La Muerte Visita Al Alquimista [Noche][Trabajo]

**Cohen** Sáb 11 Dic - 7:10

Sacrestic Ville había sufrido numerosos cambios desde que los humanos decidieron hacerla suya tras la guerra. Algunos edificios habían cambiado su aspecto, algunas tradiciones habían llegado a su fin y también habían modificado el nombre de muchas de las calles de la ciudad.

La Avenida de la Sangre se hacía ahora llamar Calle Puertoverde, un nombre absurdo, sin duda. En la ciudad, no existía puerto alguno. La razón por la que los humanos decidieron modificar su nombre es todo un misterio.

Aquella parte de la ciudad pertenecía al barrio de los humanos, una limitada zona en la que vivían los numerosos guardas, soldados y espías del Rey para vigilar los movimientos de los vampiros en la ciudad. Temían otra rebelión contra ellos. Calificaban esa zona cómo segura y la mayoría de los humanos que se negaban a salir de sus casas después del atardecer, vivían en aquel pequeño barrio.

El ambiente de la calle Puertoverde era muy distinto unos años atrás. Ahora, parecía una calle de cualquier ciudad humana, con macetas repletas de cuidadas flores colgando de sus ventanas. En los locales, habían varios negocios de todo tipo, que cerraban durante las noches, para no tener que verse obligados a atender a vampiros. Los guardas del Rey paseaban por ella a sus anchas, mirando a todo aquel que no conocían con gran atención, tomando nota mental de cada intruso que se introducía en la calle.

Cohen había quedado con Zagreus, en la entrada de la calle, minutos después del ocaso. La noche anterior habían conseguido concertar una cita con Peter Lannet, el hombre al mando de los soldados humanos en la ciudad. Querían entrevistarse con él en el enorme edificio que ocupaban en la plaza a mitad de la calle, dónde habían establecido su cuartel general en una de las antiguas mansiones.

Esperando la llegada de su colaborador, reflexionó sobre la conversación que había mantenido con Zagreus la noche anterior. Aunque se había logrado su confianza, sabía que le ocultaba algunas cosas de gran importancia. Pero si eso le ayudaba a obtener algún dato sobre el paradero de Zana, sería estupendo.

Ahora bien, ¿querría Zana que alguien cómo Zagreus la descubriera? ¿Podría él perjudicar la situación en la que ella se encontrase? ¿Querría Zana mantener el objeto de valor que el hombre estaba buscando? Cohen tenía dudas sobre si era apropiada una alianza con Zagreus, pero quizás, pronto lograra resolverlas...

**Zagreus** Dom 12 Dic - 16:10

Minutos antes del ocaso:

Me preparo para el encuentro de hoy con Cohen, el día previo tras una noche digamos que “interesante” conseguimos que Billy durante el día de hoy acordara una reunión con el nuevo líder de los soldados humanos de la villa, el tal Peter Lannet (1).

Nuestra intención era conseguir información sobre el paradero de Zana. Cohen buscaba a su creadora por motivos personales que yo desconocía, mientras que yo estaba en búsqueda de la vampira, ya que ciertos rumores indicaban que podría ser dueña de uno de los pergaminos de Habakhuk que tanto anhelo.

Según Cohen el soldado apenas había llegado a Sacrestic Ville, y si bien se trataba de un humano, podría brindarnos información relevante. El problema, eso mismo, al ser un humano la relación con los vampiros resultaba un tanto crítica. Por lo que no sabíamos cómo podría recibirnos.

En principio ni siquiera sabíamos si Lanett sabría que tanto Cohen como yo éramos vampiros, pero era una posibilidad, así que debíamos actuar con cautela e incluso ceder a sus demandas de ser necesario a cambio de la información. Por más que hubiese la distinción de razas entre nosotros el intercambio de favores solía ser un método salomónico para atender peticiones.

Algo a destacar, aunque en principio parecía una nimiedad, es que la estúpida condición que me había azotado durante tantas semanas hoy no me había molestado en lo más mínimo ¿será que la maldición del puerco había acabado? (2)

Durante el ocaso cuando ya el sol no es una amenaza:

Saludos, Cohen – Dije con cordialidad mientras llegaba a la calle a la hora pautado donde habíamos acordado encontrarnos. – Ya es la hora, vamos al cuartel a ver si tenemos suerte con él tal Lannet. Espero que tu amigo Billy no metiera la pata y nos consiguiera la reunión.

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Off
(1): Trama que se conecta con rol anterior [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
(2): Mal del puerco [MALDICION] (Superada): durante los dos próximos temas que abras, tu personaje sufrirá de incontrolables episodios de eructos que serán imposibles de controlar y muy difíciles de disimular. Durante dichos temas, cualquier intento de seducir o convencer a otros mediante carisma o atractivo físico serán fracasos estrepitosos.(*Burrp*)

**Cohen** Lun 13 Dic - 11:17

Mientras meditaba sobre el asunto, vio como Zagreus se aproximaba a él. Le recibió con sonrisa amable, escuchando sus palabras, para luego responderle:

- Estoy seguro de que tendremos suerte. Si ese guarda quiere conservar su secreta afición nocturna, más le vale que nos facilite hablar con Lannet hoy mismo...

Aún así, Cohen estaba algo inseguro: temía una emboscada de la guardia en cualquier momento. Esperaba que aquella situación no se les volviera en contra.

Caminaron a lo largo de la calle, cruzándose con algunos humanos, soldados de la Península de Verisar, que parecía observar sus movimientos. Aunque en un discreto silencio, llegaron a la antigua mansión que habían adaptado cómo cuartel.

En la recepción del edificio, ambos se cruzaron con alguien conocido: un soldado de rojos cabellos y fina barba rojiza, iluminado por la tenue luz. Al coincidir sus miradas, recordando los hechos de la noche anterior, asintió con la cabeza y les hizo pasar hasta una habitación contigua.

Tras indicarles que Lannet les atendería en breves minutos y cerrar la puerta detrás de sí, Cohen se sentó en uno de los cómodos sillones de aquella sala.

- Los humanos se quedaron con el mejor palacio de la ciudad- dijo, mientras miraba todos los detalles de la sala- Se apropiaron de esta parte de Sacrestic Ville cómo si fuera la mismísima Lunargenta. Seguramente no pagan ni los impuestos que tenemos que pagar los demás.

Unos segundos más tarde, un hombre entra en la habitación. Cohen se puso de pie, esperando que Lannet entrase, pero sin lugar a dudas, la persona que entró no era él. El cuerpo bastante pálido y sudoroso cayó al suelo mientras se convulsionaba de forma salvaje. De la boca del hombre, salía una espuma de intenso color amarillo. Un olor característico inundó la habitación, un olor que como alquimista, reconoció al instante.

- ¡Ayuda! ¡Necesitamos ayuda!

Cohen se arrodilló a su lado, colocando el cuerpo de lado para intentar que no se ahogara, pero tras un breve segundo, dejó de moverse. Se quedó mirando el cuerpo: sin duda, no había esperanza para él.

En el suelo, un pequeño sobre de papel que portaba el fallecido, había llegado hasta los pies de Zagreus.

**Zagreus** Lun 27 Dic - 19:20

[justify]Llegamos al palacio que funcionaba como cuartel de los humanos en la villa. Al entrar era evidente que todo rastro del pasado vampiro de Sacrestic Ville había sido borrado de aquel lugar. Cohen, mientras nos indicaban que esperáramos en una habitación a Lannet, empezó a contarme la historia de aquel sitio y como los humanos habían cambiado aquel poblado. Sus palabras y conocimiento me daban a entender que existía cierto resentimiento por aquella ocupación de los humanos y que Cohen tenía un vínculo especial por aquella ciudad, no sé si mis interpretaciones serian correctas, pero estoy seguro de que tanto el cómo yo nos sentíamos incómodos en aquel sitio.

De improvisto una escena dantesca nos ocupó en aquella habitación. Un hombre se desplomó a nuestros pies y Cohen con gran velocidad empezó a tratar de darle la atención pertinente, aunque ya era demasiado tarde.

Un olor nauseabundo se esparció por toda la habitación y fue inevitable tratar de taparme el rostro, cuando bajé mi mirada me percaté de un trozo de papel a mis pies (a), por lo visto era una nota de aquel sujeto que ahora yacía en el suelo mientras Cohen insistía en pedir ayuda.

Leí detenidamente la nota y miré a Cohen señalando el escrito en mi mano, el contenido de aquel papel era bastante importante y daba a entender que se trataba de un asesinato y que sería necesario resolver ese crimen para hacer justicia. Aunque sinceramente desconfiaba de las capacidades de aquellos solados ignorantes.

La nota indicaba que se trataba de un alquimista que habría sido envenenado (seguro por ello aquel olor tan fuerte). Trabajaba en la misma calle que aquel cuartel, pero al parecer sospechaba de su comida, así que sería prudente no solo investigar su local de alquimia sino también su hogar.

El veneno tenía un efecto lento y exponencial. Por lo que el pobre estuvo sufriendo por horas viendo como poco a poco el dolor aumentaba, seguro cuando se percató de su destino ya era muy tarde para atenderlo, por lo que decidió rendirse, aceptarlo y hacer la carta con su última petición.

Ya cuando el dolor era muy avanzado corrió con sus últimas fuerzas para entregar su escrito a Lannet, pero le faltaron fuerzas para lograr su cometido. Debió ser insoportable, el tipo busca su asesino y darle una respuesta a su esposa, ahora viuda...

El papel apuntaba algo sobre un olor que resultaba una pista importante, si bien había leído mucho durante mi vida mis conocimientos alquímicos aún estaban verdes, así que Cohen podría ser de gran utilidad para atender esta situación. Si bien el sujeto parecía un hombre común de alrededor de unos 50 años, en la nota hablaba sobre su olfato agudo característico de su raza… ¿se trataba de un elfo? El muerto tenía un gorro llamativo con solapas así que no podríamos confirmar si sus orejas eran características de aquella raza, seguramente ocultaba su naturaleza trabajando en aquella calle llena de humanos con poca apertura a aquellos diferentes.

Cohen… - era evidente que ya era muy tarde para ayudarlo, así que teníamos que avanzar- ¿puedes quitarle el gorro?

Mi intención era confirmar aquel dato y darle la nota luego al vampiro que me acompañaba. La reunión con Lannet era nuestro objetivo, pero este altercado había entorpecido el plan.

No obstante, apenas terminé de hacerle la petición a mi compañero, unos soldados humanos, incluyendo a Durrant, irrumpieron en la habitación apuntándonos con ballestas compuestas.

Alto ahí sucios vampiros. Llamen a Lannet, seguro querrá ver esta escena del crimen. Estos malditos mataron al buen Edmund…

Como detesto la capacidad de los idiotas para mejorar y conseguir ser aún más idiotas… Ante tal escena preferí esconder la nota dentro de mi camisa y levantar las manos mientras miraba a Cohen. Sería estúpido buscar una confrontación solo nosotros dos. Y menos con nuestro objetivo de poder hablar con Lannet.

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a:

**Cohen** Mar 28 Dic - 7:00

Cohen, nervioso por la situación, comenzó a analizar el cadáver y las circunstancias que lo rodeaban. La espuma amarillenta que continuaba saliendo de su boca era una mezcla de sustancias: bilis, jugos gástricos y posiblemente, restos de una sustancia mortal. En un principio, había advertido un suave olor a anís, pero luego, cuándo la espuma había brotado del cadáver, de forma continuada, el olor se había mezclado con los líquidos corporales.

Miró los ojos del fallecido y vio la esclerótica de sus ojos de un color verdáceo, dándole una pista bastante fiel del veneno que había sido utilizado para asesinarle: el veneno de Lys.

Dirigió sus manos hacia el pecho de la víctima, abriendo sus ropas. Notó una gran inflamación interna, por lo que aquel hombre debía haber padecido un gran sufrimiento, quizás durante horas…

Zagreus parecía bastante atento leyendo un papel. Sólo le interrumpió unos instantes más tarde, para pedirle que retirara el sombrero de la víctima. No sabía cual era el motivo de la petición, pero Cohen se dispuso a hacerlo.

- ¡Alto ahí, sucios vampiros!- exclamó una voz masculina procedente de su espalda, dónde se encontraba la puerta de la habitación- Llamen a Lannet, seguro querrá ver esta escena del crimen. Estos malditos mataron al buen Edmund…

Cohen, de rodillas junto al cadáver, alzó los brazos, desconociendo cuántos soldados eran. Podría usar alguna de sus facultades para escapar, pero si Lannet, el hombre al que esperaban ver, con el que se habían citado, estaba de camino, prefería cooperar.

- ¿Por qué demonios íbamos a venir a un cuartel humano a asesinar a este hombre?- preguntó cómo respuesta a los hombres que tenía a su espalda- Además, este desgraciado lleva horas condenado. O le dan dado veneno de Lys o un veneno que se le parece demasiado…

De repente, sintió cómo uno de esos hombres pateaba su espalda. El golpe le hizo tambalearse hacia adelante, apoyando una de sus manos en el frío cadáver para no terminar cayendo sobre el charco espumoso que gota a gota continuaba saliendo del cuerpo.

- ¿Qué ocurre?- preguntó una voz nueva a la espalda de Cohen, que no logró identificar- ¡Pero qué cojones! Caminad hacia el fondo de la habitación. ¡Ahora!
- El muerto es el licántropo Edmund Houndman, señor, el alquimista que vive al final de la calle.

Dando por hecho de que la orden se refería a él y a Zagreus, Cohen se puso de pie para caminar junto al otro hasta el fondo de la habitación. Al darse la vuelta, pudo ver a un grupo de soldados humanos, entre los que se encontraba el maldito Durrant, quién les había concertado aquella cita, al que Cohen miró amenazante durante un instante. Todos ellos, salvo uno, apuntaban sus ballestas hacia ellos.

El hombre en cuestión parecía al mando por la actitud que el resto tenían hacia él. Medía alrededor del metro noventa, uno de los humanos más altos que Cohen había visto jamás. Su pelo era castaño y cortos. Los ojos claros, de una tonalidad verde, y algo juntos, le daban un aspecto melancólico. En su mejilla izquierda, una cicatriz de tamaño mediano, quizás de un corte, recuerdo de un enfrentamiento del pasado.

- Soy Peter Lannet. ¿Quién va a explicarme lo que ocurre aquí?- preguntó mirándoles a ambos, para luego fijar su mirada en Cohen- ¿Has matado a este hombre?
- No. También soy alquimista, señor Lannet- expresó, mirando al humano a sus tristes ojos, quizás cansados de las responsabilidades de su nuevo puesto nocturno- Si se informa, sabrá que ese hombre ha sido envenenado hace unas horas, aunque acaba de fallecer aquí. Nosotros no tenemos nada que ver con ello. Veníamos a...
- No sabría que decirle- añadió interrumpiéndole, antes de pasar a preguntar a Zagreus- ¿Tú no tienes nada que decir?

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#Color de Peter Lannet: #00FFFF

**Zagreus** Jue 13 Ene - 19:06

Tras la incómoda escena nos encontrábamos Cohen y yo al frente de las ballestas de los guardias humanos, junto con ellos estaba su líder, el tal Peter Lannet. El cadáver del hombre yacía en el suelo inmóvil, cubierto de una espuma desagradable que salía de su boca y desprendiendo el olor nauseabundo el cual poco a poco ya nos habituábamos.

Los soldados comentaron información que ya anticipaba de la lectura del pergamino que ocultaba dentro de mis prendas. Contrario a mi hipótesis inicial el alquimista se trataba de un licántropo, aspecto que resultaba de suma importancia para entender su muerte ya que, esos bastardos son duros de matar y seguramente tendría que ser usado un veneno bastante particular para lidiar con los de su raza.

Se trataba de un asesinato preparado. Matar a un alquimista con un veneno era un escenario hasta poético. Así que el asesino debía conocer muy bien a Edmund, por lo que seguirle el rastro no seria tarea sencilla. Y estoy seguro de que Lannet no contaba con los hombres capaces para tal labor. Ya Cohen había mostrado gran interés en el cadáver, seguramente entendía que el escenario resultaba de gran curiosidad.

Peter… es decir, señor Lannet, entenderá… esto es un malentendido. – dije de forma serena

Sin duda Lannet era una figura destacable, a diferencia de sus subordinados en toda la villa quienes eran ignorantes, enclenques, impulsivos, cuyas miradas no mostraban ambición alguna. Lannet era un personaje robusto y con gran temple. La figura musculada denotaba sus capacidades y aptitudes para lideras y combatir, cuestión que era apoyada por una cicatriz que seguramente era un recuerdo de la experiencia. No obstante, si bien se trataba de un sujeto intimidante, en su mirada se notaba que estaba agobiado. Es probable que esté abrumado de responsabilidades o que algunas sombras del pasado lo persigan.

Debíamos arreglar este conflicto con racionalidad, evidentemente Cohen y yo podríamos huir de aquel escenario, o incluso recurrir a la fuerza para salirnos con la nuestra. No obstante, no tenía ganas de terminar en un calabozo en aquel sitio y mucho menos ser perseguido por los humanos de la Villa. Estoy seguro de que eso sería incluso una situación más complicada para Cohen que vivía en aquel lúgubre lugar...Aunque admito que la idea de ver la ciudad llena de carteles con mi retrato y con una cifra importante de recompensa suena interesante…

Mi nombre es Zagreus, y mi compañero es Cohen, un residente de Sacrestic Ville. Verá nosotros tenemos un encuentro con usted, seguro nuestro muy buen amigo Durrant le habrá comentado - Dije finalizando mi sarcasmo mirando al pelirrojo que si bien nos apuntaba fijamente con su arma sudaba y temblaba de forma importante, sabía que no era inteligente provocar a dos vampiros…

Oh, ciertamente me habían hecho el comentario, pero eso no responde mi pregunta. ¿Qué sucede aquí? – dijo de forma parca mientras cruzaba los brazos.

Señor… no hay que ser erudito para entender que nosotros no somos los asesinos. Venimos a hablar con usted de otro tema, pero por caprichos de las moiras del destino nos topamos con esta desagradable situación. Si no me cree tengo pruebas de ello…

Continúa…- El hombre nos analizaba con detalle.

Edmund fue asesinado envenenado hace ya horas y encontrar al culpable es su último deseo. Pero para ser sincero, no creo que sus hombres puedan lidiar con esto… apenas saben caminar sin cagarse encima.

Al decir eso los soldados se pusieron nerviosos y empezaron a gritar insultos hacia mi persona y compañero.

¡Silencio! – dijo de manera firme Lannet que con seriedad contemplaba mi comentario.

Considero que podemos llegar a algún acuerdo para que esta situación sea un ganar-ganar para ambas partes. Y así usted y nosotros lograremos resolver nuestras interrogantes.

Tras unos segundos Lannet se dirigió a sus hombres- Recojan el cuerpo, ya veremos como notificamos a su familia. Maldita sea Edmund… - El hombre se giró y empezó su marcha hacia la puerta, antes de abandonar la habitación comentó- Ustedes dos, síganme a mi oficina.

Miré a Cohen antes de empezar a seguir a Lannet, teníamos que ver como podíamos salir de esta situación y conseguir la información de Zana que buscábamos.

Mientras el resto de soldados abandonaban la habitación cargando el cuerpo fallecido mientras otros salían a buscar materiales para proceder a limpiar el estropicio, aproveché para con un gesto sutil darle la nota del alquimista a Cohen.

Léela antes de ir con Lannet, creo que podemos usar esto a nuestro favor… - susurre a mi compañero de manera disimulada.

**Cohen** Miér 19 Ene - 6:16

Cohen observó cómo la mirada de Lannet se centraba en Zagreus en ese momento, por lo que decidió analizar al grupo de humanos con atención. Concentró su mirada en Durrant durante unos segundos y le hizo un gesto amenazante.

Su atención volvió a Zagreus cuando le escuchó presentarse con su verdadero nombres y posteriormente, presentarlo a él. Además, aclaró que vivía en la ciudad. Con Lannet yo no hubiera operado de esa forma. Jamás hubiese desvelado mi verdadera identidad, pero el daño ya estaba hecho.

¿Por qué Zagreus parecía tener tanta información sobre el difunto y sus últimos deseos? ¿Acaso le conocía? Iba a intervenir, pero sus palabras sobre lo poco efectivos que parecían aquellos soldados, le hizo reír levemente.

- Estoy totalmente de acuerdo en eso- intervino, de forma breve.

Cuándo Lannet quiso llevarles a otra sala para discutir sobre el asunto, Zagreus le cedió la nota. Entonces, Cohen recordó el papel que había caído en los pies de su acompañante.

Mientras caminaba, echó una veloz mirada al documento, empapándose de cada palabra. Si ese documento les exculpaba, ¿por qué Zagreus lo había mantenido en secreto hasta ahora? Sin entender su motivo, al terminar de leerlo, volvió a ocultarlo entre sus ropas.

La sala de trabajo de Lannet era pequeña y estaba atestada de libros, diarios de actividad de la guardia humana de Sacrestic Ville. En algunos de ellos, podría haber información sobre Zana y su paradero.

El humano se sentó en su escritorio, iluminado por varios objetos que emitían luz. Sin duda, uno de aquellos hombres usaba la magia arcana. Lannet parecía cansado, quizás continuaba acostumbrándose al horario nocturno de su puesto y a la nueva vida que tenía en Sacrestic Ville. Sólo llevaba unos días en el cargo.

- Seré franco con vosotros. No creo que tengáis nada que ver con el crimen, pero no cuento con ningún alquimista entre mis hombres en la actualidad y quizás necesite un colaborador que conozca del tema.

En aquel momento, miró a Cohen, viendo cómo la mirada del apuesto humano se centraba en sus ojos.

- Si colaboráis con nosotros, os ofreceré toda mi ayuda respecto a ese caso. Pero antes, quiero saber todo lo que sepas sobre ese veneno.

Cohen miró a Zagreus durante unos breves segundos. El hecho de colaborar con aquellos hombres no le gustaba para nada, pero si había información del paradero de Zana en algunos de aquellos diarios, debía dar su brazo a torcer.

- Muy bien- contestó el vampiro, mirándole de nuevo- Estoy casi seguro de que se trata del veneno de Lys. Es un elixir que provoca una larga y dolorosa agonía. Lo he deducido por el color verdáceo de la esclerótica de sus ojos. Tarda un largo rato en hacer efecto, por lo que muy posiblemente, el veneno fue ingerido… durante el día. Posiblemente a la hora del almuerzo. ¿Quiere saber quién le asesinó? Investigue con quién tomó la comida...

**Zagreus** Vie 21 Ene - 10:47

Cohen se desenvolvió con gran soltura mientras explicaba cuál consideraba ser el veneno empleado en el asesinato. Si bien conocía algunas cosas elementales de alquimia a partir de los numerosos textos que leí en mi pasado, era evidente que la alquimista tenía grandes destrezas para su profesión. Por lo que resultaba un recurso indispensable para resolver este asunto, además de ser una oportunidad para mí de conocer… Aprendo…

Lannet lo miró con gran detenimiento, sin embargo, su cara parecía no estar conforme con las conclusiones del vampiro. Quizás Cohen se había precipitado a dar su respuesta y el humano podría pensar que se trataba de dos charlatanes que intentaban salir del paso, no era una idea descabellada, si bien Peter emanaba un aire distinto al resto de humanos de la Villa, sus responsabilidades lo invitaban a ser escéptico. Por lo que teníamos que de algún modo ganar su confianza y cumplir sus expectativas, es decir, resolver el caso. Desde un inicio había intentado ser honesto con él, pero teníamos que causar una buena impresión a fin de garantizar las respuestas de Zana por las que veníamos, así que colaborar mutuamente sería la mejor opción, aunque dicha alianza fuera desagradable para ambas partes .

Como verá ya tenemos indicios del medio del asesino, sin embargo, es indispensable conocer el motivo y elaborar el perfil del sospechoso… Considero que somos capaces de resolver esta situación y colaborar con usted, pero tenga en cuenta que cuando volvamos con el asesino necesitaremos que usted nos colabore a nosotros…

Lannet sin mediar palabra afirmó con un leve movimiento de cabeza. La retribución era un principio que los humanos cumplían sin dudar incluso con los de otras razas, así fuera la venganza y el ojo por ojo, o como en nuestro caso un favor demanda otro favor… Por lo que si garantizábamos conseguir al asesino seguro Lannet no tendría más alternativa de colaborar.

Miré a Cohen – Creo que deberíamos marcharnos y tratar de atender esto cuanto antes. – Teníamos nuestras horas de trabajo limitadas por la oscuridad, así que debíamos actuar de inmediato.

Volví la mirada al humano en su escritorio y le dije – Considero que tal como confirma mi compañero debemos seguir algunas pistas en el hogar de Edmund, igualmente creo que se debería informar a su familia. También creo que podríamos hacer una visita al taller de alquimia en Puertoverde, no sé qué opina mi compañero…- mi intención era demostrar una actitud más proactiva a fin de hacerle notar a Lannet el compromiso con el caso.

Y antes de que Cohen pudiera responder a mi pregunta afirmé – Ah, aprecio que nos ofrezca toda su ayuda, pero estamos más cómodo si podemos hacer esto nosotros solos, no queremos ir por ahí con un séquito de humanos que nos estorben. En tal caso podría ser solamente uno y que mantenga sus distancias. ¿tú qué opinas de eso Cohen? – añadí una nueva pregunta al vampiro.

No quería que los humanos dañaran nuestra investigación, y andar por la Villa con un grupo de soldados detrás sería bastante incómodo, y estoy seguro de que para Cohen lo sería más. Aparte de ello, Cohen aún mantenía guardado el pergamino que le había entregado anteriormente, me reconfortaba que no había hecho comentario alguno a Lannet de aquel documento. No sé si él entendía la razón por lo que resultaba más adecuado mantener ese escrito en secreto, pero cuando tuviera una oportunidad de hablar con él a solas le informaría cuáles eran mis intenciones con aquella nota.

**Cohen** Miér 26 Ene - 7:07

Cohen no podía imaginar si sus palabras estaban o no resultando convincentes. Lo que tenía claro es que al menos, Lannet parecía abierto a escucharle y valorar sus argumentos, dejando a un lado la raza a la que ellos pertenecían.

Zagreus, algo inocente, pretendía que Lannet se evadiera de las responsabilidades y dejara a dos vampiros al cargo de la investigación del crimen. Cohen tenía claro de que ese hombre no iba a permitirlo. Apenas llevaba unos días en la ciudad. No cometería una infracción a su puesto tan grave, confiando en dos extraños.

Cuando su compañero se dirigió hacia él, proponiéndole atender cuanto antes las primeras pesquisas, asintió con la cabeza. Sin duda, ir hasta su taller de alquimia sería muy útil. También deberían saber quiénes tuvieron acceso a los elixires y materiales que allí pudiera haber.

Al pronunciar Zagreus la posibilidad de avanzar a solas en el caso, el humano se incorporó y negó con la cabeza.

- Lo siento. Mi cargo y mis responsabilidades, la confianza que el mismo Rey ha puesto sobre mí, me hace imposible delegar en vosotros el asunto. Además, sois unos posibles sospechosos… ¿quién me dice que no vais a desaparecer en cuanto salgáis del edificio? No cometeré ese error… Aunque confío en vosotros, yo mismo os acompañaré. Os dejaré tomar el liderazgo de las preguntas, ya que creo que, en el tema de alquimia, necesitaré de un experto para continuar el rumbo de la investigación. Si resulta que no estáis implicados en la muerte del alquimista, yo mismo os ayudaré a recaudar la información que me han dicho que necesitáis y ofrecérosla. Tenéis mi palabra…

Sin rechistar, Lannet se dirigió hacia la puerta de aquella pequeña sala y tras abrirla, les invitó a salir con él. Al llegar a la recepción, se perdió tras una puerta, de forma momentánea, dejándolos a solas.

- Parece un buen hombre, pero no creo que esté preparado para esta ciudad. ¿Por qué razón ocultaste el documento? Podría ser una excelente coartada, aunque no sé si parecería más una falsa pista…

Cohen escuchó las palabras de su compañero, pero antes de poder decir nada al respecto, Lannet volvió a unirse con ellos.

- Pongámonos en marcha.

Los tres caminaron a lo largo de la avenida en dirección al taller de Edmund Houndman. Su vivienda estaba al lado, por lo que a aquellas horas de la noche, sería fácil acceder al interior de ambos edificios.

Al llegar frente a la puerta del taller, al escuchar varios sonidos en su interior, Lannet la golpeó fuertemente. Tras hacerlo y dirigir la mirada hacia los dos vampiros, se apartó y quedó a un segundo plano, dejando que ambos tomaran la iniciativa en esa situación.

El portón fue abierto por tres jóvenes, dos chicos y una chica. Parecían que estaban trabajando, a pesar de lo avanzada que estaba ya la noche. Normalmente, a esa hora, los humanos estarían cenando o marchándose a dormir.

- Buscábamos a Edmund Houndman. ¿Quiénes sois?- les preguntó Cohen cuando les abrieron la puerta.
- Somos sus aprendices- dijo uno de ellos- El señor Houndman salió del taller poco después de almorzar. Empezó a sentirse mal. Puede que esté descansando en su cama.
- ¡Vaya! ¿Tomásteis el almuerzo con él? ¿Vosotros os sentís bien?
- Sí. Almorzamos los cuatro juntos todos los días- dijo la chica extrañada por las preguntas- Y sí, nos encontramos bien.

En ese momento, Cohen dirigió la mirada hacia Zagreus y luego a Lannet. Si sus pesquisas eran ciertas, el asesino de Edmund Houndman estaba frente a ellos. (1)

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(1) Primera complicación: Teniendo en cuenta que el veneno fue administrado en el plato del almuerzo del difunto, la primera complicación consiste en averiguar cual o cuales de los tres aprendices está implicado...

#00FFFF: Peter Lannet
#00FF00: Ajax, Aprendiz Chico
#FFCC00: Margaret, Aprendiz Chica

**Zagreus** Sáb 29 Ene - 16:51

Una vez nos pusimos en marcha Lannet, Cohen y yo para dirigirnos al taller del difunto Edmund. Mi compañero vampiro aprovechó un momento de soledad para preguntarme sobre el pergamino y cuál era mi estrategia detrás de no hacer uso del mismo ante los guardias humanos.

Ja… Ciertamente con el contenido de ese documento nos libraríamos de cualquier sospecha sobre el caso. Sin embargo, en la actualidad dudo que Lannet tenga un pensamiento genuino de que fuéramos los culpables, así que no creí que fuera necesario utilizarlo… - Le dije a mi compañero para calmarlo -Estoy consiente de que si la situación con los guardias hace rato hubiese pasado a mayores si habría sido necesario mostrar dicha evidencia, pero eso pudo resolverse de manera adecuada.

Luego de unos segundos revisé de manera fugaz la habitación para asegurarme de que Lannet no volviera aún o de que algún guardia nos escuchara.

Además, te invito a que vuelvas a leer las últimas líneas del pergamino… El alquimista quiere que se vengue su muerte y estoy seguro de que nosotros lograremos hacer eso, dice que tras hacer justicia se le entregue el documento a su mujer, ahora viuda, quien recompensará a quienes hayan logrado tal cometido…

Cohen, ahora estamos en un mutuo acuerdo con Lannet y los guardias, pero sabes bien que solo es un medio para un fin, aborrezco a los de su clase y estoy seguro de que ellos nos detestan a nosotros. Bien sabes que, si le damos este documento a ellos, se llenaran la boca con elogios por resolver algo que sus cerebros diminutos no podrían responder y cobraran la paga a su nombre… Mi orgullo no permitiría que ellos se lleven todo el crédito, así que creo que podemos guardar la voluntad de Edmund y en su debido momento hacer entrega a la viuda, que ella sepa que dos vampiros hicieron justicia por su marido en Sacrestic Ville y tomar la recompensa bien merecida.

Antes de que Cohen pudiera responder Lannet volvió, así que quedaría en manos de mi compañero que hacer con el pergamino.

Tras dirigirnos al taller del difunto hombre lobo, tres aprendices nos recibieron, al comienzo inocentes ante lo que había sucedido con su maestro. Uno de los jóvenes, una chica, nos invitó a entrar al taller tras reconocer a Lannet atrás de nosotros.

A diferencia de la Flor Inerte este lugar era grande, se notaba que estaba en la zona pudiente de la Villa ahora tomada por los humanos. Contaba con un recibidor donde se despachaban y mostraban muchos productos alquímicos, se podían ver las paredes repletas de estantes con materiales. Tras cruzar un pasillo llegamos al laboratorio, una sala de gran tamaño donde se ubicaban varias bibliotecas, mesas con instrumentos y artefactos propios de la profesión, una especie de almacén de elementos alquímicos y una pequeña sala de estar con una chimenea, lejos de los posibles ingredientes inflamables, pero que resultaba un sitio adecuado para tomar un descanso. Ese gran lugar conectaba con tres habitaciones, una que parecía ser una cocina, y otras dos que tenían puerta cerrada, pero parecía tratarse de un cuarto de baño y una habitación para dormir. (1)

Adelante tomen asiento, estábamos preparando té, y ya que esperábamos al señor Edmund hicimos un poco de más, aunque a esta hora capaz ya esté con su mujer en su casa que queda al lado del taller.

Tras unos minutos paseando en silencio por aquel sitio mirando los estantes y mesas con preparaciones, los dos chicos nos evaluaban sin emitir palabras, hasta que la chica aprendiz con una bandeja se acercó con una tetera y varias tazas. Nos dirigimos a la pequeña zona al lado de la chimenea, había cuatro sillones situados alrededor de una mesa adornada con un pequeño florero.

Siéntense por favor… les ordenó Lannet con una voz firme pero calmada.

Yo preferí mantenerme de pie, pero quedaba un sillón vacío que podía tomar Cohen o el mismo guardia.

Mi nombre es Zagreus, él es Cohen – señalando al vampiro- y él...

Peter Lannet, ¿no? – interrumpió la chica que solía tomar la iniciativa para hablar, a lo que asentí.

¿Me pueden decir quiénes son ustedes?

Nuevamente, la chica se adelantó- Soy Margaret, somos aprendices del señor Edmund, nos deja quedarnos aquí, nos da un techo, comida y además nos deja aprender alquimia. Para mí es como un padre, ya que nosotros bueno, él es la única familia que tenemos.

Yo… Yo soy Ajax - dijo el joven un tanto dubitativo, se notaba nervioso ante toda esta situación.

Él es el mejor alquimista de la ciudad, el propio Edmund lo dice, no sé que tiene, pero es un erudito. – interrumpió nuevamente Margaret a lo que el joven se sonrojó y provocó que empezara a sudar de su frente.

Solo intento seguir los pasos, para nosotros no es fácil hacerse un nombre en este mundo…

¿Y tú? - señalé al joven faltante que se encogía en su asiento, apenas se lograba ver el rostro detrás de una capucha y un gran abrigo que traía.

Se negó a hablar con una expresión parca.

Bueno, él se llama Stillhet, pero le decimos Shy, nunca lo he escuchado hablar, creo que es – y terminó la idea Margaret moviendo la boca como si hablara, pero sin emitir sonido emulando a un mudo.

Seré directo, Edmund Houndman está muerto, fue envenenado y creemos que el asesino es uno de ustedes.

Los chicos reaccionaron de maneras distintas pero todas llamativas…. Y sospechosas.

Ajax se levantó de su asiento y empezó a deambular altamente ansioso, diciendo “no, no, no” de manera repetida.

Margaret empezó a gritar y sollozar de manera desbordada, un llanto histérico mientras se agarraba su cabeza.

Shy, se quedó con los ojos pasmado, inmóvil a la noticia, sus ojos se aguaron, pero fue el único que no lloró.

______________
Off:

(1): Diagrama del taller:

**Cohen** Lun 31 Ene - 15:47

La joven les invitó a pasar y los tres entraron en el establecimiento. Cohen examinó el taller con detenimiento: sin duda, era de un gran tamaño. Los humanos residían en aquella zona de Sacrestic Ville y Edmund Houndman parecía ser su alquimista de referencia. El vampiro no recordaba haber visto un taller alquímico cómo ese en la ciudad…

Quedó ensimismado en sus pensamientos, mirándolo todo a su alrededor. Tenían numerosas plantas que apenas conocía y que no eran de la zona. Por lo que supuso que se las traían a la ciudad. Haría que el joven Billy se informase sobre ello: una emboscada nocturna al carro que las transportaba, antes de que entrara en la ciudad, podría ser de lo más acertado para sus reservas.

Tras examinar el lugar, su análisis mental se centró en los dos chicos silenciosos que los tres hombres tenían ante ellos. Uno, de pelo castaño oscuro y fina barba, algo más alto. El otro, de un vivo color rojo y de una complexión algo más robusta. La chica apareció poco después, cargando en sus brazos con una bandeja, con una tetera y unas tazas.

Cohen se sentó en el asiento vacío, manteniéndose de pie tanto Zagreus cómo Lannet. El vampiro alzó la mano en forma de saludo cuándo su compañero le presentó y escuchó cómo la chica reconoció a Lannet antes de que se le presentaran. No era extraño: la llegada del nuevo líder de los soldados humanos en Sacrestic Ville, amigo cercano del mismísimo Rey de Lunargenta, debía haber sido un acontecimiento en aquel gueto de mierda.

La chica de piel clara, pelo castaño claro y vivos ojos marrones, comenzó a hablar. Al parecer, los tres eran jóvenes huérfanos que habían sido tomados bajo la protección del alquimista. Cria cuervos y te sacarán los ojos.

Luego estaba el chico barbudo, Ajax, "el mejor alquimista de la ciudad". Cohen alzó las cejas mientras veía la situación. ¿La chica estaba insinuando que Ajax era el alumno aventajado por alguna oculta razón o simplemente estaba siendo honesta?

Cuándo Zagreus preguntó por el joven Stillhet, comprendieron que el chico era mudo. De nuevo Margaret, les informó del asunto, simulando no tener voz. La jovencita comenzaba a parecerle una impertinente.

Mientras miraba con gesto asqueado a la joven, escuchó cómo Zagreus, de forma muy poco sutil, les informó de que su protector había sido asesinado. La verdad era que Zagreus era más directo de lo que pensaba.

Los gritos de la chica y su histeria le parecieron realmente teatrales. Cohen resistió sus ganas de levantarse del asiento y azotar a la joven hasta que consiguiera callarla. Shy se quedó pensativo, aunque con un control de los sentimientos bastante aceptable, que a Cohen le resultó tranquilizador. En cambio, Ajax parecía a punto de destrozar el taller mientras gritaba.

Cohen respiró fuerte, paciente, observando la situación, a los tres sospechosos de aquel cruel envenenamiento. A su lado, Lannet parecía querer intervenir, pero Cohen se lo negó, moviendo la cabeza de un lado a otro.

Cuando el chico mudo, intentó dar un primer sorbo a su taza de té, quizás con el deseo de tranquilizarse y calmar un poco sus nervios, Cohen, en un movimiento rápido, le arrebató la taza de las manos antes de que pudiera dar un primer sorbo a la bebida.

- Serás mudo, pero no seas estúpido- le dijo, mientras tiraba al suelo todas las tazas y la tetera, rompiéndolas en un gran estruendo, en piezas menores que se desperdigaron alrededor de la húmeda mancha que la bebida dejó en el suelo. Con la atención de todos, continuó- No hemos venido a consolaros... ni a tomar un puto té que puede estar envenenado... ¿Acaso no habéis escuchado que uno de vosotros ha matado a vuestro protector? Puede incluso que hasta los tres estéis implicados en…
- ¡Yo no…!- interrumpió la joven, histérica.
- Cállate, joder... Cada uno de nosotros va a quedarse a solas con uno de vosotros. Os vamos a hacer algunas preguntas respecto a la jornada de hoy, sobre la víctima y vuestra relación con él. Buscaremos pistas en vuestros testimonios, pruebas en el taller… todo. No quiero que ninguno de vosotros coma ni beba nada... A ser posible, mantened las manos en vuestros bolsillos… no toquéis ni cojáis nada si no os damos permiso para ello...

Tras hacerlo, Cohen caminó en dirección a Ajax, que permanecía quieto ahora, aunque tenía los puños apretados, con un evidente gesto de dolor y rabia en el rostro, aunque controlando su ansiedad.

- Yo hablaré con Ajax en la zona de trabajo del taller. Quiero ver realmente si sabe tanto de alquimia cómo para matar a un hombre… -dijo, mientras miraba al joven, de forma algo desafiante.- Vosotros podéis decidir...

**Zagreus** Miér 9 Feb - 20:55

Cohen se adelantó para interrogar al joven Ajax, sin duda se trataba de una batalla de egos a ver quién podría ser el alquimista más capaz de la Villa. Estoy seguro de que mi compañero lograría sacar información de Ajax y evaluar todo aquel asunto alquímico y pistas en el taller si es que este no se cegaba por “verificar quien la tiene más grande” con el sospechoso pródigo – ja – me gustaría ver el desenlace de ese interrogatorio.

Al quedarnos solos Lannet y yo con los otros dos jóvenes, el oficial con un gesto sutil me dio a entender que podía escoger a quien entrevistar, así que escogí proceder con Margaret, el separarlos era una buena estrategia, pero siendo sinceros dudo que Lannet pudiera sacar algo productivo de Shy, así que posiblemente nos tocaría jugar al descarte de sospechosos con los más habladores primero…

Si puedes acompañarme, por favor. - con gentileza me dirigí a la joven, proceder con sutileza era una forma de ganar confianza con el histrionismo de la chica que seguramente mostraría resistencias si me aproximaba de otro modo.

Me alejé a un sitio cerca de la cocina y procuré que Margaret les diera la espalda a sus compañeros, era importante que no se comunicaran de ningún modo, además, haciendo esto lograba centrar a Margaret en mí, mientras yo disponía de una vista panorámica a todo el taller y a mis compañeros.

Ella continuaba llorando de forma teatral, así que, durante varios segundos al punto que hasta se volvía incómodo la situación, me quedé callado mirándola fijamente, al rato ella fue cesando el llanto y ya cuando por fin paró, se limpió la cara con el reverso de su palma y procedí.

Entonces… ¿Qué ocurrió?

¡¿Qué insinúas?!, Yo no maté a nadie, él era un padre para mí, seguro fue el bastardo de Shy, ese idiota no tiene sentimientos, no habla, no tiene alma. Nunca lo he visto sonreír ni enojarse, es un monstruo, ¡Fue él!... o no, Ajax, maldito imbécil, siempre queriendo aparentar ser dócil seguro quiere quedarse con el taller, “uy si el sabelotodo” seguro es un psicópata que desea probar sus fórmulas locas. Si seguro fue él, ¿o los dos?... Ahh, una vez escuché que Ajax quería ser mejor que Edmund y el viejo se reía de sus sueños… y si, como te decía Shy duerme casi que inmóvil mirando el techo, a veces creo que es un robot o un vampiro, le tengo miedo… Oh, padre que será de mí ahorita… Y también recuerdo que…

Margaret continuaba su discurso errático y verborreico, divagando en sus ideas y acusaciones. Yo solo me quedé callado examinando sus micro gestos faciales, tratando de estimar su ritmo cardiaco y ver trabas en su discurso. Resaltando el afán de la joven de librarse de toda culpa señalando a sus compañeros, victimizándose de la situación.

Ya cansado de su voz aguda y atorrante con un movimiento lento puse mi dedo en mis labios a modo de pedir silencio, así estuve unos pocos segundos hasta que la chica se percató y se calló.

Solo responde a lo que te pregunto…

Ella afirmó con un gesto con la cabeza.

¿Entonces tú no serías capaz de matar a Edmund? dijiste que era como un padre, pero no todos tenemos una buena relación con nuestros progenitores… ¿no?

Oh, disculpa, claro que no – su rostro y forma de expresarse cambió radicalmente - no sería capaz, soy una chica indefensa que sólo trata de ganarse la vida y pagar la deuda que le debo al señor Hondman por salvarme de niña. – Margaret ahora me miraba fijamente y se humedecía los labios mientras reafirmaba - solo soy eso… una mujer… sumisa - Para mis adentros solo podría registrar: Labilidad afectiva, cambios bruscos de emocionalidad propios de la histeria, ¿será un perfil límite de la personalidad? Oh ahí están las defensas de lo femenino, fascinante, me encantan los perfiles que calzan con un cuadro de forma tan evidente, si… Margaret tiene la psicología acorde para haber llevado el asesinato, pero que pueda no significa que haya sido, ¿Cuál sería el motivo?

Ya veo… ¿tú te encargas de la cocina no, como “mujer”? – asomé, incluso con un tono bastante estereotipado de roles impropio de mi siguiéndole el juego.

Si, yo cocino y me encargo de las tareas domésticas del taller.

¿Entonces por qué el veneno fue empleado en la comida si tú te encargas de eso?

Yo… yo – su cara se quedó pasmada, un tono blanquecino la sacudió. No era una suposición concluyente, pero disfrutaba de poner contra las cuerdas a la joven a fin de promover algún desliz que me permitiera confirmar su inocencia o no.

**Cohen** Sáb 12 Feb - 8:45

Tras elegir a Ajax, Cohen le cogió del brazo, llevándole hasta la zona más aislada posible del resto. Su cuerpo estaba realmente tenso, algo que llamó la atención del vampiro. Al mirar atrás, observó cómo Zagreus elegía a la chica histérica. Lannet se quedó en el centro de la habitación a solas con el chico mudo, que parecía poco interesado en colaborar.

Centró sus ojos en la mirada rabiosa de Ajax. Detectó su nerviosismo debajo de la tensión que su cuerpo mostraba.

- ¿Sabes qué? Creo que no lo has hecho tú… - confesó el vampiro, mirándole directamente a los ojos, mientras hablaba en voz queda- Pienso que quizás no le tenías demasiado apego a Houndman, pero creo que esto es importante para ti. Que valoras mucho tu oficio y la oportunidad que aquí has encontrado.

Las palabras llamaron la atención del chico, que relajó ligeramente su tenso cuerpo, abriendo un poco las apretadas manos.

- Supuestamente, eres tan aventajado que hasta Edmund estaba sorprendido. Soy alquimista. Estoy aprendiendo aún. Ya sabes… hay tantas opciones y posibilidades en nuestro oficio... Si a tu edad has conseguido la admiración de tu maestro, seguramente es que eres bueno. Y si eres bueno, eres muy inteligente. Y no creo que hayas sido tan estúpido para envenenar a un alquimista en su propio taller, en el mismo lugar dónde trabajas…

El discurso continuaba relajando al chico. El lógico razonamiento de Cohen era coherente, pero incluso él sabía que no tenía por qué ser cierto. De hecho, el vampiro le estaba mintiendo de forma descarada. Si realmente él era el alumno aventajado, el hecho de que realizara el veneno de Lys para asesinar a su tutor, era más que posible.

- ¿Quién fue Ajax? Creo que tienes una sospecha muy sólida que no te atreves a decir… Sólo tienes que…
- No fue Shy. Eso lo tengo claro.

Cohen intentó disimular su asombro. En su mente, había esperado que Ajax defendiera a la chica. Sin embargo, su lealtad estaba junto al joven mudo. ¿Por qué estaba tan seguro de que él no fue?

- Así que… ¿crees que es Margaret?
- ¿Quién si no? Además, el veneno estaba en la comida, ¿no? Es ella la que suele cocinar. Hoy… es ella la que ha cocinado.

Cohen miró por encima del hombro del joven aprendiz de alquimia. Lannet parecía intentar entenderse con el chico mudo y éste sólo se comunicaba asintiendo o negando con la cabeza.

- ¿Ha sucedido algo relevante esta mañana? ¿A qué has dedicado el día?

El cuerpo de Ajax volvió a recuperar su estado tenso y apretó fuertemente la mandíbula. Cohen bajó la vista hasta sus manos, que volvía a tener apretadas.

- Preparé unos pedidos y Shy salió a entregarlos. A media mañana, Margaret fue a preparar el almuerzo y me quedé a solas con Edmund en el taller. Él atendió algunas ventas mientras yo seguía preparando algunos pedidos…
- ¿Recuerdas si alguno de los clientes le dio algo de comer o beber durante su visita?

El joven pareció sorprenderse por la pregunta, pero al cabo de unos breves segundos, asintió.

- Vino un cliente. Se tomó un vaso de licor con él. No recuerdo su nombre…
- La botella de ese licor… ¿está aquí? ¿la traía el cliente consigo?

Ajax mantenía su mirada fija en la parte del taller destinada a recibir a los clientes. Tras unos segundos, salió de la habitación siendo seguido por el vampiro, hasta la zona de entrada. El joven se agachó frente a un mostrador. Debajo de ella, había una botella de licor.

Cohen se la arrebató de forma ágil de las manos. Descorchó la botella y acercó su nariz a la entrada de la misma, respirando directamente de su interior, intentando captar algún rastro del veneno en ella. Aunque no olía de ninguna forma especial.

- ¿Sabes si el cliente bebió también de este licor?
- Creo recordar que no…
- ¿Cómo era? ¿Edad ,estatura?
- Pues… era un hombre de metro ochenta, de aspecto envejecido, barba blanca, ojos azules…
- ¿Llegaste a verle el color de los ojos? Es extraño. Desde el interior no se ve la entrada. ¿Saliste aquí por alguna razón?
- Sí… me llamó Edmund. Quería preguntar si había preparado todos los pedidos…
- Vale. En el caso de que el veneno estuviera en esa botella, cualquiera podría haber envenenado el licor, ¿verdad? ¿Por qué estás tan seguro de que el chico mudo no envenenó la bebida entonces?
- Él sería incapaz.
- Entonces, ¿fue Margaret?

Cohen no sabía que pensar. ¿Por qué defendía al chico mudo? ¿Por qué acusaba a la chica, sin pruebas, para intentar exculpar a su compañero?

**Zagreus** Sáb 19 Feb - 17:29

Mientras continuaba mi labor vi como Cohen se dirigía junto con Ajax al frente donde se ubicaba la tienda de alquimia en sí. Asumí que iba a buscar pistas, era una buena idea, ante mi desconocimiento del tema alquímico era más inteligente dejar eso en sus manos, incluso no sería descabellado que en algún momento él investigara la cocina, ¿se trata de un veneno en polvo?, ¿en gotas?, ¿o para mezclarlo en la comida en necesario integrarlo en la preparación? Supongo que esas respuestas podrían darnos luces sobre el sospechoso.

Lannet, por su parte continuaba comunicándose con señas, la cara de Shy era parca, pero cuando Ajax salió del salón parecía alarmarse un poco.

Entonces Margaret, ¿Cómo fue el almuerzo?

Yo, yo… si, yo serví, pero no coloqué nada en la comida, como de costumbre nos sentamos juntos en el comedor para el almuerzo, Shy volvía de realizar unas entregas y Ajax seguía haciendo preparaciones en el taller. El señor por su parte había terminado de atender a un cliente y cerró la entrada de la tienda, solía poner un cartel de “vuelvo en 30 minutos” para poder almorzar juntos. Al viejo le gustaba juntarnos como “familia” para comer, ya la cena si solía tomarla en casa con su mujer… - mientras Margaret recordaba sus pequeñas tradiciones algunas lágrimas se deslizaban por su rostro.

Entiendes que si la hipótesis de mi amigo alquímico es correcta el medio del asesinato fue por ingerir la comida envenenada ¿no?, y siendo tú la única que tuvo contacto con los alimentos me cuesta entender por qué no serias tú la asesina… o al menos cómplice…

Nuevamente, se alarmó la joven y empezó a hablar de forma errática y apresurada.

No, no, te lo juro yo vi a Shy y Ajax hablando en la mañana, esos dos suelen hablar mucho, bueno es Ajax el que habla, Shy escucha y no sé cómo hace para comunicarse, pero Ajax suele pasar tiempo con él.

Si, pero…

Margaret interrumpió - ¿y si fue un cliente? ¿Quién dice que fuimos nosotros?

No lo creo…

Volvió a interrumpir – Seguro lo mataron los guardias, esos humanos no toleraban que el alquimista de la Villa fuera un no humano…

¡BASTA!– grité para callar a la joven

Creo que ocultas algo, aún me cuesta comprender como dices que “no tuviste nada que ver” con el veneno durante el almuerzo, capaz tú no eres la mente maestra del plan, no te veo tan inteligente como para ser quien orquestase un asesinato… Pero creo que si tuviste un rol en todo esto.

Noooo, fue Ajax seguro con Shy. O alguien más, yo no… yo no sabía que iba a morir así. Yo no sé nada – y volvió a romper a llorar de forma importante

Margaret no tenía la capacidad de hacer ese veneno o hacer un plan tan retorcido, pero sin duda dejaron pistas por su torpeza, subestimaron a Headmund, si fuera algo de la chica alquimista seguro hubiese envenenado a sus otros dos compañeros en tal caso, pero tal no fue lo ocurrido, así que debían saber quién sería el objetivo y no fallar. Y ella sería la única capaz para tal tarea…

Siento que me hace falta una pieza y requiero de que Cohen me aclare algunas cosas sobre el veneno, pero mis deducciones apuntan a que Margaret no es la asesina, no obstante, de que si fue la mano inocente que administró la sentencia de muerte para el viejo alquimista. Obvio se tendría que verificar su grado de complicidad, pero alguien más es el asesino, ¿será el cliente que atendió durante la jornada antes del almuerzo? Hmmm no lo creo, estaríamos entonces perdiendo nuestro tiempo aquí y tengo una corazonada que estamos avanzando, ¿será Ajax o Shy?, ¿o incluso ambos? Bueno, ya considero que debería reunirme con Lannet a ver que ha conseguido y esperar a Cohen para intercambiar información.

**Cohen** Jue 24 Feb - 6:36

Las dudas de Cohen respecto a Ajax continuaban aumentando. Tras la entrevista, dirigió su mirada hacia el interior de la tienda, para ver cómo evolucionaban el resto de entrevistas.

Peter Lannet parecía frustrado intentando comunicarse con Shy. El chico se limitaba a observar a Lannet con cara de hastío y frialdad.

Al fondo de la estancia, Zagreus hablaba con Margaret. La chica parecía estar en ese irritante estado de nerviosismo. Quizás fuera inocente, pero la chica le parecía realmente insoportable.

- ¿Has sacado algo en claro? - le preguntó a Lannet, que le dirigió una mirada con sus ojos melancólicos y con un gesto de abatimiento- ¡Ya veo!

Volvió a dirigir su vista a Ajax. Su tensión corporal se había reducido bastante pero aún se le veía tenso. Cohen seguía creyendo en su inocencia, pero no estaba del todo convencido de ello.

- Ha tenido que ser Margaret – volvió a aclarar- Lo introdujo en su comida, estoy seguro.

En la carta que Zagreus había encontrado, recordó que Edmund había expresado el particular olor de la comida en su plato. Nadie había reportado la muerte por envenenamiento del cliente que tomó una copa con él, por lo que el licor de la misma debía estar puro.

- Si estás tan seguro de eso… - Cohen le cedió la botella al chico - ¿Por qué no le das un trago?

Ajax parecía realmente sorprendido, pero con gesto firme, dirigió la botella hacia su boca y efectuó un gran trago de la bebida. Si el veneno estaba en la botella, pronto lo sabrían. Aunque lo dudaba.

- Está rico- dijo Ajax, demostrando una sonrisa en su rostro por primera vez, durante apenas un momento perceptible.
- ¿Por qué estás tan seguro de que Shy no le ha asesinado? - preguntó, quizás aprovechando que el joven había bajado la guardia.
- Shy está ausente la mayor parte del tiempo. No sabe preparar nada. Siempre termina mezclando los ingredientes y esencias de forma desproporcionada, haciendo que la mezcla termine sin ningún tipo de efecto… Lleva con nosotros apenas dos semanas y se encarga del reparto de las mercancías… Además, él no tiene acceso a la cocina…
- ¿Cuánto tiempo lleváis Margaret y tú con Houndman?
- Margaret fue la primera en llegar. Lleva casi un año con él. Yo llegué hace 4 meses. Ella se puso celosa de inmediato. Por eso me odia. Edmund se fijó en mis habilidades y desde entonces, me prestó toda su atención, relegándola a tareas secundarias.
- Pero Margaret tuvo meses para envenenarle antes de la llegada de Shy y no lo hizo. ¿Por qué lo haría ahora?

La pregunta pareció desconcertar un poco a Ajax, quedando pensativo.

Cohen volvió a mirar hacia el interior del local. Su mirada se topó con la de Zagreus. Le hizo un gesto con sus dos manos, llevándolas de arriba abajo a la vez, pidiéndole que mantuviera la calma.

El vampiro miró hacia la mesa dónde Lannet había casi desistido en el interrogatorio al chico mudo.

Dos semanas. El chico mudo llevaba allí sólo dos semanas…

Con aquella idea en la cabeza, Cohen se fue acercando a Lannet y a Shy, sentados uno frente al otro en la mesa situada en el centro de la estancia. Caminó teniendo a Lannet de frente y acercándose a Shy de forma sigilosa y tranquila.

Observó la mano izquierda del chico, abierta sobre la mesa, boca abajo. Manos limpias y jóvenes, impolutas.

En un gesto rápido, sin dudar, desenvainó su daga rápidamente y empuñando el arma, la dirigió hacia la mano del chico atravesándola con la hoja, de forma rápida y salvaje.

Margaret, que segundos antes, había adivinado su intención, comenzó a gritar, pero el grito apenas logró advertir a Shy, que no apartó su mano en ningún momento.

Al grito de la chica, se unieron el de Lannet, que seguramente no aprobaba esa acción. Pero lo que no esperaban era que un tercer grito, mucho más desgarrador, surgiera de la boca de un chico mudo que no lo era tanto.

- ¡Joder!

Cohen retiró rápidamente la hoja de la mano del chico, que sentado sobre la silla, se quejaba del dolor.

- Al final, no era tan mudo cómo parecía- expresó, mientras se llevaba la hoja ensangrentada de la daga a la boca, dispuesto a lamer los restos de sangre.

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Shy : #cc33ff

**Zagreus** Miér 16 Mar - 21:22

Vi como Cohen se acercaba decidido a Shy mientras me pedía calma, seguro se aproximaba una locura. Y tras un veloz movimiento… un grito desgarrador aclaró todo el panorama del caso. No podía contener mi sonrisa ante la imagen dantesca que había creado Cohen, la sangre, la cara de perplejidad de sus compañeros, incluso la de Lannet, las maldiciones y groserías que gritaba Shy mientras buscaba tapar su herida y de alguna forma golpear al vampiro que lo había apuñalado, sin éxito, ya que su dolor no le permitía siquiera levantarse del asiento. Sencillamente magnífico.

Me acerqué a Shy mientras Margaret continuaba llorando y Ajax volvía a caminar de manera errática por el salón.

Ya deja de llorar – dije mientras ponía mi pie derecho con fuerza sobre la pequeña mesa y colocaba mi brazo sobre mi rodilla. A lo que Shy con ojos llorosos dirigió su mirada hacia mí mientras aguantaba con dificultad su dolor.

Dale gracias a Cohen, ha hecho un milagro, ahora hablas… - dije con tono sarcástico mientras lanzaba una fugaz mirada a mi compañero vampiro - Ahora sin rodeos, volvamos a comenzar, ¿Quién eres y por qué mataste al alquimista?

Con una respiración entrecortada – MALDI…

¡Habla! -señaló Lannet, cansado del teatro del joven.

¿Cómo pudiste? – gritó Margaret, pero ante una mirada fugaz mía entendió que era nuevamente la señal para guardar silencia de una buena vez.

Ja…ja…JA.JAJAJA – Shy empezó a reírse a carcajadas de manera desquiciada y tras unos segundos su rostro cambió, es como si ya no le doliera la herida que seguía sangrando.

Luego de un silencio sepulcral, Shy se pasó la mano que no estaba herida por el rostro para limpiar las lágrimas, manchando un poco su cara de sangre, dándole un aspecto aún más tétrico al joven.

Imbéciles… Ajax con su ignorancia no se percató como en los últimos días preparaba pedidos que al final serian el veneno con el cual le pondrían fin a la vida del estúpido viejo. Podrás ser muy inteligente para la alquimia, pero eres un idiota para todo lo demás, aunque agradezco tu utilidad.

Algo con Lys, ¿no? - Shy volteó su mirada a Cohen y preguntó mientras sonreía de manera pícara – Es un veneno eficaz que requiere de destreza en alquimia, ¿pero acaso todos los alquimistas son tan ingenuos?

Ajax se abalanzó para atacar a Shy pero Lannet con firmeza lo detuvo sin problemas, y con un jalón sentó al joven en uno de los sillones de la sala.

Shy continuó… - Y Margaret… Oh mi bella e insoportable furcia, tan atorrante e histérica. Pero no te preocupes, tú también fuiste cómplice de toda esta obra, oh la gran tragedia, ¿o debería decir divina comedia? Sin duda no tienes la capacidad de Ajax para la alquimia, pero admiro tu necesidad de organizar y controlar todo, siempre servías las comidas en los mismos platos, en los mismos vasos, todo en el mismo sitio y a la misma hora, quien diría que sus obsesiones me servirían para que me ayudaras a que el veneno llegara a su destino sin desvío y sin denotar… gracias Margaret.

Margaret dejó de llorar, estaba en shock, pero a diferencia de los momentos de estrés que había vivido antes, en esta ocasión solo se calló, se quedó estática, inmóvil con la vista perdida en el joven con la cara ensangrentada.

Mientras más hablaba el tono de Shy se volvía más macabro y dejaba claro su culpabilidad, no obstante, había elementos que faltaban por aclarar, sin duda su plan era con premeditación, pero ¿por qué el viejo alquimista si le abrió las puertas de su taller? ¿Por qué no acabó con los otros chicos del taller? ¿Cuál era el plan de fuga? Si es que había uno…

Me separé de la mesa, pensé en la recompensa que ofrecía el papel que teníamos, pero me costaba lidiar con la actitud de Shy, su descaro, si bien podía identificarme con algunas de sus conductas e incluso esa carencia de empatía, me resultaba incómodo su atrevimiento al burlarse de mi inteligencia. Obvio estaba acorralado, pero su actitud de ganador me resultaba patética. Estaba en jaque, solo faltaba mover una que otra pieza para dar el mate.

**Cohen** Jue 17 Mar - 11:53

Zagreus tomó el mando de la conversación, cosa que Cohen agradeció. Seguramente, su compañero tenía mejor don de palabra que él, que tenía las habilidades sociales algo perezosas.

Escuchó las explicaciones con atención. La verdad es que, una vez descubierto, el frío chico que dominaba sus emociones había desaparecido por completo. En pocos minutos, había conseguido ser más cansino que la llorona de Margaret.

Cuándo terminó de hablar, Cohen había agotado su paciencia y golpeó el rostro del chico todo lo fuerte que pudo con su puño cerrado, haciéndole caer del asiento.

- Muy bien… Ajax, ¿dónde tiene este perturbado sus cosas?

Concentró de nuevo la atención del chico en sí. Era un buen chico, pero tenía grandes problemas para gestionar su ira. Quizás a causa de su juventud.

Ajax le llevó hasta la habitación que los chicos compartían, al final del taller. La zona de Margaret estaba separada de las dos camas de los chicos por una gruesa y sucia cortina.

- Están… ahí- dijo el chico asombrado, al comprobar que debajo del lecho dónde el asesino dormía tenía preparada una pequeña bolsa de viaje- Iba a escapar.

Cohen abrió la bolsa, con decisión. De su interior, sacó ropa, algunos objetos personales y finalmente, tras encontrarlo al fondo de la misma, una caja de hojalata cerrada, con una gran cantidad de aeros.

- Maldito desgraciado… alguien le ha pagado para que mate a Houndman.

El vampiro salió de nuevo al taller, dónde la situación parecía haberse calmado. En el rostro de Shy, un visible moratón purpúreo me sacaba una sonrisa.

- A ver, niñato estúpido… ¿cómo has logrado reunir tal cantidad de aeros? ¿Acaso alguien te ha pagado para realizar este trabajito?

La intención de Cohen fue guardarse el dinero en el bolsillo, pero a su lado, Lannet carraspeó su garganta mirándole con un gesto de desaprobación, mientras dirigía su mano hacia el vampiro.

- Es una prueba, Cohen…

El vampiro le cedió el dinero, con claro mal humor. Luego volvió a dirigir su mirada hacia el prisionero, dispuesto a sacar la verdad de aquel asunto.

Se colocó frente a él, sentándose en la silla que Lannet había ocupado durante largo rato, intentándose comunicar con un chico mudo con su mayor voluntad.

Al quedar frente a él, dejó que las sombras crecieran a su alrededor. Sus ojos se volvieron completamente negros, mirando al chico de forma aterradora. A su alrededor, una negra sombra creó una etérea oscuridad rodeando su cuerpo. Sus dientes y su lengua se habían ennegrecido por completo. [1]

Tanto Ajax cómo Margaret dieron un paso atrás. Lannet permaneció de pie, en su posición, aunque algo temeroso. Frente a él, custodiado por Zagreus, un nervioso Shy le observaba aterrado.

- Bien, ahora vas a decirme quién te ha pagado por la muerte de Houndman. Será la única forma de que tenga la más mínima compasión contigo- dijo, mientras su mano agarraba nuevamente el puñal, paseándolo sobre la vista del joven- ¿Algo que decir?

El vampiro fue acercando poco a poco el puñal hacia el joven, apuntando la punta hacia su cuerpo… y cuando estaba a escasos centímetros de él, consiguió que el culpable abriera la boca:

- El Gremio de Alquimistas. Su líder. Fue él quién me pagó. Íbamos a huir esta noche. Por la salida del este. [2]

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[1]: Maldición Desatada [Mágica, 2 usos]: Mi maldición se vuelve más fuerte, haciendo que la oscuridad me posea. Por 2 turnos luzco más siniestro, aterrando a los débiles. Mis ataques realizan daño mágico adicional y puedo ocultarme en las sombras con más facilidad.
[2]: Segunda complicación: encontrar al líder del Gremio de alquimistas de Sacrestic Ville antes de que huya.

**Zagreus** Jue 17 Mar - 21:17

Ya teníamos culpable del asesinato, pero tras un descubrimiento de Cohen se logró la conclusión que nuestro pseudo psicópata se trataba en realidad de un sicario que había sido contratado para acabar con el alquimista y huir. Shy empezaba a cantar, lo mudo quedó atrás, no sé si ya se había rendido en su cruzada o había cedido ante el miedo que le tenía a Cohen y sus amenazas, sin duda lograba su cometido de aterrorizar.

Cuando Shy mencionó el gremio de alquimistas me confundió un poco, era evidente que era un mundo ajeno a mis conocimientos y su forma de obrar me resultaba llamativa ¿Por qué asesinar a un colega? Igualmente, si se trataba de alquimistas estando en Sacrestic Ville ¿Cohen tendría conocimiento de ese grupo y líder?, ¿sabrían algo de Zana?

Lannet procedió a aclarar el panorama preguntando las interrogantes que me surgían, posiblemente él estaba tan desconcertado como yo. - ¿por qué el gremio atacaría a uno de los suyos? Desde que llegué Houndman siempre obró bien y cumplió con todos los pedidos en Puerto Verde…

Puff… ese viejo pulgoso se quedó con la mejor parte del pastel, Sacrestic es un lugar importante dentro del mercado de la alquimia, con tantos vampiros – Shy tomó una pausa y susurrando la palabra malditos nos miraba con sospecha. – la gente suele buscar los talleres, pero el sitio más relevante de toda la ciudad lo tenía el licántropo de Houdman y sus intereses no estaban en lineas con los del gremio... ¿a quién se le ocurre otorgar ese puesto a esa sucia calaña?

Lannet fruncia el ceño ante las razones absurdas dadas por el asesino.

El gremio es una organización poderosa en toda Aerandir… los grandes líderes dominan el mercado y manufactoria de pociones, ingredientes alquímicos, perfumes y esencias… No todos los alquimistas, y menos los principiantes, forman parte de dicha organización.

Ja, no pueden con ellos, me atraparon a mí, pero hice mi trabajo, solo soy un peón y ustedes insignificantes no son nada para los intereses del gremio.

Lannet le dio la espalda al joven y cruzó los brazos

Tienes razón, no podemos ir en contra de ellos y tratar de derrocar a las cabezas de una organización poderosa, incluso denunciar este caso no tendría ninguna repercusión, ellos dan la cara, no tienen miedo porque tienen poder…

El humano se acercó a Shy y viéndolo desde arriba, le puso su mano sobre el hombro del joven, resultaba enorme en comparación, y lentamente empezó a apretar mientras decía.

Si… no podemos ir tras ellos, pero Sacrestic es mi territorio y no permitiré que pongan sus manos en mi villa, en mi trabajo, en la gente bajo mi protección – el apretón de Lannet se volvía insoportable para Shy que poco a poco empezaba a retorcerse y gemir de dolor.

Ahora nos dirás con quién ibas a escapar y donde te encontrarías con esa persona, supongo que debías reportar tu misión… Quizás hoy no podré hacer justicia contra el gremio, pero si podre dormir en paz sabiendo que el asesino de Houndman no se salió con la suya…

Lannet…Lannet – repetí para hacer que el humano dejara de apretar a Shy que ya no soportaba el apretón del capitán y sólo suplicaba para que lo soltara.

Al apartarse del joven que poco a poco se recomponía para dar respuesta, Lannet dirigiéndose a nosotros comentó – Cuando Stillhet o como sea que en realidad se llame nos diga el punto de encuentro para su escape, ustedes irán tras ellos, tienen más facilidades para moverse en la oscuridad y alguien debe quedarse con este… Aunque ya tengo clara la condena - lanzó una mirada intimidante a Shy mientras sutilmente colocaba su mano sobre el pomo de su espada - así que tienen libertad para abordar a los del gremio como deseen, solo no hagan un espectáculo en la Villa…

**Cohen** Vie 18 Mar - 11:24

Si algo le había inculcado Zana sobre la alquimia, era su profundo rechazo al Gremio de Alquimistas, una sociedad elitista y decadente de ricachones. Habían impuesto la norma de que todo aquel que se dedicara a la alquimia debía inscribirse en el Gremio, pagar unas elevadas tasas anuales, recibir inspecciones…

Por esa razón, Cohen se había mantenido alejado de ellos y lleva su profesión en la clandestinidad. El hecho de que abriera su establecimiento, La Flor Inerte, en horario nocturno, le ayudaba mucho en su actividad. Y el hecho de que sus clientes quisieran pociones mayormente para la comisión de actividades delictivas, también contribuía favorablemente a su discreto y oculto negocio.

Escuchó las palabras de Lannet respecto al Gremio y se mantuvo en un segundo plano, dejando que los efectos más visuales de su maldición se disiparan por completo, volviendo a su apariencia normal.

Continuó en silencio, observando cómo Lannet presionaba al asesino, buscando información. No perdía detalle de los gestos de su rostro, enfadado, presionando con fuerza al joven, causándole dolor. Un Peter Lannet muy distinto al hombre educado y correcto que habían conocido hasta ahora. Así era cómo el líder de los soldados humanos en Sacrestic Ville se comportaba cuándo se enfadaba… y se le veía realmente atractivo.

Las palabras finales de Lannet les dieron a los vampiros total libertad para actuar en la captura del Líder del Gremio.

― Bueno, si va a huir por la salida hacia el este, durante la noche, tiene que pasar por el portón. Es el camino más rápido hacia el bosque. Si llega a salir, pronto logrará ocultarse… y nosotros no podremos seguirle más allá de la salida del sol… Así que deberíamos darnos prisa.

Le hizo señas a Zagreus para ponerse ambos en camino. Antes de marchar, puso una mano en el hombro de Ajax, apretándolo débilmente en muestra de respeto. Luego, se dirigieron hacia la salida.

― ¿Sabes a quién podemos ver de camino a la salida del Este? ―le preguntó a Zagreus mientras retomaban su camino hacia el lugar― El joven Billy está en la Plaza de los Lamentos esta noche. Si alguien puede saber algo, sobre quién se reúne con quién, quién pretende salir de la ciudad o quién es el Líder de ese puto gremio ahora, estoy seguro de que debe ser él. Tiene ojos y oídos en todas partes…

Cohen pensaba que tras el encuentro de la noche anterior, el joven Billy se alegraría de verles. Ya se lo recompensaría Cohen con algunos descuentos en su taller.

― Al menos, hemos logrado que Lannet confíe en nosotros. Esperemos que pueda darnos la información que necesitamos sobre Zana... y el misterioso objeto que estás buscando... sea lo que sea. ¿Vas a decirme que es o pretendes seguir guardando el secreto para siempre?

Zagreus le caía bien, algo que podía decir de pocas personas, pero la desconfianza por su secretismo respecto a lo que buscaba siempre estaba ahí. Y aunque se estaba mostrando por un valioso aliado para encontrar a Zana, dudaba si a la larga la alianza seguiría siendo útil.

**Zagreus** Dom 20 Mar - 20:24

Shy se negaba a colaborar con información sobre el punto de encuentro para su escape, así que contemplando las pocas horas de noche que quedaban partimos del taller, no podríamos seguir perdiendo el tiempo con él. Cohen al parecer tenía un plan, que evidentemente incluía a Billy, no sé cómo hacia ese sujeto para estar tan presente en mi travesía por Sacrestic Ville, con lo que había ocurrido la noche anterior me resultaba incómodo seguir topándonos con él, pero viendo la urgencia de la situación debíamos aprovechar las casualidades que nos daba el amigo de Cohen.

Tras cruzar varias calles en la penumbra, Cohen volvió a asomar sus dudas sobre mi cruzada y los secretos que le había guardado desde nuestro primer encuentro, ciertamente no era el momento más idóneo para conversar sobre ello, debíamos aún atender el asunto del gremio, cobrar la recompensa por hacer justicia con la viuda de Houndman y luego tener la charla con Lannet sobre las pistas detrás de Zana, y quien sabe, quizás por nuestra labor el humano nos podría recompensar.

No obstante, el vampiro se había ganado parte de mi confianza hasta el momento, ciertamente tenía sus “cosas”, pero de momento había cooperado. Así que podría explicarle, de forma superficial, mi misión tras los pergaminos… (1)

Bueno… supongo que has escuchado sobre Habakhuk – tras unos breves segundos continué – el culto al dios vampiro ha menguado, incluso los propios seres malditos por la noche no le prestan atención a su poder y origen… patético…

Poco a poco salíamos de la zona frecuentada por los humanos en la Villa, cuestión que nos permitía desplazarnos sin parecer criminales prófugos.

Resulta Cohen, que el dios vampiro logró sellar parte de su poder en unos pergaminos, documentos ancestrales que de forma individual no tienen ningún efecto, pero al juntarlos todos abren la puerta a un poder equiparable al de los dragones primigenios, un poder para poder controlar toda Aerandir… Un poder sobre la sangre.

Mientras relataba la historia tras mi objetivo, pensaba que seguramente pensaría que se trata de una broma de mal gusto, y que yo, un sujeto altamente racional, se había dejado llevar por una leyenda de niños, que prácticamente nadie conocía ya.

Yo estoy tras ese poder mitológico, y si bien mi búsqueda ha sido fútil de momento, Zana podría ser un buen punto de partida en la búsqueda de los pergaminos malditos…

Obviamente, no iba a decir que yo ya era poseedor de uno gracias a mi mentor, y que gracias a los conocimientos del libro carmesí que relataban la leyenda había podido desarrollar un control sobre la sangre, consideré que no era necesario de momento mostrarle mis habilidades, ya Billy las había visto en primera mano, pero no sería prudente malgastarlas antes de enfrentar a los del gremio.

Quedaba de su parte si creerme o no, si continuaría ayudándome o si solo pensaría que soy un loco. Únicamente había una persona viva que conocía mi travesía, y mientras menos mejor, así que era importante que Cohen no abusara de la nueva información que poseía.

Aproveché que ya faltaban pocas calles para la plaza donde según Billy estaría (asumo que trabajando…), y preferí cambiar de tema para enfocarnos en nuestra labor actual.

Si Lannet tiene razón y el gremio es tan importante como menciona, dudo bastante que nos topemos con el líder de ellos, quizás con algún jefe del gremio de Sacrestic Ville o alguien así, dudo que Shy y la tarea que realizó haya sido tan relevante para ellos.. pero igual creo que lo mejor es no subestimar a esos alquimistas…

Descaceleré mi paso y con un tono franco le comenté a Cohem- Mi problema no es con el gremio de Alquimistas… quizás si hacemos algo incorrecto seremos objetivo de ellos para un futuro…¿tienes algún plan para cuando lleguemos al destino?, ¿deseas preguntar algo o prefieres solamente atacar a quienes estén esperando?

Al fondo se veían algunas antorchas que alumbraban la Plaza de los Lamentos, un lugar concurrido incluso a esas altas horas de la noche. Mientras continuaba andando de forma apresura pensaba en que podría responder Cohen, de momento había estado callado sobre el tema del gremio, y por lo que Lannet había descrito esto parecía algo que estaba por encima de nosotros. No les tenía miedo, pero mi búsqueda se centraba en pasar desapercibido por el continente, y si nos metíamos con la gente equivocada, luego tendríamos que actuar…

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(1): Para más información revisar mi biografía y rol [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]

**Cohen** Miér 23 Mar - 9:59

Cohen escuchó por primera vez el relato sobre el propósito de Zagreus. Comenzó hablando sobre Habakhuk, el Dios de los vampiros, despreciando a quiénes no eran fieles de su religión. Cohen tampoco lo era, por lo que no pudo sonreír brevemente al sentirse insultado indirectamente. Si tan sólo llevaba un par de años cómo vampiro y Zana apenas le había hablado de él, ¿por qué debía de tener fe ciega en un ser cuya existencia jamás tuvo constancia?

Habló de unos manuscritos que daban un gran poder. Zagreus estaba convencido de que Zana poseía uno de ellos. Aquel parecía ser el motivo de su interés por ella.

―Pues dudo mucho de que Zana sepa algo al respecto. Pero nunca se sabe… los últimos días antes de su desaparición estuvo de lo más misteriosa y no he sabido de ella en meses… Bueno, guardaré tu secreto. No serás el primero ni el último en buscar objetos cómo esos. Yo prefiero una vida más tranquila… y el dinero.

Tras sus palabras, Zagreus cambió de tema, quizás porque no deseaba profundizar aún más en el asunto. Y sinceramente, Cohen había perdido el interés. Se había imaginado algo… menos místico.

―No soy de esos que huye de los problemas. Si el Gremio ha contratado a un joven chico para cometer un crimen, ¿por qué he de tener piedad con sus vidas? Ellos no deben decidir sobre quiénes deben vivir o morir. No les tengo miedo… digamos que tomaré mis precauciones si en un futuro deciden contraatacar. Además, no son los únicos cobardes que saben poner venenos en la comida…

Llegaron a la Plaza de los Lamentos. Allí estaba el joven Billy, vestido con ropas femeninas, mostrando una pierna desnuda con una elegante liga de color esmeralda. Al concentrar su vista en ellos, pareció dudar unos segundos. Sobretodo miraba a Zagreus con cierta desconfianza. Éste decidió igualmente quedarse en un segundo plano. Quizás había cierta tensión sexual entre ellos que debía ser resuelta…

―Otra noche que acudís a mí. Me vais a tener que empezar a pagar por mis servicios…
―Ya tienes descuento en La Flor Inerte. No abuses ―le respondió Cohen, mientras alzaba las cejas, mirando las ropas con las que el prostituto iba vestido, antes de pasar a concentrarse― Bueno… estamos buscando a un líder del Gremio de Alquimistas, que pueda estar cerca de la salida del Este. Alguien importante… ¿has oído algo que pueda serme de utilidad?

El joven Billy rio a carcajadas, mientras asentía. Tras unos segundos de espera, comenzó a hablar:

―Por supuesto que sé quién es. Es el hombre maduro calvo, de una fina barba blanca. Se llama Stouk o algo así. Vende unos potentes frascos de alquimia para… endurecer ciertas partes de la anatomía masculina. Tú ya me entiendes. Todos sabemos quién es, cariño…
―Interesante. Debería hacerme con la receta de ese elixir. No conozco ninguna semejante… ¿dónde puedo encontrarlo?
―Vive en un estrecho callejón junto a la salida del Este. No suele atender a nadie por la noche, ya que… os teme. Pero algo ha ocurrido esta noche: me han dicho que sus hombres estaban preparando un carro… cómo si pensara huir.

Al oír estas palabras, Cohen miró a su compañero vampiro y emprendieron una frenética hacia el este. En un breve momento, ambos estarían allí.

― De nada, cariño ―escucharon gritar a Billy mientras se alejaban.

**Zagreus** Miér 30 Mar - 21:05

Cohen pasó del tema de los pergaminos y aseguró que guardaría el secreto, cuestión que me daba tranquilidad, ya que daba la impresión de perder interés en mis asuntos y que no sería necesario hablar sobre el tema.

Al centrar la conversación en nuestra misión, Cohen fue firme en su decisión de tomar medidas contra el gremio, no sé de dónde nacía ese sentimiento de justicia del cual hablaba, pero no tenía más opción que seguirlo. Al final de cuentas, si hacíamos nuestro trabajo de forma eficaz nadie tendría porque saber lo ocurrido, en tal caso podrían echarle la culpa a alguno de los aprendices del difunto alquimista, a Lannet o incluso a cualquier vampiro desquiciado de la ciudad. Por más que atacáramos de forma directa al gremio, esto no significaba que el mancharnos de sangre esta noche nos pondría un precio a nuestras cabezas.

Al acercarnos a la plaza vi como Billy estaba vestido de manera… digamos llamativa, pero para esta altura no me sorprendía, incluso podría decir que se veía más cómodo con esas pintas que como lo había visto anteriormente. Preferí dejar que Cohen conversara, no tenía ánimos de volver a hablar con Billy después de lo ocurrido la noche anterior, ni de tener que recurrir nuevamente a la sangromancia para hacerle saber que no estaba en su lista de clientes, presas o intereses carnales… de solo pensarlo me causaba incomodidad, así que mejor quedarme callado y atrás de mi compañero vampiro.

Con la información del muy buen amigo de Cohen, nos dirigimos a la dirección en donde se supone estaría el líder esperando por Shy, la noche se volvía densa y aprovechábamos la falta de luz para agilizar el paso.

Ya próximo al callejón donde estaría el hombre señalado por Billy, con una señal di entender a Cohen la necesidad de detenernos y analizar el panorama. A lo lejos se podía ver un carruaje, el mismo tenía dos caballos negros y un cochero que fumaba pipa mientras esperaba la orden para partir. Atrás cargaba una tienda pequeña donde se podían ver algunas bolsas y cofres. Posiblemente, el vehículo se preparaba para hacer un traslado importante y evidenciaba que se trataba de gente adinerada dado la cantidad de caballos y la propia forma del carro.

Al lado, había dos hombres con un candelabro, ambos con capuchas, esperando impaciente por algo… o alguien. Según la instrucción de Billy el hombre del gremio vivía en el callejón que conectaba, y si bien no podíamos aclarar que se trataba del anciano calvo y de barba que mencionaba, todo apuntaba que aquí es donde Shy daría por concluido su trabajo y se marcharía de Sacrestic Ville.

Cuento dos encapuchados y el conductor… ¿logras ver algo más? – pregunté susurrando, si bien en la oscuridad podíamos ver bien, era prudente mantenernos en las sombras y diseñar un plan.

¿Crees que ese sea nuestro objetivo? ¿Cuál va a ser el plan? Si deseas da la señal y te sigo…

Al finalizar mi última pregunta desenfundé mi daga del crepúsculo y me preparé con un agarre inverso. Esperaba por la respuesta de Cohen, si fuera por mí empalaría a aquellos sujetos, pero dudo que la Villa o el gremio viera con buenos ojos ese mensaje, incluso Lannet seguro haría un escándalo. Así que mejor era llegar a un mutuo acuerdo con mi compañero vampiro a ver como abordar la situación, ¿un ataque veloz y furtivo?, ¿utilizar los dotes de la maldición y la persuasión?, ¿tortura?, ¿combate abierto?, había tantas opciones, pero era importante resolver la situación rápido e ir a cobrar la recompensa.

___________________
Off

Daga del Crepúsculo:

**Cohen** Vie 1 Abr - 7:29

Caminaron hasta el lugar indicado a paso raudo. Al llegar, los vampiros comprobaron que la información que Billy les había solicitado era completamente cierta. Junto a la esquina del edificio junto al callejón, había un carro cargado con numerosa mercancía. Estaba custodiado por el carretero, que parecía tener ya una edad avanzada, y por un par de hombres vestidos con largas túnicas.

―Sólo tres hombres ―le respondió, ya que no veía a nadie más―. Aunque el carretero no me preocupa demasiado. No se le ve demasiado predispuesto a luchar.

Tras analizar la situación y el escenario, Cohen consideró algunas opciones. Aunque rápidamente no tardó en tomar una cómo válida.

―Debemos tener en cuenta de que tendremos el apoyo de Lannet si la situación se complica. Además, la noche está avanzada y debemos actuar rápido. No vaya a ser que salga el sol.

Cohen se puso en pie dispuesto a salir de su escondite. Miró a Zagreus y le sonrió, como un chiquillo travieso a la que se la ha ocurrido una diablura.

―Bien, si no queremos hacer un derramamiento de sangre, habrá que crear una distracción. Escucha con atención. Quiero que te tapes los oídos, ya que no quiero que mi hechizo te afecte. En cuanto consiga inutilizar a esas personas, deberás introducirte en el callejón y buscar al líder del gremio. Estoy seguro de que podrás detenerle. De todas formas, no tardaré en ir en tu ayuda. Pero recuerda: no debes escuchar nada.

Al ver que Zagreus había comprendido la situación, Cohen salió de la oscuridad de su escondite a la calle abierta. El carretero le daba la espalda, pero los dos encapuchados enseguida detectaron su presencia.

―Buenas noches, caballeros ―les dijo, mirando con atención a los hombres cuyos cuerpos ocultos bajo las largas túnicas se habían tensado por completo―. ¿Qué llevan ahí?

Tras señalar al carro, aprovechó su agilidad para correr en dirección a él y de un salto, subirse sobre la mercancía con la que éste estaba cargado.

El carretero parecía asustado y reaccionó poniendo distancia, bajando del vehículo. En cambio, los dos encapuchados se dirigieron veloces hacia él.

―¡Baja de ahí o te atravieso con la espada! ―amenazó, mientras dirigía una mano hacia su cinto.

Cohen les dirigió una sonrisa que seguramente pudieron ver gracias a la luz de las velas de los candelabros. Tras eso, hizo un gesto a Zagreus desde la distancia, señalándose a las orejas. Colocó sus labios en posición y comenzó a silbar (1).

Acompañó la melodía de sus labios con un divertido baile que recordaba en la juventud. A su alrededor, el ambiente se relajaba. El carretero fue el primero en comenzar a reírse, incapaz de apartar la vista de él. Mientras que su cuerpo reaccionaba de una forma, sus ojos quedaron abiertos, terroríficos, sin entender la razón por la que estaba reaccionando así.

Cohen se acercó un poco en dirección a los dos hombres encapuchados que entonces ya habían llegado hasta el carro, dejando la vía al callejón completamente libre.

El silbido comenzó a hacer efecto en ellos. Aunque uno de ellos reaccionó para intentar apresarle, al apartarse el vampiro rápidamente, ocasionó un potente ataque de risa en ellos.

Alzó la vista hasta Zagreus y le indicó con la cabeza que procediese a entrar en el callejón. Tras esto, mientras la melodía continuaba saliendo de sus labios, llevó una mano hacia su daga, sacando el arma rápidamente.

A pesar de su efecto, los hombres encapuchados continuaban intentando capturarle, entre risas. Sus cuerpos dudaban en cómo proceder, sus ojos llenos de espanto lloraban por el exagerado esfuerzo de reír.

Aprovechando la ocasión, llevó su daga hasta uno de los cajones del alquimista. Seguramente tendría tiempo de extraer algunos buenos objetos o algunos aeros de allí.

Sólo esperaba que Zagreus no tuviera problemas en el interior del edificio. Si era así, no dudaría ni un segundo en acribillar a acuchilladas a aquellos dos hombres que continuaban riendo mientras silbaba.

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(1) Uso de la Habilidad: El Bufón De La Corte [Mágica, 1 uso de 2 turnos]:
Cohen comienza a silbar una cancioncilla inocente que hace que todas las personas de su alrededor sientan una intensa felicidad, creando un ambiente festivo y de júbilo. Aunque frente a ellos se cometan atrocidades, todo les parecerá realmente divertido, entorpeciéndoles reaccionar de forma natural y coherente.

**Zagreus** Lun 11 Abr - 11:15

Cohen explicó cuál sería el modo de actuar ante la situación, aunque no quedaba clara del todo sus intenciones con aquellos hombres del gremio, me parecía pertinente cooperar con él. Nuestro trabajo ya estaba hecho, pero ahora que se había vuelto un tanto “personal” para el alquimista prefería ayudarlo y aprender de todo lo que estaba sucediendo.

El vampiro me dio la orden de taparme los oídos y casi sin esperar se fue hacia la carreta a gran velocidad, sin duda Cohen podía ser impulsivo, pero ante una sutil seña hice caso a la directriz y vi como el vampiro empezó a bailar y a ¿silbar? No distinguía bien que canción entonaba, pero los hombres, e inclusive el conductor, empezaron a reírse a carcajadas y a participar de la fiesta que al parecer Cohen había propiciado. Había leído sobre como algunos vampiros habían enfocado su poder en la capacidad persuasiva y manipuladora propia de nuestra maldición, pero jamás había visto algo como lo que estaba presenciando. Cuando todo esto terminara debía preguntarle a Cohen que había hecho… Aprendo…

Durante el alboroto aproveché para adentrarme en el callejón, al fondo se veía un pequeño edificio de dos pisos que estaba iluminado, tenía las puertas abiertas, por lo que era evidente que el líder del gremio estaría allí esperando una señal para partir de la Villa. Se notaba que era un lugar provisional, ya que no tenía ninguna indicación que describiera un taller de alquimia, o incluso que se tratase de una vivienda digna de alguien del gremio, porque tal como lo describieron Lannet y Cohen seguramente serian tipos con dinero…

Al entrar me destapé los oídos, asumía que el efecto de lo que habría hecho Cohen no me afectaría a esa distancia, aunque aún se llegaban a oír algunas carcajadas desde el carruaje.

Dentro de aquel edificio en el piso se veían sacos y cajas vacías, lo de valor seguramente ya estaba en el carruaje.

Maldita sea, el bastardo de Stillhet aún no aparece, mira las horas que son. – se escuchaba desde una habitación contigua el soliloquio de una voz gruesa.

Al asomarme por el umbral de la puerta vi una figura de espaldas ordenando unos papeles sobre un escritorio, el cuarto no contaba con ventanas ni otra salida. El hombre era calvo tal como había señalado Billy, llevaba una gabardina roja con algunas incrustaciones, sin duda era el líder, su aspecto no era acorde a aquel lugar mugriento y desolado en el callejón, pero si calzaba con la descripción del gremio de alquimistas.

El hombre continuaba su discurso en soledad mientras yo guardaba silencio.

Al menos ya hizo su trabajo, ji, ji, ji (el hombre se reía con una risa discreta), ya pronto podremos tomar esta asquerosa Villa para nosotros.

Apoyado en el marco de madera de la puerta, aclaré mi garganta para hacer que el hombre se volteara mientras con mis manos jugaba sutilmente con el filo y curvas de mi daga crepuscular.

Oh, ¿ya? Al fin ya llegó ese idiota, al fin me podré marchar de este asqueroso lugar. Hablaré con el resto para que no me envíen nunca más a un sitio lleno de bestias sangre sucia.

Volví aclarar mi garganta, pero ahora con más fuerza.

Vámonos, pero si vuelves a hacer ese ruido con tu garganta yo… - se volteó el hombre calvo y se topó con mi figura-¿Quién eres tú?

Eres Stouk, ¿no?, ¿el líder del gremio? – interrumpí su pregunta.

El hombre de fina barba se veía ansioso y temeroso, era evidente que no opondría resistencia.

Oye, oye, oye, ¿qué quieres?, guarda esa daga, no es necesario, creo que estás equivocado. – respondía apresurado

¿Eres el líder o no? No me quites mi tiempo. – guardé la daga en su funda para tratar de parecer más ameno y coloqué mis manos en mi espalda…

Su postura cambió al verme desarmado - ¿acaso sabes con quién te estás metiendo? Apenas el resto se entere de tu insolencia, pagarás con tu vida esta escenita. Si soy el jefe aquí en esta asquerosa ciudad, pero el gremio está en todo el continente, maldito ignorante.

Je – solté una leve carcajada mientras pensaba en como tomaría esto Cohen, era una batalla ganada, pero seguramente se tomaría como una declaración de guerra. Pobre Lannet…

Necesito que me acompañes, un amigo quiere conocerte, y no… tu sicario no nos va a acompañar hoy.

El viejo seguía a la defensiva al verme desarmado – ya voy, déjame terminar aquí… - caminando le dio la vuelta al escritorio que tenía lleno de papeles y empezó a rebuscar debajo del mismo, se acercó a donde estaba la puerta y mi persona con las manos escondidas debajo de sus prendas, ya faltando unos pasos para toparse conmigo en un intento errático se abalanzó sobre mí, en su mano derecha tenía un punzón cubierto de un líquido verde seguramente se trataba de veneno, mientras que su mano izquierda se adelantaba para agarrarme.

Con un veloz movimiento su ataque se detuvo y fue acompañado de un grito desgarrador, se escuchó como el punzón caía al suelo de madera, seguido del sonido de 4 objetos que hacían la misma trayectoria, pero con un sonido más suave.

¡¿QUÉ HICISTE?!

Muy mal, muy mal… – dije mientras negaba con mi cabeza – No lo volveré a repetir, sal y camina. – hice espacio para que él fuera delante de mí.

Todo había pasado muy rápido, el alquimista no se había percatado que cuando puse mis manos detrás solo estaba aprovechando el tiempo para emplear mi sangromancia y crear una daga de sangre (1). Apenas inició su ataque previsible con un movimiento limpio, corté 4 dedos de su mano izquierda con la que trataba de alcanzarme primero para luego apuñalarme. El dolor de la mutilación lo detuvo en seco mientras con lloros y preocupación trataba de detener la sangre que salía de sus falanges cortadas.

El viejo salió quejándose y empezó andar hasta el carruaje, yo reabsorbí la daga creada por sangre y coloqué mis palmas en mis oídos, no sabía si Cohen ya había terminado con su habilidad.

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Off
(1): Nivel 0: Pacto carmesí [Mágica] – Activa (2 usos) Duración= 2 turnos

Debido a la sangromancia de Zagreus, el vampiro puede extraer cantidades de su sangre por los pómulos de su piel sin perjudicarse y a partir de ella crear armas de sangre a una mano.

Zagreus solo puede crear un arma por activación. Igualmente, puede emplear un uso de la habilidad para cambiar el tipo de arma de sangre creada.

Pacto Carmesí:

**Cohen** Lun 11 Abr - 11:52

El hechizo que Cohen usaba había llegado a su punto álgido. La cancioncilla continuaba saliendo de sus labios, pero las reacciones de los allí presentes ya eran débiles. Simplemente, disfrutaban de la música que salía de mis labios y danzaban felices. (1)

Sabiendo que su capacidad para atacar en ese momento estaba completamente anulada, concentró su atención en la mercancía que ocupaba el carro. Tras abrir los primeros cajones, descartó robar el material que encontró allí. Sin embargo, al abrir el último, encontró un libro de elixires que seguramente le sería muy útil. Quizás la famosa receta del elixir de la impotencia masculina estaba allí.

Sus labios comenzaban a cansarse y decidió actuar. No dudó ni un instante en llevar la daga al cuello de uno de aquellos hombres encapuchados. Mientras la sangre brotaba de su cuerpo, su compañero le miraba con ojos de terror, pero su boca continuaba riendo.

Luego, se dirigió a éste y quitando la capucha que ocultaba la identidad, llevó su boca hacia al cuello del desconocido mientras dejaba de silbar, hincando sus dientes en él, succionando su sangre. El líquido carmesí corría cálido y rápido en su boca y cuando quedó ya saciado, un minuto después, se separó de él para hincar su daga en su frente. Aún reía cuándo la hoja atravesaba su cráneo.

Por último, Cohen miró al carretero, que aún tenía los restos del hechizo, pero ya comenzaba a reaccionar. A éste lo dejaría con vida, ya que desconocía si formaba parte del Gremio o era sólo un desgraciado que se había visto envuelto en esa desagradable situación.

Con la barbilla y parte de la ropa cubierta de sangre, Cohen dirigió su mirada hacia el callejón dónde Zagreus había desaparecido unos instantes antes. Cómo se tomaría él su forma de hacer las cosas, era algo que no le preocupaba. Tampoco esperaba que Lannet le reprochara su comportamiento. Era él mismo el que les había mandado hasta allí.

Al comprobar que Zagreus avanzaba por el callejón con los oídos tapados, le hizo una señal para que se acercara. Cohen supuso que al verle, manchado de sangre, se había hecho una idea de lo que acababa de ocurrir. El vampiro venía acompañado con un hombre calvo, con la exacta descripción del joven Billy, sonrió, mientras recogía los restos de la sangre ajena de su barbilla con su dedo pulgar y lo lamía.

―Amigo, las cosas… se han complicado un poco ―le dijo a Zagreus, de forma descarada, sabiendo que él intuiría su falacia.

Dirigió la mirada hacia aquel desgraciado alquimista. Cuando sus miradas coincidieron por primera vez, viendo un gran gesto de soberbia en él, no pudo evitar llevar su puño hacia su rostro, borrándole el gesto con decisión.

―Podemos irnos ―dijo Cohen, dirigiéndose de vuelta al carro en búsqueda del libro. Antes de ponerse en marcha, le mostró el libro al hombre y con una clara sonrisa de triunfo, comenzaron su camino de vuelta hacia el taller de Houndman.

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(1) - Se mantiene la Habilidad: El Bufón De La Corte. Turno final

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