Iniciativa fastidio. [Privado] [Terminado] [CERRADO]
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Iniciativa fastidio. [Privado] [Terminado] [CERRADO]
Habiendo acabado el imbolc y unas cuantas partidas de ajedrez al día siguiente con los lugareños del distrito elfico, Kendovlah dispone la marcha de la ciudad para volver a sus estudios en las islas. Claro que no sin antes, querer conocer un poco mejor la ciudad de los dragones. Hasta el momento no había tenido ocasión de compartir grandes experiencias con dicha raza y parecía algo oportuno.
Había mucho por conocer de la ciudad y la experiencia dictaba que cada viajero —experimentado o no— debía saber que el mejor lugar para conseguir información, una guía turística o simplemente encontrar problemas; una taberna era el lugar indicado.
Una paloma a volaba gran velocidad. Solo el ojo experimentado podría apreciar el rollo pequeño de pergamino que llevaba atada en una de sus patas. A ojos extraños, la cosa se hizo evidente cuando el emplumado cartero decide irrumpir en el edificio, pasando directamente a la mesa donde se encontraba el joven mago de negro. Este ya había recibido información por dicho medio, sin embargo, le impresionaba la eficacia. No lograba explicarse como lograban entrenar al animal para encontrar al objetivo incluso estando fuera de su lugar de residencia, pero lo más intrigante era el motivo del mensaje.
—Que no sea de la esfera, por favor —Imploró a los dioses que pudo recordar. El único viaje deseado era a su hogar, y no otro hacía posibles mundos desconocidos.
Con cuidado y cierta desconfianza abre el mensaje. La caligrafiá era desconocida, lo que suponía en cierta medida algo de alivio. Sin embargo, cierta cambiaformas conocida entregaba noticias preocupantes.
En el papel podía entender el peligro que había enfrentado Leiza para conseguir la información. El enemigo en común al parecer se hacía más grande e inteligente conforme se descuidaba, ocupándose de otros asuntos. A estas alturas ya no quedaban dudas de que una actuación en solitario era no solo insensata, sino que además suicida y de lo más borde.
Estaba claro que necesitaba meditar cursos de acción y reacción. Aún contaba con el factor sorpresa. Suponía que su última actuación con el grupo improvisado, no había sido más que un tropezón leve para el gigante que poco a poco se alzaba. Sin embargo, las palabras del oraculo seguían rezonando en su cabeza: «Tu camino se cruzara con el de muchos». No le gustaba la idea, el primer enfrentamiento pudo haber resultado mortal y estaba también la pregunta del elfo anciano del Imbolc: «¿No deberías estar apoyando, guiando tropas tal vez?». Negó con la cabeza tratando de apartarse esas voces.
Era mucha responsabilidad. Si, se había pasado los últimos meses ideando estrategias ante posibles escenarios. No solo en su cabeza, también sobre un tablero contra distintos oponentes, pero en ningúna de esas ocasiones existió un peligro real. Tomar el liderazgo y dejar que varias vidas dependieran de él, ponía la balanza a favor de la respuesta entregada al elfo mayor.
Habían pasado algunas horas desde que llego el mensaje y el mago decidió tomar uno de sus libros elegidos para el viaje. Empero el resultado por concentrarse en el contendido de este, había sido totalmente opuesto a las intenciones iniciales.
Miraba las letras, pero no podía avanzar con naturalidad. Su cabeza estaba en otro lado, curiosamente viajando a ciudades que aún desconocía e ignoraba los motivos. Solo entendía que tener vidas bajo su responsabilidad era una idea descabellada, que además la posibilidad causaba conflicto, y que este debía ser resuelto pronto.
Había mucho por conocer de la ciudad y la experiencia dictaba que cada viajero —experimentado o no— debía saber que el mejor lugar para conseguir información, una guía turística o simplemente encontrar problemas; una taberna era el lugar indicado.
(…)
Una paloma a volaba gran velocidad. Solo el ojo experimentado podría apreciar el rollo pequeño de pergamino que llevaba atada en una de sus patas. A ojos extraños, la cosa se hizo evidente cuando el emplumado cartero decide irrumpir en el edificio, pasando directamente a la mesa donde se encontraba el joven mago de negro. Este ya había recibido información por dicho medio, sin embargo, le impresionaba la eficacia. No lograba explicarse como lograban entrenar al animal para encontrar al objetivo incluso estando fuera de su lugar de residencia, pero lo más intrigante era el motivo del mensaje.
—Que no sea de la esfera, por favor —Imploró a los dioses que pudo recordar. El único viaje deseado era a su hogar, y no otro hacía posibles mundos desconocidos.
Con cuidado y cierta desconfianza abre el mensaje. La caligrafiá era desconocida, lo que suponía en cierta medida algo de alivio. Sin embargo, cierta cambiaformas conocida entregaba noticias preocupantes.
En el papel podía entender el peligro que había enfrentado Leiza para conseguir la información. El enemigo en común al parecer se hacía más grande e inteligente conforme se descuidaba, ocupándose de otros asuntos. A estas alturas ya no quedaban dudas de que una actuación en solitario era no solo insensata, sino que además suicida y de lo más borde.
Estaba claro que necesitaba meditar cursos de acción y reacción. Aún contaba con el factor sorpresa. Suponía que su última actuación con el grupo improvisado, no había sido más que un tropezón leve para el gigante que poco a poco se alzaba. Sin embargo, las palabras del oraculo seguían rezonando en su cabeza: «Tu camino se cruzara con el de muchos». No le gustaba la idea, el primer enfrentamiento pudo haber resultado mortal y estaba también la pregunta del elfo anciano del Imbolc: «¿No deberías estar apoyando, guiando tropas tal vez?». Negó con la cabeza tratando de apartarse esas voces.
Era mucha responsabilidad. Si, se había pasado los últimos meses ideando estrategias ante posibles escenarios. No solo en su cabeza, también sobre un tablero contra distintos oponentes, pero en ningúna de esas ocasiones existió un peligro real. Tomar el liderazgo y dejar que varias vidas dependieran de él, ponía la balanza a favor de la respuesta entregada al elfo mayor.
Habían pasado algunas horas desde que llego el mensaje y el mago decidió tomar uno de sus libros elegidos para el viaje. Empero el resultado por concentrarse en el contendido de este, había sido totalmente opuesto a las intenciones iniciales.
Miraba las letras, pero no podía avanzar con naturalidad. Su cabeza estaba en otro lado, curiosamente viajando a ciudades que aún desconocía e ignoraba los motivos. Solo entendía que tener vidas bajo su responsabilidad era una idea descabellada, que además la posibilidad causaba conflicto, y que este debía ser resuelto pronto.
Última edición por Kendovlah el Vie Mar 06 2020, 20:22, editado 1 vez
Kendovlah
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Re: Iniciativa fastidio. [Privado] [Terminado] [CERRADO]
Luego de la festividad, una de las más calmadas en las que jamás a estado Zero vale destacar, el pequeño robot se propuso reponer algo de energía. Después de todo el trayecto a la capital dragona fue largo.
No necesita más de unas horas al mes para reposar gracias a su reactor incorporado, pero ha venido redescubriendo lo agradable que es descansar de manera corriente. Da espacio a la meditación e incluso se pueden encontrar cosas interesantes en el apagado total de la inconsciencia.
Por estos motivos es que sigue en la ciudad luego de varios días, solo revisando datos en su memorita y visitando algunas secciones más comerciales de la ciudad. La civilización dragona posee un estilo único que la distingue del resto.
Cada especie tiene sus peculiaridades claro, eso no se puede negar. Entre las grandes inteligencias que pueblan Aerandir hay enormes barreras culturales, los estilos discordantes son muy marcados.
Esto no es algo malo por otro lado, todos los seres son diferentes y eso debe celebrarse siempre que se mantenga la óptima convivencia. Es en este último punto donde radican la mayoría de los problemas inteligentes.
Z9-42 medita esto mientras baja desde su habitación, es curioso pero la mayoría de estructuras en el blanco norte poseen varios pisos. Una vez en planta baja termina reconociendo a cierto personaje.
Señ… Kendo, es un placer encontrarle de nuevo.
Dice de forma educada una vez esta frente al hechicero… aún sigue sin grabarse bien el estilo personalizado de calificativo que debe usar con el contacto aunque espera tenerlo pulido para su próximo encuentro.
Con una mueca de medio lado, Z9-42 no puede evitar mirar patentemente las ropas del personaje. Lo primer que identifico fue su rostro pero ahora con más calma puede notar un cambio de color en sus ropajes.
Es un nuevo color, le sienta bien “expresa sonriente”.
Bien sabe el “niño” las bondades que tiene vestir de negro, es el único color que ha usado desde que fue aumentado y no ha sentido necesidad alguna de cambiarlo. Después de todo es muy práctico pues combina con todo.
¿Qué lo trae a la capital dragona, Kendo?
Claramente logra detectar la misiva que su conocido está leyendo, pero ignora dicho punto por educación. No existe la necesidad imperiosa de inmiscuirse en cosas personales ahora mismo, hay códigos que se deben seguir en momentos pasivos.
No necesita más de unas horas al mes para reposar gracias a su reactor incorporado, pero ha venido redescubriendo lo agradable que es descansar de manera corriente. Da espacio a la meditación e incluso se pueden encontrar cosas interesantes en el apagado total de la inconsciencia.
Por estos motivos es que sigue en la ciudad luego de varios días, solo revisando datos en su memorita y visitando algunas secciones más comerciales de la ciudad. La civilización dragona posee un estilo único que la distingue del resto.
Cada especie tiene sus peculiaridades claro, eso no se puede negar. Entre las grandes inteligencias que pueblan Aerandir hay enormes barreras culturales, los estilos discordantes son muy marcados.
Esto no es algo malo por otro lado, todos los seres son diferentes y eso debe celebrarse siempre que se mantenga la óptima convivencia. Es en este último punto donde radican la mayoría de los problemas inteligentes.
Z9-42 medita esto mientras baja desde su habitación, es curioso pero la mayoría de estructuras en el blanco norte poseen varios pisos. Una vez en planta baja termina reconociendo a cierto personaje.
Señ… Kendo, es un placer encontrarle de nuevo.
Dice de forma educada una vez esta frente al hechicero… aún sigue sin grabarse bien el estilo personalizado de calificativo que debe usar con el contacto aunque espera tenerlo pulido para su próximo encuentro.
Con una mueca de medio lado, Z9-42 no puede evitar mirar patentemente las ropas del personaje. Lo primer que identifico fue su rostro pero ahora con más calma puede notar un cambio de color en sus ropajes.
Es un nuevo color, le sienta bien “expresa sonriente”.
Bien sabe el “niño” las bondades que tiene vestir de negro, es el único color que ha usado desde que fue aumentado y no ha sentido necesidad alguna de cambiarlo. Después de todo es muy práctico pues combina con todo.
¿Qué lo trae a la capital dragona, Kendo?
Claramente logra detectar la misiva que su conocido está leyendo, pero ignora dicho punto por educación. No existe la necesidad imperiosa de inmiscuirse en cosas personales ahora mismo, hay códigos que se deben seguir en momentos pasivos.
Z9-42
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Re: Iniciativa fastidio. [Privado] [Terminado] [CERRADO]
Se podía ver a un Kendovlah demasiado asimilado por sus asuntos personales cuando el pequeño Zero le reconoce. El brujo a penas se había inmutado en ver lo que tenía a su alrededor. La carta recibida descansaba entre las páginas de su libro, leía una y otra vez mientras recordaba. Recordaba y dudaba.
Su primer expedición fue bastante infantil y poco planificada, tenía que buscar otros métodos. No solo estaba eso, sino que también el hecho de recordar al brujo enemigo mencionar a su madre. Casi lo había pasado por alto todo este tiempo. Suponía, que el asunto se complicaba el doble si se trataba de algo inconcluso de Brinnah.
Algo de sorpresa se reflejo en su mirada cuando creyó escuchar una voz conocida. No, sus oídos no se la estaban jugando. Realmente el pequeño aumentado estaba frente a el.
Le tomo unos segundos salir de su estado aislado mientras lo escuchaba hablar y recordaba. El pequeño después de todo, era recuerdo suficiente para su duda. Primero estaba la expedición infantil y luego el trabajo. En ambas situaciones no solo fue inferior, sino que había puesto vidas en peligro y los resultados no fueron del todo favorables.
—Gracias, Zero —Responde aún algo ido y suspira—. De paso por el Imbolc.
La duda seguía acosando, pero suponía ya había compartido suficiente con el pequeño como para poder confiar. Además, era lo bastante inteligente para darse cuenta que su juicio estaba nublado y no sacaría nada por su cuenta.
—¿Recuerdas a Leiza? —Le pregunta volviendo a un tono más normal y amigable—. Envía noticias preocupantes.
Hace entrega de la carta al pequeño y le invita a sentarse con él. Acto seguido, bebe un poco de cerveza de raíz de su jarra tratando de despejar sus pensamientos. «Ya me he exprimido suficiente...» Pensó, aunque bien podía estar equivocado. Después de todo, siempre calculaba cada cosa que creía merecía la pena calcular.
—Recuerdo haber escuchado al enemigo mencionar a mi madre —Frunció el ceño y bebió un poco más—. Debo hacer algo, pero no se pueden tomar a la ligera —Añadió su gran duda. Su mirada volvió a ser sombría poco a poco. Se le antojó bastante mirar una ventana cercana y deseo con fuerzas ser como las aves que de vez en cuando se veían surcar los aíres.
Habían dos cosas que le nublaban el juicio y lo atrapaban en una encrucijada de la cual no encontraba salida. La bendita carta y el viaje mencionado por el oráculo. Debía encontrar a su compañera pronto. ¿Era eso lo que debía hacer primero? No solía tomarse las palabras del oráculo muy en serio normalmente, pero de tanto en tanto se sentían como un taladro perforando la mente del joven mago.
Su primer expedición fue bastante infantil y poco planificada, tenía que buscar otros métodos. No solo estaba eso, sino que también el hecho de recordar al brujo enemigo mencionar a su madre. Casi lo había pasado por alto todo este tiempo. Suponía, que el asunto se complicaba el doble si se trataba de algo inconcluso de Brinnah.
Algo de sorpresa se reflejo en su mirada cuando creyó escuchar una voz conocida. No, sus oídos no se la estaban jugando. Realmente el pequeño aumentado estaba frente a el.
Le tomo unos segundos salir de su estado aislado mientras lo escuchaba hablar y recordaba. El pequeño después de todo, era recuerdo suficiente para su duda. Primero estaba la expedición infantil y luego el trabajo. En ambas situaciones no solo fue inferior, sino que había puesto vidas en peligro y los resultados no fueron del todo favorables.
—Gracias, Zero —Responde aún algo ido y suspira—. De paso por el Imbolc.
La duda seguía acosando, pero suponía ya había compartido suficiente con el pequeño como para poder confiar. Además, era lo bastante inteligente para darse cuenta que su juicio estaba nublado y no sacaría nada por su cuenta.
—¿Recuerdas a Leiza? —Le pregunta volviendo a un tono más normal y amigable—. Envía noticias preocupantes.
Hace entrega de la carta al pequeño y le invita a sentarse con él. Acto seguido, bebe un poco de cerveza de raíz de su jarra tratando de despejar sus pensamientos. «Ya me he exprimido suficiente...» Pensó, aunque bien podía estar equivocado. Después de todo, siempre calculaba cada cosa que creía merecía la pena calcular.
—Recuerdo haber escuchado al enemigo mencionar a mi madre —Frunció el ceño y bebió un poco más—. Debo hacer algo, pero no se pueden tomar a la ligera —Añadió su gran duda. Su mirada volvió a ser sombría poco a poco. Se le antojó bastante mirar una ventana cercana y deseo con fuerzas ser como las aves que de vez en cuando se veían surcar los aíres.
Habían dos cosas que le nublaban el juicio y lo atrapaban en una encrucijada de la cual no encontraba salida. La bendita carta y el viaje mencionado por el oráculo. Debía encontrar a su compañera pronto. ¿Era eso lo que debía hacer primero? No solía tomarse las palabras del oráculo muy en serio normalmente, pero de tanto en tanto se sentían como un taladro perforando la mente del joven mago.
Kendovlah
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Re: Iniciativa fastidio. [Privado] [Terminado] [CERRADO]
Zero nota de inmediato que su conocido está bastante inmerso en lo que revisa, tarda un tiempo prudencial en notar la presencia del niño. La cantidad de textos desperdigados son una señal que confirma tales sospechas.
Claro que el pequeño robot no se inmuta, sabe bien que los seres vivos inteligentes pueden ser algo despistados… una característica que suele compartir mucho pese a sus aumentos tecnológicos.
Es por eso que cuando recibe un saludo poco centrado solo sonríe, es en cierto modo divertido ver al hechicero en tal estado. Como buena maquina le agrada mucho la búsqueda de conocimiento documental.
Es curioso pero ambos personajes terminaran participando en la celebración del Imbolc, totalmente por su cuenta. Es claro que este tipo de eventos no tienen dificultades en captar al espectro aventurero de la sociedad aerandiana.
Kendo no tarda en facilitarle cierta carta llena de información, no sin antes dar impresiones propias e invitarlo a sentarse. Z9-42 termina tomando una posición más cómoda mientras lee la misiva.
Ya veo... entiendo su preocupación.
No son buenas noticias y las concisas palabras plasmadas dejan entrever problemas con trasfondo, un trasfondo con el que su compañero parece estar más empapado por obvias razones.
Sus aventuras con el brujo han sido contadas, pero ya tiene varias secciones de la memoria aumentada destinadas a sus tramas. Es claro que toda la situación no hace más que ramificarse en cada encuentro.
Puede contar con mi ayuda, Kendo… somos amigos “forma una mueca imprecisa que poco a poco se vuelve mas amena”.
Las personas deben ayudarse entre sí, más si tienen vínculos compartidos. Zero considera al personaje arcano un buen ser que además ha formado una relación amistosa con él, lo mínimo que puede hacer es ayudarle en todas sus empresas.
De momento el joven adulto de túnica negra parece embargado por toda la situación, atosigado por las variables. Z9-42 poco puede hacer con respecto a los datos técnicos por ser tan ajeno a la trama pero si tiene la capacidad ofrecer apoyo moral y consejo.
Puede ser peligroso o incluso una trampa, pero ver venir algo así es el paso más importante para desarmarlo.
Claro que el pequeño robot no se inmuta, sabe bien que los seres vivos inteligentes pueden ser algo despistados… una característica que suele compartir mucho pese a sus aumentos tecnológicos.
Es por eso que cuando recibe un saludo poco centrado solo sonríe, es en cierto modo divertido ver al hechicero en tal estado. Como buena maquina le agrada mucho la búsqueda de conocimiento documental.
Es curioso pero ambos personajes terminaran participando en la celebración del Imbolc, totalmente por su cuenta. Es claro que este tipo de eventos no tienen dificultades en captar al espectro aventurero de la sociedad aerandiana.
Kendo no tarda en facilitarle cierta carta llena de información, no sin antes dar impresiones propias e invitarlo a sentarse. Z9-42 termina tomando una posición más cómoda mientras lee la misiva.
Ya veo... entiendo su preocupación.
No son buenas noticias y las concisas palabras plasmadas dejan entrever problemas con trasfondo, un trasfondo con el que su compañero parece estar más empapado por obvias razones.
Sus aventuras con el brujo han sido contadas, pero ya tiene varias secciones de la memoria aumentada destinadas a sus tramas. Es claro que toda la situación no hace más que ramificarse en cada encuentro.
Puede contar con mi ayuda, Kendo… somos amigos “forma una mueca imprecisa que poco a poco se vuelve mas amena”.
Las personas deben ayudarse entre sí, más si tienen vínculos compartidos. Zero considera al personaje arcano un buen ser que además ha formado una relación amistosa con él, lo mínimo que puede hacer es ayudarle en todas sus empresas.
De momento el joven adulto de túnica negra parece embargado por toda la situación, atosigado por las variables. Z9-42 poco puede hacer con respecto a los datos técnicos por ser tan ajeno a la trama pero si tiene la capacidad ofrecer apoyo moral y consejo.
Puede ser peligroso o incluso una trampa, pero ver venir algo así es el paso más importante para desarmarlo.
Z9-42
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Re: Iniciativa fastidio. [Privado] [Terminado] [CERRADO]
La respuesta de Zero le toma por sorpresa. En otro momento sin duda habría sido de su agrado, pero las variantes de sus dudas lo hacían algo preocupante. No sabía mucho de la biocibernética a la cual pensaba que se debían los aumentos del pequeño, así como los de Kira. Empero, dudaba que esta fuera causante de la amistad que tenía con el pequeño de turno. A ojos de Kendovlah, solo veía compañeros y posibles enemigos. Una mirada quizás un tanto inocente y peligrosa, pues aún no definía del todo aquellos conceptos.
—Lo agradezco, Zero —Dice sin sonar del todo seguro. Levanta la mano y pide dos bebidas más. Una para su amigo y otra para él. Hasta entonces no se había puesto a pensar en que había hecho amigos, estando tan ocupado en sus estudios y recordando aventuras. Pasó el asunto por alto y recién comenzaba a tomar peso al asunto. Haber crecido como hijo único y casi sin contacto con otros niños hacía el concepto algo turbio para él.
—Sin embargo, hay mucho que preparar —Añade una vez llegaron las bebidas. Vuelve a tomar un trago y suspira. Ahora estaba la idea de sacrificar amigos, saber que había hecho unos cuantos buenos y que probablemente tenían la misma voluntad del pequeño robot solo complicaba el asunto. —De momento me gustaría actuar más en solitario —Frunce el ceño sonando algo más serio.
Un oído ajeno a la conversación logra escuchar las palabras del joven mago. Aparta una silla de otra mesa y se sienta con ellos, no sin antes dejar una pesada jarra de alcohol sobre la mesa y dedicar una mirada severa al hechicero. —Pero, tú... —No logra acabar, parte sorpresa y parte interrupción.
—Si Brinnah te escuchará seguro tendrías ya las dos mejillas moradas, muchacho —La voz del viejo Hanks sonó igual de severa que su mirada. Pudo reconocer el tono molesto de su madre en él, cosa que le hace bajar la mirada y evitar comentarios por su aspecto. Sin duda el viejo hechicero se había pasado meses viajando en solitario, pues tenía un aspecto fatal y su túnica ajustada, además de ajustada se mostraba rasgada en ciertas ocasiones. Eso y una melena blanca más larga de lo usual. Ni hablar de la barba.
—Viaje mucho tiempo con tu madre. Enfrentamos peligros que ni te imaginas —Dice y se sacude la cabeza—. El caso es que viajar acompañado es importante, no deberías dudar de tus amigos y menos si están dispuestos —Le reprocha manteniendo el mismo tono y mira a Zero.
—¿Puedo ver? —Pregunta mirando la carta. Una vez la lee su ceño se frunce aún más, entiende un poco mejor la situación. Aunque duda sobre el cambio de actitud en su joven amigo. —Brinnah no te habría permitido ir solo en esto, aún tienes mucho que aprender, Kendo. Pequeño testarudo, en eso si se parecen —El tono se suavizo debido a la nostalgia. Algo que el joven mago pudo captar y miro con algo de culpa a Zero, después de todo en la primera expedición el muchacho fue el único que no conocía de antes y con quién más parecía mantener contacto.
—¿Qué haces aquí, Hanks? —Preguntó tras un suspiro. Era obvio que trataba de evitar el tema. Desde que había conocido al viejo y la tripulación estos no habían hecho más que recomendar expediciones de lo más peligrosas. Dudaba que esta vez fuese diferente. —Por cierto, este es mi amigo Zero. Ya nos hemos enfrentado a un grupo antes —Presenta con algo de duda ante la revelación. Era posible esperar un nuevo reproche, como si el mismo no se reprochara suficiente.
—Lo agradezco, Zero —Dice sin sonar del todo seguro. Levanta la mano y pide dos bebidas más. Una para su amigo y otra para él. Hasta entonces no se había puesto a pensar en que había hecho amigos, estando tan ocupado en sus estudios y recordando aventuras. Pasó el asunto por alto y recién comenzaba a tomar peso al asunto. Haber crecido como hijo único y casi sin contacto con otros niños hacía el concepto algo turbio para él.
—Sin embargo, hay mucho que preparar —Añade una vez llegaron las bebidas. Vuelve a tomar un trago y suspira. Ahora estaba la idea de sacrificar amigos, saber que había hecho unos cuantos buenos y que probablemente tenían la misma voluntad del pequeño robot solo complicaba el asunto. —De momento me gustaría actuar más en solitario —Frunce el ceño sonando algo más serio.
Un oído ajeno a la conversación logra escuchar las palabras del joven mago. Aparta una silla de otra mesa y se sienta con ellos, no sin antes dejar una pesada jarra de alcohol sobre la mesa y dedicar una mirada severa al hechicero. —Pero, tú... —No logra acabar, parte sorpresa y parte interrupción.
—Si Brinnah te escuchará seguro tendrías ya las dos mejillas moradas, muchacho —La voz del viejo Hanks sonó igual de severa que su mirada. Pudo reconocer el tono molesto de su madre en él, cosa que le hace bajar la mirada y evitar comentarios por su aspecto. Sin duda el viejo hechicero se había pasado meses viajando en solitario, pues tenía un aspecto fatal y su túnica ajustada, además de ajustada se mostraba rasgada en ciertas ocasiones. Eso y una melena blanca más larga de lo usual. Ni hablar de la barba.
—Viaje mucho tiempo con tu madre. Enfrentamos peligros que ni te imaginas —Dice y se sacude la cabeza—. El caso es que viajar acompañado es importante, no deberías dudar de tus amigos y menos si están dispuestos —Le reprocha manteniendo el mismo tono y mira a Zero.
—¿Puedo ver? —Pregunta mirando la carta. Una vez la lee su ceño se frunce aún más, entiende un poco mejor la situación. Aunque duda sobre el cambio de actitud en su joven amigo. —Brinnah no te habría permitido ir solo en esto, aún tienes mucho que aprender, Kendo. Pequeño testarudo, en eso si se parecen —El tono se suavizo debido a la nostalgia. Algo que el joven mago pudo captar y miro con algo de culpa a Zero, después de todo en la primera expedición el muchacho fue el único que no conocía de antes y con quién más parecía mantener contacto.
—¿Qué haces aquí, Hanks? —Preguntó tras un suspiro. Era obvio que trataba de evitar el tema. Desde que había conocido al viejo y la tripulación estos no habían hecho más que recomendar expediciones de lo más peligrosas. Dudaba que esta vez fuese diferente. —Por cierto, este es mi amigo Zero. Ya nos hemos enfrentado a un grupo antes —Presenta con algo de duda ante la revelación. Era posible esperar un nuevo reproche, como si el mismo no se reprochara suficiente.
Kendovlah
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Re: Iniciativa fastidio. [Privado] [Terminado] [CERRADO]
Si bien Kendo agradece el buen gesto del pequeño robot, no tarda en dar las señales previas de un rechazo, incluso antes de formular palabras. Para alguien que puede percibir expresiones humanas con mucho detalle, es tan claro como el día.
Naturalmente la matriz de pensamiento del niño no se equivoca, da “justo en el clavo” como dicen los orgánicos. Con educación, su aliado hechicero deja en claro que prefiere avanzar solo en esta aventura.
Entien…
Es en ese momento cuando alguien más interviene, de forma tan aleatoria que interrumpe las palabras del propio niño robot. A partir de allí inicia una especie de sermón moral con el objetivo de educar al brujo de túnica negra.
Zero se queda callado, mirando con ojos de extrañeza. Si bien todo el argumento tiene connotaciones pasadas que solo los dos adultos pueden entender, la idea central no tarda en ser percibida por el chiquillo aumentado.
Mantén a tus amigos contigo, simple y llanamente. Es una lección que el propio sintético a tratado de aprender durante su tiempo en el exterior… a veces le cuesta pero sus avances en la materia han sido formidables.
Con rostro sonriente, entrega la carta. Es claro que Kendo y el anciano personaje tienen una trama pasada conjunta, a medida que transcurren las palabras se hace más evidente el tipo de relación entre ambos.
Hanks parece ser un amigo de la familia, uno que tiene en mucha estima la seguridad de su conocido más joven. Para bien o para mal, es obvio que acaba de unirse a la trama que tienen por delante.
Una cosa si está clara, Z9-42 “llego para quedarse”. Las siguientes palabras del propio brujo dejan claro que tienen un vínculo importante, y los amigos se ayudan en todas las situaciones complicadas.
Con una sonrisa que muestra todos sus dientes, el pequeño sintético corresponde el voto de confianza. Todo indica que la postura inicial de su aliado cambio por la intervención del personaje más mayor.
Claro que aún faltan los detalles, lo cierto es que todavía nada ha sido fijado. Es la etapa de planificación, les queda prácticamente todo por delante en lo que promete ser otra aventura de proporciones viables.
Naturalmente la matriz de pensamiento del niño no se equivoca, da “justo en el clavo” como dicen los orgánicos. Con educación, su aliado hechicero deja en claro que prefiere avanzar solo en esta aventura.
Entien…
Es en ese momento cuando alguien más interviene, de forma tan aleatoria que interrumpe las palabras del propio niño robot. A partir de allí inicia una especie de sermón moral con el objetivo de educar al brujo de túnica negra.
Zero se queda callado, mirando con ojos de extrañeza. Si bien todo el argumento tiene connotaciones pasadas que solo los dos adultos pueden entender, la idea central no tarda en ser percibida por el chiquillo aumentado.
Mantén a tus amigos contigo, simple y llanamente. Es una lección que el propio sintético a tratado de aprender durante su tiempo en el exterior… a veces le cuesta pero sus avances en la materia han sido formidables.
Con rostro sonriente, entrega la carta. Es claro que Kendo y el anciano personaje tienen una trama pasada conjunta, a medida que transcurren las palabras se hace más evidente el tipo de relación entre ambos.
Hanks parece ser un amigo de la familia, uno que tiene en mucha estima la seguridad de su conocido más joven. Para bien o para mal, es obvio que acaba de unirse a la trama que tienen por delante.
Una cosa si está clara, Z9-42 “llego para quedarse”. Las siguientes palabras del propio brujo dejan claro que tienen un vínculo importante, y los amigos se ayudan en todas las situaciones complicadas.
Con una sonrisa que muestra todos sus dientes, el pequeño sintético corresponde el voto de confianza. Todo indica que la postura inicial de su aliado cambio por la intervención del personaje más mayor.
Claro que aún faltan los detalles, lo cierto es que todavía nada ha sido fijado. Es la etapa de planificación, les queda prácticamente todo por delante en lo que promete ser otra aventura de proporciones viables.
Z9-42
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Re: Iniciativa fastidio. [Privado] [Terminado] [CERRADO]
Kendovlah relajó la mirada y soltó un suspiro mientras volvía a sostener su bebida. El semblante de ambos brujos se mostraba más relajado. El mayor estudiaba al pequeño cibernetico mientras que el más joven entendía el peso del argumento, pero no lo compartía del todo. Se adelantaba demasiado a posibles resultados con poca experiencia en el campo.
—Mucho gusto, Zero. Por favor disculpa a este cabezotas. Se parece mucho a su madre —Se presentó y disculpó por parte del joven. No le causo mucha gracia a Kendovlah, pero este aún tenía conflictos internos. —Sin embargo, veo que a los dos les falta mucho camino —Añadió y rebusco unos papeles en sus bolsillos.
Tras unos segundos despliega un mapa algo gastado sobre la mesa. Kendovlah logra reconocer las ciudades más connotadas de Aerandir, después de todo había estudiado algo desde la compra de su drakkar. Saber de navegación era importante. Además de eso, pudo destacar unos puntos marcados en varios extremos y partes más céntricas de algunos continentes.
—Veo algunos puntos ya tratados —Trata de adivinar mientras mira estudioso las marcas.
El viejo Hanks asiente mientras mira a los jóvenes con cierta esperanza y nostalgia. —Así es, pero queda mucho terreno aún —Afirma y añade—: Aerandir guarda un sin fin de peligros, muchos aún sin descubrir. Ya estoy algo viejo para esto, pero me gustaría dejar la tarea en buen recaudo.
La noticia sin duda sorprende a Kendovlah, parecía un fastidio mayor. Aún no entendía del todo cual era el motivo de la tarea, ni lo más importante; ¿cuáles eran estos peligros? —¿Qué enfrentaremos esta vez? —Pregunta curioso. Sin duda lo que mostraba el mapa daba para muchas aventuras. En algún punto debería ir sin el pequeño cibernético. Lo entendía perfectamente, después de todo aún estaba el viaje predestinado por el oráculo.
—Es una tarea de reconocimiento y documentación —Responde con una sonrisa de oreja a oreja. Bebe de su gran jarra y suspira—. Será suficiente para ponerlos en forma y despejes esas dudas. —Añade lo último mirando con cierta curiosidad a Kendovlah.
—¿Qué hacías en Dundarak y en medio del Imbolc? —Pregunta al viejo algo curioso. Estaba claro que la marca sobre la ciudad era más reciente que las demás. Podía imagina criaturas peligrosas, pero no fue de la magnitud que esperaba en su principio. Tomando en cuenta las aventuras que había pasado junto a la tripulación, sabiendo el actuar de estos.
Hanks se limitó a sonreír ampliamente y miro a Zero apuntando a los reinos del este. —¿Qué dicen, están listos para partir al primer punto? —Pregunta algo animado. Kendovlah por su parte se lo queda mirando con duda. —Kendo, consigue la mitad de los puntos faltantes y pensaremos que hacer con ese grupo —Añadió mirando al brujo con un tono más serio.
Kendovlah se dedicó a mantener la mirada por unos segundos. Sabía lo que eso significaba. Tendrían la oportunidad de trabajar con refuerzos mientras ganaban experiencia en el terreno. Sonrió levemente y miro a Zero, confiándole la decisión a su amigo.
—Mucho gusto, Zero. Por favor disculpa a este cabezotas. Se parece mucho a su madre —Se presentó y disculpó por parte del joven. No le causo mucha gracia a Kendovlah, pero este aún tenía conflictos internos. —Sin embargo, veo que a los dos les falta mucho camino —Añadió y rebusco unos papeles en sus bolsillos.
Tras unos segundos despliega un mapa algo gastado sobre la mesa. Kendovlah logra reconocer las ciudades más connotadas de Aerandir, después de todo había estudiado algo desde la compra de su drakkar. Saber de navegación era importante. Además de eso, pudo destacar unos puntos marcados en varios extremos y partes más céntricas de algunos continentes.
—Veo algunos puntos ya tratados —Trata de adivinar mientras mira estudioso las marcas.
El viejo Hanks asiente mientras mira a los jóvenes con cierta esperanza y nostalgia. —Así es, pero queda mucho terreno aún —Afirma y añade—: Aerandir guarda un sin fin de peligros, muchos aún sin descubrir. Ya estoy algo viejo para esto, pero me gustaría dejar la tarea en buen recaudo.
La noticia sin duda sorprende a Kendovlah, parecía un fastidio mayor. Aún no entendía del todo cual era el motivo de la tarea, ni lo más importante; ¿cuáles eran estos peligros? —¿Qué enfrentaremos esta vez? —Pregunta curioso. Sin duda lo que mostraba el mapa daba para muchas aventuras. En algún punto debería ir sin el pequeño cibernético. Lo entendía perfectamente, después de todo aún estaba el viaje predestinado por el oráculo.
—Es una tarea de reconocimiento y documentación —Responde con una sonrisa de oreja a oreja. Bebe de su gran jarra y suspira—. Será suficiente para ponerlos en forma y despejes esas dudas. —Añade lo último mirando con cierta curiosidad a Kendovlah.
—¿Qué hacías en Dundarak y en medio del Imbolc? —Pregunta al viejo algo curioso. Estaba claro que la marca sobre la ciudad era más reciente que las demás. Podía imagina criaturas peligrosas, pero no fue de la magnitud que esperaba en su principio. Tomando en cuenta las aventuras que había pasado junto a la tripulación, sabiendo el actuar de estos.
Hanks se limitó a sonreír ampliamente y miro a Zero apuntando a los reinos del este. —¿Qué dicen, están listos para partir al primer punto? —Pregunta algo animado. Kendovlah por su parte se lo queda mirando con duda. —Kendo, consigue la mitad de los puntos faltantes y pensaremos que hacer con ese grupo —Añadió mirando al brujo con un tono más serio.
Kendovlah se dedicó a mantener la mirada por unos segundos. Sabía lo que eso significaba. Tendrían la oportunidad de trabajar con refuerzos mientras ganaban experiencia en el terreno. Sonrió levemente y miro a Zero, confiándole la decisión a su amigo.
Kendovlah
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Re: Iniciativa fastidio. [Privado] [Terminado] [CERRADO]
Hanks se disculpa nuevamente por la actitud de Kendo, después de dar un saludo educado claro. Es un personaje que pese a su edad y semblante mantiene un estilo muy ameno, hay muchos tipos diferentes de adultos sin duda.
El gusto es mío, señor Hanks “dice sonriendo con todos los dientes”.
Entonces tienen lugar varias revelaciones, una tras otra. Es justo decir que el pequeño robot estudia todo de manera puntual para no perderse en ningún argumento, son cosas con trama densa de entrada.
Todo tiene connotaciones aventureras en el rango de la exploración. Es algo de lo que sabe bastante Z9-42, como todas las personas que toman el camino para ganarse la vida. Algo harto interesante para su persona vale destacar.
El mapa que Hanks revela es sorprendente, el propio niño sintético toma la iniciativa de escanearle y grabarlo en su memoria. Tiene muchos puntos que no salen en los registros normales, es claro que alguien le ha puesto mucha dedicación.
Entonces se comienza a vislumbrar “por dónde van los vientos”, es una cuestión de sucesión. Una persona veterana que desea dejar su legado a alguien más joven, lo suficientemente dispuesto para continuarlo.
Mientras los adultos hablan, el “niño” sigue observando de manera curiosa el mapa. A viajado mucho y posee bastantes registros gracias a las bases de datos biociberneticas, pero nada se asemeja a toda la información de primera mano acumulada en el manuscrito.
Nota entonces como se deja la decisión final en sus manos, de forma sutil pero no por eso menos trascendental. Se queda pensativo un par de minutos aunque termina tomando la opción más interesante.
Vamos allá.
Su rostro es seguro y juguetón, razón por la que decidió manifestarse de forma tan informal. El camino se torna claro, acaba de insertarse en una gesta que promete llevarle a lugares interesantes de buenas a primeras.
Lo siguiente para el chiquillo aumentado es tomar su bebida de un tirón, la cerveza de raíz es una bebida curiosa que los niños corrientes pueden tomar también sin malas miradas. Al final de su ingesta le es imposible retener cierto eructo y es que la fórmula es conocida por generar tales manifestaciones gástricas.
Lo siento… “algo que expresa con semblante apenado”.
El gusto es mío, señor Hanks “dice sonriendo con todos los dientes”.
Entonces tienen lugar varias revelaciones, una tras otra. Es justo decir que el pequeño robot estudia todo de manera puntual para no perderse en ningún argumento, son cosas con trama densa de entrada.
Todo tiene connotaciones aventureras en el rango de la exploración. Es algo de lo que sabe bastante Z9-42, como todas las personas que toman el camino para ganarse la vida. Algo harto interesante para su persona vale destacar.
El mapa que Hanks revela es sorprendente, el propio niño sintético toma la iniciativa de escanearle y grabarlo en su memoria. Tiene muchos puntos que no salen en los registros normales, es claro que alguien le ha puesto mucha dedicación.
Entonces se comienza a vislumbrar “por dónde van los vientos”, es una cuestión de sucesión. Una persona veterana que desea dejar su legado a alguien más joven, lo suficientemente dispuesto para continuarlo.
Mientras los adultos hablan, el “niño” sigue observando de manera curiosa el mapa. A viajado mucho y posee bastantes registros gracias a las bases de datos biociberneticas, pero nada se asemeja a toda la información de primera mano acumulada en el manuscrito.
Nota entonces como se deja la decisión final en sus manos, de forma sutil pero no por eso menos trascendental. Se queda pensativo un par de minutos aunque termina tomando la opción más interesante.
Vamos allá.
Su rostro es seguro y juguetón, razón por la que decidió manifestarse de forma tan informal. El camino se torna claro, acaba de insertarse en una gesta que promete llevarle a lugares interesantes de buenas a primeras.
Lo siguiente para el chiquillo aumentado es tomar su bebida de un tirón, la cerveza de raíz es una bebida curiosa que los niños corrientes pueden tomar también sin malas miradas. Al final de su ingesta le es imposible retener cierto eructo y es que la fórmula es conocida por generar tales manifestaciones gástricas.
Lo siento… “algo que expresa con semblante apenado”.
Z9-42
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Re: Iniciativa fastidio. [Privado] [Terminado] [CERRADO]
—Será todo un fastidio volver a planificar el viaje, pero veo que no queda de otra —Afirma con las manos en la cabeza y una sonrisa despreocupada tras la respuesta de Zero. Tendría que volver a ajustar el rumbo de viaje y conseguir más provisiones para el regreso ahora prolongado hasta nuevo aviso, por desgracia para el joven brujo.
Kendovlah estuvo apunto de tomar su jarra para imitar a su amigo, mientras pensaba en eso, cuando recibe un fuerte collejaso en la nuca que casi le hace golpear la mesa con la frente. —Pero, ¡¿qué...?! —Responde solo de la sorpresa.
El viejo Hanks bufa molesto tras haberse levantado y dado el golpe. —No se de donde sacaste esa actitud tan perezosa y descuidada —Reprocha algo molesto—. Se empieza a notar las diferencias con tus padres, pero al menos haces buenas amistades. —Termina con una sonrisa afable mirando a Zero.
Vuelve a sentarse tras el espectáculo mientras Kendovlah continua aún sobándose un poco el golpe. Le costaba creer aquel reproche, pero lo aceptaba. En cierta medida le traían recuerdos del hogar donde había crecido y la mujer que le había criado. Muy estricta, inteligente, pero demasiado estricta.
—No obstante, aún no tenemos mayor información del trabajo. Dudo que recopilar este tipo de información sea tejer y coser —Trata de convencer al viejo de volver al tema importante tras un suspiro. Esta vez si logra dejar su jarra a la mitad y de manera descuida saca uno de sus libros seleccionados para el viaje.
Vio venir la mirada de reproche, sin embargo el viejo mago se contuvo al ver que su joven amigo estudiaba el antiguo juego de reyes y sonríe algo lánguido. Esperaba una actitud más centrada al hablar del tema por todas las partes, así que decidió parecer dirigirse al miembro del grupo más joven en apariencia.
—En efecto, como dije, Aerandir guarda un sin fin de peligros aún por descubrir —Se cita a si mismo y continua—: Algunos focos se cree que están habitados por algunas criaturas aún sin documentar y que en más de alguna ocasión pueden estar causando gran alboroto.
«El trabajo de ustedes no es arriesgarse más de la cuenta si no se ven capaces. Sin embargo, identificar la causante del problema es algo primordial. Así también como rastrear a la criatura en caso de ser esto, o algún fenomeno fuera de lo usual y documentar espacio-tiempo de este —Se toma un respiro y termina de vaciar la pesada jarra de golpe.
—Normalmente es un trabajo para mercenarios o caza recompensas y aventureros experimentados —Esta vez guarda silencio por unos segundos y sí que mira a Kendovlah con algo de fe en sus ojos. —Me gustaría ver nuevos nombres más aptos para el trabajo —Añade y se levanta. Esto último hace algo de mella en el ex-túnica naranja.
—De momento me contentare con ustedes dos. Deberían ir a los reinos del este cuanto antes, por cierto —Terminó de decir y con un gesto de la mano se despidió de ambos, desapareciendo de escena.
Kendovlah a penas se percato de hacía donde había partido el viejo. Estaba donde mismo había comenzado, la odisea que se les había confiado no hacía más que incrementar las dudas. Sin embargo, cabían varías posibilidades que no ponían la vida de la gente a cargo peligro. ¿Podía ser acaso una falsa esperanza o realmente una oportunidad de mostrar su valía en terreno?
—Parece un fastidio a gran escala —Dice al cabo de un posible incómodo silencio estando ya los dos solos en la mesa. —¿Qué opinas, Zero? Al menos el viaje hasta Ulmer será gratis.
Kendovlah estuvo apunto de tomar su jarra para imitar a su amigo, mientras pensaba en eso, cuando recibe un fuerte collejaso en la nuca que casi le hace golpear la mesa con la frente. —Pero, ¡¿qué...?! —Responde solo de la sorpresa.
El viejo Hanks bufa molesto tras haberse levantado y dado el golpe. —No se de donde sacaste esa actitud tan perezosa y descuidada —Reprocha algo molesto—. Se empieza a notar las diferencias con tus padres, pero al menos haces buenas amistades. —Termina con una sonrisa afable mirando a Zero.
Vuelve a sentarse tras el espectáculo mientras Kendovlah continua aún sobándose un poco el golpe. Le costaba creer aquel reproche, pero lo aceptaba. En cierta medida le traían recuerdos del hogar donde había crecido y la mujer que le había criado. Muy estricta, inteligente, pero demasiado estricta.
—No obstante, aún no tenemos mayor información del trabajo. Dudo que recopilar este tipo de información sea tejer y coser —Trata de convencer al viejo de volver al tema importante tras un suspiro. Esta vez si logra dejar su jarra a la mitad y de manera descuida saca uno de sus libros seleccionados para el viaje.
Vio venir la mirada de reproche, sin embargo el viejo mago se contuvo al ver que su joven amigo estudiaba el antiguo juego de reyes y sonríe algo lánguido. Esperaba una actitud más centrada al hablar del tema por todas las partes, así que decidió parecer dirigirse al miembro del grupo más joven en apariencia.
—En efecto, como dije, Aerandir guarda un sin fin de peligros aún por descubrir —Se cita a si mismo y continua—: Algunos focos se cree que están habitados por algunas criaturas aún sin documentar y que en más de alguna ocasión pueden estar causando gran alboroto.
«El trabajo de ustedes no es arriesgarse más de la cuenta si no se ven capaces. Sin embargo, identificar la causante del problema es algo primordial. Así también como rastrear a la criatura en caso de ser esto, o algún fenomeno fuera de lo usual y documentar espacio-tiempo de este —Se toma un respiro y termina de vaciar la pesada jarra de golpe.
—Normalmente es un trabajo para mercenarios o caza recompensas y aventureros experimentados —Esta vez guarda silencio por unos segundos y sí que mira a Kendovlah con algo de fe en sus ojos. —Me gustaría ver nuevos nombres más aptos para el trabajo —Añade y se levanta. Esto último hace algo de mella en el ex-túnica naranja.
—De momento me contentare con ustedes dos. Deberían ir a los reinos del este cuanto antes, por cierto —Terminó de decir y con un gesto de la mano se despidió de ambos, desapareciendo de escena.
Kendovlah a penas se percato de hacía donde había partido el viejo. Estaba donde mismo había comenzado, la odisea que se les había confiado no hacía más que incrementar las dudas. Sin embargo, cabían varías posibilidades que no ponían la vida de la gente a cargo peligro. ¿Podía ser acaso una falsa esperanza o realmente una oportunidad de mostrar su valía en terreno?
—Parece un fastidio a gran escala —Dice al cabo de un posible incómodo silencio estando ya los dos solos en la mesa. —¿Qué opinas, Zero? Al menos el viaje hasta Ulmer será gratis.
Kendovlah
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Re: Iniciativa fastidio. [Privado] [Terminado] [CERRADO]
La postura de Kendo es curiosa, un tanto aburrida por los pasos que debe llevar a cabo aunque debajo de eso se puede notar entusiasmo. Es claro que los seres vivos inteligentes no siempre muestran “su mano” de buenas a primeras.
El golpe que recibe su conocido hace despabilar al pequeño robot, lo cierto es que no lo vio venir. Con una mueca de medio lado estudia toda la amalgama de características para poder llegar a un consenso lógico.
Termina endosándole la acción al exceso de confianza que ambos personajes se tienen. Tampoco es la primera vez que es testigo de algo así pero… si con un personaje mayor en el lado afectado, plenamente adulto por ley en dado caso.
No puede evitar sonreír y es que nota al final las connotaciones divertidas, curiosa forma de demostrar algo. El propio niño robot ha sido víctima de un par de “collejas”, aunque en su caso si fueron por un error tonto de por medio.
Hanks no pierde tiempo en explicar algunas cosas adicionales, está bastante animado por legar los conocimientos resguardados en su memoria. Al menos en el lado del chico aumentado, todos los detalles quedan a buen recaudo en una matriz bio.
Dicho “niño” escucha atentamente, al parecer todo gira en torno a registros detallados. Más que nada en el ámbito de fenómenos, manifestaciones extrañas en las cuales pueden estar involucradas criaturas peculiares.
Resulta sorpresivo que el personaje mayor se desligue del par una vez terminan los argumentos, se despide amablemente eso sí. Al parecer ambos elementos jóvenes tendrán que llevar a cabo la aventura sin otros colaboradores.
Nuevamente el personaje de túnica negra se refiere a todo como un “fastidio”, calificativo que se le da a una tarea tediosa. Claro que no muestra intenciones de desistir directamente de la iniciativa.
Suena interesante, será agradable colaborar con usted otra vez, Kendo.
Una cosa esta clara, es difícil minar el buen ánimo de Zero una vez esta entusiasmado por algo. En ese sentido sigue siendo muy infantil, al nivel de cualquier pequeño que se puede encontrar por los reinos.
La promesa de abandonar la capital dragona es valor agregado, después de todo sus negocios en la ciudad están concluidos. Si algo define al pequeño robot, es su buena cara ante los viajes espontáneos.
Seria mentira decir que todo lo relacionado con el mapa, la carta o los conceptos de Hanks no tienen que ver con su excelente disposición, en este punto sabe reconocer una buena trama cuando la ve.
El golpe que recibe su conocido hace despabilar al pequeño robot, lo cierto es que no lo vio venir. Con una mueca de medio lado estudia toda la amalgama de características para poder llegar a un consenso lógico.
Termina endosándole la acción al exceso de confianza que ambos personajes se tienen. Tampoco es la primera vez que es testigo de algo así pero… si con un personaje mayor en el lado afectado, plenamente adulto por ley en dado caso.
No puede evitar sonreír y es que nota al final las connotaciones divertidas, curiosa forma de demostrar algo. El propio niño robot ha sido víctima de un par de “collejas”, aunque en su caso si fueron por un error tonto de por medio.
Hanks no pierde tiempo en explicar algunas cosas adicionales, está bastante animado por legar los conocimientos resguardados en su memoria. Al menos en el lado del chico aumentado, todos los detalles quedan a buen recaudo en una matriz bio.
Dicho “niño” escucha atentamente, al parecer todo gira en torno a registros detallados. Más que nada en el ámbito de fenómenos, manifestaciones extrañas en las cuales pueden estar involucradas criaturas peculiares.
Resulta sorpresivo que el personaje mayor se desligue del par una vez terminan los argumentos, se despide amablemente eso sí. Al parecer ambos elementos jóvenes tendrán que llevar a cabo la aventura sin otros colaboradores.
Nuevamente el personaje de túnica negra se refiere a todo como un “fastidio”, calificativo que se le da a una tarea tediosa. Claro que no muestra intenciones de desistir directamente de la iniciativa.
Suena interesante, será agradable colaborar con usted otra vez, Kendo.
Una cosa esta clara, es difícil minar el buen ánimo de Zero una vez esta entusiasmado por algo. En ese sentido sigue siendo muy infantil, al nivel de cualquier pequeño que se puede encontrar por los reinos.
La promesa de abandonar la capital dragona es valor agregado, después de todo sus negocios en la ciudad están concluidos. Si algo define al pequeño robot, es su buena cara ante los viajes espontáneos.
Seria mentira decir que todo lo relacionado con el mapa, la carta o los conceptos de Hanks no tienen que ver con su excelente disposición, en este punto sabe reconocer una buena trama cuando la ve.
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Re: Iniciativa fastidio. [Privado] [Terminado] [CERRADO]
Cerro el libro y se lo entregó a al pequeño robótico al haber escuchado su respuesta. Tenía una cosa bien clara y esa era que no solo había encontrado un buen compañero para la aventura, sino que también una maquina digna de llamar oponente en el tablero. —Será mejor que lo estudies. Ya he ganado muchos juegos y tendremos bastante tiempo —Dice con cierta sonrisa confiada. No estaba seguro de si realmente podría ganarle en un juego de estrategia pura, pero estaba seguro de que la experiencia sería invaluable.
Después de todo, había compartido lo suficiente ya como para entender las capacidades sobre humanas que poseía su amigo para asimilar información. Si este le superaba en su juego favorito sería un reto, tal vez, incluso mayor a lo propuesto por el viejo Hanks.
Comienza a guardar el resto de papeles y libros en su mochila mientras saca una pluma y tintero. Comienza a dibujar un bosquejo del mapa entregado por el anciano amigo y marca tres puntos. El primero era la ubicación actual de su barco. Luego, Ulmer y por último la zona de conflicto.
—Al parecer, nuestro primero desafío aguarda en los pantanos —Agrega algo curioso. La ruta se le había hecho fácil trazarla, aunque comparándola con la vuelta a casa no podía calcular a ciencia cierta si el nuevo viaje sería más largo que el planeado originalmente.
—Ni modo —Añade y termina lo que queda de su jarra al seco. Guarda lo faltante y se levanta con cierta pereza—. Vamos, serás el primer compañero de viajes en conocer mi barco.
Por fin habían llegado a la zona de los muelles y en uno de los extremos el drakkar que los llevaría hasta Ulmer. Sin duda contar con un par de brazos potenciados haría la tarea menos tediosa. Sonrió levemente y al tirar la cuerda, bajo casi de golpe una escalera formada básicamente por cuerdas y tablas de madera.
—Irónico, compré este drakkar en Ulmer y desde entonces no hemos vuelto —Dice con orgullo y recordando a la carpintera y su taller—. Bienvenido abordo, Zero. Venga, te sigo.
Invitó al pequeño a subir. No había nada fuera de lo usual en una barcaza de esa índole. La estaba levantada junto al centro, donde Kendovlah pasaba la mayor parte del tiempo para comprobar la ruta del viaje. Así como unos cuantos libros esparcidos por la cubierta y unos baldes.
Cabía destacar que faltaba bastante brillo a la cubierta. Siendo él solo generalmente la labor se hacía en el puerto de partida. Por ende, era natural encontrar algún que otro balde vacío. Al centro había dispuesto sobre una de las bancas para remar un tablero de ajedréz que estaba listo para la nueva partida. En cuanto a la vela, esta solo necesitaba soltar unas amarras y tras levar anclas estarían listos para zarpar.
Después de todo, había compartido lo suficiente ya como para entender las capacidades sobre humanas que poseía su amigo para asimilar información. Si este le superaba en su juego favorito sería un reto, tal vez, incluso mayor a lo propuesto por el viejo Hanks.
Comienza a guardar el resto de papeles y libros en su mochila mientras saca una pluma y tintero. Comienza a dibujar un bosquejo del mapa entregado por el anciano amigo y marca tres puntos. El primero era la ubicación actual de su barco. Luego, Ulmer y por último la zona de conflicto.
—Al parecer, nuestro primero desafío aguarda en los pantanos —Agrega algo curioso. La ruta se le había hecho fácil trazarla, aunque comparándola con la vuelta a casa no podía calcular a ciencia cierta si el nuevo viaje sería más largo que el planeado originalmente.
—Ni modo —Añade y termina lo que queda de su jarra al seco. Guarda lo faltante y se levanta con cierta pereza—. Vamos, serás el primer compañero de viajes en conocer mi barco.
(…)
Por fin habían llegado a la zona de los muelles y en uno de los extremos el drakkar que los llevaría hasta Ulmer. Sin duda contar con un par de brazos potenciados haría la tarea menos tediosa. Sonrió levemente y al tirar la cuerda, bajo casi de golpe una escalera formada básicamente por cuerdas y tablas de madera.
—Irónico, compré este drakkar en Ulmer y desde entonces no hemos vuelto —Dice con orgullo y recordando a la carpintera y su taller—. Bienvenido abordo, Zero. Venga, te sigo.
Invitó al pequeño a subir. No había nada fuera de lo usual en una barcaza de esa índole. La estaba levantada junto al centro, donde Kendovlah pasaba la mayor parte del tiempo para comprobar la ruta del viaje. Así como unos cuantos libros esparcidos por la cubierta y unos baldes.
Cabía destacar que faltaba bastante brillo a la cubierta. Siendo él solo generalmente la labor se hacía en el puerto de partida. Por ende, era natural encontrar algún que otro balde vacío. Al centro había dispuesto sobre una de las bancas para remar un tablero de ajedréz que estaba listo para la nueva partida. En cuanto a la vela, esta solo necesitaba soltar unas amarras y tras levar anclas estarían listos para zarpar.
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Re: Iniciativa fastidio. [Privado] [Terminado] [CERRADO]
Zero termina recibiendo cierto libro bastante peculiar, uno que enumera varias estrategias de un juego harto conocido por su joven persona. Después de todo las maquinas son buenas para el ajedrez desde la propia tierra.
Responde al desafío de su acompañante con una sonrisa boba. Duda bastante que las capacidades de un orgánico sean tan buenas en algo que prácticamente es estrategia pura, pero le dará el beneficio de la duda por cortesía.
También sabe que mostrarse tan seguro de sus propias capacidades puede ser tomado erróneamente como arrogancia, lo que menos desea es ser descortés frente a un compañero de confianza.
Luego de que Kendo finiquita detalles, inicia la retirada del establecimiento. La promesa de conocer el navío del joven adulto sin duda anima bastante a su interlocutor y es que de barcos tiene buena experiencia gracias a la Olimpus.
Les toma un tiempo prudencial llegar hasta los muelles, Zero no había caído en cuenta de que la ciudad dragona tenía su propio puerto. Los mares norteños no son algo que acostumbre visitar, ni siquiera con su propia nave.
Arriban entonces a la modesta embarcación del brujo, un navío pequeño pero rendidor. Z9-42 sabe por registros que es un medio de transporte bastante usado por grupos pequeños o facciones tribales.
¡Gracias!
Dice a medida que entra en la nave y una vez a bordo no le toma mucho percatarse de algunas deficiencias en el mantenimiento, es claro que la falta de tripulación no obra bien para ningún buque sin importar su tamaño.
Es un bonito vehículo, ¿Posee tripulantes?
Pregunta por pericia técnica, a pesar de su tamaño el drakar puede albergar fácilmente una tripulación de cinco personas. Claro que la curiosidad se disipa entonces al notarse un área de juegos.
Zero responde ante el hallazgo con un rostro juguetón, aunque primero deben poner las cosas en orden. Es en ese momento cuando el pequeño retira la cuerda de guía, resulta justo decir que ya tiene algo de experiencia en el mundo marítimo.
Comparar a la Olimpus con el drakar es como comparar a una iguana con un dinosaurio, pero los principios navieros son universales. En su momento la pequeña maquina se encargaba de muchas labores en la nave mirmidona, antes de la llegada de los habitantes de Ámbar por supuesto.
¿Cómo se llama? “pregunta animado”.
Responde al desafío de su acompañante con una sonrisa boba. Duda bastante que las capacidades de un orgánico sean tan buenas en algo que prácticamente es estrategia pura, pero le dará el beneficio de la duda por cortesía.
También sabe que mostrarse tan seguro de sus propias capacidades puede ser tomado erróneamente como arrogancia, lo que menos desea es ser descortés frente a un compañero de confianza.
Luego de que Kendo finiquita detalles, inicia la retirada del establecimiento. La promesa de conocer el navío del joven adulto sin duda anima bastante a su interlocutor y es que de barcos tiene buena experiencia gracias a la Olimpus.
Les toma un tiempo prudencial llegar hasta los muelles, Zero no había caído en cuenta de que la ciudad dragona tenía su propio puerto. Los mares norteños no son algo que acostumbre visitar, ni siquiera con su propia nave.
Arriban entonces a la modesta embarcación del brujo, un navío pequeño pero rendidor. Z9-42 sabe por registros que es un medio de transporte bastante usado por grupos pequeños o facciones tribales.
¡Gracias!
Dice a medida que entra en la nave y una vez a bordo no le toma mucho percatarse de algunas deficiencias en el mantenimiento, es claro que la falta de tripulación no obra bien para ningún buque sin importar su tamaño.
Es un bonito vehículo, ¿Posee tripulantes?
Pregunta por pericia técnica, a pesar de su tamaño el drakar puede albergar fácilmente una tripulación de cinco personas. Claro que la curiosidad se disipa entonces al notarse un área de juegos.
Zero responde ante el hallazgo con un rostro juguetón, aunque primero deben poner las cosas en orden. Es en ese momento cuando el pequeño retira la cuerda de guía, resulta justo decir que ya tiene algo de experiencia en el mundo marítimo.
Comparar a la Olimpus con el drakar es como comparar a una iguana con un dinosaurio, pero los principios navieros son universales. En su momento la pequeña maquina se encargaba de muchas labores en la nave mirmidona, antes de la llegada de los habitantes de Ámbar por supuesto.
¿Cómo se llama? “pregunta animado”.
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Re: Iniciativa fastidio. [Privado] [Terminado] [CERRADO]
Una vez a bordo sonríe por el cumplido de Zero y se dirige hacía donde estaba el tablero de ajedrez. —No es la gran cosa, pero gracias. —Dice descuidado mientras deja su mochila sobre una de las bancas cercanas. Se sienta tomando un suspiro y niega con la cabeza. —De momento soy el único tripulante, capitán y navegante, podría decirse —Admite con modestia.
Se levanta con pereza y se acerca al costado de babor por dentro de la tienda. Ahí tenía algunos cuantos barriles con provisiones de alimento para el viaje. Las cuales contó nuevamente para asegurarse. Si hacía uso de su técnica arcana de conjurar comida, seguramente aguantarían hasta llegar a Ulmer en el mejor de los casos.
No quería perder más tiempo en Dundarak, tenía muchos asuntos pendientes que requerían ser tratados con urgencia, además de los que debía realizar con su amigo cibernético.
Se acercó hacía las cuerdas de la vela para prepararlas cuando escucha la pregunta del nuevo tripulante. Ciertamente, no había pensado en eso. Una tripulación y un nombre para el barco, ahora entendía mejor porque el viejo Hanks había pasado bastantes años como pirata.
—No lo había pensado —Dice con bastante duda mientras lo piensa. Se toma la barbilla con la mano mirándose los píes en pose pensativa como era la costumbre.
Volvió al tablero de ajedrez como si de un niño despistado se tratase, olvidándose de la tarea auto-encomendada. Se sentó frente a este y sin darse cuenta movió el peón blanco de la reina dos casillas al frente.
—Supongo que deberíamos pensar algo... —Seguía con su tono dudoso y añade—: También reclutar unos cuantos tripulantes en el proceso.
La idea del viejo Hanks poco a poco comenzaba a traspasarse a la rápida mente del mago de fuego. «Pero juntar a tanta gente sin una motivación real...» Pensó. La idea volvía al punto de inicio, claro ahora estaba más despejado y veía posibilidades. —Sí, nos espera un fastidio a gran escala, Zero —Termina de hablar y desvía la mirada hacía el bauprés del barco. Algo perdida en la forma de dragón que le había dado la creadora.
Se levanta con pereza y se acerca al costado de babor por dentro de la tienda. Ahí tenía algunos cuantos barriles con provisiones de alimento para el viaje. Las cuales contó nuevamente para asegurarse. Si hacía uso de su técnica arcana de conjurar comida, seguramente aguantarían hasta llegar a Ulmer en el mejor de los casos.
No quería perder más tiempo en Dundarak, tenía muchos asuntos pendientes que requerían ser tratados con urgencia, además de los que debía realizar con su amigo cibernético.
Se acercó hacía las cuerdas de la vela para prepararlas cuando escucha la pregunta del nuevo tripulante. Ciertamente, no había pensado en eso. Una tripulación y un nombre para el barco, ahora entendía mejor porque el viejo Hanks había pasado bastantes años como pirata.
—No lo había pensado —Dice con bastante duda mientras lo piensa. Se toma la barbilla con la mano mirándose los píes en pose pensativa como era la costumbre.
Volvió al tablero de ajedrez como si de un niño despistado se tratase, olvidándose de la tarea auto-encomendada. Se sentó frente a este y sin darse cuenta movió el peón blanco de la reina dos casillas al frente.
—Supongo que deberíamos pensar algo... —Seguía con su tono dudoso y añade—: También reclutar unos cuantos tripulantes en el proceso.
La idea del viejo Hanks poco a poco comenzaba a traspasarse a la rápida mente del mago de fuego. «Pero juntar a tanta gente sin una motivación real...» Pensó. La idea volvía al punto de inicio, claro ahora estaba más despejado y veía posibilidades. —Sí, nos espera un fastidio a gran escala, Zero —Termina de hablar y desvía la mirada hacía el bauprés del barco. Algo perdida en la forma de dragón que le había dado la creadora.
Kendovlah
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Re: Iniciativa fastidio. [Privado] [Terminado] [CERRADO]
Escuchar que Kendo es el único tripulante de su barco genera una mueca curiosa en el joven sintético, entre graciosa y confundida. Lo cierto es que es algo bastante raro incluso para los primitivos estándares aerandianos.
Aunque bien sabe Zero las dificultades de tener en cuenta un grupo de personajes bajo su cargo, la Olimpus requiere mucha planificación. Al menos en este punto muchas de las tareas son delegadas entre los miembros del concejo pero el inicio fue bastante diferente.
Es claro que el joven adulto de túnica negra lleva poco tiempo con su navío, prueba de esto es que la embarcación carece de nombre. Suele ser algo que se le da en los primeros meses, tanto por sentido de pertenencia como por superstición.
Los barcos sin nombre son de mal augurio, o eso cuentan las leyendas marinas en ambos lados del portal… claramente es solo misticismo, aunque la gente de Aerandir es muy susceptible a tales argumentos por obvias razones.
Será un placer ayudarlo, Kendo.
Dice con un rostro animado y es que para planificar están hechas las maquinas, si puede ayudar de alguna forma a su amigo con tecnicismos engorrosos lo hará sin replicar. Para él es algo incluso divertido.
Creo que será un día entretenido, prometo dar lo mejor de mí para lograrlo.
Sus palabras son un intento por levantar el ánimo del brujo, tal vez incluso despertar su iniciativa. Es claro que la tarea por delante no le anima mucho, no es algo bueno cuando una persona se ve en medio de circunstancias tediosas.
Al menos tiene una forma de hacer más llevadero el viaje para su compañero, jugando ajedrez. Se nota que le agrada el juego de estrategia, es un buen punto de partida para cambiar su actitud de forma discreta.
Zero inicia entonces con la clásica apertura “peón cuatro rey”, bastante básica pero no quiere eliminar rápido a su adversario. La clave de hacer entretenido un juego es lograr que todo el tablero se despliegue.
Obviamente posee las capacidades para hacer “mate en tres movimientos” pero está bastante seguro de que eso tendría el efecto contrario al deseado, de momento jugara con capacidades humanas corrientes.
Aunque bien sabe Zero las dificultades de tener en cuenta un grupo de personajes bajo su cargo, la Olimpus requiere mucha planificación. Al menos en este punto muchas de las tareas son delegadas entre los miembros del concejo pero el inicio fue bastante diferente.
Es claro que el joven adulto de túnica negra lleva poco tiempo con su navío, prueba de esto es que la embarcación carece de nombre. Suele ser algo que se le da en los primeros meses, tanto por sentido de pertenencia como por superstición.
Los barcos sin nombre son de mal augurio, o eso cuentan las leyendas marinas en ambos lados del portal… claramente es solo misticismo, aunque la gente de Aerandir es muy susceptible a tales argumentos por obvias razones.
Será un placer ayudarlo, Kendo.
Dice con un rostro animado y es que para planificar están hechas las maquinas, si puede ayudar de alguna forma a su amigo con tecnicismos engorrosos lo hará sin replicar. Para él es algo incluso divertido.
Creo que será un día entretenido, prometo dar lo mejor de mí para lograrlo.
Sus palabras son un intento por levantar el ánimo del brujo, tal vez incluso despertar su iniciativa. Es claro que la tarea por delante no le anima mucho, no es algo bueno cuando una persona se ve en medio de circunstancias tediosas.
Al menos tiene una forma de hacer más llevadero el viaje para su compañero, jugando ajedrez. Se nota que le agrada el juego de estrategia, es un buen punto de partida para cambiar su actitud de forma discreta.
Zero inicia entonces con la clásica apertura “peón cuatro rey”, bastante básica pero no quiere eliminar rápido a su adversario. La clave de hacer entretenido un juego es lograr que todo el tablero se despliegue.
Obviamente posee las capacidades para hacer “mate en tres movimientos” pero está bastante seguro de que eso tendría el efecto contrario al deseado, de momento jugara con capacidades humanas corrientes.
Z9-42
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Re: Iniciativa fastidio. [Privado] [Terminado] [CERRADO]
Sonrío levemente al escuchar la actitud de Zero. Quedo sorprendido ante el reto de ajedrez, no había pensado en empezar el juego tan pronto. Sin embargo, logra reconocer posibles jugadas y tenía todas las de hacer la contra con un gambito englund. La estrategia comenzaba comiendo el peón negro y aparentemente dejando al descubierto el peón avanzado al centro enemigo. Podía decirse que había tirado el anzuelo y esperaba que el pez gordo picará.
Terminado su turno volvió la vista hacía el bauprés con la cabeza de dragón. Parecía ser una pieza clave para nombrar el drakkar. Paso a paso, lo más sencillo era despejar la mente con la brisa marina y el juego mientras pensaba en el nombre. Aún podían permitirse el tiempo que durase el juego antes de zarpar.
—Tal parece que el viejo Hanks no se equivocaba. —Admite manteniendo la sonrisa y un tono más despreocupado—. Los amigos pueden ser un recurso valioso.
Vuelve a sacar el mapa entregado por el viejo amigo mencionado y lo estira a un lado del tablero. Comienza a recordar lo sabido del reino del este. Ya había estado ahí dos veces y parecía ser que la tierra de los lobos llamarían aún más a su puerta.
—Si no me equivoco, en los pantanos aún hay mucha vida bajo el agua sin descubrir y es ahí donde nos dirigimos —Se notaba ya mucho más relajado mientras observaba el tablero, atento a la jugada de su oponente—. ¿Qué crees? Terminando esta tarea podemos recuperar ese libro. Hay que ajustar cuentas con ese mago loco.
El último recuerdo aún le dolía el orgullo. Los golpes que recibió aquella noche fueron duros y no podía dejarlos pasar sin más. En ese sentido podía decirse que Kendovlah estaba desarrollando cierto matiz rencoroso, claro que motivos tenía de sobra y justificados.
Terminado su turno volvió la vista hacía el bauprés con la cabeza de dragón. Parecía ser una pieza clave para nombrar el drakkar. Paso a paso, lo más sencillo era despejar la mente con la brisa marina y el juego mientras pensaba en el nombre. Aún podían permitirse el tiempo que durase el juego antes de zarpar.
—Tal parece que el viejo Hanks no se equivocaba. —Admite manteniendo la sonrisa y un tono más despreocupado—. Los amigos pueden ser un recurso valioso.
Vuelve a sacar el mapa entregado por el viejo amigo mencionado y lo estira a un lado del tablero. Comienza a recordar lo sabido del reino del este. Ya había estado ahí dos veces y parecía ser que la tierra de los lobos llamarían aún más a su puerta.
—Si no me equivoco, en los pantanos aún hay mucha vida bajo el agua sin descubrir y es ahí donde nos dirigimos —Se notaba ya mucho más relajado mientras observaba el tablero, atento a la jugada de su oponente—. ¿Qué crees? Terminando esta tarea podemos recuperar ese libro. Hay que ajustar cuentas con ese mago loco.
El último recuerdo aún le dolía el orgullo. Los golpes que recibió aquella noche fueron duros y no podía dejarlos pasar sin más. En ese sentido podía decirse que Kendovlah estaba desarrollando cierto matiz rencoroso, claro que motivos tenía de sobra y justificados.
Kendovlah
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Re: Iniciativa fastidio. [Privado] [Terminado] [CERRADO]
Zero observa el tablero, teniendo en cuenta la jugada que acaba de hacer. A simple vista parece un error garrafal… y eso es, desea que su contrincante entre en confianza, dedicándose al juego gracias al movimiento.
Aún hay posibilidades de encadenar una jugada complicada, pero no lo hará. La idea es dejar que el juego se desarrolle y pasar un buen momento con el personaje de túnica negra, en este punto ganar no es importante.
El niño no es alguien competitivo ni por asomo, tomar esa postura es ilógico… en cierto modo la única necesidad imperativa de ganar que siente es cuando lucha contra Exos, pero allí se involucra la vida de gente inocente así que no es comparación.
Yo… lo mismo digo.
Expresa algo conmovido por el comentario de su amigo, el pequeño maquina le dedica una sonrisa sincera como respuesta. Lo cierto es que le agrada mucho formar vínculos con las personas, es algo que define su estilo de vida desde hace tiempo.
El comentario sobre el pantano no pilla desprevenido al chico robot y es que ya tiene multitud de ventanas abiertas en su interfaz acerca el lugar, las ventajas de tener una mente bastante tecnificada.
Hay muchas especies no conocidas en Aerandir, incluso para mis semejantes.
La posibilidad de una trama futura sin duda suena viable, incluso con todas las connotaciones vengativas que el brujo destila. No es una buena actitud pero si el resultado puede moldearse a uno moralmente aceptable no importara.
Puede contar conmigo, Kendo.
Se pone a la orden, desea colaborar. Está en cierto modo relacionado con la trama y los amigos se ayudan entre sí, algo que piensa mientras centra su atención en el tablero. Ya ha dado suficientes ventajas, es tiempo de jugar ajedrez.
Aún hay posibilidades de encadenar una jugada complicada, pero no lo hará. La idea es dejar que el juego se desarrolle y pasar un buen momento con el personaje de túnica negra, en este punto ganar no es importante.
El niño no es alguien competitivo ni por asomo, tomar esa postura es ilógico… en cierto modo la única necesidad imperativa de ganar que siente es cuando lucha contra Exos, pero allí se involucra la vida de gente inocente así que no es comparación.
Yo… lo mismo digo.
Expresa algo conmovido por el comentario de su amigo, el pequeño maquina le dedica una sonrisa sincera como respuesta. Lo cierto es que le agrada mucho formar vínculos con las personas, es algo que define su estilo de vida desde hace tiempo.
El comentario sobre el pantano no pilla desprevenido al chico robot y es que ya tiene multitud de ventanas abiertas en su interfaz acerca el lugar, las ventajas de tener una mente bastante tecnificada.
Hay muchas especies no conocidas en Aerandir, incluso para mis semejantes.
La posibilidad de una trama futura sin duda suena viable, incluso con todas las connotaciones vengativas que el brujo destila. No es una buena actitud pero si el resultado puede moldearse a uno moralmente aceptable no importara.
Puede contar conmigo, Kendo.
Se pone a la orden, desea colaborar. Está en cierto modo relacionado con la trama y los amigos se ayudan entre sí, algo que piensa mientras centra su atención en el tablero. Ya ha dado suficientes ventajas, es tiempo de jugar ajedrez.
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Re: Iniciativa fastidio. [Privado] [Terminado] [CERRADO]
Era momento de mostrarle a Zero que en el tablero tenía muchas ventajas. No parecía jugar por el libro y bien sabía de las capacidades de aprendizaje del pequeño aumentado. Había que dejarle el mensaje claro desde el inicio: al señor del fuego no le servían los juegos fáciles y no se iba con bromas. Por esto le forzaría a tomar jugadas ortodoxas —después de todo, el gambito englund le daba toda la ventaja si el oponente no sabía presionar el centro o las diagonales desde la apertura.
—Hora de zarpar entonces, Zero —Dice con cierto entusiasmo. Se levanta hacía el ancla y con bastante esfuerzo al pasar unos minutos logra levantarla. La tarea siempre resultaba agotadora, pero servía para fortalecerse. Bien había aprendido en sus aventuras anteriores que necesitaba mejorar el físico.
—Tendremos que iniciar nuestro propio catalogo de especies raras —Dice caminando hacía la proa. El drakkar había comenzado a moverse ya por inercia, era momento de ajustar mejor las velas y a eso se dedico. Unos pocos minutos después y la ciudad comenzaría poco a poco a quedarse atrás en el horizonte.
Las amarras habían quedado bien sujetas, si necesitaban más velocidad podían remar. De momento era cosa de fijar bien el rumbo y pasar el resto del viaje concentrados en el tablero, eso si el clima se los seguía permitiendo.
—De regreso a Ulmer, estimo unos dos días sino tomamos desviaciones —Sonríe con la vista fija en el tablero. Deberían turnarse entre llevar el rumbo y mover las fichas. Sin duda sería uno de sus viajes más interesantes. Había mucho que detallar y cosas con las que ponerse al día. Por rápida que fuese la maquina sin nombre, la distancia seguía siendo considerable.
—Hora de zarpar entonces, Zero —Dice con cierto entusiasmo. Se levanta hacía el ancla y con bastante esfuerzo al pasar unos minutos logra levantarla. La tarea siempre resultaba agotadora, pero servía para fortalecerse. Bien había aprendido en sus aventuras anteriores que necesitaba mejorar el físico.
—Tendremos que iniciar nuestro propio catalogo de especies raras —Dice caminando hacía la proa. El drakkar había comenzado a moverse ya por inercia, era momento de ajustar mejor las velas y a eso se dedico. Unos pocos minutos después y la ciudad comenzaría poco a poco a quedarse atrás en el horizonte.
Las amarras habían quedado bien sujetas, si necesitaban más velocidad podían remar. De momento era cosa de fijar bien el rumbo y pasar el resto del viaje concentrados en el tablero, eso si el clima se los seguía permitiendo.
—De regreso a Ulmer, estimo unos dos días sino tomamos desviaciones —Sonríe con la vista fija en el tablero. Deberían turnarse entre llevar el rumbo y mover las fichas. Sin duda sería uno de sus viajes más interesantes. Había mucho que detallar y cosas con las que ponerse al día. Por rápida que fuese la maquina sin nombre, la distancia seguía siendo considerable.
Continuará...
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