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Mensaje  Thorn Dom Feb 07 2021, 15:55

La densa neblina abundaba en aquella noche de luna llena, opacando la luz de las estrellas que se perdían en las llanuras del manto místico y etéreo. Cuando los lobos aullaron a la inmensa lumbrera nocturna con un extraño tono... inquieto, los vientos céfiros soplaron con fuerza sobre los campos de Sacrestic, corriendo raudos en medio de la noche como si huyeran a toda prisa, temerosos de los sucesos que transcurrían en aquella tierra de muertos: el cementerio de los perdidos.

La entrada de piedra lucía lúgubre bajo la poca luz que lograba percibirse en medio de tanta oscuridad, teniendo aquel aspecto tan pobre que hacía pensar que en cualquier momento iba a caerse a pedazos, consumida por la pena de las almas que yacían bajo aquel suelo, donde se hallaban las tumbas de sus cuerpos carentes de vida desde hacía tantos años... ¿Cuántos de ellos podías contar? Demasiados para terminar en una sola noche. Aquel sendero guiaba a los visitantes a través de una extensa travesía que parecía ser interminable, con cientos y cientos de tumbas en el camino... hasta llegar a aquel montículo, aquel apartado en el que había sido construido un pequeño santuario de oración, decorado con velas y flores, un monumento en honor a todos los caídos, para levantar plegarias por el descanso de sus almas.

Aquel cementerio tenía solo un guardián: Baltasar, el solitario sepultero que vivía en la antigua choza ubicada a un costado de la entrada. Su única compañía era la muerte, pues era extraño que algún visitante notara su elusiva presencia en aquellas tierras. ¿Cuánto tiempo había desempeñado su oficio aquel hombre? ¿Cuántas almas habían sido enterradas por sus manos? Nadie lo sabía, nadie preguntaba. Algunos creían que Baltasar solo era... un espíritu errante y perdido.

El hombre de vez en cuando creía que aquello podía ser cierto. Quizás, él ya había muerto hacía mucho tiempo...  más su alma no logró hallar descanso. ¿Quién lo habría enterrado entonces? ¿Tal vez esa era la razón por la cual vagaba solitario entre la vida y la muerte? ¿Por eso enterraba los cuerpos de los caídos? ¿Para evitar que otros no sufran su mismo destino? No lo sabía, y probablemente nunca llegaría a saberlo. Prefería conformarse con cumplir su labor, sin saber realmente por qué.

Aquella noche, Baltasar también pudo oírlo, oír el aullido de los lobos y el murmullo del viento frívolo que erizaba sus sentidos. Lo conocía bien... lo conocía muy bien, demasiado. Era el llamado de la muerte, quien indicaba que los tiempos de cosecha habían llegado. Tomó su pala y su antorcha, junto a una extraña piedra con forma de sol, y exploró aquellas tierras en busca de almas que guiar por el camino correcto.

Adentrándose en lo profundo del cementerio, el elfo no demoró en encontrarlas. Cientos, cientos y cientos de almas, dispersadas por todo el valle. Se hallaban sobre el sendero, otras sobre el santuario, otras sobre las tumbas y sus flores. Aquello, sin duda, había sido un auténtico y brutal baño de sangre, donde no hubo distinción alguna de hombres y mujeres; incluso podían distinguirse los cadáveres de algunos jóvenes infantes, en medio de la pila de cuerpos y restos.

Lo que fuera que los había atacado, sin duda se había entretenido torturando a cada una de sus víctimas, drenando cada flujo de vida, disfrutando del dolor de sus rostros con cada miembro que perdían, observando la sangre ser derramada, gota por gota...

—Así que alguien se estuvo divirtiendo... —murmuró el sepultero sereno, sin parecer remotamente perturbado por aquella masacre.

Sin nada más que acotar, Baltasar procedió a enterrar su herramienta en la pila de cadáveres, con la única intención de despejar el camino hacia el profanado santuario que había sido pintado con un extraño símbolo en forma de estrella. Solo tuvo que remover un par para encontrarse con... un superviviente. Un hombre se hallaba atrapado en el interior de la pila, vivo, bañado enteramente en aquel líquido rojo mientras respiraba agitadamente.

—¿Intentando burlar al destino, muchacho? —preguntó el sepultero extrañado—. La muerte reclama tu alma, así que no le hagas esperar...

Deshaciéndose de los restos de muerte que aún cargaba su herramienta, colocando la punta sobre el cuello del hombre que yacía en el suelo, Baltasar se dispuso a decapitarle.

__________________

Bienvenida, alma que deambula entre las sendas de los caídos. Caminos misteriosos te han traído hasta este valle de la muerte, así que presenta tus respetos ante aquellos que han abandonado este mundo carnal, sino deseas que su ira y sufrimiento consuma tu espíritu hasta los cimientos.

Te encuentras en el cementerio de los perdidos, lugar de reposo de cientos de almas. Descansan bajo la custodia de Baltasar, el sepultero, un ermitaño y anciano elfo que se ha encargado de proteger aquel valle durante generaciones. Su estadía le ha llevado a perder la cordura y la razón, tras años y años de enterrar cuerpos sin vida, o eso dicen...

Esta noche, el sepultero se ha encontrado con una inmensa masacre en medio del cementerio. Cientos de personas mutiladas y torturadas hasta la muerte en un horripilante baño de sangre. ¿Qué o quién habrá sido capaz de cometer semejante atrocidad? La respuesta parece tenerla un hombre que ha logrado sobrevivir y ha sido encontrado por Baltasar.

Si deseas hallar respuestas, tendras que salvarlo de Baltasar, pues el elfo va a decapitarlo si nadie lo detiene. Claro, puede ser que no quieras contradecir la voluntad del sepultero y provocar su enojo, dejando entonces al hombre a su suerte. Tuya es la elección, sorpréndeme.

Baltasar está a tu disposición, pero el hombre que ha sobrevivido parece estar demasiado confuso para contestarte en esta ronda.


Última edición por Thorn el Vie Feb 19 2021, 19:09, editado 1 vez
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[Desafío] El heraldo de Thánatos +18 Empty Re: [Desafío] El heraldo de Thánatos +18

Mensaje  Valyria Miér Feb 17 2021, 11:17

Era una noche tranquila, relajante. Sacrestic era generalmente un sitio siniestro, pero hoy, con la luna iluminándola, y la fogata cocinando poco a poco sus tiras de carne, una podía olvidarse de los problemas, dejarse llevar por el aroma. Aspiró, babeando un poco, y entonces escuchó los aullidos, ¿eran cada vez más cercanos? No estaba segura, pero por si acaso, recogió los palos y subió a un árbol. La carne estaba un poco… poco cocida, pero comestible.

Y allí subida, mientras mordisqueaba su cena, vio a los lobos llegar, olisqueando la fogata, para luego alzar la cabeza al aire, hasta que la vieron en todo su esplendor, haciéndoles un gesto grosero que no entenderían, porque eran lobos. No quedaba mucho del conejo, pero podrían comer algo, seguro que en seguida lo olerían, de hecho, lo estaba oliendo ella misma.

Ese fue el instante en el que supo que había algo raro. Y por si las dudas, que uno de los lobos recogieras el conejo y saliera por patas lo confirmó. Los elfos, por norma general, no olían a sus presas. Así que, ¿Por qué podía oler en el aire la sangre, llevada por una suave brisa? Se tocó la cabeza, por si le habían salido orejas de gato o algo, pero no, todo estaba en su sitio. ¿El culo? No, sin cola.

Fue a mirar, por supuesto, al contrario que los lobos, que se alejarían de lo que fuera que estaba pasando, por un tiempo al menos, antes de ir a por la carroña, ella no era tan cauta. Y a medida que andaba, quedaba claro que cerca cerca no estaba, por lo que, a cada paso, más grande tenia que ser el charco de sangre para que pudiera saborear el hierro en el aire.

Al final, se encontró ante un cementerio. Podría haberlo dejado allí, pero de un cementerio esperaba un olor a putrefacción, no sangre, así que siguió. Y entonces lo vio.

Si el chof chof de sus botas no le hubiera hecho bajar la mirada, le hubiera hecho ver la mano, no habría reconocido lo que tenia delante como cadáveres, tal era la magnitud de la escabechina. Pero ahora que lo reconocía como lo que era, se fijo bien, intentando ignorar el olor a sangre y mierda. Intentó fijarse en cadáveres particulares. ¿Qué podía haber hecho eso? ¿Un hechizo? Pero entonces esperaría ver quemaduras, o un cráter, o al menos una distribución uniforme. Aunque fuera una especie de explosión de cuchillas, los cadáveres habrían muerto en círculos, eso parecía demasiado disperso, como si hubieran sido matados uno a uno.

Y allí estaba su problema… allí había mucha gente, ¿de donde había salido? No podía asegurar que el cementerio estuviera en medio de la anda, pero desde luego no estaba convenientemente al lado de una aldea. Y matarlos uno a uno… No estaba segura de que ella hubiera sido capaz, así que meterse con lo que fuera que lo había hecho…

Había estado avanzando, con cuidado de no pisotear a nadie, hacia el centro de todo eso, en un intento de que su cerebro le encontrara sentido, por eso vio al tipo con pala. Seria el encargado del cementerio, esperaba, porque como alguien hubiera hecho eso con una pala, más le valía retirarse y abrir una posada o algo. No, lo importante es que le estaba hablando a alguien que aun estaba vivo, y en vez de ayudar, quería atizarle con la pala. Así que habría hecho lo que haría cualquiera en su situación. Sacó el arco, una flecha, y disparo. La parte donde resbaló con un intestino, cayo de culo y casi acierta al sepulturero en vez de lanzar un disparo de advertencia no estaba planeada, pero su orgullo le decía que nadie lo hubiera hecho mejor en su situación.

¿Para que salvar al hombre? Curiosidad mayoritariamente, quería saber lo que había pasado. Y puede que una parte de ella pensara que era imposible que una criatura o persona hubiera hecho todo eso, así que consideraba imposible que ese moribundo pudiera haber tenido la culpa. Con los pelos erizados, avanzó, buscando algún tipo de espectro vengador que, por supuesto, no apareció solo porque ella quisiera. Pero un espíritu… podía ayudar con un espíritu, mejor que si era algún vampiro o monstruo, la verdad. Se fue acercando, esta vez con menos cuidado de pisar los cadáveres, ahora que sabia que los huecos estaban llenos de cosas peores. Sonaba simple, pero si una añadía el esfuerzo que suponía mantener la cena en su estomago y hacer todo lo posible para no tener que tocar con las manos a ninguno de los muertos, el esfuerzo se multiplicaba. No quería ni pensar en lo mucho que iba a tener que limpiar sus botas. Puede que las blanqueara, el líquido era bastante potente, cualquier cosa que quemara la piel podría limpiar todo esto…con suerte.

Solo entonces, mientras avanzaba hacia el sepulturero, se dio cuenta de la situación y se llevó rápidamente una mano a la cara, comprobando que la mascara estuviera en su sitio. Una custodio elfica, que lucía como un muerto, en medio de una masacre. Alguien un poco malpensado podría decir que los había matado ella para recolectar sus almas, o añadirlos a su ejército de no-muertos… Estaba desvariando, y el entierra-muertos estaba esperando ante ella, pala aun alzada, como si considerara si decapitar al tipo valía el riesgo de recibir medio carcaj de flechas. -¿Por qué no empiezas con el resto? Puede que incluso te pueda ayudar a hacer tu trabajo más rápido… Mientras tanto, tendré una charla con el.- aún no estaba segura de si quería cargárselo como venganza porque lo culpaba por las muertes (o por darle más trabajo) o era más bien el hastió de un funcionario de Lunargenta, mitad “no es mi problema” mitad “el hospital esta muy lejos, mejor acabar con su sufrimiento”.

Pero ella quería saber lo que había pasado, aunque solo fuera para dejar kilómetros de distancia entre ella y el causante, y por más que se vanagloriara de tener experiencia como sacerdotisa, hablar con los muertos aun no sabía, así que necesitaba a ese infeliz. Con suerte, ni siquiera iba a necesitar una poción.
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[Desafío] El heraldo de Thánatos +18 Empty Son tan bonitas... brillando en el cielo...

Mensaje  Thorn Mar Feb 23 2021, 20:10

Un veloz zumbido fue captado a escasos metros por el potente oído de Baltasar, quien detuvo el avance de su ataque de inmediato, en busca de su atacante. Cuando le halló... el sepultero dejó escapar su aliento, en un suspiro algo decepcionado. Ante sus ojos se hallaba una enmascarada, flacucha y patosa, cuya piel pálida y marchita le impedían al anciano elfo reconocer a Valyria como una de los suyos. Al contrario, parecía tratarse de otra de esas molestas criaturas que disfrutaba de burlarse de su trabajo. Otra alma perdida que se negaba a partir con su señora muerte... pero que poco emocionante.

Tras dejar escapar un bostezo despreocupado, el sepultero bajó su arma y la enterró en el pecho de uno de los cadáveres, sirviéndole como soporte para inclinarse y observar a la enmascarada.

—¿Y tú qué haces aquí, alma perdida...? —preguntó aburrido—. Estoy algo ocupado ahora, no tengo tiempo de encargarme de ti.

Podría decirse que... la custodio no había causado la mejor de las primeras impresiones en el sepultero. Por lo menos, había evitado que este continuara su atentando contra la vida del único testigo de los hechos.

—Bueno... Quizás si finjo tomar una siesta un par de minutos, pueda ignorar que estás aquí, niña... —declaró en respuesta a la custodio.

El anciano elfo cerró lentamente los ojos, presentando un breve lapso de incertidumbre e incomodidad en el cual no quedaba claro lo que el elfo hacía. No obstante, el tiempo y un pequeño murmullo en su respiración, harían evidente lo que sucedía: el sepultero le había concedido a Valyria su "petición." La custodio tenía la oportunidad que quería para hablar con aquella otra pobre alma, mientras Baltasar estuviera "dormido." El sepultero no parecía estar interesado en lidiar con ella... aún.

En cuanto la elfa decidiera acercarse al único sobreviviente, este despertaría con un fuerte y agitado respingo. El hombre, confundido, observaría horrorizado su alrededor entre jadeos. ¿Dónde estaba...? ¿¡Pero qué le había ocurrido!? ¿¡Por qué se hallaba en medio de un mar de cadáveres cubierto en sangre!?

—¿¡Dónde...!? ¿¡Dónde estoy...!? —exclamó el sujeto nervioso—. ¿¡Qué estoy haciendo aquí!? ¿¡Qué significa todo esto!? —añadió aterrado.

El sujeto estaba incontrolable; no había forma de sacarle información de ese modo.

Sin embargo, Valyria tendría la oportunidad de observar al hombre de cerca en medio de su arrebato. Era de contextura atlética y ojos lila. Se hallaba cubierto enteramente por sangre. Su cabello, su ropa, inclusive su piel se encontraba pintada en aquel espeso líquido...

Qué extraño...

Aquel hombre se hallaba vivo. Aparentemente, no poseía ningún rasguño a la vista. La suerte que debía tener era magnífica, pues parecía haber logrado burlar a lo que fuera que hubiera atacado tan brutalmente a tantas personas.

¿Cómo lo habría logrado...?

—¡Aaargh...! —el sujeto se llevó las manos a la cabeza, sufriendo lo que parecía ser una intensa conmoción—. Creo que... alguien... me golpeó antes de quedar inconsciente... ¡No recuerdo nada...! Yo... —el hombre se detuvo, apenas sus ojos se situaron sobre el sepultero que dormía plácidamente. El miedo se hizo presente en sus ojos; el pánico reflejándose en sus pupilas—. É-É-Él... Es... él... ¡¡Es él...!!

Aquel grito de espanto reventó la burbuja de somnolencia del anciano elfo, quien despertó curioso y confundido, parpadeando un par de veces mientras intentaba recordar lo que estaba haciendo en medio del cementerio.

—¿Qué era lo que hacía...? —murmuró para sí mismo con un bostezo, antes de refrescar su memoria con las dos almas que tenía en frente—. Ah... cierto... ustedes. ¿Por donde iba con ustedes...? —preguntó aburrido, volviendo a empuñar su arma amenazante frente a ellos—. Si... No pueden ir por ahí burlando a mi señora muerte, pequeñas almas. No pueden hacerle esperar más. Deben partir ahora y en paz. —afirmó el sepultero, sosteniendo aquella brillante piedra rojiza en su mano libre.

—¡No! ¡Espera! —suplicó el sujeto, ocultándose detrás de la elfa—. ¡No quiero morir! ¡¡Por favor!! ¡No dejes que me haga daño!

__________________

Valyria: Mi querida elfilla, has pedido información y eso es lo que has recibido. ¿Crees que he sido demasiado ambiguo? Al contrario, he sido muy generoso contigo... depende ahora de ti como interpretes esa generosidad. Probemos la agudeza de tus sentidos, curiosa criatura. Recuerda, soy un dios que premia a aquellos capaces de ver a través de los detalles.

Baltasar. Quiere matarte. Probablemente no le agrades. Muy mal. Te considera un no-muerto por la apariencia que te otorga tu maldición, así que su deber es exterminarte de este plano al cual no perteneces. Mediar con él ya no es una opción, aunque podrías intentarlo si te sientes con suerte y puedes demostrar que no eres lo que pareces. De lo contrario, o lo enfrentas o huyes, pues no va a oír nada de lo que tengas que decir.

¿Habrán gatos de luz en el pronóstico de hoy? Sorpréndeme.

Por otro lado, no olvides que ahora eres la nueva niñera del sobreviviente... Dante. El sujeto está demasiado aterrado para hacer algo por su propia cuenta. En ti está ayudarlo a escapar contigo, o quizás, usarlo como carnada para distraer a Baltasar y asegurar tu escape.

No te molestes en hablarle, el miedo le ha paralizado.

Tuya es la decisión, elfilla. ¿En quién depositas tu confianza...? ¿Confías en Baltasar? ¿Confías en Dante? ¿Confías... en mí...? Ya lo veremos...
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[Desafío] El heraldo de Thánatos +18 Empty Re: [Desafío] El heraldo de Thánatos +18

Mensaje  Valyria Lun Mar 01 2021, 14:18

El tipo era raro. Muy raro. Pero también era cierto que no había conocido a muchos entierra muertos, así que a lo mejor ese nivel de rareza era normal. Pero allí estaba, no matando al tipo con una… extraña explicación.

Daba igual, seria algún código de honor o algo. La elfa se acerco al superviviente, que se despertó con un respingo. Y no decía nada útil, así que le dio un bofetón. Y otro cuando no sirvió.

Le quedo bastante claro que no iba a llegar muy lejos haciendo eso, así que se dedicó a examinarlo. Cabeza, pecho, ojos, brazos. Parecía intacto. Ojos lilas, cosa que era… inusual, pero tampoco lo llamaría imposible. Musculado, pero tampoco tanto como para considerarlo el autor de la masacre. No físicamente al menos. Aún quedaba la magia. Se planteo brevemente que los muertos hubieran…caído del cielo, había pasado por portales más raros, pero no podía demostrarlo.

Y ahora tenia otro problema, porque Mr Ojos-Lilas reconocía al sepulturero. El tipo sin una herida apreciable había sido noqueado, pobrecito, y reconocía al sepulturero como el culpable. Potencialmente, porque no lo decía tampoco.

Y por fin el sepulturero se había fijado en su…condición. O estaba más loco de lo que pensaba, no estaba segura. Que marrón.

Haría el trabajo sucio de uno de los dos, eso estaba claro, y estaba bastante segura que Mr Lila fingía, y que el sepulturero solo estaba loco. Por lo que en cuando le diera la espalda, seria apuñalada por uno de los dos, o a lo mejor huía, ese tipo no parecía muy valiente. Su cabeza dio vueltas, en busca de la opción optima. Bueno, solo dio una única vuelta en realidad. Que un pringado con una maldita pala la vacilara y el “moribundo” la tomara por loca la irritaba mucho más de lo que estaba dispuesta a admitir. Puede que fuera el hecho de que después de mil aventuras, actos de sacerdotisa y salvar al mundo de una literal amenaza dimensional, un maldito enterrador quisiera ponerla en una tumba con una maldita pala lo que finalmente la hizo decidirse. Siempre había considerado que cuidar de las almas era algo tan cercano a ser un custodio, como si interactuar con los muertos estuviera justo fuera del alcance de su mano y ahora… Daba igual.

Apartó a Ojos Lilas de un empujón, dejándolo a su lado en vez de detrás suyo. Iba a tenerlos a ambos a la vista en cualquier momento.

¿Confiar en uno? Ridículo. Siempre había estado con su hermana y nadie más. -Me llamo Valyria, Custodio del clan Sondve. Trae a tu Señora, y hare que se arrodille también.-

¿Podía hacer un no-muerto ESO? Moldeo su Luz, empujando las dos formas que tenia en su mente, inundando el camposanto de luz. Estaba demasiado enfadada para ensalmos, solo dijo dos palabras, y sus invocaciones escogieron sabiamente no remolonear. -Atalanta, Mardykhor.-

Una forma se condensó en un gigantesco gato con alas y cola de escorpión... Bueno, puede que no fuera un gato realmente, pero se había tomado unas cuantas licencias y si uno ignoraba las alas y la cola, era un gato crecido. Mardy se frotó contra ella con cariño, prácticamente derribándola antes de lanzarse contra el enterrador. No lo mataría. Pero tampoco iba a estar en condiciones de luchar si todo iba como tenía planeado.

La otra figura a su lado zumbaba en sus orejas, Atalanta agitando sus alas con el arco en la mano, dejando ir un ligero aroma a bosque y sangre. La miró, sin decir nada, y rápidamente se lo pensó mejor y se retiro a su posición. Una arquera para poder vigilar a ambos y apoyar según convenga, una mantícora para luchar contra el sepulturero. Por su parte, sacó el arco y lo volvió una lanza, haciendo una floritura.

Aun tenia trucos, pero esos dos eran sus mejores, por lo que estaba considerando noquear a Ojos Lilas de verdad, antes de que tuviera que revelar más ases bajo la manga, y así poder centrarse en la amenaza inmediata. Pero, por otro lado, nadie conocía su suerte mejor que ella, así que estaba esperando a ver si el superviviente empezaba a sacar tentáculos y a hablar del revés antes de decidir con que extremo de la lanza atizarle.

___________________
Confiar en alguien huh.
Spoiler:
Con lo maja que soy, con mis esponjosos summons. The Audacity!

Uso: Señora de la Cacería Salvaje [Invocación, Mágica, 1 uso]:Valyria invoca a un humanoide Faerico de Luz, con un arma y dominio de esta, para luchar durante dos turnos.
y
Espíritu Vinculado [Invocación, Mágica, 1 usos] Invoco a una gran mantícora dorada, que lucha conmigo durante 2 rondas, capaz de infligir grandes cantidades de daño, y volar.
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Mensaje  Thorn Sáb Mar 06 2021, 07:00

Una sonrisilla se dibujó entre los labios del "sobreviviente." Que lastima... Y él ahí creyendo que el teatro y el engaño eran solo el principio de sus mil y un talentos. Su dios debía estar tan avergonzado de su humilde servidor... ¿permitir que una niña viera a través de sus engaños? ¡Que pecado! Debía ser expiado y purificado... ofreciendo una nueva ofrenda.

El murmullo de una risa se escapó de los labios del hombre de ojos lila, como inicio de una sonora y endemoniada carcajada que se hizo oír a través de todo el valle. El hombre estuvo riendo un buen y largo rato, hasta que finalmente cesó, intentando recobrar la compostura entre pequeños jadeos... y fue entonces cuando su cuerpo se desvaneció en la oscuridad, mucho antes de que alguna de las flechas que fueran disparadas por la invocación de la custodio pudieran alcanzarle.

—... ¿Un gato... con alas? —observaba curioso el sepultero al gigantesco gato de luz que le tenía cautivo—. Nunca le agradé a los gatos...

Podría decirse que Baltasar... no estaba del todo seguro de que pensar al respecto, pero algo era innegable para él: aquellas palabras, la energía del éter luminoso que irradiaba aquella criatura... era la luz de un elfo.

La arquera solo era pálida y menuda, pero no era un no-muerto. El enterrador pudo darse cuenta del error que había cometido... en sus últimos momentos de claridad.

Aquella figura nocturna emergió al lado del enterrador y, con un veloz movimiento y el reflejo de la luna como un fulgor blanquecino, efectuó su ataque. Aquella guadaña sombría se materializó con un corte horizontal, el cual se encargó de deshacerse del gato alado, erradicando su luz con el rojizo y maldito brillo que desprendía la hoja. Seguidamente, el hombre de ojos lila emergió de la cortina de tinieblas, para empuñar su arma con sus propias manos, y ser él mismo quien la usara para atravesar el pecho de Baltasar.

Poniéndose en cuclillas junto al vulnerable sepultero, el "superviviente" utilizó sus dedos para capturar un poco de la sangre fresca que brotaba de la herida, llevándola a sus colmillos para beber de ella lleno de placer.

—Jajaja... —rio el hombre, antes de volver a explotar en una maniática carcajada—. Valyria, custodio del Clan Sondve, que hermoso regalo me has hecho. —habló el hombre con una sonrisa ladina y arrogante—. Mi señor te estará eternamente agradecido. Yo soy Dante, siervo fiel de mi dios Thánatos. —confesó con una sonrisa soñadora. Hablar de su dios le causaba tanto placer...—. ¿Te ha gustado mi tributo para él? Es hermoso, ¿no es así? —indicó, haciendo referencia a la masacre que había hecho en aquel cementerio—. Y yo que creía que mi dios estaba satisfecho con toda la sangre que había sido derramada; que había bebido hasta la última gota necesaria para saciar su sed... Pero tú has probado que me había equivocado, así como le demostraste la verdad a este chivo expiatorio, antes de entregármelo como una ofrenda. —Dante pateó el rostro del sepultero—. Sin mencionar que no me creíste nada desde el primer momento. ¡Asombroso! —el vampiro aplaudió.

Mientras Dante se ponía de pie, Baltasar liberó un grito de agonía, sosteniendo con su arma el cuerpo del sepultero empalado en la hoja.

—Has hallado gracia ante mi señor, sierva. —sonrió el vampiro—. Esperamos muchas más cosas de ti, Valyria del clan Sondve. Nos vemos luego, tengo un ritual que finalizar. —se despidió el vampiro con un saludo, antes de desvanecerse junto a Baltasar en las sombras.

__________________

Valyria: Brillante, mi querida elfilla. Dudar de todos, incluso de ti misma. Si bien, el resultado no ha sido precisamente satisfactorio, mira el lado bueno, estas viva e intacta, pues pudo ser mucho peor.

No has elegido luchar del lado del elfo ni del vampiro. Tu neutralidad te ha permitido salvarte a ti misma, al precio de perder la oportunidad de detener a Dante o salvar a Baltasar. El heraldo de Thánatos ahora vaga libre por Aerandir, buscando más víctimas que sacrificar a su ídolo y dios. Lo curioso es que... te ha cogido cierto cariño, y no te atacará en futuros temas.

El sepultero ha muerto. ¿Quién guiará a las almas de los perdidos ahora...? Lo único que ha quedado de él es una misteriosa piedra que se le ha caído cuando tu gato mantícora se ha lanzado sobre él. Puedes quedártela.

Recompensas
⭑ Piedra de Anar
[2 Cargas] Pedrusco de un brillante color naranja y tallado en forma de sol. Levántalo en el aire y este emitirá un resplandeciente fulgor de energía solar, el cual aturdirá a vampiros y criaturas no-muertas durante un turno.
apariencia:
⭑ +5 puntos de experiencia ya añadidos a tu perfil.

Ha sido un placer torturarte guiarte, mi querida mortal, pero tu opinión es preciosa para mí, si es tu deseo compartirla. ¿La has pasado bien? ¿Te ha gustado la experiencia? ¿Piensas que podría hacer algo mejor?

Ten mucho cuidado, querida. Vigila las estrellas.
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