Más por viejo que por zorro [Privado]
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Más por viejo que por zorro [Privado]
Dos grandes orejas sobresalían por encima del respaldo del sillón donde Matthew solía sentarse a observar las variadas actividades creadas con el único fin de entretenerlo. Ahora, sin embargo, el improvisado anfiteatro estaba casi completamente vacío, y no era el humano quien se sentaba en el “trono”, sino un enorme zorro que observaba el escenario con aburrimiento patente en el rostro.
Se limpiaba los dientes con un hueso de ave ya largamente roído, tan seco y áspero como los ademanes que hacía para despachar a aquellos incautos que decidían acercársele para intentar preguntarle algo en ausencia del tan anhelado Virrey. Donde con Matthew obtenían una conversación al menos falsamente amistosa, con Zatch conseguían poco más que gruñidos y miradas desdeñosas. Allí, entre delincuentes de la peor calaña, no veía necesario representar los personajes dicharacheros y amistosos que solía encarnar para engatusar a sus presas. Además... sus asuntos no le importaban en lo más mínimo.
A sus espaldas el bullicio de la construcción comenzaba al amanecer y terminaba en el crepúsculo, cuando todos dejaban sus labores para ponerse a beber como los energúmenos que eran. La población finalmente comenzaba a establecerse, y el zorro era de los pocos que no se molestaban en procurarse un hogar de firmes cimientos. Después de todo él ya tenía uno lejos de allí, y cuando estaba en la ciudad profería dormir en los bosques lindantes, lejos de la pestilencia que parecía estar intrínsecamente ligada a la raza humana.
Por otro lado, con Owens ausente cada vez por mayor tiempo, comenzaba a pensar que ya no tenía sentido seguir allí. Por mucho que fingiera detestarlo se aburría sin él cerca, pues parecía ser el único ser humano pensante capaz de mantener una conversación medianamente entretenida, y era también el único a quien le permitía, bajo ciertas circunstancias, pedirle que hiciera alguna que otra cosa relacionada a la ciudad.
El sonido de las tablas chirriando tras él lo sacó de sus cavilaciones, mas no movió ni un solo músculo para voltearse. Sabía perfectamente de quién se trataba, había algo en su caminar que lo hacía distinguible para su agudo oído. ¿Sería esa ligerísima cojera por haber recibido una vez una saeta en el trasero?
-Llegas tarde, ¿el amor ha embotado tu sentido del tiempo? -Masculló con sorna, aunque en su hocico no podía entreverse ni la más leve sonrisa.
Zatch
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Re: Más por viejo que por zorro [Privado]
¡Hogar dulce hogar! Eso decía Matt mientras contemplaba la entrada a Ciudad Lagarto, más allá del arco que marcaba la frontera se encontraba el pueblo más caótico y por lo tanto más divertido que pudiera existir. El Humano respiró profundo, el aire apestaba a basura, alcohol de mala calidad y agua sucia, y el Virrey se sintió feliz de haber regresado, la estabilidad y la enorme cantidad de reglas que había en otras urbes lo sofocaban, adoraba sentir la libertad que reinaba en su ciudad.
Había dejado todo para ir a buscar a Eyre, aunque la historia oficial era que había ido a hacer negocios a la Academia de los Brujos. En el apuro dejó a Brenda encargada del prostíbulo, podía confiar en la enana, era excelente manejando la contabilidad del negocio, pero todo lo que tenía de inteligente lo tenía también en la falta de originalidad. Por lo mismo, no podía dejarla a cargo demasiado tiempo, los clientes pronto se aburrirían e irían a otro sitio.
En cuanto a sus tareas como Virrey… Bueno, eso de “tareas” era mucho decir, en verdad no tenía ninguna obligación como tal, pasaba gran parte de su tiempo intentando escapar de Lazid y sus tediosas reuniones. Así que esa parte no le preocupaba tanto, incluso era probable que nadie hubiese notado su ausencia.
Mientras regresaban con Eyre al hogar, había enviado por adelantado una nota a la única persona que era importante que lo esperara. Sabía que el Zorro tendía a aburrirse rápido, al igual que él, así que esperaba que su carta hubiese llegado antes de que el Hombre-Bestia decidiera desaparecer nuevamente.
Cuando vio las dos conocidas orejas esbozó una sonrisa.
-No llores más, ya estoy aquí – Contestó el Humano con la misma sorna, se acercó por detrás y apoyo ambas manos en los hombros de Zatch – No te pongas celoso, Cielo Mío, sabes que a la larga o a la corta siempre regreso a ti – Le masajeó los hombros durante unos segundos, como si el Zorro fuera una novia ofendida y estuviera intentando congraciarse con él.
Pero retiró las manos antes de que hubiese una respuesta violenta por parte de su amigo, el asesino era muy sensible cuando se trataba del contacto físico y las insinuaciones, Matthew aún recordaba cuando habían hecho ese trabajo juntos y el Zorro le gritó indignado que era un degenerado “Que tiempos aquellos” pensó con melancolía.
-¿Me extrañaste? Apuesto a que si – Con mucha soltura dio la vuelta y se paró frente a Zatch, apenas se había detenido en casa para quitarse la ropa de viaje y había ido directo allí, por lo que estaba prolijo, pero no estrafalario como era más habitual en él – ¿Cómo estuvieron las cosas por aquí? –Lo miro de arriba abajo y sonrió – Me parece que… ¿Es eso lo que creo que es? –Levantó una ceja y señaló el abdomen del Hombre-bestia – ¿Acaso esa es una pancita? Eso debe ser porque estuviste tirado sin hacer nada durante todo este tiempo –
Estaba mintiendo, obviamente, el estado físico de Zatch era tan bueno como siempre, pero no podía evitar molestarlo, adoraba cuando se ponía arisco. La pateó la silla para animarlo a que se levantara, no se arriesgaría a ofrecerle la mano y posiblemente perderla de un zarpazo.
-Vamos a ponerte a trabajar, esto de tener tanto tiempo libre no te hace nada bien-
Había dejado todo para ir a buscar a Eyre, aunque la historia oficial era que había ido a hacer negocios a la Academia de los Brujos. En el apuro dejó a Brenda encargada del prostíbulo, podía confiar en la enana, era excelente manejando la contabilidad del negocio, pero todo lo que tenía de inteligente lo tenía también en la falta de originalidad. Por lo mismo, no podía dejarla a cargo demasiado tiempo, los clientes pronto se aburrirían e irían a otro sitio.
En cuanto a sus tareas como Virrey… Bueno, eso de “tareas” era mucho decir, en verdad no tenía ninguna obligación como tal, pasaba gran parte de su tiempo intentando escapar de Lazid y sus tediosas reuniones. Así que esa parte no le preocupaba tanto, incluso era probable que nadie hubiese notado su ausencia.
Mientras regresaban con Eyre al hogar, había enviado por adelantado una nota a la única persona que era importante que lo esperara. Sabía que el Zorro tendía a aburrirse rápido, al igual que él, así que esperaba que su carta hubiese llegado antes de que el Hombre-Bestia decidiera desaparecer nuevamente.
Cuando vio las dos conocidas orejas esbozó una sonrisa.
-No llores más, ya estoy aquí – Contestó el Humano con la misma sorna, se acercó por detrás y apoyo ambas manos en los hombros de Zatch – No te pongas celoso, Cielo Mío, sabes que a la larga o a la corta siempre regreso a ti – Le masajeó los hombros durante unos segundos, como si el Zorro fuera una novia ofendida y estuviera intentando congraciarse con él.
Pero retiró las manos antes de que hubiese una respuesta violenta por parte de su amigo, el asesino era muy sensible cuando se trataba del contacto físico y las insinuaciones, Matthew aún recordaba cuando habían hecho ese trabajo juntos y el Zorro le gritó indignado que era un degenerado “Que tiempos aquellos” pensó con melancolía.
-¿Me extrañaste? Apuesto a que si – Con mucha soltura dio la vuelta y se paró frente a Zatch, apenas se había detenido en casa para quitarse la ropa de viaje y había ido directo allí, por lo que estaba prolijo, pero no estrafalario como era más habitual en él – ¿Cómo estuvieron las cosas por aquí? –Lo miro de arriba abajo y sonrió – Me parece que… ¿Es eso lo que creo que es? –Levantó una ceja y señaló el abdomen del Hombre-bestia – ¿Acaso esa es una pancita? Eso debe ser porque estuviste tirado sin hacer nada durante todo este tiempo –
Estaba mintiendo, obviamente, el estado físico de Zatch era tan bueno como siempre, pero no podía evitar molestarlo, adoraba cuando se ponía arisco. La pateó la silla para animarlo a que se levantara, no se arriesgaría a ofrecerle la mano y posiblemente perderla de un zarpazo.
-Vamos a ponerte a trabajar, esto de tener tanto tiempo libre no te hace nada bien-
Matthew Owens
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Re: Más por viejo que por zorro [Privado]
Se había desacostumbrado a la manera en que Owens traspasaba impunemente su espacio personal para toquetearlo a su antojo. ¿Qué tenía ese tipo con el contacto físico? ¿Acaso no podía vivir sin él? No disimuló la mirada asesina que echó de soslayo a las manos que se situaron sobre sus hombros y tampoco se molestó en hacer más delicado el movimiento de la espalda con el cual intentó sacárselo de encima. ¡No quería tener el olor de la crema para manos del otro pegado en su pelaje por el resto del día!
-Lo único que extrañé fue poder hablar con alguien cuyas neuronas no hayan muerto... aún. -Señaló con la mirada a la panda de ineptos que llevaba tablas hacia una de las construcciones; diez segundos después uno de ellos estaba resbalándose con el lodo del camino y cayendo de espaldas al suelo para quedar aplastado bajo su propio cargamento- No entiendo cómo este lugar sigue en pie. -Masculló más para sí mismo que para el moreno, mas luego alzó la voz- Aburridas. Infinitamente aburridas. El caos es divertido sólo cuando hay un poco de orden, ¿sabes? -Refunfuñó, pero entonces fue interrumpido por un muy, muy desafortunado comentario.
Se puso de pie como un resorte y salvó la distancia que los separaba hasta que sus bigotes prácticamente rozaron el rostro ajeno, sus ojos ambarinos clavados en los grisáceos. Parándose en la punta de sus patas traseras, no solo salvaba los centímetros que Matthew le aventajaba, sino que incluso los superaba un poco, dándole la sensación de seguridad del cazador que supera en fuerza a la presa. Claro que, mientras tanto, metía el estómago para parecer más delgado de lo que era.
Desde allí le echó un vistazo despectivo y arqueó una ceja, el aspecto del otro parecía haber desmejorado y probablemente, con lo egocéntrico que era, eso debía de apenarle mucho. Razón suficiente, por supuesto, para hacérselo notar en voz alta.
-¿Y qué me dices tú? ¿Esto que veo son unas ojeras? -Retrocedió unos centímetros, solo lo suficiente como para alzar una de sus patas, aquella a la que le faltaba un dedo, y tocar con apenas la punta de la garra el rostro impropio- ¿Estás más pálido? ¿Y, oh, has perdido masa muscular? ¿Qué pasa, Matt, las peleas maritales te quitan el apetito?
Por primera vez esbozó una sonrisa tan ancha que casi le tocaba las orejas y, tras un instante de tensión, se dignó a reír y a dar dos pasos atrás para dejarlo en paz.
-¿Me citaste para pedirme que hiciera algo por ti? Pensé que solo querías verme, qué decepción. -Exhaló un melodramático suspiro al tiempo en que se cruzaba de brazos- ¿Qué es lo que quieres?
Zatch
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Re: Más por viejo que por zorro [Privado]
La agresividad tanto verbal como física era el modo de intercambio amistoso habitual entre el Humano y el Hombre-Bestia, así era como tenía que ser, Zatch le daría un golpe bajo tras otro a Matt, y este último solo contestaría con risas y evasivas, intercalando alguna que otra ofensa de vez en vez. Owens se sentía mucho más cómodo con ese estilo antes que el falso intercambio de elogios que solían utilizar el resto de las personas, allí habían dos personas que dedicaban gran parte de su día a mentir, siendo sinceros.
Claro, dentro de lo posible ¡Los dioses no permitieran que se pusieran sentimentales!
-¿Ojeras? – Rápidamente Matt apoyó ambas manos en su rostro, buscando imperfecciones - ¿Cuáles ojeras? – Owens empezó a evaluar posibilidades, quizás estaba demasiado cansado por el viaje, tendría que haberse dado un baño de inmersión antes de regresar – Las peleas maritales suelen quitar el apetito, si ¿Pero sabes qué? Luego viene la reconciliación – Hizo una sonrisa traviesa que no dejaba lugar a duda de a qué se refería.
Ambos rieron y concluyeron por fin con el saludo de bienvenida, si de Matt hubiese dependido le habría dado un gran abrazo a su amigo, pero Zatch no se lo permitiría, así que respiró profundo y entrecruzó las manos tras la espalda. Seguían parados en el anfiteatro improvisado que había mandado a armar el Virrey, ahora semi destruido “Es lo que pasa cuando contratas mano de obra borracha” pensó con sorna.
-Oh, estás muy equivocado, Mi Querido Zorro – Respondió el Humano, divertido ante la interpretación de Zatch – El pedirte algo fue la excusa para poder verte – Le guiñó un ojo y agregó – Pero no es como si fueras a hacerme un favor, lo que quiero es que trabajes, y se te pagará por ello, como corresponde – Se cruzó de brazos - ¿Pero vamos a hablar aquí? ¿De pie? – Ahora era el turno de Matt de hacerse el ofendido – No diré que esperaba una fiesta de bienvenida porque tal nivel de amabilidad es algo que no figura en tu diccionario, pero al menos podrías invitarme a tomar un trago ¿No crees? –
Era el Virrey de esas tierras, si se le antojaba podía hacer que todos los ciudadanos lo esperaran en la puerta de la ciudad, con una banda, barriles de cerveza y bailarinas exóticas. Pero ese no era el punto, quería que, ya sea movido por la amistad o por la curiosidad ante la misteriosa oferta, fuera Zatch el que propusiera algún tipo de festejo.
-¿Mencione que la paga será más que jugosa? ¿Y que el Trabajo será variado y divertido? – Agregó el Humano aun cruzado de brazos, mirando de reojo al Zorro para ver si con eso terminaba de ceder ante su pedido.
De vez en vez pasaba algún ladrón por los alrededores y se quedaba mirando a los dos amigos que interpretaban una bonita escena de amor-odio, la mayoría de los ciudadanos de la comunidad estaban acostumbrados a tener un Virrey muy extraño, así que ya no se molestaban en hacer comentarios.
Claro, dentro de lo posible ¡Los dioses no permitieran que se pusieran sentimentales!
-¿Ojeras? – Rápidamente Matt apoyó ambas manos en su rostro, buscando imperfecciones - ¿Cuáles ojeras? – Owens empezó a evaluar posibilidades, quizás estaba demasiado cansado por el viaje, tendría que haberse dado un baño de inmersión antes de regresar – Las peleas maritales suelen quitar el apetito, si ¿Pero sabes qué? Luego viene la reconciliación – Hizo una sonrisa traviesa que no dejaba lugar a duda de a qué se refería.
Ambos rieron y concluyeron por fin con el saludo de bienvenida, si de Matt hubiese dependido le habría dado un gran abrazo a su amigo, pero Zatch no se lo permitiría, así que respiró profundo y entrecruzó las manos tras la espalda. Seguían parados en el anfiteatro improvisado que había mandado a armar el Virrey, ahora semi destruido “Es lo que pasa cuando contratas mano de obra borracha” pensó con sorna.
-Oh, estás muy equivocado, Mi Querido Zorro – Respondió el Humano, divertido ante la interpretación de Zatch – El pedirte algo fue la excusa para poder verte – Le guiñó un ojo y agregó – Pero no es como si fueras a hacerme un favor, lo que quiero es que trabajes, y se te pagará por ello, como corresponde – Se cruzó de brazos - ¿Pero vamos a hablar aquí? ¿De pie? – Ahora era el turno de Matt de hacerse el ofendido – No diré que esperaba una fiesta de bienvenida porque tal nivel de amabilidad es algo que no figura en tu diccionario, pero al menos podrías invitarme a tomar un trago ¿No crees? –
Era el Virrey de esas tierras, si se le antojaba podía hacer que todos los ciudadanos lo esperaran en la puerta de la ciudad, con una banda, barriles de cerveza y bailarinas exóticas. Pero ese no era el punto, quería que, ya sea movido por la amistad o por la curiosidad ante la misteriosa oferta, fuera Zatch el que propusiera algún tipo de festejo.
-¿Mencione que la paga será más que jugosa? ¿Y que el Trabajo será variado y divertido? – Agregó el Humano aun cruzado de brazos, mirando de reojo al Zorro para ver si con eso terminaba de ceder ante su pedido.
De vez en vez pasaba algún ladrón por los alrededores y se quedaba mirando a los dos amigos que interpretaban una bonita escena de amor-odio, la mayoría de los ciudadanos de la comunidad estaban acostumbrados a tener un Virrey muy extraño, así que ya no se molestaban en hacer comentarios.
Matthew Owens
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Re: Más por viejo que por zorro [Privado]
-¿Trabajar? -El gesto del zorro mutó del entusiasmo al escepticismo. Ya había hecho uno que otro trabajo junto al humano en el pasado, pero la forma en que lo decía le daba a entender que no trabajaría con él, sino para él, cosa que no estaba seguro de que le agradara demasiado. Zatch no era una persona especialmente avariciosa y aún tenía bastante dinero desde el último atraco, por lo cual si hacía algo que pusiera su vida en riesgo, era más para divertirse que por la recompensa en sí.
Iba a decir algo al respecto cuando el otro sugirió trasladarse a otro sitio, ante lo cual cerró el hocico y asintió con tanta naturalidad que la petición no parecía en absoluto haberlo tomado por sorpresa.
-¿En serio crees que sería tan descortés como para esperarte con las manos vacías? -Inquirió con un tono exageradamente afectado antes de disponerse a bajar los escalones del anfiteatro con un andar parsimonioso, bamboleando su larga cola frente a su acompañante y apenas girándose para mirarlo de reojo- Tú eres quien propuso encontrarnos aquí, pero por supuesto que te preparé algo muy especial.
Lideró el camino a través de las fétidas y desordenadas callejuelas mientras le contaba, con obvio desinterés, las variadas cosas que habían ocurrido en la ciudad durante su ausencia. Catorce asesinatos, cuatro embarazos, tres desapariciones y... había perdido la cuenta de los accidentes. Contaba los hechos sin casi ningún detalle, siquiera los nombres de los involucrados, pues nunca se había molestado en aprendérselos, mientras sin dejar de caminar iba recogiendo cosas desperdigadas por el trayecto: Una manta roída, una botella de aguardiente a medio beber y una gallina que andaba por ahí, sabían los Dioses cómo seguía todavía con vida.
Al finalizar el breve recuento de acontecimientos llegaron a un sector donde, por las noches, los decentes habitantes de Ciudad Lagarto se sentaban a beber en torno al fuego. A esa hora del día no era más que un círculo desolado con troncos que hacían las veces de asientos alrededor de las cenizas acumuladas de innumerables fogatas con variados objetos asomándose, desde vidrios rotos hasta huesos de... era mejor no preguntárselo.
Le tendió la gallina a Owens insistiéndole en que la agarrara, dejó la botella en el suelo y dobló la manta varias veces hasta que su tamaño facilitaba apoyarla sobre uno de los troncos para que sirviera como almohadón- Te preparé un picnic, ¿te gusta? Mira, hasta te hice un trono. -Dijo señalando el asiento improvisado mientras recuperaba la gallina y, sentándose en el tronco de enfrente, cesaba sus cacareos rompiéndole el cuello con un simple ademán.
-Qué prefieres, ¿prender el fuego o desplumar la cena? Te dejaré elegir, para que veas cuánto te aprecio. -Le dedicó una sonrisa tan transparente que no parecía saber con quién estaba tratando, aunque por dentro tenía ganas de romper en carcajadas. Aún así, serio como si ninguna parte de la situación le resultara desopilante, se cruzó de piernas con porte profesional y fue directo al grano.
-Bien, volvamos al tema. ¿Cuál es ese trabajo variado y divertido que tienes para mí? -Jugueteó distraídamente con la cresta del ave que tenía entre manos- ¿Incluye asesinar monarcas escamosos, o todavía no te convence la idea? -Insinuó bajando un tanto la voz y dedicándole una sonrisa mordaz- Si es así, acepto. Y, si no... tendrás que convencerme.
Zatch
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Re: Más por viejo que por zorro [Privado]
Matthew no iba a dejar pasar la bonita figura de Zatch, contoneando su cola, sin darle una buena mirada “Que tentador que es cuando se lo propone” pensó el Humano, manteniendo la compostura solo en el exterior. Cuando por fin el zorro mostraba un poco de amabilidad lo mejor era no hacerlo enojar “Al menos durante algunos minutos” cuando la charla se tornara demasiado aburrida ya podría incordiarlo nuevamente.
El Humano miraba con curiosidad lo que Zatch hacía, lo vio agarrar la manta, la botella e incluso una gallina. No tenía idea de qué pretendía, pero consideraba que sería divertido averiguarlo, siempre y cuando no terminara en algún tipo de agresión gratuita.
-Oh… Zatch – Se tapó la boca con la mano libre, mientras que con la otra sostenía a la gallina. Se hizo el emocionado y hasta se le llenaron los ojos de lágrimas - ¿Para mí? Oh, no te hubieses molestado – Se abanicó en un supuesto intento para no ponerse a llorar – Que cosas tan bonitas ¡Y hasta una botella de aguardiente casi nueva! Estas en todos los detalles – Se sentó y se cruzó de piernas con mucha delicadeza – Voy a desplumar la cena, no quiero que me quede olor a humo en la ropa –
Le quitó nuevamente la gallina a Zatch y comenzó a arrancarle las plumas sin siquiera mirarla, hoy por hoy era un Virrey, pero Owens no se olvidaba de las cosas que había aprendido en épocas menos favorables.
-Me alegra haber logrado captar tu atención, a veces puedes ser tan complicado – Dejó salir un sonoro y exagerado suspiro – Aun no es momento, el Escamoso está en la plenitud de su poder, antes de que pongas un solo pie en su casa tendrás a una docena de guardias encima de ti. Créeme, voy allí a menudo – Tenía varios motivos para no querer deshacerse de Lazid, pero lo que decía también era cierto, acercarse al Rey de la Ciudad de los bandidos no era algo tan sencillo como Zatch lo hacía parecer – Pero, en cierto modo está relacionado –
Cuando la gallina estuvo totalmente desplumada se la pasó al Hombre-Bestia, luego sacó un pañuelo perfumado y se limpió las manos. Finalmente, agarró la botella de aguardiente y la destapó, pero antes de llevársela a la boca sintió el olor y limpió el pico, hizo un gesto de desagrado en cuanto el líquido toco su lengua.
-Si quieres llegar lo suficientemente cerca como para poder desgarrarlo con tus propias manos, necesitaras tener un buen número de personas a tu favor, un ejército por decirlo de alguna manera – Hizo que dos de sus dedos caminaran por el brazo de Zatch, como si ejemplificara el camino que era necesario hacer antes de poder llegar al resultado que el Zorro deseaba – Y sé exactamente dónde puedes ganarte a ese grupo de gente – Llegó hasta la mejilla del Hombre-Bestia y la acarició – Tenemos pequeños grupos de ladrones que se encargan de asaltar a cualquier caravana de comerciantes que intenten pasar por los caminos que van hacía el Norte. Creo que podrías ser un excelente líder para ellos, conoces el oficio, conoces los caminos, sabes cómo planear una estrategia, y cómo hacer que te teman y te respeten – Sonrió de modo amistoso y retiró la mano – Te estarás moviendo constantemente, así que no tendrás tiempo de aburrirte, ganaras buen dinero y poco a poco te podrás hacer de cierto renombre entre los bandidos de por aquí, pero siempre manteniéndote lejos de Lazid –
Matt había pensado seriamente en todo ese asunto, no era una propuesta ridícula o improvisada como las que él solía hacer.
-¿Qué opinas? Si te parece interesante, podrías empezar ahora mismo – Se quedó a la espera de una respuesta por “si” o “no”.
El Humano miraba con curiosidad lo que Zatch hacía, lo vio agarrar la manta, la botella e incluso una gallina. No tenía idea de qué pretendía, pero consideraba que sería divertido averiguarlo, siempre y cuando no terminara en algún tipo de agresión gratuita.
-Oh… Zatch – Se tapó la boca con la mano libre, mientras que con la otra sostenía a la gallina. Se hizo el emocionado y hasta se le llenaron los ojos de lágrimas - ¿Para mí? Oh, no te hubieses molestado – Se abanicó en un supuesto intento para no ponerse a llorar – Que cosas tan bonitas ¡Y hasta una botella de aguardiente casi nueva! Estas en todos los detalles – Se sentó y se cruzó de piernas con mucha delicadeza – Voy a desplumar la cena, no quiero que me quede olor a humo en la ropa –
Le quitó nuevamente la gallina a Zatch y comenzó a arrancarle las plumas sin siquiera mirarla, hoy por hoy era un Virrey, pero Owens no se olvidaba de las cosas que había aprendido en épocas menos favorables.
-Me alegra haber logrado captar tu atención, a veces puedes ser tan complicado – Dejó salir un sonoro y exagerado suspiro – Aun no es momento, el Escamoso está en la plenitud de su poder, antes de que pongas un solo pie en su casa tendrás a una docena de guardias encima de ti. Créeme, voy allí a menudo – Tenía varios motivos para no querer deshacerse de Lazid, pero lo que decía también era cierto, acercarse al Rey de la Ciudad de los bandidos no era algo tan sencillo como Zatch lo hacía parecer – Pero, en cierto modo está relacionado –
Cuando la gallina estuvo totalmente desplumada se la pasó al Hombre-Bestia, luego sacó un pañuelo perfumado y se limpió las manos. Finalmente, agarró la botella de aguardiente y la destapó, pero antes de llevársela a la boca sintió el olor y limpió el pico, hizo un gesto de desagrado en cuanto el líquido toco su lengua.
-Si quieres llegar lo suficientemente cerca como para poder desgarrarlo con tus propias manos, necesitaras tener un buen número de personas a tu favor, un ejército por decirlo de alguna manera – Hizo que dos de sus dedos caminaran por el brazo de Zatch, como si ejemplificara el camino que era necesario hacer antes de poder llegar al resultado que el Zorro deseaba – Y sé exactamente dónde puedes ganarte a ese grupo de gente – Llegó hasta la mejilla del Hombre-Bestia y la acarició – Tenemos pequeños grupos de ladrones que se encargan de asaltar a cualquier caravana de comerciantes que intenten pasar por los caminos que van hacía el Norte. Creo que podrías ser un excelente líder para ellos, conoces el oficio, conoces los caminos, sabes cómo planear una estrategia, y cómo hacer que te teman y te respeten – Sonrió de modo amistoso y retiró la mano – Te estarás moviendo constantemente, así que no tendrás tiempo de aburrirte, ganaras buen dinero y poco a poco te podrás hacer de cierto renombre entre los bandidos de por aquí, pero siempre manteniéndote lejos de Lazid –
Matt había pensado seriamente en todo ese asunto, no era una propuesta ridícula o improvisada como las que él solía hacer.
-¿Qué opinas? Si te parece interesante, podrías empezar ahora mismo – Se quedó a la espera de una respuesta por “si” o “no”.
Matthew Owens
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Re: Más por viejo que por zorro [Privado]
Mientras el humano se encargaba de desplumar la cena y explicar el motivo que los había llevado hasta allí, Zatch se dispuso a encender la fogata. Fue un trabajo sencillo; por un lado los troncos entre las cenizas estaban secos y en parte carbonizados, y por el otro, contrario a lo que pudiera parecer a simple vista, el zorro estaba acostumbrado a asar los alimentos que cazaba en el bosque dado que la textura de la carne cruda no era precisamente de su agrado, por lo que ya tenía mucha práctica en ello.
Sopló las brazas hasta que las llamas cobraron fuerza, tomó un palo que descansaba al costado de la hoguera y volvió a sentarse, agarrando de nuevo a la gallina una vez el otro hubo finalizado su trabajo. Por primera vez durante todo ese trajín volvió a mirar a Owens directo a los ojos, hasta que sintió el contacto en su brazo y bajó la mirada para seguir, con el ceño fruncido, a ese par de dedos que se aventuraba cada vez más arriba.
-¿Un líder? -Inquirió con escepticismo mientras llevaba la pata libre al cinturón del cual pendían sus dagas- Prefiero trabajar solo. -Y tenía buenos motivos para ello. Todas sus misiones llevadas a cabo con compañía habían sido desastrosas, fue precisamente una de esas la que lo mandó directo a prisión, mientras que por su cuenta no solía tener problemas. Aún así, el moreno tenía un buen punto: había circunstancias en las que se necesitaba más gente, y ciertamente pocos regicidios podían ser ejecutados por una sola persona.
-De todas formas, suponiendo que aceptara, -Continuó mientras extraía una de las dagas y cortaba el aire justo donde instantes antes había estado la mano del moreno, para al final terminar cercenando la cabeza de la gallina con un corte limpio- ¿Cómo me asegurarías la obediencia de una panda de malvivientes? Estos idiotas no tienen códigos. -Gruñó, como si él sí los tuviera- ¿Y de quiénes, exactamente, estaríamos hablando? ¿Acaso hay alguien por aquí que tenga más de medio cerebro intacto?
Del hocico hacia afuera era muy crítico, pero por dentro estaba realmente reflexionando acerca de la propuesta. Pensativo, y en espera de respuestas que lo convencieran, se puso a quitarle las entrañas a la gallina, pinchando únicamente el pequeño corazón con la punta de la daga. Acto seguido ensartó al ave en el palo que había tomado antes y la puso sobre el fuego.
-Y una cosa más... -Añadió mientras le tendía la daga para ofrecerle el corazón crudo mientras lo miraba con fijeza- ¿Cuál es la parte de todo esto que te beneficiaría a ti?
Zatch
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Re: Más por viejo que por zorro [Privado]
Matthew entendía el recelo que mostraba el Zorro ante la idea de trabajar con otros, sabía perfectamente que en una profesión como la de ellos confiar en alguien muchas veces iba de la mano con ser traicionado y, en el peor de los casos, asesinado. El Estafador sabía que casi siempre el resultado era ese, no podía esperarse nada mejor de un grupo de inadaptados sociales, pero también sabía que no se podía llegar lejos sin tener al menos un pequeño grupo de confianza.
Y además estaba seguro que Zatch llegaría a esa misma conclusión.
-Bueno, yo no puedo asegurarte eso. La obediencia es algo que se gana, el cómo lo hagas y qué tan efectivo sea corre por tu cuenta – Se encogió de hombros, estaba hablando con sinceridad, no tenía sentido alguno mentir en algo tan evidente – Eres libre de armar el grupo a tu gusto, estoy seguro que habiendo pasado tantos días aquí tienes que haber conocido al menos seis o siete personas que logren formar un cerebro entero – Bromeó Matt.
Se quedó mirando el pequeño corazón en la punta de la daga de Zatch, Owens no sabía si tomarlo como una amenaza o como un ofrecimiento. Decidió que era mejor contestar a la pregunta primero y preocuparse por el corazón crudo luego.
-Tendría a una persona de mi entera confianza a cargo de uno de los ingresos más jugosos de la ciudad, no es poca cosa – Apoyó la punta del dedo en la punta de la daga y la empujó hacía Zatch – Además, considero que soy excelente juzgando las capacidades de las personas, y este trabajo es perfecto para ti – Luego se recostó un poco hacía atrás, apoyando las palmas de las manos en el piso – Estoy seguro que una vida tranquila, en tu bonita casa de campo, sin hacer nada, te terminaría volviendo loco –
Quizás el Zorro no fuera tan fanático de la aventura como era Matthew, pero el Humano estaba segura que una vida de calma no se ajustaba al perfil de Zatch, tenía que haber algo más de ambición en él, un poco de curiosidad al menos por saber hasta dónde podía llegar si se lo proponía. Sin tener mayores pruebas más que su instinto, Owens apostaba a que esa sensación de inconformidad fuera lo suficientemente fuerte en su amigo como para que aceptara el trato.
-¿Cuánto tardará eso en estar listo? – Preguntó haciendo referencia al pollo – Luego deberíamos caminar un busca de postulantes para el cargo ¿No crees? – Juntó las manos y las frotó entre sí, emocionado ante la perspectiva – Se me ocurren unas pocas personas, pero tu tendrás la última palabra, por supuesto –
Cuando hubiesen terminado con la “fiesta de bienvenida”, podrían ir en busca de buenos candidatos para formar el grupo que Zatch lideraría. También necesitarían mapas con los puntos señalados dónde solían trabajar, por suerte Matt se había encargado de copiar los planos que tenía Lazid en su oficina hace ya bastante tiempo.
-Si tuvieras que definir nuestra relación ¿Qué palabra utilizarías? – Dijo de la nada el Humano, parecía estar distraído mirando el cielo, pero su tono era serio. Finalmente inclinó la cabeza a un lado y bajó la mirada para fijarse en Zatch – Tu respuesta no va a influenciar en mi decisión, el puesto ya es tuyo por mérito propio – Le guiñó un ojo y sonrió de medio lado.
Y además estaba seguro que Zatch llegaría a esa misma conclusión.
-Bueno, yo no puedo asegurarte eso. La obediencia es algo que se gana, el cómo lo hagas y qué tan efectivo sea corre por tu cuenta – Se encogió de hombros, estaba hablando con sinceridad, no tenía sentido alguno mentir en algo tan evidente – Eres libre de armar el grupo a tu gusto, estoy seguro que habiendo pasado tantos días aquí tienes que haber conocido al menos seis o siete personas que logren formar un cerebro entero – Bromeó Matt.
Se quedó mirando el pequeño corazón en la punta de la daga de Zatch, Owens no sabía si tomarlo como una amenaza o como un ofrecimiento. Decidió que era mejor contestar a la pregunta primero y preocuparse por el corazón crudo luego.
-Tendría a una persona de mi entera confianza a cargo de uno de los ingresos más jugosos de la ciudad, no es poca cosa – Apoyó la punta del dedo en la punta de la daga y la empujó hacía Zatch – Además, considero que soy excelente juzgando las capacidades de las personas, y este trabajo es perfecto para ti – Luego se recostó un poco hacía atrás, apoyando las palmas de las manos en el piso – Estoy seguro que una vida tranquila, en tu bonita casa de campo, sin hacer nada, te terminaría volviendo loco –
Quizás el Zorro no fuera tan fanático de la aventura como era Matthew, pero el Humano estaba segura que una vida de calma no se ajustaba al perfil de Zatch, tenía que haber algo más de ambición en él, un poco de curiosidad al menos por saber hasta dónde podía llegar si se lo proponía. Sin tener mayores pruebas más que su instinto, Owens apostaba a que esa sensación de inconformidad fuera lo suficientemente fuerte en su amigo como para que aceptara el trato.
-¿Cuánto tardará eso en estar listo? – Preguntó haciendo referencia al pollo – Luego deberíamos caminar un busca de postulantes para el cargo ¿No crees? – Juntó las manos y las frotó entre sí, emocionado ante la perspectiva – Se me ocurren unas pocas personas, pero tu tendrás la última palabra, por supuesto –
Cuando hubiesen terminado con la “fiesta de bienvenida”, podrían ir en busca de buenos candidatos para formar el grupo que Zatch lideraría. También necesitarían mapas con los puntos señalados dónde solían trabajar, por suerte Matt se había encargado de copiar los planos que tenía Lazid en su oficina hace ya bastante tiempo.
-Si tuvieras que definir nuestra relación ¿Qué palabra utilizarías? – Dijo de la nada el Humano, parecía estar distraído mirando el cielo, pero su tono era serio. Finalmente inclinó la cabeza a un lado y bajó la mirada para fijarse en Zatch – Tu respuesta no va a influenciar en mi decisión, el puesto ya es tuyo por mérito propio – Le guiñó un ojo y sonrió de medio lado.
Matthew Owens
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Re: Más por viejo que por zorro [Privado]
Nada en las facciones del zorro dejaba entrever cuáles eran sus pensamientos a medida que escuchaba al humano. Cuando no sonreía ni fruncía el entrecejo, su cara no se diferenciaba mucho de la de sus congéneres cuadrúpedos, esos animales cuyos grandes e inescrutables ojos observaban con avidez a sus presas. A veces, cuando se quedaba mirando a alguien de esa manera, podía parecer amenazante, pero en realidad no estaba más que reflexionando y tomando decisiones acerca del asunto.
-Supongo que... se me vienen a la mente cuatro personas que no parecen ser tan ineptas. -Se rascó la barbilla con la pata libre, mientras que con la otra daba vueltas y vueltas a la daga- Oh, ¿estás diciendo que confías plenamente en mí? Haces que mi corazón lata, Owens. -Al ver que su ofrecimiento era rechazado, se llevó el corazón a la boca y se lo tragó sin apenas masticar.
-Me estás adulando demasiado. Realmente te mueres por que acepte, ¿verdad?
Lamió la sangre que embadurnaba la daga y la devolvió a su vaina, tomándose un momento de silencio para aumentar el suspenso. Cuando supuso que ya estaba jugando demasiado con la paciencia del moreno, se encogió de hombros y dijo con sencillez:
-Está bien.
Matthew Owens estaba resultando conocerlo bastante bien, cosa que le causaba emociones contradictorias. Por un lado era incómodo y hasta preocupante que alguien de su calaña comenzara a volverse más cercano y a entenderlo; aunque le tenía un enorme aprecio -cosa que jamás admitiría-, sus existencias no eran precisamente del tipo que permitía tener relaciones sanas ni duraderas basadas en la confianza. Pero, por el otro, se sentía genial saber que alguien contaba con él por una vez en la vida, y había una pequeña parte de él que no quería decepcionarlo.
No hizo más que encogerse de hombros ante la pregunta respecto a la cena y asentir cuando el otro mencionó lo que harían a continuación. Cuando no estaba en medio de una farsa, Zatch no era una persona demasiado habladora, y menos aún si se encontraba cómodo con su acompañante. Pasó así un rato, hasta que el pollo estuvo listo y se dispuso a tenderle el palo a Owens para que eligiera la mejor presa justo cuando éste rompía el silencio con una frase que hizo al zorro levantar ambas cejas.
-Un matrimonio de cincuenta años. -Respondió casi sin pensarlo, y agitó el palo para instarlo a elegir más rápido- ¿O un amor platónico no correspondido? -Caviló, completamente serio- De ti hacia mí, obviamente.
_____________________
Treinta minutos después, el zorro volvía a liderar la marcha hacia el extremo opuesto de la Ciudad. Creía saber dónde estaban sus posibles candidatos y le había explicado al humano que tan solo debían hacer dos paradas para encontrarlos.
La primera fue a medio camino, en una de las tiendas originales que aún se erigían entre los caminos lodozos. Se detuvo en la puerta, echó una mirada a Matt y luego se dispuso a alzar la voz.
-¡Engla! ¿Estás ahí?
Sabía que sí, pues podía olerla, y segundos después lo corroboró al ver que se abría el tajo en la tela para dejar salir a una mujer de rasgos toscos y mirada fría como un témpano.
-¿Y ustedes qué mierda quieren conmigo? -Increpó la delicada señorita.
Zatch
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Re: Más por viejo que por zorro [Privado]
Se encogió de hombros y sonrió cuando Zatch dijo “En verdad te mueres porque acepte ¿Verdad?”, el humano sinceramente tenía muchas ganas de que las cosas se dieran de esa manera, aunque mostrarse desesperado no era su estilo. Había un límite para el nivel de sentimentalismo que se podían permitir, así que solo le siguió la corriente, como si toda esa puesta en escena no fuera más que otra de sus habilidosas manipulaciones.
-¡Fantástico! – Exclamó feliz el estafador – Prometo que no te arrepentirás – Un juramento muy arriesgado, considerando lo volátiles que eran ambos en cuanto a humor y planes ¿Pero qué más podía decir? Matt siquiera estaba seguro si llegaría vivo al final del día. Y precisamente estaba pensando en eso cuando comenzó a sentirse mareado, aunque aún era lo suficientemente leve como para poder seguir hablando sin llamar la atención de su compañero.
La respuesta del Zorro hizo que Owens se riera con ganas, no se había esperado un comentario semejante, pero tenía que admitir que era bastante acertado. Se secó las lagrimas con una mano mientras que con la otra intentaba agarrar una de las patas del pollo, como costaba sacarla, desenfundó su propia daga y cortó de modo desprolijo su porción.
-Eres el matrimonio que más tiempo me ha durado entonces – Y no se refería a lo de los “cincuenta años”, sino al tiempo que llevaban como amigos – Ains, algún día lograré que me correspondas, Mi Querido Zatchi – Sonrió y le dedicó una mirada embelesada, mientras le daba un mordisco a la pieza de pollo.
Al final Matthew derramó lo que quedaba de la bebida en un costado, no había forma de que tomaran eso sin intoxicarse, y para terminar la bella velada arrojando la botella al fuego. Si Zatch se lo hubiese permitido, habría ido agarrado del brazo con él por toda la ciudad, en primer lugar porque La Maldición estaba ejerciendo su efecto con más intensidad, pero además porque cualquier excusa era buena para tocar el suave pelaje del zorro.
Reconoció rápidamente la parte de la ciudad en la que Zatch encontraría a la primera de sus acompañantes, ese podía ser considerado como el primer “barrio” de Ciudad Lagarto. Era el sitio donde habían acomodado las primeras tiendas, cuando aún tenían que dormir en el piso, con una daga bajo la almohada por si alguien quería robarte mientras dormías. Matthew recordó esos meses con apenas un poco de nostalgia, hoy en día aún tenía un arma bajo la almohada, pero ya no dormía en el piso, eso sí.
-¡Gusto en conocerte, Engla! – Exclamó Owens también alzando la voz - ¿Cómo te encuentras en esta hermosa…? – Miró al cielo antes de continuar- … ¡Tarde!-
La mujer los miro con desconfianza durante alguno segundos, luego chasqueó la lengua y se decidió a salir.
-Nada de buenas, les hice una pregunta – Era como un muro de hielo sobre el que rebotaban todos los intentos de Matthew por caer en gracia.
-¿Ella es? Parece un encanto de Señorita – Le comentó al Zorro como si la mujer no estuviera en frente de ellos y, por lo tanto, no pudiera escuchar cada palabra que decían – ¿Todos tus elegidos van a tener un carácter tan cautivador? – Estaba jugando con la paciencia de la chica, Matt era un especialista en eso de irritar a la gente.
No hubo mediación de palabras, la mujer dirigió un golpe hacía el rostro de Owens, el cual lo esquivo, pero como efecto secundario de la maldición que lo aquejaba, perdió el equilibrio y cayó al piso. Fue una situación graciosa, porque la muchacha estaba sorprendida de que Matt hubiese podido esquivar su golpe, y el Virrey estaba sorprendido por haberse caído, pero el Humano se recuperó más rápido y le dio una patada en las piernas a su rival para hacerla caer también.
-No venimos para pelear, sino a hacer negocios, Joven Dama – Dijo el Estafador en un tono galante que no encajaba para nada con su figura embarrada.
-¡Fantástico! – Exclamó feliz el estafador – Prometo que no te arrepentirás – Un juramento muy arriesgado, considerando lo volátiles que eran ambos en cuanto a humor y planes ¿Pero qué más podía decir? Matt siquiera estaba seguro si llegaría vivo al final del día. Y precisamente estaba pensando en eso cuando comenzó a sentirse mareado, aunque aún era lo suficientemente leve como para poder seguir hablando sin llamar la atención de su compañero.
La respuesta del Zorro hizo que Owens se riera con ganas, no se había esperado un comentario semejante, pero tenía que admitir que era bastante acertado. Se secó las lagrimas con una mano mientras que con la otra intentaba agarrar una de las patas del pollo, como costaba sacarla, desenfundó su propia daga y cortó de modo desprolijo su porción.
-Eres el matrimonio que más tiempo me ha durado entonces – Y no se refería a lo de los “cincuenta años”, sino al tiempo que llevaban como amigos – Ains, algún día lograré que me correspondas, Mi Querido Zatchi – Sonrió y le dedicó una mirada embelesada, mientras le daba un mordisco a la pieza de pollo.
Al final Matthew derramó lo que quedaba de la bebida en un costado, no había forma de que tomaran eso sin intoxicarse, y para terminar la bella velada arrojando la botella al fuego. Si Zatch se lo hubiese permitido, habría ido agarrado del brazo con él por toda la ciudad, en primer lugar porque La Maldición estaba ejerciendo su efecto con más intensidad, pero además porque cualquier excusa era buena para tocar el suave pelaje del zorro.
Reconoció rápidamente la parte de la ciudad en la que Zatch encontraría a la primera de sus acompañantes, ese podía ser considerado como el primer “barrio” de Ciudad Lagarto. Era el sitio donde habían acomodado las primeras tiendas, cuando aún tenían que dormir en el piso, con una daga bajo la almohada por si alguien quería robarte mientras dormías. Matthew recordó esos meses con apenas un poco de nostalgia, hoy en día aún tenía un arma bajo la almohada, pero ya no dormía en el piso, eso sí.
-¡Gusto en conocerte, Engla! – Exclamó Owens también alzando la voz - ¿Cómo te encuentras en esta hermosa…? – Miró al cielo antes de continuar- … ¡Tarde!-
La mujer los miro con desconfianza durante alguno segundos, luego chasqueó la lengua y se decidió a salir.
-Nada de buenas, les hice una pregunta – Era como un muro de hielo sobre el que rebotaban todos los intentos de Matthew por caer en gracia.
-¿Ella es? Parece un encanto de Señorita – Le comentó al Zorro como si la mujer no estuviera en frente de ellos y, por lo tanto, no pudiera escuchar cada palabra que decían – ¿Todos tus elegidos van a tener un carácter tan cautivador? – Estaba jugando con la paciencia de la chica, Matt era un especialista en eso de irritar a la gente.
No hubo mediación de palabras, la mujer dirigió un golpe hacía el rostro de Owens, el cual lo esquivo, pero como efecto secundario de la maldición que lo aquejaba, perdió el equilibrio y cayó al piso. Fue una situación graciosa, porque la muchacha estaba sorprendida de que Matt hubiese podido esquivar su golpe, y el Virrey estaba sorprendido por haberse caído, pero el Humano se recuperó más rápido y le dio una patada en las piernas a su rival para hacerla caer también.
-No venimos para pelear, sino a hacer negocios, Joven Dama – Dijo el Estafador en un tono galante que no encajaba para nada con su figura embarrada.
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Re: Más por viejo que por zorro [Privado]
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