Deseo de venganza a la luz de la luna [4/4]
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Deseo de venganza a la luz de la luna [4/4]
Era una noche de invierno aparentemente normal en el este de Aerandir. Los ríos fluían con normalidad, la nieve empezaba a caer y un gran lobo de color marrón se disponía a cazar lo que con suerte se convertiría en su próxima cena: un ciervo. El lobo se acercaba sigiloso y cauto, tratando de ser completamente imperceptible. Estaba ya muy cerca, su boca se hacía agua. Se puso a una distancia de unos dos metros del amimal y, aprovechándose de su entorno, se encubrió con la nieve. Su momento había llegado, sus tripas le rujían. Era el momento de atacar. El cánido se impulsó con sus patas traseras y se abalanzó conta su presa. El ciervo, que había advertido su presencia, respondió al ataque con una fuerte cornada que impulsó lejos al depredador. El lobo se dispuso a seguir con la pelea, pero cuando se quiso dar cuenta el animal ya se había ido corriendo.
De repente, el lobo marrón tomó la apariencia de un adolescente humano. No era un lobo común, era un licántropo. -¡Mierda!-sollozó.-¡Otro día sin comer! ¡No puedo más!-
El licántropo se llamaba Suen Reversurus. Iba vestido con unas pieles viejas y tenía una melena castaña, sucia y larga hasta la cintura. Estaba verdaderamente delgado, ya que hacía tiempo que no comía en condiciones, pero como las pieles que usaba para vestir eran bastante anchas no daba esa apariencia. Era bastante alto, debía medir unos dos metros. Suen era un nómada solitario que iba de bosque en bosque. Se alimentaba de lo poco que era capaz de cazar (era bastante mal cazador para ser un licántropo) y trataba de sobrevivir día a día. Sin embargo, su vida no fue siempre así. Todo empezó hace alrededor de un mes.
Suen pertenecía a un clan de "La Manada", un grupo de hombres lobo que dominaba la arboleda central de la zona este de Aerandir y que abogaba por la supremacía de los licántropos de sangre pura. Él era nieto del jefe del clan, Severo Reversurus, quién era alguien admirado dentro de La Manada por, según él, haber asesinado a más de cien vampiros con sus propias garras. No obstante, esto no le daba prestigio a Suen ni mucho menos, ya que esto no impedía que sus compañeros de clan le maltrataran por ser "débil" (dentro de los estándares de un hombre lobo) y por ser el que menos presas cazaba. También era costumbre que lo humillaran por algunos de sus gustos poco comunes entre Licántropos como, por ejemplo, tocar la lira. Está situación evidentemente molestaba a Suen, pero lo aceptaba porque al fin y al cabo, gracias a ellos tenía un sitio donde resguardarse y comida todos los días. Sin embargo, todo eso cambió el día que se enteraron de que Suen no era en realidad un hombre lobo de pura sangre, sino que era un mestizo. Su padre (a quién nunca llegó a conocer) era humano. Tras esta noticia, Severo ordenó la ejecución de su propia hija (la madre de Suen) por haberse reproducido con un ser humano. Suen, afortunadamente logró escapar.
-Juro por mi madre...-se dijo a sí mismo tras escapar.-¡JURO POR MI MADRE QUE VOLVERÉ MÁS FUERTE Y MATARÉ CON MIS PROPIAS MANOS A ESOS CABRONES! ¡SOBRETODO A SU PATÉTICO LÍDER!-.
Obviamente Suen no era estúpido y sabía que no podía matar a tal cantidad de licántropos él solo. Por eso, se propuso también formar un grupo de aventureros fuertes para que le ayudarán a cumplir tal propósito, que él solo no podría alcanzar nunca. Sin embargo, ya había pasado más de un mes en el que había estado demasiado ocupado intentando sobrevivir, pero eso no quitaba que la idea siguiera en su mente
Finalmente, tras su fallido intento de cazar al ciervo, se sentó abatido por su vida actual cuando, de repente, le pareció oír una voz.
-¿Quién anda ahí?-preguntó intentando dar la impresión de que no tenía miedo. No hubo respuesta.
-¡He dicho que quién anda ahí!-insistió.
De repente, el lobo marrón tomó la apariencia de un adolescente humano. No era un lobo común, era un licántropo. -¡Mierda!-sollozó.-¡Otro día sin comer! ¡No puedo más!-
El licántropo se llamaba Suen Reversurus. Iba vestido con unas pieles viejas y tenía una melena castaña, sucia y larga hasta la cintura. Estaba verdaderamente delgado, ya que hacía tiempo que no comía en condiciones, pero como las pieles que usaba para vestir eran bastante anchas no daba esa apariencia. Era bastante alto, debía medir unos dos metros. Suen era un nómada solitario que iba de bosque en bosque. Se alimentaba de lo poco que era capaz de cazar (era bastante mal cazador para ser un licántropo) y trataba de sobrevivir día a día. Sin embargo, su vida no fue siempre así. Todo empezó hace alrededor de un mes.
Suen pertenecía a un clan de "La Manada", un grupo de hombres lobo que dominaba la arboleda central de la zona este de Aerandir y que abogaba por la supremacía de los licántropos de sangre pura. Él era nieto del jefe del clan, Severo Reversurus, quién era alguien admirado dentro de La Manada por, según él, haber asesinado a más de cien vampiros con sus propias garras. No obstante, esto no le daba prestigio a Suen ni mucho menos, ya que esto no impedía que sus compañeros de clan le maltrataran por ser "débil" (dentro de los estándares de un hombre lobo) y por ser el que menos presas cazaba. También era costumbre que lo humillaran por algunos de sus gustos poco comunes entre Licántropos como, por ejemplo, tocar la lira. Está situación evidentemente molestaba a Suen, pero lo aceptaba porque al fin y al cabo, gracias a ellos tenía un sitio donde resguardarse y comida todos los días. Sin embargo, todo eso cambió el día que se enteraron de que Suen no era en realidad un hombre lobo de pura sangre, sino que era un mestizo. Su padre (a quién nunca llegó a conocer) era humano. Tras esta noticia, Severo ordenó la ejecución de su propia hija (la madre de Suen) por haberse reproducido con un ser humano. Suen, afortunadamente logró escapar.
-Juro por mi madre...-se dijo a sí mismo tras escapar.-¡JURO POR MI MADRE QUE VOLVERÉ MÁS FUERTE Y MATARÉ CON MIS PROPIAS MANOS A ESOS CABRONES! ¡SOBRETODO A SU PATÉTICO LÍDER!-.
Obviamente Suen no era estúpido y sabía que no podía matar a tal cantidad de licántropos él solo. Por eso, se propuso también formar un grupo de aventureros fuertes para que le ayudarán a cumplir tal propósito, que él solo no podría alcanzar nunca. Sin embargo, ya había pasado más de un mes en el que había estado demasiado ocupado intentando sobrevivir, pero eso no quitaba que la idea siguiera en su mente
Finalmente, tras su fallido intento de cazar al ciervo, se sentó abatido por su vida actual cuando, de repente, le pareció oír una voz.
-¿Quién anda ahí?-preguntó intentando dar la impresión de que no tenía miedo. No hubo respuesta.
-¡He dicho que quién anda ahí!-insistió.
Última edición por Suen el Miér Sep 15 2021, 21:17, editado 2 veces
Suen
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Re: Deseo de venganza a la luz de la luna [4/4]
Los bosques del Este era un lugar que a la ilusionista le parecía tétrico. ¿O eran los del oeste?
-¿Dónde es que viven los vampiros?-
-En todos lados, pero salen de noche-
-Aquí parece de noche siempre-
-Ay, exagerada... ¿tienes miedo? ¡Wlihlemina tiene miedo! mie-do-sa-mie-do-sa- canturreó la mujerdreja, burlándose de la bruja, quien miraba con enojo.
Razones que ahora escapan a mi entendimiento habían llevado al dúo dinámico a esos lares, donde Tina llevaba la batuta pues al ser una mujer bestia, entendía de bosques. Mina, no. Ella era una gatita de ciudad.
-¿Segura que sabes dónde estamos?-
-Sí-
-¿Sabes hacia dónde vamos?-
-Sííp-
-¿Segura?-
-Sípirilí-
-Hmmm... ¿Tina?-
-¿Síi?-
-¿Te echaste un fuchi?-
-Sii..¡NO!, ¿Cómo se te ocurre? ¡No soy una cochina!- exclamó molesta la chica bestia.
-¡Pero huele como a tus fuchis!-
Ambas se quedaron quietas, Mina mirando a Tina, mientras la segunda olfateaba el aire -No huele como a mis fuchis... huele a...- dijo, tratando de descifrar a qué le recordaba ese aroma tan almizclado que les llegaba cada vez más fuerte. La bruja, ansiosa, tenía los ojos más redondos que platos -¿Qué? ¿Qué es?- apresuraba la ilusionista a la bestial que tenía la nariz levantada y los ojitos cerrados para concentrarse mejor.
-¿Mina?-
-¿Sí?-
-¡CORRE!- exclamó la mujerdreja que comenzó a correr tan rápido como sus paticortas le permitían. La bruja, que no cuestionó a su amiga, también puso pies en polvorosa, batiendo las piernas con vigor y gritando como loca, pues apenas ambas se lanzaron a la carrera, un oso gigantesco apareció de entre los árboles, persiguiéndolas, rugiendo amenazadoramente.
No sé cuánto tiempo corrieron, pero para ellas, fue una carrera frenética y larguísima. pues jamás supieron cuándo dejó de perseguirlas el oso. No fue mucho, el pobre decidió que no quería una cena con show ni escándalo. Se detuvieron solo porque un ciervo saltó frente a ellas, haciéndolas caer. Ambas se abrazaron y gritaron, creyendo que el oso las atraparía.
-¡He dicho que quién anda ahí!- escucharon y se quedaron calladas. -¿Los osos hablan?- preguntó sorprendida la ilusionista a la mujerdreja que la miró con extrañeza -Pues no que yo sepa- respondió y soltó a la bruja para ir en dirección de donde salió la voz. Mina la intentó agarrar por la colita para detenerla, pero no alcanzó así que solo la siguió.
-¡Soy yo! ¡Tina!-
-¡Shhht! ¿Pero por qué respondes? ¡No! ¡No le digas tu nombre!-
-¿Quién pregunta?-
-Ay sí, como si te fuera a responder-
Ambas avanzaron hasta encontrarse de frente con el muchacho -¡¿Pero qué te pasó?!- exclamó la mujerdreja al verlo en aquel estado, tan sucio y demacrado, y corrió hacia él con expresión de preocupación. La chica bestia no podía evitar su instinto maternal, lo había cultivado desde pequeña en el orfanato donde cuidaba a los más pequeños y este pobre chico lucía como una de las criaturas olvidadas por los dioses que necesitaban una Tina en sus vidas.
Mientras la mujerdreja corría a ayudarlo, Mina quedó petrificada con la imagen del hombre. Era gigantesco y peludo.
-¿Dónde es que viven los vampiros?-
-En todos lados, pero salen de noche-
-Aquí parece de noche siempre-
-Ay, exagerada... ¿tienes miedo? ¡Wlihlemina tiene miedo! mie-do-sa-mie-do-sa- canturreó la mujerdreja, burlándose de la bruja, quien miraba con enojo.
Razones que ahora escapan a mi entendimiento habían llevado al dúo dinámico a esos lares, donde Tina llevaba la batuta pues al ser una mujer bestia, entendía de bosques. Mina, no. Ella era una gatita de ciudad.
-¿Segura que sabes dónde estamos?-
-Sí-
-¿Sabes hacia dónde vamos?-
-Sííp-
-¿Segura?-
-Sípirilí-
-Hmmm... ¿Tina?-
-¿Síi?-
-¿Te echaste un fuchi?-
-Sii..¡NO!, ¿Cómo se te ocurre? ¡No soy una cochina!- exclamó molesta la chica bestia.
-¡Pero huele como a tus fuchis!-
Ambas se quedaron quietas, Mina mirando a Tina, mientras la segunda olfateaba el aire -No huele como a mis fuchis... huele a...- dijo, tratando de descifrar a qué le recordaba ese aroma tan almizclado que les llegaba cada vez más fuerte. La bruja, ansiosa, tenía los ojos más redondos que platos -¿Qué? ¿Qué es?- apresuraba la ilusionista a la bestial que tenía la nariz levantada y los ojitos cerrados para concentrarse mejor.
-¿Mina?-
-¿Sí?-
-¡CORRE!- exclamó la mujerdreja que comenzó a correr tan rápido como sus paticortas le permitían. La bruja, que no cuestionó a su amiga, también puso pies en polvorosa, batiendo las piernas con vigor y gritando como loca, pues apenas ambas se lanzaron a la carrera, un oso gigantesco apareció de entre los árboles, persiguiéndolas, rugiendo amenazadoramente.
No sé cuánto tiempo corrieron, pero para ellas, fue una carrera frenética y larguísima. pues jamás supieron cuándo dejó de perseguirlas el oso. No fue mucho, el pobre decidió que no quería una cena con show ni escándalo. Se detuvieron solo porque un ciervo saltó frente a ellas, haciéndolas caer. Ambas se abrazaron y gritaron, creyendo que el oso las atraparía.
-¡He dicho que quién anda ahí!- escucharon y se quedaron calladas. -¿Los osos hablan?- preguntó sorprendida la ilusionista a la mujerdreja que la miró con extrañeza -Pues no que yo sepa- respondió y soltó a la bruja para ir en dirección de donde salió la voz. Mina la intentó agarrar por la colita para detenerla, pero no alcanzó así que solo la siguió.
-¡Soy yo! ¡Tina!-
-¡Shhht! ¿Pero por qué respondes? ¡No! ¡No le digas tu nombre!-
-¿Quién pregunta?-
-Ay sí, como si te fuera a responder-
Ambas avanzaron hasta encontrarse de frente con el muchacho -¡¿Pero qué te pasó?!- exclamó la mujerdreja al verlo en aquel estado, tan sucio y demacrado, y corrió hacia él con expresión de preocupación. La chica bestia no podía evitar su instinto maternal, lo había cultivado desde pequeña en el orfanato donde cuidaba a los más pequeños y este pobre chico lucía como una de las criaturas olvidadas por los dioses que necesitaban una Tina en sus vidas.
Mientras la mujerdreja corría a ayudarlo, Mina quedó petrificada con la imagen del hombre. Era gigantesco y peludo.
Mina Harker
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Re: Deseo de venganza a la luz de la luna [4/4]
Finalmente, tras preguntar por segunda vez, obtuvo una respuesta.
-¡Soy yo! ¡Tina!-respondió una voz femenina. Suen temía que se tratara de alguien de su antiguo clan que lo hubiera estado buscando, pero no le sonaba que hubiera ninguna Tina en su clan, aunque... ¿por qué se encontraría alguien si no en aquél lugar por el que apenas pasaban nadie?
-¿Quién pregunta?- dijo la chica a continuación. Suen estaba apunto de responder, diciendo quizá algún nombre falso por si, efectivamente, se trataba de alguien de su clan, pero no pudo. Antes de que pudiera pronunciar una sola sílaba...
-¡¿Pero qué te pasó?!-exclamó la desconocida mientras se acercaba. Cuando Suen consiguió verla con algo de claridad, se dio cuenta de no era una licántropa en absoluto, si no una pequeña chica bestia acompañada de una humana. Sin embargo, lo que más llamó la atención a Suen no fue su raza, sino el tono de su voz y su expresión de preocupación, como si genuinamente estuviera preocupada por él, a pesar de no ser más que un desconocido. Le recordó a su madre. Le recordó a cuando ella le preguntaba eso mismo cuando volvía lleno de rasguños hechos por los de su clan y él mentía diciendo que se cayó por una zona montañosa. Tal vez fue este el motivo que hizo que Suen cogiera confianza en ella y la respondiera, aunque sin saber muy bien que contestar, pues si le contará todo lo que le había sucedido en el último tiempo se quedaría hablando hasta el amanecer.
-¿Qué? Eh... na-nada en particular tranquila, solo llevo algo de tiempo sin comer. -contestó-Disculpadme por la hostilidad, es que pensaba que erais.... dijo prefiriendo no terminar la frase. No le apetecía dar detalles sobre su pasado. -No os recomendaría que os quedarais más tiempo del necesario en esta zona, es bastante peligrosa. Por la noches suelen aparecer vampiros buscando presas a las que succionar la sangre.-advirtió-Yo mismo me tuve que enfrentar a dos el otro día. A uno lo conseguí derrotar transforman... cortándolo con mi espada.-corrigió. Suen no quería que supieran que él era un licántropo, ya que algunas personas los veían como seres despiadados y agresivos.-Pero con el otro no tuve tanta suerte. Me dejó tan debilitado que permanecí inconsciente el resto del día. Además también hay animales salvajes y hambrientos.-dijo acabando finalmente con las advertencias.
-Por cierto ¿a dónde os dirigís? No es que quiera entrometerme en vuestros asuntos, es solo que conozco bien la zona y quizá os podría guiar a vuestro destino por un camino más seguro. Siempre que no pase por la arboleda cen...
No pudo acabar la frase. De repente, un enorme oso con un desagradable olor almizclado lo interrumpió con una repentina aparición y unas claras ganas de devorar a las dos chicas (en él apenas se fijó, pues estaba tan delgado que casi no tenía carne para comer).
Al ver las intenciones del oso, Suen se transformó en un gran lobo de color marrón y, en parte gracias a que el oso no le prestó atención (pues estaba demasiado concentrado en las dos chicas) Suen consiguió morderle en la yugular, acabando con su vida.
Suen volvió a su forma humana, con su boca aún llena de sangre y girando su cabeza para mirar a las chicas. -¡Tranquilas! ¡Os prometo que a vosotras no os haré daño!-dijo Suen, pensando que ellas estarían aterrorizadas por tener a un licántropo en frente suyo.
-¡Soy yo! ¡Tina!-respondió una voz femenina. Suen temía que se tratara de alguien de su antiguo clan que lo hubiera estado buscando, pero no le sonaba que hubiera ninguna Tina en su clan, aunque... ¿por qué se encontraría alguien si no en aquél lugar por el que apenas pasaban nadie?
-¿Quién pregunta?- dijo la chica a continuación. Suen estaba apunto de responder, diciendo quizá algún nombre falso por si, efectivamente, se trataba de alguien de su clan, pero no pudo. Antes de que pudiera pronunciar una sola sílaba...
-¡¿Pero qué te pasó?!-exclamó la desconocida mientras se acercaba. Cuando Suen consiguió verla con algo de claridad, se dio cuenta de no era una licántropa en absoluto, si no una pequeña chica bestia acompañada de una humana. Sin embargo, lo que más llamó la atención a Suen no fue su raza, sino el tono de su voz y su expresión de preocupación, como si genuinamente estuviera preocupada por él, a pesar de no ser más que un desconocido. Le recordó a su madre. Le recordó a cuando ella le preguntaba eso mismo cuando volvía lleno de rasguños hechos por los de su clan y él mentía diciendo que se cayó por una zona montañosa. Tal vez fue este el motivo que hizo que Suen cogiera confianza en ella y la respondiera, aunque sin saber muy bien que contestar, pues si le contará todo lo que le había sucedido en el último tiempo se quedaría hablando hasta el amanecer.
-¿Qué? Eh... na-nada en particular tranquila, solo llevo algo de tiempo sin comer. -contestó-Disculpadme por la hostilidad, es que pensaba que erais.... dijo prefiriendo no terminar la frase. No le apetecía dar detalles sobre su pasado. -No os recomendaría que os quedarais más tiempo del necesario en esta zona, es bastante peligrosa. Por la noches suelen aparecer vampiros buscando presas a las que succionar la sangre.-advirtió-Yo mismo me tuve que enfrentar a dos el otro día. A uno lo conseguí derrotar transforman... cortándolo con mi espada.-corrigió. Suen no quería que supieran que él era un licántropo, ya que algunas personas los veían como seres despiadados y agresivos.-Pero con el otro no tuve tanta suerte. Me dejó tan debilitado que permanecí inconsciente el resto del día. Además también hay animales salvajes y hambrientos.-dijo acabando finalmente con las advertencias.
-Por cierto ¿a dónde os dirigís? No es que quiera entrometerme en vuestros asuntos, es solo que conozco bien la zona y quizá os podría guiar a vuestro destino por un camino más seguro. Siempre que no pase por la arboleda cen...
No pudo acabar la frase. De repente, un enorme oso con un desagradable olor almizclado lo interrumpió con una repentina aparición y unas claras ganas de devorar a las dos chicas (en él apenas se fijó, pues estaba tan delgado que casi no tenía carne para comer).
Al ver las intenciones del oso, Suen se transformó en un gran lobo de color marrón y, en parte gracias a que el oso no le prestó atención (pues estaba demasiado concentrado en las dos chicas) Suen consiguió morderle en la yugular, acabando con su vida.
Suen volvió a su forma humana, con su boca aún llena de sangre y girando su cabeza para mirar a las chicas. -¡Tranquilas! ¡Os prometo que a vosotras no os haré daño!-dijo Suen, pensando que ellas estarían aterrorizadas por tener a un licántropo en frente suyo.
Última edición por Suen el Vie Sep 10 2021, 14:42, editado 2 veces
Suen
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Re: Deseo de venganza a la luz de la luna [4/4]
Nunca fuí muy fan de los climas fríos, y a pesar de que conozco a varios brujos que se engañan comentando que son capaces de controlar el clima con ritos y cantos extraños yo soy muy escéptica a esas cosas.
Esta definitivamente no era la mejor época para buscar frutos, tampoco era la peor, pero no tenía opción. Me habían comentado que las mejores fresas de todo Aerandir se encontraban en los bosques del Este, y perdí una apuesta con el fanático más grande de las fresas, Pelusa, mi aion, mi mejor amigo y la bolita de pelos más tierna del universo universal.
Otra razón por la cual el frío no me agradaba mucho era porque es muy difícil escoger un vestido para la ocasión. Últimamente tenía una pequeña obsesión por los vestidos frescos y joviales de colores claros; pero no quería morir congelada ni perder el glamour.
Pelusa y yo llegamos medio tarde a la tierra de los lobos; tarde para ir en busca de frutos, pero mi gordito es un desesperado así que me monté sobre su lomo y emprendimos en la búsqueda de fresas.
Preguntamos por direcciones y siempre nos aconsejaban esperar hasta mañana y comprarla con los mejores de la zona, pero el bebé estaba antojado y las quería ya.
-Bueno príncipe buscamos media hora más y luego nos vamos a buscar un sitio donde quedarnos antes de que se haga más tarde- le comenté a mi aion que estaba feliz porque probaría las frutas del Este.
En el camino vimos a unas personas conversar y no le dimos demasiada importancia hasta que el chico que tenía la boca ¿eso era sangre? Bueno en fin, se veía como tenebroso justamente le estaba diciendo a dos chicas que no les haría daño. Aquella escena me dió un poco de risa y no pude contenerme; me acerqué a darle un consejo al joven.
-Creo que esa no es la mejor forma de demostrar que eres inofensivo- comenté entre pequeñas risas.
Estaba por alejarme y dejarlos con sus asuntos hasta que se me ocurrió preguntarles -Por cierto, ¿saben dónde puedo conseguir buenas fresas por aquí?-
________
Off
Pelusa está grande ahorita
Esta definitivamente no era la mejor época para buscar frutos, tampoco era la peor, pero no tenía opción. Me habían comentado que las mejores fresas de todo Aerandir se encontraban en los bosques del Este, y perdí una apuesta con el fanático más grande de las fresas, Pelusa, mi aion, mi mejor amigo y la bolita de pelos más tierna del universo universal.
Otra razón por la cual el frío no me agradaba mucho era porque es muy difícil escoger un vestido para la ocasión. Últimamente tenía una pequeña obsesión por los vestidos frescos y joviales de colores claros; pero no quería morir congelada ni perder el glamour.
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Pelusa y yo llegamos medio tarde a la tierra de los lobos; tarde para ir en busca de frutos, pero mi gordito es un desesperado así que me monté sobre su lomo y emprendimos en la búsqueda de fresas.
Preguntamos por direcciones y siempre nos aconsejaban esperar hasta mañana y comprarla con los mejores de la zona, pero el bebé estaba antojado y las quería ya.
-Bueno príncipe buscamos media hora más y luego nos vamos a buscar un sitio donde quedarnos antes de que se haga más tarde- le comenté a mi aion que estaba feliz porque probaría las frutas del Este.
En el camino vimos a unas personas conversar y no le dimos demasiada importancia hasta que el chico que tenía la boca ¿eso era sangre? Bueno en fin, se veía como tenebroso justamente le estaba diciendo a dos chicas que no les haría daño. Aquella escena me dió un poco de risa y no pude contenerme; me acerqué a darle un consejo al joven.
-Creo que esa no es la mejor forma de demostrar que eres inofensivo- comenté entre pequeñas risas.
Estaba por alejarme y dejarlos con sus asuntos hasta que se me ocurrió preguntarles -Por cierto, ¿saben dónde puedo conseguir buenas fresas por aquí?-
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Pelusa está grande ahorita
Magazubi
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Re: Deseo de venganza a la luz de la luna [4/4]
Me encontraba meditando en posición de flor de loto subido a la rama de un gran árbol. Estaba intentando gestionar las cosas que sentía en mi interior, con una controlada respiración. El tiempo no acompañaba, hacía bastante frío pero eso nunca había sido un problema para mi, y no creo que lo fuese para ninguno de mi raza en realidad.
Una ráfaga de viento trajo consigo una serie de olores que me hizo salir de mi ensimismamiento *Un lican* Pensé, algo frustrado, si yo podía olerlo el no tardaría demasiado en poder percatarse de mi olor aunque estuviera escondido, resguardado y quieto. Decidí no darle mucha importancia hasta que de repente otra ráfaga me trajo el olor de otras 4 criaturas. Alguien se estaba reuniendo, o había pasado algo o bien las las estrellas se habían vuelto a alinear.
Tenía la camiseta y los pantalones colgados cerca de mí y decidí vestirme antes de que me encontrasen semi desnudo en una rama cuál ermitaño de los bosques. Cubrí mi entrenado cuerpo y bajé silenciosamente del árbol. Comencé a acercarme hacia los olores sin hacer ruido ni llamar la atención. Pronto empecé a discernir mejor los olores y me di cuenta de que dos de las criaturas eran mujeres, aunque una de ellas estaba todavía algo lejos y seguramente los otros dos serían sus compañeros.
Una quinta esencia irrumpió cuando alcancé a tenerlos a todos en mi campo de visión. Un oso cabreado. Vi que el Lican estaba en malas condiciones y mi primer impulso fue preocuparme, no es que quisiera protegerlos ni nada por el estilo pero no estaba seguro de que ninguno pudiera salir ileso de esa situación y la verdad es que pensándolo fríamente preferiría tener que espantar al animal antes que tener que cuidar a alguien después de recibir un zarpazo o un mordisco.
Mi preocupación se desvaneció cuando vi al Lican acabar con la vida del oso como si nada. *Menudo desperdicio, el pobre solo estaba protegiendo su territorio, su carne no está muy rica igualmente* Pensé cuando la segunda mujer se acercó al grupo de tres a hacerles una pregunta un tanto inocente pero siniestra dada la situación ¿Acaso no le importaba que estos seres le puedan causar ningún mal? ¿Tiene esa confianza en su propia seguridad por que es boba o porque es poderosa? No tenía forma de saberlo pero toda la situación se me hacía un poco extraña.
Por alguna razón que en ese momento desconocía decidí mezclarme un poco con ese caos, igualmente no iban a tardar en darse cuenta de mi presencia. Avancé unos pasos hacia ellos, saliendo de la maleza y mantuve una actitud tranquila pero fría. Los miré a todos sin decir ninguna palabra y me encaminé lentamente hacia el oso, su garganta estaba sesgada pero seguía vivo, no iba a tardar en morir pero no era de buen comer el dejar que el animal sufra.
-Podrías haberlo espantado sin siquiera tener que adoptar la forma de fiera. Es por estas cosas que no me llevo bien con los de mi propia raza. Menudo desperdicio.
Me agache al lado de la cabeza del oso, donde su garganta seguía gorgoteando sangre, elevé la mano hacia el cielo y acto seguido la bajé con toda la fuerza y velocidad que pude hacia la columna vertebral, a la altura de donde había recibido el bocado. Un grotesco crujido fue la señal de que la misión había sido completada y pude notar el último aliento de ese semi-desmayado animal salir de su boca para no volver jamás.
-No soy capaz de entender la razón... ¿Somos bestias que no respetan otras bestias? ¿Por qué todos mis iguales tienen que ser tan violentos e impulsivos? Hay animales más comestibles a patadas por estos lares y más para alguien de nuestra condición....
Me levanté tranquilamente, sacudiendo la mano empapada de sangre y me volví hacia las mujeres, primero hacia la del vestido rojo, que era la que más extraña me parecía.
- Precisamente porque no es inofensivo, a no ser que tengáis una buena serie de trucos bajo la manga cualquiera de nosotros dos podría acabar con la vida de vuestros frágiles cuerpos en un suspiro. Veo que no os conocéis ninguno y aunque haya dicho estas palabras no creo que corramos ninguno peligro pero no es lo más inteligente fiarse del primero que pasa. Por cierto, hay algo de fresas a unos 100 metros de aquí aunque no es la mejor época, luego podría enseñaros donde si me caéis en gracia. Y me llamo Ren, lo siento por la extraña entrada pero habéis ido a reuniros todos justo donde estaba meditando, extraña casualidad.
Una ráfaga de viento trajo consigo una serie de olores que me hizo salir de mi ensimismamiento *Un lican* Pensé, algo frustrado, si yo podía olerlo el no tardaría demasiado en poder percatarse de mi olor aunque estuviera escondido, resguardado y quieto. Decidí no darle mucha importancia hasta que de repente otra ráfaga me trajo el olor de otras 4 criaturas. Alguien se estaba reuniendo, o había pasado algo o bien las las estrellas se habían vuelto a alinear.
Tenía la camiseta y los pantalones colgados cerca de mí y decidí vestirme antes de que me encontrasen semi desnudo en una rama cuál ermitaño de los bosques. Cubrí mi entrenado cuerpo y bajé silenciosamente del árbol. Comencé a acercarme hacia los olores sin hacer ruido ni llamar la atención. Pronto empecé a discernir mejor los olores y me di cuenta de que dos de las criaturas eran mujeres, aunque una de ellas estaba todavía algo lejos y seguramente los otros dos serían sus compañeros.
Una quinta esencia irrumpió cuando alcancé a tenerlos a todos en mi campo de visión. Un oso cabreado. Vi que el Lican estaba en malas condiciones y mi primer impulso fue preocuparme, no es que quisiera protegerlos ni nada por el estilo pero no estaba seguro de que ninguno pudiera salir ileso de esa situación y la verdad es que pensándolo fríamente preferiría tener que espantar al animal antes que tener que cuidar a alguien después de recibir un zarpazo o un mordisco.
Mi preocupación se desvaneció cuando vi al Lican acabar con la vida del oso como si nada. *Menudo desperdicio, el pobre solo estaba protegiendo su territorio, su carne no está muy rica igualmente* Pensé cuando la segunda mujer se acercó al grupo de tres a hacerles una pregunta un tanto inocente pero siniestra dada la situación ¿Acaso no le importaba que estos seres le puedan causar ningún mal? ¿Tiene esa confianza en su propia seguridad por que es boba o porque es poderosa? No tenía forma de saberlo pero toda la situación se me hacía un poco extraña.
Por alguna razón que en ese momento desconocía decidí mezclarme un poco con ese caos, igualmente no iban a tardar en darse cuenta de mi presencia. Avancé unos pasos hacia ellos, saliendo de la maleza y mantuve una actitud tranquila pero fría. Los miré a todos sin decir ninguna palabra y me encaminé lentamente hacia el oso, su garganta estaba sesgada pero seguía vivo, no iba a tardar en morir pero no era de buen comer el dejar que el animal sufra.
-Podrías haberlo espantado sin siquiera tener que adoptar la forma de fiera. Es por estas cosas que no me llevo bien con los de mi propia raza. Menudo desperdicio.
Me agache al lado de la cabeza del oso, donde su garganta seguía gorgoteando sangre, elevé la mano hacia el cielo y acto seguido la bajé con toda la fuerza y velocidad que pude hacia la columna vertebral, a la altura de donde había recibido el bocado. Un grotesco crujido fue la señal de que la misión había sido completada y pude notar el último aliento de ese semi-desmayado animal salir de su boca para no volver jamás.
-No soy capaz de entender la razón... ¿Somos bestias que no respetan otras bestias? ¿Por qué todos mis iguales tienen que ser tan violentos e impulsivos? Hay animales más comestibles a patadas por estos lares y más para alguien de nuestra condición....
Me levanté tranquilamente, sacudiendo la mano empapada de sangre y me volví hacia las mujeres, primero hacia la del vestido rojo, que era la que más extraña me parecía.
- Precisamente porque no es inofensivo, a no ser que tengáis una buena serie de trucos bajo la manga cualquiera de nosotros dos podría acabar con la vida de vuestros frágiles cuerpos en un suspiro. Veo que no os conocéis ninguno y aunque haya dicho estas palabras no creo que corramos ninguno peligro pero no es lo más inteligente fiarse del primero que pasa. Por cierto, hay algo de fresas a unos 100 metros de aquí aunque no es la mejor época, luego podría enseñaros donde si me caéis en gracia. Y me llamo Ren, lo siento por la extraña entrada pero habéis ido a reuniros todos justo donde estaba meditando, extraña casualidad.
Ren Damaru
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Re: Deseo de venganza a la luz de la luna [4/4]
Como cosa rara y por variar, Tina conectó rápido con aquel larguísimo ser. Definitivamente la chicadreja podía hacerse amiga de un cragswar si se lo proponía. La bestial se acercó a él y posó con delicadeza una de sus manitos sobre la rodilla de él -porque ahí más o menos le llegaba la cabeza- y lo miró con angustia -Nosotras traemos comidita, suficiente para compartirte- dijo la pequeñita con su vocecita dulce y aguda. -No, no tenemos- masculló la ilusionista, preguntándose de dónde sacaba esa idea su diminuta amiga. Llevó su poderoso metro y medio junto a ella para preguntarle dónde estaba esa comida suficiente para compartir, mientras él hablaba de las cosas que le habían pasado en aquel lugar.
-¡Vampiros! ¡Te lo dije! ¡Aquí hay vampiros! ¿No que no?- inquirió Mina a su compañera de viaje, jalándola por una oreja -Además, deja la coquetería, que te conozco las mañas, ¡suéltalo!- le riñó, pero Tina ya había hecho amistad con Largo, aunque él no lo sabía aún. ¿O sí? Porque se le veía tan atento con ella como ella lo había sido con él. En el fondo de su corazón, Mina sentía un poquitico de envidia de la facilidad que tenía la mujerdreja para relacionarse. Era porque parecía peluche, seguramente.
Como guiado por el destino, Mina que agarra a Tina de la oreja y el oso que reaparece sobre ellos. En un movimiento que parecía una coreografía ensayada, Mina jaló a la pequeña comadreja y usó su telequinesis de dos maneras: para impulsar el salto con el que se sacó a ambas del camino y para apoyar al muchacho que también saltó tras transformarse en un lobo.
Licántropo, el muchacho era un licántropo. ¿Cómo no se había percatado de ese detalle?
En un acto de innato heroísmo, el chico -ahora como un enorme lobo- defendió a Tina y Mina, matando al oso de un golpe. La bruja había cubierto a la bestial con su cuerpo y mantuvo la actitud defensiva incluso cuando volvió a su forma humana. -¡Suéltame Mina! ¿No ves que es inofensivo?- se quejó Tina, zafándose del abrazo de su compañera. Mina se sintió exhausta de repente. Fueron demasiadas emociones en muy poco tiempo. Miró atónita cómo su pequeña amiguita iba con el licántropo y le pasaba un paño para que se limpiara. Abrió la boca para decir algo, cuando de la nada aparece una niñita montada en un aion. Su actitud era tan cándida como la de Tina.
Mina percibió que era una bruja poderosa a pesar de su apariencia -¿Fresas? ¿Estás buscando fresas aquí?- preguntó, impactada con la cadena de acontecimientos. Se levantó rápidamente y avanzó furiosa hacia la brujita -¿Es que no sabes dónde estás metida?- preguntó con fastidio -Tú tampoco sabes dónde estás metida- respondió Tina a lo lejos, abrazada de la pierna larguísima del muchacho. La ilusionista miró con odio a la chicadreja -Pues no- aceptó y volteó los ojos con fuerza -Pero tú sí y yo estoy contigo...- dijo para si misma y resopló, cruzando los brazos sobre el pecho. -¿Ahora qué hacemos con eso?- preguntó, haciendo un gesto con la cabeza, señalando al agonizante oso.
Y su pregunta tuvo respuesta de inmediato, pues entró a la escena otro muchacho -¿Misma raza? Ah... licántropo, otro licántropo- pensó la ilusionista. Pero este se veía mejor vestido y más sofisticado, claramente no eran del mismo clan. Este nuevo personaje fue y finiquitó al oso, parecía compadecerse de él, cosa que Mina no hacía -Pues a bien ha tenido el defendernos, alguien iba a morir y afortunadamente no hemos sido nosotras, no me voy a quejar del resultado de las cosas- le respondió al hombre, encogiendo los hombros.
Se acercó al cadáver del oso y lo miró con lástima -Si tan solo hubieses buscado otra cena, seguirías con tu sencilla vida de oso y no te convertirías en mi próximo abrigo- le dijo -Aunque primero hay que lavarte bien, hueles inmundo- añadió con asquito.
Mientras la bruja analizaba las posibilidades con aquella enorme pieza de piel, Tina se acercaba a los recién llegados y se presentaba -Yo soy Tina y ella es Mina, estamos en este bosque porque es un atajo para llegar a un lugar donde tenemos que estar- explicó sin tapujos. -Ahora les toca a ustedes, ¿quiénes son y qué hacen aquí?- preguntó con una linda sonrisa.
-¡Vampiros! ¡Te lo dije! ¡Aquí hay vampiros! ¿No que no?- inquirió Mina a su compañera de viaje, jalándola por una oreja -Además, deja la coquetería, que te conozco las mañas, ¡suéltalo!- le riñó, pero Tina ya había hecho amistad con Largo, aunque él no lo sabía aún. ¿O sí? Porque se le veía tan atento con ella como ella lo había sido con él. En el fondo de su corazón, Mina sentía un poquitico de envidia de la facilidad que tenía la mujerdreja para relacionarse. Era porque parecía peluche, seguramente.
Como guiado por el destino, Mina que agarra a Tina de la oreja y el oso que reaparece sobre ellos. En un movimiento que parecía una coreografía ensayada, Mina jaló a la pequeña comadreja y usó su telequinesis de dos maneras: para impulsar el salto con el que se sacó a ambas del camino y para apoyar al muchacho que también saltó tras transformarse en un lobo.
Licántropo, el muchacho era un licántropo. ¿Cómo no se había percatado de ese detalle?
En un acto de innato heroísmo, el chico -ahora como un enorme lobo- defendió a Tina y Mina, matando al oso de un golpe. La bruja había cubierto a la bestial con su cuerpo y mantuvo la actitud defensiva incluso cuando volvió a su forma humana. -¡Suéltame Mina! ¿No ves que es inofensivo?- se quejó Tina, zafándose del abrazo de su compañera. Mina se sintió exhausta de repente. Fueron demasiadas emociones en muy poco tiempo. Miró atónita cómo su pequeña amiguita iba con el licántropo y le pasaba un paño para que se limpiara. Abrió la boca para decir algo, cuando de la nada aparece una niñita montada en un aion. Su actitud era tan cándida como la de Tina.
Mina percibió que era una bruja poderosa a pesar de su apariencia -¿Fresas? ¿Estás buscando fresas aquí?- preguntó, impactada con la cadena de acontecimientos. Se levantó rápidamente y avanzó furiosa hacia la brujita -¿Es que no sabes dónde estás metida?- preguntó con fastidio -Tú tampoco sabes dónde estás metida- respondió Tina a lo lejos, abrazada de la pierna larguísima del muchacho. La ilusionista miró con odio a la chicadreja -Pues no- aceptó y volteó los ojos con fuerza -Pero tú sí y yo estoy contigo...- dijo para si misma y resopló, cruzando los brazos sobre el pecho. -¿Ahora qué hacemos con eso?- preguntó, haciendo un gesto con la cabeza, señalando al agonizante oso.
Y su pregunta tuvo respuesta de inmediato, pues entró a la escena otro muchacho -¿Misma raza? Ah... licántropo, otro licántropo- pensó la ilusionista. Pero este se veía mejor vestido y más sofisticado, claramente no eran del mismo clan. Este nuevo personaje fue y finiquitó al oso, parecía compadecerse de él, cosa que Mina no hacía -Pues a bien ha tenido el defendernos, alguien iba a morir y afortunadamente no hemos sido nosotras, no me voy a quejar del resultado de las cosas- le respondió al hombre, encogiendo los hombros.
Se acercó al cadáver del oso y lo miró con lástima -Si tan solo hubieses buscado otra cena, seguirías con tu sencilla vida de oso y no te convertirías en mi próximo abrigo- le dijo -Aunque primero hay que lavarte bien, hueles inmundo- añadió con asquito.
Mientras la bruja analizaba las posibilidades con aquella enorme pieza de piel, Tina se acercaba a los recién llegados y se presentaba -Yo soy Tina y ella es Mina, estamos en este bosque porque es un atajo para llegar a un lugar donde tenemos que estar- explicó sin tapujos. -Ahora les toca a ustedes, ¿quiénes son y qué hacen aquí?- preguntó con una linda sonrisa.
Mina Harker
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Re: Deseo de venganza a la luz de la luna [4/4]
Cuando Suen fue a dirigirse a las dos chicas para intentar convencerlas de que no les haría daño, se sorprendió, pues Tina fue corriendo a dónde él estaba y le dio un paño para que se limpiara la sangre de la boca. -Gracias-la dijo aliviado de que no se hubiera ido corriendo. Hacía demasiado tiempo que no tenía contacto con un ser racional, y mucho más tiempo pasó desde que estuvo con alguien que le tratara con amabilidad. Mina parecía algo más distante, pero tampoco tenía aspecto de estar aterrorizada, lo cual ya dejaba tranquilo a Suen.
Poco después, apareció de forma totalmente inesperada una niña pequeña a lomos de un aion, preguntando si había fresas por la zona. Suen se extrañó a sobremanera por esto, sentimiento que Mina parecía compartir. Mientras esto ocurría y la adrenalina había desaparecido un poco del cuerpo de Suen, y se empezó a dar cuenta de que el oso no estaba muerto, aún agonizaba. Ese sufrimiento no perduro mucho, pues de repente apareció un muchacho que, apiadándose de él, acabo finalmente con su vida en un golpe fulminante. Al parecer él también era un licántropo, pero no de su antiguo clan. De hecho, no parecía que perteneciera a ningún clan, sino que era tenía más pinta de ser un nómada como Suen era ahora. El recién llegado le echó que en cara a Suen que atacara al oso, cosa que le pareció extremadamente atípica de un licántropo.
-Pues a bien ha tenido el defendernos, alguien iba a morir y afortunadamente no hemos sido nosotras, no me voy a quejar del resultado de las cosas.-dijo Mina con mucha razón a ojos de Suen.
¿Y acaso piensas que él no hubiera matado a cualquiera de nosotros si tuviera la oportunidad?.-le preguntó Suen al extraño-Si no fuera porque intervine a tiempo ya hubiera matado dos personas. Creo que acabar con una vida para salvar dos es algo bastante justo. Además, puede que los osos no tengan un gran sabor, y aunque mi objetivo no era matarlo para comérmelo lo cierto es que mis tripas llevan rugiendo días, así que seguramente me lo coma.
Poco después, apareció de forma totalmente inesperada una niña pequeña a lomos de un aion, preguntando si había fresas por la zona. Suen se extrañó a sobremanera por esto, sentimiento que Mina parecía compartir. Mientras esto ocurría y la adrenalina había desaparecido un poco del cuerpo de Suen, y se empezó a dar cuenta de que el oso no estaba muerto, aún agonizaba. Ese sufrimiento no perduro mucho, pues de repente apareció un muchacho que, apiadándose de él, acabo finalmente con su vida en un golpe fulminante. Al parecer él también era un licántropo, pero no de su antiguo clan. De hecho, no parecía que perteneciera a ningún clan, sino que era tenía más pinta de ser un nómada como Suen era ahora. El recién llegado le echó que en cara a Suen que atacara al oso, cosa que le pareció extremadamente atípica de un licántropo.
-Pues a bien ha tenido el defendernos, alguien iba a morir y afortunadamente no hemos sido nosotras, no me voy a quejar del resultado de las cosas.-dijo Mina con mucha razón a ojos de Suen.
¿Y acaso piensas que él no hubiera matado a cualquiera de nosotros si tuviera la oportunidad?.-le preguntó Suen al extraño-Si no fuera porque intervine a tiempo ya hubiera matado dos personas. Creo que acabar con una vida para salvar dos es algo bastante justo. Además, puede que los osos no tengan un gran sabor, y aunque mi objetivo no era matarlo para comérmelo lo cierto es que mis tripas llevan rugiendo días, así que seguramente me lo coma.
Suen
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Re: Deseo de venganza a la luz de la luna [4/4]
La verdad es que estaba un poco despreocupada por la vida, y no me había percatado mucho del contexto en el que estaba, solo ví a un joven con la boca sangrienta y lo escuché tranquilizar a las chicas; no me había fijado que había un oso hasta que otra persona se acercó y sin decir una palabra hizo crujir al pobre animal, acto que causó que arrugara la cara y mirara a otro lado por desagrado.
Unas pequeñas bolitas rojas se escondían no muy lejos de nosotros tras unos arbustos. Pensé en ir a buscarlas a ver si podrían ser las preciadas fresas de Pelusa pero también me parecía feo alejarme por ellas sin decir nada.
Volví a mirar a los chicos y chicas que estaban y escuché la explicación de que probablemente el primero de ellos no era inofensivo. Me abracé de Pelusa mientras lo escuchaba; me parecía un poco frío y malo por atacar así de directo al oso, pero no podía negar que fuese apuesto; de hecho el boqui sangriento también era lindo. Uh… ¿Qué estaba diciendo? Ajá los nombres Ren, Tina, Mina y el boquisangre porque no dijo su nombre. Uh y que Mina y Tina no se quedan atrás con lo bonitas…
Espera ya ba… no estaba prestando tanta atención pensando en lo bellos que somos todos pero ¿Ren dijo algo de fresas? ¿Algo de mi cuerpo frágil? Bueno tampoco es que él fuese un vikingo pero sí, probablemente sí me empuja me medio muero pero … Okey ya, dejemos de pensar tanto y hablemos porque seguramente me veo rara abrazando a Pelusa y mirándolos a todos intrigada.
-Me llamo Magazubi- dije mirando fijo a Ren que fue el que preguntó; y luego sí me dirigí a todos -Él es Pelusa- dije haciéndole cariñito bajo las orejas; Pelusa se ponía todo tierno cuando hacía eso porque le daba cosquillas.
-No entendí lo de caerte en gracia pero gracias- le dije al joven y me bajé de Pelusa.
-Vamos, creo que conseguí algo- le dije a mi aion y me alejé del grupo por las bolitas rojas de los arbustos cercanos. Las agarré y de mi bolso saqué una pequeña cantimplora de agua para lavar las cerezas y darle a Pelusa. En eso saqué una varita que empezó a alumbrar con tono cálido.
-¡Conseguí cerezas si quieren!- grité no muy alto porque realmente no hacía falta, no estábamos tan lejos.
_____
Off
Notita: Mi ficha de personaje no se actualiza desde el 2017 asi que no es demasiado fiable xD
Datos medio actualizados: 14 años, ya no tiene el drama paterno, y actualmente se dedica a buscar aventuras con Pelusa.
Sorry por no tener eso actualizado
Unas pequeñas bolitas rojas se escondían no muy lejos de nosotros tras unos arbustos. Pensé en ir a buscarlas a ver si podrían ser las preciadas fresas de Pelusa pero también me parecía feo alejarme por ellas sin decir nada.
Volví a mirar a los chicos y chicas que estaban y escuché la explicación de que probablemente el primero de ellos no era inofensivo. Me abracé de Pelusa mientras lo escuchaba; me parecía un poco frío y malo por atacar así de directo al oso, pero no podía negar que fuese apuesto; de hecho el boqui sangriento también era lindo. Uh… ¿Qué estaba diciendo? Ajá los nombres Ren, Tina, Mina y el boquisangre porque no dijo su nombre. Uh y que Mina y Tina no se quedan atrás con lo bonitas…
Espera ya ba… no estaba prestando tanta atención pensando en lo bellos que somos todos pero ¿Ren dijo algo de fresas? ¿Algo de mi cuerpo frágil? Bueno tampoco es que él fuese un vikingo pero sí, probablemente sí me empuja me medio muero pero … Okey ya, dejemos de pensar tanto y hablemos porque seguramente me veo rara abrazando a Pelusa y mirándolos a todos intrigada.
-Me llamo Magazubi- dije mirando fijo a Ren que fue el que preguntó; y luego sí me dirigí a todos -Él es Pelusa- dije haciéndole cariñito bajo las orejas; Pelusa se ponía todo tierno cuando hacía eso porque le daba cosquillas.
-No entendí lo de caerte en gracia pero gracias- le dije al joven y me bajé de Pelusa.
-Vamos, creo que conseguí algo- le dije a mi aion y me alejé del grupo por las bolitas rojas de los arbustos cercanos. Las agarré y de mi bolso saqué una pequeña cantimplora de agua para lavar las cerezas y darle a Pelusa. En eso saqué una varita que empezó a alumbrar con tono cálido.
-¡Conseguí cerezas si quieren!- grité no muy alto porque realmente no hacía falta, no estábamos tan lejos.
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Notita: Mi ficha de personaje no se actualiza desde el 2017 asi que no es demasiado fiable xD
Datos medio actualizados: 14 años, ya no tiene el drama paterno, y actualmente se dedica a buscar aventuras con Pelusa.
Sorry por no tener eso actualizado
Magazubi
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Re: Deseo de venganza a la luz de la luna [4/4]
Escuche atentamente las palabras de todos los presentes con algo de intriga, la verdad es que eran criaturas extrañas, todos ellos, hacía mucho tiempo que no me topaba con personas así, y menos con varios a la vez.
- No es que me importe la vida de un oso pero no estoy de acuerdo con vuestros argumentos igualmente. En primer lugar, repito que podría haber sido espantado, no tendría porque haber habido derramamiento de sangre, pero al parecer eso es algo inconcebible para los de mi raza - dije mirando con una ceja levantada hacia el licántropo - me parece honorable que hayas defendido a la chica que en realidad podría haberse defendido solita por lo que puedo observar pero esa bestia no tiene la capacidad de raciocinio de la que disponemos nosotros para elegir, básicamente ha muerto por la incompetencia de aquellos que si la tienen. Pero es igual, de verdad, no he aparecido aquí como el defensor de los bosques, estas cosas pasan, pero me gustaría que las personas les dieran dos vueltas a las cosas antes de pensar que su verdad es la absoluta y que no se podía hacer de otra forma.
A pesar de que era una persona callada, de alguna forma, esos personajes habían conseguido que soltase de primeras un discursito, pero no podía evitarlo, era como intentar que un alcohólico no beba cuando tiene una botella abierta y a medio acabar en la mano.
-Igualmente, encantado, Tina, Mina, Megazubi, Pelusa y... lobo impulsivo. Hmmm, perdona mi impertinencia pero tu poco reservada violencia y tu apariencia dice mucho ¿Te han echado del clan? ¿Los vampiros mataron a tus seres queridos? ¿Desafiaste al Alfa y te dio una buena paliza y tuviste que escapar? Que carajos hace un Lican como tú por aquí, me intriga ¿Cómo es que parece que estas a punto de desfallecer si estas diseñado para ser una perfecta máquina de caza? ¿Te criaste en la ciudad rodeado de facilidades y tus instintos se apagaron? Cuéntame por favor si no es molestia, no me gustaría tener que enzarzarme contigo, todavía no se que clase de lobo eres y pareces bastante sospechoso ¿Eres un prófugo?
No sabía que demonios me estaba pasando, mis impertinentes palabras no podían dejar de salir por mi boca a pesar de que habían pasado semanas o meses desde la última vez que la abrí para articular algo con sentido. Algo en mi despertaba una enorme curiosidad y me era completamente imposible contenerla aunque con ella viniese un alud de posibles faltas de respeto. Tampoco me importaba mucho, necesitaba saber quien era ese tipo e iba a observar en su lenguaje no verbal cuál de mis conjeturas le molestaba más para adivinar por mi mismo si había dado en el clavo con alguna de las cosas que había dicho. De cualquier forma dudaba mucho que ese muchacho fuese a enfrentarme, y menos en su estado, no es que pareciera menos fuerte o hábil que yo, es que simplemente no me podría seguir el ritmo en su estando tan demacrado y algo en mi instinto me decía que mi estilo de combate, en caso de tener que mostrarlo, era el más efectivo contra personas tan impulsivas como él pues me encantaba aprovechar la fuerza de los demás en mi propio beneficio ¿Quién lo diría verdad? Viniendo de un lobo. Pero los ahí presentes todavía no sabían que se encontraban ante uno de los Lican más extravagantes que rondaba por los lares. Mi mentalidad y educación era completamente contraria a los de mis iguales, me solía llevar mucho mejor con los elfos. Ellos si entendían la profundidad de la realidad y ver más allá de lo que simplemente podemos percibir y pensar.
-Perdonar, tampoco es mi intención faltar el respeto de nadie pero,¿Vosotras dos sois brujas o algo por el estilo?
Dije mientras Megazubi se iba directa a por las fresas. Me encogí de hombros, no sabía quien era el más raro de todos la verdad. Parecía que cada uno de nosotros vivía en un mundo paralelo y separado del de los demás.
- Se podría decir que soy un lobo solitario, pero más que eso, soy un lobo diferente, los lobos solitarios abundan. Lo que hago aquí es buscar respuestas, sobre mi mismo y sobre este mundo. Solo me importan las respuestas, las relaciones o el dinero por ahora son indiferentes para mí. Solo se que este mundo esta lleno de oscuridad e ignorancia y que es nuestro deber iluminar el camino hacia la verdad, no puedo verlo de otra manera. Estaba meditando en uno de mis sitios favoritos cuando habéis aparecido montando todo esto, me llamasteis la atención y decidí intervenir
- No es que me importe la vida de un oso pero no estoy de acuerdo con vuestros argumentos igualmente. En primer lugar, repito que podría haber sido espantado, no tendría porque haber habido derramamiento de sangre, pero al parecer eso es algo inconcebible para los de mi raza - dije mirando con una ceja levantada hacia el licántropo - me parece honorable que hayas defendido a la chica que en realidad podría haberse defendido solita por lo que puedo observar pero esa bestia no tiene la capacidad de raciocinio de la que disponemos nosotros para elegir, básicamente ha muerto por la incompetencia de aquellos que si la tienen. Pero es igual, de verdad, no he aparecido aquí como el defensor de los bosques, estas cosas pasan, pero me gustaría que las personas les dieran dos vueltas a las cosas antes de pensar que su verdad es la absoluta y que no se podía hacer de otra forma.
A pesar de que era una persona callada, de alguna forma, esos personajes habían conseguido que soltase de primeras un discursito, pero no podía evitarlo, era como intentar que un alcohólico no beba cuando tiene una botella abierta y a medio acabar en la mano.
-Igualmente, encantado, Tina, Mina, Megazubi, Pelusa y... lobo impulsivo. Hmmm, perdona mi impertinencia pero tu poco reservada violencia y tu apariencia dice mucho ¿Te han echado del clan? ¿Los vampiros mataron a tus seres queridos? ¿Desafiaste al Alfa y te dio una buena paliza y tuviste que escapar? Que carajos hace un Lican como tú por aquí, me intriga ¿Cómo es que parece que estas a punto de desfallecer si estas diseñado para ser una perfecta máquina de caza? ¿Te criaste en la ciudad rodeado de facilidades y tus instintos se apagaron? Cuéntame por favor si no es molestia, no me gustaría tener que enzarzarme contigo, todavía no se que clase de lobo eres y pareces bastante sospechoso ¿Eres un prófugo?
No sabía que demonios me estaba pasando, mis impertinentes palabras no podían dejar de salir por mi boca a pesar de que habían pasado semanas o meses desde la última vez que la abrí para articular algo con sentido. Algo en mi despertaba una enorme curiosidad y me era completamente imposible contenerla aunque con ella viniese un alud de posibles faltas de respeto. Tampoco me importaba mucho, necesitaba saber quien era ese tipo e iba a observar en su lenguaje no verbal cuál de mis conjeturas le molestaba más para adivinar por mi mismo si había dado en el clavo con alguna de las cosas que había dicho. De cualquier forma dudaba mucho que ese muchacho fuese a enfrentarme, y menos en su estado, no es que pareciera menos fuerte o hábil que yo, es que simplemente no me podría seguir el ritmo en su estando tan demacrado y algo en mi instinto me decía que mi estilo de combate, en caso de tener que mostrarlo, era el más efectivo contra personas tan impulsivas como él pues me encantaba aprovechar la fuerza de los demás en mi propio beneficio ¿Quién lo diría verdad? Viniendo de un lobo. Pero los ahí presentes todavía no sabían que se encontraban ante uno de los Lican más extravagantes que rondaba por los lares. Mi mentalidad y educación era completamente contraria a los de mis iguales, me solía llevar mucho mejor con los elfos. Ellos si entendían la profundidad de la realidad y ver más allá de lo que simplemente podemos percibir y pensar.
-Perdonar, tampoco es mi intención faltar el respeto de nadie pero,¿Vosotras dos sois brujas o algo por el estilo?
Dije mientras Megazubi se iba directa a por las fresas. Me encogí de hombros, no sabía quien era el más raro de todos la verdad. Parecía que cada uno de nosotros vivía en un mundo paralelo y separado del de los demás.
- Se podría decir que soy un lobo solitario, pero más que eso, soy un lobo diferente, los lobos solitarios abundan. Lo que hago aquí es buscar respuestas, sobre mi mismo y sobre este mundo. Solo me importan las respuestas, las relaciones o el dinero por ahora son indiferentes para mí. Solo se que este mundo esta lleno de oscuridad e ignorancia y que es nuestro deber iluminar el camino hacia la verdad, no puedo verlo de otra manera. Estaba meditando en uno de mis sitios favoritos cuando habéis aparecido montando todo esto, me llamasteis la atención y decidí intervenir
Ren Damaru
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Re: Deseo de venganza a la luz de la luna [4/4]
Mina lucía como si no estuviera prestando atención a la conversación que se había entablado entre los licántropos, pero oh, ella había escuchado cada una de las palabras. Se sintió irritada, ofendida con el atrevimiento de aquel muchachito con aires de grandeza y superioridad moral.
Se levantó y sacudió el polvo de las rodillas, resopló y miró con fastidio al licántropo que llegó de último -¿Ren? ¿Así te llamas? Me parece que eres más citadino que yo, mi príncipe, ¿seguro eres un licántropo?- le dijo, mirándolo con una ceja enarcada, de los pies a la cabeza. El gesto de desprecio en su rostro era evidente y ella no hizo nada para disimularlo -Parece que eres bien bueno para emitir juicios sin tener ni idea de lo que ha ocurrido... mira dónde estamos, es el bosque, aquí no sirve espantar al oso; es enorme, fuerte y tiene hambre. ¿Crees que con un shú shú shú nos vamos a librar de él? Tina y yo corrimos medio Aerandir escapando y nos alcanzó, estoy segura que nada iba a ahuyentarlo... eres tú el que está parado en que su verdad es la absoluta, viniendo a dar soluciones alternativas a una situación que desconoces por completo- le dijo, avanzando hacia él.
De repente, con cada paso que daba, la bruja se iba haciendo más grande, más tenebrosa y sombría. Su rostro se veía oscuro mientras que sus ojos brillaban amarillos. -¿Quién te crees para tratar así a Largo? Él no tiene que decirte absolutamente nada de su vida, ni su nombre ni por qué esta aquí así, no te metas con él pues no es de quien debes temer- añadió. La sombra tras la bruja tomó forma de una serpiente que se levantó y siseó amenazante. La fuerza mágica que emanaba la hacía intimidante y si bien los licántropos no podrían percibir la magia como un brujo o un elfo, sí percibirían lo peligrosa que se estaba tornando aquella pequeña y menuda mujer, pero Tina no sentía ni un poquito de miedo, sonreía ampliamente pues conocía la artimaña de la ilusionista. Y tal vez Magazubi no vería nada de aquello por ser una bruja poderosísima, o si lo veía, posiblemente se daría cuenta que era todo una perfecta ilusión.
La pequeña bruja sacó a Mina de su trance cuando ofreció cerezas, las sombras desaparecieron y la ilusionista volvió a su apariencia normal -¡Sí! Sí quiero- exclamó Tina, corriendo hacia la adolescente. Mina lanzó una última mirada al impertinente de Ren mientras se acercaba al otro licántropo. Era odioso pero bien parecido. -Sin embargo, tengo las mismas dudas que él. No tienes que contar la historia de tu vida, pero ya conoces nuestros nombres, ¿cuál es el tuyo? Partamos por ahí- le dijo, parándose frente al larguirucho, con los brazos en jarra mientras lo observaba con detenimiento. Ostentaba una belleza salvaje aquel lobo, con razón le había alterado la hormona a la chicadreja.
Se levantó y sacudió el polvo de las rodillas, resopló y miró con fastidio al licántropo que llegó de último -¿Ren? ¿Así te llamas? Me parece que eres más citadino que yo, mi príncipe, ¿seguro eres un licántropo?- le dijo, mirándolo con una ceja enarcada, de los pies a la cabeza. El gesto de desprecio en su rostro era evidente y ella no hizo nada para disimularlo -Parece que eres bien bueno para emitir juicios sin tener ni idea de lo que ha ocurrido... mira dónde estamos, es el bosque, aquí no sirve espantar al oso; es enorme, fuerte y tiene hambre. ¿Crees que con un shú shú shú nos vamos a librar de él? Tina y yo corrimos medio Aerandir escapando y nos alcanzó, estoy segura que nada iba a ahuyentarlo... eres tú el que está parado en que su verdad es la absoluta, viniendo a dar soluciones alternativas a una situación que desconoces por completo- le dijo, avanzando hacia él.
De repente, con cada paso que daba, la bruja se iba haciendo más grande, más tenebrosa y sombría. Su rostro se veía oscuro mientras que sus ojos brillaban amarillos. -¿Quién te crees para tratar así a Largo? Él no tiene que decirte absolutamente nada de su vida, ni su nombre ni por qué esta aquí así, no te metas con él pues no es de quien debes temer- añadió. La sombra tras la bruja tomó forma de una serpiente que se levantó y siseó amenazante. La fuerza mágica que emanaba la hacía intimidante y si bien los licántropos no podrían percibir la magia como un brujo o un elfo, sí percibirían lo peligrosa que se estaba tornando aquella pequeña y menuda mujer, pero Tina no sentía ni un poquito de miedo, sonreía ampliamente pues conocía la artimaña de la ilusionista. Y tal vez Magazubi no vería nada de aquello por ser una bruja poderosísima, o si lo veía, posiblemente se daría cuenta que era todo una perfecta ilusión.
La pequeña bruja sacó a Mina de su trance cuando ofreció cerezas, las sombras desaparecieron y la ilusionista volvió a su apariencia normal -¡Sí! Sí quiero- exclamó Tina, corriendo hacia la adolescente. Mina lanzó una última mirada al impertinente de Ren mientras se acercaba al otro licántropo. Era odioso pero bien parecido. -Sin embargo, tengo las mismas dudas que él. No tienes que contar la historia de tu vida, pero ya conoces nuestros nombres, ¿cuál es el tuyo? Partamos por ahí- le dijo, parándose frente al larguirucho, con los brazos en jarra mientras lo observaba con detenimiento. Ostentaba una belleza salvaje aquel lobo, con razón le había alterado la hormona a la chicadreja.
Mina Harker
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Re: Deseo de venganza a la luz de la luna [4/4]
Mientras la niña que acababa de aparecer acompañada de un aion ofrecía cerezas, Ren siguió con su discurso de antes. Suen tenía sentimientos encontrados, pues si bien lo que decía le parecía totalmente moralista y absurdo cuanto menos, también es cierto que nunca había visto a un licántropo que se preocupara por vidas ajenas, lo cual le agradaba un poco. Para la mayoría de hombres lobo esto es algo totalmente irrelevante, y a Suen le daba la sensación de que Ren le estaba metiendo dentro de esa mayoría (cosa con la que Suen no estaba de acuerdo, pues había conocido a muchos licántropos mucho más salvajes y agresivos que él).
La cara de Suen aún expresaba algo de agonía, sobre todo porque tenía un animal muerto delante suyo por primera vez en mucho tiempo y no veía el momento de comérselo, pero esto no impidió que disfrutara de lo lindo ver como Mina le ponía los puntos sobre las íes a aquel licántropo. Estaba claro que era una chica con carácter, además de una bruja poderosa.
Sorprendentemente, Ren sintió curiosidad sobre su pasado y el por qué de su situación (algo que no tenía del todo claro responder). Pero cuando fue Mina quién le preguntó acerca de esto, respondió sin pensarlo demasiado.
-Bueno, mi nombre es Suen.-comenzó-El por que estoy aquí, bueno... es una historia algo larga pero la resumiré lo máximo posible. Yo provengo de un clan de "La Manada" un grupo de licántropos que abogan por la superioridad de la sangre pura y del cual mi abuelo era el líder. El caso es que cuando se enteraron de que yo era un mestizo (ya que mi padre era humano), mataron a mi madre por reproducirse con un ser humano. A mi también intentaron ejecutarme, pero conseguí escapar. Desde entonces he jurado venganza, pero de momento no me quedaba más opción que huir y eso hice. Me fui de la arboleda central y me vine aquí, a los bosques del este. De eso hace algo más de un mes, y como estoy acostumbrado a cazar en grupo y encima no soy muy buen cazador lo he pasado un poco mal para conseguir comida.
-Y no, los vampiros no mataron a mis seres queridos.-dijo dirigiéndose solo a Ren esta vez, con algo de desprecio-Solo me intentaron chupar la sangre hasta que no me quedara nada ¿no te parece ese suficiente motivo para atacarles, señor "me importan todas las vidas de este mundo"? De matar a mis seres queridos ya se encarga mi familia. Eres tú el que parece que te has criado en una ciudad.
La cara de Suen aún expresaba algo de agonía, sobre todo porque tenía un animal muerto delante suyo por primera vez en mucho tiempo y no veía el momento de comérselo, pero esto no impidió que disfrutara de lo lindo ver como Mina le ponía los puntos sobre las íes a aquel licántropo. Estaba claro que era una chica con carácter, además de una bruja poderosa.
Sorprendentemente, Ren sintió curiosidad sobre su pasado y el por qué de su situación (algo que no tenía del todo claro responder). Pero cuando fue Mina quién le preguntó acerca de esto, respondió sin pensarlo demasiado.
-Bueno, mi nombre es Suen.-comenzó-El por que estoy aquí, bueno... es una historia algo larga pero la resumiré lo máximo posible. Yo provengo de un clan de "La Manada" un grupo de licántropos que abogan por la superioridad de la sangre pura y del cual mi abuelo era el líder. El caso es que cuando se enteraron de que yo era un mestizo (ya que mi padre era humano), mataron a mi madre por reproducirse con un ser humano. A mi también intentaron ejecutarme, pero conseguí escapar. Desde entonces he jurado venganza, pero de momento no me quedaba más opción que huir y eso hice. Me fui de la arboleda central y me vine aquí, a los bosques del este. De eso hace algo más de un mes, y como estoy acostumbrado a cazar en grupo y encima no soy muy buen cazador lo he pasado un poco mal para conseguir comida.
-Y no, los vampiros no mataron a mis seres queridos.-dijo dirigiéndose solo a Ren esta vez, con algo de desprecio-Solo me intentaron chupar la sangre hasta que no me quedara nada ¿no te parece ese suficiente motivo para atacarles, señor "me importan todas las vidas de este mundo"? De matar a mis seres queridos ya se encarga mi familia. Eres tú el que parece que te has criado en una ciudad.
Suen
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Re: Deseo de venganza a la luz de la luna [4/4]
Ren seguía un poco intenso con el tema del oso, cosa que le quitaba puntos de lindo, pero lo que era el colmo era que había pronunciado mi nombre mal -Magazubi- repetí para disipar sus dudas.
El joven recién llegado parecía tener intenciones de hacer incómoda e intrusiva su llegada así que antes de que me provocara darle un palazo por la cabeza me alejé en busca de las cerezas sin contestar su pregunta.
Después de agarrar un puñito de cerezas y alimentar un poquito a mi aion le pedí el favor que sostuviera con su boquita la varita luminosa para yo poder cargar más cerezas con mis dos manos y llevarlas lavaditas a todos.
Al parecer ya Mina le estaba dando una lección a Ren, el aura que esta chica desprendía era muy muy oscura, sin saber demasiado el porqué me ericé, pero no pude evitar esbozar una sonrisa. I like it. Definitivamente aquella chica era genial.
Irrumpí un poco con su lección al preguntar si querían cerezas y me fui acercando a ellos con las manos llenas, y con Pelusa detrás de mi alumbrando.
Le ofrecí cerezas a Tina primero que fue la que manifestó más entusiasmo, luego a Mina, al boquisangre que ahora se presentaba como Suen y a Ren.
-Están sabrosas- dije motivándolos a comer -Y si no me creen pueden darme a mí- abrí la boca por unos segundos por si alguno dudaba de mis buenas intenciones y querían ver si moría envenenada o algo por el estilo.
...
La historia de Suen estaba bastante triste, y la verdad es que inicialmente me parecía insólito que un hombre lobo no supiera cazar pero después recordé que hace unos años yo era una bruja que no sabía hacer magia. Tenía que hacer algo, había que ayudar a Suen y darle una buena cena, no unas simples cerezas.
-Por cierto… Creo que deberíamos ir a algún sitio …- le comenté a todos y luego miré a mis alrededores -... un poco menos a la deriva- hice una pausa.
-¿Mina, Tina ustedes iban a algún sitio?- luego miré a Ren -¿Conoces alguna posada cercana? A lo mejor podríamos pasar la noche ahí… - después miré a Suen -Allá podríamos ayudarte. Seguramente Tina y Mina estarían encantadas en bañarte y enjabonarte todito; y si tienen inconvenientes yo te puedo bañar sin problema, lo que pasa es que ahorita pensaba llegar y preparar comida rica para todos. Sé cocinar muy bien- dije con una sonrisa -Además no me gustaría pasar la noche por aquí, no vaya a ser que me consiga con algún lobo feroz que me quiera hacer daño, ¿verdad Ren?- le piqué el ojo y le gruñí coqueta y divertida -Grrrrrrr- me reí un poco y terminé diciendo -Además es un plan perfecto, ustedes nos defienden como unos caballeros y nosotras los consentimos con comida ¿Qué podría salir mal?-
El joven recién llegado parecía tener intenciones de hacer incómoda e intrusiva su llegada así que antes de que me provocara darle un palazo por la cabeza me alejé en busca de las cerezas sin contestar su pregunta.
Después de agarrar un puñito de cerezas y alimentar un poquito a mi aion le pedí el favor que sostuviera con su boquita la varita luminosa para yo poder cargar más cerezas con mis dos manos y llevarlas lavaditas a todos.
Al parecer ya Mina le estaba dando una lección a Ren, el aura que esta chica desprendía era muy muy oscura, sin saber demasiado el porqué me ericé, pero no pude evitar esbozar una sonrisa. I like it. Definitivamente aquella chica era genial.
Irrumpí un poco con su lección al preguntar si querían cerezas y me fui acercando a ellos con las manos llenas, y con Pelusa detrás de mi alumbrando.
Le ofrecí cerezas a Tina primero que fue la que manifestó más entusiasmo, luego a Mina, al boquisangre que ahora se presentaba como Suen y a Ren.
-Están sabrosas- dije motivándolos a comer -Y si no me creen pueden darme a mí- abrí la boca por unos segundos por si alguno dudaba de mis buenas intenciones y querían ver si moría envenenada o algo por el estilo.
...
La historia de Suen estaba bastante triste, y la verdad es que inicialmente me parecía insólito que un hombre lobo no supiera cazar pero después recordé que hace unos años yo era una bruja que no sabía hacer magia. Tenía que hacer algo, había que ayudar a Suen y darle una buena cena, no unas simples cerezas.
-Por cierto… Creo que deberíamos ir a algún sitio …- le comenté a todos y luego miré a mis alrededores -... un poco menos a la deriva- hice una pausa.
-¿Mina, Tina ustedes iban a algún sitio?- luego miré a Ren -¿Conoces alguna posada cercana? A lo mejor podríamos pasar la noche ahí… - después miré a Suen -Allá podríamos ayudarte. Seguramente Tina y Mina estarían encantadas en bañarte y enjabonarte todito; y si tienen inconvenientes yo te puedo bañar sin problema, lo que pasa es que ahorita pensaba llegar y preparar comida rica para todos. Sé cocinar muy bien- dije con una sonrisa -Además no me gustaría pasar la noche por aquí, no vaya a ser que me consiga con algún lobo feroz que me quiera hacer daño, ¿verdad Ren?- le piqué el ojo y le gruñí coqueta y divertida -Grrrrrrr- me reí un poco y terminé diciendo -Además es un plan perfecto, ustedes nos defienden como unos caballeros y nosotras los consentimos con comida ¿Qué podría salir mal?-
Magazubi
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Re: Deseo de venganza a la luz de la luna [4/4]
Cerré los ojos mientras los presentes, uno a uno, me daban su opinión, cada uno a su forma, también he de decir. Parecían molestos, pero no me importaba, yo sabía a que me refería y la verdad es que lo raro era que alguien me entendiera, no era la primera vez y estaba muy acostumbrado a la hostilidad de cualquier ser vivo ante mi forma de ver las cosas. No iba a cambiarlos, tampoco iba a defender más mi punto de vista, se trataba de algo fútil y sin mucha importancia. Hacer amigos no era mi fuerte y ahora que recuerdo hacer amigos tampoco era algo que me gustara, la gente solía decepcionar a la mínima de cambio. Me pregunté en ese momento porque me despertaban la atención esas personas, solo sabía que eran un poco raros, pero bien podrían ser ellos los peligrosos aunque esta vez no me picaba la nariz.
-Mina, por favor, no te confundas conmigo. Crecí en un sótano oscuro en lo profundo de un bosque, no conozco los clanes ni si me parezco tanto a alguien de ciudad, lo siento si mis formas te recuerdan a alguien criado en esas facilidades pero la verdad es que conozco poco de este mundo y si soy tan interrogante es precisamente porque no tengo la facilidad de los demás para leer las intenciones de las personas. Por lo menos tu querido Largo sabe lo que es una familia, no tengo nada por lo que disculparme, mi más sincero pésame pero este caballero por lo menos entiende lo que significa el afecto, por mi parte solo puedo decir que... - me fijé en las formas que se dibujaban en su espalda - eso, precisamente eso es lo único que conozco de este mundo, el veneno y la traición. Y... ¿En serio estas intentando intimidarme cuando me acabas de reconocer que estabas escapando de un osito? Venga, no te enfades conmigo, al fin y al cabo el mismo ha decidido contarme la historia y podría haberse quedado callado o mandarme a pastar, no hay necesidad de conflicto, ya tengo parte de la información que necesitaba para crear el perfil de cada uno.
¿Aquel truco era capaz de asustar a alguien? Tal vez, pero me parecía un poco insultante que lo hiciera con esa intención, para mí lo único que demostraba aquello era que se estaba enfadada y me costaba entender como alguien podía ponerse así por otra persona que acaba de conocer. Largo... vaya mote le había puesto, no somos perros dios mío, así es como llamaría a mi gato si tuviera uno. Me reí para mis adentros mientras me imaginaba un gato muy largo y estirado.
-Tu tampoco te equivoques Suen. Los vampiros son los seres que más me han mostrado la verdadera oscuridad que asola estas tierras. Por el momento no he conocido ninguno que a mi juicio no se merezca la ejecución instantánea. No quiero generalizar pero esas sanguijuelas nocturnas son educadas de alguna forma muy extraña para que todos sean tan desesperadamente malintencionados. Con gusto cazaría alguna que otra cabellera de vampiro si se me presentara la ocasión.
Ese chico tenía demasiada rabia acumulada y si no era capaz de contenerse su vida podría acabar muy pronto porque su ira no estaba a la altura de sus habilidades. Yo no era nadie para juzgar sus aptitudes pero claro, yo no pretendía tomar venganza de nadie en esa condición. Antes que nada tendría que aprender a cazar, aunque lo lleva en la sangre, solo tenía que aprender a concentrarse, no hay licántropo que no pueda mantenerse por si mismo y esperar poder vencer a un vampiro.
-Magazubi, perdona jajajaja no se como he podido confundirme. Juraría que hay una especie de posada en la entrada del bosque, pero hay que caminar un poco, otra opción sería ir a mi casa, la construí hace no mucho por la zona, pero la verdad es que no soy tan confiado como para invitarlos a todos ¿Qué os parece si nos conocemos primero en esa posada y comemos algo que no sea oso recién muerto? ¿Qué te parece Suen?¿Tienes hambre verdad? Si nos llevamos al animal estoy seguro de que nos podrán dar algo a cambio.
Dije señalando al oso antes de encogerme de hombros, ir a una posada a conocerse no era mala idea, total, ya me había enredado hablando con ellos.
-Mina, por favor, no te confundas conmigo. Crecí en un sótano oscuro en lo profundo de un bosque, no conozco los clanes ni si me parezco tanto a alguien de ciudad, lo siento si mis formas te recuerdan a alguien criado en esas facilidades pero la verdad es que conozco poco de este mundo y si soy tan interrogante es precisamente porque no tengo la facilidad de los demás para leer las intenciones de las personas. Por lo menos tu querido Largo sabe lo que es una familia, no tengo nada por lo que disculparme, mi más sincero pésame pero este caballero por lo menos entiende lo que significa el afecto, por mi parte solo puedo decir que... - me fijé en las formas que se dibujaban en su espalda - eso, precisamente eso es lo único que conozco de este mundo, el veneno y la traición. Y... ¿En serio estas intentando intimidarme cuando me acabas de reconocer que estabas escapando de un osito? Venga, no te enfades conmigo, al fin y al cabo el mismo ha decidido contarme la historia y podría haberse quedado callado o mandarme a pastar, no hay necesidad de conflicto, ya tengo parte de la información que necesitaba para crear el perfil de cada uno.
¿Aquel truco era capaz de asustar a alguien? Tal vez, pero me parecía un poco insultante que lo hiciera con esa intención, para mí lo único que demostraba aquello era que se estaba enfadada y me costaba entender como alguien podía ponerse así por otra persona que acaba de conocer. Largo... vaya mote le había puesto, no somos perros dios mío, así es como llamaría a mi gato si tuviera uno. Me reí para mis adentros mientras me imaginaba un gato muy largo y estirado.
-Tu tampoco te equivoques Suen. Los vampiros son los seres que más me han mostrado la verdadera oscuridad que asola estas tierras. Por el momento no he conocido ninguno que a mi juicio no se merezca la ejecución instantánea. No quiero generalizar pero esas sanguijuelas nocturnas son educadas de alguna forma muy extraña para que todos sean tan desesperadamente malintencionados. Con gusto cazaría alguna que otra cabellera de vampiro si se me presentara la ocasión.
Ese chico tenía demasiada rabia acumulada y si no era capaz de contenerse su vida podría acabar muy pronto porque su ira no estaba a la altura de sus habilidades. Yo no era nadie para juzgar sus aptitudes pero claro, yo no pretendía tomar venganza de nadie en esa condición. Antes que nada tendría que aprender a cazar, aunque lo lleva en la sangre, solo tenía que aprender a concentrarse, no hay licántropo que no pueda mantenerse por si mismo y esperar poder vencer a un vampiro.
-Magazubi, perdona jajajaja no se como he podido confundirme. Juraría que hay una especie de posada en la entrada del bosque, pero hay que caminar un poco, otra opción sería ir a mi casa, la construí hace no mucho por la zona, pero la verdad es que no soy tan confiado como para invitarlos a todos ¿Qué os parece si nos conocemos primero en esa posada y comemos algo que no sea oso recién muerto? ¿Qué te parece Suen?¿Tienes hambre verdad? Si nos llevamos al animal estoy seguro de que nos podrán dar algo a cambio.
Dije señalando al oso antes de encogerme de hombros, ir a una posada a conocerse no era mala idea, total, ya me había enredado hablando con ellos.
Ren Damaru
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Re: Deseo de venganza a la luz de la luna [4/4]
Mina escuchó atenta a Suen. ¿Desde cuándo la ilusionista se interesaba por los demás? Sin duda era influencia de Tina, desde que la bestial viajaba con ella, la bruja se había ablandado sin darse cuenta. ¡Qué fastidio! Yo quería una bruja desdeñosa y caótica, no un cacho e'pan. Total, que la triste historia del pobre Suen le conmovió un poquito. Ella era una mestiza de cierta manera pues aunque sus padres eran brujos, provenían de familias con antiguas tradiciones y reglas que sus padres rompieron para estar juntos. Ambas familias estuvieron en desacuerdo al principio y hubo fuertes oposiciones, grandes amenazas de desheredar y repudiar que nunca llegaron a cumplirse, pero jamás una de asesinato. A la pobre madre de Largo la mataron por engendrar con un humano y él apenas y pudo escapar. No se le ocurrió qué decir, así que solo lo miró con pesar.
No así a Ren. Él también contó su triste historia -¿Es que acá nadie viene de una familia amorosa y feliz? ¡Todos tienen historias trágicas y traumáticas!- pensó mientras el irritante muchachito iba erre que erre con la maldad y crueldad del mundo. -Para haber pasado casi toda tu vida encerrado en un sótano alimentándote de los horrores de la existencia, hablas bastante articulado- se burló sin empatizar ni un poquito con él. Ya había decidido que por el momento, él no le agradaba, decisión que confirmó cuando habló de los vampiros. Ahí sí que se enojó la bruja, se metieron con la raza de su queridísimo Lorenzo y eso sí que le enfadaba. Con lo buena persona que era el vampiro de la sensual melena.
Iba a reprenderlo, a decirle lo incongruente e hipócrita que quedaba. Es que venir hablando de hacer las cosas diferente, de echarle seso a las situaciones, de no ir con la violencia por la vida, para luego ir haciendo juicios de los demás y diciendo sus ignorantes opiniones como verdades irrefutables, pero cuando mencionó que había una posada cerca, su mente se fue a blanco. -¿Posada? ¿Hay cerca una posada? ¿Cómo así?- preguntó y miró a Tina con perplejidad.
Tina recibió emocionada las cerezas por parte de Magazubi y se divertía de lo lindo echándole unas en la boca. Pelusa se unió al juego después, cuando Magita comenzó a hablar, así que se abstrajo de la situación. Sí, dispersa era una de las tantas palabras de describían a la chicadreja. Solo volvió a la conversación cuando Magita mencionó algo de bañar a Suen. -¡Sí! ¡Claro! ¡Con mucho gusto!- exclamó y fue corriendo a abrazarle la pierna al licántropo. Pero una enfurecida Mina se interpuso en su camino. -¡Me dijiste que por aquí no habían posadas! ¡Me has hecho dormir a la intemperie 3 días! ¡Tengo tierra y hojas en lugares a donde no deberían llegar! ¡Me han atrapado zarzas! ¡Perseguido osos! ¡Aleccionado lobos que recién salieron de un hueco! ¡¿Por qué Tina?! ¿Por qué?- se quejó la bruja dando pisotones al pobre suelo que no tenía la culpa. El silencio de la chicadreja hizo caer en cuenta a Mina de la verdad -...no tienes ni idea de dónde estamos... ¿cierto?- reveló la bruja en voz baja.
Sintió ganas de ahorcarla, pero más ganas tenía de bañarse. Carraspeó y se acomodó la ropa, volviendo a la compostura -Apruebo la idea de ir a la posada. Suen, lleva al oso y no te preocupes por la cena, ya falta poco para que te des el banquete de tu vida- aseguró -Pero eso sí, yo no cocino, no me querrán cerca de un fogón- añadió y apremió a todos a moverse.
No así a Ren. Él también contó su triste historia -¿Es que acá nadie viene de una familia amorosa y feliz? ¡Todos tienen historias trágicas y traumáticas!- pensó mientras el irritante muchachito iba erre que erre con la maldad y crueldad del mundo. -Para haber pasado casi toda tu vida encerrado en un sótano alimentándote de los horrores de la existencia, hablas bastante articulado- se burló sin empatizar ni un poquito con él. Ya había decidido que por el momento, él no le agradaba, decisión que confirmó cuando habló de los vampiros. Ahí sí que se enojó la bruja, se metieron con la raza de su queridísimo Lorenzo y eso sí que le enfadaba. Con lo buena persona que era el vampiro de la sensual melena.
Iba a reprenderlo, a decirle lo incongruente e hipócrita que quedaba. Es que venir hablando de hacer las cosas diferente, de echarle seso a las situaciones, de no ir con la violencia por la vida, para luego ir haciendo juicios de los demás y diciendo sus ignorantes opiniones como verdades irrefutables, pero cuando mencionó que había una posada cerca, su mente se fue a blanco. -¿Posada? ¿Hay cerca una posada? ¿Cómo así?- preguntó y miró a Tina con perplejidad.
Tina recibió emocionada las cerezas por parte de Magazubi y se divertía de lo lindo echándole unas en la boca. Pelusa se unió al juego después, cuando Magita comenzó a hablar, así que se abstrajo de la situación. Sí, dispersa era una de las tantas palabras de describían a la chicadreja. Solo volvió a la conversación cuando Magita mencionó algo de bañar a Suen. -¡Sí! ¡Claro! ¡Con mucho gusto!- exclamó y fue corriendo a abrazarle la pierna al licántropo. Pero una enfurecida Mina se interpuso en su camino. -¡Me dijiste que por aquí no habían posadas! ¡Me has hecho dormir a la intemperie 3 días! ¡Tengo tierra y hojas en lugares a donde no deberían llegar! ¡Me han atrapado zarzas! ¡Perseguido osos! ¡Aleccionado lobos que recién salieron de un hueco! ¡¿Por qué Tina?! ¿Por qué?- se quejó la bruja dando pisotones al pobre suelo que no tenía la culpa. El silencio de la chicadreja hizo caer en cuenta a Mina de la verdad -...no tienes ni idea de dónde estamos... ¿cierto?- reveló la bruja en voz baja.
Sintió ganas de ahorcarla, pero más ganas tenía de bañarse. Carraspeó y se acomodó la ropa, volviendo a la compostura -Apruebo la idea de ir a la posada. Suen, lleva al oso y no te preocupes por la cena, ya falta poco para que te des el banquete de tu vida- aseguró -Pero eso sí, yo no cocino, no me querrán cerca de un fogón- añadió y apremió a todos a moverse.
Mina Harker
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Re: Deseo de venganza a la luz de la luna [4/4]
Al acabar de hablar, Suen se percató de qué casi sin darse cuenta había contado la historia de su vida. -Llevo tanto tiempo sin hablar con alguien que he soltado toda la mierda de golpe...-pensó.-Cuando terminó de hablar, vio que las caras de Mina, Tina y Zubi reflejaban pena hacía él. Se sintió extraño, pues fue una de las pocas veces que noto que alguien sentía genuina empatía hacia él.
Ren, en respuesta a un comentario de Suen ("Eres tú el que parece que te has criado en una ciudad."), empezó a contar también su historia de vida, diciendo que se había criado en un sótano oscuro en lo profundo de un bosque y qué él, al contrario que Suen, no había conocido lo que es el afecto. Si Ren lo hubiera contado en otro momento, Suen podría haber sentido empatía hacia él, pero en ese instante le pareció una especie de intento de dar a entender que su vida había sido mucho más dura, como si fuera una especie de competición por ver quién tenía un pasado más trágico, pues lo dijo justo cuando Suen terminó de hablar y usando frases como: "Por lo menos tú querido Largo sabes lo que es una familia". En ese momento Suen tuvo un fuerte impulso por responder al muchacho, pero fue cortado por la voz de Magazubi, quién preguntó a Ren si había una posada por ahí cerca, a lo que él respondió afirmativamente. Suen nunca había estado en una posada, pero si había comida estaba más que dispuesto a ir. Zubi también hizo un comentario sobre que Mina y Tina podrían bañarle y enjabonarle. Suen asumió que se trataba de una broma, pero Tina no parecía pensar de ese modo, de hecho parecía entusiasmarle la idea.
-Jaja, n-no es necesario g-gracias, lo puedo hacer yo.-dijo.
Después de que todos aprobaran la idea, Mina le dijo a Suen que cogiera al oso y este lo agarro por las patas traseras apoyándolas en sus hombros, dispuesto a partir no sin antes coger una pequeña alforja que había dejado en el suelo. Ya se le hacía la boca agua solo con imaginarse toda la comida que habría allí, y cuando repasaba en su mente las imágenes de chuletones que tanto tiempo estuvo deseando y que por fin comería, se le ponía cara de bobo. Quién sabe, quizá no sería tan malo tener a Ren con ellos, al fin y al cabo parecía sabe donde estaban los sitios y, lo más importante, dónde estaba la comida.
Ren, en respuesta a un comentario de Suen ("Eres tú el que parece que te has criado en una ciudad."), empezó a contar también su historia de vida, diciendo que se había criado en un sótano oscuro en lo profundo de un bosque y qué él, al contrario que Suen, no había conocido lo que es el afecto. Si Ren lo hubiera contado en otro momento, Suen podría haber sentido empatía hacia él, pero en ese instante le pareció una especie de intento de dar a entender que su vida había sido mucho más dura, como si fuera una especie de competición por ver quién tenía un pasado más trágico, pues lo dijo justo cuando Suen terminó de hablar y usando frases como: "Por lo menos tú querido Largo sabes lo que es una familia". En ese momento Suen tuvo un fuerte impulso por responder al muchacho, pero fue cortado por la voz de Magazubi, quién preguntó a Ren si había una posada por ahí cerca, a lo que él respondió afirmativamente. Suen nunca había estado en una posada, pero si había comida estaba más que dispuesto a ir. Zubi también hizo un comentario sobre que Mina y Tina podrían bañarle y enjabonarle. Suen asumió que se trataba de una broma, pero Tina no parecía pensar de ese modo, de hecho parecía entusiasmarle la idea.
-Jaja, n-no es necesario g-gracias, lo puedo hacer yo.-dijo.
Después de que todos aprobaran la idea, Mina le dijo a Suen que cogiera al oso y este lo agarro por las patas traseras apoyándolas en sus hombros, dispuesto a partir no sin antes coger una pequeña alforja que había dejado en el suelo. Ya se le hacía la boca agua solo con imaginarse toda la comida que habría allí, y cuando repasaba en su mente las imágenes de chuletones que tanto tiempo estuvo deseando y que por fin comería, se le ponía cara de bobo. Quién sabe, quizá no sería tan malo tener a Ren con ellos, al fin y al cabo parecía sabe donde estaban los sitios y, lo más importante, dónde estaba la comida.
Suen
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Re: Deseo de venganza a la luz de la luna [4/4]
¿Por qué dice que su casa es una opción cuando no lo es? Me pregunté de forma sincera por unos segundos mientras Ren seguía hablando.
Luego mi atención se fue a Mina que parecía muy molesta por pasar varias noches afuera. Tuve que atrapar mi risa con la mano porque sino se me iba a escapar, pero no pude evitar una sonrisa divertida ante la situación en la que se encontraba la pequeña Tina. Lo bueno era que el lobo había dejado su comentario en bandeja de plata como para yo lanzar otro de mis comentarios.
-No pareciera… - comenté a Suen -Yo creo que Tina sí va a tener que supervisarte jajaja-
-Bueno en fin, ¡Vamos!- dije emprendiendo la caminata a la posada con un ritmito particular y un estilacho indiscutible.
A pesar de que no había música en el ambiente yo sí estaba pensando en un ritmo que hacía que mi cuerpo se moviera al compás mientras caminaba como diva por el bosque escoltada.
-Quién diría que caperucita caminaría escoltada por lobos, y no por uno sino dos-
...
No sabía a dónde nos iba a llevar Ren, y si él nos ayudaría a conseguir comida por el oso, pero en cualquier caso yo podía conjurar comida, comida de lo más sabrosa y llena de nutrientes.
-Pregunta random… ¿les gustan más los ritmos musicales lentos o rápidos?-
...
Esperaba que no tardaramos mucho en llegar. A pesar de mi vestimenta el frío de la noche me empezó a afectar y por alguna extraña razón empecé a sentirme un poco incomoda.
___
Off
Estilacho es estilo dicho con estilo(?
Luego mi atención se fue a Mina que parecía muy molesta por pasar varias noches afuera. Tuve que atrapar mi risa con la mano porque sino se me iba a escapar, pero no pude evitar una sonrisa divertida ante la situación en la que se encontraba la pequeña Tina. Lo bueno era que el lobo había dejado su comentario en bandeja de plata como para yo lanzar otro de mis comentarios.
-No pareciera… - comenté a Suen -Yo creo que Tina sí va a tener que supervisarte jajaja-
-Bueno en fin, ¡Vamos!- dije emprendiendo la caminata a la posada con un ritmito particular y un estilacho indiscutible.
- ritmo:
A pesar de que no había música en el ambiente yo sí estaba pensando en un ritmo que hacía que mi cuerpo se moviera al compás mientras caminaba como diva por el bosque escoltada.
-Quién diría que caperucita caminaría escoltada por lobos, y no por uno sino dos-
...
No sabía a dónde nos iba a llevar Ren, y si él nos ayudaría a conseguir comida por el oso, pero en cualquier caso yo podía conjurar comida, comida de lo más sabrosa y llena de nutrientes.
-Pregunta random… ¿les gustan más los ritmos musicales lentos o rápidos?-
...
Esperaba que no tardaramos mucho en llegar. A pesar de mi vestimenta el frío de la noche me empezó a afectar y por alguna extraña razón empecé a sentirme un poco incomoda.
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Estilacho es estilo dicho con estilo(?
Magazubi
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Re: Deseo de venganza a la luz de la luna [4/4]
La caminata demoró unas cuantas horas y todos estaban fatigados, pero sí lograron llegar a la posada de las que les habló Ren. El problema fue que al verla, ni Mina ni Tina querían entrar.
-¿E-esa es la po-posada? No. Ahí no entro ni remolcada- aseguró Mina negando con la cabeza, mirando perpleja la construcción frente a ella. A su lado Tina estaba sobre sus cuatro patas, con los pelos erizados y siseando, claramente estaba frente a algo que no le gustaba pero ni un poquito.
-¡Pero si hasta cementerio tiene! ¡Mira las lápidas! Está rodeada de neblina, ¿has visto la neblina? Yo la veo claramente. ¿Y las luces? Tenebrosas. Ahí penan, lo aseguro; jalan las patas por la noche. Nop, no no no. Prefiero dormir en el bosque. Vámonos Tina- dijo la bruja, dando media vuelta para marcharse.
Tras dos pasos, le rugió la tripa y se enfrentó a la oscuridad y frío de la noche. -Hmmm... pues... sí compartimos la habitación me sentiría más tranquila. Esa es mi condición. Si están de acuerdo, Tina y yo vamos. ¡Pero nadie se separa! Somos un grupo unido, hermandado, enlazado, valiente.- se animó. Tragó en seco y siguió al resto con bastante cautela. Aquella posada escalofriante era una enorme casa perdida en medio del bosque. Era el único edificio en muchos kilómetros a la redonda. Se veía muy antigua y descuidada pero había luz dentro y a medida que se acercaban, podían escuchar el bullicio dentro de ella.
-¿E-esa es la po-posada? No. Ahí no entro ni remolcada- aseguró Mina negando con la cabeza, mirando perpleja la construcción frente a ella. A su lado Tina estaba sobre sus cuatro patas, con los pelos erizados y siseando, claramente estaba frente a algo que no le gustaba pero ni un poquito.
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-¡Pero si hasta cementerio tiene! ¡Mira las lápidas! Está rodeada de neblina, ¿has visto la neblina? Yo la veo claramente. ¿Y las luces? Tenebrosas. Ahí penan, lo aseguro; jalan las patas por la noche. Nop, no no no. Prefiero dormir en el bosque. Vámonos Tina- dijo la bruja, dando media vuelta para marcharse.
Tras dos pasos, le rugió la tripa y se enfrentó a la oscuridad y frío de la noche. -Hmmm... pues... sí compartimos la habitación me sentiría más tranquila. Esa es mi condición. Si están de acuerdo, Tina y yo vamos. ¡Pero nadie se separa! Somos un grupo unido, hermandado, enlazado, valiente.- se animó. Tragó en seco y siguió al resto con bastante cautela. Aquella posada escalofriante era una enorme casa perdida en medio del bosque. Era el único edificio en muchos kilómetros a la redonda. Se veía muy antigua y descuidada pero había luz dentro y a medida que se acercaban, podían escuchar el bullicio dentro de ella.
Mina Harker
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Re: Deseo de venganza a la luz de la luna [4/4]
No estaba muy segura si los lobos se habían quedado atrás porque estaba haciéndome la diva y obviamente no podía voltear; lo que sí sabía es que Mina y Tina sí estaban dispuestas a ir a alguna posada a pasar la noche, porque definitivamente pasar la noche en la intemperie… ya no estaba tan joven para esas hazañas; ya suficiente tenía con la larga caminata que tuvimos.
Mi cara al ver la posada fue un poema, y no porque por todos lados parecía una muy mala idea quedarse ahí sino porque mis piernas no aguantaban ni 5 minutos más.
Sin poder disimularlo me lancé en el suelo con los brazos y piernas abiertas como una estrella, y miré el cielo mentalizándome.
Solté una risita divertida al oír a Mina negarse a entrar a la posada inicialmente; es que era obvio, nadie en su sano juicio entraría ahí, ¿a quién se le ocurre tener una posada que parece casa de terror? ¿ese era el encanto? ¿qué público… bueno ya.
- Uhh ya va ya va- les dije para que me dejaran seguir en el piso descansando.
Volteé a ver a Tina y a Mina pero había una lápida que me impedía ver el panorama completo pero logré oir la petición de la chica de no separarnos.
- Secundo esa idea- dije para luego con cuidado levantarme y acercarme a Pelusa, colocarme frente a frente con mi gran amigo y decirle -Tú me proteges bebé- luego de esas palabras mi aion empezó a cambiar de tamaño hasta quedar como un aionsito bebé todo rechoncho y peludo - Te amo lindura-.(1)
Ya mentalizada para la súper mala idea me acerqué a la posada, en donde como uno podría esperar, todo rechinaba; sin darle demasiada importancia pasé con cuidado y me aseguré de espantar fantasmas de la mejor manera posible.
-¡Menos mal que vengo acompañada de las dos casa fantasmas más famosas de Aerandir!- grité en forma de advertencia - En fin... queremos una habitación... la más limpiecita que tengan ¿tienen disponible?- pregunté.
_______Mi cara al ver la posada fue un poema, y no porque por todos lados parecía una muy mala idea quedarse ahí sino porque mis piernas no aguantaban ni 5 minutos más.
Sin poder disimularlo me lancé en el suelo con los brazos y piernas abiertas como una estrella, y miré el cielo mentalizándome.
Solté una risita divertida al oír a Mina negarse a entrar a la posada inicialmente; es que era obvio, nadie en su sano juicio entraría ahí, ¿a quién se le ocurre tener una posada que parece casa de terror? ¿ese era el encanto? ¿qué público… bueno ya.
- Uhh ya va ya va- les dije para que me dejaran seguir en el piso descansando.
Volteé a ver a Tina y a Mina pero había una lápida que me impedía ver el panorama completo pero logré oir la petición de la chica de no separarnos.
- Secundo esa idea- dije para luego con cuidado levantarme y acercarme a Pelusa, colocarme frente a frente con mi gran amigo y decirle -Tú me proteges bebé- luego de esas palabras mi aion empezó a cambiar de tamaño hasta quedar como un aionsito bebé todo rechoncho y peludo - Te amo lindura-.(1)
Ya mentalizada para la súper mala idea me acerqué a la posada, en donde como uno podría esperar, todo rechinaba; sin darle demasiada importancia pasé con cuidado y me aseguré de espantar fantasmas de la mejor manera posible.
-¡Menos mal que vengo acompañada de las dos casa fantasmas más famosas de Aerandir!- grité en forma de advertencia - En fin... queremos una habitación... la más limpiecita que tengan ¿tienen disponible?- pregunté.
Off
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