De bestias y dragones [privado] [CERRADO]
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De bestias y dragones [privado] [CERRADO]
Una familia de granjeros me había contratado para proteger su granja de unos ataques nocturnos que estaban diezmando a sus ovejas. Estaba al norte de la península y habían puesto un anuncio una casa de postas cercana. Lo primero que había hecho era dirigirme hacia allí y tantear el terreno, hablar con los granjeros y esperar una descripción de la amenaza que les acechaba más o menos fidedigna. Pero cada miembro de la granja relataba algo diferente. Uno decía que se trataba de un lobo; otro, que era más grande que un lobo, mucho más grande, como un huargo. Otro de ellos hablaba de una criatura llamada chotacabras, diciendo que la había visto con sus propios ojos.
Como acabaron tocándome bastante los cojones que no tenía, decidí dar un rodeo e investigar por los alrededores de la granja, haciendo guardia nocturna para dar con la bestia con las zarpas en la masa. Era consciente de mis limitaciones como humana, y cazar monstruos no era una tarea sencilla. Se pagaba bastante bien, de hecho.
Cuando llegó la noche me mantuve agazapada en la espesura y en silencio, con la granja en mi rango visual, pacientemente. La espera es una de las partes clave de la caza. Eso no quería decir que fuera menos coñazo. Di un trago de vino para calentarme, hasta que vi a la criatura aproximarse con cautela. Ahí estaba. Un maldito graphorn. Probablemente demasiado para mí.
—Me cago en la puta— mascullé para mí. Me vi en una encrucijada, porque no sólo las ovejas estaban en peligro. Como a alguno de esos granjeros se le ocurriera salir de la casa… Solté aire por la nariz, cogí una piedra, y la lancé para distraer a la bestia, que se giró, emitió una especie de graznido, y se dirigió al foco del sonido. Desenvainé la espada y tracé un semicírculo con los pies. Lo principal era evitar las púas, y por lo tanto el veneno.
Como acabaron tocándome bastante los cojones que no tenía, decidí dar un rodeo e investigar por los alrededores de la granja, haciendo guardia nocturna para dar con la bestia con las zarpas en la masa. Era consciente de mis limitaciones como humana, y cazar monstruos no era una tarea sencilla. Se pagaba bastante bien, de hecho.
Cuando llegó la noche me mantuve agazapada en la espesura y en silencio, con la granja en mi rango visual, pacientemente. La espera es una de las partes clave de la caza. Eso no quería decir que fuera menos coñazo. Di un trago de vino para calentarme, hasta que vi a la criatura aproximarse con cautela. Ahí estaba. Un maldito graphorn. Probablemente demasiado para mí.
—Me cago en la puta— mascullé para mí. Me vi en una encrucijada, porque no sólo las ovejas estaban en peligro. Como a alguno de esos granjeros se le ocurriera salir de la casa… Solté aire por la nariz, cogí una piedra, y la lancé para distraer a la bestia, que se giró, emitió una especie de graznido, y se dirigió al foco del sonido. Desenvainé la espada y tracé un semicírculo con los pies. Lo principal era evitar las púas, y por lo tanto el veneno.
Visenna
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Re: De bestias y dragones [privado] [CERRADO]
-Entonces, ¿cuándo estará listo?
Estaba sentada a la mesa de una familia de granjeros, disfrutando de una cena. Frente a mi tenía a los dos hijos de la casa, un chaval que rozaría al veintena y un hombre de unos treinta y cinco, cuya madre me había insinuada varias veces que estaba soltero y buscando esposa. A su lado estaba mi hija, Lavey, en los extremos de la mesa estaban el padre y la madre.
-Estos encargos no se pueden apurar, señora. -Me respondió el mayor de los hermanos. -Pero pronto estará terminado.
-Mientras tanto tenga paciencia. -Puntualizo el padre, mientras alzaba el vaso y se lo llevaba a la boca. -Tenemos experiencia con estos animales, le recuerdo que una parte del pago es que usted nos consiga compradores fijos para nuestros productos.
-Lo sé. -Dejé la cuchara en el plato y limpié la comisura de mis labios con el pulgar. -Ya he mandado las misivas a mis contactos, estoy segura de que estarán encantados de recibir un suministro constante.
-Hasta entonces nos ocuparemos del corral. -Añadió Lavey. -He visto que hay varios puntos que necesitan un refuerzo. ¿Los animales están encerrados? No conviene comenzar las reparaciones mientras están fuera.
-Sí, hace un rato mi hermano y yo revisamos que todos estuvieran en su sitio. -Fue el menor de la familia el que contesto a la rubia. -Seria problemático que se nos escapara alguna de las cabezas del ganado joven. Aun las estamos entrenando y hay algunas que se resisten, si se escaparan seria difícil recuperarlas.
-Pronto dejara de ser una preocupación. Ya tengo marcados unos cuantos árboles. -Sonreí apuntando con la cuchara hacia la ventana. -Mañana comenzare a cortarlos mientras mi hija quita la madera podrida de la cerca.
Estaba sentada a la mesa de una familia de granjeros, disfrutando de una cena. Frente a mi tenía a los dos hijos de la casa, un chaval que rozaría al veintena y un hombre de unos treinta y cinco, cuya madre me había insinuada varias veces que estaba soltero y buscando esposa. A su lado estaba mi hija, Lavey, en los extremos de la mesa estaban el padre y la madre.
-Estos encargos no se pueden apurar, señora. -Me respondió el mayor de los hermanos. -Pero pronto estará terminado.
-Mientras tanto tenga paciencia. -Puntualizo el padre, mientras alzaba el vaso y se lo llevaba a la boca. -Tenemos experiencia con estos animales, le recuerdo que una parte del pago es que usted nos consiga compradores fijos para nuestros productos.
-Lo sé. -Dejé la cuchara en el plato y limpié la comisura de mis labios con el pulgar. -Ya he mandado las misivas a mis contactos, estoy segura de que estarán encantados de recibir un suministro constante.
-Hasta entonces nos ocuparemos del corral. -Añadió Lavey. -He visto que hay varios puntos que necesitan un refuerzo. ¿Los animales están encerrados? No conviene comenzar las reparaciones mientras están fuera.
-Sí, hace un rato mi hermano y yo revisamos que todos estuvieran en su sitio. -Fue el menor de la familia el que contesto a la rubia. -Seria problemático que se nos escapara alguna de las cabezas del ganado joven. Aun las estamos entrenando y hay algunas que se resisten, si se escaparan seria difícil recuperarlas.
-Pronto dejara de ser una preocupación. Ya tengo marcados unos cuantos árboles. -Sonreí apuntando con la cuchara hacia la ventana. -Mañana comenzare a cortarlos mientras mi hija quita la madera podrida de la cerca.
Reivy Abadder
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Re: De bestias y dragones [privado] [CERRADO]
Me acerqué despacio y con cautela, consciente de que el menor ruido alertaría al graphorn. También sabía que saldría aventajada si atacaba primero. Sin embargo, cuando estaba a unos cinco metros a su espalda, la bestia dejó de olisquear el suelo y giró su cabeza bruscamente. Siseó al verme, rugió mientras se agazapaba, y yo me puse más en guardia que antes, sujetando la espada con las dos manos al adoptar una posición defensiva.
La criatura no tardó en lanzarse al ataque en una feroz embestida. Apenas pude desviar la cornamenta con la espada y desplazarme a un lado para no acabar ensartada. Pisé con un pie para frenarme y asestar un tajo en horizontal cuando pasaba por mi lado. Sólo conseguí hacerle un rasguño, y enfurecerla todavía más. Saltó, mirándome con aquellos ojos incandescentes de rojo, y dio una vuelta sobre sus patas para sacudirme con la cola. Tuve que saltar y rodar en el suelo al caer. La cornamenta volvió peligrosamente, rasgando la manga de mi camisa.
El baile continuó un poco más, hasta que pude estocar con la punta de mi espada en un costado del graphorn. Su furia aumentó más, si es que eso era posible, y vi cómo su pelaje se encendía. No me dio tiempo a correr. El monstruo se agitó con un giro y un puñado de púas salieron despedidas en varias direcciones. Desvié alguna con la espada, pero dos se clavaron en un brazalete de cuero el protegerme la cara. Dos más me arañaron en un muslo y otra se clavó entre el peto de cuero y el hombro. Quemaba. Ardía. Siseé de dolor mientras las arrancaba.
La criatura no tardó en lanzarse al ataque en una feroz embestida. Apenas pude desviar la cornamenta con la espada y desplazarme a un lado para no acabar ensartada. Pisé con un pie para frenarme y asestar un tajo en horizontal cuando pasaba por mi lado. Sólo conseguí hacerle un rasguño, y enfurecerla todavía más. Saltó, mirándome con aquellos ojos incandescentes de rojo, y dio una vuelta sobre sus patas para sacudirme con la cola. Tuve que saltar y rodar en el suelo al caer. La cornamenta volvió peligrosamente, rasgando la manga de mi camisa.
El baile continuó un poco más, hasta que pude estocar con la punta de mi espada en un costado del graphorn. Su furia aumentó más, si es que eso era posible, y vi cómo su pelaje se encendía. No me dio tiempo a correr. El monstruo se agitó con un giro y un puñado de púas salieron despedidas en varias direcciones. Desvié alguna con la espada, pero dos se clavaron en un brazalete de cuero el protegerme la cara. Dos más me arañaron en un muslo y otra se clavó entre el peto de cuero y el hombro. Quemaba. Ardía. Siseé de dolor mientras las arrancaba.
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Re: De bestias y dragones [privado] [CERRADO]
La cena proseguía con una charla amena y estrictamente profesional, hasta que Lavey se percató de un brillo rojizo atravesó de la ventana. Por instinto la adolescente cambió el color de sus ojos a uno gris como la ceniza y pudo comprobar que al otro lado de la ventana había dos figuras, una tenía una mancha de calor grande y alargada que iba cogiendo temperatura con el paso de los segundos, la otra era más pequeña y estable, parecía ser un humano.1
-Centella, ahí fuera parece haber alguien peleando con una bestia.
-Seguramente sea la mercenario. -Se adelantó a contestar el padre de la familia. -Se estará encargando del animal que viene a robarnos las ovejas.
-Iré a dar un vistazo. -Dejé la cuchara dentro del plato y me levanté del asiento. -No tardare demasiado.
Al salir de la casa el frio y la oscuridad de la noche me acogieron. El brillo de la luna incidía en el filo de la mujer y una melena rojiza comenzaba a iluminar la zona de combate.
Conocía a aquel animal y en esta ocasión no había necesidad de contenerme.
Cambié rápidamente de forma y a la noche se sumó el brillo violeta de los rayos que zumbaban y recorrían mi cuerpo.2
Me puse en pie, apoyando mi peso en las patas traseras y la cola, y batí las alas con fuerza generando afiladas ráfagas de aire que redirigí hacia el cuerpo del graphorn.3 Las cuchillas comenzaron a caer sobre la bestia una tras otra cortando la piel y la carne.
El animal pareció desorientado al no entender que era lo que le estaba provocando las heridas, se giraba sobre sí mismo intentando golpear al ente invisible que lo atacaba.
Aproveché el momento para avanzar y recortar la distancia, no estaba segura de lo que haría el graphorn, pero esperaba poder atraer los ataque del feérico cuando este me detectara como un depredador más peligroso… o que huyera asustado al de verse superado en número.
____________
Off:
1: habilidad pasiva Huella de calor.
2: transformación en dragón.
3: habilidad Vendaval afilado.
-Centella, ahí fuera parece haber alguien peleando con una bestia.
-Seguramente sea la mercenario. -Se adelantó a contestar el padre de la familia. -Se estará encargando del animal que viene a robarnos las ovejas.
-Iré a dar un vistazo. -Dejé la cuchara dentro del plato y me levanté del asiento. -No tardare demasiado.
Al salir de la casa el frio y la oscuridad de la noche me acogieron. El brillo de la luna incidía en el filo de la mujer y una melena rojiza comenzaba a iluminar la zona de combate.
Conocía a aquel animal y en esta ocasión no había necesidad de contenerme.
Cambié rápidamente de forma y a la noche se sumó el brillo violeta de los rayos que zumbaban y recorrían mi cuerpo.2
Me puse en pie, apoyando mi peso en las patas traseras y la cola, y batí las alas con fuerza generando afiladas ráfagas de aire que redirigí hacia el cuerpo del graphorn.3 Las cuchillas comenzaron a caer sobre la bestia una tras otra cortando la piel y la carne.
El animal pareció desorientado al no entender que era lo que le estaba provocando las heridas, se giraba sobre sí mismo intentando golpear al ente invisible que lo atacaba.
Aproveché el momento para avanzar y recortar la distancia, no estaba segura de lo que haría el graphorn, pero esperaba poder atraer los ataque del feérico cuando este me detectara como un depredador más peligroso… o que huyera asustado al de verse superado en número.
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Off:
1: habilidad pasiva Huella de calor.
2: transformación en dragón.
3: habilidad Vendaval afilado.
Reivy Abadder
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Re: De bestias y dragones [privado] [CERRADO]
La sangre goteó sobre la hierba, y solté un bufido al notar el hombro arder como si lo tuviera envuelto en llamas. Me tambaleé ligeramente y la vista se me nubló, pero conseguí mantener la consciencia y el equilibrio. Por suerte no era el brazo de la espada. Un hormigueo desagradable se extendió desde el hombro y el antebrazo heridos. Me subió por el cuello y bajó hasta la mano. Tenía que acabar rápido con el graphorn, o me lo iba a poner muy, muy difícil. Ya lo tenía crudo, de hecho.
Así con firmeza la espada con una mano, y rechiné los dientes al poner la otra en el pomo mientras doblaba las rodillas, dispuesta a volver al ataque y darlo todo. Entonces vi algo que me dejó con la boca abierta y me distrajo de lo realmente importante. De golpe y porrazo apareció detrás del graphorn una bestia todavía más imponente. A juzgar por su aspecto, un dragón, pero no me dio tiempo a manifestar mi sorpresa. Se formó un vendaval, y me vi obligada a retroceder, protegiéndome con el brazo de la espada mientras el viento agitaba mi ropa y mi pelo.
El feérico se agitó de dolor. La sangre salpicaba ahí donde el viento cortaba la carne. Cuando cesó, el graphorn se tambaleó, resollante, trastabilló un par de pasos mientras focalizaba su atención en el dragón, y finalmente se desplomó. Una gota de sudor me hizo cosquillas al resbalarme por la sien. Me mantuve alerta, consciente de no tener ninguna oportunidad si el dragón decidía darme muerte.
Así con firmeza la espada con una mano, y rechiné los dientes al poner la otra en el pomo mientras doblaba las rodillas, dispuesta a volver al ataque y darlo todo. Entonces vi algo que me dejó con la boca abierta y me distrajo de lo realmente importante. De golpe y porrazo apareció detrás del graphorn una bestia todavía más imponente. A juzgar por su aspecto, un dragón, pero no me dio tiempo a manifestar mi sorpresa. Se formó un vendaval, y me vi obligada a retroceder, protegiéndome con el brazo de la espada mientras el viento agitaba mi ropa y mi pelo.
El feérico se agitó de dolor. La sangre salpicaba ahí donde el viento cortaba la carne. Cuando cesó, el graphorn se tambaleó, resollante, trastabilló un par de pasos mientras focalizaba su atención en el dragón, y finalmente se desplomó. Una gota de sudor me hizo cosquillas al resbalarme por la sien. Me mantuve alerta, consciente de no tener ninguna oportunidad si el dragón decidía darme muerte.
Visenna
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Re: De bestias y dragones [privado] [CERRADO]
El ataque había sido más efectivo de lo esperado, las llamas que surgían de la melena del graphorn comenzaron a apagarse rápidamente y su sangre fue dejando una mancha espesa en el pasto.
Me acerqué al cuerpo, comprobando que, efectivamente, el animal estaba muerto. Miré a la muchacha que todavía se mantenía en guardia, pero con claros signos de debilidad. La mercenaria luchó con bravura y su carne había pagado las consecuencias.
Volví a mi forma humana y acorté la distancia con la desconocida.
-Espero que te hayan pagado lo suficiente, enfrentarse en solitario a un graphorn es casi un suicidio. ¿Cómo te encuentras? -Observé el brazo herido de la castaña y saqué un frasco de la bolsa que llevaba al cinto. -Ten, bebe. Te curara las heridas.1 -Le tendí el frasco y esperé a ver que hacía. -Has tenido suerte, si llega a lanzarte lava te tocaría buscar un matasanos. ¿Esperamos más visitas indeseadas?
En el interior de la casa Lavey había dado buena cuenta de la cena y ahora disfrutaba un trozo de tarta de manzana, cortesía de la señora del lugar.
-Parece que la pelea ha terminado. -Comentó la niña devolviendo sus ojos a su color natural. -¿Que animal era el que os mataba las ovejas?
Los hombres se miraron entre si y fue el padre quien contestó.
-Un hombre lobo.
-¿Un licántropo?
-No, no. -Se apresuró a aclarar. -Y tampoco un hombre-bestia. Es algo distinto, siniestro, mi hijo dice que lo ha visto y que tiene cuernos y patas de cabra, que por la boca rezuma sangre.
La rubia masticaba lentamente la tarta, observaba al hombre y sus hijos. La cazadora había estado muchas veces en los bosques de Verisar, y nunca se había topado con animal con esa descripción, además ¿desde cuando tenían cuernos los hombre lobo?.
O el granjero mentía o mentía el hijo, el miedo a lo desconocido te hace ver cosas donde no las hay, pero esa cantidad de detalles...
Fuera lo que fuese ya estaba muerto, la lagartija solo tenía que esperar tranquilamente a que volviera su madre para enterarse de que era lo que acechaba a la granja.
_______
Off:
1: Poción de salud. Sana hasta 2 heridas moderadas o leves en pocos segundos.
Me acerqué al cuerpo, comprobando que, efectivamente, el animal estaba muerto. Miré a la muchacha que todavía se mantenía en guardia, pero con claros signos de debilidad. La mercenaria luchó con bravura y su carne había pagado las consecuencias.
Volví a mi forma humana y acorté la distancia con la desconocida.
-Espero que te hayan pagado lo suficiente, enfrentarse en solitario a un graphorn es casi un suicidio. ¿Cómo te encuentras? -Observé el brazo herido de la castaña y saqué un frasco de la bolsa que llevaba al cinto. -Ten, bebe. Te curara las heridas.1 -Le tendí el frasco y esperé a ver que hacía. -Has tenido suerte, si llega a lanzarte lava te tocaría buscar un matasanos. ¿Esperamos más visitas indeseadas?
En el interior de la casa Lavey había dado buena cuenta de la cena y ahora disfrutaba un trozo de tarta de manzana, cortesía de la señora del lugar.
-Parece que la pelea ha terminado. -Comentó la niña devolviendo sus ojos a su color natural. -¿Que animal era el que os mataba las ovejas?
Los hombres se miraron entre si y fue el padre quien contestó.
-Un hombre lobo.
-¿Un licántropo?
-No, no. -Se apresuró a aclarar. -Y tampoco un hombre-bestia. Es algo distinto, siniestro, mi hijo dice que lo ha visto y que tiene cuernos y patas de cabra, que por la boca rezuma sangre.
La rubia masticaba lentamente la tarta, observaba al hombre y sus hijos. La cazadora había estado muchas veces en los bosques de Verisar, y nunca se había topado con animal con esa descripción, además ¿desde cuando tenían cuernos los hombre lobo?.
O el granjero mentía o mentía el hijo, el miedo a lo desconocido te hace ver cosas donde no las hay, pero esa cantidad de detalles...
Fuera lo que fuese ya estaba muerto, la lagartija solo tenía que esperar tranquilamente a que volviera su madre para enterarse de que era lo que acechaba a la granja.
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1: Poción de salud. Sana hasta 2 heridas moderadas o leves en pocos segundos.
Reivy Abadder
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Re: De bestias y dragones [privado] [CERRADO]
Alcé las cejas sin disimular mi sorpresa al ver aquel dragón transformarse en una mujer. Una mujer de cabello negro como la madera de ébano, la piel lisa, sin marcas de viruelas, y los ojos tremendamente claros. Era dolorosamente bella, y era la primera vez que veía un dragón con mis propios ojos, y no sólo dibujos en murales. No soy muy de libros.
—No me hablaron de un graphorn— dije en señal de que no era una puñetera suicida, y me quedé mirando el frasco. "Te curará las heridas", había dicho la chica-dragon. Limpié la hoja de la espada en la pernera de mi pantalón antes de envainarla y coger el frasco que la mujer me tendía. Probablemente me había salvado la vida, así que, aunque se tratara de magia, no vi motivo para desconfiar. Descorché el vial, y me lo empiné, tomándomelo de trago. Hice una mueca y presioné los nudillos contra mis labios al tragar. Sabía a meado de ciervo—. Quién sabe. Me hablaron de un lobo que mataba ovejas, así que... A saber— musité finalmente, y miré a nuestro alrededor. Entonces noté cómo las heridas se cerraban, y se me antojó una sensación extraña. Extendí el brazo, mirándome el hombro. Como mínimo, era bastante práctico—. Ese puto granjero me va a oír...— mascullé mientras abría y cerraba la mano. Ya no dolía, y la movilidad era perfecta. Miré a la mujer fugazmente antes de echar a andar en dirección a la casa.
—No me hablaron de un graphorn— dije en señal de que no era una puñetera suicida, y me quedé mirando el frasco. "Te curará las heridas", había dicho la chica-dragon. Limpié la hoja de la espada en la pernera de mi pantalón antes de envainarla y coger el frasco que la mujer me tendía. Probablemente me había salvado la vida, así que, aunque se tratara de magia, no vi motivo para desconfiar. Descorché el vial, y me lo empiné, tomándomelo de trago. Hice una mueca y presioné los nudillos contra mis labios al tragar. Sabía a meado de ciervo—. Quién sabe. Me hablaron de un lobo que mataba ovejas, así que... A saber— musité finalmente, y miré a nuestro alrededor. Entonces noté cómo las heridas se cerraban, y se me antojó una sensación extraña. Extendí el brazo, mirándome el hombro. Como mínimo, era bastante práctico—. Ese puto granjero me va a oír...— mascullé mientras abría y cerraba la mano. Ya no dolía, y la movilidad era perfecta. Miré a la mujer fugazmente antes de echar a andar en dirección a la casa.
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Re: De bestias y dragones [privado] [CERRADO]
-Pues has tenido suerte. -Sonreí de medio lado colocándome junto a la moza. -Estos cerdos tienen una granja entera de graphorns en la parte trasera y tenía pensado destrozar granero donde los guardan. -Levanté una ceja irónica. -Ahora mismo podrías estar corriendo delante una estampida. Deberías darle las gracias al pobre animal, si no llega a ser por él yo jamás hubiera sabido que estabas aquí fuera.
La mujer abrió de golpe la puerta de la casa, se notaba que tenía carácter. Aguardé en silencio apoyada en el marco de la puerta, Lavey me miró y alcé los hombros.
En nuestros planes no entraba matar granjeros, aunque de no hacerlo era muy probable que retomaran su negocio.
El ambiente entre la mercenaria y la familia se estaba caldeando rápidamente, Vey se levantó del asiento y retrocedió unos pasos comenzando a acariciar las plumas que sobresalían del carcaj. Amenaza, amenaza, grito, insulto... Comencé a contar mentalmente la calidad de la conversación. Se hace el tonto, se ponen tensos... vaya esa no la había oído nunca.
Y la "conversación" se terminó. Los hermanos se levantaron de las sillas lanzando la mesa en el proceso, saqué la espada del cinto y cuando la mesa cayó al suelo ya no había hermanos ante mis ojos, en su lugar había dos hombres lobo.
-Eso tampoco lo vi venir. -Comenté sorprendida con la guardia en alto mientras veía como los padres se transformaban en lobos.-Anda, si son toda una manada.
-¡Céntrate! -Gritó Lavey al tiempo que clava una flecha en el pecho de uno de los hermanos. -La casa se nos queda pequeña, voy a necesitar más espacio. -Reclamaba la rubia golpeando a su oponente con la pala del arco y sacando la daga.
La mujer abrió de golpe la puerta de la casa, se notaba que tenía carácter. Aguardé en silencio apoyada en el marco de la puerta, Lavey me miró y alcé los hombros.
En nuestros planes no entraba matar granjeros, aunque de no hacerlo era muy probable que retomaran su negocio.
El ambiente entre la mercenaria y la familia se estaba caldeando rápidamente, Vey se levantó del asiento y retrocedió unos pasos comenzando a acariciar las plumas que sobresalían del carcaj. Amenaza, amenaza, grito, insulto... Comencé a contar mentalmente la calidad de la conversación. Se hace el tonto, se ponen tensos... vaya esa no la había oído nunca.
Y la "conversación" se terminó. Los hermanos se levantaron de las sillas lanzando la mesa en el proceso, saqué la espada del cinto y cuando la mesa cayó al suelo ya no había hermanos ante mis ojos, en su lugar había dos hombres lobo.
-Eso tampoco lo vi venir. -Comenté sorprendida con la guardia en alto mientras veía como los padres se transformaban en lobos.-Anda, si son toda una manada.
-¡Céntrate! -Gritó Lavey al tiempo que clava una flecha en el pecho de uno de los hermanos. -La casa se nos queda pequeña, voy a necesitar más espacio. -Reclamaba la rubia golpeando a su oponente con la pala del arco y sacando la daga.
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Re: De bestias y dragones [privado] [CERRADO]
— ¿Que tienen qué?— exclamé girando la cabeza para mirarla con los ojos como platos.
Mi cabeza comenzó a atar cabos por sí sola, y tragué saliva mirando el cuerpo inherte del graphorn. Los dientes me rechinaron de tanto apretarlos mientras me dirigía a la casa y abría la puerta de una patada, hecha una auténtica furia. Todos se levantaron de la mesa, incluida la niña rubia a la que no reconocí. No me gustaba golpear mujeres, así que fui directa al cabeza de familia, lo agarré de la camisa y lo zarandeé.
— ¡Dónde están!— vociferé— ¡Putos enfermos! ¡Sabíais que era un graphorn lo que os atacaba y queríais libraros de él! ¡Habla, joder!— gruñí, empujando al hombre, que volvió a caer sentado en su silla.
—Te has encargado de él, ¿no? Coge tu paga y vete— masculló la mujer, dejando caer un saquete con un tintineo metálico. Me jodió en el orgullo, porque no había sido yo la que había acabado con él.
— ¡He dicho que dónde están!— volví a bufar— Que alguien hable o reduciré ésta granja a cenizas— les amenacé con un dedo acusador, mirando a la mujer, al hombre, y a los dos hijos, que parecían muy tranquilos—. ¡No creáis que no lo haré!— en realidad no pensaba quemar nada, pero quería liberar a los feéricos cautivos. Me habían engañado.
La situación dio un vuelco cuando la mesa se estrelló contra un mueble. Me dio tiempo a desenvainar la espada mientras veía a los cuatro miembros de la famiia transformarse. Retrocedí, escupiendo una maldición, y odiando mi suerte. Lobisomes, licántropos, daba igual cómo quisiera uno llamarlos. Una cosa estaba clara, ahí dentro era imposible maniobrar con libertad. Uno de los licántropos se lanzó a por mí, y tuve que tirarme al suelo y rodar sobre mi espalda para esquivarlo por los pelos. Noté una gota caliente resbalarme por la mejilla. Me levanté con la inercia, y me apresuré a salir de la casa.
Mi cabeza comenzó a atar cabos por sí sola, y tragué saliva mirando el cuerpo inherte del graphorn. Los dientes me rechinaron de tanto apretarlos mientras me dirigía a la casa y abría la puerta de una patada, hecha una auténtica furia. Todos se levantaron de la mesa, incluida la niña rubia a la que no reconocí. No me gustaba golpear mujeres, así que fui directa al cabeza de familia, lo agarré de la camisa y lo zarandeé.
— ¡Dónde están!— vociferé— ¡Putos enfermos! ¡Sabíais que era un graphorn lo que os atacaba y queríais libraros de él! ¡Habla, joder!— gruñí, empujando al hombre, que volvió a caer sentado en su silla.
—Te has encargado de él, ¿no? Coge tu paga y vete— masculló la mujer, dejando caer un saquete con un tintineo metálico. Me jodió en el orgullo, porque no había sido yo la que había acabado con él.
— ¡He dicho que dónde están!— volví a bufar— Que alguien hable o reduciré ésta granja a cenizas— les amenacé con un dedo acusador, mirando a la mujer, al hombre, y a los dos hijos, que parecían muy tranquilos—. ¡No creáis que no lo haré!— en realidad no pensaba quemar nada, pero quería liberar a los feéricos cautivos. Me habían engañado.
La situación dio un vuelco cuando la mesa se estrelló contra un mueble. Me dio tiempo a desenvainar la espada mientras veía a los cuatro miembros de la famiia transformarse. Retrocedí, escupiendo una maldición, y odiando mi suerte. Lobisomes, licántropos, daba igual cómo quisiera uno llamarlos. Una cosa estaba clara, ahí dentro era imposible maniobrar con libertad. Uno de los licántropos se lanzó a por mí, y tuve que tirarme al suelo y rodar sobre mi espalda para esquivarlo por los pelos. Noté una gota caliente resbalarme por la mejilla. Me levanté con la inercia, y me apresuré a salir de la casa.
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Re: De bestias y dragones [privado] [CERRADO]
Espacio, si... Bien. Repetí mentalmente las palabras de mi hija al tiempo que paraba la dentellada de loba madre.
La mercenaria se movió con rapidez, siendo la primera en salir a campo abierto y papa lobo el primer infeliz en seguirla. La menuda estatura de Lavey por momentos jugaba en su contra, pero cuando encontraba el momento oportuno lograba escurrirse entre las patas de los licántropos y pincharles con la daga en algún lugar blando.
La cabeza de familia ladró y gruñó un par de veces sin perder de vista mi espada, y uno de sus hijos dejó de acosar a mi niña y comenzó a acosarme a mí. En otro momento, y en otras circunstancias, me habría encantado y a la madre (pues momentos antes intentaba casar a uno de ellos conmigo), ver a uno de sus muchachas tan predispuesto a devorar mi carne, pero ni estábamos en el lecho ni me interesaba ser devorada.
Alcé la espada cruzándola delante del pecho, sujetando con la mano libre el lado basto de la hoja y convoqué al viento. Este, obediente, acudió a mi llamada y me rodeó con presteza hasta conformar un torbellino que alejó y tiró al suelo a los peludos de la casa,1 Vey aprovechó el momento para salir de la casa y ayudar a la mercenaria con la bestia a la que se enfrentaba y yo redirigí el aire para impulsarme al exterior y volver a transformarme.
Por desgracia aquello solo retrasó a los lobos durante unos segundos, para cuando conseguí posicionarme en el cielo ya estaban todos fuera. Lavey había jugado bien sus cartas, volvía a tener el arco en la mano y sus ojos dejaron de ser azules, esta vez se tornaron rojos como el fuego y las flechas que clavó en el cuerpo de uno de los hermanos se prendieron fuego de dentro a fuera, quemando la carne y los órganos internos del enemigo.2
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Off:
1- Habilidad Viento afín
2- Habilidad Detonación a distancia
La mercenaria se movió con rapidez, siendo la primera en salir a campo abierto y papa lobo el primer infeliz en seguirla. La menuda estatura de Lavey por momentos jugaba en su contra, pero cuando encontraba el momento oportuno lograba escurrirse entre las patas de los licántropos y pincharles con la daga en algún lugar blando.
La cabeza de familia ladró y gruñó un par de veces sin perder de vista mi espada, y uno de sus hijos dejó de acosar a mi niña y comenzó a acosarme a mí. En otro momento, y en otras circunstancias, me habría encantado y a la madre (pues momentos antes intentaba casar a uno de ellos conmigo), ver a uno de sus muchachas tan predispuesto a devorar mi carne, pero ni estábamos en el lecho ni me interesaba ser devorada.
Alcé la espada cruzándola delante del pecho, sujetando con la mano libre el lado basto de la hoja y convoqué al viento. Este, obediente, acudió a mi llamada y me rodeó con presteza hasta conformar un torbellino que alejó y tiró al suelo a los peludos de la casa,1 Vey aprovechó el momento para salir de la casa y ayudar a la mercenaria con la bestia a la que se enfrentaba y yo redirigí el aire para impulsarme al exterior y volver a transformarme.
Por desgracia aquello solo retrasó a los lobos durante unos segundos, para cuando conseguí posicionarme en el cielo ya estaban todos fuera. Lavey había jugado bien sus cartas, volvía a tener el arco en la mano y sus ojos dejaron de ser azules, esta vez se tornaron rojos como el fuego y las flechas que clavó en el cuerpo de uno de los hermanos se prendieron fuego de dentro a fuera, quemando la carne y los órganos internos del enemigo.2
_____________________
Off:
1- Habilidad Viento afín
2- Habilidad Detonación a distancia
Última edición por Reivy Abadder el Dom Feb 02 2020, 10:13, editado 1 vez
Reivy Abadder
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Re: De bestias y dragones [privado] [CERRADO]
Todo había sido un montaje. Una trampa con todas las letras, y yo una ilusa por haber caído con tanta facilidad. Me agaché en el momento justo mientras abandonaba la casa para que el licántropo me saltaba por encima, probablemente por pura suerte, más que habilidad. Herí a la bestia con la punta de la espada al contraatacar, aunque de forma superficial. Se oían gruñidos y un fuerte estruendo dentro de la casa, pero tenía cosas más importantes delante de mí, como los dientes y las garras del lobisome. Y era rápido.
Poco a poco fueron saliendo todos de la casa. Uno de los lobos aulló de forma lastimera cuando estoqué a uno de sus hijos en un costado. La madre. La niña lanzaba saetas que estallaban en una llamarada, y la otra mujer volvió a transformarse en dragón. De no ser por su presencia, habrían acabado rápidamente conmigo y carne habría servido como cena para esas bestias peludas. El primer licántropo que me había atacado cayó derribado entonces, cuando una flecha fuego le impidió seguir luchando. La madre rugió enfurecida, tomando a la niña de ojos endemoniados como su objetivo, por lo que avancé hacia ella y lancé un tajo a la loba. El animal lo esquivó por muy poco y se agazapó, enseñándome los dientes. Paré una dentellada con la espada, y la oja se deslizó por el pelaje, cortando muy cerca del ojo.
Poco a poco fueron saliendo todos de la casa. Uno de los lobos aulló de forma lastimera cuando estoqué a uno de sus hijos en un costado. La madre. La niña lanzaba saetas que estallaban en una llamarada, y la otra mujer volvió a transformarse en dragón. De no ser por su presencia, habrían acabado rápidamente conmigo y carne habría servido como cena para esas bestias peludas. El primer licántropo que me había atacado cayó derribado entonces, cuando una flecha fuego le impidió seguir luchando. La madre rugió enfurecida, tomando a la niña de ojos endemoniados como su objetivo, por lo que avancé hacia ella y lancé un tajo a la loba. El animal lo esquivó por muy poco y se agazapó, enseñándome los dientes. Paré una dentellada con la espada, y la oja se deslizó por el pelaje, cortando muy cerca del ojo.
Visenna
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Re: De bestias y dragones [privado] [CERRADO]
El pobre licántropo se había cocido vivo con la flecha de Lavey. Los lobos se habían vuelto ahora en contra de mi hija, que apuntaba el único hijo que les quedaba con vida, la mercenaria interceptó a uno de ellos y yo disparé un dúo de rayos que impactaron de lleno en el cuerpo de padre1.
El ambiente comenzó a oler a pelo quemado, el lobo ahora estaba tendido en el suelo y pequeñas hileras de humo subían al cielo. El hijo aulló de pena y dolor, pues ese despiste le había valido a Lavey para clavarle una flecha en el muslo. La madre se transformó en humana al darse cuenta de que ahora era viuda.
-¡YA BASTA! -Bramó entre jadeos, desnuda y con una mano tapando el corte de la cara. -Ya es suficiente. -Su hijo dejó de atacar a mi niña y acudió cojeando a socorrer y proteger a su madre. -Haced lo que queráis con la granja, ya no me importa. -Decía la mujer entre lágrimas mientras era abrazada por los peludos brazos de su único hijo. -No merece la pena. -Aterricé mientras la granjera hablaba. -Iros y dejadme llorar mi perdida.
-Mama. -La voz del licántropo era ronca y costaba entenderlo. -Volvamos a casa, hay que tratar las heridas. Luego volveremos a por papa y Rubén y les daremos sepultura.
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Off:
1- Habilidad centella devidida.
El ambiente comenzó a oler a pelo quemado, el lobo ahora estaba tendido en el suelo y pequeñas hileras de humo subían al cielo. El hijo aulló de pena y dolor, pues ese despiste le había valido a Lavey para clavarle una flecha en el muslo. La madre se transformó en humana al darse cuenta de que ahora era viuda.
-¡YA BASTA! -Bramó entre jadeos, desnuda y con una mano tapando el corte de la cara. -Ya es suficiente. -Su hijo dejó de atacar a mi niña y acudió cojeando a socorrer y proteger a su madre. -Haced lo que queráis con la granja, ya no me importa. -Decía la mujer entre lágrimas mientras era abrazada por los peludos brazos de su único hijo. -No merece la pena. -Aterricé mientras la granjera hablaba. -Iros y dejadme llorar mi perdida.
-Mama. -La voz del licántropo era ronca y costaba entenderlo. -Volvamos a casa, hay que tratar las heridas. Luego volveremos a por papa y Rubén y les daremos sepultura.
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1- Habilidad centella devidida.
Reivy Abadder
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Re: De bestias y dragones [privado] [CERRADO]
Tenía la espada en posición, con los codos en alto y la punta en dirección al licántropo para dar una estocada cuando oí el grito y me detuve en seco. Me quedé de piedra. Me cambió la cara. Bajé la espada mientras oía los lamentos de la mujer, y su hijo licántropo la instaba a marcharse. Fue un final aún más amargo que si los hubiéramos matado a todos. Tragué saliva de forma pesada, sintiéndome culpable, y miré a la dragona y a la niña con los dientes apretados. Vaya mierda, pensé.
—El granero…— murmuré dando un cabeceo. Aún quería sacar a los graphorm de su inmerecida prisión. Si al menos podía salvar un par de vidas, podía darme con un canto en los dientes.
Los licántropos habían atacado primero, aunque en ese momento aquel detalle no me pareció un consuelo, en absoluto. Eché a andar en dirección al granero, dejando en paz a lo que quedaba de aquella familia. No envainé la espada. No todavía.
Rompí el candado con la punta de la espada, haciendo palanca. El hierro estaba viejo y oxidado, por lo que el metal no opuso demasiada resistencia. La pesada hoja de la puerta de madera se abrió con un chirrido lastimero, permitiendo que la tenue luz lunar se colara tímidamente en el interior del granero. Entorné los ojos con una mueca. Distinguí jaulas, y olía a orín, a heno, y a mierda.
—El granero…— murmuré dando un cabeceo. Aún quería sacar a los graphorm de su inmerecida prisión. Si al menos podía salvar un par de vidas, podía darme con un canto en los dientes.
Los licántropos habían atacado primero, aunque en ese momento aquel detalle no me pareció un consuelo, en absoluto. Eché a andar en dirección al granero, dejando en paz a lo que quedaba de aquella familia. No envainé la espada. No todavía.
Rompí el candado con la punta de la espada, haciendo palanca. El hierro estaba viejo y oxidado, por lo que el metal no opuso demasiada resistencia. La pesada hoja de la puerta de madera se abrió con un chirrido lastimero, permitiendo que la tenue luz lunar se colara tímidamente en el interior del granero. Entorné los ojos con una mueca. Distinguí jaulas, y olía a orín, a heno, y a mierda.
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Re: De bestias y dragones [privado] [CERRADO]
Alcé la testa hacía en granero, al escuchar a la castaña nombrarlo. Lavey se rezagó, la joven parecía estar procesando lo que estaba ocurriendo.
Por su cabeza se cruzaban pensamientos furibundos y lastimeros. Ellas solo se estaban defendiendo, ellos empezaron, no les dieron opción, pero entonces... si no tenían más opciones que matar ¿porque sentía pena?
Vey dejó de mirar a los muertos y caminó hacia las jaulas de los graphorn.
-Acabemos de una vez con esto. -Anunció la rubia con seriedad. -Para eso vinimos aquí.
Aquel granero era lamentable. Las jaulas estaban apiñadas unas contra otras, con un pasillo con el espacio justo para que entraran en fila de uno, además, daba la sensación de que nunca se hubiera cambiado el heno del suelo, tan solo habían ido amontonando viejo sobre nuevo.
-Esto es repugnante. -Comenté, tras volver a mi forma humana. -Saquemos primero a las crías, así luego las madres las seguirán y nos dejaran tranquilas.
Desde luego no se podía decir que la familia granjeros fuera lista, estábamos dentro de un criadero ilegal y las llaves de las jaulas estaban colgadas en el clavo de una viga. Agarré el llavero y repartí las llaves entre la mujer y Vey.
Los cachorros se agolparon contra las puertas al oír las llaves y las madres comenzaron a bramar en cuanto salieron los primeros.
-Empecemos con las hembras de atrás y vayamos avanzando todas juntas. -Las jaulas estaban hechas a medida, la puerta tenía el tamaño justo para que al abrirse cerrara el pasillo, dejando así una zona segura tras ella. -Con el poco espacio que hay acabaremos embestidas si abrimos varias al mismo tiempo.
Por su cabeza se cruzaban pensamientos furibundos y lastimeros. Ellas solo se estaban defendiendo, ellos empezaron, no les dieron opción, pero entonces... si no tenían más opciones que matar ¿porque sentía pena?
Vey dejó de mirar a los muertos y caminó hacia las jaulas de los graphorn.
-Acabemos de una vez con esto. -Anunció la rubia con seriedad. -Para eso vinimos aquí.
Aquel granero era lamentable. Las jaulas estaban apiñadas unas contra otras, con un pasillo con el espacio justo para que entraran en fila de uno, además, daba la sensación de que nunca se hubiera cambiado el heno del suelo, tan solo habían ido amontonando viejo sobre nuevo.
-Esto es repugnante. -Comenté, tras volver a mi forma humana. -Saquemos primero a las crías, así luego las madres las seguirán y nos dejaran tranquilas.
Desde luego no se podía decir que la familia granjeros fuera lista, estábamos dentro de un criadero ilegal y las llaves de las jaulas estaban colgadas en el clavo de una viga. Agarré el llavero y repartí las llaves entre la mujer y Vey.
Los cachorros se agolparon contra las puertas al oír las llaves y las madres comenzaron a bramar en cuanto salieron los primeros.
-Empecemos con las hembras de atrás y vayamos avanzando todas juntas. -Las jaulas estaban hechas a medida, la puerta tenía el tamaño justo para que al abrirse cerrara el pasillo, dejando así una zona segura tras ella. -Con el poco espacio que hay acabaremos embestidas si abrimos varias al mismo tiempo.
Reivy Abadder
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Re: De bestias y dragones [privado] [CERRADO]
Estaba acostumbrada al olor a letrinas y a bestias de granja. Aunque fuera desagradable, no era lo peor que había olido en mi vida. Miré a la dragona, asintiendo a su sugerencia. Cogí las llaves que me tendía, y me puse a probarlas en las jaulas más pequeñas. Algunas encajaron a la primera, otras no. Yo me habría ido cargando los candados, lo que probablemente habría puesto nerviosas a las bestias. O no, a saber.
—Adelante, pues— dije uniéndome a las dos. La jovencísima arquera no parecía horrorizada con lo que había ahí dentro. Claro, que la había visto disparar flechas que estallaban como si paseara por la plaza de un mercado.
Los graphorn fueron saliendo de uno en uno sin pararse demasiado a prestarnos atención. En algún momento me dio la sensación de que alguna hembra nos miraba y agachaba la cabeza, como si fuera consciente de porqué estábamos ahí, de que los estábamos rescatando. Pero, aunque estábamos haciendo lo correcto, aunque estábamos dándoles la libertad a esas criaturas, no se me iba el sabor amargo de la boca. Pensé que quizá podíamos haberlo solucionado sin matar a nadie, pero los licántropos habían atacado primero. Me consolé diciéndome que no habíamos tenido elección.
—Ese era el último— murmuré observando las jaulas vacías—. Larguémonos de aquí.
—Adelante, pues— dije uniéndome a las dos. La jovencísima arquera no parecía horrorizada con lo que había ahí dentro. Claro, que la había visto disparar flechas que estallaban como si paseara por la plaza de un mercado.
Los graphorn fueron saliendo de uno en uno sin pararse demasiado a prestarnos atención. En algún momento me dio la sensación de que alguna hembra nos miraba y agachaba la cabeza, como si fuera consciente de porqué estábamos ahí, de que los estábamos rescatando. Pero, aunque estábamos haciendo lo correcto, aunque estábamos dándoles la libertad a esas criaturas, no se me iba el sabor amargo de la boca. Pensé que quizá podíamos haberlo solucionado sin matar a nadie, pero los licántropos habían atacado primero. Me consolé diciéndome que no habíamos tenido elección.
—Ese era el último— murmuré observando las jaulas vacías—. Larguémonos de aquí.
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Re: De bestias y dragones [privado] [CERRADO]
Asentí a la mercenaria y la seguí hacia el exterior. La humedad de la noche levantaba el sutil ahora de la hierba, mis pulmones se hincharon, agradecidos por el cambio de aroma.
-Podría haber sido mejor. -Hablaba con voz neutral mirando a la luna. -Podría haber sido peor. Me llamo Reivy. -Bajé la vista hacia la mujer y le tendí la mano sonriendo. -Te lo hubiera dicho antes, pero ya sabes... pelea, peligro y esas cosas.
La voz de Lavey comenzó a llegar desde el umbral del granero.
-Centella, mira. -La adolescente levantaba con sus manos la cabeza disecada de un graphorn adulto. -Al final era verdad que ya tenían el encargo terminado.
-Al final era verdad... -Repetí con un hilo de voz, como si algo no encajara en la frase. -¿Qué haces con eso, Vey? Pensaba que era solo una excusa para contactar con ellos.
-¿Estas de broma? -Respondió Lavey con tono irónico al llegar junta a nosotras. -Fue la primera gran bestia que cacé. No iba a dejar que esos peleteros se quedaran con mi premio. La cabeza y su melena me pertenecen.
-Cazadores. -Musité llevándome una mano a la cabeza. -Ese trasto a casa no lo entras.
Miré a la guerrera por un instante, disculpándome con la mirada por el circo que estaba armando la niña.
-Tranquila que no lo vera nadie. Lo pondré en mi habitación.
-Pero si no tienes habitación. -Contesté, comenzando a levantar la voz con molestia. -Dormimos en el mismo cuarto.
-¡Pues ya va siendo hora de que amplíes la casa! -La lagartija quiso dejar caer la cabeza disecada al suelo, pero no quería dañarla. Así que en lugar de explotar en una rabieta adolescente, dejo su trofeo en el suelo y se giró. -Parece mentira que seas carpintera. Haces casas a todo el mundo, pero nosotras seguimos viviendo en el mismo cuartucho de siempre.
-Sera... -Un tic comenzó a formarse en mi ojo. Cogí aire, lo solté y dejé de prestar atención a mi hija. -Que ganas tengo de que se le pase la tontería. En fin, te decía, me habría gustado conocerte en un lugar menos... inhóspito y haberte invitado a una copa.
Mientras hablaba Lavey sacó el arco, colocó dos flechas en la cuerda, sus ojos se encendieron y los proyectiles ardieron. Entonces abrió los dedos y las flechas incendiaras volaron hacia el granero.
-Si algún día pasas por Ulmer y te apetece echar una cana al aire puedes visita... -Mi cuerpo giró como un resorte al oír el crepitar del fuego. -¡¿Que cojones haces, Lavey?! Esta gente ya ha tenido suficiente.
-¡Que se jodan! -Gritó la rubia lanzando otra flecha. -Así se les quitaran las ganas de repetirlo.
-Ya se le han quitado las ganas. Acabamos de matar al marido y el hijo de esa mujer, no sé si te diste cuenta.
-¡Y a mí que me cuentas! -Lavey estaba cada vez más furiosa, pero guardó el arco. -Ellos atacaron primero, que se lo hubieran pensado mejor.
La rubia cogió de nuevo la cabeza del graphorn, cambio de forma y echó a volar.
-Me cago en la madre que te pario. -Cerré el puño, lo alcé al aire y seguidamente me giré hacia la humana. -Joder... no hay día que no me toque las narices. Perdóname, pero tengo que ir tras ella. Espero que tengas caballo, te acercaría al pueblo, pero tengo que perseguir un dragón adolescente.
Salí corriendo al tiempo que mi cuerpo cambiaba de forma y cuando estuve en el cielo seguí gritando insultos, aunque tan solo se escuchaban rugidos.
-Podría haber sido mejor. -Hablaba con voz neutral mirando a la luna. -Podría haber sido peor. Me llamo Reivy. -Bajé la vista hacia la mujer y le tendí la mano sonriendo. -Te lo hubiera dicho antes, pero ya sabes... pelea, peligro y esas cosas.
La voz de Lavey comenzó a llegar desde el umbral del granero.
-Centella, mira. -La adolescente levantaba con sus manos la cabeza disecada de un graphorn adulto. -Al final era verdad que ya tenían el encargo terminado.
-Al final era verdad... -Repetí con un hilo de voz, como si algo no encajara en la frase. -¿Qué haces con eso, Vey? Pensaba que era solo una excusa para contactar con ellos.
-¿Estas de broma? -Respondió Lavey con tono irónico al llegar junta a nosotras. -Fue la primera gran bestia que cacé. No iba a dejar que esos peleteros se quedaran con mi premio. La cabeza y su melena me pertenecen.
-Cazadores. -Musité llevándome una mano a la cabeza. -Ese trasto a casa no lo entras.
Miré a la guerrera por un instante, disculpándome con la mirada por el circo que estaba armando la niña.
-Tranquila que no lo vera nadie. Lo pondré en mi habitación.
-Pero si no tienes habitación. -Contesté, comenzando a levantar la voz con molestia. -Dormimos en el mismo cuarto.
-¡Pues ya va siendo hora de que amplíes la casa! -La lagartija quiso dejar caer la cabeza disecada al suelo, pero no quería dañarla. Así que en lugar de explotar en una rabieta adolescente, dejo su trofeo en el suelo y se giró. -Parece mentira que seas carpintera. Haces casas a todo el mundo, pero nosotras seguimos viviendo en el mismo cuartucho de siempre.
-Sera... -Un tic comenzó a formarse en mi ojo. Cogí aire, lo solté y dejé de prestar atención a mi hija. -Que ganas tengo de que se le pase la tontería. En fin, te decía, me habría gustado conocerte en un lugar menos... inhóspito y haberte invitado a una copa.
Mientras hablaba Lavey sacó el arco, colocó dos flechas en la cuerda, sus ojos se encendieron y los proyectiles ardieron. Entonces abrió los dedos y las flechas incendiaras volaron hacia el granero.
-Si algún día pasas por Ulmer y te apetece echar una cana al aire puedes visita... -Mi cuerpo giró como un resorte al oír el crepitar del fuego. -¡¿Que cojones haces, Lavey?! Esta gente ya ha tenido suficiente.
-¡Que se jodan! -Gritó la rubia lanzando otra flecha. -Así se les quitaran las ganas de repetirlo.
-Ya se le han quitado las ganas. Acabamos de matar al marido y el hijo de esa mujer, no sé si te diste cuenta.
-¡Y a mí que me cuentas! -Lavey estaba cada vez más furiosa, pero guardó el arco. -Ellos atacaron primero, que se lo hubieran pensado mejor.
La rubia cogió de nuevo la cabeza del graphorn, cambio de forma y echó a volar.
-Me cago en la madre que te pario. -Cerré el puño, lo alcé al aire y seguidamente me giré hacia la humana. -Joder... no hay día que no me toque las narices. Perdóname, pero tengo que ir tras ella. Espero que tengas caballo, te acercaría al pueblo, pero tengo que perseguir un dragón adolescente.
Salí corriendo al tiempo que mi cuerpo cambiaba de forma y cuando estuve en el cielo seguí gritando insultos, aunque tan solo se escuchaban rugidos.
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