Chocolate amargo y té dulce.[Privado Alexander]

Quedó evidenciado que sus cálculos no fueron lo suficiente exactos para salir bien librado de su encuentro con el Virrey, al punto que terminó involucrando a Christelle; y lo que era peor, el no poder auxiliarla. Era lista, lo sabía, confiaba que no haría un acto insensato, como los que él acostumbraba y que terminaron metiéndolo en la situación que se encontraba. No supo cuanto tiempo pasó desde que perdió el conocimiento, solo recordó como logro escuchar a la lejanía la conversación de ella con el Virrey, palabras que parecieron irse alejando poco a poco y volverse inaudibles. No escuchó nada más, no pudo observar nada más. Solo hundiéndose en la oscuridad y desesperación de la impotencia de no poder hacer nada bajo esas circunstancias. Aguardando el momento que pudiera recobrar la conciencia, deseando que nada malo pasara en su ausencia.

Fue estando en ese panorama oscuro que su lengua pudo degustar un sabor metálico, que bajó por su garganta y comenzó a extenderse en todo su ser. No tenia forma de saber que aquello era el líquido carmesí del Virrey, la cura para el veneno que terminó por desvanecer a su ser y la llave para que volviera a recobrar su conciencian. Como aquel hombre había juramentado, esas gotas de vital liquido eran la cura que Alex requería. Pudiendo recobrar la sensibilidad y control de sus funciones motoras poco a poco. Y con ello salir del letargo en el que se encontraba.

Antes de abrir sus ojos, pudo sentir la esencia de Cris cerca de él. Por lo menos ella estaba a salvo, eso lo reconforto y de cierta forma apaciguó aquella desesperación que sintió. Cuando abrió sus parpados lo primero que vio fue el rostro de Cris, comprendiendo que se encontraba acostado en su regazo. Su cabeza daba vueltas y sintiéndose desorientando. Aun no estaba en condiciones para reincorporarse.

—Chris...—balbuceó como pudo. Sintiendo aun adormecida su boca para poder articular mayor número de palabras. Quería saber que fue lo que había pasado en el trascurso del tiempo que la joven quedo a solas con al Virrey, si ese desgraciado había intentado sacar ventaja se las cobraría con creces, de eso no había duda. Aunque en estos momentos, no tenia contaba con las fuerzas o el aliento para ponerse si quiera de pie.

En retrospectiva las acciones precipitadas de  Alexander no solo lo pusieron a el en peligro, si no también arriesgaron la integridad de Cris , aunque el joven aun estaba aturdido por los efectos del veneno que bebió, era plenamente consciente que tenia que actuar de forma mas taimada para la próxima vez que estuviera cara a cara con el virrey. Pero eso seria en una nueva oportunidad que tuviera para cobrar revancha, en estos momentos Alex no era mas que un animal herido que lo único que podía hacer era lamerse sus heridas, debido a la deplorable situación en la que se encontraba. Además, no eran las heridas físicas la que le calaban en lo fondo de su espíritu, si no era su orgullo el que mas le quemaba en su ser. Dado que no pudo prever que las cosas terminarían de tal manera, al punto de no ser por Cris, seguramente hubiera encontrado su fin. Aunque lo peor de ese fatídico escenario, era que en caso de que él faltara, hubiera dejado absolutamente sola a su atesorada hermana.

Ya tendría momento para recapitular en lo ocurrido y hacer el correspondiente análisis y retroalimentación de sus actos, con la debida dosis de amargura que vendría con ello, al recordar la humillación sufrida. Dado que lo único que por el momento podía hacer era recobrar el aliento. Claro, que para su buena suerte tendría los cuidados de Cris hasta que pudiera ponerse de pie por sí solo.

—Cris dime que te encuentras bien y que nadie se atrevió a ponerte una de sus miserables manos encima —expresó intentando reincorporarse, pero casi de inmediato volvió a desplomarse dado aun le faltaban sus fuerzas. Si, estaba molesto tanto por todo lo ocurrido y también con él mismo de ello no quedaba la menor duda. Pero como era mas que obvio, era la joven quien realmente le preocupaba en ese momento. Él no estaría tranquilo hasta escuchar que a ella no le pasó nada. Aunque los besos y cuidados de Cris lo apaciguaron un poco, siendo un aliciente para mejorar su estado actual.

—No lo vi venir, realmente subestimé las artimañas con las que el virrey contaba. Aunque para la próxima ese sujeto no tendrá tanta suerte …. —la conversación pudo seguir con esa dirección, pero aquello seguramente solo le ocasionaría una reprimenda por parte de Cris, dado que era un hecho que no tomaría muy ameno que Alex en esos momentos tomara solo la opción de revancha como única solución al dilema sufrido.

—Perdón por hacerte pasar por todos estos problemas … Prometo que no volverá a suceder —guardo un momento silencio, absorto en sus pensamientos que nuevamente lo volvieron a invadir. Demasiado que pensar, demasiado que meditar.