El monstruoso monstruo de la monstruosidad [Trabajo][Magazubi]
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El monstruoso monstruo de la monstruosidad [Trabajo][Magazubi]
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Habíamos recorrido un largo camino hasta el misterioso Lago Heimdal en donde se decía que un terrible y peligroso monstruo al que hasta ahora nadie ha visto, por lo que lo más probable es que fuera una simple falacia, así que decidí invitar a mi pequeña ternurita para pasar un día familiar desmintiendo la locura del monstruo; tardamos varios días en llegar al lugar en donde se nos mostraba una pequeña cabaña en las cercanías del lago -Mira, ahí- Señalé el lugar -Al fin llegamos- Era un lugar bastante acogedor, aunque el frío de la noche no es que fuera lo más cómodo del mundo; había que caminar un largo camino aun cuando ya veíamos la cabaña.
Al llegar a la cabaña apareció un señor bastante mayor que se veía bastante preocupado por la situación que se estaba presentando -¡Váyanse, curiosos! No hay nada que ver aquí- Comenzó a toser a causa de su arranque -No no, espere- Le dije poniendo mis manos al frente para evitar que me golpeara con su bastón -Somos del Séptimo Círculo, usted nos llamó- Intenté explicar calmando su agresividad -¿Cuál Círculo de nada? Yo no he invitado a nadie a nada, fuera de mi lago- Retrocedí un poco y sin más aquel extraño sujeto se metió a su cabaña dejándonos hablando solos.
Le di una mirada de duda a mi pequeña y nos quedamos ahí parados sin saber qué hacer; me encogí de hombros sin entender exactamente lo que había sucedido, si ya no teníamos nada qué hacer entonces habíamos perdido el viaje, solo nos quedaba tal vez la idea de darnos un baño en el lago, aunque con el espantoso frío que estaba haciendo no parecía ser una buena opción así que tristemente sin más, tendríamos que darnos la vuelta y regresar por donde vinimos, o al menos ese parecía ser el plan hasta que un siseo llamó mi atención -Dime, princesa- Le dije a mi pequeña pensando que era ella quien me había siseado pero resultaba ser que no.
Dirigí la vista al lugar de donde parecían venir los siseos que cada vez se hacían más frecuentes hasta que pude al fin ver la causa de los mismos; entre unos arbustos cercamos al lago alguien parecía estarnos llamando -Mira, ahí hay alguien- Señalé con una mano mientras invitaba a mi pequeña a ver de qué se trataba -Deben investigar, no se vayan, él está ahí- Dijo el misterioso chico de cabellos plateados y aspecto andrajoso señalando hacia el lago para luego señalarnos una pequeña balsa amarrada a la orilla del lago -Antes que sea tarde- Fue lo último que lo escuché decir; sin explicación alguna o sin darnos más detalles corrió como si necesitara ir al baño con urgencia y se perdió entre los arbustos; correr tras él habría significado dejar sola a Maguita por lo que preferí dejarlo ir y enfocarme en las pistas que nos había dejado -¿Qué tal un paseo en bote?- Dije de manera pícara mientras señalaba hacia nuestro destino en el lago.
Al llegar a la cabaña apareció un señor bastante mayor que se veía bastante preocupado por la situación que se estaba presentando -¡Váyanse, curiosos! No hay nada que ver aquí- Comenzó a toser a causa de su arranque -No no, espere- Le dije poniendo mis manos al frente para evitar que me golpeara con su bastón -Somos del Séptimo Círculo, usted nos llamó- Intenté explicar calmando su agresividad -¿Cuál Círculo de nada? Yo no he invitado a nadie a nada, fuera de mi lago- Retrocedí un poco y sin más aquel extraño sujeto se metió a su cabaña dejándonos hablando solos.
Le di una mirada de duda a mi pequeña y nos quedamos ahí parados sin saber qué hacer; me encogí de hombros sin entender exactamente lo que había sucedido, si ya no teníamos nada qué hacer entonces habíamos perdido el viaje, solo nos quedaba tal vez la idea de darnos un baño en el lago, aunque con el espantoso frío que estaba haciendo no parecía ser una buena opción así que tristemente sin más, tendríamos que darnos la vuelta y regresar por donde vinimos, o al menos ese parecía ser el plan hasta que un siseo llamó mi atención -Dime, princesa- Le dije a mi pequeña pensando que era ella quien me había siseado pero resultaba ser que no.
Dirigí la vista al lugar de donde parecían venir los siseos que cada vez se hacían más frecuentes hasta que pude al fin ver la causa de los mismos; entre unos arbustos cercamos al lago alguien parecía estarnos llamando -Mira, ahí hay alguien- Señalé con una mano mientras invitaba a mi pequeña a ver de qué se trataba -Deben investigar, no se vayan, él está ahí- Dijo el misterioso chico de cabellos plateados y aspecto andrajoso señalando hacia el lago para luego señalarnos una pequeña balsa amarrada a la orilla del lago -Antes que sea tarde- Fue lo último que lo escuché decir; sin explicación alguna o sin darnos más detalles corrió como si necesitara ir al baño con urgencia y se perdió entre los arbustos; correr tras él habría significado dejar sola a Maguita por lo que preferí dejarlo ir y enfocarme en las pistas que nos había dejado -¿Qué tal un paseo en bote?- Dije de manera pícara mientras señalaba hacia nuestro destino en el lago.
- Chico Misterioso:
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Re: El monstruoso monstruo de la monstruosidad [Trabajo][Magazubi]
Los viajes que hacía últimamente eran realmente largos, pero estaba empezando a acostumbrarme a ese ritmo de vida, a demás Pelusa ya estaba tomando un tamaño mucho más grande, permitiendo que lo pueda montar como si se tratase de un pony. Lo bueno es que ambos nos cansábamos relativamente igual, cuando él quería descansar ya yo me encontraba exhausta también. Era primera vez que viajaba sólo con Pelusa distancias tan largas, pero por fin llegué al taller de mi papá, en donde nos encontramos y me comentó algo sobre un lago.
Tardamos varios días en llegar, pero esta vez opté por caminar con mi papá que ir en Pelusa para aligerarlo. La cosa era que mientras yo daba tres pasos mi papá sólo necesitaba uno; al menos me motivaba con la idea de que estaba gordita por las galletas y pasteles que comía en todos lados, así que tenía que bajar la panza, y a demás mi papá me dijo que esta iba a ser una gran aventura.
A lo lejos veíamos una cabaña, y me alivié bastante cuando mi papi dijo que ese era el lugar de destino, la verdad es que ya estaba muy cansada y a cada rato le pedía a mi papá que nos detuviéramos. Cuando por fin llegamos allá nos atendió un señor mayor que trató a mi papá como si fuésemos un estorbo; dejé que “el adulto responsable” se encargara del asunto y esperé las siguientes instrucciones. El señor se había portado muy grosero, así que me crucé de brazos y miré a todos lados esperando ver otra cabaña similar, ¿nos habríamos equivocado?
Un siseo despertó el interés en mi papá y luego en mí ¿de dónde venía aquel sonido? Todo pasó muy rápido pues de la nada salió un chico a decir que investigáramos, y la bote, y el lago y… ¡que enredo! Suspiré un poco frustrada por el misterio del niño y su desespero porque investigáramos, para luego asentir con la cabeza cuando mi papá me ofreció ir en bote.
Corrí hasta la balsa que se encontraba en la orilla del lago y me monté -¡Papi! Pero Pelusa no cabe, ¿o sí?- dije muy preocupada -¿Lo vamos a dejar solito en la orilla?- pregunté.
Pasaron unos segundos y el señor mal educado y gruñón salió otra vez a ver si aún seguíamos ahí y yo susurré -¡Abajo!- y me oculté dentro del bote.
Tardamos varios días en llegar, pero esta vez opté por caminar con mi papá que ir en Pelusa para aligerarlo. La cosa era que mientras yo daba tres pasos mi papá sólo necesitaba uno; al menos me motivaba con la idea de que estaba gordita por las galletas y pasteles que comía en todos lados, así que tenía que bajar la panza, y a demás mi papá me dijo que esta iba a ser una gran aventura.
A lo lejos veíamos una cabaña, y me alivié bastante cuando mi papi dijo que ese era el lugar de destino, la verdad es que ya estaba muy cansada y a cada rato le pedía a mi papá que nos detuviéramos. Cuando por fin llegamos allá nos atendió un señor mayor que trató a mi papá como si fuésemos un estorbo; dejé que “el adulto responsable” se encargara del asunto y esperé las siguientes instrucciones. El señor se había portado muy grosero, así que me crucé de brazos y miré a todos lados esperando ver otra cabaña similar, ¿nos habríamos equivocado?
Un siseo despertó el interés en mi papá y luego en mí ¿de dónde venía aquel sonido? Todo pasó muy rápido pues de la nada salió un chico a decir que investigáramos, y la bote, y el lago y… ¡que enredo! Suspiré un poco frustrada por el misterio del niño y su desespero porque investigáramos, para luego asentir con la cabeza cuando mi papá me ofreció ir en bote.
Corrí hasta la balsa que se encontraba en la orilla del lago y me monté -¡Papi! Pero Pelusa no cabe, ¿o sí?- dije muy preocupada -¿Lo vamos a dejar solito en la orilla?- pregunté.
Pasaron unos segundos y el señor mal educado y gruñón salió otra vez a ver si aún seguíamos ahí y yo susurré -¡Abajo!- y me oculté dentro del bote.
Magazubi
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Re: El monstruoso monstruo de la monstruosidad [Trabajo][Magazubi]
El camino me había parecido bastante entretenido, y es que a ratos miraba de reojo a Magazubi que tras caminar con sus pasitos cortos se terminaba quedando atrás y tenía que acelerar para alcanzarme; incluso a ratos cuando se distraía mirando cualquier cosa yo aceleraba más el paso y cuando reaccionaba le tocaba casi correr para alcanzarme pensando que se debía solamente a la longitud de las piernas; no dejaba de reírme en silencio de lo graciosa que se veía pero luego me daba remordimiento y terminaba por esperarla; aún no terminaba de acostumbrarme a la idea de su rara mascota pero al menos ya podría defenderla en caso de problemas, aunque hasta donde había visto tenían mayores problemas los que trataban de hacerle algo a ella pues sabía defenderse muy bien.
Me daba un poco de vergüenza la situación, había traído a mi pequeña con la promesa de una gran aventura y sólo habíamos encontrado a un viejo gruñón y un andrajoso niño misterioso, no tenía la más mínima pinta de ser una gran aventura pero afortunadamente su disposición al paseo en bote me llenó de esperanza, aunque no encontráramos nada al menos pasaríamos un rato juntos bajo la luz de la luna para disfrutar junto a su animal rarito; no me terminaba de agradar la idea de llevarlo pero dejarlo solo podía ser peligroso y si era importante para ella entonces también era importante para mí -Claro que cabe, es de la familia- Dije sonriendo mientras pensaba cómo rayos hacer que el espacio alcanzara para los tres -Solo necesitamos que no se mueva mucho- Hablé mientras caminaba hacia la pequeña embarcación.
Aunque mi pequeña se subió de inmediato yo me quedé afuera buscando cómo acomodar al animal y pensando al mismo tiempo en la rara actitud del chico, si el viejo no nos había invitado entonces habría sido el chico, eso explicaría la pésima caligrafía y los errores ortográficos; aunque en cierto modo me había parecido simpático el exagerado uso de la “B” en la frase “Señor Bio, bengan por fabor” y que era justamente la que me había convencido de venir hasta este lugar tan remoto.
La advertencia de Maguita me sacó de mis pensamientos cuando me advirtió que el molesto viejo había vuelto a aparecer; ni siquiera pensé en nada, solo abracé al Peluso y salté con él hasta dentro del bote sin importarme cómo cayera, aunque por suerte el animal cayó cómodamente encima de mí, si algo le pasaba sería terrible para mi pequeña -Quédate abajo, Peluso- Le susurré al animal que intentaba levantarse -Tú también quédate abajo- Le dije a Maguita -Necesitamos movernos ¿Podrías empujar el bote con tu magia súper poderosa?- le sugerí a la astuta niña quien debería imprimirnos la fuerza suficiente para que el bote se moviera, saqué una mano para cortar con una de mis dagas la cuerda que la amarraba y luego solo fue necesario esperar que se separara de la orilla lentamente hasta que se adentró en el lago.
Asomé la cabeza despacio al sentir que nos habíamos alejado pero a lo lejos alcancé a ver al anciano halando por la oreja al niño de las advertencias, al parecer se había delatado para distraer al viejo y darnos un escape pero lo extraño era que el viejo lo llevaba arrastrado hasta el interior de la cabaña -¿Serán familia o algo así?- Le pregunté a la brujita señalándole el bochornoso espectáculo mientras el bote continuaba llevándonos a quién sabe dónde -Esta cosa no tiene remos- Dije al mirar a todos lados, seguramente se habían quedado atrás así que debíamos buscar la manera de guiar el bote.
Me daba un poco de vergüenza la situación, había traído a mi pequeña con la promesa de una gran aventura y sólo habíamos encontrado a un viejo gruñón y un andrajoso niño misterioso, no tenía la más mínima pinta de ser una gran aventura pero afortunadamente su disposición al paseo en bote me llenó de esperanza, aunque no encontráramos nada al menos pasaríamos un rato juntos bajo la luz de la luna para disfrutar junto a su animal rarito; no me terminaba de agradar la idea de llevarlo pero dejarlo solo podía ser peligroso y si era importante para ella entonces también era importante para mí -Claro que cabe, es de la familia- Dije sonriendo mientras pensaba cómo rayos hacer que el espacio alcanzara para los tres -Solo necesitamos que no se mueva mucho- Hablé mientras caminaba hacia la pequeña embarcación.
Aunque mi pequeña se subió de inmediato yo me quedé afuera buscando cómo acomodar al animal y pensando al mismo tiempo en la rara actitud del chico, si el viejo no nos había invitado entonces habría sido el chico, eso explicaría la pésima caligrafía y los errores ortográficos; aunque en cierto modo me había parecido simpático el exagerado uso de la “B” en la frase “Señor Bio, bengan por fabor” y que era justamente la que me había convencido de venir hasta este lugar tan remoto.
La advertencia de Maguita me sacó de mis pensamientos cuando me advirtió que el molesto viejo había vuelto a aparecer; ni siquiera pensé en nada, solo abracé al Peluso y salté con él hasta dentro del bote sin importarme cómo cayera, aunque por suerte el animal cayó cómodamente encima de mí, si algo le pasaba sería terrible para mi pequeña -Quédate abajo, Peluso- Le susurré al animal que intentaba levantarse -Tú también quédate abajo- Le dije a Maguita -Necesitamos movernos ¿Podrías empujar el bote con tu magia súper poderosa?- le sugerí a la astuta niña quien debería imprimirnos la fuerza suficiente para que el bote se moviera, saqué una mano para cortar con una de mis dagas la cuerda que la amarraba y luego solo fue necesario esperar que se separara de la orilla lentamente hasta que se adentró en el lago.
Asomé la cabeza despacio al sentir que nos habíamos alejado pero a lo lejos alcancé a ver al anciano halando por la oreja al niño de las advertencias, al parecer se había delatado para distraer al viejo y darnos un escape pero lo extraño era que el viejo lo llevaba arrastrado hasta el interior de la cabaña -¿Serán familia o algo así?- Le pregunté a la brujita señalándole el bochornoso espectáculo mientras el bote continuaba llevándonos a quién sabe dónde -Esta cosa no tiene remos- Dije al mirar a todos lados, seguramente se habían quedado atrás así que debíamos buscar la manera de guiar el bote.
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Re: El monstruoso monstruo de la monstruosidad [Trabajo][Magazubi]
Me encantaba lo que había dicho mi papi sobre que Pelusa era de la familia y que sí cabía en el bote. Por un lado era bueno que mi pequeño se estuviera convirtiendo en un hermoso aion, tenía una hermosa cornamenta muy masculina y claramente dejo de caminar como un perrito gracioso y gordito para empezar a caminar de una manera más galante; seguramente pronto tendría que ponerme celosa y territorial con él cuando encontrarara a una aiona, pero eso lo vería luego; lo malo era que al ser tan grande era más dificil de transladar para aventuras en el mar.
Cuando el señor salió, lo primero que hice fue avisar para no tener que dar demasiadas explicaciones. Vi como en un intento desesperado por no hacerse notar, mi papá abrazó a Pelusa y se lanzó con él al bote ¿Estaba loco?, pensé de forma muy desesperada porque Pelusa estaba grande, y seguramente era muy pesado. Suspiré dudando mucho de la inteligencia de mi padre y solté un bufido por comprender que aquello no fue algo que él haya pensado y planificado, aunque debía admitir de que ambos se veían muy tiernos abrazados. Por suerte para mi papá Pelusa se levantó de encima de él cuando consideró prudente y se quedo parado en el medio del bote sin moverse mucho.
Escuché atenta la recomendación de mi papá, era muy cierto que necesitabamos avanzar, por lo que sin pensarlo coloqué mis dos dedos indices uno al frente del otro y empecé a darle vueltas como si se tratara de una turbina que se encontraba detrás del bote. El agua empezó a moverse y empezó a hacerle propulsión muy leve, pero lo suficiente como para alejarnos bastante de la orilla.
Me percaté de lo que mi papi estaba diciendo y dejé de mover el agua para abrir mis ojitos y centrarme en la escena que él me señalaba. -Definitivamente soy parientes- dije fijandome en cómo el viejo trataba al niño -Ese chico no tiene necesidad de aguantar eso…- comenté recordando lo bueno que era escondiendose entre el bosque -Si no fuesen familia, no hubiese respeto por parte del chico y seguramente se habría escapado- dije de forma calculadora mientras veía que el chico a pesar de resistirse terminaba por entrar con el viejo.
Volteé un segundo a ver a mi papá y busqué entre mis cosas un cuchillo que me habían regalado ya hace mucho tiempo y empecé a clavarlo en uno de los tablones internos del bote, aquellos que se usan de asiento, con intención de que pudieramos usarlo de remo, porque hacer todo el trabajo con la mente me iba a dejar muy muy cansada.
-¿Cuál es el plan? ¿A dónde vamos?- pregunté.
Cuando el señor salió, lo primero que hice fue avisar para no tener que dar demasiadas explicaciones. Vi como en un intento desesperado por no hacerse notar, mi papá abrazó a Pelusa y se lanzó con él al bote ¿Estaba loco?, pensé de forma muy desesperada porque Pelusa estaba grande, y seguramente era muy pesado. Suspiré dudando mucho de la inteligencia de mi padre y solté un bufido por comprender que aquello no fue algo que él haya pensado y planificado, aunque debía admitir de que ambos se veían muy tiernos abrazados. Por suerte para mi papá Pelusa se levantó de encima de él cuando consideró prudente y se quedo parado en el medio del bote sin moverse mucho.
Escuché atenta la recomendación de mi papá, era muy cierto que necesitabamos avanzar, por lo que sin pensarlo coloqué mis dos dedos indices uno al frente del otro y empecé a darle vueltas como si se tratara de una turbina que se encontraba detrás del bote. El agua empezó a moverse y empezó a hacerle propulsión muy leve, pero lo suficiente como para alejarnos bastante de la orilla.
Me percaté de lo que mi papi estaba diciendo y dejé de mover el agua para abrir mis ojitos y centrarme en la escena que él me señalaba. -Definitivamente soy parientes- dije fijandome en cómo el viejo trataba al niño -Ese chico no tiene necesidad de aguantar eso…- comenté recordando lo bueno que era escondiendose entre el bosque -Si no fuesen familia, no hubiese respeto por parte del chico y seguramente se habría escapado- dije de forma calculadora mientras veía que el chico a pesar de resistirse terminaba por entrar con el viejo.
Volteé un segundo a ver a mi papá y busqué entre mis cosas un cuchillo que me habían regalado ya hace mucho tiempo y empecé a clavarlo en uno de los tablones internos del bote, aquellos que se usan de asiento, con intención de que pudieramos usarlo de remo, porque hacer todo el trabajo con la mente me iba a dejar muy muy cansada.
-¿Cuál es el plan? ¿A dónde vamos?- pregunté.
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Re: El monstruoso monstruo de la monstruosidad [Trabajo][Magazubi]
Estaba seguro que había escuchado sonar un par de vértebras en mi espalda cuando tomé al animal, vaya que había crecido desde que era apenas una pelota de carne y pelo, pero fuera como fuera había conseguido ponernos a todos dentro del bote que comenzó a moverse lentamente mientras nos alejábamos de aquel espectáculo que daban el abuelo gruñón y el chico misterioso, un dúo bastante particular -Sí, definitivamente lo son, seguramente el niño es el padre del viejo- Dije bromeando aunque claramente ambos sabíamos que no era de ese modo.
Finalmente nos alejamos de la rara escena y nos vimos rodeados de agua y niebla por todos lados -No te muevas mucho, peluso, hoy no nos toca bañarnos- Le sugerí al animal esperando que me entendiera porque a la más mínima inclinación del coso hacía algún lado el bote se desequilibraba y podíamos terminar todos empapados, además que sería terrible hacer flotar a semejante bestiesota; por si el movimiento no fuera suficiente mi pequeña genio optó por arrancar un pedazo de madera del mismo bote para ayudarnos a remar, definitivamente la había educado muy bien porque era bastante lista -Pues el plan es divertirnos- Dije animado -Llevaremos a Peluso a pescar- Señalé a su mascota con ambas manos.
Tomé el pedazo de madera que “habíamos” arrancado del bote y lo usé para remar hasta que algo llamó mi atención a las patas de -Oh, rayos, Peluso, no te muevas, no te muevas- Le sugerí mientras intentaba darle la vuelta al bote para volver a la orilla pero estábamos demasiado lejos; [1] un pequeño, diminuto pero constante chorrito de agua comenzaba a aparecer entre los pies del animal, seguramente el peso era demasiado para la pobre embarcación, y es que seguramente al hacer el bote no habían pensado que algún día alguien querría llevar un aión a bordo; estiré el pie para tapar el agujero pero de igual modo el agua se seguía colando debajo de mi zapato y comenzaba a hacerse evidente.
Levanté la vista en busca de algún rincón a donde llegar y pude ver a lo lejos una pequeña luz a cierta altura, lo que solo podía significar que había algún lugar a dónde llegar, esperaba que no resultara ser solo una torre acuática -Iremos hacia esa luz- Le dije a mi pequeña -Y eso no es lo que parece- Señalé el chorrito de agua que lentamente había ido llenando de agua el pequeño bote -Bueno, tal vez sí sea lo que parece, solo un poco- Esperaba que mi pobre criaturita no entrara en pánico porque eso sería terrible -Hay que mantener la calma, iremos a la luz y estaremos a salvo- Comencé a remar cada vez más rápido en dirección a la luz hasta que finalmente pudimos verla, una especie de isla, en la que se erguían las ruinas de lo que parecía una vieja torre abandonada y derruida -Te dije que estaríamos bien, debe haber alguien ahí donde está la luz- Señalé el mismo brillo que habíamos visto antes y que adornaba la parte más alta de la torre pero sin razón alguna se apagó de pronto -¿O no?- Definitivamente algo raro estaba pasando ahí, eso sin mencionar que debía encontrar una manera de reparar el bote para volver a la orilla o tendríamos que envejecer juntos en una isla desierta de un lago, bueno, yo no envejecía pero haría el drama igual.
[1]Inicio de la primera complicación: problemas con la balsa. Finalmente nos alejamos de la rara escena y nos vimos rodeados de agua y niebla por todos lados -No te muevas mucho, peluso, hoy no nos toca bañarnos- Le sugerí al animal esperando que me entendiera porque a la más mínima inclinación del coso hacía algún lado el bote se desequilibraba y podíamos terminar todos empapados, además que sería terrible hacer flotar a semejante bestiesota; por si el movimiento no fuera suficiente mi pequeña genio optó por arrancar un pedazo de madera del mismo bote para ayudarnos a remar, definitivamente la había educado muy bien porque era bastante lista -Pues el plan es divertirnos- Dije animado -Llevaremos a Peluso a pescar- Señalé a su mascota con ambas manos.
Tomé el pedazo de madera que “habíamos” arrancado del bote y lo usé para remar hasta que algo llamó mi atención a las patas de -Oh, rayos, Peluso, no te muevas, no te muevas- Le sugerí mientras intentaba darle la vuelta al bote para volver a la orilla pero estábamos demasiado lejos; [1] un pequeño, diminuto pero constante chorrito de agua comenzaba a aparecer entre los pies del animal, seguramente el peso era demasiado para la pobre embarcación, y es que seguramente al hacer el bote no habían pensado que algún día alguien querría llevar un aión a bordo; estiré el pie para tapar el agujero pero de igual modo el agua se seguía colando debajo de mi zapato y comenzaba a hacerse evidente.
Levanté la vista en busca de algún rincón a donde llegar y pude ver a lo lejos una pequeña luz a cierta altura, lo que solo podía significar que había algún lugar a dónde llegar, esperaba que no resultara ser solo una torre acuática -Iremos hacia esa luz- Le dije a mi pequeña -Y eso no es lo que parece- Señalé el chorrito de agua que lentamente había ido llenando de agua el pequeño bote -Bueno, tal vez sí sea lo que parece, solo un poco- Esperaba que mi pobre criaturita no entrara en pánico porque eso sería terrible -Hay que mantener la calma, iremos a la luz y estaremos a salvo- Comencé a remar cada vez más rápido en dirección a la luz hasta que finalmente pudimos verla, una especie de isla, en la que se erguían las ruinas de lo que parecía una vieja torre abandonada y derruida -Te dije que estaríamos bien, debe haber alguien ahí donde está la luz- Señalé el mismo brillo que habíamos visto antes y que adornaba la parte más alta de la torre pero sin razón alguna se apagó de pronto -¿O no?- Definitivamente algo raro estaba pasando ahí, eso sin mencionar que debía encontrar una manera de reparar el bote para volver a la orilla o tendríamos que envejecer juntos en una isla desierta de un lago, bueno, yo no envejecía pero haría el drama igual.
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Re: El monstruoso monstruo de la monstruosidad [Trabajo][Magazubi]
Me había parecido súper heroico que mi papi ayudara a Pelusa a entrar al bote, pero eso traía consigo unas cuantas complicaciones, y es que ahora había muy poco espacio para mi papá y para mí. Pero no podíamos dejar a mi aionsito sólo, aún no estaba listo para los peligros de la vida, al fin y al cabo seguía siendo mi bebé.
Escuché con mala cara el comentario loco de mi padre, sobre que el niño era el padre del viejo, y negué con mi cabeza -Menos mal que no vas a dejar descendencia…- dije en broma pero un tanto cruel mientras le acariciaba la espalda a mi papi.
El bote avanzaba lento, y en el camino escuché como mi papá le hablaba a Pelusa de no moverse; me reí por lo bajito y me quedé mirando a mi padre con ternura -Yo sí creo que soy la adulta en esta relación-. No sé si era yo o mi papá, pero me encantaba que él estuviera tan tierno con mi pequeño gran amigote, y es que era mi bebé, y me gustaba que nos acompañara a pescar. La emoción empezaba a correr por mi cuerpo, toda aquella aventura me parecía una ternura.
Estaba distraída enfocando toda mi atención en hacer que el bote avanzara hasta que… -¿Y eso no es lo que parece?- repetí, para luego observar la luz a la que se refería mi papá y luego ver el pequeño agujero que lentamente empezaba a causar problemas. La expresión en mi rostro cambió, realmente dudaba mucho que lográramos llegar muy lejos con es bote hundiéndose, y yo por más que quisiera no podría mantener un bote tan grande y tan pesado sobre el mar. Miraba a todos lados en busca de algún lugar cercano, otra balsa abandonada por casualidad, o algo similar pero no sucedió. Miré con preocupación a mi papá porque parecía estar tratando con todas sus fuerzas hacer como si no pasara nada, pero realmente sí pasaba algo.
La luz que me había señalado mi papá minutos antes de esfumó, y aquello me dio un miedo horroroso. No sabía si habían tiburones en aquel lago o si moriríamos ahí mismo. Había que llegar rápido a la orilla, y sin tener mucha esperanza porque la luz que “nos salvaría” se había ido opté por agarrar el cuchillo y hacerle otro agujero a la balsa.
-Tú y yo podemos nadar usando un pedazo de madera para flotar un poco, mientras yo me encargo de Pelusa…- dije casi sin respirar antes de que mi papá me detuviera… -No puedo mantener cuatro cuerpos pesados sobre el agua, pero si puedo mantener medios cuerpos un poco…- pero mientras decía esto último se me ocurrió una idea mejor, la cosa es que ahora habían dos huecos por mi culpa.
-¡¡Ayúdame a partir en dos el remo!!- dije desesperada porque la balsa se llenaba el doble de rápido. Mi idea consistía en usar mi telekinesis y mi poco control sobre el agua para mantener esos dos pedazos de madera justo debajo de los huecos, y que sirvieran de tapón. La madera tendía a flotar, así que yo solo tendría que hacer que el movimiento del agua no se las llevara lejos.
Escuché con mala cara el comentario loco de mi padre, sobre que el niño era el padre del viejo, y negué con mi cabeza -Menos mal que no vas a dejar descendencia…- dije en broma pero un tanto cruel mientras le acariciaba la espalda a mi papi.
El bote avanzaba lento, y en el camino escuché como mi papá le hablaba a Pelusa de no moverse; me reí por lo bajito y me quedé mirando a mi padre con ternura -Yo sí creo que soy la adulta en esta relación-. No sé si era yo o mi papá, pero me encantaba que él estuviera tan tierno con mi pequeño gran amigote, y es que era mi bebé, y me gustaba que nos acompañara a pescar. La emoción empezaba a correr por mi cuerpo, toda aquella aventura me parecía una ternura.
Estaba distraída enfocando toda mi atención en hacer que el bote avanzara hasta que… -¿Y eso no es lo que parece?- repetí, para luego observar la luz a la que se refería mi papá y luego ver el pequeño agujero que lentamente empezaba a causar problemas. La expresión en mi rostro cambió, realmente dudaba mucho que lográramos llegar muy lejos con es bote hundiéndose, y yo por más que quisiera no podría mantener un bote tan grande y tan pesado sobre el mar. Miraba a todos lados en busca de algún lugar cercano, otra balsa abandonada por casualidad, o algo similar pero no sucedió. Miré con preocupación a mi papá porque parecía estar tratando con todas sus fuerzas hacer como si no pasara nada, pero realmente sí pasaba algo.
La luz que me había señalado mi papá minutos antes de esfumó, y aquello me dio un miedo horroroso. No sabía si habían tiburones en aquel lago o si moriríamos ahí mismo. Había que llegar rápido a la orilla, y sin tener mucha esperanza porque la luz que “nos salvaría” se había ido opté por agarrar el cuchillo y hacerle otro agujero a la balsa.
-Tú y yo podemos nadar usando un pedazo de madera para flotar un poco, mientras yo me encargo de Pelusa…- dije casi sin respirar antes de que mi papá me detuviera… -No puedo mantener cuatro cuerpos pesados sobre el agua, pero si puedo mantener medios cuerpos un poco…- pero mientras decía esto último se me ocurrió una idea mejor, la cosa es que ahora habían dos huecos por mi culpa.
-¡¡Ayúdame a partir en dos el remo!!- dije desesperada porque la balsa se llenaba el doble de rápido. Mi idea consistía en usar mi telekinesis y mi poco control sobre el agua para mantener esos dos pedazos de madera justo debajo de los huecos, y que sirvieran de tapón. La madera tendía a flotar, así que yo solo tendría que hacer que el movimiento del agua no se las llevara lejos.
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Re: El monstruoso monstruo de la monstruosidad [Trabajo][Magazubi]
Reí ante la expresión de Maguita, extrañaba llevarle la contraria y decir las cosas a lo inverso de lo que era obvio -Claro que es la adulta, usted, señora viejita amargada y bigotuda- Respondí mientras agarraba un mechón de su cabello para ponerlo sobre sus labios como un mostacho; el rato divertido se terminó cuando la minibruja vio el agujero en el bote -No, no es lo que parece, es solo una fuente interna en este bote de lujo- Reí nervioso -No es que el bote se esté hundiendo ni nada de eso- Aclaré convencido de que lo que decía era completamente creíble aunque al parecer no lo era -No pasa nada, estaremos bien- Añadí tratando de parecer sereno pero aterrado por dentro.
Por si un agujero fuera poca cosa, mi inteligente y astuta pequeña abrió otro agujero, seguramente había pensado que mientras el agua entraba por un agujero podría ir saliendo por el otro, claro, completamente lógico -No creo que hacer otro agujero sea una buena ide...- No terminé la frase pues el nuevo agujero comenzaba a meter más agua -¿Cuatro cuerpos pesados?- Protesté -¿Solo Peluso es pesado porque está muy grande y tú porque estás gordita, pero yo soy ligero como una pluma- Intenté tapar el nuevo agujero con el otro pie pero el esfuerzo fue en vano.
Alcé una ceja sin entender bien lo que quería pero igual le seguiría el plan y luego diría que había sido mi idea -No, espera, se me ocurrió algo mejor, partiré en dos el remo- Tomé el pedazo de madera de manera muy masculina y con un grito de macho alfa hice gala de mis músculos y partí el pedazo de madera en dos pedazos con simetría perfecta y además, con forma de remos de verdad, o al menos fue lo que pasó en mi mente porque la verdad es que la madera estaba muy dura y me estaba costando mucho romperla, incluso me tocó golpearla contra mi rodilla varias veces hasta que se rompió en dos partes, una más grande que la otra pero ni modo, al menos era algo.
Justo pensaba ponerme a remar cuando misteriosamente el pedazo de madera se me fue de las manos y tras caer al agua se metió bajo el pequeño bote, fue entonces cuando entendí que había magia en todo eso; de cualquier manera, reaccioné usando mis brazos para chapalear agua impulsándonos ligeramente hacia adelante a través de la niebla que poco nos dejaba ver, el agua seguía inundando el navío así que al final mi reacción espontánea fue asegurar la seguridad de mi pequeña saltando al agua para impulsar el bote nadando; di un gran salto que podría considerarse una obra de arte, como si danzara en el viento hasta caer el agua y... bueno realmente no fue un gran salto y la caída fue más bien vergonzosa pues al punto en que íbamos el agua me llegaba apenas por las rodillas o un poco más.
Saqué del agua mi mano derecha con el pulgar arriba indicando que estaba bien y luego me levanté; limpié algunas algas que se habían quedado en mi cabeza, esperaba que fueran algas y no otra cosa peor así que preferí no asegurarme que lo fueran -Pues, llegamos, ya lo sabía, por eso me lancé- Dije disimulando la bochornosa escena y halando el bote hasta la orilla de una pequeña y misteriosa isla en medio del lago, para que mis acompañantes pudieran bajar tranquilos -Y bien, acá estamos, en la isla paradisíaca que te prometí para vacaciones- Dije juguetón intentando que mi pequeña no se asustara ante la tétrica escena.
Como si la situación no fuera ya suficientemente mala, un par de relámpagos en el cielo delataron la inminente lluvia -De prisa, entremos a la tétrica y misteriosa torre que inspira terror y advierte peligro- Dije señalando hacia la rara edificación que casi abarcaba todo el puñado de tierra que hacía ese intento de isla -Ahí estaremos a salvo- Continué por si la explicación anterior no le inspiraba seguridad; frente a nosotros teníamos una edificación que parecía bastante antigua y fría; la lluvia comenzaba a caer cada vez más fuerte y dado que volver en el bote no era una opción lo mejor sería ponernos a resguardo en ese lugar mientras pensaba en una solución -Una vez leí sobre un aión que volaba ¿Peluso no vuela?- Pregunté mientras avanzaba tranquilamente hasta que algo tropezó mi pierna; me detuve para que mi pequeña y su mascota se adelantaran pero al final concluí que solo había sido mi imaginación -Vamos, vamos adentro- Apuré a la pequeña y su amiguito para ponernos todos a resguardo y estar seguros dentro de la espeluznante torre.
Por si un agujero fuera poca cosa, mi inteligente y astuta pequeña abrió otro agujero, seguramente había pensado que mientras el agua entraba por un agujero podría ir saliendo por el otro, claro, completamente lógico -No creo que hacer otro agujero sea una buena ide...- No terminé la frase pues el nuevo agujero comenzaba a meter más agua -¿Cuatro cuerpos pesados?- Protesté -¿Solo Peluso es pesado porque está muy grande y tú porque estás gordita, pero yo soy ligero como una pluma- Intenté tapar el nuevo agujero con el otro pie pero el esfuerzo fue en vano.
Alcé una ceja sin entender bien lo que quería pero igual le seguiría el plan y luego diría que había sido mi idea -No, espera, se me ocurrió algo mejor, partiré en dos el remo- Tomé el pedazo de madera de manera muy masculina y con un grito de macho alfa hice gala de mis músculos y partí el pedazo de madera en dos pedazos con simetría perfecta y además, con forma de remos de verdad, o al menos fue lo que pasó en mi mente porque la verdad es que la madera estaba muy dura y me estaba costando mucho romperla, incluso me tocó golpearla contra mi rodilla varias veces hasta que se rompió en dos partes, una más grande que la otra pero ni modo, al menos era algo.
Justo pensaba ponerme a remar cuando misteriosamente el pedazo de madera se me fue de las manos y tras caer al agua se metió bajo el pequeño bote, fue entonces cuando entendí que había magia en todo eso; de cualquier manera, reaccioné usando mis brazos para chapalear agua impulsándonos ligeramente hacia adelante a través de la niebla que poco nos dejaba ver, el agua seguía inundando el navío así que al final mi reacción espontánea fue asegurar la seguridad de mi pequeña saltando al agua para impulsar el bote nadando; di un gran salto que podría considerarse una obra de arte, como si danzara en el viento hasta caer el agua y... bueno realmente no fue un gran salto y la caída fue más bien vergonzosa pues al punto en que íbamos el agua me llegaba apenas por las rodillas o un poco más.
Saqué del agua mi mano derecha con el pulgar arriba indicando que estaba bien y luego me levanté; limpié algunas algas que se habían quedado en mi cabeza, esperaba que fueran algas y no otra cosa peor así que preferí no asegurarme que lo fueran -Pues, llegamos, ya lo sabía, por eso me lancé- Dije disimulando la bochornosa escena y halando el bote hasta la orilla de una pequeña y misteriosa isla en medio del lago, para que mis acompañantes pudieran bajar tranquilos -Y bien, acá estamos, en la isla paradisíaca que te prometí para vacaciones- Dije juguetón intentando que mi pequeña no se asustara ante la tétrica escena.
Como si la situación no fuera ya suficientemente mala, un par de relámpagos en el cielo delataron la inminente lluvia -De prisa, entremos a la tétrica y misteriosa torre que inspira terror y advierte peligro- Dije señalando hacia la rara edificación que casi abarcaba todo el puñado de tierra que hacía ese intento de isla -Ahí estaremos a salvo- Continué por si la explicación anterior no le inspiraba seguridad; frente a nosotros teníamos una edificación que parecía bastante antigua y fría; la lluvia comenzaba a caer cada vez más fuerte y dado que volver en el bote no era una opción lo mejor sería ponernos a resguardo en ese lugar mientras pensaba en una solución -Una vez leí sobre un aión que volaba ¿Peluso no vuela?- Pregunté mientras avanzaba tranquilamente hasta que algo tropezó mi pierna; me detuve para que mi pequeña y su mascota se adelantaran pero al final concluí que solo había sido mi imaginación -Vamos, vamos adentro- Apuré a la pequeña y su amiguito para ponernos todos a resguardo y estar seguros dentro de la espeluznante torre.
- Torre Misteriosa:
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Re: El monstruoso monstruo de la monstruosidad [Trabajo][Magazubi]
Mi papá era definitivamente el dueño de mi cariño, pero sinceramente dudaba mucho sobre sus capacidades de malvado. Desde que él se fue la primera vez de mi vida, tuve varias experiencias y leí un montón de veces que los vampiros eran seres malvados y temibles, pero mi papi era más tierno y gracioso que un elfo de bufón. Definitivamente él era un caso serio, pero ¿cómo iba a quejarme, si era él quién me sacaba las risas más escandalosas y las sonrisas más ocultas? A él se le ocurría cada barbaridad; de verdad que no tengo ni la menor idea de cómo no viví toda mi infancia en un circo con mujeres realmente peludas y con ratones parlanchines. Al principio miraba a mi papi negando con la cabeza, suspirando y pidiéndole al sol que me diera paciencia, pero en cuanto comentó que estaba gorda y que él era liviano no pude evitar soltar una carcajada -¿Y el bote qué?- dije sin dejar de reír, la madera también era pesada y era un cuerpo que no podía dejar de contar.
Por más que mi papá era todo un desastre me encantaba mirarlo, tenía unas formas de hacer las cosas muy particular, y es que todo parecía hacerlo de forma muy graciosa. Vi como le costó partir la tabla, pero en cuanto lo logró di un saltito de emoción e hice que ambos pedazos se sumergieran en el agua para tapar por debajo los agujeros de la balsa. No fue muy difícil ya que el único esfuerzo era sumergir las dos tablas un poco, porque luego ambos pedacitos iban a tener la tendencia a flotar, tapando irremediablemente los huecos; y lo otro que tenía que preocuparme era que cuando nos desplazáramos no perdiéramos aquellos tapones improvisados, pero con mi básico control del agua era suficiente, así no gastaba tanta energía en cosas sencillas.
Avanzamos un poco con la ayuda de los brazos de mi papá, pero realmente el avance no era muy significativo, y a demás la abundante niebla no ayudaba mucho a saber cuanto faltaba para encontrar algo. Me abracé a Pelusa porque aquella densa capa blanca me estaba dando frío y me concentré en que no nos hundiéramos, mientras dejaba a mi papá hacer…
Lo vi prepararse para un gran salto, de hecho estaba preparada para admirarlo y tomar en consideración empezar a usar la telekinesis en mí misma para empezar a hacer esas acrobacias pero.
-¿Papá estás bien?- me alarmé un poco al ver que el agua no era muy profunda. Pero los comentarios graciosos de mi papá me avisaron que todo estaba a la perfección, tal vez debería darse un golpesito más duro para que recupere la cordura. Negué con la cabeza ante sus palabras como solía hacer por las cosas que comentaba y me bajé con cuidado del bote y ayudé a Pelusa a salir.
Realmente no teníamos más opción que quedarnos o devolvernos, pero en cuanto unos relámpagos sonaron asentí a la propuesta de mi papá de entrar en aquella torre misteriosa. Sin prestarle mucha atención a nada, pasé con Pelusa tratando de ignorar lo que mi papi decía, pues por más características malas que tuviera, no teníamos opción.
Por más que mi papá era todo un desastre me encantaba mirarlo, tenía unas formas de hacer las cosas muy particular, y es que todo parecía hacerlo de forma muy graciosa. Vi como le costó partir la tabla, pero en cuanto lo logró di un saltito de emoción e hice que ambos pedazos se sumergieran en el agua para tapar por debajo los agujeros de la balsa. No fue muy difícil ya que el único esfuerzo era sumergir las dos tablas un poco, porque luego ambos pedacitos iban a tener la tendencia a flotar, tapando irremediablemente los huecos; y lo otro que tenía que preocuparme era que cuando nos desplazáramos no perdiéramos aquellos tapones improvisados, pero con mi básico control del agua era suficiente, así no gastaba tanta energía en cosas sencillas.
Avanzamos un poco con la ayuda de los brazos de mi papá, pero realmente el avance no era muy significativo, y a demás la abundante niebla no ayudaba mucho a saber cuanto faltaba para encontrar algo. Me abracé a Pelusa porque aquella densa capa blanca me estaba dando frío y me concentré en que no nos hundiéramos, mientras dejaba a mi papá hacer…
Lo vi prepararse para un gran salto, de hecho estaba preparada para admirarlo y tomar en consideración empezar a usar la telekinesis en mí misma para empezar a hacer esas acrobacias pero.
-¿Papá estás bien?- me alarmé un poco al ver que el agua no era muy profunda. Pero los comentarios graciosos de mi papá me avisaron que todo estaba a la perfección, tal vez debería darse un golpesito más duro para que recupere la cordura. Negué con la cabeza ante sus palabras como solía hacer por las cosas que comentaba y me bajé con cuidado del bote y ayudé a Pelusa a salir.
Realmente no teníamos más opción que quedarnos o devolvernos, pero en cuanto unos relámpagos sonaron asentí a la propuesta de mi papá de entrar en aquella torre misteriosa. Sin prestarle mucha atención a nada, pasé con Pelusa tratando de ignorar lo que mi papi decía, pues por más características malas que tuviera, no teníamos opción.
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Re: El monstruoso monstruo de la monstruosidad [Trabajo][Magazubi]
Finalmente habíamos logrado ponernos a salvo, o al menos ya no corríamos el riesgo de terminar ahogados en un charquito de agua que como mucho nos llegaría por las rodillas pero la preocupación era igual de válida, no sabíamos se hubiera algún espantoso monstruo oculto en aquellas aguas y que tuviera la capacidad de aplastarse para llegarnos hasta la rodilla si estaba acostado, de cualquier manera lo importante ahora era buscar cómo salir de aquella mini isla donde habíamos ido a parar; al llegar a la puerta nos encontramos con el detalle que la puerta estaba cerrada -No te preocupes, la abriré en un segundo- Tomé impulso y me estrellé de lado pegando mi hombro a la puerta, desde el principio debí suponer que era una mala idea pues solo conseguí que me doliera el brazo entero y que una capa de polvo y musgo cayera sobre mi cabeza; retrocedí y di un par de patadas a la puerta aún sin éxito hasta que nos dimos cuenta que la puerta no se abría hacia adentro como yo pensaba sino hacia afuera.
Disimulando mi triste episodio con la puerta la abrí para que mi pequeña y el Peluso entraran -Ves, te dije que abría hacia afuera- Reproché a mi pequeña bromeando pero dentro la escena no era para nada como la podríamos imaginar -Sé que vi una luz arriba, si podemos encontrar al...- No terminé la frase al quedar impresionado con lo que acabábamos de encontrar, la pequeña y modesta torre era más grande de lo que podríamos imaginar pero no hacia arriba, sino hacia abajo -Desde afuera no se veía tan grande- Dije impresionado al tiempo que unos perturbadores sonidos se podían escuchar desde la parte inferior de la torre -Shhh- Siseé a mi pequeña con un dedo en mis labios para luego señalarle hacia abajo -¿Escuchas eso?- Le dije para luego hacer silencio y que pudiera captar en detalle.
Ahora nos encontrábamos en un dilema y aunque lo ideal era ir hacia arriba en busca de la luz, ese sonido hacia abajo sonaba bastante intrigante -¿Quieres averiguar?- Le pregunté a Maguíbiris dejándole la opción de quedarse a salvo o ir arriba si lo prefería, pero si había alguien ahí abajo seguramente nos ayudaría amablemente a volver a la orilla de alguna manera, tal vez tuviera escondido algún bote que no hubiéramos visto debido a la niebla o quizás por debajo hubiera un camino secreto hasta un lugar seguro, fuera como fuera no me iba a detener ahora.
Al bajar algunos metros el sonido se escuchaba más fuerte, parecían los ronquidos de un dragón o algún tipo de espeluznante criatura al punto que me estaba dando miedo continuar bajando -Creo que mejor subimos- Dije a mi pequeña pero en ese momento mi pie resbaló con el escalón y terminé cayendo por las escaleras aparatosamente un par de pisos -¡Oh por los dioses! ¡Que olor!- Exclamé en voz alta mientras me cubría la nariz con las manos para tratar de evitar aquel aroma a podrido -Creo que hay un animal muerto aquí abajo- Grité hacia arriba; había llegado por fin a la parte más baja en donde cuatro puertas parecían llegar a diferentes puntos pero solo una de ellas estaba abierta y se podía ver una rara criatura gelatinosa y oscura que daba la impresión de estar ¿Atorada?
Me acerqué y le di una patada suave y reaccionó moviendo lo que parecía ser una cola, obviamente y como cualquier hombre valiente y sensato habría hecho, grité y corrí por mi vida hacia las escaleras, cosa que de hecho me hizo ganar un poco de tiempo pues al moverse la criatura comenzó a entrar mucha agua llenando aquello que parecía funcionar como un pozo -Sube sube sube- Iba gritando por todo el camino avisando a mi pequeña y su Peluso del peligro que se acercaba.
Disimulando mi triste episodio con la puerta la abrí para que mi pequeña y el Peluso entraran -Ves, te dije que abría hacia afuera- Reproché a mi pequeña bromeando pero dentro la escena no era para nada como la podríamos imaginar -Sé que vi una luz arriba, si podemos encontrar al...- No terminé la frase al quedar impresionado con lo que acabábamos de encontrar, la pequeña y modesta torre era más grande de lo que podríamos imaginar pero no hacia arriba, sino hacia abajo -Desde afuera no se veía tan grande- Dije impresionado al tiempo que unos perturbadores sonidos se podían escuchar desde la parte inferior de la torre -Shhh- Siseé a mi pequeña con un dedo en mis labios para luego señalarle hacia abajo -¿Escuchas eso?- Le dije para luego hacer silencio y que pudiera captar en detalle.
- Interior de la torre:
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- Sonidos extraños:
Ahora nos encontrábamos en un dilema y aunque lo ideal era ir hacia arriba en busca de la luz, ese sonido hacia abajo sonaba bastante intrigante -¿Quieres averiguar?- Le pregunté a Maguíbiris dejándole la opción de quedarse a salvo o ir arriba si lo prefería, pero si había alguien ahí abajo seguramente nos ayudaría amablemente a volver a la orilla de alguna manera, tal vez tuviera escondido algún bote que no hubiéramos visto debido a la niebla o quizás por debajo hubiera un camino secreto hasta un lugar seguro, fuera como fuera no me iba a detener ahora.
Al bajar algunos metros el sonido se escuchaba más fuerte, parecían los ronquidos de un dragón o algún tipo de espeluznante criatura al punto que me estaba dando miedo continuar bajando -Creo que mejor subimos- Dije a mi pequeña pero en ese momento mi pie resbaló con el escalón y terminé cayendo por las escaleras aparatosamente un par de pisos -¡Oh por los dioses! ¡Que olor!- Exclamé en voz alta mientras me cubría la nariz con las manos para tratar de evitar aquel aroma a podrido -Creo que hay un animal muerto aquí abajo- Grité hacia arriba; había llegado por fin a la parte más baja en donde cuatro puertas parecían llegar a diferentes puntos pero solo una de ellas estaba abierta y se podía ver una rara criatura gelatinosa y oscura que daba la impresión de estar ¿Atorada?
Me acerqué y le di una patada suave y reaccionó moviendo lo que parecía ser una cola, obviamente y como cualquier hombre valiente y sensato habría hecho, grité y corrí por mi vida hacia las escaleras, cosa que de hecho me hizo ganar un poco de tiempo pues al moverse la criatura comenzó a entrar mucha agua llenando aquello que parecía funcionar como un pozo -Sube sube sube- Iba gritando por todo el camino avisando a mi pequeña y su Peluso del peligro que se acercaba.
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Re: El monstruoso monstruo de la monstruosidad [Trabajo][Magazubi]
No entendía cómo mi papá podía ser tan tontito y tan tierno al mismo tiempo. Me quedé de brazos cruzados esbozando una pronunciada sonrisa mientras él se encargaba de abrir la puerta tal como había propuesto. Por más adorable que se veía siendo un cabecita hueca la verdad es que no me gustaba en lo absoluto que se lastimara, por lo que a cada cosa que hacía que involucraba su salud me preocupaba un poco internamente.
Le pellizqué la barrigota a mi papá en modo cariñoso cuando dijo que él ya sabía que la puerta abría en sentido contrario y negué con la cabeza. Estaba claro que mi papá era todo un personaje y woao que lo era. Suspiré y dejé que él se adentrara primero y luego entramos Pelusa y yo para percatarnos de lo que mi papá estaba viendo. Miré para arriba y luego para abajo y no dije nada al respecto, apreté mis labios pensativa y consideré que aquella mini isla podría ser peligrosa.
Escuché que mi papá me siseaba y no hacía falta en realidad, pero admito que fue bueno que me advirtiera que algo estaba sucediendo. Oí lo que mi papi me decía y me enfoqué en escuchar aquellos sonidos a los que mi papá se refería. La expresión de mi rostro cambió totalmente y se arrugó un poco mientras trataba de acercar más mi oreja al borde sosteniéndome de una de las columnas mohosas que estaban ahí. Aquellos sonidos eran realmente extraños y muy peculiares. Cuando mi papá me preguntó si quería averiguar negué rotundamente con la cabeza pero como él es bastante terco terminamos por hacer lo que él quería. Obviamente me obligó a bajar, no directamente, él simplemente había empezado a andar y yo no lo podía dejar solo, así que bajé a una distancia prudencial de él.
Cuando mi papi me dijo que quería volver a subir lo miré con cara de pocos amigos; ya habíamos bajado por su culpa, y ya había que seguir, pero antes de que pudiese contradecirlo se cayó estrepitosamente por las escaleras. Llevé la palma de mi mano hacía mi frente y me di un leve golpesito mientras le suplicaba a todos los dioses que esto fuese una broma de mal gusto y ya. Bajé unos cuantos escalones con lentitud sin poder ver a mi papá, él estaba mucho más abajo que yo, pero estaba segura de que si estuviera en problemas hubiese gritado.
Acaricié el lomo de Pelusa con lentitud y me di mi tiempo para bajar cada escalón, no había prisa, hasta que escuché el grito de mi papá. Abrí mis ojos de par en par por lo que me decía, pero no le hice caso -porque no entendía qué sucedía-, hasta que llegó a donde estábamos nosotros. Por inercia corrí con él para arriba, y luego fue que me percaté del agua.
-¡Vamos Pelusa!- apuré a mi aion que se le dificultaba bajar escaleras y subirlas, que al final terminé casi por empujarlo todo yo.
-¿Qué cambures es eso papá?- pregunté un poco acelerada mientras subía lo más rápido que podía.
Le pellizqué la barrigota a mi papá en modo cariñoso cuando dijo que él ya sabía que la puerta abría en sentido contrario y negué con la cabeza. Estaba claro que mi papá era todo un personaje y woao que lo era. Suspiré y dejé que él se adentrara primero y luego entramos Pelusa y yo para percatarnos de lo que mi papá estaba viendo. Miré para arriba y luego para abajo y no dije nada al respecto, apreté mis labios pensativa y consideré que aquella mini isla podría ser peligrosa.
Escuché que mi papá me siseaba y no hacía falta en realidad, pero admito que fue bueno que me advirtiera que algo estaba sucediendo. Oí lo que mi papi me decía y me enfoqué en escuchar aquellos sonidos a los que mi papá se refería. La expresión de mi rostro cambió totalmente y se arrugó un poco mientras trataba de acercar más mi oreja al borde sosteniéndome de una de las columnas mohosas que estaban ahí. Aquellos sonidos eran realmente extraños y muy peculiares. Cuando mi papá me preguntó si quería averiguar negué rotundamente con la cabeza pero como él es bastante terco terminamos por hacer lo que él quería. Obviamente me obligó a bajar, no directamente, él simplemente había empezado a andar y yo no lo podía dejar solo, así que bajé a una distancia prudencial de él.
Cuando mi papi me dijo que quería volver a subir lo miré con cara de pocos amigos; ya habíamos bajado por su culpa, y ya había que seguir, pero antes de que pudiese contradecirlo se cayó estrepitosamente por las escaleras. Llevé la palma de mi mano hacía mi frente y me di un leve golpesito mientras le suplicaba a todos los dioses que esto fuese una broma de mal gusto y ya. Bajé unos cuantos escalones con lentitud sin poder ver a mi papá, él estaba mucho más abajo que yo, pero estaba segura de que si estuviera en problemas hubiese gritado.
Acaricié el lomo de Pelusa con lentitud y me di mi tiempo para bajar cada escalón, no había prisa, hasta que escuché el grito de mi papá. Abrí mis ojos de par en par por lo que me decía, pero no le hice caso -porque no entendía qué sucedía-, hasta que llegó a donde estábamos nosotros. Por inercia corrí con él para arriba, y luego fue que me percaté del agua.
-¡Vamos Pelusa!- apuré a mi aion que se le dificultaba bajar escaleras y subirlas, que al final terminé casi por empujarlo todo yo.
-¿Qué cambures es eso papá?- pregunté un poco acelerada mientras subía lo más rápido que podía.
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Re: El monstruoso monstruo de la monstruosidad [Trabajo][Magazubi]
Corría tan rápido como podía subiendo las escaleras hasta que me encontré con mi pequeña y le ayudé a empujar a su mascota escaleras arriba -No sé qué era eso- Comenté mientras empujaba al peluso -Pero tenía una boca grande y negra, y una larga cola encima de la boca- Añadí con cara de extrañado, al parecer era un animal muy raro o lo estaba viendo por el lado contrario, pero de cualquier manera no pensaba quedarme ahí abajo a ver si era o no era la boca lo que tenía debajo de la cola; volvimos a llegar al nivel en donde habíamos entrado y dejamos atrás el agua que lentamente volvía a bajar -Parece que todo vuelve a la normalidad- Señalé hacia abajo que el agua se iba de nuevo dejando la escena tal como estaba al principio.
De todos modos ya no pensaba volver abajo, no era buena idea; así que finalmente el plan era ir hacia arriba; la torre tenía solo dos niveles más por encima del que nos cobijaba -Mejor veamos qué hay arriba- Señalé las escaleras para luego comenzar a subirlas; iba primero para evitar que mi pequeña tropezara con algo peligroso; tristemente al llegar arriba nos encontramos con algo inesperado, la puerta del último piso estaba cerrada con un resistente candado -Hasta aquí llega el camino, parece que no hay nadie ahí dentro- Cual si el destino mismo insistiera en llevarme la contraria, se escucharon dentro los sonidos de una cadena cayendo al piso.
Miré a Maguita y luego de nuevo a la puerta -¿Hola?- Pregunté en voz alta -¿Hay alguien ahí?- Sabía que había alguien, era más que obvio, pero no estaba de más confirmarlo para que me dieran permiso de derribar la puerta a patadas; claramente yo no iba a patearla pero las patas de Peluso parecían bastante fuertes como para derribar la puerta -¿Hola?- Pregunté de nuevo pero la respuesta jamás llegó, incluso se hizo el más impoluto silencio dentro de la misteriosa habitación -¿Crees que debamos abrirla?- Pregunté a mi valiente compañera de aventuras -Alguien podría estar en problemas, dile a Peluso que rompa el candado con los dientes- Sugerí con picardía aunque sabía que no podría hacerlo ¿O sí?
Repentinamente algunos sonidos llegaron desde el exterior, al parecer alguien más estaba arribando a la pequeña isla, y tal vez tenía un bote donde pudiera llevarnos, solo era cuestión de... -Oh ¡rayos!- Exclamé al reconocer aquella molesta voz del hombre que se acercaba balbuceando maldiciones -Es el viejo, el mismo de hace rato- Dije con certeza aunque aún no lo había visto, si algo me garantizaba mi experiencia con la magia de voz, era una increíble capacidad de recordar voces para poder imitarlas perfectamente -Tenemos que entrar... O escondernos detrás de Peluso- Sugerí a mi princesita agachándome y asomando solo la cabeza hacia abajo mientras el viejo terminaba de entrar y en lugar de subir a donde nos encontrábamos se dirigió hacia abajo -¿Qué crees que esté haciendo aquí?- Pregunté intrigado esperando conocer la teoría de mi pequeña acerca de tal coincidencia; aunque inevitablemente acabaría por subir en algún momento y cuando lo hiciera tendríamos que haber encontrado un mejor escondite que detrás de Peluso.
[1]Subrayado el inicio de otra complicación: Nada más embarcar, un loco os sigue en otra barca. Intentará mataros. No quiere que acabéis ni descubráis nada sobre la criatura o simplemente no quiere que descubráis su pastel.. De todos modos ya no pensaba volver abajo, no era buena idea; así que finalmente el plan era ir hacia arriba; la torre tenía solo dos niveles más por encima del que nos cobijaba -Mejor veamos qué hay arriba- Señalé las escaleras para luego comenzar a subirlas; iba primero para evitar que mi pequeña tropezara con algo peligroso; tristemente al llegar arriba nos encontramos con algo inesperado, la puerta del último piso estaba cerrada con un resistente candado -Hasta aquí llega el camino, parece que no hay nadie ahí dentro- Cual si el destino mismo insistiera en llevarme la contraria, se escucharon dentro los sonidos de una cadena cayendo al piso.
Miré a Maguita y luego de nuevo a la puerta -¿Hola?- Pregunté en voz alta -¿Hay alguien ahí?- Sabía que había alguien, era más que obvio, pero no estaba de más confirmarlo para que me dieran permiso de derribar la puerta a patadas; claramente yo no iba a patearla pero las patas de Peluso parecían bastante fuertes como para derribar la puerta -¿Hola?- Pregunté de nuevo pero la respuesta jamás llegó, incluso se hizo el más impoluto silencio dentro de la misteriosa habitación -¿Crees que debamos abrirla?- Pregunté a mi valiente compañera de aventuras -Alguien podría estar en problemas, dile a Peluso que rompa el candado con los dientes- Sugerí con picardía aunque sabía que no podría hacerlo ¿O sí?
Repentinamente algunos sonidos llegaron desde el exterior, al parecer alguien más estaba arribando a la pequeña isla, y tal vez tenía un bote donde pudiera llevarnos, solo era cuestión de... -Oh ¡rayos!- Exclamé al reconocer aquella molesta voz del hombre que se acercaba balbuceando maldiciones -Es el viejo, el mismo de hace rato- Dije con certeza aunque aún no lo había visto, si algo me garantizaba mi experiencia con la magia de voz, era una increíble capacidad de recordar voces para poder imitarlas perfectamente -Tenemos que entrar... O escondernos detrás de Peluso- Sugerí a mi princesita agachándome y asomando solo la cabeza hacia abajo mientras el viejo terminaba de entrar y en lugar de subir a donde nos encontrábamos se dirigió hacia abajo -¿Qué crees que esté haciendo aquí?- Pregunté intrigado esperando conocer la teoría de mi pequeña acerca de tal coincidencia; aunque inevitablemente acabaría por subir en algún momento y cuando lo hiciera tendríamos que haber encontrado un mejor escondite que detrás de Peluso.
Última edición por Bio el Mar Oct 17, 2017 6:51 am, editado 2 veces
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Re: El monstruoso monstruo de la monstruosidad [Trabajo][Magazubi]
Estábamos subiendo aquellas escaleras como si nuestra vida dependiera de ello, y es que eso pensábamos. Escuché atenta la rara explicación de mi papi, pero supuse que no sería nada bueno, era mejor esperar lo peor. Por suerte, más rápido que tarde logramos llegar al nivel por el cuál habíamos entrado en aquella torre en primer lugar. Me estaba quedando sin respiración y terminé jadeando sujetándome de las paredes. -Ya va- le supliqué a mi papá pues mis piernas cortas y mi poca fuerza no ayudaban en lo absoluto. No habían sido tantos pisos, pero la adrenalina, la velocidad y el peso hicieron que quedara realmente exhausta, a demás de que el viajesito a pie que recorrimos para llegar con el señor cascarrabias me estaba pasando la cuenta.
Mi papá no conforme con el susto que habíamos pasado hace unos momentos quería seguir investigando, y propuso que subiéramos por los escalones por la torre. Suspiré con cansancio y luego respiré profundo aceptando el reto de mi papá.
-Vamos lentito- le dije empezando a subir y dejando que mi papi fuera quién se encargara de subir empujando a Pelusa.
Subía los escalones con suma lentitud y cansancio, pero al final logramos llegar hasta el final. Me abracé a la cadera de mi papá para descansar ahí mientras él me narraba su frustración por no poder abrir la puerta y por la incertidumbre de si había alguien ahí. Estaba casi durmiéndome con la cabeza pegada a la costilla de mi papá y me sacudí de repente al escuchar que mi papá se impresionaba y me comentaba del señor de hace rato. Despegué mi cachete de su cuerpo y me restregué los ojos con la mano. Bostecé con pereza y me quedé mirando a mi papá; sabía que me estaba hablando, pero estaba un poco cansada y para mí él decía: blaaa blabla.
Me rasqué un poco el cuero cabelludo y me aparté un poco de él dando lentos pasitos hasta el candado. Lo miré inspeccionándolo y coloqué la palma de mi mano frente la ranura, haciendo que una ráfaga pequeña de viento entrara por la ranura. Luego de eso pude detectar la forma interna del candado, para con telekinesis avanzada mover las pestañitas metálicas que permitirían que el candado se abriera. Un click sonó unos segundos después y le entregué a mi papi el "súper" candado. Ya estaba acostumbrada a ese tipo de trucos gracias a mi participación en el gremio de ladrones. También sabía abrir candados sin magia, pero no era tan rápida con esos métodos.
-Vamos- entré primero a aquella habitación.
Mi papá no conforme con el susto que habíamos pasado hace unos momentos quería seguir investigando, y propuso que subiéramos por los escalones por la torre. Suspiré con cansancio y luego respiré profundo aceptando el reto de mi papá.
-Vamos lentito- le dije empezando a subir y dejando que mi papi fuera quién se encargara de subir empujando a Pelusa.
Subía los escalones con suma lentitud y cansancio, pero al final logramos llegar hasta el final. Me abracé a la cadera de mi papá para descansar ahí mientras él me narraba su frustración por no poder abrir la puerta y por la incertidumbre de si había alguien ahí. Estaba casi durmiéndome con la cabeza pegada a la costilla de mi papá y me sacudí de repente al escuchar que mi papá se impresionaba y me comentaba del señor de hace rato. Despegué mi cachete de su cuerpo y me restregué los ojos con la mano. Bostecé con pereza y me quedé mirando a mi papá; sabía que me estaba hablando, pero estaba un poco cansada y para mí él decía: blaaa blabla.
Me rasqué un poco el cuero cabelludo y me aparté un poco de él dando lentos pasitos hasta el candado. Lo miré inspeccionándolo y coloqué la palma de mi mano frente la ranura, haciendo que una ráfaga pequeña de viento entrara por la ranura. Luego de eso pude detectar la forma interna del candado, para con telekinesis avanzada mover las pestañitas metálicas que permitirían que el candado se abriera. Un click sonó unos segundos después y le entregué a mi papi el "súper" candado. Ya estaba acostumbrada a ese tipo de trucos gracias a mi participación en el gremio de ladrones. También sabía abrir candados sin magia, pero no era tan rápida con esos métodos.
-Vamos- entré primero a aquella habitación.
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Re: El monstruoso monstruo de la monstruosidad [Trabajo][Magazubi]
Subíamos las escaleras tan rápido como podíamos cuando me detuve al ver a mi pobre chipilina implorando piedad -Alguien necesita hacer ejercicio- Dije juguetón al terminar la carrera; de alguna manera necesitaba evitar que ella también se preocupara de lo que había ahí abajo; debíamos salir de esa isla pronto, antes que esa cosa, fuera lo que fuera, intentara comernos, porque seguro querría comernos, eso es lo que hacen los monstruos y tampoco estaba admitiendo que hubiera un monstruo, seguro era solo un animal grande y feo que... bueno, sí, un monstruo, el punto es que de momento lo mejor era subir al punto donde habíamos visto aquella luz que se apagó misteriosamente.
Me quedé atrás para empujar al Peluso -Vamos amiguito, espero que tú sí hayas hecho ejercicio y no te canses tan pronto- le dije al animal aunque aquello iba más dirigido a mi brujita -Aunque sí que te han alimentado bien- Dije mientras lo empujaba con algo de esfuerzo hasta llegar por fin al último piso donde descansamos un rato, acaricié la cabeza de mi princesa antes de señalarle que alguien se acercaba -¿Me estás escuchando?- Dije sacudiéndola suave por los hombros -Buscaré cómo abrir el candado, no te preocupes- Le dije y busqué en los alrededores algo grande para golpearlo pero cuando la volví a mirar ya había abierto el candado y la puerta -O tal vez puedas abrirlo tú- Dije con sarcasmo cuando ya estaba la puerta abierta -Sí, mejor dejaré que lo abras tú- Sonreí entrando con ella y halando a Peluso para luego cerrar la puerta tras nosotros.
Lo que había dentro de aquella habitación era algo que no habíamos visto antes, y seguiríamos sin ver porque estaba tan oscuro que no se podía ver nada -Trata de no hacer ruido- Le dije mientras me tropezaba con una barra de madera que se fue al piso derribando un cuadro que cayó sobre unas jaulas que al golpearse liberaron unos pequeños pájaros que comenzaron a volar estrellándose con las paredes y derribando otros objetos que ya ni podía ver; afortunadamente al final los animalitos huyeron por la ventana -Ssshhh- Pedí silencio a mi niña con el dedo sobre los labios -No hagas tanto ruido, Pelusa- Dije culpando a la mascota de lo ocurrido.
Todo ese ruido que había hecho Peluso seguramente se había escuchado desde abajo, muestra de ello era que comenzaban a escucharse los pasos del viejo subiendo las escaleras -¿Pero qué crees que estás haciendo?- Gritaba el viejo mientras subía, venía por nosotros y sabía que estábamos ahí, porque nos estaba hablando, a menos que hubiera alguien más de quien no sabíamos -Bloquea la puerta con algo- Le dije a Maguita mientras me ponía en guardia; cerré los ojos y agudicé mis oídos en busca de alguna señal de que alguien más estuviera con nosotros -Hay alguien aquí- Dije entre susurros -Justo... ahí- Señalé detrás de unas cajas y me asomé apartándolas solo para encontrar el rostro asustado de una chiquilla con una edad similar al chico de la orilla, se veía aterrada y su ropa revelaba que llevaba mucho tiempo atrapada en esa torre, además de revelar que necesitaba un buen baño.
Creo que encontramos algo- Le dije a Maguita cuando de pronto la niña misteriosa comenzó pedir piedad -No, no, por favor, no me lastimen más- No sabía lo que estaba ocurriendo pero sin lugar a dudas ella estaba ahí contra su voluntad -Tranquila, todo va a estar bien, te sacaremos de aquí- Le dije intentando calmarla cuando de pronto la puerta comenzó a sonar -Conque intentabas escapar ¿Cómo abriste el candado?- Preguntó el viejo desde afuera dando a entender que no tenía idea que estuviéramos aquí; la chica se asustó más al escuchar aquella voz y se hizo bolita en un rincón.
Rápidamente me agaché junto a ella y la abracé para tratar de calmarla aunque se resistía y hasta me mordió un par de veces -Hey, se supone que funciona al revés, no que me muerdas- Bromeé aunque no era momento para eso -Solo cálmate, todo va a estar bien- Le dije a la pequeña mientras le indicaba a Maguita que bloqueara la puerta como pudiera al menos un rato más -Bien, si no quieres dejarme entrar, te dormirás sin comer- Dijo el viejo dejando de luchar para abrir la puerta; acto seguido la niña comenzó a llorar desconsoladamente; no tenía idea de lo que estaba sucediendo pero iba a averiguarlo, o mejor, íbamos a averiguarlo.
Me quedé atrás para empujar al Peluso -Vamos amiguito, espero que tú sí hayas hecho ejercicio y no te canses tan pronto- le dije al animal aunque aquello iba más dirigido a mi brujita -Aunque sí que te han alimentado bien- Dije mientras lo empujaba con algo de esfuerzo hasta llegar por fin al último piso donde descansamos un rato, acaricié la cabeza de mi princesa antes de señalarle que alguien se acercaba -¿Me estás escuchando?- Dije sacudiéndola suave por los hombros -Buscaré cómo abrir el candado, no te preocupes- Le dije y busqué en los alrededores algo grande para golpearlo pero cuando la volví a mirar ya había abierto el candado y la puerta -O tal vez puedas abrirlo tú- Dije con sarcasmo cuando ya estaba la puerta abierta -Sí, mejor dejaré que lo abras tú- Sonreí entrando con ella y halando a Peluso para luego cerrar la puerta tras nosotros.
Lo que había dentro de aquella habitación era algo que no habíamos visto antes, y seguiríamos sin ver porque estaba tan oscuro que no se podía ver nada -Trata de no hacer ruido- Le dije mientras me tropezaba con una barra de madera que se fue al piso derribando un cuadro que cayó sobre unas jaulas que al golpearse liberaron unos pequeños pájaros que comenzaron a volar estrellándose con las paredes y derribando otros objetos que ya ni podía ver; afortunadamente al final los animalitos huyeron por la ventana -Ssshhh- Pedí silencio a mi niña con el dedo sobre los labios -No hagas tanto ruido, Pelusa- Dije culpando a la mascota de lo ocurrido.
Todo ese ruido que había hecho Peluso seguramente se había escuchado desde abajo, muestra de ello era que comenzaban a escucharse los pasos del viejo subiendo las escaleras -¿Pero qué crees que estás haciendo?- Gritaba el viejo mientras subía, venía por nosotros y sabía que estábamos ahí, porque nos estaba hablando, a menos que hubiera alguien más de quien no sabíamos -Bloquea la puerta con algo- Le dije a Maguita mientras me ponía en guardia; cerré los ojos y agudicé mis oídos en busca de alguna señal de que alguien más estuviera con nosotros -Hay alguien aquí- Dije entre susurros -Justo... ahí- Señalé detrás de unas cajas y me asomé apartándolas solo para encontrar el rostro asustado de una chiquilla con una edad similar al chico de la orilla, se veía aterrada y su ropa revelaba que llevaba mucho tiempo atrapada en esa torre, además de revelar que necesitaba un buen baño.
Creo que encontramos algo- Le dije a Maguita cuando de pronto la niña misteriosa comenzó pedir piedad -No, no, por favor, no me lastimen más- No sabía lo que estaba ocurriendo pero sin lugar a dudas ella estaba ahí contra su voluntad -Tranquila, todo va a estar bien, te sacaremos de aquí- Le dije intentando calmarla cuando de pronto la puerta comenzó a sonar -Conque intentabas escapar ¿Cómo abriste el candado?- Preguntó el viejo desde afuera dando a entender que no tenía idea que estuviéramos aquí; la chica se asustó más al escuchar aquella voz y se hizo bolita en un rincón.
Rápidamente me agaché junto a ella y la abracé para tratar de calmarla aunque se resistía y hasta me mordió un par de veces -Hey, se supone que funciona al revés, no que me muerdas- Bromeé aunque no era momento para eso -Solo cálmate, todo va a estar bien- Le dije a la pequeña mientras le indicaba a Maguita que bloqueara la puerta como pudiera al menos un rato más -Bien, si no quieres dejarme entrar, te dormirás sin comer- Dijo el viejo dejando de luchar para abrir la puerta; acto seguido la niña comenzó a llorar desconsoladamente; no tenía idea de lo que estaba sucediendo pero iba a averiguarlo, o mejor, íbamos a averiguarlo.
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Re: El monstruoso monstruo de la monstruosidad [Trabajo][Magazubi]
Era impresionante como mi papá tenía siempre ese buen y extraño humor, aunque más de lo último. ¿Cómo que necesitaba ejercicio? Ya yo estaba demasiado bella, imagínense si hiciera ejercicio, creo que el mundo no soportaría tanta perfección…
Fue una suerte que llegara en una sola pieza hasta arriba, y es que de verdad estaba muy cansada físicamente y no quería pensar demasiado, quería resolver el misterio sin tanto esfuerzo -dejando que mi papá haga todo el trabajo, mientras yo descanso-, aunque pensándolo bien… dejarle todo el trabajo a mi papá era… Mejor no, mejor lo ayudaba aunque me cansara un poco, no vaya a ser que termine en un pozo radioactivo y le salga una segunda boca, eso sería definitivamente el fin del universo, creo que así como el mundo no soportaría tanta perfección de mi parte, tampoco soportaría el doble de los comentarios “graciosos” de mi papá.
Por un momento dejé de escucharlo hasta que comentó que dejaría que fuese yo quien abriese el candado y le lancé una mirada de “no entiendo que dices”, ya había sacado el candado ¿de qué hablaba? Suspiré recordando que mi papá era bastante extraño y que sólo debía seguirle la corriente.
Me froté los ojitos al entrar al lugar y traté de adaptarme a la nula luz que ahí había mientras oía atenta a mi papi. Asentí y kplum kpush y más ruidos inundaron el lugar. Volteé a ver con cara seria a mi papá, porque tenía el presentimiento de que había sido él y sin que pudiera verme me dí un golpesito en la frente.
La voz de el señor me descolocó y enseguida pegué un saltico de miedo y me abracé fuerte a mi papi, la verdad es que no me esperaba escucharlo, y aquel sentimiento de miedo disparó un poco mi adrenalina, haciendo que me despabilara. Escuché las instrucciones de mi papi y consideré que era una buena idea. Solté con cuidado a mi papá y me sacudí la ropa -No es que tuviera miedo… es que… sabía que tú lo tenías y te quería proteger- ¿en serio yo había dicho eso? Aww por el amor de todos los dioses, me parezco más a mi papá de lo que pienso… que feo. Me sacudí la cabeza tratando de no pensar en mi papá a mi edad y siendo niña, pero era inevitable -¡Wacatela! Soy tú... pero chiquita y más linda- dije en tono de asombro.
Estaba claro que me estaba desconcentrando, pero la idea de seguir viendo similitudes con mi papá me estaba asustando más que la voz del señor, así que rápidamente moví unas cajas, unos cuadros y un montón de cosas con telekinesis para bloquear la puerta; incluso moví las cajas que tapaban lo que mi papi me estaba señalando. Dejé aquella pila de cosas frente a la puerta y enfoqué mi vista en la niña que estaba ahí. La estuve observando bastante, mirando cada movimiento y parecía realmente tímida y con mucho miedo.
-Ay que salir de aquí- le susurré a mi papá.
Con telekinesis moví el pequeño saliente de metal que aseguraba las puertas internamente y la cerré como si estuviera cerrada con llave.
-Si tiene la llave, eso no aguantará mucho… Y el montón de cosas… sólo retrasa, no evita lo inevitable- le dije a mi papá que se encargaba de tranquilizar a la niña mientras yo corría dentro de la habitación pensando en cómo salir.. Me asomé por una ventana que había ahí y me quedé mirando hacía abajo -¿Y si saltamos?- le pregunté a mi papá como si se tratara de una idea suicida, pero no era tan descabellada. -O… yo me quedo aquí peleando con el señor y Pelusa- porque Pelusa no lo podíamos lanzar por la ventana -Y tú te vas con la niña… o tú proteges a Pelusa y yo… salto con la niña-. Antes no le quería hacer daño al señor, por más que sea él era el dueño de su cabaña y eso había que respetárselo, pero él parecía una mala persona.
Fue una suerte que llegara en una sola pieza hasta arriba, y es que de verdad estaba muy cansada físicamente y no quería pensar demasiado, quería resolver el misterio sin tanto esfuerzo -dejando que mi papá haga todo el trabajo, mientras yo descanso-, aunque pensándolo bien… dejarle todo el trabajo a mi papá era… Mejor no, mejor lo ayudaba aunque me cansara un poco, no vaya a ser que termine en un pozo radioactivo y le salga una segunda boca, eso sería definitivamente el fin del universo, creo que así como el mundo no soportaría tanta perfección de mi parte, tampoco soportaría el doble de los comentarios “graciosos” de mi papá.
Por un momento dejé de escucharlo hasta que comentó que dejaría que fuese yo quien abriese el candado y le lancé una mirada de “no entiendo que dices”, ya había sacado el candado ¿de qué hablaba? Suspiré recordando que mi papá era bastante extraño y que sólo debía seguirle la corriente.
Me froté los ojitos al entrar al lugar y traté de adaptarme a la nula luz que ahí había mientras oía atenta a mi papi. Asentí y kplum kpush y más ruidos inundaron el lugar. Volteé a ver con cara seria a mi papá, porque tenía el presentimiento de que había sido él y sin que pudiera verme me dí un golpesito en la frente.
La voz de el señor me descolocó y enseguida pegué un saltico de miedo y me abracé fuerte a mi papi, la verdad es que no me esperaba escucharlo, y aquel sentimiento de miedo disparó un poco mi adrenalina, haciendo que me despabilara. Escuché las instrucciones de mi papi y consideré que era una buena idea. Solté con cuidado a mi papá y me sacudí la ropa -No es que tuviera miedo… es que… sabía que tú lo tenías y te quería proteger- ¿en serio yo había dicho eso? Aww por el amor de todos los dioses, me parezco más a mi papá de lo que pienso… que feo. Me sacudí la cabeza tratando de no pensar en mi papá a mi edad y siendo niña, pero era inevitable -¡Wacatela! Soy tú... pero chiquita y más linda- dije en tono de asombro.
Estaba claro que me estaba desconcentrando, pero la idea de seguir viendo similitudes con mi papá me estaba asustando más que la voz del señor, así que rápidamente moví unas cajas, unos cuadros y un montón de cosas con telekinesis para bloquear la puerta; incluso moví las cajas que tapaban lo que mi papi me estaba señalando. Dejé aquella pila de cosas frente a la puerta y enfoqué mi vista en la niña que estaba ahí. La estuve observando bastante, mirando cada movimiento y parecía realmente tímida y con mucho miedo.
-Ay que salir de aquí- le susurré a mi papá.
Con telekinesis moví el pequeño saliente de metal que aseguraba las puertas internamente y la cerré como si estuviera cerrada con llave.
-Si tiene la llave, eso no aguantará mucho… Y el montón de cosas… sólo retrasa, no evita lo inevitable- le dije a mi papá que se encargaba de tranquilizar a la niña mientras yo corría dentro de la habitación pensando en cómo salir.. Me asomé por una ventana que había ahí y me quedé mirando hacía abajo -¿Y si saltamos?- le pregunté a mi papá como si se tratara de una idea suicida, pero no era tan descabellada. -O… yo me quedo aquí peleando con el señor y Pelusa- porque Pelusa no lo podíamos lanzar por la ventana -Y tú te vas con la niña… o tú proteges a Pelusa y yo… salto con la niña-. Antes no le quería hacer daño al señor, por más que sea él era el dueño de su cabaña y eso había que respetárselo, pero él parecía una mala persona.
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Re: El monstruoso monstruo de la monstruosidad [Trabajo][Magazubi]
Mi pequeña me abrazó aterrada cuando llegó aquel simpático sujeto, aunque claro que no lo admitiría, bien que le había enseñado a ser malota y rudota como yo, sin huir jamás de ningún peligro por muy espantoso que fuera, siempre con la valentía por delante, pero en fin, no era momento para presumir mis excelentes cualidades paternas; le froté la cabeza con cariño hasta que -¿Qué dices? Yo tampoco tenía miedo, jamás tengo miedo, el miedo me tiene miedo a mí- Presumí ocultando que también me había asustado.
Fuera como fuera, nos estábamos distrayendo demasiado, afortunadamente Maguita reaccionó moviendo cosas con la mente para obstruir la puerta aunque como decía, eso solo serviría para detenerlo un rato y nada más; la niña seguía aterrada y aunque me mataba la curiosidad de saber quién era y qué estaba haciendo ahí, no se lo preguntaría por nada del mundo -¿Quién eres? ¿Por qué estás aquí?- Terminé preguntando sin poder contener la curiosidad pero no recibí ninguna respuesta, la pequeña estaba muy aterrada; pero fue entonces cuando Maguita sugirió que saltáramos por la ventana -¿Saltar? ¿Estás loca?- Pregunté incrédulo -Tengo una idea mejor- Propuse con la mano en la barbilla -Hay que saltar por la ventana- Señalé hacia nuestra milagrosa salida y me levanté para luego asomarme y mirar hacia abajo.
No parecía tan difícil al menos para mí, podía saltar incluso de más alto sin problemas, por lo que era el candidato ideal para salir primero; sin dar mucho tiempo a pensar, agarré a la pequeña en mis brazos y me preparé para saltar pero eso solo consiguió que ella gritara y llamara la atención del viejo cuyos pasos se escucharon acercarse de nuevo a la puerta -¿Qué está pasando ahí?- Protestó con su típica voz de enojado -Yo saltaré con ella, una vez abajo vendré por las escaleras a buscarte y deshacerme del viejo- Indiqué -No vayas a saltar tú, puede ser peligroso- Aclaré en tono serio esperando que me hiciera caso, aunque estaba seguro que no dejaría solo a su amigo el peluso.
Traté de callar a la pequeña mientras me preparaba para saltar con ella y sacarla de ese lugar, no es como si la estuviera raptando ni nada de eso, aunque pataleaba y forcejeaba, sacar personas de donde están, en contra de su voluntad es la cosa más normal del mundo -No vayas a saltar, espérame aquí- Le repetí a mi brujita para asegurarme que no fuera a hacer alguna locura y terminar con los huesos rotos -Se necesita mucha experiencia y habilidad para hacer esto- Fue lo último que dije antes de saltar con la niña a cuestas que no dejaba de forcejar y hasta me hizo perder el equilibrio en el aire por un rato, afortunadamente logré caer de pie pero repentinamente el piso se hundió haciéndome caer a una especie de túnel que conectaba el lago con la torre a nivel subterráneo -Ah rayos- Dije mirando hacia arriba y buscando la manera de salir.
Por si los problemas no fueran ya suficientes, algo rozó mi pierna y parecía moverse cerca de nosotros -Oh no, estamos en problemas, estamos en problemas, suéltame- Balbuceaba la pequeña aunque yo no tenía intención de prestarle atención a sus palabras, estaba muy ocupado asustándome de la cosa que se escondía en el agua; como pude lancé a la pequeña hacia arriba sacándola del raro túnel y le seguí yo dando un salto que me permitió sujetarme de la orilla del agujero y salir luego para darme cuenta que la pequeña estaba corriendo hacia el interior de la torre -No, no, no, se supone que te estamos salvando pequeño engendro del demonio- Apenas la conocía pero ya comenzaba a odiarla, corrí tras ella y la atrapé casi llegando a la puerta -Necesito que colabores para sacarte de aquí- Le señalé la balsa donde había llegado el viejo pues la nuestra ya se había hundido -Espéranos ahí, te sacaremos de este lugar- Le dije pero fue en vano, solo quería ir hasta el interior de la torre de nuevo -¡Basta!- [1] Dije decidido muy cerca de su oído usando mi magia de voz para dejarla debilitada y aturdida, solo así fue fácil llevarla cargada hasta la balsa, luego vendría la parte difícil, rescatar a Maguita... aunque tal vez tendría que rescatar al viejo de Maguita.
[1] Habilidad de Nivel 0: El que susurra en la oscudidad. Fuera como fuera, nos estábamos distrayendo demasiado, afortunadamente Maguita reaccionó moviendo cosas con la mente para obstruir la puerta aunque como decía, eso solo serviría para detenerlo un rato y nada más; la niña seguía aterrada y aunque me mataba la curiosidad de saber quién era y qué estaba haciendo ahí, no se lo preguntaría por nada del mundo -¿Quién eres? ¿Por qué estás aquí?- Terminé preguntando sin poder contener la curiosidad pero no recibí ninguna respuesta, la pequeña estaba muy aterrada; pero fue entonces cuando Maguita sugirió que saltáramos por la ventana -¿Saltar? ¿Estás loca?- Pregunté incrédulo -Tengo una idea mejor- Propuse con la mano en la barbilla -Hay que saltar por la ventana- Señalé hacia nuestra milagrosa salida y me levanté para luego asomarme y mirar hacia abajo.
No parecía tan difícil al menos para mí, podía saltar incluso de más alto sin problemas, por lo que era el candidato ideal para salir primero; sin dar mucho tiempo a pensar, agarré a la pequeña en mis brazos y me preparé para saltar pero eso solo consiguió que ella gritara y llamara la atención del viejo cuyos pasos se escucharon acercarse de nuevo a la puerta -¿Qué está pasando ahí?- Protestó con su típica voz de enojado -Yo saltaré con ella, una vez abajo vendré por las escaleras a buscarte y deshacerme del viejo- Indiqué -No vayas a saltar tú, puede ser peligroso- Aclaré en tono serio esperando que me hiciera caso, aunque estaba seguro que no dejaría solo a su amigo el peluso.
Traté de callar a la pequeña mientras me preparaba para saltar con ella y sacarla de ese lugar, no es como si la estuviera raptando ni nada de eso, aunque pataleaba y forcejeaba, sacar personas de donde están, en contra de su voluntad es la cosa más normal del mundo -No vayas a saltar, espérame aquí- Le repetí a mi brujita para asegurarme que no fuera a hacer alguna locura y terminar con los huesos rotos -Se necesita mucha experiencia y habilidad para hacer esto- Fue lo último que dije antes de saltar con la niña a cuestas que no dejaba de forcejar y hasta me hizo perder el equilibrio en el aire por un rato, afortunadamente logré caer de pie pero repentinamente el piso se hundió haciéndome caer a una especie de túnel que conectaba el lago con la torre a nivel subterráneo -Ah rayos- Dije mirando hacia arriba y buscando la manera de salir.
Por si los problemas no fueran ya suficientes, algo rozó mi pierna y parecía moverse cerca de nosotros -Oh no, estamos en problemas, estamos en problemas, suéltame- Balbuceaba la pequeña aunque yo no tenía intención de prestarle atención a sus palabras, estaba muy ocupado asustándome de la cosa que se escondía en el agua; como pude lancé a la pequeña hacia arriba sacándola del raro túnel y le seguí yo dando un salto que me permitió sujetarme de la orilla del agujero y salir luego para darme cuenta que la pequeña estaba corriendo hacia el interior de la torre -No, no, no, se supone que te estamos salvando pequeño engendro del demonio- Apenas la conocía pero ya comenzaba a odiarla, corrí tras ella y la atrapé casi llegando a la puerta -Necesito que colabores para sacarte de aquí- Le señalé la balsa donde había llegado el viejo pues la nuestra ya se había hundido -Espéranos ahí, te sacaremos de este lugar- Le dije pero fue en vano, solo quería ir hasta el interior de la torre de nuevo -¡Basta!- [1] Dije decidido muy cerca de su oído usando mi magia de voz para dejarla debilitada y aturdida, solo así fue fácil llevarla cargada hasta la balsa, luego vendría la parte difícil, rescatar a Maguita... aunque tal vez tendría que rescatar al viejo de Maguita.
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Re: El monstruoso monstruo de la monstruosidad [Trabajo][Magazubi]
Suspiré al escuchar la brillante idea de mi papá, -¿Cómo no se me ocurrió esa gran idea?- dije haciéndome la afectada, la verdad es que sabia que mi razonamiento superaba con creces a los de mi papá -estoy exagerando sólo un poco-, así que darle un poco de crédito por criarme tan inteligente no le venían mal, a demás que fue él quién me hizo leer tanto.
Escuché que mi papá tomaba la decisión de saltar él con la niña, algo inteligente de su parte -Papi, cuidado y el cerebro se te sobre calienta- y miré a ambos lados de la habitación en busca de algo qué poder usar para cuando el señor por fin entrara al cuarto. La voz del viejo se encontraba ya casi en la puerta, por lo que le hice seña a mi papá con las manos para que se fuera, pero él se empeñaba en seguir diciéndome lo peligroso que era si yo intentaba saltar. Negué con la cabeza y seguí haciendo señas para que dejara de hablar y se terminara de ir. No iba a saltar y dejar a Pelusa ahí, así que no debía preocuparse. Cuando por fin saltó me acerqué a la ventana a verificar que ambos estuviesen bien, pero a mi sorpresa, cuando cayó, ¿se hundió? No entendía bien lo que sucedía allá abajo, pero el sonido de unos fuertes golpes en la puerta me alertó. Me alejé rápidamente de la ventana y me posicioné en dónde estaba la otra niña. Con una velocidad impresionante y con un control, que nunca antes había intentado, usé mi telekinesis para despojarme de mis zapatos, alborotar mi cabello y que algunas cajas que bloqueaban la puerta me taparan tal cuál como a la niña que antes estaba con nosotros. A Pelusa le señalé con firmeza que se fuera a una esquina oscura -puntos ciegos- en dónde poder jugar un poco con el viejo.
Al quitar parte del bloqueo el señor entró de golpe a la habitación haciendo que la puerta sonara mucho al sonar contra una de las paredes y yo… debía actuar rápido. Mi respiración se aceleró y abrí un poco mis labios para que el aire que inhalaba fuese por la boca y sonara como un leve jadeo de miedo. Moví un poco las cajas que me cubrían tratando en lo posible de que mis manos temblaran y hicieran un leve sonido que le diera a entender al viejo de que había una niña temerosa justo en dónde el la había dejado.
El hombre con pasos decididos se acercaba a gran velocidad, y mi miedo empezó a ser un poco más real ya que se daría cuenta de que no era la misma niña, a demás a lo lejos me daba cuenta de que Pelusa estaba inquieto por las sombras, seguramente resentía que yo estaba en peligro. Realmente esperaba que Pelusa no hiciera algo tonto por intentar protegerme. El señor prendió unas velas y toda la habitación quedó a medio iluminar, con un tono ligeramente anaranjado, mientras que Pelusa se quedaba quieto como un venado disecado, y yo me preocupaba por seguir temblando de “miedo” y cubriendo mi rostro con mi cabello despeinado -toda una falta de glamour-. Por suerte la atención del señor estaba sobre mí y más temprano que tarde sentí su mano apretarme fuerte por el brazo para levantarme del piso de un jalón, haciendo que el cabello que tapaba mi rostro me descubriera la cara. Abrí mis ojos de par en par clavándolo seriamente en los ojos de Pelusa que parecía listo para envestir al señor… pero aún no era momento. Apreté mis labios y con la mirada traté de mantener a mi mejor amigo a raya, no quería que saliera lastimado por un impulso. Quería encargarme de aquella situación sola, o que mi papi me ayudara… pero esta última opción no parecía viable después de ver como él caía.
Escuché que mi papá tomaba la decisión de saltar él con la niña, algo inteligente de su parte -Papi, cuidado y el cerebro se te sobre calienta- y miré a ambos lados de la habitación en busca de algo qué poder usar para cuando el señor por fin entrara al cuarto. La voz del viejo se encontraba ya casi en la puerta, por lo que le hice seña a mi papá con las manos para que se fuera, pero él se empeñaba en seguir diciéndome lo peligroso que era si yo intentaba saltar. Negué con la cabeza y seguí haciendo señas para que dejara de hablar y se terminara de ir. No iba a saltar y dejar a Pelusa ahí, así que no debía preocuparse. Cuando por fin saltó me acerqué a la ventana a verificar que ambos estuviesen bien, pero a mi sorpresa, cuando cayó, ¿se hundió? No entendía bien lo que sucedía allá abajo, pero el sonido de unos fuertes golpes en la puerta me alertó. Me alejé rápidamente de la ventana y me posicioné en dónde estaba la otra niña. Con una velocidad impresionante y con un control, que nunca antes había intentado, usé mi telekinesis para despojarme de mis zapatos, alborotar mi cabello y que algunas cajas que bloqueaban la puerta me taparan tal cuál como a la niña que antes estaba con nosotros. A Pelusa le señalé con firmeza que se fuera a una esquina oscura -puntos ciegos- en dónde poder jugar un poco con el viejo.
Al quitar parte del bloqueo el señor entró de golpe a la habitación haciendo que la puerta sonara mucho al sonar contra una de las paredes y yo… debía actuar rápido. Mi respiración se aceleró y abrí un poco mis labios para que el aire que inhalaba fuese por la boca y sonara como un leve jadeo de miedo. Moví un poco las cajas que me cubrían tratando en lo posible de que mis manos temblaran y hicieran un leve sonido que le diera a entender al viejo de que había una niña temerosa justo en dónde el la había dejado.
El hombre con pasos decididos se acercaba a gran velocidad, y mi miedo empezó a ser un poco más real ya que se daría cuenta de que no era la misma niña, a demás a lo lejos me daba cuenta de que Pelusa estaba inquieto por las sombras, seguramente resentía que yo estaba en peligro. Realmente esperaba que Pelusa no hiciera algo tonto por intentar protegerme. El señor prendió unas velas y toda la habitación quedó a medio iluminar, con un tono ligeramente anaranjado, mientras que Pelusa se quedaba quieto como un venado disecado, y yo me preocupaba por seguir temblando de “miedo” y cubriendo mi rostro con mi cabello despeinado -toda una falta de glamour-. Por suerte la atención del señor estaba sobre mí y más temprano que tarde sentí su mano apretarme fuerte por el brazo para levantarme del piso de un jalón, haciendo que el cabello que tapaba mi rostro me descubriera la cara. Abrí mis ojos de par en par clavándolo seriamente en los ojos de Pelusa que parecía listo para envestir al señor… pero aún no era momento. Apreté mis labios y con la mirada traté de mantener a mi mejor amigo a raya, no quería que saliera lastimado por un impulso. Quería encargarme de aquella situación sola, o que mi papi me ayudara… pero esta última opción no parecía viable después de ver como él caía.
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OffRol
Hab nivel 2: Telekinesis avanzada: Posee un alto control en su telekinesis que le permite controlar
múltiples objetos pequeños al mismo tiempo y dirigirlos con mucha precisión hacia lugares específicos.
OffRol
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múltiples objetos pequeños al mismo tiempo y dirigirlos con mucha precisión hacia lugares específicos.
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Re: El monstruoso monstruo de la monstruosidad [Trabajo][Magazubi]
Después de dejar a la niña recostada en la balsa del viejo, la cual esperaba que no se hundiera antes de regresarnos a la orilla; corrí hasta el interior de la pequeña torre y comencé a subir las escaleras a toda prisa al escuchar golpes y cosas cayendo en la parte superior, mi pequeña princesa estaba en peligro y debía llegar con ella lo más pronto posible pero apenas comenzaba a subir las escaleras cuando algo sujetó mi pierna y me haló hacia abajo arrastrándome por las escaleras hasta el nivel más bajo que se encontraba cubierto de agua; como pude me las ingenié para sacar una de mis dagas y apuñalar esa especie de tentáculo que me sujetaba y finalmente logré liberarme, aunque tal vez ya era muy tarde.
El agua comenzaba a llenarse de una especie de sangre de color morado, había burbujas y pequeños arremolinamientos de agua en diversos puntos del nivel; mi instinto de supervivencia me gritaba que saliera de ahí así que como cualquier persona normal y cuerda en el mundo haría; me quedé a averiguar de qué se trataba -¿Te gusta mi daga?- Pregunté presumiendo -Hay más de donde salió eso, ahora sal y trata de comerme de nuevo- Dije mientras avanzaba y el agua comenzaba a llegar más alto de mi ombligo -Veremos quién se come a quién- Añadí en voz más alta hasta que de nuevo sentí otro tentáculo frío y baboso rodeando mi pierna.
Y no es que tuviera miedo pero... sí, estaba aterrado -O mejor lo dejamos así- Dije levantando de prisa mi cuerpo en un salto que casi me estrella de cabeza contra el techo; ser valiente no es para todo momento, a veces lo mejor es un bonito y elegante escape -Pero a la próxima te irá peor- Le dije a lo que fuera esa cosa mientras comenzaba a subir las escaleras a toda prisa -No estoy huyendo, solo voy a ayudar a Maguita- Me repetía en mi mente sin mirar atrás donde los tentáculos de la criatura se escuchaban golpear las paredes mientras intentaban subir a alcanzarme.
Finalmente logré llegar al nivel de la entrada y ver hacia afuera para notar que la niña ya no estaba, ni la balsa -No ¿En serio?- Murmuré enojado -Esta pequeña ingrata- Protesté furioso antes de ser alcanzado de nuevo por el molesto y asqueroso tentáculo de la criatura que alcancé a esquivar de un salto antes que me llevara de nuevo hasta abajo y repitiéramos el mismo triste episodio de antes -No tengo tiempo para esto- Corrí por las escaleras hasta arriba hasta llegar a la habitación donde había dejado a mi pequeña pero para mi sorpresa el viejo no estaba y la puerta de encontraba abierta de par en par -NO- Dije frustrado y avancé a toda prisa hasta entrar a la habitación -¿Maguita?- Pregunté nervioso buscando algún rastro de ella o del viejo pero con todo a oscuras resultaba un poco difícil distinguir algo.
Por si eso fuera poco de pronto toda la torre comenzó a temblar como si alguien estuviera sacudiendo toda la isla -¿Pero qué ray...?- No alcancé a terminar la frase pues perdí el equilibrio y me fui de medio lado y caí sobre unas cajas de... de lo que sea que tuvieran dentro -Vamos princesa, vamos a casa- Dije con voz calmada intentando hacerla salir si estaba escondida o al menos confirmar que estaba ahí y aún no la había visto; pero por si los temblores no fueran ya bastante aterradores, un poderoso rugido que me erizó cada vello de la piel se dejó escuchar desde la parte más baja de la torre, si había algo ahí no tardaría mucho en salir a comernos vivos.
El agua comenzaba a llenarse de una especie de sangre de color morado, había burbujas y pequeños arremolinamientos de agua en diversos puntos del nivel; mi instinto de supervivencia me gritaba que saliera de ahí así que como cualquier persona normal y cuerda en el mundo haría; me quedé a averiguar de qué se trataba -¿Te gusta mi daga?- Pregunté presumiendo -Hay más de donde salió eso, ahora sal y trata de comerme de nuevo- Dije mientras avanzaba y el agua comenzaba a llegar más alto de mi ombligo -Veremos quién se come a quién- Añadí en voz más alta hasta que de nuevo sentí otro tentáculo frío y baboso rodeando mi pierna.
Y no es que tuviera miedo pero... sí, estaba aterrado -O mejor lo dejamos así- Dije levantando de prisa mi cuerpo en un salto que casi me estrella de cabeza contra el techo; ser valiente no es para todo momento, a veces lo mejor es un bonito y elegante escape -Pero a la próxima te irá peor- Le dije a lo que fuera esa cosa mientras comenzaba a subir las escaleras a toda prisa -No estoy huyendo, solo voy a ayudar a Maguita- Me repetía en mi mente sin mirar atrás donde los tentáculos de la criatura se escuchaban golpear las paredes mientras intentaban subir a alcanzarme.
Finalmente logré llegar al nivel de la entrada y ver hacia afuera para notar que la niña ya no estaba, ni la balsa -No ¿En serio?- Murmuré enojado -Esta pequeña ingrata- Protesté furioso antes de ser alcanzado de nuevo por el molesto y asqueroso tentáculo de la criatura que alcancé a esquivar de un salto antes que me llevara de nuevo hasta abajo y repitiéramos el mismo triste episodio de antes -No tengo tiempo para esto- Corrí por las escaleras hasta arriba hasta llegar a la habitación donde había dejado a mi pequeña pero para mi sorpresa el viejo no estaba y la puerta de encontraba abierta de par en par -NO- Dije frustrado y avancé a toda prisa hasta entrar a la habitación -¿Maguita?- Pregunté nervioso buscando algún rastro de ella o del viejo pero con todo a oscuras resultaba un poco difícil distinguir algo.
Por si eso fuera poco de pronto toda la torre comenzó a temblar como si alguien estuviera sacudiendo toda la isla -¿Pero qué ray...?- No alcancé a terminar la frase pues perdí el equilibrio y me fui de medio lado y caí sobre unas cajas de... de lo que sea que tuvieran dentro -Vamos princesa, vamos a casa- Dije con voz calmada intentando hacerla salir si estaba escondida o al menos confirmar que estaba ahí y aún no la había visto; pero por si los temblores no fueran ya bastante aterradores, un poderoso rugido que me erizó cada vello de la piel se dejó escuchar desde la parte más baja de la torre, si había algo ahí no tardaría mucho en salir a comernos vivos.
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Re: El monstruoso monstruo de la monstruosidad [Trabajo][Magazubi]
Con la mirada clavada en Pelusa, y los dientes apretados, aguanté los zarandeos del señor por unos momentos. Mi mejor amigo parecía tensar sus músculos mientras se contenía a atacar al viejo, pero gracias a todos los dioses Pelusa no hizo nada imprudente.
Como la habitación estaba a medio iluminar era mucho más fácil visualizar los objetos que podría utilizar para escaparme de ahí sin hacerle daño al señor y que mi aion no saliera lastimado.
La voz testaruda y fuerte del viejo no se hizo esperar, fue el mismo tono que usó al regañar al niño sucio por habernos llamado, la diferencia es que ahora la estaba usando conmigo y yo no me iba a hacer la sumisa, no me iba a doblegar a sus palabras sin sentido -las cuales demostraban que estaba muy molesto por no conseguir a la niña que inicialmente estaba en aquella extraña torre-.
Recibí un fuerte puñetazo en el estómago justo antes de que me soltara apartándome del camino y haciendo que la paciencia de mi aion se acabara. Al tiempo que tropecé con unas cajas -y me sostuve de ellas-, Pelusa se posicionó como un toro rabioso y lo embistió con su joven cornamenta. Solté un grito ahogado al ver como mi pequeño no tan pequeño se enfrentaba solito a esa amenaza y yo sólo me moría de terror al pensar en que pudiese salir lastimado. El viejo fue atrapado entre la cornamenta y la pared de piedra de la torre gimiendo de dolor y refunfuñando de molestia, pero eso no impidió que con toda esa ira acumulada le diera un golpe en la cabeza a Pelusa, y fue ahí que sentí realmente el dolor de su golpe en mi estómago. Solté el aire como si yo acabase de recibir un golpe y llevé mis manitos a mi estómago. Pelusa retrocedió a pasos rápidos liberando al viejo y sacudiéndose -supongo que de dolor-. Corrí para interponerme entre ambos estirando mis brazos como un escudo.
-No le vas a hacer nada a mi bebé- dije con los puños apretados con ganas de hacer que unos caimanes se comieran sus extremidades muy lentamente.
Solté mis puños liberando la tensión que recorría mi cuerpo y luego… Mis ojitos se pusieron aguados y -Aww por favorsito… no nos haga daño… Somos muy jóvenes para morir- se entrecortó mi voz, e inspiré fuerte por la nariz para que mis moquitos sonaran; aunque aquello me hizo recordar que ese viejo debía ser un enfermo torturador de niños… así que tenía que buscar otro enfoque -Mi papá…- hice una pausa con mucha tristeza -Él está enfermo… y no puede caminar; le salieron un montón de ronchas en el cuerpo y yo trabajo para comprarle las medicinas… Soy lo único que le queda… - (1). Al terminar de decir esas líneas de mi obra teatral, llegó al cuarto la misma niña a la que rescatamos y se arrodilló frente al viejo, besandole los pies. ¿QUÉÉÉ? Si ella estaba aquí… ¿Dónde diantres está mi papá?
Miré incrédula a la niña, mientras ella se golpeaba torpemente la cabeza suplicando perdón. ¡Que patética! ¡Desagradecida! Quería gritarle un montón de insultos, pero lo que más quería era preguntarle qué había hecho con el vampiro volador, ¿DONDE ESTABA MI PAPI?
Como la habitación estaba a medio iluminar era mucho más fácil visualizar los objetos que podría utilizar para escaparme de ahí sin hacerle daño al señor y que mi aion no saliera lastimado.
La voz testaruda y fuerte del viejo no se hizo esperar, fue el mismo tono que usó al regañar al niño sucio por habernos llamado, la diferencia es que ahora la estaba usando conmigo y yo no me iba a hacer la sumisa, no me iba a doblegar a sus palabras sin sentido -las cuales demostraban que estaba muy molesto por no conseguir a la niña que inicialmente estaba en aquella extraña torre-.
Recibí un fuerte puñetazo en el estómago justo antes de que me soltara apartándome del camino y haciendo que la paciencia de mi aion se acabara. Al tiempo que tropecé con unas cajas -y me sostuve de ellas-, Pelusa se posicionó como un toro rabioso y lo embistió con su joven cornamenta. Solté un grito ahogado al ver como mi pequeño no tan pequeño se enfrentaba solito a esa amenaza y yo sólo me moría de terror al pensar en que pudiese salir lastimado. El viejo fue atrapado entre la cornamenta y la pared de piedra de la torre gimiendo de dolor y refunfuñando de molestia, pero eso no impidió que con toda esa ira acumulada le diera un golpe en la cabeza a Pelusa, y fue ahí que sentí realmente el dolor de su golpe en mi estómago. Solté el aire como si yo acabase de recibir un golpe y llevé mis manitos a mi estómago. Pelusa retrocedió a pasos rápidos liberando al viejo y sacudiéndose -supongo que de dolor-. Corrí para interponerme entre ambos estirando mis brazos como un escudo.
-No le vas a hacer nada a mi bebé- dije con los puños apretados con ganas de hacer que unos caimanes se comieran sus extremidades muy lentamente.
Solté mis puños liberando la tensión que recorría mi cuerpo y luego… Mis ojitos se pusieron aguados y -Aww por favorsito… no nos haga daño… Somos muy jóvenes para morir- se entrecortó mi voz, e inspiré fuerte por la nariz para que mis moquitos sonaran; aunque aquello me hizo recordar que ese viejo debía ser un enfermo torturador de niños… así que tenía que buscar otro enfoque -Mi papá…- hice una pausa con mucha tristeza -Él está enfermo… y no puede caminar; le salieron un montón de ronchas en el cuerpo y yo trabajo para comprarle las medicinas… Soy lo único que le queda… - (1). Al terminar de decir esas líneas de mi obra teatral, llegó al cuarto la misma niña a la que rescatamos y se arrodilló frente al viejo, besandole los pies. ¿QUÉÉÉ? Si ella estaba aquí… ¿Dónde diantres está mi papá?
Miré incrédula a la niña, mientras ella se golpeaba torpemente la cabeza suplicando perdón. ¡Que patética! ¡Desagradecida! Quería gritarle un montón de insultos, pero lo que más quería era preguntarle qué había hecho con el vampiro volador, ¿DONDE ESTABA MI PAPI?
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Re: El monstruoso monstruo de la monstruosidad [Trabajo][Magazubi]
¡¡Princesa!!- Grité dentro de la oscura habitación sin recibir respuesta alguna -¡¡Pequeña!!- Grité de nuevo pero nada de nada, se veía todo muy extraño y vacío y por si fuera poco, la ventana por la que antes había saltado ahora estaba de nuevo cerrada como si jamás hubiera sido abierta, aunque mirándola bien, no había sido abierta -Idiota- Me dije a mí mismo entre dientes al notar que había entrado a la habitación equivocada; en parte gracias a mi maravillosa intuición masculina y sí, tal vez un poco también por los ruidos que se escuchaban en el piso de arriba -Sabía que había llegado demasiado rápido- Me dije al asomarme y ver los escalones que me faltaban por recorrer para llegar a donde se encontraba mi pequeña y su animalito raro.
Salí de nuevo a correr por las escaleras hasta llegar al piso superior donde la escena era bastante rara; la niña se encontraba besándole los pies al viejo -No ¿Es en serio?- Protesté indignado, luego de salvarla nos había pagado de esa manera -¿Cómo pudiste hacerme esto? A mí que te he dado los mejores saltos de mi vida- Reproché a la pequeña justo antes que el viejo la empujara de una patada -¡Atrás, asquerosa criatura robacuerpos!- Dijo convencido de que ese nombre no parecía una completa locura -¿Robacuerpos?- Pregunté intrigado aunque no sabía si realmente deseaba conocer la respuesta; temía que tratara a Maguita tan mal como trataba a la otra niña pero su trato hacía mi hija parecía más... considerado y piadoso.
Le tomó un par de minutos respirar profundo antes de comenzar su discurso de villano en donde seguramente hablaría de sus planes para conquistar Aerandir y blah blah blah pero para mi sorpresa la historia fue otra -¿Quieres escuchar la historia del robacuerpos?- Preguntó el viejo en un tono algo tétrico -No, de hecho, solo quiero saber que signif- Sin dejarme terminar la frase inició su historia -Está bien, te contaré- Algo me decía que no había sido buena idea, sobre todo cuando mencionó que todo empezaba 5 años atrás. Avancé lentamente hasta ponerme al lado de mi pequeña al mismo tiempo que miraba a los lados buscando por dónde escapar.
Habían pasado casi 5 minutos y la historia que el viejo contaba no terminaba de llegar a ningún lado -¿Podrías saltar hasta la parte del robacuerpos?- Pregunté inútilmente sin lograr mi cometido pues el viejo se empeñaba en dar más detalles de los necesarios hasta que finalmente llegó al punto -Entonces mi nieta se lanzó al lago y huyó nadando, la encontramos 2 días después en esta torre y sin recuerdos, era otra y solo la criatura de abajo estaba cerca- Levantó la voz alterado -Seguro la criatura se metió al cuerpo de mi nieta y mi nieta está atrapada en esa bestia- Afirmó sin temor a equivocarse -Ah, claro, tiene sentido- Comenté con sarcasmo -Porque decir que perdió la memoria debido a un golpe sería demasiado trabajo- Amplié la ironía del momento cuando de pronto fuimos interrumpidos por algo que se estrelló a un lado de la ventana -Parece que tenemos visitas- Dije asomándome y señalando una serie de balsas que se acercaban dirigidas por el niño que habíamos visto al inicio y que ahora parecía dispuesto a desentramar el misterio.
El anciano nervioso lanzó a un lado a la pequeña y huyó bajando por las escaleras -Debo alejarlos, debo alejarlos- Repetía hasta que sus ecos desaparecieron y el terror comenzaba -Creo que debemos salir de aquí- Le dije a Maguíbiris pero ya era demasiado tarde, la torre comenzaba a temblar y tambalearse de medio lado hasta que finalmente ante mi mirada atónita, la parte de la torre donde nos encontrábamos se separó del resto y se desplomó de medio lado -Sujétate de mí- Ofrecí mi mano a mi pequeña mientras yo me sujetaba del Peluso y él se sujetaba de... pues de nada, de todos modos no tenía manos; afortunadamente caímos sobre el agua por lo que el golpe no fue gran cosa, pero se hundía de prisa y debíamos volver a la isla -Rápido, corran- Les dije a mis acompañantes señalando a la orilla y corrí saltado a ratos los pedazos desprendidos de torre que se hundían rápidamente.
Una vez en la orilla el problema sería otro; veloces tentáculos submarinos arrasaban las pequeñas balsas y lanzaban a la gente a mar mientras éstas intentaban herir a la criatura con picos, palas y antorchas -Los va a matar a todos- Le dije a mi pequeña mientras saltaba hasta la orilla para interponerme entre todos -Deténganse, es solo una criatura indefensa- Tras mis palabras se derrumbó la parte de la torre que aún quedaba en pie -Es incapaz de hacer daño- Dije mientras se escuchaba el grito desgarrador de un hombre que parecía partido a la mitad -Aléjense, rufianes- Decía el viejo lanzándole pedazos de musgo a la turba de aldeanos -Deténganse, solo está asustada- Dije en voz alta esperando que nada anulara mis palabras -Igual que yo- Murmuré para mí mismo, necesitaríamos un milagro para convencer a las personas que dejaran de atacar.
[1]Subrayado el inicio de otra complicación: Un grupo de aldeanos armados con antorchas, picas y hoces se embarca dispuesto a matar al monstruo. Deberéis tratar de convencerles de que es inofensivo. No hay por qué derramar sangre con una criatura tan exótica. Salí de nuevo a correr por las escaleras hasta llegar al piso superior donde la escena era bastante rara; la niña se encontraba besándole los pies al viejo -No ¿Es en serio?- Protesté indignado, luego de salvarla nos había pagado de esa manera -¿Cómo pudiste hacerme esto? A mí que te he dado los mejores saltos de mi vida- Reproché a la pequeña justo antes que el viejo la empujara de una patada -¡Atrás, asquerosa criatura robacuerpos!- Dijo convencido de que ese nombre no parecía una completa locura -¿Robacuerpos?- Pregunté intrigado aunque no sabía si realmente deseaba conocer la respuesta; temía que tratara a Maguita tan mal como trataba a la otra niña pero su trato hacía mi hija parecía más... considerado y piadoso.
Le tomó un par de minutos respirar profundo antes de comenzar su discurso de villano en donde seguramente hablaría de sus planes para conquistar Aerandir y blah blah blah pero para mi sorpresa la historia fue otra -¿Quieres escuchar la historia del robacuerpos?- Preguntó el viejo en un tono algo tétrico -No, de hecho, solo quiero saber que signif- Sin dejarme terminar la frase inició su historia -Está bien, te contaré- Algo me decía que no había sido buena idea, sobre todo cuando mencionó que todo empezaba 5 años atrás. Avancé lentamente hasta ponerme al lado de mi pequeña al mismo tiempo que miraba a los lados buscando por dónde escapar.
Habían pasado casi 5 minutos y la historia que el viejo contaba no terminaba de llegar a ningún lado -¿Podrías saltar hasta la parte del robacuerpos?- Pregunté inútilmente sin lograr mi cometido pues el viejo se empeñaba en dar más detalles de los necesarios hasta que finalmente llegó al punto -Entonces mi nieta se lanzó al lago y huyó nadando, la encontramos 2 días después en esta torre y sin recuerdos, era otra y solo la criatura de abajo estaba cerca- Levantó la voz alterado -Seguro la criatura se metió al cuerpo de mi nieta y mi nieta está atrapada en esa bestia- Afirmó sin temor a equivocarse -Ah, claro, tiene sentido- Comenté con sarcasmo -Porque decir que perdió la memoria debido a un golpe sería demasiado trabajo- Amplié la ironía del momento cuando de pronto fuimos interrumpidos por algo que se estrelló a un lado de la ventana -Parece que tenemos visitas- Dije asomándome y señalando una serie de balsas que se acercaban dirigidas por el niño que habíamos visto al inicio y que ahora parecía dispuesto a desentramar el misterio.
El anciano nervioso lanzó a un lado a la pequeña y huyó bajando por las escaleras -Debo alejarlos, debo alejarlos- Repetía hasta que sus ecos desaparecieron y el terror comenzaba -Creo que debemos salir de aquí- Le dije a Maguíbiris pero ya era demasiado tarde, la torre comenzaba a temblar y tambalearse de medio lado hasta que finalmente ante mi mirada atónita, la parte de la torre donde nos encontrábamos se separó del resto y se desplomó de medio lado -Sujétate de mí- Ofrecí mi mano a mi pequeña mientras yo me sujetaba del Peluso y él se sujetaba de... pues de nada, de todos modos no tenía manos; afortunadamente caímos sobre el agua por lo que el golpe no fue gran cosa, pero se hundía de prisa y debíamos volver a la isla -Rápido, corran- Les dije a mis acompañantes señalando a la orilla y corrí saltado a ratos los pedazos desprendidos de torre que se hundían rápidamente.
Una vez en la orilla el problema sería otro; veloces tentáculos submarinos arrasaban las pequeñas balsas y lanzaban a la gente a mar mientras éstas intentaban herir a la criatura con picos, palas y antorchas -Los va a matar a todos- Le dije a mi pequeña mientras saltaba hasta la orilla para interponerme entre todos -Deténganse, es solo una criatura indefensa- Tras mis palabras se derrumbó la parte de la torre que aún quedaba en pie -Es incapaz de hacer daño- Dije mientras se escuchaba el grito desgarrador de un hombre que parecía partido a la mitad -Aléjense, rufianes- Decía el viejo lanzándole pedazos de musgo a la turba de aldeanos -Deténganse, solo está asustada- Dije en voz alta esperando que nada anulara mis palabras -Igual que yo- Murmuré para mí mismo, necesitaríamos un milagro para convencer a las personas que dejaran de atacar.
Última edición por Bio el Mar Oct 17, 2017 6:53 am, editado 4 veces
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Re: El monstruoso monstruo de la monstruosidad [Trabajo][Magazubi]
Estaba impresionada por la actitud de la niña, quién se suponía que debía estar feliz de que la rescatemos pero al parecer era todo lo contrario. Suspiré sin comprender muy bien todo, pero por suerte llegó ¿mi héroe? Le tenía mucho cariño a mi papá, pero a veces dudaba sobre quién era que protegía a quién, por lo que prefiero decir que llegó mi ¿compañero? Sí, sí, creo que eso queda mejor. Ambos quedamos un poco confundidos al escuchar la palabra “robacuerpos”, y es que no era precisamente una palabra muy usada para una niña.
Me rasqué la cabeza mientras oía como el señor cascarrabias empezaba su discurso -cosa que me confundió más-. Elevé mi ceja y volteé a ver a mi papá a ver si él de repente, por ser también un poco “diferente”, entendía la actitud tan extraña del señor ¿Todos los adultos eran así?
Aproveché la distracción del señor para acercarme a mi aion y abrazarlo mientras escuchaba la historia, que más que divertida e interesante, era una tortura para mi cerebro cansado. Casi se me cerraban los ojos; menos mal que Pelusa se batuqueaba para no dejarme dormir. Llegué a bostezar un par de veces y luego mi papá habló.
-¿Ah qué? ¿De qué me perdí?- sacudí mi cabeza y me pasé las manos por la cara para quitarme la pereza.
Todo pasó muy rápido y la torre empezó a temblar, afuera se escuchaba un ruido, como si se acercara gente y la verdad es que estaba como en otro lado. Luego de unos pocos segundos me di cuenta de que mi papá me llamaba a tomar su mano y en cuanto me di cuenta entrelacé mis deditos con los de él y estiré mi otra mano haciendo ademán de llevarnos a Pelusa de ahí.
Un frio incómodo entró por mi estómago al sentir como mi cuerpo caía, hasta que mi cuerpo chocó con el agua. Empecé a moverme de forma desesperada por salir y no chocar con escombros, pero con ayuda de mi papi pude salir del agua relativamente rápido y llegar a la orilla sana y salva.
Las complicaciones no eran solo esas, ya que habían unos tentáculos gigantes que estaban amenazando a un grupo grande de personas, y por supuesto la bestia colosal también estaba en peligro.
-¿Es en serio?- le pregunté a mi papá mientras veía la escena y me pasaba la mano por el rostro.
Sin esperar mucho más hice que algunas armas mal sujetadas saliera volando para que no pudieran lastimar a nadie. -Okey calma- me repetía mentalmente mientras escuchaba gritos y chapuzones de agua. Corrí en busca de una piedra; tenía practica transfiriendo energía y emociones a objetos, así que esta tarea no era muy difícil, el problema es que no estaba muy tranquila como para emanar tranquilidad sobre aquella piedra.
Le di la espalda a todo el espectáculo violento que había y me senté con las piernas cruzadas mientras cerraba los ojos. Respiré profundamente, y empezó la meditación. Respiraba exclusivamente por la nariz, haciendo que el aire llegara hasta mi estómago, para luego botarlo controladamente. Esperaba que mi papá pudiera mantener la situación mientras yo buscaba relajarme y entrar en un estado de serenidad. Al inhalar, por décima vez, hice que de mi cuerpo emanara mucha concentración y tranquilidad, y al exhalar deposité aquella energía con mucho cuidado en la roca que tenía en la mano. Traté de hacer un concentrado de tranquilidad lo suficientemente fuerte como para que la bestia se calmara. Luego bastaba con telekinesis hacer que aquella roca golpeara uno de los tentáculos y listo.
Al calmar los tentáculos me acordé que había un montón de gente dispuesta a lastimar. Me sobé la frente y con mucho esfuerzo traté de depositar energía en las balsas, la poca energía de tranquilidad que aún corría en mí y … Estiré mis manos, y como si aquella energía fuese una extensión de mi cuerpo sentí como mi aura llegó a tocar las balsas y …
Zzzzzz…
Me rasqué la cabeza mientras oía como el señor cascarrabias empezaba su discurso -cosa que me confundió más-. Elevé mi ceja y volteé a ver a mi papá a ver si él de repente, por ser también un poco “diferente”, entendía la actitud tan extraña del señor ¿Todos los adultos eran así?
Aproveché la distracción del señor para acercarme a mi aion y abrazarlo mientras escuchaba la historia, que más que divertida e interesante, era una tortura para mi cerebro cansado. Casi se me cerraban los ojos; menos mal que Pelusa se batuqueaba para no dejarme dormir. Llegué a bostezar un par de veces y luego mi papá habló.
-¿Ah qué? ¿De qué me perdí?- sacudí mi cabeza y me pasé las manos por la cara para quitarme la pereza.
Todo pasó muy rápido y la torre empezó a temblar, afuera se escuchaba un ruido, como si se acercara gente y la verdad es que estaba como en otro lado. Luego de unos pocos segundos me di cuenta de que mi papá me llamaba a tomar su mano y en cuanto me di cuenta entrelacé mis deditos con los de él y estiré mi otra mano haciendo ademán de llevarnos a Pelusa de ahí.
Un frio incómodo entró por mi estómago al sentir como mi cuerpo caía, hasta que mi cuerpo chocó con el agua. Empecé a moverme de forma desesperada por salir y no chocar con escombros, pero con ayuda de mi papi pude salir del agua relativamente rápido y llegar a la orilla sana y salva.
Las complicaciones no eran solo esas, ya que habían unos tentáculos gigantes que estaban amenazando a un grupo grande de personas, y por supuesto la bestia colosal también estaba en peligro.
-¿Es en serio?- le pregunté a mi papá mientras veía la escena y me pasaba la mano por el rostro.
Sin esperar mucho más hice que algunas armas mal sujetadas saliera volando para que no pudieran lastimar a nadie. -Okey calma- me repetía mentalmente mientras escuchaba gritos y chapuzones de agua. Corrí en busca de una piedra; tenía practica transfiriendo energía y emociones a objetos, así que esta tarea no era muy difícil, el problema es que no estaba muy tranquila como para emanar tranquilidad sobre aquella piedra.
Le di la espalda a todo el espectáculo violento que había y me senté con las piernas cruzadas mientras cerraba los ojos. Respiré profundamente, y empezó la meditación. Respiraba exclusivamente por la nariz, haciendo que el aire llegara hasta mi estómago, para luego botarlo controladamente. Esperaba que mi papá pudiera mantener la situación mientras yo buscaba relajarme y entrar en un estado de serenidad. Al inhalar, por décima vez, hice que de mi cuerpo emanara mucha concentración y tranquilidad, y al exhalar deposité aquella energía con mucho cuidado en la roca que tenía en la mano. Traté de hacer un concentrado de tranquilidad lo suficientemente fuerte como para que la bestia se calmara. Luego bastaba con telekinesis hacer que aquella roca golpeara uno de los tentáculos y listo.
Al calmar los tentáculos me acordé que había un montón de gente dispuesta a lastimar. Me sobé la frente y con mucho esfuerzo traté de depositar energía en las balsas, la poca energía de tranquilidad que aún corría en mí y … Estiré mis manos, y como si aquella energía fuese una extensión de mi cuerpo sentí como mi aura llegó a tocar las balsas y …
Zzzzzz…
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OffRol
Tengo telekinesis avanzada.
Puedo hacer con mi profesión arcana que los objetos obtengan propiedades sentimentales y
emocionales(ya lo he hecho varias veces), pero primera vez que intento hacerlo sin tocar el
objeto al que le quiero dar el sentimiento (por eso lanzaré dados).
Y ese Zzz... es que me quedé dormida.
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Tengo telekinesis avanzada.
Puedo hacer con mi profesión arcana que los objetos obtengan propiedades sentimentales y
emocionales(ya lo he hecho varias veces), pero primera vez que intento hacerlo sin tocar el
objeto al que le quiero dar el sentimiento (por eso lanzaré dados).
Y ese Zzz... es que me quedé dormida.
Magazubi
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Re: El monstruoso monstruo de la monstruosidad [Trabajo][Magazubi]
El miembro 'Magazubi' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses
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Re: El monstruoso monstruo de la monstruosidad [Trabajo][Magazubi]
La caída había sido súbita e inesperada, viajamos entre muros y bloques que acabaron por estrellarse contra el agua y se hundieron de prisa formando un par de olas que repelieron las balsas cercanas e incluso mandaron al agua a varios de los pasajeros; me sorprendía la destreza con la que el Peluso saltaba de bloque en bloque mientras yo prácticamente arrastraba a mi pequeña que se dejaba ondear en el viento como una banderita al aire -Ya casi estamos, casi estamos- Repetía mientras avanzaba hasta que llegamos a la orilla en donde la turba enardecida amenazaba a la criatura a pesar de mis advertencias, debía tratar de alejarlos o esa fea cosa se los iba a comer a todos -¡Alto, deténganse!- Dije en voz alta y con mucha autoridad al tiempo que una olla se estrellaba contra mi cabeza.
Respiré enojado buscando al culpable pero no pude encontrar nada, en cambio pude ver a mi brujita haciendo de las suyas, seguramente tendría algún truco así que debía ganar tiempo para ella -Necesito su atención, por favor, todos miren hacia acá- [1] lo intenté de nuevo pero ahora sumando un poco de magia de voz en las palabras para garantizar la obediencia -Solo, un poco, unos instantes- Al menos la mayoría había volteado y mirarme como si esperaran que les dijera algo importante pero no, pobres ingenuos, solo los dejé en suspenso, esperando durante el tiempo suficiente para que mi pequeña les lanzara una impresionante y magnífica... ¿Piedrita? ¿En serio? -¡Hey!- Exclamé mientras me agachaba para ver pasar sobre mí una piedrita que fue a golpear uno de los tentáculos.
Mientras me levantaba alcancé a ver que la gente de las balsas comenzaba lentamente a calmarse también, incluso yo mismo me sentía más relajado, mis párpados pesaban un poco y ya no tenía ganas de estrujar al viejo por habernos metido en todo esto; sin embargo sacudí mi cabeza y me apresuré en llegar a donde se encontraba mi pequeña a punto de desplomarse al piso; la sujeté cerca de caer y la acosté sobre Pelusa que oportunamente llegaba preocupado por ella; para mi asombro la bestia no solo se había calmado, sino que además se había sumergido dejando atrás al viejo que lloraba por ella pensando que se trataba de su verdadera nieta -Muy bien, ahora sí sé que lo he visto todo- Dije al notar que la situación comenzaba a calmarse.
Avancé con mi pequeña en brazos y aproveché que los aldeanos celebraban que la criatura se había marchado para tomar una de sus balsas y largarme cuanto antes junto a mi pequeña y su aion y no volver nunca más a ese territorio lleno de dementes y criaturas raras -Listo, Peluso, ya está decidido- Le dije al aion ahora que no tenía con quién conversar porque Maguita se había quedado dormida -Necesitamos ser guiados por alguien con más cordura, así que desde ahora, tú leerás el mapa y nos indicarás el camino- Señalé al frente y lentamente me dejé caer hasta quedar acostado en la balsa -Rema, compañero, rema sin parar- Dije cerrando los ojos y alcanzando a ver apenas a Peluso mordiendo los remos y poco después de algunos golpes escuché el par de remos caer al agua, tal vez dejar remar a alguien sin dedos no había sido una buena idea, pero francamente no tenía energía para nada más...
[1] Habilidad de Nivel 7: El Demonio de la Perversidad. Respiré enojado buscando al culpable pero no pude encontrar nada, en cambio pude ver a mi brujita haciendo de las suyas, seguramente tendría algún truco así que debía ganar tiempo para ella -Necesito su atención, por favor, todos miren hacia acá- [1] lo intenté de nuevo pero ahora sumando un poco de magia de voz en las palabras para garantizar la obediencia -Solo, un poco, unos instantes- Al menos la mayoría había volteado y mirarme como si esperaran que les dijera algo importante pero no, pobres ingenuos, solo los dejé en suspenso, esperando durante el tiempo suficiente para que mi pequeña les lanzara una impresionante y magnífica... ¿Piedrita? ¿En serio? -¡Hey!- Exclamé mientras me agachaba para ver pasar sobre mí una piedrita que fue a golpear uno de los tentáculos.
Mientras me levantaba alcancé a ver que la gente de las balsas comenzaba lentamente a calmarse también, incluso yo mismo me sentía más relajado, mis párpados pesaban un poco y ya no tenía ganas de estrujar al viejo por habernos metido en todo esto; sin embargo sacudí mi cabeza y me apresuré en llegar a donde se encontraba mi pequeña a punto de desplomarse al piso; la sujeté cerca de caer y la acosté sobre Pelusa que oportunamente llegaba preocupado por ella; para mi asombro la bestia no solo se había calmado, sino que además se había sumergido dejando atrás al viejo que lloraba por ella pensando que se trataba de su verdadera nieta -Muy bien, ahora sí sé que lo he visto todo- Dije al notar que la situación comenzaba a calmarse.
Avancé con mi pequeña en brazos y aproveché que los aldeanos celebraban que la criatura se había marchado para tomar una de sus balsas y largarme cuanto antes junto a mi pequeña y su aion y no volver nunca más a ese territorio lleno de dementes y criaturas raras -Listo, Peluso, ya está decidido- Le dije al aion ahora que no tenía con quién conversar porque Maguita se había quedado dormida -Necesitamos ser guiados por alguien con más cordura, así que desde ahora, tú leerás el mapa y nos indicarás el camino- Señalé al frente y lentamente me dejé caer hasta quedar acostado en la balsa -Rema, compañero, rema sin parar- Dije cerrando los ojos y alcanzando a ver apenas a Peluso mordiendo los remos y poco después de algunos golpes escuché el par de remos caer al agua, tal vez dejar remar a alguien sin dedos no había sido una buena idea, pero francamente no tenía energía para nada más...
Bio
Aerandiano de honor
Aerandiano de honor
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Re: El monstruoso monstruo de la monstruosidad [Trabajo][Magazubi]
Estaba casi segura que mi compañero había revisado este trabajo hace semanas, pero apenas me he venido a enterar que se halla un poquito liado estos tiempos, así que os ofrezco una disculpa por el enorme tiempo de espera que habéis tenido que soportar, y os suplico que a la próxima si vuestro trabajo no ha sido revisado dentro de un lapso de 3 días me enviéis un mp. Como deidad me encuentro trabajando en otros asuntos y apenas me he enterado de la nueva reorganización en los cargos del master-staff, por lo que trataré de estar más al pendiente de ahora en adelante; pero si algo se me ha pasad os ruego que me recordéis.
Aclarado este punto procederé a explicaros mi mecánica:
Os daré una pequeña critica general sobre el trabajo, asuntos muy superficiales como vuestras decisiones, vuestro proceder, etc. Posteriormente me dirigiré de manera individual, a fin de otorgaros una perspectiva más personalizada sobre los puntos a mejorar, al igual que vuestros puntos fuertes.
Comencemos:
En un inicio el tema derrochó miel como si no hubiese un mañana. La relación padre-hija que tenéis me causó bastante ternura desde el primer post, pero debo decíroslo, abusar de algo nunca es bueno. Claro que supisteis mermar esa melosidad conforme avanzaba el tema y eso evitó que vomitará unicornios de arcoiris con tanta dulzura. Cuidado de no redundar tanto en los sentimientos que tienen vuestros personajes, pues podría llegar a perder la emoción que del lector, al punto de aburrirle un poco.
No noté ninguna falta de ortografía, de hecho, aplaudo vuestra gramática y la coherencia de vuestros post. Siempre es un deleite encontrar un tema de esta índole.
La temática me parece que fue ''fielmente'' adaptada a vuestros personajes, aunque me hubiese gustado algo más... ''monstruoso''. Digo, ya que el titulo prometía algo de ese estilo. Aún así, en general lo hicisteis muy bien, solo que espero notar unas cuantas dificultades más acordes a vuestro nivel, vamos que esto fue como un juego de niños para vosotros, tenéis el potencial para hacer algo de proporciones épicas.
Ahora procederé con las aclaraciones individuales:
Magazubi: Eres una niña adorable, sin duda. Me encanta ver esa manera que tienes de conseguir las cosas, pero hay una observación que me gustaría que tomases en cuenta: cuando rolees con alguien más no te limites a seguir la trama propuesta. Aporta tus propias ideas, cambia los planes, da un nuevo aire a los temas, haz que las cosas tomen un curso diferente. Si solo te enfocas en postear por postear al final de cuentas tu personaje queda a la sombra de otro(s). Recuerda que aún y cuando hagas esto por PE, divertirte desarrollando tu personaje no debería interferir con la prioridad de subir de nivel. No te quedes atrás, aporta tus ideas y de seguro que los temas donde participes serán mejores.
Bio: Me gusta leerte, lo sabes, pero ya eres un personaje de nivel 10, así que las expectativas sobre ti son más grandes. Jugar juegos de niños no debería ser algo que hagas a estas alturas. Espero que el próximo tema que hagas sea digno de un lvl 10. Fuera de eso no tengo más objeciones, solo recuerda que todo en exceso es malo. Un exceso de maldad es malo, un exceso de bondad también, y, sobre todo, un exceso de comedia también llegará a ser malo en algún punto. Esto no quiere decir que cambies tu estilo y la personalidad de tu personaje, solo es una recomendación para que haya un equilibrio. Como dicen las etiquetas del tabaco: todo con moderación.
Ahora procederé a dejaros vuestras recompensas.
18 puntos de experiencia para Magazubi.
17 puntos de experiencia para Bio.
Ambos ganáis 400 aeros.
Las recompensas han sido añadidas directamente a vuestros perfiles ^ ^.
Aclarado este punto procederé a explicaros mi mecánica:
Os daré una pequeña critica general sobre el trabajo, asuntos muy superficiales como vuestras decisiones, vuestro proceder, etc. Posteriormente me dirigiré de manera individual, a fin de otorgaros una perspectiva más personalizada sobre los puntos a mejorar, al igual que vuestros puntos fuertes.
Comencemos:
En un inicio el tema derrochó miel como si no hubiese un mañana. La relación padre-hija que tenéis me causó bastante ternura desde el primer post, pero debo decíroslo, abusar de algo nunca es bueno. Claro que supisteis mermar esa melosidad conforme avanzaba el tema y eso evitó que vomitará unicornios de arcoiris con tanta dulzura. Cuidado de no redundar tanto en los sentimientos que tienen vuestros personajes, pues podría llegar a perder la emoción que del lector, al punto de aburrirle un poco.
No noté ninguna falta de ortografía, de hecho, aplaudo vuestra gramática y la coherencia de vuestros post. Siempre es un deleite encontrar un tema de esta índole.
La temática me parece que fue ''fielmente'' adaptada a vuestros personajes, aunque me hubiese gustado algo más... ''monstruoso''. Digo, ya que el titulo prometía algo de ese estilo. Aún así, en general lo hicisteis muy bien, solo que espero notar unas cuantas dificultades más acordes a vuestro nivel, vamos que esto fue como un juego de niños para vosotros, tenéis el potencial para hacer algo de proporciones épicas.
Ahora procederé con las aclaraciones individuales:
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Magazubi: Eres una niña adorable, sin duda. Me encanta ver esa manera que tienes de conseguir las cosas, pero hay una observación que me gustaría que tomases en cuenta: cuando rolees con alguien más no te limites a seguir la trama propuesta. Aporta tus propias ideas, cambia los planes, da un nuevo aire a los temas, haz que las cosas tomen un curso diferente. Si solo te enfocas en postear por postear al final de cuentas tu personaje queda a la sombra de otro(s). Recuerda que aún y cuando hagas esto por PE, divertirte desarrollando tu personaje no debería interferir con la prioridad de subir de nivel. No te quedes atrás, aporta tus ideas y de seguro que los temas donde participes serán mejores.
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Bio: Me gusta leerte, lo sabes, pero ya eres un personaje de nivel 10, así que las expectativas sobre ti son más grandes. Jugar juegos de niños no debería ser algo que hagas a estas alturas. Espero que el próximo tema que hagas sea digno de un lvl 10. Fuera de eso no tengo más objeciones, solo recuerda que todo en exceso es malo. Un exceso de maldad es malo, un exceso de bondad también, y, sobre todo, un exceso de comedia también llegará a ser malo en algún punto. Esto no quiere decir que cambies tu estilo y la personalidad de tu personaje, solo es una recomendación para que haya un equilibrio. Como dicen las etiquetas del tabaco: todo con moderación.
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Ahora procederé a dejaros vuestras recompensas.
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17 puntos de experiencia para Bio.
Ambos ganáis 400 aeros.
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Wyn
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