Noté que algo me daba tirones en la pierna, al girarme vi que era de nuevo ese horrible kag de la ciudad, el maldito bicho me había estado siguiendo desde lo del túnel, y por más que lo intentaba no se me despegaba, aunque si he de ser sincero, me había salvado la vida un par de veces cuando maleantes sin escrúpulos trataron de rajarme el cuello mientras dormía por un puñado de monedas que ni siquiera tenía, y vaya si me daba miedo el bicho, ¡si tenía dientes como dagas!
Yo era incapaz de controlarlo, pero creo que gracias a su imponente presencia me había ganado plaza en el cuerpo del juez, así que no me quejaría.
Traté de quitármelo de encima de nuevo cuando vi que llevaba una pierna en la boca.
-Oh, mierda… ¿de quién es esa pierna? ¿de dónde la has sacado? - le pregunté al bicho tratando de quitársela sin éxito.
Mire a mi alrededor buscando alguien que anduviese escaso de piernas -Nonono, kag malo, kag malo, ¿ya estaba muerto cuando la has cogido? Dime que si… Ay madre mía… anda, ¡vete, vete! - le insté al kag que se alejó tan contento, espero que no a buscar más partes del cuerpo.
La pequeña escolta de Rumpel aguardábamos con él, me situé a su lado cuando nos contó el plan.
-A la orden- asentí, e iba en serio, ya había visto un par de veces lo que pasaba con los que decepcionaban al juez.
Rumpel tomó por la cintura a la sensual mujer que nos acompañaba susurrándole algo al oído, la mujer se quitó la capucha, no recuerdo que lo hubiese hecho antes, tenía un pelo largo y plateado, y me pareció apreciar desde lejos una piel fina y pálida, tenía algo, no sé, te ponía los pelos de punta, pero a la vez querías saber más, desde luego Rumpel sí que se lo montaba bien, yo miré al tipo que tenía detrás, que escupió fuerte en el suelo, vaya panorama, tragué saliva de nuevo ante el desafío que nos aguardaba, la silueta de la ciudad parecía mucho mas amenazadora desde tan cerca.
Rumpel nos dedicó unas breves palabras de ánimo, iba a contar que una vez casi me asfixio yo solo con las cuerdas de una marioneta, pero creo que no era el mejor momento para esa anécdota.
Me quedé tras Rumpel cuando hablaba con el portero cibernético, que portaba un arma que no logre identificar, la cosa no parecía ir muy allá, y me preparé para cubrirle con el escudo si la cosa se ponía fea.
Y sin darme apenas cuenta vi fugazmente como la mujer de negro escalaba grácilmente las puertas y desaparecía arriba.
- ¿Pero ¿qué…? - masculle - ¿Tú has visto eso? - susurré al guardia junto a mí.
Pero por suerte la conversación avanzo sin problemas, y la labia del juez consiguió ganarnos el acceso a la ciudad.
-Oye, ¿qué ha querido decir con eso de ocasiones criticas? ¿Esta es crítica? -
-Calla y tira- me dijo otro escolta mientras me empujaba a cruzar las puertas.
Tras ellas casi 10 biociberneticos, de diferentes formas y tamaños aguardaban, resultaba difícil saber en sus inexpresivos rostros si estaba recelosos, expectantes o tramaban algo.
-Armas por favor- me indicó uno de ellos señalando un par de mesas junto a la puerta.
-Eh…oh sisi, yo voy desarmado miré- dije levantando los brazos.
-Armas por favor- repitió con exacto tono.
- ¿Esto?, nono por favor, esto es un escudo, no es un arma, ¿ve?, es para cubrirse de la lluvia ¿sabe? - dije colocándome el escudo en la espalda.
-Armas por favor-
-Nono, si yo no, mire, esto es un martillo, ve, para trabajar el metal, seguro que te suena- dije desenfundando mi martillo de trabajo -Mira si quieres te lo dejo aquí y fuera líos- dije dejándolo sobre la mesa.
-Armas por favor-
-Oh, aparta ya- me dijo otro de la patrulla del juez vaciando un gran numero de dagas y cuchillos en otra mesa.
-Armas por favor- Me repitió de nuevo apuntándome con una rara extensión de su brazo.
-Nonono, si ya no llevo ¿ves?, esto es una pala, una pala para cavar, ya sabes, letrinas, lo que haga falta, no es un arma ves- dije mostrándole mi inofensiva pala.
-Escaneando- me dijo el bio moviendo hacia mi su brazo de manera extraña
- ¿Qué? -
-Nivel de amenaza…mínima- anunció sin expresión.
-Oye… tampoco hay que pasarse- dije cruzando el control.
Mire a mi alrededor, por fin estaba dentro, en ciudad bio, era real, pero no podía despistarme, Rumpel contaba con nosotros.
-Vamos chicos ¿Estáis listos? - dije al resto del grupo -Eso seguro que es fácil, entrar y salir, ¿ya hemos hecho lo más duro no? -
Schott
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Re: Fundación de ciudad Lagarto [2º Parte] [Trama canon] [Libre 4/4] [Noche] [Cerrado]
No sabía muy bien por qué había empezado la pelea entre aquellos dos individuos. Se había formado un pequeño corro alrededor de ellos y se escuchaba muy bien que estaban apostando por uno de los dos contendientes. Sango, que estaba en la retaguardia del grupo decidió acercarse e imponer un poco de orden, al fin y al cabo estaba allí para eso. A medida que fue adelantando gente, el silencio se fue apoderando de aquella parte de la comitiva, estaba seguro de que él imponía algo de respeto, pero mucho más aquel animal que ahora le acompañaba.
- ¿Qué sucede?- Preguntó tratando de hacerse oír por encima del resto. Varios del corro salieron corriendo y el kag se acercó a ver la pelea. Ambos contendientes se detuvieron casi al instante.
- Este piojoso, me ha insultado. Me ha dicho que soy roba bollos y no señor, yo soy mucho más que eso.- Dijo uno, el que parecía más dañado por cierto.
- Es verdad, un roba pollos, já.- Disparó el otro. Sango bufó y el kag gruñó enseñando los dientes. Los dos hombres se echaron hacia atrás y el corro se fue disipando.
Al salir del túnel y entrar en Lunargenta, Ben se dio cuenta de que algo había salido mal. Muy mal. Los kags que entraron, rápidamente se dispersaron por la ciudad sin hacer caso del pastor o en este caso de Sango. Cuando recibió la orden de volver, Ben supo que habría un castigo para él. Tras caminar por delante del túnel e incluso aventurarse más allá en la ciudad, descubrió entonces un grupo de gente que estaba escapando de la ciudad y decidió seguirles y a su vez, un kag, decidió seguir a Sango. Al principio todo fue muy confuso porque Ben pensaba que quería atacarle pero en seguida descubrió que ese animal, esa bestia, no pretendía hacerle daño (de momento) sino que le acompañaba. Ben pronto estableció un vínculo con aquel animal y los días sucesivos fue afianzándose aún más.
- Sois unos tontainas de cojones.- Dijo Sango.- Debería descuartizaros ahora mismo y serviros como menú para mi colega.- Escupió al suelo.- Hemos perdido como dos putos días por culpa de peleas como esta, estoy cansado de vosotros, a la siguiente no tendré clemencia, ¡Vamos!- Se alejó de allí y se dirigió a la cabeza del grupo donde estaba el hombre que le había contratado.
Poco después de seguir a aquel grupo, hubo varios que tomaron distinto camino, Ben tuvo la suerte de que uno de ellos le pidió que le acompañaran, que le sirviera como escolta. A Ben le pareció una alternativa mucho mejor que la de morir a manos de los nórgedos con los que tan buena relación había hecho en las semanas previas al choque en Lunargenta. Dio la casualidad de que se encontró con Schott que también parecía querer huir de los nórgedos. Una situación peculiar.
Ben no se había interesado, en un principio, por los detalles de la misión. Sin embargo a medida que avanzaban los días e iba conociendo al resto del grupo se preguntaba, con bastante frecuencia, "¿dónde me he metido?" Saber que iban a la ciudad de los Bios le ponía algo nervioso porque sólo había tenido, que supiera, un contacto con un Bio y sólo el hecho de recordar aquel rostro tan... perfecto...
- ¡AAAH! ¡AAH!- Gritó alguien a su espalda. Ben se giró y para cuando quiso hacer algo ya era demasiado tarde, los dos kags se estaban dando un festín con uno de aquellos hombres. Sango se acercó y uno de los kags, el de Schott, se marchó con un miembro del hombre. El suyo, por otra parte, prefería comerlo en el sitio. Ben sonrió mientras veía pasar al grupo y escuchar murmullos que le acusaban de loco. Se encogió de hombros y decidió retomar el plan original de ir a la cabeza del grupo.
El líder del grupo, Rumpel, que se había autoproclamado algo de algún lugar, tenía los ojos de un loco. Se le veía la sed de sangre en la mirada y parecía que nunca, nunca, bajaba la guardia. A Ben le parecía que Rumpel era el perfecto paladín del caos. Luego estaba aquella chica. Muda. De mirada fría y penetrante. Ben sabía que no debía acercarse a ella. Tenía pues, en Schott, al mejor compañero de viaje dentro de aquel grupo.
- Ey, Schott, ¿novedades?- Dijo cuando llegó a su altura. Este contestó con un gesto y poco después el grupo se detuvo ante unas puertas. Sango ni siquiera se había dado cuenta de que habían llegado a su destino. Los hombres tras ellos suspiraron de alivio y alguno hizo alguna broma sobre cómo "cabalgarían" sobre una de esas Bios que nunca se cansaban. Aquel comportamiento repugnaba a Ben y decidió que tendría que hacer valer su autoridad. Tendría que se sutil porque en cualquier momento podían echarse encima suya y matarlo a palos.
Ben estaba bastante despistado y no se fijó en que la chica había desaparecido y que poco después, se abrieron las puertas en donde había algún guardia pidiendo las armas. Aquello alarmó a Sango y decidió volver atrás y buscar a su amigo cuadrúpedo para tener algo más de tiempo. Decidió coger un saco y meter allí dentro el hacha. A continuación le ató el saco al kag y con otra cuerda lo llevó como si fuera un caballo o un burro. El kag estaba lleno y por tanto algo más manso, pero no mucho.
- Armas por favor.- Dijo el guarda.
- Me vas a comer los huevos si crees que te voy a dar nada.- El que estaba delante escupió al Bio y este, al instante, le sacudió con una estaca de madera haciendo que cayera al suelo casi de inmediato.
- ¡Eh! ¿Qué coño haces maldito chapas? ¡Eres un hijo de !- Se armó jaleo en la entrada y Ben aprovechó para mandar al kag hacia adelante. Lo azuzó y el kag, con el saco, se perdió en el interior. Cuando estuvo seguro, se aseguró de ayudar a los guardias de aquella ciudad, le asestó un manotazo a uno y empujó a otro hacia atrás. Ben gritaba para hacerse oír y poco a poco el barullo se dispersó y casi todo volvió a la normalidad, excepto uno de los que los guardias Bios habían atado para que se calmara, Ben se acercó y le soltó un puño en la cara para que cerrara la boca. Al instante se arrepintió porque le empezó a doler la mano. Miró al resto del grupo y les advirtió con una señal: el índice de la mano derecha a la altura de la cara.
Ben se había adaptado al puesto con una naturalidad increíble, como si lo llevara haciendo toda la vida, pero lo cierto es que
- Bueno, parece que todo se ha normalizado ahí atrás... Vaya compañeros de viaje que se ha echado...- dijo dirigiéndose a Rumpel. Hizo una mueca para romper el silencio y se puso al lado de Schott mientras buscaba al kag, al que no veía por ninguna parte.- ¿Y ahora qué?- Soltó de repente.
Y aquella, pensó, era la cuestión, ¿ahora qué?
- ¿Qué sucede?- Preguntó tratando de hacerse oír por encima del resto. Varios del corro salieron corriendo y el kag se acercó a ver la pelea. Ambos contendientes se detuvieron casi al instante.
- Este piojoso, me ha insultado. Me ha dicho que soy roba bollos y no señor, yo soy mucho más que eso.- Dijo uno, el que parecía más dañado por cierto.
- Es verdad, un roba pollos, já.- Disparó el otro. Sango bufó y el kag gruñó enseñando los dientes. Los dos hombres se echaron hacia atrás y el corro se fue disipando.
Al salir del túnel y entrar en Lunargenta, Ben se dio cuenta de que algo había salido mal. Muy mal. Los kags que entraron, rápidamente se dispersaron por la ciudad sin hacer caso del pastor o en este caso de Sango. Cuando recibió la orden de volver, Ben supo que habría un castigo para él. Tras caminar por delante del túnel e incluso aventurarse más allá en la ciudad, descubrió entonces un grupo de gente que estaba escapando de la ciudad y decidió seguirles y a su vez, un kag, decidió seguir a Sango. Al principio todo fue muy confuso porque Ben pensaba que quería atacarle pero en seguida descubrió que ese animal, esa bestia, no pretendía hacerle daño (de momento) sino que le acompañaba. Ben pronto estableció un vínculo con aquel animal y los días sucesivos fue afianzándose aún más.
- Sois unos tontainas de cojones.- Dijo Sango.- Debería descuartizaros ahora mismo y serviros como menú para mi colega.- Escupió al suelo.- Hemos perdido como dos putos días por culpa de peleas como esta, estoy cansado de vosotros, a la siguiente no tendré clemencia, ¡Vamos!- Se alejó de allí y se dirigió a la cabeza del grupo donde estaba el hombre que le había contratado.
Poco después de seguir a aquel grupo, hubo varios que tomaron distinto camino, Ben tuvo la suerte de que uno de ellos le pidió que le acompañaran, que le sirviera como escolta. A Ben le pareció una alternativa mucho mejor que la de morir a manos de los nórgedos con los que tan buena relación había hecho en las semanas previas al choque en Lunargenta. Dio la casualidad de que se encontró con Schott que también parecía querer huir de los nórgedos. Una situación peculiar.
Ben no se había interesado, en un principio, por los detalles de la misión. Sin embargo a medida que avanzaban los días e iba conociendo al resto del grupo se preguntaba, con bastante frecuencia, "¿dónde me he metido?" Saber que iban a la ciudad de los Bios le ponía algo nervioso porque sólo había tenido, que supiera, un contacto con un Bio y sólo el hecho de recordar aquel rostro tan... perfecto...
- ¡AAAH! ¡AAH!- Gritó alguien a su espalda. Ben se giró y para cuando quiso hacer algo ya era demasiado tarde, los dos kags se estaban dando un festín con uno de aquellos hombres. Sango se acercó y uno de los kags, el de Schott, se marchó con un miembro del hombre. El suyo, por otra parte, prefería comerlo en el sitio. Ben sonrió mientras veía pasar al grupo y escuchar murmullos que le acusaban de loco. Se encogió de hombros y decidió retomar el plan original de ir a la cabeza del grupo.
El líder del grupo, Rumpel, que se había autoproclamado algo de algún lugar, tenía los ojos de un loco. Se le veía la sed de sangre en la mirada y parecía que nunca, nunca, bajaba la guardia. A Ben le parecía que Rumpel era el perfecto paladín del caos. Luego estaba aquella chica. Muda. De mirada fría y penetrante. Ben sabía que no debía acercarse a ella. Tenía pues, en Schott, al mejor compañero de viaje dentro de aquel grupo.
- Ey, Schott, ¿novedades?- Dijo cuando llegó a su altura. Este contestó con un gesto y poco después el grupo se detuvo ante unas puertas. Sango ni siquiera se había dado cuenta de que habían llegado a su destino. Los hombres tras ellos suspiraron de alivio y alguno hizo alguna broma sobre cómo "cabalgarían" sobre una de esas Bios que nunca se cansaban. Aquel comportamiento repugnaba a Ben y decidió que tendría que hacer valer su autoridad. Tendría que se sutil porque en cualquier momento podían echarse encima suya y matarlo a palos.
Ben estaba bastante despistado y no se fijó en que la chica había desaparecido y que poco después, se abrieron las puertas en donde había algún guardia pidiendo las armas. Aquello alarmó a Sango y decidió volver atrás y buscar a su amigo cuadrúpedo para tener algo más de tiempo. Decidió coger un saco y meter allí dentro el hacha. A continuación le ató el saco al kag y con otra cuerda lo llevó como si fuera un caballo o un burro. El kag estaba lleno y por tanto algo más manso, pero no mucho.
- Armas por favor.- Dijo el guarda.
- Me vas a comer los huevos si crees que te voy a dar nada.- El que estaba delante escupió al Bio y este, al instante, le sacudió con una estaca de madera haciendo que cayera al suelo casi de inmediato.
- ¡Eh! ¿Qué coño haces maldito chapas? ¡Eres un hijo de !- Se armó jaleo en la entrada y Ben aprovechó para mandar al kag hacia adelante. Lo azuzó y el kag, con el saco, se perdió en el interior. Cuando estuvo seguro, se aseguró de ayudar a los guardias de aquella ciudad, le asestó un manotazo a uno y empujó a otro hacia atrás. Ben gritaba para hacerse oír y poco a poco el barullo se dispersó y casi todo volvió a la normalidad, excepto uno de los que los guardias Bios habían atado para que se calmara, Ben se acercó y le soltó un puño en la cara para que cerrara la boca. Al instante se arrepintió porque le empezó a doler la mano. Miró al resto del grupo y les advirtió con una señal: el índice de la mano derecha a la altura de la cara.
Ben se había adaptado al puesto con una naturalidad increíble, como si lo llevara haciendo toda la vida, pero lo cierto es que
- Bueno, parece que todo se ha normalizado ahí atrás... Vaya compañeros de viaje que se ha echado...- dijo dirigiéndose a Rumpel. Hizo una mueca para romper el silencio y se puso al lado de Schott mientras buscaba al kag, al que no veía por ninguna parte.- ¿Y ahora qué?- Soltó de repente.
Y aquella, pensó, era la cuestión, ¿ahora qué?
Sango
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Re: Fundación de ciudad Lagarto [2º Parte] [Trama canon] [Libre 4/4] [Noche] [Cerrado]
Las puertas se abren mientras la vampiresa escala por una de la base de las torres.
¿No podría haber escogido un lugar más alejado y menos vigilado? ¿Se querrá lucir? Niego con la cabeza y comienzo a caminar seguido por mi escolta hacia el control de las maquinas.
Venía la primera parte del trato, dejar las armas, lo que me preocupaba pero por ahora la partida estaba a favor del contrario, pues era yo quien necesitaba hablar con su líder y no al revés. Eso no me gustaba, ¡la gente debería de acudir a mi!
Se centran primero en los escoltas, lo que es normal porque son los que más visiblemente armados van. Estos como eran de esperar arman un gran revuelo ante la cada vez mas iracunda mirada de los guardianes. Me llevo la mano al rostro algo avergonzado hasta que veo como uno de los kags de uno de los escoltas corre hacía dentro con una manta cargada en el lomo. Levanto la vista y uno de los míos, el que se hacia llamar Sango, ya no portaba sus armas. Sonrío.
Al final van a ser más útiles de lo que parece... mi sonrisa se ensancha lentamente.
-Armas por favor. - la pregunta me saca de mi regocijo con cierto enfado.
-Nos no porta armas, puede analizarme detenidamente si lo desea, aunque preferiría que tuviera usted al menos la apariencia de una dama. - el biocibernetico señala al bastón. - Esto es sólo madera, no hay nada de metal, es sólo para caminar mira. - le entrego el bastón y me hago un poco el cojo. - Nosotros los orgánicos solemos estropearnos con la edad...
El guardian mira el palo como si le estuviera aplicando algún tipo de hechizo o algo y me lo devuelve tras unos segundos.
-Muy bien, continúen hasta la ciudad, al sur, y esperen allí nuevas indicaciones. - con eso las puertas a nuestras espaldas comienzan a cerrarse mientras nos indican reiteradamente que caminemos.
-Perfecto, vayamos pues. - tomando de nuevo el bastón encabezo la marcha hacia la ciudad.
En el camino el hombre del kag me asalta para comentarme la trifulca, a lo que respondo con una sonrisa.
-Lo mejor que se ha podido encontrar, ¿no cree? - le respondo incluyéndolo. - Y ya han demostrado que pueden ser muy útiles, ¿verdad? Aunque hemos perdido a uno de los integrantes, su compañero de cuatro patas, que contrariedad... - me rasco el mentón mirando al cielo. -¿no cree? - me giro para dedicarle una sonrisa antes de que vuelva a su puesto.
Conforme podemos ver la ciudad empiezo a descubrir que lo que desde lejos parecía roca en verdad era acero. La mayoría de las construcciones estaban hechas en acero, y todo funcionaba con una extraña energía interna que corría por unos conductos bastante raros. Sin duda era un sitio peculiar, sobretodo porque estaba absolutamente limpio.
-Bueno al menos nuestros anfitriones son gente pulcra... - digo en tono de broma mientras comienzo a investigar las cercanías en busca de aquel que nos guiaría a partir de ese momento. - Supongo que toca esperar. No os separéis mucho... seguimos estando en terreno hostil señores, no lo olviden.
Instantes después sale de una de las casas una de aquellas maquinas y se dirige hacia nosotros.
-Me han encargado que lleve a la comitiva humana a una audiencia con la Gran Ingeniera1. Pero son demasiados, sólo podrán acudir tres orgánicos ante ella. El resto pueden quedarse en la ciudad- nos informa la marioneta con una rapidez pasmosa y con un tono totalmente neutro que da hasta repelús.
-Vaya... - eso no me gustaba. Me giré a los cinco hombres evaluando quien sería más apto para acompañarme a algo así. Aunque los que se quedaran bien podrían sacar más información sobre nuestro anfitrión. - Si nos disculpa un momento... - me llevo al grupo a un lugar más apartado y me aseguro que la maquina no se acerque. - Bien... despues de pensarlo me da igual quien me acompañe, pues voy a hablar yo, vuestra función será la de intimidar, si es que podemos intimidar a estas cosas... - miro de reojo a la maquina. - Y no penseís que a los que se queden de aquí voy a permitirles hacer el vago, si quereís obtener ganancias de este trabajo os lo vais a tener que ganar. Quien se quedé tendrá la función de conocer todo lo posible de las costumbres de este lugar, sus intereses y sus posibles debilidades, ¿entendido?
Vuelvo a llevar al grupo a donde antes y encaro a la marioneta.
-Bien, estamos listos, cuando diga.
-Por aquí por favor. - nos indica que le sigamos por un puente que lleva hasta una gran construcción que prácticamente estaría en el centro de la base y que se coronaba en el lugar como si fuera un impotente castillo hecho de acero.
¿No podría haber escogido un lugar más alejado y menos vigilado? ¿Se querrá lucir? Niego con la cabeza y comienzo a caminar seguido por mi escolta hacia el control de las maquinas.
Venía la primera parte del trato, dejar las armas, lo que me preocupaba pero por ahora la partida estaba a favor del contrario, pues era yo quien necesitaba hablar con su líder y no al revés. Eso no me gustaba, ¡la gente debería de acudir a mi!
Se centran primero en los escoltas, lo que es normal porque son los que más visiblemente armados van. Estos como eran de esperar arman un gran revuelo ante la cada vez mas iracunda mirada de los guardianes. Me llevo la mano al rostro algo avergonzado hasta que veo como uno de los kags de uno de los escoltas corre hacía dentro con una manta cargada en el lomo. Levanto la vista y uno de los míos, el que se hacia llamar Sango, ya no portaba sus armas. Sonrío.
Al final van a ser más útiles de lo que parece... mi sonrisa se ensancha lentamente.
-Armas por favor. - la pregunta me saca de mi regocijo con cierto enfado.
-Nos no porta armas, puede analizarme detenidamente si lo desea, aunque preferiría que tuviera usted al menos la apariencia de una dama. - el biocibernetico señala al bastón. - Esto es sólo madera, no hay nada de metal, es sólo para caminar mira. - le entrego el bastón y me hago un poco el cojo. - Nosotros los orgánicos solemos estropearnos con la edad...
El guardian mira el palo como si le estuviera aplicando algún tipo de hechizo o algo y me lo devuelve tras unos segundos.
-Muy bien, continúen hasta la ciudad, al sur, y esperen allí nuevas indicaciones. - con eso las puertas a nuestras espaldas comienzan a cerrarse mientras nos indican reiteradamente que caminemos.
-Perfecto, vayamos pues. - tomando de nuevo el bastón encabezo la marcha hacia la ciudad.
En el camino el hombre del kag me asalta para comentarme la trifulca, a lo que respondo con una sonrisa.
-Lo mejor que se ha podido encontrar, ¿no cree? - le respondo incluyéndolo. - Y ya han demostrado que pueden ser muy útiles, ¿verdad? Aunque hemos perdido a uno de los integrantes, su compañero de cuatro patas, que contrariedad... - me rasco el mentón mirando al cielo. -¿no cree? - me giro para dedicarle una sonrisa antes de que vuelva a su puesto.
Conforme podemos ver la ciudad empiezo a descubrir que lo que desde lejos parecía roca en verdad era acero. La mayoría de las construcciones estaban hechas en acero, y todo funcionaba con una extraña energía interna que corría por unos conductos bastante raros. Sin duda era un sitio peculiar, sobretodo porque estaba absolutamente limpio.
-Bueno al menos nuestros anfitriones son gente pulcra... - digo en tono de broma mientras comienzo a investigar las cercanías en busca de aquel que nos guiaría a partir de ese momento. - Supongo que toca esperar. No os separéis mucho... seguimos estando en terreno hostil señores, no lo olviden.
Instantes después sale de una de las casas una de aquellas maquinas y se dirige hacia nosotros.
-Me han encargado que lleve a la comitiva humana a una audiencia con la Gran Ingeniera1. Pero son demasiados, sólo podrán acudir tres orgánicos ante ella. El resto pueden quedarse en la ciudad- nos informa la marioneta con una rapidez pasmosa y con un tono totalmente neutro que da hasta repelús.
-Vaya... - eso no me gustaba. Me giré a los cinco hombres evaluando quien sería más apto para acompañarme a algo así. Aunque los que se quedaran bien podrían sacar más información sobre nuestro anfitrión. - Si nos disculpa un momento... - me llevo al grupo a un lugar más apartado y me aseguro que la maquina no se acerque. - Bien... despues de pensarlo me da igual quien me acompañe, pues voy a hablar yo, vuestra función será la de intimidar, si es que podemos intimidar a estas cosas... - miro de reojo a la maquina. - Y no penseís que a los que se queden de aquí voy a permitirles hacer el vago, si quereís obtener ganancias de este trabajo os lo vais a tener que ganar. Quien se quedé tendrá la función de conocer todo lo posible de las costumbres de este lugar, sus intereses y sus posibles debilidades, ¿entendido?
Vuelvo a llevar al grupo a donde antes y encaro a la marioneta.
-Bien, estamos listos, cuando diga.
-Por aquí por favor. - nos indica que le sigamos por un puente que lleva hasta una gran construcción que prácticamente estaría en el centro de la base y que se coronaba en el lugar como si fuera un impotente castillo hecho de acero.
- Off:
- 1:Aquí se integra al pnj que nos ha tocado integrar a [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] de la que disponeís la ficha ciclando en el nombre para que tengáis conocimiento de ella.
Por otro lado, dejo a vuestra elección Sango y Schott el hecho de seguir a Rumpel y a Alanna que no se preocupe que la audiencia va a verse interrumpida en varias ocasiones y llegaremos en el siguiente turno, por lo que va a tener momentos para volver a interactuar con Rumpel o con los que se queden en la ciudad.
Rumpel
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Re: Fundación de ciudad Lagarto [2º Parte] [Trama canon] [Libre 4/4] [Noche] [Cerrado]
La mujer iba tras aquel hombre misterioso con su carromato, que hacia un sonido extraño cuando superaba los obstáculos, yendo por un camino que parecía conocer muy bien, llevándolo en una dirección extraña dentro de un campo… ya que mirando hacia delante, la vampiresa no divisaba nada más adelante…..y sin embargo el olor a putrefacción y sangre se hacían intensos…aun no era un olor que pueda llamar mucho la atención…suponiendo un humano ni si quiera lo sentiría…pero ella vivía de ello, por lo que conocía bien esa clase de olor….de cosquilleo dentro de sus entrañas, llamándola….
Sus pasos eran pausados y a bastante distancia del hombre, no deseaba ser descubierta…...por lo que solo esperó y se quedó totalmente quita cuando el hombre se ha parado por completo…..
Dejo que la respiración desaparezca por completo, cuando aquel ser extraño abría su carro y volcaba la muerte hacia algún sitio…..
El olor a sangre coagulada y reseca golpeo su nariz…haciendo de golpe efecto en ella….sus ojos se cerraron en calidad de autocontrol…mientras se mordía el labio inferior….era complicado luchar contra olores como estos tan intensos y los deseos tan primarios….se agacho en su sitio y se agarró sus piernas, sentándose…...concentrándose al máximo en su camuflaje, que podría peligrar por sus instintos….
Pensó en momentos cuando estaba encerrada en aquella celda, en los golpes, en los maltratos, en cortes…todo ese dolor y miseria, de repente llegaron a ella, ayudándola a controlar los instintos….levantó la cabeza….
El hombre extraño pasaba ante ella, con su carro manchado de sangre y grasa humana…en su rostro no había emoción alguna…no había humanidad, ni emociones…nada…era solo una hoja en blanco que no se podía leer…..era una maquina….En este momento, Alana tuvo hasta miedo de aquellas criaturas, no por lo sanguinarios….sino por el hecho de no poder leerlos, no poder sentirlos….no poder hacerlos daño o hacerles algo que afecte su estado….Aunque sabía que no todos eran así…pero el hecho de ver ese rostro tan ajeno a todo, hizo que algo dentro de ella cambie….
No se movió mientras el paso a su lado, sabía que un movimiento y estaba descubierta….asique se dedicó a observarlo y a concentrarse en su camuflaje, que se hacía intenso y casi impenetrable si ella estaba quieta….
Cuando el hombre ya estaba a bastante distancia, la chica se levantó con cuidado, sin disipar las pocas sombras avanzo por las marcas de aquel camino…..ante sus ojos se abrió un estampa tan impresionante…..que la mujer abrió los ojos más de lo debido y su boca se abrió un poco…..Las sombras se disiparon al instante….
-Pero que es esto…..¿?
Susurro pasmada....
Un agujero profundo y enorme se abría ante ella, era como un embudo….dentro del que había muchos cuerpos de diferente grado de descomposición….Pero no solo cuerpos completos, sino miembros esparcidos…entrañas….toda clase de restos….los bordes estaban vallados para que nadie pueda acercarse más que por este camino, que era como una rampa que sobresalía sobre aquella fosa común….Era un basurero humano, tan grande que Alana se preguntó si en toda su existencia podría matar a tal cantidad de gente….como la que estaba ahí tirada….El olor nauseabundo golpeaba una y otra vez sus sentidos….mientras ella permanecía ahí como hipnotizada estudiando cada detalle con su vista de vampiro…menos mal que la luna estaba en lo alto para ayudarla a ver todo aquello con suma claridad…
La brisa hizo que su capa se agite y el olor llegue de nuevo hacia ella, esta vez ya no la afectó tanto….Miro con interés las partes sueltas…todos los restos parecían mutilados, cortados y deformados..
“Pero a que se dedican aquí estos…...monstruos”
Hasta se sorprendió por la palabra escogida en su mente, pero realmente era algo fuera de lo normal, hasta para ella….Los cuerpos poseían sangre, por lo que no servían de alimento… No había mordiscos en otras partes….solo cortes y heridas de desgarre de instrumentos afilados o dentados….
Contemplo por un instante más quedándose con todos los detalles de la construcción y los cuerpos….y con un paso pausado se retiró de aquella rampa…...con dificultad convoco las sombras y decidió que necesitaba ver más sobre el terreno de estos seres… El rio aun no era explorado y aun la llamaba la atención… por lo que inhalo aire y corrió hacia el puente que había divisado antes…alejándose de aquel sitio lleno de muerte...
Sus pasos eran rápidos, pero aun así la visión no la fallaba, la mujer observo la figura del hombre extraño avanzar por el camino hacia la oscuridad de un edificio….y como le han cruzado una pareja de guardas que iban hacia el puente….Alana se ha detenido y se agacho esperando entre las sombras a que aquellos guardias pasen….
-Los humanos que han venido tenían unas armas tan primitivas como su comportamiento, a que han venido ¿?
Pregunto uno de los guardas al otro, este quedo callado por un tiempo, como si analizará aquella pregunta más de lo normal…Alana observo sus armas, eran como los de ellos, no entendía el comentario…asique tan solo esperó una respuesta coherente del otro guardia…
-Algo de suma importancia, los humanos no suelen meterse en nuestras tierras, saben que no somos muy amigables. De todas, Alice Hyre ya nos lo comunicará después. La verdad, no tengo interés en ello, más que se vayan de nuevo.
Alana, seguía en su escondite, los pasos de los guardias proseguían en silencio, hasta llegar al puente….La chica se asomó desde el campo y observo que ya había cuatro guardias en el puente….
-Todo tranquilo, no hemos visto nada sospechoso o fuera de lo común….
Informo la otra pareja, esta hizo lo propio con las palabras exactamente iguales…Los dos puestos de seguridad se alejaron en direcciones opuestas y una nueva pareja paso ante los ojos de la vampiresa…Alana estudiaba, las armas y la ropa…No era como la del resto de los seres de este mundo, pero tampoco era algo de considerable diferencia….Movió su cabeza de un lado a otro y espero a que nadie más este a la vista para poder avanzar por el puente….
Con rapidez extrema recorrió aquella construcción peculiar, que la llamo la atención, pero no se ha detenido para estudiarla, era un sitio abierto y por lo visto de encuentro entre guardias…asique lo paso lo más rápido y silencioso que pudo… Decidió que sería bueno ir tras los guardias, ya que estos hacían un recorrido por sitios de interés y los que hay que defender y revisar…
Asique prosiguió en paralelo del camino, escondiéndose entre las sombras de los árboles. No hablaban. Ni se miraban, solo caminaban observando por los lados…Eran curioso. La mujer le daba bastante espacio, pero algo altero de nuevo sus sentidos….la orilla del bosque que estaba recorriendo, empezaba a despertar en ella de nuevo instintos primarios, pero esta vez de forma mucho más violeta… Sus ojos se volvieron sangre, ya que era sangre fresca lo que sentía y sus entrañas pidieron por comida….
Alana se detuvo y aspiro aire marcado por el sabor metálico de la sangre…miro como las dos sombras avanzaron en la oscuridad dejándola atrás….
“Pero que le pasa a este sitio..¿?”
Se preguntó, mientras su paso se volvió lento y pesado… Pudo ver un edificio no muy lejos del final de aquel bosque que cada vez era más sangriento y apetecible…Pero los arboles terminaban y otro agujero con cuerpos se abría a su vista…pero no era como el anterior….
El agujero era más pequeño y los cuerpos todos frescos, no era una construcción muy profunda…La mujer cogió un brazo y lo analizo, aún era templado…la muerte no tenía que haber sido hace mucho….No pudo evitar probar la sangre que goteaba por la piel mortecina….
“Delicioso…”
Podría darse un festín aquí si lo deseaba, pero los ruidos de unas ruedas la volvieron a la realidad….Otro hombre extraño con un carromato, igual que lo tenía el anterior, salió del pajar que estaba enfrente de ahí….y sin duda cargaba algo muy pesado…Alana con cuidado retrocedió y se escondió entre los arboles cercanos… El proceder era exactamente igual que en el sitio anterior, el hombre tiro restos dentro de la fosa común y volvió sobre sus pasos….
Nada de emociones, solo una basura que se tira…un material que ya no sirve…. Ella espero y pudo ver como los miembros descuartizados caían hacia el corazón de aquel agujero infernal… su sed la golpeaba, pero no estaba hambrienta realmente, se había procurado una buena comida gracias a Rumpel…por lo que consiguió controlar aquella situación avanzando entre los árboles lo más lejos posible y mirando el camino…
Y este no la decepcionó….otra pareja de guardias….en total ya seis BIOS vagaban por todo el territorio…y se daba cuenta que no eran los únicos….
Había una construcción extraña al otro lado del camino…algo que la llamó la atención….Y decidió ir hacia ella, pero cuando quería pisar el camino el sonido de armadura metálica hizo que retroceda….
Un grupo de BIOS se acercaba, no eran como aquellos grupos de dos que caminaban vigilando, era algo más importante….un grupo de 12 bien armados….Alana con precaución trepo a uno de los árboles y se quedó quieta divisándolos desde lo alto….mientras las sombras la escondían por completo…..
-Quiero que revisen toda la reserva y se sitúen a lo largo del rio para vigilar que nadie acceda a zonas que no deseamos que sean vistas…hay humanos en la ciudad y no quiero que nadie meta las narices en nuestros asuntos…. Asique dispersaos y vigilad, el relevo en 2 horas….aquí en el mismo punto ante las puertas del cementerio…
Los hombres se giraron y entraron al bosque….dos de los BIOS pasaron junto al árbol en el que ella estaba situada….parecían conocer muy bien la zona, aun así los fuegos que tenían al principio para alumbrar la zona desaparecían con el tiempo en la oscuridad del bosque mientas el que ha dado órdenes se quedaba ahí….
Alana lo valoro y espero alguna clase de acción de su parte…pero esta no venía…..
“No puedo quedarme mucho tiempo aquí…...he de encontrar al grupo…”
Se dijo, pero sabía que cualquier movimiento ahora mismo podría ser peligroso….y podía descubrirla…Aun así, no podía perder el tiempo….el territorio era muy grande y no tenía ni idea cuanto aún tenía que recorrer para encontrar a los suyos y contar lo que ha visto….
Quiso descender pero algo llamo su atención….otra gran sombra acercándose al hombre desde la dirección de la que vino ella…parecía ser otro grupo de guerreros BIOS….Era una suerte, ya que con su sonido de las armaduras metálicas no tuvo problemas para descender sin ser vista….y empezó a alejarse poco a poco de aquel sitio….dándose cuenta que era un grupo como el anterior
“Los BIOS los temían y los vigilaban….si algo salía mal, eran más que ellos y los tenían encerrados…..y estas fosas….24 guerreros en dos grupos, 6 paseando de dos en dos….”
Sus pasos eran pausados y a bastante distancia del hombre, no deseaba ser descubierta…...por lo que solo esperó y se quedó totalmente quita cuando el hombre se ha parado por completo…..
Dejo que la respiración desaparezca por completo, cuando aquel ser extraño abría su carro y volcaba la muerte hacia algún sitio…..
El olor a sangre coagulada y reseca golpeo su nariz…haciendo de golpe efecto en ella….sus ojos se cerraron en calidad de autocontrol…mientras se mordía el labio inferior….era complicado luchar contra olores como estos tan intensos y los deseos tan primarios….se agacho en su sitio y se agarró sus piernas, sentándose…...concentrándose al máximo en su camuflaje, que podría peligrar por sus instintos….
Pensó en momentos cuando estaba encerrada en aquella celda, en los golpes, en los maltratos, en cortes…todo ese dolor y miseria, de repente llegaron a ella, ayudándola a controlar los instintos….levantó la cabeza….
El hombre extraño pasaba ante ella, con su carro manchado de sangre y grasa humana…en su rostro no había emoción alguna…no había humanidad, ni emociones…nada…era solo una hoja en blanco que no se podía leer…..era una maquina….En este momento, Alana tuvo hasta miedo de aquellas criaturas, no por lo sanguinarios….sino por el hecho de no poder leerlos, no poder sentirlos….no poder hacerlos daño o hacerles algo que afecte su estado….Aunque sabía que no todos eran así…pero el hecho de ver ese rostro tan ajeno a todo, hizo que algo dentro de ella cambie….
No se movió mientras el paso a su lado, sabía que un movimiento y estaba descubierta….asique se dedicó a observarlo y a concentrarse en su camuflaje, que se hacía intenso y casi impenetrable si ella estaba quieta….
Cuando el hombre ya estaba a bastante distancia, la chica se levantó con cuidado, sin disipar las pocas sombras avanzo por las marcas de aquel camino…..ante sus ojos se abrió un estampa tan impresionante…..que la mujer abrió los ojos más de lo debido y su boca se abrió un poco…..Las sombras se disiparon al instante….
-Pero que es esto…..¿?
Susurro pasmada....
Un agujero profundo y enorme se abría ante ella, era como un embudo….dentro del que había muchos cuerpos de diferente grado de descomposición….Pero no solo cuerpos completos, sino miembros esparcidos…entrañas….toda clase de restos….los bordes estaban vallados para que nadie pueda acercarse más que por este camino, que era como una rampa que sobresalía sobre aquella fosa común….Era un basurero humano, tan grande que Alana se preguntó si en toda su existencia podría matar a tal cantidad de gente….como la que estaba ahí tirada….El olor nauseabundo golpeaba una y otra vez sus sentidos….mientras ella permanecía ahí como hipnotizada estudiando cada detalle con su vista de vampiro…menos mal que la luna estaba en lo alto para ayudarla a ver todo aquello con suma claridad…
- Ambientación visual:
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La brisa hizo que su capa se agite y el olor llegue de nuevo hacia ella, esta vez ya no la afectó tanto….Miro con interés las partes sueltas…todos los restos parecían mutilados, cortados y deformados..
“Pero a que se dedican aquí estos…...monstruos”
Hasta se sorprendió por la palabra escogida en su mente, pero realmente era algo fuera de lo normal, hasta para ella….Los cuerpos poseían sangre, por lo que no servían de alimento… No había mordiscos en otras partes….solo cortes y heridas de desgarre de instrumentos afilados o dentados….
Contemplo por un instante más quedándose con todos los detalles de la construcción y los cuerpos….y con un paso pausado se retiró de aquella rampa…...con dificultad convoco las sombras y decidió que necesitaba ver más sobre el terreno de estos seres… El rio aun no era explorado y aun la llamaba la atención… por lo que inhalo aire y corrió hacia el puente que había divisado antes…alejándose de aquel sitio lleno de muerte...
Sus pasos eran rápidos, pero aun así la visión no la fallaba, la mujer observo la figura del hombre extraño avanzar por el camino hacia la oscuridad de un edificio….y como le han cruzado una pareja de guardas que iban hacia el puente….Alana se ha detenido y se agacho esperando entre las sombras a que aquellos guardias pasen….
-Los humanos que han venido tenían unas armas tan primitivas como su comportamiento, a que han venido ¿?
Pregunto uno de los guardas al otro, este quedo callado por un tiempo, como si analizará aquella pregunta más de lo normal…Alana observo sus armas, eran como los de ellos, no entendía el comentario…asique tan solo esperó una respuesta coherente del otro guardia…
-Algo de suma importancia, los humanos no suelen meterse en nuestras tierras, saben que no somos muy amigables. De todas, Alice Hyre ya nos lo comunicará después. La verdad, no tengo interés en ello, más que se vayan de nuevo.
Alana, seguía en su escondite, los pasos de los guardias proseguían en silencio, hasta llegar al puente….La chica se asomó desde el campo y observo que ya había cuatro guardias en el puente….
-Todo tranquilo, no hemos visto nada sospechoso o fuera de lo común….
Informo la otra pareja, esta hizo lo propio con las palabras exactamente iguales…Los dos puestos de seguridad se alejaron en direcciones opuestas y una nueva pareja paso ante los ojos de la vampiresa…Alana estudiaba, las armas y la ropa…No era como la del resto de los seres de este mundo, pero tampoco era algo de considerable diferencia….Movió su cabeza de un lado a otro y espero a que nadie más este a la vista para poder avanzar por el puente….
Con rapidez extrema recorrió aquella construcción peculiar, que la llamo la atención, pero no se ha detenido para estudiarla, era un sitio abierto y por lo visto de encuentro entre guardias…asique lo paso lo más rápido y silencioso que pudo… Decidió que sería bueno ir tras los guardias, ya que estos hacían un recorrido por sitios de interés y los que hay que defender y revisar…
Asique prosiguió en paralelo del camino, escondiéndose entre las sombras de los árboles. No hablaban. Ni se miraban, solo caminaban observando por los lados…Eran curioso. La mujer le daba bastante espacio, pero algo altero de nuevo sus sentidos….la orilla del bosque que estaba recorriendo, empezaba a despertar en ella de nuevo instintos primarios, pero esta vez de forma mucho más violeta… Sus ojos se volvieron sangre, ya que era sangre fresca lo que sentía y sus entrañas pidieron por comida….
Alana se detuvo y aspiro aire marcado por el sabor metálico de la sangre…miro como las dos sombras avanzaron en la oscuridad dejándola atrás….
“Pero que le pasa a este sitio..¿?”
Se preguntó, mientras su paso se volvió lento y pesado… Pudo ver un edificio no muy lejos del final de aquel bosque que cada vez era más sangriento y apetecible…Pero los arboles terminaban y otro agujero con cuerpos se abría a su vista…pero no era como el anterior….
El agujero era más pequeño y los cuerpos todos frescos, no era una construcción muy profunda…La mujer cogió un brazo y lo analizo, aún era templado…la muerte no tenía que haber sido hace mucho….No pudo evitar probar la sangre que goteaba por la piel mortecina….
- Ambientación visual 2:
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“Delicioso…”
Podría darse un festín aquí si lo deseaba, pero los ruidos de unas ruedas la volvieron a la realidad….Otro hombre extraño con un carromato, igual que lo tenía el anterior, salió del pajar que estaba enfrente de ahí….y sin duda cargaba algo muy pesado…Alana con cuidado retrocedió y se escondió entre los arboles cercanos… El proceder era exactamente igual que en el sitio anterior, el hombre tiro restos dentro de la fosa común y volvió sobre sus pasos….
Nada de emociones, solo una basura que se tira…un material que ya no sirve…. Ella espero y pudo ver como los miembros descuartizados caían hacia el corazón de aquel agujero infernal… su sed la golpeaba, pero no estaba hambrienta realmente, se había procurado una buena comida gracias a Rumpel…por lo que consiguió controlar aquella situación avanzando entre los árboles lo más lejos posible y mirando el camino…
Y este no la decepcionó….otra pareja de guardias….en total ya seis BIOS vagaban por todo el territorio…y se daba cuenta que no eran los únicos….
Había una construcción extraña al otro lado del camino…algo que la llamó la atención….Y decidió ir hacia ella, pero cuando quería pisar el camino el sonido de armadura metálica hizo que retroceda….
Un grupo de BIOS se acercaba, no eran como aquellos grupos de dos que caminaban vigilando, era algo más importante….un grupo de 12 bien armados….Alana con precaución trepo a uno de los árboles y se quedó quieta divisándolos desde lo alto….mientras las sombras la escondían por completo…..
-Quiero que revisen toda la reserva y se sitúen a lo largo del rio para vigilar que nadie acceda a zonas que no deseamos que sean vistas…hay humanos en la ciudad y no quiero que nadie meta las narices en nuestros asuntos…. Asique dispersaos y vigilad, el relevo en 2 horas….aquí en el mismo punto ante las puertas del cementerio…
Los hombres se giraron y entraron al bosque….dos de los BIOS pasaron junto al árbol en el que ella estaba situada….parecían conocer muy bien la zona, aun así los fuegos que tenían al principio para alumbrar la zona desaparecían con el tiempo en la oscuridad del bosque mientas el que ha dado órdenes se quedaba ahí….
Alana lo valoro y espero alguna clase de acción de su parte…pero esta no venía…..
“No puedo quedarme mucho tiempo aquí…...he de encontrar al grupo…”
Se dijo, pero sabía que cualquier movimiento ahora mismo podría ser peligroso….y podía descubrirla…Aun así, no podía perder el tiempo….el territorio era muy grande y no tenía ni idea cuanto aún tenía que recorrer para encontrar a los suyos y contar lo que ha visto….
Quiso descender pero algo llamo su atención….otra gran sombra acercándose al hombre desde la dirección de la que vino ella…parecía ser otro grupo de guerreros BIOS….Era una suerte, ya que con su sonido de las armaduras metálicas no tuvo problemas para descender sin ser vista….y empezó a alejarse poco a poco de aquel sitio….dándose cuenta que era un grupo como el anterior
“Los BIOS los temían y los vigilaban….si algo salía mal, eran más que ellos y los tenían encerrados…..y estas fosas….24 guerreros en dos grupos, 6 paseando de dos en dos….”
Última edición por Alana el Mar Oct 09 2018, 18:49, editado 1 vez
Alana
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Re: Fundación de ciudad Lagarto [2º Parte] [Trama canon] [Libre 4/4] [Noche] [Cerrado]
Me ajusté de nuevo las correas lanzando otra mirada nuestro grupo, parece que el resto de miembros de la patrulla no eran tan sutiles como yo había sido.
-Chicos joder, por favor, tratad de comportaros- recrimine a mis compañeros que estaban enzarzados con los bios
-No toleraremos la violencia-
- ¿Qué violencia? si yo no…- Un golpe del guardia bio en las piernas me hizo caer de rodillas.
-Auuuu…ehhh..si no he hecho nada latoso- me quejé, al final este no iba a ser un trabajo tan fácil como imaginaba.
Por suerte Sango, el tipo que había conocido en el túnel de los kags también estaba con nosotros, supongo que en las mismas que yo, decidido a evitar la furia norgueda se había juntado con lo primero que pasaba por allí.
- ¿Ahora?, tratar de seguir con vida, esta gente es dura, literalmente ya sabes- sonreí a Sango –Bueno, al menos nos tenemos el uno al otro jeje-
Fue decir estas palabras cuando las puertas se cerraron tras nosotros en un sonoro quejido, no pude evitar tragar saliva, era como si no fuésemos a cruzarlas de nuevo.
-Tengo un mal presentimiento sobre esto- comenté.
Mire a mi alrededor a ver si mi kag había logrado entrar, podía ser, no lo veía, maldito bicho.
- ¿Oye Sango como haces tú para que te haga caso?, el mío no deja de tratar de morderme-
Seguimos al Juez hacia donde nos indicaron los porteros, ciudad bio, yo estaba maravillado con el espectáculo, una aleación de acero, con una increíble pureza que muy pocas veces había visto, componía todo lo que nos rodeaba.
- ¿Estáis viendo esto? Fijaos en los acabados, ¿cómo han logrado remachar con tanta precisión? ¿Y veis? No hay rebabas, ni una sola- Parecía un niño con dinero en día de mercado.
-Aquí hay acero como para…uf…nunca he visto tanto acero junto…- No cabía en mi de gozo.
-Bah, es solo lata, me gusta más la madera y la carne, se pueden quemar- sonrió uno de los guardias dejándome bastante intranquilo.
Desee que nos hubieran puesto un guía o algo, pero recordando el motivo de nuestra visita no había lugar, esta era una misión seria, no había tiempo para ensoñaciones, debía centrarme.
Me acerqué un poco a una de las enormes maquinas que había por todas partes.
- ¿Y esas tuberías? ¿Que llevan?, que mueve todas estas ruedas, agua no puede ser, no se oye, y harían falta decenas, no, cientos personas en ruedas grúa…- las dimensiones de lo que veíamos eran colosales.
-Búa conocí a un chaval al que le encantaría todo esto- Dije recordando a Chimar, ¿Qué habrá sido de él?
Respondí al comentario del juez -S..Sí, no hay deshechos, no los producen claro… es como otro mundo- dije notando el fuerte contraste entre las ajetreadas, sucias y malolientes calles de Lunargenta.
Pero no hubo tiempo para indagar más, el poco otro bio salió no se bien de donde y nos dio nuevas instrucciones.
La gran ingeniera, por los cielos, tenía que verla, cuantísimos conocimientos albergaría.
El juez nos separa unos momentos para contarnos su plan, hmm estaba indeciso, explorar por ahí era sumamente seductor, aunque una audiencia con la gran ingeniera, aunque fuese de oyente, uf, era una ocasión única en la vida.
-Yo le acompaño juez- le dije cuadrándome como otras tantas veces en la guardia –Aunque no creo que sea físicamente posible intimidarlos, pocas cosas mellan el acero bio- Mire al juez, iba equipado tan solo con su bastón, que no sería de mucha utilidad en caso de combate.
Seguí pues a Rumpel camino del centro de la ciudad, donde una inmensa fortaleza se alzaba sobre el resto de edificios.
-Uf, el palacio real es mayor que esto, pero…me temo que no tan resistente- comenté al juez.
- ¿De dónde habrán sacado tanto acero? - su uso y fabricación era un trabajo difícil, pero ellos parecían auténticos maestros en ello.
Avanzando por el puente la construcción se alzaba aún más grande, ¿Quién sería esa enigmática gran ingeniera? Por fortuna, pronto lo averiguaríamos.
-Cuente conmigo, si hay algo extraño, o es una trampa le haré una señal- dije al Juez, de momento parecía que todo estaba saliendo bien, demasiado bien.
-Chicos joder, por favor, tratad de comportaros- recrimine a mis compañeros que estaban enzarzados con los bios
-No toleraremos la violencia-
- ¿Qué violencia? si yo no…- Un golpe del guardia bio en las piernas me hizo caer de rodillas.
-Auuuu…ehhh..si no he hecho nada latoso- me quejé, al final este no iba a ser un trabajo tan fácil como imaginaba.
Por suerte Sango, el tipo que había conocido en el túnel de los kags también estaba con nosotros, supongo que en las mismas que yo, decidido a evitar la furia norgueda se había juntado con lo primero que pasaba por allí.
- ¿Ahora?, tratar de seguir con vida, esta gente es dura, literalmente ya sabes- sonreí a Sango –Bueno, al menos nos tenemos el uno al otro jeje-
Fue decir estas palabras cuando las puertas se cerraron tras nosotros en un sonoro quejido, no pude evitar tragar saliva, era como si no fuésemos a cruzarlas de nuevo.
-Tengo un mal presentimiento sobre esto- comenté.
Mire a mi alrededor a ver si mi kag había logrado entrar, podía ser, no lo veía, maldito bicho.
- ¿Oye Sango como haces tú para que te haga caso?, el mío no deja de tratar de morderme-
Seguimos al Juez hacia donde nos indicaron los porteros, ciudad bio, yo estaba maravillado con el espectáculo, una aleación de acero, con una increíble pureza que muy pocas veces había visto, componía todo lo que nos rodeaba.
- ¿Estáis viendo esto? Fijaos en los acabados, ¿cómo han logrado remachar con tanta precisión? ¿Y veis? No hay rebabas, ni una sola- Parecía un niño con dinero en día de mercado.
-Aquí hay acero como para…uf…nunca he visto tanto acero junto…- No cabía en mi de gozo.
-Bah, es solo lata, me gusta más la madera y la carne, se pueden quemar- sonrió uno de los guardias dejándome bastante intranquilo.
Desee que nos hubieran puesto un guía o algo, pero recordando el motivo de nuestra visita no había lugar, esta era una misión seria, no había tiempo para ensoñaciones, debía centrarme.
Me acerqué un poco a una de las enormes maquinas que había por todas partes.
- ¿Y esas tuberías? ¿Que llevan?, que mueve todas estas ruedas, agua no puede ser, no se oye, y harían falta decenas, no, cientos personas en ruedas grúa…- las dimensiones de lo que veíamos eran colosales.
-Búa conocí a un chaval al que le encantaría todo esto- Dije recordando a Chimar, ¿Qué habrá sido de él?
Respondí al comentario del juez -S..Sí, no hay deshechos, no los producen claro… es como otro mundo- dije notando el fuerte contraste entre las ajetreadas, sucias y malolientes calles de Lunargenta.
Pero no hubo tiempo para indagar más, el poco otro bio salió no se bien de donde y nos dio nuevas instrucciones.
La gran ingeniera, por los cielos, tenía que verla, cuantísimos conocimientos albergaría.
El juez nos separa unos momentos para contarnos su plan, hmm estaba indeciso, explorar por ahí era sumamente seductor, aunque una audiencia con la gran ingeniera, aunque fuese de oyente, uf, era una ocasión única en la vida.
-Yo le acompaño juez- le dije cuadrándome como otras tantas veces en la guardia –Aunque no creo que sea físicamente posible intimidarlos, pocas cosas mellan el acero bio- Mire al juez, iba equipado tan solo con su bastón, que no sería de mucha utilidad en caso de combate.
Seguí pues a Rumpel camino del centro de la ciudad, donde una inmensa fortaleza se alzaba sobre el resto de edificios.
-Uf, el palacio real es mayor que esto, pero…me temo que no tan resistente- comenté al juez.
- ¿De dónde habrán sacado tanto acero? - su uso y fabricación era un trabajo difícil, pero ellos parecían auténticos maestros en ello.
Avanzando por el puente la construcción se alzaba aún más grande, ¿Quién sería esa enigmática gran ingeniera? Por fortuna, pronto lo averiguaríamos.
-Cuente conmigo, si hay algo extraño, o es una trampa le haré una señal- dije al Juez, de momento parecía que todo estaba saliendo bien, demasiado bien.
Schott
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Re: Fundación de ciudad Lagarto [2º Parte] [Trama canon] [Libre 4/4] [Noche] [Cerrado]
Sango no se había apartado del grupo que iba en cabeza y había ido mirando con gran asombro todo lo había a su alrededor hasta que Schott le hizo saber que tenía problemas disciplinarios con el kag.
- Ah, bueno, pues sinceramente no lo sé. El animal me sigue y de vez en cuando le pego una voz para que se mantenga a mi lado.- Se cruzó de brazos y alzó los hombros.- No sé, yo creo que mientras se mantenga bien alimentado...- Dijo Sango tratando de sonar convincente. Y ese era el problema, el kag se había unido a él pero él aún no sabía cómo criar a una bestia como aquellas.
- Ah, si pudiéramos preguntarle al pastor...- Dijo antes de que uno de aquellos Bios se acercara a hablar con Rumpel.
Sango escuchó atentamente las palabras de aquel ser y no le sorprendió que su tono de voz fuera firme y seguro, pero cada vez se preguntaba más cosas de aquellos seres y de dónde habían venido, cuál era su origen y por qué eran tan distintos y tan parecidos a la vez a los humanos. Rumpel lo sacó de sus pensamientos haciendo que el pequeño grupo se alejara del bio lo suficiente como para tener una conversación algo más privada.
- Bueno,- dijo Sango después de que Schott hablara- creo que lo más sensato es que me quede por aquí, controlando a esta gente y siguiendo tus indicaciones... Más que debilidades, creo que me centraré en conocer cómo movernos por aquí, porque, sinceramente, no creo que tengan puntos débiles.- Sango se giró y dejó el grupo para dirigirse con el grueso de la comitiva. Después de dar varios pasos se detuvo y volvió a captar la atención del grupo.
- Ah, si me necesitáis, pegadme una voz.- Les guiñó un ojo y se dio la vuelta y caminó en dirección a las puertas que era donde estaban los alborotadores y que aún seguían como prisioneros de los biocibernéticos.
- ¿No los vais a dejar libres? Creo que ya han escarmentado suficiente.- Le dijo Sango a uno de los centinelas.
- Vamos a proceder a la ejecución de estos prisioneros.- Sango se sorprendió tanto que tardó unos instantes en reaccionar e incluso ignoró los gritos de protesta de los prisioneros.
- No, no. Inaceptable. ¿Sois imbéciles? A ver,-
- Son las órdenes.- Interrumpió el otro.
- ¿Y si las órdenes no tienen sentido las aceptáis igual? ¿Quién da esas órdenes? A ver quiero hablar con quien esté al mando.- Dijo Sango indignado. Pese a que no le importaba aquella gente, no podía permitir que ejecutaran a varias personas delante del resto del grupo sin haber hecho nada para tratar de salvarlos.
- Inaceptable.- Pareció burlarse el bio.- No tenéis la capacidad de hablar con nuestro superior.- Añadió.
- Sí que la tengo.- Se apresuró a contestar Sango.- Soy el capitán de la guardia de este grupo y como tal esta gente es mi responsabilidad. Quiero, no... ¡Exijo! hablar con vuestro superior.- Ben se había acercado un paso a la mesa de las armas.
- Vale. Está en camino.- Hizo una pausa y al rato añadió.- Ah, yo soy el superior.- Ben se puso rojo de ira al ver una sonrisa dibujada en la cara del bio. Trató de calmarse respirando profundamente varias veces.
- Sería una pena que nuestros pueblos empezaran de esta manera... ¿No recordáis que nosotros mismos ayudamos a sofocar el revuelo de antes? Venga, ninguno de nuestros líderes quiere esto, ¿estarías dispuesto a fallare a la gran ingeniera?- Sango no tenía ni idea de quién era pero sabía que se iba a reunir con Rumpel y aquello significaba que era importante. El bio permaneció impasible durante un largo intervalo de tiempo.
- Si nos ayuda a encontrar a la bestia que se coló corriendo, los soltaremos.- Dijo finalmente. A Ben se le heló la sangre porque sabía que estaban buscando al kag y este llevaba consigo un arma y cuando se dieran cuenta...
- Sí, claro, de hecho, seguro que nada más la llame acude a mi. No obstante, te pediría que no envies gente a por él, se asusta y cuando lo hace es muy agresivo y cuando alguien ve su vida peligrar...- Sango sonrió nervioso, y volvió a respirar profundamente un par de veces. Ya habría tiempo para solucionar el problema del hacha.
- Tú delante.- Pero el superior no le siguió sino que al darse la vuelta había dos personas que se habían identificado como centinelas y acompañantes de Sango. Cuando se iban alejando del grupo señaló a una de las ladronas que allí había.
- Ven con nosotros. Oh, no os preocupéis, es necesaria. El animal se lleva bien con ella.- Dijo antes de que la mujer llegara a su altura. Los bios no habían dicho una sola palabra, sólo se limitaban a seguir a Ben.
Al doblar la primera esquina Sango se detuvo de inmediato.
- ¿Algún problema?- Preguntó uno de los guardias.
- No, sólo trato de escuchar, alejaos un poco, a este animal hay que entenderlo y pensar como él.- Mintió. Tras unos instantes observando la calle, emprendió de nuevo la marcha. Tras unos pasos, Sango y el resto del grupo había dejado atrás un elemento que desentonaba en la pulcritud y limpieza de aquel lugar.
Un saco.
- Ah, bueno, pues sinceramente no lo sé. El animal me sigue y de vez en cuando le pego una voz para que se mantenga a mi lado.- Se cruzó de brazos y alzó los hombros.- No sé, yo creo que mientras se mantenga bien alimentado...- Dijo Sango tratando de sonar convincente. Y ese era el problema, el kag se había unido a él pero él aún no sabía cómo criar a una bestia como aquellas.
- Ah, si pudiéramos preguntarle al pastor...- Dijo antes de que uno de aquellos Bios se acercara a hablar con Rumpel.
Sango escuchó atentamente las palabras de aquel ser y no le sorprendió que su tono de voz fuera firme y seguro, pero cada vez se preguntaba más cosas de aquellos seres y de dónde habían venido, cuál era su origen y por qué eran tan distintos y tan parecidos a la vez a los humanos. Rumpel lo sacó de sus pensamientos haciendo que el pequeño grupo se alejara del bio lo suficiente como para tener una conversación algo más privada.
- Bueno,- dijo Sango después de que Schott hablara- creo que lo más sensato es que me quede por aquí, controlando a esta gente y siguiendo tus indicaciones... Más que debilidades, creo que me centraré en conocer cómo movernos por aquí, porque, sinceramente, no creo que tengan puntos débiles.- Sango se giró y dejó el grupo para dirigirse con el grueso de la comitiva. Después de dar varios pasos se detuvo y volvió a captar la atención del grupo.
- Ah, si me necesitáis, pegadme una voz.- Les guiñó un ojo y se dio la vuelta y caminó en dirección a las puertas que era donde estaban los alborotadores y que aún seguían como prisioneros de los biocibernéticos.
- ¿No los vais a dejar libres? Creo que ya han escarmentado suficiente.- Le dijo Sango a uno de los centinelas.
- Vamos a proceder a la ejecución de estos prisioneros.- Sango se sorprendió tanto que tardó unos instantes en reaccionar e incluso ignoró los gritos de protesta de los prisioneros.
- No, no. Inaceptable. ¿Sois imbéciles? A ver,-
- Son las órdenes.- Interrumpió el otro.
- ¿Y si las órdenes no tienen sentido las aceptáis igual? ¿Quién da esas órdenes? A ver quiero hablar con quien esté al mando.- Dijo Sango indignado. Pese a que no le importaba aquella gente, no podía permitir que ejecutaran a varias personas delante del resto del grupo sin haber hecho nada para tratar de salvarlos.
- Inaceptable.- Pareció burlarse el bio.- No tenéis la capacidad de hablar con nuestro superior.- Añadió.
- Sí que la tengo.- Se apresuró a contestar Sango.- Soy el capitán de la guardia de este grupo y como tal esta gente es mi responsabilidad. Quiero, no... ¡Exijo! hablar con vuestro superior.- Ben se había acercado un paso a la mesa de las armas.
- Vale. Está en camino.- Hizo una pausa y al rato añadió.- Ah, yo soy el superior.- Ben se puso rojo de ira al ver una sonrisa dibujada en la cara del bio. Trató de calmarse respirando profundamente varias veces.
- Sería una pena que nuestros pueblos empezaran de esta manera... ¿No recordáis que nosotros mismos ayudamos a sofocar el revuelo de antes? Venga, ninguno de nuestros líderes quiere esto, ¿estarías dispuesto a fallare a la gran ingeniera?- Sango no tenía ni idea de quién era pero sabía que se iba a reunir con Rumpel y aquello significaba que era importante. El bio permaneció impasible durante un largo intervalo de tiempo.
- Si nos ayuda a encontrar a la bestia que se coló corriendo, los soltaremos.- Dijo finalmente. A Ben se le heló la sangre porque sabía que estaban buscando al kag y este llevaba consigo un arma y cuando se dieran cuenta...
- Sí, claro, de hecho, seguro que nada más la llame acude a mi. No obstante, te pediría que no envies gente a por él, se asusta y cuando lo hace es muy agresivo y cuando alguien ve su vida peligrar...- Sango sonrió nervioso, y volvió a respirar profundamente un par de veces. Ya habría tiempo para solucionar el problema del hacha.
- Tú delante.- Pero el superior no le siguió sino que al darse la vuelta había dos personas que se habían identificado como centinelas y acompañantes de Sango. Cuando se iban alejando del grupo señaló a una de las ladronas que allí había.
- Ven con nosotros. Oh, no os preocupéis, es necesaria. El animal se lleva bien con ella.- Dijo antes de que la mujer llegara a su altura. Los bios no habían dicho una sola palabra, sólo se limitaban a seguir a Ben.
Al doblar la primera esquina Sango se detuvo de inmediato.
- ¿Algún problema?- Preguntó uno de los guardias.
- No, sólo trato de escuchar, alejaos un poco, a este animal hay que entenderlo y pensar como él.- Mintió. Tras unos instantes observando la calle, emprendió de nuevo la marcha. Tras unos pasos, Sango y el resto del grupo había dejado atrás un elemento que desentonaba en la pulcritud y limpieza de aquel lugar.
Un saco.
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Re: Fundación de ciudad Lagarto [2º Parte] [Trama canon] [Libre 4/4] [Noche] [Cerrado]
Schott y otro de los hombres son quienes me acompañan, no me gusta la idea de dividir más el grupo pero no me queda otra, ¿quién sabe? A lo mejor vuelven a sorprenderme.
Mientras seguimos a la maquina me giro a los míos con una mirada sería.
-Nos no quiere salidas de tono, ni que digáis estupideces... - me paro un momento. - De hecho, si no habláis mejor. No están siendo muy hospitalarios y nos no espera que su líder vaya a serlo.
Estábamos entrando en terreno peligroso, a parte de que me estoy jugando mi reputación dentro de lo que iba a ser aquella nueva ciudad.
La biocibernética, aunque no se si es correcto otorgarles un sexo definido, nos lleva hasta una notoria fortaleza. Ésta está celosamente defendida por varios hombres metálicos que nos miran con desconfianza. Aquel lugar no dejaba de ser extraño, no parecía que sus leyes básicas estuvieran siendo muy contempladas, sobretodo lo de no hacer daño a los orgánicos, a no ser que fuera en defensa propia claro, pero nosotros nos estamos siendo hostiles.
Una vez entramos al gran vestíbulo nuestra guía se gira ante nosotros y nos lleva hasta una sala con una gran mesa y amplias ventanas que dan al cielo nocturno.
-Esperen aquí, la Gran Ingeniera se librará enseguida de sus tareas y podrá darles audiencia. - hace una ademán con la cabeza y se retira cerrando la puerta tras de si.
Una vez nos quedamos solos me dirijo a una de las ventanas y la abro dejando entrar el frió nocturno.
-Esto me da mala espina... - dice uno de los hombros al que le dirijo una mirada asesina.
-Si tienes miedo por algo como esto no me sirves para nada... - saco la mano por la ventana y la prendo para hacerle la señal a Alana, para que sepa donde estamos1. - ¿Estás seguro de querer dejar de ser útil en una situación así?
El hombre niega rápidamente con la cabeza y se cuadra, al igual que había hecho Schott antes, al cual miro.
-Según cuentan los estudiosos, la base está sobre un importante yacimiento de hierro, y, a parte, muchas de sus estructuras son reutilizadas de las traídas desde su mundo hará como unos ciento veinte años. - apago la mano y tomo uno de los asientos desde el que puedo controlar la puerta con facilidad dejando la puerta abierta. - Son criaturas misteriosas, por eso nos ha insistido tanto en obtener tanta información... Sin ella no podremos negociar nada y este viaje será inútil, y puede que no desemboque en algo muy halagüeño si resulta así, ¿no creéis?
El hombre asiente al momento, giro la cabeza y miro a Schott.
Mientras seguimos a la maquina me giro a los míos con una mirada sería.
-Nos no quiere salidas de tono, ni que digáis estupideces... - me paro un momento. - De hecho, si no habláis mejor. No están siendo muy hospitalarios y nos no espera que su líder vaya a serlo.
Estábamos entrando en terreno peligroso, a parte de que me estoy jugando mi reputación dentro de lo que iba a ser aquella nueva ciudad.
La biocibernética, aunque no se si es correcto otorgarles un sexo definido, nos lleva hasta una notoria fortaleza. Ésta está celosamente defendida por varios hombres metálicos que nos miran con desconfianza. Aquel lugar no dejaba de ser extraño, no parecía que sus leyes básicas estuvieran siendo muy contempladas, sobretodo lo de no hacer daño a los orgánicos, a no ser que fuera en defensa propia claro, pero nosotros nos estamos siendo hostiles.
Una vez entramos al gran vestíbulo nuestra guía se gira ante nosotros y nos lleva hasta una sala con una gran mesa y amplias ventanas que dan al cielo nocturno.
-Esperen aquí, la Gran Ingeniera se librará enseguida de sus tareas y podrá darles audiencia. - hace una ademán con la cabeza y se retira cerrando la puerta tras de si.
Una vez nos quedamos solos me dirijo a una de las ventanas y la abro dejando entrar el frió nocturno.
-Esto me da mala espina... - dice uno de los hombros al que le dirijo una mirada asesina.
-Si tienes miedo por algo como esto no me sirves para nada... - saco la mano por la ventana y la prendo para hacerle la señal a Alana, para que sepa donde estamos1. - ¿Estás seguro de querer dejar de ser útil en una situación así?
El hombre niega rápidamente con la cabeza y se cuadra, al igual que había hecho Schott antes, al cual miro.
-Según cuentan los estudiosos, la base está sobre un importante yacimiento de hierro, y, a parte, muchas de sus estructuras son reutilizadas de las traídas desde su mundo hará como unos ciento veinte años. - apago la mano y tomo uno de los asientos desde el que puedo controlar la puerta con facilidad dejando la puerta abierta. - Son criaturas misteriosas, por eso nos ha insistido tanto en obtener tanta información... Sin ella no podremos negociar nada y este viaje será inútil, y puede que no desemboque en algo muy halagüeño si resulta así, ¿no creéis?
El hombre asiente al momento, giro la cabeza y miro a Schott.
- Off:
1:Uso de mis dotes como tensaí de fuego creando una llama.
Bien, perdón en primer lugar por la tardanza, espero tener ahora más tiempo para ir al día.
Cositas... En el próximo turno hará entrada en escena Alice Hyre, su ficha: [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
En el resto pues seguid con vuestra idea que está interesante Pero recordar que los Bios tienen prohibido, de base, dañar a los orgánicos a no ser que sea en defensa propia. Esto a lo mejor se puede "saltar" de alguna forma ingeniosa, en plan como el asesino psicópata que cree que ayuda alguien a la hora de matarle, no se xD. Pero tenerlo presente a la hora de escribir. En el caso de la creación de "nuevos bios" o el motivo de la presencia de esos cadáveres que están en el mapa como tal es un misterio en el que podemos teorizar supongo, ya que creo que será importante para la trama posterior de los ladrones.
Añado el mapa [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Última edición por Rumpel el Lun Nov 05 2018, 12:30, editado 1 vez
Rumpel
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Re: Fundación de ciudad Lagarto [2º Parte] [Trama canon] [Libre 4/4] [Noche] [Cerrado]
La vampiresa se alejó lo suficiente para poder observar a los guardias, sin ser descubierta. Trepó de nuevo a uno de los arboles más altos….No podía oír lo que se decía, pero si vio como un grupo de metálicos se dirigió en dirección al puente y la otra mitad en dirección al camino que estaba siguiendo ella ahora mismo. Sin duda los BIO estaban “nerviosos” si es que podían sentir semejante sentimiento, sobre su presencia. Por ello, parecían reforzar la seguridad.
Alana froto las yemas de los dedos entre sí, sintiendo un cosquilleo. Todo este sitio era tan extraño, tan poco usual, que no se sentía segura y aún más recordando aquellas fosas comunes que había admirado…
“Para qué necesitan tanto humano¿? que hacen con ellos¿?.... acaso, hay algún laboratorio de alquimia por aquí o algo peor….¿?”
Un ruido desde el camino la saco de sus pensamientos. Eran unos guerreros con un uniforme diferente, parecían tipo guardias personales, ya que además de las armas que portaban los otros tenían dos dagas relucientes en sus cinturones y bolsas del tamaño de un puño en las que portaban algo más. Alana desconocía la razón de portar algo así, pero aun así dio buena cuenta de ello.
“Asique tenemos 32 guardias solo en esta zona…sin duda esto es importante y no desean que nadie husmee por aquí….!tarde, preciosas maquinitas!”
Se dijo y sonrió con satisfacción y justo antes de bajar pudo divisar de lejos el fuego…que procedía de un edificio en sombras, la ventana estaba a dos o tres pisos de altura, puede que más, a esta distancia no podía juzgar bien…pero se quedó con la posición y decidió que era el momento de moverse hacía ahí… Tenía más que suficiente, o eso esperaba….
“Gracias, Maestro….”
Se dijo mentalmente y descendió de su improvisado escondite…con cuidado recorrió la zona aun entre las sombras que ha convocado y de los arboles adyacentes…pero estos terminaron rápido, dejando una gran zona al descubierto…Y los ojos agudos de la mujer divisaron un paso entre montañas y valles, no era muy alto…pero sin embargo era un paso peligroso para cruzarlo ella…
La vampiresa espero por un momento….pero no había ruidos más que de los animales y toda clase de bichos nocturnos…nada de guardias, conversaciones, sonidos metálicos o lo que sea….La luna alumbraba bien aquella zona y todo parecía normal.
Alana se concentró al máximo en sus sombras para hacerlas lo más densas posibles y empezó a moverse, despacio y con cautela, estaba cansada y agotada por usar su magia…Pero tenía que hacer ese esfuerzo si quería cumplir la misión. Todo parecía tranquilo….hasta llegar casi a la mitad del trayecto…
-Quien anda ahí ¿? Te oigo respirar…
Dos guardias con atuendos cuidados y con emblemas en hilos dorados, salieron de un escondite ingenioso, de improviso, que había dentro de una cueva, si no lo hubiera visto, nunca sospecharía de aquello. Era como si varios espejos reflejaran la naturaleza, escondiendo una entrada por completo… Alana se quedó quieta, mientras el guardia estaba a escasos centímetros de ella, dejando de respirar y casi de parpadear. Mientras el arma estaba muy cerca de su cabeza, al estar quieta sus sombras se hicieron más densas…
-Bran, creo que no hay nada ahí fuera, solo te ha parecido…hace mucho q no vas a que te revisen ¿?….
-No, estoy seguro que vi y oí algo…-movió el arma como peleando con un fantasma, con uno de estos movimientos…un mechón de pelo de Alana descendió hacia el suelo, ante la mirada de la chica….
Aun así, la vampiresa no se ha movido de su sitio y no respiro….
-En serio, mira todo va bien. Ahí vienen los centinelas.
Un grupo de 6 metálicos pasaba de nuevo por el camino en dirección a ellos y el hombre con el arma se relajó…Un silencio muy largo, que pareció una eternidad a la vampiresa…
- Puede que tengas razón…y solo sea un fallo en mi sistema, mañana iré a que me revisen y me reparen…
Alana aun permanecía, quieta y casi sin respirar. El grupo de guerreros paso de largo haciendo un saludo y los dos guardias se retiraron a su bien camuflada guarida. Sin duda este sitio era estratégicamente perfecto para algo así.
“Cuantos más había de estos por ahí ¿?”
Alana admiró la impresionante idea, pero no se relajó y no respiro hasta que no salió de aquel paso peligroso entre montañas, llevándose el mechón del pelo consigo. Tras superar aquello, la vampiresa respiro como si la faltará aire desde hace décadas. Se escondió en una maleza y se tendió por unos minutos en el suelo, necesitaba relajar su cuerpo y disipar las sombras. Mientras admiraba aquella torre enorme, que parecía coronar toda aquella zona.
“Quien vivirá ahí ¿? Para que puede servir, algo así¿?”
Al sentirse más tranquila y fuerte, la mujer volvió a convocar las sombras y prosiguió pasando por la enorme torre. Había 8 guardias cerca de aquella construcción. Sin duda algo importante pasaba en este edificio. La chica se plantó en una distancia cómoda observando la entrada de aquella construcción metálica, que poseía tuberías a diferentes alturas. Era algo que nunca antes había vislumbrado. Una construcción totalmente diferente a todo lo que podía imaginar, sin duda tenía un interés para ella. Pero, la fémina no sabía si arriesgarse a invadirla o echar un vistazo si quiera…
La vampiresa observo de nuevo la relativa cercanía del edificio que ahora era más un castillo, hecho de metal como la torre ante ella. Había localizado sin dudas la ventana por la que el fuego había sido encendido…su Maestro la esperaba y no era bueno hacerle esperar….
Asique exploraría aquella construcción por dentro en otra ocasión…pero quien dice que no puede echar un vistazo desde fuera…de todas formas para llegar donde necesita ha de escalar por los tejados.
Observo con interés a los 8 que cuidaban aquella torre, eran eficientes y no se distraían, pero todos tenían un fallo…
“Nadie está mirando hacia arriba….”
La mujer con cuidado volvió a avanzar hacia unas casas más allá y con tranquilidad las escaló….dobló las rodillas y observo de nuevo a los vigilantes….el viento agitaba su capa dentro de las sombras….un ojo experto la podría detectar, pero como observo la mujer….nadie vigilaba el cielo…
Con la gracia de una gacela, la vampiresa empezó a saltar de un tejado a otro….aterrizando con una voltereta o sobre la parte más alejada del centro de los tejados para no hacer ruido…Paso por una de las tuberías de puntillas haciendo equilibrio y llegó a uno de los ventanucos en la parte más alta de la torre.
Era un laboratorio sin duda, por todas partes aparatos extraños, herramientas metálicas….Piezas que recordaban patas, y extremidades antropomorfas y mucho más que ella no sabría a donde poner…
Una mariposa metálica casi hace que la vampiresa caiga de la tubería, al aparecer de repente ante el ventanal y por su aspecto tan sumamente surrealista….
“Pero que extraño es esto….”
Se dijo y decidió poner tierra de por medio entre ella y aquella mariposa que aun hacia q la vampiresa se preguntara como funciona esto…
Desde lo alto de un tejado….Alana vislumbró a Sango con una de las ladronas más guapas que había en el séquito y tras ellos, dos guardias más de los que llevan el uniforme con emblema dorado….en total…
“ Asique tenemos unos 50 guardias por toda esta zona….más lo que estarán por el lado que no he estado….en un total de unos 100 guardias aproximadamente activos…sin contar los de la muralla… y posibles escondrijos como el que vio por el camino…”
Pensó ella, mientras veía un comportamiento extraño por parte del humano…vio un saco que han dejado atrás…..y levantó una ceja….
“A que están jugando ¿?”
Tras observarlos por unos instantes más se dirigió rápidamente hacia el castillo. Pudo ver ahí a otro grupo de humanos, que parecían explorar la zona….
“Asique Rumpel estaba ahí con tan solo dos de los guardias….esto no me gusta nada….”
Pero antes de llegar a donde estaba el mago y Schott, tenía que trazar un plan de cómo acceder ahí….Asique se posiciono de nuevo en uno de los tejados cercanos y se quedó observando por un momento toda la zona, guardias y la estructura de aquel edificio extraño….
Alana estaba cansada por aquella carrera contrarreloj…asique necesitaba este momento para recobrar algo de fuerzas y volver a la carga….
Alana froto las yemas de los dedos entre sí, sintiendo un cosquilleo. Todo este sitio era tan extraño, tan poco usual, que no se sentía segura y aún más recordando aquellas fosas comunes que había admirado…
“Para qué necesitan tanto humano¿? que hacen con ellos¿?.... acaso, hay algún laboratorio de alquimia por aquí o algo peor….¿?”
Un ruido desde el camino la saco de sus pensamientos. Eran unos guerreros con un uniforme diferente, parecían tipo guardias personales, ya que además de las armas que portaban los otros tenían dos dagas relucientes en sus cinturones y bolsas del tamaño de un puño en las que portaban algo más. Alana desconocía la razón de portar algo así, pero aun así dio buena cuenta de ello.
“Asique tenemos 32 guardias solo en esta zona…sin duda esto es importante y no desean que nadie husmee por aquí….!tarde, preciosas maquinitas!”
Se dijo y sonrió con satisfacción y justo antes de bajar pudo divisar de lejos el fuego…que procedía de un edificio en sombras, la ventana estaba a dos o tres pisos de altura, puede que más, a esta distancia no podía juzgar bien…pero se quedó con la posición y decidió que era el momento de moverse hacía ahí… Tenía más que suficiente, o eso esperaba….
“Gracias, Maestro….”
Se dijo mentalmente y descendió de su improvisado escondite…con cuidado recorrió la zona aun entre las sombras que ha convocado y de los arboles adyacentes…pero estos terminaron rápido, dejando una gran zona al descubierto…Y los ojos agudos de la mujer divisaron un paso entre montañas y valles, no era muy alto…pero sin embargo era un paso peligroso para cruzarlo ella…
La vampiresa espero por un momento….pero no había ruidos más que de los animales y toda clase de bichos nocturnos…nada de guardias, conversaciones, sonidos metálicos o lo que sea….La luna alumbraba bien aquella zona y todo parecía normal.
Alana se concentró al máximo en sus sombras para hacerlas lo más densas posibles y empezó a moverse, despacio y con cautela, estaba cansada y agotada por usar su magia…Pero tenía que hacer ese esfuerzo si quería cumplir la misión. Todo parecía tranquilo….hasta llegar casi a la mitad del trayecto…
-Quien anda ahí ¿? Te oigo respirar…
Dos guardias con atuendos cuidados y con emblemas en hilos dorados, salieron de un escondite ingenioso, de improviso, que había dentro de una cueva, si no lo hubiera visto, nunca sospecharía de aquello. Era como si varios espejos reflejaran la naturaleza, escondiendo una entrada por completo… Alana se quedó quieta, mientras el guardia estaba a escasos centímetros de ella, dejando de respirar y casi de parpadear. Mientras el arma estaba muy cerca de su cabeza, al estar quieta sus sombras se hicieron más densas…
-Bran, creo que no hay nada ahí fuera, solo te ha parecido…hace mucho q no vas a que te revisen ¿?….
-No, estoy seguro que vi y oí algo…-movió el arma como peleando con un fantasma, con uno de estos movimientos…un mechón de pelo de Alana descendió hacia el suelo, ante la mirada de la chica….
Aun así, la vampiresa no se ha movido de su sitio y no respiro….
-En serio, mira todo va bien. Ahí vienen los centinelas.
Un grupo de 6 metálicos pasaba de nuevo por el camino en dirección a ellos y el hombre con el arma se relajó…Un silencio muy largo, que pareció una eternidad a la vampiresa…
- Puede que tengas razón…y solo sea un fallo en mi sistema, mañana iré a que me revisen y me reparen…
Alana aun permanecía, quieta y casi sin respirar. El grupo de guerreros paso de largo haciendo un saludo y los dos guardias se retiraron a su bien camuflada guarida. Sin duda este sitio era estratégicamente perfecto para algo así.
“Cuantos más había de estos por ahí ¿?”
Alana admiró la impresionante idea, pero no se relajó y no respiro hasta que no salió de aquel paso peligroso entre montañas, llevándose el mechón del pelo consigo. Tras superar aquello, la vampiresa respiro como si la faltará aire desde hace décadas. Se escondió en una maleza y se tendió por unos minutos en el suelo, necesitaba relajar su cuerpo y disipar las sombras. Mientras admiraba aquella torre enorme, que parecía coronar toda aquella zona.
“Quien vivirá ahí ¿? Para que puede servir, algo así¿?”
Al sentirse más tranquila y fuerte, la mujer volvió a convocar las sombras y prosiguió pasando por la enorme torre. Había 8 guardias cerca de aquella construcción. Sin duda algo importante pasaba en este edificio. La chica se plantó en una distancia cómoda observando la entrada de aquella construcción metálica, que poseía tuberías a diferentes alturas. Era algo que nunca antes había vislumbrado. Una construcción totalmente diferente a todo lo que podía imaginar, sin duda tenía un interés para ella. Pero, la fémina no sabía si arriesgarse a invadirla o echar un vistazo si quiera…
La vampiresa observo de nuevo la relativa cercanía del edificio que ahora era más un castillo, hecho de metal como la torre ante ella. Había localizado sin dudas la ventana por la que el fuego había sido encendido…su Maestro la esperaba y no era bueno hacerle esperar….
Asique exploraría aquella construcción por dentro en otra ocasión…pero quien dice que no puede echar un vistazo desde fuera…de todas formas para llegar donde necesita ha de escalar por los tejados.
Observo con interés a los 8 que cuidaban aquella torre, eran eficientes y no se distraían, pero todos tenían un fallo…
“Nadie está mirando hacia arriba….”
La mujer con cuidado volvió a avanzar hacia unas casas más allá y con tranquilidad las escaló….dobló las rodillas y observo de nuevo a los vigilantes….el viento agitaba su capa dentro de las sombras….un ojo experto la podría detectar, pero como observo la mujer….nadie vigilaba el cielo…
Con la gracia de una gacela, la vampiresa empezó a saltar de un tejado a otro….aterrizando con una voltereta o sobre la parte más alejada del centro de los tejados para no hacer ruido…Paso por una de las tuberías de puntillas haciendo equilibrio y llegó a uno de los ventanucos en la parte más alta de la torre.
Era un laboratorio sin duda, por todas partes aparatos extraños, herramientas metálicas….Piezas que recordaban patas, y extremidades antropomorfas y mucho más que ella no sabría a donde poner…
Una mariposa metálica casi hace que la vampiresa caiga de la tubería, al aparecer de repente ante el ventanal y por su aspecto tan sumamente surrealista….
“Pero que extraño es esto….”
Se dijo y decidió poner tierra de por medio entre ella y aquella mariposa que aun hacia q la vampiresa se preguntara como funciona esto…
Desde lo alto de un tejado….Alana vislumbró a Sango con una de las ladronas más guapas que había en el séquito y tras ellos, dos guardias más de los que llevan el uniforme con emblema dorado….en total…
“ Asique tenemos unos 50 guardias por toda esta zona….más lo que estarán por el lado que no he estado….en un total de unos 100 guardias aproximadamente activos…sin contar los de la muralla… y posibles escondrijos como el que vio por el camino…”
Pensó ella, mientras veía un comportamiento extraño por parte del humano…vio un saco que han dejado atrás…..y levantó una ceja….
“A que están jugando ¿?”
Tras observarlos por unos instantes más se dirigió rápidamente hacia el castillo. Pudo ver ahí a otro grupo de humanos, que parecían explorar la zona….
“Asique Rumpel estaba ahí con tan solo dos de los guardias….esto no me gusta nada….”
Pero antes de llegar a donde estaba el mago y Schott, tenía que trazar un plan de cómo acceder ahí….Asique se posiciono de nuevo en uno de los tejados cercanos y se quedó observando por un momento toda la zona, guardias y la estructura de aquel edificio extraño….
Alana estaba cansada por aquella carrera contrarreloj…asique necesitaba este momento para recobrar algo de fuerzas y volver a la carga….
Alana
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Re: Fundación de ciudad Lagarto [2º Parte] [Trama canon] [Libre 4/4] [Noche] [Cerrado]
Mire de nuevo a mi alrededor conforme cruzábamos el puente de la fortaleza, Sango se había quedado para reconocer la zona y las amenazas, el tipo tenia buen ojo, espero nos encontrase alguna ruta de huida o algo así, yo me había quedado con el juez y otro de los rudos guardias.
El juez se puso serio, parecía que la cosa iba a ser delicada.
-Si señor, desde luego señor- dije obedeciendo su orden, no debía, no podía cagarla, diablos, si es que eso era lo que siempre pasaba.
Pasábamos por delante de más y más guardias, haría falta todo un ejercito para tomar esta ciudad, y seguro que aún no habíamos visto nada.
La guía nos condujo a una gran sala con una mesa y ventanales, una especie de sala de reuniones o algo así, me asomé a las ventanas, las afiladas siluetas de ciudad bio se recortaban en la noche, las vistas eran impresionantes, aunque algo tétricas.
Iba a decir cuan sospechoso era todo cuando el otro guardia se me adelantó, tras lo que recibió una reprimenda del juez que estaba creo tomando el aire.
Le lancé una mirada al guardia de “ten cuidado hombre, que este tipo sabe lo que se dice”, a lo que el hombre asintió y tragó saliva.
Me acerqué a curiosear un extraño objeto que había sobre una mesa, como unas esferas colgantes, cuya función se me escapaba, al tocarlo comenzó a balancearse y a hacer ruido, a lo que me apresuré a pararlo con tan mala suerte que se enredó o se volcó o yo que sé qué, pero el cacharro no dejaba de sonar hasta que lo metí en un cajón de la mesa.
Me di la vuelta disimulando como si no hubiese pasado nada, nota mental, no tocar nada.
El juez respondió a mi comentario sobre el acero, había oído historias similares, pero nunca creí que fuesen ciertas hasta que lo vi con mis propios ojos.
-Es magnifico, ¿cómo será ese otro mundo? ¿Como el nuestro? ¿O como esta ciudad, frio y metálico? - me permití divagar.
Probé a sentarme en una de las sillas de la mesa, para descubrir muy a mi pesar que era extremadamente dura.
-Uf…estas sillas, son como piedras, madre mía, desde luego no han pensado en orgánicos jeje- bromeé levantándome rápidamente.
El juez no se lo pensó tanto y se sentó en otra, con lo que me apresuré rápidamente a situarme de pie tras él, guardándole la espalda delante de la ventana como tantas veces me habían enseñado en la guardia, e hice una seña al otro guardia para que me imitase, así además quizás causásemos mejor impresión a los bio, que dudo conociesen la verdadera naturaleza de la expedición.
-Eeee..uu..sí, desde luego juez, por lo poco que hemos visto, debemos evitar la confrontación con esta gente, aunque sea por nuestro bien- dije recordando el puñetazo fallido que le habían dado al guardia de la puerta.
-De todas formas, supongo que no deberíamos temer ¿no?, dijeron que no matarían orgánicos, y esta gente cumple sus reglas ¿no? - dije no muy seguro de ello.
El juez se puso serio, parecía que la cosa iba a ser delicada.
-Si señor, desde luego señor- dije obedeciendo su orden, no debía, no podía cagarla, diablos, si es que eso era lo que siempre pasaba.
Pasábamos por delante de más y más guardias, haría falta todo un ejercito para tomar esta ciudad, y seguro que aún no habíamos visto nada.
La guía nos condujo a una gran sala con una mesa y ventanales, una especie de sala de reuniones o algo así, me asomé a las ventanas, las afiladas siluetas de ciudad bio se recortaban en la noche, las vistas eran impresionantes, aunque algo tétricas.
Iba a decir cuan sospechoso era todo cuando el otro guardia se me adelantó, tras lo que recibió una reprimenda del juez que estaba creo tomando el aire.
Le lancé una mirada al guardia de “ten cuidado hombre, que este tipo sabe lo que se dice”, a lo que el hombre asintió y tragó saliva.
Me acerqué a curiosear un extraño objeto que había sobre una mesa, como unas esferas colgantes, cuya función se me escapaba, al tocarlo comenzó a balancearse y a hacer ruido, a lo que me apresuré a pararlo con tan mala suerte que se enredó o se volcó o yo que sé qué, pero el cacharro no dejaba de sonar hasta que lo metí en un cajón de la mesa.
Me di la vuelta disimulando como si no hubiese pasado nada, nota mental, no tocar nada.
El juez respondió a mi comentario sobre el acero, había oído historias similares, pero nunca creí que fuesen ciertas hasta que lo vi con mis propios ojos.
-Es magnifico, ¿cómo será ese otro mundo? ¿Como el nuestro? ¿O como esta ciudad, frio y metálico? - me permití divagar.
Probé a sentarme en una de las sillas de la mesa, para descubrir muy a mi pesar que era extremadamente dura.
-Uf…estas sillas, son como piedras, madre mía, desde luego no han pensado en orgánicos jeje- bromeé levantándome rápidamente.
El juez no se lo pensó tanto y se sentó en otra, con lo que me apresuré rápidamente a situarme de pie tras él, guardándole la espalda delante de la ventana como tantas veces me habían enseñado en la guardia, e hice una seña al otro guardia para que me imitase, así además quizás causásemos mejor impresión a los bio, que dudo conociesen la verdadera naturaleza de la expedición.
-Eeee..uu..sí, desde luego juez, por lo poco que hemos visto, debemos evitar la confrontación con esta gente, aunque sea por nuestro bien- dije recordando el puñetazo fallido que le habían dado al guardia de la puerta.
-De todas formas, supongo que no deberíamos temer ¿no?, dijeron que no matarían orgánicos, y esta gente cumple sus reglas ¿no? - dije no muy seguro de ello.
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Re: Fundación de ciudad Lagarto [2º Parte] [Trama canon] [Libre 4/4] [Noche] [Cerrado]
- ... por eso creemos que elevar estas construcciones de aquí servirán para habitar nuevas instancias.- Dijo uno de los guardias bios, sabía que era bio porque estaba allí en aquel lugar, de habérselo encontrado en cualquier otro lugar habría jurado ante los Dioses que estaba ante un humano como él. Sango seguía mirándole con cara de no entender nada.
- ¿Qué? ¿Para qué me cuentas esto? ¿De qué me sirve? Venga, Melondro, joder, tenemos que encontrar a mi mascotita antes de que matéis a los nuestros.- Dijo mientras estudiaba la mirada que se echaban los dos escoltas. Sango entrecerró los ojos y después desvió la mirada a su compañera que parecía inquieta y nerviosa y a la que guiñó un ojo y dedicó una sonrisa. Ella respondió con un gesto de confusión.
- ¿Quién es Melandro?- Preguntó.
- Tú, tú eres Melandro, te llamo así porque...- Se llevó las manos a la cara y tras unos instantes dio una palmada.- A ver, esto no puede seguir así, tenemos que encontrar al kag y una vez lo encontremos, si los Dioses quieren, iremos a la maldita puerta a rescatar a mis malditos compañeros para que esta maldita noche sea lo más malditamente tranquila posible, ¿de acuerdo? ¡En marcha!- Sango estaba bastante irritado y seguramente no aguantaría más la terrible lógica de aquellos seres.
- De acuerdo. Lo entiendo. Sí. Pero tus compañeros no van a morir si es eso lo que te preocupa. Al menos nosotros no los mataremos. Cuando estén al otro lado del muro puede que mueran. Si no encuentras a tu animal, ejecutaremos la orden.- Dijo tranquilamente y se cruzó de brazos.
Sango no se dio la vuelta y echó a caminar siguiendo un rumbo que él desconocía. Tras dar unos pasos un soplo de alivio le recorrió el cuerpo y se obligó a detenerse y mirar a Melandro.
- Ejecutar la orden, juraría haber escuchado que tu compañero sólo decía ejecutar y ejecutarles y sinónimos.- Dijo Sango mirándole a los ojos.
- Seguramente fuera así.- Y no añadió nada más cosa que dejó a Sango algo intranquilo de nuevo y con la presión de ser responsable de la vida de aquellas personas. Y tal vez fuera aquel el efecto que querían conseguir.
Deambularon entre calles y se encontraron con gente que estaba a lo suyo y que ni tan siquiera les dedicaba un momento para contemplar a los dos humanos que paseaban con escolta por la calle. Pronto dejaron atrás a la gente y se encontraron en una zona, sin edificar, que claramente separaba dos lugares de aquel lugar.
- Detecto movimiento en la zona. No debería haber movimiento ahí. Tenemos que comprobarlo, caminen y dispónganse a capturar al animal.- Dijo con un tono agresivo el otro, que había permanecido callado todo el tiempo.
Los dos centinelas se pusieron al frente del grupo e indicaron a los dos humanos que se quedaran un par de pasos por detrás. Después de una docena de latidos empezaron a caminar y se dirigieron a la "zona" en la que se había detectado movimiento. Los movimientos de los guardias eras rápidos y casi no podían seguir su ritmo, era como si en ellos se hubiera despertado algo y les controlara sin tener en cuenta el desgaste que pudieran sufrir sus cuerpos. Llegaron a doblar una esquina y lo vieron. En mitad de la calle, tirado.
- ¡Chico!- Gritó Sango y corrió hacia él pero antes de que pudiera coger velocidad Melondro le tiró al suelo.
- Cuidado. Hay peligro.- Sango se incorporó rápidamente y vio como tras varios pasos de Melondro, un aura azulada le cubrió durante un breve instante.- Ahora puedes pasar, vamos, ya no hay peligro.- Dijo. Sango corrió, algo receloso al principio hasta que pasó al lado de Melondro y pudo por fin correr libremente hasta llegar a Sango.
- Vamonos. Debemos irnos.- Apremió antes incluso de que Sango pudiera llegar al animal. Cuando llegó se arrodilló ante él y le acarició detrás de las orejas.
- ¿Qué te han hecho chico?- Le susurró mientras seguía acariciándole. El animal abrió los ojos y le lamió una mano, pero no podía levantarse.
- Vamonos. Tenemos que irnos, no podemos estar aquí.- Repitió.
- ¿Qué coño le habéis hecho? Hijos de-
A poco más de diez pasos de Sango el kag un fuerte estruendo hizo que Ben se tirara al suelo y se protegiera la cabeza con las manos.
- ¡No estáis autorizados a estar aquí! ¡Tenéis quince segundo para salir de aquí!- Dijo una voz. Sango aún aterrorizado no se movió y sintió como una manos le apremiaban a levantarse. Era la chica. Ben sacudió la cabeza y le pidió que le ayudara a cargar con el animal. Los bios se habían colocado a la altura de donde Melandro había cruzado el aura azul Desde allí les hablaban para que se dieran prisa y salieran de allí. El kag pesaba bastante más de lo que les hubiera gustado y a un par de pasos de los bios cayeron al suelo.
- Dos.- Escuchó Ben y de manera desesperada empujó a la chica más allá de los Bios y arrastró como pudo al kag.
Se escuchó otra vez el mismo sonido. Un estruendo fortísimo y Ben, que arrastraba al kag, vio como una luz de tono azulado se dirigía hacia él. Y se quedó paralizado del miedo mirándola. Viendo como se dirigía hacia él y cómo explotó delante de su cara y como el aura azul, aquella barrera se hacía de un color azul más intenso.
- Bien, sigue funcionando como el primer día.- Dijo el amigo de Melandro. Luego, mirando a Ben, dijo.- El animal está aturdido. No le pasa nada. Estará inmóvil durante unos minutos. No muchos. Quizá cinco o seis. Lo suficiente como para que la patrulla venga a por él y se lo lleven. No creo que vengan ahora. Deberíamos salir de aquí. Esta zona no nos está permitida.- Ben se había ido con la mujer a preguntar por su estado sin hacer caso de lo que decía Melandro II. La mujer tenía unos rasguños pero nada más estaba tan asustada como Sango después de ver cómo aquella luz se dirigía hacia ellos. Después de recobrar el aliento, Ben miró a los bios.
- ¿Se puede saber qué coño os pasa? ¿No podíais haber avisado de lo que iba a pasar?-
- Oh, lo hicimos, de hecho, te avisamos nosotros y te avisaron ellos.- Dijo mientras hizo una señal hacia la calle de la que acababan de salir. Sin más que decir echaron a andar alejándose del lugar y dejaron atrás a Ben y a la mujer.
Sango vio como el kag se esforzaba en ponerse en pie y pese a que Sango le apremiaba para que se quedara en el suelo, el animal se levantó y se tambaleó cuando estuvo sobre las cuatro patas.
- Impresionante.- Se limitó a decir antes de ponerse a caminar de nuevo. La mujer se acercó a Sango y al kag. Ben seguía preocupado por el caminar del animal cuando sitio una punzada leve en la espalda. Se puso rígido al instante.
- Dame la orden y los mato.- Le susurró muy levemente al oído fingiendo que se apoyaba en él para volver a levantarse.
Ben escuchó atentamente aquella palabras y retumbaron en su cabeza como la idea más lógica en aquellos momentos. Pero se contuvo. Ya llegaría su momento. No había que precipitarse. Los bios volvieron la cabeza y miraron a Sango y este les sonrió y asintió con la cabeza. Se puso de pie y ayudó un poco al kag con la pierna pues este se echaba sobre ella y Ben tenía que darle una patada para que espabilara.
No tardaron mucho en llegar a la ubicación del saco. El viaje de regreso se le había hecho bastante más amena que la ida, quizá porque estaba pensando en todo lo que había visto y tratando que el kag, ahora mucho más espabilado, siguiera junto a él.
- Que no se te vuelva a caer. ¿Me oyes? Que no se te vuelva a caer.- Dijo fingiendo enfado con el kag que se limitó a mirarlo sin saber. Ben cogió el saco y se lo echó al hombro.- Son mis cosas de para dormir. No pretendo ser un señor ni nada por el estilo, pero si no voy a tener una cama, al menos quiero estar aislado del suelo.- Les dijo a los guardias que se limitaron a encogerse de hombros y a continuar su camino. Ben y la mujer, cruzaron brevemente la mirada. La sonrisa de Sango revelaba satisfacción y victoria y ella entendió rápidamente qué significaba aquello.
- Sigamos, pues, compañeros. Tengo que cumplir con mi palabra.- Dijo Ben de bastante buen humor. Creyó que por primera vez en ese día, por fin algo le salía bien.
Pero lo que fácil viene...
- ¿Qué? ¿Para qué me cuentas esto? ¿De qué me sirve? Venga, Melondro, joder, tenemos que encontrar a mi mascotita antes de que matéis a los nuestros.- Dijo mientras estudiaba la mirada que se echaban los dos escoltas. Sango entrecerró los ojos y después desvió la mirada a su compañera que parecía inquieta y nerviosa y a la que guiñó un ojo y dedicó una sonrisa. Ella respondió con un gesto de confusión.
- ¿Quién es Melandro?- Preguntó.
- Tú, tú eres Melandro, te llamo así porque...- Se llevó las manos a la cara y tras unos instantes dio una palmada.- A ver, esto no puede seguir así, tenemos que encontrar al kag y una vez lo encontremos, si los Dioses quieren, iremos a la maldita puerta a rescatar a mis malditos compañeros para que esta maldita noche sea lo más malditamente tranquila posible, ¿de acuerdo? ¡En marcha!- Sango estaba bastante irritado y seguramente no aguantaría más la terrible lógica de aquellos seres.
- De acuerdo. Lo entiendo. Sí. Pero tus compañeros no van a morir si es eso lo que te preocupa. Al menos nosotros no los mataremos. Cuando estén al otro lado del muro puede que mueran. Si no encuentras a tu animal, ejecutaremos la orden.- Dijo tranquilamente y se cruzó de brazos.
Sango no se dio la vuelta y echó a caminar siguiendo un rumbo que él desconocía. Tras dar unos pasos un soplo de alivio le recorrió el cuerpo y se obligó a detenerse y mirar a Melandro.
- Ejecutar la orden, juraría haber escuchado que tu compañero sólo decía ejecutar y ejecutarles y sinónimos.- Dijo Sango mirándole a los ojos.
- Seguramente fuera así.- Y no añadió nada más cosa que dejó a Sango algo intranquilo de nuevo y con la presión de ser responsable de la vida de aquellas personas. Y tal vez fuera aquel el efecto que querían conseguir.
Deambularon entre calles y se encontraron con gente que estaba a lo suyo y que ni tan siquiera les dedicaba un momento para contemplar a los dos humanos que paseaban con escolta por la calle. Pronto dejaron atrás a la gente y se encontraron en una zona, sin edificar, que claramente separaba dos lugares de aquel lugar.
- Detecto movimiento en la zona. No debería haber movimiento ahí. Tenemos que comprobarlo, caminen y dispónganse a capturar al animal.- Dijo con un tono agresivo el otro, que había permanecido callado todo el tiempo.
Los dos centinelas se pusieron al frente del grupo e indicaron a los dos humanos que se quedaran un par de pasos por detrás. Después de una docena de latidos empezaron a caminar y se dirigieron a la "zona" en la que se había detectado movimiento. Los movimientos de los guardias eras rápidos y casi no podían seguir su ritmo, era como si en ellos se hubiera despertado algo y les controlara sin tener en cuenta el desgaste que pudieran sufrir sus cuerpos. Llegaron a doblar una esquina y lo vieron. En mitad de la calle, tirado.
- ¡Chico!- Gritó Sango y corrió hacia él pero antes de que pudiera coger velocidad Melondro le tiró al suelo.
- Cuidado. Hay peligro.- Sango se incorporó rápidamente y vio como tras varios pasos de Melondro, un aura azulada le cubrió durante un breve instante.- Ahora puedes pasar, vamos, ya no hay peligro.- Dijo. Sango corrió, algo receloso al principio hasta que pasó al lado de Melondro y pudo por fin correr libremente hasta llegar a Sango.
- Vamonos. Debemos irnos.- Apremió antes incluso de que Sango pudiera llegar al animal. Cuando llegó se arrodilló ante él y le acarició detrás de las orejas.
- ¿Qué te han hecho chico?- Le susurró mientras seguía acariciándole. El animal abrió los ojos y le lamió una mano, pero no podía levantarse.
- Vamonos. Tenemos que irnos, no podemos estar aquí.- Repitió.
- ¿Qué coño le habéis hecho? Hijos de-
A poco más de diez pasos de Sango el kag un fuerte estruendo hizo que Ben se tirara al suelo y se protegiera la cabeza con las manos.
- ¡No estáis autorizados a estar aquí! ¡Tenéis quince segundo para salir de aquí!- Dijo una voz. Sango aún aterrorizado no se movió y sintió como una manos le apremiaban a levantarse. Era la chica. Ben sacudió la cabeza y le pidió que le ayudara a cargar con el animal. Los bios se habían colocado a la altura de donde Melandro había cruzado el aura azul Desde allí les hablaban para que se dieran prisa y salieran de allí. El kag pesaba bastante más de lo que les hubiera gustado y a un par de pasos de los bios cayeron al suelo.
- Dos.- Escuchó Ben y de manera desesperada empujó a la chica más allá de los Bios y arrastró como pudo al kag.
Se escuchó otra vez el mismo sonido. Un estruendo fortísimo y Ben, que arrastraba al kag, vio como una luz de tono azulado se dirigía hacia él. Y se quedó paralizado del miedo mirándola. Viendo como se dirigía hacia él y cómo explotó delante de su cara y como el aura azul, aquella barrera se hacía de un color azul más intenso.
- Bien, sigue funcionando como el primer día.- Dijo el amigo de Melandro. Luego, mirando a Ben, dijo.- El animal está aturdido. No le pasa nada. Estará inmóvil durante unos minutos. No muchos. Quizá cinco o seis. Lo suficiente como para que la patrulla venga a por él y se lo lleven. No creo que vengan ahora. Deberíamos salir de aquí. Esta zona no nos está permitida.- Ben se había ido con la mujer a preguntar por su estado sin hacer caso de lo que decía Melandro II. La mujer tenía unos rasguños pero nada más estaba tan asustada como Sango después de ver cómo aquella luz se dirigía hacia ellos. Después de recobrar el aliento, Ben miró a los bios.
- ¿Se puede saber qué coño os pasa? ¿No podíais haber avisado de lo que iba a pasar?-
- Oh, lo hicimos, de hecho, te avisamos nosotros y te avisaron ellos.- Dijo mientras hizo una señal hacia la calle de la que acababan de salir. Sin más que decir echaron a andar alejándose del lugar y dejaron atrás a Ben y a la mujer.
Sango vio como el kag se esforzaba en ponerse en pie y pese a que Sango le apremiaba para que se quedara en el suelo, el animal se levantó y se tambaleó cuando estuvo sobre las cuatro patas.
- Impresionante.- Se limitó a decir antes de ponerse a caminar de nuevo. La mujer se acercó a Sango y al kag. Ben seguía preocupado por el caminar del animal cuando sitio una punzada leve en la espalda. Se puso rígido al instante.
- Dame la orden y los mato.- Le susurró muy levemente al oído fingiendo que se apoyaba en él para volver a levantarse.
Ben escuchó atentamente aquella palabras y retumbaron en su cabeza como la idea más lógica en aquellos momentos. Pero se contuvo. Ya llegaría su momento. No había que precipitarse. Los bios volvieron la cabeza y miraron a Sango y este les sonrió y asintió con la cabeza. Se puso de pie y ayudó un poco al kag con la pierna pues este se echaba sobre ella y Ben tenía que darle una patada para que espabilara.
No tardaron mucho en llegar a la ubicación del saco. El viaje de regreso se le había hecho bastante más amena que la ida, quizá porque estaba pensando en todo lo que había visto y tratando que el kag, ahora mucho más espabilado, siguiera junto a él.
- Que no se te vuelva a caer. ¿Me oyes? Que no se te vuelva a caer.- Dijo fingiendo enfado con el kag que se limitó a mirarlo sin saber. Ben cogió el saco y se lo echó al hombro.- Son mis cosas de para dormir. No pretendo ser un señor ni nada por el estilo, pero si no voy a tener una cama, al menos quiero estar aislado del suelo.- Les dijo a los guardias que se limitaron a encogerse de hombros y a continuar su camino. Ben y la mujer, cruzaron brevemente la mirada. La sonrisa de Sango revelaba satisfacción y victoria y ella entendió rápidamente qué significaba aquello.
- Sigamos, pues, compañeros. Tengo que cumplir con mi palabra.- Dijo Ben de bastante buen humor. Creyó que por primera vez en ese día, por fin algo le salía bien.
Pero lo que fácil viene...
Sango
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Re: Fundación de ciudad Lagarto [2º Parte] [Trama canon] [Libre 4/4] [Noche] [Cerrado]
-Nos cree que no habría muchas diferencias, al final en todos hay mierda en las calles. A veces somos más parecidos de lo que nos pensamos. Al fin y al cabo, todos los mortales tienen cosas en común: nacen, comen, cagan, follan y mueren -
Juego con los dedos mirando de reojo a la ventana esperando la aparición de la vampiresa, pero esta no se produce. Malas noticias sin duda. Me acomodo en la silla aunque es bastante difícil, ahora entendía por qué Schott había decidido quedarse de pie. Sonrío ante la ocurrencia de Schott y me giro para dedicarle la sonrisa.
-Si no hubiese nada que temer non no hubiese traído escolta, estás gentes no están indefensas precisamente. - vuelvo a la posición original sin dejar de hablar. - A fin de cuentas frenaron por su cuenta la invasión que se produzco frente a sus muros cuando la pandemia, algo que no lograron otros reinos... ¿Te imaginas que potencial ofensivo deben de tener como para atemorizar lo suficiente a una tuba totalmente desesperada y sin nada que perder? - entrelazo mis dedos por delante de mi cara apoyando los codos en los reposabrazos. - Además... hay cosas peores que la muerte chico, y el termino de "vida" es muy relativo, ¿de dónde crees que sacan las partes orgánicas que llevan? Son partes orgánicas que siguen... vivas precisamente. - me giro y le dirijo una mirada tétrica. - ¿Crees que tenéis la misma concepción sobre la vida? - vuelvo a mi posición. - Aunque confío en que cumplan con el protocolo, no creo que tengan motivos para no hacerlo, y tampoco espero que les demos motivos para que no lo cumplan.
Comienzo a temer que la decisión de haber dejado solos al resto de los guardaespaldas había sido una mala idea. ¿Se controlarían hasta que salgáramos de allí? Estoy dudando y no me gusta dudar, aunque son piezas sacrificables si meten la peta. No soporto la incompetencia en mis subordinados.
La puerta se abre y la guía aparece tras ella.
-La gran ingeniera se ha desocupado, si hacen el favor de seguirme. - la biocibernética se hizo a un lado al otro lado de la puerta indicándonos con la mano que saliéramos.
-Bien, vayamos.
Miro a la ventana esperando que Alana apareciera por ella, ¿le habría pasado algo? Espero que no, es difícil encontrar gente hábil en este mundo y sería una decepción el hecho de que le haya pasado algo. No me gusta equivocarme en mis impresiones sobre la gente. Lo odio.
Juego con los dedos mirando de reojo a la ventana esperando la aparición de la vampiresa, pero esta no se produce. Malas noticias sin duda. Me acomodo en la silla aunque es bastante difícil, ahora entendía por qué Schott había decidido quedarse de pie. Sonrío ante la ocurrencia de Schott y me giro para dedicarle la sonrisa.
-Si no hubiese nada que temer non no hubiese traído escolta, estás gentes no están indefensas precisamente. - vuelvo a la posición original sin dejar de hablar. - A fin de cuentas frenaron por su cuenta la invasión que se produzco frente a sus muros cuando la pandemia, algo que no lograron otros reinos... ¿Te imaginas que potencial ofensivo deben de tener como para atemorizar lo suficiente a una tuba totalmente desesperada y sin nada que perder? - entrelazo mis dedos por delante de mi cara apoyando los codos en los reposabrazos. - Además... hay cosas peores que la muerte chico, y el termino de "vida" es muy relativo, ¿de dónde crees que sacan las partes orgánicas que llevan? Son partes orgánicas que siguen... vivas precisamente. - me giro y le dirijo una mirada tétrica. - ¿Crees que tenéis la misma concepción sobre la vida? - vuelvo a mi posición. - Aunque confío en que cumplan con el protocolo, no creo que tengan motivos para no hacerlo, y tampoco espero que les demos motivos para que no lo cumplan.
Comienzo a temer que la decisión de haber dejado solos al resto de los guardaespaldas había sido una mala idea. ¿Se controlarían hasta que salgáramos de allí? Estoy dudando y no me gusta dudar, aunque son piezas sacrificables si meten la peta. No soporto la incompetencia en mis subordinados.
La puerta se abre y la guía aparece tras ella.
-La gran ingeniera se ha desocupado, si hacen el favor de seguirme. - la biocibernética se hizo a un lado al otro lado de la puerta indicándonos con la mano que saliéramos.
-Bien, vayamos.
Miro a la ventana esperando que Alana apareciera por ella, ¿le habría pasado algo? Espero que no, es difícil encontrar gente hábil en este mundo y sería una decepción el hecho de que le haya pasado algo. No me gusta equivocarme en mis impresiones sobre la gente. Lo odio.
- Off:
- En primer lugar perdón por tardar tanto en responder he estado muy liado en la vida real. Por ello pido disculpas y ahora vuelvo a estar operativo, aunque me estoy poniendo al día poco a poco.
Alana, aún puedes unirte a nosotros. Schott y tu podéis relatar el transcurso por el pasillo y como llegamos ante la Gran Ingeniera si queréis. Rumpel andará encabezando la marcha hasta ese lugar, lo pondré en el siguiente post.
Rumpel
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Re: Fundación de ciudad Lagarto [2º Parte] [Trama canon] [Libre 4/4] [Noche] [Cerrado]
La zona del castillo era enorme, había toda clase de construcciones tras la muralla. Todo pulido metal y poca madera, bastantes cristales. Había toda clase de tuberías y cañerías, cosas que ella desconocía y tan solo podía suponer para lo que servirían muchas de esas construcciones.
Alana observo la ventana abierta, que era su punto final y estudió todo lo que había cerca. Para su sorpresa había muchos perros o una especie de lobos metálicos, que paseaban de tres en tres. Tenían un aspecto atemorizante y la verdad sus fauces parecían potentes, Alana se tomó un tiempo para ver su comportamiento mecánico y lo que les podía llamar la atención. Después volvió su mirada hacia donde estaban los humanos. Lo que a primera vista la pareció una “inocente” exploración, por lo visto ha pasado a algo muy serio.
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
La chica suspiro. A parte de una gran cantidad de guardias, estaban los perros y ahora esto. Necesitaba distracción, para poder entrar sin ser vista y ayudar a estos insensatos o la liarían aún más.
Su cuerpo cansado ya parecía estar mejor y la verdad, necesitaba algo de sangre para sentirse mejor, pero no era ni el momento ni el lugar para esa clase de maldades, tendría que usar todo su autocontrol.
Alana observo a los guardias que estaban ante la puerta abierta al castillo y a uno BIO que se iba a acercar en poco a aquellas puertas de metal y descendió.
La chica se acercó al máximo a aquella criatura, era poco lo que sabía de estos seres. Pero si sabía de su racionalización y la necesidad de ayudar a los humanos.
-Oh! Perdone, querida! Necesito su ayuda!
Pidió ella con un tono lamentable, mientras se hizo la coja y cayó no muy lejos de la pared de metal. La Bio reaccionó como ella esperaba, tras pensar un momento se acercó a ella. Era una joven bellísima, tenía los de un color azul cielo, su cabello dorado era largo y sedoso; no parecía una BIO. La chica tendió una mano hacia Alana y esta la ha aceptado, pero hizo más espectáculo y callo de nuevo al suelo de piedra y incrustaciones de metal.
-¿Qué te pasa?
Pregunto la chica a la vampiresa, tras una pausa y una mirada de análisis exhaustivo.
-Es que he venido a ver a la Gran Ingeniera, pero antes de ello, según la creencia de mi pueblo tengo que ganar la carrera a vuestros mejores guerreros sin que ellos sepan que es una competición y me dejen ganar por pena. Y ahora seré la gran vergüenza de mi pueblo.
Alana escondió el rostro en sus manos y empezó a sollozar, como si fuera una humana desesperada sin más. Hasta ella misma se podría creer toda la emoción de este momento. Pero su objeto de influencia no era humana y por ello, esto era solo una prueba para encontrar el punto y ver qué es lo que “funcionaba” para que aquella muchacha haga lo que ella desee.
-Que costumbres más –una pausa – insólitas, pero son muy valiosas para ti, si tienes tantos sentimientos descontrolados. Pero ¿por qué no corres? ¿No entiendo el problema?
“Aja, asique entiende que la carrera es de valor…está bien, solo un poco más de énfasis..”
La vampiresa miro a la joven y empezó a explicarla, mientras buscaba con la piel algún saliente de metal y lo encontró, con fuerza aprieto su pierna contra él y abrió una larga herida, dejando a la vista su carne….
-Es que me he caído entrenando, antes de retar a uno de los guardias y perros. Y me hice demasiado daño y como los humanos nos curamos tan lentamente, pues es un deshonor y no puedo volver a mi casa nunca más, sino lo consigo.
La vampiresa enseño su pierna llena de sangre, su corte era realmente feo y la Bio, lo miro abriendo los ojos de par en par.
-Es muy profundo –dijo sin emoción- ¿cómo puedo ayudarte?
-Podrías correr por mí, justo hasta donde están los demás humanos ahora mismo.
Alana señalo con el dedo hacía la calle.
-Creo que es mejor que llame a un curandero o ingeniero o algo.
-No, cuanto más tarde en hacer la carrera, peor! Y además así no llegaré a tiempo para mi audiencia.
Silencio.
-Pero no puedo hacerlo por ti. Todos me verían y sabrían que no eres tú
Alana se quitó su capa negra y se la tendió a la mujer, con todo el “cuidado” de manchar con el máximo de su sangre la prenda.
-Si te pones esto, todos pensarán que soy yo. Y así mi honor estará a salvo y podré ser feliz volviendo a mi casa y reuniéndome con vuestra Gran Ingeniera.
La chica, se puso la capa.
-Vale, imitaré la velocidad de un humano y llegaré a los humanos de ahí. Pero para que lo haga como tú quieres, me tienes que ordenar claramente los parámetros y las acciones a realizar.
Alana ladeo la cabeza.
“Asique funciona a base de órdenes directas, interesante”
La vampiresa tendió un cuchillo a la Bio
.
-Tira esto a los perros que están dentro, pero sin hacerlos daño, ignorando a los guardias y después corre hacia los humanos tan rápido como te es posible.
Dijo la mujer con tono de orden. No ha sido fácil pillar el truco a esta mujer pero sin duda si esto funcionaba como ella queria, sería como matar a dos pájaros de un tiro.
La chica se escondió bajo la capucha y fue en dirección a la puerta principal del castillo, Alana rápidamente se levantó y se preparó, tendría poco tiempo para lo que deseaba hacer. Tiró de una de sus enaguas y la rasgo, el trozo lo ató en el corte, para que su sangre no la delaté más.
De repente, un sonido metálico y un ruido de metal contra metal y de piel contra metal. Una carrera a muerte paso no lejos de ella, llevándose a los perros/lobos metálicos y a los guardias que ella había visto. Con rapidez, convocó sus sombras y corrió por la oscuridad hacia la puerta vacía. Una vez dentro, escalo la tubería y paso de puntillas por otra de ellas, haciendo el equilibrio con sus brazos. Estaba cansada, realmente lo estaba, la magia la agotaba de una forma impresionante y empezaba a tener hambre, demasiada. Llegó a la mitad de la tubería y salto con todas sus fuerzas agarrando una segunda construcción más arriba, hizo el esfuerzo y levantó todo su cuerpo, de forma que ahora sus piernas abrazaban la construcción metálica. Sólo tenía que deslizarse un poco más para llega a la primera pared con saliente. Un sonido de aullidos y gritos humanos llegaron a sus oídos. Alana estiro el cuello, no pudo ver bien lo que pasaba, pero esperaba que este incidente ayudará en algo a los que se habían metido en un lio.
La mujer prosiguió, mientras otros tres sabuesos pasaron justo bajo ella, quedándose quietos por un momento. La chica, ni respiro, pero empezó a mover sus manos para deslizarse por aquella construcción lo más lejos posible de aquellos seres. El sonido metálico bajo ella se hacía más intenso y la mujer vio a los tres perros volver, uno tenía un trozo de su capa entre los dientes y los otros perro-lobo se tranquilizaron al instante. Alana hizo un esfuerzo brutal para avanzar lo más rápido posible y ya llego a la pared, con la gracia de un felino saltó sobre el saliente, tambaleándose un poco, pero quedando sólidamente posicionada tras unos segundos.
La ventana estaba cerca, sólo un piso más!
La chica, empezó a caminar por el saliente con la espalda pegada al metal, mirando hacia abajo. En el patio ya se habían reunido los guardias de nuevo y había una conversación tranquila entre ellos, con los lobos a su lado, no podía oírlo.
Su pie se resbalo del pulido metal, cuando varios escorpiones metálicos aparecieron de la nada y se movieron junto a ella. La chica cayo, sujetándose tan solo al saliente con una mano…perdiendo su atención y protección de las sombras…
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“Mierda! Esto es una real y santísima mierda! Morir por culpa de un susto….argg”
Se dijo ella enfadada, mientras por su mano una de esas criaturas empezó a descender. Alana sentía el frio de las patas metálicas, hasta que llego a su manga. Un rápido gesto con la mano libre y aquel ser volaba en dirección opuesta, pero antes consiguió picarla, entre el dedo índice y el dedo gordo. La vampiresa se mordió el interior de su mejilla para acallar el dolor y saboreó un poco de su propia sangre, que tranquilizo por un instante el hambre. Buscando todas sus fuerzas para no caer y mover la mano herida al saliente. Con esfuerzo subió de nuevo al saliente y con mucha dificultad por el veneno en su cuerpo prosiguió hacia la ventana.
Tenía que subir por otra ventana cerrada que estaba cerca de ella, justo debajo de su objetivo. Se asomó con cuidado y vio como varios guardias con otros tres perros estaban esperando sentados. La vampiresa se escondió rápidamente y busco una respiración controlada y relativamente tranquila.
Busco fuerzas y con la mano herida se agarró a la parte alta de aquella ventana con la pierna hizo esfuerzo y uso toda su destreza y rapidez vampíricas para subir sobre el saliente de aquella ventana. Lo consiguió, no muy ágil, pero si… Estaba cerca de llegar a su destino y ahora tan solo necesitaba asegurarse que ahí dentro estaban sus compañeros. Por suerte, los guardias tras la ventana bajo ella no la han visto, un milagro sin duda.
Estaba oyendo la invitación a que Rumpel y los demás sigan a alguien, asique con toda su concentración volvió a llamar a su magia escondiéndose en la oscuridad y deslizándose con dificultad, pero máximo sigilo por la ventana. Quedando de pie justo tras Schott. Con un movimiento rápido arreglo su vestido de fina tela y corpiño apretado que escondía a la perfección las armas y heridas varias. Alana repasó la apretada tranza con una mano, soltándola y liberando su cabello ondulado .
Las sombras desaparecieron y ella hizo el ademán de estar aburrida y de estar esperando desde hace milenios a que pase algo de interés.
-Maestro…
Dijo ella, mientras hacia una pequeña inclinación de cabeza….
Alana observo la ventana abierta, que era su punto final y estudió todo lo que había cerca. Para su sorpresa había muchos perros o una especie de lobos metálicos, que paseaban de tres en tres. Tenían un aspecto atemorizante y la verdad sus fauces parecían potentes, Alana se tomó un tiempo para ver su comportamiento mecánico y lo que les podía llamar la atención. Después volvió su mirada hacia donde estaban los humanos. Lo que a primera vista la pareció una “inocente” exploración, por lo visto ha pasado a algo muy serio.
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La chica suspiro. A parte de una gran cantidad de guardias, estaban los perros y ahora esto. Necesitaba distracción, para poder entrar sin ser vista y ayudar a estos insensatos o la liarían aún más.
Su cuerpo cansado ya parecía estar mejor y la verdad, necesitaba algo de sangre para sentirse mejor, pero no era ni el momento ni el lugar para esa clase de maldades, tendría que usar todo su autocontrol.
Alana observo a los guardias que estaban ante la puerta abierta al castillo y a uno BIO que se iba a acercar en poco a aquellas puertas de metal y descendió.
La chica se acercó al máximo a aquella criatura, era poco lo que sabía de estos seres. Pero si sabía de su racionalización y la necesidad de ayudar a los humanos.
-Oh! Perdone, querida! Necesito su ayuda!
Pidió ella con un tono lamentable, mientras se hizo la coja y cayó no muy lejos de la pared de metal. La Bio reaccionó como ella esperaba, tras pensar un momento se acercó a ella. Era una joven bellísima, tenía los de un color azul cielo, su cabello dorado era largo y sedoso; no parecía una BIO. La chica tendió una mano hacia Alana y esta la ha aceptado, pero hizo más espectáculo y callo de nuevo al suelo de piedra y incrustaciones de metal.
-¿Qué te pasa?
Pregunto la chica a la vampiresa, tras una pausa y una mirada de análisis exhaustivo.
-Es que he venido a ver a la Gran Ingeniera, pero antes de ello, según la creencia de mi pueblo tengo que ganar la carrera a vuestros mejores guerreros sin que ellos sepan que es una competición y me dejen ganar por pena. Y ahora seré la gran vergüenza de mi pueblo.
Alana escondió el rostro en sus manos y empezó a sollozar, como si fuera una humana desesperada sin más. Hasta ella misma se podría creer toda la emoción de este momento. Pero su objeto de influencia no era humana y por ello, esto era solo una prueba para encontrar el punto y ver qué es lo que “funcionaba” para que aquella muchacha haga lo que ella desee.
-Que costumbres más –una pausa – insólitas, pero son muy valiosas para ti, si tienes tantos sentimientos descontrolados. Pero ¿por qué no corres? ¿No entiendo el problema?
“Aja, asique entiende que la carrera es de valor…está bien, solo un poco más de énfasis..”
La vampiresa miro a la joven y empezó a explicarla, mientras buscaba con la piel algún saliente de metal y lo encontró, con fuerza aprieto su pierna contra él y abrió una larga herida, dejando a la vista su carne….
-Es que me he caído entrenando, antes de retar a uno de los guardias y perros. Y me hice demasiado daño y como los humanos nos curamos tan lentamente, pues es un deshonor y no puedo volver a mi casa nunca más, sino lo consigo.
La vampiresa enseño su pierna llena de sangre, su corte era realmente feo y la Bio, lo miro abriendo los ojos de par en par.
-Es muy profundo –dijo sin emoción- ¿cómo puedo ayudarte?
-Podrías correr por mí, justo hasta donde están los demás humanos ahora mismo.
Alana señalo con el dedo hacía la calle.
-Creo que es mejor que llame a un curandero o ingeniero o algo.
-No, cuanto más tarde en hacer la carrera, peor! Y además así no llegaré a tiempo para mi audiencia.
Silencio.
-Pero no puedo hacerlo por ti. Todos me verían y sabrían que no eres tú
Alana se quitó su capa negra y se la tendió a la mujer, con todo el “cuidado” de manchar con el máximo de su sangre la prenda.
-Si te pones esto, todos pensarán que soy yo. Y así mi honor estará a salvo y podré ser feliz volviendo a mi casa y reuniéndome con vuestra Gran Ingeniera.
La chica, se puso la capa.
-Vale, imitaré la velocidad de un humano y llegaré a los humanos de ahí. Pero para que lo haga como tú quieres, me tienes que ordenar claramente los parámetros y las acciones a realizar.
Alana ladeo la cabeza.
“Asique funciona a base de órdenes directas, interesante”
La vampiresa tendió un cuchillo a la Bio
.
-Tira esto a los perros que están dentro, pero sin hacerlos daño, ignorando a los guardias y después corre hacia los humanos tan rápido como te es posible.
Dijo la mujer con tono de orden. No ha sido fácil pillar el truco a esta mujer pero sin duda si esto funcionaba como ella queria, sería como matar a dos pájaros de un tiro.
La chica se escondió bajo la capucha y fue en dirección a la puerta principal del castillo, Alana rápidamente se levantó y se preparó, tendría poco tiempo para lo que deseaba hacer. Tiró de una de sus enaguas y la rasgo, el trozo lo ató en el corte, para que su sangre no la delaté más.
De repente, un sonido metálico y un ruido de metal contra metal y de piel contra metal. Una carrera a muerte paso no lejos de ella, llevándose a los perros/lobos metálicos y a los guardias que ella había visto. Con rapidez, convocó sus sombras y corrió por la oscuridad hacia la puerta vacía. Una vez dentro, escalo la tubería y paso de puntillas por otra de ellas, haciendo el equilibrio con sus brazos. Estaba cansada, realmente lo estaba, la magia la agotaba de una forma impresionante y empezaba a tener hambre, demasiada. Llegó a la mitad de la tubería y salto con todas sus fuerzas agarrando una segunda construcción más arriba, hizo el esfuerzo y levantó todo su cuerpo, de forma que ahora sus piernas abrazaban la construcción metálica. Sólo tenía que deslizarse un poco más para llega a la primera pared con saliente. Un sonido de aullidos y gritos humanos llegaron a sus oídos. Alana estiro el cuello, no pudo ver bien lo que pasaba, pero esperaba que este incidente ayudará en algo a los que se habían metido en un lio.
La mujer prosiguió, mientras otros tres sabuesos pasaron justo bajo ella, quedándose quietos por un momento. La chica, ni respiro, pero empezó a mover sus manos para deslizarse por aquella construcción lo más lejos posible de aquellos seres. El sonido metálico bajo ella se hacía más intenso y la mujer vio a los tres perros volver, uno tenía un trozo de su capa entre los dientes y los otros perro-lobo se tranquilizaron al instante. Alana hizo un esfuerzo brutal para avanzar lo más rápido posible y ya llego a la pared, con la gracia de un felino saltó sobre el saliente, tambaleándose un poco, pero quedando sólidamente posicionada tras unos segundos.
La ventana estaba cerca, sólo un piso más!
La chica, empezó a caminar por el saliente con la espalda pegada al metal, mirando hacia abajo. En el patio ya se habían reunido los guardias de nuevo y había una conversación tranquila entre ellos, con los lobos a su lado, no podía oírlo.
Su pie se resbalo del pulido metal, cuando varios escorpiones metálicos aparecieron de la nada y se movieron junto a ella. La chica cayo, sujetándose tan solo al saliente con una mano…perdiendo su atención y protección de las sombras…
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“Mierda! Esto es una real y santísima mierda! Morir por culpa de un susto….argg”
Se dijo ella enfadada, mientras por su mano una de esas criaturas empezó a descender. Alana sentía el frio de las patas metálicas, hasta que llego a su manga. Un rápido gesto con la mano libre y aquel ser volaba en dirección opuesta, pero antes consiguió picarla, entre el dedo índice y el dedo gordo. La vampiresa se mordió el interior de su mejilla para acallar el dolor y saboreó un poco de su propia sangre, que tranquilizo por un instante el hambre. Buscando todas sus fuerzas para no caer y mover la mano herida al saliente. Con esfuerzo subió de nuevo al saliente y con mucha dificultad por el veneno en su cuerpo prosiguió hacia la ventana.
Tenía que subir por otra ventana cerrada que estaba cerca de ella, justo debajo de su objetivo. Se asomó con cuidado y vio como varios guardias con otros tres perros estaban esperando sentados. La vampiresa se escondió rápidamente y busco una respiración controlada y relativamente tranquila.
Busco fuerzas y con la mano herida se agarró a la parte alta de aquella ventana con la pierna hizo esfuerzo y uso toda su destreza y rapidez vampíricas para subir sobre el saliente de aquella ventana. Lo consiguió, no muy ágil, pero si… Estaba cerca de llegar a su destino y ahora tan solo necesitaba asegurarse que ahí dentro estaban sus compañeros. Por suerte, los guardias tras la ventana bajo ella no la han visto, un milagro sin duda.
Estaba oyendo la invitación a que Rumpel y los demás sigan a alguien, asique con toda su concentración volvió a llamar a su magia escondiéndose en la oscuridad y deslizándose con dificultad, pero máximo sigilo por la ventana. Quedando de pie justo tras Schott. Con un movimiento rápido arreglo su vestido de fina tela y corpiño apretado que escondía a la perfección las armas y heridas varias. Alana repasó la apretada tranza con una mano, soltándola y liberando su cabello ondulado .
Las sombras desaparecieron y ella hizo el ademán de estar aburrida y de estar esperando desde hace milenios a que pase algo de interés.
-Maestro…
Dijo ella, mientras hacia una pequeña inclinación de cabeza….
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- Spoiler:
Es lo que he usado para ambientarme en la ciudad, por si os gusta y os viene bien
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Alana
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Re: Fundación de ciudad Lagarto [2º Parte] [Trama canon] [Libre 4/4] [Noche] [Cerrado]
-Bueno, algunos comen y follan más que otros eh jaja- bromeé ante el comentario de Rumpel basándome en mi triste existencia.
Escuché atentamente las palabras del juez, si, sin duda los bio guardaban un sinnúmero de secretos, y seguro que aun ni siquiera habían mostrado un ápice de su verdadero poder.
La sangre se me heló cuando el juez me dedico una sombría mirada comentando lo de las partes orgánicas, joder, no lo había pensado, siempre creí que las cultivaban, o las fabricaban de alguna manera…significaba eso?...oh por los cielos…
Estaba ahora verdaderamente intranquilo, este Rumpel si que sabía generar tensión, pero no podía distraerme, había una misión que cumplir.
-Si..si, el protocolo, claro, estamos a salvo si- sonreí nervioso.
Miré de reojo al otro guardia que me hizo un gesto como cortándose el cuello, de que la íbamos a palmar, será cabron.
Pero no tuve tiempo de nada mas pues la pesada puerta se abre y la guía que nos había traído aquí nos indica que nuestra cita ya está lista.
El juez nos indicó que le siguiésemos.
-Si señor, no se preocupe, no habrá ningún sobresalto- dije seguro.
Una suave voz sonó a mi espalda, giré la cabeza extrañado cuando vi que había una mujer justo detrás de mí.
-Uaaaaaaaa- me sobresalté tanto que caí sonoramente de culo al suelo.
- ¿Pero que demonios? Joder…¿y tú de dónde sales?- mascullé con el corazón a mil.
Era imposible no había nadie detrás mío, ni había llegado nadie, lo habría notado, pero la mujer tenía pinta de llevar allí un rato largo.
El otro guardia me ayudó a ponerme de pie.
-Vamos lelo- sonrió, aunque pude ver en sus ojos que el también estaba asustado, y tampoco había visto venir a la mujer.
Me serené lo mejor que pude y corrí a situarme tras Rumpel que ya iba el primero por el pasillo.
-Ug..ugg- trague aire adecentándome un poco situándome siguiendo el paso tras el juez, aun tenia la piel de gallina, la mujer estaba casi seguro que era la que nos acompañaba al principio, que había trepado la puerta, aunque entonces no la había visto bien por la capa, ahora lucía un elegante corpiño y un precioso pelo suelto.
-Yo..yooo…creo que no nos han presentado- dije a la mujer -Soy Scott, encantado- le tendí la mano -E..eso ha sido im..impresionante- dije obviando comentar que casi me da un infarto.
El otro guardia tras de mi me lanza una disimulada mirada de negación, casi podía ver como me volvía a llamar tonto mentalmente.
En estas que seguíamos avanzando por un largo pasillo, rumbo a las habitaciones de la gran ingeniera, madre mía si tenía ganas de verla ¿Por qué no nos había atendido antes?¿le gustaban las esperas dramatices o estaba trabajando en algo importante?¿en que sería?
Estas y muchas otras preguntas rondaban mi cabeza conforme avanzábamos, las paredes del pasillo estaban decoradas con extraños tapices, que juraría que no eran de tela, además de curiosos objetos dentro de vitrinas cuya función se me escapaba, lo único seguro es que nos adentrábamos más y más en su fortaleza, y no se si era por el susto, pero notaba el aire cada vez mas frio, algo no me daba buena espina.
Unas enormes puertas profusamente decoradas con engranajes y otros mecanismos que desconocía se alzaban al final del pasillo, el despacho de la gran ingeniera, sin duda ¿Seriamos acaso los primeros humanos en conocerla? Uf la de historias buenas que contaré si salimos de una pieza, seguro que hasta me invitan a una cerveza, ah no espera ¿esta era una misión secreta no? Mierda.
Escuché atentamente las palabras del juez, si, sin duda los bio guardaban un sinnúmero de secretos, y seguro que aun ni siquiera habían mostrado un ápice de su verdadero poder.
La sangre se me heló cuando el juez me dedico una sombría mirada comentando lo de las partes orgánicas, joder, no lo había pensado, siempre creí que las cultivaban, o las fabricaban de alguna manera…significaba eso?...oh por los cielos…
Estaba ahora verdaderamente intranquilo, este Rumpel si que sabía generar tensión, pero no podía distraerme, había una misión que cumplir.
-Si..si, el protocolo, claro, estamos a salvo si- sonreí nervioso.
Miré de reojo al otro guardia que me hizo un gesto como cortándose el cuello, de que la íbamos a palmar, será cabron.
Pero no tuve tiempo de nada mas pues la pesada puerta se abre y la guía que nos había traído aquí nos indica que nuestra cita ya está lista.
El juez nos indicó que le siguiésemos.
-Si señor, no se preocupe, no habrá ningún sobresalto- dije seguro.
Una suave voz sonó a mi espalda, giré la cabeza extrañado cuando vi que había una mujer justo detrás de mí.
-Uaaaaaaaa- me sobresalté tanto que caí sonoramente de culo al suelo.
- ¿Pero que demonios? Joder…¿y tú de dónde sales?- mascullé con el corazón a mil.
Era imposible no había nadie detrás mío, ni había llegado nadie, lo habría notado, pero la mujer tenía pinta de llevar allí un rato largo.
El otro guardia me ayudó a ponerme de pie.
-Vamos lelo- sonrió, aunque pude ver en sus ojos que el también estaba asustado, y tampoco había visto venir a la mujer.
Me serené lo mejor que pude y corrí a situarme tras Rumpel que ya iba el primero por el pasillo.
-Ug..ugg- trague aire adecentándome un poco situándome siguiendo el paso tras el juez, aun tenia la piel de gallina, la mujer estaba casi seguro que era la que nos acompañaba al principio, que había trepado la puerta, aunque entonces no la había visto bien por la capa, ahora lucía un elegante corpiño y un precioso pelo suelto.
-Yo..yooo…creo que no nos han presentado- dije a la mujer -Soy Scott, encantado- le tendí la mano -E..eso ha sido im..impresionante- dije obviando comentar que casi me da un infarto.
El otro guardia tras de mi me lanza una disimulada mirada de negación, casi podía ver como me volvía a llamar tonto mentalmente.
En estas que seguíamos avanzando por un largo pasillo, rumbo a las habitaciones de la gran ingeniera, madre mía si tenía ganas de verla ¿Por qué no nos había atendido antes?¿le gustaban las esperas dramatices o estaba trabajando en algo importante?¿en que sería?
Estas y muchas otras preguntas rondaban mi cabeza conforme avanzábamos, las paredes del pasillo estaban decoradas con extraños tapices, que juraría que no eran de tela, además de curiosos objetos dentro de vitrinas cuya función se me escapaba, lo único seguro es que nos adentrábamos más y más en su fortaleza, y no se si era por el susto, pero notaba el aire cada vez mas frio, algo no me daba buena espina.
Unas enormes puertas profusamente decoradas con engranajes y otros mecanismos que desconocía se alzaban al final del pasillo, el despacho de la gran ingeniera, sin duda ¿Seriamos acaso los primeros humanos en conocerla? Uf la de historias buenas que contaré si salimos de una pieza, seguro que hasta me invitan a una cerveza, ah no espera ¿esta era una misión secreta no? Mierda.
Última edición por Schott el Vie Nov 02 2018, 12:47, editado 1 vez
Schott
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Re: Fundación de ciudad Lagarto [2º Parte] [Trama canon] [Libre 4/4] [Noche] [Cerrado]
Habían cumplido su palabra y justo con su llegada liberaron a los presos de sus ataduras. Sango se acercó para comprobar que todo estaba en orden y que nadie había sufrido daños. Todos los presentes parecían algo intimidados por la rápida respuesta que ofrecían aquellos seres ante cualquier tipo de agresión ya fuera leve o de mayor magnitud.
- Ah, jefe de seguridad de los humanos, le buscaba.- Se paró frente a él guarda que le había encargado buscar al kag.- Vamos a mover a todo este grupo a una zona más acogedora. Podréis montar el campamento... Hay poca luz pero sus compañeros ya han creado algunas fogatas que por supuesto tendrán que trasladar y después proceder a eliminar los restos de esas brasas. No se puede seguir entorpeciendo el paso por esta puerta.- Hizo una señal con el brazo hacia la puerta y después se giró de nuevo para mirarle a los ojos. Sango se cambió el saco de brazo.
- Sin problema, les seguiremos a donde crean conveniente.- Dijo con una amplia sonrisa.
Los condujeron hacia el norte, alejándose de las zonas edificadas, no obstante seguían cerca de la muralla. Según se alejaban, el sonido de la ciudad dio paso a las pisadas en la tierra, toses y algún grito de desesperación, pero nadie hablaba y lo que era más sorprendente era que nadie se peleaba. Sango se limitó a dejarlo pasar y a seguir disfrutando de aquella buena suerte mientras pudiera.
De pronto Ben sintió que alguien le abrazaba por la cintura y se quedaba agarrado a él. Se había llevado un buen susto. Era la chica que le había acompañado por la tarde. Sango sonrió y escuchó el susurro de aquella mujer.
- He estado hablando con los muchachos y parece ser que hay un plan que vamos a poner en marcha. Luego te cuento.- Antes si quiera de que Ben pudiera responder la mujer se alejó con una agilidad y un sigilo asombroso.
Sango frunció el ceño y le dio vueltas a las palabras. ¿Qué tipo de plan? Ben descartó de inmediato un plan para distribuir el espacio una vez llegaran a la nueva ubicación. Dio por bueno que el plan que tenían sería entrar a robar e incluso intentar asesinar a cualquiera de esos seres. Ganas seguro que no faltaban y sobre todo después de haberles quitado las armas a todos ellos, aunque seguro habrían colado alguna con algún truco similar al que había utilizado Sango.
- Es aquí.- Dijo en voz alta.- Pueden acampar aquí hasta que se hayan arreglado los asuntos que hayan venido a tratar.- Se dio la vuelta y se alejó tranquilamente, tal y como había venido, se fue.
La gente pareció animarse un poco y empezaron a construir algo parecido a un campamento: primero unas fogatas y luego cada uno iba buscando un sitio donde colocar sus pertenencias y los más afortunados de tumbarse en un saco. Ben se sentía algo incómodo, de vez en cuando descubría a gente que le miraba fijamente mientras se calentaban las manos o charlaban en grupos reducidos. Decidió, entonces, tirar el saco al suelo y sacar el hacha, la cual miró fijamente y orgulloso de ella se la colgó en el cinto.
- Ven, por aquí.- Le asustó de nuevo la chica que ahora tiraba de su brazo. Ben la siguió y no pudo evitar fijarse en que muchos de los allí presentes les miraban. Alguno hasta sonreía.
- ¿Qué pasa? ¿Qué es ese plan del que me hablaste? ¿A dónde me llevas?- Ben estuvo así un rato hasta que decidió que no merecía la pena seguir preguntando. Se detuvieron a unos trescientos pasos del campamento. La chica se giró y caminó de espaldas mirándole.
- Quiero que me folles, aquí y ahora.- Empezó a jugar con un mechón de pelo. La luz de la luna ayudaba a distinguir esos detalles. Ben se sorprendió pero accedió y lo primero que dejó caer fue el cinturón con el hacha. El kag, hasta ahora callado, empezó a gruñir. Ben se giró y le miró, le gruñía a él. Ben le hizo un gesto para que se fuera, pero el kag seguía gruñendo. Entonces un pinchazo recorrió la espalda de Ben seguido de un sabor metálico en la boca. Ben escupió haciendo un sonido desagradable y el kag salió corriendo.
- ¿Vienes?- Ben se dio la vuelta y vio que la mujer estaba medio desnuda, sus pechos estaban ocultos tras la melena que caía en cascada desde su cabeza. Jugueteaba con sus pantalón y le sonreía. Ben se apresuró hacia ella mientras se quitaba la camisa. El sabor metálico persistía.
Cuando llegó a su altura, le puso las manos sobre los hombros y le apartó lentamente, hacia atrás, el cabello. Ella echó la cabeza hacia atrás como invitándole a acercarse más a ella. Y eso hizo. Se acercó dispuesto a que sus labios recorrieran cada una de las partes se su cuerpo, esperaba con ansias que ella correspondiera de igual manera, pero para ello alguien debía empezar y ese era él. Pero casi a medio palmo de distancia se quedó paralizado, el aire se escapó de sus pulmones y una sonrisa macabra se dibujó en la cara de la mujer.
- Nadie. Nadie, nos da órdenes, ¿lo has entendido?- Ben miró hacia abajo y vió el estilete clavado por completo en un costado, ella lo retorció y Ben cayó de rodillas, paralizado por dolor y el miedo. La punzada de dolor en la espalda volvió y terminó por derrumbarse.
Se llevó las manos al costado. Ella había dejado el estilete allí y se había marchado. La sangre salía a borbotones y no era capaz de emitir ningún sonido ni de dolor, rabia, auxilio, nada. Terminó por darse la vuelta y quedar boca arriba, mirando al cielo despejado, tan solo alguna nube poco intensa recorría el cielo. Su cuerpo se enfriaba y su energía menguaba. La oscuridad se empezaba a apoderar de él y simplemente se limitó a pensar en lo cerca que había estado de besar a aquella mujer. Justo en ese momento, sufrió una convulsión horrible, tanto fue así que su cuerpo se arqueó en una postura casi antinatural. Ben supo al instante lo que ocurría.
Sango, mientras se desvanecía, se acordó de Baslodia.
- Ah, jefe de seguridad de los humanos, le buscaba.- Se paró frente a él guarda que le había encargado buscar al kag.- Vamos a mover a todo este grupo a una zona más acogedora. Podréis montar el campamento... Hay poca luz pero sus compañeros ya han creado algunas fogatas que por supuesto tendrán que trasladar y después proceder a eliminar los restos de esas brasas. No se puede seguir entorpeciendo el paso por esta puerta.- Hizo una señal con el brazo hacia la puerta y después se giró de nuevo para mirarle a los ojos. Sango se cambió el saco de brazo.
- Sin problema, les seguiremos a donde crean conveniente.- Dijo con una amplia sonrisa.
Los condujeron hacia el norte, alejándose de las zonas edificadas, no obstante seguían cerca de la muralla. Según se alejaban, el sonido de la ciudad dio paso a las pisadas en la tierra, toses y algún grito de desesperación, pero nadie hablaba y lo que era más sorprendente era que nadie se peleaba. Sango se limitó a dejarlo pasar y a seguir disfrutando de aquella buena suerte mientras pudiera.
De pronto Ben sintió que alguien le abrazaba por la cintura y se quedaba agarrado a él. Se había llevado un buen susto. Era la chica que le había acompañado por la tarde. Sango sonrió y escuchó el susurro de aquella mujer.
- He estado hablando con los muchachos y parece ser que hay un plan que vamos a poner en marcha. Luego te cuento.- Antes si quiera de que Ben pudiera responder la mujer se alejó con una agilidad y un sigilo asombroso.
Sango frunció el ceño y le dio vueltas a las palabras. ¿Qué tipo de plan? Ben descartó de inmediato un plan para distribuir el espacio una vez llegaran a la nueva ubicación. Dio por bueno que el plan que tenían sería entrar a robar e incluso intentar asesinar a cualquiera de esos seres. Ganas seguro que no faltaban y sobre todo después de haberles quitado las armas a todos ellos, aunque seguro habrían colado alguna con algún truco similar al que había utilizado Sango.
- Es aquí.- Dijo en voz alta.- Pueden acampar aquí hasta que se hayan arreglado los asuntos que hayan venido a tratar.- Se dio la vuelta y se alejó tranquilamente, tal y como había venido, se fue.
La gente pareció animarse un poco y empezaron a construir algo parecido a un campamento: primero unas fogatas y luego cada uno iba buscando un sitio donde colocar sus pertenencias y los más afortunados de tumbarse en un saco. Ben se sentía algo incómodo, de vez en cuando descubría a gente que le miraba fijamente mientras se calentaban las manos o charlaban en grupos reducidos. Decidió, entonces, tirar el saco al suelo y sacar el hacha, la cual miró fijamente y orgulloso de ella se la colgó en el cinto.
- Ven, por aquí.- Le asustó de nuevo la chica que ahora tiraba de su brazo. Ben la siguió y no pudo evitar fijarse en que muchos de los allí presentes les miraban. Alguno hasta sonreía.
- ¿Qué pasa? ¿Qué es ese plan del que me hablaste? ¿A dónde me llevas?- Ben estuvo así un rato hasta que decidió que no merecía la pena seguir preguntando. Se detuvieron a unos trescientos pasos del campamento. La chica se giró y caminó de espaldas mirándole.
- Quiero que me folles, aquí y ahora.- Empezó a jugar con un mechón de pelo. La luz de la luna ayudaba a distinguir esos detalles. Ben se sorprendió pero accedió y lo primero que dejó caer fue el cinturón con el hacha. El kag, hasta ahora callado, empezó a gruñir. Ben se giró y le miró, le gruñía a él. Ben le hizo un gesto para que se fuera, pero el kag seguía gruñendo. Entonces un pinchazo recorrió la espalda de Ben seguido de un sabor metálico en la boca. Ben escupió haciendo un sonido desagradable y el kag salió corriendo.
- ¿Vienes?- Ben se dio la vuelta y vio que la mujer estaba medio desnuda, sus pechos estaban ocultos tras la melena que caía en cascada desde su cabeza. Jugueteaba con sus pantalón y le sonreía. Ben se apresuró hacia ella mientras se quitaba la camisa. El sabor metálico persistía.
Cuando llegó a su altura, le puso las manos sobre los hombros y le apartó lentamente, hacia atrás, el cabello. Ella echó la cabeza hacia atrás como invitándole a acercarse más a ella. Y eso hizo. Se acercó dispuesto a que sus labios recorrieran cada una de las partes se su cuerpo, esperaba con ansias que ella correspondiera de igual manera, pero para ello alguien debía empezar y ese era él. Pero casi a medio palmo de distancia se quedó paralizado, el aire se escapó de sus pulmones y una sonrisa macabra se dibujó en la cara de la mujer.
- Nadie. Nadie, nos da órdenes, ¿lo has entendido?- Ben miró hacia abajo y vió el estilete clavado por completo en un costado, ella lo retorció y Ben cayó de rodillas, paralizado por dolor y el miedo. La punzada de dolor en la espalda volvió y terminó por derrumbarse.
Se llevó las manos al costado. Ella había dejado el estilete allí y se había marchado. La sangre salía a borbotones y no era capaz de emitir ningún sonido ni de dolor, rabia, auxilio, nada. Terminó por darse la vuelta y quedar boca arriba, mirando al cielo despejado, tan solo alguna nube poco intensa recorría el cielo. Su cuerpo se enfriaba y su energía menguaba. La oscuridad se empezaba a apoderar de él y simplemente se limitó a pensar en lo cerca que había estado de besar a aquella mujer. Justo en ese momento, sufrió una convulsión horrible, tanto fue así que su cuerpo se arqueó en una postura casi antinatural. Ben supo al instante lo que ocurría.
Sango, mientras se desvanecía, se acordó de Baslodia.
- COSAS:
- Yo también ando muy liado fuera del foro y me resulta complicado estar al día con vosotros, chicos, pido disculpas.
Si necesitáis que me meta en alguna de vuestras tramas decidme y ya veo a ver cómo me meto- SPOILER DE LO QUE ME VA A PASAR DENTRO HAY MAS PROTECCIÓN LO ABRÍS BAJO VUESTRA RESPONSABILIDAD:
- [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] Hacia la mitad de ese post tenéis lo que va a pasar, si queréis echarle un vistazo, bien, si no esperad a ver que pasa
Sango
Héroe de Aerandir
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Re: Fundación de ciudad Lagarto [2º Parte] [Trama canon] [Libre 4/4] [Noche] [Cerrado]
-Pupila. - respondo con una sonrisa al escuchar su voz antes de traspasar la puerta. - Ven. - extiendo mi brazo derecho a un lado dejando el hueco perfecto para que ella se coja de él.
Al salir, veo como la marioneta nos mira analizandonos.
-Esperen un momento. Dije que viniera usted y dos acompañantes, ahora son tres. - la mujer parecía a punto de dar la alarma.
-Ella es mi pupila, debe de permanecer a mi lado para aprender. - respondo raudo. - Además, usted nos ha contado al entrar al castillo, ¿acaso está suponiendo que usted a tenido un error?
-Somos entidades perfectas, no cometemos errores, señor representante. - no hay rasto de emoción en el tono de la maquina, pero era evidente que estaba como ofendida, eso era bueno.
-Si son maquinas perfectas, ¿entonces está suponiendo que esta invalida muchacha tan joven ha podido traspasar las defensa de su fortaleza y alcanzar la habitación en la que nos han internado? ¿En serio? Estaremos a una altura de... - calculo con los dedos. - Unos tres metros, y nos no le ve a su pupila alas para volar. ¿Puede explicarme entonces qué ha sucedido?
La marioneta se queda quieta durante unos momentos como si estuviera haciendo diversos calculos, podía ver cierto sintoma de preocupación, aunque era dificil de identificar.
- No ha habido ningún tipo de error. En realidad ustedes no me entendieron bien, sólo tres podrán acceder a ver a la Gran Ingeniera en su despacho. Síganme. - la guía da una repentina vuelta y comienza a caminar por el pasillo.
- Perfecto pues. - sonrío para mi, al parecer la labia si que valía con aquellos seres.
Camino acercando el cuerpo de Alana al mio y disfrutando de su fragancia.
-Espero que todo os fuera bien. - le susurro con cierto tono amable. - Schott, tu pasaras con nosotros. Flint, tu esperaras fuera.
-Me hace un favor...
- Lo se.
Sonrío por el conocimiento que comienzo a obtener de mis subordinados. Es posible que la curiosidad de Schott fuera demasiado visible, y que era el unico que se tenía que meter en algunas ocasiones la lengua en el culo, con su reacción en la habitación ante la aparición de Alana casi había dado al traste con el plan. Pero se le veía una persona humilde y con una recta disciplina, más que la que podía encontrar en toda aquella turba. Ese era su valor, su disciplina, en muchas casos tener disciplina era más poderoso que tener fuerza. Y precisamente en este momento no debemos demostrar más fuerza de la necesaria, sólo una pequeña muestra que les haga tenernos en cuenta para que nos vean como un insecto al que pudieran aplastar con los dedos.
Unos minutos despues de iniciar la marcha veo como ante nosotros se presenta una enorme puerta metálica con diversos mecanismos que no podía saber con exactitud si eran decoración o funcionales. Sin duda, aquella exuberancia marcaban la presencia de alguien importante en su interior, ya fuera maquina o orgánico, todos teníamos algo en común, el ego. Descubro pronto la función de los mecanismos, no están sólo paa decorar, pues se mueven para abrir el portón.
Cuando esas pesadas se abren nos muestran un interior con diversos objetos extraños. Hay diferentes ingenios metálicos inacabadas o destruidos colocados en ganchos o estanterías. Urnas de cristal con un viscoso liquido amarillo y otras con algo que parece agua. En su interior hay piezas metalicas y otras están vacías. Para mi aquel lugar era el laboratorio alquímico más grande del mundo. Ni siquiera en el Hekshold contaba con algo así, por lo que me es difícil esconder mi admiración.
-Le veo impresionado señor representante. - una voz femenina me sobresalta. Era la de la guía. ¿Podía notar cierto tono de venganza?
-Es un estúpido orgánico, les sacas de sus chozas de barro y se pierden. - otra voz femenina al fondo de la sala.
Al seguir el sonido veo a una mujer que porta una especie de casco con luces y que lleva en su espalda unos cilindros de los que salen unos tubos con luz propia que van conectado zonas de su cuerpo. Sin lugar a dudas era la dueña del lugar. Me hace sonreír.
- Debo reconocerle lo de las chozas de barro, al fin de cuentas es lo que es un ladrillo. Simple barro moldeado. - mi sonrisa se amplía y doy un paso adelante. - Aún así, debo felicitaros por vuestro laboratorio. Nos no tiene ninguna clase de pudor en decir que deja atrás a cualquier laboratorio creado por un... orgánico como nos llamáis. - la miro fijamente intentando analizarla, el juego acababa de empezar.
La Gran Ingeniera me mira con cierta curiosidad analitica, ¿estaría pensando en mi como un cumulo de piezas como las que tenía en la mesa en la que estaba trabajando?
-S374, no me has informado que me traías a un orgánico sin orgullo. - mira a la guía y luego a mi. - ¿Acaso no sentís ofensa?
-¿Debería? Vuestra definición en cuanto a nosotros es correcta. Somos orgánicos, quien no lo admita es imbécil y quien se ofenda por ello lo es aún más. - sonrío. - Y en cuanto a lo de estúpido, nos no se considera una persona estúpida. Por lo que nunca considerare que tal apelativo vaya dirigido a nos. Más bien entendí que os referías ha Schott.- señalo al guardaespaldas. - ¿Nos ha errado?
-Si, habéis errado. - responde con soltura aunque se levanta de la mesa y se acerca a nosotros. -Iba dirigido a todos vosotros. - se pone frente a nosotros desafiante.
-Entonces la que ha errado con su análisis sobre nos es vos. Y por ende S374, me dijo que erais seres perfectos. Nos se siente decepcionado.
La marioneta jefe sonríe por un momento. Era la primera sonrisa sincera que veía en todos aquellos seres. Aquella maquina no era como el resto, era especial. Por eso seguramente era su líder, o una de ellos. Eso podía complicar más las cosas.
-Has captado lo suficiente mi interés como para dedicarte una porción de mi tiempo, orgánico. Los luberus tendrán que esperar por ahora.
Al parecer hemos superado la primera prueba pero el juego acababa de empezar, un juego que, como era de esperar, tenía un tinte mortal.
Al salir, veo como la marioneta nos mira analizandonos.
-Esperen un momento. Dije que viniera usted y dos acompañantes, ahora son tres. - la mujer parecía a punto de dar la alarma.
-Ella es mi pupila, debe de permanecer a mi lado para aprender. - respondo raudo. - Además, usted nos ha contado al entrar al castillo, ¿acaso está suponiendo que usted a tenido un error?
-Somos entidades perfectas, no cometemos errores, señor representante. - no hay rasto de emoción en el tono de la maquina, pero era evidente que estaba como ofendida, eso era bueno.
-Si son maquinas perfectas, ¿entonces está suponiendo que esta invalida muchacha tan joven ha podido traspasar las defensa de su fortaleza y alcanzar la habitación en la que nos han internado? ¿En serio? Estaremos a una altura de... - calculo con los dedos. - Unos tres metros, y nos no le ve a su pupila alas para volar. ¿Puede explicarme entonces qué ha sucedido?
La marioneta se queda quieta durante unos momentos como si estuviera haciendo diversos calculos, podía ver cierto sintoma de preocupación, aunque era dificil de identificar.
- No ha habido ningún tipo de error. En realidad ustedes no me entendieron bien, sólo tres podrán acceder a ver a la Gran Ingeniera en su despacho. Síganme. - la guía da una repentina vuelta y comienza a caminar por el pasillo.
- Perfecto pues. - sonrío para mi, al parecer la labia si que valía con aquellos seres.
Camino acercando el cuerpo de Alana al mio y disfrutando de su fragancia.
-Espero que todo os fuera bien. - le susurro con cierto tono amable. - Schott, tu pasaras con nosotros. Flint, tu esperaras fuera.
-Me hace un favor...
- Lo se.
Sonrío por el conocimiento que comienzo a obtener de mis subordinados. Es posible que la curiosidad de Schott fuera demasiado visible, y que era el unico que se tenía que meter en algunas ocasiones la lengua en el culo, con su reacción en la habitación ante la aparición de Alana casi había dado al traste con el plan. Pero se le veía una persona humilde y con una recta disciplina, más que la que podía encontrar en toda aquella turba. Ese era su valor, su disciplina, en muchas casos tener disciplina era más poderoso que tener fuerza. Y precisamente en este momento no debemos demostrar más fuerza de la necesaria, sólo una pequeña muestra que les haga tenernos en cuenta para que nos vean como un insecto al que pudieran aplastar con los dedos.
Unos minutos despues de iniciar la marcha veo como ante nosotros se presenta una enorme puerta metálica con diversos mecanismos que no podía saber con exactitud si eran decoración o funcionales. Sin duda, aquella exuberancia marcaban la presencia de alguien importante en su interior, ya fuera maquina o orgánico, todos teníamos algo en común, el ego. Descubro pronto la función de los mecanismos, no están sólo paa decorar, pues se mueven para abrir el portón.
Cuando esas pesadas se abren nos muestran un interior con diversos objetos extraños. Hay diferentes ingenios metálicos inacabadas o destruidos colocados en ganchos o estanterías. Urnas de cristal con un viscoso liquido amarillo y otras con algo que parece agua. En su interior hay piezas metalicas y otras están vacías. Para mi aquel lugar era el laboratorio alquímico más grande del mundo. Ni siquiera en el Hekshold contaba con algo así, por lo que me es difícil esconder mi admiración.
-Le veo impresionado señor representante. - una voz femenina me sobresalta. Era la de la guía. ¿Podía notar cierto tono de venganza?
-Es un estúpido orgánico, les sacas de sus chozas de barro y se pierden. - otra voz femenina al fondo de la sala.
Al seguir el sonido veo a una mujer que porta una especie de casco con luces y que lleva en su espalda unos cilindros de los que salen unos tubos con luz propia que van conectado zonas de su cuerpo. Sin lugar a dudas era la dueña del lugar. Me hace sonreír.
- Debo reconocerle lo de las chozas de barro, al fin de cuentas es lo que es un ladrillo. Simple barro moldeado. - mi sonrisa se amplía y doy un paso adelante. - Aún así, debo felicitaros por vuestro laboratorio. Nos no tiene ninguna clase de pudor en decir que deja atrás a cualquier laboratorio creado por un... orgánico como nos llamáis. - la miro fijamente intentando analizarla, el juego acababa de empezar.
La Gran Ingeniera me mira con cierta curiosidad analitica, ¿estaría pensando en mi como un cumulo de piezas como las que tenía en la mesa en la que estaba trabajando?
-S374, no me has informado que me traías a un orgánico sin orgullo. - mira a la guía y luego a mi. - ¿Acaso no sentís ofensa?
-¿Debería? Vuestra definición en cuanto a nosotros es correcta. Somos orgánicos, quien no lo admita es imbécil y quien se ofenda por ello lo es aún más. - sonrío. - Y en cuanto a lo de estúpido, nos no se considera una persona estúpida. Por lo que nunca considerare que tal apelativo vaya dirigido a nos. Más bien entendí que os referías ha Schott.- señalo al guardaespaldas. - ¿Nos ha errado?
-Si, habéis errado. - responde con soltura aunque se levanta de la mesa y se acerca a nosotros. -Iba dirigido a todos vosotros. - se pone frente a nosotros desafiante.
-Entonces la que ha errado con su análisis sobre nos es vos. Y por ende S374, me dijo que erais seres perfectos. Nos se siente decepcionado.
La marioneta jefe sonríe por un momento. Era la primera sonrisa sincera que veía en todos aquellos seres. Aquella maquina no era como el resto, era especial. Por eso seguramente era su líder, o una de ellos. Eso podía complicar más las cosas.
-Has captado lo suficiente mi interés como para dedicarte una porción de mi tiempo, orgánico. Los luberus tendrán que esperar por ahora.
Al parecer hemos superado la primera prueba pero el juego acababa de empezar, un juego que, como era de esperar, tenía un tinte mortal.
Última edición por Rumpel el Miér Nov 14 2018, 13:24, editado 1 vez
Rumpel
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Re: Fundación de ciudad Lagarto [2º Parte] [Trama canon] [Libre 4/4] [Noche] [Cerrado]
Alana no prestó atención al hombre caído, ni a sus preguntas. Ya lo conocía de vista y sabía su nombre por cómo le hablaban los otros, además le estudio antes de trepar por la puerta. De hecho, conocía a todos con los que Rumpel tenía trato, no les habló nunca ni se ha revelado, pero si los ha estudiado, para saber quién era de confianza y quien no. Pero no solo los observaba reunía información sobre ellos, cosas que podrían ser útiles para manipularlos en situaciones “complicadas”. Schott, no era la excepción.
Pero ahora, en realidad, se sentía cansada y la herida aún la envenenaba la sangre. No se sentía con demasiadas ganas de aparentar ser amable o encantadora, pero esta era una misión importante para su Maestro y ella no le decepcionaría. De alguna forma el “vinculo” entre ellos era un poco extraño, la controlaba demasiado, pero a la vez se sentía a gusto con aquel control que la sacaba de quicio. Contradicciones, puras contradicciones. Pero tenía que ser amable y jugar bien su papel, por lo que elimino todo estado de cansancio, dolor y conocimiento de quien eran ellos de su rostro.
La vampiresa movió sus labios en una sonrisa leve y aceptó la mano que estaba ante ella, mientras observo al otro humano con la mirada llena de hielo. Tendió su mano apretando con delicadeza la cálida y callosa piel del hombre. Mientras revelaba su propia piel marcada por cicatrices y tatuajes, junto con la nueva herida regalo de aquel escorpión, mientras la tela se deslizaba con facilidad por el movimiento.
“Mano de un guerrero, pero tan fácil de asustar como a una doncella…. Interesante combinación…”
-El placer es todo mío, encanto –le miro a los ojos con su rostro tranquilo y casi imperturbable…mientras sus pupilas cambiaron de color de forma incontrolable, de morado a rojo y de vuelta al morado…-Soy Alana y sobre lo otro….-puso un dedo en los labios en señal de silencio y le guiño un ojo….-la próxima vez no des por sentado que tienes la espalda protegida….
Con un movimiento felino se aproximó a Rumpel y ocupó el lugar que él ha preparado apegada a su cuerpo. Dedico al hombre una mirada de complicidad y satisfacción. Pudo sentir cierto alivio al verla, o puede que lo haya mal interpretará con su Maestro nunca se sabía, pero la gustaría creer que sí. Con un movimiento y su cuerpo quedo perfectamente encajado contra el de él, cómo si llevarán así mucho tiempo.
La conversación de Rumpel con la BIO era “fácil”, era de esperar, pero aun así casi interviene. Pero mantuvo su rostro impasible y tan solo retiró algunos mechones hacía atrás, por si necesitaba intervenir, una advertencia no verbal, sin duda para aquel que pueda entenderla.
Pero todo pareció ir bien, y ya avanzaban por los pasillos. Alana observo por un instante a Schott, no entendía por qué su maestro la ha escogido si el otro guardia era más concentrado y hablaba menos. Le miró valorándolo.
“Es peligroso, ¿lo sabes, verdad?”
Después se giró a Rumpel y en susurros poco audibles habló, mientras caminaban por los pasillos, de los que ella solo observaba las posibles vías de escape y a los guardias.
-La zona esta entera plagada de vigilancia, patrullas constantes de dos en dos y grupos de 12, además zonas de vigilancia constantes camufladas por toda el área y eso sin contar maquinas en forma de lobos-perros que solo he visto por la zona del castillo, pero estoy segura de que hay por ahí más sueltos y andan de tres en tres. Las armas son de excelente calidad y sus armaduras también, de normal llevan una espada y dos cuchillos, además de algo en su cinturón que no sé lo que es…. Además justo bajo la sala en la que estaban hay otra repleta de guardias, que parecen intranquilos… En total, hay unos 100 de guardia ahora mismo, sin contar las de 50 por la muralla…Y el castillos visibles han sido unos 30, pero diría que hay bastantes más…
Miró a la guía que esta ante ellos caminando, se estremeció un poco mientras volvía mentalmente a las fosas con los cadáveres, hasta para ella era algo demasiado. No demasiado sangriento o violento, sino la cantidad, ni una batalla se llevaba tantas vidas. Alana nunca ha visto tantos cuerpos de una vez, no sabría si felicitar a los BIO por ello, o eliminarlos. Pero sin duda, eran mucho más peligrosos de lo que podía suponer.
-Pero lo más importante son dos fosas con restos humanos que he encontrado. Son enormes, y hay cuerpos mutilados. Es como si alguien les hiciera experimentos, los descuartizará a posta. La cantidad es algo impresionante. La primera fosa esta junto al rio, no muy lejos del puente. Una de las fosas está situado justo ante un edificio nada llamativo, cerca de un bosque, pero intuyó que será o puede ser una especie de “matadero” o un laboratorio para crear a más como ella...
Comento la vampiresa, con discreción y sin alterar su voz en lo más mínimo, como si lo que estaba contando a Rumpel era un suceso de lo más cotidiano y normal.
La vampiresa también habló del cementerio de los mecánicos y sobre la torre que estaba al otro lado. Otro laboratorio, sobre la mariposa mecánica y sobre el escorpión, mostrando por un instante la mano infectada en aceite.
Había mucho más que contarle, pero el pasillo acabó y una puerta metálica era el único problema para avanzar pero esta se ha abierto y los ojos de la vampiresa se agrandaron.
Sus ojos devoraron cada estante y cada aparato extraño que estaba ahí. Una sonrisa amplia afloro en su rostro tan solo por unos segundos, un sentimiento real de lo que los humanos llamarían “felicidad” la hizo disfrutar de aquello. Pero su rostro de muñeca volvió a ser frio mientras observaba a una figura al final de la sala, un ser tan diferente a ellos.
Alana no hizo movimientos bruscos solo se alejó un paso hacia Schott, mientras Rumpel avanzo hablando con aquella mujer. Sin duda era más inteligente que otros BIO, no era tan simple y con todo aquello sobre ella.
-Mantén los ojos bien abiertos y no hables, encanto. Y si salimos de una pieza de aquí será mérito de todos.
Susurro ella, al humano, mientras observo aquel sitio por posibles salidas y buscando cosas de utilidad. Aunque tenía armas escondidas por todo el vestido. No serían de gran utilidad, pero aun así Alana repasó parte de su corpiño sintiendo la vara metálica afilada.
La fémina escucho la conversación. No la sorprendió que su Maestro estaba llevando a aquellas maquinas por el camino que él deseaba.
“En serio consideran “orgánico” un insulto… Creo que subestime un poco las cualidades intelectuales…”
Casi hace un suspiro dramático por sus pensamientos, pero su rostro quedo impasible, autocontrol. Alana ya había divisado tres puertas incluyendo la que tenían tras ellos y tan solo a las dos máquinas, sin contar aquella máquina en forma de lobo…
“Asique luberus….”
Ya había presenciado como corre aquella criatura de metal, no sería fácil de esquivar. Miro al humano y casi consideró si él se salvaría.
“Carne de distracción, ahora si le veo utilidad aquí…a pesar de que hay tan poca información por ahí sobre él…”
La líder de los BIO se acercó a ellos y la vampiresa la estudió, preguntándose si de verdad todas estas cosas en ella eran de utilidad y que pasaría su fueran arrancados. Miro a S374, ella era diferente, con aspecto totalmente humano, asique tendría los mismos puntos débiles que uno. No veía armas, pero estaba segura que estaban bien protegida, pero nada parecía hacerla ver que fueran necesarias en esta ocasión…Alana se relajó un poco, pero seguía como una esfinge tras Rumpel siguiendo con los ojos los movimientos de las mujeres y de todas las cosas extrañas que se movían en este sitio tan fascinante. La encantaría tocarlo todo y enterarse para que sirve cada una de aquellas máquinas.
La mujer deseo tener un sitio similar para ella misma.
Pero ahora, en realidad, se sentía cansada y la herida aún la envenenaba la sangre. No se sentía con demasiadas ganas de aparentar ser amable o encantadora, pero esta era una misión importante para su Maestro y ella no le decepcionaría. De alguna forma el “vinculo” entre ellos era un poco extraño, la controlaba demasiado, pero a la vez se sentía a gusto con aquel control que la sacaba de quicio. Contradicciones, puras contradicciones. Pero tenía que ser amable y jugar bien su papel, por lo que elimino todo estado de cansancio, dolor y conocimiento de quien eran ellos de su rostro.
La vampiresa movió sus labios en una sonrisa leve y aceptó la mano que estaba ante ella, mientras observo al otro humano con la mirada llena de hielo. Tendió su mano apretando con delicadeza la cálida y callosa piel del hombre. Mientras revelaba su propia piel marcada por cicatrices y tatuajes, junto con la nueva herida regalo de aquel escorpión, mientras la tela se deslizaba con facilidad por el movimiento.
- Cicatrices y marcas de Alana:
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“Mano de un guerrero, pero tan fácil de asustar como a una doncella…. Interesante combinación…”
-El placer es todo mío, encanto –le miro a los ojos con su rostro tranquilo y casi imperturbable…mientras sus pupilas cambiaron de color de forma incontrolable, de morado a rojo y de vuelta al morado…-Soy Alana y sobre lo otro….-puso un dedo en los labios en señal de silencio y le guiño un ojo….-la próxima vez no des por sentado que tienes la espalda protegida….
- Ojos:
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Con un movimiento felino se aproximó a Rumpel y ocupó el lugar que él ha preparado apegada a su cuerpo. Dedico al hombre una mirada de complicidad y satisfacción. Pudo sentir cierto alivio al verla, o puede que lo haya mal interpretará con su Maestro nunca se sabía, pero la gustaría creer que sí. Con un movimiento y su cuerpo quedo perfectamente encajado contra el de él, cómo si llevarán así mucho tiempo.
La conversación de Rumpel con la BIO era “fácil”, era de esperar, pero aun así casi interviene. Pero mantuvo su rostro impasible y tan solo retiró algunos mechones hacía atrás, por si necesitaba intervenir, una advertencia no verbal, sin duda para aquel que pueda entenderla.
Pero todo pareció ir bien, y ya avanzaban por los pasillos. Alana observo por un instante a Schott, no entendía por qué su maestro la ha escogido si el otro guardia era más concentrado y hablaba menos. Le miró valorándolo.
“Es peligroso, ¿lo sabes, verdad?”
Después se giró a Rumpel y en susurros poco audibles habló, mientras caminaban por los pasillos, de los que ella solo observaba las posibles vías de escape y a los guardias.
-La zona esta entera plagada de vigilancia, patrullas constantes de dos en dos y grupos de 12, además zonas de vigilancia constantes camufladas por toda el área y eso sin contar maquinas en forma de lobos-perros que solo he visto por la zona del castillo, pero estoy segura de que hay por ahí más sueltos y andan de tres en tres. Las armas son de excelente calidad y sus armaduras también, de normal llevan una espada y dos cuchillos, además de algo en su cinturón que no sé lo que es…. Además justo bajo la sala en la que estaban hay otra repleta de guardias, que parecen intranquilos… En total, hay unos 100 de guardia ahora mismo, sin contar las de 50 por la muralla…Y el castillos visibles han sido unos 30, pero diría que hay bastantes más…
Miró a la guía que esta ante ellos caminando, se estremeció un poco mientras volvía mentalmente a las fosas con los cadáveres, hasta para ella era algo demasiado. No demasiado sangriento o violento, sino la cantidad, ni una batalla se llevaba tantas vidas. Alana nunca ha visto tantos cuerpos de una vez, no sabría si felicitar a los BIO por ello, o eliminarlos. Pero sin duda, eran mucho más peligrosos de lo que podía suponer.
-Pero lo más importante son dos fosas con restos humanos que he encontrado. Son enormes, y hay cuerpos mutilados. Es como si alguien les hiciera experimentos, los descuartizará a posta. La cantidad es algo impresionante. La primera fosa esta junto al rio, no muy lejos del puente. Una de las fosas está situado justo ante un edificio nada llamativo, cerca de un bosque, pero intuyó que será o puede ser una especie de “matadero” o un laboratorio para crear a más como ella...
Comento la vampiresa, con discreción y sin alterar su voz en lo más mínimo, como si lo que estaba contando a Rumpel era un suceso de lo más cotidiano y normal.
La vampiresa también habló del cementerio de los mecánicos y sobre la torre que estaba al otro lado. Otro laboratorio, sobre la mariposa mecánica y sobre el escorpión, mostrando por un instante la mano infectada en aceite.
Había mucho más que contarle, pero el pasillo acabó y una puerta metálica era el único problema para avanzar pero esta se ha abierto y los ojos de la vampiresa se agrandaron.
Sus ojos devoraron cada estante y cada aparato extraño que estaba ahí. Una sonrisa amplia afloro en su rostro tan solo por unos segundos, un sentimiento real de lo que los humanos llamarían “felicidad” la hizo disfrutar de aquello. Pero su rostro de muñeca volvió a ser frio mientras observaba a una figura al final de la sala, un ser tan diferente a ellos.
Alana no hizo movimientos bruscos solo se alejó un paso hacia Schott, mientras Rumpel avanzo hablando con aquella mujer. Sin duda era más inteligente que otros BIO, no era tan simple y con todo aquello sobre ella.
-Mantén los ojos bien abiertos y no hables, encanto. Y si salimos de una pieza de aquí será mérito de todos.
Susurro ella, al humano, mientras observo aquel sitio por posibles salidas y buscando cosas de utilidad. Aunque tenía armas escondidas por todo el vestido. No serían de gran utilidad, pero aun así Alana repasó parte de su corpiño sintiendo la vara metálica afilada.
La fémina escucho la conversación. No la sorprendió que su Maestro estaba llevando a aquellas maquinas por el camino que él deseaba.
“En serio consideran “orgánico” un insulto… Creo que subestime un poco las cualidades intelectuales…”
Casi hace un suspiro dramático por sus pensamientos, pero su rostro quedo impasible, autocontrol. Alana ya había divisado tres puertas incluyendo la que tenían tras ellos y tan solo a las dos máquinas, sin contar aquella máquina en forma de lobo…
“Asique luberus….”
Ya había presenciado como corre aquella criatura de metal, no sería fácil de esquivar. Miro al humano y casi consideró si él se salvaría.
“Carne de distracción, ahora si le veo utilidad aquí…a pesar de que hay tan poca información por ahí sobre él…”
La líder de los BIO se acercó a ellos y la vampiresa la estudió, preguntándose si de verdad todas estas cosas en ella eran de utilidad y que pasaría su fueran arrancados. Miro a S374, ella era diferente, con aspecto totalmente humano, asique tendría los mismos puntos débiles que uno. No veía armas, pero estaba segura que estaban bien protegida, pero nada parecía hacerla ver que fueran necesarias en esta ocasión…Alana se relajó un poco, pero seguía como una esfinge tras Rumpel siguiendo con los ojos los movimientos de las mujeres y de todas las cosas extrañas que se movían en este sitio tan fascinante. La encantaría tocarlo todo y enterarse para que sirve cada una de aquellas máquinas.
La mujer deseo tener un sitio similar para ella misma.
- Laboratorio:
Alana
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Re: Fundación de ciudad Lagarto [2º Parte] [Trama canon] [Libre 4/4] [Noche] [Cerrado]
El corazón aun me latía veloz tras el susto de la mujer cuando sorpresivamente aceptó mi saludo, no pude más que tragar saliva cuando me dedicó una mirada que me puso todos y cada uno de los pelos de punta, unos penetrantes ojos morados, preciosos y brillantes como zafiros que parecían querer socavar mi alma.
Sin embargo, también pude ver como un importante número de cicatrices y tatuajes surcaban su por lo demás más que perfecto brazo, pero apenas podía pensar en otra cosa mas que en su mirada, espera, ¿sus ojos habían cambiado de color?, no podía ser, tragué saliva.
-S... sí señora, gracias señora, lo..lo tendré en cuenta- articulé lo mejor que pude.
Sin apenas darme cuenta ya se había situado junto al juez, dejándome sólo, de piedra y con el apenas perceptible rastro de su perfume.
-La tienes hecha chaval- me susurró bromeando Flint dándome otra colleja, yo apenas podía mantener firmes las piernas.
La joven continuó conversando alegremente con Rumpel hasta que llegamos al final del pasillo
-Si señor- Asentí aliviado ante la orden de Rumpel, me habría dolido muchísimo quedarme atrás ahora que estábamos tan cerca del final, aunque pensándolo bien quizás no fuese tan buena noticia, fuese lo que fuese lo que nos aguardaba dentro de la estancia era peligroso, quedarse fuera tal vez te daba alguna oportunidad de salvación más, aunque tampoco me haría gracia quedarme solo en este tétrico edifico.
-Buena suerte- le dije al guardia a modo de despedida con un amigable golpe en el hombro.
-Gracias, vosotros sí que la necesitareis, os cubriré las espaldas- dijo antes de volver a la sala de espera.
Una vez dentro del taller el espectáculo era aun mas impresionante que todo lo que habíamos visto, decenas, no, cientos de artilugios poblaban la sala, casi todos de extraña construcción y uso, me estaba costando muchísimo mantener la curiosidad a raya, pero debía serenarme, el juez había confiado en mí y no podía defraudarle, así que me ceñí a caminar tras el y la mujer en actitud de escolta, sin por ello privarme de admirar todo lo que me rodeaba, ya pasaría mis impresiones al cuaderno luego.
Por fin, entre todos los útiles del laboratorio podemos admirar a la que sin duda es la gran ingeniera, una mujer que portaba una especie de mochila con cableado que retorna a su cuerpo, y un extraño casco iluminado, imagino que para controlar diferentes aparatos y máquinas.
El juez comienza a entablar conversación con ella, era cierto lo que decían de su afamada labia.
Asentí firme al susurro de Alana, tenía que demostrar mi valía, seguro que pensaban que era el típico tonto que había acabado allí de casualidad…bueno y algo de razón tenían, pero era mucho más que eso, estaría a la altura.
Estaba ensimismado contemplando algunos de los frascos gigantes, parece que estaban experimentando con…no sé... ¿uniones de orgánico y mecánico tal vez?
Me pareció que algo en un tubo se movía cuando oí mencionar mi nombre.
- ¿Eh? - pregunté, mierda, han dicho algo de mí, y seguro que era malo, ¿qué ha sido? Mecaguen la leche.
La ingeniera se nos acercó, sin duda era mucho mas sofisticada que cuantos biociberneticos nos habíamos cruzado hasta ahora, dijo también algo de unos luberus, ¿que será eso?, mierda, seguro que era algo malo.
Mantuve mi posición como una estatua guardando al juez, así como me habían enseñado en la guardia, en un radio de unos tres pasos para no molestar, pero lo bastante cerca como para intervenir veloz de ser preciso, aunque la cosa parecía ir muy bien, tal vez todo esto discurriese tranquilo, al fin y al cabo, mmm, ya casi podía saborear una buena pinta al regreso al campamento.
Sin embargo, también pude ver como un importante número de cicatrices y tatuajes surcaban su por lo demás más que perfecto brazo, pero apenas podía pensar en otra cosa mas que en su mirada, espera, ¿sus ojos habían cambiado de color?, no podía ser, tragué saliva.
-S... sí señora, gracias señora, lo..lo tendré en cuenta- articulé lo mejor que pude.
Sin apenas darme cuenta ya se había situado junto al juez, dejándome sólo, de piedra y con el apenas perceptible rastro de su perfume.
-La tienes hecha chaval- me susurró bromeando Flint dándome otra colleja, yo apenas podía mantener firmes las piernas.
La joven continuó conversando alegremente con Rumpel hasta que llegamos al final del pasillo
-Si señor- Asentí aliviado ante la orden de Rumpel, me habría dolido muchísimo quedarme atrás ahora que estábamos tan cerca del final, aunque pensándolo bien quizás no fuese tan buena noticia, fuese lo que fuese lo que nos aguardaba dentro de la estancia era peligroso, quedarse fuera tal vez te daba alguna oportunidad de salvación más, aunque tampoco me haría gracia quedarme solo en este tétrico edifico.
-Buena suerte- le dije al guardia a modo de despedida con un amigable golpe en el hombro.
-Gracias, vosotros sí que la necesitareis, os cubriré las espaldas- dijo antes de volver a la sala de espera.
Una vez dentro del taller el espectáculo era aun mas impresionante que todo lo que habíamos visto, decenas, no, cientos de artilugios poblaban la sala, casi todos de extraña construcción y uso, me estaba costando muchísimo mantener la curiosidad a raya, pero debía serenarme, el juez había confiado en mí y no podía defraudarle, así que me ceñí a caminar tras el y la mujer en actitud de escolta, sin por ello privarme de admirar todo lo que me rodeaba, ya pasaría mis impresiones al cuaderno luego.
Por fin, entre todos los útiles del laboratorio podemos admirar a la que sin duda es la gran ingeniera, una mujer que portaba una especie de mochila con cableado que retorna a su cuerpo, y un extraño casco iluminado, imagino que para controlar diferentes aparatos y máquinas.
El juez comienza a entablar conversación con ella, era cierto lo que decían de su afamada labia.
Asentí firme al susurro de Alana, tenía que demostrar mi valía, seguro que pensaban que era el típico tonto que había acabado allí de casualidad…bueno y algo de razón tenían, pero era mucho más que eso, estaría a la altura.
Estaba ensimismado contemplando algunos de los frascos gigantes, parece que estaban experimentando con…no sé... ¿uniones de orgánico y mecánico tal vez?
Me pareció que algo en un tubo se movía cuando oí mencionar mi nombre.
- ¿Eh? - pregunté, mierda, han dicho algo de mí, y seguro que era malo, ¿qué ha sido? Mecaguen la leche.
La ingeniera se nos acercó, sin duda era mucho mas sofisticada que cuantos biociberneticos nos habíamos cruzado hasta ahora, dijo también algo de unos luberus, ¿que será eso?, mierda, seguro que era algo malo.
Mantuve mi posición como una estatua guardando al juez, así como me habían enseñado en la guardia, en un radio de unos tres pasos para no molestar, pero lo bastante cerca como para intervenir veloz de ser preciso, aunque la cosa parecía ir muy bien, tal vez todo esto discurriese tranquilo, al fin y al cabo, mmm, ya casi podía saborear una buena pinta al regreso al campamento.
- Off:
- Disculpad por la demora en postear, me ha sido imposible escribir antes, pero lo peor del trabajo ya ha pasado
Schott
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Re: Fundación de ciudad Lagarto [2º Parte] [Trama canon] [Libre 4/4] [Noche] [Cerrado]
La transformación fue muchísimo más dolorosa que la primera vez. Lo primero, fueron las patas y el resto fue fluyendo de abajo hacia arriba. El proceso estuvo marcado por un intenso dolor en la espalda y en el costado en el que le había clavado el puñal. Pero todo desapareció.
Sin embargo cuando abrió los ojos, y fue consciente de lo que había pasado, no sintió nada más que cansancio. Un profundo y letal cansancio que en nada se parecía a la sensación que había tenido la primera vez de euforia, curiosidad y miedo. Bufó y se dio cuenta de que veía perfectamente todo lo que le rodeaba pese a la oscuridad. Vio, a lo lejos, el campamento donde los había reubicado y vio cómo celebraban y festejaban, seguramente su muerte. La ira se apoderó de Sango y quiso desplegar las alas para ir a cobrar su venganza, pero no pudo hacerlo. La frustración se apoderó de él y empezó a hacer movimientos bruscos para desplegar por completo las alas y alzar el vuelo. No pudo.
Gritó. El grito pareció congelar el tiempo, porque cuando recobró el control, todo el campamento se había quedado mudo y en los ojos de aquellas pobres almas había desconcierto, miedo e incluso terror.
Ben decidió echar a correr pero en dirección contraria "si esa gentuza se ha dado cuenta de que estoy aquí. ¿quién no lo habrá hecho?", pensó asustado. Con movimientos extrañamente elegantes para su tamaño, se dio la vuelta y echó a correr todo lo rápido que podía. Durante la carrera pensó en aquello que le estaba pasando, nunca había manifestado signos de dracomorfismo (por llamarlo de alguna manera) y sin embargo, allí estaba él, convertido en dragón por obra y gracia de los Dioses. No cabía duda de que tenía que aprender a controlar aquello y para ello necesitaba ayuda y sólo conocía a una persona capaz de ayudarle.
Casi por arte de arte de magia aparecieron tres personas delante de él cargando, cada una de ellas, una especie de arpón y que no dudaron en disparar al mismo tiempo. Ben, haciendo gala de reflejos, se puso de lado y de su piel surgieron unas púas, como lanzas, que destrozaron los arpones cuando impactaron en Sango. Y aprovechando la inercia de su propio movimiento, giró sobre si mismo lanzando la cola hacia sus adversarios a los que impactó de lleno antes de que pudieran si quiera volver a cargar sus armas y disparar. Al advertir voces que se dirigían hacia él, volvió a gritar, mucho más fuerte esta vez y se puso sobre sus dos patas traseras y dejó caer todo el peso en las dos delanteras. Aquel golpe provocó, en primer lugar, que una de las estructuras cercanas cediera y se combara sensiblemente y por otra parte que sus alas se desplegaran, cosa que no tardó en aprovechar pues justo fue consciente de que podía alzar el vuelo, lo hizo.
Los arpones volaron a su alrededor cuando alzaba el vuelo y cuando pasó la primera oleada, Ben estaba demasiado alto como para que le pudieran alcanzar. Voló muy alto, tanto como pudo y pudo ver todo el paisaje, incluso en la noche, sus sentidos como dragón eran muchísimo más agudos y precisos que como simple humano. Fue consciente de la gran extensión de terreno que ocupaba aquella ciudad. Pensó en cómo habrían llegado allí aquellas gentes, en cómo se habrían asentado y en cómo habrían edificado de aquella manera tan poco común en aquel mundo. Pensó en la única bio que conocía, la chica con el pelo...
Sus ojos se cerraron.
Cuando los volvió a abrir caía en picado hacia el suelo. Aleteó con fuerza y gritó con mucha más fuerza aún para alertar del inminente impacto pero al final pudo recobrar el control lo justo para evitar chocar contra una gran torre que había en la ciudad. Después de aquello, volvió el dolor punzante en la espalda y se dio cuenta de de que debía ir a tierra lo antes posible. Quiso buscar un sitio pero fue demasiado tarde. Sus ojos se volvieron a cerrar.
A su alrededor, las voces le llegaban como un lejano eco.
- Cogedlo, y llevarlo al dos be.-
- Está a máxima capacidad.-
- Sacad a los que lleven... terreno...-
- ... inmovilizado?-
- Sí... operar la herida... objeto punzante.-
Sintió el contacto de unos dedos fríos, finos pero seguros.
- Rápido... repito, máxima prioridad.-
Ben se alejó de aquellas voces y se sumergió, aun más, en la oscuridad.
Sin embargo cuando abrió los ojos, y fue consciente de lo que había pasado, no sintió nada más que cansancio. Un profundo y letal cansancio que en nada se parecía a la sensación que había tenido la primera vez de euforia, curiosidad y miedo. Bufó y se dio cuenta de que veía perfectamente todo lo que le rodeaba pese a la oscuridad. Vio, a lo lejos, el campamento donde los había reubicado y vio cómo celebraban y festejaban, seguramente su muerte. La ira se apoderó de Sango y quiso desplegar las alas para ir a cobrar su venganza, pero no pudo hacerlo. La frustración se apoderó de él y empezó a hacer movimientos bruscos para desplegar por completo las alas y alzar el vuelo. No pudo.
Gritó. El grito pareció congelar el tiempo, porque cuando recobró el control, todo el campamento se había quedado mudo y en los ojos de aquellas pobres almas había desconcierto, miedo e incluso terror.
Ben decidió echar a correr pero en dirección contraria "si esa gentuza se ha dado cuenta de que estoy aquí. ¿quién no lo habrá hecho?", pensó asustado. Con movimientos extrañamente elegantes para su tamaño, se dio la vuelta y echó a correr todo lo rápido que podía. Durante la carrera pensó en aquello que le estaba pasando, nunca había manifestado signos de dracomorfismo (por llamarlo de alguna manera) y sin embargo, allí estaba él, convertido en dragón por obra y gracia de los Dioses. No cabía duda de que tenía que aprender a controlar aquello y para ello necesitaba ayuda y sólo conocía a una persona capaz de ayudarle.
Casi por arte de arte de magia aparecieron tres personas delante de él cargando, cada una de ellas, una especie de arpón y que no dudaron en disparar al mismo tiempo. Ben, haciendo gala de reflejos, se puso de lado y de su piel surgieron unas púas, como lanzas, que destrozaron los arpones cuando impactaron en Sango. Y aprovechando la inercia de su propio movimiento, giró sobre si mismo lanzando la cola hacia sus adversarios a los que impactó de lleno antes de que pudieran si quiera volver a cargar sus armas y disparar. Al advertir voces que se dirigían hacia él, volvió a gritar, mucho más fuerte esta vez y se puso sobre sus dos patas traseras y dejó caer todo el peso en las dos delanteras. Aquel golpe provocó, en primer lugar, que una de las estructuras cercanas cediera y se combara sensiblemente y por otra parte que sus alas se desplegaran, cosa que no tardó en aprovechar pues justo fue consciente de que podía alzar el vuelo, lo hizo.
Los arpones volaron a su alrededor cuando alzaba el vuelo y cuando pasó la primera oleada, Ben estaba demasiado alto como para que le pudieran alcanzar. Voló muy alto, tanto como pudo y pudo ver todo el paisaje, incluso en la noche, sus sentidos como dragón eran muchísimo más agudos y precisos que como simple humano. Fue consciente de la gran extensión de terreno que ocupaba aquella ciudad. Pensó en cómo habrían llegado allí aquellas gentes, en cómo se habrían asentado y en cómo habrían edificado de aquella manera tan poco común en aquel mundo. Pensó en la única bio que conocía, la chica con el pelo...
Sus ojos se cerraron.
Cuando los volvió a abrir caía en picado hacia el suelo. Aleteó con fuerza y gritó con mucha más fuerza aún para alertar del inminente impacto pero al final pudo recobrar el control lo justo para evitar chocar contra una gran torre que había en la ciudad. Después de aquello, volvió el dolor punzante en la espalda y se dio cuenta de de que debía ir a tierra lo antes posible. Quiso buscar un sitio pero fue demasiado tarde. Sus ojos se volvieron a cerrar.
A su alrededor, las voces le llegaban como un lejano eco.
- Cogedlo, y llevarlo al dos be.-
- Está a máxima capacidad.-
- Sacad a los que lleven... terreno...-
- ... inmovilizado?-
- Sí... operar la herida... objeto punzante.-
Sintió el contacto de unos dedos fríos, finos pero seguros.
- Rápido... repito, máxima prioridad.-
Ben se alejó de aquellas voces y se sumergió, aun más, en la oscuridad.
- USO DE HABILIDADES:
- * Cuerpo reforzado (gatillable): El dragón se envuelve de una resistente capa natural de espinas que le protege de los ataques inminentes.
- Cosas de Dragones:
- [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
Obsequio (evento "En memoria de Midgar"): Don interracial
En el quinto turno de los próximos tres temas que participéis os transformaréis, inevitablemente, en otra raza según las acciones que habéis tenido en este Evento. El efecto dura un solo turno. Yo os señalaré la raza que os transformaréis, la especialización y las habilidades que tendréis disponibles. Aquellos que habéis hecho trama entre vosotros tendréis acceso a más habilidades, de esta segunda raza, que los que han hecho un único post. Fácil: una habilidad por cada post que habéis escrito.
Sango Dragón
Especialización: Monje dragón (maestría en combate bestial)
Habilidades:
* Cuerpo reforzado (gatillable): El dragón se envuelve de una resistente capa natural de espinas que le protege de los ataques inminentes.
Enfriamiento: 3 turnos.
- Futuro:
- Dejo esto aquí como posible punto de partida de una trama personal relacionada con la historia familiar de Sango
Sango
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Re: Fundación de ciudad Lagarto [2º Parte] [Trama canon] [Libre 4/4] [Noche] [Cerrado]
- Bien. Sigamos vuestras costumbres, orgánicos. - la Gran Ingeniera, nos ordena el paso sin ningún tipo de cortesía, ni siquiera finjida. - Sentaos. - una orden directa.
La guía se apresura a libera la mesa de todos los artefactos metálicos que tiene encima. Es gracioso ver una mesa de trabajo convertida en una mesa de reuniones. He tenido pocas interacciones con maquinas, y es a la primera a la que veo dar ordenes a seres humanos, sin duda alimenta mi curiosidad sobre su persona.
- Informadme, ¿por qué, Alice Hyre, debe perder el tiempo con vosotros, en vez de seguir cumpliendo sus funciones como inventora?
Lo que es de esperar es que una marioneta no muestre sentimientos, pero es palpable que en el semblante de esa criatura hay enfado. De no ser una situación tan peligrosa me hubiese dejado llevar por mi interés, incluso hubiese propuesto realizar un estudio sobre ella.
- El motivo de nuestra visita a su persona no es otro que el establecer un contrato de beneficio mutuo y provechoso, señora Hyre. - apoyo mis codos sobre la mesa y me reclino hacia delante. - Nos es el represante de un variopinto grupo de personas que... por decirlo de algún modo, no son bien recibidos en lugares... normales. - sonrío para mi. - Es por ello que requieren de un lugar en el que vivir.
- No ha respondido a mi pregunta, orgánico. Y no presentarse es un signo de mala educación. - agrega con cierto aspecto mecánico. - No me importan, ni me inmiscuyo en los asuntos de los orgánicos más allá del beneficio que pueda traer para mi laboratorio. Por el resto, no me gustan, de hecho, me molestan con todas sus extrañas e ilógicas costumbres.
Al parecer esta "mujer" es más máquina de lo que he comenzado a pensar y de lo que me gustaría. La necesidad de respuestas concisas y directas dificulta mi tarea, habrá que decantarse por otros ámbitos...
- Perdonar. Nos recién experimenta en como tratar asuntos importantes con inteligencias artificiales. - me muerdo el labio aún sonriente. - Nos, Ser Gregor Fire, viene a proponeros un trato.
Alice Hyre tambolirea sus dedos sobre la mesa con ciertos sintomas de impaciencia que no parecen muy fingidas.
- No tengo todo el día para tu verborrea orgánico.
- Bien...- me esta comenzando a enfadar. Tranquilo Rumpel. - Nos os propone ceder a las gentes del autoproclamado rey Lazid, para la fundación de Ciudad Lagarto, tierras dentro de la Base Bio. A cambio se os ofrecerá un gran pago inicial por dichos derechos y pagos anuales atados a las rentas de la propia ciudad.
Se genera un pequeño silencio, mientras la biocibernética me mira como calculando los ingresos y la rentabilidad de la operación.
Trago saliva y espero la respuesta esperando que la impaciencia de mis compañeros no eche a perder la negociación.
La guía se apresura a libera la mesa de todos los artefactos metálicos que tiene encima. Es gracioso ver una mesa de trabajo convertida en una mesa de reuniones. He tenido pocas interacciones con maquinas, y es a la primera a la que veo dar ordenes a seres humanos, sin duda alimenta mi curiosidad sobre su persona.
- Informadme, ¿por qué, Alice Hyre, debe perder el tiempo con vosotros, en vez de seguir cumpliendo sus funciones como inventora?
Lo que es de esperar es que una marioneta no muestre sentimientos, pero es palpable que en el semblante de esa criatura hay enfado. De no ser una situación tan peligrosa me hubiese dejado llevar por mi interés, incluso hubiese propuesto realizar un estudio sobre ella.
- El motivo de nuestra visita a su persona no es otro que el establecer un contrato de beneficio mutuo y provechoso, señora Hyre. - apoyo mis codos sobre la mesa y me reclino hacia delante. - Nos es el represante de un variopinto grupo de personas que... por decirlo de algún modo, no son bien recibidos en lugares... normales. - sonrío para mi. - Es por ello que requieren de un lugar en el que vivir.
- No ha respondido a mi pregunta, orgánico. Y no presentarse es un signo de mala educación. - agrega con cierto aspecto mecánico. - No me importan, ni me inmiscuyo en los asuntos de los orgánicos más allá del beneficio que pueda traer para mi laboratorio. Por el resto, no me gustan, de hecho, me molestan con todas sus extrañas e ilógicas costumbres.
Al parecer esta "mujer" es más máquina de lo que he comenzado a pensar y de lo que me gustaría. La necesidad de respuestas concisas y directas dificulta mi tarea, habrá que decantarse por otros ámbitos...
- Perdonar. Nos recién experimenta en como tratar asuntos importantes con inteligencias artificiales. - me muerdo el labio aún sonriente. - Nos, Ser Gregor Fire, viene a proponeros un trato.
Alice Hyre tambolirea sus dedos sobre la mesa con ciertos sintomas de impaciencia que no parecen muy fingidas.
- No tengo todo el día para tu verborrea orgánico.
- Bien...- me esta comenzando a enfadar. Tranquilo Rumpel. - Nos os propone ceder a las gentes del autoproclamado rey Lazid, para la fundación de Ciudad Lagarto, tierras dentro de la Base Bio. A cambio se os ofrecerá un gran pago inicial por dichos derechos y pagos anuales atados a las rentas de la propia ciudad.
Se genera un pequeño silencio, mientras la biocibernética me mira como calculando los ingresos y la rentabilidad de la operación.
Trago saliva y espero la respuesta esperando que la impaciencia de mis compañeros no eche a perder la negociación.
- Off:
- Para que esto sea más de todos, podéis interactuar también con Alice Hyre o con la guía dentro de este ambiente de negociación. Incluso podéis hacer que Alice rebata a Rumpel en algo. De todas formas, en el siguiente turno se llegará al final de la negociación.
Rumpel
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Re: Fundación de ciudad Lagarto [2º Parte] [Trama canon] [Libre 4/4] [Noche] [Cerrado]
Alana miro a Schott y le indicó que vaya ante ella a sentarse, en aquella mesa. Dejó que Rumpel tome asiento ante la Gran Ingeniera y el guardia ante la segunda bio. Ella se sentó en una esquina desde la que podía verlos a todos con un buen ángulo.
La mesa tenía marcas de los botes y aun así, era una mesa perfecta para tener una conversación de negocios como esta. Todos estaban lo suficientemente cerca, al alcance de la mano.
“Espero que me dejen venir aquí, cuando lo de la ciudad se decida…”
El pensamiento de ella volaba entre los estantes, mientras escuchaba la conversación. De vez en cuando miraba a los demás para leerlo. Schott era el más fuera de lugar, pero por alguna razón, la parecía hasta divertido su estado nervioso permanente, que solo se desvanecía cuando sentía el peligro. Un hombre peculiar, le estudiaría más de cerca cuando esto termine. Aunque, no la gustaba mucho la gente y las multitudes, por tenerlo clasificado se sacrificaría a tomar algo en una taberna.
La conversación no iba a favor nuestro, de hecho la mujer casi no aguantaba el meter su réplica en esta conversación, pero decidió no hacerlo a no ser que veía que su maestro perdiera de alguna forma “liderazgo” en este tema. No permitiría que salgan de ahí sin este terreno y aquella ciudad.
La chica estudio los gestos de la Ingeniera, era un ser sin emociones, por lo que leerla era más complicado de lo normal, pero aun así…tenía muchas cosas de human y la vampiresa suponía lo que quería decir cada mueca y gesto rápido, descontrolado. Alana ha supuesto que en un momento era tan humana como todos y que no ha perdido movimientos típicos de este momento de su existencia y los hacía ya de forma irracional. Por lo que pudo entender cuando la palabrería dejaba de ser eficiente y había que darla algo mucho más sustancioso, ya que el dinero no era una prioridad para una ciudad como esta. Era una ciudad rica con todo preparado, era casi “perfecta”, ella lo ha visto y sabía que el dinero no era incentivo suficiente. Pero el ver las fosas, la daba una idea de lo que sería una buena moneda de cambio. Pero el intervenir sin que su maestro se lo haya expresado, era un peligro.
Asique tan solo cerro la boca, a pesar de que veía que la negociación ni iba nada bien y si su maestro no usaba el conocimiento que ella le ha traído, perdería esta “batalla”.
La vampiresa volvió a observar a la Gran Ingeniera, por alguna razón sabía que ella, la miraba también. Como si podría controlar a todos a la vez, tras aquella cosa ante sus ojos. Después estudio a la otra bio, parecía tan dócil y tan poco interesante, mientras estaba ahí sentada sin decir nada, pasando su mirada como ella de uno al otro.
Alana se mordía su lengua por no intervenir en aquella conversación y uso todo su autocontrol para ello. No miro a Rumpel, ni a Schott. Ellos no eran el peligro aquí.
La mesa tenía marcas de los botes y aun así, era una mesa perfecta para tener una conversación de negocios como esta. Todos estaban lo suficientemente cerca, al alcance de la mano.
“Espero que me dejen venir aquí, cuando lo de la ciudad se decida…”
El pensamiento de ella volaba entre los estantes, mientras escuchaba la conversación. De vez en cuando miraba a los demás para leerlo. Schott era el más fuera de lugar, pero por alguna razón, la parecía hasta divertido su estado nervioso permanente, que solo se desvanecía cuando sentía el peligro. Un hombre peculiar, le estudiaría más de cerca cuando esto termine. Aunque, no la gustaba mucho la gente y las multitudes, por tenerlo clasificado se sacrificaría a tomar algo en una taberna.
La conversación no iba a favor nuestro, de hecho la mujer casi no aguantaba el meter su réplica en esta conversación, pero decidió no hacerlo a no ser que veía que su maestro perdiera de alguna forma “liderazgo” en este tema. No permitiría que salgan de ahí sin este terreno y aquella ciudad.
La chica estudio los gestos de la Ingeniera, era un ser sin emociones, por lo que leerla era más complicado de lo normal, pero aun así…tenía muchas cosas de human y la vampiresa suponía lo que quería decir cada mueca y gesto rápido, descontrolado. Alana ha supuesto que en un momento era tan humana como todos y que no ha perdido movimientos típicos de este momento de su existencia y los hacía ya de forma irracional. Por lo que pudo entender cuando la palabrería dejaba de ser eficiente y había que darla algo mucho más sustancioso, ya que el dinero no era una prioridad para una ciudad como esta. Era una ciudad rica con todo preparado, era casi “perfecta”, ella lo ha visto y sabía que el dinero no era incentivo suficiente. Pero el ver las fosas, la daba una idea de lo que sería una buena moneda de cambio. Pero el intervenir sin que su maestro se lo haya expresado, era un peligro.
Asique tan solo cerro la boca, a pesar de que veía que la negociación ni iba nada bien y si su maestro no usaba el conocimiento que ella le ha traído, perdería esta “batalla”.
La vampiresa volvió a observar a la Gran Ingeniera, por alguna razón sabía que ella, la miraba también. Como si podría controlar a todos a la vez, tras aquella cosa ante sus ojos. Después estudio a la otra bio, parecía tan dócil y tan poco interesante, mientras estaba ahí sentada sin decir nada, pasando su mirada como ella de uno al otro.
Alana se mordía su lengua por no intervenir en aquella conversación y uso todo su autocontrol para ello. No miro a Rumpel, ni a Schott. Ellos no eran el peligro aquí.
- Off:
- Off: lo siento, por el post...pero en realidad no tengo mucho que agrerar en este punto.
Alana
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Re: Fundación de ciudad Lagarto [2º Parte] [Trama canon] [Libre 4/4] [Noche] [Cerrado]
La gran ingeniera se apresuró a recoger la mesa, sin duda no esperaba visitas, ni de nosotros ni de nadie, y tampoco parecía estar de muy buen humor, aunque era difícil de saber por su tono plano.
Por acto reflejo me dispuse a ayudarle a recoger la mesa, cogí un par de objetos con función incomprensible y los coloqué en un estante tras de mi, fui a recoger otro bote de la mesa cuando la ingeniera me detuvo con voz firme.
-Si tocas eso, morirás-
-Ah…vaya..per..perdón- dije alejando lentamente la mano del bote que ella se apresuró a recoger y guardar, ¿se refería a que moriría por tocar ese bote o que ella me mataría si lo hacía?, joder si yo solo intentaba ser amable.
Retrocedí lentamente un par de pasos, nota mental, no tocar nada de nada.
Vi como Alana me indicaba que me sentase, asentí sorprendido, no me esperaba este honor, así que me acomodé tratando de no hacer ruido al lado de Rumpel, según indicaba el protocolo, tenía de frente a la guía que nos había traído, la sonreí cortésmente pero su rostro permaneció completamente impasible, vaya, Alana se sentó también en una esquina de la mesa.
¿Espera? ¿Acaba de llamarse a sí misma en tercera persona?, pues o era muy rara, o muy prepotente, o quizás ambas.
La ingeniera parecía impaciente, ¿habríamos interrumpido algo importante?, ahora entiendo por qué no recibe más visitas.
La negociación no parecía ir mal, al menos nos estaba escuchando, me pregunto de cuanto pago estaría hablando el rey Lacid, según había oído amasaba una gran fortuna, ¿acaso los bios apreciarían el dinero de la misma forma que nosotros?
Por acto reflejo me dispuse a ayudarle a recoger la mesa, cogí un par de objetos con función incomprensible y los coloqué en un estante tras de mi, fui a recoger otro bote de la mesa cuando la ingeniera me detuvo con voz firme.
-Si tocas eso, morirás-
-Ah…vaya..per..perdón- dije alejando lentamente la mano del bote que ella se apresuró a recoger y guardar, ¿se refería a que moriría por tocar ese bote o que ella me mataría si lo hacía?, joder si yo solo intentaba ser amable.
Retrocedí lentamente un par de pasos, nota mental, no tocar nada de nada.
Vi como Alana me indicaba que me sentase, asentí sorprendido, no me esperaba este honor, así que me acomodé tratando de no hacer ruido al lado de Rumpel, según indicaba el protocolo, tenía de frente a la guía que nos había traído, la sonreí cortésmente pero su rostro permaneció completamente impasible, vaya, Alana se sentó también en una esquina de la mesa.
¿Espera? ¿Acaba de llamarse a sí misma en tercera persona?, pues o era muy rara, o muy prepotente, o quizás ambas.
La ingeniera parecía impaciente, ¿habríamos interrumpido algo importante?, ahora entiendo por qué no recibe más visitas.
La negociación no parecía ir mal, al menos nos estaba escuchando, me pregunto de cuanto pago estaría hablando el rey Lacid, según había oído amasaba una gran fortuna, ¿acaso los bios apreciarían el dinero de la misma forma que nosotros?
Schott
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Re: Fundación de ciudad Lagarto [2º Parte] [Trama canon] [Libre 4/4] [Noche] [Cerrado]
Los recuerdos llegaron a él como una tromba de agua de otoño: de golpe y sin aviso. Pero lo que él no sabía, al menos de momento, es que se estaban manifestando en un sueño. En el sueño podía ver una gran ciudad desde el cielo, podía ver gente correteando de un lado para otro e incluso era capaz de distinguir caras, sonidos y olores incluso era capaz de sentir dolor. Cuando dejó de mirar hacia abajo y miró al horizonte, la vio sonreírle y entonces Sango despertó.
Pero no en el mundo de los vivos. Aún no.
El erial gris se extendía ante él, una vez más (1). Sabía que tarde o temprano tenía que aparecer él, el hombre que estaba sentado con las piernas cruzadas en la pradera en la que había un graphorn. Sí, Sango debía caminar para llegar a él y averiguar qué estaba pasando. No le hizo falta caminar mucho.
- Veo que lo vas controlando, dentro de poco podrás aparecer aquí, a mi lado y tendremos más tiempo tú y yo, sí…- El hombre le sonreía. Le hizo una señal con la mano, señalando su costado.- Ha estado cerca esta vez, ¿eh? Un poco más de ensañamiento y estarías más muerto que… Ah, qué sé yo, ¿es que hay grados de muerte? Lo dudo, alguien muerto es alguien muerto y punto. Lo que podíamos plantearnos ahora es, ¿existen distintos grados de existencia? Ah, esa es una pregunta mucho más interesante. Verás…-
- Para. Por favor, para.- Dijo Sango sensiblemente cansado. Hizo un gesto con la mano, como quitándose algo de la cara.- ¿Qué es este lugar? ¿Cómo llego hasta aquí? ¿Quién sois?- El hombre le miró con los ojos entrecerrados y luego miró hacia la antinatural pradera verde donde el graphorn dormía plácidamente.
- ¿Acaso importa dónde estemos? ¿Acaso importa quién sea yo? Lo que importa es cómo llegas hasta aquí. Siempre llegas de la misma manera y… Bueno, te aconsejo que lo cambies. Ahora, si me disculpas…-
Cuando el ruido empezó a llenar su cabeza, Ben sintió su corazón palpitar con muchas más fuerza de la normal. Sintió que su cuerpo empezaba a responder a sus estímulos y movimientos y también pudo notar que había gente allí, a su alrededor.
- La dosis que le he administrado es un poco superior a la normal, tal y como me dijo.- Habló alguien.
- Aguantará, es un dragón. Tienen… más aguante. Voy a coger la tablilla y le haremos unas preguntas, ¿podrías ir a avisar a la gran ingeniera? Decidle que tenemos un dragón.- Sango sintió movimiento pero aun así no abrió los ojos.
- Sé que está despierto, ¿cómo se encuentras?- La voz, sonaba a su lado. Era femenina y no se notaba ningún acento ni ninguna falta a la hora de hablar. Ben abrió los ojos y la miró directamente. Se había esperado cualquier otra cosa pero no aquel rostro tan humano y… casi perfecto.
Ben quiso abrir la boca pero la notaba pastosa y con poca sensibilidad. Entonces, para sorpresa de la mujer con la tablilla, se incorporó con una facilidad increíble.
- No debería hacer eso, acabamos de sanarle la herida tan fea que presentaba en el costado, además de otras magulladuras resultantes de su colisión contra el suelo. Ahora, espere, le traeré algo para beber.- Dijo tras dar un dar paso hacia atrás y buscar algo en uno de los muebles. A Ben no le dio tiempo a echar un vistazo porque le tendió un vaso de metal con un fluido que se llevó rápidamente a la boca. Era agua. Tras un rato saboreando el contenido, se volvió a tumbar.
- Gracias.- Miró al techo, cerca había una luz que le cegaba si la miraba mucho tiempo.- No estoy mal si es lo que quiere saber. ¿Dónde están mis cosas?- Dijo.
- En una mesa, allí. Debo advertirle que ha violado el protocolo de seguridad introduciendo un arma en la ciudad. Deberá responder por ese cargo. También habrá de responder por destruir dos unidades de defensa. También tendrá que responder, como jefe de seguridad, por dejar que su grupo introduzca armas en la ciudad.- Hizo una pausa.- Ahora, ¿cuándo empezó a transformarse?- Preguntó y miró hacia la tablilla.
- Antes de la guerra. No creí que yo fuera un dragón.-
- Usted no es un dragón. Las pruebas lo acaban de confirmar. Lo que es aún más incongruente si cabe…- Hizo una pausa y sin dejar de mirar lo que tenía apuntado prosiguió.- Sabemos de una gran amenaza que acecha este mundo, ¿ha hecho un pacto con tal cosa?- Ahora sí le miró a los ojos.
- Sí, se llama Rumpel y la próxima vez que me ofrezca un trabajo creo que lo rechazaré.- Dijo con sorna.
- Esto no es motivo de broma, Sango jefe de seguridad. ¿Ha hecho algún pacto o no?- Insistió. Ben se volvió a incorporar. Y la miró frente a frente.
- No. No que yo sepa. Soy un tio normal al que le gustan las cosas normales y lucha porque no se extienda el caos en este mundo. O al menos lo intento.- Cuando terminó de decir aquello silbó y el kag, que había entrado sigilosamente en la entrada se abalanzó contra la mujer. Ben corrió por la habitación hasta que dio con sus cosas. Se puso los pantalones, rotos por mil partes y cogió el hacha. Dudó un instante y decidió coger una piedra que también llevaba con él. Después, se dirigió hacia donde estaba el kag. La mujer no ofrecía resistencia.
- Volveré, tiene mi palabra. Pero antes,- esto lo dijo con un tono de burla- como jefe de seguridad, tengo que encargarme de que no se vuelvan a producir este tipo de atentados.- Ben se dirigió a la puerta y silbó de nuevo. El kag salió tras él y ambos se perdieron en la oscuridad de la noche.
En la sala, en la que ahora reinaba el silencio, la mujer se levantó justo cuando llegó su compañero.
- ¿Dónde está? ¿Qué ha pasado?- Preguntó con un tono de voz normal. La mujer se sacudió la ropa y le miró a la cara.
- Búscalo y tráelo de vuelta.- Antes de que el compañero saliera le advirtió.- Ten cuidado, le hemos suministrado demasiada adrenalina.-
En la oscuridad de la ciudad, hombre y bestia se dirigían a un punto concreto de la ciudad. Avanzaban en silencio y siempre ocultándose cuando veían a alguien. El hombre sólo podía pensar en una cosa y pobre de aquel que se cruzara en su camino. Porque aquel era un juego peligroso y él sabía a la perfección lo que tenía que hacer para ganar.
Así funciona la venganza.
(1)
Pero no en el mundo de los vivos. Aún no.
El erial gris se extendía ante él, una vez más (1). Sabía que tarde o temprano tenía que aparecer él, el hombre que estaba sentado con las piernas cruzadas en la pradera en la que había un graphorn. Sí, Sango debía caminar para llegar a él y averiguar qué estaba pasando. No le hizo falta caminar mucho.
- Veo que lo vas controlando, dentro de poco podrás aparecer aquí, a mi lado y tendremos más tiempo tú y yo, sí…- El hombre le sonreía. Le hizo una señal con la mano, señalando su costado.- Ha estado cerca esta vez, ¿eh? Un poco más de ensañamiento y estarías más muerto que… Ah, qué sé yo, ¿es que hay grados de muerte? Lo dudo, alguien muerto es alguien muerto y punto. Lo que podíamos plantearnos ahora es, ¿existen distintos grados de existencia? Ah, esa es una pregunta mucho más interesante. Verás…-
- Para. Por favor, para.- Dijo Sango sensiblemente cansado. Hizo un gesto con la mano, como quitándose algo de la cara.- ¿Qué es este lugar? ¿Cómo llego hasta aquí? ¿Quién sois?- El hombre le miró con los ojos entrecerrados y luego miró hacia la antinatural pradera verde donde el graphorn dormía plácidamente.
- ¿Acaso importa dónde estemos? ¿Acaso importa quién sea yo? Lo que importa es cómo llegas hasta aquí. Siempre llegas de la misma manera y… Bueno, te aconsejo que lo cambies. Ahora, si me disculpas…-
Cuando el ruido empezó a llenar su cabeza, Ben sintió su corazón palpitar con muchas más fuerza de la normal. Sintió que su cuerpo empezaba a responder a sus estímulos y movimientos y también pudo notar que había gente allí, a su alrededor.
- La dosis que le he administrado es un poco superior a la normal, tal y como me dijo.- Habló alguien.
- Aguantará, es un dragón. Tienen… más aguante. Voy a coger la tablilla y le haremos unas preguntas, ¿podrías ir a avisar a la gran ingeniera? Decidle que tenemos un dragón.- Sango sintió movimiento pero aun así no abrió los ojos.
- Sé que está despierto, ¿cómo se encuentras?- La voz, sonaba a su lado. Era femenina y no se notaba ningún acento ni ninguna falta a la hora de hablar. Ben abrió los ojos y la miró directamente. Se había esperado cualquier otra cosa pero no aquel rostro tan humano y… casi perfecto.
Ben quiso abrir la boca pero la notaba pastosa y con poca sensibilidad. Entonces, para sorpresa de la mujer con la tablilla, se incorporó con una facilidad increíble.
- No debería hacer eso, acabamos de sanarle la herida tan fea que presentaba en el costado, además de otras magulladuras resultantes de su colisión contra el suelo. Ahora, espere, le traeré algo para beber.- Dijo tras dar un dar paso hacia atrás y buscar algo en uno de los muebles. A Ben no le dio tiempo a echar un vistazo porque le tendió un vaso de metal con un fluido que se llevó rápidamente a la boca. Era agua. Tras un rato saboreando el contenido, se volvió a tumbar.
- Gracias.- Miró al techo, cerca había una luz que le cegaba si la miraba mucho tiempo.- No estoy mal si es lo que quiere saber. ¿Dónde están mis cosas?- Dijo.
- En una mesa, allí. Debo advertirle que ha violado el protocolo de seguridad introduciendo un arma en la ciudad. Deberá responder por ese cargo. También habrá de responder por destruir dos unidades de defensa. También tendrá que responder, como jefe de seguridad, por dejar que su grupo introduzca armas en la ciudad.- Hizo una pausa.- Ahora, ¿cuándo empezó a transformarse?- Preguntó y miró hacia la tablilla.
- Antes de la guerra. No creí que yo fuera un dragón.-
- Usted no es un dragón. Las pruebas lo acaban de confirmar. Lo que es aún más incongruente si cabe…- Hizo una pausa y sin dejar de mirar lo que tenía apuntado prosiguió.- Sabemos de una gran amenaza que acecha este mundo, ¿ha hecho un pacto con tal cosa?- Ahora sí le miró a los ojos.
- Sí, se llama Rumpel y la próxima vez que me ofrezca un trabajo creo que lo rechazaré.- Dijo con sorna.
- Esto no es motivo de broma, Sango jefe de seguridad. ¿Ha hecho algún pacto o no?- Insistió. Ben se volvió a incorporar. Y la miró frente a frente.
- No. No que yo sepa. Soy un tio normal al que le gustan las cosas normales y lucha porque no se extienda el caos en este mundo. O al menos lo intento.- Cuando terminó de decir aquello silbó y el kag, que había entrado sigilosamente en la entrada se abalanzó contra la mujer. Ben corrió por la habitación hasta que dio con sus cosas. Se puso los pantalones, rotos por mil partes y cogió el hacha. Dudó un instante y decidió coger una piedra que también llevaba con él. Después, se dirigió hacia donde estaba el kag. La mujer no ofrecía resistencia.
- Volveré, tiene mi palabra. Pero antes,- esto lo dijo con un tono de burla- como jefe de seguridad, tengo que encargarme de que no se vuelvan a producir este tipo de atentados.- Ben se dirigió a la puerta y silbó de nuevo. El kag salió tras él y ambos se perdieron en la oscuridad de la noche.
En la sala, en la que ahora reinaba el silencio, la mujer se levantó justo cuando llegó su compañero.
- ¿Dónde está? ¿Qué ha pasado?- Preguntó con un tono de voz normal. La mujer se sacudió la ropa y le miró a la cara.
- Búscalo y tráelo de vuelta.- Antes de que el compañero saliera le advirtió.- Ten cuidado, le hemos suministrado demasiada adrenalina.-
En la oscuridad de la ciudad, hombre y bestia se dirigían a un punto concreto de la ciudad. Avanzaban en silencio y siempre ocultándose cuando veían a alguien. El hombre sólo podía pensar en una cosa y pobre de aquel que se cruzara en su camino. Porque aquel era un juego peligroso y él sabía a la perfección lo que tenía que hacer para ganar.
Así funciona la venganza.
(1)
- Punto a aclarar:
- El yermo que describo es un lugar recurrente para Sango, lo empecé en mis primeros [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] y lo usé alguna que otra vez. No os preocupeis es sólo algo con lo que estoy experimentando para la historia sel personaje.
Sango
Héroe de Aerandir
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Re: Fundación de ciudad Lagarto [2º Parte] [Trama canon] [Libre 4/4] [Noche] [Cerrado]
Respiraba tranquilo, la conversación parecía ir bien, Sango estaba logrando que la ingeniera nos prestase su atención, parecía que los bio también apreciaban el dulce fulgor del dinero.
Me permití el lujo de recostarme un poco en la silla cuando de repente y sin previo aviso todo se fue al garete.
Unas fuertes alarmas, muy agudas y cuyo origen no podía determinar comenzaron a sonar por toda la sala, quizás toda la fortaleza, las luces se atenuaron y un resplandor rojo inundó la sala.
- ¿Qué pasa? ¿Qué pasa? -
- ¡Es una trampa, nos habéis engañado! - gritó la ingeniera poniéndose de pie visiblemente enfadada.
-Nonono que va- traté de calmar.
-Alarma general, todos en guardia, posiciones defensivas, intrusos en el interior- Dijo la otra bio, como si hablase con alguien más.
-Nonono, esto ha sido un error nosotros…- Traté de calmar mientras un gran número de bio, bien armados irrumpió en el laboratorio.
-Habéis violado los términos de vuestro acceso, consideraos blancos legítimos- nos indicó.
-Espera espera espera- Dije levantando las manos.
- ¡Unidades, abran fuego! - gritó la ingeniera.
A partir de aquí se desató el caos, una nube de virotes parecidos a los de ballesta comenzaron a impactar a nuestro alrededor, fui rápido, con una patada volqué la mesa tratando de cubrir a Rumpel y Alana.
-Jefe, al suelo, cúbrase- Le grité -Alana busca cobertura- indiqué cubriéndome tras la mesa, que comenzaba a quebrarse por la lluvia de proyectiles, muchos otros impactaron contra maquinas frascos y demás artefactos detrás nuestro que se rompieron y comenzaron a soltar una gran cantidad de humo, que rápidamente cubrió la sala.
-Mierda, no veo nada, ¡Rumpel, Alana! - grité, pero no veía nada, el humo estaba haciendo que me escociesen los ojos, y las luces rojas y la penetrante alarma no cesaban añadiendo más caos a la situación.
- ¡Hay que salir de aquí, vamos por la puerta! - grité corriendo hacia donde habíamos entrado, avancé dando tumbos por el laboratorio, tirando un montón de cosas en mi avance, los ojos me lloraban y no veía más allá de mis brazos, solo esperaba estar en la dirección correcta.
-Alana, Sango, ¿dónde estáis? - mierda, no respondían, ¿les habrían dado? ¿habrían salido ya?
Un virote paso rozándome la cabeza haciéndome una fea herida en la frente.
-Ahhh, joder, mierda- grité, la cosa estaba casi perdida cuando de repente ante mi apareció una luz blanca, era la puerta de entrada que se había abierto.
-Alto ahí, dispóngase a ser abatido- indicó el bio que acababa de abrir la puerta que ya estaba apuntándome con un extraño arma.
-Mierda mierda mierda- dije levantando las manos, no había salida, mire hacia los lados, una pila de frascos raros en una mesa, y sin pensármelo mucho cogí uno rápidamente y se lo tire al bio a la cara, tal vez así se despistaba y tuviese tiempo de… -Aggggg…error..errorrr…detectada corrosión grave..aaaa…- gritaba el bio mientras su cara se deshacía, ¿pero que mierdas contenía el frasco?
Sin pensarme mucho esta nueva oportunidad salí del laboratorio sobre el cuerpo retorcido del bio ya sin cara.
Corrí por el pasillo como alma que llevan los demonios mientras más proyectiles impactaban a mi alrededor, notaba como muchos otros impactaban en el escudo que llevaba a la espalda salvándome de una muerte segura, pero yo solo podía pensar en Alana y Rumpel, mierda había fracasado, mi deber era protegerlos, pero no había podido, no veía nada, mierda, todo se había ido a la mierda.
Tenia que llegar afuera, Sango y los demás estaban allí, Sango era un tipo duro, seguro que seguía con vida, había que salir pero ya de esta locura de ciudad.
Llegué por fin a la sala de espera, podía ver a Flint en la puerta haciéndome señales.
- ¡Fliiint..correeee!- grité- ¡cierra la puerta! - conseguí pasar por la abertura de la pesada puerta justo cuando Flint terminaba de cerrarla tras de mí, notaba como mas virotes impactaban en ella, no nos daría mucho tiempo.
- ¡Estas vivo chaval! ¿qué coño has liado? ¿y los demás? - clamó Flint, que tenía dos bio retorcidos a sus pies, ¿Cómo los habrá matado?, estaba claro que Rumpel tenía buen ojo.
- ¡Ah, estas vivo!, que bien, eso es un infierno, están por todas partes, he perdido a Alana y Rumpel, no sé dónde están, yo..he fallado..todo fue muy rápido..traté de cubrirlos, pero los bio llegaron yo…- traté de explicar sollozando.
-Espabila- dijo Flint soltándome una sonora bofetada -No hay tiempo para esto, hay que salir de aquí, esos dos nos dan mil vueltas a ti y a mí, si están vivos sabrán salir mucho mejor que nosotros, ahora venga, vámonos de aquí ya- Me sacudió, yo no necesité más, corrimos como posesos por las estancias y escaleras tratando de recordar por donde habíamos venido, no tenía tiempo ni de parar a contar los bio que salían a nuestro encuentro y que esquivábamos por pura suerte o con un certero golpe de pala, ya había logrado arrancar un par de cabezas robóticas.
Por fin llegamos a la puerta de la torre, cerrada por dentro.
-Maldición- clame.
-Tu contenlos, voy a abrirla, dame un momento- dijo Flint agarrando la pesada rueda que controlaba la puerta.
Media docena de bios aparecieron al fondo de la estancia y comenzaron a dispararnos, rápidamente me cubrí con el escudo, rodilla en el suelo de forma que estaba guarecido por completo.
Apreté los dientes, el volumen de virotes que rebotaban contra el escudo era abrumador.
-Fliiint, date prisa…- grité.
-Esto esta durísimo, dame un momento- dijo Flint que estaba dándolo todo con el mecanismo.
-Alto a las repetidoras, activad el rayo- dijo un bio.
-Fliint- grité.
-Un momento-
-Fuego- un intenso haz de luz cuyo origen no lograba ver impactó de lleno con el escudo, notaba como la fuerza comenzaba a arrastrarme hacia atrás, todo el cuerpo me temblaba, el vello se me erizaba y me castañeaban los dientes ¿Qué demonios era eso?
-Jodeeeer- grité
-Ya está ya está- clamo Flint.
El escudo comenzó a ponerse al rojo, notaba como se me quemaba el antebrazo por donde los estaba sujetando, la fuerza me arrastraba hacia atrás dejando un surco donde mis botas trataban de agarrarse.
-Aaaaggggg- se me saltaban las lágrimas.
- ¿De dónde has sacado ese escudo? ¡Tiene que ser de origen bio! - gritó uno de los enemigos.
Pero no había tiempo para explicaciones, la fuerza casi me había arrastrado al fondo de la puerta cuando la firme mano de Flint me agarro del pescuezo y tiró de mi fuera de la torre, caí al suelo de culo justo cuando la puerta se volvía a cerrar frente a nosotros.
-Uf…uf..ha estado cerca…- sonrió Flint.
-Y que lo digas…uf…esto va a acabar conmigo- asentí.
-Esto no, ellos- señalo Flint.
Efectivamente, un gran número de bios convergían en nuestra posición desde todas partes de la ciudad, las alarmas seguían sonando por todas partes a todo volumen.
- ¡Venga hay que salir de aquí ya! - grité poniéndome en pie -Vamos, la entrada es por allí- señale. - ¡Sangooo!...¡¿Sango donde estas?!...hay que irse… ¡Sangoooo!- gritaba conforme corríamos por la ciudad esquivando proyectiles, espero que Sango y los demas aun andasen vivos por aquí.
Me permití el lujo de recostarme un poco en la silla cuando de repente y sin previo aviso todo se fue al garete.
Unas fuertes alarmas, muy agudas y cuyo origen no podía determinar comenzaron a sonar por toda la sala, quizás toda la fortaleza, las luces se atenuaron y un resplandor rojo inundó la sala.
- ¿Qué pasa? ¿Qué pasa? -
- ¡Es una trampa, nos habéis engañado! - gritó la ingeniera poniéndose de pie visiblemente enfadada.
-Nonono que va- traté de calmar.
-Alarma general, todos en guardia, posiciones defensivas, intrusos en el interior- Dijo la otra bio, como si hablase con alguien más.
-Nonono, esto ha sido un error nosotros…- Traté de calmar mientras un gran número de bio, bien armados irrumpió en el laboratorio.
-Habéis violado los términos de vuestro acceso, consideraos blancos legítimos- nos indicó.
-Espera espera espera- Dije levantando las manos.
- ¡Unidades, abran fuego! - gritó la ingeniera.
A partir de aquí se desató el caos, una nube de virotes parecidos a los de ballesta comenzaron a impactar a nuestro alrededor, fui rápido, con una patada volqué la mesa tratando de cubrir a Rumpel y Alana.
-Jefe, al suelo, cúbrase- Le grité -Alana busca cobertura- indiqué cubriéndome tras la mesa, que comenzaba a quebrarse por la lluvia de proyectiles, muchos otros impactaron contra maquinas frascos y demás artefactos detrás nuestro que se rompieron y comenzaron a soltar una gran cantidad de humo, que rápidamente cubrió la sala.
-Mierda, no veo nada, ¡Rumpel, Alana! - grité, pero no veía nada, el humo estaba haciendo que me escociesen los ojos, y las luces rojas y la penetrante alarma no cesaban añadiendo más caos a la situación.
- ¡Hay que salir de aquí, vamos por la puerta! - grité corriendo hacia donde habíamos entrado, avancé dando tumbos por el laboratorio, tirando un montón de cosas en mi avance, los ojos me lloraban y no veía más allá de mis brazos, solo esperaba estar en la dirección correcta.
-Alana, Sango, ¿dónde estáis? - mierda, no respondían, ¿les habrían dado? ¿habrían salido ya?
Un virote paso rozándome la cabeza haciéndome una fea herida en la frente.
-Ahhh, joder, mierda- grité, la cosa estaba casi perdida cuando de repente ante mi apareció una luz blanca, era la puerta de entrada que se había abierto.
-Alto ahí, dispóngase a ser abatido- indicó el bio que acababa de abrir la puerta que ya estaba apuntándome con un extraño arma.
-Mierda mierda mierda- dije levantando las manos, no había salida, mire hacia los lados, una pila de frascos raros en una mesa, y sin pensármelo mucho cogí uno rápidamente y se lo tire al bio a la cara, tal vez así se despistaba y tuviese tiempo de… -Aggggg…error..errorrr…detectada corrosión grave..aaaa…- gritaba el bio mientras su cara se deshacía, ¿pero que mierdas contenía el frasco?
Sin pensarme mucho esta nueva oportunidad salí del laboratorio sobre el cuerpo retorcido del bio ya sin cara.
Corrí por el pasillo como alma que llevan los demonios mientras más proyectiles impactaban a mi alrededor, notaba como muchos otros impactaban en el escudo que llevaba a la espalda salvándome de una muerte segura, pero yo solo podía pensar en Alana y Rumpel, mierda había fracasado, mi deber era protegerlos, pero no había podido, no veía nada, mierda, todo se había ido a la mierda.
Tenia que llegar afuera, Sango y los demás estaban allí, Sango era un tipo duro, seguro que seguía con vida, había que salir pero ya de esta locura de ciudad.
Llegué por fin a la sala de espera, podía ver a Flint en la puerta haciéndome señales.
- ¡Fliiint..correeee!- grité- ¡cierra la puerta! - conseguí pasar por la abertura de la pesada puerta justo cuando Flint terminaba de cerrarla tras de mí, notaba como mas virotes impactaban en ella, no nos daría mucho tiempo.
- ¡Estas vivo chaval! ¿qué coño has liado? ¿y los demás? - clamó Flint, que tenía dos bio retorcidos a sus pies, ¿Cómo los habrá matado?, estaba claro que Rumpel tenía buen ojo.
- ¡Ah, estas vivo!, que bien, eso es un infierno, están por todas partes, he perdido a Alana y Rumpel, no sé dónde están, yo..he fallado..todo fue muy rápido..traté de cubrirlos, pero los bio llegaron yo…- traté de explicar sollozando.
-Espabila- dijo Flint soltándome una sonora bofetada -No hay tiempo para esto, hay que salir de aquí, esos dos nos dan mil vueltas a ti y a mí, si están vivos sabrán salir mucho mejor que nosotros, ahora venga, vámonos de aquí ya- Me sacudió, yo no necesité más, corrimos como posesos por las estancias y escaleras tratando de recordar por donde habíamos venido, no tenía tiempo ni de parar a contar los bio que salían a nuestro encuentro y que esquivábamos por pura suerte o con un certero golpe de pala, ya había logrado arrancar un par de cabezas robóticas.
Por fin llegamos a la puerta de la torre, cerrada por dentro.
-Maldición- clame.
-Tu contenlos, voy a abrirla, dame un momento- dijo Flint agarrando la pesada rueda que controlaba la puerta.
Media docena de bios aparecieron al fondo de la estancia y comenzaron a dispararnos, rápidamente me cubrí con el escudo, rodilla en el suelo de forma que estaba guarecido por completo.
Apreté los dientes, el volumen de virotes que rebotaban contra el escudo era abrumador.
-Fliiint, date prisa…- grité.
-Esto esta durísimo, dame un momento- dijo Flint que estaba dándolo todo con el mecanismo.
-Alto a las repetidoras, activad el rayo- dijo un bio.
-Fliint- grité.
-Un momento-
-Fuego- un intenso haz de luz cuyo origen no lograba ver impactó de lleno con el escudo, notaba como la fuerza comenzaba a arrastrarme hacia atrás, todo el cuerpo me temblaba, el vello se me erizaba y me castañeaban los dientes ¿Qué demonios era eso?
-Jodeeeer- grité
-Ya está ya está- clamo Flint.
El escudo comenzó a ponerse al rojo, notaba como se me quemaba el antebrazo por donde los estaba sujetando, la fuerza me arrastraba hacia atrás dejando un surco donde mis botas trataban de agarrarse.
-Aaaaggggg- se me saltaban las lágrimas.
- ¿De dónde has sacado ese escudo? ¡Tiene que ser de origen bio! - gritó uno de los enemigos.
Pero no había tiempo para explicaciones, la fuerza casi me había arrastrado al fondo de la puerta cuando la firme mano de Flint me agarro del pescuezo y tiró de mi fuera de la torre, caí al suelo de culo justo cuando la puerta se volvía a cerrar frente a nosotros.
-Uf…uf..ha estado cerca…- sonrió Flint.
-Y que lo digas…uf…esto va a acabar conmigo- asentí.
-Esto no, ellos- señalo Flint.
Efectivamente, un gran número de bios convergían en nuestra posición desde todas partes de la ciudad, las alarmas seguían sonando por todas partes a todo volumen.
- ¡Venga hay que salir de aquí ya! - grité poniéndome en pie -Vamos, la entrada es por allí- señale. - ¡Sangooo!...¡¿Sango donde estas?!...hay que irse… ¡Sangoooo!- gritaba conforme corríamos por la ciudad esquivando proyectiles, espero que Sango y los demas aun andasen vivos por aquí.
- OFF:
- Bueno, como algunos ya habeis oido Rumpel y Alana no van a continuar este rol, al menos por el momento, asi que Sango y yo, con el beneplacito del staff hemos decidido continuarlo y terminarlo como buenamente podamos, deseadnos suerte
Schott
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