[Mastereado] Rescatando aionsitos... otra vez. [Magazubi]
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Hora de otro rescate
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Aventura, aventura, la aventura está por comenzar, chip chip. Yo me llamo Maga y voy a pastorear, chip chip, hop, hop. Los Aiones yo encontraré, chup chup, y así un pan… Yo me comeré. Tarán pan pan… Los Aiones yo encontraré y así, tin tin, un panquesito yo, yo, yo me comeré, chop, chop- La jovencita cantaba alegremente mientras pastoreaba a su pequeño grupo de 4 aiones -La aventura está por comenzar, chip chip- Dio un saltito sobre un charco para luego agacharse y esperar a sus dos cachorritos de aión -Un momento- Miró a todos lados asustada -Uno, dos…- Contó con sus pequeños dedos y luego miró, hacía apenas un instante estaban ahí, y ahora ¿a dónde se habían ido?
No debía salirse del camino, lo sabía, se lo habían dicho muchas veces, sin embargo ¿Cómo llegaría a su casa con solo dos de los cuatro aioncitos? No podía dejarlos por ahí solitos y desamparados en la noche oscura y fría -Panquesitooooo- Gritó sosteniendo un aion debajo de cada brazo -Pelotitaaaaaaaa- Los conocía muy bien y sabía exactamente cuáles le faltaban, fue entonces cuando se giró para ver aquello que se había parado detrás de ella -Ho, hola, se, señor de ojos rojos…- Dijo con voz inocente y asustada -¿Ha visto a Panquesito y Pelotita?
Suspiró y tomó aire para gritar de nuevo -Maaaagiiiiiiitaaaaaaaaaaa- Gritó Lizzie alzando los pies para poder avanzar en la nieve, se culpaba a sí misma por haberle dicho a su pequeña hija que iba a vender a los 4 cachorros de aion y en consecuencia, la pequeña había escapado con sus amiguitos, ahora la madre había salido a buscar a la pequeña fugitiva antes que la noche las sorprendiera lejos de casa, curiosamente su pequeña llevaba el mismo nombre de una adorable brujita que muchos años antes le había ayudado a recuperar a sus cachorros de aion.
Un poco antes de emprender el viaje había logrado colocar algunos afiches en el pueblo pidiendo ayuda para encontrar a la pequeña Magita, quien había escapado de casa junto con cuatro cachorros de aion, ofreciendo incluso una jugosa recompensa que incluía sus pocos ahorros que durante años había juntado para comprarse un lugar más grande que usaría como una granja de aiones.
Recientemente, por si fuera poco, dentro del pueblo corrían también los rumores de una extraña criatura que se dedicaba a perseguir y asesinar a los incautos que se aventuraban a cruzar los helados senderos que llevaban de camino al Río Tymer. Cosa que acrecentaba la preocupación de Lizzie y su prisa por encontrar a la pequeña niña.
∞ Bienvenida, Magazubi ¿Recuerdas la canción? Seguro que sí, ya conociste a Lizzie antes aunque tal vez no te reconozca con tu tamaño actual, o a Pelusa, pero eventualmente lo hará. Como has leído, su pequeña hija (que lleva tu nombre) se ha fugado de casa junto con 4 cachorros de aion y puede estar en peligro, cada momento que pasas leyendo este offrol la pone en riesgo, cada día que pases sin responder la pone en riesgo ¿por qué sigues leyendo esto? ¿Por qué no estás posteando para buscarla?
∞ En esta primera ronda debes justificar tu llegada al lugar, puedes encontrar los avisos de búsqueda en el pueblo cercano y emprender la búsqueda por tu cuenta o alcanzar a Lizzie, pero el tiempo corre y la pequeña está sola y desamparada ¿por qué sigues leyendo esto? Date prisa..
No debía salirse del camino, lo sabía, se lo habían dicho muchas veces, sin embargo ¿Cómo llegaría a su casa con solo dos de los cuatro aioncitos? No podía dejarlos por ahí solitos y desamparados en la noche oscura y fría -Panquesitooooo- Gritó sosteniendo un aion debajo de cada brazo -Pelotitaaaaaaaa- Los conocía muy bien y sabía exactamente cuáles le faltaban, fue entonces cuando se giró para ver aquello que se había parado detrás de ella -Ho, hola, se, señor de ojos rojos…- Dijo con voz inocente y asustada -¿Ha visto a Panquesito y Pelotita?
...
Suspiró y tomó aire para gritar de nuevo -Maaaagiiiiiiitaaaaaaaaaaa- Gritó Lizzie alzando los pies para poder avanzar en la nieve, se culpaba a sí misma por haberle dicho a su pequeña hija que iba a vender a los 4 cachorros de aion y en consecuencia, la pequeña había escapado con sus amiguitos, ahora la madre había salido a buscar a la pequeña fugitiva antes que la noche las sorprendiera lejos de casa, curiosamente su pequeña llevaba el mismo nombre de una adorable brujita que muchos años antes le había ayudado a recuperar a sus cachorros de aion.
Un poco antes de emprender el viaje había logrado colocar algunos afiches en el pueblo pidiendo ayuda para encontrar a la pequeña Magita, quien había escapado de casa junto con cuatro cachorros de aion, ofreciendo incluso una jugosa recompensa que incluía sus pocos ahorros que durante años había juntado para comprarse un lugar más grande que usaría como una granja de aiones.
Recientemente, por si fuera poco, dentro del pueblo corrían también los rumores de una extraña criatura que se dedicaba a perseguir y asesinar a los incautos que se aventuraban a cruzar los helados senderos que llevaban de camino al Río Tymer. Cosa que acrecentaba la preocupación de Lizzie y su prisa por encontrar a la pequeña niña.
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∞ Bienvenida, Magazubi ¿Recuerdas la canción? Seguro que sí, ya conociste a Lizzie antes aunque tal vez no te reconozca con tu tamaño actual, o a Pelusa, pero eventualmente lo hará. Como has leído, su pequeña hija (que lleva tu nombre) se ha fugado de casa junto con 4 cachorros de aion y puede estar en peligro, cada momento que pasas leyendo este offrol la pone en riesgo, cada día que pases sin responder la pone en riesgo ¿por qué sigues leyendo esto? ¿Por qué no estás posteando para buscarla?
∞ En esta primera ronda debes justificar tu llegada al lugar, puedes encontrar los avisos de búsqueda en el pueblo cercano y emprender la búsqueda por tu cuenta o alcanzar a Lizzie, pero el tiempo corre y la pequeña está sola y desamparada ¿por qué sigues leyendo esto? Date prisa..
Ansur
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Re: [Mastereado] Rescatando aionsitos... otra vez. [Magazubi]
La primera vez que había visto a Eva fue cuando esta volaba por los aires para ser estrellada contra el piso mientras luchaba contra Ariel. Aquellos tiempos habían sido extraños, pero definitivamente habían contribuido mucho en quien soy ahora.
Las circunstancias de la vida me hicieron encontrarme otra vez con la jóven dragona de cabellos azules. Necesitaba hacer una entrega con otros de su especie, sin embargo ella quería llevar refuerzos. Al parecer las chicas no estaban disponibles, y mi maldición combinado con mis habilidades de bruja encajaban para apoyarla.
Una extraña criatura se encontraba atrapada por unos idiotas en las Penínsulas de Verisar y su misión era llevarla a un lugar seguro en su pueblo.
Esperé que Eva hiciera su trabajo de hacerse con la criatura, yo lo único que debía hacer era acompañarla en el viaje, y seguramente yo aprovecharía de aprender mucho de esa mujer, que a parte de ser hermosa era letal y muy misteriosa.
Llegó el día del viaje. Preparé una pequeña maleta con cosas que podrían servirme.
-Por fin podré darle uso a estos guantes- reí y salí con Pelusa.
Cabalgué hasta el lugar de encuentro con Eva y me mostró la criatura que había salvado. Era una verdadera belleza, jamás había visto algo como eso. Era un lagarto del tamaño de mi brazo y sus escamas estaban repletas de colores vivos, se veía muy exótico. A Pelusa no le gustó mucho, pero era entendible; a pesar de que Eva nos había asegurado que no hacía nada yo tampoco me atrevería a estar demasiado cerca de ese lagartico.
Después de las formalidades el lagarto fue escondido dentro de una caja lista para nuestro vieja; todos iríamos a las tierras de Norte.
Fue un viaje largo, en el que aproveche de conversar con Eva sobre su aprendizaje de combate cuerpo a cuerpo. Ella tenía muy buenas historias de como ella y el grupo de chicas desempeñaban sus misiones y se preparaban. Eran brillantes.
-Me gustaría ser como ustedes, o mejor- dije con una sonrisa
Eva soltó una risa y me dijo -Todo llega a su tiempo, pero vas por buen camino- mientras su mano se posaba sobre la mía - ¡Oye! ¿Trajistes tus guantes? -
-Sí- dije para luego pensar en que a lo mejor mi gordito tendría frío en el Norte... -Aww, verdad que él viene de ahí- me dije a mí misma y me reí.
No recordaba que el Norte quedara tan lejos. Al inicio las historias y la lectura estaban bien pero después tuve que pedirle a Eva que entrenáramos un poco porque sino me iba a morir de aburrimiento.
Llegamos al Norte y había un frío infernal; parpadeé muchas veces porque sentía un poco resecos los ojos y me acordé... mis ojos. Suspiré esperando que aquella molestia inicial se disipara.
El viaje había sido infinito, pero lo bueno fue que cuando tuvimos que llevar al lagarto a un lugar seguro no tuvimos muchos problemas, al parecer Eva había hecho unas previsiones un poco exageradas pero... ella tendrá sus razones.
Faltaban unos días para el regreso, pero para ser sincera me daba un poco de pereza volver a pasar tanto tiempo rodeada de agua y con el tambaleo molesto de los barcos, así que traté de relajarme y pasear por el pueblo hasta que vi ¿Me están buscando? Ya va, esto no tiene sentido.
¡¡Uhh!! Solté y me monté sobre Pelusa sin pensarlo y cabalgamos lo más rápido posible hasta donde vivía Lizzie. Al inicio su nombre me sonaba pero al recordar quién era no pude evitar ir a toda prisa como si mi vida dependiera de ello.
Me bajé de mi aion y me puse en contacto con esta madre que con toda razón estaba desesperada por encontrar a su pequeña hija; necesitaba encontrarla urgentemente.
-¿Dónde fue la última vez que la vió? ¿En qué zonas le gusta jugar a su niña? ¿Tiene alguna idea hacia que dirección se fue?- pregunté desesperada porque la noche ya nos arropaba y me ponía muy nerviosa ver a la mujer que me regaló tanta alegría estar tan mal.
Lizzie de verdad no tenía ni la menor idea de la bendición tan hermosa que me regaló hace tantos años, y no existía formas de agradecerle cada risa, caricia y aventura que viví con Pelusa, pero al menos podía encontrar a su hija, era lo mínimo que podía hacer. Esto se había vuelto muy personal.
-¡Vamos Pelusa!- le dije a mi aion mientras me montaba otra vez sobre él para buscar a esa niña que a parte llevaba mi nombre.
¿Qué diantres? Whaaat, ¿Por qué? Espera... ¿Veo en la oscuridad? Mi visión nocturna definitivamente había mejorado un poco, no sabía que con mis ojos pudiera hacer eso, pero igual aquella era una diminuta ventaja y para algo tan importante como esto no me arriesgaría. Saqué rápidamente de mi bolso mi vara luminosa y esta desprendió una luz cálida a mi alrededor.
-MAGUITAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA- grité mientras cabalgaba a toda velocidad recorriendo los alrededores.
El viento helado me hacía jadear un poco mientras mis sentidos estaban muy sensibles; entre el frío, la preocupación, la adrenalina y la velocidad de mi aion sentía que se me iba a salir en corazón -¡¡¡MAGUITAAAAAA!!!- grité mucho más duro.
-Vamos más rápido bebé- le susurre a mi aion para que siguiéramos en la búsqueda.
-MAGUITAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA ¿DÓNDE ESTÁS?- gritaba con desesperación.
Cada que gritaba mi amigo cuadrúpedo se detenía para que el viento no disipara mis llamados. -¡Sigamos! Hay que conseguir a esa niña cueste lo que cueste- le susurré mientras mi aion no cuestionaba nada, supongo que al estar tanto tiempo conmigo entendía que esto no era un juego y que de verdad esta situación me preocupaba sobre manera.
-¿MAGUITA?- pregunté después de haber escuchado un ruido.
Sin esperar respuesta me bajé en un momento de Pelusa y con mi vara en la mano corrí hacia el lugar en donde creí escuchar el ruido -¿Maguita eres tú?- pregunté esta vez sin gritar esperando encontrar a la niña.
-Uuuhgg- pegué un brinco del susto.
Abrí mis ojos de par en par con el corazón otra vez acelerado y me llevé ambas manos a la boca para no hacer demasiado ruido.
-Hijos de su mamá- dije para dejarme caer unos segundos sobre el frío suelo -Casi me dan un infarto- miré el cielo por unos segundos -Pelusa, ¿podrías encargarte porfis?-
Mi valiente aion se acercó al arbusto que casi me mata del susto y se encargó de acoger a dos bolitas de pelos que se encontraban temerosas. Volteé a ver la escena y los dos monstruitos estaban acurrucándose entre las patas de Pelusa. Me acerqué con cuidado y extendí mi dedo índice -Si me vuelven a asustar así los mato- dije firme, pero al ver su esponjosidad, sus ojitos y toda su ternura tuve que bajar la guardia -Okey, okey, no los puedo matar, son demasiado adorables... pero por favor no me asusten así. Por cierto... ¿Saben en dónde está Maguita?- les pregunté y solo recibí que me ignoraran, porque luego de mi amenaza se volvieron a poner cómodos entre las patas de mi aion que también parecía muy feliz y agradado de que dos bolitas estuvieran con él.
Suspiré y llevé mi cabeza hacia atrás pensando. Maguita no debería estar tan lejos, estas cositas tienen patitas muy cortas.
-¿Crees que podrías ... ?- le dije a mi aion haciéndole señas como para que entendiera que necesitaba que esos aiones nos siguieran -Necesitamos encontrar a Maguita-
Caminé con paso acelerado con mi vara iluminando el camino y volví a gritar -MAGUITAAAAAAAAAAAAAA-.
Suspiré -Maguitaaa, por favor aparece-.
Las circunstancias de la vida me hicieron encontrarme otra vez con la jóven dragona de cabellos azules. Necesitaba hacer una entrega con otros de su especie, sin embargo ella quería llevar refuerzos. Al parecer las chicas no estaban disponibles, y mi maldición combinado con mis habilidades de bruja encajaban para apoyarla.
Una extraña criatura se encontraba atrapada por unos idiotas en las Penínsulas de Verisar y su misión era llevarla a un lugar seguro en su pueblo.
Esperé que Eva hiciera su trabajo de hacerse con la criatura, yo lo único que debía hacer era acompañarla en el viaje, y seguramente yo aprovecharía de aprender mucho de esa mujer, que a parte de ser hermosa era letal y muy misteriosa.
Llegó el día del viaje. Preparé una pequeña maleta con cosas que podrían servirme.
-Por fin podré darle uso a estos guantes- reí y salí con Pelusa.
Cabalgué hasta el lugar de encuentro con Eva y me mostró la criatura que había salvado. Era una verdadera belleza, jamás había visto algo como eso. Era un lagarto del tamaño de mi brazo y sus escamas estaban repletas de colores vivos, se veía muy exótico. A Pelusa no le gustó mucho, pero era entendible; a pesar de que Eva nos había asegurado que no hacía nada yo tampoco me atrevería a estar demasiado cerca de ese lagartico.
Después de las formalidades el lagarto fue escondido dentro de una caja lista para nuestro vieja; todos iríamos a las tierras de Norte.
Fue un viaje largo, en el que aproveche de conversar con Eva sobre su aprendizaje de combate cuerpo a cuerpo. Ella tenía muy buenas historias de como ella y el grupo de chicas desempeñaban sus misiones y se preparaban. Eran brillantes.
-Me gustaría ser como ustedes, o mejor- dije con una sonrisa
Eva soltó una risa y me dijo -Todo llega a su tiempo, pero vas por buen camino- mientras su mano se posaba sobre la mía - ¡Oye! ¿Trajistes tus guantes? -
-Sí- dije para luego pensar en que a lo mejor mi gordito tendría frío en el Norte... -Aww, verdad que él viene de ahí- me dije a mí misma y me reí.
No recordaba que el Norte quedara tan lejos. Al inicio las historias y la lectura estaban bien pero después tuve que pedirle a Eva que entrenáramos un poco porque sino me iba a morir de aburrimiento.
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Llegamos al Norte y había un frío infernal; parpadeé muchas veces porque sentía un poco resecos los ojos y me acordé... mis ojos. Suspiré esperando que aquella molestia inicial se disipara.
El viaje había sido infinito, pero lo bueno fue que cuando tuvimos que llevar al lagarto a un lugar seguro no tuvimos muchos problemas, al parecer Eva había hecho unas previsiones un poco exageradas pero... ella tendrá sus razones.
Faltaban unos días para el regreso, pero para ser sincera me daba un poco de pereza volver a pasar tanto tiempo rodeada de agua y con el tambaleo molesto de los barcos, así que traté de relajarme y pasear por el pueblo hasta que vi ¿Me están buscando? Ya va, esto no tiene sentido.
¡¡Uhh!! Solté y me monté sobre Pelusa sin pensarlo y cabalgamos lo más rápido posible hasta donde vivía Lizzie. Al inicio su nombre me sonaba pero al recordar quién era no pude evitar ir a toda prisa como si mi vida dependiera de ello.
Me bajé de mi aion y me puse en contacto con esta madre que con toda razón estaba desesperada por encontrar a su pequeña hija; necesitaba encontrarla urgentemente.
-¿Dónde fue la última vez que la vió? ¿En qué zonas le gusta jugar a su niña? ¿Tiene alguna idea hacia que dirección se fue?- pregunté desesperada porque la noche ya nos arropaba y me ponía muy nerviosa ver a la mujer que me regaló tanta alegría estar tan mal.
Lizzie de verdad no tenía ni la menor idea de la bendición tan hermosa que me regaló hace tantos años, y no existía formas de agradecerle cada risa, caricia y aventura que viví con Pelusa, pero al menos podía encontrar a su hija, era lo mínimo que podía hacer. Esto se había vuelto muy personal.
-¡Vamos Pelusa!- le dije a mi aion mientras me montaba otra vez sobre él para buscar a esa niña que a parte llevaba mi nombre.
¿Qué diantres? Whaaat, ¿Por qué? Espera... ¿Veo en la oscuridad? Mi visión nocturna definitivamente había mejorado un poco, no sabía que con mis ojos pudiera hacer eso, pero igual aquella era una diminuta ventaja y para algo tan importante como esto no me arriesgaría. Saqué rápidamente de mi bolso mi vara luminosa y esta desprendió una luz cálida a mi alrededor.
-MAGUITAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA- grité mientras cabalgaba a toda velocidad recorriendo los alrededores.
El viento helado me hacía jadear un poco mientras mis sentidos estaban muy sensibles; entre el frío, la preocupación, la adrenalina y la velocidad de mi aion sentía que se me iba a salir en corazón -¡¡¡MAGUITAAAAAA!!!- grité mucho más duro.
-Vamos más rápido bebé- le susurre a mi aion para que siguiéramos en la búsqueda.
-MAGUITAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA ¿DÓNDE ESTÁS?- gritaba con desesperación.
Cada que gritaba mi amigo cuadrúpedo se detenía para que el viento no disipara mis llamados. -¡Sigamos! Hay que conseguir a esa niña cueste lo que cueste- le susurré mientras mi aion no cuestionaba nada, supongo que al estar tanto tiempo conmigo entendía que esto no era un juego y que de verdad esta situación me preocupaba sobre manera.
-¿MAGUITA?- pregunté después de haber escuchado un ruido.
Sin esperar respuesta me bajé en un momento de Pelusa y con mi vara en la mano corrí hacia el lugar en donde creí escuchar el ruido -¿Maguita eres tú?- pregunté esta vez sin gritar esperando encontrar a la niña.
-Uuuhgg- pegué un brinco del susto.
Abrí mis ojos de par en par con el corazón otra vez acelerado y me llevé ambas manos a la boca para no hacer demasiado ruido.
-Hijos de su mamá- dije para dejarme caer unos segundos sobre el frío suelo -Casi me dan un infarto- miré el cielo por unos segundos -Pelusa, ¿podrías encargarte porfis?-
Mi valiente aion se acercó al arbusto que casi me mata del susto y se encargó de acoger a dos bolitas de pelos que se encontraban temerosas. Volteé a ver la escena y los dos monstruitos estaban acurrucándose entre las patas de Pelusa. Me acerqué con cuidado y extendí mi dedo índice -Si me vuelven a asustar así los mato- dije firme, pero al ver su esponjosidad, sus ojitos y toda su ternura tuve que bajar la guardia -Okey, okey, no los puedo matar, son demasiado adorables... pero por favor no me asusten así. Por cierto... ¿Saben en dónde está Maguita?- les pregunté y solo recibí que me ignoraran, porque luego de mi amenaza se volvieron a poner cómodos entre las patas de mi aion que también parecía muy feliz y agradado de que dos bolitas estuvieran con él.
Suspiré y llevé mi cabeza hacia atrás pensando. Maguita no debería estar tan lejos, estas cositas tienen patitas muy cortas.
-¿Crees que podrías ... ?- le dije a mi aion haciéndole señas como para que entendiera que necesitaba que esos aiones nos siguieran -Necesitamos encontrar a Maguita-
Caminé con paso acelerado con mi vara iluminando el camino y volví a gritar -MAGUITAAAAAAAAAAAAAA-.
Suspiré -Maguitaaa, por favor aparece-.
___________
Off
La primera parte justifica mi llegada al reino del Norte.
Maga(yo) tiene una maldición y hace que sus ojos se pongan como los de un dragón, y por otro lado está usando unos guantes de escamas de dragón.
Si eres curios@ con esa parte te presento a [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo], es una dragona que conocí hace un tiempo; y el lagarto que salva de la península es este: [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo].
Con respecto a esta trama, Maga se consigue a Lizzie, le hace unas preguntas y se va por su cuenta a buscar a Maguita(chiquilla perdida) y se consigue a dos aiones.
No quise encontrarme aún con Maguita porque no sé que tienen los Dioses Masters para mí xD
Off
La primera parte justifica mi llegada al reino del Norte.
Maga(yo) tiene una maldición y hace que sus ojos se pongan como los de un dragón, y por otro lado está usando unos guantes de escamas de dragón.
Si eres curios@ con esa parte te presento a [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo], es una dragona que conocí hace un tiempo; y el lagarto que salva de la península es este: [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo].
Con respecto a esta trama, Maga se consigue a Lizzie, le hace unas preguntas y se va por su cuenta a buscar a Maguita(chiquilla perdida) y se consigue a dos aiones.
No quise encontrarme aún con Maguita porque no sé que tienen los Dioses Masters para mí xD
Magazubi
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Re: [Mastereado] Rescatando aionsitos... otra vez. [Magazubi]
Aquella tarde pronto llegaría a su fin, y el frío del norte sería inclemente una vez que se ocultara el sol, quedaban como mucho un par de horas de luz, tal vez menos, y la pequeña bruja debía darse prisa para encontrar a la hija de Lizzie, de quien no había podido encontrar mucha información debido a la abrumadora sucesión de preguntas que apenas y dejaron reaccionar a la pobre mujer -Solo estaba enojada porque íbamos a vender a los cachorritos de Aion y ella dice que son parte de la familia- Dijo la mujer con cierta culpa -La había enviado a su habitación y cuando fui por ella, había escapado por la ventana y se llevó 4 aioncitos con ella.
No parecía ser mucha información pero con la prisa que cargaba la pequeña hechicera, no pudo decir mucho más la mujer -Ten cuidado con los…- Magazubi ya estaba muy lejos para escuchar el final de aquella advertencia. Sin temor ni cuidado se internó en la nieve hasta encontrar en uno de los senderos a dos de las cuatro criaturitas que acompañaban a la pequeña Magi, se encontraban perdidos, mojados y asustados, por lo que en principio fueron un poco esquivos y trataron de alejarse pero sus cortas patitas y cuerpos rechonchitos no les ayudaron mucho.
Solamente el silbido del viento y los gritos de Magazubi interrumpías el silencio de aquellas heladas praderas, en donde la joven bruja y su valiente aion que había conseguido subir a su lomo al par de cachorros, avanzaban en la búsqueda de la niña perdida, aunque pronto entendería que tal vez gritar de esa manera no era la mejor de las ideas, los pequeños cachorros comenzaron a temblar y casi por instinto, Pelusa mordió la ropa de Magazubi para invitarla a esconderse junto con él entre nieve y arbustos.
Unos instantes después, un par de siluetas se dibujaban entre la neblina cada vez más densa -Claro que lo escuché, idiota, no estoy sordo- Dijo una de las siluetas, un hombre alto y fornido de largas barbas doradas y nombre Urgos, acompañado de otro al que le faltaba pelo en la cabeza y se le había ido a la barba -No debe estar lejos ¿pero nos servirá otra jovencita? La venta de la última vez no resultó muy bien- debatió el segundo de nombre Claus antes de ser interrumpido por el de barbas largas -Silencio, tonto, escucha- Indicó para que guardara silencio.
Repentinamente se escuchó un sonido a lo lejos -Debe ser ella, de prisa- Dijo Urgos y ambos hombres avanzaría de prisa hacia la fuente del sonido a menos que la joven bruja se los impidiera, aunque por la cara de pocos amigos y el aspecto intimidante de estos, no parecía que quisieran dialogar pacíficamente. Maguita tendría que esperar que se alejaran un poco antes de sentirse segura del todo, pero esto también añadía una nueva preocupación ¿Habían atrapado esos hombres a la pequeña Magi?
∞ Poco a poco van apareciendo nuevos detalles, ya sabes al menos por qué huyó la pequeña, aunque no terminaste de escuchar la advertencia de Lizzie, ¿Y quiénes son esos dos hombres? Parece que andan de cacería y no sería buena idea molestarlos, al menos no sin saber lo que quieren o si hay más de ellos cerca.
∞ En este turno puedes seguirlos en su camino a la fuente del sonido que escucharon, tal vez te lleven a donde se encuentra la niña fugitiva y escuchando su conversación sepas lo que están buscando pero ten cuidado de no dejarte ver, desde luego, una integrante del Gremio de Ladrones lleva el sigilo en la sangre.
No parecía ser mucha información pero con la prisa que cargaba la pequeña hechicera, no pudo decir mucho más la mujer -Ten cuidado con los…- Magazubi ya estaba muy lejos para escuchar el final de aquella advertencia. Sin temor ni cuidado se internó en la nieve hasta encontrar en uno de los senderos a dos de las cuatro criaturitas que acompañaban a la pequeña Magi, se encontraban perdidos, mojados y asustados, por lo que en principio fueron un poco esquivos y trataron de alejarse pero sus cortas patitas y cuerpos rechonchitos no les ayudaron mucho.
Solamente el silbido del viento y los gritos de Magazubi interrumpías el silencio de aquellas heladas praderas, en donde la joven bruja y su valiente aion que había conseguido subir a su lomo al par de cachorros, avanzaban en la búsqueda de la niña perdida, aunque pronto entendería que tal vez gritar de esa manera no era la mejor de las ideas, los pequeños cachorros comenzaron a temblar y casi por instinto, Pelusa mordió la ropa de Magazubi para invitarla a esconderse junto con él entre nieve y arbustos.
Unos instantes después, un par de siluetas se dibujaban entre la neblina cada vez más densa -Claro que lo escuché, idiota, no estoy sordo- Dijo una de las siluetas, un hombre alto y fornido de largas barbas doradas y nombre Urgos, acompañado de otro al que le faltaba pelo en la cabeza y se le había ido a la barba -No debe estar lejos ¿pero nos servirá otra jovencita? La venta de la última vez no resultó muy bien- debatió el segundo de nombre Claus antes de ser interrumpido por el de barbas largas -Silencio, tonto, escucha- Indicó para que guardara silencio.
Repentinamente se escuchó un sonido a lo lejos -Debe ser ella, de prisa- Dijo Urgos y ambos hombres avanzaría de prisa hacia la fuente del sonido a menos que la joven bruja se los impidiera, aunque por la cara de pocos amigos y el aspecto intimidante de estos, no parecía que quisieran dialogar pacíficamente. Maguita tendría que esperar que se alejaran un poco antes de sentirse segura del todo, pero esto también añadía una nueva preocupación ¿Habían atrapado esos hombres a la pequeña Magi?
- Urgos:
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- Claus:
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∞ Poco a poco van apareciendo nuevos detalles, ya sabes al menos por qué huyó la pequeña, aunque no terminaste de escuchar la advertencia de Lizzie, ¿Y quiénes son esos dos hombres? Parece que andan de cacería y no sería buena idea molestarlos, al menos no sin saber lo que quieren o si hay más de ellos cerca.
∞ En este turno puedes seguirlos en su camino a la fuente del sonido que escucharon, tal vez te lleven a donde se encuentra la niña fugitiva y escuchando su conversación sepas lo que están buscando pero ten cuidado de no dejarte ver, desde luego, una integrante del Gremio de Ladrones lleva el sigilo en la sangre.
Ansur
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Re: [Mastereado] Rescatando aionsitos... otra vez. [Magazubi]
Gritaba a todo pulmón, de verdad estaba desesperada por encontrar a la pequeña que llevaba mi nombre.
Con el corazón acelerado y los nervios de punta por no conseguir rastros de la chiquilla seguí gritando sin percatarme demasiado de que pronto caería la noche.
Seguí dejando mis pulmones en cada grito hasta que ...
¿Qué diab...? ¿Qué qué hace? Pensé tratando de zafarme de Pelusa que me mordía por la ropa y me halaba. ¿Pelusa no entiende que estoy demasiado ocupada como para ponerme a jugar o a lidíar con sus mordiditas fastidiosas?
¡¡Aaagh!! Lo odio. Pensé en cuanto sentí su halón realmente fuerte que me hizo caer al suelo helado.
Me dispuse a levantarme, pero oí algo y enseguida me arrastré por el piso haciéndole caso a Pelusa y apagé mi vara luminosa. Me puse alerta y me escondí detrás de unos arbustos con los tres aiones. Coloqué mis manos sobre mi boca y me limité a esperar un poco. Creo que no había sido tan buena idea estar gritando así; esperaba encontrar a la pequeña pero no contaba con que me podría encontrar con otras personas.
Con todo en silencio después de aquellos gritos pude escuchar mi corazón agitado y pude sentir en mi respiración como aquel frio estaba empezando a afectarme. Negué con la cabeza por mi imprudencia y me acomodé un poco al sentir la presencia de otros seres que aparentaba ser humanos.
Traté de buscar una postura que me permitiera ver qué pasaba pero el ambiente se estaba poniendo un poco denso con la neblina.
No pude ver con demasiada claridad, pero al parecer se trataba de dos hombres grandes, y por su tono de voz y fragmentos de su conversación no precían nada amigables.
Ya va, ¿otra jovencita? A penas escuché aquellas palabras moví con telekinesis mis agujas para posicionarlas entre mis dedos como garras a espera de atacar y descuartizar a esos tipos que podrían tener a Maguita. Apreté mis manos con fuerza tratando de contenerme y empecé a tratar de controlar mi respiración; si seguía así de alterada seguramente haría un desastre.
Inhala, exhala, inhala, exhala; me repetía mentalmente para buscar un estado de alerta pero sin tanta tensión. Luego se escuchó un sonido extraño y ... exhala, inhala, exhala.
Poco a poco fui soltando la tensión en mis manos sin dejar de sujetar mis agujas de forma firme y esperé un momento a que estos hombres siguieran su camino ¿Habrá sigo Maga la del sonido? pensé esta vez más serena pero alerta.
Me levanté con cuidado del suelo y pegué unos segundos mi frente con la de mi aion como señal de agradecimiento por halarme; también como advertencia de que a partir de ahora teníamos que estar muy atentos; y que seguiríamos a aquellos hombres.
Los seguí con los aiones y con una distancia prudente tratando de no perderlos. Necesitaba primero entender quienes son, qué intenciones tienen y si tienen algo que ver con Maguita.
...
Después de un tiempito me tuve que volver a ocultar para tratar de sacar más información y luego...
Salí de mi escondite dejando a los aiones ocultos; plantándome frente a ellos con mis pies paralelos a mis hombros, con mis brazos ligeros reposando a mis costados y lista para cualquier cosa.
-Hola- dije con un toque coqueto.
Con el corazón acelerado y los nervios de punta por no conseguir rastros de la chiquilla seguí gritando sin percatarme demasiado de que pronto caería la noche.
Seguí dejando mis pulmones en cada grito hasta que ...
¿Qué diab...? ¿Qué qué hace? Pensé tratando de zafarme de Pelusa que me mordía por la ropa y me halaba. ¿Pelusa no entiende que estoy demasiado ocupada como para ponerme a jugar o a lidíar con sus mordiditas fastidiosas?
¡¡Aaagh!! Lo odio. Pensé en cuanto sentí su halón realmente fuerte que me hizo caer al suelo helado.
Me dispuse a levantarme, pero oí algo y enseguida me arrastré por el piso haciéndole caso a Pelusa y apagé mi vara luminosa. Me puse alerta y me escondí detrás de unos arbustos con los tres aiones. Coloqué mis manos sobre mi boca y me limité a esperar un poco. Creo que no había sido tan buena idea estar gritando así; esperaba encontrar a la pequeña pero no contaba con que me podría encontrar con otras personas.
Con todo en silencio después de aquellos gritos pude escuchar mi corazón agitado y pude sentir en mi respiración como aquel frio estaba empezando a afectarme. Negué con la cabeza por mi imprudencia y me acomodé un poco al sentir la presencia de otros seres que aparentaba ser humanos.
Traté de buscar una postura que me permitiera ver qué pasaba pero el ambiente se estaba poniendo un poco denso con la neblina.
No pude ver con demasiada claridad, pero al parecer se trataba de dos hombres grandes, y por su tono de voz y fragmentos de su conversación no precían nada amigables.
Ya va, ¿otra jovencita? A penas escuché aquellas palabras moví con telekinesis mis agujas para posicionarlas entre mis dedos como garras a espera de atacar y descuartizar a esos tipos que podrían tener a Maguita. Apreté mis manos con fuerza tratando de contenerme y empecé a tratar de controlar mi respiración; si seguía así de alterada seguramente haría un desastre.
Inhala, exhala, inhala, exhala; me repetía mentalmente para buscar un estado de alerta pero sin tanta tensión. Luego se escuchó un sonido extraño y ... exhala, inhala, exhala.
Poco a poco fui soltando la tensión en mis manos sin dejar de sujetar mis agujas de forma firme y esperé un momento a que estos hombres siguieran su camino ¿Habrá sigo Maga la del sonido? pensé esta vez más serena pero alerta.
Me levanté con cuidado del suelo y pegué unos segundos mi frente con la de mi aion como señal de agradecimiento por halarme; también como advertencia de que a partir de ahora teníamos que estar muy atentos; y que seguiríamos a aquellos hombres.
Los seguí con los aiones y con una distancia prudente tratando de no perderlos. Necesitaba primero entender quienes son, qué intenciones tienen y si tienen algo que ver con Maguita.
...
Después de un tiempito me tuve que volver a ocultar para tratar de sacar más información y luego...
- :
Salí de mi escondite dejando a los aiones ocultos; plantándome frente a ellos con mis pies paralelos a mis hombros, con mis brazos ligeros reposando a mis costados y lista para cualquier cosa.
-Hola- dije con un toque coqueto.
Magazubi
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Re: [Mastereado] Rescatando aionsitos... otra vez. [Magazubi]
Avanzaron de prisa aquellos misteriosos hombres a través de los caminos helados que ya comenzaban a rodear una de las grandes montañas, el sendero pedregoso y helado comenzaba a hacer difícil caminar, haciendo que, a ratos, Claus resbalara levemente y amenazara con caerse -Odio este lugar, y este trabajo, y a esa maldita mocosa- Protestaba Claus -Cállate, que por tu culpa se nos escapó antes, ya era nuestra- Reveló Urgos dejando saber a nuestra valiente heroína que los seguía de cerca, que aquellos grandulones al parecer no tenían en su poder a la pequeña, en caso que se tratara de la misma niña de la que hablaban.
No pasó mucho tiempo (como era de esperarse, desde luego) antes que la intrépida ladrona dejara atrás la seguridad del sigilo para entrar en confrontación directa con aquellos hombres que la superaban en tamaño, fuerza, maldad y cualquier atributo físico posible. Aunque claro, ella tenía un buen plan, debía tener uno muy bueno para hacer semejante locura -Hola- Respondió Claus con una inquietante sonrisa antes de caer en cuenta de lo que tenía antes sus ojos -Urgos- Llamó a su compañero que seguía avanzando sin mirar atrás -¿Qué?- Respondió inspeccionando el terreno -Creo que encontré algo- Dijo Claus sin apartar la vista de la criatura.
Sigilosa no era una palabra que la definiera muy bien, pero estratégica sí, o esperemos que así sea -Si tiene valor, mételo al bolso y sigamos avanzando- Dijo Urgos mientras fijaba sus pies en el hielo para no resbalar. Un poco más atrás, Claus miraba a la chica y miraba su pequeño bolso en donde difícilmente lograría acomodar a la jovencita, miró su hacha, miró su bolso y de nuevo a la chica pensando en la manera de acomodarla por piezas, de cualquier manera, no parecía una tarea fácil.
Urgos era de carácter fuerte y no era buena idea contradecirlo, así que, si él quería a la niña en el bolso, había que meterla en el bolso -Tú vendrás con nosotros- Dijo mientras intentaba alcanzarla con una mano, tarea que no tendría nada fácil con lo rápida y pequeña que era la joven bruja -No te muevas, estoy tratando de atraparte- Le lanzó un ataque con su hacha apuntando a separarle la cabeza del cuerpo. El suelo helado hacía que resbalar fuera la habilidad principal de Claus, lo que facilitaba a Magazubi a escapar de sus ataques y evitar ser capturada, hasta que apareció un peligro mucho mayor.
Ruido y vibraciones delataron que una gran roca se había desprendido entre los picos de la montaña y rodaba a donde se encontraba Magazubi con los grandulones, uno de ellos apenas logró ver a la brujita cuando intentó alertar a su compañero del peligro -¡Deja de jugar y cúbrete! ¡Alguien ahí arriba nos ataca!- Le gritó a Claus que se agachó para ver como la roca pasaba sobre su cabeza y abría un agujero en el piso a un par de metros -Casi que no la cuento- Dijo Feliz antes que el piso se desquebrajara bajo sus pies para llevárselo abajo, aunque el peligro aún no terminaba, una especie de licántropo de gran tamaño y ojos rojos los observaba desde lo alto de la empinada montaña y se preparaba para dejarles caer más rocas.
∞ Lograste descubrir que los sujetos no tienen a la niña, aunque tal parece que un plan que implique mantener el sigilo y la discreción es mucho pedir, señorita experimentada del Gremio de Ladrones, así que haremos ruido, mucho ruido, en primer lugar debes enfrentar a Claus evitando que te atrape, al menos hasta que la roca y el agujero en el piso te lo quiten de encima, pero no será el único peligro.
∞ Hay una bestia enorme y peluda sobre la montaña que está lanzando rocas para acabar con ustedes, no puedes saber de qué lado está, por lo que de momento la única opción es evitar ser aplastada hasta que pase el peligro, aunque al menos esa podría ser último ser que vio a la pequeña Magi con vida, así que al menos vas por buen camino.
No pasó mucho tiempo (como era de esperarse, desde luego) antes que la intrépida ladrona dejara atrás la seguridad del sigilo para entrar en confrontación directa con aquellos hombres que la superaban en tamaño, fuerza, maldad y cualquier atributo físico posible. Aunque claro, ella tenía un buen plan, debía tener uno muy bueno para hacer semejante locura -Hola- Respondió Claus con una inquietante sonrisa antes de caer en cuenta de lo que tenía antes sus ojos -Urgos- Llamó a su compañero que seguía avanzando sin mirar atrás -¿Qué?- Respondió inspeccionando el terreno -Creo que encontré algo- Dijo Claus sin apartar la vista de la criatura.
Sigilosa no era una palabra que la definiera muy bien, pero estratégica sí, o esperemos que así sea -Si tiene valor, mételo al bolso y sigamos avanzando- Dijo Urgos mientras fijaba sus pies en el hielo para no resbalar. Un poco más atrás, Claus miraba a la chica y miraba su pequeño bolso en donde difícilmente lograría acomodar a la jovencita, miró su hacha, miró su bolso y de nuevo a la chica pensando en la manera de acomodarla por piezas, de cualquier manera, no parecía una tarea fácil.
Urgos era de carácter fuerte y no era buena idea contradecirlo, así que, si él quería a la niña en el bolso, había que meterla en el bolso -Tú vendrás con nosotros- Dijo mientras intentaba alcanzarla con una mano, tarea que no tendría nada fácil con lo rápida y pequeña que era la joven bruja -No te muevas, estoy tratando de atraparte- Le lanzó un ataque con su hacha apuntando a separarle la cabeza del cuerpo. El suelo helado hacía que resbalar fuera la habilidad principal de Claus, lo que facilitaba a Magazubi a escapar de sus ataques y evitar ser capturada, hasta que apareció un peligro mucho mayor.
Ruido y vibraciones delataron que una gran roca se había desprendido entre los picos de la montaña y rodaba a donde se encontraba Magazubi con los grandulones, uno de ellos apenas logró ver a la brujita cuando intentó alertar a su compañero del peligro -¡Deja de jugar y cúbrete! ¡Alguien ahí arriba nos ataca!- Le gritó a Claus que se agachó para ver como la roca pasaba sobre su cabeza y abría un agujero en el piso a un par de metros -Casi que no la cuento- Dijo Feliz antes que el piso se desquebrajara bajo sus pies para llevárselo abajo, aunque el peligro aún no terminaba, una especie de licántropo de gran tamaño y ojos rojos los observaba desde lo alto de la empinada montaña y se preparaba para dejarles caer más rocas.
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∞ Lograste descubrir que los sujetos no tienen a la niña, aunque tal parece que un plan que implique mantener el sigilo y la discreción es mucho pedir, señorita experimentada del Gremio de Ladrones, así que haremos ruido, mucho ruido, en primer lugar debes enfrentar a Claus evitando que te atrape, al menos hasta que la roca y el agujero en el piso te lo quiten de encima, pero no será el único peligro.
∞ Hay una bestia enorme y peluda sobre la montaña que está lanzando rocas para acabar con ustedes, no puedes saber de qué lado está, por lo que de momento la única opción es evitar ser aplastada hasta que pase el peligro, aunque al menos esa podría ser último ser que vio a la pequeña Magi con vida, así que al menos vas por buen camino.
Ansur
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Re: [Mastereado] Rescatando aionsitos... otra vez. [Magazubi]
Había escuchado que aquellos hombres habían tenido a una "mocosa" y que se les escapó. ¿Esa no era razón suficiente como para acercarme amablemente y preguntarles? Tenía muchas cosas que preguntarles.
Aquellas interrogantes, la desesperación por encontrar a la pequeña y mi actitud diva (porque había tenido un buen día) eran lo que me motivaba a plantarme en cara.
Momentos después me sentí agradecida porque uno de los hombres me consideró de valor y relajé un poco mis manos a pesar de que ahora querían meterme en un bolso.
-Vale, puedo ir con ustedes- le contesté sonriente dispuesta a caminar con ellos por mi propia voluntad; pero al parecer no eran sus intenciones, se empeñaba en querer atraparme y eso no me gustaba.
Mantuve mi distancia y movía mi dorso de forma rápida para esquivar al hombre de ojos saltones. Traté de no mover mucho mis pies para evitar resbalar; y en ese momento agradecía mi metro y medio.
Me asuntó ver lo próximo que se encontraba su hacha de mí y me lancé a la nieve con intenciones de deslizarme y quitarme de su foco. A pesar de que las armas de mi contrincante estaban peligrosamente cerca me estaba divirtiendo; aquello era muy emocionante. En eso el suelo empezó a vibrar y mi atención se enfocó en una silueta que al parecer nos lanzaba una roca gigante. De inmediato me levanté del piso sin alejarme demasiado y me quedé en posición de ranita preparada para cualquier cosa.
¡Era mi momento!
Con mis piernas flexionadas me impulsé para montarme sobre la espalda del hombre del hacha (Claus); lo abracé como si yo fuese una garrapatica y con telekinesis lancé sus armas para que no estuvieran a su alcance, ni en el del compañero.(1 y 2)
Con un bracito me sostuve sobre su espalda y con el otro sostuve 3 agujas como garras y las pasé peligrosamente sobre el cuello del hombre, con suficiente presión para que sintiera un leve rasguño.
-Menos mal estás vivo para contarlo...- dije amenazante -Empieza a hablar ¿Quienes son ustedes? ¿De qué mocosa hablaban? ¿A dónde fue la niña? ¿Qué nos atacó? ¿Qué está pasando aquí?- pregunté un poco desesperada; ya necesitaba encontrar a Maguita, me daba terror pensar que está sola con tanta maldad suelta. Coloqué rápido mis agujas apuntando al cuello del hombre de forma perpendicular para que no se le ocurriera batuquearme demasiado.
Okey, creo que tengo la situación controlada, pero... Me falta el otro mastodonte. Si se atreve a amenazarme puede que use a este de rehén, pero no sé qué tanto vaya a funcionar todo esto.
Tomé aire e hice un poco de presión con mis agujas para apurar un poco el proceso.
Aquellas interrogantes, la desesperación por encontrar a la pequeña y mi actitud diva (porque había tenido un buen día) eran lo que me motivaba a plantarme en cara.
Momentos después me sentí agradecida porque uno de los hombres me consideró de valor y relajé un poco mis manos a pesar de que ahora querían meterme en un bolso.
-Vale, puedo ir con ustedes- le contesté sonriente dispuesta a caminar con ellos por mi propia voluntad; pero al parecer no eran sus intenciones, se empeñaba en querer atraparme y eso no me gustaba.
Mantuve mi distancia y movía mi dorso de forma rápida para esquivar al hombre de ojos saltones. Traté de no mover mucho mis pies para evitar resbalar; y en ese momento agradecía mi metro y medio.
Me asuntó ver lo próximo que se encontraba su hacha de mí y me lancé a la nieve con intenciones de deslizarme y quitarme de su foco. A pesar de que las armas de mi contrincante estaban peligrosamente cerca me estaba divirtiendo; aquello era muy emocionante. En eso el suelo empezó a vibrar y mi atención se enfocó en una silueta que al parecer nos lanzaba una roca gigante. De inmediato me levanté del piso sin alejarme demasiado y me quedé en posición de ranita preparada para cualquier cosa.
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¡Era mi momento!
Con mis piernas flexionadas me impulsé para montarme sobre la espalda del hombre del hacha (Claus); lo abracé como si yo fuese una garrapatica y con telekinesis lancé sus armas para que no estuvieran a su alcance, ni en el del compañero.(1 y 2)
Con un bracito me sostuve sobre su espalda y con el otro sostuve 3 agujas como garras y las pasé peligrosamente sobre el cuello del hombre, con suficiente presión para que sintiera un leve rasguño.
-Menos mal estás vivo para contarlo...- dije amenazante -Empieza a hablar ¿Quienes son ustedes? ¿De qué mocosa hablaban? ¿A dónde fue la niña? ¿Qué nos atacó? ¿Qué está pasando aquí?- pregunté un poco desesperada; ya necesitaba encontrar a Maguita, me daba terror pensar que está sola con tanta maldad suelta. Coloqué rápido mis agujas apuntando al cuello del hombre de forma perpendicular para que no se le ocurriera batuquearme demasiado.
Okey, creo que tengo la situación controlada, pero... Me falta el otro mastodonte. Si se atreve a amenazarme puede que use a este de rehén, pero no sé qué tanto vaya a funcionar todo esto.
Tomé aire e hice un poco de presión con mis agujas para apurar un poco el proceso.
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(1) Nivel 2 - Grandes Saltos [Pasiva][Telekinesis] El control de telekinesis le permite al personaje dar grandes saltos acrobáticos y caer sin problemas, usando su telekinesis en si mismo para controlar levemente su estado en el aire.
(2) Nivel 4 - Despojo de Armas [2 usos][Telekinesis] Uso mi telekinesis para intentar despojar a un objetivo de sus armas.(Me queda 1 uso)
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(1) Nivel 2 - Grandes Saltos [Pasiva][Telekinesis] El control de telekinesis le permite al personaje dar grandes saltos acrobáticos y caer sin problemas, usando su telekinesis en si mismo para controlar levemente su estado en el aire.
(2) Nivel 4 - Despojo de Armas [2 usos][Telekinesis] Uso mi telekinesis para intentar despojar a un objetivo de sus armas.(Me queda 1 uso)
Magazubi
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Re: [Mastereado] Rescatando aionsitos... otra vez. [Magazubi]
Apenas y podía seguirle el paso a la escurridiza chica hasta que ésta se le trepó en la cabeza como una ardilla -¿qué acáso no te dije que…?- Dijo Urgos de mal humor al volvear hacia su compañero, interrumpiendo el final de la pregunta al notar que había una jovencita trepada en la cabeza del otro -¿Por qué no me dijiste que había una niña más?- Preguntó furioso distrayendo por un instante tanto a Claus como a la pequeña chica que se erguía victoriosa sobre la cabeza del matón.
No imaginaban que aquella distracción le costaría caro a todos, pues la enorme roca que casi los aplasta, hizo un agujero en el suelo por donde cayeron Claus y su mochila humana, o al menos eso pensaba Urgos, que corrió hasta el borde para ver a su compañero sosteniéndose apenas de una saliente mientras la chica se sostenía de él -Deshazte de esa carga, inútil- Le dijo Urgos desde arriba mientras se agachaba para tenderle la mano.
Se había concentrado tanto intentando atrapar a su compañero, que Urgos no logró ver lo que tenía tras él, un furioso aion dispuesto a defender a su dueña le estampó los cuernos en el trasero al pobre incauto haciéndolo perder el equilibrio para lanzarlo por el agujero -Urgos, no te caigas- Dijo Claus preocupado por su compañero pero solo logró escuchar un grito que se perdió en el fondo de la cavidad helada -Que buena idea, estúpidooo- Acto seguido un angustiado Pelusa se asomó temeroso de pisar el borde y caerse, aunque preocupado por no poder ayudar más -Ah no, si yo caigo, caerás conmigo- Dijo Claus mientras se soltaba impulsándose hacia atrás para dejarse caer junto con Magazubi si esta no lograba sujetarse de algo.
Un poco más arriba, la observaba un feroz licántropo más grande de lo normal, aunque lentamente comenzaba a transformarse para tomar la esbelta silueta de una femenina pero robusta mujer -¿De dónde están saliendo estas niñas?- Murmuró de mala gana mientras apretaba los nudos que sostenían su escasa ropa. Bajó deslizándose por la colina para tratar de ayudar a Magazubi en caso que no pudiera sola, se agachó y le tendió la mano para tratar de levantarla.
Rápido, niña, o harás que nos atrapen a todas- Lucía preocupada a pesar de tener una apariencia muy ruda y fuerte, incluso no tendría inconveniente en levantar a Magazubi con una sola mano. Una vez arriba, Magazubi podría notar que los aiones, incluyendo a Pelusa, se comportaban dóciles y cariñosos con aquella misteriosa mujer. ¿Quién era ella? ¿De dónde había salido? ¿Por qué estaba allí? Eso lo sabremos en la próxima ronda si es que Magazubi no se muere antes.
∞ Muy valiente Maga, y muy bonito todo, pero trata de no morirte, y si lo haces, que sea con un final digno de recordar, te encuentras colgando del cuello de Claus, que a su vez intentará llevarte con él a menos que logres sujetar la mano de la licántropa para que te ayude a subir.
∞ La licántropa no parece estar de buen humor, pero si decides seguirla, obtendrás algo de información acerca de la niña perdida y también acerca de esos malvados bandidos que, aunque se han caído, no creo que sea la última vez que sepamos de ellos en este tema.
No imaginaban que aquella distracción le costaría caro a todos, pues la enorme roca que casi los aplasta, hizo un agujero en el suelo por donde cayeron Claus y su mochila humana, o al menos eso pensaba Urgos, que corrió hasta el borde para ver a su compañero sosteniéndose apenas de una saliente mientras la chica se sostenía de él -Deshazte de esa carga, inútil- Le dijo Urgos desde arriba mientras se agachaba para tenderle la mano.
Se había concentrado tanto intentando atrapar a su compañero, que Urgos no logró ver lo que tenía tras él, un furioso aion dispuesto a defender a su dueña le estampó los cuernos en el trasero al pobre incauto haciéndolo perder el equilibrio para lanzarlo por el agujero -Urgos, no te caigas- Dijo Claus preocupado por su compañero pero solo logró escuchar un grito que se perdió en el fondo de la cavidad helada -Que buena idea, estúpidooo- Acto seguido un angustiado Pelusa se asomó temeroso de pisar el borde y caerse, aunque preocupado por no poder ayudar más -Ah no, si yo caigo, caerás conmigo- Dijo Claus mientras se soltaba impulsándose hacia atrás para dejarse caer junto con Magazubi si esta no lograba sujetarse de algo.
Un poco más arriba, la observaba un feroz licántropo más grande de lo normal, aunque lentamente comenzaba a transformarse para tomar la esbelta silueta de una femenina pero robusta mujer -¿De dónde están saliendo estas niñas?- Murmuró de mala gana mientras apretaba los nudos que sostenían su escasa ropa. Bajó deslizándose por la colina para tratar de ayudar a Magazubi en caso que no pudiera sola, se agachó y le tendió la mano para tratar de levantarla.
Rápido, niña, o harás que nos atrapen a todas- Lucía preocupada a pesar de tener una apariencia muy ruda y fuerte, incluso no tendría inconveniente en levantar a Magazubi con una sola mano. Una vez arriba, Magazubi podría notar que los aiones, incluyendo a Pelusa, se comportaban dóciles y cariñosos con aquella misteriosa mujer. ¿Quién era ella? ¿De dónde había salido? ¿Por qué estaba allí? Eso lo sabremos en la próxima ronda si es que Magazubi no se muere antes.
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∞ Muy valiente Maga, y muy bonito todo, pero trata de no morirte, y si lo haces, que sea con un final digno de recordar, te encuentras colgando del cuello de Claus, que a su vez intentará llevarte con él a menos que logres sujetar la mano de la licántropa para que te ayude a subir.
∞ La licántropa no parece estar de buen humor, pero si decides seguirla, obtendrás algo de información acerca de la niña perdida y también acerca de esos malvados bandidos que, aunque se han caído, no creo que sea la última vez que sepamos de ellos en este tema.
Ansur
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Re: [Mastereado] Rescatando aionsitos... otra vez. [Magazubi]
Pensé que tenía la situación controladísima hasta que el suelo bajo los pies de mi trasporte dejaron de sentir el suelo y tuvo que sostenerse de una saliente.
Para mi suerte el hombre se sostuvo y seguía viva.
Ups, creo que debo estar un poco más pendiente de las cosas. Pensé para mí misma mientras ideaba una forma de salir de aquella situación, pero por lo pronto apretaba a Claus para no caerme. Luego su compañero se asomó a ofrecer ayuda y ¿se cayó? No estaba segura de si eso era bueno o malo porque parecía mi única salida, pero también era peligroso confiar mi salida en alguien que al parecer no le agradaba.
Aquella caída me estaba complicando las cosas porque ahora Claus parecía dispuesto a lanzarse, y antes de que yo pudiera planear una estrategia de escape el idiota decidió lanzarse para atrás para que ambos nos cayéramos.
Como pude tuve que soltarme de Claus y usar mis piernas y su cuerpo para impulsarme. Usé la cabeza del hombre de catapulta y logré adherirme a una pequeña saliente que estaba a mi alcance. Me ayudé con las piernas de ranita y traté de posicionarlas en algún sitio que me diera más apoyo, pero no iba a durar mucho ahí.
Apreté mis ojos para no mirar para abajo y me detuve un segundo a escuchar mi respiración acelerada y rasgada. Hasta ese momento no me había percatado de que estaba en un verdadero apuro.
Como iluminación divina una joven me habló desde el cielo, y me atreví a observar; me estaba ofreciendo su mano.
En una situación como esa uno no duda en la ayuda, a menos que seas un personaje malo y por ego no quieras la ayuda de tu contra parte, o al menos eso se ve en los libros. En fin... Su mano aún estaba un poco lejos pero no era imposible.
Vale, tenía un miedo horrible pero... era eso o probablemente morir. Era momento de pensar en todas las cosas malas que le pasan a la gente... Crucificación, cremación, amputación y un montón de cosas horribles, dolorosas y desagradables. Yo solo tenía que dar un salto, un pequeño salto, igual que el que dí antes.
- Es un simple salto que ya he hecho antes - me repetí varias veces en voz baja y luego -AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHH- grité porque si moría debía ser una muerte que se notara y salté para sostener la mano de la chica y me ayudara a salir. (1)
Cuando por fin estuve en una superficie estable dejé mi cuerpo caer en el frío suelo de alivio y segundos después voltee a ver a mi angel de la guarda.
-¿No tienes frio?- fue lo primero que se me ocurrió preguntar. Volteé la cara a ver a Pelusa que parecía muy tranquilo con la joven y luego la volví a mirar.
-Okey vamos con el cuestionario otra vez- dije aún acostada y sin ánimos de sonar demasiado amenazante - Primero, gracias por salvarme el pellejo; ahora ¿quién eres? ¿has visto a una niña? ... bueno, una niña más pequeña que yo, ¿qué nos atacó? ¿qué está pasando aquí?-
-¡Oye! ¿A dónde vas?- Me levanté rápido, me sacudí y me acerqué a mi aion
Para mi suerte el hombre se sostuvo y seguía viva.
Ups, creo que debo estar un poco más pendiente de las cosas. Pensé para mí misma mientras ideaba una forma de salir de aquella situación, pero por lo pronto apretaba a Claus para no caerme. Luego su compañero se asomó a ofrecer ayuda y ¿se cayó? No estaba segura de si eso era bueno o malo porque parecía mi única salida, pero también era peligroso confiar mi salida en alguien que al parecer no le agradaba.
Aquella caída me estaba complicando las cosas porque ahora Claus parecía dispuesto a lanzarse, y antes de que yo pudiera planear una estrategia de escape el idiota decidió lanzarse para atrás para que ambos nos cayéramos.
Como pude tuve que soltarme de Claus y usar mis piernas y su cuerpo para impulsarme. Usé la cabeza del hombre de catapulta y logré adherirme a una pequeña saliente que estaba a mi alcance. Me ayudé con las piernas de ranita y traté de posicionarlas en algún sitio que me diera más apoyo, pero no iba a durar mucho ahí.
Apreté mis ojos para no mirar para abajo y me detuve un segundo a escuchar mi respiración acelerada y rasgada. Hasta ese momento no me había percatado de que estaba en un verdadero apuro.
Como iluminación divina una joven me habló desde el cielo, y me atreví a observar; me estaba ofreciendo su mano.
En una situación como esa uno no duda en la ayuda, a menos que seas un personaje malo y por ego no quieras la ayuda de tu contra parte, o al menos eso se ve en los libros. En fin... Su mano aún estaba un poco lejos pero no era imposible.
Vale, tenía un miedo horrible pero... era eso o probablemente morir. Era momento de pensar en todas las cosas malas que le pasan a la gente... Crucificación, cremación, amputación y un montón de cosas horribles, dolorosas y desagradables. Yo solo tenía que dar un salto, un pequeño salto, igual que el que dí antes.
- Es un simple salto que ya he hecho antes - me repetí varias veces en voz baja y luego -AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHH- grité porque si moría debía ser una muerte que se notara y salté para sostener la mano de la chica y me ayudara a salir. (1)
Cuando por fin estuve en una superficie estable dejé mi cuerpo caer en el frío suelo de alivio y segundos después voltee a ver a mi angel de la guarda.
-¿No tienes frio?- fue lo primero que se me ocurrió preguntar. Volteé la cara a ver a Pelusa que parecía muy tranquilo con la joven y luego la volví a mirar.
-Okey vamos con el cuestionario otra vez- dije aún acostada y sin ánimos de sonar demasiado amenazante - Primero, gracias por salvarme el pellejo; ahora ¿quién eres? ¿has visto a una niña? ... bueno, una niña más pequeña que yo, ¿qué nos atacó? ¿qué está pasando aquí?-
-¡Oye! ¿A dónde vas?- Me levanté rápido, me sacudí y me acerqué a mi aion
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Hemos sobrevivido
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Hemos sobrevivido
Magazubi
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Re: [Mastereado] Rescatando aionsitos... otra vez. [Magazubi]
Abajo se escuchaban algunos gritos, maldiciones y quejidos de dolor, los matones habían sobrevivido y aunque no estaban intactos, seguramente no tardarían en volver para reclamar su venganza. Sabiendo esto, la extraña mujer pidió a Magazubi darse prisa tanto como fuera posible para ponerse a resguardo. La pequeña Magi se quedó mirando a Magazubi mientras abrazaba a los dos aiones que la acompañaban -No tengas miedo- Le dijo la extraña mujer de las montañas mientras sujetaba un misterioso collar que llevaba en su cuello.
No pasó mucho tiempo antes que su cuerpo comenzara a cambiar, sus músculos se hacían más pequeños a la par que todo su cuerpo se reducía de tamaño hasta convertirse en una niña de unos 10 años apenas -Hola- Dijo con voz tierna y una sonrisa pícara, su actitud parecía ahora bastante diferente a la mujer ruda que había sido unos instantes atrás -Soy Kamila, una licántropa- señaló a Pelusa -¿Los aiones crecen así de grandes?- Dijo sorprendida mientras comenzaba a forjar un plan de escape.
Soy parte de un grupo de prisioneros licántropos atrapados por estos malvados cazadores, pero mi padre me regaló este collar que puede hacerme crecer grande y fuerte, o volver a ser yo- Explicó mientras lo quitaba de su cuello para explicar su plan -Esos matones me están buscando y no son los únicos, vendrán más, por eso ustedes deben irse- Mostró el collar a Magazubi para luego acercarse a la pequeña Magi y acariciarle el cabello -Vas a estar bien, todos van a estar bien, tengo un plan- Sonrió con picardía.
Una serie de runas arcanas recorrían el misterioso collar -No entiendo muy bien estos garabatitos que hizo mi papá, pero, son los que me hacen crecer o descrecer- Se rascó la cabeza confundida -No debe ser tan difícil, o acabaremos convertidas en ranas- Sonrió nerviosa -¡¡Serás una ranita!!- Le dijo a Magi apretándole la nariz para tratar de calmarla -Si hacemos varios, podemos convertir a esos pequeñines…- Señaló a los 4 pequeños cachorros -En poderosas bestias como él- Señaló a Pelusa.
Rápido, no tenemos mucho tiempo, tienen que… tenemos que salir de aquí antes que caiga la noche- Advirtió delatando algo de preocupación entre sus sonrisas fingidas -Tengo miedo- Dijo Magi haciendo pucheros mientras abrazaba más fuerte a sus cachorros y tomaba también a los dos que habían ido con Magazubi -Vamos a estar bien, vas a regresar a casa, vas a ver a tu mamá, y te dirá que ya no van a vender a los aioncitos, ya verás- Entonces dirigió la vista hacia Magazubi -¿Estás lista para dirigir una fuga y comandar a un ejército de aiones?
∞ Has sobrevivido, me impresionas… En este turno tendrás dos tareas muy especiales, la primera de ellas es hacer ingeniería inversa con el collar mágico, debes analizar las runas que llevan y duplicarlas en los otros collares que ya llevan puestos los aiones, así aprenderás el encantamiento que necesitas.
∞ Tu segunda tarea será calmar a la pequeña Magi, que seguro se sorprenderá al conocer tu nombre, debes ganarte su confianza y convencerla de que van a salir bien libradas de la situación para que pueda volver a casa.
∞ En este turno no estás en peligro mortal, así que estaré tranquilo sabiendo que no te lanzarás a tu muerte deliberadamente, pero igual, no presiones tu suerte. Los perseguidores no tardarán en volver y como ha dicho Kamila, llegarán más.
No pasó mucho tiempo antes que su cuerpo comenzara a cambiar, sus músculos se hacían más pequeños a la par que todo su cuerpo se reducía de tamaño hasta convertirse en una niña de unos 10 años apenas -Hola- Dijo con voz tierna y una sonrisa pícara, su actitud parecía ahora bastante diferente a la mujer ruda que había sido unos instantes atrás -Soy Kamila, una licántropa- señaló a Pelusa -¿Los aiones crecen así de grandes?- Dijo sorprendida mientras comenzaba a forjar un plan de escape.
Soy parte de un grupo de prisioneros licántropos atrapados por estos malvados cazadores, pero mi padre me regaló este collar que puede hacerme crecer grande y fuerte, o volver a ser yo- Explicó mientras lo quitaba de su cuello para explicar su plan -Esos matones me están buscando y no son los únicos, vendrán más, por eso ustedes deben irse- Mostró el collar a Magazubi para luego acercarse a la pequeña Magi y acariciarle el cabello -Vas a estar bien, todos van a estar bien, tengo un plan- Sonrió con picardía.
Una serie de runas arcanas recorrían el misterioso collar -No entiendo muy bien estos garabatitos que hizo mi papá, pero, son los que me hacen crecer o descrecer- Se rascó la cabeza confundida -No debe ser tan difícil, o acabaremos convertidas en ranas- Sonrió nerviosa -¡¡Serás una ranita!!- Le dijo a Magi apretándole la nariz para tratar de calmarla -Si hacemos varios, podemos convertir a esos pequeñines…- Señaló a los 4 pequeños cachorros -En poderosas bestias como él- Señaló a Pelusa.
Rápido, no tenemos mucho tiempo, tienen que… tenemos que salir de aquí antes que caiga la noche- Advirtió delatando algo de preocupación entre sus sonrisas fingidas -Tengo miedo- Dijo Magi haciendo pucheros mientras abrazaba más fuerte a sus cachorros y tomaba también a los dos que habían ido con Magazubi -Vamos a estar bien, vas a regresar a casa, vas a ver a tu mamá, y te dirá que ya no van a vender a los aioncitos, ya verás- Entonces dirigió la vista hacia Magazubi -¿Estás lista para dirigir una fuga y comandar a un ejército de aiones?
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∞ Has sobrevivido, me impresionas… En este turno tendrás dos tareas muy especiales, la primera de ellas es hacer ingeniería inversa con el collar mágico, debes analizar las runas que llevan y duplicarlas en los otros collares que ya llevan puestos los aiones, así aprenderás el encantamiento que necesitas.
∞ Tu segunda tarea será calmar a la pequeña Magi, que seguro se sorprenderá al conocer tu nombre, debes ganarte su confianza y convencerla de que van a salir bien libradas de la situación para que pueda volver a casa.
∞ En este turno no estás en peligro mortal, así que estaré tranquilo sabiendo que no te lanzarás a tu muerte deliberadamente, pero igual, no presiones tu suerte. Los perseguidores no tardarán en volver y como ha dicho Kamila, llegarán más.
Ansur
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Re: [Mastereado] Rescatando aionsitos... otra vez. [Magazubi]
Mis ojos no daban mérito a lo que estaban viendo ¿Cómo cambió su cuerpo de esa manera?
Tenía entendido que los lican podían transformar su cuerpo al de un animal pero ese cambio de edad o de corporalidad a una edad más avanzada era algo que primera vez que veía.
Volteé rápidamente a ver a la pequeña que apuntaba a ser ¿Maguita?
Aún confundida entre mi casi muerte con la transformación y el descubrimiento de la pequeña me tenía la cabeza dando vueltas. Me tomó un par de segundos concentrarme en la idea de que estábamos en peligro y que el grupo de Kamila estaba siendo privado de libertad.
Mi cara de preocupación era difícil de disimular pero al ver a Kamila siendo tan dulce a pesar de nuestra situación me hizo darme cuenta que estaba más tensa de lo normal. Se suponía que yo era la mayor por ende la responsabilidad caía sobre mí... aunque Kamila se había defendido muy muy bien sola.
La idea de que Pelusa fuera una poderosa bestia me dió risa. Sí, Pelusito estaba grande, pero seguía siendo un bebito peludo lleno de ternura y esponjosidad, pero no pensaba revelarlo a mi compañera.
Asentí con la cabeza al plan de Kam y me puse manos a la obra - Todo estará bien- miré de forma tierna a Magui y luego me dirigí a Kam -Yo me encargo de replicar eso-
Lo primero que hice fue leer con calma las runas escritas en el collar para entender un poco el patrón. Tomé aire y me apuré a sacar de un pequeño bolsito la tinta mágica y con la parte gruesa de una de mis agujas empecé a replicar en los collaes de los aiones aquellas escrituras.
Sentí como el frío recorría mi cuerpo mientras trazaba las runas y recordaba con mucha gratitud la vez que estuve dibujando a Pelusa, y lo mucho que me encantaba dibujar en piedritas años atrás para regalar a personitas que fuesen buenas conmigo.
Enseguida ví a Magui, le sonreí y volví a mi tarea de replicar las runas arcanas. Quedaban 3 por hacer y debía apurarme.
Escuché atenta a Kam y luego voltee a ver a la pequeña.
-Maga... ¿Sabes por qué te llamas así?- le dije a Magui luego de oir de su boquita temblorosa que tenía miedo - Porque eres magia- sonreí, y mis ojos empezaron a aguarse - eres luz y eres muy fuerte... - dije acercándome a ella - Y porque estamos listas para dirigir nuestro ejercito de aiones; no puedo hacerlo sin ti... son tuyos y son fieles a ti- dije con una amplia sonrisa animándola para luego restregar mis ojos.
-Vamos-
Pelusa se agachó para facilitar la subida de Magui a su lomo y poder emprender el rescate.
Me sacudí un poco y pregunté ya preparándome para subir con Magui -Kam, ¿Qué otra cosa necesitamos para la transformación? -
Revisé tener todas mis agujas para el ataque. A pesar de que no me agradaba mucho la idea llevar a Magui a un rescate peligroso no había mucho tiempo.
Tenía entendido que los lican podían transformar su cuerpo al de un animal pero ese cambio de edad o de corporalidad a una edad más avanzada era algo que primera vez que veía.
Volteé rápidamente a ver a la pequeña que apuntaba a ser ¿Maguita?
Aún confundida entre mi casi muerte con la transformación y el descubrimiento de la pequeña me tenía la cabeza dando vueltas. Me tomó un par de segundos concentrarme en la idea de que estábamos en peligro y que el grupo de Kamila estaba siendo privado de libertad.
Mi cara de preocupación era difícil de disimular pero al ver a Kamila siendo tan dulce a pesar de nuestra situación me hizo darme cuenta que estaba más tensa de lo normal. Se suponía que yo era la mayor por ende la responsabilidad caía sobre mí... aunque Kamila se había defendido muy muy bien sola.
La idea de que Pelusa fuera una poderosa bestia me dió risa. Sí, Pelusito estaba grande, pero seguía siendo un bebito peludo lleno de ternura y esponjosidad, pero no pensaba revelarlo a mi compañera.
Asentí con la cabeza al plan de Kam y me puse manos a la obra - Todo estará bien- miré de forma tierna a Magui y luego me dirigí a Kam -Yo me encargo de replicar eso-
Lo primero que hice fue leer con calma las runas escritas en el collar para entender un poco el patrón. Tomé aire y me apuré a sacar de un pequeño bolsito la tinta mágica y con la parte gruesa de una de mis agujas empecé a replicar en los collaes de los aiones aquellas escrituras.
Sentí como el frío recorría mi cuerpo mientras trazaba las runas y recordaba con mucha gratitud la vez que estuve dibujando a Pelusa, y lo mucho que me encantaba dibujar en piedritas años atrás para regalar a personitas que fuesen buenas conmigo.
Enseguida ví a Magui, le sonreí y volví a mi tarea de replicar las runas arcanas. Quedaban 3 por hacer y debía apurarme.
Escuché atenta a Kam y luego voltee a ver a la pequeña.
-Maga... ¿Sabes por qué te llamas así?- le dije a Magui luego de oir de su boquita temblorosa que tenía miedo - Porque eres magia- sonreí, y mis ojos empezaron a aguarse - eres luz y eres muy fuerte... - dije acercándome a ella - Y porque estamos listas para dirigir nuestro ejercito de aiones; no puedo hacerlo sin ti... son tuyos y son fieles a ti- dije con una amplia sonrisa animándola para luego restregar mis ojos.
-Vamos-
Pelusa se agachó para facilitar la subida de Magui a su lomo y poder emprender el rescate.
Me sacudí un poco y pregunté ya preparándome para subir con Magui -Kam, ¿Qué otra cosa necesitamos para la transformación? -
Revisé tener todas mis agujas para el ataque. A pesar de que no me agradaba mucho la idea llevar a Magui a un rescate peligroso no había mucho tiempo.
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Off
Gracias por la paciencia <3
No sé si hace falta pero uso tierno encantamiento,
que es mi hab nivel 1 de influencia para animar a Magui
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Magazubi
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Re: [Mastereado] Rescatando aionsitos... otra vez. [Magazubi]
A la pequeña Magi se le habían puesto los ojitos aguados, pero las palabras de Magazubi la hicieron llenarse de valor para enfrentar la difícil situación que tenían por delante. Por otro lado, la sigilosa ladrona y ahora también experta en arcanos improvisados había conseguido replicar las runas en los collares y todo parecía marchar bien, al menos por ahora -Estamos listas- Dijo Kam asegurando a Magi sobre pelusa para luego comenzar la fuga.
Necesitamos que vayas al frente, Magi, porque eres quien conoce mejor el camino- Señaló a la pequeña y luego a Magazubi -No es que no confíe en ti, pero no queremos terminar en el fondo de un barranco- Rio para que aquello pareciera una broma, aunque lo decía muy en serio, de cualquier modo habían terminado justo a tiempo, porque en el exterior comenzaron a escucharse gritos de más matones buscando tanto a la niña como a los que habían caído por el agujero.
Sigilo y precaución eran conceptos que habían quedado atrás, ahora sí era momento de descontrolarse y gritar a todo pulmón, Kamila guió a toda la peluda tropa hasta una salida desde donde se podía ver todo el panorama y que también sería su ruta de escape -Muy bien, es momento de aplastar malotes- Dijo La licántropa para luego concentrarse y susurrar unas palabras que hicieron brillar su propio collar y los de los aiones, luego se lanzó colina abajo mientras que su cuerpo comenzaba a cambiar para convertirse en una salvaje y enorme loba.
Uno tras otro, los pequeños aioncitos comenzaron a crecer para convertirse en una estampida de peludo y adorable salvajismo -¡Aplastar malotes!- Repitió Magi con la mano levantada y mucha energía para lanzarse junto al resto de aiones colina abajo a donde se encontraba el grupo de malotes que seguramente no se esperarían tal embestida, de momento las fugitivas tenían de su lado el factor sorpresa.
Rápidos y ruidosos, los integrantes de la tropa peluda y esponjosa se acercaban a los malvados perseguidores que sorprendidos por un instante no sabrían cómo reaccionar, aunque los más fuertes no dudarían en correr hacia los aiones para embestirlos y derribarlos, un peligro bastante real que nuestras jóvenes heroínas tendrían que resolver para evitar posibles capturas.
∞ Casi llegamos al final de la historia, en esta ronda seguro te sentirás como pez en el agua pues estará llena de gritos y alboroto, será tu deber narrar el descenso de los aiones que ahora son todos adultos y fuertes, aunque recuerda que mentalmente siguen siendo cachorros y si los embisten no sabrían pelear.
∞ Puedes describir a los malotes como gustes, aunque deben ser al menos cinco bárbaros, muy armados, tal vez no muy inteligentes pero sí muy fuertes y rudos, en tu descenso puedes controlar a todos los personajes, sé que sabrás combinar la ternura de los aiones con un momento épico y legendario.
∞ Gracias a tus palabras, la pequeña Magi se encuentra en modo valiente y empoderada, no tiene miedo de nada, aunque eso podría ser malo, por lo que tendrás que cuidarla en su descenso ya que podría ser el foco de los capturadores.
Necesitamos que vayas al frente, Magi, porque eres quien conoce mejor el camino- Señaló a la pequeña y luego a Magazubi -No es que no confíe en ti, pero no queremos terminar en el fondo de un barranco- Rio para que aquello pareciera una broma, aunque lo decía muy en serio, de cualquier modo habían terminado justo a tiempo, porque en el exterior comenzaron a escucharse gritos de más matones buscando tanto a la niña como a los que habían caído por el agujero.
Sigilo y precaución eran conceptos que habían quedado atrás, ahora sí era momento de descontrolarse y gritar a todo pulmón, Kamila guió a toda la peluda tropa hasta una salida desde donde se podía ver todo el panorama y que también sería su ruta de escape -Muy bien, es momento de aplastar malotes- Dijo La licántropa para luego concentrarse y susurrar unas palabras que hicieron brillar su propio collar y los de los aiones, luego se lanzó colina abajo mientras que su cuerpo comenzaba a cambiar para convertirse en una salvaje y enorme loba.
Uno tras otro, los pequeños aioncitos comenzaron a crecer para convertirse en una estampida de peludo y adorable salvajismo -¡Aplastar malotes!- Repitió Magi con la mano levantada y mucha energía para lanzarse junto al resto de aiones colina abajo a donde se encontraba el grupo de malotes que seguramente no se esperarían tal embestida, de momento las fugitivas tenían de su lado el factor sorpresa.
Rápidos y ruidosos, los integrantes de la tropa peluda y esponjosa se acercaban a los malvados perseguidores que sorprendidos por un instante no sabrían cómo reaccionar, aunque los más fuertes no dudarían en correr hacia los aiones para embestirlos y derribarlos, un peligro bastante real que nuestras jóvenes heroínas tendrían que resolver para evitar posibles capturas.
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∞ Casi llegamos al final de la historia, en esta ronda seguro te sentirás como pez en el agua pues estará llena de gritos y alboroto, será tu deber narrar el descenso de los aiones que ahora son todos adultos y fuertes, aunque recuerda que mentalmente siguen siendo cachorros y si los embisten no sabrían pelear.
∞ Puedes describir a los malotes como gustes, aunque deben ser al menos cinco bárbaros, muy armados, tal vez no muy inteligentes pero sí muy fuertes y rudos, en tu descenso puedes controlar a todos los personajes, sé que sabrás combinar la ternura de los aiones con un momento épico y legendario.
∞ Gracias a tus palabras, la pequeña Magi se encuentra en modo valiente y empoderada, no tiene miedo de nada, aunque eso podría ser malo, por lo que tendrás que cuidarla en su descenso ya que podría ser el foco de los capturadores.
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Re: [Mastereado] Rescatando aionsitos... otra vez. [Magazubi]
Kam tenía un sentido del humor muy interesante, por no decir otra cosa, pero la verdad es que estaba más concentrada en lo que estaba por venir que en posibles mensajes ocultos en lo que decía de la pequeña.
Me hacía mucha ilusión ver a Magi tan enérgica y segura, realmente aquella escena me parecía muy linda y perfecta para ir al ataque.
Con las agujas entre los dedos y un batallón de aiones que pasaban a cambiar de forma nos aproximamos con mucho ímpetu al encuentro con aquellos bárbaros que tenían secuestrado al clan de Kam.
El ambiente estaba frío, ya casi oscuro y la nieve un poco densa. Las ágiles patas de los aiones cabalgaban con naturalidad sobre la superficie agarrando cada vez más velocidad y haciendo que me pegara más a Magi -Sostente duro, que Pelusa es todo un guerrero- dije de forma tierna antes de que estuviésemos demasiado cerca.
Me bajé de Pelusa con un poco de ayuda de mi telekinesis y hacer una entrada triunfal.
Era un campamento lleno de hombres y mujeres grandes y fuertes que no parecían tener un buen carácter. ¿Por qué tienen que verse tan rudos?
Kam con movimientos atléticos se veía que tenía una misión clara, liberar a su manada. Yo al inicio no estaba muy segura del plan, pero el ver a Kam fue suficiente para entender que mi deber era la protección más que cualquier otra cosa.
Los bárbaros se pusieron a la defensiva al ver que éramos varios los que atacábamos, o eso parecía, pero no impidió que se quisieran defender. Uno grandote se armó de valor y se lanzó al ataque contra Kam. En segundos otros se le unieron al ataque y tuve que intervenir de inmediato. Desarmé al primer bárbaro que iba contra nuestra compañera (1). Kam se aprovechó de esta situación y tomo el arma del bárbaro para hacer frente a todo lo que estaba por venir.
No me podía quedar atrás por lo que tenía que hacer mi gran espectáculo.
Con telekinesis hice que algunos copos y fragmentos de nieve del suelo se elevaran con la intención de nublar la vista. Jamás había hecho algo como eso pero era un buen momento para improvisar.
La nieve se elevó de forma irregular, pues no es como si tuviera demasiada consistencia, lo que sirvió para dejar confundidos a algunos de los presentes, pero no serviría de mucho pues mi control sobre aquella nieve era poco estable.
Sin saber demasiado lo que hacía empecé a mover la nieve por todos lados de forma aleatoria un rato más para luego de haber conseguido tiempo buscar otra estrategia.
Volteé a mi alrededor y me percaté que el ímpetu de mi bebé podría estar complicando las cosas. Pelusa se había lanzado a correr y con los cuernos preparados para atacar y ayudar a Kam.
No sé cómo describir el apretón que sentí en el estómago de ver a Magi cabalgando hacía el peligro inminente con tal seguridad. Esa niña era mi responsabilidad, y ... no, no podía pasarle nada.
-¡Noo!- suspiré y salí corriendo tras Pelusa que andaba emocionado por la acción. ¡Tengo un peludo suicida!
Sin pensarlo demasiado me monté sobre uno de los aiones pequeños y le di pataditaspara que siguiera a Pelusa.
Al principio el aion no parecía demasiado convencido de seguir pasos suicidas pero tuve que insistirle para que me diera velocidad para alcanzar a Pelusa.
Por otro lado Kam había logrado hacerse entre los enemigos y liberar a algunos de la manada. Ya eso había sido un gran paso porque generó una reacción en cadena y pronto la ayuda se multiplicaba.
Los bárbaros no se quedaron de brazos cruzados y lucharon contra los lobos. Aquella calmada y silenciosa llanura se convirtió en un mar de aullidos, gritos de guerra y demás.
Apreté un poco los ojos al oir aquel alboroto y seguí con el objetivo de ayudar a Maga. ¿Qué diablos pasaba por la cabeza de Pelusa? ¿Por qué diantres se estaba arriesgando así?
Los majestuosos cuernos de mi aion embestían con fuerza a un par de barbaros que intentaban defenderse. Uno de los captores le estampó un fuerte golpe lateral a la cara de Pelusa, haciendo que este se moviera más de la cuenta y que la pequeña Magis perdiera el equilibrio y claramente se asustara de lo que estaba pasando.
Yo estaba que me moría en aquel momento... pero no me daba tiempo. Me bajé del aion en el que estaba montada, ya que no lo quería comprometer y lo mandé a apoyar a Kam y a los del clan.
Corrí para interponerme en aquella situación con Maguis. Le pegué suave pero firme a Pelusa para que me prestara atención.
Estaba infinitamente molesta con él por ser tan inconsciente con la niña. Lo miré como jamás lo había mirado y extendí mi mano señalando lejos en modo de reprimenda y para que se fuera.
Una llama ardía fuertemente en mi corazón... Quería que Pelusa se fuera lejos, realmente lejos.
Mi corazón dolía de una forma muy particular. Mis ojos se aguaron, pero mi expresión seguía fuerte.
Con todo el dolor de mi alma había regañado por primera vez a Pelusa, y lo había sacado de la zona en riesgo.
Pelusa también dolido, pero como niño malcriado hizo sus correspondientes pataletas para luego irse y esta vez siendo un poco más consiente con la niña que llevaba en el lomo.
Sé que toda esa situación no era el mejor ejemplo para la pequeña, pero la verdad no podía dejar que Pelusa siguiera así.
Tomé aire para tratar de pasar la presión en el pecho, pero esto no pasó. Al menos me dió un respiro antes de encontrarme con los barbaros.
Una chica de contextura atlética y unas cuantas cicatrices empezó a hacer show con unos cuchillos y con una excelente puntería los arrojó hacia mí sin piedad.
Como pude los esquivé con telekinesis, pero la verdad la joven tenía una puntería impecable.
Al estar concentrada en esquivar aquel ataque estaba menos preparada para el siguiente que fue con un boomeran. No me pregunten qué pasaba por mi cabeza en aquel momento, pero no fui capaz de esquivar del todo el retorno y recibí un lindo corte en el brazo derecho. ¡Esta hija de su mamá me va a dejar marcas!
Como si fuera poco su compañero se le ocurrió la brillante idea de atacarme con los puños envueltos en metal.
Rápidamente convertí mis agujas en una cadena, no muy gruesas, pero si largas y resistente, para agarrar los puños de mi contrincante y jalarlos con fuerza hacía mí, esperando que por inercia y la fuerza con la que venía hacia delante hicieran que se callera o al menos perdiera el equilibrio. Solo pasó lo segundo, pero me dio un respiro para controlar a estos dos.
Se me había olvidado por un instante la otra chica, por lo que su siguiente ataque me tomó por sorpresa.
Sin pensarlo demasiado traté de halar al grandulón; pero esta vez no logré moverlo como esperaba. Si la montaña no va a Mahoma, Mahoma va a la montaña. Aproveché el jalón para yo impulsarme y montarme en las espaldas del hombre para que no me pudiera lastimar e incluso usarlo de escudo viviente.
La chica empezó a reírse de forma muy extraña, al parecer disfrutaba los retos y decidió soltar su armas filosas para lanzarse a la cintura del chico que de inmediato perdió el equilibrio.
Me solté como pude pero era inevitable la caída. Parte del cuerpo del hombre me calló sobre las piernas y literalmente vi el diablo.
De mis ojos brotaron lágrimas de dolor y enseguida con telekinesis de mi bolsillo saqué el elixir multipropósito y me lo tomé como si no hubiese un mañana.
Aproveché que tenía a los dos barbaros muy cerca y les clavé las agujas en la parte trasera del cuello para desmayarlos.
No sabía si sentirme aliviada o preocupada porque me dolían infinito las piernas, pero al menos las sentía.
Decidí tomarme otra porción de elixir multipropósito para tratar de aplicarme acupuntura a mí misma. Debo confesarles que mis armas son agujas porque la verdad le tengo miedo infinito a las agujas, y cosas puntiagudas y cortantes; así que el decidir pincharme a propósito para mejorar mis piernas no fue decisión fácil. De hecho creo que esa segunda poción más que por dolor era como un shot de ¿valentía? que lo más probable es que más tarde me harían soñar con unicornios. (3)
Para no pensar demasiado en que me había clavado mis propias agujas busqué a Kam y a Magui con la mirada.
Kam estaba ayudando a los de su manada a tratar de recuperarse y escapar los que aún pudieran hacerlo, pero hubo varias perdidas en el proceso. Bajé la mirada por no poder proteger a todos los presentes y me puse a pensar en Pelusa. Me fascinaría que viniera a rescatarme y a darme un gran abrazo después de esa caída tan dolorosa, pero era egoísta de mi parte llamarlo; confiaba en él y después de ese regaño seguramente estaría con Magui, todo malcriado, pero no dejaría que le pase nada.
Me quedé recostada en la fría nieve y en cuanto escuché un ruido traté de hacerme la muerta de la forma más sobreactuada posible.
-¿Estás bien? - preguntó Kam acelerada y preocupada.
Abrí los ojos y le contesté -Sí, estoy bien... Pelusa está con Maguis a salvo y los aionsitos sirvieron de entrada para asustar pero por suerte ninguno se acercó demasiado como para comprometer su salud.
-Salgan de aquí, y porfis ...-
-Ya traigo ayuda -
-Kam! Tranquila- le dije -Estoy bien, en serio, pero necesito que consigas a Pelusa, y lleves a Magui con su mamá ¿Puedo confiar en ti para esa gran misión?-
Me hacía mucha ilusión ver a Magi tan enérgica y segura, realmente aquella escena me parecía muy linda y perfecta para ir al ataque.
- music:
Con las agujas entre los dedos y un batallón de aiones que pasaban a cambiar de forma nos aproximamos con mucho ímpetu al encuentro con aquellos bárbaros que tenían secuestrado al clan de Kam.
El ambiente estaba frío, ya casi oscuro y la nieve un poco densa. Las ágiles patas de los aiones cabalgaban con naturalidad sobre la superficie agarrando cada vez más velocidad y haciendo que me pegara más a Magi -Sostente duro, que Pelusa es todo un guerrero- dije de forma tierna antes de que estuviésemos demasiado cerca.
Me bajé de Pelusa con un poco de ayuda de mi telekinesis y hacer una entrada triunfal.
Era un campamento lleno de hombres y mujeres grandes y fuertes que no parecían tener un buen carácter. ¿Por qué tienen que verse tan rudos?
Kam con movimientos atléticos se veía que tenía una misión clara, liberar a su manada. Yo al inicio no estaba muy segura del plan, pero el ver a Kam fue suficiente para entender que mi deber era la protección más que cualquier otra cosa.
Los bárbaros se pusieron a la defensiva al ver que éramos varios los que atacábamos, o eso parecía, pero no impidió que se quisieran defender. Uno grandote se armó de valor y se lanzó al ataque contra Kam. En segundos otros se le unieron al ataque y tuve que intervenir de inmediato. Desarmé al primer bárbaro que iba contra nuestra compañera (1). Kam se aprovechó de esta situación y tomo el arma del bárbaro para hacer frente a todo lo que estaba por venir.
No me podía quedar atrás por lo que tenía que hacer mi gran espectáculo.
Con telekinesis hice que algunos copos y fragmentos de nieve del suelo se elevaran con la intención de nublar la vista. Jamás había hecho algo como eso pero era un buen momento para improvisar.
La nieve se elevó de forma irregular, pues no es como si tuviera demasiada consistencia, lo que sirvió para dejar confundidos a algunos de los presentes, pero no serviría de mucho pues mi control sobre aquella nieve era poco estable.
Sin saber demasiado lo que hacía empecé a mover la nieve por todos lados de forma aleatoria un rato más para luego de haber conseguido tiempo buscar otra estrategia.
Volteé a mi alrededor y me percaté que el ímpetu de mi bebé podría estar complicando las cosas. Pelusa se había lanzado a correr y con los cuernos preparados para atacar y ayudar a Kam.
No sé cómo describir el apretón que sentí en el estómago de ver a Magi cabalgando hacía el peligro inminente con tal seguridad. Esa niña era mi responsabilidad, y ... no, no podía pasarle nada.
-¡Noo!- suspiré y salí corriendo tras Pelusa que andaba emocionado por la acción. ¡Tengo un peludo suicida!
Sin pensarlo demasiado me monté sobre uno de los aiones pequeños y le di pataditaspara que siguiera a Pelusa.
Al principio el aion no parecía demasiado convencido de seguir pasos suicidas pero tuve que insistirle para que me diera velocidad para alcanzar a Pelusa.
Por otro lado Kam había logrado hacerse entre los enemigos y liberar a algunos de la manada. Ya eso había sido un gran paso porque generó una reacción en cadena y pronto la ayuda se multiplicaba.
Los bárbaros no se quedaron de brazos cruzados y lucharon contra los lobos. Aquella calmada y silenciosa llanura se convirtió en un mar de aullidos, gritos de guerra y demás.
Apreté un poco los ojos al oir aquel alboroto y seguí con el objetivo de ayudar a Maga. ¿Qué diablos pasaba por la cabeza de Pelusa? ¿Por qué diantres se estaba arriesgando así?
Los majestuosos cuernos de mi aion embestían con fuerza a un par de barbaros que intentaban defenderse. Uno de los captores le estampó un fuerte golpe lateral a la cara de Pelusa, haciendo que este se moviera más de la cuenta y que la pequeña Magis perdiera el equilibrio y claramente se asustara de lo que estaba pasando.
Yo estaba que me moría en aquel momento... pero no me daba tiempo. Me bajé del aion en el que estaba montada, ya que no lo quería comprometer y lo mandé a apoyar a Kam y a los del clan.
Corrí para interponerme en aquella situación con Maguis. Le pegué suave pero firme a Pelusa para que me prestara atención.
Estaba infinitamente molesta con él por ser tan inconsciente con la niña. Lo miré como jamás lo había mirado y extendí mi mano señalando lejos en modo de reprimenda y para que se fuera.
Una llama ardía fuertemente en mi corazón... Quería que Pelusa se fuera lejos, realmente lejos.
Mi corazón dolía de una forma muy particular. Mis ojos se aguaron, pero mi expresión seguía fuerte.
Con todo el dolor de mi alma había regañado por primera vez a Pelusa, y lo había sacado de la zona en riesgo.
Pelusa también dolido, pero como niño malcriado hizo sus correspondientes pataletas para luego irse y esta vez siendo un poco más consiente con la niña que llevaba en el lomo.
Sé que toda esa situación no era el mejor ejemplo para la pequeña, pero la verdad no podía dejar que Pelusa siguiera así.
Tomé aire para tratar de pasar la presión en el pecho, pero esto no pasó. Al menos me dió un respiro antes de encontrarme con los barbaros.
Una chica de contextura atlética y unas cuantas cicatrices empezó a hacer show con unos cuchillos y con una excelente puntería los arrojó hacia mí sin piedad.
Como pude los esquivé con telekinesis, pero la verdad la joven tenía una puntería impecable.
Al estar concentrada en esquivar aquel ataque estaba menos preparada para el siguiente que fue con un boomeran. No me pregunten qué pasaba por mi cabeza en aquel momento, pero no fui capaz de esquivar del todo el retorno y recibí un lindo corte en el brazo derecho. ¡Esta hija de su mamá me va a dejar marcas!
Como si fuera poco su compañero se le ocurrió la brillante idea de atacarme con los puños envueltos en metal.
Rápidamente convertí mis agujas en una cadena, no muy gruesas, pero si largas y resistente, para agarrar los puños de mi contrincante y jalarlos con fuerza hacía mí, esperando que por inercia y la fuerza con la que venía hacia delante hicieran que se callera o al menos perdiera el equilibrio. Solo pasó lo segundo, pero me dio un respiro para controlar a estos dos.
Se me había olvidado por un instante la otra chica, por lo que su siguiente ataque me tomó por sorpresa.
Sin pensarlo demasiado traté de halar al grandulón; pero esta vez no logré moverlo como esperaba. Si la montaña no va a Mahoma, Mahoma va a la montaña. Aproveché el jalón para yo impulsarme y montarme en las espaldas del hombre para que no me pudiera lastimar e incluso usarlo de escudo viviente.
La chica empezó a reírse de forma muy extraña, al parecer disfrutaba los retos y decidió soltar su armas filosas para lanzarse a la cintura del chico que de inmediato perdió el equilibrio.
Me solté como pude pero era inevitable la caída. Parte del cuerpo del hombre me calló sobre las piernas y literalmente vi el diablo.
De mis ojos brotaron lágrimas de dolor y enseguida con telekinesis de mi bolsillo saqué el elixir multipropósito y me lo tomé como si no hubiese un mañana.
Aproveché que tenía a los dos barbaros muy cerca y les clavé las agujas en la parte trasera del cuello para desmayarlos.
No sabía si sentirme aliviada o preocupada porque me dolían infinito las piernas, pero al menos las sentía.
Decidí tomarme otra porción de elixir multipropósito para tratar de aplicarme acupuntura a mí misma. Debo confesarles que mis armas son agujas porque la verdad le tengo miedo infinito a las agujas, y cosas puntiagudas y cortantes; así que el decidir pincharme a propósito para mejorar mis piernas no fue decisión fácil. De hecho creo que esa segunda poción más que por dolor era como un shot de ¿valentía? que lo más probable es que más tarde me harían soñar con unicornios. (3)
Para no pensar demasiado en que me había clavado mis propias agujas busqué a Kam y a Magui con la mirada.
Kam estaba ayudando a los de su manada a tratar de recuperarse y escapar los que aún pudieran hacerlo, pero hubo varias perdidas en el proceso. Bajé la mirada por no poder proteger a todos los presentes y me puse a pensar en Pelusa. Me fascinaría que viniera a rescatarme y a darme un gran abrazo después de esa caída tan dolorosa, pero era egoísta de mi parte llamarlo; confiaba en él y después de ese regaño seguramente estaría con Magui, todo malcriado, pero no dejaría que le pase nada.
Me quedé recostada en la fría nieve y en cuanto escuché un ruido traté de hacerme la muerta de la forma más sobreactuada posible.
-¿Estás bien? - preguntó Kam acelerada y preocupada.
Abrí los ojos y le contesté -Sí, estoy bien... Pelusa está con Maguis a salvo y los aionsitos sirvieron de entrada para asustar pero por suerte ninguno se acercó demasiado como para comprometer su salud.
-Salgan de aquí, y porfis ...-
-Ya traigo ayuda -
-Kam! Tranquila- le dije -Estoy bien, en serio, pero necesito que consigas a Pelusa, y lleves a Magui con su mamá ¿Puedo confiar en ti para esa gran misión?-
___
OffRol
(1) Nivel 4 - Despojo de Armas [2 usos][Telekinesis] Uso mi telekinesis para intentar despojar a un objetivo de sus armas.
(2)Nivel 0 - Telekinesis avanzada [Pasiva][Telekinesis] Posee un alto control en su telekinesis que le permite controlar múltiples objetos pequeños al mismo tiempo y dirigirlos con mucha precisión hacia lugares específicos.
(3) Gasto 2 pociones de elixir multipropósito.
Aaaaaww te juro que tenía otra cosita en mente pero la verdad ese pequeño accidente sucedió en mis letras y ajá... realmente me dió cosita quitarlo. Igual si es necesario que yo lleve a Maguis ehmm podría alargar un pelín el post :X
OffRol
(1) Nivel 4 - Despojo de Armas [2 usos][Telekinesis] Uso mi telekinesis para intentar despojar a un objetivo de sus armas.
(2)Nivel 0 - Telekinesis avanzada [Pasiva][Telekinesis] Posee un alto control en su telekinesis que le permite controlar múltiples objetos pequeños al mismo tiempo y dirigirlos con mucha precisión hacia lugares específicos.
(3) Gasto 2 pociones de elixir multipropósito.
Aaaaaww te juro que tenía otra cosita en mente pero la verdad ese pequeño accidente sucedió en mis letras y ajá... realmente me dió cosita quitarlo. Igual si es necesario que yo lleve a Maguis ehmm podría alargar un pelín el post :X
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Re: [Mastereado] Rescatando aionsitos... otra vez. [Magazubi]
Aquellos bárbaros seguramente no se habrían imaginado nada parecido ni en sus peores sueños, en tan solo unos instantes habían pasado de ser los cazadores a ser las víctimas de aquella feroz y adorable estampida peluda que bajaba de la montaña en busca de libertad, desde luego que, al ser apenas cachorros en cuerpos adultos, su comportamiento era a veces errático y desordenado, pero Pelusa actuaba como líder siendo ejemplo para los otros.
No obstante, el ejemplo no había sido tan bueno, y terminó llevando al primer momento de tensión entre Magazubi y Pelusa, algo que los alejó por un rato pero que sirvió para poner a salvo a la pequeña Magi junto con los cachorros que lentamente se alejaban a salvo en dirección al hogar que los esperaba y donde seguramente ahora permanecerían por muchos años.
Súbitamente, un inesperado giro en los acontecimientos dejó en suspenso el final de la historia, cuando la joven Magazubi en medio de sus constantes intentos de suicidio, terminó siendo aplastado por uno de aquellos bárbaros. Kam se resitió a abandonar a Magazubi, y aunque su tribu la esperaba, sus palabras de volver con ayuda no pasaron en vano. La noche se acercaba y el frío se hacía cada vez más intenso, al punto que dolía hasta los huesos, una fuerte ventisca amenazaba con sepultar a Maga sobre el hielo hasta que unos pasos se acercaron a toda prisa.
Un rudo y estridente impacto sonó cuando algo se estrelló contra el cuerpo del bárbaro, y aunque logró apenas moverlo, el héroe salió rebotado hacia atrás aparatosamente, le costó un poco levantarse y era evidente que estaba cansado, pero no se rindió, corrió de nuevo para estrellarse contra el bárbaro una y otra vez, siempre con el mismo efecto, cada vez parecía más difícil liberar a Magazubi hasta que finalmente sucedió, su salvador embistió el cuerpo del hombre con más determinación, afirmando sus patas en el piso para no salir despedido hacia atrás y luego con los músculos temblorosos empujó con todas sus fuerzas hasta hacer girar el cuerpo y liberar a la pequeña hechicera.
Rota y adolorida, Magazubi fue arrastrada hasta la cueva donde antes se había escondido junto a los otros aiones y gracias a que la fogata todavía permanecía encendida, pudo al fin ver el cuerpo de su salvador, que arrastrándola hasta un rinconcito y acomodarla mordiendo su ropa con mucho cuidado, finalmente se acostó muy cerca de ella para mantenerla caliente y a salvo hasta el día siguiente. Pelusa había cumplido la tarea encomendada, poniendo a la pequeña Magi y los demás aiones a salvo, pero luego había regresado para ayudar a su verdadera prioridad.
∞ Me temo que hemos llegado a un desafortunado final de la aventura, pues a pesar de todos los intentos suicidas, la pequeña Magazubi lamentablemente sobrevivió. Aunque no sin algunas heridas y dolencias que no irán más allá de un par de temas.
∞ En cuanto al objetivo de la misión, Pelusa puso a todos a salvo y Kam logró rescatar a los suyos, es incluso más de lo que yo esperaba, así que está bastante bien, aunque ha quedado un poco de tensión y tal vez, algo de culpa y resentimiento entre Magazubi y Pelusa.
∞ Por otro lado, el desarrollo del tema ha ido bastante bien, se nota el crecimiento y desarrollo de personaje en tu joven bruja. Al final de esta aventura recibes 10 puntos de experiencia que ya han sido sumados a tu perfil, 1 punto de profesión por el uso de Arcanos que deberás reclamar en tu taller con un enlace a este tema y finalmente la receta: Cristal de reducción.
∞ Cristal de reducción [Joya, Limitado, 2 usos]: Se coloca a la mascota en un collar, el dueño de la mascota puede concentrarse durante 2 minutos para cambiar el tamaño del animal al de un cachorro o viceversa.
Receta de Arcanos Avanzado
Costo de creación: 70 Aeros.
No obstante, el ejemplo no había sido tan bueno, y terminó llevando al primer momento de tensión entre Magazubi y Pelusa, algo que los alejó por un rato pero que sirvió para poner a salvo a la pequeña Magi junto con los cachorros que lentamente se alejaban a salvo en dirección al hogar que los esperaba y donde seguramente ahora permanecerían por muchos años.
Súbitamente, un inesperado giro en los acontecimientos dejó en suspenso el final de la historia, cuando la joven Magazubi en medio de sus constantes intentos de suicidio, terminó siendo aplastado por uno de aquellos bárbaros. Kam se resitió a abandonar a Magazubi, y aunque su tribu la esperaba, sus palabras de volver con ayuda no pasaron en vano. La noche se acercaba y el frío se hacía cada vez más intenso, al punto que dolía hasta los huesos, una fuerte ventisca amenazaba con sepultar a Maga sobre el hielo hasta que unos pasos se acercaron a toda prisa.
Un rudo y estridente impacto sonó cuando algo se estrelló contra el cuerpo del bárbaro, y aunque logró apenas moverlo, el héroe salió rebotado hacia atrás aparatosamente, le costó un poco levantarse y era evidente que estaba cansado, pero no se rindió, corrió de nuevo para estrellarse contra el bárbaro una y otra vez, siempre con el mismo efecto, cada vez parecía más difícil liberar a Magazubi hasta que finalmente sucedió, su salvador embistió el cuerpo del hombre con más determinación, afirmando sus patas en el piso para no salir despedido hacia atrás y luego con los músculos temblorosos empujó con todas sus fuerzas hasta hacer girar el cuerpo y liberar a la pequeña hechicera.
Rota y adolorida, Magazubi fue arrastrada hasta la cueva donde antes se había escondido junto a los otros aiones y gracias a que la fogata todavía permanecía encendida, pudo al fin ver el cuerpo de su salvador, que arrastrándola hasta un rinconcito y acomodarla mordiendo su ropa con mucho cuidado, finalmente se acostó muy cerca de ella para mantenerla caliente y a salvo hasta el día siguiente. Pelusa había cumplido la tarea encomendada, poniendo a la pequeña Magi y los demás aiones a salvo, pero luego había regresado para ayudar a su verdadera prioridad.
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∞ Me temo que hemos llegado a un desafortunado final de la aventura, pues a pesar de todos los intentos suicidas, la pequeña Magazubi lamentablemente sobrevivió. Aunque no sin algunas heridas y dolencias que no irán más allá de un par de temas.
∞ En cuanto al objetivo de la misión, Pelusa puso a todos a salvo y Kam logró rescatar a los suyos, es incluso más de lo que yo esperaba, así que está bastante bien, aunque ha quedado un poco de tensión y tal vez, algo de culpa y resentimiento entre Magazubi y Pelusa.
∞ Por otro lado, el desarrollo del tema ha ido bastante bien, se nota el crecimiento y desarrollo de personaje en tu joven bruja. Al final de esta aventura recibes 10 puntos de experiencia que ya han sido sumados a tu perfil, 1 punto de profesión por el uso de Arcanos que deberás reclamar en tu taller con un enlace a este tema y finalmente la receta: Cristal de reducción.
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