Niebla de Acero y Sangre [Libre] [CERRADO]

La mañana se alzaba gris esta vez, tan gris como la visión de la mayoría de cualquiera que quisiera dar dos pasos por los campos esta vez. Un suspiro lleno el aire, un aire que se tornaba frío y trémulo, como si la niebla no fuera mas que una invención de algo mas, pero estaba aquí, los dioses habían hecho bajar las nubes para ponerlas sobre nosotros y hacer así que nuestra visión sea tan limitada como la de un murciélago. Pero los dioses no bajan las nubes porque si, las nubes grises tendrían que terminar ¿Cuando? Cuando ellos quieran, pero cuando los campesinos, los viajeros y otras personas veían en esta espesa niebla gris un problema, yo veía una oportunidad. Una oportunidad de asalto y saqueo. Levantado desde las primeras horas de las mañana afilando la espada y ajustándome las pieles mientras cinco hombres que también estaban a mi cuidado, y mi mando también, se estaban preparando.

- El camino queda a… Dos o tres metros, los árboles nos sirven perfectos para ocultarnos… Espero que algún imbécil intente atravesar la niebla esta vez. - Mis palabras salieron cortantes de mis labios a la vez que me ponía de pie con la espada al hombro y bajaba lentamente la pequeña pendiente donde estábamos afianzados. - Déjame recordar también… ¿Dos granjas a diez metros del camino? ¿No es asi, Erik? - Mire al bandido que tenia buen ojo y dotes de exploración, por eso lo había mandado una hora atrás para que, aprovechando la niebla, explorase el terreno lo mas oculto posible. - Dos hombres adultos, cinco jóvenes y unas cuantas jóvenes también junto a ganado y posiblemente dinero o pertenencias, no es lo mejor, pero es suficiente. - Era un chico de no mas de dieciocho, pequeño y con larga cabellera que no sabía empuñar una espada, pero si lo hacía bien con la daga.

Otros cuatro bandidos me acompañaban mientras bajabamos, robustos, fuertes, con hachas y espadas mientras que yo era quien lideraba el paso. - Entonces vamos a visitar esas granjas. - Fue mas una orden que una propuesta, pero el tono de voz que use fue tan cruel que dejaba ver las intenciones que tenia pensadas en ese momento, asaltar y saquear una granja o dos no era algo que no hiciera a cada rato, había dejado de ser un mercenario, yo y una docena de hombres mas hacia años para pasar a ser bandidos, saqueadores, asesinos, grupo pequeño y objetivos pequeños para pasar desapercibido… De momento. Las botas de pieles hacian un pesado ruido, el sonido de los pájaros por la mañana y el cuervo que se posaba en la copa de los árboles con su graznido eran el indicativo de que la muerte y el acero iban a ser el pan de este dia si nada lo impedía.

Las granjas estaban a tan solo unos metros y nuestras siluetas seguro que ahora se podrían ver entre la niebla mientras nos acercábamos cada vez mas a nuestro destino de saqueo, el ruido de las cotas de malla, las armas chocar contra el metal y también las pesadas pisadas que hacíamos al romper las ramas de madera que estaban dispersas por el camino. - Creo que a estas horas esos granjeros tienen que estar despierto… ¿Hacemos lo de siempre? - Preguntó uno de los bandidos mientras empezaba a dar golpes con su hacha en su escudo, un ruido de tambor que anunciaba lo que estaba por llegar y al que se le unieron todos aquellos que tenían escudos claro, como si fueran las trompetas del apocalipsis aproximándose. - Lo de siempre, maten a todos los hombres y tomen a las mujeres y la comida. Si tenemos invitados… Podemos darles a elegir que hacer ¿Verdad? - Una risa general se formó y cuando estuvimos lo bastante cerca los animales de las granjas empezaron a alarmarse, algunos empezaron a correr a esconderse en los establos, mientras que otros no tuvieron tanta suerte y ya sufrieron el filo de nuestras armas.

Con un pequeño numero de animales muertos por el camino los bandidos se dividieron, dos grupos de no mas de una docena de hombres empezaron a atacar las granjas. - ¡Por Thor, démosle a entender que estas granjas son ahora suyas! - Por si alguien se le olvidaba, Thor también era el dios de los granjeros. Entonces el caos estalló en las granjas y por mi parte tuve que hacer frente a uno de los hombres que se acercó con un palo para atacarme, al menos eran granjeros valientes eso debe de reconocerlo, pero no tenían oportunidad contra guerreros como nosotros. El hombre lanzó un golpe con aquel palo de arriba a abajo apuntando a mi cabeza y con mi espada hice un corte que le arrancó las dos manos de un tajo, el grito de dolor inundo el lugar al tiempo que la sangre lo hacía con el suelo y mis ropajes.

- ¡Cualquiera que quiera unirse a esta masacre es bienvenido, solamente tiene que matar, robar y violar! ¡Vengan, no sean unos gallinas ahora! - Un grito por si alguien quería cambiar de bando ahora, dejar atrás a todas esas personas queridas para vivir, sabía que había personas que siempre buscaban mas su propia vida que la de los demás ¿Porque lo se? Porque todas esas personas son estos bandidos y guerreros ahora… Todos han dejado atrás lo que fuera que tuvieran para vivir de manera egoísta. Prontamente el olor a sangre y los gritos inundarían las granjas.