La ciudad perdida [Trabajo, +18] [Visenna & Amit]
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La ciudad perdida [Trabajo, +18] [Visenna & Amit]
Me uní a aquella expedición por un capricho del destino, a pesar de no creer en él. Hacía un par de horas que había llegado a la ciudad de Verisar en busca de un herrero. Necesitaba una piedra de afilar nueva, así que después me dirigí a una taberna en busca de algún trabajo mal pagado, como la mayoría en aquellos tablones de anuncios. Sin embargo, di con algo que captó mi interés. Fuera de la propia taberna había una hilera de hombres esperando frente a una mesa y, al otro lado de la mesa, un hombre vestido de negro y blanco, con lentes redondas sobre la nariz y aspecto de abogado. Escribía en un grueso volumen los nombres y las referencias que iban dándole. Supuse que con tanta gente ofreciéndose voluntaria, la suma que debían pagar por el trabajo debía ser jugosa, y yo estaba hasta las narices de que me estafaran.
Me acerqué a un muchacho de la cola, el que estaba en último lugar, y le pregunté por el trabajo. Apenas sabía leer lo justo, lo suficiente como para interpretar a grandes rasgos lo que decían los anuncios. Nadie me había enseñado, de modo que había tenido que aprender sola lo que había podido. Jarek, de hecho, me había echado una mano en más de una ocasión a ese respecto, pero era demasiado orgullosa para pedirle ayuda a propósito. En cualquier caso, el joven al que me dirigí parecía dispuesto a contármelo todo con pelos y señales.
— ¿No habéis leído el anuncio, señorita?— preguntó, muy educado. Juzgué que no debía tener más de diecisiete años—. Es una expedición para encontrar la ciudad perdida de Marcuria.
— ¿La ciudad que se hundió en el mar?— pregunté, rememorando una de las canciones de Jarek— No es más que un mito.
—Ahí os equivocáis, señorita— replicó, sonriente—. Todos los mitos se basan en algo de realidad. En el anuncio dice que se han encontrado pruebas de que los restos de la ciudad están en las proximidades de Tortuga— enarqué una ceja. Aquel era un nido de piratas y criminales—. Es por eso que buscan protección armada, y ofrecen buena paga. Si la encontramos, pasaremos a formar parte de la Historia. ¿Os imagináis?
Miré al chico de arriba a abajo. No tenía aspecto de guerrero, precisamente. No era más que un muchacho sediento de aventuras y gloria. En cierto modo su entusiasmo me recordó a mí en otra época, pero parecía tratarse de un recuerdo de otra vida.
Partimos en barco desde Verisar al alba del día siguiente. Se trataba de un bergantín de dos palos, con su mayor y su trinquete, con unas amplias velas cuadradas. No había navegado demasiado a lo largo de mi vida, y nunca en mar abierto, así que se trataba de una experiencia nueva para mí. Sabía el nombre de las partes de un barco, y poco más. El buque tenía en su proa bajo el bauprés un bonito mascarón con el aspecto de una náyade. También podía pasar por una sirena, puesto que no tenía pies.
El muchacho, Rolfo, se había puesto verde nada más separarse el barco del muelle. Iba a pasarse el viaje vomitando. Me compadecí de él.
Me acerqué a un muchacho de la cola, el que estaba en último lugar, y le pregunté por el trabajo. Apenas sabía leer lo justo, lo suficiente como para interpretar a grandes rasgos lo que decían los anuncios. Nadie me había enseñado, de modo que había tenido que aprender sola lo que había podido. Jarek, de hecho, me había echado una mano en más de una ocasión a ese respecto, pero era demasiado orgullosa para pedirle ayuda a propósito. En cualquier caso, el joven al que me dirigí parecía dispuesto a contármelo todo con pelos y señales.
— ¿No habéis leído el anuncio, señorita?— preguntó, muy educado. Juzgué que no debía tener más de diecisiete años—. Es una expedición para encontrar la ciudad perdida de Marcuria.
— ¿La ciudad que se hundió en el mar?— pregunté, rememorando una de las canciones de Jarek— No es más que un mito.
—Ahí os equivocáis, señorita— replicó, sonriente—. Todos los mitos se basan en algo de realidad. En el anuncio dice que se han encontrado pruebas de que los restos de la ciudad están en las proximidades de Tortuga— enarqué una ceja. Aquel era un nido de piratas y criminales—. Es por eso que buscan protección armada, y ofrecen buena paga. Si la encontramos, pasaremos a formar parte de la Historia. ¿Os imagináis?
Miré al chico de arriba a abajo. No tenía aspecto de guerrero, precisamente. No era más que un muchacho sediento de aventuras y gloria. En cierto modo su entusiasmo me recordó a mí en otra época, pero parecía tratarse de un recuerdo de otra vida.
Partimos en barco desde Verisar al alba del día siguiente. Se trataba de un bergantín de dos palos, con su mayor y su trinquete, con unas amplias velas cuadradas. No había navegado demasiado a lo largo de mi vida, y nunca en mar abierto, así que se trataba de una experiencia nueva para mí. Sabía el nombre de las partes de un barco, y poco más. El buque tenía en su proa bajo el bauprés un bonito mascarón con el aspecto de una náyade. También podía pasar por una sirena, puesto que no tenía pies.
El muchacho, Rolfo, se había puesto verde nada más separarse el barco del muelle. Iba a pasarse el viaje vomitando. Me compadecí de él.
Visenna
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Re: La ciudad perdida [Trabajo, +18] [Visenna & Amit]
Probablemente no debía haber un sólo explorador que no supiera sobre la misteriosa Ciudad de Marcuria, un sitio supuestamente perdido para siempre, se decía que las aguas se habían tragado toda una isla, con edificios, habitantes y animales, en una sola tarde. Algunos estudiosos pensaban que una cosa semejante era imposible, que sólo se trataba de un cuento que le enseñaba a las personas la necesidad de ser humildes y nunca hacer enojar a los dioses.
Pero no estaban todos de acuerdo, claro que no, muchos otros investigadores aseguraban que habían encontrado pruebas irrefutables de que había existido un sitio con ese nombre, y que de un momento a otro, dejaban de haber registros sobre esa ciudad.
-¿Entiendes lo que significa eso? - Le decía a Amit un muchachito pelirrojo y bastante delgado - Que lograran encontrar los errores del texto y traducirlos como corresponde, es... ¡Esto podría ser el mayor descubrimiento de los últimos cien años! - Bajó la voz y dejó caer los hombros, algo desanimado - Me hubiese gustado que me mencionaran cuando comentaron todo eso de la traducción... No es que me interese hacerme famoso ni nada pero... - Suspiró - Le dedique casi toda mi vida a esos pergaminos y ... - Se detuvo y miró con gesto extrañado al Mausu - ¿Me estas escuchando Amit? -
-¿Mmm? ¡Tchik! Sí, sí, sí, estoy escuchando - Pasaba las hojas de su cuaderno a toda velocidad, mientras miraba intermitentemente al joven - En realidad, me estaba preguntando ¿Y tú quién eres? -
Se hizo un incómodo silencio.
-Ains, mi culpa. Espera - Agarró el diario del Ratón y fue pasando las hojas - Página quince, allí tienes anotados mis datos - Amit leyó rápidamente la parte señalada y abrió grande la boca.
-¡Aaah! ¡Oliver! ¡Tchik! Sí, ahora lo recuerdo, famoso traductor de textos antiguos, nos conocimos en... - Volvió a mirar su cuaderno - En unas ruinas abandonadas cercanas a las Costas de los Ancestros -
-Dime que sí recuerdas todo lo que te conté sobre Marcuria -
-SsssTchik mmm seguramente anoté todo, solo debes darme unos minutos para que lo repase - Pero en lugar de seguir leyendo, cerró el cuaderno y se puso de pie... Quedándo casi a la misma altura - Lo leeré de camino -
-¿Camino a donde? -
-A anotarnos para ir en esa expedición, por supuesto - Y antes de que Oliver lo detuviera, ya Amit se había bajado de la silla en la que estaba y se dirigía a la calle - Ya que no te dieron el crédito que merecías por las traducciones, al menos deberías tener el derecho de ir a ver en persona ese famoso lugar ¿No crees? Y quizás puedas convencer a los estudiosos que cambien de opinión y pongan tu nombre en el siguiente libro que publiquen -
-No creo que sea tan sencillo como eso... - Parecía estar bastante resignado - Pero ¿Que demonios? No perdemos nada con intentarlo -
-¡Ese es el espíritu! -
A la mañana siguiente estaban embarcados junto con el resto del equipo de exploración, no sólo eran necesarios músculos para poder encontrar un sitio semejante, también requerían las mentes de especialistas en el tema para saber dónde meterse y como. Oliver había preferido pasar tiempo en su recamara, repasando las anotaciones que tenía sobre la ciudad, pero Amit no se aguantaba mucho tiempo encerrado, prefería estar en la proa disfrutando de la brisa marina.
Pero no estaban todos de acuerdo, claro que no, muchos otros investigadores aseguraban que habían encontrado pruebas irrefutables de que había existido un sitio con ese nombre, y que de un momento a otro, dejaban de haber registros sobre esa ciudad.
-¿Entiendes lo que significa eso? - Le decía a Amit un muchachito pelirrojo y bastante delgado - Que lograran encontrar los errores del texto y traducirlos como corresponde, es... ¡Esto podría ser el mayor descubrimiento de los últimos cien años! - Bajó la voz y dejó caer los hombros, algo desanimado - Me hubiese gustado que me mencionaran cuando comentaron todo eso de la traducción... No es que me interese hacerme famoso ni nada pero... - Suspiró - Le dedique casi toda mi vida a esos pergaminos y ... - Se detuvo y miró con gesto extrañado al Mausu - ¿Me estas escuchando Amit? -
-¿Mmm? ¡Tchik! Sí, sí, sí, estoy escuchando - Pasaba las hojas de su cuaderno a toda velocidad, mientras miraba intermitentemente al joven - En realidad, me estaba preguntando ¿Y tú quién eres? -
Se hizo un incómodo silencio.
-Ains, mi culpa. Espera - Agarró el diario del Ratón y fue pasando las hojas - Página quince, allí tienes anotados mis datos - Amit leyó rápidamente la parte señalada y abrió grande la boca.
-¡Aaah! ¡Oliver! ¡Tchik! Sí, ahora lo recuerdo, famoso traductor de textos antiguos, nos conocimos en... - Volvió a mirar su cuaderno - En unas ruinas abandonadas cercanas a las Costas de los Ancestros -
-Dime que sí recuerdas todo lo que te conté sobre Marcuria -
-SsssTchik mmm seguramente anoté todo, solo debes darme unos minutos para que lo repase - Pero en lugar de seguir leyendo, cerró el cuaderno y se puso de pie... Quedándo casi a la misma altura - Lo leeré de camino -
-¿Camino a donde? -
-A anotarnos para ir en esa expedición, por supuesto - Y antes de que Oliver lo detuviera, ya Amit se había bajado de la silla en la que estaba y se dirigía a la calle - Ya que no te dieron el crédito que merecías por las traducciones, al menos deberías tener el derecho de ir a ver en persona ese famoso lugar ¿No crees? Y quizás puedas convencer a los estudiosos que cambien de opinión y pongan tu nombre en el siguiente libro que publiquen -
-No creo que sea tan sencillo como eso... - Parecía estar bastante resignado - Pero ¿Que demonios? No perdemos nada con intentarlo -
-¡Ese es el espíritu! -
A la mañana siguiente estaban embarcados junto con el resto del equipo de exploración, no sólo eran necesarios músculos para poder encontrar un sitio semejante, también requerían las mentes de especialistas en el tema para saber dónde meterse y como. Oliver había preferido pasar tiempo en su recamara, repasando las anotaciones que tenía sobre la ciudad, pero Amit no se aguantaba mucho tiempo encerrado, prefería estar en la proa disfrutando de la brisa marina.
- Oliver:
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Amit'tek
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Re: La ciudad perdida [Trabajo, +18] [Visenna & Amit]
El bullicio de la tripulación yendo de proa a popa; las voces del navegante al timón, dirigiendo a los hombres mientras el navío cogía el rumbo. El viento en la cara y el olor a sal me llenaron el pecho de una sensación de libertad que pocas veces experimentaba en tierra. No pude evitar aprovichar el movimiento inicial del barco para dirigirme al castillo de proa y subirme al bauprés. Fue como si pudiera volar, y me importó poco el vieno frío y la leve sensación de vértigo al mirar abajo, donde las olas rompían contra el casco del barco.
Una vez salimos a mar abierto, volví con cuidado a cubierta, y me sacudí por el frío Para entonces la cosa estaba más tranquila. Distinguí al hombre con pinta de abogado que nos había contratado para la expedición. Hablaba con el capitán y con una mujer de aspecto severo. Busqué a Rolfo con la mirada y lo encontré justo donde lo había dejado, abrazado a la madera. Palmeé el hombro del chico mientras el pobre echaba el desayuno por la borda.
—Estoy bien... Estoy bien...— gimoteó intentando levantar la cabeza, pero le sobrevino una arcada, y yo me reí.
Me alejé del chico, y al darme la vuelta me tropecé con un ratón gigante. Enarqué una ceja. Qué mono con su ropita y todo...
—Coño— exclamé—. Que el barco tiene mascota...
Una vez salimos a mar abierto, volví con cuidado a cubierta, y me sacudí por el frío Para entonces la cosa estaba más tranquila. Distinguí al hombre con pinta de abogado que nos había contratado para la expedición. Hablaba con el capitán y con una mujer de aspecto severo. Busqué a Rolfo con la mirada y lo encontré justo donde lo había dejado, abrazado a la madera. Palmeé el hombro del chico mientras el pobre echaba el desayuno por la borda.
—Estoy bien... Estoy bien...— gimoteó intentando levantar la cabeza, pero le sobrevino una arcada, y yo me reí.
Me alejé del chico, y al darme la vuelta me tropecé con un ratón gigante. Enarqué una ceja. Qué mono con su ropita y todo...
—Coño— exclamé—. Que el barco tiene mascota...
Visenna
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Re: La ciudad perdida [Trabajo, +18] [Visenna & Amit]
Siempre le impresionaba que los Humanos lograran que un objeto tan enorme lograra flotar, el Mausu no entendía del todo cómo era la mecánica de los barcos, resultaba una tecnología con la que su tribu no contaba y que parecían estar muy lejos de conseguir. Aún así todo quedaba diminuto a comparación del inmenso océano, incluso un gran barco como ese parecía tan pequeño como una cáscara de nuez, y el roedor era una diminuta pulga.
Habían pocas cosas que irritaran tanto a Amit como que lo comparen con una mascota, tal vez, solo tal vez, el que le dijeran que era una rata ¡Eso sin duda era imperdonable! Así que cuando escuchó el comentario de la jovencita achicó sus ya de por sí pequeños ojos negros y se la quedó mirando con enfado.
Se cruzó de brazos y la miró de arriba a abajo.
-Cierto, es verdaderamente sorprendente ¿Cómo hiciste para que te dejen subir? Tchick - Rebatió el comentario ofensivo sin dejarse amilanar, aunque la muchacha midiera varias cabezas más que él y llevara armas en el cinturón - Sí lo que buscas es pelea no tendré ningún problema en complacerte - Hizo como si se arremangara, aunque no usaba camisa, y levantó las dos manitos - Ustedes los Humanos se creen mucho sólo porque son un poco altos - Y como la chica no parecía muy intimidada agarró el mango de su martillo.
-¿Amit? - Se escuchó la voz de Oliver, el joven asomaba la cabeza desde una de las puertas que llevaba a los cuartos de abajo - Ah, allí estás, encontré un dato sumamente curioso en unos documentos que... - Mientras hablaba se iba acercando, y cuando estuvo a poco más de un metro se dio cuenta que el Mausu estaba con alguien - Oh, estabas ocupado, jaja, siento mucho el haberlos interrumpido - Cerró rápido los papeles que llevaba en las manos, los acomodó con algo de torpeza bajo su brazo izquierdo y extendió la mano derecha para saludar a la chica - Mi nombre es Oliver, Oliver Mayer, un placer conocerla Señorita -
-De placer nada, está chica es una maleducada - Exclamó el Ratón, señalando acusador a la muchacha - Se estaba riendo en mi cara y me llamo “mascota” -
-Uh... emmm... - Hizo un gesto como si eso doliera y miró de nuevo a la chica - Es un muy mal modo de empezar una charla con un Mausu - Se rió sin mala intención - Son una raza muy orgullosa -
-¡¡¡Un barco se acerca!!! - Gritó el vigía desde lo más alto del mástil - Aún no muestra su bandera -
Todos los marineros se pusieron en alerta, estaban navegando por territorio pirata, que un barco sin identificar apareciera en el horizonte era motivo más que suficiente para preocuparse.
Habían pocas cosas que irritaran tanto a Amit como que lo comparen con una mascota, tal vez, solo tal vez, el que le dijeran que era una rata ¡Eso sin duda era imperdonable! Así que cuando escuchó el comentario de la jovencita achicó sus ya de por sí pequeños ojos negros y se la quedó mirando con enfado.
Se cruzó de brazos y la miró de arriba a abajo.
-Cierto, es verdaderamente sorprendente ¿Cómo hiciste para que te dejen subir? Tchick - Rebatió el comentario ofensivo sin dejarse amilanar, aunque la muchacha midiera varias cabezas más que él y llevara armas en el cinturón - Sí lo que buscas es pelea no tendré ningún problema en complacerte - Hizo como si se arremangara, aunque no usaba camisa, y levantó las dos manitos - Ustedes los Humanos se creen mucho sólo porque son un poco altos - Y como la chica no parecía muy intimidada agarró el mango de su martillo.
-¿Amit? - Se escuchó la voz de Oliver, el joven asomaba la cabeza desde una de las puertas que llevaba a los cuartos de abajo - Ah, allí estás, encontré un dato sumamente curioso en unos documentos que... - Mientras hablaba se iba acercando, y cuando estuvo a poco más de un metro se dio cuenta que el Mausu estaba con alguien - Oh, estabas ocupado, jaja, siento mucho el haberlos interrumpido - Cerró rápido los papeles que llevaba en las manos, los acomodó con algo de torpeza bajo su brazo izquierdo y extendió la mano derecha para saludar a la chica - Mi nombre es Oliver, Oliver Mayer, un placer conocerla Señorita -
-De placer nada, está chica es una maleducada - Exclamó el Ratón, señalando acusador a la muchacha - Se estaba riendo en mi cara y me llamo “mascota” -
-Uh... emmm... - Hizo un gesto como si eso doliera y miró de nuevo a la chica - Es un muy mal modo de empezar una charla con un Mausu - Se rió sin mala intención - Son una raza muy orgullosa -
-¡¡¡Un barco se acerca!!! - Gritó el vigía desde lo más alto del mástil - Aún no muestra su bandera -
Todos los marineros se pusieron en alerta, estaban navegando por territorio pirata, que un barco sin identificar apareciera en el horizonte era motivo más que suficiente para preocuparse.
Amit'tek
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Re: La ciudad perdida [Trabajo, +18] [Visenna & Amit]
Me reí ante la pregunta ocurrente del ratón parlante, cruzándome de brazos. Mascota que hablaba y con ingenio. Magnífico. Luego me pareció un poco sensible de más. ¿Los ratones tenían sentido del humor? Lo cierto es que era la primera vez que veía a uno de semejantes características. ¡Pero era tan mono con esas cinchas, la hombrera y la capita! Jarek habría improvisado una canción sobre él en un segundo.
No me dio tiempo a decir nada. De los camarotes apareció un hombre bastante cabezón. Debía ser uno de esos estudiosos que desarrollan más el cerebro que el músculo.
—Falka— me presenté con sencillez, y rodé los ojos cuando el ratón se quejó de que le había llamado mascota y el tal Oliver me reprendía—. Oh, vamos, ¿cómo iba a saber...?— me interrumpió un grito de barco a la vista.
Alcé la mirada hacia el puesto del vigía, y seguidamente me aproximé a la borda de babor. Entorné los ojos. No hacía ni dos horas que habíamos salido de la costa, y si no llevaba bandera, sólo podía significar una cosa: piratas.
— ¡Todos los hombres a sus puestos!— bramó el capitán— No quiero sorpresas— masculló mirando por su catalejo— ¡A toda vela!
Nuestro bergantín no era la nave más lenta, pero tampoco la más rápida. El barco cogió velocidad cuando arriaron velas, pero el otro navío se había lanzado en persecución nuestra. No podíamos hacer más que mirar cómo se acercaba. Vi a Rolfo recuperarse y preparando su arco, aunque seguía de color verde.
No me dio tiempo a decir nada. De los camarotes apareció un hombre bastante cabezón. Debía ser uno de esos estudiosos que desarrollan más el cerebro que el músculo.
—Falka— me presenté con sencillez, y rodé los ojos cuando el ratón se quejó de que le había llamado mascota y el tal Oliver me reprendía—. Oh, vamos, ¿cómo iba a saber...?— me interrumpió un grito de barco a la vista.
Alcé la mirada hacia el puesto del vigía, y seguidamente me aproximé a la borda de babor. Entorné los ojos. No hacía ni dos horas que habíamos salido de la costa, y si no llevaba bandera, sólo podía significar una cosa: piratas.
— ¡Todos los hombres a sus puestos!— bramó el capitán— No quiero sorpresas— masculló mirando por su catalejo— ¡A toda vela!
Nuestro bergantín no era la nave más lenta, pero tampoco la más rápida. El barco cogió velocidad cuando arriaron velas, pero el otro navío se había lanzado en persecución nuestra. No podíamos hacer más que mirar cómo se acercaba. Vi a Rolfo recuperarse y preparando su arco, aunque seguía de color verde.
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Re: La ciudad perdida [Trabajo, +18] [Visenna & Amit]
Todos sabían que pasar por esa zona del mar tenía ese tipo de inconvenientes, por eso la gran mayoría de los barcos lo evitaba, simplemente los piratas eran así, o tenías un trato con ellos o no había manera de que pasaras por toda la parte que consideraban su territorio ¿Porque las grandes ciudades de Aerandir toleraban que un sitio así existiera? Era un misterio para Amit, pero alguien más versado en la materia seguramente podría decir que había más de un beneficiado en todo ese negocio.
En cualquier caso, un barco acercándose no tomó tan desprevenidos a las personas de la tripulación, quienes rápidamente se ubicaron en el sitio que les correspondía. En cambio los que habían sido reclutados para realizar la parte de investigación y excavación se sentían más perdidos. Entre ellos Oliver, que temblaba con los papeles que había traído para mostrarle a Amit, sin saber dónde meterse.
-¡Regresa a tu camarote, Tonto! - Exclamó el Mausu sin delicadeza alguna, mientras lo empujaba - Y no se te ocurra salir de allí por nada del mundo. Si algún pirata entra solo levanta las manos y ríndete, no intentes pelear - Oliver no era un guerrero, no tenía sentido siquiera que lo intentara.
-Pero Amit... Tu... ¿Que...? -
-Yo estaré bien, no soy solo un Explorador - Se quedó parado junto a la puerta que llevaba a la parte de abajo del barco, manteniéndola abierta mientras todos los que no fueran marineros experimentados bajaban - Estaremos bien -
Había tiempo para poder acomodarse y hasta elaborar planes, en primer lugar porque el otro barco aún no había mostrado su bandera, y en segundo lugar porque el acercamiento de dos barcos cuando uno estaba intentando escapar no era tan rápido. El capitán mandó a la mitad de sus hombres a que se escondieran, sí desde el otro lado estaban mirando con un catalejo quería que creyeran que eran muchos menos.
La espera fue tensa, pero finalmente el barco enemigo mostró sus intenciones.
-¡Izaron su bandera, Capitán! ¡Son piratas! ¡Y se acercan a toda velocidad! -
-Seguramente deben tener hechiceros - La velocidad que tenían era imposible de lograr tan solo con ayuda del viento, en cambio, sí tenían brujos que pudieran controlar el aire...
-¡¡Ya casi nos alcanzan!! -
Luego de ese último grito todo fue una confusión.
Sogas comenzaron a aparecer de todas direcciones, probablemente los mismos hechiceros que controlaban el viento podían hacer que una simple cuerda volara tan lejos como se les antojara con su telequinesis. Los marineros intentaban cortar tantas como era posible, arrojando en algunos casos a los piratas que estaban ya cruzando, pero eran demasiadas y fue imposible evitar que pronto abordaran su barco.
Amit levantó su martillo y descargó varios golpes en pies, rodillas y entrepiernas, mientras iba corriendo por el barco, pasando a la postura en cuatro patas en ocasiones para evitar que lo agarraran.
En cualquier caso, un barco acercándose no tomó tan desprevenidos a las personas de la tripulación, quienes rápidamente se ubicaron en el sitio que les correspondía. En cambio los que habían sido reclutados para realizar la parte de investigación y excavación se sentían más perdidos. Entre ellos Oliver, que temblaba con los papeles que había traído para mostrarle a Amit, sin saber dónde meterse.
-¡Regresa a tu camarote, Tonto! - Exclamó el Mausu sin delicadeza alguna, mientras lo empujaba - Y no se te ocurra salir de allí por nada del mundo. Si algún pirata entra solo levanta las manos y ríndete, no intentes pelear - Oliver no era un guerrero, no tenía sentido siquiera que lo intentara.
-Pero Amit... Tu... ¿Que...? -
-Yo estaré bien, no soy solo un Explorador - Se quedó parado junto a la puerta que llevaba a la parte de abajo del barco, manteniéndola abierta mientras todos los que no fueran marineros experimentados bajaban - Estaremos bien -
Había tiempo para poder acomodarse y hasta elaborar planes, en primer lugar porque el otro barco aún no había mostrado su bandera, y en segundo lugar porque el acercamiento de dos barcos cuando uno estaba intentando escapar no era tan rápido. El capitán mandó a la mitad de sus hombres a que se escondieran, sí desde el otro lado estaban mirando con un catalejo quería que creyeran que eran muchos menos.
La espera fue tensa, pero finalmente el barco enemigo mostró sus intenciones.
-¡Izaron su bandera, Capitán! ¡Son piratas! ¡Y se acercan a toda velocidad! -
-Seguramente deben tener hechiceros - La velocidad que tenían era imposible de lograr tan solo con ayuda del viento, en cambio, sí tenían brujos que pudieran controlar el aire...
-¡¡Ya casi nos alcanzan!! -
Luego de ese último grito todo fue una confusión.
Sogas comenzaron a aparecer de todas direcciones, probablemente los mismos hechiceros que controlaban el viento podían hacer que una simple cuerda volara tan lejos como se les antojara con su telequinesis. Los marineros intentaban cortar tantas como era posible, arrojando en algunos casos a los piratas que estaban ya cruzando, pero eran demasiadas y fue imposible evitar que pronto abordaran su barco.
Amit levantó su martillo y descargó varios golpes en pies, rodillas y entrepiernas, mientras iba corriendo por el barco, pasando a la postura en cuatro patas en ocasiones para evitar que lo agarraran.
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Re: La ciudad perdida [Trabajo, +18] [Visenna & Amit]
Los pasajeros entraron a toda prisa al interior del barco. Una vez despejado, me aseguré de atrancar la puerta para que nadie entrase cuando nos abordaran. Le indiqué al muchacho que se dirigiera al castillo de popa, donde tendría mejor visibilidad para disparar. De hecho, tuve que ayudarle a llegar, agarrándole del cuello de la camisa para que no trastabaillara con el movimiento de la nave.
—Nos ganan terreno...— murmuré mientras veía el incremento de velocidad del navío pirata. La bandera mostraba un par de tibias y una rosa, algo que juzgué bastante peculiar. Miré al capitán cuando le oí decir que el enemigo debía tener hechiceros a bordo—. Pues menuda putada...— mascullé.
Cuando el barco pirata estuvo casi a nuestra altura, un puñado de cabos con ganchos comenzaron a unir los dos navíos. El timonel trató de evitarlo con una maniobra, pero nos estaban abordando. Me aproximé a ese Mausu, como el joven de las lentes había llamado al ratón, preparada para lo que viniera.
—Mascota o no, estamos del mismo lado, pequeño— le dije al ratón mientras hacía un giro de muñeca, preparando la espada en posición.
Mientras me defendía y asestaba mandobles y estocadas, me percaté de un detalle sobre los piratas. Aunque cayeran y fueran heridos de gravedad, volvían a ponerse en pie. Aunque sangraran; aunque se les salieran las tripas del abdomen, volvían a levantarse y atacaban, con una sonrisa de locura en los labios. ¿No sentían dolor?
— ¡Qué clase de brujería es esta!— bramé.
—Nos ganan terreno...— murmuré mientras veía el incremento de velocidad del navío pirata. La bandera mostraba un par de tibias y una rosa, algo que juzgué bastante peculiar. Miré al capitán cuando le oí decir que el enemigo debía tener hechiceros a bordo—. Pues menuda putada...— mascullé.
Cuando el barco pirata estuvo casi a nuestra altura, un puñado de cabos con ganchos comenzaron a unir los dos navíos. El timonel trató de evitarlo con una maniobra, pero nos estaban abordando. Me aproximé a ese Mausu, como el joven de las lentes había llamado al ratón, preparada para lo que viniera.
—Mascota o no, estamos del mismo lado, pequeño— le dije al ratón mientras hacía un giro de muñeca, preparando la espada en posición.
Mientras me defendía y asestaba mandobles y estocadas, me percaté de un detalle sobre los piratas. Aunque cayeran y fueran heridos de gravedad, volvían a ponerse en pie. Aunque sangraran; aunque se les salieran las tripas del abdomen, volvían a levantarse y atacaban, con una sonrisa de locura en los labios. ¿No sentían dolor?
— ¡Qué clase de brujería es esta!— bramé.
Visenna
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Re: La ciudad perdida [Trabajo, +18] [Visenna & Amit]
-¡Que no soy una mascota! ¡Tchik! - Grito Amit mientras giraba para darle un golpe con el martillo en la cadera a uno de los que pasaban.
El Mausu no tardó en notarlo también, le acababa de dar un buen golpe a uno de los piratas en una rodilla. Con eso tendría que haberse quedado tirado en el piso durante un buen rato, y probablemente andaría rengo el resto de su vida... Y sin embargo en unos pocos segundos ya estaba de nuevo arriba.
-¿Qué le pasa a esta gente? - Exclamó el Capitán del barco, justo en ese momento estaba intentando que un pirata al cual había atravesado de lado a lado con su sable no se le acercara, pero era difícil porque aún tenía el arma enganchada a él - ¿Por qué no se mueren? -
Era lo que todos se preguntaban, era humanamente imposible que alguien soportara que lo atraviesen de lado a lado con una espada y aún así, escupiendo sangre, pensara en continuar luchando. Amit sintió como alguien lo agarraba de la cola y lo levantaba, se sacudió en el aire hasta que logró alcanzar el brazo de su enemigo y lo mordió con todas sus fuerzas, logrando que lo soltara.
Los que podían arrojaban a los piratas al agua, pero no podía hacerse lo mismo con todos ellos, y cada minuto que pasaba los marineros iban perdiendo partes del barco frente a las embestidas enloquecidas de los piratas.
-¿Qué vamos a hacer? ¿Como los detenemos? - Preguntó el Mausu, le dio un martillazo en el pie a uno que estaba a punto de matar a un compañero.
-Esto tiene que ser cosa de magia... - Atinó a decir el Capitán.
-¡Esto no es cosa de magia!-
Era Oliver quien hablaba, contradiciendo todas las órdenes de Amit, había salido de las habitaciones y estaba con uno de sus libros en la mano. El joven no había podido luchar con su orgullo, quería ser útil de alguna manera, y ya que las armas no eran lo suyo...
-Esos hombres deben haber consumido alguna poción hecha con Euforia - Gritaba por arriba del alboroto para que todos lo escucharan - Es sólo el efecto de una planta. No es magia - Quería calmar a los marineros.
Pero había llamado demasiado la atención, y los piratas ya se habían percatado de su presencia. Dos de ellos se dieron vuelta y fueron a atacarlo, Oliver sólo tenía un libro para defenderse.
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*Uso de planta del Herbolario: [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
El Mausu no tardó en notarlo también, le acababa de dar un buen golpe a uno de los piratas en una rodilla. Con eso tendría que haberse quedado tirado en el piso durante un buen rato, y probablemente andaría rengo el resto de su vida... Y sin embargo en unos pocos segundos ya estaba de nuevo arriba.
-¿Qué le pasa a esta gente? - Exclamó el Capitán del barco, justo en ese momento estaba intentando que un pirata al cual había atravesado de lado a lado con su sable no se le acercara, pero era difícil porque aún tenía el arma enganchada a él - ¿Por qué no se mueren? -
Era lo que todos se preguntaban, era humanamente imposible que alguien soportara que lo atraviesen de lado a lado con una espada y aún así, escupiendo sangre, pensara en continuar luchando. Amit sintió como alguien lo agarraba de la cola y lo levantaba, se sacudió en el aire hasta que logró alcanzar el brazo de su enemigo y lo mordió con todas sus fuerzas, logrando que lo soltara.
Los que podían arrojaban a los piratas al agua, pero no podía hacerse lo mismo con todos ellos, y cada minuto que pasaba los marineros iban perdiendo partes del barco frente a las embestidas enloquecidas de los piratas.
-¿Qué vamos a hacer? ¿Como los detenemos? - Preguntó el Mausu, le dio un martillazo en el pie a uno que estaba a punto de matar a un compañero.
-Esto tiene que ser cosa de magia... - Atinó a decir el Capitán.
-¡Esto no es cosa de magia!-
Era Oliver quien hablaba, contradiciendo todas las órdenes de Amit, había salido de las habitaciones y estaba con uno de sus libros en la mano. El joven no había podido luchar con su orgullo, quería ser útil de alguna manera, y ya que las armas no eran lo suyo...
-Esos hombres deben haber consumido alguna poción hecha con Euforia - Gritaba por arriba del alboroto para que todos lo escucharan - Es sólo el efecto de una planta. No es magia - Quería calmar a los marineros.
Pero había llamado demasiado la atención, y los piratas ya se habían percatado de su presencia. Dos de ellos se dieron vuelta y fueron a atacarlo, Oliver sólo tenía un libro para defenderse.
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Amit'tek
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Re: La ciudad perdida [Trabajo, +18] [Visenna & Amit]
Me hizo gracia, pero no sólo me había referido al ratoncito. A mí también me había llamado mascota, pero no le quité de su error. Fuéramos o no mascotas, ahí estábamos para luchar. Para eso nos pagaban, aunque no esperaba que fuese tan pronto, y en unas condiciones semejantes. Estábamos en clara desventaja, y no entendía absolutamente nada de lo que estaba pasando. Para mí, aquello era una suerte de magia negra.
Me libré de uno de los piratas dándole un tajo que le abrió las tripas y una patada. Lo derribé, pero se recuperó de la caída en un devenir tambaleante.
—Hijos de puta— gruñí entre dientes, y entonces escuché al sabelotodo de las lentes. Era una rata de biblioteca y, por supuesto, sus palabras me sonaron a élfico, porque no entendí lo que quería decir con eso. Tuve que avanzar hacia él. Atravesé a un pirata de una estocada en los riñones mientras el cerebrito se veía obligado a retroceder. Arranqué la espada de aquel cuerpo, y después me impulsé hacia delante para barrer con la hoja al pirata que levantaba su espada contra Oliver. La punta de mi hoja se hundió en su nuca, atravesó hueso y carne, cortando sin oponer resistencia. Tajé hacia un lado, quedando la cabeza colgando de un trozo de carne. La sangre salpicó empapando la camisa, las gafas y media cara del estudioso, que había tropezado hasta dar con el culo en la cubierta del barco. El cuerpo cayó al suelo de rodillas, y dejó de moverse. Ese no se levantó—. ¡Cortadles la cabeza!— exclamé a voz en grito.
Me libré de uno de los piratas dándole un tajo que le abrió las tripas y una patada. Lo derribé, pero se recuperó de la caída en un devenir tambaleante.
—Hijos de puta— gruñí entre dientes, y entonces escuché al sabelotodo de las lentes. Era una rata de biblioteca y, por supuesto, sus palabras me sonaron a élfico, porque no entendí lo que quería decir con eso. Tuve que avanzar hacia él. Atravesé a un pirata de una estocada en los riñones mientras el cerebrito se veía obligado a retroceder. Arranqué la espada de aquel cuerpo, y después me impulsé hacia delante para barrer con la hoja al pirata que levantaba su espada contra Oliver. La punta de mi hoja se hundió en su nuca, atravesó hueso y carne, cortando sin oponer resistencia. Tajé hacia un lado, quedando la cabeza colgando de un trozo de carne. La sangre salpicó empapando la camisa, las gafas y media cara del estudioso, que había tropezado hasta dar con el culo en la cubierta del barco. El cuerpo cayó al suelo de rodillas, y dejó de moverse. Ese no se levantó—. ¡Cortadles la cabeza!— exclamé a voz en grito.
Visenna
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Re: La ciudad perdida [Trabajo, +18] [Visenna & Amit]
Claramente la solución de la guerrera era mucho más eficiente que intentar buscar una cura para el efecto de una planta, los marineros apoyaron su exclamación de “Cortadles la cabeza” con gritos para intentar levantar el ánimo abatido. Los heridos sacaron fuerza de donde no la tenían, los que habían perdido sus armas pelearon con las manos y los que estaban de pie defendían a los que habían caído.
Lo cierto es que el saber que no era alguna cosa extraña de hechicería, que eran sólo piratas bajo el efecto de una droga, aliviaba en cierto modo a los marineros. No podían pelear contra la magia, pero sí podían luchar contra una planta.
-A por ellos ¡¡Tchik!! - Amit también estaba emocionado, levantó su martillo y golpeó a uno de los piratas en el estómago, haciendo que caiga por el costado del barco, era otra buena táctica para quienes no tenían armas filosas.
En cuanto pudieron acabar con los suficientes piratas el Capitán dio la orden de que movieran el barco ¡En cualquier dirección! Necesitaban alejarse mientras todavía podían navegar. En cuanto tuvieron la suficiente distancia como para que no siguieran subiendo más filibusteros, era solo cuestión de acabar con los que quedaban.
-Atiendan a los heridos. Los que aún estén de pie encargense de mantener la velocidad, tenemos que alejarnos tanto como sea posible - Gritó órdenes el Capitán, tenía algunos cortes en distintas partes del cuerpo, pero por lo demás parecía estar bien.
-¿Estas bien, Oliver? - Se acercó preocupado el Mausu.
-S-Sí, no tengo nada... - Tartamudeaba aún nervioso por lo cerca que había estado de morir.
-Bien, Tchik, mmmm, supongo que no eres tan mala después de todo - Le dijo a la chica - Gracias por ayudar a Oliver -
Por suerte para todos, los piratas no los persiguieron, aún así tuvieron que seguir rumbo a las ruinas a un ritmo más lento, ya que parte de la tripulación no estaba en estado de manipular el complejo sistema del Barco. Por la tarde hicieron la despedida que correspondía a los marineros que habían fallecido, arrojando sus cuerpos envueltos al mar.
Como Amit no podía ser de mucha utilidad hasta que llegaran a destino, fue a la habitación de Oliver y se dedicó junto al Humano a revisar mapas, escritos y cualquier otro material que pudiera darle pistas de con qué tipo de cosas podrían encontrarse.
-Según todos los informes, relatos y diarios encontrados, no tendría que haber ningún tipo de acceso posible por tierra. Es decir, la ciudad entera fue tragada por el mar, lo único que se me ocurre es que esté lo suficientemente cerca de la superficie como para poder llegar a ella nadando -
-Pero aunque lleguemos a ella aguantando la respiración, no podemos explorarla de esa manera -
-Quiero creer que quien nos guía ya pensó en alguna solución para eso -
Lo cierto es que el saber que no era alguna cosa extraña de hechicería, que eran sólo piratas bajo el efecto de una droga, aliviaba en cierto modo a los marineros. No podían pelear contra la magia, pero sí podían luchar contra una planta.
-A por ellos ¡¡Tchik!! - Amit también estaba emocionado, levantó su martillo y golpeó a uno de los piratas en el estómago, haciendo que caiga por el costado del barco, era otra buena táctica para quienes no tenían armas filosas.
En cuanto pudieron acabar con los suficientes piratas el Capitán dio la orden de que movieran el barco ¡En cualquier dirección! Necesitaban alejarse mientras todavía podían navegar. En cuanto tuvieron la suficiente distancia como para que no siguieran subiendo más filibusteros, era solo cuestión de acabar con los que quedaban.
-Atiendan a los heridos. Los que aún estén de pie encargense de mantener la velocidad, tenemos que alejarnos tanto como sea posible - Gritó órdenes el Capitán, tenía algunos cortes en distintas partes del cuerpo, pero por lo demás parecía estar bien.
-¿Estas bien, Oliver? - Se acercó preocupado el Mausu.
-S-Sí, no tengo nada... - Tartamudeaba aún nervioso por lo cerca que había estado de morir.
-Bien, Tchik, mmmm, supongo que no eres tan mala después de todo - Le dijo a la chica - Gracias por ayudar a Oliver -
Por suerte para todos, los piratas no los persiguieron, aún así tuvieron que seguir rumbo a las ruinas a un ritmo más lento, ya que parte de la tripulación no estaba en estado de manipular el complejo sistema del Barco. Por la tarde hicieron la despedida que correspondía a los marineros que habían fallecido, arrojando sus cuerpos envueltos al mar.
Como Amit no podía ser de mucha utilidad hasta que llegaran a destino, fue a la habitación de Oliver y se dedicó junto al Humano a revisar mapas, escritos y cualquier otro material que pudiera darle pistas de con qué tipo de cosas podrían encontrarse.
-Según todos los informes, relatos y diarios encontrados, no tendría que haber ningún tipo de acceso posible por tierra. Es decir, la ciudad entera fue tragada por el mar, lo único que se me ocurre es que esté lo suficientemente cerca de la superficie como para poder llegar a ella nadando -
-Pero aunque lleguemos a ella aguantando la respiración, no podemos explorarla de esa manera -
-Quiero creer que quien nos guía ya pensó en alguna solución para eso -
Amit'tek
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Re: La ciudad perdida [Trabajo, +18] [Visenna & Amit]
¿Desde cuándo tenía tanto poder de liderazgo? Los marineros gritaron, recuperando el ánimo al ver que había una forma de devolver a esos piratas al barro. O al mar, en este caso. Degollé y reventé un par de cabezas. Cuando el capitán dio la orden, se cortaron los cabos que unían a uno y otro barco, y la nave viró hacia el lado contrario, lo que casi me hizo perder el equilibrio, y tuve que sujetarme donde pude.
— ¡Arqueros!— gritó el capitán, y el joven Rolfo y algunos marineros dispararon contra la nave enemiga mientras aprovechábamos la ventaja para huir. Se suponía que era una victoria, pero yo nunca me sentía ganadora después de derramar sangre. Tanta sangre.
Los marineros asintieron a las instrucciones del capitán, y pronto se dispersaron. Torcí media sonrisa cuando el ratón me dijo que no era tan mala, y me encogí de hombros cuando me dio las gracias. Después eché una mano tirando piratas muertos por la borda, y rematando a los moribundos.
Me mantuve al margen de la pequeña ceremonia en homenaje a los marineros muertos. Esas cosas me incomodaban, y prefería estar sola. Pesqué una manzana en un tonel de las cocinas, y deambulé por el barco hasta que, al pasar por los camarotes privados, escuche una conversación. Eran el ratón y aquel chico, Oliver, y nada de lo que decía tenía ningún sentido para mí. Les dejé a lo suyo.
Dos días después, a media tarde, el capitán ordenó replegar las velas y hacer que el barco se detuviera. Me crucé de brazos y fruncí el ceño, recordando la conversación que había oído entre el mausu y la rata de biblioteca.
—Pero estamos en medio de la nada— exclamó Rolfo.
— ¿Y ahora qué?— inquirí yo.
— ¡Arqueros!— gritó el capitán, y el joven Rolfo y algunos marineros dispararon contra la nave enemiga mientras aprovechábamos la ventaja para huir. Se suponía que era una victoria, pero yo nunca me sentía ganadora después de derramar sangre. Tanta sangre.
Los marineros asintieron a las instrucciones del capitán, y pronto se dispersaron. Torcí media sonrisa cuando el ratón me dijo que no era tan mala, y me encogí de hombros cuando me dio las gracias. Después eché una mano tirando piratas muertos por la borda, y rematando a los moribundos.
Me mantuve al margen de la pequeña ceremonia en homenaje a los marineros muertos. Esas cosas me incomodaban, y prefería estar sola. Pesqué una manzana en un tonel de las cocinas, y deambulé por el barco hasta que, al pasar por los camarotes privados, escuche una conversación. Eran el ratón y aquel chico, Oliver, y nada de lo que decía tenía ningún sentido para mí. Les dejé a lo suyo.
Dos días después, a media tarde, el capitán ordenó replegar las velas y hacer que el barco se detuviera. Me crucé de brazos y fruncí el ceño, recordando la conversación que había oído entre el mausu y la rata de biblioteca.
—Pero estamos en medio de la nada— exclamó Rolfo.
— ¿Y ahora qué?— inquirí yo.
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Re: La ciudad perdida [Trabajo, +18] [Visenna & Amit]
Todos los presentes estaban igualmente desconcertados, o al menos todos los que no estaban al mando del Capitán y desconocían por lo tanto la gran variedad de recursos que lo diferenciaban de otros Oficiales.
-Estamos exactamente en dónde debemos estar - Una mujer de cabello largo y rebelde se asomó por la baranda del castillo de popa.
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-¿Quien es ella? - Preguntó Amit en susurros a Oliver.
-Es Marisenka, la encargada de la expedición -
-¿Y la que no te dio mérito por tus investigaciones? -
-Eso... Es discutible, los descubrimientos no le pertenecen a nadie, son para la posteridad - Oliver se rascaba la nuca, nervioso.
-Es una ladrona -
-Es una gran científica, y una de las mejores arqueólogas de todo Aerandir -
La mujer en cuestión pasó una mirada rápida por los presentes, se detuvo un instante en Oliver, pero sólo un instante, y luego se aclaró la garganta para empezar a hablar.
-Imagino que están desconcertados, les dije que investigaríamos unas ruinas y los traigo al medio del océano - Se escucharon algunos murmullos - La mayoría no me conoce así que es normal que no lo sepan, pero yo siempre estoy un paso adelante. Elegí al Capitán Ferdinand y a su tripulación por un motivo en particular -
Los marineros fueron hacia los costados y comenzaron a levantar las lonas que tapaban unos bultos. Se trataban de burbujas de cristal bastante amplios, como para que el torso de una persona entrara completo y dejara un margen de espacio, estaban cubiertos por una red de sogas que dejaban tiras sueltas.
-Según mis cálculos estamos justo arriba de la ciudad, la idea es que bajemos utilizando estas cosas para evitar morir ahogados - Sonreía ampliamente mientras hablaba, y el brillo en su mirada delataba lo emocionada que estaba - Podremos bajar de a ocho a la vez, como no sabemos con qué nos vamos a encontrar, quiero que los grupos estén conformados por cuatro Exploradores y cuatro guerreros -
Amit levantó la mano.
-¿Y cómo haremos que esas cosas bajen? - La pregunta era pertinente, cualquiera que hubiese intentado empujar un vaso dado vuelta o un bote boca abajo sabía que la resistencia del agua era un impedimento.
-Permíteme contestar a eso - Se adelantó el Capitán mientras desajustaba el pañuelo que cubría su cuello, dejando a la vista de todos sus branquias - Nosotros los llevaremos -
Los otros marineros siguieron su ejemplo y mostraron sus cuellos también, todos eran Hombres-Pez.
-Estamos exactamente en dónde debemos estar - Una mujer de cabello largo y rebelde se asomó por la baranda del castillo de popa.
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-¿Quien es ella? - Preguntó Amit en susurros a Oliver.
-Es Marisenka, la encargada de la expedición -
-¿Y la que no te dio mérito por tus investigaciones? -
-Eso... Es discutible, los descubrimientos no le pertenecen a nadie, son para la posteridad - Oliver se rascaba la nuca, nervioso.
-Es una ladrona -
-Es una gran científica, y una de las mejores arqueólogas de todo Aerandir -
La mujer en cuestión pasó una mirada rápida por los presentes, se detuvo un instante en Oliver, pero sólo un instante, y luego se aclaró la garganta para empezar a hablar.
-Imagino que están desconcertados, les dije que investigaríamos unas ruinas y los traigo al medio del océano - Se escucharon algunos murmullos - La mayoría no me conoce así que es normal que no lo sepan, pero yo siempre estoy un paso adelante. Elegí al Capitán Ferdinand y a su tripulación por un motivo en particular -
Los marineros fueron hacia los costados y comenzaron a levantar las lonas que tapaban unos bultos. Se trataban de burbujas de cristal bastante amplios, como para que el torso de una persona entrara completo y dejara un margen de espacio, estaban cubiertos por una red de sogas que dejaban tiras sueltas.
-Según mis cálculos estamos justo arriba de la ciudad, la idea es que bajemos utilizando estas cosas para evitar morir ahogados - Sonreía ampliamente mientras hablaba, y el brillo en su mirada delataba lo emocionada que estaba - Podremos bajar de a ocho a la vez, como no sabemos con qué nos vamos a encontrar, quiero que los grupos estén conformados por cuatro Exploradores y cuatro guerreros -
Amit levantó la mano.
-¿Y cómo haremos que esas cosas bajen? - La pregunta era pertinente, cualquiera que hubiese intentado empujar un vaso dado vuelta o un bote boca abajo sabía que la resistencia del agua era un impedimento.
-Permíteme contestar a eso - Se adelantó el Capitán mientras desajustaba el pañuelo que cubría su cuello, dejando a la vista de todos sus branquias - Nosotros los llevaremos -
Los otros marineros siguieron su ejemplo y mostraron sus cuellos también, todos eran Hombres-Pez.
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Re: La ciudad perdida [Trabajo, +18] [Visenna & Amit]
No me gustó aquella mujer con pelo de fuego. Era atractiva, desde luego, pero el brillo en su mirada encerraba un enfermizo fanatismo por su trabajo. Ese tipo de personas son las más peligrosas, las que creen fervientemente en algo. Lo mejor es no creer en nada. Escuché la conversación entre el mausu y la rata de biblioteca, e intercambié una mirada con el muchacho, Rufus, cuando la tripulación del barco levantó aquellas lonas. La situación cada vez me gustaba menos. Entorné los ojos cuando dijeron que bajaríamos al fondo del mar enfundados en aquellas cosas de cristal. ¿Pero dónde cojones me había metido?
—Me cago en la leche— exclamé dando un respingo cuando el capitán y la tripulación mostraron las branquias en sus cuellos.
— ¿Y cómo se supone que vamos a poder defendernos bajo el agua? ¿Y de qué?— replicó Rufus. No había caído en eso. Si habían contratado a un puñado de guerreros, que no pocos, significaba que esperaban dar con algo vivo.
—Toda precaución es poca, muchacho— dijo el capitán.
— ¿No se os ocurrió mencionar esto antes de reclutarnos?— mascullé, cabreada. ¿Qué más cosas podían ocultar? ¿Que nos matarían a todos cuando hiciéramos el trabajo sucio?
— ¿Habriais aceptado venir?— inquirió con calma la mujer de cabellos pelirrojos. Mascullé un gruñido ininteligigle—. Ya decía yo....— murmuró en tono jocoso. Le habría partido esa cara bonita de un sopapo.
Nos separaron por grupos, y a mí me tocó el segundo descenso junto al ratón parlante, el arquero y Oliver. Lanzaron esas cosas al agua, y entonces el prmier grupo saltó, seguido de los marineros que se encargarían de transportarlos. Estuve atenta a todos sus movimientos, porque no tenía muy claro cómo funcionarían esas burbujas. El capitán pidió a los arqueros que estuvieran preparados, y no supe por qué, hasta que descendieron los primeros hombres.
—Joder, tiburones— mascullé con la boca abierta.
— ¡Apuntad, muchachos!— bramó el capitán. Una salva de flechas cayó al agua. Rufus se había unido, y fruncí el ceño mientras observaba. Se arriesgaba la vida de sus propios hombres.
Rufus acribilló a flechazos a un tiburón. Una de las burbujas salió a la superficie, flotando, vacía. Tragué saliva cuando llegó nuestro turno. No sabíamos cuántos habrían llegado al otro lado. Me dieron ganas de dar un trago a una botella de aguardiente antes de bajar ahí. Noté mi propio corazón palpitar con fuerza, golpearme las costillas. La visibilidad dentro de aquella burbuja era reducida, y no sabía muy bien lo que pasaba. Noté movimiento, y vi pasar a un tiburón bajo mis botas. Cuando llegamos al otro lado, éramos la mitad de los que habían descendido.
—Me cago en la leche— exclamé dando un respingo cuando el capitán y la tripulación mostraron las branquias en sus cuellos.
— ¿Y cómo se supone que vamos a poder defendernos bajo el agua? ¿Y de qué?— replicó Rufus. No había caído en eso. Si habían contratado a un puñado de guerreros, que no pocos, significaba que esperaban dar con algo vivo.
—Toda precaución es poca, muchacho— dijo el capitán.
— ¿No se os ocurrió mencionar esto antes de reclutarnos?— mascullé, cabreada. ¿Qué más cosas podían ocultar? ¿Que nos matarían a todos cuando hiciéramos el trabajo sucio?
— ¿Habriais aceptado venir?— inquirió con calma la mujer de cabellos pelirrojos. Mascullé un gruñido ininteligigle—. Ya decía yo....— murmuró en tono jocoso. Le habría partido esa cara bonita de un sopapo.
Nos separaron por grupos, y a mí me tocó el segundo descenso junto al ratón parlante, el arquero y Oliver. Lanzaron esas cosas al agua, y entonces el prmier grupo saltó, seguido de los marineros que se encargarían de transportarlos. Estuve atenta a todos sus movimientos, porque no tenía muy claro cómo funcionarían esas burbujas. El capitán pidió a los arqueros que estuvieran preparados, y no supe por qué, hasta que descendieron los primeros hombres.
—Joder, tiburones— mascullé con la boca abierta.
— ¡Apuntad, muchachos!— bramó el capitán. Una salva de flechas cayó al agua. Rufus se había unido, y fruncí el ceño mientras observaba. Se arriesgaba la vida de sus propios hombres.
Rufus acribilló a flechazos a un tiburón. Una de las burbujas salió a la superficie, flotando, vacía. Tragué saliva cuando llegó nuestro turno. No sabíamos cuántos habrían llegado al otro lado. Me dieron ganas de dar un trago a una botella de aguardiente antes de bajar ahí. Noté mi propio corazón palpitar con fuerza, golpearme las costillas. La visibilidad dentro de aquella burbuja era reducida, y no sabía muy bien lo que pasaba. Noté movimiento, y vi pasar a un tiburón bajo mis botas. Cuando llegamos al otro lado, éramos la mitad de los que habían descendido.
Visenna
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Re: La ciudad perdida [Trabajo, +18] [Visenna & Amit]
Por naturaleza los Mausu en general le tenían bastante miedo al agua, no entendían cómo manejarse con ella, no sabían cómo era posible que una cosa tan grande como un barco se mantuviera a flote, y cuando veían que un sitio se empezaba a llenar de agua su primer instinto era salir corriendo a como diera lugar. Amit era más valiente que el promedio de sus congéneres, pero estaba más acostumbrado a un río, el mar le estaba resultando demasiado... Grande, demasiado avasallante para una pequeña criatura como él.
-¿Estas bien? - Oliver le apoyó una mano en el hombro al Ratón, desde que había terminado la explicación Amit se había quedado mirando el agua, colgado de la baranda - Te ves preocupado -
-¡Jum! ¿Preocupado? ¿Yo? - Negó enfáticamente con la cabeza - Los Mausu no le tenemos miedo a nada ¡Tchik! - Y era mejor que lo creyera con todas sus fuerzas o no se animaría a saltar.
-A mi no me gusta la idea de que estemos protegidos únicamente por unos frágiles vidrios pero... Supongo que es lo que hay que hacer -
Todo el equipo iba a ser guardado en bultos grandes, cubiertos con múltiples capas de cuero para evitar que se mojaran y atados de tal forma que quedaran como una especie de mochilas improvisadas. El primer grupo se arrojó al agua, luego le tocó el turno al de Amit, su apariencia de roedor se acentuaba cuando estaba todo mojado, con los ojos saltones y moviendo las patas frenéticamente para no hundirse.
-Jajaja calmate pequeñín, respira profundo y metete en la burbuja - Comentó uno de los marineros-pez, divertido con la visión.
-De pequeñín nada yo soy grrrrgueuegegao - Las palabras finales no se entendieron ya que el Mausu se hundió, momento que el marinero aprovechó para meterlo en la burbuja - ¡Oye! ¡Avisa antes de hacer eso! - Se escuchaba la voz apagada del Ratón desde adentro.
Fue entonces cuando escucharon el escándalo, los que aún estaban arriba del barco señalaban el agua y los que tenían arcos comenzaron a disparar. Amit tardó un poco en darse cuenta de a qué le disparaba.
-¡¡Tiburones!! - Sí ya desde antes se sentía nervioso, ahora su corazón se había acelerado tanto que parecía que se le iba a saltar del pecho. Amit no lo sabía, pero algunos de los que se habían arrojado al agua tenían heridas, producto de la anterior batalla, la sangre atraía a ese tipo de criaturas como la miel a las abejas.
-¡Tenemos que apurarnos! - Gritó otro de los Marineros-Peces, sumergiéndose y arrastrando con él a la burbuja que contenía a Oliver.
Pronto todos estuvieron bajo el agua, pero sus problemas estaban lejos de terminarse allí, los tiburones los rodeaban. El Mausu intentaba ver dónde estaban sus compañeros, pero el vidrio se empañaba y era difícil ver, vislumbro a uno de los investigadores a pocos metros de donde él estaba, apoyaba las manos contra la burbuja y parecía estar aterrado. De pronto el vidrio se manchó con sangre y el rostro del hombre desapareció, uno de los tiburones lo había agarrado de las piernas y se lo había llevado.
Al ver eso Amit levantó los pies, el ser tan pequeño tenía sus ventajas.
-¿Estas bien? - Oliver le apoyó una mano en el hombro al Ratón, desde que había terminado la explicación Amit se había quedado mirando el agua, colgado de la baranda - Te ves preocupado -
-¡Jum! ¿Preocupado? ¿Yo? - Negó enfáticamente con la cabeza - Los Mausu no le tenemos miedo a nada ¡Tchik! - Y era mejor que lo creyera con todas sus fuerzas o no se animaría a saltar.
-A mi no me gusta la idea de que estemos protegidos únicamente por unos frágiles vidrios pero... Supongo que es lo que hay que hacer -
Todo el equipo iba a ser guardado en bultos grandes, cubiertos con múltiples capas de cuero para evitar que se mojaran y atados de tal forma que quedaran como una especie de mochilas improvisadas. El primer grupo se arrojó al agua, luego le tocó el turno al de Amit, su apariencia de roedor se acentuaba cuando estaba todo mojado, con los ojos saltones y moviendo las patas frenéticamente para no hundirse.
-Jajaja calmate pequeñín, respira profundo y metete en la burbuja - Comentó uno de los marineros-pez, divertido con la visión.
-De pequeñín nada yo soy grrrrgueuegegao - Las palabras finales no se entendieron ya que el Mausu se hundió, momento que el marinero aprovechó para meterlo en la burbuja - ¡Oye! ¡Avisa antes de hacer eso! - Se escuchaba la voz apagada del Ratón desde adentro.
Fue entonces cuando escucharon el escándalo, los que aún estaban arriba del barco señalaban el agua y los que tenían arcos comenzaron a disparar. Amit tardó un poco en darse cuenta de a qué le disparaba.
-¡¡Tiburones!! - Sí ya desde antes se sentía nervioso, ahora su corazón se había acelerado tanto que parecía que se le iba a saltar del pecho. Amit no lo sabía, pero algunos de los que se habían arrojado al agua tenían heridas, producto de la anterior batalla, la sangre atraía a ese tipo de criaturas como la miel a las abejas.
-¡Tenemos que apurarnos! - Gritó otro de los Marineros-Peces, sumergiéndose y arrastrando con él a la burbuja que contenía a Oliver.
Pronto todos estuvieron bajo el agua, pero sus problemas estaban lejos de terminarse allí, los tiburones los rodeaban. El Mausu intentaba ver dónde estaban sus compañeros, pero el vidrio se empañaba y era difícil ver, vislumbro a uno de los investigadores a pocos metros de donde él estaba, apoyaba las manos contra la burbuja y parecía estar aterrado. De pronto el vidrio se manchó con sangre y el rostro del hombre desapareció, uno de los tiburones lo había agarrado de las piernas y se lo había llevado.
Al ver eso Amit levantó los pies, el ser tan pequeño tenía sus ventajas.
- Ejemplo de como funcionan las Burbujas:
Amit'tek
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Re: La ciudad perdida [Trabajo, +18] [Visenna & Amit]
¿Quien lo mandaba a meterse en todo eso? El agua no era un buen lugar para un Mausu.
Amit pensaba en ello mientras veía la enorme sombra que pasaba por debajo, nunca había visto bestias semejantes, los de su raza no eran muy duchos en el mar así que habían muchas cosas que desconocía. Sin embargo, había visto cómo terminaban alguno de sus compañeros, podía ver claramente las burbujas de cristal manchadas con sangre, esa era suficiente advertencia para que no intentara hacer ninguna tontería.
El problema: Dependía de los Hombres-Pez para poder llegar a destino, la burbuja esa no se podía mover desde adentro.
El Mausu miró en todas direcciones, dando una vuelta completa sobre sí mismo, era sumamente angustiante el estar encerrado allí dentro. Normalmente un Ratón no usaba su vista, el peor de sus sentidos, sino los oídos y el olfato, capacidades que tenían mucho mejor entrenadas. Pero estando allí no le servían de nada, el sonido llegaba de forma muy apagada y difusa, y su olfato estaba completamente anulado.
De pronto una mano se apoyó contra el vidrio y a Amit se le escapó un chillido de susto ya que no lo había visto venir. Con el pelo erizado y el pulso acelerado se acercó a la mano, tenía cinco dedos y membranas entre ellos ¡Debía ser uno de los marineros! Pocas veces el Mausu había estado tan feliz de ver a alguien, por un segundo había pensado que moriría allí abajo, sin poder volver a ver el sol.
El Hombre-Pez agarró el costado de la burbuja y lo fue acercando hacía una figura inmensa y oscura, al principio era solo una sombra, pero a medida que se acercaban Amit pudo diferenciar muros, ventanas, puertas... ¡¡Era la ciudad!! El Ratón se quedó sin aliento, era enorme y majestuosa, sus paredes estaban hechas de piedras muy gruesas, debían pesar toneladas, ahora cubiertas por musgo y plantas marinas.
Pasaron por debajo de varios arcos de muchos metros de altura, una piedra enorme resultó ser la cabeza de una estatua que en algún momento se había partido y caído al piso, pero aún podía diferenciarse el perfil de un rostro femenino humano. Amit sintió como la presión en sus oídos aumentaba cuando el marinero se metió por un túnel que bajaba, en el piso habían escalones por lo que era de suponerse que estaban entrando a alguna habitación o el sótano de un antiguo edificio.
Por lo que parecía estaban por completar el trayecto, el Mausu iba con la cara pegada al vidrio para no perderse detalle, cuando de repente la esfera de cristal dejó de moverse. Miró hacía donde se suponía que estuviera el marinero-pez y en su lugar solo había un manchón rojo. Un tiburón lo había agarrado de una pierna e intentaba arrastrarlo mientras el Hombre-Bestia lo atacaba con una daga, Amit estaba asustado pero además sentía una terrible impotencia, aunque saliera de la burbuja para ayudarlo, un ratón no era muy eficaz bajo el agua. Primero pensó en usar su martillo, pero aunque le diera con la electricidad seguramente también afectaría al marinero. Buscó entonces en su bolso, allí tenía varias runas, revolvió hasta encontrar la de Impulso, quizás eso no sirviera de nada pero fue lo único que se le ocurrió.
Apoyó la runa en la espalda del animal cuando pasó por debajo de la burbuja de Amit, el efecto no fue exactamente el esperado....
-------------------------------------------------
-Runa Impulso
[Limitado, 1 Uso] Piedras grabadas con símbolos arcanos. Al lanzarse al suelo o a una persona, crea una onda expansiva que la lanza los objetos de su entorno a 3m. Útil para alejar enemigos o utilizar sobre el mismo personaje para poder saltar a mayor distancia.
Amit pensaba en ello mientras veía la enorme sombra que pasaba por debajo, nunca había visto bestias semejantes, los de su raza no eran muy duchos en el mar así que habían muchas cosas que desconocía. Sin embargo, había visto cómo terminaban alguno de sus compañeros, podía ver claramente las burbujas de cristal manchadas con sangre, esa era suficiente advertencia para que no intentara hacer ninguna tontería.
El problema: Dependía de los Hombres-Pez para poder llegar a destino, la burbuja esa no se podía mover desde adentro.
El Mausu miró en todas direcciones, dando una vuelta completa sobre sí mismo, era sumamente angustiante el estar encerrado allí dentro. Normalmente un Ratón no usaba su vista, el peor de sus sentidos, sino los oídos y el olfato, capacidades que tenían mucho mejor entrenadas. Pero estando allí no le servían de nada, el sonido llegaba de forma muy apagada y difusa, y su olfato estaba completamente anulado.
De pronto una mano se apoyó contra el vidrio y a Amit se le escapó un chillido de susto ya que no lo había visto venir. Con el pelo erizado y el pulso acelerado se acercó a la mano, tenía cinco dedos y membranas entre ellos ¡Debía ser uno de los marineros! Pocas veces el Mausu había estado tan feliz de ver a alguien, por un segundo había pensado que moriría allí abajo, sin poder volver a ver el sol.
El Hombre-Pez agarró el costado de la burbuja y lo fue acercando hacía una figura inmensa y oscura, al principio era solo una sombra, pero a medida que se acercaban Amit pudo diferenciar muros, ventanas, puertas... ¡¡Era la ciudad!! El Ratón se quedó sin aliento, era enorme y majestuosa, sus paredes estaban hechas de piedras muy gruesas, debían pesar toneladas, ahora cubiertas por musgo y plantas marinas.
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Pasaron por debajo de varios arcos de muchos metros de altura, una piedra enorme resultó ser la cabeza de una estatua que en algún momento se había partido y caído al piso, pero aún podía diferenciarse el perfil de un rostro femenino humano. Amit sintió como la presión en sus oídos aumentaba cuando el marinero se metió por un túnel que bajaba, en el piso habían escalones por lo que era de suponerse que estaban entrando a alguna habitación o el sótano de un antiguo edificio.
Por lo que parecía estaban por completar el trayecto, el Mausu iba con la cara pegada al vidrio para no perderse detalle, cuando de repente la esfera de cristal dejó de moverse. Miró hacía donde se suponía que estuviera el marinero-pez y en su lugar solo había un manchón rojo. Un tiburón lo había agarrado de una pierna e intentaba arrastrarlo mientras el Hombre-Bestia lo atacaba con una daga, Amit estaba asustado pero además sentía una terrible impotencia, aunque saliera de la burbuja para ayudarlo, un ratón no era muy eficaz bajo el agua. Primero pensó en usar su martillo, pero aunque le diera con la electricidad seguramente también afectaría al marinero. Buscó entonces en su bolso, allí tenía varias runas, revolvió hasta encontrar la de Impulso, quizás eso no sirviera de nada pero fue lo único que se le ocurrió.
Apoyó la runa en la espalda del animal cuando pasó por debajo de la burbuja de Amit, el efecto no fue exactamente el esperado....
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-Runa Impulso
[Limitado, 1 Uso] Piedras grabadas con símbolos arcanos. Al lanzarse al suelo o a una persona, crea una onda expansiva que la lanza los objetos de su entorno a 3m. Útil para alejar enemigos o utilizar sobre el mismo personaje para poder saltar a mayor distancia.
Amit'tek
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Re: La ciudad perdida [Trabajo, +18] [Visenna & Amit]
Durante medio segundo nada pasó, y de pronto todo fue un mar de burbujas. Amit ya había probado la runa estando en tierra firme, pero jamás abajo del agua. De pronto fue como sí estuviera en el centro mismo de una ola o de un huracán, que no solo lo hizo salir disparado contra el extremo opuesto de la burbuja de cristal, sino que además la lleno de agua en cuestión de segundos.
El Mausu no se enteró de qué estaba pasando, pero un observador externo habría podido ver cómo la esfera de cristal se daba vuelta y salía disparada en línea recta por el pasillo del templo. Tanto el tiburón como el marinero salieron despedidos en la dirección opuesta, y con un poco de suerte el Hombre-Pez podría reaccionar a tiempo y nadar hacia la superficie antes de que el depredador regresara.
Pero el destino de Amit sería uno muy diferente, dentro de su burbuja de cristal ya no había aire, y como giraba sin control no tenía idea de donde era arriba ni abajo. Por un instante el Mausu creyó que ese sería su final, que moriría debajo de un templo en lo profundo del mar, intentó consolarse pensando que su pueblo de seguro escribiría su nombre en algún altar especialmente grande e importante, ya que había cumplido con su cometido como explorador hasta el final.
El Mausu no se enteró de qué estaba pasando, pero un observador externo habría podido ver cómo la esfera de cristal se daba vuelta y salía disparada en línea recta por el pasillo del templo. Tanto el tiburón como el marinero salieron despedidos en la dirección opuesta, y con un poco de suerte el Hombre-Pez podría reaccionar a tiempo y nadar hacia la superficie antes de que el depredador regresara.
Pero el destino de Amit sería uno muy diferente, dentro de su burbuja de cristal ya no había aire, y como giraba sin control no tenía idea de donde era arriba ni abajo. Por un instante el Mausu creyó que ese sería su final, que moriría debajo de un templo en lo profundo del mar, intentó consolarse pensando que su pueblo de seguro escribiría su nombre en algún altar especialmente grande e importante, ya que había cumplido con su cometido como explorador hasta el final.
Amit'tek
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Re: La ciudad perdida [Trabajo, +18] [Visenna & Amit]
Pero no, el destino tenía preparada otra cosa.
La burbuja de cristal se rompió al golpear contra el borde filoso de un escalón de piedra, eso dejó libre el cuerpecito del ratón, quien comenzó a patalear con fuerza sin saber muy bien hacía donde iba. Sintió una mano que lo agarraba del pellejo de la espalda y lo sacaba del agua a la fuerza.
-¡¡Amit!! Gracias a todos los dioses que estás bien - Era la voz de Oliver, pero no era él quien lo había sacado del agua, imposible con esos brazos tan enclenques.
-Tienes suerte de que siguiéramos aquí, tu amigo insistía en que llegarías -
-Claro que sí, Amit es un gran explorador, de ninguna manera iba a perderse esto -
El ratón se paró tambaleándose en el piso de piedra, tosía y escupía restos de agua salada, su mente no podía procesar todo lo que estaba pasando ¿Porque seguía vivo? ¿Cómo era posible que estuviera respirando? ¿Por qué había más gente allí? Cuando por fin pudo enfocar la vista a su alrededor las preguntas no sólo no disminuyeron, sino que se multiplicaron por cien.
-¿Que... Que es... Esto? ¿Donde Tchik estamos? - El Mausu estaba con la boca abierta, a su alrededor había una inmensa sala de piedra, que si bien tenía las paredes húmedas y con una capa de verdín, por lo demás no se veía señal alguna del agua marina - ¿Como es esto posible? -
-¡¡Es increíble!! ¿Cierto? - Exclamó el muchacho igual o más entusiasmado que Amit - Aparentemente la inundación que dejó bajo el agua a toda la ciudad no pudo meterse en algunas de estas salas. Debe ser una posibilidad de una en un millón jajaja -
-Teníamos indicios, dudas, sospechas y unas pocas evidencias. Pero en mi corazón sabía que era verdad ¡Aposte y gane! - La mujer estaba con la frente en alto, su mirada brillaba y se la notaba henchida de orgullo.
-Entonces es cierto, la encontramos... - De a poco las piezas parecían acomodarse en la mente de Amit - ¡Encontramos la famosa ciudad de Marcuria! -
El eco de sus voces exaltadas se propagó por todos los oscuros pasillos del templo, unos pocos marineros habían llegado también al lugar, y aún menos exploradores. Pero sumándolos a todos hacían un grupo relativamente numeroso, y eso era bueno, porque necesitarían la fuerza y la astucia de cada uno de ellos para poder salir de allí con vida.
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-Bien, ante todo quiero pedir una disculpa al Master que tenga que corregir el trabajo. Tengo bien en claro que la aventura como tal estaría recién empezando en este punto, pero ya que mi compañera me abandono no tengo forma de seguirla (Rolear sola no me gusta) en todo caso, dejo abierta la situación para que en el futuro se pueda continuar como un tema Privado o Libre.
Desde ya muchas gracias por tomarse el tiempo de corregirlo de todos modos. ¡Saludos!
La burbuja de cristal se rompió al golpear contra el borde filoso de un escalón de piedra, eso dejó libre el cuerpecito del ratón, quien comenzó a patalear con fuerza sin saber muy bien hacía donde iba. Sintió una mano que lo agarraba del pellejo de la espalda y lo sacaba del agua a la fuerza.
-¡¡Amit!! Gracias a todos los dioses que estás bien - Era la voz de Oliver, pero no era él quien lo había sacado del agua, imposible con esos brazos tan enclenques.
-Tienes suerte de que siguiéramos aquí, tu amigo insistía en que llegarías -
-Claro que sí, Amit es un gran explorador, de ninguna manera iba a perderse esto -
El ratón se paró tambaleándose en el piso de piedra, tosía y escupía restos de agua salada, su mente no podía procesar todo lo que estaba pasando ¿Porque seguía vivo? ¿Cómo era posible que estuviera respirando? ¿Por qué había más gente allí? Cuando por fin pudo enfocar la vista a su alrededor las preguntas no sólo no disminuyeron, sino que se multiplicaron por cien.
-¿Que... Que es... Esto? ¿Donde Tchik estamos? - El Mausu estaba con la boca abierta, a su alrededor había una inmensa sala de piedra, que si bien tenía las paredes húmedas y con una capa de verdín, por lo demás no se veía señal alguna del agua marina - ¿Como es esto posible? -
-¡¡Es increíble!! ¿Cierto? - Exclamó el muchacho igual o más entusiasmado que Amit - Aparentemente la inundación que dejó bajo el agua a toda la ciudad no pudo meterse en algunas de estas salas. Debe ser una posibilidad de una en un millón jajaja -
-Teníamos indicios, dudas, sospechas y unas pocas evidencias. Pero en mi corazón sabía que era verdad ¡Aposte y gane! - La mujer estaba con la frente en alto, su mirada brillaba y se la notaba henchida de orgullo.
-Entonces es cierto, la encontramos... - De a poco las piezas parecían acomodarse en la mente de Amit - ¡Encontramos la famosa ciudad de Marcuria! -
El eco de sus voces exaltadas se propagó por todos los oscuros pasillos del templo, unos pocos marineros habían llegado también al lugar, y aún menos exploradores. Pero sumándolos a todos hacían un grupo relativamente numeroso, y eso era bueno, porque necesitarían la fuerza y la astucia de cada uno de ellos para poder salir de allí con vida.
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-Bien, ante todo quiero pedir una disculpa al Master que tenga que corregir el trabajo. Tengo bien en claro que la aventura como tal estaría recién empezando en este punto, pero ya que mi compañera me abandono no tengo forma de seguirla (Rolear sola no me gusta) en todo caso, dejo abierta la situación para que en el futuro se pueda continuar como un tema Privado o Libre.
Desde ya muchas gracias por tomarse el tiempo de corregirlo de todos modos. ¡Saludos!
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