Nido de sierpes [Mastereado][Alward+Reivy]
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Nido de sierpes [Mastereado][Alward+Reivy]
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Cordillera Norte, 6:55 pm
Aunque los valientes héroes habían recorrido un largo camino, la verdadera aventura apenas estaba a punto de comenzar, se encontraban en los bordes de la cordillera norte y aunque al principio parecía que el frío les iba a triturar los huesos, bastarían apenas unas horas para comenzar a adaptarse a dicha temperatura que si bien ya no los mataría, sí que reducía considerablemente su movilidad, el viaje se desarrollaría en condiciones adversas contra un enemigo del que no tenían la información suficiente y que incluso la ubicación podría ser simplemente un señuelo o una trampa… y por si eso parecía malas noticias, pronto se pondría peor.
No había rastros de persona alguna en varios kilómetros e incluso los animales parecían atrincherados en sus madrigueras, el viento silbaba al pasar y un cielo despejado exhibía una inquietante ausencia de aves que le daba un aspecto ciertamente lúgubre aquel paisaje, el lugar al que se dirigían no era nada fácil de acceder, no solo por lo remoto del lugar sino porque cada tanto, ocultos entre las montañas, se encontraban los vigías, una especie de centinelas de las montañas que escondidos observaban atentamente a quien intentara atravesar esos caminos.
Sin embargo, nuestros jóvenes aventureros habían logrado recorrer una gran parte del camino sin ser detectados, al menos hasta donde podían darse cuenta, tal vez porque gracias a la ayuda de El Jefe habían conseguido saltarse los puntos de control, o tal vez porque sin darse cuenta ya los estaban siguiendo y los llevaban directo a una emboscada, de cualquier manera por ahora no tendrían manera de saberlo.
Un poco más tarde lograrían llegar por fin a las cercanías de la cueva donde supuestamente se encontraba la base de Las Sierpes, o al menos una de ellas, a todas luces parecía ser una cueva normal, sin nada más que vegetación y alguna que otra alimaña recorriendo los helados muros, sin embargo El Jefe, les señalaría también algunos puntos clave donde, si se fijaban con mucha atención, podrían ver apenas asomados algunos vigilantes de los que tendrían que deshacerse antes de intentar entrar.
Relativamente cerca de su posición había una modesta trinchera cubierta de hojas y ramas, bajo la cual se escondía uno de los guardias, otros dos se podían ver con esfuerzo más adelante escondidos entre las rocas y finalmente el último era un hombre con una lanza que montaba guardia justo en la entrada de la cueva, además de ello también habían algunas trampas dispuestas de manera que solo los conocedores pudieran avanzar en la ruta correcta evitando todos los obstáculos. Los héroes se habían estrellado con un muro de seguridad y su aventura apenas comenzaba.
∞ Bienvenidos a su rescate suicida, en principio deben indicar su llegada a este sector de Aerandir, tengan en cuenta que hace mucho frío y aunque no es algo insoportable, sí que puede afectar su movilidad, durante esta primera parte del camino, El Jefe les puede servir de guía para sortear algunas trampas que dejo a su imaginación.
∞ Al llegar a la cueva tendrán que enfrentar su primer desafío, hay 4 vigías a los que deben evadir o eliminar, sean cautelosos o el viaje terminará antes de haber comenzado.
∞ De momento no será necesario lanzar runas, pero han de saber que la manera en que decidan resolver este primer problema tendrá consecuencias directas para su entrada a la cueva.
No había rastros de persona alguna en varios kilómetros e incluso los animales parecían atrincherados en sus madrigueras, el viento silbaba al pasar y un cielo despejado exhibía una inquietante ausencia de aves que le daba un aspecto ciertamente lúgubre aquel paisaje, el lugar al que se dirigían no era nada fácil de acceder, no solo por lo remoto del lugar sino porque cada tanto, ocultos entre las montañas, se encontraban los vigías, una especie de centinelas de las montañas que escondidos observaban atentamente a quien intentara atravesar esos caminos.
Sin embargo, nuestros jóvenes aventureros habían logrado recorrer una gran parte del camino sin ser detectados, al menos hasta donde podían darse cuenta, tal vez porque gracias a la ayuda de El Jefe habían conseguido saltarse los puntos de control, o tal vez porque sin darse cuenta ya los estaban siguiendo y los llevaban directo a una emboscada, de cualquier manera por ahora no tendrían manera de saberlo.
Un poco más tarde lograrían llegar por fin a las cercanías de la cueva donde supuestamente se encontraba la base de Las Sierpes, o al menos una de ellas, a todas luces parecía ser una cueva normal, sin nada más que vegetación y alguna que otra alimaña recorriendo los helados muros, sin embargo El Jefe, les señalaría también algunos puntos clave donde, si se fijaban con mucha atención, podrían ver apenas asomados algunos vigilantes de los que tendrían que deshacerse antes de intentar entrar.
Relativamente cerca de su posición había una modesta trinchera cubierta de hojas y ramas, bajo la cual se escondía uno de los guardias, otros dos se podían ver con esfuerzo más adelante escondidos entre las rocas y finalmente el último era un hombre con una lanza que montaba guardia justo en la entrada de la cueva, además de ello también habían algunas trampas dispuestas de manera que solo los conocedores pudieran avanzar en la ruta correcta evitando todos los obstáculos. Los héroes se habían estrellado con un muro de seguridad y su aventura apenas comenzaba.
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∞ Bienvenidos a su rescate suicida, en principio deben indicar su llegada a este sector de Aerandir, tengan en cuenta que hace mucho frío y aunque no es algo insoportable, sí que puede afectar su movilidad, durante esta primera parte del camino, El Jefe les puede servir de guía para sortear algunas trampas que dejo a su imaginación.
∞ Al llegar a la cueva tendrán que enfrentar su primer desafío, hay 4 vigías a los que deben evadir o eliminar, sean cautelosos o el viaje terminará antes de haber comenzado.
∞ De momento no será necesario lanzar runas, pero han de saber que la manera en que decidan resolver este primer problema tendrá consecuencias directas para su entrada a la cueva.
Ansur
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Re: Nido de sierpes [Mastereado][Alward+Reivy]
El encuentro de Reivy (O de su cabeza) en aquella colina llegó a ser más beneficioso de lo que cabría esperar. La dragona poseía un mapa con el que más o menos podrían guiarse por el lugar, e incluso por el interior de las galerías que escondía todo el accidente geográfico.
Hubo cierto punto donde ya no se podía distinguir camino alguno, y con la ayuda del mapa de Reivy y la orientación de Raven, pudieron seguir avanzando, eso sí, con cierta dificultad al tener una capa de nieve constante que les subía hasta unos centímetros por encima de los tobillos. A la que más le costaba avanzar era a Lavey, la hija adoptiva de Reivy. Al ser una niña, y de menor estatura, aquello estaba siendo todo un esfuerzo titánico para ella.
Mars encabezaba la marcha. Y se detuvo, como ya se había detenido otra decena de veces. Echó la vista atrás; le seguía unos pasos más atrás Alward, y más atrás aún, descompensando así la fila, Reivy y Lavey. Gruñó.
-...-Miró con desdén a Alward-Aún no entiendo por qué tiene que acompañarnos una niña
Alward llegó a la altura del Jefe, y echando la vista atrás y colocando sus brazos en jarras, respondió
-Reivy nos lo puso como condición. Casi nunca se separa de su hija.-Miró a Raven-Tranquilo, es fuerte-Sonrió falsamente, queriendo que sus palabras apaciguaran a Mars, aunque realmente no sabía él ni si serían ciertas
-...Pero es una niña...-Volvió a recalcar-Y nosotros vamos a una muerte casi segura-Refunfuñó-No estamos aquí para hacer de niñeros
-...-Alward volvió a sonreír por compromiso. Esta vez miró a Reivy, y acto seguido a Mars, el cual no cambiaba el semblante tosco de su rostro
-Sigamos-Ordenó, dándose media vuelta. Aún tenían que andar bastante, y seguramente se estuviesen adentrando en territorio hostil-A partir de aquí, mantened los ojos bien abiertos
Llevaban un par de semanas en Dundarak, se habían adaptado a las condiciones frías que el lugar ofrecía. Pero a medida que más al norte iban, más extremas eran esas condiciones. Iban bien abrigados, al menos si mantenían un buen paso y lograban llegar al menos a la cueva indicada, podrían calentarse en su interior, siempre que no les matara alguna Sierpe.
Siguieron caminando. Durante el trayecto, Alward se miró el colgante que le dio aquella chica vampiresa de cabellos cenicientos. La luz brillaba con muchísima intensidad, casi cegadora; Luna debía andar cerca.
-¿Sientes que está bien?-Preguntó sin aminorar la marcha
El Sevna asintió
-Noto su presencia, pero no puedo oír sus pensamientos. Tengo que concentrarme mucho para ello, y este no es un lugar donde pararse
Y era cierto, ya que se encontraban en medio de un valle, donde podrían estar observándolos, y además, el frío no ayudaba a que pudiese pararse a "meditar".
Avanzaron aún más. La siguiente zona del valle tenía algo de vegetación, más que nada matorrales y algún que otro árbol. Poca cosa, pero les hacía estar más cubiertos, o mirándolo de otro modo, con menos visualización ante posibles amenazas.
Mars miró hacia todas direcciones. Acto seguido, les ordenó parar.
-Andad con cuidado-Advirtió
-¿Por qué?
El Jefe divisó un trozo de madera podrido en el suelo. Con cautela y mirando por donde pisaba, lo agarró. Tras eso, siguió un poco más para adelante en el sentido que marchaban y hundió la madera en la nieve, donde parecía haber un bollo poco natural. Lo siguiente fue que de la capa de nieve salió un cepo de caza para animales grande que engulló el trozo de madera y lo trituró.
-Por eso
-...Buena forma de caza-Dijo
-Algo me dice que más que cazar animales, esta gente busca cazar intrusos...-Añadió. Acto seguido, se dirigió también a Reivy y Lavey-Estad atentas a cualquier perturbación extraña que veáis en la nieve, y ni se os ocurra pisarla. Por si acaso, agarrad también un palo y que os sirva de guía y apoyo
Palabra por palabra, siguieron las indicaciones de Mars. De pronto, aquel lugar había dejado de ser un pacífico valle con una atmósfera silenciosa, a ser su posible tumba siniestra y amparada por el frío.
Pudieron pasar, pero aquel contratiempo de las trampas les llevó más de lo que esperaban.
Una vez que vieron que no había más peligro, siguieron avanzando, pero siempre con la mente puesta en la cautela que había que tener. Quién sabe qué más trampas les esperarían.
Más adelante, se encontraron con lo que parecía ser la cueva que andaban buscando. De nuevo, Raven pidió cautela al grupo, e incluso, tras otear un poco el lugar, les indicó que se refugiasen en un conjunto de rocas que había a un lado del sentido en el que avanzaban. Una vez apostados allí, Alward miró por encima de las piedras y pudo ver a un guardia con lanza en la entrada de la cueva.
-Solo un hombre, con una lanza
-Tiene que haber más, ¿Te has fijado en los alrededores?-Dijo sin asomarse. Demasiado extraño le parecería esa pobre guardia, y encima de un solo hombre custodiando una supuesta... ¿Nada? Algo tendría que haber allí, y alguien más también
Alward, con esfuerzo, pudo divisar entonces a tres vigías más.
-Hay dos apostados en unas rocas, y otro en una pequeña trinchera entre unos matorrales. Tenemos a tres arqueros y un tío con lanza-Se bajó para resguardarse. El viento comenzaba en ese entonces a soplar-¿Algún plan?
Tras unos segundos de silencio, Raven observó a Lavey, luego le devolvió la mirada a Alward, y acto seguido a la pequeña rubia de nuevo.
-Rubia-Llamó a Lavey-¿Eres buena con ese arco que llevas colgado?-Preguntó-Podemos contar con tu arco también, chico-Se refirió a Alward-Después, azabache podría ocuparse del tipo con la lanza. Pero tienes que ser rápida y letal.-Miró a Reivy
-Es buen plan-Dijo, conforme
-La niña debería de tomar una posición elevada y encargarse de los dos tipos de las rocas. Ella es pequeña, así que es más fácil que no la vean escabullirse y tomar una posición ventajosa-Esperaba que Reivy estuviese de acuerdo, si no, la miraría aún más mal por hacer que Lavey fuera más completamente inútil de lo que era a su juicio-Tú, chico, desde aquí puedes encargarte del que está atrincherado en el matorral.-Ahora miró a Reivy-Azabache, podrías con el de la lanza, ¿Sí o no?-Preguntó, de una forma estoica y brusca, como era costumbre en él.
Hubo cierto punto donde ya no se podía distinguir camino alguno, y con la ayuda del mapa de Reivy y la orientación de Raven, pudieron seguir avanzando, eso sí, con cierta dificultad al tener una capa de nieve constante que les subía hasta unos centímetros por encima de los tobillos. A la que más le costaba avanzar era a Lavey, la hija adoptiva de Reivy. Al ser una niña, y de menor estatura, aquello estaba siendo todo un esfuerzo titánico para ella.
Mars encabezaba la marcha. Y se detuvo, como ya se había detenido otra decena de veces. Echó la vista atrás; le seguía unos pasos más atrás Alward, y más atrás aún, descompensando así la fila, Reivy y Lavey. Gruñó.
-...-Miró con desdén a Alward-Aún no entiendo por qué tiene que acompañarnos una niña
Alward llegó a la altura del Jefe, y echando la vista atrás y colocando sus brazos en jarras, respondió
-Reivy nos lo puso como condición. Casi nunca se separa de su hija.-Miró a Raven-Tranquilo, es fuerte-Sonrió falsamente, queriendo que sus palabras apaciguaran a Mars, aunque realmente no sabía él ni si serían ciertas
-...Pero es una niña...-Volvió a recalcar-Y nosotros vamos a una muerte casi segura-Refunfuñó-No estamos aquí para hacer de niñeros
-...-Alward volvió a sonreír por compromiso. Esta vez miró a Reivy, y acto seguido a Mars, el cual no cambiaba el semblante tosco de su rostro
-Sigamos-Ordenó, dándose media vuelta. Aún tenían que andar bastante, y seguramente se estuviesen adentrando en territorio hostil-A partir de aquí, mantened los ojos bien abiertos
Llevaban un par de semanas en Dundarak, se habían adaptado a las condiciones frías que el lugar ofrecía. Pero a medida que más al norte iban, más extremas eran esas condiciones. Iban bien abrigados, al menos si mantenían un buen paso y lograban llegar al menos a la cueva indicada, podrían calentarse en su interior, siempre que no les matara alguna Sierpe.
Siguieron caminando. Durante el trayecto, Alward se miró el colgante que le dio aquella chica vampiresa de cabellos cenicientos. La luz brillaba con muchísima intensidad, casi cegadora; Luna debía andar cerca.
-¿Sientes que está bien?-Preguntó sin aminorar la marcha
El Sevna asintió
-Noto su presencia, pero no puedo oír sus pensamientos. Tengo que concentrarme mucho para ello, y este no es un lugar donde pararse
Y era cierto, ya que se encontraban en medio de un valle, donde podrían estar observándolos, y además, el frío no ayudaba a que pudiese pararse a "meditar".
Avanzaron aún más. La siguiente zona del valle tenía algo de vegetación, más que nada matorrales y algún que otro árbol. Poca cosa, pero les hacía estar más cubiertos, o mirándolo de otro modo, con menos visualización ante posibles amenazas.
Mars miró hacia todas direcciones. Acto seguido, les ordenó parar.
-Andad con cuidado-Advirtió
-¿Por qué?
El Jefe divisó un trozo de madera podrido en el suelo. Con cautela y mirando por donde pisaba, lo agarró. Tras eso, siguió un poco más para adelante en el sentido que marchaban y hundió la madera en la nieve, donde parecía haber un bollo poco natural. Lo siguiente fue que de la capa de nieve salió un cepo de caza para animales grande que engulló el trozo de madera y lo trituró.
-Por eso
-...Buena forma de caza-Dijo
-Algo me dice que más que cazar animales, esta gente busca cazar intrusos...-Añadió. Acto seguido, se dirigió también a Reivy y Lavey-Estad atentas a cualquier perturbación extraña que veáis en la nieve, y ni se os ocurra pisarla. Por si acaso, agarrad también un palo y que os sirva de guía y apoyo
Palabra por palabra, siguieron las indicaciones de Mars. De pronto, aquel lugar había dejado de ser un pacífico valle con una atmósfera silenciosa, a ser su posible tumba siniestra y amparada por el frío.
Pudieron pasar, pero aquel contratiempo de las trampas les llevó más de lo que esperaban.
Una vez que vieron que no había más peligro, siguieron avanzando, pero siempre con la mente puesta en la cautela que había que tener. Quién sabe qué más trampas les esperarían.
Más adelante, se encontraron con lo que parecía ser la cueva que andaban buscando. De nuevo, Raven pidió cautela al grupo, e incluso, tras otear un poco el lugar, les indicó que se refugiasen en un conjunto de rocas que había a un lado del sentido en el que avanzaban. Una vez apostados allí, Alward miró por encima de las piedras y pudo ver a un guardia con lanza en la entrada de la cueva.
-Solo un hombre, con una lanza
-Tiene que haber más, ¿Te has fijado en los alrededores?-Dijo sin asomarse. Demasiado extraño le parecería esa pobre guardia, y encima de un solo hombre custodiando una supuesta... ¿Nada? Algo tendría que haber allí, y alguien más también
Alward, con esfuerzo, pudo divisar entonces a tres vigías más.
-Hay dos apostados en unas rocas, y otro en una pequeña trinchera entre unos matorrales. Tenemos a tres arqueros y un tío con lanza-Se bajó para resguardarse. El viento comenzaba en ese entonces a soplar-¿Algún plan?
Tras unos segundos de silencio, Raven observó a Lavey, luego le devolvió la mirada a Alward, y acto seguido a la pequeña rubia de nuevo.
-Rubia-Llamó a Lavey-¿Eres buena con ese arco que llevas colgado?-Preguntó-Podemos contar con tu arco también, chico-Se refirió a Alward-Después, azabache podría ocuparse del tipo con la lanza. Pero tienes que ser rápida y letal.-Miró a Reivy
-Es buen plan-Dijo, conforme
-La niña debería de tomar una posición elevada y encargarse de los dos tipos de las rocas. Ella es pequeña, así que es más fácil que no la vean escabullirse y tomar una posición ventajosa-Esperaba que Reivy estuviese de acuerdo, si no, la miraría aún más mal por hacer que Lavey fuera más completamente inútil de lo que era a su juicio-Tú, chico, desde aquí puedes encargarte del que está atrincherado en el matorral.-Ahora miró a Reivy-Azabache, podrías con el de la lanza, ¿Sí o no?-Preguntó, de una forma estoica y brusca, como era costumbre en él.
Alward Sevna
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Re: Nido de sierpes [Mastereado][Alward+Reivy]
Casi toda mi vida la pasé en el norte igual que Vey y aun así en cuanto te adentrabas en los páramos de la montaña hacia un frío atroz, los abrigos de piel ayudaban a mitigar el factor congelación, pero no prestaban apoyo para movernos por la nieve. Que en realidad no era mucha, pero con el paso del tiempo daba la impresión de llevar botas hechas de piedra y mi pobre lagartija no lo tenía mejor. El entorno le jugaba una mala pasada por culpa de su altura, a ella la nieve le llegaba a las espinillas. -Recuérdame porque no podemos volar, madre. -Preguntaba molesta la joven.
-Por la misma razón que no lo hicimos cuando fuimos a por Sonyia. -Le refute cerrando más los brazos que tenía cruzados sobre el pecho. -Y porque desde el cielo la nieve hace que todo se vea plano, no veríamos la cueva a menos que fuera un agujero en el suelo.
El viento soplaba con fuerza aunque apenas levantaba nieve, la pareja de hombres volvió a pararse para ratificar por millonésima vez que no estábamos muertas. La conversación llegaba a nuestros oídos a trozos, pero a la rubia le bastó con escuchar "niña" y "niñeros" para entender lo que decían. -Y encima la cabra vieja me toma por niña... que mire por donde pisa no vaya a ser que se resbale y se rompa la cadera. -Lavey rebufó y acelero el paso con los labios apretados.
Lentamente el valle iba colocando algunos árboles y arbustos en la zona, no es como si aquel lugar pudiera llamarse bosque, pero las copas de los arboles ofrecían un refugio contra el molesto reflejo del sol en la nieve. Los humanos se pararon y el adulto comenzó a parlotear y dar instrucciones, Lavey había captado la trampa, pero el anciano se le adelantó a ella y no una o dos veces, sino muchas más, tantas que la rubia comenzaba a mirar al humano con odio.
-Parad. -Dijo tajante la rubia que por fin había logrado adelantarse al humano. -No deis un paso más. -Lavey se colocó juntó al hombre miró el suelo y trazó una línea recta con la mirada hacia un árbol. -Esta ahí. -Prosiguió arrodillándose en el suelo hundiendo su dedo hasta la primera falange y moviéndolo en dirección contraria al árbol hasta toparse con una estaca. -Poneros en este lado, detrás de mí.
Las tres últimas palabras de la joven destilaban orgullo y una pequeña victoria personal sobre el anciano. Una vez estuvieron todos en su sitio Lavey sacó una flecha del carcaj y con la punta cortó la cuerda, inmediatamente un saco que hacía de contrapeso cayó al suelo desde el árbol y de detrás del tronco salió despedida una trampa con forma de cuadrado llena de estacas afiladas que giró por el contorno del árbol hasta detenerse justo donde antes había estado la cuerda bajo la nieve. -Que sucia se hubiera puesto la nieve si en el grupo no hubiera una niña. -Comentó mordaz mi hija.
El sabor de aquella victoria le duró poco a Lavey, el tramo de trampas no duró mucho más y cuando encontramos la entrada el Jefe se puso a dar órdenes, las cuales la rubia desatendió. En su lugar prefirió comprobar que no hubiera nadie más escondido. Los ojos de Lavey cambiaron de color, ya no eran azules si no grises como la ceniza, sin asomarse por la piedra la joven se dio la vuelta. Desde fuera parecía que estuviera examinando los poros de la piedra, pero en realidad lo que veía eran las huellas de calor a través de ella, solo habían cuatro puntos de calor, el hombre de la lanza, el de la trinchera y dos arqueros en una elevación tras unas rocas.
-¿Quién te nombró líder? -Preguntó la rubia aun con los ojos grises, sin aprobar la autoridad que el anciano ejercía. -Os haré una señal cuando termine mi parte. -Mi pequeña se negaba a seguir las órdenes del Jefe, pero la visión que ella tenía era parecida a la de él.
La lagartija rodeó la zona vigilando que las huellas de calor no cambiaran de posición, agachaba el cuerpo y se valía de arbustos y piedras para cubrirse. Cuando estuvo colocada detrás de los arqueros buscó dos flechas en el carcaj, una era normal y la otra tenia las plumas suaves y terciopeladas, se trataba de una flecha de amorttentia que en combinación con su arco lograba que el objetivo se enamorara con locura de la cazadora.
Lavey colocó la flecha de amorttentia en la cuerda del arco y la otra la sujetó con la mano contra el cuerpo del arma, apuntó al primer hombre y soltó la cuerda, rápidamente armo la siguiente y disparó al segundo objetivo en la cabeza, para cuando este caía de rodillas entre la nieve el primero se daba la vuelta en busca de su enamorada.
-Tengo un problema. -Susurró con dulzura dejándose ver lo justo para que solo la viera el hombre. -Mi madre y mis amigos quieren entrar a la cueva, pero ese hombre no les dejará pasar, ni tu compañero de allí que está escondido. -La pequeña dragona sonreía zalamera imitando lo que tantas veces había visto hacer a su madre -Pero con ese puedo yo.
El hombre, embelesado, asintió con sonrisa bobalicona y cuando Lavey tuvo en posición al arquero de la trinchera le susurro el ataque a su enamorado, el cual no dudo en lanzar una flecha que atravesó la garganta del lancero. Ella por su parte disparó al punto más caliente en la huella de calor del hombre en la trinchera. El hombre se cayó y en pocos segundos dejo de moverse, la rubia podía ver como la nieve iba comiéndose el calor del muerto.
Con aquella visión Lavey podía percibir los cuerpos con un espectro de diversos colores, los más calientes (como la cabeza) destacaban con un tono más brillante y los más fríos como los pies o las manos producían colores oscuros.
-Eso ha sido muy valeroso por tu parte. -Dijo Lavey felicitando al arquero y saliendo de su cobertura. -Pero si quieres que estemos juntos tendrás que agradarle a mi madre y la manera más rápida ahora mismo seria diciéndonos todas las trampas, callejones sin salida y cuanta gente hay en esta cueva. Porque si entramos sin saberlo podrían pasarnos cosas malas. -Ahora la lagartija hablaba con un tono triste. -Incluso podría morirme ahí dentro.
El hombre, horrorizado, sujetó con fuerza la mano de la joven y con el corazón desbocado se dispuso a bajar de su posición para encontrarse con su futura suegra, les diría todo lo que preguntaran con tal de poder estar junto a su Lavey.
-Te digo que puede cuidarse sola. -Miraba al Jefe con cara seria. -Y claro que puedo encargarme de un lancero. -Seguí susurrando. -Solo tenemos que esperar la...
-La niña acababa de conseguiros vía libre. -Los tres pudimos escuchar la despreocupada voz de mi hija. Asustada saqué la cabeza por encima de la piedra y me quede impactada de lo que vi. -¿Que sería de vosotros sin mí? Mama este es Rafa, tiene algo muy importante que pedirte. -El hombre al lado de mi hija tenía la cara roja como un tomate y caminaba cogido de la mano de Vey.
______________
Off: Lavey usa habilidad Hulla de calor (en resumen visión infrarroja) y usa la habilidad de su arco: Las flechas de Amorttentia son inofensivas, al dispararlas con éste arco contra una persona, esta se enamorará del personaje que tenga el arco. Dura dos turnos y solo puede usarse una vez por tema (la habilidad, no el arco)
-Por la misma razón que no lo hicimos cuando fuimos a por Sonyia. -Le refute cerrando más los brazos que tenía cruzados sobre el pecho. -Y porque desde el cielo la nieve hace que todo se vea plano, no veríamos la cueva a menos que fuera un agujero en el suelo.
El viento soplaba con fuerza aunque apenas levantaba nieve, la pareja de hombres volvió a pararse para ratificar por millonésima vez que no estábamos muertas. La conversación llegaba a nuestros oídos a trozos, pero a la rubia le bastó con escuchar "niña" y "niñeros" para entender lo que decían. -Y encima la cabra vieja me toma por niña... que mire por donde pisa no vaya a ser que se resbale y se rompa la cadera. -Lavey rebufó y acelero el paso con los labios apretados.
Lentamente el valle iba colocando algunos árboles y arbustos en la zona, no es como si aquel lugar pudiera llamarse bosque, pero las copas de los arboles ofrecían un refugio contra el molesto reflejo del sol en la nieve. Los humanos se pararon y el adulto comenzó a parlotear y dar instrucciones, Lavey había captado la trampa, pero el anciano se le adelantó a ella y no una o dos veces, sino muchas más, tantas que la rubia comenzaba a mirar al humano con odio.
-Parad. -Dijo tajante la rubia que por fin había logrado adelantarse al humano. -No deis un paso más. -Lavey se colocó juntó al hombre miró el suelo y trazó una línea recta con la mirada hacia un árbol. -Esta ahí. -Prosiguió arrodillándose en el suelo hundiendo su dedo hasta la primera falange y moviéndolo en dirección contraria al árbol hasta toparse con una estaca. -Poneros en este lado, detrás de mí.
Las tres últimas palabras de la joven destilaban orgullo y una pequeña victoria personal sobre el anciano. Una vez estuvieron todos en su sitio Lavey sacó una flecha del carcaj y con la punta cortó la cuerda, inmediatamente un saco que hacía de contrapeso cayó al suelo desde el árbol y de detrás del tronco salió despedida una trampa con forma de cuadrado llena de estacas afiladas que giró por el contorno del árbol hasta detenerse justo donde antes había estado la cuerda bajo la nieve. -Que sucia se hubiera puesto la nieve si en el grupo no hubiera una niña. -Comentó mordaz mi hija.
El sabor de aquella victoria le duró poco a Lavey, el tramo de trampas no duró mucho más y cuando encontramos la entrada el Jefe se puso a dar órdenes, las cuales la rubia desatendió. En su lugar prefirió comprobar que no hubiera nadie más escondido. Los ojos de Lavey cambiaron de color, ya no eran azules si no grises como la ceniza, sin asomarse por la piedra la joven se dio la vuelta. Desde fuera parecía que estuviera examinando los poros de la piedra, pero en realidad lo que veía eran las huellas de calor a través de ella, solo habían cuatro puntos de calor, el hombre de la lanza, el de la trinchera y dos arqueros en una elevación tras unas rocas.
-¿Quién te nombró líder? -Preguntó la rubia aun con los ojos grises, sin aprobar la autoridad que el anciano ejercía. -Os haré una señal cuando termine mi parte. -Mi pequeña se negaba a seguir las órdenes del Jefe, pero la visión que ella tenía era parecida a la de él.
La lagartija rodeó la zona vigilando que las huellas de calor no cambiaran de posición, agachaba el cuerpo y se valía de arbustos y piedras para cubrirse. Cuando estuvo colocada detrás de los arqueros buscó dos flechas en el carcaj, una era normal y la otra tenia las plumas suaves y terciopeladas, se trataba de una flecha de amorttentia que en combinación con su arco lograba que el objetivo se enamorara con locura de la cazadora.
Lavey colocó la flecha de amorttentia en la cuerda del arco y la otra la sujetó con la mano contra el cuerpo del arma, apuntó al primer hombre y soltó la cuerda, rápidamente armo la siguiente y disparó al segundo objetivo en la cabeza, para cuando este caía de rodillas entre la nieve el primero se daba la vuelta en busca de su enamorada.
-Tengo un problema. -Susurró con dulzura dejándose ver lo justo para que solo la viera el hombre. -Mi madre y mis amigos quieren entrar a la cueva, pero ese hombre no les dejará pasar, ni tu compañero de allí que está escondido. -La pequeña dragona sonreía zalamera imitando lo que tantas veces había visto hacer a su madre -Pero con ese puedo yo.
El hombre, embelesado, asintió con sonrisa bobalicona y cuando Lavey tuvo en posición al arquero de la trinchera le susurro el ataque a su enamorado, el cual no dudo en lanzar una flecha que atravesó la garganta del lancero. Ella por su parte disparó al punto más caliente en la huella de calor del hombre en la trinchera. El hombre se cayó y en pocos segundos dejo de moverse, la rubia podía ver como la nieve iba comiéndose el calor del muerto.
Con aquella visión Lavey podía percibir los cuerpos con un espectro de diversos colores, los más calientes (como la cabeza) destacaban con un tono más brillante y los más fríos como los pies o las manos producían colores oscuros.
-Eso ha sido muy valeroso por tu parte. -Dijo Lavey felicitando al arquero y saliendo de su cobertura. -Pero si quieres que estemos juntos tendrás que agradarle a mi madre y la manera más rápida ahora mismo seria diciéndonos todas las trampas, callejones sin salida y cuanta gente hay en esta cueva. Porque si entramos sin saberlo podrían pasarnos cosas malas. -Ahora la lagartija hablaba con un tono triste. -Incluso podría morirme ahí dentro.
El hombre, horrorizado, sujetó con fuerza la mano de la joven y con el corazón desbocado se dispuso a bajar de su posición para encontrarse con su futura suegra, les diría todo lo que preguntaran con tal de poder estar junto a su Lavey.
Al mismo tiempo, detrás de una roca...
-Te digo que puede cuidarse sola. -Miraba al Jefe con cara seria. -Y claro que puedo encargarme de un lancero. -Seguí susurrando. -Solo tenemos que esperar la...
-La niña acababa de conseguiros vía libre. -Los tres pudimos escuchar la despreocupada voz de mi hija. Asustada saqué la cabeza por encima de la piedra y me quede impactada de lo que vi. -¿Que sería de vosotros sin mí? Mama este es Rafa, tiene algo muy importante que pedirte. -El hombre al lado de mi hija tenía la cara roja como un tomate y caminaba cogido de la mano de Vey.
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Off: Lavey usa habilidad Hulla de calor (en resumen visión infrarroja) y usa la habilidad de su arco: Las flechas de Amorttentia son inofensivas, al dispararlas con éste arco contra una persona, esta se enamorará del personaje que tenga el arco. Dura dos turnos y solo puede usarse una vez por tema (la habilidad, no el arco)
Reivy Abadder
Honorable
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Re: Nido de sierpes [Mastereado][Alward+Reivy]
Aunque no había seguido el plan de Raven, la jovencita había conseguido hacerse cargo de todos los problemas de una manera bastante efectiva, pues no solo había despejado el camino sino que además había conseguido que uno de los guardias le ofreciera información -Haré lo que necesites- Dijo el guardia en primer lugar atendiendo amorosamente a la chica quien ignoraba que con el amor, viene también una evidente y justificada preocupación por el ser amado.
No tardó en preocuparse aún más al escuchar que la chica podría morir ahí adentro -No, por favor, no digas eso- La tomó del brazo e intentó retenerla pero un fuerte dolor de cabeza lo hizo llevarse una mano a la frente y tambalearse un par de veces -Estoy bien, no es nada- Apartó la máscara que cubría parte de su rostro y la entregó a la chica -Mis compañeros, deben tomar sus máscaras para cruzar la entrada de la cueva- Sus palabras no parecían tener fundamento pero su preocupación sí que era real.
Seguidamente les indicó el mejor camino a seguir para evitar las trampas y les hizo otras extrañas advertencias -Deben salir antes que caiga la noche, o esperar a que amanezca, si esa cosa los encuentra…- No terminó la frase pero la seriedad en el tono parecía hacer más seria la desconocida amenaza, extrañamente luego de haber dado todas estas instrucciones su actitud cambió por completo -No, espera, debes irte, debes irte, es demasiado peligroso- Su alarma fue acompañada por otro dolor de cabeza que esta vez lo llevó al piso donde se retorcía de dolor tomando su cabeza.
Un camino despejado y aparentemente seguro se mostraba ante nuestros valientes héroes, sin embargo las advertencias de aquel hombre parecían haber dejado en el aire más preguntas que respuestas, aunque ciertamente parecían bastante ciertas, más allá de lo peligroso que era entrar a la cueva, también parecía haber ahí afuera, un peligro desconocido y que deberían evitar a toda costa, teniendo además el tiempo en contra pues la noche era por completo el campo de batalla de su enemigo.
Repentinamente una fuerte ventisca trajo consigo una inexplicable sensación de temor, la entrada de la cueva estaba ante ellos como un premio tan fácil que resultaba incluso sospechoso y a partir de este punto, cualquier cosa que hicieran resultaría peligrosa, si decidían entrar, cuando apenas cruzaran la entrada de la cueva sentirían una fuerte ventisca intermitente bajo sus pies, y más adelante, tras caminar unos cuantos metros iluminados por débiles antorchas, lograrían ver una especie de fortaleza asomada en el interior del cavernoso lugar.
∞ Han conseguido atravesar el primer obstáculo, ahora deben sacrificar algo de tiempo para cubrir sus huellas o avanzar con prisa y menos cuidado, se acerca el cambio de guardia, por lo que deberán buscar la manera de disimular la ausencia de los mismos para ganar algo de tiempo, sin embargo aún ha de faltar al rededor de una hora para ello.
∞ Por otro lado, tomar las máscaras de los vigías es un buen consejo, aunque de igual modo pueden elegir no hacerlo, a fin de cuentas ya no queda nadie más en la entrada de la cueva. Además de eso, permanecer en el exterior trae consigo un peligro desconocido del que les habló el enamorado de Lavey, el mismo sufre un inclemente dolor de cabeza, por lo que si deciden llevarlo con ustedes en el turno que le queda con el efecto los hará avanzar más lento.
∞ Una vez en el interior de la caverna encontrarán la verdadera entrada a la base de las Sierpes, no deben tomarlo a la ligera, de momento no podrán entrar, sino simplemente observar la entrada, tendrán la sensación de que algo los observa, Lavey podría detectar algunas marcas de calor en diversos puntos aunque sin poder distinguir en este turno de qué se trata.
No tardó en preocuparse aún más al escuchar que la chica podría morir ahí adentro -No, por favor, no digas eso- La tomó del brazo e intentó retenerla pero un fuerte dolor de cabeza lo hizo llevarse una mano a la frente y tambalearse un par de veces -Estoy bien, no es nada- Apartó la máscara que cubría parte de su rostro y la entregó a la chica -Mis compañeros, deben tomar sus máscaras para cruzar la entrada de la cueva- Sus palabras no parecían tener fundamento pero su preocupación sí que era real.
Seguidamente les indicó el mejor camino a seguir para evitar las trampas y les hizo otras extrañas advertencias -Deben salir antes que caiga la noche, o esperar a que amanezca, si esa cosa los encuentra…- No terminó la frase pero la seriedad en el tono parecía hacer más seria la desconocida amenaza, extrañamente luego de haber dado todas estas instrucciones su actitud cambió por completo -No, espera, debes irte, debes irte, es demasiado peligroso- Su alarma fue acompañada por otro dolor de cabeza que esta vez lo llevó al piso donde se retorcía de dolor tomando su cabeza.
Un camino despejado y aparentemente seguro se mostraba ante nuestros valientes héroes, sin embargo las advertencias de aquel hombre parecían haber dejado en el aire más preguntas que respuestas, aunque ciertamente parecían bastante ciertas, más allá de lo peligroso que era entrar a la cueva, también parecía haber ahí afuera, un peligro desconocido y que deberían evitar a toda costa, teniendo además el tiempo en contra pues la noche era por completo el campo de batalla de su enemigo.
Repentinamente una fuerte ventisca trajo consigo una inexplicable sensación de temor, la entrada de la cueva estaba ante ellos como un premio tan fácil que resultaba incluso sospechoso y a partir de este punto, cualquier cosa que hicieran resultaría peligrosa, si decidían entrar, cuando apenas cruzaran la entrada de la cueva sentirían una fuerte ventisca intermitente bajo sus pies, y más adelante, tras caminar unos cuantos metros iluminados por débiles antorchas, lograrían ver una especie de fortaleza asomada en el interior del cavernoso lugar.
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∞ Han conseguido atravesar el primer obstáculo, ahora deben sacrificar algo de tiempo para cubrir sus huellas o avanzar con prisa y menos cuidado, se acerca el cambio de guardia, por lo que deberán buscar la manera de disimular la ausencia de los mismos para ganar algo de tiempo, sin embargo aún ha de faltar al rededor de una hora para ello.
∞ Por otro lado, tomar las máscaras de los vigías es un buen consejo, aunque de igual modo pueden elegir no hacerlo, a fin de cuentas ya no queda nadie más en la entrada de la cueva. Además de eso, permanecer en el exterior trae consigo un peligro desconocido del que les habló el enamorado de Lavey, el mismo sufre un inclemente dolor de cabeza, por lo que si deciden llevarlo con ustedes en el turno que le queda con el efecto los hará avanzar más lento.
∞ Una vez en el interior de la caverna encontrarán la verdadera entrada a la base de las Sierpes, no deben tomarlo a la ligera, de momento no podrán entrar, sino simplemente observar la entrada, tendrán la sensación de que algo los observa, Lavey podría detectar algunas marcas de calor en diversos puntos aunque sin poder distinguir en este turno de qué se trata.
Ansur
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Re: Nido de sierpes [Mastereado][Alward+Reivy]
Al ver que Lavey había desobedecido deliberadamente sus órdenes y el plan a seguir, Raven salió del escondite que ofrecía aquel montón de rocas, donde estaba apostado junto a Alward y Reivy, y se dirigió hacia la niña con cara de pocos amigos. Se detuvo frente a ella y la miró con reprobación. No dijo nada, su mirada mostraba todo su descontento y enojo. Acto seguido, desenvainó una de sus espadas, las cuales llevaba colgadas tras la espalda, y arremetió con dicho filo en el pecho del "amado" de Lavey, el cual se estaba retorciendo de dolor en el suelo.
-No hay que dejar testigos-Miró de nuevo a Lavey, frente a frente. La altura del mayor era claramente intimidante comparado con la de la pequeña dragona-...Esta gente...-Por un momento, se le hizo un nudo en la garganta, pero rápidamente volvió a recobrar su compostura-...No merece vivir, de ninguna manera.-Sentenció
-No me gustan las advertencias que ha lanzado ese tipo-Dijo haciendo referencia al amado de Lavey, ahora yaciente en la nieve sin vida
-Delirios de un loco-Dijo-Escondamos los cuerpos antes de que alguien los encuentre.
Dicho y hecho. Tanto Alward como Raven se encargaron de esconder bien los tres cuerpos que Lavey había abatido y también al cuarto integrante que remató el propio Mars. Debían de darse prisa, ya que es posible que pronto alguien acudiese al lugar, quizás para cambiar el turno de guardia, o para simplemente charlar con sus compañeros.
Sin más, se dirigieron hacia la cueva. No encontraron ninguna oposición más.
Al entrar, sintieron como una ventisca recorría la parte baja del lugar, de rodillas hacia abajo. Traía consigo un frío que helaba los huesos, y en cierto modo, era hasta desagradable. El lugar se mostraba extrañamente silencioso y vacío. Alward se esperaba algo más, aunque pensándolo bien, tan solo eran un grupo de mercenarios... ¿No?
El colgante de Alward; Tifón de Voluntad, brillaba con fuerza, tanto que servía como fuente una buena fuente de luz. Aparte de esta, también habían antorchas por el lugar, que servían como más fuentes de luz. Como siempre, Raven encaminaba la marcha, siempre atento por donde pisaban y qué había enfrente. El Sevna, por su lado, caminaba junto a Reivy. Ahora que no había nieve podían emprender una marcha mucho más rápida.
-¿Qué dice tu mapa?-Le preguntó a la morena-Sinceramente, me esperaba algo más...
De pronto, tras caminar varios metros, se encontraron con una abertura en la caverna enorme, que elevaba el techo de piedra a varios metros de altura, y las paredes se abrían bastante en anchura también. Al final de todo, había una especie de entrada artificial, la cual se componía de una estructura de piedra antigua y congelada por el paso de los años.
-...¿Unas ruinas?-Miró a Reivy, para ver si su mapa decía algo sobre ello
Mars miró a su alrededor, había mucho espacio, y muchas cornisas alrededor de la cavidad en la que se encontraban. Sin duda, podrían ser presa fácil de una emboscada, y el colgante de Alward no ayudaba a mantener la discrección.
-¡Chico, esconde el colgante!-Advirtió bajando el tono y haciéndole un gesto con la mano.
Alward le hizo caso.
-¿Ahora qué?-Habló también en voz baja
-¡Tras esas rocas, rápido!-Señaló un montón de rocas que estaban apostadas a un lado del camino que llevaba hacia esas ruinas enterradas en la piedra. El Jefe tenía una mala sensación, como un mal presentimiento. Quizás les estuvieran observando, o quizás simplemente fuera la tensión y la sugestión del momento.
Tenían que asegurar su posición en un lugar seguro, y a partir de ahí, discutir sobre la forma de proseguir. Tenían las máscaras de los vigías, probablemente ese fuese su mayor seguro de vida en aquel momento, si es que lograban mantener su identidad en secreto.
-No hay que dejar testigos-Miró de nuevo a Lavey, frente a frente. La altura del mayor era claramente intimidante comparado con la de la pequeña dragona-...Esta gente...-Por un momento, se le hizo un nudo en la garganta, pero rápidamente volvió a recobrar su compostura-...No merece vivir, de ninguna manera.-Sentenció
Acto seguido, se encaminó hacia adelante, sobrepasando a la pequeña rubia. Alward entonces miró a Reivy. Junto a ella, se acercó a Lavey, a la cual miró a los ojos con cierto afecto. Acto seguido, el humano se puso en cuclillas y apoyó una de sus manos en un hombro de la rubia. -Por culpa de la Sierpes, perdió a su mujer y a su hija-Le comentó en un tono bajo-En el fondo, solo quiere que esta misión salga de la mejor forma posible. Y es muy meticuloso con sus planes. No se lo tengas en cuenta.-Le guiñó un ojo y le sonrió Mars había ido a por las máscaras de los demás caídos, y se las entregó a Alward y Reivy, ya que Lavey ya poseía la de su amado. -Poneos esto-Dijo, colocándose la suya propia-Si tenemos suerte, encontraremos a Luna antes de iniciar cualquier pelea. Pero debemos de ser muy cautos-Comentó | [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen] |
-No me gustan las advertencias que ha lanzado ese tipo-Dijo haciendo referencia al amado de Lavey, ahora yaciente en la nieve sin vida
-Delirios de un loco-Dijo-Escondamos los cuerpos antes de que alguien los encuentre.
Dicho y hecho. Tanto Alward como Raven se encargaron de esconder bien los tres cuerpos que Lavey había abatido y también al cuarto integrante que remató el propio Mars. Debían de darse prisa, ya que es posible que pronto alguien acudiese al lugar, quizás para cambiar el turno de guardia, o para simplemente charlar con sus compañeros.
Sin más, se dirigieron hacia la cueva. No encontraron ninguna oposición más.
Al entrar, sintieron como una ventisca recorría la parte baja del lugar, de rodillas hacia abajo. Traía consigo un frío que helaba los huesos, y en cierto modo, era hasta desagradable. El lugar se mostraba extrañamente silencioso y vacío. Alward se esperaba algo más, aunque pensándolo bien, tan solo eran un grupo de mercenarios... ¿No?
El colgante de Alward; Tifón de Voluntad, brillaba con fuerza, tanto que servía como fuente una buena fuente de luz. Aparte de esta, también habían antorchas por el lugar, que servían como más fuentes de luz. Como siempre, Raven encaminaba la marcha, siempre atento por donde pisaban y qué había enfrente. El Sevna, por su lado, caminaba junto a Reivy. Ahora que no había nieve podían emprender una marcha mucho más rápida.
-¿Qué dice tu mapa?-Le preguntó a la morena-Sinceramente, me esperaba algo más...
De pronto, tras caminar varios metros, se encontraron con una abertura en la caverna enorme, que elevaba el techo de piedra a varios metros de altura, y las paredes se abrían bastante en anchura también. Al final de todo, había una especie de entrada artificial, la cual se componía de una estructura de piedra antigua y congelada por el paso de los años.
-...¿Unas ruinas?-Miró a Reivy, para ver si su mapa decía algo sobre ello
Mars miró a su alrededor, había mucho espacio, y muchas cornisas alrededor de la cavidad en la que se encontraban. Sin duda, podrían ser presa fácil de una emboscada, y el colgante de Alward no ayudaba a mantener la discrección.
-¡Chico, esconde el colgante!-Advirtió bajando el tono y haciéndole un gesto con la mano.
Alward le hizo caso.
-¿Ahora qué?-Habló también en voz baja
-¡Tras esas rocas, rápido!-Señaló un montón de rocas que estaban apostadas a un lado del camino que llevaba hacia esas ruinas enterradas en la piedra. El Jefe tenía una mala sensación, como un mal presentimiento. Quizás les estuvieran observando, o quizás simplemente fuera la tensión y la sugestión del momento.
Tenían que asegurar su posición en un lugar seguro, y a partir de ahí, discutir sobre la forma de proseguir. Tenían las máscaras de los vigías, probablemente ese fuese su mayor seguro de vida en aquel momento, si es que lograban mantener su identidad en secreto.
Alward Sevna
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Re: Nido de sierpes [Mastereado][Alward+Reivy]
-¡¿Pero tu estas tonto o que te pasa?! -Explotó mi niña al ver como moría el hombre. -Podríamos haberle sacado más información y era mi presa no la tuya, me tocaba a mi matarlo. -Vey caminó hacia donde estábamos Alward y yo, y escuchó al moreno mientras limpiaba la máscara con la nieve. -Sí, bueno... Mi familia murió porque alguien tuvo la genial idea de abrir una pirámide maldita y no me ves yendo por ahí matando fuentes de información.
La rubia suspiró molesta, se colocó la máscara sobre el pelo y decidió guardarse el siguiente comentario hacia el Jefe por respeto a su familia muerta. La pequeña sin decir nada volvió junto al cuerpo de su examante y lo arrastró por la nieve hasta un lugar donde poder esconderlo.
-No sé qué mosca le ha picado. -Comenté a la pareja de hombres. -De normal no es tan impulsiva. -Cargué el peso del cuerpo sobre una pierna y apoye la mano en la cadera. -Al tiene razón, Jefe. Yo no creo que ese tipo estuviera delirando, las flechas de mi hija son muy eficientes y él se veía muy asustado. Deberíamos darnos prisa e intentar acabar esto antes de que salga la luna. -Cogí la máscara que me ofreció y me la coloque sobre el pelo. -Yo iré a por unas ramas y cubriré nuestras huellas, quitad todos los restos de sangre que queden en la nieve al levantar los cuerpos.
¿Qué seria esa cosa de la que hablaba el vigía? me hubiera gustado averiguarlo, pero el Jefe actuó antes de poder saberlo.
Saqué un par de ramas del árbol más cercano y me dedique a borrar huellas y esparcir nieve, cuando todo estuvo listo recogí la lanza del suelo y me reuní con el resto.
-Que cada uno vaya a la posición de los vigías y luego vuelva hasta la entrada. Si cuando el otro grupo venga solo ven huellas en la entrada sospecharan. -Me coloqué la máscara y cuando el grupo comenzaba a volver hacia la entrada de la cueva cuatro personas salieron de ella. -Menos mal, aquí fuera no se puede ni mear del frío que hace.
Comente hastiada mientras los nuevos vigías se arrebujaban en sus ropas y caminaban hacia sus posiciones.
Nos adentramos en la cueva y un escalofrió recorrió mi cuerpo al sentir la ola de frío que salía de allí, era como si la caverna respirara. Nuestros pasos era lo único que rompía el silencio y aun así el eco apenas duraba un segundo.
-No resalta nada. -Susurre. -En el mapa tan solo está la marca de una sierpe y bajo ella un par de líneas discontinuas y una ondulada, pero no sé qué significan. -Cuando la cueva se abrió y dio pasó a las ruinas abrí los ojos con sorpresa. -Creo que ya se lo que significan las líneas. -Comenté mirando al Sevna al tiempo que me cubría tras la roca.
-Veo algo. -Apuntó la rubia con la mirada gris. -No sabría decir si son antorchas, gente o gente con antorchas. -Vey susurraba todavía más bajo, como si el mero hecho de hablar fuera peligroso. -Pero estoy segura de que no estamos solos y de que no van a venir a darnos un abrazo. -Los ojos de la pequeña se movían con rapidez escrutando las ruinas. -Cuento 5 puntos, pero a esta distancia podrían ser un grupo de varios individuos por cada una de las manchas que detecto.
______
Off: Lavey usa de nuevo su visión térmica.
La rubia suspiró molesta, se colocó la máscara sobre el pelo y decidió guardarse el siguiente comentario hacia el Jefe por respeto a su familia muerta. La pequeña sin decir nada volvió junto al cuerpo de su examante y lo arrastró por la nieve hasta un lugar donde poder esconderlo.
-No sé qué mosca le ha picado. -Comenté a la pareja de hombres. -De normal no es tan impulsiva. -Cargué el peso del cuerpo sobre una pierna y apoye la mano en la cadera. -Al tiene razón, Jefe. Yo no creo que ese tipo estuviera delirando, las flechas de mi hija son muy eficientes y él se veía muy asustado. Deberíamos darnos prisa e intentar acabar esto antes de que salga la luna. -Cogí la máscara que me ofreció y me la coloque sobre el pelo. -Yo iré a por unas ramas y cubriré nuestras huellas, quitad todos los restos de sangre que queden en la nieve al levantar los cuerpos.
¿Qué seria esa cosa de la que hablaba el vigía? me hubiera gustado averiguarlo, pero el Jefe actuó antes de poder saberlo.
Saqué un par de ramas del árbol más cercano y me dedique a borrar huellas y esparcir nieve, cuando todo estuvo listo recogí la lanza del suelo y me reuní con el resto.
-Que cada uno vaya a la posición de los vigías y luego vuelva hasta la entrada. Si cuando el otro grupo venga solo ven huellas en la entrada sospecharan. -Me coloqué la máscara y cuando el grupo comenzaba a volver hacia la entrada de la cueva cuatro personas salieron de ella. -Menos mal, aquí fuera no se puede ni mear del frío que hace.
Comente hastiada mientras los nuevos vigías se arrebujaban en sus ropas y caminaban hacia sus posiciones.
Nos adentramos en la cueva y un escalofrió recorrió mi cuerpo al sentir la ola de frío que salía de allí, era como si la caverna respirara. Nuestros pasos era lo único que rompía el silencio y aun así el eco apenas duraba un segundo.
-No resalta nada. -Susurre. -En el mapa tan solo está la marca de una sierpe y bajo ella un par de líneas discontinuas y una ondulada, pero no sé qué significan. -Cuando la cueva se abrió y dio pasó a las ruinas abrí los ojos con sorpresa. -Creo que ya se lo que significan las líneas. -Comenté mirando al Sevna al tiempo que me cubría tras la roca.
-Veo algo. -Apuntó la rubia con la mirada gris. -No sabría decir si son antorchas, gente o gente con antorchas. -Vey susurraba todavía más bajo, como si el mero hecho de hablar fuera peligroso. -Pero estoy segura de que no estamos solos y de que no van a venir a darnos un abrazo. -Los ojos de la pequeña se movían con rapidez escrutando las ruinas. -Cuento 5 puntos, pero a esta distancia podrían ser un grupo de varios individuos por cada una de las manchas que detecto.
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Off: Lavey usa de nuevo su visión térmica.
Reivy Abadder
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Re: Nido de sierpes [Mastereado][Alward+Reivy]
Aunque parecían batallar más entre ellos que contra las amenazas del camino, el grupo de jóvenes aventureros consiguieron adentrarse en la cueva, llevar puestas las máscaras les había ayudado a pasar, sin darse cuenta, la segunda amenaza pues aquella brisa que habían sentido al entrar era mucho más que solo viento, algo que deberían tener en cuenta al intentar abandonar la cueva por donde habían entrado.
No había sido mala idea tampoco, el esconder los cuerpos, aunque aún tenían algo de tiempo antes del cambio de guardia, había más amenazas que solo algunos vigilantes, algo que iban a descubrir a medida que avanzaban pues para cualquiera que no conociera el lugar, cualquier paso en falso podía ser una trampa mortal, o también, cualquier casualidad como la que estaba a punto de ocurrir.
Se escondieron de prisa tras las rocas y apenas terminaron de hacerlo, un fuerte aleteo se escuchó venir desde la entrada, aquellas alas batían furiosas arremolinando el aire frío y dejando una estela de furia helada tras ellas, aquella criatura que pudieron distinguir aunque pasó muy rápido sobre ellos, era nada menos que un semidragón con aspecto humanoide e incluso un poco aterrador, aunque no tanto como lo que verían al final de su camino.
Un violento aterrizaje lo llevó junto a una roca grande tras la cual sacó a una criatura tomada por el cuello y la levantó como si su peso no significara nada aunque estaba alrededor de los dos metros de alto y era bastante robusto, desde la distancia a la que se encontraban no lograrían entender sus palabras, pero sí entenderían que reclamaba algo y señalaba la entrada, tal vez había notado la ausencia de guardias.
Rápidamente se hicieron notar las amenazas restantes, aquellos puntos de calor que Lavey había detectado eran unas espantosas bestias ciegas pero con muy buen olfato y oído que reaccionaron de inmediato gruñendo y acercándose al punto donde su amo era estrangulado y suplicaba piedad, aunque el semidragón lo lanzó al piso con desprecio este se levantó suplicante, la bestia alada entró a la base mientras que aquella criatura comenzó a caminar hacia la salida, pasaría en algún momento junto al escondite de nuestros héroes aunque estos ya tenían algo más de qué preocuparse, varios hilos de babas cayeron en el hombro de Reivy que al mirar arriba vería sobre ellos a una de aquellas mascotas, era incapaz de verlos pero olfateaba buscando descubrir algo para informar a su amo.
∞ Lograron llegar al tercer obstáculo y comienza a ponerse más difícil, pues a partir de este punto tendrán que decidir si la mejor decisión es permanecer unidos o dividir al grupo, dejando alguno atrás para que el resto pueda avanzar.
∞ El semidragón es una amenaza que enfrentarán más adelante, sin embargo este domador de bestias es un hombre reptil que puede controlar a sus cachorros con órdenes de voz, como bono adicional, podría ser del conocimiento de Raven conocer los sensibles oídos de aquellos cachorros para usarlo en contra, si lograban alterarlos podrían atraerlos a la entrada donde el gas tóxico (del que se habían salvado gracias a las máscaras) se encargaría de ellos, pero al precio de dejar al primer personaje atrás.
∞ Una segunda opción es pelear, pero ante la resistencia de aquellas amenazas, harían falta al menos dos de ustedes para eliminar a cada cachorro antes de ir contra el domador cuya resistente piel lo vuelve difícil (aunque no imposible) de atravesar con flechas.
∞ Si eligen la primera opción deberán decidir qué personaje se queda atrás aunque no hará falta lanzar runas, si eligen luchar les tomará al menos un par de turnos donde deberán lanzar runas y posiblemente recibir heridas (a menos que la suerte esté de su lado).
∞ Una tercera opción es volver todos a casa y resignarse ¿Esperaban que fuera sencillo? Apenas comienzan las dificultades.
No había sido mala idea tampoco, el esconder los cuerpos, aunque aún tenían algo de tiempo antes del cambio de guardia, había más amenazas que solo algunos vigilantes, algo que iban a descubrir a medida que avanzaban pues para cualquiera que no conociera el lugar, cualquier paso en falso podía ser una trampa mortal, o también, cualquier casualidad como la que estaba a punto de ocurrir.
Se escondieron de prisa tras las rocas y apenas terminaron de hacerlo, un fuerte aleteo se escuchó venir desde la entrada, aquellas alas batían furiosas arremolinando el aire frío y dejando una estela de furia helada tras ellas, aquella criatura que pudieron distinguir aunque pasó muy rápido sobre ellos, era nada menos que un semidragón con aspecto humanoide e incluso un poco aterrador, aunque no tanto como lo que verían al final de su camino.
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Un violento aterrizaje lo llevó junto a una roca grande tras la cual sacó a una criatura tomada por el cuello y la levantó como si su peso no significara nada aunque estaba alrededor de los dos metros de alto y era bastante robusto, desde la distancia a la que se encontraban no lograrían entender sus palabras, pero sí entenderían que reclamaba algo y señalaba la entrada, tal vez había notado la ausencia de guardias.
Rápidamente se hicieron notar las amenazas restantes, aquellos puntos de calor que Lavey había detectado eran unas espantosas bestias ciegas pero con muy buen olfato y oído que reaccionaron de inmediato gruñendo y acercándose al punto donde su amo era estrangulado y suplicaba piedad, aunque el semidragón lo lanzó al piso con desprecio este se levantó suplicante, la bestia alada entró a la base mientras que aquella criatura comenzó a caminar hacia la salida, pasaría en algún momento junto al escondite de nuestros héroes aunque estos ya tenían algo más de qué preocuparse, varios hilos de babas cayeron en el hombro de Reivy que al mirar arriba vería sobre ellos a una de aquellas mascotas, era incapaz de verlos pero olfateaba buscando descubrir algo para informar a su amo.
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∞ Lograron llegar al tercer obstáculo y comienza a ponerse más difícil, pues a partir de este punto tendrán que decidir si la mejor decisión es permanecer unidos o dividir al grupo, dejando alguno atrás para que el resto pueda avanzar.
∞ El semidragón es una amenaza que enfrentarán más adelante, sin embargo este domador de bestias es un hombre reptil que puede controlar a sus cachorros con órdenes de voz, como bono adicional, podría ser del conocimiento de Raven conocer los sensibles oídos de aquellos cachorros para usarlo en contra, si lograban alterarlos podrían atraerlos a la entrada donde el gas tóxico (del que se habían salvado gracias a las máscaras) se encargaría de ellos, pero al precio de dejar al primer personaje atrás.
∞ Una segunda opción es pelear, pero ante la resistencia de aquellas amenazas, harían falta al menos dos de ustedes para eliminar a cada cachorro antes de ir contra el domador cuya resistente piel lo vuelve difícil (aunque no imposible) de atravesar con flechas.
∞ Si eligen la primera opción deberán decidir qué personaje se queda atrás aunque no hará falta lanzar runas, si eligen luchar les tomará al menos un par de turnos donde deberán lanzar runas y posiblemente recibir heridas (a menos que la suerte esté de su lado).
∞ Una tercera opción es volver todos a casa y resignarse ¿Esperaban que fuera sencillo? Apenas comienzan las dificultades.
Ansur
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Re: Nido de sierpes [Mastereado][Alward+Reivy]
Un hombre alado pasó volando sobre nuestras cabezas, pero no era solo eso, toda su fisonomía gritaba que era un dragón humanoide y uno muy enfadado a juzgar por la extrema violencia que usaba con el otro hombre. Unas extrañas bestias sin ojos comenzaron a arremolinarse alrededor del que parecía ser dueño, levantaban la cabeza y olfateaban sus alrededores esperando una orden de ataque que nunca llegó.
Al soltar al domador de bestias el dragón se dio media vuelta y se adentró en la cueva, mientras que el hombre-bestia se tocaba la garganta y daba una orden seca a los animales.
Lavey y yo nos quedamos con la espalda pegada a la roca, la rubia me miraba a mí y yo miraba a los humanos cuando noté algo viscoso cayendo por mi hombro, de manera instintiva me llevé la mano al brazo y al sentir aquella sustancia entre mis dedos se me contrajo la cara en una mueca de asco bajo la máscara. El Jefe de inmediato se llevó la mano a la boca demandando silencio y seguidamente señaló su oído y luego al animal que olfateaba por encima de mi cabeza.
Sin abrir la boca y con movimientos precavidos Lavey sacó una flecha común de su carcaj y a ella ató un señuelo, se arrodilló en el suelo al tiempo que tensaba el arco y disparó el proyectil en dirección a la entrada de la cueva. De inmediato aquellos animales salieron corriendo detrás de la flecha como si fueran perros persiguiendo una libre, persiguiendo el olor y el sonido que la daga hizo al caer al suelo. Todos salvo uno que ya había captado mi olor y gruñía esperando a que se amo le diera una orden, sin embargo el animal tenía que estar famélico pues en cuanto el hombre se acercó lo suficiente a nuestra cobertura la bestia saltó hacia a mí.
Apenas había usado lanzas para cazar algunos jabalís de joven, pero aquella cosa se me lanzaba encima y reaccione de manera instintiva levantando el arma e interponiendo la punta entre mi cuerpo y la trayectoria del animal.
El perfil del domador apareció en el camino al tiempo que la bestia caía sobre mí, en ese momento Lavey cogió una flecha donde en lugar de punta tenía una saquito relleno de polvos y golpeo con él la cabeza de Alward. El impacto de la bolsa contra la nuca del Sevna hizo que los polvos se esparcieran sobre él.
_________
Off: Es corto pero intento, dejo al domar a Alward y Raven.
Lavey usa una trampa señuelo para mandar a las bestias hacia los gases tóxicos y su habilidad Tiro de rendimiento en Alward.
Al soltar al domador de bestias el dragón se dio media vuelta y se adentró en la cueva, mientras que el hombre-bestia se tocaba la garganta y daba una orden seca a los animales.
Lavey y yo nos quedamos con la espalda pegada a la roca, la rubia me miraba a mí y yo miraba a los humanos cuando noté algo viscoso cayendo por mi hombro, de manera instintiva me llevé la mano al brazo y al sentir aquella sustancia entre mis dedos se me contrajo la cara en una mueca de asco bajo la máscara. El Jefe de inmediato se llevó la mano a la boca demandando silencio y seguidamente señaló su oído y luego al animal que olfateaba por encima de mi cabeza.
Sin abrir la boca y con movimientos precavidos Lavey sacó una flecha común de su carcaj y a ella ató un señuelo, se arrodilló en el suelo al tiempo que tensaba el arco y disparó el proyectil en dirección a la entrada de la cueva. De inmediato aquellos animales salieron corriendo detrás de la flecha como si fueran perros persiguiendo una libre, persiguiendo el olor y el sonido que la daga hizo al caer al suelo. Todos salvo uno que ya había captado mi olor y gruñía esperando a que se amo le diera una orden, sin embargo el animal tenía que estar famélico pues en cuanto el hombre se acercó lo suficiente a nuestra cobertura la bestia saltó hacia a mí.
Apenas había usado lanzas para cazar algunos jabalís de joven, pero aquella cosa se me lanzaba encima y reaccione de manera instintiva levantando el arma e interponiendo la punta entre mi cuerpo y la trayectoria del animal.
El perfil del domador apareció en el camino al tiempo que la bestia caía sobre mí, en ese momento Lavey cogió una flecha donde en lugar de punta tenía una saquito relleno de polvos y golpeo con él la cabeza de Alward. El impacto de la bolsa contra la nuca del Sevna hizo que los polvos se esparcieran sobre él.
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Off: Es corto pero intento, dejo al domar a Alward y Raven.
Lavey usa una trampa señuelo para mandar a las bestias hacia los gases tóxicos y su habilidad Tiro de rendimiento en Alward.
- Explicacion:
- Al alcanzar el blanco el contenido de la flecha se dispersa sobre la piel y se incrementan 10% sus dos atributos más altos y 5% del atributo más bajo. duración 2 turnos
- Bendición:
- Bendición polvos de Try: Bajo los efectos de este polvo, eres inmune a todo tipo de maldiciones, heridas o enfermedades, hasta que consigas (o no) el famoso objeto, que tiene un efecto similar. Y toda runa que tengas que tirar en los próximos cinco temas, será de fortuna muy buena.
Reivy Abadder
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Re: Nido de sierpes [Mastereado][Alward+Reivy]
El miembro 'Reivy Abadder' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses
'Runas' :
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Tyr
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Re: Nido de sierpes [Mastereado][Alward+Reivy]
-...¿Qué era eso...?-Susurró Alward escondiéndose tras las rocas y quedando frente a Reivy y Lavey, las cuales estaban de espaldas a estas, refiriéndose a la llegada de aquel extraño ser alado y a la repentina aparición del hombre-reptil y sus criaturas.
El humano tenía su mirada puesta en la dragona morena, y pudo ver cómo unos hilos de lo que parecían babas caían sobre uno de los hombros de esta. Al principio no pudo distinguir bien de qué se trataba, y frunció el ceño, confundido. Luego elevó levemente la mirada y el rostro se le cambió a uno completamente distinto; se le puso blanco y estaba a punto de dar un enorme grito de alerta. En ese momento, Raven tapó la boca del Sevna y con un gesto con la otra mano mandó a todos a callar.
Lavey tiró de astucia y lanzó una especie de su señuelo lejos, justamente por donde habían venido ellos. Quizás eso les daría algo de tiempo para poder huir.
El grito ahogado de Alward acabó por llamar por completo la atención de la criatura que se encontraba encima de aquellas rocas. Esta no siguió a sus hermanos, si no que se abalanzó sobre Reivy cual cazador a su presa. Por suerte, la morena tiró de reflejos e interpuso su filo en la trayectoria de la bestia, haciendo que esta quedase incrustada en su arma.
Aunque la cosa no acabaría ahí, ya que en ese momento apareció el domador de entre las rocas, al igual que su criatura haría. Mirando desde aquella perspectiva, en la cima de estas, al grupo y cómo Reivy había acabado con su mascota. Cierto gesto de rabia y resentimiento se pudo notar en su rostro. Sin más, se abalanzó hacia Raven para entablar combate directo.
Alward también iba a ayudar, pero en ese instante Lavey le dio un golpe en la cabeza, esparciendo unos polvos en el humano. Este se quedó totalmente sorprendido por ello, ya que el golpe no le había hecho precisamente cosquillas. Se tambaleó un poco y dio unos pasos hacia atrás, mirando con desdén a la pequeña rubia y llevándose una mano a la cabeza.
-¿¡P-pero qué haces!?
De pronto, notó una sensación de adrenalina recorrer todo su cuerpo. Se sentía más fuerte, más ágil y más inteligente. También notó como las energías le crecían, el combate le llamaba, y tenía que satisfacer ese deseo. Sin decir nada más, desenvainó sus dos espadas y corrió hacia donde El Jefe y el reptil combatían. Era una lucha de poder a poder, Raven no flaqueaba, pero la ayuda del castaño le vendría bien para acabar con aquel sujeto antes de llamar la atención.
Dio un tajo en cruz, separando a ambos combatientes e interponiéndose él entre ambos.
El hombre bestia tenía como arma una especie de cadena que acababa en uno de sus extremos en un filo. Probablemente serviría para llevar atada a una de sus presas y también para el combate, debido a que se desenvolvía con ella con total naturalidad.
Alward se abalanzó hacia su oponente y empezó a dar diversos tajos en diferentes ángulos, pero el reptil sabía cómo interceptarlos, los paraba con sus cadenas o simplemente los esquivabas. El condenado era rápido.
Tras varias intentonas, el humano no pudo desbaratar la defensa del domador de bestias, por lo que desistió en su ofensiva para recuperar el aliento.
Ahora era el turno de su oponente, el cual antes de abalanzarse hacia el Sevna dibujó media sonrisa socarrona en sus labios.
Intentó clavar el filo de la cadena en el humano, pero este interponía sus armas a los ataques, aunque realmente se veía que la velocidad con la que el reptil atacaba era mayor de la que el Sevna podía reaccionar, por lo que inevitablemente acabó fallando. Por suerte, dicho ataque que el castaño no pudo interceptar fue a parar a su armadura; en el hombro izquierdo. Lo dejó inmovilizado, pero esa acción requería todo el empeño del domador para dejar así a Alward, por lo que descuidó su flanco izquierdo, así que Mars, aprovechando esto, apareció fugaz de detrás del castaño, por su parte derecha y le clavó uno de sus filos en la pierna izquierda del reptil, lo cual aflojó la fuerza con la que inmovilizaba al Sevna, el cual no dudó en romper las cadenas con su espada diestra; Værdi. Antes de ejecutar el ataque, activó el encantamiento ígneo que esta tenía y la hoja se envolvió de un fuego abrasador. Esto ayudó a que fuese más fácil romper la cadena.
El reptil hincó la rodilla herida en el suelo, intentando luchar por mantenerse. Alward entonces se abalanzó hacia él y clavó su espada zurda; la de la Guardia de Lunargenta en el pecho de su oponente. Raven se colocó detrás, y para rematarlo, agarró su cabeza y con un tajo limpio y poderoso, decapitó al hombre bestia.
Un suspiró enorme, fue lo que Alward soltó después de asegurarse de que estaba bien muerto. Miró a Mars, el cual no tardó en limpiar la sangre de su espada antes de colocársela de nuevo a la espalda. El fuego abrasador de Værdi fue extinguido, y junto a la Espada de la Guardia, el Sevna la envainó a su espalda.
-Hora de seguir-Dijo echando un vistazo general al grupo-Bien hecho, rubia-Le dijo a Lavey
Tras oír esto de Raven, el Sevna levantó el pulgar de su mano derecha y le dedicó una amplia sonrisa a la pequeña dragona, aunque poco se podría denotar debajo de su máscara.
-No me lo esperaba, pero gracias por el golpe-Comentó. Acto seguido, desvió su mirada hacia la morena-¿Estás bien, Reivy? ¿O solo babeada?-Bromeó. Acto seguido, se puso en jarras y miró hacia la entrada por donde había ido el extraño ser de antes-Parece una especie de templo-Dijo, refiriéndose al aspecto monumental con el que se alzaba la construcción-Mejor sigamos antes de que vengan a recibirnos gente más peligrosa...
_______________________________________________________________________
Off: Acabo con el reptil debido al resultado de las runas, la distracción de las bestias y el incremento de atributos que me proporciona Lavey.
El humano tenía su mirada puesta en la dragona morena, y pudo ver cómo unos hilos de lo que parecían babas caían sobre uno de los hombros de esta. Al principio no pudo distinguir bien de qué se trataba, y frunció el ceño, confundido. Luego elevó levemente la mirada y el rostro se le cambió a uno completamente distinto; se le puso blanco y estaba a punto de dar un enorme grito de alerta. En ese momento, Raven tapó la boca del Sevna y con un gesto con la otra mano mandó a todos a callar.
Lavey tiró de astucia y lanzó una especie de su señuelo lejos, justamente por donde habían venido ellos. Quizás eso les daría algo de tiempo para poder huir.
El grito ahogado de Alward acabó por llamar por completo la atención de la criatura que se encontraba encima de aquellas rocas. Esta no siguió a sus hermanos, si no que se abalanzó sobre Reivy cual cazador a su presa. Por suerte, la morena tiró de reflejos e interpuso su filo en la trayectoria de la bestia, haciendo que esta quedase incrustada en su arma.
Aunque la cosa no acabaría ahí, ya que en ese momento apareció el domador de entre las rocas, al igual que su criatura haría. Mirando desde aquella perspectiva, en la cima de estas, al grupo y cómo Reivy había acabado con su mascota. Cierto gesto de rabia y resentimiento se pudo notar en su rostro. Sin más, se abalanzó hacia Raven para entablar combate directo.
Alward también iba a ayudar, pero en ese instante Lavey le dio un golpe en la cabeza, esparciendo unos polvos en el humano. Este se quedó totalmente sorprendido por ello, ya que el golpe no le había hecho precisamente cosquillas. Se tambaleó un poco y dio unos pasos hacia atrás, mirando con desdén a la pequeña rubia y llevándose una mano a la cabeza.
-¿¡P-pero qué haces!?
De pronto, notó una sensación de adrenalina recorrer todo su cuerpo. Se sentía más fuerte, más ágil y más inteligente. También notó como las energías le crecían, el combate le llamaba, y tenía que satisfacer ese deseo. Sin decir nada más, desenvainó sus dos espadas y corrió hacia donde El Jefe y el reptil combatían. Era una lucha de poder a poder, Raven no flaqueaba, pero la ayuda del castaño le vendría bien para acabar con aquel sujeto antes de llamar la atención.
Dio un tajo en cruz, separando a ambos combatientes e interponiéndose él entre ambos.
El hombre bestia tenía como arma una especie de cadena que acababa en uno de sus extremos en un filo. Probablemente serviría para llevar atada a una de sus presas y también para el combate, debido a que se desenvolvía con ella con total naturalidad.
Alward se abalanzó hacia su oponente y empezó a dar diversos tajos en diferentes ángulos, pero el reptil sabía cómo interceptarlos, los paraba con sus cadenas o simplemente los esquivabas. El condenado era rápido.
Tras varias intentonas, el humano no pudo desbaratar la defensa del domador de bestias, por lo que desistió en su ofensiva para recuperar el aliento.
Ahora era el turno de su oponente, el cual antes de abalanzarse hacia el Sevna dibujó media sonrisa socarrona en sus labios.
Intentó clavar el filo de la cadena en el humano, pero este interponía sus armas a los ataques, aunque realmente se veía que la velocidad con la que el reptil atacaba era mayor de la que el Sevna podía reaccionar, por lo que inevitablemente acabó fallando. Por suerte, dicho ataque que el castaño no pudo interceptar fue a parar a su armadura; en el hombro izquierdo. Lo dejó inmovilizado, pero esa acción requería todo el empeño del domador para dejar así a Alward, por lo que descuidó su flanco izquierdo, así que Mars, aprovechando esto, apareció fugaz de detrás del castaño, por su parte derecha y le clavó uno de sus filos en la pierna izquierda del reptil, lo cual aflojó la fuerza con la que inmovilizaba al Sevna, el cual no dudó en romper las cadenas con su espada diestra; Værdi. Antes de ejecutar el ataque, activó el encantamiento ígneo que esta tenía y la hoja se envolvió de un fuego abrasador. Esto ayudó a que fuese más fácil romper la cadena.
El reptil hincó la rodilla herida en el suelo, intentando luchar por mantenerse. Alward entonces se abalanzó hacia él y clavó su espada zurda; la de la Guardia de Lunargenta en el pecho de su oponente. Raven se colocó detrás, y para rematarlo, agarró su cabeza y con un tajo limpio y poderoso, decapitó al hombre bestia.
Un suspiró enorme, fue lo que Alward soltó después de asegurarse de que estaba bien muerto. Miró a Mars, el cual no tardó en limpiar la sangre de su espada antes de colocársela de nuevo a la espalda. El fuego abrasador de Værdi fue extinguido, y junto a la Espada de la Guardia, el Sevna la envainó a su espalda.
-Hora de seguir-Dijo echando un vistazo general al grupo-Bien hecho, rubia-Le dijo a Lavey
Tras oír esto de Raven, el Sevna levantó el pulgar de su mano derecha y le dedicó una amplia sonrisa a la pequeña dragona, aunque poco se podría denotar debajo de su máscara.
-No me lo esperaba, pero gracias por el golpe-Comentó. Acto seguido, desvió su mirada hacia la morena-¿Estás bien, Reivy? ¿O solo babeada?-Bromeó. Acto seguido, se puso en jarras y miró hacia la entrada por donde había ido el extraño ser de antes-Parece una especie de templo-Dijo, refiriéndose al aspecto monumental con el que se alzaba la construcción-Mejor sigamos antes de que vengan a recibirnos gente más peligrosa...
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Off: Acabo con el reptil debido al resultado de las runas, la distracción de las bestias y el incremento de atributos que me proporciona Lavey.
Alward Sevna
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Re: Nido de sierpes [Mastereado][Alward+Reivy]
Algunas veces basta un error para que todo el plan se convierta en una montaña rusa, sin embargo el grupo de aventureros había sido bastante cautelosos y ello les había permitido mantenerse unidos, el señuelo funcionó a la perfección y los perros, si es que se les podía llamar así, partieron de inmediato en busca de aquello que los había atraído, pero no todos ellos, uno había fijado su objetivo en alguien más.
No hubo manera de que ese cachorro fuera engañado, había visto a su objetivo y no se detendría hasta acabar con ella, o hasta que ella lo acabara apuñalando, cosa que enfureció al domador -¡No! Insensatos, el amo no estará contento- Se acercó arrastrando la cadena que abría un surco en la nieve del piso gracias a su peso -El amo debe estar satisfecho, solo así me convertirá en un dragón, uno como él- La motivación de aquella criatura no parecía muy lógica, siendo un hombre bestia todo indicaba que lo habían engañado con la promesa de convertirlo en dragón, como si tal cosa fuera posible, más aún luego de perder aquella batalla contra los infiltrados.
Supuso una batalla difícil, aunque no tanto como para no lograrlo, al caer derrotado, podrían tomar de su cintura un par de llaves con utilidad desconocida por ahora mientras que en la entrada de la cueva se escucharía un rugido muy atemorizante y desgarrador, algo estaba ahí afuera y lo mejor era no regresar a investigarlo, el objetivo estaba frente a ellos y no tenían mucho tiempo antes que se diera la voz de alerta terminando con su etapa de sigilo.
Una incursión rápida, entrar, rescatar y salir era el plan ideal, si podían lograrlo sin llamar la atención todo sería perfecto, aunque no sería tan sencillo, al adentrarse en la fortaleza oculta y avanzar por un primer pasillo, llegarían a una sala donde se bifurcaba el camino, a la izquierda, tras algunos escalones fríos y rudimentarios, un pasillo oscuro los llevaría por un sendero donde el ambiente se sentía tenso y lúgubre, aunque justo en esa dirección el collar parecía incluso vibrar ante la cercanía de su objetivo.
Realmente parecía ser el camino correcto pero había uno más, en el centro de la sala había una estatua de bárbaro con un martillo y tras él una puerta más grande que llevaba por un pasillo en cuyo final se escuchaban sonidos de golpes y choques de espadas, si tomaban este sendero irían a parar a una especie de arena de entrenamiento parecían luchar algunos mercenarios mientras otros bebían y gritaban apostando a sus favoritos. Curiosamente, por ninguno de esos dos caminos había rastro del semidragón al que habían visto entrar antes, parecía como si hubiese desaparecido al entrar o tal vez, había un tercer camino que ellos no habían visto.
∞ Poco a poco van entrando más en el peligro y cada vez hay menos probabilidad de volver por donde vinieron, entrar ha sido mucho más sencillo de lo que será abandonar ese lugar.
∞ En esta ronda deberán elegir un camino, izquierda o centro, pues de momento no tienen manera de encontrar la tercera puerta escondida en la zona de la estatua, pueden dividirse y abarcar más terreno explorando ambos caminos, o quedarse juntos y mantenerse seguros, esta vez será su decisión.
∞ De momento no hará falta lanzar runas, por lo que en esta ronda están a salvo por lo menos mientras deciden.
No hubo manera de que ese cachorro fuera engañado, había visto a su objetivo y no se detendría hasta acabar con ella, o hasta que ella lo acabara apuñalando, cosa que enfureció al domador -¡No! Insensatos, el amo no estará contento- Se acercó arrastrando la cadena que abría un surco en la nieve del piso gracias a su peso -El amo debe estar satisfecho, solo así me convertirá en un dragón, uno como él- La motivación de aquella criatura no parecía muy lógica, siendo un hombre bestia todo indicaba que lo habían engañado con la promesa de convertirlo en dragón, como si tal cosa fuera posible, más aún luego de perder aquella batalla contra los infiltrados.
Supuso una batalla difícil, aunque no tanto como para no lograrlo, al caer derrotado, podrían tomar de su cintura un par de llaves con utilidad desconocida por ahora mientras que en la entrada de la cueva se escucharía un rugido muy atemorizante y desgarrador, algo estaba ahí afuera y lo mejor era no regresar a investigarlo, el objetivo estaba frente a ellos y no tenían mucho tiempo antes que se diera la voz de alerta terminando con su etapa de sigilo.
Una incursión rápida, entrar, rescatar y salir era el plan ideal, si podían lograrlo sin llamar la atención todo sería perfecto, aunque no sería tan sencillo, al adentrarse en la fortaleza oculta y avanzar por un primer pasillo, llegarían a una sala donde se bifurcaba el camino, a la izquierda, tras algunos escalones fríos y rudimentarios, un pasillo oscuro los llevaría por un sendero donde el ambiente se sentía tenso y lúgubre, aunque justo en esa dirección el collar parecía incluso vibrar ante la cercanía de su objetivo.
Realmente parecía ser el camino correcto pero había uno más, en el centro de la sala había una estatua de bárbaro con un martillo y tras él una puerta más grande que llevaba por un pasillo en cuyo final se escuchaban sonidos de golpes y choques de espadas, si tomaban este sendero irían a parar a una especie de arena de entrenamiento parecían luchar algunos mercenarios mientras otros bebían y gritaban apostando a sus favoritos. Curiosamente, por ninguno de esos dos caminos había rastro del semidragón al que habían visto entrar antes, parecía como si hubiese desaparecido al entrar o tal vez, había un tercer camino que ellos no habían visto.
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∞ Poco a poco van entrando más en el peligro y cada vez hay menos probabilidad de volver por donde vinieron, entrar ha sido mucho más sencillo de lo que será abandonar ese lugar.
∞ En esta ronda deberán elegir un camino, izquierda o centro, pues de momento no tienen manera de encontrar la tercera puerta escondida en la zona de la estatua, pueden dividirse y abarcar más terreno explorando ambos caminos, o quedarse juntos y mantenerse seguros, esta vez será su decisión.
∞ De momento no hará falta lanzar runas, por lo que en esta ronda están a salvo por lo menos mientras deciden.
Ansur
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Re: Nido de sierpes [Mastereado][Alward+Reivy]
Atravesaron la enorme entrada. A esta le siguió un largo pasillo empedrado iluminado por antorchas. Los pasos del grupo se escuchaban con cierto eco.
No tardaron demasiado en llegar a una bifurcación del camino; una se abría a la izquierda y otra detrás de una estatua que quedaba en todo el medio. La arquitectura del lugar parecía bastante antigua, sin duda no era algo que Las Sierpes hubiesen construido, sino que más bien se lo habían apropiado.
Alward se acercó a la estatua y se le quedó mirando. Los rasgos de estaban bien marcados, y se trataba de un bípedo de aparente baja estatura, con una barba frondosa, el cual levantaba con sus dos fornidos brazos una especie de martillo.
Justo delante de la estatua había como una pequeña mesa a modo de altar con dos sillas en cada extremo.
Raven, por su parte, inspeccionó ambos caminos. No dijo nada, se quedó haciendo una evaluación de la situación para sus adentros.
Entonces, el Sevna se acercó al veterano.
-¿Por dónde vamos?
El Jefe se encontraba justo detrás de la estatua, de brazos cruzados y apoyando su espalda en esta, con la mirada fija en el camino que se encontraba enfrente suya. Acto seguido, desvió la mirada hacia Alward.
-¿Qué te dice el colgante?
El castaño descubrió dicho objeto. Brillaba mucho, debía de estar cerca, la notaba. Cerró los ojos para poder concentrarse mejor. Oía un silencio sepulcral, todo a su alrededor quedó en un vacío negro y de pronto solo podía notar su sola presencia y la de su hermana, a tan solo metros de distancia.
Poco a poco, pudo discernir una voz que lo llamaba a lo lejos, con un eco reverberante.
-...Alward... ...Alward... ...Alward...
Frunció el ceño y abrió los ojos. Sabía por dónde ir.
-A la izquierda-Miró a Raven en primer lugar. Luego buscó con la mirada a las dos dragonas.
Raven asintió y se despegó de la estatua, deshaciendo su cruce de brazos y yendo hacia dicho camino.
-Sigamos-Ordenó-Y no os quitéis las máscaras
No tardaron demasiado en llegar a una bifurcación del camino; una se abría a la izquierda y otra detrás de una estatua que quedaba en todo el medio. La arquitectura del lugar parecía bastante antigua, sin duda no era algo que Las Sierpes hubiesen construido, sino que más bien se lo habían apropiado.
Alward se acercó a la estatua y se le quedó mirando. Los rasgos de estaban bien marcados, y se trataba de un bípedo de aparente baja estatura, con una barba frondosa, el cual levantaba con sus dos fornidos brazos una especie de martillo.
Justo delante de la estatua había como una pequeña mesa a modo de altar con dos sillas en cada extremo.
Raven, por su parte, inspeccionó ambos caminos. No dijo nada, se quedó haciendo una evaluación de la situación para sus adentros.
Entonces, el Sevna se acercó al veterano.
-¿Por dónde vamos?
El Jefe se encontraba justo detrás de la estatua, de brazos cruzados y apoyando su espalda en esta, con la mirada fija en el camino que se encontraba enfrente suya. Acto seguido, desvió la mirada hacia Alward.
-¿Qué te dice el colgante?
El castaño descubrió dicho objeto. Brillaba mucho, debía de estar cerca, la notaba. Cerró los ojos para poder concentrarse mejor. Oía un silencio sepulcral, todo a su alrededor quedó en un vacío negro y de pronto solo podía notar su sola presencia y la de su hermana, a tan solo metros de distancia.
Poco a poco, pudo discernir una voz que lo llamaba a lo lejos, con un eco reverberante.
-...Alward... ...Alward... ...Alward...
Frunció el ceño y abrió los ojos. Sabía por dónde ir.
-A la izquierda-Miró a Raven en primer lugar. Luego buscó con la mirada a las dos dragonas.
Raven asintió y se despegó de la estatua, deshaciendo su cruce de brazos y yendo hacia dicho camino.
-Sigamos-Ordenó-Y no os quitéis las máscaras
Alward Sevna
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Re: Nido de sierpes [Mastereado][Alward+Reivy]
Lavey levantó la rodilla de suelo y sonrió orgullosa haciendo una floritura con el arco, ahora ya no le caía tan mal el Jefe de Alward, mi lagartija miro entonces al joven humano y le replico el gesto de la mano ensanchando aún más la sonrisa.
-Estoy bien, nada que un balde con jabón no solucione, aunque la sangre siempre cuesta de irse. -Asentí al castaño sacudiéndome al mismo tiempo las babas de los hombros y las manos. -¿Creéis que el amo del que hablaba era el dragón que vimos antes o se estaría refiriendo a otro?
Pregunté al grupo mientras me colocaba junto a Vey. Al pasar junto al hombre-bestia vi una anilla colgando de su cinturón con un par de llaves, hasta ahora no nos habíamos topado con ninguna puerta, así que, o bien abrían algo del interior de esta cueva o bien acababa de conseguirme una casa en algún lugar del mundo. Alguna clase de bestia rugió en la entrada de la caverna justo cuando yo me guarde las llaves, cerré los ojos con fuera por un instante pensado que aquello era solo una coincidencia.
-Waa... -Susurro impresionada la rubia al llegar delante de la estatua. -¿Cuánto tiempo lleva esto aquí? -Tenía la cabeza levantada y observaba con la boca entreabierta hasta donde llegaba la escultura. -Y parece muy... bajito. En la clase de historia nunca mencionaron nada sobre humanos o una raza de baja estatura ¿Porque lo ocultarían?
-No lo sé Vey, pero esta mesa hace poco que la utilizaron. -Me paré a observar el mueble y lo que había en el. -Debería tener encima un siglo de polvo y esta como si cenaran en ella todos los días.
-Esperad un momento. -Lavey de nuevo paraba la marcha del grupo. -Por este otro camino se escucha gente, es como si se estuvieran golpeando o peleando con espadas. Si hubiera más intrusos esto no estaría tan tranquilo, creo que son más bandidos.
La rubia hablaba rápido y en voz baja, miraba a todos los integrantes del grupo de manera intermitente mientras palpaba con las manos las paredes del camino central.
-Tengo algo que les retendrá si dan la voz de alarma, solo necesito... -Cada palabra dada tenía un intervalo de tiempo más amplio con la siguiente, Lavey estaba poniendo toda su concentración en buscar algo. -Centella súbeme, por favor.
La falta de estatura impedía a mi hija llegar al techo del pasillo. Yo por mi parte le sonreí, aunque no se vio por culpa de la máscara. -Claro cariño. -Me acerque hasta ella y la subí hasta que sus manos tocaron la piedra. La joven dragona no tardó mucho en encontrar una grieta por donde cabían varios de sus dedos, entonces Lavey saco una trampa de la bolsa y la armó en el interior de la grita.
-Ya está, -Decía tocando mi hombro para que la bajara. -si dan la alarma detonare esta trampa explosiva y dejare encerrados a todo el que este ahí dentro.
Tras concluir la explicación de la parada táctica Lavey volvió conmigo junto a Alward y el Jefe y nos adentramos por el camino izquierdo.
___________
Off: Lavey coloca y prepara una trampa explosiva. Cuando se dé (ojala que no) la voz de alarma ella usara su habilidad "Detonación a distancia." Para hacer estallar la trampa y derrumbar el pasillo que da a la arena de entrenamiento.
-Estoy bien, nada que un balde con jabón no solucione, aunque la sangre siempre cuesta de irse. -Asentí al castaño sacudiéndome al mismo tiempo las babas de los hombros y las manos. -¿Creéis que el amo del que hablaba era el dragón que vimos antes o se estaría refiriendo a otro?
Pregunté al grupo mientras me colocaba junto a Vey. Al pasar junto al hombre-bestia vi una anilla colgando de su cinturón con un par de llaves, hasta ahora no nos habíamos topado con ninguna puerta, así que, o bien abrían algo del interior de esta cueva o bien acababa de conseguirme una casa en algún lugar del mundo. Alguna clase de bestia rugió en la entrada de la caverna justo cuando yo me guarde las llaves, cerré los ojos con fuera por un instante pensado que aquello era solo una coincidencia.
-Waa... -Susurro impresionada la rubia al llegar delante de la estatua. -¿Cuánto tiempo lleva esto aquí? -Tenía la cabeza levantada y observaba con la boca entreabierta hasta donde llegaba la escultura. -Y parece muy... bajito. En la clase de historia nunca mencionaron nada sobre humanos o una raza de baja estatura ¿Porque lo ocultarían?
-No lo sé Vey, pero esta mesa hace poco que la utilizaron. -Me paré a observar el mueble y lo que había en el. -Debería tener encima un siglo de polvo y esta como si cenaran en ella todos los días.
-Esperad un momento. -Lavey de nuevo paraba la marcha del grupo. -Por este otro camino se escucha gente, es como si se estuvieran golpeando o peleando con espadas. Si hubiera más intrusos esto no estaría tan tranquilo, creo que son más bandidos.
La rubia hablaba rápido y en voz baja, miraba a todos los integrantes del grupo de manera intermitente mientras palpaba con las manos las paredes del camino central.
-Tengo algo que les retendrá si dan la voz de alarma, solo necesito... -Cada palabra dada tenía un intervalo de tiempo más amplio con la siguiente, Lavey estaba poniendo toda su concentración en buscar algo. -Centella súbeme, por favor.
La falta de estatura impedía a mi hija llegar al techo del pasillo. Yo por mi parte le sonreí, aunque no se vio por culpa de la máscara. -Claro cariño. -Me acerque hasta ella y la subí hasta que sus manos tocaron la piedra. La joven dragona no tardó mucho en encontrar una grieta por donde cabían varios de sus dedos, entonces Lavey saco una trampa de la bolsa y la armó en el interior de la grita.
-Ya está, -Decía tocando mi hombro para que la bajara. -si dan la alarma detonare esta trampa explosiva y dejare encerrados a todo el que este ahí dentro.
Tras concluir la explicación de la parada táctica Lavey volvió conmigo junto a Alward y el Jefe y nos adentramos por el camino izquierdo.
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Off: Lavey coloca y prepara una trampa explosiva. Cuando se dé (ojala que no) la voz de alarma ella usara su habilidad "Detonación a distancia." Para hacer estallar la trampa y derrumbar el pasillo que da a la arena de entrenamiento.
Reivy Abadder
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Re: Nido de sierpes [Mastereado][Alward+Reivy]
Aunque Alward y el Jefe lo habían pasado por alto, Reivy si tomó la sabia decisión de adueñarse del par de llaves que les serían de utilidad más adelante, el interior de aquel lugar aminoraba un poco el frío que se podía sentir afuera, haciendo más tolerable la estadía, sin embargo no dejaba de ser un lugar algo tétrico y misterioso, los largos pasillos fríos y sinuosos hacían difícil predecir con exactitud lo que podrían encontrar al final de cada uno, a pesar de eso y guiados por el collar, el grupo se inclinó en ir por el pasillo de la izquierda que parecía llevarlos con la hermana de Alward.
No estaban solos, eso lo sabían desde el principio, lo que no sabían era que el oscuro pasillo que transitaban tenía un vigilante oculto, uno que ya les había puesto el ojo encima, Alward y el Jefe habían sido los primeros en entrar, y aquella silencioso enemigo estaba a punto de embestir contra ellos desde el techo, donde se encontraba envuelto en una capa de sombras pero fue interrumpido por la llegada de la joven rubia que era la última en llegar y ante la superioridad numérica, las intenciones del acechante guardián del pasillo se pospusieron un poco más.
Se encontrarían al final del pasillo con una habitación oscura y muy lúgubre que tenía en su interior 4 calabozos cerrados, uno a la derecha, uno a la izquierda y dos al frente, en cada calabozo habían dos chicas y curiosamente, todas ellas tenían exactamente el mismo rostro, el de la Sevna secuestrada -Ayuda, ayúdame- Musitó la primera de ellas en la celda de la izquierda -Ayúdame- Clamó otra del lado contrario el tiempo que una coral comenzaba a formarse con las voces débiles de las chicas en cada una de las celdas, todas parecían la misma persona, la misma voz, los mismos rasgos ¿Cuál sería la original?
Un sonido interrumpió el clamor de las chicas que pedían ser liberadas, sonaba como una reja de metal deslizándose en la entrada del pasillo por el que habían ingresado y que parecía dejarlos atrapados, pero eso no estaba ni cerca de ser lo peor -Identificaos, o servirán para saciar mi hambre- Una voz que parecía provenir de las sombras del pasillo les hizo ver que no estaban solos -Puedo reconocer las máscaras, pero no sus cuerpos, algo anda mal- De entre la oscuridad del pasillo emergió un torbellino de sombras que se materializó como una figura antropomórfica cuya voz sonaba masculina y tétrica.
Repitió su amenaza -Identificaos- Aunque esta vez con más fuerza y señalándolos, se movía sin moverse, apenas se podía notar el ligero vaivén bajo sus pies que parecían no tocar el suelo, como si aquella cosa no estuviera allí realmente, las chicas de los calabozos se alejaron lo más posible de los barrotes, aterradas y en silencio ante la llegada de aquel extraño ser que parecía ser el vigilante de aquel calabozo. Los jóvenes héroes habían llegado muy lejos en su rescate, sin embargo como era de esperarse, continuar avanzando suponía retos cada vez mayores.
∞ Esta decisión los ha llevado a los calabozos en donde se encuentran con el guardián del mismo, a diferencia de los cachorros que reconocían los olores, este guardián aún no los identifica como enemigos, por lo que de momento no atacará, eso les deja la elección de atacarlo en primer lugar o intentar persuadirlo de alguna manera, ambas elecciones suponen una alta dificultad, no esperen insultar su inteligencia.
∞ Si deciden atacar, notarán que aunque puede recibir heridas, aquella criatura de sombras no sangra, por ello aunque logren causar heridas, no lo podrán derrotar en este turno, dialogar los llevará por una ruta menos violenta, por ahora.
∞ Por otro lado, las llaves que ha tomado Reivy no sirven para abrir las celdas de las prisioneras, pero serán de utilidad más adelante, es un alivio que no las hayan pasado por alto, deberán decidir qué hacer con las chicas, seguramente Alward encontrará una manera de encontrar a la original, si es que está allí realmente.
No estaban solos, eso lo sabían desde el principio, lo que no sabían era que el oscuro pasillo que transitaban tenía un vigilante oculto, uno que ya les había puesto el ojo encima, Alward y el Jefe habían sido los primeros en entrar, y aquella silencioso enemigo estaba a punto de embestir contra ellos desde el techo, donde se encontraba envuelto en una capa de sombras pero fue interrumpido por la llegada de la joven rubia que era la última en llegar y ante la superioridad numérica, las intenciones del acechante guardián del pasillo se pospusieron un poco más.
Se encontrarían al final del pasillo con una habitación oscura y muy lúgubre que tenía en su interior 4 calabozos cerrados, uno a la derecha, uno a la izquierda y dos al frente, en cada calabozo habían dos chicas y curiosamente, todas ellas tenían exactamente el mismo rostro, el de la Sevna secuestrada -Ayuda, ayúdame- Musitó la primera de ellas en la celda de la izquierda -Ayúdame- Clamó otra del lado contrario el tiempo que una coral comenzaba a formarse con las voces débiles de las chicas en cada una de las celdas, todas parecían la misma persona, la misma voz, los mismos rasgos ¿Cuál sería la original?
Un sonido interrumpió el clamor de las chicas que pedían ser liberadas, sonaba como una reja de metal deslizándose en la entrada del pasillo por el que habían ingresado y que parecía dejarlos atrapados, pero eso no estaba ni cerca de ser lo peor -Identificaos, o servirán para saciar mi hambre- Una voz que parecía provenir de las sombras del pasillo les hizo ver que no estaban solos -Puedo reconocer las máscaras, pero no sus cuerpos, algo anda mal- De entre la oscuridad del pasillo emergió un torbellino de sombras que se materializó como una figura antropomórfica cuya voz sonaba masculina y tétrica.
Repitió su amenaza -Identificaos- Aunque esta vez con más fuerza y señalándolos, se movía sin moverse, apenas se podía notar el ligero vaivén bajo sus pies que parecían no tocar el suelo, como si aquella cosa no estuviera allí realmente, las chicas de los calabozos se alejaron lo más posible de los barrotes, aterradas y en silencio ante la llegada de aquel extraño ser que parecía ser el vigilante de aquel calabozo. Los jóvenes héroes habían llegado muy lejos en su rescate, sin embargo como era de esperarse, continuar avanzando suponía retos cada vez mayores.
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∞ Esta decisión los ha llevado a los calabozos en donde se encuentran con el guardián del mismo, a diferencia de los cachorros que reconocían los olores, este guardián aún no los identifica como enemigos, por lo que de momento no atacará, eso les deja la elección de atacarlo en primer lugar o intentar persuadirlo de alguna manera, ambas elecciones suponen una alta dificultad, no esperen insultar su inteligencia.
∞ Si deciden atacar, notarán que aunque puede recibir heridas, aquella criatura de sombras no sangra, por ello aunque logren causar heridas, no lo podrán derrotar en este turno, dialogar los llevará por una ruta menos violenta, por ahora.
∞ Por otro lado, las llaves que ha tomado Reivy no sirven para abrir las celdas de las prisioneras, pero serán de utilidad más adelante, es un alivio que no las hayan pasado por alto, deberán decidir qué hacer con las chicas, seguramente Alward encontrará una manera de encontrar a la original, si es que está allí realmente.
Ansur
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Re: Nido de sierpes [Mastereado][Alward+Reivy]
Un sentimiento de confusión profunda se apoderó del Sevna en cuanto vio, en dos celdas distintas, a la misma persona replicada; a su propia hermana. Habían pasado meses desde que partió en su busca, desde que destrozaron su hogar, desde que lo único que lo ataba a sus raíces se hallaba perdido y tenía que encontrarlo, costase lo que costase.
Se quedó sin reaccionar, desde luego no esperaba que el reencuentro fuese así. De todos los escenarios posibles, este era el más extraño y que menos sentido tenía.
Ninguna de las dos Lunas pareció reconocerle debido a la máscara que portaba. Él, por su parte, caminó hasta las dos celdas, con la mirada bailándole entre ambas chicas. Se le formó un nudo en la garganta que le generaba una sensación de angustia indescriptible, la cual era tal que ni siquiera le salió la voz.
-Debe ser una ilusión-Comentó Raven, el cual ni sabía de que el aspecto de ambas mujeres era el de la hermana de Alward
Se pudo escuchar un coro de voces que se hacía cada vez más intenso y repetitivo con la palabra "Ayúdame" como protagonista, rayando casi la locura, ya que esas voces penetraron en la cabeza del Sevna, haciendo incluso que tuviera una sensación interna mala, casi como si se encontrase enfermo. Todo era producto de la mente, pero bien era sabido que la mente era poderosa, y que podría afligir hasta al más fuerte de los guerreros.
El Jefe reposó una de sus manos en el hombro del castaño al notar que este empezaba a medio tambalearse. Fue entonces cuando el coro paró y Alward pudo volver en sí. También se escuchó un ruido, como si alguien más hubiese llegado a aquellos calabozos. Se giraron para ver cual era la procedencia de este, y lo que vieron les heló por completo la sangre.
-Solo hemos venido a ver cómo estaban las prisioneras-Dijo Mars, adelantándose un paso hacia la criatura, con respeto pero sin miedo-Habíamos oído ruidos raros y decidimos que era mejor ver qué estaba pasando.-Adoptó una postura relajada y segura-Pero seguramente no era nada-Le quitó importancia-Las cavernas hacen que los sonidos se reverberen más de lo que deberían, aún no me acostumbro a trabajar aquí. De todas formas, sentimos si nuestra intromisión le ha ofendido.-Dijo a modo de disculpa. Luego, le apoyó una mano en el hombro a Reivy, que era la más cerca tenía en ese momento-Te dije que seguramente no fuese nada-Le escarmentó, metiéndose en el papel de su propia historia inventada
Mientras Raven intentaba persuadir al extraño ser que había irrumpido en el lugar, Alward se acercó más a las celdas para ver mejor a las dos mujeres que llevaban el aspecto de su hermana. Con curiosidad, y bajo la mirada asustada de ambas las examinó sin decir nada. Miró a una y a otra, buscando ver si alguna de ellas era real o si tan solo eran una simple ilusión, pero... En el caso de ser una ilusión, ¿Por qué el carcelero se tomaría las molestias de vigilarlas?
Acto seguido, se sacó el colgante de entre sus prendas. Este ahora adquirió una luz más viva que nunca, casi cegadora, tuvo que incluso taparlo con su propia mano para no llamar la atención del carcelero.
Su mirada ahora viajaba entre las chicas y el colgante, buscando algún tipo de señal que le arrojase luz sobre todo ese asunto.
Finalmente, tras estar unos segundos así, miró hacia la de la izquierda y se la quedó mirando fijo. Frunció el ceño bajo su máscara, como si sintiese alguna conexión especial, como si algo en su interior le dijese que ella era Luna. El colgante también parecía decantarse por aquella, ya que lo movía de un lado a otro y notaba que cuando estaba en la izquierda una sensación familiar y cálida le embriagaba.
Se guardó su colgante y ya no despegó su atención de la Luna de la izquierda.
-...¿Luna...?-Susurró, pegándose a los barrotes
-...Y como puedes ver...-Seguía hablando con el carcelero-A estos dos les ha fascinado que tengamos a dos gemelas encerradas solas en este lugar-Dijo refiriéndose a Lavey y a Alward-Han visto muy poco mundo, son fácilmente impresionables...-Explicó, cruzándose de brazos, creyéndose sus propias palabras.
Se quedó sin reaccionar, desde luego no esperaba que el reencuentro fuese así. De todos los escenarios posibles, este era el más extraño y que menos sentido tenía.
Ninguna de las dos Lunas pareció reconocerle debido a la máscara que portaba. Él, por su parte, caminó hasta las dos celdas, con la mirada bailándole entre ambas chicas. Se le formó un nudo en la garganta que le generaba una sensación de angustia indescriptible, la cual era tal que ni siquiera le salió la voz.
-Debe ser una ilusión-Comentó Raven, el cual ni sabía de que el aspecto de ambas mujeres era el de la hermana de Alward
Se pudo escuchar un coro de voces que se hacía cada vez más intenso y repetitivo con la palabra "Ayúdame" como protagonista, rayando casi la locura, ya que esas voces penetraron en la cabeza del Sevna, haciendo incluso que tuviera una sensación interna mala, casi como si se encontrase enfermo. Todo era producto de la mente, pero bien era sabido que la mente era poderosa, y que podría afligir hasta al más fuerte de los guerreros.
El Jefe reposó una de sus manos en el hombro del castaño al notar que este empezaba a medio tambalearse. Fue entonces cuando el coro paró y Alward pudo volver en sí. También se escuchó un ruido, como si alguien más hubiese llegado a aquellos calabozos. Se giraron para ver cual era la procedencia de este, y lo que vieron les heló por completo la sangre.
-Solo hemos venido a ver cómo estaban las prisioneras-Dijo Mars, adelantándose un paso hacia la criatura, con respeto pero sin miedo-Habíamos oído ruidos raros y decidimos que era mejor ver qué estaba pasando.-Adoptó una postura relajada y segura-Pero seguramente no era nada-Le quitó importancia-Las cavernas hacen que los sonidos se reverberen más de lo que deberían, aún no me acostumbro a trabajar aquí. De todas formas, sentimos si nuestra intromisión le ha ofendido.-Dijo a modo de disculpa. Luego, le apoyó una mano en el hombro a Reivy, que era la más cerca tenía en ese momento-Te dije que seguramente no fuese nada-Le escarmentó, metiéndose en el papel de su propia historia inventada
Mientras Raven intentaba persuadir al extraño ser que había irrumpido en el lugar, Alward se acercó más a las celdas para ver mejor a las dos mujeres que llevaban el aspecto de su hermana. Con curiosidad, y bajo la mirada asustada de ambas las examinó sin decir nada. Miró a una y a otra, buscando ver si alguna de ellas era real o si tan solo eran una simple ilusión, pero... En el caso de ser una ilusión, ¿Por qué el carcelero se tomaría las molestias de vigilarlas?
Acto seguido, se sacó el colgante de entre sus prendas. Este ahora adquirió una luz más viva que nunca, casi cegadora, tuvo que incluso taparlo con su propia mano para no llamar la atención del carcelero.
Su mirada ahora viajaba entre las chicas y el colgante, buscando algún tipo de señal que le arrojase luz sobre todo ese asunto.
Finalmente, tras estar unos segundos así, miró hacia la de la izquierda y se la quedó mirando fijo. Frunció el ceño bajo su máscara, como si sintiese alguna conexión especial, como si algo en su interior le dijese que ella era Luna. El colgante también parecía decantarse por aquella, ya que lo movía de un lado a otro y notaba que cuando estaba en la izquierda una sensación familiar y cálida le embriagaba.
Se guardó su colgante y ya no despegó su atención de la Luna de la izquierda.
-...¿Luna...?-Susurró, pegándose a los barrotes
-...Y como puedes ver...-Seguía hablando con el carcelero-A estos dos les ha fascinado que tengamos a dos gemelas encerradas solas en este lugar-Dijo refiriéndose a Lavey y a Alward-Han visto muy poco mundo, son fácilmente impresionables...-Explicó, cruzándose de brazos, creyéndose sus propias palabras.
Alward Sevna
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Re: Nido de sierpes [Mastereado][Alward+Reivy]
Hubiera esperado encontrar a más personas en las celdas, a fin de cuentas para eso es un calabozo, pero nunca imagine encontrarnos con la misma persona duplicada en ellas. Según el Sevna veníamos a por una hermana no a por dos.
-Al... -Di un paso hacia el humano y le puse la mano en la espalda. -tu gemelas no tienes ¿verdad?
Iba a soltar un chascarrillo sobre sus hermanas y el pasar un rato a solas con ellas, pero entonces el lugar se silenció y una voz macabra y tétrica sonó a nuestra espalda. Cuando me di la vuelta busqué por inercia la mano de mi hija y me quede congelada en el sitio. Aquello no era posible, Los fantasmas y los espíritus malignos no existen. pensaba aterrada apretando más la mano de Vey.
-Pe-pero yo escuché algo. -El terror en cierta manera jugó a mi favor y me permitió hacer de soldado miedica. -Cuando hemos salido de la sala de entrenamiento no se escuchaban los ecos de los chuchos del domador y habían pisadas por toda la sala contigua. -Lavey apretó mi mano y aquello, de algún modo, consigo relajarme. -Yo-yo sé que tenemos poco tiempo estando aquí y que no podemos entrar al calabozo. Pe-pero no queríamos que un intruso abriera las celdas.
-Ya te lo etabamoh dicien'o. -Lavey me cortó la explicación, soltó mi mano y comenzó a gesticular con los brazos al mismo tiempo que hablaba como si fuera de pueblo. -Eto seguro ca'sido una mala jugá po'que somo loh nuevoh. -Ahora la rubia señalaba a la sombra. -Eta claro que con eta... ¿Qué e lo que tu ere? -La lagartija miró un momento al espectro. -¿Pero tu lo'a visto? si da un miedo que tira pa'tras. Se hubiera entraó alguien ya noh lo hubieramo encontraó muerto en el pasillo.
La joven permaneció callada el tiempo necesario para que el compañero de Alward hablara, momento que aprovechó para observar a las chicas de la celda. En cuanto el hombre dejó de hablar Lavey lo encaró golpeándole con el dedo en el pecho.
-Cúchame tu a mí. -Vey alzó la voz ofendida. -El que yo sea du'n pueblo chico no quiehe decí que sea una etupi'a. -La rubia resopló y levantó el poco pecho que tenia. -Peho tiene razón. Nunca e vito doh moza tan pareciá la una a la otra. -Entonces se giró hacia la sombra y Lavey se frotó las manos. -Cúchame tu a mi ahora, sombra. ¿Que tenemo que facer para pasar un rato con ellas? seguro que el reto de loh nuetro ya les han rellenaó los agujeros a esas guarrillas. Nosotroh semos novatillos, pero seguro ca'un acuerdo podemos llegar.
-Al... -Di un paso hacia el humano y le puse la mano en la espalda. -tu gemelas no tienes ¿verdad?
Iba a soltar un chascarrillo sobre sus hermanas y el pasar un rato a solas con ellas, pero entonces el lugar se silenció y una voz macabra y tétrica sonó a nuestra espalda. Cuando me di la vuelta busqué por inercia la mano de mi hija y me quede congelada en el sitio. Aquello no era posible, Los fantasmas y los espíritus malignos no existen. pensaba aterrada apretando más la mano de Vey.
-Pe-pero yo escuché algo. -El terror en cierta manera jugó a mi favor y me permitió hacer de soldado miedica. -Cuando hemos salido de la sala de entrenamiento no se escuchaban los ecos de los chuchos del domador y habían pisadas por toda la sala contigua. -Lavey apretó mi mano y aquello, de algún modo, consigo relajarme. -Yo-yo sé que tenemos poco tiempo estando aquí y que no podemos entrar al calabozo. Pe-pero no queríamos que un intruso abriera las celdas.
-Ya te lo etabamoh dicien'o. -Lavey me cortó la explicación, soltó mi mano y comenzó a gesticular con los brazos al mismo tiempo que hablaba como si fuera de pueblo. -Eto seguro ca'sido una mala jugá po'que somo loh nuevoh. -Ahora la rubia señalaba a la sombra. -Eta claro que con eta... ¿Qué e lo que tu ere? -La lagartija miró un momento al espectro. -¿Pero tu lo'a visto? si da un miedo que tira pa'tras. Se hubiera entraó alguien ya noh lo hubieramo encontraó muerto en el pasillo.
La joven permaneció callada el tiempo necesario para que el compañero de Alward hablara, momento que aprovechó para observar a las chicas de la celda. En cuanto el hombre dejó de hablar Lavey lo encaró golpeándole con el dedo en el pecho.
-Cúchame tu a mí. -Vey alzó la voz ofendida. -El que yo sea du'n pueblo chico no quiehe decí que sea una etupi'a. -La rubia resopló y levantó el poco pecho que tenia. -Peho tiene razón. Nunca e vito doh moza tan pareciá la una a la otra. -Entonces se giró hacia la sombra y Lavey se frotó las manos. -Cúchame tu a mi ahora, sombra. ¿Que tenemo que facer para pasar un rato con ellas? seguro que el reto de loh nuetro ya les han rellenaó los agujeros a esas guarrillas. Nosotroh semos novatillos, pero seguro ca'un acuerdo podemos llegar.
Reivy Abadder
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Re: Nido de sierpes [Mastereado][Alward+Reivy]
Aunque parecían haber sido descubiertos en el acto, los héroes se las ingeniaron para mantener su fachada, ayudados desde luego por las máscaras que antes habían tomado y que les habían librado incluso de más problemas de los que pensaban; Raven salió al paso para tratar de dialogar con aquella sombra etérea que los observaba flotando sobre el suelo mientras que un confundido Alward descifraba señales intentando dar con la verdadera Luna, algo que con ayuda del collar y su intuición parecía haber conseguido dar con la indicada.
No obstante, incluso sin tener certeza de que era la verdadera, abandonar ese lugar con ella parecía ser otra historia, tenían frente a ellos al tétrico guardián del calabozo que seguramente se las pondría difícil, más aún después de advertir la posibilidad de intrusos en el área -Vuestra insensatez os llevará a la ruina- Respondió a la solicitud del guardia malhablado -La de la izquierda es intocable, te mataría el jefe, y la de la derecha, créeme que no querrías intentarlo- Sus palabras no aclaraban mucha luz al asunto, pero sí lo suficiente para confirmar las sospechas del joven mercenario acerca de su hermana.
Sin embargo, algo había hecho mella en la mente de la criatura sombría, giró su cuello hasta un punto casi imposible y volvió a enfocarse en los falsos guardias -Ustedes dos, de prisa, avisen al jefe en el salón principal, no está de más prevenir- Dijo señalando a Alward y Raven para luego desviar su vista hacia las Reivy y Lavey -Ustedes cuidad a las prisioneras, yo saldré a buscar al inútil de las mascotas- sin más instrucciones y dando por sentado que sus órdenes serían acatadas, la criatura sombría simplemente se desvaneció en el aire sin dejar rastro de su existencia.
Una nueva situación se les había presentado, por un lado tenían la posibilidad de sacar fácilmente no solo a Luna, sino también a su réplica si así lo deseaban, fuera quien fuera. Tristemente las llaves que Reivy había tomado no abrían ninguna de las celdas, por lo que tendrían que usar un poco de fuerza bruta pues aquellos tristes barrotes no serían problema para la forma reptil de la dragona, no obstante, quien la tenía más difícil era Alward, quien estando tan cerca había recibido la orden de acudir al otro salón en donde debía avisar la presencia de intrusos, poniendo su propia misión en riesgo.
Repentinamente se escucharon gritos venir desde el otro pasillo a donde el Sevna y Raven debían dirigirse, luego de recorrer el pasillo encontrarían una especie de arena de entrenamiento donde el semidragón al que habían visto entrar antes discutía frontalmente con Erik, quien le observaba inmutable y sin perder la calma -¡¡He cumplido mi parte del trato, debes cumplir tu parte!!- Señaló el semidragón cuya ira se notaba a leguas y no tenía miedo alguno aunque estaba rodeado por cerca de una docena de mercenarios leales a Erik, este último descansaba sentado en una elegante silla y junto a él, de rodillas y encadenada, se encontraba la joven vampira que había entregado el collar al Sevna…
∞ De momento parece que han tenido suerte, han conseguido mantener la infiltración y el sigilo sin mayores contratiempos, pero ahora las decisiones que vayan tomando pueden cambiar todo el rumbo de la historia y sus consecuencias.
∞ Por un lado, Reivy tiene la posibilidad de liberar a las prisioneras, o a una de ellas, aunque deberá ser cautelosa al salir pues el vampiro de sombras dijo que estaría en esa zona y será difícil engañarlo si las ve saliendo con las prisioneras que debían cuidar.
∞ Alward y Raven por su parte, si van a donde fueron enviados encontrarán a una vieja "amiga", amarrada y probablemente en problemas, ya desde su último encuentro con el Sevna sus ideales parecían tambalearse, tal vez las consecuencias hayan sido más severas de lo que parecía..
No obstante, incluso sin tener certeza de que era la verdadera, abandonar ese lugar con ella parecía ser otra historia, tenían frente a ellos al tétrico guardián del calabozo que seguramente se las pondría difícil, más aún después de advertir la posibilidad de intrusos en el área -Vuestra insensatez os llevará a la ruina- Respondió a la solicitud del guardia malhablado -La de la izquierda es intocable, te mataría el jefe, y la de la derecha, créeme que no querrías intentarlo- Sus palabras no aclaraban mucha luz al asunto, pero sí lo suficiente para confirmar las sospechas del joven mercenario acerca de su hermana.
Sin embargo, algo había hecho mella en la mente de la criatura sombría, giró su cuello hasta un punto casi imposible y volvió a enfocarse en los falsos guardias -Ustedes dos, de prisa, avisen al jefe en el salón principal, no está de más prevenir- Dijo señalando a Alward y Raven para luego desviar su vista hacia las Reivy y Lavey -Ustedes cuidad a las prisioneras, yo saldré a buscar al inútil de las mascotas- sin más instrucciones y dando por sentado que sus órdenes serían acatadas, la criatura sombría simplemente se desvaneció en el aire sin dejar rastro de su existencia.
Una nueva situación se les había presentado, por un lado tenían la posibilidad de sacar fácilmente no solo a Luna, sino también a su réplica si así lo deseaban, fuera quien fuera. Tristemente las llaves que Reivy había tomado no abrían ninguna de las celdas, por lo que tendrían que usar un poco de fuerza bruta pues aquellos tristes barrotes no serían problema para la forma reptil de la dragona, no obstante, quien la tenía más difícil era Alward, quien estando tan cerca había recibido la orden de acudir al otro salón en donde debía avisar la presencia de intrusos, poniendo su propia misión en riesgo.
Repentinamente se escucharon gritos venir desde el otro pasillo a donde el Sevna y Raven debían dirigirse, luego de recorrer el pasillo encontrarían una especie de arena de entrenamiento donde el semidragón al que habían visto entrar antes discutía frontalmente con Erik, quien le observaba inmutable y sin perder la calma -¡¡He cumplido mi parte del trato, debes cumplir tu parte!!- Señaló el semidragón cuya ira se notaba a leguas y no tenía miedo alguno aunque estaba rodeado por cerca de una docena de mercenarios leales a Erik, este último descansaba sentado en una elegante silla y junto a él, de rodillas y encadenada, se encontraba la joven vampira que había entregado el collar al Sevna…
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∞ De momento parece que han tenido suerte, han conseguido mantener la infiltración y el sigilo sin mayores contratiempos, pero ahora las decisiones que vayan tomando pueden cambiar todo el rumbo de la historia y sus consecuencias.
∞ Por un lado, Reivy tiene la posibilidad de liberar a las prisioneras, o a una de ellas, aunque deberá ser cautelosa al salir pues el vampiro de sombras dijo que estaría en esa zona y será difícil engañarlo si las ve saliendo con las prisioneras que debían cuidar.
∞ Alward y Raven por su parte, si van a donde fueron enviados encontrarán a una vieja "amiga", amarrada y probablemente en problemas, ya desde su último encuentro con el Sevna sus ideales parecían tambalearse, tal vez las consecuencias hayan sido más severas de lo que parecía..
Ansur
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Re: Nido de sierpes [Mastereado][Alward+Reivy]
Aquel extraño ente pareció no percatarse de la treta que Raven y Lavey intentaban colarle, es más, salió inesperadamente bien. El exmercenario veterano ya tenía en su mente la intención de echar sus manos a las armas en cuanto notase que el más mínimo detalle iba mal. Al ver que no les habían descubierto, pudo relajarse del todo y su tensión interior bajó por completo. Había mantenido bien el tipo, y sentía como si se hubiera quitado muchos kilos de encima.
Alward entonces se volteó y prestó atención a lo que sucedía detrás suya, cosa a la que hasta ahora no le había prestado atención.
De pronto, aquella criatura pareció notar algo extraño a sus espaldas, y dio una orden directa tanto al Sevna como al Mars. También dio otra orden al par de dragonas, y como si supiese (y esperando) que iban a ser acatadas de inmediato, se desvaneció como si nunca hubiese estado allí, como si se tratara de una mera ilusión o el humo de una débil hoguera.
Alward paseó su mirada por cada uno de los miembros del grupo hasta acabarla en las dos prisioneras con el aspecto y rostro de su propia hermana, las cuales estaban igual o más aterradas que al principio.
-...-Volvió su mirada hacia el grupo y se centró en Raven-¿Qué hacemos, Jefe?
-...La cosa se nos ha complicado un poco
-¿Qué vais a hacer, Reivy?-Fijó su mirada ahora en la morena. Esta parecía que tenía una decisión firme, y Alward lo agradecía, aunque suponía un gran riesgo.
-El sigilo ha durado más de lo que esperaba. Romperlo ahora sería un suicidio-Caminó hasta pararse enfrente de las celdas y mirar a cada una de las chicas. Se cruzó de brazos mientras sopesaba el siguiente paso-Azabache-Se dirigió a Reivy sin desviar en ningún momento la mirada de las prisioneras-Encuentra la forma de liberarlas a ambas. Nosotros cumpliremos con lo que ha dicho ese tipo. Obviamente no le diremos que estáis aquí-Ahora sí, se giró para mirar al grupo
-¿Qué tal si les indicamos una dirección falsa?-Sugirió el Sevna-La dirección opuesta del desfiladero, o un lugar perdido en mitad del valle helado del principio. Tan solo tendríamos que esperar a que se alejaran lo suficiente como para salir
-Arriesgado-Comentó-...Pero si funciona, podremos irnos de aquí-Puso sus brazos en jarras-Decidido, pues-Asintió
Así, Alward y Raven salieron de la estancia de las mazmorras, no sin antes recibir el castaño por parte de Reivy las llaves que esta portaba, ya que parecían no abrir ninguna de las celdas del lugar, así que lo más probable es que abriesen algo del interior. Llegaron de nuevo aquella encrucijada con la estatua antigua y su mesa de ofrendas en mitad de todo aquello. Se acercaron al pasillo por donde se escuchaba el jaleo y, antes de entrar, el Jefe detuvo al castaño agarrándole del hombro.
-La mocosa rubia puso aquí una trampa, cuidado por donde pisas-Le soltó-Pégate a la pared
-Creo que la puso en el techo
-Chico, no quiero explotar en mil pedazos, así que haz lo que te digo.-Ordenó
Alward asintió, y ambos espadachines se pegaron entonces a la pared y cruzaron con mucho cuidado el umbral que daba acceso al pasillo dónde se podían escuchar las voces.
-Jefe, si el que está allí es Erik, seguramente reconozca mi voz-Susurró antes de seguir avanzando más
-Déjame hablar a mí. Tú tan solo mantente firme.
El castaño asintió y ambos emprendieron la marcha.
Ambos espadachines entraron corriendo desesperados a la arena, se hacían ver exhaustos, como si hubieran corrido un buen trecho hasta llegar allí. Alward se agachó, recuperando el aliento, y Raven, respirando de forma pesada fue quien inició la charla.
-¡Señor!-Señaló hacia el pasillo-¡Intrusos, más allá del desfiladero, en el valle!
El Sevna entonces levantó la vista, aún arqueado y apoyando el peso en sus rodillas, y se fijó en aquel lugar y, sobretodo, en quienes allí estaban presentes; el semidragón, Erik y... una chica que conocía de aquella aciaga noche en su aldea. Centró su mirada en esta, sintiéndose culpable. El estado de esta descolocó por completo sus esquemas. Parecía estar pasándolo realmente mal, y una necesidad imperiosa de ayudarla se hizo presente en su mente.
Alward entonces se volteó y prestó atención a lo que sucedía detrás suya, cosa a la que hasta ahora no le había prestado atención.
De pronto, aquella criatura pareció notar algo extraño a sus espaldas, y dio una orden directa tanto al Sevna como al Mars. También dio otra orden al par de dragonas, y como si supiese (y esperando) que iban a ser acatadas de inmediato, se desvaneció como si nunca hubiese estado allí, como si se tratara de una mera ilusión o el humo de una débil hoguera.
Alward paseó su mirada por cada uno de los miembros del grupo hasta acabarla en las dos prisioneras con el aspecto y rostro de su propia hermana, las cuales estaban igual o más aterradas que al principio.
-...-Volvió su mirada hacia el grupo y se centró en Raven-¿Qué hacemos, Jefe?
-...La cosa se nos ha complicado un poco
-¿Qué vais a hacer, Reivy?-Fijó su mirada ahora en la morena. Esta parecía que tenía una decisión firme, y Alward lo agradecía, aunque suponía un gran riesgo.
-El sigilo ha durado más de lo que esperaba. Romperlo ahora sería un suicidio-Caminó hasta pararse enfrente de las celdas y mirar a cada una de las chicas. Se cruzó de brazos mientras sopesaba el siguiente paso-Azabache-Se dirigió a Reivy sin desviar en ningún momento la mirada de las prisioneras-Encuentra la forma de liberarlas a ambas. Nosotros cumpliremos con lo que ha dicho ese tipo. Obviamente no le diremos que estáis aquí-Ahora sí, se giró para mirar al grupo
-¿Qué tal si les indicamos una dirección falsa?-Sugirió el Sevna-La dirección opuesta del desfiladero, o un lugar perdido en mitad del valle helado del principio. Tan solo tendríamos que esperar a que se alejaran lo suficiente como para salir
-Arriesgado-Comentó-...Pero si funciona, podremos irnos de aquí-Puso sus brazos en jarras-Decidido, pues-Asintió
Así, Alward y Raven salieron de la estancia de las mazmorras, no sin antes recibir el castaño por parte de Reivy las llaves que esta portaba, ya que parecían no abrir ninguna de las celdas del lugar, así que lo más probable es que abriesen algo del interior. Llegaron de nuevo aquella encrucijada con la estatua antigua y su mesa de ofrendas en mitad de todo aquello. Se acercaron al pasillo por donde se escuchaba el jaleo y, antes de entrar, el Jefe detuvo al castaño agarrándole del hombro.
-La mocosa rubia puso aquí una trampa, cuidado por donde pisas-Le soltó-Pégate a la pared
-Creo que la puso en el techo
-Chico, no quiero explotar en mil pedazos, así que haz lo que te digo.-Ordenó
Alward asintió, y ambos espadachines se pegaron entonces a la pared y cruzaron con mucho cuidado el umbral que daba acceso al pasillo dónde se podían escuchar las voces.
-Jefe, si el que está allí es Erik, seguramente reconozca mi voz-Susurró antes de seguir avanzando más
-Déjame hablar a mí. Tú tan solo mantente firme.
El castaño asintió y ambos emprendieron la marcha.
Ambos espadachines entraron corriendo desesperados a la arena, se hacían ver exhaustos, como si hubieran corrido un buen trecho hasta llegar allí. Alward se agachó, recuperando el aliento, y Raven, respirando de forma pesada fue quien inició la charla.
-¡Señor!-Señaló hacia el pasillo-¡Intrusos, más allá del desfiladero, en el valle!
El Sevna entonces levantó la vista, aún arqueado y apoyando el peso en sus rodillas, y se fijó en aquel lugar y, sobretodo, en quienes allí estaban presentes; el semidragón, Erik y... una chica que conocía de aquella aciaga noche en su aldea. Centró su mirada en esta, sintiéndose culpable. El estado de esta descolocó por completo sus esquemas. Parecía estar pasándolo realmente mal, y una necesidad imperiosa de ayudarla se hizo presente en su mente.
Alward Sevna
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Re: Nido de sierpes [Mastereado][Alward+Reivy]
Giré sobre mis talones al escuchar que me nombraban.
-Nos quedaremos aquí, -susurré. -tengo una idea para sacar a las dos. Haz lo que dijo la sombra, nos reuniremos luego contigo y el Jefe.
Asentí ante la directriz del humano que había asumido el mando de la misión. Mientras los dos guerreros trazaban un plan introduci las llaves en las cerraduras de las celdas, pero ninguna se abría.
-Espera, Al. -Busqué la atención del castaño y antes de que se marchara le di la mano pasándole las llaves. -Aquí no me serán útiles, igual tú tienes más suerte. -Cuando los dos hombres desaparecieron en el pasillo volví a girarme a las celdas. -Bien señoritas. Vamos a sacarlas de aquí, pero tenéis que hacer caso. -Mientras hablaba saqué del zurrón una jarra de madera con tapa. -Darle un trago a esto y pensad en ratones.
Lavey se colocó junto a la jaula de la derecha y extendió el brazo entre los barrotes para coger la mano de la copia de Luna. Yo hice lo mismo, pero introduciendo los dos brazos entre los hierros, uno para sujetar la extremidad de Luna y el otro con la jarra. En cuanto la hermana de Alward bebió le pasé el recipiente a mi hija, que imitó mi acto.
-El efecto no durara demasiado, pero será suficiente para sacaros de aquí.
Tras decir aquello, las presas se convirtieron en dos ratoncitos que colgaban de sus patitas de mi mano y la de la lagartija. Ambas recogimos entre las manos a los animales asegurándonos de que no escaparan de entre las manos.
-Vale, ahora a salir corriendo y gritar como locas. -Sentencio Lavey. -Vayamos con los muchachos.
Dicho y hecho, las dos comenzamos a correr hasta llegar a la arena donde se encontraba todo el grueso de la banda.
-¡Alarma! ¡Se nos han fugado las mujerzuelas!
Grité señalando con la mano libre hacia el pasillo.
-Etabamoh delante de las celdas y paf, -Continúo Lavey gesticulando sobremanera. -san desaparecio. Emoh tiraó pedrolos adentro pa'ver si le davamó po si sabian echo invisebles, peho na de na, lah jaulah tan vacias. -La rubia hizo el ademan de escupir, pero se detuvo antes de llenar la cara interna de la máscara con babas. -¡bruhas os digo! ¡Meigas, se la'han llevaó!
-Acaba de suceder ahora mismo. -Proseguí dando un paso adelante. -Aún tienen que estar aquí. No pueden haberse ido, ¿verdad? ósea... si hubiera sido un vampiro de esos poderosos como los de la batalla de Lunargenta, abríamos visto los portales de sombras.
-Y ya os digo yo que ahí no hubo na de na, no se movió sombra alguna. Ni una pisca os digo. -Concluyó mi hija sin dejar de hablar como una analfabeta.
___________
Off: Uso objeto master, cerveza de mantequilla. Dura 2 turnos, Cuando la bebes, te conviertes en el animal que estés pensando.
-Nos quedaremos aquí, -susurré. -tengo una idea para sacar a las dos. Haz lo que dijo la sombra, nos reuniremos luego contigo y el Jefe.
Asentí ante la directriz del humano que había asumido el mando de la misión. Mientras los dos guerreros trazaban un plan introduci las llaves en las cerraduras de las celdas, pero ninguna se abría.
-Espera, Al. -Busqué la atención del castaño y antes de que se marchara le di la mano pasándole las llaves. -Aquí no me serán útiles, igual tú tienes más suerte. -Cuando los dos hombres desaparecieron en el pasillo volví a girarme a las celdas. -Bien señoritas. Vamos a sacarlas de aquí, pero tenéis que hacer caso. -Mientras hablaba saqué del zurrón una jarra de madera con tapa. -Darle un trago a esto y pensad en ratones.
Lavey se colocó junto a la jaula de la derecha y extendió el brazo entre los barrotes para coger la mano de la copia de Luna. Yo hice lo mismo, pero introduciendo los dos brazos entre los hierros, uno para sujetar la extremidad de Luna y el otro con la jarra. En cuanto la hermana de Alward bebió le pasé el recipiente a mi hija, que imitó mi acto.
-El efecto no durara demasiado, pero será suficiente para sacaros de aquí.
Tras decir aquello, las presas se convirtieron en dos ratoncitos que colgaban de sus patitas de mi mano y la de la lagartija. Ambas recogimos entre las manos a los animales asegurándonos de que no escaparan de entre las manos.
-Vale, ahora a salir corriendo y gritar como locas. -Sentencio Lavey. -Vayamos con los muchachos.
Dicho y hecho, las dos comenzamos a correr hasta llegar a la arena donde se encontraba todo el grueso de la banda.
-¡Alarma! ¡Se nos han fugado las mujerzuelas!
Grité señalando con la mano libre hacia el pasillo.
-Etabamoh delante de las celdas y paf, -Continúo Lavey gesticulando sobremanera. -san desaparecio. Emoh tiraó pedrolos adentro pa'ver si le davamó po si sabian echo invisebles, peho na de na, lah jaulah tan vacias. -La rubia hizo el ademan de escupir, pero se detuvo antes de llenar la cara interna de la máscara con babas. -¡bruhas os digo! ¡Meigas, se la'han llevaó!
-Acaba de suceder ahora mismo. -Proseguí dando un paso adelante. -Aún tienen que estar aquí. No pueden haberse ido, ¿verdad? ósea... si hubiera sido un vampiro de esos poderosos como los de la batalla de Lunargenta, abríamos visto los portales de sombras.
-Y ya os digo yo que ahí no hubo na de na, no se movió sombra alguna. Ni una pisca os digo. -Concluyó mi hija sin dejar de hablar como una analfabeta.
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Off: Uso objeto master, cerveza de mantequilla. Dura 2 turnos, Cuando la bebes, te conviertes en el animal que estés pensando.
Reivy Abadder
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Re: Nido de sierpes [Mastereado][Alward+Reivy]
Al principio, la falsa Luna se resistió a tomar la bebida, pero al notar que todas hacían lo mismo decidió aceptar y beber un trago que las convirtió en pequeños ratones, claramente no había sido la primera y la mejor idea, pero al no funcionar las llaves habían tenido que improvisar un poco, algo con lo que seguramente ninguno de los mercenarios de aquella base se esperaba.
Nuestros héroes enfrentaron entonces una pequeña división temporal del grupo, Alward y el Jefe se marcharon hasta donde se encontraba Erik y el misterioso semidragón en medio de una discusión que no haría más que empeorar con las noticias ofrecidas por el par de intrusos. Erik por su parte levantó una ceja y miró al ser alado que presumía cumplir su parte del trato -¿Qué decías de cumplir?- Preguntó el líder de los mercenarios aparentemente calmado, inmutable como solía ser, como si de alguna manera nada lo tomara por sorpresa.
Se produjo un pequeño silencio mientras el reptil alado apretaba los puños hasta casi sangrar al incrustarse sus propias garras en medio de su rabia –No presiones tu suerte, niño, este aún es nuestro territorio- Avanzó con firmeza pero fue detenido por un par de espadas cerca de su cuello que lo hicieron dar un paso atrás –No estás en condición de amenazar a nadie- Erik señaló con ambas manos a sus hombres que rodeaban al orgulloso hombre-dragón –Si realmente hay intrusos, no vivirán mucho, casi cae la noche- Hizo referencia a lo mismo que habían dicho antes el enamorado de Lavey, algo sucedía al caer la noche.
Un inmutable Erik se sentó cómodo en una silla analizando el discurso de los intrusos -¿Desaparecieron, ambas prisioneras?- Preguntó con aires de sospecha -Dices que simplemente desaparecieron frente a ustedes?- Insistió subiendo ligeramente el tono mientras chasqueaba los dedos de su mano izquierda -Han elegido el peor momento para esta inefable demostración de incompetencia… ¡morirán!- Aquellas palabras podrían parecer inesperadas para las chicas, pero para el resto de mercenarios en el lugar aquello parecía una reacción normal, un castigo conocido por todos los demás, que no dudaron en sacar sus espadas, aunque el destino parecía ser más caprichoso de lo normal.
Repentinamente Erik fijó la vista en el otro par de hombres que le habían dado la noticia de los intrusos -Ustedes dos ¿Por qué no eliminaron a esos intrusos que mencionan?- Bastó un gesto de su cabeza para que un par de mercenarios presentes en el lugar arrojaran un par de dagas a los enmascarados -Ahora enseñen a estos novatos el castigo a la incompetencia- El vampiro dirigió una mirada al dragón humanoide al mencionar aquella última palabra, tal vez como una amenaza directa hacia aquel ser.
∞ La situación se ha vuelto un poco más peliaguda, y es que perder a las prisioneras frente a sus ojos es algo que nadie se atrevería a decirle al vampiro que aunque parecía siempre tranquilo, era muy respetado y temido por sus hombres, en la sala se encuentran cerca de 20 mercenarios además de Erik, el dragón y la chica que antes había ayudado a Alward.
∞ La orden es que Alward y el jefe (aunque Erik no sabe que son ellos) deben asesinar a los que dejaron escapar a las prisioneras o perderán la confianza y tendrán que morir los 4 acusados por traidores, o serán descubiertos, no parece haber ningún lado bueno.
∞ El único punto que pueden usar a favor es la inestable relación entre Erik y el semidragón, parecen tener algún tipo de trato con el que el reptil alado no se siente muy satisfecho, tal vez puedan ponerlo de su lado y ganar un importante aliado en esta lucha para al menos salir con vida.
Nuestros héroes enfrentaron entonces una pequeña división temporal del grupo, Alward y el Jefe se marcharon hasta donde se encontraba Erik y el misterioso semidragón en medio de una discusión que no haría más que empeorar con las noticias ofrecidas por el par de intrusos. Erik por su parte levantó una ceja y miró al ser alado que presumía cumplir su parte del trato -¿Qué decías de cumplir?- Preguntó el líder de los mercenarios aparentemente calmado, inmutable como solía ser, como si de alguna manera nada lo tomara por sorpresa.
Se produjo un pequeño silencio mientras el reptil alado apretaba los puños hasta casi sangrar al incrustarse sus propias garras en medio de su rabia –No presiones tu suerte, niño, este aún es nuestro territorio- Avanzó con firmeza pero fue detenido por un par de espadas cerca de su cuello que lo hicieron dar un paso atrás –No estás en condición de amenazar a nadie- Erik señaló con ambas manos a sus hombres que rodeaban al orgulloso hombre-dragón –Si realmente hay intrusos, no vivirán mucho, casi cae la noche- Hizo referencia a lo mismo que habían dicho antes el enamorado de Lavey, algo sucedía al caer la noche.
Un inmutable Erik se sentó cómodo en una silla analizando el discurso de los intrusos -¿Desaparecieron, ambas prisioneras?- Preguntó con aires de sospecha -Dices que simplemente desaparecieron frente a ustedes?- Insistió subiendo ligeramente el tono mientras chasqueaba los dedos de su mano izquierda -Han elegido el peor momento para esta inefable demostración de incompetencia… ¡morirán!- Aquellas palabras podrían parecer inesperadas para las chicas, pero para el resto de mercenarios en el lugar aquello parecía una reacción normal, un castigo conocido por todos los demás, que no dudaron en sacar sus espadas, aunque el destino parecía ser más caprichoso de lo normal.
Repentinamente Erik fijó la vista en el otro par de hombres que le habían dado la noticia de los intrusos -Ustedes dos ¿Por qué no eliminaron a esos intrusos que mencionan?- Bastó un gesto de su cabeza para que un par de mercenarios presentes en el lugar arrojaran un par de dagas a los enmascarados -Ahora enseñen a estos novatos el castigo a la incompetencia- El vampiro dirigió una mirada al dragón humanoide al mencionar aquella última palabra, tal vez como una amenaza directa hacia aquel ser.
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∞ La situación se ha vuelto un poco más peliaguda, y es que perder a las prisioneras frente a sus ojos es algo que nadie se atrevería a decirle al vampiro que aunque parecía siempre tranquilo, era muy respetado y temido por sus hombres, en la sala se encuentran cerca de 20 mercenarios además de Erik, el dragón y la chica que antes había ayudado a Alward.
∞ La orden es que Alward y el jefe (aunque Erik no sabe que son ellos) deben asesinar a los que dejaron escapar a las prisioneras o perderán la confianza y tendrán que morir los 4 acusados por traidores, o serán descubiertos, no parece haber ningún lado bueno.
∞ El único punto que pueden usar a favor es la inestable relación entre Erik y el semidragón, parecen tener algún tipo de trato con el que el reptil alado no se siente muy satisfecho, tal vez puedan ponerlo de su lado y ganar un importante aliado en esta lucha para al menos salir con vida.
Ansur
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Re: Nido de sierpes [Mastereado][Alward+Reivy]
Se mascaba cierta tensión entre Erik y el semi-dragón al que antes habían visto entrar cuando se escondieron tras las rocas. Alward y Raven se mantuvieron en silencio, observando la situación.
En ese momento, aparecieron Reivy y Lavey en el lugar, lo cual enfureció de sobremanera al Jefe, el cual les ordenó estrictamente que se mantuvieran escondidas mientras ellos tiraban su farol. No le hicieron ni caso.
Erik dio una orden de muerte para las dos dragonas. Exactamente eso era lo que se temía Raven, y Alward en cierta manera también conocía o intuía el modo de operar del Fantasma de las Sierpes. No era un alma caritativa ni un líder comprensivo o flexible. Era alguien despiadado, letal, eficaz y muy eficiente en su trabajo. Si algo fallaba en todo su esquema, plan o maquinaría, no dudaría en hacerlo añicos. Y eso que falló era exactamente la incompetencia de la que Reivy y Lavey hicieron ver.
Alward apretó los puños. Bajo su máscara se escondía un rostro tenso, con la mandíbula bien apretada. Echó un vistazo hacia Reivy. Parecía que la cosa iba a ponerse fea.
La siguiente pregunta de Erik fue dirigida a Raven y Alward.
-Señor, eran demasiados como para contarlos-Se adelantó un par de pasos mientras agachaba la cabeza en señal de respeto-Creímos que lo más oportuno sería venir a avisar
Unas dagas fueron tiradas a los pies de ambos. Los cuales miraron al unísono a las armas y luego al líder encapuchado. En efecto, ellos serían los encargados de proporcionar el castigo que Reivy y Lavey se merecían por su incompetencia. Era irónico que el Fantasma hubiese elegido precisamente a ellos dos.
Ambos recogieron las dagas y las empuñaron con decisión. Ante la presión de grupo, agarraron a las dragonas; Raven lo hizo con Lavey y Alward con Reivy.
-...-El Sevna miró a Reven, preocupado, y este asintió con la cabeza.
Mars obligó a Lavey a ponerse de rodillas, y Alward imitó el gesto del Jefe para con Reivy. Los dos alzaron sus dagas, y en el momento de la ejecución, el castaño lanzó el arma hacia arriba. En el corto tiempo en el que la daga se mantenía en el aire, se llevó la mano a su zurrón y sacó una piedra, la cual lanzó al suelo. De pronto, una espesa niebla empezó a generarse [1]. Empujó a Reivy para que el arma no se clavara en ella. Acto seguido, le susurró al oído.
-¡Al ataque!
Raven levantó entonces a Lavey y la liberó de su opresión. Acto seguido, tiró la daga que empuñaba hacia uno de los hombres de Erik, desenvainó sus dos armas y se abalanzó contra los que tuviese más cerca. La niebla era espesa, no sabía si habría acertado su lanzamiento o si siquiera se encontraría a alguien más allá de su propia nariz, pero en eso consistía el factor sorpresa.
Alward, por su parte, se dirigió hacia donde estaba la vampiresa prisionera, y con las llaves que le había dado Reivy antes, intentó que, por suerte del destino, fueran las correctas. Tenía ese plan alternativo en mente desde hacía un rato, y no se podía permitir dejar allí a aquella que le había ayudado hacía ya tiempo. Sin su ayuda, no podría haber logrado llegar hasta donde llegó. Se lo debía. Entre la niebla, la confusión y el ruido de lucha, consiguió llegar. Sin más, se puso a probar las llaves en un intento desesperado porque su plan saliese bien.
No sabía si esta la reconocería, o si siquiera seguiría de su lado, pero era un riesgo que estaba dispuesto a correr.
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Off:
-Objeto máster usado: [1] Piedra Ambiental
En ese momento, aparecieron Reivy y Lavey en el lugar, lo cual enfureció de sobremanera al Jefe, el cual les ordenó estrictamente que se mantuvieran escondidas mientras ellos tiraban su farol. No le hicieron ni caso.
Erik dio una orden de muerte para las dos dragonas. Exactamente eso era lo que se temía Raven, y Alward en cierta manera también conocía o intuía el modo de operar del Fantasma de las Sierpes. No era un alma caritativa ni un líder comprensivo o flexible. Era alguien despiadado, letal, eficaz y muy eficiente en su trabajo. Si algo fallaba en todo su esquema, plan o maquinaría, no dudaría en hacerlo añicos. Y eso que falló era exactamente la incompetencia de la que Reivy y Lavey hicieron ver.
Alward apretó los puños. Bajo su máscara se escondía un rostro tenso, con la mandíbula bien apretada. Echó un vistazo hacia Reivy. Parecía que la cosa iba a ponerse fea.
La siguiente pregunta de Erik fue dirigida a Raven y Alward.
-Señor, eran demasiados como para contarlos-Se adelantó un par de pasos mientras agachaba la cabeza en señal de respeto-Creímos que lo más oportuno sería venir a avisar
Unas dagas fueron tiradas a los pies de ambos. Los cuales miraron al unísono a las armas y luego al líder encapuchado. En efecto, ellos serían los encargados de proporcionar el castigo que Reivy y Lavey se merecían por su incompetencia. Era irónico que el Fantasma hubiese elegido precisamente a ellos dos.
Ambos recogieron las dagas y las empuñaron con decisión. Ante la presión de grupo, agarraron a las dragonas; Raven lo hizo con Lavey y Alward con Reivy.
-...-El Sevna miró a Reven, preocupado, y este asintió con la cabeza.
Mars obligó a Lavey a ponerse de rodillas, y Alward imitó el gesto del Jefe para con Reivy. Los dos alzaron sus dagas, y en el momento de la ejecución, el castaño lanzó el arma hacia arriba. En el corto tiempo en el que la daga se mantenía en el aire, se llevó la mano a su zurrón y sacó una piedra, la cual lanzó al suelo. De pronto, una espesa niebla empezó a generarse [1]. Empujó a Reivy para que el arma no se clavara en ella. Acto seguido, le susurró al oído.
-¡Al ataque!
Raven levantó entonces a Lavey y la liberó de su opresión. Acto seguido, tiró la daga que empuñaba hacia uno de los hombres de Erik, desenvainó sus dos armas y se abalanzó contra los que tuviese más cerca. La niebla era espesa, no sabía si habría acertado su lanzamiento o si siquiera se encontraría a alguien más allá de su propia nariz, pero en eso consistía el factor sorpresa.
Alward, por su parte, se dirigió hacia donde estaba la vampiresa prisionera, y con las llaves que le había dado Reivy antes, intentó que, por suerte del destino, fueran las correctas. Tenía ese plan alternativo en mente desde hacía un rato, y no se podía permitir dejar allí a aquella que le había ayudado hacía ya tiempo. Sin su ayuda, no podría haber logrado llegar hasta donde llegó. Se lo debía. Entre la niebla, la confusión y el ruido de lucha, consiguió llegar. Sin más, se puso a probar las llaves en un intento desesperado porque su plan saliese bien.
No sabía si esta la reconocería, o si siquiera seguiría de su lado, pero era un riesgo que estaba dispuesto a correr.
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Off:
-Objeto máster usado: [1] Piedra Ambiental
Alward Sevna
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Re: Nido de sierpes [Mastereado][Alward+Reivy]
Nos miramos fijamente con asombro y mantuvimos la boca cerrada mientras los humanos se ponían de acuerdo. Obedecimos a regañadientes y nos pusimos de rodillas, mis ojos estaban clavados en los del Sevna y se podía leer en ellos un "¿Que diantres vas hacer?"
Entonces la daga voló y la niebla se apodero de la estancia. Sonreí de medio lado mientras me transformaba1 ¿Cuantas veces nos había salvado ya aquel truco?
Los ojos de Lavey se tornaron grises de nuevo2, se armó con su arco y miró a su alrededor.
Había una mancha enorme que correspondía a su madre, una más pequeña que se movía desde aquella posición hacia otra agazapada, aquel deberia ser Alward, y otra más al lado de la arquera que era la del Jefe.
"Bien." Pensó la niña tras visualizar a quienes no debía matar y guardándose a la ratoncita en el moral.
La rubia sonrió bajo la máscara y comenzó a lanzar flecha al resto de puntos calientes de la arena. La lagartija lanzaba una o dos flechas a cada huella hasta que esta caía al suelo y luego pasaba a la siguiente. Se aprovechaba de la niebla moviéndose entre los enemigos y esquivándolos con ágiles movimientos, cuando alguno pasaba cerca buscando a alguien a quien clavarle el arma.
El caos que se estaba armando dentro de la niebla estaba haciendo que los mercenarios se pelearan entre ellos, el llevar mascaras no les estaba facilitando la tarea de encontrar a sus enemigos.
Mi garra derecha se mantenía cerrada para contener a Luna en el interior, podía notar como los enemigos golpeaban mis escamas y como, al momento siguiente se quejaban de la descarga que les llegaba desde sus propias armas3. Una pareja de rayos salieron despedidos por mis cuernos e impactaron de pleno contra dos mercenarios4.
Cualquier parte de mi cuerpo servía para regalar daño a los oponentes, la cola golpeaba a los incautos que no la veían venir, las garras desgarraban la carne que encontraba a su paso, los dientes masticaban extremidades y los cuernos se clavaban en el cuerpo ajeno propinando corrientes eléctricas y quemaduras.
__________
Off:
1: Transformación en dragón.
2: Huella de calor (rasgo).
3: Manto eléctrico (rasgo).
4: Centella dividida.
Entonces la daga voló y la niebla se apodero de la estancia. Sonreí de medio lado mientras me transformaba1 ¿Cuantas veces nos había salvado ya aquel truco?
Los ojos de Lavey se tornaron grises de nuevo2, se armó con su arco y miró a su alrededor.
Había una mancha enorme que correspondía a su madre, una más pequeña que se movía desde aquella posición hacia otra agazapada, aquel deberia ser Alward, y otra más al lado de la arquera que era la del Jefe.
"Bien." Pensó la niña tras visualizar a quienes no debía matar y guardándose a la ratoncita en el moral.
La rubia sonrió bajo la máscara y comenzó a lanzar flecha al resto de puntos calientes de la arena. La lagartija lanzaba una o dos flechas a cada huella hasta que esta caía al suelo y luego pasaba a la siguiente. Se aprovechaba de la niebla moviéndose entre los enemigos y esquivándolos con ágiles movimientos, cuando alguno pasaba cerca buscando a alguien a quien clavarle el arma.
El caos que se estaba armando dentro de la niebla estaba haciendo que los mercenarios se pelearan entre ellos, el llevar mascaras no les estaba facilitando la tarea de encontrar a sus enemigos.
Mi garra derecha se mantenía cerrada para contener a Luna en el interior, podía notar como los enemigos golpeaban mis escamas y como, al momento siguiente se quejaban de la descarga que les llegaba desde sus propias armas3. Una pareja de rayos salieron despedidos por mis cuernos e impactaron de pleno contra dos mercenarios4.
Cualquier parte de mi cuerpo servía para regalar daño a los oponentes, la cola golpeaba a los incautos que no la veían venir, las garras desgarraban la carne que encontraba a su paso, los dientes masticaban extremidades y los cuernos se clavaban en el cuerpo ajeno propinando corrientes eléctricas y quemaduras.
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Off:
1: Transformación en dragón.
2: Huella de calor (rasgo).
3: Manto eléctrico (rasgo).
4: Centella dividida.
Reivy Abadder
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Re: Nido de sierpes [Mastereado][Alward+Reivy]
A pesar de la astucia de los jóvenes infiltrados, si algo resultaba difícil era engañar a Erik, un hombre caracterizado por su inteligencia y por tener todo muy bien calculado, por ello el escuchar que se trataba de múltiples no era la mejor mentira del mundo. Nadie sabía que él se encontraba en ese lugar y muy pocos se atreverían a tomar el riesgo de adentrarse en aquellas montañas sin la certeza de encontrarlo. Tal vez eso contribuyó en su decisión de hacer que aquellos sospechosos enmascarados fueran los verdugos de quienes habían dejado escapar a las chicas, o tal vez Erik guardaba un as bajo la manga.
No pasó mucho tiempo antes que el teatro de los infiltrados se viniera abajo, formando una escaramuza que los llevaría a salir de ese lugar usando la fuerza bruta para enfrentarse a la astucia del líder de aquellos mercenarios. La misteriosa niebla no tardó en extenderse por aquel gran salón, algo que hizo saltar y poner en alerta a todos los presentes. Erik dio un paso a un lado en aparente calma y se agachó para esquivar a uno de sus esbirros que volaba luego de haber sido golpeado por la cola de la dragona eléctrica..
Se escuchó un poderoso rugido cuando una nueva amenaza se unió a la batalla, el dragón humanoide dio un salto y extendiendo sus alas lanzó al frente una poderosa ventisca que consiguió apartar por un instante la niebla –Insensatos, se atreven a manchar con sangre la sagrada figura de un dragón- Sonaba furioso y su gruesa voz incluso parecía hacer temblar la tierra. Un nuevo aleteo volvió a disipar la niebla que lentamente comenzaba a juntarse, pero al menos habría dado suficiente tiempo para que Erik pudiera actuar.
Una interesante jugada- Dijo Erik con una voz que ahora se escuchaba diferente al tiempo que aplaudía con sarcasmo -Pero no un buen plan… ¿Qué les hace pensar que Erik no tiene control sobre sus hombres?- Levantó su mano y apretó su puño, tras esto las máscaras de todos los presentes comenzaron a brillar, causándoles un indescriptible dolor y haciendo que la mayoría de los mercenarios se las quitaran para librarse de aquel castigo. Al mismo tiempo los aleteos del dragón humanoide disipaban la niebla a ratos, dejando expuestos a los invasores.
Rio con sarcasmo y aplaudió de nuevo -Ha sido una buena actuación, sin embargo, seré yo quien escriba el final de tan emocionante obra- En un rápido movimiento cubrió su rostro con la mano y al apartarla, su máscara había cambiado, tomando la forma de un rostro sonriente -Hagamos algunos ajustes a la trama para hacerla interesante- Tras aquellas palabras su figura se hizo etérea hasta desvanecerse y antes que se dieran cuenta estaba junto a Reivy. Sin darle tiempo a reaccionar incrustó su daga en el muslo izquierdo de la dragona y volvió a desvanecerse cual si fuera una ilusión y apareció debajo de donde volaba el dragón humanoide.
∞ Han aparecido algunas complicaciones, Erik era en realidad un señuelo, se trataba en realidad de Jason Tïkër el Dramaturgo, quien además ha envenenado a Reivy, quien perderá la vista temporalmente mientras se encuentre en forma de dragón.
∞ Por otro lado, las máscaras tenían un mecanismo de seguridad con el que no contaban y que ahora los obliga a quitárselas para revelar sus identidades o sufrir un gran dolor de cabeza.
∞ Las llaves que encontraron en el exterior nuevamente no funcionan, su objetivo es otro, sin embargo el Dramaturgo se ha alejado de la chica, dando más tiempo para liberarla, aunque eso implicará tener que protegerla en la siguiente ronda.
∞ Su oponente en este turno será el dragón humanoide, es veloz y se mantiene volando pero ataca cuerpo a cuerpo, por lo que se lanzará en picada contra ustedes. su único ataque a distancia es una onda de viento que hace con sus alas y los puede desestabilizar o empujar. Defenderá al Dramaturgo de cualquier ataque.
No pasó mucho tiempo antes que el teatro de los infiltrados se viniera abajo, formando una escaramuza que los llevaría a salir de ese lugar usando la fuerza bruta para enfrentarse a la astucia del líder de aquellos mercenarios. La misteriosa niebla no tardó en extenderse por aquel gran salón, algo que hizo saltar y poner en alerta a todos los presentes. Erik dio un paso a un lado en aparente calma y se agachó para esquivar a uno de sus esbirros que volaba luego de haber sido golpeado por la cola de la dragona eléctrica..
Se escuchó un poderoso rugido cuando una nueva amenaza se unió a la batalla, el dragón humanoide dio un salto y extendiendo sus alas lanzó al frente una poderosa ventisca que consiguió apartar por un instante la niebla –Insensatos, se atreven a manchar con sangre la sagrada figura de un dragón- Sonaba furioso y su gruesa voz incluso parecía hacer temblar la tierra. Un nuevo aleteo volvió a disipar la niebla que lentamente comenzaba a juntarse, pero al menos habría dado suficiente tiempo para que Erik pudiera actuar.
Una interesante jugada- Dijo Erik con una voz que ahora se escuchaba diferente al tiempo que aplaudía con sarcasmo -Pero no un buen plan… ¿Qué les hace pensar que Erik no tiene control sobre sus hombres?- Levantó su mano y apretó su puño, tras esto las máscaras de todos los presentes comenzaron a brillar, causándoles un indescriptible dolor y haciendo que la mayoría de los mercenarios se las quitaran para librarse de aquel castigo. Al mismo tiempo los aleteos del dragón humanoide disipaban la niebla a ratos, dejando expuestos a los invasores.
Rio con sarcasmo y aplaudió de nuevo -Ha sido una buena actuación, sin embargo, seré yo quien escriba el final de tan emocionante obra- En un rápido movimiento cubrió su rostro con la mano y al apartarla, su máscara había cambiado, tomando la forma de un rostro sonriente -Hagamos algunos ajustes a la trama para hacerla interesante- Tras aquellas palabras su figura se hizo etérea hasta desvanecerse y antes que se dieran cuenta estaba junto a Reivy. Sin darle tiempo a reaccionar incrustó su daga en el muslo izquierdo de la dragona y volvió a desvanecerse cual si fuera una ilusión y apareció debajo de donde volaba el dragón humanoide.
- Dramaturgo:
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∞ Han aparecido algunas complicaciones, Erik era en realidad un señuelo, se trataba en realidad de Jason Tïkër el Dramaturgo, quien además ha envenenado a Reivy, quien perderá la vista temporalmente mientras se encuentre en forma de dragón.
∞ Por otro lado, las máscaras tenían un mecanismo de seguridad con el que no contaban y que ahora los obliga a quitárselas para revelar sus identidades o sufrir un gran dolor de cabeza.
∞ Las llaves que encontraron en el exterior nuevamente no funcionan, su objetivo es otro, sin embargo el Dramaturgo se ha alejado de la chica, dando más tiempo para liberarla, aunque eso implicará tener que protegerla en la siguiente ronda.
∞ Su oponente en este turno será el dragón humanoide, es veloz y se mantiene volando pero ataca cuerpo a cuerpo, por lo que se lanzará en picada contra ustedes. su único ataque a distancia es una onda de viento que hace con sus alas y los puede desestabilizar o empujar. Defenderá al Dramaturgo de cualquier ataque.
Ansur
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Re: Nido de sierpes [Mastereado][Alward+Reivy]
El rugido del dragón humanoide se escuchó antes de que la niebla fuera disipada y aquel "manto" de seguridad quedara en nada. Este pegó un salto y se puso enfrente de Raven, haciendo que incluso el suelo temblara ante su gran aparición. Alward, desde su posición, dio por inútil el intento de liberar a la peliblanca y desenvainó sus dos armas para prepararse ante lo que parecía un inevitable combate.
La voz de Erik parecía distinta, alzó el puño y las máscaras empezaron a brillar. Un intenso dolor de cabeza se apoderó de Alward, que no dudó un segundo en tirar aquella maldita cosa que ya de poco le servía. Raven hizo lo mismo.
Definitivamente, aquel tipo no era Erik Vaccum. Mars le quiso asestar un tajo con una de sus espadas, pero el enemigo se desvaneció, apareciendo en otro lugar de la sala. Entonces, el dragón humanoide se abalanzó hasta El Jefe, agarrándolo del cuello en planeo y haciéndole estampar contra una pared.
Alward intentó socorrer a su maestro, pero dos mercenarios se interpusieron, bloqueándole el camino. El castaño apretó la mandíbula, frustrado.
-¡Apartad!-Exigió, pero la sonrisa de ambos contrincantes delataban que esa no sería su intención.
Sin más, se abalanzaron hacia el castaño a la vez. Alward detuvo ambos ataques con cada espada, una para cada respectivo rival. No fue un acto fácil, debido al empuje que ambos dieron en una misma dirección con gran intensidad, pero el Sevna estuvo a la altura de la situación. De nuevo, los mercenarios volvieron a atacar, iban armados con simples espadas bastardas, pero sabían luchar bien.
Raven, por su parte, fue liberado de la asfixia momentánea del dragón y se puso a dar ligeros planeos alrededor del extraño enmascarado, protegiendo a este de posibles ataques o llevando él la iniciativa ofensiva sobre Reivy y Lavey. El veterano se pudo poner en pie y divisar el lugar, sin duda la situación se había complicado.
Alward mantenía bien el tipo frente a los dos mercenarios. Contraatacaba en cuanto veía alguna que otra oportunidad, y algunas veces lograba tener éxito y realizar algún que otro corte. Las Sierpres entrenaban bien a sus efectivos, de eso podía estar seguro. Quién sabe lo peligroso que podían llegar a ser si formalizaran un ejército como tal.
En uno de los ataques que recibió el Sevna, uno de los dos mercenarios hizo una embestida con todas sus fuerzas con su arma, el castaño pudo fintar hacia un lado y esquivar el ataque, pero ahí le esperaba el otro contrincante, espada en mano y con un tajo fortísimo que el castaño repelió por puro acto reflejo con su arma diestra; Værdi. Con la inercia del impacto, el mercenario retrocedió hacia atrás con la guardia bajada. Entonces, Alward clavó a Værdi en la espalda del primer mercenario que se había quedado expuesto por la anterior finta. Después de eso, notó cómo el segundo mercenario volvía a la carga. Sobre su eje, dio un rápido giro para esquivar el ataque y dar así un doble tajo con sus dos espadas a dicho enemigo para tirarlo al suelo, para luego dar el golpe de gracia ensartándolo también [1]. Todo ocurrió en apenas un par de segundos, pero para Alward fueron muy largos.
Una vez que se libró de aquellas dos molestias, echó un vistazo hacia sus compañeros, parecía que combatían contra el dragón humanoide. Raven estaba dando el cayo y desplegando todas sus habilidades contra este.
El castaño volvió a centrarse en la vampiresa peliblanca, que lo miraba incrédula, y casi como si de la impresión de la repentina escena se hubiera quedado sin habla.
Sin decir nada, el castaño activó el encantamiento de Værdi y la hoja de esta se prendió en vivas llamas. Así, dio un tajo contra las cadenas que contenían a la vampiresa, con la esperanza de que con aquel calor abrasador los eslabones cedieran [2].
________________________________________________________
Off:
-Habilidad usada: Contraataque [1]
-Encantamiento usado: Cascada de Fuego de Værdi [2]
La voz de Erik parecía distinta, alzó el puño y las máscaras empezaron a brillar. Un intenso dolor de cabeza se apoderó de Alward, que no dudó un segundo en tirar aquella maldita cosa que ya de poco le servía. Raven hizo lo mismo.
Definitivamente, aquel tipo no era Erik Vaccum. Mars le quiso asestar un tajo con una de sus espadas, pero el enemigo se desvaneció, apareciendo en otro lugar de la sala. Entonces, el dragón humanoide se abalanzó hasta El Jefe, agarrándolo del cuello en planeo y haciéndole estampar contra una pared.
Alward intentó socorrer a su maestro, pero dos mercenarios se interpusieron, bloqueándole el camino. El castaño apretó la mandíbula, frustrado.
-¡Apartad!-Exigió, pero la sonrisa de ambos contrincantes delataban que esa no sería su intención.
Sin más, se abalanzaron hacia el castaño a la vez. Alward detuvo ambos ataques con cada espada, una para cada respectivo rival. No fue un acto fácil, debido al empuje que ambos dieron en una misma dirección con gran intensidad, pero el Sevna estuvo a la altura de la situación. De nuevo, los mercenarios volvieron a atacar, iban armados con simples espadas bastardas, pero sabían luchar bien.
Raven, por su parte, fue liberado de la asfixia momentánea del dragón y se puso a dar ligeros planeos alrededor del extraño enmascarado, protegiendo a este de posibles ataques o llevando él la iniciativa ofensiva sobre Reivy y Lavey. El veterano se pudo poner en pie y divisar el lugar, sin duda la situación se había complicado.
Alward mantenía bien el tipo frente a los dos mercenarios. Contraatacaba en cuanto veía alguna que otra oportunidad, y algunas veces lograba tener éxito y realizar algún que otro corte. Las Sierpres entrenaban bien a sus efectivos, de eso podía estar seguro. Quién sabe lo peligroso que podían llegar a ser si formalizaran un ejército como tal.
En uno de los ataques que recibió el Sevna, uno de los dos mercenarios hizo una embestida con todas sus fuerzas con su arma, el castaño pudo fintar hacia un lado y esquivar el ataque, pero ahí le esperaba el otro contrincante, espada en mano y con un tajo fortísimo que el castaño repelió por puro acto reflejo con su arma diestra; Værdi. Con la inercia del impacto, el mercenario retrocedió hacia atrás con la guardia bajada. Entonces, Alward clavó a Værdi en la espalda del primer mercenario que se había quedado expuesto por la anterior finta. Después de eso, notó cómo el segundo mercenario volvía a la carga. Sobre su eje, dio un rápido giro para esquivar el ataque y dar así un doble tajo con sus dos espadas a dicho enemigo para tirarlo al suelo, para luego dar el golpe de gracia ensartándolo también [1]. Todo ocurrió en apenas un par de segundos, pero para Alward fueron muy largos.
Una vez que se libró de aquellas dos molestias, echó un vistazo hacia sus compañeros, parecía que combatían contra el dragón humanoide. Raven estaba dando el cayo y desplegando todas sus habilidades contra este.
El castaño volvió a centrarse en la vampiresa peliblanca, que lo miraba incrédula, y casi como si de la impresión de la repentina escena se hubiera quedado sin habla.
Sin decir nada, el castaño activó el encantamiento de Værdi y la hoja de esta se prendió en vivas llamas. Así, dio un tajo contra las cadenas que contenían a la vampiresa, con la esperanza de que con aquel calor abrasador los eslabones cedieran [2].
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Off:
-Habilidad usada: Contraataque [1]
-Encantamiento usado: Cascada de Fuego de Værdi [2]
Alward Sevna
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Re: Nido de sierpes [Mastereado][Alward+Reivy]
El rugido enemigo dio paso al desvanecimiento del oponente, y su inmediata reaparición a mi costado. No tuve tiempo de reacción y mi cuerpo indicaba que algo lo había pinchado, pero cuando giré mi cabeza para mirar la herida, no había nada1. ¿Qué diantres acababa de ocurrir? No tuve tiempo de pensar la respuesta, un nuevo ataque venía a por mí.
El fanático dragón buscaba mis flancos, algún punto débil, Yo notaba como mi cola y mis garras pasaban de largo cuando buscaba impactarle, sentía sus zarpas chocar contra mis escamas, oía los quejidos molestos de él al encontrarse con la electricidad que recorría mi cuerpo, pero nuevamente, no sentía que mi cuerpo recibiera daño alguno.
Lavey seguía enfrascada en lanzar flecha a los enemigos, hasta que sintió que la máscara que llevaba encima le apretaba la cabeza. La rubia se sacó la máscara en medio de un grito y miró con rabia la figura que volaba por la sala. La muchacha lo observó por unos instantes, descifrando la trayectoria y cuando estaba emprendiendo un ataque picado, Lavey sacó una flecha muy específica de su carcaj y la disparó hacia el dragón.2 Cuando la flecha pasó por encima de la bestia alada la punta comenzó a deshacerse y cientos de gotas de mercurio candente comenzaron a caer sobre las membranosas alas del atacante de su madre.
El hombre no tardó en comenzar a quejarse y a perder altura hasta quedar en el suelo a escasos metros de la dragona eléctrica.
La audaz cazadora había calculado una arriesgada jugada y ahora aquello se veía compensado con una potente embestida, proveniente de unos cuernos cargados de electricidad. No contenta con eso, Lavey buscó con sus dedos las plumas de una flecha encantada, en el interior de su carcaj.3 Apuntó a las piernas del dragón humanoide y aprovechó el ataque de su madre para lanzar el suyo.
__________________
Off:
1: Bajo el efecto de esta bendición, evito que el ataque de Jason Tïkër (y cualquier otro) tenga efecto.
Bendición del polvo de Tyr: Bajo los efectos de este polvo, eres inmune a todo tipo de maldiciones, heridas o enfermedades, hasta que consigas (o no) el famoso objeto, que tiene un efecto similar. Y toda runa que tengas que tirar en los próximos cinco temas, será de fortuna muy buena.
Como Reivy esta transformada no lleva mascara. Lavey se la quita.
2: Habilidad de Lavey, Flecha Racimo.
3: Flecha de tierra: Si le aciertas a alguien en una pierna, la cubre de barro. Se endurece muy rápido y es difícil de romper. Además, las grietas dejan partes afiladas. Si intentan moverse, les dolerá. Efecto general: Ralentiza al enemigo.
El fanático dragón buscaba mis flancos, algún punto débil, Yo notaba como mi cola y mis garras pasaban de largo cuando buscaba impactarle, sentía sus zarpas chocar contra mis escamas, oía los quejidos molestos de él al encontrarse con la electricidad que recorría mi cuerpo, pero nuevamente, no sentía que mi cuerpo recibiera daño alguno.
Lavey seguía enfrascada en lanzar flecha a los enemigos, hasta que sintió que la máscara que llevaba encima le apretaba la cabeza. La rubia se sacó la máscara en medio de un grito y miró con rabia la figura que volaba por la sala. La muchacha lo observó por unos instantes, descifrando la trayectoria y cuando estaba emprendiendo un ataque picado, Lavey sacó una flecha muy específica de su carcaj y la disparó hacia el dragón.2 Cuando la flecha pasó por encima de la bestia alada la punta comenzó a deshacerse y cientos de gotas de mercurio candente comenzaron a caer sobre las membranosas alas del atacante de su madre.
El hombre no tardó en comenzar a quejarse y a perder altura hasta quedar en el suelo a escasos metros de la dragona eléctrica.
La audaz cazadora había calculado una arriesgada jugada y ahora aquello se veía compensado con una potente embestida, proveniente de unos cuernos cargados de electricidad. No contenta con eso, Lavey buscó con sus dedos las plumas de una flecha encantada, en el interior de su carcaj.3 Apuntó a las piernas del dragón humanoide y aprovechó el ataque de su madre para lanzar el suyo.
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Off:
1: Bajo el efecto de esta bendición, evito que el ataque de Jason Tïkër (y cualquier otro) tenga efecto.
Bendición del polvo de Tyr: Bajo los efectos de este polvo, eres inmune a todo tipo de maldiciones, heridas o enfermedades, hasta que consigas (o no) el famoso objeto, que tiene un efecto similar. Y toda runa que tengas que tirar en los próximos cinco temas, será de fortuna muy buena.
Como Reivy esta transformada no lleva mascara. Lavey se la quita.
2: Habilidad de Lavey, Flecha Racimo.
3: Flecha de tierra: Si le aciertas a alguien en una pierna, la cubre de barro. Se endurece muy rápido y es difícil de romper. Además, las grietas dejan partes afiladas. Si intentan moverse, les dolerá. Efecto general: Ralentiza al enemigo.
Reivy Abadder
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