Gélidas Sospechas [Libre] [Noche] [Cerrado]

**Cohen** Sáb Ene 07 2023, 14:53

Jardín Botánico de Sacrestic Ville.
Invierno. Temperatura en este post: 0 grados

Tras el despertar, Cohen notó rápidamente el brusco descenso de la temperatura. La habitación pese a no tener ventanas y estar completamente cerrada, estaba helada.

Al otro lado de la estancia, Peter se vestía. Sus visitas diurnas, tras el amanecer, al fin de su turno, eran ocasionales. Cohen le permitía pasar, mantenían relaciones íntimas, dormían y a la llegada de la próxima noche, cada cual volvía a su propia rutina nocturna.

Pero conocía lo suficiente al humano para percatar en su rostro que algo parecía preocuparle. Cuándo el vampiro le miró, todavía algo somnoliento, el soldado comenzó a aclararle la situación.

―Ha nevado mucho. Unos siete centímetros. El aire es el más gélido que he sentido jamás.

Cohen expiró el aire de sus pulmones y dio un resoplido de queja. La preocupación llegó enseguida a su mente y salió de la cama rápidamente ante el asombro del humano, que no parecía comprender qué sucedía.

―¿Qué ocurre?
―Isabella…

Tras vestirse apropiadamente, abrió la puerta y comprobó que el ocaso ya había llegado. Cohen corrió en dirección al cercano jardín botánico de Sacrestic Ville, arrastrando tras de sí la pesada manta de su cama. Tras él, sentía los pasos de Peter, que preguntaba que sucedía y no comprendía el estado de su extrema alarma.

Sin duda, la temperatura era muy fría. El vampiro no recordaba haber experimentado aquel frío jamás en la ciudad. La cantidad de nieve ya era lo suficientemente importante cómo para ralentizar la carrera del más veloz de los corredores.

Tras unos minutos, en uno de los rincones más privados del jardín, Cohen divisó la fría figura de Isabella bajo unas mantas.

―¡Peter! ¡Enciende el fuego! ¡Rápido!

La joven alzó la cabeza para mirar al vampiro. Su estado, cómo cada invierno, era lamentable. Su rostro estaba azulado por la falta de aire y su respiración parecía entrecortada.

Había visitado a la joven a lo largo del último año. En primavera, estaba feliz. En verano, con multitud de visitantes, estuvo social y desbordante. En otoño, su melancolía y preocupación aumentó. Ahora, en el duro invierno, sólo le quedaba la supervivencia.

Cohen se sentó tras ella, rodeándola rápidamente con el calor de su cuerpo, envolviéndose también él con la manta de su cama. Tras sentir el contacto con su piel, comprobó que la joven tiritaba de frío y parecía estar al borde de la hipotermia.

―¡Está loca! ¡Debe entrar dentro! Si sigue ahí, va a morir.
―¡Haz el fuego, joder!

La orden fue suficiente para que Lannet comprendiera que había algo que no lograba entender de aquella situación y comenzó a hacer una pequeña hoguera sobre la nieve. Cohen comenzó a dar su cálido aliento sobre el cuello de la chica. Con otro humano, no hubiese dudado en morderla. Pero la infección de su sangre, su grave enfermedad, la hacía una de las humanas más peligrosas que vivía en la urbe.

Frente a ellos, el arbusto de la Rosanera. No quedaba ni una sola flor en él. Sólo las numerosas y afiladas espinas que portaba uno de los venenos más peligrosos de Aerandir. Había serios peligros de que la planta se viera gravemente perjudicada con la nevada… Si la planta terminara pereciendo, a la joven le llegaría la muerte pocos minutos después.

**Zagreus** Lun Ene 09 2023, 22:52

Llegar a la capital del oeste había sido toda una proeza, luego de nuestro viaje al Archipiélago Illidense debía volver a Sacrestic para continuar tras el rastro de los pergaminos del Dios vampiro que nuevamente apuntaban a la ciudad ocupada por humanos. No obstante, a diferencia de mis otras varias visitas a la lúgubre villa, en esta ocasión una espesa capa de nieve dificultaba el camino.

Ya una vez dentro de la Villa. el clima no mejoraba. Un frío intenso, similar a las oleadas heladas del norte que resultaba atípico en la ciudad vampírica, azotaba Sacrestic. Desplazarse en la noche solo acentuaba el frío, haciendo que el estar en las callejuelas de la ciudad fuera un incordio para los de sangre maldita.

El respirar venía acompañado de un vaho espeso y el simple tacto con el viento parecía quemar las manos desnudas. Debíamos buscar cobijo, pero antes de asistir a la posada ya conocida, preferí desviarme para aprovechar la noche que apenas iniciaba y hacer una visita.

La maga seguía mis pasos, sabía su deseo de perfeccionar sus conocimientos en plantas, y sabía quien podía ser el mejor maestro para ello. – No te quedes atrás – la nieve enlentecía los pasos mientras en una pequeña callejuela me acerqué a la puerta de la Flor Inerte. Extrañado porque la señal de aviso no estaba encendida, decidí tocar la puerta de madera.

Si alguien puede enseñarte algo sobre plantas es Cohen, eso sí, tiene sus mañas, así que no lo saques de quicio. Y no digas nada de lo que ocurrió en la isla y mucho menos en la mansión. – dije recalcando mis últimas palabras con tono amenazante. Tenía confianza en el vampiro, pero resultaba prudente resguardar los hechos ocurridos, sobre todo contemplando lo que podría ocurrir en Sacrestic en un futuro.

Hmm...

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La puerta no respondía, pero huellas confusas en la nieve delataban que recientemente había habido movimiento. Empecé a descender por el callejón siguiendo el rastro, era difícil, ya que las huellas se difuminaban con lo que parecia ser una capa, seguidas por otro par de pies. El camino parecía dirigirse al jardín donde ya tiempo atrás había conocido a una inminencia en botánica. Si tan solo siguiera vivo, el señor Rappaccini hubiese sido de ayuda en los estudios de herbolaria de Itzamaray.

Itzamaray Mar Ene 10 2023, 07:25

El frío moderado era algo que le complacía, pero lo que sentía en ese momento era apenas tolerable, pues el viento mordía su piel con fiereza, sus ojos ardían y a pesar de estar cubierta con las ropas extras que consideraba más abrigadoras, la temperatura era incómoda para el hecho de estar a la intemperie, y ni decir de la nieve que daba a cada paso un pesar. Sus manos aferraban la capa para cubrirse por completo, y el velo en realidad no hacía mucha diferencia en el impacto en su rostro. Pero detenerse no parecía estar en los planes del vampiro por lo pronto, dejando a la bruja a expensas de un camino gélido.

Sin contar distancias ni pasos, puesto que aquello sólo haría del camino una odisea infinita, no se percató cuando entraron a los alrededores del taller de Cohen, y es que el blanco de la nieve ocultaba a la vista detalles, lo cual impidió que reconociera el lugar de inmediato, mientras tanto escuchaba las palabras de su señor y asentía, mientras que redoblaba esfuerzos para no dejar demasiada distancia entre los dos, no esperaba que considerara lo complicado que era para ella afrontar éste nuevo ambiente, sólo era cuestión de acostumbrarse, supuso.

En el instante en que dijo aquel nombre, se avispó, dando un respingo y sólo cuando él terminó la frase, observó bien el lugar donde estaban, lo que confirmaba que sí, hablaba del mismo Cohen. -Yo… lo conozco. Si, lo conocí antes de volver a vernos. Y no, amo…. no diré nada.- Decía procurando no abrir demasiado la boca para no inhalar de lleno tanto aire frío. Al tocar la puerta el vampiro, ella deseó de verdad que abrieran pronto, queriendo entrar y descansar un poco de éste clima, pero no fue así.

-¿Amo?- A penas en un susurro le llamó, y acto seguido, tomó rumbo para seguirle de cerca, extrañada de lo que llamase la atención del vampiro, pero ello causó interés en ella de saber qué percibió, moviéndose un poco al costado para notar por encima, unas cuantas huellas. Al poco rato de caminar siguiendo dicho rastro, el ambiente le pareció familiar, pero una vez más, la nieve dificultaba todo, pues sólo había estado una vez ahí, y fue muy de prisa la visita. Teniendo que dar un paso tras otro en la espesa nieve, sólo podía pensar en lo mucho que quería volver a las islas, sin duda nunca tuvo que afrontar un frío de ese calibre ahí, y desesperanza era el sentimiento que le daba no encontrar a Cohen por los alrededores. ¿De dónde se habrían conocido? No había pensado hasta ahora en cómo es que Zagreus tenía relación con él, tampoco es como si fuese a atreverse a cuestionarlo mucho, había momentos y formas, y éste no era uno de ellos. Así entonces sumida en el silencio debió seguir el trazo en el camino que dejaba el vampiro hacia un jardín sepultado en la inclemencia gélida del clima.

**Cohen** Jue Ene 12 2023, 13:54

El contacto de su cuerpo con el de la humana le ayudó a entrar ligeramente en calor. Aquella noche resultaba imposible para cualquier ser humano: si la joven (y la flor) lograba sobrevivir a aquella tormenta, sería un auténtico milagro…

El fuego de Peter fue creciendo poco a poco. Había amontonado parte de la leña en un pequeño montículo que ahora comenzaba a arder. Durante unos segundos, el vampiro le observó en silencio. ¡Le hubiera resultado tan difícil encender ese fuego por sí mismo!

Lannet le devolvió la mirada y realizó un gesto de extrañeza. Sin duda, el soldado no entendía la situación, que era demasiado compleja.

Isabella respiraba ya más lentamente y su cuerpo comenzaba a entrar en calor. Sin embargo, al vampiro le preocupaba el estado de la planta. Aunque la Rosanera era resistente, podría resultar dañada y eso sería el fin de la chica.

La verdad era que el vampiro le había terminado cogiendo cariño a la chica. En el último año, desde su primera incursión en aquel jardín, la joven humana y el vampiro habían estrechado lazos. Sobretodo, teniendo en cuenta el secreto que les unía…

―¿Estás mejor?

Isabella se limitó a asentir. Sólo una suave sílaba parecía salir de sus labios. El calor del fuego era ya evidente y la candela que Peter había logrado encender tenía unas llamas que alcanzaba ya los veinte centímetros de altura.

―¿Está mejor? ―preguntó el humano cuándo el vampiro volvió a dirigirle la mirada― ¿Qué…?

Antes de que pudiera terminar su pregunta, el humano alzó la vista hacia un punto determinado del horizonte. Cohen, notando que algo pasaba, dirigió también la vista hacia ese lugar para ver dos figuras aproximándose en la tormenta. “¿Quién diablos está tan loco para estar afuera en una noche cómo ésta?”

Algo desconfiado, se preparó para afrontar cualquier situación. Pero su cuerpo se calmó cuándo distinguió que una de las figuras era Zagreus. Lo que no esperaba era ver a su acompañante: Itzamaray. No la veía desde la noche de los Aeros de Sangre. ¿Acaso se conocían?

―¡Mira Isabella, quién ha venido a vernos!

La joven humana alzó la vista hacia ellos, mientras su cuerpo continuaba tiritando de frío, sin haberse aún acostumbrado al calor de la hoguera. Su helado cuerpo rozaba la hipotermia y si lograba entrar en calor, aún tardaría un rato más en ello. Apenas pudo articular palabra.

―Siento no saludaros como debería… pero Zagreus, imagino que entiendes esta situación tan bien cómo yo.

Cohen permaneció sentado intentando que Isabella entrara en calor. La curiosidad le hizo querer preguntarles qué le traía hasta allí y cómo se conocían, pero ahora mismo, su interés en ellos era secundario.

―Acercaros al fuego si necesitáis entrar en calor... Peter está ahí. Estoy seguro de que ambos le recordaréis…

Itzamaray había sido dura con Peter la última vez que se habían encontrado… pero sus palabras iban dirigidas hacia Zagreus: su compañero debería tener cuidado de hablar. Al fin y al cabo, el líder de los soldados humanos desconocía que se encontraban ante una asesina y sus dos encubridores… y Zagreus desconocía que ahora Peter era su amante.

**Zagreus** Dom Ene 15 2023, 03:21

El rastro continuaba dentro del jardín, dirigiéndonos hacia una luz tenue que poco a poco se iba acrecentando. Mientras caminaba entre la alfombra de nieve reflexionaba sobre el hecho de que Itzamaray ya conociera a Cohem, eso podría ahorrar las presentaciones, pero explicar el porqué estábamos juntos en aquella noche podría ser complicado.

Al llegar al origen de la luz, una pequeña fogata que calentaba a los allí presentes: Cohen quien con su cuerpo arropaba a la débil Isabella, y a un lado Lannet, quien avivaba las flamas. El vampiro se disculpó por no saludar de una forma más cordial, pero no era necesario un análisis exhaustivo para entender el contexto de aquella escena. La pobre joven Isabella, maldita por su padre, sufría de hipotermia a causa del frío que no solo arremetía contra ella en la intemperie de aquel jardín, sino que también rasgaba su vida a través de la rosanera, aquella flor de la cual dependía.

Me mantuve en silencio ante los comentarios de Cohen, me limité a asentir con la cabeza, en otro momento ya habría tiempo para las formalidades. No obstante, el ver a Peter Lannet en aquella posición me resultaba sumamente llamativo. Ciertamente, el humano se había ganado parte de mi estima tiempo atrás, pero recientemente mis ideales sobre la ocupación de los humanos en Sacrestic había empezado a cambiar, desarrollando en mi rechazo a los invasores de una tierra a la cual no pertenecía, pero simbólicamente significaba un golpe a mi raza.

Tras hacer contacto visual con el humano, volteé rápidamente a ver a Cohen, sin hablar quería darme a entender con el vampiro, en mis adentros preguntaba ¿Qué hacía él aquí? Al final de cuentas, él era parte de la ley en la villa y estábamos parados sobre la escena de un crimen, del cual la principal testigo y sospechosos se encontraban ahí.

Me volví al humano para dirigirme con sarcasmo – Saludos general, llamativo encontrarlo aquí… supongo que el líder de los soldados humanos tiene el deber de cuidar por… Todos… los habitantes de Sacretic. – dije sin mostrar emoción alguna en mi rostro – qué afortunada es la joven Rappaccini… - Hipócrita, resultaba evidente pensar que no haría lo mismo por un vampiro en alguna callejuela de aquella tétrica y oscura ciudad. No me importaba en realidad, tampoco me importaba la mayoría de vampiros, pero el vanagloriarse como héroe era algo típico de los humanos, y ese orgullo me irritaba.

Hay que hacer algo con la rosa, ¿alguna sugerencia Cohen? – advertí contemplando que de nada valdría el calor en el cuerpo de la joven si la vida del arbusto de rosas negras perecía.

Itzamaray Mar Ene 17 2023, 06:47

Habiéndose aproximado lo suficiente a donde aguardaba Cohen que arropaba con el cuerpo a una joven rubia y estaba además el soldado que conoció aquella noche en la entrada del cementerio, se detuvo en seco tras Zagreus y procuró no salir de ese rango, moviéndose hacia el lado derecho donde de frente veía a Cohen. Y no era por miedo al soldado, o quizás un poco, pero mientras menos conflictos estando Zagreus presente, mejor. La joven bruja sólo asintió con la cabeza, como una breve reverencia de saludo, la chica a quien llamó él como Isabella conocía a Zagreus, a decir por la mirada, pero el asunto de que los vampiros se conocieran, sumado que al parecer llevaban una cordial relación le causó sorpresa.

Era evidente que algo escapa del conocimiento de la hechicera, que al fijarse en el juego de miradas de los presentes sólo podía intuir que algo había detrás de ello, atribuyéndole a la naturaleza humana del soldado y la forma en que su señor los veía, más al ser meras especulaciones se reservó ante ello. En completo silencio y, visiblemente temblorosa, no se movió del costado trasero de Zagreus. -Si...- Dijo quedamente. Para después escuchar un afilado comentario de parte de su señor, dejando las barajas de una nula simpatía por el humano, en la mesa. Pero el frío le mordía la cara a pesar de lo muy cubierta que estaba y sus intentos de envolverse como un murciélago en sus alas, pero en los pliegues de la capa. Debiendo así acudir al candor de la hoguera, casi acuclillarse a un costado a una distancia prudente, pues el fuego no era su elemento preferido, si no que casi le temía. -Gracias...- Agregó en voz tenue y cuyo tiritar era menor, diciendo la palabra al humano pero sin mirarlo, no podía ser maleducada ahora mismo.

Una vez que el creciente calor iba tomando fuerza en la fogata, se dirigió a los vampiros: -Amo, ¿puedo preguntar de qué rosa habla?- Indicando su intriga. Si se observaba a la joven, tenía un aspecto encantador a la par que famélico, se preguntó si estaría enferma, ¿sería acaso que necesitan una flor medicinal para ayudarla, o estaba sobrepensando las cosas y se trataba de algo distinto a lo que se referiría? ¿Es su imaginación acaso, o su señor tenía alguna clase de cercanía con la muchacha? Estrechó la mirada, ahogada en un sentimiento repentino, que no sabría describir, pero era casi un asunto de instinto o precaución, sobre algo que no estaba del todo segura que existiera.

-Cohen, no debería estar ella en...- detrás de donde se encontraba Zagreus, le pareció percibir una sombra, poniendo mayor atención a dicho detalle, en efecto había algo en camino hacia donde ellos se encontraban. Lo que se aproximaba era algo alto al parecer, pues cuando sus pasos estuvieron a tan solo metros de donde su señor, casi le llegaba a la misma medida si no es que un poco más pero el ojo podría fallarle en calcular aquello. Tenía una apariencia desaliñada, con un ropaje aparentemente elegante que a la vez viejas prendas mal combinadas, su pelo era un manojo de rulos desentendidos y rebeldes con un color gris que evidentemente era el resultado de canas abundantes entremezcladas con lo poco de cabello oscuro que quedaba. Su expresión transmitía estar un poco serio y desorientado, pero su mirada no lo era tanto, había una cierta vivacidad en ellos, una que se hizo mucho más notoria cuando miró a Zagreus y su semblante inmediatamente se transformó, a la de asco y una especie de enojo. Pero la escena era sumamente extraña, la ceja alzada, la ancha nariz que movía las aletas al respirar y, la sonrisa ladeada cómo si asumiera cosas, la bruja realmente no podía explicar lo que transmitía el visitante adicional.

La bruja se puso de pié de un salto, pues además no acudía en solitario, detrás de él venía alguien más, un joven que lucía de la misma estatura y complexión que la bruja, pero en contraste a la forma robusta de mirar del primer tipo, éste lucía más solemne, como si todo a su alrededor le causara el más apesadumbrado aburrimiento. Acto seguido, el hombre acorta la distancia entre Zagreus y él, lentamente como si necesitara crear una presencia dominante en el escenario: -Rolo, ¿no te parece curioso ver sanguijuelas aquí a la intemperie?- Sus manos estaban aún metidas en lo que parecía bolsos a los costados de una desgastada capa corta. Separó los labios para sonreír y mostrar unos dientes que a diferencia del resto de su apariencia, eran relativamente alineados, grandes y con los caninos un poco prominentes, apenas superando la altura del resto de su dentadura. Miró al vampiro de arriba a abajo, para luego tan sólo ladear el rostro una nimiedad y poder ver claramente a Cohen. Con algo de tensión encima hizo amago por cubrirse entera, mirando hacia el suelo y encogiéndose, pues recordaba un detalle, el cual se cubrió por completo por la capa y, buscando ocultarse antes de que la flor hiciera efecto y la metiera en problemas como había sucedido en varias ocasiones antes, prolongando que hiciera el efecto en alguien en tan inoportuno momento.

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OFF:

**Cohen** Vie Ene 20 2023, 20:51

Temperatura actual: -1 grado bajo cero.

Mientras se producía el encuentro, Cohen se dio cuenta de que Zagreus estaba muy frío respecto a Lannet. El odio de la joven bruja hacia el humano había quedado patente en su encuentro anterior, por lo que Peter, una vez más, se veía apartado por otros. A pesar de que él no era nada tonto y era consciente de la situación, no respondió al sarcástico comentario del vampiro y continuó avivando el fuego.

La atención de Cohen fue de nuevo a Zagreus y Itza. La joven parecía algo contrariada respecto a Isabella, mientras que el vampiro quería idear algo para intentar que la rosa no fuese dañada por la tempestad.

―Quizás deberíamos…

Antes de que pudiese terminar la frase, notó como el cuerpo de la joven bruja se tensaba por completo y llevando la vista hacia dónde ella dirigía su mirada, pronto distinguió un par de siluetas en la nieve.

Unos pasos más tarde, le permitió distinguir a dos hombres. Itza le tapaba la vista por lo que tardó en captar los detalles de las facciones de ambos. Pero observando cómo el mayor de ellos parecía encarar a Zagreus, dejando ver sus dientes caninos más afilados… Licántropos…

―Disculpen. ¿Pueden decirme que están haciendo aquí? Soy el propietario de este jardín botánico y les ruego que lo abandonen de inmediato.

El hombre más maduro dejó de observar a Zagreus para mirar al otro vampiro con curiosidad. Dio un paso adelante, acercándose a la hoguera. A su izquierda, Itza parecía algo asustada. A la derecha, Peter había llevado su mano a la empuñadura de su espada.

―Así que tú eres Nikolas Cohen… ¡vaya! ―añadió asombrado al ver a Isabella, rodeada por aquellas mantas, aún temblando, sentada frente al fuego― Y supongo que tú eres Isabella Rappaccini…

Cohen sintió cómo la joven asentía ligeramente con la cabeza, aunque su frágil estado le impedía actuar con normalidad. Su respiración era cada vez más agitada.

― Mi nombre es Seodem. Él es mi acompañante, Rolo. Estamos bajo las órdenes del Magistrado Oldman, de Lunargenta. Hemos sido contratados para averiguar el paradero del alquimista Ragnus Rappaccini, desaparecido en extrañas circunstancias desde hace un año.

Seodem les observaba a ambos. Cohen notó cómo el cuerpo de Isabella se había tensado en el momento en que habían nombrado a su padre y durante unos segundos, le mantuvo una desafiante mirada al licántropo.

―Y al entrar aquí, encuentro a su hija entre los brazos del misterioso hombre al que el botánico cedió la propiedad del jardín. ¡Sospechoso! Me gustaría hacerles algunas preguntas… a todos…

Cohen miró a cada una de las personas que estaban allí. Zagreus parecía haber escuchado con atención, aunque su rostro no le revelaba nada especial. De todas formas, no dudaba en que guardia silencio. Itza parecía insegura, algo atemorizada. Al tratar de marcharse, la voz del hombre joven se escuchó por primera vez.

―Joven, no vaya a ningún sitio― le dijo Rolo, dando un par de pasos hacia ella.

En ese momento, Cohen miró a Peter. Conociéndose ambos cómo ya lo hacían, sabía que el soldado se sentía obligado a ayudar a los dos detectives. Al fin y al cabo, el Magistrado de Lunargenta había mandado averiguar el paradero de Ragnus. Igualmente, no dejaba de sentirse seguro a su lado, ya que sabía que el humano no le deseaba mal alguno.

―Está bien. ¿Qué quiere saber?

Un gélido aire frío se alzó de repente y la Rosanera parecía más inestable que nunca.

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#00ccff: Seodem, el líder y maduro
#ffff00: Rolo, el joven

Dejo imagen de Seodem, el investigador líder que ha venido a investigar sobre Rappaccini. Me he inspirado en Colombo y su olfato para el crimen (?).
Como Rolo, su acompañante, es creación de Itza, le dejo la libertad de que le otorgue la apariencia que ella desea (si desea hacerlo)

Spoiler:

**Zagreus** Miér Ene 25 2023, 22:33

El silencio de Lannet a mis provocaciones reflejaba una de aquellas cualidades que estimaba del humano. No obstante, la razón de su presencia en aquel jardín no quedaba explicada aún, quizás más adelante tendríamos tiempo para satisfacer mi curiosidad, debíamos actuar para proteger el rosal.

La ingenua maga preguntó por los efectos de la flor y porque mi preocupación por protegerla, y justo antes de proceder a responder a sus dudas, dando cátedra de la Rosa Mortis me contuve. El explicar con detenimiento la situación de Isabella podría ser llamativo para el soldado humano que avivaba las llamas de la pequeña fogata. No sabía cuáles serían sus intenciones, por lo que actuar cauteloso era lo más sabio. Centrándome en la acción procurando pasar desapercibido, di unos pasos en dirección al rosal esperando indicaciones del alquimista que conocía bien sus plantas.

Sin embargo, las directrices del vampiro se vieron ahogadas por un silencio denso. Las miradas de los presentes se dirigieron a la negrura del jardín que distinguía dos figuras acercándose a nuestra posición iluminada por las llamas.

Uno de los hombres con actitud altanera se acercó a mí tratando de plantar posición y dominancia de aquella particular reunión. Guardé silencio, manteniendo una actitud sobria sin desviar la mirada. No podía mostrar atisbo de duda con los extraños.

Cohen actuó desde su irritación ante la imprudencia y grosería de los dos sujetos, pidiendo que se marcharan de su propiedad. A lo que en respuesta, con tono soberbio dejaron en claro su misión, investigar la desaparición del botánico. Si bien el hombre de pelo canoso hablaba desde la pedantería, en sus palabras se asomaba la convicción y la experiencia. Ahora, de la manera más inoportuna, me encontraba envuelto en el caso.

No sé que hacen todos ustedes aquí reunidos con este frío, ciertamente en nuestra lista destaca el señor Nickolas y la joven Isabela… pero no vamos a escatimar en esfuerzo, ¿cierto Rolo? – Es así señor Seodem. – respondió de inmediato el joven. – Así que hasta que yo lo diga, nadie podrá abandonar este jardín. Cuando arrinconas a una presa, el miedo huele más fuerte… y mi olfato no se equivoca… - señaló con una sonrisa orgullosa mientras sus fosas nasales se abrían de forma notoria mientras olfateaba el aire sentenciando su frase.

Oh, no me había fijado… tú debes ser el tal Peter Lannet. – dijo Seodem al humano que cruzaba miradas con el vampiro alquimista. - Sabes chico, yo era muy amigo de Frank Ganz, y cuando me informaron que tú cubrirías su puesto no pude quitarme la cara de asco por varias horas. No lo tomes personal, pero todas esas proezas que te pusieron en el puesto que hoy cargas me parecen nimiedades. – señaló mientras con su meñique se limpiaba la oreja para luego ver el resultado sobre su dedo, como si haciendo una conducta tan trivial le quitara seriedad a sus comentarios. – Pero no te preocupes, al parecer esta asquerosa ciudad no ha sido más un dolor de cabeza en la capital. O por lo menos por ahora… - dijo escéptico. – Me gustaría comenzar con usted, ya que estoy seguro que estará dispuesto a ayudarnos en la búsqueda del señor Ragnus o de los implicados en su "desaparición"... no querrá hacer que piense que es un sospechoso. – continuaba el licántropo retando al humano con su sonrisa altanera.

Todos serán interrogados de manera individual, Rolo se encargará de cuidar que no hablen mucho mientras me aparto para charlar con el “gran” Peter Lannet. – mientras el hombre con sus manos dentro de su capa caminaba para alejarse de la hoguera invitando al humano a “conversar”, lanzó una última advertencia sobre el resto de los que permanecíamos allí en silencio.

No intenten hablar mucho entre ustedes, tengo muy buen oído. Apenas termine de confirmar que Lannet puede ayudarnos, me gustaría hablar con el “dueño” de este jardín. Luego seguiré con el resto…

Confiaba en que el humano no nos delataría o aumentaría las sospechas sobre nosotros, al igual que sabía que Cohen tenía las herramientas para salir airoso con sus mentiras. Pero mis dudas crecían con las dos jóvenes que nos acompañaban. Por un lado, Isabella en su estado actual era frágil y parecía preocuparse más por el frío y la rosa que marcaba su destino que en elaborar una coartada. Por el otro estaba Itzamaray, ella era ajena a lo ocurrido tiempo atrás en aquel jardín, y ciertamente desconocía todo lo relacionado con los Rappaccini, pero en mis adentros su vulnerabilidad me causaba una especie de necesidad de protegerla. No era habitual en mí querer defender o auxiliar al otro, pero en lo más visceral de mi ser, aquello que lo racional no explicaba, no podía permitir que le pusieran una mano encima.

Itzamaray Mar Ene 31 2023, 21:02

¿Era posible tener esa altanería? Ni siquiera conocía a los presentes bien como para dar por sentado que podía dirigirse así, creía ella, que también debió detenerse para evadir hacer un problema por escabullirse, permaneciendo con la cabeza cubierta. Para fortuna de la maga había pocas cosas que entendiera del todo en esa palabrería del tal Seodem. Pero lo que sí pudo entender era el asunto de una desaparición, el padre de la chica que estaba con Cohen, pero se le vino a la mente que no culpaba al supuesto investigador, por pensar primero en el vampiro. Desde el asunto de los Aeros le daba la impresión de que, Cohen tendía a inmiscuirse profundamente en situaciones sumamente delicadas, ¿cuáles serían sus razones? La verdad es que no se lo preguntaría, pero de pensar, podía pensarlo.

¿Asquerosa ciudad? Bueno si lo era debería dar las gracias a su propia especie, que habían invadido la misma. El tipo se tomó el liderazgo y el mando, como si en todo caso tuviera autoridad ahí ¿la tendría? Al llevarse a Lannet, y hacer su amenaza a los demás, tuvo que inspeccionar un poco al joven que lo acompañaba, Rolo. La joven rubia lucía bastante mal cuando volvió la atención a los demás, el frío a cada ráfaga que llegaba de viento, calaba mucho más profundo en la bruja y suponía en la otra chica.

Esperó un poco, considerando si no sería más sencillo matar a los dos entre todos y zanjar el tema, pero luego le pareció tonta la idea, si los había enviado ahí a investigar y no volvían, eso sólo haría todo más grave y se acabarían envolviendo en algo que hasta donde ella sabía, no tenía nada qbe relación con su señor. Demoró unos minutos más para que Seodem volviera con Lannet, que parecía poco contento con el tema. -Vamos, es turno del “honorable” propietario del jardín.- Lo dijo con un tono desagradablemente sarcástico y alzando una ceja en dirección a Cohen. -¡Vamos, vamos! La señorita Rappaccini puede esperar junto al fuego, o es más, le solicito, señor Lannet que me ayude a escoltarla dentro de un lugar seguro. En ese momento Itzamaray reconoció en la rubia una expresión casi de pánico, ¿necesitaba estar ahí o no quería irse con ellos simplemente? ¿No era esto para encontrar a su padre, por qué no cooperaba o se alegraba? Pero cómo hija de un hombre aborrecible, quizás podría entender que hubiera un asunto entre los dos que la hiciera dejar de lado si desaparecía o no, incluso haciéndole un favor a la chica al desaparecer.

Lannet por su parte sugirió que era mejor estar ahí para la vigilancia, como si aparentemente estuviera de su lado, pero sin darle realmente lo que quiere. Se llevaron a Cohen, y ya estando alejados del resto iniciaba su interrogatorio. Itzamaray se comenzaba a fastidiar, era un clima terrible y el tipo con su asistente no parecían entender o siquiera sufrir por ello. Obviamente quejarse podría molestar a Zagreus, por lo que todo el rato que Cohen permaneció en el interrogatorio debió digerir su incomodidad.

Mientras tanto Seodem iniciaba una letanía de preguntas, más por protocolo que por asegurarse de nada, si algo tenía en mente era a ese vampiro. Y, seguramente, no habría actuado solo, sumando ahora que Lannet estaba casualmente aquí, reunido. Nada más hablar Cohen, el licántropo observaba con una expresión inmóvil, cada mueca hecha por el vampiro.

Código:: -¿Desde cuándo conocía al señor Rappaccini?´¿Y con su hija? -¿Era una relación de confianza, acaso? ¿Trabajaba para él, o es que la vida tiene tantas casualidades convenientes? -¿Bajo qué razón habría el señor Rappaccini, dejado la valiosa propiedad, en sus manos? ¿Tiene a la mano, los dichosos documentos de propiedad, con nombre y apellido del funcionario que ha testificado tal caso? -Dígame una cosa, ¿qué clase de negocio atrae al “Señor” Lannet con usted? -¿Qué hace usted para poder vivir, además de tener amistades “influyentes”? -¿Qué actividad tan interesante podría haber reunido a tantas personas, entre ellas la señorita Rappaccini, y el “majestuoso” Lannet, a éste jardín, bajo éstas inclemencias del clima? -¿No le importará que revisemos los alrededores de la propiedad, y la casa del señor, vamos, cada rincón, verdad?

-Nos vamos a congelar aquí.- Dijo mientras observo a Isabella, no lucía para nada bien, no entendía realmente qué la traía aquí, a sufrir un frío tan atroz, en medio de la noche. -¿Y bien? ¿Qué les ha traído aquí, en primer lugar?, le recuerdo señorita que nosotros hemos llegado hasta ustedes, no fueron obligados a venir.- Agregó severamente el joven, que a pesar de lo bajo y delgado, se apreciaba que entrenaba en alguna clase de combate. Itzamaray no quiso responder, no tenía una razón que dar, y si hablara sería hablar de asuntos de Zagreus, y eso no iba a suceder. Sólo chasqueó la lengua. -Cuide su actitud, no somos simples ciudadanos de esta pocilga. Tal vez el señor Lannet debería explicarle cómo funcionan las cosas.-

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OFF:

**Cohen** Jue Feb 02 2023, 15:55

Temperatura actual: -2 grados bajo cero.

El que ejercía de sabueso terminó llevándose a Lannet con él. El soldado humano siempre se mostraba colaborativo, además por el cargo que ostentaba, tenía el deber de implicarse en aquel asunto. Ahora bien, se le notaba algo molesto por la presencia de aquel hombre en la ciudad.

Seguramente Peter esté pensando por qué no se le ha notificado la desaparición de Rappaccini y por qué le han enviado a otro a investigar estando él ya en Sacrestic.

De todas formas, Peter poco sabía sobre el asunto, salvo que él mismo había informado de la denuncia que éste interpuso contra Zana, su conversora, cuándo ésta entró en el jardín. Era lo único que sabía… pero ¿se acordaría? ¿Lo compartiría con él?

El otro chico se había cuidado custodiando a los demás. Cohen se limitó a abrazar a Isabella, mientras la joven tiraba de frío. Llevaba horas a la intemperie y el vampiro dudaba mucho de que pudiera continuar así. Entre la falta de oxígeno y la hipotermia, el vampiro tenía serias dudas de que la joven lograse terminar con vida la noche.

Cuándo el interrogatorio a Lannet terminó, aquel hombre detestable insistió en que acompañaran a Isabella al interior.

―Peter, que nadie toque a Isabella…

No sabía por qué, en su interior, brotó una extraña sensación, mirando igualmente a Itzamaray y sin saber por qué motivación pronunciaba esas palabras, añadió:

―Protege a Itza también… [1]

Dejó a la joven humana frente a la flor y se marchó tranquilo al observar que el humano ocupaba su lugar, rodeando con su cuerpo a la chica, para protegerla del frío viento.

Al llegar dónde Seodem le esperaba, el vampiro le lanzó una mirada despreciable. Podía acabar con esa molesta situación en cuestión de segundos, utilizando la magia de su voz, convenciendo al hombre de que nada tenía que hacer allí… pero Cohen estaba seguro de que había algo más de lo que quizás podría sacar información.

―¿Desde cuándo conocía al señor Rappaccini? ¿Y a su hija?
―Sólo vi al Señor Rappaccini en una ocasión, cuándo aceptó que le comprase el jardín botánico… Tengo mi taller en la misma entrada, La Flor Inerte y me vio como un potencial comprador... Nuestra relación se limitó a eso, nada más. En cuanto a Isabella, la historia es mucho más compleja.

Comenzó a relatarle toda la información sobre la Rosanera, la maldición de Isabella y la conexión que unía a la planta y de cómo, tras unos meses conviviendo, había nacido una relación de confianza entre ellos. Y por esa razón, él y Peter se encontraban en ese jardín, bajo aquella gélida ventisca.

― ¿Bajo qué razón habría el señor Rappaccini, dejado la valiosa propiedad, en sus manos? ¿Tiene a la mano, los dichosos documentos de propiedad, con nombre y apellido del funcionario que ha testificado tal caso?
― Dada la situación de su hija y la cercanía de mi negocio, quería vender el Jardín a alguien cercano que estuviera pendiente de Isabella… En cuanto a los documentos, por supuesto que están en mi posesión, pero cómo comprenderá que en Sacrestic no somos tan dados a los reglamentos burocráticos con las compraventas… Además, este era un jardín público hasta que llegaron los humanos…

Cuándo las preguntas llegaron a lo personal, el vampiro sonrió pícaramente. ¿Qué tenía que ver su profesión, su relación con Lannet con la desaparición de Rappaccini?

―Me ofende su pregunta, ya que debería saber que ayudé a los soldados humanos a detener a un asesino en serie en el pasado verano. Asesino que era uno de los hombres a la orden de Lannet, de la máxima confianza de los hombres que desde Lunargenta le han enviado a usted aquí, por lo que más le vale tratarme con respeto.

Las palabras del vampiro parecieron caer en saco roto, porque continuó preguntando, una vez más.

―¿No le importará que revisemos los alrededores de la propiedad, y la casa del señor, vamos, cada rincón, verdad?
―¿Acaso no ha quedado claro que no apruebo la presencia de vosotros en mi jardín? Estaréis aquí el tiempo suficiente para hacer vuestras absurdas preguntas y os marcharéis. No sois bienvenidos en mi casa… En cuanto a Isabella, nadie entrará en su casa, salvo que usted quiera salir con los pies por delante… ¿Me he explicado bien?

______________________________________________

[1] Alusión al efecto de la Flor de Pesadilla en las personas que rodean a Itzamaray.

Preguntas para mi amoroso y sexy Zagreus:

―¿Qué motivos le ha llevado al jardín en aquella noche?
―¿Había visto a Ragnus Rappaccini alguna vez?
―¿Qué relación le une con el desaparecido si lo conoce?
―¿Conocía anteriormente a Isabella?
―¿Qué relación le une con ella si ya la conocía?
―¿Qué relación le une a Cohen y a Peter Lannet?
―¿Qué relación le une a Itzamaray?
―¿Dónde se hospeda en Sacrestic Ville?

Para tu información, Lannet no le ha dicho nada de que le dio información a Cohen y Zagreus sobre la denuncia de Rappaccini a Zana.

**Zagreus** Miér Feb 08 2023, 20:04

Estoy seguro de que el señor Lannet estará dispuesto a colaborar. – Señaló el detective confiado de la participación del humano tras su conversación previa. El solicitar revisar la mansión y buscar los papeles de compra-venta era un paso necesario para los investigadores, y que Cohen se resistiera solo despertaba más sospechas en el licántropo. – Admito que no me caes bien Nikolas – recalcó usando el nombre del vampiro, acentuando el poco respeto que le podría tener. – y por más que quieras hacerte el duro y amenazarnos, creo que no entiendes tu posición. Nosotros somos la autoridad, el hecho de interferir en la investigación y esa actitud a la defensiva tuya – sonrió subestimando al vampiro que miraba con aires de superioridad – no te colocan en una buena posición.

El hombre se giró dándole la espalda a Cohen y empezó a caminar nuevamente en dirección a la fogata. Tras unos pocos pasos se detuvo y volvió a dirigirse al vampiro sin mirarlo. – Esto no ha terminado, te daré un tiempo para que reflexiones sobre tu actitud y espero que la próxima vez que hablemos tú y yo me seas de mayor utilidad. Siendo honesto, Nikolas, en Lunargenta me encargaron investigar una curiosa desaparición, pero yo me inclino más a que aquel hombre ya no camina entre nosotros. Juega bien tus cartas, no creo que alguien como tú sea tan tonto como para asesinar al vecino para invadir su jardín… Así que no tienes nada que esconder ¿no? - mencionó con una sonrisa retadora que el vampiro no podía ver.

Seodem se giró para mirarlo a los ojos y decir una última frase sin dejar que Cohen tuviera espacio para responder. – No creo que seas tan tonto… - repitió altanero – pero si me equivoco en esa afirmación, te recuerdo que yo puedo ser el juez, el jurado… y el verdugo. – Se giró decidido para continuar con el siguiente sospechoso, dejando al vampiro volver a la fogata y pensar sobre las palabras del licántropo.

[…]

¿Cómo se portan nuestros amigos, Rolo?

Todo bajo control, señor Seodem.

Una buena carne hay que ablandarla antes de ponerla al fuego, los interrogatorios son así… Si alguien hace algo inadecuado, no dudes en ablandarlos un poco. Estoy seguro de que Lannet puede cooperar con eso si es necesario.

El hombre se acercó al fuego y se colocó en cuclillas, sacando las manos de su bolsillo y colocándolas cerca del fuego para calentarse. - Veo que la señorita sigue indispuesta, seguiré entonces con el señor… - indicó mientras pasaba su mirada de la pobre Isabella a mi persona, que me mantenía en pie de brazos cruzados.

Zagreus Markov.

Uhm, acompáñeme entonces. – Empecé a caminar tras el hombre sin cambiar mi actitud ni expresar angustia alguna. Un pequeño reflejo hizo que mis dientes titiritaran, al controlar el movimiento de mi mandíbula caí en cuenta que las temperaturas seguían bajando y ello podría suponer un problema si continuaba así.

Tras estar aislados del resto, el hombre de cabello canoso empezó con sus preguntas. No tenía información sobre mí, pero el hecho de encontrarnos en aquel jardín podía resultar sospechoso. Ciertamente, podría jugar a desconocer todo y afirmar que solo se trataba de una visita casual a un amigo, pero no sabía que había hablado Cohen con él anteriormente, su rostro no parecía conforme con su anterior interrogatorio, pero tampoco mostraba duda o algún punto de inflexión.

Con eso en mente, preferí responder sin esquivar sus preguntas, esperando que la verdad fuese suficiente para disipar las sospechas. Al final de cuentas ni yo ni Cohen habíamos matado al viejo botánico.

Tras aclarar su garganta empezó - ¿Qué motivos le ha llevado al jardín hoy?

Sin pensar mucho en la respuesta, contesté – Acabo de llegar Sacrestic, Cohen es un reconocido alquimista y mi acompañante desea formarse en dicha profesión. Por ello, decidimos visitarlo a ver si podría instruirla en el arte de crear posiciones y elixires.

El hombre levantó la ceja en señal de desconcierto y prosiguió con la siguiente interrogante. - ¿Había visto a Ragnus Rappaccini alguna vez?

Entendía cuáles eran los objetivos de Seodem y sus estrategias deductivas, debía ser concreto y no permitir que mis palabras avivaran interrogantes. Debía controlar mi forma de expresarme y aquellos rasgos minúsculos del rostro que solían delatar la duda o la mentira.

Efectivamente, conocí al señor Ragnus en una de mis estadías aquí en la Villa. Aunque la presentación no fue la más adecuada ni formal. - ¿en qué sentido? – Bueno, La Flor Inerte, el taller de Cohen, tiene una ventana que da para el jardín, por lo que apenas intercambiamos algunas palabras, para aquel entonces tenía un árbol de Neil muy llamativo. Así que no podría decir que existe una relación como tal con el desaparecido en cuestión.

¿Conocía anteriormente a Isabella?

Sí, al igual que el padre, tuve la oportunidad de conocerla con Cohen. Admito que con la joven si he tenido un intercambio de palabras más amplio, digamos que por una situación particular no ha tenido la oportunidad de socializar con gente fuera del jardín, así que cualquiera que se asomara por aquella ventana del taller era una oportunidad para entablar una buena “amistad”.

Desconocía si ya Seodem sabía la situación y maldición de Isabella, no se detuvo a preguntar sobre el tema, así que asumí que en efecto era así y lo mejor sería no profundizar en esos detalles.

Entonces diría usted que eran amigos… ¿O qué clase de relación tenían?

No lo llamaría así, no soy un tipo de muchos amigos y nuestro contacto ha sido bastante limitado.

Ya veo – dijo escéptico - ¿Qué relación le une a Cohen y a Peter Lannet?

Bueno, ambos los conocí ya hace tiempo aquí en Sacrestic. En el caso de Cohen, acudí a su taller de alquimia y desde entonces hemos podido compartir en varias ocasiones, comprándole algunas cosas e incluso participando en un caso donde ayudamos a resolver un asesinato. He allí donde conocí a Peter Lannet como encargado de la guardia humana de Sacrestic. Admito que con el alquimista guardo gran estima, en el caso del soldado humano confieso que lo respeto, pero no diría que tengo una relación cercana.

Con que, ayudando a resolver un caso, ja, cuidado y me quitan el trabajo.

Ante sus mofas le devolví una sonrisa burlesca – No sería difícil… - El licántropo procuró mantenerse sereno, aunque un silencio cortante se mantuvo por varios segundos.

No entiendo por qué los guardias necesitarían la ayuda de dos… civiles, para resolver una situación como la que dices.

Asumo que ya Lannet le habrá explicado ¿o me equivoco? – en su cara quedaba expuesta la certeza de mis palabras, era lógico que cuando hablaron con el humano la simple interrogante de donde conocía a Cohen y a mí sería una prioridad. – Sencillamente, parece ser que no cuentan con el número de oficiales para esos asuntos… o quizás es que los humanos de esta ciudad pueden ser incompetentes, por algo está usted aquí para atender este caso desde tan lejos y no un soldado de Sacrestic. - La verdad resultaba incómoda para Seodem.

¿Quién es esa joven que lo acompañaba? – Cambió abruptamente de tema, mientras el investigador seguía con sus preguntas, al interrogar sobre la maga un reflejo inconsciente hizo que apretara mis puños. No entendía la razón de ello, en mis sienes se marcaban mis venas y una sensación de irritación se hacía presente. Seodem sonreía, sentía que sus palabras por fin habían pasado las defensas que me hacían mantener la situación bajo mi control.

Itzamaray se llama, es mi acompañante.

¿Su… "acompañante"? – dijo arqueando una ceja y dejando que el tempo de sus palabras acentuara lo vacío de mis explicaciones. Como si esperaba que yo admitiera mayor intimidad con la joven maga, cuestión que sería una falacia, pero le convendría para presionar en busca de respuestas de ser necesario.

La realidad de confesarle de donde la conocía o el hecho de su esclavitud era algo inadmisible. - Solo eso, es una joven sin hogar que ha preferido acompañarme. No existe otro tipo de relación, no me interesa en lo más mínimo, solo permito que me siga si no estorba en mi camino. - Si bien mis palabras eran genuinas, mis gestos parecían enfadados, haciendo creer al licántropo que mentía.

Ya veo… me gustaría hablar con ella, si no te importa. Quizás Rolo también quiera conocerla más. - Sus palabras amenazantes se sentían como ataques directos, la sangre en mis venas aceleraba y como si se tratara de un instinto, estaba preparado para atacar. Una lucha entre lo racional y aquello que no conseguía explicar se enfrentaban en mi cabeza. De momento lo racional prevalecía, y con la última pregunta de Seodem que cambiaba de tema, toda la irritación desaparecía en mí.

¿Y dónde se hospedan si se puede saber?

En La Posada de la Luna, como dije, apenas estamos llegando, pero todas las veces que he venido a Sacrestic me quedo allí. La dueña me conoce, puede interrogarla si desea. Estoy pensando en adquirir alguna vivienda en la Villa.

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Posibles preguntas para Itzamaray
1. ¿Qué hace en Sacrestic Ville?
2. ¿Es la primera vez que viene a la capital del oeste?
3. ¿Recuerda donde estaba durante (fecha de la desaparición de Rapaccini)?
4. ¿Qué relación tiene con el hombre de cabellera blanca?
5. ¿Conoce a Nikolas Cohen?
6. ¿Qué hace una joven tan delicada junto a esos dos sujetos despreciables?
7. ¿De dónde conoce a Isabella?
8. ¿Y Lannet?

Creo que también se podrían ya ir incluyendo preguntas más directas sobre las sospechas de Seodem, incluso en el caso de Itza interrogantes que pudieran exponer a los vampiros, “¿los crees capaz de matar?”, "¿no te parece curioso que un simple alquimista que vive en su taller ahora sea el propietario de este gran jardín?”

Itzamaray Miér Feb 15 2023, 03:59

Cohen lucía poco contento con la “entrevista” improvisada del tal Seodem, y no hay que decir mucho respecto a su señor, quien al volver tampoco tenía la expresión de conformidad, pero con su usual expresión de seriedad era difícil saberlo. Itzamaray no quería que le interrogaran, no quería que estuvieran cerca esos dos, pero por la única razón de no meter en problemas a los vampiros, sobre todo a Zagreus, accedió aunque le arrebató con fuerza el brazo que ligeramente quiso jalar el viejo rancio que los invadía.

Cuando estuvieron a una distancia prudente, ella no quería mirarlo, estaba sumamente incómoda con ésto, el frío no ayudaba en nada con su concentración y qué decir de su humor. -Quite esa cosa de su cabeza señorita, estamos en un interrogatorio.- Pero más que sugerir, usó su mano para retirar parte de ella, haciendo que la bruja echara el cuerpo hacia atrás, retirándola ella misma, ¿quería ver la flor? Bueno ahí la tendría. Pero lejos del efecto que constantemente había atormentado, sólo suavizó la mirada del hombre unos momentos ¿tendría alguna habilidad que le inmuniza? La chica lo miró fijamente, esperando alguna reacción, pero el rostro volvió a su tono socarrón del inicio, tal vez con menos ímpetu que al inicio, pero eso ya había pasado antes, no le extrañaba demasiado a estas alturas de tonta flor en su cabello.

-No haré esto más complicado, pero le propongo que responda rápido así acabamos y puede ir a la hoguera.- Se inclinó, poniéndose en cuclillas y ella lo mirase casi a la misma distancia, ¿se estaba burlando de ella de alguna manera? No lo sabía, pero ya estaba irritada. -¿A qué espera entonces? ¿Que yo me haga las preguntas?-

-Uy pero qué carácter, ¿no le enseñaron a la señorita, modales? Bien. ¿Qué la trae estos terrenos, y con éstas condiciones climáticas? Me intriga en verdad.- Decía mofándose del tremendo tiritar de la bruja. -Aprender. A eso hemos venido, alquimia es lo que he venido a aprender con el sr Cohen.- Dejó de llamar de “tú” queriendo darle más peso a sus palabras respecto a llegar hasta ahí, a acudir a sus conocimientos. El tipo, asintió como si la escuchara cantar. ¿Se tomaba las pausas intencionalmente?

-¿Ya puedo irme al calor?-

-¿Es la primera vez que visita esta pocilga de ciudad? ¿O ha venido antes con su... acompañante?-

-Ya he venido antes, conozco un poco la ciudad, me gusta venir aquí, normalmente sola para visitar a una anciana que vive cerca de la entrada a la ciudad, una señora curiosa, y solitaria. Es bonita, Sacrestic.- Esa respuesta hizo que el hombre arqueara una ceja, incrédulo. -¿Recuerda qué hacía, señorita Itzamaray, hace un año?- La ojiverde se detuvo un momento a recordar, le pedía maravillas con ese clima calando su rostro y dificultando su concentración. -Si... Estaba... de camino a Sacrestic por primera vez... sí.-

-¿De camino? Qué curiosidad me da saber desde dónde...- La bruja puso los ojos en blanco, estaba congelándose, y ahora se le ocurrían más preguntas. -Desde Beltrexus, de donde salí después de morir mis padres...- Dijo estrechando la mirada hacia él. Por supuesto que estaba mintiendo, no sea que se le ocurra hacer más indagaciones, entre ellas personales y que ahora no venían a cuento.

-¿Qué relación tiene con el peliblanco? Si no es su padre, señorita, ¿es su...?- Lo mencionaba con una sonrisa ladeada, casi malévola, a lo que la hechicera frunció el ceño. -Mi mentor... él me aceptó como una “escudera” y aprendo cosas.- La sonrisa esta vez fue amplia, como si todo el asunto le causara gracia. -Muy bondadoso de su parte ¿no cree, señorita? ¿Acaso eres un consuelo suyo también? ¿No te tiene amenazada no? Puedes decirme...- La bruja se escandalizó, agitada por el frío y el enojo. -Pero qué idea tan absurda, sí, fue bondadoso de su parte, no hay más al respecto qué decir. Soy una huérfana, buscaba ayuda, y la tuve ¿algo más?-

-No se apresure usted, señorita, creo que no es necesario especificar que no está tratando con simples guardias. ¿Queda claro?- La expresión encantadora que hizo el hombre, le revolvió el estómago, era demasiado desagradable. -¿Ya conocía al sr Nikolas Cohen, entonces y, qué hay de la señorita Rappaccini y el admirable Lannet?- Ella miró hacia donde los demás aguardaban. -No, mi... mi mentor, él me ha traído y hablado de él, y simplemente nos hemos encontrado con ellos tres, es todo.- Mintió.

-¿Y qué hace una joven tan delicada con unos sujetos despreciables?-

-¿Despreciables? Creí haber dejado... dejado claro el tema. El señor Markov es una persona bondadosa, el mundo es-- es inclemente con... las personas como yo, y me ha permitido seguirlo y aprender a sobrevivir. ¿Eso no es suficiente para-para usted? Así q-que por supuesto, sus allegados o conocidos, deben tener la misma calidad... no son seres despreciables. Usted sí...- La mirada de la chica era de puro enojo, indignación y ofensa, además de hartazgo por estar temblando ante el frío y soportar las preguntas prejuiciosas del tipo.

-¿Yo? Señorita, soy un simple servidor de la justicia, ni más ni menos. En cambio ellos, hay que decirlo, no parecen de fiar. Quizás es usted muy joven para notar que está siendo manipulada, los hombres mayores somos viejos lobos, ¿sabía? Mal encaminados, buscan presas fáciles...- Seodem buscaba presionarla, no tenía mucho sentido que alguien de lo que parecía una muy joven edad tuviera relación con alguien del tipo de Zagreus, creyendo incluso que la manipulación o amenazas estaban detrás, quizás así podría tener a la adolescente de su lado. -Niña he visto cosas, terribles, te asustarías de saber cuántas criaturas asesinadas por personajes así, he tenido que resolver. ¿Nunca has visto que asesine a nadie tu “mentor” o sea una amenaza latente para otros? Puedes confiar en mí niña, si me ayudas, puedo ayudarte a escapar de él.- Era el colmo, y la bruja no comprendía porqué la trataba ahora como una cría, después de parecer respetar su autonomía, ahora la reducía a una cosa sin criterio ni decisiones. -Ya tuve suficiente de sus absurdas ideas, déjeme ir, aquí el único aborrecible es usted. ¿No puede ver que estoy muriendo congelada? ¿Quiere que me dé una hipotermia? Aléjese ya de mí... de todos.-

El tipo la tomó de los brazos, casi que perdiendo la paciencia, y midiendo el nivel de manipulación que la chica tendría en la cabeza para defender a capa y espada a un seguramente asesino a sangre fría. ¿Acaso la chica no veía el peligro bajo sus narices? Al sacudir su cuerpo ella hizo fuerza, alejándose cuando el viejo loco se dio cuenta de que no había manera de hacerla entender. Tomando una decisión al respecto. -¡Rolo, ven ahora!- El joven acudió de prisa, la presencia de Lannet casi le daba la certeza de que nadie se movería de su sitio. -Colócale las ataduras, y llévala al carro, vigila a esa niña, apostaría los cojones a que está engatusada por esa alimaña.- Indicó por lo bajo. El joven licántropo acató las órdenes, llevando casi a rastras a la bruja que no quería ir con ellos. -¿Qué les pasa a ustedes? Déjenme libre, ya respondí lo que quería.- Ambos hicieron oídos sordos a las quejas de la hechicera, quien no sabía realmente si pedir ayuda, lo cual dudaba que llegara, o forcejear hasta que alguien acabara herido ahí.

Mientras tanto Seodem, creyendo que al menos había encontrado un asunto turbio, volvió con el grupo, entre quienes estaba el vampiro a quien pertenecía, sin que él supiera, la propiedad de la bruja a la que supuestamente rescataba de malvadas manos. -No se preocupen por la chiquilla, ya le encontraré un orfanato o lugar de acogida adecuado. Ahora, bien, llegó el turno de la señorita Rappaccini, una sincera disculpa por hacerla esperar. Venga ya por favor.

Código:: ¿Cuál es la relación que tiene con el sr Nikolas, y porqué no tiene usted la propiedad de éste jardín? ¿Tenía usted problemas de cualquier índole con su padre? ¿Una buena o mala relación? ¿Qué la lleva a pasar la noche en medio de la tempestad, no es arriesgado? ¿Qué sucede con su padre, no debería correr a buscarlo también? No me parece muy preocupada por hacerlo volver ¿Desde cuando conoce al señor Markov y cómo lo conoció? ¿Y a su pequeña acompañante también? Dígame una cosa, señorita Rappaccini, ¿qué beneficios le ha traído la repentina ausencia de su padre? ¿Niega que los tenga? Señorita Rappaccini, desde donde lo veo yo, su padre no se fue por su propio pie, y me parece demasiado tranquila con el asunto, ¿contrató a alguien para hacer el trabajo sucio por usted? O ¿simplemente tiene usted una excelente resiliencia? ¿Qué hacía cuando su padre desapareció, fue a buscar por él, notificó a alguien, o sólo tuvo que ser por terceros que llegara a mis manos el asunto? Supongo que puedes agregarlas o hacer preguntas que consideres mejor, sólo es una idea para las preguntas de Isabella.

**Cohen** Jue Feb 16 2023, 15:52

El asunto se enturbió rápidamente. El interrogatorio terminó con severas amenazas y el vampiro, aunque de semblante serio, se mantenía firme en su interior.

Pero… ¿quién diablos se creerá que es?

Tras las amenazas, volvió a situarse junto a Peter e Isabella. La joven parecía entrar ligeramente en calor, rodeada del cuerpo del humano, que la rodeaba con sus fuertes brazos.

Las preguntas transcurrieron. Primero a Zagreus, luego a Itzamaray. La tensión en el ambiente aumentaba y cuándo el viejo sabueso llamó a su acompañante para llevarse consigo a Itza, Cohen se puso de pie con la clara intención de evitarlo.

Sin embargo, el vínculo que mantenía la joven con Zagreus parecía mayor y el interés que Seodem comenzó a mostrar por Isabella, hizo que el secuestro forzado de la muchacha bruja pasara a un segundo plano para él.

―Ella no puede hablar. ¿Acaso es tan estúpido para no notar que está al borde de la hipotermia? Lleva horas ahí, resistiendo el frío de la nieve, sin poder moverse…

Durante unos segundos, el vampiro se arrepintió de haberle contado al viejo toda la historia de la Rosanera. Sería tan fácil pincharle y dejar que la falta de oxígeno en sus pulmones hiciera el resto. Sin embargo, la delicada planta apenas podía servir a Isabella para respirar, por lo que dudaba que la joven pudiera sobrevivir en esas circunstancias.

―Isabella, ¿Cuál es la relación que le une a Nikolas Cohen?
―Es mi vecino… y un buen amigo… ―dijo Isabella, con voz temblorosa, vacilante, por el frío.

Cohen miró al detective con rabia por la poca empatía mostrada por la joven.

―¿Por qué no tiene la propiedad de este jardín, al igual que la de la casa?
―Mi padre se la vendió a Cohen, porque yo no podía hacerme cargo de esta responsabilidad y él es un experto botánico

El vampiro miró de nuevo a Isabella. Poco a poco, volvió a ver aquella mirada en ella. La mirada de la joven que había asesinado a su padre. La misma rabia en sus ojos.

― ¿Tenía problemas con su padre?
― Por supuesto. Quería más a las plantas que a mí… y me pinchó a propósito con la espina de la Rosanera para mantenerme cautiva aquí, cómo si fuese de una de sus flores.
―¿Qué la lleva a pasar la noche en medio de la tempestad?

Cohen suspiró agobiado. Le había explicado eso ya en su declaración.

―¿Acaso no le ha quedado claro? Su vida depende de ese rosal y del ciclo vital del mismo. En verano, puede pasear alegremente por el jardín, porque la planta está sana, en flor, más viva que nunca… pero en invierno, se ve obligada a permanecer a unos metros del rosal si quiere mantenerse con vida.
―Pero eso no le impide buscar a su padre…
―¿Cómo iba a buscar a alguien que me ha condenado a vivir en estas condiciones?

Durante unos segundos, el vampiro pudo apreciar como Seodem mostraba cierta duda, pero las palabras y la mirada de la joven fueron rotundas y claramente sinceras.

―¿Qué beneficios le ha traído la repentina ausencia de su padre?
―¿Beneficios?
―Pudo haber contratado a alguien para matarle…
―Sí… decenas de asesinos pasan por este jardín a diario esperando que yo les contrate… ¿qué clase de detective es?
―Sólo dejó la investigación en manos de terceros…
―¿Puede comprender de una vez que mi vida es mucho mejor sin él y que no tengo interés alguno en que aparezca?
―Entonces…
(Peter:) ―¡BASTA!

En ese momento, Peter se puso de pie, dejando caer la pesada manta sobre el cuerpo de la joven.

―Esta chica le ha estado respondiendo adecuadamente a sus preguntas. Su situación es delicada. ¿Puede tratarla con algo de humanidad? Está enferma por culpa de su padre, es normal que la joven no desee volver a verle. No creo que sea tan difícil de comprender…

Dio un par de pasos más en dirección a Seodem. La diferencia de tamaño entre ellos era evidente, siendo Peter casi unos veinte centímetros más alto que el sabueso.

―Además, ¿puedo saber bajo que jurisdicción procede a arrestar a una joven en esta ciudad? Le recuerdo que yo soy el líder de los soldados humanos en esta ciudad y que no he autorizado dicho arresto. Así que, si no quiere terminar siendo arrestado, acusado de secuestro, más le vale rectificar su decisión sobre esa chica. Porque, sinceramente, no dudaré ni un momento en arrastrarle yo mismo a una de mis celdas. [1]

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[1] - Uso de la Habilidad de Peter: Mediación [Pasiva]: Peter puede realizar acuerdos con todo tipo de personas, facilitando la resolución de situaciones complejas mediante el uso de la mediación y el diálogo.

Pedir disculpas porque, sin darme cuenta, el color que le asigné a Seodem es un color muy parecido al de mi Lannet de mi corazón.

**Sigel** Vie Feb 17 2023, 09:51

Un Popi salvaje aparece

Cargado hasta las cejas con un montón de bártulos, sintiéndose caracol al cargar con un petate sobre otro y otro a la espalda, el caminar del fauno bamboleaba de un lado al otro. Canturreaba mientras tanto, aunque la carga no le permitía brincar. Aun así, se encontraba animado, nunca había sabido cómo o por qué sus pasos siempre lo terminaban llevando allá donde tenía puestos los pensamientos, pero era feliz por ello. Sentía que la descontrolada vida sabía guiarlo.

¡Oh! ¡Hola! ¿Nos conocemos? Juraría que sí. ¡Si! Esa cara me es familiar. Tú, sí, sí, probaste mi té. Fue grata compañía, gracias, gracias. Lo que es el destino, los lazos siempre nos acaban uniendo, ¿no crees? Es gracioso, yo pensaba en tí y aquí te encuentro, aunque hay otros quienes os piensan también. ¡Qué mundo más pañuelístico! Curiosamente tengo aquí...

Itzamaray recibes Flecha de Anfisbena [consumible]: la punta está hecha con escamas de la Anfisbena del Arenal, resistente y capaz de atravesar armaduras ligeras. Si llega a clavarse en la piel, desprende las toxinas del veneno de dicha serpiente.

**Zagreus** Dom Feb 19 2023, 18:10

En el silencio analizaba los rostros irritados de los presentes alrededor de la hoguera; la mirada triste de Peter que veía impotente la situación batiéndose un dilema interno entre su orgullo y su diligencia, Cohen con ojos rabiosos por la intromisión a su propiedad y la nula empatía con la pobre Isabella que con cada minuto su condición empeoraba. Rolo por su parte se veía fatigado, seguramente no estaba acostumbrado a laborar tan entrada la noche y menos en aquellas condiciones. Todos queriendo que aquella incómoda situación terminase pronto.

El hombre de rostro juvenil cambió su expresión cuando la orden de Seodem se hizo presente. No entendía qué ocurría, pero evidentemente no era nada bueno ¿Qué podría haber hecho aquella niñata para provocarlos? Sin embargo, lo que prevalecía no era la indiferencia ante aquella situación, la angustia y preocupación se hacían palpables, generando una ansiedad en mí que agitaba todo mi sistema nervioso.

¿Q-que ocurre? – exclamé sin ser escuchado por el guardia que velozmente se retiraba. Intenté seguirlo, pero la miraba de Lannet me detuvo, dando un golpe de razón a mi ser que parecía no controlar.

A los pocos segundos volvió el licántropo sin su acompañante ni Itzamaray. Di varios pasos en su dirección, pero el detective ni se inmutó y prosiguió a la hoguera para continuar con el siguiente interrogatorio, Isabella. Apretaba los puños, preso de mi impotencia y la duda por la ausencia de la maga.

Ante los reclamos de Cohen y la insistencia de Seodem, Peter Lannet actuó como mediador y calmó los ánimos de ambos bandos. El sin sabor del hombre enviado por la gente de Lunargenta era evidente, pero no se dejaba intimidar por el humano de gran porte. Todo estaba tenso.

Tras un chasquido de lengua del licántropo, llamó nuevamente con un grito a Rolo que trajo a rastras a la joven maga por la nieve.

Me acerqué rápidamente con pasos pesados por la alfombra blanca que ahora era más gruesa de cuando habíamos llegado al jardín. Al llegar a la posición del joven humano, sin meditar mucho las consecuencias (ajeno a mi forma de ser), lancé un golpe con mi brazo derecho al rostro de Rolo que no esperaba tal acción, haciendo que el impacto diera de lleno en su pómulo provocando que retrocediera un paso.

El joven Rolo al recuperar el equilibrio, apretando los dientes y armado de rabia, se propuso a devolver el ataque, pero un grito de su jefe lo detuvo en seco. - ¡Rolo! – al cruzar miradas entre ellos dos, un leve movimiento de la cabeza del hombre mayor hizo que el joven reculara.

Suelta a la joven, ya en otro momento atenderemos ese caso. Continuemos con lo que nos trae aquí esta noche… - dijo desde la sobriedad el detective.

El investigador se enfocó nuevamente en el vampiro alquimista, colocando sus manos en los bolsillos de su atuendo. – Bueno Nikolas, ya te lo había dicho, te di un tiempo para que reflexionaras lo que conversamos… Así que lo pediré una última vez, quiero que me muestres los papeles del jardín y me permitas investigar – señaló alzando su mano derecha y tocándose la nariz dos veces con su índice – la mansión y alrededores.

Estoy seguro de que Lannet entiende la necesidad de hacer esta investigación con estos procedimientos. Si no consigo nada sencillamente me iré, perdonaré a tu compañero, que ambos sabemos que atacar a un oficial no está bien visto… - destacó mirando a Peter. – y dejaré a la pobre Isabella para que puedan atenderla en su triste y lamentable condición.

El hombre caminaba rodeando la fogata haciendo que la sombra que proyectaba en el suelo nevado bailara con sus pasos. – Al parecer tú tienes tu pasatiempo de detective y entiendes este trabajo, ¿pero qué otra alternativa me dejas? ¿Qué me marche y vuelva con todo un ejército de la capital y que ni Lannet ni el mismísimo rey puedan detenerme? Soy muy testarudo y no dejo ningún caso sin resolver… Así que te lo pido amablemente otra vez, si eres inocente no tienes nada que temer...

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Odio la flor.

Itzamaray Lun Feb 27 2023, 22:54

Cuando ambos llegaron al carro que era jalado por dos caballos, en ese momento en quietud, quiso subir a la joven que, evidentemente por el frío prefirió treparse tan pronto como abrió la puerta, cerrando tras ella, y quedando en modo de vigilancia, cual perro guardián. La bruja exhaló el aire con algo de alivio, al menos una ventaja de todo esto era que las ventiscas heladas no le abrumaron por un rato, quedando sentada con las manos aún atadas, menos atenta quizás al entorno, mucho más preocupada por recuperar un poco del calor corporal.

Aunque no se sentía sumamente preocupada, daba vueltas a la forma en que pudiera librarse de ese chico y liberarse sin muchos problemas, pero la sensatez dictaba que seguramente no había muchas posibilidades. Tal vez mientras se entretenía el tal Seodem con las interrogaciones al resto del grupo, podría hacer alguna ilusión para distraer a Rolo, salir de ahí y ocultarse en las cercanías, en ello se ocupaba cuando abrieron la puerta, era Rolo mirándola un poco decepcionado, y ello le causó decepción a ella, se acabó el espacio lejos de las ventiscas terribles que aquejan el exterior. El chico tiraba de ella para sacarla, y casi la llevaba a rastras, su actitud era demasiado prepotente, como si tuvieran ambos derecho a hacer lo que les plazca.

La chica a duras penas le siguió el paso, pues el frío inclemente mordió una vez más su rostro, sintiéndolo incluso con las prendas que cubrían su cuerpo. Cuando llegaron, tan pronto como Zagreus los tuvo cerca, se aproximó a grandes zancadas y plasmó un golpe en el costado de la cara del asistente del viejo aquel. La bruja quedó igual de impactada por el acto, abriendo los ojos mirando a ambos, y sosteniendo la respiración un momento, tensa. Si él estaba enojado, no entendió de primera mano por qué, pero no pensaba abrir la boca por un rato y provocar algún otro tipo de enojo, similares a los que tuvo cuando recientemente se unió a seguir su camino.

Ante la orden de dejarla libre, el muchacho algo contrariado no desafió la indicación, soltando las muñecas del agarre que la cinta tenía sobre ellas, ante lo cual la bruja se aproximó al resto, asegurándose de cubrirse completamente y deseando que se larguen. Algo que no parecía llegar a suceder pronto. La insistencia del Seodem por continuar investigaciones, y el dato que parecía perderse sobre la situación de Isabella le intrigaban, pero sobre todo ¿de verdad era este el mejor momento para hacer todo eso? Tal vez buscando una reacción ante el estrés que causa ese clima, debe tener razones para ello.

Se tuvo que debatir un poco si protestar o mantenerse en silencio, al no estar segura de sí Zagreus se enojaría o no, o desaprobaba su actitud, sin embargo estaba cansada, la temperatura le robaba un poco de sensatez probablemente.

-¿Y le parece un buen momento? ¿En serio? Las personas desaparecen todo el tiempo, cada día, en toda ciudad o poblado, por muchas razones... ¿por qué no se pone a trabajar en su lugar? ¿No puede hacer su ciudad más segura o las demás? ¿No tiene nada mejor que hacer que fastidiar en plena noche, con el frío infernal?- La insolencia le había tomado posesión, y hablaba desde el enojo, o quizás un poco la frustración. No entendiendo realmente cuán sospechoso puede ser que ante la desaparición de un hombre con cierto poder y estatus, luego un joven de la nada se haga propietario de un jardín con esas cualidades, podría implicar, replicó al investigador como si no escuchara realmente lo que él decía, o restando importancia.

-Es un asunto que escapa de la comprensión de los niños, mantén la compostura. Afortunadamente no tengo la obligación de responder...- Se deslinda de la bruja, centrándose una vez más en Cohen, a lo que la hechicera creyó, de forma inmediata y errónea, que sería una mejor idea ahuyentarlos de ahí. Moviendo los labios para a penas confabular en casi silencio, un conjuro casi inocente...[1] o eso pensaba ella. Tan sólo sonidos que fueron surgiendo de los alrededores, y sombras moviéndose deprisa, perdiéndose a la distancia hasta que en la oscuridad lucieran como brillantes ojos ambarinos en medio del abismo de la noche, ante el rango de visión de Seodem. Quería causarle inseguridad, sensación de ser observado o que se incomodarse lo suficiente para largarse.[2]

___________

”Off”:

**Cohen** Vie Mar 03 2023, 16:31

Temperatura: 3 grados bajo cero.

Cuándo el joven Rolo trajo de vuelta a Itzamaray, casi arrastrándola y con muy malos modos, el vampiro tuvo un fuerte deseo de golpear a aquel bribón. Afortunadamente, Zagreus se le adelantó y con fuerza, golpeó al chico. Seodem tuvo que interceder para calmar los ánimos.

Luego, el sabueso licántropo dio un par de pasos hacia él con la intención de volver a presionarle para que le permitiera acceder a la vivienda y registrar el jardín.

Itzamaray intentó interceder, pero recibió un desagradable comentario por parte de aquel detective.

―Tengo los papeles del jardín en mi casa, justo aquí al lado… sin embargo, cómo Lannet ha dicho, ¿qué tipo de jurisdicción tiene usted sobre mí? Sólo es un viejo amargado que…

En ese momento, Cohen percibió que la atención de Seodem se difuminaba hacia algo que ocurría a su espalda. Al girarse, el vampiro vio una serie de sonidos y sombras, que tras una primera impresión, le hizo retroceder un paso.

Jamás había observado nada parecido en el jardín, por lo que llegó a la conclusión de que aquello era producto de la magia de alguno de los allí presentes. Descartando rápidamente a la mayoría, supuso que esa magia debía proceder de Zagreus o Itzamaray.

Aprovechando los efectos de esa magia, Cohen se situó junto a Seodem y mirándole a él y a Rolo, comenzó a hablarle suavemente, con voz relajada, señalando en dirección a las sombras.

―¿Ven esas sombras? Protegen este jardín cuándo alguien permanece en él cuándo ya no son bienvenidos… Será mejor que se marchen y continúen sus pesquisas en otro lugar… y que no vuelvan… [1]

Entre el terror que provocaban esas visiones y el efecto de la voz de la magia de Cohen, los primeros síntomas de terror aparecieron reflejados en los rostros de aquellos dos hombres, que se miraron dubitativos y sin saber que hacer…

―¡Aquí nadie sabe nada de Ragnus Rappaccini! Somos personas confiables que os hemos dicho la verdad. Ninguno les ha mentido. Pueden marcharse hacia Lunargenta e informar allí de que nosotros somos inocentes y que no tenemos nada que ver con la desaparición de ese vulgar hombre. ¡Huyan! ¡Huyan antes de que sean devorados!

Con el efecto de estas últimas palabras, los hombres emprendieron la huida con rápidas zanjadas, mientras miraban hacia atrás en todo momento.

Al verlos desaparecer, el vampiro respiró aliviado por haberse desquitado de la presencia de aquellos dos hombres. Expiró todo el aire de sus pulmones y se giró para contemplar la situación.

Peter le miraba intrigado. Aquella era la primera vez que veía al vampiro usar su magia de la voz y se le notaba contrariado. Quizás preguntándose si en alguna ocasión, él había sido víctima de aquella magia.

Entre sus brazos, permanecía Isabella. La temperatura continuaría bajando y el fuego era cada vez más débil. La temperatura era más fría. Su cuerpo parecía a punto de colapsar.

―Tengo mucho calor… ―dijo, mientras intentaba desprenderse de la gruesa manta que la cubría― Tengo calor…

El vampiro vio que los primeros síntomas de la hipotermia aparecían en el cuerpo de la chica, que llevaba horas a la intemperie.

― Son síntomas de hipotermia severa, Peter... No dejes que se quite la manta ni la ropa... ―dijo al humano, que utilizaba su fuerza para mantener a Isabella rodeada de aquella gruesa manta, para dirigirse ahora a los demás― ¿Qué podemos hacer para que no se congele?

Esperaba que Zagreus e Itzamaray pudieran dar con la solución a aquel problema.

_________________________________________

[1] Uso de mi habilidad Luz De Gas [Mágica, 1 uso de 2 turnos]:
Cohen utiliza un tono de voz tranquilo y sereno, centrando su atención en una o dos personas, motivando que éstas den por ciertas sus palabras, pudiendo incluso inducirlas a recordar hechos que éstas han vivido de forma diferente a la real. (Primer Turno)

**Zagreus** Vie Mar 17 2023, 03:42

La discusión a diferencia del clima, iba poco a poco acalorándose. Aún no entendía por qué había actuado tan impulsivamente segundos atrás, y ahora, mi imprudencia le daba cierto margen de maniobra al detective para insistir en su investigación y la búsqueda de los documentos de transferencia del jardín.

La tensión era palpable y el vampiro alquimista parecía no dejar su brazo a torcer. Sin embargo, en su defensiva, tanto Cohen como Itzamaray resaltaban lo inadecuado de toda aquella disputa, contemplando como el frío aumentaba y la condición de la joven Isabella empeoraba.

Mantenía mi silencio mientras recuperaba la cordura, aún contenía una ira extraña contra aquellos sujetos que amenazaban a la joven maga. Y en un intercambio de palabras, unas pequeñas sombras en el jardín tomaron la atención de todos los presentes. Me formulaba hipótesis racionales de quien podría ser el causante de aquellas alucinaciones, sonreía en mis adentros cuando con palabras dulces de Cohen el miedo se hizo evidente en aquellos hombres. Conocía que aquel vampiro era maestro en la magia de voz, que su persuasión estaba en niveles que rayaban lo perverso.

Parecía que su habilidad solo afectaba a los detectives, haciendo que huyeran despavoridos del jardín bajo amenazas irracionales sobre las sombras. Agradecía que Cohen fuese un aliado y no un contrincante, ahora nos habíamos librado de aquellos dos, pero estaba seguro de que su investigación no acabaría. La muerte del botánico seguramente nos volvería a encarar en un futuro.

La situación de Isabella era crítica y toda la atención se centraba en cómo reducir los síntomas de su hipotermia. Debíamos actuar rápido o posiblemente no llegaría al amanecer.

Supongo que luego podremos hablar de todo esto… Cohen. – señalé mientras con calma me acercaba al vampiro. Sabía que mi comentario parecía inoportuno, pero debía disimular al frente de Peter Lannet que seguramente estaba desconcertado de toda aquella escena con Seodem.

Me acerqué y con discreción en voz baja le dije al vampiro – Tengo una idea, pero… - miré la mansión junto al jardín, aquella vivienda donde encontramos el tesoro de Zana y me deshice del cadáver del botánico. – Podemos buscar una tina de cerámica, siendo una casa tan grande, seguramente tendrán alguna – señalé al grupo alrededor de la fogata, remarcando la Ironía con el vampiro – ¿Cohen hay un pozo de agua en el jardín? – nuevamente me hacía el desentendido a los ojos del humano, pero sabía que Cohen entendía a donde me dirigía. – En casos de hipotermia un buen baño caliente ayuda a contener el frío, quizás con suerte podamos hacer que no muera Isabella trayendo la bañera y colocándola sobre el fuego. Es solo una medida momentánea, con el frío de esta noche o esperamos un milagro o …

Quedaba una charla pendiente en privado con el vampiro, pero dudaba que aquella noche helada permitiera tal conversación. Incluso la intención de buscar maestro para Itzamaray se veía una petición descontextualizada. Isabella era la prioridad y estaba seguro de que Lannet entendía eso y podría cooperar.

Itzamaray Jue Abr 06 2023, 02:48

En ocasiones temía no tener la efectividad que más le convenía, sobre todo con personas o seres cuya apariencia le resultaba poco amedrentable o difícil de persuadir con visiones, pero aquella pequeña semilla sembrada fue alimentada por el vampiro que se aproximó al detective quien, en un drástico cambio de actitud, sucumbió ante lo que fuera que le dijera Cohen. La bruja se sorprendió de ello, no es que jamás hubiera visto a un vampiro actuar sobre la convicción de otros, pero no dejaba de ser sumamente peligroso si se sobrepensaba.

¿Regresarán? Es decir, ¿cuánto tiempo estarían bajo ese efecto? ¿Sería permanente el cambio de percepción o sólo era un pánico efímero? Aquellas dudas se debieron quedar sin respuesta, no se atrevía a preguntar, pero lo que sí le intrigaba y casi era imperativo conocer era ¿bajo qué razón realmente necesita esa mujer estar afuera?

Se preocupaban por traer las fuentes de calor a ella, no de llevarla hasta ellas, mencionando aquella flor quizás se le vendría a la mente mejor llevarse el matorral de rosas y meter a esa chica al taller o algún lugar cálido. Al último comentario del vampiro peliblanco, ella alzó una ceja. -Pero... amo, el clima no mejorará pronto... al salir del agua será peor, a pesar de sólo ser unos momentos... ¿no es así?- Estaba dubitativa de expresarse, tanto por el frío cómo por temor a equivocar las ideas al respecto de Isabella y las opciones más próximas para protegerla.

-Cohen... ¿no hay plantas que puedan afectar la temperatura corporal o algo así?- Creyó que la pregunta era absurda, pero podría ser que simplemente con todo el asunto de los intrusos no hubiera considerado aún aquella opción. Una pócima o infusión... algo que ayudara a mantener viva a esa chica. Sus dedos comenzaban a doler un tanto, y tuvo que colocarse el velo en el rostro para atenuar el impacto del aire gélido en la naríz, ya era casi doloroso. No quería imaginar lo que estaría sintiendo esa muchacha ahora mismo, y eso le agregó una natural preocupación que era más bien parte de la mímica de las preocupaciones del vampiro de ojos dorados.

-¿No funcionará si... bueno... calentarla desde dentro mientras se consiguen mantas y tal vez calentar sus pies, alejarla de la nieve directa a ellos... no? Hacerle algún té caliente para que comience desde dentro, y no lo se... lo siento, yo no había enfrentado éste frío tan terrible antes.- Se aproximó a ella, tratando de auxiliar a Cohen en cuanto menos transmitir parte de su calor corporal y también ella poder retrasar el efecto de la exposición a ese clima. -Supongo que si la alejas de aquí... hay alguna consecuencia igual o peor ¿no?- Agregó hablando quedamente hacia Cohen, esperando que quizás sea mejor llevársela o al menos alimentar aquel fuego tanto como no corra peligro el lugar. Levantó su mano usando un recurso desesperado y que seguramente sería un poco inútil, pero invocó en su mano ataviada con las finas garras de acero bañado, para ir dentro de la manta, hacia los pies. -Trataré de mejorar la temperatura de tus pies... disculpa la intromisión... aunque no se si eso sirva mucho.- Colocó la mano sobre sus pies cubiertos de unos finos zapatos de piel, con la vaga esperanza de subir su temperatura.

**Cohen** Jue Abr 06 2023, 20:30

Temperatura: -4 grados

Escuchó las sugerencias tanto de Zagreus cómo Itzamaray y al vampiro, le parecieron útiles ambas. Colocar una bañera de agua caliente sobre un fuego vivo y abrasador podría funcionar, pero si se aceleraba el proceso de calentamiento del agua con algún elixir e incluso elevando con otro la temperatura corporal, podría funcionar. Aunque no sabía si aquello podría ser seguro para la joven Rappaccini.

―Muy bien. Apenas hay tiempo. Entraremos en la casa, Zagreus. Traeremos una bañera hasta aquí nosotros mismos. Peter, quédate aquí con ella y ve avivando el fuego… incluso aumenta su extensión. Hay madera en el cobertizo…

El humano asintió y enseguida puso rumbo al cobertizo, a paso veloz. Entonces, el vampiro miró en dirección a Itzamaray, que se había puesto a calentar los pies de la joven, cuyo cuerpo estaba casi helado. Le lanzó la llave de la Flor Inerte.

―Itza, ve hasta el piso superior del pequeño edificio junto a la entrada del cementerio. Es mi taller de alquimia. Coge aceite de sédalo, que servirá para calentar el agua rápidamente. Está en el estante más bajo de la estantería principal. Luego, en el más alto, encontrarás un elixir amarillento, Elixir de Rapsel. Elevará su temperatura un par de grados. Dáselo en cuanto vuelvas.

Al ver cómo la joven también reaccionaba, tras lanzar una última mirada a Isabella, bajo la manta, casi congelada, con la mirada algo perdida en la flor, cómo si quisiera destrozarla y terminar ya con su agónica existencia, el vampiro se agachó ante ella.
Utilizando la magia de la voz con ella, en un tono suave, le dijo:

―Isabella, eres incapaz de desprenderte de la manta. Es cómo si fuera una parte de ti... Bajo ninguna circunstancia, alejarás la manta de tu cuerpo mientras se mantengan estas frías temperaturas. Permanece bajo ella, totalmente vestida con las ropas que llevas, aunque tus instintos te digan lo contrario… [1]

Cohen conocía que la hipotermia podía ocasionar que la gente que la sufría se desprendiera de sus ropas, pues su mente, a causa del frío, le juega una mala pasada y una falsa creencia de tener calor, acelerando el proceso de una muerte cercano. Ahora, se dirigía tranquilo hacia la casa.

―Vamos, no hay tiempo que perder, Zagreus. Aprovecha nuestra soledad si debo conocer la causa de tu llegada. Es un placer volver a verte, pero algo me dice que no has venido hasta aquí en mitad de una tormenta abismal, sólo de visita y para ver mi bella cara... ¿Qué sucede?

Mientras esperaba su respuesta, Cohen entró en el interior de la vivienda en búsqueda de una bañera que transportar, mientras recordaba todo en lo que debía ponerle al día: su encuentro con Zana, su posterior muerte, la implicación de El Ojo Carmesí... ¿Podía confiar en él y contarle todo?

________________________________________

[1] Uso de mi habilidad Luz De Gas [Mágica, 1 uso de 2 turnos]:
Cohen utiliza un tono de voz tranquilo y sereno, centrando su atención en una o dos personas, motivando que éstas den por ciertas sus palabras, pudiendo incluso inducirlas a recordar hechos que éstas han vivido de forma diferente a la real. (Segundo Turno)

**Zagreus** Lun Abr 10 2023, 00:21

Seguí al vampiro dentro de la casa. Se notaba que se encontraba deshabitada, ningún rastro de los sirvientes que alguna vez acompañaban al botánico en tan imponente vivienda. El olor era familiar y si bien una capa de polvo cubría parte de los muebles y paredes, reconocía los espacios de mi anterior visita.

Ya no había trampas en los pasillos ni cerraduras complejas en las puertas, elementos de la paranoia de Rappaccini. Por lo que con soltura y pasos rápidos podíamos desplazarnos directo a la tina que precisábamos para auxiliar a la joven Isabella.

Quedaban conversaciones pendientes con Cohen, pero para iniciar lo prudente era responder a sus inquietudes sobre aquella inesperada visita.

Bueno verás, Itzamaray me acompaña actualmente, digamos que ha desarrollado cierta “devoción” por mí – No era necesario mentir, desconfiaba de que el alquimista utilizara sus artimañas de persuasión sobre mí, así que ocultar información solo avivaría la desconfianza con el hombre que en su día me ayudó a iniciar mi camino consiguiendo un pergamino legendario, en el sótano de esa misma vivienda… - Ella desea aprender el arte de la alquimia y la herbolaria, por lo que consideré, ya que mi camino me traía nuevamente al oeste, que quizás podrías instruir a la joven en tu profesión.

No deseaba que el vampiro asumiera interpretaciones equívocas de mi relación, lo conocía y sin duda la lujuria y el romanticismo era uno de sus principales motores de vida. – Requiero que me sea útil, de momento ha sido una herramienta adecuada para mis objetivos, así que si pudieras hacer ese favor con la maga…

Por cierto… ¿De dónde se conocen? – señalé.

Ya estábamos sobre la tina blanca de cerámica, pesada, pero no sería inconveniente trabajando en equipo. Cada uno tomó un extremo de la pieza y nos pusimos nuevamente en marcha, la conversación no se detenía y si bien continuábamos a toda prisa por la urgencia de la situación, habían pasado muchas cosas desde la última vez.

Avanzamos por los pasillos y tras un silencio no pude evitar preguntar. – No hemos podido hablar de todo lo que sucedió, entiendo la insistencia de los hombres de Lunargenta. Asumo que entiendes que volverán… pero más allá de eso, me intriga de forma significativa la presencia de Peter Lannet en tu jardín… - no había una pregunta formulada, solo un comentario que abría el espacio para que el alquimista se explayara y satisficiera mi curiosidad picara.

Aún me parecía imprudente preguntar por Zana, quedaba pendiente esa conversación, pero la presencia del humano me hacia cuestionar los actos del vampiro y más con las sospechas sobre el botánico muerto.

Itzamaray Dom Abr 23 2023, 06:53

Cuando Cohen se dirigió a ella asintió callada, atenta a las instrucciones, incluso teniendo que alejarse de la casi congelada rubia, dejando de lado el intento de dar calor, pero algo que no pasó desapercibido para ella justo cuando se retiraba, era aquella acción sobre la joven, ella había recibido algo similar o igual, hacía tiempo, la noche que conoció a Zagreus. Aquello le erizó la piel, aunque no sabría decir si era realmente eso o simplemente las ventiscas.

Se dirigió a la Flor Inerte, ya había estado ahí alguna vez, ahí mismo recibió de él una llave que perdió, o eso asumió al despertar de algo que no sabía como describir. Caminar en la capa espesa de nieve, a estas alturas, era incómodo, como si caminase sobre arena húmeda y fina, cansado. Cuando estuvo en el umbral de la entrada, de su taller, entró después de girar la llave en el agujero, al entrar no había velas pero con una tenue luz que invocó hizo lo posible por hacer todo deprisa, al localizar el estante y luego de revisar varios frascos sin éxito, la suerte por fin cedió pues, en la penumbra, no era sencillo leer. El estante superaba por bastante su estatura, así que se vió obligada a buscar una silla o banco, con el que de hecho, chocó al moverse sombríamente en el local.

Colocando lo que facilita su acceso al estante, se subió a él, en realidad ese lugar le reconfortó al dejar de percibir el frío que la dejaba atolondrada por ratos, pero si esa chica moría no quería ver que sea por culpa de ella, y cargar con algún castigo a causa de ello. -Elixir de Raspel... raspel...- murmuraba, mientras que recorría con la vista y la mano alzada que emanaba esa suave luz, si usaba el encantamiento de sus garras llamaría demasiado la atención al notarse en las ventanas, al ver el liquido amarillo dentro de un frasco mediano, lo tomó y fue bajando de aquel banco con la botella en la mano.

Por fin, salió de prisa por donde vino, cuidando de no tropezar, cerró bajo llave y se cubrió al recibir de nuevo la insistente frialdad del clima, casi arrepentida de abandonar el taller. Se forzó a caminar una vez más ese recorrido y, al llegar a donde Peter e Isabella, el fuego era un poco más vivo pues había ampliado la circunferencia de la hoguera. Hacía lo posible por no mirar directamente al humano, la situación era muy incómoda, aunque no era precisamente por sus propios ideales tanto como los adoptados a raíz de quien seguía desde hacía un tiempo.

Se arrodilló frente a una cada vez más pálida joven y destapó la botella, dándole a beber sólo dos tragos, no quería causar un efecto adverso por precipitarse a que bebiera demasiado de golpe. La joven rubia no paraba de tiritar, su mirada estaba bastante descolocada, como si le costara ver más que a la nada, podía entender por qué. Aún con ello, levantó una vez más su mentón, con delicadeza y derramó en su boca un poco más, así all ver que no sucedía nada preocupante, volvió a darle un par más con pequeñas pausas, y al tocar su rostro suavemente pudo sentir una mejoría ligera. Mientras tanto tocará esperar a los vampiros y no moverse de junto a la hoguera y la chica.

**Cohen** Dom Abr 23 2023, 12:55

Tras realizar sus preguntas, Cohen esperó sus respuestas. Sonrió pícaramente, mirando a Zagreus durante unos segundos, intentando entender cual era la verdadera naturaleza entre el vampiro y la joven.

Tras solicitar que instruyera a la joven maga en la alquimia, el vampiro expresó sus dudas al respecto.

―Conocí a Itza en un encargo peculiar hace unos meses. Fue de ayuda, aunque creo que desconfía de mí. Incluso diría que no soy del todo de su agrado… ¡aquí está la tina!

Entre ambos, cargaron con la tina y mientras se dirigían de nuevo hacia el exterior, sujetando cada uno un extremo de la misma, la cuestión de Peter salió a relucir. En su anterior encuentro, el humano había colaborado con ellos, pero desde entonces, su relación había cambiado demasiado.

―Bueno, podría decirse que Lannet y yo tenemos un idilio. La verdad es que ese hombre folla de maravilla y nuestros intereses además son comunes en algunos aspectos, aunque diferimos ampliamente en otros objetivos. Sin embargo, no veo razón para no disfrutar del sexo cuándo se nos antoje. Además, el hecho de que sea una figura de autoridad entre los suyos… me pone…

La verdad era que Cohen no sabía cómo otros vampiros podrían llegar a ver aquella aventura sexual, sobretodo con el líder de los guardias humanos de Lunargenta en la ciudad vampírica. Sin embargo, a Cohen no le preocupaba esa situación, ya que entendía que cada ser viviente tendría sus propias reglas morales por las que regir su comportamiento. Al fin y al cabo, en ambos bandos había personas estupendas y otras despreciables.

Llegaron al vestíbulo de la vivienda, el punto más estrecho y problemático para pasar la tina, por lo que tuvieron que moverse con algo más de lentitud.

―Retomando el tema de Itza, tengo que comunicarte que no podré ayudarla ahora mismo. Tengo otros intereses que atender en estos momentos y voy a estar fuera de Sacrestic Ville un tiempo.

La verdad era que la idea de convertirse en tutor de la joven no le resultaba nada motivador. Sin embargo, había ciertos motivos por los cuales, su presencia allí podría ser útil.

―Aunque puede que en verano deba pasarse por aquí. Las flores del jardín habrán florecido… entonces podrá aprender mucho... Además, puede que a Isabella le venga bien algo de compañía durante un tiempo y en verano es cuándo está mejor, aunque las murallas del jardín siguen siendo su mayor prisión.

Tras pasar por el estrecho hueco, caminaron hasta la hoguera que Lannet había extendido, alargándola hacia uno de sus lados, para colocar la tina justo arriba.

―Lannet, vayamos por agua al pozo… ―le hizo una seña al humano tras comprobar que la joven había bebido parte del jarabe que Itza le había proporcionado― Itza, te has quedado corta con la dosis, pero has hecho bien en ser precavida. Puedes darle un poco más.

Cohen se dirigió junto a Peter y se dirigieron al pozo. Calentar el agua que saliera de allí le tardarían unos minutos, pero gracias al aceite de sédalo, el proceso se aceleraría muchísimo.

Al llegar junto al pozo, Peter se dirigió rápidamente hacia la cuerda y dejando caer el cubo rápidamente en el interior de aquel perfecto círculo de piedra. Mientras subía el cubo de nuevo, cargado con agua, le acercó un par de ellos que servirían para trasladar el agua desde el pozo hasta la tina.

―Una vez terminemos puedes marcharte. Tus soldados te estarán buscando, aunque me temo que esta noche, estará tranquila debido a las temperaturas.
―No logro entender la razón por la que los han mandado desde Lunargenta y no se me ha comunicado nada.
―Quizás deberíamos alejarnos un tiempo. Quizás mi compañía no sea beneficiosa para ti.

Peter asintió, mientras dirigía hacia él una de sus miradas melancólicas, mientras volcaba el agua de un cubo a otro para que Cohen comenzara a trasladarla.

**Zagreus** Dom Abr 30 2023, 22:25

Entendía la negativa de Cohen de poder tutorear a la joven maga en aquella fría estación, pero su apertura a ser su guía en un momento más idóneo me causaba tranquilidad. Sabía que el vampiro era un alquimista bastante capaz, por lo que el hecho de que Itza pudiera aprender de él implicaba una herramienta útil en un futuro.

Por otro lado, la respuesta del vampiro ante la presencia de Lannet caló en un silencio por mi parte. No me parecía inesperado aquella contestación conociendo a Cohen, pero el hecho de plantear una relación de esa forma con el líder de los humanos en su “amada” ciudad invadida me parecía de lo más curioso. No lo criticaba, sería juzgar a un león por querer comer carne, pero de tantos habitantes en la villa Lannet era el que menos podría anticipar como posible compañero sexual del vampiro.

Dejé que las ideas en mi cabeza reposaran, no sabía que pensar sobre aquello o qué posibles implicaciones podría tener. Sabía que ya el vampiro debía estar al tanto de los riesgos de su aventura. Así como también era lógico asumir que en un futuro Lannet podría ser una pieza clave en los planes de los de sangre maldita sobre Sacrestic Ville. Una realidad que ni siquiera Cohen podría ignorar…

Ya en el jardín, Cohen terminó de organizar los roles para así poder calentar a la joven Isabella. Tras varios minutos llenando la tina, el humo espeso que salía del agua caliente contrastaba con la fría temperatura que continuaba descendiendo. No había tiempo para desvestir a la joven (aunque eso podría suponer inconvenientes más adelante), por lo que con delicadeza entre los presentes tomamos a Isabella sumergiéndola en el agua.

Su expresión no cambió ante el primer contacto que habría hecho incomodar a cualquiera, pero durante la hipotermia las sensaciones de frío y calor son confusas para el cuerpo. A los pocos segundos el tiritar de sus dientes iba disminuyendo y su piel adquiría un tono rojizo.

Esto garantizará que el frío no la mate ahora, pero no parece que los días venideros sean más cálidos. La rosa… - deje un espacio para que Cohen entendiera lo alarmante de la situación con la joven Rapaccinni. – Quizás debas mejorar las condiciones de Isabella en el jardín o pensar en una alternativa. – me dirigí al vampiro. Era absurdo las formas de vivir de aquella mujer dado los caprichos de su difunto padre, era esclava de una flor y su vida dependía de cada viento que arremetía contra la delicada planta. No podía hacer mucho más, y siendo honestos, no me interesaba tampoco, pero sabía que Cohen si había desarrollado una estrecha relación con Isabella.

Los minutos pasaban, Lannet avivaba el fuego que calentaba la tina con cara melancólica. No había mucho más que hacer y el frio ya incomodaba en demasía. Los ánimos parecían estar más calmados y los signos de Isabella permanecían estables. - Itzamaray, nosotros nos iremos ya. En otro momento, si te parece adecuado pasaré por la Flor Inerte deseando que podamos conversar sin tanta intromisión. – recalcando lo sucedido con los hombres de Lunargenta, Peter Lannet e incluso la propia Itzamaray. – Hay cosas que me agradaría hablar contigo…

Itzamaray Dom Mayo 14 2023, 05:56

Durante el tiempo que permanecieron los tres ahí, no hubo mucho intercambio de palabras realmente, incluso casi un silencio que permitía escuchar el tiritar de la rubia que, de a poco, resultaba menos marcado conforme bebía el brebaje. Lannet no detuvo su faena hasta que estuvieron los vampiros de vuelta con ellos.

La bruja asintió y decidió no apartarse de la chica hasta que estuviera listo el baño caliente, a la par que le daba el resto del líquido del frasco, aunque no le dejó beberlo todo, tan sólo un poco más como le dijo Cohen. Aún con todo, seguía siendo tremendamente intrigante el cómo tenían relación con Zagreus todos ellos, y sobre todo porqué esa chica no podía resguardarse con una flor de esas con ella. Debiendo quedarse con sus interrogantes, una vez más, les vio llenar la tina y discutir unos menesteres con el humano.

La joven temblando despacio bajo el toque de una de sus manos posada en el hombro de Isabella, miraba a la nada, y no supo qué pensar de ello, ¿no habría funcionado la pócima entonces? Tocó despacio una mejilla de ella y, si bien no estaba cálida, al menos no helada como antes de ir por la bebida, incluso el tono en sus pómulos tomaba de nuevo el color de la calidez.

Pasado unos momentos, cuando hubieron logrado llenar por completo la bañera y calentado el agua lo necesario para no cocinar la piel de la rubia, la ingresaron al agua y, en sus pensamientos se replicó el hecho de que al salir del agua no estaba segura de que eso fuera a salir muy bien para ella... En realidad la chica no tenía relevancia para la bruja, pero no le parecía divertido morir de hipotermia o cocinada... siendo exagerada, por supuesto.

Su amo mencionó el asunto de la flor, sugiriendo que algo debería hacer para prevenir lo sucedido esa noche, algo bastante lógico. La hechicera ladeó la cabeza mirando el matorral oscuro de aquella rosa extraña, una enredadera sombría, ¿está maldita? ¿la chica o la flor? La voz profunda de su seño la arrancó de tajo de su ensimismamiento reciente, se puso de pie de un salto y asintió a él, luego se dirigió a Cohen para con una expresión de familiaridad inclinó un poco la cabeza a manera de despedida, ella tampoco la estaba pasando muy bien en ese clima, lo único que quería era irse con su amo a donde no estuviera muerta de frío, al final dirigió una austera mirada al humano, de quien aún tenía un recelo marcado. Acudió al lado de su señor y emprendió la caminata a un par de pasos detrás del vampiro, hasta que se perdieron ingresando a la ciudad que tanto le gustaba a la pequeña bruja.

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